CICLO DE FORMACIÓN HISTÓRICA - Peronista Kirchnerista · Aldo Ferrer: Economía Argentina...

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CICLO DE FORMACIÓN HISTÓRICA: PATRIA-O-COLONIA FEDERALES-O-UNITARIOS BARBARIE-O-CIVILIZACIÓN FEDERALES-O-PARTIDO LIBERAL FEDERALES-O-PARTIDO NACIONAL PATRIA-O-IMPERIO PUEBLO-O-ANTIPUEBLO PERÓN-O-BRADEN PUEBLO-O-ANTIPUEBLO PERONISMO-O-ANTIPERONISMO LIBERACIÓN-O-DEPENDENCIA DEMOCRACIA-O-GENOCIDIO RESISTENCIA-O-NEOLIBERALISMO "PATRIA-O-BUITRES" PATRIA-O-CORPORACIONES NACIONALES E INTERNACIONALES LA PATRIA ES EL OTROARGENTINO Y LATINOAMERICANO LA PATRIA SOS VOS. ---------------------------------------------------------------------------- “Necesitamos que los distintos dirigentes responsables de las organizaciones, también organicen cursos de formación sobre política internacional, sobre historia internacional”. “Ustedes se dieron cuenta que prácticamente, salvo cuestiones catastróficas o muy evidentes, parece como que la Argentina fuera un planeta solo en el mundo, que no existiera el resto, porque no hay una sola noticia internacional de nada, de las económicas ni hablemos”. “Tenemos que prepararnos, tenemos que saber, porque al que no estudia, al que no sabe lo que pasa y cómo se fueron produciendo los acontecimientos, lo llevan de la nariz. Sobre todo, en un mundo, donde los medios de comunicación y, fundamentalmente también, las redes sociales han adquirido una gran importancia, el problema es la selectividad de la información” (Militante peronista, ex Presidenta de la República Argentina por 2 períodos consecutivos 2007-2015, Cristina Fernández de Kirchner

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  • CICLO DE FORMACIÓN HISTÓRICA:

    PATRIA-O-COLONIA

    FEDERALES-O-UNITARIOS

    BARBARIE-O-CIVILIZACIÓN

    FEDERALES-O-PARTIDO LIBERAL

    FEDERALES-O-PARTIDO NACIONAL

    PATRIA-O-IMPERIO

    PUEBLO-O-ANTIPUEBLO

    PERÓN-O-BRADEN

    PUEBLO-O-ANTIPUEBLO

    PERONISMO-O-ANTIPERONISMO

    LIBERACIÓN-O-DEPENDENCIA

    DEMOCRACIA-O-GENOCIDIO

    RESISTENCIA-O-NEOLIBERALISMO

    "PATRIA-O-BUITRES"

    PATRIA-O-CORPORACIONES NACIONALES E

    INTERNACIONALES

    “LA PATRIA ES EL OTRO” ARGENTINO Y LATINOAMERICANO

    LA PATRIA SOS VOS.

    ---------------------------------------------------------------------------- “Necesitamos que los distintos dirigentes responsables de las organizaciones,

    también organicen cursos de formación sobre política internacional, sobre historia internacional”.

    “Ustedes se dieron cuenta que prácticamente, salvo cuestiones catastróficas o muy

    evidentes, parece como que la Argentina fuera un planeta solo en el mundo, que no

    existiera el resto, porque no hay una sola noticia internacional de nada, de las

    económicas ni hablemos”.

    “Tenemos que prepararnos, tenemos que saber, porque al que no estudia, al que no

    sabe lo que pasa y cómo se fueron produciendo los acontecimientos, lo llevan de la

    nariz. Sobre todo, en un mundo, donde los medios de comunicación y,

    fundamentalmente también, las redes sociales han adquirido una gran importancia,

    el problema es la selectividad de la información” (Militante peronista, ex Presidenta de la República Argentina por 2 períodos consecutivos 2007-2015, Cristina Fernández de Kirchner

  • 1806-1880

    DE LA DEFENSA DE BUENOS AIRES

    A LA ARGENTINA OLIGÁRQUICA

    Contenidos

    Introducción: Ejes de Formación (1806-1880).

    Línea de Tiempo (1806-1880).

    1810 Revolución.

    Camilo Rojas: Las masas populares en la era de Rosas

    EJE INTERNACIONAL..

    León Pomer: La Guerra del Paraguay: Estado, Política y Negocios"Gran Bretaña: Un nuevo Siglo

    XVI".

    Eric J. Hobsbawm: Industria e Imperio

    Capítulo 3: "La Revolución industrial, 17801840".

    EJE ECONÓMICO.

    Aldo Ferrer: Economía Argentina

    Capítulo 2: "La Etapa de Transición".

    Raúl Scalabrini Ortiz: Política Británica en el Río de la Plata "El primer empréstito".

    Rodrigo López: "Las ideas económicas de Manuel Belgrano y Mariano Moreno"

    EJE POLÍTICO

    Mariano Moreno: Plan Revolucionario de Operaciones.

    Jorge Abelardo Ramos: Las masas y las lanzas" Artigas y la nación en armas"

    Domingo Faustino Sarmiento: Facundo o Civilización y Barbarie en las pampas argentinas

    Capítulo 1 .

    Norberto Galasso: "La deuda histórica con Felipe Várela"

    Felipe Várela: Proclama ¡Viva la Unión Latinoamericana!

    DISCURSOS CFK

    Bicentenario: Segunda Independencia de América del Sur.

    Vuelta de Obligado Día de la Soberanía Nacional.

    Reivindicación de Felipe Várela.

    Introducción: Ejes de Formación (18061880)

  • PREGUNTAS PARA LA DISCUSIÓN Y EL DEBATE : INTERNACIONAL

    1. ¿Cuáles son las principales consecuencias de la Revolución Industrial inglesa y de qué

    manera se reconfigura el mapa mundial a partir de ellas?

    2. ¿Qué cambios se producen, en términos políticos, a partir de la Revolución Francesa?

    3. ¿Cuál es el rol de los Estados Unidos luego de la declaración de independencia y la posterior

    guerra de secesión en el marco del ordenamiento mundial?

    4. ¿De qué manera influyen/condicionan las disputas entre las potencias hegemónicas de la

    época en el continente latinoamericano?

    5. ¿Cuáles son las principales vertientes hacia el interior de los proyectos independentistas en

    América Latina? ¿Cuáles son sus principales figuras?

    6. ¿Cuál es el modo en el que el Imperialismo penetra en la Latinoamérica postcolonial?

    7. ¿Cuáles son las formas de dominación y dependencia entre América Latina y las metrópolis

    hegemónicas del período?

    8. ¿Cuáles son los principales intereses (recursos) sobre los que depositan sus intereses las

    potencias imperiales?

    PREGUNTAS PARA LA DISCUSIÓN Y EL DE BATE: ECONOMÍA.

    1. ¿En qué se basaba la economía del Virreinato del Río de la Plata al momento de la

    Revolución de Mayo?

    2. ¿Qué procesos económicos estaban desarrollándose a nivel mundial en ese momento y en

    qué se basaban en términos teóricos?

    3. ¿Cuál era el proyecto económico de los "Hombres de Mayo"?

    4. ¿Cuál fue el conflicto o disyuntiva económica fundamental durante el período y cómo se

    manifestó?

    PREGUNTAS PARA LA DISCUSIÓN Y EL DEBATE: POLÍTICA

    1. Composición social. ¿Cuáles son los sectores populares y cuales los sectores dominantes

    durante la colonia y el proceso revolucionario?

    2. ¿Cuál crees que es el proyecto nacional popular de dicha coyuntura y quienes lo encarnan?

    3. Definir proyecto político social económico de la facción antinacional (partido

    directorial/unitario/liberal)

    4. ¿Por qué crees que Cristina dice: "A Artigas no lo dejaron ser argentino" ?

    5. Política interior y exterior durante el gobierno de Rosas. Marco de alianzas a nivel local e

    internacional. El conflicto civil durante el periodo rosista puede enmarcase a un nivel solo local

    (cuenca del plata) o es internacional? ¿Por qué?

    6. ¿Qué es La Unión Americana? ¿Cuál es su proyecto? Situación de los sectores populares del

    interior durante el mitrismo y durante la guerra de la triple alianza.

  • 1 8 1 0 - - Revolución

    "Si los pueblos no se ilustran, si no se vulgarizan sus derechos, si cada hombre no conoce lo que vale, lo

    que puede y lo que se le debe, nuevas ilusiones sucederán a las antiguas, y después de vacilar algún

    tiempo entre mil incertidumbres, será tal vez nuestra suerte mudar de tiranos sin destruirla tiranía"

    Mariano Moreno (1810)

    ¿Qué empieza el 25 de mayo de 1810? ¿Fue una "revolución" en el sentido que la entendemos

    hoy? ¿Quiénes se movilizaron y por qué? ¿Qué intereses había en disputa? ¿Cómo fue contada

    la historia de la revolución?

    Una revolución siempre es un proceso complejo, difícil de explicar y es aún más difícil definir

    sus contornos, límites, objetivos. Cuando, además, se trata de la fecha fundacional de un país,

    la cosa se complica aún más, porque en estos doscientos años de historia, la revolución de

    mayo fue contada muchas veces, desde distintos ángulos, con distintos intereses. La escuela,

    durante años, contribuyó a un relato sencillo que busca crear identidad, pero también ayuda a

    crear estereotipos engañosos, útiles para crear un sentido nacional de impronta oligárquica,

    vinculada al comercio portuario de Buenos Aires. Dicho brevemente, la "historia oficial",

    escrita por primera vez por Bartolomé Mitre y luego reproducida en escuelas, universidades y

    medios de comunicación, suele reducir la Revolución de Mayo a una lucha por la libertad de

    comercio de algunos criollos, frente al poder colonial español. Inglaterra, que quería lo mismo

    se convierte así en una aliada natural de los intereses patrios. Las intenciones ideológicas detrás

    de este relato son obvias. Pero la historia de la revolución de mayo no puede reducirse a eso: se

    trata de un proceso de liberación, donde distintos estamentos sociales (entre ellos también los

    comerciantes) se alzaron contra un poder opresivo, donde por primera vez los sectores

    populares intervinieron en los asuntos públicos, donde las reformas sociales y económicas iban

    mucho más allá de la libertad comercial, como lo demuestran los documentos escritos por

    líderes como Mariano Moreno.

    Para comprender mejor esta historia, empecemos por comprender a la revolución de Mayo en

    su contexto mundial.

    En primer lugar, lo que debe entenderse es que la revolución fue hija de una etapa

    revolucionaria por la que atravesaba buena parte del "mundo".

    En aquel entonces, para un habitante promedio de Buenos Aires el "mundo" era, básicamente,

    Europa y sus territorios coloniales.

