Iguel María Grau Seminario

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iguel María Grau Seminario (Paita , Perú , 27 de julio de 1834 - Punta Angamos , Bolivia , 8 de octubre de 1879 ) fue un marino peruano , almirante de la Marina de Guerra del Perú y destacado patriota peruano, máximo orgullo de la República del Perú. Se le conoce también como El caballero de los mares. Antes de participar en la guerra del Pacífico , logró una curul en el parlamento peruano como representante de Paita - Piura . Es considerado héroe máximo de la Marina de Guerra del Perú y de la nación peruana . El 10 de octubre de 1868 , junto a Francisco Bolognesi , Alfonso Ugarte , Lizardo Montero , entre otros, fundó el Club de la Unión ; un importante club social peruano. Fue también miembro ilustre del tradicional Club Nacional . Índice [ocultar ] 1 Nacimiento 2 Carrera militar o 2.1 Primeros contactos con el mar o 2.2 Guardia marina o 2.3 Alférez de fragata o 2.4 Separación del servicio o 2.5 Reincorporación o 2.6 En comisión a Europa o 2.7 Detenido en el Reino Unido o 2.8 La revolución restauradora o 2.9 Guerra hispano-sudamericana o 2.10 Arresto en la isla de San Lorenzo o 2.11 Miguel Grau en el monitor Huáscar o 2.12 La revolución de los hermanos Gutiérrez o 2.13 El Huáscar, rumbo al sur o 2.14 Crucero por el litoral boliviano 3 Jefe de la escuadra peruana 4 Diputado por Paita 5 Comandante general de la Marina de Guerra del Perú 6 Guerra del Pacífico o 6.1 La escuadra peruana y la chilena o 6.2 La campaña naval y el monitor Huáscar o 6.3 Combate naval de Iquique o 6.4 Combate naval de Angamos

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iguel María Grau Seminario (Paita, Perú, 27 de julio de 1834 - Punta Angamos, Bolivia, 8 de

octubre de 1879) fue un marino peruano , almirante de la Marina de Guerra del Perú y

destacado patriota peruano, máximo orgullo de la República del Perú. Se le conoce también

como El caballero de los mares.

Antes de participar en la guerra del Pacífico, logró una curul en el parlamento peruano como

representante de Paita - Piura. Es considerado héroe máximo de la Marina de Guerra del

Perú y de la nación peruana.

El 10 de octubre de 1868, junto a Francisco Bolognesi, Alfonso Ugarte, Lizardo Montero, entre

otros, fundó el Club de la Unión; un importante club social peruano. Fue también miembro

ilustre del tradicional Club Nacional.

Índice

  [ocultar] 

1 Nacimiento 2 Carrera militar

o 2.1 Primeros contactos con el maro 2.2 Guardia marinao 2.3 Alférez de fragatao 2.4 Separación del servicioo 2.5 Reincorporacióno 2.6 En comisión a Europao 2.7 Detenido en el Reino Unidoo 2.8 La revolución restauradorao 2.9 Guerra hispano-sudamericanao 2.10 Arresto en la isla de San Lorenzoo 2.11 Miguel Grau en el monitor Huáscaro 2.12 La revolución de los hermanos Gutiérrezo 2.13 El Huáscar, rumbo al suro 2.14 Crucero por el litoral boliviano

3 Jefe de la escuadra peruana 4 Diputado por Paita 5 Comandante general de la Marina de Guerra del Perú 6 Guerra del Pacífico

o 6.1 La escuadra peruana y la chilenao 6.2 La campaña naval y el monitor Huáscaro 6.3 Combate naval de Iquiqueo 6.4 Combate naval de Angamos

7 Los restos de Grau 8 Familia

o 8.1 Ancestroso 8.2 Matrimonio y descendencia

9 Homenajeso 9.1 Ascenso a la alta clase de Almirante

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o 9.2 Monumentos a la gloria del Almirante Grauo 9.3 Orden Gran Almirante Grau

10 Referenciaso 10.1 Notaso 10.2 Bibliografía

11 Véase también 12 Enlaces externos

Nacimiento[editar]

