Empresas de Produccion Social (Electiva)

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EMPRESAS DE PRODUCCION SOCIAL (EPS)

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todo sobre la empresas EPS

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EMPRESAS DE PRODUCCION SOCIAL

(EPS)

EMPRESAS DE PRODUCCION SOCIAL

Las empresas de producción social (EPS): Son entidades integrales, ellas pueden ser empresas de carácter mercantil, civil o cooperativas pero con la misión de establecer nuevas formas de producción social y eficientes con una distribución de sus excedentes o beneficios en base a principios de justicia, equidad y reciprocidad hacia toda la comunidad que participa y el uso de técnicas y tecnología; y tienen como objetivo fundamental generar bienes y servicios que satisfagan las necesidades básicas y esenciales de las comunidades y su entorno (alimentación, vestimenta, vivienda, educación y salud) a través del trabajo digno de hombres y mujeres).

Estas representan uno de los mayores y más poderosos instrumentos para la superación de la economía rentista, capitalista y dependiente por la nueva economía del socialismo del siglo XXI, el cual tiene como propósito: el Estado pretende instaurar un esquema socialista para lo cual la constitución de nuevas formas de propiedad resulta fundamental.

"Las Empresas de producción social, son entidades integrales cuya misión se fundamenta en la formulación e implementación de nuevas formas de producción social eficientes, acompañadas de procesos de distribución de beneficios con justicia, equidad y reciprocidad entre toda la comunidad participante; a través de la utilización de técnicas propias y tecnología de vanguardia, en el contexto del socialismo bolivariano".

Por tanto que las EPS, son entidades económicas dedicadas a la producción de bienes o servicios en las cuales el trabajo tiene significado propio, no alienado y auténtico; no existe discriminación social en el trabajo y de ningún tipo de trabajo, no existen privilegios en el trabajo asociados a la posición jerárquica, existe igualdad sustantiva entre sus integrantes, basadas en una planificación participativa y protagónica, y pueden funcionar bajo régimen de propiedad estatal, propiedad colectiva o la combinación de ambas" Las Empresas de Producción Social (EPS) asumirán por tanto compromisos que generen beneficios en las comunidades en que se desenvuelven.

Así entonces; en el contexto de la construcción de un nuevo modelo productivo rumbo a la construcción de un nuevo sistema económico en el marco del socialismo bolivariano, hoy en construcción; las empresas de producción social tienen las siguientes finalidades; constituyéndose estas en la célula fundamental del nuevo modelo:

Fortalecer la economía popular y alternativa como medio para optimizar la distribución del ingreso y la riqueza e incrementar la calidad de vida del pueblo bajo principios de justicia y equidad.

Producir bienes y servicios que satisfagan necesidades básicas y esenciales, mediante la participación comunitaria.

Generar beneficios colectivos, mediante mecanismos de propiedad comunitaria, gestionados y controlados democráticamente.

En esta misma dirección saltan a la vista entonces los principales rasgos característicos de este tipo de empresas de producción social; los cuales son a saber los siguientes:

La Propiedad es Colectiva, ya que el control de los medios de producción no es ni privado ni estatal; son de la comunidad o del colectivo de los trabajadores.

Su Objetivo es Generar puestos de trabajo estables,

La producción está fundamentada en la solidaridad, la cooperación, la complementariedad, reciprocidad y sustentabilidad de sus miembros, construyendo así las nuevas relaciones sociales de producción.

El trabajador tiene un compromiso social y procura su desarrollo integral, La producción se destina a satisfacer las necesidades básicas y esenciales de la colectividad, Desarrollan las cadenas productivas, incorporando valor agregado nacional (REDES

PRODUCTIVAS), Reinvierten sus excedentes en la producción social, su finalidad no es la generación de

lucro, Mantienen precios de ventas solidarios en sus productos y servicios, Impulsan la desconcentración territorial, Operan en forma armónica con el medio ambiente, La remuneración de los trabajadores se realiza bajo el criterio del aporte de trabajo que cada

quien realice.

Tipos de EPS

En cuanto a su tipología, puede variar de acuerdo con al menos tres aspectos diferenciados. Las E.P.S. adquieren una tipología determinada según el objeto, su tamaño y la naturaleza del capital.

- Según su objeto: EPS de Producción; EPS de Servicio y EPS de Comercialización.

- Según su tamaño: Unidades de producción comunitaria, Unidades de servicio comunitarios o Unidades de Comercialización comunitario.

- Según la naturaleza del Capital: EPS de Capital Estatal, EPS de Capital Privado, EPS de Capital Mixto y EPS de Capital Comunitario.

Tipos de EPS según la naturaleza de su capital:

Ley de EPS y otras tareas normativas

Como de costumbre, aunque no sea la norma, la Ley de EPS también irá detrás de la realidad inmanente a las prácticas y experiencias acumuladas. Bajo el manto participativo y protagónico de la Constitución bolivariana y las usanzas de la Asamblea Nacional, la Ley deberá ser desarrollada a la luz de las vivencias sistematizadas, y en virtud a los aportes que las propias comunidades y los

integrantes de las EPS ofrezcan. A partir de la Ley marco, se deberán ir adaptando las ordenanzas municipales para regular temas sensibles según el lugar donde se traten, por ejemplo, la vinculación con los Consejos Comunales, los Consejos Locales de Planificación Pública, etc.

Una nueva figura jurídica para las EPS

En el Estado socialista del siglo XXI, tal como lo hemos mencionado, pueden existir empresas privadas con sus distintivas figuras jurídicas, a saber, las Compañías y/o Sociedades Anónimas (C.A. o S.A.). A la fecha en que estas notas son elaboradas, no se sabe a ciencia cierta cuál debe ser la denominación jurídica de las EPS. En este debate, se distinguen dos posibles cursos de acción:

a) Una apuesta por denominar a las EPS como C.A. o S.A. Esto es, las EPS preservan las mismas prerrogativas que las empresas privadas del capitalismo.

b) Otra, acuñada por los autores, propone la constitución de una nueva figura jurídica: las EPS. Esta nueva figura acarrearía enmiendas si no modificaciones radicales en el Código de Comercio y otras leyes vigentes. Precisamente, la redacción y adopción de una nueva base legal y la gestación de nuevas instituciones, encarnan el proceso constituyente que se ha puesto en marcha en la Venezuela bolivariana desde la aprobación del proyecto de Constitución Nacional en el año 1999.

Ente nacional para EPS

Gobernar es una responsabilidad compartida entre quienes asumen el control del Estado. Parte de la eficiencia en la gestión gubernamental se consagra en la efectiva coordinación que sus distintas instituciones realicen. Así mismo, el circuito de la eficiencia se ve complementado con la mística y la conciencia de los funcionarios estatales aunada a la participación popular de los ciudadanos y ciudadanas en los asuntos públicos por órgano de la contraloría social. Para determinados casos, el gobierno revolucionario se parece a un archipiélago de islas inconexas que realiza poca articulación y sinergia entre sus entes y organismos. La promoción de EPS le atañe en un alto grado al ejecutivo nacional y a las comunidades organizadas, en menor al sector público.

Por lo tanto, pareciera sensato pensar en la constitución de una instancia mixta (gobierno, comunidad, sectores empresariales) que entre otras atribuciones, vele por la debida atención a las EPS; asesore, acompañe, eduque y preste asistencia técnica; desate trabas y nudos; haga seguimiento a las experiencias que vayan surgiendo, divulgue logros y avances, etc. A juicio de los autores, este «Ente Nacional para EPS» por su denominación genérica debiera estar regido por el Ejecutivo.

Decía Hegel que sólo el esclavo es quien realmente conoce lo que es una manzana. Es el esclavo quien siembra la semilla, la recubre de tierra, la riega, cultiva, habla al árbol y al final la recolecta. Es quien la transporta, la limpia y prepara para llevarla a la mesa en donde el Señor, ignorante de tanto esfuerzo, lo único que hace es comérsela. Está al margen del proceso, pero obtiene todo el beneficio. Por eso, dirá luego Marx, es el esclavo (el oprimido) el que porta el movimiento de la historia, pues es él quien se pregunta: ¿por qué si todo lo que está ante mi vista ha sido hecho por nosotros, nada nos pertenece? En esa novela esencial para la emoción revolucionaria que es Espartaco, del escritor norteamericano Howard Fast, un decadente senador romano se pregunta cómo es posible que, incluso una vez derrotado, el líder de los esclavos siga dominando las mentes y los corazones de los vencedores y de los vencidos:

«Y aquella gente, reunida para pasar una noche en Villa Salaria, estaba obsesionada con Espartaco porque Espartaco era todo lo que ellos no eran. Cicerón podría no comprender nunca de dónde provenía la virtud de aquel misterioso esclavo, pero él, Graco, él lo comprendía. El hogar y la familia y la virtud y todo cuanto era digno, lo defendían los esclavos y lo tenían los esclavos, no porque ellos fueran buenos y nobles, sino porque sus amos les habían cedido todo cuanto hubiera de sagrado»

La contradicción entre opresores y oprimidos entrega a los dominados una conciencia especial. La historia se mueve porque la hacen seres humanos que piensan y sienten. No basta con despojar a los trabajadores del fruto de su trabajo si no se les despoja también de su determinación de ser, de su deseo de ser igual a los que tienen más capacidad de elegir. Cuando los despojados construyen la conciencia de la injusticia (cuando elaboran el dolor y lo convierten en saber), transforman su deseo en acción colectiva y, si reúnen las fuerzas suficientes, llevan ese impulso hacia el cambio social. Siempre fueron los necesitados los que empujaron a la historia para salir de su necesidad.

Hoy, tras casi tres décadas de neoliberalismo, esa inteligencia colectiva de los trabajadores ha sufrido duros golpes. La conciencia de los dominados se muestra más oculta que nunca en cualquier otro momento de la historia. Como ya adelantara el genial cineasta Pier Paolo Pasolini, el consumismo ha sentado las bases para una forma perversa de fascismo, un fascismo social que se ha metido en los tuétanos de la ciudadanía y con frecuencia le impide salir de ese círculo vicioso alimentado por el dinero y cuyo único objetivo es una insaciable acumulación de fetiches.

Su conceptualización como economía solidaria la convierte en una respuesta estructural que puede atreverse a desbordar el sistema capitalista. El reto no es pequeño, pero la necesidad no es menor. Recordemos una vez más las palabras de Jesús Ibáñez, para quien «cuando algo es necesario e imposible, hay que buscar nuevas dimensiones». Nuevas dimensiones como las que prometen abrir las Empresas de Producción Social rumbo al socialismo del siglo XXI. El debate está abierto. Sólo los pueblos tienen las respuestas porque son los depositarios de las convicciones. Y como decía Bertold Brecht, los pueblos que tienen convicciones tienen esperanza

La economía social y popular procura rescatar los valores y prácticas locales, comunitarias, con sus procesos y valores solidarios, cooperativos y humanistas, en donde las aportaciones personales y de trabajo están por encima de la posesión de capital. Implica promover la liberación del hombre de la esclavitud de la producción para el mercado, siendo una estrategia articuladora de las propuestas emancipatorias nacionales y las concepciones revolucionarias.

