Entrevista a Michel Serres 2013

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19 EL MUNDO. SÁBADO 21 DE DICIEMBRE DE 2013 OTRAS VOCES EL MUNDO QUE VIENE Después de la generación X, la generación Y, la generación ni-ni o la generación Eisntein, la última camada de la sociedad desarrollada atiende al nombre de generación Pulgarcita, bautizada así por el francés Michel Serres en homenaje al personaje del cuento de Perrault, que sería hoy una mujer de menos de 30 años, nacida con el advenimiento de la tecnología digital, que juega con su smartphone mane- jando los pulgares –de ahí el nombre– con ha- bilidad pasmosa. Recientemente laureado con el Dan David Prize, Serres se centra en escri- bir la segunda parte de Pulgarcita (2012), una obra en la que retrata al conjunto de jóvenes crecidos en la sociedad global de las redes so- ciales y «destinados a transformar el mundo». Hombre de libros pero también de acción, entre sus estudios de matemáticas, literatura y filosofía, tuvo tiempo de ser oficial de la Ma- rina y hasta participó en la reapertura del ca- nal de Suez. Viajero, deportista, ecologista, pa- cifista, divulgador de la ciencia... Para este de- voto del pensamiento lógico de Leibniz su búsqueda de una epistemología de la física y química fue una consecuencia traumática de la bomba de Hiroshima. Desde entonces, tra- ta de entender y explicar el mundo con una capacidad de síntesis admirable basada en su visión multidisciplinar del saber humano. Pregunta.– ¿De dónde viene su interés y su conocimiento de la generación Pulgarcita y por qué la bautizó en femenino? Respuesta.– La conozco bien por tres razo- nes. La primera: tengo cuatro hijos, 11 nietos y seis bisnietos. La segunda: he sido profesor durante casi toda mi vida. Y la tercera: desde 1982 enseño en Stanford, que se encuentra en medio del Silicon Valley, de ahí mi experien- cia con las nuevas tecnologías. En cuanto al género, en las aulas he asistido a la victoria de las mujeres. En mis clases han sido siempre más serias, más profesionales y más aplicadas que los varones. He visto cómo crecían en nú- mero en las últimas décadas y creo que hay oficios que mañana serán de su propiedad ex- clusiva: derecho, medicina, cultura... Soy un feminista de largo recorrido y, por todas esas razones, mi Pulgarcita es una mujer. P.– ¿Cómo es esa mujer? R.– Tiene el mundo literalmente en la ma- no. Todo su saber está en un teléfono inteli- gente. Con su GPS recorre el planeta, con Wi- kipedia atesora el conocimiento de la huma- nidad, gracias a su agenda se comunica con sus amigos estén dónde estén. Lo conectivo reemplaza lo colectivo, produce comunidades, asociaciones, maneras de estar juntos que an- tes eran imprevisibles. Pulgarcita posee la in- mediatez y una experiencia del tiempo pre- sente que nadie había tenido antes. Los viejos gruñones que la critican se refieren a un pe- ríodo en que primaba una idea completamen- te distinta del instante. Son ellos también los que han hecho de ella lo que es. P.– ¿A qué atribuye el éxito que ha tenido su libro en Francia? R.– Hace 30 años dediqué al mito de Her- mes cinco volúmenes que anticipaban el ad- venimiento de la sociedad de la comunicación, pero nadie comprendió gran cosa. Ahora me escuchan mejor. Escribí Pulgarcita para ayu- dar a los jóvenes a adaptarse a la sociedad y a los mayores a entender a los jóvenes. Desde que se publicó, tengo infinidad de padres, edu- cadores e incluso directores de empresa que me dan las gracias. P.– ¿Tan difícil de comprender resulta esta nueva generación? R.– Para cierta gente parece que sí. No olvi- de que llega después de todas las transforma- ciones del siglo XX. Cuando nuestros antepa- sados se casaban, se juraban fidelidad por diez años ya que su esperanza de vida sólo era de 30 años. En la actualidad, si dos estudian- tes se casan, ¡se juran fidelidad por 65 años! No se trata del mismo matrimonio. Todas es- tos cambios hacen que mi Pulgarcita sea el producto de un mundo en mutación. P.– Con ella se cumple entonces ese prover- bio chino sobre la fortuna de quienes viven tiempos interesantes... R.