COLORÍN COLORADO

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COLORÍN COLORADO… COLORÍN COLORADO… COLORÍN COLORADO… COLORÍN COLORADO… ¡¡¡ESTOS CUENTOS HAN CAMBIADO!!!

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Cuento de Igualdad

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COLORÍN COLORADO…COLORÍN COLORADO…COLORÍN COLORADO…COLORÍN COLORADO…

¡¡¡ESTOS CUENTOS HAN CAMBIADO!!!

Para todas las personas que trabajaron en el CEIP “Sierra Nevada “ durante

el curso 2011 – 2012.

ÍNDICE

El ratoncito presumido 1

Caperucita roja 7

La flauta de colores 13

El ratoncito cocinero 17

Blancanito y las siete enanieves 24

Rapunzel 31

Cenicienta 36

Hänsel y Gretel 43

Las dos cerditas, el cerdito

y el lobo feroz 54

Los dos mellizos durmientes 62

AGRADECIMIENTOS

Es al alumnado de primaria y secundaria, así como

a sus respectivos tutores, a quien debo agradecer este

libro.

Habéis sido vosotros y vosotras sus autores e

ilustradores.

Habéis sido vosotras y vosotros los que habéis

hecho realidad una idea que surgió desde el Plan de

Igualdad, allá por el mes de septiembre de 2011.

A todos y a todas, gracias y hasta siempre.

PRÓLOGO

Sabía que leerías esta historia. ¡Hola, soy el

prólogo!... Sí, ya sé que soy esa teórica parte del libro

que muchos se saltan y otros leen lo más rápido posible

para empezar a leer lo verdaderamente importante: el

libro.

También imagino que a estas alturas habrás

pensado que es la primera vez que te habla un prólogo.

Entiendo que estés cuanto menos extrañado, pero es

que este libro es diferente a los demás y, por tanto, yo

soy diferente a los demás.

Aquí vas a encontrar diez historias de toda la vida

pero de una forma diferente a como te las contaron.

Porque mi idea, bueno perdón, la idea de este libro es

que no solamente leas lo que está escrito, sino que

crees tu propia historia, verás que todo lo que a veces

piensas que es inalterable, no lo es.

Diez historias para ver que no hay diferencias por

ser diferente. Que ser diferente no es ni mejor ni peor,

sino... simplemente diferente.

Eso sí, te aseguro que cada una de esas historias te

darán un punto para que tú y sólo tú consigas el diez.

La matrícula de honor queda reservada para tu historia

particular, no sé si mejor o peor... pero tuya.

Al final, ya sabes, tan diferentes y tan iguales como

dos gotas de agua. Disfruta de tu matrícula de honor.

¡Ah!, y como prólogo te diré que he estado

encantado de conocerte y de que me hayas leído.

“EL RATONCITO PRESUMIDO”“EL RATONCITO PRESUMIDO”“EL RATONCITO PRESUMIDO”“EL RATONCITO PRESUMIDO”

(Adaptación del cuento “La ratita presumida” (Adaptación del cuento “La ratita presumida” (Adaptación del cuento “La ratita presumida” (Adaptación del cuento “La ratita presumida”

realizada por 1º A)realizada por 1º A)realizada por 1º A)realizada por 1º A)

Érase una vez un ratoncito chiquitito muy

presumido.

Un día, barriendo la calle ("tralará...larita...barro

mi casita") se encontró una moneda de oro. Al cogerla

pensaba:

- ¿Qué me compraré con esta moneda? ¿Un

caramelo? No, no, no, que es muy dulce. Mejor otra

cosa... ¡Un broche! No, no, no... que si me pincho me

va a doler un montón... ¡Ya lo tengo! Me compraré un

lazo para estar guapísimo.

Se fue a la tienda y se compró un lazo.

Al volver a casa pensó donde ponerse el lacito y, al

final, decidió ponérselo en la cola. Le quedaba

precioso. Se asomó a la ventana con su lacito en la cola

para ver a la gente que por allí pasaba.

Al poco tiempo se acercó una perra, que al verlo

dijo:

- Ratoncito, qué guapo estás... ¿Quieres casarte

conmigo?

A lo que el ratoncito le contestó:

- ¿Y por las noches qué harás?

- ¡Guau, guau!”, -contestó la perra.

- ¡Uy, no, no, que me asustarás! Vete, vete...

Y la perra se marchó.

Más tarde se acercó una gata que al verlo dijo:

- Ratoncito, qué guapo estás... ¿Quieres casarte

conmigo?

A lo que el ratoncito contestó:

- ¿Y por las noches qué harás?

- ¿Yo? miau, miau”, - contestó la gata.

-¡No, no, no, que me asustarás! Vete, vete...

Y la gata también se marchó.

Más tarde apareció una ratita que al verlo dijo:

- Ratoncito, qué guapo estás. ¿Quieres casarte

conmigo?

