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86 anta amina y 2006 BOLETÍN DE AMISTAD gustinos A R ecoletos C SEPTIEMBRE — OCTUBRE U na constante de la experiencia espiritual de los cristianos es cómo Dios desbarata los planes de los hombres y hace precisamente de lo más pequeño el instrumento prefe- rido de su obrar. El convento actual que los agustinos recoletos tienen en Monteagudo (Navarra) cuenta sólo 20 años. Del antiguo no queda más que el ala al norte de la iglesia y, adosadas a ésta por su otro costado, algunas dependencias, como la celda donde murió san Ezequiel Moreno. Por aquel antiguo, pequeño y entrañable convento, los agustinos recoletos siempre han sentido una especial predi- lección. Sus paredes eran de adobe, sus estructuras pobres, sus espacios limita- dos. Como un belén de la comunidad, allí comenzaron su vida de recoletos cientos de religiosos que fueron impregnán- dose de los valores que la comunidad vivía. El celo misionero era y es el rico legado que los ejemplares maestros en los cami- nos del espíritu ofre- cían a las ambiciones de los jóvenes. En su convivencia con los mayores, conocían éstos en carne viva a quienes habían deja- do lo mejor de su vida en las lejanísimas tierras de Filipinas, y posteriormente en los amplios mundos misioneros de Hispa- noamérica y China. Allí la historia se hace presencia por medio de sus prota- gonistas, el pasado se manifiesta en lo visto y oído en cada rincón del sencillo cenobio. Monteagudo ha sido crisol de mártires, taller de aprendizaje de colonizadores, escuela de maestros de pueblos, pupitre de teólogos y predicadores. Este año 2006, el recuerdo de san Ezequiel Moreno en su centenario ha puesto en el primer plano de la concien- cia recoleta el arca de los tesoros guardado a los pies de la Señora del Camino. Se han celebrado fiestas, congresos y peregrinaciones. Y se ha querido abrir el arca y mostrar algunos de sus tesoros. La puesta a punto de la exposición- itinerario sobre San Ezequiel quiere ser una muestra relevan- te de la riqueza histó- rica y espiritual que alberga. Si san Ezequiel abre la larguísima constela- ción de hijos ilustres del convento de Mon- teagudo, no podemos olvidar a cinco de los beatos martirizados en Motril, a tantos misio- neros famosos por su santidad, a tantos obis- pos pobres y abnega- dos, a tantos creadores de centros de ense- ñanza… Por eso, pere- grinar a Monteagudo –ejercicio al que, des- de aquí, cordialmente os invitamos– es im- pregnarse casi sin que- rer de un optimismo evangelizador que bro- ta del misterio de ser- virse Dios de lo peque- ño para sus grandes empresas. Se ha querido abrir el arca y mostrar algunos de sus tesoros MONTEAGUDO PLANTEL DE MISIONEROS MONTEAGUDO PLANTEL DE MISIONEROS

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y2006BOLETÍN DE AMISTAD

gustinosARecoletosC SEPTIEMBRE — OCTUBRE

Una constante de la experiencia espiritual de los cristianoses cómo Dios desbarata los planes de los hombres y

hace precisamente de lo más pequeño el instrumento prefe-rido de su obrar.

El convento actual que los agustinos recoletos tienen enMonteagudo (Navarra) cuenta sólo 20 años. Del antiguo noqueda más que el ala al norte de la iglesia y, adosadas a éstapor su otro costado, algunas dependencias, como la celdadonde murió san Ezequiel Moreno.

Por aquel antiguo, pequeño y entrañable convento, losagustinos recoletos siempre han sentido una especial predi-lección. Sus paredeseran de adobe, susestructuras pobres,sus espacios limita-dos. Como un belénde la comunidad, allícomenzaron su vidade recoletos cientosde religiosos quefueron impregnán-dose de los valoresque la comunidadvivía.

El celo misioneroera y es el rico legadoque los ejemplaresmaestros en los cami-nos del espíritu ofre-cían a las ambicionesde los jóvenes. En suconvivencia con losmayores, conocíanéstos en carne viva aquienes habían deja-do lo mejor de suvida en las lejanísimastierras de Filipinas, y posteriormente enlos amplios mundosmisioneros de Hispa-noamérica y China.