Miguel Grau nació en el puerto de Paita el 27 de julio de 1834.a Sin embargo, una versión

tradicional errónea muy difundida ha situado su nacimiento en la ciudad de Piura.2 Fue hijo

del teniente coronel grancolombiano (más tarde nacionalizado peruano)Juan Manuel Grau

Berrío, natural de Cartagena de Indias, que llegó al Perú formando parte del ejército del

Libertador Bolívar, y de María Luisa Seminario y del Castillo, piurana de nacimiento,

descendiente de los fundadores españoles de Piura. Fue el tercero de cuatro hermanos; los

mayores se llamaron Enrique Federico y María Dolores Ruperta; y la menor, Ana Joaquina

Jerónima del Rosario.

Su casa estaba ubicada en la parte baja de la ciudad de Paita que en ese entonces contaba

con poco más de 5000 habitantes, pero ya había visto nacer a grandes héroes peruanos como

los Hermanos Cárcamo que pelearon junto a Gálvez en el Combate del 2 de Mayo. Según

cuenta la leyenda, su casa fue destruida totalmente por las fuerzas chilenas de Patricio Lynch

cuando entraron al puerto y en el saqueo lo quemaron en su totalidad.

Por entonces, el Perú vivía una época de inestabilidad e intrigas políticas que ocasionaban

sublevaciones e intentos de golpe de estado. El país acababa de salir de la primera guerra

civil de su historia republicana (enero-abril de 1834). En los años siguientes se desató la

guerra por el establecimiento de la Confederación Perú-Boliviana, y tras un breve periodo de

calma, surgieron las guerras entre restauradores y confederados, que culminaron con el

triunfo de los primeros en la batalla de Yungay, el 20 de enero de 1839. El Perú y Bolivia

volvieron a ser estados separados. Se produjo entonces la Restauración en el Perú,

asumiendo el poder el mariscal Agustín Gamarra. Éste, obsesionado por anexar Bolivia al

Perú, invadió dicha república, pero fue derrotado y muerto en la batalla de Ingavi, el 18 de

noviembre de 1841. Sucedió entonces la contraofensiva de los bolivianos, que invadieron el

sur peruano.

Fue entonces cuando el teniente coronel Juan Manuel Grau Berrío (padre de Miguel Grau),

entonces retirado del servicio y dedicado al comercio, juzgó que debía retornar al ejército

peruano para defender a su segunda patria. Escribió a Lima a su viejo jefe y amigo, el

general Antonio Gutiérrez de la Fuente, ex Vicepresidente de la República que ejercía el

mando del Ejército del Norte, pidiéndole una colocación en filas. La respuesta fue favorable. El

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general Gutiérrez de la Fuente, en carta del 6 de enero de 1842, expresó al teniente coronel

Grau que aceptaba sus servicios "con entusiasmo" y lo llamó a la capital.3

En julio de 1842, el padre de Grau se incorporó a la Secretaría del general Gutiérrez de la

Fuente, quien lo destinó a Ayacucho. En junio se celebró la paz con Bolivia (Tratado de Puno),

pero una vez más, en el Perú se desató la guerra civil y la anarquía. El sucesor de Gamarra,

el señor Manuel Menéndez (presidente del Consejo de Estado), fue derrocado por el

general Juan Crisóstomo Torrico. Éste a su vez fue derrotado por el general Francisco de

Vidal (segundo vicepresidente del Consejo de Estado), en la batalla de Agua Santa, cerca

de Pisco, el 17 de octubre. En el mar, la barca Limeña y la corbeta Yungay se batieron a la

vista de Paita. En noviembre, el general Vidal, ya como Presidente del Perú, nombró a Juan

Manuel Grau, vista de aduana en Paita.

Carrera militar[editar]

Primeros contactos con el mar[editar]

Retrato de Miguel Grau.

En Paita la actividad marítima civil es grande. Todos los navíos que hacen el tráfico

entre Panamá y el Callao tocan en su rada. Funciona en el puerto la escuela náutica que, para

formar pilotos capaces de dirigir con acierto la marina civil del Perú, había fundado el

vencedor de Yungay, el mariscal Agustín Gamarra. Al pequeño Miguel, que sólo tenía ocho

años, le fascina la inmensidad del océano. Su vocación naval comienza a despertar.