A lo que el ratoncito le contestó:

- Pero... tú por las noches ¿qué harás?

- ¿Yo?, dormir y callar”,- contestó la ratita.

- ¿Sí? - volvió a decir el ratoncito. - Pues contigo

me he de casar.

Se casaron y vivieron muy felices.

Y colorín colorado, este cuento, se ha acabado

“CAPERUCITA ROJA”“CAPERUCITA ROJA”“CAPERUCITA ROJA”“CAPERUCITA ROJA”

(Adaptación del cuento “Caperucita Roja” (Adaptación del cuento “Caperucita Roja” (Adaptación del cuento “Caperucita Roja” (Adaptación del cuento “Caperucita Roja”

realizada por 1º B)realizada por 1º B)realizada por 1º B)realizada por 1º B)

Érase una vez que se fue y que nunca volvió, una

niña que estaba jugando al fútbol con sus amigos.

Cuando escuchó la voz de su papá diciendo:

- Caperuza llévale esta sopita calentita a tu abuela

que esta malita.

Y Caperuza salió a casa de su abuela con su chándal

rojo y su gorra roja.

Por el camino se encontró al lobo y le dijo:

- ¿Dónde vas, Caperuza?

- Y a ti que te importa Lobo Cotilla-dijo Caperuza.

- Nada, es que me ha dicho un pajarito que tu

abuela está mala.

- No, está de vacaciones en la playa con sus amigas.

El lobo no se creyó lo que le dijo Caperuza, y fue a

comprobarlo. Cuando llegó a casa de la abuela vio a

Caperuza y a su abuelita tomando una sopa deliciosa.

El lobo rompió la puerta enfadado con ganas de

comerse a las dos.

Cuando se acercó a ellas, Caperuza le puso la

zancadilla y la abuela hizo un triple salto con patada

karateka y dejó al lobo inmovilizado viendo las

estrellas.

El lobo creía que Caperuza y su abuela al ser

mujeres se morirían de miedo al verlo, pero se

equivocó.

Así, acabó con tres dientes menos y pidiendo

perdón a las dos.

FIN

“LA FLAUTA“LA FLAUTA“LA FLAUTA“LA FLAUTA DE COLORES”DE COLORES”DE COLORES”DE COLORES”

(Adaptación del cuento “El flautista de (Adaptación del cuento “El flautista de (Adaptación del cuento “El flautista de (Adaptación del cuento “El flautista de

Hamelin” realizada por 2º)Hamelin” realizada por 2º)Hamelin” realizada por 2º)Hamelin” realizada por 2º)

Érase una vez que había una flauta de colores

tirada en el suelo en medio de un frondoso bosque.

Una mujer que por allí paseaba la encontró, la cogió,

la tocó y dijo:

- ¡Qué bien suena!

Después, se fue con ella a un bonito pueblo donde

había un enorme pantano y al lado del pantano había

muchas ranas. Cuando croaban todas juntas

molestaban a los habitantes del pueblo, que ya estaban

hartos de tanta rana.

La flautista se ofreció a la alcaldesa para llevarse a

todas las ranas del pueblo, aunque la alcaldesa dudaba

de que la mujer lo consiguiera, aceptó. La flautista

empezó a tocar la flauta mágica y todas las ranas la

siguieron hasta otro pueblo. Pero en ese pueblo no

había pantanos, ni ríos, ni ningún sitio donde las ranas

pudieran mojarse. Entonces, ¿sabéis qué hicieron las

ranas?

Pues todas se metieron en las casas de los

habitantes del pueblo, ocuparon las bañeras, los

lavabos, los fregaderos y todos los sitios donde podía

haber agua. Los pueblerinos no podían bañarse,

lavarse, ni fregar los platos…

La flautista empezó otra vez a tocar la flauta

mágica, pero esta vez las ranas no le hicieron caso, no

querían irse porque el agua estaba muy calentita. La

flautista toco y toco y toco hasta que por fin las ranas

decidieron seguirla. Cuando por fin salieron de las

casas, la flautista las llevó al bosque y allí se quedaron

para siempre porque no molestaban a nadie. La

flautista volvió al pueblo de Güéjar, que era donde

estaba el pantano.

“EL RATONCITO COCINERO”“EL RATONCITO COCINERO”“EL RATONCITO COCINERO”“EL RATONCITO COCINERO”

(Adaptación del cuento “La (Adaptación del cuento “La (Adaptación del cuento “La (Adaptación del cuento “La ratita presumida”ratita presumida”ratita presumida”ratita presumida”

realizada por 3º de primaria)realizada por 3º de primaria)realizada por 3º de primaria)realizada por 3º de primaria)

Érase una vez, un ratoncito que era un estupendo

amo de casa. Un día el ratoncito estaba barriendo su

casita, cuando de repente en el suelo ve algo que

brilla... una moneda de oro.

El ratoncito la recogió del suelo y se puso a pensar

qué se compraría con la moneda.

