Inversa número 2

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nes evi ta td t e to a e s dad a a lm a, ed Bg á l o 06 I v r a-R s de es u ian es d An r polo Un iv r i N cio n l de Co o bi s e o ot Vo.1N .2(2 0 ) 2 Irene Vélez Téllez Augusto Javier Gómez López Francy Jurley García Sandra Marcela Amador Jorge Andrés Perugache Fragmentos para una historia de los Siona y de los Tukano Occidentales La treponematosis en la historia de Colombia: una mirada desde la Ecología Histórica 9771900 539006 ISSN 1900-5393 VICEDECANATURA DE BIENESTAR UNIVERSITARIO FACULTAD DE CIENCIAS HUMANAS La inconmensurabilidad conceptual: el caso de la hoja de coca en Uitotos y Occidente Sayra Guinette Aldana Hernández Hacedores de pictografías. Algunas reflexiones en torno al arte rupertre en el cercado de Facatativá al occidente de la Sabana de Bogotá ¿El orden del mundo? Algunos apuntes críticos sobre colonialidad y poder Julián Andrés Baracaldo Euse Trazando mapas para extender los horizontes: documento sobre el proyecto Un espacio para la etnografía Joshua Samuel Pimiento Grupo de estudios sobre Etnografías en Colombia

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Irene Vélez Téllez

Augusto Javier Gómez López

Francy Jurley GarcíaSandra Marcela AmadorJorge Andrés Perugache

Fragmentos para una historia de los Siona y de los Tukano Occidentales

La treponematosis en la historia de Colombia:una mirada desde la Ecología Histórica

9 7 7 1 9 0 0 5 3 9 0 0 6

I SSN 1 9 0 0 - 5 3 9 3

VICEDECANATURA DE BIENESTAR UNIVERSITARIO

FACULTAD DE CIENCIAS HUMANAS

La inconmensurabilidad conceptual: el caso de la hoja de coca en Uitotos y Occidente

Sayra Guinette Aldana Hernández

Hacedores de pictografías. Algunas reflexiones en torno al arte rupertre en el cercado de Facatativá

al occidente de la Sabana de Bogotá

¿El orden del mundo? Algunos apuntes críticos sobre colonialidad y poder

Julián Andrés Baracaldo Euse

Trazando mapas para extender los horizontes: documento sobre el proyecto Un espacio para la etnografía

Joshua Samuel PimientoGrupo de estudios sobre Etnografías en Colombia

INVERSARevista de estudiantes de antropología

Departamento de AntropologíaFacultad de Ciencias Humanas

Universidad Nacional de Colombia, sede Bogotá

Comité Editorial

Sandra Liliana Murillo Rodríguez

Liliam Marcela Salazar Rodríguez

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Asesoría científica en este númeroProf. Virgilio BecerraProf. Susana BarreraProf. Mauricio CaviedesProf. Ana María Groot de MahechaAntropo. Claudia Patricia Rivera AmarilloProf. Pablo RodríguezProf. Andrés Salcedo

Diseño

Montaje

Ilustración

Revisión de textos

Traducción

Agradecimientos

Fotocomposición, impresión y encadernación

Fecha de impresión

Correspondencia

Julex Andrea Vanegas M.

Liliam Marcela Salazar R.

Joshua Samuel Pimiento M.

UNIBIBLOSUniversidad Nacional de Colombia, sede Bogotá.

Octubre de 2006200 ejemplaresEn este ejemplar se utilizaron las siguientes fuentes: Goudy Old Style, Garamond,Humanist 777 BT, Arial Narrow, Courier New, Gills Sans MT y Haettenschweiler.

Bogotá, D.C. – Colombia

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Astrid Verónica Bermúdez Monitora Área de Impresos, Vicedecanatura de BienestarIng. Natalia Carolina GutiérrezGermán David Clavijo, Andrés Felipe Ospina Enciso, Edgar Andrés Rivera Machado,Carolina Duque Alzate, Lina María Gómez Morales, Alexander Andrés Franco E.,Jhon Alexander Fajardo Pulido, Ana María Angulo, Javier Mauricio García,Luis Gabriel Sanabria Rojas, Edimer Alexander Pinchao Ipial, Johanna Pinzón Suárez.

Elizabeth Bernal GamboaCamilo Cadena A.Catalina Caro GalvisLina Tatiana Lozano Ruiz

Catalina María Muñoz

Aura Lisette Reyes

Alec Yamir Sierra Montañez

[email protected]@unal.edu.co

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Joshua Samuel Pimiento Montoya [email protected]

ColaboradoresYenny Karonlains Alarcón ForeroAna Beatriz ArciniegasPaola Andrea Camargo González

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Edwin Mauricio Ardila MojicaDiego Buitrago R.Giovanni Matallana GuillénGilberto Ramírez Pérez

Aura Lisette Reyes

Revista InversaDepartamento de AntropologíaCarrera 30 No. 45-03 Edificio 212 Oficina 302Teléfono: 57+1+3165000 Ext. 16312

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Paola Andrea Zubiría Guzmán

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Foto de portada

Diseño original de portada

Camila Urueta Gutiérrez

Luis Gabriel Sanabria Rojas

Rector Universidad Nacional de Colombia

Vicerrector de Sede Bogotá

Decana Facultad de Ciencias Humanas

Vicedecana de Bienestar UniversitarioFacultad de Ciencias Humanas

Directora Departamento de Antropología

Moisés Wasserman Lerner

Fernando Montenegro Lizarralde

Luz Teresa Gómez de Mantilla

Yolanda López Díaz

Alma Ximena Pachón Castrillón

Esta publicación es posible gracias al apoyo de la Vicedecanatura de BienestarUniversitario de la Facultad de Ciencias Humanas

y de la Unidad de Gestión de Proyectos de la Sede Bogotá.

Revista Inversa es una publicación de los estudiantes del departamento deAntropología de la Facultad de Ciencias Humanas de la Universidad Nacionalde Colombia, Sede Bogotá El presente ejemplar corresponde al Volumen 1,No. 2 (2006) Los artículos de esta revista pueden ser reproducidos total oparcialmente citando la fuente y el autor Las colaboraciones que aparecenaquí, no reflejan necesariamente el pensamiento de los editores, éstas sepublican bajo responsabilidad de los autores.

Universidad Nacional de Colombia, Sede Bogotá.Enero-Agosto de 2006.

PUBLICACIÓN DE DISTRIBUCIÓN GRATUITA

Editorial Cartas al editor

Análisis

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Análisis

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InvitadoAugusto Javier Gómez López

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AnálisisJulián Andrés Baracaldo Euse

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¿El orden del mundo?Algunos apuntes críticos sobre colonialidad y poder

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Reseña

Trazando mapas para extender los horizontes:documento sobre el proyecto Un espacio para la etnografía

Francy Y. García GutiérrezMarcela Amador Ospina

Jorge Andrés Perugache Salas

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La inconmensurabilidad conceptual:el caso de la hoja de coca en Uitotos y Occidente

Fragmentos para una historia delos Siona y de los Tukano Occidentales

Hacedores de pictografías. Algunas reflexiones en torno al arte rupestre en el cercado de Facatativá al occidente de la Sabana de Bogotá

La treponematosis en la historiade Colombia:una mirada desde la Ecología Histórica

Sayra Guinette Aldana

Grupos de trabajoJoshua Samuel PimientoGrupo de estudios sobre etnografías en Colombia

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aluando me invitaron a realizar una editorial que refiriera al trabajo degrado para este número, lo primero que pensé son las variaciones queha tenido éste a lo largo de la historia del departamento de Antropologíade la Universidad Nacional de Colombia.

Así como la antropología se ha ido reconfigurando constantemente, el trabajo degrado también se ha visto afectado en relación con las tensiones internas y externasdel departamento. De las relaciones entre los distintos actores que lo hanconformado, y la relación de éste con la propia universidad y con los contextos enlos cuales se han insertado los antropólogos, han surgido una serie de cambios enel trabajo de grado.

Hablar de esta temática nos lleva a cuestionar el quehacer antropológico entorno al campo, aquel que en muchas ocasiones ha respondido no sólo a interesesdisciplinarios, sino también a las necesidades de un contexto como el colombiano.En el caso del departamento, las salidas de campo de corta, mediana y larga duraciónhan respondido a unos intereses investigativos del cuerpo docente y estudiantil queha hecho parte de éste.

Con gratos recuerdos se tienen las salidas de geografía realizadas por ErnestoGuhl, quien al haber jugado un papel importante en la conformación de la EscuelaNormal Superior, tenía en claro que una de las formas más apropiadas para conocerlas realidades del país era recorriéndolo; así mismo, es imposible evadir las historiassobre las salidas con Luis Guillermo Vasco, quien con sus estudiantes reformaba lacuestión del campo en antropología.

Conforme han pasado los años, distintas políticas tanto a nivel de la UniversidadNacional, como a nivel departamental, se han hecho sentir en la concepción delquehacer antropológico y específicamente en torno al trabajo de grado y al campoque configuramos para su realización; las reducciones de presupuesto y la declinaciónde las investigaciones mancomunadas a lo largo del país, son sólo algunas de lasrepercusiones que han tenido estas políticas y que de una u otra forma han afectadoo determinado la forma en la cual se han llevado a cabo las investigaciones.

Estos factores entre muchos más –que son imposibles referir en una cortaeditorial–, han provocado que reconfiguremos nuestro trabajo de grado, cerrandoy abriendo diversos campos que responden a la multiplicidad de realidades a lascuales nos enfrentamos como antropólogos(as) formados en esta universidad.

Es innegable que el profesional contemporáneo se ve enfrentado a una serie delimitaciones, no podemos hacer de nuestro trabajo de grado el trabajo de nuestrasvidas, como dicen en los corrillos; teniendo en cuenta las circunstancias bajo lascuales lo realizamos, prácticamente solos y con algún apoyo o guía de algunosprofesores, se constituye como nuestro rito de paso para considerarnos comoantropólogos y una práctica que no podemos desestimar ni desarrollar coningenuidad.

Las circunstancias actuales de la disciplina y del país, hacen que no sea necesarioatravesar grandes distancias para realizarlo, nuestra habilidad se encuentra en hacervisibles diversas problemáticas y tomar una posición frente a ellas. No somosobservadores, somos actores y por ello es necesario ser conscientes de lasrepercusiones que puede tener nuestro trabajo en diversas esferas. No podemosentenderlo como un simple ejercicio, siendo miopes de las repercusiones que tienenlas investigaciones en las disciplinas sociales. Ya que el trabajo de grado se constituyecomo una herramienta, de nosotros depende que no se quede en un anaquel más yque seamos capaces de asumir la responsabilidad de los usos que puede tener elconocimiento.

Aura Lisette ReyesAntropóloga

Estudiante de Maestría en Historia

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Cuando el incumplimiento se normaliza, la acción directa de lospueblos se vuelve necesaria para la realización de los derechos

Las comunidades indígenas del Cauca, en particular, las de Huellas (Caloto),desde el pasado 2 de Septiembre de 2005, adelantan una acción de recuperaciónpacífica de tierras en la finca «La Emperatriz». Como comuneros y comuneras lohan expresado, esta acción como «consecuencia de las acciones y omisiones porparte del Estado y de los Gobiernos obliga a las comunidades a permanecerdentro de este predio hasta tanto no se inicie un proceso confiable de negociación,precedido por un diálogo en las condiciones planteadas en propuesta enviada alGobierno Nacional por intermedio del Viceministro del Interior».

Recién acabamos de llegar de la ASAMBLEA PERMANENTE que nuestroPueblo Êbêra Katío del Alto Sinú adelantó por cerca de seis meses, para hacercumplir obligaciones del Estado y la Empresa Urrá por la construcción impuestadel megaproyecto hidroeléctrico Urra. Entendemos y acompañamos a nuestroshermanos indígenas del Cauca en la lucha que adelantan, máxime cuando setrata de reclamar derechos y compromisos incumplidos reiterativamente por unEstado indolente que además, responde con el uso de la fuerza y la criminalizaciónde nuestras protestas y justos reclamos.

Exigimos del Gobierno el inicio inmediato de dialogo, así como el desarrollo deuna agenda y de una negociación seria, que resuelva prontamente las solicitudesque los comuneros y comuneras del Resguardo Ancestral de Huellas de Caloto,le hacen.

Condenamos enérgicamente la actitud violenta, discriminante y revanchista delGobernador del Cauca que muestra más su incapacidad de manejar los problemasy necesidades de las comunidades que su autoridad.

Exigimos al Gobierno respeto a la decisión de salir temporalmente de estospredios y ubicarse en los alrededores, como muestra de buena voluntad de lascomunidades indígenas para la resolución negociada de los conflictos, por tanto,se abstenga de utilizar la fuerza con estas comunidades indefensas que reclamanlo debido y comprometido en acuerdos y obligaciones preestablecidas al Estado.

A los órganos de control para que adelanten desde sus competencias lasinvestigaciones correspondientes en relación con los hechos denunciados y conlas garantías solicitadas por comuneros y comuneras, ocurridos el día 5 deseptiembre por la intervención de la fuerza pública, en los que se «arremetió congas lacrimógeno, disparos de fusil, granadas y golpes» además del señalamientoy la estigmatización contra una población donde la mayoría eran mujeres, niñasy niños.

A los Amigos del Pueblo Êbêra para que estemos alerta a los desarrollos de estalucha y continuemos enviando la solidaridad que sea necesaria para que se respetey apliquen los derechos humanos de los Pueblos Indígenas del Cauca.

Cabildos Mayores de los ríos Sinú y VerdeTierralta, Córdoba, Septiembre 12 de 2005.

Comunicado a la opinión pública

Desde las Declaraciones de Cachichi (1994) y la de Sambudó (1999), hemosvenido manifestando nuestra posición de autonomía frente al conflicto armadoy a todos los actores que hacen parte del mismo. Desde entonces, hemos exigidola no presencia de ninguno de los partícipes del conflicto en nuestro resguardoÊbêra-Katío del Alto Sinú, entre otras cosas porque siempre hemos consideradocon el movimiento indígena, que la seguridad de nuestros pueblos tiene másque ver con la atención de nuestras necesidades, la libertad de nuestras decisionespara hacer realidad el futuro que queremos, el respeto y realización de los derechoscon dignidad alcanzados y reconocidos por normas internacionales y laConstitución de 1991 (Fuero Especial Indígena) y la resolución política ynegociada de los conflictos, para lo cual se ha venido, en distintas regiones delpaís, constituyendo experiencias de paz, diálogo y negociación en nuestrosTerritorios.

No creemos en la intensificación de la guerra como forma de resolver el conflictoarmado que desde ya casi 50 años viene afectando fundamentalmente a lapoblación civil, hasta el punto en el que los Pueblos Indígenas nos hemosconvertido en los últimos en resistencia que aún nos sostenemos en nuestrosterritorios, luego que otros sectores sociales han sido desplazados por los actoresarmados hacía los cordones de miseria de los pueblos y ciudades colombianas.

Según como hemos vivido en distintos momentos la intensificación de la guerra,esta sólo ha servido para que algunos de nuestros mejores líderes hayan sidoasesinados y desaparecidos (Kimy Pernía, José Ángel Domicó, Augusto Lana,Lucindo Domicó, entre otros), sin que hasta ahora tengamos la verdad, justiciao reparación debida, pero también para que se desconozcan nuestros derechos,territorio, gobierno propio y autoridades, y se nos maltrate con amenazas,señalamientos, bloqueos alimentarios, de transporte y circulación, incluso ennuestro mismo territorio, que a pesar de denunciarlos públicamente, no cesan.

Desde esta posición y experiencia es que hemos venido rechazando lamilitarización de nuestro territorio, defendiendo la autonomía que tenemospara su manejo, pero también, para que no sean los miembros de nuestrascomunidades quienes tengan que soportar lo que llaman «los impactos» de lasoperaciones militaristas de los actores armados. Pero además, porque los logrosalcanzados en nuestra lucha han sido el resultado del ejercicio de nuestrosderechos en la búsqueda de su realización, a través de orientaciones y mecanismospor nosotros mismos diseñados, con el apoyo y acompañamiento del movimientoindígena.

Una vez más tenemos que denunciar públicamente que las Fuerzas Militareshan ingresado a nuestro Resguardo. Desde hace unos 20 días, han permanecidocon sus tiendas de campaña en cercanías de donde habitan miembros de lacomunidad, han dormido al menos durante dos veces debajo o al lado de nuestrostambos (vivienda), entrando en ellos cuando les parece, sustrayendo animalesdomésticos (gallinas), pagando lo que les provoca o sin pagar como en una ocasiónsucedió, preguntando a mujeres y niños sobre el sitio donde está la guerrilla,obligando a jóvenes a cargarles sus remesas, utilizando los botes de la comunidad,diciéndole a la gente que como estas cosas las hacen para la guerrilla, entoncespara ellos también las tienen que hacer.

Además de lo anterior, han colocado más estrictos los controles a los alimentospara las familias de nuestras comunidades, a las que no dejan pasar remesas porencima de $50.000 o máximo $100.000, cuando para otros el tope esta en algomás de $300.000, quedándose con las remesas que estén por encima de esetope, o demorando el tránsito de las mismas, como las dirigidas a programascomo el de desayuno escolar y almuerzo indígena para los niños de las escuelas,las cuales apenas llegan al cabo de dos días de retenes, con algunos alimentosdescompuestos, a pesar de las certificaciones correspondientes dadas por elInstituto Colombiano de Bienestar Familiar-ICBF y la Defensoría del Pueblo.Con estos controles y considerando que entre los impactos más graves ocasionadospor la represa Urrá a nuestro Pueblo ha sido la falta de pescado, nuestra seguridadalimentaria es adicionalmente afectada y con ella la salud de nuestros niños ypueblo en general.

Exigimos la no militarización de nuestros territorios. Ratificamos las declaracioneshechas por nuestros gobernadores, líderes y comunidad en Cachichi (1994) ySambudó (1999), sobre nuestra autonomía frente a los actores armados.

Exigimos el cumplimiento de las medidas cautelares establecidas por la ComisiónInteramericana de Derechos Humanos (CIDH) a nuestro Pueblo.

Solicitamos a los órganos de control adelanten las investigacionescorrespondientes para efectos de garantizar los derechos de nuestro Pueblo ÊbêraKatío del Alto Sinú.

A las entidades y organismos de Derechos Humanos, nacionales e internacionales,difundan y exijan al Gobierno colombiano el respeto y cumplimiento de losDerechos Humanos y el Derecho Internacional Humanitario, particularmenteel principio de distinción.

Cabildos Mayores de los ríos Sinú y VerdeTierralta, Córdoba, Septiembre 12 de 2005.

La Treponematosis en lahistoria de Colombia:

Una mirada desde la Ecología Histórica

Sayra Guinette Aldana Herná[email protected]

AntropólogaUniversidad Nacional de Colombia, Sede Bogotá

Palabras clavesTreponematosis, ecología humana,condiciones de vida-terapéutica

Key wordsTreponematosis, human ecology,life conditions-therapeutic

Recibido:06/10/2005En revisión desde:15/10/2005Aceptado para publicación:03/02/2006

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SIS Revista Inversa, Vol. 1, No.2 (2006): 6-28.

ResumenLa treponematosis es una enfermedad que ha afectado al hombre durantemilenios, su origen ha sido motivo de acaloradas discusiones durante años entrehistoriadores, médicos y antropólogos a nivel mundial. Este artículo pretendehacer un seguimiento de esta enfermedad en nuestro país, así como observarsus implicaciones en las condiciones de vida de las poblaciones que habitaron elactual territorio colombiano, tanto en el periodo precolombino como en lacolonia, desde una visión ecologista. Para ello, analiza los factores medioambientales y sociales que permitieron la presencia endémica de esta enfermedaden las poblaciones precolombinas y neogranadinas, partiendo de las evidenciasarqueológicas, que son complementadas con información histórica procedentede material de archivo y fuentes secundarias.

AbstractTreponematosis is a disease that has affected mankind for millenniums, its originhas been an issue of heated discussions over the years among historians, physiciansand anthropologists around the world. This paper attempts to follow the courseof the disease in Colombia, as well as observing its implications in the lifestyleof the people who inhabited current colombian territory during pre-columbianand colonial times, from an ecological perspective. Author analyzes environmentaland social factors that allowed an endemic distribution of the disease in pre-columbian and neogranadine populations, using archaeological evidencesupported by historical information from archives and second-hand sources.

as enfermedades treponematósicas*, de carácter infeccioso, sonproducidas por espiroquetas. Pertenecen al género Treponema de lafamilia de las Treponematáceas y son de cuatro tipos específicos: T.carateum; T. pertenue; T. pallidum endémicum y T. pallidum pallidum,

responsable cada uno en su respectivo orden de la pinta1; yaws2; bejel o sífilis novenérea y la sífilis venérea. Desde el punto de vista clínico, dichos treponemas sedividen en dos grupos, aquellos que se transmiten de manera exclusivamentevenérea, excepcionalmente a través de las fisuras o lesiones de áreas mucosas; ylos de transmisión no venérea por contacto directo piel a piel, excepcionalmentea través de contacto sexual. En el primer grupo, se encuentra sólo la sífilis y en elsegundo, la pinta, el yaws y la sífilis endémica.

Las enfermedades treponematósicas poseen una amplia distribución a nivelmundial, por consiguiente los avances científicos de los siglos XIX y XX enMedicina y particularmente en Bacteriología, contribuyeron al conocimientode sus agentes causales. A pesar de esto, el origen y procedencia geográfica de lasenfermedades treponematósicas aún hoy es motivo de discusión. Los aporteshechos por autores como Cockburn (1963) quien sostuvo que todas las especiesdel género treponema son descendientes de una especie ancestral; lo propuestopor Hudson (1965), quien afirmó que el T. pertenue es el directo antecesor detodos los treponemas, mostrándose bajo varios patrones clínicos, en condicionesepidemiológicas diferentes; y la teoría de Hackett (1963), que propone la existenciahace más de quince mil años del T. carateum, el cual según él, sufrió tresmutaciones que generarían los diferentes tipos de treponematosis conocidasactualmente; contribuyeron en su momento a aclarar un poco el panorama quepor años estuvo lleno de controversia.

La treponematosis venérea (sífilis), generó las más acaloradas discusionesdurante los siglos XV y XVI, debido a sus devastadores efectos en Europa.Cronistas, historiadores y médicos, por siglos, sostuvieron el hecho del origenamericano de la misma, sin un sustento científico concreto y visto bajo el velode dogmas religiosos, ya que generalmente fue confundida con las bubas. En elsiglo XX, la Arqueología aportó evidencias óseas que revivieron nuevamente lacontroversia. Investigadores recientes como McNeill (1984) y Crosby (1991),sostienen su origen americano basados también en estudios demográficos,epidemiológicos e históricos. Sin embargo, los restos óseos encontrados alrededordel mundo han abogado por la presencia de sífilis en el Viejo Mundo en épocasmucho más remotas a las del siglo XV (Holcomb, 1934; Steinbock, 1976), sinexcluir su presencia en América. La teoría unitaria, que es la más aceptadaactualmente (Hare 1967; Ortner y Putschar 1981; Stewat y Spoehr‘s 1967),sostiene la coexistencia de la sífilis tanto en el Viejo Mundo como en el NuevoMundo para la época del descubrimiento.

Características de las enfermedades treponematósicasEl género treponema se caracteriza por la estrecha relación entre cada uno de

los agentes causantes a pesar de sus diferencias clínicas y epidemiológicas quizá,por su posible descendencia de un antecesor común. La infección por alguna deestas espiroquetas genera protección contra cualquiera de las otras puesto queposeen antígenos comunes y se ha observado su tendencia a causar infeccionescrónicas por etapas sucesivas. Por lo general sus etapas son una temprana, unaintermedia y otra tardía. En esta última puede llegar a generar atrofias ydeformaciones óseas, que permiten evidenciar la presencia de la enfermedad enrestos óseos antiguos, provenientes de contextos arqueológicos, si se llevan acabo estudios paleopatológicos.

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* Este artículo es una síntesis de lainvestigación «AproximaciónHistórica al Estudio de laTreponematosis en Colombia»presentada por la autora enagosto de 2005 como opción degrado para obtener el título deAntropóloga en la UniversidadNacional de Colombia, sedeBogotá.

1Denominado también carate omal de pinto.

2 Conocido también bajo ladenominación de bubas, frambesiao pián

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La pinta producida por el T. carateum se caracteriza por fases agudas y crónicas.Se manifiesta como una alteración cutánea de tipo maculoso3. Su periodo deincubación es de 2 a 3 semanas e inicia con una pápula4 o placa eritomatosa5 en elsitio de inoculación. Se adquiere por contacto directo con la piel infectada o porpicadura de insectos, ya que los treponemas abundan en las lesiones recientes ysubsisten hasta la fase discrómica6 tardía, siendo la población joven la más afectada.

El yaws, bejel y la sífilis venérea causan deformaciones óseas en las fases tardías dela enfermedad. La enfermedad causada por el T. pertenue, se transmite por contactodirecto con lesiones jóvenes, ya sean pápulas precoces, papilomas7 o máculas8, o porpicadura de insectos o fómites9. Una vez los treponemas han entrado en el cuerpo,se genera una multiplicación, debido a la invasión del sistema linfático subcutáneoque favorece la propagación sanguínea. Conforme transcurre el tiempo, los brotes sesuperponen lo que lleva a la característica forma de frambuesa; dicho brote provocarasquiña, con lo que se contribuye a la autoinoculación. Los papilomas por lo general,se ubican en las zonas húmedas del cuerpo como axilas, pliegues de coyunturas,zona anal y vaginal. El hueso es alcanzado en la segunda fase, que empieza a partirdel cuarto o doceavo mes, evidenciándose un adelgazamiento por resorción de tejidoóseo y comúnmente periostitis10. Las lesiones óseas van acompañadas de intensodolor sobre todo por los huesos afectados.

En la tercera etapa de la enfermedad, alrededor de 5 a 10 años después de laprimera fase, se observan cambios deformantes y destructivos. La tibia es el huesomás afectado y puede adquirir una forma curvada, por la depositación extensiva detejido óseo, dando como resultado la pierna en bumerang; seguida por el fémur, ulna,radio, clavícula, y, huesos de las manos y los pies. Aunque la afección del cráneo espoco común, puede afectar a aquellos huesos de la cara sobretodo los maxilares y laregión nasopalatina11, dando como resultado lo que se conoce como gangosa orinofaringitis mutilante12.

El T. pallidum endémicum se contrae en la niñez. El bejel se caracteriza por unsarpullido cutáneo, comenzando en la mucosa oral, debido al contacto directo conuna lesión o indirecto al tener contacto con elementos contaminados. Puede afectarla piel, huesos y cartílagos. La infección comienza con placas en la mucosa orofaríngea,además de erupciones de tipo secundario en las axilas y el área genital. Se consideraque tiene un periodo de latencia de duración variable y una fase tardía caracterizadapor la aparición de úlceras y nódulos granulomatosos.

Esta enfermedad genera en el hueso periostitis en áreas localizadas. Aunque lafrecuencia de lesiones en el hueso es baja, la tibia es comúnmente la más afectadaadoptando una forma típica de tibia en sable, donde la depositación de hueso nuevose da usualmente paralelamente al eje. En casos avanzados, se puede presentarrinofaringitis mutilante y osteoperiostitis. Estas lesiones cutáneas y óseas son difícilesde distinguir de aquellas producidas por el pián (gangosa-osteoperiostitis) o de lasífilis venérea (sífilis escamosa, macular, palmar, plantar, placas mucosas y tibia ensable).

La enfermedad treponematósica más temida y controversial es aquella producidapor el T. pallidum pallidum. La sífilis venérea, se contrae exclusivamente por contactodirecto y con exudaciones infectadas localizadas en la piel y membranas mucosas, yasea con líquidos orgánicos y secreciones (semen, saliva, sangre, secreciones vaginales)o a través del contacto sexual (vaginal u oral). Pasa por tres fases, la primera inicia de10 a 90 días después de haber tenido contacto con el treponema y presenta lesionescaracterísticas como el chancro sifilítico; la segunda, genera lesiones en todo el cuerpocomo roséola en tórax y abdomen, aparición de pápulas que se diseminan por elcuerpo invadiendo las palmas de las manos, plantas de los pies y las regionescutaneomucosas13. La fase final genera daños irreparables e incluye la neurosífilis

3 Lesión cutánea sin elevación, nidepresión que se percibe a la vistapero no al tacto (Perina, 1984).

4 Tumor eruptivo que se presentaen la piel sin pus ni serosidad(Bechelli, 1972).

5 Inflamación superficial de la pielque se torna rojiza.

6 Fase en la cual la piel sufre lapérdida de su color natural.

7 Lesiones secas o húmedascompuestas de papilas hipertróficasde 5-25 mm de diámetro (Perina,1984).

8 Lesión cutánea a manera demancha.

9 Prendas y utensilios de usopersonal.

10 Superproducción y depositaciónextensiva de células óseas, querecubren el hueso, comorespuesta a un proceso infecciosoque lo afecta.

11 Región nasal y, paladar duro yblando.

12 Enfermedad que genera comoconsecuencia la pérdida de loshuesos de la región de la nariz yel paladar.

13 Regiones del cuerpo que por logeneral presentan mucosidad ohumedad como la región vaginal yperianal.

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asintomática, la sífilis cardiovascular y la sífilis tardía benigna. La primera, tieneformas clínicas como la parálisis general progresiva; la segunda, obedece ainsuficiencias aórticas y la última, se caracteriza por tubérculos y gomas cutáneos,óseos y viscerales.

Entre las lesiones óseas se encuentran principalmente las producidas en elcráneo (parietales, frontal), región facial, tibia, esternón, clavícula, vértebras, fémur,fíbula, humero, ulna y radio. Se presenta una mezcla de áreas de destrucción confocos elevados de reacción, con formación de hueso y coalescencia parcial de laslesiones, que consigue dar una apariencia irregular a la bóveda craneal definidacomo caries sicca. El hueso frontal es el primer hueso comprometido, de ahí puedepasar a los parietales y los huesos faciales, donde es posible la destrucción

«Primera ilustración gráfica de unpaciente sifilítico. Pueden apreciarse laspústulas en los muslos, antebrazos y lacara. El gráfico diseñado por AlbertoDurer, apareció en un folleto del médicoTeodorico Ursenio, de Nuremberg, en1496. Afirma que el mal gálico se debióa una conjunción de Saturno y Júpiter».Ilustración y pie de foto tomados deNaranjo (1999).

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nasopalatina, aunque su efecto es menos devastador que en el yaws. Se observantambién periostitis y osteoperiostitis, en la tibia (tibia en sable), fíbula, clavícula, fémur,ulna, y radio. La periostitis comienza en las metáfisis de los huesos largos, con laformación de hueso subperiostal, aunque es posible que se comprometa todo elhueso y se dé paso a la deformación. La superficie externa es rugosa e hipervascular,los huesos de la extremidad inferior sufren notables cambios superficiales.

También se puede presentar la sífilis congénita como resultado de la propagaciónhematogénica de las espiroquetas a través de la placenta de madre a feto. Es posibleobservar un engrosamiento de los huesos largos, sobre todo en el tercio distal delfémur y tercio proximal de la tibia. Al mismo tiempo, se observa periostitis y formaciónde gomas como las que se ven en la sífilis venérea. Los huesos comúnmente másafectados son la tibia, radio y ulna. Se puede encontrar tibia en sable, dactilitis14,dientes de Hutchinson15 y molar en mora (primer molar), llamados así por susuperficie rugosa oclusal, con las cúspides atrofiadas.

Hallazgos arqueológicos en ColombiaNo son pocas las evidencias en restos óseos procedentes de contextos arqueológicos

en nuestro país. En el año 1994, en el sito denominado Aguazuque (municipio deSoacha), Gonzalo Correal, halló dos esqueletos adultos jóvenes de sexo femenino(458-22 y 458) y uno masculino (458.75), dentro de un contexto funerario colectivoy ritual, pertenecientes al periodo precerámico del altiplano, fechados entre 4.030 ±80 y 5.025 ± 40 a. p., en los cuales se reconocieron lesiones óseas como caries sicca,«obliteración esclerótica de la cavidad medular, osteoperiostitis gomatosa y molaresde Moon», además se observó tibia en sable en los individuos 0595, 0606, 0612(Correal, 1990:204-216). La presencia de sífilis, se corroboró posteriormente porBurgos y Correal (1994) empleando técnicas inmunológicas. Ellos demostraron queuno de los esqueletos hallados en el sito precerámico presentó antígenos de T. pallidumpallidum.

En el año 1997, durante los trabajos realizados en el Valle del Cauca por Rodríguezy Rodríguez Cuenca en el municipio de Palmira, se encontró un esqueletoperteneciente a una época más tardía con una antigüedad 860+/-55 años d.C. (PK187+500), que presentó lesiones como resultado de una reacción perióstica conensanchamiento del hueso estriado, hoyuelos y cavitaciones superficiales. En elmunicipio de Obando, los restos del individuo PK 187+400 del periodo QuimbayaTardío, que corresponden a los siglos XI a XVI d.C. (Rodríguez et al., 1998),presentaron lesiones típicas resultado de una infección treponematósica como mayorengrosamiento en la cara posterior, reacción perióstica con mayor incidencia en ellado lateral, acompañada de estrías y hoyuelos. Recientemente en el año 2004, tambiénen trabajos adelantados por Rodríguez Cuenca en el Valle del Cauca, se halló unindividuo masculino con periostitis en tibia y fíbula (Rodríguez, 2005).

Igualmente en El Salado (Salamina, Magdalena), se encontraron cinco esqueletosfragmentados, en los cuales se identificaron que «las lesiones infecciosas predominanen el cuadro paleopatológico, entre ellas la treponematosis» (Rodríguez et al, 2002).

Para el altiplano cundiboyacense se han reportado dos casos, uno por el profesorSilva Celis, quien exhibe en el Museo Arqueológico de Sogamoso dos tibias ensable, con periostitis extendida, provenientes del área Muisca aunqueinfortunadamente descontextualizadas. El segundo caso, fue encontrado en elmunicipio de Madrid (Cundinamarca), en un yacimiento del Formativo con fechasque van del 3000 al 2000 a.P. en un trabajo de rescate adelantado por RodríguezCuenca en el año 2003. Se trataba de un individuo del sexo femenino (entierro 11)con tibia en sable, así como periostitis en tibia y peroné (Rodríguez C. et al., 2003).

14 Deformación de los dedos delas manos que en ocasiones puedegenerar pérdida como en el casode la lepra.

15 Patología que se caracteriza porel estrechamiento y la forma demuesca de los incisivos centrales.

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Treponematosis y su influencia en las condiciones de vidaLa adaptación o inadaptación de una comunidad al medio ambiente circundante

se mide por su capacidad de reproducción, la cual es el resultado de factores culturales(prácticas de autorregulación y tecnologías) y biológicos como la dieta, la duraciónde la lactancia, los nacimientos múltiples, la esterilidad, la edad de aparición de lamenarquía, la menopausia, así como las enfermedades (Rodríguez, 2005).

La enfermedad incide directamente sobre las condiciones de vida de unapoblación. Es un estado de desajuste temporal al medio, y puede ser entendidacomo la respuesta física o psicológica que un individuo genera a una variación en lacirculación normal de energía (homeostasis), la cual se activa por factores externoscomo el medio ambiental y cultural, y, factores internos.

El medio ambiente contiene los vectores y/o agentes (bacterias, virus, insectos)que generan la enfermedad, pero de la misma forma, permite solucionar losinconvenientes por ellos generados mediante el suministro de recursos necesariospara la sobrevivencia. Por su parte, la cultura puede funcionar como un amortiguadormediante costumbres como la exogamia, la reciprocidad, las colonias extraterritoriales,etc., que permiten sobrellevar con éxito episodios de tensión dentro de unacomunidad determinada. Pero, así como puede amortiguar efectos desestabilizantes,también puede generar limitantes como las jerarquías sociales, sexuales o de edad;que permiten la primacía de un grupo social sobre otro, enfrentando siempre a unode ellos con desventajas de tipo alimenticio, ocupacional y hereditarias, que se venreflejadas en enfermedades de tipo infeccioso, nutricional y ocupacional. De factoresinternos como la asimilación deficiente de nutrientes, la resistencia a agentes externos

«Cráneo femenino adulto (458-55) nótesecicatrización esclerótica, erosión lagunar ydestrucción activa en parietal izquierdo(posible origen treponematoso)». Foto ypie de foto tomados de Correal (1989).

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virulentos y factores genéticos (inmunoresistencia), depende la respuesta dadapor el individuo ante la enfermedad.

Sin embargo, la enfermedad no es una falla en las estrategias adaptativas16

dentro de un sistema adaptativo17, sino, un proceso de estímulo-respuesta enun medio oscilante como el que ofrece el medio ambiente, en el caso de lasenfermedades infecciosas, como resultado de la introducción de un agenteperjudicial en el cuerpo; o en el de las no infecciosas, debido a la confluenciade varios factores de tipo externo e interno en el individuo, que permiten quela enfermedad se desarrolle y alcance proporciones epidémicas en unapoblación.

El desarrollo en el individuo de una enfermedad infecciosa dependebásicamente de dos factores: la naturaleza de la enfermedad y la virulencia conla cual azota al individuo. En el caso de las enfermedades treponémicas, puedencondicionarse primero, por agentes externos como la naturaleza bacterianadel treponema, la intensidad con la que ataca y la persistencia de la misma,entendida como la corta o prolongada exposición a la bacteria. Segundo, porfactores internos como las condiciones de los tejidos, lo cual a su vez dependede la constitución genética del individuo y las experiencias pasadas, como porejemplo, la aplicación de una vacuna (que no existe para prevenir lasenfermedades treponémicas) o la exposición previa a la enfermedad.

Bajo el principio de estímulo-respuesta se puede encontrar que el estímuloambiental, que interviene en el grado de influencia del treponema sobre elindividuo, depende de una parte inorgánica y otra orgánica. En la inorgánica,se puede encontrar todo aquello que envuelve el ambiente físico como clima,acceso a recursos alimenticios, hídricos y territoriales, etc. La parte orgánicaesta conformada por la estructura social del individuo y por los cambios quedicha estructura genera sobre el medio propio. La estructura social le permiteal individuo sobrevivir dentro de un ambiente específico, brindando lasherramientas para acceder a los recursos alimenticios y mantener un equilibriocon potenciales competidores o enemigos naturales entre los cuales se puedencontar los agentes infecciosos. Los cambios generados por la estructura paraque el grupo sobreviva, buscan ejercer poder sobre el medio, es decir, el control18

sobre los recursos que este ofrece. Pero la existencia de varios grupos buscandoobtener dicho control puede conducir a inconvenientes tanto temporales comopermanentes, lo que genera una nueva configuración del medio ambiente,donde las condiciones del medio pueden mejorar o empeorar y es aquí dondepueden aparecer las enfermedades.

Ante tales estímulos, la respuesta estará condicionada en parte por lainformación genética del individuo (genotipo) y el estado del organismo, comoresultado de las experiencias pasadas (fenotipo) en el momento en que se exponea la enfermedad. Las costumbres19 y prácticas dentro de una cultura son lasque contribuyen a que los estímulos medio ambientales y el huésped, confluyanpara afectar en una proporción baja o alta, al individuo o a una comunidad.

Enfermedad y condiciones de vida: la treponematosis enColombia

La mayoría de investigadores en América, coinciden en afirmar que losbajos niveles de población, la inexistencia de animales domésticos y la altaoferta alimenticia, propiciaron unas condiciones óptimas de salud en lapoblación indígena en general. La dispersión de los asentamientos, el controlde los recursos mediante un proceso milenario de adaptación, permitieron un

16 Las estrategias adaptativas son«conjuntos de comportamientos,bien simultáneos, bien secuenciales,que reflejan una cartografíacognitiva del medio ambiente ymediante los cuales el sistemaadaptativo se ajusta tanto a loscambios internos como a losexternos» (Butzer 1989: 271).

17 El sistema adaptativo es aquelque permite que el hombreestablezca respuestas favorablesde diferente tipo, a las presionesdel medio ambiente, siendo eléxito reproductivo sólo una deellas; entre otras podríanmencionarse el crecimiento, eldesarrollo, la salud, la nutrición,etcétera. (Daltabuit, 1987). Elsistema adaptativo tiende a tenerun carácter conservador, ya quebusca el mantenimiento de lospatrones que le han permitidofuncionar, más sin embargo, si llegaa cambiar, es porque las condicionesambientales cambian de formadrástica y no dentro de un sistemade fluctuación estacional (Moran,1993).

18 El control según Daltabuit(1987), es la capacidad física yenergética para reordenar loselementos del medio ambiente entérminos de sus posiciones físicas,como en el de las conversiones ytransformaciones energéticas.

19 Según May (1958), lascostumbres o algunos rasgosculturales están relacionados conlos patrones de manifestación delas enfermedades, de tal maneraque la cultura puede o no cambiarel patrón de las enfermedades.

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manejo de la «homeostasis» o equilibrio energético que favoreció al indígenaamericano.

La buena adaptación de nuestros ancestros, se debe a que como parteintegrante de un «sistema de f lujo» energético, mantuvieron un sistemaequilibrado ya que la producción igualaba y, en algunos casos sobrepasaba, elconsumo y el gasto energético de la población; debido a los efectivos sistemasde redistribución implementados al interior de la mayoría de las comunidades,dominio de territorios en diferentes pisos térmicos y, redes de comercio eintercambio.

Los grupos precolombinos contaban con una adecuada satisfacción de susnecesidades básicas es decir, suplían las necesidades alimenticias de una maneraequilibrada, con acceso a los tres tipos de alimentos: constructores, energéticosy reguladores; representados en una amplia gama de alimentos procedentes devarios nichos ecológicos, con unos altos valores nutricionales para el individuo.

«Curación de sifilíticos. En la figura seresaltan las pústulas y lesiones de todoel cuerpo. Grabado de uno de losprimeros libros de sífilis del autorBartolomé Steber». Ilustración y pie defoto tomadas de Naranjo (1999).

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Las comunidades de cazadores-recolectores se sostuvieron mediante la caza deanimales de monte así como, la recolección de frutos, raíces y hortalizas. Mientrasque grupos más tardíos se abastecieron mediante la progresiva domesticación deanimales y plantas, así como con la posterior intensificación de la agricultura. Apesar que para los grupos agroalfareros la oferta alimenticia se restringió,estrategias adaptativas como el dominio de territorios en diferentes nichosecológicos, permitieron el acceso a una multiplicidad de productos.

Aunque se han encontrado algunos casos de esqueletos precolombinos conpaleopatologías producidas por deficiencias nutricionales, se puede decir queson debidas no sólo a periodos de escasez, sino a cuestiones culturales como elpredominio de un grupo sobre otro, fallas en la redistribución de los alimentos,preferencias sociales en cuanto al acceso a la alimentación, como por ejemplo,la alimentación de los niños varones en detrimento de las niñas, etc. (Rodríguez,1999). Controles ejercidos sobre la natalidad de las poblaciones como el aborto,el infanticidio o, la restricción sobre las relaciones sexuales por medio de tabúes;así como, el abandono de personas discapacitadas, enfermas y deformes;procesos de fisión-fusión donde algunos de los miembros de la comunidadsalen de ella y/o se unen a otros grupos (exogamia), y la guerra, constituyeronmecanismos efectivos de regulación del crecimiento poblacional, comoresultado de la implementación de la agricultura.

En cuanto a las condiciones de salubridad éstas eran aceptables. La presenciade animales en las viviendas era parcial ya que se trataba de animales semi-domesticados. Los desechos orgánicos y fisiológicos se depositaban lejos delos lugares de residencia, o en las aguas corrientes debajo de los asentamientos(Gómez et al. 2000).

Entonces, ante tal situación la primera pregunta que surge es ¿por qué losgrupos precolombinos americanos sufrieron de enfermedades treponémicas?Para ello se debe partir del hecho de que las bacterias, virus, hongos y otrosgérmenes, emigraron con el hombre del Viejo Continente, por lo que tantohombre como bacteria, establecieron una coexistencia ancestral. Su transmisiónpor contacto directo con lesiones jóvenes, permite un contagio fácil, aunquepuede ser portada y transmitida por medio de insectos20. El treponema novive mucho fuera del cuerpo humano, por lo tanto, necesita de un huéspedhumano para poder sobrevivir como especie. Para que un insecto inocule laenfermedad es necesaria su cercanía con huéspedes potenciales, así como que,las características ambientales del lugar favorezcan el fácil contagio del huésped.En el caso del carate y el yaws, son necesarias condiciones de humedad;condiciones que se observan en la mayoría de países latinoamericanos debidoa su posición astronómica.

En cuanto a la sífilis, las condiciones climáticas no influyen tanto como lasprácticas de salubridad e higiene sexual. El contagio de dichas enfermedadesentre cazadores-recolectores pudo haber sido posible durante la reunión devarias bandas dentro de un mismo campamento, donde el hacinamientopermitiría un contacto más estrecho (Politis, 2000). La ausencia parcial deprendas que cubrieran completamente el cuerpo y las condiciones de humedaddel clima, pudieron contribuir a su presencia recurrente.

El desarrollo de procesos osteolíticos, demuestra que estos individuosposeían un organismo resistente, debido seguramente, a unas buenascondiciones alimenticias y a su sistema adaptativo flexible. Sin embargo, quedaabierto el interrogante de si en estos individuos fue aplicado algún tipo detratamiento o no y, si éste, simplemente eliminaba los signos clínicos de laprimera fase en los enfermos, sin que necesariamente fuera eliminado el

20 Del género chrysops del ordendíptero (Sotomayor, 1999).

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treponema, lo que permitiría observar dichos procesos, característicos de lasfases tardías tanto de la sífilis como del yaws.

Ante las evidencias, su presencia endémica es indiscutible como se haenumerado con anterioridad, aunque con los datos existentes no es posiblehablar de grandes epidemias de enfermedades treponémicas como las vistasen Europa a causa de la sífilis para finales del siglo XV. Es difícil pensar que latreponematosis fuera la causa de muerte en una alta proporción de la poblaciónaborigen, ya que se conocía su tratamiento y se esperaría que haya sidocontrolada de este modo en las comunidades durante años.

La presencia de sífilis en restos de cazadores-recolectores, permite apoyar laidea de una coexistencia temprana hombre-treponema en América, aunque sudifusión debió ser mucho más restringida, tanto en estos grupos como enaquellos del formativo, debido a sus patrones de asentamiento disperso y unapoca densidad poblacional, con lo que sus consecuencias no fueron tancatastróficas como en Europa.

Posiblemente costumbres como la poligamia y la poliginia, muy difundidasentre algunos grupos aborígenes colombianos, tuvieron incidencia y fueronfactores de riesgo para el contagio de la treponematosis. Entre los Urabaes porejemplo, no se concedía importancia a la conservación de la virginidad entrelas candidatas al matrimonio. Por el contrario, se prefería a las mujeres quehabían sido públicas ya que la prostitución era apreciada entre estos pueblos(Duque Gómez, 1967), comportamientos que permitían el contacto cercanocon un amplio grupo de personas, generando un mayor riesgo de contagiocon lo cual sería más fácil su difusión en cadena.

Igualmente, varios de los cronistas del Nuevo Reino, hacen referenciaexplícita a la práctica de la prostitución y el «pecado nefando»21, aunque estecomportamiento en algunos grupos era abiertamente aceptado, en otros, eraduramente castigado como lo refiere Fray Pedro Simón: «el pecado nefandoera castigado con estacas pues se debe sufrir por el lugar por donde habíanpecado». Según Pablo Rodríguez (2002), la prostitución era un acto dehospitalidad con carácter recíproco o en ocasiones comercial, y de la mismamanera era bien retribuido con alimentos y bienes. El mismo autor afirmaque «entre los indígenas, era más ponderado el placer y el conocimiento sexualque la virginidad o doncellez. Para propósitos matrimoniales, eranespecialmente valoradas las muchachas que habían tenido algunos encuentros»(Rodríguez, 2002: 71).

Según Aguado, entre los Muzos y Colimas las llamadas «cocojimas», eranlas encargadas de brindar placer; entre los Muiscas a las mujeres conocidascomo «chichizapquaza», se les pagaba por sus servicios con maíz, aves de corral,algodón o pita para hilar.

Gracias al carácter endémico del yaws y el carate, en una extensiónconsiderable del territorio colombiano, sobre todo en las selvas tropicaleschocoanas, Orinoquía y Amazonía, así como parte de la costa Atlántica,Santander, Eje Cafetero y parte del Altiplano (Toro, 1945), sobre todo entreniños y adolescentes y en algunas comunidades como por ejemplo, entre losTunebos, el carate y el yaws eran valorados, aún en contra de la opinión estéticade otros grupos. Así lo narra el cronista Juan de Rivero en el siglo XVII quienhace la siguiente observación:

«Adolecen de cierta enfermedad sucia y asquerosa llamada carate, y es a manera delepra, de que están cubiertos hasta el rostro y las manos, con unas manchas azules, yblancas que da horror al verlos y son tan salvajes en un todo, que se precian y hacen

21 Se define pecado nefando comoaquellos comportamientos yprácticas que denotaban unapreferencia homosexual. «Pecadonefando indica la característicainvisible del delito sexual: nefandussignifica inmonbrable. Este términofue utilizado en forma alterna al desodomía» (Giraldo, 2002: 8).

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gala de semejante enfermedad, en tanto grado que si alguna moza de su pueblo notiene carate, nadie la quiere por mujer con que por guía de buen convenio y por que nopierda casamiento le dan cierta bebida con que le nace carate, y luego sin más patrimonioni dote que éste, encuentra en su conveniencia á propósito, y tantos pretendientes, comosi tuviera en el carate un mayorazgo, ó marquesado, ó los estados de Flandes» (Rivero,1736 [1956]: 57).

De igual manera, podría pensarse que la sífilis que se padece a partir de lainiciación de una vida sexual activa, no tendría unas tasas tan altas de morbilidaddebido a la inmunidad cruzada con los otros tipos de treponematosis. Se podríaconsiderar más bien, que prácticas culturales como la poligamia, homosexualismoy prostitución, contribuyeran más a una persistencia de la enfermedad, claroestá, sin causar tantos estragos a nivel demográfico.

«Portada del libro del autor AntonioTirobosco que trata sobre la obra deFracastoro. Portada de la obra. Verona(Italia, 1539)» Fotografía y pie de fototomados de Naranjo (1999).

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Finalmente, aunque es necesario aclarar que en las crónicas no se hace alusióna ninguna enfermedad de tipo sexual, sí se puede pensar en la presencia deéstas, debido a prácticas sociales como las aquí descritas.

Consecuencias del DescubrimientoLa irrupción de los europeos en el siglo XV generó un cambio drástico de la

situación sociocultural, así como las modificaciones medioambientales provocadaspor virus y bacterias (introducidas desde el Viejo Continente), las cuales dentrodel nicho ecológico americano, lograron desestabilizar el sistema adaptativo,que por siglos había permitido sobrellevar episodios de estrés por cambiosmedioambientales.

Las epidemias y factores como la explotación indígena (claro ejemplo delusufructo de la energía humana); la guerra continua, que generaba situacionesde hambre en el aborigen por el asalto constante a sus depósitos y sementeras,la variación en la dieta sujeta a la voluntad de los españoles, así como lostratos inhumanos a los cuales fueron sometidos, afectaron desfavorablementelas condiciones de vida de las poblaciones nativas, e implicaron una pérdidadel control sobre el medio debido a la invasión, lo que se reflejó en su drásticadisminución demográfica de los siglos XVI al XVIII.

Como resultado de esta situación de dominación se dio paso a una nuevaconfiguración espacial y socioeconómica durante la mayor parte de la colonia,la cual consistió en la creación de repartos y agregaciones. Estas últimasutilizadas sobretodo en el altiplano cundiboyacense, consistían en el trasladoy agrupación de varias etnias en un solo territorio, lo que provocó la iniciaciónde nuevos procesos adaptativos22, ya que modificaron las prácticas utilizadasen la obtención de recursos. La pérdida de costumbres como lamicroverticalidad y las colonias extraterritoriales, así como las redes de comercioentre diferentes comunidades, conllevó una escasez de víveres y a unascondiciones sanitarias y habitacionales precarias.

Como un proceso paralelo, se inició la transformación del paisaje agrario araíz de la introducción de ganado sobre todo vacuno y equino, lo cual produjoun acaparamiento espacial y dio paso a un desplazamiento obligado, alabandono forzoso de territorios étnicos, modificando así los patrones delusufructo de la tierra, mantenidos por los indígenas durante generaciones(Gómez et al., 2000). Además, nuevos productos alimenticios fueronintroducidos, con lo que se modificó la dieta y por lo tanto, los valores nutritivosde la misma. Desde España se enviaron plantas y semillas, trigo común ytremesino, cebada y otros simientes, así como caña de azúcar, vid, arroz, café,olivo, melón, mango y cáñamo, entre otros, que bajo el nuevo régimen,terminaron por imponerse frente a alimentos tradicionales.

La expansión cada vez más creciente de las poblaciones en América, conllevóla creación de grandes zonas urbanas que permitieron un contacto muchomás cercano entre los individuos, situación que favoreció la proliferación deenfermedades contagiosas, donde las infecciones se volvían epidemias por elcontacto frecuente entre personas. Sin embargo, las enfermedades treponémicasno tuvieron una incidencia significativa dentro de dicho cambio, debido a sucoexistencia ancestral, sin negar que bajo las nuevas circunstancias los indígenasfueron mucho más vulnerables a la enfermedad que antes.

En contraste, se sabe de la existencia de algunos brotes esporádicos de bubasy/o sífilis entre los conquistadores durante el siglo XVI. Esto se podría explicar,en un primer momento, debido al contacto que tuvieron aquellos con mujeres

22 Los reajustes, ajustes otransformaciones en el sistemaadaptativo están dados por nuevainformación que aparece dentrodel sistema o se incorpora almismo. La información externaque se acepta, se integra y enalgunos casos puede modificar loselementos o información deorigen interno, son el resultado dela recombinación de elementospreviamente existentes en elsistema con resultados diferentes,ya sean favorables o desfavorables.

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indígenas, sobretodo por violaciones y abuso del poder, así como por elcomercio sexual con prostitutas, sumado a las condiciones ambientales dehumedad y calor propicias para contraerlo por medio de la inoculación demosquitos. No se debe descartar, claro está, la posibilidad de un contagioinducido de manera criminal por los nativos, y accidental, debido al contactocon lesiones tempranas facilitado quizás por el hacinamiento.

Desde un punto de vista ecológico, la invasión europea enfrentó a losconquistadores ante un medio ambiente y cultura diferentes, por lo que, laadaptación a esta nueva área, se dio por medio de «difusión cultural» de ideasy prácticas aborígenes, en un principio realizada utilizando las estrategias quehabían resultado eficaces en Europa, e ideando nuevas formas de adaptaciónfacilitadas por la existencia en América de una población previamente adaptada.

Así, durante la Conquista, se desarrolló una política de salud pública dictadadesde España, enfocada a sobrellevar la vida dentro de un medio ambiente y

«El patriarca Job aparece desnudo ycubierto de pústulas y úlceras. Tomadode la Biblia de Ávila; siglo XII».Ilustración y pie de foto tomados deNaranjo (1999).

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cultura diferentes a aquellos de la Península Ibérica, que mereció con el tiempomodificarse, debido al desconocimiento de los nuevos territorios, lo que encuestiones médicas dio paso a un importante fenómeno: la fusión detratamientos fundamentados en la teoría humoral y del contagio vigente parala época en Europa y los conocimientos aborígenes.

De esta manera, los pueblos y ciudades en el Nuevo Reino de Granada,heredaron no sólo las características urbanísticas, sino también, las costumbresde la España del siglo de oro. El control de los desechos era deficiente y no esdifícil pensar en un ambiente de hediondez y suciedad, debido a la prácticacomún de arrojar los desechos caseros a las calles que, aunque era severamentecastigado, era ineficiente para garantizar la limpieza de las mismas. Mediantelos Bandos23, el gobierno se encargaba de publicar las medidas necesarias paramantener el orden en la ciudad. En ellos, es evidente que las políticas sanitariasiban encaminadas no sólo a mantener unas buenas condiciones de existencia,contempladas en la buena salud de los habitantes, como por ejemplo, el controlde las aguas corrientes, sino también el adecuado manejo de las basuras, asícomo el transporte y manipulación de los alimentos, y sanear los focos deociosidad, que en el imaginario común estaban representados por los mendigosy vagabundos venidos de otros pueblos, así como los lugares de confluencia deesclavos, campesinos, obreros y prostitutas, como lo eran las fondas y chicherías.

En la Colonia, para modificar los patrones de frecuencia de lasenfermedades24 se tomaban medidas drásticas como el aislamiento deindividuos enfermos, el cierre de fronteras, el control de los «focos deenfermedad» o la expulsión de los vagabundos y las prostitutas en momentoscríticos, como aquellos en que se anunciaban las pestes. Así mismo, el pasopor alto o violación de las medidas sanitarias impuestas (la manipulaciónindebida de las basuras, la contaminación de las aguas o calles), conllevabanuna sanción de tipo moral, social o económica, dependiendo de la gravedadde la infracción.

La controversiaAnte estas nuevas condiciones históricas, surge otro interrogante, ¿cuál fue el

rumbo que tomaron las enfermedades treponematósicas dentro de la sociedadcolonial? Es de tener en cuenta que posterior al descubrimiento (1492), se desatóuna epidemia de sífilis en Nápoles. El mal gálico o mal napolitano como fuedenominada la sífilis en los primeros años25, no se relacionó en un principio conAmérica, sin embargo, lo aseverado por Oviedo26 sumado a otros testimonioscomo los de Fray Bartolomé De las Casas (1552); Soares de Sousa (1587); Gomara,quien aseguró que todos los habitantes de la española estaban contaminados debubas; o Cortés, quien vio contagiados a varios de sus hombres y Ruy Díaz de laIsla, provocaron la aceptación de su procedencia americana.

Más tarde, se aseguraría que el «mal venéreo» se conocía en Europa desdetiempos de Hipócrates. Varios de los autores antiguos refieren los síntomas, partesafectadas, causas y su curación con la unción mercurial, bajo una sinonimia extensaque conducía al error y a la confusión. Desde 1385, existía en España el hospitalde las bubas, y según Pfandl (1929), hubo épocas en que la enfermedad arreciócomo plaga en algunas ciudades españolas particularmente en los puertos de marentre los soldados mercenarios.

Se sumaba a la controversia sobre su procedencia, la variación terminológicautilizada para hablar y distinguir clínicamente la sífilis (treponematosis venérea),denominada también «mal napolitano», «mal muerto», «mal gálico»27; de las bubas

23 Edictos

24 La cultura como elementotrasformador del ambiente puedecambiar el patrón de lasenfermedades, ya sea el ambientefísico o el orgánico; el primer casopuede estar dado por modificacionestecnológicas para sobrevivir en elmedio ambiente o sobre él; y elsegundo, se observa en laintroducción o eliminación deagentes que generen desestabilidad.

25 Llamada así debido al sitio dondeexplotó la epidemia.

26 Su testimonio fue el máscontroversial, pero al mismotiempo el más aceptado, pues, apartir de lo que él escribe en suHistoria general y natural de lasIndias y tierra firme del mar océanoen 1535, se empezó afirmar pocodespués que el mal gálico o el malde bubas era originario deAmérica: «Padecieron más estoscristianos, primeros pobladoresdesta isla, mucho trabajo con lasniguas, e muy crueles dolores epasión del mal de las búas, porqueel origen dellas son las Indias. Edigo bien las Indias, así por la tierradonde tan natural es esta dolencia,como por las indias mujeres deestas partes, por cuya comunicaciónpasó esta plaga algunos de losprimeros españoles que con elAlmirante vinieron a descubrirestas tierras, por que, como es malcontagioso, pudo ser muy posible.Y déstos, después de tornados enEspaña e haber sembrado en ellatal enfermedad, de ahí pasó a Italiay otras partes, como adelante diré[...] Muchas veces, en Italia me reíaoyendo a los italianos decir el malfrancés, y a los franceses llamarleel mal de Nápoles; y en verdad, losunos y los otros le acertaran elnombre si le dijeran el mal de lasIndias» (Fernández de Oviedo1535 [1978]: 488).

27 En ocasiones denominadaerradamente mal de «San Lázaro»por su diagnóstico debido a sussignos clínicos parecidos a los dela lepra.

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(treponematosis no venérea), llamada igualmente «epián», «pián» 28, «frambesia»29

y «yaws»30, que conducía como es lógico a agravar aún más la confusión. En laAmérica hispana, el término buba era el más utilizado, y en colonias portuguesas,francesas, inglesas y holandesas las denominaciones epián, pián, frambesia y yaws,estaban bastante difundidas haciendo referencia a la misma enfermedad. El términobuba se popularizó en España sobretodo, después de las epidemias de pestebubónica de la Edad Media, ya que, esta enfermedad, se caracterizaba por lainflamación de los ganglios inguinales conocida como bubones, coincidiendo enesto con la sífilis.

La apertura de las fronteras europeas hacia América y viceversa, ha llevado avarios investigadores a creer que muchos de los casos tratados por los médicos enel Viejo Continente fueron de yaws (Guerra, 1982), reforzada por la evidencia deltratamiento de zarzaparrilla y palo santo que era usado con efectividad en Américapara esta enfermedad. En parte, es posible su presencia en Europa, pero no sólocomo resultado del descubrimiento, sino también por el comercio de esclavosafricanos quienes también padecían la enfermedad.

Curación y clasificación de las enfermedades treponematósicasEl proceso curativo de las enfermedades treponematósicas era llebado a cabo

por los aborígenes mediante el consumo del guayaco y la zarzaparrilla en infusión,además de una dieta especial, según lo narrado por el padre Labat:

«Ella no tomaba la corteza del guayaco, como se hace actualmente, sino el corazón deárboles jóvenes que cortaba en pequeños pedazos y ponía a hervir en agua con fguine. Eraesa cocción lo que les hacía beber al levantarse, tras lo cual los ponía a trabajar en el bosqueo en su campo de maíz para excitar el sudor más copioso posible. Cuando los veía en eseestado los hacía reposar al sol y les daba a comer carnes secas, es decir asadas y ahumadas,y ninguna otra bebida que la tisana. Pasaban así los días en trabajar, sudar y beber latisana; ella hacía que la bebieran mucho más ampliamente antes de acostarse y los manteníamuy abrigados durante la noche» (Labat, 1979: 203).

El guayaco una planta zigofilácea, de amplia difusión en América Central y delSur, fue un componente principal valorado en el tratamiento de la treponematosisdebido a su efectividad gracias a sus propiedades sudoríficas31, diuréticas yantisifilíticas, por lo que hizo parte fundamental del inventario de la farmacopeaindígena, así como el gualanday (Jacaranda, spp.) o palo de buba y la zarzaparrilla,raíz de varias plantas del género Smilax, de nombre vulgar raíz china (Pérez, 1996).

El proceso se llevaba a cabo durante varios días y según algunos lo único queno se podía ingerir era la carne de iguana porque:

«El funcionamiento que tengo para inferir esto es el que en las partes obsenas de uno, y otrosexo de los que se hallan infectos de este mal, aun cuando halla mucho tiempo, que losdemás symptomas desaparecieron, no obstante suelen nacer en ellas ciertas crestas dentadasde la misma figura, que las tiene la serpiente iguana, cuyo cuerpo está rodeado por todaspartes de estas tuberosas excrecencias propia representación del animal de donde el dañotuvo su principio» (Brunet, 1775: 76-77).

El éxito de los tratamientos con el guayaco fue tal, que al llegar los españoles,estos observaron la fácil curación de lo que ellos llamaban bubas, en la mayoría delos casos confundida con la sífilis, enfermedad que como se ha dicho, en Europacausó una disminución poblacional considerable. Es por esto, que no se hizoesperar su importación al Viejo Continente dadas sus magníficas propiedades yefectos benéficos en el organismo.

