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ESTADOS DEL ARTE PARA EL CAMPO DEL PATRIMONIO CULTURAL EN LA CIUDAD DE BOGOTÁ COMUNICACIÓN Y APROPIACIÓN SOCIAL DEL PATRIMONIO CULTURAL Proyecto 00270/2009 Supervisión María Claudia Ferrer Secretaría de Cultura, Recreación y Deporte Septiembre de 2010 Secretaría de Cultura, Recreación y Deporte

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ESTADOS DEL ARTE PARA EL

CAMPO DEL PATRIMONIO

CULTURAL EN LA CIUDAD DE

BOGOTÁ

COMUNICACIÓN Y

APROPIACIÓN SOCIAL DEL

PATRIMONIO CULTURAL

Proyecto 00270/2009

Supervisión

María Claudia Ferrer

Secretaría de Cultura, Recreación y

Deporte

Septiembre de 2010

Secretaría de Cultura, Recreación y Deporte

1

Director

Aurelio Alberto Horta Mesa

Coordinadora General

Esperanza Osorio C.

Investigador coordinador de la línea

Comunicación y apropiación social del Patrimonio Cultural

DANILO MORENO1

Analista de Datos

Cristian Darío Zambrano Rojas

Auxiliares de Investigación

Esteban García Henao

Juliana Muñoz Uribe

Manuela Buitrago Villamizar

Paola Andrea Bustos Peláez

Auxiliar Administrativo

Alejandra González

1 Candidato a Doctor en Literatura Iberoamericana y del Caribe. Magister en Comunicación de la Pontifica

Universidad Javeriana. Comunicador Social. Periodista de la Universidad Central. Profesor cátedra Narrativa de ciudad. Universidad Nacional de Colombia. En esta investigación ha participado, además, Juan Carlos Pérgolis.

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CONTENIDO

ENTRADA .......................................................................................................................... 3

ASPECTOS METODOLÓGICOS .......................................................................................... 4

1. MARCO DE REFERENCIA ........................................................................................... 7

1. 1. PATRIMONIO Y CIUDAD ....................................................................................... 7

1.2. PATRIMONIO Y MEDIOS.................................................................................... 9

1.3. REDES Y APROPIACIÓN DEL PATRIMONIO......................................................... 15

2. LA SCRD, PATRIMONIO Y MEDIOS ............................................................................ 18

2.1. CONSIDERACIONES GENERALES ......................................................................... 18

2.2. SISTEMAS DE INFORMACIÓN ............................................................................. 19

2.3. MEDICIONES O IMPACTO ................................................................................... 21

2.4. LO MASIVO .......................................................................................................... 24

2.4.1. Sobre el portal.............................................................................................. 25

2.4.2. Sobre algunos programas y eventos ........................................................... 27

2.4.3. Sobre la relación con la prensa ................................................................... 30

3. MONITOREO DE MEDIOS ........................................................................................... 31

3.1. CONSIDERACIONES GENERALES. ........................................................................ 31

3.2. TELEVISIÓN .......................................................................................................... 31

3.3. LA PRESENCIA DEL PATRIMONIO EN CANAL CAPITAL ....................................... 37

Confianza y fascinación, antecedentes de la radio en Colombia ......................... 42

2. POLÍTICAS PÚBLICAS, PATRIMONIO Y MEDIOS: RECOMENDACIONES. ............... 46

BIBLIOGRAFÍA ................................................................................................................. 50

3

COMUNICACIÓN Y APROPIACIÓN SOCIAL DEL PATRIMONIO

CULTURAL

ENTRADA

Llevamos más de quince años estudiando la ciudad desde dos orillas que siempre

consideramos muy cercanas: la arquitectura y la literatura, dos mundos que, sin

duda, nos hacen vivir el espacio tridimensional que otorgan los sentidos. Quizás

por esa razón cuando nos propusieron trabajar la relación entre medios y

comunicación del patrimonio o medios de comunicación y patrimonio, lo

primero que se nos ocurrió fue empezar a visualizar proyectos de comunicación

del patrimonio a través de los medios públicos (no solo desde los tradicionales,

sino en otros espacios públicos, como el interior del transporte). Se trataba de

integrar en acciones, los campos que motivaron esta investigación.

Las primeras reflexiones, entonces, nos condujeron a pensar más en acciones,

que en aspectos teóricos, que de alguna manera habían sido motivo de reflexión

y de escritura. El paso siguiente a esa visualización, fue la construcción de varios

interrogantes que se convirtieron en el hilo conductor de nuestra reflexión:

¿Cómo se narra la ciudad en los medios públicos? ¿Cuál es la relación de esa

narración con el patrimonio? y, por la naturaleza del trabajo: ¿Cuál es el estado

del arte de la manera en que Secretaria de Cultura, Recreación y Deporte, SCRD,

comunica el tema del patrimonio, a través de los medios?

Para dar respuesta a estos interrogantes, estructuramos nuestro trabajo a partir

de los siguientes pasos: hacer un acercamiento teórico al tema, abordado la

4

relación entre ciudad y patrimonio. Analizar la actual coyuntura a partir de un

monitoreo de medios, para ver qué tanta incidencia tiene el tema del patrimonio

en la programación o en los eventos que a nivel informativo aparecen

registrados. Hacer una cartografía crítica de los diferentes espacios que la SCRD,

utiliza para comunicar el tema del patrimonio.

Este contexto se convirtió en el punto de partida para hacer un recorrido teórico

entorno al tema, hacer los señalamientos sobre el contexto y explorar caminos

con recomendaciones y propuestas, que permitan construir pistas para la

conceptualización de políticas públicas que se encarguen de fortalecer la relación

que la ciudad, como institución, y su patrimonio, pueden tener con los medios.

El texto se estructura de la siguiente manera: En un primer segmento se realiza

una aproximación teórica al tema, un marco de referencia. En la segunda parte

se hace cartografía crítica de los diferentes espacios que la SCRD, utiliza para

comunicar el tema del patrimonio. La tercera parte deja ver el análisis sobre los

medios (televisión y radio), que consiste en el análisis de los programas y

espacios seleccionados. La cuarta parte es propositiva, aglutina las principales

ideas que en términos de políticas públicas, relacionadas con el patrimonio,

consideramos que pueden ser útiles.

ASPECTOS METODOLÓGICOS

Como se plantea en los aspectos generales de este proyecto, la naturaleza del

trabajo realiza abordajes desde la sociología, el urbanismo, la semiótica y teoría

de la comunicación, así como la producción y/o consumo estratégico. En

particular para el desarrollo de esta línea: Medios de Comunicación y Patrimonio,

se hace un abordaje desde el urbanismo y la teoría de la comunicación,

enfocado, entonces, a la relación de patrimonio, ciudad y medios.

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De igual manera, y haciendo uso de aspectos metodológicos utilizados en

investigaciones anteriores, durante estos últimos años, apelamos a la posibilidad

del relato, como manera de acercarnos a la ciudad: nuestro relato como

observadores permanentes del espacio urbano. Insistimos en el relato como

forma de interpretar el mundo y que además, nos permite relatar la ciudad,

porque vemos que a través de la ciudad relatada se abren espacios para las otras

formas de ciudad, diferentes a las que aparecen en la narrativa mediática.

Para sustentar algunas de las afirmaciones, se realizó un análisis semiótico tanto

de los textos, como de su disposición en términos gráficos o su puesta en escena.

La base del modelo aparece en el texto: S/Z de Roland Bhartes, en el que se

plantea aplicar a cada una de las lexias (unidades de significación) cinco voces o

códigos. El más importante es el código cultura, que nos permite establecer

conclusiones relacionadas con el marco teórico planteado.

Los pasos metodológicos fueron:

a. Revisión Bibliográfica del tema.

b. Selección del corpus de trabajo: selección de los programas, secciones de

prensa y franja radial, que se convertirán en insumo. Por la naturaleza del

proyecto se propone hacer el seguimiento en dichos medios en una semana.

c. Análisis semiótico al material seleccionado. (Metodología utilizada para la

investigación: Las mediaciones urbanas en los procesos congnitivos de los

jóvenes, realizada para el IDEP).

d. Establecer una análisis comparativo de acuerdo a los resultados para cada

medio.

e. Análisis de las experiencias rastreadas.

f. Redacción del informe final.

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Dentro del corpus de estudio se seleccionaron, previo análisis de las parrillas de

programación, se tuvieron en cuenta programas como:

Los Puros Criollos. Señal Colombia.

Banderas en Marte. Señal Colombia.

La Sub 30. Señal Colombia.

Arriba Bogotá. Citytv.

Cultura capital. Canal Capital.

DC cuenta. Canal Capital.

Historias de Ciudad. Canal Capital.

Comerciales Canal Capital.

De igual manera se seleccionó una semana para hacerle seguimiento al tema del

patrimonio en prensa: Diario El tiempo, así como diarios locales como Noti

Usaquén o Periódico Extra.

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1. MARCO DE REFERENCIA

1. 1. PATRIMONIO Y CIUDAD

La UNESCO en el 2005 definió al patrimonio como “el legado que recibimos del

pasado, lo que vivimos en el presente y lo que transmitimos a las futuras

generaciones...”. En la ley 1185 de 2008 se lee: "El patrimonio cultural de la

Nación está constituido por todos los bienes materiales, las manifestaciones

inmateriales, los productos y las representaciones de la cultura que son

expresión de la nacionalidad colombiana, tales como la lengua castellana, las

lenguas y dialectos de las comunidades indígenas, negras y creoles, la tradición,

el conocimiento ancestral, el paisaje cultural, las costumbres y los hábitos, así

como los bienes materiales de naturaleza mueble e inmueble a los que se les

atribuye, entre otros, especial interés histórico, artístico, científico, estético o

simbólico en ámbitos como el plástico, arquitectónico, urbano, arqueológico,

lingüístico, sonoro, musical, audiovisual, fílmico, testimonial, documental,

literario, bibliográfico, museológico o antropológico”.

Estas dos definiciones se convierten en punto de partida para nuestra reflexión

en torno al patrimonio; un concepto integral que nos permite ver en él la

confluencia del espacio y la forma con los acontecimientos y las prácticas,

aspectos sustanciales en la visión que sobre el sentido de ciudad hemos

construido en nuestro permanente ejercicio de investigación en torno al tema

urbano y que nos acerca a una idea de patrimonio articulada con la vida de

ciudad y sus particularidades. Un concepto de patrimonio que nos convierte en

productores, conservadores y gestores. Ya no es el patrimonio asociado

exclusivamente a los museos o a la preservación de los bienes muebles.

