Identitades regionales y proyecto de transformación y autonomía

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  • Identidades regionales y la articulacin de un proyecto de transformacin y autonoma

    Nicols Romero Director Fundacin Decide Emiliano Salvo Director Fundacin Decide En las ltimas dcadas numerosos pensadores se han volcado a intentar comprender la relacin entre espacio y capitalismo. En este contexto, diversos estudios convergen acerca del carcter del capitalismo y su necesidad de constituir escalas para posibilitar su incesante proceso de acumulacin. A esto es lo que se le ha denominado procesos de destruccin creativa o tambin, desarrollo de procesos de anclaje territorial del capital. El reordenamiento geogrfico que experiment nuestro pas durante el ciclo neoliberal, obedece principalmente a la implementacin de un modelo econmico centrado en la explotacin intensiva de recursos naturales en el contexto de una economa exportadora. Esta radical modificacin de la cartografa nacional orientada a asegurar los procesos de acumulacin de capital, ha transformado la base social sobre la que se pueden estructurar procesos territoriales de resistencia al actual modelo de desarrollo. Lo anterior, ha sido clave para entender el impacto y la constitucin de las identidades regionales. Este breve ensayo se orienta a entregar luces sobre la existencia de identidades regionales que pueden ser orientadas a la articulacin de movimientos regionales, que tengan como fin construir una alternativa al centralismo presente en el Estado Neoliberal. Creemos que el problema del centralismo no puede ser tratado exclusivamente como un rasgo heredado del Estado Nacin del siglo XIX .Para nosotros el problema del centralismo se encuentra estrechamente vinculado a las condicionantes de estructuracin socio-espacial del capitalismo chileno a partir del giro neoliberal impulsado por la dictadura. La concentracin de la toma de decisiones referente a los grandes proyectos de inversin en Santiago, particularmente en el gobierno de turno, es plenamente funcional a los intereses del gran empresariado. Si a esto sumamos la dependencia del poder poltico al dinero derivado del proceso de colonizacin empresarial, el centralismo es una forma virtuosa para los grupos dominantes. De la misma manera, la aproximacin al problema de la descentralizacin, debe ser enfocado desde la perspectiva de la constitucin de procesos de resistencia al neoliberalismo y no puede ser reducido a un problema de distribucin de atribuciones entre el gobierno central y los gobiernos regionales. Sin la articulacin de actores es imposible sostener en el tiempo un proceso de transformacin que atenta contra una forma estatal que es funcional a los grupos dominantes. Creemos importante comprender el rol que juegan las identidades en el proceso de constitucin subjetiva de la poltica. Si bien existen condiciones materiales entendidas como un conjunto de relaciones sociales que definen en un primer momento la posicin que ocupan los individuos en la sociedad, para la articulacin de sujetos o actores colectivos, se requiere de valores, ideas, etc., que sean capaces de orientar sus cursos de accin. El anlisis que se presenta a continuacin no pretende ser exhaustivo, tan solo constituye una aproximacin general al problema de las identidades regionales. La reflexin surge a partir de las Asambleas por la Descentralizacin que Fundacin Decide realiz durante el ao 2015 en el contexto del Proyecto Dilogos Territoriales, en las regiones de Tarapac

  • y Magallanes, instancia en la que participaron un amplio abanico de dirigentes sociales. El anlisis busca rescatar los componentes subalternos presentes en las identidades regionales, para as entregar luces sobre su potencialidad en torno a la constitucin de movimientos regionales anti neoliberales.

    1.- La conformacin de la identidad territorial-regional El punto de partida donde todo ser humano toma conciencia de s, es la identidad. El sentido de pertenencia es el que nos permite agrupar, diferenciar, clasificar y jerarquizar a las personas, colectividades e instituciones dentro de una escala (el municipio, la regin, el Estado Nacin) constituida por relaciones de fuerza, en un momento histrico determinado. Llamamos Identidad movilizada a la que logra en un escenario y tiempo especfico, cohesionar y movilizar a un grupo determinado. A su vez llamamos identidad fuerte a la que logra vincular 3 elementos:

    1.-Delimitar una presencia territorial de manera exclusiva, donde existe un patrimonio material y simblico compartido. 2.-Crear un sentido de origen y destino real o imaginario, como en el caso de las historias fundaciones de la comunidad Magallnica, la zona ms extrema del mundo. 3.-Permite ordenar, jerarquizar y cohesionar a otras identidades, como las tnicas, laborales, etc.

