Castillo y Solórzano, Alonso de Noches de Placer

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  • COLECCIN SELECTADE

    ANTIGUAS NOVELAS ESPAOLAS

    TOMO V

  • COLECCIN SELECTADE

    Antiguas Novelas Espaolas

    Tomo V

    Pes de plscebNOVELAS POR

    DO ALONSO DE CASTILLO SOLRZANOReimpresas con una Advertencia

    de

    DON EMILIO COTARELO Y MORDe la Real Academia Espaola

    Madrid, 1906^'^

    PUBLCALA LASlibrera de la viuda de rico

    Travesa del Arenal, 1

    Madrid

  • IMPRENTA US.KJCA, l'OZAS, 12. MADRID

  • ADVERTENCIA

    La presente obra es una de las ms rarasde Castillo Solrzano, y de ella no hemosvisto ms que un ejemplar (procedente dela librera del insigne D. Pascual de Grayan-gos), que se custodia hoy en nuestra Biblio-teca Nacional y es el mismo que imperfec-tamente se describe en el Ensayo de Gallar-do, tomo segundo, nmero 1689.Por esta razn, y por el gran nmero de

    piezas que contiene, le hemos dado prefe-rencia, al reimprimir las del autor, despusde la titulada La nia de los embustes, Te-resa de Manzanares, que forma el tercervolumen de esta coleccin de novelas esco-gidas.

    Estampronse las Noches de placer, porprimera y nica vez en Barcelona, por Se-

  • ADVERTENCIA

    bastan de Cormellas, en 1631, en un tomoen 8. (1); y ofrecen la particularidad deque cada una de las doce novelas que com-prenden va dedicada distinto sujeto, to-dos y cada uno caballeros de los principa-les de Valencia, donde la sazn resida elautor.

    Algunos, como D. Gaspar de Mercader,conde de Buol, D. Diego de Vich y donLuis Castell, tienen honrosa representa-cin en la historia de nuestras letras, comopoeta el ltimo, como erudito el segundo yel primero como autor dramtico y nove-lista en su Prado de Valencia.

    Tres de las novelas contenidas en las No-ches de place}', se reimprimieron en Zara-goza, por la Viuda de Pedro Verges, en1649, en un tomo en 8., titulado: Nove-las amorosas de los mejores ingenios de Es-paa, dirigidas D. Miguel de Zalv y Val-

    (1) Noches de \ plazer. \ En qve contiene doze Nouelati,dirigidas diuersos | Ttulos, y Caalleros de | Valen-cia. | Por Don Alonso | de Castillo Solorqano. \ Ao(Escudo del impi'esor) 1681.

    \Con licencia. \ En Barce-

    lona, l'or Sebastian de Cormellas | al Cali. Ya su costa.Octavo, 218 hojas., signaturas AEe.Port.; v. en

    blanco ; ndice, Aprob:,Lic, Prl., Introd., Texto. Todosestos preliminares van reproducidos continuacin.

  • ADVERTENCIA

    gomera, seor de las Baronas de Jorba yVtlanant, Caballero del Orden de Santiago.Y nuevamente se reestamparon al ao si-guiente (1650) en Barcelona, tambin en 8.

    y con una segunda dedicatoria D. Ray-mundo de Salva (1).Comprende esta coleccin las cuatro no-

    velas de Lope de Vega, tituladas: Las for-tunas de Diana, La desdicha por la honra,La ms prudente venganza y Guzmn l Bra-co, impresas todas ellas con mucha anterio-ridad, y estas otras que da sin nombre deautor: Las dos venturas sin pensar, El pro-nstico cumplido, La quinta de Laura y Elceloso hasta morir.

    Tampoco supo quin pertenecan el co-lector del tomo VIH de las Obras sueltasde Lope de Vega (impreso en Madrid en1777), al incluirlas con las cuatro indubita-

    (1) Ncelas | amorosa* de | los meiores inienios deesparta. | Dirigidas | a Don Raymundo de Salva y deCar | dona, Seor de las Baronas de Salud, Bisbal yOrtigues, en la Veguero de Villa Franca \ de Panads.(Escudo de armas). Con licencia. En Barcelona en laemprenta administrada por \ Thomas Vassiana, aoMDCL. 8., 4 hojas prels. y 371 pginas. Dedicatoria;aprob. de Fr. Antonio Ferrer | mnimo: 8 de Febrero

    50; Texto.

  • ADVERTENCIA

    das del Fnix de los ingenios, si bien com-prendi que por la diversidad de estilo, in-vencin y otras circunstancias que se ad-vierten entre las cuatro primeras y las de-ms, persuaden que sean de diversos auto-res. (Pg. vi.)Y efectivamente, como se ve ahora, las

    tituladas: Las dos dichas sin pensar, Elpronstico cumplido y El celoso hasta mo-rir

    ,

    pertenecen la coleccin que hoy re-imprimimos, y llevan los nmeros de orden1, 7 y 9; esta ltima con la ligera altera-cin en el ttulo, que es el de El celoso hastala muerte.

    La otra intitulada La quinta de Laura,es tambin de Castillo Solrzano, y se hallabajo la rbrica de La quinta de Diana, enel tomo del autor Tiempo del regocijo y Car-nestolendas de Madrid, impreso en esta villaen 1627, como hemos manifestado en la bio-grafa de Castillo que precede la reimpre-sin de La nia de los embustes.

    Aclaradas ya estas dudas y confusiones,poco tenemos que decir acerca de las nove-las que siguen, que, en general, no nos pa-recen las mejores de Castillo, si bien algu-nas como La ingratitud y el castigo, /,

  • ADVERTENCIA

    fuerza castigada, El celoso hasta la muertey El premio de la virtud, sostienen digna-mente la competencia con otras muchas ybuenas del mismo autor.Las tituladas Las dos dichas sin pensar,

    La cautela sin efecto, Atrevimiento y ventu-ra, El pronstico cumplido y El honor re-cuperado, aparte de su grande inverosimi-litud, cosa en que no reparaban los lectoresdel siglo xvn, son ingeniosas y algunas,como la primeray la ltima, escritas con vi-goroso estilo y calor en la pintura de afectos.Afean estas novelas los descuidos de len-

    guaje y estilo, repeticiones innecesarias, gi-ros incorrectos, todo lo cual acusa una com-posicin muy precipitada de la obra, queparece haberse dado la imprenta sin nin-guna lima.Muchos de estos defectos corresponde-

    rn, sin embargo, la tipografa. Probable-mente, la obra se estamp estando ausenteCastillo, y as sali plagada de erratas ydesatinos . Algunos pasajes han quedadcompletamente ininteligibles, y, como esnatural, as los hemos dejado.Algo nos hemos ayudado de la reimpre-

    sin de 1649, para las tres novelas refer-

  • ADVERTENCIA

    das; si bien lo mismo sta que la de Bar-celona de 1650, no son mucho mejores quela primitiva; cosa que ya advirti (respectode aquellas) el editor de las Obras sueltas,de Lope, al decir:

    Estas impresiones de las Novelas hechasen Zaragoza y Barcelona, salieron afeadascon muchsimas erratas, que se han enmen-dado cuidadosamente pero sin alterar elsentido ni violentar las clusulas. Slo enla pgina 357, lnea 22 y siguientes de lanovela vn (El celoso hasta morir), se hizoalguna leve mutacin en un perodo que sinduda estaba corrompido, pues deca antes:Con esto levantaron una polvadera de ce-llos en el buen Santillana, tal que como donBeltrn pudo perderse en ella aunque nodiscurra mucho, pudo en este lugar alar-garse discurrir que l era defectuoso de talle, corto de ingenio y esposo de una per-fecta hermosura celebrada con razn en su lugar. Considerbase dueo de ella. Conesta imaginacin, etc. Lo dislocado de es-tas clusulas y la importunidad de introdu-cir la persona de D. Beltrn, de quien nose hace mencin en esta ni creo que en lasdems novelas, dio motivo la leve varia-

  • ADVERTENCIA

    cin que ahora se halla para que tuvieseperfecto sentido la oracin.

    Olvid el ilustrado colector de Lope, quela mencin de D. Beltrn, no es sino un gra-cioso recuerdo del romance antiguo y an-nimo (pgina 264, tomo I del Romancerode Duran, en la Bib. de AA. esp.), que co-mienza:

    Cuando de Francia partimoshicimos pleito homenaje,que el que en la guerra muriesedentro en Francia se enterrase.Y como los espaolesprosiguieron el alcance,con la mucha polvaredaperdimos Don Beltrane.

    Como solo cuatro de estas son de asuntoespaol, y aun en estas las referencias yalusiones histricas y de costumbres, soninsignificantes, no hemos credo necesarioanotarlas.

  • g.

  • NOCHES DEPLAZER

    EN QUE CONTIENEDoce Novelas, dirigidas diversos

    Ttulos y Caballeros de

    Valencia

    POR D. ALONSODE CASTILLO SOLRZANO

    AO (Hay un escudo) 1631

    CON LICENCIA

    Barcelona, Por Sebastin de Cormeras,

    al Cali. Y su costa.

  • LAS NOVELAS QUE CONTIENE ESTE LIBRO

    SON LAS SIGUIENTES

    1. Las dos dichas sin pensar.2. La cautela sin efeto.3. La ingratitud y el castigo.4. El inobediente.5. Atrevimiento y ventura.6. El bien hacer no se pierde.7. El pronstico cumplido.8. La fuerza castigada.9. El celoso hasta la muerte.

    10. El ingrato Federico.11.. El honor recuperado.12. El premio de la virtud.

  • CASTILT O SOLO:.

    APROBACINEstas Noches de 'placer, que contienen doce no-

    velas, por don Alonso de Castillo Solrzano, no tie-nen cosa por la cual se les deba negar la licenciapara ser impresas y publicadas, como las dems desemejante composicin, que han sido bien recibi-das por la invencin ingeniosa y el lenguaje ele-gante con que van adornadas, y nada desto lesfalta stas, que muestran bien ser hermanas delas que con aplauso han salido del mismo autor ycorrido sin tropiezo por las manos de varntos hasta aqu. Este es mi parecer. En Bar' 2 de Febrero de 1631.

    Frav Thomas Roca.

    Vista la relacin del Pare Mestre Rocalicencia pera que se impbrer 1691.

    'a Rey.

  • PRLOGOMallo que fu gran cordura la del primero es-critor, que trat con respeto los letores en susPrlogos, pues quien se le pretende captar la

    da, ms se le obliga con esto que con' del t v , y si sta usaron los antiguos

    rque los que escriban entonces eran per-iciana edad, y como pa-

    'tstros de enseanzas trataban as los mozos y menos experimentados que ellos.

  • CASTILLO SOLORZAHO

    esta operacin: sale luz y pnese en sus ma-nos de v. m., si no con nueva introduccin deotros que he escrito deste gnero, como variedadde novelas; esto pide este tiempo; quiera Diossea manjar su gusto y no ocasin de andar dmenos costa bien entalladas las damas con lobarato de los cartones. Ampare v. m. estas No-ches de placer, y si no se lo parecieren, cierreel libro y acomdese dormirlas hasta que sal-ga el sol y le den los buenos das.

    Vale.

  • INTRODUCCIN

    J9ARCEL0NA, insigne y antiqusima ciudad, Me-trpoli del Principado de Catalua, ilustre porsus suntuosos y ricos edificios, clebre por susnobles y claras familias, estimada por sus agu-dos y sutiles ingenios, y, finalmente, aplaudidade todo el orbe por sus hermosas y bizarras da-mas, era patria de don Gastn Centellas, caba-llero de lo ms noble della. Era viudo, y padrede las dos ms hermosas damas de la Europa, enparticular la mayor, llamada doa Laura, quepor ser tan en extremo perfecta, era llamada,por antonomasia, la Venus de Catalua.