28 Abascal asegura que es africana.Levacher asegura que es céltica ysu significado es pena.

29 Levacher le atribuye un origengermánico, aunque con unaescritura diferente (frambuesia),escrito así en la literatura médicade 1768.

30 Según Abascal (1951), es unvocablo africano y significa fresa.El mismo autor menciona queestas palabras son originarias de3 dialectos africanos con idénticasignificación y del céltico antiguo,compartiendo raíces en losprincipales idiomas europeos.

31El guayaco lograba elevar el nivelde la temperatura corporal, lo quea su vez contribuía con laeliminación del treponema, por sutendencia a extinguirse atemperaturas mayores de 42 ºC.(Naranjo, 1999).

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Por lo tanto, el tratamiento de la sífilis durante los siglos XVI al XVIII tantoen América como en Europa, fue el resultado por una parte del tratamientodado por los aborígenes a base de tisanas sudoríficas como el guayaco, palosanto y raíz china, sumado a los fundamentos teóricos europeos así como lostratamientos a base de mercurio debido al auge de la alquimia en España en elsiglo XVI, entendida no sólo como los trabajos conducentes a provocar latransmutación de los metales, la búsqueda del elixir o de la piedra filosofal, sinotambién, otras prácticas muy directamente relacionadas con ellas como ladestilación, metalurgia o elaboración de medicamentos tanto de origen vegetalcomo mineral.

De esta manera, la sífilis era controlada efectivamente no solamente por mediode estos productos vegetales, sino también, por el uso los ungüentos mercurialesy la utilización de fórmulas como la de Vigo32. El mercurio era combinado conespecias y aceites, de tal manera que aquella mezcla se adhiriera al cuerpo yprovocara sudoración. Si la enfermedad no cedía ante tales aplicaciones, aúnsiguiendo las recomendaciones del médico, era sometido a sahumerios con azogueo cinabro33. Existían varias recetas para elaborar el ungüento. Cada una de ellasvariaba en la mezcla dependiendo de la complexión y temperamento del enfermo,el grado de avance en el cual se encontraba la enfermedad y, que tan corrompidose encontraba el cuerpo por la misma.

La terapéutica colonial concebía la enfermedad como un desequilibrio«energético», inducido por el exceso o la escasez de los humores en el organismo.Entendía el contagio como producto del contacto con seres inanimadoscontenidos en el aire, los cuales entraban en el organismo contaminándolo ydescompensado el húmedo radical. El médico buscaba y empleaba mecanismosde retorno de la circulación normal de energía, «al flujo natural de los neumas oespíritus por los canales del cuerpo» eliminando todos aquellos factores que nopermitían la libre circulación de la misma en el organismo. La dieta34 buscabarestablecer dicho equilibrio mediante contrarios. Bajo esta concepción, las bubasse consideraban de humor frío, mientras que el gálico se consideraba de naturalezacaliente y húmeda. De esta manera, Daza (1626) aseguraba que los apostemasdel mal venéreo se provocaban por un exceso de humor caliente y en muy contadasexcepciones de humor frío. Por su parte, López de León (1625), aseguraba quelas bubas eran de «humor frío, viscoso y corrompido».

Entendido así, el exceso de un humor era un agente patógeno, entonces laterapéutica común consistía en la utilización de fórmulas que produjeran suexcreción para restablecer el equilibrio, el cual era necesario para mantener unacondición saludable. Igualmente, los médicos de la colonia no desconocían laimportancia de las condiciones ambientales que rodeaban al enfermo, por loque no es raro encontrar en las recomendaciones médicas de la época, el reposode este en lugares con un clima acorde con las características humorales propias.

Así mismo, se creía que las enfermedades treponémicas eran producidas porla corrupción del ambiente. Labat (1979), afirmó que en el siglo XVIII el epiánendémico en los negros en Surinam y Barbiche se había erradicado, después deque los holandeses habían desecado los pantanos y habían dado curso a lasaguas estancadas que echaban a perder el aire. Serret (1911), aseguraba quecontribuían a la propagación del carate el sol, las corrientes de agua y las de airetransportando el «germen» de esta afección.

Durante los siglos XVII y XVIII prevalecieron las mismas nociones sobre elcontagio y su propagación. Pérez de Escobar en «Avisos médicos populares ydomésticos» (1776), en su parte preliminar explicaba cuáles eran los tipos decontagio en general, asegurando que se podía transmitir (1) por fómites es decir,

32 Fórmula propia que se basaba enmercurio en cinco o seis gramoscon vino.

33La minas de azogue en América,de gran importancia para la realhacienda (Sánchez, 1997), podríanhaber suministrado la preciosamedicina aunque no existeregistro de ello. Se ubicaban enChilapa (México), en Huancavelica(Perú), siendo ésta última quizásla más importante, y en Ibagué(Colombia).

34 La dieta buscaba mantener elequilibrio de la complexión. Lacomponía no sólo el tipo dealimento (dependiendo de sunaturaleza fría, caliente, húmeda,seca), sino también, el aire, elambiente, el vestido, los cualesdebía tener en cuenta el individuodependiendo de la enfermedad yde su temperamento.

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cuando el contagio tenía tanta fuerza y extensión que no sólo se comunicabapor contacto inmediato sino que lo recibían los cuerpos cercanos, pegándosetambién a las ropas, y muebles, esparciéndose por el aire, residiendo, yconservándose por algún tiempo sin desvanecerse; otra forma (2), era debida ala más íntima acción de un contacto inmediato, y, finalmente (3), al contactoaéreo cercano, donde el contagio consistía en unos particulares y determinados«hálitos», capaces de desvanecerse y perder su actividad a poca distancia.

Aunque a principios del siglo XVIII se hablaba de causas remotas y próximas,para finales del mismo, se creía que el contagio del «mal gálico» pertenecía alsegundo tipo, es decir el contagio transmitido por el más íntimo contacto.

Desde el siglo XVII, ya se distinguían cuatro especies de morbo gálico segúnlos expertos, lo cual era compartido tanto por López de León en (1625) comopor Suárez de Ribera un siglo después. La primera especie, se denominaba lapelona, la cual tenía su origen en el acto venéreo y generaba las típicas ulceracionesen el miembro viril y en el cuello uterino. Para López, los signos de esta eran «lainflamación de la garganta con llagas en la úvula o campanilla, la seca en la

«Efigie de Nicolás Menardes famosomédico sevi l lano que ensayóclínicamente varias plantas medicinalesde América. Acogiéndose a un viejo dichosegún el cual «Dios es tan misericordiosoque, donde pone la enfermedad pone lacura», se inclinó a suponer que como elpalosanto, (planta usada para curar lasífilis) era originario de América, de allídebía provenir la enfermedad». Ilustracióny pie de foto tomados de Naranjo (1999).

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ingle, incordios y otras hinchazones, bubas y clavos entre los dedos» (Restrepo,1997:71). Aunque Suárez de Ribera comenta que la alopecia solía ser aún máscomún en la tercera y cuarta especies.

La segunda especie, se caracterizaba por manchas distribuidas por todo elcuerpo, al igual que gomas en la cabeza, frente y en el miembro viril, donde adecir de Suárez de Ribera, se solían experimentar gonorreas virulentas, o bubonesen las ingles, así como pústulas ulcerosas en el cuero y puringinosas semejantesa los granos de mijo. En la tercera especie, la enfermedad se tornaba mucho másgrave porque las apostemas y llagas se hallaban diseminadas por todo el cuerpo,causando más daño sobre los huesos, acompañadas de dolores en lasarticulaciones, brazos, piernas, espalda y pecho que se hacían insoportables enlas noches. La última especie, la más temida según López, ya que «por su gravedadsólo demandaba esperar la muerte», comprometía todos los órganos internosdel cuerpo, especialmente el hígado, así como nervios, tendones, huesos ycartílagos. El enfermo experimentaba crueles migrañas y la enfermedad lo ibaconsumiendo. Los fríos se apoderaban del cuerpo y «apretaban involuntariamentelos dientes como si tuvieran convulsiones o espasmos y presentaban confrecuencia cámaras» (Restrepo, Op. Cit., Pág.73).

Pero los signos en cada enfermo no sólo dependían de la constitución humoraldel individuo. Se creía que según el tipo de oficio al cual se dedicara el enfermo,la enfermedad anidaba en un lugar específico del cuerpo:

«Debo decir que con mas intensión dicho fermento actualier, o radicaliter, haze su asientoen el hígado, o en la cabeza o en otro algún miembro, según el oficio, que cada uno tiene»(Suárez de Ribera, 1721:53).

Se esperaba entonces, que los escritores y hombres de negocios como erandados a un continuo estudio, padecieran mayor debilidad de la cabeza y elestómago; en los labradores y «gente rústica», que el fermento venéreo debilitaralas articulaciones, los nervios y músculos, debido a las extenuantes jornadas a lascuales se veían sometidos. Finalmente, los músicos y cantantes verían másafectados el pecho, en especial los pulmones. De igual manera, se creía que elmorbo se curaba más fácilmente en los plebeyos y en la gente rústica que en losnobles, ya que según los entendidos, el ejercicio era el único remedio paliativodel mal gálico, y no el ocio:

«son quatro los motivos por que el fermento galicano se cura mas fácilmente en los plebeyos,en los labradores, y en la demás gente rusticana, que en los nobles. El primero, porque losplebeyos, obedecen exactamente a los remedios; y lo contrario se experimenta en los nobles.El segundo, porque los plebeyos, toleran mejor las alteraciones de los remedios, por queestán acostumbrados a un continuo trabajo, del que carecen los nobles. El tercero, porquelos médicos no menos atienden a su crédito, que a la salud del noble. El quarto porque losplebeyos, labradores, y demás gente rusticana tienen fuerças mas robustas que los nobles,aunque no beben vinos generosos, ni se alimentan con perdizes, pollas, buen carnero, nicon pan de leche» (Suárez de Ribera, 1721:66).

Un análisis detenido de la literatura médica de los siglos XVI al XVIII, permitever una evolución en cuanto al conocimiento de las enfermedades treponémicas.En el siglo XVI, la diferenciación de bubas y sífilis no era clara, sin embargo, apartir del XVII el estudio de las mismas permitió diferenciarlas. Aunque la sífiliscongénita indiscutiblemente se conocía, no hay muchos datos con relación aella.

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A pesar de que en el siglo XVIII tanto médicos como el común de la gente,con su saber popular diferenciaba cada entidad clínica de manera casi acertada,conocía su tratamiento y lo aplicaba; existió una confusión generalizada con elmal de «San Lázaro», desde las primeras descripciones de Oviedo, sobre todo enaquellos lugares críticos como Cartagena, donde sobretodo la población negrano sólo sufría de lepra, sino de yaws y sífilis. Algunos autores aseguraban que elcarate y el pián, afectaban en una mayor proporción a los afrodescendientes; esnecesario aclarar que no existía ninguna predisposición natural a ello, más que,las características medioambientales de humedad y calor en las cuales se veíancircunscritos la mayoría de ellos lo que hacía casi inevitable su contagio.

Consideraciones finalesComo se ha visto, la treponematosis es una enfermedad que ha estado presente

en el territorio colombiano desde por lo menos dos milenios antes de Cristohasta el presente. Las campañas de salud han permitido controlarla, aunque lascondiciones geográficas del territorio permiten su presencia recurrente en buenaparte del mismo. Su curación ahora es fácil y definitiva si se toman las medidasadecuadas durante la primera fase.

Aunque la controversia sobre el origen de esta dolencia aún esta abierta, lasinvestigaciones en Bacteriología así como en Genética siguen aportando datosvaliosos. La Arqueología arroja nueva información que puede contribuir a rastrearel recorrido histórico de esta enfermedad. Por su parte la Antropología, permitedeterminar el impacto de esta enfermedad en las poblaciones antiguas ypronosticar su posible impacto en poblaciones vivas, dependiendo de lascondiciones de vida (medioambientales y culturales) de los grupos humanos.

El estudio de enfermedades infecciosas en la época precolombina yparticularmente en el periodo colonial, es una temática que ofrece variasalternativas de investigación. No sólo desde un punto de vista académico ycientífico, sino desde una perspectiva social, ya que los documentos de archivoson una fuente potencial de información, aún sin explotar en este campo, nosólo para el conocimiento de la historia epidemiológica de Colombia, sino detodas aquellas historias particulares, historias de vida, de sufrimientos y estigmas,sobretodo para aquellos que por cuestiones sociales son considerados indeseables.Las fuentes de archivo pueden aportar información valiosa para la reconstrucciónhistórica sobre el conocimiento médico y la visión a lo largo de la historia denuestro país, sobre las enfermedades treponemátosicas, las cuales aunque sonsólo un aspecto, pueden aportar importantes datos para la reconstrucción de lacompleja vida social colonial.

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Inconmensurabilidadconceptual:

El caso de la hoja de coca en Uitotos y Occidente

Irene Vélez [email protected]

FilósofaEstudiante de la Maestría en Estudios CulturalesUniversidad Nacional de Colombia, Sede Bogotá

Palabras clavesUitotos, coca, epistemología

Key wordsUitotos, coca, epistemology

Recibido:15/12/2005En revisión desde:20/12/2005Aceptado para publicación:09/04/2006

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ResumenLa inconmensurabilidad es una propuesta hecha desde la epistemología y lafilosofía de la ciencia de tendencia relativista para entender las relaciones entreparadigmas y teorías científicas de diferentes épocas. En este escrito se rastrea elorigen de esta propuesta, así como algunos aportes contemporáneos a la misma,para realizar una lectura crítica de la conflictiva situación social, desencadenadapor la relación trans-cultural entre la visión que sobre la hoja de coca tiene lacomunidad Uitoto, de la Amazonía colombiana, y la visión que sobre esta plantatiene Occidente.

AbstractIncommensurability is a proposal made from epistemology and sciencephilosophy with relativistic tendencies, formulated to understand therelationships between paradigms and different moments science theories. Thispaper traces the origin of such proposal and reviews some recent contributions,in order to make a critical reading into the troubled social situation that havecame from the trans-cultural relationship between Uitoto thought on Coca’sleaves and the Occidental one.

Revista Inversa, Vol. 1, No.2 (2006): 29-79.

esde el preámbulo de la Constitución Política de Colombia se haceexpreso el compromiso del Estado de, dentro de un marco jurídicodemocrático y participativo, fortalecer y asegurar la convivencia,igualdad y libertad de los habitantes. En el Título I sobre los

Principios Fundamentales, se reitera, en los artículos 1, 2, 7 y 8, el carácterpluralista y culturalmente diverso de la Nación colombiana, reafirmando elcompromiso del Estado en el reconocimiento y la protección de esta diversidadétnica y cultural, así como de las riquezas culturales y naturales de nuestro país.Todas las autoridades de nuestra República tienen el deber, inscrito en laConstitución, de proteger a la totalidad de las personas residentes en Colombia,en su vida, bienes y creencias. A su vez, en los artículos 49 y 79, se hace explícitoel derecho que todas las personas tienen a gozar de buena salud y de un ambientesano, y de participar en las decisiones que puedan afectarlo.

El carácter pluralista y multicultural, reconocido y promulgado en laConstitución Política, nos evidencia la necesidad y obligación que comocolombianos tenemos de hacernos cargo de esta diversidad y de la trans-culturalidad que ella implica. A pesar de los derechos que las comunidadesindígenas tienen de ejercer funciones jurisdiccionales dentro de sus territorios,que no se contradigan con la Constitución y leyes de la República (art. 246); delcompromiso asumido por el Estado de proteger la diversidad cultural y susriquezas; y, más aún, del deber que, como parte de esta Nación, tenemos loscolombianos de reconocer y respetar esta pluralidad; a pesar de todo esto, losindígenas Uitoto ven vulnerados sus derechos cuando estrategiasgubernamentales de distinta índole (economías de exportación, programas dealimentación, control territorial, educación formal y fumigaciones), atentan ycontradicen, de forma directa y frontal, su cultura y su legado ancestral de bienes,prácticas y conocimientos. Nuestro papel en la defensa y protección de estadiversidad cultural no puede ser pasivo. La situación crítica por la que atraviesanuestro país nos impele a que, cada vez más, asumamos una posición decidida ydinámica de reconocimiento de nuestra realidad y de defensa de nuestrosderechos. Tenemos el derecho y el deber de asumir como propia la trans-culturalidad, indagar sobre ella, pensar y crear soluciones reales que nos permitanconstruir un país pluralista y respetuoso en el vivir.

Este escrito deviene de esta necesidad y responsabilidad que todos tenemos.Y aunque no es ella una propuesta que pueda abanderarse fácilmente por lascomunidades, debido a su lenguaje complejo y, en algunas ocasiones, abstracto,sí pretende animar el debate interdisciplinario sobre cómo hacer frente a lasrelaciones trans-culturales, cuáles son sus obstáculos y cuáles las posiblessoluciones a ellos. A pesar del carácter innegablemente filosófico de este escritoy de, por ello mismo, los restringidos alcances que en términos prácticos puedatener debido a lo poco dado que es nuestro país a atender a este tipo de reflexiones,pretendo aquí aportar elementos que sirvan para comprender y proponersoluciones a la compleja situación del país, por lo menos, en lo que al tema de latrans-culturalidad se refiere.

La discusión sobre la relación entre diferentes culturas: sus limitantes,posibilidades, problemas y alcances, que resulta imperante en la actual situaciónnacional, debe pasar, necesariamente, por la no muy reciente polémica delrelativismo y la inconmensurabilidad. Si bien en otros países ya ha habido avancesy, en algún sentido, una superación de este debate, en Colombia, donde aún noha comenzado de manera fuerte y decidida, parece llegar en hora buena. Estainvestigación pretende aplicar la propuesta relativista sobre lainconmensurabilidad, bastante teórica y abstracta, al caso concreto de la posible

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*Este artículo se basa en la monografíapresentada por la autora en el año2004 para optar al título de Filósofade la Facultad de Ciencias Humanasde la Universidad Nacional deColombia, sede Bogotá.

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inconmensurabilidad conceptual entre los indígenas Uitoto de la Amazoníacolombiana y Occidente1, en lo que al concepto de «hoja de coca» se refiere. Haberelegido este caso concreto obedece a que, en primera instancia, creo que puedenahí hacerse evidentes las aristas de esta propuesta; y, en segunda, creo que estapropuesta puede otorgar importantes elementos para el entendimiento de estasituación concreta, así como para motivar la construcción de salidas a los problemasque en ella se evidencian.

Este texto está dividido en tres partes: en la primera reconstruyo de manerabreve las principales propuestas que se han dado sobre el concepto de«inconmensurabilidad», e incluyo, en la parte final, algunos aportes hechos a lapostura relativista por un filósofo bastante contemporáneo, pertinentes para mipropósito comparativo. Haciendo esta reconstrucción de la propuesta relativistasobre la «inconmensurabilidad» pretendo descubrir herramientas teóricas que mepermitan hacer un análisis juicioso de las dos concepciones sobre la hoja de cocaque quiero contrastar. En la segunda parte rastreo ambas concepciones sobre lahoja de coca y, utilizando los elementos encontrados en la primera parte de lainvestigación, las contrasto con el propósito de poner en evidencia lainconmensurabilidad que entre estas dos concepciones puede ser encontrada. Enla parte final pretendo, por un lado, explicitar el tipo de cosas que el acercamientorelativista a una problemática de trans-culturalidad puede evitar o ayudar acomprender, y, por otro lado, dar luces del atropello cultural que puede implicarla imposición de una concepción de «hoja de coca» sobre otra.

Ahora bien, cuando esta investigación pretende demostrar que recurriendo alanálisis de un concepto preciso como el de «hoja de coca», inserto en dos visionesde mundo diferentes, resulta una inconmensurabilidad conceptual, pareceríariesgoso, filosóficamente hablando, que pretendiera motivarse o siquiera concebirseuna comprensión trans-cultural. Sin embargo, este texto está lejos de la idea deque dos culturas no puedan nunca comprenderse o, mucho menos, relacionarse.Creo que todo debate sobre la trans-culturalidad debe pasar por este pasaje deinconmensurabilidad conceptual; empero, tengo también la creencia y la esperanzade que las diferentes culturas que habitamos este territorio diverso que es Colombiay el mundo, pueden y deben llegar a comprenderse e inter-relacionarse, siempreque se apele para ello, no a los sesgados ámbitos de los conceptos, sino a lastotalidades, a las amplias y riquísimas visiones y prácticas que sobre el mundo y enel mundo despliegan las comunidades. Este escrito es el primer escalón de unalarga escalera que es el debate sobre la trans-culturalidad; no pretendo agotar aquíesta discusión, muy por el contrario, espero que esta sea la apertura personal haciaun fértil debate sobre una realidad que apremia ser pensada y re-creada.

IEl discurso de la inconmensurabilidad

Desde la modernidad parece haber estado presente entre los filósofos,investigadores sociales y científicos la ansiedad por descubrir un fundamento firmea partir del cual construir una estructura segura y permanente para la investigacióncientífica. Esta ansiedad se deriva de la preocupación por nuestro ser en el mundo.El debate entre racionalismo y relativismo se ha vuelto central en filosofía por laangustia que genera no tener nada (razón, ciencia, método) que responda y satisfaganuestra ansiedad, nuestra esperanza de tener estables e inamovibles reglas para elcorrecto y seguro actuar y pensar. Muchos filósofos han compartido la confianza yel optimismo respecto al descubrimiento de un método correcto y seguro para elprogreso intelectual, la esperanza de encontrar el objeto apropiado y elprocedimiento correcto para la investigación filosófica, científica y moral. Sin

1 Entiéndase la «occidentalizada»Nación colombiana.

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embargo, otros filósofos han puesto en escena la imposibilidad de lograr dichocamino único y correcto de hacer filosofía e incluso ciencia, señalando que lomáximo a lo que la filosofía y la ciencia pueden aspirar es a tener una voz (entremuchas otras) en el «diálogo de la humanidad» (Bernstein, 1983: 6).

Estos dos polos representan la principal oposición intelectual y cultural denuestros tiempos, a saber, aquella entre relativistas y racionalistas. Por racionalismodebe entenderse la convicción de que existe una «matriz» ahistórica y permanentea la que puede apelarse siempre que desee determinarse lo que es verdadero, bueno,recto y correcto. Por relativismo debe entenderse la convicción de que todos esosconceptos fundamentales como verdad, razón, bondad, maldad, etc. son relativosa esquemas conceptuales, paradigmas, formas de vida, culturas y épocas históricas,que pueden diferir radicalmente hasta llegar a ser, según algunos autores,inconmensurables entre sí.

Mientras un racionalista cree en la existencia de un estándar universal deracionalidad, los más radicales relativistas creen que dicho estándar es determinadohistórica y/o culturalmente, teniendo que entre estándares de racionalidad distintos

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hay una especie de incomunicabilidad valorativa, es decir, una incomunicabilidadsegún la cual resulta imposible juzgar un estándar A con los criterios de valor deotro estándar B (impidiendo, de esta manera, la extrapolación valorativa, losrelativistas pueden seguir hablando de verdad, bondad, etc. pero en la exclusivainterioridad de cada paradigma (Barnes, 1997: 22-23)).

Al interior de las más radicales posturas relativistas hay un discurso, que devienecomo consecuencia necesaria del planteamiento teórico general, especialmentecriticado por los racionalistas, a saber, el de la inconmensurabilidad. Losracionalistas acusan, a los relativistas de sostener, debido a estainconmensurabilidad propuesta, una postura epistemológica inconsistente yparadójica. Los relativistas se defienden apelando a la necesidad que tienen lasciencias de flexibilizarse e «historizarse» para dar verdadera cuenta de los fenómenosmundanos. La historia del concepto de inconmensurabilidad es relativamentecorta, aunque algunos de los debates que rodean la aparición de éste término amediados del siglo anterior puedan remontarse a la filosofía griega y su explicación,basada en el logos. La inconmensurabilidad ha sido planteada y debatida desdeentonces en diferentes ámbitos de la investigación científica, humana y social.Distintos autores han planteado la existencia de inconmensurabilidad entreparadigmas científicos, entre culturas y entre prácticas morales y sociales.

En el primer aparte de este escrito, rastrearemos la aparición del concepto deinconmensurabilidad en el campo de la filosofía de la ciencia. Analizaremos,para ello, las propuestas de dos filósofos que se han vuelto clásicos para lacomprensión de este concepto: Kuhn y Feyerabend; y finalmente, apelaremos alanálisis de la propuesta de un filósofo contemporáneo que arroja interesantesaportes para el debate: Hacking*. Intentaremos puntualizar las condiciones enque puede hablarse de inconmensurabilidad entre paradigmas y las implicacionesque esta afirmación tendría al explicar la relación entre dos posturas científicasdiferentes. Focalizaremos nuestra atención en el contexto en que la emergenciade este concepto tuvo lugar para, en el siguiente intertítulo, mostrar cómo éste hasido utilizado en nuevos contextos para explicar la relación entre diferentes culturas,dando cuenta de disimilitudes profundas entre distintas prácticas y concepcionesculturales.

La propuesta de KuhnLa propuesta de Kuhn sobre la inconmensurabilidad entre paradigmas se

inscribe en su afirmación, derivada de una perspectiva histórica de indagación,de la existencia de un desarrollo revolucionario de las ciencias. Existen dosdiferentes tipos de desarrollo que pueden ser encontrados en la historia de laciencia: el normal y el revolucionario. El primero de ellos se refiere al procederacumulativo del desarrollo científico que se expresa en un tipo de investigaciónque continuamente refina, amplía y articula un paradigma ya existente, añadiendoladrillos al edificio del conocimiento científico. El segundo de ellos se refiere aldesarrollo científico que comprende episodios no acumulativos que aparecen enforma de paradigmas inconexos e incompatibles que se superponen unos a otroscompleta o parcialmente. Los cambios revolucionarios se definen encontraposición a los cambios normales: si estos últimos se configuran como piezasdel crecimiento acumulativo de la ciencia, por medio de la crítica y corrección decreencias o de la ampliación de lo que no se conocía antes; los primeros seconfiguran como descubrimientos que no pueden ser asimilados por el tejido deconceptos científicos anteriores y habituales, exigiendo la invención de nuevosconceptos y nuevas hilaciones para la expresión y explicación de dichosdescubrimientos.

*Aquí se recurren las obras «Languaje,truth and reason» (1997) y «¿Laconstrucción social de qué?» (2003).N. de E.

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Las revoluciones científicasLas revoluciones científicas tienen lugar tras un creciente sentimiento de la

comunidad de que un paradigma ha dejado de dar adecuada cuenta de un aspectodel objeto de estudio hacia el que, ese mismo paradigma, había mostradopreviamente el camino. En el caso de las ciencias de la naturaleza ese objeto deestudio es, por lo general, la naturaleza misma; sin embargo, en las cienciashumanas ese objeto bien puede ser las relaciones culturales y sociales o los estadosy disposiciones mentales. Cualquiera que sea el caso, tanto la teoría, como losinstrumentos diseñados por ella para dar cuenta de su objeto de estudio, dejande ser operantes para tal propósito.

Las revoluciones científicas pueden ser equiparadas a las revoluciones políticasen importantes aspectos: 1) las revoluciones políticas tienden a cambiar lasinstituciones en un modo prohibido por éstas. Igualmente, las teorías científicasrevolucionarias2 emergen en contravía del proceder regular de sus antecesoras;2) Al aparecer en política dos tipos distintos de instituciones que no reconocenestructura supra-institucional alguna a través de la cual dirimir sus diferencias,surge entre ellas una estilizada competencia que tiene como meta la elegibilidadpor parte de la comunidad. De la misma manera, dos paradigmas científicoscontrapuestos compiten entre sí como modos incompatibles de vida para lacomunidad; 3) La competencia entre dos tipos diferentes de instituciones políticasy entre dos paradigmas incompatibles, no se resuelve mediante una elecciónguiada por la lógica y la experimentación. Por el contrario, siendo la norma máselevada para la elección entre paradigmas e instituciones su aceptación por partede la comunidad, cada paradigma y cada tipo de institución utiliza técnicas deargumentación persuasiva, efectivas al interior de la comunidad.

Aunque no es siempre el caso que una nueva teoría entre en conflicto concualquiera de sus predecesoras y compita con ellas, sucede a veces que losconocimientos nuevos reemplazan la ignorancia en lugar de reemplazar otrosconocimientos de tipo distinto e incompatible (casos en que una nueva teoría seocupa de fenómenos antes desconocidos, sin generar ningún conflicto con teoríasanteriores); la historia del desarrollo científico ha mostrado que en muchos casosla aparición de nuevas teorías y de nuevos tipos de fenómenos conducen alconflicto entre escuelas científicas competitivas y a la destrucción de un paradigmaanterior y construcción de uno nuevo.

Existen tres diferentes situaciones que pueden dar lugar al surgimiento denuevas teorías: 1) cuando los científicos revisan fenómenos amplia ysatisfactoriamente explicados por las teorías existentes; 2) cuando los científicosse ocupan de fenómenos cuya naturaleza es indicada por las teorías existentes,pero cuyos detalles sólo parecen comprensibles tras la articulación posterior devarias teorías en una sola; y 3) cuando los científicos se enfrentan a fenómenoscuyo rasgo característico es su imposibilidad de acomodarse dentro de las teoríasexistentes.

Las teorías derivadas del primer tipo de situación son raramente aceptadasdebido a su extravagancia, es decir, debido a que los instrumentos y explicacionesexistentes son aún vigentes para la resolución de los problemas para los quefueron diseñados y su recreación resultaría en una pérdida innecesaria de tiempoy energía. Empero, cualquier teoría que se estructure con base en este tipo desituación, si hay alguna, lo hará en el campo de la ciencia normal. El segundotipo de situación, aunque constituye el accionar de la mayoría de investigacionescientíficas, parece derivar, más que en la creación de nuevas teorías, en laarticulación de unas previamente existentes. Las teorías que surgen a partir deeste tipo de situaciones lo hacen como parte del desarrollo de la ciencia normal.

2 Así como en Kuhn, en esta partedel texto nos referiremos a«teorías científicas» en el mismosentido en que nos referimos a«paradigmas científicos». Inferidode: KUHN, THOMAS.1985. Laestructura de las revolucionescientíficas . México: Fondo deCultura Económica. Pp. 153-154.

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Sólo el tercer tipo de situación da lugar al surgimiento de teorías auténticamentenovedosas, consistiendo este proceso en una transformación súbita, carente deestructura y explicación racional, en la que el continuo de la experiencia seordena por sí misma, manifestando pautas que no eran visibles anteriormente,y que difieren radicalmente de las que sí lo eran. Estas teorías son las que marcany posibilitan una revolución científica.

Hay por lo menos tres aspectos de los cambios revolucionarios que puedenser señalados en aras de su caracterización:

1. Los cambios revolucionarios son holistas en el sentido de no poder hacersepaulatinamente sino de implicar un cambio general, tanto de lo que esun problema: qué puebla el universo y cómo se comporta esta población(materialidad de la luz, partículas subatómicas, etc.); como de lo que puedeser una solución legítima a ese problema: cuáles son las normas quedistinguen una solución científica de una especulación no científica.

2. Los cambios revolucionarios implican un cambio en el lenguaje quecomprende:

a. Por un lado, un cambio en los criterios para relacionar nombres decategorías con categorías naturales, es decir, un cambio de normaspara relacionar términos del lenguaje con referentes del mundo.Un ejemplo de este aspecto del cambio de lenguaje puede ser quesi antes el criterio para relacionar términos taxonómicos en Biologíacon categorías naturales era el agrupamiento por similitud de forma,ahora el criterio es el de las relaciones filogenéticas3.

b. Por otro lado, un cambio del conjunto de objetos y situacionescon los que pueden relacionarse los términos, esto es, un cambiode la población del universo susceptible de ser relacionada contérminos del lenguaje. Un ejemplo de este aspecto del cambio delenguaje puede ser que el género Cyphomandra que existía hasta1997, ahora ya no es género alguno4, lo que provoca que el conjuntode elementos de la naturaleza agrupables en este género hadesaparecido, imposibilitándose su relación con el término mismo.

c. Y, finalmente, un cambio en la distribución de la poblaciónuniversal en las categorías taxonómicas previamente existentes. Unejemplo de este aspecto del cambio de lenguaje puede ser que siantes el Panda se clasificaba dentro de la familia de los Procyonidae(Mapaches), ahora se clasifica dentro de la familia de los Ursidae(Osos)5.

Como puede verse, estos tres aspectos del cambio de lenguaje se encuentraníntimamente relacionados entre sí.

3. Los cambios revolucionarios implican un cambio en la noción de quées diferente de qué, y qué es semejante. De esta manera, resulta que lacaracterística esencial de las revoluciones científicas consiste en la alteracióndel conocimiento de la naturaleza expresado en el lenguaje. El«conocimiento de palabras» y el «conocimiento de la naturaleza» no sondos clases de conocimiento sino dos caras de una misma moneda que esel lenguaje: una vez evidenciamos un cambio radical en el lenguaje, hemos

3 Contrastar en: KITCHING, I. J.,P. L. FOREY, C. J. HUMPHRIES yWILLIAMS. 2000. Cladist ics .Oxford: Oxford University Press.Pp. 228 y SOKAL, R. R. 1986.Phenetic taxonomy: theory andmethods. En Ann. Rev. Ecol. Syst.Vol.17: 423-442.

4 Ver BOHS, L. 1994. Cyphomandra(Solanaceae). Flora NeotropicalMonograph. New York: New YorkBotanical Garden. Pp. 63 y BOHS,L. Y R. G. OLMESTEAD. 1997.Phylogenetic relationship inSolanum (Solanaceae) based onndhF sequences. En SystematicBotany, 22(1): 5-17.

5 Contrastar en KOWALSKY, K.1981. Mamíferos: manual deteriología. Madrid: H. Blume. Pp. 530.y BURNIE, D. Y WILSON, D.E.2001. Animal: the definitive visualguide to the world’s wildlife. NewYork: DK Publising.

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de evidenciar un cambio igualmente radical en el mundo, y viceversa. Unateoría que se erige para resolver las anomalías existentes entre una teoríaprevia y la naturaleza, tendrá éxito si su lenguaje permite hacer prediccionesdiferentes a las que su predecesora hacía; diferencia que podría no presentarsesi los lenguajes de las teorías contrapuestas fueran lógicamente compatibles.

Inconmensurabilidad: característica de una revoluciónEl término «inconmensurabilidad» fue utilizado en matemáticas para describir

una situación según la cual no es posible, con una misma medida, mensurar doscosas distintas. Este concepto fue extrapolado de la ciencia para dar cuenta de lassituaciones en que no es imposible, con un mismo patrón de medida (entiéndase:lenguaje), mensurar dos diferentes teorías o paradigmas científicos. Dos teoríasancladas en dos diferentes lenguajes se dicen inconmensurables cuando es imposibledefinir los términos de una de las teorías con el lenguaje de la otra. Lo que subyacea la aplicación de este término es, pues, la afirmación de una irreductibilidad entrelos dos lenguajes científicos.

Frente a esta propuesta de irreductibilidad las críticas no se hacen esperar, lasmás importantes han sido formuladas por Putnam, Kitcher y Davidson* y puedenresumirse de la siguiente manera: 1) si no hay manera de formular en un mismolenguaje dos teorías inconmensurables, entonces no pueden compararse y no hayningún argumento basado en la experiencia que sea relevante a la hora de elegirentre ellas; sin embargo, son muchas las comparaciones realizadas por los expositoresde la inconmensurabilidad con el fin de hallar diferencias substanciales entre teorías.¿Se están entonces contradiciendo?; y 2) la inconmensurabilidad supone laimposibilidad de traducir teorías antiguas a un lenguaje actual y esto es, precisamente,lo que los expositores de la inconmensurabilidad hacen cuando traen ejemplos deviejas teorías y los comparan con ejemplos de modernas teorías ¿Se estáncontradiciendo nuevamente?

Recrear las respuestas que Kuhn da a estas críticas nos servirá para entender conmayor precisión lo que entiende por «inconmensurabilidad». Las respuestas puedenresumirse como sigue: así como sucede con las magnitudes, los paradigmasinconmensurables pueden compararse con algún grado de aproximación. Afirmarque dos teorías, enmarcadas en dos paradigmas, son inconmensurables, es afirmarque no hay un lenguaje neutral al que ambas puedan ser traducidas sin algunapérdida. Empero, que dos teorías sean inconmensurables no implicaincomparabilidad entre ellas en cuanto los problemas de traducción pueden surgirsólo con un grupo de términos y con los enunciados en los que estos términosestán comprendidos y no con la totalidad de los términos y enunciados.

Esta restricción de la inconmensurabilidad a un grupo de términos y enunciadosno tiene por que contradecirse con el carácter holista de los cambios revolucionariosen ciencia: puede sostenerse que estos cambios, que no son paulatinos, implicanuna transformación general de qué puebla el universo, cómo se comporta estapoblación y cuáles son los métodos y normas para entenderla y explicarlaadecuadamente, aún si entendemos que la población referida no es la totalidad delos seres del universo, sino solamente un conjunto de ellos. De la misma manera,las implicaciones que tienen para el lenguaje los cambios revolucionarios semantienen6. En los ejemplos hasta ahora tratados de este tipo de implicaciones, loscambios no son de la totalidad de la población o de la totalidad del lenguaje a travésdel cual las condiciones de esta población se expresan; por el contrario, estos cambiosson de una porción de la población, lo suficientemente significativa como para darcuenta de este tipo de connotaciones e implicaciones del cambio revolucionario.

*Para ampliar la informaciónpropuesta por estos autores puedeconsultarse entre otras obras:PUTMAN, H. 1975. Mind, languaje andreality. London: Cambridge UniversityPress; DAVIDSON, D. 1980. Ensayossobre acciones y sucesos. Barcelona:Editorial Crítica y UniversidadAutónoma de México (UNAM).N. de E.

6 Ver numeral 2 del apartado«Revoluciones Científicas».

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A esta versión reducida del fenómeno de la intraducibilidad, Kuhn lo llama«inconmensurabilidad local». Esta inconmensurabilidad local supone que haytérminos y oraciones formadas por estos términos, que preservan su significadocuando son traducidos a un lenguaje neutro y que ofrecen, por tal razón, unabase sólida sobre la cual es posible comparar y discutir diferencias relevantespara con otras teorías; e, incluso, ofrecen una base sobre la que es posible explorar

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los significados de los términos y oraciones que se mantienen dentro del ámbitode la inconmensurabilidad local. Esta propuesta no deja de tener, sin embargo,dificultades. En lo que a nosotros respecta, la principal dificultad es: qué tantostérminos y fenómenos son necesarios para que dos posturas sean realmenteinconmensurables localmente y no simplemente diferentes. Uno podría pensarque la respuesta a esta inquietud salta a la vista una vez se haga una traducción yhaya términos que se resistan al intento. Sin embargo, descubrir el fenómeno deinconmensurabilidad local quedaría, en este caso, restringido a los intentos detraducción que se hagan, cosa que dificultaría el proceder comparativo o lorestringiría al criterio de los lingüistas. No seguiré botando más leña al fuego.Kuhn no se refiere al asunto y enredaríamos demasiado la pita si siguiéramosespeculando de esta manera. Nos será suficiente, por lo pronto, señalar ladificultad y decir que no acudiremos a ningún lingüista cuando nos correspondaidentificar este tipo de inconmensurabilidad, ya que creemos que hay otro tipode evidencia que puede ser encontrada para dar cuenta de este fenómeno, comopuede serlo las prácticas sociales que se encuentran indistintamente ligadas a losconceptos.

La intraducibilidad entre lenguajes tiene relación directa con lainconmensurabilidad entre paradigmas porque cada lenguaje es una muestra decómo la determinada comunidad hablante estructura el mundo. La idea es, pues,que «lenguajes diferentes imponen al mundo estructuras diferentes» (Kuhn, 1994:131). Si bien esta afirmación supone que una visión de mundo particular estádeterminada por el lenguaje, no habría mucho problema en suponer que larelación es inversa o bi-condicionada. Para que dos diferentes comunidadeslingüísticas puedan comunicarse es necesario que compartan la misma estructurataxonómica de clasificación de la naturaleza (mismos criterios de clasificación,mismos objetos y mismas situaciones clasificables); cuando la estructura declasificación es diferente, el mundo clasificado es diferente y el lenguaje se vuelveprivativo de esta comunidad. Así, en aras de la traducción completa, suponemosque los lenguajes traducidos deben compartir la misma taxonomía para que sepreserven las mismas categorías del mundo y sus relaciones; sin esta condición,una traducción completa sería imposible.

Ahora bien, si la traducción completa no es posible debido a lainconmensurabilidad entre los lenguajes, ello no implica que la comunicaciónno pueda darse. Es posible que, prescindiendo de la traducción, un tipo decomunicación sea posible a través de la interpretación7 y/o del aprendizaje deotro lenguaje como si se aprendiera la lengua materna8, es decir, sin traducción:«[...] la traducción es sólo el primer recurso de las personas que intentancomprenderse. La comunicación es posible en su ausencia. Pero cuando latraducción no es factible, se requieren dos procesos que son muy diferentes:interpretación y aprendizaje del lenguaje. Estos procesos no son arcanos.Historiadores, antropólogos o quizá los niños se dedican a ellos todos los días[...]» (Kuhn, 1994: 133).

Inconmensurabilidad como cambio del mundoComo hemos dicho, una consecuencia importante y necesaria de las

revoluciones científicas es el cambio de los paradigmas, es decir, el surgimientode un paradigma inconmensurable, por lo menos localmente, con el anterior.Cuando un cambio de paradigma tiene lugar, el mundo mismo parece cambiarcon él: cambian los habitantes del universo, cambian sus relaciones, sus problemasy las soluciones legítimas a ellos. En el marco de un nuevo paradigma, loscientíficos se ven obligados a adoptar nuevos instrumentos para abordar los

7 «Proceso mediante el cual sedescubre el uso de los términos».Ver KUHN, THOMAS. 1994.Comensurabilidad, comparabilidad ycomunicabilidad. Barcelona: EditorialAtalaya. Pp. 117.

8 Aprendizaje de un lenguajeespecial que coincide, en buenamedida, con el aprendizaje dellenguaje materno y que difiere en,por ejemplo, el enriquecimiento.Ver Kuhn, Op. Cit. Pág. 118.

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problemas y a modificar su lenguaje para que dé adecuada cuenta de las nuevassituaciones. Algunos ejemplos sencillos pueden ayudarnos a comprender este cambiode mundo: donde Aristóteles veía movimiento, Newton no vio ninguno; y dondeLavoisier vio oxígeno, Priestly vio aire deflogistizado y otros no vieron cosa alguna.Lo que salta a la vista es que, para cualquier acto de percepción, un paradigma esrequerido, sucediendo que lo que una persona ve es producto, tanto de lo quepercibe, como de lo que su experiencia perceptual y conceptual lo ha preparado apercibir. En ausencia de este marco cargado de conceptos y antiguas percepciones,lo resultante parecería ser sólo un confuso y amorfo cúmulo de materia9.

Podría objetarse que lo que cambia con un paradigma no es el mundo sino lainterpretación que cada comunidad hace de él. Desde esta perspectiva, el mundo,con sus habitantes y problemas, es neutro y lo que resulta cargado de conceptos esla interpretación que una comunidad, enmarcada en un determinado paradigma,hace de él. Según esta opinión, tanto Newton como Aristóteles vieron (o no)movimiento en, por ejemplo, el proceso de generación y corrupción, pero mientrasuno lo interpretó como movimiento, el otro no lo interpretó como cosa alguna.Sin embargo, afirmar que lo que diferencia a Newton de Aristóteles es unainterpretación, supondría que hay unos datos fijos que subyacen a ambasinterpretaciones y que son ellos los que han de permitirnos, por ejemplo, elegirentre ambas teorías. Pero ¿qué datos fijos pueden ser éstos? En el ejemplo que nosconcierne no tendríamos forma de apelar a ningún criterio externo (sobre losdatos fijos) que nos permitiera señalar cuál es la interpretación correcta y cuál laequivocada. El problema que se encuentra en el fondo es si la experiencia sensoriales neutra y fija. Algunos racionalistas quisieran decir y han empeñado sus vidas endemostrar que sí. Sin embargo, ejemplos como el del pato-conejo nos muestranque dos personas con una misma imagen en la retina ven cosas distintas y dospersonas con diferentes imágenes en la retina, una con lentes inversores y otra no,ven la misma cosa (Kuhn, 1985: 180-181). El resultado es, pues, que la experienciasensorial tiene mucho más que ver con el conjunto de expectativas sobre lanaturaleza, enmarcadas en paradigmas concretos, que con lo que biológicamentepuede decirse que la persona percibe.

La propuesta de FeyerabendLa propuesta de Feyerabend sobre la inconmensurabilidad entre paradigmas se

inscribe dentro de su crítica al positivismo popperiano. Su propuesta de unaepistemología y una filosofía anarquista de la ciencia, se erige también en estacrítica y se sustenta con su propuesta de una inconmensurabilidad entre teorías yparadigmas científicos. En Contra el método, Feyerabend hace una lectura históricade las teorías científicas que han tenido lugar en diferentes épocas; su crítica alpositivismo popperiano y a la «ratiomanía» (Feyerabend, 1989: 93), en general, searticula a partir de este análisis histórico y es con base en él que propone unaepistemología y una filosofía de la ciencia de carácter anárquico. Debido al caráctersintético de este escrito, nos restringiremos a mostrar cómo nace su propuesta de lainconmensurabilidad entre teorías científicas y cómo se estructura. Apelando a labrevedad, evitaremos abordar la propuesta fuerte que de la inconmensurabilidadse sigue: la anarquía epistemológica.

Crítica al racionalismo popperianoEl empirismo contemporáneo, dice Feyerabend refiriéndose al racionalismo

crítico de Popper, se asienta en dos supuestos infundados que en el procedercientífico nunca tienen lugar: primero, la diferenciación entre el contexto del

9 Puede surgir aquí la pregunta de¿a qué mundo se enfrentan losanimales que, a pesar de los debatessobre el asunto, no se ha probadoque posean esquema conceptualalguno? La respuesta a esta preguntano parece fácil en cuanto puedeponer en riesgo el menguado poderal aparato sensorial que aquí se hapropuesto. Empero, y sin el ánimode acotar el asunto, creo que elriesgo que la respuesta a estapregunta supone puede reducirsesi se tiene en cuenta que el serhumano se diferencia de los demásanimales, entre otras cosas, porquesu conducta se deriva mucho másde lo que piensa (de lo queteóricamente ha construido sobrela conducta, sus implicaciones, susposibilidades) que del instinto quelo apremia.

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10 Ver Feyerabend (1989),específicamente el capítulo XII desu libro, páginas 97-99.

descubrimiento y el contexto de la justificación y, segundo, la diferenciaciónentre términos observacionales y términos teóricos. El primer supuesto consisteen creer que los descubrimientos se dan a un nivel tal, libre de método y teoría,que se presentan siempre de manera pura al observador. La justificación de losdescubrimientos, o su crítica, en cambio, procede de una manera ordenada,siguiendo un método particular y objetivo. El segundo supuesto se encuentraestrechamente relacionado con el primero, y consiste en mantener una distinciónentre los términos correspondientes al descubrimiento y aquellos quecorresponden a la crítica.

Según Feyerabend, ninguna de estas distinciones se mantiene en la prácticapor el hecho de ser, más que una posibilidad del proceder científico, una irrealaspiración de la ciencia. Demostrar la irrealidad de estos supuestos es buenaparte de la misión de Feyerabend en Contra el método. El argumento general deesta crítica puede reconstruirse como sigue: pretender que una investigacióndistinga contextos de descubrimiento y contextos de crítica supone negar queen una investigación las nuevas y las viejas maneras de ver el mundo se infiltrenen los contextos de descubrimiento. Esto quiere decir que la pretensión de quelos contextos de descubrimiento no se vean infiltrados por los contextos decrítica resulta infructuosa cuando, en la práctica del proceder científico, eldescubrimiento y la crítica se encuentren interrelacionados, sucediendo que sepermean mutuamente sin dejar lugar a la pureza pretendida en el contexto dedescubrimiento. De igual manera que sucede con los contextos, no puedepretenderse que los términos de descubrimiento y los términos teóricos o dejustificación permanezcan separados porque en la investigación ambos contextosy ambos lenguajes se permean mutua y constantemente.

La inconmensurabilidad entre paradigmas científicos es temida y rechazadapor el racionalismo crítico por implicar una severa restricción a la eficacia de laargumentación tradicional. Resulta pertinente, de esta manera, revisar en quéconsiste esa argumentación crítica racional para determinar de qué nos perdemoscuando la hipótesis de la inconmensurabilidad es postulada.

El método de la falsación, propuesto por el racionalismo popperiano comogarante de un procedimiento argumentativo objetivo y racional, consiste enexponer nuestras ideas y teorías a la más rigurosa y descarnada crítica. Nodebemos, pues, proteger nuestras teorías en sus puntos débiles. Muy por elcontrario, debemos evidenciarlos para que puedan ser atacadas desde allí. Elcontenido de nuestra teoría debe incluir, de esta manera, enunciados básicospotencialmente falseables, de manera que entre más amplio sea este espectro devulnerabilidad en nuestra teoría, mayor habrá de ser su aceptación por parte delos científicos, sobre todo en relación a otras teorías cuyo contenido falseablesea restringido. Toda investigación inicia con un problema, producto del conflictoentre nuestras expectativas y unos hechos observados. El proceder científicoconsiste en planear una teoría falseable, pero aún no falseada, que intente resolverestos problemas. Seguidamente la teoría es criticada. Si la crítica es exitosa, debeformularse una nueva teoría que dé cuenta de por qué la teoría anterior hatenido éxito hasta el momento y por qué ha dejado de tenerlo; esta teoría debeestar también presta a formular nuevas predicciones no hechas por la teoríaanterior.

El procedimiento racional pretendido por el falsacionismo popperiano ysomeramente expuesto anteriormente puede ser criticado desde diferentesfrentes10: 1) el desarrollo de las instituciones, ideas y teorías no siempre iniciacon el surgimiento de un problema; hay condiciones fortuitas que tambiénpueden impulsarlo como un juego o nuestro singular talento; 2) El método

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estricto de falsación destruiría por completo la ciencia y, probablemente, nuncahabría permitido que comenzara; el sólo hecho de que haya teorías que necesitentiempo para su perfeccionamiento pone en duda la pertinencia de una crítica quepuede resultar precoz en cuanto al desenvolvimiento y consolidación de una propuestateórica; y 3) no hay garantía alguna de que el hombre logre resolver siempre susproblemas mediante el método formal de la crítica, satisfaciendo las condicionesseñaladas; lo que sucede en muchos casos es que no hay tal resolución, sino, másbien, una disolución que escapa al método crítico racional.

Lo que se pone en duda con la anterior crítica es que pasar de un standard a otroo de una teoría a otra, pueda lograrse mediante una discusión crítica y racional delos problemas y sus alternativas de solución. El mismo Popper* admitía que losstandards podían ser adoptados, inventados e impartidos de maneras muy irracionales;claro, decía también que estaban sujetos a la posterior crítica, posibilitando sucorrección y la continuidad de nuestro conocimiento racional. El punto sigue siendo,sin embargo, que el paso de un standard a otro puede no ser racional, poniéndose entela de juicio el acercamiento progresivo a la verdad pretendido por el racionalismo:si logramos demostrar que el paso, ya no sólo de un standard a otro, sino también deuna teoría a otra, puede ser irracional en el sentido de quedar fuera del métodocrítico, si logramos demostrar que entre teorías puede existir una inconmensurabilidadque, debido a su carácter, escapa al método crítico y objetivo del racionalismo,estaríamos demostrando que el progreso científico, guiado por la búsqueda incesantede la verdad, no es más que un infundado anhelo. Perseguiremos ahora este objetivo.

Demostrando la inconmensurabilidadSin lugar a dudas, la más fuerte critica que puede hacérsele al racionalismo crítico

es que supone que la investigación científica parte siempre de un problema, sintener en cuenta que éstos pueden estar formulados erróneamente o, sencillamente,que a la luz de posteriores investigaciones pueden declararse simplemente inexistentes.En estos casos, la resolución del problema mediante la formulación de una teoríacientífica no tendría lugar y, en cambio, lo que acontecería sería, más bien, sudisolución. Esta disolución, en vez de la resolución pretendida, se sale completamentedel campo de la investigación racional legítima. La disolución de los problemas deuna teoría A, a través de una teoría B, se encuentra siempre acompañada de uncambio de ontología y de un cambio conceptual. Un caso concreto como el de ladisolución del problema de la velocidad absoluta de la Tierra, por parte de la teoríade la relatividad, evidencia estos dos tipos de cambio que pueden tener lugar cuandouna teoría es reemplazada por otra.

Un cambio de ontología implica un cambio conceptual: descubrir que ciertasentidades no existen y/o que existen otras nuevas, exige a la comunidad científicaredescribir, por medio de nuevos conceptos, los procesos y observaciones en los queestas entidades o su ausencia, se creían manifiestas. Más evidente resulta estaimplicación cuando la «ontología defectuosa» (Feyerabend, 1989: 107) está presenteen todos los procesos de un dominio determinado. Ejemplo de esta ontologíaomnipresente y defectuosa es el caso de las propiedades de forma, masa y velocidadinherentes a los objetos físicos que, desde la teoría de la relatividad, ya no existen entanto inherentes. El sistema conceptual antes necesario para expresar estas propiedadesinherentes y sus cambios, debe modificarse completamente en el marco de unanueva teoría como la de la relatividad, según la cual, estas propiedades, entendidascomo entidades ontológicas, han dejado de existir. «Este nuevo sistema conceptualno es que niegue la existencia de los estados de cosas clásicos, sino que ni siquieranos permite formular enunciados que expresen tales estados de cosas» (FeyerabendOp. Cit. Pág. 107).

*Para ampliar la información sobrelos postulados propuestos por KarlPopper pueden consultarse entreotras obras «Conocimientoobjetivo» (1982), «Lógica de lainvestigación científica» (1982) y«La miseria del historicismo»(1981).N. de E.

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Edwin Mauricio Ardila

Este cambio en la ontología, que implica otro no menos radical en los conceptos,nos ofrece lo que estábamos buscando: demostrar que entre teorías puede haber uncambio que se salga de la formalidad del método crítico racional. No hay, de estamanera, progreso alguno que pueda postularse: si entre teorías los conceptos puedendiferir hasta el punto de que una teoría sucesiva no tenga nada en absoluto qué decircon respecto a un dominio de sucesos y procesos de la anterior, el vacío entre ambases insalvable, interrumpiendo el camino juicioso en busca de la verdad. Pretenderque este vacío no exista sería pretender que fuera posible formular en cienciaenunciados del tipo «siempre que hay posesión por un demonio, hay descarga eléctrica»(Feyerabend, Ibíd. Pág. 108). Así, como generalmente se dice, hemos talado dospinos con un sólo hachazo: logramos mostrar que la inconmensurabilidad es unapropuesta plausible en el marco de la historia de la ciencia y, gracias a ello, hemoslogrado tumbar uno, si no más, de los supuestos del positivismo popperiano.

Los aportes de HackingMe tomaré la libertad de utilizar de la propuesta de Ian Hacking sólo lo que sea

útil para complementar y fortalecer una visión radical del relativismo, dejando delado las complejidades de su propuesta en lo que se refiere a, por ejemplo, la distinciónentre objetos e ideas, el problema de la traducción, etc.

Hacking nos advierte que en las llamadas «guerras de la cultura» y «guerras dela ciencia» uno de los temores más fuertes que se advierten es al relativismo. Porrelativismo se ha entendido en muchas ocasiones el hecho de que cualquier

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opinión sea tan buena como cualquier otra. Se le teme a la ausencia de un criterio decorrección que permita determinar qué opinión es mejor que otra. Como lascorrientes feministas nos han reiterado el peligro de un relativismo de este tipo: queno haya posibilidad de criticar las ideas opresivas (Hacking, 2001: 22). Este no es eltipo de relativismo que Hacking pretende debatir. Para él, es posible seleccionaracciones y creencias criticando los estándares culturales desde dentro de la mismacultura. Esto quiere decir que no es el caso que cualquier opinión valga como cualquierotra si están ubicadas en una misma cultura desde la que sea posible una críticainterna a los estándares establecidos. En pocas palabras: al interior de cada culturahay criterios de corrección operantes que debemos poner a andar siempre que seanecesario elegir entre dos o más acciones y/o creencias.

En la introducción a este aparte dimos una somera definición de lo que debíaentenderse por relativismo: la convicción de que conceptos fundamentales comoverdad, razón, bondad, maldad, etc. son relativos a esquemas conceptuales,paradigmas, formas de vida, culturas y épocas históricas. En el marco de la propuestade Hacking, esta definición se traduciría de la siguiente manera: relativismo debeentenderse como la convicción de que conceptos fundamentales como losmencionados son construidos, es decir, producto de sucesos históricos, fuerzas socialese ideología. Esta aclaración resulta pertinente en tanto que en su libro ¿La construcciónsocial de qué?, Hacking llama construccionistas sociales a los defensores de lo queaquí hemos venido llamando relativismo: «Los construccionistas sociales respecto aX tienden a mantener que: 1) No era necesario que X existiera o no es necesario enabsoluto que sea como es. X, o X tal como es en el momento actual, no estádeterminado por la naturaleza de las cosas, no es inevitable. Muy a menudo va másallá e insiste en que: 2) X es bastante malo tal como es; [y] 3) nos iría mucho mejor siX fuera eliminado, o al menos radicalmente transformado [...] Una tesis del tipo 1 esel punto de partida: [...] X fue producido o conformado por sucesos sociales, fuerzas,la historia, todos los cuales podrían perfectamente haber sido diferentes. Muchastesis de construcción social avanzan inmediatamente a 2 y 3, pero no necesitanhacerlo así» (Hacking, Ibíd. Pág. 26-27); existe además una pre-condición para unapostura obstruccionista respecto a X, a saber, «0) En la actual situación, X se da porsupuesto; X parece ser inevitable» (Hacking, Ibíd. Pág. 35). Por cuestión dehomogeneidad en los términos, seguiré utilizando los términos «relativista» y«relativismo» en lugar de los usados por Hacking «construccionista» y«construccionismo».

Los conflictosSegún Hacking, hay tres aspectos conflictivos entre los defensores del relativismo

y quienes se oponen a él, que configuran las llamadas guerras de la ciencia y lacultura11. Estos aspectos suponen un conflicto con respecto a un X construido entanto idea y no en tanto objeto. Señalaremos cuáles son estos aspectos sin hacer elénfasis que hace Hacking en el hecho de que el conflicto sea con respecto a X entanto idea y no a X en tanto cosa, debido a que estos aportes siguen siendo significativospara la estructuración de una postura relativista fuerte, independientemente de ladistinción citada:

1. La contingencia: se refiere al hecho de asumir que un programa deinvestigación no sea inevitable. La idea que subyace a la contingencia es quesiempre es (fue) posible que otra teoría u otra explicación, igualmente exitosaque la actual, emerja (hubiera emergido) si las condiciones históricas,ideológicas, etc. fueran (hubiesen sido) distintas. «Otra teoría o explicaciónigualmente exitosa» significa un programa de investigación que no

11 Ver Hacking (1989) específicamenteel capítulo III.

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incorpora nada equivalente al actual, pero que es tan explicativo como elactual. La emergencia de un programa de investigación nuevo e inequivalenteal actual supone la emergencia, con él, de diferentes teorías, fenomenologías,aparatos, etc., es decir, una cosmología o visión de mundo totalmente nueva.Esta postura «evitabilista» implica que ni la velocidad de la luz, ni los quarks,ni la termodinámica «son partes inevitables de cualquier ciencia tan exitosacomo la actual» (Hacking, Ibíd. Pág. 135). Lo que choca a los científicos de estapostura es: 1) que no hay verdades eternas, ahistóricas y socialmente neutrales,sino que hay muchos caminos de hacer ciencia, y buena ciencia, todos ellosdeterminados por causas extra-científicas; y 2) que si hay tantos caminos posiblesde hacer ciencia, y muchos de ellos impredecibles, el conocimiento científicono puede explicarse como un proceso acumulativo, progresivo y racional, sinoque estaríamos ante la irracionalidad del proceder científico propuesto porKuhn cuando afirmaba la existencia de un proceder revolucionario en ciencia,en el que se gestan nuevas realidades que amenazan la acumulativa y linealformación del conocimiento científico normal.

2. El nominalismo: la mayoría de los científicos creen que el mundo poseeuna estructura inherente que descubrimos (aunque no la descubramoscorrectamente). Un relativista estaría más del lado de la afirmación de quecualquier estructura que podamos atribuir al mundo no está más allá de nuestrasrepresentaciones de él. Esto querría decir, que un relativista estaría dispuestoa afirmar que la estructura biológica del mundo que pretende evidenciarsepor medio de la cladística12, no es una estructura descubierta sino un meroproducto de la manera como nos representamos el mundo en que vivimos.

3. La explicación de la estabilidad: por estabilidad debe entenderse,simplemente, la creencia de que unas leyes, unas teorías o un programa deinvestigación no desaparezcan. Un relativista ofrecería razones extra-científicaspara explicar la estabilidad o inestabilidad de una creencia13. Ante la estabilidado inestabilidad de una creencia ofrecería razones como: el imperio, la religión,la industria y, en general, factores sociales e intereses. Quienes se oponen alrelativismo explicarían cualquier estabilidad o inestabilidad de una creenciaapelando estrictamente al contenido manifiesto de la ciencia. Una forma típicade explicar, desde el interior de la ciencia, la estabilidad o inestabilidad de unapropuesta científica, es el falsacionismo de Popper que incita a los científicosa construir teorías falseables y a esforzarse por falsear teorías, siguiendo elmétodo de la lógica deductiva, es decir, probando, por medio de la lógica(¿qué más interno que esto?), la validez o falsedad de los razonamientos (de lascreencias).

En este sentido, un relativista querría mostrar, y estaría en condiciones de hacerlo,que: 1) el estado actual de la ciencia no era inevitable, es decir, no era el únicoposible; 2) la estructura del mundo es un constructo producto de nuestrarepresentación de él, y pretender apelar a una estructura inherente es apelar a unaautoridad metafísica que debe ser desenmascarada; y 3) la supervivencia de unascreencias no puede ser sólo explicada mediante factores internos al desarrollo normalde la ciencia.

Primero las preguntasUno de los argumentos más usados para defender el racionalismo es que hay

constantes en la naturaleza que cualquiera, siendo inteligente y teniendo lasherramientas necesarias, tendría que llegar a descubrir. La propuesta de Hacking es

12 La cladística es un método declasificación en el se que agrupajerárquicamente en grupos ysubgrupos discretos. La cladísticapuede ser usada para organizar ycomparar datos. Su mayor aplicaciónha sido en el campo de la sistemáticabiológica. El método cladístico fuehecho explícito por el entomólogoalemán, Willi Hennig en 1950, yempezó a ser difundido en inglés en1965 bajo el nombre de sistemáticafilogenética. Hennig deseó un métodopara implementar los conceptos deDarwin de ancestros y descendientes.Hennig explicó sus ideas dentro deun contexto evolutivo, él escribóacerca de especies, especiación ytransformación de morfología a travésde procesos evolutivos». Ver:KITCHING, I. J., P. L. FOREY, C. J.HUMPHRIES y WILLIAMS.2000.Cladistics. Oxford: Oxford UniversityPress. Pp. 228.

13 Leyes, teorías o programas deinvestigación.

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que este supuesto está incompleto si no se le antepone la necesidad de que quienespotencialmente están en disposición de descubrir lo mismo, deben, primero quetodo, hacerse las preguntas que nosotros nos hicimos sobre las constantes. Nadie,por más inteligente que sea, por más herramientas que tenga al alcance o por pocoque cometa errores, llegará a descubrir algo si no se hace primero la pregunta sobreese algo. Hacking afirma que después de que una misma pregunta se ha formuladocon sentido, las respuestas, que constituyen el contenido de la ciencia, estándeterminadas. Esto quiere decir que, una vez cualquiera, siendo inteligente y teniendolas herramientas necesarias, se haga la pregunta sobre X, donde X es, por ejemplo, lavelocidad de la luz, llegará a los mismos resultados nuestros, a saber, 300.000 Km.por segundo. No nos interesa este paso último que Hacking propone (el de quellegaríamos, si nos hacemos las mismas preguntas, a las mismas respuestas). Nosinteresa su llamado de atención sobre la necesidad de que las mismas preguntas seanformuladas, si se pretende defender cualquier racionalismo.

