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Efectos de la gobernanza y morfología urbana en la conectividad
ambiental del Borde Norte de Bogotá.
Resumen
En medio de un intenso debate, no se ha logrado concertar un modelo que armonice la
conectividad ambiental frente al crecimiento urbano en el Borde Norte de Bogotá (BNB); lo
cual, ha configurado una permanente disyuntiva entre un modelo proteccionista y uno
urbanizador. La presente investigación analiza las transformaciones que ha tenido el BNB
desde el año 2000 al 2020 – Plan de Ordenamiento Territorial – a la luz de dos categorías
conceptuales: Gobernanza y Morfología Urbana. Esto, para entender cuáles factores han
impedido la conectividad ambiental del territorio como aporte al debate. A partir de un
diagrama sistémico, concluyo que la interacción entre las categorías mencionadas generó los
siguientes escenarios de falta de conectividad ambiental: i) fragmentación, ii) aislamiento y
iii) reducción, de los ecosistemas en el BNB.
Palabras Clave
Gobernanza, Morfología Urbana, Conectividad, Borde Norte de Bogotá, Ordenamiento
Territorial.
Autor
Néstor Javier Gacharná Mikán
Maestría en Planificación Urbana y Regional. Universidad de los Andes
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I. Introducción
Desde finales de los años noventa, en Bogotá ha surgido una intensa discusión entre diversos
sectores acerca de cómo planificar el llamado Borde Norte de Bogotá – BNB - (Universidad
Nacional, 2019). Esto ha generado una disyuntiva entre dos corrientes: Una de ellas,
argumenta que el BNB debe ser una pieza principalmente rural y de baja ocupación, ya que
una fuerte urbanización rompería con la conectividad de sus ecosistemas tales como la
Reserva Thomas Van der Hammen, el Humedal Torca Guaymaral, el bosque de las Mercedes
y el Humedal La Salitrosa. Estos, en conjunto, configuran la conexión entre los Cerros
Orientales y el Río Bogotá (Van der Hammen, 1998). En contraposición, se esgrime la
corriente de quienes consideran que se puede construir sobre esta zona sin afectar tal
conectividad, teniendo en cuenta que para 2032 la ciudad contará con 1.174.333 habitantes
más (DANE, 2020); y arguyen que, de no habilitar grandes zonas de expansión, el
crecimiento urbano se hará desordenadamente sobre la sabana de Bogotá.
Ilustración 1. Escenario actual vs. Escenario tendencial propuesto por alcaldía 2016 - 2019. Fuente:
Interpretación del escenario tendencial LATAM (2019) con base en la propuesta de la alcaldía 2016 – 2019.
Edición propia del autor de esta investigación.
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El debate recae puntualmente sobre el BNB y no sobre otra zona por los siguientes motivos.
Actualmente, de las 163.635 hectáreas del territorio de Bogotá, tan solo 2.974 son suelo de
expansión y equivalen al 1.8 por ciento de la capital (Alcaldía de Bogotá, 2019). Una
ampliación considerable es imposible hacia el oriente, en donde están los cerros; igualmente
al occidente, cuyo límite urbano es el río Bogotá; y de la misma forma hacia el sur, franja
rural en donde se encuentra el Sumapaz: el páramo más grande del mundo con 154.000
hectáreas (Betancur, 2014). Esta situación perfila al BNB como el único espacio considerable
disponible para urbanizar; la disyuntiva radica en que, al mismo tiempo, esta zona es
estratégica para la Cuenca Alta del Río Bogotá, ya que por sus propiedades ambientales es
idónea para la conectividad de los ecosistemas del río con los cerros orientales, atribuyéndole
una importancia ambiental incalculable (Canal Capital Bogotá, 2018).
Ilustración 2. Clasificación del Suelo actual. POT
año 2004. Fuente: Secretaría de Planeación.
Editado por el autor.
Ilustración 3. Estructura Ecológica Regional.
Fuente: Documento Técnico de Soporte. PBOT
Madrid, Cundinamarca. Editado por el autor.
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En medio de esta dicotomía entre un territorio a urbanizar o proteger hay un hecho que se
constituye como una paradoja: El BNB en la actualidad no ha logrado consolidar una
conectividad ambiental (Van der Hammen 1998). Es decir, aunque esta zona no se ha
urbanizado de manera contundente, han existido procesos de ocupación – viales,
urbanísticos, infraestructura agrícola, elementos arquitectónicos de baja ocupación – que ya
han afectado la conectividad; situación, cuyo análisis resulta pertinente antes que optar por
cualquier modelo de crecimiento urbano (IDEA, 2018). Esta paradoja de desconexión
ambiental constituye el problema de investigación a analizar.
Por medio de este documento planteo la importancia de establecer las relaciones e
interacciones entre los procesos de ocupación morfológica expuestos por Solá – Morales
(1993) frente a las dimensiones de gobernanza – triada de gobernanza – planteada por
Hernández (2018); para entender cuáles son aquellos factores que han impedido la
conectividad en el BNB en términos de Benett (2018). Este análisis me permite poner en
paralelo las instituciones, actores e instrumentos normativos (gobernanza) frente al análisis
de las formas de ocupación y tipologías arquitectónicas (morfología urbana); categorías de
análisis de aparente naturaleza distinta.
Es pertinente aclarar que al final del proceso no se pretende determinar cuál es el modelo
adecuado para Bogotá en esta disyuntiva expuesta. Sin embargo, la identificación de los
factores que impiden la conectividad ambiental en el BNB puede arrojar varias luces acerca
de cómo deben ser los procesos de ocupación y toma de decisiones en contextos de
urbanización sobre ecosistemas estratégicos.
Como periodo de análisis me interesa la aplicación del actual Plan de Ordenamiento
Territorial de Bogotá, el cual ha estado vigente desde el año 2000 al 2020 y coincide con la
franja de tiempo en la que se ha intensificado la disyuntiva acerca de cómo y hacia donde
debe crecer la ciudad. En consecuencia, hago la siguiente pregunta de investigación ¿Qué
factores de gobernanza y morfología urbana han impedido la conectividad en el Borde Norte
de Bogotá entre el año 2000 y 2020?
El artículo se desarrollará de la siguiente manera: Primero, haré una breve revisión del estado
del conocimiento respecto a las investigaciones sobre conectividad en el BNB a la luz de una
revisión histórica de las dos últimas décadas; segundo, conceptualizaré la conectividad
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ambiental, la gobernanza y la morfología urbana con sus respectivas subcategorías de
análisis; tercero, haré una exposición de la metodología cuyo enfoque mixto plantea tres
técnicas de recolección y análisis de datos: Análisis Espacial, Revisión Documental y
Entrevistas Semi Estructuradas; cuarto, se realizará el análisis aplicado; y finalmente se
expondrán las conclusiones abriendo la discusión hacía nuevas investigaciones.
II. Breve revisión de la literatura: Análisis de la conectividad ambiental en el
BNB.
Revisar la discusión que se ha tejido en el BNB durante las últimas dos décadas resulta mucho
más enriquecedor si se hace a partir de un análisis del contexto. Por lo tanto, a continuación,
diseño una revisión histórica que permite observar en paralelo las principales normas que han
existido en este periodo de tiempo, los hitos que han impactado en la discusión y un aporte
adicional: los modelos o imaginarios de BNB que se han formulado a lo largo de estos años.
(Ver Ilustración 4).
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Ilustración 4. Historia del Borde Norte de Bogotá – Normas, hitos e imaginarios. Fuente: Elaboración propia.
Claudia López
2020
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Con base en la revisión histórica del BNB, a continuación, se resaltan algunos elementos que
han configurado el debate tal como se conoce en la actualidad. Primero, el surgimiento de la
Ley 388 de 1997, que ordenó a los municipios ordenar su territorio a través del POT1; esto,
generó que la alcaldía de ese entonces – primer mandato de Enrique Peñalosa – propusiera
habilitar suelo urbano en el BNB, a lo que la CAR2 se opuso. Para dirimir la discusión, el
Ministerio de Ambiente convocó a un Panel de Expertos que propuso un Corredor Ecológico
(Ver Ilustración 4) para frenar el crecimiento urbano y conectar ambientalmente el Río
Bogotá con los Cerros Orientales.
Frente a lo anterior, el Ministerio adoptó parcialmente dichas recomendaciones dejando una
zona para urbanizar, la cual en el 2010 se normatiza a partir del POZ Norte3; igualmente
acogió la idea de corredor verde, el cual en año 2011 se delimitaría como la RTVDH4; y el
resto del BNB se dejó como una Unidad de Planificación Rural – UPR. Teniendo en cuenta
que el POT se debe renovar cada doce años, Gustavo Petro propuso, en el año 2012, que el
BNB y la RTVDH fueran un gran bosque urbano (Alcaldía de Bogotá, 2015). Este
planteamiento fue hecho a través de un POT que no aprobó el Concejo de Bogotá (Concejo
de Bogotá, 2013).
Finalmente, Enrique Peñalosa regresó a la alcaldía en el año 2016 y en este mandato retomó
la idea de urbanizar el BNB a partir de una gran zona de expansión urbana propuesta en el
POT (Caracol, 2016). Sin embargo, en el año 2019, el Concejo de Bogotá rechazó este plan
y en la actualidad Bogotá sigue con el POT del año 2000.
