Grandes Discípulos de Buda

14

description

 

Transcript of Grandes Discípulos de Buda

Page 1: Grandes Discípulos de Buda
Page 2: Grandes Discípulos de Buda

CAPÍTULO 1

SARIPUTTA MAESTRO DE CEREMONIAS DEL DARMA

Nyanaponika Thera

Page 3: Grandes Discípulos de Buda

EEn muchos templos de Sri Lanka encontrará usted, a ambos lados de la ima-gen del Buda, las estatuas de dos monjes. Sus ropas están plegadas sobre unhombro y ambos se muestran en actitud de reverencia, con las palmas de las

manos juntas. También verá a menudo, a los pies de dichas estatuas, unas cuantas flo-res ofrecidas por algún devoto piadoso.

Si pregunta el lector quiénes son estos dos monjes, se le dirá que son los discí-pulos principales del Iluminado, los arahants Sariputta y Mahamoggallana. Ambosestán situados en los lugares que ocuparon durante sus vidas, Sariputta a la derechadel Buda, Mahamoggallana a su izquierda. Cuando se abrió la gran estupa de San-chi, a mediados del siglo pasado, se descubrió que la cámara de las reliquias conte-nía dos receptáculos de piedra; el del norte guardaba las reliquias corporales deMahamoggallana, mientras que el del sur encerraba las de Sariputta. Así yacieronlos cuerpos de ambos monjes, mientras los siglos transcurrían y la historia de másde dos mil años representaba el drama de la impermanencia en la vida humana. ElImperio Romano se había erigido para extinguirse después, las glorias de la antiguaGrecia se habían convertido en un lejano recuerdo; nuevas religiones habían escri-to sus nombres, a menudo con sangre y fuego, sobre la voluble faz de la tierra, sólopara mezclarse finalmente con las leyendas de Tebas y Babilonia; y el apogeo delcomercio había cambiado gradualmente los grandes centros de la civilización, deOriente a Occidente, mientras florecían y decaían generaciones que jamás escucha-ron la Enseñanza del Buda. Pero mientras las cenizas de los sagrados discípulos per-manecían tranquilas, olvidadas en la tierra que les vio nacer, se mantenía con celosu memoria, dondequiera que hubiera llegado el mensaje del Buda, y se transmitíade una generación a otra la historia de sus vidas, primero oralmente, más tarde, enlas páginas escritas del Tripitaka budista, el texto escriturario más voluminoso ydetallado de todas las religiones. Son estos dos discípulos los que, después del Ilu-minado, veneran con más ardor los budistas de las tierras teravadas. Sus nombresson tan inseparables de los anales budistas como el del propio Buda. La evidenciade que se hayan entretejido, con el paso del tiempo, tantas leyendas en la tradiciónde las vidas de sus seguidores no es más que el resultado natural de la devoción quesiempre se ha sentido hacia ellos.

Y esa elevada estima estaba plenamente justificada. Pocos son los maestros reli-giosos que han sido tan bien atendidos por sus discípulos inmediatos como lo fue elBuda. Esto lo verá usted a medida que lea las páginas que siguen, pues en ellas se rela-ta la historia de uno de los más grandes de sus discípulos, el venerable Sariputta, que

PRÓLOGO

Page 4: Grandes Discípulos de Buda

secundaba sólo al Buda en la profundidad y el alcance de su comprensión y en suhabilidad para enseñar la doctrina de la liberación. No se incluye en el Tripitaka regis-tro alguno asociado a su vida, pero ésta puede recomponerse a partir de los diversosacontecimientos esparcidos por los textos y comentarios canónicos, en los que figuraSariputta. Algunos de estos eventos son más que incidentes pues, al estar su vida tanentrelazada con la del Buda y su ministerio, Sariputta juega una parte esencial en lahistoria del Bienaventurado y, en numerosas ocasiones, es el propio Sariputta quienejecuta el papel principal –como diestro preceptor y ejemplo, como amigo bondado-so y considerado, como guardián del bienestar de los monjes a su cargo, como depo-sitario de la doctrina del Buda–; función, ésta, que le mereció el título de Darmase-napati –Maestro de Ceremonias del Darma–. Como persona, fue siempre un hombresin igual en paciencia y determinación, modesto y recto en pensamiento, palabra yacción, un hombre para quien un acto de bondad debía recordarse con gratitud portanto tiempo como se permaneciera en vida y que resplandecía, incluso entre los ara-hants –los seres liberados de toda corrupción de la pasión y del engaño– como la lunallena en un cielo estrellado.

Éste es, pues, el hombre de intelecto profundo y de naturaleza sublime, un ver-dadero discípulo del Gran Maestro, cuya historia hemos relatado con la mayor denuestras habilidades en las páginas que siguen. Si usted, el lector, puede recoger deeste registro imperfecto algo de las cualidades de un ser humano perfeccionado,completamente liberado y elevado al más alto nivel de realización, algo de su modode actuar, de hablar y de comportarse con sus compañeros y, si tal lectura le aportafuerza y fe en la garantía de lo que puede llegar a ser un ser humano, entonces, nues-tra labor ha merecido la pena y queda ampliamente recompensada.

