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68 EL HUMANISMO COMO UTOPIA REAL vida que exija sacrificios. Son sugerencias en este senti que los miembros se abstengan de satisfacel deseos de apa.; ratos innecesarios y enajenadtes, que contribuyan con el dieí por ciento de sus ingresos para fines quepromueva¡ las ob.i ietivos del movtmlento, quesecreen una nueva torma der vida, una forma de franqueza, veracidad y realismo, que dg.i, diquen parfe de su tiempo al estudio y a la propagación acti- va de los objetivos del movimiento entre laspersonas conlas que tengan relación socialy conlas que trabajen; que de-' muestren objetividad y falta defanatismo y, a la vez, valor y. firmezaen todos sus comportamientos. Lo cual quiere decir, , por ejemplo, que hoy manifestarían, inequívocamente y de '" o.u".do conlaconciencia de cada cual, su protesta contrala li guerra dtel Vietnam y el estado de los suburbios (blancos y negros). Deberían tener también siquiera un mínimodesímbolos y )' ritos comunes. Se nos ocurre que entre estas manifestaciones' <<rituales>> podrían contarse unos períodosde silencioy medi-'i1 tación en común. Los miembros deben aplicarsu vida a prac- dcar la solidaridad y a superar el fanatismo y el egoísmo' To- das estas ideas no son más queensayos de sugerencias para , indicar 56|¿mente el tipo de actividada la que me refiero. La.i elaboración de un programa detallado y válido parala vida de grupo debe ser materia de discusión seria y prolongada entre "-# io, qu" quieran participar. Se espera queestos grupos consti- i tuyan el núcleo activo de un movimiento, peroque atraigan a' muchos simpatizantes, influidos porsudedicación y suserie- .¡" dad,así corno por sus sugerencias y pfopuestas concretas'r;,, Deberían unírseles algunos intelectuales mayores, pero no como <jefes>>, y deben ser tansensibles a la situación de los miembros jóvenes como éstos a los mayorescon más exPe.L.," riencia. EL HUMANISMO COMO POSIBILIDAD ,f. tln nuevo hurnanismo, coÍno condición para el mundo rl UIIO (Conferenc ia d,e 1962) Fromm pronr.rnció una conferencia con estetítulo el 4 de abrilde 1962 en la <Sherwood Hall>,de La Jolla (California). . La encontramos grabada y escrita. No hay duda de que está naciendo un munclo uno. Quizá sea el acontecimiento más revolucionario de la historia de la humanidad. Vemos ya que ha nacido un mundo uno, en el sentido de que la producción industrial terminará por ser co- mún a todos los pueblos del mundo y creará cierta proximi- dad entre todas las personas, mlly estrechadapor nuestros nuevos métodos de comunicación. Pero la cuestión es si este mundo uno nacerá como un mundo habitable o terminará por serun gran campo de batalla úrnico. La cuestión es: el hombre moderno, el hombre del siglo XX, ¿está preparado realmente para vivir en un mundo uno? ¿U ocurre que estamosviviendo intelectualmenteen el siglo XX y emotivamenteen Ia Edad de Piedra? Mientras estamos pre- parándonos para este mundo Llno, nuestros sentimientos y afectos, ¿no siguen siendo tribales? Por tribal entiendo exac- tamente una actitud que vemos en casi todas las tribr-rs primi- tivas.Con esta actitud, se confía únicamenteen los miembros de la propia tribu, sólo se siente obligación moral con los miembros de la propia tribu, con quienes -mlly esencial, aun- que suenetrivial- han comido la misma comida, han cantado las mismascancionesy hablan el mismo idioma. El tribalis- mo mira al extraño con recelo y lo cubre con toda clase de proyecciones de todo el mal que hay en uno mismo. En ef'ec- to, la moral es siempre en el tribalismo una moral interior, vá- 69

