Entrevista a lex rovira mayo2010

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BERNIK REPORTAJE ESCRITOR CULTO, APASIONADO, CURIOSO, ESPONTÁNEO, TIERNO Y SENSIBLE. PERO TAMBIÉN SEDUCTOR, IRÓNICO Y CONSCIENTE DE SU ÉXITO. EMPRESARIO PERO MÁS ATRAÍDO POR LA PSICOLOGÍA QUE POR LA CULTURA DEL MARKETING. LECTOR VORAZ AL MISMO TIEMPO QUE ESCRITOR BEST-SELLER. ESCUCHADOR EMPÁTICO PERO TAMBIÉN ENCANTADOR DE MULTITUDES. FILÁNTROPO Y GURÚ ESPIRITUAL PARA ALGUNOS. PADRE EJEMPLAR DE DOS NIÑAS Y UN NIÑO. MELÓMANO Y CANTANTE. PIANISTA Y SAXOFONISTA AMATEUR. TODO ESO Y MÁS ES ÁLEX ROVIRA AUNQUE NO HAGA NADA MÁS EN SU VIDA. POR Leticia Brando El hombre que logró humanizar a las empresas y convertirse en best seller. ROVIRA ALEX ENTREVISTA CON EL EXITOSO ESPAÑOL

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BerniK REPORTAJE escritor

CULTO, APASIONAdO, CURIOSO, ESPONTáNEO, TIERNO Y SENSIBLE. PERO TAmBIéN SEdUCTOR, IRóNICO Y conscienTe de su éxiTo. EmPRESARIO PERO máS ATRAídO POR LA PSICOLOGíA qUE POR LA CULTURA dEL mARKETING. LECTOR VORAZ AL mISmO TIEmPO qUE escriTor besT-seller. ESCUCHAdOR EmPáTICO PERO TAmBIéN encanTador de mulTiTudes. FILáNTROPO Y GURú ESPIRITUAL PARA ALGUNOS. PAdRE EjEmPLAR dE dOS NIñAS Y UN NIñO. melómano y canTanTe. PIANISTA Y SAxOFONISTA AmATEUR. TOdO ESO Y máS ES áLEx ROVIRA AUNqUE NO HAGA NAdA máS EN SU VIdA.

POR Leticia Brando

El hombre que logró humanizar a las empresas y convertirse en best seller.

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ENTREVISTA CON EL EXITOSO ESPAÑOL

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Desde una perspectiva positiva, podríamos decir que nacemos puros. Luego, crecemos y nos apegamos a cosas y a personas. Erróneamente, solemos recono-

cernos en el ego, que aumenta cuando nos elogian y nos hace sentir ínfimos cuando nos critican. Pero algunas personas hace tiempo que han superado las trampas del ego o están en vías de superación. De esta raza de hombres parece ser Álex Rovira (Barcelona, 1969). Antes de entrevistarlo, un amigo que tuvo la oportunidad de escucharle en una conferencia, me previno que me iba a en-contrar a un ser arrogante y ególatra. Por otro lado, era frecuente encontrarme con algún empresario que me recomendaba su libro: “La buena suerte”. Tanta insistencia hizo que un día lo leyera. Cuando finalmente le conocí, Rovira se mostró cercano y cálido, muy ale-jado a la imagen que me había transmitido mi amigo o a la imagen de “ídolo de masas” que me transmitían los empresarios. Puede que se haya aprendido su personaje y que el hecho de ser un emblema de la actitud positiva haga que trabaje su amabilidad con los extraños o periodistas. Puede que sea encantador siempre que le caigas bien. Puede que sólo sea paciente y empático con las personas que quiere. Puede que le interese teóricamente el mundo, y en la práctica sólo le interese su entorno afectivo y el resto no suma ni resta en su vida. A su vez, podríamos creernos que no es un gurú ni un filósofo compasivo como lo buscan promocionar. Ni un ser cercano a la piedad de un monje. Más bien Rovira es un hombre que siente, vive, ama, piensa, se equivoca y sobre todo que crea.

Este creador parece asumir sin miedos el poder de cuestionarse el mundo. Detrás de la fachada de hombre afortunado, emerge un ser carente de vanidad. Realmente no parece importarle sus millones de libros vendidos, ni el hecho de compartir foros mundiales con Rudolph Giuliani o Madeleine Albright. Eso no evita que deje entrever un ser contradictorio que expresa entre orgullo e incomodidad cuando se le recuerda que es considerado uno de los conferencistas mejor pagos de España junto a Felipe Gon-zález y José María Aznar. “Mínimo un día a la semana, viajo por conferencias. Tengo la primera corona que es Barcelona, Madrid, eventualmente Sevilla, Valencia y Bilbao. La segunda corona es Milán, Roma, París. Eventualmente Londres y Lisboa. Una vez al año, voy a Asia, normalmente Japón. Otras veces, voy a Estados Unidos y hago una ruta por Brasil, Argentina, Chile”, señala.