El interés en este desarrollo de la economía está centrado en cómo las mayorías alcanzan niveles superiores de desarrollo autodeterminado que conlleven a una auténtica calidad de vida. En esta sección, hemos querido resaltar los rasgos sustantivos del enfoque económico que desde las propias entrañas de la población ha ido emergiendo, como nuevo referente del proceso bolivariano rumbo al socialismo del siglo XXI. Las características de la economía social y popular están basadas en un elemento participativo que, al asentarse sobre la igualdad de los que participan en el trabajo, traslada la democracia al terreno económico. Sus rasgos principales, cumplidos de manera desigual según las condiciones, tiempos, lugares, historia, etc., serían las siguientes: El trabajo es asociado y no meramente asalariado (autogestión).

La propiedad de los medios de producción es colectiva -salvo los � recursos estratégicos que son administrados por el Estado- y está ligada al puesto de trabajo (con el cese de la actividad, se cesa la pertenencia a la empresa, si bien se tienen los plenos derechos laborales adquiridos).

El reparto de excedente es decidido entre sus miembros, puede ser igualitario o en todo caso, puede� el colectivo decidir dar más a tal o cual (Cooperativismo, cogestión).

Promueve formas de apoyo solidario entre los miembros, el entorno comunitario y de otras� comunidades.

Sustituye el interés particular por el social o bien «sustituir la irracionalidad individualista del� capital por la racionalidad social» como lo plantea Michael Lebowitz.

Sustituye los principios mercantiles de representación de la voluntad societaria por democracia� directa y participativa.

Garantiza la autonomía de gestión.�

Los procesos de decisión son democráticos.�

Primacía de las personas y del trabajo sobre el capital en el reparto de los beneficios.�

Promueve un desarrollo fundado en la localidad como totalidad, como expresión y punto de partida� de la totalidad.

Actividades económicas ejercidas por � sociedades, principalmente cooperativas, mutualidades y asociaciones.

Tiene una concepción integral del ser humano, y lo entiende en una necesaria relación armónica� con los demás seres humanos y con su entorno.

La «economía popular» o «economía social» esta inserta en estos principios, los cuales buscan romper con los paradigmas de la exclusión que fueron consustanciales a la IV República y, de manera más amplia, de la economía de mercado o economía capitalista. En este sentido, y con el fin de abrir los caminos para la participación efectiva del pueblo en el desarrollo nacional, el artículo 70 de la Constitución expresa que las formas de participación económica que tiene el pueblo son «la� autogestión, la cogestión, las cooperativas en todas sus formas () y demás formas asociativas� guiadas por los valores de la mutua cooperación y la solidaridad».

Estos caminos legales abiertos por la Constitución para la participación económica del pueblo, se convierten en el principio de una cadena constitucional que busca el establecimiento de una economía de rasgos sociales y no individuales (aun garantizándose la propiedad privada de manera clara). Por ejemplo, en el artículo 87 se afirma el derecho al trabajo, procurándose adoptar todas las medidas correspondientes para que el pueblo tenga acceso a un trabajo que le permita vivir con dignidad. De esta forma, el apoyo y protección a la cogestión, la autogestión y las cooperativas, se convierte en una medida tendiente a garantizar que cada ciudadano trabaje y por ende pueda vivir con dignidad. Ahora bien, el mundo sigue montado sobre la ola globalizadora de carácter neoliberal que atenta directamente contra cualquier proyecto, promoviendo:

1) La participación en los procesos económicos, estimulando las expresiones de la economía social, tales como cooperativas, cajas de ahorros, mutuales y otras formas asociativas.

2) La participación de los trabajadores o trabajadoras y comunidades en la gestión de las empresas públicas mediante mecanismos autogestionarios y cogestionarios.

3) La creación de organizaciones, cooperativas y empresas comunales de servicios, como fuentes generadoras de empleo y bienestar social, propendiendo a su permanencia mediante el diseño de políticas en las cuales aquéllas tengan participación.

¿Qué son las comunas?

Entendidas como entidades político administrativas descentralizadas donde se aglutinan las "células de autogobierno local" llamadas consejos comunales. Así mismo, un conjunto de comunas vecinas pueden constituirse en una ciudad comunal capaz de formular, ejecutar y autogestionar proyectos de infraestructura, programas sociales, servicios básicos y actividades productivas en correspondencia con el presupuesto transferido por las instituciones del Estado, gobernaciones y alcaldías, incluyendo los recursos propios que generen las empresas de producción social bajo su jurisdicción.

En consecuencia, esta última organización "territorial humana" autogestionada, sería la piedra angular para el desarrollo integral de la Venezuela del siglo XXI. Sin duda, habrá variantes culturales, económicas y sociales dependiendo del medio ambiente donde se encuentren las comunas pero lo importante es lograr superar la herencia capitalista de nuestros centros urbanos con servicios públicos colapsados y rodeados por cinturones de miseria.

Ley de las comunas para la consolidación del poder popular

La Asamblea Nacional (AN) aprobó en primera discusión el Proyecto de Ley Orgánica de las Comunas, la cual consolidará el Poder Popular en el país, al reconocer la capacidad o fuerza social y colectiva organizada que tiene el pueblo soberano como máxima autoridad.

"En la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (CRBV) se inicia un proceso de cambio político, que abarca todos los ámbitos estructurales para la transformación del país desde un capitalismo dependiente hacia un socialismo de contenidos socioeconómicos y geopolíticos innovadores". Tal como lo señala la exposición de motivos de la Ley de las Comunas.

Para contribuir con la refundación del Estado, la Ley de las Comunas tiene entre sus directrices fundamentales cuatro principios, como son: a) el desarrollo sustentable, b) el desarrollo endógeno, c) la diversificación de la economía, y d) la participación ciudadana. Esta última, enfocada como un derecho y un deber que, además de profundizar la democracia, permita la interacción entre el Estado y la sociedad, a través del Poder Popular, para desarrollar el principio de responsabilidad como derecho ciudadano.

Para el desarrollo de estas directrices se requiere de una nueva institucionalidad (la Comuna), basada en la construcción de un espacio geográfico socialista, una territorialidad reconocida por la apropiación y el asentamiento mismo de su población y en lugares que generen sentimientos de pertenencia e identidad geográfica pero que, además, expresen el contenido político del modelo socioeconómico legitimado por el Estado.

La Ley está basada en tres grandes premisas constitucionales: la primera, contenida en el artículo 173 de la Carta Magna: "la creación de entidades locales dentro del territorio municipal; la segunda,� inherente al modelo democrático participativo y protagónico que la transversaliza, y la tercera, referida en el artículo 158 en cuanto a que "La descentralización, como política nacional, debe profundizar la democracia, acercando el poder a la población y creando las mejores condiciones, tanto para el ejercicio de la democracia como para la prestación eficaz y eficiente de los cometidos estatales".

En la estructura y contenido de la Ley, conformada por 10 títulos, 67 artículos y 5 disposiciones, encontramos que se establece un espacio socialista, definido por la integración de comunidades vecinas con una memoria histórica compartida, rasgos culturales, usos y costumbres, reconocidos en el territorio que ocupan y en las actividades productivas que le sirven de sustento, y sobre el cual ejercen los principios de soberanía y participación protagónica como expresión del Poder Popular.

La Comuna, en su estructura, cuenta con una organización institucional, cuya acción se define en tres grandes áreas: planificación, coordinación y del gobierno en la comuna. Igualmente, la Comuna contará con un plan rector para la acción y con propósitos claramente definidos a través de La Carta Comunal, de la cual surge el Plan Político Estratégico Comunal.

Dentro de las figuras organizativas destaca el Banco de la Comuna, que tiene como objetivo garantizar la gestión y administración de los recursos financieros y no financieros que le sean asignados, así como los generados o captados mediante sus operaciones, promoviendo la participación protagónica del pueblo en la construcción del Modelo Económico Socialista.

El instrumento jurídico establece la actividad planificadora de la Comuna a través del Plan Comunal de Desarrollo, en el cual se establecerán los proyectos, objetivos, metas, acciones y recursos dirigidos a darle concreción a los lineamientos plasmados en el Plan de Desarrollo Económico y Social de la Nación, el Plan Regional de Desarrollo y los lineamientos del Consejo Federal de Gobierno.

Con la promulgación de Ley de las Comunas se pretende abrir las compuertas para la construcción de un espacio geográfico socialista, con modalidades diferentes de gestión de políticas públicas, y tendrán expresión directa los actores sociales organizados y cohesionados en torno a unidades territoriales equivalentes a sus competencias, y a jurisdicciones inherentes a una territorialidad reconocida por la apropiación y el asentamiento mismo de la población, legitimado por el Estado, respondiendo a los principios para la construcción del Socialismo del siglo XXI.

Político:

Este término es atribuido de la doctrina o actividad política o relativo a ellas: hizo un discurso político. Se dice de la persona que interviene en la política de un Estado, comunidad, región, etc. También s.: la mayoría de la gente no cree a los políticos.

Hábil para tratar a la gente o dirigir un asunto: hay que ser muy político para llevar a cabo este proyecto sin ofender a ninguno de los afectados.

Aplicado a un nombre de parentesco por consanguinidad, denota el correspondiente por afinidad: padre político (suegro); hermano político (cuñado); hijo político (yerno); hija política (nuera).

Arte, doctrina u opinión referente al gobierno de los Estados, comunidades, regiones, etc.: me interesa la política porque me gusta estar informado de cómo se dirige el país.

Actividad de las personas que gobiernan o aspiran a regir los asuntos públicos: se ha metido en política.

Técnica y métodos con que se conduce un asunto: el jefe ha adoptado una política de mano dura.

Habilidad para tratar con la gente o dirigir un asunto: habrá que conducir este asunto con mucha política.

Orientación, directriz: la política de una empresa.

El mundo de hoy apunta hacia formas de emprendimiento con un sentido cooperativo, participativo y social, como alternativas válidas para a un verdadero desarrollo sostenible en los diferentes países. En ese contexto, se destacan las llamadas organizaciones de la Economía Social, y concretamente las Empresas de Producción Social (EPS) orientadas hacia una práctica económica que se diferencia de la clásica estructura empresarial de corte capitalista. En lo que se refiere a los procesos gerenciales en estas empresas, se propugna el desarrollo de talentos en esta área con las aptitudes y actitudes para el ejercicio de una gerencia donde el ser humano como el centro de producción, lo cual exige, por un lado, el desarrollo intelectual de los trabajadores y, por el otro, su capacidad autogestionaria para dirigir la actividad productiva. En este estudio se plantean una serie de líneas generales para la formación de los talentos gerenciales en las EPS, considerando tanto la formación profesional como la socio-política como ejes fundamentales para el desarrollo de un nuevo perfil gerencial en una nueva forma empresarial en el marco de un nuevo modelo económico.