LA BÚSQUEDA DEL DARMA

LOS PRIMEROS AÑOS

La historia comienza en dos pueblecitos brahmánicos de India, Upatissa y Koli-ta, situados en las cercanías de la ciudad de Rajagaha1. Poco antes de que nuestroBuda apareciera en el mundo, dos mujeres concibieron un hijo en el mismo día. Unade ellas era Rupasari, mujer brahmin del pueblo de Upatissa2. La otra se llamabaMoggalli y vivía en el pueblo de Kolita. Las familias de ambas, estrechamente uni-das por una amistad que mantenían desde hacía siete generaciones, ofrecieron eldebido cuidado a las futuras madres desde el primer día de su embarazo. Transcurri-dos diez meses, las dos mujeres dieron a luz a un hijo al mismo tiempo. En la fechade imposición del nombre, el hijo de Rupasari recibió el de Upatissa, ya que habíanacido en la familia más importante de ese pueblo y, por la misma razón, al hijo deMoggalli se le impuso el nombre de Kolita.

Cuando crecieron, los niños fueron debidamente instruidos y adquirieron maes-tría en todas las ciencias. Contaban ambos con un séquito de quinientos jóvenes

34 Grandes Discípulos de Buda

Page 5: Grandes Discípulos de Buda

brahmines y, cuando se reunían en el río o el parque para hacer deporte o divertir-se, Upatissa solía acudir con quinientos palanquines y Kolita, con quinientos carrua-jes tirados por caballos.

Un acontecimiento anual se celebraba ahora, en Rajagaha: el Festival de la Cimade la Colina. Se habían dispuesto para ambos jóvenes asientos desde los que pre-senciaban juntos las celebraciones. Cuando se presentaba una ocasión para reír,reían; cuando el espectáculo era excitante, se excitaban; y pagaban cuanto fueranecesario para tener acceso al resto de los espectáculos. De este modo disfrutarontambién del segundo día de festival. En el tercer día, no obstante, extraños pensa-mientos arrojaron sus sombras sobre los corazones de los dos amigos, que no pudie-ron seguir riendo y compartiendo su excitación. Mientras contemplaban sentadoslos juegos y las danzas, el espectro de la mortalidad humana se reveló, por un ins-tante, ante su visión interna. Después, su actitud ya no pudo ser la misma. Paraambos, este ánimo sombrío cristalizaba gradualmente en una pregunta apremiante:“¿Qué estoy haciendo aquí? Antes de que estas gentes hayan cumplido cien añosestarán todas muertas. ¿No deberíamos ir en busca de una enseñanza de liberación?”.

Con tales pensamientos en mente se sentaron los dos amigos el tercer día parapresenciar el festival. Kolita, viendo que Upatissa se mostraba pensativo y distante,le preguntó: “¿Qué te pasa, querido amigo? Hoy no estás tan alegre y jovial comolos otros días, pareces preocupado. Dime, ¿qué te ocurre?”.

“Mi querido Kolita, he pensado que disfrutar de estos espectáculos vacíos noaporta beneficio alguno. En lugar de perder el tiempo en tales festivales, deberíabuscar un camino que me libere de la totalidad del ciclo de renacimientos. Pero tútambién, Kolita, pareces estar preocupado”.

Y Kolita respondió: “Mis pensamientos son exactamente los tuyos”. Compren-diendo que su amigo compartía la misma inclinación, Upatissa dijo: “Hemos teni-do una idea excelente. Sin embargo, sólo hay una cosa que deban hacer los que bus-can una enseñanza de liberación: abandonar sus hogares y convertirse en ascetas.Pero, ¿quién nos guiará en esta nueva vía?”.

En aquel tiempo, residía en Rajagaha un asceta errante (paribbajaka), de nombreSanjaya, que contaba con un gran séquito de discípulos. Upatissa y Kolita, decididosa recibir de él la ordenación, se le acercaron acompañados por sus propios séquitosde jóvenes brahmines y todos ellos recibieron de Sanjaya la ordenación. A partir deese momento, incrementó notablemente la reputación y el apoyo que recibía Sanjaya.

Al poco tiempo, los dos amigos habían aprendido toda la doctrina de Sanjaya.Entonces, fueron hasta él y le preguntaron: “Maestro, ¿es ésta toda tu doctrina opuedes enseñarnos algo más?”.

Sanjaya respondió. “Mi doctrina no llega más lejos. La conocéis en su totalidad”.Al oír sus palabras, pensaron: “Si es así, de nada sirve continuar la vida ascéti-

ca bajo su guía. Hemos abandonado nuestros hogares para ir en busca de una ense-ñanza de liberación, pero con él no la encontraremos. India es grande, si vagamospor las aldeas, los pueblos y las ciudades encontraremos, sin duda alguna, un maes-tro capaz de enseñarnos el camino que buscamos”. Y, a partir de ese momento, cada

Sariputta. Maestro de Ceremonias del Darma 35

Page 6: Grandes Discípulos de Buda

vez que oían de un sabio brahmin o de un asceta en un lugar o en otro, iban a suencuentro y aprendían su doctrina. No hubo, sin embargo, ningún maestro que pudie-ra responder a todas sus preguntas, mientras que ellos eran capaces de dar respuestaa todos aquéllos que les cuestionaban.

