Cómo habitar poéticamente en la globalización por Engel Tally URL 2008

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    A Susanne Heisse y su Sueo de banana

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    ndice

    Introduccin 4

    A.Y para qu poetas en tiempos de indigencia? 6

    B.Pensar y poetizar 12

    C.Qu es habitar poticamente? 22

    D.Qu pasar cuando retornen los dioses? 33

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    Introduccin

    Mi pensamiento est en una ineludible relacin con la poesa de Hlderlin. Tengo a Hlderlin nopor un poeta cualquiera cuya obra es, junto a otras muchas, tema de los historiadores de la literatura.

    Hlderlin es para m el poeta que ensea el futuro, que espera al dios, y que, por tanto, no puedequedar como mero objeto de investigacin histrico-literaria1.

    A la pregunta que posa como ttulo de este ensayo no se pretende dar respuesta

    alguna. Ms bien, lo que se propone es problematizar lo que Martn Heidegger a partir de

    sus interpretaciones sobre la poesa de Friedrich Hlderlin denomin como habitar

    poticamente. As, nuestro esfuerzo en este proceder no responde a una rememoracin

    trivial de la convergencia espiritual entre el pensador y el poeta alemanes ms geniales y

    enigmticos del siglo XIX y XX, sino por el contrario, en el intento de corresponder estecaracterstico habitar con lo que hoy conocemos como globalizacin. Si bien aqu

    anticipadamente se puede inferir que tanto Hlderlin como Heidegger demostraron cada

    uno a su tiempo y manera una preocupacin por la creciente indigencia y desarraigo

    en Alemania y en el mundo, especialmente con los efectos de la Revolucin Industrial y la I

    Guerra Mundial, esta indigencia y desarraigo no son menos dramticos y

    perturbadores en la tecnocracia capitalista mundial actual. De esta cuenta, se considera que

    el recurso existencial del habitar poticamente develado por el pensar de Heidegger a

    partir del poetizar de Hlderlin puede darnos algunas pautas en aperturar un tipo de

    claro (Lichtung)en nuestra ensimismada e ilusa selva meditica consagrada al capital y

    al consumo.

    El trazo que nos proponemos hacer en las siguientes pginas recurre entonces a las

    preguntas fundamentales que guiaron de principio a fin el pensamiento de Martn

    Heidegger: la pregunta por el ser y su sentido. As, el pivote y punto de partida de nuestra

    reflexin se encuentra centrado en el tratado fundamental de Heidegger: Ser y tiempo(1927)2. En muchos sentidos se puede decir que es solamente a partir de las brillantes

    1 Martn Heidegger. (SD). Slo un Dios puede salvarnos. Entrevista del der Speigel a Martn Heidegger.Tecnos: Madrid. 1996. Edicin digital. www.heideggeriana.com.ar2Martn Heidegger. (ST). Ser y tiempo. Traduccin de Jorge Eduardo Rivera. Editorial Trotta: Madrid. 2003.

    De aqu en adelante cuando se citen los escritos de Heidegger, y en la medida de lo posible, la primeraanotacin de las pginas corresponden a la versin alemana y la segunda a la traduccin en espaol.

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    dilucidaciones precisadas en este tratado que el todo del pensamiento de Heidegger puede

    llegar a una comprensin plena. Y a pesar de los esfuerzos de algunos intrpretes en

    sealar una ruptura en el pensamiento de Heidegger marcada por el famoso Kehre o

    giro, La distincin entre Heidegger I y Heidegger II se justifica slo bajo la

    condicin de que constantemente se atienda a que slo bajo I se hace posible II y que lo

    pensado bajo I slo es posible si est contenido en II3. Es decir, nuestra reflexin que

    comprende principalmente los escritos sobre Hlderlin (Heidegger II) solamente es

    comprensible a partir de Ser y tiempo (Heidegger I), y Ser y tiempo (Heidegger I)

    solamente es posible si est contenido en los escritos sobre Hlderlin (Heidegger II).

    La pregunta por el ser y su sentido atraviesa as todo nuestro esfuerzo; uno que se

    concretiza primordialmente en el habitar poticamente. Pero aqu cabe preguntar:

    puede el habitar poticamente armonizar en algo la tumultuosa y turbulentaglobalizacin contempornea? La respuesta a esta pregunta es de s ambigua y difcil de

    discernir, especialmente al contemplar la polmica que se adviene hasta nuestros das

    entorno al pensamiento de Heidegger; polmica colmada de intempestivas crticas que

    Heidegger mismo tuvo que sobrellevar desde 1933 hasta 1976, fecha su fallecimiento.

    El presente ensayo por un lado pretende entonces realizar una exposicin de la

    convergencia entre el pensar de Heidegger y el poetizar de Hlderlin, particularmente

    sobre el habitar poticamente; y por el otro, problematizar lo que este habitar potico

    puede darnos de s en nuestra globalizada poca caracterizada por un renovado

    desarraigo e indigencia. Estando as las cosas, solamente se puede esperar que el

    retorno de los dioses pueda brindarnos un mejor claro (Lichtung), esto es, para habitar

    nuevamente en la proximidad y guardiana del ser. Mientras tanto, nuestro esfuerzo

    permanecer en lo que ms da que pensar en nuestro tiempo, y esto es, que todava no

    pensamos4.

    3 Martn Heidegger. (HT). Carta-prlogo a Heidegger through phenomenology to thought. William

    Richardson S.J. Edicin electrnica de www.philosophia.cl / Escuela de Filosofa Universidad de ARCIS.1967. Pg. 8.4Martn Heidegger. (QP) Qu quiere decir pensar? enConferencias y artculos. Traduccin de Eustaquio

    Barjau. Ediciones del Serbal: Barcelona. 1994. Pg. 124/96.

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    A.Y para qu poetas en tiempos de indigencia?

    En las pestaas de la edicin en ingls de Ser y tiempo5 el filsofo Sydney Hook

    comenta: Es cauteloso predecir que ahora, ms que en otro momento, y mientras la vida en

    la tierra se vuelva ms precaria, Heidegger se convertir en otro santuario del inagotable

    peregrinaje de almas abatidas tratando de encontrarse a s mismas6. Pero mientras

    avanza la ciencia y la tecnologa y se realizan in-crebles descubrimientos como la

    clonacin y la puesta en marcha de una exploracin robtica en Marte, por qu

    simultneamente ha de convertirse la vida en la Tierra ms precaria? No sera cierto todo

    lo contrario? En la entrevista Slo un Dios puede salvarnos concedida por Heidegger a der

    Speigel, l menciona haber quedado espantado al ver por vez primera las fotos de la Tierradesde la Luna. Pero por qu se preguntara inmediatamente uno, si el progreso moderno no

    solamente nos ha brindado esta hermosa visin, sino tambin innumerables comodidades y

    placeres. En nuestro mundo globalizado de hoy, se argumenta, todo se encuentra al alcance

    de un clic y funciona7. A pesar de esto, y sobre el presuntuoso afn cientfico-

    tecnolgico actual Heidegger responde: Esto es precisamente lo inhspito, que todo

    funciona y que el funcionamiento lleva siempre a ms funcionamiento y que la tcnica

    arranca al hombre de la Tierra cada vez ms y lo desarraiga No necesitamos bombasatmicas, el desarraigo del hombre es un hecho. Slo nos quedan puras relaciones tcnicas.

    Donde el hombre vive ya no es la Tierra (SD). Con esto el lector puede quedar con la

    impresin de que Heidegger es un anticuado neo-conservador que se opone a los

    maravillosos descubrimientos de la ciencia y la tecnologa. Poca crtica podr avanzar por

    este camino. Esto es especialmente cierto al comprobar que Heidegger nunca se opuso a la

    ciencia y la tecnologa, sino simplemente se comprometi con develar su esencia y

    delimitacin especfica.

    5 Martn Heidegger. (BT). Being and time. Traduccin de John Macquarrie y Edward Robinson. 1962.Harper & Row Publishers: Nueva York.6 It is safe to predict that now, more than ever, as life on earth becomes more precarious, Heidegger willbecome another way station in the restless pilgrimage of unhappy souls trying to find themselvesTraduccin libre del autor.7 A pesar del debate actual en torno a la definicin de la globalizacin, en este ensayo la definiremos como laintensificacin de la interrelacin e interdependencia econmica, poltica, sociocultural y ecolgica a nivelplanetario. Vase Ulrich Beck. Qu es la globalizacin? Paids: Barcelona. 1998.

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    a saber: extraer, transformar, suministrar, distribuir, conmutar y almacenar, entre otras.

    As, lo elementalmente preocupante de nuestra poca planetaria es que todo lo ente es

    desocultado como existencias disponibles y direccionadas para ser solicitadas; algo a lo

    que Heidegger llama Gestell o estructura de emplazamiento (PT 23/19). Esto quiere

    decir que en la medida en que los seres humanos modernos solamente desocultamos a los

    entes como existencias, como por ejemplo, la naturaleza como almacn de energa y

    materias primas para la produccin, cuestiones problemticas como la crisis ecolgica

    actual inevitablemente continuarn su avance. De igual manera, si la llamada sociedad del

    consumo que incesantemente provoca a los seres humanos a solicitar los entes como

    existencias persiste, cada vez nos adentraremos ms en una crisis global que amenaza con

    nuestra propia existencia. En la estructura de emplazamiento o Gestell que constituye la

    esencia de la tcnica moderna subyace entonces el peligro. Y ste radica en la amenazade que todo lo que hace salir de lo oculto la tcnica moderna emerja exclusivamente en el

    solicitar presentndolo como existencias (PT 23/19, 38/30). As, esta nica y dominante

    manera de desocultar a los entes es lo que constituye el extremo peligro inherente en los

    proyectos tcnico-cientficos actuales, tales como la clonacin, la ciberntica y la

    exploracin del planeta Marte. Pero lo que preocupa an ms de la tcnica moderna es que

    los mismos seres humanos tambin estamos sujetos a ser solicitados como meras

    existencias. Como lo menciona Heidegger: desde el momento en que el hombre,

    dentro de los lmites de lo objetual, es ya slo el solicitador de existencias, entonces el

    hombre anda al borde de despearse, de precipitarse all donde l mismo va a ser tomado

    slo como existencia (PT 30/25). En otras palabras, el ser humano moderno corre el

    peligro de ser solicitado como un mero objeto y recurso para Y esto es precisamente lo

    que acuan los clebres trminos de recurso humano y capital humano de la psicologa

    industrial. Deplorable en este comparecer tambin es el hecho de que el ser humano

    moderno estando en la provocacin de la estructura de emplazamiento deja de or todos

    los modos como ek-siste desde su esencia en la regin de una exhortacin, y con ello

    nunca puede encontrarse consigo mismo (PT31/25). Es decir que la estructura de

    emplazamiento no slo ahuyenta otras posibilidades del hacer salir lo oculto (aletheia), sino

    que tambin pone en peligro al hombre en su relacin consigo mismo, especialmente en el

    llamado de la conciencia (ST 273-275/292-294). Adicionalmente a esto, la estructura de

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    emplazamiento de la tcnica moderna como modo particular de traer-ah-delante deforma el

    resplandecer y el prevalecer mismo de la verdad. Por ello Heidegger menciona que El

    dominio de la estructura de emplazamiento amenaza con la posibilidad de que al hombre le

    puede ser negado entrar en un hacer salir lo oculto ms originario, y de que este modo le

    sea negado experienciar la exhortacin de una verdad ms inicial (PT 32/26).