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  • 68 EL HUMANISMO COMO UTOPIA REAL

    vida que exija sacrificios. Son sugerencias en este senti

    que los miembros se abstengan de satisfacel deseos de apa.;

    ratos innecesarios y enajenadtes, que contribuyan con el die

    por ciento de sus ingresos para fines que promueva las ob.i

    iet ivos del movtmlento, que se creen una nueva torma der

    vida, una forma de franqueza, veracidad y realismo, que dg.i,

    diquen parfe de su tiempo al estudio y a la propagacin acti-

    va de los objetivos del movimiento entre las personas con las

    que tengan relacin social y con las que trabajen; que de-'

    muestren objetividad y falta de fanatismo y, a la vez, valor y.

    firmezaen todos sus comportamientos. Lo cual quiere decir, ,

    por ejemplo, que hoy manifestaran, inequvocamente y de '"

    o.u".do conlaconciencia de cada cual, su protesta contra la li

    guerra dtel Vietnam y el estado de los suburbios (blancos y

    negros).Deberan tener tambin siquiera un mnimo de smbolos y )'

    ritos comunes. Se nos ocurre que entre estas manifestaciones'

    podran contarse unos perodos de silencio y medi-'i1

    tacin en comn. Los miembros deben aplicar su vida a prac-

    dcar la solidaridad y a superar el fanatismo y el egosmo' To-

    das estas ideas no son ms que ensayos de sugerencias para ,

    indicar 56|mente el tipo de actividad a la que me refiero. La.i

    elaboracin de un programa detallado y vlido para la vida de

    grupo debe ser materia de discusin seria y prolongada entre "-#

    io, qu" quieran participar. Se espera que estos grupos consti- i

    tuyan el ncleo activo de un movimiento, pero que atraigan a'

    muchos simpatizantes, influidos por su dedicacin y su serie- ."dad, as corno por sus sugerencias y pfopuestas concretas'r;,,

    Deberan unrseles algunos intelectuales mayores, pero no

    como >, y deben ser tan sensibles a la situacin de los

    miembros jvenes como stos a los mayores con ms exPe.L.,"

    r iencia.

    EL HUMANISMO COMO POSIBILIDAD

    ,f. tln nuevo hurnanismo, cono condicin para el mundorl UIIO

    (Conferenc ia d,e 1962)

    Fromm pronr.rnci una conferencia con este ttulo el 4 deabri l de 1962 en la , de La Jol la (Cal i fornia).

    . La encontramos grabada y escrita.

    No hay duda de que est naciendo un munclo uno. Quizsea el acontecimiento ms revolucionario de la historia de la

    humanidad. Vemos ya que ha nacido un mundo uno, en el

    sentido de que la produccin industrial terminar por ser co-

    mn a todos los pueblos del mundo y crear cierta proximi-

    dad entre todas las personas, mlly estrechada por nuestros

    nuevos mtodos de comunicacin. Pero la cuestin es si este

    mundo uno nacer como un mundo habitable o terminar por

    ser un gran campo de batalla rnico.La cuestin es: el hombre moderno, el hombre del siglo XX,

    est preparado realmente para vivir en un mundo uno? Uocurre que estamos viviendo intelectualmente en el siglo XXy emotivamente en Ia Edad de Piedra? Mientras estamos pre-parndonos para este mundo Llno, nuestros sent imientos yafectos, no siguen siendo tribales? Por tribal entiendo exac-tamente una actitud que vemos en casi todas las tribr-rs primi-tivas. Con esta actitud, se confa nicamente en los miembrosde la propia tr ibu, slo se siente obl igacin moral con losmiembros de la propia tribu, con quienes -mlly esencial, aun-que suene trivial- han comido la misma comida, han cantadolas mismas canciones y hablan el mismo idioma. El t r ibal is-mo mira al extrao con recelo y lo cubre con toda clase deproyecciones de todo el mal que hay en uno mismo. En ef'ec-to, la moral es siempre en el tribalismo una moral interior, v-

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  • 7A EL HUMANiSMo coMo uropA REAL

    Iida slo para los miembros de la misma tribu, sin que su-ponga la menor diferencia, humanamente hablando, que estatribu se componga de cien, mil, o quinientos millones demiembros. Ocurre siempre que no se experimenta como ple-namente humano al extrao, al que no pertenece a la mismatribu.

