Etnobotánica Argentina

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27 Dominguezia - Vol. 24(1) - 2008 Fecha de recepción: 8 de octubre de 2007 Fecha de aceptación: 13 de mayo de 2008 Farmacopea natural y tratamiento de afecciones de la piel en la medicina tradicional de los campesinos de las sierras de Crdoba (Repœblica Argentina) Gustavo J. Martnez Laboratorio de Etnobiologa. Museo de Antropologa. Facultad de Filosofa y Humanidades. Hiplito Yrigoyen 174 (5000) Crdoba, Repœblica Argentina. Correo electrnico: [email protected]. Resumen En el marco de un estudio de etnobotÆnica mØdica con campesinos de los ambientes serranos de la provincia de Crdoba, (Repœblica Argentina) el trabajo documenta la farmacopea vegetal utilizada en el tratamiento de afecciones de la piel. Mediante entrevistas y encuestas semiestructuradas a 62 informantes rurales, se obtuvo un listado de especies y los usos medicinales, as como el contexto de la medicina tradicional en el que tienen lugar. Se registaron para esta Ærea de la salud, 151 aplicaciones medicinales correspondientes a 76 especies agrupadas en 36 familias botÆnicas diferentes, de las cuales un 70 % son plantas nativas. La recoleccin a campo constituye el modo mÆs frecuente de apropiacin de los recursos herbolarios por parte de los pobladores, que emplean fundamentalmente las hojas y las partes aØreas, ya sea en decocciones o en forma directa, y que en general se administran en forma externa (lavajes, baæos, cataplasmas y compresas). Las principales aplicaciones medicinales estÆn destinadas al tratamiento de heridas y lastimaduras (cicatri- zantes), el cuidado del cabello (caspa y seborrea), prurito, irritaciones, micosis y verrugas. Entre los crite- rios para referir la etiologa, el diagnstico y la terapØutica de las dolencias se advierte la vigencia de nociones de la medicina oficial y de concepciones reelaboradas de la medicina humoral hipocrÆtica, as como la recurrencia a tradiciones hispanoeuropeas y a una vasta farmacopea vegetal. AdemÆs, se encuentra vigente la clasificacin de las plantas en cÆlidas y fras. Asimismo, afecciones de la piel como la culebrilla, las quemaduras y las verrugas admiten otras terapias, como las curaciones rituales y de palabra. Natural pharmacopoeias and treatment of skin diseases in traditional medicine of peasants from the hills of Crdoba, Argentina Summary A medical ethnobotanical research performed among people in the hill areas of the Province of Crdoba, Argentina, records the plant pharmacopoeia used to treat skin diseases. By means of interviews and semi- structured questionnaires with 62 rural informants, a list of species and their medicinal uses was obtained, as well as the folk medicinal context according to which they are applied. For this area of health studies, a total of 151 medicinal applications were registered for 76 plant species grouped in 36 different botanical families, 70 % of which are native plants. Wild plant collection is one of the methods most frequently used Palabras clave: Etnomedicina - plantas medicinales - Crdoba - piel - dermatologa. Key words: Ethnomedicine - medicinal plants - Crdoba - skin - dermatology.

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Dominguezia - Vol. 24(1) - 2008Fecha de recepción: 8 de octubre de 2007Fecha de aceptación: 13 de mayo de 2008

Farmacopea natural y tratamiento de afecciones de la pielen la medicina tradicional de los campesinos de las sierras de Córdoba

(República Argentina)

Gustavo J. Martínez

Laboratorio de Etnobiología. Museo de Antropología. Facultad de Filosofía y Humanidades. Hipólito Yrigoyen 174(5000) Córdoba, República Argentina. Correo electrónico: [email protected].

Resumen

En el marco de un estudio de etnobotánica médica con campesinos de los ambientes serranos de la provinciade Córdoba, (República Argentina) el trabajo documenta la farmacopea vegetal utilizada en el tratamientode afecciones de la piel. Mediante entrevistas y encuestas semiestructuradas a 62 informantes rurales, seobtuvo un listado de especies y los usos medicinales, así como el contexto de la medicina tradicional en elque tienen lugar. Se registaron para esta área de la salud, 151 aplicaciones medicinales correspondientes a76 especies agrupadas en 36 familias botánicas diferentes, de las cuales un 70 % son plantas nativas. Larecolección a campo constituye el modo más frecuente de apropiación de los recursos herbolarios por partede los pobladores, que emplean fundamentalmente las hojas y las partes aéreas, ya sea en decocciones o enforma directa, y que en general se administran en forma externa (lavajes, baños, cataplasmas y compresas).Las principales aplicaciones medicinales están destinadas al tratamiento de heridas y lastimaduras (cicatri-zantes), el cuidado del cabello (caspa y seborrea), prurito, irritaciones, micosis y verrugas. Entre los crite-rios para referir la etiología, el diagnóstico y la terapéutica de las dolencias se advierte la vigencia denociones de la medicina oficial y de concepciones reelaboradas de la medicina humoral hipocrática, asícomo la recurrencia a tradiciones hispanoeuropeas y a una vasta farmacopea vegetal. Además, se encuentravigente la clasificación de las plantas en cálidas y frías. Asimismo, afecciones de la piel como la culebrilla,las quemaduras y las verrugas admiten otras terapias, como las curaciones rituales y de palabra.

Natural pharmacopoeias and treatment of skin diseasesin traditional medicine of peasants from the hills of Córdoba, Argentina

Summary

A medical ethnobotanical research performed among people in the hill areas of the Province of Córdoba,Argentina, records the plant pharmacopoeia used to treat skin diseases. By means of interviews and semi-structured questionnaires with 62 rural informants, a list of species and their medicinal uses was obtained,as well as the folk medicinal context according to which they are applied. For this area of health studies, atotal of 151 medicinal applications were registered for 76 plant species grouped in 36 different botanicalfamilies, 70 % of which are native plants. Wild plant collection is one of the methods most frequently used

Palabras clave: Etnomedicina - plantas medicinales - Córdoba - piel - dermatología.Key words: Ethnomedicine - medicinal plants - Córdoba - skin - dermatology.

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Introducción

Las afecciones de la piel, dado lo manifiesto de susintomatología y su facilidad de detección, conlle-van �junto a las dolencias digestivas, ginecológicasy obstétricas� el mayor número de aplicacionesmedicinales de las farmacopeas nativas en gran par-te del mundo, a la vez que conforman un campo pocoexplorado y promisorio en lo que concierne a losestudios de bioprospección. Así lo indica el hechode que los compuestos con aplicaciones derma-tológicas representan solo el 11% del total de dro-gas que conforman las farmacopeas occidentales(Cox 1994; Goodman y Gilman, 1996).

Si bien las enfermedades de la piel no resultanfrecuentes como objeto específico de investigacio-nes etnobotánicas y etnomedicinales, se destina uninterés creciente de ensayos a la búsqueda de sus-tancias cicatrizantes, antiinflamatorias y antimi-crobianas, todas estrechamente vinculadas a las afec-ciones cutáneas

Entre la diversidad de criterios para la seleccióny la obtención de especies vegetales con potencialfarmacológico, la comunidad científica ha puestode relieve �en innumerables ocasiones� las virtu-des del enfoque etnofarmacológico o etnomédico,aproximación que requiere contar con una compren-sión acabada de las medicinas tradicionales de lospueblos que hacen uso de estos recursos. En el casoparticular de la Argentina, la medicina tradicionalse inserta en un complejo sistema etnomédico encoexistencia con la medicina oficial o biomedicina,las medicinas alternativas y las terapias religiosas(Idoyaga Molina, 1999) y se caracteriza por tres ti-pos de prácticas: el shamanismo, el curanderismo yla medicina casera, doméstica o autotratamiento(Idoyaga Molina, 1999; 2003). La primera se man-tiene aún vigente en las sociedades aborígenes, mien-tras que las otras dos se practican entre la poblaciónno indígena de criollos, tanto en áreas rurales como

by rural people to obtain herbs. From them, mainly leaves and plant stems are used, either in decoctions orapplied directly on the skin (washes, baths, poultices and compresses). The main medicinal uses are to treatwounds and grazes (healing), hair care (dandruff and seborrhoea), itching, irritation, mycosis and warts.Among the criteria to refer to the causes, diagnosis and therapeutics of these diseases, it has been found thatsome notions from official medicine are still valid, as well as readjusted conceptions of Hippocratic humo-ral medicine, the recurrence of Hispanic-European traditions and a wide plant pharmacopoeia. Some skindiseases like shingles, burns and warts admit other therapies, like ritual healing and healing through words.

urbanas de la Argentina. Junto a la diversidad demedicinas, el modo nativo de concebir las enferme-dades, tal como lo sistematiza la teoría etiológicade Idoyaga Molina (2003), nos remite, desde el puntode su causalidad, a diferentes tipos de desequilibriosque las originan y que trascienden el mero plano delo biológico; mencionaremos los desequilibrios or-gánicos, los sociales (males, brujerías, daños), losespacio-ambientales (mal aire), entre las entidadesque integran la persona (pérdida de alma) y los reli-giosos-rituales (por transgresión de tabúes o tras-tornos en la vinculación con seres míticos).

Los pobladores que fueron objeto de estudio com-parten, desde una perspectiva cultural, las cualida-des y el dinamismo característico de las culturas folk,en tanto según Foster (1991), ocupan un papelprotagónico en la salud el curanderismo y la medi-cina doméstica. La interpretación que las socieda-des folk hacen de las dolencias requiere un cuida-doso estudio de la etiología, el diagnóstico y la tera-péutica asociados a ellas, un preciso conocimientodel sistema etnomédico del grupo de estudio y unabordaje desde campos interdisciplinarios como losque proponen la etnomedicina (Arenas, 1996;Farnsworth 1994; Pieroni y col., 2002).

A pesar de su riqueza florística, los estudios so-bre plantas medicinales en la provincia de Córdobatodavía resultan insuficientes, aunque adquirieronun interés creciente en los últimos años. La infor-mación disponible hasta el momento se refiere alDepartamento de Río Cuarto (Bocco y col., 1997),Santa María (Martínez, 2005a), el sur de la Provin-cia (Núñez y Cantero, 2000) junto a algunos infor-mes técnicos (Noher de Halac y col., 1985;Lagrotteria y col., 1986, 1987a, 1987b; Lagrotteriay Toya, 1987; López, 1996; Lagrotteria y Affolter,1999). El texto de Barboza y col. (2006) constituyeun esfuerzo de compilación muy encomiable y es,sin duda, el compendio más completo de plantasmedicinales que existe para la Provincia. Todos estos

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trabajos enfatizan aspectos florísticos, la descrip-ción de las especies, el listado de usos medicinaleso la problemática de su comercialización. Sin em-bargo, hasta el momento, y a excepción de los avan-ces de algunas de nuestras contribuciones (Martínezy Planchuelo, 2003; Martínez, 2007a, 2007b), no seha puesto atención en los aspectos etnomédicos quepermiten interpretar en su contexto el sentido en elque estas plantas son utilizadas.

Según nuestras investigaciones previas, los po-bladores de las sierras de Córdoba recurren a unavasta farmacopea vegetal; hasta el presente se re-gistraron 189 especies con más de 750 aplicacionesmedicinales diferentes en el área en el que desarro-llamos este estudio (Martínez, 2003; Martínez,2005a).

