craneofaringioma 01

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Page 1: craneofaringioma 01

ISSN 1988-2661

Craneofaringiomas Julián Castro Castro (1), Jesús Patricio Agulleiro Díaz (2), Juan Manuel Villa

Fernández (2), Ana Pastor Zapata (1), Alfonso Pinzón Millán (1), Elena López

García (3) (1). Servicio de Neurocirugía. Complexo Hospitalario de Ourense

(2). Servicio de Neurocirugía. Hospital Cínico de Santiago de Compostela

(3). Servicio de neurocirugía. Hospital Xeral-Calde. Lugo

[email protected]

Introducción

Los craneofaringiomas son tumores benignos

de lento crecimiento que se localizan en las

regiones selar y paraselar del sistema

nervioso central. Su prevalencia aproximada

se estima en 2 casos cada 100000 habitantes.

Se cree que surgen de remanentes epiteliales

del conducto craneofaríngeo de la bolsa de

Rathke (tipo adamantinomatoso) o de

metaplasia de restos celulares epiteliales

escamosos remanentes de parte del

stomadeum que forma la mucosa bucal (tipo

escamoso papilar). (1)

Conceptos

La primera descripción de un

craneofaringioma fue en 1857 por Zenker. El

término craneofaringioma fue introducido

por Cushing en 1932. También se han

empleado los términos tumor de la bolsa de

Rathke (en contraposición a los quistes de la

bolsa de Rathke), tumor del conducto

craneofaríngeo, tumor adamantinomatoso y

tumor epitelial disontogénico. (2)

El diagnóstico de un paciente con un

craneofaringioma se basa en los hallazgos

clínicos (síntomas neurológicos y endocrinos)

y radiológicos ( una masa calcificada

sólido/quística) y posteriormente se confirma

por los hallazgos histológicos. (3)

Epidemiología

La incidencia de nuevos casos diagnosticados

de craneofaringiomas varia de 0,13 a 2 cada

100000 habitantes y año; con una prevalencia

de punto de 1 a 3 cada 100000 habitantes.

No existen diferencias en cuanto a género. La

distribución etaria es bimodal, con el pico de

incidencia en niños de 5-14 años y en adultos

de 65-74 años. En la edad pediátrica los

craneofaringiomas representan el 5% de los

tumores intracraneales, y el 50% de los

tumores de la región selar. (4)

Manifestaciones clínicas

Los craneofaringiomas son generalmente

tumores de lento crecimiento. La clínica se

desarrolla de manera progresiva, existiendo

habitualmente un intervalo de 1-2 años desde

el inicio de los síntomas hasta el diagnóstico.

(5)

Las manifestaciones clínicas habituales son:

Elevación de la presión intracraneal.:

cefalea, náuseas y vómitos tanto por

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el efecto masa como por la

hidrocefalia obstructiva.

Disfunción endocrina: habitualmente

supresión de la función endocrina.

Hipotiroidismo, hipotensión

ortostática, talla baja, diabetes

insípida, amenorrea, etc. Sin embargo

puede existir hiperfunción endocrina

(pubertad precoz en niños u

obesidad en adultos).

Alteraciones visuales: la

manifestación clásica es la

hemianopsia bitemporal, pero puede

aparecer también hemianopsia

homónima, escotoma o atrofia óptica.

Otras manifestaciones son la

meningitis química (ruptura del

quiste), crisis comiciales, bajo

desarrollo intelectual, labilidad

emocional, etc.

Etiología (6)

Existen dos fenotipos histológicos de

craneofaringiomas.

1. tumores adamantinomatosos, vistos

en niños, que recuerdan a neoplasias

formadoras de esmalte de la

orofaringe

2. el tipo escamoso papilar,

predominante en adultos.

La localización característica de estas

lesiones es en la región selar y paraselar; que

junto a los dos tipos histológicos sugieren las

dos teorías que pueden explicar su origen:

Teoría embriogénica: que sugiere que

el tipo adamantinomatoso surge de

los remanentes epiteliales del

conducto craneofaríngeo o de la

bolsa de Rathke. El conducto y la

bolsa se dividen por el stomadeum,

que por ejemplo forma los dientes

primordiales.

Teoría metaplásica: que establece que

el tipo escamoso papilar surge como

resultado de la metaplasia de restos

de células escamosas epiteliales que

son remanentes del stomadeum que

contribuye a la mucosa bucal.

Diagnóstico

El diagnóstico de un paciente con un

craneofaringioma se basa en los hallazgos

clínicos y radiológicos, y posteriormente se

confirma mediante la histología. Los pasos a

seguir en la evaluación del paciente son:

Neuroimagen: (7)

La imagen clásica del craneofaringioma es

una lesión selar/paraselar parte sólida, parte

quística y calcificada. Estos tumores aparecen

en la región supraselar en el 75% de los casos,

supra e intraselar en el 20% e intra/infraselar

en el 5% de los casos. Los tumores

supraselares pueden subdividirse en

diferentes subgrupos en función de su

relación con el tercer ventrículo y el quiasma

óptico.

La calcificación se delimita mejor en la

tomografía computarizada. La resonancia

magnética sin y con contraste delimita mejor

sin embargo la extensión del tumor y la

implicación del hipotálamo. Es el estudio de

elección.

Calcificaciones en TC craneal

La angio-RM es útil para delimitar la

dirección de los vasos y para diferenciar la

lesión de una posible malformación vascular.

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Secuencias de RM, T1 sagital sin y con contraste,

T1 coronal y axial con contraste.