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Las definiciones citadas, por su naturaleza, definen el patrimonio desde la

generalidad, pero ¿a qué nos referimos cuando hablamos de patrimonio urbano?

La respuesta nos remite a anteriores trabajos que hemos realizado sobre el tema

y que podemos resumir en dos conceptos: El patrimonio de la ciudad está dado

por la condición de sus edificios, por sus valores intrínsecos: calidad, lenguaje,

forma, tamaño, etc. y sus valores extrínsecos: representatividad, historia,

reconocimiento, etc. Por ese motivo, en el Documento Final del Coloquio de

Quito sobre patrimonio de Quito, 1977 se definen como Centros históricos: todos

aquellos asentamientos urbanos vivos, fuertemente condicionados por una

estructura física proveniente del pasado, reconocibles como representativos de la

evolución de un pueblo2.

El segundo concepto hace referencia a que el patrimonio de la ciudad está dado

por las particularidades de su modo de vida. Entendemos, disfrutamos y amamos

esas ciudades –Roma o Cartagena- porque podemos participar de sus

particularidades culturales, que son resultado de una historia, que está presente

en sus monumentos pero se mantiene viva en las significaciones de sus

habitantes…3

La primera opción nos conduce a la relación forma-significado, una instancia

semiótica que permite el reconocimiento de la ciudad y consecuentemente su

identidad. La segunda nos lleva a entender el sentido de la vida en la ciudad, esto

es el reconocimiento de las prácticas que se desarrollan en y con el espacio

urbano y particularizan el modo de vida.

Una ciudad como Bogotá, carente de grandes monumentos (que son portadores

y aportadores de la identidad urbana) encuentra sus símbolos en los sucesos de

la vida cotidiana, en los acontecimientos que aparecen en los vacíos, en los

2 Definición de “centro histórico” en el Documento Final del Coloquio de Quito sobre patrimonio. Quito, 1977. 3 Pérgolis, J.C. “Las señales colectivas en el patrimonio cultural urbano”, en La ciudad como bien cultural. Memorias del seminario. Colcultura-OEA, Bogotá. 1990.

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silencios entre las palabras, en las tensiones entre las masas, en ciertos ritos, en

los puntos móviles de encuentro, en los eventos que ocurren en los espacios

públicos, más que en la identidad formal de estos; en la nostalgia del personaje

no representado por ningún monumento (ya que la nostalgia más se refiere a los

hechos que a las formas) que en la falta del monumento.

Es cierto que la ciudad necesita símbolos, pero no necesariamente formas

simbólicas. Eso es lo que Bogotá nos demuestra. Algún día recordaremos más el

ambiente anaranjado de sus atardeceres, que la presencia del cerro con

santuario; la falta de sombras bajo el cielo gris de la ciudad de ladrillos que las

construcciones con este material. Recordaremos algún ritual colectivo que hará

parte de ese patrimonio inmaterial que se construye permanentemente, que un

espacio físico ya olvidado.

La relación más importante que pudimos ver entre patrimonio y ciudad es la que

integra en un concepto: la forma, el espacio de la ciudad y la vida en la ciudad, es

decir su prácticas significantes, las particularidades de cada uno de los espacios

urbanos.

1.2. PATRIMONIO Y MEDIOS

La incursión de los medios de comunicación en la vida pública marcó el inicio de

una nueva época, la transformación de la mayoría de las relaciones sociales

tuvieron que ser repensadas a la luz de la llamada globalización que, sin duda,

está directamente asociada a los avances en los canales comunicativos. Desde

este contexto, los modelos educativos, económicos, comunicacionales, etc.,

viven una constante transformación. Por esta razón pensar el tema del

patrimonio implica, desde luego, pensar en la relación que éste tiene con los

medios de comunicación y los diferentes procesos comunicativos que se generan

a partir de dicha interacción.

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Quizás una de las primeras responsabilidades que se le puede endilgar a los

medios, y en particular a los masivos, sin desconocer la incidencias de medios

locales y comunitarios, es la de difundir, en este caso, una idea integral del

patrimonio y como lo señaló Jesús Martín Barbero, a principio de los noventa, es

necesario pensar en que esa relación sea pensada: “de los medios a las

mediaciones”.

Desde este contexto la pregunta es: ¿Cómo se produce la apropiación social del

patrimonio a través del uso de los medios? La respuesta a esta pregunta pasa, y

aquí viene nuestra primera recomendación, por la necesidad de construir, desde

los medios y a la luz de la idea de “los medios a las mediaciones”, espacios

simbólicos, que fortalezcan la idea de un patrimonio dinámico, que incluya la

mirada histórica y una prospectiva del futuro.

Los medios al servicio del patrimonio deben integrar y promover su conservación

tanto de la forma, es decir la ciudad, como de las prácticas sociales, los

acontecimientos, que son parte del patrimonio urbano. En la medida en que

podamos construir esos espacios simbólicos, se podrá producir una apropiación

social del patrimonio.

Un mundo simbólico se puede construir desde la forma y desde la

representación de esa forma o viceversa; supone, entonces: el espacio

convertido en símbolo y los acontecimientos con sentido, un ritual que nos

integra a un colectivo. Para los griegos el símbolo era “un signo de

reconocimiento entre los miembros de una comunidad iniciática.

Es necesario, entonces, el reconocimiento de la forma, del patrimonio, tanto

tangible como intangible. Re-conocer o re-presentar. Desde el psicoanálisis,

representar es volver a hacer presente, es decir, pretender terminar con la

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ausencia, llenar el faltante o satisfacer un deseo, en tanto éste expresa el vacío

de algo cuya existencia conocemos y que a través de una práctica significante, en

palabras de Kristeva, volvemos a re-presentar. En tanto los medios estimulen las

prácticas colectivas, esas prácticas permitirán una relación diferente con la

ciudad.

No podemos, desde el Estado, en este caso la Alcaldía, y las instituciones

interesadas en el tema, seguir trabajando la idea del patrimonio desde un

concepto disociado, es decir, ver la recuperación de la forma, sin tener en cuenta

las prácticas sociales que se viven en torno a ese espacio; por ejemplo, no se

puede promover la re-cuperación del Cementerio Central, sin pensar en la

necesidad de recuperar y preservar la cultura que allí se genera a través de las

prácticas. Tanto forma como práctica tienen la misma importancia. Así, el ritual

de los lunes al anochecer, en el que devotos encienden velas para sus muertos,

debe ser un ritual que se difunda, a través de los medios, al que se le dé

importancia, para que los habitantes sientan que sus rasgos culturales son parte

del patrimonio.

Ahora bien, la importancia que tienen los medios de comunicación en la

conformación de esa vida de ciudad es vital, pues desde su incursión en la vida

social, los medios lograron que los escenarios de representación, o de los

imaginarios colectivos, pasen por la interacción que ejerce el ciudadano con

ellos. Una muestra clara de esta hipótesis se refleja en el desplazamiento que en

el ámbito político sufrió la plaza pública, esa idea poética que, en la

conformación de los espacios urbanos, idearon los griegos: el ágora pública,

perdió protagonismo y se centró en los espacios mediáticos.

Esta integración entre espacio, práctica y medios, supone varios retos para estos

últimos, un enfoque diferente no solo sobre el patrimonio, sino sobre su manera

de difusión, es decir la manera en que se narra. En la actual coyuntura se

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observa que los medios no interpretan el contexto, se quedan sólo en la parte

informativa o espectacular. Los medios privados, como parte del sistema, tienen

la misión de proteger, y permitir la reproducción, de las industrias culturales. El

reto para los medios públicos (que en el caso de la ciudad tienden a parecerse

más a los privados, sin generar propuestas) está en centrarse más en la

interpretación de la ciudad, en escucharla, en sentir lo cotidiano, para fortalecer

esa apropiación social del patrimonio, por lo tanto el medio público debe

encontrar un lenguaje propio y diferente al que utilizan los medios privados.

Si el patrimonio es entendido desde este enfoque, entonces, es necesario mirar,

además de la narrativa, los canales que se utilizan para la difusión de ese

patrimonio. Por un lado los canales tradicionales y los medios no convencionales,

en los que se puede integrar, por su capacidad de narrar, el espacio público de la

ciudad. Un buen ejemplo es el de los sistemas de transporte, que vistos como

patrimonio de la ciudad, pueden lograr que ésta, la ciudad, genera su propia

narrativa en torno al patrimonio y entre sin mediación en contacto con los

habitantes.

Anteriores investigaciones o reflexiones sobre el tema, nos permitieron ver la

relación que los medios tienen con la ciudad. En la investigación: Bogotá

Fragmentada (Universidad Nacional, 1996) hicimos un análisis de la presencia de

la ciudad en los medios; pudimos mostrar cómo esos fragmentos de ciudad que

aparecían en los medios eran arbitrarios y múltiples. La investigación permitió

identificar la estética de la década de los noventa y, de la cual durante los

últimos años, los medios se han encargado de desarrollar y perfeccionar su

estrategia narrativa, basada en la fragmentación.

La investigación: Las mediaciones urbanas en los proceso cognitivos de los

jóvenes, ciudad educadora y escuela, (IDEP, 2000) nos permitió establecer una de

las premisas que aún hoy consideramos de vital importancia: en la medida en

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que se construyan nuevos relatos de ciudad, podemos construir otros imaginarios

urbanos: reinterpretar el entorno y relacionarnos de una manera diferente con él.

Premisa que aplicada al tema del patrimonio nos abre un sin fin de posibilidades

para iniciar el camino y que podemos replantear así: en la medida en que

construyamos nuevas narraciones sobre el patrimonio, éste será entendido de

manera diferente, sólo así podremos empezar un verdadero proceso de

apropiación.

Los medios públicos tienen una responsabilidad fundamental para lograr estas

nuevas narraciones, se trata no sólo de pensar en informar en torno al

patrimonio (a una idea de patrimonio) sino de generar nuevos narraciones sobre

éste. Lograr que en esa idea de lo público, sean otra voces las que narran su

ciudad, sus prácticas y sus rituales.

Ahora bien, así como propusimos que la escuela saliera a la ciudad y empezara a

relatarla, (para que los niños y jóvenes no se quedaran con la ciudad mediática a

veces tan lejana a la realidad), consideramos que igual debe pasar con el

patrimonio: es necesario que la narración e interpretación sobre éste salga a la

calle y que los medios públicos se encarguen de propiciar nuevas perspectivas.

