Caso Susana (Disociación e integración))
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Disociación e integración:
De la sexualización a la textualización del
género.
Caso Susana
CASO SUSANA
Susana es una mujer de 30
años de edad, soltera y
médico. Su mayor anhelo
en la vida es casarse y
tener hijos.
“Papito” es como Susana
llama a su padre de
carácter dulce y amable.
Por otro lado, la madre
es una mujer impositiva,
dominante, es estricta y
determinante,
Sus Hermanas fueron echadas
por la madre por ser
“malas”
El motivo manifiesto de
consulta de la paciente es
el encontrarse en un estado
de confusión, impotencia y
tristeza así como de
insatisfacción con relación
a su pareja.
Felipe es un hombre de 32 años de edad. Tienen
catorce meses de relación intermitente. Su
relación ha sido de 6 meses efectivos. Es
separado y tiene dos hijos con su ex-esposa.
Susana había asumido como un sacrificio por amor
el que nunca podrían casarse de acuerdo al rito
matrimonial católico, con el que ella había
soñado desde su infancia.
El motivo de insatisfacción de
Susana con respecto a Felipe, es
que él no le da el lugar o
título de novia, además de que
recientemente se ha enterado que
sigue viendo frecuentemente a su
ex-esposa (con quien tiene dos
hijos), pero no por motivos de
los hijos, además de que se ha
enterado que él mantiene
relaciones con otra mujer.
La resistencia: Nuevo ciclo de seducción.
Durante el proceso de
intervención, Susana conoce a
“Manolo”, el prometido de su
mejor amigo de la infancia, con
quien comienza una relación a
través de textos por celular.
DIAGNÓSTICO
Susana presenta un cuadro con rasgos depresivos a partir de la
disociación de su mundo idealizado sobre las relaciones de pareja
frente una realidad conflictiva y de dependencia.
Sin embargo, con el apoyo del DSM IV, se logró identificar que no
se trataba de un cuadro puro, pues principalmente presenta las
características del Trastorno Histriónico de la Personalidad, o
sea, “un patrón general de excesiva emotividad y una búsqueda de
atención, que empiezan al principio de la edad adulta y que se dan
en diversos contextos”.
Existen distintos ítems que nos marca el manual de
diagnóstico, pero a continuación sólo se
trascriben las que presentó la paciente:
La interacción con los demás suele estar
caracterizada por un comportamiento
sexualmente seductor o provocador.
Muestra una expresión emocional superficial y
rápidamente cambiante.
Utiliza permanentemente el aspecto físico para
llamar la atención sobre sí mismo.
Tiene una forma de hablar excesivamente
subjetiva y carente de matices.
Muestra autodramatización, teatralidad y
exagerada expresión emocional.
Considera sus relaciones más íntimas de lo que
son en realidad.
Su estructura de personalidad se encuentra nutrida por la
exageración y polarización de algunos elementos subjetivos, en los
que disocia algunas ideas (sin perder el sentido de realidad).
“Madre mala” vs. “padre bueno”
Vida profesional vs. vida familiar
Rechazo vs. aceptación
Abandono vs sacrificio
Ideal de hombre (tradicional-formal) vs. realidad (liberal-
inconstante)
Dependencia vs. independencia
Autorrechazo vs. autoestima
,
Estas disociaciones alimentan su construcción genérica, es decir,
su ser femenina, lo que le lleva a manifestar y alimentar su
trastorno histriónico. Es decir, la construcción de lo femenino que
introyectó es la base de su patología actual.
INTERVENCIÓN
Durante el periodo que duró la
psicoterapia, comenzó a disminuir su
malestar por la ruptura con Felipe, pero
comenzó un nuevo ciclo de seducción,
mediada por el texto. El texto se
convirtió en sexo (no real sino
simbólico), por lo que el lenguaje se
convirtió en una herramienta de
seducción que le permitió guardar
distancia del nuevo pretendiente, pero
permitiendo construir un puente entre
ella y su madre, pues esta nueva
relación le llevó pedirle consejo a su
madre y a convertirla en su “cómplice”,
integrando parte de la disociación entre
madre-padre, Mala-bueno.
CAMINO A LA INTEGRACIÓN: EL TEXTO COMO PUENTE
A) Identificación de los elementos disociados a partir de
trabajarlos en terceridad con apoyo de técnicas
proyectivas, dado que se encuentra en la fase de la
formación de la figura, pues su bloqueo “consiste en
atribuir a algo externo lo que le pertenece a sí mismo
negándolo en él” (Salama, H. 1996)
CAMINO A LA INTEGRACIÓN: EL TEXTO COMO PUENTE
Mezcla de dos técnicas, Las Silla Vacía y los Cuentos de
Proyección: “La Carta Vacía”.
Se buscaría que a través del lenguaje textual (que se
encuentra erotizado por ella) continúe proyectando a través
de un “juego de roles”, en donde ella debería escribir
distintas cartas como si fuera distintos personajes. Esos
distintos personajes serían inicialmente delineados por el
terapeuta, permitiendo que a través de esos personajes
consiga una formación de figura que permita que la paciente
identifique y reflexione los contenidos más significativos
presentes en su zona de la fantasía.
INTERVENCIÓN 2ª fase
B) Equilibrio de los elementos disociados, comenzando a integrar
lo identificado con la historia personal a través de analogías
y descubrimiento de las propias herramientas y recursos
emocionales.
Para conseguir este objetivo se recurriría a la identificación de
los introyectos y mandatos de los personajes textualmente
desarrollados por la paciente para continuar con un proceso de
hipnosis ericksoniana que permita la transformación de sus propios
introyectos que fortalecen una condición de género expresada en la
seducción-sumisión-renuncia.
De esta manera se comenzaría a potenciar
la acción, identificando una fuente de
satisfacción (pre-contacto) generando
una nueva forma de relación con el
exterior (contacto).
INTERVENCIÓN 3ª fase
C) Integración y cierre. Fortalecimiento del Yo a través de la
reapropiación de los elementos trabajados, es decir, la
culminación del autorreconocimiento en el tiempo, la que
fui en el pasado y la que puedo ser en el presente.
Recurrir a técnicas que permitan el desarrollo de estrategias
vivenciales frente a “la tentación de seducción” y que
permitan “el cumplimento de la interacción.”
Primero Susanita una niña delicada,
después Susana una mujer que se sana.
FIN
¡PERDÓNAME!