Por el momento, Rovira aprovecha las mieles del éxito pero no se marea. Tiene claro que su foco y su sentido vital está en ver crecer a sus tres hijos. “La hora de levantarme de-pende de si estoy con los niños. Pero un día que esté solo sin ellos, tiendo a madrugar. Me levanto 5:30 o 6 y me voy a nadar. Estoy una hora o una hora y cuarto nadando, y ese tiempo es sagrado, como también lo es el tiempo de mis hijos. A partir de tal hora, no estoy para nadie”.

Quizá esta actitud humilde se deba a sus años de análisis psicoanalítico, algo inusual en España, ya que son poco propensos a las terapias. “Llevo 10 años con un psicoanalista argentino dos días a la semana. No me lo planteo como una terapia, pero es conectar con el ser. El psicoanálisis te lleva a hacer la travesía del desierto, a cuestionar tu ego, de cómo has construido tus mecanismos de defensa para sobrevivir, de cuestionar tus creencias y todo”.

Cuando eras niño, ¿imaginabas todo esto: libros, conferencias, seguidores? Sí, fui un niño muy precoz y siempre tuve una gran inquietud espiritual. En mi casa, cada semana entraban libros de filosofía orien-tal (Krishnamurti), de filosofía occidental (Sigmund Freud, Carl Jung, Alfred Adler). Cuando tenía un año, les preguntaba “¿quién soy yo?” a mi padre y a mi madre con una gran desazón y angustia. Me decían: “tú eres Alex”. Y yo decía: “Este es mi cuerpo

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dE LA BUENA SUERTE A LA BUENA CRISIS

Toda esta vorágine en la que se ha metido Álex Rovira comenzó con “La buena suerte”, un libro sobre Management que escribió junto a Fernando Trías de Bes. Corría el año 2004, Rovira era un profesor de la escuela de negocios ESADE que pronto pasó a ser una figura mediática. El mundo entero quiso saber más sobre esa fábula de caballeros en búsqueda del trébol de la buena suerte. La obra llegó a casi cuatro millones de ejemplares vendidos y traducciones a cuarenta idiomas, y sigue siendo un referente en esto de liderar una empresa o la vida misma. Rovira incluso ha logrado más traducciones que uno de sus escritores más admirados. “Me fascina Mario Benedetti. En Santillana lo conoce mucha gente. Me decían amigos que tengo en la editorial que nos habríamos entendido muy bien. Era humilde, tierno. Lo que tiene Benedetti es que habla desde el corazón. Era un hombre con coraje, coherente, un hombre lúcido, con ternura, era un mago de las palabras. No te habla desde ninguna asimetría. No es barroco, no es hermético y juega con la alegría y con la tristeza. A mí me puede”, confiesa Rovira.

Más adelante, Rovira siguió propenso a escribir historias sobre las virtudes. Vinieron entonces “Los siete poderes”, “El laberinto de la felicidad”(co-escrito con Francesc Miralles), “La buena vida”. Recientemente lanzó el ensayo “La buena crisis” y la novela “La última respuesta”(escrita otra vez junto a Francesc Miralles). Esta última obra viene precedida por los elogios de la crítica y con el VIII Premio de Novela Ciudad de Torrevieja. “La última respuesta” es un thriller inspirado en el genio de Albert Einstein más allá de la teoría de la relatividad. Con un estilo ágil y casi cinematográfico, los personajes recorren los supuestos lugares donde estuvo el premio Nobel. Tanta peripecia para confirmar que la fuerza del amor es la esencia del cosmos.

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FUI Un nIñO MUy PRECOz y SIEmpRE TUvE UNA gRAN INqUIETUd ESpIRITUAL. En MI CASA, CADA SEMAnA EnTRABAn LIBROS DE FILOSOFíA ORIEnTAL (kRIShnAMURTI), DE FILOSOFíA OCCIDEnTAL (SIgMUnD FREUD, CARL jUng, ALFRED ADLER).