¿Cuáles son las condiciones suficientes para que una misma pregunta tenga lugar?La respuesta que Hacking ofrece es que es contingente el hecho de que una preguntacon sentido tenga lugar y que, por esta razón, resulta altamente inverosímil que«cualquiera siendo inteligente y teniendo las herramientas necesarias, se haga lamisma pregunta sobre X». Las preguntas que, con sentido, sean planteadas,determinarán la forma de la ciencia. Las respuestas que se den a estas preguntasconstituirán el contenido de la misma y estarán determinadas plenamente por laforma que las preguntas hayan configurado. Nos ocuparemos, reitero, de este aspectode la contingencia de la formalidad de la ciencia y la relación que esto tiene con ladeterminación del contenido de la misma, independientemente de si las mismaspreguntas implican las mismas respuestas; es decir, independientemente de cuál seael contenido exacto y explícito que la ciencia adopte, nos interesa la forma de laciencia que las preguntas configuran como condiciones de posibilidad del contenidode la misma.

Hacking ilustra este tema recurriendo a la estrecha relación que ha habido durantesiglos entre la producción de armas y el conocimiento humano. Cuando se afirmaque unas preguntas específicas condicionan el conocimiento de una maneradeterminada, se quiere decir que con las preguntas unas posibilidades se abren yotras se cierran, quizá para siempre, en el campo de la investigación. Las preguntasdeterminan así, no sólo los hechos, sino también los candidatos a hechos, es decir,determinan no sólo unas posibilidades de respuestas, sino que posibilitan o nieganunos tipos de respuestas. Regresamos aquí al ejemplo de la pregunta sobre la velocidadabsoluta de la Tierra: antes de la teoría de la relatividad, la pregunta posibilitabaunas respuestas e imposibilitaba otras; con el surgimiento de esta teoría, la preguntaperdió sentido, imposibilitándose para siempre, no sólo la existencia de un hechocomo que la velocidad absoluta de la Tierra sea X ó Y, sino un tipo de respuestacomo que haya una velocidad absoluta de la Tierra. Este ejemplo sólo pretendeaclarar la cuestión de que no es que cambiando las preguntas se corrijan o encuentrenerráticas unas respuestas específicas, sino que, cambiando la pregunta, cambian loscandidatos a hechos y verdades.

No ha de sorprendernos la afirmación de que, exceptuando casos extraordinarios,cuantos más recursos se inviertan en una investigación (tiempo, energía, dinero,mentes brillantes, laboratorios y tecnología), más descubrimientos, y con mayorfrecuencia, se harán en el campo de la misma. En el caso de las armas, no deberesultar alarmante que, siendo ésta una de las áreas de investigación en la que másrecursos se invierte14, sea precisamente en ella donde más resultados y con másfrecuencia se obtengan. Si nuestras preguntas tienen que ver con más y mejoresestrategias de ataque y defensa (como componentes de la guerra), la forma de nuestro

14 Ver Hacking (2001) específicamentecapítulo VI.

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conocimiento no será otra que la forma de nuestras preguntas, es decir, en este caso,una forma de conocimiento «guerrerista». Las respuestas a nuestras preguntas estánen estrecha relación con las preguntas mismas. Regresando al ejemplo anterior, noobtendremos ninguna respuesta como que la velocidad absoluta de la Tierra es X, si lapregunta nunca fue formulada o, lo que es peor, fue inconcebible en el marco de unascreencias, una ideología, una política, una cultura. Cuáles sean las preguntas legítimasen un contexto social determinado es algo difícil de precisar, depende de los intereses,la historia, las fluctuaciones económicas, el crecimiento de la población y losrequerimientos de alimentación, etc.

Muchos pueden ser los factores que motiven a invertir de una manera decidida ycomprometida en un área específica de investigación, de ellos dependerán las que seformulen y, entonces, la forma que nuestro conocimiento adopte. Esta formadeterminará, a su vez, aunque no podamos ni queramos decidir hasta dónde, elcontenido que nuestro conocimiento tenga. Aunque no sea de determinación unívoca,la relación entre forma y contenido sí es significativa. Afirmar que la forma determinaplenamente el contenido nos llevaría a afirmar que ante una misma pregunta han deesperarse unas mismas respuestas. Por el interés particular que tenemos, mencionadolíneas arriba, no acompañaremos las afirmaciones de Hacking hasta tan lejos. Nos essuficiente su aporte con respecto a la contingencia de las preguntas, la manera comolas preguntas configuran la forma de la ciencia y el hecho de que la forma se encuentre,innegablemente, relacionada con el contenido que la ciencia tenga. Vamos aprofundizar sobre estos dos últimos asuntos en el aparte siguiente.

Posible es lo pensablePara introducir este tema, comenzaremos aclarando qué ha de entenderse por

«forma de conocimiento»: un conjunto estructurado de enunciados conceptuales querepresentan posibilidades (esto es, que pueden ser falsos o verdaderos) y unas técnicasque permiten decidir cuáles son falsos y cuáles verdaderos (Hacking, Ibíd. CapítuloVIII). Las formas de conocimiento pueden variar en el tiempo y/o entre culturas en elsentido de que lo que es posible para una cultura o época, puede no serlo para otra.Lo posible es lo pensable. Esto quiere decir que hace parte de mi red de creencias, noun enunciado afirmado o negado, sino sólo la posibilidad del enunciado, esto es, lapregunta con una potencial respuesta a la que pueda asignársele un valor veritativo.Dos formas de conocimiento no se diferenciarán porque lo que se niegue en una seafirme en otra, sino porque una posibilidad esté dentro o fuera de la red de creencias.En términos del lenguaje, verdad o falsedad son propiedades asignables a unosenunciados sólo porque nuestra forma de razonar nos permite entender y juzgar unasdeterminadas sentencias de unas determinadas maneras. En este sentido, otras épocasy/o otras culturas pueden tener o haber tenido otras categorías de verdad o falsedadtotalmente diferentes a las nuestras.

Complementando la propuesta de Kuhn, una revolución sería algo como laemergencia de un nuevo espectro de posibilidades, junto con criterios definidos parasaber si las preguntas son o no legítimas, y criterios definidos para responderlas consentido. La inconmensurabilidad entre los paradigmas kuhnianos se traduciría en laausencia de «una unidad de medida común entre las posibilidades que existen en unaforma de conocimiento y las que existen en otra» (Hacking, Ibíd. Pág. 283). Si regresamosa la idea de inconmensurabilidad local estaríamos en condiciones de afirmar lo mismo:lo que cambia de una forma a otra no es toda la red de creencias sino que puedecambiar sólo una parte de ella, sólo unas nuevas preguntas y unas nuevas respuestasintraducibles a preguntas y respuestas de otra época u otra cultura. Esto es algo comoque las respuestas que un determinado paradigma dio (da) a las preguntas formuladasson incompatibles15, tanto con las nuevas (diferentes) preguntas, como con las nuevas

15 Hacking afirma, en la página 294de su libro ¿La construcción socialde qué?, que la relación entre lasnuevas y/o diferentes preguntas yrespuestas de una época o culturay las nuevas y/o diferentes preguntasy respuestas de otra época ocultura es de «incomparabilidad».Creemos que se refiere a laimposibilidad de encontrar unatraducción que posibil ite lacomparación. Empero, creemostambién que no están siendotenidas en cuenta aquí lasposibilidades ofrecidas por Kuhnde interpretación y/o «aprendizajeespecial» de un nuevo lenguaje.

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(diferentes) respuestas, y que sus mecanismos de selección de preguntas y correcciónde respuestas son también incompatibles. Teniendo diferentes candidatos de preguntas,de respuestas y de corrección, nos resulta imposible determinar qué forma deconocimiento o sistema de posibilidades es mejor o peor que otro: toda creencia ytoda proposición adquiere sentido, única y exclusivamente, al interior de cada formade conocimiento y sólo dentro de ella puede saberse (por los criterios internos decorrección), qué posibilidades son más legítimas y qué respuestas son falsas o verdaderas.Una conclusión fuerte que de esta propuesta se desprende es que de un sistema decreencias a otro hay una incomunicabilidad, por lo menos, en lo que tiene que vercon juicios de legitimidad y corrección16.

Un conjunto de posibilidades conceptuales condiciona el contenido de la cienciaen un importante sentido. Un programa de investigación cualquiera habita dentro deuna forma de conocimiento (aunque pueda suceder que los resultados específicos delprograma logren modificar dicha forma). Los condicionantes de estas posibilidadesson múltiples, aunque siempre históricamente determinados: lo que podamos yqueramos hacer y pensar como investigadores o como simples habitantes cotidianosdel mundo es un suceso que acontece históricamente. Ya con Feyerabend habíamosllegado a una propuesta similar cuando hablábamos de la relación entre cambio deontología y cambio conceptual. Decíamos entonces que un cambio conceptual implicaun cambio de ontología, es decir, la redescripción de las entidades del mundo y susrelaciones. Este cambio onto-conceptual complejo tiene lugar históricamente y significa,no la negación de los estados de cosas anteriores, sino la imposibilidad de formular,siquiera, enunciados expresando esos estados de cosas. La forma que el conocimientoadquiera, por las causas históricas que se precisen, se relaciona de manera directa conel contenido de la ciencia en tanto abre unas ventanas de respuestas posibles y cierraotras.

Breves aclaraciones para seguir1. Antes de continuar creo pertinente hacer un par de aclaraciones

importantes para el desarrollo de la investigación: es importante decir que,aunque ninguno de los autores que hemos estudiado diferencian claramenteteoría de paradigma, en lo que sigue intentaremos mantener diferenciadosestos dos conceptos por considerar que un paradigma puede estar conformadopor varias teorías y otros aspectos como criterios de corrección, juicios de verdado falsedad con respecto a algunos enunciados y creencias, prácticas rituales ysociales en general. Aunque una teoría analizada por sí sola pueda ser evidenciasuficiente de lo que es un paradigma, éste puede llegar a ser, y generalmente loes, mucho más complejo que una teoría por consistir, la mayoría de las veces,en varias de ellas y en otro tipo de asuntos como los mencionados. Trayendonuevamente a Kuhn, resulta importante decir que no todo cambio de teoríaimplica una revolución, aunque haya veces en que un teoría sea suficientementeimportante como para que su sólo cambio dé lugar a un cambio de paradigma.

2. Un paradigma debemos entenderlo como una visión de mundocompuesta de conceptos (clasificaciones, teorías, creencias), prácticas(individuales y colectivas) y valoraciones a ellos asociadas. En la vida cotidianala distinción entre prácticas y conceptos es supremamente borrosa, sobre todoen algunas culturas no tan fuertemente influenciadas por el cristianismo y sudualismo. En nuestra investigación intentaremos mantener, apelando a unaabstracción rigurosa, lo más separadas posibles estas dos esferas, en aras de laclaridad y el correcto desenvolvimiento argumentativo. Hablaremos, sinembargo, tanto de los conceptos como de las prácticas, por considerar que seencuentran ligadas, sino es que son, en muchos casos lo mismo.

16 Ver: HACKING, IAN. 1997.Language, truth and reason.Rationality and relativism. Cambridgeand Massachusetts: The MIT Press.

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IIRastrando la inconmensurabilidad

Pretender hacer un análisis de dos paradigmas diferentes supone tiempo y esfuerzo.Es por esto que, debido al carácter de esta investigación y sus restricciones, noslimitaremos a indagar la posibilidad de la inconmensurabilidad, no entre paradigmasculturales, sino al interior de un único concepto. Evidentemente el alcance del análisisdebe restringirse, de esta manera, a lo significativo que el fenómeno de lainconmensurabilidad pueda ser, en el espacio restringido de un concepto elegido.Haber limitado la investigación a un solo concepto no obedece exclusivamente arazones prácticas, existen también unas razones teóricas que resulta pertinente hacerexplícitas: por un lado, un paradigma está conformado por una visión del mundo yunas prácticas que a partir de ella se despliegan. Es posible que, estando al interior delparadigma occidental, me sea posible, tras una extensa investigación, reconstruir yevidenciar someramente su estructura; empero, pretender hacer lo mismo con unparadigma complejo que, además, me es ajeno, es una empresa de mucho mayoraliento.

Por otro lado, apelando un poco a la idea de Kuhn de que una teoría puede ser losuficientemente importante dentro de un paradigma como para que su transformaciónsignifique una revolución; o, apelando también a la idea de Feyerabend de que unaontología y unos conceptos pueden ser suficientemente comprehensivos como paralograr desestabilizar un paradigma; o, apelando nuevamente a Kuhn y su idea de lainconmensurabilidad local, según la cual este fenómeno puede no ser generalizadoen todo el paradigma sino restrictivo a una fracción de él; y, finalmente, atendiendo ala apreciación del profesor Urbina según la cual, aunque cada «elemento de la realidad,ante todo la cultural, se convierte en hilo y camino en donde se puede entrever elconjunto, hay elementos privilegiados17 [...] que aprisionan la totalidad» (Urbina, 1992:17). Espero, de esta manera, poder evidenciar en lo que sigue el fenómeno de lainconmensurabilidad trans-cultural a través del análisis de este único concepto elegido.

Ahora bien, el concepto que he elegido para el análisis es el de «hoja de coca». Sesigue inmediatamente la pregunta de ¿por qué ese concepto y no cualquier otro en laextensísima gama de conceptos posibles? Podría, por ejemplo, haber elegido el conceptode yuca cuyas prácticas y valoraciones asociadas parecen, a primera vista, absolutamentedisímiles, o el concepto de maní o el de disciplina o el de parentesco. La respuesta aesta pregunta no es compleja: he elegido este concepto porque creo que sustentasituaciones de conflicto, tanto en Colombia como en otros países de la región andina,y, analizándolo, espero, primero, arrojar algunos elementos que nos permitan unamediana comprensión de las posibles razones de estas situaciones y, segundo,ejemplificar lo que puede ser la inconmensurabilidad conceptual entre culturas distintasy arrojar desde esta propuesta elementos que ayuden a hacerle frente a esta situación.

Las prácticas y valoraciones que se encuentran ligadas al concepto de hoja de cocaparecen ser, como lo iremos desarrollando en esta segunda parte, radicalmentediferentes en la comunidad Uitoto y en Occidente; fenómeno que, por un lado,puede ser entendido como uno de los factores que han contribuido a las situacionesconflictivas de guerra, destierro y hambre en las que nuestro país se encuentra sumido;así como, por otro lado, puede ser considerado como un caso concreto deinconmensurabilidad cultural que Colombia, así como otros países en los que habitancomunidades culturalmente disímiles, evidencian día a día. El objetivo de este apartadoes, pues, rastrear y analizar esta disimilitud conceptual en un caso concreto, de maneraque la inconmensurabilidad de la que hemos venido hablando desde una perspectivabastante abstracta, pueda ser entendida y ejemplificada en un sentido mucho máspráctico, utilizando para ello las propuestas de Kuhn, Feyerabend y Hacking, arrojandoa la vez luces en la comprensión de esta compleja situación de nuestro país.

17 Según Urbina, uno de los elementosprivilegiados para la cultura Uitoto esla coca.

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Inconmensurabilidad trans-culturalMientras Kuhn y Feyerabend restringen su investigación y su propuesta a

paradigmas científicos de diferentes épocas, Hacking, en cambio, aunque noargumenta de manera explícita la posibilidad de equiparar paradigmas científicos yculturales, sí se refiere en varias ocasiones a, por ejemplo, textos antiguos o extranjeros

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indistintamente18. La legitimidad del tratamiento homogéneo que se le da a estosparadigmas científicos de diferentes épocas y culturas de un mismo periodohistórico, se asienta en que las condiciones que dotan de forma y contenido a unparadigma son del mismo carácter (ideológicas, sociales, históricas), recreándoseasí un panorama análogo de relaciones entre paradigmas científicos y entreparadigmas culturales. Una imagen nos servirá para esclarecer el asunto: losparadigmas científicos y teóricos han sido entendidos y analizados por los defensoresdel relativismo como islas en un archipiélago; en tiempos recientes, lo que parecehaber ocurrido es que las diferentes culturas, los diferentes lenguajes y los diferentesesquemas conceptuales han reclamado ser tratados de la misma manera19. Así,aunque el debate relativista nació en la filosofía de la ciencia, cada vez ha adquiridomayor vigencia y relevancia en los debates que antropólogos y sociólogos libransobre las relaciones trans-culturales.

El argumento que parece estar en el fondo del asunto es que si diferentesparadigmas científicos se han configurado a partir de unas particularidadeshistóricas, sociales, ideológicas y culturales20, moldeándose en razón de esto unaserie de diferencias entre las propuestas científicas de distintas épocas; de igualforma, dos comunidades culturales determinadas por factores del mismo carácterpero disímiles entre sí, han de tener una relación para la que diferentes paradigmascientíficos tienen. La idea es, pues, que una comunidad científica es una comunidadcomo cualquier otra, que configura y restringe su visión del mundo a partir de losmismos elementos y situaciones que todas las demás; el contexto de una comunidadcientífica resulta siendo, de esta manera, tan singular como puede serlo el de unacomunidad aborigen. Toda comunidad (entre ellas, las comunidades científicas)organiza la realidad sometida o incitada por un mismo tipo de cosas, a saber, lasparticularidades ideológicas, históricas, sociales y culturales, de lo que resulta quesi entre dos comunidades científicas de diferentes épocas es posible identificaruna inconmensurabilidad, causada por las particularidades mencionadas, debeser igualmente posible señalar una inconmensurabilidad entre dos diferentescomunidades culturales de una misma época.

Sin lugar a dudas, la propuesta de entender nuestra forma de aprehender elmundo como un paradigma nos ha servido para llevar el debate mucho más allá(¿o acá?) de la ciencia. Aunque esta propuesta sobre los diferentes paradigmas y suposible inconmensurabilidad nació en la filosofía de la ciencia, su tránsito hacia lacomprensión de las interrelaciones culturales ha enriquecido enormemente lapropuesta relativista y sus debates. De esta manera, siempre que logre demostrarseque las diferencias entre dos culturas o grupos corresponden a las diferencias quehemos venido esbozando entre paradigmas científicos, todo lo que hemos afirmadocon respecto a estos últimos, por ejemplo, la inconmensurabilidad, aplica tambiénpara el análisis de diferentes paradigmas culturales.

La hoja de coca en el pensamiento Uitoto y en el pensamientoOccidental

1. Reconstruyendo dos visiones sobre la hoja de cocaTodos los autores que hemos utilizado hasta este momento para introducir el

debate teórico sobre la inconmensurabilidad, han apelado, en mayor o menormedida, a la necesidad de introducir factores extra-teóricos para explicar estefenómeno: historia, ideología, cultura, tradición. Esta es, precisamente, laperspectiva del relativismo por la que hemos optado y que hemos ido haciendoexplícito y evidente en lo que hemos comentado a lo largo de este texto. ConHacking logramos esbozar de una manera más o menos nítida lo que un relativista

18 Ver Hacking (1997) Pág. 60 y ss.

19 Ver HOLLS, MARTIN Y STEVEN,LUKES (Eds.). 1997. Introduction.Rational ity and relat iv ism.Cambridge y Massachusetts: TheMIT Press.

20 Siguiendo a Hacking, por«ideológico» entenderé lacalificación de un hecho o unacosa estando derivada de una idea,convicción, concepción, creencia,disposición o teoría. Comoenfatiza el autor, estas ideas,convicciones, etc., a las que serefiere, no son extrañas y privadasentidades mentales; por elcontrario, las ideas, tal como él lasentiende, circulan habitualmenteen público, pudiendo ser debatidas,criticadas, aclaradas, aceptadas,etc., teniendo así, las más de lasveces, una estrecha y casiindesligable relación con lasprácticas de una comunidad(sociales, económicas, culturales,etc.) y las personas que las realizan.Esto quiere decir que cuando sedice de X que es «ideológico» seestá queriendo decir que es un X(hecho o cosa) cuya cualidad esser derivado o consecuencia deuna idea, convicción o concepción,etc . que una comunidad oconjunto de personas tienen. VerHacking (2001) Págs. 32-33; 48-52y 59-63.

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estaría motivado y en condiciones de demostrar: 1) que el estado actual de laciencia no era inevitable; 2) que la estructura del mundo es una construcciónhumana y 3) que la estabilidad de las creencias no puede ser sólo explicada mediantefactores internos a la ciencia. Si hacemos que este esbozo se desplace de la filosofíade la ciencia a nuestro debate sobre la trans-culturalidad, podría, por extrapolaciónanalógica, reconfigurarse de la siguiente manera: 1) el estado actual de nuestras(en Occidente) prácticas y creencias no era inevitable; 2) la estructura que leatribuimos al mundo es una construcción humana y 3) la estabilidad de unacreencia (sobre el mundo) obedece a factores que se encuentran fuera de la creenciamisma.

Los tres eslabones de esta caracterización tienen estrecha relación con los factoresextra-teóricos mencionados21: 1) el estado actual de nuestras creencias y prácticashubiera sido otro si nuestra historia, ideología, etc. también lo hubieran sido; 2)nuestras representaciones, que están cargadas de historia, ideología, etc.22, son lasque nos permiten asignarle una estructura al mundo, y 3) la estabilidad oinestabilidad de una creencia tiene mucho que ver con factores sociales como lahistoria, ideología, etc. Siendo esto así, lograr dilucidar algunos de estos factoresen cada una de las dos visiones sobre la coca elegidas, a saber, la occidental y laUitoto, deberá servirnos para comenzar a evidenciar la inconmensurabilidad. Estosfactores serán rastreados, exclusivamente, en el ámbito delimitado del conceptode hoja de coca. Veamos a continuación cómo pueden estructurarse estos factores.

El presidente Pastrana expresó en su propuesta de Plan Colombia, presentadaal Congreso de los Estados Unidos el 20 de octubre de 1999, que el compromisodel Estado en la promoción de la democracia, la monopolización de la aplicaciónde la justicia y la integridad territorial, son responsabilidades cuya consolidaciónse ha visto impedida por las fuerzas del narcotráfico que, recientemente, hanentablado relaciones financieras con los grupos armados al margen de la ley;situación que ha intensificado el conflicto armado y limitado la capacidad delEstado en el cumplimiento de sus responsabilidades más apremiantes (Pastrana,1999: 9). Hasta este momento (1999), el narcotráfico y la guerrilla eran dos enemigosdistintos a los cuales había que atacar por separado. Tanto así, que durante toda laadministración Clinton, Estados Unidos tuvo restringido el intercambio deinformación de inteligencia con Colombia a aquella que pudiera contribuir alcontrol de las drogas, y nada más.

En un artículo del periódico El Espectador del 4 de junio de 1999, intitulado«La agenda secreta para Colombia», se afirmaba, con base en un documento delDepartamento de Estado (DOS) de los Estados Unidos al cual este medio decomunicación tuvo acceso, que para evitar controversias internacionales y al interiordel propio Congreso de los Estados Unidos sobre los presupuestos destinadospara la región, el DOS incitaba a nominar los trabajos militares y de inteligenciacontra las FARC y el ELN como trabajos de contra-»narcoguerrilla»23. Aunque elpresidente Bush autorizó a Colombia para utilizar toda la ayuda antinarcóticospara menguar la fuerza de la insurgencia sólo hasta después de la caída de lasTorres Gemelas, en el año 2003, el Center for International Policy afirmó queincluso antes del 11 de septiembre de 2001, la administración Bush habíacomenzado un «proceso de revisión» para explorar la posibilidad de ir más allá dela guerra contra las drogas y ayudarle al gobierno de Colombia a combatir a lasguerrillas y los paramilitares (Roncken, 2004: 29). En todo caso, esta ampliacióndel criterio para la utilización del presupuesto, así como la decisión de ampliar elintercambio de inteligencia ya no sólo para el control de las operaciones delnarcotráfico sino también, para la promoción de las operaciones de contra-insurgencia, tuvieron lugar sólo después de la caída de las Torres.

21 Ver aparte de este texto «Losaportes de Hacking».

22 Recordemos a Feyerabendcuando explicaba la imposibilidadde distinguir entre el contexto dedescubrimiento y el contexto dejustif icación. Ver aparte «Lapropuesta de Feyerabend» en esteescrito.

23 Ver RONCKEN, THEO. 2004. Elespíritu guerrerista. La lucha contralas drogas y la protección militar delos Estados Unidos . Quito:Transnational Institute, AcciónAndina Bolivia y Ediciones ABYA-YALA.

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El narcotráfico y la guerrilla se vieron entonces unidos en matrimonio: dosenemigos fusionados en uno solo para el ataque frontal. Esta amalgama de dosenemigos puede ser entendida, a la luz de nuestro debate, como un resultadoconcreto de los factores históricos que configuran y llenan de contenido nuestraforma de aprehender el mundo. Interesa señalar que, como lo veíamos con Kuhn24,siempre que se evidencia un cambio radical en el lenguaje, un cambio igualmenteradical evidenciamos en el mundo; este es el caso de la aparición del narco-terrorismoy la narco-guerrilla que tuvo lugar tras la caída de las Torres en el 2001, y que tuvosu otra cara de la moneda en la nueva e innumerable utilización de estos términosen los medios de comunicación, discursos gubernamentales y conversaciones depasillo. Puede decirse de esta manera que, sin saber qué apareció primero, si lapalabra o la supuesta amalgama de los dos enemigos, en ambos ámbitos (las palabrasy el mundo) se evidenció el nacimiento de este nuevo concepto en el campo de la«estrategia» dominante.

Por otro lado, la lucha contra el narcotráfico ha tenido como contrapartida,desde la aprobación del Plan Colombia, el desarrollo de un plan estratégico paraauspiciar el comercio exterior, de manera que sea posible ofrecer alternativaseconómicas a los actores inmiscuidos en el proceso de las drogas llamadas ilícitas.En este sentido, para Colombia ha resultado de gran importancia que tanto losEstados Unidos como la Unión Europea, refuercen y continúen ofreciendo accesopreferencial a los mercados, de forma tal que el desarrollo económico que de estamanera se alcance, permita poner fin a la situación de violencia que vive el país acausa del narcotráfico y los actores armados con él relacionados. Esta intención defortalecer los mercados internacionales tiene también su despliegue a nivel nacionalcuando en la estrategia de democratización y desarrollo social del Plan Colombia,uno de los principales objetivos es promover la participación de las comunidadesindígenas y campesinas en los mercados nacionales e internacionales, de maneraque sea posible concretar exitosamente la erradicación de cultivos llamados ilícitos(Pastrana, 1999).

Esta preocupación por la estabilidad e inestabilidad económica del país se vereflejada, también, en el tercer objetivo de la Iniciativa Regional Andina (IRA) delos Estados Unidos que, fundamentado en una aparente inestabilidad económicaen la región, que parece deberse en gran medida a la financiación que los gruposguerrilleros y paramilitares de Colombia reciben del narcotráfico25, se proponereducir al máximo el tráfico de drogas ilegales, a través de, principalmente, laerradicación de cultivos y la interdicción26.

Este aspecto comercial derivado de la concepción desarrollista de los países delNorte, que es en extremo preocupante para todos los gobiernos y que se entiendecomo la contrapartida de la lucha contra las drogas, podemos entenderlo comouno de los factores ideológicos que configuran directamente lo que a la luz delpensamiento occidental, asociamos con el concepto de hoja de coca.

Otra comunidad como la Uitoto, cuya preocupación por el comercio a granescala (como el que aquí se manifiesta) es mínima o nula, puede entender la solucióna la problemática del narcotráfico directamente asociada con, por ejemplo, larecuperación de las prácticas y concepciones tradicionales. De hecho, en el segundorelato recogido en el libro del profesor Urbina (1992), se habla de cómo un indígenade la comunidad Muinane (vecina de la comunidad Uitoto) se enfrentó a lapropuesta de los dueños de la coca-del-blanco de procesar y consumir cocaína. Elabuelo José García narra que para lograr su cometido de confrontar a los blancosy rehusarse a su propuesta, debió atender a lo que en sueños escuchó sobre noolvidar los consejos de los abuelos. De esta manera, resulta que la necesidad defortalecer el comercio exterior, en vez de atender a los consejos de los abuelos,

24 Ver apartado «La propuesta deKuhn» en este trabajo.

25 Ver PASTRANA ARANGO,ANDRÉS. 1999. Plan Colombia: planpara la paz, la prosperidad y elfortalecimiento del Estado. Bogotá:Editorial Desde-Abajo.

26 Se afirma que por lo menos el30% de los actuales ingresos delos movimientos guerrillerosprovienen de los impuestosilegales cobrados sobre la hoja ypasta de coca. (Pastrana, Op. Cit.Pág. 18).

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puede entenderse como la consecuencia de una concepción ideológica occidental,en la medida en que resulta de la convicción de que es ésta, y ninguna otra, laforma de hacer frente al cultivo de coca que hacen los indígenas y campesinos, yque se inscribe en el proceso de producción de cocaína.

En su discurso de posesión, el 7 de agosto de 2002, el presidente de ColombiaÁlvaro Uribe Vélez afirmó que si Colombia «no lograba eliminar las drogas, lasdrogas destruirían nuestra libertad y nuestra ecología, y la esperanza de vivir en pazno dejaría de ser más que una ilusión» (Serafino y Storrs, 2002: 13). Esto permitiríahaber previsto que durante la presidencia de Uribe la lucha contra las drogas seintensificaría, hasta el punto de que el Plan Colombia haya modificado su carácterde ser una propuesta de paz y desarrollo a ser una estrategia cada vez más encaminada

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al control militar. Este nuevo acercamiento del gobierno colombiano al problemade las drogas ilícitas permite explicar la estrategia de fumigaciones de corteprohibicionista que a partir de julio de 2002 se implementó, en la que resultaexplícitamente manifiesta la decisión de fumigar indistintamente los cultivosfamiliares y los cultivos de coca que se articulan de manera industrial a la producciónde cocaína (Roncken, 2004).

A pesar de que la hoja de coca está inscrita sólo en una pequeña parte delproceso de las drogas, ya que éste consiste en un encadenamiento de los siguienteseslabones: producción, distribución, comercialización, consumo, lavado de activosy tráfico de armas; donde la hoja de coca está inserta sólo en el primer estadio delproceso, a saber, en el de la producción, que a su vez se descompone en los siguientespasos: de la hoja de coca a la pasta de coca, de la pasta de coca a la base de coca yde la base de coca a la cocaína, la hoja de coca misma es entendida por el gobiernocolombiano como un elemento disipador de la paz y el bienestar de la población27.

Esta visión sobre la hoja de coca contrasta con la que de ella tiene la comunidadindígena Uitoto, que es una de las comunidades indígenas del sur de Colombiacon más fuerte tradición en el uso ritual de la hoja de coca: «La coca [...] hacegrabar y recordar lo dicho en el mambeadero. Allí, el «hombre sentado», o sea elsabedor en su banco ritual, vertebra la realidad a través de su carrera» (Urbina,1992: 17). Esta ceremonia que tiene lugar en las noches, es restrictiva para loshombres de la comunidad; sin embargo, la abuela que permanece en vigilia,escuchando lo que brota del coqueadero, lugar de la palabra, es quien constituye«el nexo entre el saber y consejo de los varones, y las otras mujeres, quienes aldespertar la interrogarán sobre el tema abordado» (Urbina, Op. Cit. Pág. 29).

En el primer relato recogido en la obra del profesor Urbina se narra «cómo [el]don de la Fuerza se hizo presente en el mundo del hombre» (Urbina, Ibíd. Pág. 9).Este relato puede ser dividido en dos partes: la primera en la que se narra lahistoria de Búinaima hasta que mambea por primera vez, y la segunda en la que secuenta el primer conflicto que Búinaima y su hija tuvieron a causa de esta hoja depoder. A continuación presentaré una versión resumida y obviamente interpretadade esta primera parte, que nos permitirá contrastar someramente esta visión conrespecto a la hoja de coca con la visión que Occidente tiene sobre la misma.

Búinaima, que fue el primer hombre que existió después de las inundaciones,estaba deseoso y ansioso por reestablecer la humanidad que él sabía que anteshabía existido. Se trasnochaba haciendo invocaciones pero la inteligencia no ledaba y el sueño le vencía. Buscando vencer el sueño y abrir su inteligencia, Búinaimatostó hojas de diferentes matas y las mambeó después. Así pudo vencer el sueño,pero la inteligencia aún no se le abría. Fue así que buscó en la orilla de los ríos lacoca-de-la-boa28 con la que la que la sabiduría comenzó a llegarle. Pero aún así nose le revelaba aquello que el quería. Fue entonces cuando le nació una niña a laque le puso Búinaiño29. Esa niña fue la coca. La mata (de coca) se dio cuando,después de haber ido a la chagra30 con la mamá, la niña se peinó, dejando caerunas liendres sobre el suelo. Búinaiño sembró así la coca porque sabía que eso eralo que su padre quería y necesitaba. Más tarde la niña le avisó al papá que de ahíen adelante mambiaría buena coca y vería y aprendería muchas cosas porque eseera un don de Dios (Júziñamui) para salvar a la humanidad. La niña entregó alpapá tres hojas de coca para ser tostadas y el primer milagro de la coca fue, a partirde esas tres hojas y las palabras de abundancia y crecimiento, llenar toda una olla.Desde entonces el hombre comenzó a comer la buena coca y a dominar el mal dela tierra, mediante el poder que Dios le había dado. La niña, entre tanto, ibasembrando la coca donde quiera que iba poniendo las manos, hasta llenar lasorillas de los ríos y las lomas de coca verde (Urbina, Ibíd. Pág. 57-62).

27 Ver PASTRANA ARANGO,ANDRÉS. 1999. Plan Colombia: planpara la paz, la prosperidad y elfortalecimiento del Estado. Bogotá:Editorial Desde-Abajo, yDEPARTAMENTO DE ESTADODE LOS ESTADOS UNIDOS.2004. Los Andes en pel igro:consecuencias ambientales delnarcotráfico. Washington: Editorialdel Departamento de Estado delos Estados Unidos.

28 Planta. Probablemente unavariedad silvestre de hoja de coca.

29 Que quiere decir «madre de loshombres» (Urbina, 1992: 57).

30 Entorno cercano a la malocadonde se encuentra ubicada lasiembra.

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Pensar en ese mito como el relato no metafórico del origen de una planta debeparecernos imposible a la luz de nuestra visión sobre el mundo y sobre la hoja decoca en particular. Trayendo este texto resumido a nuestra investigación sólo quieroponer en evidencia que la hoja de coca esta cargada, para la comunidad Uitoto, deuna significación que se aleja de la concepción que Occidente tiene sobre ella yque, a pesar de la distancia, este relato debe ser entendido a la luz de nuestrodebate, como uno de los factores históricos –tan histórico como puede ser la caídade las Torres Gemelas– que ha delineado la aprehensión que del mundo hacen losUitotos y, mucho más, la concepción que tiene esta comunidad sobre la hoja decoca.

Con respecto a las prácticas que se encuentran asociadas con la hoja de coca,que en Occidente pueden ser el impulso del comercio exterior o la promoción delas fumigaciones aéreas, en la comunidad Uitoto estas prácticas son el baile (fiesta)y el trabajo. En el segundo relato recogido en la obra del profesor Urbina, elsabedor (abuelo José García) responde a unos visitantes que indagan sobre su altaproducción de hoja de coca, que él siembra y mambea «para trabajar». «Cuando yoquiero hago fiesta. A veces hago minga. Costumbre de nosotros los indígenas. Secierne y después se coquea, se trabaja, se hace baile. Es costumbre de los abuelosque nosotros seguimos. Mi abuelo me dijo que no debía olvidar eso. Por eso yo noolvido y siembro bastante (Urbina, Ibíd. Pág. 64).

El concepto de hoja de coca tiene en ambas visiones de mundo (Occidente yUitoto) unas prácticas y unas valoraciones que son indisolubles con el conceptomismo, en el sentido que son ellas la que lo constituyen. Según la visión deOccidente, la hoja de coca tiene un contenido significativo muy fuerte de ilegalidad.Esta parece haber sido una manera punitiva y criminalizadora de ver la hoja decoca, que nos ha sido impuesta en función del control político y militar, y delcontrol de los circuitos de creación ilegal de capital. Casi podríamos afirmar quesiempre que se piensa en hoja de coca se piensa en cultivo ilícito, entre otras cosasporque ese es el nombre más utilizado para referirse a la planta. A su vez, estaconcepción se encuentra atravesada por prácticas que la fortalecen como son lasfumigaciones.

En contraste, según la visión de los Uitotos, el contenido significativo másfuerte de la hoja de coca es el de la disciplina, trabajo y baile. La hoja y tabacorepresentan para la comunidad Uitoto su historia y tradición. En el relato Aliviandola palabra de tabaco (Texto 4) (Urbina, Ibíd. Pág. 64)*, se habla de cómo los viejosson maestros del trabajo para los jóvenes y se afirma que la forma como antes losabuelos avisaban (corregían y enseñaban) y como ahora lo hacen es la misma porque«esa palabra no es de otro, es propia nuestra, es la palabra de vida de coca, lapalabra de vida de tabaco» (Echeverri, 1993. Traducción del texto 4). «Haceramanecer» esa palabra es posible porque viene del corazón de los Uitoto y no delcorazón de otros. Es por ello que para los Uitotos no es posible vivir de otramanera, «porque [ellos] son Gente de palabra de coca, tabaco, yuca brava, yucadulce, maní –en verdad [son] sustancia de eso» (Echeverri, Op. Cit. Pág. 125). Todolo que en palabras los abuelos hayan hecho amanecer, también los jóvenes, cuandocrezcan, lo harán amanecer por que todos los Uitotos están hechos de esa Palabray esa Palabra vive en su corazón. Todos avisarán lo mismo porque todos son esamisma Palabra de tabaco y coca.

Esa palabra de vida de tabaco y coca «más que conocimientos, se está refiriendo ala memoria más esencial de todas, la memoria de lo que ellos [Uitoto] son»(Echeverri, Ibíd. Pág. 214). Ser Gente es, precisamente, ser sustancia de estas matasy estas son, a su vez, la sustancia de la vida, del conocimiento y de la Buena Palabra.La coca constituye, de esta manera, la forma de perpetuar la tradición Uitoto:

* Ver específicamente la obra «Lashojas del poder» (1992).N. de E.

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siempre que haya coca habrá Gente cuya Palabra de Vida pueda hacerse amanecer. Lahoja de coca puede ser entendida, así, como un concepto condicionado ycondicionante de las relaciones sociales, los acontecimientos históricos y la tradiciónde la comunidad Uitoto.

Ahora bien, sólo para fortalecer la idea de que una visión de mundo no es establey que sus verdades no lo son de una vez y para siempre, recrearé brevemente, en loque sigue, la historia anterior a la política prohibicionista, con respecto a las drogas,impulsada por Estados Unidos. Esto me servirá, entre otras cosas, para reforzar elesbozo hecho al principio de este apartado en el que se mencionaba la contigenciadel estado actual de nuestras prácticas y creencias, en que la estructura atribuida almundo es producto de la forma como nos lo representamos y en que la estabilidadde una creencia está determinada fuertemente por condiciones externas. Voy a hacerreferencia, siguiendo a Escohotado31, a la ausencia de un «espíritu» prohibicionistaen Estados Unidos, hasta antes de mediados del siglo XX. Así, la historia recreada acontinuación pretende incitar la idea de que el esbozo realizado puede leerse comosigue: 1) el prohibicionismo actual (su concepción y sus prácticas) es contingente, encuanto anteriormente, cuando era otro nuestro contexto político, ideológico, socialy cultural, tal intención no existía; 2) Qué es ilícito y qué no (en tanto estructura delmundo) depende de nuestra representación del mundo, y 3) la creencia de que lacoca es ilegal, y entonces debe ser prohibida, depende, en alguna medida, decondiciones ajenas a la creencia misma.

Los juicios sobre la coca y la cocaína no siempre fueron criminalizadores, hubomédicos y farmacólogos que hasta mediados del siglo XIX veían en la cocaína laposibilidad de producir altos grados de sentimientos elevados, impulsadores de unaexaltación mental cercana al sentimiento místico, con efectos que se desvanecíangradualmente y al cabo de pocas horas, «dejando un sentimiento de serenidad flotante»(Escohotado, 1999: 450). En esta misma línea, alejada del prohibicionismo y cercanaa la incitación del consumo, el médico francés A. Mariani dijo en 1885 que «ladiferencia entre la coca y la cocaína no es la que existe entre cierta sustancia y suconcentrado, sino la que hay entre un conjunto de sustancias y una sola. Laspropiedades de la coca –decía– se desvirtúan cuando era reducida a ese alcaloide»(Escohotado, Op. Cit. Pág. 448). Tal parece haber sido con el auge de la coca y de lacocaína, que hay evidencia de que se fabricaron varios folletos publicitariospromoviendo el consumo de «fluido de coca, vino de coca, coca cordial y cigarrillosde coca, inhalador de cocaína, oleato y salicilato de esta sustancia» (Escohotado, Ibíd.Pág. 456).

Para los médicos del siglo XIX era casi evidente que «las llamadas víctimas de lasdrogas son ante todo víctimas de sí mismas, de la inhospitalidad de su conciencia.De ahí que su cura –si es que la tienen– no consistía en privarlas de tal o cuálfármaco, sino de ayudarlas a que se acepten como son y a modificar lo que en ellashay de inadmisible para los demás, pues sólo yendo a su causa podrá modificarsedicho síntoma» (Escohotado, Ibíd. Pág. 467). Esta visión contrasta con el discursoactualmente manejado por los países importadores del Norte que justifican su políticaprohibicionista diciendo que el tráfico de narcóticos es un problema de «seguridadnacional» cuya solución depende de, por ejemplo, la erradicación de los cultivosllamados ilícitos en los países productores del Sur.

A finales del siglo XIX, si bien ya comienza a haber opiniones encontradas sobrela bondad de la cocaína, no hay aún rastros que indiquen la necesidad de suilegalización. Hasta finales del siglo XIX nadie pensaba que el masivo consumo decocaína en América del Sur (se calculaba que pudo ser de más de diez millones depersonas) fuese más nocivo que el consumo de café o té. Es sólo hasta mediados delsiglo XX que la Comisión de Estupefacientes, en su noveno periodo de sesiones,

31 Jurista, filósofo y sociólogo,nacido en Madrid en el año de1941. Ha publicado más de unadocena de libros, entre los que sedestacan Realidad y substancia(1986), Metodología de las Ciencias(1987) y Retrato del libertino (1998).

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logra que Perú, Colombia, Bolivia y Argentina reconozcan el carácter dañino de lacoca debido a su adictividad»32, y es sólo con Richard Nixon en la presidencia (1973),que Estados Unidos declara las drogas «ilícitas» por considerarse una amenaza parasu seguridad nacional33. Como puede verse, es sólo hasta finales del siglo pasado quela lucha contra las drogas de uso ilícito se estructura y despliega a nivel continental.

Sobre trabajo y disciplinaAnalizando e interpretando a Kuhn34, afirmábamos que dos teorías se decían

inconmensurables cuando era imposible definir, sin ninguna pérdida, los términosde una de las teorías utilizando el lenguaje de la otra. Esto equivalía a decir que loslenguajes de ambas teorías eran irreductibles. Cuando, revisando la propuesta deKuhn a partir de los aportes de Hacking, decíamos que lo que diferencia dosparadigmas no es que lo que se afirma en uno se niegue en otro, sino lo que seafirma o se niega en uno está fuera de las posibilidades (de ser afirmado o negado) enel otro; esto, como lo decíamos, equivale a afirmar que la inconmensurabilidad(local) entre paradigmas implica la ausencia de medida común entre las posibilidadesexistentes en una visión de mundo y las existentes en otra (por lo menos en elámbito local señalado). Esta forma de inconmensurabilidad puede ser identificadacomparando el concepto de «trabajo» y «disciplina» asociados a la hoja de coca, y elconcepto de «disciplina» distanciado en Occidente del concepto de hoja de coca.Veamos cómo se configura esta inconmensurabilidad.

Hasta el siglo XVII, el consumo de la coca era una costumbre exclusivamenteindígena, perfectamente aceptable, sobre todo, por estar relacionada con el trabajo ygarantizar a los españoles una alta producción agrícola y minera debida a las arduaslabores que los indígenas podían llevar a cabo gracias a la masticación de la coca.Cuando comienzan a librarse las batallas de independencia en los países del sur deAmérica, el consumo de coca fue defendido e incitado ya que permitía a la poblaciónenfrentar la escasez de alimentos sin sufrir mayores perjuicios y posibilitaba aliviarlas fatigas de los soldados. Estas posibilidades brindadas por el consumo de coca sevieron reconocidas cuando, tras la independencia, la hoja de coca fue incorporadaal escudo peruano como símbolo de la entereza y la resistencia35. Como puede verse,la masticación de la coca era una práctica respetada y, en muchos casos, promovida,debido a que permitía mejorar el desempeño laboral de los indígenas que trabajabanpara producirle riqueza a los españoles, y de los soldados que pugnaban por alcanzarla independencia. El trabajo, tal como aquí se entiende, optimizado por el consumode coca, es un trabajo que está visto para la producción (en el caso de los indígenas ylos españoles) y para la resistencia física (en el caso de la independencia de los paísesde Suramérica).

Para los indígenas Uitoto, la fuerza que la coca brinda es una fuerza de trabajofísico y de Buena Palabra, ambas intrínsecamente ligadas. Esta fuerza mixta es utilizadapara «hacer amanecer cosas» (Echeverri, 1993: 216). La fuerza para hacer amanecerse encuentra en los alimentos: en el tabaco y en la coca. Cuando hay esta fuerza, hayniños, hay baile, hay vida, hay trabajo. Esta fuerza no es una fuerza exclusivamentefísica, ni tampoco es una fuerza de sólo palabras: «lo que con palabras se busca es depoca importancia, es infructuoso. Entonces [los antiguos] buscaron una fuerza quetuviese sustancia. Después de mambear y con buen alimento iban a trabajar»(Echeverri, Op. Cit. Pág. 127). La forma de preparar la fuerza para el trabajo es conambil y coca. No es posible lograr algo sólo con palabras, aunque también ellas serequieran.

Toda obra, todo producto, es para los Uitoto el resultado de un doble proceso enel que, en primera instancia, se convoca a través de la Buena Palabra una fuerza y, enun segundo estadio, esa fuerza se limita o encierra a través del trabajo físico. Toda

32 Ver Escohotado (1999) capítulo XVI.

33 Ver Roncken (2004) en especialel apartado titulado «El espírituguerrerista».

34 Ver apartado «La propuesta deKuhn» en este escrito.

35 Ver Escohotado (1999) en especialel capítulo XVI.

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obra resulta ser, de esta manera, un receptáculo de fuerzas convocadas yencerradas. Cuando una fuerza es convocada sin ser posteriormenteencerrada, se perjudica la persona que no culminó su obra y el grupo socialque lo rodea; la fuerza que queda «suelta», sin ser limitada en obra alguna, seconvierte en enfermedad personal o social. Ambas etapas, que se sucedenpara cualquier producción son posibles a través del mambeo: la Buena Palabraque posibilita que un tipo de fuerza para la producción sea convocada surgeen el coqueadero; a su vez, el trabajo físico con el que las obras son concretadaso llevadas a cabo hasta su estado final, se hace también mambeando. Estasdos facetas de cualquier obra son inseparables, cuando pretenden aislarse laenfermedad aflora; así, la fuerza necesaria para cualquier trabajo, en el sentidoamplio de la palabra, requiere para los Uitoto este mixto de Buena Palabra ytrabajo físico.

Esta fuerza sustancial que la coca y el tabaco proporcionan se usa para eltrabajo, principalmente agrícola, que permite la producción de alimentospara la comunidad. La comida cultivada con esta fuerza posibilita elnacimiento de los niños, que, a su vez, hace nacer más fuerza de Palabra,baile y disciplina. Esta fuerza que produce alimentos encuentra sucontinuidad a través de ellos, posibilitando que la tradición de la buenaPalabra, disciplina, etc., perduren de generación en generación. Empero,como hemos señalado, esta no es una fuerza que devenga como fuerza físicao como el resultado de la masticación de la hoja de coca; es una fuerza quetambién se manifiesta en la palabra de vida, en la Buena Palabra, que se ve enel crecimiento de los niños dónde adquiere continuidad, que depende deotros alimentos como el maní, el tabaco, la sal de monte y la cacería. Lafuerza de la coca y el tabaco, constituida por estos variados elementos, seencuentra actualmente alejada de la realidad indígena: hoy en día no haydisciplina, no hay baile, no hay buena Palabra, no hay fuerza.

Hay elementos formales de los relatos Uitoto, absolutamente importantespara la comprensión completa del significado de lo expresado en este relatoparticular36, que en la traducción pierden y que reafirman la idea de que lafuerza que la coca posibilita, es una fuerza radicalmente diferente de laconcebida en Occidente. Pretender explicar lo que el trabajo y la fuerzasignifican para los Uitoto a partir del lenguaje occidental, es una tarea quesiempre traerá consigo una pérdida valiosa de significado. La concepcióndel trabajo asociada a la hoja de coca en Occidente y en la comunidad Uitoto,pueden ser entendidas como concepciones irreductibles, a la manera queKuhn lo proponía, en la medida en que: primero, al procurar las traduccionesde los relatos de la comunidad Uitoto al español, y probablemente a otrosidiomas de Occidente, hay una pérdida de significado que se manifiesta,tanto en la imposibilidad de reproducir la forma original de los relatos, comoen la ausencia de palabras u oraciones que expresen el sentido pleno deestos; y, segundo, lo que es el trabajo en la comunidad Uitoto parece implicaruna compleja e indisoluble relación entre entereza física y buena Palabra,que no parece hacer parte de la significación que la hoja de coca tenía paralos occidentales que promovían su uso en el trabajo físico fuerte. Estosproblemas de traducción, que implican la imposibilidad de conocer el plenosentido de un texto Uitoto, refuerzan la importancia de acudir a otro tipo deevidencia37 no-lingüística (contextual y de prácticas sociales y culturales) y aotros procedimientos como la interpretación, para dar cuenta de los maticesconceptuales que a través de medios lingüísticos no es posible.

36 En el comentario al texto No.5,Juan Álvaro Echeverri describealgunas de estas pérdidas, entre lascuales se encuentran la reiteraciónde ciertos términos y frases, laenumeración de elementos y elespecial ritmo del relato dado porlas respuestas que a las preguntasy afirmaciones hace el interlocutorque lo escucha. Ver Echeverri(1993), comentario al texto 5.

37 Ver apartado titulado «Lapropuesta de Kuhn» en esteescrito.

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Ahora bien, lo que se afirma en una concepción no se niega en otra sino que,ni siquiera, resulta ser una posibilidad. Que una hoja dé una fuerza sustancialque se reproducirá cuando los niños se alimenten con la comida trabajada, peroque no sólo es producto de una hoja sino también de la Palabra y de la sal demonte, etc. no es que para nosotros sea falso sino que no es, siquiera, unaposibilidad de la que pueda decirse que es falsa o verdadera. De la misma manera,es de esperarse que para los Uitoto, pretender que la sola matiscación de la hojade coca permita trabajar de la manera como en Occidente se concibe, no debeser, siquiera, una posibilidad. Para ellos debe ser necesaria la Buena Palabra parael buen trabajo, que la coca se trabajada y no regalada ni robada (Urbina, 1992:63-69), que esté acompañada de la sal de monte, etc. La coca, por sí sola, noposibilita el trabajo, por lo menos, tal y como es entendido por los Uitoto. Así,aunque la palabra traducida sea la misma, a saber, «trabajo», debemos afirmarque lo que para un Uitoto es el trabajo resulta radicalmente distinto de lo que esel trabajo según la visión occidental.

En el texto Palabra de disciplina (Texto 3) (Echeverri, 1993) se describen unaserie de normas de comportamiento para el muchacho y la muchacha biencriados. Nos interesa señalar cómo la práctica de mambear coca hace parte deestas prescripciones para el buen comportamiento, de la misma manera comolo hacen el no hablar necedades, el poner cuidado (escuchar) o el desempeñaradecuadamente las labores del hogar como tejer las trampas para la caza, sacar laleña y la sal de monte, etc. Después de describir varios comportamientos virtuosos,se dice que el muchacho «tiene que sacar leña. Además –en verdad– tiene quemambear coca» (Echeverri, Op. Cit. Pág. 107) y que «[...] así el muchacho[disciplinado] está sentado, mambea coca, sabe tostar coca, sabe cernir coca,sabe pilar coca, conoce la conversación» (Echeverri, Ibíd. Pág. 109).

La disciplina del joven se mide, de esta manera, por el hecho de que yamambea coca, la tuesta, la pila, la mezcla con las cenizas de las hojas secas deyarumo y cierne la mezcla; el joven puede conocer entonces la conversación. Sin

Paola Andrea Zubiría

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embargo, este ritual que permite determinar el disciplinamiento del muchachono va solo. Es también importante que el joven mida su fuerza y disciplinaenfrentándose al monte y abriendo una nueva chagra. El joven para medir susfuerzas, debe comenzar solo esta tarea. En esta nueva chagra, cuando el joven hademostrado su fuerza y su disciplina abriéndola, debe plantar sus primeras matasde coca y tabaco (cuyas semillas ha recibido de su padre) y sus primeras matas deyuca dulce (cuyas semillas ha recibido de su madre). Este trabajo de enterezafísica innegable va acompañado de la instrucción sobre el mambeo de la coca(Echeverri, Ibíd. Pág. 109).

La disciplina asociada al consumo de coca y al trabajo de la coca (Echeverri,Ibíd., comentario 3), enunciado de la manera justo como se citó arriba, es una deesas posibilidades que en Occidente se encuentra fuera de nuestra red decreencias. Y vuelve el agua al molino: no es que para nosotros sea falso que eljoven disciplinado deba mambear y abrir la nueva chagra, etc., es que ésta no esni siquiera una posibilidad. Para nosotros la disciplina es algo radicalmentedistinto, inconmensurable con lo que es para los Uitoto. En efecto, nuestroconcepto de disciplina no está asociado al de la hoja de coca, ni el de la hoja decoca al de disciplina; para los Uitotos en cambio, la disciplina tiene estrecharelación con el joven disciplinado: la buena manera de comportarse de un Uitotohace parte de la sabiduría que este tiene sobre la hoja de coca; las prácticassociales relacionadas con la hoja de coca se encuentran, de esta manera,estrechamente relacionadas con el concepto mismo. El concepto de hoja decoca y disciplina en los Uitotos, en tanto íntegramente asociados, esinconmensurable con nuestros distantes conceptos de disciplina y hoja de coca,no porque creamos que el concepto de disciplina Uitoto sea falso, sino porquesu posibilidad está fuera de nuestra visión de mundo.

Sobre analfabetismo y desnutriciónCuando caracterizamos los que debía ser un cambio revolucionario de

paradigma a partir de la propuesta de Kuhn*, la primera característica queofrecíamos era el carácter holista que este cambio debía tener; esto lo explicábamoscomo la necesidad de que el cambio se diera en el ámbito de lo que es unproblema, así como en el ámbito de lo que puede ser una solución legítima a eseproblema. Esta caracterización tiene estrecha semejanza con la crítica queFeyerabend hacía al racionalismo crítico. La propuesta del racionalismo críticosupone que toda investigación parta de un problema. Lo que Feyerabend criticabaera que no se estaba teniendo en cuenta en esta propuesta el hecho de que laformulación de los problemas podía ser errónea o que, a la luz de futuras opasadas investigaciones, los problemas podían declararse profundamenteinexistentes. Nos interesa señalar aquí que uno de los aportes valiosos que Kuhny Feyerabend hacen al debate relativista, es llamar la atención sobre la importanciaque tiene plantearse un problema. Que un problema no sea planteado y, másaún, que no sea posible planteárselo indica, en términos de Kuhn, la presenciade un cambio revolucionario o, en términos de Feyerabend, lainconmensurabilidad entre dos paradigmas.

A continuación quiero poner sobre la mesa dos apreciaciones, producto dealgunas investigaciones hechas por uno de los aparatos de Occidente con mayorlegitimidad en lo que al campo de la política se refiere, a saber, la Organizaciónde las Naciones Unidas (ONU), sobre analfabetismo y desnutrición. Paracontrastar esta apreciación occidental sobre analfabetismo, ofreceremos algunosdatos sobre los Uitoto que nos permitirán evidenciar la importancia que tiene

*Ver el apartado «La propuesta deKuhn» de este escrito.N. de E.

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que un problema sea planteado para delimitar dos diferentes visiones de mundo.De la misma manera, a la par que expondremos la apreciación de la ONU sobrela desnutrición, recapitularemos brevemente un relato Uitoto sobre laabundancia; exponiendo ambas versiones sobre lo que es la desnutrición,pretendemos demostrar la disimilitud entre ambas concepciones. Estas dospequeñas propuestas de contraste pretenden poner en evidencia que, en el camporestringido de la visión de los Uitoto y Occidente tienen sobre la hoja de coca,los problemas que unos (Occidente) se han planteado en relación con elanalfabetismo y la desnutrición, para los otros (Uitoto) no han sido mayorproblema alguno y, más aún, al interior de su visión de mundo un problema detal tipo no tiene sentido.

Según la estadística de la ONU, presentada por la UNESCO38 y la Comisiónde Estupefacientes en 1970, aproximadamente la mitad de la población ruraladulta de Perú y Bolivia mascaba coca. De estos consumidores, el 60% erananalfabetos, mientras sólo el 19% de los adultos no coqueros lo eran (Escohotado,1999). Esta estadística pretendía probar la estrecha relación existente entre elconsumo de coca y el analfabetismo, de manera que este consumo pudiera serentendido como una de las causas más apremiantes del analfabetismo que debíaatacarse de manera frontal e inmediata.

Ahora bien, sólo hasta principios de los años noventa se estaban abriendo enla región amazónica de Colombia las primeras escuelas bilingües para niños.Una década antes, cuando tuvieron auge las misiones evangelizadoras de lasiglesias católica y cristiana, las escuelas para los niños dictaban sus clasesúnicamente en español, situación que, sumada con la violencia y otros factores,contribuyó a la pérdida de muchas tradiciones indígenas. La cultura indígena y,especialmente, la cultura Uitoto, despliega las fuertes y legendarias raíces de sutradición en el arte oral, dotado de una complejidad encantadora, hilada por laspausas, los intercambios con el compañero de la conversación, las retaliaciones,la recurrencia a expresiones y los largos listados. La lengua (el órgano) essimbolizada por la comunidad Uitoto como una hoja de coca; esto afianza laidea que aquí hemos expuesto sobre la relación entre la hoja de coca y la BuenaPalabra. El intercambio de palabras se hace siempre en el coqueadero: estar en elcoqueadero, sentado, es disponerse para hablar; la hoja de coca y el ritual querodea su consumo soportan la interacción verbal entre el discípulo y un sabedoro Búinaima; la Gente recibe instrucción y orientación al mambear. Estaconfiguración de la tradición oral Uitoto, enriquecida por las particularidadestanto de forma como de contenido del habla Uitoto, la hace supremamenteexpresiva y la muestra como el resultado de un milenario estudio y esfuerzo, quese evidencian en la fuerza e importancia de esta narrativa al interior de lacomunidad (Echeverri, 1993).

De esta manera, el analfabetismo no parece haber sido un problema para lacultura Uitoto porque su tradición es oral y esta práctica ha sido necesaria ysuficiente para mantener viva la tradición de los abuelos. Muy por el contrario,el afán evangelizador y alfabetizador ha ocasionado pérdidas profundas delconocimiento tradicional Uitoto. El problema que el analfabetismo representaes tal, sólo a la luz del pensamiento occidental; en una cultura cuya tradición esoral, preguntarse por el analfabetismo resulta, simplemente, un sin-sentido. Dela misma manera, hemos de esperar que si el analfabetismo no constituye unproblema a la luz de la tradición Uitoto, ninguna solución que se pretendabrindar para resolver este supuesto problema será legítima en la medida en queno hay tal problema. Misiones evangelizadoras y alfabetizadoras están fuera de

38 Organización de las NacionesUnidas para la Educación, laCiencia y la Cultura.

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las soluciones legítimas que un Uitoto pueda concebir para resolver un problema.Podemos ver, de esta manera, que un problema que en una cultura tiene sentido,puede no tenerlo en otra, y, de la misma forma, una solución legítima al interiorde una visión de mundo puede no serlo al interior de otra. Se marca así unalínea divisoria entre dos diferentes concepciones del mundo, dos diferentesconcepciones sobre la hoja de coca.

Vamos ahora con la desnutrición. El médico peruano Gutiérrez-Noriega,citado por el comité de expertos de la ONU poco después de la segunda guerramundial, afirmaba que los cocaleros «comienzan por tomar coca porque no comenbien, y acaban no comiendo bien porque toman coca» (Escohotado, 1999: 925-926). La ONU lo citaba para sostener que la coca produce desnutrición;afirmación que resulta siendo tan absurda como que «los egipcios estándesnutridos por tomar café, o los paraguayos por beber mate» (Escohotado, Op.Cit. Pág. 926). El consumo de coca se pone, de esta manera, como la causa (ouna de ellas) de la desnutrición; causa que, nuevamente, debe ser atacada demanera directa.

Ahora bien, en el relato titulado El sueño de la abundancia (Texto 2A) (Echeverri,1993), se evidencia la amalgama existente entre, por un lado, el nacimiento de lacoca y el tabaco y el nacimiento de la gente; y, por otro, el crecimiento de la cocay el tabaco con el crecimiento de la gente. Parecen ser situaciones indisolubles:cuando el Hacedor39 sueña nacer y crecer mucha coca y mucho tabaco, de la mismamanera sueña nacer y crecer mucha gente. Así es, pues, «la raíz del origen de lagente» (Echeverri, Op. Cit. Pág. 98-99), siempre que se sueñe con la abundancia,se verá abundancia. Como puede verse, la abundancia la constituye mucha Gente,mucho tabaco y mucha coca. Lo que se sueña se va viendo suceder: mucha coca,mucho tabaco y muchos niños van a nacer y a crecer. Los sueños tienen el poderde «hablar» de esta manera. Cuando se prepara coca y tabaco, los sueños se vanhaciendo amanecer. De esta manera, en la embriaguez del tabaco y de la coca, «sise sueña que nace mucha mata de yuca dulce quiere decir que van a nacer muchasmujeres y niñas. Pero si sueña con matas de coca van a nacer muchos niños, lomismo si sueña con tabaco» (Echeverri, Ibíd. Pág. 101-102). La abundancia es,pues, abundancia de alimento y abundancia de Gente. La abundancia de alimentoes abundancia de coca, tabaco, yuca brava, yuca dulce, maní, sal de monte. Estaabundancia encuentra su correlato en el nacimiento y crecimiento de la Gente,esto también es abundancia. Nos interesa señalar que en el relato mencionadola coca es un alimento más, y la abundancia la constituyen tanto los alimentoscomo la Gente. De esta manera, si la coca es un alimento, no es posible quecause desnutrición, por lo menos no al interior de la visión que los Uitotostienen sobre la coca. Probablemente, si la desnutrición es valorada conmetodologías (contrastar peso con estatura) y criterios occidentales, sea posibledecir que un indígena está desnutrido y que, apelando a la estadística presentada,la causa es la coca; sin embargo, esta causalidad no parece ser absoluta en elsentido de no constituir una posibilidad en los Uitoto. Vemos así que el problemade que la coca pueda causar desnutrición no es, pues, un problema posiblesegún la visión que los Uitoto tienen sobre la coca porque la coca es, en simisma, un alimento.