- “Ya sé, me compraré caramelos... ¡uy!, no, que

me dolerán los dientes. Pues me compraré pasteles...

¡uy!, no, que me dolerá la barriguita. Ya lo sé, me

compraré un libro de recetas de cocina.”

El ratoncito se guardó su moneda en el bolsillo y

se fue a la librería. Una vez en ella le pidió al librero un

libro de recetas de cocina. Lo compró y volvió a su

casita.

Al día siguiente cuando el ratoncito se levantó se

puso a practicar con su nuevo libro de recetas. Preparó

muchos tipos de comidas diferentes, todas riquísimas,

hasta que se convirtió en un magnífico cocinero.

En eso que aparece una gallina y le dice:

- “Ratoncito, ratoncito tú que eres tan buen

cocinero, ¿te quieres casar conmigo?”.

Y el ratoncito le respondió:

- “No sé, no sé, ¿tú por las noches qué ruido

haces?”

Y la gallina le dice:

- “Cloclocló”.

- “¡Ay!, no, contigo no me casaré que no me gusta el

ruido que haces”.

Se fue la gallina y apareció una perrita.

- “Ratoncito, ratoncito tú que eres tan buen

cocinero, ¿te quieres casar conmigo?”.

Y el ratoncito le dijo:

- “No sé, no sé, ¿tú por las noches qué ruido

haces?”.

- “Guau, guau”.

- “¡Ay!, no, contigo no me casaré que ese ruido

me asusta”.

Se fue la perrita y apareció una cerdita.

- “Ratoncito, ratoncito tú que eres tan buen

cocinero, ¿te quieres casar conmigo?”.

Y el ratoncito le dijo:

- “No sé, no sé, ¿y tú por las noches qué ruido

haces?”.

- “Oink, oink”.

- “¡Ay!, no, contigo no me casaré que ese ruido es

muy ordinario”.

La cerdita desaparece por donde vino y llega una

gatita blanca, y le dice al ratoncito:

- “Ratoncito, ratoncito tú que eres tan buen

cocinero ¿te quieres casar conmigo?”.

Y el ratoncito le dijo:

- “No sé, no sé, ¿y tú qué ruido haces por las

noches?”.

Y la gatita con voz suave y dulce le dice:

- “Miau, miau”. “¡Ay!, sí, contigo me casaré que tu

voz es muy dulce.”

Y así se casaron el ratoncito cocinero y la gatita blanca

de dulce voz.

Los dos juntos fueron felices y comieron perdices.

Por supuesto unas perdices al horno buenísimas

cocinadas por el ratoncito.

Fueron felices porque el ratoncito se encargaba de

las tareas de la casa mientras que la gatita trabajaba de

bombera apagando fuegos.

Colorín, colorado, este cuento se ha acabado.

“BLANCANITO Y LAS“BLANCANITO Y LAS“BLANCANITO Y LAS“BLANCANITO Y LAS

SIETE ENANIEVES”SIETE ENANIEVES”SIETE ENANIEVES”SIETE ENANIEVES”

(Adaptación del cuento “Blancanieves y los siete (Adaptación del cuento “Blancanieves y los siete (Adaptación del cuento “Blancanieves y los siete (Adaptación del cuento “Blancanieves y los siete

enanitos” realizada por 4º A)enanitos” realizada por 4º A)enanitos” realizada por 4º A)enanitos” realizada por 4º A)

Había una vez en los tiempos de María Castaña

un zagal guapo, chiquitajo y debilucho, llamado

Blancanito. Vivía junto a su familia adoptiva en una

casita de campo. Tenían muchos animales pero su

favorito, era un ´´toperro`` de grandes orejas, patas

cortas, pelo marrón, listo y de buen corazón.

En el colegio había un grupo de siete amigas, se

hacían llamar las siete enanieves: Sabia, Mocosa,

Gruñona, Mudita, Perezosa, Feliz y Tímida.

Blancanito tenía un secreto, que le gustaba Feliz,

era su mejor amiga a la que le contaba todos sus

sueños, esperanzas e ilusiones, pero también sus

pesadillas, sus temores y miedos.

Blancanito vivía en un continuo infierno, sus

padres adoptivos le hacían limpiar la cuadra, tenía

que lavar la ropa, todo esto, además de ir al colegio y

estudiar.

Llevaba tiempo rondándole una idea en la cabeza,

escaparse de casa. Feliz conocía sus planes, pero no

era la única, pues su padre biológico llevaba toda la

vida buscándolo y observándolo por el espejo mágico.

Un día sus padres adoptivos decidieron comprar

más ganado y viendo que le aumentaba el trabajo

decidió marcharse.

- Ha llegado el momento de irme de irme de aquí -

pensó Blancanito - no puedo aguantar más esta triste

vida.

El joven zagal se marchó en busca de mejor suerte y

al cabo de dos días llegó a Bosquealegre, un pueblo de

montaña cerca de Granada.