Expuesto lo anterior, en el marco histórico mencionado se puede evidenciar una constante
tensión respecto a los planteamientos de lo que se debe hacer en el BNB. Este debate, en el
que se han involucrado entidades estatales y actores de la sociedad, llevó a que surgiera la
dicotomía entre dos modelos de ocupación: uno que defiende la rápida urbanización y otro
cuya pretensión es que siga primando la condición rural bajo un discurso proteccionista.
1 Plan de Ordenamiento Territorial 2 Corporación Autónoma Regional 3 Plan de Ordenamiento Zonal del Norte - POZ Norte 3 Reserva Thomas Van der Hammen
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De tal modo, la revisión del estado del conocimiento respecto a los estudios adelantados en
el BNB implica un análisis de la dicotomía previamente planteada. Por un lado, se encuentra
la corriente que defiende la rápida urbanización, en la que Currie (1988) promovió la
construcción como uno de los pilares del desarrollo macroeconómico, conduciendo a una alta
demanda de mano de obra no capacitada. Camacol (2019), en sintonía con este modelo,
plantea que es posible armonizar el crecimiento de la ciudad con la conectividad ambiental
recomendada por el Panel de Expertos en el año 2000. En concordancia con este discurso de
urbanización en función de la economía, la Secretaría de Planeación Distrital de Enrique
Peñalosa, en el año 2016, planteó un modelo en el cual quien quiera construir debe pagar,
argumentando que con ese capital se pueden financiar los proyectos de restauración de los
ecosistemas del Borde Norte (Flórez, 2016).
En contraposición, se perfila una corriente proteccionista. Van der Hammen (1998), asegura
que la ciudad no soporta un mayor crecimiento urbano y se debe pensar en su
descentralización a partir de un crecimiento regional. Thomas van der Hammen y Germán
Andrade, en el documento del IDEAM (2003), incorporaron el concepto de Estructura
Ecológica Principal, la cual debe estar conectada y protegida para brindar servicios
ecosistémicos. En este sentido, un discurso de preservacionismo se sobrepone a uno
conservacionista toda vez que busca resguardar los sistemas ecológicos del accionar humano
mientras que el segundo los busca armonizar (Muñoz, 2018), citando a (Gallop, 2003) y
(Maldonado, 2005).
Bajo esa premisa, las investigaciones sobre el BNB se han estudiado principalmente desde el
componente biológico, la conectividad hídrica y en menor medida acerca de los procesos de
gobernanza y marcos normativos que lo regulan.
Thomas Van der Hammen (1998) hace un aporte significativo al ser contratado por la CAR
para formular el Plan Ambiental de la Cuenca Alta del Río Bogotá – desde el BNB hasta el
municipio de Villapinzón –. En este documento el autor esboza la historia del área antes y
después de la aparición del ser humano, con un énfasis en los ecosistemas potenciales,
vegetación, clima y suelos. Finalmente propone el concepto de Área Agropolitana para
gestionar la cuenca ambientalmente a escala regional.
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Posteriormente, el mismo autor junto con Germán Andrade conceptualizan en IDEAM
(2003) el concepto de Estructura Ecológica Principal, lo cual sirve como insumo para
formulación legal posterior -Decreto 3600 de 2007 -. Estas investigaciones dieron paso a
estudios acerca del territorio en términos de conectividad bajo diversos enfoques: el Instituto
de Estudios Urbanos (2010), en asocio con la CAR, UDCA, IDEAM, UNAL y la Academia
de Ciencias Exactas, hacen una propuesta sobre un corredor en el BNB, en donde aparte del
estudio biológico se realiza una aproximación al análisis y las transacciones prediales sobre
la Reserva Forestal Regional del Norte.
Revisando qué estudios han existido desde el análisis espacial, Romero (2011) hace el
planteamiento de un corredor ecológico en el BNB a partir de Sistemas de Información
Geográfica SIG; lo anterior con un enfoque sobre las especies, áreas de restauración y redes
de agua. Por su parte, Romero Mejía (2017) analiza los procesos de morfogénesis
(transformación de la mancha urbana del territorio) del BNB y la Sabana de Bogotá a partir
de procesos de agregación, dispersión y polarización. Sin embargo, este último hace un
estudio a escala interregional, sin ahondar en las tipologías urbanísticas y arquitectónicas, en
lo que el autor denomina modelos de crecimiento metropolitano.
En función de rastrear los estudios sobre gobernanza, existen análisis que estudian la
trayectoria normativa en el BNB desde la interacción entre actores. Chisacá (2012) realiza
un análisis sobre los aportes de los movimientos sociales del territorio del BNB hacia la
construcción de la gobernanza ambiental.
Teniendo en cuenta lo anterior, evidencié que el gran vacío en la literatura radica en que
ningún estudio analiza las tipologías urbanísticas presentes en el BNB con un rigor
arquitectónico - urbanístico y tampoco establece un análisis de estas frente a escenarios de
gobernanza, entendidos desde los actores, arreglos institucionales y marcos normativos. Por
lo tanto, el aporte del presente estudio radica en relacionar el análisis de morfología urbana
(arquitectónica y urbanística) frente al componente de gobernanza (actoral, normativa e
institucional). Lo anterior, no solo ofrece unos resultados para el caso del BNB, sino que la
correlación conceptual planteada puede ser una herramienta para investigadores y tomadores
de decisiones en otros escenarios en los que existan dicotomías acerca de procesos de
urbanización en ecosistemas con alto valor ambiental.
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III. Marco Teórico: Conectividad ambiental a la luz de la gobernanza y la
morfología urbana
3.1 Conectividad ambiental en el territorio.
La literatura del término conectividad ambiental y territorial surge a partir de la necesidad de
garantizar los flujos bióticos y abióticos naturales en contextos dominados por el ser humano
o con alta influencia de este (Bennet, 1998). Burel & Baudry (2003) relacionan el concepto
en función de procesos biológicos tales como los flujos hídricos y superficiales; es decir: el
movimiento de especies animales, el tránsito de los cuerpos de agua, la protección de las
especies vegetales, entre otros.
En concordancia, De Groot (2013) esboza el concepto de servicios ecosistémicos. Este
término se refiere a las contribuciones que prestan los ecosistemas ambientales al ser
humano. Andrade, Mesa, Ramírez y Remolina (2008) enumeran una serie de servicios
ecosistémicos tales como: suministrar y retener agua, regular las condiciones ambientales y
brindar adaptación ante la variabilidad del clima.
Planteado lo anterior, es evidente la necesidad de conectar los ecosistemas en el territorio
para su correcto funcionamiento. Frente a esto, surge el concepto de corredores biológicos
propuesto por Wilson y Wills en 1975 (SINAC, 2008). Inicialmente eran concebidos como
hábitats que conectan de forma lineal dos o más fragmentos naturales (Primack et ál, 2001);
sin embargo, el concepto evolucionó hacia un mosaico de usos del suelo para conectar
fragmentos de bosque a través del paisaje (Bennet, 1998). Por lo anterior, el autor incorpora
el término fragmentación del hábitat para explicar el fenómeno de desconexión entre
ecosistemas.
En la evolución de este concepto, Bennet (1998), denuncia que los corredores biológicos
históricamente se han concebido como franjas lineales continuas, pero no se tiene en cuenta
que las especies realizan diversos desplazamientos diarios. Por lo tanto, considera que el
debate “no ha dado en el blanco” (p.8). Es decir, las especies animales no saben que un
corredor conecta un punto con otro y por ende deben recorrerlo; lo que ellas reconocen es si
el hábitat dentro de ese enlace es adecuado o no y en esa medida lo habitan (Newmark, 1993).
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En ese sentido, Bennet (1998) asegura que los procesos de fragmentación de hábitat en el
paisaje generan tres fenómenos: i) la fragmentación entre hábitats -producto de la pérdida
generalizada de hábitat - (ver Ilustración 5), ii) la disminución en el tamaño de hábitats (ver
Ilustración 5) y iii) aislamiento entre hábitats -parches de bosque-. (Ver ilustración 6).
Para mitigar dichos fenómenos, el autor propone: i) ampliar el área de conservación de
hábitats, ii) maximizar la calidad de hábitats existentes, iii) minimizar los impactos de usos
del suelo circundante y promover la conectividad de hábitats naturales para contrarrestar los
efectos del aislamiento (p.170). Finalmente, propone un ecosistema en el que existan los
siguientes componentes: i) núcleos de hábitat; ii) conectar los núcleos a partir de enlaces o
corredores; y iii) proteger las conexiones a través de amortiguadores de vegetación.
Ilustración 5. Pérdida generalizada de hábitat y
disminución en el tamaño de los hábitats. Fuente:
(Bennet, 1998, p. 22).
Ilustración 6. Aislamiento de hábitats. Fuente: (Bennet,
1998, p. 16).
Ilustración 7. Reservas de hábitats aislados (a) pueden tener
un potencial limitado para la conservación por su cuenta,
pero esto se optimiza si funcionan como parte de un sistema
integrado (b). Fuente: (Bennet, 1998, p. 173).
Ilustración 8. Proteger áreas clave del hábitat
natural. Fuente: Bennet (1998, p. 183).