Miguel Grau tiene nueve años y sigue los primeros cursos de instrucción primaria. El

muchacho, listo y resuelto, ha sido educado con dureza por el padre para conseguir con ello

templar su carácter y acerar su voluntad. Como siente la atracción del mar, obtiene en marzo

de 1843, tras continuos ruegos, el permiso paterno para embarcarse en un bergantín de la

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marina civil dedicado al tráfico marítimo entre Paita y otros puertos del litoral peruano y de los

países del norte hasta Panamá. El capitán del buque es el capitán de travesía don Manuel

Francisco Herrera, gran amigo de Juan Manuel Grau y Berrío. La profesión está decidida y el

niño de nueve años logra imponer su voluntad y se hace marino civil. En casa quedan los

padres y tres hermanos más: Enrique, Dolores y Ana.

El comienzo de su carrera náutica no tiene buenos augurios. El buque zozobra y el aspirante a

marino se salva de forma milagrosa, retornando al hogar para volver al colegio.

En 1844, Grau, que siente la nostalgia del mar, ruega al padre que le de autorización para

regresar a bordo. Su padre vuelve a acceder. Esta vez queda definitivamente consagrada la

carrera náutica de Grau, que se embarca en diferentes buques, a veces con breves retornos a

la patria y al hogar paterno de Paita. En esos viajes recorre todos los mares y los puertos más

importantes del mundo, así como otros que recién se abrían a los marinos occidentales.

Igualmente visita las lejanas y entonces desconocidas islas oceánicas. El mismo almirante ha

dejado una relación circunstanciada y concisa de los azares de ese período de su existencia.4

Guardia marina[editar]

Durante estos viajes aprende la ciencia y el arte de la navegación y conoce a hombres de

muchos países que hablan distintos idiomas. De regreso al Perú, el piloto Grau, graduado en

Inglaterra como oficial de la marina mercante, que ya es un lobo de mar, 12 años de marino

civil, se establece en Lima, donde ingresa a la Marina Militar del Perú.

En el mismo año, 1853, en que Grau deja la marina civil para convertirse en Marino Militar, su

padre, consigue que, en atención a sus méritos militares y leales servicios prestados al Perú,

las Cámaras Legislativas asignen a su favor una pensión de gracia, de por vida, de cuarenta

pesos mensuales. Aprobada en la Cámara de Diputados el otorgamiento de dicha pensión, la

Comisión Militar del Senado la aprueba, igualmente, con un honroso dictamen, en que se

califica a Grau padre como "viejo soldado de la independencia americana".5

Durante los viajes del joven Grau, la Marina militar del Perú se había incrementado.

Permanente preocupación del presidente Ramón Castilla y Marquezado, el militar y gran

organizador del Perú, ha sido la de reforzar la escuadra. El Perú cuenta ahora con más

buques: el Rímac, construido en Nueva York, de 1.300 toneladas y armado con cuatro

cañones, la fragata Mercedes, los bergantines Guise y Gamarra y las

goletas Peruana y Héctor.

El 14 de marzo de 1854, gobernando el Perú el sucesor de Castilla, general José Rufino

Echenique, libremente elegido en comicios públicos, Miguel Grau, de 19 años, ingresa en la

Marina militar como guardia marina.

Alférez de fragata[editar]

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Casa de Grau en Lima.

El guardiamarina sirve primero en el Rímac por espacio de 6 meses y luego pasa, el 2 de

octubre de 1854, al pailebot Vigilante, en el que permanece más de 10 meses para ser

trasladado a continuación al vapor de ruedas Ucayali.