Las transformaciones producidas en la sociedad y la economía del mundo de hoy plantean la necesidad de desarrollar y llevar a la práctica nuevos estilos en cuanto a los procesos de producción, donde el talento humano esté llamado a constituir el eje central de dichos procesos, así como objetivo central hacia el cual deben estar dirigidas las estrategias, tareas e inversiones en general que se llevan a cabo en el marco de los aparatos productivos de cada país.             En este ambiente de cambios inevitables que se suscitan en la actualidad, a pesar de las resistencias de los ejes de poder instalados en los países industrializados, se hace presente también una novedosa concepción de lo que debe ser el emprendimiento, donde se incorpora el componente social y humano como unos de sus elementos fundamentales. Dicha concepción se hace presente a través de las llamadas empresas de la Economía Social.  Las transformaciones que se vienen produciendo en Venezuela en los últimos diez años obligan, no sólo a una apertura ante este nuevo estilo de concebir la economía en términos sociales, sino también a promoverlas y favorecer las condiciones para que las mismas se desarrollen y consoliden en los términos establecidos en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, en lo que se refiere a la formación de diferentes formas de asociación de carácter social y participativo para el ejercicio de las diferentes formas de actividad económica. En el desarrollo de este artículo se plantean una serie de lineamientos generales a considerar para la formación de los talentos gerenciales para la  gestión integral en las Empresas de Producción Social (EPS), desde una visión no instrumental de la persona, sino

como individuo con capacidad creativa, reflexiva, para la toma de decisiones y con alto sentido social, de la manera que participe activamente no solamente en el mejoramiento de su organización, sino también de su entorno social. Es importante señalar que la ejecución de este trabajo constituye una oportunidad para proponer enfoques alternativos con relación a la formación de un estilo de gestión de los recursos humanos que asuma la formación, cultura, actitudes y aptitudes de las personas como ejes fundamentales para el desarrollo de los procesos de producción en el marco de un estilo de organización económica de corte no capitalista en  una realidad social y económica  en proceso de cambio e inestabilidades, con el propósito de capitalizar las fortalezas del contexto de cada organización, superar sus debilidades; y aprovechar las oportunidades del entorno, para poder enfrentar y vencer sus amenazas. 

2. LA ECONOMÍA SOCIAL: ASPECTOS TEÓRICO-CONCEPTUALES Y MODALIDADES

2.1 Aspectos teórico-conceptuales relacionados con la Economía Social

A los efectos de llevar a cabo el proceso mediante el cual se puede realizar el análisis y desglose de lo que representa la Economía Social, se asume el planteamiento que realiza Chaves (2000) cuando afirma que este enfoque se hace presente en tres planos cognitivos fundamentales, que se alzan como una forma alternativa de  construir economía. Estos planos, de acuerdo con el autor referido, son: De una realidad social,  de una disciplina científica que estudia la anterior realidad y el de un enfoque metodológico en las ciencias sociales: En cuanto realidad social, porque designa un campo de la realidad diferente al de la economía dominante, la pública y la privada capitalista; en cuanto disciplina científica porque su objeto de estudio difiere del que ha sido hegemónico en la ciencia económica, de nuevo, los mencionados sectores público y capitalista; y en cuanto enfoque metodológico, porque desde la infancia de la ciencia económica, a principios del XIX, se ha erigido como un enfoque alternativo al de la economía política -derivada en economía positiva-. En los tres sentidos se halla impregnada de un cariz ‘más humano y social’ que la economía dominante u ortodoxa (Chaves, 2000:115).

            En los tres planos antes señalados, la Economía Social representa una forma alternativa  a los modos de la economía pública y capitalista. Ello significa que se coloca en el espacio de una opción que escapa a los parámetros de la economía tradicional capitalista privada, pero sin entrar en los estilos de gestión relacionados con lo que se denominaría un “Capitalismo de Estado”.             Igualmente, se constituye en la base fundamental para la  construcción de toda forma de empresa distinta a la empresa privada estatal, se está trabajando con una serie de presupuestos y parámetros no tradicionales, donde se destaca y enfatiza la participación social como eje central de su desarrollo y la generación de beneficios y soluciones directamente dirigidos a los sectores sociales más requeridos de atención.             Este planteamiento es confirmado y ampliado por el Confederación Española de Economía Social (CEPES) al destacar los elementos presentes en este enfoque:

La economía social se definirá como aquella actividad económica que tenga como objeto trabajar para sus miembros y usuarios así como para la sociedad, a fin de satisfacer necesidades precisas de interés colectivo.

La persona se sitúa por encima del capital, valorando a éste como instrumento y no como fin. El lema de “una persona un voto” lo distingue de las sociedades en las que las aportaciones de capital determinan la capacidad de decisión u obtención de beneficios.

La solidaridad es el motor de la economía social, pues lo colectivo está en la base de toda iniciativa en este tipo de empresas.

Es una concepción de la empresa en sentido amplio, referido a la gestión de recursos disponibles para la eficaz consecución de los objetivos sociales.

Subyace en todo ello un eje económico y colectivo que tiende a concebir este tipo de actividad en valores de riqueza colectiva (no de enriquecimientos individuales), construcción social, desarrollo y aportación personal al proceso de la actividad (no de la simple estructuración en grupos que deciden y grupos que ejecutan) (citado por Bruna Quintas, 2007:5).

Respecto a los elementos antes señalados, se puede afirmar que la consecución en la práctica de las opciones relacionadas con el enfoque de la Economía Social exigiría la constitución de estructuras intermedias formada por grupos independientes y asociaciones voluntarias, donde se descarte toda forma de organización con orientación político-partidista o con mediatización de las instancias que representan el Estado. Igualmente, sus propósitos fundamentales deben partir de una orientación que vaya más allá únicamente de la obtención de beneficios de tipo financiero. Esas estructuras se hacen manifiestas a través de modalidades de organización, cuya caracterización es realizadas por Chaves (2000:121) en los siguientes términos:

En su práctica, desarrollan una actividad económica productora de bienes y/o servicios cuya lógica de funcionamiento organizativa, a nivel microeconómico, choca con las de los otros dos modos a los que nos tiene acostumbrados la literatura económica dominante, a saber, el modo capitalista (incorrectamente denominado privado, pues aquellas organizaciones también son privadas) y el modo público, y cuyos efectos, a nivel macroeconómico, a pesar de su acusada heterogeneidad interna, justifican concebirlas, como un tercer sector institucional, junto al sector público y al sector capitalista, en las modernas economías mixtas de mercado.

Los aspectos señalados permiten afirmar que el enfoque la Economía Social representa una propuesta alternativa desde la cual se propugna la integración de diferentes actores, desde la perspectiva de una identidad social que les permite converger a la consecución de objetivos comunes relacionados con el mejoramiento continuo y permanente de los diferentes grupos sociales, partiendo de una visión auto y cogestionaría donde se enfatiza el fortalecimiento de la dignidad humana a través de una cultura enteramente sustentada en el trabajo. Con base a lo anterior, en el enfoque de la Economía Social se le da primordial y determinante importancia a la toma de decisiones de carácter político basadas en los valores y normas que prevalecen en la comunidad, de tal manera que se logre el mayor fortalecimiento y pertinencia a las consideraciones éticas y de carácter medioambientales que deben estar presentes en esas decisiones.

Los valores presentes en la Economía Social responden a las creencias y actitudes que se expresan en el colectivo. Entre esos valores, De Cárdenas (s/f) destaca los referentes a libertad, igualdad, solidaridad, equidad, transparencia y la cohesión social, como componentes éticos fundamentales en la conducción de las organizaciones basadas en este enfoque.  Con relación a la libertad, el autor referido enfatiza la condición de apertura de la organización de emprendimiento social para la adhesión voluntaria de sus integrantes, con disposición a aceptar las responsabilidades de ser socio, sin discriminación social, política, religiosa, racial o de sexo.La igualdad remite a la ausencia de todo tipo de discriminación, particularmente de tipo racial, religioso o social, lo que va a incidir en la gestión democrática de los socios y en la conducción participativa de cada entidad de la economía social. La solidaridad promueve la ayuda mutua y la colaboración entre sus miembros a fin de lograr los propósitos y metas que fije la respectiva entidad de economía social.La equidad se aplica principalmente en el ámbito económico para la distribución de los resultados obtenidos; la transparencia sustenta la honestidad de los miembros de la organización en todos los actos sociales o económicos que esta lleve a cabo y cohesión social le da primacía al interés del grupo y al de las personas como seres individuales. Para el alcance de los objetivos, orientaciones y propósitos presentes en la Economía Social, es de fundamental importancia la formación, desarrollo y consolidación de diversas formas organizativas, que trasciendan los esquemas típicos y tradicionales de las empresas capitalistas y las formas propuestas en las formas de emprendimiento propias de las organizaciones del sector público.  La existencia de estas formas de organización y emprendimiento, la promoción de innovaciones en ellas, así como el desarrollo de nuevas modalidades, vienen a ser expresiones a través de las cuales se hace posible evidenciar la pertinencia, vigencia y necesidad del enfoque de la Economía Social como una propuesta necesaria para los cambios que en lo social y económico se hacen presentes en la realidad local, regional, nacional e internacional.

2.2 Modalidades de la Economía Social. Tal como se ha señalado, la reafirmación de la tesis y propuesta de la Economía Social se encuentra presente en las diferentes formas de emprendimiento y accionar que se proponen llevar a la práctica las orientaciones y elementos presentes en este enfoque. A ese respecto, se han hecho manifiestas diferentes alternativas en las cuales se verifican las posibilidades y oportunidades de este enfoque como respuesta a la dinámica de cambios que se produce en la actualidad. Bruna Quintas (2007:14), basado en lo señalado por el CEPES, establece como modalidades de la Economía Social, las mutualidades, fundaciones, centros especiales de empleo, empresas de inserción, cooperativas y sociedades laborales. Cada una de estas modalidades presenta características propias y distintivas, pero convergen en cuanto a los principios y valores que prevalecen en ellas y determinan su forma de desenvolverse. Las mutualidades las define Bruna Quintas (2007:15) como “sociedades de personas sin ánimos de lucro, de estructura y gestión democrática, que ejercen una actividad aseguradora de carácter voluntario, complementaria del sistema de previsión de la Seguridad Social Pública”. Las fundaciones se refieren a “toda organización constituida sin fines de lucro que, por

voluntad de sus creadores, tiene afectado de modo duradero su patrimonio a la realización de bienes sin fines de lucro” (Bruna Quintas, 2007:15). Los centros especiales de empleo se ubican en el rango de empresas que “compatibilizan la viabilidad económica y su participación en el mercado con su compromiso social hacia colectivos con menos oportunidades en el mercado de trabajo (Bruna Quintas, 2007:16). Las empresas de inserción se refieren a “iniciativas empresariales que combinan la lógica empresarial con metodología de inserción laboral en la misma empresa, en una empresa ajena o en proyectos de autoempleo”  (Bruna Quintas, 2007:17). La cooperativa, como una de las modalidades de la Economía Social, representa una sociedad donde las personas se asocian “en régimen de libre adhesión y baja voluntaria para la realización de actividades empresariales encaminadas a satisfacer sus necesidades y aspiraciones económicas y sociales” (Bruna Quintas, 2007:17). Las sociedades laborales representan alternativas donde “la mayoría del capital social es propiedad de los trabajadores que prestan en ella servicios retribuidos en forma personal y directa, y cuya relación laboral lo sea por tiempo indefinido” (Bruna Quintas, 2007:21). Tal como se ha señalado cada una de estas entidades a través de las cuales se patentiza el enfoque de la Economía Social presentan características propias y específicas, que las diferencian unas de otras. No obstante, se pueden extraer de ellas elementos comunes en los cuales se hace presente su coincidencia en los planteamientos y parámetros fundamentales del enfoque referido. Entre esos elementos se pueden distinguir los siguientes:

Son organizaciones sin fines de lucro. Son entidades de estructura y gestión democrática. La pertenencia o no a ellas tiene carácter voluntario. Se sustenta financieramente en un capital social que es propiedad de sus integrantes

(miembros y/o trabajadores). Se plantean satisfacer necesidades y aspiraciones económicas y sociales. Combinan la lógica empresarial con la de la responsabilidad social de la

organización. Integran su viabilidad económica y su participación en el mercado con su

compromiso social

2.3 Las Empresas de Producción Social (EPS): Una modalidad dentro de la Economía Social en VenezuelaEn Venezuela, aparte de las alternativas antes expuestas se ha venido resaltando la opción de las llamadas empresas de producción social (EPS), propuesta desde la cual se propugna una orientación propia de la Economía Social donde  “el mercado ya no es considerado como el árbitro último de los valores económicos” (Chaves, 2000:131). En ese sentido, estas relaciones se orientan en función de lo social y le dan un énfasis mayor a los valores sociales como elementos fundamentales y constitutivos de dichas relaciones. Ello implica una mayor calificación al factor humano-social como elemento central en las relaciones de producción y en la configuración de los objetivos y metas que se persiguen a través de las EPS.Así mismo, el surgimiento de las EPS como alternativa de emprendimiento social, se produce en el marco de la situación  actual del modelo capitalista, que, tal como señala Mészáros (2001:1100) se expresa en “una profunda crisis que ya no podría ser negada ni siquiera por sus propios voceros y beneficiarios”. Esta crisis del modelo de producción, que

ha estado instaurado hegemónicamente en el mundo de hoy, conduce a la humanidad a su propia destrucción, constituyéndose las relaciones de producción vigentes presentes en él, en formas de alienación y de cosificación de la propia condición humana.Igualmente, El Troudi y Monedero (2005:27) afirman que el surgimiento de las EPS se produce en un momento de transformación al cual precisan de la siguiente forma:

Surgen en un momento de transición, donde la defensa de modelos cerrados pertenece al pasado, donde se sabe bien lo que no se quiere pero no se tiene la certidumbre de lo que se quiere. Por eso hay que ir definiéndolo paso a paso, despacio y, con demasiada frecuencia, a tientas. Por eso se reclama una absoluta determinación acompañada de una no menos absoluta mesura y prudencia.

            De acuerdo con lo señalado, el surgimiento de las EPS se da en el marco de un movimiento contradictorio, donde no hay una definición hacia donde se dirigen los pasos, ya que existe un marcado y justificado rechazo a los modelos del pasado, pero un desconocimiento de lo que realmente se quiere y se necesita como opción a lo que ya no tiene respuesta a las demandas de los diferentes sectores de la sociedad, sobre todo los menos favorecido en la distribución de la riqueza.             Esta contradicción viene a plantear que el análisis del surgimiento de las EPS solo se hace posible desde la dialéctica, es decir desde una lógica donde se asume la contradicción y la lucha de contrarios como elemento clave para comprender las transformaciones que se dan en el actual momento histórico. Al respecto El Troudi y Monedero (2005:27) señalan lo siguiente: Tras la crisis del neoliberalismo, la humanidad se debate entre dos escenarios variables y de contornos indefinidos: el del mundo que está pereciendo pero que deja su dilatada sombra sin terminar de extinguirse, y el esperado que, aunque anunciado en los dolores del parto, no termina de alumbrarse.

            Desde un enfoque dialéctico, se asume que el movimiento y desarrollo histórico se encuentra motorizado por la lucha de contrarios, que la evolución del sistema socioeconómico tiene explicación, en función de las  contradicciones internas del propio sistema, a partir de las cuales se logra generar una nueva estructura socioeconómica, cuyas características ya se encuentran en la estructura previa al cambio; es decir, el cambio estructural vendría determinado por las contradicciones del sistema, por lo que bastaría con identificar esas contradicciones para predecir el futuro del sistema (Hidalgo, 2000). El marco de contradicciones en el cual se produce el surgimiento de las EPS se encuentra presente en la realidad histórica actual y en ese marco estas empresas se proponen como una forma de organización empresarial, que trata de trascender al modelo de empresa capitalista, desde una iniciativa que, aun cuando puede apoyarse en el Estado, está dirigida a favorecer la participación auténtica y real de los sectores populares en los procesos de transformación y económica que están por venir.             La formulación de esta propuesta que se hace presente en un contexto histórico que El Troudi  y Monedero han calificado como de indefinición,  parte, a su vez, de las propias contradicciones que se encuentran presentes en el modelo de producción capitalista. Dichas contradicciones las resalta Mészáros (2001) en los conceptos de alternativa hegemónica del trabajo y el orden del control autoritario sin sujeto del capital. Para Capri, la orientación social de las EPS como eje de fundamentación y orientador de

sus procesos de producción y gestión, permite la construcción de un sistema de valores, entre los que se pueden distinguir: “La preservación de la vida humana, la libertad (personal), la democracia, el desarrollo de las fuerzas productivas coherente con  la  coevolución sociedad-medio ambiente y la igualdad de oportunidades” (Citado por Chaves, 2000:126). Este sistema de valores lleva inherente la premisa de satisfacer las demandas y necesidades sociales y mejorar la calidad de vida de toda la población y, en ese sentido, la conformación de las acciones dirigidas a movilizar las relaciones de producción en las EPS, no están centradas en la obtención de ganancias o beneficios financieros, sino a atender y solucionar las necesidades y requerimientos de los diferentes grupos sociales. El Troudi y Monedero (2005: 102) reafirman lo expuesto cuando manifiestan que “las EPS no buscan como motivo principal aumentar el capital inicialmente depositado en la empresa, sino realizar labores sociales útiles para cubrir necesidades reales de la comunidad, donde una de ellas, aunque no la única, es procurar empleo digno”. Este propósito evidencia una orientación hacia los valores sociales, lo que viene a indicar de estas formas de emprendimiento presentan un funcionamiento no regido por parámetros propios de las formas de emprendimiento ubicadas en el marco del capitalismo. Al respecto los autores ya referidos señalan que:  …..por el contrario, deben participar de la idea de comercio justo, es decir, de un intercambio donde existe el incentivo de un beneficio razonable, pero que nunca cae en la lógica capitalista de producción mercantilizada orientada por el máximo beneficio en el plazo más corto posible (El Troudi y Monedero, 2005:101).

Desde la perspectiva de una lógica dirigida a producir para satisfacer necesidades sociales y no para vender y acumular capital, las relaciones de intercambio que se generan en las EPS tienen un contenido altamente social con una basé ética que prevalece sobre la obtención de beneficios monetarios. En ese sentido, se constituyen en formas de organización económica que satisfacen necesidades sociales que han definido la propia sociedad y no las que imponen los medios de masa. Al prevalecer una forma de organización orientada hacia la exaltación de los valores sociales, desarrollando las acciones que conlleven a la satisfacción de las necesidades de los diferentes grupos y organizaciones sociales, el recurso humano que se desempeña en las EPS debe estar formado tanto desde el punto de vista de las habilidades y destrezas para optimizar su rendimiento laboral y la calidad de los productos y/o servicios que genera como en lo relativo a actitudes centradas en las relaciones humano-sociales como ejes claves para el desarrollo de sus competencias.  En virtud de las especiales y específicas características que se encuentran presentes en las diferentes formas de representación de la Economía Social, y en las EPS en especial, es de fundamental importancia la existencia de formas de gestión y conducción en virtud de los cuales se logre la reafirmación de los valores y principios fundamentales presentes en este enfoque. Respecto a lo señalado, a las diferentes formas y entidades de la Economía Social, entre ellas las EPS, se les plantea la necesidad de contar con formas de conducción que se relacionen directamente con el manejo de los procesos que conducen a la generación productos y servicios dirigidos a satisfacer las necesidades sociales y económicas de los diferentes grupos y colectivos y a garantizar el mejoramiento sostenido de su calidad. Ello

implica el desarrollo de cuadros gerenciales que respondan de manera eficiente a estas exigencias.

2. LA GERENCIA EN EL MARCO DE LAS ENTIDADES DE LA ECONOMÍA SOCIAL

2.1 Nociones generales sobre la gerencia en el marco de las entidades de propósitos sociales Ante la avasallante presencia del modelo económico hegemónico centrado en la lógica del mercado (neoliberalismo) y la agudización de la pobreza en América Latina, se han propuesto han surgido alternativas que permiten actuar con mayor eficiencia y eficacia en el terreno social para avanzar hacia una forma de desarrollo más humana y sostenible. Uno de esos instrumentos fundamentales se encuentra representado en lo que se ha denominado gerencia social.             Esta forma de gestión se vincula estrechamente con el contexto económico y sociocultural y con el patrón de desarrollo vigente hoy en el mundo, en el sentido de que su desarrollo y aplicación se configura como una respuesta no sólo del Estado, sino también de la Sociedad Civil frente a los desequilibrios que se generan como consecuencia del modelo neoliberal en esta parte de América y el mundo.            En ese orden de ideas, la gerencia en el marco de las entidades sociales debe ser la expresión de una responsabilidad compartida de Estado y Sociedad Civil. Grynspan (2002:12) sostiene que dicha gerencia debe proponerse la búsqueda del mejoramiento de la equidad, la eficiencia social y la competitividad sistémica guiada Todo ello orientado por los siguientes principios:

El desarrollo humano y la lucha contra la pobreza no son responsabilidad exclusiva del Estado. Así como el Estado no es un ente exógeno a la estructura social, también la sociedad civil es un actor protagónico en la lucha contra la pobreza y en la búsqueda del desarrollo social.

El desarrollo social y la erradicación de la pobreza están estrechamente relacionados con las posibilidades de una plena inserción socioeconómica, condicionada a su vez por la productividad, la competitividad y la capacidad de generación de empleo de la economía nacional.

El Estado debe seguir siendo el principal financiador de los programas sociales, particularmente de los referidos a los principales servicios sociales y los dirigidos a los grupos más desprotegidos.

La estrategia de desarrollo humano y la lucha contra la pobreza se construyen y reconstruyen permanentemente. Las características de la pobreza son cambiantes y una vez que se alcanzan nueva etapas del desarrollo social aparecen inmediatamente nuevos desafíos por atender.