    Aqu uno podra preguntarse, cules otros y ms originarios desocultares que el de

    la estructura de emplazamiento podran provenir de la tcnica? Sobre esto Heidegger nos

    recuerda a la techn griega que conformaba un nico mltiple salir de lo oculto (PT

    38/31). Y esto quiere decir que la techn para los griegos no solamente investa a la tcnica

    y lo tcnico de sta, sino que tambin el esplendor radiante del arte y lo artstico. As, en el

    hacer salir de lo oculto de la techn prevaleca y era preservada la verdad en los sublimes

    modos de lo bello, la poesa y lo potico. Por esto es que en Grecia las bellas artes

    alcanzaron un grado supremo. A diferencia del frentico modo de desocultar de la Gestell

    o estructura de emplazamiento contempornea, la techn celebraba lo mltiple y ms

    originario del desocultar donde el ser humano se encontraba a la escucha del ser y la

    conciencia. De esta manera, cuando Heidegger retoma las palabras de Hlderlin

    ...poticamente habita el hombre en esta tierra, lo que pretende traer a luz es este

    desocultar de lo potico que lleva lo verdadero al esplendor supremo evidenciado en la

    techn; un desocultar que nos ha sido vedado y arrebatado por el insistente e indigente

    solicitar de la estructura de emplazamiento. Cuando nosotros preguntamos entonces,

    y para qu poetas en tiempos de indigencia?, a lo que estamos apuntando es a la liberacin

    de los seres humanos modernos del entorpecido desocultar de la estructura de

    emplazamiento que domina todos los aspectos de nuestras vidas y que nos ha llevado a una

    penosa indigencia. Lo que se pretende es llamar a la salvacin a la humanidad moderna,

    pero no en el sentido teolgico o religioso del trmino, sino en el de reconducir al ser

    humano moderno a su esencia llevndolo al resplandecer de su ser ms propio (PT 39/31).Esto es algo que la esencia de la tcnica como develamiento o aletheia ya alberga de por s,

    tal y como lo fue la techn para los griegos. Por ello es que Heidegger no duda en citar a

    Hlderlin cuando ste escribe: Pero donde est el peligro, tambin crece lo que salva (PT

    39/31). Es decir, la tcnica como a-letheia es ya de s un desocultar ocultar y un peligro

    salvacin.

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    Ahora bien, exactamente en qu consiste la indigencia de la humanidad moderna y

    en qu manera es que los poetas pueden salvarnos de ella? Primeramente, la penuria que

    se asienta sobre la humanidad moderna como una espesa y quieta neblina no responde a la

    falta de medios tcnicos para hacernos ms rpida y prctica la vida, sino ms bien en esto:

    el olvido del ser. Cuando la esencia de la tcnica moderna se afana en develar a los entes

    como existencias, sta empobrece al ser humano al vedarle los mltiples y originarios

    modos de develamiento, especialmente los que hacen resplandecer lo bello y lo potico.

    Consecuentemente, con la tcnica moderna Slo nos quedan puras relaciones tcnicas;

    algo que no solamente nos empobrece, sino que tambin nos arranca y desarraiga cada vez

    ms de la Tierra (SD). As, la necedad e insistencia del ser humano con la tcnica moderna

    no hace otra cosa que demostrar esto: nuestra indigencia por el profundo olvido del ser.

    Cuando preguntamos entonces y para qu poetas en tiempos de indigencia?, por lo queestamos preguntando es por la multiplicidad de develamientos originarios que la

    modernidad nos ha vedado a travs de la estructura de emplazamiento y la inutilidad de la

    ciencia para el pensar. ste, segn Heidegger, es el olvido del ser (QP 126-127/97-98).

    De esta manera:

    para que la esencia-humana se vuelva atenta a la esencia de la tcnica, para quese funde entre tcnica y hombre, y respecto a su esencia, una referencia esencial[Wesenverhltnis], tiene el hombre moderno que retroencontrarse previamente yante todo en la amplitud de su espacio esencial. Este espacio esencial de la esenciahumana recibe su dimensin que lo trama, nicamente de la re-ferencia[Ver-Hltnis], como la cual guardiana [Wahrnis] del Ser mismo estreapropiada [vereignet] a la esencia del hombre, como lo necesitado por ella porla guardiana. De otra manera que sta, a saber, que el hombre ante todo ypreviamente se construya en su espacio esencial y que tome habitacin en l, nopodr el hombre nada esencial en medio del destino ahora imperante. Meditandoesto, nosotros prestamos atencin a una frase de Meister Eckhart, pensndola desde

    su fundamento. Dice as: "die nitt von grossem wesen sind, was werk die wirkend,da wirt nit us" (Reden der Unterscheidung, N 4): "Los que no son de gran esencia,de cualquier obra que obren, no sale nada"11.

    11 Martn Heidegger. (DK). La vuelta (die Kehre), en Martn Heidegger. Ciencia y tecnologa.Traduccin de Francisco Soler. Editorial Universitaria: Santiago de Chile. 1993. Versin digital.www.heideggeriana.com.ar

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    En otras palabras, el restablecimiento de la esencia de la tcnica recae en que el hombre

    moderno sea capaz de reencontrarse previamente en la amplitud de su espacio esencial, y

    as pueda estar a la escucha y guardiana del ser. Es decir, que pueda habitar

    poticamente. De otra manera, el hombre seguir siendo preso de la tcnica moderna y

    estar condenado a la indigencia que conlleva el olvido del ser.

    La re-memoracin del ser se encuentra entonces reservada a los modos del pensar y

    el poetizar12. Como lo ilustra Heidegger a travs de una conversacin que sostuvo con el

    poeta Ren Char: Hace poco tuve en Provenza una larga conversacin con Ren Char, el

    poeta y resistente. Como Ud. sabe en Provenza se han instalado ahora bases de cohetes y la

    regin ha sido devastada de forma inimaginable. El poeta, que no es precisamente

    sospechoso de sentimentalismo y de glorificar el idilio, me deca que el desarraigo del

    hombre, que est sucediendo, es el final, a no ser que alguna vez el pensar y el poetizar

    logren alcanzar el poder sin violencia (SD). Para habitar poticamente en la

    globalizacin lo que se necesita entonces no son discursos anti-terroristas, i-phones o un

    Second Life derivados de polticos, cientficos y tecncratas de quienes no puede

    provenir nada esencial, sino ms bien, pensadores y poetas. Es solamente en los modos del

    pensar y poetizar donde la multiplicidad de la verdad del ser puede ser develada en su

    luminoso resplandor; una verdad que le puede permitir al ser humano habitar

    poticamente en tiempos de inclemente indigencia13.

    12 Martn Heidegger. (CH). Carta sobre el humanismo. Traduccin de Helena Corts y Arturo Leyte.

    Alianza Editorial: Madrid. 2002. Pg. 313/259; Martn Heidegger. (FN). La falta de nombres sagrados.Versin digital. www.heideggeriana.com.ar13 Aqu es importante aclarar que cuando Heidegger se refiere a la indigencia moderna, no lo est haciendo enun sentido negativo, sino en el sentido del retiro y olvido del ser. Tal y como lo argumenta en la entrevistacon el profesor Wisser (EW): Primeramente debo corregir un aspecto de su pregunta, cuando habla de lahistoria de la decadencia. Esta expresin no est empleada en un sentido negativo!Yo no hablo de unahistoria de la decadencia, sino solamente del destino (Geschick) del Ser en la medida en que se retira cadavez ms en relacin a la manifestacin del Ser en los griegos, hasta que el Ser se vuelve una simpleobjetividad para la ciencia y actualmente un simple fondo de reserva (Bestand) para el dominio tcnico delmundo. Entonces: nos encontramos no en una historia de la decadencia, sino en un retiro del Ser.

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    B.Pensar y poetizar

    A lo largo de su camino a travs de la fenomenologa hacia el pensar en ms de una

    ocasin Heidegger seal que La filosofa y la poesa se encuentran sobre montes

    opuestos, pero sin embargo dicen la misma cosa14. Y a pesar de que Otto Pggeler en una

    conferencia pronunciada el mismo ao del fallecimiento de Heidegger coment que este

    vnculo entre el pensar y el poetizar necesitaba ser aclarado por investigaciones

    lgicas15, Heidegger ya haba aclarado este punto al destacar el carcter con-memorativo

    del poetizar que no responde propiamente a la lgica16. Sin embargo, y en correlacin con

    nuestra exposicin, tanto el pensar como el poetizar s responden al lenguaje que constituye

    un elemento central en el proceder de Heidegger. Cul es entonces la relacin entrelenguaje, pensar y poetizar? Prudente aqu, y antes de intentar una respuesta a esta

    pregunta, es aclarar la manera en que Heidegger concibe el lenguaje.

    Al remitirnos a las precisiones de la ontologa fundamental expuestas en Ser y

    tiempo, encontramos que El fundamento ontolgico-existencial del lenguaje es el

    discurso[Rede] y que La exteriorizacin del discurso es el lenguaje (ST 161/184).

    Esto quiere decir que el discurso conforma el carcter ontolgico-existencial del lenguaje,

    mientras que el lenguaje expresado en palabras (sonoras y/o escritas) es el carcter ntico

    del discurso. No obstante, y ms fundamental que esto, es el hecho de que El discurso

    es existencialmente cooriginario con la disposicin afectiva y el comprender (ST

    14 Martn Heidegger. (LE). Conversacin con Heidegger. LExpress. No. 954, 20-26 octubre de 1969.Traducido por Julio Daz Bez. Revista Palos de la Crtica, n 4 ; abril septiembre de 1981. Mxico.Versin digital. www.heideggeriana.com.ar; Lo dicho poetizando y lo dicho pensando no son nunca lomismo. Pero lo uno y lo otro pueden, de distintas maneras, decir lo mismo (QP 132/102). Durante elsemestre de invierno de 1944-1945 Heidegger tambin imparti un curso llamado Pensar y poetizar (SD).15 Otto Pggeler. Heidegger y Hlderlin en Filosofa y poltica en Heidegger. Traduccin de Juan de la

    Colina. Alfa: Barcelona. 1984. Conferencia pronunciada en noviembre de 1976. www.heideggeriana.com.ar16 Memoria, como coligada conmemoracin de lo que est por-pensar, es la fuente del poetizar. Segn esto laesencia de la poesa descansa en el pensar. Esto es lo que nos dice el mito, es decir, la leyenda. Su decir llamalo ms antiguo, no slo porque, segn el cmputo del tiempo, es el primero sino porque, por su esencia, es,desde siempre y para siempre, lo ms digno de ser pensado. No hay duda, mientras nos representemos elpensar segn lasinformaciones que sobre l nos da la Lgica, mientras no tomemos en serio que la Lgicase ha fijado ya en un determinado modo del pensar, mientras ocurra esto, no podremos reparar en que elpoetizar descansa en la conmemoracin; ni podremos darnos cuenta nunca de hasta qu punto esto es as.(QP 131/101).

