HDG 2061 II DOMINGO DESPUES DE NAVIDAD 03 de ENERO 2021 … · lógico, no sólo del misterio de la...

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El Libro del Eclesiástico, hoy nos habla de la sabiduría de Dios. Jesucristo es simultá- neamente sabiduría, designio salvífico y en carnación de Dios. Lectura del libro del Sirácide (Eclesiás- tico) 24,1-4. 12-16 La sabiduría hace su propio elogio y se gloría en medio de su pueblo; abre su boca en la asamblea del Altísimo y ante todos los ejércitos celestiales se glorifica, dicien- do: “Yo salí de la boca del Altísimo y cubrí co mo niebla toda la tierra. Yo levanté mi tien- da en las alturas y mi trono era una colum- na de nubes. Entonces el creador del uni- verso, el que me formó, me dio una orden y me dijo: ‘Pon tu tienda en Jacob, que sea Israel tu heredad’. En el principio, antes de los siglos, me formó y existiré para siempre. En su santa tienda ejercí las funciones sagradas ante él; por eso fijó mi morada en Sión, en la ciu dad amada me hizo reposar y puso en Je- rusalén la sede de su poder. En un pueblo glorioso eché raíces, en la porción del Se- ñor, en su heredad”. Palabra de Dios. R/. Te alabamos, Señor. R/. Aquel que es la Palabra se hizo hom- bre y habitó entre nosotros. Glorifica al Señor, Jerusalén, a Dios ríndele honores, Israel. Él refuerza el cerrojo de tus puertas y bendice a tus hijos en tu casa. R/. Aquel que es la Palabra se hizo hom- bre y habitó entre nosotros. Él mantiene la paz en tus fronteras, con su trigo mejor sacia tu hambre. Él envía a la tierra su mensaje y su palabra corre velozmente. R/. Aquel que es la Palabra se hizo hom- bre y habitó entre nosotros. Le muestra a Jacob su pensamiento, sus normas y designios a Israel. No ha hecho nada igual con ningún pue blo, ni le ha confiado a otro sus proyec- tos. R/. Aquel que es la Palabra se hizo hom- bre y habitó entre nosotros. San Pablo canta las excelencias incompara- bles de la nueva vida en Jesucristo, que se encarnó y habitó entre nosotros. Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los efesios 1, 3-6. 15-18 Bendito sea Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos ha bendecido en él con toda clase de bienes espirituales y celestia- les. Él nos eligió en Cristo, antes de crear el mundo, para que fuéramos santos e irrepro- chables a sus ojos, por el amor, y determinó, porque así lo quiso, que, por medio de Jesu- cristo, fuéramos sus hijos, para que alabe- mos y glorifiquemos la gracia con que nos ha favorecido por medio de su Hijo amado. Me he enterado de la fe de ustedes en el San Pablo, en su carta a los Efesios, afir- ma que el Padre nos ha bendecido en Cristo, que nos ha elegido en Él para que fuésemos santos por el amor y que nos ha destinado a ser sus hijos. Del mis mo modo, san Juan nos recuerda que a los que creen en Cristo se les ha dado el poder de ser hijos de Dios. En estos textos, descubrimos que ser hi- jos de Dios es un don y, a la vez, una gran responsabilidad personal y comu- nitaria. En cuanto don o regalo, Dios nos ha crea do como sus hijos con un amor gratuito, eterno e infinito. Esta conciencia nos lle- na de admiración, gratitud y alegría; y nos impulsa a superar todos los vacíos o Semanario Litúrgico Nº 2061 NuestraIglesia Arquidiócesis de Guayaquil DOMINGO II DE NAVIDAD • CICLO B • ENERO 03, 2021 Oración colecta 1 LITURGIA DE LA PALABRA Primera Lectura 2 Segunda Lectura 4 Hijos de Dios soledades que podamos experimentar en nuestra existencia. Ser hijos de Dios, como responsabili- dad personal y comunitaria, nos com- promete a desarrollar todas las capaci- dades o cualidades que Dios nos ha concedido y también a cultivar con Dios Padre relaciones de cercanía, a- mistad y amor. Esta conciencia de ser hijos de un mis mo Dios, además hace posible que des cubramos en todas las personas la mis ma dignidad, independientemente de la raza, sexo, credo o nación y que, en consecuencia, nos tratemos como her- manos muy queridos. Ser hijos de Dios: un don y una tarea de toda la vida. Dios todopoderoso y eterno, esplendor de las almas fieles, dígnate bondadosamente llenar el mundo de tu gloria y muéstrate a todos los pueblos con la claridad de tu luz. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vi- ve y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. R/. Amén Salmo responsorial 3 [147]