Este trabajo tiene como objetivo caracterizar losusos medicinales de las plantas destinados al trata-miento de afecciones de la piel entre la poblacióncampesina de los ambientes serranos y los valles

intermontanos de la regiones de Paravachasca yCalamuchita (Córdoba, Argentina), e interpretarlosen el contexto de la medicina tradicional local.

Materiales y métodos

Área de estudio y poblaciónEmplazada en el suroeste de la capital de Córdoba, laregión de Calamuchita se destaca por la gran afluen-cia del turismo nacional e internacional; cuenta conimportantes asentamientos históricos de comunidadesindígenas, hoy extintas, y un importante legado cultu-ral jesuita (Figura 1). El clima es semihúmedo enverano con temperaturas máximas en el rango de 28-36 ºC y, semiseco en invierno con mínimas de entre 8y 14 ºC. La precipitación anual varía entre 700 y 900mm con valores descendientes hacia el oeste y cre-cientes en altitud (Capitanelli, 1979).

La vegetación del área comprende la provincia

Figura 1.- Área de estudio. Región de Paravachasca y Calamuchita (Córdoba, Argentina)

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fitogeográfica del Espinal, y el distrito ChaqueñoSerrano correspondiente a la provincia Chaqueña,donde alterna vegetación xerofítica con arbustos ypastizales de altura; son frecuentes los ejemplaresde Prosopis alba y Prosopis nigra, Aspidospermaquebracho-blanco, Celtis tala, Celtis iguanaea,Acacia caven, Geoffroea decorticans, Lithraeamolleoides, Fagara coco y Kageneckia lanceolata.Entre los arbustos aromáticos y medicinales se des-tacan Lippia turbinata y Aloysia gratissima,Mintostachys mollis, Baccharis crispa y Baccharisarticulata (Cabrera, 1994; Luti y col., 1978).

Desde el punto de vista histórico, en el área sedesarrolló un mosaico de culturas agrícolas que sesucedieron e interrelacionaron en el tiempo hastaunificarse en una sola cultura entre los años 1000 y1200 d.C., y que a la llegada de los españoles, abar-caba la provincia de Córdoba (D´Andrea y Nores,1996; Signorile y Benso, 2000). En este contexto decolonización se produjo un derrumbe demográficode estas poblaciones, aunque existen indicios depresencia de indígenas hasta principios del sigloXVIII. Con posterioridad a la conquista y a las fun-daciones, y tras un período de gran empuje impri-mido por los jesuitas, surgió la cultura criolla delmestizaje entre los aborígenes y los españoles, o susdescendientes. Entre los siglos XIX y XX, y comoconsecuencia de las olas de inmigrantes, se refuerzala influencia europea, especialmente española e ita-liana. La composición actual de la población de lazona es muy diversa; conviven los campesinos crio-llos junto con inmigrantes del siglo XX y loscitadinos que provenientes de la capital de la Pro-vincia o de otros centros urbanos, se radicaron en lazona. Se trata de criollos hispanohablantes dedica-dos a la actividad agrícolo-ganadera o minifundistascriadores de ganado caprino y bovino. Empleanmano de obra familiar complementada con la asala-riada �temporaria o permanente� y emplean los re-cursos forestales para uso doméstico, como ener-gía, construcciones rurales y forrajes. Sus ingresosprovienen de actividades como la venta de servi-cios vinculados al turismo (alquiler de caballos, ven-ta de productos regionales, hierbas medicinales,chacinados y quesos), el trabajo de asalariados o lacría y venta de ganado propio (Martínez, 2003).

Para la atención de su salud recurren tanto a losdispensarios ubicados en las principales localidades,como a los hospitales y consultorios médicos de loscentros más poblados (Alta Gracia, Villa General

Belgrano y Santa Rosa de Calamuchita). Sin embar-go, junto a la oferta de la medicina oficial y de lasterapias de alternativa, el curanderismo y la medicinacasera se encuentran en plena vigencia entre los po-bladores criollos de Córdoba. Su origen surge de di-versas síntesis entre los conocimientos indígenas y lascreencias europeas aportadas desde la época de la con-quista (siglo XVI) y reforzadas por los inmigranteseuropeos de los dos últimos siglos. Esta simbiosis ex-plica su similitud con la medicina folk de otras regio-nes de la Argentina, como la presencia de rasgos com-partidos con la medicina tradicional hispano-europea(Martínez, 2003; Martínez y Planchuelo, 2003).

MetodologíaLa información fue obtenida en diferentes viajes decampo realizados durante los años 2001 a 2004, yes parte de una investigación más amplia sobreetnobotánica médica de las sierras de Córdoba.

Se trabajó con 62 informantes campesinos a losque se realizaron encuestas semiestructuradas. Serealizaron además, entrevistas abiertas, recurrentesy extensas a algunos de los informantes que brinda-ron más información, para conocer los aspectos ca-racterísticos de la medicina tradicional. Se interro-gó acerca de las causas, las formas de diagnóstico ylas prácticas terapéuticas de las distintas enferme-dades; así se obtuvo información adicional acercade la nomenclatura de las dolencias y las represen-taciones culturales vinculadas con la salud, lo quepermitió establecer correspondencia entre las cate-gorías folk y las categorías de la ciencia occidental.

Las edades de los informantes oscilaron entre los26 y los 88 años; el grupo al que se efectuó la mayorcantidad de entrevistas estuvo constituido por muje-res de entre 66 y 75 años. El material de las entrevistasse registró en cintas magnetofónicas y en cuadernosde campo. Los datos etnobotánicos que se considera-ron válidos para este trabajo fueron los usos en los quehubiera coincidencia de, al menos, dos informantespara la misma parte y la misma especie (Scarpa, 2002).

Junto con la información obtenida, y en compa-ñía de informantes se colectaron las plantas a cam-po y se registraron sus nombres vernáculos. Las plan-tas fueron recolectados en su totalidad por el autor eidentificadas en su mayor parte por el mismo y lospliegos de herbario, depositados en el Herbario dela Facultad de Ciencias Agropecuarias de la Uni-versidad Nacional de Córdoba, bajo la sigla ACOR,y registrados en el catálogo Planch perteneciente a

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la actual directora del Herbario. Asimismo, se do-cumentaron más de 45 horas de grabación con en-trevistas e información etnomédica, de cuya trans-cripción se extrajeron algunos fragmentos de rela-tos, que se presentan en letra cursiva y con indica-ción del informante y el lugar de referencia, quepermiten interpretar aspectos etnomédicos.

A los fines de destacar las especies con poten-cial etnofarmacológico para las aplicaciones de lapiel que justificarían futuras investigaciones se cal-culó el Nivel de Fidelidad (FL) acorde con Friedmany col. (1986), índice que cuantifica la importanciade una especie para un uso particular. La fórmulaque se utilizó es la siguiente:FL= ( Ip / Iu ) * 100%,donde Ip es el número de informantes que sugiere eluso de una especie para el mismo propósito y Iu, eltotal de informantes que mencionaron la planta paracualquier uso medicinal.

Resultados y discusión

En este estudio etnobotánico se registraron para eltratamiento de afecciones de la piel, un total de 151usos medicinales correspondientes a 76 especies per-tenecientes a 36 familias botánicas. El 70% de lasespecies son nativas, el 14%, introducidas adventi-cias, y alcanzan al 16% las especies introducidascultivadas o adquiridas en comercios.

La tabla 1 presenta las especies vegetales agru-padas en divisiones taxonómicas y seguidamente,ordenadas en forma alfabética por familias. Paracada planta se consigna su nombre científico con surespectivo número de ejemplar de herbario, los nom-bres locales, la forma de adquisición y las aplica-ciones médicas recogida entre los informantes, in-dicando la parte utilizada, la forma de preparacióny el modo de administración.

Un rasgo característico de la medicina tradi-cional de esta zona, compartido con otras áreasde la Argentina y de América, tal como lo descri-be Foster (1976), es la definición de las enferme-dades preferentemente por su etiología, más quepor su sintomalogía. En la etiología de losdesequilibrios tratados en este trabajo los infor-mantes refieren sobre todo, causas naturales(desbalances alimenticios, térmicos y humorales);por el contrario, y solo excepcionalmente, lasdolencias de la piel constituyen una expresión de

conflictos en las vinculaciones sociales (males,envidias, brujería).

Asimismo, incorporan en su marco explicativotanto concepciones biomédicas, humorales-hipocráticas y rasgos de la medicina tradicional es-pañola. La forma en que se obtienen y dosifican lasplantas medicinales constituye un rasgo caracterís-tico de la medicina criolla, de reminiscencias hispa-no-cristianas, y se observa consonancia con una di-versidad de rasgos descriptos por Kuschik (1995)para la medicina española. En este sentido, una cos-tumbre de origen hispano muy difundida entre lospobladores es la exposición de las plantas al �sere-no� o rocío, y su recolección en las madrugadas delos �días santos� (por lo general se trata del ViernesSanto), debido a la creencia de que adquieren deesta manera el carácter de benditas.

Se advierte también esta influencia en el modoque se administran y dosifican los preparados. Sibien difiere entre informantes, resultan frecuenteslas prescripciones en las que se refieren númerosimpares �especialmente el 3 y 7� para las cantida-des de partes, combinaciones de plantas, dosis ytiempos de administración. La influencia de lo simbó-lico y lo mágico en las cantidades y las dosis explica laimprecisión y la falta de consenso entre los informan-tes a la hora de comunicar acerca de estos datos, aun-que por lo general, la proporción del vegetal se en-cuentra en un volumen al menos cinco veces menorque el del excipiente, por lo general, agua.

Las formas más usuales de preparación de losremedios de origen vegetal para la piel son lasdecocciones en agua (54% de los usos), su aplica-ción directa (22%), molidos (5%); se emplean en sumayor parte como lavajes y baños (49%), cataplas-mas y compresas (16%) y usos tópicos (11%), y otrasformas de uso mayoritariamente externos.

Tanto en la etnobotánica de la zona, como en eltratamiento de las dolencias específicas que abordaeste trabajo, el principal modo de apropiación de lasplantas por parte de los pobladores es por medio de larecolección a campo (76%), y en su mayoría se tratade plantas nativas o introducidas asilvestradas; enmenor medida, las plantas se obtienen de cultivo (16%)o se adquieren en los comercios (8%). Esto revela quela población estudiada posee un buen conocimientode su entorno natural y una gran capacidad para satis-facer sus requerimientos terapéuticos de maneraautárquica, recurriendo principalmente a los recursosflorísticos locales.

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Tabla 1.- Plantas medicinales empleadas en el tratamiento de afecciones de la piel entre los campesinos de Calamuchita(Córdoba).

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x de

l ta

llo y

de

los

frut

os e

n el

áre

a af

ecta

da; l

uego

se

aplic

an la

s ho

jas

en f

orm

a de

ca

tapl

asm

a ab

land

ando

así

las

dure

zas.

Obs

erva

ción

: Pos

ible

men

te s

e at

ribu

yen

los

mis

mos

uso

s a

Mor

reni

a od

orat

a, e

spec

ie ta

mbi

én p

rese

nte

en e

l áre

a de

est

udio

. A

STE

RA

CE

AE

Arc

tium

min

us (

Hill

) B

ernh

. (1

921,

216

8)

bard

ana,

leng

ua d

e va

ca, r

omas

a C

olec

tada

silv

estr

e Se

le a

trib

uyen

pro

pied

ades

cic

atri

zant

es y

der

mat

ológ

icas

, por

lo q

ue s

e re

com

iend

a la

apl

icac

ión

dire

cta

de s

us h

ojas

pic

adas

en

form

a de

cat

apla

sma

para

el t

rata

mie

nto

ronc

has

orig

inad

as e

n en

ferm

edad

es e

rupt

ivas

y e

n lo

s ca

sos

de m

anch

as, h

erid

as y

la

stim

adur

as d

e la

pie

l.

