Juan Villarreal

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Juan Villarreal Crisis de la dictadura argentina Los hilos sociales del poder Argentina presentaba una peculiar configuración de su estructura social: heteroge-neidad por arriba y homogeneidad por abajo. Por arriba, la múltiple desavenencia y conflicto de intereses entre industriales- agrarios, especuladores-productores, propie-tarios grandes- pequeños se traducía en la imposibilidad de establecer un proyecto hegemónico relativamente estable. Por abajo, la temprana industrialización, la alta urbanización y el peso generalizado de relaciones salariales conducían a un grado de homnogeneización de las clases subalternas sobre la base de la localización común, la generalización del trabajo asalariado y la condición obrera. Estas clases subalternas se constituyeron en una sociedad sobredeterminada por el estado y las relaciones de poder. No es posible caracterizar estructuralmente a la clase obrera argentina sin hacer referencia al proceso de desarrollo político del peronismo y sin introducir el tema del eje obrero-industrial que se gesta en el país. A través de múltiples enfrentamientos, en diálogo permanente con el poder, acumulando toda una tradición cultural gestada en la lucha cotidiana, organizados desde y contra el Estado, los obreros fueron desarrollando su propia unidad política peronista. Esta identidad política peronista fue subsumiendo un conglomerado de experiencias de lucha inscriptas en puntos, lugares y niveles distintos de las relaciones de fuerza ligadas al poder. De esta manera, se desarrolló un movimiento político polimorfo. Los obreros peronistas comenzaron a presentarse, a principio de la década de los setenta, como virtual amenaza al orden establecido. Era la amenaza de un proyecto corporativo que surgió a la escena ante los vaivenes

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Crisis de la dictadura argentina

Los hilos sociales del poder

Argentina presentaba una peculiar configuracin de su estructura social: heteroge-neidad por arriba y homogeneidad por abajo. Por arriba, la mltiple desavenencia y conflicto de intereses entre industriales-agrarios, especuladores-productores, propie-tarios grandes-pequeos se traduca en la imposibilidad de establecer un proyecto hegemnico relativamente estable. Por abajo, la temprana industrializacin, la alta urbanizacin y el peso generalizado de relaciones salariales conducan a un grado de homnogeneizacin de las clases subalternas sobre la base de la localizacin comn, la generalizacin del trabajo asalariado y la condicin obrera. Estas clases subalternas se constituyeron en una sociedad sobredeterminada por el estado y las relaciones de poder. No es posible caracterizar estructuralmente a la clase obrera argentina sin hacer referencia al proceso de desarrollo poltico del peronismo y sin introducir el tema del eje obrero-industrial que se gesta en el pas. A travs de mltiples enfrentamientos, en dilogo permanente con el poder, acumulando toda una tradicin cultural gestada en la lucha cotidiana, organizados desde y contra el Estado, los obreros fueron desarrollando su propia unidad poltica peronista. Esta identidad poltica peronista fue subsumiendo un conglomerado de experiencias de lucha inscriptas en puntos, lugares y niveles distintos de las relaciones de fuerza ligadas al poder. De esta manera, se desarroll un movimiento poltico polimorfo. Los obreros peronistas comenzaron a presentarse, a principio de la dcada de los setenta, como virtual amenaza al orden establecido. Era la amenaza de un proyecto corporativo que surgi a la escena ante los vaivenes dominantes, la crisis de ingobernabilidad y el empate hegemnico.

Se trataba de una masa asalariada homognea, con poder social y econmico crecientes, potenciada por el poder poltico que le confera su unidad partidaria en el peronismo, conjugada con la presencia activa de sectores juveniles radicalizados ante la incapacidad de los grupos dominantes de desarrollar un proyecto articulador. En estas condicione se produjo el golpe militar de marzo de 1976. El mismo tuvo objetivos manifiestos (aumento de eficiencia, uso eficiente de los recursos financieros, controlar el dficit fiscal) pero tambin objetivos latentes que se inscriban en un conjunto de efectos de poder complejo que tuvieron que ver con destruir, golpear o dividir a sus enemigos: los sectores populares. Las condiciones econmicas revelaban una situacin de desarticulacin considerable entre la formacin del capital y la reproduccin ampliada. Las relaciones asimtricas de dependencia implican un flujo de excedente hacia los pases centrales. En esta coyuntu-ra, el capital financiero y la circulacin son los que detentan el papel dominante, dada la situacin de dependencia de las economas centrales y, en las condiciones de crisis recurrente, crisis de valor e inflacin, resultaba ms favorable esta clase de operaciones de circulacin. La especulacin financiera se convierte en la forma de inversin ms rentable a corto plazo, sin arriesgar en negocios productivos. Adems, la presente situacin invitaba a un drenaje de recursos que podan destinarse a la reproduccin ampliada. Otro de los factores que limitaba la reproduccin ampliada era el escaso desarrollo interno del sector de produccin de medios productivos y la necesidad de importarlos de aquellas economas que controlan el desarrollo tecnolgico. Este desarrollo limitado de la reproduccin ampliada del capital determina un proceso de heterogeneidad estructural, formando sectores econmicos informales que operan en un circuito de reproduccin simple y de trabajo independiente. La dbil reinversin en el ciclo productivo tiene como efecto la cida absoluta de la demanda de mano de obra en la industria y el crecimiento de la tasa de desempleo. Estos fenmenos contribuyen a fragmentar a los sectores populares. Pero por otro lado, esta dependencia, estancamiento, tendencia a las actividades financieras y la poltica monetarista concentradora de la riqueza, estimularon la concentracin de poder econmico que homogeneizaban a las clases dominantes.