    Aquella era revolucionaria tenía como origen la revolución francesa de 1789, y en menor

    medida la revolución norteamericana de 1776. En ambos casos, los "programas" de estos

    movimientos eran contra las monarquías absolutistas, buscaban distintas formas de

    representación popular, y la instalación de una "libertad" individual que rigiera tanto para el

    comercio y la propiedad privada, como para el derecho a la participación en los asuntos

    públicos.

  • En términos teóricos, se puede entender como el ascenso de la burguesía, que ya había

    conquistado el poder económico, pero aún no conseguía desplazar a la aristocracia del poder

    político.

    En este sentido, cabe la primera aclaración: en general se comprende a la revolución de mayo

    como una revolución contra los "españoles" y en buena parte fue así, sobre todo cuando estalló

    la guerra frontal entre el ejército patriota y el realista, pero se debe agregar que en aquel

    momento lo "español" era sinónimo de monarquía totalitaria, de imposición imperial para los

    territorios coloniales, de tomar las decisiones que afectaban al Río de la Plata en la lejana

    Madrid. En definitiva, antes que una discusión de "nacionalidades" lo que se discutía era el

    carácter absolutista que tenía españa y que intentaba, desde esa lógica, dominar a sus colonias.

    De hecho, en la propia España, cuando el rey absolutista Fernando VII fue apresado por

    Napoleón, después de la invasión francesa, surgieron movimientos constitucionalistas que

    proponían otra relación con los territorios coloniales, dándoles voz y voto en las decisiones. Es

    decir que también en España existían grupos con intereses similares a los de los

    revolucionarios de Buenos Aires.

    Además de estas ideas compartidas en Europa y América, vinculadas con las revoluciones

    burguesas, el sistema colonial en América, particularmente opresivo, terminaba de dibujar un

    escenario ideal para la revuelta social y política.

    La reducción de la revolución de mayo a su carácter anti "español" fue una construcción para

    nada inocente por parte de la historiografía liberal. El objetivo era quitarle a la revolución su

    carácter democrático, rupturista, y su perfil popular, para convertirla en una discusión de

    "nacionalidades". Sin embargo, como ocurre siempre, lo que llevó a la generación de mayo a

    levantarse contra el orden establecido no fue una mera cuestión de banderas y escudos, sino

    una puja de intereses.

    En aquel entonces se dividía a la sociedad en castas según el color de la piel y el origen social,

    lo que impedía, incluso a sectores criollos adinerados, acceder a cargos públicos por no haber

    nacido en España.

    Sencillamente, se privilegiaba un español analfabeto por sobre un criollo ilustrado. Ese era el

    lema de los hijos de españoles que reclamaban a la Corona un trato más igualitario.

    Cada vez más la metrópoli española era vista como un lugar al que se debía tributar mediante

    impuestos y limitaciones al comercio (las colonias sólo podían comerciar con España, ni

    siquiera estaba permitido el comercio intra colonial) y que a cambio sólo devolvía mayores

    niveles de imposición y sojuzgamiento.

    Este era el marco general en toda la América española. Desde México, pasando por Colombia,

    Perú y el Río de la Plata los alzamientos contra el orden colonial serían simultáneos (entre

    1810 y 1811 prácticamente todos los territorios se sublevaron, en una época donde las

    comunicaciones demoraban meses). Pero a este marco regional cabe agregarle uno local.

  • Las invasiones ingleses de 1806 y 1807, el pueblo de Buenos Aires en armas.

    A comienzos del siglo XIX, Inglaterra era la "reina de los mares" y había logrado una

    hegemonía mundial en ese campo, frente a los demás imperios. Esa superioridad marítima era

    clave para poder llevar sus mercancías y ampliar sus mercados a miles de kilómetros de donde

    tenía lugar la revolución industrial que estaba comenzando en su isla. En ese contexto, el

    puerto de Buenos Aires bajo dominio español, era una plaza interesante para poder introducir

    sus productos.

    Cuando tuvo lugar la primera invasión, la débil protección de la ciudad por parte de la corona

    española fue vencida rápidamente. Sin embargo, este hecho desencadenó la toma de las armas

    por parte de vecinos de la ciudad para su defensa. Esta militarización, conllevó que grupos

    sociales que hasta ese momento estaban completamente al margen de la carrera militar y, por

    supuesto, de cualquier intervención política, accedieran a ambas. Las milicias porteñas se

    constituyeron de españoles, pero también de criollos, e incluso se formaron compañías de

    "pardos y morenos libres".

    El regimiento más numeroso fue el de Patricios, comandado por Cornelio Saavedra, hasta ese

    entonces un civil, y en el que se presentaron voluntariamente 1400 hombres, de distintas

    condiciones sociales. En total, se calcula que unos 7000 hombres fueron armados para

    defender la ciudad. Para ese entonces, Buenos Aires tenía una población total de 40.000

    personas, lo que da una idea del impacto social que tuvo este reclutamiento en una sociedad

    donde la regla era una estricta separación por castas. En las dos invasiones, las fuerzas porteñas

    lograron superar a las inglesas, impidiendo el asentamiento del poder británico.

    Superadas las invasiones inglesas con éxito, el poder colonial aparecía nuevamente, pero la

    sociedad ya había cambiado. De ser un ambiente cerrado, con claras divisiones sociales, donde

    "lo público" era restringido a los españoles y altos comerciantes, la experiencia de la guerra

    sembró la semilla de la participación y la erosión de la legitimidad colonial.

    Cuando las noticias de España confirmen el apresamiento del rey y la ausencia, por lo tanto, de

    poder sobre las colonias, esa sociedad civil y militar porteña que había nacido en 1806 decidirá

    tomar el poder.

    Los actores de la revolución

    A diferencia de los otros centros coloniales (México y Perú) el Río de la Plata no se consolidó

    como un lugar económico relevante para la relación comercial oficial con España. El

    contrabando, en un marco de disputa con otras potencias marítimas como Gran Bretaña, le dio

    a la región una mayor distancia respecto al poder imperial. La principal riqueza de la región, a

    diferencia del oro y la plata de los otros centros, era el cuero extraído del ganado silvestre. El

    puerto también servía para la introducción de esclavos cuyo destino era, generalmente, Brasil.

    El comercio informal, desde el cual muchos funcionarios coloniales lograban amasar fortunas

    importantes, era la norma. Estos elementos, que ya habían jugado su rol explicando por qué

    Inglaterra intentó dos veces invadir la ciudad, también son importantes para entender qué tipo

    de actores sociales existían.

  • ¿Qué grupos de poder podríamos identificar? Sin dudas, el centro del conflicto sería el comercio,

    sus formas, sus fronteras y límites, y quién estaría al frente de esos negocios.

    Por un lado, los comerciantes españoles, asociados al comercio legal vía puerto de Cádiz y con

    amplio control del aparato burocrático colonial. Son quienes más jugo sacan del poder

    absolutista español que impide comerciar en igualdad de condiciones a los criollos y sólo

    permite hacerlo con los puertos de España. Por el otro, los comerciantes y hacendados de origen

    criollo asociados al contrabando y con enormes ansias de implantar el librecambio con Gran

    Bretaña para integrarse al mercado mundial sin las molestas trabas impuestas por el monopolio

    comercial, que de ninguna manera lograba frenar el contrabando pero igualmente dificultaba

    las jugosas ganancias que permitía el intercambio de cueros por las manufacturas británicas. A

    estos sectores, se les suman también jóvenes ilustrados como Mariano Moreno, French y

    Beruti, quienes propugnaban un cambio político que los acercara a los aires revolucionarios

    franceses.

    Pero además, también tenían lugar aquellos hombres de armas, que se habían organizado con

    las invasiones inglesas y que tampoco querían volver a su antiguo lugar de súbditos reales sin

    voz ni voto. Saavedra representaba, en parte, a estos sectores.

    Todo este frente social y político estaba constituido, entonces, por quienes serían los actores

    clave de la revolución de mayo. Éste incluía tanto a los intereses comerciales ligados a Gran

    Bretaña como a los sectores populares de la ciudad que habían tenido una experiencia armada

    y tenían intereses concretos para defender su libertad política y terminar con las prácticas

    opresivas de la colonia.

    El documento que mejor expresa estos intereses es el Plan de Operaciones de Mariano

    Moreno, por mucho tiempo cuestionado por la historiografía liberal (en tanto no respondía a

    sus intereses, porque mostraba un costado radical de la revolución, no atada solamente a

    intereses comerciales). Ese documento, además de disposiciones de control militar y logístico,

    contiene un programa económico, donde el actor central es el Estado. La razón de ello no es

    sólo "ideológica": la revolución de mayo no contaba con una burguesía desarrollada como en

    Francia, y sólo tenía comerciantes que habían sabido sacar provecho del contrabando. Dice

    Moreno en el Plan de Operaciones: "las fortunas agigantadas en pocos individuos ...no sólo

    son perniciosas sino que sirven de ruina a la sociedad civil, cuando no solamente con su poder

    absorben el jugo de todos los ramos de un Estado, sino cuando también en nada remedian las

    grandes necesidades de los infinitos miembros de la sociedad, demostrándose como una

    reunión de aguas estancadas, que no ofrecen otras producciones sino para el terreno que

    ocupan, pero que si corriendo rápidamente su curso bañasen todas las partes, no habría un solo

    individuo que no las disfrutase..."

    En el mismo Plan de Operaciones también se evaluaba enviar una fuerza militar hacia

    Montevideo para derrotar militarmente a un Cabildo que no se había sumado a la experiencia

    de la Revolución en Buenos Aires, sino que se referenciaba en un Consejo de Regencia de

    España, que supuestamente cuidaba los intereses de un rey preso que no tenía control alguno

    sobre el territorio español. Esta situación de vacío de poder, en donde no se sabía si se

  • respondía al rey José Bonaparte (puesto por Napoleón en España) a un Consejo de Regencia

    que no tenía ninguna autoridad real (había sido derrotado el ejército español) generó una

    situación en la cual se comenzó a difundir una nueva teoría del poder que había sido desarrollada

    por Jean acques Rousseau. Esta teoría planteaba que el poder emanaba del pueblo reunido y era

    transferido mediante un pacto al soberano, y cuando éste se ausentaba por alguna razón, el poder

    retornaba al pueblo para decidir nuevamente que hacía con su organización.

    El germen de la independencia comenzaba a crecer.

    La consolidación de la Revolución

    La Junta de gobierno de Buenos Aires, con Cornelio Saavedra a la cabeza, se opuso

    claramente a los deseos del Consejo de Regencia, pero no impidió que en su seno se

    expresaran al menos dos proyectos diferentes de lo que había que hacer con este territorio. Los

    intereses económicos vinculados al puerto de Buenos Aires comenzaban a pesar y seducían a los

    actores políticos con la posibilidad de obtener protección y recursos por parte de las grandes

    potencias mundiales de la época.