Buscó dónde quedarse a vivir sin tener que gastar

apenas dinero y encontró una casa deshabitada, pero

suficientemente cómoda.

Sus padres biológicos lo estaban contemplando

sorprendidos. Aquella casa deshabitada era de… sus

abuelos.

Blancanito ya no trabajaba tanto, pero se sentía

solo. Un buen día, cogió su mochila y salió a pasear

para conocer aquellos lugares y la vida le dio una grata

sorpresa: se encontró con los compañeros y

compañeras de su antiguo colegio que habían ido de

excursión.

Enseguida buscó a ver si veía a las siete enanieves.

Y sí, allí estaban, pero faltaba una.

Él se acercó a hablar con ellas, éstas le contaron que

Feliz estaba muy triste desde el día que él se fue y que

desde entonces no quería hablar con nadie. Por eso

estaba sola sentada a los pies de uno de los árboles.

Feliz vio a Blancanito y le propuso merendar

juntos. Como Blancanito no había traído nada para

comer, le preguntó a Feliz:

- ¿Tienes algo de comer?

Feliz dijo que no. Entonces los dos cogieron una

manzana que había en el árbol bajo el que estaban

sentados.

Resulta que esa manzana era la manzana de la

alegría y resultó que como los dos la comieron de la

misma manzana se llenaron de alegría.

Los abuelos de Feliz, la estaban buscando y se

encontraron a las seis enanieves, ellas les dijeron que

la habían dejado sentada en un árbol con Blancanito.

Cuando encontraron a Feliz y a Blancanito, todos

se fueron para la casa de los abuelos de Feliz.

¿Y adivinad quiénes eran sus vecinos?... ¡los

verdaderos padres de Blancanito!

Cuando descubrieron que los vecinos eran los

padres de Blancanito, las dos familias se hicieron muy

amigas y con los años Feliz y Blancanito se

construyeron una casa donde vivieron juntos.

Y COLORÍN COLORADO ESTE CUENTO

SE HA ACABADO.

“RAPUNZEL”“RAPUNZEL”“RAPUNZEL”“RAPUNZEL” (Adaptación del cuento “Rapunzel” (Adaptación del cuento “Rapunzel” (Adaptación del cuento “Rapunzel” (Adaptación del cuento “Rapunzel”

realizada por 4ºB)realizada por 4ºB)realizada por 4ºB)realizada por 4ºB)

Érase una vez un hombre que tras quedarse viudo y

no sabiendo cómo cuidar a la hija de su mujer, decidió

abandonarla.

Rapunzel, que así se llamaba la niña, llamaba la

atención pues tenía una larga melena, el cabello le crecía

más que a cualquier persona pues cuanto más se lo cortaba

más rápido le crecía.

Rapunzel estuvo varios días vagando por el

bosque, cuando de pronto una luz la envolvió y sin

saber cómo, se encontró encerrada en un castillo con

sus dos mascotas; un cocodrilo llamado “Patosín” y un

tigre llamado “Rayitas”. Al menos no estaba sola.

Los secuestradores eran unos seres extraños, se

parecían a los extraterrestres de los cuentos, y no sabía

cómo comunicarse con ellos.

Rapunzel tenía poco que hacer, así que pasaba la

mayor parte del tiempo asomada a la ventana peinando

su larga melena.

Pasaron los años y un día vio pasar a un joven al

que le pidió ayuda, pero los “extraterrestres” viendo las

intenciones del joven lo encerraron también.

Durante muchos días estuvieron pensando cómo

escapar, pero la verdad es que la cosa pintaba mal. Por

fin, se les ocurrieron un par de ideas. El plan A era

utilizar el pelo de Rapunzel como cuerda, dejándolo

caer por la ventana primero descendería el joven y una

vez abajo bajaría Rapunzel. Pero Rapunzel no pudo

soportar el dolor de cabeza que le ocasionaba el peso

del joven, así que abandonaron esa idea.

A la noche siguiente intentaron el plan B: Patosín,

el cocodrilo y Rayitas, el tigre, serían sus salvadores.

Entre los dos mediante bocados y zarpazos excavarían

un túnel por donde escapar.

Se aseguraron de que los vigilantes estaban bien

dormidos y con mucho cuidado y silencio fueron

cavando. Necesitaron varias jornadas hasta que por fin

un día, próximo el amanecer, consiguieron salir lo

suficientemente lejos del castillo para que no los vieran

los vigías desde las almenas.

Una vez libres se despidieron con un gran abrazo y

se desearon suerte.

Rayitas y Patosín se fueron con Rapunzel, que con

el paso de los años se había convertido en una joven

valiente y decidida capaz de vivir por sí misma. Lo que

sí tenía muy claro es que no volvería a querer saber

nada de su padrastro.