Pero aparecieron polticas dirigidas directamente a la homogeneizacin de la sociedad por arriba. La concentracin de poder econmico produjo la satelizacin de capitales menores, la poltica arancelaria llevo a la quiebra a multitud de empresarios medianos y pequeos y las dificultades econmicas llevaron a algunos productores a las actividades comerciales o especulativas.

La presencia de bases sociales de conflicto entre sectores se asienta en un doble fenmeno de heterogeneidad social y desarticulacin hegemnica. Homogeneizar los intereses dominantes y promover a un grupo hegemnico que articule negociando la multiplicidad de reivindicaciones sectoriales es un segundo movimiento de estos intentos.

Un tercer aspecto del intento de homogeneizacin es el de la representacin. El problema de la heterogeneidad se potencia cuando se combina con desarticulacin poltica. El gran capital concentrado no tiene formas estables de representacin dentro del juego constitucional, por lo que se dedica a presionar a favor de sus intereses. Los militares, al asumir la defensa de las "fronteras ideolgicas" del orden, defendieron los intereses de la elite econmicamente dominante, la cual encontr representacin.El intento de heterogeneizacin por abajo comenz con los obreros industriales. El levantamiento de las barreras arancelarias y la eficientizacin de la economa produjeron un desmantelamiento de la produccin industrial, una ola de quiebres de empresas y una considerable reduccin absoluta y relativa del valor agregado de la industria manufacturera. Se puede hablar de una efectiva poltica de reindustrializacin originada en la necesidad de fortalecer a los sectores agropecuarios. Los salarios obreros decayeron, disminuyendo considerablemente el nivel de vida y el poder econmico de los trabajadores. Pero adems se los trat de dividir a travs de un proceso de estratificacin salarial. Esto alter una tradicin histrica de uniformidades salariales y abri paso a las diferencias intersectoriales.Por otro lado, comenz a darse un proceso de terciarizacin e la fuerza de trabajo, producindose una verdadera reestructuracin de los sectores populares, aumentando su fragmentacin y convirtiendo en minora a los obreros industriales. Adems, un trabajo terciario opera en el mbito de circulacin-reproduccin, ocupndose de la reproduccin econmica, de las relaciones sociales y la generacin de poder social. Este sector terciario manifiesta una escasa combatividad, una limitada tradicin de lucha y la falta de cohesin que deriva de pertenecer a un mosaico heterogneo de actividades laborales diferenciadas, dando lugar a una escasa participacin sindical. En este sector, adems de la actividad estatal y el sector formal, aparece el sector informal que aglutina trabajadores ocasiones, cuenta propia, de bajos ingresos y con condiciones precarias de trabajo. El aspecto del proceso de heterogeneizacin de las clases subordinadas ms evidentes es el del crecimiento del trabajo independiente. El trabajador independiente que gener la dictadura tendi a caracterizarse por su perfil proletarizado, precario, marginal. La herencia fundamental de este proceso social regresivo es la fragmentacin popular. La estratificacin obrera, la desindustrializacin, el crecimiento de sectores como los empleados terciarios, independientes y marginales. Fenmeno ste, el de la marginalidad, que se empieza a manifestar como principalmente urbano. La gran masa de los empleados terciarios en la Argentina se ha ido convirtiendo en una nueva fraccin del proletariado, conformando un sector social cada vez ms postergado y explotado. Se caracterizan por estar diseminados en pequeos establecimientos, por considerar su condicin como la de una capa relativamente privilegiada, acusando una escasa tradicin de lucha y organizacin.