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LA PSICOLOGíA CREA LA ECONOmíA

“Me parece curioso la fijación por el dinero. Me preguntan cómo se hace para vender millones de libros. No lo sé. Yo escribo un libro desde el corazón y luego es la promoción”, subraya Rovira. “Una vez ESADE organizó un premio de novela de narrativa empresarial. Empecé a recibir mails de ex alumnos, conocidos de conocidos que me decían: “a este premio me gustaría presentarme, me gustaría que me dieras la receta para hacer un libro de éxito de narrativa empresarial”. Cuando ya estaba por el cuarto mail, redacté un mail de respuesta que le pedí a mi asistente David que se lo enviara a todos. Faltaban tres meses para el concurso. Tal como quieres, te doy la receta: “Léete mil libros de filosofía oriental y occidental, contemporánea y clásica, Epíteto, Marco Aurelio, Schopenhauer. Léete mil, subráyalos, resúmelos, intégralos. Léete 500 libros de buen Management, lee a Covey y a otros. Léete unos 2500 libros, es lo que he hecho, psicoanalízate 6 o 7 años y además compleméntalo con terapia de constelaciones familiares, PNL, Gestalt. Aprende a escribir. ¿Quieres saber de verdad lo qué he hecho? Ir a un analista que por lo menos será un trabajo de 15 años”. El que ya te pregunta cuáles son los ingredientes, no está entendiendo nada. Mi madre hace una salsa al pesto extraordinaria, y ella te dice que los piñones que pone lo hace con amor, pone el alma. Hay una frecuencia, una energía, una intencionalidad que hace que eso lata. Cuando tomo un libro, me dejo sentir, siento, me dice cosas, todo habla. Para que algo llegue tiene que tener vida y alma. El alma no es mecánica. No es una cuestión de engranajes ni de ingredientes. Todo es una emanación de lo que tú eres. La psicología crea a la economía y no se han enterado”, concluye.

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BerniK REPORTAJE escritorEN mIS CONfERENCIAS hABLO mUChO dEL dOLOR, DEL SUFRIMIEnTO, DE LA TRISTEzA, DE LA IMPOTEnCIA, PERO nO PORqUE qUIERA SInO PORqUE ESTán vInCULADAS AL CAMBIO.

pero no soy yo”. Me agarraban en brazos y me ponía frente al espejo. Toda la vida ha sido la búsqueda, con una gran fascinación e intensidad en todo. Me interesa todo. En algún momento, el canal fue intelectual. Leía todo. A partir de cierta edad, me centré en buscar maestros, y en ese camino he conocido gente anónima fascinante y gente notoria que te decepciona. Es el problema de mi expectativa porque ellos son como son. De pequeño me encantaba la psicología, la sociología, la antropología, la medicina. Me metí en el mundo empresarial por necesidad. Estudié en ESADE porque mi padre tenía una empresa. Me creía aquello de “gánate la vida y luego haz lo que quieras”. Luego vi toda la incoherencia, el autoengaño que hay en el mundo del marketing y la empresa. Sigo en el mundo de la empresa pero he tratado de humanizarlo. Estoy haciendo lo que siempre quise hacer, tengo varias empresas pero no me llena. Me considero un privilegiado, cada día doy gracias a Dios. Hago lo que quiero, cuando quiero, con quién quiero y cómo quiero y disfruto.

Tras el éxito de “La buena suerte”, llegó “La buena vida” y ahora publicas “La buena crisis”. Vuelves a tener muchos seguidores y muchos detractores que no entienden que veas un lado positivo a la crisis con el aumento de las tasas de paro… Hay dos tipos de periodistas: Los que me han leído y los que entrevistan a un prejuicio. Si vienen a una conferencia verán que no estoy positivo siempre. In-

tento ser realista y hablar de las palancas para la transformación. En mis conferencias hablo mucho del dolor, del sufrimiento, de la tristeza, de la impotencia, pero no por-que quiera sino porque están vinculadas al cambio. He tenido siempre la suerte de sentirme muy respetado y querido por los periodistas, sólo me he encontrado con dos entrevistas ácidas. En una de ellas, le dije al periodista que no me había leído, ya que me definía como un autor de “autoayuda” y hacía afirmaciones que no tienen nada que ver conmigo. Otros dicen que soy un opti-mista recalcitrante. Últimamente no se me presenta así, sino más como un filósofo, un pensador. Yo no me pongo ninguna etique-ta, intento transmitir conceptos, vivencias, sentimientos, de una manera simple pero no banal, que creo que son útiles para ges-tionar la vida, transformarnos y crecer.