Estando Grau embarcado en el Vigilante ocurre el siguiente hecho. El 10 de junio de 1855,

cuando el pailebot navegaba rumbo a Paita, entre Máncora y Punta Sal, con mar gruesa y el

horizonte nublado, el aspirante de marina Manuel Bonilla, que se hallaba en el castillo de proa

de la nave, cayó al agua. Grau, que en esos momentos se desempeñaba como oficial de

guardia, dispuso que el buque se detuviera de inmediato y se echaran al agua algunos cabos

y un bote, en el que se lanzó con seis tripulantes, con la decisión, que resultó infructuosa, de

salvar al náufrago. En el parte que Grau pasó ese mismo día al comandante del buque, dando

cuenta del suceso, expresa que "todos sus esfuerzos resultaron inútiles, pues el mencionado

pilotín no sabía nadar". Y agrega: "Sin embargo de esto me mantuve en su busca tres horas,

por si conseguía siquiera su cadáver". Concluye el parte con las siguientes palabras, que

traducen su pesar por esa desgracia: "después regresé a bordo sin ninguna esperanza".6

Por aquella época Ramón Castilla ha vuelto al poder, luego de derrotar en la batalla de La

Palma, el 5 de enero de 1855, al generalEchenique.

Pese al ambiente revolucionario y a los cambios de gobierno, la escuadra ha mejorado con la

adquisición de nuevas unidades. Castilla compró, al concluir su primera administración, la

fragata Amazonas. Echenique siguió el empeño de su antecesor en fortalecer el poderío naval

peruano con la adquisición en Inglaterra de la fragata mixta Apurímac y las

goletas Loa y Tumbes.

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El 4 de marzo de 1856 Grau recibe su primer ascenso. El 10 de ese mes el comandante

general de Marina devuelve al ministro del ramo, con el "cúmplase y anotaciones de

ordenanza", los despachos de los oficiales ascendidos. En esa relación figura el alférez de

fragata Miguel Grau Seminario, a quien se destina al Apurímac, el mejor buque de la

escuadra, que comanda el experimentado capitán de navío José María Salcedo.

A los ocho meses de servir Grau en el Apurímac, y cuando este buque se encuentra en el sur,

estalla en Arequipa, el 10 de noviembre de 1856, la revolución que proclama al ex presidente

de la República, general Manuel Ignacio de Vivanco. La insurrección, que gana pronto el

departamento de Moquegua, es de franca tendencia conservadora, de abierta oposición, por

tanto, a la Constitución liberal promulgada el mes anterior, así como a las leyes de exagerado

extremismo votadas por la Convención Nacional en las que, por ejemplo, se prohíbe el

establecimiento de la Compañía de Jesús en el territorio de la república.

El movimiento de Vivanco gana adeptos y la escuadra peruana se pronuncia a su favor. En

el Apurímac el teniente segundo Lizardo Montero Flores promueve la sublevación. Grau, que

sin duda juzgó peligrosos los principios liberales de la Carta de 1856, siguió con otros oficiales

a Montero, su amigo y paisano. Al Apurímac se unen muy poco después el Tumbes, el Loa,

el Guise y el Izcuchaca.

El levantamiento a bordo del Apurímac ocurre en la rada de Arica el 16 de noviembre de 1856.

En oficio de 20 de ese mes (que se encuentra en el archivo de la Comandancia General de la

Marina), el comandante del buque, capitán de navío José María Salcedo, da parte a la

Comandancia General de Marina "de la inesperada sublevación de la fragata acaecida la tarde

del 16" y encabezada por "el teniente segundo Juan Lizardo Montero". En la nota se explican

los pormenores de la sublevación, realizada cuando"bajó a tierra con el objeto de visitar al

señor coronel Nicolás Freyre, Comandante General de la Dirección de Observaciones del

Sur". Dice enseguida cuáles eran los oficiales que quedaron a bordo de guardia y menciona,

entre otros, al "alférez de fragata don Miguel Grau". Concluye el comandante Salcedo

informando que los sublevados habían"desconocido la autoridad del Gobierno"; que se

reunieron con los presos políticos de los pontones Caupolicán y Highlander, y que

proclamaron al general Vivanco "supremo regenerador de la República".

Pero la revolución, que adquiere los caracteres de una guerra civil, fracasa. La escuadra

vivanquista pasa por el Callao en enero de 1857 y luego sigue al norte del litoral peruano. Los

insurrectos toman Trujillo y luego, Chiclayo, de donde se retiran perseguidos por Castilla, para

embarcarse en Paita y caer en el Callao el 22 de abril, donde libran furiosa batalla en las

calles del puerto. Derrotado Vivanco, se retira al sur y se atrinchera en Arequipa, ciudad que

resiste un largo asedio y que finalmente es dominada en marzo de 1858, después de

sangriento combate. Los marinos complicados en el pronunciamiento entregan los buques y

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son separados del servicio. La fragata Apurímac, última en rendirse, fondea en el Callao

el 25 de ese mes de marzo y se pone a disposición del Gobierno.