    El segundo lugar daban doa Andrea, suhermana, en la hermosura, y el primero en lasgracias de cantar y danzar; en que sumamenteeran estas dos damas tan extremo queridas de supadre, que con haber enviudado en edad que pu-diera casar segunda vez, no lo quiso hacer porno dar madrastra sus hijas, sino vivir alegre

    y contento en su compaa, viendo que la juven-

  • tud de los caballeros de Barcelona deseaban elempleo destas damas, compitiendo en servirlaslo ms noble y rico desta ciudad.

    Llegse la ms celebrada y alegre noche detodo el ao, en que la segunda persona de laSantsima Trinidad, habiendo tomado carne hu-mana en las entraas de la Virgen pura, salidella como divino Sol universal, redencin nues-tra. Esta noche quiso el anciano don Gastn que

    deudos, con sus mujeres hijas,h sen colacin en su casa, y prevenido lo ne-cesario, con mucha puntualidad, juntos los con-vidados, as damas como caballeros, les fu ser-vida una suntuosa colacin de gustosas ensala-

    olorosos dulces y exquisitos gneros defrutas que pudo haber en aquel tiempo. Alzadaslas mesas se trat entre todos cmo se entreten-dran aquellas Pascuas gustosamente, y toman-do la mano para hablar la hermosa doa Laura,dijo:Con vuestra licencia me parece proponer el

    modo de vuestro divertimiento, sujeta la cen-sura y enmienda si no fuere tal la proposicin.Mi parecer es que estas cuatro noches de las

    s desta Pascua, con las de los das de

    y Reyes, se pasen desta manera. Que juntdos los que aqu nos hallamos, se sealen cadanoche caballero y dama para que en oporefiera cada uno una novela, maquiningenio, que deleite todo el auditorio,

  • DE PLACER

    y despus dellas se sazonen con msicas ybailes: con que ser bastante entretenimiento

    |cada noche, que yo espero sern de modomerezcan el ttulo de Noches de placer.

    A todos les pareci bien lo que la hermosadoa Laura propuso; y dispuestos seguir suorden, quedaron todos de concierto de acudir la

    siguiente, convidados por don Gastn, cenar como las dems noches. Con esto, oyendo

    maitines, se despidieron los unos de losotros, acudiendo oirles la iglesia con que msdevocin tenan.

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    Noch? primara.

    Ya haba el padre de la luz dado fin su coti-diano curso en el rtico polo, para comenzar eldel antartico, y la obscura noche tenda su, ne-gro manto sobre la tierra, cuando los caballerosy damas convidados por don Gastn Centellasacudieron su casa, donde fueron recibidos dely sus hermosas hijas, con mucho gusto fueronocupando una anchurosa sala colgada con ricospaos flamencos; los caballeros tomaron sillas, ylas damas almohadas en un dilatado estrado, yhabiendo don Gastn prevenido diestros msi-cos, cantaron cuatro voces, para dar prii la fiesta, estas canciones:

    Laura, cielo abreviado;del mismo dios de amor divino empleo;trmino del cuidado;objeto amable, gloria del deseo;beldad tan prodigiosa((iic es de la libertad crcel hermosa.Centro del pensamiento;

    poderosa deidad no resistida;

  • NOCHES DE IM 11

    hechizo el ms violento,

  • 13

    NOVELA PRIMERA

    Una obscura y tenebrosa noche del encogidoy erizado invierno amenazaba con dersos nubla-dos y furiosos vientos copiosas plumas, cuandoen las faldas de Jas montaas de Jaca, dondees menos spera y fragosa la tierra, pues en ellahallaban pasto entre sus carrascas y malezas,ligeras y trepadoras cabras de gruesos rebaosque all haba, aumentaban la confusin entrelas obscuras sombras ladridos de perros, vigi-lantes guardas de aquellos ganados, substitu-yendo entonces las de sus pastores, pues en en-cerrados apriscos cercanos bien reparadas cho-zas les tenan reparndose de la inclemencia de

    ,-uas que prometa el lbrego son de latempestuosa noche. Dilatado tesn en su inquie-to ladrar tenan los valientes animales, congre-

    ipera de aquel distrito,tanto que obligaron que sus dueos dejasensus alberga la ferocidad de losvoraces lobos (que en aquellas montaas haba)no hubiesen hecho algn notable dao en susrebaos, y as, tomando encendidas teas (rsti-

  • 11 CASTILLO SOLRZANO

    cas antorchas del campo), salieron averiguarla inquieta confusin de sus perros de qu proce-da. Reconocieron solcitos aquellos contornos, yen un sitio cosa de dos tiros de ballesta de unasenda que se juntaba media legua de all con elcamino real que iba la ciudad de Jaca, quecercaban altas encinas, descubrieron con las lu-ces la causa del referido alboroto, hallando ten-dida en tierra una hermosa mujer sin sentido al-guno, procedido esto de una heridas que recono-cieron tener en el pecho, de las cuales le habasalido gran copia de sangre, de que tena cu-bierto el suelo. Lleg, pues, aquella rstica gen-te ver si tena vida, y con el rumor de su lle-gada volvi en su acuerdo, con que se alegraronmucho; procuraron animarla para poderla llevar su rancho; mas era tanta su flaqueza, que nose atrevieron moverla por ser trecho largo ytemer no se les desmayase en el camino otra vez.Ella, ms en s, viendo lo que queran hacer, sinhablarles palabra (por no dar esto lugar sugrande flaqueza), les seal con el ndice ciertaparte un lado de donde estaba, y acudiendoall, hallaron un cofrecillo de bano y marfil quealzaron del suelo, siendo el peso del mayor quesu pequenez prometa; con l volvieron la pre-sencia de la hermosa dama, y con otra sea comola que antes les haba hecho, les seal que fue-sen hacia el otro lado. Obedecironla, y trechode poco menos que treinta pasos, sintieron rumor

  • NOCHES DE PLACER 15

    entre las ramas, con que se alborotaron los pas-

    tores; mas las luces que llevaban les aseguraron

    del susto, descubriendo que quienes causabanaquel rumor eran dos rocines que estaban ata-

    dos dos robustas encinas; cerca del uno halla-

    ron un joven de poca edad, bien vestido, muerto,en el suelo y baado todo en su misma sangre.Tena en la ltima herida que le haban dado me-tido un cuchillo, con que se haba hecho aquelcruel sacrificio; cerca del estaban tendidos unos

    manteles y viandas como que haban merendado.Pusieron el cuerpo sobre un rocn de los dos, ycon l volvieron donde estaba la dama; y pro-bando querer ponerla en el otro rocn, no fuposible tener nimo para ir en l, con que fufuerza sacar cuchillos de monte y cortar unospalos, con que hicieron brevemente un artificiosomodo como andas en que pusieron la herida; yas, en hombros de cuatro cabreros, fu llevada la mejor choza que tenan, adonde uno de lospastores (el ms anciano) con unas yerbas quele aplic las heridas la pudo restaar la sangre-brevemente; con esto, y ligrselas abrigndola,se entretuvo hasta que la maana trataron dellevarla de all.Eran estos cabreros criados de una seora due-

    a de una granja que estaba cerca de all, adon-de acudan dos veces cada semana por la pro-visin de su comida; y all ( gobernar esta ha-cienda), en ciertos tiempos del ao, se vena de

  • Ib' CASTILLO SOI

    la ciudad asistir en esta granja. Acudieron darle aviso de lo que haba sucedido aquellanoche; compadecise la piadosa seora destadesdicha, y mand se pusiese luego un carro delos de su labranza, entoldado, en que fuese tra-da la dama ser curada su casa; con l partiun criado suyo que serva en este ministerio. Lle-gando, pues, la falda de la montaa, hall quehasta ella haban bajado con la herida los pia-dosos cabreros, en la misma forma que la nocheantes fu llevada de donde la hallaron hasta suchoza; pusironla en el carro, y queriendo, junta-mente con ella, llevar el cuerpo de aquel malo-grado joven, la dama no se lo consinti, y asfu llevado en uno de los rocines hasta la granja,para darle, en llegando, sepultura en una ermi-ta que cerca della estaba, donde se deca misatodos los das de precepto la gente que allasista.

    Llegados que fueron la granja sali reci-birlos doa Dororea, que as se llamaba su seo-ra, la cual, viendo la herida, no pudo de c y y

  • 110 CASTILLO SOLRZANO

    NOVELA TERCERA

    Genova, nobilsima repblica en nuestra Eu-ropa, quien patrocina el poderoso y catlicorey de las Espaas, opulenta de riquezas porlos gruesos tratos de sus caudalosos hijos; madrede ilustres y nobles caballeros, cuyos honrososapellidos (en particular los de sealadas fami-lias) son estimados en Espaa, Francia, Italia,

    y los ms reinos del orbe; esta ciudad, pues,era patria de Sinibaldo, antiguo caballero deella, cuyas partes de prudencia, nobleza y.afa-bilidad le daban la primera estimacin en aque-lla Repblica, de quien era siempre gobernada.Tena el anciano caballero un hijo de edad deveinte aos, su nombre Octavio; perfecto en lasgracias naturales y consumado en las adquiri-das, al fin como instruido con la educacin de talpadre.

    Era el gallardo caballero la bizarra de aque-lla ciudad, la flor de la juventud della, y conla cuantiosa hacienda que tena, el que ms lu-cidamente se portaba. Su afabilidad y francacondicin le hizo dueo de las voluntades de to-

  • NOCHES DE PLACER 111

    dos; querido de sus amigos y mirado bien de lasdamas, si bien (aunque mozo) no haba dado pa-rias al nio amor en algn amoroso empleo, ocu-pndose en hacer mal caballos, en seguir lacaza, imagen de la guerra, y en los ensayos im-portantes al blico ejercicio, como eran jugar lasarmas, tornear y correr lanzas. En los ratos quedescansaba desta gil ocupaci, se daba lalectura de libros escritos en varias lenguas, que

    por haber tenido desde su pueril edad eruditomaestro que le doctrin, lleg saber la latina,

    espaola, toscana, francesa y alemana con gran-de perfeccin. Aborreca sumamente, no slo lainquieta ocupacin de los juegos ilcitos, peroan la que divierte con los honestos, y conocien-do sus continuos profesores, hua de su amistad,viendo cuan pernicioso vicio sea este en las re-

    pblicas, pues no slo es polilla de las hacien-

    das, pero causa de mayores daos, pues de la

    necesidad proceden los que disminuyen las fa-mas y aniquilan las reputaciones.

    Prevena la nobleza de Genova una grandefiesta para el da que la Iglesia celebra del ma-

    yor Santo entre los nacidos (la del Precursor

    Bautista) y habase concertado una justa realentre los caballeros mozos de aquella ciudad, ycon la emulacin de riquezas, solicitaron empre-sas, maquinaron invenciones y sacaron galas,para ganar cada uno ms la voluntad de sudama y los aplausos del pueblo. Para ostentar

  • 112 CASTILLO SOLRZANO

    sus personas en el sealado da, con ms destre-za en este blico ejercicio, se hacan algunos en-sayos, en que el generoso Octavio mostraba conmayor gallarda la pujanza de su brazo y la fir-meza de gentil bridn.Un da de los que acuda este militar ejerci-

    cio, acabado el ensayo del, se lleg Octavio unhombre conocido, no slo en aquella ciudad (dedonde era natural), pero en Roma y toda Italiapor el ms insigne artfice que profesa el arte dela pintura; ste le dijo que si se serva de tenerpaciencia por dos horas le suplicaba se dejaseretratar su rostro en un bien imprimado lienzo,por sus diestros y valientes pinceles. Novedadse le hizo Octavio que en aquella ocasin sele pidiese aquello, y quiso saber qu era la cau-sa que le obligaba hacerle aquella splica contantas sumisiones, y as se la pregunt, y lo msque pudo [saber del diestro pintor fu que poruna dama le era mandado hacer aquella copia,encargando del cuidado de que saliese muy pa-recida al original. Inquiri su nombre Octavio,deseoso de saber quin le haca aquel favor,pero no fu posible acabar con el pintor que selo dijese, asegurndole con grandes juramentosque con los mismos haba prometido guardar deaquello secreto.