Enlace
Núcleo
Núcleo
Amortiguador
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3.2 Gobernanza
El término gobernanza es ampliamente utilizado desde la interacción de Estados e
instituciones a escala global (Rosenau, 1999) hasta los ámbitos de gestión corporativa en
sectores privados (Tricker, 1994). Los primeros enfoques del concepto pretenden establecer
escenarios de buen gobierno e interacción de actores en diferentes escalas; sin embargo, hay
una corriente que empieza a abordar el concepto de gobernanza para referirse a la apertura
que tiene el Estado frente a otros actores en el ejercicio del poder. Lange et al. (2013) afirman
que el Estado no es el único actor presente en la toma de decisiones, mientras que Borgias
(2016) refuerza esta idea argumentando que en ocasiones el Estado y su carácter regulador
dejan un vacío que los diferentes actores de la sociedad civil llenan. Esa noción es la que
resulta pertinente para efectos de la presente investigación.
Hernández (2018), citando a autores como Driessen (2012), Lange et al. (2013), Treib (2005),
Hysing (2009) y Huffty (2011) hace una categorización a partir del análisis de las
“dimensiones de gobernanza” y los “modos de gobernanza”, subcategorías adoptadas para el
desarrollo del artículo. La clasificación hecha por el autor mencionado se desarrolla de la
siguiente manera.
Las dimensiones de gobernanza son principalmente tres: (i) los actores, (i) los instrumentos
y (iii) los arreglos institucionales.
Los actores son aquellos individuos o grupos que participan en el ejercicio de tomar
decisiones. Driessen et Al (2009) plantean que un sistema policéntrico de gobernanza, en el
cual diversidad de actores participan en variadas escalas de gobierno, ofrece mayores
rendimientos ambientales que la forma de gobierno mono céntrica en donde un solo actor –
generalmente el Estado – toma las decisiones.
Los instrumentos se refieren al marco normativo o políticas públicas y la relación jerárquica
entre las mismas. En este sentido, Ostrom (1990) indica que existen categorías jerárquicas:
las constitucionales, las de elección colectiva y las operacionales, que enmarcan un sistema
de cumplimiento de obligaciones. Los instrumentos también definen las herramientas que
tienen los actores para poder relacionarse con otros y su correspondiente legitimidad.
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Finalmente, los arreglos institucionales establecen las reglas de juego a través de las cuáles
se relacionan los actores en el marco normativo mencionado. Lange et al (2013) lo definen
como el conjunto de instituciones que enmarcan la interacción de los actores a partir de
establecer quien tiene competencia y acceso a la toma de decisiones de manera efectiva y
bajo qué escenarios. Hufty (2009), por su parte, se refiere a los espacios de negociación ya
sea formal o informal en donde converge la toma de decisiones.
Los modos de gobernanza son los tipos de escenarios en que los actores se relacionan entre
sí y el grado de incidencia que pueden llegar a tener en la toma de decisiones. Lo anterior, se
expresa en cinco categorías: (1) Gobernanza jerárquica, aquella en donde el Estado tiene
mayor importancia frente al resto de actores y define quién entra y en qué grado de influencia
al ejercicio del poder. (2) Co-gobernanza descentralizada, que es el escenario en donde hay
roles y autonomías a escala nacional y local. En este caso el Estado cede y abre espacios en
sus facultades hacia lo territorial. (3) Gobernanza público-privada, en donde los privados
inciden de manera importante en la formulación de políticas púbicas bajo reglas de juego
institucional. (4) Gobernanza interactiva, caracterizada porque participan actores estatales y
no estatales de manera horizontal y se reducen las asimetrías de poder. Finalmente, (5) Auto
gobernanza o “self gobernance” en donde predominan las reglas informales o normas
compartidas; en este caso, los grupos locales toman decisiones sobre su territorio de forma
autónoma.
Giros en la gobernanza
La conexión del estudio de Hernández (2018) expone que los estudios de ciencia política
indican que las formas de gobernanza jerárquica están dando paso a formas no jerárquicas de
tomar decisiones. El autor indica que este tránsito no es unidireccional, sino que hay
movimientos de ida y vuelta a lo largo de lo él denomina un continuum desde las formas de
poder dominante centralizado hasta las autonomías de comunidades que claman por la
autodeterminación e interacción con otros actores.
Hernández (2018) también remarca que Driessen et al (2002); Lange et al (2013) y Hysing
(2009) evidencian una pluralidad compleja de modos de gobernanza que coexisten
simultáneamente y en ocasiones transitan de unos a otros bajo diversas condiciones.
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Los giros en la gobernanza se suscriben también a un marco legal con ciertos niveles de
jerarquía. Ostrom (1990) plantea que existen tres jerarquías de leyes: i) las constitucionales,
cuya ordenanza es determinada por la rama legislativa estatal para la regulación de la
sociedad; ii) las de elección colectiva, las cuales son establecidas por entes de acción popular
– pueden ser de orden regional – aunque se deben enmarcar en las primeras; y iii) las reglas
operacionales, que definen bajo qué acuerdos se debe utilizar el recurso común; en lo que
Hufty (2009) describe como espacios de negociación, ya sean formales o informales.
3.3 Morfología Urbana
Rossi, (1976) se refiere a la ciudad como una gran manufactura, una arquitectura total, una
realidad compleja que crece en el tiempo. Solá – Morales (1993) define el estudio de las
relaciones entre las diferentes formas de crecimiento bajo el concepto de morfología urbana
en términos arquitectónicos y urbanísticos. Por ende, el estudio de este concepto consiste en
entender la transición en que las aglomeraciones urbanas, infraestructura, elementos
naturales y diversas formas del paisaje han tomado su estado final (Romero, 21017 citando
a Font Arellano, Llop, & Villanova 1999, p 102).
El análisis de la morfología urbana depende de la escala. Solá – Morales (1993), describe i)
las operaciones urbanas – parcelación, urbanización y edificación - que describe como las
tres maneras de ocupar el territorio; ii) las formas de crecimiento urbano que identifica el
mismo autor – ensanche, crecimiento suburbano, urbanización marginal, ciudad Jardín,
barracas y polígonos - las cuales se abordarán como tipologías urbanas en la investigación;
y iii) las tipologías arquitectónicas que describen Panerai et. al (1966) – manzanas compactas,
parcelas tipo ciudad jardín, agrupación de viviendas individuales, agrupación de vivienda en
bloques, y bloques aislados modernos.
Operaciones Urbanas: Parcelación, urbanización y edificación
Solá – Morales (1993) sintetiza las operaciones urbanas que existen para ocupar el territorio,
las cuales dependiendo de la forma de crecimiento se pueden dar en diferente orden. Primero
se encuentra la parcelación la cual se refiere al acto de división y delimitación del suelo y
que en el contexto colombiano se conocen como loteo o parcelación; segundo, se encuentra
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la urbanización, que es la serie de operaciones como poner vías, definir zonas de parques,
alcantarillados, zonas públicas, entre otras previas a la construcción; y finalmente se habla
de la edificación, la cual implica la construcción como tal de la obra de arquitectura.
Formas o tipologías de crecimiento urbano
El mismo autor, plantea que existen seis (6) formas de crecimiento urbano, entendidas como
aquellos patrones por medio de los cuales crecen los tejidos urbanos bajo diferentes
condiciones. Solá – Morales (1993) hace el análisis para la ciudad de Barcelona, sin embargo,
su esencia de análisis, al tratarse de una tipología o forma de crecimiento, es aplicable a otros
escenarios. De igual manera se suscriben las tres operaciones urbanas.
Ilustración 9. Operaciones urbanísticas y formas de crecimiento urbano. Fuente: (Solá- Morales. 1993, p.21)
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El ensanche se caracteriza por ser la expansión propia del tejido urbano, es decir, la
expansión de la mancha urbana a través del territorio siguiendo sus mismos trazados; es la
forma tradicional de crecimiento compacto de la ciudad y se da de manera continua. Las
operaciones urbanas se dan en este orden: parcelación, urbanización, edificación (P+U+E).
El crecimiento suburbano es aquel en el que la nueva aglomeración urbana se empieza a dar
por fuera del perímetro de la ciudad, y su principal característica es que es solo tiene un uso
primordialmente: el residencial. Los elementos como plaza, comercios, entre otros no se dan
en este tipo de crecimientos con dinámicas diferentes a las de los centros urbanos (U+P+E).
La urbanización marginal es la forma de crecimiento que se produce por fuera de los
mecanismos propios establecidos en la ciudad y se suele dar de manera informal a partir de
procesos de autoconstrucción de sus habitantes. En este caso se suelen dividir lotes y se salta
directo a la edificación sin ningún tipo de urbanización (P+E).
La ciudad jardín surge en Londres, a comienzos del siglo XX, bajo la premisa de sustituir
las ciudades industriales por otras más pequeñas rodeadas de tierras agrícolas y grandes
espacios verdes. Este modelo cuenta con una particularidad y es su baja densidad, por lo
tanto, requiere grandes extensiones de terreno para albergar a un volumen bajo de habitantes.
La urbanización y parcelación se hace simultáneamente y luego cada operador privado o el
promotor inmobiliario edifica las viviendas por unidades (UP + E).
La barraca es similar a la urbanización tipo marginal en el sentido de la autoconstrucción e
informalidad. Sin embargo, en este caso no existe la noción de parcelación ni urbanización,
generándose una sumatoria de edificaciones que forman aglomeraciones desordenadas tipo
tugurio (E).
Los polígonos son aquellas piezas urbanas en las que se planifica generalmente la vivienda
obrera o de clase media buscando la repetición y la densidad. Se caracterizan por ser grandes
zonas homogéneas producto de la intervención del Estado en donde las tres operaciones de
parcelación, urbanización y edificación se llevan a cabo de manera simultánea en un plan
maestro (P+U+E).
