El Origen de La Sangre Maldita15

download El Origen de La Sangre Maldita15

of 5

Transcript of El Origen de La Sangre Maldita15

  • 7/29/2019 El Origen de La Sangre Maldita15

    1/5

    El origen de la sangre maldita

    Un relato basado en La Marca del Guerrero

    http://lamarcadelguerrero.blogspot.com

    http://lamarcadelguerrero.blogspot.com/http://lamarcadelguerrero.blogspot.com/http://lamarcadelguerrero.blogspot.com/
  • 7/29/2019 El Origen de La Sangre Maldita15

    2/5

    El origen de la sangre maldita La Marca del Guerrero

    2

    XV.

    Los estandartes ondeaban en la frontera interior.

    El oso enfurecido enmarcado por un amanecer dorado.

    El guila posada contemplando un anochecer escarlata.

    Los soldados, de uno y otro bando, mantenan una primera lnea de vigilancia, a escasosquinientos metros los unos de los otros. Se miraban, se estudiaban, se preguntaban qu haba dedistinto entre ellos y sus enemigos, y finalmente se forzaban a un odio tan irracional como necesariopara emprender la lucha del hombre contra el hombre.

    Algunos, rezaban para pedir victoria. Otros, rezaban para rogar perdn por sus prximos actos.

    El monarca se haba desplazado hacia la frontera, en compaa de sus guardias y el ejrcito delreino. Otros seores se encontraban en pabellones a pocos pasos, pero ninguno con l. Acababa de

    hablar con el sacerdote de la ciudad ms cercana, que haba hecho traer tras conocer los resultados de labatalla en la capital Someti y sobre todo las armas que all se haban utilizado. No haba un ingeniero deguerra de verdad en la capital desde antes de que su padre naciera. No haba sido necesario, se habaconvertido en una figura intil. Ahora se daba cuenta de hasta qu punto haba llegado la necedad de sufamilia.

    Fuera, el viento racheaba, a ratos ms calmado, a ratos ms furioso. Pero los guardias yespecialmente los soldados lo ignoraban. Todos esperaban el comienzo de la batalla, echando vistazosdesconfiados a los tres trabuquetes, las docenas de balistas y los pocos onagros dispersados por las filasde los Aivanek.

    Entre los efectivos reales haba un nmero elevado de soldados con armadura completa eincontables arqueros. Eran muchos ms, probablemente triplicaban a las fuerzas Aivanek. Los guardiasde la casa real Amoyda y los de las otras familias que haban prestado en mayor o menor medida suapoyo, estaban convencidos de que aquel enfrentamiento slo poda acabar en una impecable yaplastante victoria.

    Los soldados y los nobles, legos en estrategia, tenan una opinin bien diferente. Todos saban quelos Aivanek no se aventuraban a presentar batalla si no tenan oportunidades de vencer. Y las tenan. Lohaban demostrado sobre los Salvino y Ustpede. Aunque no vean las armas que haban usado hacesemanas contra ellos, todos eran conscientes de que las posean y de que, dado el caso, si la necesidad

    apremiaba, las haran valer.

    Incluso aquellos estrategas que daban por ganada esa batalla, saban que se enfrentaran a unaprdida de fuerzas como no se haba visto desde la guerra por el trono, haca siglos ya. La prdida deguardias minara la autoridad y la capacidad de mantener la paz en el Reino, tanto frente a loscampesinos como entre familias.

    Fue el propio rey quien, tras largas deliberaciones, propuso ofrecer un acuerdo de paz. Seamparaba, que no es poco, en que la razn de aquella guerra haba sido anulada, puesto que los Sometihaban renunciado al bosque los Ustpede les reclamaban. No haba en teora, pues, razones paracombatir, a no ser aquellas ocultas que en realidad haban empujado al monarca a ser partcipe de aquel

    sinsentido que no era de su incumbencia.