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    161/184). Es decir que el discurso es existencialmente constitutivo del ser-Ah, claro o

    Dasein (ST 161, 165/184, 188). Por ello Heidegger menciona que La comprensibilidad

    afectivamente dispuesta del [ser/] estar-en-el-mundo se expresa como discurso (ST

    161/184). Adicionalmente a esto, a la comprensibilidad afectivamente dispuesta del [ser/]

    estar-en-el-mundo le pertenece el coestar, el cual revela que el discurso es primordialmente

    comunicacin17 (ST 162/185). Relevante para nosotros es el hecho de que a lo largo de

    todo el tratado de Ser y tiempo Heidegger solamente hace uso de la palabra poetizante

    mas que una sola vez, y esto lo hace en referencia a la comunicacin de las potencialidades

    existenciales de la disposicin afectiva del ser-Ah, claro o Dasein: La comunicacin de

    las posibilidades existenciales de la disposicin afectiva, es decir, la apertura de la

    existencia, puede convertirse en finalidad propia del discurso poetizante (ST 163/186).

    En otras palabras, la disposicin afectiva constitutiva del ser-Ah es la que concedepropiamente la comunicacin del discurso poetizante o del poetizar.

    Pero aqu cabe mencionar que la disposicin afectiva no solamente dispensa el

    poetizar, sino que tambin el pensar18. Ahora bien, a la comunicacin que le es inherente al

    discurso tambin le atae el escuchar, el cual est en ntima relacin con el comprender;

    No por casualidad cuando no hemos escuchado bien, decimos que no hemos

    comprendido (ST 163/186). Adems, El escuchar constituye incluso la primaria y

    autntica apertura del Dasein a su poder-ser ms propio, como un escuchar de la voz del

    amigo que todo Dasein lleva consigo (ST 163/186). Y este escuchar es precisamente el

    que se encuentra atento al llamado de la voz de la conciencia que invita al Dasein al acto

    resolutorio (entschluss) y la resolucin (entschlossenheit) (ST 295-301/313-319).

    De esta suerte, todo lo recin mencionado ms adelante nos remitir de manera especial al

    particular escuchar y desplegar del pensar y poetizar.

    17 Ella [la comunicacin] realiza el compartir de la disposicin afectiva comn y de la comprensin del

    coestar; El coestar es compartido explcitamente en el discurso, es decir, l ya es previamente,aunque sin ser todava compartido, por no haber sido asumido ni apropiado (ST 162/185).18 No es nada sorprendente apreciar que la aprehensin de la nada - o lo absolutamente no-ente msoriginario que el no y la negacin - sea captada en ciertos modos de la disposicin afectiva como el tedio, laalegra y la angustia (QM 111/99). De igual manera, el dejar-ser que es constitutivo de la esencia de laverdad est ntimamente mediado por la disposicin afectiva o estado de nimo (EV 192/163). A pesar deesto, cabe resaltar que los existenciales constitutivos y cooriginarios del ser-Ah en su conjunto son ladisposicin afectiva y el comprender, y que es sobre stos que el discurso se funda. As, la disposicinafectiva es cooriginariamente correspondida por el comprender y articulada por el discurso (vase ST 143,161/166, 184).

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    tambin es un hablar. Por esto el callar no significa estar mudo. El mudo [tambin]

    tiene...la tendencia a hablar (ST 164-165/187-188). As, para Heidegger El silencio, en

    cuanto modo del discurso, articula en forma tan originaria la comprensibilidad del Dasein,

    que es precisamente de l de donde proviene la autntica capacidad de escuchar y el

    transparente estar los unos con los otros (ST 165/188). Por ello en la Carta sobre el

    humanismo con mucha claridad se menciona que:

    Antes de hablar, el hombre debe dejarse interpelar de nuevo por el ser, con el peligrode que, bajo este reclamo, l tenga poco o raras veces algo que decir. Slo as se levuelve a regalar a la palabra el valor precioso de su esencia y al hombre la moradadonde habitar en la verdad del ser (CH 319/263).

    Con esto se puede decir entonces que el discurso en los modos del pensar y el poetizar

    mantiene una correspondencia originaria con el ser que en su proporcin y medida llega

    al lenguaje. De esta manera siempre nos encontramos en camino hacia el lenguaje20, o

    mejor dicho, en la apertura del ser-Ah donde el pensar y el poetizar pueden alcanzar la

    instauracin del ser con la palabra21.

    Si bien hasta el momento hemos caracterizado la relacin entre el lenguaje, el

    pensar y el poetizar, aqu todava no hemos explicado lo suficiente lo que es el pensar y el

    poetizar. Primeramente cabe mencionar que a pesar de ser esencialmente distintos, tanto el

    pensar como el poetizar surgen originariamente de una interpelacin del ser (seyn) en la

    cual el tiempo y el ser son recibidos en una donacin. A este evento fundamental y

    fundacional que acoge y concede al pensar y el poetizar Heidegger lo llama Ereignis o

    acontecimiento propio (TS 19, 24). Ahora bien, siguiendo el hilo de la ontologa

    20 El giro llevar al lenguaje que hemos usado aqu hay que tomarlo en este caso en sentido literal.

    Abrindose en el claro, el ser llega al lenguaje. Est siempre en camino hacia l. Y eso que adviene es lo queel pensar ex-sistente lleva al lenguaje en su decir (CH 361-362/295).21 En efecto, en su decir, el pensar slo lleva al lenguaje la palabra inexpresada del ser (CH 361/295). Apesar de esto, aqu es importante recordar que el ser nunca es un ente, sino una libre donacin (EP 281). Estoltimo trae a colacin la expresin es gibt, hay o se da a la que Heidegger alude en varios de susescritos, especialmente en Tiempo y ser (TS 5-6). Con esta expresin Heidegger argumenta que el tiempo yel ser no son creados por el Dasein, sino recibidos en una donacin. Martn Heidegger. (TS). Time andbeing en On time and being. Traduccin de Joan Stambaugh. Harper & Row Publishers: Nueva York. 1972;yMartn Heidegger. (EP). Hlderlin and the essence of poetry en Existence and being. Gateway Edition:Chicago. 1970.

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    fundamental expuesta en Ser y tiempo, tanto el pensar como el poetizar se sitan en los

    existenciales cooriginarios de la disposicin afectiva, el comprender y el discurso. De esta

    manera, el pensar y el poetizar se despliegan originariamente en lo que constituye el ser-

    Ah, claro o Dasein. Sin embargo, aqu todava falta sealar que el Dasein como apertura o

    claro es lo que conforma y posibilita a la verdad o aletheia como tal.

    El Dasein, en cuanto constituido por la aperturidad, est esencialmente en laverdad. La aperturidad es un modo de ser esencial del Dasein. Hay verdad sloen cuanto y mientras el Dasein es. El ente slo queda descubierto cuando ypatentizado mientras el Dasein es. Las leyes de Newton, el principio decontradiccin y, en general, toda la verdad, slo son verdaderos mientras el Daseines. Antes que hubiera algn Dasein y despus que ya no haya ningn Dasein, nohaba ni habr ninguna verdad, porque en ese caso la verdad, en cuanto aperturidad,descubrimiento y estar al descubierto, no puede ser (ST 226/246).

    Que hay verdades eternas slo quedar suficientemente demostrado cuando selogre probar que el Dasein fue y ser por toda la eternidad (ST 227/247).

    Ahora, en esto es importante recordar que para Heidegger la esencia de la verdad o

    a-letheia es simultneamente un desocultar que oculta, ya que en la medida en que el

    Dasein est abierto, tambin est cerrado (ST 222/242). Verdad significa un cubrir

    que aclara y que es el rasgo fundamental del ser (seyn) (EV 201/170). De esta cuenta,

    el rasgo fundamental del ser que es un cubrir que aclara es lo que el pensar y el poetizar

    develan como comprensibilidad afectivamente dispuesta articulada por el discurso. Y a

    diferencia de la metafsica, la ciencia y la tcnica moderna que solamente se preocupan por

    lo ente, el desocultar ocultar del pensar y el poetizar se preocupan principalmente por la

    nada o la totalidad de lo ente como tal (QM). Es decir que el pensar y el poetizar como

    modos particulares del discurso existencial se encaminan tras los mltiples e inagotables

    develamientos del ser. Como lo puntualiza Heidegger en la Carta sobre el humanismo:

    A diferencia de lo que ocurre en las ciencias, el rigor del pensar no consiste sloen la exactitud artificial -es decir, terico-tcnica- de los conceptos. Consiste enque el decir permanece puro en el elemento de la verdad del ser y deja que reine losimple de sus mltiples dimensiones (CH 315/261).

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    Y esto nos remite nuevamente al contraste del develar entre la Gestell o estructura de

    emplazamiento y la techn. Es decir, al contraste entre el develamiento nico y aferrado a

    lo ente que se da en los modos de la metafsica, la ciencia y la tecnologa, y el

    develamiento mltiple de la nada que se presenta por medio del pensar y el poetizar.

    De esta manera, lo caracterstico del pensar y el poetizar recae sobre el hecho de que stos

    procuran la re-memoracin del ser y su develamiento mltiple, tal y como lo fue la techn

    para los griegos.

    Cuando Heidegger sugiere entonces que lo que ms da que pensar en nuestro

    tiempo22 es que todava no pensamos, a lo que se est refiriendo es a la exhortacin y al

    llamado del ser que se da primordialmente en el pensar, pero tambin en el poetizar.

    Por ello Slo si nos gusta aquello que, en s mismo, es-lo-que-hay-que-tomar-en-

    consideracin, slo as somos capaces de pensar; A pensar aprendemos cuando

    atendemos a aquello que da que pensar (QP 124/95). De tal forma que a lo que responde

    tanto el pensar como el poetizar es a la interpelacin del olvido o retiro del ser. Asimismo,

    estos modos del pensar y el poetizar son los que responden al hecho de que todava no

    hemos llegado propiamente a la regin de aquello que, desde s mismo, antes que todo lo

    dems y para todo lo dems, quisiera ser considerado (QP 126/97).