– Sin duda. No conozco generación que haya tenido tantas novedades de golpe. Esta diferencia es única en la Historia. Hasta el si- glo V antes de Jesucristo, la transmisión del saber se hacía por medio de la palabra. Luego, cuando se inventó la escritura, todo cambió: el Derecho, la Ciencia, la Religión, la Pedago- gía… En el Renacimiento, la imprenta desen- cadenó una metamorfosis total de la sociedad. Pero con la aparición de la informática, sospe- cho que los cambios van a ser aún más radi- cales. Estamos al borde del precipicio. ¿Qué hay al otro lado? No lo sé. ¿Llegaré a saberlo antes de mi muerte? Pienso mucho en ello... P.– ¿Cómo cree que afectará todo esto al or- den político? R.– Nuestras instituciones han sido creadas en un mundo que ya no existe. Nuestras polí- ticas también. La última campaña electoral en Francia ha sido una campaña de prostáticos. No entiendo cómo la generación Pulgarcita abordará la política. Pero está claro que el ac- tual sistema fue inventado antes de la revolu- ción tecnológica y se ha quedado anticuado en muchos aspectos. Así que los jóvenes ten- drán que reinventarlo todo y crear una demo- cracia nueva y más participativa. P.– Esta generación privilegiada se enfren- ta, sin embargo, a problemas muy graves en el mundo actual. R.– Efectivamente, la reforma de la socie- dad es urgente y no se sabe cómo hacerla. La economía dirige nuestras vidas de forma abu- siva. Contrariamente a lo que pensamos, nuestra sociedad quizá no debía estructurar- se en función de ella... Lo que hoy llamamos crisis es, en realidad, una acumulación de di- versas crisis y el producto de todas las trans- formaciones que he descrito. Es, simplemen- te, una especie de alerta. Por ello, a estos mu- chachos no les ha tocado una vida fácil y van a sufrir lo suyo: paro, problemas de vivienda y de acceso a la vida laboral. Para colmo, los adultos se muestran frecuentemente muy egoístas con ellos... P.– A pesar de todo, usted tiene una visión optimista de las cosas. R.– Quizá porque he tenido la suerte de es- tar siempre en el lugar apropiado, cuando ocurría algo nuevo. Siendo matemático, des- cubrí la teoría de la información. Ejerciendo como biólogo, fui amigo de François Jacob y de Jacques Monod, los premios Nobel de Me- dicina de 1965. Desde que enseño en Califor- nia, he visto a algunos de mis alumnos hacer- se multimillonarios y fracasar luego. He segui- do con entusiasmo los movimientos más importantes de nuestro tiempo y las noveda- des suelen contagiar alegría. Pero, evidente- mente, no todo lo que ocurre es bueno. La vio- lencia sigue estando ahí, igual que la desgra- cia. Hay motivos para estar atemorizado. Pero soy un optimista combativo. P.– Leí en Philomag un artículo suyo titula- do ¿Y si instaurásemos la paz perpetua?. ¿Se- rá eso posible algún día? R.– Se trata de un sueño pacifista que ya al- bergaba Kant. Pero nunca se realizará por la acción de los Estados o por el establecimien- to de normas de derecho internacional, sino cuando los hombres tomen conciencia de la necesidad de unirse para salvar al planeta. P.– Usted escribió hace décadas que «el aprendizaje es un mestizaje y el mestizaje es el futuro del mundo». ¿Lo sigue creyendo con los problemas de identidad que padece la so- ciedad actual? R.– Sí. La misma mezcla racial que yo veo en las universidades se encuentra ya en inter- net. Es cierto que saltan chispas al vivir todos juntos. Pero es necesario construir una espe- «Nuestras instituciones políticas han sido creadas en un mundo que ya no existe» Michel Serres es historiador, filósofo, y autor de ‘Pulgarcita’. / EL MUNDO «‘Pulgarcita’ es una mujer que tiene todo su saber en un teléfono inteligente; el mundo en su mano» «Los jóvenes tendrán que crear una nueva democracia. La reforma de la sociedad es urgente» MICHEL SERRES LUGAR DE NACIMIENTO: Agen (Francia) / EDAD: 83 años / FORMACIÓN: Matemáticas, Literatura y Filosofía / OCUPACIÓN: Historiador y filósofo. Miembro de la Academia Europea de Ciencias y Artes / SUEÑO: Que los hombres tomen conciencia de la necesidad de unirse para salvar al planeta JUAN MANUEL BELLVER / París Corresponsal