    Vivimos en pleno tribalismo. Lo llamamos nacionalis-mo.En realidad, parece que nos congratulamos de l consi-derndolo como la gran liberacin de unos pueblos de sudependencia anterior de otros ms fuertes, lo que en ciertomodo es verdad. Pero vemos tambin que el nacionalismo,comenzado realmente en el mundo occidental hace apenasciento cincuenta aos como consecuencia de la RevolucinFrancesa, ha llegado a ser la forma de sentir de casi todo elmundo. Y creo que sta es una evolucin muy peligrosa,considerando que si el hombre no aprende a vivir cmohombre uno del mundo uno, este nacionalismo originarcondiciones y situaciones que pondrn en peligro su exis-tencia. Si no hay un nuevo humanismo, no habr un mundouno.

    a) Historia de Ia idea del humanismo

    Con ; y segunda, para sealar que quienquiera que elimineuna sola vida es como si hubiese el iminado la hr.rmanidad.otra manifestacin de ra idea der humanismo, der hombreuxo, es la afirmacin del Antiguo Testamento de que el hom_bre fue creado a semejanza de Dios:.que, por consiguiente,todos los hombres son iguales, en el sentido de haber sidocreados todos a semejanza de Dios. y finalmente, vemos yaen el Antiguo Testamento un mandato de amar, muy signifi_cativo, omitido y olvidado con frecuencia, que no se refiereslo al amor a nuestro vecino, sino que se refiere tambin alamor al extrao. El extrao es precisamente aquel con quienno estamos familiarizados. El extrao es precisamente quien nopertenece a la misma tribu, o a la misma nacin, o a la mismacultura. Y la Biblia dice del extranjero: ,,malo .o*o u ,,mismo, porque extranjeros fuisteis vosotros en tierra deEgipto> (Levtico, 19,34). De hecho, uno no puede ponerseen el lugar del extranjero, no puede comprenderlo, si no haexperimentado lo que experimenta el extranjero. O, por de_cirlo de modo ms general, uno no puede comprender a nin_gn otro, no puede saber lo que siente, si no puede experi_mentar lo que ese otro experimenta.

    Por ltimo, tenemos la manifestacin quizms explcitadel humanismo vererotestamentario en ra idea proftica ctelmesianismo. En el la, el sentimiento de tr ibal ismo se supera

  • 72 EL HU]VIANIS]VO COJVO UTOPIA REAL

    en la consideracin de qr,re todos los pueblos gozan dei mis_mo favor de Dios )/ no hay nin_en pueblo predilecto. DiceIsaas (sobre los dos enemigos tradicionales de los hebreos enaquella poca): (Isaas, 19, 23-25).

    La misma tradicin humanista contina en el Nuevo Tes-tamento. En 1 se manda: (SanMateo 5,44), y en realidad hay poca diferencia entre amar alenemigo y amar al extranjero, porqlte, si yo amo, el extranje-ro deja de ser extranjero, se hace mi vecino, l llega a ser yoy, por tanto, deja verdaderamente de ser mi enemigo. > es Llna paradoja, pero en realidad sloporque, una vez ame al extranjero y al enemigo, ya no hayms enemiso.

    Sabemos, desde luego, que la Iglesia catlica se:fr,rnd so-bre el humanismo y el universalismo, frente a los lmites t-nicos. En el humanismo de la baja Edad Media, un gran pen-sador como Nicols de Cusa dijo que la humanidad de Cristoune el hombre al mundo y que es la mayor prueba de la uni-dad intr nseca de la humanidad. En su versin del humanis-mo, precisarmente la humanidad de Cristo es la garanta de launidad de todos los hombres.

    La idea del humanismo tiene tambin sus races en la tra_dicin grecorromana. En la tragedia Antgona, de Sfocles, laprotagonista combate a, quien quiz llamsemos hoy, un reyfascista, Creonte, afirmando que la ley natural, es decir, la leyrle sirnpata con los hombres, tiene precedencia sobre la ley del

    EL HUiVANIS/O CON4O POSIBILIDAD -7 1

    pas. Y el la est dispuesta a morir obedeciendo a ra rey cle h*-manidad cuando a esta rey de humanicrad se oponen las leyesdel pas.