    Lo preocupante, en este tiempo nuestro que da que pensar, se muestra en quetodava no pensamos. Todava no pensamos porque lo que est por-pensar le da laespalda al hombre, y en modo alguno slo porque el hombre no se dirija de unmodo suficiente a aquello que est por pensar. Lo por-pensar le da la espalda alhombre. Se retira de l reservndose en relacin con l. Pero lo reservado(Vorenthalten)nos est ya siempre pre-sentado. Lo que se retira segn el mododel reservarse no desaparece (QP 128/99).

    Lo que se retira, rehsa el advenimiento. Pero... retirarse no es lo mismo que nada.Retirada es aqu reserva y como tal... acaecimiento propio. Lo que se retira puedeconcernirle al hombre de un modo ms esencial y puede interpelarlo de un modoms ntimo que cualquier presente que lo alcance y le afecte (QP 129/99).

    22 Es decir, lo preocupante (QP 124/96).

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    Ahora bien, todo lo mencionado hasta el momento no es una sarta de afirmaciones vacas

    como el mismo Heidegger lo insina (QP 127/98), sino una problematizacin de la esencia

    de la verdad como desocultar-ocultar que demanda un pensar esencial que se ocupe de lo

    por-pensar reservado y a la vez presentado en todo develamiento23. Es decir, de aquello

    que a cada momento se retira pero al mismo tiempo nos tira 24 (QP 129/99) y que est

    presente en su ausencia (TS 12-13). Es por esto que Heidegger menciona que:

    Nosotros slo somos nosotros mismos y slo somos los que somos sealando loque se retira. Este sealar es nuestra esencia. Somos mostrando lo que se retira. Entanto que el que muestra en esta direccin, el hombre esel que muestra. Y no esque el hombre sea primero hombre y luego, adems, y tal vez de un modoocasional, sea uno que muestra, sino que: arrastrado a lo que se retira, en la lneaque lleva hacia ste y, con ello, mostrando en direccin a la retirada, es ante todocomo el hombre es hombre. Su esencia descansa en ser uno que muestra (QP129/100).

    En otras palabras, en la estructura del ser/estar-en-el-mundo donde se da una

    correspondencia cooriginaria y fundacional entre el ser/estar-en y mundo, el Dasein se

    manifiesta y despliega como la ek-sistencia que muestra y seala lo que se retira de lo ente

    y no-ente constitutivo del mundo. As, este sealar y mostrar del ek-sistir, ser-Ah o Daseines la aletheia. Por esto el ser-Ah o Dasein solamente es en cuanto verdad o a-letheia

    (ST 226/246).

    Un pensar inicial se encamina entonces tras lo por-pensar que se retira y se reserva

    y que ante todo siempre est presente. Pero adicionalmente a esto cabe mencionar que para

    Heidegger la memoria tiene una relacin esencial con el pensar:

    Memoria es la coligacin del pensar que permanece reunido en vistas a aquelloque de antemano ya est pensado porque quiere siempre ser tomado enconsideracin antes que cualquier otra cosa. Memoria es la coligacin de laconmemoracin de aquello-que-hay-que-tomar-en-consideracin antes que todo lodems (QP 131/101).

    23 La nada (QM).24 Llama.

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    Por esto mismo la Memoria, como coligada conmemoracin de lo que est por-pensar, es

    la fuente del poetizar (QP 131/101). Pero estas aseveraciones en realidad tienen poco

    sentido sin algunas explicaciones adicionales, especialmente de las dilucidadas en Ser y

    tiempo. Primeramente, esta coligacin de la memoria y el pensar remite a la temporeidad

    ek-sttica del Dasein, es decir, la temporeidad que entrelaza el pasado, presente y futuro y

    en la cual el ek-sistir salta continuamente entre stos tiempos (ST 335-350/352-366)25.

    Segundamente, existe un vnculo esencial entre la memoria y la historicidad

    (Geschichtlichkeit) ya que sta ltima conforma el acontecer del Dasein que se

    ex-tiende tempreamente (ST 373-377/390-393). De esta manera, la coligacin de la

    conmemoracin de lo que est por-pensar que se encuentra vinculada originariamente al

    pensar y el poetizar responde al carcter ek-sistencial y ek-sttico-tempreo fundante del

    Dasein. Por lo tanto, el pensar y el poetizar son a la vez una re-memoracin del ser y lahistoricidad del Dasein26.

    Por ltimo, todo lo argumentado hasta el momento estar dispuesto a una mayor

    comprensin si presentamos una descripcin concreta que se origine y parta directamente

    del pensar y el poetizar. Dicha descripcin la encontramos en la conferencia de Heidegger

    titulada La cosa27. En esta conferencia Heidegger inicia cuestionando lo que significan

    cercana y cosa. Esto lo hace con el fin de problematizar el hecho de que a pesar de la

    tremenda reduccin de las distancias por medio de trenes, aviones, radios y televisores, esta

    reduccin del espacio no concede cercana alguna. Una distancia pequea no es ya

    cercana (LC 157/121). De igual manera, todava no tenemos una comprensin clara y

    esencial de la cosa, y esto es a pesar de que a cada momento nos encontramos entre stas.

    El ejercicio del pensar y el poetizar lo realiza entonces Heidegger entorno a una cosa: la

    jarra. Como primer paso cabe resaltar que la cosidad de la jarra no descansa en modo

    alguno en la materia de la que est hecha, sino del vaco que acoge (LC 161/124). Pero

    este vaco no lo debemos comprender como el proceder de la ciencia que solamente

    25 Por esto en un escrito posterior Heidegger establece que el verdadero tiempo es cuadrimensional (four-dimensional) (TS 15).26 La respuesta es que este pensar no es ni terico ni prctico. Acontece antes de esta distincin. En lamedida en que es, este pensar consiste en rememorar al ser y nada ms; El pensar conduce a la ex - sistenciahistrica, es decir, a la humanitas del homo humanus, al mbito donde brota lo salvo (CH 259/292, 359/292).27 Martn Heidegger. (LC). La cosa en Conferencias y artculos. Traduccin de Eustaquio Barjau.Ediciones del Serbal: Barcelona. 1994.

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    constatara que la jarra est llena de aire y de todo lo que constituye la mezcla aire; o por la

    determinacin cientfica que cuando la jarra es llenada con vino lo nico que ocurre es que

    sacamos el aire que llena la jarra y lo sustituimos por un lquido. Llenar la jarra, desde un

    punto de vista cientfico, significa cambiar un contenido por otro (LC 162/124). Pero esto

    no quiere decir que las afirmaciones cientficas sean incorrectas, sino que la ciencia

    solamente desoculta a la jarra de una manera: como ente. La ciencia como tal no acierta

    con la cosidad de la cosa, ya que sta permanece oculta y olvidada. Por ello Heidegger

    menciona que en realidad, la cosa, como cosa, sigue estando descartada, sigue siendo

    algo nulo y, en este sentido, est aniquilada. Esto ocurri y ocurre de un modo tan esencial,

    que no es que a las cosas ya no se les permita ser cosas sino que las cosas todava no han

    podido aparecer nunca al pensar como cosas (LC 163/125). As, el pensar de las cosas ha

    sido aniquilado por el proceder nico de la ciencia que irrumpe con su mera preocupacinpor lo ente. Sin embargo, la cosidad de la jarra deviene de otras maneras mltiples a travs

    del pensar y el poetizar:

    El carcter de jarra de la jarra esencia en el obsequio de lo vertido. Tambin lajarra vaca retiene su esencia a partir del obsequio, aunque la jarra vaca no permiteun verter hacia afuera. Pero este no permitir es propio de la jarra y slo de la jarra.Una guadaa o un martillo, por el contrario, no son capaces de este no permitir esteescanciar.

    El obsequio de lo vertido de la jarra puede ser una bebida. Se puede beber agua, sepuede beber vino.

    En el agua del obsequio demora el manantial. En el manantial demora el roquedo:en l, el oscuro sopor de la tierra que recibe las lluvias y el roco del cielo. En elagua del manantial demoran las nupcias de cielo y tierra. Demoran en el vino queda el fruto de la cepa, un fruto en el que el elemento nutricio de la tierra y el sol delcielo estn confiados el uno al otro. En el obsequio del agua, en el obsequio delvino demoran siempre cielo y tierra. Pero el obsequio de lo vertido es el carcter de

    jarra de la jarra. En la esencia de la jarra demoran tierra y cielo.

    El obsequio de lo vertido es la bebida de los mortales. Calma su sed. Solaza su

    ocio. Anima sus reuniones. Pero el obsequio de la jarra se obsequia a vecestambin en vistas a la consagracin. Cuando lo derramado-y-vaciado es para laconsagracin, entonces no calma ninguna sed. Calma la solemnidad de la fiestaelevndola a lo alto. En este caso lo vertido no se escancia en una taberna, y esteobsequio no es una bebida para los mortales. Lo vertido es la bebida dispensada alos dioses inmortales. El obsequio de lo vertido como bebida es el autnticoobsequioLa bebida consagrada es lo que la palabra vertido propiamentedesigna: ddiva y sacrificio.

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    En el obsequio de lo vertido, que es una bebida, demoran a su modo los mortales.En el obsequio de lo vertido, que es una libacin, demoran a su modo los divinos,que reciben de nuevo el obsequio del escanciar como el obsequio de la ddiva. Enel obsequio de lo derramado-y-vaciado demoran, cada uno de ellos de un mododistinto, los mortales y los divinos. En el obsequio de lo vertido demoran tierra ycielo. En el obsequio de lo vertido demoran al mismo tiempo tierra y cielo, los

    divinos y los mortales. Los cuatro, unidos desde s mismos, se pertenecen unos aotros. Anticipndose a todo lo presente, estn replegados en una nica Cuaternidad.

    En el obsequio de lo vertido demora la simplicidad de los Cuatro (LC 164-166/126-127).

    De esta manera, el pensar y el poetizar de la cosidad de la jarra no solamente remite a otras

    cosas y seres, sino que tambin al abanico de acontecimientos que son obsequiados

    por la cosidad de la jarra. Este sealar remisional del pensar y el poetizar va entonces tras

    los mltiples develamientos significativos que estn presentes en su ausencia, y que el

    proceder de la ciencia sencillamente olvida y deja fuera. La ciencia no se percata,

    por ejemplo, de la coligacin fundamental de cielo, tierra, dioses y mortales que demoran

    en el obsequio de lo vertido de la jarra. Y esta Cuaternidad (Geviert) desocultada por el

    decir del pensar y el poetizar no es algo que se preste simplemente a un anlisis estructural,

    sino que es el devenir propio de la cosidad de la jarra; un devenir que consagra,

    con-memora y concede la cercana y proximidad del ser. Por ello Heidegger menciona que

    en su pensar el pensador dice el ser, y en su poetizar el poeta nombra lo sagrado28. Pero

    aqu todava cabe preguntar, podremos de manera alguna pensar y poetizar en laglobalizacin? Podremos pensar y poetizar cuando el discurso (Rede) se convierte en

    mera habladura (Gerede), y cuando la dictadura del Uno (Das Man) domina todos los

    mbitos de nuestra vida, especialmente a travs de la homogenizadora cultura del

    consumo? Podremos pensar y poetizar cuando la curiosidad (Neugier) de los medios

    nos desarraigan y nos abandonan a una carencia de morada (Aufenthaltslosigkeit)29.

