Expresion Economica No. 32 v06 (2)

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revista de economía de la Universidad de Guadalajara

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  • expresin econmica2014 / nmero 32

  • Salvador Peniche Camps Director

    Luis Fernando Ravell Garca Coordinador Ejecutivo

    Jorge Aguilar Jimnez Coordinador de Extensin

    Consejo Editorial/Editorial Council

    Jorge Barba Chacn CUCEA/Universidad de Guadalajara Alejandro Dvila Flores Universidad Autnoma de CoahuilaJorge I. Villaseor Becerra CUCEA/Universidad de Guadalajara Hctor Guilln Romo Universidad de Paris VIII, FranciaJaime Lpez Delgadillo CUCEA/Universidad de Guadalajara Jos Hctor Corts Fragoso CUCEA/Universidad de Guadalajara Jos Lorenzo Santos Valle CUCEA/Universidad de GuadalajaraJos Ma. Labeaga Azcona Universidad Nacional de Educacin a Distancia, Espaa Juan Gonzlez Garca Universidad de ColimaMa. Josefina Len Len Universidad Autnoma Metropolitana, Unidad Azcapotzalco Martin Gpe. Romero Morett CUCEA/Universidad de Guadalajara Robert Rollinatt Universidad D'Artois, Francia

    Expresin Econmica. Revista de anlisis es una publicacin cientfica del Departamento de Economa del Centro Universitario de Ciencias Econmico Administrativas de la Universidad de Guadalajara. Su principal objetivo consiste en impulsar y promover la investigacin y el anlisis sobre temas econmicos de Mxico y el mundo. La revista est dirigida a estudiantes e investigadores de las reas econmicas y administrativas. En su nueva poca, la revista se publica de manera ininterrumpida desde 1977 en formato impreso.

    Catlogo del sistema de informacin en lnea para Revistas Cientficas de Amrica Latina, el Caribe, Espaa y Portugal (LATINDEX).

    La responsabilidad de los artculos firmados es de sus autores. Se permite la reproduccin del material siempre y cuando se cite la fuente.

    Tiro: 500 ejemplares.ISSN: 1870-5960Produccin:

  • Contenido Contents

    Artculos/Articles

    Importancia social del cultivo de frijol. Periodo 1990-2008DORA MA. SANGERMAN JARQUNJORGE Alberto ACOSTA GALLEGOSRITA SWENSTESIUS de rindermanAGUSTN NAVARRO BRAVOBERTHA S. LARQU SAAVEDRA

    Potencial del carbn mineral coahuilense como motor del desarrollo econmico y socialFEDERICO MULLER RODRGUEZHORACIO CRDENAS ZARDONI

    Estructura econmica, empleo y desigualdad salarial en SonoraREYNA ELizabeth RODRGUEZ PREZARNOLDO OCHOA CORTS

    Observatorios para la transparencia y ren-dicin de cuentas en la aplicacin de los pre-supuestos y programas de la administracin pblica federal en materia de transversalidad de la perspectiva de gnero, Jalisco 2011CARMEN Yolanda DELGADO LECOURTOISELENA DOLORES NAVARROMA. DE LA LUZ PIMIENTA MONJEJORGE F. LPEZ ARCE GONZLEZ

    Social importance of bean cultivation. Period 1990-2008.................................................

    Coahuila coal potential as an engine of eco-nomic and social development................

    Economic situation, employment and wage inequality in Sonora..................................

    Observatories for transparency and accoun-tability in the implementation of the budget and programs of the federal public adminis-tration on mainstreaming a gender perspec-tive, Jalisco 2011.............................

    Suplemento/Supplement

    El legado de Ronald H. CoaseMARCO ANTONIO BERGER GARCA

    Cambio climtico y pobrezaVERA SCHLEGEL

    Las implicaciones sociales de la privatizacin del aguaABRIL CASAS CERVANTES

    The legacy of Ronald H. Coase..............

    Climate change and poverty....................

    That social effects of water privatization..........................................

  • Importancia social del cultivo de frijol. Periodo 1990-2008

    Dora Ma. Sangerman JarqunJorge Alberto Acosta Gallegos

    Rita Shwenstesius de RindermanAgustn Navarro Bravo

    Bertha S. Larqu Saavedra

    Resumen

    En Mxico, el grano de frijol es bsico para la alimentacin de su poblacin debido a su alto contenido de protena; ocupa el segundo lugar en importancia nacional despus del maz. La produccin de las leguminosas, principalmente la del frijol, ha disminuido a una tasa de 3.2, ya que el crecimiento de poblacin es mucho ms rpido que el de dicha produccin.

    El frijol es una leguminosa que constituye una fuente de protenas e hidratos de carbono natural; adems es abundante en vitamina B, pues contiene niacina, cido flico y tianina. Adicionalmente, tambin proporciona hierro, cobre, zinc, fsforo, potasio, magnesio y calcio, e incluye un alto contenido de fibra.

    Existen mltiples variedades de frijol que se caracterizan por su tamao, color, forma y tipo de crecimiento. Se considera que en total hay 70 especies, de las cuales 50 se encuentran en Mxico, y se han domesticado principlamente cinco: Phaseolus vulgaris L. (frijol comn), Phaseolus coccineus L. (frijol ayocote), Phaseolus lunatus L. (frijol comba), Phaseolus dumosus (frijol gordo) y Phaseolus acutifolius Gray (frijol tepari). En el pas se cultivan cerca de 70 variedades, que de acuerdo con su color se clasifican en negros, pintos, bayos, amarillos y rosados.

    El cultivo del frijol presenta caractersticas propias y definidas en el marco de la soberana alimentaria, en virtud de que representa un alimento principal para la poblacin rural y urbana. En este sentido, el programa de mejoramiento gentico

    lopx-04Es la misma cantidad de especies que la de variedades? Porque se habla de especies a nivel mundial. Favor de confirmar dato.

    PRRAFO CORRECTO:

    Se considera que en total existen 70 especies a nivel mundial; en Mxico ests ascienden a 50, destacan cinco especies que se han domesticado Phaseolus vulgaris L. (frijol comn), Phaseolus coccineus L. (frijol ayocote), Phaseolus lunatus L. (frijol comba), Phaseolus dumosus (frijol gordo) y Phaseolus acutifolius Gray (frijol tepari). En Mxico se cultivan cerca de 65 variedades, que de acuerdo a la norma son: negros, pintos, bayos, amarillos, rosados, etc.

  • 6Expresin Econmica, nm. 32, 2014. Universidad de Guadalajara. CUCEA

    de frijol del Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrcolas y Pecuarias (INIFAP) del Campo Experimental Valle de Mxico (Cevamex), ha contribuido en gran medida a generar la tecnologa necesaria para que el pas alcance la autosuficiencia alimentaria sostenida en este cultivo. Esta tecnologa incluye la liberacin de varie-dades con mayor capacidad de rendimiento y mejor calidad alimentaria y culinaria.

    Palabras clave: tecnologa, frijol, AP.

    Abstract

    In Mexico, common bean is an essential component in the diet of the population due to its high protein content; it ranks second in national importance after maize. The production of pulses, mainly of dry beans, has dropped to a 3.2 rate, whereas population growth is higher than dry bean production.

    The dry bean seed, natural source of protein and carbohydrates, is also rich in vitamin B, because it contains niacin, folic acid and theanine. Besides provides iron, copper, zinc, phosphorus, potassium, magnesium and calcium, and includes high fiber. There exist many classes of beans that are characterized by their seed size, color, shape and the type of plant growth. It is considered that in total there are 70 species in the genus, and at least 50 in Mexico; five species have been domesticated: Phaseolus vulgaris L. (Common bean), Phaseolus coccineus L. (Runner bean), Phaseolus lunatus L. (Lima bean), Phaseolus dumosus L. (Year bean) and Phaseolus acutifolius Gray (P. acutifolius). In the country, around 70 varieties are grown, according to the standard seed classification they are: black, pinto, brown, yellow and pink.

    The bean crop possesses particular characteristics that are important in the con-text of food sovereignty, considering it as a staple food for rural and urban poor. In this sense, the bean breeding program of the National Research Institute, for Forestry, Agriculture and Livestock (INIFAP), at the Campo Experimental Valle de Mexico (Cevamex) has contributed in the development of the technology required for the country to achieve self-sufficiency in this crop. This technology includes improved varieties with higher yielding ability and better seed nutritive and cooking quality.

    Keywords: technology, bean, AP.Clasificacin JEL: O, O1, O13, O18Fecha de recepcin: 03/03/2014. Fecha de aceptacin: 27/03/2014

    Introduccin

    El frijol que se produce y consume en Mxico proviene, en su mayora, de genotipos nativos o criollos; una cantidad muy pequea lo hace de variedades mejoradas que presentan ventajas agronmicas y de calidad. En ambos casos, pero particularmente en el de los genotipos nativos cuya siembra tradicionalmente es para autoconsumo,

    lopx-04Qu significa AP?

    Hay un error

    Dice: APDebe decir: INIFAP

    SANROMANNota adhesiva

    70 especies

  • 7Dora Ma. Sangerman Jarqun, Jorge Alberto Acosta Gallegos, Rita Shwenstesius de Rinderman, Agustn Navarro Bravo, Bertha S. Larqu Saavedra. Importancia social del cultivo de frijol. Periodo 1990-2008

    es comn, adems de la produccin de grano seco, aprovechar el cultivo para obtener vainas tiernas o ejotes.

    Cabe mencionar que para la comercializacin de frijol en territorio nacional, la Secretara de Comercio y Fomento Industrial (Secofi, 2008) defini dos clases en atencin al color del grano: negros y claros. Adicionalmente, existe un tercer grupo denominado otras clases, en donde se incluyen variedades de grano con diferentes colores, tamaos y formas; en este grupo se consideran los genotipos nativos que reciben nombres locales como acerado, morita, conejo, etc.

    Por su parte, los atributos del grano que decida el consumidor son los que defini-rn la calidad comercial del mismo; tanto el ama de casa como el industrial demandan granos de colores preferentes, que sean de acuerdo con los hbitos alimentarios de la zona, y que adems sean de rpida coccin y con caractersticas sensoriales de textura y sabor agradables. Para que el frijol sea de calidad se tienen que varios factores, que son la variedad, el manejo agronmico y las condiciones del cultivo y, posteriormente, de almacenamiento del grano.