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19EL MUNDO. SÁBADO 21 DE DICIEMBRE DE 2013

OTRAS VOCES

EL MUNDO QUE VIENE

Después de la generación X, la generación Y, la generación ni-ni o la generación Eisntein, la última camada de la sociedad desarrollada atiende al nombre de generación Pulgarcita, bautizada así por el francés Michel Serres en homenaje al personaje del cuento de Perrault, que sería hoy una mujer de menos de 30 años, nacida con el advenimiento de la tecnología digital, que juega con su smartphone mane-jando los pulgares –de ahí el nombre– con ha-bilidad pasmosa. Recientemente laureado con el Dan David Prize, Serres se centra en escri-bir la segunda parte de Pulgarcita (2012), una obra en la que retrata al conjunto de jóvenes crecidos en la sociedad global de las redes so-ciales y «destinados a transformar el mundo».

Hombre de libros pero también de acción, entre sus estudios de matemáticas, literatura y filosofía, tuvo tiempo de ser oficial de la Ma-rina y hasta participó en la reapertura del ca-nal de Suez. Viajero, deportista, ecologista, pa-cifista, divulgador de la ciencia... Para este de-voto del pensamiento lógico de Leibniz su búsqueda de una epistemología de la física y química fue una consecuencia traumática de la bomba de Hiroshima. Desde entonces, tra-ta de entender y explicar el mundo con una capacidad de síntesis admirable basada en su visión multidisciplinar del saber humano.

Pregunta.– ¿De dónde viene su interés y su conocimiento de la generación Pulgarcita y por qué la bautizó en femenino?

Respuesta.– La conozco bien por tres razo-nes. La primera: tengo cuatro hijos, 11 nietos y seis bisnietos. La segunda: he sido profesor durante casi toda mi vida. Y la tercera: desde 1982 enseño en Stanford, que se encuentra en medio del Silicon Valley, de ahí mi experien-cia con las nuevas tecnologías. En cuanto al género, en las aulas he asistido a la victoria de las mujeres. En mis clases han sido siempre más serias, más profesionales y más aplicadas que los varones. He visto cómo crecían en nú-mero en las últimas décadas y creo que hay oficios que mañana serán de su propiedad ex-clusiva: derecho, medicina, cultura... Soy un feminista de largo recorrido y, por todas esas razones, mi Pulgarcita es una mujer.

P.– ¿Cómo es esa mujer? R.– Tiene el mundo literalmente en la ma-

no. Todo su saber está en un teléfono inteli-gente. Con su GPS recorre el planeta, con Wi-kipedia atesora el conocimiento de la huma-nidad, gracias a su agenda se comunica con sus amigos estén dónde estén. Lo conectivo reemplaza lo colectivo, produce comunidades, asociaciones, maneras de estar juntos que an-tes eran imprevisibles. Pulgarcita posee la in-mediatez y una experiencia del tiempo pre-sente que nadie había tenido antes. Los viejos

gruñones que la critican se refieren a un pe-ríodo en que primaba una idea completamen-te distinta del instante. Son ellos también los que han hecho de ella lo que es.

P.– ¿A qué atribuye el éxito que ha tenido su libro en Francia?

R.– Hace 30 años dediqué al mito de Her-mes cinco volúmenes que anticipaban el ad-venimiento de la sociedad de la comunicación, pero nadie comprendió gran cosa. Ahora me escuchan mejor. Escribí Pulgarcita para ayu-dar a los jóvenes a adaptarse a la sociedad y a los mayores a entender a los jóvenes. Desde que se publicó, tengo infinidad de padres, edu-cadores e incluso directores de empresa que me dan las gracias.