La lucha contra la pobreza no es la única responsabilidad de la política social. Las políticas para el alivio a la pobreza deben ocurrir en el marco de una relación complementaria entre políticas sociales universales y selectivas (Grynspan, 2002:12-15)

En consideración a lo señalado, la gerencia en el marco de las entidades sociales tiene como una de sus responsabilidades más importantes la “de enfocar sus acciones a la producción

de bienes sociales que conduzcan a mejorar las condiciones de los diferentes grupos humanos, sin perder de vista sus características y su entorno sociocultural particular. (Vélez, 2003:2)             Con relación a lo expuesto, la gerencia social tiene una responsabilidad, que la coloca  más allá de ser un remedio a la pobreza, en el sentido de que se trata de asumirla como un mecanismo, como una estrategias de primera línea dirigida a liderar y administrar diversidad de programas y emprendimientos sociales, concentrada en la estimulación del potencial productivo y creativo de los diferentes grupos sociales, a los efectos de que dichos grupos  contribuyan en el mejoramiento de su calidad de vida.

2.2 Dimensiones de la gerencia social            Los planteamientos realizados con la relación a la gerencia en el marco de las entidades de propósito social, expresan los elementos de una concepción gerencial amplia, compleja y flexible, donde el denominador común es el favorecimiento de la calidad de vida de los diferentes sectores sociales, conjuntamente con su participación activa en las diferentes formas de organización y emprendimiento.  Esta concepción de la gerencia en el marco de lo social, permite afirmar que en su definición y desarrollo se hace prioritario considerar una diversidad de dimensiones, en virtud de las cuales se hace posible tener una cercana comprensión de lo que ella significa, considerando aspectos sociales, políticos y cognoscitivos. La primera dimensión es esbozada por Vélez (2003:6), cuando afirma lo siguiente: “La gerencia social debe ver en el poder un escenario donde ha de moverse siguiendo una concepción horizontal y democrática, gracias a la cual se generen nuevas relaciones y se lo asuma siempre como expresión de la sociedad civil”. Este planteamiento traduce el elemento esencial, que le da no sólo nominalidad, sino también personalidad a la gerencia social, pues propugna que las relaciones entre quienes gestionan los proyectos y emprendimientos sociales y sus beneficiarios tienen un sentido y una connotación horizontal, donde el eje fundamental es la participación en las diferentes áreas de gestión de dichos programas. En cuanto a la dimensión política gerencia social  Toro (2004:34) señala que “la socialización aquí no la puede resolver el Estado, la tiene que resolver la sociedad civil y aquí es donde se crea la ciudadanía. En esta dimensión la gerencia social se abre a los grupos de la sociedad civil, promoviendo la oportunidad de ejercer con mayor eficacia su derecho a la participación en las decisiones, que se toman desde los organismos gubernamentales, lo que implica el desarrollo de una cultura, donde prevalezca el desarrollo de competencias sociopolíticas relacionadas con la apertura, participación y cooperación en las relaciones de los gerentes con las comunidades y el Estado. Lo anterior lleva al abordaje de la tercera dimensión de la gerencia social, que se representa en lo cognoscitivo y acerca de la cual Vélez (2003:45), afirma lo siguiente: “la gerencia social puede verse como un campo de conocimiento en proceso de construcción, experimentación y sistematización que va configurando un perfil de gerente social con inmensos desafíos y retos en la gestión”.  Con relación a lo expuesto, se debe afirmar que el ejercicio de la gerencia social implica un proceso de preparación, capacitación y formación de conocimientos, habilidades, destrezas y actitudes, tanto de quienes tienen la responsabilidad de conducir los procesos administrativos y gerenciales implicados en la gestión de los programas y emprendimientos sociales como de los propios beneficiarios de dichos programas y emprendimientos, a los

efectos de consolidar  una cultura de la participación, de la democracia y de la responsabilidad compartida.

3. LINEAMIENTOS GENERALES PARA LA FORMACIÓN DE CUADROS GERENCIALES EN LAS EPS                                              3.1 Aproximación al Perfil  Gerencial de las EPS             En el desarrollo de los procesos dirigidos a lograr una aproximación al perfil gerencial en las EPS, la autora considera tres componentes fundamentales relacionados con el mismo. Estos son el técnico-operativo, el administrativo gerencial y el humano social.             El componente técnico-operativo remite a los procesos relacionados con la producción dentro de la empresa, bien sea para la generación de bienes o de servicios (Beaufond, 2005). Este componente se centra en la planificación, gestión y control como fases constitutivas claves. En él se delinean los aspectos dirigidos a garantizar la función gerencial en el ámbito de los procesos operativo-productivos para el cumplimiento de las funciones de las empresas. Álvarez y Rodríguez (2007:152) afirman que en la gestión de la producción/operación:

Se trata, en definitiva, de organizar la producción de tal forma que le permita identificar todas y cada una de aquellas funciones, tareas y acciones en el plano de la producción, distribución y comercialización que le ayudan a reducir sus costos de producción y operación y a mejorar la calidad de sus productos para llevarlos oportunamente al mercado en las cantidades que éste le demanda y está dispuesto a comprarle.

Los sistemas de producción/operaciones varían con las distintas empresas, de gran tamaño, mediano, pequeño o micro. En ese sentido, el concepto de un sistema de producción/operaciones puede ser aplicado a cualquiera actividad cuyo resultado sea productos o servicios y en el caso de las EPS las prácticas a desarrollar deben estar en función de un incremento sostenido de la capacidad productiva de la empresa. Ello, siempre en función del interés social de sus integrantes y de la comunidad, por lo que la generación de excedentes no está dirigida a la reproducción del capital, sino al mejoramiento continuo de la condición humana, en términos de calidad de vida, mayor conocimiento de sus responsabilidades y su protagonismo en las decisiones. Respecto al componente administrativo gerencial, Dávila afirma que la tendencia de la gerencia y la gestión de dichas empresas se planteada en los siguientes términos: El manejo de una organización para el logro de sus objetivos, en donde la administración se concibe como un estilo de manejo del poder y de la autoridad en forma democrática y participativa, con la toma de decisiones, con las que se obtiene un estilo gerencial basado en el trabajo en equipo que actúa como elemento central que dinamiza la acción colectiva de la organización (Citado en Pardo, 2006:83)

En el marco de las EPS, los elementos de carácter administrativo y gerencial se alinean con un estilo de gestión  participativo y democrático, en el cual las decisiones se producen en forma consultiva y a través de mecanismos que den paso a la inclusión de los integrantes de la empresa en cada una de las fases de su gestión. Bastidas y Richer (2001:8) igualmente, expresan lo siguiente: “La gestión interna de la organización tiene un carácter democrático y participativo. Existe un compromiso por

fomentar la participación de los diferentes actores involucrados: socios, empleados, usuarios, voluntarios”.             En relación con lo señalado, las EPS como  estructuras que representan una asociación de personas y una empresa o unidad de producción de bienes o servicios dirigida a satisfacer las necesidades del grupo de personas que son sus propietarias y participan activamente en la solución de los problemas de su entorno comunitario, requieren de un estilo gerencial donde se manejen herramientas administrativas y mecanismos que canalicen la participación de sus integrantes. A ese respecto, el componente administrativo/gerencial remite a un estilo de liderazgo participativo y democrático, donde las decisiones deben surgir de las discusiones, diferencias y acuerdos y no de las imposiciones. Este liderazgo, señala Marín (1999:16), que se plantea en: .....el desarrollo de un sistema completo de expectativas, capacidades y habilidades que permiten identificar, descubrir, utilizar, potenciar y estimular al máximo la fortaleza y la energía de todos los recursos humanos de la organización, elevando al punto de mira de las personas hacia los objetivos y metas planificadas más exigentes, que incrementa la productividad, la creatividad y la innovación del trabajo, para lograr el éxito organizacional y la satisfacción de las necesidades de los individuos.

Este tipo de liderazgo debe promover cambios permanentes en la organización, atendiendo a las características de su propio contexto y su entorno. En ese sentido, el gerente de la EPS es un agente de cambio, un facilitador del aprendizaje dentro de la organización y, por lo tanto, gestor del crecimiento de la misma, a los efectos de que su desempeño sea el más adecuado a sus propias necesidades de cambio y a los de alrededor. El componente humano-social se identifica y sustenta con los planteamientos fundamentales del paradigma del Desarrollo Humano que, tal como lo señala Briceño (2007:2) “ubica a las personas como el centro del desarrollo”. Se propugna la ampliación de las oportunidades de las personas, a través de diferentes opciones que se expresan en diversidad de programas o emprendimientos sociales. En ese sentido, en este componente del perfil gerencial de las EPS se encuentra presente la promoción social como práctica dirigida a involucrar y a hacer responsables a los integrantes de la empresa de todas y cada una de las acciones dirigidas a fomentar el incremento de la capacidad productiva y distributiva de la empresa.Igualmente, se propugna lo humano desde una perspectiva de la capacidad personal y no individuo como medio o recurso para la producción. Esta capacidad es considerada “desde el consenso, no desde la imposición, en el marco de un proyecto compartido. Más allá del interés solamente económico o de la voluntad política del grupo dominante” (Etkin, 2007:124). Lo afirmado con relación, por una parte, reafirma los planteamientos relacionados con la participación y la democracia en el marco de los procesos de gestión en el marco de las EPS y por la otra, enfatiza que todos y cada uno de los miembros de la organización son personas con capacidad para la participación activa en las decisiones de la organización. Otro aspecto del componente humano-social del perfil gerencial de las EPS, se relaciona con una visión organizacional donde la prioridad se concentra en la persona y los aspectos sociales, que  “implica una visión de la subjetividad de la organización, de la potencialidad social y las necesidades humanas, no sólo desde la óptica de los presupuestos, el plan de negocios o el plan proyectado” (Etkin, 2007: 73).

En el manejo de esta visión, el componente humano social de la gerencia en las EPS, se asume desde la perspectiva de la complejidad, en el sentido de que se evade todo reduccionismo técnico o las soluciones meramente matemáticas a los problemas, pues se abordan los factores sociales, económicos, políticos y culturales, además de los tecnológicos, como vías para la generación de soluciones a los problemas relativos a la persona y los colectivos. Los componentes antes analizados representan aspectos fundamentales a considerar para la formación de cuadros gerenciales dirigidos a la ejecución de una gestión integral en el marco de las EPS. Dicha formación debe estar dirigida a lograr el mejoramiento continuo de la eficiencia en la gestión por quienes tienen la conducción de estas empresas, así como la capacidad para coadyuvar y participar en ese proceso, por quienes forman parte de dichas empresas y los diferentes sectores de la comunidad. Dominios Cognoscitivos del Gerente de la EPS: Formación Sociopolítica y Capacitación Profesional

            Los planteamientos realizados acerca de las características y tendencias del EPS en el marco de la realidad venezolana, conjuntamente con los correspondientes al  perfil gerencial de las EPS,  permiten establecer las inferencias correspondientes a lo que representan los dominios cognoscitivos del gerente de las EPS, que comprenderían la formación sociopolítica de estos gerentes y, por el otro, su capacitación en términos profesionales. 