Después de viajar de este modo por todo India, regresaron a Rajagaha. Una vezallí acordaron que el primero que hallara al Inmortal informaría inmediatamente alotro. Era un pacto de hermandad nacido de la profunda amistad que existía entre losdos jóvenes.

Un tiempo después de hacer tal promesa, el Bienaventurado, el Buda, se puso encamino hacia Rajagaha. Había concluido el primer retiro de la estación de las llu-vias, después de su logro de la Iluminación, y había llegado el momento de vagar yde predicar. Antes de su Iluminación, el Buda había asegurado al Rey Bimbisara queregresaría a Rajagaha cuando alcanzara su meta. Ahora emprendía el viaje paracumplir con su promesa. Así pues, el Bienaventurado viajó por etapas desde Gayahasta Rajagaha y estableció su residencia en el Monasterio de la Arboleda deBambú (Veluvana) que el Rey Bimbisara le había ofrecido como obsequio.

Entre los primeros sesenta y un arahats que el Maestro había enviado a procla-mar al mundo el mensaje de liberación se encontraba un anciano llamado Assaji.Este monje había pertenecido al grupo de cinco ascetas que atendieron al Bodisat-va cuando éste se esforzaba en las prácticas ascéticas y era también uno de los cincoprimeros discípulos del Buda. Una mañana, mientras Assaji efectuaba su ronda demendicante en Rajagaha, Upatissa le vio pasar, encaminando quedamente sus pasosde puerta en puerta, con su cuenco en la mano3. Conmovido por la apariencia dig-nificada y serena de Assaji, Upatissa pensó: “Nunca en mi vida había visto unmonje parecido. O es un arahant o poco le falta. Debería acercarme a él e interro-garle”. Pero entonces consideró: “Ahora no es el momento adecuado, pues estáefectuando su ronda de mendicante por las calles. Mejor será que le siga a la usan-za de los suplicantes”. Y así lo hizo.

Más tarde, cuando el anciano hubo acabado su ronda y buscaba un lugar tran-quilo para comer, Upatissa extendió sobre el suelo su propio manto y ofreció ellugar al anciano para que tomara asiento. El anciano Assaji se sentó y comió, des-pués de lo cual Upatissa le ofreció agua de su propio recipiente, comportándose conAssaji como un discípulo con su maestro.

Tras intercambiar los habituales saludos de cortesía, Upatissa dijo: “Serenas sontus facciones, amigo. Pura y resplandeciente es tu tez. ¿Bajo la guía de qué maestrohas emprendido la vía del asceta? ¿Quién es tu maestro y de quién es la doctrina queprofesas?”.

Assaji respondió: “Existe, amigo, un gran solitario, un vástago de los Sakyas,que ha abandonado su clan. Yo he renunciado bajo su guía. Mi maestro, el Biena-venturado, es éste del que te hablo y su darma es el que profeso”.

¿Qué enseña el maestro del venerable?, ¿qué es lo que proclama?Cuestionado de este modo, el anciano Assaji pensó para sus adentros: Estos

ascetas errantes se oponen a la enseñanza del Buda. Voy a mostrarle lo profunda que

36 Grandes Discípulos de Buda

Page 7: Grandes Discípulos de Buda

es su enseñanza. Así pues, dijo: “No soy más que un aprendiz en el adiestramiento,amigo. No queda lejos el día en que partí de mi hogar y conozco poco esta doctri-na y su disciplina. No puedo explicarte el darma detalladamente”.

El vagabundo respondió: “Me llaman Upatissa, amigo. Por favor, dime lo quesepas de acuerdo con tu habilidad, ya sea mucha o poca. Mi tarea será penetrar ensu significado empleando cien o mil métodos”. Y añadió:

Sea mucho o poco lo que puedas decir,el significado sólo, ¡proclámalo para mí!Conocerlo es mi único deseo;de nada me sirven muchas palabras.

En respuesta, el anciano Assaji, proclamó la siguiente estrofa:

De todo cuanto surge de una causa,el Tathagata ha mencionado la causa,y también cuál es su cesación:ésta es la doctrina del Gran Solitario4.

Al oír las dos primeras líneas, surgió en el vagabundo Upatissa la visión impo-luta del darma –el primer vislumbre de lo Inmortal, el camino del acceso a lacorriente– y hacia el final de las dos últimas líneas ya estaba escuchando como unser que ha accedido a la corriente.

En un instante supo: “¡Aquí ha de encontrarse el medio para la liberación!”. Ydijo al anciano: “No es necesario que amplíes tu exposición del darma, venerableseñor. Basta con lo que has dicho. Pero, ¿dónde vive nuestro Maestro?”.

“En la Arboleda de Bambú, vagabundo”.“Entonces, por favor, ve delante mío, venerable señor. Tengo un amigo con

quien he establecido el acuerdo de compartir el darma. Voy a informarle y juntos teseguiremos hasta el Maestro”. Upatissa, entonces, se postró ante los pies del ancia-no y regresó al parque de los vagabundos.