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Page 1: HDG 2061 II DOMINGO DESPUES DE NAVIDAD 03 de ENERO 2021 … · lógico, no sólo del misterio de la Navidad, si- no de toda la historia de la salvación. Proclamación del Santo Evangelio

Santifica, Señor estas ofrendas por la nati- vidad de tu Unigénito, por quien nos seña-las el camino de la verdad, y nos prometes la vida del reino celestial. Por Jesucristo, nuestro Señor. R/. Amén.

do había sido hecho por él y, sin embargo, el mundo no lo conoció.

Vino a los suyos y los suyos no lo recibie-ron; pero a todos los que lo recibieron les concedió poder llegar a ser hijos de Dios, a los que creen en su nombre, los cuales no na cieron de la sangre, ni del deseo de la car- ne, ni por voluntad del hombre, sino que na- cieron de Dios.

Y aquel que es la Palabra se hizo hombre y habitó entre nosotros. Hemos visto su glo- ria, gloria que le corresponde como a Unigé-nito del Padre, lleno de gracia y de verdad.

Juan el Bautista dio testimonio de él, cla- mando: “A éste me refería cuando dije: ‘El que viene después de mí, tiene precedencia sobre mí, porque ya existía antes que yo’ ”.

De su plenitud hemos recibido todos gra- cia sobre gracia. Porque la ley fue dada por medio de Moisés, mientras que la gracia y la verdad vinieron por Jesucristo. A Dios na die lo ha visto jamás. El Hijo unigénito, que está en el seno del Padre, es quien lo ha re- velado.

Palabra del Señor. R/. Gloria a Ti, Señor Jesús.

Creo en Dios, Padre todopoderoso, Crea-dor del cielo y de la tierra.

Creo en Jesucristo, su único Hijo, nuestro Señor, que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo, nació de santa María Virgen, padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y sepultado, descendió a los infiernos, al tercer día resu-citó entre los muertos, subió a los cielos y está sentado a la derecha de Dios, Padre todopoderoso.

Desde allí vendrá a juzgar a vivos y muer-tos. Creo en el Espíritu Santo, la santa Igle- sia católica, la comunión de los santos, el perdón de los pecados, la resurrección de la carne y la vida eterna.

R/. Amén.

El Libro del Eclesiástico, hoy nos habla de la sabiduría de Dios. Jesucristo es simultá-neamente sabiduría, designio salvífico y en carnación de Dios.

Lectura del libro del Sirácide (Eclesiás- tico) 24,1-4. 12-16

La sabiduría hace su propio elogio y se gloría en medio de su pueblo; abre su boca en la asamblea del Altísimo y ante todos los ejércitos celestiales se glorifica, dicien-do:

“Yo salí de la boca del Altísimo y cubrí co mo niebla toda la tierra. Yo levanté mi tien- da en las alturas y mi trono era una colum-na de nubes. Entonces el creador del uni- verso, el que me formó, me dio una orden y me dijo: ‘Pon tu tienda en Jacob, que sea Israel tu heredad’.

En el principio, antes de los siglos, me formó y existiré para siempre. En su santa tienda ejercí las funciones sagradas ante él; por eso fijó mi morada en Sión, en la ciu dad amada me hizo reposar y puso en Je- rusalén la sede de su poder. En un pueblo glorioso eché raíces, en la porción del Se- ñor, en su heredad”.

Palabra de Dios. R/. Te alabamos, Señor.