    En total existen alrededor de 70 especies de frijol, de las cuales 50 se encuentran en Mxico y cinco de ellas se han domesticado: Phaseolus vulgaris L. (frijol comn), Phaseolus coccineus L. (frijol ayocote), Phaseolus lunatus L. (frijol comba), Phaseolus dumosus (frijol gordo) y Phaseolus acutifolius Gray (frijol tepari). Igualmente, de estas especies, en el pas se cultivan cerca de 70 variedades, que de acuerdo con su color se clasifican en negros, pintos, bayos, amarillos y rosados. El cultivo del frijol presenta caractersticas propias y definidas en el marco de la soberana alimentaria, en virtud de que representa un alimento principal para la poblacin rural y urbana. En este sentido, el programa de mejoramiento gentico de frijol del Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrcolas y Pecuarias (INIFAP) del Campo Experimental Valle de Mxico (Cevamex), ha contribuido en gran medida a generar la tecnologa necesaria para que el pas alcance la autosuficiencia alimentaria sostenida en este cultivo. Esta tecnologa incluye la liberacin de variedades con mayor capacidad de rendimiento y mejor calidad alimentaria y culinaria.

    Entre los cambios poscosecha que se observan con ms frecuencia estn el oscu-recimiento tambin llamado oxidacin de los granos de testa clara y el endure-cimiento, que a su vez provoca el aumento de su tiempo de coccin. As, los factores que pueden provocar una coccin lenta o deficiente son dos: la testa dura, que describe un estado fsico en donde las semillas son incapaces de embeber suficiente agua, debido a la impermeabilidad parcial de la testa; y la dureza a la coccin que se refiere a la textura del cotiledn, la cual, como su nombre lo dice, induce mayor tiempo de coccin (Liu, 1995). Es importante sealar que las causas de estos cambios son ocasionados principalmente por el tiempo prolongado de almacenamiento o por condiciones inadecuadas en el almacn (Liu, 1995), aunque la dureza puede ser tambin de origen gentico.

    SANROMANNota adhesivaEn total existen alrededor de 70 especies de frijol, de las cuales 50 s encuentran en Mxico y cinco de ellas se han domesticado Phaseolus vulgaris L. (frijol comn), Phaseolus coccineus L. (frijol ayocote), Phaseolus lunatus L. (frijol comba), Phaseolus dumosus (frijol gordo) y Phaseolus acutifolius Gray (frijol tepari). Igualmente, de estas especies, en el pas se cultivan cerca cerca de 65 variedades, que de acuerdo a la norma son: negros, pintos, bayos, amarillos, rosados, etc.

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    Otra de las propiedades relevantes del grano es su calidad nutrimental, que se va-lora principalmente por el contenido de protena que aporta (Jacinto, Bernal y Garza, 2002). A pesar de que el frijol constituye una de las principales fuentes de protena en la dieta de grandes segmentos de la poblacin, en Mxico existe un nivel elevado de desnutricin energtico-protena, principalmente en las zonas rurales y urbanas marginales. En el estado de Hidalgo, de donde son originarios algunos genotipos nativos de frijol, se demostr en estudios diversos que 21.4 de la poblacin padece desnutricin severa; 13.5, importante; y 23.3, moderada (Roldn et al., 2000). Una variedad mejorada de frijol Bayo Mecentral, Bayo Azteca, Negro 8025 y Jamapa, con un contenido de protena de aproximadamente 26, puede aportar 46 de la ingestin diaria recomendada de protena para la alimentacin infantil. Aunado a la importancia de la protena del frijol para la alimentacin, el grano tambin contiene otros compuestos benficos para el organismo humano, como son vitaminas (niacina, cido flico y tianina), minerales (hierro, cobre, zinc, fsforo, potasio, magnesio y calcio) y fibra, aunque tambin presenta algunos factores que limitan el valor nutri-mental (Admassu y Kumar, 2005).

    En relacin con las limitaciones mencionadas, investigaciones realizadas indi-caron que tanto en frijol nativo (Jacinto et al., 2002) como en variedades mejoradas (Jacinto et al., 2003), existe una amplia diversidad en las caractersticas fsicas y qu-micas del grano, as como en su tolerancia a envejecerse durante el almacenamiento (Jacinto, Iturbide y Rubio , 2001). Dentro del tipo de frijol pinto, la variedad Pinto Saltillo, debido a su caracterstica de lento oscurecimiento o prolongada vida de anaquel, ha desplazado a todas las variedades nativas y mejoradas de este tipo que se sembraban en los estados de Chihuahua y Durango (Snchez et al., 2004).

    Vale la pena sealar que al ser Mxico un centro de origen del frijol y contar con un vasto acervo de poblaciones silvestres y nativas estas ltimas tambin conocidas como criollas, no cuenta con la informacin necesaria sobre sus caractersticas fsicas y qumicas asociadas con la calidad del grano. Los genotipos nativos son parte importante de la riqueza gentica de nuestro pas, por lo tanto, es necesario contar con su caracterizacin, con la finalidad de aprovechar este germoplasma en los programas de mejora gentica. Con ello se lograra mejorar el aporte de protena de los consumidores de estas variedades tradicionales, al ofrecerles variedades con caractersticas morfolgicas similares dentro de los tipos criollos, pero con mayor contenido de protena de alta digestibilidad.

    Antecedentes

    El centro y sur de Mxico forman parte de uno de los megacentros de diversidad gentica y domesticacin de especies cultivadas. Los hallazgos arqueolgicos ms antiguos de plantas cultivadas en Mesoamrica datan de alrededor de 5000 a 7000 aos a. C. Evidencias localizadas en Tehuacn y Guil Naquitz, pertenecientes a los

  • 9Dora Ma. Sangerman Jarqun, Jorge Alberto Acosta Gallegos, Rita Shwenstesius de Rinderman, Agustn Navarro Bravo, Bertha S. Larqu Saavedra. Importancia social del cultivo de frijol. Periodo 1990-2008

    estados de Puebla y Oaxaca, respectivamente, permiten afirmar que la prctica de la agricultura se inici en Mesoamrica (Hernndez, 1973). En Teotihuacn, por ejem-plo, los signos, pinturas y cdices son una muestra de cmo se ha dado la prctica de cultivos, como el frijol, en los pueblos mesoamericanos, mismos que a la fecha se sigue llevando a cabo.

    Desde sus regiones de origen hasta toda el rea mesoamericana, la difusin de especies cultivadas, especialmente las del complejo agrcola bsico formado por maz, frijol, calabaza y chile, se produjo aproximadamente hacia el ao 2000 a. C., revolucionando la naturaleza del cultivo de un nivel de agricultura incipiente a uno de agricultura de aldea (Rojas, 1990: pgina), es decir que permiti la vida sedentaria y la formacin de los primeros pueblos agrcolas.

    En el siglo XVI, una alta proporcin de especies de consumo bsico se produca en todo el territorio agrcola de Mesoamrica y en casi todas las altitudes y condiciones de humedad. Entre las plantas poco especializadas destacan el maz, el frijol, la calabaza, el chile, el amaranto y las chas. Otras especies como el algodn, el cacao, y las flores, no pudieron ser adaptadas de la misma forma, lo que significa que tuvieron que ser ms especializadas en su adaptacin, de tal manera que solo se cultivaban en nichos con caractersticas especiales; razn por la cual se obtenan a travs del intercambio y tributacin (Rojas, 1990).

    De acuerdo con estudios del Cdice Mendocino, se dice que dentro de los tributos de productos agrcolas que reciban los aztecas o mexicas de los pueblos sometidos, destacaron el maz y el frijol. La cantidad que los aztecas reciban anualmente era de 7,000 toneladas de maz y 5,000 toneladas de frijol (Paterson, 1962).

    En este sentido, desde tiempos ancestrales, la dieta de la poblacin mexicana ha tenido como base el consumo de leguminosas y cereales, principalmente maz (Zea mays L.) y frijol (Phaseolus vulgaris L.) (Arias et al., 1999); no obstante, su adquisicin ha disminuido considerablemente en los ltimos aos, ya que mientras que en 1994 el consumo per cpita era de 15 kg, durante 2005 fue de 11.8 kg (Inegi, 2006).

    La agricultura actual

    A principios de los aos sesenta, la va extensiva emprendida por la agricultura mexicana empezara a poner de manifiesto una incapacidad progresiva para res-ponder a los requerimientos alimentarios de la poblacin que, para entonces, ya era preponderantemente urbana. Por otra parte, las exportaciones agropecuarias tendan, desde ese tiempo, que enfrentar un dramtico proceso recesivo, dado el movimiento de desvalorizacin de los bienes primarios en el mercado mundial.

    Unos aos despus, en la dcada de los setenta, cerca de 60 de la poblacin no dispona de una dieta normativa mnima que impidiera su deterioro nutricional. En 1975 se calcul un dficit de alimento (miles de toneladas) de 3,725.4; en 1990, de

    lopx-04Falta la pgina de esta cita.

    DICE:(Rojas, 1990: pgina)DEBE DECIR:(Rojas, 1990:34)

    CITA CORRECTA:Rojas, T. 1990. La tecnologa agrcola mesoamericana en el siglo XVI. In: historia de la agricultura. poca prehispnica. Siglo XVI. Instituto Nacional de Antropologa e Historia (INAH). Mxico, D. F. 9- 52 pp.

    lopx-04Esta referencia no aparece en la bibliografa. Favor de proporcionar la informacin completa.

    CITA CORRECTA:Hernndez, X. E.1988. Domesticacin. Congreso de diversidad gentica. Oaxtepec, Morelos. Memorias de la X reunin de la ALCA. Acapulco, Guerrero. Mxico 101- 142 pp.

    lopx-04Esta referencia no aparece en la bibliografa. Favor de proporcionar la informacin completa.

    CITA CORRECTAInstituto Nacional de Estadstica Geografa e Informtica (INEGI). 2006. Anuario estadstico del Estado de Mxico, Mxico, D. F.

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    6,149; y en 2000, de 8,646; cifras que reflejaban de las condiciones de pobreza de la poblacin (Fritscher, 1990).