Ahora bien, que la coca sea o no un alimento parece ser una cuestión que hallamado la atención de varios investigadores. En 1975, la Universidad de Harvardrealizó una investigación intitulada «Valor nutricional de la Coca», en la que seobtuvo como resultado que la hoja de coca contenía mucho más que cocaína:

39 Al papá cosechador y sembradorde coca se le llama «Hacedor».Contrastar en Echeverri (1999)Presentación y textos traducidos2A y 8.

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Así como nos los señalaba Escohotado, citando a Mariani, la hoja de cocaaparece en este estudio siendo diferente y mucho más que uno solo de suscomponentes. Esta investigación sustenta ampliamente el hecho de que la cocasea para los Uitoto, además de un estimulante, un suplemento alimenticio, comopuede serlo también la cacería. Con estos datos sobre la composición de la hojade coca, resulta sorprendente que su consumo pueda aún ser considerado unfactor causante de desnutrición. Además, surge la inquietud de si no serán, más

COMPONENTE EN MILIGRAMOS (Mg)

Nitrógeno Total (Nx 6.25) 20.06 Mg

Alcaloides totales no volátiles 0.70Mg

Grasa 3.68Mg

Carbohidratos 47.50Mg

Alfa caroteno 2.76Mg

Beta caroteno 9.40Mg

Vitamina C 6.47Mg

Vitamina E 40.17Mg

Tiamina (Vitamina B-1) 0.73Mg

Riboflavina (Vitamina B-2) 0.88Mg

Niacina 8.37Mg

Calcio 997.62Mg

Fosfato 412.67Mg

Potasio 1739.33Mg

Magnesio 299.30Mg

Sodio 39.41Mg

Aluminio 17.39Mg

Bario 6.18Mg

Hierro 136.64Mg

Estroncio 12.02

Boro 6.75Mg

Cobre 1.22Mg

Zinc 2.21Mg

Magnesio 9.15Mg

Cromo 0.12MgTabla No.1Componentes de la coca por cada 100gramos de hoja

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bien, las circunstancias de injusticia social en que viven los indígenas las que losobligan a alimentarse casi exclusivamente a base de hoja de coca, debido a lainaccesibilidad a otros productos alimenticios y al deterioro del entorno de dondese los han provisto. Parecería más razonable que fuese la injusticia social y el deterioroambiental en que viven las comunidades indígenas cercanas a los centros urbanos40,lo que los induce a basar con exclusividad su alimentación en esta planta, y no elmambeo mismo.

Mundos distintos: el caso de las señalesCuando decíamos con Kuhn que la inconmensurabilidad implica un cambio

de lo que el mundo es, utilizando como ejemplo a Newton y Aristóteles y suconcepción sobre el movimiento, señalábamos que la diferencia entre estos dosfísicos y pensadores no era su interpretación sobre el mundo, sino el mundo mismoen que cada uno de ellos vivió. Afirmar que la diferencia es de interpretaciónimplicaría la existencia de un lugar desde el cual el mundo pueda verse «tal y comoes», de manera que podamos determinar qué, de la interpretación, está cargado deprejuicios y teorías y qué no; en suma, tendríamos que poder apelar a un lugardesde el cual fuera posible afirmar, de manera neutra y pura, quién se equivocó yquién tuvo la razón. Como hemos venido mostrando en el transcurso de estainvestigación, este lugar no existe; así que, aunque nos moleste, la diferencia entreNewton y Aristóteles es una diferencia de mundos, según la cual, en uno existíaun movimiento (el de generación-corrupción, por ejemplo) que en el otro ya noexistió. Con Feyerabend llegamos, aunque por un camino un tanto distinto, a unaafirmación similar, que en sus términos era que entre dos paradigmasinconmensurables hay una diferencia conceptual y de ontología, ambasíntimamente ligadas. Decíamos entonces que de no afirmarse esta diferencia onto-conceptual entre paradigmas distintos e inconmensurables, estaríamospretendiendo que fuera posible afirmar algo como que «siempre que hay posesiónpor un demonio, hay descarga eléctrica» (Feyerabend, 1989: 108).

A continuación quiero recrear esta diferencia de mundo entre los Uitoto yOccidente, utilizando para ello el relato Palabra con que los ancianos preparan el lugardonde van a vivir (Texto 3B) (Echeverri, 1999).

Cuenta Kinerai en este relato que cuando se fue a vivir al lugar que habíaelegido para compartir con su segunda esposa, la gente que antes había vivido allíhabía dejado mucha mugre con la que él se enfrentó hasta derrotarla y convertirlaen cacería del monte. Para poder vencer esa mugre tuvo que estudiar, sentarse yponer cuidado. Para estudiar es necesario «mezclar tabaco con sal de monte, estoequivale a armar [una] trampa «adentro»» (Echeverri, Op. Cit. Pág. 202). Despuésde haber armado esta trampa, es necesario sentarse y poner cuidado porque estosanimales o sentimientos van a hablar de engañosas maneras y si no se está sentadoponiendo cuidado, lograrán su cometido engañoso.

La «mugre» se le fue apareciendo a Kinerai de dos maneras: 1) en sueños, deformas engañosas (en forma de su papá, en forma de una anciana, en forma de uncanasto, en forma de una «mujer bora»41 y en forma de su compadre); y 2) ensituaciones cotidianas a manera de accidentes (clavarse una astilla en la planta delpie, cortarse la mano con una maleza, un golpe que le dejó el ojo sangrando). Estamugre que se le fue presentando de diferentes maneras son sentimientos «sucios»que los habitantes pasados del lugar habían dejado y que Kinerai debía vencerantes de vivir en este nuevo lugar: la furia, la tristeza, la coquetería de otra mujer(infidelidad). Es importante señalar que para Kinerai, lo que en sueños se le fuepresentando son «manifestaciones engañosas de espíritus animales, los cuales sonla fuente real de los [malos] sentimientos» (Echeverri, Ibíd. Pág. 204). Para él, los

40 Hablamos aquí de los indígenasvecinos a los centros urbanos, yno de todas las comunidadesindígenas, ya que son éstos los quesufren mayormente de deficienciaen la calidad alimenticia debido ala degradación de sus entornos.

41 Los indígenas Bora son vecinosde los Uitotos y viven en la partebaja del río Igaraparaná. (Echeverri,1999: 118).

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animales cazados no son metáforas de los malos sentimientos que debe vencer unhombre independiente cuando quiere establecerse en un nuevo lugar; por elcontrario, son verdaderos sentimientos que en la noche toman formas engañosasy que, a través de una cacería compleja, pueden ser atrapados y vencidos.

Para vencer esta mugre, Kinerai tuvo que hacer un despliegue de habilidadesen dos direcciones, por un lado en su habilidad para hacer trampas de manera quele fuera posible cazar los animales y, por otro lado, en su habilidad para reconocerestas señales que se le fueron presentando, de manera que pudiera irse comportandoadecuadamente para enfrentarse a ellas. La cacería de la mugre se da, de estamanera, en dos ámbitos diferentes: uno que es el de la caza misma de los animales,que tiene lugar afuera; y otro que es el de la caza de los malos sentimientos, que seda en el Corazón. Ahora bien, este último ámbito en el que la cacería tiene lugar,requiere un arduo esfuerzo en el reconocimiento de las señales. Este reconocimientono sucede fácilmente. Es necesario que el hombre se arme de coca y ambil, y estésentado42 y poniendo cuidado. Lograr percibir los malos sentimientos es cazarlosen el Corazón; una vez este primer estadio de la cacería tiene lugar, un animal caeen la trampa puesta en el monte. Todo lo que acontece adentro (malos sentimientos)se refleja, de esta manera, afuera en forma de animales. Una vez esos malossentimientos de adentro son derrotados, tiene lugar el segundo componente de lacacería: las trampas que son armadas afuera deben estar adecuadamente hechaspara que la cacería librada en sueños haga caer al animal en el monte (tigrillomacho, oso hormiguero, armadillo, tigrillo hembra, tigre mariposo (jaguar))(Echeverri, Ibíd. Pág. 200-202).

En este relato puede verse cómo la cacería tiene para la comunidad Uitoto «unsignificado que va más allá de la simple adquisición de comida. La cacería detabaco (y coca) consiste en hacer amanecer en forma de animales lo que se manifiestaprimero como enfermedades, rabia, pereza, peleas, etc. La comida no es sino unsubproducto de tal forma de cacería. De esta manera, la preparación de coca ytabaco es tan pertinente a este tipo de cacería como lo es la elaboración de trampas«la coca y el tabaco son las «armas» de la cacería» (Echeverri, Ibíd. Pág. 194).

Dos anotaciones nos interesa hacer para llenar de contenido los elementosaportados por Kuhn y Feyerabend sobre la diferencia de mundo que hay entreparadigmas inconmensurables:

1. Las señales que se le presentaron a Kinerai, a las que debió estar atento demanera que le fuera posible hacer la primera cacería (la de adentro), sonseñales de malos sentimientos cuya fuente son espíritus animales que habitanel lugar. Dos ideas importantes obtenemos aquí: por un lado, que parte dela población del mundo de los Uitoto son los espíritus animales y, por otro,que parte de la población43 de su mundo son señales como las mencionadas.Ahora bien, esta población no es, sin lugar a dudas, la población de nuestromundo. En el mundo occidental en el que habitamos no hay señales comolas anteriormente citadas, ni, cosas como espíritus animales que pretendanengañarnos. Esta ontología no viene, empero, sola: está eminentementeacompañada de unos conceptos correlativos. Esta diferencia de ontologíaque hemos señalado y esta diferencia conceptual que suponemos debe tenercomo correlato, esta diferencia de mundo, es a lo que Kuhn y Feyerabendllaman «inconmensurabilidad».

2. Para vencer los malos sentimientos con los que Kinerai se enfrentaba, fuenecesario hacerlos amanecer como animales. Qué quería decir exactamente,lo desconozco. Pero, por lo menos sabemos que este paso de mal-sentimientoa animal-cazado es un paso que en nuestra cultura no tiene lugar. Y aquí

42 «Sentarse» quiere decir «lamertabaco, mambear coca, ponercuidado (al corazón y afuera)»(Echeverri, Op. Cit. Pág. 222).

43 Recordemos que por«población» hemos venidoentendiendo cosas como elflogisto, la posesión de un espíritu,las partículas subatómicas, elmovimiento, las brujas, etc.

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vamos con lo interesante: pretender que el mundo Uitoto es el mismomundo occidental, con la misma ontología y los mismos conceptosasociados, sería pretender que una afirmación como «siempre que alguienhace amanecer, la cacería está asegurada», sea una afirmación con sentido.

Giovanni Matallana

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2. De regreso a las preguntas: el género y la dulzura de la cocaCuando estudiábamos a Hacking y sus aportes al discurso relativista, decíamos

que uno de ellos44 era señalar la importancia que tiene que las mismas preguntassean formuladas en dos visiones de mundo aparentemente distintas, si se quieredecir de ellas que, en el fondo, hacen parte de un mismo paradigma. Siguiendo aHacking, que dos culturas se hagan las mismas preguntas implica que la forma deaprehender el mundo de ambas es la misma: la forma de dicha aprehensión estaríadeterminada por las preguntas, que, a su vez, delimitaría un espectro de respuestas(contenido de la aprehensión). A continuación quiero señalar dos diferentesconcepciones de los Uitoto sobre la coca, a través de las cuales pretendo mostrar quelas preguntas que los Uitoto se hacen sobre la coca, no son preguntas con sentido alinterior de nuestro pensamiento occidental; es decir, quiero señalar que sus preguntasno son las nuestras.

Según lo expresa el profesor Urbina (1992: 55-56), para muchos sabedores de lacultura Muinane, la coca es mujer y el tabaco es hombre, mientras que en los Uitotosucede al contrario; complementos de sus notas de campo permiten reconstruir laconcepción que, debido a que toda la Gente es coca en la maloca, ningún clan ogrupo puede decir con exclusividad que es coca en la medida en que todos lo son.En todo caso, afirma el profesor, para las comunidades Uitoto y Muinane, la parejade la coca y el tabaco constituyen la polaridad en la que lo humano se hace manifiesto,a saber, la pareja hombre y mujer. Que la coca sea hombre (de género masculino)para los Uitoto, es una creencia que puede verse expresada en el carácter de la fuerzasustancial de la que hablábamos en el apartado Sobre trabajo y disciplina. Esa fuerzasustancial, dotada de una significación mítica, es una fuerza que está vista para elhombre (varón): «De parte del hombre la fuerza está en la coca, el ambil y la sal demonte; de parte de la mujer la fuerza está en las plantas cultivadas, el caldo de yucadulce, y la olla de ají» (Echeverri, 1993: 281). Esta relación de la fuerza con la coca yel hombre, y de la fuerza con las plantas cultivadas y la mujer, permite entrever queel género de la coca es masculino, mientras que por ejemplo, el de la yuca dulcepodría ser femenino.

Qué género tenga la coca es una pregunta pertinente sólo a la luz del pensamientoindígena de la comunidad Uitoto. Para nosotros, arraigados en nuestra occidentalidad,preguntarnos por el género de la coca no resulta ser más que un sin-sentido.

Ahora, en el texto se cuenta cómo nos formamos con palabra de tabaco y coca (Texto 9)(Echeverri, Op. Cit.), Kinerai recapitula su vida desde el momento en que empezó amambear coca. Haciendo este recuento nos hace saber que todo joven que quieremambear por primera vez se encuentra motivado por la sabiduría del Búinaima45. Eljoven quiere saber las cosas que el Búinaima tiene en su Corazón; entonces el papálo instruye para ello: lo induce a sentarse, a estudiar, a sembrar tabaco y a sembrarcoca. El que sólo mambea no puede tener lo que el Búinaima tiene en su Corazón,es necesario también trabajar la coca y el tabaco. Las buenas enseñanzas que tiene elBúinaima en su Corazón son la buena Palabra porque son la Palabra fría y la Palabradulce. Lo que el Búinaima tiene en su Corazón se manifiesta después de un día detrabajo, después de un año o después de una vida. Cuando después de los periodosde trabajo, en la noche, «el hombre se sienta y habla, su cuerpo se enfría, y con esealiento enfría todos los trabajos. Entonces se dice vi que está sentado como unBúinaima –su corazón está frío y tranquilo» (Echeverri, Ibíd. Pág. 248-249).

Que la Palabra del Búinaima sea fría y dulce se recrea, también, en el relatoOración para la mujer en cinta (Texto 2B) (Echeverri, Op. Cit. Pág. 104): «[...] en elcorazón del Padre Búinaima hay aliento de candela. Entonces la mamá con esaoración cura al padre Búinaima, cura el aliento de coca y tabaco del Padre Búinaima.

44 Otro de los aportes señalados,que se desprende de éste, era elde afirmar que lo que diferenciados paradigmas inconmensurablesno es que lo que se niegue en unose afirme en otro, sino que lo queen uno constituye una posibilidad(susceptible de ser afirmada onegada), en el otro no lo hace. Esteaporte lo desarrollamos en elaparte sobre trabajo y disciplina.

45 Búinaima es el hombre sabio.

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Entonces soplado con ese aliento el corazón del Padre endulza, se enfría. Desdeentonces el Padre se nombra como Tabaco frío, Coca dulce».

Esta concepción de los Uitoto podría estar recogida en el dicho popular queafirma que «uno es lo que come». La comunidad Uitoto tiene la creencia de quecuando uno come algo, interioriza lo ingerido y se hace Uno con ello. Cuando unacomunidad ha dispuesto sus variadas fuerzas en la siembra, el cultivo y elprocesamiento de los alimentos, lo que finalmente consume no es un producto desupermercado como el que los occidentales, insertos en nuestra cultura consumista,estamos acostumbrados a comprar46; lo que está consumiendo es la sabiduría ancestralde su comunidad, concretada o limitada en un determinado alimento. Que Kineraio cualquier otro miembro de la comunidad Uitoto logre estar «sentado como unBúinaima», con el corazón frío y endulzado, tras haber labrado y consumido la coca,deviene como el resultado de un complejo proceso en el que la sabiduría milenariade los Uitoto sobre la hoja de coca se ha hecho Uno con quien la trabaja y la mambea.

Así como con el género de la coca, preguntarse, en el marco de la cultura occidental,si la coca endulza o no el Corazón, resulta ser un sin-sentido. Las preguntas sobre ladulzura de la coca o lo frío del tabaco, sólo pueden tener lugar al interior de unaconcepción sobre la coca y sobre el mundo como la de los Uitoto. Que los Uitoto sehagan o puedan hacerse unas preguntas que para nosotros no tienen sentido algunomarca, siguiendo a Hacking, una diferencia entre ambas visiones sobre la hoja decoca, tanto de forma como de contenido, que debe permitirnos afirmar que dichasvisiones son inconmensurables.

IIIBondades del análisis relativista

En este breve apartado final pretendo, en primera instancia, hacer explícito eltipo de cosas que un acercamiento relativista puede evitar o ayudar a comprender enel marco de las diversas problemáticas suscitadas por las relaciones trans-culturalesentre Occidente y los Uitoto. Y, por otro lado, pretendo dar luces del atropellocultural que puede implicar la imposición de una concepción del mundo sobre otra;más específicamente, pretendo dilucidar los problemas que pueden derivarse deimponer la concepción occidental sobre la hoja de coca, en detrimento de la milenariaconcepción que los Uitoto tienen sobre ella.

1. Revisando los contrastesDesde un punto de vista exclusivamente teórico, lo que sucede cuando pretende

darse cuenta de una concepción sobre el mundo, a partir de otra concepcióninconmensurable con la anterior, es una pérdida importante y significativa, tanto deforma como de contenido, de la primera concepción. En la práctica lo que acontecees mucho más nefasto, ya que, cuando una visión de mundo se impone sobre otradiferente e inconmensurable, lo que sucede es el avasallamiento de una cultura, consus prácticas y concepciones, llevándola a la aniquilación total o parcial. En lo quesigue vislumbraremos, remitiéndonos a los contrastes realizados entre la concepciónUitoto y la concepción occidental sobre la hoja de coca, qué situaciones podrían serevitadas o mejor comprendidas apelando a una postura relativista.

Haber entendido el cultivo de coca como un estadio más del narcotráfico,independientemente de quiénes cultiven, en qué magnitud y con qué fines, haimplicado que se entienda a los cultivadores como personas que urgen una salidaeconómica alternativa a la renta que el cultivo puede significarles47. A pesar de queen muchas o algunas ocasiones se cultive coca por necesidad económica, no siemprees este el caso; testimonio de lo cual dan muchas de las comunidades indígenas,entre ellas la Uitoto. El problema es que, incluso si alguna cantidad del cultivo de

46 Anotaciones de una charlasostenida el 17 de agosto de 2004con el profesor Fernando Urbina.

47 Ver apartado titulado «La hojade coca en el pensamiento Uitotoy en el pensamiento occidental».

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coca es resultado de la necesidad de satisfacer unas aspiraciones económicas, no hahabido un esfuerzo claro y contundente por parte de las autoridades colombianas deconsultar con las comunidades cultivadoras cuál es la salida que ellos creen posible ypertinente para suspender este tipo de cultivo. Por el contrario, ha sido una decisiónunilateral que el aumento del comercio exterior de productos llamados alternativoso sustitutos sea una salida viable para los cultivadores.

El gobierno colombiano, apoyado por los gobiernos de los países consumidoresdel Norte*, ha previsto que, después de fumigadas las zonas de cultivo, la mejorsalida para los pobladores es comenzar a producir para el comercio exterior.Independientemente de que ésta sea o no la salida real para los cultivadores, resultaimprescindible que las comunidades sean consultadas, tanto para determinar si elcultivo de coca es un problema, como para saber qué tipo de problema es y cuálpuede ser una solución legítima y real para el mismo, incluso las noticias de la prensay los noticieros nos cuestionan permanentemente sobre el éxito de las políticasimplementadas, tanto para la erradicación de los cultivos proscritos, como parasolucionar las problemáticas de las apartadas zonas en donde la extensa mayoría deestos cultivos tiene lugar. Sin duda, uno de los factores que ha influido de maneracontundente en el fracaso (parcial o total) de estas políticas, es haber sido impuestaspor los gobiernos de manera unidireccional, sin considerar su elaboración conjuntae, incluso, sin haber sido siquiera consultadas.

Un acercamiento relativista a esta situación nos exigiría un análisis de lascomunidades en su contexto: su historia, su cultura, sus relaciones sociales, sutradición. El abuelo José García reconocía el problema que para su comunidadconstituía el procesamiento y consumo de coca; sin embargo, su solución era larecuperación de la tradición, escuchando y no olvidando los consejos de los abuelos.Sólo mientras logre hacerse un análisis juicioso, con base en la visión que sobre elmundo tienen las comunidades, podrá estructurarse una política que llene lasexpectativas de los pobladores y resuelva de manera real sus problemas. El relativismonos impide imponer una solución (de aumentar el comercio exterior) a un supuestoproblema (cultivo de coca), sin haber siquiera corroborado con las comunidades lalegitimidad del problema y construido con ellas su posible solución.

En el caso del trabajo, haber pretendido que la coca sea tan sólo un estimulantepara aumentar la producción de los indígenas y campesinos trabajadores, ha sido unatentado contra la complejidad implícita en la concepción que sobre el trabajo tienenlos Uitoto. La vida es un complejo tejido de prácticas, concepciones y valoraciones;cuando, estando frente a esta complejidad, se opta por su simplificación, se estáatentando contra la vida misma. El trabajo que, según los Uitotos, está implicado enla hoja de coca es un trabajo complejo: sembrarla, cosecharla, tostarla, pilarla,mezclarla, cernirla, mambearla, «hablarla», incorporar su fuerza mixta y fundirse conella. Reducir este entramado complejo es atacar la tradición y cultura Uitoto, suscreencias, sus prácticas, sus valoraciones.

El relativismo, en el sentido fuerte de la inconmensurabilidad que aquí hemosindagado, parte del reconocimiento de lo diverso, ya que sólo entonces puede llegara afirmar una relación de inconmensurabilidad entre lo que soy y lo que otro es; eneste sentido, asumir una postura relativista del tipo aquí desarrollado nos exigiríapararnos desde la concienzuda asunción de la diversidad y, desde ahí, desplegarnuestras herramientas para procurar comprender al otro y nunca ponernos delantesuyo como sí nuestra visión fuera la única y la mejor. El relativismo por el quepropendemos nos insta a reconocer que nuestra visión sobre el trabajo, arraigada enlas ansias de producción y acumulación, lejos de ser la única y mejor, es una visión,entre muchas tantas, que no merece mayor reconocimiento que cualquier otra; a suvez, debe ayudarnos a comprender que por más ininteligible que pueda parecer

* Para ampliar la información sobrecómo se ha dado la relación entreColombia y los países del Norte,específicamente Estados Unidos,puede consultarse el documento«El significado real de la «estrategiaantinarcóticos»» de MaríaClemencia Ramírez, el cual seencuentra para libre consulta ydescarga en Internet.N. de E.

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la concepción del trabajo asociada a la hoja de coca en la comunidad Uitoto,debemos a esta cultura, al menos, un respeto profundo por sus prácticas yconcepciones tradicionales, ya que es sólo al interior de ellas, es decir, de la propiavisión que sobre el mundo tienen los Uitoto, que puede revisarse y enjuiciarse lapertinencia o no del concepto de trabajo y su relación con la hoja de coca.

De la misma manera, las valoraciones que sobre la hoja de coca hace éstacomunidad: su dulzura, su género, la capacidad de «hacer amanecer» que alBúinaima otorga coquear, hacen parte de esta complejidad48. El relativismo nosimpele a que, estando frente a una concepción sobre la coca, inconmensurablecon la de Occidente, reconozcamos que toda creencia que sobre la coca tengan losUitoto, así como toda Palabra que sobre ella se enuncie o toda práctica que conella se realice, tienen real sentido sólo al interior de su visión de mundo; de lo queresulta que estamos impedidos de realizar cualquier juicio de legitimidad ocorrección sobre las mismas49. Esto, sin embargo, no quiere decir que estemosaquí hablando de un laxo relativismo de «todo vale». Lo que se quiere reforzar esque uno de los más valiosos aportes que el relativismo hace al debate sobre latrans-culturalidad es que no es posible realizar ningún juicio de valor sobre otravisión de la hoja de coca, por ejemplo, estando yo parado en la mía propia. Estodebe motivarnos a realizar, desde nuestra propia cultura, una revisión crítica denuestras valoraciones, convicciones, prácticas, etc. ya que es sólo ahí donde lavalidez, legitimidad y pertinencia de las mismas puede ser valorada.

Haber entendido el consumo de hoja de coca como causa del analfabetismo yla desnutrición entre los indígenas y campesinos de la región andina ha significadola imposición de un problema, donde no hay ninguno50. Como lo hemos señalado,la coca no puede ser causa alguna de desnutrición y, por ello mismo, si hubieredesnutrición en una población, las causas serían ajenas al consumo de coca.Enceguecidos por la convicción de que es la hoja de coca la causante de ladesnutrición, los gobiernos «occidentalizados» de nuestros países se han vistollevados a criminalizar una práctica ancestral milenaria de las comunidadesindígenas y mestizas-campesinas que pueblan nuestros territorios; entre tanto, estemismo Estado no muestra tanta eficacia para dar solución real a un problema desalud pública, tan serio como es la desnutrición, que puede estar afectando a lascomunidades cocaleras.

Por otro lado, haber pretendido solucionar el problema que a la luz de la culturaoccidental puede constituir el analfabetismo, ha generado más daños para lacomunidad Uitoto que beneficios. ¡Claro! ahora algunos Uitotos son cristianos ysaben leer y escribir español, pero una milenaria cultura, reconocida por la fortalezade su tradición oral, con amplio conocimiento sobre el mundo y las fuerzas que lorigen, «alfabeta» en sabiduría sobre la selva, se ha visto debilitada y reducidasignificativamente. La extrapolación trans-cultural de los problemas, que sólo sontal a la luz de una visión particular del mundo, es una de las cosas que una posturarelativista permitiría evitar. Asumir una postura relativista exige que los problemas(analfabetismo), así como sus soluciones (cruzadas alfabetizadoras y de educaciónformal), sean concebidos y practicados en el exclusivo regazo de la visión de mundoen la que han sido engendrados; cualquier intento de hacerlo desde una culturaajena seria una extrapolación de valores, implicaciones y categorías, que atentaríacontra la diversidad y complejidad de la vida. Una asunción como esta, donde sepermite a los pueblos y comunidades decidir autónoma y soberanamente sobre elpasado, presente y futuro de sus vidas, evitando extrapolaciones del tipo: qué esun problema, qué es una solución, qué es verdadero, qué es falso, cuál es la historiaque debe ser contada y aprendida, en qué consiste el deber ser, etc., tieneimplicaciones que van mucho más allá de las teóricas, como puede verse.

48 Ver el apartado titulado «La hojade coca en el pensamiento Uitotoy en pensamiento occidental» deeste escrito.

49 Ver intertítulo «Los aportes deHacking» en este escrito.

50 Ver apartado mencionado en elpie de página 48.

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2. Consecuencias de la imposición de una concepción sobre otraEn el apartado 2 de este trabajo (Rastreando la inconmensurabilidad),

señalábamos que la elección del concepto de «hoja de coca» para este análisis sedebía a las situaciones conflictivas que sustenta. Indicábamos que algunas de estassituaciones eran el hambre, el desplazamiento y la guerra que en nuestro país seviven debido a conflictos que han nacido y crecido alrededor de la coca. Acontinuación quiero hacer una breve exposición de lo que son estos conflictospara poner en evidencia la forma en que ellos se relacionan con las políticasimplementadas por el gobierno para la erradicación de los cultivos de coca.

Hambre y destierroEn una investigación realizada por Amicus Curiae (2003)*, pretendiendo

contribuir como actor no vinculado al análisis judicial de los impactos en Ecuadorde las fumigaciones realizadas en Colombia a menos de 10 Km de la frontera, seafirmaba que el impacto patológico en la salud, tanto de los campesinos como delos animales criados y sus cultivos de pan coger, llegaba incluso a pobladores dezonas alejadas hasta en 10 Km del lugar fumigado, e incidía en ellos incluso tresmeses después de realizada la fumigación. Los impactos son múltiples: 1) en laspersonas se encuentra sintomatología que va desde la fiebre y debilidad muscular,hasta la dermatitis y conjuntivitis agudas, pasando por síntomas como el insomnio,la ansiedad, la depresión y la alteración del comportamiento. Esta patologíaencontrada no corresponde a enfermedades tropicales o comunes de la zona, niresponde a patrón alguno de comportamiento existente en enfermedades«naturales». 2) En los animales se han presentado enfermedades en la piel y elsistema respiratorio, ocasionando una sintomatología de granos, diarreas, vómitosy debilidad, que en algunas ocasiones han provocado abortos, deformidades de lascrías y muerte. Esta situación ha constituido un fuerte factor desestabilizador de laeconomía de subsistencia de los campesinos de la frontera. 3) En los cultivos sepresentó el amarilleo de las hojas del cacao, el arroz y el café, y la pudrición delplátano, la yuca y la caña de azúcar, afectando hasta en un 100% los cultivos quesustentan la economía campesina.

La inestabilidad que las fumigaciones ha generado en las precarias economíasde los campesinos ecuatorianos de la frontera ha sido causa del hambre a la que lamayoría de ellos se ha visto enfrentada. Tanto el cultivo de plantas y frutales, comola cría de animales, se han visto amenazadas por las fumigaciones. Los campesinosde la zona, que vivían con base en lo que producían y los excedentes que vendían,han visto sus posibilidades de subsistencia reducidas, siendo arrojados a unasituación de hambre que desconocían. Ahora bien, si esta es la situación de loscampesinos de la frontera, que son afectados por la deriva de las fumigacionesrealizadas a 10 Km y las esporádicas fumigaciones directas, resulta angustiante lasituación que puedan estar viviendo los campesinos e indígenas colombianos queson sometidos a aspersión directa, incluso dos veces al día, durante largos periodosde tiempo. El hambre a la que están siendo sometidos resulta evidente. Los indígenasy campesinos colombianos ven arrasados sus cultivos y muertos sus animales acausa de una guerra declarada a muerte contra los cultivos de coca, sin considerarsiquiera el tipo y la extensión de cultivos que los campesinos e indígenas tengan ensus chagras.

Los campesinos asentados en la franja fronteriza con Ecuador y, con muchamayor razón, los campesinos e indígenas colombianos, han denunciado los dañosgraves causados por las fumigaciones, que, arrojándolos a una situación de hambreirresoluble y desesperanza, se suman a las razones que los han forzado a desplazarse

*El estudio en mención fuedesarrollado por diferentesorganizaciones e institucionesecuatorianas entre las que seencuentran Acción Ecológica, AcciónCreativa, Confederación deNacionalidades Indígenas delEcuador (CONAIE) y la ComisiónEcuménica de Derechos Humanos.Este informe fue presentado ante elConsejo de Estado de Colombia conel fin de aportar argumentos sobrelos impactos de las aspercionesaéreas en los derechos de loshabitantes y el medio ambiente delEcuador. En el documento sepresentan estadísticas y accionestanto civiles como jurídicasemprendidas en pos de controlar losimpactos generados por lasfumigaciones en territoriocolombiano. El documento seencuentra disponible para libreconsulta y descarga en Internet.N. de E.

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masivamente a centros urbanos donde, quienes consiguen trabajar, lo hacen en elservicio doméstico, debido a que el campo se volvió insuficiente para sostener sueconomía familiar. Las comunidades indígenas, particularmente vulnerables debido ala inestabilidad que las fumigaciones generan en las bases de su cultura51, se han vistoobligadas al desplazamiento forzoso de sus territorios, presionados, entre otras razones,por la destrucción de su biodiversidad circundante.

Si bien es aterradora la denuncia que hacen los campesinos de la muerte de suscultivos y animales, es causa de especial sorpresa que también la vida de los sereshumanos, en su concepción más simple y biológica, se vea afectada: «En la comunidadSan Francisco 1 se encuentra un cementerio que recibe los cadáveres de las comunidadesde los alrededores. En los dos años anteriores a las fumigaciones no había fallecido unsolo niño menor de dos años. Durante los ocho primeros días de intensa fumigaciónen la frontera, del 2 al 10 de enero de 2001, enterraron en el cementerio a cuatro niñosprocedentes de las comunidades San Francisco 1 y 2, Reina del Cisne y Cóndor. Enlos seis meses posteriores cuatro niños más fallecieron sólo de la comunidad SanFrancisco 1, [ubicada] a menos de dos kilómetros de la frontera» (Curiae, 2003: 22). Ados años de estos inusuales fallecimientos no hay análisis de ninguna necroscopia quepermita determinar con exactitud la causa de estas muertes; sin embargo, debido alincremento inusual de las mismas, coincidente con las fumigaciones, los médicos de lazona se han visto obligados a considerar los fallecimientos como consecuencia de lasfumigaciones.

Esta aterradora situación, sumada a la inestabilidad económica causada por lasfumigaciones, ha llenado de miedo a los habitantes de las zonas fumigadas, constituyendouna causa más del destierro.

La guerra de la criminalizaciónResulta apremiante comenzar diciendo que la guerra no consiste sólo en los

enfrentamientos entre los carteles del narcotráfico o entre los actores armados que selucran de la producción de drogas. Guerra es el hambre a la que los campesinos eindígenas se ven sometidos después de que sus plantaciones tradicionales son fumigadascon una concentración no comercial de Glifosato (43.9% concentración de Glifosatoen fumigaciones aéreas Vs. 41% de concentración comercial). Guerra es el atentadocontra la salud de indígenas y campesinos, así como de los animales que ellos crían, dela selva que se enferma y de la fauna silvestre que allí habita. Guerra es el desplazamientoforzoso al que las comunidades se ven llevadas cuando sus territorios son fumigados ysus medios de supervivencia se ven reducidos o exterminados. Guerra es el destierroobligado al que indígenas y campesinos se ven sometidos cuando actores armadosinvaden sus territorios y los obligan a huir de ellos con el fin de ampliar sus cultivos decoca e instalar sus laboratorios de procesamiento de cocaína. Guerra es la presión quese ejerce a los indígenas y campesinos cuando son criminalizados por cultivar coca.Guerra es la que se le hace vivir a los indígenas y campesinos cuando es puesta en suconciencia la carga de un delito que no debería ser tal.

En el Recurso de Apelación hecho por el gobierno de Colombia, a través delabogado Carlos Humberto Pinzón, al fallo del Tribunal Administrativo deCundinamarca, en la Acción Popular No. 01-0022 (Curiae, Op. Cit. Pág. 54), se hacenalgunas afirmaciones que urgen ser traídas a este análisis:

«»Pensar en una erradicación manual de cultivos ilícitos es utópico y hasta catastrófico» (p. 26)».«»Los vándalos que la siembran....» (p. 5)».

«»¿Cuándo aceptará la comunidad –es decir, las FARC, el ELN y los paramilitares– que leserradiquen el cultivo del que viven?» (p. 5)».

51 Los indígenas Uitoto basan sualimentación en la yuca. Resultainimaginable el impacto que sobresus tradiciones culinarias y, porende, sobre su cultura, estánteniendo las fumigaciones.

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En estas aseveraciones resulta evidente que el gobierno colombiano, lejos dedistinguir entre la pequeña producción de coca y su cultivo industrial, reafirmacontinuamente su creencia, traducida en políticas52, de que el cultivador de coca essiempre un delincuente. En la Ley 30 de 1986 (legislación anterior) consta la pocanovedad de esta situación: el gobierno declaraba allí que la siembra de coca, amapola ymarihuana era un delito asimilable al narcotráfico, donde los actores sociales inmersosen su producción merecían ser tratados igual que los grandes jefes de la mafia.

Con este supuesto entre la manga, el gobierno se lanza entonces a empuñar unalanza de doble filo donde, por un lado, encontramos la aparentemente inamovibleestrategia de las fumigaciones como «mecanismo ÚNICO-ECUÁN1ME YAPLICABLE para asegurar la erradicación de cultivos ilícitos» (p. 1) (Curiae, Ibíd. Pág.54); y, por otro lado, encontramos la puesta en manos de paramilitares reinsertadoscualquier posibilidad de erradicación manual de estos cultivos, excluyendo el gobiernoa las comunidades campesinas, indígenas y afro-descendiente de la elaboración,concertación y puesta en marcha de propuestas construidas a partir de sus propiasexpectativas y posibilidades de vida. Entretanto, el reordenamiento territorial53 avanzaa pasos agigantados, favoreciendo a los terratenientes que respaldan políticamente alos paramilitares reinsertados, y que son, a su vez, militarmente respaldados por ellos,expropiando cada vez más a las comunidades de sus territorios, privándolas de cualquierposibilidad de mantener su economía, sus relaciones sociales y sus tradiciones culturales.

El panfletoComo lo decíamos con Hacking, un relativista es aquel que está dispuesto a afirmar

que: 0) en la actual situación X parece inevitable; 1) no era necesario que X existiera ono es necesario que sea como es. Y, muy a menudo, aunque no obligadamente, unrelativista tiende a insistir en que: 2) X es bastante malo tal como es; y 3) nos iría muchomejor si X fuera eliminado o radicalmente transformado54. Resulta, así, que lo quesubyace a muchas reivindicaciones del relativismo es la intención de «concienciar», esdecir, no sólo de poner en evidencia un estado de cosas, sino de motivar la toma deconciencia por parte de una comunidad o grupo de individuos, de manera que puedacambiarse, a través de la formulación y utilización crítica de nuevos estándares paranuestra propia cultura, la forma en que vemos el mundo y actuamos en él.

Habiendo afirmado que no es necesario que un relativista llegue hasta la terceraafirmación, Hacking enuncia unos posibles niveles de compromiso (2001: 45-48) segúnsea la aceptabilidad de estas premisas. Dice así que un relativista histórico es aquel queafirma la contingencia de X, justificándola en el curso de los procesos sociales; unrelativista irónico es aquel que afirma la contingencia de X, pero que niega la posibilidadde despojarnos de nuestras formas actuales de vivir; un relativista reformista es el quesabe de la contingencia de X y, aunque no tiene idea de cómo podríamos vivir sin X,propone que X sea modificado; un relativista reformista-desenmascarador afirma lacontingencia de X, no tanto para desintegrar a X, como para develar su falso poder; unrelativista que sostenga de manera radical las tres premisas se llamará rebelde; y,finalmente, aquel que mantenga activamente 1, 2 y 3, y que vaya más allá del mundode las ideas y procure cambiar la realidad tal y como está configurada, es un relativistarevolucionario.

Trayendo esta categorización pretendo, más que clasificar el esfuerzo de análisishecho en este trabajo, incentivar, motivar y comprometer a quienes tengan acceso a éla que sean unos revolucionarios; a que se apropien de esta herramienta, teórica y algoabstracta, para librar sus batallas; a que interactúen con esta investigación, criticándolao aprehendiéndola, para que algunos de los elementos aquí señalados puedan iluminarlos caminos de transformación del mundo injusto en que vivimos. Quisiera que,parafraseando a Hacking, nos hagamos desenmascaradores de las relaciones de poder

52 Ver apartado titulado «La hojade coca en el pensamiento Uitotoy en el pensamiento occidental»de este escrito.

53 En un artículo de ÁlvaroCamacho Guizado, publicado en elperiódico El Tiempo en marzo de2003, intitulado «La fumigación:versiones y realidades», se afirmabala necesidad de ofrecer a laproblemática de los cultivos deuso ilícito, una reforma agraria quediera solución al hecho de quepara el año 1996 sólo el 0.4% deltotal de propietarios de tierrascultivables en Colombia controlaranel 45% del total de tierras bajoexplotación, teniendo bajo supoder fincas mayores a 500hectáreas y con un promedio de2000 hectáreas.

54 Ver apartado «Los aportes deHacking» en este escrito.

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que nos oprimen, de las instituciones que nos coartan, de las virtualidades que nosnormalizan y enceguecen, y que pasemos directamente a hacer revolución.

Ahora bien, resulta importante señalar que una perspectiva relativista de análisissólo puede ser liberadora para aquellos que están en disposición de ser liberados, esdecir, para aquellos que ya han adquirido conciencia del problema que X representa(Hacking, Op. Cit. Pág. 20) y están abiertos a criticar, enjuiciar y transformar situacionesopresivas. En este sentido, y a sabiendas de que lo que nutre de contenido una visiónde mundo son las preguntas que sobre él formulamos, este trabajo quiere ser unainvitación a que nos hagamos nuevas y diferentes preguntas, y a que permitamosque otros también se las hagan, de manera que demos la espalda a esta corrienteunilateral y homogenizante de la globalización y permitamos que nuevos mundos,diferentes e inconmensurables, pueblen extensos territorios y los re-creen con suvisión particular sobre la naturaleza y con sus diversas relaciones sociales, económicasy culturales. Este trabajo es, pues, una invitación a que se reconozca el derecho de losUitoto a seguir siendo, como han venido siendo por centurias, y a que demos almundo y a la humanidad la oportunidad de reorientarse y posibilitar nuevos y mejoresfuturos para las generaciones existentes y venideras.

EPÍLOGO:Sobre el concepto de «concepto»

La intención del anterior texto fue aportar elementos extraídos de la propuestarelativista para procurar la comprensión de uno de los fenómenos que, en nuestropaís, urgen ser pensados y re-creados, a saber, el del conflicto alrededor de la coca y

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la hoja de coca55. Este propósito exigía la postulación de un elemento común a partirdel cual hacer la comparación pretendida. Nuestro proceder consistió, entonces, encomprender la hoja de coca como un concepto, ya que sólo así sería posible llevar acabo el proyecto comparativo. Sin esta asunción habría sido imposible dar inicio acomparación alguna.

En principio intenté plantear la discusión en términos de inconmensurabilidadentre paradigmas, sin embargo, la magnitud de la investigación que este propósitosuponía, excedía en tiempo y extensión mis posibilidades. Para sostener la propuestade la inconmensurabilidad debí entonces concretar el asunto a un único conceptoque, por su carácter privilegiado al interior de la comunidad Uitoto, así como por lasconnotaciones sociales y políticas que tiene en Occidente, decidí que fuera el de hojade coca.

La asunción de que la hoja de coca puede ser entendida como un conceptocomplejo en la visión que sobre el mundo tienen los Uitoto, tuvo su fundamento,principalmente, en la forma como el profesor Urbina se refiere en su libro Las hojasdel poder a la concepción que sobre esta planta y el mundo tienen las comunidadesUitoto y Muinane. Refiriéndose a la hoja de coca el profesor dice:

«Si bien cada elemento de la realidad, ante todo la cultural, se convierte en hilo y camino endonde se puede entrever el conjunto, hay elementos privilegiados, especies de redes que aprisionanla totalidad [...] Y si mediante ellos atesoramos conocimiento, estamos captando poder, elhondo, que en la más pura ética amazónica reposa en el saber, el cual no es cosa distinta a lacapacidad de inscribir la parte en el todo» (Urbina, 1992: 17).

En la medida en que la investigación cogía su rumbo y su ritmo, fui cayendo encuenta de que haber asumido la hoja de coca como un concepto constituyente de lavisión que sobre el mundo tiene la comunidad Uitoto, podía significar unaextrapolación de un elemento perteneciente a mi paradigma, que bien podría nopertenecer al paradigma de los Uitoto, a saber, el «concepto». Este asunto resultaespecialmente peligroso cuando la propuesta relativista critica y castiga este tipo deextrapolaciones.

Es posible que el «concepto», en tanto estructura de pensamiento, sea un elementoque Occidente y los Uitoto compartan, incluso si los Uitoto no han designado estemismo nombre a forma alguna de su Saber. Pero para poder afirmar si esto puede ono tener lugar, debemos clarificar someramente lo que hemos venido entendiendoen el transcurso de la investigación por «concepto».

En el aparte «La propuesta de Kuhn» del documento anterior, esbozamos lapropuesta de Kuhn sobre la inconmensurabilidad local. Decíamos entonces queesta versión de la inconmensurabilidad supone que si las teorías son concebidascomo conjuntos de enunciados, hay «términos y oraciones formadas por estostérminos, que [pueden preservar] su significado cuando son traducidos [...] y ofrecen,por tal razón, una base sólida sobre la cual es posible comparar y discutir diferenciasrelevantes para con otras teorías». Esto puede significar que existan elementos de lasteorías y de los paradigmas no necesariamente inconmensurables con los elementosde otras teorías y paradigmas, y sobre los cuales puede ser posible realizar un esfuerzocomparativo como aquel que en el texto se intenta utilizando el «concepto» comoestructura común entre el paradigma Uitoto y el occidental.

La definición de concepto ofrecida por la filosofía de la ciencia56 puede serresumida de la siguiente manera: el concepto es la unidad básica e imprescindible decualquier forma de conocimiento humana. No hay posibilidad de que hayaconocimiento no-conceptual. Los conceptos no son objetos empíricos, sino másbien entidades abstractas que pueden considerarse pertenecientes al «tercer mundo»

55 En este texto, se comprendeesta problemática a partir del casode la inconmensurabilidad entreUitotos y Occidente. Este últimoentendido como el conjunto deinstancias e instituciones degobiernos nacional o extranjeros,así como todos sus centros deapoyo, investigación, etc.

56 Ver: MOULINES, ULISES Y JOSÉDÍEZ. 1999. Fundamentos de filosofíade la ciencia. Barcelona: Editorial ArielS.A., específicamente capítulo 4.

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del que habla Frege y Popper (Moulines et. al, 1999: 92). Todo sistema de conceptosse encuentra contrapuesto al mundo real; los conceptos, de esta manera, subsumenuno o varios objetos del mundo. Los conceptos que interesan a la ciencia sonaquellos que pretenden subsumir objetos realmente existentes; incluso si hayconceptos como el de flogisto que, tras investigaciones, se descubren vacíos, sonestos dignos componentes de la ciencia mientras se pretendan no vacíos. Una vezse demuestra que no hay objeto que pueda subsumirse bajo el determinadoconcepto, éste perderá valor y pertinencia al interior del conocimiento científico.

Ahora bien, hablando de Hacking de lo que él entiende por «idea», a saber,concepciones, conceptos, disposiciones y teorías (Hacking, 2001: 49), encontraposición a lo que entiende por «objeto» y «palabras ascensor», aclara que«¡[él no está] haciendo la distinción de Frege entre Begriff y Gegenstand, vertida alinglés como concept y object!». Su concepto de «concepto» dista del ofrecido, demanera estándar, por la filosofía de la ciencia, de manera que no debe serconfundido con el de Frege porque con este término él no se está refiriendo aninguna extraña entidad mental. Las ideas circulan habitualmente en público, ypueden ser debatidas, aceptadas, comparadas, rechazadas, etc.

Hasta aquí tenemos una definición negativa de lo que no debemos entenderpor «concepto». Por «concepto» no entendemos ningún tipo de entidad abstracta,habitante de un tercer reino. Las ideas, en tanto elementos que circulanpúblicamente, no son tan abstractas como a veces se supone, ni tan inmaterialescomo algunos quisieran sostener.

Lo interesante señalado por Hacking, y que lo pone frente a una propuestaradicalmente diferente a la de Frege, es que las ideas interactúan con las cosas,sucediendo las más de las veces que «las propias personas queden afectadas por laclasificación [conceptual que se hace de ellas, resultando que, en este sentido], elmismo individuo es socialmente construido como una clase de persona» (Hacking,Op. Cit. Pág. 34):

«[...] una reivindicación de construcción social se vuelve compleja cuando lo que se construyeno es sólo una cierta clasificación [conceptual], una cierta clase de persona, el niño televidente.También los niños, podría afirmarse, llegan a ser socialmente construidos [...] [De la mismamanera,] un punto de interés fundamental de los estudios de género no es tanto cómo fueconstruido cualquiera de estos tipos de entidades, cuanto cómo las construcciones se entrelazane interactúan, cómo las personas que tienen ciertos rasgos [...] son el producto de ciertasinstituciones [...] En este caso una tesis de construcción social tendrá que referirse a ambascosas, la idea de la cultura y la cultura misma [...] Los conceptos, las prácticas y las personasinteractúan entre sí. Tal interacción es a menudo el verdadero objetivo del discurso de laconstrucción social» (Hacking, Op Cit. Págs. 58-60).

Así como Hacking lo afirma de manera un tanto tímida, la distinción que hayentre conceptos y objetos es, las más de las veces, difícil de mantener. Como lomenciono en el apartado «Breves aclaraciones para seguir» del texto, «en la vidacotidiana la distinción entre prácticas y conceptos es supremamente borrosa, sobretodo en culturas no tan fuertemente influenciadas por el cristianismo y su dualismofuerte». Esto significa que si la distinción es difícil en asuntos como los mencionadospor Hacking: el niño televidente y el género, con las comunidades indígenas, yparticularmente con la comunidad Uitoto, el asunto se torna mucho más complejo.Es en este sentido que puede haber ocasiones en que sea posible considerar quelas prácticas y los conceptos, no sólo se encuentran estrechamente ligadas, sinoque son, en muchos casos, lo mismo.

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Atendiendo a la estrecha relación que hay en la comunidad Uitoto entreprácticas y concepciones, que se expresa continuamente en los mitos que hemosanalizado donde se reiteran frases como:

«ya pues usted se casó, ahora sí usted tiene que mambear, ya va a comenzar su trabajo [...]pues [porque] usted sabe, por eso ya consiguió mujer, ya toca mambear» (Echeverri, 1993:VIII, subrayado personal).

El profesor Urbina reafirma esta situación diciendo que en las comunidadesamazónicas la instrucción teórica va siembre aparejada de la instrucción práctica,pues «las palabras que no se concretan en obras visibles son inútiles, y hasta dañinas»,por convocar fuerzas que han de quedar incontroladas, ‘sueltas’, no encerradas,limitadas y organizadas en obra (icono, baile, labor)» (Urbina, 1992: 16).

Ofrecer una definición formal de lo que entendemos por «concepto» es unasunto difícil que requiere mucha más investigación. En este corto escrito quieroúnicamente esbozar dos elementos importantes que deben ser considerados alprocurar entender lo que se quiere decir con «concepto», cuando se dice de la hojade coca que es uno.

Llevando lo más lejos posible la propuesta de Hacking sobre la interacciónentre conceptos y objetos, así como tomando muy en serio la interpretación delprofesor Urbina sobre la amalgamada relación entre instrucción teórica einstrucción práctica en las comunidades Uitoto y Muinane, hemos de afirmar queel concepto de «concepto» que aquí hemos manejado se aleja de aquel defendidopor la filosofía de la ciencia. Nuestro concepto de hoja de coca no sólo se expresaen los rituales, el trabajo y la mambeada de la coca, sino que parece ser esto mismo.Todos los rituales se encuentran siembre acompañados del mito: la fuerza de laobra es también siempre una fuerza de la Buena Palabra, y « [...] todo mito particularreporta hacia, y va configurando, esa constelación en donde se articula; así seconvierte en fábrica y sendero en cuyos múltiples horizontes –espaciales ytemporales– se avizora la totalidad de una cultura.» (Urbina, Op. Cit. Pág. 14,subrayado personal). En este sentido, la palabra, la Buena Palabra, es indisoluble delas prácticas sociales y rituales; el concepto, por esta razón, debe comprendersecomo la conjugación de lo que se dice sobre la coca y lo que se hace con ella. Elconcepto es la Palabra pronunciada y las obras que logran encerrarla, es el mito yes el mambeo que siempre lo acompaña.

«Yo,aprendiz de la Palabra-Hoja del padre,siembro mi coca;ella tendrá la fuerza:el Poder que confiere la Palabra-Obra» (Urbina, Ibíd.. Pág. 33).

«Se ha de estar agachado,inmerso en la tarea.Si una hoja cae, habrá de recogerse(quizás sea una Palabracon una cita expresa entre la Vida)» (Urbina, Ibíd. Pág. 41).

Lo otro que habría que reforzar antes de finalizar es que el concepto de hoja decoca al que hacemos referencia es un concepto complejo. Precisamente por la reciénmencionada indisoluble relación entre prácticas y concepciones en la comunidadUitoto, así como por las connotaciones que la hoja de coca tiene para esta comunidad,

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por ser ella la encarnación de una milenaria tradición, por ser la comunidad Uitoto«Gente de palabra de coca» (Echeverri, 1993: 214), sustancia de esas plantas cultivadas,de las deviene el comportamiento, el conocimiento y la Buena Palabra, el conceptode hoja de coca es un concepto complejo que aparece como un aglomerado deelementos con profunda significación para la comunidad.

Estos asuntos señalados quieren mostrar que el «concepto» pudo haber sido alun principio una extrapolación, pero que en la medida en la investigación avanzaba,lo que debía entenderse bajo este término al interior del pensamiento Uitoto seperfiló como algo nuevo y diferente. Sin embargo, esto no salva del todo la inquietudinicial sobre la necesidad de tener, al menos, este elemento para iniciar cualquiercomparación entre los Uitoto y Occidente, ya que de resultar diferente el conceptode «concepto» dentro del paradigma Uitoto y el Occidental, el diálogo quedaríanuevamente roto. Este es siempre el punto de quiebre del relativismo radical cuandose atreve a ser pensado más allá de los casos abstractos, sin embargo, algunos elementosmencionados por Kuhn como la comprensión o la inconmensurabilidad local podríanlograr un relativismo fuerte con posibilidad de diálogo. En cualquier caso, la intensiónde este corto texto de cierre es que se procure hacer una aproximación en que, másallá de los problemas exegéticos que se abran, se logre dar algún valor crítico alpropósito emprendido en la presente.

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Fragmentos para una historiade los Siona y de los Tukano

OccidentalesAugusto Javier Gómez López

[email protected] Asociado

Departamento de AntropologíaUniversidad Nacional de Colombia, Sede Bogotá

Palabras clavesHistoria-indios americanos-Tukano Occidentales, historia-indios americanos-Sionas.

Key wordsHistory-american natives-Tukanos Occidentales,history-american natives-Sionas.

Recibido:20/11/2005En revisión desde:25/11/2005Aceptado para publicación:12/04/2006

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ResumenMucho tiempo después de que la búsqueda de El Dorado como un sueño efímero yfebril, quiso construir entre la vastedad de la selva «ciudades» como Sevilla del Oro y laantigua Ágreda o Mocoa, Franciscanos y Jesuitas, emprendieron la labor misionera enlas primeras décadas del siglo XVII. Fue precisamente, gracias a las descripciones queacompañaron la pieza cartográfica elaborada por el Padre Juan Magnín, en el año de1740, que se fue haciendo más evidente esa vastedad de la geografía amazónica. Elpresente artículo parte desde aquí para presentar al lector una historia de los Siona y delos Tukano Occidentales desde tiempos coloniales hasta la primera mitad del siglo XX,al apoyarse en los escritos y cartografía realizada por los misioneros hasta documentosetnográficos producidos en los años de 1940 por científicos sociales, que muestrancómo los sistemas de explotación de recursos de la selva desde tiempos inmemoriales,han contribuido a la esclavización y destrucción de los grupos indígenas al suscitarsistemas particulares de sometimiento como el endeudamiento, y han amenazado conacabar los últimos reductos de población indígena que aún perviven en nuestro país.

AbstractFranciscans and Jesuits started their missionary labor during early XVII century, longtime after the ephemeral and febrile dream to look for El Dorado wanted to build«cities» like Sevilla del Oro and the old Ágreda (Mocoa) into the forest vastness. In 1740,thanks to missionary labor was more evident forest vastness for the descriptions and themaps made to Priest Juan Magnín. This paper starts from that point to show to thereader a history of Siona and Western Tukano from Colonial times to the first half ofthe XX century, by using writings and cartography works done by missionaries, alongwith ethnographic works made by social scientists during the decade of 1940. Thosedocuments shows how forest resources exploitation systems it has contributed to slaveryand destruction of indigenous groups, establishing particular systems like placing theminto debt. Such systems have also threatened the last indigenous populations that stillsurvive in Colombia.

Revista Inversa, Vol. 1, No.2 (2006): 80-107.

ue* necesario que transcurriera cerca de un siglo, desde que se inicia-ra la labor misionera en aquellas selvas amazónicas (las que, en elpapel, figuraban ya bajo el «dominio» del monarca español), paraque ese «mapa de las tierras incógnitas» de las misiones orientales, de

sus pobladores nativos, de sus ríos, de sus varaderos y caminos, lo mismo que desus géneros y frutos, fuera adquiriendo trazos más precisos.

Mucho tiempo después de la búsqueda de El Dorado que, como un sueñoefímero y febril, quiso construir, entre la vastedad de la selva, «ciudades» comoSevilla del Oro, Logroño, San Miguel de Sucumbíos y la antigua Ágreda o Mocoa,Franciscanos y Jesuitas emprendieron la labor misionera en las primeras décadasdel siglo XVII. Después de muchos logros y fracasos, después de un largo peregrinajemisionero fue posible «dibujar» de manera aproximada y, aún, de manera imaginada,los nombres de esos ríos, de esos «primitivos seres» y los límites, las sinuosidades ylos «temperamentos» de sus territorios.

Y fue, precisamente, gracias a las descripciones que acompañaron la piezacartográfica elaborada (en el año de 1740) por el Padre Juan Magnín, jesuita ymisionero por largos años en Maynas, que se fue haciendo más evidente esa vastedadde la geografía amazónica y la diversidad cultural de sus «naciones y parcialidades»,lo mismo que la variedad y particularidad de sus lenguas, oficios, galas, costumbres,«mojigangas» y «supersticiones».

Gracias al trabajo cartográfico y descriptivo elaborado por el Padre Magnín,sabemos que, además de las «naciones» y «parcialidades» que existían entre el Napoy el Putumayo («Payahuas, Iquiabatas, Sucumbíos, Uecuaris, Encabellados,Yunguinguis, Rumos, Yetes, Guacas, Ceños, Recobas, Chutias, Yarasunos deArchidona, Tenas, Napos Canelos Chitos y los de Ávila»), entre el Caquetá y elPutumayo estaba la Nación de los Seones que «son Charuayes, Andaquíes,Macaguajes, Urinus, Curiguajes, Sensaguajes, Ocoguajes, con otras Naciones deTamas, Murciélagos y Arionas» (Magnín, 1740 [1955]: 97-98).

Los «Senones del Caquetá», descritos por el mismo misionero Magnín, fueronreconocidos por su costumbre de «desfigurarse» de forma particular, «[...] poniéndoseun palo labrado con plumas hermosísimas, delgado, de media vara de largo, y susmujeres una piedra de jaspe, puntiaguda, que compran a los Yquiabates, dandouna china o un muchacho por una de ellas; con dos agujeros en el labio superior,donde ponen flores, y dos en el inferior, con dos pajas largas, más de un palmo,claveteados los lados de las narices con dos chaquiras negras». De igual manera,Magnín destacó como «el mejor y el más subido» el veneno elaborado por losCharuayes (pertenecientes a la Nación de los Seones, según el mismo misionero)«[...] y lo hacen hasta de 23 ingredientes de raíces, bejucos, cáscaras y palos cocinadosjuntamente y dado punto al agua [...] el veneno que hacen, que a cualquier animal,por donde quiera que se le clave la punta de la saetilla o virote, que por medio deun poco de algodón, o lana de palo, que se envuelve, se dispara con el soplo, porel hueco de una cerbatana, con tal que le saque sangre» (Magnín, Op. Cit. Pág.105).

Muchas décadas antes de la cartografía y de las descripciones realizadas por elPadre Magnín, los misioneros franciscanos describieron en sus informes las diversas«naciones indígenas» de los ríos San Miguel, Putumayo y Aguarico «o Río delOro», «[...] copiosamente poblados», donde reiniciaron la «pacificación de infieles»y el establecimiento de las «reducciones» o fundación de los pueblos de indios enla última década del siglo XVII, después de fracasados sus intentos realizados acomienzos de dicho mismo siglo: Jesús de la Nanzuera, Santa María de Maguagees[sic], Santa Clara de Yaibaras, San Diego de Yartaguages, San José de los Curús,San Antonio de Padua de los Viguages (cuyos pobladores fueron sacados de la

*El presente texto fue desarrolladoa partir de la tesis «Putumayo:indios, misión, colonos y conflictos1845-1970. Fragmentos para unahistoria de los procesos deincorporación de la fronteraamazónica y su impacto sobre lassociedades indígenas» presentadapor el autor en Marzo de 2005para optar al título de Doctor enHistoria de la Universidad Nacionalde Colombia, sede Bogotá.

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«tierra adentro» y poblados en las márgenes del Putumayo), San Bernardino de losPenes y San Francisco de Piácomos, todos fundados en el transcurso del año de 1693.En el transcurso del año de 1694 «se dieron de paz» y fueron incorporados por losmismos misioneros franciscanos los Neguas, «que asisten la tierra adentro»; los Caquís,«que estos últimos pertenecen al río contrapuesto que llaman Caquetá o Mocoa, porestar más vecinos a él. También se hicieron de paz este mismo año los Coreguages, queasisten a las vegas de este mismo río Caquetá [...] También se han dado de paz laProvincia de los Senseguages, Yamués que asisten en este mismo río de Putumayohacia su desemboque y otras infinitas Provincias de que tengo noticia». En el año de1695 «se dieron de paz» los Puníes «y otros muchísimos de los Ycaguates y Encabellados,que asisten la tierra adentro y también están pacíficos los Roenes de esta misma nación»(Céspedes, 1696: folios 2(v)-5(r)).

El mismo misionero Fray Diego de Céspedes, «Presidente de las MisionesFranciscanas» y fundador de muchos de los «pueblos de indios» en los ríos San Miguely Putumayo a finales del siglo XVII, describió «las costumbres» de los habitantes nativos:

«Quiero también no dejar en silencio algunas costumbres que he experimentado en ellos; loprimero, son tan grandes soldados y tan ejercitados en las armas que ninguno anda menos quecon dos o tres lanzas; tienen también una casa dedicada, donde se juntan dos veces todos losdías a sus consejas, de donde sale definido cualquier orden; la primera vez que se juntan esdesde las dos de la mañana, poco más o menos, hasta las seis del día». (Céspedes, Op.Cit.)

Según el misionero Céspedes, «a esta conseja y junta, no ha de faltar ninguno,aunque sea viejo o muchacho; y para esto les hacen primero una bebida dedichos bejucos que llaman yoco, que es el chocolate de ellos, y después de estoles dan otras bebidas, de maíz o yuca, y si hay carne o pescado se les sirve, tambiéncon puntualidad; la otra junta es desde las cuatro de la tarde hasta las seis, dondelos esperan con la misma prevención del chocolate o yoco» (Céspedes, Ibíd.). Lacasa donde se realizaba la junta o conseja se encuentra dedicada a hospedar a losforasteros de calidad, de manera que «ahí les ponen la comida, la bebida, la cama

Extracción de niguas. Grabadorealizado por Julio Crevaux. 1857-1882. América Pintoresca. El ÁncoraEditores. Bogotá. 1987.

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y todo cuanto piden y han menester, con condición que ninguno haya de salir aregistrar las casas ni los naturales de este pueblo; estos indios andan desnudoscomo también las mujeres sin hacer más defensa para la honestidad que unaconcha; tienen también por costumbre quemar todos los cuerpos muertos así delos grandes como de los niños y para esto hacen una hoguera grande y mucha leñay después de quemado el cuerpo recogen las cenizas en una olla nueva y los huesosque quedan, en otra olla; estos huesos quemados los muelen y los mezclan conunas semillas aceitosas y los días de sus fiestas se untan todo el cuerpo con esebarniz negro, que es la mayor gala de ellos; entre los Icaguates vi esto de otromodo, que luego que moría el indio le pelaban los cabellos y los guardaban ydespués, quemando el cuerpo de la misma suerte, juntaban los huesos y el añosiguiente le hacían como una honras» (Céspedes, Ibíd.). De la misma forma elmisionero también agregaba que «cuando se llegaba el tiempo salían todos losparientes a buscar carne y pescado y traído esto convidaban toda la gente de sucomarca: bailaban y cantaban mucho y al fin les daban de comer la carne envueltaen los cabellos del difunto y los huesos molidos se los daban a beber en la chichaque así se llama el vino de éstos» (Céspedes Op. Cit. Folios 7 y 8).