  • 7/29/2019 El Origen de La Sangre Maldita15

    3/5

    El origen de la sangre maldita La Marca del Guerrero

    3

    Se redact, pues, una oferta de finalizar aquella guerra, que cada cual acudiera de vuelta a suhogar, con sus hombres y su honor intactos. Un mensajero, abrumado y tembloroso puesto que conocala fama de los Aivanek respecto a quien llevaba noticias no deseadas, fue el encargado de atravesar laprimera lnea de los suyos y adelantarse en soledad hacia sus enemigos.

    El joven tuvo los arrestos necesarios para llegar hasta veinte pasos de la lnea enemiga. Un ejrcitoentero con todos los ojos vueltos hacia l. Hay constancia de que tartamude tanto aquel joven ese daque hasta el momento de su muerte -por suerte para l cuatro dcadas despus- se le llam Jailko eltartamudo. Jailko el tartamudo dijo as:

    - Por or-or-orden de mi-su majesta-tad, soy endivia-enviado con una misi-siva para el se-seor delo los los Aivanek, noble seor de los Aivanek lleg a corregirse.

    Los guardias del guila Carmes, murmurando entre ellos risas y burlas, dejaron paso almensajero, que lleg no se sabe cmo dada la flaqueza de sus rodillas- hasta el suntuoso pabelln en elque los Aivanek disfrutaban de una comida tarda. Se deshizo en disculpas, presuntamente tan faltas de

    entereza como sus anteriores palabras, y entreg el mensaje.Tuvo que esperar a que terminaran de leerlo los seores, inquieto por su destino. Fue entonces

    cuando Renio le indic, con un gesto casual que bien podra haber sido otro distinto que le mandase aldegello, que poda marcharse. Sali de all como pudo, con un nudo en la garganta, y los guardias lehicieron apresurarse a empujones y provocaciones que le hicieron recorrer a la carrera los doscientosmetros que separaban a un ejrcito de otro.

    El seor de los Aivanek estaba preocupado. Los enemigos eran muchos y tendran que usar armasque no se atreva a usar. Si llegaba a saberse -y se sabra- que haba hecho uso de ellas contra el rey,tendra encima a la molesta Institucin. Un miembro de su familia ocupaba el cargo de Suma Sacerdotisa

    en esos momentos, y era consciente de ello, pero tambin de que aquella mujer no cedera a presionescon tanta facilidad. Es ms, su cargo sera cuestionado si no condenaba las armas de guerra impas.Quizs incluso la juzgasen por hereja. Ella perdera la vida y los Aivanek el recin conseguido podersobre la Institucin.

    Se mirase por donde se mirase, para uno y otro bando, en fin de la guerra era la salida ms lgica.Sin embargo, no se puede hablar de lgica con un corazn que arda en deseos de venganza.

    -Esto ha llegado demasiado lejos. El rey propone un fin del conflicto, deberamos aceptar. Nopiden nada a cambio.

    -Qu van a pedir, si los Someti ya han entregado el maldito bosque? Han ganado. Y saben queperdern esta batalla si la inician el primognito de los Aivanek tom un sorbo de vino-. Lesvenceramos. Pero esa victoria nos servira de bien poco. Nos deben la vida de la reina, que an no haquedado claro el asunto, pero la ta tendr que perdonarme, no voy a seguir con la guerra slo por sumemoria. Las dems casas se desbandarn y se nos pondrn en contra. Necesitamos el comercio.Esperaba que su majestad obtuviera menos apoyos, pero a la vista est que si ganamos entraremos enun conflicto grave entre familias, pocas de las cuales nos apoyarn.

    -Iniciamos esta guerra por Ala repuso Renio framente-. Y la concluir aunque tenga que anegarel maldito reino en sangre.

  • 7/29/2019 El Origen de La Sangre Maldita15

    4/5

    El origen de la sangre maldita La Marca del Guerrero

    4

    -Nuestra sangre es la que terminar derramndose, hermano. Hemos dejado en claro que no sejuega con los Aivanek. El rey lo acepta y baja la testa. Bien a gusto le descabezara, pero seracontraproducente en estas circunstancias.

    -Poco me importa lo que opines respondi Renio speramente.