    Un argumento a favor de los cambios en la estructura de los cultivos se refera a la amplia disponibilidad de cereales en el mercado internacional, especialmente del trigo, que por su bajo costo poda ser importado en vez de producirse interna-mente, con lo que se abran espacios para la substitucin de alimentos por forrajes. Los productos nativos como maz, frijol, yuca, races y tubrculos, quedaran a su vez marginados dentro del nuevo modelo, carentes de crdito y dems apoyos gubernamentales. Como consecuencia de ello, estos cultivos tuvieron que emigrar, establecindose en regiones de menor fertilidad y ubicacin desfavorable. Esta es la explicacin de las fuertes regresiones en rendimiento que tuvieron dichos produc-tos durante los aos setenta. En el caso del frijol, este fue empujado hacia la regin semirida, por lo que su rendimiento se ha ido estancando en los ltimos 30 aos, con 560 kg ha-1 (kilogrmos por hectrea) .

    La crisis agrcola trajo consigo la aparicin de la prdida de la autosuficiencia alimentaria, la disminucin de la inversin y la rentabilidad en general, y la prdida de posiciones competitivas de los productos agropecuarios en el mercado mundial. En este sentido, a partir de 1980, el pas intenta, por primera vez en muchos aos, estimular la produccin campesina de granos bsicos.

    En este periodo decae el uso de semillas mejoradas; se observaba la tendencia al desplazamiento de variedades criollas por aquellas mejoradas de rpida adaptabilidad. Ante la incapacidad para adquirir la semilla, muchos productores tienden a volver al uso de las semillas criollas tradicionales. El nico factor de produccin que baj su costo fue la mano de obra, lo que favoreci a aquellos cultivos menos mecanizados y ms intensivos en el uso de este recurso.

    En un contexto de pauperizacin creciente y de desvalorizacin salarial, los cultivos que absorben mayores cantidades de trabajo tienden a poseer ventajas en trminos de costos con respecto a los ms tecnificados. Ello tendra vigencia en el nuevo encuadre productivo del campo mexicano, en contraste con lo ocurrido en la dcada anterior, cuando los subsidios a la mecanizacin haran de la maquinaria un recurso menos costoso que la fuerza de trabajo. Es importante referir que en la dcada pasada, el uso de semilla de alta calidad de variedades mejoradas recibi un fuerte impulso con el programa federal introducido a travs de Alianza para el Campo y Kilo por Kilo. Sin embargo, este programa fue descontinuado con el cambio de gobierno.

    En la actualidad, los ingresos de los asalariados son insuficientes para cubrir las necesidades esenciales. En alusin al costo de la canasta bsica de alimentos, en 2008 este se ubic en $4,852 pesos, pero, a pesar de que el salario mnimo tuvo un incremento de 4, un trabajador requera poco ms de tres ingresos ($320 pesos) para adquirirla (referencia).

    Respecto a los ltimos cuatro aos, la canasta bsica registr un incremento de 459.5; pas de $688.50 a $3,852 pesos entre el 31 de noviembre de 1998 a 1999. Si se

    lopx-04Esta referencia no aparece en la bibliografa. Favor de proporcionar la informacin completa.

    CITA CORRECTA:Fritscher, M. 2003. Las races del conflicto agrcola mundial. Revista Trabajo. Nm. 9 Mxico. Universidad Autnoma Metropolitana- Unidad Azcapozalco (UAM- A). D. F. 90 p.

    lopx-04Favor de dar la referencia de esta informacin.

    REFERENCIA:(Espinosa, 2007).

    lopx-04Favor de corregir aos, o en su caso cifras. En caso de mencionarse los ltimos cuatro aos y tomando en cuenta que el captulo habla hasta 2008, sera de 2004 a 2008.

    DICE: 1998 a 1999.

    DEBE DECIR: 2004 a 2008

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    Dora Ma. Sangerman Jarqun, Jorge Alberto Acosta Gallegos, Rita Shwenstesius de Rinderman, Agustn Navarro Bravo, Bertha S. Larqu Saavedra. Importancia social del cultivo de frijol. Periodo 1990-2008

    toma en cuenta que esta canasta est diseada con base en los mnimos nutricio-nales recomendados para una familia de cinco miembros, los productos con mayor incremento entre los aos de 1994 a 1998 fueron los siguientes: huevo, de $3.21 a $22.01 (587.5); el kg carne de pollo entero, de $7.21 a $32.91 (356.9); el jabn de barra, de $1.17 a $8.91 (660.7); y el kilogramo de frijol en bolsa, de $2.91 a $12.00 (300), entre otros, para una poblacin que ha vivido con una crisis recurrente, en una desarticulacin econmica y una enorme regresin social (La Jornada, 2000).

    Por lo tanto, las decisiones tomadas por los gobiernos respecto al sector agrope-cuario parecen apuntar en la misma direccin que las polticas relativas a la industria: modernizacin y eficiencia en la produccin, competitividad internacional, y elimi-nacin de subsidios, gasto social y presencia del Estado en la economa en general. Aunque, ciertamente, esta poltica no ha podido lograr cambios estructurales, sino que ms bien ha acentuado tendencias previas, tales como:

    Brecha tecnolgica entre la tecnologa disponible y la tradicional. Prdida definitiva de la autosuficiencia alimentaria. Diferenciacin socioeconmica y productiva de los productores.

    Alimentacin

    En los ltimos aos, la demanda de alimentos refleja las mayores necesidades de sustento de una poblacin creciente. Para el ao 2000, la poblacin mundial alcan-zar una cifra superior a los 6,000 millones de habitantes y la produccin agrcola deber registrar un incremento de 50 a 60 respecto a 2008, para satisfacer la nueva demanda de productos alimenticios y agrcolas (2008). Vale la pena decir que en los pases en desarrollo esta demanda se ampliar en cien por ciento, en el sentido de que en estos se darn los mayores crecimientos poblacionales.

    Algunos inconvenientes en relacin con la produccin agrcola son: El potencial de produccin de alimentos de las tierras es limitado y vara consi-

    derablemente de una regin a otra en el pas. Existen muchas reas en condiciones crticas cuyos recursos de tierra o agua no

    bastan para atender las necesidades alimentaras de la poblacin actual o futura. Al final del presente siglo todas las tierras potencialmente cultivables de los pa-

    ses en desarrollo sern insuficientes para satisfacer las demandas de alimentos.

    Poblacin

    En Mexico, el crecimiento de la poblacin urbana ha ido mucho ms rpido que el de la rural, debido a que las migraciones han tenido como destino los municipios conurbanos. Por ejemplo, el porcentaje de la poblacin del Estado de Mxico que habita en localidades rurales (2,500 habitantes), se redujo en los ltimos 30 aos. Cabe aadir que la poblacin urbana de este lugar presenta un alto grado de concentracin,

    lopx-04De ser posible, mencionar el autor de la nota, ya que no se puede rastrear.

    RESPUESTA:

    NO TUVE LA PRECAUCIN DE COPIAR EL AUTOR(A) DE LA NOTA. SUGIERO SI NO SE PUEDE QUEDAR AS ELIMINARLA

    lopx-04Actualizar cifras con ao correcto. Se habla del ao 2000 como futuro.

    DICE: 2000

    DEBE DECIR: 2020

    lopx-04No aparece autor, solo ao.

    DICE: (2008)

    DEBE DECIR: (CEPAL, 2008).

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    ya que se estima que 70 se encuentra distribuida en los 27 municipios conurbados al Distrito Federal. Asimismo, la estructura de su poblacin es similar al del resto del pas; poco ms de 38 es menor de 15 aos (Inegi, 2005).

    Por su parte, 30 de los ingresos de la poblacin de este estado corresponde a la poblacin econmicamente activa (PEA), y de esta suma, 62 percibi ingresos inferiores a dos salarios mnimos en 2008. En trminos globales, esta cifra es menor a la media registrada a escala nacional. Al interior del estado, las condiciones del nivel de vida de la poblacin presentan marcadas diferencias en el mbito municipal. Por citar un caso, en los municipios de Zacazonapan y Sultepec, la tasa de la PEA que declar no haber recibido ingresos alcanz niveles cercanos a 70, mientras que en otros municipios con caractersticas eminentemente urbanas y con un nivel de vida mayor, como Coacalco, Atizapn, Ecatepec y Naucalpan, se reportaron cifras menores a 7. Esta dispersin al interior del estado es similar para los indicadores de salud, vivienda y educacin (Inegi, 2005).

    En materia de educacin, los indicadores muestran que este estado ha logra-do avances en algunos municipios, aunque en otros se sigue presentando el grave problema del rezago educativo. En relacin con el tema salud, en general la entidad presenta condiciones satisfactorias respecto al resto del pas. Sin embargo, la asistencia mdica y el personal se encuentra en los municipios ms urbanizados e industriales, como son Atizapn, Ecatepec, Naucalpan, Nezahualcyotl, Toluca y Chalco; mientras otros como Temamatla y Ayapango, apenas cuentan con una unidad mdica rural. En cuanto a nutricin, la poblacin rural apenas logra cubrir 30 sus necesidades en alimentos bsicos (Inegi, 2005).

    Adems de lo anterior, el ambiente del lugar presenta serios problemas de de-terioro causados por el proceso de desarrollo caracterizado por la concentracin industrial y demogrfica. En algunos municipios se presenta la tala inmoderada de bosque, la creacin de gigantescos tiraderos de basura y la generacin de grandes cantidades de desechos txicos y aguas residuales no tratadas. Como lo indica el Plan Nacional de Desarrollo del Estado de Mxico (M) (2000-2009), cada ao se pierden 10 mil de las 500 mil ha de bosques. En el caso de los municipios de la zona conurbada del Valle de Cuautitln y Texcoco, la calidad de aire se ha deteriorado notoriamente. Las condiciones que han provocado la deforestacin se agravan gradualmente en la zona conurbana. Con la disminucin la cobertura vegetal se limita la infiltracin del agua de lluvia; se generan fuertes procesos erosivos del suelo; se reduce la biodiver-sidad de los ecosistemas; se alteran los microclimas; se desplaza la flora silvestre; y se reducen los niveles de produccin de oxgeno. As, el resultado de esta deforestacin desmedida en la regin oriente de este valle, donde la desecacin y deforestacin intensa, originada por cambios de uso forestal para fines agropecuarios y la creacin de poblados, es la creacin de grandes tolvaneras que deterioran la calidad del aire de la zona metropolitana de la Ciudad de Mxico.

    lopx-04Qu significa la M? Corregir esta referencia.