En cuanto Kolita vio llegar a Upatissa, pensó: “Hoy mi amigo tiene un aspectomuy distinto. Estoy seguro de que ha encontrado al Inmortal”. Y cuando se lo pre-guntó, Upatissa le dijo: “Sí, Kolita, ¡el Inmortal ha sido hallado!”. Upatissa le contótodo su encuentro con el anciano Assaji y, cuando recitó la estrofa que había escu-chado, Kolita alcanzó asimismo el fruto del acceso a la corriente.

“¿Dónde vive el Maestro, amigo mío?”, preguntó Kolita.“Por nuestro maestro, el anciano Assaji, he sabido que vive en la Arboleda de

Bambú”.“Entonces, vayamos, Upatissa, y conozcamos al Maestro”, dijo Kolita.Pero Upatissa siempre había respetado a los maestros y, por consiguiente, dijo a

Kolita: “Primero, querido amigo, debemos ir a ver a nuestro maestro, el vagabundoSañjaya, y decirle que hemos encontrado al Inmortal. Si puede comprender esta

Sariputta. Maestro de Ceremonias del Darma 37

Page 8: Grandes Discípulos de Buda

estrofa, penetrará hasta la verdad. En caso contrario, puesto que tiene confianza ennosotros, podría acompañarnos a ver al Maestro y, escuchando las enseñanzas delBuda, llegar a penetrar el camino y obtener su fruto”.

Así pues, fueron ante Sañjaya y le dijeron: “¡Oh maestro! ¡Un buda ha apareci-do en el mundo! Su doctrina es bien proclamada y su comunidad está siguiendo elcamino correcto. ¡Vayamos a conocerle!”.

“¿Qué estáis diciendo, queridos?”, exclamó Sañjaya. Y rehusando la invitación,les ofreció, en cambio, compartir el liderazgo de su comunidad, mencionando laganancia y la fama que tal posición les aportaría. Los dos vagabundos, no obstante,rechazaron la oferta diciendo: “Oh, a nosotros no nos importaría ser siempre discí-pulos, pero tú, maestro, tienes que decidir si vienes o no”.

Entonces, Sañjaya pensó: “Si saben tanto no escucharán lo que yo les diga”. Ycomprendiendo esto, respondió: “Id, pues, vosotros, yo no puedo”.

“¿Por qué no, maestro?”.“Soy maestro de muchos. Si retornara al estado de discípulo, sería como si un

gran depósito de agua se convirtiera en un pequeño cántaro. No puedo vivir ahoracomo un discípulo”.

“¡No digas eso, maestro!”, le animaban los dos vagabundos.“No insistáis, queridos. Id vosotros, yo no soy capaz”.“¡Oh maestro! Cuando un buda aparece en el mundo, la gente se congrega en

tropeles a su alrededor y le rinde homenaje portando incienso y flores. Nosotrostambién acudiremos. Pero, ¿qué pasará contigo?”.

Y Sañjaya replicó: “¿Qué abunda más en el mundo, alumnos míos, los necioso los sabios?”.

“Son muchos los necios, oh maestro, y pocos los sabios”.“Si es así, amigos míos, los sabios irán al sabio solitario, Gautama, y los necios

vendrán a mí, el necio. Ahora marchad, pero yo no os acompañaré”.Así pues, los dos amigos se alejaron diciendo: “¡Algún día comprenderás tu

error, maestro!”. Cuando hubieron partido, se produjo una escisión entre los discí-pulos de Sañjaya y el monasterio quedó casi vacío. Sañjaya, viendo el lugar desier-to, vomitó sangre caliente. Quinientos de sus discípulos habían partido con Upatissay Kolita, de los cuales, doscientos cincuenta regresaron al monasterio de Sañjaya.Con los doscientos cincuenta restantes y sus propios seguidores, los dos amigos lle-garon al Monasterio de la Arboleda de Bambú.

Allí, el Maestro estaba enseñando el darma, sentado entre la cuádruple asam-blea5, y cuando el Buda vio llegar a los dos vagabundos, se dirigió a los monjesdiciendo: “Estos dos amigos, Upatissa y Kolita, que ahora se nos aproximan, seránmis dos discípulos principales, un par excelente”.

Los dos amigos se postraron ante el Bienaventurado en homenaje y se sentarona un lado. Cuando hubieron tomado asiento, dijeron al Maestro: “Qué podamosnosotros, Señor, obtener los votos de novicio bajo la guía del Bienaventurado, queobtengamos la más elevada ordenación”.

Y el Buda dijo: “¡Venid, monjes! Bien proclamado es el darma. Ahora, vivid la

38 Grandes Discípulos de Buda

Page 9: Grandes Discípulos de Buda

vida de la pureza para poner fin al sufrimiento”. Estas pocas palabras bastaron paraque los dos seres venerables recibieran la ordenación completa.