Allí la historia se hace presencia por medio de sus prota-gonistas, el pasado se manifiesta en lo visto y oído en cadarincón del sencillo cenobio. Monteagudo ha sido crisol demártires, taller de aprendizaje de colonizadores, escuelade maestros de pueblos, pupitre de teólogos y predicadores.

Este año 2006, el recuerdo de san Ezequiel Moreno ensu centenario ha puesto en el primer plano de la concien-cia recoleta el arca de los tesoros guardado a los pies de laSeñora del Camino. Se han celebrado fiestas, congresos yperegrinaciones. Y se ha querido abrir el arca y mostraralgunos de sus tesoros. La puesta a punto de la exposición-

itinerario sobre SanEzequiel quiere seruna muestra relevan-te de la riqueza histó-rica y espiritual quealberga.

Si san Ezequiel abrela larguísima constela-ción de hijos ilustresdel convento de Mon-teagudo, no podemosolvidar a cinco de losbeatos martirizados enMotril, a tantos misio-neros famosos por susantidad, a tantos obis-pos pobres y abnega-dos, a tantos creadoresde centros de ense-ñanza… Por eso, pere-grinar a Monteagudo–ejercicio al que, des-de aquí, cordialmenteos invitamos– es im-pregnarse casi sin que-rer de un optimismoevangelizador que bro-ta del misterio de ser-virse Dios de lo peque-ño para sus grandesempresas.

Se ha querido abrir el arca y mostrar algunos de sus tesoros

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Dirección:Javier Legarra

Agustinos RecoletosMonasterio, 231340 Marcilla (Navarra)Tel. 948 713 701Fax 948 713 787E-mail: [email protected]

Redacción:Pablo PanedasMarciano SantervásRodrigo Díez

Agustinos RecoletosPaseo de La Habana, 16728036 MadridTel. 913 453 460Fax 913 452 222E-mail: [email protected]@agustinosrecoletos.org

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Agustinos RecoletosBoletín de Amistad

Número 86Septiembre — Octubre 2006

Depósito Legal:M-10324/1986

EN PORTADA:En el centro, la iglesia conventual,con sus dos torres mirandoa la plaza y al pueblo. A este lado se construyó el convento nuevo,inaugurado en 1986. Del conventoviejo, a la parte de allá de la iglesia, queda sólo el ala frontal.Hemos marcado las ventanasde la celda de san Ezequiel

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«Museo» de San Ezeq

Plaza de la iglesia. El cartelón señala la entrada de la exposición

Placa conmemorativa.

Es un itinerario físico que debe conducir

a un itinerario interior

tar el convento de Monteagudo. Porquesan Ezequiel Moreno no es un individuoaislado, sino el fruto selecto del semina-rio que Monteagudo ha sido desde 1828.De este seminario se presenta a sus hijosilustres y la dotación con que contaba.

Así se introduce la figura culmen desan Ezequiel Moreno, el hijo más ilustredel convento de Monteagudo. A él dedicala exposición un total de ocho vitrinas,además de algún otro apartado. En el con-junto se delinea, a partir de sus objetospersonales, distintos perfiles del Santocomo fraile filipino, obispo o intelectual;y se intenta apreciar el peso específicoque tienen en su vida el sufrimiento, laoración, la vida diaria, el estudio…

3. La iglesia

Desde el área de la exposición se tieneacceso directo a la iglesia. Entramos en elreducto central del convento y en surazón de ser. Históricamente, los agusti-nos recoletos son llamados a Monteagudopara ser los guardianes y cuidadores delsantuario de Nuestra Señora del Camino.Ante ella, en el coro, se reunía la comuni-

dad varias veces al día, en torno a ellagiraba toda su vida y en su presencia seconsagraban al Señor.

Por más que la vida de san Ezequieltranscurra en tres continentes, en estapequeña iglesia encontramos la fuente desu impulso y su meta de llegada. Sonvarios los puntos que guardan especialrelación con el Santo: donde profesó,donde se llevaron a cabo los dos enterra-mientos primeros, los lugares que élreformó siendo prior… Todos convergenhacia lo alto del presbiterio, en una venta-na de simples cristales que rompe con lasvidrieras del entorno; la ventana de lacelda donde el Santo pasó sus últimosmeses. Aquí pasaba las horas muertaspresentando a Dios toda su vida.