    DICE:Plan Nacional de Desarrollo del Estado de Mxico (PNDEM) (2006- 2009),

    DEBE DECIR:Plan Nacional de Desarrollo del Estado de Mxico (PNDEM) (2008- 2011),

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    Dora Ma. Sangerman Jarqun, Jorge Alberto Acosta Gallegos, Rita Shwenstesius de Rinderman, Agustn Navarro Bravo, Bertha S. Larqu Saavedra. Importancia social del cultivo de frijol. Periodo 1990-2008

    Uso del frijol

    Como ya se mencion previamente, la cultura mesoamericana tuvo una participacin activa en la prctica de la agricultura; desarroll sofisticados sistemas de produccin, avanzados para su tiempo, y contribuy con alimentos que se utilizan en todo el mundo (chile, calabaza, cacao, vainilla, jitomate rojo, aguacate, nopal, etc.). En s, para los mexicanos la alimentacin envuelve una gran cultura y un estilo de vida; simboliza una identidad tnica, un compromiso social y una expresin social (Daz y Rochn, 1993). Entre otros alimentos, el frijol, que se puede encontrar en todas las regiones del pas, forma parte de esta cultura. En el Estado de Mxico, adems del estilo cotidiano, es utilizado en las tradicionales tamaladas, fiestas comunales y comidas de celebraciones (fiestas patronales o cumpleaos).

    Tanto con los moles rojo o mole verde como con el arroz, los sopes o los exquisitos tlacoyos, los frijoles son un componente indispensable para acompaar los platillos en estas festividades. En el caso de los tlacoyos, cabe decir que prioritariamente van rellenos de frijol, aunque tambin existe la variante de relleno con haba y chcharo o alberjn. En ellos, el maz proporciona la energa en forma de carbohidratos; y el frijol, las protenas.

    Dentro del rito de preparar los alimentos, existe una organizacin ancestral familiar donde las mujeres saben exactamente la cantidad de ingredientes, entre chile, jitomate, agua, cebolla, especias, ajo, sal, etc., que debe llevar cada comida. Las recetas que van heredando las mujeres de generacin a generacin tambin forman parte de la cultura mexicana.

    Una referencia histrica que data del siglo XVI, en la Nueva Espaa, menciona que:

    Hay quienes fabrican esas tortillas tres o cuatro veces ms grandes y tambin ms grue-sas, hacen asimismo de la masa bolas semejantes a melones y las echan a cocer en una vasija sobre el fuego mezclndolas con frijoles las comen a placer, pues son sumamente suaves, de fcil digestin y de sabor agradable. Algunas hacen estas tortillas de un palmo de largo y cuatro dedos de grueso mezclados con frijoles y los asan en el comalli (Daz y Rochn, 1993: pgina).

    Por centurias, Mxico ha ofrecido al mundo testimonios de esas tradiciones a travs de la sorprendente variedad de alimentos nutritivos y deliciosos. Una im-portante conexin existe entre los alimentos, la cultura y formacin de la sociedad (Daz y Rochn, 1993). Para ella la comida no solo es una forma de nutrirse; la comida tiene relacin con el folclore de cada regin, con leyendas y supersticiones. Un dato interesante es que algunos productos del campo se emplean para intercambiar con otros productos (trueque) o tambin se usan como smbolo.

    lopx-04Es correcta la redaccin de esta cita?

    DICE: hay quienes fabrican esas tortillas tres o cuatro veces ms grandes y tambin ms gruesas, hacen asimismo de la masa bolas semejantes a melones y las echan a cocer en una vasija sobre el fuego mezclndolas con frijoles las comen a placer, pues son sumamente suaves, de fcil digestin y de sabor agradable. Algunas hacen estas tortillas de un palmo de largo y cuatro dedos de grueso mezclados con frijoles y los asan en el comalli (Daz y Rochn, 1993).

    DEBE DECIR: hay quienes fabrican esas tortillas tres o cuatro veces ms grandes y tambin ms gruesas, hacen asimismo de la masa bolas semejantes a melones y las echan a cocer en una vasija sobre el fuego mezclndolas con frijoles las comen con fervor, pues son sumamente suaves, de fcil digestin y de sabor agradable. Algunas hacen estas tortillas de un palmo de largo y cuatro dedos de grueso mezclados con frijoles y los asan en el comalli (Daz y Rochn, 1993).

    lopx-04Falta la pgina de esta cita.

    DICE: (Daz y Rochn, 1993)

    DEBE DECIR: (Daz y Rochn, 1993:17)

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    Expresin Econmica, nm. 32, 2014. Universidad de Guadalajara. CUCEA

    Consideraciones e importancia social del cultivo de frijol

    Pese a que el frijol tiene un gran valor nutrimental, su tasa de crecimiento de produc-cin no ha estado acorde con el crecimiento de la poblacin del pas; ha disminuido a una tasa de 3.2 [de cunto era?]. En razn de que hay un desequilibrio entre las zonas productoras y consumidoras, se propician grandes movilizaciones de grano de una regin a otra, lo que provoca un incremento de los costos del producto, as como un aumento en los costos por concepto de almacenamiento y fletes (Arroyo, 2005).

    Debido a este dficit de grano, durante la dcada de 1980-1990 el pas tuvo que importar un promedio de 250 mil toneladas, aunque tambin existen otros elementos para que la produccin de frijol a nivel nacional sea vulnerable, principalmente las condiciones climatolgicas que prevalecen durante el ciclo, ya que aproximadamente 90 de la superficie destinada a este cultivo se ubica en reas de temporal (Tapia, Hernndez y Galvn, 1991).

    Volviendo al asunto de la produccin del frijol en Mxico, las pocas en las que se lleva a cabo este proceso son dos: primavera-verano y otoo-invierno. En esta ltima se siembra menos superficie pero se obtiene un mayor rendimiento unitario. Su cultivo se hace con la principal finalidad de cosechar semilla seca; como vaina en fresco se consume en menor proporcin. Adems de lo anterior, el cultivo de frijol es una fuente importante de mano de obra y de ingreso, as como una garanta de seguridad alimentaria va autoconsumo (Banxico, 2005).

    Desde el punto de vista comercial, desde hace varios aos y con base en los gustos del consumidor en las diferentes regiones, las variedades de frijol se han clasificado como preferentes y no preferentes, cambiando los precios para cada una de ellas. Segn estudios realizados por Acosta et al. (2010), una de las variedades de mayor uso es el frijol Flor de Mayo, el cual es de alta demanda entre los habitantes del centro de Mxico y su produccin se realiza en las regiones de la Mesa Central, El Bajo y Semirida (cuadro 1). Por su parte, Castellanos et al. (1991), a travs de la realizacin de encuestas, detectaron que 57 de los consumidores del pas tienen el hbito de comer frijol los siete das de la semana al menos una vez al da, mientras 74 lo consume al menos cinco veces por semana.

    lopx-04Dice que disminuye pero no dice de cunto era la tasa.

    lopx-04Esta referencia no aparece en la bibliografa. Favor de proporcionar la informacin completa.

    LA FECHA CORRECTA DE LA CITA ES (BANXICO, 2006).

    Banco de Mxico (BANXICO) Fideicomisos Instituidos en Relacin con la Agricultura (FIRA). 2006. Productores en desarrollo. www.fira.gob.mx (fecha de consulta, julio 2006).

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    Dora Ma. Sangerman Jarqun, Jorge Alberto Acosta Gallegos, Rita Shwenstesius de Rinderman, Agustn Navarro Bravo, Bertha S. Larqu Saavedra. Importancia social del cultivo de frijol. Periodo 1990-2008

    Cuadro 1 Precio del frijol al consumidor de 2005 a 2008 segn la Procuradura

    Federal del Consumidor (Profeco) y los centros comerciales

    Precios ($)2005 2008

    Variedades Septiembre Octubre Noviembre Diciembre EneroBayo 11.14 9.00 10.85 11.50 11.75Pinto 9.97 10.34 10.27 9.00 9.00Canario 14.35 14.30 --- 15.00 14.00Flor de Mayo

    12.45 11.60 11.59 11.00 11.75

    Fuente: Profeco (2008).

    Entre los alimentos de origen vegetal, las leguminosas comprenden un alto porcentaje de protena en sus semillas, lo que les da un gran valor; en el frijol, por ejemplo, esta cantidad puede oscilar entre 16 y 33, cifra que supera a los cereales (Bressani, Mndez y Scrimshaw, 1990; Castellanos y Acosta, 1994).

    Particularmente, el contenido nutricional del frijol est supeditado al tiempo de almacenamiento y variedad de que se trate; sin embargo, en trminos generales, por cada 100 g de alimento crudo en peso neto hay 5 g de fibra, 21 g de protena, 200 mg de calcio, 5.5 mg de hierro, 0.60 mg de tiamina, 0.14 mg de riboflavina y 1.5 mg de niacina, adems no contiene colesterol (, 2008). Con ello, se puede decir que la ingesta dual de maz-frijol en la dieta ha constituido una forma de complementar la calidad proteica, ya que mientras que la protena de maz es deficiente en lisina y triptofano, el frijol contiene una cantidad de lisina suficiente para compensar su deficiencia en el maz. En contraparte, los niveles de aminocidos azufrados (metionina, cistina y cistena) presentes en el maz son capaces de compensar los bajos valores existentes en la protena del frijol (Shellie-Dessert y Bliss, 1991).

    Sumado a esto, las leguminosas, adems de complementar el valor nutricional de los cereales mediante el balance de aminocidos, elevan la ingesta proteica en la dieta y es una fuente importante de caloras, hierro (una tasa de frijol proporciona de 25 a 50 de las recomendaciones diarias de hierro), fibra, vitaminas del complejo B (tiamina, piridoxina, niacina y cido flico) y minerales, de 2 de lpidos insaturados libres de colesterol (La Bell, 1989).

    De acuerdo con estudios de la Organizacin de las Naciones Unidas (ONU), la Comisin Econmica para Amrica Latina y el Caribe (CEPAL) y el Instituto Nacional de Estadstica y Geografa (Inegi) (ONU-CEPAL-Inegi, 2008; CEPAL, 2008), se refiere que la pobreza rural se encuentra relacionada con el acceso precario de la tierra, la baja capacitacin laboral, los trabajadores estacionales, la migracin, el carcter tnico

    lopx-04Esta referencia no aparece en la bibliografa. Favor de proporcionar la informacin completa.

    CITA:Procuradura Federal del Consumidor (PROFECO). 2008. Estudio de los precios de frijol en centros comerciales del Distrito Federal. [email protected].(consulta enero, 2008).

    lopx-04No aparece el autor de esta referencia, solo el ao.