Todavía a comienzos del siglo XVII, algunos expedicionarios insistían en labúsqueda de El Dorado, pero ya por entonces los Franciscanos, desde su ConventoMáximo de San Pablo de Quito habían enviado en el mes de agosto de 1632 losprimeros cinco misioneros cuyo destino fue Sucumbíos y el Putumayo (Alacano,1739). Desde entonces, los Franciscanos adelantaron otras expediciones a la«Provincia de los Tupinambaes y Besabas», a «San Pedro de Alcántara de losCofanes», a la «dilatadísima Provincia de los indios Encabellados», pero losalzamientos y ataques que sufrieron de los indios, en los años de 1634 y 1636,echaron a perder los adelantos de las primeras reducciones. No obstante, en ladécada de 1690, cuando habían logrado las primeras «pacificaciones» de indios:«[...] en la rica cuanto dilatada Provincia de Mocoa que baña el río del gran Caquetá»(Alacano, Op. Cit.), en el año de 1695, los Tamas: «indios piratas de una de lasProvincias del Gran Caquetá» (también «llamados Payugages»), incursionaron enlas riberas del Putumayo dando muerte a dos religiosos Franciscanos (Fray JuanBenítez de San Antonio y Antonio Conforte) y a un indio cristiano llamado Nicolás.Los Andaquíes y Yaguarsongas, que habían arrasado las ciudades de Simancas y deMocoa, «en las Provincias del Gran Caquetá, se atrevían también a saquear losdemás pueblos comarcanos de Timaná y de Sibundoy cautivando a muchas mujeresespañolas» (Alacano, Ibíd.). Estos ataques e incursiones de indígenas motivaron lassolicitudes de pacificación de los indios Tamas y Andaquíes, por parte del Cabildode la ciudad de Pasto.

En el año de 1739 los Franciscanos dieron noticia de la existencia de veintiúnpueblos de misiones, «siete en las Provincias del Gran Caquetá y catorce en las delPutumayo con San Miguel de Sucumbíos» (Domínguez et al., 1996: 50).Enfrentando grandes dificultades, los misioneros y sus escoltas militares habíanintentado incorporar los vastos territorios del Caquetá-Putumayo, pero los ataquesy sublevaciones indígenas persistieron. Finalizando el siglo XVIII, y según el informepresentado en el año de 1791 a la Real Audiencia de Santafé por Fray FermínIbáñez, religioso Franciscano del Colegio de Misiones de Popayán1, los pueblos demisiones del Caquetá y Putumayo estaban «desiertos», «decadentes» y en «ruina», a«causa de no tener los religiosos arbitrios ni auxilios para contener los excesos delos indios» (Ibañez, 1791). A pesar de los esfuerzos por establecer nuevos pueblosde misiones (o «reducciones») y de refundar otros, las noticias llegadas del Caquetáy del Putumayo anunciaban la extinción total de esas «reducciones», el fracasodefinitivo de la evangelización y, en general, de la labor misionera en la región

1 Este informe presentado a la RealAudiencia de Santafé se encuentraen el Archivo Central del Cauca,en Popayán.

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durante el período colonial: el pueblo de los Tamas del Caguán, en donde en el añode 1790 los indios habían matado a su misionero (Fray Marcos Calderón), a lossoldados y «muchachos» que asistían a dicho padre fueron asolados «enteramente»;de la ruina de este pueblo se siguió la del pueblo de Ahumea, «el más remoto detodos», pues su subsistencia dependía de la del Caguán y en consecuencia quedódesamparado.

Años atrás, las otras fundaciones misioneras en la región habían corrido unasuerte muy similar a la del pueblo del Caguán: en Santa María de Mecaya, tres vecesreestablecido con distintas naciones indígenas y otras tantas destruido, los «neófitos»dieron muerte a su misionero, Fray José Joaquín Arango, en 1783; en el pueblo delPescado de Andaquíes, éstos atacaron a su misionero, Fray Ramón Ortíz quien,herido, debió refugiarse en el Pueblo de La Escala. Más tarde, el padre Fray GerónimoMatanza, se hizo cargo de recoger a estos indios, los cuales estableció en La Bodoquera,que fue abandonado «enteramente» por los nativos, como poco después sucedió conlos de Bodoquerita; el Pueblo de Los Canelos, también de Andaquíes, en el río de laHacha, su misionero, Fray Juan Ortega, tuvo que huir para conservar su vida y pocodespués Fray José Iglesias se encargó de recoger en Los Canelos a los mismos indiosdispersos, de donde se fugaron en el año de 1788; en cuanto al Pueblo de Paycuntí,en el año de 1789 se fugó la mayor parte de los indios que lo componían y en el añode 1790 envenenaron a su misionero, Manuel Hermosilla (Ibañez, Op. Cit.).Finalizando el siglo XVIII, entonces, los indios del «Gran Caquetá» habían retornadoa su «gentilidad y salvajismo» y los pueblos misioneros estaban «reducidos a cenizas»:

«De lo dicho, Excelentísimo Señor, claramente se viene en conocimiento que, aunque a principiosdel año de 90 existían 8 pueblos, cuando salieron los Padres por el mes de noviembre de dichoaño sólo quedaban tres, San Antonio, Puycuntí y Solano, que, con el de La Escala son cuatroy otros tantos los destruidos: Bodoquerita, Canelos, Caguán y Ahumea y aunque ellos estabanya constituidos en la próxima e inmediata disposición de su ruina con eminente peligro de lasvidas de sus misioneros como exponen dichos padres en su ya citada representación. Efectivamenteel correo de 15 del pasado marzo recibí una carta que acompaño y presento a Vuestra Excelenciade un misionero en que me participa la ruina del pueblo de Puycuntí reducido a cenizas por losmismos indios y la fuga y muertes de muchos de los de San Antonio. En esta inteligencia ignorosi en la actualidad aún exista algún pueblo a más de La Escala» (Ibañez, Ibíd.).

Teniendo en cuenta la información histórica cartográfica, en el mapa manuscritodel siglo XVIII2 se señala, en el río Orito, el lugar de la antigua fundación del pueblode San Diego: «Sitio del pueblo de San Diego que llamaban pueblo de San Juan». Enel mismo mapa figura, también, el «Pueblo de San Diego de Ocoguajes», sobre el ríoPutumayo. Durante el período colonial y, de manera más específica, durante lossiglos XVII y XVIII, las «reducciones» o pueblos de indios fundados por losFranciscanos en las vastas selvas que más tarde se conocerían como «territorio delCaquetá» (cuya capital sería Mocoa y, por supuesto, incluía lo que hoy conocemoscomo Putumayo) se caracterizaron por su inestabilidad y por su vida efímera, envirtud de múltiples causas: la huída y la resistencia de los indios a vivir reducidos endichos pueblos por temor a la esclavitud y a las enfermedades y epidemias; ladesaparición física de una buena parte de sus habitantes por el hambre y lasenfermedades mismas; los ataques frecuentes de ciertos grupos de indios sublevadoscontra los misioneros y, estructuralmente, por la secular dificultad de abastecer ysostener a los indígenas reducidos.

Comúnmente, las refundaciones de pueblos de indios se hicieron «sacando delos montes» a familias y grupos de indios «neófitos» porque los pobladores inicialesya habían huido a los montes o simplemente ya habían físicamente desaparecido,

2Dicho mapa se encuentra en elArchivo General de la Nación,Bogotá; Sección Mapoteca;Mapoteca N°6; Mapa N°132.

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víctimas del «catarro», de la gripe y de la viruela. En consecuencia, fue usual que lasrefundaciones se designaran con nombres de fundaciones iniciales ya desaparecidasdonde se trasladaban, en el mejor de los casos, reductos de población sobreviviente.En este mismo orden de ideas, esas refundaciones fueron establecidas frecuentementeen lugares diferentes a los de las fundaciones misioneras originales. La imagen quese fue dibujando de este proceso misionero franciscano es la de un «mapa» en el quevan surgiendo nuevas fundaciones las cuales desaparecen al ritmo en que la poblaciónnativa, contactada, asimilada y reducida, es también víctima de la esclavización y,arrancada de sus territorios, sufriendo el traslado hacia otras áreas y, aún, a otrasregiones remotas de donde nunca retornarán. Otra parte significativa de la población«reducida» y sometida a la vida miserable en los pueblos de misiones desapareciófísicamente como consecuencia de las enfermedades y epidemias, como ya se expresó,lo que se puede apreciar en los documentos y censos de población levantados por losmismos misioneros a lo largo del siglo XVIII3.

El historiador Federico González Suárez refiriéndose al estado de decadenciaque presentaban las misiones de franciscanos en el Putumayo, en el Caquetá y en elCoca, en la segunda mitad del siglo XVIII, atribuye, precisamente, esa decadencia ala «saca» de indios y al traslado de éstos hacia otras regiones distantes, en calidad deesclavos:

«La falta de cooperación de la autoridad civil fue una de esas causas; pues, el Gobernador dePopayán dio amplia licencia a un favorecido suyo para que sacara cuantos indios pudiera delos pueblos de las misiones y los llevara a Barbacoas, para ocuparlos allí en el laboreo de lasminas de oro. Los indios huían de los pueblos, a fin de no ser arrancados de sus bosques nativosy trasladados por la fuerza a las costas enfermizas del Pacífico» (González, 1970: 119).

Introdújose también otra costumbre no menos inmoral y funesta para eladelantamiento de las misiones, y fue la de comprar muchachos para sacarlos afuera,a las poblaciones de la sierra, y emplearlos como esclavos en el servicio doméstico;una hacha, un machete, unos cuantos abalorios se daban por un muchacho y de esamanera se hacía odiosa la predicación de la religión cristiana, la cual a los ojos de losindios, siempre desconfiados del blanco, aparecía como un arbitrio para establecer yfomentar entre las tribus salvajes recién convertidas la odiosa granjería de la compray venta de niños» (González, Op. Cit. Pág. 121-122).

Otro aspecto que contribuye a explicar el por qué de la vida efímera de los pueblosde misiones es el relacionado con el acceso a las herramientas. Debe comprenderseque tanto en el piedemonte del Putumayo y Caquetá, pero también en el piedemonteamazónico del Perú y Ecuador e incluso, en el piedemonte de nuestros LlanosOrientales, las poblaciones nativas tuvieron como estrategia, con el propósito deacceder a las herramientas de metal y a otras mercancías, acercarse a los misionerostan pronto estos ingresaban a sus territorios y/o apenas tenían noticia de su llegadaa la región, dejándose «reducir» pero tan pronto como el misionero les hacía entregade las «dádivas», herramientas y «bujerías», los indios abandonaban los pueblos demisión. Los informes de los misioneros llaman la atención reiteradamente acerca dedicho comportamiento, tal y como el Padre Juan Magnín lo observara al referirse al«modo de reducirlos con herramientas»:

«Para ganarlos no se sirven de razones o argumentos, que de eso no entienden; sino de dádivasy agasajos; hachas, cuchillos, agujas, herramientas son las más convenientes razones; quecomo en sus rincones no tienen nada de eso, sirviéndose sólo de hachas de piedra, colmillos deanimales, huesos y del fuego, para cortar palos y labrar sus canoas, reconociendo en la herramientatan grande ventaja, se mueren por recibir alguna dádiva de esas, dando aun sus propios hijos

3 Esto puede verse particularmenteen el Archivo Central del Cauca,en las signaturas relacionadas con«Franciscanos» y «Caquetá», de losFondos Coloniales.

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por una hacha, que eso vale una china, si su padre no quisiere venir al pueblo; y siendo loshurtos entre ellos casi incógnitos, por la herramienta se hacen varios, robando y matando asus vecinos para quitársela; que en eso sólo tienen puesta su codicia [...] siendo éstos [losMayorunas] los más inconstantes en las Reducciones; como lo son los Payahues en susresoluciones, quienes a cada rato salen y a cada rato se retiran; empiezan su pueblo confervor, y de repente lo dejan; mientras no hubieren herramientas, constantes; al recibir elhacha, el machete, fugitivos» (Magnín, 1740 [1955]: 113-114).

Poco sabemos de la suerte de los grupos indígenas sobrevivientes en el Putumayo,San Miguel, Aguarico, Caquetá, etc., después del fracaso de las misionesfranciscanas, es decir, desde finales del siglo XVIII, a no ser, medio siglo después,por las descripciones del Padre Manuel María Albis y por las descripciones queacerca del «territorio del Gran Caquetá» y en relación con los indios realizara laComisión Corográfica. Resulta sí aproximado afirmar que en una buena parte delconjunto de la región amazónica, las «naciones y parcialidades» más afectadas fueronaquellas que desde un lejano pasado habían surgido y se habían consolidado enlas zonas ribereñas o de «varzea», ya que algunos ríos amazónicos, especialmentelos que sin mayores obstáculos eran navegables, fueron la ruta «natural» de lasprimeras incursiones europeas y las de sus descendientes que en calidad deexpedicionarios, de conquistadores, de misioneros o de traficantes de esclavos,iniciaron las transformaciones territoriales y socioculturales que, en general, iríancambiando el «mapa» de las estructuras de los asentamientos humanos en la regióny especialmente, en nuestro caso, en el piedemonte. Por supuesto que, también,en el transcurso del mismo siglo XVI, la fiebre del oro «alcanzó» un númerosignificativo de grupos humanos nativos del alto Putumayo y Caquetá poniéndolosal servicio de la minería en las jurisdicciones de Mocoa y Sucumbíos, con base enla institución de la encomienda o simplemente sometiéndolos a la esclavitud.

Sólo sería en el transcurso de la segunda mitad del siglo XIX, cuando ya lasquinas del interior del país habían sido devastadas (en el Sumapaz; en el MagdalenaMedio; en la jurisdicción del pueblo de La Uribe, Meta; en el Cauca, por ejemplo

Indios de Mocoa en el Alto de la Cruz.Grabado realizado por Edouard André.1875-1882. América Pintoresca. ElÁncora Editores. Bogotá. 1987.

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en Pitayó y en las «montañas del Patía», etc.) que la frontera extractiva alcanzó elpiedemonte amazónico del Putumayo y del Caquetá, donde las quinas silvestresempezaron a ser explotadas, fomentándose, de nuevo, el contacto con los gruposnativos sobrevivientes y generándose, también, un considerable impacto entre estos,más aun con el establecimiento de la navegación a vapor en el río Putumayo.

Efectivamente, con el inicio y la consolidación de las actividades quineras en elpiedemonte y la búsqueda de la ruta río Putumayo-río Amazonas para exportar lascortezas hacia Europa y los Estados Unidos, se estimuló la creación de nuevosasentamientos en las áreas donde se extraía la quina silvestre y a lo largo de la rutaque, buscando el lugar más a propósito para ser embarcadas, conducía hasta lasriberas del Putumayo. Fue entonces, en virtud de este episodio extractivo que sesupo, de nuevo, acerca de los grupos indígenas, de sus establecimientos y de algunasde sus características, pero también, y muy pronto, de su disminución, de su dispersióny, en algunos casos concretos, de su extinción como consecuencia del notableincremento del tráfico de esclavos nativos, lo mismo que de su sujeción, por deudas,a «patrones» que los llevaban lejos de sus territorios étnicos y por las enfermedades yepidemias que nuevamente ocasionaron el derrumbe físico de muchos de los gruposnativos.

Gracias al mapa que fuera levantado por Francisco A. Bissau y Rafael Reyes, bajoel título «Mapa del Río Putumayo o Ica» del año de 1877, es posible advertir laexistencia, en la época, de los «Indios San Miguel», «indios Picudos», «indiosMontepas», «indios Macaguages», «indios Beneció», lo mismo que poblacionesindígenas como Yosotoaró, Cuembí, Montepa y Abacunte, en el río Putumayo y enalgunos de sus afluentes de la parte alta del curso del mismo río. De igual manera, elmapa en referencia nos permite reconocer la existencia de establecimientos bajonombres nuevos como Cantinera y Duitama, donde presumiblemente habitaban ylaboraban individuos y familias indígenas, acopiando y transportando quinas, ocortando y alistando leña para los vapores, al servicio de la Casa Elías Reyes yHermanos o Compañía del Caquetá.

De acuerdo con Rafael Reyes4, desde el puerto de La Sofía y el territorio «habitadopor los salvajes nómadas y antropófagos, en una extensión de unos doscientoskilómetros» residían las siguientes tribus: «los Montepa, los más cercanos a La Sofía;los Beneció, los Incuisilla y los Cosacunti que en lengua Siona significa esta palabramontaña de palmeras. Cada una de estas tribus tiene un dialecto propio compuestode palabras del quipchua [sic], que hablaban los Incas del Perú quienes dominabanantes del descubrimiento de la América, desde el Cuzco, límite de la dominación delos Araucanos, hasta Pasto; de palabras Chibchas que era la lengua que hablaban losindios que habitaban el territorio de Colombia; de la lengua guaraní hablada por lastribus del río Paraná y del sur del Brasil y de palabras de la lengua Siona, que es la quegeneralmente hablan las tribus del Amazonas y de sus afluentes. La formación deesta última con elementos de las de los aborígenes de toda América del Sur, pruebaque las tribus del Amazonas se formaron con la inmigración de los Quipchuas [sic]o Incas perseguidos por los conquistadores españoles cuando ocuparon el Perú; delos Chibchas, que descendieron de las montañas de Colombia y del Ecuador huyendode los mismos conquistadores y de los Guaraníes, que corrieron igual suerte. Losindios de las tribus nombradas, cercanas a La Sofía, son menos salvajes que losnómades y no son antropófagos. Tienen residencia fija, casas o cabañas cubiertas depaja y plantaciones de maíz, de plátano y de yuca y conservan el recuerdo de losmisioneros jesuitas que en el siglo XVIII, hasta 1760, cuando fueron expulsados [enel año de 1767, específicamente], estuvieron en aquellas selvas» (Reyes, 1986: 163).

Téngase en cuenta, a propósito de los comentarios de Reyes acerca de la lenguaSiona, como la que «[...] generalmente hablan las tribus del Amazonas y de sus

4 Véase el libro «Memorias, 1850-1885» (1986).

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afluentes», que las políticas lingüísticas hispanas coloniales y, particularmente, lasque intentaron poner en práctica allí los misioneros Franciscanos y Jesuítas,consistieron en la difusión del «Seona» como una lengua general y lo mismo seintentó con el Quechua y el Quichua en una buena parte del piedemonte amazónicoperuano y ecuatoriano. Udo Oberem5 comentó en relación con los «Quijos», yaquechua-hablantes en el siglo XVIII, que la lengua materna de estos había sidootra y no el Quechua (Oberem, 1980). En cuanto a la lengua Siona, los investigadoresMargarita Chaves y Juan José Vieco comentan que «[...] ante la multitud de lenguaschontales (no conocidas por los intérpretes indígenas) los misioneros buscarondesde un principio homogenizar las diferentes lenguas indígenas» de tal maneraque la lengua «Ceona (Siona) fue utilizada por los misioneros como vehículomisional» y con ese propósito lingüístico unificador (Chaves y Vieco, 1982).

Reyes también se refirió a los «indios de Incuisilla», que habitaban entre losríos Putumayo y Caquetá, como más salvajes en comparación con los «Cosacunti»y los «Beneció». Aquellos indios tenían «un campamento» en el río Incuisilla, cercade La Concepción, lugar donde la empresa Elías Reyes y Hermanos creó unestablecimiento y en donde más tarde la misma empresa intentó fundar unaexplotación agrícola y un campamento para el acopio del caucho que pretendióextraer, sin éxito, después de la quiebra de las quinas. De igual manera, el mismoexplorador y empresario en referencia, describió a los indios «Montepa» comonavegantes del alto Putumayo, quienes tenían comercio y relaciones con los Mocoas,«[...] a cuya tribu llegan subiendo el río Guineo, afluente del Putumayo». Unaparte de los indios Montepa, bajo el nombre de «Cuembí», se había establecido,por entonces, en el Puerto que el mismo Reyes bautizó con el nombre de La Sofía(Reyes, 1986: 164-165).

El impacto generado entre los grupos indígenas durante el episodio de lasquinas, lo mismo que durante el primer ciclo cauchero que muy pronto surgió allídespués de la crisis comercial y de las exportaciones de la corteza, se expresó en laesclavitud de los indios, en enfermedades y epidemias que causaron dramáticosepisodios y una gran mortalidad, en la dispersión de los grupos, etc. El tráfico deesclavos nativos era ya una práctica permanente en tiempos de las quinas, como lodescribiera Rafael Reyes. Debe comprenderse que ese tráfico estaba ya relacionadocon el auge cauchero, pues en la Amazonía brasilera y peruana, se había iniciadola extracción de gomas, actividad para la cual se requirió crecientemente de manode obra. Así mismo, durante el auge de la quina y del caucho, el «endeude» y eltráfico que «patrones» y empresarios peruanos, colombianos y ecuatorianosejercieron sobre los pobladores nativos del Napo, del Coca, del Aguarico, delPutumayo, propiciaron una profunda destrucción de muchos de los grupos nativosque fueron «conquistados», reducidos y/u obligados a participar como mano deobra. Los efectos causados por las enfermedades y epidemias que azotaron, entiempos de las quinas y de las caucherías, a las poblaciones indígenas del altoPutumayo los hemos analizado y descrito en otro de nuestros trabajos6. Téngaseen cuenta, además, que los efectos del endeude y de la esclavitud, relacionadoscon las caucherías y con la extracción de otros productos silvestres de la fauna y dela flora, continuaron allí, en las primeras décadas del siglo XX, cuando ya otrosprocesos como los de la colonización, habían empezado, también, a transformar y,a «borrar» las territorialidades de los grupos indígenas sobrevivientes.

Trascurrido el auge quinero e iniciado el auge cauchero, tenemos noticias deprimera mano acerca de los pueblos, caseríos y grupos indígenas existentes en elPutumayo, de sus características, de sus actividades económicas, de sus tratos ycontratos y, en fin, de la situación de dichos grupos a comienzos de la década de1890, años antes del ingreso de las misiones capuchinas. Por tratarse de un

5Véase el trabajo: «Los Quijos.Historia de la transculturación deun grupo indígena en el OrienteEcuatoriano» (1980).

6 Véase GÓMEZ LÓPEZ,AUGUSTO JAVIER, HUGOARMANDO SOTOMAYORTRIBÍN Y ANA LESMES PATIÑO.2000. Amazonía colombiana:enfermedades y epidemias . Unestudio de bioantropología histórica.Bogotá: Ministerio de Cultura.

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«Informe» del Prefecto Provincial del Caquetá, de suyo original, producto de los«muchos años de viaje por estas comarcas», lo hemos trascrito e incluido al final deeste texto7.

Recurriendo, nuevamente, a la documentación histórica cartográfica, por elimportante mapa que fuera elaborado por los misioneros capuchinos en las primerasdécadas del siglo XX, sabemos con precisión de la existencia de varios de losasentamientos Siona: en Orito, Cuembí, Comandante Playa, Buenavista, Montepay Concepción. De igual manera, sabemos de los asentamientos de Makaguajes yCoreguajes en Piñuña Negro. Se trata de un documento de gran valor para elconocimiento de la geografía y de las territorialidades étnicas, si se tiene en cuentaque fue elaborado con base en los viajes y visitas adelantados por los misionerosmismos, encargados desde finales del siglo XIX y hasta bien avanzado el siglo XX,de la evangelización y «civilización» de los indios en esa amplia porción de nuestraAmazonía.

Misioneros, antropólogos y otros especialistas, como el mismo Padre Marcelinode Castellví, han coincidido en clasificar a los Siona y otros grupos como Tukanosy más específicamente como Tukano Occidentales. Siguiendo la clasificación delas lenguas indígenas elaborada por Castellví en el año de 1950, en la «ComisaríaEspecial del Putumayo» hacían parte de los «Tukano del Grupo Occidental», losSiona, Makaguaje, los Eno o Ankotere (Piojé), los Tetete, los Tama y los Koreguaje,los que en conjunto sumaban en total, por entonces, 348 habitantes (Centro deInvestigaciones Lingüísticas y Etnográficas de la Amazonía, 1962: 236-237).

Fray Plácido de Calella, misionero capuchino, quien elaboró en la primeramitad del siglo XX uno de los textos más importantes acerca de los Sionas, afirmaque éstos, desde mucho tiempo atrás, han considerado «la región del río Putumayo,desde la desembocadura del río Guineo hasta Caucayá» (hoy Puerto Leguízamo)como su territorio, habiéndose dispersado en el pasado algunos de ellos hacia elNapo. El mismo misionero comenta que, antiguamente, los Sionas fueron llamadoscomo «dañaguaje, de dañá (cabello)», lo cual, efectivamente, debió estar relacionadocon la vieja designación de «Encabellados» que los mismos misioneros emplearondesde el siglo XVII para designarlos. El mencionado misionero comentó, también,acerca de los vínculos y del parentesco de los Sionas con otros grupos:

«El Siona pertenece a la familia Tukano. Los Siona son parientes, con parentesco etnográficoy lingüístico, de los Koreguajes (de Koré, garrapata), Makaguajes (de maká, bosque), Tamasy Ankotéres (enos), del grupo occidental; y de los Makunas, Yahunas, Yupúas y Tanimukas,del grupo oriental. Todos éstos son del Vicariato Apostólico del Caquetá. También sonparientes de los Tetetes, que viven en el Ecuador, probablemente en alguno de los afluentesdel río Aguarico. Éstos se han hecho temibles por su ferocidad. Los indios Sionas los llamanuitití (chonta pintada), airú-paí (gente del bosque) y aukas (salvajes). Un indio Siona de losprincipales me dijo que el nombre propio de los Tetetes es eteteguaje, de la palabra eteté,pájaro negro que anda por el río, o como dicen otros, de kiriteté» (Calella de, 1940-1941:737).

Desde una perspectiva más amplia, y más allá de los límites político-internacionales, otra importante porción de grupos «Tukano Occidentales» hanconstruido sus territorialidades secularmente en las selvas del noroeste ecuatorianoy en áreas que a lo largo del siglo XX, han sido motivo de disputa entre Ecuador yPerú en la Amazonia. No puede olvidarse que estos grupos, como en el casocolombiano, han tenido una larga historia de peregrinaciones desde el siglo XVIen virtud de las presiones que desde entonces han ejercido las expediciones deconquista, los encomenderos, los expedicionarios buscadores de oro, los

7 Véase «Informe del Señor PrefectoProvincial de Caquetá» adjunto aeste artículo.

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empresarios y «patrones», dedicados a la extracción y comercialización de productosforestales, los traficantes de esclavos, los misioneros en tiempos coloniales yrepublicanos (como los Jesuitas, que en la segunda mitad del siglo XIX quemaronpoblados indígenas para obligar a los indios a establecerse en «lugares más propicios»para la evangelización), los colonos, las empresas petroleras, las empresas de plantaciónde palma y, entre muchos otros agentes, los empresarios madereros que hoy continúanprovocando allí rivalidades entre los grupos indígenas sobrevivientes que confrecuencia desembocan en verdaderos genocidios, como el que recientemente ocurrióentre los Huaorani y los Tagearis (El Tiempo, 2003: 1-7).

En el caso ecuatoriano se produjo la fusión, a partir de comienzos del siglo XX,mediante alianzas matrimoniales, entre los Siona y los Secoya, dos grupos que

Indio Sibundoy. Grabado realizado por JulioCrevaux. 1857-1882. América Pintoresca.El Áncora Editores. Bogotá. 1987.

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originalmente compartían creencias similares, formando un solo grupo cultural.Designados por los Jesuitas en tiempos coloniales como «Encabellados» y por losviajeros del siglo XIX como «Piojés», hoy se les conoce como «Siona-Secoya» que escomo se autodenominan. En la década de 1980 había cerca de 500 indígenas Siona-Secoya en asentamientos dispersos a lo largo de los ríos Aguarico, Eno, Shushufindiy Cuyabeno, formando grupos vinculados por un sistema de parentesco patrilineal:

«Aún mantienen su religión basada en un sistema cosmológico y seres sobrenaturales, aunqueactualmente está influida por el cristianismo. Creen en la existencia de tres mundos uno en elque viven, «Yija», otro superior que está arriba, denominado «Quenahuen» y el inferior, endonde están los «Jicomapai», gente con cola, de quienes descienden los habitantes de la tierra.

Indios Coreguajes. (Nótese las mejillasextendidas con la coca). Informe sobreuna inspección de las condicionessanitarias a lo largo de la vía principalde transportes entre Bogotá y lazona de guerra. Fotografía realizadaen abril de 1933. A.N.C.F. Ministerio deGobierno. S. 19 T. 1056. Año 1933.

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Su guía social y espiritual es el shamán; quien, entre otras atribuciones, dirige las reuniones enlas que se ingiere «yagé», planta alucinógena del género Banisteropsis, que para ellos representala fuente de todo conocimiento y la entrada al más allá.

En la actualidad, el principal problema está en la legalización de sus tierras. Éstas se encuentranamenazadas por la presencia de colonos traficantes de tierras y por grandes empresas comoPalmeras del Ecuador que poseen enormes extensiones de cultivos» (Consejo Nacional deCoordinación de las Nacionalidades Indígenas del Ecuador, 1985: 7)8.

Según testimonio de los padres capuchinos Gaspar de Pinell y Bartolomé deIgualada, que visitaron en su excursión apostólica (realizada entre el 15 de diciembrede 1926 y el 31 de mayo de 1927) el pueblo de San Antonio, de indios Sionas,antiguos habitantes de Yocoropui, estos acostumbraban a visitar con frecuencia lapoblación de Puerto Asís, donde tenían a sus hijos en el Orfanatorio, lugar en el quese ejercía su catequización. En la misma excursión apostólica, los misioneroscontinuaron su expedición hacia el Piñuña Blanco, «[...] donde hay otro grupo deindios Sionas: la antigua tribu de Montepas» (Gaspar de Pinell, 1928). Éstas y otrasobservaciones de los expedicionarios misioneros resultan pertinentes para lacomprensión de las drásticas transformaciones sociales, económicas, culturales ydemográficas que entre los Siona y, en general, entre los grupos Tukano Occidentales,ocurrirían como consecuencia de las políticas misioneras, pues bajo la convicción dela dificultad de evangelizar a los adultos, arrancaban desde tierna edad a los niñosindígenas, seduciendo u obligando a las familias a dejar a sus hijos en dichosorfanatorios, donde a manera de confinamiento, se les impedía hablar su lenguamaterna y se les obligaba a abandonar sus «bárbaras costumbres». Existe, también,una amplia documentación con base en la cual es posible afirmar que desde losinicios del siglo XX, los desplazamientos espaciales de estos grupos indígenas fueroncada vez más frecuentes y reiterados, como respuesta a las presiones crecientes demisioneros, traficantes, comerciantes, empresarios, colonos, etc., y como una respuestapor el permanente temor al contagio de enfermedades, a las cuales, por supuesto,estuvieron cada vez más expuestos en virtud de la presencia creciente y cada vez máspermanente de misioneros, soldados (especialmente a partir del conflicto Colombo-Peruano) y colonos. Desplazarse, crear un nuevo asentamiento, lejos del contactocon extraños e incluso huir e internarse en la selva fue una actitud permanente y lamejor profilaxis:

«Es sabido que estos indios: Sionas, Macaguajes, Coreguajes, Tamas, y en general los quehablan la lengua Siona, muy a menudo, casi siempre que muere algún cacique o indio notablede la tribu, cambian el lugar de su residencia, abandonando pueblo y sementeras para hacerlotodo nuevamente; sólo aprovechan la paja de las casas, si está en buen estado. Los frutos de lassementeras los van a recoger en parte, sobre todo cuando sufren hambre, pero muchos sepierden. Esto explica el porqué el viajero que vuelve a pasar por estos lugares, después de largoespacio de tiempo, encuentra los mismos pueblos y habitantes en distinto sitio. Esta costumbreindígena hace comprender también porqué los mapas demográficos de la región sufren constantesvariaciones, aunque no se funden pueblos con distinto nombre» (Gaspar de Pinell, Op. Cit.Pág. 19-20).

Efectivamente, una de las características adaptativas de muchos de los gruposindígenas amazónicos consiste en la llamada «agricultura itinerante de tumba yquema», dentro de cuyo contexto se produce la apertura periódica de nuevas chagrasen el mismo territorio étnico, sin que ello signifique, precisamente, el llamado«abandono» de las chagras previamente cultivadas. El cambio de lugar de la viviendaen caso de muerte de alguno o de algunos de los miembros del grupo sí se realiza,

8 Ver la noticia «Enfrentamientos.Mueren 30 indígenas en Ecuador»publicada el día 31 de mayo de2003 en el periódico El Tiempo,Bogotá.

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más aún cuando el grupo mismo considera que el lugar habitado se ha vuelto«enfermizo» pero, sobre todo, cuando se estima que la enfermedad causante de esa oesa muertes ha sido, deliberadamente «enviada» o «soplada» por un potencial enemigo.En uno y otro caso en referencia, se trata de estrategias económicas y culturales quehan sido descritas y comentadas en otras de nuestras obras*. No obstante, unabuena parte de los desplazamientos realizados por estos grupos a lo largo del sigloXX tuvieron y siguen teniendo como causa principal el avance de la frontera extractiva,agrícola, ganadera y, en décadas más recientes, el avance de los cultivos de coca,avance que ha alcanzado las fronteras de los territorios indígenas, lo que explica engran medida la historia de los desplazamientos de estos grupos a lo largo del últimosiglo, hasta la actualidad.

Los comentarios del Padre Estanislao de Las Corts, de comienzos del siglo XX ylos del Padre Gaspar de Pinell, en relación con la huída de los indios Tetetes hacia lascabeceras del Singüé, afluente del San Miguel, contribuyen a comprender mejor lascausas históricas recientes de los desplazamientos de estos grupos y confirman nuestraapreciación. Los Tetetes, «[...] de la tribu de los Sionas, a juzgar por el idioma, que esel mismo», habrían hecho parte del antiguo pueblo misionero de La Concepción yse internaron en las selvas durante el primer ciclo del auge cauchero, no precisamenteporque desconocieran la llamada «civilización» sino, por el contrario, porque sufrieronsus consecuencias:

«Son unas ciento cincuenta familias, según datos allegados y que me han proporcionado blancose indios, que en sus correrías los han hallado entre el Putumayo y San Miguel, si bien endiferentes puntos cada vez. No son bravos, pero los han hecho bravos los caucheros, queriéndolosconquistar, como ellos dicen. Sé por boca de algunos testigos oculares que cuando ven unaescopeta no hay quien los detenga en la fuga, y es porque dos o tres veces han sido asaltados yhan visto sucumbir a fuerza de balazos a muchos de sus compañeros» (Gaspar de Pinell, Ibíd.Pág. 30-31).

El Padre Calella que, en calidad de misionero permaneció entre los indios delPutumayo, señaló a finales de la década de 1930 que por entonces existían en elPutumayo «tres pueblecitos o caseríos Sionas: San Diego de Orito, Piñuña Blanco(Bo-piñú-ya) y Comandante-playa (Comandante-Kú)», y otros pocos dispersos en elmismo río Putumayo, los que, unos y otros sumados, no pasaban, en total, de 300.El citado misionero atribuyó la disminución de la población Siona a las enfermedadesy a los enfrentamientos entre los mismos indios, señalando el paludismo, el sarampión,la disentería y el catarro, como las enfermedades más frecuentes entre éstos:

«La disminución de la población indígena Siona ha obedecido sin duda a las epidemias oenfermedades que de vez en cuando se han presentado entre ellos y bajo las cuales han sucumbidomuchos. Al presentarse alguna enfermedad contagiosa fácilmente los indios se dispersan, y sidespués vuelven a reunirse, ordinariamente es en un punto distinto del que antes habitaban.Este es uno de los motivos, probablemente el principal, del traslado frecuente de un lugar aotro. Otra de las razones de la disminución de la población indígena fueron las frecuentespeleas entre los mismos indios, por causa principalmente de los brujos, como explican ahora, ytambién con otras tribus con quienes se encontraban o de las cuales debían defenderse. En esaspeleas morían muchos» (Calella de, 1940: 739).

De excepcional importancia analítica y testimonial resulta el trabajo realizadopor el investigador Milcíades Chaves9 quien, como miembro del Instituto EtnológicoNacional, visitó el Putumayo a mediados de la década de 1940. Por entonces, losmovimientos de colonización iniciados a comienzos del siglo XX se estabanextendiendo hacia las jurisdicciones de Mocoa, Villa Garzón, Puerto Limón y

9 El trabajo referdio aquí es «LaColonización de la Comisaría delPutumayo. Un problema Etno-Económico-Geográfico de ImportanciaNacional» (1951).

* Véase el pie de página numero 6.

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Puerto Asís, ejerciendo un creciente asedio sobre los indígenas y sus territorios.Según Chaves, los Siona se hallaban localizados «[...] en la ribera de los ríos Orito-Pungo y Putumayo, en los sitios denominados Orito, Nueva Granada y Bellavista»,viviendo de «[...] la pesca, que es muy abundante, y la caza, bastante fácil en unvariado número de animales, lo mismo que las aves que dan un buen renglón parasurtir la alimentación. A esto se añade una agricultura que, aunque en menor escala,completa su alimentación con yuca, ñame, maíz y frutas silvestres» (Chaves, 1945:578).

Contrario a la imagen que se ha difundido, mucho antes de la llamada «Violencia»,esos procesos de ocupación y de colonización se habían emprendido ya, de tal maneraque individuos y familias procedentes, especialmente, de Nariño y del Cauca estabandescendiendo de la Cordillera, dando lugar a nuevos establecimientos rurales yurbanos, generando una presión creciente sobre los territorios indígenas. Es preciso,también, destacar aquí, que la imagen difundida en el curso de la segunda mitad delsiglo XX acerca del colono que fue ocupando las tierras del piedemonte amazónicodel Putumayo, como ocupante que, con hacha y machete tala el bosque y adecua«tierras nuevas», no es del todo exacta. La documentación permite establecer, por el

Aborígenes del río Ahuarico. Grabadorealizado por Carlos Wimer. 1879-1882. América Pintoresca. El ÁncoraEditores. Bogotá. 1987.

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contrario, que el destino inicial de los colonos fue, precisamente, el despojo y laocupación de las tierras ya cultas y cultivadas por los grupos y reductos de la poblaciónindígena sobreviviente. Éstos fueron frecuentemente incorporados como mano deobra «endeudada» y servil, como lo apreció desde entonces el mismo investigadorMilciades Chaves, mano de obra con base en la cual se fomentó la agricultura y laganadería en los que hasta entonces eran sus territorios; otros indígenas prefirieroncontinuar su ya larga peregrinación, huyendo del contacto y de los abusos de loscolonos, de los misioneros, de los comerciantes y de los nuevos empresarios yespeculadores de tierra:

«Toda esta colonización, desde su primera entrada, encontró al elemento indígena perfectamenteadaptado al medio. En la Comisaría del Putumayo estaban asentados los grupos Ingano,Siona y Kofán. En el choque de estas dos culturas y al contacto de los dos tipos de economía,necesariamente tuvo que salir perdiendo el indígena: el colono, siguiendo un proceso lógico dela vida económica, explotó a aquél, lo engañó de mil formas y lo hizo trabajar para sí. Éste,para defenderse, no encontró otro camino que replegarse a las regiones donde el colono nohabía llegado, cediendo su posición y buscando otras regiones de menor valor económico»(Chaves, Op. Cit. Pág. 587).

El mismo investigador en referencia da cuenta de la fragmentación de los Sionay de otros de los grupos indígenas del Putumayo, del despojo de sus cultivos y, comosecularmente había venido sucediendo desde que se iniciaran las relaciones decontacto con los europeos y sus descendientes criollos, del impacto de ciertasenfermedades entre los indígenas sobrevivientes. Esta situación continuaría y, aún,se intensificaría en las décadas siguientes de 1950 y 1960, como consecuencia de lasnuevas corrientes de inmigrantes expulsados de los Andes y de los valles profundosdel Cauca y del Magdalena a raíz de los conflictos bipartidistas pero, sobre todo, envirtud de los procesos de despojo y de acumulación de las tierras económicamenteactivas, especialmente de aquellas dedicadas a la producción cafetera en el «AntiguoCaldas», norte del Valle, y norte del Tolima:

«El grupo Siona ante este movimiento colonizador, se fragmentó en tres porciones, una en elOrito-Pungo, otra en Nueva Granada y la tercera en Bellavista. El grupo Kofán se replegó enparte del río Guamués al San Miguel de Sucumbíos. Coreguajes y Macaguajes atraviesansituación análoga frente a la colonización procedente del Huila y de Nariño.

En los momentos actuales todos los indígenas comienzan a ponerse en contacto con los colonosy por consiguiente a sufrir las consecuencias de su inferioridad cultural: son despojados de suscultivos y, lo que es peor, las enfermedades como la gripe, el tifo, fiebre amarilla y paludismodiezman su población» (Chaves, Ibíd. Pág. 588).

A comienzos de la década de 1960 en Puerto Asís y su jurisdicción, se vivía unfebril proceso de colonización constituyéndose, desde entonces, en uno de losepicentros económicos más populosos e importantes dentro de la Amazoniacolombiana. Con un aeropuerto (inaugurado en el año de 1957) en donde arribabandos y tres vuelos aéreos semanales de Avianca y Tao, con oficinas de correos y telégrafos,con almacenes y talleres, fue lugar privilegiado de los especuladores que realizabansus compras de oro, pieles y productos extraídos y elaborados por los indígenas. Allí,donde todavía funcionaba el Internado Indígena, confluía el contrabando y persistíala vieja modalidad de endeudar a los indios, como lo seguía poniendo en práctica elcomerciante Carlos Ríos, quien embriagaba a los indios con aguardiente peruano opisco sin que pudieran pagar sus deudas nunca, como lo denunciara Jorge OsorioSilva10, Jefe de Resguardos y Parcialidades Indígenas (Osorio, 1962: 114-116).

10 La referencia usada aquí es unacarta dirigida a Gregorio Hernándezde Alba, Jefe de la División deAsuntos Indígenas en abril de 1962.Ver bibliografía anexa.

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A cinco horas de distancia de Puerto Asís, Putumayo abajo, estaba el poblado deindios Siona de Buenavista, cuyos habitantes ya estaban bajo la influencia religiosaevangélica de la Misión del Instituto Lingüístico de Verano que operaba en LimónCocha, Ecuador. Francisco Payoguaje, que vivía en la margen derecha del Putumayo,era en la época el guía espiritual de la población y su casa era el lugar de reunión dequienes habitaban en una y otra banda del río. Por entonces, y por razones explicables,muchas cosas estaban cambiando, de tal manera que fue surgiendo una resistenciade los indios frente a la injerencia que por muchos años habían ejercido losCapuchinos, como simultáneamente estaba sucediendo, por motivos en algo similares,en el valle de Sibundoy. Como convencido evangélico, Francisco Payoguaje expresabaque su religión «es bondad y amor, a diferencia de la que enseñan los curas que es detemor a Dios y de engaño y explotación [...] Los curas son unos vividores que nodesaprovechan oportunidad para explotarnos a nosotros y no creemos en el gobiernoni en los curas. El gobierno colombiano nos tiene abandonados, los que mandan lapolítica se acuerdan de nosotros cuando necesitan nuestros votos» (Osorio, Op. Cit.).11

A dos horas de Buenavista estaba otra concentración de indígenas Sionas, PiñuñaBlanco, «familiares casi todos de los de Buenavista», dedicados a la agricultura, quienes«ante la influencia de los colonos ya usan tanto hombres como mujeres vestidos decampesinos». A poca distancia de Piñuña Blanco, se hallaba otro caserío Siona, el dePiñuña Negro. En Puerto Ospina, pequeña población y puerto naval de avanzadasobre la margen colombiana, había una importante afluencia de indígenas Sionas,Huitotos y Coreguajes: «en este sitio tiene su almacén el señor Londoño quien explotaa 80 familias de indios ecuatorianos que le traen sus mercancías como pieles, arroz,y otros artículos agrícolas, oro, etc. Esta explotación está autorizada por un permisodel Gobierno del Ecuador. A nosotros nos tocó presenciar la llegada de una familiade indios que desnudos huían de su amo. Poco tiempo después llegó la policíaecuatoriana en su busca, pues debían dinero a su patrón. Al explicarles que esteproceder atentaba contra elementales sentimientos humanitarios, los sabuesosaceptaron las razones y respetaron el «asilo territorial». Allí desemboca en el Putumayoel río San Miguel que sirve de límite con el Ecuador hasta Cuembí y es asiento denumerosas tribus ecuatorianas, en estado salvaje, especialmente los temibles Tetetes»(Osorio, Op. Cit.)

Si bien es cierto que las misiones, desde los mismos tiempos coloniales y enbuena parte del período republicano, habían sido un factor de profundastransformaciones entre los indígenas del Putumayo, lo mismo que los colonos quefueron ingresando desde los inicios del siglo XX, un nuevo factor de caráctereconómico generaría muy pronto un apreciable impacto territorial, socioeconómicoy cultural entre los grupos indígenas sobrevivientes en el piedemonte del Putumayo:la exploración y explotación petrolera. Por el año de 1945 Milcíades Chaves habíarecorrido y descrito a Orito-Pungo como una «población completamente indígena»,un caserío de indios Siona «con sus costumbres típicas y su idioma propio», dondeno se encontraba «ningún colono» (Chaves, 1945: 571). Unos años más tarde, en elaño de 1963, y después de más de una década de estudios y de prospeccionesgeológicas, la empresa norteamericana Texas Petroleum Company perforó el primerpozo petrolífero productivo en el Putumayo:

«Establecida por los geólogos la posibilidad de que se encontrara el mineral en el territorioSiona denominado Oritos, a orillas del río Orito Pungo, aproximadamente 35 kilómetros alNW de Puerto Asís, se procedió a traer los equipos de perforación. Primeramente se envió porbarco por los afluentes del Amazonas un aparejo de perforación y 10 explanadoras abrieronuna senda de 40 kilómetros de largo hasta el sitio de la perforación en Oritos, tarea que llevó93 días. El camino fue destruido por una lluvia de 500 mm. El 29 de junio de 1963 se

11 Véase la carta a GregorioHernández de Alba reseñada enel pie de página anterior.

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encontró petróleo a 1.900 metros de profundidad. Debido a la dificultad y el costo que representópara la compañía la construcción de las primeras carreteras a través de la selva, ésta optó porrealizar sus trabajos esencialmente por vía aérea en base a helicópteros y avionetas, llevandoasí a cabo lo que reporta la revista TIME como la mayor operación aérea realizada después dela Segunda Guerra Mundial» (Domínguez, 1969: 49-50).

Los testimonios de los mismos indígenas, citados por el investigador RoqueRoldán, permiten establecer la magnitud del impacto causado entre ellos desde losinicios de la actividad petrolera en virtud del desarrollo de esta misma actividad ypor la súbita y creciente oleada de colonos que la exploración y explotación petroleraatrajo hacia la región, los cuales desterraron literalmente a la población indígenaSiona de Orito-Pongo:

«[...] digamos la invasión de los territorios indígenas empezó por Orito-Pungo que fue con loscompañeros Sionas que vivieron ahí en esos lados, pues en ese entonces estaba poblado. Segúnellos dicen, que en ese entonces había por lo menos unos 3.000 indígenas ahí en Orito-Pungoy cuando fue llegando la compañía, pues la gente empezó a despoblar poco a poco y tambiénles afectaron muchas enfermedades desconocidas, dicen que especialmente la viruela. Entonces,se despobló totalmente la comunidad y quedaron por los lados de Puerto Asís, abajo, BuenaVista, la bocana de San Miguel. Anduvieron por muchos lados. En este momento no recuerdolos sitios por donde ellos estuvieron, a donde se volaron, cuando empezó a dar la viruela, perofue con la llegada de los colonos [...] Y por último terminaron en Buena Vista, en SantaHelena que es otra vereda, la vereda siguiente a Buena Vista. Y de ahí, después, fue queempezó la desolación, la desolación de los Kofanes»12.

Como suele ocurrir en estos casos, la apertura de trochas petroleras estimulóprocesos de ocupación, de colonización y de valorización de las áreas a lo largo dedichas trochas donde un considerable número de individuos y de familias se fueronestableciendo. Desde los inicios de los trabajos exploratorios petroleros muchoshombres (en estos episodios, en sus primeras etapas, generalmente la migración esdominantemente masculina) en busca de trabajo migraron desde el interior del paíshacia el Putumayo, con la ilusión de «engancharse» laboralmente. Con la noticia delos hallazgos de petróleo esa migración aumentó. No obstante, y con el propósito deevadir el pago de prestaciones sociales, las empresas subcontratistas sólo empleabantrabajadores por períodos de veintiocho días («veintiocheros») quedando estos sintrabajo durante largos períodos. Esta circunstancia contribuyó a que muchos de losinmigrantes optaran por emprender cultivos y, aun, por especular con la venta de las«limpias» y «mejoras» de los terrenos que fueron ocupando. En este contexto, y dentrode un ambiente de violencia política en varios de los departamentos del interior delpaís, la migración de vallunos, de tolimenses, de huilenses, de caldenses, etc. hacia elPutumayo fue creciente, lo que muy pronto ocasionó el despojo y el destierro de losSiona de Orito-Pongo y la de otros grupos indígenas del piedemonte y de la fronteracon el Ecuador.

Ya por entonces el «mapa» social, cultural, económico, territorial y demográficode los asentamientos humanos en el Putumayo se había transformado drásticamente,de tal manera que ya era reducida la población indígena sobreviviente, reducidacuantitativamente, pero también «reducida» en cuanto despreciada y obligada aconfinarse en los últimos rincones de la selva, o hacinada y hambrienta en las nuevaspoblaciones y ciudades que fueron surgiendo. Una mirada histórica de largo plazorevela que desde el siglo XVI, cuando expedicionarios, buscadores de oro yencomenderos intentaron fundar «ciudades» en el piedemonte amazónico ecuatorianoy colombiano (las ya citadas poblaciones de Ágreda o Mocoa, Sucumbíos, Logroño,Sevilla del Oro, entre otras) la huida hacia el interior de la selva fue una respuesta de

12 Entrevista con Otilia JamioyYanangona, realizada por Luz MeryCarvajal, 1994, archivo del autor,Roque Roldán (p.276), 1995;pp.261-304.

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los indios desde entonces, para mantenerse lejos del contacto, de las enfermedades yde la esclavitud: el caso de los llamados «Jívaro» y, más tarde, el caso de los llamados«temibles Tetetes», son sólo unos ejemplos entre muchos otros casos similares hastahoy poco conocidos. Esa misma actitud, la huída, fue secular en el transcurso de lossiglos que siguieron frente al avance de las misiones, de los traficantes de esclavos, deempresarios e individuos vinculados a la extracción y comercialización de productosforestales y del oro, lo mismo que frente a los colonos. Desde el siglo XIX, con elincremento de la demanda internacional de ciertas materias primas y con la navegacióna vapor, la capacidad de incursión a los bosques y a la «tierra firme» por parte de esostraficantes, comerciantes y empresarios fue mayor y, ello posibilitó la llamada«conquista de indios» con base en las incursiones armadas que reiteradamentepenetraban cada vez más en el interior de la selva con el fin de arrancar de susviviendas y de sus territorios a los grupos nativos allí todavía existentes y/o a los quese habían internado huyendo de las epidemias y de los esclavizadores. Pero elincontenible avance de la a sí misma llamada «civilización», ha venido alcanzandoindefectiblemente las últimas fronteras indígenas a lo largo del siglo XX, hasta elpresente, y esa «civilización» se ha servido de los más despiadados y espantosos mediospara mantener a los indios como mano de obra cautiva, para despojarlos osencillamente para desterrarlos.

Uno de los casos que caracteriza esa larga y compleja historia del «endeude», de laesclavitud, del despojo y del destierro, asociada unas veces con los sistemas deextracción de recursos de la selva, otras veces con el avance misionero, lo mismo que,en ocasiones, con la exploración y explotación de recursos petroleros y con lacolonización, es el caso históricamente más reciente de los Secoya y su desplazamientodel Ecuador hacia el Perú y de allí a Colombia13: en el segundo semestre del año de1969, misioneros ecuatorianos fueron asesinados por los Secoyas, hecho éste quetuvo gran resonancia en el Ecuador. Felipe Helsen, belga, residente en Iquitos,propietario del hotel «Imperial Amazonas», y quien se proponía construir un alberguepara turistas cercano a los indios, viajó por el Napo hasta la frontera con el Ecuadordonde estableció relaciones con algunos Curacas de los Anguteros y Piojés, máscomúnmente «conocidos con el nombre genérico de Secoyas, que en Quechuasignifica salvaje [que] vive en una región que abarca las fronteras de Ecuador, Colombiay Perú» (Arrieta, 1970).

Helsen recogió dos versiones acerca de las causas que motivaron a los indios aasesinar a los misioneros ecuatorianos:

«Los Anguteros y Piojés no utilizan armas de fuego en la cacería y no gustan de que otros lohagan dentro de sus dominios porque ésto les ahuyenta la caza. Los misioneros católicos lashabrían utilizado contra toda advertencia.

Los Anguteros y Piojés acostumbran ofrecer a sus ocasionales visitantes, como demostraciónmáxima de hospitalidad, jóvenes vírgenes de la tribu con quienes el homenajeado debe convivirdurante todo el tiempo que permanezca con ellos. Los misioneros habrían rehusado aceptar talpresente irrogando con ello gran injuria a los Secoyas»14.

Cuando en Quito se conoció la noticia de la muerte de los misioneros, el gobiernoecuatoriano «despachó una misión punitiva que obligó a los Anguteros y Piojés arefugiarse en territorio peruano». Allí serían objeto, nuevamente, de persecución yvíctimas de las «operaciones de reblandecimiento» ordenadas por Oscar Peñafiel,«amo y señor de vidas y haciendas»:

«En Monte Rico, fundo cercano al caserío de Santa María sobre el Napo, vive el ciudadanoperuano OSCAR PEÑAFIEL, amo y señor de vidas y haciendas por todos esos contornos,

13 Los documentos de este casofueron extractados de los archivosdel Ministerio de RelacionesExteriores que se encuentran enel Archivo General de la Nación.Para la referencia completa véaseel pie de página 10.

14 Aparte obtenido de Min.Exteriores – No. 00029/18 – II-12-70. Consulbia – Iquitos – Informesobre Actividades Generales.

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personaje que parece extraído de las páginas de La Vorágine y quien gracias a sus poderosasinfluencias en Lima y en Iquitos goza de inmunidad y de impunidad. Oscar Peñafiel negociacon todo lo que se puede extraer de las entrañas de la selva: caza, pesca, pieles, caucho, aceitede palo de rosa, chicle, jebe, balata, maderas, etc. Para él trabajan como esclavos centenares deindígenas a quienes tiene sometidos por el terror. Para doblegarlos, actúa directamente sobre losCuracas o Caciques. Cuando no logra atraerlos con regalos, aguardiente o comilonas, pone enpráctica la «operación reblandecimiento»: incendio sistematizado de los cultivos de yuca yplátanos; incendio de los tambos; flagelación de los indios más influyentes ante el Curaca;atentados contra la vida de las mujeres e hijos del Curaca. Y si todo ese progresivo sistema dereblandecimiento no produce sus resultados, apela al asesinato de los más allegados al Caciquey al incendio masivo de tambos y cultivos hasta que el rebelde Curaca se somete y pone sussubidos a disposición de Peñafiel.

Indios civilizados de Cuemby. Grabadorealizado por Julio Crevaux. 1857-1882.América Pintoresca. El Áncora Editores.Bogotá. 1987.

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Enterado éste de que los Anguteros y Piojés habían penetrado a territorio peruano huyendo dela represión de las autoridades ecuatorianas, se apresuró a enviar mensajeros a los Curacaspara darles a conocer las condiciones en que les sería permitido vivir en sus nuevas tierras.Acostumbrados estos indígenas a no tener más ley que la de su tribu, rechazaron las propuestasy entonces Peñafiel les aplicó la «operación reblandecimiento». Perseguidos en el Ecuador yperseguidos en el Perú, los Secoyas habrían traspasado la frontera y penetrado en territoriocolombiano. Peñafiel, acostumbrado a hacerse obedecer, habría enviado emisarios y los habríaextraído a viva fuerza, repitiendo así la «hazaña» de la Casa Arana, a raíz del conflictocolombo-peruano, cuando dos mil familias de las tribus de los Huitotos, Boras y Ocainasfueron obligadas a dejar sus tierras y plantíos que tenían en la Sabana entre los ríos Putumayoy Caquetá y a trasladarse en forma definitiva a la margen derecha del Putumayo, en territorioperuano» (Min. Exteriores, Op. Cit.).

A costa de ser reiterativo, es pertinente aquí recordar lo que había sucedido acomienzos del siglo XX con los indígenas del río San Miguel (indígenas cuyosantepasados eran originarios del alto Napo, de Ávila, Loreto, Concepción y Cotapino).Durante los tiempos del caucho, Daniel Peñafiel (quizá el padre o el abuelo de OscarPeñafiel) bajo el sistema de endeude, esclavizó e hizo trabajar para él, en el «Napoabajo», a un gran número de indígenas: Peñafiel, que había llegado de Quitoprobablemente trayendo mercancías para endeudar a los nativos, enganchó acincuenta indígenas de Concepción, cincuenta de Loreto, cincuenta de Ávila, treintade Payamino y veinticinco de Archidona (con «guaguas, mujeres y abuelos»), loscuales estableció en la bocana del Sunu por un año y tres meses, donde recogíancaucho que era luego vendido en Iquitos. Más tarde, y durante un lapso de diezaños, la misma gente fue trasladada al lugar donde después se fundara Rocafuerte y,allí, al servicio del mismo Peñafiel, extraían diferentes clases de caucho: «leche-caspi,shiringa, gota-birche, chicle, balatá blanco y colorado». Por entonces, una libra decaucho valía cien soles y cada familia recogía hasta 200 libras semanales. En pago, losindios recibían del patrón un pantalón, una camisa, un vestido de mujer o anzuelos.En la historia de la gente del río San Miguel se recuerda que «[...] había muchísimaotra gente de la selva que, como nosotros, estaba bajo patrón. Había muchos patronesque hacían trabajar Napo abajo, Putumayo abajo, Marañón abajo, bastante gentetraída como nosotros desde las cabeceras de los ríos, viviendo como esclavos,trabajando sólo para el patrón, engañados, explotados, sin poder regresar a sus tierras»(Foletti-Castegnaro, 1985: 165-167).

Más allá de una coincidencia, los casos citados que involucran a los Peñafielilustran la persistencia de los sistemas y «patrones» históricamente puestos en prácticapara la explotación de los recursos de la selva, con las obvias consecuencias deesclavización y destrucción de los grupos indígenas. Los episodios más recientesrelacionados con la siembra, recolección y comercialización de la coca, no sólocontinúan reproduciendo el ya secular sistema del endeude, sino que, además,amenazan con destruir los últimos reductos de población indígena y sus vínculoscomunitarios. Las acciones policivas y de control de los cultivos ilícitos, especialmenteen el Putumayo, han generado el desplazamiento de dichos cultivos, cada vez más,hacia las áreas recónditas de la selva donde han alcanzado los territorios de losindígenas sobrevivientes. La presencia y la actuación permanentes en las últimasdécadas de los grupos insurgentes, el incremento y fortalecimiento bélico y militarde las Fuerzas Armadas del Estado y la actuación creciente de grupos paramilitares,ha hecho más difícil la vida de los grupos humanos allí establecidos, configurándoseun «nuevo mapa» dibujado por los continuos desplazamientos, por el envenenamientode los territorios, por el terror, la muerte y la incertidumbre.

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Del Señor Prefecto Provincial del Caquetá

República de Colombia. - Departamento del Cauca. - Prefectura de la Provincia del Caquetá- Número. - Mocoa, 12 de abril de 1.890.

Señor Secretario de Gobierno. - Popayán.

El 31 de Marzo próximo pasado llegué a esta Capital de regreso de la visitaordenada por S. S. a el Gobernador, la cual he practicado en el Putumayo y Caquetá,y hoy paso a dar a usted el informe que se pide en la circular del 31 de Julio del añopróximo pasado; más antes de entrar en el asunto debo manifestar que por no habersido apercibido de todo a todo, o siquiera con lo más indispensable para un viaje tandilatado, sobre ser penosísimo, y por haberse aproximado la estación del invierno,no pude practicar la visita como deseé, sin embargo, en gran parte queda remediadoel mal por los conocimientos prácticos que he adquirido en muchos años que llevode viajar por estas comarcas tomando notas de todo.

Además me apoyo en datos de personas de buen crédito y que han pasado lamayor parte de su vida en este país.

Empecé la visita por el río Putumayo, por tanto, trataré primeramente de él,procurando guardar orden en los detalles, de acuerdo con la precitada Circular.

Antes de tratar de los ríos y de la inmensa hoya habitada por salvajes, hablarésuscintamente de esta población, de tres que están en ese lado de la cordillera, queson Santiago, San Andrés de Putumayo y Sibundoy. Existen también otras poblacionesde aborígenes, blancos y mestizos, hacia el Noroeste que son Yunguillo, Descanse ySanta Rosa. De paso me ocuparé en informar sobre las comarcas que bañan los ríosSan Miguel, Aguarico y el caudaloso Napo, porque poco conozco aquellos lugares,pues solamente una vez surqué el Napo desde el Amazonas hasta su confluencia conel Aguarico.

Mocoa es una población de blancos y aborígenes en número de unos 500.Los indios son de raza Inca y ya se conoce por la historia el carácter, índole, costumbresy aptitudes de los descendientes de Atahualpa. Pobrecitos! Son muy obedientes,demasiado humildes y capaces de elevarse a un alto grado de civilización. Hace pocoles hablé con suavidad tratando de convencerlos y persuadirlos a que pusieran sushijos a la escuela; y ya por condescender, ya por el halago del aprendizaje, hanempezado a hacer matricular muchos indiecitos. No comercian en nada; viven desus sementeras de yuca y plátano; por carnes, las del bosque y pescado cogido contrenques. Existen potreros casi naturales y se hacen de grama a poca costa, creo puesuna medida salvadora por mas de cien razones, como el señor Secretario puede ver,que a cada indígena de esta población, y que sea padre de familia, le regale el Gobiernouna novilla. No pasarían de ser 50 las regaladas, porque no son más lo padres defamilia. El Prefecto arreglaría el cómo las deberían tener; en pocos años cada familiatendría muchas, y se habría conseguido, 1°.: Un nuevo aliciente a la vida civilizada;2°.: Un aumento de fuerza vital porque estos indios [ y aún los blancos que vivenaquí ] están anémicos; por rareza comen carne de la que hablé antes, de ahí que laenfermedad común aquí es la hidropesía. La falta de carne les produce el deseoirresistible de comer tierra, ceniza, arenilla, etc. y 3°.: Un gran apoyo para el comercioy mucho más para los misioneros y colonos, ya por la carne que necesitaren en losríos, donde es indispensable mucha o la salud se quebranta, porque aquí enfermauno más por los pésimos alimentos que por lo deletéreo del clima, y para un noviciado,que supongo tendrán que fundar, y ningún punto mejor que éste para ese objeto,

15 Fuente: Fuentes Documentalespara la Historia de la AmazoniaColombiana. Augusto J. Gómez Leditor. Volumen III (en curso).

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ora porque está cercano a Pasto, ora porque los que enfermasen vendrían arestablecerse aquí, por ser este un clima benigno y saludable, y ora porque siendocaliente serviría de punto de aclimatación, pues su temperatura media es de 24°cent.

En esta región donde se producen café de buen gusto, cacao, caña de azúcar,algodón muy fino, vainilla de superior calidad &. Sibundoy es un pueblo netamentede indígenas, de raza cuyo origen se ignora, su idioma es muy enrevesado; consta lapoblación de mas de mil indios; son muy robustos; hablan bastante bien el castellano;son muy dados a la agricultura; ganan su vida cargando fardos y tercios; el clima esdelicioso, y su temperatura media, 16°.