    Saavedra, que intentó equilibrar entre estos intereses y la propuesta más radical de Moreno no

    logró su cometido y las intenciones moderadas sucumbieron ante los intereses económicos que

    estaban aposentados en el puerto. Moreno había escrito en el plan de operaciones: la

    moderación en tiempos de revolución no es cordura ni virtud, sino que se transforma en una

    debilidad.

    Es en El plan de operaciones de Mariano Moreno donde se vislumbra un proyecto de país para el fin de

    la contienda bélica. La idea del desarrollo y expropiación de las minas del alto Perú, a la par del

    desarrollo del comercio garantizando una acumulación propia a partir de la prohibición de

    llevarse el metal afuera, daba la idea de que la forma buscada era la del desarrollo de los

    sectores productivos, en favor de la mayoría de la población. Minería y comercio eran los

    lemas, a los que Manuel Belgrano sumó el desarrollo agrícola y la producción de una empresa

    maderera que pudiera llegar a ser la precursora de la construcción de barcos propios que

    permitieran vincular al nuevo país con el resto del mundo. Ambos proyectos fueron subsumidos

    por los sectores comerciales porteños que se impusieron de la mano de Bernardino Rivadavia en la

    década del 20.

    En ese sentido, la dinámica política ligada a los intereses comerciales del puerto de Buenos

    Aires, llevó a la autonomía de Bolivia, que había sido el centro de la riqueza de la época

    colonial. Esto garantizaba que el eje del poder económico de la nueva República giraría

    alrededor del puerto de Buenos Aires y sus comerciantes y sus banqueros serían los

    beneficiarios de este proyecto que no incluía ni a los sectores populares ni a los grupos

    dominantes de cada una de las provincias. Se iba conformando un país "independiente" pero

    inmerso en una dinámica económica que lo llevaría a la dependencia de las grandes potencias

    comerciales.

    En aquel Plan de Operaciones, figuraba también la necesidad de extender la ola revolucionaria

    hacia las costas de la ciudad-puerto de Montevideo, donde aparecía una posible consolidación

    de las fuerzas realistas. En definitiva, toda la Banda Oriental aparecía como un complejo

  • campo de batalla, donde se cruzaban los intereses españoles y la pretensión portuguesa de

    incorporar esos territorios. Fue allí mismo donde surgió uno de los liderazgos más interesantes

    de la revolución rioplatense: José Gervasio Artigas, un militar vinculado al mundo rural, tuvo

    posiciones de avanzada en temas sociales, particularmente en lo relacionado con la

    distribución de la tierra. Si bien en un comienzo tuvo el apoyo financiero y militar de Buenos

    Aires, cuando las tendencias unitarias se impusieron, Artigas fue alejándose, hasta el quiebre

    definitivo cuando en 1813 los porteños rechazaron a los diputados del caudillo oriental, que

    debían integrar la Asamblea del año XIII. Artigas conformó un año después la Liga Federal,

    donde fue nucleando a las regiones con las cuales compartía el rechazo a Buenos Aires: en su

    momento de mayor esplendor llegó a influir a Corrientes, Entre Ríos y partes de lo que hoy es

    Santa Fé. Ese recorrido llevó a que se lo considere el primer caudillo federal. El dato más

    relevante es que la lucha de Artigas deja al descubierto la operación "nacional" que vendría

    después: en 18101820, la lucha por la libertad no tenía los límites de los países que se

    terminarían conformando después, la identidad era la americana, y no las "patrias chicas"

    construidas por los intereses oligárquicos, años después.

    San Martín, quien había cumplido un papel militar y político fundamental durante los

    momentos más duros de la guerra por la independencia (1814

    1817), fue perseguido y vituperado por las fuerzas porteñas enemigas de la integración

    americana, porque ésta era vista como un impedimento a los negocios directos que hacían con

    las potencias coloniales del momento, Inglaterra y Francia. Fue en el Congreso de Tucumán de

    1816, que declaró la independencia de las Provincias Unidas del Sud, en donde se pudo ver

    cuáles eran las orientaciones para la política interna de este gran estratega militar. Junto con

    Manuel Belgrano barajaron el nombre de un familiar del asesinado Tupac Amaru para que ocupara el

    trono de una monarquía. De esta forma se le quitaba el poder centralista a Buenos Aires. La historia es

    conocida, la posición republicana de los comerciantes del puerto primó con el objetivo de

    oponerse a la posibilidad de un poder que los sometiera. San Martín, por el contrario, cuando

    estuvo al frente de los gobiernos en Cuyo, primero, y luego en Perú, tuvo un notable

    acercamiento a los sectores populares indígenas, mestizos y esclavizados, a través de medidas

    puntuales y de la creación de un ejército popular.

    Sin embargo Rivadavia, quien presidía el país en los años 20, le puso precio a la cabeza de San

    Martín por haber desobedecido una orden porteña que buscaba reprimir a las fuerzas federales

    artiguistas. El libertador, que en ese momento se había reunido con Simón Bolívar en

    Guayaquil, mostrando un punto de inflexión en la victoria militar sobre España y también las

    posibilidades de articulación política entre los dos grandes caudillos de la independencia

    americana, terminó partiendo al exilio, cuando advirtió que la puja política en Buenos Aires se

    había definido en favor de otros intereses.

    Una economía que se transforma. El inicio de la puja entre el puerto y el interior

    Como ya se dijo, una de las claves para comprender a la revolución de mayo (aunque no la

    única) es el alineamiento de distintos sectores comerciantes, conforme a sus intereses. El

    triunfo de la revolución fue, también, el triunfo de los comerciantes criollos de Buenos Aires,

    quienes tenían como premisa la apertura comercial, con el fin de ser ellos los articuladores

    entre la producción local (tanto de la pampa como el resto del interior) y los agentes

  • comerciales ingleses y demás potencias europeas.

    Así, la apertura comercial de los años posteriores a la revolución, provocó un cambio de poder

    en la geografía económica de todo el Río de la Plata: el interior, las zonas ligadas a la

    producción de plata en el Alto Perú, las distintas producciones artesanales de las localidades,

    fueron doblegadas por la cada vez más poderosa Buenos Aires que ahora, sin las trabas de la

    estructura colonial, podía aprovechar al máximo su rol de ser entrada y salida de exportaciones

    e importaciones. Las manufacturas inglesas, velozmente, fueron ganando espacio en todo el

    territorio de las ex colonias. Los gauchos comenzaron a usar ponchos fabricados en la lejana e

    industrial ciudad de Manchester. La ruina económica del interior profundo es una de las claves

    para comprender las razones de la larga y penosa guerra civil entre los caudillos que al frente

    de sus montoneras chocaron una y otra vez con las fuerzas porteñas que protegían la llave de la

    economía rioplatense, la Aduana del puerto de Buenos Aires.

    El resumen de esta realidad quedó descripta inmejorablemente por las palabras de un

    comerciante inglés, Sir Woodbine Parish. Citado por el historiador José María Rosa: "El Río

    de la Plata debe considerarse como el más rico mercado que se nos ha abierto desde la

    emancipación de las colonias españolas, si consideramos no sólo la cantidad de nuestras

    manufacturas que aquel país consume, sino también las grandes cantidades de materias primas

    de retorno, proveyendo a nuestras manufacturas de nuevos medios de producción y provecho".

    Este creciente conflicto entre el interior y el puerto, terminó cristalizándose en la conformación

    de dos sectores políticos y sociales, conocidos como "unitarios" y "federales". La visión

    unitaria, se correspondió con las ideas liberales, más en términos económicos que políticos,

    con asiento en Buenos Aires y los territorios circundantes que eran clave para la producción

    primaria con destino a la exportación. Se trata además, de sectores ilustrados, vinculados

    culturalmente a Europa, que mirarán al resto de la enorme geografía argentina, como un

    espacio "vacío", apenas habitado por pueblos y tradiciones "atrasadas", vinculadas al pasado

    español, decadente y reaccionario. Era, por lo tanto, un espacio a conquistar.

    Por el contrario, las fuerzas federales, no presentaban tanta unidad de criterio. A grandes

    rasgos, habría que anotar que para fines de la década del 20, el espíritu federal tenía

    representantes bien distintos. Por un lado, los caudillos del interior profundo, representando a

    los territorios donde más se había sentido la apertura comercial y la pérdida de las

    producciones locales. Por el otro, las fuerzas federales vinculadas a los territorios del litoral y

    Buenos Aires, donde la pujanza de las producciones agropecuarias con destino al puerto, hacía

    a estos liderazgos mucho más proclives a posiciones librecambistas.

    Esta "interna" se vio reflejada durante las discusiones entre representantes de distintas

    provincias para firmar el "Pacto Federal" en 1831. En ese debate, el gobernador de Corrientes,

    Pedro Ferré, sostuvo a "la libre concurrencia como una fatalidad para la nación. Los pocos

    artículos industriales que produce nuestro país no pueden soportar la competencia extranjera".

    Y proponía: "El objeto principal del Congreso Nacional en proyecto debía ser alejar cuanto

    pudiese constituir estorbo al desarrollo de la industrial territorial, por medio de la prohibición

    de importar artículos producidos en el país". En ese momento, Corrientes era una provincia

    productora de tabaco y yerba mate, y tenía una respetable industria naval en diversos astilleros,

  • producción que tenía como destino el mercado interno del país. Sin embargo, esta

    argumentación chocó con la del representante del gobierno de Buenos Aires, ya a cargo de

    Juan Manuel de Rosas, quien sostuvo que "la protección, al restringir el comercio externo,

    habría de producir necesariamente la merma de la riqueza ganadera, la mayor del país y la

    preponderante en las provincias federales", y que "los sustitutos locales de los productos

    extranjeros serían caros y malos, no bastando para satisfacer necesidades que hacen parte ya de

    la vida". Quién puede dudar que semejante debate no siga siendo hoy parte de los dilemas

    argentinos.

    Sin embargo, esta "interna" del federalismo se producía en un marco de avance político

    mayúsculo. Después de años de guerra civil y de Buenos Aires aislada en su propio proyecto

    autista, la llegada de Rosas a la gobernación y la posterior creación de la Confederación

    Argentina (donde Buenos Aires volvía a vincularse al resto de las provincias) generó una

    nueva dinámica en el federalismo.

    La Confederación Argentina (18351852)

    La historia oficial suele obviar este ciclo histórico, incorporándolo a los años de la "guerra

    civil" o el caos organizativo. Recién con la derrota de Rosas en 1852 y la firma de la

    Constitución en 1853 comenzaría la "historia nacional", según la norma impuesta por los

    historiadores liberales.