    Podremos pensar y poetizar cuando todo lo que est al alcance de un clic no crea

    cercana alguna? En fin, cmo podremos habitar poticamente en la globalizacin?

    28 Martn Heidegger. (EM). Eplogo a Qu es metafsica? enHitos. Traduccin de Helena Corts yArturo Leyte. Alianza Editorial: Madrid. 2000. Pg. 312/257-258.29 Los dos momentos constitutivos de la curiosidad, la incapacidad de quedarse en el mundo circundante yla distraccin hacia nuevas posibilidades, fundan el tercer carcter esencial de este fenmeno, que nosotrosdenominamos como la carencia de morada (Aufenthaltslosigkeit) (ST 173/195). Vale agregar aqu quepara Heidegger tanto la habladura como la curiosidad se caracterizan por la falta de arraigo y la carenciade fundamento existencial, algo que remite al habitar poticamente que abordamos a continuacin.

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    C.Qu es habitar poticamente?

    Cuando Hlderlin habla del habitar, est mirando el rasgo fundamental del estar del

    hombre. Pero lo potico lo ve l desde la relacin con este habitar entendido de un modoesencial. Esto, ciertamente, no significa que lo potico sea un adorno y un aditamento del habitar.Lo potico del habitar no quiere decir tampoco slo que lo potico, de alguna u otra forma, ocurra

    en todo habitar. Las palabras poticamente habita el hombre dicen ms bien esto: el poetizares lo que antes que nada deja al habitar ser un habitar. Poetizar es propiamente dejar habitar.

    Ahora bien, por qu medio llegamos a tener un habitculo? Por medio del edificar.Poetizar, como dejar habitar, es un construir (HP 183/140).

    Habitar poticamente es una articulacin que surge en Heidegger a partir de lasinterpretaciones que hizo sobre la poesa de F. Hlderlin, un reconocido y esplndido poeta

    alemn del 1800 que cay en la locura. As, para Heidegger, Hlderlin es el poeta del

    poeta ya que su poesa est cargada con la determinacin potica de poetizar la propia

    esencia de la poesa (EP 271). Por esto en su artculo Poticamente habita el

    hombre (1951), el cual toma su ttulo del fragmento de un poema de Hlderlin,

    Heidegger argumenta y profundiza detenidamente sobre el habitar poticamente

    dilucidado por Hlderlin. Pero de qu manera es el habitar potico? Para poder responder

    a esta pregunta primeramente nos es indispensable aclarar lo que constituye la primera

    palabra de dicha expresin: habitar.

    El habitar es en s algo ya apuntado en Ser y tiempo, y particularmente en el

    existencial fundamental del ser/estar-en que forma parte de la estructura del ser/estar-en-el-

    mundo.

    El estar-en no se refiere a un espacial estar-el-uno-dentro-del-otro de dos entes queestn ah, como tampoco el en originariamente significa en modo alguno unarelacin espacial de este gnero; in [en alemn] procede de innan -, residir,habitare, quedarse en; an significa: estoy acostumbrado, familiarizado con, suelo[hacer] algo; tiene la significacin de colo,en el sentido de habitoy diligo(ST 54/80).

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    El ser/estar-en o habitar se refiere entonces a un existencial fundamental del Dasein en el

    que ste aguanta su propia espacialidad; una espacialidad ontolgica y no ntica en la

    cual el Dasein habita y reside. Pero cabe mencionar tambin que el ser/estar-en siempre es

    en-un-mundo, lo cual quiere decir que el Dasein a cada momento se encuentra en

    ocupacin (Besorgen) con entes y con otros (Frsorge) (ST 57, 146/83, 121). Por esto

    segn Heidegger mundo (Welt) conforma aquello en lo que vive un Dasein

    fctico en cuanto tal (ST 65/93). Asimismo, ser/estar-en-el-mundo es aquel absorberse

    atemtica y circunspectivamente en las remisiones constitutivas del estar a la mano del todo

    de tiles [y otros Dasein en su irreductibilidad]. La ocupacin es, en cada caso, como es,

    sobre la base de una familiaridad con el mundo (ST 76/103). De esta cuenta, y por

    ejemplo, la globalizacin tambin puede adquirir una explicacin existencial, ya que con el

    slo hecho de ver en la televisin el reporte del clima, o poner atencin a la remisionalidadde esta computadora con la que escribo, mi mundo se convierte en un mundo compartido

    (Mitwelt) a nivel global. Es decir, los sucesos y efectos globales llegan a formar parte de

    mi mundo circundante (Umwelt) en el cual el mundo ms amplio me es cada vez ms

    des-alejado (Ent-fernung), desbordando as hacia una espacialidad existencial global.

    Pero este tipo de espacialidad existencial global lastimosamente no es capaz de quedarse

    en algo, ya que es arrastrada y desarraigada a su cada (Verfallen) por la incesante

    habladura, curiosidad y ambigedad de la publicidad del Uno (ST 175/198). De igual

    forma, este habitar no es capaz de construir y cuidar sinnimos propios del habitar ya

    que ha olvidado la misma esencia del habitar (CP 141-142/108-109).

    Entonces, segn Heidegger, el habitar no solamente est constituido por la

    espacialidad ontolgica y la familiaridad del Dasein en su ocupacin, sino tambin por el

    construir y el cuidar. Por esto la palabra bauen, que corresponde a construir, para

    Heidegger originariamente tambin significa habitar y cuidar:

    Construir (bauen) significa originariamente habitar. All donde la palabra construirhabla todava de un modo originario dice al mismo tiempo hasta dnde llega laesencia del habitar...

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    La antigua palabra bauen significa que el hombre es en la medida en quehabita; la palabra bauensignifica al mismo tiempoabrigar y cuidar; as, cultivar(construir) un campo de labor (einen Aber bauen), cultivar (construir) una via...

    Los modos del construir construir como cuidar, en latn collere, cultura; yconstruir como levantar edificios, aedificare estn incluidos en el propio construir-habitar. El construir como el habitar, es decir, estar en la tierra, para la experienciacotidiana del ser humano es desde siempre, como lo dice tan bellamente la lengua, lohabitual (CP 141-142/108-109).

    Pero estas correlaciones etimolgicas por s misma no conceden o justifican relacin alguna

    entre los trminos, sino ms bien nos brindan una pauta sobre la manera en que debemos

    pensar el construir, el habitar y el cuidar. Primeramente, No habitamos porque hemosconstruido, sino que construimos y hemos construido en la medida en que habitamos, es

    decir, en cuanto que somos los que habitan (CP 143/110). En otras palabras, slo

    porque somos capaces de habitar podemos tambin construir. Segundamente, el construir-

    habitar como un permanecer y residir remite fundamentalmente a un cuidar que preserva,

    lleva a la paz y alberga algo en su esencia. Por ello El rasgo fundamental del habitar es

    este cuidar (mirar por) (CP 144/111). Es decir que los seres humanos somos capaces de

    construir-habitar de manera esencial slo en la medida en que somos capaces de cuidar.

    Pero hemos sido capaces de construir-habitar de manera esencial en la globalizacin

    cuando el cuidado de la tierra se sume cada vez al borde una crisis ecolgica? An ms,

    hemos sido capaces de poetizar de manera alguna en la globalizacin? Para no tener que

    responder a estas preguntas de manera apresurada, aqu es importante intentar dilucidar de

    mejor manera lo que constituye el habitar potico, y especialmente lo que es el poetizar.

    En la seccin anterior aludimos al carcter esencial del pensar y el poetizar as como

    a su relacin fundacional con el lenguaje. Sin embargo, el poetizar tambin despliega un

    carcter espacial-existencial que necesita de una mayor caracterizacin por nuestra parte.

    De esta manera, el poetizar adems de ser la instauracin del ser con la palabra (EP 281), es

    un medir o toma-de-medida por parte del Dasein. Pero esta toma-de-medida no es Geo-

    metra en sentido alguno, ya que su toma-de-mundo es propiamente ontolgica y no ntica.

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    En el poetizar acaece propiamente lo que todo medir es en el fondo de su esenciaEn el poetizar acaece propiamente la toma de medida. El poetizar es la toma-de-medida, entendida en el sentido estricto de la palabra, por la cual el hombre recibe porprimera vez la medida de la amplitud de su esencia (HP 190/145-146).

    La toma-de-medida se relaciona entonces con la dimensin de mundo (Welt) del Dasein,

    o mejor dicho, la toma-de-medida es la que confiere cierta dimensin de mundo del Dasein.

    Porque el hombre es en tanto que resiste la dimensin, su esencia tiene que sersiempre medida. Para esto necesita de una medida que, de una vez, alcance toda ladimensin. Avistar esta medida, sacar la medida de esta medida y tomarla como lamedida quiere decir para el poeta: poetizar. El poetizar es esta toma-de-medida, yadems para el habitar del hombre (HP 192/147).

    El poetizar o la toma-de-medida remite as a la amplitud de la esencia del Dasein o

    dimensin de mundo, la cual permite el propio habitar o ser/estar-en del Dasein30.

    Asimismo, cabe mencionar que este poetizar que saca la medida de la dimensin del habitar

    es lo que Heidegger concibe como el construir inaugural. Por ello El poetizar es lo

    primero que deja entrar el habitar del hombre en su esencia. El poetizar es el originario

    dejar habitar (HP 196/150). Pero adems de esto, el poetizar como toma-de-medida

    afectivamente dispuesta seala el mltiple desocultar-ocultar del entre que se da entre

    cielo y tierra, y en el cual tambin comparecen divinos y mortales.

    el poeta llama a cantar en la palabra a toda claridad de los aspectos del cielo y atodas las resonancias de sus rutas y de sus brisas y, en la palabra, hace brillar y sonar loque ha llamado. Ahora bien, el poeta, si es poeta, no describe el mero aparecer delcielo y la tierra. El poeta, en los aspectos del cielo, llama a Aquello que, en eldesvelarse, hace aparecer precisamente el ocultarse, y lo hace aparecer de esta manera:en tanto que lo que se oculta. El poeta, en los fenmenos familiares, llama a loextrao como aquello a lo que se destina lo invisible para seguir siendo aquello que es:desconocido (HP 194/149).