R/. Aquel que es la Palabra se hizo hom- bre y habitó entre nosotros.Glorifica al Señor, Jerusalén,a Dios ríndele honores, Israel.Él refuerza el cerrojo de tus puertas

y bendice a tus hijos en tu casa.R/. Aquel que es la Palabra se hizo hom-

bre y habitó entre nosotros.

Él mantiene la paz en tus fronteras,con su trigo mejor sacia tu hambre.Él envía a la tierra su mensajey su palabra corre velozmente.

R/. Aquel que es la Palabra se hizo hom- bre y habitó entre nosotros.

Le muestra a Jacob su pensamiento,sus normas y designios a Israel.No ha hecho nada igual con ningún pue blo, ni le ha confiado a otro sus proyec-tos.

R/. Aquel que es la Palabra se hizo hom- bre y habitó entre nosotros.

San Pablo canta las excelencias incompara-bles de la nueva vida en Jesucristo, que se encarnó y habitó entre nosotros.

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los efesios 1, 3-6. 15-18

Bendito sea Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos ha bendecido en él con toda clase de bienes espirituales y celestia-les.

Él nos eligió en Cristo, antes de crear el mundo, para que fuéramos santos e irrepro-chables a sus ojos, por el amor, y determinó, porque así lo quiso, que, por medio de Jesu-cristo, fuéramos sus hijos, para que alabe-mos y glorifiquemos la gracia con que nos ha favorecido por medio de su Hijo amado.

Me he enterado de la fe de ustedes en el

Señor Jesús y del amor que demuestran a todos los hermanos, por lo cual no dejo de dar gracias por ustedes, ni de recordarlos en mis oraciones, y le pido al Dios de nues-tro Señor Jesucristo, el Padre de la gloria, que les conceda espíritu de sabiduría y de revelación para conocerlo. Le pido que les i- lumine la mente para que comprendan cuál es la esperanza que les da su llamamiento, cuán gloriosa y rica es la herencia que Dios da a los que son suyos.

Palabra de Dios. R/. Te alabamos, Señor.

[Cfr. 1 Tim 3, 16]

R/. Aleluya, aleluya.Gloria a ti, Cristo Jesús, que has sido proclamado a las naciones. Gloria a ti, Cristo Jesús, que has sido anunciado al mundo.

R/. Aleluya.

Hoy san Juan, nos da el mejor resumen teo- lógico, no sólo del misterio de la Navidad, si- no de toda la historia de la salvación.

Proclamación del Santo Evangelio de Nuestro Señor Jesucristo según san Juan 1,1-18

En el principio ya existía aquel que es la Palabra, y aquel que es la Palabra estaba con Dios y era Dios. Ya en el principio él es- taba con Dios. Todas las cosas vinieron a la existencia por él y sin él nada empezó de cuanto existe. Él era la vida, y la vida era la luz de los hombres. La luz brilla en las tinie-blas y las tinieblas no la recibieron.

Hubo un hombre enviado por Dios, que se llamaba Juan. Éste vino como testigo, para dar testimonio de la luz, para que todos cre- yeran por medio de él. Él no era la luz, sino testigo de la luz.

Aquel que es la Palabra era la luz verda-dera, que ilumina a todo hombre que viene a este mundo. En el mundo estaba; el mun-

Señor, Dios nuestro, por la acción eficaz de este misterio, te suplicamos humildemente, que seamos purificados de nuestras culpas y que se cumplan nuestros buenos deseos. Por Jesucristo, nuestro Señor. R/. Amén

San Pablo, en su carta a los Efesios, afir- ma que el Padre nos ha bendecido en Cristo, que nos ha elegido en Él para que fuésemos santos por el amor y que nos ha destinado a ser sus hijos. Del mis mo modo, san Juan nos recuerda que a los que creen en Cristo se les ha dado el poder de ser hijos de Dios.

En estos textos, descubrimos que ser hi- jos de Dios es un don y, a la vez, una gran responsabilidad personal y comu-nitaria.