No podemos entender la ciudad sin sus formas, sin la representación de esas

formas y de la vida que allí ocurre, es decir el patrimonio. Quizás por eso la

mayoría de nuestros trabajos insisten en los relatos como la posibilidad de

aproximación que el ciudadano tiene con el espacio urbano. Esta relación nos

permite enunciar la necesidad de lograr que desde los espacios académicos

(instituciones académicas y espacios no formales de educación) se dispongan

todas las herramientas para que el patrimonio sea narrado, idealmente por los

habitantes de la ciudad, pero en una primera instancia por esa comunidad

académica, a través de medios de comunicación convencionales y no

convencionales.

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La manera en que entendemos la ciudad está ligada, entonces, a dos categorías

básicas: la comunicación (como acto para entender al otro) y el patrimonio

(tangible e intangible), es decir la forma de vida en la ciudad. En nuestra

investigación más reciente, Comunicación, arquitectura y ciudad (Universidad

Católica. 2009) encontramos una vez más la necesidad de narrar los espacios

para que tengan y adquieran sentido. Consideramos que así como es difícil lograr

la apropiación de un objeto que no se conoce, un objeto lejano, es necesario

acercarnos a la ciudad a través de la experiencia con el espacio, que puede ser

narrado. Por esta razón la arquitectura, como las historias mínimas, al ser

relatadas generan una experiencia diferente con el espacio. La relación más

directa que pudimos encontrar entre: medios y comunicación del patrimonio,

pasa entonces, por la relación que el ciudadano pueda tener con su entorno y la

manera en que pueda ser representada esa experiencia.

Una es la ciudad del espacio físico, la de la forma, la ciudad del patrimonio

tangible. Otra es la ciudad de los acontecimientos que marcan los ciclos con los

que se organiza el hombre contemporáneo: ciclos de celebración, de trabajo, de

esparcimiento, etc, es decir el patrimonio intangible; y otra es la ciudad

mediática, que contribuye en la construcción de ambas maneras de ver y

entender lo urbano.

Como se plantea en el aparte de las consideraciones para la construcción de las

políticas públicas, proponemos que el patrimonio se tiene que evidenciar en las

calles; hacer presencia en los espacios públicos, en el transporte y que le

muestren y le enseñen la ciudad a sus habitantes, porque como hemos afirmado,

no se puede tener sentido de pertenencia sobre algo que se desconoce. Bogotá

tiene una historia que está viva, un patrimonio que necesita ser narrado, no sólo

a través de esos medios tradicionales, sino de medios que interactúen con el

espacio urbano.

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Porque así como las ciudades necesitan ser relatadas de forma diferente, el tema

del patrimonio requiere de una nueva enunciación, primero desde una política y

luego desde la acción directa de la intervención sobre el espacio público y sobre

el espacio mediático. Una ciudad como Bogotá: fragmentada y múltiple, requiere

mostrar las diferentes redes que se tejen y ese ha de ser su patrimonio. En esa

relación los medios de comunicación, en este mundo contemporáneo, juegan un

papel vital. Los medios han de estar al servicio de lo público, para poder construir

espacios simbólicos que ayuden con la apropiación social del patrimonio.

1.3. REDES Y APROPIACIÓN DEL PATRIMONIO

Asociar el patrimonio a la idea de red es vital en la medida en que se piense su

comunicación desde esta estructura; porque la apropiación social del patrimonio

sólo podrá garantizarse cuando se construyan tejidos sociales, tejidos urbanos

bajo una urdimbre de prácticas significantes. Ante esta relación podemos

preguntarnos: ¿Cuál es el modelo que se puede utilizar para la comunicación y

apropiación del patrimonio, desde las redes? La repuesta, pasa, por la idea de

modelos unipolares, integrados al concepto de red.

La idea de red se basa en una multiplicidad de relaciones que no duplican un

origen. A esta característica, Deleuze, la define como un aumento de

dimensiones en una multiplicidad que cambia de naturaleza, en la medida en

que aumentan sus conexiones. Pero la idea de red, la asociamos principalmente,

con un aparejo hecho con hilos que se anudan en vértices; así, una red se

conforma por hilos y nudos, que en conjunto constituyen un cuerpo vivo que

cambia, que es dinámico y en el que pueden participar, quienes lo deseen.

Otra característica de la red, es la posibilidad de establecer múltiples conexiones;

por ello, una red está continuamente haciéndose, es un origen que explota en

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multiplicidades que diluyen el punto de principio. Como diría Deleuze, a

propósito de la idea de rizoma, la unidad se sustrae y sólo así, sin unidad, lo uno

forma parte de lo múltiple. El más claro ejemplo sobre este concepto, llevado a

la práctica, es el de la construcción de las redes sociales a través de internet, en

donde entre comillas, todos opinan y todos tiene la posibilidad de proponer, allí,

en ese espacio virtual, los deseos unen a los miembros de cada una de esas redes

sociales.

El patrimonio visto desde un sistema comunicacional, debería disparar una serie

de actividades y de procesos que permitan su preservación, su promoción,

gracias a la construcción de un tejido social en torno a él. Pensar el patrimonio

comunicado a partir de la idea de red supone, entonces, concebirlo como plural,

dinámico, sin jerarquías, ya que los diferentes actores pueden ayudar en dicha

construcción.

Ver la comunicación del patrimonio desde la idea de red, o como una

superposición de múltiples redes, implica verla como un acto de interacción y de

tensión entre las partes a través de dos ideas centrales: a) los actores de los

procesos comunicacionales no están, necesariamente, bajo un sistema

jerarquizado y b) la transversalidad o líneas de fuga que rompen la cuadrícula y

generan flujos de información de uno a otro nodo, en doble vía o en una vía que

se convierte en punto de fuga. Un nudo en la red es en sí mismo una red. Este

punto o nudo, concentra líneas que fluyen, desvían las líneas, las hace

retroceder, impide su trayecto o lo abre, permite constituir nuevas direcciones.

La búsqueda de la apropiación social del patrimonio, desde El Estado, debería

centrarse en la promoción de la construcción de redes sociales. No se trata de

una política en la que se conceptualice un estado que lo sabe todo, lo mantiene y

lo maneja; se trata de una política en la que se promuevan redes sociales,

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autosostenibles, capaces de participar en la construcción y preservación de un

bien común, en este caso, el patrimonio.

La idea de red se puede integrar a los medios tanto masivos, como comunitarios

y/o locales. Recientes experiencias (gestionadas a través de plataformas como

Facebook) demuestran cómo con la apropiación y utilización de estas redes se

logran convocatorias o movimientos con cierta relevancia. Estas redes,

fortalecidas desde una política, pueden generar acciones para la apropiar social

del patrimonio.

Ahora bien, uno de los grupos en donde esta idea de red se articula, de manera

especial, es el de los movimientos de comunicación comunitaria que,

recientemente, 2008, han sido “promovidos” institucionalmente por el Decreto

150 de 2008; directriz que a todas luces busca fortalecer los procesos generados

por estos movimientos sociales. Política en donde el tema del patrimonio

debería ser incluido, en tanto es allí, en ese tejido social, en donde la apropiación

se puede generar de una manera directa. En el decreto no se menciona una sola

vez la palabra patrimonio.

Resulta paradójico, en todo caso, y como lo muestra la Encuesta Bienal de

Culturas 2009, que el porcentaje de los encuestados sostenga no conocer un

medio de comunicación comunitaria. Ante la pregunta: ¿Conoce algún medio de

comunicación comunitario? Sólo el 8,72% contestó que sí, esta tendencia

muestra la necesidad de seguir fortaleciendo dichos procesos.

En la actualidad, como se mostrará más en los próximos apartes del presente

texto, la mayoría de procesos de comunicación que se trabajan desde la SCRD

trabajan a partir de modelos comunicativos bipolares, es decir en los que la

jerarquía de un emisor se encarga de manejar el proceso comunicativo. Desde

esa perspectiva la conceptualización de una política debería incluir la necesidad

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de generar modelos unipolares, que a través de redes sociales, produzcan la tan

anhelada apropiación social del patrimonio.

2. LA SCRD, PATRIMONIO Y MEDIOS

2.1. CONSIDERACIONES GENERALES

Pese a los esfuerzos que se hacen desde la SCRD es evidente que aún no se ha

construido una política pública que ampare la relación entre patrimonio y

medios de comunicación. Por lo tanto, y como se desprende del estudio

realizado, la relación directa entre patrimonio y medios está cobijada por

actividades, por programas, o por intenciones, más que por una política integral

que defina los lineamientos principales que soporten dicha relación.

Es claro que desde la SCRD el concepto del patrimonio integra los aspectos

señalados en las definiciones citadas. Sin embargo la relación de éste con los

medios no abarca todas las posibilidades y más bien parece estar enfocada a la

idea de información, es decir: informamos sobre el patrimonio, pero no

generamos procesos de apropiación del mismo.

¿Cómo y qué se está comunicando del patrimonio, desde la SCRD? Para dar

respuesta a esta pregunta es necesario hacer evidentes los pilares

fundamentales que guían el trabajo que desde SCRD se adelanta, y que se

desprenden del marco normativo. El primer eje hace referencia a la necesidad de

construir un sistema de información. El segundo eje se basa en la necesidad de

medir el impacto y el tercer eje se refiere a la necesidad de comunicar con un

impacto en lo masivo.

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2.2. SISTEMAS DE INFORMACIÓN

El primer aspecto para destacar de los sistemas de información es que si bien,

han existido desde hace varias décadas los inventarios del patrimonio material

(Urbano, inmueble, mueble y arqueológico), en la ciudad de Bogotá, la Secretaria

Distrital de Planeación fue la primera entidad en poner al servicio de los

ciudadanos a través de su sistema de información SINUPOT, toda la información

acerca de los inmuebles de interés cultural en la ciudad, su normativa y

requisitos para su intervención. Por lo tanto, hoy la ciudad cuenta con el Sistema

de Información de la Secretaria, el del IDPC y por acuerdo con la ciudad debe

alimentar el SINUPOT y el SINIC –sistema de información cultural, por norma

nacional–.

El Sistema de Información en Cultura, Arte y Patrimonio, como se lee en las

Políticas Culturales Distritales 2004-2016 “permite disponer de procesos y

métodos para levantar, analizar y sistematizar la información sobre el quehacer

cultural de la ciudad”, lineamiento que se articula con las directrices que desde la

Nación, se realizan, a través del Sistema Nacional de Información Cultural SINIC:

“Una herramienta tecnológica, desarrollada de manera integral, que suministra

información completa y facilita las consultas de investigadores, académicos, y

público en general interesado en el sector cultura”. El SINIC define su misión

como un “instrumento integrador de la información del sector cultural generada

por las diferentes fuentes, mediante su procesamiento, consolidación,

interpretación, análisis y difusión, para apoyar los procesos de toma de

decisiones en los diferentes niveles de la administración, y para fortalecer el

conocimiento ciudadano en los temas relativos al sector cultural y su

institucionalidad”.