    Si bien no existe una identidad regional, sino diversas, creemos que estas comparten elementos comunes. Las identidades regionales son identidades fuertes y a nuestro entender, existen antecedentes suficientes para comprender que se pueden constituir en identidades movilizadoras. El ciclo de luchas sociales que se inicia en el 2011, ha tenido uno de sus puntos ms altos en las movilizaciones regionales que se han desarrollado en ambos extremos del pas. La identidad regional logra articular procesos de movilizacin, cuando se generaliza la idea de que se est afectando de alguna manera el patrimonio regional y por ende, el estilo de vida regional. Este adversario suele ser comprendido como el Centralismo, imaginario donde se condensan los males derivados de la concentracin econmica y poltica en la capital. 2.- El centralismo como adversario Desde la perspectiva de la identidad regional, en el centralismo radica el grueso de los conflictos que acaecen en la regin. Este es concebido como un proceso de concentracin ampliado del poder poltico y econmico en Santiago que va en acumulacin (una especie de imn), que tiende a aglutinar el poder mediante la expropiacin de los recursos que se generan en la regin (como los recursos mineros de Tarapac). El centralismo tambin es percibido como una manera de concebir la realidad. Pensar de manera centralista, es pensar la regin desde Santiago y no desde ella misma. En este sentido, el centralismo es percibido como un ecualizador de las ms importantes contradicciones que surgen en el contexto del actual modelo de desarrollo. Condensacin y amplificacin de dichos males. A modo de ejemplo, si bien el problema de la falta de dotacin de especialistas en el sistema pblico es un problema nacional derivado de la competencia salarial y de prestigio en la que se ve envuelta con el sistema privado, el

  • problema en la Regin de Tarapac se vive de manera ms intensa. De all el dicho, el mejor hospital es LAN Chile.

    3.-Efectos del centralismo

    A. Extraccin de recursos

    En el contexto de una economa exportadora, volcada a la explotacin de materias primas (cobre, gas, recursos hdricos, madera, etc.), la explotacin de recursos regionales es sentida como un saqueo. La sensacin es la de ser vctimas de una extraccin de recursos que en la mayora de los casos genera poco empleo para los habitantes de la regin y que a su vez, dicha riqueza se concentra en Santiago o se va al extranjero. La contracara de este proceso es el de la devastacin del medio ambiente y sus consecuencias sobre las personas (contaminacin de las aguas, etc.) A su vez la dependencia a este tipo de economa, impide el impulso de procesos de desarrollo regional integral. B.-Ausencia de planificacin Dado que el proceso de reestructuracin geogrfica del capital obedece a un proceso que se pens a nivel nacional, que obedece a condiciones de mercado y que se sancion en Santiago, muchas veces su expresin a nivel regional resulta catica. Explotacin minera que desplaza a comunidades y contamina el agua potable de consumo urbano, expulsin de habitantes histricos producto del alza del valor del suelo urbano por la instalacin de la gran minera, son algunos de los ejemplos. A su vez se percibe una ausencia de planificacin local o en su defecto, una inadecuada forma de planificar la regin y las ciudades, producto de las inadecuadas decisiones que se toman desde la Capital.

    C.-Dependencia poltica al gran empresariado

    Los recientes casos de corrupcin en el financiamiento de campaas, han fortalecido la percepcin de que los polticos y particularmente los pertenecientes a las dos grandes coaliciones, responden a los intereses de partidos subordinados a los grandes grupos econmicos y no a los intereses de las comunidades regionales. D. Imposibilidad de desarrollar un pensamiento regional propio

    El centralismo fuerza a una manera de concebir la realidad que termina afirmando la centralidad que asume Santiago en los eventuales procesos de desarrollo regional. Los jvenes que buscan desarrollarse profesionalmente se ven obligados a hacerlo en Santiago, y toda su formacin tcnica y profesional se elabora desde la mentalidad centralista. A esto, le sumamos que por lo general estos jvenes, finalizados sus estudios se ven obligados a quedarse en Santiago, debido a las nulas oportunidades laborales que les ofrece su regin, lo que limita an ms las posibilidades de desarrollo regional. La fuerza de estos hechos empuja a una conformacin de expectativas acerca de las formas de vivir, que en muchos casos termina buscando imitar el modo de vida que existe en

  • Santiago, ya que este se constituye como un modelo de xito. La identidad regional percibe el obstculo que los procesos culturales aparejados al centralismo e impone la formacin de una manera regional y autnoma de concebir la realidad regional.

