Juan Manuel de Prada

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Símbolos y logotipos Quemados y pisoteados los símbolos, los pueblos ansían la subversión y la llamada de la selva Día 12/07/2015 - 04.15h El azar ha querido que el mismo día en que Evo Morales le regalaba al Papa un tremebundo Cristo crucificado sobre el emblema comunista, los peperos presentaran ante los medios su nuevo logotipo birrioso. A algunos el crucifijo comunista de Evo Morales les ha parecido blasfemo; pero hay en él una grandeza simbólica tortuosa e intimidante, como de vómito teológico que pone el cielo bocabajo y el infierno bocarriba (y no hay más que ver los ojos de susto que pone el Papa al recibirlo). El logotipo pepero, por el contrario, semeja hasta en el color la gragea que se toman los rijosines patéticos a los que ya no se les levanta, o la pastillita de éxtasis que se traga la putilla de discoteca, para poder seguir bailando hasta el amanecer, como una Cenicienta inversa con el vientre yermo y más tragaderas que Linda Lovelace. Quiero decir que el crucifijo de Evo Morales acojona con su rugiente eco de iglesias quemadas y gritos de espanto; y el logotipo pepero da risa por su inanidad feble y mingafría. Dotar al hombre de un acervo de símbolos que explicasen el sentido del mundo fue una de las mayores grandezas de la civilización cristiana. La destrucción de los símbolos, que durante siglos había sido el oscuro sueño de las más sórdidas sectas iconoclastas, comienza en el seno de la civilización cristiana con el protestantismo, que en esto al menos se comporta como un sucedáneo mahometano con ínfulas racionalistas. Y tras el protestantismo prosiguen la tarea iconoclasta las revoluciones, que dejaron a los

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Smbolos y logotiposQuemados y pisoteados los smbolos, los pueblos ansan la subversin y la llamada de la selvaDa 12/07/2015 -04.15hEl azar ha querido que el mismo da en que Evo Morales le regalaba al Papa un tremebundo Cristo crucificado sobre el emblema comunista, los peperos presentaran ante los medios su nuevo logotipo birrioso. A algunos el crucifijo comunista de Evo Morales les ha parecido blasfemo; pero hay en l una grandeza simblica tortuosa e intimidante, como de vmito teolgico que pone el cielo bocabajo y el infierno bocarriba (y no hay ms que ver los ojos de susto que pone el Papa al recibirlo). El logotipo pepero, por el contrario, semeja hasta en el color la gragea que se toman los rijosines patticos a los que ya no se les levanta, o la pastillita de xtasis que se traga la putilla de discoteca, para poder seguir bailando hasta el amanecer, como una Cenicienta inversa con el vientre yermo y ms tragaderas que Linda Lovelace. Quiero decir que el crucifijo de Evo Morales acojona con su rugiente eco de iglesias quemadas y gritos de espanto; y el logotipo pepero da risa por su inanidad feble y mingafra.Dotar al hombre de un acervo de smbolos que explicasen el sentido del mundo fue una de las mayores grandezas de la civilizacin cristiana. La destruccin de los smbolos, que durante siglos haba sido el oscuro sueo de las ms srdidas sectas iconoclastas, comienza en el seno de la civilizacin cristiana con el protestantismo, que en esto al menos se comporta como un sucedneo mahometano con nfulas racionalistas. Y tras el protestantismo prosiguen la tarea iconoclasta las revoluciones, que dejaron a los pueblos europeos sin smbolos a los que aferrarse. De entre todas las fuerzas surgidas del proceso destructivo que se inicia con la Reforma slo el comunismo rescata los smbolos, siquiera en versin pardica: frente al Cuerpo Mstico de Cristo, la vida de hormiguero del koljs; frente a las reliquias de los santos, la momia de Lenin; frente a la Cruz del Calvario que abraza cielo y tierra, la hoz y el martillo que abrazan campo y fbrica. Y es que la filosofa materialista del comunismo entendi desde el primer momento que sin smbolos es imposible aunar voluntades.Y mientras el comunismo dotaba a sus adeptos de smbolos tremebundos, conservadores y liberales se aposentaron en elchill outdel escepticismo comodn y flojeras, o se pusieron a jugar en el parque infantil de Fukuyama, pensando grotescamente que haba llegado la hora de pastorear pueblos entregados al disfrute de placeres ftiles y plebeyos, pueblos idiotizados por el bienestar que, a falta de smbolos, se conformaran con logotipos soplagaitas. Cuitados! Nos adverta Fox que un mundo sin smbolos acaba cayendo necesariamente en brazos del comunismo; pues quemados y pisoteados los smbolos, los pueblos ansan la subversin y la llamada de la selva. Con razn escriba Donoso que las escuelas socialistas, por lo que tienen de teologa satnica, estaban llamadas a prevalecer sobre las liberales, que son antiteolgicas y escpticas. Y sostena tambin Donoso que las escuelas liberales, impotentes lo mismo para el bien (porque carecen de toda afirmacin dogmtica) que para el mal (porque les causa horror toda negacin intrpida) slo dominan en aquellos perodos transitorios en que la gente no sabe si irse con Barrabs o con Jess; y por eso todo el afn de las escuelas liberales, tan ilusorio como pretender arar en el mar, es evitar que llegue el da de las negaciones radicales o de las afirmaciones valerosas.Pero ese da est llegando. Est llegando el momento de elegir entre Barrabs y Jess. Vuelve el comunismo con sus smbolos tremebundos; y los que nadan y guardan la ropa con logotipos con aire de aspirina modorra sern barridos del mapa.