“CENICIENTA”

(Adaptación del cuento “Cenicienta” realizada (Adaptación del cuento “Cenicienta” realizada (Adaptación del cuento “Cenicienta” realizada (Adaptación del cuento “Cenicienta” realizada

porporporpor 5º de primaria)5º de primaria)5º de primaria)5º de primaria)

Cenicienta era una joven rebelde de un pequeño

pueblo, que decidió dejar los estudios. Sus padres, que

siempre habían deseado que sus tres hijas hicieran

buenas carreras, decidieron buscarle trabajo, no

pensaban dejar que estuviera en casa todo el día

jugando con el ordenador o chateando con las amigas.

Por eso, como era la época de recoger la aceituna allá

que la mandaron.

Cenicienta estaba harta, nunca había imaginado

que trabajar fuese tan duro así que en cuanto reunió el

dinero suficiente decidió irse a América a ganar

dinero.

Había visto muchas películas y pensó que en

Hollywood se podría hacer famosa. Pero la vida no es

tan fácil como la pintan en las películas, así que estuvo

un tiempo buscando trabajo hasta encontrar uno como

Disc Jockey (DJ) en una discoteca, eso sí, era una de las

discotecas más conocidas de Hollywood.

Cada mañana al salir del trabajo y antes de entrar

en casa, desayunaba en una cafetería cercana. Allí a

diario coincidía con un muchacho, bastante atractivo

por cierto.

El joven se encontraba buscando trabajo, quería ser

actor, era su ilusión, Todos los días miraba los

anuncios de la prensa por si encontraba algún casting

al que presentarse. Ya se había presentado a varios y

había hechos sus primeros pinitos en algunos anuncios

para la televisión, pero nada serio.

Un día en la discoteca de Cenicienta se iba a

celebrar una gran fiesta a la que acudirían muchas

personas famosas y Cenicienta puso un cartel en la

cafetería.

El joven vio el cartel y pensó que podía ser una

buena oportunidad para contactar con gente

importante.

La fiesta fue impresionante, acudió toda la jet:

cantantes, actores, deportistas…

Cenicienta pasó prácticamente toda la noche

intentando hacerse fotos con todo el que pillaba para

subirlas al Facebook y así sus hermanas y todas sus

amigas del pueblo se murieran de envidia cuando las

vieran.

Por su parte, el joven no dejaba de entregar tarjetas

de visita a todo aquel representante de famosos que

reconocía, a ver si alguno le daba una oportunidad.

La fiesta acabó a altas horas de la madrugada y fue

de vuelta a casa cuando Cenicienta se dio cuenta de

que había perdido el móvil. ¡TODAS SUS FOTOS!

Sentada en la mesa de la cafetería, más seria y triste

que nunca, estaba tomando un café cuando se acercó el

joven que siempre se sentaba en la otra mesa. Y le

preguntó:

- ¿Puedo sentarme?

Ella un poco asombrada, pues nunca antes le había

dirigido la palabra, le invitó a sentarse.

Pero su asombro fue aún mayor cuando él puso un

móvil igualito al suyo encima de la mesa, y le dijo:

- Creo que esto es tuyo.

Ella no podía creérselo, era su móvil.

- ¿Pero cómo ha llegado a tus manos? ¿Dónde lo

has encontrado?

- Anoche estuve en una fiesta, fui el último en

marcharme y lo encontré. Me permití mirar las fotos y

te reconocí en todas ellas. Sabía que desayunabas aquí

todos los días, me había fijado en ti ya hace tiempo. Y

lo tuve fácil.

Desde entonces cada día los dos desayunaban

juntos en la misma mesa.

“HÄNSEL Y GRETEL”“HÄNSEL Y GRETEL”“HÄNSEL Y GRETEL”“HÄNSEL Y GRETEL”

(Adaptación del cuento “La casita de chocolate” (Adaptación del cuento “La casita de chocolate” (Adaptación del cuento “La casita de chocolate” (Adaptación del cuento “La casita de chocolate”

realizada por 6º de primaria)realizada por 6º de primaria)realizada por 6º de primaria)realizada por 6º de primaria)

Junto a un bosque muy grande vivía un pobre

leñador con su mujer y sus dos hijos; el niño se llamaba

Hänsel y la niña, Gretel.

Estaba el leñador una noche en la cama,

preocupado y dijo suspirando a su mujer:

- ¿Qué va a ser de nosotros? ¿Cómo alimentar a

los pobres pequeños, puesto que nada nos queda?

- Se me ocurre una cosa – respondió ella-.

Mañana, de madrugada, nos llevaremos a los niños

para que nos ayuden en el bosque y así nos paguen más

dinero por la leña que recojamos.

A la primera luz del día, la mujer fue a llamara a los

niños:

- ¡Vamos, niños precioso, levantaos! Hemos de ir

al bosque por leña-. Y dando a cada uno un pedacito de

pan, les dijo:

- Esto es para el mediodía, pero no os lo comáis

antes, pues no tenemos más.

Emprendieron los cuatro el camino del bosque.