Separación del servicio[editar]

Retrato de Grau.

Separado del servicio, Miguel Grau no forma ya parte de la Marina Militar del Perú, pero

vuelve al mar. Regresa a su origen, la marina civil, como capitán de un buque inglés y hace

viajes entre América y Asia, convirtiéndose así en un experto marino con excelentes

conocimientos náuticos.

Casi a los dos años, y mientras navega en buques mercantes por países lejanos, surge en el

Perú un conflicto internacional. ElEcuador, para arreglar sus deudas con

acreedores británicos, ha cedido extensos territorios de la región fronteriza, pero ubicados

dentro de los límites del Perú. Ramón Castilla anula todos esos actos al ocupar sin combate el

puerto de Guayaquil en enero de1860, y convoca después un Congreso Constituyente que

dicta, en noviembre de ese año, una nueva Constitución, que suprime algunas de las liberales

reformas de la Carta de 1856. El mariscal Castilla evoluciona radicalmente y pasa del

liberalismo al conservadurismo, justificando así, quizá, en esta última etapa de su segunda

administración, el pronunciamiento de Vivanco de noviembre de 1856, al que Miguel Grau

prestó concurso. La Constitución de 1860 va a regir en el Perú, salvo pequeñas

interrupciones, hasta 1920.

Reincorporación[editar]

El 11 de abril de 1861 el Congreso Nacional expide la ley de reparación, ordenando que se

inscriba en la lista militar a todos los jefes y oficiales del Ejército y de la Armada que fueron

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borrados de ella en virtud del decreto dictado el 15 de enero de 1855, diez días después de

la batalla de La Palma. Al mes siguiente, el 25 de mayo, el mismo Congreso promulga otra ley

por la cual quedan comprendidos en los efectos de la anteriormente citada los "Generales,

Jefes y Oficiales, que hallándose o no en servicio, tomaron parte de la revolución que terminó

el año 1858".

Al cabo de tres años de ausencia, Grau, comprendido en los efectos de las mencionadas

leyes de reparación, vuelve al Perú. En diciembre de 1861 se presenta al Gobierno y pide que

se declaren los goces que le corresponden como indefinido. El recurso que presenta lleva

fecha de 6 de diciembre y corre en original en su expediente de reconocimiento de servicios.7

En observancia de las disposiciones citadas por Grau, el 24 de abril de 1862 se resuelve

favorablemente su solicitud, ordenándose inscribir al "alférez de fragata Miguel Grau"en

el "Escalafón General de la Armada" con "7 años y 27 días de servicios" y, a la vez, se le

expide "cédula de licencia indefinida".8

Solucionada su situación en la Marina militar, como oficial en retiro, Grau continúa en la

marina civil todo el tiempo que dura la segunda administración del mariscal Castilla, que

concluye su gobierno el 24 de octubre de 1862 y entrega la banda presidencial al

mariscal Miguel de San Román. Fallecido el nuevo presidente el 4 de abril de 1863, asume

transitoriamente el poder el segundo vicepresidente, general Pedro Díez-Canseco, hasta el 5

de agosto de ese año, en que regresa de Europa el primer vicepresidente, general Juan

Antonio Pezet. Al mes siguiente, en septiembre, Grau es llamado al servicio activo y

ascendido.

Efectivamente, el 12 de septiembre de 1863, el comandante general de la Marina militar,

capitán de navío José María Silva Rodríguez transcribe al señor Ministro de Estado en el

despacho de Guerra y Marina la siguiente orden general de la Armada:

"Por decreto supremo de fecha de ayer, se ha llamado al servicio activo al alférez de fragata don Miguel Grau, que se hallaba en la condición de indefinido, expidiéndole al mismo tiempo despachos de teniente segundo de la Armada". Y al día siguiente se dicta una resolución que dice: "Su señoría el Comandante General del Departamento, se ha servido destinar a la dotación del vapor Lerzundi al teniente segundo de la Armada, don Miguel Grau."