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Tipologías arquitectónicas
Panerai et al. (1966) analiza la evolución de las tipologías arquitectónicas desde la manzana
clásica de Haussman –funcionario público promotor de la renovación de París entre los años
1853 a 1982 – hasta los bloques modernos de Le Corbusier – arquitecto y urbanista referente
de la primera mitad del siglo XX –.
Roca (1984), aduce al autor Quatremere de Quincy el concepto tipo para referirse a aquel
concepto genérico que engloba a varios objetos con algo común a ellos. A continuación, se
describen las cinco tipologías arquitectónicas que se abordan en la investigación:
La manzana compacta, como tipología arquitectónica es aquella que resulta del trazado vial,
sus fachadas por ende dan hacia la calle surgiendo el concepto de paramento.
La parcela de ciudad jardín, es la unidad dentro del modelo de Ciudad Jardín mencionado
por Solá – Morales (1993) y se caracteriza por establecer ocho viviendas por acre – 4046,86
hectáreas – y separaciones de 16.5 metros entre cada unidad, rodeada por espacios verdes.
La vivienda agrupada, en la que la sumatoria de casas configura la unidad. Por ende, hacia
afuera se da la fachada por parte del arquitecto y hacia el interior de la manzana se evidencia
la individualidad del propietario.
La vivienda en bloque, en la cual se planifican ciudades de posguerra a partir de la noción
de densidad y repetición para configurar bloques.
El bloque suelto, en el que el bloque se desliga de la manzana y la sumatoria de bloques se
da en medio de la naturaleza sin estar supeditados al trazado de las calles.
Ilustración 10. Fuente: Elaboración propia a partir de Panerai (1966) y Rowe & Koetter (1981)
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IV. Metodología
Esta investigación, de carácter mixto, adopta la metodología de estudio de caso instrumental
utilizando tres técnicas de recolección: (i) Análisis espacial, para el comprender la evolución
del BNB en términos físicos; (ii) Revisión Documental, en función de establecer un marco
normativo; y (iii) Entrevistas Semiestructuradas, identificando la relación entre los actores
involucrados en la toma de decisiones. Posteriormente, se revisa en paralelo las categorías
conceptuales.
La morfología y la gobernanza son categorías conceptuales cuyo análisis implica recolección
de datos de distinta naturaleza. Por lo tanto, se opta por un enfoque de investigación mixto
en el cual haya espacio para la complejidad de análisis cuantitativo, apoyado en procesos
lógicos establecidos (Arias, 2009) y análisis cualitativo que permite al investigador ver el
escenario y las personas en una perspectiva holística (Mora, 2005). Inicialmente se recopiló
la información, a partir de ello se construyó la categoría de análisis de los dos conceptos,
posteriormente se hizo el análisis aplicado y finalmente se contrastó la morfología urbana
frente a la gobernanza para identificar las relaciones que han impedido la conectividad
ambiental del BNB.
Ilustración 11. Metodología. Fuente: Elaboración propia.
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V. Análisis Aplicado. Morfología y Gobernanza de cara a la conectividad.
5.1. Formas de ocupación del territorio
Luego de la intensa urbanización de los años cincuenta, sesenta y setenta, el crecimiento
urbano en Bogotá se consolidó de manera más continua y compacta en la ciudad; y llegando
los noventa, la expansión se empezó a dar también en los municipios metropolitanos más
cercanos a la capital, generando así un crecimiento por fuera de las áreas urbanas sobre suelo
rural (Romero, 2017). El mismo autor, Romero (2017) citando a Sieverts (2003), expone que
esto generó territorios híbridos en donde las condiciones urbanas se mezclan con las rurales.
En la siguiente ilustración se observan las zonas escogidas para evidenciar las formas de
crecimiento del territorio descritas por Solá – Morales (1993). Se seleccionó la época de 2000
a 2019 debido a que en el BNB se identificaron cinco de las seis tipologías o formas de
crecimiento descritas por el autor.
Ilustración 12. Fuente: Elaboración propia.
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21
Ilustración 13. Fuente: Elaboración propia a partir de datos históricos del IDECA.
22
En la presente investigación se identificaron tres formas de ocupación del territorio que
propician la falta de conectividad ambiental: i) los procesos de ensanche invasivos ii) el
crecimiento suburbano aislado iii) la ocupación fragmentaria; los cuales se analizan a
continuación.
Procesos de ensanche invasivos
El hallazgo inicial que se obtuvo a partir del análisis espacial es que la baja ocupación del
BNB no garantiza la conectividad ambiental en sí misma. Es decir, aunque existen franjas que
no tienen gran impacto en términos de índices de ocupación del suelo, de todos modos, estos
desarrollos funcionan como grandes piezas urbanas que afectan a los ecosistemas.
En la transformación del Humedal Torca Guaymaral se observa que en la década del setenta
el perímetro del ecosistema era mucho más amplio que en la actualidad ya que contaba con
129 Ha en la franja de Guaymaral y con 49,41 Ha en la de Torca. Para el año 1998 se reduce
casi a la mitad; en el año 2011 la reducción sigue, pero se da en menor medida, ya que la parte
de Guaymaral baja de 51,79 Ha a 44,10 Ha y la de Torca se mantiene igual. Llama la atención
Ilustración 14. Humedal Torca Guaymaral. Fuente: Elaboración propia a partir de información del IGAC,
IDECA y Google Earth.
1970 1998 2011 2018
Torca Guaymaral Torca Guaymaral Torca Guaymaral
23
el último dato, en el cual el Humedal según los datos del IDECA – Infraestructura de Datos
Especiales para el Distrito Capital –, un brazo del ecosistema ya no es considerado como
humedal sino como pantano.
En el brazo del humedal que pasa por el Colegio San Viator se ve cómo el Colegio ha ido
secando progresivamente el ecosistema para construir los parqueaderos, lo cual evidencia un
escenario negativo cuando la zona aferente al ecosistema queda en este lote privado. En este
caso, la afectación del humedal no depende exclusivamente del impacto de la construcción,
sino que la pérdida de cobertura vegetal se da porque el privado llega hasta donde su propiedad
se lo permite.
Los procesos de ensanche arrojaron un hallazgo particular ya que las características
arquitectónicas son tipo parcela de ciudad jardín, pero la pieza urbana está unida al tejido
urbano. Ese es el caso del barrio San José de Bavaria, el cual tiene características de vivienda
suburbana o ciudad jardín, pero tiene todos los tejidos de vías y servicios propios de la ciudad.
Ilustración 15. Parqueadero del Colegio San Viator. Fuente: Elaboración propia a partir de imágenes de Google
Earth.
Ilustración 16. Ensanches invasivos, San José de Bavaria. Fuente: Elaboración propia a partir de datos del IDECA
24
Crecimiento Suburbano Aislado
Este patrón de crecimiento se identificó como una constante en todo el BNB. En este caso,
existen grandes fortificaciones aisladas en el territorio que ocupan áreas considerables en la
zona rural sin relacionarse con su entorno.
Las grandes urbanizaciones y los conjuntos cerrados son casos en los que el promotor urbano
construye proyectos de vivienda en puntos aislados del territorio en la medida que el uso del
suelo se lo permite (Ver Ilustración 17, primer y segundo recuadro). Esto, conlleva a que los
habitantes de dichas urbanizaciones se tengan que trasladar en su vehículo para cualquier tipo
de actividad, intensificando los problemas de tráfico existentes. Solá – Morales (1993).
Situación similar ocurre con los viveros. Aunque estos no son edificaciones, ocupan grandes
territorios como si fueran un tejido urbano y aíslan los ecosistemas tales como el Bosque de
Las Mercedes (Ver Ilustración 17, tercer recuadro).
Paradójicamente, así se trate de zonas verdes como los campos de golf, (ver Ilustración 17,
cuarto recuadro), éstas irrumpen la conectividad terrestre descrita por Burel & Baudry (2003)
al estar cercadas y desconectadas de su entorno, impidiendo así la continuidad del paisaje y
las especies.
Los escenarios mencionados hacen que las especies de animales queden aisladas y no puedan
transitar hacia otros ecosistemas; ya que en concordancia con Newmark (1993), los animales
Ilustración 17. Crecimiento Suburbano aislado. Fuente: Elaboración propia a partir de datos de Google Earth.
25
no saben que un corredor conecta con otro, solo reconocen si es adecuado un hábitat. En ese
sentido, ocurren los fenómenos de fragmentación descritos por Bennet (1998) toda vez que se
reducen los hábitats y en estos casos se aíslan entre sí, generando parches de bosque
desconectados.
Se observó que, en concordancia con Solá - Morales (1993), en la tipología de ciudad jardín
se hace la parcelación y urbanización en paralelo antes de que aparezcan las edificaciones. A
diferencia de la ciudad jardín europea, en la suburbanización del BNB no hay construcciones
o espacios particulares exceptuando los parques y salones comunales. Se trata, por el
contrario, de grandes repeticiones de parcelaciones sobre el terreno que funcionan como
unidades disueltas en el territorio.
El crecimiento suburbano aislado que se identificó en este segmento de la investigación
muestra cómo a pesar de toda la carga normativa con la que cuenta el BNB, no existe una idea
de plan unitario sino una serie de intervenciones desconectadas. Así las cosas, la forma en la
que se ha venido ocupando el territorio en las últimas dos décadas generó intervenciones
aisladas que dificultan la concepción del BNB como unidad ambientalmente conectada y
funcional.