En cuanto don o regalo, Dios nos ha crea do como sus hijos con un amor gratuito, eterno e infinito. Esta conciencia nos lle- na de admiración, gratitud y alegría; y nos impulsa a superar todos los vacíos o

Semanario Litúrgico Nº 2061

NuestraIglesiaArquidiócesis de Guayaquil

D O M I N G O I I D E N AV I DA D • C I C LO B • E N E R O 0 3 , 2 0 2 1

Oración colecta1

LITURGIA DE LA PALABRA

Primera Lectura2

Segunda Lectura4

Hijos de Dios

soledades que podamos experimentar en nuestra existencia.

Ser hijos de Dios, como responsabili-dad personal y comunitaria, nos com-promete a desarrollar todas las capaci-dades o cualidades que Dios nos ha concedido y también a cultivar con Dios Padre relaciones de cercanía, a- mistad y amor. Esta conciencia de ser hijos de un mis mo Dios, además hace posible que des cubramos en todas las personas la mis ma dignidad, independientemente de la raza, sexo, credo o nación y que, en consecuencia, nos tratemos como her- manos muy queridos. Ser hijos de Dios: un don y una tarea de toda la vida.

Dios todopoderoso y eterno, esplendor de las almas fieles, dígnate bondadosamente llenar el mundo de tu gloria y muéstrate a todos los pueblos con la claridad de tu luz.

Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vi- ve y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. R/. Amén

Salmo responsorial3 [147]

3. Por todos los que en estos días de Navi-dad se sienten solos o tristes, para que encuentren consuelo en la contempla-ción de la pobreza de Cristo Oremos.

4. Por todos nosotros, para que nos alegre-mos en el nacimiento de Cristo y sinta-mos la urgencia de anunciar el evangelio a todos nuestros hermanos. Oremos.

Se pueden añadir algunas intenciones libres.

Escucha, Padre del cielo, la oración de tu Iglesia que, feliz por el nacimiento humano de tu Hijo, te suplica confiada por todos los hombres. Por Jesucristo nuestro Señor. R/. Amén.

(sólo la reza el sacerdote)

Levantemos confiados nuestros ojos al Señor, que ha enviado a su Hijo al mundo y con él quiere darnos todos los bienes, di- ciendo: Padre, escúchanos.1. Por todos los fieles para que perseveren

arraigados en la fe verdadera, confesan-do a Cristo, Dios verdadero como el Pa- dre y verdadero hombre como nosotros. Oremos.

2. Por los hombres que aún no conocen a Cristo para que les sea anunciado el e- vangelio y encuentren en el Hijo de Dios hecho hombre descanso para su espíri-tu. Oremos.

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Santifica, Señor estas ofrendas por la nati- vidad de tu Unigénito, por quien nos seña-las el camino de la verdad, y nos prometes la vida del reino celestial. Por Jesucristo, nuestro Señor. R/. Amén.

do había sido hecho por él y, sin embargo, el mundo no lo conoció.

Vino a los suyos y los suyos no lo recibie-ron; pero a todos los que lo recibieron les concedió poder llegar a ser hijos de Dios, a los que creen en su nombre, los cuales no na cieron de la sangre, ni del deseo de la car- ne, ni por voluntad del hombre, sino que na- cieron de Dios.

Y aquel que es la Palabra se hizo hombre y habitó entre nosotros. Hemos visto su glo- ria, gloria que le corresponde como a Unigé-nito del Padre, lleno de gracia y de verdad.

Juan el Bautista dio testimonio de él, cla- mando: “A éste me refería cuando dije: ‘El que viene después de mí, tiene precedencia sobre mí, porque ya existía antes que yo’ ”.

De su plenitud hemos recibido todos gra- cia sobre gracia. Porque la ley fue dada por medio de Moisés, mientras que la gracia y la verdad vinieron por Jesucristo. A Dios na die lo ha visto jamás. El Hijo unigénito, que está en el seno del Padre, es quien lo ha re- velado.

Palabra del Señor. R/. Gloria a Ti, Señor Jesús.

Creo en Dios, Padre todopoderoso, Crea-dor del cielo y de la tierra.