Art

emis

ia d

ougl

assi

ana

Bes

s.

(187

7, 2

066,

215

0)

mat

ico,

aje

njo

bras

ilero

, fer

net,

ajen

co

De

culti

vo

Pa

ra e

l tra

tam

ient

o de

ulc

erac

ione

s y

heri

das,

en

espe

cial

en

la p

iel d

e lo

s di

abét

icos

se

apl

ican

bañ

os o

com

pres

as p

repa

rado

s co

n un

a de

cocc

ión

de s

u pa

rte

aére

a.

Page 7: Etnobotánica Argentina

33

Dominguezia - Vol. 24(1) - 2008

Tabla 1.- (continuación)

DIV

ISIÓ

N /

Fam

ilia

botá

nica

/ N

ombr

e es

pecí

fico

/ (N

úmer

o de

col

ecci

ón)

N

ombr

e lo

cal

For

ma

de o

bten

ción

U

so p

opul

ar (

part

e ut

iliza

da, m

odo

de p

repa

raci

ón y

apl

icac

ión)

B

acch

aris

cri

spa

Spre

ng.

(190

9, 1

999,

205

8)

carq

uejil

la (

o ca

rque

ja)

C

olec

tada

silv

estr

e Pa

ra e

l tra

tam

ient

o de

la c

aspa

y s

ebor

rea

se a

plic

an la

vaje

s ca

pila

res

con

el

deco

ctad

o de

su

part

e aé

rea.

Con

yza

bona

rien

sis

(L.)

Cro

nqui

st v

ar.

bona

rien

sis

(203

8)

yerb

a ca

rnic

era

Col

ecta

da s

ilves

tre

Se le

atr

ibuy

en p

ropi

edad

es c

icat

riza

ntes

, por

lo q

ue la

infu

sión

de

su p

arte

aér

ea s

e ap

lica

en f

orm

a de

lava

jes

para

cur

ar ll

agas

y ú

lcer

as.

G

ailla

rdia

meg

apot

amic

a (S

pren

g.)

Bak

er v

ar.

scab

ioso

ides

(A

rn. e

x D

C.)

Bak

er

(184

6)

topa

sair

e C

olec

tada

silv

estr

e L

a de

cocc

ión

de s

u pa

rte

aére

a se

apl

ica

en f

orm

a de

enj

uagu

e ca

pila

r de

spué

s de

l ch

ampú

com

o an

tialo

péci

co, y

a qu

e se

con

side

ra q

ue ti

ene

la p

ropi

edad

de

“abr

ir lo

s po

ros”

per

miti

endo

un

mej

or c

reci

mie

nto

del c

abel

lo. E

l mis

mo

prep

arad

o o

con

pere

jil s

e ut

iliza

par

a tr

atar

la c

aspa

y s

ebor

rea.

Se

ha

seña

lado

tam

bién

su

aplic

ació

n en

cas

os d

e m

orde

dura

s de

per

ros.

La

deco

cció

n de

su

part

e aé

rea

se e

mpl

ea p

ara

lava

r y

refr

esca

r la

cab

eza

en c

asos

de

inso

laci

ón.

G

amoc

haet

a co

arct

ata

(Will

d.)

Ker

guél

en

(223

9)

pelu

dillo

C

olec

tada

silv

estr

e L

a de

cocc

ión

de s

us h

ojas

se

aplic

a en

for

ma

de la

vaje

s pa

ra c

icat

riza

r he

rida

s y

last

imad

uras

. Tam

bién

aliv

ia e

l dol

or d

e la

s uñ

as e

ncar

nada

s (“

uñer

os”)

, par

a lo

cua

l se

apl

ica

en la

reg

ión

afec

tada

las

hoja

s ab

land

adas

pue

stas

a h

ervi

r a

fueg

o m

oder

ado.

Jung

ia p

olita

Gri

seb.

(2

067;

220

5; 2

223)

za

rzap

arri

lla

Col

ecta

da s

ilves

tre

Se c

onsi

dera

que

est

a es

peci

e tie

ne p

ropi

edad

es d

e “a

delg

azar

la s

angr

e go

rda”

, es

to e

s, u

n ef

ecto

dep

urat

ivo

(qui

zás

de ti

po h

ipoc

oles

tero

lem

iant

es e

hi

pour

icém

icas

). P

ara

ello

se

bebe

n su

s ho

jas

en in

fusi

ón o

dec

occi

ón (t

é, m

ate)

; el

mis

mo

efec

to s

e co

nsig

ue a

l beb

er u

na d

ecoc

ción

frí

a tr

es v

eces

al d

ía, l

o qu

e pr

oduc

iría

una

dep

urac

ión

del o

rgan

ism

o ca

paz

de a

livia

r aú

n lo

s sí

ntom

as c

után

eos

que

se o

rigi

nan

de e

sta

into

xica

ción

(“d

ibie

sos”

for

úncu

los,

gra

nos

y pr

urito

). L

os

mis

mos

se

trat

an, a

dem

ás, m

edia

nte

la a

plic

ació

n de

gas

as e

mbe

bida

s en

el

deco

ctad

o de

un

man

ojo

de h

ojas

de

zarz

apar

rilla

en

2 L

de

agua

y u

n pu

ñado

de

sal,

a m

odo

de c

atap

lasm

a m

adur

ativ

a. T

ambi

én s

e pu

eden

aliv

iar

sínt

omas

de

pica

dura

s en

la p

iel,

prur

ito e

irri

taci

ones

med

iant

e la

vaje

s co

n la

dec

occi

ón d

e su

par

te a

érea

m

ezcl

ada

con

yerb

a de

l pol

lo.

M

atri

cari

a re

cutit

a L

. (M

-AC

OR

45)

m

anza

nilla

A

dqui

rida

en

com

erci

os

o de

cul

tivo

L

a de

cocc

ión

de lo

s ca

pítu

los

flor

ales

con

rud

a y

pepe

rina

o c

on u

vita

del

cam

po y

ot

ros

“yuy

os c

alie

ntes

” se

apl

ican

en

form

a ex

tern

a pa

ra e

l tra

tam

ient

o de

ron

chas

y

afec

cion

es d

e la

pie

l. L

as ll

agas

y ú

lcer

as s

e ci

catr

izan

con

la d

ecoc

ción

y la

vaje

s de

la

par

te a

érea

. E

l mis

mo

prep

arad

o en

for

ma

de c

atap

lasm

as s

e em

plea

com

o m

adur

ativ

o de

gra

nos

y fo

rúnc

ulos

. Se

cons

ider

aba

un b

uen

cica

triz

ante

del

om

blig

o de

los

reci

én n

acid

os,

el q

ue, u

na v

ez c

orta

do c

on u

na ti

jera

y a

plic

árse

le a

ceite

, se

hum

edec

ía e

n un

a ga

sa

o tr

apito

que

pos

teri

orm

ente

se

ajus

taba

con

una

faj

a.

Ta

nace

tum

par

then

ium

(L

.) S

ch. B

ip.

(186

9; 2

074;

215

6)

alta

mis

a D

e cu

ltivo

H

istó

rica

men

te y

com

o le

gado

esp

añol

, est

a pl

anta

se

la c

onsi

dera

no

solo

efi

caz,

si

no ta

mbi

én p

oder

osa,

es

muy

fre

cuen

te h

alla

rla

en lo

s ja

rdin

es d

e lo

s ca

mpe

sino

s.

Aún

hoy

alg

unos

pob

lado

res

prom

ueve

n su

em

pleo

par

a tr

atar

pic

adur

as d

e an

imal

es

ponz

oños

os: S

i se

trat

a de

mor

dedu

ras

de v

íbor

as u

n in

form

ante

cur

ande

ro r

ecue

rda

su u

so e

n fo

rma

de c

atap

lasm

a de

alta

mis

a m

olid

a co

n ho

jas

de y

erba

de

la v

íbor

a y

alco

hol.

Para

las

lesi

ones

pro

duci

das

por

arañ

as s

e ap

lica

en f

orm

a de

lava

jes

o de

ca

tapl

asm

a cu

brie

ndo

las

ampo

llas

con

taba

co m

olid

o. E

n la

s pi

cadu

ras

de a

visp

as s

e m

uele

n la

s ho

jas

con

agua

y b

icar

bona

to y

se

cubr

e la

zon

a af

ecta

da c

on u

n lie

nzo.

Trix

is d

ivar

icat

a (K

unth

) Sp

reng

. sub

sp. d

isco

lor

(D. D

on)

Kat

inas

(1

901;

195

5)

cont

raye

rba

Col

ecta

da s

ilves

tre

Aún

en

la a

ctua

lidad

se

cons

ider

a un

pot

ente

ant

ídot

o co

ntra

pic

adur

as d

e in

sect

os,

arañ

as y

ser

pien

tes.

Par

a el

lo s

e em

plea

la d

ecoc

ción

ya

sea

bebi

da o

por

med

io d

e la

vaje

s; ta

mbi

én s

e ap

lican

las

hoja

s o

raíc

es m

olid

as e

n fo

rma

de c

atap

lasm

a. L

os

lava

jes

de u

n he

rvid

o de

con

tray

erba

, ort

iga

y ye

rba

larc

a al

ivia

n la

s ir

rita

cion

es y

el

prur

ito d

e la

pie

l. Se

la c

onsi

dera

una

esp

ecie

“cá

lida”

.

Page 8: Etnobotánica Argentina

34

Martínez

Tabla 1.- (continuación)

DIV

ISIÓ

N /

Fam

ilia

botá

nica

/ N

ombr

e es

pecí

fico

/ (N

úmer

o de

col

ecci

ón)

N

ombr

e lo

cal

For

ma

de o

bten

ción

U

so p

opul

ar (

part

e ut

iliza

da, m

odo

de p

repa

raci

ón y

apl

icac

ión)

V

erbe

sina

enc

elio

ides

(C

av.)

Ben

th. e

t Hoo

k. f

. (2

292)

Sa

nta

Mar

ía

Col

ecta

da s

ilves

tre

Com

o ci

catr

izan

te d

e he

rida

s se

em

plea

en

form

a de

lava

jes

una

infu

sión

de

su p

arte

rea.

Com

o m

adur

ativ

o de

gra

nos

se a

plic

an s

us h

ojas

en

form

a de

cat

apla

smas

o

unto

s tib

ios,

par

a lo

cua

l se

calie

nta

en a

ceite

junt

o co

n ho

jas

de p

alán

pal

án y

leng

ua

de v

aca.

Xan

thiu

m s

pino

sum

L. v

ar. s

pino

sum

(1

864)

cepa

caba

llo

Col

ecta

da s

ilves

tre

Se c

onsi

dera

un

buen

mad

urat

ivo

de g

rano

s y

forú

ncul

os p

ara

lo c

ual s

e ap

lica

un

lava

je c

on u

na d

ecoc

ción

de

los

tallo

s y

hoja

s. T

ambi

én la

s es

pina

s so

n ap

rove

chad

as c

on f

ines

med

icin

ales

, par

a lo

cua

l se

real

iza

la a

cció

n si

mbó

lica

de

atra

vesa

rlas

en

form

a de

cru

z so

bre

las

verr

ugas

. B

ASE

LL

AC

EA

E

A

nred

era

cord

ifolia

(T

en.)