Estudios hormonales: (8)

Las hormonas del eje hipotálamo-hipofisario

GH, TSH, LH, FSH deben ser medidas junto

al cortisol y a la osmolaridad plasmática y

urinaria. Una estimación de la edad ósea y

una ecografía ovárica también son útiles.

Toda anomalía hormonal debe ser tratada,

pero como mínimo los niveles de cortisol y la

osmolaridad deben corregirse de manera

preoperatorio.

Estudios oftalmológicos:

La agudeza visual y el campo visual deben

valorarse para evidenciar cualquier déficit. La

visualización del disco óptico para excluir

papiledema y potenciales evocados visuales

deben ser realizados.

Histología (9)

Las células tumorales son pequeñas y tienen

un aspecto epitelial. Se forman numerosos

espacios microquísticos. Otros hallazgos son

estructuras hialinas calcificadas, colágeno,

fibroblastos, células gigantes tipo cuerpo

extraño y ocasionalmente cristales de

colesterol.

Craneofaringioma adamantinomatoso

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Craneofaringioma papilar

Diagnóstico diferencial

Anomalías congénitas:

Quiste aracnoideo

Quiste de la bolsa de Rathke

Otros tumores

Tumores hipofisarios

Metástasis

Meningioma

Dermoides y epidermoides

Gliomas óptico-hipotalámicos

Hamartoma hipotalámico

Procesos infeccioso/inflamatorios

Granuloma eosinófilo

Hipofisitis linfocitaria

Sarcoidosis

Sífilis tuberculosis

Tratamiento

La presentación clínica de estos tumores

puede ser una emergencia neuroquirúrgica

con síntomas de presión intracraneal elevada

o deterioro progresivo de la función visual.

En estos casos puede ser necesaria la cirugía

para descompresión del componente quístico

o para el tratamiento de la hidrocefalia;

previo al tratamiento definitivo.

Existen dos enfoques principales de

tratamiento. El primero incluye el intento de

la resección completa del tumor, el segundo

busca el reducir el efecto masa de la lesión

sobre el aparato óptico y/o reestablecer las

vías de circulación del líquido

cefalorraquídeo; seguido de radioterapia.

Este segundo enfoque viene generado por la

alta de frecuencia de secuelas que produce la

cirugía radical. Para la toma de decisiones en

este aspecto existen sistemas de graduación

preoperatorio basados en el grado de

invasión del hipotálamo.

En las series más actuales, la resección

quirúrgica completa tanto en adultos como

en la edad pediátrica, se aproxima al 50% de

los pacientes.

El tumor residual se trata generalmente con

radioterapia craneal externa, habiendo sido

empleada también la radiocirugía. Se está

investigando también el empleo de

radioterapia con bomba de protones.

En las ocasiones en que el paciente se

presente con un tumor puramente quístico

también puede colocarse un catéter de

manera estereotáctica para permitir

aspiracions repetidas. El uso de radioterapia

intraquística con Ytrio-90 o Fósforo-32 o la

quimioterapia intraquística con bleomicina

han sido empleados. (10, 11, 12)

Craneofaringioma bajo la carótida. Porción

quística

Tratamiento quirúrgico (13, 14, 15)

El abordaje habitual es vía pterional (fronto-

temporal). El hecho de incluir ostomias

supraorbitarias u orbitozigomáticas van a

facilitar el abordaje, en función de la

anatomía del tumor. Existen diferentes vías

de trabajo: subquiasmática, optico-carotídea,

trasnlámina terminalis y trasnfrontal-

tranesfenoidal.

Frente a los abordajes vía fronto-temporal

(laterales), disponemos de toda la gama de

abordajes anteriores subfrontales (ampliados

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o no, con barra orbitaría o no;

interhemisféricos).

Como alternativas a la craneotomía habitual

puede abordarse:

Transesfenoidal

Transcalloso

Combinado subfrontal/pterional.

Aproximación entre carótida y óptico

Imagen pre y posoperatoria.

Pronóstico (16)

La supervivencia media a los 5 años es del

80%, siendo mayor en la edad pediátrica que

en adultos de edad avanzada.

La resección completa de tumores con

invasión del hipotálamo es compleja pero

factible. Sin embargo las secuelas

hipotalámicas (hiperfagia, obesidad,

alteraciones del comportamiento etc.) y el

perfil neuropsicológico (falta de atención,

memoria verbal limitada, etc.) tienen un alto

impacto en estos pacientes. Este hecho

conduce a la tendencia actual a dejar la parte

hipotalámica y tratar posteriormente con

radioterapia.

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Preguntas

1. El craneofaringioma es el tumor

intraselar más frecuente del adulto

¿verdadero o falso?

2. La incidencia del craneofaringioma

se estima en 2 casos cada 100000

¿verdadero o falso?

3. El pico de incidencia en la edad

pediátrica es en memores de 5 años.

¿verdadero o falso?

4. La manifestación clínica principal es

la alteración de la motilidad ocular

¿verdadero o falso?

5. Existen 2 tipos histológicos

diferenciados, adamantinomatoso y

pailar.

¿verdadero o falso?

6. Es raro en la neuroimagen la

presencia de calcificaciones o quistes

¿verdadero o falso?

7. En el aspecto endocrino suele

manifestarse como hiperfunción

hormonal

¿verdadero o falso?

8. Las secuelas por daño hipotalámico

marcan el elfoque actual conservador

¿verdadero o falso?

9. Son tumores poco sensibles a la

quimioterapia

¿verdadero o falso?

10. El abordaje transcalloso es la

principal vía de acceso

¿verdadero o falso?