Menos de tres meses después, el 4 de diciembre, Grau es ascendido a teniente primero

graduado.9

En comisión a Europa[editar]

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Fotografía de Miguel Grau.

En el Lerzundi, de 850 toneladas con 6 cañones, construido en Filadelfia en 1853, y

reincorporado a la Marina de Guerra del Perú después de cuatro años de ausencia, Grau

permanece a bordo sólo cuatro meses, durante los cuales estrecha su amistad con el

comandante del buque, el prestigioso marino capitán de corbeta Aurelio García y García,

intimidad que permanecerá inalterable hasta el día de la muerte de Grau.

En la revista de comisario que mensualmente se realiza en todos los buques de la escuadra, y

cuya relación se remite a la Comandancia General de Marina, figuran por última vez los

nombres de García y García, como comandante del Lerzundi y de Grau, como su segundo, en

enero de 1864. Y es que el Gobierno envía con premura a Europa a ambos jefes, así como a

otros marinos, con el encargo de construir y adquirir modernas unidades navales que permitan

reforzar la escuadra y hacer frente a cualquier agresión. Días antes de partir, el 8 de enero, se

concede a Grau la efectividad del grado de teniente primero.10

La decisión del presidente de la república, el general Pezet, de comprar nuevos buques se

justifica no sólo porque los que existen carecen de los más modernos elementos de combate,

sino porque las relaciones con España se tornan delicadas y difíciles (de acuerdo con las

condiciones de la Capitulación de Ayacucho, el gobierno del Perú, cuya independencia

España seguía sin reconocer, reconocía ciertas deudas con España, que aún no se habían

pagado; la presión de los tenedores de bonos españoles, unido a la política de O'Donnell,

tendente a incrementar el prestigio exterior de España, habían exacerbado las tensiones

hispano-peruanas). Fragatas españolas de primera línea surcan costas peruanas desde julio

del año anterior, causando alarma y recelo a los gobiernos de Perú y Chile, no obstante que la

expedición, según se asegura, tiene un carácter exclusivamente científico.

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Empero, los temores de un conflicto se confirman a raíz de las reclamaciones diplomáticas

efectuadas por la flota española, fondeada en el Callao al saberse que, en la hacienda

Talambo, en Chiclayo, había surgido un incidente entre campesinos, en el que resultó muerto

un ciudadano español. El gobierno español envió a un representante dotado de un título de la

época de la colonia (comisario regio), cuya llegada fue considerada como una intromisión en

la soberanía interna peruana y, por tanto, la autoridad peruana no quiso recibirlo oficialmente.

Tomando como excusa este incidente diplomático, el 14 de abril de 1864 la escuadra

española, integrada por las fragatas Resolución yTriunfo y la goleta Covadonga, ocupa

las islas Chincha y arría el pabellón peruano.

Para explicar la agresión, el comandante de la escuadra española, brigadier Luis Pinzón,

habla de perentorios reclamos de súbditos españoles y en circular al cuerpo diplomático

afirma haber ejecutado un acto de reivindicación de derechos usurpados a la Corona de

España desde la batalla de Ayacucho del 9 de diciembre de 1824.

De inmediato, los representantes extranjeros acreditados en Perú secundan las protestas del

gobierno peruano por la ocupación de parte del territorio nacional y expresan que "se seguirá

considerando a las Islas Chincha como pertenecientes a la república peruana".

El Congreso Americano que reúne en Lima a plenipotenciarios de gobiernos amigos del Perú

apoya también con toda decisión la enérgica actitud del gobierno peruano, de rechazo a la

ocupación de las islas, y dirige una nota al jefe de la escuadra española, con fecha de 31 de

octubre, defendiendo la soberanía del Perú sobre las islas. En uno de sus párrafos la nota

dice:

"Esta ocupación a que no precedió la negativa por parte de Perú a satisfacer reclamos clara y expresamente individualizados; que no fue consecuencia de una declaración de guerra hecha con arreglo a las prescripciones de la ley internacional; que se ejecutó bajo el amparo de un derecho de reivindicación y de un estado de tregua inconciliable con la independencia indisputada de la República del Perú, hiere los derechos de todos los estados del continente e introduce justas y fundadas alarmas en orden a los designios de la España sobre su condición de naciones independientes."