Formación Sociopolítica del Gerente de las EPS

            En los planteamientos que se han realizado acerca de las EPS, en lo que corresponde a su tendencia sociopolítica, se ha podido destacar que estas empresas están dirigidas a coadyuvar en la construcción de las bases económicas, sociales y políticas para la construcción de un nuevo modelo productivo, donde las EPS tienen como una de sus misiones principales superar el modelo de producción capitalista (El Troudi y Monedero, 2005).             Ello evidencia el componente social y político de estas empresas, la orientación de dicho componente hacia los principios de un nuevo modo de producción que incentive la convivencia humana y solidaria y la formación y práctica sociopolítica coherente con los cambios societarios a lograr, lo que implica. Dicha formación debe comprender los siguientes aspectos fundamentales:             - Fundamentos teóricos y Praxis de Economía Política y de Economía Social: Manejo de los fundamentos teóricos de la Economía Política Clásica (Adam Smith y David Ricardo) y de la Economía Política. Igualmente, comprende el conocimiento y dominio de los aspectos que fundamentan la tesis de la economía social y su importancia como estrategia para viabilizar la construcción de un modelo de producción socialista.             - Manejo y aplicación del Enfoque Socio-Crítico: Dominio teórico-práctico de los planteamientos  del paradigma socio crítico, sustentado en las deas de Marcuse, Habermas, Benjamin, Adorno,  entre otros, bajo los principios de: Conocimiento y comprensión de la realidad como praxi; unión de teoría y práctica: conocimiento, acción y valores y orientación del  conocimiento a emancipar y liberar al hombre” (Popkewitz, 1991).             - Praxis de la Economía Social en relación al contexto sociocomunitario: Se refiere este dominio al manejo de las estrategias que vinculas las EPS con las necesidades y

requerimientos de su comunidad, a los fines de superar la “la lógica de la acumulación privada sin límites, propia de las empresas de capital” (Coraggio, 2007, p. 12).             - Estrategias de formación sociopolítica en el marco de las EPS y de las EPS hacia el contexto sociocomunitario: Manejo de las estrategias y recursos que contribuyan a la conciencia social y política de los trabajadores de las EPS en relación a su papel y de la empresa en la construcción de un modelo de producción socialista. Igualmente, consiste en la aplicación de estas estrategias para la formación y desarrollo de la conciencia y praxis social y política de las comunidades, en cuanto a la valorización de las EPS como medio para el mejoramiento de sus niveles de calidad de vida y como instrumento de participación y emancipación sociopolítica para la construcción de un sistema económico-político socialista.           

Formación Profesional

            Aun cuando las EPS tienen un indudable y claro componente sociopolítico, son también organizaciones cuyo funcionamiento deber ser el de una empresa y en ese sentido, requiere de una conducción gerencial y administrativa para que el cumplimiento de las metas empresariales se lleve a cabo de manera exitosa. En ese orden de ideas, la formación profesional que se requiere para la gestión de estas empresas comprendería las siguientes áreas:             - Planificación Estratégica: Comprende lo relativo a: Visión de la empresa, misión asignada, objetivos y metas, fortalezas y debilidades que tiene,  oportunidades que se le presenta, productos o servicios a ofrecer; clientes, consumidores y usuarios; proveedores de  maquinarias, equipos, herramientas, materias primas, etc (Álvarez y Rodríguez, 2007).             - Gestión y control de la producción/operación de la EPS: Abarca los procedimientos, técnicas e instrumentos relacionados la evaluación y control de la producción, conjuntamente con las herramientas para el proceso de toma de decisiones.             - Gestión Administrativa: Se refiere al proceso relacionado con la administración de la empresa. En ese sentido, implica el dominio de las estrategias de planificación, organización de la empresa, determinación de responsabilidades para cada cargo, aplicación de estrategias de ejecución y desarrollo de los mecanismos de control administrativo.             - Gestión del Talento Humano: Este elemento de la formación profesional del gerente de las EPS, es consecuente con una noción del trabajador, no como un recurso o instrumento, sino como personas con potencialidades para elevar sus aptitudes y formar actitudes proactivas y de participación en las toma de decisiones dentro de la organización.             - Gestión de los Recursos Financieros: Se refiere a las estrategias relacionadas con el manejo de los recursos financieros de la empresa, centrándose en la rentabilidad de los mismos en términos de su excedencia y su liquidez para afrontar la satisfacción los requerimientos para la operatividad mínima de la EPS.               Los dominios reflejados en los ámbitos de la formación sociopolítica y de la formación profesional, indican que el gerente de las EPS debe presentar un perfil en el cual el manejo técnico-operativo y gerencial no se superpone a su condición de su sujeto y agente social de transformación a través de la gestión que ejerce dentro de la empresa.

CONSIDERACIONES FINALES

En el marco de las EPS, es de primordial importancia el poder contar se cuente con una gestión donde se garantiza la conduzca de los procesos dirigidos a la consecución de las metas y fines que se persigue con ellas, los cuales difieren totalmente de la empresa capitalista y la empresa pública altamente burocratizada.En ese sentido, la formación de cuadros gerenciales   debe estar   enmarcada dentro de un modelo alternativo dirigido a dar respuestas a las necesidades humanas, más allá de los mecanismos del mercado y de las decisiones tomadas desde el Estado, a través de la figura de una estructura burocrática de corte político-partidista o de un híper-liderazgo que dificulta y ahoga las posibilidades de desarrollo de las fuerzas sociales de los diferentes sectores que constituyen la realidad sociopolítica del país.La formación de cuadros directivos y gerenciales en las EPS se plantea en términos de una respuesta concreta y específica, que, surgiendo de la realidad misma de cada contexto problematizado, favorezca la consolidación de las bases para que se logre hacer posible una gestión que responda tanto a los criterios de eficacia y efectividad como a los de conducción, orientación y promoción social.

Concepto y definición de las empresas de producción social

En principio se corresponde exteriorizar definiciones específicas de las Empresas de Producción Social, ya que comenzando con esta perspectiva se puede ir señalando las objetivos y primordiales rasgos especiales de estas empresa, no como figuras jurídicas sino como un modelo único de un nuevo sistema económico en construcción a partir de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, dentro del conjunto de normas, del Plan Nacional y del nuevo marco legal que las especifica.

Dentro de estas definiciones de empresas de producción social, está la aportada en el decreto 3.895 desarrollo endógeno y empresas de producción social del 12 de septiembre de 2005, en el cual se puntualiza a éstas de la siguiente manera: "las empresas de producción social son unidades productivas comunitarias que tienen como objetivo fundamental generar bienes y servicios que satisfagan las necesidades básicas y esenciales de las comunidades y su entorno (alimentación, vestimenta, vivienda, educación y salud) a través del trabajo digno de hombres y mujeres".

De acuerdo a Mas Herrera (2007), las empresas de producción social son: "entidades completas, cuya misión se fundamenta en la formulación e implementación de nuevas formas de producción social eficientes y eficaces, acompañadas de procesos de distribución de beneficios con justicia, equidad y reciprocidad entre toda la comunidad que participe; a través de la utilización de técnicas propias y tecnología de vanguardia, en el contexto del socialismo bolivariano de Venezuela".

Entre otras enunciaciones de empresas de producción social, tenemos que: son entidades económicas dedicadas a la producción de bienes o servicios en las cuales el trabajo tiene significado propio, no alienado y auténtico, no existe discriminación social en el trabajo y de ningún tipo de trabajo, no existen privilegios en el trabajo asociados a la posición

jerárquica, con igualdad sustantiva entre sus integrantes, basadas en una planificación participativa y protagónica y bajo régimen de propiedad estatal, propiedad colectiva o la combinación de ambas.

1.1.- Características de las EPS

Dentro de este recorrido saltan a la vista los siguientes rasgos característicos de las empresas de producción social:

• La Propiedad es Colectiva,

• Su Objetivo es Generar puestos de trabajo estables,

• La producción está fundamentada en la solidaridad, la cooperación, la complementariedad, reciprocidad y la sustentabilidad,

• El trabajador tiene un compromiso social y procura su desarrollo integral,

• La producción se destina a satisfacer las necesidades básicas y esenciales de la colectividad,

• Desarrollan las cadenas productivas, incorporando valor agregado nacional (REDES PRODUCTIVAS),

• Mantienen precios de ventas solidarios en sus productos y servicios,

• Impulsan la desconcentración territorial y, la descentralización económica.

• Operan en forma armónica con el medio ambiente

• La remuneración de los trabajadores se realiza bajo el criterio del aporte de trabajo que cada quien realice.

Reinversión de sus excedentes en la producción social, no en la generación de lucro. No existe forma jurídica preestablecida, puede ser una sociedad mercantil en sus

diversas formas, también una sociedad civil e incluso una cooperativa.

1.2.-Misión y Visión de las EPS

De acuerdo al modelo venezolano, las EPS están orientadas a producir obras, bienes y servicios en las cuales el trabajo tiene significado propio y auténtico. No debe existir discriminación en el trabajo, Ni privilegios según la jerarquía, debe existir igualdad entre sus integrantes, basadas en una proyección recíproca y protagónica y de régimen de propiedad estatal o colectiva.

Las mismas requieren dentro de su planificación estratégica de la misión y la visión según el propósito de su creación, pero siempre fundamentado en el nuevo modelo social y dirigidas a:

• Impulsar la economía popular y alternativa.

• Generar bienes y servicios que satisfagan necesidades.

• Producir beneficios colectivos.

• Reinvertir sus excedentes en la producción social, la ganancia será repartida entre sus integrantes y en la inversión de tecnología y desarrollo.

• Los Precios de venta serán solidarios respecto a sus productos y servicios; sin establecer los precios que rigen las leyes de mercado.

1.3.- Tipos de Empresas de Producción Social

Es importante enfatizar que las empresas de producción social se dividen en tres tipos como son:

Según su objeto: EPS de Producción; EPS de Servicio y EPS de Comercialización. Según la naturaleza del Capital: EPS de Capital Estatal, EPS de Capital Privado,

EPS de Capital Mixto y EPS de Capital Comunitario. Según su tamaño: Unidades de producción comunitaria, Unidades de servicio

comunitarios o Unidades de Comercialización comunitario.

- Producción Comunitaria: son aquellas emplazadas hacia la producción de bienes o insumos para las industrias básicas, petroleras o mineras; en dicha esta clasificación pueden ser incluidas empresas agropecuarias.

-Comercialización Comunitaria: están comisionadas para distribuir y comercializar los bienes producidos, garantizando los bajos costos de la cadena productiva, ejemplo de ellas son las empresas del sector terciario.

-Servicios Comunitarios: Están dedicadas a la prestación de servicios tales como: agua, electricidad, telecomunicaciones, recolección de residuos, comedores y lavanderías populares, alimentación, y seguridad, entre otros, dentro de la comunidad.