Después, el Maestro continuó su discurso tomando en consideración el tempe-ramento individual de los que le escuchaban y, a excepción de Upatissa y Kolita,todos los asistentes lograron el estado de arahant. Los dos amigos no alcanzaron enesa ocasión los caminos superiores y los frutos, pues ellos necesitaban un periodomás largo de adiestramiento preparatorio con el fin de satisfacer su destino perso-nal: el de servir al Bienaventurado como sus dos discípulos principales.

A partir de la acogida de Upatissa y Kolita en la Orden Budista, los textos se refie-ren siempre a ellos por los nombres de Sariputta y Mahamoggallana respectivamen-te. Para su adiestramiento intensivo, Moggallana se instaló en Kallavalaputta, unpueblo situado en las proximidades de Magadha, en donde vivía de las limosnas.Siete día después de su ordenación, cuando Moggallana estaba meditando intensa-mente, se sintió de pronto perturbado por la fatiga y el sopor. No obstante, disipó suagotamiento espoleado por el Maestro y, mientras escuchaba la exposición del Budasobre el tema de meditación en los elementos (dhatukarmatthana), ganó los trescaminos superiores y alcanzó la cima de la perfección de un discípulo principal.

El venerable Sariputta, sin embargo, permaneció junto al Maestro en una cuevallamada El Refugio del Jabalí, dependiendo de Rajagaha para sus limosnas. Quincedías después de su ordenación, el Buda impartió un discurso al sobrino de Sariputta,el asceta errante Dighanakha6. Sariputta se hallaba de pie, detrás del Maestro, a quienabanicaba. Mientras escuchaba el discurso, que seguía mentalmente con suma aten-ción como si compartiera una comida preparada para otro, Sariputta alcanzó la cimadel “conocimiento que pertenece a la perfección del discípulo” y alcanzó el estadode arahant junto con los cuatro conocimientos analíticos (patisambhida-ñaña)7. Susobrino, al final del sermón, fue establecido en el fruto del acceso a la corriente.

Ahora, el lector podría preguntarse lo siguiente: “¿Acaso Sariputta no poseíagran sabiduría? Y si era así, ¿por qué alcanzó el estado de arahant después de Mog-gallana?”. La respuesta, de acuerdo con los comentarios, es que se debe a la gran-deza de las preparaciones requeridas. Cuando un mendigo desea ir de un lugar aotro, se lanza a la calle sin más; pero en el caso de un rey, es necesario efectuarextensos preparativos y eso requiere tiempo. Lo mismo ocurre cuando se trata deconvertirse en el discípulo principal de un buda.

En ese mismo día, cuando las sombras del atardecer se habían prolongado, elMaestro reunió a sus discípulos en asamblea y confirió a los dos ancianos el rangode discípulos principales. Algunos monjes no estaban satisfechos con la resolucióndel Buda y murmuraban entre sí: “El Maestro tendría que haber dado el rango dediscípulos principales a los primeros que recibieron la ordenación, es decir, al grupode cinco discípulos; y si no es a éstos, entonces, o bien al grupo de cincuenta y cincomonjes, encabezados por Yasa, o bien a los treinta del grupo auspicioso (bhadda-vaggiya) y, en su defecto, a los tres hermanos Kassapa8. Pero el Buda, pasando porencima de todos, ha otorgado este rango a los que se han ordenado en último lugar”.

El Maestro se interesó por el tema de conversación de esos monjes y, una vez

Sariputta. Maestro de Ceremonias del Darma 39

Page 10: Grandes Discípulos de Buda

informado, replicó: “Yo no tengo preferencias, pero doy a cada uno lo que le corres-ponde de acuerdo con su aspiración. Por ejemplo, cuando en una vida previa AññaKondañña dio nueve veces limosna durante una sola cosecha, no fue su aspiraciónconvertirse en discípulo principal, sino ser el primero en penetrar en el estado máselevado, el del arahant. Y así ha ocurrido. Pero muchos eones atrás, durante el tiem-po del Buda Anomadassi, Sariputta y Moggallana generaron la aspiración de serdiscípulos principales, y ahora han madurado las condiciones para que su deseoquede satisfecho. Así pues, sólo les he otorgado aquello a lo que aspiraban y no lohe hecho impulsado por preferencia alguna”.

LA PRIMERA ASPIRACIÓN

La declaración del Buda recalca un principio fundamental del pensamientobudista: lo que somos y lo que cosechamos como destino de nuestra vida no es sóloproducto de las intenciones y actividades que generamos durante el breve espaciode tiempo que dio comienzo con nuestro nacimiento físico actual, sino que reflejaun profundo manantial de experiencias previas acumuladas en el ciclo sin principiode renacimiento, el samsara. Así pues, la historia de Sariputta, el gran discípulo,comienza, como debe ser, en el lejano pasado, con acontecimientos que han sidopreservados para nosotros bajo forma de leyenda. Tales leyendas, no obstante, noson meras ficciones pregonadas por una imaginación excesivamente vibrante, sino,más bien, representaciones narrativas de principios tan profundos y universales queno pueden ser reducidos a simples datos históricos. Estos principios sólo puedenexpresarse adecuadamente cuando los hechos se transforman en arquetipos sagra-dos y los arquetipos, en ideales espirituales.