    Dile un poco de cuidado Octavio y mayordeseo de saber con certeza quin le era tan afi-cionada que estimase tener retrato suyo en su

  • NOCHES DE PLACER 113

    poder, y variando el pensamiento de unas enotras damas de las que l comunicaba, no po-da pensar quin con afecto le hubiese favo-recido de suerte que pasase de la inclinacin esta fineza. Hizo de nuevo varias preguntas alpintor, mas hallle tan cauto y tan cerrado en

    no descubrirle la dama, que no quiso cansar msla imaginacin en lo que porfiaba saber, sino de-jarse retratar en la forma que el maestro e pe-da, que era como sali del ensayo de la justa.Sentse, pues, en una silla y mezclando el art-fice los colores su propsito, aprendiendo bienen su cierta idea las facciones de Octavio, co-menz su obra con grande cuidado, lucindoseleel que en ella puso, pues sali la copia tan pare-cida con el original, que slo se diferenciaba dela vista el carecer de vital aliento para no juz-garla por viva. Pagse mucho Octavio de laobra y pidile al maestro le sacase de aquel tra-sunto otro para tenerle en su galera, dicindoleque ms se holgara que le pagara con otro de Jadama que el que le haba de dar.Algn da (dijo el pintor) os servir en lo

    que me mandis, que principios muestra en suinclinacin, que facilitar el creer que vendris conseguir eso.

    Con esto se despidi de Octavio, dejndoleofuscado en varios pensamientos, sin dar aciertofijo en ninguno, por ser sujeto muy remoto deaquellos de quien presuma.

    NOCHES DE PLACER 8

  • 114 CASTILLO SOLR.ZANO

    Lleg el da de la fiesta, donde los caballerosde Genova se esperaban un solemne regocijo, yesa maana lleg casa de Octavio el pintorpreguntando por l; estaba el galn caballero ha-ciendo prevencin en su recmara de lo necesa-rio para aquella tarde, y avisndole la venidadel pintor, le mand entrar adonde estaba y des-pejar sus criados aquella pieza. Recibi Octa-vio al diestro artfice con mucho gusto, y pre-guntndole qu se le ofreca, le dijo estas ra-zones:

    Quin duda, Sr. Octavio, que desde que nome veis habris tenido mil imaginaciones sobrela copia que saqu de vuestro original, deseandosaber con certeza el dueo que ahora la posee conmucha estimacin suya, y que ahora con mi ve-nida besaros la mano, habris pensado quetraigo orden suya para descubriros quin sea?Yo me holgara poder serviros en esto, si con ma-yores fuerzas no hubiera revalidado los juramen-tos que he hecho sobre esto, as para guardarel silencio en lo pasado, como para prevenir lomismo en lo que os pienso decir. Aquella damaposeedora de vuestro retrato, me manda que ospregunte si de alguna que servs sacis algnfavor en esta fiesta, como penacho, banda, tone-letes otra cosa que en tales regocijos suelenlos caballeros mozos llevar, que lo desea muehosaber.

    Respondiendo lo primero (dijo Octavio)

  • NOCHES DE PLACER 115

    iguro que me ha puesto en cuidado de saberquin tenga mi retrato, y no puedo fijamentepresumir quin le posea, por no haber puesto losojos hasta ahora en dama que con particularidadalguna la sirva; aloque me preguntis ahora,puedo responder que digis esa seora que conlo primero que os he dicho le respondo lo se-gundlo siendo tan dichoso que me hayan fa-vorecido, para salir con ms gusto en esta justa,que esto la puedo asegurar con certeza.Pues segn eso (dijo el pintor), bien puedo

    proseguir con mi embajada, dicindoos que sigustis de llevar en su nombre un penacho desus colores y una banda verde, os lo traer luego;que se ha hecho en vuestro nombre.Hallme tan obligado (dijo Octavio) con tan

    impensados favores, que no s con qu palabrasexagerroslo, y as diris esa dama que besosus manos mil veces, y que con mucho gusto sal-dr adornado y favorecido con sus prendas, pro-metindola de mudar por ellas los colores de mislibreas, y de nuevo sacar las suy&s, porque con-formen con el penacho y banda.Para que con ms gusto lo hagis (dijo el

    pintor), slo me es permitido deciros que estadama os iguala en calidad, y que pocas la igua-lan en hermosura en Genova.Pues por qu causa (dijo Octavio), quien

    tantas partes tiene, recata que yo sepa quin es?Que si me iguala, como afirmis, lcito es que yo

  • 116 CASTILLO SOLORZAN'0

    la sirva con el fin que lo hacen pblicamentemuchos caballeros de mi edad con otras damas.Causa debe de haber (dijo el pintor), que

    por ahora no permite que yo diga su nombre;no me preguntis ms en esto, sino dadme licen-cia para que vaya por el penacho y banda.

    Disela Octavio y fuese el pintor, dejndolecomo caballero engolfado entre dudas y confu-siones, discurriendo en esto, por varios sujetos;y en lo que con ms certeza se afirmaba, era enpensar que esta dama fuese descendiente de al-guna casa de las principales de Genova , encon-trada con la suya, que pocos aos antes huboparcialidades entre los nobles , sobre competen-cia del gobierno de aquella Repblica, y de ellasresult el quedar con opuestos bandos que an(hechas las amistades) duraban. No pudo dudarOctavio en qu sera esta dama del bando con-trario; y aunque pudiera esto quitarle el deseode saber quin fuese, antes se le acrecent, puessaba que en las casas opuestas la suya habatanta calidad y riqueza que igualaba la que ltena, y consider que le pudiera estar bien elfomentar este empleo (siendo el sujeta de sugusto) para quietar las enconadas familias conamigables paces.En esto discurra, cuando Alejandro (que as

    se llamaba el pintor) volvi acompaado de uncriado suyo, que traa una caja en la cual venael penacho y banda, que sacado en la presencia

  • NOCHES DE PLACER 117

    de O tavio, vio ser el ms curioso y rico quehubiese visto; era de plumas blancas y verdes; labanda era verde, bordada de memorias y cora-zones de plata: stas de iguales y finas perlas,y aqullos de costosos y encendidos rubes. Es-tim Octavio (como era justo) los dos favores, ypara dar las gracias quien se lo haba enviado,quiso remitirlo la pluma, rogando Alejandroesperase que slo escribiese un papel que lleva-se aquella dama, en agradecimiento de las mer-

    que de su mano reciba. Entretvose elen mirar las valientes pinturas y curio-

    sidades que en el cuarto de Octavio haba, entanto qie escribi la no conocida dama estepapel:

    cDudoso amante y agradecido, tomo la plumapara escribiros: dudoso (como de harta venturay pocas ] pensar quesea yo quiense dirigen vuestros favores, y en conocer quinsea el sujeto que gusta de emplearlos tan mal.Amante disponiendo la voluntad inclinada amar cuando merezca saber quin ha de ser suobjeto, y agradecido estimando vuestras prendasen lo que est justo que las estime. Quien sinhaberos servido se halla favorecido y honradocon ellas, para que la proposicin que ahora hagode serviros, surta efeto, os suplico merezca sabera quin debo estas obligaciones, para que salgade dudas; mi amor se emplee y el agradecimiento

    zar bien que no he me-

  • 118 CASTILLO SOLRZANO

    recido, con que me aseguro llevar precio en lajusta que habris de serviros de recibir en minombre. El cielo os guarde.

    Otavio.

    Cerr el papel, y dndoselo Alejandro se lellev la dama. En tanto Octavio, disponindose parecer fino galn los ojos de su incgnitadama, quiso mudar los colores que tena pre-

    venidos para llevar al regocijo, y en el pocotiempo que haba desde por la maana que fufavorecido hasta las tres horas de la tarde, jun-tando oficiales hizo las libreas necesarias parapadrinos y lacayos, de verde y plata. La inven-cin tambin mud; y en lugar de la que habamaquinado llev en un carro al Dios de amor,vendado con su arco y saetas, como le pintaronlos antiguos, por peana de sus pies llevaba unlince, animal muy perspicaz en la vista, estomismo sac en la tarjeta pintado y debajo estaletra:

    Ms fino que el perspicazhoy se promete despojosteniendo en la fe los ojos.

    Lleg el trmino sealado para comenzar lafiesta, esperada de tanta nobleza y hermosuraen lo ms lucido de caballeros y damas de Ge-nova, que ya aguardaban en sus asientos. La en-trada del mantenedor, presto les cumpli susdeseos; que as l como los gallardos aventureros,hicieron sus lucidas entradas, y entre ellas la de

  • NOCHES DE TLACER 1 19

    nuestro bizarrsimo Octavio, que con los nuevos

    colores de libreas invencin dio sumo gusto los circunstantes y no pocas sospechas muchasdamas, que curiosamente haban sabido las galasque tena prevenidas antes, y ahora le veancon otras, por donde colegan que tena nuevocuidado, y all estaba la causa desta novedadmuy contenta de ver la fineza de su querido galn,en la presteza conque haba mudado de colores,llevado de la obligacin y cuidado en que con susfavores se puso.

    Comenzse la fiesta y en ella gan Octavio elprimer precio del mantenedor. Estaba el puebloesperando qu dama se le ofrecera, cuando elairoso caballero, habindole recibido de los jueces,hizo traer un cofrecillo de plata guarnecido conricas y preciosas piedras, adonde deposit vista de todos una firmeza de diamantes (queeste era el precio que haba ganado) y mand sele llevasen casa. Con esta novedad dio motivo varios juicios, que comenzaron hacer dis-cursos sobre quin sera la dama, para quien elprecio se guardaba, mas ninguno acert con loque era; slo convenan todos en que no existaen aquella fiesta, pues el precio se le guardaba.Prosiguindose el blico regocijo, vino Octavio llevarse otro precio juntando segunda vez, y elltimo que se le dio por ms galn, que era unade las condiciones del cartel-, estos los dio dosdamas parientas suyas, con grande acompaa-

  • 120 CASTILLO SOLRZANO

    miento de padrinos, que se les llevaron susventanas, de donde van la fiesta. Acabse antesde la noche la fiesta dejando la destreza y galade Octavio muchos aficionados y envidiosos, y las damas con cuidado de saber su empleo, pol-lo que haban visto.

    El da siguiente, estando Octavio en la camaalgo ms tarde que acostumbraba, le entr unpaje decir que le quera hablar Alejandro.Nueva fu sta que le dio mucho gusto al ga-llardo caballero. Mandle entrar y despus dehaberle hecho tomar asiento, hallndose con l solas, le pregunt qu se le ofreca.Qu puedo quereros (oh noble Octavio! dijo

    Alejandro) despus de venir saber cmo [os ha-llis?] de la justa (en que tan gallardo anduvis-teis) sino traeros un recaudo de aquella dama, quien dejo cuidadosa por saber cmo habis pa-sado la noche con el cansancio de las armas';papel acabo de recibir de sus hermosas manos, enrespuesta del vuestro; leedle, y si hay algo queresponder l, vedlo en tanto que yo me diviertocon mirar las pinturas de vuestra galera, quecomo originales de tan famosos artfices, tengomucho ms que admirar cada da que las que veo.Levantse con esto Alejandro de su asiento,

    y dio lugar que Octavio, r-

  • NOCHES DE PLACER 121

    (dndoles realce con el nuevo gasto que os hanntado) con las esperiencias que tengo de

    cuan bien correspondis con vuestra ilustre ygenerosa sangre. En reconocimiento de agrade-cida quisiera poder manifestaros quin sea, yaque con las dos prendas que tenis mas os hicedemostracin de la voluntad que os tengo; maspor ahora no me es permitido que lo sepis, sibien no os escuso de que por Alejandro os sir-

    o avisarme, si habis descansado de la pa-sada fiesta, en que tantos aplausos merecistes,dejndome, los de los caballeros con gusto, ylos de las damas con regalo; esto me aumentavuestro retrato, manifestndome las gracias na-turales que os ha dado el cielo, y la fama lasadquiridas, que tanto celebra esta ciudad. Per-mitid que conocindolas yo, no anticipis otrosujeto al mo, en vuestra voluntad, que os ase-guro que ninguno me aventaja en la estimacinque de vos hago, y para que no os desconfe mirecato, os prometo dejarme ver muy presto, puesaunque de ser quien soy, no dispone fcil vista,el amor alienta que con ms brevedad nosveamos. El cielo os guarde.