Mientras estos hechos ocurren y las gestiones diplomáticas se tramitan, los marinos peruanos

en Europa han intensificado sus actividades para la compra de buques, con resultados

positivos. La misión confiada a ellos ha sido cumplida, tras examinar y reconocer las naves

más apropiadas que pueden adquirirse de inmediato, y se activan a la vez los trabajos de

construcción de dos blindados.

En efecto, dos semanas antes de la ocupación de las islas Chincha, el 30 de marzo de 1864,

se firma en Londres, con la casa J.A. Samuda & Brothers, la construcción de la

fragata Independencia, cuyo costo se estipuló en 108.000 libras esterlinas. Los firmantes por

Perú fueron el cónsul, Enrique Kendall, y el capitán de fragata Aurelio García y García.

En agosto, se decide en Europa la adquisición de dos corbetas francesas y los delegados

fiscales en Londres, Manuel Pardo y José Sevilla, escriben al capitán de navío José María

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Salcedo para que proceda sin demora a la compra de los buques franceses, que se hallan

en Saint-Nazaire y en Nantes, y que han sido examinados por el comandante García y el

teniente Grau. Se trata de las corbetas Shangay y San Francisco, mandadas construir durante

la Guerra de Secesión de Estados Unidos por el gobierno de la Unión. Se trataba de buques

de mucho andar, movidos a hélice, con fuerza de 500 caballos, 1.600 t y armados con 14

cañones de a 70 libras. En la mencionada carta se expresa que la resolución se

adopta "después de tomar en consideración las opiniones de los señores García y García y

Grau".11

No obstante estar resuelta la compra de las corbetas, la adquisición de la Shangay, a la que

se re rebautizó como Unión, no se produce hasta fines de noviembre de 1864 y la de la San

Francisco, rebautizada América, hasta mediados del mes siguiente. Federico L. Barreda,

nombrado ministro en París y Londres, había llevado a cabo gestiones para dotar a la Marina

de Guerra con las unidades y fue el encargado de la compra.

Al particular, en carta que el 1 de septiembre de 1864 escribió el señor Barreda a Mariano

José Sanz, su antecesor como ministro en Londres, le dice que había reunido al comandante

Salcedo "con los señores García y García y Grau" para decidir sobre la compra de las naves

examinadas (Unión y América) y que después de una larga discusión resultó el acuerdo

unánime para la compra de los buques.12

Adquiridas las corbetas, el teniente primero Miguel Grau es nombrado comandante de

la Unión. Inmediatamente Grau se dirige a Saint-Nazaire y se hace cargo del buque el 15 de

diciembre de 1864.

Al día siguiente, García y García escribe al ministro de Guerra y Marina en Lima dando cuenta

de los nuevos armamentos y buques comprados por el ministro Barreda y se refiere, en

seguida, a la necesidad de "oficiales idóneos para llenar esas dotaciones", lo que obliga al

ministro, dice, a solicitarle que "pusiese a su disposición al teniente primero Miguel Grau

Seminario que se hallaba a sus órdenes, cosa que en el acto he verificado, pasando ese

Oficial al continente". Agrega que se ha quedado privado de los muy importantes servicios de

Grau y que necesita "oficiales inteligentes", para conservar "la mayor vigilancia en los diversos

trabajos del buque, armamento y máquinas", en atención a que se "construyen en puertos

separados por largas distancias".13

Meses antes, el 12 de agosto, admitió el Perú la propuesta de la casa Laird de Birkenhead,

frente a Liverpool, para construir un buque sólido con aparejo de bergantín. Ese otro blindado,

cuya construcción va a vigilar el capitán de navío José María Salcedo, será el Huáscar, el

buque donde encontraría honrosa muerte Miguel Grau.

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El 31 de diciembre de 1864, el capitán de fragata Ignacio Dueñas, de la Comisión de

Construcción Naval en Londres, escribe al ministro de Guerra y Marina en Lima y le confirma

que Barreda ha dado la comandancia de los nuevos buques Améri