El SINIC busca tener una Cuenta Satélite de Cultura (CSC), en el que se registran

algunas informaciones del campo y que está dirigida al campo cultural y de

consumo cultural en las artes, aspecto que hace del SINIC, un sistema robusto y

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que al contemplar la idea de satélite hace que se articule la idea de red, para su

desarrollo.

Ahora bien, tanto la misión como la definición del SINIC, así como los principales

objetivos del Sistema de Información Sectorial SIS, se articulan con los modelos

de ámbitos internacionales. Uno de los países que ha sido pionero en el tema ha

sido México que cuenta con una experiencia de décadas sobre todo en lo que se

refiere al registro y la catalogación del patrimonio arqueológico, histórico y

artístico, pero también en otros campos como bibliotecas y producción editorial.

En particular, cabe destacar que en los años noventa en el Consejo Nacional para

la Cultura y las Artes se crearon el Sistema de Información para la Planeación y

Evaluación de las Políticas Culturales (SIPEC) y el Sistema Nacional de

Información Cultural (SNIC). De igual manera CONACULTA creó el Sistema de

Información Cultural (SIC) que responde a la necesidad de contar con

información accesible públicamente, sistematizada y generada de manera

regular para elaborar diagnósticos, orientar la toma de decisiones y evaluar las

políticas culturales4.

Como se desprende del anterior recuento, el propósito central de los sistemas

referidos es el de inventariar todas y cada una de las prácticas, los bienes

muebles e inmuebles, que, de acuerdo con unos parámetros previamente

definidos, son considerados patrimonio. La sistematización como un primer paso

es fundamental para construir una estructura en torno al tema del patrimonio y

sin duda la SCRD ya ha dado pasos sólidos en construir dicha sistematización.

Desde este contexto, entonces, es necesario, pensar en la prospectiva del

sistema de la ciudad, sus retos y sus objetivos centrales en relación con el

patrimonio, que se pueden sintetizar en:

4 Informe del seminario sobre SISTEMAS DE INFORMACIÓN CULTURAL PARA CENTRO AMÉRICA. Ciudad de México, julio 6 y 7 de 2006

21

a. Lograr su fortalecimiento, siguiendo los pasos de otros sistemas como el

Sistema de Información Cultural SIC de México que es más robusto (por el

número de registros) y dinámico.

b. Se deben seguir aspectos del modelo (del SIC) como la actualización de

manera descentralizada (a través de una red que enlaza a las 32 instancias

estatales de cultura y a diferentes áreas del CONACULTA y otras instituciones

del país).

c. Dentro de los aspectos puntuales para la implementación se sugiere replicar

aspectos puntuales del SIC como el hecho de ofrecer “sus contenidos en

formato RSS (Really Simple Syndication), los cuales permiten recuperar de

forma automática registros nuevos, actualizados y vigentes, sin consultar

directamente al portal”. 5

d. En relación con el patrimonio se recomienda que dicha información tome

vida, no solo para los administradores públicos, académicos e

investigarodres, sino también para los habitantes de la ciudad. En ese sentido

será necesario realizar actividades complementarias que contribuyan a hacer

visible dicha información.

2.3. MEDICIONES O IMPACTO

El segundo eje, el de las mediciones o impacto, es uno de los puntos más

importantes para debatir por su complejidad. ¿Cómo se miden los procesos de

apropiación social del patrimonio, teniendo en cuenta la incidencia de los

medios? ¿Por el número de personas que asisten a evento, por el número de

visitas que tenga una página web, por el rating? O se realizan estudios

5 Portal SIC. http://sic.conaculta.gob.mx/

22

interdisciplinarios que permitan relacionar aspectos cualitativos con

cuantitativos. En todo caso, las metodologías para indagar por el impacto

siempre serán motivo de discusión en tanto, la idea de patrimonio planteada, se

acerca a una práctica de consumo cultural.

Néstor García Canclini define así a los consumidores como: "Personas a las que

los encuestadores interrumpen su disfrute luego de haber comprado en el centro

comercial, a la salida del cine, o después de haber cambiado de canal 40 veces

durante dos horas, para preguntarles por qué hicieron eso y cuántas veces

incurrieron o no en el mismo acto los últimos seis meses".6 Esta visión

“caricaturizada” tanto de los encuestadores, como de las encuestas, sirve para

preguntarse en torno a la manera en que se realizan las encuestas, las preguntas

y los espacios en que se realizan.

Desde esta perspectiva, se propone que en las mediciones que realice SCRD se

consideren no solamente aspectos cuantitativos sino también, aspectos

cualitativos. Medir la apropiación del patrimonio y la respuesta de la comunidad

no puede quedarse en una herramienta valorativa de cifras, sino que debe

permitir interpretar apropiaciones y deseo de la comunidad. Para esto la

medición debe complementarse con la presencia del patrimonio en los relatos de

la comunidad y en su valoración.

Como lo sostiene Germán Rey, director de uno de los estudios sobre consumo

cultural más importantes realizados en Colombia con el auspicio del Convenio

Andrés Bello, hablar de consumo cultural, no es solamente saber cuánta

televisión se ve, cuáles libros se leen o qué música se prefiere, sino sobre todo,

explorar las relaciones que se producen entre los diferentes actores, los usos que

se hacen de los bienes de la cultura, las conexiones que se generan entre los

productos culturales. Por eso, y como lo sostiene Rey: “El consumo cultural más

6 Néstor García Canclini, Lectores, espectadores e internautas. Barcelona: Gedisa, 2007.

23

que hablar de películas o de páginas web, lo que muestra es en qué tipo de

sociedad vivimos, cuáles son sus estéticas y sensibilidades predominantes, cómo

se construyen imaginarios e identidades generacionales”7.

Ahora bien, uno de los instrumentos que se ha utilizado para la medición, desde

la SCRD, es el de la Encuesta Bianual de Culturas, estructurada a partir de

preguntas abiertas y cerradas en torno a los siguientes ejes: Perfil

sociodemográfico; Culturas públicas; Prácticas artísticas, consumo cultural y

patrimonio; Deporte, Actividad física, recreación y tiempo libre. Ante todo, como

primera aproximación, la encuesta se convierte en una herramienta con la que se

pueden observar tendencias. Un siguiente paso sería, vincular un equipo

interdisciplinario que construya un discurso a partir de los datos obtenidos, un

discurso que deje ver las relaciones y conformaciones de los imaginarios sociales

a la luz de los datos obtenidos en esa idea de indagar por “las culturas”.

Pero, más allá de la conveniencia o no de la encuesta, lo que sí podemos analizar

son algunas generalidades y preguntas realizadas en la Encuesta Bianual de

Cultura 2009. En relación con el tema del patrimonio sería importante

aprovechar más esta herramienta. En relación con el patrimonio y los medios,

también sería bueno generar una serie de preguntas directas; precisamente para

explorar nuevos caminos. En relación con las actividades, o prácticas

significantes, sería importante indagar por actividades que no sólo sean

institucionales (Festival de Verano o Ciclovía) precisamente para hacer de esas

otras prácticas espacios visibles dentro del concepto del patrimonio urbano.

Algunas preguntas fueron muy coyunturales, y aunque enmarcadas dentro de la

Cultura Política, es difícil prever con qué intención se hizo o qué se hace con los

datos obtenidos, por ejemplo: P53. En el último año se cometieron en el país una

serie de asesinatos por parte de miembros del ejército para simular éxitos

7 Rey, Germán. La escuela y el consumo cultural. En el portal del Ministerio de Educación.

24

militares: los llamados Falsos positivos. Por favor dígame ¿Con cuál de las

siguientes afirmaciones está más de acuerdo...? En el mismo sentido preguntas

como: P14. Para que nuestra sociedad sea menos violenta se necesita

principalmente, o P41G. Está bien que un presidente muy popular acuda al

pueblo para cambiar las reglas electorales. Insistimos que aunque enmarcadas

dentro de lo político, tienen poca relación con la ciudad y menos con el

patrimonio.

Otra serie de preguntas, enmarcadas dentro del tema de ciudad, son muy

evidentes y parece que condicionan mucho a que el encuestado responda de una

manera políticamente correcta, ejemplo: P47B. ¿Qué tanto quiere a su barrio?

P47D. ¿Qué tanto quiere a Bogotá? En donde la tendencia, obviamente, estuvo

inclinada hacia lo favorable, para esta última por ejemplo: Incodicionalmente

61,22%.

2.4. LO MASIVO

En el tercer elemento, lo masivo, como se podrá observar en las conclusiones del

monitoreo de medios, no se ha podido transmitir una idea integral de lo que

significa el patrimonio y aún estamos enfrascados en la visión según la cual la

relación de los medios con el patrimonio ocurre por un evento, incluido el gran

evento: El Mes del Patrimonio, en donde el porcentaje de aparición del tema se

incrementa por las notas culturales, desprovistas de contexto, o por informar

sobre la “programación” cultural del mes.

Desde este enfoque, entonces es necesario generar estrategias comunicativas

que se sintonicen con la idea de patrimonio, y que por su naturaleza de masivo,

tengan un impacto real sobre la ciudad. Dichas estrategias, enmarcadas dentro

de una política, tendrán que trabajar en la posibilidad de construir

representaciones sociales que logren producir en los ciudadanos una

25

aprehensión del entorno, una aproximación a él y por lo tanto un sentido de

apropiación.

2.4.1. Sobre el portal

La sección de Patrimonio de la SCRD, a través de su portal, muestra el trabajo

específico que en el área de patrimonio se realiza. Se lee en la sección: “Esto es

precisamente lo que se entiende como patrimonio, un conjunto de bienes

muebles o inmuebles, costumbres y tradiciones, que conservan un importante

valor que se mantiene en el tiempo, generación tras generación, razón por la

cual su preservación es de gran importancia para la sociedad”. Bajo esta

conceptualización se desarrollan una serie de eventos y programas, encaminados

a proteger el patrimonio.

El modelo de comunicación que se utiliza para el desarrollo del portal es bipolar;

los modelos bipolares corresponden a los modelos tradicionales es decir: un

emisor activo, frente a un receptor que no tiene la posibilidad de interactuar con

el medio. Así se emite un mensaje y el observador lo recibe e interpreta a través

de un código en común entre ambas instancias; pero no tiene la posibilidad de

interactuar.