Se inauguró el pasado 10 de sep-tiembre, al cumplirse los 100 añosde la muerte de san Ezequiel. Aun-

que el término no le haga justicia, sesuele hablar de “museo”, dado que allí semuestra un centenar largo de objetos per-sonales del Santo.

1. Un itinerario

No se trata sólo de una exposición deobjetos. Más bien, por medio de ellos seintenta descubrir un itinerario, su sendaespiritual. Por algo el cartelón que enca-beza la exposición, reza: “Fray Ezequiel:su Camino”. Un “Camino” con mayús-cula porque, siendo el propio de Eze-quiel, coincide con el de la Virgen delCamino, titular de la iglesia conventual;y es, en último término, el propio Cristo,Camino, Verdad y Vida.

De ahí que la exposición no se limite alas dos salas y el vestíbulo que contienenlos objetos del Santo. Estos hacen de pla-taforma de lanzamiento de todo un itine-rario físico que debe conducir a un itinera-rio interior. La primera etapa la forma,efectivamente, la exposición. Pero deaquí arranca un recorrido que, a través dela iglesia y el camarín de la Virgen delCamino, conduce a la celda donde Eze-quiel murió. El itinerario se completadescendiendo, de nuevo a través de laiglesia conventual, hasta la capilla y elsepulcro de san Ezequiel.

2. La exposición

Lo primero que al visitante se le ofrecees la exposición propiamente tal. Seexponen en ella objetos pertenecientes asan Ezequiel, más otros relativos a él decarácter ilustrativo, como fotografías omapas. La exposición se despliega entres salas. La primera, en realidad, esmás bien un vestíbulo dedicado a presen-

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quiel en Monteagudo

medio punto, el escudo episcopal delSanto, con su lema: “Tú eres mi refugioy fortaleza”.

El sepulcro forma la base de la capillarectangular. Al fondo se encuentra elaltar y, tras él, un retablo que maravilla alos visitantes. Es una compleja taraceade 4 x 3 metros, obra del agustino reco-leto Jesús Planillo. Se inspira el artistaen el lema agustiniano “Ciencia y cari-dad” y lo plasma visualmente, aplicán-dolo a la vida y la figura de san EzequielMoreno.

Es momento para orar. Todo el itinera-rio lo ha sido de oración. Las peticioneshabrán ido surgiendo en distintos mo-mentos: en la iglesia, ante la Virgen delCamino, en la celda pidiendo por losenfermos… Aquí la oración se remansa,saboreando la presencia del Santo. Puedeser la eucaristía de grupo en torno al altarde la capilla; o celebraciones de distintotipo y duración, para las que hay formu-larios preparados. Puede ser una oraciónprivada, íntima ante el amigo que nosabre camino, el Camino; ante Jesús, quenos invita a seguirlo, también nosotros; oante el Padre que a todos bendice.

Juan Barba: Glorificación de san Ezequiel. Óleo sobre lienzo. En la iglesia.

Se acaba de instalar unespléndido lienzo

pintado por Juan Barba

4. La celda

En lo que entonces era habitación deenfermería, Ezequiel no residió más quecuatro meses. Sin embargo, ha quedadopara siempre como “la celda de san Eze-quiel”. Primero, porque él la pidió contoda instancia. Y además, porque siem-pre se ha querido conservar como estabaen el momento de su muerte.

Hasta aquí sube el visitante desde elpresbiterio de la iglesia, en una ascen-sión que pretende ser no sólo física. Yaquí se encuentra una habitación nopequeña, con dos alcobas anexas. Lahabitación es de paredes desnudas y elmobiliario pobre y escaso. En la alcobaprincipal se conserva la cama de hierrocon colchón de lana en la que el Santomurió. Con ella comunica otra alcobaciega que correspondía al enfermero yque ahora se ha recreado a base de uncatre frailuno con un jergón de maíz yun pequeño escaño para guardar laropa.