1.4.- Estructura Jurídicas de las EPS

En el Estado actual, existen empresas privadas con sus distintas figuras jurídicas, las cuales son Compañías o Sociedades Anónimas (C.A. o S.A.). Hasta ahora, no se sabe cuál debe ser la denominación jurídica de las EPS. En esta controversia, para El Troudi y Monedero (2008), distinguen dos posibles cursos de acción:

1.- Denomina a las EPS como C.A. o S.A. esto significa que las EPS preservan las mismas prerrogativas que las empresas privadas del capitalismo.

2.- Propone la constitución de una nueva figura jurídica: las EPS, esta figura es la respaldada por los autores, pero la misma acarrearía modificaciones básicas en el Código de Comercio y otras leyes vigentes.

Asimismo para poder analizar la naturaleza jurídica de las empresas de producción social, debe destacarse la existencia de dos conceptos otorgados por parte del Estado, según el Decreto Nº 3.895 sobre Desarrollo endógeno y empresas de producción social de fecha 12 de septiembre de 2005), el cual dispone que:

Son unidades de producción comunitaria, constituida bajo la figura jurídica que corresponda, tiene como objetivo fundamental generar bienes y servidos que satisfagan las necesidades básicas y esenciales de la comunidad y su entorno, Incorporando hombres y mujeres de las misiones, privilegiando los valores de solidaridad, cooperación, complementariedad, reciprocidad, equidad y sustentabilidad, ante el valor de rentabilidad o de ganancia.

Y el concepto señalado por el Instrumento Normativo Interno sobre la Promoción, Funcionamiento y Fiscalización de las Empresas de Producción Social (EPS), dictado por el Ministerio de Industrias Básicas y Minería de fecha del 20 de junio de 2006 publicado en la Gaceta Oficial Nº 38.462 de la República Bolivariana que dispone que:

Las Empresas de Producción social (EPS) asumirán compromisos que generen beneficios en las comunidades en que se desenvuelven.

Al analizar los dos conceptos de Empresas de Producción Social, se observa que sus elementos característicos son la igualdad y la solidaridad; ahora bien, sin la existencia de un basamento jurídico será muy difícil construirla, tomando en cuenta las figuras previamente señaladas. Hasta los momentos, la herramienta regidora existente de las empresas de producción social, más completo, es el Decreto Nº 3.895, pero el mismo presenta imprecisiones; más aún, cuando su campo de aplicación se limitó durante mucho tiempo a las industrias básicas, mineras y petroleras.

1.5.- Basamento Jurídico de las EPS

En el marco de la ley, no existe basamento jurídicos alguno de carácter general, que respalden a las EPS, las mismas particularmente están reguladas de modo constitucional y sub legal; sin embargo en el ámbito constitucional, se desarrollan bajo los principios del Sistema Socioeconómico, como son: Justicia social, eficiencia, libre competencia, productividad y solidaridad, establecidos en el Articulo 299 CRBV y en lo referente a la Protección y Promoción de la pequeña y mediana empresa, en el artículo 308 de la CRBV

Pero sobre otros detalles adicionales, es necesaria su regulación de un modo más concreto, dado que no pueden confundirse, o considerarse iguales a las cooperativas, ya que tienen un fin mercantil, aspecto no presente en esta figura.

Existen diversas iniciativas destinadas a promover un nuevo modelo de unidad productiva en el país, colmadas de buenas intenciones y no despreciables resultados, sin embargo no existe de manera formal un documento que sirva de guía tanto para los diferentes órganos del Estado, como para las mismas comunidades de cómo deben conformarse y gestionarse estas innovadoras empresas.

1.6.- La responsabilidad social empresarial de las EPS

Desde mediados del Siglo XX se consideraba que las empresas debían tomar en cuenta las consecuencias sociales de sus decisiones. A partir de los años 70, la responsabilidad social empresarial se convirtió en una forma de gestión empresarial y durante los 80 se integra el discurso socialmente responsable a la dirección estratégica por medio de la teoría de los grupos de interés. A partir de los 90´s la responsabilidad social comienza a atravesar las diferentes áreas de las organizaciones.

En la actualidad la responsabilidad social empresarial es vista como una herramienta de integración para las estrategia de toda empresa, hacia la justificación del conjunto de políticas y prácticas que incurran en la labor de las organizaciones y en las que se tomen en consideración temas como la ética empresarial, el ambiente laboral, el compromiso con la comunidad, el correcto manejo de aspectos medio ambientales, entre otros, de forma que se corresponda con las expectativas de los relacionados con cada organización.

La responsabilidad social empresarial se entiende según Sáez, como: "un enfoque equilibrado con el que las organizaciones abordan temas económicos, sociales y ambientales de manera tal que beneficie a las personas, las comunidades y la sociedad , responsabilidad social es cumplir integralmente con la finalidad de la empresa en sus dimensiones económica, social y ambiental en sus contextos interno y externo".

Por lo tanto se debe consentir a la responsabilidad social empresarial de modo integral, a partir del concepto de que toda empresa es un sistema complejo de relaciones que promueva diversas formas de cooperación en sus distintas relaciones relevantes. Que integre las obligaciones de la empresa en todas sus interacciones. La responsabilidad corresponde entonces, a la pregunta por las consecuencias previsibles de las decisiones y pide hacerse cargo de la forja del propio destino, en cuanto esto es posible.

Partiendo de todo lo expuesto, se considera la necesidad de construir nuevas relaciones sociales de producción, para avanzar desde unas relaciones capitalistas, al nuevo modelo de producción, colectivista, solidario, endógeno, ecológico, sustentable y en armonía con el ambiente, en definitiva socialista.

Las empresas del Estado deben abandonar su carácter capitalista para ir configurando la espina dorsal del nuevo modelo productivo nacional.

La socialización de la propiedad y de las ganancias, el sentido nacional y popular de la producción, industrialización desde dentro hacia determinados mercados internos y externos, la inserción dinámica en la economía, la seguridad y soberanía alimentaria, la innovación y producción tecnológica, la autogestión etc. deben ser los ejes estratégicos del desarrollo del nuevo modelo, partiendo de la unidad básica organizativa, política y productiva; es decir, desde de las comunidades.

1.7.- Rol de las Empresas de Producción Social en el desarrollo endógeno del territorial venezolano

El desarrollo local y su puesta en práctica requieren de cambios en la lógica de actuación de los agentes locales y de las instituciones territoriales. El reconocimiento de las potencialidades endógenas, la construcción de un entorno favorable que promueva el fomento de emprendedores locales que puedan dinamizar cada una de las regiones, es uno de los objetivos del Proyecto Político Nacional Venezolano.

En este concepto nacen las empresas de producción social (EPS), como instrumento para organizar y realizar un proceso de integración entre el proceso productivo y la acción de la comunidad, lo cual ayudará en desarrollo de estas, generando mejores condiciones de vida dentro de las comunidades venezolanas. Las bases de las políticas de la construcción de una nueva estructura económica y social incluyente y la nuevas relaciones productivas de la comunidad a través de las EPS, están contenidas en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela del año 1999, en el proyecto político nacional (CRBV) y las Líneas Generales del Plan de Desarrollo Económico y social 2008 -2013 (PNSB)

Es necesario entender que la promoción de las nuevas EPS, no puede ser una responsabilidad estrictamente del gobierno. Las mismas, que han sido creadas previamente gracias al apoyo público, deben retribuir a la sociedad ese apoyo a través de su respaldo a la creación de nuevas y mejores Empresas de Producción Social, de igual forma El Troudi, H. y Monedero, J. (2006) afirman que las comunidades son espacios que:

"...pueden impulsar las empresas de producción social desde el especial conocimiento que tienen de su comunidad y de sus necesidades".

La crisis económica del desplome mundial de los precios petroleros y la polarización política de 2001-2002, dificultó la búsqueda de una nueva vía de desarrollo. Luego del fracaso del paro petrolero y con los crecientes recursos petroleros, se colocó en el centro político la prioridad de los programas sociales y se inició la búsqueda de mecanismos para fomentar un desarrollo sustentable, basado en la creación de una sociedad más igualitaria. Es a partir de momento que se observa el desarrollo endógeno, como instrumento del camino al socialismo del siglo XXI.

Actualmente en Venezuela existe una inevitable búsqueda de nuevas fórmulas organizativas por parte de las comunidades para hacer frente y protegerse de la creciente incertidumbre y turbulencia del entorno, en los últimos tiempos, ha surgido un interés por considerar las Empresas de Producción Social, las cuales según Álvarez, V. y Rodríguez, D. (2008) son "… la célula fundamental de un nuevo tejido productivo que opera guiado

por los principios de solidaridad, cooperación, complementación, reciprocidad y sustentabilidad."

De allí, se espera que a través de la multiplicación de las Empresas de Producción Social a lo largo y ancho del territorio nacional se avance hacia el crecimiento integral de las personas, el incremento equilibrado de los diferentes sectores económicos, así como también el adelanto armónico y proporcional de las regiones.

En este orden de ideas, el presidente Hugo Rafael Chávez Frías desde el año 1998, ha venido desarrollando una serie de políticas orientadas hacia la transformación sostenida social y económicamente del país, una de esas políticas es el auge y afianzamiento del desarrollo endógeno. (CIARA; 2004).

Desarrollo Endógeno

Desarrollo endógeno, significa desarrollo desde adentro. Es un modelo económico y social en el que las comunidades desarrollan sus propias propuestas. Es decir, el liderazgo y las decisiones parten desde adentro de la comunidad misma. Al respecto, Gabaldón; A. (2005), define el desarrollo endógeno como "…un conjunto de acciones y fuerzas, que atacan y resuelven tanto las interacciones entre los elementos del sistema real como las interacciones de éste con el entorno." Esto implica que se deben inhibir las relaciones de dependencia y subdesarrollo, y sustituirlos por otros componentes de soberanía y desarrollo.

En este sentido Vázquez Barquero (2009) sostiene que:

…el desarrollo endógeno persigue satisfacer las necesidades y demandas de una población local a través de la participación activa de la comunidad local en la división internacional o nacional del trabajo como de lograr el bienestar económico, social y cultural de la comunidad local en su conjunto. La estrategia de desarrollo se propone, por tanto, además de desarrollar los aspectos productivos (agrarios, industriales, de servicios), potenciar también las dimensiones sociales y culturales que afectan al bienestar de la sociedad. Ello conduce a diferentes senderos de desarrollo, según sean las características y capacidades de cada economía y sociedad local.

De acuerdo con lo anterior, el desarrollo endógeno es visto como una forma de llevar adelante la transformación social, cultural y económica de la sociedad, basado en la rescate de las tradiciones, el respeto al ambiente y las relaciones equitativas de producción, que permita la transformación de los recursos; es darle poder a las comunidades para que desarrollen las áreas agrícolas, industriales y turísticas, e igualmente, incorporar a los ciudadanos excluidos del sistema educativo, económico y social, además implica la construcción de redes productivas donde todos se encuentren en igualdad de condiciones.

Es un modelo socioeconómico propuesto por el Ejecutivo Nacional, con el que se pretende la incorporación de las comunidades rurales a los procesos productivos que aprovechan racionalmente los recursos y potencialidades locales, y que permiten la generación de bienes y servicios, a fin de multiplicar las oportunidades de empleo y garantizar el bienestar

social, todo ello sin descuidar la preservación del medio ambiente y poniendo al servicio de la población toda la infraestructura del Estado para generar bienes y servicios.