    Quien ms os estima.Gustoso dej Octavio el papel de la encu-

    bierta dama, y alborozado con las ltimas razo-nes, en que le prometa verse presto con l, contantas muestras de aficin. Leyle otras dos ve-

    isponiendo el amor ms la voluntad para la

  • 122 CASTILLO SOLRZANO

    vista, pues ya del entendimiento de la dama te-na dadas muestras para ser querida, y de susddivas seguridad de su amor; pidi luego reca-do de escribir, y en breves razones le escribieste papel:

    No es necesaria prevencin de prisiones an-tes de vuestra vista, estando segura que podisprometeros mayores rendimientos que el mo,pues rendirme ser corta hazaa de vuestrosojos, y harn poco ms que tiene hecho vuestroentendimiento. El juzgaros presente la fiestame esforz sacar de ella los premios que vistes:el primero guard en vuestro nombre delante detantos ojos; va ahora los vuestros con no pocaenvidia ma, de que le favorezcan primero que m: como l os prometo ser firme, estndolo en laesperanza, hasta que alegren -mis ojos la pose-sin que les ofrecis para su mayor recreo. Elcielo os guarde.

    Vuestro esclavo, Octavio.*

    Cerr el papel, y llamando Alejandro se ledio, y con l el cofrecillo en que iba el precioque haba ganado en la justa, y por el trabajodio al portador del una cadena de doscientos es-cudos de peso; dejndole con ella tan obligadocuanto pesaroso de no poder revelarle el secretode quin fuese la dama. Presto se vio en su pre-sencia quien dio el papel y ofreci en nombrede Octavio el cofrecillo con la joya que haba ga-nado por precio de la justa. Estimla en mucho la

  • NOCHES DE PLACER 123

    dama, como venida de las manos de quien tantoamaba. Mostrla Alejandro la cadena que le ha-ba dado, encarecindole las partes de Octavio yaprobando cuan justamente haba puesto suamor en tan perfecto caballero. Ley el papel ladama, y con sus enamoradas razones y lo quehaba oido Alejandro, se dispuso favorecer su galn con su vista.

    Tena una seora amiga suya un jardn demucha recreacin, y pidindole la llave de lacasa del para cierto da, fuese aquella tarde l,

    y antes haba trazado que Alejandro sacase Octavio al campo hacia aquella parte, con fin dedecirle quin era la dama y guiarle adonde es-taba. Hzolo as el solcito tercero, saliendo Octa-vio en su carroza con grande alborozo por saberlo que tanto haba deseado. Iban los dos solos,habindole prometido Alejandro descubrirle elsecreto, en estando en el campo. Entretenidos,pues, en varias plticas llegaron al jardn altiempo que el luciente planeta doraba los lmi-tes del Occidente con sus hermosos rayos, y ha-llaron abierta la puerta. Alejandro dijo Octavio:

    ni podemos (si sois servido) entrar, queen algn cenador deste ameno jardn os dir(gozando juntamente del fresco) lo que tanto de-seis saber.Sea as (dijo Octavio).Entrronse en el jardn, gozando de la arneni-

  • 124 CASTILLO SOLRZANO

    dad de sus calles, de la compostura de sus cua-dros, de la frescura de sus artificiosas fuentes;sin haber tratado de nada. Haba el da llegado su ltimo trmino, sustituyendo por su luz lalimitada que daban las estrellas, prestada delDeifico planeta. En esto llegaron la casa deljardn, donde en un mirador della algo bajo, quecaa sobre un enredoso laberinto, vieron estardos damas, cubiertos los rostros con unos cenda-les de gasa verde, de suerte que podan ver porellos sin ser vistas.

    Aqu (dijo Alejandro) seor Octavio, ha-ciendo ms de lo que os promet, os pongo enpresencia de la dama que deseis conocer;yo he cumplido con mi palabra*, si vuestra per-suasin fuese tan eficaz como grande ha sidovuestro deseo de verla, con ella podis acabarque se os descubra, y en tanto que lo consegus,me aparto, con vuestra licencia, hablar con laque la acompaa.

    Hzolo as dando lugar que Octavio (vindo-se solas con la dama) le dijese estas razones:Muy agradecido debo estar Alejandro (se-

    ora ma) por haberme trado vuestra presen-cia, cosa tan deseada de m, y ha andado muycorto (sabiendo estos deseos) en no pedirme muybuenas albricias, por este bien que me presenta la vista, si bien con la pensin del embozo queme priva de gozarle del todo. Permitid no agra-vie vuestra hermosura, pues avariento me la

  • [ES DE PLACER 125

    oculta, cuando mis afectos han merecido gozarla patente, y esta merced (que es la mayor)acreciente el nmero de las muchas que me ha-bis hecho sin merecerlas.Seor Octavio (dijo la dama) vos seis muy

    bien venido. El traeros aqu Alejandro, ha sidocon orden ma, porque no me acusis de descor-ts, cuando con tanto afecto me peds que osvea, ya lo hago aunque detrs deste velo, por noestar cierta si gustis no de conocerme; y as,dar las albricias por lo que despus os ha do pe-sar, no lo tengo por cordura: quiz por eso no oslas ha pedido Alejandro. Yo gustara de hacer loque me peds, mas por ahora no lo permitiris,que slo sois llamado para daros las gracias delprecio que me guardastes en la justa, y de quedejadas vuestras colojes quisisedes celebrar lasmas en vuestra librea. Yo vi la fiesta y noquisiera ser tan de vuestra parte, que con la pa-sin os juzgase ventajoso en todo cuantos enella se hallaron: mas repito en decir (muy gus-tosa) lo que han dicho cuantos gustaron de ve-ros, con tanta destreza y bizarra aquella tarde.El deseo con que iba parecer bien vues-

    tros ojos (dijo Octavio) me hizo salir gananciosode los tres precios; que por otra causa muy cier-to pudiera estar que no llevara ninguno, y el ma-yor que no puedo estimar, es el favor que me ha-bis ponderado (ms con el esfuerzo de vuestraparte) lo que hice, que mi propio valor merece,

  • 126 CASTILLO SOLRZANO

    por l os beso las manos, y vuelvo repetir laprimera splica de que os decubris, asegurn-doos que en no hacerlo, me tenis en una confu-sin que se me convierte en pena, sin aliviarmems que la esperanza que tengo de que me ha-bis de favorecer.Ya os digo (dijo la dama) que inclinacin

    ma me ha hecho hacer lo que sabis, y duda desi la vuestra (descubrindome) ha de ser la queme habis prometido en vuestros papeles, en mifavor me tiene temerosa en hacer lo que me ro-gis. De nuevo os vuelvo decir que si me des-cubro, aguardo una novedad en vos, y aventuroser contra m: dejarlo por ahora, que m meest bien el hablaros as, y vos no se cmo osestar.

    Crecan los deseos de Octavio por ver el ros-tro de la dama, al paso que ella se rehusaba elhacerlo, y por no dar lugar ms dilaciones ledijo.Tan poco obligado os parece que me tenis,

    que dudis que yo no estime el conoceros? Puesyo os aseguro, con palabra de caballero, que ser vos descendiente de la familia ms contraria la de mi padre, no disminuyera un punto elamor que os tengo; antes, la dificultad que hubie-ra en eso, fuera estmulo para quereros con msveras: esto os digo por que vuestro recato ha en-jendrado en m esta sospecha.Cierta ha sido (dijo la dama); mas fiada en lo

  • NOCHES DE PLACER 127

    que me aseguris, no quiero dilataros la suspen-sin, sino que cese con los principios del arre-pentimiento que juzgo tendris de haberme co-nocido.

    Con esto se quit el embozo y conoci Octa-vio ser la dama la hermosa Casandra, descen-diente de una de las familias ms principales deGenova, y la ms opuesta a la antigua casa de supadre. Era la dama bizarra, de superior hermosu-ra y asimismo muy rica, sujeto digno de quecualquiera prncipe de Italia se honrara de tener-la por esposa. Por muerte de sus padres, estabaesta seora en casa del anciano Julio, su to, elmayor enemigo que Sinibaldo, el padre de Octa-vio, tenaen Genova; por lo cualse recatabatantode ser vista de nuestro bizarro caballero. Sus-penso estuvo un poco con su vista Octavio, nojuzgando digno de tan grande empleo, ms porsu desconfianza discreta que por su sangre no-ble, y en medio desta suspensin le dijo Ca-sandra:Ya, seor Octavio, experimento mis temo-

    res, cesan mis dudas y comienzan mis penas,pues de vuestra suspensin infiero que, por serde la familia contraria la vuestra, seris pocoafeto; si es as, vuestro desengao luego me ser(aunque penoso) medicina, excusa de mayor em-peo; ya os pagis de la confusin que tuvistescon la que ya de veros tengo: la brevedad en res-ponderme ser aqu acto de piedad.

  • 128 CASTILLO SOLRZANO

    La suspensin que habis acusado en m(dijo Octavio), aunque me culpe de grosero paracon vos, como yo s mejor de dnde provino, osdigo que naci de verme con tan impensada di-cha, y como cosa ajena de mi poca suerte me te-na absorto el gusto y loco el contento. Dicho-so mil veces sea el da en que Alejandro me diovuestro primero recaudo, pues del ha resultadoel bien que gozo! Poco hago en cumplir la pala-bra que di de quereros y amaros, aunque seisdel contrario bando de mi padre, si esa hermo-sura ha hecho tanta batera en m, que confesn-dome vuestro desde hoy, me opondr las ma-yores contradiciones que me puedan hacer cuan-tos intentaren estorbarme que yo sea vuestro:esto os aseguro con fe y palabra de esposo, sivuestro gusto es que yo merezca tal ttulo.

    Contentsima dej la hermosa Casandra loque oy al enamorado Octavio, y segura de lasdudas con que estaba, le dijo:Yo me doy por pagada de mi voluntad, dis-

    creto Octavio, con lo que os oigo: pero para quela proposicin que hacis, sea con los requisitosque pide cosa que ha de durar para siempre, yque en sus principios ha de tener contradiccin,quiero que lo miris bien primero, y en otra oca-sin que nos veamos (si os estuviese bien) sea loquegustredes.No ha de pasar desta (dijo Octavio) pi

    quien tiene el bien presente y le deja ir, le

  • NOCHES DE PLACER 129

    falta su conocimiento fa mucho de su fortuna;yo la temo, y para vivir seguro y gustoso, os su-plico me favorezcis con vuestra mano.Llam luego Alejandro y la dama que le

    acompaaba, que era criada de Casandra, y dio-les en breves razones cuenta de lo que haba pa-sado, y con gusto de Casandra, se dieron las ma-nos delante de aquellos testigos.Hdasele tarde Casandra para dar la vuelta

    casa de su to, y as no dilat la estada enaquel jardn, aunque con sentimiento suyo y deOctavio, que estaba ya del todo enamorado della.Abrazronse los dos amantes, prometiendo Ca-sandra buscar lugar para verse, y con esto sepuso en su carroza, partiendo su casa; lo mismohizo Octavio en la suya, dando muchos abrazos Alejandro por el bien que por su causa le habavenido, gratificndomelo en llegando su casa,con joyas y vestidos que le dio.