P.– ¿Tan difícil de comprender resulta esta nueva generación?

R.– Para cierta gente parece que sí. No olvi-

de que llega después de todas las transforma-ciones del siglo XX. Cuando nuestros antepa-sados se casaban, se juraban fidelidad por diez años ya que su esperanza de vida sólo era de 30 años. En la actualidad, si dos estudian-tes se casan, ¡se juran fidelidad por 65 años!

No se trata del mismo matrimonio. Todas es-tos cambios hacen que mi Pulgarcita sea el producto de un mundo en mutación.

P.– Con ella se cumple entonces ese prover-bio chino sobre la fortuna de quienes viven tiempos interesantes...

R.– Sin duda. No conozco generación que haya tenido tantas novedades de golpe. Esta diferencia es única en la Historia. Hasta el si-glo V antes de Jesucristo, la transmisión del saber se hacía por medio de la palabra. Luego, cuando se inventó la escritura, todo cambió: el Derecho, la Ciencia, la Religión, la Pedago-gía… En el Renacimiento, la imprenta desen-cadenó una metamorfosis total de la sociedad. Pero con la aparición de la informática, sospe-cho que los cambios van a ser aún más radi-cales. Estamos al borde del precipicio. ¿Qué hay al otro lado? No lo sé. ¿Llegaré a saberlo

antes de mi muerte? Pienso mucho en ello... P.– ¿Cómo cree que afectará todo esto al or-

den político? R.– Nuestras instituciones han sido creadas

en un mundo que ya no existe. Nuestras polí-ticas también. La última campaña electoral en

Francia ha sido una campaña de prostáticos. No entiendo cómo la generación Pulgarcita abordará la política. Pero está claro que el ac-tual sistema fue inventado antes de la revolu-ción tecnológica y se ha quedado anticuado en muchos aspectos. Así que los jóvenes ten-drán que reinventarlo todo y crear una demo-cracia nueva y más participativa.

P.– Esta generación privilegiada se enfren-ta, sin embargo, a problemas muy graves en el mundo actual.

R.– Efectivamente, la reforma de la socie-dad es urgente y no se sabe cómo hacerla. La economía dirige nuestras vidas de forma abu-siva. Contrariamente a lo que pensamos, nuestra sociedad quizá no debía estructurar-se en función de ella... Lo que hoy llamamos crisis es, en realidad, una acumulación de di-versas crisis y el producto de todas las trans-formaciones que he descrito. Es, simplemen-te, una especie de alerta. Por ello, a estos mu-chachos no les ha tocado una vida fácil y van a sufrir lo suyo: paro, problemas de vivienda y de acceso a la vida laboral. Para colmo, los adultos se muestran frecuentemente muy egoístas con ellos...

P.– A pesar de todo, usted tiene una visión optimista de las cosas.

R.– Quizá porque he tenido la suerte de es-tar siempre en el lugar apropiado, cuando ocurría algo nuevo. Siendo matemático, des-cubrí la teoría de la información. Ejerciendo como biólogo, fui amigo de François Jacob y de Jacques Monod, los premios Nobel de Me-dicina de 1965. Desde que enseño en Califor-nia, he visto a algunos de mis alumnos hacer-se multimillonarios y fracasar luego. He segui-do con entusiasmo los movimientos más importantes de nuestro tiempo y las noveda-des suelen contagiar alegría. Pero, evidente-mente, no todo lo que ocurre es bueno. La vio-lencia sigue estando ahí, igual que la desgra-cia. Hay motivos para estar atemorizado. Pero soy un optimista combativo.

P.– Leí en Philomag un artículo suyo titula-do ¿Y si instaurásemos la paz perpetua?. ¿Se-rá eso posible algún día?

R.– Se trata de un sueño pacifista que ya al-bergaba Kant. Pero nunca se realizará por la acción de los Estados o por el establecimien-to de normas de derecho internacional, sino cuando los hombres tomen conciencia de la necesidad de unirse para salvar al planeta.

P.– Usted escribió hace décadas que «el aprendizaje es un mestizaje y el mestizaje es el futuro del mundo». ¿Lo sigue creyendo con los problemas de identidad que padece la so-ciedad actual?