Ilustración 18. Proceso de parcelación, urbanización, edificación. Fuente: Elaboración propia.
26
Urbanización fragmentaria
En la imagen se puede observar que la forma de ocupación producto de los procesos de
suburbanización en el Borde Norte ha sido predio a predio; esto quiere decir que no ha existido
una idea de unidad; lo cual, termina fragmentando el territorio. Lo anterior, implica que así no
exista una gran ocupación en términos de área construida, cada lote le pone una reja a su
propiedad privada, situación que de todas maneras termina rompiendo la conectividad.
En ese sentido, el análisis parece indicar que las tipologías arquitectónicas de Panerai (1966)
tampoco tienen nada que ver con la conectividad; como sí tienen que ver las formas de
ocupación expuestas por Solá – Morales (1993). A continuación, se hace un ejercicio de
revisar cómo las calles, muros y divisiones de propiedad van fragmentando el territorio y
evitan que se conecte el Humedal Torca Guaymaral con una franja arbórea. Las tipologías al
interior de los lotes son diversas, pero lo que afecta la continuidad es la parcelación.
Ilustración 19. Crecimiento Suburbano aislado. Fuente: Elaboración propia.
Ilustración 20. Procesos de fragmentación. Fuente: Elaboración propia.
27
En conclusión, el BNB presenta un panorama en el que tanto las formas de ocupación urbana
como los ecosistemas, (ver, en color amarillo, Ilustración 21), se encuentran: i) fragmentados
(urbanización fragmentaria), ii) aislados (crecimiento suburbano aislado), y iii) reducidos
(ensanches invasivos). Esto genera que los ecosistemas, tal como lo identifica Bennet (1998),
sufran pérdida de hábitat, disminución en su tamaño y aislamiento de hábitats.
Ilustración 21. Formas de ocupación de morfología urbana y falta de conectividad ambiental en el BNB.
Fuente: Elaboración propia.
28
5.2. Dimensiones de gobernanza en el Borde Norte: arreglos, instituciones y actores.
A partir del análisis realizado en la investigación se pudieron identificar tres situaciones que
afectan a la conectividad ambiental desde la gobernanza: i) la fragilidad institucional, ii) las
asimetrías de poder entre los actores y iii) la desarticulación normativa.
Fragilidad Institucional
En las últimas dos décadas se identificaron dos fenómenos que dan cuenta de la fragilidad
institucional en el BNB; concepto entendido como el conjunto de arreglos institucionales o
reglas de juego entre actores (Driessen et al., 2012). Estos fenómenos son: i) la incapacidad
de concertar un modelo de BNB permanente en el tiempo que recoja los saberes e intereses
de los diferentes sectores de la sociedad; y ii) la carencia de espacios efectivos para la
discusión, generación de consensos y ejecución de decisiones colectivas.
Respecto al primero, existieron diversas visiones del BNB dependiendo del gobierno de turno.
Esto se interpreta en la presente investigación como una fragilidad institucional toda vez que
en los últimos cinco periodos de gobierno que tuvo la ciudad cada uno llegó a proponer una
visión diferente respecto a la anterior.
La muestra más representativa de este fenómeno se dio entre la alcaldía de Gustavo Petro y
Enrique Peñalosa, las cuales tenían una visión del BNB diametralmente opuestas. Para junio
del año 2015, cuando aún se encontraba Gustavo Petro como alcalde, el BNB era pensado
como “el bosque urbano más grande de Latinoamérica” (Alcaldía de Bogotá, 2015); y en junio
de 2016, bajo la alcaldía de Enrique Peñalosa, el BNB se planteaba como la “Ciudad Paz”:
una ciudadela que pretendía urbanizar considerablemente esta zona y algunos sectores
aferentes al Río Bogotá en el occidente y sur de la capital (Caracol, 2016).
En contraposición, llama la atención que entre los pocos modelos o imaginarios que
permanecieron en el tiempo se encuentra la delimitación de la Reserva Thomas Van der
Hammen, la cual fue consensuada por parte de diferentes actores de la sociedad civil. Esta
situación representa claramente un giro desde una gobernanza jerárquica cerrada hacia una
gobernanza descentralizada abierta. Es decir, cuando las instituciones del Estado – Ministerio
de Ambiente, Corporación Autónoma Regional y Alcaldía de Bogotá – acudieron a un actor
29
de la sociedad civil – Panel de Expertos – se generaron consensos que perduraron en lo que
hoy es la reserva tal como está delimitada. En este caso se dio un giro hacia una gobernanza
descentralizada abierta, toda vez que aunque el Estado ejerció un rol predominante, se
incluyeron instituciones formales e informales que garantizaron la participación de los actores
no estatales y su incidencia en la formulación de políticas públicas (Hernández, 2018) citando
a (Arnouts, 2010) y (Kooiman, 2005).
Respecto al segundo fenómeno, exceptuando casos como el recién mencionado, en general se
observó un constante hermetismo en la toma de decisiones sobre el BNB. Tal hermetismo
generó que no existieran formas de intermediación de intereses y por lo tanto una incapacidad
generalizada para incluir dichos intereses en la política pública (Treib, 2011).
Un ejemplo de lo anterior, como se evidenció en las entrevistas realizadas a los actores, es que
la alcaldía realizaba múltiples socializaciones de carácter informativo – en el caso de la
formulación del POT –; pero estas reuniones no tenían un formato que permitiera que las
opiniones de la sociedad (civil, académica, ambiental, entre otras) fueran de carácter
vinculante y no simplemente consultivas.
El hecho mencionado explica, en parte, por qué el POT ha sido rechazado en dos ocasiones –
Gustavo Petro y Enrique Peñalosa -; ya que, mas allá de razones políticas, que también entran
en juego, no hay un consenso social que de un respaldo que garantice el sentir de los diferentes
sectores de la sociedad.
Concluyendo, esta fragilidad institucional ha generado una pluralidad compleja de modos de
gobernanza (Driessen et al, 2002 y Lange et al, 2013) en la que cada actor ha intentado
incorporar sus intereses en los vacíos que deja el Estado. Es decir, los constructores intentan
influir en políticas públicas - gobernanza público-privada -; los actores de la sociedad civil
suman fuerzas para hacer resistencia frente a la alcaldía – gobernanza interactiva y
autogobernanza -; o el Estado, eventualmente solicita algún concepto de la academia y decide
si lo tiene o no en cuenta unilateralmente – gobernanza descentralizada cerrada -. Todo lo
anterior con un factor en común: los actores, desde el más fuerte hasta el menos influyente,
actúan, por lo general, de manera desconectada frente a un problema común (Ostrom, 1990).
30
Asimetría de poder entre actores
Para identificar un escenario de interacción en el que no solo participa el gobierno, sino que
existen otros actores de la sociedad civil (Borgias, 2016), se escogieron cuatro grupos a
entrevistar: (1) Actores del sector público, (2) actores privados, (3) actores de la sociedad civil
y (4) actores del sector académico; encontrando la siguiente disertación. Los grupos
mencionados se entrevistaron en el año 2019, segundo mandato de Enrique Peñalosa.
• Actores de la sociedad civil
Los actores de la sociedad civil han estado presentes en las últimas dos décadas del debate;
sin embargo, bajo el segundo mandato de Enrique Peñalosa - defensor de la urbanización del
BNB -, surgieron nuevas organizaciones y se fortalecieron las existentes. Como resultado, se
identificaron tres hallazgos generales: i) Ha primado una gobernanza jerárquica, ii) estos
actores participan de manera limitada y condicionada bajo una gobernanza descentralizada
cerrada, y iii) para hacer frente a la jerarquía estatal, estos actores desarrollaron una
gobernanza interactiva entre ellos.
Paradójicamente, a pesar de que las organizaciones y fundaciones tienen un alto grado de
interacción con las entidades estatales, y en algunos casos con las grandes constructoras (ver
Ilustración 22), la capacidad para alcanzar consensos fue muy baja (ver Ilustración 23).
Lo anterior evidencia una gobernanza jerárquica, caracterizada por el uso del poder
centralizado en el Estado (Hernández, 2018). Como menciona la directora de ASODESSCO5,
a los actores los invitan a bastantes reuniones, pero no los tienen en cuenta para tomar
decisiones. De igual manera, las organizaciones mencionaron que, durante ese mandato, en
páginas de la alcaldía fueron llamados como organizaciones “antisistema”; lo cual, según
ellos, deslegitima su labor.
El siguiente hallazgo, indica que la Fundación Torca Guaymaral, al estar parcialmente de
acuerdo con la urbanización del BNB, logró incluir algunas observaciones al Proyecto Lagos
de Torca tales como la incorporación de los vallados6 y aportes sobre la conectividad hídrica
y de especies animales. Esto es una muestra de una gobernanza descentralizada cerrada cuyos
5 Asociación de Vecinos de la Zona de Influencia de la Vía Suba 6 Canales de agua hechos por el ser humano
31
espacios de negociación son restrictivos hasta donde el gobierno lo permite (Arnouts, 2010 y
Kooiman, 2005).
Finalmente, se pudo evidenciar que los actores establecieron vínculos y se apoyaron entre sí
para hacer frente a la jerarquía estatal. Tal es el caso de la Fundación Cerros de Bogotá o la
Veeduría Van der Hammen7, las cuales desde sus campos de acción procuraron involucrarse
en la revisión de las decisiones de la alcaldía. Muestra de lo anterior es que respecto a las
organizaciones de la sociedad civil coincide el grado de interacción, afinidad con las posturas
del otro y capacidad para alcanzar consensos (ver Ilustración 22, 23 y 24).