El ámbito que más impresiona es latribuna: un hueco en la pared, una venta-na con vistas a la iglesia, un sillón deanea desvencijado, sin otro aditamentoni adorno. Es la máxima austeridad alservicio de la oración y la entrega tota-les. Para eso quería el Santo la celda. Asíse entiende lo que entonces escribía untestigo: “es obsesión la que tiene por latribuna que hay en dicha celda y que daal altar mayor”.

5. La glorificación

Continúa la peregrinación regresandode nuevo a la iglesia conventual. Allí seacaba de instalar, en la parte trasera, unespléndido lienzo pintado por JuanBarba alrededor de 1980. La escena querepresenta empalma a la perfección conla celda del Santo. Allí acaba de morirfray Ezequiel. El convento de Montea-gudo, que se ve al fondo, arde envueltoen el incendio de su amor. El Santo esllevado en triunfo al cielo por manos de

ángeles. La nube marca su itinerario desantidad: de la oscuridad humana al ful-gor de la gloria divina. En el libro de lavida que los ángeles muestran, se reco-gen las virtudes principales de Ezequiel,su oración y penitencia. Él estrechacontra su pecho la cruz de Cristo, únicoobjeto de su querer.

6. El sepulcro

El itinerario, o la ascensión, concluyeen la capilla que alberga el sepulcro denuestro Santo. Es una capilla anexa ycontrapuesta a la iglesia, construida altiempo que el convento nuevo, en 1986.Hasta ese momento, los restos de Eze-quiel descansaban en un artístico mau-soleo de mármol y alabastro levantadosobre el presbiterio. Entonces se trasla-daron a este oratorio de construcciónsobria en ladrillo.

Forman la capilla dos espacios clara-mente delimitados. Lo primero queencuentra el peregrino es el sepulcro,que sorprende por su austeridad. Es unnicho en la pared, cerrado con una losade piedra blanca y una inscripciónescueta y solemne: “Padre EzequielMoreno, agustino recoleto, obispo dePasto (Colombia). 1848-1906”. Sobreel nicho, enmarcado en un arco de

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T ener un santo en casa compro-mete. Para cualquiera es unorgullo, y para la persona de

fe una garantía, en cuanto que sesiente respaldada. Pero la presenciadel santo también interpela, exigien-do un determinado comportamiento.Y supone, en fin, un patrimonio queno se puede ignorar.

Los agustinos recoletos veníanteniendo una cierta sensación deincuria en relación con el Santo deAlfaro. Como cuando uno ha here-dado de sus abuelos una joya quetiene guardada en el arcón, arrum-bada entre trastos viejos. En su caso,el arcón era el convento deMonteagudo. Allí estaban el sepul-cro y la celda del Santo, con todassus pertenencias.

Un primer intento de remediaraquella situación se hizo en 1986,al construir el nuevo convento. Setuvo buen cuidado de edificarle alSanto una capilla propia en lugarmás accesible. Para este espacio sediseñó un nuevo sepulcro, de diseñomuy sencillo, que se consideró másacorde con los tiempos y con el espí-ritu austero del Santo.

Fue tan solo un primer paso. Lacelda permaneció igual, hecha unaespecie de almacén de reliquias yrecuerdos. Y seguía echándose enfalta una presentación del personaje

pudo ser inaugurada el pasado 10de septiembre, en el marco de lacelebración del I Centenario de lamuerte de san Ezequiel. El proyectoaún no está culminado. Prosiguetanto la búsqueda de objetos comosu estudio, en el intento siempre de“hacerles hablar”, de exprimir sumudo testimonio sobre la vida y per-sonalidad del Santo.

El esfuerzo material y humano noha sido pequeño, y proseguirá en elfuturo. La empresa es apasionante.Básicamente consiste en anunciar atodos los vientos que el Padre deNuestro Señor Jesucristo transformaa los hombres a imagen de su Hijo.Que Cristo se hizo presente en elmundo a través de Ezequiel Moreno,como lo ha estado y lo está a travésde tantos frailes agustinos recoletosformados en Monteagudo.

Era una obligación que teníamoscomo Orden: proclamar las maravi-llas que Dios ha hecho entre nos-otros. Y era una deuda de gratitudinaplazable, una deuda que ahoraempezamos a pagar.

que permitiera comprender su espíri-tu y obra.