    Elección nada inocente, pero por sobre todas las cosas, completamente injusta.

    La Confederación Argentina fue un esfuerzo organizativo de los gobiernos federales, que

    tomó fuerza cuando Juan Manuel de Rosas comenzó su segundo mandato como gobernador

    de Buenos Aires. A partir de ese ímpetu político, Rosas se encaminó como representante de

    esa Confederación, asumiendo el manejo de las relaciones exteriores, como primer paso para

    la constitución de un poder político nacional.

    Desde ese lugar, Rosas inició la ardua tarea de recuperar la soberanía económica y la vieja

    riqueza industrial del virreinato. El instrumento para lograr dicho objetivo fue una Ley de

    Aduanas de neto corte proteccionista, casi una repetición de las propuestas que Pedro Ferré

    había efectuado cuatro años antes. ¿Qué habrá llevado a un rico hacendado de Buenos Aires,

    que hasta hace poco tiempo era proclive a la apertura comercial, a construir una ley que con el

    tiempo demostraría que beneficiaba a la totalidad de las provincias? Son muchas las preguntas

    que podemos hacernos en torno a esta decisión de Rosas que implicaba una vuelta de página

    con respecto a la política económica que se había aplicado a partir de 1809, pero lo concreto es

    que la Confederación Argentina fue un instrumento para discutir el modelo de beneficio

    exclusivo del puerto.

    Se prohibió la importación de aquellos artículos o manufacturas de los que existía una versión

    nacional que satisfacía la necesidad de consumo local y que no tuviera un precio mayor. Otras

    producciones, que todavía no tenían un igual local, pero ya existía un comienzo de sustitución,

    tenían un 25% de gravamen. Los artículos de lujo, que no se producían localmente, pero

    tampoco eran imprescindibles en el consumo popular, tenían un 50%.

  • La aplicación efectiva de la ley de aduanas, se dio en el marco de dos intervenciones

    extranjeras, el bloqueo francés de 18381840 y la guerra del Paraná contra la flota

    anglo-francesa en 18451846, a lo que hay que agregar las conspiraciones de los unitarios

    refugiados en Montevideo y la disputa con el gobernador de entre Ríos, Justo José de Urquiza,

    quien terminaría traicionando a Rosas, al convertirse en el jefe militar de las fuerzas liberales

    en la batalla de Caseros.

    Una evaluación de la política económica del rosismo en el marco de la Confederación

    Argentina, arroja estos números: para 1852 existían en Buenos Aires unos 1065

    establecimientos fabriles y 2008 casas comerciales. Córdoba, Tucumán y Salta se habían

    transformado en importantes centros manufactureros abarcando rubros como los tejidos, la cal,

    el calzado, los ingenios azucareros y los cigarrillos. En Mendoza se recuperaron los viñedos

    llegando a abarcar más de 500 hectáreas. Más allá de todos estos datos, quizás lo más

    destacable de la ley fue que revirtió el endémico déficit de la balanza comercial generado por el

    librecambio. Para 1852, la Confederación exportaba por un valor 1.672.932 pesos fuertes e

    importaba por unos 497.853 de la misma moneda. Lamentablemente, la derrota en Caseros

    determinaría el regreso del liberalismo económico y con ello se pondría fin al experimento

    político y económico del federalismo, que podría haber construido una Argentina sobre otras

    bases.

    El país de la oligarquía

    A partir de la derrota del rosismo en 1852, si bien la Confederación Argentina se mantuvo

    como esqueleto político durante diez años y se sancionó una Constitución Nacional, el

    proyecto federal estaba en franco retroceso. La provincia de Buenos Aires se aisló del resto del

    país, funcionando como un Estado autónomo, asegurándose para sí el provecho de los ingresos

    aduaneros originados por la producción agrícola-ganadera.

    En 1861, otra batalla definió el ingreso definitivo de Buenos Aires al orden constitucional

    nacional. José de Urquiza, gobernador de Entre Ríos, que durante esos diez años había

    liderado la Confederación después de derrotar a Rosas, abandonó el campo de batalla,

    permitiendo que Bartolomé Mitre, al frente de las fuerzas de Buenos Aires, se adjudique la

    victoria. Se confirmaba la victoria conservadora que había comenzado en 1852.

    A partir de este momento, el país tuvo un orden político más uniforme, bajo los intereses de

    Buenos Aires. El gobierno de Mitre se puso un objetivo claro: lograr el control de todas las

    provincias, combatir a los caudillos del interior que intentaban defender la causa federal,

    subordinar el proyecto de país a las necesidades de Buenos Aires, estrechar los vínculos con

    Inglaterra.

    Ni bien Mitre tomó control sobre el gobierno nacional, comenzó una "guerra de policía" en

    todo el interior del país: las provincias donde los caudillos federales tenían el poder fueron

    intervenidas, y en las que el conflicto ya era armado, se realizaron incursiones sangrientas con

    el fin de terminar con los líderes federales. El propio Faustino Sarmiento dirigió uno de esos

    comandos, en las provincias de San Luis, Mendoza y San Juan.

  • En La Rioja, el Chacho Peñaloza y sus montoneras lograría frenar el embate por un tiempo

    más, pero finalmente, en 1863 sería capturado y asesinado. Las palabras del propio Mitre

    resumen bien el comportamiento de los sectores dominantes en momentos de disputa, no sólo

    para esta etapa antigua de la historia argentina: "Mi idea se resume en dos palabras.

    Quiero hacer en La Rioja una guerra de policía. La Rioja se ha vuelto una cueva de ladrones

    que amenaza a los vecinos y donde no hay gobierno que haga ni policía de la provincia.

    Declarando a los montoneros sin hacerles el honor de de considerarlos como partidarios

    políticos, ni elevar sus depredaciones al rango de reacción, lo que hay que hacer es muy

    sencillo".

    De esta manera, para mediados de la década del sesenta fue tomando forma un bloque

    oligárquico, tanto en sentido político como económico.

    Por el contrario, la apertura revolucionaria y democrática que se había abierto en 1810, y que

    había sido retomada en los proyectos federales del interior y del rosismo, quedaba clausurada.

    Pero la tensión entre el interior y Buenos Aires aún no había cicatrizado.

    La conducción política del país durante el mitrismo quedó de forma muy obvia bajo un

    formato centralista, donde mandaban los ingresos de la aduana de Buenos Aires y el vínculo

    económico establecido con Gran Bretaña. Las provincias incluso contando a los sectores

    dominantes en cada una de ellas quedaron al margen de toda decisión relevante. Pero las

    oligarquías del interior no querían dejar pasar el tren imperialista de la historia y encontraron

    en la figura de Julio Argentino Roca (de origen tucumano) al político que podía unir a los

    poderes provinciales con el proyecto oligárquico porteño.

    Roca, a diferencia de las posturas cerradamente porteñas de Mitre, levantó las banderas de la

    nacionalización de la aduana y la federalización de Buenos Aires. Logró armar un frente con

    las oligarquías del interior, las cuales formaron la Liga de los Gobernadores, obligando a

    Buenos Aires a ceder parte de su hegemonía ante el peso político y militar de las provincias,

    respondiendo a la necesidad de éstas últimas de sostener una conducción férrea que les

    permitiera garantizar la paz interior en cada una de ellas.

    Al nacionalizar la aduana, al menos una parte de esos ingresos pasaban a ser distribuidos en el

    interior. En tanto, la "federalización" de Buenos Aires, es decir, convertir a la Ciudad de

    Buenos Aires en un territorio federal separada de la provincia donde se asienta, garantizaba

    que el centro del poder político de la Argentina no sería al mismo tiempo capital de una de

    ellas.

    Comenzaba un período donde las oligarquías nacionales repartían sus tareas: Buenos Aires era

    la encargada de introducir capitales y colocar deuda sin abandonar su rol de intermediario a la

    hora de exportar materias primas e importar manufacturas vinculadas con Inglaterra, las

    oligarquías del interior eran así beneficiarías secundarias de este mismo esquema que, por otro

    lado, les aseguraba gobernabilidad en sus territorios.

    Esta consolidación de un proyecto de nación oligárquico estaba inserto en un contexto mundial

  • propicio para la alianza entre una clase dominante local con uno de los centros económicos

    mundiales: Inglaterra. El auge del imperialismo durante la segunda parte del siglo XIX bajo la

    forma de grandes capitales de inversión, provocó la llegada de inversiones financieras a países

    periféricos como la Argentina. Este nuevo tipo de capital el financiero se materializaba a

    fuerza de empréstitos (deuda externa) generando una estructura económica dependiente del

    flujo de divisas.

    A nivel continental también asistimos al fin y al comienzo de un ciclo, donde las oligarquías

    portuarias habían sepultado los sueños de Patria Grande que las luchas por la independencia

    habían hecho surgir cincuenta años antes. Conforme se consolidaron espacios nacionales

    fragmentados, surgió la necesidad por parte de las oligarquías locales de generar rápidamente

    un sentimiento "nacional" en la población. Es la época de la "argentinidad", la "peruanidad", la

    "bolivianidad", en la que los países latinoamericanos elaboran formas jurídicas estables luego

    de años de guerra civil pero que, a la vez, estuvo acompañada de una entrega casi total de los

    resortes económicos y financieros a las naciones europeas a lo que se sumaría, con el correr de

    los años, el nuevo imperio ascendente, Estados Unidos.

    Para completar el cuadro, durante esta etapa de consolidación de los estados nacionales, en su

    forma oligárquica y de dependencia externa, las dirigencias políticas adscribieron a las

    corrientes cientificistas y positivistas que estaban en boga en Europa. Tal vez allí resida el

    aspecto "progresista"

    de estos elencos gobernantes: en muchos casos propugnaron una separación relevante de la

    Iglesia de los asuntos públicos, apoyaron la masificación de la educación pública y ejercieron

    cierta ampliación del debate intelectual, posibilitaron un conocimiento más extenso y profundo

    de las poblaciones y las riquezas nacionales mediante censos, expediciones, institutos de

    investigación, etc.

    Sin embargo, siempre es importante entender la matriz conceptual: esta visión liberal y

    progresista, al estar vinculada a un esquema de dominación elitista, anclada en los intereses de

    las clases dominantes, estuvo al servicio de políticas con ese mismo tamiz ideológico. La

    "campaña al desierto" como se nombró en su momento a la conquista de los territorios

    indígenas en la patagonia fue hecha bajo el ideal cientificista, del "progreso" y sin embargo

    implicó el despojo y la reducción a la servidumbre de los pueblos que habitaban esas tierras.