Ste

enis

sub

sp.

cord

ifolia

(1

945;

202

5)

Sant

a R

ita

Col

ecta

da s

ilves

tre

Se a

prov

echa

el m

ucíla

go q

ue s

ale

del r

estr

egad

o de

sus

hoj

as p

ara

trat

ar p

robl

emas

de

la p

iel (

mic

osis

, ver

ruga

s, p

icad

uras

de

inse

ctos

, pru

rito

, irr

itaci

ones

).

BU

DD

LE

JAC

EA

E

B

uddl

eja

cord

oben

sis

Gri

seb.

(1

906;

218

2)

salv

ia b

lanc

a, s

alvi

a de

la

hor

a, y

erba

del

ág

uila

, san

alot

odo

Col

ecta

da s

ilves

tre

La

deco

cció

n de

sus

hoj

as s

e co

nsid

era

un b

uen

desi

nfec

tant

e y

derm

atol

ógic

o, p

or

lo q

ue s

e ap

lica

en f

orm

a de

lava

jes

para

trat

ar la

s af

ecci

ones

de

la p

iel (

pica

dura

s de

in

sect

os, l

astim

adur

as, e

ntre

otr

as).

C

APR

IFO

LIA

CE

AE

Sam

bucu

s au

stra

lis C

ham

. & S

chltd

l. (1

947;

204

4; 2

152)

sa

úco

Col

ecta

da s

ilves

tre

Se la

con

side

ra u

na p

lant

a fr

esca

, por

lo q

ue s

e em

plea

n la

s fl

ores

her

vida

s co

mo

bebi

da r

efre

scan

te p

ara

los

caso

s de

inso

laci

ón y

que

mad

uras

. C

EL

TID

AC

EA

E

C

eltis

pal

lida

Tor

rey

(200

6)

tala

, tal

a ch

urqu

i C

olec

tada

silv

estr

e Se

em

plea

n la

s ho

jas

en f

orm

a de

lava

jes

para

des

infe

ctar

her

idas

y la

stim

adur

as.

CH

EN

OPO

DIA

CE

AE

Che

nopo

dium

spp

. C

hem

opod

ium

alb

um L

. (18

50; 2

243)

C

heno

podi

um s

p. (

1979

)

quin

a C

olec

tada

silv

estr

e Se

trat

a de

una

esp

ecie

muy

apr

ecia

da p

ara

el tr

atam

ient

o de

afe

ccio

nes

de la

pie

l, po

r lo

que

su

uso

es f

unda

men

talm

ente

ext

erno

. La

deco

cció

n de

su

raíz

en

form

a de

la

vaje

s, ju

nto

con

la u

vita

del

cam

po s

e co

nsid

era

un b

uen

antim

icót

ico,

por

lo q

ue

se u

tiliz

a pa

ra tr

atar

hon

gos

de la

pie

l. T

ambi

én s

e in

dica

par

a ci

catr

izar

her

idas

, la

stim

adur

as, l

laga

s, ú

lcer

as p

ara

lo c

ual s

e en

saya

n di

fere

ntes

apl

icac

ione

s: L

as

hoja

s en

cat

apla

sma

se e

mpl

ean

para

llag

as y

úlc

eras

; com

o ci

catr

izan

te s

e us

a en

fo

rma

de c

ompr

esas

par

a lo

cua

l se

prep

ara

una

deco

cció

n co

n 20

gr

de q

uina

y s

e ap

lican

en

las

heri

das

con

un h

isop

o; la

s ho

jas

y ra

íces

en

infu

sión

junt

o co

n ho

jas

de

espi

nillo

o c

on u

vita

del

cam

po s

e ap

lican

en

form

a de

lava

jes

para

aliv

iar

irri

taci

ones

, com

ezón

y c

icat

riza

r he

rida

s.

CR

ASS

UL

AC

EA

E

Se

dum

max

imum

(L

.) S

uter

(2

228)

m

atac

allo

s D

e cu

ltivo

E

s un

a pl

anta

car

nosa

a la

que

se

le e

xtra

e la

cut

ícul

a pa

ra a

plic

ar d

irec

tam

ente

en

form

a de

cat

apla

sma

sobr

e la

s he

rida

s y

last

imad

uras

. Tam

bién

se

cons

ider

a un

bue

n em

olie

nte

para

abl

anda

r ca

llosi

dade

s pl

anta

res,

par

a lo

cua

l se

“pun

tea

y m

acha

ca”

la h

oja

con

un te

nedo

r y

se c

oloc

a co

n ac

eite

ver

de a

mod

o de

com

pres

as o

“p

arch

es”

en la

zon

a af

ecta

da p

or lo

s ca

llos.

C

UC

UR

BIT

AC

EA

E

C

ucur

bita

max

ima

Duc

hesn

e su

bsp.

and

rean

a (N

audi

n) F

ilov

(223

6; 2

247)

zapa

llito

am

argo

za

palli

to d

el d

iabl

o C

olec

tada

silv

estr

e C

on e

l agu

a de

l fru

to y

las

ceni

zas

tibia

s se

pre

para

una

esp

ecie

de

“cre

ma”

que

se

aplic

a en

for

ma

de f

ricc

ione

s pa

ra a

livia

r lo

s sa

baño

nes.

C

ucur

bita

spp

. C

ucur

bita

max

ima

Duc

hesn

e su

bsp.

max

ima

(228

4); C

ucur

bita

sp.

(22

78)

zapa

llo

Col

ecta

da s

ilves

tre

E

l agu

a de

l fru

to s

e ap

lica

exte

rnam

ente

a m

odo

de f

ricc

ione

s pa

ra c

icat

riza

r la

stim

adur

as y

her

idas

.

Page 9: Etnobotánica Argentina

35

Dominguezia - Vol. 24(1) - 2008

Tabla 1.- (continuación)

DIV

ISIÓ

N /

Fam

ilia

botá

nica

/ N

ombr

e es

pecí

fico

/ (N

úmer

o de

col

ecci

ón)

N

ombr

e lo

cal

For

ma

de o

bten

ción

U

so p

opul

ar (

part

e ut

iliza

da, m

odo

de p

repa

raci

ón y

apl

icac

ión)

EU

PHO

RB

IAC

EA

E

A

caly

pha

com

mun

is M

üll.

Arg

. var

. gua

rani

tica

Cho

dat &

Has

sl.

(190

5; 2

126)

alba

haqu

illa

del c

ampo

C

olec

tada

silv

estr

e E

n ca

sos

de h

erid

as, l

laga

s y

úlce

ras

se e

mpl

ea la

dec

occi

ón d

e su

s ho

jas,

ya

que

se

le a

trib

uye

prop

ieda

des

cica

triz

ante

s.

E

uhpo

rbia

spp

.: E

upho

rbia

hir

ta L

. var

. oph

talm

ica

(Per

s.)

Alle

m

& I

rgan

g (2

227)

E

upho

rbia

lasi

ocar

pa K

lotz

sch

(219

1)

yerb

a de

la g

olon

drin

a,

lech

e de

gol

ondr

ina

Col

ecta

da s

ilves

tre

Para

trat

ar la

s ve

rrug

as s

e ap

lica

en f

orm

a tó

pica

el l

átex

de

esta

pla

nta

y se

lo d

eja

seca

r du

rant

e 1

hora

; lue

go s

e la

va c

on ja

bón

de la

rop

a y

se s

eca,

par

a nu

evas

ap

licac

ione

s. L

a m

ism

a ap

licac

ión

se r

ealiz

a en

otr

as a

fecc

ione

s de

la p

iel,

com

o la

s m

icos

is, e

n es

peci

al d

espu

és d

e la

vars

e co

n la

dec

occi

ón d

el c

abel

lo d

e án

gel o

bar

ba

de c

hivo

.

E

upho

rbia

por

tula

coid

es L

. var

. acu

tifol

ia B

oiss

. (2

128)

pa

lo d

e le

che

Col

ecta

da s

ilves

tre

El l

átex

se

aplic

a en

for

ma

tópi

ca p

ara

trat

ar la

s ve

rrug

as.

FAB

AC

EA

E

A

caci

a ar

oma

Gill

ies

ex H

ook.

& A

rn.

(204

6)

tusc

a C

olec

tada

silv

estr

e Se

con

side

ra u

na e

spec

ie c

on p

ropi

edad

es d

esin

fect

ante

s y

cica

triz

ante

s po

r lo

que

se

empl

ea la

dec

occi

ón d

e su

par

te a

érea

en

form

as d

e la

vaje

s pa

ra tr

atar

hem

orra

gias

, la

stim

adur

as, h

erid

as, i

rrita

cion

es y

pru

rito

.

Aca

cia

cave

n (M

olin

a) M

olin

a va

r. c

aven

(1

851;

209

0)

arom

o, a

rom

ito,

espi

nillo

, C

olec

tada

silv

estr

e E

ntre

los

usos

ext

erno

s se

pre

fier

e la

apl

icac

ión

de s

u in

fusi

ón o

dec

occi

ón e

n fo

rma

de la

vaje

s en

los

sigu

ient

es c

asos

: -

Para

el t

rata

mie

nto

de m

icos

is, i

rrita

cion

es y

cic

atri

zaci

ón d

e he

rida

s y

last

imad

uras

(co

n ho

jas

y ra

íces

de

quin

a, y

hoj

as d

e uv

ita d

el c

ampo

; o b

ien

con

sal

y bi

carb

onat

o).

- E

n lo

s ca

sos

de q

uem

adur

as, o

casi

ón e

n la

que

el l

avaj

e se

rea

liza

con

los

cogo

llos

de e

spin

illo

y tr

es g

rano

s de

sal

. -

Cua

ndo

se r

equi

ere

trat

ar e

l “do

lor

y ca

nsan

cio

de p

iern

as”

para

lo c

ual s

e ap

lica

en

form

a de

bañ

os.

E

ryth

rina

cri

sta-

galli

L.

(S/d

)

ceib

o C

olec

tada

silv

estr

e o

adqu

irid

a en

com

erci

os

La

deco

cció

n de

la c

orte

za d

e ce

ibo

con

pari

etar

ia y

ort

iga

se u

tiliz

a en

lava

jes

para

ci

catr

izar

llag

as y

úlc

eras

. JU

GL

AN

DA

CE

AE

Jugl

ans

regi

a L

. (2

029;

215

7)

noga

l D

e cu

ltivo

L

a de

cocc

ión

de s

us h

ojas

se

aplic

a en

for

ma

de la

vaje

s pa

ra tr

atar

la c

aspa

y

sebo

rrea

. L

AM

IAC

EA

E

M

arru

bium

vul

gare

L.

(186

7; 1

966)

ye

rba

del s

apo

Col

ecta

da s

ilves

tre

Se p

resc

ribe

n la

vaje

s co

n un

a de

cocc

ión

de s

u pa

rte

aére

a pa

ra a

livia

r el

pru

rito

e

irri

taci

ones

de

la p

iel.

R

osm

arin

us o

ffici

nalis

L.

(211

1; 2

156)

ro

mer

o D

e cu

ltivo

L

os p

obla

dore

s la

con

side

ran

una

plan

ta “

cálid

a” p

or lo

que

for

ma

part

e de

un

sinn

úmer

o de

pre

para

dos

y re

ceta

s de

stin

ados

a tr

atar

dol

enci

as f

resc

as. R

eesu

lta

popu

lar

el e

mpl

eo d

e la

dec

occi

ón d

e su

s ho

jas

solo

o m

ezcl

ado

con

ruda

hem

bra,

pa

ra tr

atar

la c

aspa

y s

ebor

rea.