• Actores privados
En el sector privado se categorizaron las grandes y medianas constructoras, además de la
Cámara Colombiana de la Construcción CAMACOL que se incluye en este grupo por ser una
asociación gremial. En este caso se presenta una situación particular toda vez que si los actores
mencionados quieren construir de forma masiva en el BNB tienen que contar con el aval que
da el cambio de uso del suelo, el cual solo puede otorgar el sector público por medio del POT.
Esta situación genera un escenario en el cual los privados dependen del sector público, lo cual
los lleva a velar por sus intereses como gremio de la construcción, la industria y el comercio
(CAMACOL, 2019).
Los hallazgos respecto a este sector tienen que ver con dos temas: primero, la falta de
articulación con los actores de la sociedad civil más allá de encuentros en común en espacios
como foros, audiencias, entre otros; y segundo, el escenario en el que los privados se ven en
avocados a entablar relación con el sector público como legitimador de sus intereses (Osorio,
2015). Este segundo escenario se conoce como un modo de gobernanza público-privada en
el que “los actores privados tienen influencia sobre las políticas públicas y la base de su poder
son los precios, la competencia, los monopolios, los recursos legales, los acuerdos, entre
otros.” (Hernández, 2018).
Un hallazgo particular es que los pequeños y medianos constructores indican que no son
invitados a la toma de decisiones, no cuentan con suficiente acceso a la información, no tienen
7 Veeduría ciudadana para la Protección de la Reserva Forestal Regional Productora del Norte de Bogotá Thomas
Van Der Hammen
32
interacción con otros actores y por ende tampoco la capacidad para generar consensos (ver
Ilustración 22 y 23).
• Actores del sector público
En el análisis se identificó que el sector público es aquel que ostenta el rol de participación
más influyente. Para esta sección se tuvo en cuenta a la Secretaría de Planeación Distrital; la
Gerencia del Proyecto Lagos de Torca – parte del desarrollo del BNB y que ya cuenta con
aprobación a partir del Decreto 088 de 2017 –; el Concejo de Bogotá – del cual se entrevistó
a concejales a favor y opositores -; y la Contraloría de Bogotá, en su sector ambiental.
En las últimas dos décadas primó una gobernanza jerárquica y cerrada, ya que las
socializaciones, audiencias entre otros espacios de interacción con actores de la academia o la
sociedad civil se dan, pero solo en la medida que el Estado lo permita y hasta el alcance que
el mismo ofrece (Hernández, 2018) citando a (Arnouts, 2010) y (Kooiman, 2005).
Ejemplo de ello es la audiencia que abrió la CAR referente a la solicitud de la alcaldía para la
sustracción de la Reserva Thomas Van der Hammen, en la que se abrieron espacios de
intervención de tres minutos, lo cual fue considerado como insuficiente por las organizaciones
de la sociedad civil; es decir, el Estado formula los espacios de participación y así mismo
regula el alcance de los diversos actores en los mismos.
Llama la atención que en el año 2000 el Ministerio de Ambiente convocó al Panel de Expertos
de la sociedad civil y sector académico; esto fundó las bases del Acuerdo 011 de 20118 lo cual
se constituyó como el mayor ejemplo de gobernanza descentralizada abierta (Hernández,
2018) que ha ocurrido en la historia del BNB.
• Actores del sector académico
Un entrevistado indicó que en ocasiones la institucionalidad acude al sector académico cuando
le conviene que este valide sus posturas y solo en ese sentido lo incluye como la voz de
autoridad científica que representa (Profesor, sector académico, 2019). Así mismo, el resto de
los actores perciben a la academia como un actor con quien en la mayoría de los casos no se
han generado consensos unísonos, sino que se presenta a partir de personas o esfuerzos
8 Por medio del cual la Corporación Autónoma Regional CAR delimitó la Reserva Thomas van der Hammen.
33
individuales. Es decir, la academia ha estado en todo este periodo de tiempo presente
generando conocimiento y posturas en ocasiones junto con otros actores; sin embargo, a pesar
de la importancia de los conocimientos de este actor, se pudo percibir que la academia tuvo
un rol consultivo toda vez que el Estado definió en qué momento se recurría a este sector para
influir en la toma de decisiones y hasta que punto las incluía de manera vinculante.
Independiente de las condiciones en que se ha presentado, la academia sí ha participado de
manera activa frente a la discusión del BNB. El caso más representativo fue el momento en
que el Ministerio de Ambiente reunió al Panel de Expertos el año 2000. En este escenario la
academia tuvo el mismo nivel jerárquico en la toma de decisiones que las entidades estatales,
lo cual constituyó un giro hacia una gobernanza participativa. De igual manera, cuando en
1998 la CAR convocó a Van der Hammen para publicar el estudio sobre la Cuenca Alta del
Río Bogotá, el resultado arrojó el concepto de Estructura Ecológica Principal el cual a futuro
serviría de base para formulación legal.
De igual manera, luego de haber sido rechazado el POT propuesto por la segunda alcaldía de
Enrique Peñalosa, a finales del año 2019 se nombró una Comisión de Empalme entre la
administración saliente y la de Claudia López (El Espectador, 2019). Este caso se aproxima
al concepto de gobernanza interactiva, en el cual “la base del poder de los actores antes de la
fuerza son la legitimidad, el conocimiento y la confianza” (Hernández, 2018).
En general, los escenarios de la historia del BNB, han demostrado que cuando se da un giro
desde gobernanza cerrada y jerárquica hacia uno de gobernanza abierta e interactiva, el rol
de la academia pasa a ser activo en la toma de decisiones y la incidencia de sus aportes tiende
a ser perdurable en el tiempo.
A continuación, se presentan los gráficos de los tres criterios con los que se abordaron a los
actores en las entrevistas semiestructuradas: i) grado de interacción con otros actores, ii)
afinidad con sus posturas y iii) efectividad para lograr consensos con otros actores. Se
reconoce de antemano que hubo una limitación para lograr información por parte de las
instituciones estatales en algunos casos, lo cual en sí mismo es un resultado a evidenciar.
34
Ilustración 22. Grado de interacción con otros actores. Fuente: Elaboración Propia con base en las entrevistas
semi estructuradas.
Ilustración 23. Grado de efectividad en alcanzar consensos con otros actores. Fuente: Elaboración Propia
con base en las entrevistas semi estructuradas.
35
Desarticulación Normativa
Retomando a Ostrom (1990), quien plantea que existen tres jerarquías normativas: las
constitucionales, las de elección colectiva y las reglas operacionales; en el presente análisis
se pudo identificar la coexistencia en constante tensión entre estas tres jerarquías. La
particularidad de dicha coexistencia es que en diversas ocasiones se presentaron escenarios de
conflicto entre las mismas producto de los múltiples intereses y tensiones entre los actores a
lo largo de las últimas dos décadas. Es decir: los actores interpretaron, utilizaron o
transformaron las leyes en función de sus intereses de manera aislada.
En el caso de la jerarquía constitucional, la ley 388 de 19979 y el decreto 3600 de 200710
representan leyes que tienden a ser invariables y ante las cuales se somete el resto. De igual
manera, ocurrió con el decreto 619 de 200011, cuya destinación del suelo es la que ha regido
9 Compila las leyes correspondientes al ordenamiento territorial en Colombia. 10 Correspondiente al ordenamiento del suelo rural en Colombia. 11 Por el cual se adoptó el POT de Bogotá
Ilustración 24. Grado afinidad con las posturas de otros actores. Fuente: Elaboración Propia con base en las
entrevistas semi estructuradas.
36
las decisiones sobre el BNB. Así mismo, ocurrió con las normas de orden internacional, tales
como la ley 357 de 199712 que ofrece una guía de ordenamiento a mayor escala.
A pesar de las jerarquías mencionadas, se evidenciaron casos de elección colectiva, en las
cuales tenía jurisdicción cada alcaldía durante su periodo de mandato – cuatro años –. El caso
que esboza de mejor manera esta situación es la formulación del POZ NORTE13 – aprobado
durante la alcaldía de Samuel Moreno–; el cual se normatizó mediante el Decreto 088 de 2017,
Proyecto Lagos de Torca – aprobado durante la segunda alcaldía de Enrique Peñalosa –. Los
planes mencionados son normas que modificaron el POT vigente; esto es un claro ejemplo de
cómo las denominadas normas por elección colectiva modificaron parcialmente a las normas
constitucionales (Ostrom, 1990). Es decir, las situaciones y los actores de contexto del
momento modificaron o afectaron los escenarios normativos de orden superior; sin embargo,
vale la pena aclarar que no necesariamente esto representó el sentir de los sectores ciudadanos
a manera de consenso, sino que dichas situaciones fueron producto de las decisiones de quien
ostentó el poder de turno.
Expuesto lo anterior, en el BNB se evidenció un ejemplo de desarticulación normativa con
efectos negativos: la propiedad privada no ha estado en función de la protección pública
de los ecosistemas (ver Ilustración 25). Muestra de lo mencionado es que al interior de los
predios privados actualmente existe parte del Humedal Torca Guaymaral, configurando un
conflicto de usos del suelo (ver Ilustración 25). Este conflicto generó un riesgo para el
ecosistema, dejándolo a expensas del buen o mal manejo que el propietario pueda hacer de su
lote en el cumplimiento del decreto 225 de 201714. La anterior situación parece perpetuarse a
otra escala, ya que los Planes Parciales15 (ver Ilustración 25, figura 2) del Proyecto Lagos de
Torca también tiene partes del humedal dentro de su área.