    Continuaron los dos amantes el escribirse al-gunos das, por la orden de Alejandro, y supoOctavio de Casandra que su to parta el da si-guiente Saona, donde haba de estar ocho dasen un negocio de importancia. Esta nueva fu desuma alegra para el enamorado caballero; en larespuesta deste papel en que le daba el aviso, lasuplic Casandra le favoreciese en darle en-trada en su casa. Fcilmente lo alcanz della,por estar tan enamorada de Octavio, y as la pri-mera noche que Julio, su to de la dama, se ausen-

    NOCHES DE PLACER 9

  • 130 CASTILLO SOLRZANO

    t, Octavio se vio con ella, donde con afectuososruegos alcanz el premio de sus deseos, debajode la palabra de esposo que en el jardn le habadado y que revalid all, acudi con esto todas lasnoches que el anciano Julio estuvo ausente enSaona. Volvi de su jornada, y con su venidacarecieron de verse los dos amantes con muchosentimiento suyo. Haban dispuesto el buscarmedios para que Sinibaldo y Julio supiesen suempleo; mas las personas quien se dio cuentapara tratar desto, visto que las voluntades de

    los dos ancianos caballeros eran tan opuestas, no

    se atrevieron emprenderlo, con que los dosamantes lo sentan sumamente.Viendo el anciano Sinibaldo algo inquieto su

    hijo, porque (fuera de su costumbre) sala todaslas noches y volva deshora, sospech que al-gn amoroso empleo le traa as. Esta sospechase le acrecent con la continuacin que vea ir Alejandro su casa, dando en lo cierto de quevena verle con algn fin ms de lo que le to*caba por el arte de la pintura; y as, un da queOctavio estaba en la cama, y Alejandro con l solas, entrse en un retrete que caa detrs de lapieza donde dorma Octavio, de donde, sin servisto, pudo oir de lo que trataban, lo que bastpara entender el empleo de Octavio, recibiendodello notable pena, juzgando de la pltica estarsu hijo empeado del todo en aquellos amores.Aguard que Alejandro se fuese y entr por la

  • NOCHES DE PLACER 131

    puerta principal donde estaba su hijo, quien lehizo novedad verle en aquella hora en su cuarto,por juzgarle en la iglesia oyendo misa, que loacostumbraba siempre hasta la ltima que se de-oa. Tom Sinibaldo una silla cerca de la cama,y con grave 7 severo semblante, dijo Octavioestas razones:

    Octavio: la inquietud con que os he visto,cosa fuera de vuestra costumbre, en salir de casade noche, estar menos en ella que solades de da,

    y juntamente la frecuencia deste pintor en vues-tro cuarto, me han hecho algo curioso, hasta lle-gar hacer lo que hoy he hecho, que ha sido oirmucha parte de la pltica que con l habis teni-do, de la cual he sabido ms de lo que quisiera;pues s cuan empeado estis en el amor de Ca-sandra, sobrina de Julio, el mayor enemigo quetengo. En su opinin, gracias y nobleza, no hayobjeto que ponerla, pues todo es tal que os igua-la, y tuvirades muy gran suerte en alcanzarlapor esposa; mas el ser hija de Camilo y sobrinade quien ya conocis, es grande inconvenientepara conseguir vuestro gusto, y conociendo envos que le tenis en servirla, vengo mandarosque desistis del por muchas causas que lo con-tradicen. Bien es notoria la competencia de ban-dos que ha tenido nuestra casa con las de Camiloy Julio, y que de leves causas procedieron pesa-das cuestiones que se les pudieran dar nombrede guerras civiles, con que los valedores de una

  • 132.

    CASTILLO SOLRZANO

    y otra familia dividieron parcialidades, hacin-dose los mayores disgustos que pudieron losunos los otros, sustentando las cabezas de ellossus opiniones, por no mostrar falta de valor. Si

    del empleo que deseis hacer, os persuads queha de resultar la quietud de los bandos, os enga-is, y prubolo desta manera. Demos por casoasentado que yo vengo en que os casis (que escosa muy fuera de mi gusto, y que no le tendrjams en esto); fuerza es que de la parte del caba-llero se pida la dama para el deseado consor-cio, y as de la vuestra se ha de pedir, qu dirisvos cuando por respuesta os den que Julio noquiere venir en ello? Puesto que no le debe nadavuestra sangre la suya, que es cierto que noadmitir pltica en el empleo; ser bien quecuando pensis que le honris, y queris honrarmi casa con tal esposa, haga de vuestro intentodesestimacin Julio? Pues si acaso vuestro amoros obligase sacarla de su casa, con el honesto

    fin de matrimonio, con la mala voluntad que nostiene, qu cosas no emprenderan hacer los desu bando contra el nuestro, tomando por afrentavuestra accin, sindoles de mucha honra to-dos? Prevngoos de todo esto, porque s infalible-mente (conocidas las condiciones de nuestroscontrarios) que suceder as. Quietos estamos, yyo, en los postreros tercios de mi vida; cuerdosois; como padre, os mando que olvidis eseamor, para que yo viva lo poco que me falta con

  • NOCHES DK PLACER V 3

    sosiego; damas hay en Genova no menos hermo-sas que Casandra y mucho ms ricas que ella, quien podis servir para el honesto fin de ma-trimonio, y si le queris hacer por eleccin, po-ned vuestros ojos en la que ms bien os parecie-se (como sea de las familias de nuestra parte),que aunque no os iguale en hacienda, la ma essuficiente para que vivis muy rico y gus-toso.

    Con sto se fu el anciano Sinibaldo sin darlugar que su hijo le diese satisfaccin alguna,dejndole lleno de pesares y confusiones, culpan-do su poco recato, en no haberse guardado deque llegara oir la pltica entre l y Alejandro.Por una parte se hallaba empeado en el amor dela hermosa Casandra, quien deba su honor,con fe y palabra de marido, cosa que haba (se-gn ley cristiana) de cumplir. Por otra la opi-nin de su padre (ya sabido de sus amores) lecontradeca sit gusto, con tan apretadas y fuer-tes razones, que no tenan respuesta, conociendol mismo las dificultades que haba en desenco-nar voluntades de bandos tan encontrados quejams tendran conformidad ni paz. Discurri so-bre esto ms de dos horas el aflijido Octavio, yal cabo dellas se resolvi en dar cuenta de todo Casandra, para que ntrelos dos se determinaselo que ms conviniese, firme el enamorado caba-llero en quererla siempre y en desear ser su es-poso con las bendiciones de la Iglesia, ahora

  • 134 CASTILLO SOLRZANO

    'fuese con gusto de su padre sin l. Lo que le pa-reca ms propsito era dilatar cuanto pudiesela ejecucin de sus bodas, hasta que el tiempo, por medio de terceros, ablandase la rebelda delos obstinados pechos de su padre, y de Julio,to de Casandra, con la muerte de alguno dellos(que estaban ya en anciana edad) se consiguiesesu deseo.

    Vise Octavio con la hermosa Casandra, quien dio cuenta de lo que haba pasado con supadre, significndole la pena que desto tena, por

    aber que as de parte suya, como la de su to es-

    taba dificultoso el beneplcito para casarse. Nomostr menor sentimiento Casandra que su ga-ln, manifestndolo con lgrimas de sus hermo-sos ojos. Djola Octavio lo que haba pensado enesto, que era estarse as aguardando que el tiem-po dispusiese las cosas. Hasta aqu bien vino Ca-sandra en su gusto, mas oyendo pasar el discur-so de que era bien vivir de all adelante con ma-yor recato; no verse con Alejandro en pblico,y hablar con ella menos veces, por el peligro que

    haba en venir saberlo Julio, y hacer seguirSinibaldo los pasos, no pudo sufrirlo la hermosadama, porque fu tanta la pena que con esto lesobrevino, la que se tena, que perdiendo elgentido se qued desmayada en los brazos de suesposo. El y la criada, sabidora de aquellos amo-res, procuraron que volviese en su acuerdo, que

    fu de all media hora con el ms copioso lian-

  • NOCHES DE PLACER 135

    to que se puede imaginar de un afligido y des-consolado pecho. Ya le pesaba Octavio habertratado destas cosas tan costa de su queridaCasandra; pues tanto sentimiento mostraba de loque le haba propuesto, para consuelo suyo hubode decirla (hacindola muchas caricias) que ha-ba dicho con presupuesto de que vendran enello por lo bien que los dos les estaba; mas quepues no gustaba de que se hiciese, l continua-ra el venir verla todas las veces que fuese conrecato avisado por Alejandro, aunque en elloaventurase perder la gracia de su padre, y lavida en el peligro de la casa de su to.Qued en esto algo satisfecha Casandra, con

    que dio licencia Octavio para irse, despidin-dose los dos con grandes ternezas. A Octaviole pareci que Casandra no quedaba bien satis-fecha con lo que le haba dicho, y con persua-dirse esto propuso ir menos veces su casa,temindose de que no diese cuenta desto a su to,y tambin por deslumhrar su padre de su sos-pecha; y as dio en asistir como acostumbrabaen casa, y no verse con Alejandro; con este reti-ro estaba Casandra tal, que perda el juicio. Cul-paba su demasiada felicidad, pues forzada degrande amor que tena Octavio, se le haba ren-dido, y temase que no le haba de cumplir lapalabra que le haba dado, como enemigo de lacasa de su to. Escribile algunos papeles en queacusaba su descuido; tuvo respuesta de ellos no

  • 13(> CASTILLO SOLRZANO

    alterando el estilo amoroso con que la tratabaOctavio; con que se asegur, porque en ellos lasatisfaca el galn, dando excusas que no acu-da como antes, por asegurar las sospechas supadre.

    Bien haba quince das que Octavio no se vacon Casandra, y en todos ellos ninguno falt deau casa, y este cuidado que en asegurar su pa-dre puso, dio Sinibaldo ocasin para pensar queaquello se haca por cumplimiento con l, nocon voluntad de apartarse su hijo del empleo deCasandra. Presumiendo esto el anciano caballe-ro, todos los das, despus de comer, le haca unapltica, amonestndole que se guardase de ofen-der la casa de Julio, el to de Casandra; esto procuraba Octavio satisfacerle, dicindoleque l le haba parecido bien Casandra, y ladeseara ms que otra por mujer; pero que conel inconveniente que este empleo tena por lasrazones que sobre sto le haba dicho, no seacordaba 3^a de ella, y que as viviese seguro queno le dara disgusto en aquel particular.

    Ofrecise Sinibaldo un negocio de considera-cin en Miln, que haba de asistir en persona;mas por hallarse viejo y con algunos achaques,dispuso que en su lugar fuese su hijo; fu tanbreve sta determinacin, y el resolverla con Oc-tavio, que no tuvo lugar de dar cuenta Casan-dra, sino por un papel, en que le dio cuenta dela calidad del negocio, de la priesa que le daba

  • NOCHES DE PLACER 137

    au padre que partiese y de cunto le importabapartir luego. Aqu comenz Casandra temerquiebra en la voluntad de Octavio, pues ningunacausa haba para dejar de verla y despedirse deella, con que estaba desesperada, y acrecentselams la afliccin con las muestras que vio en s detener prendas animadas de Octavio, cosa que lepuso en grande cuidado y desvelo. Escribiseloi Miln quejndose de su olvido y acusndolede ingrato; su papel la respondi Octavio conlas ms fuertes disculpas que pudo hallar parasatisfacerla; y en cuanto al aviso que le daba delas primicias que tena de darle sucesor, la sig-nific holgarse mucho, alentndola para que lodisimulase y no tuviese pena de nada, que suvuelta sera muy en breve.