L

YT

HR

AC

EA

E

H

eim

ia s

alic

ifolia

(K

unth

) L

ink

(183

6; 1

854;

202

0)

quie

bra-

arad

o C

olec

tada

silv

estr

e L

a de

cocc

ión

de la

par

te a

érea

en

form

a de

lava

jes

se a

plic

a co

mo

cica

triz

ante

.

MA

LV

AC

EA

E

M

alva

spp

.: M

alva

syl

vest

ris

L.

(192

4)

y M

alva

par

viflo

ra L

. (1

853;

203

5; 2

081)

mal

va

Col

ecta

da s

ilves

tre

o de

cu

ltivo

Se

trat

a de

una

pla

nta

muy

pop

ular

, a la

que

se

le a

trib

uyen

pro

pied

ades

“d

esin

fect

ante

s”, y

apl

icad

a po

r lo

gen

eral

en

form

a ex

tern

a. L

a de

cocc

ión

de s

us

hoja

s se

util

iza

en f

orm

a de

lava

jes

para

aliv

iar

prur

ito e

irri

taci

ones

de

la p

iel o

co

mo

cica

triz

ante

de

heri

das,

llag

as y

úlc

eras

.

Page 10: Etnobotánica Argentina

36

Martínez

Tabla 1.- (continuación)

DIV

ISIÓ

N /

Fam

ilia

botá

nica

/ N

ombr

e es

pecí

fico

/ (N

úmer

o de

col

ecci

ón)

N

ombr

e lo

cal

For

ma

de o

bten

ción

U

so p

opul

ar (

part

e ut

iliza

da, m

odo

de p

repa

raci

ón y

apl

icac

ión)

Si

da r

hom

bifo

lia L

. (1

956;

219

7; 2

248)

yerb

a de

l pot

ro

Col

ecta

da s

ilves

tre

Se c

onsi

dera

un

buen

des

infe

ctan

te d

e he

rida

s y

desi

nfla

man

te d

e go

lpes

, par

a lo

cu

al s

e ap

lica

en la

reg

ión

afec

tada

una

com

pres

a pr

epar

ada

con

la d

ecoc

ción

de

una

ram

ita d

e es

ta p

lant

a en

med

io li

tro

de a

gua.

Mal

vast

rum

cor

oman

delia

num

(L

.) G

arck

e su

bsp.

cor

oman

delia

num

(2

151;

216

6)

yerb

a de

l pot

ro

Col

ecta

da s

ilves

tre

Idem

Sid

a rh

ombi

folia

.

Sp

haer

alce

a sp

p.:

Spha

eral

cea

bona

rien

sis

(Cav

.) G

rise

b. (

2111

) y

Spha

eral

cea

cord

oben

sis

Kra

pov.

(2

119;

213

3)

mal

vavi

sco

C

olec

tada

silv

estr

e L

a de

cocc

ión

e in

fusi

ón d

e la

s ho

jas

se e

mpl

ea e

n fo

rma

de la

vaje

s pa

ra c

icat

riza

r he

rida

s y

last

imad

uras

.

MO

RA

CE

AE

Fic

us c

aric

a L

. (2

030;

216

3; 2

173)

higu

era

De

culti

vo

Se c

onsi

dera

que

sus

fru

tos

son

mad

urat

ivos

de

gran

os y

for

úncu

los,

par

a lo

cua

l se

calie

nta

un tr

ocito

de

una

pasa

de

higo

y s

e lo

ata

con

un

trap

o so

bre

el “

divi

eso”

o

gran

o ha

sta

que

este

mad

ure.

El t

rata

mie

nto

de la

s ve

rrug

as c

onlle

va la

apl

icac

ión

loca

l del

láte

x de

la p

lant

a.

OL

EA

CE

AE

Ole

a eu

ropa

ea L

. (S

/d)

ol

ivo

Adq

uiri

do e

n co

mer

cios

L

a de

cocc

ión

de lo

s fr

utos

(ac

eitu

nas)

se

empl

ean

en la

vaje

s pa

ra tr

atar

los

saba

ñone

s.

PAPA

VE

RA

CE

AE

Arg

emon

e su

bfus

iform

is G

.B.O

wnb

ey

(184

9; 1

915)

card

osan

to

Col

ecta

da s

ilves

tre

La

infu

sión

de

sus

flor

es s

e ut

iliza

en

form

a de

com

pres

as p

ara

mad

urar

gra

nos,

or

zuel

os y

for

úncu

los.

Par

a tr

atar

la s

ebor

rea

y la

cas

pa s

e su

gier

en la

vaje

s co

n un

a in

fusi

ón d

e la

par

te a

érea

. La

deco

cció

n de

sus

hoj

as, c

on c

orte

za d

e ce

ibo,

par

ieta

ria

y or

tiga

se u

tiliz

a en

lava

jes

para

cic

atri

zar

llaga

s y

úlce

ras.

PL

AN

TA

GIN

AC

EA

E

P

lant

ago

maj

or L

. (1

856;

194

0)

llant

én

Col

ecta

da s

ilves

tre

La

deco

cció

n de

las

hoja

s se

em

plea

en

lava

jes

com

o ci

catr

izan

te d

e he

rida

s,

last

imad

uras

, y ju

nto

con

el a

zúca

r se

la c

onsi

dera

ant

iulc

eros

o; e

l mis

mo

lava

je s

e ap

lica

en e

l om

blig

o de

l rec

ién

naci

do p

ara

cica

triz

arlo

. Las

hoj

as m

olid

as ti

enen

us

os tó

pico

s lo

cale

s, ta

nto

para

las

pica

dura

s de

abe

jas,

com

o as

í tam

bién

par

a ci

catr

izar

llag

as y

aft

as d

e la

boc

a, p

ara

lo c

ual s

e co

loca

n la

pla

nta

mol

ida

en a

gua

y az

úcar

con

un

terr

ón d

e al

umbr

e y

se u

nta

en la

reg

ión

afec

tada

. PO

LY

GO

NA

CE

AE

Pol

ygon

um h

ispi

dum

Kun

th

(192

3)

dura

znill

o de

l agu

a C

olec

tada

silv

estr

e E

sta

plan

ta c

rece

en

los

curs

os d

e ag

ua, y

se

la c

onsi

dera

“fr

esca

”, p

or lo

que

se

aplic

a pa

ra r

efre

scar

la p

iel d

el “

exce

so d

e ca

lor”

. Se

empl

ea c

omo

cica

triz

ante

de

la

piel

: par

a el

lo s

e fr

otan

las

hoja

s co

n la

s m

anos

y s

e ha

ce u

na e

spum

a a

mod

o de

un

jabó

n ve

rde,

la q

ue s

e ap

lica

sobr

e la

s la

stim

adur

as s

ecán

dola

s y

prod

ucie

ndo

aliv

io.

R

umex

cri

spus

L.

(208

0; 2

100)

le

ngua

de

vaca

ro

mas

a C

olec

tada

silv

estr

e L

as h

ojas

se

unta

n y

calie

ntan

en

acie

te y

se

aplic

a co

mo

una

cata

plas

ma

para

trat

ar

los

“uñe

ros”

, cic

atri

zand

o as

í las

her

idas

de

las

uñas

enc

arna

das

y ac

tuan

do c

omo

mad

urat

ivo

de g

rano

s o

forú

ncul

os. E

l lav

aje

con

la d

ecoc

ción

de

las

hoja

s se

em

plea

ta

mbi

én c

omo

mad

urat

ivo

y pa

ra e

xtra

er e

spin

as d

e la

pie

l, la

que

se

com

bina

ta

mbi

én c

on h

ojas

de

palá

n pa

lán.

En

los

caso

s de

que

mad

uras

se

colo

can

com

pres

as

tibia

s de

hoj

as d

e le

ngua

de

vaca

coc

inad

as c

on v

inag

re e

nvue

ltas

en u

n tr

apo.

PO

RT

UL

AC

AC

EA

E

Ta

linum

pan

icul

atum

(Ja

cq.)

Gae

rtn.

(2

007;

217

6)

yerb

a de

la v

íbor

a C

olec

tada

silv

estr

e Se

la e

mpl

eo e

n fo

rma

de c

atap

lasm

a co

n al

tam

isa

mol

ida,

got

as d

e le

che,

ace

ite, s

al

y al

coho

l a f

in d

e tr

atar

las

mor

dedu

ras

de v

íbor

as y

pic

adur

as d

e an

imal

es

ponz

oños

os.

RA

NU

NC

UL

AC

EA

E

C

lem

atis

mon

tevi

dens

is S

pren

g.

(196

8; 1

950;

207

0)

barb

a de

indi

o ca

bello

de

ánge

l C

olec

tada

silv

estr

e E

n ca

sos

de m

icos

is s

e pr

epar

a un

a de

cocc

ión

con

la p

arte

aér

ea s

in la

s fl

ores

y s

e la

va la

reg

ión

afec

tada

; seg

uida

men

te s

e ap

lica

el lá

tex

de la

yer

ba d

e la

gol

ondr

ina.

Page 11: Etnobotánica Argentina

37

Dominguezia - Vol. 24(1) - 2008

Tabla 1.- (continuación)

DIV

ISIÓ

N /

Fam

ilia

botá

nica

/ N

ombr

e es

pecí

fico

/ (N

úmer

o de

col

ecci

ón)

N

ombr

e lo

cal

For

ma

de o

bten

ción

U

so p

opul

ar (

part

e ut

iliza

da, m

odo

de p

repa

raci

ón y

apl

icac

ión)

RH

AM

NA

CE

AE

Col

letia

spi

noss

isim

a J.

F.G

mel

. (1

896)

to

la to

la, b

arba

de

indi

o C

olec

tada

silv

estr

e E

ntre

los

usos

más

pop

ular

es d

e es

te a

rbus

to e

spin

oso

enco

ntra

mos

su

aplic

ació

n co

ntra

la p

érdi

da d

el c

abel

lo, p

ara

lo c

ual s

e su

gier

e la

var

la c

abez

a co

n un

a de

cocc

ión

de la

pla

nta

ente

ra a

mod

o de

un

sham

poo.

Del

mis

mo

mod

o re

sulta

ef

icaz

par

a co

mba

tir la

cas

pa y

seb

orre

a, e

n cu

yo c

aso

la r

ecet

a m

ezcl

a ad

emás

cla

vo

de o

lor,

o b

ien

pere

jil y

topa

sair

e.

RU

TA

CE

AE

Rut

a ch

alep

ensi

s L

. (1

837;

224

4)

perl

illa

o ye

rba

de la

pe

rdiz

C

olec

tada

silv

estr

e o

de c

ultiv

o Ju

nto

con

la “

cont

raye

rba”

es

otra

de

las

espe

cies

con

side

rada

“po

dero

sa”

por

los

cam

pesi

nos,

lo c

ual,

se e

ncue

ntra

liga

do c

on s

u ef

icac

ia s

imbó

lica.

Est

o ex

plic

a có

mo

esta

pla

nta

form

a pa

rte

de m

ucha

s re

ceta

s y

mez

clas

par

a co

mba

tir la

s m

ás

dive

rsas

afe

ccio

nes.

Ade

más

se

cons

ider

a un

a “h

ierb

a cá

lida”

, por

lo q

ue e

s fr

ecue

nte

su e

mpl

eo p

ara

com

batir

dol

enci

as f

resc

as. L

a de

cocc

ión

de la

s ho

jas,

en

part

icul

ar, s

e ap

lica

en f

orm

a de

lava

jes

para

trat

ar r

onch

as d

e la

pie

l y e

n ca

sos

de

alop

ecía

. SA

LIC

AC

EA

E

Sa

lix a

lba

L.