  • LAS MASAS POPULARES

    EN LA ERA DE ROSAS

    Camilo Rojas

    "Un argentinismo criollo, popular, un nacionalismo 'desde abajo' impuso su tónica general, venciendo

    en muchas oportunidades las corrientes extranjerizantes, las desviaciones españolistas, afrancesadas y

    pro

    inglesas que impregnaban los sentimientos y las ideas de los sectores dirigentes de entonces. En los

    momentos en que la lucha alcanzó la agudización propia de la guerra, ese nacionalismo del Pueblo

    llego al odio militante contra los sectores nativos partidarios de la revolución a la europea".

    Eduardo Artesano

    "La Confederación Argentina de Rosas con su sufragio universal, igualdad de clases, fuerte

    nacionalismo y equitativa distribución de la riqueza, será tenida como una verdadera y sólida

    República Socialista (de aquel socialismo 'socia' de 1848 tan diferente al individulismo ursurpador del

    nombre), adelantada al tiempo y nacida lejos de Europa. --"Revista del Instituto Juan Manuel de

    Rosas.

    Los sectores subalternos penetran en la historia de nuestro país, así como en la mayor parte de

    nuestro continente, en forma violenta y pasional en medio de las guerras nacionales por la

    independencia: Frente a la amenaza externa en una primera instancia; frente a la violencia

    interna ejercida por las fuerzas de la antipatria después.

    La revolución popular conducida por Juan Manuel de Rosas se desarrolla en medio de la

    consolidación del sistema capitalista de producción a nivel universal, así como la hegemonía

    cultural del liberalismo europeo, el cual define los lugares que ocuparían las clases sociales en

    dicho sistema: la burguesía labra la historia, mientras que el proletariado queda relegado

    meramente a la producción. La pirámide de relaciones de poder en su sustancia misma.

    En el proceso capitalista nacional conducido por Rosas, la hegemonía del poder se subvierte.

    El gobierno de Rosas otorga a las masas subalternas un papel fundamental. No son solo

    productores, alfareros, artesanos, mineros; no son solo tejedores, agricultores... No. Las masas

    subalternas pasan a ser la fuerza social que conducirá, en su condición de "Pueblo en Armas" a

    la Nación a su destino de grandeza. Poblados enteros, familias y tribus, desposeídas de todas

    las horas, verían en Rosas y su política plebeya, la garantía de su supervivencia en un mundo

    en que el "tren de la historia" occidental arrasaba con todas las naciones del tercer mundo,

    sometiendo a sus pueblos e imponiendo su lógica imperial.

    Mientras el capitalismo europeo relega a la clase trabajadora en mero instrumento de

  • producción, reservando la defensa nacional a los ejércitos institucionales, Rosas otorga a las

    masas subalternas las herramientas materiales y espirituales necesarias para la defensa, tanto

    en el plano externo frente a las agresiones foráneas como en el plano interno frente a la

    violencia institucional de los dueños de las tierras y el capital, los cuales acorralaron y cercaron

    a los desposeídos desde su consolidación como clase .

    Las primeras expresiones de un intento de organización popular se produce en reacción a la

    amenaza exterior en 1807, de los Ingleses en Buenos Aires; con la consolidación de nuestra

    primera independencia frente al yugo español; y nace allí, en aquellas gestas gloriosas de

    nuestra historia, la idea de las barriadas armadas en defensa del territorio, de la población toda

    en defensa de lo propio, en rechazo de las imposiciones del "progreso" extranjero que todo lo

    arrasaba, que todo lo consumía en "pos del avance de la civilización occidental".

    La era de las luchas nacionales parió en su seno conflictivo y contradictorio aquella raza que

    sería perseguida, torturada y exterminada a lo largo de todo el siglo XIX: las masas plebeyas.

    Estos sectores, diversos en sus orígenes y completamente desorganizados, fueron quienes

    darían cuerpo, como factor central de poder, al proyecto federal y continentalista de Rosas.

    Rosas expone físicamente, en las calles, en las festividades, en todas partes, a las masas

    subalternas. Las cuerdas de tambores retumbaban en las calles del Palermo antiguo. Las

    montoneras poblaban las pulperías, los almacenes, rodeaban los edificios públicos en las

    fiestas patrias, alzando tacuaras y gorros colorados. El gobernador se reunía abiertamente con

    caciques de frontera, vacunaba a sus poblaciones, cometía el enorme pecado histórico de

    comunicarse en las lenguas originarias de cada comunidad. El personaje entero era un

    escándalo.

    Era "indio rubio" para los Ranqueles, y "gaucho" para los poblados criollos que clamaban su

    presencia.

    Con un inmenso talento y desmedida destreza política para interpretar las necesidades de los

    excluidos de su tiempo, el Brigadier supo interpelar a cada uno de los sectores plebeyos.

    ¿Cuáles son los sectores que conforman el núcleo original de nuestra nacionalidad? Son tres

    los cuerpos culturales quienes, en un principio, conforman al ser nacional liderado por Rosas:

    los Criollos (personificados centralmente en el Gaucho como figura social predominante), los

    Indios (fracciones de las poblaciones originarias más constituidas y desarrolladas

    militarmente), y los negros (quienes, hasta la era de Rosas, no poseían derechos reales, más allá

    de la presunta libertad obtenida pos independencia).

    Estos sectores --completamente distantes en sus orígenes culturales, así como en sus

    necesidades y objetivos como grupo-- serán conducidos por el Restaurador hacia la

    conformación de un cuerpo orgánico, que permanecería indivisible durante todo su gobierno.

    Rosas representa, frente a los pensadores liberales de su época, la idea de la "democracia pura".

    Para los apóstoles del liberalismo extranjerizante, un "gobierno de la democrático", es el

    "gobierno de las clases plebeyas", por tanto, una tiranía, una amenaza para los privilegios.

  • Rosas personificó así, en los textos liberales, la figura de "apóstol de la democracia".

    En palabras del General Paz:

    "Esa gran facción de la República que formaba el Partido Federal no combatía solamente por la mera

    forma de gobierno, pues otros intereses y sentimientos se refundían en uno solo para hacerlo triunfar:

    primero, era la lucha de la parte más ilustrada contra la porción más ignorante; en segundo lugar, la

    gente del campo se oponía a la de las ciudades; en tercer lugar, la Plebe se quería sobreponer a la

    gente principal. (...) Las tendencias democráticas se oponían a las miras aristocráticas (...) Debe

    agregarse el espíritu de democracia que se agitaba en todas partes. Era un ejemplo muy seductor vera

    esos Gauchos de la Banda Oriental, Entre Rios y Santa Fe, dando la ley a las otras clases de la

    sociedad.

    (...) Ver a Artigas, Ramírez y Lúpez, entronizados por el votode esos mismos gauchos legislando a su

    antojo".

    Para el liberalismo imperante en la era de la Revolución Nacional rosista, "Democracia" era

    asociado directamente al libre accionar de las masas populares, así como al sistema que

    entronizaba, mediante la desición de las mayorías, a los caudillos en posiciones de poder. Ellos

    elegían a sus generales, a sus comandantes. Eran ellos quienes conformaban poblaciones

    enteras alzadas en armas frente al invasor foráneo, o a las fuerzas de la antipatria, empecinadas

    en el exterminio de las clases populares, en pos de entronizar la tan mentada civilización

    occidental, la razón europea, el orden del progreso frente a la anarquía federal.

    Rosas representa así, la expresión más acabada del imperio de las masas plebeyas de las

    provincias frente al proyecto aristócrata de las clases privilegiadas de Buenos Aires.

    Dirá Eduardo Astesano:

    "El federalismo significó, en concreto, la alianza, en el poder o en el laño, de 'los de abajo' con

    un sector de la burguesía argentina de entonces, con la burguesía federal de las ciudades y

    campañas. (...) El ejemplo de las Invasiones, las Montoneras, los Colorados de Rosas,

    demostrarán como los sectores populares alcanzan la categoría de 'Pueblo en Armas' y

    cumplen las tareas nacionales y populares que su época histórica les plantea".

    Las distintas escuelas de pensamiento, de izquierda a derecha, no discutirían la figura de

    Rosas... la negarían. "Tiranía, y nada más", dirá José María Rosa, refiriéndose irónicamente al

    trato que recibe aquella etapa histórica. Rosas representó, a la luz de los acontecimientos, la

    alianza de las distintas facciones de la clase plebeya, interpretada por la política nacionalista y

    popular de Rosas. En él se encarnan todos los anhelos de los "nadies" y el odio de los "cultos".

    Repudiado por los sectores intelectuales de todas las horas, sólo los "de abajo", como a Perón

    en el siglo XX, supieron interpretar la premisa revolucionaria del Brigadier, su proyecto

    emancipador y americanista. No hay perdón, ni lo habrá para quien supo formar de las

    poblaciones, barriadas armadas en defensa de la soberanía. En sus palabras, "los que entienden

    al país no son leídos. Y los leídos, no entienden al país".

  • EJE INTERNACIONAL

    LEÓN POMER

    La Guerra del Paraguay:

    Estado, Política y Negocios

    Capítulo 1: GRAN BRETAÑA: UN NUEVO SIGLO XVI

    1.- Comienzo con piratas

    Primero fue el asalto y la rapiña. Los piratas se trocarán en caballeros y estos devendrán

    piratas. En los siglos XIV y XV es enorme el desarrollo de la industria europea. El comercio

    reclama más medios de pago de los que puede proveer Alemania, la gran productora de plata

    en la centuria que va de 1450 a 1550. Hay sed de metal precioso. En el mes de septiembre de

    1549 William Damsell, agente financiero de la corona inglesa, logra contratar un empréstito

    con los banqueros Fúcar (1) de Alemania. Ha penado varios meses en Amberes hasta

    conseguir finalmente £ 54.000 a pagar al cabo de un año. Al terminar el período, la corona se

    ve obligada a renovar el crédito y en 1552 Thomas Gresham, que ha sucedido a Damsel,

    encuentra que se debe a los Fúcar £ 123.047'.

    Es indispensable hacerse de metal precioso; y acaso Gresham haya tenido que recordar a su

    soberano que en el siglo XIV, los mercaderes de la liga hanseática aviniéronse a prestar a la

    corona a cambio de retener como garantía las insignias del poder real (2). En consecuencia,

    vayan los piratas y ejerzan la rapiña. Con la bendición de Su Majestad.

    En 1577 parte Francis Drake. A su retorno, tres años más tarde, trae un botín valuado en £

    150.000 en oro y plata robados a los españoles.

    Mejor negocio que pedir prestado a los alemanes. Sobre todo si se considera que esa suma

    representa un beneficio de 4700% sobre el gasto demandado para equipar al pirata, en el que

    ha tenido parte Su Majestad la reina (3).