    -Y lo que opine yo, hijo? pregunt entonces el seor de los Aivanek. Dado que su hijo menor norespondi, orden al primognito que se marchara para que pudieran hablar a solas-. Esto ha determinar en algn momento, Renio. Has matado al muchacho de los Ustpede, has hecho huir derrotadoal seor de los Salvino, has exterminado a ms de la mitad de las fuerzas del Sur, has protegido a losSometi y has plantado cara al rey. Qu ms necesitas para saciar tu venganza?

    -La corona, padre. O ms exactamente la cabeza que hay bajo ella contest Renio.

    El seor de los Aivanek suspir y sac una daga antigua de entre su ropa.

    -Este arma perteneci a mi padre, y a su padre antes que l, y a tu tatarabuelo. Fue perdida y

    recuperada. Volv a forjar su hoja y a lustrar su empuadura. Esta daga conoci la guerra por la corona.S, es cierto, as de antigua es. Ya entonces estaba forjada. Como digo, conoci la derrota en la guerra porla corona, y conoci luego muchas otras, y tambin conoci victorias, venganzas y traiciones. Siempreestuvo con nosotros, en los peores y en los mejores tiempos. As debemos ser todos, parte de estafamilia, para servir a la familia, incluso cuando servir es amargo.

    -An no es momento de poner fin a mi venganza.

    -Las venganzas, Renio, no conocen fin. Si no se lo confieres, nunca lo alcanzar. Te lo ruego, hijo,recapacita. No podemos seguir combatiendo. Hundiremos a la familia.

    -No me importa! restall el joven. Luego, ante el rostro compungido de su padre, se dio cuentade lo que haba dicho y sinti el corazn llagado y un nudo en la garganta-. Es tanto el dolor, padre, estanto el odio Creo que ests en lo cierto. No habr final para mi venganza. No habr final hasta quemuera. Y, padre, deseo morir y volver con ella, si es que los dioses me reservan alguna piedad.

    Su padre asinti, se levant y le abraz con fuerza. Y entonces, el seor de los Aivanek clav ladaga en el costado de su bienamado hijo, por l y por la familia. La clav en lugar exacto, para que suagona fuera breve, y sostuvo su cuerpo entre las manos hasta que qued flccido e inerte. Muri ensilencio. En el suelo le dej con delicadeza y se permiti un instante para llorar su perdida. Las lgrimasdel padre se mezclaron con la sangre de su hijo, que l mismo haba derramado, y luego envolvi su

    cuerpo con un estandarte de los Aivanek, con el guila carmes sobre su pecho.Por ltimo, se dirigi a la mesa y tom la botella de cristal que haba comprado a los Someti haca

    mucho tiempo. La mezcl con el vino y aun as le supo amargo. Pero bebi.

    Cuando el joven seor de los Aivanek, heredero del ttulo, volvi a entrar en el pabelln,preocupado por la tardanza, con un par de guardias a su espalda, contempl en el interior de la tienda lapareja de cadveres. Uno en el suelo, manando sangre y con el rostro blanco. El otro con la cabeza sobrela improvisada mesa, como dormido, sin estarlo.

    Su hermano y su padre.

  • 7/29/2019 El Origen de La Sangre Maldita15

    5/5

    El origen de la sangre maldita La Marca del Guerrero

    5

    -Seor? pregunt uno de los guardias dubitativo y horrorizado.

    -Que un mensajero sea enviado a los Amoyda. Aceptamos la finalizacin de la guerra contest elahora seor de los Aivanek sin despegar los ojos de su padre.

    Sus vasallos se inclinaron y salieron apurados del lugar. La guerra haba acabado, no con una gran

    batalla, pero la mayora de las guerras no acaban as. El exterminio o un acuerdo de paz suele ser laforma. Esta vez, sera paz. As lo haba decidido. Porque ahora era el seor de los Aivanek, el seor deuna familia temida y respetada en todo el reino, y que bajo su mando an lo sera en mayor medida.

    El nuevo seor de la familia Aivanek pase su mirada por los rostros muertos de su familia ysonri.