Santiago es una población de unos 800 indígenas; hablan el quíchua; sontambién de atlética musculatura, como los sibundoyes, se dedican a cargar. Latemperatura de ésta población es igual a la de Sibundoy. Sus habitantes son muydados al trabajo y manifiestan tener buena inteligencia. Es una raza de buenafisonomía, sus mujeres son generalmente donosas.

San Andrés de Putumayo es un pequeño pueblo habitado por unos 500indígenas de la misma raza de los santiagueños; son en todo semejantes a los anteriores.Su temperatura es la misma de Santiago. Estas tres poblaciones están a muy cortadistancia unas de otras, en un hermoso vallecito que se ha formado en medio de lacordillera. Distan de Pasto más de ocho leguas, por una vereda muy mala.

II. Putumayo - El número de tribus bárbaras de este río, no es posible fijarlo,ya porque hasta ahora raros viajeros han penetrado a sus afluentes, que es dondeviven aquellos, pues por rareza aparecen a las márgenes del río, y si lo hacen, luego alpunto desaparecen, como quiera que su vivir es nómada. No obstante aquello seconocen varias por sus nombres, y son: los Yuvenetos, Venecioes e Incuriyás; estos seconocen con la denominación general de Angotecas. Los Ticionas, los Mariateses,los Mirañas, estos son numerosísimos; pero al fin se extinguirán por el comercio quede ellos hacen los brasileros. En fin, se puede asegurar que en todos los afluentes delPutumayo los hay. Todos estos bárbaros andan, como debe suponerse, desnudos;comen sapos, culebras y gusanos; los jefes de tribus tienen hasta siete mujeres.

Los Orejones son numerosos, por lo general pacíficos. Las indias, cuandovírgenes, llevan por delante una concha nacarada, la cual atan a la cinturaprendiéndola de los extremos con una palmicha; cuando ya han conocido varón,dejan la concha y se cubren con cortezas.

Los Cionas son de los más numerosos y ocupan una gran extensión del ríoPutumayo; se les encuentra en el Aguarico; tengo conocimiento exacto que haymiles enselvados, formando así muchas agrupaciones o reducidas tribus, ligadasentre sí por el idioma, y diseminadas por los odios y venganzas. Se extienden a losMacaguajes; llámanse así 5 tribus que moran fijamente en una hermosa faja deterreno entre el Putumayo y el Caquetá; se les encuentra también en éste último. Demanera, pues, que por la unidad del idioma, como porque hay de ellos muchoscatecúmenos, se hace por esa parte, fácil la reducción, no solamente de los quehablan ese idioma, como porque gran parte tratan con los salvajes de otras tribus,cuyos dialectos conocen. Me detengo a tratar de ellos más extensamente porque enellos veo un puente de apoyo para las misiones. Hay a las márgenes del Putumayo 5caseríos de Cionas algo civilizados, antiguos restos de los catequizados por los Jesuitas.Esos pueblecitos están regularmente escalonados; se llaman San Diego, San José,Cuimbé, Tapacunti y Yotentó; cada uno consta de unos 50 a 60 habitantes,exceptuando el último que tiene solamente unos 20. Algunos colombianosdescorazonados se llevaron engañados muchos indígenas al Amazonas y allá lostienen. Sus esposas e hijos pequeñuelos, han quedado abandonados.

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Con esas 5 poblaciones se negocia actualmente en caucho; son regulares bogas;inteligentes, de imaginación despejada, altivos y orgullosos, por carácter y resto debarbaridad; sin embargo no dejan de ser tímidos; conservan aún ideas cristianas,como por la propiedad y por la mujer ajena; son susceptibles de educación y puedenllegar a un alto grado de moralidad, de virtud y de progreso mercantil. Todavía hayindios que fueron empleados en honrosos destinos en los vapores cuando navegabanen aguas del Putumayo; los ha habido comerciantes que tuvieron sentado el créditoen la capital del Pará. Una vez en un pueblo del Amazonas iba a decir misa unsacerdote y no hallaba quien le ayudara, los ribereños se excusaban por no saber,cuando se presentó un aborigen del Putumayo y desempeñó la comisiónadmirablemente: era en esa parte más civilizado que los descendientes de europeoque le habían comprado.

Se dice generalmente que esos indios odian a los blancos; pero no es exacto;saben sí hacer distinción; cuando llega a sus playas un nuevo comerciante, luego alpunto se fijan con mirada atenta en su semblante y porte, maneras y vestido, yentonces le consideran o no; de ahí la saña de los adocenados. Mas si son groseros ytienen un cierto desafecto a los blancos en general, no es posible exigir más de unossemisalvajes a quienes se ha tratado y se trata aún con soberano desprecio. Sonsusceptibles de venganza y odio como quiera que son hombres, y muy humildes einfelices son cuando soportan tanta befa y maltrato de parte de la generalidad de losnegociantes.

Aseguro pues, que su carácter es generoso y que llevados de su marcadatendencia al progreso para gozarse con lo que desean, como herramientas, escopetasfinas, vestidos decentes y aun lujosos, exquisitos alimentos, porque vino, cerveza yrancho fino les agrada mucho, bien asomo el cigarro que les agrada mucho. Losperfumes y la música forman sus delicias; cuando oyen tocar algún instrumentomelodioso y cuando oyen cantar al son de tiples y guitarras, rodean a los que lohacen, hombres, mujeres y niños, y no se separan sino cuando todo acaba.

En cuanto a costumbres he podido observar de tiempo atrás algunas quemerecen atención.

Cuando las mujeres enferman con aquel sufrimiento que es peculiar oinherente a su sexo, luego al punto se retiran a un lugar apartado, se acuestan en unahamaca, en la que a nadie es permitido sentarse, pero ni aun tocarla; reciben losalimentos en un plato o en una hueca cáscara de palma destinados para aquellaépoca, la que la sirve vacía a cierta distancia y sin que se rocen las vasijas. Cuandodesaparece la enfermedad y se sienten en su estado normal, se van a la selva o playavecina, cuecen unas hojas, flores y cogollos de ciertas plantas, y en aquel cocimientotibio se bañan todo el cuerpo, recargando el baño en determinadas partes; en esteestado dicen que quedan purificadas y pueden entrar a la casa, tocar y coger lostrastos y servir a sus esposos y demás gentes. No es esta una costumbre antiquísima,costumbre de los orientales?. Será un remedo de lustración de los paganos?.

Acostumbran la « comida o fiesta de los muertos « con las mismas ceremoniasaunque a la rústica, de los primitivos tiempos.

Acostumbraban casarse y el más antiguo de todo caserío se cree con facultadesy los indígenas se las dan, para hacerlo; la ceremonia es muy larga: extractaré. Reúnensetodos los del caserío, aun los niños deben asistir; toma la palabra el respetable decanoy pide el concepto de todos y uno por uno va emitiendo su opinión; luego hablan lospadres; quienes dicen que conviene por ésto, quienes por eso otro. La discusióndura casi un día y con la mayor gravedad, porque ni comen, ni beben hasta que elpunto quede resuelto en favor o en contra. Si el matrimonio se va a efectuar, elCapitán o Gobernador hace arrodillar frente a él, a corta distancia, a los novios y alos padrinos, y vuelve a tomar la palabra en éstos términos: « Vais a uniros para vivir

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así hasta morir y voy a hablaros como los antiguos mis antecesores, acostumbraronhacerlo, tu [ se dirige a la novia ] debes obedecer en todo a tu marido; cuando estébravo, callas y no te enojes tu; cuando veas que toma la cerbatana, el carcax y se va almonte, pregúntale por donde va a tomar, por si algo sucediere, que le busques; siregresa bravo, ponle pronto la chicha; cuando esté bebiendo ochó [ chicha fermentada] y salga y se vaya por ahí, en el acto llevarás la luz, si fuere de noche, y no te separarásde él ni un instante. Dirigiéndose al novio dice: « Ama a tu mujer, no la trates mal,cuando te pregunte algo, respóndele con dulzura; recíbele con agrado la chicha, ydéjate abigarrar las piernas cuando ella quiera verte elegante; si cuando estés bebiendoochajé [ chicha muy fermentada ] no estuviere a tu vista, y si cuando salgas a andasbebido de la chicha, no te siguiere con la luz, castígala severamente «.

Eso de llevar una luz ( hacha de viento o resina encendida ) es una obligaciónindispensable cuando están en bacanales; si la casada no la lleva o no sigue a sumarido, y si se queda en la casa de la diversión, luego la castiga con crueldad, porqueno alumbrarle por donde anda, es una falta de atención; no seguirle con esa hachaes infundirle celos, y la cela y tras los celos llueven palos.

III.- Las 5 tribus Macaguajes son también catequizadas; pero más salvajes quelos catecúmenos de que acabo de hablar. Al presente se ocupan en extración decaucho; en años anteriores se ocuparon en explotación de zarzaparrilla y cera, negociosque se abandonaron y fueron reemplazados por el de caucho. Son dados a laagricultura y así acostumbran a hacer grandes sementeras de plátano, yuca, maiz,caña y piñas. Tengo razones para creer que son idólatras, pues lo he oido dirigirse ala luna y conjurarla en un discurso corto, como una oración, puestas las manoscomo cuando decimos el Bendito y levantadas, suplicándola que en ese mes (era elplenilunio ) les conservara la salud. Son muy tímidos; cuando ya tienen confianzacon algún blanco, son chanceros; no tienen sino una mujer cada uno y respetan,como los Cionas catecúmenos de las márgenes del Putumayo, los grados de parentesco.Esta costumbre es aun resto de la civilización cristiana, porque los Macaguajes fueronuna numerosa reducción que fundaron los Jesuitas Laínez ( de imperecedera memoria), Piquer y Velasco. A la muerte de éstos misioneros los catecúmenos se dispersarony formaron las cinco tribus de que vengo haciendo mención. Se conocen por losnombres de Macaguajes de la Concepción o de Montepo, de Caucaya, de Senceya yMecayo; pero más particularmente se distinguen por los nombres de sus Jefes odecanos. Son en número de 250. De una tribu a otra hay mas o menos un día, quese anda por tierra por sendas estrechísimas; pero el terreno se presta para hacercaminos como se quiera, pues es seco, firme y completamente plano. En aquella fajade terreno no hay mosquitos, ni zancudos, ni murciélagos; su temperatura ordinariaes de 30°. El carácter, índole, usos y costumbres de los Macaguajes, son en un todoidénticos a los del Putumayo, salvo diferencias insignificantes. Hacen mucho uso deun bejuco que llaman yoco. Este mismo bejuco lo usan en toda la Provincia; extraenel jugo y lo toman a todas horas del día, pero especialmente a la madrugada; lotoman como estomacal, como reparador de las fuerzas en sus trabajos agrícolas y enla navegación; quita el sueño y quita el hambre y les sirve como laxante tomado tibioy en bastante cantidad. Todas las virtudes de esta planta están fuera de duda, porquelos blancos que viajan por los ríos las han experimentado. Algunas personas respetablesme han asegurado, y yo bajo la palabra de ellos lo doy por cierto, que despeja laimaginación.

El yage es otra de las plantas ( bejuco ) de grande importancia en las hoyas delYapurá, Putumayo y Aguarico, como quiera que su uso está generalizado entrecatecúmenos y bárbaros; pero solamente lo toman cuando se entregan a sus prácticassupersticiosas y de la manera más reservada. He aquí como proceden en su aplicación

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y los efectos que les produce. Hacen una decocción con una gran cantidad de laplanta y la cuecen hasta reducirla a una pequeñísima porción. De ella toma cadauno de los que están iniciados en la brujería; a la primer toma se enloquecen, saltan,van y vienen, cantan, lloran; a la segunda toma van cayendo en un profundo sueño,pero de repente se levantan, andan en rededor de la casa, arañan las paredes, sesuben a las vigas, corren por ellas, y mientras todo esto hacen, dejan escapar vocesestridentes , horrorosos aullidos y llaman al diablo, en frases como estas: « Guatí, yidabuí paijuú ! Pesaá raijú airú yiré simé»,16 que traducidas literalmente dicen: « diablo,yo soy brujo; ven ligero y llévame al monte. Después de estas invocaciones diabólicastoman una tercera jicarita, entonces si caen en profundo sueño y en él ven cosasespantosas, manadas de cerdos y toda clase de animales, y cuanto necesitan creenhaberlo hallado. Al despertar caen en hondo abatimiento y ven que todo ha sidouna ilusión en cuanto a la realidad de lo que creyeron que iban a disfrutar. Estebrebaje es sumamente perjudicial , no tan solo por el lado moral como por el físico,pues la tisis sobreviene a tan extravagante bebida.

Se encuentran en la Provincia muchísimas plantas con las que los aborígeneshacen preciosas curaciones, tales como el tumbuesi, específico contra la disentería,los dolores de estómago y enfermedades del higado. El miutará, antídoto contra eldolor de muelas.

No tienen los Macaguajes en su idioma la palabra Dios; pero como hemosvisto, tienen la de Diablo, que es Guatí; la de brujo o hechicero, dabui. Los Cionas,cualquiera que ellos sean, creen en la existencia del alma y la llaman coaquí. Loscatecúmenos de las márgenes del Putumayo creen que si no tienen fuchá ( delito opecado ), se van al cielo ( coomuih ); pero si caen en pecado se van al Quiná - güenquí- maa ( así llaman a la Vía Láctea o sea vía terrible de fierro ). Los Ciones creen, quecuando mueren, sus almas andan vagando y haciendo males a los vivos en sus personasy en sus bienes, de ahí que tengan gran terror a los muertos: queman el tambodonde vivieron y a veces todo el caserío; destruyen las sementeras y van a establecersea otra parte. Hasta los atajos por donde anduvieron los empalizan. Esta creencia ycostumbre es de casi todos los aborígenes de esta Provincia.

Todos los terrenos que baña el caudaloso Putumayo son exuberantes y seproducen en ellos todos los frutos de la zona tórrida; la naturaleza ha derramado elhumus en las fértiles vegas, como en California el oro. Comerciantes curiosos hancultivado por via de ensayo, en pequeña escala café y tabaco, y me aseguran ( norespondo de la exactitud del dato ) que ambas plantas se desarrollan como en elValle del Cauca. Un sujeto nacido en Palmira me asegura que el tabaco del BajoPutumayo es tan bueno como el de aquel país ( no sé si exagere ); y que el cacao, queen todos estos bosques lo hay silvestre en abundancia, al cultivarlo y beneficiarlobien, es tan bueno y aun superior al de aquel Valle; que lo halla más aromáticoy con más abundancia de sustancia oleosa o crasa y de exquisito sabor.

Cuando los vapores de la Casa de E. Reyes & Hermanos surcaban elPutumayo, se presentaban a las riberas algunas tribus, pedían vestidos,herramientas y todo cuanto veían. El señor D. Rafael Reyes, ilustre viajero, hoyGeneral de la República, se propuso atraerlos obsequiándolos, acariciándolos ,dándoles ocupación , como hacer leña; pero su obra de caridad y filantropíaquedaba destruida por la vandálica conducta de algunos pocos individuos y porla misma barbaridad de los indios.

Mas no es difícil reducirlos por medio de Misioneros, de esos mártires dela propagación de la doctrina cristiana, quiero decir de la felicidad.

Al informar sobre el punto 4° de la Circular, tengo que hacerme esfuerzopara no echarme por el campo de las maldiciones maldiciendo a los negociantesbrasileros que comercian en compra de nuestros hermanos, y a su Gobierno que 16 Esto en el idioma Ciona.

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ve y cierra los ojos para hacerse el ciego, que oye y se hace el sordo. Ellos dicenque los aborígenes son parias o acémilas racionales criadas por Dios para elservicio del hombre; pero así y todo no tienen derecho para invadir nuestroterritorio, bajo el pretexto de que Colombia lo tiene abandonado, como ellosdicen.

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Revista Inversa, Vol. 1, No.2 (2006): 108-142.

Hacedores de pictografías:Algunas reflexiones en torno al arte rupestre en el

cercado de Facatativá al Occidente de la Sabana de Bogotá(artículo preliminar del estado de investigación)

Julián Andrés Baracaldo [email protected]

AntropólogoUniversidad Nacional de Colombia, Sede Bogotá

Palabras clavesArte primitivo-Etnología, arteprimitivo-pintura rupestre-interpretación.

Key wordsprimite art-Ethnology, primite-art-

Recibido:21/05/2006En revisión desde:26/05/2006Aceptado para publicación:12/06/2006

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ResumenLa historia interpretativa del arte rupestre en Colombia ha puesto a Facatativácomo un sitio emblemático de este tipo de evidencia arqueológica, dada la grancantidad de representaciones pictóricas que posee este lugar. Su estudio, desde losalbores de la investigación arqueológica en el país, ha jugado un rol importantesobretodo en la construcción de un conocimiento sobre los antiguos pobladoresdel altiplano cundiboyacense. El presente artículo busca realizar una aproximacióna la historia de las valoraciones de los motivos pictóricos de la región de Facatativá,y de las cuestiones teórico-metodológicas alrededor de éstas (interés suscitado porlas pinturas, interpretación, método y técnica) con el fin de mostrar la necesidadde una revaloración sobre el arte rupestre en Colombia, ya que es necesario proyectarcomo meta en el análisis del «arte prehispánico», herramientas que permitanaproximaciones diversas a la «densidad del tejido social» es decir, a las relacionesinvolucradas en el saber ancestral materializado en las manifestaciones rupestres.

AbstractThe interpretive history of the rock art in Colombia has placed to Facatativá as anemblematic place of this type of archaeological evidence given the great quantityof pictorials representations that possesses this place. Its study, since the whitenessof the archaeological investigation in the pair, has played an important role in theconstruction about knowledge on the old settlers of the Cundinamarca. Thispaper seeks to carry out an approximation to the history of the appraisals of thepictures motives of Facatativá and of the methodological questions around there(inters stirred up by the paintings, interpretation, method and technique) in orderto showing the need of a revaluation of the studies on rock art in Colombia, sinceis necessary to project as goal in the analysis of the art That they permit diverseapproximations to the density of the social weaving that is to say, to the relationsinvolved in the to know ancient materialized in the rock.

as siguientes líneas tratan de mostrar el potencial de los análisis sobrearte rupestre, al tomar este objeto como un tipo un particular de evidenciaarqueológica, y abrir la posibilidad epistemológica de reflexionar sobresus alcances y limitaciones, de manera que se contribuya a reevaluar el

estereotipo que identifica los análisis sobre arte rupestre como «estudios de dudableproductividad teórica», por la gran carga subjetiva que poseen. La pregunta centralde investigación que circunscribe la problemática que deseamos abordar y que semostrará a lo largo de este escrito, es la siguiente: ¿cuáles pudieron ser las dinámicasculturales de conformación y cambio de los lugares de culto en el altiplano? Para acercarnosa la resolución de ésta problemática, dividimos este trabajo en varios apartados queintentan dimensionar la cuestión desde la relación «hombre-arte-espacio social»,captada desde la Arqueología.

La primera parte, trata de mostrar la relevancia antropológica de los estudiossobre arte, reflexiones que parten de la relativización de tal concepto, de manera quese extiendan los sentidos del término arte a otros terrenos de la experiencia humanay no sólo a lo plástico. Con estos parámetros fueron escritos los ítems sobre «qué esel arte rupestre», «el arte prehistórico. El aborigen de ayer y de hoy», «arte etnográfico.Estética más allá de la Occidental» y «arte sobre piedra. Hacia una definición del arterupestre». Todos estos apartados intentan mostrar el potencial de los estudiosarqueológicos sobre arte bajo la necesidad de pensar las evidencias «artefactuales»desde una perspectiva transdiciplinar, que nos aproxime a un significado global delimpacto cultural que posee el hecho de «crear y diversificar» las expresiones materialesdel arte, y de esta forma, vislumbrar en el arte rupestre huellas de innumerablesmomentos creadores en los que se condensan experiencias de la vida social y delentorno. El arte rupestre en este contexto, se erige la como principal evidenciaarqueológica que permite hablar de la «culminación de un proceso trascendental enla vida humana»: la consolidación de la mente como es percibida hoy. Así mismo, se buscamostrar las transformaciones en las perspectivas de análisis antropológicos, haciendovisibles nuevos espacios reflexivos que son producto de la renovación crítica a lolargo del devenir de la disciplina. En esta medida, se vale de la estrategia de diferenciar«tipos de arte», con el fin de resaltar el marco socio-histórico en el que se inscribenideas y valoraciones sobre manifestaciones que desde Occidente se han percibidocomo arte: las condiciones en las que se ha producido la interpretación intercultural deobjetos e ideas generadas en contextos no occidentales.

En el momento en que reconocemos nuestra posición occidental de enunciación,se perciben otras formas válidas de materializar concepciones sobre el mundo y lasociedad. En este contexto de reconocimiento de la importancia de otras formas desaber, se introduce un conjunto básico de disertaciones sobre el concepto de arterupestre. Tratar estas ideas es necesario, ya que el término arte rupestre se presentacomo un concepto ambiguo que requiere ser matizado, tomando como referente eltipo particular de manifestación artística evidenciada en el Parque Arqueológico deFacatativá: las pictografías.

Al realizar una caracterización del arte rupestre en general, y las pictografías enparticular, se requirió tomar las dimensiones básicas en que es analizada la sociedad,para inscribir en cada una de ellas el arte y los posibles roles que éste puede adquirir.El espectro de posibilidades del que aquí se habla, proviene de estudios etnográficosy etnológicos realizados por algunos investigadores que se ocupan de tal complejo defenómenos. De esta manera, se puede captar algo de la gran difusión social en el quese inscribe el arte como fenómeno, que no sólo incorpora la obra artística y suobservador, también involucra aspectos de la vida social e individual del «artista y elobservador». El arte y sus diversas materializaciones se insertan de forma activa en lasdinámicas de establecimiento y organización social, recibiendo significados

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particulares al ingresar en los circuitos sociales, políticos, económicos y rituales, dentrode los cuales el arte y sus expresiones adquieren particularidad: su singularmaterialización y valoración en los contextos socioculturales.

Estas ideas como vectores generales de análisis, han llevado a relativizar losconceptos de lo estético y lo artístico, concepciones que no se limitan a definirexclusivamente las obras de arte, ya que incluyen otros aspectos de la vida que soncomprendidos por los actores como expresiones estéticas. Así, estas ideas no sediferencian en la vida cotidiana; ellas son categorías que se definen culturalmente apartir de las percepciones que se tienen sobre el individuo, los objetos y las situacionesa escala social.

Paralelamente, los estudios etnográficos sobre el particular, muestran como elarte se integra en la vida social como un elemento que por un lado, puede exhibir yratificar un orden social y por otro, puede manifestar inconformismos y tensionesparticulares contextualizadas en un momento histórico. De ahí que se diga que elarte es una forma de «cosificar códigos culturales», códigos que se singularizan o seestudian bajo las formas de objetos suntuarios, objetos de poder, indumentaria, etc. Cadauna de estas categorías posee la particularidad de concebir el arte al interior de uncircuito social que se basa en una carga semántica de los objetos, en una particularconcepción en la que los objetos y quienes los poseen comparten cualidades que losvinculan y legitiman.

En esta vía las expresiones artísticas también pueden participar en la conformaciónde espacios sociales. Los objetos, personas o situaciones que muestran elementosque los hacen ser valorados como estéticos o artísticos, son componentes que aldisponerse de variadas formas construyen una escena con características y cualidadesúnicas destinadas a ciertas funcionalidades sociales.

En la segunda parte de este escrito, que corresponde a los apartados «una historianarrada desde Facatativá. Bitácora de los principales momentos interpretativos delarte rupestre en la región» y «otras formas de explicar el arte rupestre. Contexto ritualy el poder de la palabra», tratamos de contextualizar los principales juicios que haninfluido en la historia interpretativa del arte rupestre de la región, puesto que deuno u otro modo Facatativá, como sitio emblemático de este tipo de evidencia, haparticipado como referente sobre el que se ha construido un conjunto de ideas queconfluyen en una particular visión del sitio y sus pictografías; visión que se hatransformado en momentos históricos diferentes. Es así como se intenta mostrar lasinterpretaciones que desde el tiempo de las crónicas han suscitado las piedras pintadas.

Una de las primeras explicaciones dadas en tiempos de la Conquita se basó enla evidencia de «cruces pintadas en las piedras», que –a juicio de los primeros españolesque visitaron esta región– darían cuenta de la presencia de algún apóstol o personajede los evangelios de la Biblia.

Otras explicaciones, apuntaban hacia la percepción del arte rupestre como untipo de escritura, calendario, etc. De esta forma se llegó a hablar de jeroglífico y de losrasgos que podían emparentar a sus supuestos autores (los Muiscas) con poblacionesdel Lejano Oriente. Ya para finales del siglo XIX, Ernesto y Vicente Restrepo en susanálisis históricos, introducen el asunto de los dibujos sobre piedras de forma quelos catalogan como expresiones infantiles sin sentido, exhortando a los investigadores aabandonar los esfuerzos por estudiarlas.

Entrado el siglo XX, Miguel Triana se da a la tarea de documentar las piedraspintadas que encuentra al realizar trabajos de ingeniería. Este pionero de lainvestigación en pictografías prehispánicas, realiza un trabajo excepcional para sutiempo: recolectó gran cantidad de informaciones para darle un contexto a lasmanifestaciones rupestres del altiplano. Toma como uno de sus referentes las piedrasde Facatativá interpretando las pinturas allí evidenciadas, partiendo de los mitosTriana (1924); Baracaldo (2005)

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Muiscas y la historia en el momento del contacto. Más adelante, en la década de loscuarenta, el doctor José Pérez de Barradas en su trabajo sobre arte rupestre, va allugar y documenta fotográficamente algunos de los motivos pictóricos característicosdel sitio.

En este punto, en el que el sitio aparece referenciado en obras especializadas, elinvestigador cubano Antonio Núñez Jiménez se interesa en las piedras de Facatativá,y realiza uno de los trabajos más famosos sobre las pictografías del lugar: «Facatativá:santuario de la rana», un texto en el que se analizan las pictografías desde un enfoquecomparativo. En este mismo período, llegan al lugar los doctores Julio Cesar Cubillosy Emil Haury quienes realizan trabajos en el área bajo la perspectiva del análisisregional de «la zona Muisca». En los años setenta, el sacerdote Wenceslao Cabrera ensu trabajo sobre el parque arqueológico, recopila y continúa la labor iniciadaprincipalmente por Triana y Núñez, de manera que retoma el trabajo de recoleccióne interpretación bajo el paradigma de estos investigadores. Esta época representópara el Parque Arqueológico de Facatativá, el momento en que más investigacionesse realizaron sobre sus pictografías sin embargo, ese interés ha decaídoprogresivamente cediendo espacios ante las dificultades de método e interpretaciónque plantea el arte rupestre1 y la destrucción acelerada del lugar.

Al entrever las líneas generales que han seguido los estudios de arte rupestre en elárea, se proyectaron algunas tareas que se compilan en la tercera parte titulada, «áreade estudio. Facatativá y el enigma de su paisaje». Aquí se reúnen las informacionesgenerales sobre el municipio (hidrografía, geografía, etc.), el parque arqueológico(apuntes breves sobre la historia oficial del lugar), y las tareas proyectadas en campo.Como se podrá seguir en este apartado, las actividades del trabajo de campodemandaron la creación de una estrategia que consistió, primero, en unreconocimiento preliminar del parque (una visualización en la que nos acercamos ala problemática metodológica de recolección de arte rupestre), una segunda visita enla que ya se contaba con material de apoyo consistente en un croquis realizado porWencenslao Cabrera y el plano del área urbana del municipio suministrado por elIGAG. Con estas herramientas, se propuso la localización de cada una de las rocasnumeradas, etapa que puso en evidencia la riqueza arqueológica del lugar, al permitirevidenciar más pictografías que las que aparecían relacionadas.

A continuación, se procedió a cotejar la información obtenida en campo confotografías aéreas del área del parque. Se realizó un ejercicio cuyo objetivo era localizarlos afloramientos rocosos para luego, relacionar cada roca con el número que lehabía sido asignado, tarea que reconocía la labor de análisis de Antonio Núñez alrealizar tal numeración. La producción del mapa del parque teniendo como referentelas piedras pintadas, contrasta con el trabajo realizado por la Corporación AutónomaRegional (CAR) en cuanto a que ésta relaciona en su plano son las construcciones einfraestructura y no la riqueza pictográfica del parque, que es la que le da al lugar elestatus de sitio con valor arqueológico y patrimonial2. El mapa que nosotroselaboramos pretende cubrir la necesidad de presentar y contextualizar sintéticamentelas expresiones rupestres del parque en un marco espacial.

Paralelamente a esta actividad, y dada la magnitud de la tarea de registro,procedimos a diseñar una ficha de campo que tuviera como principal directriz laeficaz y ágil recolección de datos relevantes3. Esta ficha se complementó con más de2000 fotografías que cubren desde la vista panorámica de los afloramientos rocososhasta detalles de los dibujos en las paredes pintadas, de las cuales sólo se presentaránalgunas a lo largo de este artículo, debido a los limitantes de espacio que tiene unapublicación impresa. Por medio de este cúmulo de información creamos un inventarioque relaciona las fotografías de cada afloramiento y la pared pintada, con los datosrecolectados en la ficha de campo.

1 Entre los que se cuentan, lasignificación y atribución cultural.

2 Este hecho deja entrever la visiónadministrativa que ha dominado lahistoria reciente del parquearqueológico.

3 Esto representó sopesar la fichapublicada por el GIPRI, y la propuestadel profesor Virgilio Becerra.

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Al contar con este inventario se pasó a generar un dibujo de cada panelfotografiado, mediante el uso de software que permitió «re-trazar» digitalmente dichasfotografías. Así, los niveles de contraste, brillo e intensidad de la luz, resaltaron lostonos de color del ocre evidenciado en las pinturas. De esta forma se reunieron loselementos que presentamos sobre las pictografías del parque arqueológico y quetitulamos «Ficha de descripción y registro de pictografías del parque arqueológico de Facatativá».El objetivo de esta ficha es mostrar de una forma concreta el máximo de informacióndisponible sobre la pared pintada y la roca en la que se encuentra, contextualizadaen el conjunto del parque por medio del mapa elaborado.

Esta ficha también incorpora los datos producidos en trabajos de campo anterioresrealizados allí; de esta manera se presentan los dibujos realizados por Miguel Triana,José Pérez de Barradas, Antonio Núñez y Wencenslao Cabrera, «de cada pared conpinturas». En los casos en que no hay registro, se dispuso colocar una fotografíageneral del afloramiento que indica la posición del panel pictórico referenciadoacompañado, de un pie de foto que habla de la principal característica de tal conjunto.

Habiéndose seleccionado y sistematizado la información colectada, se procedió aplantear una actividad de análisis que relacionará las principales variables presentadasen la ficha de descripción y registro, de forma que se produjo un número concretode enunciados sobre la ubicación de las paredes pintadas (parámetros básicos parasu escogencia), la característica básica de los trazos (elementos que integran un sabertrans-generacional) y la variabilidad entre los registros allí relacionados(consideraciones sobre la construcción del registro de pictografías). Estos enunciadospretenden reunir en líneas generales, un conjunto sucinto de argumentos4 los cualesapuntan a apreciar el lugar que hoy es llamado Parque Arqueológico «Piedras deTunja» como un sitio especial: «un alto lugar de culto».

I¿Qué es arte?Apuntes generales sobre la problemática antropológica del arte

La disciplina antropológica ha visto en las producciones de arte un área departicular atención, en el que se define un campo de estudio específico a una claseúnica de objetos que provienen de las sociedades denominadas «tradicionales», ágrafaso minoritarias, en las que «al considerar las producciones de cada pueblo y distinguirqué es y qué no es arte, han surgido inconvenientes que cruzan transversalmente lahistoria de este tipo de análisis» (Severi, 1996).

El primero y más grande de estos inconvenientes ha sido la evaluación etnocéntricadel arte. Una interpretación de las obras provenientes de civilizaciones no occidentalesen las que se niega su estatus estético, en donde el único capaz de producir arte erael hombre occidental, el hombre europeo. Esta idea a priori de la noción de arteprodujo definiciones negativas de lo que es el arte primitivo y en últimas, una barreracasi infranqueable a su estudio hasta los primeros decenios del siglo XX, cuando seproduce un giro en las valoraciones de la llamada estética primitivista, al pregonarsela universalidad del lenguaje artístico entendida como la posibilidad de significarcualquier objeto, independientemente del contexto cultural en que fue concebido.

Bajo esta línea de argumentos, se inscribe durante la primera mitad del siglo XX,todo aquel análisis realizado de las técnicas con las cuales eran elaborados los objetos,con la pretensión de encontrar en tal, las bases formales de la representación artística.«Así se definió el arte como el dominio total de la técnica, en donde se supera lasimple función del objeto utilitario para transformarse en el modelo de un estilo»(Severi, 1996). Este proceso se explicaba por el cambio de una perspectiva unifocal,en donde los objetos se representan tal y como se captan por los sentidos; a una

4 Complementados con informaciónarqueológica: evidencia «Herrera», yetnohistórica.

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forma multifocal de representación, en la que los objetos manifestaban las formaspor las que el espíritu relaciona objetos y acciones que movilizan el mundo: unarepresentación de lo simbólico (Severi, 1996).

En la segunda mitad del siglo XX, la noción de arte es volcada a sus orígenes.Panofsky al realizar un análisis filológico de la palabra arte, la relaciona con el términolatino art, develando así dos sentidos o acepciones. El primer sentido, se «refiere a lacapacidad consciente e intencional del hombre de producir objetos, del mismo modoque la naturaleza produce fenómenos» (Panofsky, 1980). Este uso permite asemejarla actividad de un arquitecto o un pintor con las actividades de un tejedor, unagricultor, etc. La otra acepción de art mucho menos laica, es la que se «refiere a unconjunto de reglas y técnicas del pensamiento con las cuales se logra el conocimientoy la representación de lo real» (Panofsky, 1980).

A partir de la articulación de estos dos sentidos del término art, Panofsky afirmaque cada cultura establece entre ellos vínculos variables, en donde la naturaleza deuna antropología del arte es esclarecer las clases y manifestaciones de dichos vínculos.Con esta definición del rol de la antropología del arte, se deshace el halo nebulosode la definición etnocéntrica del arte, al abrir la posibilidad de comprender la historiade las interpretaciones que la civilización occidental ha dado de las representacionesplásticas, pictóricas y arquitectónicas de las culturas llamadas primitivas; y por otrolado, incorpora una visión relativista-comparativista que diferencia la tarea delantropólogo respecto de la del historiador del arte (Panofsky, 1980).

El trabajo de campo de los antropólogos ha mostrado así, que la experiencia delo artístico en cada sociedad y cultura es muy real, ya que concepciones como la debelleza o estética son vehículos culturales por medio de los cuales se fabrican síntesisvariadas sobre la experiencia colectiva. Los antropólogos han demostrado que el arteno sólo tiene que ver con la satisfacción de un ideal o una necesidad estética. Puedetambién depender de aspectos como la organización del espacio, las modalidades detransmisión del saber, los registros de significación del simbolismo ritual, etc. «Losobjetos de arte así, han dejado de ser considerados como objetos de anticuario, paraser herramienta en el estudio de algunas prácticas tradicionales que, sin identificarseexplícitamente con el lenguaje, pretenden la producción de sentido por sus propiosmedios» (Severi, 1996).

Arte prehistórico. El aborigen de hoy y de ayerLas artes prehistóricas se definen como todas aquellas manifestaciones «que

corresponden a pueblos que no llegaron a disponer de un código de escritura, y porconsiguiente no ofrecen documentos que sirvan de base para escribir la historia artísticadel pueblo referido» (Alcina, 1980: 25).

Para circunscribir el término «arte prehistórico», se tomó como principal argumentola distinción entre pueblos ágrafos y los pueblos con escritura, donde la diferenciabásica radica en el tipo de análisis posible, puesto que los pueblos que dejaron testimonioescrito, dejaron asimismo la posibilidad de contextualizar sus expresiones artísticas.Para el caso de los pueblos ágrafos al suceder lo contrario, se entra en los terrenos de laespeculación: no hay forma de conocer narraciones, historias o significacionesmetafóricas que dimensionen sus expresiones artísticas. Así el uso indiscriminado deltérmino arte prehistórico al igual que el de arte primitivo, conlleva una cargahomogenizante, ya que en la denominación de arte prehistórico caen por ejemplo, lasmanifestaciones rupestres de Francia, de Norteamérica y Colombia, sin tener presentessus particularidades. Esto se debe a que el eje rector con el cual se catalogan lasmanifestaciones artísticas es meramente cronológico, sin atender otros aspectos queenriquecen la visión diacrónica del arte; esta definición concuerda al igual que laanterior, con un enfoque decididamente evolucionista (Alcina, 1980: 26).

Triana (1924).Modificado por Baracaldo (2005)

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El arte etnográfico. Estética más allá de la occidentalEl arte etnográfico se define a grosso modo, como el arte de las sociedades que no

comparten los principios de «progreso cultural en términos de lo occidental». En uninicio se señaló su importancia, en el hecho de comportar un análisis de sociedadesmenos complejas que la occidental o mejor, la posibilidad de vislumbrar y comprenderlos mecanismos más complejos del comportamiento estético occidental (Alcina, 1980).

Hoy el campo de acción para los estudios del arte etnográfico, es un estudio en elmarco de la otredad. El análisis etnográfico del arte amplía el horizonte cultural muchomás allá de las expresiones del arte occidental. La etnografía y el estudio del arte seconstituyen desde esta perspectiva, no en una, sino en múltiples estrategias focalizadashacia la cultura y por supuesto, del arte como manifestación de la misma. Se evidenciande esta manera dos objetivos: el primero, captar la diversidad cultural; y el segundo,criticar la homogenización y la subvaloración de expresiones culturales en el contextode la multiculturalidad. Con el reconocimiento del potencial epistemológico queposee el arte, se puede iniciar un nuevo acercamiento al «conocimiento» de lossignificados sociales, ya que se da acento al dialogo intercultural, a la relación entre loselementos socioculturales que entran en juego, sin olvidar que esto se convierte enuna negociación de códigos culturales en la que el antropólogo interviene (Alcina,1980: 28).

Arte sobre piedra: hacia una definición del arte rupestreEl arte rupestre como huella de actividad humana ha sido definido como grupos

de imágenes grabadas o pintadas sobre la superficie de las rocas. Estas imágenes sonasociadas a representaciones de seres de la naturaleza, objetos y escenas de la vidacotidiana, siendo referentes de experiencias, pensamientos y creencias elaboradas a lolargo de varias generaciones. Este tipo de evidencia arqueológica se valora porqueconstituye el testimonio más claro de la capacidad humana para abstraer y representarla realidad.

Pero, ¿de dónde viene la denominación arte rupestre? Etimológicamente estetérmino proviene de la amalgama de dos vocablos de origen latino. Arte deviene de laraíz latina art, que como ya se dijo en el apartado sobre la problemática antropológicadel arte, posee dos acepciones, de las cuales, la más útil, es la que dista de la connotaciónnegativa de arte occidental. Adjuntamente, rupestre deriva del latín rupe que significapiedra; se refiere de este modo al soporte físico de la manifestación artística.

Hoy se discute la conveniencia de llamar al arte primtivo arte rupestre, situaciónque se suscita por el contexto y la denotación occidental que posee el término arte, yaque su uso indiscriminado implica la descontextualización de los significados y lasfinalidades que los artistas dejaron plasmadas en las manifestaciones artísticas. Alsortear tal inconveniente, el término adopta una nueva dimensión, en la que sereconocen las dinámicas de la creación artística, y las formas por las cuales se puedencaptar tales movimientos.

Esta revaloración del concepto permite vislumbrar su uso como categoría analítica,que clasifica convenientemente la evidencia artística en dos tipos: el primero, llamadopetroglifo, refiere en rasgos generales, a ejecuciones artísticas realizadas por medio dela extracción o acanalamiento de rocas. El segundo, denominado pictograma, refierea la ejecución de formas artísticas al aplicar sustancias a la pared rocosa.

En el contexto del Parque Arqueológico de Facatativá, conformado por una grancantidad de pictogramas, es imprescindible hacer hincapié en el aspecto pictográfico,aproximándonos en primera instancia, al sentido y características que definen talmanifestación del arte rupestre. La palabra pictografía deriva de dos vocablos, el latínpictum que hace referencia a la actividad de pintar, y del griego graphos que designatrazar. Así, «los pictogramas son grafismos realizados sobre las rocas mediante laaplicación de pigmentos».

Diferentes técnicas de realización de unapictografía: (1) pintura de mano en negativo,(2) aplicación directa del pigmento porimpronta manual y (3) aplicación delpigmento con instrumento. Ilustracióntomada de Celis y Botiva (2002).

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Igualmente, en la tarea de definir qué es un pictograma hay que recurrir no sóloa la definición etimológica sino también, a la descripción de una de sus principalescaracterísticas: la pigmentación intencional de la roca. Es importante aproximarnosa la comprensión de cómo el pigmento fue adoptado como forma de concreciónartística mediante la observación de cómo éste contrastaba con el fondo o soporterupestre. Con el fin de ahondar en tal experiencia, se ha procedido en la actualidadal análisis físico-químico, por medio de técnicas sofisticadas como la difracción derayos X y la microscopía electrónica de barrido. Con estos procedimientos, sedeterminó que los pigmentos empleados en las ejecuciones pictográficas se componende minerales como óxido de hierro, magnesio, cinabrio5, carbón y arcillas, a las quese les adicionaba o no grasas animales o colorantes vegetales.

Este estudio evidenció que los pigmentos empleados eran el resultado de mezclasintencionales, pensadas con respecto a la superficie parietal que iba a servir de lienzo.Este hecho enfrenta al arqueólogo a la realidad de todo un saber tecnológicotradicional implícito en la producción de pictografías, y explicito en la diversidad detonos rojos-ocre y la presencia de otros colores (naranja, amarillo, blanco y negro); enotras palabras, la articulación de los pigmentos y el fondo parietal en la producciónde un efecto estético, cuyo fin aún no es totalmente claro.

Adicionalmente estos pigmentos fueron aplicados de diversa manera. En ocasionessirvieron para preparar la superficie parietal a modo de fondo. En el común de loscasos, estos fueron aplicados con los dedos (pintura dactilar) o usando algúninstrumento que pudo ser desde un tallo firme hasta el empleo de cerdas de animalesa modo de pincel. Esta característica que le da carácter a los trazos no debe serentendida dentro de los parámetros sesgados de la habilidad del artista, sino quedebe ser sopesada con el contexto, fines y funcionalidad de la expresión pictográfica.

Paralelamente a estas cuestiones, surge el problema de determinar la antigüedadde las manifestaciones rupestres, que en el caso de las pictografías, señala la dificultadpara obtener una base confiable (empírica) sobre la cual se pueda atribuir su autoríacultural. El problema de la datación del arte rupestre ha sido considerado como unode los principales escollos a superar, ya que por las mismas características de laevidencia, no se ajustan a los análisis convencionales. Ejercicios de datación absolutacon métodos semejantes al de carbono 14 se han realizado en Europa y EstadosUnidos, y aunque sus resultados son controversiales con respecto al conjunto deevidencias, llegará el momento en que sus pruebas sean aceptadas como informacióncomplementaria.

También se han abordado métodos indirectos de datación de los que se distinguendos principalmente. El primero, consiste en contextualizar las pictografías con elmaterial asociado al sitio de concentración de arte rupestre o aledañas. El segundo,se vale de un análisis estilístico, el cual parte del supuesto que un conjunto de figuras,pertenece a un período y grupo humano específico y por tanto, las diferencias entreestilos de figuras indican períodos de elaboración diferentes. Con este referente seefectúan seguimientos de las formas artísticas por temas, por identificación de faunaextinta, alteración y sobreposición de grafismos, etc.

En la actualidad tal presunción es matizada al reconocer que los cambios enla expresión artística, no sólo se deben a la sobreposición socio-cultural en eltiempo y el espacio. La fluctuación en las formas de representación puedendeberse entre otras, a diferencias sociales, diferencias entre artistas (estilospersonales), diferencias en los contextos de elaboración, y variaciones en lasintencionalidades que generan la manifestación artística. El hecho es que en elestado de los conocimientos actuales, se puede ubicar el inicio de la producciónde arte rupestre del altiplano cundinamarqués, en los primeros episodios depoblamiento, es decir, desde hace 17.000 años, hasta algunos decenios después

5 También llamado sulfuro demercurio (HgS). Es la formaprincipal en la que se halla elmercurio en la naturaleza. Sueleencontrarse en forma de vetas enrocas sedimentarias.

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de la invasión ibérica. Lo que resalta de este panorama general, es la necesidad deprofundizar en la secuencia de ocupación de cada región, en este caso del altiplano,para tener elementos de juicio con los cuales asociar la variedad de evidenciarupestre con sus posibles autores, ya que el análisis del arte rupestre no puedeaislarse del conjunto de argumentos recavados en el ejercicio arqueológico niantropológico.

Las dificultades en la datación también truncan la posibilidad de vislumbrar laautoría cultural de tales manifestaciones con total seguridad, a pesar de esto losinvestigadores afirman que:

«la elaboración del arte rupestre fue un asunto público, probablemente en eventos de carácterritual, y presidido por figuras tales como chamanes, que serían los mismos artistas [...].También suponen, que los sitios eran posteriormente visitados y convertidos en lugares deenseñanza y transmisión de determinados conocimientos como la caza y el dialogo con losanimales, razón por la cual también podían ser lugares de iniciación» (Celis, 2002: 38).

Estas afirmaciones no se pueden echar en saco roto a pesar del número deinconvenientes, ya que son fruto de análisis y reflexiones epistemológicas en lasque se reactualizan problemas pasados con nuevas perspectivas, resultando ennuevas síntesis más verosímiles.

IIUna historia narrada desde Facatativá. Bitácora de los principalesmomentos interpretativos del arte rupestre en la región

Facatativá ha sido reconocida en el ámbito regional por la presencia de grandesrocas, en las cuales, se hallan inscritas una serie de figuras de carácter pictográfico.El propósito de las siguientes líneas, es hablar de estos conjuntos y de cómo se hadefinido el área de Facatativá como una zona de alto valor arqueológico, para locual hay que aproximarse a las múltiples reflexiones que han motivado lospictogramas, cómo han sido valorados, en función de qué han sido definidos y elescenario en el cual se enunciaron tales explicaciones. Con tales directrices sebusca hacer hincapié en el rol que han jugado los conjuntos pictográficos ubicadosen este sitio, sobretodo en la construcción de un conocimiento sobre los antiguospobladores de la región.

Lo primero que hay que señalar, es el carácter altamente problemático quereviste la investigación de manifestaciones como estas, dado que la tradiciónintelectual en la que se inscriben –especialmente en los territorios americanos–,inviste las reflexiones sobre figuras de carácter pictográfico con un halo fantasioso.Esta circunstancia transversal a los trabajos realizados hasta mediados del sigloXX, no ha de restar importancia a los pictogramas como manifestaciones de losmodos de vida pasados, y consecuentemente, como un aspecto digno de estudiara profundidad desde los referentes de la disciplina arqueológica actual.

Principales momentos en la interpretación del arte rupestrePara iniciar nuestra discusión a cerca de las interpretaciones del arte rupestre

debe comenzarse por precisar los primeros episodios que marcaron el inicio de losestudios sobre pictografía americana: el reconocimiento del estatus humano de lascomunidades nativas de este continente. Fue el Papa Pablo III, a mediados delsiglo XVI, quien con su juicio motivó el ánimo de algunos conquistadores letradosy misioneros en comprender los mensajes que se suponían estaban contenidos enlas piedras (Becerra, 1990: 23). Gracias a ello, se inicia toda una búsqueda deinformaciones en libros tenidos como textos veraces: la Biblia, escritos de la Greciay Roma clásicas, etc. dándose con esto una multitud de interpretaciones,

Diferentes técnicas de la realización deun petroglifo. Ilustración tomada de Celisy Botiva (2002).

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consonantes con la cantidad de textos y versiones consultadas. Se llega a decir, porejemplo, que los nativos americanos son descendientes de Noe, sobrevivientes deflotas perdidas en las expediciones marítimas, etc., todas estas versiones sonsustentadas en eventos reseñados en la historia europea y correlacionados con lasmanifestaciones rupestres en América.

Estas opiniones proliferaron hasta el siglo XVIII, en donde aún se relacionabanlas cruces «evidentes en las pictografías» de varios lugares (entre ellos Facatativá),con la visita de apóstoles cristianos como San Bartolomé y Santo Tomás y conrelatos que hablaban de los mecanismos de integración de las poblacionesamericanas nuevas con los europeos, alimentadas a partir de sus imaginarios. Elcronista Lucas Fernández de Piedrahita refiere a esto:

«sea primero la antigüedad del tiempo en que refiere aquella venida del Bochica, las señasdel traje que vestía, que es el que ellos usan de túnica, manta y cabello largo en formanazarena; el haberle dado entre otros el epíteto de Zuhé, que es el mismo que dieron despuésa los primeros hombres blancos que vinieron en las conquistas; el conocimiento que las cosasque el Bochica les enseñaba, eran buenas, siendo así que tenían por malo (aunque loseguían) lo mismo que nosotros tenemos por tal. Sea el segundo el referir que fueron beneficioslos que recibieron de sus manos, como son las noticias que conservaron de la mortalidad delalma, del juicio universal y resurrección de la carne, aunque acompañadas, por su negligencia,de tantos errores, la veneración a la santísima cruz, poniéndola (como dijimos) sobre algunossepulcros; la ruina de huythaca, muy conforme a los trofeos que el glorioso apóstol tuvo demuchos ídolos que se disfrazaba el demonio. Y sea el tercero, el sentimiento común denaturales y extranjeros, de que el vestigio que se halla estampado en una piedra de laprovincia de Ubaqué fue señal del pie del apóstol, que dejó para prueba de su predicación ytránsito por aquellas partes, como por las de Quito, donde se halla otra de la misma forma.Noticias y acciones son estas, que sin grave nota no podemos atribuirlas a otro que a SanBartolomé; y si no dígame el más curioso lector, ¿de quien otro que de un apóstol pudieranreferirse entre gentiles las que tenemos dichas?» (Piedrahita, 1666 [1973]).

Con el transcurso del siglo XVIII se gestaron en Europa, una serie detransformaciones en las disciplinas científicas, evento que también se vivió entierras americanas. Es así como en 1795 el fraile José Domingo Duquesne, basadoen un estudio lingüístico del Muisca, intenta mostrar la existencia de un calendario,del cual él suponía, se encontraban muestras en las piedras pintadas. Se inicia apartir de ello, todo un movimiento para develar la gramática de los signos inscritosen la roca, de ahí que se les conozca como jeroglíficos, noción que será defendidahasta los primeros decenios del siglo XX. Dice Duquesne al respecto:

«las pinturas de los indios son puramente simbólicas; se insistió poco sobre ellas en aquellostiempos en que pudieron haberse examinado. Nada penetramos en los caracteres de losegipcios, y los que tenemos de los indios no pueden explicarse. Así estas dos naciones seposeyeron, o, por decir, cultivaron más bien que otras los símbolos y los caracteres primitivosde que nació el uso de las letras, se han hecho igualmente celebres e inteligibles, sirviendo yamás estos monumentos para atormentar los ingenios que para adelantar la erudición» (Acosta,1848).

Ya en el siglo XIX, y con todos los retos que éste significó (la conformación dela República), se continuó con los viajes iniciados en la época colonial por mediode la Comisión Corográfica, cuyo objeto era registrar las gentes, los recursos y porende las potencialidades de la nueva república. Uno de los lugares de estudio quese tuvieron en cuenta, fueron las piedras pintadas y su impacto sobre el paisaje. Alrespecto de Facatativá dice Codazzi en su Geografía Física y Política de la ConfederaciónGranadina:

«Acuarela de la «piedrapintada» de Aipe,Huila. Comisión Corográfica, 1850-1859». Ilustración y pie de foto tomadosde Celis y Botiva (2002).

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«Cerca de Facatativá se hallan multitud de rocas, que han sufrido largo tiempo la erosión de lasaguas, y en muchas de ellas se ven jeroglíficos que dan la faz hacia la Sabana constantes demultitud de ranas. Sin duda los indios quisieron perpetuar el recuerdo de lo que su mitología lesenseñaba acerca de la inundación de la llanura de Bogotá» (Codazzi, 2003).

Como se puede extraer, se tendía a interpretar los pictogramas como dibujos querecordaban antiguos cataclismos es decir, testimonios del choque causado por las fuerzasnaturales en la memoria de las gentes del altiplano.

Paralelamente a este tipo de interpretación, se continuó con la tradición de análisislingüísticos, que llevaron a relacionar la comunidad Muisca de la Sabana, con lospueblos del Lejano Oriente como Japón y China. Esta perspectiva resalta el caráctersimbólico de las pictografías, y reafirma la creencia en que los Muiscas poseían unsistema de escritura ideográfico, así como que los pictogramas valen es por su funciónde código, no por ser testimonio de cataclismos y eventos naturales que los hombres deesta región presenciaron y padecieron. El autor que realiza este ejercicio es LiborioZerda en su libro El Dorado, él sustenta ésta afirmación diciendo:

«la figura de este animal grabada o pintada de una manera indeleble sobre las rocas en los lugarespor donde se verificó el desagüe de los lagos andinos, tales como la piedra de Pandi o Icononzo,Fúquene, Aipe, Gámeza, Saboya, etc., no conmemoran, como se ha creído generalmente, esosgrandes cataclismos geológicos de que hemos hablado, porque durante el tiempo en que acontecieronno podían ser habitadas estas regiones, pues el levantamiento de los Andes dejó estas grandescuencas que las aguas colmaron de sedimento, y cuyo desagüe, causado por enormes cataclismosde los Andes, los hizo posteriormente habitables. Además, es evidente que la raza que formabaesta nación no podía tener el grado de cultura intelectual suficiente para poder interpretar, niaproximadamente, la causa de estos trastornos geológicos, y de aquí el origen de las fábulas queconstituyen su historia cosmogónica, inventadas en vista de las inundaciones periódicas quecausaban las lluvias, y del salto del Tequendama, único desagüe natural en estas llanuras. Estasfiguras son simplemente la representación simbólica de los accidentes meteóricos que causan lasoscilaciones de las aguas en las llanuras inundadas, y la salida de ellas por los causes naturales,medio que los libraba de las inundaciones, y beneficio atribuido a ese Neptuno anfibio de cuatropatas». (Zerda, 1883).

Hasta ese momento, las interpretaciones que más difusión alcanzaron en el ámbitointelectual, daban por sentado que los autores de las pictografías estudiadas eran losMuiscas. En el rezago que esta postura significó para el estudio pictográfico, surgió enel último decenio del siglo XIX, una «actitud revisionista» en la cual se critica todojuicio anterior que reivindicaba el valor de las pictografías como símbolos con sentido,y claro, con esto la autoría de tales manifestaciones. Esta posición encabezada por loshermanos Restrepo Tirado señala otras posibilidades, otros comportamientos quepudieron dejar como vestigio tales trazos, eso sí, dejando establecido que dichos vestigiosno poseen ningún tipo de significado, y si lo tenían era muy vano. Este tipo de juiciosmuestran entre otras cosas, el alcance y el calado de la escuela eugenésica europea (asíse le llama a la tendencia que legitimaba la diferencia y superioridad de las razas) en laeducación de la clase intelectual que contó con la posibilidad de viajar al extranjero,suceso que llevó a la extrapolación de los juicios del contexto europeo de la época, a laspoblaciones prehispánicas de los territorios de la altiplanicie cundiboyacense (Becerra,1990). Tal situación se evidencia en juicios como:

«Las figuras diseminadas aquí y allá sobre las piedras, confundidas unas en otras sin orden nisistema; la falta de coordinación y de unidad, todo nos indica que esos mal trazados garabatos sonhechos por manos inexpertas por mero pasatiempo» (Restrepo, 1892).Baracaldo (2005)

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«Nada pueden revelar a la ciencia histórica esos ensayos de dibujo de ornamentos, esas figurasinformes de animales y esos garabatos semejantes a los que traza un niño travieso e inexperto.Jamás se observa en ellos el orden ni el encadenamiento» (Restrepo, 1895).

Los primeros decenios del siglo XX, representan para el conjunto de los estudiospictográficos una reactivación, por cuanto aparecen una serie de escritos, cuyo enfoquetrata las pictografías como expresiones materiales que contienen sentido. Es en esteinstante, en el que se inicia la aplicación de algunas pautas que caracterizan el métodocientífico actual y que permiten la emisión de juicios como los siguientes:

«a) pueden ser las representaciones toscas de los artículos comerciados con otras tribus, b) seríantal vez marcas que señalaban los sitios de intercambio, c) podría tratarse de señales personalespara indicar y recordar el paso de un grupo o de una persona por aquel lugar, d) ¿se trataría derepresentaciones conmemorativas de visitas a esos pintorescos lugares por medio de motivos que leseran bastante familiares: la rana que presidía la cosecha, la culebra objeto de culto y representaciónde alguno de sus dioses; la espiral, de un simbolismo tan lato; o bien, figuras geométricas caprichosascomo las que trazaban en sus mantas o las que adornaban sus caras? e) telares e instrucciones delDios Chibcha Nemqueteba, f) tesoros escondidos, g) ¿jeroglíficos o escrituras ideográficas?» (Becerra,1990).

El autor más representativo durante las dos primeras décadas del siglo XX fue elingeniero Miguel Triana, cuyas convicciones «indigenistas» le llevaron a realizar unaserie de disertaciones sobre los aportes de las culturas nativas (entre ellas la Muisca)a la «cultura contemporánea de su tiempo». Su método interpretativo posee comoprincipal característica, los recursos de la comparación etnográfica y el seguimientode las figuras pictográficas en los mitos cosmogónicos Muiscas. En sus dospublicaciones más conocidas La civilización Chibcha (1922) y El jeroglífico Chibchamanuscrito en 1924 y publicado por su hijo hasta 1970, el autor manifiesta:

«Al observar en el mapa que define el país de los Chibchas, en relación con las piedras pintadasse nota que hay aglomeraciones en las regiones de Soacha y Facatativá que fueron lugares deacceso de los Panches por los ríos Funza y Bogotá, así como en Saboyá y Sáchica, lugares de accesode los Muzos y Agataes por el río Negro y el Suárez, como sucede también en Gameza, boquerónde acceso de los Guanes y Güicanes por el río Chicamocha, lo cual induce a sospechar que laspiedras pintadas servían de mojones de deslinde entre los apacibles súbditos del Zaque y el Zipade Bogotá y las tribus guerreras que venían envolviéndolos» (Triana, 1924 [1970]).

Para el autor , los pictogramas no están reducidos a una única función, al contrario,en ellos se incorporan un conjunto de significaciones entre las que se incluíansimbolizaciones que identificaban el territorio por medio de la codificación de ruegos(ofrendas) y creencias (episodios míticos), «constituyéndose en un sistema gráfico deexpresión, confirmando la autoría Muisca de tales trazos». En términos actuales, élhabla de la expresión gráfica como una forma de manifestar la adscripción o filiaciónétnica: la diferenciación entre los pueblos autores de grabados (petroglifos) y losautores de pictografías que en aquel tiempo llevó a la caracterización de los pueblosde las «tierras calientes» y los de «tierras frías» (Triana, Op. Cit.).

En esta lectura de las evidencias, se sustenta la hipótesis del poblamiento de laSabana que estuvo en boga en aquella época, en la que se sostenía que las poblacionesque ocuparon antaño el altiplano, eran procedentes del norte o nororiente deColombia. Esta tesis era complementada con informaciones en torno a las técnicasdiferenciales de confección del arte rupestre, analizada desde variables comopigmentos, trazos, motivos y estado de conservación de los conjuntos (antigüedadde la evidencia artística que se asociaba a olas migratorias), etc.

Una de las planchas realizadas por MiguelTriana producto de sus excursiones por elaltiplano cundiboyacense que despuésaparecieron publicadas en su libro «Eljeroglífico chibcha». Ilustración tomada deCelis y Botiva (2002).

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Ya a finales de los años treinta, un arqueólogo español llega a Colombia por lasdificultades del régimen franquista: el doctor José Pérez de Barradas quien decideocuparse de la problemática que representaba el análisis del arte primitivo en elterritorio nacional, concentrándose en los trabajos sobre pictogramas y grabados.Fruto de su investigación publica el libro titulado El arte rupestre en Colombia (1941),un texto que tiene como fuentes principales los trabajos de Liborio Zerda y MiguelTriana, cuyo aporte básico es criticar la postura en la que se adjudica la creación delos grabados o petroglifos a poblaciones de origen Caribe, y las pinturas a grupos deorigen Arawak. Controvierte esta tesis al afirmar que el principal elemento empleadoen ésta categorización –las técnicas de ejecución–, no es suficiente para tipificar auna población, y menos para establecer una periodización en la que por medio depuntos arbitrarios se defina o establezca que manifestación es más antigua o primitiva(Becerra, 1990).

Adicionalmente a estas disertaciones sobre las dificultades de asegurar laproducción de arte rupestre en sus dos líneas a etnias de descendencia Caribe yArawak, el doctor Pérez de Barradas refiere los conjuntos del Parque Arqueológicode Facatativá del siguiente modo:

«A corta distancia del pueblo se encuentra un conjunto de rocas, en una zona pintoresca enextremo, llenas de pinturas, que en parte forman un recinto. [...] No nos es posible describir losdiversos conjuntos, que hacen a esta localidad la más importante de las de arte pictórico en laSabana de Bogotá. [...] Las pinturas están muy bien conservadas al amparo de los abrigosrocosos, y aunque haya alguna roca en que las pinturas prehistóricas hayan sido cubiertas conletreros modernos, hay otras piedras cuyas pinturas están en tan magnifico estado que hanpodido ser fotografiadas con facilidad. «Con esto el doctor Pérez de Barradas fue el primero quedocumentó fotográficamente algunos de los conjuntos pictóricos de Facatativá». (Pérez deBarradas, 1941).

Con este trabajo como precedente, a mediados de los años cuarenta, el profesorWenceslao Cabrera de la Universidad Javeriana de Bogotá inicia una serie de estudiossobre los pictogramas. Reúne entonces sus disertaciones en un conjunto de artículosde los cuales dos son de particular interés: el primero, titulado Pictógrafos y petroglifos(1947), y el segundo, Monumentos rupestres de Colombia (1966-1969). En Pictógrafos ypetroglifos hace una revisión de los principales escritos sobre el tema, llamando laatención sobre las carencias en términos de método que poseen tales trabajos. Alreconocer tal falencia, se dedica a reordenar la información existente sobre losprincipales conjuntos (entre los que destaca Facatativá), ejercicio que lo lleva aproponer campos de investigación como: a) el análisis del aspecto artístico en el quese dé cabida a las concepciones y creencias, y b) la valoración material de la expresiónartística, en donde se reflexione sobre las técnicas empleadas y los requerimientossocio-económicos de su producción, exploraciones que nos acercarían a «lainterpretación acertada de tales manifestaciones» (Cabrera, 1947).

En el segundo artículo, el autor habla puntualmente del conjunto pictóricoubicado en el Parque de Facatativá al que reseña como:

«se puede afirmar sin exageración alguna, que por el momento no existe en Colombia unnúcleo más numeroso de pinturas rupestres que la que integran el llamado Cercado del Zipa[...] y posiblemente en Suramérica no exista algo tan bello» (Cabrera 1966-1969).

Con esta introducción enmarca el valor de su trabajo, el cual radica, en ser laprimera obra en la que se involucra la realización de un croquis del área, en el que sedocumentan los conjuntos pictóricos más grandes, contextualizándolos

«Pictografía. Facatativá, Cundinamarca.Una de las primeras fotografías de arterupestre publicadas en Colombia. JoséPérez de Barradas, 1941». Ilustración ypie de foto tomados de Celis y Botiva(2002).