    En 1586 zarpa nuevamente Drake. Esta vez saqueará Santo Domingo, Cartagena, San Antonio

    y Santa Elena. Invariablemente, obliga a los habitantes de las ciudades saqueadas a pagarle

    gruesas sumas en calidad de rescate. Simultáneamente el pirata Cavendish, estacionado en las

    proximidades de las costas españolas, ocúpase de asaltar los navios que retornan de Indias y de

    Asia.

    El asalto y la rapiña se encarnizan contra los más ricos centros del comercio español en Indias.

  • Portobelo, reputada como "mercado de las mayores Ferias que se han visto en el mundo" (4),

    es atacada por Drake en 1596, por Juan Morgan en 1668, por Juan Spring en 1670, por la

    escuadra inglesa de Jamaica en 1702, por Eduardo Vernon en 1740 y por G. Kinhilsel (de

    Jamaica) en 1744. Y paremos de contar, que la lista de depredadores y depredaciones sigue

    para largo. Incluye corsarios franceses, holandeses, daneses, etc. El capital comercial que por

    entonces predomina exige imperiosamente más y más medios de cambio.

    Los piratas están concurriendo a la acumulación primitiva del capital. Mas no se quedan ahí,

    puesto que entre la riqueza que traen a la metrópoli se cuentan materias primas que comienza a

    demandar la creciente industria.

    Sábese que destruida Amberes en 1585 fugan de ella los individuos que fundarán la industria

    textil en la Gran Bretaña. En 1621 llegan a Inglaterra las primeras partidas de algodón, desde

    las colonias en el norte de América. Y junto con la fibra vendrán en naves piratas índigo y

    cochinillas, dos materias tintóreas de origen vegetal que se dan en la América española.

    Para responder a la demanda que va creciendo nacen en distintos sitios del planeta

    plantaciones que cultivan las materias primas demandadas. Se instaura la esclavitud.

    Embozada o abierta, ella se constituye en una de las categorías fundamentales del capitalismo

    hasta pasada la mitad del siglo XIX. Los plantadores, legal o clandestinamente, extraen sus

    producciones, que marchan generalmente en dirección de los mercados que desarrollan su

    industria. Entre tanto Francis Bacon (1561-1626) alude a sus coterráneos en estos términos:

    "En intelecto, ángeles brillantes: en codicia, reptiles rastreros".

    Estamos en la edad de la manufactura. Su base técnica es primitiva y la producción depende en

    ella de la utilización masiva de la fuerza humana. El artesanado de los burgos y la producción

    casera aldeana constituyen su base económica. El obrero se vale de la herramienta: después de

    1750 comenzará a servir a la máquina. La demanda de materias primas crece. Las tintóreas

    que produce América son más codiciadas que nunca. Carolina del Sur, Santo Domingo y

    algunas regiones meridionales de América constitúyense en los principales exportadores

    mundiales de cochinilla e índigo. Desplazan a la India. En 1773 América del Sur exporta

    índigo por valor de £ 1.000.000; pero antes, en 1736, México ya enviaba a Europa £ 800.000

    de cochinillas (5). Mas las cifras lejos están de reflejar la realidad. El contrabando que realizan

    los ingleses por Jamaica, al que concurren los plantadores y otros productores de las colonias

    españolas, les procura ingentes cantidades de metal precioso y materias primas. En su Teoría y

    práctica de comercio y marina, Uztáriz cita un libro inglés que relata las hazañas del contrabando

    jamaiqueño. Los beneficios que procura a la Gran Bretaña son estimados para comienzos del

    siglo XVIII en seis millones de pesos al año, suma mayor que la que obtiene por su

    participación en el tráfico por Cádiz (6).

    Piratería y contrabando andan del brazo. Sus inspiradores son descriptos de la siguiente

    manera en 1707: "Aquí en Inglaterra, reina entre los hombres de comercio un espíritu de

    crueldad tal como no se encuentra en ninguna otra sociedad humana ni en ningún otro reino

    del mundo" (7).

    Inglaterra toma la delantera sobre sus rivales, Francia y Holanda en primer término. Obsérvese

  • el siguiente cuadro:

    Cuadro 1. Desarrollo de las flotas mercantes entre 1650 y 1794

    Año Tonelaje de los navíos ingleses Tonelaje de los navíos de las demás potencias

    1650 49.409 57.260

    1663 95.266 47.634

    1700 273.693 43.635

    1728 432.832 23.635

    1738 476.941 26.627

    1750 609.798 51.386

    1770 703.495 57.476

    1785 951.855 103.398

    1790 1.260.828 144.132

    1792 1.396.000 169.151

    1794 1.589.162

    Las cifras muestran la creciente ventaja hasta ser abrumadora, de la Gran Bretaña sobre las

    demás potencias comerciales de la tierra. Y si en la centuria que va de 1650 a 1750 el tonelaje

    inglés crece en 560.389 toneladas, en los próximos cuarenta y cuatro años el ascenso será de

    979.364 toneladas. La tasa de crecimiento ha subido en el segundo lapso de manera

    extraordinaria. La razón se llama "revolución industrial", fruto de múltiples inventos, pero

    principalmente del motor universal que Watt patenta en 1769 y de la introducción de las

    máquinas en la industria del algodón. Ha llegado el momento en que la fuerza humana de

    trabajo ya no es lo fundamental en la producción; será reemplazada por la máquina y el motor

    a vapor. La productividad crece vertiginosamente; por algo consume Inglaterra 2.000. 000 de

    libras de algodón en 1750 y treinta años más tarde 15.000.000 (8). La industria textil británica

    lanza sus telas sobre el mundo entero; necesita la provisión fluida y permanente de materias

    primas y mercados de consumo. La revolución industrial instaura definitivamente el mercado

    mundial. Sin él es inconcebible la gran industria.

    2.- El período único.

    Vengamos al siglo XIX, al momento en que poco falta para llegar a la mitad de la centuria.

    Entre 1848 y 1864 acaece en la Gran Bretaña "un período único en los anales de la historia por

    el desarrollo de su industria y el florecimiento de su comercio...". En paradoja más aparente

    que real, "...la muerte por hambre llegó a instaurarse en la capital del imperio británico"9.

    Federico Engels describirá en 1845 la situación de la clase obrera en Inglaterra. Lo hará con

    trazos más que sombríos. No lo son menos los dibujos de Dante Gabriel Rosetti que hoy

    cuelgan en el Museo Británico: allí se exhibe la miseria espantosa en que vive el pueblo.

    También Dickens la describirá en sus novelas. En Hard Times, de 1854, la crítica deviene sátira

    al sistema manchesteriano de "laissez faire"; de él afirma Dickens que "el culto interés que

    evidencian por sí mismos [sus sostenedores, L. P.] no pasa de ser una inculta crueldad". Mas la

    inculta crueldad da buenos dividendos.

  • Cuadro 2. Ganancias que produce el obrero inglés en las hilanderías de algodón

    (1819-1882) Año Producción de hilo por Ganancia media anual

    obrero (en libras) por obrero

    1819-1821 968 £ 26 y 13 chelines

    1829-1831 1546 £ 27 y 6 chelines

    1844-1846 2754 £ 28 y 12 chelines

    1859-1861 3671 £ 32 y 10 chelines

    1880-1882 5520 £ 44 y 4 chelines

    Cuadro 3. Ganancias que produce el obrero inglés en las tejedurías de algodón (18191882)

    Año Rendimiento por

    obrero (en libras) Ingreso anual por obrero

    1819-1821 322 £ 20 y 18 chelines

    1829-1831 521 £ 19 y 8 chelines

    1844-1846 1658 £ 24 y 10 chelines

    1859-1861 3206 £ 30 y 15 chelines

    1880-1882 4039 £ 39

    FUENTE: Werner Sombart

    La plusvalía va en aumento en la rama fundamental de la industria británica; como la sombra

    la persigue la miseria. Mas no es solo la del pueblo inglés y el de Irlanda, diezmado este último

    en términos equiparables al de los trabajadores de las plantaciones tropicales. Es la miseria de

    todos aquellos países y territorios sometidos a dominio colonial.

    Obsérvese qué sucede en la India. En los años del 30 nómbrase en Inglaterra una comisión que

    deberá dictaminar sobre un problema que inquieta a los industriales textiles: ¿cómo hacer para

    que la India absorba parte considerable del producto de la industria algodonera británica? El

    cónclave de aburguesados lores pronunciará un dictamen escasamente salomónico: destruir la

    industria textil vernácula de la India Oriental.

    Acatará el gobierno el consejo y puesto a la obra llegará a buen fin, con solo medidas fiscales y

    aduaneras. El gobernador de la India escribe en su Informe para los años 1835-36: "La miseria

    encuentra apenas un paralelo en la historia del comercio. Los huesos de los indios tejedores de

    algodón blanquean en las llanuras de la India.

    G. K. Chesterton jamás se reprochó el haber escrito: "...Su gloria no data de las grandes

    cruzadas, sino de los grandes saqueos"11. No se refiere a los piratas, sino a la burguesía inglesa

    del siglo XIX.

    El crecimiento extraordinario de la productividad, la provisión fluida y permanente de materias

    primas y la destrucción de la competencia representada por las industrias artesanales de los

    pueblos sometidos a dominio colonial se traducen en significativos guarismos.

  • Cuadro 4.- Exportación de la Gran Bretaña de 1846 a 1866

    Año Valor en £ Año Valor en £

    1846 58.842.377 1860 135.842.817

    1849 63.596.052 1865 165.862.402

    1856 115.826.948 1866 188.917.563

    FUENTE: Carlos Marx

    Detrás de los guarismos fríos existe una múltiple acción política y militar, económica y

    diplomática que abarca todos los rumbos del orbe. En 1860 las colonias de Su Majestad cubren

    2.500.000 kilómetros cuadrados que habitan 145.000.000 de seres humanos. En 1880 la

    superficie es de 7.700.000 kilómetros cuadrados y la población de 267.900.000 habitantes.

    Y debe advertirse que aquí no está sumada la Argentina, que al igual que todos o casi todos los

    pueblos de la América española es para ese tiempo una colonia sin las formalidades coloniales:

    gobernador británico, funcionarios y tropas venidas de Albión para mantener a raya a los

    nativos...

    Florecen la industria y el comercio en "ese período único" y ya vamos viendo el cómo y el

    porqué. Y si otras primeras potencias de la época no pueden exhibir tan brillantes resultados,

    en la práctica rapiñesca no le van a la zaga a la Gran Bretaña. Vaya aquí mismo un muestrario

    de agresiones y conquistas que está muy lejos de agotar la enumeración.

    • En 1830 Francia conquista Argelia.

    • En 1839 el gobierno chino prohibe la importación de opio; Inglaterra responde

    bombardeando Cantón y ocupando Shanghai.

    • Ocupación de Aden.

    • En 1840, anexión de Nueva Zelanda.