Esta leyenda tan especial revela un periodo incalculable (asankheyya) de cienmil eones del pasado9. Por aquel entonces, el ser que debía convertirse en el vene-rable Sariputta nació en el seno de una adinerada familia de brahmines y se le dioel nombre de Sarada. Al mismo tiempo, el futuro Moggallana nació en la familia deun rico propietario y se le llamó Sirivaddhana. Ambas familias se conocían y los dosniños se convirtieron rápidamente en compañeros de juego y amigos íntimos.

Sarada heredó la vasta fortuna de la familia a la muerte de su padre. Pero al pocotiempo, reflexionando en soledad acerca de la imposibilidad de evitar la muerte,decidió abandonar todos sus bienes y partir en busca de un camino de liberación.Sarada habló con su amigo Sirivaddhana y le invitó a que se uniera a él en su empre-sa, pero Sirivaddhana rehusó su propuesta, pues estaba todavía demasiado apegadoal mundo. Sarada, no obstante, se mantuvo firme en su decisión. Donó toda suriqueza, abandonó su propiedad y adoptó la vida de un asceta de pelo enmarañado.Rápidamente y sin ninguna dificultad, adquirió el dominio de los logros meditati-vos mundanos así como de los poderes supranormales y atrajo hacia sí a un grupode discípulos. De este modo, su ermita se convirtió gradualmente en el hogar de unaextensa comunidad de ascetas.

40 Grandes Discípulos de Buda

Page 11: Grandes Discípulos de Buda

En aquel tiempo, había venido al mundo el Buda Anomadassi –el decimoctavobuda contando hacia atrás a partir del presente Buda Gotama–. Un día, el Buda Ano-madassi, tras surgir de su abstracción meditativa, arrojó su “red de conocimiento”sobre el mundo y contempló al asceta Sarada y a su comitiva. Comprendiendo queuna visita a esa comunidad aportaría grandes beneficios a numerosos seres, dejóatrás a sus monjes y viajó en solitario hasta la ermita. Sarada percibió las marcas deexcelencia física en el cuerpo de su visitante y comprendió, instantáneamente, quesu huésped era un ser completamente Iluminado. Entonces, le ofreció humildemen-te el asiento de honor y le preparó una comida con los manjares más exquisitos quehabían recolectado sus discípulos.

Mientras tanto, los monjes del Buda habían llegado hasta la ermita para reunir-se con él –cien mil arahants, libres de toda contaminación y encabezados por los dosdiscípulos principales, Nisabha y Anoma–. Para honrar al Buda, el asceta Saradatomó en sus manos una gran dosel de flores y lo sostuvo sobre la cabeza del Maes-tro, permaneciendo de pie detrás de él. El Maestro entró en el logro de la cesación(nirodhasamapatti) –el estado meditativo en el que la percepción, la sensación yotros procesos mentales cesan completamente– y continuó abstraído en dicho esta-do durante toda una semana. Mientras tanto, Sarada permanecía detrás de él, soste-niendo en alto el dosel de flores.

Al cabo de siete días, el Buda emergió del logro de la cesación y pidió a sus dosdiscípulos principales que impartieran un discurso a la comunidad de ascetas. Cuan-do hubieron terminado, el Buda tomó la palabra y, al final de su disertación, todoslos ascetas alumnos de Sarada habían alcanzado el estado de arahant y solicitaronla admisión en la orden de monjes del Buda. Sarada, no obstante, no alcanzó el esta-do de arahant ni tampoco ningún otro estadio de santidad. Pues, mientras escucha-ba el discurso del discípulo principal Nisabha y observaba su apacible comporta-miento, surgió en su mente la aspiración de convertirse en el primer discípulo prin-cipal de un buda futuro. Así pues, cuando finalizaron los actos, Sarada se aproximóal Buda Anomadassi y, postrándose a sus pies, declaró: “Señor, como fruto del actode homenaje que he rendido a tu persona sosteniendo sobre tu cabeza un dosel deflores durante una semana, no aspiro a gobernar sobre los dioses ni a la condiciónde Mahabrahma, ni a ningún otro fruto más que éste: que en el futuro sea yo el dis-cípulo principal de un ser completamente iluminado”.

El Maestro pensó: “¿Se convertirá en realidad su aspiración?”. Y dirigiendo suconocimiento hacia el futuro, vio que así era. Entonces habló a Sarada del siguientemodo: “Esta aspiración tuya no será yerma. En el futuro, tras una era incalculable ycien mil eones, aparecerá en el mundo un buda llamado Gotama, y tú serás su pri-mer discípulo principal, el Maestro de Ceremonias del darma, de nombre Sariputta.