Es lo que ahora se ha pretendidohacer. Se ha “vaciado” la celda desan Ezequiel, buscando recuperar suaspecto original y aprovechandopara consolidarla y hacer los arre-glos necesarios. Se han inventariadotodos los objetos, se han clasificado,documentado, estudiado… y, segúnlos resultados, han sido asignadosen un lugar u otro de la exposición.

No sólo eso. Se ha procurado tam-bién incrementar los fondos. Eraconocida la existencia de diversosobjetos que pertenecieron al Santo,y se contactó con sus propietariossolicitando su cesión. Se ha conse-guido así aumentar sensiblemente elnúmero de ítems de la exposición, almenos durante el año centenario encurso.

En paralelo con este trabajo, se lle-vaba adelante el de remodelaciónde varias salas del convento anti-guo, así como de la sacristía viejade la iglesia. Y, por otro lado, unaempresa especializada se ocupabade construir las vitrinas y módulosexpositivos pertinentes, así como deconfeccionar la apoyatura gráficanecesaria.

Por fin, tras varios meses de traba-jos y preparativos, la exposición

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La celda de san Ezequiel, antes. La celda, ahora.

Una deuda pagada a plazos

El proyecto no está culminado.Prosigue la búsqueda de objetos

y su estudio

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—Después de leer el blog, ¿quéhay que hacer?

La verdad es que no sé qué decir.Mis tres sobrinos (Laura, Ana yJavier) me visitaron y volvieron con lopuesto, y marcados por la realidadque habían conocido. Todo lo dejaronallí: ropa, calzado… También paga-ron los estudios de tres jóvenes.Ninguno de los tres destaca por sureligiosidad y, sin embargo, ante tantamiseria sintieron la necesidad decompartir. El compartir ayuda a lapropia felicidad. Cada uno sabrá loque puede compartir: trabajo, com-pañía, oración, dinero…

De todas formas, el mero hechode saber que estáis ahí, apoyándonos,nos da fuerzas para seguir luchando.Mil gracias por ello.

—José Luis, ¿cómo surge la idea deescribir un blog?

La verdad es que nunca pensé enescribir un blog. Me da hasta unpoquito de vergüenza decirlo en lostiempos que vivimos, pero no sabía niqué era eso. Yo me limité a enviar unacarta a los amigos para compartir conellos el día a día: sensaciones, anécdo-tas, vivencias… Luego me llevé lasorpresa de que, sin mi permiso,alguien decidió colgar la carta enwww.agustinosrecoletos.org. Y descu-brí también que a lo que yo estabaescribiendo se le llamaba «blog».¡Vivir para ver!

—¿Te ha sorprendido la repercu-sión que ha tenido?

Naturalmente que me ha sorpren-dido. ¡Cómo me iba a imaginar yoque alguien me dijese que le habíahecho un bien físico y espiritual! Oque las monjitas de clausura lo leyesenen el refectorio. Hasta me siento unpoco incómodo cuando me lo dicen.

—El blog no es sólo una colecciónde anécdotas o una selección de haza-ñas. Es algo más ¿no?

¿Hazañas? No pienso que el viviren Sierra Leona sea una hazaña. Másbien diría que el blog es el amigo queme espera en la sobremesa para com-partir con él lo que veo, lo que siento,lo que sueño, lo que sufro, lo quevivo… Nunca me había dado porescribir, pero ahora siento la necesi-dad de hacerlo. Es un desahogo inte-rior. Hablo, río y me desahogo enespañol, que no es poco.

—¿Qué título le pondrías?

Sin dudarlo, Africa en el corazón(Africa ken kahuthukuma hoh keyan, enlimba). Lo que escribo sale más delcorazón que de la cabeza. Por eso, es

En otoño de 2004, llega a Sierra Leona por segunda vez el agustino recoleto José Luis Garayoa.Tras varios días de estancia escribe una carta en la que cuenta sus primeras impresiones, y lo haceen forma de diario. Eso cae en manos de www.agustinosrecoletos.org que, con el consentimientode José Luis, comienza a hacerlo público. Gracias a su lenguaje cercano y vivo, en poco más de añoy medio el «blog» de José Luis se ha convertido en lectura obligada para muchos internautas.

Le preguntamos a José Luis acerca de su «blog».