    30 Todo lo cual tambin remite a la significatividad existencial (Bedeutsamkeit), que es la manera en que elDasein significa para s mismo y se da a entender su ser y poder-ser en relacin con su ser/estar-en-el-mundo (ST 87/113).

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    Para retomar un ejemplo ya ilustrado, la cosidad de la jarra que enviste a la

    Cuaternidad es el olvido del ser, pero el olvido del ser que est presente en su ausencia y

    que solamente puede ser llamado, nombrado y especialmente medido inicialmente por el

    poetizar32. Pero si bien hasta el momento hemos caracterizado lo que es el habitar y el

    poetizar, aqu todava nos falta dilucidar lo que es el habitar poticamente, al igual que

    intentar una respuesta a la pregunta central de este ensayo: cmo habitar poticamente

    en la globalizacin? Aqu empezaremos por la definicin que hace Heidegger del habitar

    poticamente para luego ahondar sobre la esencia de este habitar.

    Habitar poticamente significa estar en la presencia de los dioses y ser tocado porla esencia cercana de las cosas. Que la existencia es potica en su fundamento quiere

    decir, igualmente, que el estar instaurada (fundamentada) no es un mrito, sino unadonacin (EP 282).

    Segn esta definicin, el habitar poticamente es estar en la presencia de los dioses y ser

    tocado por la esencia cercana de las cosas, lo cual no es un mrito, sino una donacin.

    Pero qu es exactamente estar en la presencia de los dioses y ser tocado por la esencia

    cercana de las cosas? A esta pregunta ya hemos respondido lo suficiente, especialmente al

    argumentar sobre los modos existenciales del pensar y el poetizar que re-memoran al ser; esdecir, aquello que es lo ms prximo pero que al mismo tiempo es lo que ms lejos le

    queda al hombre (CH 331/272). Ahora bien, la definicin tambin seala que esta

    existencia potica no es un mrito, sino una donacin. Y esto es algo que nos remite

    nuevamente a la nocin heideggeriana del es gibt, se da o hay, la cual indica que

    tanto el tiempo como el ser no son creados por el Dasein, sino recibidos en una donacin

    libre (del Seyn) (TS 5-6, ST nota b 157/133, EP). Por otro lado, cabe recordar que para

    Heidegger lo potico como tal no es un adorno o un aditamento del habitar, sino que es

    lo que antes que nada deja al habitar ser un habitar. Poetizar es propiamente dejar habitar

    (HP 183/140). Sin embargo, para llegar a tener un habitculo necesitamos del edificar, y el

    poetizar como dejar habitar, ya es un construir (HP 183/140). De esta manera:

    32 Y en su medida por el pensar.

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    El hombre no habita slo en cuanto que instala su residencia en la tierra bajo el cielo,en cuanto que, como agricultor, cuida de lo que crece y al mismo tiempo levantaedificios. El hombre slo es capaz de este construir si construye ya en el sentido de latoma-de-medida que poetiza. Propiamente el construir acontece en cuanto que haypoetas, aquellos que toman la medida de la arquitectura, del armazn del habitar(HP196/150).

    Para habitar poticamente necesitamos entonces de la toma-de-medida que poetiza;

    una medida que nos es otorgada solamente si somos capaces de escuchar al llamado de los

    dioses que nos instan a su presencia. Tambin, si somos capaces de develar lo sagrado de

    la Cuaternidad que se encuentra instalada en lo ente mismo y que nos llama y nos reclama a

    cada momento. Si El hecho de que ya siempre vivamos en una comprensin del ser y que,

    al mismo tiempo, el sentido de ser est envuelto en oscuridad, demuestra la principal

    necesidad de repetir la pregunta por el sentido del ser (ST 4/27), entonces es necesario

    que nos encaminemos hacia un poetizar que sea alto y un pensar que sea profundo (QP

    132/102). Pero para habitar poticamente y encontrar el sentido del ser no solamente se

    requiere de este pensar y poetizar, sino que tambin del apropiamiento de la esencia misma

    del Dasein. Como lo menciona Heidegger:

    el hombre nicamente es capaz de poetizar segn la medida en la que su esencia

    est apropiada a aquello que por s mismo tiene poder sobre el hombre y que por estonecesita y pone en uso su esencia. Segn la medida de esta apropiacin, el poetizar espropio o impropio (HP 197/151).

    Pero exactamente a qu esencia que puede ser apropiada de manera propia o

    impropia es a la que se refiere Heidegger? Para responder a esta pregunta es necesario que

    nos remitamos nuevamente a la historicidad o Geschichtlichkeit expuesta en Ser y tiempo,

    la cual es el acontecer del Dasein que se ex-tiende tempreamente. Pero adems de esto, es

    importante recordar que la pregunta por el sentido del ser es la que gua de manera

    fundamental el todo del tratado de Ser y tiempo, y la cual tambin remite al poetizar del

    habitar potico por el que preguntamos ahora. Entonces, cul es el sentido del ser?

    La respuesta a esta pregunta la encuentra Heidegger en la historicidad propia

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    destinalmente resuelta, que bsicamente consiste en el asumir las posibilidades heredadas

    por el legado y la tradicin para enraizarlas en el futuro estando volcado hacia la muerte 33.

    Pero cmo y de qu manera se relaciona esta historicidad con el habitar

    poticamente? Primeramente, Heidegger considera que La esencia de la poesa queinstaura Hlderlin es histrica en grado supremo, porque anticipa un tiempo histrico

    (EP 289-290). Y esto quiere decir que en su carcter ontolgico de temporeidad ek-sttica,

    la poesa que instaura Hlderlin es capaz de enraizarse en el futuro en un repetir

    destinalmente resuelto que reivindica la historicidad propia del Dasein. Un ejemplo de esto

    lo encuentra Heidegger bellamente cifrado en la elega de Hlderlin Heimkunft o

    Retorno a la patria. En sta Hlderlin inspirado en un retorno a su pueblo despus de

    algn tiempo de ausencia poetiza o toma-medida-de el entrelazamiento divino del cielo,

    montaas, ros y valles de su tierra natal, as de como los mortales que habitan en ellos. A

    pesar de esto, Hlderlin considera que sus paisanos todava no han sido capaces de

    habitar poticamente en esta sublime tierra dotada de la Serenidad. As, en la elega

    Hlderlin no solamente hace un llamado para que stos habiten en la proximidad y

    presencia de la Serenidad y el Gozo (Most Joyous), sino que tambin encuentren su

    esencia retomando su legado propio34. Es decir que los insta a que sean capaces de habitar

    en la proximidad del ser y de asumir su historicidad propia destinalmente resuelta (ST

    392/407). Por esto es que, segn Heidegger, Hlderlin estando a la escucha del ser como elAh no solamente recibe la donacin de los dioses (estando en su presencia), sino que

    tambin devela el sentido propio del habitar poticamente.

    Segundamente, en Hlderlin y la esencia de la poesa (EP) Heidegger menciona

    que el lenguaje, como la ms alta posibilidad de ser del hombre, garantiza que ste pueda

    serhistrico. Asimismo, establece que la poesa es el lenguaje primitivo de un pueblo

    histrico (EP 283-284) y que el lenguaje primitivo es la poesa como instauracin del

    ser (EP 284). Pero aqu cabe preguntar, de qu manera es el lenguaje primitivo poesa e

    33 El modo propio de estar vuelto hacia la muerte, es decir, la finitud de la temporeidad, es el fundamentooculto de la historicidad del Dasein (ST 387/402). La historicidad propia comprende la historia como elretorno de lo posible y sabe, por eso, que la posibilidad slo retorna cuando la existencia estdestinalmente-instantneamente abierta para ella en la repeticin resuelta (ST 392/407).34 Martn Heidegger. (RP). Remembrance of the poet enExistence and being. Gateway Edition: Chicago.1970.

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    instauracin del ser? La respuesta a esta pregunta ya ha sido dilucidada: el lenguaje

    primitivo es la historicidad propia destinalmente resuelta. En otras palabras, el lenguaje

    primitivo en su poetizar y acontecer propio ya ha instaurado al ser con la palabra, razn

    por la cual Heidegger tambin considera que:

    El Dasein primitivo habla con frecuencia ms directamente desde una dimensinoriginaria de los fenmenos El aparato conceptual, quizs desmaado y toscodesde nuestro punto de vista, puede contribuir positivamente a un genuinorealzamiento de las estructuras ontolgicas de los fenmenos (ST 51/76).

    De esta manera, no es coincidencia alguna que Heidegger considere que los argumentos de

    su trabajo filosfico se asemejen a los andares y quehaceres cotidianos de los pobladores de

    la Selva Negra, pero tambin, que La ntima pertenencia del propio trabajo a la Selva

    Negra y sus moradores viene de un centenario arraigo suabo-alemn a la tierra que nada

    puede reemplazar 35.

    El habitar poticamente est constituido entonces por el poetizar o aquella toma-

    de-medida de la dimensin de la Cuaternidad en la que demoran cielo, tierra, divinos y

    mortales, y en la cual el habitar se ubica a cada momento en la proximidad del ser que est

    presente en su ausencia36 (HP 189/145, CP 144-146/110-112, LC 164-174/126-133). Pero

    el habitar poticamente es tambin un construir y cuidar (mirar por)37, o mejor dicho, un

    habitar que salva (retten), guarda y cobija a la Cuaternidad en su esencia. Por esto segn

    Heidegger:

    Los mortales habitan [poticamente] en la medida en que reciben el cielo como cielo.Dejan al sol y a la luna seguir su viaje; a las estrellas su ruta; a las estaciones del ao,su bendicin y su injuria; no hacen de la noche da ni del da una carrera sin reposo...

    Los mortales habitan [poticamente] en la medida en que esperan a los divinos comodivinos. Esperando les sostienen lo inesperado yendo al encuentro de ellos; esperan las

    seas de su advenimiento y no desconocen los signos de su ausencia. No se hacen susdioses ni practican el culto a dolos. En la desgracia esperan an la salvacin que se lesha quitado

    35 Martn Heidegger. Por qu permanecemos en provincia? en Revista Eco, Tomo VI, 5. Marzo 1963.Traduccin de Jorge Rodrguez. Versin digital. www.heideggeriana.com.ar36 Lo sagrado.37 Bauen. Vase pginas 22 y 23 de este ensayo.

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    Los mortales habitan [poticamente] en la medida en que conducen su esencia propia ser capaces de la muerte como muerte al uso de esta capacidad, para que sea unabuena muerte. Conducir a los mortales a la esencia de la muerte no significa enabsoluto poner como meta la muerte en tanto que nada vaca; tampoco quiere decirensombrecer el habitar con una mirada ciega dirigida fijamente al fin38 (CP 145/111).