(211

6; 2

121)

sa

uce

alam

o C

olec

tada

silv

estr

e

Las

cen

izas

de

sus

ram

as s

e ap

lican

en

la p

iel l

astim

ada

com

o ci

catr

izan

te. A

lgun

os

sugi

eren

que

las

hoja

s y

ram

as –

al ig

ual q

ue la

s de

l sau

ce ll

orón

(Sa

lix b

abyl

onic

a) -

se

util

izan

en

lava

jes

para

un

buen

cui

dado

y c

reci

mie

nto

del c

abel

lo.

SCR

OPH

UL

AR

IAC

EA

E

V

erba

scum

thap

sus

L.

(184

1)

gord

olob

o C

olec

tada

silv

estr

e L

a de

cocc

ión

de la

par

te a

érea

se

aplic

a en

for

ma

loca

l par

a tr

atar

gra

nos,

orz

uelo

s,

forú

ncul

os y

afe

ccio

nes

de la

pie

l. SO

LA

NA

CE

AE

Ces

trum

par

qui L

´Hér

. (1

912;

210

6)

dura

znill

o C

olec

tada

silv

estr

e Se

con

side

ra u

na “

plan

ta f

resc

a” p

or lo

cua

l for

ma

part

e en

su

may

oría

, de

rec

etas

de

stin

adas

al t

rata

mie

nto

de “

dole

ncia

s cá

lidas

”. A

sí, s

us h

ojas

se

rest

rieg

an

suav

emen

te e

n la

pie

l par

a “s

acar

el c

alor

” de

las

quem

adur

as, a

ctua

ndo

com

o re

fres

cant

e. D

el m

ism

o m

odo,

par

a pr

oteg

erse

de

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sola

ción

, alg

unos

cam

pesi

nos

se c

oloc

an u

n ga

jo d

e du

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en la

ore

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deb

ajo

del s

ombr

ero,

mie

ntra

s tr

abaj

an

al r

ayo

del s

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n lo

s ca

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de p

ruri

to y

ron

chas

por

enf

erm

edad

es e

rupt

ivas

se

aplic

an h

ojas

tibi

as d

e du

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en f

orm

a de

cat

apla

smas

.

Nic

otia

na g

lauc

a G

raha

m

(184

5)

palá

n pa

lán

Col

ecta

da s

ilves

tre

Com

o m

adur

ativ

o de

gra

nos,

orz

uelo

s, f

orún

culo

s y

desi

nfec

tant

e de

her

idas

o p

ara

extr

aer

espi

nas

se a

plic

a so

bre

el á

rea

afec

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una

hoj

a de

pal

án p

alán

, a la

que

por

lo

gen

eral

se

le q

uita

la “

piel

cita

” o

epid

erm

is y

se

la c

alie

nta

en g

rasa

o a

ceite

.

Nic

otia

na ta

bacu

m L

. (S

/d)

ta

baco

A

dqui

rida

en

com

erci

os

Se a

dqui

eren

en

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a de

cig

arri

llos

o de

taba

co s

uelto

. Los

cam

pesi

nos

cons

ider

an

que

esta

pla

nta

es p

oder

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cont

ra lo

s ve

neno

s, p

or lo

que

em

plea

n su

s ho

jas

mol

idas

en

for

ma

de c

atap

lasm

a pa

ra a

livia

r la

s pi

cadu

ras

de a

lacr

anes

. Del

mis

mo

mod

o, s

e ap

lica

para

las

pica

dura

s de

ara

ña, p

ara

lo c

ual s

e m

ezcl

a co

n ho

jas

de a

ltam

isa

de

jard

ín o

se

prep

aran

en

com

pres

as d

e al

coho

l.

Salp

ichr

oa o

riga

nifo

lia (

Lam

.) B

aill.

(1

831;

191

7)

uvita

del

cam

po

Col

ecta

da s

ilves

tre

Con

la d

ecoc

ción

de

las

hoja

s en

for

ma

de la

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s, ju

nto

con

la r

aíz

de q

uina

se

com

bate

n ho

ngos

, y c

on f

lore

s de

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zani

lla s

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par

a tr

atar

ron

chas

, pru

rito

y

otra

s af

ecci

ones

de

la p

iel.

Los

lava

jes

de h

ojas

de

espi

nillo

, uvi

ta d

el c

ampo

y r

aíz

de q

uina

bla

nca

se in

dica

n pa

ra c

icat

riza

r he

rida

s y

last

imad

uras

.

Sola

num

sis

ymbr

iifol

ium

Lam

. (M

-AC

OR

46)

es

pina

col

orad

a C

olec

tada

silv

estr

e L

a de

cocc

ión

de la

s ho

jas,

junt

o a

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e ot

ras

espe

cies

de

Sola

num

sp.

Se

empl

ean

en

lava

jes

para

trat

ar h

erid

as y

last

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uras

.

Sola

num

tube

rosu

m L

. (S

/d)

pa

pa

De

culti

vo

El l

íqui

do a

lmid

onad

o se

apl

ica

en f

orm

a lo

cal e

n el

trat

amie

nto

de la

s ve

rrug

as.

Page 12: Etnobotánica Argentina

38

Martínez

Tabla 1.- (continuación)

DIV

ISIÓ

N /

Fam

ilia

botá

nica

/ N

ombr

e es

pecí

fico

/ (N

úmer

o de

col

ecci

ón)

N

ombr

e lo

cal

For

ma

de o

bten

ción

U

so p

opul

ar (

part

e ut

iliza

da, m

odo

de p

repa

raci

ón y

apl

icac

ión)

UR

TIC

AC

EA

E

P

arie

tari

a de

bilis

G. F

orst

. (2

461)

pa

riet

aria

C

olec

tada

silv

estr

e L

a de

cocc

ión

de p

arie

tari

a, c

on c

ardo

sant

o, c

orte

za d

e ce

ibo

y or

tiga

se u

tiliz

a en

la

vaje

s pa

ra c

icat

riza

r lla

gas

y úl

cera

s. P

ara

trat

ar la

s m

anch

as e

n la

pie

l, el

acn

é y

los

“bar

rito

s” d

e la

car

a se

pra

ctic

an la

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s. P

ara

ello

se

prep

ara

una

deco

cció

n de

un

puñ

ado

de p

arie

tari

a en

1 li

tro

de a

gua

y se

dej

a du

rant

e la

noc

he “

al s

eren

o” o

ro

cío,

o s

e em

plea

el a

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del r

emoj

o de

la p

lant

a.

U

rtic

a ur

ens

L.

(207

9; 2

172)

or

tiga

Col

ecta

da s

ilves

tre

Con

car

dosa

nto,

par

ieta

ria

y co

rtez

a de

cei

bo s

e pr

epar

a un

a de

cocc

ión

cica

triz

ante

pa

ra la

var

llaga

s y

úlce

ras.

Her

vida

con

rud

a y

mal

va s

e ut

iliza

par

a la

var

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abez

a y

evita

r la

caí

da d

el c

abel

lo.

VE

RB

EN

AC

EA

E

A

loys

ia p

olys

tach

ya (

Gri

seb.

) M

olde

nke

(184

3; 1

860)

bu

rrito

de

burr

o D

e cu

ltivo

Pa

ra a

livia

r el

pru

rito

, irr

itaci

ones

y tr

atar

los

hong

os d

e la

pie

l se

aplic

an la

vaje

s co

n la

dec

occi

ón d

e su

s ho

jas.

Gla

ndul

aria

per

uvia

na (

L.)

Sm

all

(196

1; 2

000)

ve

rben

a de

flo

r ro

ja,

verb

ena

Col

ecta

da s

ilves

tre

La

deco

cció

n de

la p

arte

aér

ea s

e ap

lica

en f

orm

a de

lava

jes

para

cic

atri

zar

heri

das

y la

stim

adur

as.

V

erbe

na s

pp.:

Ver

bena

bon

arie

nsis

L. (

2034

) y

Ver

bena

lito

ralis

Kun

th (

2149

) ve

rben

a C

olec

tada

silv

estr

e L

a de

cocc

ión

de la

par

te a

érea

se

aplic

a en

for

ma

de la

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s pa

ra c

icat

riza

r he

rida

s y

last

imad

uras

. A

NG

IOSP

ER

MA

E M

ON

OC

OT

YL

ED

ON

EA

E

LIL

IAC

EA

E

A

llium

sat

ivum

L.

(S/d

)

Ajo

A

dqui

rido

en

com

erci

os

Para

las

heri

das

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stim

adur

as s

e in

dica

el u

so d

e un

a cr

ema

gras

a pr

epar

ada

con

cera

de

abej

as y

uno

s di

ente

s de

l bul

bo.

A

loe

sapo

nari

a H

aw.

(210

5)

aloe

, alo

ve, a

loe

vera

D

e cu

ltivo

Se

le r

econ

ocen

pro

pied

ades

cur

ativ

as e

spec

ialm

ente

par

a la

s af

ecci

ones

de

la p

iel,

se e

mpl

ea p

or lo

gen

eral

en

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a ex

tern

a. A

sí, c

on la

s ho

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desp

rovi

stas

de

espi

nas

se p

repa

ran

cata

plas

mas

par

a: c

icat

riza

r he

rida

s y

last

imad

uras

; tra

tar

man

chas

, lla

gas,

úlc

eras

de

la p

iel,

mic

osis

, pru

rito

y r

onch

as d

e en

ferm

edad

es e

rupt

ivas

; co

mba

tir la

caí

da d

el c

abel

lo; r

efre

scar

“ca

ncha

s”, o

“pe

ladu

ras”

o q

uem

adur

as p

or

inso

laci

ón.

POA

CE

AE

Zea

may

s L

. (M

-AC

OR

47)

m

aíz

De

culti

vo

Los

gra

nos

se e

mpl

ean

en e

l tra

tam

ient

o ri

tual

de

las

verr

ugas

, que

com

bina

rez

os y

la

aso

ciac

ión

sim

bólic

a en

tre

los

“tes

tes”

y la

s se

mill

as.

St

ipa

brac

hych

aeta

God

ron

(221

1)

paja

C

olec

tada

silv

estr

e L

a ef

icac

ia d

e es

ta p

lant

a es

tá li

gada

con

su

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bolis

mo,

en

tant

o se

la c

onsi

dera

be

ndec

ida

en e

l con

text

o de

l pes

ebre

. Por

ello

se

utili

za p

ara

hace

r un

a tr

enza

a

mod

o de

torn

ique

te e

n ca

so d

e pi

cadu

ras

de a

nim

ales

pon

zoño

sos.

Lue

go s

e ap

lica

alta

mis

a m

olid

a y

quer

osen

e en

la z

ona

afec

tada

. Del

mis

mo

mod

o, c

uand

o un

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bora

mue

rde

un p

erro

se

le h

ace

una

tren

za y

se

envu

elve

en

el c

uello

a m

odo

de

colla

r.

(L

os n

úmer

os d

e co

lecc

ión

corr

espo

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logo

Pla

nch.

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cien

te a

la

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l H

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AC

OR

de

la F

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ienc

ias

Agr

opec

uari

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Uni

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Nac

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Cór

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ron

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sita

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los

mat

eria

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reco

lect

ados

e id

entif

icad

os p

or e

l aut

or).