    •En 1842 Inglaterra obliga a la dinastía manchú a firmar un tratado de comercio; Cantón y

    cuatro puertos más quedan abiertos a la libre introducción de las mercancías inglesas.

    •Anexión de Hong Kong.

    • En 1849, anexión de Pendjab por Inglaterra.

    •En 1853 los EE UU envían al Japón al almirante Perry para exigir la apertura de los puertos al

    comercio.

    • En 1855 el Zar de Rusia envía al Japón una flota de guerra bajo el mando del almirante

  • Putiatin.

    • En 1856, bombardeo de Cantón por barcos de guerra británicos.

    • En 1857 estalla en la India la sublevación de los cipayos; terminará dos años más tarde en la

    derrota. Al mismo tiempo que se los fusila en masa atados a la boca de los cañones, Inglaterra

    comienza a construir el primer ferrocarril.

    •En 1860 un cuerpo expedicionario franco-británico desembarca en China y saquea el Palacio

    de Verano de Pekín.

    •En 1861 comienza la aventura mexicana de Luis Napoleón Bonaparte, que se prolongará

    hasta 1867.

    • En 1862 Francia se apodera de la península de Indochina.

    • En 1863, rebelión en Japón contra la intervención extranjera. Naves de guerra de los EE.

    UU., Francia y Holanda bombardean Kagoshima; luego desembarcan, participando en la

    represión del movimiento popular.

    • En 1864 Maximiliano de Austria es coronado Emperador de México.

    La resultante de estas y muchas otras acciones colonialistas se traduce de la siguiente manera:

    Cuadro 5 Expansión colonial de las grandes potencias (1862-1912)

    Potencia colonial Millones de millas cuadradas inglesas Habitantes de las colonias en 1910 (en

    millones)

    En 1862 En 1912

    Gran Bretaña 5,3 11,5 421

    Rusia 7,6 10,2 167

    EE. UU. 1,5 3,7 103

    Francia 0,4 4,8 86

    Alemania 0,24 1,2 78

    Japón 0,15 0,26 70

    Italia 0,1 0,7 36

    Totales 15,29 32,36 961

    FUENTE: Werner Sombart

    El cuadro 5 puede ser expresado también así: en 1862 el 29,4% del planeta es dominio

    colonial; en 1912 el porcentaje asciende al 62,3%.

    Entre tanto, en 1910 el 60% de los seres humanos viven bajo la opresión colonial: 961

    millones sobre 1600 millones. Gran Bretaña tiene bajo su yugo directo (repito: no se considera

    la sujeción indirecta y disimulada) nada menos que a 421 millones de individuos (12).

    Observemos ahora en qué medida los distintos continentes, excluida Europa, son víctimas del

    colonialismo.

  • América es el único lugar del globo que muestra un retroceso. No nos llena de orgullo. No

    tuvimos gobernador inglés ni tropas de ocupación, pero ¿quién podría afirmar que nuestra

    voluntad fue libre y soberana?

    Gran Bretaña no siempre abrió los mercados a cañonazos; hábilmente combinó caricias y

    palos. Aquí los cómplices vernáculos le evitaron el gasto de la administración colonial y los

    soldados. La "inculta crueldad del laissez/aire" fue practicada con singular eficacia. En América

    y en todo el orbe. La verdad definitiva fue la succión de las riquezas indígenas. Se traducirán

    en un portentoso crecimiento de la renta nacional de Gran Bretaña. (Nacional por así decirlo:

    renta que fue a parar sustancialmente a las clases dominantes). Obsérvese el cuadro siguiente:

    Cuadro 7.- Crecimiento de la renta nacional de Gran Bretaña (1812-1885)

    Año Monto en libras Año Monto en libras

    1812 2,7 mil millones 1865 6 mil millones

    1833 3,6 mil millones 1875 8,5 mil millones

    1845 4 mil millones 1885 10 mil millones

    FUENTE: Werner Sombart

    Los números dicen que en la primera mitad del siglo XIX la renta nacional crece en la Gran

    Bretaña a un promedio anual del 1,5%; en la segunda mitad de la centuria el promedio se eleva

    a 3,3%. Esto indica que en la década del 50 comienza un tiempo en que la acción combinada

    de distintos factores determina un vertiginoso crecimiento de los beneficios.

    Los cuadros 5, 6 y 7 nos introducen en la "etapa superior del capitalismo: el imperialismo",

    cuyos comienzos en Europa occidental ubica Lenin en 1876 (13). Los cuadros 5 y 6 señalan

    que el "imperialismo" trae un aumento de la usurpación colonial: se ha multiplicado la

    voracidad y la agresividad del capitalismo. Los guarismos del cuadro 7 muestran los

    resultados.

    3. ¿Qué significa el ferrocarril?

    La revolución industrial del siglo XVIII comenzó en Inglaterra en la industria del algodón, más

    de inmediato se comunicó al transporte por tierra y por agua. Aquí el revolucionario fue el

    vapor. El primer cruce del Atlántico EE. UU. a Inglaterra por barco a vapor se verifica en

    1819.

    Significativamente se trata del "Savannah", que transporta algodón. La línea férrea

    Manchester-Liverpool se construye en 1830 y tiene la misión de trasladar del gran puerto

    materias primas. El mercado mundial necesita estar perfectamente intercomunicado; necesita

    también una velocidad y una capacidad de carga que el barco a vela y el transporte a tracción a

  • sangre no pueden darle.

    Pero el ferrocarril aquí nos interesa solo él es más que un medio de transporte: es un gran

    negocio en sí mismo, del que dependen fuertes industrias y sectores de la actividad minera.

    Para equipar una vía férrea en la Inglaterra de la década de 1830 a 1840 hacen falta 701

    toneladas de fundición. La cifra incluye rieles, durmientes (que por cierto no serán de

    quebracho, como en la Argentina), locomotoras, vagones, filtros de agua, curvas y agujas,

    puentes, galpones, talleres y otros rubros de menor importancia. Esto permite hacerse una idea

    del complejo industrial que existe detrás de una vía férrea instalada y funcionando. Pero

    también incluye la actividad extractiva (el primer paso) y su ulterior elaboración hasta ingresar

    en los talleres que la transformarán en locomotoras, etc. Los 10.000 kilómetros de caminos de

    hierro que se construyen en Gran Bretaña entre 1830 y 1850 demandan 7 millones de

    toneladas de fundición. Solo los rieles han consumido 317,5 toneladas del total de 701 por

    milla; los durmientes, otras 125 toneladas, etc., etc. (14).

    La revolución en los transportes suscita una reacción en cadena. Por lo demás, si nacida de las

    necesidades de unificar el mercado mundial, revierte sobre su causa hasta devenir un

    formidable impulsor del progreso capitalista.

    Otra consecuencia de los caminos de hierro se llama valoración de los campos que atraviesan.

    Eso es tan válido en la metrópoli como en la colonia. ¡Si habrán multiplicado el valor de sus

    campos nuestros oligarcas vernáculos! ¡Si habrán ganado las compañías inglesas haciéndose

    regalar inmensas extensiones a ambos lados de la vía férrea!

    Finalmente, el ferrocarril permite audaces y rapiñescas especulaciones de bolsa a quienes

    dirigen las compañías ferroviarias.

    Permite el tráfico de concesiones obtenidas a favor de la buena voluntad de tal o cual ministro

    o presidente. En suma: el mundo moderno es impensable tal como lo conocemos sin la

    revolución en los transportes que comenzó modestamente con el motor a vapor de Watt.

    4.- Algunas circunstancias transitorias

    Nuestra limitadísima y escueta descripción de algunos aspectos que hacen al desarrollo del

    capitalismo en la Gran Bretaña en un determinado momento histórico puede dar la falsa

    sensación de un crecimiento sin crisis ni excesivos problemas. Esta impresión debe ser

    desechada y nos importa señalarlo porque es imprescindible delinear claramente un proceso

    cuya trascendencia es mundial. Cuando allí tosen aquí nos resfriamos. Y esas que llamamos

    "circunstancias transitorias", que afectan a Gran Bretaña, tienen su proyección en la Argentina

    y países vecinos. Más adelante observaremos que con motivo de la guerra civil en los EE. UU

    fuimos materia de sumo interés para la Gran Bretaña como campo de cultivo algodonero.

    También lo fue Paraguay. Pero antes conviene conocer con más precisión qué significación

    tenía la industria algodonera dentro del conjunto de la industria inglesa.

    A inicios de la decimonona centuria, Inglaterra consume 108 millones de kilogramos de la

    fibra textil; en 1880 consumirá 2000 millones de kilogramos. En el mismo lapso la absorción

  • de lana por la industria crece de 222 a 850 millones de kilogramos (15).

    Desde temprano son los EE. UU. el principal productor mundial (proporciona en líneas

    generales el 50% de las cifras que se dan en el cuadro 8) y principalísimo proveedor de la Gran

    Bretaña.

    Cuadro 8. Producción mundial de algodón (1826-1890)

    Año Tonelaje

    1826-1830 67.900

    1846-1850 503.800

    1866-1870 911.300

    FUENTE: Werner Sombart, ob. cit. Pág. 273

    Cuadro 9. Importación inglesa de algodón de los EE.UU. (1824-1861)

    Año Tonelaje

    18261830 67.900

    18461850 503.800

    18661870 911.300

    18861890 1.869.100

    FUENTE: Werner Sombart, ob. cit. Pág. 50

    En 1860 Inglaterra exporta por un valor de £ 135.842.817; los hilados y tejidos de algodón

    representan algo más del 38% de esta cifra: £ 9.

    870.874 y £ 42.141.505 respectivamente16. Cinco años después la exportación monta £

    165.862.402 y la parte de hilados y tejidos de algodón casi el 35%: £ 10.351.049 y £

    46.903.790 (17).

    El algodón constituye la rama vital de la industria británica y del comercio de exportación, y el

    que en el 60 tenga Inglaterra 30 millones de husos, contra 6 de Francia, otro tanto de los EE.

    UU., un millón y medio de Alemania e igual cifra de Rusia, le permite a aquella duplicar ese

    mismo año el comercio exterior de Francia y casi triplicar el de Alemania. El algodón es el

    corazón mismo del sistema capitalista británico.

    Ya sabemos que en 1880 la línea férrea de Liverpool a Manchester se inaugura con un fin

    expreso: trasladar algodón norteamericano desde el gran puerto a la gran ciudad industrial.