    As, el poetizar como dejar habitar es un construir que mantiene y cuida a la Cuaternidad

    llevando la esencia de sta a las cosas. Y por esto mismo Heidegger nos incita a meditar

    sobre la compostura arquitectnica de las casas de campo de la Selva Negra que admiten

    propiamente a la Cuaternidad.

    Pensemos por un momento en una casa de campo de la Selva Negra que un habitartodava rural construy hace siglos. Aqu la asiduidad de la capacidad de dejar que tierra

    y cielo, divinos y mortales entren simplemente en las cosas ha erigido la casa. Haemplazado la casa en la ladera de la montaa que est a resguardo del viento, entre laspraderas, en la cercana de la fuente. Le ha dejado el tejado de tejas de gran alero, que,con la inclinacin adecuada, sostiene el peso de la nieve y, llegando hasta muy abajo,protege las habitaciones contra las tormentas de las largas noches de invierno (CP155/118).

    Ahora bien, esta indicacin sobre la casa de la Selva Negra no quiere decir que deberamos

    o podramos volver a la construccin de estas casas, sino que sta, con un habitar que

    ha sido hace ver cmo este habitar fue capaz de construir (CP 155/118-119). Pero

    entonces, cmo podramos habitar poticamente en la globalizacin cuando todos los

    lugares aviados39 en nuestro mundo circundante no reciben y guardan de manera alguna

    a la Cuaternidad? Es decir, cmo podramos poetizar en un mundo desencantado40 donde

    han huido los dioses y donde todo es develado cientfica y tecnolgicamente? Cmo

    podramos poetizar y aperturar un claro propio entre la selva de simulacros e

    hiperrealidades desarraigadas41? Cmo subsanar nuestra indigencia y penuria del habitar?

    Heidegger responde a esto de la siguiente manera:

    38 Es decir, estando volcado hacia la muerte en una historicidad propia destinalmente resuelta. Ms adelanteahondaremos sobre esto que conforma la respuesta a la pregunta por el sentido del ser expuesta en Ser ytiempo.39 Vase CP 149/114.40 En el sentido argumentado por Heidegger pero tambin por el socilogo alemn Max Weber. VaseMax Weber. The sociology of religin. Beacon Press: Boston.1964 (1922).41 Jean Baudrillard. Simulations. Semiotext[e]: Estados Unidos. 1983.

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    Por muy dura y amarga, por muy embarazosa y amenazadora que sea la caresta deviviendas, la autntica penuria del habitarno consiste en primer lugar en la falta deviviendas. La autntica penuria de viviendas es ms antigua an que las guerrasmundiales y las destrucciones, ms antigua an que el ascenso demogrfico sobre latierra y que la situacin de los obreros de la industria. La autntica penuria del habitardescansa en el hecho de que los mortales primero tienen que volver a buscar la esencia

    del habitar, de que tienen que aprender primero a habitar. Qu pasara si la falta desuelo natal del hombre consistiera en que el hombre no considera an la propia penuria del morar como la penuria? Sin embargo, as que el hombre consideralafalta de suelo natal, ya no hay ms miseria. Aqulla es, pensndolo bien y teniendo bienen cuenta, la nica exhortacin que llamaa los mortales al habitar (CP 156/119).

    As, para aprender a habitar tenemos que ejercitar primeramente el pensar y el poetizar, ya

    que solamente en estos modos discursivos del Dasein se puede aviar propiamente un lugar

    (Raum) al ser (Seyn) y a la Cuaternidad. Pero adems de desocultar-ocultar las

    multiplicidades del ser que se reservan, as como de realizar una toma-de-medida de la

    dimensin presente en su ausencia, el originario y potico sentido del ser deviene

    propiamente cuando el Dasein logra apropiarse de su posibilidad de ser s-mismo (Selbst)

    y llegar a una resolucin precursora (ST 305-306/324-325). Y esto quiere decir que el

    Dasein al escuchar (Hren) la llamada (Ruf) de la voz de la conciencia (ST 273-

    274/292-293), se arranca a s-mismo de la cada en el Uno sujetndose en la negatividad de

    su nihilidad, siendo solamente as capaz de estar volcado hacia la muerte; es decir, hacia su

    finitud que le concede su poder-ser ms propio. Y este poder-ser propio se lo apropia el

    Dasein en el acto resolutorio, el cual ek-stticamente retorna y recibe las posibilidadesheredadas por el legado y la tradicin para enraizarlas en el futuro pre-cursor de la

    historicidad propia (ST 382-392/398-407). De esta manera, el arraigo centenario suabo-

    alemn a la tierra de los moradores de la Selva Negra que nada lo puede reemplazar

    llama a los mortales al habitar. Es decir que el poetizar que se concederse a s-mismo la

    historicidad propia destinalmente resuelta, es el que es capaz de habitar poticamente y

    de manera propia (Eigentlich)42. Por esto Heidegger finalmente anota:

    Mientras dura este advenimiento de la gracia, mientras ocurre esto, logra el hombremedirse con la divinidad. Si este medir acaece propiamente, entonces el hombrepoetiza desde la esencia de lo potico. Si acaece propiamente lo potico, entonces elhombre mora poticamente sobre esta tierra; entonces, como dice Hlderlin en sultimo poema, la vida del hombre es una vida que habita (HP 198/152).

    42 Aqu es importante anotar que es en el existencial del comprender en el cual la propiedad e impropiedad delDasein se decide (ST 146/179). Pero tambin hay que recordar que el discurso es la articulacin delcomprender y la disposicin afectiva, los cuales constituyen fundamentalmente al ser-Ah (ST 161/184).

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    D.Qu pasar cuando retornen los dioses?

    Hasta el momento hemos entretenido y postergado repetidamente una respuesta a la

    pregunta central de este ensayo que es: cmo habitar poticamente en la globalizacin?

    Sin embargo, y como se seal al inicio de este ensayo, aqu no se pretende dar respuesta

    alguna a esta pregunta, sino ms bien problematizar lo que podra comprender tal habitar en

    la globalizacin. As, el lector podr quedar o no decepcionado al sugerirse que un habitar

    potico como el dilucidado por medio del pensar de Heidegger a partir del poetizar

    de Hlderlin difcilmente podr tomar lugar en este tiempo. Y esto es as no solamente

    por el acaecimiento de ciertas pocas en el destino del ser (TS 9), sino principalmente

    porque tal habitar potico es insostenible en el contexto especfico de la globalizacin.Pero ms all de estos razonamientos heideggerianos, el profundo arraigo filosfico de

    Heidegger que se concretiza en un tipo de Geopoltica ontolgica43 no concede de

    manera alguna el genuino Recibimiento del Otro44. A pesar de esto, y antes de

    adentrarnos en este aprieto filosfico, es sumamente importante que dilucidemos primero

    exactamente qu es lo que pasar cuando retornen los dioses.

    Desde su primera compenetracin con la disertacin de Franz Brentano tituladaDe

    la mltiple significacin del ente en Aristteles (1862), Heidegger emprendi un arduo

    camino tras la pregunta por el ser (HT 2-3). De hecho, fue tanto la sentencia de Aristteles

    El ente adviene manifiesto de muchos modos (que coloc Brentano en la pgina titular de

    su escrito), como la renovada lectura de los tratados aristotlicos de laMetafsica y la tica

    Nicomaquea las que concedieron varias de las tesis fundamentales del pensamiento de

    Heidegger, especialmente las referentes a la pregunta por el ser y la concepcin de la

    como desocultamiento-ocultamiento (HT 3). As, desde ese entonces el reclamo

    principal que le hace Heidegger de principio a fin a la ciencia y a la metafsica es el olvido

    43 Con este trmino nos referimos al arraigo filosfico provincial inscrito en el habitar potico heideggerianodel cual se deriva un tipo de poltica nacionalista tercamente enraizada en su historicidad destinalmenteresuelta. Por ello es que autores como Pierre Bourdieu, entre otros, califican a Heidegger como un idelogoneo-conservador perteneciente al grupo de intelectuales desclasados y al cual tambin pertenecen escritorescomo O. Spengler y E. Jnger. Vase Bourdieu (1991:33-47).44Es decir, del hurfano, la viuda y el extranjero. Vase Emmanuel Levinas. (TI). Totalidad e Infinito.Ediciones Sgueme: Salamanca. 2006 (1961).

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    del ser. Es decir, el olvido de aquel ser (Seyn) que deviene fundamentalmente de manera

    temprea y que siempre est presente en su ausencia (TS 13, TT 446-448, QM 96).

    Ahora bien, la pregunta por el ser entendida de la manera en que la acabamos de

    esbozar queda sumamente incompleta sin preguntar por su sentido. De hecho, no es

    coincidencia que en la primera pgina de Ser y tiempo Heidegger escriba: La elaboracin

    concreta de la pregunta por el sentido del ser es el propsito del presente tratado. La

    interpretacin del tiempo como horizonte de posibilidad para toda comprensin del ser

    en general, es su meta provisional (ST 1/23). Pero cul es el sentido del ser? La

    respuesta es la historicidad propia destinalmente resuelta. Cuando Heidegger considera

    entonces que La esencia de la poesa que instaura Hlderlin es histrica en grado supremo,

    porque anticipa un tiempo histrico (EP 289-290), y que el pensar histrico universal de

    Hlderlin, que llega a la palabra en el poema Andenken [memoria],es ms esencialmenteinicial y, por ende, est ms preado de futuro que el mero cosmopolitismo de Goethe

    (CH 279), a lo que est aludiendo es a la concertacin de la historicidad propia (o el sentido

    del ser) entre su pensar y la poesa de Hlderlin; por esto mismo para l La poesa es el

    lenguaje primitivo de un pueblo histrico (EP 283-284).

    El habitar poticamente que significa estar en la presencia de los dioses y ser

    tocado por la esencia cercana de las cosas (EP 282) remite simultneamente entonces a la

    re-memoracin del ser y al asumir la historicidad propia, donaciones que solamente sedevelan en los modos discursivos del pensar y el poetizar. As, cuando Heidegger

    menciona que vivimos en tiempos de indigencia donde los dioses han huido, a lo que se

    refiere es a la imposibilidad de los seres humanos modernos de re-memorar al ser y de

    asumir su historicidad propia. Es decir que existe una falta u omisin de las

    posibilidades ms propias que el Dasein puede recibir en donacin. Pero hace falta esta

    falta en la globalizacin? S y no. Sin lugar a dudas hoy en da se percibe por doquier

    un insoportable sentimiento de socavo existencial impregnado del desarraigo de lahabladura, la curiosidad y la ambigedad de los medios, la cultura del consumo y la

    despiadada tica capitalista que no conceden pauta alguna para el poetizar o la toma-de-

    medida. Pero podramos pensar que la nica manera de subsanar esta terrible indigencia

    es intentar habitar poticamente? En verdad hemos meditado lo suficiente sobre lo

    que podra implicar el habitar potico en la globalizacin? Es decir, cul sera el

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    resultado del retorno de los dioses y de la historicidad propia destinalmente resuelta de los

    pueblos en esta poca y contexto?