Hay muchos sonidos ensordecedores que hablan de crisis: paro y el fin del trabajo... Hay que diferenciar una crisis de una des-gracia. Una desgracia no es reversible. Se te muere un hijo y eso nadie lo puede cambiar. Te hace conectar con la impotencia y con la tristeza. Una desgracia puede convertirse en una crisis, pero ésta comparte la raíz eti-mológica con crisálida y con Cristo. La crisis te hace conectar con la impotencia que es esencial. La raíz etimológica en sánscrito y en hindi de la palabra crisis, viene de cri: acción creativa, positiva que encarna el amor. Una crisis te obliga a dejar de tener para que puedas ser. Es un proceso de transformación, de crisálida. Es un mensaje de la vida para la visión espiritual. Para darte cuenta de eso, debes saber que todo es efímero. Pero vol-viendo a lo bueno que tiene la crisis, señores reinvéntense, usted tiene la posibilidad de ponerse a llorar en el rincón o ponerse a trabajar.

En España posiblemente has sido uno de los pocos que ha introducido el tema de valores en las empresas... No todo el mundo habla el tema del amor y del senti-do en una conferencia. Me he encontrado muchas veces con pánico delante del con-tratante: “cuidado, no digas esto delante de este”. Hay mucho miedo pero el miedo es amor disfrazado. Creo que se ha iniciado una revolución inevitable, y esta crisis es un síntoma. Todo lo que nos está pasando es una crisis de conciencia. Todas las almas tienen la oportunidad de cuestionarse, y si no aprendemos las lecciones de esta crisis, vendrán más, es inevitable. No podemos tener un crecimiento económico ilimitado en un mundo limitado.

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LO IMPORTAnTE nO ES LA REALIzACIón DEL DESEO, SInO LO qUE hACE EL DESEO PARA qUE TE REALICES. LO ImpORTANTE NO ES EL LUgAR AL qUE LLEgAS SINO EL CAmINO. LO DECíA AnTOnIO MAChADO y LO CAnTó jOAn MAnUEL SERRAT.

Sin duda el amor hacia el prójimo es esencial, pero dicen algunos que el amor entre hombres y mujeres se está trans-formando en una utopía en tiempos de crisis… Hay cinco dimensiones del amor. Primero, lo que diferencia de una amistad es el acoplamiento físico, la ternura, el sexo, la lujuria. Si te encuentras ahí, eso es lo que te diferencia de una amistad. Luego, está el confort relacional, que estés cómodo con esa persona, en la música, paseando, con tu caballo, con tu perro, con lo que sea. Luego están valores compartidos, si yo soy una

crisis de conciencia, lo que tiene de bueno es recuperar la integridad, entendida como la coherencia entre lo que dices y lo que ha-ces y el cumplimiento de la promesa. Luego estaría el compromiso, la confianza para tirar adelante, la empatía.

Cuando me preguntan qué le diría a alguien que se quedará sin trabajo, yo no le diría nada, más bien le ayudaría, que ya lo estoy haciendo dando formación gratuita, ayudan-do hasta donde puedas llegar. El problema es que hemos pasado de un estado de falsa

persona de una visión política moderada y estoy con un independentista catalanista o uno de extrema derecha español, no me voy a entender. Si me gusta la naturaleza y al otro le parece lo más normal tirar cigarrillos por la ventana, tenemos un problema. Luego está el orgullo social, y no me refiero a ser orgulloso sino a estar orgulloso de tu pareja. Por último, está la sensación de plenitud, con esa persona me siento relajado, me siento en mi casa, me siento lleno. No son compensa-torias. Hay hombres que con la primera les sirve para aguantar el resto, pero eso tiene fecha de caducidad. El problema de ahora es que todo es demasiado líquido, la gente tiene mucha prisa, todo tiene un tiempo. Sales a cenar dos veces y la gente ya quiere tener un hijo.

En familias donde algunos de sus miem-bros pierden su trabajo, uno de los valores que más aparece es el amor. Estas perso-nas sólo pueden seguir adelante porque cuentan con personas que les demuestran amor, cooperación y generosidad, pres-tando su hombro y su ayuda… Al ser una

omnipotencia a un estado de impotencia. No nos hemos conectado aún con la potencia. Hemos pasado de ser una euforia falsa a una situación de depresión y de impotencia. Hay que aprender de los errores.

Hemos llegado aquí porque habíamos comprado cosas que no necesitábamos, con dinero que no teníamos, para impresionar a quien no conocíamos o no nos caían bien, avalándolo con activos que no valían lo que costaba. En el fondo, es una crisis de avidez. El principio de la dualidad: vida y muerte, sístole y diástole, inspiración y expiración. Significamos más los momentos de tristeza, de depresión, cuando sin la oscuridad no podríamos reconocer la luz.

¿Y sientes que has logrado todo en la vida? No, jamás. Lo importante no es la realización del deseo, sino lo que hace el deseo para que te realices. Lo importante no es el lugar al que llegas sino el camino. Lo decía Antonio Machado y lo cantó Joan Manuel Serrat. Tengo muchos proyectos y mucha ilusión.