    Bien presuma Sinibaldo que su hijo frecuen-taba todava la correspondencia con Casandra,aunque no era sabidor de todo lo que pasabaentre los dos; y, por evitarlo, quiso que Octaviofuese aquel negocio Miln, y Octavio quisoobedecerle. Passe un mes, y habiendo en el con-cluido; en este tiempo no se descuid Sinibaldode saber lo que haba entre Casandra y su hijo,porque de un criado que haba llevado Miln,supo cmo desde all se escriba con su dama.Sinti mucho esto y, para remediarlo, tuvo modocomo Octavio se detuviese otro negocio que leencomend, enque seocup otro mes, entretenin-dole todo este tiempo dos mercaderes de Miln,

  • 138 ASTILLO SOLRZANO

    con orden de Sinibaldo; todo esto con fin de que8e olvidara de la hermosa Casandra, la cual, conTerse ms crecido el preado, todo se le iba enllorar su desdicha y en escribir Octavio cmose hallaba para que viniese ms presto. Con elsegundo mes se pas el tercero, con que vino presumir Casandra que aquella ausencia habaido trazada de propsito por Octavio para noverla ms, y no apartndosele este pensamientode la memoria, hizo tal efecto en ella que la quitla salud, cayendo enferma en la cama. Tenalasu to grande amor y deseaba casarla con un hijosuyo, sino que era muchacho de doce aos, yaguardaba que tuviese edad suficiente paraefectuar el matrimonio, con intencin que lahacienda de Casandra se quedase toda en su casa.Pues como viese Julio enferma su queridasobrina, dile notable pena su mal, y llamandolos ms acreditados y doctos mdicos de Genova,hizo junta dellos sobre su enfermedad. Los msdellos convinieron en que proceda de una pro-funda melancola derivada de algn pesar; perocon esto no se le quitaba una ardiente calenturaque la iba consumiendo. Oda la relacin porJulio, una tarde, que se hall solo con su sobrina,lo dijo estas razones:Sobrina ma, quien tengo en lugar de hija,

    pues es igual el amor que te tengo al de tu primoCarlos, hijo mo: he hecho junta de mdicos sobretu enfermedad; dcenme ser muy grave y que se

  • NOCHES DE PLACER 189

    va acrecentando cada da, de modo que acabarcon tu vida, para que acabe ms presto la ma."Conforman todos en que previene de una gravemelancola; bien s yo que no hay enfermedad quien no le sea adherente este accidente; peroaqu ha sido al revs, que la calentura ha sidode la melancola, hasta ponerte en tal estado, y m en el mayor cuidado que poda tener en estavida. Si yo puedo saberla causa desto, cree dem que si est en mi mano el remedio, no habrcosa dificultosa que no procure por mi parteallanar: mozo he sido, y s que en las personasde tu juvenil edad, tal vez de tu amorosa aficin,que el empacho estorba la explicacin della, y elrocogimiento la ocasin de la vista, resultanestos males; yo te confieso que te deseo emplearen Carlos, mi hijo, y que slo aguardo que elrapaz tenga edad para poder darte su mano, quees slo lo que pretendo ver y no vivir ms. Massi fuera de Carlos has puesto en persona igual la tuya que te merezca, estimar que me lo digas,porque ms tardars en rebelarme tu pensa-miento, que yo poner en ejecucin tu gusto. CesJulio en su pltica por dar lugar que su sobrinale respondiese, la cual, como deseosa de verse yamujer de Octavio, engaada de las promesas desu to, que slo deseaba el casamiento de su hijo,le pareci que vendra en el que ella sin sulicencia haba hecho, y as, discurriendo poc enesto, le manifest su to cuanto haba pasado

  • 110 CASTILLO SOLRZANO

    entre ella y Octavio. Presto ech de ver la incau-ta daina lo mal que haba hecho en dar cuenta desus amores al to, porque en su semblante conociluego el disgusto que en oirlo mostr

    .Manifes-

    tse ms con decirle estas razones:Casandra, yo quisiera ms haber perdido la

    vida en vuestra presencia, qua haberos odo loque habis hecho; culpa es la vuestra que no lasuelda otra cosa, sino la melancola con que osveo que debe de proceder de justo arrepentimien-to del yerro que hicistes. La nobleza de Octaviono puedo negar que no sea mucha; pero su casatengo tan mala voluntad, que eso os debiera ha-cer ms recada, y menos amorosa. Su ausenciasospecho que ha de ser muy larga, y con la obli-gacin que me haba dicho que os tiene, que l noreconocer, no le vern ms vuestros ojos en Ge-nova; y esto yo lo sabr presto, porque salgis deduda, como habis salido de obediente para dar-me el mayor disgusto que tendr en mi vida.Diciendo esto la dej, yndose muy digustado desu presencia, y quedando Casandra la ms afli-gida y desconsolada mujer del mundo; de talsuerte, que los mdicos hallaron en ella ms pe-ligrosos accidentes de calentura, temiendo suvida.

    Supo esto Octavio en Miln, avisado por Ale-jandro, y queriendo venirse por la posta, fu lla-mado del gobernador para tratar con l un nego-cio importante al socorro de un tercio que espera-

  • NOCHES DE PLACER 141

    ba paga, y este quera que se le hiciese el ancia-no Sini baldo, por haber hallado en l otras vecesestas liberalidades. As se qued Octavio (muycontra su gusto), por unos das. Iba la enferme-dad de Casandra en aumento, como en su to eldisgusto de lo que haba hecho; pero disimulbalepor si acrecentndose el mal su sobrina latraa los ltimos trminos de su vida tenerlagrata, para que mandase su hacienda Carlos,su primo, hijo suyo. Pero con esto no se des-cuid en lo que tocaba la venganza de Octa-vio, porque llamando dos hombres, cuya vidaera bien rota, pues no trataban ms que ser jor-naleros de los pusilnimes, ejecutar muertespor el inters, les ofreci una buena paga si Octavio le quitaban la vida en Miln, donde alpresente estaba. Condescendieron con su gustolos atrevidos asesinos, y por principio de pagales dio Julio quinientos escudos, prometindo-les otros quinientos en teniendo certeza queOctavio era muerto; este concierto pas todo enla presencia de un nio, hijo de Alejandro, deedad de ocho aos, que, sin hacer caso del seacert hallarse all.

    Furonse los asesinos poner en ejecucin suintento, y el hijo de Alejandro buscar su pa-dre, quien cont el caso, ms despiertamenteque si fuera de mayor edad. Ya saba Alejandroque Casandra haba dicho sus amores su to,y el disgusto que haba mostrado de haberlo sa-

  • 142 CASTILLO SOLRZANO

    bido: ste supo de la criada de Casandra, quienella haba dado cuenta desto, y con esto crey f-cilmente lo que oyera su hijo. Hallbase obli-gado de Octavio, y parecile que le haca unagrande traicin si sabiendo el intento de Julio,tan en dao suyo, no le avisaba que se guardase.La pluma tuvo en la mano para escribirle, masparecindole que tardara el aviso, se resolvipara que se le diese ms pronto en dar cuenta detodo Sinibaldo; y as fu luego su casa, don-de le dijo todo cuanto haba entre Octavio y Ca-sandra, y lo que determinaba hacer Julio. Muchose inquiet Sinibaldo con lo que Alejandro oa, quien agradeci el aviso, prometindole unabuena ddiva al nio por l; luego despach uncorreo con cartas suyas y de Alejandro, para quehiciese ms fe, en que los dos le daban cuenta delo que pasaba, y Sinibaldo le mandaba que lue-go se embarcase para Espaa, dndole crditoabierto para todo cuanto hubiese menester, asen Miln como en Madrid, adonde le mandaba ir.

    Notablemente se admir Octavio, luego quehubo ledo las cartas, viendo lo que intentabaJulio, culpando grandemente su Casandra enhaberle revelado sus amores; y considerando elpeligro que tena en asistir ms en Miln, se fuk pedir licencia al Gobernador para volverse Genova, habiendo con l efectuado el negocio que se haba detenido. Con esto se volvi Ge-nova, y en Saona se embarc para Espaa, es-

  • NOCHES DE PLACER 143

    cribiendo desde el puerto su padre, y junta-mente Julio esta carta:

    Sentimiento podris tener (seor Julio) de verfrustrados vuestros intentos; mi vida en salvo,y vuestro tiempo perdido.No me estaba bien que acabrades de pagar

    el jornal aquella pacfica gente, y as he dis-puesto desta ciudad la de aples, donde conms prevencin podis continuar vuestro deseo,si mi parcialidad no os le quita antes.

    Octavio.

    Esta carta se le dio a Julio acabando de cenar(con unos convidados que tena), algo ms de loordinario, y sinti tanto el ver revelado estepensamiento (que l tena por muy oculto) Oc-tavio, que con la mayor pena del mundo se fu acostar, y discurriendo sobre los daos que po-da esperar del bando de Sinibaldo, se le aumen-t tanto la pena, que ella y la demasiada cenale ocasionaron una apoplega, con que le halla-ron sin vida la maana.Cuando esto sucedi estaba Casaudra algo me-

    jor de su indisposicin, y dndole la nueva en lacama, se anim tomar sus vestidos ir verlo que no crea. Fu de gran importancia hacereste exceso la dama para Octavio, porque halln-dole Julio la carta de su galn debajo de su al-mohada, por ella supo Casandra todo el caso, yguardndola excus que otro de sus deudos nola hallase, que fuera ocasin de nuevas disen-

  • 144 CASTILLO SOLRZANO

    siones en Genova. A toda la ciudad admir larepentina muerte de Julio, aunque no fu sentidams que de los de su parcialidad, por ser caba-llero de spera condicin y no muy corts, cosasque son siempre aborrecibles; vise Alejandrocon Casandra, quien dio ms por extenso cuen-ta del caso, y djola cmo l haba sido quiendiera el aviso Octavio, cosa que le agradecimucho la hermosa dama, admirada de la rebeldecondicin intencin depravada de su to, en tandecrpita edad.Hechas las exequias de Julio, Casandra trat

    de retirarse la casa de una seora ta suya viu-da, donde pas hasta que pasaron los nueve me-ses de su preado, al cabo de ellos pari un her-moso nio, consuelo de la afligida Casandra, enmedio de sus penas y pesares.Dejmosla con l, debatiendo su gusto, y con

    esperanza de ver presto su Octavio, quienhaba escrito aples, avisndole de lo quepasaba, y volvamos nuestro caballero, que sevio en la Corte de Espaa.

    Lleg Octavio Madrid, insigne villa de Cas-tilla la Nueva y Corte de los reyes de Espaa;memorable por su antigedad, por sus edificiossuntuosos, por patria de nobles caballeros y porser lo comn de muchas naciones del orbe. Aququiso Octavio portarse como hijo de sus padres,y con el fausto y grandeza que peda tanta ha-cienda como esperaba heredar de su padre, bus-

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    c casa los barrios de Antn Martin, suficientepara su familia, que eran cuatro pajes, otrostantos criados, cuatro lacayos, dos cocheros quetraan un coche de cuatro hermosos frisones, otropara una carrocilla con cuatro caballos, y losdems criados ordinarios, como despensero, co-cinero, etc.