    DICE: (, 2008)

    DEBE DECIR:(CIAT, 2008).

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    Expresin Econmica, nm. 32, 2014. Universidad de Guadalajara. CUCEA

    y el gnero de pertenencia, condiciones que le otorgan una particular intensidad: 52 de la poblacin considerada en condiciones de extrema pobreza se encuentra concentrada en las reas rurales. Ahora bien, si se toma como base el mtodo tra-dicional de medicin de la pobreza a travs del ingreso, as como el costo de una dieta equivalente a 2,150 caloras y 65 g de protenas, 66 de la poblacin en extrema pobreza corresponde a la ubicada en estas zonas (Levy y Sweder, 2002).Por lo tanto, en aquellos estratos sociales en los que la protena animal no forma parte de la dieta cotidiana, el frijol representa una fuente importante de protena vegetal. Adems, con su consumo se han reportado importantes beneficios, entre los que se incluye la reduccin de los niveles de colesterol sanguneo; es auxiliar en el metabolismo de pacientes diabticos, logrando reducir los incrementos en los niveles de glucosa sangunea y en la prevencin de algunos tipos de cncer (Prez, 1999).

    En definitiva, lo anterior manifiesta la importancia del consumo de frijol, no solo en los estratos sociales en los que este representa una fuente de protena vegetal sustituta de la protena animal, sino prcticamente en todos los niveles, incluyendo aquellos de altos recursos econmicos (La Bell, 1989).

    Consumo y evolucin per cpita del frijol

    A nivel mudial, en los ltimos aos se ha registrado una disminucin en el consumo per cpita de frijol (Espinosa, 2007); entre 1995 y 2008 pas de 2.8 a 2.6 kg por persona. Esto es poco en apariencia, pero 200 g por 5,800 millones de habitantes en el globo terrqueo (hasta el ao 2008), significa un milln 160 mil toneladas (referencia).

    Cabe mencionar que esa cifra equivale a una produccin casi tan grande como la de Mxico, pas donde el consumo per cpita ha tendido a disminuir ms rpido que en el resto del mundo; entre 2000 y 2008 pas de 18.9 a 10.2 kg anuales por persona, es decir, se redujo un kilogramo anual en siete aos (cuadro 2) y un total de 95 mil toneladas al ao, que sera como quitarle un mes a la demanda nacional. En este sen-tido, la prdida del poder adquisitivo se relaciona ntimamente con lo anterior, dado que de 2000 a 2008 represent 65 de esta (La Jornada, 2000). Y en consecuencia, se da lugar al desplazamiento de la demanda hacia otros alimentos de sostenimiento, a pesar del fuerte arraigo del frijol en la dieta mexicana (CEPAL, 2008).

    lopx-04Favor de dar la referencia de estos datos.

    REFERENCIA:

    Espinosa (2007).

    lopx-04Favor de mencionar el autor de esta nota.

    CASO COMENTADO CON ANTERIORIDAD.

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    Dora Ma. Sangerman Jarqun, Jorge Alberto Acosta Gallegos, Rita Shwenstesius de Rinderman, Agustn Navarro Bravo, Bertha S. Larqu Saavedra. Importancia social del cultivo de frijol. Periodo 1990-2008

    Cuadro 2 Consumo anual per cpita de frijol en Mxico

    AO 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008Consumo per cpita 18.9 16.8 8.7 14.9 16.0 13.9 16.1 10.9 10.2

    Fuente: ROF (2008).

    Si se compara el precio al mayoreo del frijol con los de la papa y el huevo, otros dos alimentos importantes en la dieta mexicana, en la Ciudad de Mxico, al ao de 1998 [en el cuadro dice 2009], el del frijol result ser ms alto que el de los otros dos (cuadro 3).

    Cuadro 3 Comparacin del precio del frijol vs. los de la papa y huevo en 2009

    Producto

    Precio del frijol (Negro Jamapa)

    Precio de la papa (alpha)

    Precio del huevo (blanco)

    Precio

    $ 23.00

    $ 15.00

    $ 16.00

    Fuente:

    Evolucin de la produccin de frijol en Mxico

    La produccin de frijol en Mxico tiende a estancarse alrededor de 1.2 millones de toneladas anuales, aunque con fuertes fluctuaciones. Para tratar de responder a qu obedece este estancamiento, se pueden inferir ciertas hiptesis.

    La primera corresponde a los bajos rendimientos, relacionados con una lenta incorporacin de innovaciones tecnolgicas que impactan en la rentabilidad y sos-tenibilidad (Rosales, Acosta y Campos, 1999). La sequa es el factor que ms limita la produccin de frijol (Phaseolus vulgaris L.). Acosta-Daz et al. (2009) [el ao no est en la bibliografa] corroboraron las caractersticas fisiolgicas y fenolgicas relacionadas con la adaptacin a la sequa en el cultivo de frijol.

    La segunda, por una fuerte incidencia de siniestros, que tienen que ver con la localizacin de la produccin de frijol de temporal.

    Y la ltima, por una desventaja de la produccin en el mercado que desalienta la asignacin de ms recursos-superficie en primer trmino.

    lopx-04Esta referencia no aparece en la bibliografa. Favor de proporcionar la informacin completa.

    DICE: ROF (2008)

    DEBE DECIR: PROFECO (2008)

    lopx-04En el cuadro 3 dice 2009 y el ttulo del captulo dice que es hasta 2008.

    DICE: al ao de 1998

    DEBE DECIR: al ao de 2009

    lopx-04Falta poner la fuente de esta informacin.

    Fuente: Profeco (2008).

    lopx-04Esta referencia no aparece en la bibliografa. Favor de proporcionar la informacin completa o aclarar si el ao est mal.

    DICE: Acosta-Daz et al. (2009)

    DEBE DECIR: Acosta-Gallegos et al. (2010)

    LA CITA EST EN EL APARTADO DE LITERATURA CITADA

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    Expresin Econmica, nm. 32, 2014. Universidad de Guadalajara. CUCEA

    Figura 1 [Est completa?] NO SE COMPRENDE, MS CLARIDADFactores que inciden en la siembra del frijol en Mxico

    Bajos rendimientos

    Desventaja de los productores en el mercado nacional e internacional

    Baja rentabilidad

    Recurrencia y fuerte incidencia de siniestros

    Desaliento en la asignacin de superficie e inversin

    Fuente: Elaboracin propia.

    Perspectivas

    Si bien en repetidas ocasiones se hace mencin del trascendente carcter histrico y cultural de la regin Centro del pas, este no corresponde a las condiciones de bienes y servicios para la poblacin que la habita, en particular la rural.

    Como ya se mencion previamente, con el paso del tiempo se reduce cada vez ms la ingesta del frijol en ciertos estratos de la poblacin. Para obtener una mejor disponibilidad de esta leguminosa en la regin se podra incrementar el impulso en su cultivo. Esto contribuira a beneficiar a los consumidores al bajar los precios, ya que no se tendra que pagar su transporte.

    A diferencia de los niveles de rendimiento del frijol de temporada de los estados productores de frijol ms importantes a nivel nacional, se puede considerar que en la regin Centro de Mxico su produccin es relativamente baja. Es por ello que dicha regin es importadora neta de esta leguminosa. Al ser minifundistas la mayora de los productores de la regin Centro, se ven en la necesidad de solicitar crditos, lo que les puede ayudar para obtener mayor produccin y margen para poner en el mercado su cosecha. Sin embargo, los agricultores no cuentan con un instrumento especfico para financiar sus cosechas; por las deficiencias en la infraestructura de almacenamiento y distribucin, la calidad del producto se demerita con el paso del tiempo. El dficit hace que los consumidores sufran las consecuencias, pagando precios altos.

    Por su parte, el incremento en los precios del frijol impulsa al alza de los precios de otros bienes y servicios. De esta manera, las grandes mayoras en las reas urbanas y rurales tienen que disponer de una mayor proporcin de su ingreso familiar para alimentacin.

    lopx-04Favor de hacer ms clara esta figura.

    ELIMINAR LA FIGURA

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    Dora Ma. Sangerman Jarqun, Jorge Alberto Acosta Gallegos, Rita Shwenstesius de Rinderman, Agustn Navarro Bravo, Bertha S. Larqu Saavedra. Importancia social del cultivo de frijol. Periodo 1990-2008

    La hora de los frijoles

    A travs de la Secretara de Agricultura, Ganadera, Desarrollo Rural, Pesca y Ali-mentacin (Sagarpa), con los Apoyos y Servicios a la Comercializacin Agropecuaria (Aserca) y el Sistema Producto-Frijol, se convoc a los productores organizados de la leguminosa y a los comercializadores nunca a los consumidores a fijar el precio del grano para el ciclo agrcola primavera-verano 2010.

    Aunque el frijol, junto con el maz, es la base de la agricultura campesina y de la alimentacin del pueblo de Mxico, su consumo a ido disminuyendo con los aos, pues sus virtudes se ocultan y se magnifican sus pocos defectos ante el salud publicitario de la comida chatarra; no obstante, sigue siendo la base de la dieta de los mexicanos pobres.

    Es importante sealar que antes del Tratado de Libre Comercio de Amrica del Norte (TLCAN), todo el frijol que se produca en Mxico era adquirido por la Compaa Nacional de Subsistencias Populares (Conasupo) a un precio de garanta previamente fijado. Con ello se aseguraba dar certidumbre y un buen ingreso al productor; se buscaba suministrar al consumidor un producto a precio accesible y evitar la especulacin manteniendo una reserva mnima del alimento.

    Al realizar el ajuste estructural de la economa y la apertura comercial todo cam-bi: desaparecieron los precios de garanta as como la , instrumento de Estado para garantizar el abasto popular [idea incompleta]. As, a partir del ao 2008 se abri totalmente la frontera al frijol importado de Estados Unidos de Amrica y Canad, dndole entrada al grano que, ya sea porque vena a precio "dumping" o porque era de contrabando, derrumb el precio del frijol mexicano. Con todo y que se supona que el TLCAN protegera el frijol desde 1994 a 2008, las importaciones y el contra-bando rondaron las 100 mil toneladas anuales durante todos esos aos; y las 172 mil toneladas en 2009.

    Hay que aclarar que el pas tiene capacidad de producir un milln 100 mil tone-ladas de las diversas variedades de frijol que consume. Si se importa la leguminosa es por conveniencia de los grandes importadores-comercializadores, para lucrar ms y por deficiencia de Sagarpa, que no ha promovido la elevacin de la productividad mediante el desarrollo y transmisin de tecnologa.