Cuando el Buda se hubo marchado, Sarada fue a ver a su amigo Sirivaddhana yle exhortó a que generara la aspiración de ser el segundo discípulo principal delBuda Gotama. Sirivaddhana dispuso, entonces, una sala repleta de manjares reco-gidos en su ronda de mendicante y, cuando hubo finalizado todos los preparativos,invitó al Maestro y a sus monjes a que vinieran y participaran en el festín. Durante

Sariputta. Maestro de Ceremonias del Darma 41

Page 12: Grandes Discípulos de Buda

toda una semana Sirivaddhana proporcionó comida abundante al Buda y a los mon-jes. Al final de las festividades y tras haber ofrecido costosos hábitos a todos losmiembros de la Sangha, se acercó al Buda y anunció: “¡Qué por el poder de estemérito pueda yo ser el segundo discípulo principal del mismo buda bajo el cual miamigo Sarada será el primer discípulo principal!”. El Maestro observó el futuro y,viendo que su aspiración quedaría satisfecha, profetizó que Sirivaddhana se con-vertiría en el segundo discípulo principal del Buda Gautama y que sería un monjede gran fuerza y poder, conocido por el nombre de Moggallana.

Cuando los dos amigos hubieron recibido sus respectivas predicciones, ambos seentregaron al cultivo de las buenas acciones en sus propias esferas. Siribaddhana,como un buen devoto laico, se ocupaba de satisfacer las necesidades de la Sanga yefectuaba diversas obras de caridad. Sarada, como asceta, continuó con su vidameditativa. A su muerte, Sirivaddhana renació en un mundo celestial dentro de laesfera sensorial, mientras que Sarada, habiendo dominado los logros meditativos ylas divinas moradas (brahmavihara), renació en el mundo de Brahma.

SARIPUTTA EN LOS JATAKAS

A partir de este punto, no existe una narrativa continuada sobre las actividades deestos dos grandes discípulos pero, en algún momento de su vagar por el ciclo de naci-miento y muerte, ambos amigos tuvieron que cruzarse en su camino con otro ser que,mucho antes, a los pies del vigesimocuarto buda de la antigüedad, se había compro-metido a ganar la Iluminación suprema. Nos estamos refiriendo al Bodisatva, el serque más tarde se convertiría en el Buda Gotama, el ser Iluminado de nuestra era his-tórica. Los Cuentos Jataka narran los hechos del Bodisatva a lo largo de unos qui-nientos cincuenta renacimientos previos y Sariputta desempeña un importante papelen dichos relatos, apareciendo con más frecuencia que ningún otro discípulo delBuda, con la posible excepción de Ananda. Aquí sólo podemos considerar un mues-treo representativo de tales historias. Puesto que el proceso de renacimiento no res-peta las divisiones entre los reinos de existencia y asciende desde el reino animalhasta los reinos humanos y celestiales y desciende desde los reinos celestiales hastalos de los seres humanos y de los animales, encontramos que las formas específicasde relación entre Sariputta y el Bodisatva varían de una vida a otra. Podemos tomarestas relaciones diversas como la línea directriz de nuestro análisis.

El Bodisatva y Sariputta renacieron como animales en varias vidas previas. Unavez, el futuro Buda era el jefe de una manada de ciervos y tenía dos hijos a los quehabía instruido en el arte del liderazgo. Uno de ellos (Sariputta), siguiendo el con-sejo de su padre, condujo su manada a la prosperidad; el otro, que más tarde se con-vertiría en el celoso primo del Buda, Devadata, desdeñó el consejo de su padre enfavor de sus propias ideas y llevó su manada al desastre (Jat.11). Cuando el Bodi-satva era un ganso real, sus jóvenes hijos, Sariputta y Moggallana, intentaron afren-tar al sol; cuando el agotamiento se apoderó de ellos y estaban a punto de desplo-

42 Grandes Discípulos de Buda

Page 13: Grandes Discípulos de Buda

marse a medio camino, el Bodisatva acudió a su rescate (476). En un nacimientocomo una perdiz, el Bodisatva era mayor que sus dos amigos, un mono (Sariputta)y un elefante (Moggallana). De este modo se convirtió en su maestro y preceptor,un signo precursor de la relación que mantendrían en su existencia final (37). ElBodisatva figura una vez más como preceptor en el Sasa Jataka (316), donde erauna liebre sabia que enseñaba el valor de la moralidad y de la generosidad a unmono (Sariputta), a un chacal (Moggallana) y a una nutria (Ananda). CuandoSakka, el rey de los devas, se acercó a la liebre disfrazado de brahmin hambrientopara poner a prueba su determinación, la liebre se arrojó sin dudarlo al fuego paraproporcionarle alimento.

Los dos futuros discípulos aportaron en diversas ocasiones una ayuda vital alBodisatva. Cuando el Gran Ser era un ciervo y cayó en una trampa, sus compañe-ros –un pájaro carpintero (Sariputta) y una tortuga (Moggallana)– le salvaron lavida rompiendo la armadija. Después, el cazador (Devadatta) atrapó a la tortuga,pero los otros dos animales corrieron a su rescate y consiguieron liberarle (206). ElBodisatva, no obstante, no fue siempre tan afortunado, y los Jatakas relatan su por-ción de tragedias. Así pues, en una historia de su vida (438) cuando era una perdizque enseñaba los Vedas a los jóvenes brahmines, Devadatta, un cruel asceta, la matóy se la comió. Sus amigos, un león (Sariputta) y un tigre (Moggallana), fueron avisitar a la perdiz y, al ver una pluma en la barba del asceta, comprendieron la enor-midad del acto que se había cometido. El león se mostró misericordioso, pero eltigre mató al asceta y arrojó su cuerpo a un foso. Este incidente revela ya una dife-rencia de temperamento entre los dos discípulos: Sariputta, aunque poderoso comoun león, era amable y cariñoso, mientras que Moggallana, aunque inofensivo en suúltima vida como monje Iluminado, podía exhibir todavía la ferocidad de un tigre.