    4. Incipiente politizacin del malestar Los males aparejados al centralismo, se traducen en una persistente percepcin de malestar. El malestar se relaciona con una sensacin de vulnerabilidad dado que las decisiones que terminan influyendo en la configuracin regional, no son tomadas en ellas, sino en Santiago. Es esta situacin de expropiacin permanente de soberana de las comunidades regionales, la que explica la situacin de desafeccin poltica y particularmente la debilidad de los partidos tradicionales en las zonas extremas. La desafeccin se extiende a la institucionalidad regional, la cual es percibida como una instancia dependiente del poder central e imposibilitada de adaptarse a las necesidades sentidas por los habitantes de la localidad. Pero a la vez, existen indicios de una superacin del malestar, y con ello un paso a disimiles procesos de politizacin. El espacio de los Dilogos Territoriales ha permitido vehiculizar algunos elementos que confirman esta afirmacin. La existencia de espacios para criticar y comprender el centralismo y tratar de avanzar en articulaciones para superarlo. Un elemento comn a las experiencias es la demanda de espacios de participacin vinculante y una crtica a las instancias de participacin ciudadana de baja intensidad. Existe una sospecha constante a las iniciativas gubernamentales de participacin, las que son percibidas como un nuevo intento de legitimar decisiones que ya se tomaron en otro lado. Lo anterior constituye indicios de un agotamiento del discurso gremial y de despolitizacin social impulsada por la Dictadura a travs del proceso de alcaldizacin de la poltica, con el cual se logr circunscribir las demandas de las comunidades locales a micro respuestas, alejando a la poblacin de los grandes debates sobre la orientacin que debera asumir el modelo de desarrollo. A su vez, de la desconfianza a los polticos tradicionales, surge la demanda por controlar el que hacer de los representantes polticos. Finalmente surge la necesidad de articular fuerzas para enfrentar los problemas vinculados al centralismo. Conclusiones

    -Los elementos expuestos permiten concluir que el centralismo se constituye como un potencial adversario de identidades regionales. A su vez, los males del centralismo se vinculan principalmente a un modelo de desarrollo con una orientacin neoliberal, que tiende a negar derechos sociales, a expropiar riquezas y soberana de las regiones y a castigar a estas con las externalidades negativas del unilateral desarrollo. -Lo anterior es expresivo de un desgaste de la ideologa gremial aparejada a los procesos de alcaldizacin de la poltica, la identidad regional contiene elementos para concebir la superacin de los males aparejados al centralismo, con reformas estructurales en la configuracin del Estado y transformacin de la economa. -De esta forma, la identidad regional contiene elementos que pueden ser concebidos como politizacin. Existe un inters en los tema de relevancia regional y se busca orientar cursos de accin a recuperar la soberana expropiada. Lo anterior lleva a profundizar la desconfianza frente a las fuerzas polticas tradicionales,

  • -Las conclusiones aqu expuestas, no pueden ser mecnicamente extendidas a las diversas regiones del pas. No en todas los elementos aqu trazados se articulan con la misma intensidad y eventualmente, no toda identidad regional logra articular una capacidad movilizadora y articuladora. -Tambin se hace necesario analizar el anclaje de los discursos regionales en las diversas facciones sociales que conforman la comunidad regional. El desafo es el de articular alianzas regionales y suprarregionales, con capacidad de enfrentarse paralelamente a los rasgos centralistas y neoliberales del Estado. De all que no todo discurso anti centralista, sea un discurso neoliberal, de lo que se deriva la necesidad de ir relacionando ambas dimensiones y potenciando su articulacin en los actores subalternos a nivel regional.