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espacialmente. En este proceso señala los conjuntos que a su juicio son de primeraimportancia. Entre estos cuenta:

«los grandes monolitos 26, sobre los que se encuentran los murales Fac-40 a 55, 19 y 20 en losque se destacan los Fac-19, 20, 20A, 20B [...] de esta última apenas si dibujamos una figurapues en realidad es la piedra más visitada y conocida por tener pintados al óleo el cuadro detres personajes importantes en nuestra historia patria» (Cabrera, Op. Cit.).

Paralelamente a los trabajos del profesor Cabrera, el profesor Antonio NúñezJiménez de la Universidad Central de la Villas, de Cuba, realiza en Facatativá otrointeresante trabajo sobre las pictografías titulado Facatativá: Santuario de la Rana(1959). Desde la perspectiva de la etnología comparada, él analiza las principalesformas pictográficas como producto de un proceso de abstracción, donde las formasson desprovistas de los elementos que semánticamente –para sus autores– desviabano no permitían resaltar los significados en ellas contenidas. Bajo este postulado estudialas diversas figuras que componen los paneles de las rocas que él mismo numera altomar dichas formas por conjuntos, para tratar de vislumbrar los procedimientos deesquematización. Coincide con Triana en afirmar que la rana es el elemento quemás se representa allí, además de ser un lugar privilegiado, al reunir las principalesformas que permiten seguir el proceso de esquematización-abstracción ogeometrización de la rana-hombre renacuajo-rana que parte del rombo (Núñez, 1959).

Otras formas que analiza son «lagartos», «cruces», «mantas», «manos», «figurashojiformes» (representaciones de hojas de diversas plantas), «figuras astriformes»(representaciones variables del sol y la luna), «figuras en espiral», «figuras serpenteadas»y «figuras circulares», las cuales han de formar «conjuntos lógicos» que permiten suinterpretación. Tomemos como ejemplo el conjunto de la rana, dice el autor alrespecto:

«Sol, luna y rana son tres elementos de asociación lógica, tanto más si tenemos en cuenta quela rana está íntimamente ligada con los ritos agrícolas, en los cuales el Sol y la Luna tienen queser factores preponderantes. Por ello nada tiene de particular que los artífices de Facatativá losrepresentaran juntos en sus pétreos murales andinos» (Núñez, Op. Cit.).

Luego de revisar los principales contextos en que aparece la figura de la rana envarias culturas del continente, entre los que se hallan la deidad del agua o prometeica,fases lunares, la génesis del hombre (específicamente en el caso Muisca: Bachue y lalaguna de Iguaque), etc., el autor concluye que las características paisajísticas juntocon las narraciones y evidencias colectadas, permiten afirmar que Facatativá seinstituyó como adoratorio o santuario en honor a Ie-súa (vocablo Muisca que significarana), sitio que tuvo una preeminencia religiosa en el contexto regional.

Gracias a esto, para el periodo comprendido entre 1940-1953, Facatativá tuvo unauge de estudios de carácter arqueológico pues, aunados a los trabajos de los profesoresCabrera y Núñez, se presentan los del doctor Julio César Cubillos y Emil Haury, quellegan a la región en busca de evidencias que les permitan establecer una periodizaciónde la ocupación de los Muiscas en la Sabana. Es así como después de analizar losdocumentos sobre la región y de una prospección que permitió reconocer laspotencialidades habitacionales de la zona, se disponen a realizar excavaciones en dospuntos importantes de la población: en el parque arqueológico y en la vereda «PuebloViejo».

Las excavaciones realizadas en el parque se realizaron en 1949, en siete sitios;seis de los cuales se ubicaron bajo los abrigos rocosos y el otro en terreno abierto.De estos siete lugares se hallaron tres basureros, de los cuales, el ubicado frente Baracaldo (2005)

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a la conocida piedra Núñez fue el más prolífico. En síntesis, los autores remiten lassiguientes conclusiones:

«Se hallaron evidencias de ocupación, [...] que por su distribución y frecuencia permiten decirque esta no fue intensa ni prolongada [...] Las principales evidencias del hombre las constituyenlas pinturas, que aparecen con profusión sobre las caras escarpadas de las rocas. Estas, lomismo que las pruebas anteriores, ayudan a sustentar un poco los relatos de los cronistas, deque la región fue usada como sitio de recreo por los Chibchas. [...] De la comparación de lacerámica de Facatativá, con la zona Chibcha en los dominios del Zipa, en la cual se hanejecutado algunos trabajos, se advierte la presencia de algunas piezas de cerámica que sonconsideradas como típicas de la cultura Chibcha. [...] La cultura representada hubiera sidouna mezcla de las culturas Chibcha y Panche. De esta manera adquiere importancia en ellugar el problema de descubrir correlaciones en la cronología de los Chibchas y de esta tribuvecina.» (Cubillos y Haury, 1953).

En este contexto y ante la imposibilidad de hallar en el área la exuberancia devestigios arqueológicos que se esperaban, en correspondencia con la gran cantidadde pictografías, se redujeron los estudios y el interés por el parque, llegándose algrado de abandono en el que hoy se encuentra sumido.

Otras formas de explicar el arte rupestre. Contexto ritual y el poderde la palabra

Otro de los contextos interpretativos sobre arte rupestre proviene de la experienciade campo de Gerardo Reichel-Dolmatoff (1978) entre un grupo Tukano del Vaupés.Este trabajo hace hincapié en la producción artística en contextos sagrados: es en lasceremonias de ingestión de Yajé, que se abren las puertas a un mundo alucinatorioque provee los motivos empleados en decoraciones de vasijas, taburetes, malocas,etc.

Reichel-Dolmatoff al sentar tal afirmación en la base analítica de la creaciónartística, impone tres dimensiones a tener en cuenta. La primera, tiene por objeto lareflexión sobre el uso de sustancias psicoactivas; la segunda, analiza los contextos enque se producen las formas artísticas; y la tercera, aborda la construcción de lasasociaciones entre las formas artísticas y el universo cultural. Como se ve, estosniveles analíticos amplían el horizonte interpretativo de las manifestaciones artísticas,pues se ocupan del marco social de la producción artística, cuestión que se proponíadesde los tiempos del investigador Wenceslao Cabrera.

Reichel-Dolmatoff reconoce en la producción de arte un contexto social, quepara el efecto de este texto puede ser sintetizado en la relación chamán-sociedad, enel marco de las ceremonias de Yajé. El chamán como personaje capacitado paramanejar los trances de los asistentes a la sesión, es quien controla las fases de ingestión,pues las dosis de Yajé se asocian con la movilización de fuerzas naturales positivas onegativas que habitan en las personas y el entorno. El Yajé al ser una sustancia depoder, involucra una serie de restricciones que la sociedad y en especial el chamán,debe seguir dado que él no es sólo un guía o interprete en los viajes alucinatorios; éltambién posee el poder para domeñar las fuerzas naturales y sociales, al disuadir lasdecisiones de los dueños o señores de la naturales, en pro de la estabilidad delgrupo.

En cuanto a las sustancias alucinógenas anota, que el consumo del Yajé actúa enel sistema sensorial de manera escalonada, de manera que se pueden identificarfases alucinatorias manifiestas en la producción artística. Al respecto dice:

«la idea de fases sucesivas en las alucinaciones producidas por el Yajé se manifiesta en lainterpretación de los dibujos por los indios. Cada figura o motivo es asociado a una cantidadBaracaldo (2005)

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consumida de la sustancia, esto es lo que ve uno después de dos, tres o seis tasas, decían.»(Reichel Dolmatoff, 1978).

Al asociar un tipo de figuras artísticas a un estado particular en el trance, Reichel-Dolmatoff observa que estos motivos se pueden clasificar en dos clases: figurasgeométricas producidas en el primer estadio del trance, y motivos figurativosproducidos en la fase profunda del trance, aunque en este estado alucinatorio tambiénse producen figuras abstractas, que son incorporadas a las manifestaciones naturalistas.Esto indica que los límites entre los estados alucinatorios son variables de acuerdo alas condiciones físico-neurológicas de cada individuo.

En este marco, busca otros aspectos que conjugados con la ingestión de Yajépuedan dar razón de la particularidad de las formas artísticas de los Tukano. Enotras palabras, busca otros estímulos que lleven a la visualización de las formas quelos indígenas pintan. En este proceso observa que la producción de figuras geométricasse asocia a una carencia de estímulos visuales, ya que el contexto en el que se realizala ceremonia impone condiciones como iluminación tenue, alternancia de estadosde calma y euforia, etc. En este entorno y bajo el influjo del Yajé, aparecen o secomienzan a visualizar figuras que son denominadas Fosfenos:

«La fugaz percepción de la vista humana de manchas, estrellas o formas irregulares, denominadasFosfenos, es un fenómeno común. Los Fosfenos imágenes subjetivas, independientes de todafuente luminosa externa, son consecuencia de la autoiluminación del sentido de la vista.Como se originan dentro de los ojos y del cerebro, son comunes a todos los hombres» (Reichel-Dolmatoff, 1978).

Al identificar el origen de las formas artísticas empleadas en la decoración Tukanocon los Fosfenos, el autor estableció un paradigma en la interpretación del arte. Esen el contexto de una atmósfera ritual en la que se consumen narcóticos estimulantesde procesos neurofisiológicos que enmarcan la observación de determinadas figuras–los Fosfenos–, los cuales son representados en el arte rupestre y en el arte indígena,en general. El ámbito en que Reichel-Dolmatoff incluye la producción artística esextrapolado al contexto de producción del arte parietal. Hoy la mayoría de losinvestigadores coinciden en decir:

«Pudieron ser muchas y muy diversas las razones que tuvieron los grupos humanos pararealizar las manifestaciones rupestres: prácticas rituales, ofrendas, como medio de comunicaciónde saberes, mitos, etc.» (Celis, 2002).

Un ejercicio que puede enriquecer la propuesta de Reichel-Dolmatoff, fuerealizado por el investigador y filosofo Fernando Urbina. Él ha emprendido la tareade comprender la producción y concentración de arte rupestre (petroglifos), en áreasocupadas por las etnías Uitoto y Muinane mediante la asociación de algunos de susmitos con expresiones artísticas.

Parte de considerar el mito como un sistema que pertenece al ámbito de losimbólico, cuya función es vertebrar la experiencia histórica diversificada en elcontexto cultural. Para él, el mito es una forma de memoria que no es dogmática(memoria occidental), al contrario, el tipo de memoria que se evidencia en los mitoses abierta, receptiva y totalizante de nuevas experiencias. Este tipo de memoria sevale tanto del mito como de la metáfora, por medio de las cuales se estructura larealidad, de ahí que hable de sociedades mitopoéticas, en las que las palabras ylas acciones en la vida cotidiana son equivalentes; en donde el hombre encuentra Baracaldo (2005)

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plena significación de sus acciones, pues hace parte del entramado cósmico (Urbina,1993).

Al tener definido este marco operativo, el autor se introduce en la mitología delos Uitotos y Muinanes en busca de relaciones metafóricas expresas en los mitos,que se puedan vincular con las manifestaciones rupestres en la región del Araracuara.En este proceso encuentra similitudes que expone del siguiente modo:

«se encuentran relaciones entre personajes míticos y formas artísticas evidentes en los temas:hombre, serpiente, sapo, lagarto, mico, peces, aves, etc., vínculos que se extienden al tratamientoestilístico y a las técnicas de ejecución de los petroglifos en la región amazónica, –a adjuntamente–algunas realizaciones plásticas hechas sobre otro tipo de superficies (madera, telas, cestería...) porpueblos actuales, que guardan estrecha semejanza con algunos petroglifos» (Urbina, Op. Cit.).

¿Cómo encuentra tales similitudes? Ante la dificultad de establecer relación entrepetroglifos abstractos y figuras míticas, decide emplear realizaciones naturalistas quele permitan hacer analogías entre un tema específico tratado en los mitos y la formatallada. En este proceso encuentra un petroglifo que le permite plantear gráficamenteel problema mítico de la relación entre el hombre y la serpiente: la conocida canoa-culebra que al segmentarse da origen a los diversos linajes de las etnias amazónicas.Al hallar un petroglifo que expone tal relación busca otros que le permitan evidenciartal segmentación. Posteriormente, trata de evidenciar gráficamente la segmentaciónde la serpiente. Así halla motivos compuestos de líneas serpentiformes que incluyenrasgos antropomorfos (ojos y boca básicamente), los cuales coinciden con lasnarraciones que cuentan cómo los hombres venían en el vientre de la canoa-culebra.Al sintetizar su concienzudo análisis expone:

«El motivo hombre-serpiente se puede seguir desde su unidad mínima de la línea almenada, que en algunos casos se redondea [...] La relación de estos trazos mínimos con

el tema hombre-serpiente queda garantizado por la existencia de petroglifos con diseños talescomo: de los cuales se cree pues en la relación hombre-víbora de muchasmaneras» (Urbina, Ibíd.).

Al procesar los datos de esta manera, y al hallar tales similitudes, Fernando Urbinafigura el arte rupestre como una forma narrativa del mito, tesis que no sólo se sustentaen la talla de personajes míticos sobre las piedras, sino que se complementa con elmovimiento evidente en tales formas, elemento más, que permite asociarlas con loshéroes míticos, a los comportamientos arquetípicos que los definen. Los petroglifos(el arte rupestre), se encuentran en relación continua con el mito, ya que con susmotivos se estimula la palabra con la que se recrea el mundo, reactualizan y enriquecenlos conocimientos sobre el origen del cosmos, el hombre y las cosas (Leroi-Gourhan,1971).

IIIÁrea de estudio. Facatativá y el enigma de su paisaje

Facatativá como unos de los lugares que reúne uno de los números másimportantes de conjuntos pictóricos de Colombia, ha sido objeto de gran interéstanto por arqueólogos como por especialistas de otras disciplinas, quienes en losúltimos años han realizado significativos esfuerzos en pos del entendimiento de losdibujos realizados sobre las piedras que se hallan en el área del Parque. En estasección de este escrito, se presentan en primera instancia, las características del áreadel Parque Arqueológico de Facatativá (geografía, ubicación espacial, hidrografía yBaracaldo (2005)

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límites, etc.) y un breve recuento de su historia, como antecedentes que nos permitiránilustrar el estado de las pictografías que se encuentran en el lugar y los últimosesfuerzos llevados a cabo para su estudio. Posteriormente, se mostrará la forma comofue llevado a cabo por el autor de este artículo, el estudio de los principales conjuntospictóricos del Parque, los datos leídos a partir de las fichas de registro y finalmente,unas breves conclusiones sobre el estado en el cual se encuentra la investigaciónresaltando los puntos que quedan por analizar y los cuestionamientos que aún faltanpor resolver.

Características y breve reseña sobre la historia del Parque

1. Geografía:Facatativá se ubica en la zona occidental de la Sabana de Bogotá, donde esta se

cierra en dos ramificaciones de la cordillera oriental, constituidas por los cerros delAserradero y Santa Helena. Del primero, y siguiendo la dirección occidente-sur, seda lugar a la formación del cerro Manjuy. El segundo, siguiendo la dirección occidente-oriente, confluye en los cerros de Churrasí, Piedrecillas y Mancilla.

Geoastronómicamente, el municipio se ubica a los 4°48"46’ de latitud norte y0°17’’11’ de longitud oeste, a 2.586 msnm. Los municipios con los que limita éstapoblación son: a) por el norte, los municipios de la Vega, Subachoque y Tenjo; porel oriente con Madrid, Bojacá y Zipacón. Al occidente con los municipios de Anolaimay Albán. Posee una temperatura promedio de 14° centígrados, y una poblaciónaproximada de 120.000 habitantes. Fue capital departamental del 15 de junio de1905 hasta el 28 de abril de 1910.

2. Hidrografía:Ríos: Madrid, Bojacá y Checua.Quebradas: El Vino, Paza, Manzanos, Prado, Niñas, Los Árboles, Cuero, Soche y

Bermeo. Todas estas aguas forman parte de la hoya hidrográfica del ríoBogotá.

3. Geología:La región de Facatativá se encuentra ubicada en uno de los brazos del antiguo

lago pleistocénico que conformaba la Sabana, rodeada por una serie de rocas delCretácico. Dice al respecto el geólogo José Royo y Gómez:

«Los macizos montañosos [...] las tierras de Manjuy y de las Pilitas, con alturas de 2900 m,fueron unos de los muchos núcleos glaciares que rodearon la Sabana en el pleistoceno durantela primera época glaciar [...] al noroccidente de Facatativá, la planicie sabanera se ve festoneaday hasta interrumpida por algunas pequeñas lomas o espolones derivados de las sierras limítrofes,varias de las cuales son verdaderas morrenas. [...] acotando respecto a las piedras: la proximidadde las piedras de Tunja a las formaciones morrénicas es un dato más que coadyuva a lainterpretación del origen glaciar de estos bloques, que, por solifluxión, hubieran podidodesprenderse de las morrenas y llegar al fondo del lago» (Royo y Gómez, 1950).

De esta manera, resalta que el paisaje actual es fruto de la acción de los factoreserosivos (agua, lluvia y viento) sobre los terrenos, y en especial sobre las rocas dearenisca clasificadas como del grupo Guadalupe. Dice a continuación el autor:

«todos ellos son bloques de idéntica clase de arenisca y tienen la misma forma de erosión encoliflor, propia de las areniscas duras del Guadalupe medio superior y del superior, a cuyos nivelespertenecen los estratos que afloran en esa comarca.» (Royo y Gómez, Op. Cit.). Baracaldo (2005)

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Así se resalta la acción de las fuerzas glaciares en la conformación del paisaje actual,al igual que la intervención de los factores erosivos, que hacen particular esta parte dela Sabana.

Parque arqueológico «Cercado de los Zipas» en Facatativá. Cuestionespreliminares

El área del parque conocido con el nombre «Piedras de Tunja», se localiza a 1.150metros al noroeste de la plaza central de Facatativá. A una distancia aproximada de 3kilómetros desde el parque, se localizan cerros que alcanzan los 3000 metros de altitud.Las rocas sobre las que se plasmaron las pictografías corresponden según suclasificación a la formación Guadalupe del Cretácico superior. Con respecto al origengeológico de tales afloramientos, existen dos hipótesis: la primera hace referencia alperíodo glacial en el que la acción de empuje de los hielos que descendían de lasmontañas cercanas llevaron los bloques erráticos de arenisca hasta su ubicación actual.La segunda hipótesis sostiene que los bloques fueron sedimentados y levantadostectónicamente, hecho que negaría el desplazamiento horizontal de los bloques de unsitio a otro por la acción de los hielos pleistocénicos, esta idea se basa en la coincidenciaestratigráfica de los bloques con el perfil que levantaron en el área del parque, y ladistribución de estas rocas en el área.

Algunos apuntes sobre la historia oficial del parqueEl parque fue declarado monumento nacional en julio de 1889, aun así desde

aquel período ha permanecido en constante abandono. La primera gran denunciasobre esta situación se realizó en 1936 cuando el representante al parlamento LuisFelipe Latorre, oriundo de la población, denunció que las rocas estaban sufriendo «laacción de la pica y el taladro»; hecho que lo llevó a proponer la adquisición de losterrenos y destinarlos a un parque en honor a Tisquesusa (el Zipa que muere en Facatativáa manos de los conquistadores). La iniciativa fue aceptada y sancionada como ley elmismo año, pero esta no tuvo efecto. Pasados diez años, otro facatativeño interesadoen lo que significa el sitio, el abogado y político Julio Peña en unión con su amigoGermán Arciniegas (Ministro de Educación de la época y nombrado abogado ad-honorem), logró la expropiación a favor de la nación (Contreras, 2001).

Con estos atenuantes, y pasados varios años, se inician de nuevo trabajos en el áreadel parque, esta vez impulsados por el deterioro que presenta. En este marco sonpresentados ante el Instituto Colombiano de Antropología e Historia (ICANH), dosdocumentos realizados en los años 2003 y 2004*, en los cuales se describe la intervenciónde los conjuntos pictográficos más relevantes del parque: los de las piedras 16 y 20,resaltando que son trabajos pioneros en restauración del arte rupestre en el país.

Los realizadores de este trabajo, María Paula Álvarez y Diego Martínez Célis, hablande las características de los paneles pictóricos, incluyendo materiales de confección,motivos (geométricos, zoomorfos, etc.) y trazos, para así contextualizar el estado de losmurales del parque mediante la descripción de los factores que más los deterioran yatacan: la acción natural y antrópica. Señalan que entre los factores naturales que másafectan los conjuntos pictóricos se encuentra el agua que conduce tierra ymicroorganismos que afectan los conjuntos, al igual que su infiltración diferencialproduce oscilaciones en la exudación de sales.

Entre las causas antrópicas de deterioro, los autores se resaltan las fogatas, cuyaceniza asciende y se adhiere a la roca, y los graffities ejecutados con varias sustanciascomo aerosol, pintura, tizas, crayones, colores, carbón vegetal y objetos contundentes.A partir de la exposición de los factores de deterioro, más adelante, los autoresintentan exponer los procedimientos que ellos consideran oportunos al momentode intentar recuperar las cualidades de visibilidad de los conjuntos, motivo principal

*Los trabajos referenciados aquí seencuentran disponibles en Internetpara libre consulta y descarga.N. de E.

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por el cual se escribieron los documentos. Comentan que la limpieza mecánica concepillos y borradores, la aplicación de disolventes como agua acetona, alcohol, dimetilformamida, thinner y removedor en diferentes combinaciones, puede ayudar arecuperar la nitidez de los conjuntos. Finalmente, concluyen que el trabajo querespecta a los conjuntos pictóricos de la región se ha de concentrar en dos camposprincipales: el primero, que involucra las últimas técnicas y procedimientos de larestauración de este tipo de manifestaciones; y el segundo, que requiere un trabajocon la comunidad en donde se realicen «labores de concientización y valoración delpatrimonio rupestre».

Ubicación de los principales conjuntos pictóricos del ParqueArqueológico de Facatativá

Una de las principales tareas que se plantearon al iniciar la documentación delparque, fue la realización de un plano que diera cuenta de la ubicación de cadapiedra, y más aun, que permitiera de forma sintética, referenciar los panelespictográficos existentes en el contexto de toda la evidencia pictográfica del sitio. Así,el primer paso propuesto fue indagar si tal información ya había sido generada. Enla búsqueda bibliográfica, se encontraron dos momentos que pueden señalarse comofundamentales en esta empresa. El primero refiere a la visita del investigador cubanoAntonio Núñez quien realiza la numeración de los paneles pictóricos: «Núñez Jiménezagregó a las pinturas unos números que clasifican el conjunto de paneles que poseeel lugar, deteriorando de esta forma las pictografías» (Gipri, 1995). Esta noticia esmuy poco conocida en la población, casi nadie sabe de dónde o por qué fueronpuestos los números allí. El segundo, es un croquis realizado por el sacerdote Cabreraquien toma como referencia la entrada actual al lugar, de ahí mide el norte y –alparecer– siguiendo el camino principal del lugar, proyecta la ubicación de losafloramientos y bloques erráticos que contienen pictografías, conservando lanumeración puesta por Núñez.

Es raro que Cabrera no mencione que tal numeración proviene del trabajorealizado por el cubano. El principal inconveniente con respecto a la numeración,

Mapa del pueblo de Facatativá

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Mapa de conjuntos pictóricos presentes en el Parque Arqueológico de Facatativá (Baracaldo, 2005)

fue que no se hizo evidente el principio por el cual se colocaron en cada panel.Aún existe la confusión que refiere, a si el número presente en la pared rocosaequivale a la asignación de un número que categoriza «trazos, figuras, tonos,dimensiones, etc.» o rocas. Si se observa el trabajo de Núñez, éste habla de piedranúmero, no de panel número, cosa que hace pensar que la numeración de cada«piedra» obedece al seguimiento del camino que aún hoy se observa, y que rodealos principales conjuntos de afloramientos rocosos.

Con este contexto, se inició una visualización del parque tendiente a ubicarcada una de las piedras numeradas. Esta tarea se enfrentó al hecho de la malaconservación que no sólo afectó a los paneles dibujados, sino que incluyó lanumeración «impuesta por Núñez». Se decidió utilizar los registros anteriores conel fin de salir de dudas con respecto a la ubicación de los paneles. Esta tarea pusoen evidencia que las recolecciones anteriores siguieron patrones selectivos a lahora de dibujar los paneles: «solo se dibujó una parte», tal vez, la más llamativa parael que estaba recolectando la información.

Esta vía permitió reconocer una variedad de paneles o piedras, pero dejóinterrogantes con respecto a otras tantas. En este punto se decidió emplearfotografías aéreas para complementar y dimensionar cada afloramiento y bloquerocoso, ya referenciado en el croquis de Cabrera. De esta manera, no sólo se

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referencian los paneles numerados, sino que se abre la posibilidad de referenciarpinturas que fueron «subestimadas» en las anteriores recolecciones.

Ficha de descripción y registro de pictografías del ParqueArqueológico de Facatativá

El objetivo principal de las fichas es permitir acceder a un conjunto deinformación que puede permitir dimensionar el lugar en el que se ubican laspictografías, lo que hoy se conoce como las Piedras del Tunjo. Con esta idea seconcibió un conjunto de categorías que aglutinan una serie amplia de datos sobreel panel pictórico y su contexto.

En esta tarea se empleó una ficha diseñada para la recolección de campo. Éstadebía reunir por una parte información que otros autores reconocen comoimportante en la documentación de este tipo de evidencia arqueológica (Becerra,1990) como ubicación, orientación, dimensiones potenciales de la pared rocosa(la superficie pintable), técnica de factura (dactilar o pincel), el grosor de los trazosmás claros del panel pictográfico, y los tipos de alteraciones naturales y antrópicasevidentes en tales superficies y en el conjunto de la roca. Un ejercicio que requirióde más tiempo fue, la descripción del motivo o diseño más claro que evidenciabala pared de la piedra.

De la selección de los datos colectados surgió la propuesta de registro ydescripción de pictografías que se muestra a continuación. Son en total 43 fichasque muestran una fotografía general de la roca, con el objeto que cualquier persona

Ficha de campo

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interesada pueda fácilmente acercarse a la piedra, sin necesidad de recurrir alnúmero de panel (dado que en ocasiones no es seguro localizarlo). A continuaciónse muestra el número de panel siguiendo el trabajo de Núñez, luego se muestra laubicación de la roca en el espacio del parque, usando como referencia un cuadranteimaginario en el plano de las zonas, realizado siguiendo los ejes de orientaciónnorte-sur. De esta forma resultó la agrupación de las rocas en cuatro sectores.

La orientación especifica del panel pictórico parte de un plano tridimensional,en el cual se asocia el eje de la abcisa con una de las aristas de la pared rocosa, demanera que permite referenciar la pared pintada con respecto al norte, y establecerhacia qué punto cardinal apunta. La información de la ubicación, se complementacon la información referente a las dimensiones de la superficie que se utilizó paratrazar, se le acota la palabra potencial porque se toma como única característica, lapoca sinuosidad o accidentes de la pared que dificulten obtener un trazo continuo.

Ficha de descripción y registro

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A esta información se adjuntan datos sobre la posible técnica de factura del trazo,en otras palabras, si se usó como herramienta, los dedos o un instrumento quepudiera permitir más maniobrabilidad en la ejecución de determinados trazos,por ejemplo.

Uno de los aportes más significativos plasmados en la ficha, es el dibujo adjuntoa la fotografía de la roca. Éste es el resultado del trabajo de procesamiento digitalrealizado con cada fotografía de acercamiento al panel. Esta tarea involucró laselección de un amplio número de material, además, de un conjunto de parámetrosaplicados a cada fotografía. El programa de ordenador empleado para tal fin fuePhotoshop 6.0 de Adobe. Con él se procedió en líneas generales, a detectar lagama de colores del colorante que se puede evidenciar en cada fotografía, paraluego resaltarlo y darle la vivacidad y contraste suficiente para dibujar lo visible.Paralelamente a esto, se lograron notar una serie de trazos que en ningún registroaparecen, de manera que no sólo complementa o se cotejan informaciones

Ficha de descripción y registro

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producidas en otros trabajos, sino que surgen otra serie de interrogantes interesantescon respecto a la producción de este tipo de evidencia.

Finaliza la primera caja de descripción de los paneles en la ficha, con la menciónde los principales trazos evidenciados tanto en la observación de campo como en laobservación post procesamiento digital. En ella se trata de reproducir con palabraslos pasos evidenciados en el proceso de trazado de los diseños, en otras palabras, laforma como fueron calcados por el recolector actual, y más aun, cómo fueronpercibidos por él, y depurados intentando usar términos de geometría elemental,reduciendo el glosario empleado a: línea recta, curva, zigzagueante o zig-zag, quebradao angulada, triángulo, rectángulo, rombo, romboidal, círculo y semicírculo.

La caja inferior de la ficha reúne los registros anteriores. En ésta se da cuenta delos principales trabajos realizados en el sitio, remitiendo a los registros de Pérez deBarradas, quien fue el primer investigador en tomar fotografías en el lugar, los registrosdel ingeniero M. Triana, el sacerdote W. Cabrera y el investigador cubano AntonioNúñez. Estos registros se han manejado con el cuidado suficiente, con el fin depoder analizarlos teniendo como referente la «posible fidelidad gráfica que puedentener», y no los juicios que estos investigadores emiten sobre los motivos (juicios másque todo interpretativos).

Algunos datos leídos desde las fichas de registro.

Ubicación de rocas pintadasAl tomar el mapa realizado y dibujar sobre él un cuadrante que ubique los puntos

cardinales, se obtienen cuatro sectores en los que se distribuyen los afloramientosrocosos. Esta tabla al relacionar el número del panel pictórico6, el sector de ubicaciónde la roca en el parque y la dirección de la pared pintada, permite hablarproporcionalmente de los sectores del parque y del lado de las rocas «que más seusaron para pintar». Esta tabla no incluye la variable soporte o superficie concondiciones establecidas para pintar, ni la magnitud total de las paredes rocosas porafloramiento que son aptas para la ejecución. De manera que la información quebrinda este cuadro, refiere la presencia de pinturas con respecto a una cara delafloramiento referido en un sector del parque, así:

Ubicación:

El diagrama describe la cantidad de paneles numerados en función de la ubicaciónde la piedra al interior del parque según los puntos cardinales. Nótese la escogenciade los afloramientos pintados en el cuadrante sur-este con respecto a los ubicados en

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12.8%

23%

64.1%6 Panel pictórico refiere a un conjuntohomogéneo de dibujos cuya cantidadde elementos es la misma en todoslos casos, de manera que es unconcepto que no tiene en cuenta lavariación de cantidad de dibujos enlas paredes de la roca en el área delparque.

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el cuadrante noroeste. Es necesario señalar que la densidad de afloramientos en loscuadrantes definidos, concuerda con la densidad de ubicación de dibujos.

Dirección pared pintada (panel):

La gráfica al igual que la tabla anterior, ilustra la posible «preferencia» en el uso delas superficies que se proyectan hacia el este, hecho que se puede relacionar con lamisma distribución del paisaje, en la que las rocas por factores geológicos y ambientalesse han dispuesto en el área, de manera que los elementos climáticos esculpieron deforma diferencial las paredes rocosas que posteriormente se usaron. Otro aspectoque se puede relacionar con tal «preferencia», tiene que ver con la conciencia delartista del amanecer-ocaso (este-oeste) y la posible connotación cultural de estefenómeno en relación con los dibujos. Otro factor que pudiese relacionarse tieneque ver con la panorámica que desde las rocas se tiene del actual valle de Facatativá,de su cerro tutelar (Manjui) y de las colinas de Pueblo Viejo (lugar en el que se hanencontrado vestigios que se relacionan con el antiguo cercado de Facatativá), elementosdel paisaje que posiblemente contribuyeron en la particular percepción y valoracióncultural del sitio (ver tabla relación del grosor del trazo frente a la técnica de factura).

Técnica pincel:

Figuras rellenas:

DIRECCIÓN PROPORCIÓN

Este 61.5%

Sureste 15.8%

Suroeste 2.5%

Noreste 17.9%

Noroeste 5.1%

TOTAL 100%

#P. PICTÓRICOTÉCNICA DE

FACTURAGROSOR

3 "pincel" 4 mm

49 "pincel" 5 mm

60 "pincel" 2 mm

#P. PICTÓRICOTÉCNICA DE

FACTURA

GROSORMÁXIMO(De relleno)

GROSORMÍNIMO

(De relleno)

16 "dactilar" 5 cm 2 cm

21 "dactilar" 4.5 cm 2 cm

35 "dactilar" 4.5 cm 1.8 cm

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Relación del grosor del trazo frente a la técnica de factura:

#P.PICTÓRICO

TÉCNICA DEFACTURA

GROSORMÁXIMO

GROSORMÍNIMO

sin # "dactilar" 14 mm 8 mm

sin # "dactilar" 14 mm 8 mm

4 "dactilar" 12 mm 7 mm

5 "dactilar" 14 mm 9 mm

8 "dactilar" 10 mm 8 mm

9 "dactilar" 14 mm 8 mm

11 "dactilar" 10 mm 6 mm

12 "dactilar" 11 mm 4 mm

16 "dactilar" 10 mm 6 mm

17 "dactilar" 13 mm 8 mm

18 "dactilar" 10 mm 8 mm

20 "dactilar" 10 mm 4 mm

20A "dactilar" 12 mm 9 mm

20B "dactilar" 10 mm 8 mm

20C "dactilar" 14 mm 6 mm

20D "dactilar" 14 mm 6 mm

20E "dactilar" 9 mm 5 mm

20F "dactilar" 12 mm 7 mm

20G "dactilar" 10 mm 6 mm

21 "dactilar" 14 mm 10 mm

32 "dactilar" 11 mm 9 mm

40 "dactilar" 23 mm 10 mm

41 "dactilar" 22 mm 8 mm

43-44 "dactilar" 12 mm 8 mm

44-45 "dactilar" 10 mm 10 mm

46 "dactilar" 15 mm 7 mm

47 "dactilar" 15 mm 7 mm

48 "dactilar" 10 mm 8 mm

50 "dactilar" 10 mm 5 mm

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Los anteriores cuadros tienen por objeto mostrar la proporción de pictografíasrealizadas con la técnica dactilar, frente a las ejecuciones con instrumentos queproducen trazos más finos: «pinceles» en el perímetro del parque, y el promedio en elque fluctúan tales ejecuciones con respecto al grosor del trazo. En esta categoría de«grosor del trazo» no se da cuenta de factores que influyen en el rango en que semanifiesta tal variable, estos son principalmente: la presión que realiza el pintortanto con el dedo como con el pincel, la cantidad de colorante que emplea, elrendimiento de éste (cm cuadrado que puede ser pintado con una proporción decolorante) y la relación de estas dos variables con el «índice de porosidad de la superficierocosa (absorción del colorante con respecto a su densidad)», de manera que lastablas presentan información general sobre la proporción de las pictografías realizadaspor medio de las técnicas «dactilar» o con «pincel», y los promedios que puedenidentificar tal tipo de técnica.

Es importante anotar, que cada una de las medidas relacionadas en las tablas,provienen de la medición de la parte del panel pictórico más visible, sin distinguir sital rango máximo y mínimo de medidas pertenece a un mismo trazo, en otras palabras,las tablas no toman en cuenta las variaciones en el grosor del trazo con relación a losmovimientos realizados por el pintor. Adjuntamente, las figuras que aquí denominamosrellenas se presumen realizadas con técnica dactilar, pues se tiene como presupuesto que lasrealizaciones que visiblemente se pueden asociar con la técnica de pincel, son aquellas en queel trazo requiere ser «fino o delgado», hecho que involucra la intencionalidad del pintor, y quepodría relacionarse con las dinámicas del saber allí manifestado, por medio del cambio enconsideraciones estilísticas (forma estética-técnica de ejecución).

Grosor trazo-tipo de técnica:

Técnica más frecuente:

TIPO DETÉCNICA

GROSORMÁXIMO

PROMEDIO

GROSORMÍNIMO

PROMEDIO

"dactilar" 12.2 mm 7.3 mm

"Figuras rellenas" 46 mm 10.9 mm

TIPO DETÉCNICA

GROSORPROMEDIO

"pincel" 3.6 mm

TIPO DE TÉCNICA PROPORCIÓN

"dactilar" 82.8%

"pincel" 8.5%

"figuras rellenas" 8.5%

TOTAL 100%

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Estas tablas permiten evidenciar no sólo que más del ochenta por ciento de losdibujos del parque se realizaron con los dedos, también vislumbra la posibilidad deconsiderar la relación entre la forma como fueron elaboradas las figuras con elmantenimiento de un conjunto de ideas y saberes a lo largo de múltiples generaciones.Ideas que involucran una concepción estética que le confiere valor a los dibujos en lamedida que éstos muestran rasgos básicos que permiten emparentarlos consemantismos particulares. Este hecho se matiza ante la presencia de dibujos realizadoscon algún instrumento a modo de pincel; evidencia que contextualizada en la escenaritual, puede relacionarse con un grado de meticulosidad por parte del artista.

El seguimiento de un procedimiento que va desde la identificación y recolecciónde nódulos de ocre, su preparación hasta el empleo de un instrumento que permitaproyectar (ver el cómo) se realiza el trazo para planear el siguiente, posibilita pensarque el lugar como sitio de culto, no era destinado a un tipo particular de rito, sino queel mismo halo sagrado que investía el lugar motivaba la realización de variedades deritos con propósitos diversos en diferentes períodos de tiempo.

Elementos básicos a tener en cuenta en la elaboración de los registroscompilados en las fichas de registro y descripción

Hay que acotar, que el procedimiento empleado en la realización del registro,compromete la posible distorsión de las figuras en el proceso de realce de los tonos enlas fotografías. Esta distorsión puede generarse por la «sobre estimulación» de lostonos rojos y magentas del espectro de luz captado en la fotografía.

A continuación se realiza un breve listado de unos elementos que pueden abrir laposibilidad de entender el rango de variaciones manifiestas en los diferentes registros:

1. Variabilidad en la regularidad con la que se reproducen los trazos.2. Relativización del registro espacial de las figuras: supresión de espacios, cambiosde eje inclinado a recto.3. Selección de figuras a registrar según criterios concretos como: selección depinturas más visibles, mejor conservadas, idea generada sobre los conjuntos pictóricosdel área, etc.4. Percepción de las formas: maneras de captar, plasmar y presentar los dibujosregistrados.

En esta vía el principal problema al que se enfrenta la realización de esta clase deregistros, tiene que ver con la conformación cultural de los sentidos, particularmenteel sentido de la vista, sentido que media la documentación de este tipo de evidencia.De manera que es necesario hacer consciente, que en las formas pictóricas registradas(dibujadas) intervienen condiciones de percepción que comprometen nociones subjetivas,en las que se combinan una cierta necesidad de proporcionalidad en la presentación de loregistrado, fiabilidad y estandarización de lo observado, con una selección singular de lo visto.Una forma de reducir tal sesgo, incluye el intento de emplear en las descripciones untipo de lenguaje que reduzca las valoraciones en pro de ganar espacios en el terrenodescriptivo. El que aquí se ha intentado usar, relaciona ideas básicas de la geometríalineal con las ejecuciones pictográficas del parque, aunque en ocasiones se incluyentérminos empleados en descripciones etnográficas de objetos, términos comozoomorfo, antropomorfo, etc., elemento que matiza la descripción en sus lineamientosgenerales.

Estado de la investigaciónEn el estado de la actual investigación, se resaltaron varios aspectos que, -desde la

misma etapa de documentación-, enriquecieron nuestra visión sobre la problemáticaTriana (1924); Baracaldo (2005)

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planteada: ¿Era Facatativá un alto lugar de culto? En primera instancia, al examinarlas principales observaciones sobre la antropología del arte, se notó el potencial de losanálisis artísticos al abrir un campo reflexivo, que vislumbra las relaciones del arte conrespecto a fenómenos particulares de la vida social.

En este marco general, se inscribe nuestro interés por acercarnos a tales dimensionesen las que el arte (visto desde la Arqueología) se erige como evidencia material deprocesos culturales complejos que no fueron fortuitos, al contrario, son muestra delas transformaciones que el hombre ha experimentado desde su origen como estirpetaxonómica. Cambios -que según la propuesta que se adopta para este trabajo-, dancuenta de una configuración particular de la mente humana, que para el caso de laexpresión artística, son la consolidación de un número de factores que confluyen enla capacidad metafórica, en la fantasía que es expresada en formas artísticas cargadasde valores culturales.

Este nuevo valor conferido a las expresiones artísticas de pueblos tradicionales,enriquece la perspectiva de este trabajo, en la medida que permite captar algo de lagran riqueza conceptual de los pueblos que han habitado el continente, riqueza quees apreciada al desprendernos de los prejuicios propios de nuestra particular posiciónde occidentalizados.

En tal contexto, en el que la simplicidad ya no es sinónimo de la vida de lascomunidades tradicionales, se integra la visión del arte como producto socialdinamizado por la experiencia social e individual, así como se inscribe al artista, susobras y los espectadores, en un fenómeno complejo en el que no se pueden aislar unodel otro, cada uno de ellos participa de la construcción y entendimiento de los diversosroles y significados del arte en el ámbito político, económico, social y ritual.

Al observar el arte rupestre bajo esta lente, se valoran sus manifestaciones comosaberes materializados que se produjeron al interior de grandes circuitos sociales enlos que toman sentido. En un intento por acceder a tales dimensiones, se ha optadoen este trabajo por documentar un sitio cuya riqueza pictográfica lo hace emblemático:el Parque Arqueológico «Piedra del Tunjo» en Facatativá.

De la cantidad de datos recabados, se procedió a ordenar, sistematizar y crear unaserie de categorías propuestas para su análisis, de forma que se produjeron un conjuntode informaciones que buscan dar elementos argumentativos que sustenten unarespuesta afirmativa a nuestro interrogante, de manera que Facatativa sí puede serconsiderado un alto lugar de culto en virtud de:

1. «Las particularidades fisiográficas, geográficas y de paisaje que evidencia el sitio»:conjunto de afloramientos impactantes por sus dimensiones y las formas que exhiben,producto de factores climáticos y geológicos.2. «Preferencias en el uso de afloramientos ubicados en un sector del parque, y enporciones particulares de los mismos: proyección de los dibujos hacia el este, vista alvalle, el cerro «tutelar», observación de la trayectoria solar y su connotación cultural.3. «Proporción en el uso de las técnicas evidenciadas (dactilar y pincel),preponderancia de una técnica sobre la otra»: mantenimiento de un conjunto desaberes que ocupan el rango que va desde la preparación del pigmento (reconocimientode los nódulos de ocre, zona de captación de estos, mezcla y preparación, etc.) hastala escogencia de la superficie y el instrumento adecuado para pintar allí.4. «Consideraciones en torno a la realización de las formas artísticas allí evidenciadas»:estrategias de producción pictórica: superposición de formas, modificación de la visióndel panel por agregación de formas o aprovechamiento de formas precedentes.

La conjunción de estos aspectos mostraría que las particulares condiciones dellugar permitieron que este se asociara con una serie de significados de connotación Triana (1924); Baracaldo (2005)

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sagrada, de manera que se conformó como un espacio cultural en el que se dinamizanrepresentaciones, símbolos y percepciones sociales manifiestas en el empleo de laroca y la ejecución de trazos y dibujos sobre sus superficies. El poder de evocación desu paisaje, promovería la transmisión de mensajes referentes al contenido de losritos y su eficacia, esto pudo entre otras, favorecer el mantenimiento del saberrelacionado con la ejecución de pictogramas, manteniéndose su uso por generaciones.

Adjuntamente la orientación de los paneles pictóricos sugeriría, tal parámetrocomo elemento que era tenido en cuenta por las gentes que allí se reunían comocondición indispensable para la actividad de dibujar. La orientación general de lospaneles «evidenciaría una construcción simbólica del territorio», puesto que granparte de los dibujos al proyectarse hacia el valle y el cerro, señalarían el valor referencialdel lugar con respecto a los demás (sitios de caza, cultivo, recolección, vivienda,reconocimiento de ciclos,-condición que integraría la trayectoria del sol y el efectode sus variaciones en la vida colectiva-, etc.), confluyendo en la construcción yapropiación cultural de un espacio colectivo.

Un elemento de peso es la preponderancia del tipo de técnica con la cual sefacturaron los dibujos. Este elemento al señalar que la mayoría de dibujos fueronrealizados con la técnica dactilar, permitiría vincular la continuidad en el empleo deuna técnica con la «permanencia de ideas estructurales a lo largo de generaciones»,ideas que se materializan en el rango de formas pictóricas evidentes en el parque: «lasvariedades de una misma idea expresada en las diversas formas de rombos y líneas».Si integramos a este factor (siguiendo a Reichel-Dolmatoff), evidencia etnográficaque vincula la producción artística en sociedades tradicionales, con el consumo desustancias psicoactivas, podremos contextualizar el cambio evidenciado en aspectoscomo el grosor de los trazos, y las formas de realizar una misma figura (este últimorasgo evidenciado en el proceso de re-trazado de las formas pictóricas), ya que en estemarco se resalta la «habilidad diferencial del artista chamán en manipular y controlarlos efectos de la sustancia», marco factual en el que se inscribiría la realización deltipo de manifestaciones que se analizan en este trabajo.

De manera que al realizar el dibujo en el contexto de un rito, y al ver transformadassus habilidades motrices, realiza la figura a partir de una clase de «patrón mental enel que se codifican los elementos básicos a representar que garantizan el cumplimientodel objetivo proyectado para el rito». El manejo del psicoactivo con respecto a laejecución pictórica, se basa fundamentalmente en una valoración estética de la formapictórica, en la que todo su valor significativo se concentra en la presencia de rasgosmínimos que permitan a los espectadores, realizar la operación por la cual se asociael dibujo con un concepto concreto en el contexto del rito.

Otro elemento que se puede explicar con referencia a lo ritual, es el que tiene quever con la presencia de dibujos realizados con algún instrumento a modo de pincel.Para este tipo de ejecuciones se considera que el esfuerzo realizado por el artista esmayor, ya que involucra no sólo la preparación del colorante, sino el esfuerzorepresentado en el uso del «pincel» con el cual posee un mejor control del trazo,proyectando así los requerimientos de la ejecución de la figura. Esta meticulosidaden el proceso de elaboración puede evidenciar: a) la necesidad de la observancia enla ejecución con miras al éxito del rito, b) iniciativa individual del artista, con objetivosdiversos, o c) materialización de ideas y saberes relacionados con un tipo especial deritual. Este factor llevaría a pensar, 1) que el lugar como sitio de culto no era destinadoa un tipo particular de rito, sino que el mismo halo sagrado que investía el lugarmotivaba la realización de variedades de ritos con propósitos, o 2) posiblemente amomentos de realización de pictografías diferenciables en el tiempo.

Con respecto a las «estrategias de producción pictórica», se puede decir que es unelemento diagnóstico, ya que permite pensar de manera más directa algunos de losTriana (1924); Baracaldo (2005)

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fenómenos mencionados. El factor de superposición de pictogramas hace surgir dospreguntas: a) ¿por qué las paredes rocosas eran reutilizadas?, b) ¿esta reutilización sedaba en un mismo margen de tiempo o es expresión de diferentes ocupaciones? Lasestrategias identificadas permitirían pensar en una superposición de carácter temporal,puesto que en el caso particular de la «piedra 32 con respecto a la 41», el motivo quees superpuesto a un «primero» (en la 32), evidencia una forma pictográfica que al sercomparado con el otro dibujo valorado como diferente al conjunto de pinturas delparque, (pictograma «piedra 41»), se asemejan.

Otros rasgos que hacen particular la piedra 41 son sus dimensiones, que duplicanel promedio de tamaño de la gran mayoría de los dibujos, a esto se le añade, ladiferente tonalidad del ocre (rojo-anaranjado) frente a los otros pictogramas, en tantola piedra 32, sólo se diferencia de los demás por la línea espiral que al igual que la dela piedra 41, esta inscrita por un rombo. Este elemento corroboraría lo ya esbozadosobre la permanencia de ideas que rigieron el uso del área del actual parque, deforma que ahora lo podemos relacionar con un diseño en particular: el espiral.

Ahora bien, si podemos distinguir diferentes ocupaciones por medio del análisisde las estrategias pictóricas, la técnica de ejecución y la identificación de un diseñoespecífico, tal hipótesis ha de indicarse o poderse entrever en otro tipo de evidenciacomplementaria a la aquí presentada. Es de esta manera que se menciona un extractode la crónica de Bernardo Vargas Machuca, en la que se puede seguir que los habitantesque encontraron los españoles en el altiplano ubicado sobre la cordillera oriental deColombia en el siglo XVI, negaban ser autores de las pinturas y los grabados, atribuyendoestas ejecuciones a sus antepasados míticos como Bochica:

[...] como a dos leguas o menos de la ciudad de Vélez está un río, y en él está una peña [...] yen ella, esculpida y labrada una cruz, y yo la he visto; y queriendo el dicho general [Jiménez deQuezada] saber este secreto de ella, maravillándose mucho de hallarla, le fue hecha relaciónpor indios muy viejos, que de ello más que otros tenía noticias de sus padres y antepasados, quede mano en mano debía venir de más de mil quinientos años, conforme a la cuenta que dabanpor lunas, como si dijésemos meses... (Vargas Machuca en Becerra, 1990: 104).

Esta parte de la crónica de Vargas Machuca, inscribe en un marco regional lahipótesis presentada en este trabajo sobre la proyección temporal de lasmanifestaciones rupestres del área, al mismo tiempo que relativiza la autoría de lospictogramas ubicados en el altiplano, expresiones que en la mayoría de las veces eranasociadas a la comunidad Muisca. Esto como producto de aquel pensamiento en elque se proyectaba al infinito la ocupación Muisca en el altiplano, sin contar con queen estos territorios se han producido contactos y dinámicas interculturales desdetiempos prehispánicos.

Una relación que podría asociar las pictografías del parque «Piedras del Tunjo»con una clase de expresión artística de orden sagrado, parte del ejercicio planteadopor una investigadora argentina, quien establece elementos estructurales en la experienciachamánica y los vincula con expresiones artísticas luego de un análisis iconográfico. Acontinuación, pretendo reproducir tal ejercicio con el propósito de vislumbrar laposibilidad de nominar las expresiones pictográficas del parque de Facatativá comomanifestaciones de «arte chamánico»: ejecuciones artísticas vinculadas a un contextosagrado, participando como elemento que conforma, canaliza y mediatiza las fuerzasen una concepción de equilibrio de las energías naturales (Llamazares, 2004).

Las características de realización de este trabajo imponen para tal ejercicio, partirdel presupuesto de las interpretaciones realizadas y plasmadas en los trabajos deNúñez y Triana (principalmente), interpretaciones que al ser matizadas con algunasideas actuales sobre el fenómeno chamánico, permitirían vislumbrar la continuidad Triana (1924); Baracaldo (2005)

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de ideas estructurales en la vida de poblaciones tradicionales actuales, mostrandola magnitud, el alcance y los cambios de las concepciones originadas desde los tiemposprehispánicos hasta nuestros días.

El cuadro ejemplificaría entre otras el poder otorgado a las analogías al interiorde las sociedades tradicionales, al ser estas el mecanismo por el cual se proyectancaracterísticas de los seres y fenómenos con poderes atribuidos, a los chamanes opersonajes representativos, siendo estos el vehículo principal de tales energías haciala sociedad, en el contexto cosmogónico de recrear y mantener la estructura y elorden cósmico.

Otro elemento que alimenta aún más nuestra idea sobre la proyección temporalde los saberes materializados en el arte rupestre del área, -saberes inscritos en unmarco sagrado que garantiza su pervivencia a lo largo de varias generaciones-, son lasinscripciones contemporáneas «a modo de rogativas» (inscripción en la «piedra 20»),que atestiguarían la pervivencia de la antigua creencia en la presencia de un halo depoder que inviste aquel lugar: las piedras del «parque arqueológico de Facatativácomo sitio emblemático de la conexión del hombre con lo sagrado».

El estado en que se encuentra este trabajo abre interrogantes que es necesariotratar a la luz de la evidencia hasta aquí colectada, junto con otra serie de estrategiasque es pertinente materializar con el objeto de encontrar información que nos permitaaproximarnos a cuestiones como: ¿Si el territorio del actual parque era un alto lugarde culto, de qué tipo de ritos hablamos para ese sitio?, ¿Había peregrinaciones enaquel lugar?, ¿De qué tipo?, ¿Cuál pudo ser el período de uso más intenso del lugar?,¿Qué aspectos de la vida secular y sagrada intervinieron en la conformación, cenit ydeclive de este paraje?, ¿Por qué dentro de los trabajos arqueológicos allí realizados

Adaptado de Llamazares (2004) por Baracaldo (2005).

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no se encontraron restos humanos, y en otros abrigos del altiplano si se encontraron?¿Podemos proyectar la ocupación del lugar al período pre-cerámico? Cuestiones queplantean herramientas metodológicas concretas y un corpus teórico sólido quepermita correlacionar la evidencia colectada en las próximas etapas de la investigacióncon los datos recabados hasta hoy, elementos que permitan caracterizar el parque«Piedras del Tunjo» como un alto lugar de culto con relevancia regional.

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¿El orden del mundo?:Algunos apuntes críticos sobre colonialidad y poder

Francy Yurley García Gutié[email protected]

Marcela Amador [email protected]

Jorge Andrés Perugache [email protected]

Estudiantes de octavo semestre de AntropologíaUniversidad Nacional de Colombia, Sede Bogotá

Ilustraciones: Diego Buitrago R.

En el campo de batalla, marcadas las cuatro esquinas por veintenas denegros colgados por los testículos, se edifica poco a poco un monumentoque promete ser grandioso. En la cúspide de este monumento, ya puedo

vislumbrar a un blanco y a un negro que se dan la mano» (Coronil citando a Fanon,1998: 122).

En el marco de una poética descentralizada como la imagina Fanon, las prácticasrepresentacionales dejan de extraer su fuerza de categorías raciales imperialistas. Elmundo anclado en las grandes cartografías del blanco y negro, de Occidente y losotros, del yo y el otro, del objeto y del sujeto, dan paso al entendimiento y al diálogode pueblos cuyas relaciones y conexiones históricas resultan ser muchas veces másfuertes que las diferencias que por tanto tiempo se han demarcado de manera tanrígida y acérrima. En este contexto, los artículos de Quijano y Coronil constituyenun esfuerzo por deconstruir categorías, representaciones e imágenes que lejos de supretendida neutralidad, han sido construcciones históricas elaboradas a partir depuntos de vista particulares y con unos fines específicos. La demarcación de diferenciasraciales, económicas y culturales, y la asignación de roles a grupos humanos definidoshomogéneamente, se enmarca en un proyecto capitalista de control y explotación.Un proyecto donde Occidente ocupa el lugar central y donde fruto de esta posicióndominante se asegura un derecho para producir y legitimar imágenes «correctas» y«neutrales» sobre las diferencias entre las culturas. Teniendo como base estos referentes,pasemos a ver las contribuciones de cada autor al respecto.

Colonialidad del poder, eurocentrismo y América LatinaPor una parte, Aníbal Quijano nos muestra el proceso que dio origen al mundo

colonial capitalista teniendo en cuenta que fueron las diversas relaciones y estructurasde poder las que orientaron dicho proceso. La colonialidad se convierte en uno de

«

Revista Inversa, Vol. 1, No.2 (2006): 143-150.

los elementos constitutivos del patrón mundial de poder capitalista (Quijano, 2000).Otro de los ejes fundamentales de ese patrón de poder es la clasificación de lapoblación sobre la idea de raza; una categoría que permea todas las dimensiones dela existencia. Por esto, el propósito principal es abrir algunas de las cuestionesteóricamente necesarias, para abordar las implicaciones de esa colonialidad del podercon respecto a la historia de América Latina.

Según Quijano, con la constitución de América, el emergente poder capitalistase hace mundial y sus centros hegemónicos se ubican en las zonas situadas sobre elAtlántico (Quijano, 2000). En este sentido, la privilegiada posición ganada conAmérica otorgó una ventaja decisiva para disputar el control del comercio mundialy el tráfico de oro, plata y otros productos provenientes de las nuevas tierras. Estecontrol, ejercido sobre las rutas comerciales, impulsó vastos procesos de urbanizaciónque fortalecieron las nacientes redes de poder. En este sentido, el poder debe serentendido como «un espacio y una malla de relaciones sociales de explotación/dominación/conflicto articuladas en torno de la disputa por el control del trabajo ysus productos, del sexo y sus productos, de la autoridad y sus instrumentos de coerciónpara asegurar la reproducción de ese patrón de relaciones sociales» (Quijano, 2000).En respuesta a esto, por un lado, se forman identidades sociales históricamentenuevas: indios, negros, mestizos, que denotan una relación de dominación; y por elotro, se articulan diversas relaciones de explotación y trabajo (esclavitud, servidumbre,reciprocidad, etc.) en torno del capital.

Vale la pena decir que cuando los españoles llegan a América, un siglo antes quelos ingleses, están saliendo de una gran guerra contra los musulmanes, que en suetapa final coincide con las disputas políticas y religiosas que dan origen a la Reformay a la Contrarreforma. Desde esta perspectiva, Quijano muestra que la clasificaciónde las gentes no procede de los mismos criterios, pero que sí continúa siendo válidoafirmar que la base de estas experiencias es la religión, y que tanto españoles comoingleses, comparten la experiencia de la colonización, de la explotación, de ladominación y de la categoría «Europa» como centro del capitalismo mundial(2000:175). Teniendo claro esto, se puede entender de qué manera funcionan lastres líneas que clasifican a las gentes en el capitalismo mundial colonial/moderno:raza, trabajo y género.

Una supuesta diferente estructura biológica ubicaba a los conquistados en unasituación natural de inferioridad con respecto a los conquistadores. Asumir estaidea daba paso libre a las relaciones de dominación que la conquista imponía. Así, laidea de raza se encargó de otorgar legitimidad a este tipo de relaciones en la medidaen que «naturalizaba las experiencias, las identidades y las relaciones históricas de lacolonialidad» (Quijano, 2000:243). Las personas empezaron a ser vinculadas adeterminados lugares dentro de la sociedad; empezaron a ser clasificadas socialmente.El concepto de clasificación social se refiere a «los procesos en los cuales las gentesdisputan por el control de los ámbitos básicos de existencia social, y de cuyos resultadosse configura un patrón de distribución del poder centrado en relaciones deexplotación/dominación/conflicto entre la población de una sociedad1 (Quijano,2000:368). Es precisamente esa distribución del poder entre las gentes lo que lasclasifica socialmente.

En este sentido, las nuevas identidades históricas fueron asociadas a la naturalezade los roles en la nueva estructura del control de trabajo. Por lo tanto, raza y divisióndel trabajo, quedaron estructuralmente vinculadas y su relación quedó cobijada bajoel manto de una supuesta naturalidad; naturalidad que justificó el no pago de salariosde aquellos individuos inferiores que estaban naturalmente obligados a trabajar enbeneficio de sus amos.

1 Las propuestas de Quijano seconvierten en un instrumento muyútil para acercarnos y abordar lasituación actual en Colombia. El PlanColombia, hace parte de un diseñoglobal bastante complejo quecombina elementos expansionistasy militaristas. Le da vida a la políticade seguridad democrática del actualgobierno, que responde a unatendencia hacia la militarización delas relaciones sociales, económicas,y políticas a nivel mundial,planteando que el deber del Estadoes garantizar la seguridad; unaseguridad que está enmarcada enel concepto de antiterrorismo deBush. Así, vemos cómo se convierteen una obligación estar del lado delEstado en una lucha contra elterrorismo porque «el que no estáconmigo es mi enemigo».

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La experiencia de América Latina2 y del actual mundo capitalista, muestra que elpromotor de este proceso es la capacidad que tiene un grupo para imponerse sobrelos demás, articulando bajo su control las heterogéneas historias en una nuevaestructura (Quijano, 2000). «Europa» se convierte en la imagen del futuro, en elpatrón normal para comparar otras experiencias, en el deber ser para todos. Los«otros» llegarían ahí naturalmente si no fuera por los obstáculos que generan sucomposición racial inadecuada. Lo interesante es que ese nuevo patrón de poderproduce la idea de igualdad, autonomía y libertad de los individuos, y al mismotiempo, niega estas condiciones a aquellos pertenecientes a las «razas inferiores».

Colonialidad del poder, cultura y conocimiento en América LatinaLo anterior plantea una tensión constante que atraviesa toda nuestra historia y

nuestras cuestiones de identidad (Quijano, 2000). Se trata de un conflicto entretendencias que se dirigen hacia una re-originalización cultural (basada en la autonomía,igualdad y libertad de todos los individuos) y tendencias de represión contra ellas ode reabsorción de sus productos dentro del poder dominante en la sociedad (negaciónde las condiciones de igualdad para todos los individuos).

En algunos momentos, esta tensión puede ser muy intensa, como en la actualidad.Asistimos y participamos de un fenómeno que modifica profundamente la vida,instituciones, formas grupales, etc., de todas las sociedades del globo: el proceso deglobalización. Pero no se refiere a éste en términos de transformaciones accesoriassino de mutaciones radicales en las sociedades del planeta; mutaciones que no afectana estas últimas de modo orgánico ni sistemático sino por el contrario, de modoirregular, discontinuo, heterogéneo, contradictorio. Por ejemplo a la formación delbloque central de poder de los 7 (países capitalistas más grandes), que aparece comouna autoridad de todo el orden mundial, se le contrapone otra cara que es la de lades-democratización de sociedades donde la colonialidad del poder no se haevacuado3. Otra muestra de lo contradictorio del proceso tiene que ver con elfenómeno de la globalización de la «civilización capitalista», al que se le contraponela cara de la irrupción de la diversidad y de la heterogeneidad de experiencias culturalesexistentes en el mundo; experiencias que circulan en las mismas autopistas decomunicación global, y que pueden llevar (o llevan) a procesos de re-originalizacióncultural o de la experiencia social.

Un ejemplo clave de esos movimientos bruscos de la experiencia histórica, es laformación de la colonialidad del poder en América. Como hemos visto, Quijano(2000) explica que la destrucción de las sociedades y culturas aborígenes, implicó lacondena de las poblaciones dominadas a ser integradas a un patrón de poder, quebasó su conformación fundamentalmente en la idea de «raza»4. Una idea que, comohemos visto, a su vez configuró los factores de clasificación e identificación socialcomo patrones de relaciones históricamente necesarias y permanentes. Esta definiciónde las identidades de la población colonizada asigna a «indios», «negros» y «mestizos»,una connotación negativa e inferior, y para «el blanco» o «europeo», una identidadde connotación positiva y superior. Distribuidas las identidades, se constituyen en elfundamento de toda clasificación social, con el cual se articularían las diversas formasde explotación, control de trabajo y relaciones de género. De esta manera, es impuestoun patrón de poder que se basa y se mueve en la existencia y reproducción de esasnuevas identidades, de relaciones jerarquizadas entre identidades europeas y noeuropeas en cada instancia social, económica, política, etc., a través de institucionesy mecanismos (subjetivos y políticos) de dominación social, que son diseñados parapreservar ese fundamento histórico de clasificación social.

Es así como la población colonizada es reducida a ser iletrada. Impedida desubjetivar sus propias experiencias subjetivas, a no ser que emplee los patrones de

2 En países como Colombia,durante el proceso de organizaciónde los nuevos Estados, indios,negros y mestizos estaban legal ysocialmente impedidos de todaparticipación en la formación delos nuevos Estados. No eran nipodían ser ciudadanos. Por lotanto, los nuevos Estados nopodían emerger como democráticosni nacionales sino como unaimposición que defendía lacolonialidad del poder ; unacolonialidad del poder que ejercesu dominio en contra de lademocracia, la ciudadanía y lanación. Debemos pensar que enpaíses donde el 60% de laspersonas no pueden conseguir elequivalente de un dólar diario paracubrir sus necesidades, y casi el30% ni siquiera medio dólar, lapreocupación exclusiva es lasobrevivencia. Ni democratizaciónde la sociedad ni nacionalizacióndel Estado son una prioridad en larealidad porque primero hay quesobrevivir.