    En los ltimos aos, Sagarpa, a travs de Acerca, ha intentado regular el mercado para ofrecer un mejor precio a los productores y un precio ms accesible a los consu-midores; este programa establece un precio de referencia y apoyos a la comercializa-cin. No obstante, la visin de la poltica agroalimentaria federal es muy restringida. Esto en primer lugar porque tiene demasiada confianza en los ajustes automticos del mercado y su ptica es de comercializacin, no de seguridad y soberana ali-mentarias. En segundo, porque pone nfasis en los comercializadores, sobre todo en los grandes, y descuida los dos polos del proceso: los productores campesinos y los consumidores.Y por si fuera poco, no tiene en cuenta la poltica federal, adems que

    lopx-04No se comprende esta lnea, est incompleta.

    PRRAFO CORRECTO:

    Al realizar el ajuste estructural de la economa y la apertura comercial. Desaparecieron los precios de garanta y la CONASUPO, instrumento de Estado para garantizar el abasto popular. A partir de 2008 se abri totalmente la frontera al frijol importado de Estados Unidos de Amrica y Canad, dndole entrada al grano que, ya sea porque viene a precio dumping, ya sea porque viene de contrabando, derrumba el precio del frijol mexicano.

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    Expresin Econmica, nm. 32, 2014. Universidad de Guadalajara. CUCEA

    hay varios hechos que constituyen, no fallas, sino verdaderos factores perversos del mercado, entre los que destacan los siguientes:

    La presin de nuestros vecinos del norte que buscan colocarnos su frijol, aun castigando su precio para aduearse de nuestro mercado.

    Los apoyos a la comercializacin que se concentran en las grandes comercializa-doras y en los coyotes que han tenido ms capacidad organizativa, experiencia, capital previo, etc., no solo para tener acceso sino para acaparar dichos apoyos.

    El volumen de produccin que es apoyado por los subsidios federales no es sufi-ciente como para regular el mercado. Los especuladores esperan a que se acabe de comprar lo que se apoya con subsidios y luego entran al mercado comprando ms barato y tambin compran a precios mnimos antes de que se den a conocer los programas de apoyo. Sin importar estos detalles, el precio del frijol no baja en el supermercado o en

    la tienda de abarrotes. Los ms beneficiados por todo este proceso son quienes es-tn en medio de l: los grandes acopiadores y almacenadores, mayoristas y cadenas comerciales. Basta decir que tan solo en los tres primeros aos de este gobierno, el precio del frijol aument 160 (referencia).

    Por eso ahora los productores de las organizaciones campesinas vienen ms combativos. Demandan un precio de $9.50 para el productor en el campo [cunto reciben]. Exigen tambin que no se concentren los apoyos en unos cuantos comercia-lizadores y que el volumen subsidiado por Aserca sea de al menos 50 de la cosecha, para poder influir en el mercado. Piden que Hacienda y Economa controlen con rigor las importaciones e impidan el contrabando.

    Es un buen inicio, pero es necesario conjugar esfuerzos de estado y productores, con la finalidad de que ellos obtengan un ingreso decente y los consumidores un alimento accesible. Esto implica concebir al frijol no como mercanca, sino como pilar de la seguridad y la soberana alimentarias.

    Conclusiones

    Considerando la importancia del cultivo de frijol, el programa de frijol de Sagarpa ha contribuido en la formacin o identificacin de nuevas variedades, poniendo nfasis en rendimientos, tolerancia a enfermedades y grano de aceptacin comercial y alta calidad nutritiva.

    A la agricultura y particularmente al cultivo del frijol debe de drsele una reacti-vacin, dada su importancia, tomando en cuenta antecedentes culturales, necesidades socioeconmicas y alimentarias para la regin y el pas.

    Mxico necesita un gobierno que apoye a los campesinos(as) a producir alimen-tos; que ponga a trabajar las reservas internacionales en beneficio de la educacin, el empleo y la salud; que renueve y reactive del mercado interno.

    lopx-04Favor de dar la referencia de esta informacin.

    (CEPAL, 2008)

    lopx-04Cunto reciben para que demanden $9.50?

    Demandan un precio de $9.50 para el productor del campo; toda vez, que los subsidios son de $4.50.

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    Dora Ma. Sangerman Jarqun, Jorge Alberto Acosta Gallegos, Rita Shwenstesius de Rinderman, Agustn Navarro Bravo, Bertha S. Larqu Saavedra. Importancia social del cultivo de frijol. Periodo 1990-2008

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    (2003). Las races del conflicto agrcola mundial. Revista Trabajo, (9), pginas.

    lopx-04Esta referencia no aparece en el texto. Aparece otro ao, favor de confirmar si es la misma refencia o esta en dnde va.Banco de Mxico (BANXICO)- Fideicomisos Instituidos en Relacin con la Agricultura (FIRA). 2006. Productores en desarrollo. "http://www.fira.gob.mx" www.fira.gob.mx (fecha de consulta, julio 2006).

    lopx-04No aparece en el texto.

    ELIMINAR ESTA CITA

    lopx-04Mismo caso que el anterior.

    lopx-04Falta el nmero y volumen de este artculo.

    No aparece al interior del captulo.

    DICE:Espinosa, A. 2007. El desequilibrio temporal y espacial de la oferta del frijol. Claridades Agropecuarias. Suplemento ACERCA, Mxico, D. F. p. 55-57.

    DEBE DECIR:Espinosa, A. 2007. El desequilibrio temporal y espacial de la oferta del frijol. Claridades Agropecuarias. Suplemento ACERCA, Mxico, D. F. Vol. 4:55-57.

    lopx-04No aparece al interior del captulo.

    Est cita est en el prrafo:

    La agricultura actual

    lopx-04Mismo caso que el anterior, y dar las pginas que comprende este artculo.

    ELIMINAR ESTA CITA

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    Expresin Econmica, nm. 32, 2014. Universidad de Guadalajara. CUCEA

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    lopx-04No aparece al interior del captulo. Ttulo imcompleto.

    Hernndez, X. E.1988. Domesticacin. Congreso de diversidad gentica. Oaxtepec, Morelos. Memorias de la X reunin de la ALCA. Acapulco, Guerrero. Mxico 101- 142 pp.

    lopx-04Esta referencia no tienen autor. Si es que lo hay, favor de saalarlo.

    COMO REFER ANTERIORMENTE NO TUVE LA PRECAUCIN DE COLOCAR AL AUTOR(A), SOLO LA CITA DEL PERIDICO

    lopx-04No aparece al interior del captulo.

    ELIMINAR CITA POR FAVOR

    lopx-04No aparece al interior del captulo

    ELIMINAR CITA POR FAVOR

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    Dora Ma. Sangerman Jarqun, Jorge Alberto Acosta Gallegos, Rita Shwenstesius de Rinderman, Agustn Navarro Bravo, Bertha S. Larqu Saavedra. Importancia social del cultivo de frijol. Periodo 1990-2008

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  • Potencial del carbn mineral coahuilense como motor del desarrollo econmico y social

    Federico Muller RodrguezHoracio Crdenas Zardoni

    Resumen

    El carbn mineral es uno de los combustibles primarios para la generacin de energa elctrica. Mxico cuenta con importantes yacimientos de este recurso, el cual posee la gran ventaja, sobre otros, de ser relativamente fcil y econmico de extraer. Adems, el carbn es ms barato que otros combustibles, y mantiene una estabilidad de pre-cios que debera inclinar la planeacin energtica y las polticas pblicas a fomentar su aprovechamiento, como apoyo a las polticas de desarrollo regional y social del gobierno mexicano.

    Palabras clave: energa elctrica, carbn mineral, polticas pblicas, poltica energtica.

    Abstract

    Coal is one of the primary combustibles for electrical energy generation. Mxico has important deposits of this resource, which has the advantage on others of being relatively easy and economical to mine. Also, coal is cheaper than other combustibles, it maintains price stability that should incline energy planning and public policy to an increased exploitation, as support to regional, social policy of the Mexican gov-ernment.

    Keywords: electric energy, mineral carbon, coal, public policy, energy policy.Clasificacin JEL: Q48 Fecha de recepcin: 04/02/2014. Fecha de aceptacin: 12/03/2014

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    Introduccin

    En las condiciones actuales de desarrollo econmico mundial, el energtico ms uti-lizado para la generacin de electricidad es el carbn de origen mineral, combustible primario que se destina a la produccin de 40 del consumo total de energa elctrica, segn datos de 2011 de la Cmara Minera de Mxico (Camimex), organizacin que agrupa a las empresas en el ramo de extraccin y beneficio de minerales en el pas.

    Durante el curso de la ltima dcada se ha registrado un incremento de casi 7 en cuanto a la dependencia del carbn para la actividad del sector elctrico planetario. En el mediano plazo es de esperarse que este recurso mantenga su nivel de participacin, o que incluso esta crezca significativamente, atendiendo a las presiones sociales para disminuir el uso de energa nuclear, que adquirieron nueva fuerza a raz del accidente de la planta nucleoelctrica de Fukushima en Japn en el ao 2010, adems de ra-cionalizar la exploracin y explotacin petrolera en mar abierto, como consecuencia del derrame de petrleo en el golfo de Mxico, en ese mismo ao (Camimex, 2011).

    Si bien el mineral de carbn se reposiciona como un combustible fsil con innegables inconvenientes, tambin tiene las ventajas de que, como ya se dijo, es el energtico ms barato y de ms fcil extraccin desde el punto de vista econmico y tecnolgico (Camimex, 2011).

    Tan solo en los Estados Unidos el pas de mayor consumo de energa elctrica en el mundo, el carbn representa una participacin superior a 60 como combustible primario para la generacin de electricidad, sin que la tendencia parezca modificarse en el corto plazo a pesar de las nuevas condiciones del mercado energtico impuestas por la incursin del gas de lutita o de pizarra (shale gas) (referencia). Lo anterior se debe a que existe una diversidad de factores, tales como la disponibilidad del recur-so, la estabilidad de los precios del mineral por comparacin con la volatilidad y tendencia siempre al alza de los hidrocarburos y el gas natural, la todava marginal participacin y alto costo relativo de los recursos renovables, entre otras que han de-terminado que esta y otras naciones hayan planteado el fundamentar sustancialmente su poltica pblica en materia de energa elctrica en el carbn mineral (referencia).