Cuando estuvieron en medio del mismo, dijo el padre:

- Recoged ahora leña, pequeños. Os encenderé

un fuego para que no tengáis frío.

Hänsel y Gretel reunieron un buen montón de leña

menuda. Prepararon una hoguera, y cuando ya ardió

con viva llama, dijo la mujer:

- Poneos ahora al lado del fuego, chiquitillos, y

descansad, mientras nosotros nos vamos por el bosque

a cortar leña. Cuando hayamos terminado vendremos

a recogeros. Los dos hermanitos se sentaron junto al

fuego, y al mediodía, cada uno se comió su pedacito de

pan. Y como oían el ruido de los hachazos, creían que

su padre estaba cerca.

Pero, en realidad, no era el hacha sino una rama

que golpeaba a un árbol seco y que el viento hacía

chocar contra el tronco.

Al cabo de mucho rato de estar allí sentados, el

cansancio les cerró los ojos y se quedaron

profundamente dormidos. Despertaron cuando ya era

noche cerrada. Entonces Gretel le dijo a Hänsel:

- Vamos a esperar un poco a que brille la luna para

encontrar el camino de vuelta a casa.

Y cuando la luna estuvo alta en el cielo, los niños

sin ningún temor comenzaron a andar. Pero por más

que andaban no encontraban su casa. Entonces Gretel

y Hänsel decidieron dormir en una cueva tapándose

con hojas que encontraron, esperando a que llegara el

nuevo día.

A la mañana siguiente, Gretel fue a pescar a un río

que había cerca y Hänsel preparó la comida.

Por la tarde vieron un hermoso pajarillo, blanco

como la nieve, posado en la rama de un árbol; y

cantaba tan dulcemente, que se detuvieron a

escucharlo. Cuando hubo terminado, abrió sus alas y

emprendió el vuelo, y ellos lo siguieron hasta llegar a

una casita, en cuyo tejado se posó.

Y al acercarse vieron que la casita estaba hecha de

pan y cubierta de bizcocho, y las ventanas eran de puro

azúcar.

- ¡Mira, qué bien! - exclamó Hänsel. – Yo comeré

un pedacito del tejado.

- Pues yo probaré la ventana que parece estar muy

rica – dijo Gretel.

Se encaramó el niño al tejado y rompió un trocito

para probar a qué sabía, mientras su hermana

mordisqueaba en los cristales.

Entonces oyeron una voz suave que procedía del

interior: - ¿será acaso la ratita la que roe mi casita?

Pero los niños respondieron: - es el viento, es el

viento que sopla violento-. Y siguieron sin

desconcertarse.

Hänsel que encontraba el tejado sabrosísimo,

desgajó un buen pedazo y Gretel sacó todo un cristal

redondo y se sentó en el suelo, comiendo a dos

carrillos.

Entonces la puerta se abrió y salió una mujer

bellísima que les dijo:

- Hola pequeñines, ¿quién os ha traído hasta mi

humilde casita? Entrad y quedaos conmigo un rato.

Y cogiéndolos de la mano, los introdujo en la casita

donde tenía servida una apetitosa cena: leche con

bollos azucarados, manzanas y nueces.

Después los llevó a dos camitas con ropas blancas,

y Hänsel y Gretel se acostaron en ellas. La joven era

muy buena, se llamaba Ágata.

A la mañana siguiente llegó un ladrón muy

buscado por la justicia, que había oído hablar de esa

casita de caramelo, para esconderse. Entró en ella,

despertó a Ágata y la encerró en una habitación de la

casa que era toda de chocolate. El ladrón no vio que los

niños estaban allí.

Al despertarse los niños, Gretel le dijo a su

hermano que algo raro estaba pasando porque la joven

no estaba en la casita, y entre los dos idearon un plan

para rescatar a la dueña de la casa.

Gretel era muy fuerte y rompió la pared de

chocolate amargo, mientras Hänsel ayudaba a Ágata a

salir de su encierro. Los tres se escondieron en la

cocina mientras volvía a entrar en la casa el ladrón que

traía un gran cofre lleno de joyas y monedas de oro.

El ladró quiso ver cómo estaba la joven y cuando

abrió la puerta saltaron sobre él y lo encerraron.

El ladrón sintió frío y decidió encender la

chimenea. Pero no se acordaba de que la habitación

era de chocolate y que con el calor se iba a derretir.

Así fue como murió el ladrón.

Días después los niños se marcharon de la casa de

Ágata con el cofre del tesoro para dárselo a sus padres.

Y así pudieron vivir todos felices y comer muchas

perdices.