Page 13: Etnobotánica Argentina

39

Dominguezia - Vol. 24(1) - 2008

Entre las plantas introducidas y obtenidas de cul-tivo se destacan por su presencia en los jardines me-dicinales, especies como Aloe saponaria, Tanacetumparthenium, Artemisia spp., Ruta chalepensis,Rosmarinus officinalis, Aloysia polystachya, Juglansregia y Ficus carica.

La tabla 2 presenta la cantidad de especies utili-zadas en las afecciones dermatológicas. Pone en evi-dencia la relevancia que tiene el tratamiento de lasheridas y lastimaduras (cicatrizantes) (36 especies),del cabello (caspa, seborrea y alopecia) (23 spp.),del prurito y la irritación (14 spp.), las micosis (12spp.) y ronchas en la piel (11 spp.); en menor medi-da también resultan importantes las aplicacionescomo antiverrugosas, madurativas y refrescantes.

En el encabezamiento de la tabla 3, y de acuerdocon el nivel de fidelidad (FL), se destaca la especi-ficidad de uso asignadas a Nicotiana glauca comomadurativo de granos y forúnculos y a Gaillardiamegapotamica var. scabiosoides como anti-seborreico y anticaspa y, con un valor menor de FL,como antialopécico; en ambos casos se trata de es-

pecies nativas. Del listado previo, hasta el momen-to se encuentra codificado solo un uso en laFarmacopea Nacional Argentina, el empleo deJuglans regia cuya aplicación como anticaspa yantiseborreico se cita a partir de la segunda edición(Amorín, 1988). Según los registros de FL que pre-senta la tabla 3 surge la importancia de revisar laposible actividad proteolítica en tejidos del látex deEuphorbia spp. y Morrenia brachystephana, lasaplicaciones contra la alopecia la seborrea y la cas-pa de Gaillardia megapotamica y de Colletiaspinossisima, los efectos antimicóticos de Aloe sapo-naria y Chenopodium album y la actividadantimicrobiana o desinfectante de Acacia caven var.caven.

En lo que concierne a las especies empleadascomo madurativas, el criterio que rige la populari-dad en el uso se sustenta más en principios terapéu-ticos de base humoral que en efectos farmacológicosrealmente constatables, aun cuando no resulta des-deñable la presencia de alcaloides en algunas deellas, como en Nicotiana glauca.

Tabla 2.- Proporción de especies medicinales utilizadas en las diferentes afecciones de la piel

Afección tratada Eficacia atribuida Cantidad de especies utilizadas por afección

Porcentaje de especies

Heridas y lastimaduras cicatrizante 36 23,84

Caspa, seborrea antiseborreico, anticaspa 14 9,27

Prurito, irritación antipruriginoso 14 9,27

Micosis antimicótico 12 7,95

Ronchas y manchas en la piel dermático 11 7,28

Verrugas antiverrugoso 10 6,62

Granos, orzuelos y forúnculos madurativo 10 6,62

Quemaduras refrescante 10 6,62

Alopecia antialopécico 9 5,96

Heridas y lastimaduras desinfectante 9 5,96

Picaduras de animales ponzoñosos antiveneno 4 2,65

Picaduras de insectos y animales ponzoñosos desinflamante, antialérgico

5 2,65

Úlceras antiulceroso 3 1,99

Callosidades plantares emoliente 3 1,99

Granos depurativo 1 0,66

Total 151 usos (n=76 spp.)

Page 14: Etnobotánica Argentina

40

Martínez

Especie Aplicación específica Nivel de Fidelidad (FL)

Nicotiana glauca madurativo 86,36

Gaillardia megapotamica var. scabiosoides antiseborreico, anticaspa 45,45

Aloe saponaria emoliente 27,27

Euphorbia spp. antiverrucoso 27,27

Gaillardia megapotamica var. scabiosoides antialopécico 22,73

Juglans regia antiseborreico, anticaspa 22,73

Aloe saponaria refrescante 18,18

Morrenia brachystephana antiverrucoso 18,18

Tanacetum parthenium desinflamante, antialérgico 18,18

Acacia caven var. caven desinfectante 13,64

Aloe saponaria antimicótico 13,64

Calvatia cyathiformis cicatrizante 13,64

Chenopodium album antimicótico 13,64

Colletia spinossisima antiseborreico, anticaspa 13,64

Colletia spinossisima antialopécico 13,64

Jungia polita madurativo 13,64

Rumex crispus madurativo 13,64

Trixis divaricata subsp. discolor antiveneno 13,64

Asociado con las diversas etiologías asignadas alas dolencias de la piel, es posible identificar en lamedicina folk diversidad de criterios terapéuticosque regulan la prescripción de los remedios. En eltratamiento de enfermedades originadas en un des-equilibrio por exceso de calor o frío, por ejemplo,se recurre a prácticas que procuran restablecer elequilibrio perdido por medio del empleo de plantasfrescas o cálidas, respectivamente, es decir de ca-rácter templario contrario. Aun cuando no resultantan frecuentes las referencias de este criterio tera-péutico para las afecciones del ámbito de la saludque trata este trabajo, en comparación con lo queocurre, por ejemplo, para las afecciones digestivas,las explicaciones dan cuenta de la vigencia del prin-cipio de oposición hipocrático en la terapéutica comoun rasgo característico de la etnomedicina de estazona. Algunos aspectos históricos de este principio,junto al análisis detallado de este criterio terapéuti-co en la medicina folk de la Argentina y en particu-lar de Córdoba, puede consultarse, respectivamente

en los trabajos de Idoyaga Molina (2000) y de Martínezy Planchuelo (2003) y Martínez (2005b). Entre las plan-tas referidas explícitamente como cálidas se destacanGaillardia megapotamica var. scabiosoides, Matrica-ria recutita, Trixis divaricata subsp. discolor, Rutachalepensis y Rosmarinus officinalis. Fueron referi-dos como �dolencias cálidas� las quemaduras de lapiel, la insolación, el cansancio o �pasmo� o�pasmadura� de las piernas (por exceso de actividadmuscular o proximidad a fuentes de calor), en cuyotratamiento se emplean preparados con �plantas fres-cas� como lavajes o en forma de bebidas frescas como�aguapastos� (Sambucus australis, Polygonumhispidum). Asimismo el duraznillo (Cestrum parquii)resulta muy popular como �planta fresca�, razón porla cual se emplea en la prevención de la insolación,colocando hojas o gajos de esta planta bajo el sombre-ro o en la oreja.

La flor del saúco es buena para la insolación,para tomar un té y la hoja para lavarse�Tambiénse puede hervir un poco y lo ponés en una toalla

Tabla 3.- Ordenamiento de las especies para un uso dermatológico específico según valores decrecientes de Nivel deFidelidad (FL)

(Se presentan sólo los valores de FL superiores a la media).

Page 15: Etnobotánica Argentina

41

Dominguezia - Vol. 24(1) - 2008

que esté bien frío, bien frío y lo exprimís y ponés enla espalda, a la siesta, entonces te saca todo el ca-lor, el fuego. La flor es para tomar té (Juana, LaPaisanita).

Existen además otros tratamientos de enferme-dades calientes contra los que no se utilizan plantas,entre ellos, la aplicación de un vaso de agua en lacabeza de las personas afectadas por �pasmo� debi-do a la insolación y el uso del papel de astrasa para�absorber el frío� de la piel y del cuerpo.

Asimismo, ciertas afecciones de la piel, como erup-ciones cutáneas �dibiesos o forúnculos�, se calificanalternativamente y según el informante, como dolen-cias frescas o cálidas y en ocasiones no se le asignacarácter templario alguno. Por lo general son atribui-das a las alteraciones en el estado y la composición dela sangre que, afectada a su vez por los hábitos de ali-mentación, resulta frecuente tratarlas mediante el usode plantas cálidas o bien infusiones depurativas queprocuran restablecer el equilibrio orgánico haciendobrotar las impurezas hacia afuera.

...estaba intoxicada y tenía esos granos, encimacon el calor... ¿qué le dio? guayacán, altamisa y lashojitas chiquititas que nacen del durazno (Leonor,Valle Buena Esperanza).

Mencionan también los beneficios de consumireste tipo de bebidas especialmente durante el mesde agosto, período en el cual se cree que el organis-mo produce una depuración natural debido a un cam-bio en la propia sangre. Este tipo de expresiones yexplicaciones fisiológicas en términos populares dancuenta de una interpretación humoral-hipocrática dela sangre, lo que constituye un rasgo común con lamedicina tradicional de los pobladores rurales deotras áreas de la Argentina (Scarpa, 2004a; IdoyagaMolina, 2003) y de otras regiones de América(Queiroz, 1984).

Otras afecciones de la piel referidas por los in-formantes aluden a las heridas, irritaciones y que-maduras producidas por exposición al sol, o a sus-tancias naturales caústicas o alergénicas como lasavia del molle (Lithraea molleoides), que originan�flechaduras� o �canchas� a modo de manchas oulceraciones en la piel. Asimismo, y originados endesbalances térmicos, los síntomas descriptos pue-den originarse en la insolación.

Hay que agarrarle el duraznillo (Cestrumparqui) y refregarlo bien refregado, para lossarpullidos que salen de la flechadura de los árbo-les, alergia era...del molle, del otro, del oscalito

(Eucaliptus spp.). Una vez se había flechado con eloscalipto: se le salía la piel, de las mano y toda lacara, y le compré el aceite de resina (ricino), de laresina de la semilla del castor (Ricinus communis);¡qué bueno que es eso; Ud. sabe que es bueno! �Nosponían en el sol ...para curar quemaduras,flechaduras, que se hacían como canchas en el cuer-po, en los brazos... (Juana, La Paisanita).

Aunque poco conocido, el �mal de pie� consti-tuye una dolencia probablemente asociada con mi-cosis, como lo explica una de los informantes: Sellaga todo el pie abajo, como si fuera hongo. Esono lo cura el médico (Pabla, Los Molinos).

La atención a la acción irritante y ponzoñosa demordeduras de ofidios, y picaduras de arácnidos(arañas y alacranes) e insectos constituye un tópicohistóricamente documentado y registrado aún hoyen nuestros trabajos de campo. Pone de relevanciala connotación sagrada de algunas plantas, en parti-cular de las especies destinadas a contrarrestar laponzoña, es decir, las plantas alexitéricas, cuyasaplicaciones se realizan por lo general sobre la pielafectada, para reducir la hinchazón, cicatrizar la le-sión y contrarrestar el veneno. Este tipo de conoci-miento y la creencia de su eficacia, como ya señala-mos, fue recabado solo entre los informantes demayor edad, y es desconocido por los practicantesmás jóvenes. Entre las especies alexitéricas máspopulares encontramos la �altamisa� (Tanacetumparthenium), que se encuentra cultivada en la ma-yoría de los jardines de Calamuchita y la �con-trayerba� (Trixis divaricata subsp. discolor), plan-ta silvestre que se recolecta en el ambiente de mon-taña. Por lo general se aplican molidas en forma decataplasma y, en ocasiones, las recetas van acom-pañadas del empleo del �tabaco� (Nicotianatabacum) �adquirido en su forma comercial�, deleche, aceite o querosén. Indudablemente que la efi-cacia de estas plantas reside más en el plano de losimbólico que en su potencialidad farmacológicacomo antídotos. Así, en el caso de la �contrayerba�se advierte la uniformidad y la universalidad de laspropiedades que se le asigna desde el punto de vis-ta de los actores sociales, que la refieren como unaespecie poderosa, equiparable a la �ruda� (Rutachalepensis); de hecho, es la especie con mayor can-tidad de usos medicinales entre los campesinos delas sierras y una de las más relevantes en otras re-giones del país (Arenas y Galafassi, 1994; Martínez,2003).