Resulta evidente que a la luz de los avances tecnológicos, de la importancia de la

conformación de las redes sociales, a través de internet, se desperdicia una

oportunidad de comunicar, es decir “hacer a otro partícipe de lo que uno tiene”8

y lograr que éste participe activamente del proceso. Es claro que en el actual

enfoque del portal, y de la mayoría de los trabajos que se desprenden de éste a

través de Internet, se tiene una intención clara de informar, pero no de generar

procesos comunicativos. Sería interesante que se utilizaran otros modelos, que

8 Diccionario de la Real Academia Española.

26

procuren un encuentro en ese espacio virtual, es decir un nodo comunicacional.

Los modelos de comunicación unipolares se basan en el concepto de red.

Cambiar la actual conceptualización del portal y procurar acercarse a la idea de

nodo es buscar un modelo de comunicación unipolar basado en el concepto de

red: un tejido de hilos y nudos en el que los nudos (nodos) son puntos emisores y

receptores simultáneamente. Un tejido de hilos y nudos en el que los nudos

(nodos) son puntos emisores y receptores simultáneamente. Aquí desaparecen

las entidades emisor-receptor propias de los modelos bipolares, desaparece

también las jerarquías entre una entidad dominante-activa que emite mensajes y

otra subordinada-pasiva que los recibe e interpreta.

Así, frente al actual portal se recomienda propiciar, a través del espacio virtual, la

consolidación de redes sociales, interesadas en el tema del patrimonio. Un portal

interactivo que, haciendo uso de las posibilidades tecnológicas, permita la

conformación de grupos, la interacción, la comunicación con nuevos públicos,

como los niños y la posibilidad de aprovechar espacios vitales en la actual

coyuntura. Comunicar el patrimonio, no es informar sobre él. Comunicar debe

ser la apuesta por la construcción de un tejido social que anude nuevos puntos y

bitácoras para la preservación del patrimonio.

Es muy valioso el esfuerzo que en varias áreas se hizo por inventariar el estado

del arte, al respecto vale la pena mirar la minuciosidad con que se presentan los

trabajos en literatura o música. Pero todos se ven desligados del tema

patrimonio, cuando la literatura, y las demás áreas, son parte del patrimonio de

un pueblo, de una ciudad, ya que generan la posibilidad de narrar el entorno

urbano.

Insistimos en la necesidad de lograr que el tema del patrimonio, desde la

organización en el portal, tenga una presencia transversal.

27

Podríamos preguntarnos también: ¿Qué se hace para que la información

recopilada en los estados del arte llegue a la gente? ¿Cuál es el paso siguiente al

de la recopilación de información? Este punto es clave, para pasar del inventario

(un primer paso vital) a las acciones sostenibles. Y aunque es lógico suponer que

la información sirve para la tomar acciones sobre lo público, desde el punto de

vista administrativo, la idea sería lograr que esa información tenga vida, incluso

desde el Sistema de Información.

Se entiende y es obvia la justificación del por qué el patrimonio aparece como

una área independiente a las demás; es necesario insistir, otra vez, en la idea de

transversalidad y no en la de singularidad. Esta necesidad se evidencia cuando

podemos enunciar hipótesis como la siguiente: Quizás tiene más valor

patrimonial para la ciudad festivales como Rock al parque, que algunos de los

eventos realizados, desde el Área de Patrimonio, que no han logrado superar la

esfera de lo local.

2.4.2. Sobre algunos programas y eventos

Dentro de los programas y eventos promovidos por el área de patrimonio, es

necesario decir que algunos de estos trabajan desde la misma conceptualización

que se emplea para el desarrollo del portal; es decir que se privilegia la idea de

un modelo bipolar, pero no la participación activa de las personas que asisten. Se

tiene un afán por informar, pero no por generar procesos de comunicación, que

a la vez se conviertan en “rituales” que contribuyan a la resignificación de la idea

de patrimonio.

Al hacer un análisis de los programas y de los eventos, pudimos establecer dos

categorías: los informativos y los participativos. Dentro de los primeros se hace

especial énfasis: en la formación, desde un modelo de comunicación bipolar, es

28

decir se invita a las personas para que se informen (o formen) sobre el

patrimonio. En esta categoría se incluyen las conferencias, la visita guiada a

bienes de interés cultural, los recorridos históricos, incluso el Centro de

Documentación del Instituto Distrital de Patrimonio. La mayoría, en todo caso,

están pensadas para pequeñas comunidades, no se promueve la participación ni

la consolidación de redes sociales, claves en un proceso de formación, y en

algunas se insinúa muy levemente la idea de que el patrimonio salga a las calles.

Los eventos de participación, por su parte, están focalizados a pequeños grupos.

Sorprende ver, por ejemplo, cómo en espacios participativos no se procura la

conformación de redes sociales desde el portal, no se muestran, más allá de la

información lo que ocurren con los procesos. Este es al caso de programas

excelentes en su concepción como Venga, esta es su ciudad o Siga, esta es su

casa, no se difundan datos sobre el público asistente, su participación y sus

interacciones. En cuanto a la dimensión de circulación del patrimonio cultural,

estos eventos deben ser registrados y sistematizados para poderle hacer

seguimiento.

La Corporación La Candelaria (hoy Instituto Distrital de Patrimonio Cultural IDPC)

manejó el tema del patrimonio de centro de la ciudad y luego de los centros

fundacionales. El paso de convertirlo en Instituto lo convirtió en una entidad con

proyección y con otros la posibilidad de trabajar en más frentes; uno de ellos el

de las publicaciones del IDPC; es necesario subrayar su excelente calidad, tanto

en su presentación como en su contenido investigativo, aunque la producción se

centra en material inmueble, sin embargo durante los últimos años se han

venido haciendo intentos por incorporar otros patrimonios.

El IDPC tiene un programa de convocatorias públicas para que sean los

ciudadanos los que muestren su visión del patrimonio urbano. Consideramos que

estas convocatorias públicas se deben seguir fortaleciendo y ampliando. Que

29

estas convocatorias hacen posible que sean lo mismo ciudadanos los que

presenten alternativas para el desarrollo de algunos temas.

Dentro de esas convocatorias, uno de los primeros proyectos seleccionados

(2007) fue Bogotá Retroactiva una exhibición amena de parte del patrimonio

cultural y la historia de la ciudad, que vinculó nuevas tecnologías y permitió una

importante interacción con el público, incluso los resultados de este trabajo,

consignados hoy en un CD, podrían ser difundidos de maneras masiva.

El Observatorios de Culturas Urbanas, si bien ha involucrando el tema del

patrimonio en las Encuesta Bienales de Cultura, no ha realizado investigaciones

sobre patrimonio cultural, espacio que se desaprovecha, puesto que desde el

observatorio sería muy valioso el trabajo investigativo adelantado. El

instrumento de la Encuesta de Culturas y Patrimonio Cultural, como se

mencionó, más bien recoge inquietudes y reflexiones, pero que hace falta

articularlo con una política.

El observatorio de Culturas también realizó un levantamiento sobre las

organizaciones sociales y culturales existentes en el año 2005, analizada luego

por la investigación de Censo de patrimonio material para Bogotá 2008. Estas ya

no estaban actualizadas y no estaban y fue muy difícil identificar las que se

dedican a la conservación del patrimonio cultural.

Se puede decir que la mayoría de las investigaciones del Campo del patrimonio

están relacionadas con los distintos tipos de patrimonios, encaminados a su

conocimiento y valoración, y manejo e intervención del patrimonio material. Las

investigaciones sobre comunicación, apropiación, circulación, formación son muy

pocas, como se pudo comprobar en la revisión bibliográfica de este trabajo. En

cuanto al patrimonio inmaterial este es un área reciente para el Distrito y la

30

Nación, por la que solo se encuentran investigaciones puntuales sobre algunas

prácticas culturales de distrito.

Una base de información que puede ser interesante es la recopilada en las

Convocatorias del Distrito en Patrimonio Cultural, si bien, el sector del

patrimonio solo ha participado en los últimos cuatro años, a través de las

convocatoria de ciudad y patrimonio, una base sobre las organizaciones y

temáticas puede estar allí.

En cuanto a la formación que proveen las universidad a través de sus maestrías

en patrimonio cultural y estudios culturales, hay una buen base de información

sobre investigaciones en patrimonio. Las líneas de investigación de las

universidad son de carácter técnico y muy poco sobre investigaciones sociales

sobre el patrimonio cultural. Cabe anotar que no hay un sólo grupo registrado

en Colciencias que se encuentre investigando en temas relacionados con el

patrimonio cultural o desarrollos culturales. La universidad Javeriana tiene una

revista especializada en temas de patrimonio, Revista Apuntes, con una

periodicidad anual, lo que es muy poco incentivo para la investigación.

2.4.3. Sobre la relación con la prensa

La participación del periodismo cultural es importante, para el tema de

patrimonio y medios, si además publicar sobre eventos y manifestaciones, hace

seguimiento sobre procesos relacionados con el patrimonio. En la relación de la

SCRD con la prensa se evidencia con claridad que ante el tema del patrimonio

predomina la idea de informar sobre los acontecimientos culturales, dejando por

fuera otras opciones, que más allá de la información y permiten contextualizar

los eventos. En este sentido nos referimos a las posibilidades de lograr una

efectiva interacción con el receptor a través de la creación de contextos, el

diálogo y las referencias que lo involucren con el patrimonio.

31

Quizás no existe un medio en donde la relación entre patrimonio y el medio se

quede más en el acontecimiento, que la prensa. Durante la semana de análisis se

observó cómo las pocas apariciones del tema estaba referida a exposiciones

artísticas o a eventos considerados culturales. Si bien, frente a los otros medios,

la prensa tiene menos penetración, consideramos que el enfoque que se tiene

no es suficiente para comunicar una idea del patrimonio más integral.

3. MONITOREO DE MEDIOS

3.1. CONSIDERACIONES GENERALES.

Para el monitoreo de medios seleccionamos dos medios que por su penetración

y tradición, siguen siendo los de mayor presencia en la cotidianidad de los

habitantes, incluso no sólo de las ciudades, sino de los territorios rurales: la

televisión y la radio. En ambos casos nos interesó dar una mirada contextualizada

y que sirviera para analizar la relación entre estos dos medios con el patrimonio.

El análisis de otros medios fueron expuestos en relación exclusiva con la SCRD y

la manera en que se comunica el patrimonio.