3 Si asumimos que Colombia esuna de estas naciones dondeprevalece la colonialidad del poder,y teniendo en cuenta sus procesoshistóricos, ¿realmente hubo unproceso de democratización de lasociedad, para que podamospensar en un proceso de des-democratización en el marco delfenómeno de la globalización?

4 La noción de «Raza» espresentada como una construcciónmental que en América adquiere lasconnotaciones con las que seextenderá por todo el mundocolonial, y que expresa y objetivizarelaciones sociales y culturalessobre la base de diferenciasbiológicas.

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expresión plástica y visual de los dominadores, la población colonizada es obligada aadmitir o simular admitir la condición deshonrosa de su propio imaginario y de supropio y previo universo de subjetividad. Advierte Quijano que del patrón de poderconfigurado con estas bases, rasgos y tendencias de movimiento o desenvolvimientohistórico, y de sus implicaciones a largo plazo, es del que da cuenta el concepto decolonialidad del poder.

Por el carácter colonial del poder y su inevitable conflictividad, el antagonismohistórico central quedó establecido entre europeos o blancos e indios, negros ymestizos. Y a futuro los grupos sociales dominantes identificaron sus intereses conlos dominadores del mundo eurocéntrico, a pesar de sus diferencias geocontextualese históricas. Asegura entonces Quijano (2000), que la colonialidad del poder implicóe implica la dependencia histórico-estructural del mundo eurocéntrico, que, a suvez, implica la hegemonía del eurocentrismo como perspectiva del conocimiento(patrones de conocimiento y de producción de éste).

Las consecuencias de esta colonización cultural fueron diversas según los gruposimplicados. Los indios y los negros fueron obligados a la simulación de lo ajeno y lavergüenza de lo propio; pero a la vez, no era posible practicar patrones impuestos sinsubvertirlos ni apropiárselos, es decir, sin re-originalizarlos. Entre tanto, para losherederos y continuadores de los colonizadores sólo quedaron dos caminos: laimitación servil, ecoica y mediocre de los modelos europeos –puesto que no poseíanya la experiencia material y subjetiva del mundo europeo-; ó la imitación y aprendizajedel trabajo y de las maneras de los dominados, la identificación con ellos para poderexpresar sus experiencias y desarrollar sus propias facultades creativas, algo original ypropio frente a lo eurocéntrico. En todo caso este segundo camino fue abierto porunas nuevas capas medias (mestizas), en su lucha contra la colonialidad del poder einfluenciadas por sucesos mundiales de disputas y de aperturas hacia otras formasde expresión y conocimiento.

Por su parte, la subversión, sea de un patrón global de poder, de sus patronesexpresivos (imágenes y símbolos), o de patrones de conocimiento y producción deconocimiento, nunca produce por sí sola otros patrones alternativos, pero sí constituyeun paso en esa dirección. Advierte Quijano (2000) que si la subversión de esospatrones no triunfa (si no es exitosa y duradera), lo más probable es que sus productos,propuestas y virtualidades sean o puedan ser cooptadas y asimiladas dentro del patróndominante, y si son útiles a los cambios y ajustes requeridos por éste son devueltas asus creadores completamente distorsionadas, desnaturalizadas o degradadas.

Si lo que está en juego es la subversión de un patrón global de poder, la subversiónde éste no puede ser duradera ni continuada en el tiempo y requiere de una prontay drástica solución, es decir una redistribución democrática de la autoridad y no otrareconcentración del poder. Pero si esta subversión es derrotada, la más probableconsecuencia es una contrarrevolución y no sólo la preservación del orden vigente:los elementos útiles al reajuste de poder, producidos por los dominados en estasubversión, serán expropiados y mutados en instrumentos de dominación.

Un proceso de re-originalización de la experiencia social es producido en ladialéctica imitación-subversión, pero va más allá de esta última. Se trata de laproducción (creación) de una identidad social, cultural y política nueva que apuntaa una propuesta de democratización, es decir, de descolonización en todos los niveles,tanto objetivos como subjetivos, dirigida (como anotaba F. Fanon) a la creación deuna sociedad nueva. Quijano (2000) anota al final, que existen actualmente en lassociedades latinoamericanas varios elementos que pueden hacer pensar que en unproceso de tal talante, se están construyendo, unos pueden ser visibles, otros notanto, y aunque no se ha llegado a la configuración de unos patrones alternativos depoder, de conocimiento y de producción de éste, sí hay elementos que podrían

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pensarse y que se dirigen hacia tal objetivo. Sin embargo, como parte de este procesose hace necesario una descolonización del imaginario capaz de contrarrestar el pesodeformador de las categorías raciales. Y es en este contexto donde el artículo deCoronil (1998) cobra relevancia.

Más allá del occidentalismo: hacia categorías geohistóricas noimperialistas

Reconociendo el esfuerzo de escritores como Edward Said por dar cuenta de ladimensión política de las categorías geohistóricas que Occidente ha usado para pensarel Oriente en el marco de un ejercicio de poder, el intento de Coronil (1998) radicaen entender la constitución de Occidente y su sistema de categorías. Un Occidenteque se da por sentado en el texto de Said y que es necesario deconstruir a fin dedevelar de qué manera la naturaleza relacional de las representaciones de colectividadeshumanas, tiene lugar en marcos asimétricos de poder. Un poder para legitimardeterminadas imágenes como las más valederas o incluso las «únicas» y «correctas».

Es en este contexto donde tiene lugar el texto del escritor venezolano FernandoCoronil (1998) «Más allá del occidentalismo: hacia categorías geohitóricas no-imperialistas», que constituye un esfuerzo por acercarse a la manera de cómoOccidente ha construido imágenes sobre los otros y cómo esas imágenes han circuladolegitimando diferencias raciales, culturales y políticas, pero también fundamentandodesigualdades sociales y económicas. Volviendo a Quijano (2000), la categorizaciónracial y la asignación y diferenciación de roles circunscritos a estas categorías suponeel marco donde se establecen las prácticas de dominación y explotación capitalista.El occidentalismo aparece como la construcción de prácticas representacionales queproducen concepciones del mundo sobre las diferencias entre las culturas. Eloccidentalismo está ligado a la constitución de asimetrías internacionales suscritaspor el capitalismo global.

Estas construcciones nos remiten a la idea de un poder saber en el sentido enque las representaciones sobre los otros lejos de ser descripciones eruditas y neutralesde una realidad fija y estable, son imágenes forjadas desde puntos de vista particularesy con intencionalidades específicas. Las imágenes sobre historias, personas y geografíasson representaciones que si bien por su carácter dóxico parecieran referir una realidadexterna bien definida, son productos históricos y como tales fluidas e inestables. Elcaso del Japón es una clara muestra de lo mencionado atrás. Considerado comosímbolo del Extremo Oriente, el Japón se constituye hoy en un enclave cultural deOccidente en el Oriente.

De esta manera se aprecia cómo las prácticas representacionales son un productohistórico, cuya fuerza legitimante, es decir, el derecho para constituirse en imágenescorrectas y neutrales viene dado por la posición que determinada entidad que generaestas imágenes, tiene en un contexto más amplio. Occidente aparece entonces comodueño legítimo de la verdad, con el derecho y el poder para disolver conexioneshistóricas entre lugares, pueblos y geografías y de presentar los atributos de estasentidades de manera separada, rígida y homogénea. Se deshacen contingenciaslocales y se fabrican tipos ideales (indios, tercer mundo, países desarrollados,países en vías de desarrollo). A su llegada a América los españoles encuentranuna gran diversidad de pueblos e historias, sin embargo, esto no tiene relevanciaen el contexto de dominación y explotación que caracterizó la relación de loseuropeos con los pueblos nativos. Al contrario, era necesario homogenizar estarelación y el concepto de indio, sería el aglutinante de diversas manifestacionesculturales que tenían en común el estar frente a los europeos en una posiciónasimétrica de explotación.

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Pero de qué manera Occidente construye una imagen «verdadera» y «correcta»sobre los otros sino a través de diversos dispositivos de representación. En este sentidoes innegable el papel de la Antropología y la Etnografía como productoras de discursossobre la diferencia. El otro y el yo, el objeto de estudio y el sujeto cognoscente, sonreproducciones que mantienen intactos los mapas imperiales colonialistas basadosen las tradicionales cartografías del blanco y el negro. Existe una relación dedominación, explotación y supremacía de Occidente sobre los «otros», convirtiéndoseésta en la condición preexistente para que el científico social tenga el derecho y elpoder para hablar del otro y establecer diferencias. ¿Sería conveniente, a manera deequilibrar la balanza, que ese «otro» tuviera cabida en la construcción de discursossobre sí mismos y sobre ese otro occidental? Aunque sería un ejercicio revitalizante,como lo resalta Coronil (1998), lo cierto es que aún así la complicidad de podersaber de nuestras prácticas representacionales, basadas en las tradicionales dicotomíasdel blanco y negro, no se puede resolver tan sólo con una inversión de términos. ¿Dequé manera entonces, lograr un conocimiento orientado a modificar las relacionesde dominación y explotación a las que están sometidas las minorías por parte de lasociedad dominante occidental o la sociedad nacional en el caso de nuestro país?

Un primer paso hacia esta nueva forma de conocimiento, que por ende implicauna nueva manera de entender la diferencia y la diversidad, nos lo propone Coronilen su texto. Deshacer los mapas imperiales, nos dice Coronil, es entendernos comopueblos históricamente interrelacionados. Más allá, las implicaciones de este procesose conjugan en la construcción de un proyecto de nación sobre la base de entenderlas diferencias ya no como argumentos para legitimar las desigualdades, sino alcontrario como argumentos para lograr una nación incluyente y democratizada. Asímismo, esto tiene consecuencias sobre la disciplina antropológica en el sentido deque sus retos se deben enmarcar en circunstancias propias de nuestro contexto, perotambién a las condiciones actuales de la globalización.

Tres modos occidentalistas de representación son destacados por Coronil (1998)a propósito de una deconstrucción del sistema de categorías de Occidente:

1. Disolución del otro por el yo: en este tipo de representación aparecen dosentidades opuestas: las sociedades no occidentales y las sociedades occidentales. Laresolución de tal oposición implica la absorción de los pueblos no occidentales porparte de un Occidente imponente, capaz de la acción, la innovación y latransformación. Los occidentales aparecen aquí como los sujetos de la historia. Sinembargo, el desarrollo de esta historia supone de la existencia de otros, ya que es enel dominio y la expansión sobre éstos que Occidente aprende de sí mismo y construyesu propia imagen.

2. La incorporación del otro en el yo: mediante este tipo de representación elénfasis en el análisis del desarrollo de Occidente oculta el papel desempeñado porlos pueblos no-occidentales en la construcción del mundo moderno. Dosinterpretaciones pueden darse a propósito de esta afirmación. Por una parte el hechode reclamar un papel en la construcción del mundo moderno puede ser visto comoun intento por mostrar que fue en la absorción y expansión sobre otros pueblos, queOccidente relativizó su imagen sobre si mismo. En este sentido, el descubrimiento yla conquista de América se convierten en el descubrimiento de Europa y el yoOccidental. Por lo tanto, es valido resaltar el papel que los pueblos no occidentalestuvieron o han tenido en la legitimación de esta imagen. Pero por otra parte, elhecho de reclamar un crédito en la construcción de la modernidad puede ser vistocomo una manera de ver este fenómeno como una estructura universal. En estesentido, Europa toma en algún momento las riendas hacia el mundo moderno y eneste proceso no se le da relevancia al papel de otros pueblos que coayudaron en esteproceso.

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3. La desestabilización del yo por el otro: en este tipo de representación lacaracterización de una otredad es utilizada para desestabilizar la sociedad occidental.Como ejemplo se podría mencionar aquí de qué manera la imagen del buen salvajey del nativo protector del ambiente es utilizada para criticar la manera cómo Occidentese relaciona con el entorno, dándole a la naturaleza un sentido meramente utilitarioy extractivo.

Después de ver estas maneras mediante las cuales Occidente ha representado alotro, queda claro de qué forma a través de estos discursos se siguen reproduciendocontrastes polarizados y dicotómicos que borran lazos históricos y homogenizanparticularidades internas. El corolario de esto es la reproducción de los tradicionalesmapas imperiales del yo y el otro, del sujeto y el objeto. La preocupación de Occidentepor la otredad y por la demarcación de diferencias raciales, económicas, culturales,se enmarca, como hemos dicho haciendo referencia a Quijano (2000), en el contextode explotación y dominación del sistema capitalista global. Todas estas diferencias seenmarcan a su vez en un contexto teleológico donde el desarrollo capitalista seescenifica como progreso moderno y donde el Primer Mundo, se convierte en elreferente a seguir por parte de las naciones del Tercer Mundo y aquellas en vías dedesarrollo. Se crean necesidades y deseos. Las políticas de los países que no pertenecenal Primer Mundo se conciben como un esfuerzo por llegar a ser… y por alcanzar a...Así mismo esto tiene implicaciones claras sobre la construcción de las subjetividadesen el sentido que también se crean necesidades por copiar modas y modelos foráneos.

Según Coronil (1998), en la actualidad y como un proceso asociado a lapostmodernidad, el mapa de la modernidad se esta redibujando. La espacializacióndel tiempo implica que las identidades son definidas en lugares fragmentados, quela historia y los referentes culturales ahora desterritorializados ya no pueden quedaranclados en localidades fijas. El otro se disuelve y se multiplica, y las grandes cartografíasde la modernidad basadas en la centralidad de Occidente y sus mapas imperiales enblanco y negro, quedan desacreditados. Las subalternidades, el otro, ya no se ubicanafuera sino dentro de los países centrales y Los Ángeles, una ciudad ubicada en unpaís del Primer Mundo, se convierte en la capital mundial del Tercer Mundo. Sinembargo, esta desterritorialización implica una reterritorialización, surgen nuevasmaniobras imperiales de control, pero también se relocalizan nuevos movimientossociales contestatarios. La tensión constante entre procesos de re-originalización yde represión y absorción de sus productos por parte del poder dominante se reproducesin cesar como vimos con Quijano (2000).

¿Qué implicaciones tiene este contexto actual sobre la construcción de nación?Pero también , ¿qué implicaciones tiene esto sobre la manera como representamos ladiferencia y por ende en cómo construimos el discurso antropológico? ¿Cómorepresentar la diferencia ya no bajo la dicotomía tradicional del yo/otro, sujeto/objeto que como vimos no hace sino reproducir los viejos mapas imperiales dedominación? ¿Cómo desarrollar una cartografía crítica de estos modelos tradicionales?En el marco de estas preguntas, es necesario tener presentes las reflexiones de Fanon:un futuro donde los muertos entierren a los muertos y los vivos se emancipen de laspesadillas del pasado. Pero, ¿hasta qué punto estamos dispuestos todos los miembrosy ciudadanos del país y del mundo, a abandonar unas categorías geohistóricasimperialistas que son el fundamento de la posición de determinado número deindividuos y naciones y del actual sistema capitalista? ¿Pero hasta qué punto también,los «condenados de la tierra» pueden deshacerse de unas categorías que en ciertosentido constituyen la fuerza motora de sus luchas sociales y la búsqueda dereivindicaciones culturales y políticas?

Al final, reconocemos que la construcción de nación parte del reconocimientode la diferencia pero en un marco de igualdad y democratización. En este sentido

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el papel de la academia y del científico social por generar categorías geohistóricasno imperialistas implica, un esfuerzo por reconocernos todos como sujetosinterrelacionados, que habitamos espacios comunes (una nación, una ciudad,una universidad) y que todos tenemos parte en la construcción del conocimientoy de un proyecto de nación como procesos de negociación y diálogo continuo.

BIBLIOGRAFÍA

QUIJANO, ANÍBAL. 2000. Colonialidad del poder. Cultura y conocimiento enAmérica Latina. Capitalismo y geopolítica del conocimiento. El eurocentrismo y la filosofía dela liberación en el debate intelectual contemporáneo.Walter Mignolo (comp.). Buenos Aires:Ediciones del Signo. Pp. 117-131.

QUIJANO, ANÍBAL. 2000. Colonialidad del poder, eurocentrismo y América Latina.La colonialidad del saber: eurocentrismo y ciencias sociales. Edgardo Lander (comp.). BuenosAires: CLACSO-UNESCO.

CORONIL, FERNANDO. 1998. Más allá del occidentalismo: hacia categoríasgeohistóricas no imperialistas. En Teorías sin disciplina. Latinoamericanismo, poscolonialidady globalización en debate. Santiago Castro-Gómez y Eduardo Mendieta (coordinación).México: Miguel Ángel Porrúa Editores. Pp. 121-146.

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Déjese echar el cuentoUsted lleva varias noches dando vueltas en la cama y todavía no tiene muy claro por

qué. Su mamá ha comprado un marco dorado rectangular y ha decidido por fin, retiraraquella mención de honor que a usted le entregaron en el jardín infantil por su puntualidady buena presentación. Su papá no deja escapar ningún fin de mes sin preguntarle cuántossemestres más de salidas al «Infiernito» va a tener que patrocinarle y, los viejos amigos delcolegio con los que usted aún se habla, le preguntan si es que espera tener suerte conalgún dinosaurio que se encuentre uno de estos días. Su balance personal de habilidadespedagógicas no es muy alentador, porque usted le ha dicho a sus amigos en repetidasocasiones que un arqueólogo y un paleontólogo no son la misma cosa y para colmo,recuerda haberles señalado que usted se ha ido interesando últimamente por «la social»(¿o era acaso «cultural»?). Durante los últimos meses, su tía le ha preguntado en todas lasreuniones familiares si irse a vivir entre los indios le va a dar de comer y que si no cree queaún está a tiempo de estudiar una carrera seria como hizo su primo, el que nunca le prestóa usted los regalos de navidad, y que ahora está pero que muy bien ubicado.

No bien ha oficializado usted su séptima, octava, novena, décima, o undécima matrícula,cuando al encontrarse con un compañero, todo lo que ha estado sucediendo empieza atener sentido. Así no más y sin anestesia, su colega le pregunta: «¿Y qué? ¿ya sabe qué va ahacer de trabajo de grado?». Un sudor frío recorre su espalda, las manos se le entumeceny las palabras que acaba de escuchar retumban en su cabeza, mientras usted deja escaparuno de los favoritos de todos, el siempre elocuente «no sé...». Se siente algo culpable porhaber tenido siempre presente los quinientos pesos que le quedó debiendo su ex-mejoramigo de la primaria, y aún así, no haber sido capaz de recordar los consejos de los másveteranos que le recomendaban, desde hace algunos semestres, ir pensando en su trabajode grado.

«Delimite su problema, plantee algo sencillo y por favor, no repita el mismo temaexactamente en el mismo lugar que otro haya trabajado», le dicen algunos en la universidad.Usted empieza a revisar las bibliotecas de su ciudad y le pregunta a uno que otro experto

Trazar mapas para extender los horizontes:Documento sobre el proyecto Un espacio para la etnografía

Grupo de estudios sobre Etnografías en [email protected]

Estudiantes de AntropologíaUniversidad Nacional de Colombia, Sede Bogotá

Textos de: Joshua Samuel [email protected]

Estudiante de octavo semestre de AntropologíaUniversidad Nacional de Colombia, Sede Bogotá

Revista Inversa, Vol. 1, No.2 (2006): 151-160.

* En esta sección de grupos de trabajose presentaran las actividades yproyectos desarrollados por losestudiantes del departamento deAntropología de la UniversidadNacional de Colombia, ya que uno delos intereses primordiales de lapublicación es dar a conocer ypromover las actividades desarrolladaspor los alumnos en aras no sólo depromover la integración de lacomunidad estudiantil, sino de facilitarun espacio de intercambio de ideas einteres que promuevan la investigacióny el desarrollo de nuevas inciativas.

Invitamos a todos los grupos de trabajointeresados en impulsar sus actividadesa enviar sus escritos para esta sección.N. de E.

acerca de los investigadores que han estado en su lugar de interés (si está de suerte y sabequé zona, problemática o grupo le interesaría trabajar), la metodología por ellos usada, lamanera cómo caracterizaron a los sujetos y hace cuánto estuvieron allí. Probablementecree usted conveniente, aparte de identificar con la mayor precisión posible el lugar endonde trabajaron sus predecesores, conocer también cuáles fueron los lugares en dondepublicaron sus documentos, quién los editó, dónde puede ir a consultarlos, e incluso, sepregunta si podría ponerse en contacto con algunos de estos autores. Tal vez pueda ustedaprovechar una de las recopilaciones bibliográficas que algún estudioso haya logradopublicar, pero no espere encontrar demasiadas actualizaciones porque resulta difícilencontrar tiempo y recursos para desarrollar tan ardua tarea. También es bueno queusted se esfuerce un poquito, al fin y al cabo es parte de su trabajo ¿verdad?.

Ahora, imagínese que usted puede hacer todas estas preguntas desde cualquier lugarque cuente con acceso a la Internet, o instalar una aplicación que pueda ejecutar en supropio computador personal (aunque puede ser más divertido hacerlo en el equipo de suprimo, si su tía se lo permite). Suponga que puede visualizar a través de uno o variosmapas dónde se ha hecho etnografía en nuestro país, e identificar posibles relacionesespaciales que vinculen estos trabajos con datos de diversa índole. Imagine que no sólousted como antropólogo puede usar esta herramienta de investigación, sino que es tambiénaccesible para un profesor o estudiante de un colegio que puede hacer consultas sobre suregión en términos de los trabajos etnográficos allí desarrollados, enterándose de paso dequé se ocupan los etnógrafos, cuál es el tipo de trabajos que producen y dónde puedeconseguir documentos de esta clase.

Visualice un diseño sencillo que no es un obstáculo para manejar la aplicación y,relájese al pensar que la información allí contenida es confiable, por cuanto ha seguidoun cuidadoso proceso en el que usted mismo ha estado vinculado. Así es, usted habrápodido participar de este desarrollo al contribuir con la definición de categorías paracaracterizar obras etnográficas, proponiendo y debatiendo ideas de manera presencial entalleres o a través de medios virtuales como foros y grupos de correo electrónico, haciendonotificaciones de error y actualizaciones, lo mismo que proponiendo registros que incluyentambién –ni más faltaba– sus propias obras etnográficas y sus datos de autor. De estaforma, usted habrá podido contribuir con la construcción colectiva de una base de datosetnográfica que será implementada en un Sistema de Información Geográfica, la cual será delibre acceso para todos los usuarios y que podrá ser consultada a través de la Web y a travésde otros medios que permitan su libre distribución (como discos compactos, entre otros).

Lo que hay tras el cuentoAlgunos estudiantes, inspirados por vivencias próximas a la caricatura con la que

dábamos inicio a este documento, fantaseábamos sobre semejantes posibilidades, por loque en el primer semestre de 2005 y en el contexto del Seminario de Antropología de laAntropología1, planteamos su realización para responder a las necesidades de espacializaresta disciplina en Colombia. El interés del proyecto –que más adelante se circunscribió alas etnografías, debido a su papel central en la antropología del país– pretendía responderno sólo a la selección de inquietudes que los gestores de la idea2 considerábamos apropiadas,sino que intentaba constituirse en un instrumento útil para resolver algunas de las preguntasplanteadas por un amplio grupo de estudiosos interesados en los trabajos etnográficos.

Como lo hizo usted hace un momento, imaginábamos entonces, algunos de losaspectos que sería deseable abordar y que irían desde los más básicos, como la inclusiónde datos bibliográficos de los documentos y de los sitios donde podrían consultarse losmismos; hasta cuestiones más complejas como, por ejemplo, las relaciones espaciales quepodrían establecerse entre los lugares de trabajo de campo etnográfico y ciertas condicionesmedioambientales como clima y topografía. Formaban también parte de nuestras fantasías,la posibilidad de caracterizar a los autores de las etnógrafías a través de datos de contactoy datos biográficos (como formación académica, lugar de origen, entre otros); nos seducía

1 Seminario con sede en laUniversidad Nacional de Colombia,en el cual se han venido adelantadosesiones periódicas con participaciónde profesores, investigadores yestudiantes de Antropología durantelos años 2005 y 2006.

2 Elizabeth Bernal y Joshua Pimiento,estudiantes de Antropología de laUniversidad Nacional de Colombia.

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la opción de identificar áreas de influencia de líneas de investigación particulares, o devisualizar tendencias en el abordaje de temáticas para una región determinada; y nosresultaba irresistible la idea de examinar relaciones como las que se podrían dar entre lastransformaciones de infraestructura de los diferentes espacios de la geografía nacional(construcción de carreteras y aeropuertos, represas, minas, explotaciones petroleras, etc.).y la selección de determinados sujetos de investigación, entre muchas otras más.

Se revelaban así, un sinnúmero de opciones posibilitadas por la vinculación de datosprovenientes de documentos etnográficos y de una enorme variedad de informaciónespacial y temática (de tipo ambiental, agronómico, socio-económico, político, entreotros), cuyos rangos y operaciones podrían, con ciertas limitaciones, ser definidos por losusuarios de acuerdo con sus necesidades particulares. Todo aquello podría facilitárnoslouna herramienta aún poco utilizada por el grueso de los antropólogos sociales y queresulta ser algo más familiar para los arqueólogos. Nos referimos a los Sistemas deInformación Geográfica, que por su característica de combinar representaciones gráficasdel espacio geográfico y los «objetos» a él asociados (cartografía) con la informacióncuantitativa y cualitativa de dichos objetos (a través de bases de datos), resultaba «ideal»para este tipo de planteamiento.

Si es usted practicante de una de las más fecundas costumbres intelectuales –la duda–seguramente ya habrá cuestionado eso de «ideal», pero no se impaciente porque dentrode poco dejaremos de lado la propaganda y asumiremos el papel de críticos de nuestrapropia solución. Por lo pronto, empezaremos a preparar el terreno asentando las basespara una discusión que dará lugar a la enunciación de las directrices del proyecto y a ladefinición de una filosofía de trabajo que incidirá en todos y cada uno de los momentosde su desarrollo.

Acercándonos a los Sistemas de Información Geográfica y a lasbases de datos

A nivel conceptual, tanto las bases de datos (y más específicamente, las bases de datosrelacionales) como los sistemas de información, se formulan tratando de modelar unproblema específico, el cual se espera resolver a través de su descomposición en un conjuntode preguntas más sencillas que den cuenta de sus partes. Este proceso se basa en la presunciónde que «la realidad» puede ser aprehendida de manera analítica, descomponiéndola enfragmentos que serán reorganizados en conjuntos de seres, objetos o eventos llamadosentidades, descritos a través de rasgos conocidos como atributos. La identificación, o si sequiere, la creación de entidades, implicará también la explicitación de las relaciones queestablecen estos conjuntos con otros similares, vinculándose a cada uno de ellos los atributosque se han escogido para caracterizarlos y dando lugar a un sistema que determinará laestructura, tipo de contenido y posibles operaciones a realizar dentro del modelo.

Este proceso de reducción del «mundo real», dará lugar a expresiones discontinuasque tendrán un valor singular para cada categoría o campo asociado a un registro. Estosvalores, para el caso de las bases de datos informáticas, deberán ser susceptibles de sertraducidos a lenguaje de máquina para su manipulación por un ordenador, convirtiéndoseentonces en datos propiamente dichos. Cuando tales series de signos o datos (input) hansido seleccionados y procesados siguiendo criterios que sirven a un fin particular, se habrádado lugar a la generación de información (output). A diferencia de los datos, la informacióntiene la capacidad de modificar la forma como el receptor de la misma percibe algo,dando lugar a interpretaciones y constituyéndose en orientadora en la toma de decisiones(Carrión, ¿2002?). Las bases de datos constituirán, entonces, arreglos estructurados dedatos que responden a un asunto o problema particular (como el seguimiento de losestudiantes de una clase o la administración de una colección de música), los cuales hantenido algún proceso de modelamiento y para los que se ha definido el tipo y el rango devalores. Dichos arreglos permiten el almacenamiento, la recuperación y la modificaciónde los datos allí contenidos, de manera que puedan servir para generar información. Por Diego Buitrago

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otra parte, los sistemas de información tienen un alcance mayor, caracterizándose por lainclusión de todo el conjunto de recursos humanos y tecnológicos, así como las actividadesrelacionadas con el almacenamiento, procesamiento, captura y distribución de lainformación en el contexto de una organización y en pro de unos fines específicos.

La especificidad de los Sistemas de Información Geográfica3, dentro del amplio grupode sistemas de información, radica en la posibilidad de asociar mapas digitalesgeorreferenciados (a través de un sistema de coordenadas relativas o absolutas), con datostemáticos provenientes de una base de datos alfanumérica. Esta vinculación es de doblevía, permitiendo conocer los atributos de un objeto al señalarlo en un mapa digital, obien identificar su localización al consultar directamente por el objeto (Colaboradores deWikipedia, 2006). Sus posibilidades incluyen una importante variedad de operacioneslógicas, aritméticas, estadísticas y geométricas, permitiendo diferentes opciones paradesplegar la información y representarla gráficamente, así como el uso de otras funcionesútiles para la realización específica de análisis espaciales. En cuanto a su diseño, éste secompone de varias etapas, las cuales se dividen usualmente en la formulación de losmodelos: temático, conceptual o de entidad -relación, lógico y físico4.

Un ejemplo sencillo de lo anterior, podría ser la identificación de los departamentosque presentan la mayor cantidad de etnografías realizadas en su territorio, pudiendorepresentar los resultados a través de un mapa coroplético* en donde la intensidad delcolor de relleno del área de cada departamento, dé cuenta de la cantidad de etnografíaspor habitante (entre más alta sea dicha proporción, más oscuro será el color). Otro ejemploalgo más complejo, sería la identificación de áreas de influencia de las institucioneseducativas con programas de Antropología, siguiendo los patrones de localización deltrabajo de campo etnográfico de los monógrafos adscritos a cada una de ellas. Para haceresto, se ubicarían en un mapa digital los lugares en donde los investigadores desarrollaronsu trabajo de campo, identificando a través de un buffer5, las áreas con una densidadsignificativa de etnógrafos asociados a una institución particular, dando como resultadoun mapa nuevo con polígonos6 cuyo relleno sea un color específico que tengacorrespondencia con cada institución educativa.

«¿Y qué con eso?»Si aún alberga dudas acerca de la relevancia de los aspectos conceptuales antes referidos

y de la importancia que tiene la manera como han sido concebidas las distintas etapas dediseño de una base de datos o de un sistema de información, lo invitamos a que nosacompañe con su imaginación a un escenario diferente.

Usted ha llegado a la biblioteca principal de su lugar de residencia. Todo se ve igual: elmismo piso resbaloso, el mismo bullicio contenido, las mismas terminales fuera de servicioy los mismos rostros ensimismados. Usted se dirige al funcionario más próximo y le pideasesoría acerca de la búsqueda de un libro, ya que después de intentarlo varias veces através del catálogo de colecciones de la institución, no ha conseguido identificar cómointroducir el título, el tema o el nombre del autor de la obra por usted requerida. Elhombre sonríe y le pregunta amablemente si es la primera vez que usted intenta hacer usode los servicios de la biblioteca. Con un sutil aire de indignación, usted le señala que hafrecuentado la misma desde hace años, pero que le sorprende (o mejor, le señala conelegancia que «lo ha dejado estupefacto») el hecho de no haber podido realizar con éxitola búsqueda de una obra consultada por usted en una ocasión anterior.

«Bueno», dice el funcionario mientras se ubica frente a la terminal, «¿podría decirmecuánto mide el libro que está buscando?». «¿Qué cuánto mide?» pregunta usted conincredulidad. «¿No sabe?, bueno, no se preocupe... ¿dígame entonces cuánto pesa el ejemplarque está necesitando?». Usted abre la boca pero no logra articular palabra. El funcionariose impacienta y le pregunta esta vez: «¿sabe al menos la técnica usada para encuadernarlo,la composición química de las tintas, o por lo menos el tiraje que tuvo la edición quebusca?». Ahora sí que está usted verdaderamente estupefacto. «Discúlpeme» le dice el

3 La caracterización que acerca delos SIG se ha hecho en la literatura,abarca enfoques que se centranusualmente en uno de sus aspectos:informático, geográfico y gerencial.Basándose en planteamientos deRafael Galeano, Beatriz Elena Alzateha enunciado una definición queintenta dar cuenta de los distintoscomponentes de un SIG, refiriéndosea éste como «un conjunto deactividades organizadas que permite,a partir de datos de entrada(espaciales y alfanuméricos) y pormedio de un proceso demodelamiento espacial, obtenerinformación útil (con valor agregado),la cual obedece a los objetivos y alos puntos de vista de un contextosocio-cultural e institucional,diferente para cada situación, queademás impone restricciones ycondiciones al desarrollo del sistema,al mismo tiempo que recibe unainfluencia de la tecnología misma»(Alzate, ¿2003?: 2).

4 El modelo temático consiste en ladescripción del conjunto de datosrequeridos para resolver laspreguntas planteadas, así como eltipo procesamiento y los resultados

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funcionario, «pero si no tiene ni idea de esas cosas elementales ¡¿cómo esperaba ustedencontrar su dichoso libro en una biblioteca como ésta?!».

Aunque este ejemplo parezca algo exagerado (que para resolver el absurdo diremosque se trataba de un sueño producido por la abundante cena que le dieron en casa de sutía... sí, la misma de la introducción), sirve para ilustrar los efectos restrictivos que tiene elmodelamiento conceptual que se plantea para una estructura matricial como una base dedatos. Todos los datos solicitados por nuestro funcionario imaginario, hacen parte deluniverso de posibilidades de caracterización de una obra que pertenece a una colecciónbibliográfica cualquiera, sólo que éstos no resultan relevantes para la localización de undocumento particular dentro de la misma. Como usuario, usted encuentra absurdo quelos parámetros de búsqueda sean aspectos como las dimensiones físicas del libro, el pesodel mismo o la composición química de las tintas con las que fue impreso. Y es que austed como lector, le ha bastado identificarlo a través del título, el tema, el autor o inclusola edición. Todo lo anterior, se da con el agravante que el confundido diseñador deaquella base de datos, ha optado por eliminar del modelo las categorías acerca de lascuales lleva usted registro, haciendo imposible realizar búsquedas bajo los criterios clave osegún los rasgos por usted considerados como más significativos (siendo estos siemprerelativos al problema que se pretenda resolver y al uso que de dicha matriz se desea hacer).Podríamos decir que semejante situación habría sido causada, no sólo por la torpeza denuestro hipotético bibliotecólogo, sino también por la ausencia de interlocución entre elequipo de expertos diseñadores y las personas que como usted, se aproximarían a la basede datos. Por esta vía, termina dándose lugar a la exclusión de un amplio grupo deusuarios imposibilitados para hacer un uso efectivo de la base de datos, todo ello en razónde una caracterización que no sirve al propósito para el que fue concebida originalmente.

Las consecuencias de la implementación de estos desarrollos, no obedecen únicamentea las limitaciones que por el desconocimiento de un saber particular puedan tener losexpertos diseñadores, sino que se relacionan de manera estructural con los presupuestosy discursos que legitiman su uso, así como con su articulación con el mundo social y elpapel privilegiado que adquieren en un mundo informatizado. Jean-François Lyotard hacaracterizado la inestabilidad y la contingencia de dichas sociedades usando la figura denubes de sociabilidad que, a su vez, obedecen a una multiplicidad de nubes de elementoslingüísticos narrativos, los que dan lugar a una encrucijada en donde coexisten diversasvalencias pragmáticas sui generis. En medio de esta encrucijada se encuentran los sujetosde tales sociedades, lo que da lugar a juegos de lenguaje diferentes, heterogéneos, inestablesy no necesariamente comunicables. Ante un mundo tan inaprensible, resulta convenientepara los decididores, en pos de su aumento de poder, la operacionalización de éste através de una lógica que implicaría «la conmensurabilidad de los elementos y ladeterminabilidad del todo» (Lyotard, 1989: 10). Por esta vía, el mundo social resultaformateado a través de matrices de entrada/salida (input/output), haciendo de éstas elfiltro que lo reorganiza al recomponerlo en valores discontinuos, prescindiendo de todoaquello que resulte intraducible a lenguaje de máquina o simplemente, aquello que resulteinconveniente para los intereses de tales grupos.

El criterio de legitimación sería entonces el de la eficacia o la «optimización de lasactuaciones del sistema», modificando la naturaleza del saber en estas sociedades al extenderdicho criterio a los demás aspectos de la vida social, trayendo consigo la prescripción queadvierte el filósofo: «Sed operativos, es decir, conmensurables, o desapareced» (Lyotard,Op. Cit., pág10). La principal fuerza de producción sería entonces «el saber», el cualpierde su valor de uso al ingresar a las mismas redes de circulación que la moneda, lo queincide en sus condiciones de producción, para las que será determinante su valor decambio (Lyotard, Ibíd. pág.16). Algunos autores preocupados por estos temas, han señaladotambién, que los sistemas que usan una arquitectura centralizada tienen un papel claveen el establecimiento de autoritarismos recientes, ya que éstos han sido posibles, al menosen parte, gracias a que la eficiencia en la transmisión de datos disminuye el impacto de

a obtener. El modelo conceptualincluye la definición de entidades através de sus atributos, lo mismoque las relaciones que se dan entreéstas. El modelo lógico consiste enla traducción en tablas del modeloentidad-relación, las cuales sevincularán entre sí a través deidentificadores o mediante camposcomunes. Finalmente, el modelofísico se refiere a la implementacióndel modelo lógico en un manejadorde base de datos (como mySQL oAccess) o directamente en elsoftware SIG.

5 En aplicaciones informáticas SIG,por función buffer se entiende lacreación de una zona alrededor deun punto, línea o polígono, de unancho especificado, útil para definiráreas de influencia (Escobar et al.,1999).

6 Un polígono es una representaciónde superficies vectorial (a través decoordenadas). Se define por laslíneas que forman su contorno y porun punto que lo identifica. Suelenpresentar atributos asociados a él.(Escobar et al., 1999).

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amenazas locales como desastres naturales o disidencias. En estas arquitecturas, la prioridadno la constituirían los sujetos de los datos sino la integridad del sistema, por lo que losderechos de los primeros serían tan solo nominales y tendrían como propósito servir delegitimación a un sistema represivo (Clarke, 1994).

En consecuencia podríamos decir que parte de la importancia actual de los sistemasde información radica en el respaldo que ofrecen en la toma de decisiones frente aproblemas complejos, así como otros tipos de ventajas estratégicas que el privilegio de lainformación brinda a quien la «posee» y cuenta con las herramientas y el conocimientopara hacer uso de ella; pero esta consideración no se queda allí. Los efectos de las matricesen sociedades informatizadas adquieren una dimensión enorme, por cuanto muchas delas formas de saber, de existencia y de interacción, terminan siendo determinadas porellas. Esto es posible gracias a que han sido legitimadas a través de prácticas y discursos quehacen uso de criterios de apariencia exclusivamente tecnológica, los cuales terminanotorgándoles funciones reguladoras de la vida social, formateando ésta a través de dichasmatrices y adecuándola de manera forzada a caber en los marcos trazados por losdecididores. De la misma manera, diremos que estas arquitecturas centralizadas sontambién centralizantes, convirtiéndose en filtros de paso obligado para todo aquel quepretenda (o sea forzado a) «estar en el sistema», convirtiéndose dicha arquitectura en unacreación omnipresente carente de un rostro o de cuerpo reconocible ante el cualconfrontarse.

Partiendo de las observaciones anteriores7, podría pensarse que la tarea de diseño eimplementación de herramientas que sigan estructuras matriciales, resulta ser tan problemáticaque no conviene ni tan siquiera intentarlo. Probablemente usted anticipa que no es esanuestra postura, ya que en caso contrario, estas líneas no justificarían el que usted hubierallevado tan pacientemente su lectura hacia un callejón sin salida. Pero no se apresure, porquegracias precisamente a este camino recorrido es que daremos forma a nuestra propuesta.

Antes de proponer dicha ruta, diremos que una posición de negativa total al uso deestas herramientas resultaría ser contraproducente, ya que pretendiendo evitar los efectos«perversos» de estas matrices, se terminaría favoreciendo la exclusividad de la injerenciade los decididores y técnicos en el diseño e implementación de las mismas, potenciandopor esa vía el control del mundo social a favor de tales grupos y facilitando la exclusión devisiones que no provengan de estos. Conviene resaltar también, que debido a la inmensaresponsabilidad que implica el manejo de información sobre grupos humanos (como laproducida a través de las etnografías), debemos adelantar un serio debate que permitaorientarnos con sabiduría en la labor de selección de categorías y caracterizaciones incluidasen la base de datos, tomando en cuenta para su diseño e implementación, consideracionestanto éticas como académicas que lleven a buen término esta labor. Y es que el talantereflexivo característico de la disciplina antropológica le permite constituirse en un escenarioprivilegiado para poder replantear, a partir de ella, algunos aspectos de las prácticas yconceptos que hay tras estas herramientas, subordinándolas a lógicas que sirvan a lohumano y no a la inversa, de suerte que nos convirtamos (al menos hasta cierto punto) ensus conductores y no en uno más de sus inermes pasajeros.

Las directrices del proyecto8

Si bien hemos expresado la intención de impulsar el diseño y la implementación deuna herramienta de investigación y consulta, que sirva también a los propósitos dediversificación y difusión del conocimiento etnográfico, aún no hemos completado lacaracterización de uno de los aspectos más importantes que atraviesan la presente discusión:la necesidad de traducir aspectos relevantes de las etnografías a una matriz que dé cuentaparcial de ellas.

Para hacer una traducción satisfactoria, resulta indispensable compensar las posiblespérdidas de información a través del aprovechamiento de las especificidades del formatode destino, haciendo uso de las posibilidades que brinda éste a la hora de evidenciar

7 Una aproximación a estoselementos se encuentra incluida enel documento BERNAL, ELIZABETHY JOSHUA PIMIENTO. 2005. Unespacio para la etnografía: Cartografíade las etnografía en Colombia. En:Avatares de la Antropología en Colombia.Serie de cuadernos SeminarioAntropología de la Antropología #1. Bogotá: Universidad Nacional deColombia. [En preparación].

8 Estas directrices fueronformuladas durante la primeraetapa de este proyecto y lasretomamos del ensayo referido enel pie de página 7.

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correlaciones o condicionantes que antes no eran visibles. Para hacer realidad este propósito,podríamos hacer uso de las reflexiones que Bourdieu plantea a propósito de la entrevistaen su paso de la oralidad a la escritura (Bourdieu, 1999), adaptándolas a la presentediscusión. El primer requisito a considerar de acuerdo con este autor, es el de la fidelidad,la cual entenderíamos en este caso particular, como la definición de metodologías quefaciliten la formulación de un modelo conceptual que corresponda con los contenidos ycaracterísticas propias de las etnografías, así como con las necesidades del conjunto deusuarios de la futura base de datos. El segundo requisito sería el de legibilidad, el cualimplica que los formatos a través de los cuales se representan los aspectos de las etnografíasseleccionados en el modelo, han de ser comprensibles para los diferentes usuarios (Bernaly Pimiento, 2005).

Habiendo señalado estos aspectos, podemos entonces enunciar las directrices delproyecto, las cuales serán consecuencia de los razonamientos que planteamos acerca delas matrices en general y de las condiciones de traducción que referimos antes.

La primera de las directrices, el sentido público del proyecto, pretende dar una respuestaalternativa a la marcada tendencia a dejar la mayor parte de la responsabilidad del diseñoy de la implementación de bases de datos y sistemas de información, en manos de unconjunto de expertos que definen las características de estas matrices, privilegiando (aveces de manera exclusiva) los intereses particulares establecidos por la organización quelos financia. Nuestra consideración con respecto a este punto, parte del reconocimientodel importante rol que tienen las distintas etapas de construcción en este tipo deherramientas, especialmente aquella que refiere el momento de modelamiento, en razónde sus alcances. Así pues, para que el diseño y la implementación de los formatos deorganización de la información salgan del alcance único de los decididores y con el fin dehacer efectiva una cierta redistribución de poder, se hace necesario mantener el sentidopúblico del proyecto durante cada uno de los pasos del desarrollo. El sentido públicoimplica también la eliminación de restricciones de acceso a la información contenida enla base de datos y su distribución libre a través de distintos soportes (discos compactos,implementación de la base de datos y SIG en la Internet, entre otros), con miras adescentralizar al máximo la herramienta.

La segunda directriz hace referencia a la confiabilidad y se relaciona de manera directacon el requisito de fidelidad de la traducción, constituyéndose ésta no sólo a partir decontroles internos de calidad ejercidos por administradores y personal directamenterelacionado con la herramienta (seguimiento a través de ingreso de las fuentes de losdatos, identificadores del digitador y de los responsables de la edición, fechas demodificación, etc), sino que ha de incluir la posibilidad de un control externo formalmenteinstituido, de parte de los mismos usuarios y/o sujetos de los datos. Este punto no excluyela posibilidad de manejar permisos que restrinjan las posibilidades de modificación directade los datos de la base, consideración que permite garantizar la consistencia de los datos.Dentro del ejercicio del control externo de calidad incluiríamos sugerencias, reportes deerror, actualizaciones, entre otros tipos de formulaciones que serán incorporadas a la basede datos una vez sean revisadas, guardando siempre registro de su origen (a manerade metadatos o datos sobre un dato). Así pues, esta segunda directriz se constituyeen un requerimiento para la realización efectiva de la primera, «por cuanto careceríade sentido la difusión de una herramienta con pobre control de calidad sobre losdatos, control que dicho sea de paso, se legitima por la participación pública»(Ibíd.).

La tercera directriz corresponde a la versatilidad y la hemos formulado partiendode la consideración según la cual, la presentación y formato de la informacióncondicionan el acceso a la misma y restringen el conjunto de usuarios que podríanhacer uso efectivo de ella. Por tal motivo, y en consecuencia con la aplicación delcriterio de legibilidad, resultará indispensable la implementación de interfacessencillas9 que faciliten la relación de los usuarios con la herramienta, requerimiento Gilberto Ramírez Pérez

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que se convierte en un imperativo en razón de los limitados conocimientos técnicosespecializados de parte importante del conjunto de potenciales usuarios, especialmenteen lo referido a los SIG. Dicha directriz habrá de manifestarse también en los momentosde diseño, por cuanto la realización de una construcción colectiva legítima de laherramienta, implica la existencia de formatos de participación legibles para todos aquellosque se involucren en dicho proceso. En cuanto a la versatilidad del diseño propiamentedicho, diremos por el momento que conviene formular categorías tan específicas comolo permitan las fuentes10, es decir de manera desagregada, con el fin de limitar las pérdidasde información en razón de categorías demasiado imprecisas. De esta manera, podríanplantearse a lo largo del diseño y uso de la herramienta, variadas opciones de agregaciónde la información en categorías más generales, de acuerdo con las necesidades de losusuarios.

Un poco de historiaLa elección de la caricatura con la que introdujimos este documento no es casual, y

corresponde a una situación que probablemente encontrará usted familiar, a pesar de nohaber tenido que pasar necesariamente por una experiencia idéntica. Si esto es así, entonceslos planteamientos derivados de nuestros razonamientos, motivaciones y circunstanciasparticulares, no le resultarán del todo extraños y pensará –al menos eso es lo que esperamos–que merece la pena involucrarse de alguna manera en este proceso. Como no pretendemosdesaprovechar su entusiasmo, le contaremos acerca del tipo de trabajo que hemos venidodesarrollando hasta ahora, los resultados que hemos conseguido y los planes que tenemospara el futuro inmediato.

Como ya lo habíamos señalado en «lo que hay tras el cuento», la formalización de estapropuesta se hizo en el contexto del Seminario de Antropología de la Antropología, en elprimer semestre de 2005. Hacia mayo del mismo año, hicimos la presentación públicadel proyecto en una de las sesiones del seminario, elaborando para dicho evento la primeraversión del ensayo «Un Espacio para la Etnografía: Cartografía de las Etnografías enColombia»11. Este documento refleja el trabajo inicial de la propuesta, para la cual realizamosuna aproximación a la cartografía de la antropología en Colombia, a través de la revisiónde dos recopilaciones bibliográficas12, labor que nos sirvió para identificar algunas de lasposibilidades, ventajas y limitaciones de la metodología y sistemas de clasificación planteadosen dichas recopilaciones. Realizamos también una primera caracterización de las matricesa partir de algunos planteamientos propuestos por teóricos sociales, formulandoposteriormente las directrices del proyecto, así como un diseño conceptual provisional dela base de datos (modelando principalmente los módulos de «autores» y de «informacióneditorial», los cuales implementamos temporalmente en Access).

Hacia agosto del mismo año elaboramos la segunda versión del ensayo antes referido,continuando en septiembre con la formulación de un proyecto circunscrito, en estaetapa, a la realización de un «piloto» o prototipo útil para la implementación futura de laherramienta. Durante el mismo mes, inauguramos el grupo de correos, dando inicioformal a las actividades virtuales del proyecto. A lo largo del segundo semestre de 2005trabajamos individualmente en algunas de las temáticas asociadas al proyecto, dentro delas que se incluyen: la revisión inicial y la traducción de una sección del índice de la basede datos etnográfica Human Relations Area Files13, con el propósito de hacer una lecturacrítica de dicha construcción; la exploración de elementos geográficos conceptuales ytecnológicos pertinentes al proyecto; la revisión de algunos aspectos relativos a la propiedadintelectual, modalidades y redes de distribución y creación de software de libre acceso,aplicaciones SIG para la educación y las adaptaciones de las mismas a formatos para suuso en la Web, entre otros.

A partir de enero del año 2006, el equipo de trabajo se fue ampliando, completandoen el momento doce miembros «presenciales» del proyecto (entre estudiantes de pregrado,antropólogos graduados y estudiantes de posgrado) y un total de cuarenta suscritos al

9 Cuando hablamos de interfaces,nos referimos a los diseños quemedian la comunicación entre losusuarios y la aplicación.

10 Nuestro planteamientocontempla la inclusión deinformación etnográfica sin queeso implique agotar, o reducir lasobras etnográficas al contenido dela base de datos. Lo que buscamoses la construcción de unaherramienta que potencie y asistala consulta de los documentosetnográficos y no que los reemplace.Por otro lado, consideramos quela definición del tipo, formato yespecificidad de la información aincluir en la matriz, ha de serproducto de una discusióncolectiva que atiendaconsideraciones prácticas,académicas y éticas.

11 Este ensayo, así como otrosdocumentos puede serdescargado del sitio web del grupode correos del proyecto. Parasuscribirse ingrese a http://espanol.groups.yahoo.com/group/etnografiasencolombia/

12 Una de las recopilaciones queusamos fue la siguiente: AROCHA,JAIME Y NINA DE FRIEDEMMAN.1984. Un Siglo de Investigación Social:Antropología en Colombia. Bogotá:Etno. Los datos bibliográficos dela segunda recopilación son lossiguientes: Bernal, Segundo. 1969.Guía Bibliográfica de Colombia: deInterés para el Antropólogo. Bogotá:Universidad de los Andes.

13 Este índice puede serconsultado en su idioma originalen: http://www.yale .edu/hraf/collections_body_ethnotopics.htm(Murdock, George P. 2004. HumanRelations Area Files. Universidad deYale: New Haven, Connecticut,EstadosUnidos).

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grupo de correos, al momento de redacción de este artículo. Durante el presente añohemos estado realizando reuniones frecuentes, coordinando a través de ellas las actividadesque se encuentran en ejecución y fortaleciendo los vínculos con otros grupos de trabajodel departamento. Es justo reconocer aquí también el aire renovador que trajeron consigolos nuevos integrantes del grupo, así como las relaciones que a partir de este proyecto sehan ido generando, condiciones que han permitido ir convirtiendo en hechos aquellasfantasías que dieron inicial impulso a esta idea.

Nuestras actividades actualesParte de las tareas que hemos desarrollado a lo largo del presente año, están orientadas

al diseño de una base de datos piloto que sirva para evaluar las posibilidades, ventajas,limitaciones y dificultades, que tendría una herramienta futura de mayores proporciones.Dado que las directrices que hemos planteado tienen vigencia durante todas las etapas dedesarrollo del proyecto, es requisito indispensable que el diseño e implementación de laherramienta piloto sea confiable, versátil y participativa, fruto de la discusión colectivaque en torno a la temática de las etnografías se adelante. Esperamos cumplir dichosrequerimientos a través de la realización de talleres presenciales, foros virtuales y otrasformas de debate que involucren a la mayor cantidad de interesados como sea posible,poniendo a su disposición la documentación resultante de estos procesos, dando lugar auna retroalimentación permanente a lo largo de la ejecución del proyecto.

En febrero del presente año, gestionamos exitosamente ante la Vicedecanatura deBienestar Universitario de la Facultad de Ciencias Humanas, apoyo para la realización dedichas actividades, las cuales estarán dirigidas específicamente a las personas vinculadas alDepartamento de Antropología de la Universidad de Colombia (estudiantes,investigadores, profesores y egresados), extendiéndose a otros sujetos a través de losmecanismos virtuales como el grupo de correos y el sitio web que estamos diseñandoactualmente.

Las tareas que desarrollaremos en los próximos meses y a las cuales invitamos a participara todos los interesados son las siguientes14:1. Completar la traducción del índice de la Human Relations Area Files.2. Adelantar la revisión documental de etnografías y literatura asociada, seleccionandouna muestra «significativa» de las primeras, con miras a identificar las posibilidades decategorización que ofrecen.3. Desarrollar talleres de debate, foros virtuales, entre otras actividades, encaminadas a ladiscusión acerca de las etnografías en Colombia.4. Realizar talleres de formación en tecnologías informáticas útiles al antropólogo, siendoel más inmediato el de consulta de bases de datos bibliográficas y conmutación bibliográfica(servicios ofrecidos por el Sistema Nacional de Bibliotecas SINAB).5. Continuar el fortalecimiento de los vínculos entre los distintos grupos y personasinteresadas en adelantar iniciativas académicas y asociativas dentro y fuera delDepartamento de Antropología de la Universidad Nacional de Colombia,promoviendo la circulación del conocimiento producido.

«¿Y qué puedo hacer para participar?»Ésa es precisamente la pregunta que esperamos se haya estado formulando con creciente

interés a lo largo de la lectura de este documento. Pero si ni los cuentos, ni las fantasías, nila teoría, ni las políticas, ni las tareas pendientes lo han persuadido del todo, consideredarle una oportunidad más a la propuesta antes de prestarle la revista a su colega máscercano.

Como ya lo hemos mostrado a lo largo de este documento, una de nuestras principalespreocupaciones es la construcción verdaderamente colectiva de una base de datosetnográfica de uso libre, para lo cual hemos considerado necesario diversificar las formasde participación, de suerte que se logre trascender los formatos usualmente aplicados

14 La mayoría de estas actividadesdará lugar a documentos detrabajo como bibliografías,traducciones, síntesis, actas,gráficos, fotografías, entre otros,resultados que de acuerdo con supertinencia, serán organizados ypublicados a través del grupo decorreos o de otros mediosdisponibles como cuadernos detrabajo, etc, de libre consulta paratodos los interesados.

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para estos fines (que tienden a ser más nominales que efectivos). Esto implica, desdeluego, grados variables de compromiso, que van desde su participación a través del aporteeventual de apuntes, reseñas, bibliografías, traducciones, notas o sugerencias a propósitode la temática o del instrumento mismo; hasta su vinculación permanente en calidad demiembro del equipo coordinador del proyecto.

Y todo esto, ¿para qué?. Para crear una herramienta de investigación que contribuyacon la comprensión del quehacer etnográfico y sus relaciones con las condiciones sociales,políticas, económicas y ambientales del país; para dar cabida a un diseño que amplíe lasposibilidades de interlocución entre los investigadores, estudiantes y demás sujetosetnográficos, difundiendo un conocimiento que nos permita reconocer nuevos escenariospara el ejercicio antropológico; para generar un instrumento cuyo potencial reflexivo,promueva el ejercicio de una etnografía que se aproxime aún más a las necesidades de losseres humanos que la hacen posible; para adelantar un experimento de redistribución depoder en torno a la construcción de una matriz, que descentralice el saber y estimule, a suvez, la generación de nuevos espacios de creación colectiva. En suma, su participación enesta iniciativa es fundamental para que ésta, como nodo articulador de los aportes degran cantidad de estudiosos, sirva para dar testimonio de la madurez, las posibilidades ylas especificidades de una Antropología Colombiana.

En vista de lo anterior, no nos resta más que animarle a asistir a los talleres quepróximamente desarrollaremos, a compartir sus inquietudes y sugerencias, a vincularse alproyecto como parte del equipo coordinador, a suscribirse a nuestro grupo de correos15,o a proponer otras alternativas de participación que se ajusten a sus posibilidades e intereses.Le invitamos pues, a trazar los mapas que nos permitan reconocer viejos y nuevos caminos,construyendo con nosotros un Espacio para la Etnografía.

BIBLIOGRAFÍA

ALZATE, BEATRIZ ELENA. ¿2003?. Introducción a los SIG. En Notas de clase de Sistemas deInformación Geográfica. Bogotá: Universidad Nacional de Colombia. Documento digital tipoPortable Data File - PDF.

BERNAL, ELIZABETH Y JOSHUA PIMIENTO. 2005. Un espacio para la etnografía:Cartografía de las etnografía en Colombia. En: Avatares de la Antropología en Colombia.Serie de cuadernos Seminario Antropología de la Antropología # 1. Bogotá: UniversidadNacional de Colombia. [En preparación].

BOURDIEU, PIERRE. 1999. Comprender. En La Miseria del Mundo. Madrid: Akal Ediciones.

CARRIÓN MAROTO, JUAN. ¿2002?. Diferencia entre dato, información y conocimiento.GestionDelConocimiento.com. Fecha de consulta: junio 6 de 2006.http://www.gestiondelconocimiento.com/conceptos_diferenciaentredato.htm

CLARKE, ROBERT. 1994. IT: Weapon of authoritarism or tool of democracy?. Bytes for All.. Fechade consulta: mayo 5 de 2005. http://bytesforall.org/7th/ITweapon.htm

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LYOTARD, JEAN-FRANÇOIS. 1989. La condición posmoderna. Madrid: Editorial Cátedra.

VILLANUEVA, EDUARDO. 1996. Bases de datos y bibliotecología: como deshacer la innecesariaincomunicación. Perú. Consultado en mayo 5 de 2006. http://macareo.pucp.edu.pe/~evillan/bds.html

15 Para mantenerse informado delas actividades del grupo y/oparticipar de manera activa en elmismo, suscríbase enviando unmensaje por correo electrónico ae t n o g r a f i a s e n c o l o m b i a [email protected] odirectamente, a través del sitio webhttp://espanol.groups.yahoo.com/group/etnografiasencolombia/

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InVersaUniversidad Nacional de Colombia, sede Bogotá

revista de estudiantes de Antropología

Pautas para presentación de artículos

Inversa es una publicación semestral editada por los estudiantes de pregrado del departamento de Antropología de la Universidad Nacional de

Colombia, sede Bogotá, que tiene por objetivo constituirse en un espacio para la divulgación de los trabajos e investigaciones desarrollados por

estudiantesdepreypostgrado, investigadoresyprofesoresdeldepartamento,buscandopromoverunespaciodeconstrucciónconstantemediante

ladiscusiónyreflexiónapartirde losaporteshechosporalumnos, investigadoresymaestros.

Campo de especialización y temática

Los tipos de artículos que pueden ser publicados en Inversa son todos aquellos relacionados con la Antropología y que realicen una

contribución teórica, crítica o metodológica de la disciplina. A continuación se refieren los principales modelos de artículos aunque estos no

incluyen todos los tipos pues su espectro es mucho más amplio:

1) Artículo de investigación científica y tecnológica: presenta de manera detallada los resultados originales de proyectos de investigación.

La estructura generalmente utilizada contiene cuatro apartes importantes: introducción, metodología, resultados y conclusiones. 2)Artículo

de reflexión: documento que presenta resultados de investigación desde una perspectiva analítica, interpretativa o crítica del autor sobre un

tema específico, recurriendo a fuentes originales. 3) Artículo corto: documento breve que presenta resultados originales, preliminares o

parciales de una investigación científica o tecnológica. 5) Revisión de tema: documento resultado de la revisión de la literatura sobre un

tema de interés particular. 7) Traducción: traducciones de textos clásicos o de actualidad o transcripciones de documentos históricos o de

interés particular en el dominio de publicación de la revista. 8) Informes de monografía: documento que extracta los puntos principales de

una tesis presentada para obtener algún título.

La publicación NO trabaja una temática especial en cada número. Las contribuciones que son enviadas a la revista corresponden a la

preferencia de cada autor.

Datos de envío del original, presentación y documentos de derechos

Las contribuciones pueden enviarse al correo oficial de la revista: [email protected] o depositarse en el buzón del laboratorio de

Etnografía, tercer piso del edificio de Aulas de Ciencias Humanas. Deben enviarse dos copias impresas y una en disquette (formarto *.rtf,

*.doc) del artículo que desea postular. Preferentemente, los escritos deben ser presentados en letra Times New Roman 12 e interlineado

1.5 y con una hoja de presentación donde se incluyan los siguientes datos del autor: nombre completo, carrera, semestre, universidad,

correo electrónico y teléfono, así como un abstract o resumen (que no supere las 250 palabras) en idioma inglés y español y palabras

claves, en ambos idiomas también.

Las ilustraciones deberán ser entregadas en un archivo diferente al que contiene el artículo en formato PNG o TIFF con resolución mínima

de 800 dpi (ppp). Dentro del cuerpo del artículo deberá indicarse cuál imagen y dónde debe colocarse.

Los artículos enviados deben ser preferentemente redactados en español, y no deben haber sido publicados en ningún otro medio de

difusión. No se aceptan seudónimos a menos que el material esté debidamente marcado. Después del envío de los artículos, la revista

emitirá un acuse de recibo al autor mediante correo electrónico.

Los autores de los artículos aceptados deberán, antes de que sus escritos aparezcan en la publicación impresa, firmar un formato de

autorización de correcciones, de responsabilidad de lo contenido en su artículo y de cesión de derechos de publicación a la revista. Esto se

realiza con el fin de proteger los derechos de los autores y de los editores. Los informes de campo deben contar además, con autorización

escrita de publicación de la institución que los financió.

Mecanismo de selección de originales

La publicación utiliza como sistema de escogencia de sus artículos los pares evaluadores. Este proceso corresponde al análisis de los

escritos por parte de todo el comité editorial de la revista así como de un profesor o especialista en el tema, vinculado a la Universidad

Nacional de Colombia u otra institución educativa reconocida. Los conceptos emitidos por cada parte son enviados al autor por medio del

correo oficial de la revista. Usualmente la emisión de un concepto para cada artículo no tarda más de un mes. Posteriormente a que cada

autor ha sido notificado de la aceptación de su escrito para publicación, recibe una carta en la cual se señalan las sugerencias que los

miembros del equipo editorial realizan con respecto a cada documento escogido.

Bibliografía

La bibliografía para textos completos o partes de ellos, debe corresponder al siguiente modelo de CurrentAnthropologist:

DOMINGO, XAVIER. 1996. La cocina precolombina en España. En

Coordinadora Janet Long. México: UniversidadAutónoma de México. Pp. 17-29.

HARRIS, MARVIN. 1986. . Madrid:Alianza Editorial.

WENCENSLAO, CABRERA. Pictógrafos y petroglifos. En . 136: 24-41.

FERNANDEZ DE OVIEDO, GONZALO. 1535 [1978]. .

México: Centro de Estudios de Historia de México.

ÁLVARES ECHEVERRI, MARÍA PAULA. 2003.

. Informe final. Bogotá: Instituto Colombiano deAntropología e Historia (ICANH).

Para las citas dentro del texto, debe emplearse el sistema inglés, por ejemplo (Benavides, 1980: 15).

Conquista y comida: consecuencias del encuentro de dos mundos.

Bueno para comer

Revista Javeriana

Historia general y natural de las Indias, islas y tierra firme del mar océano

Procesos de conservación en los conjuntos pictográficos 16, Parque Arqueológico de

Facatativá (Cundinamarca)

Objetivos