12 Suscribe al país a la Convención Relativa a los Humedales de Importancia Internacional. 13 Plan de Ordenamiento Zonal del Norte – 2010. Durante la alcaldía de Samuel Moreno. 14 Decreto 225 de 2017. Por el cual se reglamenta el acotamiento de rondas hídricas. 15 Plan Parcial: Es un instrumento de gestión del suelo mediante el cual se desarrollan y complementan las
disposiciones de los planes de ordenamiento. Debe garantizar la distribución de cargas y beneficios propios
del proceso de urbanización.
37
Ilustración 25. Análisis normativo y espacial. Zona Humedal Torca Guaymaral. Elaboración propia, con base en datos de Google Earth y Secretaría de Planeación.
38
De igual manera, lo expuesto abre el debate acerca de la condición pública o privada de los
ecosistemas, ya que bajo el escenario esbozado difícilmente se pueden consolidar las franjas
amortiguadoras de conectividad ecológica expuestas por Bennet (1998).
Sin embargo, la aplicación de las reglas operacionales en determinados casos generó efectos
positivos en el BNB. Tal es el caso de la evolución del mismo Humedal -Torca Guaymaral-,
que desde el año 2002 hasta el 2017 aumentó su área (ver Ilustración 26). Esto se debió a que
organizaciones de la sociedad civil, en este caso la Fundación Torca Guaymaral, han ido
reforestando y ampliando el área hídrica del ecosistema, para lo cual han tenido que establecer
espacios de negociación (Hufty, 2009) con los propietarios de la zona. Esta idea refuerza el
planteamiento de Borgias (2016) quien afirma que en ciertos casos donde el Estado deja algún
vacío, la sociedad civil se encarga de llenarlo.
Articulando los tres fenómenos que afectan a la conectividad territorial desde la gobernanza
se obtiene la siguiente conclusión general: en la medida que se presenta la desarticulación
normativa, este proceso intensifica la fragilidad institucional, ya que la volatilidad de las
normas deja a merced de los cambios de administración o magistrados de turno las decisiones
que afectan al uso del suelo y la protección ambiental. De igual manera ocurre con la
asimetría entre actores, los cuales se ven limitados a cumplir de forma aislada la norma y
esto los excluye de la participación vinculante en la planificación e interacción con su
territorio.
Ilustración 26. Evolución Humedal. Aumento del ecosistema. Fuente: Elaboración propia a partir de
datos de Google Earth.
39
VI. Interacción de Gobernanza y Morfología Urbana. Explicación holística sobre
la falta de conectividad en el BNB.
A lo largo del documento se analizó de manera independiente cada categoría: gobernanza y
morfología urbana, junto con sus respectivas subcategorías. Sin embargo, en este punto de la
investigación resulta pertinente un análisis holístico de sus implicaciones en la falta de
conectividad del BNB. Por lo tanto, se llevó a cabo el diseño de un Diagrama Sistémico de
Relaciones (ver Ilustración 27), que permite entender las relaciones complejas entre
categorías y cómo interactúan entre sí.
El diagrama ofrece: i) los componentes de cada categoría, ii) las relaciones – unidireccionales
y bidireccionales, dependiendo cómo se afecten unas a otras; y iii) los grados de influencia, –
directa o indirecta –, que ejercen sobre las tres subcategorías de conectividad ambiental.
Ilustración 27. Diagrama Sistémico de Relaciones. Gobernanza, Morfología Urbana y Conectividad Ambiental.
Fuente: Elaboración propia.
40
Inicialmente, es importante señalar que el análisis de la relación entre las categorías obedece
a una interpretación cualitativa producto del desarrollo exhaustivo de los hallazgos
evidenciados en cada subcategoría a lo largo del documento. Por lo tanto, el Diagrama
Sistémico de Relaciones entre Categorías se constituye como una herramienta para explicar
las relaciones evidenciadas en el BNB bajo el contexto de espacio y tiempo descritos en esta
investigación. Así mismo, pretende reafirmar la intención de analizar problemáticas del
territorio -en este caso la conectividad ambiental- desde el estudio de variables de naturaleza
compleja - morfología y gobernanza-.
De igual manera, se concluye que la interacción entre categorías no es un hecho lineal. Al
contrario, se trata de una relación compleja entre subcategorías de gobernanza y morfología
urbana que influyeron en mayor o menor medida sobre la conectividad ambiental del BNB.
En algunas ocasiones se observaron relaciones de una dirección, es decir, que una influía
sobre la otra; mientras que en otros casos se trató de relaciones bidireccionales, en los que se
percibieron implicaciones desde ambas subcategorías. De allí el carácter sistémico del
diagrama propuesto.
En este orden de ideas, a continuación, se muestran los resultados que explican cómo la
morfología urbana y la gobernanza incidieron en la conectividad ambiental - respecto a los
fenómenos de fragmentación, aislamiento y reducción de hábitats del BNB - entre el año 2000
y 2019. En el diagrama se puede observar que los procesos de gobernanza son los primeros
de afuera hacia adentro; es decir: la gobernanza tiene diversos efectos físicos en el territorio.
Respecto al fenómeno de fragmentación de hábitat se identificó que la fragilidad
Institucional, incapaz de concertar un modelo de BNB; acompañada de una asimetría de
poder entre actores, cuyos espacios de espacios de negociación no fueron incluyentes
(Hernández, 2018); propició una marcada desarticulación normativa (Ostrom, 1991) en la
que cada actor interpretó la norma en función de sus intereses. Este panorama, en términos de
ocupación, Solá – Morales (1993) generó que el BNB se haya desarrollado bajo un intenso
proceso de parcelación lote a lote; que en la mayoría de los casos fraccionó a partir de rejas
y barreras físicas el flujo de las especies y el paisaje.
41
se tradujo en diversas formas de ocupación física sin algún criterio: urbanizaciones, campos
de golf, industrias, entre otras intervenciones “lote a lote” que fragmentaron la continuidad
ambiental en el paisaje.
La complejidad de las variables expuestas generó que diversos actores actuaran de manera
independiente en lo que cada uno considera su propiedad; fragmentando predialmente los
ecosistemas más allá de las tipologías arquitectónicas descritas por Panerai (1996). El caso
más grave se dio en el Humedal Torca Guaymaral, el cual, desde actuaciones públicas como
la construcción de la autopista norte, hasta intervenciones privadas, como la suburbanización
en la parte occidental terminaron fragmentando la vegetación y los cuerpos de agua que lo
alimentan. Prueba de lo anterior es que, a la fecha, este humedal está dividido en dos partes:
Guaymaral -que pertenece a la localidad de Suba- y Torca – ubicado en la localidad de
Usaquén-.
Con relación al fenómeno de aislamiento, la predominancia de una gobernanza centralizada
(Hernández, 2018) y una gobernanza descentralizada cerrada (Arnouts et al., 2012) propició
una asimetría de poder constante en el periodo de análisis. Tal como se observó en las
entrevistas semiestructuradas, dicha asimetría dificultó la construcción de una idea de BNB
concertada y participativa. Por lo tanto, los procesos de urbanización que surgieron fueron
producto de simples destinaciones del suelo e índices de ocupación y construcción; en vez de
un imaginario o plan maestro en el BNB que contemplara la conectividad ambiental.
Igual que en el fenómeno de fragmentación de hábitat, se produjo una desarticulación
normativa y por ende una ocupación del territorio a partir de crecimientos suburbanos
aislados en los que cada actor actuó de acuerdo con sus propios intereses. Estos últimos
aparecieron de manera simultánea a manera de viveros, urbanizaciones, campos de golf, entre
otras fortificaciones cerradas las cuales, junto con los procesos de urbanizaciones
fragmentarias que lotearon el territorio; intensificaron el aislamiento entre hábitats. El caso
más visible se dio en el Bosque de Las Mercedes, el cual, aunque no se redujo ni se fragmentó,
debido a los viveros que lo rodean quedó “atrapado” e incomunicado de otros ecosistemas.
Finalmente, la investigación permitió establecer que los fenómenos de reducción de hábitat
se deben principalmente a la combinación entre fragilidad institucional y asimetría de poder
entre actores. La fragilidad mencionada, se refiere a que durante las últimas dos décadas cada
42
administración se desarticuló de manera considerable frente a la anterior; lo cual, sumado a
la desarticulación entre actores dejó el BNB a merced de procesos de especulación
inmobiliaria y grandes procesos de urbanización que redujeron los ecosistemas.
Frente a este panorama institucional, la forma de ocupación predominante fue el proceso de
ensanches invasivos como las grandes urbanizaciones (proyectos de vivienda prototipo de
uno o dos pisos) que ocupan extensas zonas con potencial agrícola en baja densidad; o el
crecimiento del tejido urbano (barrios del límite norte de la ciudad); los cuales, debido a su
trazado de vías, loteos o rejas, se comportaron como urbanizaciones fragmentarias. Llama la
atención que, en términos de tipologías arquitectónicas (Panerai, 1996), se observaron
parcelaciones tipo ciudad jardín: casas con grandes patios y arborización que a pesar de su
bajo índice de ocupación del suelo; en conjunto colonizaron el territorio como es el caso del
Barrio San José de Bavaria.