En otros Jatakas, el Bodisatva o Sariputta es un ser humano y el otro un animal,y sus roles como benefactor y beneficiario sufren asimismo inversiones de orden.Así pues, en un lugar encontramos al Bodisatva como un corcel de batalla y a Sari-putta como su guerrero (23); en otro al Bodisatva como un elefante blanco sin igualque entra al servicio del Rey de Benares (Sariputta) (122); y aún en otro, vemos alfuturo Buda como una perdiz y a Sariputta como un sabio asceta que la instruye(277). Pero en otros nacimientos, el Bodisatva es un ser humano y Sariputta un ani-mal. En una historia, por ejemplo, el Bodisatva es un ermitaño que rescata de unainundación a un príncipe maligno (Devadatta) y a tres animales. Los animales –unaserpiente (Sariputta) una rata (Moggallana) y un loro (Ananda)– muestran su grati-tud ofreciendo a su salvador tesoros escondidos, pero el príncipe, envidioso, buscala muerte del ermitaño (73).

A veces, los futuros héroes espirituales renacieron con cuerpos celestiales. Encierta ocasión, el Bodisatva era el rey Sakka y Sariputta y Moggallana eran respec-tivamente Canda, el dios de la luna, y Surya, el dios del sol. Los tres, acompañadospor varias deidades, visitaron a un notorio avaro y le convirtieron a una vida degenerosidad (450). A menudo es el Bodisatva quien beneficia a los futuros discípu-los pero, a veces, es Sariputta quien acude en auxilio del Bodisatva. Cuando ambos

Sariputta. Maestro de Ceremonias del Darma 43

Page 14: Grandes Discípulos de Buda

Grandes Discípulos de Buda esuna compilación de veinticuatro bio-grafías de los discípulos más eminen-tes y más allegados al Tathagata.Estos relatos han sido extraídos de unamplio abanico de fuentes originales.Tres autores contemporáneos del budismo paliproporcionan retratos íntimos de la primerageneración de budistas, aquéllos que contribu-yeron en gran medida a la formación de lasenseñanzas del Buda. Estos relatos, que estáninmersos en el abigarrado ambiente colorista ycultural de la India antigua, dan vida a figuraslegendarias como Sariputta y Moggallana,Ananda y Mahakassapa y otros muchos, permi-tiéndonos participar en sus logros, vicisitudes yvivencias en la expansión del darma.

Grandes Discípulos de Buda ofrece una con-firmación inspiradora del potencial humanopara el despertar y la transformación espiritual.

“Estoy muy agradecido a la publicación de estelibro. Siento gran admiración por la autenticidad de quedan testimonio los autores; lo recomiendo encarecida-mente tanto a mis amigos como a mis estudiantes”.

Thich Nhat Hanh, autor de Buda Viviente, CristoViviente.

“Un complemento único y excelente a la literaturade los textos en pali. Es un libro que constituye unarica fuente de información; ofrece relatos lúcidos y tra-ducciones de una gran erudición”.

Jack Kornfield, autor de Un Camino con Corazón.

“En cierta manera se trata un reto de erudición e ins-piración: este libro devuelve a la vida los avatares, lapráctica y los logros de los grandes discípulos delBuda. A través de sus muchas historias y enseñanzasempezamos a conectar sus experiencias espiritualescon las nuestras”.

Joseph Goldstein autor de La Experiencia delConocimiento Intuitivo.

N Y A N A P O N I K A

THERA(1901-94)fue uno de los prin-cipales intérpretesdel Budismo The-ravada de nuestrotiempo. Nacido en

Alemania, entró en la OrdenBudista de Sri Lanka en 1936, bajola tutela del Ven. NyanatilokaMahathera, y vivió cincuenta yocho años como monje hasta sumuerte, a finales de 1994. Fuepresidente fundador y, durantemucho tiempo, también editor dela Buddhist Publication Society,en Kandy. Sus libros incluyen TheHeart of Buddhist Meditation, TheVision of Dhamma y AbhidhammaStudies.

HELLMUTH HECKER es un destacadoescritor alemán especializado enbudismo y traductor del CanonPali. Sus libros incluyen una tra-ducción alemana del SamyuttaNikaya (partes 4 y 5), una crónicaen dos volúmenes sobre el budismoen Alemania y una biografía delVen. Nyanatiloka Mahathera, elprimer monje budista alemán.

BHIKKHU BODHI es un monjebudista americano de la ciudad deNueva York, que recibió la ordena-ción en Sri Lanka en 1972. En laactualidad es el presidente y editorde la Buddhist Publication Society.Sus libros incluyen The All-Embracing Net of Views, A Com-prehensive Manual of Abhidham-ma y también ha traducido TheMiddle Length Discourses of theBuddha.

9 788486 615802

ISBN: 84-86615-80-1