    La idea del humanisr l lo no se rnanit iesta slo en el pensa_miento gr iego en la Att t gowt d.e sfocles, s ino tambin en rafiiosofa griega y romana, y especialmente en el concepto clederecho natural, un derecho qlle se funda en la naturaleza derhombre y que tiene prececlencia sobre ras dems reyes hechaspol el hombre, especiarmente las reyes de pases particulares.He aqn una frase de Antgona que expresa con mucha belle_za esfa idea de las leyes naturales. Dice:

  • r--

    74 EL HUMANISMO COMO UTOPA REAL

    que se haba creado en la tradicin grecorromana y en la ju-

    deocristiana.El Renacimiento desarroll la idea de la

  • 7l76 EL HU]VIANISMO COMO UTOPA REAL

    von Herder. Para 1, el hombre, a diferencia del animal, nace

    dbil y no cumple nunca enterarhente la finalidad de su or-

    den. Tiene que desarrollar en s mismo la humanidad. (p9. lI2).

    Con otras palabras, vemos que recogi la misma idea, de que

    el hombre es el ms dbil, el ms desamparado y el ms im-

    perfecto de todos los animales, pero tiene la razn, que es es-

    pecficamente humana y, con el desarrollo de esta cualidad

    especficamente humana, llega a la cspide de la evolucin

    natural.

    Las ideas de otro gran humanista, Gotthold Ephraim Les-

    sing, iban en sent ido parecido. Consideraba que la misin

    del hombre es realizar la esencia de la especie humana. Vol-

    vemos a ver la misma idea, a saber, que lo especficamente

    humano, la esencia del hombre, tiene que realizarse, tiene

    que ponerse de manifiesto, se debe desarrollar, y sta es la

    misin del hombre. Y resulta otra paradoja histrica que

    Lessing hablase del III Reich algo ms de cien aos antes

    que Hitler, un imperio en que la humanidad lcanzara su

    perfeccin, en que todas las inconsecuencias humanas que-

    daran superadas en una nueva unidad y una nueva armona

    del hombre.

    El ms importante de todos los pensadores humanistas de

    los siglos XVIII y XIX fue quiz Johann Wolfgang von Goe-

    the. Citar unas cuantas ideas suyas. En forma muy parecida

    a Nicols de Cusa, muy parecida a Herder y a Lessing, vol-

    vemos a encontrar en l la idea de que el hombre encierra, no

    slo su individualidad, sino tambin la humanidad entera,

    con todas sus potencialidades, aunque por las limitaciones de

    su existencia slo puede rcalizar parte de ellas. (Vase H. A.

    Korff. 1958, t. II, pg. 123.) Para Goethe, el fin de la vida es

    EL HUMANISMO COMO POSIBILIDAD

    desarrol larse por la individual idad hacia la universal idad.

    Quisiera subrayarlo, porque el pensamiento del siglo XViII,hasta el de Goethe y, posteriormente, el de Marx, no entiendeque se logre 1a universalidad mermando la individualidad.

    igualndonos y, por tanto, hacindonos sent ir uno o ei mis-mo. Entiende, por el contrario, que slo desarrollando plen-

    mente su individualidad puede el hombre experimentar supropia humanidad, lo cual quiere decir la humanidad de to-dos. Segn esta filosofa, se siente uno con todo precisamen-

    te porque ha llegado a ser plenamente l mismo. Y si no llega

    a ser 1 mismo y sigue siendo un nacido mlrerto, mentalmen-

    te hablando, ni ser l mismo, ni podr sentir la humanidadque encierra.

    La mayor y ms significativa manifestacin del humanis-

    mo de Goethe, importantsima para nuestra poca, est en su

    obra lfigenia en Turide, basada en la tragedia griega lfige-

    nia, de Eurpides. El argumento de sta es, en resumen, el si-guiente: Ifigenia, hija de Agamenn, iba a ser sacrificada a

    los dioses para que los barcos griegos tuviesen vientos favo-

    rables, pero antes de que la maten, una diosa compasiva la

    lleva a una isla de brbaros. All, Ifigenia convence a Thoas,

    el rey, de que acabe con una costumbre guardada hasta en-

    tonces: la de matar a todo extranjero que arribase a la isla.