LAS DOS CERDITAS, EL LAS DOS CERDITAS, EL LAS DOS CERDITAS, EL LAS DOS CERDITAS, EL

CERDITO Y EL LOBO CERDITO Y EL LOBO CERDITO Y EL LOBO CERDITO Y EL LOBO

FEROZFEROZFEROZFEROZ

(Adaptación del cuento “Los tres cerditos” (Adaptación del cuento “Los tres cerditos” (Adaptación del cuento “Los tres cerditos” (Adaptación del cuento “Los tres cerditos”

realizada por 1º de ESO)realizada por 1º de ESO)realizada por 1º de ESO)realizada por 1º de ESO)

En una gran pradera vivían dos pequeñas cerditas y

un cerdito, muy diferentes entre sí; mientras el

hermano y la hermana más pequeños se pasaban el día

jugando y cantando, la hermana mayor, por el

contrario, era más seria y trabajadora.

Un día la hermana mayor dijo:

- Estoy muy preocupada por vosotros, porque no

hacéis más que jugar y cantar y no tenéis en cuenta que

pronto llegará el invierno. ¿Qué haréis cuando lleguen

las nieves y el frío? Tendríais que construiros una

chabola para vivir.

El pequeño y la pequeña agradecieron el consejo de

la hermana mayor y se pusieron a construir la chabola.

La más pequeña de los tres, que era la más

juguetona, tenía pocas ganas de trabajar y se hizo una

chabola de chucherías.

El otro cerdito juguetón trabajó un poco más y se

hizo una chabola de tela y chocolate. La mayor se hizo

una bonita chabola de ladrillos, cemento y nubes del

cielo.

Pasó por aquella pradera el lobo feroz, que era un

animal muy malo con los cerditos. Al ver a la más

pequeña de los hermanos, decidió capturarla y

comenzó a perseguirle. La juguetona y rosada cerdita

se refugió en su casa temblando de miedo. El lobo, al

ver la chabola de chucherías, comenzó a reírse.

- ¡Ja, ja! Esto no podrá impedir que te agarre -

gritaba el lobo mientras llenaba sus pulmones de

fuego.

El lobo comenzó a echar el fuego con tanta fuerza

que las chucherías salieron quemándose y volando. Al

ver esto, la pequeña corrió hasta la casa de su hermano.

Como era una chabola de tela y chocolate, se sentían

un poco más seguros creyendo que el lobo no podría

hacer mucho

- ¡Ji, ji! Esto tampoco podrá impedir que os agarre,

enanos - volvió a susurrar el malvado lobo.

El ansia le lleno y se comió el chocolate. Todas las

telas salieron por los aires, mientras el cerdito y la

cerdita huyeron muy deprisa a casa de su hermana

mayor.

- No os preocupéis, todo tiene su recompensa, he

trabajado mucho en esta casa para estar segura - afirmó

la mayor

El lobo se colocó ante la casa y llenó, una vez más,

sus pulmones de aire.

Sopló y resopló, pero la casa ni se movió. Volvió a

hinchar sus pulmones hasta estar muy colorado y luego

resopló con todas sus fuerzas, pero no logró mover ni

un solo ladrillo de todo el chocolate que había comido

su panza estaba llena y cayó al pozo que había al lado

de la casa de la mayor.

Desde dentro de la casa se podía escuchar cómo

cantaban las dos cerditas y el cerdito de felicidad:

- ¿Quién teme al lobo feroz, al lobo, al lobo?

¿Quién teme al lobo feroz? - cantaban alegremente.

Esta canción enfureció muchísimo al lobo, que

intentó salir del pozo para comérselos y al final lo

consiguió.

Las dos cerditas y el cerdito reían dentro de la casa

pues no sabían que había salido, tanto que el lobo se

puso muy rojo de enfadado que estaba.

Fue entonces cuando, al malvado animal, se le

ocurrió una idea: entraría por el único agujero de la

casa que no estaba cerrado, por la chimenea. Cuando

subía por el tejado el pequeño y la pequeña tenían

mucho miedo, pero la hermana mayor les dijo que no

se preocuparan, que darían una gran lección al lobo.

Pusieron mucha leña en la chimenea y le

prendieron fuego. Así consiguieron que el lobo huyera.

El cerdito y la cerdita aprendieron después de esta

aventura una gran lección que:

SI PONES EMPEÑO PUEDES CONSEGUIR LO

QUE TE PROPONGAS

““““LOS MELLIZOS LOS MELLIZOS LOS MELLIZOS LOS MELLIZOS DURMIENTESDURMIENTESDURMIENTESDURMIENTES””””

(Adaptación del cuento “La Bella Durmiente” (Adaptación del cuento “La Bella Durmiente” (Adaptación del cuento “La Bella Durmiente” (Adaptación del cuento “La Bella Durmiente”

realizada por 2º de ESO)realizada por 2º de ESO)realizada por 2º de ESO)realizada por 2º de ESO)

Érase una vez... una reina que dio a luz unos

mellizos muy hermosos, un niño y una niña. Al

bautizo invitó a todas las hadas y magos de su reino,

pero se olvidó, desgraciadamente, de invitar al mago

más malvado. A pesar de ello, este mago maligno se

presentó igualmente en el castillo y, al pasar por

delante de las cunas de los pequeños, dijo despechado:

- "¡A los dieciséis años os pincharéis con un huso y

moriréis!"