    Con esto y el lucimimiento de su persona, seintrodujo en pocos das con todo lo noble dela Corte, y era de todos muy querido y esti-mado.La confusin de Madrid, los muchos diverti-

    mientos y los hermosos rostros de sus bien alia-das damas, hicieron que Octavio no se acordasems de Casandra, que si no estuviera en el mun-do, y as no trat de escribirla ms desde luegoque lleg, con que la hermosa dama lo pasaba pe-nosamente, hacindose un mar de lgrimas; yaunque en esta afliccin la serva de consuelo suquerido hijo, como va el olvido de su padre, nohaba cosa que la divirtiese de su pena.Con el conocimiento de los caballeros mozos,

    con quien tom amistad Octavio, hubo algunosque le quisieron dar conocer damas en la cor-te, de las ms celebradas della, y as uno que sele hizo ms amigo en particular que otros, lellev un da en casa de unas damas, de cuya vi-sita sali Octavio aficionado en extremo de lams hermosa y bizarra dellas. Vivan en unabuena casa de los barrios de San Bernardo, una

    NOCHES DE PLACER 10

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    anciana viuda, madre de dos hermosas hijas,del Reino de Granada, la cual, vista la pocahacienda que en su patria tena, no suficientepara sustentarse, y que la hermosura de sus hi-jas era el mayor dote que podan tener, puestasen la corte, no dilat el venirse ella, fiada en

    que por la gracia de las dos bizarras mozas se-ra dueo de los mayores caudales de Madrid.Teniendo desto ciertas experiencias en otras, queaumentaron los suyos; con l le hizo de la belle-

    za. La anciana se llamaba Lucrecia, la hija ma-yor quien se aficion Octavio, doa Dorotea, yla otra Emerenciana. Tenan juntamente, con serhermosas, las gracias de la discrecin y el sabercantar con suma destreza; fu, pues, Dorotea el

    eficaz hechizo de nuestro caballero; de modo queno asista en otra parte, que en su casa, gastan-

    do con las damas generossimamente. Uno de suscoches las serva siempre, y, finalmente, eran

    dueos de su voluntad y hacienda; de suerte que,en espacio de seis meses, haba aumentado de jo-yas y galas la hermosa Dorotea ms de seis milescudos costa de Octavio.No se le pasaba nada sin saber la ausente

    y olvidada Casandra, sintiendo tiernamente ver-se despreciada de su galn, debindola no me-nos que su honor, y habiendo prenda de los dos.Para desempearse del todo de Octavio, se resol-vi (sin dar parte sus deudos) ir Espaa,acompaada de su hijo y de Alejandro; psolo

  • NOCHES DE PLACER 147

    en ejecucin, dando cubierta esta partida,decir que el rey deba su padre cierta cantidadde dinero que le haba prestado y que le iba cobrar. Supo Sinibaldo esta partida, y escribiluego su hijo avisndole della, y amonestandoque no le venciesen ruegos de Casandra, para ca-sarse con ella, si no quera que l le aborreciesetoda su vida. No tena necesidad el anciano ca-ballero destas prevenciones, porque Octavio es-taba tan olvidado de Casandra, que no la admiti-ra ms en su gracia con lo mucho que Doroteaamaba.

    Lleg Casandra Madrid y tom casa algoapartada de la de Octavio, por no ver sus ojossus divertimientos, porque ya su Dorotea vivacerca de su casa. Descans por unos das dellargo viaje, y quiso para comenzar la ejecucinde su intento, que Alejandro fuese quien primerohablase su esposo, instruido bien de la causa,en Jo que haba de decir. Vise Alejandro conOctavio, quien signific muy por extenso lo que Casandra deba; las lgrimas que le costabasu ausencia y olvido-, el largo viaje que habahecho por l, y, finalmente, el hermoso hijo quetena en ella, que traa consigo para ms obli-garle que se moviese piedad. Razones fueronlas que dijo Alejandro, que en otro pecho que elde Octavio (olvidado de las obligaciones de quinera, y de las que tena Casandra), hicieran efe-to; pero en el suyo, amante de una mujer (festea-

  • 148 CASTILLO SOLRZANO

    da de la juventud de la corte), antes causaronms aborrecimiento, considerndose con la veni-da de Casandra embarazado, y que haba de serestorbo de sus gustos y divertimientos; esto, ytener en la memoria lo que su padre le habaescrito, y presuman que ella induci su to,que en Miln le quitasen la vida, bast para ro-gar Alejandro, con muy grandes veras, que deCasandra no le hablase, si no quera perder unamigo en l, dando por excusas que no haba decasarse con quien intent por ilcitos medios quele matasen. Alejandro, como inferior tan grancaballero, no quiso replicarle ms, parecindoleque no faltaran fuertes medios en la corte parapersuadirle lo que era justo y puesto en razn,

    y as le dej, no despidindose del todo de verle.Acept esto Octavio con mucho gusto, pero conadvertimiento que de Casandra no le haba dehablar ms, porque era la cosa que ms tenaaborrecida. Fuese con estas malas nuevas Ale-

    jandro la presencia de la hermosa Casandra, quien hizo relacin de lo que le haba pasado conOctavio. Aqu perdi el sufrimiento la afligidadama, de tal suerte, que no perdonando sushermosos cabellos, con que pagaron la culpa que

    Octavio tena, echndose por el suelo de puroenojo. Reportla Alejandro con las ms consola-torias razones que se le ofrecieron, dndole espe-ranzas que, por ms eficaces medios que el suyo,conseguira su pretensin, pues en la corte ha-

  • NOCHES DE PLACER 149

    bia tan grandes prncipes quien Octavio noperdera el respeto.

    Consolse algn tanto Casandra, pesndole delo que con impaciencia haba hecho, y conside-rando que poner su causa en las manos de Diosera el mejor camino para cumplir sus justos de-seos (pues como recto juez permitira Su Majes-tad que Octavio mudase propsito para tan ho-nesto fin, como era el matrimonio instituido porel mismo) fuese un convento de religiosos quehaba cerca de su posada, y preguntando al por-tero dl qu religioso era el ms grave y de buenaida de aquella casa, l se le nombr, que eraun anciano maestro, ejemplo de todos, quienCasandra pidi que se le llamase luego. Baj elenerable fraile, que era de grave aspecto y hon-rosa presencia, quien la hermosa dama suplicse sirviese de oira de confesin, que el habaelegido por padre espiritual, con esperanza quepor su mano le haba de venir el consuelo queesperaba de una grande afliccin que tena.Era el religioso persona de grande virtud,

    acompaada con buenas letras y amigo de quenadie fuese de su presencia descontento. Leyn el rostro de Casandra la pena que traa, y asse apart con ella una retirada capilla, dondeCasandra se confes con l, dndole en su confe-sin cuenta de toda su vida y la causa que lahaba trado Madrid, pidindole por la miseri-cordia de Dios que la tuviese della, y amparase

  • 150 CASTILLO SOLRZANO

    en aquella desdicha, pues en tierra ajena de supatria no tena quin volver los ojos sino l.Admirse el religioso grandemente de lo que oa Casandra, y consolada con las ms suaves ra-zones que se le ofrecieron, prometindola hacerde su parte cuanto fuese posible por reducir Octavio que la cumpliese la palabra que deesposo la haba dado, y que para sto se valdrade los medios de grandes seores, con quien tenaparticular conocimiento y le favorecan.Con sto se fu Casandra muy consolada, pi-

    diendo al religioso que la hiciese merced de ver-la en su casa, dndole las seas della; as selo prometi, con que le dej cuidadoso de hacerpor Casandra lo que le haba ofrecido; y paradar principio este negocio, quiso primero cono-cer la persona de Octavio, fu un da su casa visitarle por la tarde, en ocasin que l labatenido por convidadas su dama, madre y her-mana, y estaba con ellas, y un amigo suyo entre-tenindose los naipes Avisaron Octavio comole quera hablar un religioso, y sinti tanto quehubiesen sus criados dicho que estaba en casa,que ellos experimentaron bien su enojo con spe-ras razones que sobre esto les dijo. Con este en-fado sali recibir la visita una sala baja; elgrave religioso bien conoci del semblante deOctavio el disgusto con que le reciba aun sinconocerle y que procedera de haberle estorbadoalgn gustoso entretenimiento, sintiendo el ha-

  • NOCHES DE PLACER 151

    ber venido en tal ocasin, pues para el caso queemprenda le importaba hallarle de buena razn;con todo ofreciselo Dios y con tal confianzadijo Octavio (despus de haberle preguntadopor su salud), estas razones:Seor Octavio, los caballeros de tan ilustre

    sangre como la vuestra, no pienso que ignoran loque deben hacer para corresponder quien son;por no desdorar la opinin que sus antecesorestuvieron; y cuanto mayor es la calidad, tantoms se debe mirar decaer de ella, con accionesque las puedan deslustrar. Estaris suspenso,aguardando en qu vendr parar este mi dis-curso, guiado slo al fin de serviros en asegurarvuestra conciencia, pues condescendiendo conuna splica que os pienso hacer, con efectuososruegos, y fundada en razn de cristiandad, ha-ris loable vuestra fama, con eternos aplausos detodos. La seora Casandra (que se ha confesadoconmigo), me ha referido toda la historia de vues-tros amores, y en ella dado cuenta de la fe y pa-labra que de esposo la distes; hecho relacinde lo que por vos ha padecido y mostrando jun-tamente el fruto que de los dos debajo de tal pre-texto ha procedido, que trae en su compaa. Laspenas que ha padecido son muchas, las lgrimasque la costis son sin nmero, y las que ahoraderrama no sabr encareceros cuntas son. Cuer-do sois y echaris de ver que sern como os hesignificado, pues una seora afligida que se ha

  • 152 CASTILLO SOLRZANO

    opuesto al bando de sus parientes por vuestroamor, que aventur su reputacin ausentndosepor vos y que se halla en tierra ajena por per-suadiros que le cumplis la palabra de marido, qu pecho, aunque sea de bronce, no mover piedad? Yo vengo con mucha confianza de alcan-zar de vos esta merced, pues con ella la obligis ser, no vuestra esposa, sino vuestra esclava.Por do asusente de vuestra patria, tenis menoscon quin cumplir, disculpndoos con el escr-pulo de vuestra conciencia, que es lo primero;lo segundo con su calidad de Casandra, quiendebis su honor, y lo tercero y ltimo hace me-nor el yerro para con vuestro padre la fuerza desu hermosura, y la prenda que de vos tiene, enun ngel bien parecido vos.Acab el religioso su pltica, que no quisie-

    ra Octavio que hubiera sido tan larga, por nodilatar el volver verse con su Dorotea, quientan de veras estaba rendido; esta ceguedad deamor le hizo responder al religioso desta suerte:Padre mo: bien s las obligaciones que le

    corren un caballero de mi calidad, y no ignoroque cuanto ms conocido sea por mi sangre, yhaciendo estar el pueblo ms atento mis ac-ciones; de suerte que si desdicen de quin soy,aventuro mi reputacin. Yo no la he perdido has-ta ahora, gracias Dios que me ha dado instintopara conocer lo bueno ylo malo. El amor que deb la seora Casandra, en el principio de nuestro

  • NOCHES DE PLA.CER 153

    empleo, se le supe pagar con otro igual al suyo;reconozco della, en aquel tiempo, cunto seaventur por favorecerme, yendo contra el gustode sus deudos; s lo que sinti mis ausencias,cosas estas para obligarme siempre ser suyo,si perserverara en la fe, como deba. Desconfiandode mi voluntad, tanto, que, dando inconsiderada-mente cuenta su to de nuestros amores, vistolo mal que l lo llevaba, de que no hubiese favo-recido, condescendi con l (y auuque creo que lofoment), que unos asesinos me quitasen la vidaen Miln. Esto me desoblig de manera que entuanto yo tuviese el juicio que poseo, no la ve-rn mis ojos; m me pesa que se haya inquie-todo en dejar su patria, y el riesgo del juicio delas gentes, y su reputacin. Lo que yo podr ha-cer, para satisfaccin desto, es reconocer esenio por hijo mo y tenerle conmigo como tal; masesto ha de ser con protexto que ella se determi-ne entrarse religiosa en un convento. Y paraque vamos la conclusin y no perdamos tiem-po, esto es lo que resueltamente me determino;y lo que vuestra paternidad le podr decir, porltima resolucin ma, la seora Casandra, queno entienda que intercesin alguna, aunque sea lams poderosa desta corte, ha de hacer otra cosade m voluntad; y porque me est aguardandouna visita que dej arriba, suplico vuestra pa-ternidad me d licencia para volver ella, y sesirva de dar este recaudo.