R.– Sí. La misma mezcla racial que yo veo en las universidades se encuentra ya en inter-net. Es cierto que saltan chispas al vivir todos juntos. Pero es necesario construir una espe-

«Nuestras instituciones políticas han sido creadas en un mundo que ya no existe»

Michel Serres es historiador, filósofo, y autor de ‘Pulgarcita’. / EL MUNDO

«‘Pulgarcita’ es una mujer que tiene todo su saber en un teléfono inteligente; el mundo en su mano»

«Los jóvenes tendrán que crear una nueva democracia. La reforma de la sociedad es urgente»

MICHEL SERRESLUGAR DE NACIMIENTO: Agen (Francia) / EDAD: 83 años / FORMACIÓN: Matemáticas, Literatura y Filosofía / OCUPACIÓN: Historiador y filósofo. Miembro de la Academia Europea de Ciencias y Artes / SUEÑO: Que los hombres tomen conciencia de la necesidad de unirse para salvar al planeta

JUAN MANUEL BELLVER / París Corresponsal

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20 EL MUNDO. SÁBADO 21 DE DICIEMBRE DE 2013

OTRAS VOCES

cie de multiculturalismo que terminará produ-ciendo un nuevo humanismo... El mundo está cambiado de forma radical y no se puede pre-ver si el futuro será mejor o peor. Lo único se-guro es que será diferente. ¿Estamos hoy me-jor que en el siglo XVII? No sabría decirle.

P.– Como poco, estamos más informados. R.– Sí. Todo el mundo tiene acceso a mu-

chísima información y un simple ciudadano del siglo XXI maneja más datos que los em-peradores romanos o Felipe II o Luis XIV. Eso da una idea algo utópica de una sociedad nueva más justa.

P.– La fijación por la pantalla de su Pulgarci-ta, ¿no entraña el riesgo de que termine aislán-dose del mundo real?

R.– Cuando era pequeño, mi abuela decía: «El pobre Michel pasa todo su tiempo con los libros, se le llenará la cabeza de tonterías y nunca sabrá lo que es la vida». Ahora critica-mos a los jóvenes por estar todo el rato meti-dos en sus máquinas. pero no es tan grave.

P.– Y el empacho informativo, la retransmi-sión de las catástrofes en tiempo real, ¿no po-dría conducir a una tristeza crónica del indivi-duo debido a la comunicación permanente de todo lo horrible que ocurre en el mundo?

R.– Tiene usted mucha razón. Cuando era bibliotecario del duque de Hanover, Leibniz ya dijo que «esta horrible masa de libros nos da tal exceso de datos que arriesgamos la barba-rie tanto como la cultura». Le tenía miedo a esa masa ingente de información. Pero ni us-ted ni yo hemos leído entera la Biblioteca Na-cional. En cuanto a las catástrofes, todo forma parte de la sociedad del espectáculo, entrete-nida por los medios de comunicación, que se rigen por las reglas de la publicidad. Para en-tendernos: Unesco publicó hace unos meses sus cifras sobre la causas de mortalidad en el mundo, empezando por las enfermedades tro-

picales, que son la principal y de las que nadie habla. El terrorismo figura en último lugar y apenas representa nada. Sin embargo, está diariamente en portada de los periódicos, mientras que nadie hace caso, por ejemplo, de los accidentes de tráfico, que producen dos mi-llones de muertes al año y 40 millones de heri-dos. Jamás el terrorismo ha sido tan letal.

P.– Así que los medios nos dan una visión parcial de la realidad...

R.– Comunican lo que les interesa vender, aunque eso no quiere decir que todo el mun-do responda de la misma manera a sus estí-mulos. Hay gente que logra vivir de una for-ma diferente. Yo sólo enciendo la televisión para ver los partidos de rugby o de fútbol y trato de abstraerme del resto. He tenido oca-sión de fijarme, no obstante, en el ritmo de las imágenes, que duran entre tres y cinco segundos. En un espacio informativo, a los expertos se les pide que respondan en me-nos de 15 segundos para no aburrir al es-pectador. Así es imposible decir nada. Cuan-do acudo a un programa, mis vecinos me di-cen: «te hemos visto en la tele». Y yo les pregunto: «¿qué dije?». «Ah, ni idea», res-ponden. Lo cual demuestra que la tele no es-tá hecha para difundir informaciones, sino para el entretenimiento y la publicidad. En la sociedad hay gente sabia, tranquila, que no vive en ese mundo vertiginoso de consu-mo e impulsos permanentes. Son ellos quie-nes construirán el porvenir.