El desarrollo endógeno, es una opción estratégica para avanzar en la fórmula de un enfoque distinto del neoliberalismo. En el cual se da especial importancia a los recursos productivos como el trabajo, la tierra, los recursos naturales y la tecnología; partiendo de las potencialidades propias de cada región puede y debe inquirir nuevas formas de inclusión en un contenido nacional difícil pero no impenetrable. Se observa entonces que el desarrollo endógeno es un proceso en que lo social se integra a lo económico y a lo ecológico. Según Gaceta Oficial del jueves 30 de diciembre de 1999, N° 36.860. Esta integración ocurre de tres maneras:

2.1.- La integración económica

Es a través de esta, que las EPS con su sistema de producción permiten a la comunidad usar, eficientemente, los factores productivos y alcanzar los niveles de productividad.

2.2.- La integración sociocultural

Es la forma de unificar los actores económicos (EPS), y sociales (comunidad), con las instituciones locales, formando un sistema de relaciones que incorporan los valores de la sociedad al proceso de desarrollo.

2.3.- La integración política

Indudablemente se logra mediante iniciativas de la comunidad y permite crear un entorno local que estimula la producción y favorece el desarrollo sostenible.

El concepto de desarrollo endógeno comprende los derechos humanos fundamentales como principal objetivo, de manera que se tome al ser humano en su totalidad. Pero, además, busca que los hombres se capaciten para:

• Alcanzar el desarrollo personal y comunitario

• Transformar sus propios recursos para producir nuevas fuentes de empleo

• Interactuar con la naturaleza y la tecnología

• Preservar el medio ambiente y aprovecharlo correctamente

• Desarrollar sus regiones

• Elevar la calidad de vida

2.4.- Objetivos del desarrollo endógeno

El modelo de desarrollo endógeno está dirigido a fomentar y establecer una sociedad capaz de contener en si misma los modos y medios de producción necesarios para cubrir la necesidades básicas de las personas que la integran, mediante la implementación de una serie de estrategias endogenizadoras que influyan lo cultural, lo económico, lo educacional y el uso e invención de tecnología. Dentro de sus objetivos principales están:

Promover, garantizar y fomentar el desarrollo armónico y coherente de las políticas, planes y proyectos del Ejecutivo Nacional, para el desarrollo endógeno, la economía comunal, colectivos y solidarios

Coordinar acciones con los demás organismos del Poder Público, directa o indirectamente vinculados a los objetivos del Fondo, en especial con aquellos cuyas competencias sean necesarias para garantizar la profundización y consolidación del desarrollo endógeno.

Promover la formación y asistencia a las organizaciones de la economía comunal y solidaria, afianzar su desarrollo y consolidación como base fundamental del sistema económico nacional.

Promover el uso eficiente y responsable de los recursos que se otorguen para el financiamiento de planes y proyectos para el desarrollo endógeno.

Promover y contribuir con la capacitación y formación de las organizaciones de la comunidad y de la economía solidaria, impulsando su participación corresponsable en los planes y proyectos de desarrollo endógeno, así como en la contraloría social responsable.

Financiar planes y proyectos destinados a fortalecer la estructura y la capacidad productiva nacional, a través de organizaciones de la comunidad y de la economía comunal y solidaria, en concordancia con las políticas y planes que dicte el Ejecutivo Nacional sobre la materia.

El desarrollo endógeno sustentado en las capacidades y potencialidades locales, posibilita el control local, la toma local de decisiones y la retención local de beneficios (culturales, económicos, educativos, sociales). De esta forma, es una ventana de oportunidad para la generación de capacidades en las comunidades que van mucho más allá de las económicas.

2.5,- Estrategias del desarrollo endógeno

El desarrollo endógeno como estrategia se constituye en una acción compartida que fluye a través de organizaciones, instituciones, cultura y medios existentes para dar forma y organicidad, plenos de sentido y significado particular, a la vida, en fin y estrategia al mismo tiempo. A lo anterior, María Mas H; (2006), expresa que: "Llegado a ese punto, donde la acción humana materializa sus fines imaginados, de inmediato, es sustituida por una nueva imagen que impone una nueva noción de Desarrollo".

Para llevar adelante dicho proceso, es fundamental la participación de los agentes, sectores y fuerzas que interactúan dentro de los limites de un territorio determinado, los cuales deben contar con un proyecto común que combine: la generación de crecimiento económico, equidad, cambio social y cultural, sustentabilidad ecológica, enfoque de género, calidad y equilibrio espacial y territorial, con la finalidad de elevar la calidad de vida y el bienestar de sus pobladores.

Es por ello que en la medida que la estrategia del Desarrollo Endógeno potencie y acelere las capacidades endogenizadoras, se generará según María Mas H. (2006).

…un efecto dómino cuyos frutos permearán, a través de todas las dimensiones y espacios de la sociedad y de sus constituyentes básicos, sean estos: económicos, éticos, culturales, políticos, tecnológicos, ambientales o de cualquier otra índole, lo que redundará en el logro de los fines esperados. No es posible perder de vista que más allá de una eficiente planificación y administración de la Estrategia de Desarrollo Endógeno, si los fines son mediocres, el Desarrollo Endógeno como futuro alcanzable sufrirá de la misma mediocridad.

El concepto fundamental de Desarrollo es entonces formulado en los siguientes términos: en el despliegue del quehacer social en armonía con su entorno, entendiendo por entorno al espacio de relaciones espaciales, materiales, culturales, políticas y económicas en donde el hombre construye sentido colectivo.

Lo anterior implica que el desarrollo de una comunidad nace de ella misma, de cómo se organice y ejerza sus derechos constitucionales y de cómo proponga proyectos y planes que le permitan lograr un crecimiento sustentable aprovechando sus ventajas competitivas, y lo más importante radica que las comunidades expongan sus ideas de modo que estas puedan ser llevadas a consideración para ser ejecutadas en un momento determinado, para así lograr un bien para el colectivo y sus habitantes.

Conclusión

Tomando en cuenta el contexto expuesto, se concluye que conviene imperiosamente impulsar un nuevo modelo productivo, el mismo debe ser interpretado y concebido en su justa dimensión, es decir, no se trata de profundizar la dependencia del pueblo venezolano de la extracción y comercialización en el ámbito mundial de los hidrocarburos y sus derivados, sino que, por el contrario, se debe aprovechar en el momento actual ese potencial energético para ir sentando las bases de ese Modelo de Propiedad y Producción, lo que requiere mayores niveles de conciencia y exigencia en cuanto a la orientación y el uso eficiente de los recursos disponibles, donde la política de promoción y desarrollo de las Empresas de Producción Social se convierte en un elemento fundamental para derribar la idea que pretende encerrar todo entre Estado y Mercado, evitando en el fondo el desarrollo del poder popular y la generación de un nuevo tejido social que ejerza en el plano productivo un verdadero control social.

En este sentido, las Empresas de Producción Social como unidad socio-productiva generadora de riqueza de la producción, según planteaba Marx (1857): "…el dominio del capital sobre la sociedad sólo puede ser vencido por un orden reproductivo exitoso en lo material y gratificante en lo humano que asuma todas las funciones metabólicas vitales de ese modo de control sin contradicciones".

Lo cual representa, que deben ser o convertirse en las herramientas fundamentales para sentar las bases de ese nuevo modelo productivo, en el que el pueblo y los trabajadores

organizados y conscientes, ejerzan un verdadero control social sobre el sistema económico a construir.

Hoy más que nunca y en concordancia con el surgimiento del nuevo proceso político democrático, protagónico, participativo e incluyente que conllevan a proponer en la población un cambio destinado a la creación de nuevos modelos y prácticas económicas, donde las relaciones de producción se den entre libres asociados, donde no exista forma de explotación alguna, donde los trabajadores sean dueños de los medios de producción, se plantea la idea de la consolidación de un Modelo Productivo Socialista Endógeno como la base económica del socialismo del siglo XXI, el cual tenga como ideas fundamentales romper con la alienación, expandir la economía social cambiando el modelo de apropiación y distribución de excedentes, consolidar el carácter endógeno de la economía, que permitan darle poder al pueblo representado en organizaciones comunitarias, así como también la participación eficiente del Estado en la economía.

Basados en lo anterior, se considera la necesidad de construir nuevas relaciones sociales de producción, para avanzar desde unas relaciones capitalistas, al nuevo modelo de producción, colectivista, solidario, endógeno, ecológico, sustentable y en armonía con el ambiente, en definitiva socialista. Las empresas del Estado deben abandonar su carácter capitalista, para ir configurando la espina dorsal del nuevo modelo productivo nacional, que desarrolle una mejor calidad de vida a las comunidades.

Los ejes estratégicos del desarrollo del nuevo modelo, deben ser: la socialización de la propiedad y de las ganancias, el sentido nacional y popular de la producción, industrialización desde dentro hacia determinados mercados internos y externos, la inserción dinámica en la economía, la seguridad y soberanía alimentaria, la innovación y producción tecnológica, la autogestión, entre otros, partiendo de la unidad básica organizativa, política y productiva; es decir, desde de los consejos comunales, sus niveles superiores de organización, y demás Consejos del Poder Popular .

Ahora bien, el principio regulador de la EPS, debe ser el impulso de una economía socialista, solidaria, incluyente y humanista cimentada en la promoción de nuevas relaciones de producción orientadas al desarrollo endógeno, entendiendo este, como el apoyo al desarrollo técnico de empresas nacionales no privadas.

Se observa entonces que existen diversas iniciativas de promover un nuevo modelo de unidad productiva en el país, colmadas de buenas intenciones y no despreciables resultados, sin embargo no existe de manera formal un documento que sirva de guía tanto para los diferentes órganos del Estado, como para las mismas comunidades de cómo deben conformarse y gestionarse estas innovadoras empresas.

No existe basamento jurídicos alguno dentro del marco de la ley, de carácter general, que respalden a las EPS, las mismas particularmente están reguladas de modo constitucional y sub legal; sin embargo en el ámbito constitucional, Se desarrollan bajo los principios del Sistema Socioeconómico.

El fundamento de este ámbito del poder es la erradicación de las brechas sociales y garantizar a los excluidos el acceso a los servicios básicos y con dignidad, que les permita su plena realización como ciudadanos y ciudadanas en la sociedad, para esto es que se debe dar más potestad y dotar de capacidad de gestión a los diversos comités que hacen parte de los consejos y que deben intervenir en la superación de las desigualdades sociales. Serán espacios donde el poder se manifieste sin dominantes y dominados, sin soberbias e individualismos, sin egoísmos y donde el individuo funcione en armonía con el colectivo.

Leer más: http://www.monografias.com/trabajos90/empresas-produccion-social-como-activador-

del-desarrollo-endogeno/empresas-produccion-social-como-activador-del-desarrollo-

endogeno.shtml#ixzz3f46fukbr