3.2. TELEVISIÓN

Partamos de una escena urbana: la turista que le dice a su guía: -Quiero tomarme

una foto frente a Ecomoda, él no sabe responder, pero al rato el guía decidí

ubicar Ecomoda en cualquier fachada apropiada y contar que esa fue la locación

para la telenovela. Esta fachada de “Ecomoda” viajaría con las demás fotos de la

turista: el marco de Plaza de Bolívar, una casa colonial en el barrio La Candelaria,

la iglesia de Monserrate y las de algunos rincones considerados patrimoniales,

representativos.

32

Esta escena sirve para mostrar que la ciudad que vemos en los medios no

siempre coincide con la idea que tenemos de ella y en particular, con la idea que

tenemos de su patrimonio. ¿Qué ciudad muestra la televisión? y ¿qué imaginario

de Bogotá surge de su programación, por ejemplo, que imaginarios tenía la

turista que preguntó por Ecomoda?

Observemos la presencia de la ciudad como patrimonio, a la luz de las dos

opciones propuestas, en tres tipos de programas de televisión: las telenovelas,

que sin duda son los programas de mayor aceptación y más vistos por los

televidentes (basta con mirar las parrillas de programación de los canales para

ver que ocupan los horarios de mayor audiencia y articulan el rating) los

noticieros, que tienen horarios fijos y un alto rating en función de los sucesos

que muestren y los programas culturales, estos en su mayoría en los canales

culturales o regionales.

El patrimonio urbano en las telenovelas:

Es curioso y a la vez significativo ver que la presencia de la ciudad es casi ausente

en las telenovelas, los programas de mayor reconocimiento y recordación por

parte del público; la imagen urbana, aún en los casos en que se identifica con

nombre la ciudad (Bogotá) difícilmente evidencia un espacio existencial y

particularizado por su patrimonio; en general se refiere a un telón de fondo

sobre el cual recostar la escena. Afortunadamente, cada vez se recurre menos a

la abstracción de llamar simplemente “la ciudad” al lugar de la escena o a

inventar nombres de ciudades inexistentes. Así la imagen urbana aparece:

a. como corte entre escenas que ocurren en diferentes contextos, en este

modo la ciudad se ve en imágenes lejanas, pueden ser planos aéreos o

elevados en los que se muestran avenidas o determinados hitos (centro de la

33

ciudad con algún edificio alto en primer plano, monumentos o lugares

reconocibles por repetición en sucesivos programas) En algunos casos se

combinan estas imágenes con transiciones día-noche o noche-día a gran

velocidad para evidenciar simultáneamente el paso del tiempo. Este modo de

mostrar la ciudad no aporta al reconocimiento patrimonial, ni evidencia la

particularidad urbana, se convierte en una técnica que logra identidades al

interior de la telenovela,

b. Como entorno inmediato a la escena, generando contextos; de esta manera

la imagen urbana permite mostrar la identidad del estrato socio económico

de los personajes o diferenciar escenas en oficinas, fábricas o residencias. Sin

embargo, la imagen es generalmente reducida, limitada a un entorno muy

cercano a la vivienda o al lugar de trabajo; así vemos parte de una cuadra

cuando la vivienda corresponde a estratos económicos bajos; una residencia

rodeada de verde, cuando se refiere a estratos económicos altos; parte del

centro o el frente de un edificio cuando se quiere mostrar contexto de

oficinas y el frente de alguna fábrica cuando la escena ocurre en un ámbito

industrial. Aquí tampoco se logra una identidad urbana, por lo reducido de

las imágenes y por lo arbitrario de los enfoques; al igual que en el caso

anterior es una técnica de orden narrativo propio de la telenovela que logra,

con imágenes, identidades al interior de la misma.

c. Como imágenes de referencia en el tratamiento de interiores, la ciudad

aparece vista como fondo de una ventana –por lo común se trabaja con

fotos- y corresponde a la situación inversa a la del punto b: desde el interior

aparece la referencia urbana generando contextos; así, desde interiores de

estratos socioeconómicos altos la ciudad desaparece y las imágenes

muestran viviendas suburbanas entre el verde; los conjuntos de viviendas en

los cerros, al norte de Bogotá son los preferidos para este tipo de vista, desde

lo alto hacia los valles. En interiores de viviendas de estratos más bajos la

34

imagen más allá de la ventana muestra la calle que promueve una fuerte

identidad de vecindad.

Sin embargo, ninguna de estas opciones que muestran la ciudad en las

telenovelas se acerca a la idea de patrimonio, ni siquiera a la reflexión sobre la

ciudad. Comparando con la narrativa literaria, donde la ciudad se convierte en

protagonista (Pamuk, Borges, Dickens, Wolf, Dos Passos, etc.) la narrativa en las

novelas de televisión es pobre, no muy lejana de la época en que no se

trabajaban exteriores y resulta evidente que se desperdicia una excelente

oportunidad didáctica respecto del patrimonio urbano y de la estructura de la

ciudad que se insertaría en la reflexión sobre ciudad educadora.

Curiosamente, la telenovela también desperdicia la posibilidad de mostrar el

patrimonio cultural urbano a través de acontecimientos o de rasgos propios de la

vida cotidiana, ya sea por el énfasis en el tema de la novela que se cierra en un

discurso interno, ajeno a cualquier ciudad y su relación entre personajes o por la

caricaturización de particularidades locales que ridiculizan los rasgos de la vida

diaria a partir de burdas imitaciones de personajes de una u otra región del país

o por la adaptación de guiones extranjeros que difícilmente se insertan en el

medio local como ocurrió con la telenovela Los Reyes, adaptación del seriado

argentino Los Roldan.

El patrimonio urbano en los noticieros

Por la condición fragmentaria de las noticias y por el afán sensacionalista con que

las presentan, el patrimonio urbano no tiene lugar en el ámbito de este tipo de

programas, excepto cuando –algunas veces- la noticia se refiere al patrimonio en

sí mismo o cuando, el patrimonio es noticia, no por su cotidianidad, sino porque

coyunturalmente se convierte en noticia: la semana del patrimonio, por ejemplo.

35

Normalmente las noticias se presentan en un marco reducido al entorno cercano

al hecho noticioso: la fachada de la casa donde ocurrió el crimen o unos metros

de la calle donde se produjo el accidente; esta situación impide aún reconocer la

ciudad referida, pudiéndose advertir las diferencias entre clima cálido o frío por

la vegetación, la vestimenta de los protagonistas de la noticia y los rasgos

propios de la luz en cada lugar.

Un caso particular lo constituyen las noticias de grandes eventos: marchas

multitudinarias, acontecimientos deportivos o artísticos y de la comunidad; ante

este tipo de noticias se recurre incluso a planos aéreos, no para mostrar la

ciudad en el evento sino el carácter masivo del acontecimiento: lo multitudinario

es noticia. Aquí la presencia de los monumentos o aún de la arquitectura de la

ciudad adquiere una cierta significación por el reconocimiento que permiten del

lugar (también se lo nombra como lugar del evento) y el paisaje urbano proyecta

identidad.

Sin embargo, el patrimonio no es noticia y si lo es –algunas veces ocurre aparece

desvirtuado en su esencia. Por ejemplo, la recuperación de una obra

arquitectónica o de un sector se convierten en noticia si interviene un interés

económico: se recuperó con tal fin, o se restauró para otro; el objetivo cultural de

preservar la memoria no es noticia, aunque en muchos noticieros encontramos

un “viajero” que recorre ciudades o aparecen imágenes de ciudades sin

referencias patrimoniales y sin contextos culturales más allá de los “turísticos”.

El patrimonio urbano en los programas culturales

Dentro de esta tipología de programas algunos están específicamente dedicados

a mostrar el patrimonio urbano, arquitectónico o el llamado intangible. Estos

programas se pueden clasificar en las siguientes modalidades:

36

a. Programas que muestran contextos culturales a través de

acontecimientos tradicionales y en su mayoría son resultado de serias

búsquedas antropológicas, así se han podido ver recopilaciones de fiestas

y eventos tradicionales en lugares distantes o fuera de los circuitos

comerciales que con objetivos turísticos o de promoción de localidades

intentan recrear tradiciones. En esta categoría es inolvidable la calidad y

el sentido patrimonial de la serie Aluna presentada hace ya varios años.

b. Pero por lo general este tipo de eventos está referido a contextos rurales

en los que no aparecen la ciudad o la arquitectura y el sentido

patrimonial se refiere al evento en sí.

c. Programas que muestran contextos culturales actuales a través de fiestas

y eventos, algunos con el objetivo de recrear el contexto, otros con el

citado fin turístico de promocionar alguna localidad. En este caso, el

contexto urbano y el entorno arquitectónico deberían adquirir una

particular importancia, sin embargo ambos aparecen solamente como

marcos para el evento.

d. Vale la pena recordar una definición citada al inicio de este informe en la

que la idea de patrimonio se refiere tanto a los hechos físicos como a la

vida que ocurre en y entre ellos. Así, en este tipo de programas se puede

evidenciar el sentido del espacio urbano o arquitectónico por los eventos

que ocurren en él. El cumbiódromo del carnaval en Barranquilla, la plaza

en la fiesta de Blancos y Negros en Pasto, la carrera Séptima en el desfile

del Festival Internacional de Teatro en Bogotá, etc. son espacios cargados

de significación para la población y que en la particularidad de esos días

dan sentido a la vida en esas ciudades. Lo mismo ocurre con poblaciones

menores donde la fiesta rearticula el sentido de la vida más allá de lo

cotidiano.

37

e. Programas que muestran contextos culturales actuales en los que, sin

evidenciarlo, dejan ver el valor patrimonial. En esta modalidad merecen

destacarse algunos programas de Teleantioquia que muestran lugares y

costumbres del departamento.

f. En el análisis de este tipo de programas no se puede dejar de lado la

observación de los objetivos de los mismos, que se pueden englobar en:

didácticos y de entretenimiento. No hay dudas de que en los citados

programas de Teleantioquia es donde mejor se logran ambos objetivos

simultáneamente, tal vez la sencillez y frescura con que son presentados

permite ese logro. Lamentablemente no se han producido nuevos

programas como el ya mencionado Aluna donde ambos objetivos se

complementaban con excelentes producciones en las que la imagen y la

calidad del texto creaban un verdadero atractivo para el público.