«La tele no está hecha para difundir información, sino para la publicidad y el entretenimiento»

A la pregunta: «¿Cree usted que el Gobierno es responsable de la subida del 11% de la luz?», un 88% de los lectores de EL MUNDO cree que sí. Tras conocer el informe de Competencia en el que recomienda invalidar el incremento en el recibo eléctrico a partir de enero, como resultado de la subasta de las compañías,

Rajoy manifestó ayer que «la subida de la luz era exagerada» y que «no estaba justificada», por eso la «ha anulado». Sáenz de Santamaría anunció que Industria está trabajando en un nuevo decreto para sustituir el actual mecanismo de fijación de precios por otro «más transparente y competitivo».

La gran mayoría de lectores opina que el Gobierno es responsable del ‘tarifazo’

>EN LA RED

El próximo debate ‘En la red’ será el lunes. Podrá usted participar con su voto en la sección de Opinión de elmundo.es. Cada día, de lunes a viernes, EL MUNDO somete a debate y votación los temas más polémicos de la actualidad.

VOTACIÓN FINAL70.554 participantes

SÍ > 88%

NO > 12%

62.045 votos

8.509 votos

AJUBEL

El aborto y el nivel educativo Sr. Director: Nadie niega que la mujer que aborta lo hace en la inmensa mayoría de los casos forzada, en condiciones vulnerables y con riesgo de exclusión so-cial, por las presiones de di-verso tipo que sufre cuando se queda embarazada. Por eso, es importante que el Es-tado destine recursos a las mujeres embarazadas y no a financiar el aborto.

Pero además, a mayor nivel de estudios, menor es la tasa de aborto. Un informe, que analiza datos oficiales del INE, el Ministerio de Sanidad, el CIS y Eurostat, llega a la conclusión de que una de ca-da cuatro mujeres que aborta tiene estudios primarios o menos. Jesús Domingo Mar-tínez. Girona

No es un derecho Sr. Director: La señora Valenciano dice co-sas sobre la reforma de la ley del aborto en las que demues-tra estar confundida. Dice que «este Gobierno arrebata nues-tras conquistas, nuestros dere-

chos y, sobre todo, nuestra li-bertad». ¿Llama usted conquis-ta, derecho y libertad a matar a un inocente?

Se opone también «a desan-dar 30 años». Pero durante 30 años se ha andado de espaldas a la ley natural y de espaldas al derecho a la vida de un ser humano y de su madre. Ampa-ro Tos Boix. Valencia.

Los beneficios de las eléctricas

Sr. Director: Se ha creado un falso mito so-bre la gestión pública que ha hecho creer que es menos efi-ciente que la privada. Desde mi punto de vista, la gestión es gestión, y hay gestiones inefi-cientes privadas y públicas.

Hay sectores que no deben estar sujetos a los intereses mo-netarios debido a su gran im-portancia. Entre ellos, la pro-ducción de la energía y su su-ministro, que es el motor de nuestra industria.

Es descabellado pensar que mientras la energía se produce a través de los recursos natura-les de todos los españoles, su producción y suministro están generando un beneficio que revierte en cuentas privadas y empobrece a los demás ciuda-danos. Andrés Gago Núñez. Vigo.

Una Historia menos localista Sr. Director: Si la nueva Ley de Educación va a conseguir que la Historia de España sea una asignatura menos localista, más centrada en los orígenes de la nación es-pañola y más homogénea en todas las comunidades autóno-mas, no puedo menos que gri-tar «¡Bienvenido, Mr. Wert!».

Y, por favor, no se arrugue. Si sigue así, al final será us-ted el único ministro de este Gobierno al que con mucho gusto votaría... Joseph Mc Millan. Barcelona.