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posible que a veces me pase un poqui-to en los juicios. Desde ahora pidodisculpas. Suelo escribir siempre encaliente, y no me gusta repasar loescrito: perdería frescura y autentici-dad. Y caería en la tentación de inten-tar escribir bonito para quedar biencon los lectores.

—¿La gente de Kamabai sabeque, gracias al blog, ya no son ajenosa muchas personas de todo el mundo?

Allí nadie sabe del blog porque noexiste la posibilidad de conectarse ainternet, ni tienen un conocimientomínimo de informática. Únicamenteen Freetown. Es más, para el 99,9% demi gente, el mundo es Kamabai,Makeni y, solo para unos poquitos,Freetown. No paro de imaginar la caraque pondrían si los llevase a El CorteInglés, por ejemplo; o a comer unospinchos por los bares. Ellos conocen elarroz, la cassava, el pescado seco y lacarne de caza. Nada más. No puedenni sospechar que existan otras cosaspara comer. Y preguntan, curiosos,cómo son las baffas (casas) en España.

Lo que escribo sale más delcorazón que de la cabeza.

Suelo escribir siempre en caliente

fonía misional

Una ventanaen Kamabai

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Pequeñas vendedoras de plátanos, en Kamabai.

Padre José Luis Garayoa.

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LA ESTATUA DEL CENTENARIO

Igual que san Nicolás de Tolentino tuvo su imagen del Centenario (2005), tam-bién la tiene san Ezequiel en el suyo, este año. En aquel caso era un icono;

ahora es una estatua de bronce, instalada en la Casa de Formación San Agustínde Las Rozas (Madrid, España).

La escultura mide 116 cm, y es obra de la joven artista madrileña DianaGarcía Roy. Representa al Santo de pie y erguido, vestido de su hábito religio-so aunque con las insignias episcopales. Con la mano derecha se apoya en elbáculo episcopal, mientras en la izquierda sostiene un libro. La mitra descan-sa a sus pies.

Del primer boceto en cera, de un tamaño de 32 cm, se han hecho copiasen resina de poliéster patinada. Se pretende con ello acercar la figura delsanto abogado contra el cáncer a los despachos y domicilios particulares de losdevotos, entre los cuales la estatuilla está teniendo gran aceptación.

PRIMERAS MONJAS RECOLETAS EN ÁFRICA

En la madrugada del pasado 26 de julio, salía del aeropuerto deMadrid la primera comunidad de monjas agustinas recoletas

de África. Eran cuatro religiosas, a las que acompañaba la madrepresidenta federal de España, María Cruz Aznar. Su destino eraKenia y, más en concreto, la diócesis de Machakos, próxima aNairobi, la capital.

Recibidas con entusiasmo tanto por el obispo y clero como porel pueblo fiel, las hermanas han quedado instaladas temporal-mente en el pueblo de Masil, donde la diócesis les ha facilitadocasa dentro el complejo parroquial.

Cuentan las hermanas, maravilladas, los detalles de unmundo nuevo que están descubriendo y la gran madurez de vidacristiana que allí han encontrado. Ello se une a un panoramavocacional sumamente prometedor.

Breves

BIOGRAFÍA Y OBRAS COMPLETAS

Junto con la exposición de Monteagudo y la estatua de LasRozas, otros dos frutos perennes del Centenario de san

Ezequiel son el DVD biográfico y los primeros volúmenes desus obras completas.

Con imágenes recientes tomadas in situ, la Comisión dePublicaciones de la Provincia de San Nicolás ha elaborado unvídeo cuyo contenido principal es el relato biográfico sobreel Santo, que dura 42 minutos. Este DVD, que lleva por títu-lo Ezequiel Moreno: el deseo incontenible de anunciar aJesús, fue presentado al público en Monteagudo el día 10 deseptiembre.

Un mes más tarde, el 17 de octubre, tuvo lugar la pre-sentación de las Obras completas. Es ésta una iniciativa dela Curia General de la Orden en la que lleva trabajandovarias décadas Ángel Martínez Cuesta OAR. Él es el encar-gado de la edición, que constará de siete gruesos volúme-nes. Hasta el momento, se han editado los cuatro primeros,que recogen las 1601 cartas de su epistolario.

Las monjas recoletas delante de su convento,con el obispo de Machakos.