    Por otro lado, sin importar la cercana geogrfica de Mxico con los Estados Unidos, ni los importantes yacimientos del mineral con que cuenta, ni la afinidad tecnolgica, ni la integracin econmica o las muchas sociedades empresariales que compartimos con este pas, Mxico no se ha planteado establecer una poltica pblica similar a la norteamericana para fortalecer su sector energtico; una que se vincule con una poltica nacional de mejoramiento de las condiciones generales de vida de la poblacin, fin ltimo de todo gobierno y de cada una de las reas en que est dividido.

    En este sentido, el objetivo de este texto es demostrar la ausencia de polticas pblicas eficientes con relacin al carbn mineral, uno de los principales recursos a disposicin de la sociedad mexicana para mejorar sus condiciones econmicas

    lopx-04Favor de dar la referencia de esta informacin.

    lopx-04Favor de dar la referencia de esta informacin.

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    Federico Muller Rodrguez, Horacio Crdenas ZardoniPotencial del carbn mineral coahuilense como motor del desarrollo econmico y social

    al sustentar en l una mayor proporcin de generacin de energa elctrica para el desarrollo.

    Polticas pblicas energticas

    Resulta casi imposible imaginar la vida moderna sin electricidad. Muchas de las comodidades que disfrutamos en la actualidad, as como algunas de las grandes amenazas a la humanidad la contaminacin ambiental, el calentamiento global, el cambio climtico y el efecto invernadero dependen del suministro de energa elc-trica. Cabe mencionar que estas amenazas tienen que ver no tanto con el uso, sino con la produccin de esa energa.

    En este contexto, se considera imprescindible recuperar la visin que la Comisin Federal de Electricidad (CFE) tiene de s misma, no en cuanto a la declaracin de los lineamientos orientadores del funcionamiento y operacin de la empresa paraesta-tal en tanto organizacin que debe de regirse con criterios de eficiencia, sino como representacin en nivel de ejecucin de la poltica pblica que en materia de energa elctrica pueda tener el Gobierno de la Repblica. De esta manera, la visin declara-da de la CFE es que se considera como una empresa rentable de clase mundial que participa competitivamente en la satisfaccin de la demanda del servicio pblico de energa elctrica nacional e internacional; optimiza el uso de su infraestructura; est a la vanguardia tecnolgicamente, y tiene una imagen de excelencia, industria limpia y recursos humanos altamente calificados (CFE, 2010: 5).

    Ahora bien, ya sea que la CFE hubiera adoptado recientemente esta visin or-ganizacional o se tratara solo de la manifestacin de continuidad de una poltica gubernamental mucho ms amplia y extendida en el tiempo, el desempeo de la paraestatal respondera a un mejoramiento constante y permanente que debera quedar explcito en la planeacin y ejecucin de finanzas sanas, calidad de producto entregado, actitud social de la sociedad hacia la empresa y de esta hacia la sociedad; sin embargo, es lamentable decir que este no es el caso. Una muestra de ello es el recibo bimestral que se entrega a los usuarios por concepto de consumo, del que se deriva, a simple vista, un cuestionamiento muy difcil de explicar acerca del cmo o el por qu lo que se cobra al ciudadano es apenas una fraccin del costo declarado de produccin, siendo el diferencial entre este y lo que se cobra asumido por el gobierno en una poltica de subsidios en general poco eficiente y menos satisfactoria, para la cual no se ha logrado encontrar un sustituto poltica y financieramente razonable, va, digamos, la reduccin de impuestos por este solo concepto.

    El nuevo paradigma de las polticas pblicas, en un mbito de extrema comple-jidad de la gerencia administrativa, se centra en dos grandes temas: el diseo y la ejecucin de las acciones gubernamentales. As, en este nuevo modelo, que pretende situar las polticas pblicas en un esquema diferente al que ha pervivido durante varias dcadas en nuestro pas, se busca alejar la accin de gobierno del aspecto estricta-

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    Expresin Econmica, nm. 32, 2014. Universidad de Guadalajara. CUCEA

    mente tcnico, sin que esto implique irremediablemente regresar al anterior modelo centrado solo en lo poltico de corte populista, para tratar de armonizar estos dos elementos de la manera ms equilibrada posible, conciliando tendencias e intereses en un esquema de indispensables finanzas pblicas sanas, sobre todo en sectores de la actividad gubernativa tan amplios en lo geogrfico, tan cercanos a la poblacin y con un impacto tan directo en la economa familiar como el elctrico.

    Al respecto, Chacn et al. (2011) citan una claridosa conceptualizacin de Carlos Mascareo, quien seala que las polticas pblicas no pretenden ser el recurso para tener gobiernos perfectos (p. 3), como tampoco para resolver los complejos y a veces graves problemas de eficiencia del aparato gubernamental, sino para, a travs de su accin, incrementar la capacidad de desempeo de este.

    Los vertiginosos cambios registrados en el mundo a raz del fenmeno de la globalizacin, al cual naciones como Mxico se han visto obligadas a incorporarse, a veces sin estar suficientemente convencidos ni preparados para ello, han presionado a las organizaciones gubernamentales a repensar la manera en la que venan haciendo las cosas tradicionalmente; ha habido necesidad de analizar problemas e identificar oportunidades, y desde luego, promover y crear los espacios de cambio social, al ser el propio Estado el que ha propiciado esta apertura.

    La economa, en tanto funcin gubernativa, ha resentido las presiones que los mercados han impuesto a la accin de gobierno, las polticas pblicas han tenido que adaptarse, hacerse ms eficientes, constituirse en facilitadores y orientadores de la transformacin del papel de la administracin pblica, sin dejar de lado su responsa-bilidad para con el total de la poblacin. Los economistas oficiales, aprovechando los avances de las ciencias administrativas y especialmente de los modelos prospectivos, tienen en su mano la posibilidad de evaluar los escenarios posibles y las probabilida-des de ocurrencia, anticipar las reacciones de los diferentes actores sociales ante una poltica proyectada, y por supuesto, prever los requerimientos del propio gobierno para encabezar no solo su accin sino la esperada movilizacin de la sociedad.

    De acuerdo con Chacn et al. (2011), el modelo actual de la gestin pblica llama desde hace varios aos a incorporar a las ciencias de gobierno la tica, la responsabi-lidad social, la auditora social, el mercadeo poltico, el mercadeo social, el mercadeo gubernamental, el gobierno electrnico, entre otras (p. 8). Desde este punto de vista, ya no resulta viable seguir considerando la administracin pblica como un mero ejercicio de aplicacin de doctrinas, teoras econmicas o recetas de organismos financieros internacionales, sin tener en cuenta los efectos que estas puedan tener en la gran masa de la poblacin.

    El paradigma de la complejidad de la gestin pblica demanda, primeramente, la aceptacin de la organizacin gubernamental como un ente complejo, el cual debe regirse por un sistema de principios gerenciales obtenidos; diferentes disciplinas del saber humano, con la finalidad de formular modelos en los que se aprecie la cali-dad poltica de las decisiones de la participacin estratgica de la complejidad de la

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    Dora Ma. Sangerman Jarqun, Jorge Alberto Acosta Gallegos, Rita Shwenstesius de Rinderman, Agustn Navarro Bravo, Bertha S. Larqu Saavedra. Importancia social del cultivo de frijol. Periodo 1990-2008

    gerencia pblica (Chacn et al., 2011: 8). Ver ms all de los aspectos constructivo, tcnico, legal y de costos, permitir a los servidores pblicos, en calidad de gerentes, una comprensin de la variedad de oportunidades para la optimizacin de su des-empeo. Vale la pena decir que este planteamiento terico encontrara un nicho de oportunidad inmejorable en la industria elctrica mexicana, en permanente demanda de mejoramiento de la eficiencia en el uso de recursos pblicos siempre insuficientes, y condenada a no poder cubrir sus costos de operacin con las tarifas que carga a los consumidores finales.

    Como lo indica Mujica (2000), lo que la administracin pblica debe buscar es la creacin de valores trascendentes e inmanentes, como pueden serlo el bienestar social, el confort, la economa del tiempo y del espacio, la superposicin de las comu-nicaciones, el uso adecuado de las tecnologas de la comunicacin y la informacin; asumir el papel de prestador de servicios con una alta responsabilidad hacia la so-ciedad, una conciencia biotica, de la preservacin del ambiente, entre muchas otras que se agregan segn se vislumbre su aportacin al concepto de gobierno eficiente.

    En correspondencia con las polticas pblicas, Hernndez (2009) considera indispensable aclarar que rara vez se puede llegar a un consenso en este mbito; en las contiendas por llegar y permanecer en el poder pblico siempre hay ganadores y perdedores, lo que conlleva que unas sean adoptadas y otras desechadas, inde-pendientemente de sus ventajas y desventajas relativas. Tambin refiere un punto especialmente interesante respecto a las polticas pblicas, muy aplicable a las po-lticas energticas de la administracin pblica mexicana, y es que estas casi nunca son racionales, en el sentido de que se elija la accin de mayor beneficio al menor costo, lo cual podra encontrar innumerables ejemplos en cada sector de la actividad gubernamental, y representa un elemento especialmente delicado de la relacin entre gobierno y gobernados, pues estos ltimos, punto y aparte de ser la poblacin objeto del beneficio de las polticas pblicas, pueden abstraer su necesidad de la convenien-cia poltica, algo que puede y de hecho frecuentemente escapa a los integrantes de la clase poltica y del gobierno.

    En su concepcin ms elemental, una poltica pblica se formula para solucionar un problema social desde el gobierno; sin embargo, la falta de resultados a este pen-samiento lineal ha llevado a los expertos a darle otro cariz. Tal como seala Muller (2006), las polticas pblicas se reducen a la construccin de una representacin o una imagen de la realidad sobre la cual se quiere intervenir. Por su parte, esta opi-nin puede parecer una elegante salida terica a un problema de falta de efectividad gubernamental, no obstante, puede fcilmente transformarse en una justificacin para la incomprensin entre pueblo y gobierno.