    Aqu podramos dejarnos llevar por las cuantiosas crticas a Heidegger en torno a su

    involucramiento con el Nacional-Socialismo durante diez meses como rector de laUniversidad de Friburgo en 1933-34. Pero en realidad este es un desvo que de ninguna

    manera nos lleva a una compenetracin y confrontacin seria con el pensamiento de

    Heidegger. Por lo tanto, aqu haremos una extensa cita de la Carta sobre el humanismo con

    la intencin de poder abrir un camino hacia su pensar, especialmente en referencia a la

    relacin existencial entre ser y patria45 que remiten a la re-memoracin del ser y la

    historicidad propia.

    La proximidad del ser, en que consiste el aqu del ser-aqu o Dasein, ha sidopensada a partir de Ser y tiempo en el discurso sobre la elega de HlderlinHeimkunft [o Retorno a la patria] (1934), ha sido escuchada en su decir msintenso en el propio poema cantado por el poeta y ha sido nombrada como patriadesde la experiencia del olvido del ser. Esta palabra est pensada aqu en un sentidoesencial que no es ni patritico ni nacionalista, en el sentido de la historia del ser. Pero,al mismo tiempo, la esencia de la patria ha sido nombrada con la intencin de pensar laapatricidad o desterramiento del hombre moderno desde la esencia de la historia delser Con todo, cuando compone su poema Heimkunft, Hlderlin se preocupa deque sus paisanos encuentren su esencia. Y no busca para nada esta esencia en el

    egosmo de su pueblo, sino que la ve desde la pertenencia al destino de Occidente.Slo que Occidente tampoco est pensado de modo regional, como lo opuesto aOriente, no slo est pensado como Europa, sino desde el punto de vista de la historiauniversal, desde la proximidad al origen. Apenas si hemos empezado a pensar todavalas enigmticas referencias al Este que se han hecho palabra en la poesa de Hlderlin(vid.Der Ister, Die Wanderung, 3. estrofa y ss.). Lo alemn no es algo que sele dice al mundo para que sane y encuentre su salud en la esencia alemana, sino que sele dice a los alemanes para que, partiendo de su pertenencia destinal a los pueblos,entren con ellos a formar parte de la historia universal (vid. sobre el poema de

    45 Aqu no hacemos distincin alguna entre los trminos patria, tierra natal o Homeland en el vocabloingls. El filsofo Jeff Malpas provee una cita de la definicin que hace Heidegger de esta ltima expresin enHlderlin Hymnen Germanien und Der Rhein: [Homeland no debe ser entendida] como un mero lugarde nacimiento, o simplemente como un paisaje familiar, sino como el poder de la tierra, en el cual elhombre, cada vez y segn su propio Dasein histrico, habita poticamente (Heidegger en Malpas 207).Jeff Malpas.Heideggers topology. Being, Place, World. MIT Press: Cambridge. 2006.

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    Hlderlin, Andenken, el escrito conmemorativo Tbinger Gedenkschrift, de 1943,p. 322).La patria de este morar histrico es la proximidad al ser46 (CH 277-278).

    Bajo lo recin mencionado, el etnocentrismo Nazi repudiado y cuestionado por todos los

    ciudadanos del mundo despus de la Segunda Guerra Mundial no tiene mucha cabida. Y

    esto es especialmente cierto al apreciar que Heidegger no est argumentando en pos de un

    egosmo nacionalista o pueblerino, sino en que todos los pueblos del mundo sean

    capaces de encontrar su esencia histrica para morar en la proximidad del ser y unirse as a

    la historia universal del ser. Pero puede algo as ocurrir en el contexto de la

    globalizacin?! No existe aqu una apora insuperable? Otto Pggeler seala

    precisamente esto cuando escribe sobre la temporeidad existencial: La pluralidad del

    estar-dado, del estar-a-la-mano, del ser-ah, etc. es orientada analgicamente hacia este

    significado rector [la historicidad propia]. Pero aqu surge una apora: el tiempo sobretodo su temporalidad autntica [propia], la historicidad es utilizado como principio para

    la distincin de diferentes significados de ser (HH). Entonces, pensando en algo ms

    general, podran las historicidades propias de los pueblos conducirse hacia una historia

    universal del ser? Es algo as posible? Tomemos por ejemplo el terruo histrico ms

    disputado y peleado en el mundo: Jerusaln. Hoy en da Cristianos, judos y rabes

    reclaman una historicidad particular con este lugar, especialmente los ltimos dos. Pero

    cules han sido las consecuencias de tales disputas histrica y destinalmente resueltas?Y qu pasara si este pequeo terruo llamado Jerusaln se convirtiera en el mundo

    entero, particularmente con la enorme cantidad de desplazamientos migratorios actuales?

    No es cierto que existe un reavivamiento de sentimientos xenofbicos y racistas (e incluso

    nacionalistas) en toda Europa hacia personas provenientes de Turqua, frica y Latino

    Amrica, entre otros?47 Qu se puede decir de la imposicin moderna de la idea de

    desarrollo, la supuesta lucha contra el terrorismo entre el Eje del Bien y el Eje del

    Mal o los movimientos tnico-culturales, por ejemplo? Sern stos totalitarismos

    impropios o resoluciones existenciales histrica y destinalmente resueltas? Y si en dado

    caso no lo son a la plenitud descrita por Heidegger en Ser y tiempo, podr algo como el

    46 El nfasis en esta ltima oracin es mo. En Remembrance of the Poet Heidegger tambin escribe:El retorno a la patria es el retorno a la proximidad de la fuente; Homecoming is the return into theproximity of the source (RP 258).47 Algo similar a lo que ocurri en Alemania hacia los judos de 1933 a 1945.

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    habitar potico ocurrir algn da en la globalizacin? An ms, podr existir en la

    globalizacin algn Dasein que mantenga la estabilidad del s-mismo

    (Selbststndigkeit) en su resolucin propia? (ST 391/406). La respuesta de Heidegger es:

    Quin Sabe? Es posible que en dos o tres siglos... (LE). Por esto para Heidegger

    Solamente un Dios puede salvarnos, ya que cualquier esfuerzo humano y en especial

    de la filosofa siempre ser insuficiente e incompleto.

    la filosofa no podr operar ningn cambio inmediato en el actual estado de cosasdel mundo. Esto vale no slo para la filosofa, sino especialmente para todos losesfuerzos y afanes meramente humanos. Slo un dios puede an salvarnos. La nicaposibilidad de salvacin la veo en que preparemos, con el pensamiento y la poesa, unadisposicin para la aparicin del dios o para su ausencia en el ocaso; dicho toscamente,que no estiremos la pata, sino que, si desaparecemos, que desaparezcamos ante el

    rostro del dios ausente (SD).

    Pero aqu nos cabe nuevamente preguntar: qu pasar cuando retornen los dioses?

    Podr el pensar y el poetizar armonizar de manera alguna los pro-yec-tos histrica y

    destinalmente resueltos en una historia universal del ser, y particularmente en el contexto

    de la globalizacin? O ser ms bien que el todo de la filosofa heideggeriana no es otra

    cosa que una jerga burguesa48 ciega a las desigualdades de clase que vivi Alemania y

    que vive ahora el mundo entero? An ms, que todo su esfuerzo filosfico no es ms queuna desesperada respuesta y propuesta neo-conservadora de uno de los muchos

    intelectuales desclasados con el advenimiento del capitalismo arrasador49. Las crticas de

    este tipo no se agotan, especialmente los feroces e inagotables ataques de Adorno. Pero

    para nosotros el problema fundamental del pensamiento heideggeriano no reside en esto,

    sino en el hecho de que en l subyace una arraigada Geopoltica ontolgica que tiende a

    reducir todo lo irreductible al horizonte del ser (Seyn) y el Mismo (TI 71, 91). Y esto es

    especialmente cierto en relacin a su argumentacin sobre el Otro.

    48 Th. W. Adorno. La jerga de la autenticidad enDialctica negativa y La jerga de la autenticidad. Obracompleta, 6. Ediciones Akal: 2005.49 Pierre Bourdieu. La ontologa poltica de Martn Heidegger. Paids: Barcelona. 1991.

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    A pesar de que en Ser y tiempo Heidegger reconoce la irreductibilidad del Otro50,

    este Otro queda sumido, no solamente bajo el horizonte de comprensin del ser, sino que

    tambin bajo una solicitud (Frsorge) que puede darse en los modos sustitutivo-

    dominante y anticipativo-liberador. Pero si el Otro es irreductible, por qu ha de ser

    solicitado bajo estos modos en primer lugar? Esto aqu no quiere decir que tales

    solicitudes no sean posibles o que no se den, sino de manera ms radical, que no se

    deberan dar porque precisamente ah se encuentra una relacin tica con el Otro que

    precede a toda ontologa (TI 71). Es decir, en el pensamiento de Heidegger existe una

    irremediable omisin fenomenolgica fundamental que depara el todo de su planteamiento.

    Pero adems de esto, en el dejar-ser del Dasein (Bewendenlassen) (ST 85/111) que

    remite a la esencia de la verdad o el desocultar-ocultar, existe un entorpecido meterse y

    retrotraerse que violenta en su quehacer la soberana e irreductibilidad de los entes,especialmente la de los Otros. En otras palabras, bajo el planteamiento heideggeriano el

    Dasein que in-siste en cuanto ek-siste y que en su errar se ve forzado a la necesidad de

    opresin (EV 196-197/166-167), forzosamente sujeta pero tambin recibe a los

    entes en su sedentarismo errante. Pero no ser que lo que hace este dejar-ser es encubrir

    una Geopoltica ontolgica del Dasein pragmtico y des-alejador que todo lo

    manipula y monopoliza? Es ms, no ser el encubrimiento de una arraigada egologa51

    de poder y potencia que todo lo subsume bajo su posesin? No ser entonces que lo que

    hacen los modos discursivos del pensar y el poetizar no es otra cosa que dominar a la

    misma Cuaternidad, incluso cuando supuestamente cuidan o miran por ella? Es decir,

    hasta qu punto el habitar potico en esta tierra (HP 186/142-143) que contempla el

    paso de los celestes y los astros y que rememora destinalmente su historicidad propia no es

    un sedentarismo amotinado fcilmente incitado a la violencia en la defensa de la tierra

    natal por el yo puedo? Levinas responde de la siguiente manera:

    Habitar es el modo mismo de sostenerse; no como la famosa serpiente que se tomaal morderse la cola, sino como el cuerpo que, sobre la tierra, exterior a l, se sostieney puede. E