    Esta brbara costumbre puede parecernos extraa, pero en

    realidad no debiera sorprendernos tanto. El extranjero, como

    deca antes, era el ajeno a la tribu y, por tanto, aquel que no se

    vea enteramente humano en el mismo sentido en que vemos

    enteramente humanos a los que nos son prximos. El rey

    Thoas nombra a Ifigenia sacerdotisa del templo de Artemisa.

    Es amable con ella. Confa en ella. pero, un da, llega su her-

    mano Orestes con un amigo. Le proponen escapar, huir, re-

    sresar a Grecia sin conocimiento del rev v robar el dolo de

    i i ;, , j

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    i i i , rt l

  • 78 EL HUMANISMO COMO UTOPIA REAL

    Artemisa. En la tragedia griega, despus de atravesar algunas

    dificultades, lo consiguen.En el drama de Goethe, ellos proponen el mismo plan y,

    primero, Ifigenia asiente, pero despus cambia de opinin,.".por parecerle que no poda traicionar al rey que haba confia-do en ella. En realidad, encara lo que hoy llamamos

  • 80 EL HUX4ANISN{O COIVIO UTOPA REALEL HUMANiSMO COMO POSIBILIDAD

    en este estado de odio en que se encuentra, le parece comosi le hubiese menguado la conciencia, dedica con emocinestas pginas al hombre que l iaba sido en otro t iempo>.

    Quiz sea sta la expresin ms esclarecedora del cambio

    de una persona, que en real idad expresa el cambio de lacultura y de la atmsfera social entre dos siglos, entre elhumanismo dieciochesco y el nacional ismo del XIX y

    del XX.

    Quisiera mencionar brevemente que la expresin ms

    importante del humanismo dieciochesco en el s iglo XIX se

    hal la en el pensamiento social ista de diverso t ipo y, quiz

    ms claramente, en el pensamiento de Marx. Ahora bien,

    esto podr parecer sorprendente a la mayora de ustedes,

    porque la mayora de ustedes han odo que Marx era mate-

    rialista y crea que el mvil principal del hombre es un m-

    vil material, etc. En realidad, se cita mucho a Marx y se 1o

    ent iende muy poco, pero eso pasa tambin con la Bibl ia.

    Desgraciadamente, justo el texto ms importante de Marx,que trata del concepto del hombre, su texto filosfico ms

    importante (los Manuscritos) no se tradujo al ingls hasta el

    ao pasado. Pero tampoco hace falta leerlo para comprenderque la filosofa de Marx es continuacin directa de Spinoza,

    Hegel y Goethe y que el tipo de supuesto marxismo que la

    Unin Sovitica pretende representar tiene tanto que ver con

    Marx como, digamos, los papas renacent istas con las ense-

    anzas de Cristo.

    Me gustara leerles una o dos citas, por lo menos para que

    les parezca menos absurdo esto que les estoy diciendo. La

    meta de Marx para el hombre era, como la de Spinoza, como

    la de Goethe, el hombre independiente, el hombre libre:

  • 82 EL HUMANISMO COMO UTOPIA REAL

    rcncia.Un hombre que vive por gracia de otro se considera a

    s mismo un ser dependiente>> (Manuscritos, pg' 154)' > (op. cit., pg- I41)' Este concepto,-

    del viene desde el Renacimiento, pasando por

    Leibniz, Spinoza y Goethe, hasta Marx.

  • EL HUMANISMO COMO UTOPA REAL

    apartamiento, desamparo y fragilidad; y que, por tanto, debe

    hallar nuevas vas de unin con la naturaleza y con sus seme-

    jantes. El hombre nace, individual e histricamente, y al dar-

    se cllenta de su apartamiento del mundo se volvera loco si no

    encontrase un medio de vencer este apartamiento y recobrar

    la unin. Estoy convencido de que sta es la pasin ms fuer-

    te del hombre: evitar y superar la plena experiencia del apar-

    tamiento y lograr una nueva unin.