3.3. LA PRESENCIA DEL PATRIMONIO EN CANAL CAPITAL

El proyecto de la televisión pública tiene sentido en la medida en que, a

diferencia de los canales comerciales, se dedique a mostrar la vida de y la vida en

la ciudad, pero no a través lógicas narrativas que utilizan las industrias

comerciales, atravesadas por la narrativa de la espectacularidad: todo tiene que

ser nefasto, hiperreal, alucinante, eufórico. Como lo señaló el sociólogo francés

Jean Baudrillard, un mundo creado para fascinar y en donde lo real ha sido

reemplazado por los signos de la realidad: “La simulación no corresponde a un

territorio, a una referencia, a una sustancia, sino que es la generación por los

modelos de algo real sin origen ni realidad: lo hiperreal... Son los vestigios de lo

38

real, no los del mapa, los que todavía subsisten esparcidos por unos desiertos que

ya no son los del Imperio, sino nuestro desierto. El propio desierto de lo real”.9

Desde esta perspectiva el tema del patrimonio que debería ser parte sustancial

de un canal público y que a diferencia de la lógica de fascinar, debería cubrir los

temas desde otro enfoque: mostrar la ciudad. En el Canal Capital es claro que no

existen políticas sobre cómo tratar el patrimonio o sobre cómo hacer énfasis en

él. La estructura de la programación refleja esa carencia de políticas. En términos

generales el Canal no logra transmitir una idea de qué y cuál es el patrimonio de

la ciudad.

El síntoma más claro que refleja la falta de esa política, se evidencia en el bajo

porcentaje de la franja cultural compuesta por cinco programas un porcentaje

muy bajo del total de la programación. En otras franjas en donde el tema del

patrimonio podría estar presente, incluida la franja infantil, el tema no es tenido

en cuenta. Un índice bajo si se tiene en cuenta que es el canal de la ciudad, un

bien público, y por lo tanto se debería centrar en velar por lo colectivo.

Pero el tema no sólo es poco visible en la programación, sino que además, a falta

de política, tampoco aparece en otros espacios que deberían ser elegidos para

hablar del patrimonio. Las propagandas institucionales también dejan por fuera a

la ciudad y su patrimonio ya que se centran en promocionar la parrilla de

programación.

A propósito de las propagandas institucionales, hacemos un señalamiento

concreto: la repetición permanente del significante, termina por quitarle su

significado, lo desgasta y lo hace carente de sentido10. El psicoanálisis sostiene

que la enunciación permanente de un deseo, manifiesta más la ausencia, que la

9 Baudrillard, Jean. “La precesión de los simulacros” en Cultura y simulacro. Editorial

Kairos, Barcelona 1978. 10

Leach, Neil. La anestética de la arquitectura. G. Gili, Barcelona, 2001.

39

concreción o realización del mismo. Eso parece que ocurre con la repetición

permanente del eslogan del canal: Canal Capital: más canal, más ciudad, eslogan

que, además de repetirse una y otra vez, muestra la carencia, el deseo que no se

cumple. El canal, ni es más canal, ni en términos de programación muestra más

la ciudad.

La estructura de la programación, que bien podría utilizar, como eje narrativo el

patrimonio, se convierte en una estructura hecha como una colcha de retazos,

de programas que se emitieron en los canales privados, en años anteriores,

enlatados norteamericanos, programas de entretenimiento anacrónicos, que

muestran la ausencia de una filosofía sobre la coherencia en la programación.

La franja cultural está compuesta por cinco programas: Cultura Capital, Noticiero

de la Historia, El Placer De Pintar Con Bob Ross, Biografías y Bogotá Turística, una

estructura que deja ver la falta de coherencia en la programación: el programa

extranjero, por ejemplo, se pasa -o se pasó- por otros canales, y se siente más

como un relleno, que como parte estructural de una programación.

Los programas producidos por el Canal tienen muy buenas intenciones, pero a la

hora de crear un lenguaje, un ritmo, no se logran. El más representativo de ellos:

Cultura Capital, pese a escoger temas apropiados, de invitar a arquitectos y otros

profesionales, además de personajes del entorno, conocedores del tema, a

buscar un formato ágil, intercalando notas en medio de las entrevistas, termina

por convertirse en un programa plano, carente de dinámica. Sin duda el

patrimonio está presente, pero no logra ser contado de una manera amena.

Este formato, que apela a la cámara al hombro y la entrevista en medio del

recorrido, requeriría una excelente producción y mejores recursos técnicos, ya

que, como formato, compite con programas de canales internacionales;

entonces cabe la pregunta: ¿Qué es lo que hace que mostrar una obra de

40

ingeniería en un contexto desconocido, a través de un canal internacional,

resulte más entretenido e interesante, que mostrar algo cercano a nuestros

afectos y propio de nuestro contexto en Canal Capital?

Es evidente la falta de un lenguaje que enseñe y a la vez entretenga, por esa

razón el tema del patrimonio se convierte en un tema árido: espacios de muy

poca aceptación. En la franja cultural es evidente la dificultad para lograr el

equilibrio entre los objetivos didácticos y de entretenimiento: el desbalance

hacia lo didáctico produce programas pesados, lentos y poco atractivos.

Igual sucede con espacios culturales que se ambientan con situaciones artificiales

en las que se pretende que un especialista, actúe en supuestas dramatizaciones:

encuentros e interacciones con vecinos, comerciantes o campesinos; o se

pretende que actores desempeñen papeles históricos fuera de contexto.

Estrategias narrativas que se diferencian muy poco de las que utilizan los medios

privados que, además, por contar con mejores recursos, logran por lo menos

cautivar una audiencia.

Durante la Semana Santa, momento en que se llevaba a cabo el XII Festival de

Teatro, la programación no se vio visiblemente afectada. Se desperdició la

oportunidad de mostrar un espectáculo, patrimonio de la ciudad, a través de la

pantalla: obras callejeras, entrevista con los actores, avances de las obras de éste

y del Festival Alternativo. Así como se hizo para la ceremonia de cierre se tendría

que haber realizado un ejercicio permanente, similar al que se desarrolló en

Canal 13 o a los que desarrolla Telecaribe durante el Carnaval de Barranquilla.

En la franja informativa el tema de patrimonio, también es invisible y en general

aparece más como coyuntura, como anexo, que como producto de una política

institucional que favorezca la relación. Entre otras cosas, porque la franja

41

informativa de Canal Capital no difiere mucho de las aspiraciones informativas

que tiene el canal privado de la ciudad: City TV.

Durante los días de paro de transportadores (del 1 al 5 de marzo) se observó

cómo el tratamiento de la información que se produjo no se diferenciaba del que

le dieron los canales nacionales privados y el local City TV, que durante unos días

convirtieron a la ciudad en protagonista a través de imágenes llamativas de las

dificultades que tuvo la población para movilizarse.

Existen otras franjas en las que el tema del patrimonio debería ser prioritario o

por lo menos tener presencia. Una de ellas es la infantil. Y nuevamente nos

preguntamos: ¿Cómo sería un programa para niños, en el que se les presente su

ciudad, en el lenguaje de ellos, o incluso en planos que recupere sus ángulos de

visión?

¿Cuál es el camino para consolidar el Canal de la Ciudad? En un primer

momento, como en todo proceso, aprender de los demás, en ese sentido es

bueno mirar las experiencias lejanas, pero también las próximas: Señal Colombia,

por ejemplo, un canal que, desde el proceso mismo, intenta construir un

lenguaje, una visión, una filosofía que se hace evidente para el espectador. Un

canal con un cuerpo más fácil de apreciar. Sin embargo, hay que señalar las

dificultades de identidad que se presentan entre Señal Colombia y el Canal

Institucional. Si el primero dejara al segundo las transmisiones de los Consejos

Comunitarios, sesiones de la Cámara y otros temas políticos, podría

especializarse en temas culturales al modo de los canales culturales de Buenos

Aires o México.

Es necesario construir un lenguaje televisivo que identifique la ciudad; desde ese

punto de vista, será necesario acercarse a la propuesta de Señal Colombia y

como en todo proceso, construir los caminos propios. Parece que el mayor

42

sentido que tiene Señal Colombia es precisamente eso: tener un lenguaje para

presentar y, en algunos casos, contar las historias.

Hace rato en ese espacio público, que es Señal Colombia, se superó la discusión

sobre los noticieros diarios, el qué hacer del país se le delegó a los canales

comerciales y salvo en las emisiones de los Consejos Comunales, tan centrados

en el presidente, la programación parece ya tener un hilo narrativo.

3.4. RADIO

Confianza y fascinación, antecedentes de la radio en Colombia

Hace más de cincuenta años, Radio Sutatenza impartió educación básica e

información; enseñó a leer, a escribir y difundió los conocimientos básicos a

miles de personas –rurales y urbanas- del centro del país. Pero también, a partir

de esos conocimientos logró crear una fuerte idea de patrimonio –lo propio, lo

nuestro, lo que nos pertenece- y por lo tanto, de identidad en la comunidad que

compartía ese patrimonio.

Los incontables estudios y ensayos posteriores, en los que se ha analizado esa

acción social coinciden repetidamente en la palabra “integración”; porque la

radio aglutinaba e integraba a la comunidad en torno al conocimiento que

impartía. La radio que difunde conocimiento es la radio confiable y al igual que el

espacio público urbano da seguridad a la comunidad conformando “sus

espacios”, los ámbitos donde se reconoce como parte de un colectivo social a la

vez que siente a ese colectivo como una de sus pertenencias, esta radio

configura un espacio público –virtual- un sitio de encuentro y participación

comunitaria.

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Para poder confiar en algo, ese algo debe mostrar que viene de lejos (tiene

historia) y va lejos (tiene futuro), porque nadie depositaría su confianza en algo

recién inventado y sin un evidente futuro. La difusión del conocimiento –que es

algo que viene de lejos y va lejos- genera confianza, credibilidad.

También hay otra radio, la radio-espectáculo, la que crea simulacros de la

realidad con el objetivo de fascinar -en palabras de Baudrillard 11 - y así como no

confiamos en algo sin historia ni futuro, hoy, en la sociedad de los mass media

tampoco confiaríamos en algo que no nos fascina. La imagen del patrimonio en

la radio debe ser fascinante, debe “enganchar” al oyente, hacerlo sentir partícipe

de algo colectivo.

En forma simultánea y superpuesta a la radio educadora hubo otra radio

fascinante, en un campo muy diferente pero, tan confiable como la primera. Esta

otra radio dejaba ver que más allá de las cercanas montañas de la región, había

otro mundo, otras pertenencias, es decir otro patrimonio: el de la ciudad; porque

la otra radio se hacía en la ciudad y llevaba a todos los rincones del territorio

nacional la fascinación de las modas y los gustos a través de la música de las

orquestas, de las radionovelas y de toda la parafernalia de la vida en la ciudad.