    Pero tres décadas más tarde el camino de hierro se ve amenazado con el paro forzado, puesto

    que la guerra civil en los EE. UU. acarrea una crisis catastrófica a la industria inglesa. Anotan

    Marx y Engels: "Francia, que por esta causa (la guerra civil en los EE. UU.) pierde un mercado

    (los EE. UU.) para sus productos, e Inglaterra, cuya industria está amenazada con la ruina

    parcial ocasionada por la paralización de la exportación de algodón procedente de los estados

    esclavistas, siguen el desarrollo de la guerra civil en los EE. UU. con ferviente intensidad"

    (18). Más tarde agregarán: "Inglaterra hace frente hoy (1861), como hace quince años (19) a

  • una catástrofe que amenaza sacudir la raíz misma de todo su sistema económico". Siendo que

    el algodón es la materia prima de la rama dominante de la industria inglesa, "de su manufactura

    depende la subsistencia de una masa de gente mayor que el total de la población de Escocia y los dos

    tercios del actual número de habitantes de Irlanda"20.

    Entre enero y septiembre de 1861 el comercio exterior de Inglaterra da un quebranto de ocho

    millones de libras esterlinas, de las cuales, cinco millones seiscientas mil corresponden al

    comercio con los EE. UU. Por añadidura, en el mismo lapso las importaciones de trigo

    aumentan en relación con igual período de un año atrás. Y de los quince millones trescientos

    ochenta mil trescientas libras esterlinas que en 1861 gasta Inglaterra para comprar cereales en

    el exterior, casi seis millones corresponden a adquisiciones en los EE. UU. Por eso, "Inglaterra

    sufriría más por la imposibilidad de comprar cereal norteamericano, de lo que sufriría la Unión

    por la imposibilidad de venderlo"21.

    A las razones permanentes que tiene la Gran Bretaña para luchar por la conquista de nuevos

    mercados, acrecentar la penetración en los que ya posee y asegurarse la provisión fluida y

    creciente de materias primas y alimentos, se agregan razones circunstanciales que no cesarán

    hasta 1865, cuando finaliza la guerra civil en los EE. UU. Entre tanto, había que reemplazar el

    algodón y los cereales de origen norteamericano; pero al mismo tiempo buscar mercados

    capaces de absorber la hasta ese momento gigantesca demanda por los EE. UU. de productos

    manufacturados. Y esto hasta que cesara una guerra civil que no llevaba traza de resolverse en

    breve tiempo22. Inglaterra debía encontrar en otros sitios del globo lo que transitoriamente no

    podía hallar en Norteamérica. Y era el problema de tal magnitud, que en algún momento

    fueron puestas en duda las bases mismas del sistema. Finalmente todo será resuelto. Y si por

    un instante los beneficios se habían resentido, más tarde retomarían vuelo hasta resarcirse

    ampliamente. Pero lo cierto es que, si en 1859 la prosperidad era muy grande y las fábricas

    iban en aumento, y un año después la industria algodonera llegaba a su cénit, en 18621863

    producíase un derrumbe casi total y soberanamente estrepitoso.

    Alguien debería pagar ese quebranto de la burguesía inglesa. No es posible olvidar que la

    guerra contra el Paraguay se inscribe en este contexto, el de "un período único en los anales de la

    historia [no solo de Inglaterra, L. P.J por el desarrollo de su industria y el fortalecimiento de su

    comercio...", cuando la extracción de plusvalía a la clase obrera inglesa crece de año a año y la

    agresividad del capitalismo se traduce en asombrosa usurpación colonial, sometiendo a la

    mayor parte del planeta y sus hombres a su dominio y elevando la renta nacional en términos

    que no tenían precedentes. Un periodo que se ve bruscamente interrumpido por una crisis

    desgarradora de la que habrá de recuperarse la poderosa Albión. La recuperación se hará con

    métodos que justifiquen una vez más a Chesterton cuando anota que el honor de la burguesía

    de su tierra se funda en la deshonra, como el honor "de cualquier galanteador y gracioso". Lo

    que no debe extrañar explica, porque esos burgueses agresivos, altaneros y ensoberbecidos

    traen desde la cuna la mala semilla, como que sus padres fueron "usureros y ladrones"23. Lo

    que es decir algo.

    Y decirlo quien lo veía en su propia casa y con ojos de una agudeza poco frecuente.

    A esa burguesía no le era indiferente nada de lo que pasara en cualquier sitio de la tierra, sobre

  • todo si ello implicaba alguna limitación a su sed de mercados, de materias primas y de

    alimentos. Su política era mundial porque lo era el mercado que abarcaba. No reparará en

    medios para ejercerla. Cuando deba recurrir a la agresión armada sin salvar apariencias no

    trepidará en hacerlo, salvo cuando su propio pueblo se lo impida... Pero a veces lograba que

    otros pusieran la cara, gobernados esos otros ¡desde luego! por el guante ora blanco, ora de

    hierro de la diplomacia inglesa. Naturalmente, ocurría que a veces no hacía falta disparar

    siquiera unos pocos tiros: ya antes de Quevedo los mercaderes británicos sabían qué poderoso

    caballero es Don Dinero.

    En eso de dominar ellos tenían artes varias; y hete aquí que se encuentran con un Estado

    sudamericano que escapa a su manaza de hierro y anda queriendo construir su destino con su

    sola voluntad. Se trata del Paraguay, con el que han tenido sus más y sus menos. Un país

    pequeño, selvático y caluroso, que busca y parece haber encontrado un camino propio de

    desarrollo sin burgueses ingleses. Vale la pena ver de cerca ese fenómeno que tanto escuece a

    ciertas gentes de las lejanas y brumosas islas y a otras de la pretensiosa Atenas del Plata. Que

    aquí también había unos cuantos que andaban codiciando al Paraguay y teniéndole miedo por

    el mal ejemplo que ostentaba ante los pueblos de esta y de otras partes de América. Veamos de

    qué se trata.

    1. Ernesto Hering. Los Fúcar. México. Fondo de Cultura Económica. 1944. págs, 315316.

    2. Ibid.. pág. 17.William Miller, Historia de los Estados Unidos. México. Novaro, 1963, pág.

    73.

    3. Dionisio de Alcedo y Herrera, Piraterías y agresiones de los ingleses y otros pueblos de

    Europa en la América Española, desde el siglo XVI al XVIII. deducidas de las obras de... por J.

    Zaragoza. Madrid, Imprenta Manuel G. Hernández. 1883, pág. XXIV.

    4. V. Danilevsky, Historia de la Técnica, Buenos Aires. Editorial Lautaro. 1946, pág. 71.

    5. Documentos. La libertad de comercio en la Nueva España en la segunda década del siglo

    XIX.

    introducción de Luis Chávez Orozco, México. 1943, pág. 6.

    6. Carlos Marx, El Capital. Buenos Aires, Biblioteca Nueva. 1946. pág. 95.

    7. V. Danilevsky. op. cit. pág. 74.

    8. Franz Mehring. Carlos Marx. Buenos Aires. Claridad. 1943. págs. 284285.

    9. Werner Sombart. op. cit., t. I. pág. 508.

    10. G. K. Chesterton. Pequeña historia de Inglaterra, Buenos Aires. EspasaCalpe Argentina,

    1946.

  • pág. 189.

    12. Werner Sombart. op. cit. pág. 79.

    13. V. I. Lenin, El imperialismo, fase superior del capitalismo. Buenos Aires, Editorial

    Problemas, 1946, t. II. pág. 497.

    14. V. Danilevsky, op. cit.. pág. 175.

    15. Werner Sombart, op. cit, pág. 272.

    16. Carlos Marx. op. cit.. pág. 475.

    17. Ibid.. pág. 475.

    18. Carlos Marx y Federico Engels. La guerra civil en los EE. UU., Buenos Aires. Lautaro,

    1946. pág.

    83.

    19. Marx y Engels se refieren a la crisis de las patatas. A partir de 1845 una enfermedad de la

    planta arruinó varias cosechas y ello dio como consecuencia la muerte de hambre de un millón

    doscientos cincuenta mil campesinos irlandeses, de quienes era el principal alimento. Los

    hacendados, al no percibir las rentas habituales y no poder cumplir con los compromisos

    contraídos con la City de Londres, agravaron el problema expulsando de la tierra a los

    campesinos, con el fin de aprovecharla de manera más conveniente a sus intereses. A los tres

    años del hambre un cuarto de la población de Irlanda fue desposeída de la tierra y

    posteriormente la proporción llegó a las tres cuartas partes de la población (Hilaire Belloc.

    Historia de Inglaterra. Madrid, La Nave, 1934, pág. 579).

    20. Carlos Marx y Federico Engels. op. cit, págs. 108112.

    21. Carlos Marx y Federico Engels. op. cit. pág. 161.

    22. No es indiferente a este trabajo anotar que en 1860, cuando los Estados del sur de los EE.

    UU.

    anunciaron su intención de separarse de los del norte. Inglaterra también se dividió en

    opiniones...

    Algunos radicales y las iglesias disidentes se asociaron a los que luchaban contra la esclavitud:

    la sociedad. Londres, la aristocracia que guiaba la política inglesa estuvo con el sur. "Allí, en

    efecto, los modales eran mejores, el acento más refinado: de allí venía también el algodón que

    tanto necesitaba Inglaterra" (André Maurois. Historia de Inglaterra. Santiago de Chile.

    Ediciones Ercilla. 1945, pág. 432).

  • Y allí, agreguemos, no existía la pretensión de erigir una industria capaz de competir con

    Inglaterra.

    Por otra parte, el que la Gran Bretaña no haya entrado en la guerra tomando partido por los del

    sur se debe, en opinión de Marx, al "mitin monstruo de St. James Hall, celebrado bajo la

    presidencia de Bright". que incapacitó a Palmerston para declarar la guerra a los EE. UU.

    "como se disponía a hacerlo". Finalmente, los organizadores del magro mitin eran los vocales

    ingleses de la recién fundada Primera Internacional (Franz Mehring. Carlos Marx. op. cit.. pág.

    283).

    23. G. K. Chesterton, op. cit. pág. 189.

  • Eric J. Hobsbawm:

    INDUSTRIA E IMPERIO

    CAPÍTULO 3:

    "LA REVOLUCIÓN INDUSTRIAL,

    1780-1840"

    HOBSBAWM, Eric J. (1968; 1977): "La Revolución industrial, 1780-1840" Capítulo 3 (pp. 55-76)

    de: Industria e Imperio : Una historia económica de Gran Bretaña desde 1750 / Traducción de Gonzalo

    Pontón Barcelona : Ariel, 1977 -- 375 p. -- ISBN: 84-344-6520-5 --

    Hay una ed. más reciente: Barcelona : Crítica, 2001 [Traducción de: Industry and Empire: An

    Economic History of Britain since 1750 Harmondsworth; London: Penguin Books ; Weidenfeld and

    Nicolson, 1968]

    Capítulo 3

    LA REVOLUCION INDUSTRIAL, 1780-1840 (1)

    Hablar de Revolución industrial, es hablar del algodón. Con él asociamos inmediatamente, al igual que

    los visitantes extranjeros que por entonces acudían a Inglaterra, a la rev