    Muller (2006), asimismo, plantea, conjuntando los temas de la irracionalidad y la efectividad, que en torno a las polticas pblicas, quienes toman las decisiones no persiguen las soluciones ptimas, sino las que parezcan satisfactorias. En conclusin, el medio en el que se suelen construir las polticas pblicas es el de la complejidad

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    Expresin Econmica, nm. 32, 2014. Universidad de Guadalajara. CUCEA

    y la incertidumbre, de lo que se deriva que sean aquellas, la mayora de las veces, asuntos no del todo racionales, no muy coherentes, ni tampoco lineales, lo que re-sulta sumamente preocupante al tratarse del sector energtico, uno de los principales consumidores de recursos pblicos, sobre los cuales lo mnimo que tiene derecho el pueblo a esperar y a exigir es que sean utilizados precisamente de manera ptima.

    En opinin de Hernndez (2009: 16), las polticas pblicas como concepto y como prctica de gobierno, deben de pasar de la visualizacin actual como polticas pblicas a polticas sociales e incluso elevarse a polticas de la vida, dejando a un lado la visin de tantos aos de que el eje rector es nicamente el inters del Estado a un modelo en el que el inters primordial sea la sociedad civil, y en ltima instancia, el individuo. El autor propone evolucionar de las intrnsecamente vacas razones del servicio pblico que caracterizan la relacin actual entre gobierno y gobernados al inters nacional, y del inters del Estado, a un imperativo de abogar por la vida misma en el planeta. En suma, este planteamiento, que puede tener aplicacin en todos y cada uno de los mbitos de desempeo gubernamental, tiene relevancia determinante en el sector energtico, pues la energa es utilizada por el individuo desde la preparacin de los alimentos y las elementales comodidades domsticas hasta transportarse y trabajar. Conceptualizar la energa como un satisfactor es diametralmente diferente de como ha sido vista hasta el momento por los gobiernos mexicanos: como un bien de consumo sobre el que no se cobra lo que cuesta.

    En relacin con lo anterior, Ral Velzquez Gavilanes (2009) hace una definicin interesante para la poltica pblica, argumentando que es un proceso integrador de decisiones, acciones, inacciones, acuerdos e instrumentos, adelantado por autoridades pblicas con la participacin eventual de los particulares, y encaminado a solucionar o prevenir una situacin definida como problemtica. La poltica pblica hace parte de un ambiente determinado del cual se nutre y al cual pretende modificar o mante-ner (p. 8). Quiz lo que ha faltado al gobierno mexicano es acordar y definir como problemtica presente y futura la provisin de energa elctrica para la produccin y el uso domstico a precios que permitan a los usuarios, empresarios y familias hacer uso de un recurso imprescindible; a precios que les permitan a otros competir en el mercado; y a precios que a otros no les represente un volumen exagerado de los ingresos familiares.

    El carcter de las polticas pblicas, al ser un fenmeno que no se da de manera simple ni inmediata, sino que se extiende a lo largo del tiempo, involucra la parti-cipacin de las autoridades y destacadamente toma en cuenta acuerdos para que su realizacin adquiera viabilidad, algo que en nuestro pas rara vez se plantea, al ser considerada la formulacin de polticas pblicas privilegio de los gobernantes, quie-nes no siempre tienen la amplitud de miras para proponerlas, en parte por carecer de toda la informacin necesaria para tomar las decisiones adecuadas (Velzquez Gavilanes, 2009).

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    Federico Muller Rodrguez, Horacio Crdenas ZardoniPotencial del carbn mineral coahuilense como motor del desarrollo econmico y social

    En razn de que es importante explicitar los instrumentos con los que se pretende llevar a cabo la poltica pblica, a continuacin se enuncia la clasificacin de Howlett y Ramesh (citada por Velzquez Gavilanes, 2009), donde se establecen tres tipos en cuanto al nivel de intervencin del Estado, todas aplicables al sector energtico mexicano, por ley, monopolio gubernamental:

    Instrumentos exclusivamente estatales. Estos abarcan las regulaciones, las orga-nizaciones del Estado, las empresas pblicas.

    Instrumentos mixtos. Aqu destacan los subsidios, los impuestos, las contribucio-nes, las campaas y las exhortaciones.

    Instrumentos privados. Comprenden las familias, las organizaciones voluntarias, la sociedad y el mercado.

    Una vez que se hacen manifiestos los elementos que se pretende movilizar para alcanzar un fin buscado, es mucho ms fcil formular el camino a seguir para lograr-lo, calcular las inversiones que se habrn de requerir y los tiempos que tardarn en alcanzarse los resultados.

    Adicionalmente, Velzquez Gavilanes (2009) propone una tipologa interesan-te de las polticas pblicas, que podra arrojar luz sobre la accin gubernamental cuando se aplican aquellas especficamente al sector objeto de esta investigacin. Segn el inters que se busque materializar, las polticas pblicas pueden ser virtuo-sas (aquellas que buscan la satisfaccin de los intereses colectivos de la sociedad) o deplorables (aquellas que son capturadas por los intereses de grupos particulares en desmedro de los intereses colectivos). En cuanto a su resultado, pueden ser exitosas (las que logran cumplir los objetivos planteados o inacabadas) o fallidas (cuando fracasa el cumplimiento de sus objetivos, ya sea por las deficiencias presentadas durante su formulacin o implementacin o por la ocurrencia de circunstancias imprevisibles o no imputables a sus agentes). De acuerdo con la naturaleza de los problemas que se intervienen, pueden ser simples (aquellas que buscan intervenir una situacin problemtica cuyas causas son fcilmente identificabas e intervienen pocas autoridades en su ejecucin) o complejas (aquellas que renen una o ms de las siguientes caractersticas: a) participan muchos agentes durante su formulacin, implementacin y evaluacin; b) buscan la solucin de problemas multicausales o cuya solucin implica la materializacin de objetivos ideales de difcil consecucin; y c) comprenden varias polticas pblicas). Respecto a su grado de configuracin, estas pueden ser concretas (las reconstruidas con relativa facilidad por el analista y se vislumbra una clara interrelacin entre sus componentes o difusas) o imprecisas (no se presentan de manera evidente, y por lo tanto requieren de un gran esfuerzo de investigacin para definirlas y establecer las relaciones entre sus componentes).

    Otros elementos de dicha tipologa pueden ser su grado de permanencia: si son polticas de Estado, equivalen a aquellas que desarrollan los acuerdos colectivos y fundamentales de los miembros de un Estado; ahora bien, si son polticas de gobier-

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    Expresin Econmica, nm. 32, 2014. Universidad de Guadalajara. CUCEA

    no, se incluyen aquellas susceptibles de cambio de un gobierno a otro, ya sea por el acceso de un nuevo partido poltico al poder o por la presencia de un nuevo lder que introduce una nueva manera de concebir las situaciones relevantes o problemticas, los objetivos e instrumentos de intervencin (Velzquez Gavilanes, 2009).

    Por otro lado, si se toma en cuenta el grado de acuerdo societal, estn las polticas hegemnicas (reflejan con claridad los intereses del proyecto poltico dominante en cada momento), las transaccionales (son producto de negociaciones entre sectores con poder e incluso con sectores subordinados de la sociedad) y las de dominacin (aquellas que van desde la figura de la cooptacin hasta los intentos de represin). Las polticas que determinan el propsito que se busca se clasifican en substantivas (aquellas que se refieren a lo que el Gobierno intenta hacer y proveen a individuos ventajas, desventajas, costos y beneficios) o procedimentales (aquellas que se refieren a cmo hacer algo y a quin lo har) (Velzquez Gavilanes, 2009). En definitiva, en materia energtica en nuestro pas, las polticas pblicas tienden a permanecer, aun contra los mejores intereses de la poblacin, en poder de la nacin y del propio Estado, incluso cuando se ha probado, como que si alguna vez lo fueron, que han dejado de ser virtuosas.

    Otra clasificacin dentro de esta tipologa es la de las polticas materiales y las simblicas. Las primeras buscan dar recursos tangibles o poder a sus beneficiarios o imponen costos a las personas que son afectadas con la poltica; y las segundas son las que afectan poco a los individuos y no imponen ventajas o desventajas tangibles, por el contrario, se refieren a los valores de la sociedad como justicia social, igualdad, patriotismo.

    Dependiendo del impacto que tienen en la sociedad, las polticas pueden cata-logarse en redistributivas (buscan conferir beneficios a algunos grupos mediante la imposicin de una carga a otros grupos) o distributivas (son las que reparten recursos frescos y que no estn concediendo beneficios a costa de un grupo en particular de la sociedad; por la naturaleza de su aprobacin tendrn un menor grado de oposicin con excepcin de la cantidad de aportes que se den a los beneficiarios).

    Por ltimo, resta decir que existen las polticas regulatorias, definidas como aque-llas que imponen restricciones y control a las actividades y recursos de las personas, razn por la cual su aprobacin est acompaada de la oposicin de los grupos que se ven o vern afectados; y las polticas constituyentes, que organizan o reorganizan a las entidades pblicas para el adecuado cumplimiento de sus funciones.

    Polticas pblicas para la electricidad generada por carbn

    Una crtica que conviene exponer en este apartado es la que hace Alberto Prieto Morales en su artculo Qu le toca a quin, cundo y cmo. Una propuesta de rees-tructuracin de la industria elctrica en Mxico, quien seala que:

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    Federico Muller Rodrguez, Horacio Crdenas ZardoniPotencial del carbn mineral coahuilense como motor del desarrollo econmico y social

    Mxico es un pas de pobres... decamos ayer. Las evidencias indican que la utilizacin que se ha hecho de la renta petrolera, la insuficiencia de inversiones para ampliar las reservas de hidrocarburos y la reprogramacin de inversiones en el sector elctrico por la baja demanda y los altos precios del gas natural, muestran que pronto Mxico no solo seguir siendo un pas de pobres, sino un pas pobre (Prieto Morales, 2007: 278).

    Es importante decir que a lo largo de su artculo, Prieto Morales (2007) hace una crtica muy cruda sobre el previsible futuro de la nacin mexicana en relacin con las polticas pblicas en materia energtica que impactan desfavorablemente a la poblacin, concretamente en el aspecto de acceder al indispensable suministro de electricidad a precios cada vez ms altos, y al sector productivo, para el cual la energa pasa de ser un factor de competitividad a convertirse cada vez ms en un insumo de alto costo que pone en riesgo actividades econmicas enteras, que simplemente salen de mercado por el precio de la fuerza requerida para producir.

    Para las polticas pblicas en cualquier nacin, la generacin de electricidad implica un amplio campo que, no obstante, en Mxico se ha convertido en una compleja arena de discusin poltica en donde no solo se define el presente y futuro de los recursos naturales, sino que se debaten cuestiones tan trascendentes como l