Creo en Jesucristo, su único Hijo, nuestro Señor, que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo, nació de santa María Virgen, padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y sepultado, descendió a los infiernos, al tercer día resu-citó entre los muertos, subió a los cielos y está sentado a la derecha de Dios, Padre todopoderoso.

Desde allí vendrá a juzgar a vivos y muer-tos. Creo en el Espíritu Santo, la santa Igle- sia católica, la comunión de los santos, el perdón de los pecados, la resurrección de la carne y la vida eterna.

R/. Amén.

El Libro del Eclesiástico, hoy nos habla de la sabiduría de Dios. Jesucristo es simultá-neamente sabiduría, designio salvífico y en carnación de Dios.

Lectura del libro del Sirácide (Eclesiás- tico) 24,1-4. 12-16

La sabiduría hace su propio elogio y se gloría en medio de su pueblo; abre su boca en la asamblea del Altísimo y ante todos los ejércitos celestiales se glorifica, dicien-do:

“Yo salí de la boca del Altísimo y cubrí co mo niebla toda la tierra. Yo levanté mi tien- da en las alturas y mi trono era una colum-na de nubes. Entonces el creador del uni- verso, el que me formó, me dio una orden y me dijo: ‘Pon tu tienda en Jacob, que sea Israel tu heredad’.

En el principio, antes de los siglos, me formó y existiré para siempre. En su santa tienda ejercí las funciones sagradas ante él; por eso fijó mi morada en Sión, en la ciu dad amada me hizo reposar y puso en Je- rusalén la sede de su poder. En un pueblo glorioso eché raíces, en la porción del Se- ñor, en su heredad”.

Palabra de Dios. R/. Te alabamos, Señor.

R/. Aquel que es la Palabra se hizo hom- bre y habitó entre nosotros.Glorifica al Señor, Jerusalén,a Dios ríndele honores, Israel.Él refuerza el cerrojo de tus puertas

y bendice a tus hijos en tu casa.R/. Aquel que es la Palabra se hizo hom-

bre y habitó entre nosotros.

Él mantiene la paz en tus fronteras,con su trigo mejor sacia tu hambre.Él envía a la tierra su mensajey su palabra corre velozmente.

R/. Aquel que es la Palabra se hizo hom- bre y habitó entre nosotros.

Le muestra a Jacob su pensamiento,sus normas y designios a Israel.No ha hecho nada igual con ningún pue blo, ni le ha confiado a otro sus proyec-tos.

R/. Aquel que es la Palabra se hizo hom- bre y habitó entre nosotros.

San Pablo canta las excelencias incompara-bles de la nueva vida en Jesucristo, que se encarnó y habitó entre nosotros.

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los efesios 1, 3-6. 15-18

Bendito sea Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos ha bendecido en él con toda clase de bienes espirituales y celestia-les.

Él nos eligió en Cristo, antes de crear el mundo, para que fuéramos santos e irrepro-chables a sus ojos, por el amor, y determinó, porque así lo quiso, que, por medio de Jesu-cristo, fuéramos sus hijos, para que alabe-mos y glorifiquemos la gracia con que nos ha favorecido por medio de su Hijo amado.

Me he enterado de la fe de ustedes en el

Señor Jesús y del amor que demuestran a todos los hermanos, por lo cual no dejo de dar gracias por ustedes, ni de recordarlos en mis oraciones, y le pido al Dios de nues-tro Señor Jesucristo, el Padre de la gloria, que les conceda espíritu de sabiduría y de revelación para conocerlo. Le pido que les i- lumine la mente para que comprendan cuál es la esperanza que les da su llamamiento, cuán gloriosa y rica es la herencia que Dios da a los que son suyos.

Palabra de Dios. R/. Te alabamos, Señor.

[Cfr. 1 Tim 3, 16]

R/. Aleluya, aleluya.Gloria a ti, Cristo Jesús, que has sido proclamado a las naciones. Gloria a ti, Cristo Jesús, que has sido anunciado al mundo.

R/. Aleluya.