Retomando la discusión inicial del texto, no se ha logrado disolver la dicotomía entre un
discurso preservacionista, en el que sectores ambientalistas buscan resguardar los sistemas
ecológicos del accionar humano; pero tampoco hay ejemplos significativos que refuercen un
discurso conservacionista, cuya pretensión es armonizar el accionar humano con el medio
ambiente (Muñoz, 2018), citando a (Gallop, 2003) y (Maldonado, 2005).
En conclusión, de manera general hubo un factor común: aún no existe un modelo de BNB
concertado y perdurable en el tiempo. Esta situación lleva a considerar la necesidad de realizar
un giro desde la gobernanza jerárquica y cerrada hacia una interactiva y descentralizada que
permita formas de ocupación en función de la conectividad ambiental en las próximas
décadas.
43
VII. Conclusiones
La investigación permitió establecer los factores que han impedido la conectividad ambiental
en el BNB a la luz de las categorías de morfología urbana y gobernanza entre el año 2000 y
2020. Lo anterior, bajo un análisis sistémico y complejo entre categorías conceptuales.
El análisis de la fragmentación de hábitat mostró que, ante un escenario de fragilidad
institucional, acompañado de asimetría de poder entre actores que no ofrezcan espacios de
negociación incluyentes, se generan procesos de desarticulación normativa. En términos de
ocupación en el territorio, esta desarticulación produjo urbanizaciones fragmentarias que
aparecieron de manera desarticulada en el BNB. El panorama expuesto generó la
fragmentación de hábitat, cuyo caso más notorio se evidenció en el Humedal Torca
Guaymaral, que a la fecha está dividido, incluso en diferentes localidades de la ciudad.
Por su parte, el fenómeno de aislamiento se intensificó debido a la predominancia de una
gobernanza centralizada y una gobernanza descentralizada cerrada; lo cual sentó las bases de
la toma de decisiones bajo escenarios de asimetrías de poder. Este panorama generó que cada
actor tomara decisiones de manera aislada de acuerdo con sus propios intereses; lo que se
tradujo en crecimientos suburbanos aislados y fragmentarios. Casos como el Bosque Las
Mercedes quedaron aislados en medio del territorio, dificultando el tránsito de sus especies a
otros ecosistemas.
Finalmente, el fenómeno de reducción de hábitat se gestó bajo asimetrías de poder y
fragilidad institucional. En las últimas décadas no hubo continuidad entre alcaldías, lo cual
dejó expuesto al BNB ante la especulación inmobiliaria y los propietarios de pequeños lotes
privados; en donde estos últimos redujeron las zonas de los ecosistemas que se encontraban
al interior de su propiedad. Aunque el BNB no tiene los mismos altos índices de construcción
que la ciudad, la extensión - así sea en baja densidad - fue igual de invasiva en términos de
ocupación del territorio; tal como ocurrió con el Barrio San José de Bavaria.
En conclusión, la evidencia permite asumir que se deben dar giros desde gobernanzas cerradas
y jerárquicas hacia abiertas e interactivas. El debate sigue abierto; sin embargo, la
investigación invita a abordarlo con un enfoque que ponga en primer lugar la consolidación
de un territorio conectado ambientalmente antes de avanzar en cualquier dirección.
44
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51
Anexos
ANEXO 1. Explicación de la tabulación de datos
El autor de la investigación diseñó un sistema de análisis para cuantificar con valores
numéricos – en este caso porcentuales - los siguientes criterios: i) interacción con otros
actores, ii) afinidad con sus posturas y iii) efectividad en alcanzar consensos con otros actores.
Los actores se caracterizaron en cuatro grupos que reúnen a los sectores más representativos
en la toma de decisiones y/o actuaciones sobre el territorio del BNB la siguiente manera:
- Actores de la Sociedad Civil
- Actores del Sector Público
- Actores del Sector Privado
- Actores del Sector Académico
Al cada entrevistado se le solicitó que calificara de 1 a 5 para cada criterio. Por ejemplo: “De
uno a cinco ¿Cómo calificaría la interacción con la Fundación Torca Guaymaral”; “De uno a
cinco ¿Qué afinidad tiene con las posturas de la Fundación Torca Guaymaral”; “De uno a
cinco ¿Qué efectividad ha tenido para alcanzar consensos con la Fundación Torca
Guaymaral” y del mismo modo con el resto de los actores.
Lo anterior, arrojó la siguiente tabla para cada actor. Se toma como ejemplo los resultados de
la entrevista realizada al Concejo Territorial de Planeación Distrital – CTPD -.
Tabla 1. Resultados Concejo Territorial de Planeación Distrital. Fuente: Elaborado por el autor.
Daniel Rocca - Representante Ambiental del Concejo Territorial de Planeación Distrital
Interacción
con los actores
Afinidad con
sus posturas
Efectividad en
alcanzar
consensos
Actores - Organizaciones de la Sociedad
Civil
1 Fundación Torca Guaymaral 5 5 5
2 Humedales Bogotá 5 5 5
3
Veeduría Ciudadana para la Protección
de los Cerros Orientales de Bogotá
(María Mercedes Maldonado)
5 5 5
52
Daniel Rocca - Representante Ambiental del Concejo Territorial de Planeación Distrital
Interacción
con los actores
Afinidad con
sus posturas
Efectividad en
alcanzar
consensos
Actores - Organizaciones de la Sociedad
Civil
4
Veeduría Ciudadana para la Protección
de la Reserva Forestal Regional
Productora del Norte de Bogotá Thomas
Van Der Hammen (Sabina Rodríguez
Van der Hammen)
5 5 5
5 Diana Weissner Arquitectos 0 0 0
6 Fundación Cerros de Bogotá 5 5 5
7
ASSODESCO - Asociación para el
Desarrollo Integral de la Zona de
Influencia de la Vía Suba - Cota
0 0 0
8 Juntas de Acción Comunal - JAC 5 5 5
TOTAL 30 30 30
PROMEDIO 3,75 3,75 3,75
PORCENTAJE 75 75 75
Actores del Sector Público
9 Proyecto Lagos de Torca 3 3 2
10 Planeación Distrital 5 3,5 2
11 Secretaría de Ambiente 3 3 2,3
12 IDU 4 2 2
13 Instituto Humboldt 5 5 5
14 Jardín Botánico 5 5 3
15 Corporación Autónoma Regional (CAR) 3,4 4 3
16 Concejo de Bogotá 4 3 2
17 Ministerio de Ambiente y Desarrollo
Sostenible - MADS 1,2 2 2
TOTAL 33,6 30,5 23,3
PROMEDIO 3,73 3,39 2,59
PORCENTAJE 74,67 67,78 51,78
Actores del Sector Privado
18
Constructora Amarilo
Constructora Prodesa
Constructora Hayuelos
Constructora Urbansa
Constructora Andalucía
Constructora Colpatria
Constructora Neos Group
Constructora Mazuera
Marval
53
Daniel Rocca - Representante Ambiental del Concejo Territorial de Planeación Distrital
Interacción
con los actores
Afinidad con
sus posturas
Efectividad en
alcanzar
consensos
Actores - Organizaciones de la Sociedad
Civil
General de las constructoras 0 0 0
19 CAMACOL 5 4 4
TOTAL 5 4 4
PROMEDIO 2,5 2 2
PORCENTAJE 50 40 40
Actores del Sector Académico
20 Instituto de Estudios Urbanos -
Universidad Nacional de Colombia
21 CIDER - Universidad de los Andes
22 Universidad del Rosario
23 Universidad de La Salle
24 Universidad Sergio Arboleda
25 Universidad del Bosque
26 Colegios
27 Universidad de Ciencias Aplicadas y
Ambientales - UDCA
28 Academia en General 3 3
TOTAL 3 3
PROMEDIO 3 3
PORCENTAJE 60 60
SUMATORIA TOTAL 71,6 67,5 57,3 PORCENTAJE TOTAL 71,6 67,5 60,32
No conoce: El entrevistado no identifica o reconoce el actor.
No relación: El entrevistado no encuentra que el actor se relacione con la toma de decisiones
del humedal. No sabe: El entrevistado no tiene claro un criterio para dar una calificación
Los resultados en color rojo se calcularon de la siguiente manera:
- Total: Sumando todas las puntuaciones ofrecidas por el entrevistado.
- Promedio: Total sobre el número de actores calificados por el entrevistado:
Total / Actores calificados por el entrevistado
- Porcentaje: Regla de tres de la siguiente manera.
54
(Total * 100)
-------------------------------------------------
Sumatoria de mayor puntaje posible
- Sumatoria de mayor puntaje posible: Se obtiene de multiplicar el número de actores
calificados por (*) 5 que es la calificación máxima que cada actor podía obtener.
Al final se hace la sumatoria total y el porcentaje total para los tres ítems mencionados:
“interacción con actores”, “afinidad con sus posturas” y “efectividad para lograr consensos y
resultados”.
Posteriormente, los resultados obtenidos en la tabla descrita se diagramaron en los gráficos
de i) Interacción, ii) Afinidad y iii) Efectividad
55
ANEXO 2. ENTREVISTA SEMIESTRUCTURADA TIPO.
56
57
58
59
Las entrevistas semiestructuradas se realizaron entre el año 2019 y 2020 con el apoyo de la
asistente de investigación Diana Carolina Torres Mican.