Comunicado Público Conversatorio Sobre Aborto en La Uc
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COMUNICADO PÚBLICO CONVERSATORIO SOBRE ABORTO EN LA UC
Santiago, 10 de noviembre de 2015
1. Nuestra Fundación fue invitada la semana pasada a participar de un “conversatorio” sobre aborto en la Pontificia Universidad Católica de Chile, a desarrollarse el día jueves 12 de noviembre en la Casa Central de dicha casa de estudios, el cual fue recientemente cancelado.
2. Ante la molestia que ha surgido en una parte minoritaria del alumnado, deseamos explicar los antecedentes en los cuales se enmarca la controversia.
3. Nuestro Presidente fue invitado en calidad de expositor, para lo cual se le hizo llegar una invitación por correo electrónico en la que no se detallaba el formato del debate. Teniendo reconocida experiencia en materias de debate y oratoria, el Sr. Boys solicitó al Sr. Luís Martín-‐Cabrera, ciudadano de nacionalidad española perteneciente a la Facultad de Letras de la UC -‐quien le había remitido la invitación al evento-‐ el formato del mismo para preparar adecuadamente su participación. Es en este contexto que el Sr. Martín-‐Cabrera recién comunica a nuestro Presidente el hecho de que, previo al conversatorio al cual se le había invitado, se iba a exhibir un video de 15 minutos sobre “voces plurales y distintas de mujeres” sobre el aborto.
4. Anticipando una posible sensibilización del discurso y consecuente manipulación previa de la audiencia, nuestro Presidente solicitó que no se exhibiera el video puesto que, por lo demás, no se había informado del mismo a los expositores con antelación. Frente a esto, el Sr. Martín-‐Cabrera respondió señalando que no lo iban a remover, puesto que “hay mujeres mapuches, pobres, ricas, estudiantes, obreras, una pluralidad...” lo que, a su parecer, era garantía suficiente de imparcialidad.
5. Advirtiendo el contenido del video en cuestión y percatándose del evidente riesgo de que el “conversatorio” no fuera sino un foro pro-‐aborto camuflado, nuestra Fundación remitió los antecedentes a la Secretaría General de la UC, la cuál no se encontraba al tanto de la realización del foro, puesto que los organizadores no habían realizado el procedimiento regular para solicitar espacios en la Universidad (el cual es un procedimiento público y de fácil acceso en la web, igual para todos los estudiantes que deseen efectuar eventos en la UC desde hace años). Según entendemos, aunque no precisamos de información oficial sobre la materia, esta fue la única razón por la cual la Universidad canceló el evento: igualdad respecto al resto de los estudiantes, no por razones de carácter valórico. Lo anterior ratifica el mandato jurídico contenido en la Constitución Política de la República de Chile, la cual sostiene en su artículo primero que “las personas nacen libres e iguales en dignidad y derechos” y en su artículo decimo noveno, numeral segundo, que “en Chile no hay persona ni grupo privilegiados (…) hombres y mujeres son iguales ante la ley. Ni la ley ni autoridad alguna podrán establecer diferencias arbitrarias”.
6. Dicho lo anterior, nuestra Fundación desea reivindicar el derecho que asiste a la Pontificia Universidad Católica de Chile, como Universidad confesional y Pontificia, de sostener y hacer respetar en consecuencia un marco valórico determinado, el cual es de público conocimiento a nivel nacional. Esto no es sino respetar la autonomía de la Universidad como cuerpo intermedio de la sociedad, a través de la cuál el Estado desarrolla su importante labor educativa. Lo anterior se encuentra también amparado en nuestra Carta Fundamental, la cual establece en su artículo primero que “el Estado reconoce y ampara a los grupos intermedios a través de los cuales se organiza la sociedad y les garantiza la adecuada autonomía para cumplir con sus propios fines específicos”.
7. El aborto, en tanto priva de el derecho humano más fundamental al niño por nacer y deja desamparada a la madre que lleva adelante un embarazo en situación de vulnerabilidad social -‐como ha quedado acreditado en el debate público mediante los más diversos estudios-‐, atenta directa e inmediatamente contra el marco valórico que sostiene la Universidad y contra el marco valórico de cualquier sociedad que se diga democrática, tal como lo ha señalado en variadas oportunidades el Rector de la UC, Ignacio Sánchez, a quien suscribimos íntegramente en su postura sobre la materia.
8. No nos es lícito, como sociedad, decidir sobre todas las cosas, en particular respecto a los derechos más esenciales de personas inocentes e indefensas. Deseamos realizar un llamado a las instituciones, personas o grupos que promueven tales ideas a cesar en su prosecución, toda vez que la sociedad necesita políticas sociales que la conduzcan hacia un horizonte en el que todos y cada uno, indiferente de su edad, sexo o condición, sean acreedores del mismo trato y cautela. En tal línea es que nuestra Constitución plantea la igualdad ante la ley previamente enunciada y que proscribe tajantemente el aborto en su artículo décimo noveno numeral primero señalando que “la Constitución asegura a todas las personas el derecho a la vida y a la integridad física y psíquica (…) La ley protege la vida del que está por nacer”.
9. Exhortamos, asimismo, a todos los ciudadanos a oponerse con fuerza y claridad a un crimen no diferente a las violaciones a los derechos humanos que hoy tanto lamentamos, como el holocausto judío o las acometidas hace pocos años en nuestra propia patria. ¿Por qué sería diferente matar a un ser humano vivo fuera del vientre materno que a uno que vive, pero que aún no ha salido del mismo? Es sencillo constatar la igualdad radical que asiste a ambos sujetos –fuera y dentro del vientre materno– simplemente posando una mano sobre un vientre que lleva un niño en gestación. Sólo demostrando que aquello que se mueve al interior y que interactúa con el medio externo no sea una persona idéntica a quienes le observan desde fuera es plausible argumentar a favor del aborto. Lo contrario es pretender negar la evidencia.
Más allá del debate sobre su contenido, la libertad de expresión debe ejercerse buscando el bien común de la sociedad, con pleno respeto a los derechos y garantías fundamentales de todos y cada uno, sin distinción. El aborto, en tanto lesiona tales derechos y garantías de forma flagrante, requiere ser proscrito de un debate democrático.