Un hada buena que había cerca, al oír el maleficio,

pronunció un encantamiento a fin de mitigar la

terrible condena. Al pincharse, en vez de morir, los

muchachos permanecerían dormidos durante cien

años y sólo los besos de unos jóvenes nobles los

despertarían de sus profundos sueños.

Pasaron los años y los principitos se convirtieron

en el muchacho y la muchacha más hermosos del reino.

El rey había ordenado quemar todos los husos del

castillo para que los príncipes no pudieran pincharse

con ninguno. No obstante, el día que cumplían los

dieciséis años, el príncipe y la princesa acudieron a un

lugar del castillo que todos creían deshabitado, y donde

un viejo sirviente, desconocedor de la prohibición del

rey, estaba hilando. Por curiosidad, los muchachos le

pidieron al hombre que les dejara probar.

- "No es fácil hilar la lana"- les dijo el sirviente, -

“mas si tenéis paciencia os enseñaré."

La maldición del mago malvado estaba a punto de

concretarse. Los príncipes se pincharon con un huso y

cayeron fulminados al suelo como muertos.

Médicos fueron llamados a consulta. Sin embargo,

ninguno logró vencer el maleficio. El hada buena

sabedora de lo ocurrido, corrió a palacio para consolar

a su amiga la reina.

La encontró llorando junto a la cama llena de flores

donde estaban tendidos los príncipes.

- "¡No morirán! ¡Puedes estar segura!" - la

consoló- "sólo que por cien años ellos dormirán".

La reina, hecha un mar de lágrimas, exclamó:

- "¡Oh, si yo pudiera dormir!"

Entonces, el hada buena pensó:

- “Si con un encantamiento se durmieran todos,

los príncipes al despertar encontrarían a todos sus

seres queridos en su entorno.”

La varita dorada del hada se alzó y trazó en el aire

una espiral mágica. Al instante todos los habitantes del

castillo se durmieron.

- "¡Dormid tranquilos! Volveré dentro de cien

años para vuestro despertar" - dijo el hada echando un

último vistazo al castillo, ahora inmerso en un

profundo sueño.

En el castillo todo había enmudecido, nada se

movía con vida. Péndulos y relojes repiquetearon hasta

que su cuerda se acabó. El tiempo parecía haberse

detenido realmente. Alrededor del castillo, sumergido

en el sueño, empezó a crecer como por encanto, un

extraño y frondoso bosque con plantas trepadoras que

lo rodeaban como una barrera impenetrable.

Con el transcurso del tiempo, el castillo quedó

oculto entre la maleza y fue olvidado por todo el

mundo. Pero al término del siglo un joven caballero y

una joven dama de familia noble, que perseguían a un

jabalí, llegaron hasta sus alrededores.

El animal herido, para salvarse de sus

perseguidores, no halló mejor escondite que la

espesura de los zarzales que rodeaban el castillo. Los

nobles descendieron de sus caballos y, con sus espadas,

intentaron abrirse camino. Avanzaban lentamente

porque la maraña era muy densa.

Descorazonados, estaban a punto de retroceder

cuando, al apartar una rama, vieron un puente levadizo

que estaba bajado. Llevando sus caballos sujetos por

las riendas, entraron, y cuando vieron a todos los

habitantes tendidos en las escaleras, en los pasillos, en

el patio, pensaron con horror que estaban muertos,

Luego se tranquilizaron al comprobar que sólo

estaban dormidos.

- "¡Despertad! ¡Despertad!"- chillaron una y otra

vez, pero en vano.

Cada vez más extrañados, se adentraron en el

castillo hasta llegar a la habitación donde dormían los

príncipes. Durante mucho rato contemplaron aquellos

rostros serenos, llenos de paz y belleza; sintieron nacer

en sus corazones el amor que siempre habían esperado.

Emocionados, se acercaron a los príncipes,

tomaron sus manos y delicadamente las besaron... Con

aquel beso, de pronto el príncipe y la princesa se

desperezaron y abrieron sus ojos despertando del

larguísimo sueño.

Al ver frente a ellos a esos fantásticos nobles,

murmuraron:

- ¡Por fin habéis llegado! En nuestros sueños

acariciábamos este momento tanto tiempo esperado."

El encantamiento se había roto. Los príncipes se

levantaron y tendieron sus manos a los nobles.

En aquel momento todo el castillo despertó. Todos

se levantaron mirándose sorprendidos y preguntándose

qué era lo que había sucedido. Al darse cuenta,

corrieron locos de alegría junto a su príncipe y su

princesa, más hermosos y felices que nunca.

Al cabo de unos días, el castillo, hasta entonces

inmerso en un profundo silencio, se llenó de cantos, de

música y de alegres risas con motivo de sus bodas.

Y colorín colorado este cuento también se ha

acabado.