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Sin embargo, y a diferencia de la �ruda�, desdeel punto de vista botánico la �contrayerba� abarcaen el país, una diversidad de taxones botánicamentediferentes, lo que evidenciaría también importantesdiferencias fitoquímicas. La popularidad de la�contrayerba� como alexitérico ha sido citada porStuckert (1941), pero referiéndose a Dorstenia tenuisy no a la especie de uso local (Trixis divaricata subsp.discolor). Según el autor, además de los usos men-cionados, habría sido empleada contra las flechasenvenenadas. Para Di Lullo (1944), el nombre�contrayerba� se asigna a diferentes especies que seaplicaban durante la época de la conquista a las he-ridas producidas por las flechas envenenadas con�yerba� (especie de curare). Garzón Maceda (1916)también cita a la altamisa como antídoto, aunque noseñala la identidad de la especie.

Evidentemente el hecho de que estas especies,junto a la �ruda�, se emplean además en forma desahúmos, en la prevención de los males y daños opara contrarrestar los efectos de la envidia, consti-tuye la confirmación de la eficacia terapéutica en suplano simbólico.

Entre las dolencias folk estrechamente vincula-das con afecciones de la piel, la más citada entre lospobladores de las sierras es la �culebrilla� o�culebría�. Desde las representaciones de los acto-res locales, se trata de una enfermedad producidapor una iguana o lagartija pequeña �a la que por logeneral no se la puede ver en el momento en queactúa� capaz de ocasionar una quemadura o irrita-ción que rodea en forma característica, la cintura dela persona afectada. Se entiende a su vez que al ce-rrarse el recorrido de esta erupción se torna muypeligrosa y, en ocasiones, puede llevar a la muerte.

... es por la orina de una culebrilla, mientras eseanimal camina, la mancha crece y si se junta la lla-ga en la panza es muy peligrosa porque se va lainfección a los intestinos... es como una iguanitapero chiquita, hay dos tipos, uno negro con pintasblancas y otra es verdecita con dos rayitas amari-llas en el costado hasta la cola... contamina losalambres de la ropa, orina en la ropa que dejasteen distintos lugares... Se cura con oraciones y tintachina. Se rodea la herida para que no camine (Sonia,Yacanto de Calamuchita).

Aun cuando las causas de la �culebrilla� sean deíndole natural, su tratamiento connota aspectos ri-tuales, requiere de oraciones y aplicaciones de tintachina en la piel del enfermo, rodeando y marcando

la región afectada hasta que sane o durante los díasque demande la cura-ritual, en la que por lo general,median rezos y el empleo del simbolismo numéri-co, elementos que denotan la influencia hispano-europea en la medicina tradicional.

...es un bicho, nadie lo ha visto; es una alergiaque hace ronchas, chiquitas que va caminando, esoproduce fiebre, ardor con picazón. La culebrilla secura con tinta china, la negra... hay que cortarle elcamino, rodearla con tinta (Nélida, La Bolsa).

Jesús, José y María, curame de esta culebría�(Victoria, La Cumbrecita).

Otra práctica terapéutica complementaria a lafarmacopea vegetal y presente en la medicina tradi-cional campesina, son las curaciones de palabra, paralo cual se requiere contar con los datos precisos dela persona afectada, en particular, su nombre. Rea-lizadas en presencia del enfermo o a la distancia, suacción se sustenta en el hecho de que el nombre(como el cuerpo, o la vestimenta o los humores)conforman para los campesinos uno de los elemen-tos constitutivos de la persona sobre el cual es ca-paz de operar la curación (Idoyaga Molina, 2003).

En el caso particular de las afecciones de la piel,solo se ha referido el empleo de las curas de palabraen el tratamiento de las quemaduras y las verrugas,según lo expone los siguientes relatos:

...la quemadura la cura de palabra también. Ella(un familiar) te cura, te agarra donde está quema-do, te tiene con la mano de ella y te va a curar, tepasa el ardor... todo con rezo (Norma, Amboy).

Los testes se curan de palabra� Hay un señorque cura en San Ignacio, a mi nieto lo curó quetenía y se le fueron todas... sin ponerle nada... le dael nombre de la persona... (Norma, Amboy).

Otros remediosLas referencias al empleo de remedios de origenmineral son escasas y se limitan fundamentalmenteal uso de la sal; se acostumbra también a utilizaralgunas secreciones y sustancias orgánicas e iner-tes. Para el caso particular de las quemaduras de lapiel se aplica un �fomento de cal de una pared pin-tada con clara de huevo batida�. Otros elementoscaracterísticos de la terapéutica popular, por lo ge-neral empleados para la curación de animales peroen ocasiones aplicados a la curación de las perso-nas, son las fricciones con querosén, las cenizas deplumas y la ropa quemada (para cicatrizar el ombli-go del recién nacido), la cicatrización de heridas con

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orina humana, el linimento blanco, el ladrillo ralla-do y, exclusivo de la medicina veterinaria, el em-pleo de pomada de zapatos (en casos de �mataduras�o escaras ulcerosas del lomo del animal).

Algunas de estas prácticas estaban ya presentes enla Córdoba de los siglos XVII y XVIII, y en su mayo-ría denotan una clara influencia de la medicina humo-ral, como lo señala Garzón Maceda (1916) en la clasi-ficación de los remedios que recoge para este períodohistórico. De esa forma, el autor da cuenta, entre lospreparados magistrales obtenidos prescriptos por laFarmacopea española, del empleo de resolutivos (queresuelven los humores), emolientes (por su carácterhúmedo y cálido se aplica por lo general en forma decataplasmas para ablandar y suavizar los humores),supurantes (que convierten en materia los humores delas partes, como los emplastos de yema de huevo omiel), mundificantes y detergentes (que, por su carác-ter caliente y seco �obran corroyendo las carnes su-perfluas y gastando las excrecencias� de llagas, comoel agua de cal), cáusticos (�medicamentos caliente yseco en cuarto grado�), encarnantes (regenerativos),cicatrizantes (que desecan humedades) y vejigatorios(que ampollan por ser calientes en cuarto grado, comola ortiga). Esa clasificación pone de manifiesto cómola lógica humoral se mantiene vigente en algunas prác-ticas sanitarias de los campesinos de las sierras cordo-besas, tal es el caso de las sustancias aplicadas comocicatrizantes en forma de cataplasmas y emplastos.

Conclusiones

El estudio de las farmacopeas en poblaciones cam-pesinas requiere un trabajo minucioso que permitaindentificar los marcos explicativos en los que seemplean las plantas y los remedios. La medicina tra-dicional, expresada tanto en la medicina casera comoen el curanderismo, constituye un componente cul-tural muy arraigado entre los pobladores criollos delas sierras de Córdoba, cuyas características soncompartidas con muchas de la medicina tradicionalde otras áreas de la Argentina; muestran importan-tes aspectos en común con la de otros campesinosde la región del Gran Chaco (Di Lullo, 1944; Scarpa,2002; 2004a; 2004b). En las prácticas terapéuticasde las afecciones de la piel abordadas en este traba-jo se advierten nociones refiguradas de la medicinahumoral hipocráticas, como el empleo de las cate-gorías de frío y cálido. Aparecen también aspectos

característicos de tradiciones hispano-europeas, deprácticas rituales del catolicismo, como la curas depalabra y la recurrencia a una vasta farmacopea ve-getal junto a representaciones populares del cono-cimiento difundido por la medicina contemporánea.

Debe destacarse que, si bien un 70% de lafarmacopea destinada al tratamiento de las afeccio-nes de la piel se compone de especies nativas, lasespecies introducidas adventicias encabezan el lis-tado de plantas con mayor diversificación y canti-dad de aplicaciones dermatológicas, como es el casode Aloe saponaria, Chenopodium spp., Urtica urens,Rumex crispus, Malva spp. Otras especies adventi-cias resultan también muy populares por su aplica-ción en afecciones de la piel, como Plantago majory Arctium minus. Asimismo, entre las nativas conmayor cantidad de usos podemos reseñar Gaillardiamegapotamica var. scabiosoides �que ocupa el se-gundo lugar después de Aloe saponaria� junto aNicotiana tabacum, Nicotiana glauca, Jungia polita,Cestrum parquii, Argemone subfusiformis, Anrederacordifolia y Acacia caven var. caven, cuyos usosconcuerdan en líneas generales con los referidos enestudios y compilaciones de plantas medicinalesargentinas (Sorarú y Bandoni, 1978; Toursarkissian,1980; Ratera y Ratera, 1980; Marzoca, 1997; Roig,2001 entre otros autores). Se exceptúan en este sen-tido Anredera cordifolia y Jungia polita, cuyas pro-piedades medicinales son poco referidas o estánausentes para otros lugares del país y denotarían elaprovechamiento de recursos autóctonos por mediode prácticas empíricas locales del tipo ensayo-error.

Aun cuando no realizamos un estudio específicoacerca de la circulación, la transmisión y el consen-so de los saberes de la comunidad, se observa que elconocimiento local en materia de plantas conformaun corpus de conocimientos eclécticos que devienentanto de la práctica empírica, de criterios tradicio-nales, como los de la medicina humoral hipocrática,como así también de la influencia mediática o de lacirculación de libros y enciclopedias de las más va-riadas procedencias, como ocurre con las aplicacio-nes y los usos de algunas especies introducidas, cul-tivadas o adventicias (Aloe saponaria, Plantagomajor, Urtica urens). Asimismo, se advierte un flu-jo y dinamismo de circulación de saberes cada vezmayor desde la biomedicina y las terapias alternati-vas hacia la medicina tradicional. Esta situación ori-ginaría nuevas representaciones y concepciones dela salud y la enfermedad, así como un cambio en la

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preferencia o en la frecuencia con la que se empleanlas especies medicinales, que pueden desplazar oalterar la configuración característica de la terapéu-tica criolla cuyo principal recurso es el empleo deplantas silvestres nativas recolectadas a campo.

La conservación de los recursos vegetales medi-cinales y del conocimiento tradicional asociado consus usos se ve amenazada en esta región en la que,además de los factores mencionados, resulta osten-sible el impacto del turismo nacional e internacio-nal, la expansión de la frontera agropecuaria, el des-monte y la forestación con especies exóticas. Estasituación revela la necesidad de urgentes tareas deconservación in situ y de revalorización, validacióncientífica y circulación del conocimiento tradicio-nal, promoviendo la sustentabilidad regional y larevalorización de quienes portan el conocimientode la flora medicinal local.

Agradecimientos

El autor agradece especialmente a las comunidades deParavachasca y Calamuchita (Córdoba) por compartirsus conocimientos en el marco de esta investigación.Asimismo a las doctoras Ana M. Planchuelo, M. Ojeday E. Fuentes, de la Facultad de Ciencias Agropecuariasde la Universidad Nacional de Córdoba, por la asis-tencia y las orientaciones recibidas durante el desarro-llo del trabajo de investigación. Mi permanente agra-decimiento al licenciado Pastor Arenas y al doctorGustavo Scarpa por su disponibilidad para la capaci-tación, el asesoramiento en etnobotánica y las orienta-ciones en la bibliografía. Agradezco a la Secretaría deCiencia y Técnica (SECYT) y al Consejo Nacional deInvestigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) porlas becas y los subsidios recibidos.

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