Hoy san Juan, nos da el mejor resumen teo- lógico, no sólo del misterio de la Navidad, si- no de toda la historia de la salvación.

Proclamación del Santo Evangelio de Nuestro Señor Jesucristo según san Juan 1,1-18

En el principio ya existía aquel que es la Palabra, y aquel que es la Palabra estaba con Dios y era Dios. Ya en el principio él es- taba con Dios. Todas las cosas vinieron a la existencia por él y sin él nada empezó de cuanto existe. Él era la vida, y la vida era la luz de los hombres. La luz brilla en las tinie-blas y las tinieblas no la recibieron.

Hubo un hombre enviado por Dios, que se llamaba Juan. Éste vino como testigo, para dar testimonio de la luz, para que todos cre- yeran por medio de él. Él no era la luz, sino testigo de la luz.

Aquel que es la Palabra era la luz verda-dera, que ilumina a todo hombre que viene a este mundo. En el mundo estaba; el mun-

Señor, Dios nuestro, por la acción eficaz de este misterio, te suplicamos humildemente, que seamos purificados de nuestras culpas y que se cumplan nuestros buenos deseos. Por Jesucristo, nuestro Señor. R/. Amén

Profesión de fe7

SANTO EVANGELIO6

Aclamación antes del Evangelio5

Oración sobre las ofrendas9 Oración para después de la Comunión10

L 04M 05M 06

J 07V 08S 09D 10

Santoral y Lecturas diarias | 04 - 10 de Enero/ 2021S. ISABEL ANA BAYLEY SETÓN, religiosa • 1 Jn 3,7-10/ Sal 97/ Jn 1,35-42S. JUAN NEPOMUCENO NEWMAN, obispo • 1 Jn 3,11-21/ Sal 99/ Jn 1,43-51EPIFANÍA DEL SEÑOR, solemnidad • Is 60,1-6/ Sal 71/ Ef 3,2-3.5-6/ Mt 2,1-12S. RAIMUNDO DE PEÑAFORT, presbítero • 1 Jn 5,14-21/ Sal 149/ Jn 2,1-11S. PEDRO TOMÁS, obispo • 1 Jn 4,7-10/ Sal 71/ Mc 6,34-44S. ANDRÉS CORSINI, obispos • 1 Jn 4,11-18/ Sal 71/ Mc 6,45-52BAUTISMO DEL SEÑOR, Fiesta • Is 92,1-4.6-7/ Sal 28/ o Hech 10,34-38/ Mc 1,7-11

LITURGIA DE LA EUCARISTÍA

Semanario Litúrgico Nº 2061 - Tiraje: ON-LINE. Director: P. César Piechestein @arquidiocesisgye

www.arquidiocesisdeguayaquil.org.ec

S II DOMINGO DE NAVIDAD - CICLO B • ENERO 03, 2021

Oración de los fieles8 3. Por todos los que en estos días de Navi-dad se sienten solos o tristes, para que encuentren consuelo en la contempla-ción de la pobreza de Cristo Oremos.

4. Por todos nosotros, para que nos alegre-mos en el nacimiento de Cristo y sinta-mos la urgencia de anunciar el evangelio a todos nuestros hermanos. Oremos.

Se pueden añadir algunas intenciones libres.

Escucha, Padre del cielo, la oración de tu Iglesia que, feliz por el nacimiento humano de tu Hijo, te suplica confiada por todos los hombres. Por Jesucristo nuestro Señor. R/. Amén.

(sólo la reza el sacerdote)

Levantemos confiados nuestros ojos al Señor, que ha enviado a su Hijo al mundo y con él quiere darnos todos los bienes, di- ciendo: Padre, escúchanos.1. Por todos los fieles para que perseveren

arraigados en la fe verdadera, confesan-do a Cristo, Dios verdadero como el Pa- dre y verdadero hombre como nosotros. Oremos.

2. Por los hombres que aún no conocen a Cristo para que les sea anunciado el e- vangelio y encuentren en el Hijo de Dios hecho hombre descanso para su espíri-tu. Oremos.