    La historia de la religin, la historia del hombre en gene-

    ral y de los individuos muestra tambin que hay dos maneras

    de vencer el apartamiento y lograr la unin. Una que se en-

    cuentra en todas las religiones primitivas es un camino de re-

    greso a la naturaleza, volver a hacer del hombre un animal

    prehumano, por decirlo as, eliminar en el hombre lo que es

    especficamente humano: su razn, su conciencia. Y esta eli-

    minacin se busca de muchsimas maneras: con drogas, or-

    gas o, simplemente, identificndose con animales, ponin-

    dose en el estado de un animal, oso, len o lobo. Con otras

    palabras, es la tentativa de superar la sensacin de aparta-

    miento dejando de ser hombre y regresando al estado"natural,

    en que el hombre forma parte de la naturaleza, y en que po-

    dra convertirse en animal. Pero, como dice la Biblia de modo

    simblico, una vez que Adn y Eva han dejado el paraso, es

    decir, ese estado de unin en que el hombre no ha nacido to-

    dava como hombre, dos ngeles con espadas de fuego vigi-

    lan la entrada y el hombre no puede regresar.

    Parece que 1a otra solucin 1a encontr la especie humana

    del 1500 a.C. aI500 a.C. en China,India, Egipto, Palest ina y

    Grecia: el hombre puede lograr la unin, no regresando, sino

    desarrollando sus facultades especficamente humanas de ra-

    zn y amor en tal medida que el mundo llegue a ser su hogar,

    que hacindose plenamente humano viva en nueva armona

    EL HUVIANISMO COMO POSIBILIDAD 85

    consigo misrno, con sus semejantes e incluso con la naturale-

    za. staera la idea del mesianismo proftico. sta era la idea

    del pensamiento religioso bajomedieval. Y sta era la idea del

    humanismo dieciochesc. En realidad, sta es la esencia del pen-

    samiento religioso y espiritual de 1a tradicin occidental: que

    la misin del hombre es desarrollar su humanidad y que, en el

    desarrollo de esta humanidad, encuentra una nueva armona

    y, por consiguiente, el nico camino para resolver el proble-

    ma de hacer nacido.

    Al nacer, se nos hace a todos una pregunta a la que debemos

    contestar, no con la cabeza o el cerebro, sino en cada momento

    con toda nuestra persona. Y slo hay, en realidad, dos respues-

    tas. Una respuesta es regresar y otta respuesta es desarrollar

    nuestra humanidad. Y hay muchas personas -y sospecho qlle en

    esta poca la mayora- que tratan de eludir la respuesta matando

    el tiempo con las muchsimas cosas que llamamos distraccin, o

    diversin, o esparcimiento, o lo que sea. Pero, segn creo, ya ve-

    mos que esta solucin no es solucin, que toda la gente que hace

    eso est aburrida y deprimida, aunque no se entere.

    He hablado con brevedad sobre mi idea de que podemos

    entender la constitucin ftrndamental del hombre como una

    situacin, no como una sustancia, pero, desde luego, este

    tema exigira muchas horas para desarrollarlo, y ciertamente

    no lo voy a desarrollar. (Vanse las exposiciones que se ha-

    cen en E. Fromm, 794Ja, GA I I , pgs.29-36; E. Fromm,

    I955a, GA IV pgs.20-50;y especialmente, E. Fromm, 19689,

    GA IX, pgs. 37 5-391.) Aqu slo quiero aadir otro aspecto:

    la misin terica de desarrollar la idea o conocimiento de lo

    que es la esencia del hombre slo llegar a tener importancia

    en el momento, o para quienes, vurelva a estar viva la expe-

    riencia de la unin del hombre. Hoy esta experiencia no est

    viva.

  • 86 EL HUMANISMO COMO UTOPA REAL

    Cui es la experiencia del humanismo? Con este repaso

    he querido mostrarles que la experiencia del humanismo es,

    como dijo Terencio, la de que .

    Que yo tengo dentro de m toda la humanidad: se da la para- ,doja de que no obstante no haya dos individuos iguales, a la

    vez; todos compartimos la misma sustancia, la misma cuali-

    dad. No hay nada que se d slo en ese hombre. Todo se da

    tambin en m. Yo soy criminal y yo soy santo. Yo soy nio y

    yo soy adulto. Yo soy el hombre que vivi hace cien mil aos

    y yo soy el hombre que vivir dentro de cien mil aos, supo-

    niendo que antes no aniquilemos la especie humana.