  • 154 CASTILLO SOLRZANO

    Despidi con esto Octavio al venerable reli-gioso; y l, admirado de su resolucin, y con po-cas esperanzas de que llegase tener efeto lapretensin de Casandra, se fu su posada,adonde la dio cuenta de lo que le haba pasadocon Octavio; esto delante de Alejandro, que, comosabidor destas cosas, se podran tratar en su pre-sencia. Renov con esto Casandra sus penas y sullanto y comenz desesperar de su remedio,llamndose la ms desdichada mujer del mundo.No quiso el religioso que tan presto perdiese lasesperanzas donde estaba su diligencia, y as laofreci hacer todo lo posible por reducir de supropsito Octavio, y que hiciese lo que era tanpuesto en razn; y desde aquel da continu lacudir cansolarla, haciendo por cuantos me-dios pudo diligencias en que Octavio cumpliesela palabra Casandra; mas l estaba tan ciegoen el amor de Dorotea, que no fu posible acabarcon l nada sino slo aqullo que al religioso ha-ba ofrecido. Con esto desesper del todo Casan-dra de poderse casar con l, y todo cuanto amortena se le convirti en aborrecimiento, tratandode vengarse deste desprecio de Octavio, no me-nos que con hacerle quitar la vida; ofrecise oca-sin para esto, como ella Ja pudiera pedir y fudesta suerte:Haba un Caballero de Genova en Madrid,

    mozo, y que por sus demasiadas travesuras habadejado su patria, de quien faltaba seis aos.

  • NOCHES DE PLACER 155

    Dejla con fin de irse Flandes, servir en lasguerras, que entonces haba muy sangrientas,entre los espaoles y horlandeses; all asisticosa de un ao, y obligle dejar aquellos pasesuna pendencia que tuvo con un alfrez de sucompaa, quien dej mal herido. Vnose por laFrancia, donde se detuvo algn tiempo, y de alltom la vuelta de Espaa, por San Juan de Luz,y no par hasta llegar Madrid, donde hallconocidos de su tierra, que le ampararon

    ,

    aunque con algn recato y temor , de que pro-siguiese con sus travesuras como antes. Ase-gurles ste temor; su trato era muy diferentedel que sola, porque los trabajos, y conocernuevos climas y diferencias de gente, mudan laslibres condiciones hechas con el regalo de la pa-tria. Con esto esforz Camilo (que as se llamaba)su opinin aficin y grange amigos.Este caballero era del bando de Julio, padre de

    Ca.sandra, y su padre fu el mayor valedor quetuvo. Un da que estaba oyendo misa en aquelmonasterio, donde era conventual el religioso,conocido de Casandra, viola salir de la iglesia yentrarse en un coche. Admirse grandemente Ca-milo, luego que la conoci de verla en Madrid, ysin hablarle palabra fu siguiendo el coche, has-ta saber la casa en que Viva, y aquella tarde fu visitarla. No menos admiracin caus Casan-dra el ver Camilo en la corte, que l le habacausado su presencia. Recibile afablemente, y

  • 156 CASTILLO SOLRZANO

    la pregunta que le hizo de su asistencia all, lerespondi estar negocios importantes de co-branza del rey, con quien su padre haba hechocuantiosos asientos. Preguntla por cosas de Ge-nova, de que le hizo Casandra bastante relacin'.Tras esta visita le hizo otras Camilo, de suerteque con la frecuencia de la vista de Casandra, sevino apoderar el amor de su pecho, de talsuerte, que no se hallaba un punto sin verla.Bien conoca Casandra la aficin de Camilo, y

    no la pesaba de que se la tuviese, llevando yaimaginado para qu le sera importante. Una tar-de que el genovs galn estaba con ella en visitahall ocasin de declararle su amor, y cuantoestimara que admitiese sus buenos deseos enservirla con el fin de ser su esposo, y esto lo dijocon tanto afeto que no dud Casandra de suverdad. A esto aguardaba la ofendida Casandrapara dar principio su venganza, y para tenerms de su parte Camilo, estim su voluntad ydise entender con los ojos que no la pesabade ser querida del, con lo cual el enamoradoCamilo se tuvo por muy favorecido. A pocos dasdespus que sucedi esto, con la frecuencia devisitas y ms confianza de Camilo de ser favo-recido de Casandra, quiso ella una tarde darlecuenta de su vida; y as, hallndose los dos solas, le hizo larga relacin de la historia de susamores con Octavio, de su fuga Espaa, y,finalmente, del desprecio que haca de ella, y con

  • NOCHES DE PLACER 157

    esto le signific el deseo que tena de vengar-se del.

    Nunca estuvo bien Camilo con las cosa deSinibaldo, y por ser hijo suyo Octavio, era cier-to que pasara l esta mala voluntad: puescomo oyese atentamente Casandra la sin raznque la haba hecho, y viese en ella el deseo devengarse del, por conseguir el ltimo fin de susamores, y ver cuan bien le estaba este casa-miento siendo l tan pobre y Casandra con tantahacienda, determinse obligarla con ofrecr-sele que sera l quien quitase la vida Oc-tavio, si le daba palabra de agradecrselo con sersu esposa. Vino en ello Casandra, que una mujerofendida, no con quien era su igual, mas con otroinferior ella, se casara trueque de vengar suagravio; esto concertado as entre los dos,comenz Camilo disponer la muerte Octavio.La venida de Casandra Madrid era pblica pocos, y la estancia de Camilo all la sabanmenos, con que pudieron mejor disponer su viajepara cuando llegase el efeto de la muerte de suofensor.

    Habiendo el enamorado Octavio prestado sucarroza su amada Dorotea para ir Alcal unas fiestas, sinti mucho no la poder acompa-ar, por haber ese da de despachar un carreo Genova sobre cosas de hacienda que importabamucho, y as se qued en Madrid. Aquella tardese retir su aposento solo escribir, dando

  • 158 CASTILLO SOLRZANO

    primero orden sus criados que si le buscasenno dijesen estar en casa. Ellos, viendo su amoocupado, se fueron divertir los naipes, de-jando un pajecillo pequeo all para lo que Octavio se le ofreciese. Este se sali la puertade la calle y fu al tiempo que Camilo con otrosdos hombres que le acompaaban (gente de malaconciencia, conocidos suyos del tiempo de sus tra-vesuras), entraron sin impedimento alguno hastael aposento donde estaba Octavio, y hallandooportuna ocasin le dieron las pualadas, quebastaron privarle de la vida; y sto sin que lpudiese dar voces para que le favoreciesen, porir con prevencin de taparle la boca, como lo hi-cieron.

    As muri Octavio, siendo Camilo instrumen-to del cielo, que quiso castigarle por su mere-cida culpa en no cumplir la palabra de esposoque haba dado quien perdi el honor en suconfianza. Esto mismo pueden temer todos los queen ocasiones tales cumplen con su apetito y nodespus con su obligacin.

    Tuvieron los homicidas lugar para salirse susalvo del aposento de Octavio, adonde acudiluego el pajecillo por si le mandaba algo, y vien-do el sangriento espectculo sali llamar losdems criados, que acudieron luego, donde vie-ron su amo con las penetrantes y mortales he-ridas privado de la vida, arrojado en el suelo yrodeado de su misma sangre. Quedronse, con lo

  • NOCHES DE PLACER 159

    que miraban ms helados que unos mrmoles,admirndoles cmo en tan breve tiempo habasucedido aquella desgracia, sin dar en quin pu-diese haber sido el autor de ella. Considerando,pues, que luego se supiese la muerte de su amo,haba de hacer la justicia sus apretadas diligen-cias para buscar al agresor, y que stas habande redundar en dao de todos, como criados deOctavio, tomaron por razn de estado resolucinde poner tierra en medio; pero no tan desnudos,que del dinero y joyas que Octavio tena, no fue-sen partcipes, aunque no en igualdad, por laprisa con que se hizo la particin de todo. Conesto desampararon la casa ponindose en salvo.Poco despus de la fuga de los criados lleg uncaballero amigo de Octavio en busca suya

    , ycomo tan familiar de su casa entrse en ella has-ta su aposento, en l vio la referida y lastimosatragedia, cuya vista le oblig dar voces, conque se juntaron los vecinos y gente que pasabapor la calle, y luego un alcalde de Corte concuatro alguaciles buscaron por toda la casa lagente della y no hallaron sino slo dos mozosde caballos, que estaban en la caballeriza entre-tenindose los naipes, con mucho descuido delo que en casa pasaba, por ser muy apartadadel cuarto de Octavio. A stos, inocentes delcaso, llevaron la crcel, y al caballero quehall muerto su amigo (que en casos tales), loaque estn ms sin culpa suelen bastar por los

  • 160 CASTILLO SOLRZANO

    que la tienen, mientras se averiguan los verda-deros delincuentes, no

    rlos abonando por enton-

    ces, el descuido con que los hallan.Hallaron la casa con todos sus adornos, sin

    faltar dellos nada; pero como hallasen los cofresabiertos y de ellos que faltaba el dinero y joyas,derramado alguno por la prisa con que lo sa-caron y que con sto faltaban los principalescriados de Octavio, atribuyeron que por robar-le le haban muerto, y comenzaron despacharrequisitorias en busca suya, con las seas de suspersonas. Esto les estuvo bien Camilo y Ca-sandra, pues con culpar los criados pudierontener lugar para irse de Madrid Genova, des-posndose primero, adonde, vengada Casandradel ingrato Octavio, quiso mucho Camilo, suesposo. Esta nueva de la muerte de Octavio, sin-ti tiernamente Sinibaldo y fu parte para aca-bar en breve sus das; pero en los ltimos trmi-nos de su vida, comunicando con su confesor laculpa que tuvo en quitar que su hijo no casasecon Casandra, y como la haba dado palabra decasamiento Octavio y tena un hijo en ella, leaconsej que le dejase su hacienda. Hzolo as,con que Carlos, que as se llamaba el hijo de Oc-tavio, fu muy rico y estimado en aquella rep-blica, siendo ya hombre.

    Refiri Doa Clara la novela con mucha gra-cia y sucedindola D. Dalmas, comenz la suyadesta suerte.

    FIN DE LA NOVELA TERCERA

  • El inobediente

    Al Dotor Don Gaspar Vivas y Velasco , Deny Cannigo en la Santa Iglesia de Valencia,y Subcolector Apostlico por nuestro muy San-to Padre Urbano VIII.

    Manifestar se quiso, sin decir su nombre , elclebre Timantes en casa de un pintor, no halln-dole en ella, y as en un lienzo acabado de impri-mar con un pincel, form una lnea tan sutil quecon ella dio noticia de haber estado all. Por elcontrario, lo tosco de mi estilo manifiesta mi nom-bre, que quisiera encubrir, si bien el dedicarle v. m. esta novela, es muestra do una gran volun-tad ma, pronta siempre su servicio. Merezcaque su sombra se libre de los detractores yhalle en v. m. el favor que siempre ha hecho mis escritos, para que con ms aliento los ofrezca tal sagrado. Guarde Dios v. m. como deseo,

    Su mayor servidor

    Don Alonso de Castillo Solrzano.NO CHES DK PLACER 1 1

  • 162 CASTILLO SOLR7.AXO

    NOVELA CUARTA

    Gobernaba el poderoso reino de Sicilia Man-fredo, generoso rey, temido de sus vasallos, por-

    que guardaba todos rectamente justicia. Erageneralmente amado dellos, porque al mismopaso que castigaba delincuentes, saba hacerles

    mercedes quien con servicios se las mereca.

    Muchas veces fu persuadido de sus vasallos quetomase estado porque les diese sucesor, mas no

    podan acabar con l esto por estar tiernamenteaficionado de una dama de su Reino , cuyo nom-bre era Estela, y de tanta hermosura, que no ha-

    ba en toda Italia quien la igualase. De esta se-ora tuvo un hijo y una hija; el varn se llamArnesto y ella Lucrecia.

    Cr