Hoy no se puede negar el sentido patrimonial de las canciones de Lucho

Bermúdez o Pacho Galán o de algunos personajes de las novelas que se difundían

por la radio, creando un sentido de “lo propio”, una identidad, cuando el público

concurría a las emisoras cuyos auditorios eran como teatros para los citadinos y

sus ondas eran una imagen de la vida moderna en el medio rural.

Esa fue la radio que facilitó la integración del territorio, la que difundió la vida

urbana y la que, años más tarde acompañó la migración del campo a la ciudad y

mantuvo unidos a sus habitantes a través de las más elementales redes de

participación.

11 Baudrillard, Jean, Cultura y simulacro. Kairós. Barcelona, 1981

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Más tarde, el proceso de urbanización, la televisión y el desarrollo de las

comunicaciones acabaron con la importancia de la radio en el medio rural y con

esa primera estructura de la radio que se emitía desde la ciudad. En aquel

momento, parecía que la opción de la imagen visual había desplazado a las

imágenes auditivas. Ante la realidad que mostraba la televisión, los imaginarios

de la radio se veían obsoletos. Nadie dudaba –en ese entonces- que el hombre,

animal óptico12, había encontrado su medio de comunicación en el tembloroso

blanco y negro de las imágenes de la televisión.

La conformación de una imagen resulta de la conjunción de un estímulo reciente

sobre una percepción anterior guardada en la memoria. Un mensaje radial es un

estímulo cuya imagen auditiva, a diferencia de la visual, permite sacar con más

libertad los recuerdos de las percepciones y la mediación que el deseo de cada

uno hace sobre esos recuerdos. Las imágenes que crea la radio son como las

imágenes que genera un libro, aunque la radio tiene una estética propia que se

esconde detrás de los clichés de la radio-noticia o de la radio-música: es la

estética que surge a través de la expresión oral de la belleza de las formas y de

los sucesos, por eso, día a día, esa estética conforma patrimonio, pero si en las

mañanas la radio llega a los hogares medios “Ay, Julito llevo días tratando de

comunicarme contigo…” también acompaña las aburridas y solitarias tardes de

las empleadas del servicio doméstico , las más aburridas noches de infinidad de

celadores y el alborotado zangoloteo de media población en buses y busetas.

Pero, vale la pena preguntarse ¿qué imagen del patrimonio urbano transmite la

radio actual? Ya no son los brillos capitalinos que se difundían a mediados del

siglo XX, ni los acertados y reflexivos comentarios de Jaime Zamora Marín en

Sutatenza. Hoy la radio habla de la ciudad y de la arquitectura, sin mencionarlo

12 Cuatrecasas, Juan: El hombre, animal óptico. Eudeba. Buenos Aires, 1967.

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se refiere al patrimonio físico, muchas veces lo presenta como “el tema” sin

embargo, para la radio el patrimonio –así como la ciudad- no son tema, son

apenas telones de fondo. La radio no describe la ciudad, narra sus relatos, se

nutre de ellos, sabe detectarlos o crearlos si es necesario, pero en todos los

casos, el acontecimiento prevalece sobre la formas13.

Finalmente, en la competencia entre la imagen visual y la auditiva, la radio se

fragmentó en mil partes, aprendió a jugar con lo eventual y conjugó credibilidad

con fascinación: la radio que una vez llevó la ciudad al campo, después trajo el

mundo a la ciudad, hizo coincidir lo global con lo local en una única y

fragmentaria imagen, mezcla de información y fascinación. Pero el patrimonio,

en la radio, se reduce a significados de uso: hay un significado previo para la

arquitectura colonial, para la época colonial, para cada momento en la historia,

así como las ciudades se convierten también en significados de uso: la ciudad del

partido, la del reinado, la de uno u otro evento: la capacidad de generar

imágenes a partir de los relatos siempre superará a la realidad y en este sentido,

el papel de la radio es particularmente delicado ante al concepto de patrimonio.

Se ha tenido también en cuenta la visión del museo como medio de

comunicación. “En primer lugar, su estructura le convierte en un emisor de

mensajes científicos, de estímulos cuyo interés es influir en los conocimientos

científicos de los visitantes que buscan respuestas, explicaciones sobre

fenómenos físicos, químicos y naturales, o que simplemente desean divertirse.

No se habla del canal utilizado por los MCT sino de los canales, desde el uso de

los medios masivos hasta la participación de científicos en conferencias, pasando

por la utilización de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC). Y

con un amplio margen de receptores” (Castellanos, 1998).

13 Pérgolis J.C. Bogotá fragmentada, cultura y espacio urbano a fines del siglo XX. T.M. Editores. Bogotá, 1998.

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2. POLÍTICAS PÚBLICAS, PATRIMONIO Y MEDIOS: RECOMENDACIONES.

La creación de una política en torno a la relación entre patrimonio y medios,

debe estar orientada para que los ciudadano puedan lograr el reconocimiento de

un bien patrimonial (tanto tangible como intangible), para que de esta manera se

creen vínculos entre el habitante y su ciudad, este acercamiento produce un

sentido de pertenencia que hace ver que cada bien es de todos y a la vez es

necesario protegerlo y preservarlo en el tiempo. Así, la incorporación del

patrimonio como tema en estos espacios cumple dos funciones simultáneas:

a. l

La difusión a través de la circulación y apropiación (por reconocimiento)

del patrimonio.

b. l

La cohesión social en torno a un elemento común reconocido como bien

patrimonial (es de todos, nuestro).

Recomendaciones

Como se evidenció, no existe una política en torno al tratamiento que se

debe dar al tema del patrimonio en los medios. Se sugiere la creación de

una política que permita el reconocimiento de un bien patrimonial por

parte de los ciudadanos.

Es necesario que en la conceptualización de la política se haga énfasis en

la necesidad de construir un lenguaje, es decir que se busquen otras

47

maneras de representación, otras narrativas de ciudad que acerquen a los

habitantes con su ciudad.

La búsqueda de la apropiación social del patrimonio, desde El Estado,

debería centrarse en la promoción de la construcción de redes sociales,

autosostenibles, capaces de participar en la construcción y preservación

del patrimonio.

La política debe priorizar la idea de construir espacios simbólicos, que

fortalezcan la idea de un patrimonio dinámico, que incluya la mirada

histórica y una prospectiva del futuro. En la medida en que podamos

construir esos espacios simbólicos, se podrá producir una apropiación

social del patrimonio.

Comunicar el patrimonio no significa, simplemente, informar sobre él, o

difundir las diferentes actividades realizadas o a realizar. La relación del

patrimonio con los medios debe generar procesos de comunicación

participativos. Se sugiere generar espacios, desde las diferentes

entidades, para la participación de los ciudadanos.

Construir un espacio simbólico, al igual que construir un espacio público

urbano, significa permitir que los agentes de la sociedad puedan

participar en los procesos. Por ejemplo la programación del Canal Capital,

como de los demás espacios de comunicación, debe permitir la

participación de: universidades públicas y privadas, así como diferentes

actores de la sociedad.

Recíprocamente, la televisión y los otros medios de comunicación, deben

abrirse a la participación ciudadana, es decir deben incluir puntos de vista

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y deseos de la comunidad. Sólo de esta manera se tendrán medios de

comunicación incluyentes, también en el tema del patrimonio.

La mayoría de publicaciones dedicadas al tema del patrimonio se

concentra en los bienes muebles (edificios, monumentos y espacios de la

ciudad), sin dar la relevancia necesaria a las prácticas que la comunidad

desarrolla con esos bienes, sin ver que esa relación es la que permite a la

comunidad reconocer y asumir los bienes patrimoniales como algo

propio.

La comunicación del patrimonio no puede quedar reducida a los medios

convencionales. El Patrimonio Cultural (tanto el material como el

inmaterial) puede ser comunicado en otros medios y en particular, por

tratarse del patrimonio urbano, se pueden utilizar escenarios públicos,

tanto espacios para la permanencia (plazas, parques, etc) y para el

recorrido (calles). Por ejemplo una campaña publicitaria que incluya los

medios convencionales (radio, prensa y televisión) puede alcanzar otros

espacios, como las estaciones y los buses de TransMilenio y crear lúdicas

en espacios de permanencia.

Una de las propuestas más innovadoras de museo es sin duda: el Museo

del Caribe, en Barranquilla, que muestra la manera del ser caribe a partir

de un lenguaje multimedial y de contacto con los objetos. Todo recorrido

aporta información a través de los sentidos; a ese tipo de mensaje nos

referimos, en esta recomendación y en la del punto anterior.

La búsqueda de la apropiación social del patrimonio, desde El Estado,

debería centrarse en la promoción de la construcción de redes sociales.

No se trata de una política en la que se conceptualice un estado que lo

sabe todo, lo mantiene y lo maneja; se trata de una política en la que se

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promuevan redes sociales, autosostenibles, capaces de participar en la

construcción y preservación de un bien común, en este caso, el

patrimonio.

Promover alianzas con canales culturales como Canal Once en México y

Canal Encuentros en Argentina. Programación que reemplazaría las viejas

series extranjeras que actualmente se difunden por Canal Capital.

Pasar del inventario, que se tiene en los Sistema de Información, a la

generación de procesos comunicativos y permitir que esta

documentación genere bancos de datos que aporten a la investigación

sobre el patrimonio.

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BIBLIOGRAFÍA

Definición de “centro histórico” en el Documento Final del Coloquio de Quito sobre patrimonio. Quito, 1977.

Pérgolis, J.C. “Las señales colectivas en el patrimonio cultural urbano”, en La ciudad como bien cultural. Memorias del seminario. Colcultura-OEA, Bogotá. 1990.

Informe del seminario sobre SISTEMAS DE INFORMACIÓN CULTURAL PARA CENTRO AMÉRICA. Ciudad de México, julio 6 y 7 de 2006

Portal SIC. http://sic.conaculta.gob.mx/ Néstor García Canclini, Lectores, espectadores e internautas. Barcelona: Gedisa,

2007. Rey, Germán. La escuela y el consumo cultural. En el portal del Ministerio de

Educación. Diccionario de la Real Academia Española.

Baudrillard, Jean. “La precesión de los simulacros” en Cultura y simulacro.

Editorial Kairos, Barcelona 1978.

Leach, Neil. La anestética de la arquitectura. G. Gili, Barcelona, 2001. Baudrillard, Jean, Cultura y simulacro. Kairós. Barcelona, 1981 Cuatrecasas, Juan: El hombre, animal óptico. Eudeba. Buenos Aires, 1967. Pérgolis J.C. Bogotá fragmentada, cultura y espacio urbano a fines del siglo XX.

T.M. Editores. Bogotá, 1998.