Los textos pueden enviarse por correo electrónico a [email protected] o por correo postal a la Avenida de San Luis, 25. 28033, Madrid. No excederán de 20 líneas y EL MUNDO se reserva el derecho a refundirlos. No se devolverán originales. Deben incluir el DNI y la dirección del remitente. EL MUNDO podrá dar contestación a las cartas dentro de la misma sección.

>CARTAS AL DIRECTOR

O el Gobierno reacciona, o los plomos fundidos del mi-nistro Soria dejarán a mu-chas familias y empresas de este país frías y a oscuras.

@javiolito Javier Lamas

Espero que los jueces Alaya, Ruz y Castro se conviertan es-te año en Reyes Magos y nos regalen a todos los españoles una prisión llena de políticos.

@Zelia_Arroyo Zelia Arroyo

Mariano Rajoy pasó de mal candidato a pésimo presidente del Gobierno de España, todo en él, como su facturación, es ficticio.

@vercasz Víctor Llano

Tras 11 horas de trabajo inin-terrumpido en la sede de UGT-A, la UCO libera a más de 50 bogavantes que iban a ser ejecutados.

@joaquinhidgar Joaquín Hidalgo

>TUITS AL DIRECTOR @pedroj_ramirez

Nació en esas islas donde siempre es una hora menos. Donde las palabras acarician la dureza de las cosas y donde casi siempre andan de buen humor. Es otro ritmo. Y no hay guerras. Están lo suficientemente lejos como para sentirse al margen, pero él quiso implicarse hasta jugárselo todo. Siempre lo tuvo tan claro que parecía mentira. Desde el otro lado cuesta comprender esa entrega, a cambio de casi nada. De la satisfacción de ser útil. De la valentía de atreverte con lo que nadie se atreve. Del orgullo de denun-ciar lo que siempre se esconde entre las sombras, y con barnices de normalidad. Cruzarse el planeta para contarlo todo. Dar visibilidad a quien no la tiene. Hablar de la

verdad de cada tierra desconocida. Eso que-ría Javier. Y eso quiere. Escribir sobre los rincones escondidos, sobre los conflictos que nadie entiende en los que la gente se mata, por territorios, por dioses ausentes, por banderas, por lenguas que se extinguen poco a poco. Sobre los niños del mundo, que tienen derecho a que se les escuche y nadie les pregunta. La sinrazón. Que se lo come todo con su falta de argumentos. Le llamamos el canario. Por eso. Porque es de allí. De donde todo llega una hora más tarde. Incluso la muerte. Tiene mucho sen-tido del humor y una sonrisa grande, que contagia constantemente. Que regala. Es un buen amigo de mi hermano Fernando. De los mejores. De los pocos. Porque al final los contamos con los dedos de una mano. Y vi-no a la fiesta sorpresa que le hicimos por su último cumpleaños. Le llamé, y me respon-dió desde Beirut. «Allí estaré». Dijo. Y allí estuvo. Ahora, secuestrado desde el 16 de septiembre en Raqqa, al norte de Siria, don-de la cobertura de la guerra es prácticamen-te imposible y muy arriesgada, quizá, le ha-

yan robado la sonrisa. Y quizá, por sus dos hijos, esté reflexionando sobre la próxima vez. No sé. Javier trabaja solo. Y cuando su compañera Mónica García Prieto, madre de sus dos hijos, reportera valiente y con-vencida, le pidió que dejara Siria porque sus hijos «le necesitaban vivo», parece que Ja-vier respondió, que «los niños de Siria nece-sitaban la atención del mundo». Así es él.

Porque hay profesiones, metas, territorios íntimos, que están por encima de uno mis-mo. Canario, vuelve, por favor, con tus sue-ños o sin ellos. Diles que no estás solo. Y que su guerra no se gana con tu vida. @cayetanagc

A PIE DE CAYE

«Quizá le hayan robado la sonrisa y quizá, por sus hijos, reflexione sobre la próxima vez»

Javier Espinosa

CAYETANA GUILLÉN CUERVO

INTERACTIVAS