    Y esto tiene una relacin muy significativa con un fen-

    meno con el que no se suele relacionarlo, a saber, con el fe-

    nmeno de 1o inconsciente. Freud no fue el primero que lo

    descubri, pero ciertamente fue el primero que lo examin de

    modo plenamente sistemtico. Sin embargo, su concepto

    de lo inconsciente segua siendo muy limitado. Crea que se

    reprimen ciertos deseos instintivos, como los deseos inces-

    tuosos o los deseos asesinos. Pues s, se reprimen, Pero la

    cuestin es ms compleja. Qu es en realidad lo consciente?

    Nuestro consciente est compuesto por todas las experiencias

    humanas que cada sociedad nuestra nos permite conocer. Por

    lo comn, y aparte de muy pequeas diferpncias individuales,

    nicamente solemos enterarnos de aquello que el lenguaje, la

    lgica o las prohibiciones sociales nos permiten conocer. Hay

    algo as como un filtro social, y nicamente las experiencias

    que 1o atraviesan son las cosas de las cuales nos enteramos, y

    sas son nuestro consciente.

    Y, qu es nuestro inconsciente? Nuestro inconsciente es

    la humanidad. Nuestro inconsciente es el hombre universal.

    Nuestro inconsciente es todo 1o humano, lo bueno y lo malo,

    todo lo que hay en los dems, mellos ese pequeo sector de lo

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    EL HUMANISMO COMO POSIBII- IDAD

    cor-rsciente que representa la experiencia, ei pensamiento y el

    sentimiento de.la cultura a la que somos arrojados por azar.

    Nuestro inconsciente es el hombre total y, por tallto, la gran

    importancia de estar en relacin con nuestro inconsciente es,

    no Ia de descr- ibr i r nuestros deseos incestuosos, esto. aquel io,

    o 1o de ms al l ( lo que a veces puede no carecer de impor-

    tancia). La gran importancia dei descubrimiento freudiano de

    la posibi l idad de relacionarnos con nuestro inconsciente es

    precisamente que, estando en relacin con nuestro incons-

    ciente, estamos en relacin con la humaniclad; porqlle nos re-

    lacionamos con el hombre total que hay en ntlestro interior y,

    entonces, efect ivamente, ya no hay nada que nos sea ajeno.

    Ya se deja de juzgar a los dems, en el sentido de considerar-

    nos superiores a el los. Estando en relacin con nuestro in-

    consciente, en efecto, nos experimentamos a nosotros mis-

    mos como experimentafllos a cualquier otro.

    Esa idea de toda la humanidad que llevamos dentro: esa

    misma idea se realiza, se manifiesta, se encarna y vivifica al

    vencer ese apartamiento interior nuestro, por el que slo so-

    mos conscientes de lo que se expresa en nt lestra ct t l tura o tr i -

    bu, y entrar en relacin con todo lo que compartimos con la

    humanidad entera.

    El nacionalismo y el tribalismo son precisamente lo con-

    trario. No nos hacen relacionarnos con la humanidad. Nos re-

    lacionamos slo con un sector de la humanidad, y entonces

    podemos ejecutar una operacin muy sencilla, porque todo el

    mal que tenemos dentro podemos proyectarlo al extrao, con

    la natural consecuencia de qr-re el extrao es un demonio y

    nosotros somos unos ngeles. Eso es lo corr iente, eso es lo

    qlle vemos en todas las guerras, eso ss lo que vemos en las

    querel las y pendencias personales, y eso es lo qtte vemos

    tambin en ambos bandos de la guerra fra. Creo, efectiva-

    87

  • 88 EL HUMANISMO COIV1O UTOPA REAL

    mente, que el hombre est obligado hoy a escoger una reno-

    vacin del humanismo, la de tomar en serio el fundamento

    espiritual de nuestra cultura occidental, qlle es un fundamen-

    to humanista, o de lo contrario no tendr futuro en absoluto. .,Citndolo otra vez, fue Goethe quien dijo: