LA ADQUISICIÓN DEL SINTAGMA DETERMINANTE EN ESPAÑOL...
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LA ADQUISICIÓN DEL
SINTAGMA DETERMINANTE EN ESPAÑOL COMO
LENGUA SEGUNDA Y LENGUA EXTRANJERA
Tesis doctoral presentada por
Elisa Rosado Villegas
como requisito para la obtención del título de
Doctora en Pedagogía
Programa de doctorado: Ensenyament de Llengües i Literatura
(Bienio 1998-2000)
Departament de Didàctica de la Llengua i la Literatura
Directoras: Dra. Juana Muñoz Liceras Dra. Lourdes Díaz Rodríguez
Tutor: Dr. Joan Perera Parramon
Universitat de Barcelona
2007
Como dice Panorámix ‘los valientes son aquellos que conocen el miedo pero saben dominarlo’.
X. Sebastià
i
Siempre me ha parecido curiosa la forma en que se describe el tiempo pasado en procesos costosos, arduos, hablando de ‘largos años’. En principio todos los años duran lo mismo, casi todos estos años que quiero resumir aquí (en nombres de personas y ciudades, en número de horas, en edificios, teclados y papel, en mensajes y en palabras por teléfono) tenían oficialmente los mismos días, menos, a veces, uno. Sin embargo, la verdad es que unos han pasado más rápido que otros, o han sido menos largos, que es lo que decimos cuando queremos decir que han sido mejores. Esos ratos que pasan enseguida, tan buenos que los pesimistas como yo disfrutamos menos porque se acaban, lo han sido porque soy realmente afortunada, tanto que, a día de hoy, poner orden en mis agradecimientos es una empresa costosa, ardua que me ha llevado días, largos días... Quizá antes de comenzar a dar las gracias, son muchas las gracias, por el apoyo moral y personal, sea conveniente mencionar otro tipo de ayuda, más institucional, académico y/o financiero sin el cual, ciertamente, no hubiera sido posible llevar a cabo este trabajo. Intentaré para todo ello seguir un estricto orden cronológico.
Quisiera agradecer en primer lugar a mis directoras de tesis las Dras. Juana Muñoz Liceras y Lourdes Díaz Rodríguez
por haberme dado la bienvenida al mundo de la investigación sobre la adquisición del lenguaje, en Ottawa primero y después en Barcelona. Las primeras etapas de este trabajo, su planteamiento y las primeras lecturas tuvieron lugar durante mi período de colaboración en los proyectos The specific nature of non-native grammars and the principles and parameters theory en la Universidad de Ottawa, y Análisis de la interlengua española de hablantes no nativos de español y de inglés en contextos de aprendizaje formal, en la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona, dirigidos por la Dra. Muñoz Liceras y la Dra. Díaz respectivamente. Lo cierto es que la Dra. Muñoz Liceras es responsable, en gran medida, de que decidiera seguir este camino y, sobre todo, de que en todo momento lo hiciera con alegría. Gracias, Juana, también por eso.
Mi paso por la Universitat Pompeu Fabra incluyó además, ‘mi descubrimiento’ de Aurora Bel. Las largas (como no podía ser de otra manera) conversaciones con la Dra. Bel han sido decisivas para mí y para este trabajo y han contribuido a esclarecer dudas que hubieran seguido siéndolo de no ser por su ayuda. Y Aurora, claro, ha estado siempre ahí divertida y buena, para cosas no tan académicas. No quiero dejar de mencionar la oportuna ayuda que me ofrecieron la Dra. Carmela Pérez Vidal y el Dr. Luis Pegenaute. Y a la Dra. Empar Hurtado agradezco su memoria y su ternura.
Igualmente, quiero agradecer el apoyo y los valiosísimos consejos de mi tutor, el Dr. Joan Perera Parramon, responsable junto a la Dra. Liliana Tolchinsky Brenman del GRERLI (Grup de Recerca per a l’Estudi del Repertori Lingüístic), grupo de investigación con el que colaboro desde hace años. Mi trabajo en el grupo ha sido y es tremendamente provechoso; desde el punto de vista académico me ha permitido entrar en contacto con diferentes perspectivas de investigación y participar en numerosos congresos internacionales gracias a uno de los cuales pude contar con una ayuda para viajar a Ottawa, en el verano de 2002, a trabajar en el tratamiento de los datos de la tesis. En lo personal, ha supuesto encontrar a Joan, a mi querida Liliana, a Melina (¡Melina!)… y a Naymé. Trabajar con ellos durante todo este tiempo ha sido para mí el mejor de los cursos de formación, el primer regalo que recibí desde que llegué a Barcelona, luego vendrían más.
Los años que pasé en el Departament de Filología Anglesa de la Universitat de Barcelona, gracias a las Dras. Carme Muñoz Lahoz y María Luz Celaya Villanueva, siempre tan accesibles y cercanas, me permitieron continuar formándome y aprender muchísimo de compañeros y alumnos. Además, fueron también el pretexto para conocer a Natalia Judith Laso, la amiga que todo el mundo querría tener, una de las mejores personas que conozco, a Eva Giménez, tan positiva, tan honesta y tan fácil, y last but not least, a Mercè Gonzàlez que vino con su risa y un oportuno análisis made in Boston a revolucionarlo todo. Sólo su valía profesional puede compararse a la generosidad que las tres me han demostrado estos años. A la Dra. Mónica Sanz Torrent, de Psicologia Bàsica, agradezco las horas que pasó conmigo y con mis interminables tablas de datos, moltes gràcies Mònica.
Mi colaboración con el proyecto Bilingualism (English/Spanish) as a first language: a case study of identical twins codirigido por las Dras. Muñoz Liceras y Fernández Fuertes me permitió disfrutar de una fructífera estancia en la Universidad de Valladolid durante el verano de 2003. La ayuda de la Dra. Fernández Fuertes en el planteamiento de los capítulos teóricos de la tesis fue, sin duda, decisiva. Y es que Raquel, mi amiga desde hace ya casi una década, tiene la prodigiosa habilidad de aparecer en el momento justo, de estar también siempre ahí. Mi llegada en 2005 al Departament de Didàctica de la Llengua i la Literatura de la UB ha sido determinante para que haya podido finalizar este trabajo. Con anterioridad, y gracias a la concesión de una ayuda a tesis doctorales por parte de la antigua Divisió V, me fue posible disfrutar de tres meses de trabajo en la Universidad de Ottawa en la primavera, bueno, el perezoso invierno de 2003. Mi paso por el Máster de Formación de Profesores de
ii
Español me ha dado muchas cosas, pero muchas, y quiero agradecer a su director el Dr. Miquel Llobera la confianza que ha tenido en mí desde el principio. A Carme Núñez quiero también dar las gracias por su eficacia y su ayuda. Pero, sin duda, mi (re)toma de contacto con la Dra. Natalia Fullana a mi llegada al departamento ha sido, crucial para mí y para la etapa final de este trabajo, ésa que parecía retrasarse un poco. Agradezco tan sinceramente su tiempo y su dedicación. Igualmente, la ayuda que en el día a día de las clases recibí por su parte y por parte del Dr. Joan Tomàs Pujolà contribuyeron a que esto acabara de tomar forma, como bien saben ellos. Joan Tomàs dice… bueno decir, dice muchas cosas. Una de las más recurrentes es una cita de su madre, algo así como ‘les coses arriben quan han d’arribar’. La segunda, suya, es que la vida va poniendo en tu camino ángeles que aparecen para guiarte, para indicarte cómo o por dónde debes seguir. A mí ambas me parecen muy sabias… Espero, ahora que ha llegado el momento de agradecerles que aparecieran, no dejarme fuera ningún angelito porque, como puede verse, hay muchos.
Durante todos estos días, y desde mucho antes de que todo esto empezara, he recibido ánimos y cariño desde Newcastle y Madrid, desde Huesca y Buenos Aires… Rosalía Santolaria y Beatriz Martínez me han acompañado a diario con su risa y sus colores. Les agradezco por los asados y las trenzas, por los grabados y la música y, sobre todo, por las horas que hemos pasado juntas (y con Mario, claro). Y las que nos quedan.
Desde Santander con amor (y desde las sucursales oficiales y extraoficiales que la vieja universidad tiene repartidas en Madrid, Milán, Canarias, Bilbao, Toledo, Soria…) me ha llegado el cariño incondicional y experto del Dr. Antonio Cano, de mi querida Elsa Gómez, de Laura Segura, Teresa Sánchez Gabriel, Rosa Marín, de Isabel García, y las extraordinarias Gabriela Arribas y Marta García. También la Dra. Nada Vasic y Shevi Baruch han venido algunas veces en persona y muchas desde la distancia a recordarme lo valioso que es tener amigas: I really have to thank you both for your unconditional love and for always being there for me.
Aquí en Barcelona debo dar las gracias a mucha mucha gente que han hecho que la vida haya sido más fácil durante los últimos años. Con Sanna Daalder y Magly Urdaneta han sido muchos los buenos ratos. Susana Sanz ha tenido algunas de las mejores ocurrencias que he escuchado nunca, dichas todas siempre con mucha elegancia y mucho glamour… Y Melina y Judith Aparici, bueno, pues adoptaron casi sin darse cuenta a la mediana. También Gloria Díaz y Anouar Chbarbi han aparecido en el camino en este tiempo y me han demostrado su cariño. El Dr. Reinaldo Martínez ha sido de gran ayuda en diversas fases de la elaboración de esta tesis: su grandeza le ha confirmado como el mejor de los padrinos que podría tener su ahijada, gracias Rei. Y a Patricio Giacomino, mi amigo Pato, mi diseñador favorito, debo agradecerle muchas cosas, sobre todo su forma de ser incondicional conmigo, de estar siempre disponible, de quererme tanto… gracias también de su mano a Quique Marco. Y a Adela Simón gracias por estar con nosotros desde que yo me acuerdo…
Y en Málaga está Puri Blanco, claro, y Celina Alarcón, siempre de buen humor. Y Belén Santamaría, mi otra mitad que lo es desde hace tantos años y a quien ni siquiera tengo que decirle que es lo que le agradezco porque ella ya lo sabe. Tenía razón, al final siempre salimos adelante…
A la hora de agradecer a la familia también se me alarga el texto y, con permiso, se me divide en varias ciudades y hasta continentes. Los Llamazares-Muñoz llevan conmigo muchos años y, entre otras cosas, me han enseñado a comer conejo y lo que se siente al tener un hermano pequeño, lo cual no es poco. Los Pe-Bel me han llevado a la Seu d’Urgell y a Soria, a buscar bolets… Los Aparici-Aznar me han dado risas y bailes, dry-martinis y muchísimo cariño. Y los Sebastià-Sabatè me lo han hecho todo tan fácil desde el principio… moltes gràcies a tots.
En mi casa, en calle María y al lado de la playa, todos tienen la culpa de que esté aquí y me han mandado todos los días apoyo moral y del otro. Gracias a Carmela y Mario, children of the revolution, que nos han alegrado tanto y cuando más falta hacía y a Julio y a Dee. Bueno, es difícil esta parte… es muy difícil condensar aquí todo lo que tengo que agradecer a mi familia. Rodrigo y Elena son los mejores hermanos que podía tener y lo sé desde que sé cosas: gracias a los dos por las canciones, los poemas, las películas y las risas que van siempre a mi lado. Cuando quiero agradecer a mi madre, a Trini, sólo puedo decir que ojalá pudiera llegar a saber siquiera la mitad de todo lo que sabe ella y hacer, como ella, siempre lo que hay que hacer sin que la sonrisa se te vaya de la cara. Y lo más importante, ojalá sepa algún día agradecerle todo lo que ha hecho por mí, por todos. Al recuerdo de mi padre, Rodri, el más rápido, el más espléndido, el más divertido está dedicada esta tesis.
I a Xavi, el meu amor, per que gràcies a ell tot ha començat a tenir sentit, per que ara tot és més fàcil i molt més bonic, cada dia de cada dia.
iii
ÍNDICE
Introducción 1
Capítulo I: El Sintagma Determinante en el español actual: relación
entre artículos determinados y pronombres átonos de objeto 7
1.1 Artículos y pronombres átonos: similitudes y diferencias 7
1.1.1 Relación histórica 10
1.1.2 Contenido semántico de artículos y pronombres objeto 14
1.1.3 Debilidad fonológica y/ o dependencia sintáctica: el
concepto de clítico 18
1.2 Más sobre los artículos del español 25
1.2.1 Los sustantivos nulos 28
1.2.2 La posesión inalienable 32
1.3 Más sobre los pronombres átonos 38
1.3.1 Estructuras de doblado y de ascenso de los clíticos
pronominales 41
1.3.2 Combinaciones de clíticos pronominales y el caso de se 46
1.4 La relación entre artículos determinados y pronombres átonos
de objeto 54
Capítulo II: Los análisis del Sintagma Determinante en la teoría
lingüística moderna 59
2.1 La competencia nativa vista desde la teoría lingüística: el caso
de los artículos y pronombres átonos del español 60
2.2 La hipótesis del Sintagma Determinante [SD] 62
2.2.1 Determinación del núcleo de las estructuras nominales:
¿Sintagma Nominal o Sintagma Determinante? 64
2.2.2 Origen y evolución de la ‘Hipótesis del Sintagma
Determinante’ 68
2.2.3 Categorías funcionales en el SD 76
2.3 La polémica en torno al análisis de los clíticos: a favor o en
contra de la ‘Hipótesis del movimiento’ 89
iv
2.4 Las propuestas recientes: rasgos y categorías en el dominio
nominal 93
2.4.1 Propuestas recientes en el análisis de los artículos
determinados 95
2.4.2 Propuestas recientes en el análisis de los clíticos de
objeto 101
2.4.2.1 Análisis unificado de los clíticos de objeto 102
2.4.2.2 El análisis no unificado de los clíticos 105
2.4.2.3 Los análisis de los clíticos románicos y el
caso de se 111
Capítulo III: La adquisición del Sintagma Determinante: teoría y
metodología 119
3.1 La teoría lingüística y la adquisición del lenguaje nativo y no
nativo 120
3.1.1 El problema lógico de la adquisición del lenguaje no
nativo 126
3.1.2 Teorías y propuestas para la adquisición del lenguaje no
nativo 129
3.2 La adquisición del Sintagma Determinante 133
3.3 La adquisición del artículo determinado 135
3.3.1 La adquisición del artículo determinado en la L1: la
adquisición nativa de los rasgos gramaticales 136
3.3.1.1 Los “protodeterminantes” o “rellenos
monosilábicos” 139
3.3.2 La adquisición no nativa de los rasgos gramaticales
en el SD 141
3.3.2.1 Referencialidad, especificidad y/o univocidad
en el SD 142
3.3.2.2 El número, el género gramatical y el rasgo
“Marcador de palabra” en el SD no nativo 146
3.3.2.3 La variabilidad 157
3.4 La adquisición de los pronombres átonos 160
3.4.1 La adquisición de los pronombres átonos en la L1 161
v
3.4.1.1 La adquisición de la referencia: los principios
de ligamiento 162
3.4.1.2 Producción y omisión de clíticos de objeto (I) 167
3.4.2 La adquisición de los pronombres átonos en la L2 170
3.4.2.1 Producción y omisión de clíticos de objeto (II) 170
3.4.2.2 Los benefactivos y los experimentadores:
se y le(s) 174
3.5 El análisis conjunto de los artículos y los pronombres átonos 177
3.5.1 El análisis conjunto de los artículos y los pronombres
átonos en la adquisición típica y atípica de la L1 177
3.5.2 El análisis conjunto de los artículos y los pronombres
átonos en la adquisición de la L2 183
Capítulo IV: El análisis de los datos del español no nativo 187
4.1 El análisis de los datos lingüísticos: planteamiento metodológico
y selección de sujetos 188
4.1.1 El análisis de los datos de la adquisición desde la
teoría lingüística 191
4.1.2 Aproximación a los datos del corpus: cantidad y calidad
de la producción 193
4.2 Constitución del corpus 195
4.2.1 Los sujetos 195
4.2.1.1 Grupo francés/inglés L1, español L2 (OTT) 197
4.2.1.2 Grupo L1 chino, L2 español (BAR) 199
4.2.1.3 Grupo L1 español (CON) 201
4.3 Los datos 203
4.3.1 Recogida de los datos 204
4.3.2 Las entrevistas 205
4.4 Tratamiento de los datos: transcripción, codificación y análisis 207
4.4.1 Transcripción y codificación 207
4.4.2 Los datos: contajes y análisis estadísticos 209
4.4.2.1 Contajes 209
4.4.2.2 Análisis estadísticos 211
4.5 La competencia nativa como punto de partida 212
4.5.1 Los datos de control y la “falacia comparativa” 213
vi
4.6 La competencia no nativa 215
4.6.1 El conocimiento lingüístico previo: el papel de la L1 215
4.6.1.1 El Sintagma Determinante en inglés y francés 216
4.6.1.2 El Sintagma Determinante en chino: el Sintagma
Clasificador 220
4.7 La competencia no nativa: hipótesis y preguntas de investigación 227
Capítulo V: La adquisición de los artículos y los clíticos en español no
nativo. Descripción de los resultados 233
5.1 Análisis de datos: resultados descriptivos generales 234
5.1.1 Volumen total de producción lingüística de los sujetos 235
5.1.2 La producción de artículos determinados 243
5.1.3. La producción de clíticos pronominales 246
5.2 Análisis de datos: resultados específicos 252
5.2.1 Uso de artículos determinados: omisiones y
naturaleza de la producción 252
5.2.2 Uso de clíticos: omisiones y naturaleza de la producción 256
5.2.2.1 Distribución de uso de los clíticos 259
5.3 Conclusiones preliminares 262
5.3.1 Análisis de casos y/o ejemplos concretos 263
5.4 Artículos y clíticos en el español no nativo 264
5.4.1 El estatuto de los artículos y los clíticos 264
5.4.1.1 Omisión y (sobre)producción 264
5.4.1.2 Discordancia de género y número 268
5.4.1.3 Sustituciones 278
5.4.1.4 Posición 280
5.4.2 Jerarquía de dificultad para los clíticos de objeto 282
5.4.2.1 Omisión y (sobre)producción 283
5.4.2.2 Discordancia de género, número y caso 294
5.4.2.3 Sustituciones 301
5.4.2.4 Posición 303
5.4.2.5 El estatuto de SE 304
5.4.3 Artículos y clíticos en el español no nativo. Sumario 306
5.5 El papel de la transferencia lingüística: la naturaleza de las
formas no nativas 309
vii
5.5.1 Omisión y (sobre)producción 310
5.5.2 Discordancia de género y número 318
5.5.3 Sustituciones 324
5.5.4 Posición 326
5.5.5 El papel de la transferencia lingüística: la naturaleza de
las formas no nativas. Sumario 330
5.6 La aparición y el desarrollo del SD en el español nativo y
no nativo 332
5.6.1 Omisión y producción 334
5.6.2 Aparición de protodeterminantes 335
5.6.3 Aparición de estructuras de sustantivo nulo 337
5.6.4 Expresión de la posesión inalienable: un análisis
detallado 340
5.6.5 Estructuras de duplicación y combinaciones de clíticos 344
5.6.6 La aparición y el desarrollo del SD en el español
nativo y no nativo. Sumario 347
Capítulo VI: Conclusiones 349
6.1 Respuesta a las preguntas de investigación y confirmación
de hipótesis 349
6.2 Consideraciones finales 358
Referencias bibliográficas 361
Anejo 1. Cuestionarios y entrevistas 385
1.1 Cuestionario de información personal. OTT
(Modelo A, inglés) 386
1.2 Cuestionario de información personal. OTT
(Modelo B, francés) 387
1.3 Cuestionario de información personal. BAR 389
1.4 Formulario de consentimiento. OTT
(Modelo A, inglés) 391
1.5 Formulario de consentimiento. OTT
(Modelo B, francés) 393
1.6 Formulario de consentimiento. BAR 395
viii
1.7 Modelo de entrevistas empleadas (Entrevista 2) 396
Anejo 2. Transcripción 401
2.1 Transcripción 401
2.1.1 Unidad de transcripción de la producción 403
2.1.2 Las repeticiones 408
2.1.5 Ejemplo de producción: textos transcritos en CHAT
(OTT, BAR y CON) 412
Anejo 3. Codificación y contajes 419
3.1 Sistema de codificación 419
3.1.1 Las omisiones 423
3.2 Listado de códigos empleados. Manual de codificación 425
3.3 Ejemplo de producción: textos codificados (OTT, BAR y CON) 428
3.4 Output de CLAN: ejemplo de contaje de elementos producidos 436
Anejo 4. Tablas de datos 437
4.1 Tablas capítulo IV 437
4.2 Tablas capítulo V 440
INTRODUCCIÓN
El trabajo del investigador en adquisición de lenguas segundas (ASL) es, desde un
planteamiento puramente descriptivo, determinar, a partir del análisis de datos, cuáles
son las características de los sistemas de interlengua y cuáles las propiedades que los
definen. Este ‘problema del desarrollo’, que se concreta en averiguar cuándo y de qué
manera tiene lugar la adquisición del lenguaje, no es el único del que se ocupa la ASL.
La investigación sobre lenguas segundas y lenguas extranjeras (L2 y LE) tiene también
una finalidad explicativa relacionada con el esclarecimiento del ‘problema lógico de
adquisición del lenguaje’ o ‘de la aprendibilidad’; la búsqueda de una solución a este
problema nos lleva a tratar de averiguar cuál es el origen de las formas no nativas que
típicamente aparecen en las interlenguas (IL) e intentar detectar las regularidades que en
éstas se presentan (Bley-Vroman 1989, O’Grady 1997, Liceras 1996).
Así, las investigaciones realizadas sobre ASL tratan de proporcionar información acerca
de, entre otros, los aspectos que se resumen a continuación (Llobera y Rosado 2004):
1. el “material” básico de que dispone el hablante de lengua segunda (L2) al iniciar
su proceso de adquisición,
2. qué mecanismos se ponen en marcha a la hora de adquirir un ítem, estructura o
uso concretos,
3. cuál es el verdadero ritmo en que se aprenden estructuras y formas concretas,
cuáles son las etapas por las que atraviesa el proceso de adquisición y
4. qué factores (internos al estudiante o externos a él) son relevantes en el
desarrollo del mismo.
Es de esperar que en la adquisición de una L2 se den situaciones y fenómenos muy
diferentes dependiendo de la edad del aprendiz, de la proximidad tipológica entre la L1
y la L2 del hablante, del contexto en que tiene lugar la adquisición, etcétera. Como
2
podemos suponer, realizar un estudio que considere todos y cada uno de los aspectos
anteriores constituiría una empresa enormemente ambiciosa, por no decir imposible y,
por ello, la mayoría de los estudios sobre ASL restringen su campo de estudio a uno o
varios factores de los que se mencionan en el listado de arriba. En este sentido, las
referencias a trabajos realizados en el campo de la adquisición del lenguaje o de la
teoría lingüística incluyen sólo una parte de las propuestas posibles. Esta tesis se limita
considerar la descripción de los sistemas de interlengua de los hablantes de la muestra
desde una perspectiva lingüística y psicolingüística, relativa a la adquisición de la
morfología y de la sintaxis (Liceras 1990, 1992).
Efectivamente, trabajos como el que aquí presentamos se plantean con la intención de
contribuir en lo posible a responder a las siguientes preguntas: ¿en qué forma se produce
la adquisición del lenguaje no nativo?, ¿cuál es el proceso que seguimos cuando
aprendemos una lengua segunda (L2)? o ¿qué es lo que aprendemos y qué es lo que no
aprendemos de esa L2? Con objeto de poder proporcionar respuestas concretas a
preguntas concretas, este tipo de trabajos limitan sus objetivos a problemas particulares
sobre determinadas formas y/o estructuras que por alguna razón despiertan, o han
despertado con anterioridad, el interés del investigador en L2.
Nuestra investigación examina la forma en que tiene lugar la adquisición de los
artículos determinados y los clíticos pronominales del español no nativo para considerar
cuestiones relacionadas, por una parte, con el estatuto gramatical de estas formas
(concretamente, si puede o no defenderse que son elementos de la misma naturaleza) y,
por otra, con el comportamiento que manifiestan en los datos de la interlengua. Por
último, y en relación con el uso de los artículos y los clíticos pronominales, se
consideran las diferencias y similitudes que se observan entre nativos y no nativos, con
el propósito último de detectar o descartar la existencia de paralelismos entre los
mecanismos que subyacen al proceso de adquisición en el caso de la L1 y de la L2.
En trabajos anteriores (Liceras, Díaz y Rosado 1999, Rosado 2000), y en relación con la
adquisición nativa y no nativa de las construcciones que denominamos de sustantivo
nulo (el de Manuela, la que trabajaba allí…) considerábamos la naturaleza del artículo
en relación con la polémica acerca del verdadero estatuto del elemento que las
encabeza. El problema que tradicionalmente se ha planteado a los gramáticos es el de
determinar si este elemento era realmente un artículo ‘sustantivador’ (Gili Gaya 1961,
3
Alarcos 1972) o si, por el contrario se trataba de un pronombre (Bello 1847, Fernández
Ramírez 1973). Tras la revisión de las propuestas de la teoría lingüística y de, sobre
todo, del examen de los datos de la adquisición, se descartó entonces la posibilidad de
que los artículos de los sustantivos nulos fueran de naturaleza pronominal. Sin embargo,
el hecho de que artículos y clíticos compartan una serie de características en lo formal y
en lo semántico y de que puedan analizarse conjuntamente nos parecía, y nos parece,
una interesante propuesta para la investigación.
Nuestro trabajo está inicialmente inspirado en el estudio de Jakubowicz, Nash, Rigaut y
Gérard (1998) que, a partir de los datos de la adquisición del francés por sujetos
diagnosticados con lo que se ha denominado Trastorno específico del lenguaje (TEL),
examina si los artículos y los clíticos, como instancias del núcleo de la categoría
funcional Sintagma Determinante [SD], presentan un comportamiento similar en sujetos
que, tradicionalmente, demuestran tener problemas con los elementos funcionales. El
trabajo de Jakubowicz et al. quiere constatar si los datos experimentales avalan la
propuesta sintáctica que Uriagereka (1995) hace a partir de datos del gallego según la
cual los artículos y los clíticos de acusativo son el mismo elemento [D], núcleo
funcional del SD.1
Desde la adquisición de la L2, también algunos estudios se han interesado por la
comparación entre estos dos tipos de elementos. Por ejemplo, el de Liceras, Pérez-
Tattam, Tremblay y Winnicki (2002) señala la importancia de examinar cómo se
adquieren estas formas situadas en la interficie entre la morfología y la sintaxis ya que,
en lo que se refiere a la teoría de la adquisición, demuestran estar ligados a una serie de
dificultades que se podrían resumir en las que enumeramos a continuación:
- Surgen de acuerdo con un calendario muy específico (Clark 1985, Pierce 1992,
White 1996).
- En el caso de la adquisición de la L2 suelen ser elementos que se fosilizan
(Liceras 1985; Fernández 1991; Liceras, Díaz, Maxwell, Laguardia y Fernández
1998).
1 La adquisición de L2 se ha puesto en relación no sólo con los procesos seguidos en la creación de las gramáticas infantiles sino también con los observados en otras gramáticas en desarrollo, como los sistemas TEL, y en situaciones de contacto de lenguas, tal es el caso de las lenguas criollas (Liceras, Liceras, Martínez, Pérez-Tattam, Perales y Fernández Fuertes 2006).
4
- En el caso de la patología lingüística, están ligados a lo que se conoce como
agramatismo (Kean 1985) y al comportamiento que presentan los sujetos con
TEL (Jakubowicz et al. 1998, 2003, en prensa).
Para la ASL el análisis de estas formas constituye todo un reto que en este trabajo se
aborda a partir de los datos del español L2 y LE. Es de esperar que el análisis de la
producción de nuestros sujetos ponga de manifiesto las peculiaridades que muestra el
proceso de adquisición de los artículos y los clíticos del español no nativo.
Nuestra tesis se estructura como sigue: en el Capítulo I se trata en profundidad la
relación que une a los artículos determinados del español y a la serie de pronombres
(átonos y tónicos) de tercera persona. La idea de que estos dos tipos de elementos tienen
mucho en común goza de cierta tradición para los estudiosos de la gramática (Bello
1847; Fernández Ramírez 1972) y es debida, principalmente a tres razones: su conexión
desde el punto de vista histórico –ambos comparten la misma etimología– (Sección
1.1.1), su contenido semántico (Sección 1.1.2) y su debilidad fonológica y/o
dependencia sintáctica, en esta sección se introduce el controvertido concepto de clítico
(Sección 1.1.3). Las secciones siguientes están dedicadas a considerar el
funcionamiento de algunos fenómenos sintácticos idiosincrásicos del español que
implican la presencia de artículos determinados y de clíticos pronominales
respectivamente, tal es el caso de los sustantivos nulos (Sección 1.2.1) y de la expresión
de la posesión inalienable (Sección 1.2.2). En la sección 1.3 se considera aspectos como
el doblado y el ascenso de los clíticos pronominales o las combinaciones de clíticos
pronominales. En la sección 1.3.2 se examina en detalle el comportamiento especial del
clítico de tercera persona se. La posibilidad de que en ambos casos se trate, en realidad,
del mismo elemento, ha sido y continúa siendo, como veremos, un punto en el que los
gramáticos parecen no ponerse de acuerdo.
En el Capítulo II se revisan los análisis más relevantes que dentro del marco de la
gramática generativa se han realizado sobre el llamado Sintagma Determinante (SD). Se
asume (v. sección 2.1) que la descripción de la competencia lingüística del hablante
nativo de español, el análisis del funcionamiento de los sistemas nativos, es el punto de
referencia desde donde se caracteriza más tarde la gramática de nuestros hablantes de
5
español como L2 y/o LE. La sección 2.2 discute la ‘Hipótesis del Sintagma
Determinante’ repasando la forma en que ésta ha evolucionado desde su aparición y lo
que dicha hipótesis, hoy asumida sin reservas, ha supuesto para la consideración de las
estructuras nominales. Asimismo, en la sección 2.3 nos hacemos eco de la conocida
polémica que, en torno al análisis de los clíticos de objeto existe en relación con el
posible movimiento del clítico desde su posición original en la oración. Por último en la
sección 2.4 se presentan análisis más recientes propuestos desde la teoría para explicar
el funcionamiento de los clíticos de objeto y de artículos. De nuevo el capítulo se cierra
con una sección (2.5) que resume su contenido.
El Capítulo III presenta una serie de teorías y propuestas generales realizadas, a partir
de los resultados de numerosos trabajos de investigación, para explicar cómo tiene lugar
la adquisición del lenguaje nativo y no nativo. La primera parte (sección 3.1) plantea la
forma en que se intenta dar respuesta a los problemas que presenta la adquisición del
lenguaje empleando el análisis lingüístico como principal herramienta de trabajo. En la
sección 3.2 se realiza una introducción a la adquisición del SD que se concreta en las
secciones 3.3, sobre la adquisición del artículo determinado, y 3.4, sobre la adquisición
de los clíticos. En cada una de las dos secciones la estructura que se sigue es la misma:
se revisa en primer lugar los trabajos más relevantes relativos a la adquisición nativa
para continuar por abordar el repaso de los estudios dedicados a examinar el
comportamiento de estas formas en cuestión en la producción no nativa. Por su parte, la
sección 3.6 recoge los resultados de aquellos trabajos que, como el nuestro, analizan la
adquisición, nativa y no nativa, tanto de artículos como de clíticos pronominales.
La descripción de la metodología empleada en la recogida y el análisis de los resultados
se incluye en el Capítulo IV. En la sección 4.1 se define de forma general el
planteamiento metodológico y se realiza un primer acercamiento a los datos de la
muestra. En la sección 4.2 se describe en detalle el proceso de constitución del corpus y
se describe a cada uno de los grupos de la muestra prestando especial atención a
aquellas características que pueden resultarnos relevantes para el análisis. Igualmente,
las secciones 4.3 y 4.4 incluyen una descripción del proceso de recogida de datos y del
procedimiento que se siguió en su tratamiento y análisis. La sección 4.5 por su parte
contiene una reflexión acerca de la necesidad de la inclusión de un grupo nativo de
control y el problema conocido como de ‘la falacia comparativa’. La sección 4.6
6
examina el papel del conocimiento lingüístico anterior en la determinación de la
competencia no nativa y plantea las posibles repercusiones del mismo en la
interpretación de los datos del corpus. Cierra el Capítulo IV la sección 4.7 en la que se
formulan las preguntas de investigación y las hipótesis de trabajo que guían el análisis
de los datos en el capítulo siguiente.
En el Capítulo V se describen y discuten los resultados del estudio a la luz de los
trabajos revisados en los capítulos anteriores. Si bien la sección 5.1 presenta unos
resultados descriptivos generales en la sección 5.2 se abordan análisis específicos sobre
el comportamiento de los clíticos y los artículos no nativos, 5.3 recoge una serie de
conclusiones provisionales a partir de los resultados aparecidos en la sección anterior.
Las hipótesis planteadas en el Capítulo IV se responden respectivamente en las
secciones 5.4, relativa la comparación entre el comportamiento que presentan los
artículos y los clíticos en los datos, 5.5, dedicada a examinar el papel de la transferencia
lingüística en la producción de los sujetos, y 5.6 que considera las divergencias y los
puntos en común entre el proceso de adquisición del lenguaje nativo y no nativo.
Finalmente, el Capítulo VI recoge las conclusiones a las que llegamos a partir del
análisis de los resultados de la muestra e incluye una serie de puntualizaciones que,
junto a algunos apuntes sobre posibles trabajos de investigación, sirven para cerrar esta
tesis. En último lugar se incluye el listado de referencias bibliográficas empleadas en la
elaboración de este estudio seguido de una serie de cuatro anejos.
Así, el objetivo principal de esta investigación es llegar a una caracterización fiable del
sistema gramatical del hablante no nativo de español en relación con el uso de los
artículos determinados y los pronombres átonos de tercera persona. A partir de aquí, y
tras sugerir cuáles son las líneas por las que discurrirá nuestro análisis, nos disponemos
a recoger toda la información relevante que se nos proporcione: desde la gramática
descriptiva y la teoría lingüística moderna, desde los trabajos de adquisición del
lenguaje y, en especial, desde el análisis de los datos de producción nativa y no nativa.
CAPÍTULO I
EL SINTAGMA DETERMINANTE EN EL ESPAÑOL
ACTUAL: RELACIÓN ENTRE ARTÍCULOS
DETERMINADOS Y PRONOMBRES ÁTONOS
‘[...] una de las formas posibles de reinterpretar la clásica y polémica hipótesis de Andrés Bello para el que los artículos determinados eran “formas abreviadas” de los pronombres personales. El mismo Hjemslev (1928:304) pensaba que la posibilidad de unificar artículo y pronombre en una sola categoría es un “punto de partida muy comprensible y bastante seductor” […]’. [I. Bosque 1991: 183]
En este primer capítulo realizamos la presentación de la polémica sintáctica que
considera esta tesis: se trata de exponer cuáles son tradicionalmente los criterios que se
emplean a la hora de establecer comparaciones y paralelismos entre los artículos
determinados y los pronombres átonos de objeto típicos de las lenguas románicas,
centrándonos aquí en el caso del español. Igualmente, se examina cuáles son las
diferencias que pueden observarse en la naturaleza y el comportamiento de unos y otros
elementos. Seguidamente, se incluyen dos secciones que analizan por separado los
artículos y pronombres átonos del español prestando atención a fenómenos sintácticos
concretos que éstos protagonizan o a sus características semánticas particulares. El
capítulo se cierra con una sección de resumen que trata de sintetizar la información
relevante para nuestro estudio en los capítulos y secciones siguientes.
1.1 Artículos y pronombres átonos: similitudes y diferencias
En este apartado nos proponemos considerar, a partir del examen de la
naturaleza y el comportamiento morfosintáctico y semántico de artículos y pronombres
átonos del español, los argumentos que apoyan su análisis unificado. Como veremos, el
Capítulo I
8
rasgo [definitud] (o especificidad, referencialidad, unicidad…) que ambos poseen, la
relación que hay entre ellos desde una perspectiva diacrónica y uno de los aspectos que
posibilitan que sean considerados clíticos especiales (en el sentido de Zwicky 1977,
1985; v. 1.1.3) –su estatuto como elementos dependientes desde el punto de vista
fonológico– son los motivos que permitirán plantear un análisis que los considere de
manera conjunta.
Desde la perspectiva de la teoría lingüística y la Gramática Generativa
Transformacional (GGT), los últimos años han visto aparecer propuestas que defienden
este tipo de análisis unificado. Uriagereka (1995) propone un examen de las lenguas
románicas según el cual los clíticos de acusativo son determinantes, más concretamente,
funcionan como una variedad del artículo determinado (v. Capítulo II), Radford (1997)
asume que todos los sintagmas nominales pueden analizarse de una manera análoga y
que, partiendo de la base de que el determinante es el núcleo de la construcción nominal
(SD, Sintagma Determinante ) cuyo complemento es el sustantivo al que precede (véase
la estructura arbórea de (1a)); paralelamente, los pronombres son núcleos que funcionan
sin un SN que lo complemente (v. (1b)).
(1a) (1b)
De hecho, los sintagmas que tradicionalmente han sido denominados sintagmas
nominales reciben en análisis sintácticos recientes el nombre de sintagmas determinante
(SD) a partir de la consideración del determinante como verdadero núcleo funcional de
las construcciones nominales (Abney 1987, Eguren 1989).1 Desde este momento y a lo
1 Desde este momento, para referirnos a los sintagmas que tradicionalmente se han venido llamando nominales la que utilizaremos será la etiqueta de SD (Sintagma Determinante). La elección de una denominación y no otra tiene, como veremos, repercusiones de corte teórico que afectan al planteamiento general de nuestro trabajo considerado éste desde una perspectiva teórica muy concreta: dentro del marco de la GGT, la aparición de la ‘Hipótesis del SD’ (Abney 1987) marca un antes y un después en el análisis y el tratamiento de las estructuras nominales que quedan automáticamente redenominadas a partir de la consideración del Determinante [D] como verdadero núcleo de las mismas. De todo ello nos ocupamos en detalle en el Capítulo II (v. Sección 2.1.1).
SD
D N
Ø ellas niñas
D N
las
SD
El Sintagma Determinante en el español actual: relación entre artículos y pronombres átonos
9
largo de todo nuestro trabajo tal etiqueta se aplicará tanto a sintagmas del tipo ilustrado
en (2) como a sintagmas compuestos por un pronombre como los de (3) y (4):
(2) Fuimos a la boda con los/estos/unos/mis amigos de Málaga
(3) Fuimos a Londres con ellos
(4) Los he visitado en su casa de la playa
El SD presenta en español, al igual que en el resto de lenguas románicas, concordancia
de género y número entre el determinante, el sustantivo y el/los adjetivo(s) que lo
acompaña(n). Esta flexión es muy evidente en todas las lenguas románicas con la
excepción del francés que presenta a menudo diferencias exclusivamente ortográficas
entre el masculino y el femenino o entre el singular y el plural de nombres y adjetivos.
Igualmente, todos los sustantivos del español, como los del resto de las lenguas
románicas, están marcados para género femenino o masculino y esa marca se filtra y
afecta a todo el sintagma; como comentaremos más tarde en detalle, el género
gramatical no coincide necesariamente con el género natural, como rasgo semántico, de
los sustantivos. Así, en español, todos los nombres presentan una evidente marca
morfológica –a saber, -a para el femenino, -o para el masculino– que, en la mayoría de
los casos, permite reconocer fácilmente a que género pertenece cada sustantivo.2 La
marca de caso gramatical, sin embargo, sólo se hace evidente en español en el
paradigma de los pronombres personales (v. 1.3.).
Así pues, y a partir de lo anterior, vamos a proponer un análisis unificado de los
determinantes como miembros (o núcleos) del SD que sea capaz de dar cuenta de las
características de todas las estructuras nominales del español incluyendo las estructuras
pronominales.
2 Es necesario señalar, no obstante, que en ocasiones la correspondencia entre las terminaciones de los sustantivos y su pertenencia a uno u otro género gramatical (-a femenino, -o masculino) no funciona de forma automática: aparte de sufijos derivativos cuyo género es predecible (-ción (f), -ismo (m)), existen nombres que no presentan ninguna de estas dos terminaciones y cuyo género ha de ser aprendido por el hablante de español individualmente, como parte de la información particular asociada a cada pieza léxica a partir del marcador de palabra que delimita el límite morfológico de la misma (Harris 1991). [v. también Capítulo II, sección 2.2.3].
Capítulo I
10
A continuación pasamos a considerar en detalle los argumentos que, desde distintas
áreas del lenguaje, pueden aportarse para apoyar la hipótesis de que, al tratarse en
realidad del mismo elemento, es posible proponer un análisis teórico común y de
asumir, y esto resulta especialmente relevante para nuestro trabajo, que el proceso que
supone su adquisición por parte de nativos y de no nativos de la lengua será también
equivalente, es decir, que podrá en ambos casos hablarse, o no, de procesos paralelos
(Jakubowicz, Nash, Rigaut y Gerard 1998, Marinis 2001, Liceras, Díaz y Mongeon
2002(a)).
1.1.1 Relación histórica
Existe, desde una perspectiva diacrónica, una relación entre el artículo (el, la,
los, las) y los pronombres personales átonos de objeto de tercera persona (lo, la, los las,
le, les) que suele ser uno de los argumentos para justificar el análisis unificado de unas y
otras formas (Bello 1847; Renzi 1997, 2001; Bosque 1991; Uriagereka 1995). El origen
de los artículos y de todos los elementos que componen el paradigma de los pronombres
es bastante claro:3
a) los de primera y segunda persona (singular y plural) proceden de los
correspondientes pronombres tónicos, y
b) los artículos y pronombres de tercera persona que a nosotros nos ocupan,
como ya se ha dicho, derivan de diferentes formas de la declinación del
demostrativo latino ǏLLE, ǏLLA, ǏLLUM.
El Cuadro I incluye la distribución de las formas del paradigma de artículos
determinados en español actual y el origen histórico de las mismas:
3 Para un análisis sobre el español véase Menéndez Pidal (1904), Lapesa (1961), Penny (1993), o Giusti (2001) para un análisis extendido a todas las lenguas románicas.
El Sintagma Determinante en el español actual: relación entre artículos y pronombres átonos
11
CUADRO I. LOS ARTÍCULOS DETERMINADOS DEL ESPAÑOL Y SU ORIGEN EN LATÍN (Basado en Fernández Soriano, 1993)
Masculino Femenino Singular Plural Singular Plural
ǏLLE > el
ǏLLUM > elo > el4
ǏLLOS > los
ǏLLA > la
ǏLLAS > las
La existencia del artículo determinado caracteriza al español (y al resto de las lenguas
románicas) por oposición al latín, que carecía de elementos específicos para la
expresión de la definitud desprovista de cualquier otro material semántico; su presencia
en las lenguas románicas resultará de gran importancia debido principalmente al
deterioro del sistema flexivo de caso en latín vulgar y en los protorromances; otro tanto
puede decirse del orden de palabras que se hace más fijo, más estricto. Los primeros
textos castellanos muestran ya (Menéndez Pidal 1904, Lapesa 1961, Cano Aguilar
1988) las formas el, la, los, las.5 Mientras que en el caso de los plurales y del femenino
singular la derivación parece bastante clara, se conservan las marcas de género y
número y se reduce fonológicamente la lateral geminada, esto es /-LL-/ > /-l-/, el caso
del masculino singular resulta más problemático. En palabras de Cano Aguilar:
“suele afirmarse que desciende del nominativo ǏLLE, por claridad, pues el acusativo
ĪLLUM hubiera dado lo, homónimo con el neutro; ello choca con las otras lenguas
peninsulares, y también con algunos casos castellanos de lo masculino tras preposición:
de ahí que se afirme que el procede de una apócope de elo, precisamente para evitar
confundirse con el neutro” (1988: 144).
El valor asignado al artículo surge a partir de determinados usos de los demostrativos
latinos, no sólo ǏLLE, también IPSE que es antepasado de otros artículos románicos,
especialmente el de acompañar a sustantivos ya mencionados en el discurso. El artículo
4 Existe además documentada la forma ell, antepasado del que se emplea en español actual ante sustantivos femeninos que comienzan por [á] tónica (el alma blanca, el agua limpia) y que surge del apócope del femenino primitivo ela en los contextos similares: “ell alma, ell espada...” (ejemplos de Cano Aguilar 1988:145). 5 La forma ell era frecuente ante nombre con vocal inicial, mientras que elos, elle, ile sólo aparecen en documentos primitivos y elos, ela(s) se encuentran en León hasta el s. XIV (Cano Aguilar 1988: 144).
Capítulo I
12
abandonará los usos deícticos de los demostrativos de los que desciende y servirá para
indicar la existencia del concepto referido por el sustantivo, la unicidad del mismo o
para referir al hecho de que tal concepto es conocido tanto para el hablante como para el
oyente. (v. 1.2 y 1.2.1).
Del mismo modo, éste será también el caso de los pronombres átonos de objeto que no
conservarán restos del contenido deíctico de sus antecesores. El Cuadro II proporciona
el origen y estado actual del paradigma de pronombres átonos.
CUADRO II. PRONOMBRES ÁTONOS DE OBJETO DE 3ª PERSONA Y SU ORIGEN EN LATÍN (Basado en Penny 1993 y Fernández Soriano, 1993)
Dativo Acusativo Singular
Plural Singular Plural
ǏLLI > le
ǏLLIS > les
fem. ǏLLAM > la ǏLLAS > las
masc. ǏLLUM >
> (no fem.) > lo
neut. ǏLLUD > ǏLLOS > los
Podría decirse que estamos aquí ante un caso que se asemeja al fenómeno que en los
estudios de gramática histórica se ha denominado gramaticalización y que, de forma
general, podría definirse como el proceso de transformación diacrónica que afecta a un
elemento léxico de tal forma que éste se convierte en un elemento funcional (Lehman
1985, Penny 1993, Pagliuca 1994, Klein-Andreu 1996). Normalmente los procesos de
gramaticalización vienen definidos por:
a) la reducción de material fonológico en el elemento afectado y
b) por la pérdida (bleaching) de parte de su contenido semántico.
En la evolución que experimenta ǏLLE como elemento libre o semilibre que sufre una
reducción gradual hasta derivar en categorías cuasi-afijales como el artículo y el
pronombre objeto (Lehman 1985; Penny 1993; Klein-Andreu 1996), por un lado, la
reducción fonológica es la esperada desde el punto de vista diacrónico y según la
El Sintagma Determinante en el español actual: relación entre artículos y pronombres átonos
13
evolución general del latín al español antiguo, a saber, apócope de vocal final y apertura
de Ǐ. Sin embargo, por otra parte, la transformación semántica afecta a unos elementos
funcionales en los que se observa la desaparición de alguno de sus rasgos de contenido;
para explicar la evolución semántica del demostrativo al artículo, se ha hablado de
desgaste semántico, debilitación de la referencia, atenuación deíctica. No obstante,
como señala Bosque (1991), resulta difícil imaginar cómo la referencia o la deixis
pueden debilitarse o atenuarse; digamos que lo que le resulta difícil al autor es otorgar a
estos supuestos procesos devaluativos un estatus teórico claro “que los convierta en algo
más que una intuición” (Bosque, op. cit, 179).6 Nos encontramos aquí ante una
dificultad que suele aparecer en el estudio formal de las lenguas naturales y que consiste
en el hecho de que estos paradigmas constituyen a la vez sistemas formales y productos
históricos.7
En cuanto al paradigma de pronombres átonos, los de primera y segunda persona su
caso es bien diferente pues directamente del elemento equivalente latino y presentan la
misma forma tanto en dativo como en acusativo como se ilustra en el Cuadro III:
CUADRO III . PRONOMBRES ÁTONOS DE OBJETO DE 1ª Y 2ª PERSONA Y SU ORIGEN EN LATÍN (Basado en Fernández Soriano, 1993)
Dativo Acusativo
Singular Plural Singular Plural
ME > me NOS > nos ME > me NOS > nos(otros)
TE > te VOS > os TE > te VOS > os
Es de señalar, igualmente, que estos mismos elementos se emplean en la conjugación de
la primera y segunda persona de los verbos reflexivos, en (4a) y (4b), y pronominales en
(5a) y (5b):
(4a) Me peino todas las mañanas (4b) No te mires en el río
(5a) Nos quejamos de vicio (5b) ¿Os acordáis de Joan Tomàs?
6 Véase el análisis que propone Giusti (2001) en la sección 2.1.3. 7 A este respecto, véase el análisis morfológico de algunos clíticos de las lenguas románicas contemplados como “formas opacas” propuesto por Bonet (1991, 1995) en 1.3.4.
Capítulo I
14
Estas formas pronominales de primera y segunda persona quedan en esta ocasión fuera
de nuestro análisis. Su diversa procedencia lingüística y su mayor especificación
semántica, por comparación con las formas de tercera persona, los distingue de estos
últimos que sí pueden relacionarse con las formas de artículo. El pronombre se merece,
desde luego, consideración aparte ya que, en realidad, dos evoluciones diferentes
confluyen en la misma forma morfológica: a) se heredero directo del pronombre latino
SE, tradicionalmente denominado pronombre reflexivo y b) se procedente de la
evolución fonológica de la amalgama ILLI ELLO > se lo.8
Llegados a este punto, sin embargo, podría argumentarse que el origen histórico común
a pronombres átonos de tercera persona y artículos determinados (Cuadros I y II) por sí
solo no constituye argumento suficiente para proponer un análisis también común para
ambos tipos de elementos ya que, por un lado, esta filiación es compartida, además, por
adjetivos demostrativos (aquel, aquella(s), aquellos, aquello) y pronombres personales
sujeto (él, ella, ellos, ellas); y por otro, porque el paradigma de los pronombres átonos
del español se completa con una serie de formas que no proceden del demostrativo
latino (me, te, nos, os) (Cuadro III) sino de los correspondientes pronombres objeto del
paradigma latino.
No obstante, la hipótesis que defiende que artículos y clíticos de objeto son, en realidad,
diferentes manifestaciones de la misma categoría, maneja además otros argumentos,
entre ellos, el contenido de ambos elementos que comparten, como se expone a
continuación, numerosos rasgos semánticos.
1.1.2 Contenido semántico de artículos y pronombres átonos
A la hora de realizar una caracterización semántica de los elementos en que se
centra nuestro análisis nos encontramos con una serie de conceptos relacionados entre sí
cuya delimitación no parece estar muy clara y que giran en torno al concepto más
amplio de definitud. Pasamos a continuación a considerar qué tipo de contenido
semántico puede expresarse por medio de los clíticos de objeto y los artículos
determinados del español.
8 Con respecto al examen de la naturaleza morfológica y el comportamiento sintáctico de se, véase la sección 1.3.4 en este mismo capítulo.
El Sintagma Determinante en el español actual: relación entre artículos y pronombres átonos
15
En un primer acercamiento, la definitud parece ser un rasgo semántico común tanto a
artículos, como a pronombres personales tónicos y átonos y a demostrativos. El
concepto de definitud, junto a multitud de nociones próximas entre sí y relacionadas
además desde el punto de vista semántico (especificidad, determinación,
referencialidad, unicidad o anáfora), resulta definitivamente de difícil definición y
cuenta con una larga tradición tanto en estudios de lógica y semántica como en trabajos
sobre gramática abordados bien desde un punto de vista puramente descriptivo del
componente morfosintáctico de la lengua o bien enfocados desde la perspectiva del
análisis del discurso. Sin embargo, a pesar de ello, tal y como afirma Bosque (1991), el
análisis de este concepto está entre los que más problemas han causado siempre a los
gramáticos. Tradicionalmente se habla de dos nociones englobadas dentro del concepto
más general de definitud: ‘información consabida o conocida’ y ‘unicidad’ (Russell
1905, 1919; Heim 1982; Leonetti 1990, 1999). La especificidad es también una noción
semántica interesante a la hora de delimitar el alcance de los SSNN; según la definición
de especificidad de Fodor y Sag (1982), un sintagma es específico cuando el hablante se
refiere a una entidad única dentro de la clase denotada por el SN y considera que tal
entidad posee una propiedad, una característica digna de mencionarse. De acuerdo con
lo anterior, la especificidad de un individuo o un objeto no sólo se expresará por medio
del artículo determinado sino también del indeterminado, de los demostrativos. Para
Fodor y Sag (1982) la definitud implicará que hablante y oyente presuponen la
existencia de una entidad única en la clase que define el SN.
Ya Bello (1847) atribuye al artículo la expresión de este tipo de información conocida,
de este ‘conocimiento previo’ para referir a entidades presentes en el universo de
discurso porque, o bien éstas son percibidas directamente o pueden ser identificables
gracias a los conocimientos extralingüísticos de los interlocutores, frente, por ejemplo, a
los indeterminados que son presentadores de referentes no conocidos por el oyente.
Leonetti (1999) apunta, sin embargo, el riesgo que conlleva asumir este enfoque sin
reservas ya que el artículo puede acompañar a sintagmas nominales que constituyen
información nueva para el receptor, sobre todo si se trata de sintagmas descriptivamente
ricos o referidos a realidades que pueden ser inferidas fácilmente. Observemos los
siguientes ejemplos de Leonetti (1999: 793):
Capítulo I
16
(6) la derrota de los sarracenos en la batalla de Poitiers
(7) la decisión de ampliar el plazo
(8) ¡Cuidado con el escalón!
Ni la derrota, la batalla, la decisión o el escalón son conocidos de antemano por el
oyente. Así, a partir de aquí parece, pues, que la idea de definitud, tal y como se ha
venido entendiendo, no es siempre un rasgo semántico del artículo determinado.9
La clásica teoría de las descripciones definidas de Russell (1905, 1919) sostiene que las
oraciones que contienen una descripción definida son un tipo de proposición que
satisface unívocamente esa descripción. Así, la proposición que contiene una referencia
definida será cierta sólo si la proposición que asegura que el objeto existe es también
cierta (cf. además Karmiloff-Smith (1979) o Leonetti (1999)). La noción de unicidad es
la interpretación por defecto que recibe el artículo10 y parece efectivamente ser el
requisito fundamental en los referentes que aparecen acompañados por el artículo
determinado (v. 1.2.2.). Según Leonetti, si bien la referencialidad varía, el requisito de
unicidad, como la capacidad de identificar al referente, permanece estable y es
condición central para el uso de este elemento. A partir de aquí propone una
redenominación del concepto de definitud como “garantía de accesibilidad” por parte
del oyente.
Perlmutter (1971), en su discusión acerca de las diferencias entre sintagmas
determinados e indeterminados, afirma que tales diferencias no se estructuran
exactamente en términos de [+ determinado] o [- determinado] sino que la estructura
profunda del indeterminado es la del numeral,11 mientras que la del determinado se
deriva de una oración de relativo provista de contenido deíctico. También Smith (1964)
insiste en la relación entre artículos y cláusulas de relativo para señalar cómo unos
determinantes (y no otros) seleccionan un tipo de complementación determinada (tanto
9 Lo mismo puede decirse de la especificidad (v. Nota 10). 10 Apunta Leonetti que en aquellos contextos en los que el uso del artículo no se ajusta a la condición de unicidad, es de esperar que la prominencia discursiva del referente lo justifique. Así, en las expresiones tomar el metro, ir al cine o a la playa, salir en los periódicos... la no unicidad de los referentes es paliada por la prominencia contextual de los mismos (v. Epstein 1994). 11 Sin embargo, como señala Karmiloff Smith (1979:30), el análisis de Perlmutter deja a un lado la distinción entre las funciones de referencia no específica, numeral y genérica del indeterminado.
El Sintagma Determinante en el español actual: relación entre artículos y pronombres átonos
17
explicativa como especificativa o sólo una de las dos posibilidades) en ejemplos como
los de (9), (10) y (11):
(9) John is a linguist
(10) *John is the linguist12
(11) John is the linguist who spoke at the meeting
Por su parte Vendler (1967) revisa el análisis de Smith puntualizando que las relativas
explicativas no han de aparecer de forma obligatoria, son opcionales, y que el uso del
determinado implica un tipo de modificación restrictiva que, no obstante, puede muy
bien permanecer implícita. La diferencia que establece entre “expresiones
identificadoras” frente a “expresiones definidas” queda ilustrada en (12) por oposición a
(13) respectivamente:
(12) I know a man who...
(13) I know the man who...
También Searle (1969) y previamente Austin (1965), habían coincidido al asignar al
artículo un papel importante en la organización general del fenómeno discursivo,
desarrollando la noción de la referencia como acto de habla: la función del artículo
determinado no consistirá en implicar la unicidad del objeto, sino en indicar la intención
del hablante de referirlo de manera unívoca e identificar el objeto para el oyente. Así, en
éste su uso referencial, el artículo es un recurso convencional para indicar la intención
del hablante de referirse a un único objeto o entidad que ha aparecido con anterioridad
en el contexto general de discurso.13
Son muchos los autores que han puesto de relieve la relación entre el artículo y el
demostrativo (apoyada, como ya se ha dicho, por la historia de la lengua no sólo en las
12 No obstante, hay contextos en los que el ejemplo de (10) es efectivamente posible si se interpreta en sentido contrastivo:
(i) No! Ken is the linguist, it is Patti that is the designer 13 En la misma línea, los trabajo clásicos sobre cohesión y coherencia en la organización del discurso incluyen al artículo determinado, junto a demostrativos, adverbios y expresiones anafóricas, entre los empleados como recursos lingüísticos de cohesión (cf. Halliday y Hasan 1976, García Soto 1989).
Capítulo I
18
lenguas románicas, sino también en muchas otras lenguas indoeuropeas) y otras
expresiones referenciales. Karmiloff-Smith (1979) recoge algunos de los análisis que
han considerado conjuntamente este tipo de elementos. El trabajo de Ducrot (1971), por
ejemplo, realiza, a partir de datos del francés, un examen de los contextos de aparición
de unos y otros elementos para afirmar que, si bien el demostrativo puede ser siempre
sustituido por el artículo (acompañado quizá de material extralingüístico, señales, etc),
el caso contrario no siempre es posible. En la misma línea se manifiestan Leonetti
(1999) o Gili Gaya (1961).
En la sección que sigue nos disponemos a examinar en qué consiste exactamente el
tercero de los argumentos que apoya el análisis unificado de artículos y pronombres
átonos que es punto de partida de nuestro trabajo: la consideración de los mismos como
clíticos fonológicos y/o sintácticos. A tal fin nos proponemos investigar a qué nos
referimos exactamente cuando hablamos de cliticidad fonológica o sintáctica y qué
elementos están incluidos bajo la etiqueta de clítico.
1.1.3 Debilidad fonológica y/o dependencia sintáctica: el concepto de clítico
Términos como clítico, pronombre, morfema o afijo aparecen continuamente y,
en ocasiones indistintamente, en trabajos sobre morfología y sintaxis realizados desde
muy diferentes perspectivas teóricas; en realidad, a veces parecería que tales nociones
se solapan y desdibujan y no siempre está claro qué implica cada una de ellas. El hecho
de que, por una parte, elementos clíticos –o elementos que presentan alguna de las
propiedades que se atribuyen a los clíticos– formen parte del léxico de prácticamente
todas las lenguas naturales y que, por otra, constituyan un punto de encuentro, de
interacción, entre la morfología, la sintaxis y la fonología otorga a los clíticos un
estatuto especial que justifica la atención que, desde el estudio de las diferentes áreas
del lenguaje, se ha prestado a estas formas desde el punto de vista teórico, histórico y
descriptivo (Spencer 1991, Zwicky 1994, Halpern y Zwicky 1996).
La extensa bibliografía sobre los clíticos y los fenómenos con los que se les relaciona
recogida en Nevis, Joseph, Wanner y Zwicky (1994) incluye una introducción realizada
por Zwicky que proporciona al lector una aproximación al concepto mismo de clítico.
En ella se afirma que todas las lenguas disponen en su repertorio léxico de elementos
El Sintagma Determinante en el español actual: relación entre artículos y pronombres átonos
19
que, al tiempo, tienen en común algunas de las propiedades de las palabras
independientes y algunas de los afijos, concretamente de los afijos verbales. Es decir,
estas formas funcionan, al igual que las palabras independientes, como núcleos,
argumentos o modificadores dentro de los sintagmas en los que aparecen y también,
como los afijos, dependen de otros términos adyacentes. A este tipo de elementos que,
como veremos, se apoyan en términos dentro de su mismo entorno y que al tiempo
muestran algunas de las propiedades características de las palabras plenas se los conoce
como clíticos.14
En línea con lo anterior, para Bosque (1991) está claro que son la tonicidad y la
independencia los criterios sobre los que se ha de basar la distinción entre categorías
gramaticales clíticas y no clíticas, definidas las primeras como aquéllas que se apoyan
en otra forma tónica por carecer de independencia fónica, hecho que de paso implica
que no pueden ser portadoras de acento15. Sin embargo, señala Bosque, y esto resultará,
como veremos, de gran importancia para el desarrollo de nuestro análisis, no debe
identificarse el concepto de forma clítica –concepto gramatical– con el de forma átona –
concepto prosódico. La cliticidad es, en palabras de Bosque “una propiedad que obliga a
ciertas unidades sintácticas a depender morfofonológicamente de otras, es decir,
apoyarse en ellas”; y que esa dependencia se establezca a un nivel tanto fonológico
como morfológico es necesario para que un elemento dado sea considerado como
clítico. La noción original de clítico pertenece, efectivamente, a la fonología, y se
relaciona a palabras no enfáticas, que al ser articuladas parecen formar parte de la
palabra anterior (o posterior); aunque son sus peculiaridades desde el punto de vista
morfológico (y sintáctico) las que hacen que la teoría lingüística fije su atención en
estos elementos. Ni los pronombres átonos ni los artículos determinados, ni los
14 En su introducción al volumen monográfico sobre pronombres átonos del español coordinado por Fernández Soriano (1993), la autora señala que, efectivamente, hay ciertas semejanzas entre los clíticos y la flexión verbal: ambos pueden referirse a personas e impiden que los pronombres tónicos con los que se relacionan tengan esta propiedad de referir a personas, a entidades animadas en general. Es el caso de ejemplos, tomados de Fernández Soriano (1993: 16), como los de (i) y (ii)]:
(i) Vinieron Juan y María; él trajo flores y ella bombones (ii) *Compré un sillón y una silla; él tiene las patas largas y ella cortas
15 No obstante, no siempre ocurre así. Hay ocasiones en que los clíticos portan efectivamente acento principal o secundario (v. Klavans 1982, Mascaró y Rigau 2002). Efectivamente la no acentuación ha sido tradicionalmente considerada como una de las propiedades esenciales, incluso definitoria de los clíticos; sin embargo, como decimos existen algunos ejemplos en los que no es éste el caso. Para secuencias como ¡Cómetelo! [kòmeteló], ¡Llévatela! [llèvatelá], Mascaró y Rigau (2002) proponen una reinterpretación de las propiedades fonológicas del clítico en estos términos: “los clíticos son elementos que no definen un dominio acentual por sí mismos”.
Capítulo I
20
posesivos antepuestos del español –todos ellos elementos que pueden ser analizados
como clíticos– pueden, en principio, ser portadores de acento, ni siquiera como
contestación a una pregunta; en este sentido todos estos elementos se alejan de las
palabras independientes y se acercan a los afijos o morfemas ligados (v. Hernanz y
Brucart 1987, Fernández Soriano 1993).
Según Zwicky (1991) se distinguen actualmente dos tendencias claras en los estudios
sobre clíticos. Si bien ambas coinciden en asignar a tales elementos un estatuto especial
desde el punto de vista sintáctico, divergen a la hora localizar dónde reside la otra
peculiaridad que los define:
a) en lo fonológico los clíticos son elementos dependientes que obligatoriamente
se adjuntan a material presente en su mismo dominio prosódico.
b) en lo morfológico, de modo que el papel de los clíticos se desempeña en la
estructura morfosintáctica de la frase.
Del mismo modo, el término clítico debe entenderse, en su sentido más amplio, como
un término umbrella16 y no como una categoría específica, a pesar de que abarque
conceptos teóricos más claros. En este caso, tanto palabras ligadas como afijos verbales
quedarían incluidos en el concepto más amplio de clítico. Si decidimos reservar el
término clítico para referirnos a un tipo de elemento u a otro, hemos de asumir que se
tratará tan sólo de una decisión terminológica que para Zwicky resultaría inadecuada
dado lo amplio que puede llegar a ser el término.
Dentro de una perspectiva teórica reciente, tras la publicación de los trabajos pioneros
de Kayne (1975) y Zwicky (1977), los años ochenta contemplan un creciente interés por
el estudio del comportamiento de los clíticos desde todas las perspectivas. La
clasificación que desde dicho trabajo se propone continúa siendo de referencia para todo
estudio que se plantee un análisis del funcionamiento sintáctico de los clíticos (cf. entre
otros muchos Spencer 1991; Fernández Soriano 1993, 1999; Everett 1996; Mascaró y
16 Este término se aplica a fenómenos que presentan propiedades en algún sentido mixtas y no a constructos teóricos claros. Cuando hablamos de incorporación (Baker 1988) para referirnos a estructuras con características tanto de palabras simples como de cláusulas, puede decirse que estamos empleando términos umbrella (Zwicky 1994).
El Sintagma Determinante en el español actual: relación entre artículos y pronombres átonos
21
Rigau 2002). Tal clasificación distingue tres tipos de elementos clíticos diferentes:
clíticos simples, clíticos especiales y palabras ligadas:
a) los clíticos simples están relacionados con una forma plena fácilmente recuperable,
de la que constituyen una variante reducida y con la que alternan según criterios
relacionados con, por ejemplo, el nivel de formalidad del registro o la velocidad
imprimida al discurso. Si bien su comportamiento prosódico los convierte en clíticos, lo
normal es que, desde el punto de vista sintáctico presenten una conducta, por así decirlo,
no especial, es decir, la misma presentada por sus alomorfos plenos; los auxiliares
reducidos y los pronombres del inglés –´ll, ´d, ‘s en lugar de will, would, is o has, ´er,
‘im, ‘em en lugar de her, him o them–, son normalmente citados como ejemplos de
clíticos simples.
b) las palabras ligadas, por su parte, no corresponden a ninguna forma plena y no
pueden, por lo tanto, analizarse como reducciones de palabras reales, pero, igualmente
necesitan una palabra que sea su huésped y aparecen en contextos restringidos; la
conjunción latina –que o el interrogativo li del serbocroata son palabras ligadas.
c) los clíticos especiales constituyen efectivamente alomorfos de una palabra plena,
pero, a diferencia de los clíticos simples, no derivan de la reducción de estas variantes
plenas y no dependen de factores como la velocidad en la producción. Los pronombres
átonos siempre en posición adyacente al verbo en las lenguas románicas o los clíticos en
segunda posición obligatoria típicos de los protorromances y las lenguas eslavas son los
clásicos ejemplos de este tipo de clíticos especiales.17
Spencer (1991) realiza una reflexión histórica acerca de la naturaleza de estos tres tipos
de elementos para afirmar que, ya que las relaciones entre palabras plenas y clíticos
especiales son consideradas como un tipo de alomorfia, parecería razonable asumir que
palabras que se han convertido en clíticos simples por un proceso de reducción
fonológica (en contextos de producción más o menos acelerada), pueden ser
reanalizadas como clíticos especiales por parte de una generación posterior de
hablantes. Es más, si el clítico especial siempre es huésped de una categoría concreta
17 Ejemplo de este tipo de proceso completado es la evolución de los tiempos del futuro en las lenguas románicas y su transformación de formas analíticas a formas sintéticas (Spencer 1991).
Capítulo I
22
puede, en un estadio posterior, ser reanalizado como afijo18. A pesar de lo conveniente
que puede resultar esta clasificación quedan aún muchas cuestiones por resolver acerca
del tipo de reducción fonológica que daría lugar a la aparición de un clítico simple
frente a un proceso morfofonológico, por definición más complicado, que sería
necesario para la obtención de un clítico especial.
En su introducción a Approaching Second, colección de artículos sobre el fenómeno de
la clíticización desde una perspectiva translingüística editada por Halpern y Zwicky
(1996), Halpern define los clíticos de segunda posición como clíticos que no se afijan a
un huésped verbal sino a cualquier elemento que se encuentre en el lugar adecuado en la
oración. Según este autor la categoría en cuestión incluirá, naturalmente, pronombres,
auxiliares, marcadores de discurso y, en ocasiones, otros elementos pertenecientes a una
clase cerrada que tienden a aparecer de forma característica como el segundo elemento
de la cláusula, ya sea palabra o constituyente, y esto parece especialmente relevante en
lenguas que presentan un orden de palabras no demasiado estricto. Así, de lo afirmado
por Halpern puede deducirse que, en su clasificación, ciertos elementos catalogados por
Zwicky (1977) como clíticos especiales mantienen esa denominación y reciben, además,
una nueva, más especializada que atiende a criterios relacionados con el contexto en que
aparecen, con su posición en la oración.
La segunda posición (2P) de cláusula en la que aparecen los clíticos en algunas lenguas
eslavas como el serbocroata o en lenguas tan dispares entre sí como el luiseño (lengua
azteca) o el warlpiri (lengua aborigen australiana) se conoce también como Posición
Wackernagel ya que a este autor alemán se debe una muy detallada descripción del
fenómeno en lenguas indoeuropeas (Wackernagel 1892, Spencer 1991). La aparición
obligatoria de elementos clíticos –no se habla explícitamente de clíticos sino de ciertos
18 Quizá podría argumentarse que los clíticos pronominales de dativo en el español actual están en este momento en el proceso de convertirse en afijo (cf. Fernández Soriano 1999). Parece que, en determinados contextos, el uso por parte de hablantes nativos analiza estos clíticos especiales como afijos ya que éstos tienden a sobregeneralizarlo en contextos en los que aparece un SN pleno como en (i):
(i) A MI SOBRINA (y no a mi tía) (le) voy a regalar unos pendientes.
Al tratarse de un contexto de rematización en el que la información nueva ocupa un lugar inicial, enfático en la oración, el uso del clítico resulta, en principio, agramatical (Hernanz y Brucart 1987). Lo mismo ocurre con oraciones interrogativas como las del ejemplo de (iv):
(ii) ¿A QUIÉN (le) regalaste unos pendientes?
Sin embargo, como decimos, es de esperar que la mayoría de los hispanohablantes nativos considerara las secuencias anteriores con le no sólo como posibles sino incluso que las prefiriera a un equivalente en el que no apareciera el clítico (v. sección 1.3.1 en este mismo capítulo).
El Sintagma Determinante en el español actual: relación entre artículos y pronombres átonos
23
elementos– en dicha posición se conoce como ley de Wackernagel e igualmente los
clíticos que se comportan de acuerdo a esta ley se denominan clíticos 2P o clíticos
Wackernagel. Éste era también el caso del español antiguo (Rivero 1986, 1993; Fontana
1993) y del resto de las lenguas del área románica en estadios anteriores al actual. Hoy
en la mayoría de las lenguas románicas los clíticos pueden efectivamente aparecer en
posición inicial de cláusula y han abandonado la posición Wackernagel para aparecer
exclusivamente enclíticos o proclíticos al verbo.19 Sin embargo, las lenguas románicas
antiguas presentaban formas pronominales tanto enclíticas como proclíticas que se
alternaban según los principios establecidos en la ley Tobler-Mussafia por la que se
afirma que si el verbo ocupa la primera posición en la frase, el clítico ha de seguirlo, de
modo que el clítico no aparecerá en posición inicial de oración. Este fenómeno está
también relacionado con el cambio en el orden de palabras que sufren los
protorromances: de lengua SOV a lengua SVO. Para autores como Wanner (1987) la ley
de Tobler-Mussafia puede considerarse la reinterpretación o continuación de la de
Wackernagel (Fernández Soriano 1993, Halpern 1998) pero para Fontana (1993, 1996)
ello no es necesario si se establecen los principios de aparición del clítico en segunda
posición.
En el proceso de gramaticalización que experimenta el sistema pronominal del latín
hasta derivar en los sistemas presentados hoy por las lenguas que de él proceden, estos
elementos pasan de funcionar como clíticos simples a convertirse en clíticos especiales,
por seguir empleando la terminología de Zwicky. Podría afirmarse, por tanto, que se
trata de una evolución en la naturaleza del clítico, en la medida en que, si bien los
clíticos latinos funcionan como clíticos simples (no iniciales de cláusula y capaces de
adjuntarse a varios tipos de sintagma), los de las lenguas románicas se ajustan mejor a la
19 Con respecto a la posición de los clíticos, el portugués presenta un comportamiento excepcional frente al resto de las lenguas románicas ya que parece haber conservado algunas de las propiedades de los clíticos Wackernagel. En portugués los pronombres clíticos (de objeto) presentan una distribución especial: en oraciones afirmativas aparecen enclíticos al verbo, incluso con verbos finitos. Sin embargo, en oraciones interrogativas o negativas el clítico aparece en posición preverbal. Confróntense los ejemplos del portugués, en (i), y el castellano en (ii):
(ia) via me (iia) me veía (ib) vejo o (iib) lo veo (ic) Quando o vendem? (iic) ¿Cúando lo venden? (id) Nao o tenho (iid) No lo tengo
Podría decirse que, de alguna forma, los clíticos pronominales del portugués están en un estadio de evolución intermedia entre el presentado por elementos similares de los protorromances y el de las lenguas románicas actuales, ya que su comportamiento presenta características propias tanto de clíticos simples como de clíticos especiales (Spencer 1991, Barbosa 2000).
Capítulo I
24
denominación de clíticos especiales y sólo pueden adjuntarse al verbo (Rivero 1986,
Fernández Soriano 1993).
Sin embargo, vista la tipología anterior de clíticos, hay que señalar que en la lingüística
española –o quizá debiera decirse aquí románica– existe una tradición relativamente
reciente que emplea el término clítico para designar a los elementos que integran el
paradigma de los pronombres personales objeto, incluso a pesar de que se asuma que el
término puede aplicarse, y de hecho se aplique, a otras categorías (cf. Rivero 1992;
Bosque 1991; Fernández Soriano 1993, 1999). Si bien es cierto que la serie átona de
pronombres de objeto es probablemente el ejemplo más conocido de clíticos en español,
también los artículos, los posesivos átonos (Bosque 1991, Picallo y Rigau 1999), la
forma que (como conjunción y como relativo) y algunos verbos auxiliares –por ejemplo
las formas monosilábicas de haber en la formación del pretérito perfecto (cf. Suñer
1987)– son también considerados elementos clíticos.
Junto a lo anterior, y como parte de un concepto de clítico más amplio, el trabajo de
Everett (1996) parte de una premisa bastante fuerte que considera que clíticos y afijos
son el mismo tipo de elemento desde el punto de vista sintáctico –todos los clíticos
presentan, según esto, el mismo comportamiento: se incorporan a un núcleo en un
proceso de naturaleza sintáctica. De esta forma, las dos categorías –clíticos y afijos–
sólo difieren en el tipo de requisitos que exigirán en lo morfológico y/o en lo
fonológico. Ya el título de su trabajo –Why there are no clitics– es bastante ilustrativo y
sugiere hacia dónde el autor encamina su propuesta; según Everett los clíticos son
“meros” haces de rasgos gramaticales que no constituyen entradas léxicas
independientes sino que más bien funcionan como alomorfos, combinaciones diferentes
de rasgos.20 El argumento es que ni clíticos ni pronombres o morfemas de concordancia
deben considerarse primitivos teóricos o categorías ontológicas independientes, los
rasgos formales (persona, número, género, caso) de los que están compuestos son
almacenados en el léxico individualmente y la selección se lleva a cabo también de
forma individual en la formación de cada una de estas categorías.
20 De alguna manera la de Everett (1996) está relacionada, como veremos, con propuestas recientes sobre el funcionamiento y estatuto de los clíticos (v. Kato 1999), algunas de corte eminentemente morfológico como la de Bonet que revisamos en la sección 1.3.2 (1991, 1995). La determinación de cuáles son los rasgos presentes en el sistema de los pronombres átonos del español permitirá, por contraste, acercarnos a un análisis adecuado de la naturaleza del sistema equivalente en español no nativo.
El Sintagma Determinante en el español actual: relación entre artículos y pronombres átonos
25
Parece, pues, evidente que el estudio de estos elementos ha de plantearse, para empezar,
cuestiones como la división entre clíticos simples y clíticos especiales, entre clíticos
verbales y otros tipos de clíticos especiales, entre afijos y clíticos o, quizá en primer
lugar, entre palabras independientes y clíticos. Lo que también parece claro desde
cualquier perspectiva es que bajo la denominación general de clítico se suele incluir a
distintos elementos que presentan diferencias entre sí. Una aproximación descriptiva del
grupo ya revela la existencia de una variedad importante en sus componentes y ello nos
permite suponer que alcanzar una caracterización unitaria de los mismos constituye una
tarea que no está dentro de los objetivos de este trabajo. No obstante, sí existen
determinados enfoques teóricos, algunos de los cuales ya han sido comentados, que nos
permiten hacer ciertas generalizaciones acerca de, como mínimo, subconjuntos
concretos dentro de una categoría general tan amplia y heterogénea como la que nos
ocupa.
Tras esta primera exposición unificada de artículos y clíticos pasamos en la sección
siguiente a centrarnos en la caracterización de cada una de estas categorías por
separado.
1.2 Más sobre los artículos del español
La determinación de la naturaleza morfológica y semántica del artículo
determinado así como la descripción de su comportamiento sintáctico es un problema
que viene de antiguo y que, aún hoy, es discutido por lingüistas procedentes de muy
diferentes escuelas teóricas.
El elemento que hoy conocemos como artículo determinado es un elemento átono desde
su origen (Menéndez Pidal 1904) y, ya que no existía en latín, cuando las lenguas
románicas sienten la necesidad de disponer de un elemento (similar al existente, por
ejemplo, en lenguas como el griego) que restrinja y defina la referencia de los sintagmas
nominales por él encabezados –con la excepción del rumano que es la única lengua
románica en que el artículo no encabeza los sintagmas nominales sino que aparece
Capítulo I
26
proclítico al sustantivo21– lo desarrollan de forma diversa según la lengua de que se
trate, si bien, todas las lenguas que derivan del latín disponen de un artículo
determinado.
El artículo, y lo mismo puede decirse de otros determinantes, permite a un sustantivo (a
un SN) referir a un objeto, entidad o individuo del discurso, es decir, sirve, como ya se
ha anticipado, para establecer la conexión entre la información contextual y la
información léxica contenida en los sintagmas nominales (Leonetti 1999). El paradigma
del artículo determinado en español presenta flexión de género (masculino y femenino)
y número (singular y plural) y la forma escogida dependerá en cada caso del género del
sustantivo al que determinan. Esto no afectaría a una última forma que completa el
paradigma: el artículo lo que, tradicionalmente, ha sido considerado neutro, que nunca
acompaña a sustantivo alguno ya que no hay sustantivos de género neutro en español y
que no presenta flexión de número. La distribución de las formas que componen el
paradigma del artículo español sería la que mostramos en el Cuadro IV:
CUADRO IV . ARTÍCULOS DETERMINADOS DEL ESPAÑOL
Masculino Femenino Neutro
Singular el la lo
Plural los las -
La clase de los determinantes en español incluye artículos, demostrativos, posesivos,
cuantificadores además de una serie restringida de elementos léxicos que
semánticamente nos remiten a nociones como identidad o cantidad: otro, diversos,
diferentes, numerosos... Todo grupo nominal, ya sea, como veremos, referencial o
cuantificado, está formado por un determinante al que sigue un nombre común –seguido
o no por algún tipo de modificación. Como ya se ha señalado con anterioridad, el
español dispone dentro del paradigma general de los determinantes, como el resto de las
lenguas románicas por oposición al latín del que todas proceden, de un elemento de
escasa carga deíctica y/o cuantificadora y de una distribución muy amplia, tanto, que 21 Para Renzi (1997) y Giusti (2001) el hecho de que el artículo rumano sea un morfema y, de hecho, así se represente constituye un estadio más avanzado (por comparación con el resto de las lenguas románicas) hacia un proceso de gramaticalización. Dicho morfema puede aparecer ligado tanto al sustantivo (véase (i) como al adjetivo como en (ii):
(i) băiatul (niño el) (ii) frumosul băiat (bonito el niño)
El Sintagma Determinante en el español actual: relación entre artículos y pronombres átonos
27
como señala Laca (1999) “en todas las lenguas que los poseen, la aparición de
sustantivos o grupos nominales sin determinante está más o menos, severamente
restringida” (p. 893). De este modo, lo que distingue al artículo del resto de elementos
que se incluyen dentro de una categoría más general que abarca todo tipo de
determinantes es que no aporta contenido adicional a la determinación erigiéndose así
como un determinante “puro” (Cano Aguilar 1988).
Ya se ha visto que los demostrativos comparten diversas propiedades con los artículos
determinados, entre otras, su condición de determinante pronominal, la filiación
histórica, y la capacidad para la expresión de la definitud. Para algunos autores todos
éstos son argumentos para considerar conjuntamente ambas categorías.
Para Gili Gaya (1961) el artículo es, histórica y funcionalmente, un adjetivo
demostrativo de significación debilitada; no expresa localización como los
demostrativos, ni puede usarse independientemente de los sustantivos. Recuperando a
Lenz (1920) afirma que “más que una clase especial de palabras, los artículos son un
accidente gramatical”. En el caso de los artículos determinados se trata de señalar que el
sustantivo al que se refieren es conocido y que suponemos que la persona con quien
hablamos sabe de qué hablamos; si no es previamente conocido “hay que completar la
determinación por otros medios”.
Existen diversas razones para separar en el análisis a demostrativos de artículos. Sin ir
más lejos, mientras que aquéllos exigen que el referente pueda ser identificado en el
contexto de la situación comunicativa o discursiva, la función del artículo es meramente
identificativa ya que, como vimos, sólo indican que el referente ha de distinguirse de
forma unívoca y el contenido deíctico de los demostrativos está aquí ausente. De este
modo, lo que distingue al artículo del resto de elementos que se incluyen dentro de una
categoría más general que abarca todo tipo de determinantes es que no aporta contenido
adicional a la determinación erigiéndose así como un determinante “puro” (Cano
Aguilar 1988) que, de alguna manera, ‘reclasifica’ al referente por medio de alguna
propiedad, como un comentario lateral añadido que tiene especial relevancia en el
discurso (Leonetti 1999; p. 807). Para Leonetti (1999) parece claro que, con respecto al
artículo determinado, el demostrativo es una forma marcada, más especificada
semánticamente (Renzi 1997, Giusti 2001) y con unos contextos de uso y de aparición
Capítulo I
28
más restringidos. Por lo tanto, como ya hemos dicho, es casi siempre posible sustituir un
demostrativo por un artículo determinado pero no al revés (Leonetti 1990, 1999).
En español, además –y esto distingue a esta lengua de otras lenguas románicas como el
italiano y el francés- ambas categorías pueden encabezar sintagmas en los que hay
elisión del sustantivo o sintagmas de sustantivo nulo (v. sección 1.2.2 a continuación).
Este último dato tendrá importantes repercusiones tanto para el análisis del
comportamiento sintáctico de estos elementos como para el análisis e interpretación de
los datos de la adquisición.
1.2.1 Los sustantivos nulos
Un fenómeno que el artículo determinado del español comparte con otras
lenguas románicas como el catalán o el portugués, frente, por ejemplo, al francés o el
italiano que no presentan esta posibilidad, es la capacidad del artículo de encabezar
sintagmas en los que, en ausencia de un sustantivo, aparece seguido de adjetivos como
en (14), sintagmas preposicionales como en (15) u oraciones de relativo como (16):
(14) la rubia
(15) la de los rizos rubios
(16) la que vive en la playa
Tradicionalmente se han proporcionado dos explicaciones para el funcionamiento de
estos sintagmas. De acuerdo con la primera de ellas, en este tipo de sintagmas tiene
lugar un proceso de recategorización por el cual el determinante que aparece en ellas
posee la capacidad de convertir a un elemento que normalmente funcionaría como
complemento del sustantivo en núcleo de un SN. Gili Gaya (1961), para quien ésta es
una de las características más salientes del español entre las lenguas modernas, afirma
que el artículo determinado, además de indicar el género y el número del sustantivo
elidido, es capaz de sustantivar a una oración entera sin modificar para nada su propia
función gramatical, mientras que para desempeñar esa función de sustantivador otras
lenguas deben recurrir al uso del demostrativo.
El Sintagma Determinante en el español actual: relación entre artículos y pronombres átonos
29
En el mismo sentido Alarcos (1972) es tajante acerca de la capacidad sustantivadora del
artículo español y asegura que “cuando un artículo se antepone a elementos cuya
función habitual no es la de nombre, el papel de aquél evidentemente consiste en
trasponer tales elementos a la función que el nombre desempeña en la oración” (Alarcos
1972:172). El artículo es, pues, un traspositor a nombre de cualquier otro elemento
funcional.22
La segunda postura cuestiona la naturaleza del elemento que encabeza estas
construcciones y lo contempla como un pronombre capaz de funcionar de forma
autónoma ya que, según la definición tradicional, el artículo ha de aparecer
forzosamente modificando a un sustantivo. Ya en 1847 asigna Bello al artículo de estas
estructuras un carácter pronominal y defiende, además, que éste no es más que la forma
sincopada del pronombre; dicho de otra forma, para él, es el artículo el que se sustantiva
(se convierte en forma pronominal) como ocurre, por ejemplo, con los demostrativos.
Las formas el, la, los, las, no son para Bello más que las abreviaturas de él, ella, ellos,
ellas. Para que en español se empleen las formas sincopadas del artículo es necesario “o
que se construya con sustantivo expreso, o que se ponga al sustantivo subentendido
alguna modificación especificativa. Cuando la modificación es explicativa se usa la
forma íntegra del artículo, no la sincopada” (Bello 1847:172). Desde su punto de vista,
por tanto, es claro que el funcionamiento de este tipo de sintagmas puede explicarse sin
necesidad de recategorizar elemento alguno. Si gramáticas anteriores admiten de forma
general y sin reservas la presencia de pronombres demostrativos en construcciones
22 También algunos estudios de gramática generativa coinciden en no considerar estos elementos como pronombres sino como determinantes. Hernanz y Brucart (1987) señalan la agramaticalidad de (i) frente a la validez de (ii):
(i) *La, que vivió en Ávila, está acostumbrada al frío
(ii) La que vivió en Ávila está acostumbrada al frío
Según estos autores, los complementos explicativos, que estructuralmente están mucho menos ligados al determinante, no pueden seguir a las formas átonas que aparecen en estas construcciones. La complementación especificativa es, por el contrario, admitida sin reservas. Señalan además que, si (vi) fuera una oración gramatical sería del mismo modo posible la existencia de grupos fónicos formados únicamente por uno de estos clíticos, como se indica en (iii):
(iii) *La está acostumbrada al frío
Capítulo I
30
similares, parece natural para Bello que la misma posibilidad sea factible con estos
elementos.23
Por otra parte, con objeto de dar cuenta de este tipo de estructuras Fernández Ramírez
(1986), parte de la base etimológica común de artículos y pronombres personales para
afirmar después que, además de acompañar al sustantivo, puede encontrarse al artículo
concordante como término primario. De acuerdo con Fernández Ramírez en dichas
estructuras este artículo anafórico puede desempeñar funciones análogas a las que
desempeña el nombre con artículo no anafórico, es decir, puede aparecer regido por una
preposición, funcionar como término de comparación, sujeto, predicado, etcétera. En
cualquier caso, queda para este autor clara la condición anafórica del artículo en estas
construcciones y elimina la necesidad de hablar de sustantivación para justificar el
funcionamiento de las mismas; él mismo destaca en el Esbozo (1973) que precisamente
se distingue el español entre el resto de las lenguas modernas por la extensión que da a
la sustantivación de frases con el artículo determinado cuando otras lenguas románicas
tienen que recurrir al demostrativo (fr. celui, it. quello…) sobre todo con el antecedente
“callado”.
El problema de determinar la verdadera naturaleza de estos determinantes viene, como
vemos, de antiguo. Hernanz y Brucart (1987) resuelven que resulta inexacto considerar
formas pronominales a estos determinantes debido, por una parte, al carácter átono de
las formas del artículo que preceden al complemento y, por otra, a la incompatibilidad
que parece existir entre pronombres personales y complementos especificativos. Con los
artículos, debido a su condición de clíticos, se da justamente el caso contrario, desde el
momento en que no pueden aparecer acompañados de un complemento explicativo y
admiten sin problemas la complementación especifícativa (véase nota al pie 23). Del
mismo modo, la teoría de la sustantivación quedaría descartada desde el momento en
que resulta imposible para la gramática generativa, en su intento de alcanzar una
uniformización de los fenómenos implicados en una teoría consistente del lenguaje,
admitir la existencia de procesos de recategorización.
23 En realidad, Bello considera también demostrativos a los artículos determinados. En su definición primera de artículo determinado afirma “El /la/ es por consiguiente un demostrativo como /aquella/ y /esta/, pero que demuestra o señala de un modo más vago, no expresando mayor o menor distancia. Este demostrativo llamado ARTÍCULO DETERMINADO, es adjetivo, y tiene diferentes terminaciones para los varios géneros y números: el campo, la casa, los campos, las casas.” (1847. 277). [La mayúscula es del autor].
El Sintagma Determinante en el español actual: relación entre artículos y pronombres átonos
31
También dentro del marco de la gramática generativa existen diversas hipótesis que
intentan dar cuenta de la existencia de estos SN que denominaremos de sustantivo nulo;
cada una de ellas justifica de distinta manera su producción en español (entre otras
lenguas románicas) y proporciona una explicación diferente acerca del funcionamiento
sintáctico de las mismas. El fenómeno sintáctico que consiste en la elisión del núcleo en
los SSNN de las lenguas románicas ha sido relacionado, por razones obvias que nos
llevan a pensar en un tipo de lengua morfológicamente “rica”, con la existencia de
categorías vacías y la aparición en dichas lenguas de lo que se han denominado sujetos
nulos como los de (17a)-(17b):
(17a) [proi] Esperoi tus noticias (17b) [proi] Soni increíbles
Según el ‘Principio de proyección extendida’ (Extended Projection Principle, EPP)
propuesto inicialmente por la ‘Teoría de rección y ligamiento’ (Chomsky 1981),
algunos fenómenos que según el enfoque tradicional se explicaban a través de la elisión
de uno u otro término encuentran justificación en la existencia de categorías vacías. En
este sentido, dentro de este marco teórico, resulta imposible hablar de elisión de un
elemento en la estructura de la frase, ya que la omisión de un término cualquiera supone
exclusivamente el uso de unidades sintácticas carentes de realización fonética, y la sola
existencia de una posición sintáctica implica la imposibilidad de su eliminación; dicha
posición sigue existiendo aunque no se realice de forma explícita. Los elementos nulos,
como componentes de la gramática de las lenguas naturales, asumen para el hablante la
capacidad de inferir estos elementos en las representaciones que asigna a las oraciones y
requieren, eso sí, la presencia de material explícito que le permita legitimar estas
categorías y medios para identificarlas (Haegeman 1994; Liceras, Díaz, Maxwell,
Laguardia y Fernández 1995).
Sin embargo, si para dar cuenta de la estructura de los SN, aceptamos la propuesta de la
hipótesis del SD y dejamos de considerar a N como núcleo de los sintagmas en los que
aparece y en su lugar es el determinante el que desempeña esta función, la necesidad de
hablar de una posición vacía desaparece, ya que el carácter de complemento del
sustantivo presupone la no obligatoriedad de su aparición (v. Capítulo II, sección 2.2.3).
Capítulo I
32
Por ejemplo Contreras (1989) señala la conveniencia de este tipo de análisis ya que
elimina la necesidad de considerar formas pronominales a los determinantes que
encabezan las construcciones de sustantivo nulo (Napoli 1985) o de justificar esta
posibilidad en español aludiendo a la concordancia de género y número que expresa el
determinante español. La suya es una hipótesis que pretende ser válida no sólo para las
lenguas románicas, sino para todas las lenguas. La diferencia en el comportamiento que
a este respecto presentan las diferentes lenguas reside en que no todos los núcleos
funcionales (en el Especificador de los SSNN) pueden regir la categoría léxica vacía N
presente en tales construcciones. Así, la propia naturaleza de los diferentes
determinantes explicaría por qué estos sintagmas constituyen una posibilidad en una
lengua dada o no. Si bien todos los cuantificadores parecen ser, en inglés o español,
capaces de encabezar estas construcciones, el artículo determinado en español puede
efectivamente regir esta categoría vacía mientras que su equivalente inglés no puede; lo
mismo podría decirse, claro está, de artículos determinados franceses o italianos.
Sugiere, pues, un análisis generalizado según el cual lenguas como el español y el inglés
no presentarían a este respecto un comportamiento tan alejado como el que puede
inferirse de una primera comparación de estas estructuras.
1.2.2 La posesión inalienable
Otro de los fenómenos sintácticos relacionados con la presencia o ausencia del
artículo y de los pronombres átonos lo constituye la expresión de la posesión
inalienable. Entre las diversas variedades de posesión que pueden establecerse, una de
las clasificaciones más comunes es la distinción entre la posesión alienable e
inalienable. Por diversas razones que se presentarán a continuación, la expresión de la
posesión inalienable en español resulta muy interesante para nuestro trabajo. La
inalienabilidad se define como la imposibilidad de separar algo (la cosa poseída) de su
origen (su poseedor). Suelen incluirse en la categoría de nombres que típicamente
aparecen en estas construcciones los sustantivos que designan partes del cuerpo o
atributos inherentes al poseedor, como los rizos o las pestañas en (18a) y (18b):
(18a) Carmela se quitaba los rizos de la cara
(18b) Mario tiene las pestañas larguísimas
El Sintagma Determinante en el español actual: relación entre artículos y pronombres átonos
33
Sin embargo, no son las únicas entidades que pueden presentarse como inalienables.
También puede expresarse la posesión inalienable de objetos que no son necesariamente
parte de un todo (el poseedor); se requiere, en ese caso, la presencia de un pronombre
dativo que remita a su poseedor. Véase el contraste entre los ejemplos de (19a) de
posesión alienable y (19b) de inalienable. Si bien en (19a) ignoramos quién es el dueño
del vestido, en (21b) está claro a quién pertenece: a Melina.
(19a) Carmela ensució el vestido
(19b) Carmela le ensució el vestido a Melina
Con respecto a las clases de sustantivos que se ven implicadas en este tipo de
expresiones, Picallo y Rigau (1999) señalan que los nombres que designan partes del
cuerpo son nombres de relación que inherentemente implican una relación de
pertenencia o posesión, concretamente la de la parte con respecto a un todo y, por ello,
necesariamente suponen la existencia de un poseedor. En una oración como “Susana
movió la cabeza”, la cabeza designa una parte de Susana, que es el todo. En el caso de
nombres (silla, gato, galleta, etc.) que no expresen en sí mismos su relación con un todo
esta dependencia con respecto a un poseedor no se expresa a través de sus propiedades
semánticas a pesar de que tanto las sillas, los gatos o las galletas puedan o suelan tener
un propietario. Concluyen, pues las autoras, que es la naturaleza semántica de algunos
nombres comunes (que frecuentemente designan partes del cuerpo) la responsable de
que en estos casos el pronombre posesivo resulte, por redundante, enfático o
simplemente inadecuado (Picallo y Rigau 1999).
Si bien las lenguas románicas no son las únicas en realizar este tipo de distinción entre
alienable e inalienable de una u otra forma24, la expresión de la relación semántica parte-
todo resulta especialmente interesante en este tipo de lenguas ya que, como vemos, tiene
24 Picallo y Rigau (1999) señalan cómo el artículo determinado carece de valor posesivo por sí mismo y cómo ello puede comprobarse fácilmente en aquellas lenguas románicas en las que, significativamente, el posesivo antepuesto va introducido por el artículo, véanse los ejemplos de (i) y (ii):
(i) Cat. el meu cap (ii) It. la mia testa Sin embargo, también en catalán e italiano los contextos en que el poseedor está expresado en el sujeto preverbal o en el clítico, en la construcción pronominal se resuelven por medio de la eliminación del posesivo como en (iii) y (iv):
(iv) Cat. Em fa mal el cap/ Que portas al cap? (iv) It. Mi fa male la testa/ Ché porti a la testa?
Estamos aquí ante un uso expletivo del artículo del tipo que se describe en la sección 1.2.2.
Capítulo I
34
consecuencias en lo sintáctico. En este sentido, quizá los fenómenos más llamativos
sean los relacionados con la referencia al poseedor en ausencia del posesivo, bien sea
expresado en el sujeto preverbal como en (20a), bien por medio de la inserción del
pronombre dativo como en (20b) (v. Fernández Ramírez 1973, Alcina y Blecua 1975):
(20a) Trini tiene los ojos achinados
(20b) Trini les lavó la cara a los niños
La posibilidad de expresar una relación de este tipo sin emplear el posesivo conlleva la
introducción del artículo determinado que asigna al sintagma el valor de [+
determinado] correspondiente. Sin embargo, consideremos por un momento la
naturaleza del artículo presente en estas construcciones que, si bien, efectivamente alude
a entidades definidas no refiere a entidades concretas que hayan aparecido con
anterioridad en el discurso, como en (21):
(21) Ni Raquel ni Natalia se tiñen el pelo o se pintan los labios
En el ejemplo de (21) ni el pelo ni los labios han aparecido con anterioridad en el
discurso: en ambos casos se les asigna una interpretación distributiva (el pelo y los
labios de Raquel, el pelo y los labios de Natalia), son entidades diferentes y, si bien son
definidas, no aluden a elementos concretos de una serie referida con anterioridad.
Sobre este tipo de estructuras en el inglés y el francés –lengua esta última cuyo análisis,
en la mayoría de los casos, es perfectamente aplicable a los ejemplos del español con los
que nosotros trabajamos– el análisis de Zubizarreta y Vergnaud (1992) supone una
propuesta teórica que, como se verá más adelante, resultará muy interesante para
nuestro trabajo. Estos autores relacionan la legitimidad de las construcciones de
posesión inalienable en francés, y nosotros hacemos el análisis extensivo al español, con
la existencia de un uso expletivo del artículo determinado que abarcará también los
denominados usos genéricos que, si bien en español se expresan con el artículo (Los
El Sintagma Determinante en el español actual: relación entre artículos y pronombres átonos
35
romanos están locos), en lenguas como el inglés o el holandés25 se resuelven por medio
de SSNN no precedidos por determinante (Romans are nuts). Igualmente se consideran
expletivos aquellos casos en que el artículo determinado precede al nombre propio de
persona y que aparece de forma opcional en algunas variedades del español informal y
obligatoriamente en otras lenguas románicas como el catalán (v. Cat. el Xavi, la Júlia).26
De acuerdo con Zubizarreta y Vergnaud, existen tres tipos de construcciones de las
llamadas de posesión inalienable que pasamos a ilustrar a continuación:
(22a) Trini les lavó la cara a los niños
(22b) Trini se lavó la cara
(23) Trini lavó la cara de los niños
(24a) *Trini lavó sus caras (de los niños)
(24b) Trini washed their faces
(24c) Trini washed the children’s faces
La primera de estas construcciones es denominada Construcción externa al SD (22),
mientras que las de (23) y (24) son respectivamente Construcción no especificativa
interna al SD (DP-internal type construction) y Construcción especificativa interna al
SD (DP-internal token construction)27. En la primera de ellas el poseedor de la entidad
referida en el SD objeto directo (la cara) está expresado por medio del dativo preverbal
(les) y el (opcional) SPREP posverbal (a los niños). En (23), en cambio, el poseedor
está expresado dentro del SD por medio del sintagma preposicional que complementa al
SN objeto directo (la cara [SP de los niños]). El tercer tipo de construcción en que el
poseedor queda expresado por medio del posesivo dentro del SD es, sin embargo,
agramatical en español mientras que es la opción preferida en lenguas como el inglés.
Resulta relevante señalar, además, cómo las construcciones ejemplificadas en (22) y
(23) comparten la propiedad de asignar al objeto directo (en singular) una interpretación
25 Tal y como señala Bauuw (2002) tanto el inglés como el holandés pueden, no obstante, presentar un uso genérico del artículo determinado en singular como se ilustra en los ejemplos de (i) y (ii): (i) Ing. The tiger has stripes (ii) Hol. De tijger heeft strepen Para Zubizarreta y Vergnaud (1992) estamos en este caso ante un uso prototípico (que no expletivo) del artículo por el cual un elemento de una serie funciona como prototipo de una clase. 26 Véase el análisis de Longobardi (1994) presentado en el Capítulo II, sección 2.1.3. 27 Los términos DP-internal type y DP-internal token han sido traducidos como construcción no especificativa y especificativa a sugerencia de R. Fernández Fuertes (Comunicación personal).
Capítulo I
36
distributiva cuando el poseedor es plural. Así, la cara en el ejemplo de (22) ha de
entenderse como una pluralidad de caras correspondiendo cada una de ellas a cada uno
de los niños referidos en el SD de objeto indirecto que le sigue (y le precede en forma
del clítico les). En las construcciones especificativas internas al SD en (24), por el
contrario, la existencia de varios poseedores (de entidades diferentes) requiere que el
sustantivo que designa la cosa poseída esté también en plural (v. their faces frente a *his
faces (v. (23 y 24)).
La propuesta que realizan Zubizarreta y Vergnaud para explicar el comportamiento de
este tipo de construcciones alude, por una parte, a la existencia de una relación
sintáctica de ‘predicación’ y, por otra, a un uso expletivo del artículo determinado.
Según los autores, en el ejemplo de (22) el SN objeto directo (la cara) contiene una
variable argumental no saturada que corresponde al poseedor (los niños), papel temático
que es asignado por el sustantivo inalienable que típicamente (pero no obligatoriamente
como veíamos antes) designa entidades que no pueden separarse de su poseedor. Con
objeto de saturar esa variable el SN argumento tiene que estar ligado por el
constituyente con el que entra en relación de predicación y fruto de esta relación es la
interpretación distributiva que reciben estas construcciones. Esto se aplica tanto a las
que son externas como a las que son internas al SD, pero en el caso de las primeras el
constituyente que liga el SN ‘predicado’ es un dativo, el SD que funciona como objeto
indirecto, como queda ilustrado en la estructura de (25):
El Sintagma Determinante en el español actual: relación entre artículos y pronombres átonos
37
(25)
[*CR: Cláusula reducida]
Para los autores, el artículo determinado de las lenguas románicas posee una propiedad
especial, de la que carecen los artículos de lenguas como el inglés, que lo “habilita” para
que pueda establecerse entre ambos argumentos una relación de predicación como la
que se describe: los artículos en lenguas románicas pueden funcionar como expletivos,
es decir, pueden ir desprovistos de función semántica en sentido estricto y jugar un
papel sintáctico como, por ejemplo, realizar la expresión del rasgo [+ determinado] que
ligará al sustantivo sin determinar al universo de discurso como entidad única referida o
no con anterioridad (v. sección 1.1.2)28. Paralelamente, y en ausencia de una
legitimación semántica, la relación Núcleo-Complemento (D-N) que se establece entre
el expletivo la y el nombre cara debe legitimarse en lo morfológico por medio de la
concordancia de género y número que se establece entre el artículo y el sustantivo. Así,
la riqueza morfológica del determinante de las lenguas románicas parece ser
responsable de la posibilidad de contar con un artículo expletivo en este tipo de
construcciones. Consecuentemente, una lengua como el inglés que no es tan rica desde
28 Baauw (2002), siguiendo también a Zubizarreta y Vergnaud (1992) y a Longobardi (1994), define los artículos expletivos frente a los denotativos como artículos semánticamente vacíos en el sentido de que no capacitan al sustantivo al que acompañan para referir a un objeto o individuo específico del universo de discurso. Así, si bien en su uso expletivo el núcleo [D] no alberga un operador sino que sólo refleja los rasgos morfológicos que comparte con el sustantivo, los artículos denotativos sí albergan un operador que liga al sustantivo al discurso, además de mostrar concordancia de género y número con el SN. Las lenguas como el inglés o el holandés sólo poseen, pues, artículos denotativos.
SV
pelo
a Reinaldoi
Cortarle el
V *CRdat (Predicación)
SD SPdat
SD
N(x)i
SN(x)i P
Capítulo I
38
un punto de vista morfológico no es capaz de legitimar un artículo expletivo semejante a
los del español y, de ese modo, los artículos del inglés estarán siempre provistos de
contenido referencial.
De nuevo, y como sucedía en el caso de los sustantivos nulos (v. sección 1.2.1), la rica
morfología del castellano se considera responsable de la disponibilidad de un fenómeno
sintáctico determinado.29 En este sentido, y por lo que respecta a nuestro trabajo, las
construcciones de posesión inalienable representan, pues, un campo de investigación
doblemente interesante por cuanto, además de tratarse de un fenómeno cuya producción
supone para el hablante un dominio de paradigma morfológico y un conocimiento
sintáctico, se produce en estructuras donde tanto artículos determinados como clíticos
de objeto aparecen relacionados.
1.3 Más sobre los pronombres átonos
Como hemos avanzado anteriormente, el funcionamiento de los elementos que
conforman el paradigma de los pronombres átonos ha constituido tradicionalmente un
campo de investigación que ha ocupado a estudiosos que han trabajado desde las más
diversas perspectivas.
Los pronombres átonos en español (como los del resto de lenguas románicas) forman
parte de un sistema pronominal que incluye también una serie tónica. La diferencia más
evidente entre ambos tipos de elementos es la capacidad de éstos últimos de funcionar
con independencia fónica y sintáctica; esto implica que, como es bien sabido, los
pronombres átonos –de objeto, dativo y acusativo– han de aparecer adyacentes al verbo
de forma obligatoria y tan sólo otro pronombre de la misma serie puede intervenir entre
ellos y el verbo (Fernández Soriano 1999).
En este trabajo, la consideración de los clíticos se basará en una clasificación del
repertorio de pronombres átonos del español que atienda a criterios morfológicos (la
configuración morfológica de estos elementos (Bonet, 1995; Everett 1996)), sintácticos
29 Con respecto a la relación entre adquisición de la morfología y la sintaxis remitimos al lector a los trabajos de Snyder (1995), Snyder y Senghas (1997), Liceras, Díaz y Rosado (1998), Liceras, Díaz y Mongeon (2002) y Nicolás (en preparación).
El Sintagma Determinante en el español actual: relación entre artículos y pronombres átonos
39
(su funcionamiento dentro del sintagma verbal o su posición con respecto al verbo
(Kayne 1975, Uriagereka 1995, Ordóñez 1997, Franco 2000)) y semánticos (Everett
1996, Klein-Andreu 1996, Fernández Soriano 1999). El Cuadro IV a continuación
incluye el repertorio completo de pronombres átonos de objeto del español actual.30
CUADRO V. PRONOMBRES ÁTONOS DE OBJETO (Adaptado de Klein-Andreu 1996 y Fernández Soriano 1999)
1P 2P 3P NO REFLEXIVO REFLEXIVO/
IMPERSONAL ACUSATIVO DATIVO FEM la SING. me te le/ se MASC. lo NEUT. Se FEM las PLUR. nos (os) les/ se MASC. los
Como puede observarse las formas me, te, nos, os, pronombres de primera y segunda
persona de singular y plural, procedentes de las formas equivalentes del acusativo latino
(v. sección 1.1.1) permanecen invariables para acusativo y dativo. Los de tercera
persona lo, la, los, las, le, les presentan, como se ha visto, una variación mayor ya que,
por una parte (y es aquí donde se establece la conexión con el artículo determinado)
proceden, como ya sabemos del demostrativo latino y presentan, como él, flexión no
sólo de número sino también de género. Por otra parte, la forma se (procedente, en
principio del reflexivo latino SE) pasa a formar parte del paradigma como pronombre de
dativo en contextos de coaparición con el pronombre acusativo y no presenta flexión de
género y número. A las peculiares características configuracionales e históricas de la
forma se dedicamos la sección 1.3.2 que incluye los diversos análisis propuestos con
objeto de dar cuenta de su particular naturaleza y su distribución.
Atendiendo a los criterios de clasificación de los clíticos que proponíamos en la sección
1.1.3, la serie de pronombres tónicos constituyen ejemplos de pronombres fuertes
30 No existen en español, en comparación con las formas pertinentes en otras lenguas románicas como el catalán, el italiano o el francés, clíticos partitivos o de procedencia del tipo de en, ne o locativos como hi, ci, y –con la excepción del residuo en la forma hay del verbo impersonal haber (Bonet 1995, Fernández Soriano 1999).
Capítulo I
40
mientras que la serie de pronombres átonos se clasificarían como clíticos especiales en
el sentido de Zwicky (1977). Mascaró y Rigau (2002) señalan que ese carácter especial
está relacionado al tiempo con factores de tipo sintáctico y semántico y proporcionan
los siguientes ejemplos que incluyen al clítico lo y a su equivalente pronominal fuerte
ello:
(26a) Míralo
(26b) María lo miró
(26c) *María miró a ello
(26d) María lo miró a él/*ello
Varias observaciones pueden hacerse a partir de estos ejemplos, a saber: las posiciones
que ocupan el clítico y la forma plena (26a, 26b) son diferentes, así como también lo
son las propiedades semánticas y de aparición de uno y otro elemento. La forma plena
en (26c) resulta agramatical sin la presencia del clítico como en (26d), y en ese caso
sólo es posible una interpretación animada mientras que, si el clítico aparece solo como
en a) y b), tanto la animada como la no animada son posibles (véase 1.3.1) (Mascaró y
Rigau 2002).
Los clíticos pueden clasificarse según la posición que ocupen con respecto al elemento
tónico del que dependen (Fernández Soriano 1999) en formas proclíticas, que preceden
al verbo (como en 26b), y enclíticas, que se sitúan inmediatamente después de la forma
verbal de la que dependen (como en 26a). La posición de estos elementos con respecto
al verbo viene normalmente determinada por el tipo de clítico de que se trate y por la
forma del verbo del que depende. La opción más frecuente en español actual es que la
posición del clítico se decide dependiendo de la flexión del verbo, a saber, hay proclisis
si se trata de una forma finita, en cuyo caso el clítico aparecerá precediendo a esta forma
como en (26a); la única excepción a esta norma es el caso de las formas del imperativo
que funcionan a estos efectos como el infinitivo y el gerundio en (26b); hay enclisis
como en (26c) mostrando con las formas no finitas del verbo de infinitivo y de
gerundio:
El Sintagma Determinante en el español actual: relación entre artículos y pronombres átonos
41
(27a) lo consideraré
(27b) considéralo
(27c) considerarlo, considerándolo
Como se verá más adelante, existen multitud de razones que justifican el hecho de que
los clíticos hayan protagonizado, y continúen haciéndolo, numerosos estudios que los
tienen en cuenta en su investigación acerca de diversos fenómenos: la estructura
argumental de la oración, la distribución de los componentes dentro de la misma, los
factores que determinan su aparición en una posición concreta en la cláusula –posición
2P o Wackernagel y su evolución histórica– (Rivero 1986, 1992; Wanner 1987;
Fernández Soriano 1993; Fontana 1993, 1996; Halpern y Zwicky 1996), la conexión
con otros fenómenos sintácticos como la subida de clíticos y su interacción con la
concordancia del verbo (la correfencia en el caso de los reflexivos, el doblado de
clíticos contemplado como concordancia de objeto (Franco 2000, Torrego 1998),
etcétera). Algunos de estos fenómenos son descritos en las secciones que siguen.
1.3.1 Estructuras de doblado y de ascenso de los clíticos pronominales
Al tratarse de un fenómeno que puede abordarse desde todas las áreas del
lenguaje, el estudio de los clíticos pronominales en las lenguas románicas ha sido en
muchas ocasiones observado de una manera, digamos, parcial y se ha centrado en
fenómenos o aspectos muy concretos; como ejemplos de lo anterior podríamos citar las
estructuras de doblado o duplicación y de ascenso o subida de clíticos.
El fenómeno que se ha denominado duplicación o doblado de clíticos de dativo (y
también de acusativo, para determinadas variedades del español,) ha sido tratado en
múltiples estudios y en ocasiones ha sido utilizado, como veremos más adelante, para
refutar teorías específicas sobre el comportamiento sintáctico de los clíticos y proponer
después hipótesis más generales diseñadas para dar cuenta del funcionamiento global de
estos elementos en el conjunto de las lenguas románicas (v. secciones 2.3 y 2.4.2).
Capítulo I
42
El doblado de clíticos puede definirse como un fenómeno típico de algunas lenguas
románicas, el español entre ellas, que consiste en la aparición de un clítico en presencia
del correspondiente objeto (pronominal). Véanse los ejemplos de (28):
(28a) Anoche me llamó Rodrigo
(28b) Anoche Rodrigo me llamó a mí
Si bien, como hemos visto, la presencia de un clítico se asocia comúnmente con la
existencia de una categoría vacía, la existencia del doblado de clítico iría en contra de
tal intuición. Los clíticos pronominales, en cambio, y esto resultará fundamental en la
presentación de los análisis realizados desde la lingüística teórica moderna (v. Capítulo
II), no aparecen siempre en sustitución de un argumento dado, sino que, como vemos,
existen determinados contextos en los que su aparición es estrictamente necesaria aun
en presencia de ese argumento realizado como un sintagma pleno. Tal es el caso de las
construcciones de duplicación como las que ahora nos ocupan o de la expresión de la
posesión inalienable, como se vio en la sección 1.2.2.
En la producción de estructuras de doblado de clíticos existen, no obstante, una serie de
restricciones (Fernández Soriano 1993, 1999; Fernández Lagunilla y Anula 1995). En
primer lugar, cuando el sintagma doblado es pronominal, el clítico es obligatorio:
(29a) *(Le) he escrito un mensaje a ella/*(me) lo has escrito a mí
(29b) *(La) he llamado a ella/*(me) has llamado a mí
Como puede observarse, la serie de pronombres átonos y la de los pronombres tónicos
no están en distribución complementaria, algo que sí ocurría en el español antiguo
(Fontana 1993). En los ejemplos anteriores los clíticos coaparecen con los sintagmas
pronominales obligatoriamente y su ausencia es agramatical, tanto en el caso de los
dativos en (29a) como en el de los acusativos (29b).
El Sintagma Determinante en el español actual: relación entre artículos y pronombres átonos
43
Paralelamente, los clíticos de dativo también aparecen muy frecuentemente en la misma
secuencia con SSNN plenos (30a)31 aunque, como se observa en (30b) no de forma
obligatoria. Si bien esto es lo más frecuente en español estándar, en algunas variedades,
tal es el caso del rioplatense, se favorece la coaparición de clítico y SN también con
acusativos:
(30a) (Le) he escrito un mensaje a Elena
(30b) He llamado a Elena
(30c) (La) he llamado a Liliana [Español rioplatense32]
El fenómeno sintáctico conocido como subida o ascenso de clítico es el proceso por el
cual un clítico se desplaza fuera de su dominio local; ello se ilustra en (31a) y (31b):
(31a) Patricio quiere verlo (31b) Patricio lo quiere ver
En (31a) el clítico está en su posición natural33, enclítica al infinitivo. En (31b), por el
contrario, el clítico se ha movido del dominio del infinitivo y se ha adjuntado al verbo
flexionado quiere. Este fenómeno no es exclusivo del español, sino que puede
observarse además en otras lenguas románicas como el catalán o el italiano, no así en el
francés o el portugués.
Una de las principales cuestiones acerca del funcionamiento de los clíticos atañe, como
se ha visto, a su relación con (y a su posición con respecto a) los argumentos del verbo
y, frente a la obligatoriedad que se observa en las estructuras de reduplicación de
clíticos, es de destacar el carácter opcional que presentan las estructuras de ascenso de
clíticos que, no obstante, están sujetas a fuertes restricciones, cf. Luján (1993) y
Fernández Soriano (1993).
31 Cuando hablamos de sintagmas nominales plenos debemos señalar el carácter excepcional de la ausencia del artículo con los dativos. No parece haber una regla muy clara al respecto, pero parece que se trata en general de sintagmas no pronominales y de carácter contrastivo como el ejemplo de (i) (cf. Laca 1999: 908):
(i) Daba clase de español a extranjeros (ii) *Daba clase de español a ellos 32 La variedad de español que se conoce como rioplatense se habla en Argentina, Uruguay, Paraguay y algunas áreas de Chile (v. Jaeggli (1982) o Suñer (1988)). 33 Como se planteará en más detalle en el Capítulo II, es discutible si ésa es o no la posición natural del clítico.
Capítulo I
44
1. No parece haber restricciones en cuanto al número de veces en que un clítico
puede subir en una estructura con varias cláusulas de infinitivo:
(32a) Quisiera poder conseguirte las estrellas y la luna
(32b) Quisiera poderte conseguir las estrellas y la luna
(32c) Te quisiera poder conseguir las estrellas y la luna
2. Hay restricciones en cuanto a si entre el verbo flexionado y el verbo en infinitivo
existen o no otros elementos tales como partículas de negación, adverbios y
preposiciones (que no sean a, de y por), como en los siguientes ejemplos:
(33a) Quisiera no haberte dicho eso
(33b) *Te quisiera no haber dicho eso
(34a) Deseaba tanto verlo
(34b) Lo deseaba tanto ver
(35a) Quedaron en encontrarse a la salida del metro
(35b) *Se quedaron en encontrar a la salida del metro
3. El tipo de verbo implicado en la estructura también decide si la subida puede o
no realizarse; los verbos de control de sujeto permiten la subida de clíticos frente
a los de control de objeto, como se ilustra en (36a) y (36b), y en (37a) y (37b)
que la impiden. Por otro lado, si se trata de un modal o un verbo causativo –
como en (38a) y (38b) y (39a) y (39b) respectivamente- el clítico puede
efectivamente subir, pero si estamos ante un verbo de elevación se bloquea tal
posibilidad (v. (40a) y (40b))34:
(36a) Intentó llamarlo
(36b) Lo intentó llamar
34 Sobre el tipo de verbo y estructuras en las que un verbo puede albergar un clítico que procede originariamente de su complemento véase Fernández Soriano (1999) o Campos (1999).
El Sintagma Determinante en el español actual: relación entre artículos y pronombres átonos
45
(37a) Obligó a Rodri a escribirla
(37b) *La obligó a Rodri a escribir
(38a) Puedes enviárselas hoy
(38b) Se las puedes enviar hoy
(39a) Hizo enviarlas inmediatamente
(39b) Las hizo enviar inmediatamente
(40a) Pareció enviarla
(40b) *La pareció enviar
4. La última restricción que quisiéramos comentar aquí se refiere al movimiento
mismo de los clíticos y establece que éste ha de desplazar a todos los clíticos
como una unidad, en bloque, y de ahí la agramaticalidad de (41b) y (41c), frente
a (41a):
(41a) Me lo quiero traer a casa
(41b) *Me quiero traerlo a casa
(41c) *Lo quiero traerme a casa
Con respecto al orden que en español presentan estos pronombres cuando coinciden en
la misma secuencia, es necesario observar una serie de condiciones que estarán
relacionadas con los diferentes rasgos gramaticales expresados por la serie de elementos
en cuestión, concretamente, con el caso y con la persona gramatical.
Es preciso señalar, antes de cerrar esta sección, que todas las restricciones observadas
en la distribución y el orden que presentan los elementos clíticos pronominales, así
como su especial comportamiento en los fenómenos sintácticos que se acaban de
presentar, cobrarán una relevancia especial a la hora de abordar el análisis contrastivo
entre el comportamiento de estos elementos en el español adulto y su equivalente en los
datos del español no nativo que emprenderemos en el Capítulo V.
Capítulo I
46
1.3.2 Combinaciones de clíticos pronominales y el caso de se
Como acabamos de mencionar, entre las restricciones que afectan a los clíticos
pronominales del español se encuentran aquellas referidas al orden en que éstos han de
aparecer en una secuencia dada. Dicho orden es el fijado por Perlmutter (1971) (v.
también Fernández Lagunilla y Anula (1995), Mascaró y Rigau (2002), Fernández
Soriano (1999)) y aparece en el ejemplo de (42):
(42) SE + II + I + III
Para algunos autores, tal es el caso de Bonet (1991, 1995) el orden lineal en que
aparecen los clíticos románicos no puede determinarse aludiendo exclusivamente a
mecanismos sintácticos. Según esta propuesta, los clíticos son estructuras jerárquicas de
rasgos (persona, número, caso, etc.) cuya ordenación se determina en lo morfológico
mediante la transferencia a una especie de plantilla de clíticos. El rasgo [Género], sin
embargo, no parece jugar un papel determinante en el establecimiento de las
posibilidades combinatorias de los clíticos pronominales (Ordóñez 2002).
La descripción de las formas que en el español actual requieren la presencia del clítico
pronominal se no puede, en el contexto de este trabajo, realizarse de una manera muy
exhaustiva ya que tal elemento entra a formar parte en la configuración de muchas y
muy variadas estructuras, y la consideración de todo lo que supone el uso y la
distribución de las construcciones en las que interviene puede ser y ha sido tema para
multitud de trabajos de índole y enfoque muy diversos, véanse, entre muchos otros,
Gómez Torrego (1994), Mendikoetxea (1999), Bartra (2002). Ya se asigne a se
naturaleza verbal o nominal, o ambas, ya aparezca provisto o carente de contenido
semántico, ya resulte obligatorio u opcional para la estructura en cuestión, la
determinación de la naturaleza gramatical y el funcionamiento del clítico se no parece,
en principio, una tarea sencilla debido principalmente a lo diverso de las funciones que
éste desempeña, pero resulta obligada en todo trabajo que se plantee el examen del
sistema pronominal del castellano, especialmente si tenemos en cuenta lo frecuente de
su uso en el español nativo (Tolchinsky y Rosado 2004). Pasamos a continuación a
enumerar los diferentes tipos de se presentes en el sistema gramatical del español.
El Sintagma Determinante en el español actual: relación entre artículos y pronombres átonos
47
A pesar de no coincidir morfológicamente con ninguna de las formas del artículo
determinado en español y de que la coincidencia formal entre elementos de ambos
paradigmas es uno de los criterios que delimita el alcance de nuestro estudio, el hecho
de que se pueda funcionar como pronombre dativo y de que sea en el primero de sus
usos analizado como un alomorfo de le, les (que, como vimos, sí están relacionados
morfológica e históricamente con el artículo determinado) nos lleva a incluirlo en
nuestro examen.
Así, en el primero de los usos de se que analizaremos, este pronombre aparece en
sustitución de los pronombres de objeto indirecto (le, les) en secuencias en las que éstos
coocurren con las formas pronominales de complemento directo (lo, los, la, las). La
explicación que tradicionalmente se da para justificar la aparición de se en estos
contextos alude a un proceso fonológico de disimilación por el cual los pronombres le,
les se ven despojados del rasgo de número si va seguido de alguna de las formas de
acusativo de tercera persona. En estos ejemplos en que coaparecen los pronombres de
tercera persona, estamos ante instancias de lo que llamamos amalgamas, combinaciones
de clíticos, como en (43c):
(43a) Lei voy a regalar una bici (a Marioi)
(43b) *Lei la voy a regalar (a Marioi)
(43c) Sei la voy a regalar (a Marioi)
La evolución fonética de la aglutinación pronominal de dativo y acusativo da lugar a la
aparición en el romance peninsular de la forma ge que deriva en español moderno en lo
que se ha dado en llamar se espurio (Menéndez Pidal 1904, Lapesa 1961, Penny 1993 y
que figura en (44):
(44) ILLÎ-ILLUM > [*elielo] > [eželo] > [želo] = gelo
No obstante, en Fernández Soriano (1999) se hace notar como, en realidad, no puede
hablarse de la aplicación de una regla puramente fonológica que funciona
sistemáticamente en este contexto fonético ya que hay ocasiones en las que no se
Capítulo I
48
produce. La autora proporciona los ejemplos que aparecen en (45) y (46) a
continuación:
(45) Eres un lelo > *eres un selo
(46) Le lavé las manos > *se lavé las manos
En cualquier caso, lo cierto es que en estructuras como las de (47) el primer pronombre
es un alomorfo de le y les y aparece en sustitución de éstos cuando una forma
pronominal, y no un sintagma nominal pleno, desempeña la función de objeto directo,
como en (48):
(47a) Le di el libro a Elena
(47b) Se lo di (a Elena)
(48a) Les compré un libro a mis padres
(48b) Se lo compré (a mis padres)
Obsérvese además el contraste que existe entre le, les, que si bien no presentan flexión
de género sí que están flexionados para número, y se que permanece invariable por lo
que respecta a ambos rasgos gramaticales. La subespecificación de se para género
número y caso35 –y esto es aplicable a este pronombre en todos los contextos y no sólo a
su uso dativo– resulta fundamental para algunos planteamientos teóricos ya que esta
característica se considera responsable de que sea éste y no otro pronombre el que
recoja un mayor número de usos tan diferentes entre sí, o dicho de otra forma, de que
algunos autores lo consideren, digamos, la opción pronominal por defecto del español.
No obstante, tal y como se afirma en el trabajo de Jakubowicz et al. (1998) para el
elemento equivalente del francés, a pesar de estar subespecificado para género y número
y caso, se sí está especificado para el rasgo de persona y esto, como se verá más
adelante, resultará fundamental a la hora de explicar cómo tiene lugar el proceso de su
35 Véase en el capítulo siguiente, sección 2.4.2.3 el sugerente análisis de Bonet (1991) sobre lo que ella denomina formas opacas en las lenguas románicas que son se en castellano, elzi en el caso del catalán y ci en italiano.
El Sintagma Determinante en el español actual: relación entre artículos y pronombres átonos
49
adquisición por parte de los hablantes nativos y no nativos de una lengua dada. También
este dato resultará decisivo a la hora de analizar los datos de la muestra.
Existe, además, un uso adicional del se dativo –que, por otra parte, no esperamos
encontrar en la producción de nuestros sujetos– que se caracteriza por añadir un matiz
aspectual muy concreto a la expresión verbal. Se trata de los usos que tradicionalmente
se han conocido como dativos éticos, dativo simpatético o de interés (Gutiérrez Ordóñez
1999, Cuervo 2003).
El segundo de los usos de se que tratamos aquí es el que aparece en el sistema de los
reflexivos del castellano y que supone, por definición, equivalencia semántica entre el
sujeto y el objeto del español. Este se es heredado directamente del paradigma latino en
el que se alternaba con la forma SESE que se pierde en la transición del latín al
protorromance. Como puede suponerse, la expresión de la reflexividad implica que el
sujeto y el OD como en (49a) o el OI como en (49b) poseen los mismos rasgos
nominales de persona, género y número:
(49a) Carmelai sei miró en el espejo
(49b) Marioi sei quitó el gorro
La identidad referencial entre los argumentos antecedente y anáfora (sujeto-OD en
(49a), sujeto-OI en (49b)) –y que en los ejemplos se ilustra por medio de la
coindización– posibilita que estos pronombres anafóricos sean interpretables ya que
éstos carecen típicamente de independencia referencial como queda recogido en el
principio A de la Teoría del ligamiento (Chomsky 1981).
En la conjugación de los verbos reflexivos se forma parte de la flexión del verbo y varía
con ella, aparece como tal en el infinitivo y se declina con la persona del verbo. En estos
casos todo el paradigma pronominal (al que la gramática tradicional se ha referido
normalmente como pronombres reflexivos) incluye las forma me, te, se, nos, os y se; y
como vemos, se es el pronombre usado para la tercera persona tanto para el singular
como para el plural (Menéndez Pidal 1904; Fernández Soriano 1993, 1999). El Cuadro
VI muestra el paradigma de los reflexivos y su origen en latín:
Capítulo I
50
CUADRO VI . PRONOMBRES REFLEXIVOS Y SU ORIGEN EN LATÍN Dativo y Acusativo
Singular Plural ME > me NOS > nos TE > te VOS > os
SE > se
Las construcciones que se han clasificado tradicionalmente como recíprocas presentan
una apariencia formal similar a la de las reflexivas y poseen característicamente un
sujeto plural cuyos componentes son todos, unívocamente, responsables de la acción
denotada por el verbo. El ejemplo de (50a) resulta ambiguo ya que puede presentar dos
lecturas según se interprete la acción como recíproca (50b) o como reflexiva (50c):
(50a) Las niñas del patio se pelean cuando juegan al fútbol
(50b) Las niñas del patio se tiran de las trenzas (las unas a las otras)
(50c) Las niñas del patio se tiran de las trenzas (a sí mismas)
Como vemos, tanto la expresión de la reflexividad como la expresión de la reciprocidad
requieren de forma obligatoria la inclusión de un pronombre personal de la serie de
pronombres reflexivos (v. Cuadro VI). De la misma manera, existen verbos que también
se construyen en todas sus formas con estos pronombres: se trata de los llamados verbos
pronominales. Nuestro trabajo considerará de la misma forma a aquellos verbos que
requieren indefectiblemente en su conjugación la presencia de un elemento pronominal,
como quejarse o arrepentirse (51), y a verbos que constituyen dos (o más) entradas
léxicas diferentes según se conjuguen o no como pronominales (v. el ejemplo de (52a)
frente al de (52b)).36 En todos estos casos el pronombre es correferente con el sujeto.
(51a) No sé de qué sei quej-ai
(51b) No, no mei arrepient-oi de nada
(52a) Sólo llamo para decirte que te quiero
(52b) Mei llam-oi Yvonne 36 No compete a nuestro trabajo marcar una diferencia entre aquellos casos en los que el elemento pronominal marca un mero cambio aspectual de telicidad, un matiz de consecución final frente a acción en transcurso (v. ir frente a irse, dormir frente a dormirse, comer frente a comerse…) y aquellos en los que, en mayor o menor grado, la presencia del clítico supone un cambio léxico más profundo (v. llamar frente a llamarse) (Gili Gaya 1961, Mendikoetexea 1999, De Miguel 1999). A todos los efectos, el pronombre presenta el mismo comportamiento en ambos tipos de construcciones y es de esperar que también en los datos de la adquisición se comporten de un modo similar. Así, no distinguiremos exhaustivamente entre este tipo de verbos pronominales.
El Sintagma Determinante en el español actual: relación entre artículos y pronombres átonos
51
El tercer grupo en nuestra clasificación lo constituyen aquellas construcciones a las que
decidimos llamar de manera generalizada –siguiendo el análisis que hace Bartra (2002)
para las equivalentes del catalán– de sujeto inespecífico y que incluyen tanto las que
tradicionalmente se han venido denominando pasivas reflejas, pasivas impersonales y
construcciones de voz media. Estos tres tipos de construcciones verbales constan del
pronombre se, que interviene de forma obligatoria e invariable, seguido de un verbo que
necesariamente está flexionado para tercera persona (singular o plural) y de un SN. El
estatuto de estas construcciones ha sido muy debatido hasta la fecha ya que muy
diversos criterios aplicados a cada uno de los elementos que las componen han servido
para proponer diferentes clasificaciones.
La etiqueta de oraciones impersonales (llamadas incluso pasivas impersonales en
algunos análisis como el de Gili Gaya (1961)) suele aplicarse a aquellas construcciones
que, con un sujeto elíptico con valor arbitrario, presentan un verbo (transitivo o
intransitivo, v. (53d)) invariablemente en singular, con independencia de si el sintagma
nominal presente en la construcción es plural o singular –v. (53a) frente a (53b). El
hecho de que, en el caso de que se trate de una entidad con el rasgo semántico
[+animado] el sintagma aparezca encabezado por la preposición a (como en 53c)
impide, según algunos análisis, considerar a estos elementos como los sujetos
gramaticales de la construcción.
(53a) Desde mi ventana se ve el mar
(53b) Desde mi ventana se ve los barcos pasar
(53c) Desde mi ventana se ve a los niños jugar en la playa
(53d) Y es que en Málaga se vive muy bien
Por otro lado, para que pueda hablarse de pasivas reflejas, en cambio, necesitamos que
el verbo de la construcción concuerde en número con el sintagma nominal que, en esta
ocasión, es el objeto nocional, sujeto paciente de la oración pasiva en la que, por
definición, no es compatible con verbos intransitivos.
Para nosotros, sin embargo, no resulta conveniente establecer este tipo de distinciones
puesto que no hemos hallado, hasta la fecha, un criterio convincente en todos los
contextos que nos permita hablar objetivamente de diferencias entre ambos tipos de
Capítulo I
52
construcciones. El principal problema aparece cuando nos encontramos con una
construcción del tipo que se ejemplifica en (54) y en la que, al aparecer un verbo
transitivo, en singular y acompañado por un SN no animado, no es posible clasificarlo
de manera automática en un grupo u otro:
(54) Desde mi ventana no se ve el mar
Paralelamente, y con respecto a la existencia de expresiones de voz media referida a
oraciones en las que existe coincidencia nocional entre el sujeto y objeto gramatical de
la oración, decidimos no incluirlas como categoría independiente de análisis. En
castellano, así como en el resto de las lenguas románicas, no existen medios formales
y/o estructuras específicas para la expresión de la voz media, de forma que no resulta
posible detectarla en todos los casos atendiendo a criterios exclusivamente formales.
Veamos los ejemplos de (55):
(55a) Estos problemas se resuelven solos
(55b) El lino se plancha fatal
(55c) El bosque no ardió de milagro
En los ejemplos anteriores podemos observar cómo, si bien en todas ellas podemos
hablar de voz media (Mendikoetxea 1999, Tolchinsky y Rosado 2004), no es posible
encontrar un criterio morfosintáctico que las unifique. Así, seguimos aquí de nuevo a
Bartra (2002) e incluimos aquellas oraciones que requieren la presencia del clítico,
como los ejemplos de (55a) y (55b), en la categoría general de construcciones de sujeto
inespecífico.37 La consideración de ejemplos como el de (55c) excede los límites de
nuestro trabajo.
Quisiéramos cerrar esta sección dedicada a los usos de se señalando cómo los verbos
pronominales no pueden aparecer en estas construcciones de sujeto inespecífico; es fácil
concluir, vista la agramaticalidad de (56a), que se trata de opciones incompatibles.
37 Para Bonet (1995b) lo que hace se –la autora lo afirma para se/es en catalán pero hace su análisis extensivo a los elementos equivalentes en el resto de lenguas románicas- en construcciones como las de (55ª) y (55b) es convertir una construcción transitiva en una construcción media.
El Sintagma Determinante en el español actual: relación entre artículos y pronombres átonos
53
(56) *se se queja mucho en este país
Puede observarse en este sentido, cómo a la hora de producir estructuras impersonales
con este tipo de verbos, el español ha de recurrir a otros recursos tales como el empleo
de la primera persona del plural, la segunda persona del singular u otro tipo de recursos
de despersonalización que implican la presencia de sintagmas nominales con
sustantivos colectivos o similares (v. Tolchinsky y Rosado 2004). Compárese la
agramaticalidad de (56a) con los siguientes ejemplos que sí son gramaticales:
(56b) Aquí nos quejamos mucho
(56c) Aquí si no te quejas no consigues nada
(56d) Aquí la gente se queja mucho
(56d) Aquí uno se queja mucho
Nuestro trabajo considera tres tipos de se que han sido categorizados como sigue:
1. SE espurio: Objeto indirecto, invariable, alomorfo de le y les (que ilustraban los
ejemplos de (47b) y (48b))
2. SE Pronominal: Incluye los usos reflexivo, recíproco y pronominal. Alterna con
otras personas gramaticales (me, te, nos, os) dependiendo de la flexión del
verbo, recogido en los ejemplos de (49), (50), (51) y (52b)
3. SE Impersonal: Invariable, aparece en las construcciones que hemos
denominado de sujeto inespecífico ejemplificado en (53), (54), (55a) y (55b).
Todas las instancias de se que aparezcan en nuestro corpus se clasificarán como
pertenecientes a alguna de las categorías anteriores. 38
38 Véanse las secciones 3.1 (Sistema de codificación) y 3.2 (Listado de códigos) en el Anejo 3.
Capítulo I
54
1.4 La relación entre artículos determinados y pronombres átonos de
objeto
Hasta aquí hemos presentado algunos argumentos que apoyan la hipótesis de que
los clíticos de objeto y los artículos y pronombres del español y, del resto de las lenguas
románicas, comparten rasgos que permiten considerarlos conjuntamente.
Hemos examinado en detalle las tres principales fuentes de evidencia que apoyan este
análisis unificado. La primera de estas pruebas, como veíamos, está relacionada con el
común origen histórico de ambos tipos de elementos puesto que proceden del
demostrativo latino ǏLLE, ǏLLA, ǏLLUM, de ahí una semejanza morfológica que quizá
podríamos considerar como el primer indicio a favor de esta hipótesis ya que, en todas
las lenguas románicas son elementos muy parecidos e incluso, en algunos casos, ambos
paradigmas coinciden exactamente.39 De la misma forma, la expresión de un contenido
semántico muy similar relacionado con la idea de unicidad (con todas las implicaciones
que este rasgo conlleva en lo semántico (v. 1.1.2)) también es algo que comparten los
artículos y los clíticos pronominales del español y que los relaciona sincrónicamente.
Por otra parte, tal y como se verá con más detalle en el Capítulo II de esta tesis, desde la
teoría lingüística moderna se proponen análisis basados de forma específica en la
presunción de que los clíticos acusativos son, en realidad, artículos (v. Torrego 1988,
Uriagereka 1988, 1995; Bleam 2001).
Ya Bello (1847) afirmaba que el paradigma del artículo no es más que la forma
sincopada de la serie pronominal tónica que tiene, además, una versión átona, más débil
desde el punto de vista fonológico. Para este autor, como se exponía en la sección
dedicada a las estructuras de sustantivo nulo, el artículo se puede sustantivar
(convertirse en forma pronominal) como los otros adjetivos o los demostrativos. Las
formas el, la, los, las no son según él más que las abreviaturas de él, ella, ellos, ellas.
Para que en español se empleen las formas sincopadas del artículo es necesario “o que
39 El análisis de Uriagereka (1988, 1995) afirma que los artículos y los clíticos pronominales de acusativo del gallego (su análisis, como veremos más adelante, no se hace extensivo a los dativos) son, en realidad, el mismo elemento y, de hecho, coinciden exactamente en la forma (v. Capítulo II, sección 2.4.2.1).
El Sintagma Determinante en el español actual: relación entre artículos y pronombres átonos
55
se construya con sustantivo expreso, o que se ponga al sustantivo subentendido alguna
modificación especificativa” como en (57a) (Bello 1847)40:
(57) la __ de Mario
(57a) la __ que vive allí
(57b) ella, que vive allí
(57c) *la, que vive allí
Cuando la modificación es explicativa “se usa la forma íntegra del artículo, no la
sincopada”. Bello considera también demostrativos a los artículos determinados; de
hecho, en su definición de los mismos afirma que la es tan demostrativo como aquella y
esta, pero que “demuestra o señala de un modo más vago, no expresando mayor o
menor distancia” (Bello 1847: 277).
Si bien parece claro que, debido principalmente a razones de naturaleza fonológica y a
la falta de autonomía sintáctica que éste presenta con respecto al pronombre personal,
resulta muy complicado aceptar que se trate en realidad del mismo elemento; sin
embargo, sí que parece posible seguir manteniendo que pertenecen a la misma clase de
palabras y que, cuando menos, están íntimamente relacionados. A partir de estas
consideraciones podríamos fácilmente asumir que, efectivamente, si hablamos del
artículo determinado (o el pronombre átono) como la versión átona del pronombre
tónico (supuesto éste último que, como señala Fernández Soriano (1993), no está exento
de riesgos), la asimilación del paradigma de los determinados con el de los pronombres
átonos podría realizarse de forma casi automática. El Cuadro VII intenta resumir de
forma esquemática qué rasgos tienen en común artículos, demostrativos y a las series
tónica y átona de pronombres personales del español; de la misma manera pueden
observarse qué rasgos los distinguen (v. áreas sombreadas):
40 Es de suponer que aquí incluye Bello tanto adjetivos como sintagmas preposicionales y oraciones relativas especificativas.
Capítulo I
56
CUADRO VII. RASGOS DE DEMOSTRATIVOS, PRONOMBRES Y ARTÍCULOS DEL ESPAÑOL
Evolución demostrativo latino ǏLLE
Definitud/ Unicidad
Independencia fonológica (Tonicidad)
Demostrativo: aquel(os),aquella(s),aquello
+ + +
Pronombre tónico: él, ella, ello, ellos-as...
+ + +
Pronombre átono: lo, la, le, los, las...
+ + -
Artículo: el, la, lo, los las ...
+ + -
Sin embargo, y como se ha visto a lo largo de este capítulo, además de tener en común
la capacidad para expresar unicidad, para remitir a información ya presente en el
contexto discursivo, y su parentesco histórico, el factor que nos lleva a analizar
conjuntamente artículos determinados y pronombres átonos del español es su condición
de clítico fonológico, que los hace dependientes del elemento nominal –expreso o no– o
verbal junto al que aparecen. Así, tanto los pronombres de la serie tónica como los
demostrativos escapan de este posible análisis unificado ya que, además de su
independencia sintáctica, presentan una caracterización semántica bien diferente a la de
artículos y clíticos pronominales que no pueden expresar deixis (como es el caso de los
demostrativos) ni necesariamente han de estar ligados a un referente [+ humano] como
ocurre con los pronombres personales tónicos (v. Fernández Soriano 1999).
Así pues al cuadro anterior han de añadirse tres columnas más con objeto de captar las
diferencias existentes entre unos y otros elementos, tal y como queda reflejado en el
Cuadro VIII:
CUADRO VIII . SIMILITUDES Y DIFERENCIAS ENTRE ARTÍCULOS Y PRONOMBRES ÁTONOS DE
OBJETO
Evolución del demostrativo latino ILLE
Definitud/ Unicidad*
Independencia fonológica (Tonicidad)
Marca de género
Marca de número
Marca de caso
Artículos el, la, los, las
+
+
-
+
+
-
Pron. Átono lo, la, los, las, le, les, se
+
+
-
+
+
+
El Sintagma Determinante en el español actual: relación entre artículos y pronombres átonos
57
Sin embargo, de nuevo nos encontramos con que el cuadro anterior es incapaz de
reflejar exactamente todos los puntos en los que divergen los ítems que protagonizan
nuestro análisis. El problema reside en que existen algunas diferencias entre elementos
que, en el cuadro anterior, están incluidos en la misma categoría; a poco que
reconsideremos la clasificación anterior nos daremos cuenta de que, la clase pronombres
átonos comienza a resultar demasiado vaga, demasiado amplia y ello resulta en
detrimento del análisis. Para empezar, podemos refinar un poco nuestra categorización
estableciendo varios subgrupos en la clase más general de clíticos de objeto a partir de
dos criterios que ya tenemos incorporados al cuadro, a saber, las marcas de género,
número, caso y persona gramatical cuya especificación establece por sí sola la
existencia de tres subgrupos naturales en el paradigma pronominal átono del español.
Véase la reclasificación que ilustramos en el Cuadro IX:
CUADRO IX. SIMILITUDES Y DIFERENCIAS ENTRE ARTÍCULOS, PRONOMBRES ÁTONOS OBJETO
DE ACUSATIVO Y DATIVO Y EL PRONOMBRE SE Evolución
de ǏLLE
Definitud/ Unicidad*
Independencia fonológica (Tonicidad)
Marca de
género
Marca de
número
Marca de caso
(Acc./Dat.)
Marca de persona
Artículos el, la, los,
las
+
+
-
+
+
-
-
Pr. átonos Acusativo lo,la,los,las
+
+
-
+
+
+
+
Pr. átonos Dativo le, les
+
+
-
-
+
+
+
Pr. átono
se
+
+
-
-
-
+/-
+
A partir de lo anterior podría decirse que tanto su origen histórico común, como su
contenido semántico y, quizá de manera especial, su estatuto de clíticos fonológicos
permiten plantear el análisis conjunto de estos elementos ya que, de alguna manera,
consideramos que todos y cada uno de estos factores están relacionados entre sí y son,
por así decirlo, causa y efecto de la coaparición del resto.
En otras palabras, el hecho de que procedan del mismo elemento explica porqué tienen
en común algunos de los rasgos semánticos que los caracterizan, no todos, obviamente,
ya que, por principios de economía inherentes al propio sistema lingüístico, la evolución
Capítulo I
58
de un término en dos formas diferentes no se justificaría si los dos nuevos elementos
mantuvieran exactamente las mismas características (v. Renzi, 1997). Por otra parte, el
tipo de contenido semántico-funcional que muestran y para el que se especializan
artículos por un lado y pronombres personales de la serie átona por otro, es el que
caracteriza a las formas a las que se asigna el estatuto de clítico. Paralelamente, y como
se ha expuesto con anterioridad, el concepto de clítico se relaciona, a pesar de las
excepciones, de forma casi automática con la idea de dependencia fonológica; nuestros
elementos cumplen efectivamente este requisito y dependen de un elemento (nominal o
verbal) adyacente en el contexto lingüístico y que, en el transcurso del proceso
diacrónico de gramaticalización sufrido por artículos y pronombres, el primitivo
elemento latino pierde (además de contenido semántico) parte de su entidad fonológica
y los elementos resultantes son, pues, más débiles desde un punto de vista fonológico.
Así, podríamos decir que, entre los tres tipos de criterios en cuestión, se establece una
relación en la que cada uno de ellos parece llevar de la mano al otro y viceversa y, si
bien en principio parecería oportuno analizarlos por separado, ahora nos parece que, con
objeto de alcanzar una caracterización más acertada y completa de los mismos, resulta
más adecuado considerarlos conjuntamente.
CAPÍTULO II
LOS ANÁLISIS DEL SINTAGMA DETERMINANTE EN LA
TEORÍA LINGÜÍSTICA MODERNA
‘Do you really believe that determiners are the head of nominals? Do you really buy that?’
[J. Hilferty, comunicación personal]
El presente capítulo aborda la descripción del comportamiento sintáctico de los artículos
determinados y los pronombres átonos en el sistema del español nativo. Tal descripción,
como ya se ha señalado, tiene lugar dentro del marco chomskiano de la GGT y, más
concretamente, del modelo teórico que dentro de ella propone el programa minimista
(PM) de Chomsky (1995).
Como se discutió en el Capítulo I, artículos determinados y pronombres átonos de
objeto en español comparten una serie de propiedades morfofonológicas (a saber, se
definen como clíticos especiales en el sentido de Zwicky (1977)) y, en el caso de los
clíticos de acusativo, muestran concordancia de género y número con su referente léxico
(el sustantivo) lo cual, al igual que su parentesco histórico, permite que éste, entre otros
muchos análisis, los considere de manera conjunta (v. Capítulo I). Con respecto a su
comportamiento sintáctico, aspecto que nos disponemos a abordar en este capítulo,
ambos tipos de elementos pertenecen según algunos análisis, a la misma categoría [D]
(Uriagereka 1995, Radford 1997, Rosselló 2002, Anagnostopoulou 2003). De entrada,
desde el punto de vista estrictamente sintáctico, los dos son, efectivamente, de
naturaleza nominal; sin embargo, a diferencia de lo que ocurre con los artículos que
operan estrictamente en el sintagma nominal, los clíticos están obligatoriamente
relacionados con el sintagma verbal ya que funcionan como argumento del verbo al que
siguen o preceden. Así, y a pesar de que el objetivo primero de nuestro trabajo es el
Capítulo II
60
análisis del estatuto y la conducta de ambos tipos de elementos, es natural que se haya
de tomar en cuenta factores muy diferentes a la hora de analizar la naturaleza y el
comportamiento de unos y otros.
2.1 La competencia nativa vista desde la teoría lingüística: el caso de los
artículos y pronombres átonos del español
¿Qué aporta la descripción lingüística de estas características a un trabajo que,
como el nuestro, se propone caracterizar la forma en que tiene lugar la adquisición de
artículos y clíticos de objetos por parte de hablantes adultos no nativos de español?,
¿por qué interesa a nuestros intereses contar con un cuadro detallado y preciso del
comportamiento sintáctico que presentan estos elementos en el sistema del hablante
nativo? Aunque pueda parecer obvio, y como se tratará en detalle en el capítulo
siguiente, es nuestro convencimiento que la única forma de abordar la descripción de
sistemas de Interlengua (IL)1 como los de nuestro estudio pasa por la comparación de
las gramáticas no nativas con los sistemas gramaticales de los hablantes nativos de la
lengua objeto. En principio, la gramática del hablante nativo adulto es, a pesar de la
diversificación que para la descripción de la competencia nativa suponen las variaciones
dialectales y/o microparamétricas, esencialmente uniforme es decir, es la misma para
todos los hablantes nativos frente a los sistemas de IL que se caracterizan por su
carácter idiosincrásico y variable. Sin embargo, también nos parece que, desde el
momento en que las ILs constituyen también ejemplos de lenguas naturales, el análisis
de las gramáticas no nativas debe abordarse empleando los medios más actualizados o
más adecuados que nos ofrezca la teoría lingüística que nos ofrece, además, un marco
universal en el que comparar los distintos sistemas que disponen de representación en la
mente del hablante de IL, es decir, la(s) L1(s) y la(s) L2(s).
El constructo al que nos referimos como ‘idealización’, como ‘competencia nativa’,
consiste ni más ni menos en la simplificación de los datos de la que parte una teoría y
que, en palabras de Rosselló (2002), es una estrategia cuyo objetivo es facilitar estos
constructos. Desde sus inicios, pues, el análisis propuesto por la teoría lingüística 1 Para una definición del concepto de Interlengua como el sistema que rige las producciones del hablante no nativo de una lengua dada véase, por ejemplo, Selinker (1972, 1992), Adjémian (1976), Sharwood-Smith (1994) Liceras (1986, 1996).
Los análisis del Sintagma Determinante en la teoría lingüística moderna
61
chomskiana tiene como principal aspiración alcanzar la máxima exactitud en la
descripción del sistema gramatical de ese ‘hablante-oyente ideal’: el hablante adulto
nativo de una lengua dada. Como se verá, tal análisis resulta también una herramienta
idónea en la descripción de hablante-oyente ideal no nativo.
Paralelamente, el sistema gramatical del idiolecto que se atribuye a dicho hablante ideal
servirá a los estudiosos de la adquisición del lenguaje como modelo a partir del cual
analizar la producción tanto de gramáticas infantiles2 como de gramáticas no nativas
como las que se examina en nuestro estudio. De hecho, la aplicación de la famosa
dicotomía chomskiana ‘competencia vs. actuación’ –que resulta fundamental para la
GGT y que, pese a las reestructuraciones que la teoría ha experimentado durante los
últimos años, sigue plenamente vigente en la última revisión de la misma, el Programa
Minimista– en el caso del hablante ideal nos permite equiparar el sistema gramatical de
una lengua dada a la competencia de dicho hablante, descrita ésta como el número finito
de elementos y reglas cuya combinación genera un número infinito de estructuras
lingüísticas. Del mismo modo, la actuación, entendida como el conjunto de las
producciones ‘reales’, también en número finito, de los hablantes nativos de dicha
lengua proporciona al lingüista, al estudioso del lenguaje en general, una evidencia que
resulta imprescindible a la hora de abordar el estudio de la competencia.
Llegados a este punto nos disponemos, pues, a abordar la descripción de la competencia
lingüística del hablante nativo de español como punto de partida desde el cual
caracterizar la gramática de nuestros hablantes de español como L2 y/o LE. Así, para
nosotros, pues, el análisis descriptivo del funcionamiento de los sistemas nativos
constituye la base desde la que partimos para abordar la naturaleza y el desarrollo de los
no nativos entendidos, eso sí, ambos tipos de sistemas como lenguas naturales (Liceras
2 En este sentido, para Radford (1995) existen dos posibles acercamientos al estudio de la adquisición del lenguaje: uno que implica el estudio de las gramáticas adultas y otro que se centra en el análisis de las gramáticas infantiles. El primero de estos enfoques (‘adultocéntrico’) se asocia indefectiblemente a los trabajos sobre adquisición desarrollados desde la teoría lingüística chomskiana y principalmente trata, según este autor, de describir cuáles son las diferentes etapas de desarrollo gramatical por las que atraviesan los niños que aprenden su lengua materna y cuáles son las características que definen dichas etapas. En este sentido véase la problemática que se plantea en el Capítulo IV (sección 4.5.1) alrededor del concepto de ‘falacia comparativa’.
Capítulo II
62
1992, 1996)3. De igual forma, partiendo del supuesto de que existe un hablante-oyente
ideal nativo, también existe un hablante-oyente ideal no nativo cuyo sistema permeable
por definición (Adjémian 1976) parece encontrarse en continuo proceso de cambio
(Liceras 1996). En consecuencia, como puede suponerse, nuestro trabajo se propone
como objetivo primero proporcionar una descripción adecuada de la naturaleza y el
comportamiento sintáctico de una parte del sistema de ese hablante-oyente ideal no
nativo de español L2/LE, la relativa al núcleo [D] de la categoría funcional SD.
2.2 La ‘Hipótesis del Sintagma Determinante’
Como ya se ha adelantado con anterioridad, una de las ventajas que supone la
adopción del marco generativo a la hora de abordar la descripción de los sistemas
lingüísticos –nativos y no nativos– es el espíritu de evolución constante que caracteriza
al modelo y que hace que la teoría esté sujeta a continuas revisiones4. Nos disponemos a
continuación a realizar una revisión de los cambios que, en el marco de la GGT, ha
experimentado el tratamiento de las estructuras nominales, del modo en que los diversos
análisis surgen y se han adaptado a la evolución que el modelo generativo ha sufrido
hasta la aparición del Programa Minimista (PM) (Chomsky 1993, 1995, 1998). Trabajos
destacables sobre el tema, por citar tan sólo algunos, son los de Bosque (1991),
Haegeman y Guerón (1999), Rosselló (2002) Eguren y Fernández Soriano (2004). De
Eguren pero de su trabajo de 1989 es la siguiente cita:
‘Los determinantes configuran clases léxicas cerradas, se sitúan, en español, a la izquierda
del nombre y concretan referencialmente una designación, es decir, limitan su extensión: la
actualizan, la cuantifican, etc.’. (Eguren 1989: 165)
3 Por un lado, el diseño de nuestro estudio permite abordar el análisis de la IL de nuestros hablantes de ELE teniendo en cuenta la descripción de la competencia nativa que se lleva a cabo en este capítulo; de ahí que resulte especialmente relevante la inclusión de un grupo de hablantes nativos de español que ejerce como grupo de control (CON) cuya producción pueda contrastarse con la de nuestros dos grupos experimentales (v. descripción de los sujetos del estudio en el Capítulo IV, sección 4.2.1). Por otro lado, también resulta fundamental para nuestros intereses la consideración de las ILs como lenguas naturales ‘aun cuando no tengan conjuntos consistentes de propiedades paramétricas’ (Liceras 1996: 35). 4 Señala Liceras cómo el hecho de que el modelo constituya un proyecto de investigación sujeto a revisión constante ‘puede pero no debe descorazonar a los lectores e investigadores’ (1996: 33). El carácter, digamos, abierto a innovaciones de la GGT queda de manifiesto en el mismo título del trabajo de partida de la (pen)última revisión del modelo El Programa Minimista (1995). [El subrayado es nuestro].
Los análisis del Sintagma Determinante en la teoría lingüística moderna
63
El autor también destaca como, por un lado, la ausencia de estos elementos da lugar a
secuencias agramaticales, por ejemplo, si el sintagma en cuestión se encuentra en
posición de sujeto de la oración como en (1); por otro, no necesitan de ningún otro
determinante y se encuentran, en la mayoría de los casos, en distribución
complementaria como en (2).
(1) *niños son buenísimos
(2) *Los estos niños son buenísimos
Según Eguren, en español cumplen estos requisitos –siempre y cuando precedan al
sustantivo– el artículo, los demostrativos, los posesivos, ciertos cuantificadores e
indeterminados y los numerales cardinales. Semánticamente, señala además, ‘los
determinantes son operadores que ligan variables’ al contexto de discurso (cf.
Higginbotham 1983). El término ‘determinante’5 se perfila, así, como la etiqueta que
engloba un conjunto más o menos heterogéneo de elementos que, más que una categoría
–como las categorías N, V o ADJ–, constituye una clase de categorías de la misma
forma que en el dominio verbal FLEX (Flexión) incluye diversos morfemas como
número, persona, tiempo, aspecto, etc. (Eguren 1989).
El nacimiento y la repercusión que ha tenido en el marco general de la GGT la aparición
de la hipótesis del SD se puede abordar a partir del análisis de tres aspectos relacionados
con la adopción de la misma, a saber:
a. las principales causas que conducen a su aparición y los argumentos
morfológicos, sintácticos y semánticos que la sostienen
b. su evolución dentro del modelo de la GGT y
c. la aparición de proyecciones funcionales internas al SD como parte del
desarrollo y perfeccionamiento de la hipótesis
5 En relación con el empleo del término ‘determinante’ nos parece interesante recoger las observación de Karmiloff-Smith (1976) sobre cómo la inauguración de la GGT por parte de Chomsky, a pesar de haber supuesto en muchos aspectos una ruptura importante con respecto al estructuralismo, decide mantener el término ‘determinante’ para referirse a elementos como a, the, that que determinan que aquello que sigue es una construcción nominal. Así, en cierto sentido, también resulta tradicional para la GGT llamar determinantes a dichos elementos. De hecho, la categoría en cuestión fue inicialmente denominada Noun Determiner para pasar después a llamarse Determiner o DET (Chomsky 1957).
Capítulo II
64
La hipótesis del Sintagma Determinante (SD) (DP hypothesis) constituye en el
momento de su aparición la evolución lógica de un modelo, la teoría de la X con barra,
que se encamina, por así decirlo, hacia una simplificación general del mismo y que trata
de homogeneizar la descripción y el funcionamiento de todo el repertorio de categorías
funcionales (Rosselló 2002). Según la teoría de la X con barra, toda estructura sintáctica
es de naturaleza endocéntrica y, por lo tanto, sus constituyentes se proyectan a partir de
un elemento que funciona como núcleo del sintagma (Haegeman y Guerón 1999).
Como se verá a continuación, la aparición de la hipótesis del SD supone, de alguna
manera, la culminación de un proceso que aumenta la importancia del papel asignado a
las categorías funcionales por cuanto la misma estructura endocéntrica se aplica también
al dominio nominal6, dándose cuenta así de todas las estructuras sintagmáticas posibles
dentro de una misma propuesta.
2.2.1 Determinación del núcleo de las estructuras nominales: ¿Sintagma
Nominal o Sintagma Determinante?
En trabajos anteriores (Rosado 2000) abordábamos el análisis de algunas
estructuras nominales del español y enfrentábamos el problema que suponía encontrar
una justa denominación para las mismas. La dificultad básicamente estribaba en que
mantener la denominación más o menos tradicional de ‘sintagmas nominales’ (SSNN) –
así llamados porque el nombre es considerado núcleo de las mismas como en (3a)–
resultaba poco menos que incómodo, inconsistente cuando se defendía un análisis según
el cual la redenominación de las mismas resulta fundamental y se realiza, claro está, a
partir del elemento al que se atribuye el estatuto de verdadero núcleo de tales
construcciones, y que no es otro que el determinante [D] que las encabeza, como en
(3b):
6 Esta endocentricidad, como veremos más adelante, ya se había planteado para el dominio verbal en la substitución del SO (oración) por el SF(Flexión).
Los análisis del Sintagma Determinante en la teoría lingüística moderna
65
(3a)
(3b)
Así, en su momento, llegamos a una especie de ‘solución de compromiso’ según la cual,
si bien el determinante era considerado el verdadero núcleo de estos sintagmas, se
decidió igualmente mantener la denominación convencional, tradicional también para la
gramática generativa (v. al respecto la nota al pie 5) de sintagmas nominales para
referirnos a todas aquellas estructuras que contienen un nombre o un pronombre (v.
también Radford 1997, Ouhalla 1991) y, de esta forma, las dos denominaciones eran
empleadas indistintamente en todos los contextos.
Sin embargo, revisamos ahora esta decisión en la medida en que el uso de la etiqueta
Sintagma Determinante (SD) está absolutamente generalizado en el marco teórico en el
que trabajamos y resulta, por ello, innecesario –y en cierto modo, confuso– mantener la
etiqueta de sintagma nominal en todos o algunos contextos; además, como ahora
veremos, si queremos ser precisos en el análisis, debemos reservar tal denominación
SN
Esp. N’
N (...)
(bonito/de mi hermana/que se ríe mucho...) El niño
SD
D’
D
El
SN
N’
N (SAdj/SPrep/SFLEX ...)
(bonito/de mi hermana/que se ríe mucho...) niño
Capítulo II
66
para designar exclusivamente los sintagmas que funcionan como complemento del [D],
núcleo funcional de los SSDD, con lo cual emplearla para aludir a dos entidades
diferentes sólo conseguiría reducir considerablemente la claridad de nuestra
presentación, y esto es precisamente lo que pretendemos evitar.
A decir verdad, el problema acerca de la denominación que se ha de elegir para referirse
a estos sintagmas desaparece y, por así decirlo, se resuelve solo si tomamos en
consideración cómo y por qué aparece la hipótesis del SD, y cómo la adopción de dicha
hipótesis y la definición de un nuevo elemento como núcleo de las mismas lleva de la
mano, de forma casi automática, la adopción de un nuevo término para denominarlas.
El trabajo de Bosque (1991) presenta, dentro de un planteamiento general acerca de la
naturaleza de las categorías gramaticales, el problema que supone la determinación del
verdadero núcleo de las estructuras nominales e intenta proporcionar una solución a
partir de la revisión de los posibles argumentos a favor de cada una de las posibles
opciones. Según el ejemplo que da el autor, para un sintagma como el libro existen tres
análisis diferentes, ninguno de los cuales es, a decir verdad, de reciente aparición:
a) El núcleo de el libro es el sustantivo libro
b) El núcleo de el libro es el artículo el
c) El núcleo de el libro es el pronombre el en una de sus formas
La opción a) es como puede suponerse, la que cuenta con más defensores dentro del
marco de la gramática tradicional, para la que la consideración del sustantivo como
elemento principal de los sintagmas en los que aparece queda fuera de toda duda (cf.
Gili Gaya 1961, Lázaro Carreter 1975). La asignación del estatuto de núcleo
sintagmático al sustantivo sitúa al artículo a la misma altura que el adjetivo, siendo
ambos entendidos como meros ‘accidentes’ del nombre cuya única función consiste en
modificar a éste. El adjetivo, más exactamente, nombre adjetivo según la definición del
Esbozo de la RAE (1973: 183), necesita por fuerza referirse en su funcionamiento a un
sustantivo, a cuyo significado añade notas que lo determinan o precisan. Para Bello
(1847) parece claro que el sustantivo, como palabra esencial y primaria del sujeto,
domina las construcciones en las que aparece acompañado, en ocasiones, de términos
Los análisis del Sintagma Determinante en la teoría lingüística moderna
67
que a él se refieren explicando o particularizando su significado, ‘o, como se dice
ordinariamente, modificándolo’ (p. 86).7
Según recoge el propio Bosque, en autores más tradicionales como Lapesa (1961) las
opciones b) y c) antes mencionadas no están muy bien diferenciadas; en cambio sí lo
están en los citados trabajos pioneros –realizados desde el marco de la GGT– de Abney
(1987) para el inglés o de Eguren (1987, 1989) para el español. En ellos se reivindica ya
de forma explícita que el determinante es el verdadero núcleo de las construcciones en
las que aparece. Así, hasta la aparición de los mismos, y también en la GGT, se ha
considerado tradicionalmente que el papel de núcleo de los sintagmas nominales era
desempeñado por el sustantivo. De esta forma, los primeros estudios que, realizados ya
desde el marco teórico chomskiano, tratan este tipo de estructuras parten de una
consideración del sustantivo muy parecida a la expresada por la gramática tradicional
desde el momento en que éste es considerado núcleo del constituyente endocéntrico en
el que aparece, del sintagma nominal (SN), véase la estructura arbórea de (1a) (Brucart
y Gràcia 1986, Hernanz y Brucart 1987).
Los modificadores del sustantivo, es decir, determinante y complementos de cualquier
tipo (Sintagma Adjetivo, Sintagma Preposicional o Sintagma Complementante) son
contemplados en general como estructuralmente opcionales sin que su presencia o
ausencia suponga ningún tipo de reducción en el grado de gramaticalidad de estos
sintagmas. El sustantivo (se puede hablar de tres tipos de unidades léxicas nominales, a
saber, el nombre común, el nombre propio y el pronombre personal) es, desde este
punto de vista, considerado como la categoría que desempeña el papel más importante
dentro del SN, el de núcleo. Dicha categoría sustantiva puede verse acompañada por
otras unidades que la restrinjan, la determinen y la califiquen, que le añadan algún tipo
de especificación semántica no incluida en el núcleo. Ésta es precisamente la función
desempeñada por los determinantes, que especifican la referencia del sustantivo, y los
complementos del nombre (adjetivos, sintagmas preposicionales y oraciones de
relativo) que lo modifican. Los pronombres personales, en cambio, rechazan la
7 No obstante, la consideración que el autor realiza de las estructuras de sustantivo elidido, (cf. la sección 1.2.1 en el Capítulo I sobre el estatuto de artículos determinados en las construcciones de sustantivo nulo) le acerca a la propuesta que la GGT sugiere más de cien años después. Bello asigna al artículo, efectivamente, un carácter pronominal (como núcleo del SN) en contra de la justificación tradicional que alude a la sustantivación del complemento del nombre en este tipo de estructuras.
Capítulo II
68
posibilidad de aparecer complementados o especificados por cualquiera de los
sintagmas mencionados. A pesar de que, al igual que los nombres, según este análisis,
los pronombres pudieran funcionar como núcleos del sintagma nominal, ambas
categorías difieren en su comportamiento sintáctico.
Por lo que al dominio nominal respecta, pues, el análisis propuesto con anterioridad a la
propuesta de Abney, o la de Eguren para el caso, atribuye al sustantivo el papel de
núcleo de las proyecciones por el encabezadas (SSNN) y coloca a los elementos que lo
suelen preceder, determinándolo en la mayoría de los casos, en la posición del
Especificador (Esp) del Núcleo (N). La representación asignada a estos sintagmas sería
la misma que ilustrábamos en (1a). Y uno de los argumentos a favor de tal
representación es la (aparente) distribución complementaria en que aparecen los
elementos normalmente situados en posición inicial de sintagma: artículos,
demostrativos, posesivos, etcétera. No obstante, y dado que la anterior consideración
implicaría que sólo uno de estos elementos puede aparecer en dicha posición en la
representación de una estructura determinada, existen datos procedentes de diversas
lenguas –tal es el caso del catalán (el meu alumne), del italiano (la mia sorella) o
incluso del español antiguo (los sus ollos)– que constituyen evidencia contra lo anterior
por cuanto, en la misma estructura nominal, es posible hallar más de uno de estos
elementos englobados bajo la etiqueta general de determinante8. Tal vez sería
conveniente considerar cuáles son los motivos por los que se formula por vez primera
esta hipótesis y cuáles las repercusiones que tuvo su aceptación para la teoría lingüística
en general y el análisis de los nominales en particular. A ello nos disponemos a
continuación.
2.2.2 Origen y evolución de la ‘Hipótesis del Sintagma Determinante ’
La publicación del Barriers de Chomsky (1986) supone un avance fundamental
en el desarrollo de la Teoría de X con barra. Tras la afirmación de que no sólo las
categorías léxicas mayores –sustantivo y verbo– son capaces de proyectar en el nivel
sintagmático, sino que elementos funcionales como complementantes y auxiliares
proyectan su propio sintagma, se predica la existencia de un Sintagma Complementante
8 Véase, en este sentido, Eguren (1989), el análisis sobre datos del catalán de Picallo (1991) o la argumentación de Haegeman y Guerón (1999) sobre los artículos del rumano.
Los análisis del Sintagma Determinante en la teoría lingüística moderna
69
(SCOMP) y de un Sintagma Flexión (SFLEX) como proyecciones extendidas del
núcleo léxico correspondiente: el verbo. En un primer momento, como ya se ha
señalado, no se proporciona un equivalente en el dominio nominal para el que se
mantiene la denominación tradicional de sintagma nominal (SN) en el que los
elementos funcionales –artículos y otros determinantes– continúan ocupando la posición
de Especificador (Esp, SN).
No obstante, como señala Bernstein (2001), dentro de un planteamiento general, todo lo
anterior iría, de alguna forma, en contra de la teoría de la X con barra en, al menos, dos
aspectos fundamentales: por una parte, negaría a las categorías funcionales del dominio
nominal la capacidad de proyectar un sintagma, y por otra, al estar ya ocupada la
posición de especificador por el artículo como en (1a), a diferencia de lo que se propone
en el dominio verbal, no quedaría disponible para ser ocupada por otros elementos
sintagmáticos.
En medio de este panorama, y si bien otros autores habían planteado con anterioridad la
posibilidad de considerar a los determinantes como el verdadero núcleo de las
estructuras nominales (Szabolcsi 1983, Hudson 1984, Kuroda 1986, Fukui y Speas
1986), es el trabajo de Abney (1987) acerca de las estructuras nominales del inglés el
que propone de forma definitiva un análisis según el cual es el determinante el que
encabeza tales construcciones: el sustantivo, con sus correspondientes complementos si
los hubiere, (SN) funciona a partir de ahora como complemento de unos sintagmas en
los que el núcleo no es otro que el elemento funcional Determinante [D].
Así, a partir de argumentos teóricos y empíricos, afirma Abney que el Sintagma
Determinante (SD) es la categoría proyectada por estos elementos, los determinantes,
que encabezan los sintagmas nominales. Es decir, el SD constituye la proyección
extendida (proyección máxima) del elemento que es núcleo léxico en el dominio
nominal: el sustantivo.
Ya se ha apuntado anteriormente cómo el principal objetivo de esta propuesta es
equiparar la interpretación que, dentro de la teoría de la X con barra (Chomsky 1981),
se realiza de los sintagmas nominales con la de las expresiones verbales; así, al igual
Capítulo II
70
que el verbo es considerado núcleo léxico del sintagma verbal, N (Nombre)
desempeñará esta función en el SN; paralelamente, del mismo modo que FLEX
(Flexión) es la categoría funcional que rige el SV, se asigna al determinante [D] ese
papel dentro de la frase nominal, como se ilustra en (4a) y (4b):
(4a) (4b)
La idea de la que se parte es llegar a establecer un paralelismo entre la estructura y el
funcionamiento del SN y de la oración (Ouhalla 1991); en este sentido, el planteamiento
de la existencia de un núcleo funcional en los sintagmas nominales lleva a la conclusión
de que la realización léxica de esa categoría ha de ser necesariamente el determinante
que, como núcleo del SN, modifica al resto de unidades bajo su proyección máxima y
es, por tanto, paralela a la categoría FLEX.9
De la misma forma, algunos autores establecen un paralelismo entre SD y SCOMP,
entre las proyecciones nominales y las proyecciones oracionales; de hecho, Kayne
(1994), que sigue en ello a Valois (1991), afirma que, esencialmente, se trata de la
misma categoría. Según recoge Roca (1997: 47):
‘(…) de la misma manera que en la sintaxis de la oración hay una proyección para los
morfemas flexivos (SFLEX) y una proyección superior cuyo especificador es una
posición no argumental (SCOMP), en las construcciones nominales hay una proyección
con morfemas flexivos (SNUM) y una proyección superior con un especificador A’.
Esta proyección es el SD, y de ahí los paralelismos con el SCOMP’.
9 A pesar de que, a partir de la publicación del trabajo de Abney, la práctica totalidad de la comunidad lingüística que trabaja dentro del marco de la GGT coincide en considerar a los SSNN como SSDD, hubo en un primer momento algunos autores se resistían a hacer extensiva esta generalización a todas las construcciones nominales (Ouhalla 1991) contradiciendo así los supuestos de la hipótesis del SD.
FLEX’
FLEX SV
V’
V
D’
D SN
N’
N (...)
SFLEX
(...)
SD
Los análisis del Sintagma Determinante en la teoría lingüística moderna
71
En efecto, la igualación del comportamiento sintáctico de sintagmas verbales y
nominales implica, de paso, la asignación del estatuto de núcleo funcional al
determinante D, con lo que éste adquiere una consideración equivalente a la de la
flexión (INFL) y a la de los complementantes (COMP) (Contreras 1989, Eguren 1989,
Picallo 1991, Roca 1997). Partiendo, pues, de este paralelismo y desde este momento,
todas las estructuras nominales se redenominan a partir del verdadero núcleo (funcional)
de las mismas y se adopta para las mismas de forma definitiva y generalizada la etiqueta
de Sintagma Determinante (SD).
Lo anterior implica que entre el núcleo del nuevo SD y su complemento SN se establece
una relación Núcleo-Complemento [SDD SN] y, por tanto, supone la sustitución de (3a)
por (3b) que recogemos de nuevo a continuación:
(3a)
(3b)
SN
Esp. N’
N (...)
(bonito/de mi hermana/que se ríe mucho...) el niño
(bonito/de mi hermana/que se ríe mucho...)
SD
D’
D
el
SN
N’
N (SADJ/SPREP/SFLEX ...)
niño
Capítulo II
72
El trabajo de Bernstein (2001) realiza una excelente revisión de la evolución que ha
experimentado la hipótesis del SD desde su aparición. La autora se propone demostrar
hasta qué punto resulta adecuado hablar de SD amparándose en los análisis teóricos de
diferentes autores y en la evidencia empírica –morfológica, sintáctica y semántica–
procedente también de lenguas distintas y demuestra cómo determinados fenómenos
resultarían de muy difícil explicación fuera del marco de esta hipótesis.
En relación con la disposición de los argumentos en los SSDD, y a partir de los análisis
de Ritter (1988) o de Picallo (1991) para el hebreo y el catalán respectivamente,
Bernstein observa cómo el argumento que funciona como sujeto en las estructuras
nominales posesivas (el poseedor) se genera en el Especificador del SN mientras que el
argumento objeto (la cosa poseída) aparece como complemento del SN como en (5):
(5)
Equipara entonces este análisis al propuesto para la estructura argumental de la cláusula
por los trabajos de Pollock (1989), Koopman y Sportiche (1991) y Sportiche (1998),
como en (6):
SD
Espec. D’
D SN
eating of the apple
N’
N
Espec.
Peter´s
SP
Los análisis del Sintagma Determinante en la teoría lingüística moderna
73
Marie
SFLEX
Espec. Flex’
Flex SV
V’
V
SN
aimenti tous mes amis t i
(6)
Por lo que al orden de palabras respecta –y a partir de los trabajos de Emonds (1978) y
Pollock (1989) sobre el movimiento del verbo en inglés y francés– se recogen ejemplos
de diferentes lenguas y se señala el paralelismo existente entre la posición de adverbios
y adjetivos en los sintagmas verbal y nominal. El análisis de Pollock muestra como en
francés la posición postverbal de los adverbios con formas finitas (frente a la posición
preverbal que presentan en inglés) se debe al desplazamiento que el verbo realiza desde
su posición original como se ve en (7a) y (7b):
(7a)
SFLEX
Espec. Flex’
Flex. SV
eats
V’
V
Espec.
SN
Peter an apple
Capítulo II
74
my friends
(7b)
Obviamente, el candidato ‘ideal’ para establecer un paralelismo con el adverbio en el
sintagma nominal es el adjetivo: los análisis de Bernstein (1991, 1993) Cinque (1994)
Kayne (1994) o Picallo (1991) apoyan esta posibilidad al defender que, efectivamente,
el orden de los componentes de las estructuras nominales es ‘adjetivo–sustantivo’, o
sea, el que, de forma natural, se da en las lenguas germánicas como en (8a):
(8a)
SFLEX
Espec. Flex’
Flex SV
V’
V SN
all Mary love
SD
Espec. D’
D SX
red tie
SN
Espec.
a
N’
N
Los análisis del Sintagma Determinante en la teoría lingüística moderna
75
Así, el orden superficial observado en las lenguas románicas (v. 8b) es considerado
producto del desplazamiento del nombre por encima del adjetivo hasta un núcleo
funcional entre N y D similar al movimiento que tiene lugar en el dominio verbal:
(8b)
Finaliza Bernstein haciendo referencia a las pruebas de carácter semántico en favor de
la hipótesis del SD y parte para ello de la siguiente pregunta: ¿existe una justificación
semántica que apoye la distinción entre SN y SD equivalente a la que separa SFLEX
(oración principal) y SCOMP (argumento oracional)? Su respuesta recoge la propuesta
de Szabolcsi (1992) cuando afirma que el Complementante, visto como un marcador
léxico, actúa como un subordinador que permite a la cláusula de (9a) funcionar como un
argumento (como en (10a)):
(9a) [Isabel llegó]
(9b) *[Que Isabel llegó]
(10a) Creo que [Isabel llegó]
(10b) *Creo [Isabel llegó] [Ejemplos de Bernstein (2001: 543)]
une/una rouge/roja cravate/corbata
SD
Espec. D’
D
SX
SN
Espec.
N’
N
SY
Capítulo II
76
De esta forma, y según lo expuesto anteriormente, la distinción entre sintagmas
argumentales (SSDD) y no argumentales (SSNN) se sostiene en el dominio nominal, tal
y como predican los trabajos de, entre otros, Abney (1987) y, sobre todo, Longobardi
(1994)10; casi se sigue de lo anterior el hecho de que se asigne un carácter no referencial
a los SSNN mientras que los SSDD son referenciales por naturaleza (v. también Stowell
1989). Para Longobardi los SSNN son de naturaleza predicativa ya que sustantivos
como niño o bota no se refieren a ningún conjunto determinado de niños o de botas,
sino más bien a clases; de acuerdo con el autor, los determinantes son operadores
ligados a una variable cuya extensión es la extensión de la clase a la que se refiere el
sustantivo (cf. Higginbotham 1983). Los SSNN pueden, en las lenguas románicas,
aparecer en estructuras predicativas como las que siguen en (11) y (12):
(11a) Gianni é medico (*che...)
(11b) Gianni é un/il medico (che...)
(12a) Juan es médico (*que…)
(12b) Juan es un/el médico (que…)
Así pues, de forma general podría afirmarse que el artículo, como núcleo [D], y de
forma paralela a los subordinadores en el núcleo de SCOMP (cf. (9) y (10)), es capaz de
‘convertir’ un SN predicado en un SD que funcione como argumento.
2.2.3 Categorías funcionales en el SD
Si bien la tradición gramatical ya distinguía entre categorías mayores (nombre,
verbo, adjetivo, etc.) y categorías menores definidas esencialmente como accidentes de
las anteriores (véase Bosque 1991), en la tradición de la GGT, desde la aparición del
modelo de Principios y Parámetros, los elementos que componen el léxico de una
lengua se dividen en categorías léxicas (o sustantivas) y categorías funcionales. Estas
últimas constituyen una parte fundamental de dicho modelo por cuanto tanto el
concepto de gramática como el de variación entre las lenguas naturales descansan sobre
10 También el trabajo de Eguren (1989) asigna a los SSNN una naturaleza predicativa frente al carácter argumental de los SSDD. Más adelante volvemos sobre el de Longobardi en más profundidad (v. apartado 2.4.1).
Los análisis del Sintagma Determinante en la teoría lingüística moderna
77
la descripción de las categorías funcionales (v. Borer 1984, Bosque 1991, Ouhalla 1991,
Radford 1997, Rosado 2000).
No creemos necesario a estas alturas señalar la importancia de las categorías funcionales
a la hora de elaborar una propuesta de teoría del lenguaje11. Sin embargo, sin detenernos
en detalle en la consideración de la naturaleza de las mismas, quizá debamos señalar
una serie de aspectos determinados en los que difieren ambos tipos de categorías:
- desde el punto de vista semántico, los elementos funcionales se distinguen de los
léxicos básicamente en que éstos últimos están provistos de contenido
referencial.
- las categorías funcionales constituyen lo que se denomina una clase cerrada: su
inventario es limitado, existe un número finito de miembros para cada categoría
y éste no puede aumentarse por medio de la inclusión de nuevos elementos (v.
Bosque 1991, Liceras 1996).
- si bien las categorías léxicas se caracterizan por ser portadoras de rasgos θ y sólo
los elementos sustantivos poseen red temática (v. Ouhalla 1991, Liceras 1996),
las categorías funcionales carecen de este tipo de rasgos pero poseen, en cambio,
rasgos de concordancia [propiedades gramaticales propiamente dichas o rasgos φ
(= número, género, caso, persona)] y manifiestan propiedades de selección
morfológica, según las cuales la categoría funcional, generalmente de naturaleza
afija, escoge a qué elemento unirse dentro de la frase y no al revés.12
La variación gramatical (paramétrica) observada entre una lengua y otra puede también
explicarse gracias a las categorías funcionales. De hecho, la concepción de parámetro
como dimensión de variación gramatical entre lenguas diferentes (Borer 1984; Lebeaux
1988; Ouhalla 1991; Chomsky 1981; Fukui y Speas 1986; Radford 1997) concede a
11 Bickerton (1990), por ejemplo, afirmaba que son precisamente estas categorías, como parte de la dotación biológica innata del ser humano, las que convierten su lenguaje en algo único frente a otros sistemas de comunicación. Así, el lenguaje humano deja de ser protolengua y se distingue del lenguaje de los simios sólo cuando incorpora en su sistema estos elementos de contenido no referencial. 12 En este sentido podría parecer, como señala Liceras (1996), que la distribución de propiedades para elementos léxicos y funcionales fuera complementaria ya que, mientras que sólo las categorías sustantivas poseen red temática, sólo las funcionales tienen propiedades de selección categorial. Paralelamente, tan sólo las categorías funcionales tienen rasgos asociados directamente a este tipo de elementos por aparecer en forma de morfemas ligados o independientes.
Capítulo II
78
estas categorías una importancia vital en una definición global de los sistemas de
lenguaje. Además, que el número de estas categorías sea limitado implica que el
conjunto de propiedades léxicas que a ellas se relaciona sea también finito. Es decir, que
el hecho de que sólo un grupo reducido de categorías (las categorías funcionales) pueda
dar cuenta de la variación entre las lenguas y de que las dimensiones de dicha variación
se limiten también a un número concreto de propiedades semánticas da lugar a una
teoría de la parametrización considerablemente restringida.13 Dicha restricción resulta de
vital importancia para una teoría de la adquisición de la(s) L2(s) que ve con ello cómo la
investigación sobre cómo se adquiere el componente computacional, es decir, sobre
cómo tiene lugar la fijación (o refijación) de parámetros, queda delimitada a esas
categorías, o a los rasgos que en ellas se albergan.
Como ya hemos apuntado, la aparición de la hipótesis del SD supuso, de alguna forma,
la ‘culminación’ de los planteamientos de la teoría de la X con barra por cuanto la
estructura endocéntrica que ésta postula puede, por fin, aplicarse a todos los ámbitos de
la sintaxis incluido el nominal. A partir del reanálisis de los antiguos sintagmas
nominales como proyecciones máximas de la categoría funcional Determinante, surgen
durante los últimos años ochenta y primeros noventa diferentes análisis que tienen por
objeto definir lo más adecuadamente posible la naturaleza y el funcionamiento del SD y
los elementos que de él forman parte. Proliferan entonces las propuestas que incorporan
diversas (y numerosas) proyecciones funcionales en el dominio nominal y que
proporcionan una explicación para procesos y fenómenos de índole variada: la
concordancia de género y/o número, el orden de palabras, la distribución
complementaria en que aparecen algunos elementos (no todos), la presencia o ausencia
de categorías vacías, etcétera. Recogemos aquí en dos de las propuestas más
interesantes realizadas en este sentido que son las de Ritter (1991, 1995) y Bernstein
(1991, 1993) respectivamente y que consideran la existencia de dos proyecciones
funcionales intermedias que albergan elementos que se generan y/o aparecen entre el
núcleo D y el complemento SN: el sintagma Número (SNUM) y el sintagma Marcador
de palabra (SMP).
13 Esto constituye, como se verá más adelante, un dato fundamental en el PM en el que esta restricción es llevada hasta sus últimas consecuencias ya que las categorías funcionales, como meros haces de rasgos, entendidos éstos como la expresión de las propiedades particulares del lenguaje, son portadoras de dichos rasgos (Chomsky 1995, 1998; Bel 1998; Eguren y Fernández Soriano 2004).
Los análisis del Sintagma Determinante en la teoría lingüística moderna
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El punto de partida del análisis de Ritter (1993, 1995), y sigue en ello a Abney (1987),
es la presuposición de que los pronombres son SSDD provistos solamente del núcleo
funcional. Su trabajo demuestra, a partir de datos del hebreo, la existencia de una nueva
proyección funcional en los SSDD, el sintagma Número (SNUM); recoge para ello
trabajos anteriores que se expresan en la misma línea (cf. Bernstein 1991, 1993;
Cardinaletti y Giusti 1991; Picallo 1991). La existencia de esta nueva proyección sirve a
la autora para explicar, por una parte, el funcionamiento diferente de pronombres
personales de primera y segunda persona y de tercera persona y, por otra, la naturaleza
del sistema de concordancia en hebreo; así, el número de los nominales es en realidad el
núcleo de SNUM, categoría sintáctica independiente situada entre SN y SD como se
ilustra en (13):
(13)
El género queda, en el caso del hebreo y en ausencia de un afijo independiente,
determinado por la propia raíz del sustantivo y se sitúa en N mientras que en las lenguas
románicas, por el contrario, aparece en el mismo núcleo funcional que el número (cf.
Harris 1991 para un análisis alternativo que propone la existencia de una categoría
funcional Sintagma Género (SGEN)).
Siguiendo con la revisión de sobre las distintas propuestas de categorías funcionales en
el SD, el trabajo de Bernstein (1993) introduce una nueva proyección intermedia entre
SD y SN: el sintagma marcador de palabra (SMP) (Word-Marker Phrase). A partir del
examen de datos del italiano, concretamente, de estructuras de sustantivo nulo del tipo
que se muestra en (14) propone que las vocales finales -a, y -o son en realidad
SDET
Espec. D’
D SNUM
SN
Espec.
N’
N
Capítulo II
80
elementos que, generados independientemente de la raíz léxica nominal, poseen
características propias.
(14a) Una piccola
(14b) Uno dolce
Para la autora el MP –núcleo de la categoría funcional SMP que aparece a su vez como
complemento del sintagma Número (SNUM)– forma con el indeterminado14 un
elemento pronominal complejo (al que llama determinante pronominal) y que deriva
sintácticamente de la incorporación de -o al artículo indeterminado un (the -o strategy).
(14b)
El carácter del artículo indeterminado, a medio camino entre el artículo determinado y
el numeral, sugiere que en su análisis este elemento es el núcleo de un SQ (Sintagma
cuantificador) situado en el especificador del SNUM como se ilustra en (15):
14 No hace referencia Bernstein en este trabajo a los SSNN en los que la posición de complemento está ocupada por un SP o una oración de relativo aunque, en la mayoría de las lenguas románicas, se dan estas construcciones encabezadas por un artículo indeterminado. Como ya se ha comentado en el Capítulo I, se observa entre las diferentes lenguas románicas, no obstante, un comportamiento diferente para los sintagmas de sustantivo nulo encabezados por el artículo determinado (v. apartado 1.2.1 en el Capítulo I).
SD
Espec. D’
D SNUM
SN
Espec. N’
N
SMP
Los análisis del Sintagma Determinante en la teoría lingüística moderna
81
(15)
Su análisis también puede aplicarse a los sintagmas que, en español, están encabezados
por un artículo determinado y contienen en la posición de complemento un sintagma
preposicional o una oración de relativo. Aunque no se admitiera para éstos en ningún
caso la presencia de un marcador de palabra explícito (que para el indeterminado es
visible, al menos, en el masculino singular), la propuesta de Bernstein podría de un
modo similar dar cuenta de estas estructuras idiosincrásicas del español. Este punto de
vista enlazaría indirectamente con la visión tradicional que contempla el artículo
determinado como una versión del pronombre personal de tercera persona y que
equipara, en este sentido, el funcionamiento de demostrativos y artículos en estructuras
de este tipo.
Bernstein niega la posible existencia de un pro en estos sintagmas como parece
proponer Torrego (1987) en ejemplos similares encabezados por el artículo
determinado. El principal argumento que Bernstein esgrime es el hecho de que en
francés, si bien no son posibles los sujetos nulos, sí se admiten este tipo de sintagmas,
eso sí, en un contexto más restringido, limitado a una sección menor de adjetivos (v.
Sleeman 1993). Afirma, además que si existiera en estos casos un pro sería viable la
inserción de un sustantivo o de un pronombre fonéticamente realizado y no lo es, como
se puede ver (16) y (17):
SD
Espec. D’
D SNUM
SMP
MP SN
N
NUM’
[uno-o]Øk
SQ
NUM
[e]
tj tk
tj
Capítulo II
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(16) *uno muchacho imbécil
(17) *uno ragazzo imbecile
Además, otro factor que apunta hacia la improbabilidad de que se trate de fenómenos de
naturaleza similar es que este pro no podría asumir aquí la categoría D que es la que se
asigna a los pronombres, sino que tendría que ser de categoría N, como lo es, según
Bernstein, la forma one del inglés o lo es uno en frases hechas como las de (18) y (19):
(18) el uno y el otro
(19) l’uno e l’altri15
A pesar del ‘éxito’ que desde el punto de vista descriptivo se alcanza en la definición de
muy diversos procesos sintácticos gracias a la aparición de numerosas categorías
funcionales –propuestas como solución a dichos procesos– Fukui (2001) llega un
momento en que parece claro que el número de categorías funcionales es excesivo y
debe, por tanto, ser reducido según el espíritu que inspira las últimas propuestas de
Chomsky, Bare Phrase Structure y el Programa Minimista (1993, 1995, 2001).
Partiendo de ejemplos del inglés y del francés propone Kayne (1994) para el Sintagma
Determinante una estructura en la que el complemento de D es un SCOMP que contiene
un SN en la posición de Esp. Así, la representación de (20) sería la que figura en (21):
(20) The picture that Bill saw
[La foto que vio Bill]
15 Una prueba más a favor de la naturaleza pronominal de uno en este último ejemplo se deduciría de la imposibilidad que la forma plural uni tiene de aparecer en otro tipo de expresiones. El italiano no posee una forma plural (esp. unos/unas) para este tipo de determinantes; según Bernstein esto demostraría que uni/uno en este contexto funcionan como un N.
Los análisis del Sintagma Determinante en la teoría lingüística moderna
83
(21)
De la misma forma, hace Kayne extensivo este análisis a estructuras posesivas del
francés en las que el sustantivo aparece seguido por un sintagma preposicional. Así,
(22) tendría la representación que aparece en (23):
(22) La voiture de Luc
[El coche de Luc]
SD
D
D SCOMP
COMP’
COMP SFLEX
Esp
FLEX’
SN
[e] saw picture that
FLEX SV
V’
V
(SN)
ESP
Bill The
Capítulo II
84
(23)
donde el sustantivo voiture se encuentra en el especificador del SCOMP y la
preposición de es un complementante (COMP). La misma propuesta es, según esta
visión, válida para sintagmas nominales con adjetivo en inglés. Así, el ejemplo de (24),
se representaría como en (25):
(24) The yellow car
[El coche amarillo]
SD
D
D SCOMP
COMP’
COMP SFLEX
Esp
FLEX’
SN
[e] voiture de
FLEX SV
V’
V
(SN)
ESP
Luc La
Los análisis del Sintagma Determinante en la teoría lingüística moderna
85
(25)
En este último ejemplo, el elemento que sube hasta el especificador del SCOMP es el
sintagma adjetivo.
Para lenguas como el francés en las que el adjetivo sucede en la frase al sustantivo, este
último análisis implicaría una estructura más complicada en la que el sustantivo en el
especificador del sintagma flexión, se incorporaría más tarde a C y desde ahí subiría al
núcleo de una proyección funcional superior, resultando que una estructura como (26)
tendría la representación que se incluye en (27):
(25) Le livre jaune
[El libro amarillo]
SD
D
D SCOMP
COMP’
COMP SFLEX
Esp
FLEX’
SN
[e]j yellowj
FLEX SV
V’
V
(SAdj)
ESP
car The
Capítulo II
86
Le
(27)
Como podemos suponer las consideraciones que se establecen para el francés pueden
aplicarse al español pues, para los ejemplos propuestos por Kayne, ambas lenguas se
comportan de una forma paralela.
Sin embargo, la aplicación de las consideraciones anteriores al español junto con el
hecho de que se asigne un análisis diverso a las estructuras nominales según estén
complementadas por un adjetivo o una oración de relativo (o un SP) es precisamente lo
que lleva a Sánchez (1996) a rebatir las afirmaciones de Kayne para el SN y proponer
un análisis que, si bien coincide con el expuesto anteriormente en que el SN y sus
modificadores constituyen un elemento diferente del determinante, sugiere un
tratamiento paralelo en todos los casos y mantiene que, en realidad, no es un SCOMP la
estructura que parecen tener en común estos sintagmas.
SD
D
D SF
COMP’
COMP SFLEX
Esp
FLEX’
[e]j
jaunej
FLEX SADJ
(SADJ)
ESP
livre
F
Los análisis del Sintagma Determinante en la teoría lingüística moderna
87
Para Sánchez las estructuras en (28) y (29) deben recibir el mismo tratamiento, y esto
resulta posible gracias a la existencia de lo que ella denomina Sintagma Predicado
(Predicate Phrase).
(28) Los ojos verdes /que tiene Mario/de Mario
(29) Los [e] verdes /que tiene Mario/de Mario
Con respecto a la opción que ofrece el español de presentar elementos nulos en el SN
Sánchez sugiere que ésta se autoriza por medio de la existencia de concordancia entre el
núcleo (D) del SD y el especificador del sintagma predicado, o sea, el SN. La estructura
que se propone para (28) y (29) es, como podemos ver en (30) y (31), muy similar:
(30)
SD
DET
DET SPred
Pred’
SConc
SN
[e]i
Conc’
Conc
Pred
SN SAdj
Los ojosi verdesi
Capítulo II
88
SD
DET
DET SPred
Pred’
SConc
SN
Conc’
Conc
Pred
SAdj
Los
[e]
verdesi
(31)
Así, esta propuesta coincide con la de Kayne (1994) en la necesidad de hallar un
constituyente común que incluya al SN y a cualquier sintagma que lo modifique; se
aleja de ella en que introduce una nueva categoría funcional dentro del SD, el sintagma
predicado (SPred), que servirá para alcanzar una caracterización que englobe a todos los
SSNN sin excepción.
Como vemos, los análisis propuestos para dar cuenta del funcionamiento y estructura
interna del SD del español nativo nos hablan de propiedades especiales del artículo y/o
de la existencia de diversas categorías funcionales en el SD que justifican la
idiosincrasia de las estructuras nominales del español. En este sentido, y a la hora de
determinar qué supone para el estudio de la adquisición del SD del español el
entendimiento cabal del modo en que se organiza, cabrá plantearse si hablantes no
nativos como los de nuestro estudio llegan a percatarse de estas peculiaridades o si, por
el contrario, son impermeables a la información que sobre ellas contiene el input que
reciben. Por ejemplo, el estudio de la adquisición de los sustantivos nulos a los que nos
acabamos de referir podría resultar muy útil al investigador que se plantea si el dominio
de un paradigma morfológico -en este caso el del artículo- supone el descubrimiento de
Los análisis del Sintagma Determinante en la teoría lingüística moderna
89
las posibilidades sintácticas que una forma dada posee y así comprobar si,
efectivamente, están relacionadas la adquisición de la morfología y de la sintaxis y, si es
así, de determinar en qué forma se influyen estos procesos entre sí. (Snyder 1995,
Rosado 2000, Liceras et al. 2002a). Más adelante en la sección 2.4 se continúa
examinando las propiedades idiosincrásicas del artículo determinado a la luz de los
análisis propuestos para otras construcciones en las que éste interviene, tal es el caso de
las construcciones que expresan la posesión inalienable.
2.3 La polémica en torno al análisis de los clíticos: a favor o en contra de
la ‘Hipótesis del movimiento’
De la misma manera que cuando abordábamos la descripción de la naturaleza y
el comportamiento sintáctico de los determinantes como categoría gramatical en 2.2.1
partíamos de la voluntad de delimitar con precisión el alcance de la etiqueta
determinante y concretar así el inventario de elementos a los que aplicarla, parecería
lógico comenzar el examen de los pronombres átonos del español planteándonos qué
conjunto de elementos englobará esta categoría y tal vez sería también conveniente
recordar lo dicho en el capítulo anterior sobre las características que típicamente
presentan los ítems englobados bajo la etiqueta general de clítico. Así pues, y como ya
aclaramos en el Capítulo I, cuando hablamos de clíticos o de pronombres átonos nos
estamos refiriendo a acusativos, dativos, experimentadores, pronombres reflexivos (o de
verbos de conjugación pronominal) y recíprocos y al se que es empleado en las llamadas
construcciones de sujeto inespecífico.
La mera enumeración que acabamos de hacer nos deja, por así decirlo, un tanto
intranquilos; las evidentes diferencias que se observan entre todos estos subtipos tanto
por lo que respecta a la expresión de rasgos gramaticales como a su contenido
semántico nos hace sospechar, de entrada, de un grupo que engloba tantos elementos.
Un rápido repaso de los diversos paradigmas que engloba la categoría más general de
‘determinantes’ también nos permite tener en cuenta un buen número de diferencias
semánticas y también gramaticales entre estos elementos, y ello nos anima a continuar
con el análisis intuyendo que las divergencias serán en ocasiones muy acentuadas entre
el grupo de los clíticos. Volveremos sobre este particular tras la discusión de los
Capítulo II
90
resultados del estudio, pero pasemos primero a considerar algunos de los, a ratos
controvertidos, análisis que se han propuesto para los pronombres átonos de las lenguas
románicas.
Abordamos, pues, una serie de aspectos relacionados con el estatuto gramatical de los
clíticos pronominales de las lenguas románicas, centrándonos, eso sí, en los del español.
La primera de las cuestiones a tratar llegados a este punto será la determinación del
comportamiento sintáctico de estas unidades y todo lo que esto conlleva: principalmente
se trata de decidir cuál es su verdadera naturaleza y cuál su funcionamiento y por qué
ocupan una posición determinada en la oración en la que aparecen.
La polémica a la que hace referencia el título de esta sección tiene que ver con esta
última cuestión y es un debate que, durante las últimas décadas, ha dado lugar a la
publicación de numerosos trabajos en defensa de dos posturas diferentes, a saber, se
trata de decidir si los clíticos pronominales se generan en el lugar en el que aparecen en
la oración como en (32a) o si se desplazan desde la posición canónica de argumento en
la que se generan como se observa en (32b).
(32a) la cantó
(32b) lai cantó __i
En realidad, decidir si los clíticos experimentan o no un movimiento desde su situación
original supone de paso responder a la pregunta sobre qué son realmente dichos
elementos. De esta forma, hacer un poco de historia sobre cuál es el origen del problema
teórico al que nos enfrentamos lleva a hablar básicamente de estas dos posturas
enfrentadas: la Hipótesis del movimiento (Movement hypothesis) y la Hipótesis de la
generación en la base (Base generation hypothesis).
La hipótesis del movimiento fue inaugurada por el trabajo de Kayne (1975) y postula
que los clíticos se derivan de elementos (pronominales) a la derecha del verbo, en la
posición canónica de objeto y se mueven desde allí a la posición preverbal que ocupan
en la oración. Tal hipótesis se formuló originalmente para explicar el funcionamiento
del francés, lengua en la que los pronominales y los SSNN objeto están en distribución
Los análisis del Sintagma Determinante en la teoría lingüística moderna
91
complementaria de forma que el clítico y el sintagma pronominal o pleno al que se
refiere no pueden coocurrir en la misma secuencia.
Sin embargo, las carencias de esta hipótesis quedan pronto al descubierto y son de
índole diversa. Por una parte, resulta muy arriesgado asumir que los clíticos
pronominales son una variante reducida de la correspondiente serie tónica, por otra,
como ya sabemos (v. Capítulo I, sección 1.1.1) las formas de la serie átona no provienen
históricamente de las formas tónicas y, lo que quizá resulta más relevante para nosotros,
los clíticos no aparecen siempre en sustitución de un argumento, sino que existen
estructuras para las que resultan imprescindibles (cf. Fernández Soriano (1993)).
Sin ir más lejos, tomemos como ejemplo las estructuras de doblado o reduplicación de
clíticos (v. Capítulo I, sección 1.3.1). En este tipo de estructuras la posición de objeto
aparece ocupada por un SN pleno (o un pronombre) y, por lo tanto, el clítico no puede
haberse desplazado desde allí a la posición preverbal en la que aparece. Se argumenta,
así, que estas construcciones de doblado funcionan como evidencia en favor de una
hipótesis que considera que, al menos en las lenguas que disponen de esta opción, los
clíticos se generan en la posición en la que aparecen a la izquierda del verbo. En defensa
de esta hipótesis de generación en la base véanse los trabajos de Strozer (1976), para
quien hay un pronombre en posición canónica que se borrará en contextos no enfáticos,
o de Jaeggli (1982) que considera a los clíticos afijos sintácticos y que asigna a los
sintagmas doblados una naturaleza diversa (se trata de SSNN en el caso de los
acusativos y de SPREPs en el de los dativos; en última instancia esta diferencia es
responsable del diferente comportamiento de unos y otros constituyentes).16
No tardan en aparecer, no obstante, trabajos que ponen de manifiesto algunas de las
limitaciones de la propuesta según la cual los clíticos permanecen allí donde se originan.
Para Borer (1984), por ejemplo, los clíticos funcionan como morfemas de concordancia.
16 Tanto el trabajo de Jaeggli (1982) como las propuestas de Borer (1984) y Aoun (1981) que comentamos a continuación se revisan en la introducción que realiza la propia autora al volumen sobre pronombres átonos editado por Fernández Soriano (1993). Los tres análisis aparecen mencionados como trabajos que, dentro del marco de Rección y Ligamiento, parten de la llamada Generalización de Kayne que, para muchos autores en el momento, parece ser la clave del Parámetro del doblado del clítico (Anagnostopoulou 2003) y según la cual el clítico no puede aparecer si el objeto no va precedido de una preposición (lo veo a Juan/*el coche)’. Para Suñer (1988), en cambio, el requisito que ha de cumplir el objeto no es ir encabezado por a (que normalmente marca el rasgo [+ animado]) sino ser específico (cf. Fernández Soriano, op cit).
Capítulo II
92
Habla la autora del problema relativo a la asignación de papel temático y que consiste,
básicamente, en que tanto el SN como el clítico pueden aparecer solos y recibir caso y
papel temático normalmente, pero ¿qué ocurre cuando clítico y SN coocurren en la
misma secuencia? Para Borer el clítico es la materialización de los rasgos del verbo
(rasgos φ y rasgos de caso), de modo que no se trata de un elemento independiente al
que se asigna un papel temático que es recibido por el SN complemento; así el análisis
de Borer es el primero que considera al clítico de estas construcciones como un
morfema de concordancia (de caso y de rasgos φ con el SN) (v. en la sección 2.4.2.1 los
análisis en la línea del de Sportiche (1993)).
Sin embargo, algunos autores poco satisfechos con una teoría sobre los clíticos que
asume que éstos no se mueven sino que se generan en posición preverbal defienden la
hipótesis del movimiento sin olvidar el problema que supone explicar las estructuras de
doblado de clíticos. Los trabajos de Aoun (1981) o de Hurtado (1984) sostienen que el
SN que se dobla es en realidad en un SN dislocado, de forma que se puede seguir
argumentando que el clítico es generado en posición de objeto y que se desplaza hasta la
situación preverbal que ocupa en la oración. Esta explicación, no obstante, no parece
satisfacer a autores que, como Jaeggli (1986), demuestran que el comportamiento del
SN que aparece en estas construcciones no es paralelo al de SSNN que sí han sufrido
una dislocación: no se observa una pausa en la entonación y están, a diferencia de lo que
ocurre con los SSNN dislocados, obligatoriamente introducidos por la proposición a
[como ocurre con otros SSNN que también se generan in situ]. Sin embargo, tampoco
estos argumentos demuestran que el SN esté necesariamente en posición argumental.
Acerca de la polémica ‘Movimiento/Generación en la base’, desde una perspectiva más
actual, puede seguir defendiéndose la primera de estas hipótesis si asumimos la teoría de
la copia de Chomsky (1995). Según ésta puede mantenerse que el clítico es la
materialización de la copia superior (cuya realización plena se suprime) mientras la
copia inferior (el SD argumento) queda (o puede quedar) intacta y explícita. (Bleam
1999, Eguren y Fernández Soriano 2004).
Los análisis del Sintagma Determinante en la teoría lingüística moderna
93
2.4 Las propuestas recientes: rasgos y categorías en el dominio nominal
La teoría de la X con barra es reemplazada, por así decirlo, por la de Estructura
de frase escueta precursora del modelo propuesto en el PM según el cual todos los
principios que rigen la estructuración de un sistema gramatical deben estar motivados y
justificados o bien por propiedades de una de las dos interfaces (Forma Lógica (FL) o
Forma Fonética (FL))17, o bien por principios de economía (Chomsky 1995, 2001;
Marantz 2001). La idea que se defiende al abandonar la teoría X con barra es que ésta
especifica información redundante cuando, en realidad, la única información relevante
es que es necesario que dos elementos se combinen para crear una unidad y uno de ellos
será necesariamente un núcleo. La estructura de frase que se propone, pues, se construye
de abajo arriba gracias una operación que se produce de forma recursiva y que combina
estos dos elementos proyectando a uno de ellos como núcleo del sintagma: esta
operación se denomina Ensamble (Merge) (Fukui 2001).
En este sentido, se plantea, tal y como ya había propuesto con anterioridad el propio
Chomsky (1970), una caracterización de las categorías léxicas como
complejos/conjuntos de rasgos [±V], [±N] cuya naturaleza varía, claro está, según el
tipo de elemento del que se trate (v. Everett 1996). En el PM el papel de las categorías
funcionales se limita, pues, a aspectos puramente formales, todos ellos dictados por los
rasgos que estas categorías contienen, como el marcado de estructuras gramaticales o el
desencadenamiento de operaciones de movimiento. Más concretamente, los núcleos de
algunas categorías funcionales portan rasgos de concordancia capaces de atraer a una
proyección máxima hasta su posición vecina (su Especificador) con objeto de que
ambas entren en una relación de concordancia (Bel 1998, Fukui 2001, Eguren y
Fernández Soriano 2004). De esta forma, las categorías funcionales son depositarias de
los rasgos que actúan como desencadenantes de los procesos sintácticos de movimiento
y, dada la naturaleza de estos elementos, se mantiene la validez de las propuestas que
defienden que la variación paramétrica entre las lenguas naturales se localiza de manera
específica en el componente funcional del léxico (Borer 1984, Fukui 1986) que, de
algún modo, contribuye a la elaboración de una teoría lingüística más restringida. En 17 La Forma lógica es uno de los componentes interpretativos de una lengua-I (o gramática mental del hablante de una lengua dada), uno de los niveles de representación en el que ‘se especifican aquellos aspectos de la interpretación semántica de las oraciones que dependen de la combinatoria de las palabras (como las estructuras predicado-argumento o las relaciones operador-variable)’. En el segundo nivel de representación, la Forma fonética (FF), se expresan las propiedades fonéticas ‘que son el resultado de la combinatoria de las palabras’. (Eguren y Fernández Soriano 2004: 105-106).
Capítulo II
94
este sentido, y como señala el trabajo de Bel (1998), la aparición del PM supone una
separación mayor entre los conceptos de principio y parámetro: mientras que los
primeros se hacen más generales, más abstractos, los parámetros quedan localizados
muy específicamente en las categorías funcionales que juegan un papel fundamental en
la comprobación de rasgos, y que se redefinen como conjuntos de rasgos formales de
carácter binario ([± fuerte], [± débil], [± pasado], etc.). En Chomsky (1995) se considera
que la dicotomía rasgo fuerte/débil es una de las fuentes más importantes de variación
sintáctica entre las lenguas; sin embargo, más tarde se prescinde de esta distinción y se
da cuenta de la variación sintáctica por otros medios (v. Chomsky 1998).
En posteriores evoluciones del PM estos rasgos formales se dividen entre interpretables,
que son los rasgos que permiten la interpretación semántica, y no interpretables, que se
necesitan para cumplir requisitos meramente formales, como, por ejemplo, inducir el
movimiento en la estructura del sintagma o la oración. Los rasgos no interpretables
deben en el curso de la derivación comprobar los rasgos en las categorías léxicas
correspondientes y ser, tras ello, convenientemente eliminados; por el contrario, los
interpretables se ‘mantienen’ hasta su interpretación en la forma lógica. Por poner un
ejemplo, los rasgos no interpretables de persona y número que albergan los verbos en
FLEX son comprobados por los rasgos correspondientes que contiene el sujeto
gramatical y, después, eliminados.18
Pasamos, pues, a presentar una revisión de algunos de los trabajos publicados durante la
última década acerca del SD y/o algunos de sus componentes siguiendo ya los
postulados del PM. Nuestra intención en este apartado es proporcionar un marco teórico
adecuado para formular nuestras hipótesis y abordar el posterior análisis de datos que
nos permita, a su vez, ofrecer una valoración de estas propuestas teóricas usando los
datos de adquisición para comprobar en qué medida se constatan dichas propuestas.
18 Esta distinción, que resulta crucial para la teoría sintáctica, resultará, como veremos, también relevante para nosotros ya que, según determinadas propuestas, los rasgos no interpretables son los que presentan dificultades de adquisición a los hablantes no nativos pues los sistemas gramaticales de éstos carecen indefectiblemente de tales rasgos (v. Hawkins 2000, Tsimpli 2003). Otros autores, en cambio, predican exactamente lo contrario y defienden que el hablante no nativo puede, de hecho, incorporarlos a su gramática (White, Valenzuela, Kozlowska-Macgregor y Leung. 2004, Prèvost y White 2000).
Los análisis del Sintagma Determinante en la teoría lingüística moderna
95
Comenzamos por las propuestas que se han realizado acerca de los determinantes y los
rasgos que se localizan y/o comprueban en el dominio nominal, para abordar más tarde
los trabajos publicados sobre la naturaleza y el comportamiento de los clíticos y analizar
cómo se ha desarrollado la investigación alrededor de la polémica presentada en 2.3.
2.4.1 Propuestas recientes en el análisis de los artículos determinados
Uno de los principales avances que constituye la hipótesis del Sintagma
Determinante es la existencia de categorías funcionales intermedias entre el SD y el SN
que se proyectan para albergar rasgos formales como veíamos en la estructura
representada en (33) que volvemos a reproducir a continuación (véanse, por ejemplo,
Ritter 1991, 1995; Bernstein 1991, 1993; Cardinaletti y Giusti 1991; Picallo 1991).
(33)
La descripción de estas nuevas proyecciones funcionales en el SD así como de los
rasgos formales en ellas contenidos y las propiedades sintácticas que poseen constituye
la base de los análisis de Longobardi (1994) y Giusti (2001) que pasamos a revisar a
continuación.
La propuesta de análisis de Longobardi (1994), de la cual se han adelantado ya algunos
aspectos en secciones anteriores, considera que la función principal del artículo
determinado es habilitar al sustantivo para desempeñar el papel de argumento de tal
forma que, frente a los SSDD que pueden funcionar como argumentos, los SSNN son
SD
Espec. D’
D SNum
SN
Espec.
N’
N
Capítulo II
96
de naturaleza predicativa. Los artículos son, pues, operadores que ligan el nombre a una
variable cuya extensión es la de la clase referida por el sustantivo. Esta variable, que
corresponde a la referencia del nombre común necesita por fuerza estar ligada por el
determinante para que pueda asignársele una interpretación referencial19. De lo anterior
pueden deducirse, por una parte, que los SSNN nunca son argumentos y pueden, por
tanto, aparecer libremente en estructuras predicativas20 y, por otra, que si se asume que
los argumentos son necesariamente SSDD los llamados sustantivos escuetos no lo son
en realidad en la medida en que pueden efectivamente aparecer en posición argumental.
Con respecto al primero de los supuestos, confróntense los ejemplos de (34a) y (34b):
(34a) Rosalía es profesora
(34b) *Rosalía is teacher
En la estructura predicativa de (34a) la variable-R [Referencial] del sustantivo profesora
está ligada por el sujeto de la oración y no por determinante alguno. Para explicar el
ejemplo Longobardi propone la existencia de una posición D que está fonológicamente
vacía y que es responsable de la limitada distribución de estos sustantivos escuetos en
las lenguas románicas, en las que sólo son posibles en el caso de los plurales y en el de
los sustantivos incontables; según el autor, cuando aparece en posición argumental
como en galletas (35) o mermelada (36) este tipo de sintagma no constituye, en
realidad, un ejemplo de sustantivo escueto:
(35) Carmela come galletas
(36) Carmela quiere mermelada
19 Según el análisis alternativo de Chierchia (1998) el estatuto no argumental de los SSNN estaría sujeto a variación paramétrica ya que se trata de una posibilidad de mayor alcance en algunas lenguas en comparación con otras. En lenguas que, como el chino, carecen de artículos los SSNN pueden efectivamente funcionar como argumentos; del mismo modo, mientras que en las lenguas románicas sólo los SSDD pueden aparecer en esta posición, las lenguas germánicas constituirían un punto intermedio entre uno y otro extremo. 20 Éste es el caso, como ya se ha adelantado, del castellano y, con él, del resto de las lenguas románicas, no así del inglés; este dato tendrá, como se verá más adelante, repercusiones en nuestros datos de español L2 (procedente de hablantes de inglés L1).
Los análisis del Sintagma Determinante en la teoría lingüística moderna
97
Según Longobardi la posición de D en los sintagmas objeto galletas y mermelada está
ocupada por un operador responsable de la interpretación existencial de dichos
sintagmas de forma que en los ejemplos anteriores mermelada implica ‘cierta cantidad
de mermelada’ y galletas es igual a ‘algunas galletas’. La existencia de este D
fonológicamente vacío justifica lo poco productiva que resulta esta construcción en las
lenguas románicas ya que su aparición está limitada a la posición de objeto por estar
sujeta al Principio de Categoría Vacía (PCV) que exige que tales categorías aparezcan
regidas por una categoría léxica (un verbo o una preposición); por el contrario, el sujeto
preverbal, que se mueve a una proyección fuera del SV, no está regido y requiere
necesariamente estar encabezado por un D21.
Existe, sin embargo, una determinada clase de sustantivos no precedidos por
determinante, los nombres propios, que sí puede aparecer como sujeto preverbal como
Rosalía en el ejemplo de (34) y Carmela en (35) y (36). Según el análisis de
Longobardi, la razón por la que este tipo de sustantivo aparece en una posición no
regida es que se mueven hasta la posición de D y esto les permite gozar de una
interpretación referencial propia.22
No obstante, a la hora de asignar una lectura referencial a los nombres propios, además
del movimiento explícito de N a D, existe en determinadas lenguas (o determinadas
variedades de lengua) románicas, la posibilidad de insertar el artículo determinado en D
sin que varíe la interpretación asignada a ese nombre propio. Señala Longobardi que, a
pesar de que el elemento que ocupa la posición de D es fonológicamente igual al
artículo que aparece con los nombres comunes, se trata en realidad de un elemento de
una naturaleza diferente. Obsérvense los ejemplos en (37):
21 Véanse también al respecto los análisis de Contreras (1986), Delfitto y Schroten (1991) y Baauw (2002). 22 Más concretamente, el movimiento de los nombres propios se produce con objeto de que el nombre compruebe el rasgo [+R] (Referencial) que se encuentra en D. No obstante, también señala el autor cómo, por una parte, algunos sustantivos que no son nombres propios pueden desplazarse explícitamente hasta D; ejemplos como casa, cama (v. vámonos a casa, tuvo que quedarse en cama) (sólo en posición de argumento). Paralelamente, en ocasiones un nombre propio puede permanecer en N e interpretarse como un nombre común (Cf. He conocido una niña que se llama Maruja frente a No he conocido una Enriqueta en mi vida).
Capítulo II
98
(37a) Tienes que llamar a la Carmela [español informal]
(37b) Has de trucar a la Carmela [catalán]
(37c) Carmela está sentada en la mesa [español estándar]
La Carmela en (37a) y (37b) no se refiere a ninguna Carmela específica de una serie de
Carmelas mencionadas previamente en el contexto de discurso siguiendo la
interpretación que se asigna al artículo por defecto, a todos los efectos la Carmela
significa exactamente lo mismo que Carmela sin artículo determinado, en (37c), ya que
el nombre propio tiene una lectura referencial por defecto a la cual no quita ni añade
nada la presencia de la. Este tipo de artículo que aparece acompañando a nombres
propios es lo que se ha denominado determinante expletivo.
Otro contexto de aparición de estos determinantes expletivos son aquellos sintagmas
tradicionalmente conocidos como plurales genéricos como los de (38) y (39):
(38) Los andaluces son muy trabajadores
(39) Hay que tratar bien a las madres
En los ejemplos anteriores tanto andaluces como madres refieren claramente a una clase
de nombres y, por ello, podría decirse que el artículo aparece desprovisto de su carga
semántica habitual (referencial) y, al ocupar la posición D de núcleo del SD, evita que
se atribuya al sustantivo una lectura existencial, forzando, de paso, que el nombre se
desplace a la posición del expletivo en el nivel de la FL. Según sugiere Baauw (2001,
2002), a partir de un análisis previo de Delfitto (1998), asumimos para los plurales
genéricos un papel que podría definirse como ‘nombre propio de clase’23.
23 Como es bien sabido, el uso del artículo en los SSDD que designan a todos los individuos de una clase [ART + plural genérico] resulta en una combinación agramatical en la mayoría de las lenguas germánicas, véase el ejemplo de (i):
(i) *(The) Andalusians are very hard workers (Andalusians = Los andaluces en general)
Para Longobardi en estas lenguas, tanto en el caso de los nombres propios como en el de los nombres comunes interpretados como genéricos, el sustantivo se desplaza a D en el nivel de la FL y, por tanto, no se produce la inserción del expletivo que tiene lugar en las lenguas románicas. Este movimiento implícito explicaría por qué las lenguas germánicas permiten que los SSNN ocupen la posición de sujeto.
Los análisis del Sintagma Determinante en la teoría lingüística moderna
99
El trabajo de Baauw propone además un tercer contexto en el que puede aparecer este
tipo de determinantes expletivos y parte para ello del análisis contrastivo realizado por
Zubizarreta y Vergnaud (1992) sobre el francés y el inglés: se trata de las
construcciones de posesión inalienable (CPI), típicas de las lenguas románicas que ya
tratamos en la sección 1.2.2 y que se ilustran en (40) y (41):
(40) Natalia y Raquel se pintaron los labios
(41) Elena les cortó el pelo a los niños
Para este autor, pues, estos expletivos son determinantes que no contienen un operador
(como el elemento que ligará la variable al contexto de discurso) y, por tanto, deben
considerarse meros conjuntos de rasgos φ, esto es, meras marcas de concordancia de
género y número como los en el ejemplo de (40) o el en el ejemplo de (41).
Todo lo revisado hasta el momento parece demostrarnos que D y no N constituye el
núcleo del SD y que dicho núcleo puede estar fonológicamente vacío o no y ser o no de
naturaleza expletiva. Asimismo, se hace necesario distinguir entre las diferentes
categorías que se engloban dentro de DET: artículos, demostrativos, etc.
El análisis de Giusti (2001) propone una estructura del SD que sirve para dar cuenta de
la variación entre lenguas a la hora de expresar la definitud (unicidad, referencialidad
etc., v. Capítulo I); más concretamente sugiere que los artículos, en aquellas lenguas que
los poseen, como núcleos funcionales en la proyección extendida del SN, aparecen sólo
como último recurso, mientras que elementos que aparecen superficialmente en la
misma posición que los artículos pero que están provistos de contenido referencial, esto
es, demostrativos, posesivos, ocupan la posición de [Esp, SD] como en (42):
Capítulo II
100
(42)
Propone Giusti un análisis del artículo como sustantivo, y parte de una serie de
supuestos a partir de los cuales intenta explicar cómo, efectivamente, los artículos
presentan un comportamiento muy distinto en lenguas diferentes ya que de todos los
determinantes tan sólo los artículos son núcleos funcionales que aparecen en la
categoría funcional Fmax mientras que tanto los demostrativos como otras proyecciones
máximas provistas de rasgos referenciales [+R] deben (o pueden) cotejar dichos rasgos
en [Esp, SFmax].
El supuesto de que el Especificador de [Esp, SFmax] es donde se interpreta el valor
referencial del sintagma nominal en la Forma lógica (FL) implica que:
a. los demostrativos son proyecciones máximas
b. la inserción del artículo es un último recurso; ésta será necesaria si hay que
proyectar EspSFmax que, de no haber artículo, estará ocupada por un elemento
núcleo de otra proyección funcional intermedia que se mueve hasta ese
Especificador.
Giusti está en contra de un tratamiento unificado de todos los determinantes24 pero sí
decide colocar a todos los núcleos funcionales del SD en la proyección extendida del
SN; tales elementos sólo se insertan en la estructura frásica de los nominales como
24 No es ésta una idea nueva; ya Ritter (1991) afirma que, de todos los determinantes, sólo el artículo pertenece a la categoría D propiamente dicha y es el único, por tanto, que puede funcionar como núcleo del SD. El resto de elementos normalmente englobados bajo la etiqueta [D] pertenecen a la categoría intermedia NUM (v. también el análisis de Szabolcsi (1983) a partir de datos del húngaro o el de Eguren (1989) para el español).
SD
Espec. D’
D SN
artículos [-R]
operador Ø demostrativos posesivos [+R]
Los análisis del Sintagma Determinante en la teoría lingüística moderna
101
último recurso y nunca por motivos semánticos debido principalmente a que carecen de
contenido semántico. Precisamente la ‘aparente’ distribución complementaria en que se
encuentran artículos y el resto de determinantes se debe al hecho de que, por motivos de
economía, el artículo sólo se insertará como último recurso. En el caso de los
demostrativos (al igual que en el de, por ejemplo, adjetivos posesivos y referenciales) y
debido a que éstos sí aportan información semántica (referencialidad) a la interpretación
del sintagma, hablamos de proyecciones máximas. Así, tomando, como hace la autora,
el principio de economía como base de su planteamiento, es de esperar que la
producción de elementos funcionales, como realización de los rasgos del núcleo léxico,
sea muy limitada.
Desde nuestro punto de vista, el empleo del artículo determinado con sentido genérico,
el empleo de construcciones como las que acabamos de describir o la producción de
sustantivos nulos (v. sección 2.2.3) podrían interpretarse como evidencia de que el
dominio del artículo que posee el hablante va más allá del mero conocimiento del
paradigma morfológico de este determinante. Así pues, al tratarse en todos los casos de
construcciones idiosincrásicas, nuestro análisis interpretará que un uso productivo de las
mismas supone que el hablante se ha percatado de las peculiaridades del elemento que
las encabeza.
2.4.2 Propuestas recientes en el análisis de los clíticos de objeto
Pasamos a continuación a considerar algunas propuestas que se han realizado
durante los últimos años para explicar el comportamiento sintáctico de los clíticos
pronominales del español y del resto de las lenguas románicas.
Por lo que respecta a su comportamiento sintáctico, ya vimos anteriormente cómo la
derivación de los clíticos pronominales es un fenómeno controvertido para el que se han
propuesto multitud de análisis en un debate que, como se explica en la sección 2.3, aún
continúa (cf. Fernández Soriano 1993, 1999). En las propuestas más recientes que
hemos revisado, si bien algunos asumen que el clítico es un núcleo funcional generado
en una proyección por encima del SN y coinciden en señalar la existencia de un
desplazamiento del argumento (explícito o no) al especificador de su propia proyección
funcional (Sportiche 1993, Franco 1993, Torrego 1995), otros prefieren asignar a
Capítulo II
102
VNom
SX^1 Nom’
Nom VAcus
Acus’
Acus [+esp]
VDat
SX^2
Dat’ SX^3
Dat SV
SX*1 SX*2 SX*3
clíticos diferentes análisis también diferentes (Uriagereka 1995, 1999; Bleam 1999)
mientras que otras propuestas alternativas (Gonzàlez 1994) concilian habilidosamente
ambas posturas.
2.4.2.1 Análisis unificado de los clíticos de objeto
El análisis de Sportiche (1993) defiende, por una parte, que los clíticos se
generan en la posición preverbal en la que aparecen pero, al mismo tiempo, alude a la
existencia de algún tipo de movimiento. Para el autor, el SN es el que se desplaza, en la
FL, es decir, implícitamente, al especificador de la proyección en FLEX encabezada por
el clítico, voz clítica, (Clitic voice), y el clítico, a su vez, es un morfema de
concordancia. Ilustramos este análisis en (43):
(43)
El árbol de (43) muestra cómo los argumentos del verbo se generan dentro de la VP
para luego desplazarse al especificador de una proyección funcional en SFLEX: SX*2
sube hasta SX^2 que es el especificador de la proyección VAcus (Accusative Voice), y
de la misma forma SX*3 sube hasta el especificador de VDat (Dative Voice) (SX^3).
Para Sportiche, pues, hay dos tipos de proyecciones clíticas: la de acusativo (que
legitima el rasgo de especificidad (ilustrado como [+ esp] en el árbol) en el
especificador del SD y la de dativo que es un mero morfema de concordancia y que
legitima el rasgo de caso correspondiente, el de dativo.
Los análisis del Sintagma Determinante en la teoría lingüística moderna
103
De alguna manera, su propuesta va en la línea de la defendida por Suñer (1988) ya que
ambos autores consideran, por un lado, que los clíticos son en realidad marcas de
concordancia y, por otro, que el funcionamiento de clíticos de acusativo y de dativo es
básicamente el mismo con la única diferencia de que si bien a los dativo son
‘simplemente’ marcas de concordancia, los de acusativo además denotan,
necesariamente, especificidad; para Suñer, como ya hemos comentado, el hecho de estar
especificados para este rasgo hace que sólo puedan ser correferentes con un SD que
posea rasgos compatibles con él.25
No muy alejados del espíritu del trabajo de Sportiche o Suñer se encuentran los análisis
que, como el de Kayne (1994), Ordóñez (1997) o Roca (1997), abundan en la idea de
que el doblado del clítico es un fenómeno relacionado con las dislocaciones (a la
izquierda o a la derecha) que, con mayor o menor productividad, se observan en las
lenguas románicas. Tales construcciones se ilustran en los ejemplos de (44a-c) para el
italiano y en (45a-c) para el español:
(44a) *Lo vedró Pino domani [Doblado de clítico acusativo]
(44b) Pino, lo vedró domani [Dislocación a la izquierda]
(44c) Lo vedró domani, Pino [Dislocación a la derecha/Adjunción]
(45a) Le escribiré a Antonio mañana [Doblado de clítico dativo]
(45b) A Antonio, lo llamaré mañana [Dislocación a la izquierda]
(45c) Lo llamaré mañana a Antonio [Dislocación a la derecha]
En (44b) y (45b) el clítico coincide en la misma secuencia con un SD correferencial que
aparece a su izquierda, mientras que en (44c) y (45c) el sintagma objeto aparece a la
derecha del clítico. Vista la similitud que existe entre las estructuras de los ejemplos
anteriores, la cuestión que se plantea es si estas dislocaciones son o no resultado del
desplazamiento del SD que dobla al clítico.
25 Esta observación se traduce, claro está, en que si bien los dativos pueden ser correferentes con SSDD que no han aparecido previamente en el contexto de discurso, los acusativos refieren por fuerza referir a entidades que conocidas por ambos interlocutores requisito éste que, como sabemos, comparte con los artículos determinados.
Capítulo II
104
A algunos autores (v. Cinque 1990 o Anagnostopoulou 1994, 2003), la observación de
una serie de contrastes sistemáticos entre el doblado y las dislocaciones a la izquierda
les lleva a afirmar que éstas son, en realidad, construcciones diferentes. Y se basan en
diversos tipos de evidencia, como por ejemplo que el italiano permite la dislocación a la
izquierda pero no el doblado (véase (44a) frente a (44b)) o que en algunas lenguas el
doblado está sujeto a la ‘Generalización de Kayne’ (v. nota al pie 16) pero no así la
dislocación. Ello se observa si comparamos los ejemplos de (46); el doblado del objeto
directo que figura en (46a) es el habitual en español rioplatense:
(46a) Lo llamaré a Patricio mañana (46b) *Lo compramos ayer el/al libro
(47a) A Patricio lo llamaré mañana (47b) El libro, lo compramos ayer
Por último, otra prueba de que estamos ante distintos fenómenos, mientras que el
doblado está limitado a los SSDD, la dislocación se produce también con otro tipo de
sintagmas como SPREP, SADJ, etc., tal y como ilustran los ejemplos de (48a) y (48b):
(48a) Muy listo, no creo que sea
(48b) De esto, no quiero que volvamos a hablar
De la misma forma, para algunos análisis las dislocaciones a la derecha deben
entenderse como un fenómeno paralelo a las construcciones de doblado de clíticos ya
que en ambos casos el SD que se asocia al clítico debe entenderse como un adjunto
(Aoun 1981, Hurtado 1984). En contraste con lo anterior, una postura diferente
argumenta que, si bien en las reduplicaciones el SD se genera como complemento del
verbo, este sintagma es un adjunto en el caso de los sintagmas dislocados (cf. Jaeggli
1982, 1986; Borer 1984).26
El análisis de Kayne (1994) asigna un estatuto sintáctico muy similar a las
construcciones de doblado de clítico y a las dislocaciones a la derecha y a la izquierda
(consideradas conjuntamente) ya que, para él, el sintagma doblado ocupa en ambos
26 Para una explicación de estos fenómenos basada eminentemente en las propiedades entonativas y la distribución de la información, véanse Vallduví (1990, 1992) o Zubizarreta (1998).
Los análisis del Sintagma Determinante en la teoría lingüística moderna
105
casos la posición de complemento; así, los dos tipos de estructuras sólo se diferencian
en la entonación y la interpretación (contrastiva en las dislocaciones y no contrastiva en
el doblado de clíticos) que recibe el SD léxico. Por otra parte, los dos tipos de
dislocaciones coinciden en el valor interpretativo que se asigna al sintagma y en la
aparición del clítico doblado, pero se distinguen en que, en el caso de las dislocaciones a
la izquierda, el sintagma doblado no está en una posición de complemento sino que
aparece como adjunto en una posición superior a la del sujeto. Para este autor, todas las
lenguas románicas permiten el doblado de clíticos y la productividad de este fenómeno
está sometida a diversas restricciones (la dislocación, el SD pronominal, la función que
desempeñan en la oración) que varían de una lengua a otra; en español, por ejemplo,
está muy extendido como reflejan los trabajos de Ordóñez (1997) u Olarrea (1996) entre
otros.
Sin embargo, este tipo de propuesta asume que prácticamente el mismo análisis
sintáctico puede aplicarse a clíticos acusativos y dativos como núcleos de proyecciones
funcionales propias donde entran en una relación Especificador-Núcleo con los
sintagmas nominales a los que doblan implícita o explícitamente; las diferencias que
puedan observarse entre ellos son atribuibles a sus propias características léxico-
semánticas.
2.4.2.2 El análisis no unificado de los clíticos
En cambio, existe otra línea de análisis que considera necesario diferenciar entre
distintos tipos de clíticos a la hora de alcanzar una caracterización precisa del
funcionamiento de este tipo de elementos. El trabajo de Uriagereka (1988, 1995) –quien
sigue aquí una idea que él atribuye originariamente a un trabajo no publicado de
Torrego (1988)– difiere del análisis anterior puesto que, según el autor, el tratamiento
que se da a clíticos de acusativo (lo, la, los las) y de dativo (le, les) habrá de ser
necesariamente distinto; este último punto resultará, como se verá, de gran importancia
para el planteamiento de nuestro análisis.
Para Uriagereka, los clíticos acusativos de 3ª persona son determinantes y, con objeto de
fundamentar su propuesta, proporciona evidencia diacrónica y sincrónica, etimológica,
Capítulo II
106
fonológica y semántica que pone en relación a los artículos y los pronombres de objeto
de las lenguas románicas (v. Capítulo I). La propuesta se ilustra a partir de datos del
gallego, lengua en la que las formas de los paradigmas del determinado y de los
pronombres átonos coinciden totalmente, como puede comprobarse en el Cuadro I:
CUADRO I . LOS ARTÍCULOS DETERMINADOS Y LOS CLÍTICOS DE ACUSATIVO DEL GALLEGO Clítico Artículo Singular Plural Singular Plural Masculino (l)o (l)os (l)o (l)os Femenino (l)a (l)as (l)a (l)as
El paréntesis que rodea al fonema [l] nos indica que, en gallego, los miembros de ambos
paradigmas pueden, de forma opcional, aparecer enclíticos o proclíticos al verbo
adyacente, en cuyo caso la inserción de este fonema se hace necesaria. Para Uriagereka
los clíticos son determinantes que sufren un desplazamiento desde el núcleo del SD
objeto. Como podemos imaginar, cuando hablamos de clíticos (o artículos) analizados
como el núcleo de un SD que carecen de un SN complemento, este análisis puede
hacerse extensivo al resto de las lenguas románicas y también se puede aplicar, como en
el gallego, a casos en los que está presente un SN complemento que no impide al
pronombre aparecer enclítico al verbo como se ilustra en el ejemplo de (49a). La
cliticización es opcional en el caso de los artículos (véanse (49a) y (50a)) y obligatoria
con los pronombres (véase (49b) frente a (50b)):
(49a) Comemo-lo caldo27 (49b) Comemo-lo
(50a) Comemos o caldo (50b) *Comemos o
En el caso de los clíticos de acusativo el análisis que se propone es básicamente el que
sigue: un determinante se desplazará obligatoriamente fuera del SD y aparecerá
enclítico al verbo si no existe material léxico explícito en su SN complemento; a estos
determinantes se refiere como clíticos pronominales o, simplemente, clíticos. Así, la
principal diferencia entre ambos tipos de elementos es que, en el caso de los artículos, el
27 Advierte Uriagereka de que el de (49a) no puede considerarse un ejemplo de doblado de clítico ya que este fenómeno implica la presencia de un clítico y un SD pleno [SDD SN] y en este caso el clítico es el artículo que determina al SN caldo.
Los análisis del Sintagma Determinante en la teoría lingüística moderna
107
SN complemento es explícito mientras que no lo es en el caso de los clíticos.28 Su
análisis, pues, propone que los artículos y los clíticos del gallego presentan la siguiente
estructura en (51a) para los clíticos y (51b) para los artículos.
(51a)
En la misma línea se expresa el trabajo de Bleam (1999) quien considera que, también
en español, los clíticos de acusativo son determinantes con un complemento pro, pero, a
diferencia de lo que ocurre en gallego, en castellano el único caso en que este
determinante puede ir enclítico al verbo es cuando aparece en posición canónica de
argumento, el complemento es un SN pro y no hay ningún material que éste pueda
gobernar, o sea, en el caso de los clíticos propiamente dichos. Según lo anterior, la
derivación de (52a) tendría lugar como se ilustra en (52b):
(52a) la vi
(52b) [ [VPvi [SDla [pro]]]]
Bleam es aquí deliberadamente imprecisa acerca del lugar al que llega el clítico. Según
ella se trata de una proyección por encima de SV, aunque no explicita exactamente cuál.
Sugiere, siguiendo a Uriagereka (1998), que podría tratarse de T(iempo) ya que el lugar
en el que aparece el clítico en español depende de si la forma verbal es o no finita.29
28 Señala además Uriagereka cómo cualquier material que aparezca tras el artículo le impide aparecer como enclítico al verbo; así, aun en el caso de que el SN complemento sea una categoría vacía, un D seguido de un SADJ, un SPREP o por una oración de relativo (SCOMP) impide al artículo aparecer enclítico al verbo. Compárense los ejemplos de (i) y los de (ii).
(ia) Vi la canadiense (ib) Vi la de risa (ic) Vi la que te dije (iia) *La vi canadiense (iib) *La vi de risa (iic) *La vi que te dije
A este respecto, véase también la sección 1.2.1 en el Capítulo I dedicada a los sustantivos nulos. 29 También puntualiza que él mismo Uriagereka (1999) propone que es v la posición adyacente al verbo a la que llega el clítico (v. también Hale y Keyser 1993, Chomsky 1995).
SD
(doble) D’
D clítico
(51b) SD
D’
D artículo
SN nominal (léxico)
SN pro
Capítulo II
108
Lo que es relevante para nuestro trabajo es que ambos autores son capaces de
reconciliar la idea de que los clíticos acusativos (que experimentan un desplazamiento
desde su posición original de objeto) son determinantes con la posibilidad de aparecer
en estructuras de doblado clítico de acusativo (con un sintagma pronominal en español
estándar o con un SD [+ específico] en español del Río de la Plata). Dado que el SD que
se encuentra en la posición de objeto es un SD articulado, ninguno de los dos elementos,
clítico o SD, ocupa esta posición ‘exhaustivamente’ como en los ejemplos de (53a) y
(54a) cuyo funcionamiento se ilustra en (53b) y (54b).
(53a) Él la vio a ella (53b) Él vio [a [DP [DP ella] [[D la][NP pro]]]]
(54a) Él la vio a la niña (54b) Él vio [a [DP [D la [NP niña]][[D la][NP pro]]]]
Según este análisis, el determinante de algunas, no todas, lenguas románicas es lo
bastante fuerte como para encabezar sintagmas complejos de este tipo y ello determina
la disponibilidad del fenómeno de doblado de clíticos.
El análisis de los dativos es, tanto para Uriagereka como para Bleam, muy distinto.
Puesto que estos elementos no son determinantes en lo morfológico, su comportamiento
sintáctico es, consecuentemente, diferente al de los clíticos de acusativo. Para empezar,
si bien el doblado de clíticos acusativos es, como se ha dicho, un fenómeno muy
restringido (o a pronombres o a sintagmas marcados como [+ específicos] en algunas
variedades del español (v. Suñer 1988, Luján 1993)), en el caso de los dativos no se
observa ese tipo de restricciones ya que todas las variedades lo permiten (cf. también
Fernández Soriano 1999, Suñer 1988).
Para Bleam los clíticos dativos, por oposición a los acusativos, son núcleos de una
proyección funcional (Concordancia) en el dominio verbal. Su propuesta sigue análisis
anteriores sobre el español (Uriagereka 1988, Demonte 1995, Ormazábal y Romero
1999) y sobre el inglés (Baker 1996) que equiparan el doblado del dativo del castellano
con el movimiento del dativo del inglés. Bleam asume que el dativo le se genera en el
Los análisis del Sintagma Determinante en la teoría lingüística moderna
109
núcleo de Asp y que el SN objeto indirecto se desplaza al especificador de SASP como
en (45)30
(55)
En español el desplazamiento del SN a [Espec, SASP] parece tener lugar explícitamente
en la forma lógica ya que tanto (56a) como (56b) son opciones posibles sin que ninguna
de ellas implique un cambio en la entonación, en la asignación de foco o en la
distribución de la información (Demonte 1995):
(56a) CL-V DO IO Le dio el libro a Mario
(56b) CL-V IO DO Le dio a Mario el libro
Si el clítico no está presente, en cambio, a pesar de que ambos órdenes son igualmente
posibles, el de (56b) resulta marcado y corresponde a una interpretación no neutra,
contrastiva en la que se asigna el foco al OI (v. Anagnostopoulou 2003):
30 Puntualiza Bleam cómo, en realidad, no resulta relevante para su análisis si le se genera en SASP o en otra proyección que, por ejemplo, para Demonte (1995) es SCLD (Sintagma Clítico de Dativo).
SFLEX
FLEX’
FLEX SV
SN (Daniel)
V’
SASP
SN ASP’
V e
SV ASP le
SN el libro
V’
V SN dio a Mario
SN
Capítulo II
110
(57a) Dio el libro a Mario
(57b) ?Dio a Mario el libro [no a Pepito]
A partir de lo anterior, Bleam asume, siguiendo a Demonte, que el ascenso del
argumento benefactivo es un tipo de movimiento diferente según el clítico esté o no
presente, más concretamente, si el clítico no está presente el benefactivo asciende para
aparecer como foco de la oración como en (57b); con el clítico, en cambio, el SN en
cuestión se desplaza a Esp, SASP sin que ello suponga un cambio en la asignación de
foco.31
Por último, en Montrul (1995, 1998) se analiza el comportamiento de las estructuras de
doblado de clíticos del español y se parte de la idea de que los objetos indirectos y los
experimentadores son generados como el núcleo de proyecciones funcionales diferentes
y, por ello, presentan un comportamiento diferente en lo sintáctico. Para la autora los
dativos indirectos son concordancia de objeto generados en ConcOI mientras que los
dativos experimentadores, en cambio, han de analizarse como concordancia en ConcS.
Dada la tendencia universal que presentan las proyecciones superiores en la estructura
sintáctica (ConcS en este caso) a manifestarse explícitamente con más frecuencia que
las proyecciones inferiores, las repercusiones de tal consideración aluden
principalmente –y es de esperar que ello tenga también un reflejo en los datos de la
adquisición– a la obligatoriedad de los ‘pseudosujetos’ dativos frente al carácter
opcional de los objetos indirectos.
En nuestro trabajo adoptamos un análisis según el cual los clíticos acusativos que,
efectivamente se generan en una posición canónica de argumento (OD), se desplazan a
una posición adyacente al verbo; el hecho de que ese clítico sea sólo una parte del SD
explicaría la existencia de doblado de clíticos. Por su parte, los dativos, en contraste con
los acusativos, serán interpretados como marcas de concordancia de objeto excepto,
como acabamos de explicar arriba, en el caso de los experimentadores (v. el análisis de
Montrul (1998)). Ello se verá reflejado en la formulación de las hipótesis de trabajo que,
recogidas en el Capítulo IV, guían el análisis de los datos de interlengua que realizamos
en el Capítulo V.
31 Sobre orden de palabras e interpretación de Foco remite Bleam al trabajo de Zubizarreta (1998).
Los análisis del Sintagma Determinante en la teoría lingüística moderna
111
2.4.2.3 Los análisis de los clíticos románicos y el caso de se
Los clíticos románicos que históricamente derivan del reflexivo latino SE (Esp.
se, Cat. es/s’, Fr. se, It. si…) han constituido tradicionalmente un campo de
investigación de gran interés para estudiosos de la lengua de todas las corrientes y
disciplinas debido principalmente a dos motivos esenciales: lo numeroso y variado de
las funciones que realiza y la alta frecuencia de uso que presentan en todas las lenguas
románicas (v. Capítulo I, sección 1.3.2). En el marco de nuestro estudio, como sabemos,
interesa particularmente el comportamiento sintáctico de este elemento tanto como
alomorfo de le en contextos de dativo tanto como parte del paradigma de los verbos
reflexivos y pronominales y como marcador de impersonalidad.
En el trabajo de Gonzàlez (1994) se considera en detalle el comportamiento sintáctico
del clítico se del castellano. La autora plantea un análisis que simplifica
considerablemente la estructura de tres de las numerosas construcciones en las que este
clítico multifuncional interviene, concretamente, las construcciones reflexivas y
recíprocas (asumiendo que un mismo análisis se aplica en ambos casos), las
impersonales con se y las pasivas con se32. Paralelamente, se insiste en la necesidad de
proponer para tales estructuras un análisis distinto del que se aplica en el caso de los
clíticos de dativo y de acusativo.
En la descripción de dichas estructuras se parte de las diferencias superficiales que
presentan en aspectos concretos: mientras que en las oraciones reflexivas hay un SD
sujeto en posición preverbal con el rasgo [+ humano] que concuerda en persona y
número con el verbo que asume el papel temático de agente, las impersonales no pueden
tener sujeto y contienen un verbo siempre en singular al que, sigue un SD en función de
objeto si el verbo es transitivo. En las pasivas, en cambio, el SD en cuestión es [-
humano], concuerda en número con el verbo transitivo y asume el rol temático de
paciente. Ello se ilustra respectivamente en (58a), (58b) y (58c):
(58a) Marta se duchó con agua fría
(58b) Se ha detenido a los ladrones
(58c) En este barrio se alquilan apartamentos defectuosos
32 No se ocupa Gonzàlez en su análisis del se que aparece en las llamadas construcciones de voz media (v. Capítulo I, sección 1.3.2).
Capítulo II
112
Ante todas estas dicotomías la autora se plantea el objetivo de unificar el análisis de
estas estructuras con se proponiendo que tanto las similitudes (presencia de se, ausencia
de un argumento con el que está en distribución complementaria) como las diferencias
semánticas y sintácticas son consecuencia de la interacción de estos factores:
a. las propiedades léxicas de se
b. la posición que ocupa se profunda y superficialmente
c. la posición del SD argumento
d. la relación que se establece entre se y dicho argumento
Para Gonzàlez se trata en los tres casos del mismo morfema que, con las mismas
propiedades léxicas, aparece superficialmente en la misma posición aunque,
obviamente, ello no implique que la estructura interna que se asume para se sea la
misma con independencia de cada tipo de predicado. Y se parte para ello de tres hechos
fundamentales, a saber: se no interactúa con el caso, el SD omitido es interpretado como
[+ humano] y lleva el papel temático más importante de la construcción. Se asume,
además, que dicho SD omitido es un pro, lo cual coincide con la naturaleza también
pronominal del se con el que aparece. En el caso de las pasivas y las impersonales –y en
ello se coincide con análisis posteriores como el de Bartra (2002) al que nos adherimos
y que hemos referido en el Capítulo I– se observa cómo la capacidad
despersonalizadora de las pasivas y las impersonales las pone en común desde el
momento en que se relega a un segundo plano al argumento principal dando mayor
relevancia al ‘segundo’ argumento. Para Gonzàlez, al igual que para Bartra, la
diferencia entre los dos tipos de estructura es puramente formal y no afecta a su
interpretación.
Las reflexivas sí difieren en su interpretación de las pasivas e impersonales debido
principalmente a la cadena que se establece entre cuatro constituyentes de la oración: el
SD argumento en el Esp de SConcS, se que aparece en SConc, el pro que éste identifica
(que permanece in situ en SV) y la huella del SD también en SV. La ausencia de este
tipo de cadena en las construcciones impersonales y pasivas explicaría la interpretación
arbitraria del pro de estas construcciones (Jaeggli 1986).
Los análisis del Sintagma Determinante en la teoría lingüística moderna
113
SV
V’
V SD
SD
Espec D’
D
D/se
SN
pro
…
Se es, pues, para Gonzàlez un clítico pronominal que coaparece con una categoría vacía
pro a la que gobierna, que legitima por medio de concordancia Esp-Núcleo y que
opcionalmente puede moverse a la posición canónica de sujeto (Esp, SConcS; ello
supone que el sujeto de reflexivas y pasivas es paciente y no agente o experimentador.
Además, y esto es un punto importante en su análisis, el argumento ausente de las
construcciones con se es necesariamente [+ humano] de forma que los verbos que no
asignan un papel a su argumento principal no pueden formar parte de estas estructuras;
paralelamente en aquéllos casos en los que se pueden presentar las dos opciones el
argumento se interpreta siempre como [+ humano]. La representación en (59) es la que
la autora asigna a se:
(59) SE + pronominal + humano + 3ª persona
Señala la autora cómo la atribución de los rasgos [+ pronominal] y [+ humano] a se no
es nueva (v. entre otros Manzini 1986 o Cinque 1988) y es relevante en su análisis pues
lo distingue de los otros clíticos de tercera persona. El hecho de estar especificado como
[+ pronominal] coocurre con un pro que, a cambio, recibe una interpretación como [+
humano] heredada, por emplear el término que utiliza la autora, del mismo se.
Recogiendo la propuesta que Uriagereka (1995) hace para los clíticos románicos, se
argumenta que se, al igual que los clíticos de acusativo de 3ª persona que se analizan
como núcleos D con un pro (y no un SN) como complemento, muestra una
configuración como la que se ilustra en (60):
(60)
Capítulo II
114
Según esto, y en virtud de una relación Espec-Núcleo, se comparte sus rasgos con pro
de forma que la aparente distribución complementaria que se observa entre se y el SD se
debe a la naturaleza pronominal de se. Esto le hace aparecer complementado por pro,
bloqueándose así la realización léxica de este SD. Para Gonzàlez se es siempre un
morfema de concordancia de Sujeto en ConcS que puede, en gran medida, entenderse
como morfología flexiva del verbo. Al igual que se, la morfología verbal puede
identificar una categoría vacía pro, con la diferencia de que la flexión verbal sí puede
aparecer en la misma oración con la realización léxica del argumento con el que
concuerda. Así, la identificación de se con ConcS en todos los contextos enfatiza la
existencia de concordancia de persona y número entre ambos elementos y apoya la
hipótesis de que se es un único morfema en estas construcciones. Para las reflexivas y
en el caso de la 1ª o 2ª persona se hace también evidente la identificación entre el clítico
que aparece en ConcS y la flexión verbal, si bien sólo en estos casos es posible la
distinción entre el singular y el plural. La inexistencia de un paradigma de tres personas
en el caso de las impersonales o las pasivas se explica fácilmente dada la interpretación
arbitraria que se asigna sistemáticamente a las mismas y que sería inviable en el caso de
la 1ª o la 2ª persona, deícticas por naturaleza.33 En el Cuadro II figuran los elementos
que pueden ocupar esta posición:
CUADRO II. CLÍTICOS DE LAS CONSTRUCCIONES CON SE EN SCONC
Reflex Recípr Impersonal Pasiva Persona Sing/Plur. Singular Plural
1 me/nos - - 2 te/os - - 3 se se se
Por otro lado, la autora destaca cómo el argumento ausente de estas configuraciones,
pro en su análisis, está obligatoriamente, como se apuntaba más arriba, especificado
para el rasgo [+ humano]; ello explicaría por qué aquellos predicados cuyo argumento
principal no es [+ humano] no son viables en este tipo de construcciones con se. La
33 Nótese que los clíticos de 1ª y 2ª persona son idénticos a los de objeto directo e indirecto y que, de hecho, la única diferencia entre los paradigmas correspondientes ha de hallarse en los de 3ª persona. Para la autora el hecho de que la 1ª y la 2ª persona sean deícticos por defecto y su referente puede fácilmente identificarse del contexto oracional o discursivo en que aparecen y ello provoca que resulte innecesario disponer de morfemas específicos para cada función gramatical. En el caso de los de 3ª persona, que no señalan a su referente por defecto, tiene sentido que el sistema gramatical disponga de morfemas específicos para cada función gramatical. Recordemos que los pronominales deícticos (de 1ª y 2ª persona) no son considerados en el marco de esta tesis.
Los análisis del Sintagma Determinante en la teoría lingüística moderna
115
configuración que se propone para una oración de estas características es la que figura
en (61):
(61)
Explica Gonzàlez las diferencias entre las diferentes construcciones que se examinan
aludiendo al hecho de que en las reflexivas el SD (Paciente) en el Especificador de
SConc y el pro (Agente), se interpretan a partir del mismo referente, de ahí la
interpretación reflexiva de tales estructuras. Es decir, dado que está provisto de
contenido referencial específico, el se de las reflexivas no puede obviamente tener una
interpretación arbitraria. La estructura arbórea que ilustra lo anterior es la de (62):
SConcS
ConcS’
ConcS SConcO
Espec ConcO’
ConcO
D’ (Espec)
D SN
Espec
SV
V’
V SD
SD
Espec
proi
D’
D
D/sei
SN
tpro
Capítulo II
116
(62)
Para finalizar recogemos a continuación, la interesante propuesta morfológica de Bonet
(1995a y 1995b) acerca del se dativo realizada dentro del modelo de la ‘Morfología
distribuida’ (Halle y Marantz 1993, 1994) según el cual los clíticos, más que un
primitivo gramatical, constituyen la manifestación del comportamiento sintáctico de un
elemento dado con respecto a otro y que variará dependiendo del tipo de elemento del
que se trate y de la relación de dependencia que establezca. Numerosos estudios
realizados desde esta perspectiva hacen uso del término clítico sintáctico para referirse a
elementos pronominales del tipo que nos ocupa, considerados como núcleos de SD
dotados de una movilidad que a veces se manifiesta en fenómenos de inversión o
dislocación. Según este tipo de análisis, la relación de dependencia en la que entran a
formar parte estos clíticos es la propiedad sintáctica de un morfema dado, de una
categoría sintáctica. Del mismo modo, en ocasiones los ítems de vocabulario que se
‘insertan’ en estos morfemas pueden mostrar opcionalmente dependencia fonológica.
El análisis de Bonet se basa específicamente en lo que la autora denomina ‘formas
opacas’, etiqueta que alude a aquellas formas resultantes de la combinación de clíticos
que no coinciden con la apariencia que tales clíticos presentan cuando aparecen
aisladamente. Se revisa diversas formas de las llamadas opacas procedentes de varias
lenguas románicas (esencialmente, italiano, catalán y castellano) y se propone para estos
SConcS
ConcS’
ConcS
sei + V
SDi
[+ h]
tDP [+ h]
SV
V’
V tV
SD
Espec
proi
D’
Di
(tse)
SN
tpro
Los análisis del Sintagma Determinante en la teoría lingüística moderna
117
clíticos pronominales una estructura interna relacionada esencialmente con los rasgos
morfológicos que contienen/expresan los elementos examinados.
Señala Bonet cómo quizá una de las más conocidas de estas formas opacas es el
llamado se espurio del español que, como sabemos aparece en lugar de los dativos le/les
cuando éstos aparecen en la misma secuencia con un clítico acusativo de tercera persona
(lo, la, los, las), dando lugar a lo que hemos llamado aquí una amalgama de clíticos; (63
a-c) incluimos los ejemplos que proporciona la autora y remitimos también a la sección
1.3.2 en la que se proporciona la tradicional justificación diacrónica, fonológica para
explicar la evolución de se:
(63a) El premio, lo dieron a Beatriz ayer.
(63b) A Beatriz, le dieron el premio ayer.
(63c) A Beatriz, el premio, se lo (*le lo/*lo le) dieron.
Tras examinar otras formas opacas como los multifuncionales si del italiano o li del
catalán, una de las conclusiones más interesantes a las que llega Bonet es que estas
formas opacas nunca constituyen una secuencia fonológica, digamos, arbitraria sino que
siempre toma la forma de un clítico ya existente en el sistema de la lengua en cuestión;
en el caso del se espurio, éste ‘toma la apariencia’ de se como reflexivo o como
pronombre impersonal. A partir de aquí, lo que Bonet propone es que los clíticos
pronominales son, en realidad, estructuras jerárquicas compuestas de rasgos
morfológicos monovalentes y que la mayoría de estas formas opacas se obtienen tras la
sintaxis con anterioridad a la inserción de información fonológica por medio de
procesos de inserción y eliminación que modifican la estructura interna de los clíticos
implicados en dichos procesos. Para Bonet, el orden en que aparecen y la forma que
presentan los clíticos en las lenguas románicas no obedece a razones sintácticas sino que
se obtiene a partir de la incorporación de estos elementos a una suerte de plantilla
morfológica que es más tarde, en la forma fonológica, ‘empobrecida, alterada,
linealizada y provista de información fonológica’ en la línea de la propuesta de Halle y
Marantz (1993). Los clíticos pronominales son, según esto, considerados estructuras
jerárquicas de rasgos morfológicos (v. también Everett (1996)).
Capítulo II
118
También Fernández Soriano (1999) señala cómo determinadas secuencias en las que
aparece el se espurio prueban la unidad de las secuencias de clíticos. Como ejemplo
refiere a numerosos dialectos del español de América en los que la pluralidad de un
dativo que refiere a más de un individuo (rasgo que, como sabemos, no se percibe en el
paso de les a se empleado indistintamente para singular y plural) se marca en el
acusativo singular forma que el ejemplo de (64) daría lugar a ejemplos como los de
(64a) e (64b); en otras variedades del español como el español peninsular resultaría en
(65a) y (65b):
(64) Les doy el regalo a los niños →→→→ (64a) Se los doy/
(64b) Se lo doy
(65) Ya les dije eso a ustedes (65a) Ya se los dije
(65b) Ya se lo dije
La secuencia s̀e + los’ en (64a) y (65a) se interpreta como una unidad con la –s al final
de los indicando una pluralidad que afecta al dativo y no al acusativo en el que se
marca.
Como se verá en el capítulo siguiente y significativamente para nuestra investigación,
trabajos como el de Jakubowicz y Nash (2005) o el de Bruhn de Garavito (2000) hacen
también uso de las herramientas que esta línea de análisis para explicar la forma en que
se comportan los clíticos acusativos y reflexivos del francés de sujetos con TEL y los
dativos del español no nativo respectivamente. Ambos trabajos suponen un sugerente
acercamiento al comportamiento que en los datos de la adquisición presentan los
elementos a los que engloba la etiqueta amplia y a ratos imprecisa de clítico pronominal
en el contexto de las lenguas románicas.
CAPÍTULO III
LA ADQUISICIÓN DEL SINTAGMA DETERMINANTE:
TEORÍA Y METODOLOGÍA
‘[...] The field of language acquisition is another growing and promising domain of investigation. Various aspects of the acquisition of DPs provide insights into the representation of DPs in child vs. adult grammars as well as in L1 vs. L2 grammars. Of particular interest and importance is evidence of correlations between acquisition of functional structure of the clause and functional structure of the noun phrase. The DP properties that have been investigated in the acquisition literature include case marking, plural marking, word order, and the absence vs. appearance of articles and clitics. Needless to say, much more work remains to be done […].
[J. B. Bernstein 2001:559]
Esta parte de nuestro trabajo considera algunas propuestas y trabajos de investigación
que han examinado con anterioridad la forma en que tiene lugar la adquisición del SD
por parte de hablantes nativos y hablantes no nativos de español y también de otras
lenguas. Revisamos a continuación la caracterización que se ha proporcionado de este
proceso a partir de los resultados de una serie de trabajos centrados en la adquisición de
los SSDD.
No nos proponemos aquí proporcionar un panorama exhaustivo de toda la investigación
que se haya realizado sobre las múltiples manifestaciones de la adquisición del lenguaje
nativo y no nativo, ni siquiera realizar una revisión íntegra de todo lo que se ha dicho y
hecho sobre el SD en L1 y L2; queremos más bien considerar aquellos trabajos que,
tanto desde el estudio de la adquisición (en condiciones normales o especiales) de la
lengua materna (L1) como desde la investigación en lenguas segundas (L2), pueden
aportar información relevante para el análisis de nuestros datos, ya sea porque las
conclusiones a las que llegan resultan en algún sentido relevantes para nuestro estudio,
Capítulo III
120
o porque el tipo de población examinada o el tipo de análisis empleado resultan de
algún modo comparable a los sujetos de nuestra muestra.
Las secciones siguientes están dedicadas a presentar los resultados de la bibliografía que
sobre investigación acerca del SD se ha manejado. La forma en que procedemos en la
presentación de esta serie de trabajos es como sigue: en primer lugar se revisan trabajos
relativos a la adquisición del artículo determinado y de los rasgos a él asociados (3.3)
para pasar después a considerar qué se ha hecho y dicho acerca de la adquisición de los
pronombres átonos de objeto (3.4). Tanto en uno como en otro caso se revisa primero
los trabajos realizados sobre datos de la adquisición típica de la L1 para luego pasar a
estudios que analizan datos no nativos. Finalmente, siguiendo el mismo orden de
organización que presenta primero los trabajos de L1, típica y patológica, y luego los de
L2, recogemos los resultados de aquellos estudios que, como el nuestro (v. sección 3.5),
se plantean un análisis conjunto de ambos tipos de elementos.
3.1 La teoría lingüística y la adquisición del lenguaje nativo y no nativo
Desde su aparición a finales de los años cincuenta, el programa de investigación
generativo chomskiano ha explicado el fenómeno general de la adquisición del lenguaje
aludiendo a la existencia de principios lingüísticos universales e innatos. Dada la
riqueza y complejidad que caracterizan a todo sistema lingüístico, se hace necesario
desde esta perspectiva aludir a una predisposición innata –concretada en forma de
principios universales a todas las lenguas y de la especificación particular de cada una
de ellas en forma de parámetros concretos y en los rasgos formales relacionados con
estos parámetros- para poder explicar cómo, a pesar de lo confuso y desorganizado de
los datos a los que están expuestos, los niños consiguen adquirir y manejar su lengua
materna de una forma efectiva ya desde edades muy tempranas y sin necesidad de
instrucción explícita o evidencia negativa. (Chomsky 1986, Rizzi 1994, Friedemann y
Rizzi 2000). Este argumento, conocido como ‘de la pobreza del estímulo’, está en la
base del planteamiento generativista y su explicación sobre cómo tiene lugar la
adquisición del lenguaje que, como sabemos, postula la existencia en el humano de una
predisposición innata para el desarrollo de la facultad humana del lenguaje.
La adquisición del SD en español L2 y LE: teoría y metodología
121
La búsqueda de una solución al problema que supone adquirir una lengua dada
conocido como ‘Problema lógico de la adquisición del lenguaje’– no ha constituido, sin
embargo, la principal preocupación para muchos de los estudiosos que trabajan en el
marco de la GTT. Friedemann y Rizzi (2000) señalan acertadamente cómo, a pesar de
ser la adquisición uno de los pilares básicos de este programa de investigación es,
cuando menos, llamativo el poco interés que la forma exacta en que tiene lugar la
adquisición del lenguaje había despertado hasta hace bien poco en lingüistas interesados
exclusivamente por la descripción de los sistemas lingüísticos para los que plantearse
cómo se produce la adquisición del lenguaje implicaba hacerlo en términos de un
problema más o menos abstracto, sin prestar atención a lo que los niños realmente hacen
durante este proceso.
La investigación realizada en el campo de la L1 cuestiona si las gramáticas infantiles
están efectivamente constreñidas por la GU y pueden, por tanto, equipararse a los
sistemas adultos con respecto a sus propiedades estructurales o si, por el contrario,
constituyen sistemas configurados de un modo, por así decirlo, arbitrario, salvaje
(Goodluck 1986).1
Muy brevemente señalamos que tanto estudios longitudinales (véanse, por ejemplo, los
de Hyams 1986, Pierce 1992 o Bel 1998) como los realizados a partir de datos
experimentales (como el de Roeper 1996 o McKee 1992 entre otros) procedentes de
lenguas muy diferentes apuntan a que, desde muy pequeños, los niños son sensibles a
los principios de la GU la cual, en palabras de Borer, ‘is first and foremost a set of
constraints on possible natural language grammars, and only secondarily, and not
according to all models, a language acquisition device’ (1996:719).
1 Las gramáticas no constreñidas por los principios de la GU, esto es, que no muestran las propiedades de las lenguas naturales, han sido descritas como ‘gramáticas imposibles’ (White 1988) o ‘gramáticas ilícitas’ (Hamilton 1998); sin embargo, el término que más frecuentemente se emplea para aludir a este tipo de sistemas es el de ‘gramáticas salvajes’ (wild grammars, v. Goodluck 1991). Las gramáticas infantiles son gramáticas posibles puesto que es la GU lo que determina cómo pueden ser y cómo no pueden ser las representaciones mentales de un sistema gramatical. Cabe ahora preguntarse si lo mismo puede decirse de los sistemas de interlengua, si efectivamente su configuración se ve restringida por las propiedades de la L1, la L2 u otra lengua natural (White 1992, 2003).
Capítulo III
122
La caracterización de este proceso general se estructura alrededor de dos constructos
básicos:
a. el material con que cuenta el individuo que adquiere una lengua dada y
b. las herramientas de las que dispone y/o emplea ese individuo a la hora de
configurar el sistema formal de dicha lengua.
Se recogen aquí las propuestas que debaten lo que se ha dado en llamar ‘el problema
lógico de la adquisición del lenguaje’ y las diferentes hipótesis que se barajan a la hora
de decidir cuál es el punto de partida para los hablantes de L1 y de L2. La forma en que
se plantea el proceso de adquisición de una lengua es a grandes rasgos la siguiente: la
creación de un sistema gramatical consiste en la especificación particular de la GU a
partir de una serie de valores paramétricos determinados; en otras palabras, el estado
inicial para la adquisición del lenguaje es la GU antes de que tenga lugar la
especificación, la fijación de parámetros concretos. La naturaleza de este estado inicial
del que parte el niño que adquiere su L1 constituye el primer enigma al que nos
enfrentamos cuando nos disponemos a resolver el problema lógico de la adquisición del
lenguaje. Como es de esperar, su resolución tendrá repercusiones en la explicación que
se proporcione a cómo se produce el proceso de la adquisición del lenguaje no nativo
(Liceras 1996).
La adquisición de una lengua implica, como decimos, la fijación de parámetros a partir
de la evidencia que supone el input lingüístico al que está expuesto el niño, así como
otro tipo de tareas, entre las cuales está memorizar las múltiples asociaciones entre
formas y significados que componen el léxico de una lengua dada (Friedemann y Rizzi
2000:3). Durante los años ochenta y primeros años noventa el proceso que tal
adquisición supone se explica asignando al niño que adquiere su L1 una tarea que
implica un número común limitado, relativamente escaso, de operaciones que se
continúa reduciendo en posteriores evoluciones del modelo. En este sentido, uno de los
principales objetivos que se propone el programa minimista desde la GGT chomskiana,
es limitar todo lo posible, casi delimitar, la forma en que tiene lugar esta fijación de
parámetros, reduciendo al mínimo el número de supuestos necesarios de los que hay
que partir para establecer una teoría gramatical. Es incuestionable el potencial que, tanto
para la descripción lingüística como para el estudio de la adquisición del lenguaje,
tienen los rasgos como constructo teórico en el que se basa el programa minimista y
La adquisición del SD en español L2 y LE: teoría y metodología
123
desde el que se facilita el acercamiento a los dos problemas centrales en torno a los que
gira la investigación sobre la adquisición del lenguaje: el de la aprendibilidad y el del
desarrollo (O’Grady 1997, Bel 1998).
Con respecto a la forma en que se ha planteado estos problemas –quizá sería más
apropiado hablar aquí de las soluciones que se han propuesto para resolverlos– los
primeros años ochenta marcaron, por así decirlo, un punto de inflexión debido
principalmente a la aparición en el marco de la GGT del modelo de adquisición que se
conoce como de ‘Principios y parámetros’ (PP) (Chomsky 1981) y que constituye la
adaptación de la teoría sintáctica de ‘Rección y ligamiento’ (RL) (Chomsky 1981, 1986;
Haegeman 1994). Para Friedemann y Rizzi parecen claras las ventajas que suponen las
herramientas proporcionadas por este modelo a la hora de dar cuenta de las diferencias
entre las lenguas y, paralelamente, abordar el estudio de la adquisición del lenguaje. El
hecho de que permita detectar con mucha precisión cuáles son los puntos en que
divergen sistemas lingüísticos diferentes al tiempo que se deja constancia del alto grado
de uniformidad que subyace a todos estos sistemas, casi deriva de forma automática en
la aplicación de la metodología de los principios y parámetros a la consideración de
cómo tiene lugar el proceso de adquisición del lenguaje.
La investigación llevada a cabo tanto en el campo de la adquisición de la L1 como en el
de L2 otorga un papel fundamental a lo que se conoce como el ‘Estado inicial’ como
poseedor de ciertas características cuya presencia o ausencia puede ayudar a determinar
la dotación biológica con la que cuenta el hablante de una lengua en el inicio de su
proceso de desarrollo del lenguaje. En los primeros trabajos de gramática generativa se
asumía que dicho conocimiento innato, la GU, era prácticamente equivalente al estado
inicial de la gramática del hablante nativo. Mientras que algunos investigadores aún
suscriben este punto de vista, otros, sin embargo, consideran que ese conocimiento
innato no puede sin más identificarse con la gramática de la etapa inicial y que, o bien
determinados aspectos de la GU maduran según un esquema predeterminado, o bien
ésta surge gradualmente apoyada en el input que el hablante recibe. Todas estas posturas
coinciden en afirmar la importancia del conocimiento previo que supone la GU pero
difieren básicamente en la caracterización que atribuyen a ese estado inicial.
Capítulo III
124
La introducción del modelo paramétrico facilita la comparación entre las diferentes
lenguas, puesto que es precisamente en los parámetros y, más exactamente, en las
categorías funcionales, donde se localiza la variación interlingüística (Borer 1984); el
mismo tipo de comparación se impone entre el sistema gramatical adulto y las
gramáticas infantiles. El dominio de las categorías funcionales en las cuales se localiza
la variación paramétrica que se observa entre las lenguas. Éstas están desprovistas, por
oposición a lo que ocurre con las categorías léxicas, de contenido referencial y han
demostrado ser un excelente campo para el estudio de la adquisición del lenguaje como
también lo han sido para el desarrollo de la teoría sintáctica, ya que los rasgos que en
ellas se localizan son, en realidad, la fuerza motora de la sintaxis; para algunos autores,
la investigación realizada acerca de estos elementos ilustra como la variación
interlingüística reside en los elementos en los que se realizan estas categorías y es, por
tanto, de naturaleza léxica y no sintáctica (Herschensohn 2000).
En la caracterización que de estas categorías se realiza en Ouhalla (1991) se establecen
las diferencias entre elementos funcionales y referenciales. Una de las particularidades
que las distingue es que tan sólo las categorías funcionales poseen rasgos o propiedades
gramaticales propiamente dichas (número, género, caso, persona...) asociadas
directamente a este tipo de elementos por aparecer normalmente en forma de morfemas
(ya sean éstos ligados o independientes). Esto constituye un dato fundamental en el
programa minimista (Chomsky 1995) ya que las categorías funcionales serán portadoras
de los rasgos que son propiedades particulares de las lenguas. Por lo que a nosotros
respecta la evolución en la adquisición de estos rasgos así como la proyección o
ausencia de estas categorías, nos ayudarán a determinar el grado de desarrollo de los
estadios de interlengua que nos disponemos a analizar.2
Lo cierto es que la consideración de las categorías funcionales como localización de la
variación paramétrica entre las lenguas y más concretamente, de los rasgos gramaticales
que en ellas se localizan y los valores que se asigna a dichos rasgos, se considera, ya
tradicionalmente, un campo de investigación particularmente adecuado para el estudio
2 Las categorías funcionales resultan ser de vital importancia para la formulación de una propuesta de teoría del lenguaje. Sin ir más lejos para Bickerton (1990), por ejemplo, son precisamente lo que, como parte de la dotación innata del ser humano, que convierte su lenguaje en algo único frente a otros sistemas de comunicación. Así, el lenguaje humano deja de ser protolengua y se distingue del lenguaje de los simios sólo cuando incorpora en su sistema a estos elementos de contenido no referencial.
La adquisición del SD en español L2 y LE: teoría y metodología
125
del modo en que tiene lugar la adquisición del lenguaje. Tanto desde los trabajos
empíricos como desde los estudios teóricos realizados dentro del marco de la GGT
parece observarse un acuerdo generalizado con respecto al hecho de que las categorías
funcionales pueden proporcionar al investigador evidencia fiable para el estudio, por un
lado, de la variación como característica inherente de la gramática del niño (Meisel
1992, Bel 1998, Powers y Hamman 2000) y, por otro, de la comparación entre
diferentes sistemas gramaticales (Borer 1984; Fukui y Speas 1994), incluyendo los
sistemas tradicionalmente considerados como ‘deficitarios’ entre los que contamos las
gramáticas infantiles y, obviamente, los sistemas no nativos (Zobl y Liceras 1994,
White y Grondin 1996, Rosado 2000).
Esta tesis quiere investigar cómo tiene lugar la adquisición no nativa del artículo
determinado y los clíticos de objeto, como manifestaciones del núcleo [D] de la
categoría funcional SD y examinar en detalle la forma en que los hablantes no nativos
de español proyectan dicha categoría y adquieren los rasgos que la conforman. El
objetivo es, como sabemos, decidir si, a pesar de ser núcleo de la misma categoría
funcional, el hecho de que presenten dos realizaciones diferentes deriva en un
comportamiento dispar en el proceso de adquisición observado en uno y otro caso. Este
tercer capítulo revisa, como veremos, algunos estudios que previamente se han
planteado de alguna manera este problema o problemas similares a partir del análisis de
los datos de las L1 y las L2 con objeto de tener en cuenta los resultados de esos estudios
a la hora de abordar nuestro propio análisis.
Los artículos y los clíticos, en la interfaz entre la morfología y la sintaxis, resultan
relevantes tanto para la teoría lingüística como para la adquisición del lenguaje ya que,
dadas sus especiales características, es fácil suponer que la investigación de cómo se
adquieren y procesan ha de constituir todo un reto para quienes trabajan en ambos
campos. Por lo que a la teoría de la adquisición respecta, estos elementos son
importantes en la medida en que demuestran estar ligados a las dificultades que se
enumeran a continuación (Liceras, Pérez-Tattam, Tremblay y Winnicki 2002(b)):
- Surgen según un calendario muy específico (Clark 1985, Pierce 1992, White
1996, Serra, Soler, Serrat, Bel y Aparici 2000).
Capítulo III
126
- En el caso de la adquisición de la L2, suelen ser elementos que tienden a
fosilizarse con facilidad (Liceras 1985, Fernández 1991, Liceras et al. 1998)
- En el caso de la patología lingüística, están ligados a lo que se conoce como
agramatismo (Kean 1985, Jakubowicz et al. 1998, Tsimpli y Stavrakaki 1999).
Todo ello habrá de estar en la base de nuestro trabajo que se plantea en qué forma y
hasta qué punto el hablante no nativo es (o no) capaz, a partir de las herramientas de las
que dispone, de implementar en la gramática de su IL el sistema de expresión de la
definitud que, en el dominio nominal del español, descansa en el núcleo [D] de la
categoría funcional SD, es decir, en los clíticos y en los artículos determinados.
Nuestro trabajo parte de tres preguntas de investigación relativas al funcionamiento de
la categoría funcional SD y el núcleo de ésta [D], así como también examina la
naturaleza del proceso global de adquisición de una L2; para ello, y en referencia a la
producción de artículos y clíticos por parte de los sujetos de la muestra, formula
hipótesis concretas surgidas, por una parte, de los análisis propuestos la teoría
lingüística moderna que fueron presentados en el capítulo anterior y, por otra, de los
resultados que se han obtenido en la investigación sobre adquisición típica y patológica
de la L1.
3.1.1 El problema lógico de la adquisición del lenguaje no nativo
Con objeto de explicar cómo se adquiere la lengua, los estudiosos que trabajan
sobre los datos de L1 han intentado e intentan aún hoy descubrir cuál es el material
previo con el que cuenta el niño y cuáles las herramientas que emplea para, a partir del
pobre estímulo que recibe del entorno (v. sección anterior), ser capaz de ‘armar’ por sí
solo algo tan complicado como el sistema gramatical de una lengua dada. Este problema
que desde el modelo de investigación generativo-chomskiano se ha dado en denominar,
‘problema lógico de la adquisición del lenguaje’, se resuelve aludiendo a la existencia
de mecanismos y capacidades innatas que posibilitan que el acceso de los niños al
lenguaje sea totalmente satisfactorio. Asumiendo en todo momento la validez del
modelo generativista, Bley-Vroman (1989) resume su propuesta para la adquisición de
la L1 en el cuadro que proporcionamos a continuación y que incluye referencia tanto al
La adquisición del SD en español L2 y LE: teoría y metodología
127
estado inicial de los sistemas gramaticales como al mecanismo de adquisición empleado
por parte de los hablantes durante el proceso.
CUADRO I. DESARROLLO DEL LENGUAJE INFANTIL (L1) A. Gramática Universal (GU)
B. Dispositivo específico de Adquisición del Lenguaje (DAL)
¿Y qué ocurre con la adquisición del lenguaje no nativo? ¿Cómo tiene lugar el proceso
de formación de los sistemas de IL? El hablante de L2 tiene, al fin y al cabo, que
enfrentarse al mismo desafío que el niño que aprende su lengua nativa: intentar aprender
una lengua a partir de un input limitado y confuso (White 1988). Para algunos autores
(Bley-Vroman 1989) el acceso a la GU no es posible en la adquisición de la L2 puesto
que el dispositivo de la adquisición del lenguaje (DAL), o la GU entendida como
dotación genética, se ha atrofiado para el adulto. Para este autor la ‘Hipótesis del
período crítico’ (Lenneberg 1967; Johnson y Newport 1989) debería ser la base de toda
teoría de lenguaje y supone la diferencia esencial entre la adquisición de la lengua
nativa y el proceso equivalente en L2. Desde esta perspectiva, los mecanismos que
regulan la adquisición de L2 tienen más en común con un ‘sistema general de resolución
de problemas’ que con un dispositivo lingüístico. Es decir, para desarrollar
conocimiento sobre una L2, una lengua a la que accedemos después del período crítico,
empleamos los mismos recursos que usaríamos, por ejemplo, para instruirnos en historia
contemporánea o para aprender a jugar al parchís. Sin embargo, ante la cuestión de si se
debe o no equiparar la adquisición del lenguaje no nativo a la de cualquier otra
capacidad cognitiva, otros autores ofrecen alternativas según las cuales la adquisición de
L2 está relacionada con mecanismos específicamente lingüísticos. Véanse los Cuadros
II y III:
CUADRO II. EL PROBLEMA LÓGICO DEL APRENDIZAJE NO NATIVO Bley-Vroman (1989:31) Desarrollo del lenguaje infantil (L1) Aprendizaje adulto no nativo de una L2 A. Gramática Universal (GU) A. Conocimiento lingüístico de la L1
B. Dispositivo específico de Adquisición del Lenguaje (DAL)
B. Sistema general (habilidades) de resolución de problemas
Capítulo III
128
CUADRO III. EL PROBLEMA LÓGICO DE LA ADQUISICIÓN DEL LENGUAJE NATIVO Y NO
NATIVO (Liceras 1996:33) Desarrollo del lenguaje infantil (L1) Adquisición adulta no nativa de una L2/ LE A. Gramática Universal (GU) A. Experiencia lingüística anterior B. Dispositivo específico de Adquisición
del Lenguaje (DAL)
B. Dispositivo de Adquisición del Lenguaje de segundo nivel (Sistema de reestructuración/ bricolaje3)
C. Sistema general (habilidades) de resolución de problemas
El objetivo aquí es, ni más ni menos, tratar de establecer paralelismos entre la forma en
que niños y adultos acceden por primera vez a una lengua dada. A pesar de que la autora
es consciente, como decíamos, de que no puede hablarse de procesos totalmente
paralelos en L1 y L2, también cree posible hablar de la intervención de mecanismos
exclusivamente lingüísticos en la adquisición de la L2. Para Liceras (1996) el adulto
puede tener acceso a la GU y abordar los datos de la L2 desde el conocimiento previo
de su L1 y, si procede, de cualquier otra L2 que se haya aprendido (lo que ella
denomina ‘experiencia lingüística anterior’); y lo hará por medio de procedimientos
secundarios de representación que son patrimonio de la arquitectura de la mente humana
(Karmiloff-Smith 1992). Así, provisto de un ‘Dispositivo específico de Adquisición del
Lenguaje’ de segundo nivel, el hablante no nativo adulto emprenderá ese proceso que
ella denomina ‘bricolaje’ o ‘reestructuración’. Dichos procedimientos de adquisición de
segundo nivel se complementan, lógicamente, con la puesta en marcha, tal y como ya
apuntaba Bley-Vroman (v. Cuadro I), de las habilidades de resolución de problemas que
los adultos empleamos para resolver todo tipo de tareas –no sólo las lingüísticas– y que
son cualitativa y cuantitativamente diferentes de las que usan los niños. No hay
objeciones, pues, según esta propuesta a la que nos adherimos, a la evidente realidad de
que la forma en que el adulto razona afecta de un modo determinante la tarea que
supone el aprendizaje de una lengua dada. Se explicaría, según lo anterior, el contraste
que se observa entre ritmos y estadios en la adquisición de la L1 y de la L2, las
diferencias individuales y las debidas a la edad sin necesidad de recurrir exclusivamente
a mecanismos no lingüísticos. De este modo, Liceras proporcionaría también una
explicación plausible a la existencia de las intuiciones (más o menos indeterminadas)
que tienen los hablantes no nativos y al hecho de que éstos adquieran propiedades de la
3 Empleamos bricolaje como el equivalente que Liceras (1996) propone para el término tinkering que es el que también emplea en otros trabajos (v. Liceras y Díaz 1998).
La adquisición del SD en español L2 y LE: teoría y metodología
129
L2 no especificadas de forma explícita en los datos del input. Así, la ASL estará
también determinada por capacidades cognitivas generales no relacionadas con
mecanismos y/o facultades específicamente lingüísticas, por aquello que Bley-Vroman
(1989) denomina ‘sistemas generales de resolución de problemas’; la mejor prueba de
ello es el éxito generalizado que se observa en L1 pero no en L2 para la que el fracaso
es, digámoslo así, la norma.4
Las investigaciones realizadas sobre la adquisición del lenguaje no nativo se han
estructurado alrededor de estos dos problemas esenciales: el problema lógico, del que
nos hemos ocupado en la sección anterior, y el problema del desarrollo, que se plantea
por qué unas propiedades determinadas se adquieren antes que otras y cuya resolución
da lugar al desarrollo de una teoría de transición que explique la forma en que
evoluciona el sistema gramatical del hablante no nativo de una lengua dada. Así, una
teoría de la adquisición que sea válida deberá ser capaz de caracterizar las propiedades
que definen inicialmente la ASL, así como de dar cuenta de los procesos específicos que
en ella tienen lugar (Atkinson 1992).
Seguidamente nos referimos a una serie de teorías propuestas en los últimos años para
dar explicación a la forma en que se produce la adquisición del lenguaje prestando
especial atención a cómo tiene éste lugar en el caso de la formación de los sistemas
gramaticales de L2.
3.1.2 Teorías y propuestas para la adquisición del lenguaje no nativo
Dentro de la investigación de L2 que hace uso de las herramientas de análisis
proporcionadas por la GGT, existen dos líneas de trabajo alrededor de dos soluciones
propuestas al problema lógico de la adquisición del lenguaje no nativo que aluden
principalmente a la forma en que se tiene acceso a la gramática universal en L1 y en L2:
se trata de la ‘Hipótesis de la diferencia fundamental’ (HDF) y la ‘Hipótesis del acceso
total’ (HAT). La formulación más extrema de la HDF (de no acceso a la GU), propuesta
por autores como Bley-Vroman (1989) o Clahsen y Muysken (1996), establece que los
4 En Liceras (2003) se habla de que proyectar una L2 no es, como pudiera desprenderse de la propuesta de Bley-Vroman, como crear un esperanto ya que no se obedece a criterios puramente arbitrarios o típicos de la creación de lenguajes formales.
Capítulo III
130
principios de la GU están disponibles en la adquisición de la L1 pero no en la de la L2
puesto que la existencia de un período crítico, como punto de partida para cualquier
teoría sobre la adquisición no nativa, impide esta posibilidad. Los defensores de las
diferentes versiones de la HAT, sin embargo, sostienen que la GU está disponible tanto
para el niño que aprende su L1 como para quien aprende una L2.
Dentro del primer tipo de propuestas se encuentran aquellas que defienden que las
categorías funcionales de las interlenguas están irreversiblemente dañadas al menos con
respecto a algunas propiedades específicas (Beck 1997; Eubank, Bischof, Huffstutler,
Leek y West 1997). En esta línea, algunos autores afirman que el repertorio de
categorías, rasgos (o valores concretos asignados a esos rasgos) a los que tiene acceso el
hablante de una L2 está restringido a aquello que está también presente en el sistema de
la L1, en otras palabras: las propiedades, los rasgos funcionales de una lengua no
pueden ser adquiridos con éxito si el contacto con ésta empieza después del cierre del
período crítico (Hawkins 1998, Liceras 1997, Tsimpli y Roussou 1991, Tsimpli y
Stavrakaki 1999, Franceschina 2001). En sentido contrario se expresan aquellos autores
que consideran inadecuado definir los sistemas no nativos como idiosincrásicos o
incompletos y que mantienen que los hablantes de L2 tienen acceso tanto a las
categorías como a los rasgos y valores de la lengua que aprenden tras haber previamente
adquirido su L1 (White 2003, Bruhn de Garavito y White 2002; Epstein, Flynn y
Martohardjono 1996; White 1996; Schwartz y Sprouse 1994, 1996). Para los defensores
de esta hipótesis, la gramática que subyace a los sistemas no nativos no se diferencia de
la que subyace a los nativos y las carencias que se observan en la producción de estos
hablantes son debidos a problemas de representación que no son, en el fondo,
gramaticales.
También dentro de la HAT, que asume la presencia de las categorías funcionales en la
gramática inicial de hablantes nativos y no nativos, existen diferentes opiniones acerca
del modo en que los hablantes de una L2 acceden a la GU y fijan desde ahí los
parámetros de la LO en su proceso de adquisición. Se trata en esencia de decidir si el
acceso al sistema gramatical de la L2 se realiza a partir de la gramática adquirida
previamente o mediante el acceso directo a la dotación universal con independencia de
la experiencia anterior que supone la gramática de la L1. Para algunos, el hablante de
La adquisición del SD en español L2 y LE: teoría y metodología
131
L2 supone, en principio, que el valor que ha asignado a un determinado parámetro en su
L1 es también válido para la lengua objeto y, de acuerdo con esto, cuando el sistema
gramatical de la L1 se enfrenta a input de la L2 que no puede manejar (esto es, cuando
el valor asignado a un parámetro difiere de una lengua a otra) dicho hablante asume que
la opción de su L1 es válida también en este contexto. Esta postura en su versión más
radical se conoce como de ‘Transferencia total/Acceso total’ y es defendida, entre otros
autores por Schwartz y Sprouse (1996) o White (1996 a y b)).
Por el contrario, otros autores, tal es el caso de Epstein, Flynn y Martohardjono (1996),
niegan que el estado final de la L1 constituya el estado inicial desde el que la L2 parte
para la elaboración de su gramática; para ellos se trata más bien de un acceso directo al
sistema de la GU, sin intermediarios, similar al que realizan los niños que aprenden su
lengua materna. Todo lo que estaba disponible para el hablante de L1 cuando aprendió
su lengua nativa (las categorías funcionales y/o las opciones paramétricas que nunca
utilizó o los rasgos cuyo valor no fue especificado) continúa siendo accesible para el
hablante no nativo, niño o adulto y ello implicaría, en otras palabras, que la adquisición
de la L1 y de la L2 constituyen dos procesos paralelos. Desde esta perspectiva los
errores que a menudo se observan cuando se investiga la adquisición de categorías
funcionales no reflejarían un déficit en la interlengua del hablante no nativo, sino que
más bien podrían derivarse de un problema de producción que no depende de la
ausencia o presencia de una determinada categoría funcional en la gramática del
individuo. Las dificultades de producción podrían, desde este punto de vista,
obstaculizar en un contexto dado la expresión de una categoría concreta; este argumento
se concreta tanto en la llamada ‘Hipótesis del déficit morfológico’ (Haznedar y
Schwartz 1997, Lardiere 1998, 2000) como en la ‘Hipótesis de la ausencia de flexión’
de Prévost y White (2000).
Para algunos autores (v. Herschensohn 2000) las dos posturas son, en realidad,
demasiado radicales ya que, por un lado, la HAT reduce a cuestiones no lingüísticas, a
factores externos, sociales y/o de motivación, las desigualdades que se observan entre
los dos procesos y tiende a ignorar la inevitabilidad y totalidad del proceso de
adquisición de la L1 frente a las innegables carencias observadas en la L2, incluso en
Capítulo III
132
estadios muy avanzados, y a pesar de la existencia de notables excepciones.5 Por otra
parte, para esta autora la HDF va demasiado lejos al centrarse exclusivamente en la
estrategia empleada para adquirir la lengua y limitar el papel de la GU al espacio de
tiempo anterior al período crítico cuando, más que un mecanismo que queda atrofiado
después del uso, la GU ha de entenderse como una ‘matriz de posibilidades sintácticas’
(Lenneberg 1967), que guía el proceso de adquisición de la lengua materna y que
incluye tanto información de tipo exclusivamente funcional como de tipo referencial, o
sea, tanto categorías léxicas como categorías funcionales.
Liceras (2003a y b) examina ambas posturas a partir de la revisión de datos tanto de la
L1 como de la L2 con el propósito de señalar cómo se define exactamente esa supuesta
diferencia fundamental y tratar de alcanzar así una caracterización rigurosa del proceso
de adquisición del lenguaje no nativo. Su propuesta defiende que esta diferencia reside
en la habilidad que tienen los niños de activar los rasgos formales de una lengua dada a
partir del repertorio universal del que estamos provistos desde el nacimiento; los
adultos, en cambio, carecen de tal capacidad y han de proceder de forma(s)
alternativa(s).6 Desde esta perspectiva, la adquisición de una L2 implica por un lado un
estado inicial que corresponde a la GU ya madurada y, por otro, un mecanismo
específico de adquisición de lenguaje de nivel secundario, lo que la autora denomina un
‘procesador de lenguaje madurado’. Se apoya, así, una teoría de adquisición que, si bien
niega a la L2 la posibilidad de refijar parámetros y establecer una relación entre las
diversas propiedades que corresponden a un parámetro dado, es un proceso que se
realiza localmente (construcción por construcción): el acceso a unidades más complejas
(palabras o incluso sintagmas) permite esa reestructuración que deriva en la adquisición
de propiedades específicas de la lengua objeto.7
5 Es conocida en la bibliografía sobre adquisición de lenguas segundas la figura del ‘aprendiz excepcional’, nuestra traducción de lo que la bibliografía de L2 ha denominado talented learner y que podría definirse como aquel hablante que a pesar de haber comenzado su proceso de adquisición con posterioridad a lo que se considera el cierre del período crítico (v. Lenneberg 1967 o Johnson y Newport 1989) alcanza niveles de competencia nativos A pesar de que estos aprendices excepcionales representan un porcentaje muy bajo del total de hablantes de L2 (constituirían aquel porcentaje que Selinker llamaba el 5% patológico) para algunos autores la mera existencia de estos aprendices excepcionales podría considerarse evidencia en contra de la hipótesis del período crítico como base de todo estudio sobre adquisición no nativa (Ioup, Boustagui, El Tigi y Moselle 1994, Rosado 2000). 6 En los términos en los que se expresa la autora la carencia de esta capacidad se detecta por la ausencia de ‘rellenos’ monosilábicos del tipo discutido más adelante en la sección 3.3.1.1. 7 Esto estaría relacionado con el concepto de bricolaje que se ha definido anteriormente.
La adquisición del SD en español L2 y LE: teoría y metodología
133
En realidad, tal y como se recoge en Liceras (2003a) ambas posturas no se encuentran
tan alejadas: lo que predica la HAT es que las gramáticas no nativas están
indiscutiblemente constreñidas por la GU, y no que hablemos en ambos casos de dos
procesos idénticos o que la L1 no juegue un papel decisivo en la creación del sistema de
la L2. De hecho, la mayoría de los trabajos sobre datos de la L2 coinciden en afirmar
que la producción no nativa se ajusta, como se ha dicho, a los principios de la GU en
todas las etapas de su desarrollo. La misma autora afirma (2003 a y b) que en los
sistemas no nativos no hay (re)fijación de parámetros puesto que los adultos no acceden
al inventario (universal) de rasgos gramaticales de la misma forma en que lo hacen los
niños aunque, desde luego, y tal como mantiene la HAT, estas gramáticas no nativas
están constreñidas por la GU. No obstante, puede resultar muy complicado, si no
imposible, discernir si la presencia de una construcción o una estructura dada en la L2
ha de atribuirse a la influencia de la L1 o al acceso a la GU por parte del hablante
cuando, además, ni siquiera la presencia de dicha estructura tanto en la L1 como en la
L2 significa que ambas tengan, en realidad, la misma representación.8 También estas
observaciones apuntan, como vemos, a la necesidad cada vez más evidente de ser cautos
a la hora de analizar e interpretar los datos de producción de la L2, así como en la
posterior discusión de los resultados que arroje el análisis.
En las secciones que siguen presentamos los resultados de una serie de trabajos que se
han dedicado a analizar el comportamiento del SD en los procesos de adquisición de las
L1 y de las interlenguas.
3.2 La adquisición del Sintagma Determinante
Como se vio en los dos capítulos anteriores, los artículos determinados y los
pronombres átonos del español actual tienen en común una serie de características, en
principio, suficientes para abordar un análisis conjunto de ambos tipos de elementos. Si
bien en lo morfofonológico pueden considerarse elementos clíticos y en lo semántico
han de estar forzosamente relacionados con la expresión de la referencialidad –
intraoracional o discursiva– también en lo sintáctico, según determinados análisis, los
8 Tal y como indican Hale (1996) y Otero (1996) en su comentario a Epstein, Flynn y Martohardjono (1996).
Capítulo III
134
acusativos y los artículos son núcleo [D] de la misma categoría funcional SD. La
variación interlingüística localizada en el dominio funcional, se hace evidente en la
categoría funcional D(eterminante). Existen, como hemos visto, una serie de
características que los diferencian y que resultan fundamentales a la hora de abordar el
estudio de cómo tiene lugar la adquisición de los mismos. Sus condiciones de uso
vienen determinadas por factores de índole bien diferente, a saber, mientras que unos
pertenecen al dominio nominal y asignan una interpretación determinada (de
individualización) a su referente, los otros aparecen necesariamente en el dominio
verbal y, o bien reciben su interpretación en el contexto del discurso –caso de los
pronombres acusativos de objeto– o han de estar necesariamente ligados a un
antecedente que los gobierna sintácticamente en el dominio oracional, como es el caso
de los reflexivos y los verbos pronominales (de clítico inherente) (Jakubowicz et al.
1998, Liceras et al. 2002b).
La adquisición de la categoría [D] –así como también de las categorías funcionales que
operan en el dominio verbal, T(iempo) y ASP(ecto)– supone en español la adquisición
de la dimensión deíctica de la realidad por medio de la expresión del número, el género
y la persona y, por lo que respecta a los clíticos de objeto, también el caso. Por lo que se
refiere a la L1, estudiar cómo se adquiere la expresión de la referencia (entendida como
la relación que se establece entre la entidad referida y el contexto lingüístico en que
aparece) debe considerar cómo el niño accede a los determinantes, pronombres o
expresiones anafóricas que aparecen en los datos del input y ser, además, capaz de
describir cómo estos paradigmas morfológicos emergen en los datos de producción del
niño que adquiere su lengua materna.
A partir de aquí, pues, examinaremos la forma en que, según los estudios realizados a
partir de los datos de la L1 y de la L2, tiene lugar el proceso de adquisición de estos
elementos para determinar si puede considerarse que existe un patrón de
comportamiento similar en ambos casos o si, por el contrario, ha de hablarse de dos
procesos diferentes.
La adquisición del SD en español L2 y LE: teoría y metodología
135
3.3 La adquisición del artículo determinado
Emprendemos aquí la revisión de una serie de trabajos que han investigado la
forma en que se adquieren y se usan los artículos determinados del español con objeto
de recoger los resultados y conclusiones que de una u otra forma resulten relevantes
para nuestra propia investigación. Comenzamos, como ya se ha dicho, por los trabajos
que estudian la adquisición de la L1 en condiciones normales y especiales para pasar
después a los estudios similares realizados sobre datos de L2.
En el clásico trabajo de Karmiloff-Smith (1979) sobre la adquisición infantil de los
determinantes y la referencia se señala lo extraño que, a simple vista, podría resultar
plantearse una discusión sobre la adquisición del lenguaje y partir para ello de la
consideración de elementos como los artículos que, lejos de ser un universal lingüístico,
constituyen un fenómeno puramente superficial existente sólo en algunas lenguas. La
misma autora recoge las palabras de investigadores como Bellugi y Fischer (1972)
cuando afirman que, en el lenguaje de signos, éstas y otras categorías –la flexión, la
cópula, algunas preposiciones– son consideradas ‘non-essential elements [which] are
almost invariably eliminated’9 (1972:199). El sistema gramatical de numerosas lenguas
carece de artículos de forma que la expresión de la referencialidad en el dominio
nominal se realiza a través de medios, digamos, alternativos. Sin embargo, como
podemos suponer, y como también señala Karmiloff-Smith, lo interesante acerca de los
artículos reside precisamente en las funciones que desempeñan y, si bien es cierto que
estos elementos están ausentes del repertorio de numerosas lenguas, evidentemente no
se carece en ellas de los medios necesarios para marcar la referencialidad, la definitud,
la unicidad, si la información es o no conocida para el interlocutor, etcétera.10
9 Mantenemos la cursiva empleada por la propia autora. 10 Evidentemente, si se trata de una lengua que, como es el caso de la mayoría de lenguas del Asia oriental o eslavas, carece de un sistema equivalente a los artículos de las lenguas románicas o germánicas (por citar algunos ejemplos que nos son relativamente familiares), el estudio deberá considerar cómo, aun en ausencia de elementos concretos encargados de llevar a cabo tal función, tiene lugar la expresión de la referencia. Como se verá en el análisis de nuestros datos ésta es una de las razones por las que nuestro estudio decide incluir a hablantes no nativos de español con el chino como L1.
Capítulo III
136
3.3.1 La adquisición del artículo determinado en L1: la adquisición nativa
de los rasgos gramaticales
Al proponerse abordar el estudio de cómo los niños adquieren la morfología
asociada al dominio nominal y aplicarlo al contexto específico del estudio de las
lenguas románicas, numerosas investigaciones analizan conjuntamente la morfología
ligada, esto es, las marcas de género y de número que se manifiestan en todo el
sintagma, y los tradicionalmente llamados morfemas libres, los determinantes, que
normalmente preceden al sustantivo (Serra et al. 2000). Un objetivo primordial para los
estudios de adquisición del lenguaje es la determinación del momento en que aparece el
determinante, de la forma en que tiene lugar esa aparición, de qué tipo de errores (de
omisión y/o comisión) se observan durante el proceso y de cuál es el grado de
variabilidad observado durante el desarrollo del SD, entendida la variabilidad como el
grado de opcionalidad entre dos o más formas que coexisten durante un cierto período
de tiempo y se emplean en los mismos contextos (v. más adelante sección 3.3.2.3).
Con respecto a la adquisición de la morfología ligada (de número y especialmente de
género) en el dominio nominal, el trabajo sobre datos del francés de Karmiloff-Smith
(1979) que ya hemos citado más arriba es pionero en afirmar la primacía de los rasgos
gramaticales sobre los meramente semánticos a la hora de determinar la concordancia
de género. En la misma dirección se expresa Pérez Pereira (1991), cuyas conclusiones
apuntan a que la morfología de género es un mero marcaje formal que se ha de adquirir
con independencia del contenido semántico de los elementos que aparecen en el
sintagma en cuestión; es decir, con respecto a la información que encuentran en los
datos, los niños se dejan guiar más por la puramente morfológica que por distinciones
de tipo semántico como el género natural de sustantivos y adjetivos. Precisamente en
relación con el género gramatical y su realización en el dominio nominal, algunos
autores señalan la existencia de períodos durante los cuales una de las formas se
sobregeneraliza y es usada indistintamente en la mayoría de contextos (Pérez Pereira
1991). Como veremos más adelante, este fenómeno es también observado en la
adquisición no nativa de los artículos (Bruhn de Garavito y White 2002, Franceschina
2001).
La adquisición del SD en español L2 y LE: teoría y metodología
137
A pesar de que su adquisición se inicia más tarde en comparación con la de género, la
expresión del rasgo de número se domina con anterioridad a la morfología de género
(Serra et al. 2000). En términos generales, puede decirse que a los tres años el niño ya
comete pocos errores y produce artículos determinados aunque, eso sí, tal y como señala
Solé (1984), la oposición entre determinado e indeterminado es de adquisición un poco
más tardía. Aun conscientes de la simplificación que todo resumen conlleva, Serra et al.
(2000) proporcionan un cuadro que resume el curso que sigue la adquisición del SD en
español como L1 y que recogemos a continuación:
CUADRO IV. CURSO DE ADQUISICIÓN DEL SINTAGMA NOMINAL BÁSICO (D + N)*
18 meses 24 meses 30 meses 36 meses
Determinante (Protoartículos) Artículos det/indet otros determinantes
Omisiones Adquisición de la posición
Género Femenino/ Masculino
Errores de concordancia
Sobrerregularizaciones
Número Singular Plural
Errores de concordancia
*Este cuadro fue elaborado a partir de los datos de los estudios de Hernández-Pina (1984) y Mariscal (1997). Los paréntesis indican que no todos los niños muestran necesariamente ese comportamiento concreto y la barra que se han observado diferencias individuales. Las áreas sombreadas señalan que un fenómeno dado se observa a lo largo de varias etapas.
Tal y como puede observarse, existe un período que se prolonga hasta los dos años
durante el cual se producen omisiones del determinante y que coincide con la
producción de lo que los autores denominan protoartículos11 y con la presencia de
errores de concordancia de género, a partir de este momento, no obstante, cuando dejan
de producirse las protoformas (que acaban por especializarse y dar paso, en su lugar, a
verdaderos artículos) comienzan a aparecer diferentes determinantes empleados de
forma cada vez más productiva (Rosado 2000, Liceras et al. 2002a). Las
11 Algunos autores, tal es el caso de Bottari et al. (1993, 1994) o Liceras et al. (2002a), optan por referirse a estos elementos ‘rellenos monosilábicos’ –el término en inglés, monosyllabic placeholders, es aún más explícito– descartando etiquetas como protodeterminantes o protoformas dado que la primera posibilidad remite a la presencia innata de una estructura sintáctica que debe llenarse con formas procedentes de la lengua que se adquiere.
Capítulo III
138
sobrerregularizaciones, por el contrario, y a pesar de que también coinciden
temporalmente con los fenómenos citados, permanecen durante más tiempo en el
sistema de los niños.
El trabajo de Marinis (2003a) analiza la adquisición de SD en griego como L1 con un
triple propósito: tratar de describir el desarrollo del SD en griego, evaluar las
predicciones que para la adquisición se derivan de los análisis propuestos por la teoría
lingüística y proporcionar una representación del proceso general de adquisición del
lenguaje y las repercusiones de éste para la teoría lingüística. Sus resultados muestran
cómo los niños pasan por una fase inicial durante la cual sus nominales consisten en
sustantivos no precedidos por determinante como una suerte de etapa prefuncional en la
adquisición del SD, y apuntan en la misma dirección que datos de adquisición del SD en
inglés o alemán (como los de Radford 1990, Penner y Weissenborn 1996).12
Con respecto a la aparición de rasgos gramaticales y/o elementos léxicos relacionados
con las categorías funcionales, afirma el autor que sus datos parecen apoyar la
‘Hipótesis de la construcción de estructuras’ según la cual los elementos funcionales
que se generan en proyecciones inferiores aparecen antes evolutivamente hablando: los
artículos determinados comienzan a usarse de forma productiva al mismo tiempo que
las marcas de número y de caso, y lo mismo ocurre con los sustantivos escuetos
convenientemente legitimados. Por el contrario, como hemos visto, el artículo
indeterminado, que se sitúa en la estructura en una proyección funcional superior,
aparece más tarde. Van estos datos, por tanto, contra la postura maduracionista que
defienden los trabajos de Radford (1990), para el inglés, o Tsimpli (1996), también para
el griego L1, y que predicaría que todas las categorías funcionales aparecen
simultáneamente. Según Marinis, como vemos, algunas propiedades relativas al SD son
adquiridas más tarde que otras y esto se aplica paralelamente en lo morfológico, lo
sintáctico y lo semántico. Trataremos de comprobar si en la producción no nativa se
observa también un patrón, un desarrollo escalonado según el cual algunas propiedades
del SD son adquiridas antes que otras.
12 Con respecto al desarrollo del SD en inglés L2 observa Hawkins un patrón de comportamiento similar. La siguiente sección analiza este trabajo en detalle.
La adquisición del SD en español L2 y LE: teoría y metodología
139
En relación con la adquisición de las categorías funcionales realizadas como morfemas
libres o ligados, ya en estudios como el de Zobl y Liceras (1994) o Vainikka y Young-
Scholten (1996), se muestra cómo si bien los morfemas libres parecen jugar un papel
importante en la adquisición de la L2, la morfología ligada parece presentar menos
problemas en la adquisición de la L1. Los datos de Marinis parecen apuntar en esta
misma línea, aunque quizá podría alegarse que resulta más adecuado proponerlo sólo
para algunas realizaciones de un morfema dado, debido a lo tardío de la aparición de
formas determinadas.
3.3.1.1 Los ‘protodeterminantes’ o ‘rellenos monosilábicos’
Al describir el modo en que tiene lugar el proceso de adquisición de los
artículos, es obligatorio hacer referencia a la presencia de determinadas formas
vocálicas átonas (/a/, /e/, /ə/ y a veces /o/) que en el lenguaje infantil preceden a
nombres de ambos géneros y que, con el tiempo, dejarán paso a la forma genuina del
artículo (v. Bartra 1997, Veneziano y Sinclair 2001). Existe una amplia bibliografía que
se hace eco de la existencia de estos elementos vocálicos, y estudios diferentes asignan
denominaciones también diferentes a los mismos: amalgamas o formas fonoprosódicas
(López Ornat 1997, Mariscal 1997, Lleó y Demuth 1999, Lleó 2003),
protodeterminantes en el caso de que aparezcan precediendo a un sustantivo (Liceras et
al. 1999, Rosado 2000) o rellenos monosilábicos en general (Bottari, Cipriani y Chilosi
1993, Liceras et al. 2002a, Liceras 2002).13, 14
Lejos de poder usarse libremente, su uso está constreñido por los rasgos que expresan y
determinado por las categorías funcionales de la gramática. Para Bartra (1997), por
ejemplo, estos elementos codifican el rasgo [+ referencial] que caracteriza a las
categorías [Comp] y [D] y por ello no sólo aparecen precediendo a sustantivos sino
13 Algunos trabajos, como por ejemplo el de Mariscal (1997), sostienen que no todos los niños presentan una fase de producción de protodeterminantes. Dicha observación es, por otra parte, recogida también por Serra et al. (2000) quienes por ese motivo deciden, en el resumen que reproducimos en el Cuadro IV, incluir la producción de estos elementos entre unos paréntesis que indican que se trata de una fase opcional, ausente en el desarrollo de algunos niños. 14 Se han propuesto, no obstante, otro tipo de explicaciones a la hora de dar cuenta de la presencia de estos rellenos monosilábicos en la adquisición nativa de las lenguas románicas. Por poner un ejemplo, el trabajo de Sinclair y Veneziano (2001) defiende que estos elementos son empleados por los niños con objeto de completar/ cumplir con los patrones fonoprosódicos (estructura yámbica del tipo V’CV(C)) característicos de la lengua que aprenden.
Capítulo III
140
también ocupando el lugar de otros elementos funcionales como, por ejemplo, los
complementantes.
Los trabajos de Liceras et al. (1999), Rosado (2000) y Liceras, Díaz y Rosado (2002a)
examinan los datos infantiles del español nativo y no nativo15 y encuentran un patrón
más o menos fijo: como decimos, /a/ y /e/ parecen constituir las primeras instancias de
determinantes y aparecen en alternancia con artículos verdaderos, véanse los ejemplos
de (1) a (3):
(1) e pie [María, 1;07]
(2) a pato [María, 1;09]
(3) a niña [María 1;09]
Para Liceras et al. (2002a) estamos ante rasgos de categorías subespecificadas cuyo
desarrollo –incluyendo el paso previo que supone la especialización por género /a/ para
los sustantivos femeninos y /e/ para los masculinos–, junto a la constatación de su
incompatibilidad con la producción de sustantivos nulos del tipo descrito en el Capítulo
I (sección 1.2.2), permite afirmar que estos rellenos son la muestra de cómo los niños
que aprenden español L1 activan el rasgo no interpretable ‘marcador de palabra’
presente en los sustantivos, adjetivos (Harris 1991b) y también en los determinantes de
las lenguas románicas (Bernstein 1993), es decir, son en última instancia el
desencadenante a partir del cual los niños activan uno de los rasgos disponibles en su
dotación genética que, como señalan las autoras, aparece ligado al género gramatical y
que tendrá, además, importante repercusiones sintácticas. Las autoras, que recogen en
este sentido los resultados de otros trabajos, señalan como la presencia del rasgo [±
marcador de palabra] en una lengua dada determina el comportamiento de fenómenos
sintácticos concretos como la (poca) productividad en las lenguas románicas del
parámetro de los compuestos (Snyder 1995) o las posibilidades de incorporación en las
formas verbales en determinadas lenguas (Piera 1995).
15 Tanto los trabajos de Mariscal (1997) como los de Rosado (2000) y Liceras et al. (2002a) analizan los datos del español L1 del corpus de López Ornat et al. (1994); asimismo en estos trabajos de Rosado y Liceras et al. también se examina los datos pertenecientes al corpus de Aguirre (1995).
La adquisición del SD en español L2 y LE: teoría y metodología
141
Sin embargo, en la adquisición de la L2 no se ha observado un fenómeno similar, ni por
parte de adultos ni en los datos de la adquisición infantil. A partir de los datos infantiles
de la adquisición natural e institucional del SD, Liceras et al. (2002a) afirman que los
hablantes de español como L2, en contraste con lo que ocurre en L1, no son sensibles al
tipo de información que es necesaria para proyectar rasgos abstractos ya que la suya no
es una estrategia ‘de abajo arriba’ (bottom-up strategy) comparable a la que se adopta en
L1 y la existencia de estos rellenos monosilábicos en los datos de la L1 pero no en los
de la L2 bien puede tomarse como prueba de lo anterior. Para las autoras de este trabajo
parece claro que la sofisticación que muestra ya el sistema fonológico de los niños que
aprenden español como L2 les impide abordar los datos del input de la misma forma en
que lo hacen los niños nativos. La suya, y obviamente esto también se aplica a la
adquisición adulta de la L2, constituye una estrategia ‘de arriba abajo’ (top-down
strategy) que adopta en primera instancia estructuras mayores (sintagmas o incluso
cláusulas) para sólo después ajustar localmente las marcas morfológicas y/o el orden de
palabras, y en este caso concreto, sin implementar el rasgo [+ marcador de palabra]
especificado en el SD del español. Por lo que a nuestro trabajo respecta, una presencia
de protodeterminantes en los datos de la muestra más allá de lo meramente anecdótico
constituiría evidencia a favor de la existencia de procesos paralelos en la adquisición de
la L1 y la L2.
3.3.2 La adquisición no nativa de los rasgos gramaticales en el SD
Recogemos a continuación las propuestas de una serie de estudios realizados a
partir de datos de la adquisición del artículo en L2. Como ya se ha dicho en la sección
anterior, dado que la expresión de la univocidad que en español (así como en el resto de
las lenguas indoeuropeas) se expresa por medio del artículo se realiza en otras lenguas
por medios alternativos que no incluyen necesariamente la existencia de un elemento
léxico o una marca morfológica explícita, resultará sin duda interesante plantearse cómo
hablantes tanto de aquellas lenguas que poseen elementos equivalentes a los artículos
del español como de aquellas que emplean medios alternativos en la expresión de las
relaciones semánticas que éste expresa incorporan los artículos a su sistema gramatical
no nativo y los emplean de forma efectiva.
Capítulo III
142
3.3.2.1 Referencialidad especificidad y/o univocidad en el SD
El manual de Hawkins (2000) sobre la adquisición de la sintaxis de las L2
dedica un capítulo a la adquisición de las propiedades de los nominales en inglés L2. En
él se presta especial atención a las categorías funcionales presentes en el SD, a saber,
[Num] y [D] y se parte de la clasificación de los artículos (the, a y el artículo cero (∅))
basada en dos rasgos semánticos: [± referente específico] y [± conocimiento por parte
del oyente]. Esta distinción, establecida por Bickerton (1981), ha sido empleada en
numerosos estudios sobre adquisición. Por ejemplo, el autor recoge los resultados de los
estudios de Huebner (1985) y Parrish (1987) a partir de datos de inglés L2
pertenecientes a hablantes de lenguas orientales y observa cómo dichos resultados son
comparables a los del estudio de Andersen (1978) para el inglés L2 de hablantes de
español L1. Todos los estudios muestran que los hablantes no nativos presentan un
patrón similar, con independencia de cuál sea su L1. Datos como éstos, en los que se
observa un orden común en la adquisición de una LO en datos procedentes de hablantes
de experiencias lingüísticas diversas, son ya tradicionales en el campo de la adquisición
de L2 (Dulay y Burt 1974, Krashen 1977, Krashen, Long y Scarcella 1982); en este
caso en particular, muestran un patrón de comportamiento que sugiere que las
propiedades que se asignan al SD en inglés no nativo evolucionan según el siguiente
esquema:
CUADRO V. EVOLUCIÓN DEL SD EN INGLÉS NO NATIVO (HAWKINS 2000)
(SN escueto) ↓
Especificidad en el SN (por medio de la aparición de the/da16) ↓
Conocimiento por parte del oyente (por medio de la aparición de a/ ∅) ↓
Posesión (por medio de ‘s)17
16 Da es una forma idiosincrásica que aparece en lugar de the. Aunque en principio consideramos esta posibilidad, no nos parece acertado, sin embargo, colocarlo a la altura de los rellenos monosilábicos que, para las lenguas románicas, aparecen en la adquisición nativa de elementos funcionales (v. sección anterior). En nuestra opinión ha de interpretarse únicamente como una realización particular del artículo determinado no nativa en lo fonológico; consideraciones similares se hacen en Liceras (2003) con respecto a la producción de pseudoformas en lugar de la forma is del inglés no nativo en los datos de Fleta (1999) o Lázaro (2000). 17 Señala Hawkins cómo este esquema presenta una gran similitud con el esquema de desarrollo que él mismo propone para el dominio verbal por cuanto los aprendices empiezan proyectando un V escueto y su proyección SV; más tarde la aparición de la cópula be les permite contar con una flexión mínimamente especificada que sólo más tarde se especificará para Aspecto y, finalmente, para Tiempo y Concordancia.
La adquisición del SD en español L2 y LE: teoría y metodología
143
La cuestión que surge a continuación es si tal orden de desarrollo se debe a que es ésta
la forma en que sistemáticamente se construye el SD o puede, en cambio, atribuirse a la
influencia de la L1. Para responder a tal cuestión Hawkins examina el paralelismo
existente entre el desarrollo del sintagma verbal y del SD. Lo más relevante para
nosotros es la observación del hecho de que, de la misma manera en que [T(iempo)] está
ligado por medio de la referencia a un operador de tiempo que encabeza la oración y la
dota de una referencia temporal adecuada en el contexto de discurso, el núcleo [D] del
SD debe estar ligado en el discurso (v. Hoekstra y Hyams 1995, Hyams 1996). Así, un
sustantivo que haya aparecido antes en el discurso y sea conocido para el oyente,
aparece con un artículo diferente (en este caso, the) que en el caso contrario (en inglés a
o ∅ serían las opciones). Si un SN tiene un referente que es conocido para el oyente, se
debe probablemente a que está ligado en su referencia a alguna entidad que ya ha sido
mencionada, que está presente en el momento en que tiene lugar la interacción o que es
parte del conocimiento compartido por hablante y oyente.
Si se observara una fase inicial de SN escueto equivalente a una fase inicial de SV, la
aparición de the marcaría la proyección de la categoría [D] y el hecho de que aparezca
antes que el indeterminado a quizá implicaría que el primero requiere un menor grado
de especificación. El artículo del inglés impone restricciones al tipo de SN que
selecciona (contable o incontable, singular o plural y no un nombre propio). Para
Hawkins el uso que hacen los hablantes de inglés L2 del determinado marca la
especificidad del SN al que precede, puesto que ésta es una modificación local del
significado de dicho SN, mientras que la definitud es un fenómeno de mayor alcance ya
que se extiende en el discurso más allá del sintagma. La emergencia del indeterminado a
en la gramática del inglés establece la distinción entre lo que constituye conocimiento
compartido por hablante y oyente y lo que no, y además requiere un mayor grado de
especificación en el SD puesto que, por un lado, es más selectivo con respecto al SN al
que precede (que ha de ser singular y contable) y, por otro, implica aprender la
diferencia entre a y ∅ así como la forma en que se distribuyen.
Para terminar esta sección, revisamos el trabajo de Robertson (2000) que analiza la
adquisición del artículo inglés por parte de hablantes cuya L1 es el chino. Para
Robertson parece claro que las interlenguas de estos hablantes tienen artículos
determinados e indeterminados aunque muestran un alto índice de variabilidad tanto en
Capítulo III
144
la posibilidad de usarlo u omitirlo como en los contextos en los que los emplean: no hay
consistencia en su uso con SSNN, ni tampoco se observa un patrón coherente cuando se
examinan las propiedades semánticas de estos sustantivos. El uso del artículo por parte
de estos hablantes es poco menos que impredecible. Sin embargo, si tal y como señala
el autor, la opcionalidad es una posibilidad que, por poco económica, se rechaza en las
últimas propuestas realizadas desde la GGT, cabe preguntarse cómo podemos justificar
esta tendencia que típicamente se observa en el desarrollo de las L2. El caso del uso de
los artículos por parte de hablantes de lenguas que carecen de estos elementos es
también un ejemplo clásico de esta opcionalidad que Robertson califica de aparente y
que se manifiesta incluso en hablantes de niveles muy avanzados.18
En una tarea de comunicación referencial que proporciona contextos para el uso de
artículos determinados e indeterminados, el análisis de los resultados permite a
Robertson establecer un patrón en la conducta de sus sujetos con respecto al uso del
artículo en inglés. Según este patrón, el determinado the muestra un mayor porcentaje
de usos correctos que el indeterminado a (79,7 frente a 72.1%) y el artículo cero Ø
regidos por tres principios fundamentales:
1. Un principio sintáctico que permite la ‘elisión del determinante’ (fenómeno que se
describe como análogo al de los sujetos nulos, el determiner drop), según el cual un
SN no ha de estar explícitamente marcado para el rasgo [+/- determinado] si está
incluido en el alcance del determinante que precede a un SN anterior. La condición
‘del alcance extendido del determinante’ se satisface si el/los siguiente(s) SSNN son
correferentes con el primer SN en la cadena. Los datos del estudio muestran que tal
condición se aplica dentro del turno de un mismo hablante y se extiende también a
turnos de hablantes alternos.
2. Un principio de recuperabilidad (contextos de elisión del determinante legitimado
pragmáticamente equivalentes pragmáticos del determiner drop) por el cual un SN
no ha de marcarse para el rasgo [+/- determinado] si esa información puede
18 Su estudio parte de la taxonomía formulada originalmente por Bickerton (1981) sobre la expresión de la referencia en el dominio nominal empleada en numerosos estudios (v. Huebner 1983, Parrish 1987 o Hawkins 2000). Ésta se estructura alrededor de la distinción ya mencionada que establece la presencia o ausencia de un referente específico y el hecho de que la entidad referida constituya o no un área de conocimiento compartido con el oyente.
La adquisición del SD en español L2 y LE: teoría y metodología
145
recuperarse del contexto de discurso (y esto incluye el discurso del interlocutor en
un contexto de interacción). Según lo que establece este principio, el uso de un
artículo determinado para referir a una entidad única o que ya ha sido presentada en
el discurso es un uso, pues, redundante que el hablante no nativo rechaza.
3. Un principio de transferencia léxica que les hace emplear demostrativos
(concretamente this, equivalente al chino zhèi) y numerales (one=nèi) como
marcadores explícitos de definitud e indefinitud respectivamente.
El hecho de que el chino se considere una lengua ‘orientada al discurso’ (Li y
Thompson 1981), que además permite la elisión de sujeto y objeto si éstos resultan
redundantes desde un punto de vista pragmático,19 permite a Robertson hacer extensiva
esta posibilidad a contextos en los que se omite el artículo si la información que éste
expresa puede recuperarse del contexto. Hay, no obstante, una importante diferencia
entre ambos tipos de omisión, ya que, si bien la omisión del tópico en chino L1 es
obligatoria, la del artículo en la IL de estos hablantes es opcional. Los principios 1 y 2
podrían definirse como ‘dinámicos’ desde el momento en que un mismo individuo
puede alternar en su aplicación si su sistema gramatical se ve influido por la exposición
a los datos lingüísticos y pragmáticos del contexto y a la propia evolución de su IL.
Sin embargo, y a pesar de la argumentación posterior, Robertson afirma que estos tres
principios no pueden dar cuenta de todos los usos no nativos puesto que aparece un alto
porcentaje de omisiones ilícitas incluso asumiendo la validez de estos supuestos; y se
trata, además, de contextos en los que los mismos hablantes sí usan artículos
determinados e indeterminados. Para el autor esta variabilidad sistemática observada en
el uso y la omisión del artículo puede interpretarse como evidencia de la existencia de
un artículo ZERO (Ø) empleado por defecto en la gramática de estos hablantes ante la
dificultad que supone asignar la representación explícita adecuada (the, a o Ø) a los
rasgos abstractos que operan en el SD. Trataremos de comprobar si en los datos de los
que disponemos es posible atestiguar la validez de los principios que Robertson propone
19 Para ser más exactos, diremos que la posibilidad de omitir el sujeto o el objeto en lenguas como el chino depende de si éstos son correferenciales o no con el tópico, sea éste explícito o nulo (v. Li y Thompson 1981).
Capítulo III
146
para explicar la distribución de las formas de artículo en este tipo de datos de
interlengua.
3.3.2.2 El número, el género gramatical y el rasgo ‘Marcador de palabra’ en
el SD no nativo
Parodi, Schwartz y Clahsen (1997) examinan la adquisición del SD alemán a
partir de los datos espontáneos de adultos nativos de coreano, turco y varias lenguas
románicas con objeto de considerar la producción y/o la omisión de determinantes, así
como el orden de palabras (nombre, adjetivo) y la expresión del plural en el SD. Parten
de la hipótesis de que los hablantes nativos de lenguas románicas asumen que el orden
que es válido en su L1 [Nombre, Adjetivo] provocado por el rasgo fuerte que posee
[Num], lo es también en la L2 y transfieren, por tanto, el rasgo [NUM] especificado
como fuerte en el SD típico de su L1, cuando en realidad el alemán presenta el orden
inverso. Según esto, se predice que, puesto que el rasgo [NUM] está especificado como
débil en su L1, los SSDD producidos en la IL de hablantes nativos de turco y coreano,
presentarán el orden [Adjetivo, Nombre].
Los resultados muestran cómo, efectivamente, mientras los hablantes de lenguas
románicas presentan un orden [N, Adj] en un porcentaje que llega al 37,5% en algunos
casos, no se observa un fenómeno similar en la producción de los nativos de turco y
coreano. A partir de ahí se asume –en contra de la ‘Hipótesis de los rasgos
inasequibles’, defendida entre otros por Eubank et al. (1997)– que sí se asigna un valor
a los rasgos de las L2 ya que, de no ser así, con respecto a la posición del adjetivo y el
sustantivo en el SD, podría esperarse un comportamiento variable en todos los hablantes
de L2 independientemente de cuál sea su L1. Estos resultados son, pues, consistentes
con la hipótesis que asigna un papel importante a la L1 con respecto a la emergencia de
[D] en la gramática del hablante no nativo incompatible, no obstante, con hipótesis
como la de ‘los árboles mínimos’ (Vainikka y Young-Scholten 1996) para la que las
categorías funcionales de la L2 no están determinadas por aquellas que están presentes
en la L1, sino que se desarrollan sólo a partir de la evidencia de la L2. Los resultados
también apoyan las propuestas que defienden que las gramáticas no nativas constan, en
las primeras etapas, de categorías léxicas para sólo después permitir la aparición de
La adquisición del SD en español L2 y LE: teoría y metodología
147
categorías funcionales si se encuentra la evidencia necesaria para ello, véase la
‘Hipótesis de construcción modulada de estructuras’ (Modulated structure building
hypothesis) de Hawkins (2000). Según esto, si las propiedades que se transfieren de la
L1 sensibilizan a los hablantes con respecto a la existencia de categorías funcionales en
la L2, es plausible pensar que el hecho de que [D] sea obligatoria en español sea la
razón de que esta categoría aparezca en la gramática de los hispanófonos que aprenden
alemán e, igualmente, de que la aparición tardía de esta categoría esté relacionada con
una gramática construida solamente a partir del input de la L2.20 De hecho, las
gramáticas de los hablantes del estudio poseen básicamente categorías léxicas a pesar
incluso de que los elementos funcionales omitidos estén también presentes en su L1. En
este sentido, se observa una elevada proporción de omisiones de dicha marca localizada
en la categoría funcional [NUM] cuya correcta especificación parece representar un
problema para los no nativos incluso si tal especificación es similar a la de la L1 de los
sujetos. Parodi, Schwartz y Clahsen (1997) señalan cómo durante las primeras etapas la
pluralidad se marca por medios alternativos, principalmente léxicos: los cuantificadores
y los numerales aparecen en una proporción muy alta en comparación con otros
determinantes.
A partir de estos resultados de Parodi et al. que indican que, efectivamente, existe una
influencia de la L1 en el desarrollo de las categorías [D] y [Num] y que la adquisición
no nativa del género gramatical por parte de hablantes cuya L1 carece de dicho rasgo es
deficitaria en este dominio, Hawkins (2000) afirma que no es posible que los aprendices
de una L2 adquieran los rasgos formales de una categoría funcional dada si éstos no han
sido activados con anterioridad al cierre del conocido período crítico en su L1, aunque
sí es posible reasignar el valor que corresponde a dicha categoría en la LO en el caso de
que no coincida con el que posee en la L1 del hablante.
En el contexto del dominio nominal, tal afirmación implica que un hablante anglófono
que adquiere francés como L2 podrá adquirir el rasgo que posibilita la subida del
sustantivo hasta [Num] por encima del adjetivo y que es responsable del orden de
palabras que se observa en el SD del francés (nombre, adjetivo) frente al orden inverso
del inglés. Eso sí, esta adquisición puede efectivamente darse gracias a que la categoría
20 Para una propuesta similar véanse también Montrul (2000) o White (2003).
Capítulo III
148
funcional [Num] está activada tanto en francés como en inglés. Hawkins y Chan (1997)
comprueban estas hipótesis a partir de los datos espontáneos de 30 aprendices
avanzados de francés con el inglés como L1 y encuentran que en la gran mayoría de los
casos éstos producen un orden de palabras casi perfecto [N, Adj] en el SD. Si bien el
autor también señala que la adquisición del orden de palabras de una lengua dada resulta
siempre menos problemática que la de la morfología.
Con respecto a los rasgos relacionados con la expresión del género gramatical la
situación observada es, en cambio, bien diferente ya que los mismos 30 sujetos
anglófonos presentaron bastantes problemas con respecto a la concordancia de género
entre sustantivos y artículos. Se predica la existencia de una opción de género por
defecto que a veces es el femenino y en otros el masculino dependiendo del sujeto en
cuestión.21 Veremos hasta qué punto puede predicarse la existencia de un fenómeno
similar en nuestros datos.
Contra las hipótesis que predicen para la adquisición del SD diferencias basadas en la
L1, el trabajo de White (2007), analiza los juicios de gramaticalidad y los datos de
producción de los hablantes de inglés L2 de su estudio, nativos de chino mandarín (n=
23) y francés (n= 19) respectivamente de niveles entre intermedio y avanzado. La
elección de éstos y no otros participantes se explica en los mismos términos que en el
caso de nuestro trabajo. Puesto que se trata de analizar cómo tiene lugar la adquisición
de los rasgos no interpretables que operan en el SD, se seleccionan hablantes de lenguas
que comparten rasgos con la LO así como de otras que no los comparten. Las tareas
estaban diseñadas para recoger datos respectivos a la morfología flexiva expresada tanto
en el dominio verbal como en el nominal; concretamente, en este último caso, se
examina la expresión de la definitud y del número gramatical.
White baraja tres hipótesis sobre cómo tiene lugar la adquisición de los rasgos
gramaticales de las L2 en los sistemas no nativos y a la ausencia de marcas
morfológicas en contextos obligatorios, incluso a pesar de la presencia de éstas (y los
rasgos que contienen) en el input al que están expuestos los hablantes. La primera de
ellas, la ‘Hipótesis de los rasgos inasequibles’, ya ha sido presentada y en ausencia de
21 Recordemos que un fenómeno similar tiene lugar en la adquisición de la L1 (v. sección anterior, Karmiloff-Smith 1979, Pérez Pereira 1991).
La adquisición del SD en español L2 y LE: teoría y metodología
149
marcas de morfología explícita, predice la imposibilidad de implementar una categoría
(o un rasgo, o el valor concreto asignado a dicho rasgo) en L2 si está ausente del
repertorio de la L1 del hablante. En el caso del estudio de White este planteamiento
predeciría que los hablantes de chino L1 serían incapaces de dominar como nativos
tanto la morfología de número como la expresión de la definitud en inglés L2 dada la
ausencia en el dominio nominal de su L1 tanto de artículos como de flexión de número.
Tal predicción, no obstante, no elimina la posibilidad de que en las L2 se produzcan
estructuras equivalentes a las nativas; sin embargo, para el hablante nativo tanto la
representación mental subyacente como los mecanismos de producción (automáticos
por definición) empleados siempre serían distintos.22
La segunda de las hipótesis recogidas, la ‘Hipótesis de la ausencia superficial de
flexión’ (Missing Surface Inflection Hypothesis) niega la existencia de un auténtico
problema de representación a la hora de explicar la no producción de morfología flexiva
por parte del no nativo. Los rasgos morfosintácticos pueden efectivamente estar
representados en el sistema de un hablante que, sin embargo, no los realiza
explícitamente; así, la omisión de flexión verbal o nominal es un mero problema
superficial, de desajuste entre el léxico y la sintaxis (Lardiere 2000) o de acceso léxico
(Prévost y White 2000).
Partiendo de la consideración simultánea de estas tres hipótesis, se intenta decidir cuál
de ellas puede dar cuenta más de una forma más precisa del modo en que se produce el
proceso de adquisición, y se hace teniendo en cuenta que si bien se predicen procesos de
transferencia en el caso de la primera y la tercera hipótesis, la segunda de ellas (MIH) es
neutra con respecto al papel que juega la L1 en la configuración de la morfología de las
interlenguas.
Una predicción basada en la no implementación en la L2 de los rasgos no presentes en
la L1 pronosticaría que los nativos de chino presentaran unos resultados muy alejados
de los usos nativos, sin embargo, los resultados muestran pocas diferencias reales entre
los dos grupos experimentales; de hecho, la producción de determinantes es muy
22 El problema aquí reside en cómo demostrar que puede hablarse de diferentes tipos y/o niveles de competencia a partir de datos de producción similares. En realidad, esto no es un imposible pues se trata, al fin y al cabo, de la diferencia que subyace a la dicotomía competencia/ actuación.
Capítulo III
150
elevada, y correcta en la mayoría de los casos. Concretamente, con respecto a los
artículos determinados se observa un comportamiento casi nativo (95% de usos
correctos) y las diferencias se localizan más bien en los indeterminados; en el caso de la
morfología nominal, es el único aspecto en que el comportamiento de estos sujetos
muestra que existe un efecto de la L1 por lo que a la adquisición de estos rasgos
respecta.23 A pesar de que la segunda de las hipótesis contempladas parece verse más
apoyada por estos resultados, tampoco puede dar cuenta íntegramente del
comportamiento que muestran estos sujetos, especialmente porque cuando aparecen
marcas morfológicas en la flexión éstas son las correctas y se emplean en los contextos
adecuados lo que sugiere, de hecho, que estos rasgos morfosintácticos están
convenientemente representados.
Por último , se contempla la posibilidad, digamos, mixta, de que la influencia de la L1
sea compatible con las predicciones de esta última hipótesis (siguiendo a White 2003 o
Montrul 2000) desde el momento en que la existencia de morfología flexiva en la L1
sensibiliza con respecto a su presencia explícita también en la L2, de forma que la
proyección de estas categorías, así como su realización morfológica explícita, resultaría
menos costosa para hablantes cuya L1 también presenta un comportamiento similar. El
hecho de que los resultados de los francófonos sean mejores que los de los hablantes de
chino puede constituir una prueba a favor de tal posibilidad. Para ilustrarlo recoge
White la sugerencia de Lardiere (2005) acerca del problema de representación que
afecta a casos en los que determinados rasgos o grupos de rasgos se organizan de un
modo diverso en la L1 y la L2, de tal forma que los hablantes de L2 deben ‘reajustarlos’
a nuevas disposiciones/ realizaciones. En el caso de las lenguas del estudio de White el
francés presenta, claramente, un comportamiento mucho más cercano al del inglés que
el mandarín. Para la autora, que sigue en ello a Lardiere (2005), los problemas que
presentan los hablantes de mandarín pueden estar relacionados con su dificultad para
‘separar’, para distinguir formalmente la expresión de la definitud, el género y el
número.
23 De hecho, y contra lo que predice la Hipótesis de los rasgos inasequibles, los hablantes de L1 francés tienen más problemas que los chinos en la producción de morfología verbal (en concreto en la implementación de la –s de tercera persona del singular en el presente).
La adquisición del SD en español L2 y LE: teoría y metodología
151
Según White, independientemente de la evidencia a favor de cada una de estas
hipótesis, un aspecto surge del análisis de los datos que resulta problemático para todas
ellas: no todos los rasgos presentan el mismo grado de dificultad y en esto coinciden las
dos teorías que parecen verse abaladas por los datos del estudio. Parece necesario
plantearse cómo dar cuenta de este hecho desde posturas que en el caso de, por ejemplo,
la hipótesis de la ausencia de flexión predeciría que la marca de número y los artículos
del inglés presentarían la misma dificultad para estos hablantes cuando ello en realidad
no es así, y otro tanto puede afirmarse de la hipótesis de la transferencia prosódica.
Ambas hipótesis son, sin embargo, dignas de tenerse en cuenta a la hora de emprender
el análisis de los datos y la discusión de los resultados que éstos arrojen, y esto cuenta
también para la primera de las hipótesis de partida, la de los rasgos inasequibles, a pesar
de que acabe siendo descartada en este estudio. Según lo que consta en la bibliografía
revisada, podemos decir que en el dominio nominal, la marca de género gramatical
como expresión del rasgo no interpretable [Gen] presenta más problemas que el
número, incluso en estadios de interlengua muy avanzados.
En el estudio de Hawkins (2000) se revisan los resultados del conocido estudio de caso
de Andersen (1984) sobre la adquisición del español en un contexto natural por parte de
un adolescente hablante nativo de inglés residente en Puerto Rico. Con respecto al
artículo determinado, el hablante único de Andersen parece comportarse guiado por su
L1 al asumir una única forma, el femenino la, que podría ser interpretada como el
equivalente al inglés the pues se generaliza en todos los contextos.
Hawkins (1998) observa un fenómeno paralelo a partir de datos del francés L2 que
muestra cómo tanto en los determinados como en los indeterminados se generaliza una
de las dos marcas de género como opción por defecto que el hablante no nativo emplea
cuando no está seguro acerca de qué forma ha de escoger. Dicha forma, y este dato nos
parece de especial importancia, no es la misma para todos los individuos: para algunos
informantes la forma que se sobregeneraliza es le mientras que para otros, en cambio, es
el femenino la. Ni siquiera se observa sistematicidad en el sobreúso de un género u otro
en la producción de un mismo hablante que emplea indiscriminadamente le
(determinado, masculino) y une (indeterminado, femenino) como opciones por defecto.
Para Hawkins tanto la variabilidad individual como la ausencia de concordancia entre
las dos formas generalizadas para uno y otro artículo en un mismo individuo parecen
Capítulo III
152
sugerir que el rasgo de género de la IL de estos hablantes no les obliga a establecer
concordancia de género entre sustantivo y determinante y no está, por tanto,
especificado como en la lengua objeto. Igualmente, el hecho de que finalmente consigan
mostrar un comportamiento nativo se explica a partir de una prolongada exposición a
los datos del input que les permite aprender cuáles son las excepciones en el uso de esas
formas por defecto.
¿Será relevante para nosotros plantearnos si efectivamente existe una opción de género
que los hablantes emplean por defecto semejante a la que también encuentra el estudio
de Bruhn de Garavito y White (2002) que presentamos a continuación? En los datos
experimentales de que disponen estas autoras, pertenecientes a 42 sujetos con el francés
como L1 –30 de nivel inicial y 12 de nivel intermedio– que aprenden español en un
contexto institucional en Montreal (Canadá), se observa un patrón diverso al que
acabamos de describir. Las autoras señalan cómo sus resultados son descriptivamente
comparables con los de los estudios de Hawkins (1998, 2000) previamente
mencionados pues también se observa el uso de una forma por defecto. Sin embargo, es
el masculino la forma que se sobregeneraliza y que se emplea en contextos de femenino
aunque, tal y como señalaban Hawkins y Chan (1997), la conducta de los sujetos de
cada grupo es en este sentido variable.
Con respecto a la correcta asignación del género gramatical, las autoras recogen la
afirmación, digamos, general, de que es éste un rasgo que en la L1 presenta pocos
problemas que a los dos años puede ya darse por adquirido (Serra et al. 2000).
Igualmente se señala como el fenómeno de la sobregeneralización de una forma
determinada (masculino o femenino) en todos los contextos también aparece en L1. Si
bien parece que es el masculino la forma que se generaliza, se observa variabilidad en
este sentido (v. también Fernández García 1999). Lo que quizá resulte más importante
para nosotros es que los aprendices de L1, en la adquisición del género gramatical,
prefieren los rasgos formales por encima de pistas relacionadas con clases o categorías
naturales es decir, no encuentran el género natural (o biológico) de más fácil adquisición
que el gramatical (Karmiloff-Smith 1979, Pérez Pereira 1991). Enfrentados a un sistema
de concordancia que puede resultar ‘antiintuitivo’, debido a que ocasionalmente se
entrecruza con una realidad de la naturaleza, resulta conveniente señalar cómo, a pesar
La adquisición del SD en español L2 y LE: teoría y metodología
153
de las diferencias, los procesos de adquisición del género en la L1 y la L2 presentan
algunos puntos en común:
- el hablante de L2 ha de aprender que la lengua a la que está expuesto posee el
rasgo inherente de género; aunque
- el género de cada nombre ha de aprenderse de forma individual para cada
sustantivo.24
De acuerdo con lo observado por Bruhn de Garavito y White podría pensarse que los
hablantes de L2 cuya L1 tiene género gramatical se percatan más fácilmente de que hay
género en la L2; eso sí, decidir qué género hay que asignar a cada nombre ya es un
problema más complejo. Además, existe el problema añadido de decidir si los errores
que presente la producción del hablante no nativo se han de atribuir a problemas que
surgen a la hora de asignar el género apropiado al sustantivo o de establecer la
concordancia en el SD, o las dos cosas. En sus datos, se observa cómo, en la mayoría de
los casos, cuando aparece un adjetivo o artículo en femenino, el nombre seleccionado es
también femenino. Por otro lado, la forma que parece generalizarse en sus datos es el
masculino ya que se encuentran artículos y adjetivos masculinos con sustantivos
femeninos: esto les lleva a afirmar que la forma empleada ‘por defecto’ en la L2 es el
masculino. Frente a lo que se observa con los sustantivos, cuyo género ya está
especificado en el léxico, el género de los artículos (y de los adjetivos) se filtra desde el
nombre a todas las categorías en el SD. Si el sustantivo es masculino todo el SD
mostrará género masculino; si en cambio el sustantivo es femenino, los determinantes y
los artículos pueden estar (correctamente) flexionados en femenino o (incorrectamente)
subespecificados para género y presentar, así, la opción por defecto: el masculino. De
esta forma los nombres femeninos pueden aparecer con determinantes femeninos o
masculinos, siendo esta última la opción que se sobregeneraliza.
La preponderancia del masculino en los adjetivos se justifica aludiendo al uso de un
marcador de palabra masculino –o empleado también como forma por defecto puesto
24 Corbett (1991) afirma que la concordancia de género sirve de base para la determinación del género de sustantivos específicos; incluso señala cómo, en concreto, el artículo determinado ayuda a asignar género gramatical a sustantivos (Carroll 1989).
Capítulo III
154
que los adjetivos no están inherentemente especificados para género (v. Harris 1991a o
Bernstein 1993, 2001) (v. Capítulo II), mientras que la aparición de sustantivos
masculinos modificados por adjetivos femeninos es prácticamente anecdótica, casi
como si los aprendices no se dieran cuenta de que los adjetivos en español tienen
flexión de género. Sin embargo, Bruhn de Garavito y White documentan en sus datos
un importante grado de variabilidad ya que existen notables diferencias individuales y,
en ocasiones, la forma sobregeneralizada es el femenino.
Por lo que a la adquisición (o refijación) de rasgos respecta, no parece que pueda
hablarse de rasgos inertes puesto que, en la mayoría de los casos, se observa en los
datos un orden de palabras nativo que demuestra como el valor asignado al rasgo
[NUM] es el correcto en la L2. De hecho, frente al considerable esfuerzo que supone la
adquisición del género gramatical y el conocimiento morfológico asociado que implica,
la refinación del valor [+/- fuerte] al rasgo [NUM] resulta un proceso menos complejo,
tal y como también afirman Gess y Herschensohn (2001) o los trabajos de Bruhn de
Garavito (2002) y White, Valenzuela, Kozlowska-Macgregor y Ingrid Leung (2004) que
revisamos más adelante.
El trabajo de Gess y Herschensohn (2001) examina cómo tiene lugar la adquisición del
SD en francés por parte de hablantes anglófonos y, a partir del análisis de datos
transversales, encuentra evidencia a favor de una teoría que asume que los hablantes de
L2 tienen acceso a las categorías funcionales de la L2 ya desde las primeras etapas de
adquisición puesto que no dependen directamente del dominio de la morfología flexiva
a ellas asociada. Sus sujetos demuestran un dominio tanto de los rasgos asociados a la
categoría funcional [D] como del movimiento dentro del SD: ni siquiera el grupo de
principiantes presenta una etapa en la que se proyecten sólo sustantivos escuetos,
tampoco en contextos en los que el inglés los permite o los exige. Asimismo, ninguno
de los sujetos del estudio muestra un patrón consistente que consista exclusivamente en
la omisión de determinantes en contextos que son posibles en inglés. ¿Podría predecirse
una conducta similar en los bilingües de nuestra muestra que se enfrentan a una lengua
que presenta un uso de sustantivos escuetos muy restringido? Igualmente, cabe
preguntarse si nuestros informantes sinófonos presentarán una conducta variable con
respecto a la producción de artículos determinados o si, por el contrario, y debido a que
carecen del elemento equivalente en su L1, los omitirán consistentemente. De no ser así,
La adquisición del SD en español L2 y LE: teoría y metodología
155
habrá que cuestionarse si existe un patrón general o individual según el cual los omiten
en contextos concretos (v. Robertson (2000)).
También con relación a la expresión del género y el número en el dominio nominal, la
distinción entre rasgos parametrizados y rasgos universales es la base del planteamiento
de Franceschina (2003) que se interesa por la forma en que tiene lugar en español la
adquisición de los rasgos no interpretables parametrizados en el dominio nominal, a
saber: el género y el número gramatical. Para ello se examina, a partir de pruebas
diversas, la forma en que acceden a estos rasgos hablantes casi nativos de ELE cuyas L1
difieren en la posibilidad y el modo de activarlos. El rasgo no interpretable [Gen] es un
rasgo parametrizado presente sólo en algunas lenguas, tal es el caso del español y las
lenguas románicas. A partir de esta consideración se forman dos grupos de sujetos en el
estudio dependiendo de si tal rasgo está o no activo en cada una de las L1 de los
hablantes: el grupo [- gen] está compuesto por hablantes de inglés L1 mientras que el
grupo [+ gen] lo integran hablantes de francés, alemán, griego, italiano y portugués. Por
lo que respecta al número gramatical, es éste un rasgo parametrizado presente en todas
las lenguas del estudio. Por último, el rasgo no interpretable de caso estructural, en
cambio, es un rasgo universal, presente en todas las lenguas naturales.
Los resultados para el género presentan un patrón diferente al del caso e incluso al del
número y sugieren que la presencia o ausencia de un rasgo determinado en la L1
determina en gran parte la forma en que dicho rasgo se adquiere en la L2. Ni los rasgos
universales ni los rasgos parametrizados especificados en las L1 de los hablantes
representan un problema para estos no nativos. Para la autora resulta difícil imaginar
qué otro factor, que no sea la especificación en la propia L1, puede dar cuenta del
comportamiento de sus sujetos, casi nativo en la expresión del caso y del número, no así
en la adquisición del género que se muestra más problemática. Las explicaciones
basadas en la transferencia morfofonólogica de la L1, que podrían aducirse para
justificar el comportamiento de los anglófonos, quedan descartadas a partir de estudios
anteriores en los que hablantes de L2 demuestran un comportamiento nativo en la
adquisición de morfología de caso. Señala Franceschina cómo, de ser así, podría
esperarse que los hablantes de italiano L1, tuvieran problemas a la hora de asignar la
marca de plural apropiada y no es esto lo que sucede, y otro tanto puede decirse de la
marca de género en italiano y en el resto de lenguas que sí presentan género gramatical.
Capítulo III
156
Igualmente, dar cuenta de estos datos en términos de representación y/o dificultades de
acceso léxico resulta un tanto problemático ya que, de ser ésta la causa de los problemas
observados, los datos de producción y los de interpretación deberían arrojar resultados
diferentes y no es así.
Para Franceschina, pues, la ‘Hipótesis de los rasgos inasequibles’ (como versión de la
HDF) resulta la única explicación plausible a la hora de dar cuenta de los datos de su
estudio e incluso de los de otros trabajos como el de Lardiere (1998). Según la
propuesta de Franceschina, los tres tipos de información (semántica, formal y
fonológica) están representadas en el léxico de manera conjunta, en contra de lo
defendido en trabajos como los de Lardiere (1998) o Prévost y White (2000). De este
modo, según la autora, no puede hablarse de subespecificación para cada una de las
piezas léxicas independientes sino que, más bien, habría que considerar que la
producción de un determinante no nativo ha de atribuirse a la existencia de un problema
de representación en los rasgos formales del SD.
En el estudio de White, Valenzuela, Kozlowska-MacGregor y Leung (2004) se examina
la expresión no nativa de la concordancia de género y número en el SD a partir de datos
del español de hablantes de inglés y francés como L1. Se compara la adquisición del
número, como rasgo presente en las tres lenguas implicadas, con la del género que sólo
está especificado en las lenguas románicas del estudio y no en inglés. La comparación
se lleva a cabo a partir del análisis de los datos experimentales (dos pruebas de
comprensión de una serie de oraciones que hay que interpretar a partir de dibujos)
pertenecientes a 48 hablantes adultos nativos de francés y 68 nativos de inglés que
fueron colocados en tres niveles de competencia (inicial, intermedio y avanzado). Dado
que sus datos fueron recogidos en Montreal (Canadá) donde gran parte de la población
es bilingüe de inglés y francés, las autoras tomaron la precaución de excluir a los
bilingües del estudio. Inevitablemente, eso sí, hablantes de uno y otro grupo tienen
conocimiento gramatical de la lengua de la que no son nativos. Significativamente, su
experimento empleaba también ejemplos de sustantivos nulos pues estas estructuras
resultan, como también proponemos desde este trabajo, un campo idóneo a la hora de
testar hipótesis acerca de la accesibilidad a rasgos no interpretables pues, en ausencia de
sustantivos que porten rasgos interpretables, su producción y/o su comprensión sólo
implicará el dominio de género y número.
La adquisición del SD en español L2 y LE: teoría y metodología
157
Los resultados de este estudio apuntaron en una dirección conocida: el número es
comparativamente más fácil de adquirir que el género. En las dos pruebas los
estudiantes con un nivel de competencia bajo tuvieron muchos menos problemas con el
número que con el género gramatical. Además, y en esto, como podemos recordar,
coinciden los resultados con los de otros estudios que se ha revisado aquí (Bruhn de
Garavito y White 2002, Franceschina 2003), se observa cómo los sustantivos femeninos
presentan más dificultades en la asignación de género. El masculino se perfila, una vez
más, como una suerte de forma por defecto de tal modo que resulta más fácil encontrar
determinantes masculinos con sustantivos femeninos que el ejemplo del caso contrario.
Por otro lado, no se observaron diferencias significativas entre los aprendices de nivel
intermedio y avanzado y los integrantes del grupo control. Estos datos irían, pues, en
contra de la hipótesis de los rasgos inasequibles por cuanto los avanzados e incluso los
intermedios son capaces de incorporar un rasgo no interpretable que no está en sus L1.
También en este caso, no sólo en los datos de producción sino también en la prueba de
identificación de imágenes, hay una sobregeneralización del masculino y aparecen
artículos y adjetivos con marca de género masculino acompañando a sustantivos
femeninos. Según la interpretación que las autoras hacen de estos datos, incluso los
aprendices principiantes tienen representados los rasgos de género si bien,
ocasionalmente, encuentran problemas a la hora de establecer la concordancia de modo
que se observa un desajuste entre estas propiedades y la forma en que se manifiestan
explícitamente, quizá debido a la presiones impuestas por el contexto de comunicación
que impiden en ese momento acceder al elemento adecuado del léxico (con Lardiere
2000 o Prévost y White 2000).
3.3.2.3 La variabilidad
A medida que hemos ido presentando esta serie de trabajos que tratan de
explicar la naturaleza de los artículos del español L2 y LE, nos hemos referido en
diversas ocasiones a la variabilidad. Este concepto, que se define básicamente como el
uso opcional de dos o más formas en un momento determinado del proceso de la
adquisición del lenguaje, ha formado tradicionalmente parte de la descripción de los
sistemas de IL, así como de las gramáticas infantiles tempranas, como aspecto que
típicamente los caracteriza y los distingue frente a la estabilidad de los sistemas nativos
Capítulo III
158
adultos (Sharwood-Smith 1994, Liceras 1994, 1996, Robertson y Sorace 1999, Pérez-
Leroux y Liceras 2002).25
Pero, ¿qué se entiende exactamente por variabilidad?, ¿qué es lo que queremos decir al
afirmar que los sistemas de interlengua son, por definición, variables o, para el caso, que
las gramáticas infantiles presentan formas opcionales? Con respecto a las diferencias
que sistemáticamente se observan en la producción de los no nativos, es importante
advertir cómo éstas se manifiestan en diversos niveles: a) en el logro final que alcanzan
los hablantes no nativos frente a los nativos, b) en el grado de competencia que
presentan los hablantes no nativos que proceden de L1 diferentes o c) incluso dentro de
un mismo grupo de hablantes con experiencias lingüísticas y/o niveles de competencia
similares.
Siguiendo la definición de Serra et al. (2000), entendemos la variabilidad, tanto en L2
como en las primeras etapas de la adquisición de la L1 o en el lenguaje de sujetos con
TEL, como la producción de diversas variantes formales de una forma concreta en un
momento dado del proceso de adquisición, entendiendo que entre las variantes
recogidas puede hallarse la forma correcta, esto es, la forma nativa adulta. Igualmente,
nos parece que el grado de variabilidad observado en la producción de un hablante
concreto ha de ser, sin duda, un criterio fundamental a tener en cuenta a la hora de
valorar en qué momento exacto de su proceso de adquisición se encuentra dicho
individuo.
El concepto de variabilidad ha aparecido en la investigación sobre L2 casi desde el
mismo nacimiento de la disciplina. Ya Adjémian (1976) alude a esta misma variabilidad
refiriéndose a ella como ‘permeabilidad’ y definiéndola como la inconsistencia interna
que, frente a la estabilidad que típicamente presentan los sistemas nativos, rige y
caracteriza los sistemas de interlengua. Al preguntarse cómo ha de definirse
exactamente esta permeabilidad, Liceras (1996) se plantea, por un lado, si es patrimonio
exclusivo de los sistemas lingüísticos no nativos y, por otro, si puede defenderse la idea
de que está de alguna manera implicada en los procesos de cambio lingüístico. Expresa
25 La diferencia entre uno y otro término radica a veces en el modo en que se emplean los dos términos: si bien variabilidad suele referirse a problemas de actuación, opcionalidad remite a un problema de competencia (Bel 1998). En principio, en este trabajo no hacemos uso de esta distinción.
La adquisición del SD en español L2 y LE: teoría y metodología
159
la autora la necesidad de distinguir entre la abstracción que supone hablar de la
gramática no nativa y los datos concretos de producción de la interlengua recogiendo la
distinción entre lengua y gramática establecida por Chomsky (1981); de esta manera las
estrategias de aprendizaje, los factores sociales y/o los mecanismos de producción de
que se sirven los hablantes de una L2 estarían relacionados con las interlenguas y no
con el sistema gramatical que a ellas subyace determinado como una parte (más) de la
interlengua, concretamente, la que supone el conocimiento ‘real’ que el hablante posee
de la gramática de la L2. Inferir cuál es el grado de conocimiento real de que dispone el
hablante no nativo deviene, ahora más que nunca, una tarea de suma importancia y, eso
sí, doblemente compleja por cuanto implica emprender una labor de abstracción a partir
de los datos reales de producción y esto es, en última instancia, el cometido del lingüista
que se ocupa de describir los sistemas de L2.
Desde Liceras (1986, 1996) se propone que, si asumimos que la permeabilidad
caracteriza a todos los sistemas lingüísticos y no sólo a los no nativos, una producción
lingüística que presenta formas en conflicto sería ni más ni menos el reflejo de una
competencia que puede verse afectada por variables relacionadas con el estilo, el
registro o la situación comunicativa. Sin embargo, no parece plausible que la
permeabilidad pueda considerarse factor responsable de la variabilidad en la actuación
del hablante. En el caso de la L2, habría de considerarla, más bien, como el reflejo de
una indecisión paramétrica que es diferente, eso sí, a la que se observa en las gramáticas
infantiles cuyas opciones no coincidentes con las de los sistemas nativos adultos están
‘simplemente’ aún por resolver; en el caso de las gramáticas no nativas es preciso
hablar, en cambio, de parámetros no fijados de forma unívoca que originan una
variabilidad de intuiciones que pasan a formar parte de la competencia gramatical del
hablante de L2. Así pues, aunque pueda afirmarse que tanto los nativos como los no
nativos son sistemas permeables, sólo en el caso de estos últimos parece lícito hablar de
que ello da como resultado distintos grados de variabilidad. En palabras de la autora:
‘lo que la determina [la variabilidad] es la existencia de unos parámetros que no se han fijado de forma unívoca o que no se fijan en absoluto. La variabilidad, tanto de la IL como de los sistemas nativos, puede ser un reflejo indirecto de la permeabilidad, pero no un reflejo directo. […] Podemos encontrarnos con parámetros que no se han fijado de forma unívoca y, por lo tanto, originan una variabilidad de intuiciones que forman parte de la competencia gramatical’. (1996:52)
Capítulo III
160
En su introducción al volumen editado bajo el título de The acquisition of Spanish
morphosyntax que pone en relación estudios sobre L1 y sobre L2, Pérez-Leroux y
Liceras (2002) se preguntan qué significa exactamente que un aspecto determinado de la
gramática nativa presente una conducta opcional en los sistemas de IL desde un modelo
de aprendizaje de la lengua que descarta las explicaciones de tipo probabilístico, para
afirmar que, desde luego, tales efectos son de una gran importancia para los estudios de
adquisición, tanto en lo teórico como en lo práctico, en la medida en que para el
programa minimista se elimina la posibilidad de contar con procesos y/o estructuras
opcionales que resultan poco económicos para el sistema computacional (Hyams 2001).
Para Pérez-Leroux y Liceras el debate acerca de la interpretación que se asigna a la
variabilidad en la adquisición del lenguaje se estructura principalmente en torno a tres
posturas: la relacionada con fallos de actuación (Adjémian 1976, Epstein et al. 1996,
Prévost y White 2000), la que defiende la existencia de reglas opcionales (Wexler 1994)
y las que hablan de un ‘bilingüismo oculto’ (Liceras 1986, Roeper 1999, Zobl y Liceras
2005) o de un fenómeno de diglosia equivalente al que se constata en los procesos de
cambio lingüístico diacrónico.26
Ciertamente, esperamos encontrar en nuestros datos diversidad de formas en
competición, en los contextos de expresión de la referencialidad o unicidad que
investigamos. Si los resultados corroboran la existencia de distintas formas que alternan
en un mismo contexto quedará pendiente determinar cuál es la interpretación que habrá
de darse a un fenómeno de estas características.
3.4 La adquisición de los pronombres átonos
El proceso que supone la adquisición nativa de los clíticos y que ahora nos
ocupa presenta, como es de esperar, características diversas que varían dependiendo de
la lengua de que se trate. Si bien en lenguas como el inglés los pronombres de sujeto se
adquieren característicamente muy pronto, con anterioridad incluso a la marca de la
referencia por medio del artículo ante los sustantivos (Bloom 1970, Brown 1973,
Radford 1990), los estudios realizados sobre datos del español u otras lenguas
románicas describen su adquisición como un fenómeno relativamente tardío y escaso –
26 Véase Fontana (1993) o Lightfoot (1999).
La adquisición del SD en español L2 y LE: teoría y metodología
161
prácticamente inexistente en el caso de los plurales–que se sitúa entre los 2,2 y los 2,5
años (Hernández Pina 1984, Ezeizebarrena 1996, Bel 1998). El motivo que justifica los
diferentes ritmos de adquisición en uno y otro caso es que, en realidad, estamos
considerando elementos esencialmente diferentes: los pronombres fuertes en español se
emplean con una función enfática, contrastiva (tú y no yo, ella y no él) que no
corresponde a la que se aplica a sus supuestos equivalentes del inglés; alternativamente
éstos deben, más bien, considerarse correspondientes a las marcas de flexión que porta
el verbo de las lenguas románicas ya que, al fin y al cabo, desempeñan la misma función
de identificación del referente y proporcionan el mismo tipo de información.
En nuestro estudio consideramos la adquisición de clíticos de objeto directo e indirecto
de tercera persona (lo, la, los, las, le, les) relacionados históricamente, como sabemos,
con los artículos determinados (v. Capítulos I y II) y el pronombre se como alomorfo de
le en secuencias de amalgama de clíticos (v. Capítulo I) y como forma de tercera
persona –de singular y de plural– del paradigma de los verbos reflexivos y
pronominales.
Uno de nuestros objetivos es intentar alcanzar un criterio fiable que nos permita llegar a
una propuesta de clasificación para el grupo al que nos referimos en general como
clíticos a la luz de lo que sobre estos elementos nos hayan dicho la teoría lingüística y
los datos de la adquisición no nativa. Nos hemos hecho y nos haremos eco de las
propuestas de algunos autores que, descontentos con la falta de precisión que implica
asumir como equivalentes a todos los miembros de un conjunto tan amplio dan sus
propias clasificaciones alternativas y/o apuntan a criterios que pueden resultar válidos y
útiles a la hora de encarar la tarea de reclasificar los integrantes del amplio y complejo
paradigma de los pronombres átonos del castellano. Creemos que los datos de la
adquisición del lenguaje en general, y de la adquisición del lenguaje no nativo en
particular, tienen mucho que aportar en este sentido.
3.4.1 La adquisición de los pronombres átonos en la L1
A continuación examinamos la forma en que tiene lugar la adquisición nativa
de los clíticos pronominales a partir de trabajos realizados tanto sobre datos del español
Capítulo III
162
como de otras lenguas. En la primera sección presentamos los resultados de una serie de
trabajos que analizan cómo tiene lugar el desarrollo de la expresión de la referencia y la
adquisición de los principios de ligamiento; en la sección siguiente se presenta cómo se
ha analizado la omisión de los clíticos de objeto por parte de niños que adquieren su L1.
3.4.1.1 La adquisición de la referencia: los principios de ligamiento
Las propiedades de la serie de elementos que se incluyen bajo la etiqueta
global de ‘pronombres átonos’ se han tratado, como ya hemos dicho, en muy variados y
numerosos estudios tanto de corte teórico como basados en el análisis empírico de los
datos. Desde el marco de la GGT, éstos se han organizado a partir de una categorización
tripartita de los elementos referenciales (Haegeman 1994, Padilla 1990, Serra et al.
2000):
a. anáforas (reflexivos y recíprocos)
b. pronominales
c. variables (expresiones referenciales)
Lo que ha de aprender el niño que adquiere su L127 es que el contenido referencial de
estos elementos está determinado por un antecedente que aparece, en el contexto
oracional o en el contexto de discurso. Esta condición se conoce como ‘Principio de
correferencia’ y establece que los clíticos de nuestro estudio, reflexivos y pronominales,
sólo podrán interpretarse con relación a un antecedente, normalmente, previo. Incluimos
a continuación los ‘Principios de ligamiento’ que regulan el comportamiento sintáctico
de estos elementos así como de las expresiones referenciales (Chomsky 1985):
27 Como puede imaginarse, el hablante adulto que aprende una L2 ya tiene conocimiento de cómo funcionan y qué implican los principios de ligamiento en su L1; en su caso, la tarea consistirá en decubrir/ deducir cómo se aplica tal conocimiento en la L2 con la que tiene contacto.
La adquisición del SD en español L2 y LE: teoría y metodología
163
Principio A: Las anáforas tienen el antecedente dentro de su misma oración, deben
estar regidas localmente, en su categoría rectora.
Principio B: Los pronominales tienen su antecedente fuera de la oración de la que
forman parte. Deben ser libres en su categoría rectora, o sea, estar
regidos por un referente externo.
Principio C Las expresiones referenciales son libres, esto es, no tienen antecedente.
Consideremos los siguientes ejemplos:
(5a) Carmela se peina con dos coletas
(5b) Carmela la peina con dos coletas
(5c) Carmela peina a su tía con dos coletas
En (5a) el se reflexivo se entiende en relación con Carmela, elemento que aparece en la
misma oración: son correferentes; la en (5b), sin embargo, sólo puede entenderse si no
asumimos que refieren a una misma entidad, efectivamente tiene un antecedente ya
conocido para hablante y oyente, pero su antecedente ha de buscarse en el contexto de
discurso y no en la misma oración. Por último, el sintagma su tía en (5c) no necesita de
un referente anterior para ser interpretado y es, por tanto, libre.
Los primeros estudios sobre la adquisición de estos elementos referenciales se
realizaron, como ha sido habitual durante años, sobre datos del inglés y, en general,
coincidían en afirmar que, a pesar de encontrarse en distribución complementaria, los
pronombres reflexivos y los pronominales presentan un comportamiento diferente.
Diversos estudios experimentales (Jakubowicz 1984, Wexler y Chien 1985 entre otros)
muestran cómo los niños suelen tener más problemas con la interpretación de oraciones
que incluyen pronominales que con secuencias con reflexivos –un 50% de
interpretaciones correctas en el caso de los pronominales frente a un 90% para los
reflexivos. Según Serra et al. (2000) esto podría interpretarse como evidencia de que los
niños establecen una jerarquía entre los principios universales A y B antes referidos: ya
que cuando ambos pueden aplicarse sólo respetan los de ligamiento. Algunos autores
defienden la universalidad de estos principios y asumen o bien que los problemas que
caracterizan la adquisición de los elementos referenciales están relacionados con el
Capítulo III
164
aprendizaje de las propiedades morfosintácticas de unos elementos frente a otros
(Jakubowicz 1994), o que el proceso de adquisición de los mismos pasa por la
clasificación de piezas léxicas concretas como parte de una u otra categoría (Lust,
Mazuka, Martohardjono y Yoon 1989).
En primer lugar, y una vez asumida la universalidad de los principios A y B que rigen el
ligamiento de las formas pronominales, partimos del problema observado en los datos
del inglés con respecto al mantenimiento del principio B, en la medida en que los niños
anglófonos aceptan que el pronombre libre sea correferente con el sujeto, es decir,
muestran tener dificultades con pronombres fuertes regidos por un SD determinado en
ejemplos como el de (6):
(6) Danieli sees himi
*Danieli ve loi
[Daniel lo(=Daniel) ve, Daniel se ve a sí mismo]
Los niños ingleses, como decimos, muestran tener problemas con la correferencia
intraoracional ya que los pronombres fuertes deben ser interpretados en el contexto del
discurso. Este fenómeno, que se ha denominado Efecto de dilación del principio B, no
se observa, sin embargo, en los datos de niños que aprenden una lengua románica.
Según el trabajo de McKee (1992), los niños italianos presentan un comportamiento
diferente al que acabamos de describir, más cercano al adulto, ya desde estadios muy
tempranos pues, mientras en inglés se encuentra, en el caso de los reflexivos, un
porcentaje de usos correctos del 91% frente al 61% de los pronominales, en italiano los
porcentajes son del 95% y el 90% respectivamente. Tal diferencia parece sugerir que el
estatuto sintáctico de los clíticos, que les hace aparecer obligatoriamente unidos al
verbo, convierte el proceso de adquisición de los pronombres románicos en un proceso
menos costoso que el que presentan los pronombres fuertes. De acuerdo con lo anterior,
las propiedades sintácticas (y fonológicas) de estos elementos clíticos románicos
provocarían que los niños asignaran el antecedente de forma adecuada tanto en el caso
de los reflexivos como en el de los pronombres átonos.
La adquisición del SD en español L2 y LE: teoría y metodología
165
El trabajo de Baauw, Escobar y Philip (1997) examina datos de comprensión de 37
niños castellanohablantes con una media de edad de cinco años y afirman que el efecto
que se describe para los niños ingleses no aparece en sus datos. Eso sí, el
comportamiento de los sujetos varía ante estructuras diferentes, a saber, sí se observan
problemas con las construcciones de marca excepcional de caso del tipo ilustrado en
(7a):
(7a) La niñai laj ve bailar
En ejemplos como éste, un 36% de los niños establecía una referencia entre la y la niña
tratando el clítico como si de un reflexivo se tratara, es decir, como si se enfrentaran a
un ejemplo como el de (7b) que, en cambio, interpretan correctamente:
(7b) La niñai sei ve bailar
En Escobar y Gavarró (2000) se realiza una réplica al estudio anterior y se discuten los
datos de niños similares a los del experimento anterior que tienen el catalán como L1, y
planteando la siguiente pregunta ¿tienen los niños preferencia por una anáfora de
discurso o por un pronombre fuerte en contextos de correferencia en el discurso? Se
parte del supuesto de que, si bien los principios de ligamiento son innatos, nociones
pragmáticas como ‘el contexto o punto de vista discursivo’ resultan más problemáticas
para el niño y se insiste en el contraste entre las anáforas (de adquisición temprana) y
los pronombres (libres) (de adquisición más tardía). Los resultados demuestran que,
para los reflexivos, los niños producen un 100% de estructuras correctas, mientras que
los clíticos de acusativo presentan un comportamiento variable, a saber, el doblado de
clíticos no parece suponer un problema (la mama l’eixuga a ella), aunque sí las
estructuras de marca excepcional de caso (v. la nenai laj veu saltar a la corda) frente a
las que los niños reaccionan de forma diversa. En la expresión de la correferencia los
niños mayores, no tienen problemas con los clíticos en oraciones simples o de doblado
de clíticos; ello indicaría que conocen los principios del ligamiento desde muy pronto.
Capítulo III
166
Los resultados de estos dos trabajos apoyan una teoría de adquisición basada en la
existencia de dos módulos independientes (uno sintáctico y uno de discurso). En virtud
de esta teoría los niños que adquieren una lengua románica siempre presentarán
dificultades con las construcciones que implican la selección de un antecedente y/o
fenómenos de interpretación próxima en los que el ligamiento no juegue un papel
importante y, en cambio, sea relevante la comparación de varias interpretaciones
posibles. Entre las posibles explicaciones que pueden justificar este fenómeno las
autoras se inclinan por la existencia de un retraso en la adquisición de un principio
pragmático que opera en el nivel de discurso (Chien y Wexler 1990) descartando la
explicación basada en problemas de procesamiento (Grodzinsky y Reinhardt 1993).
El examen de los datos de producción espontánea suele arrojar, como ya hemos dicho
antes, resultados diferentes a los datos experimentales, y ya se ha dicho que incluso los
mismos datos pueden arrojar resultados diferentes. Por ejemplo, y centrándose en el
fenómeno del doblado de clíticos, el trabajo de Torrens y Wexler (1996) examina los
datos espontáneos de María, recogidos por López Ornat, Férnandez, Gallo y Mariscal
(1994) del español L1 para afirmar que la niña no sólo domina la distinción entre
clíticos y otros pronombres, sino que los produce en el lugar adecuado dentro de la
estructura de frase y es capaz de doblarlos en los contextos oportunos y no en contextos
ilícitos; tan sólo se recoge un ejemplo en que no se duplica el clítico en un contexto
obligatorio:
(8) *Voy a peinar a ti [María: 2,5]
Además, la interpretación otorgada a los clíticos es correcta en todos los casos ya que se
establece correferencia entre el elemento doblado y su antecedente. Los resultados de
este trabajo pueden, así, interpretarse como evidencia de la disponibilidad de estos
elementos ya desde las primeras etapas de la adquisición infantil.28
28 La ‘Hipótesis de continuidad fuerte’ (Strong Continuity Hypothesis) sostiene que las categorías funcionales están presentes en las gramáticas infantiles desde las primeras etapas de la adquisición. Así, el niño que aprende su L1 está equipado con las categorías funcionales desde el principio y su representación gramatical es en todo momento equivalente a la del adulto. El sistema computacional de un hablante, pues, cuenta desde su nacimiento con todo tipo de categorías y, a partir de los datos del input, sólo tiene que actualizarlas. Defensores de esta teoría son entre otros autores como Hyams (1986, 1992), Pinker (1984) Poeppel y Wexler (1993) o Bel (1998).
La adquisición del SD en español L2 y LE: teoría y metodología
167
3.4.1.2 Producción y omisión de clíticos de objeto (I)
El trabajo de Domínguez (2003) analiza la forma en que se interpreta la
referencia en las primeras etapas del español infantil a partir de los datos de López
Ornat y propone una hipótesis que establece divisiones dentro del amplio grupo de
elementos que constituyen los clíticos para el estudio de la adquisición del español.
A partir de la complejidad gramatical que presentan los elementos englobados bajo la
etiqueta general de clíticos, Domínguez plantea la posibilidad de distinguir diversos
grupos entre los pronombres de 3ª persona atendiendo a dos criterios que los distinguen:
1. Si están orientados al sujeto o al objeto: los clíticos orientados al sujeto no
presentan marca de género y, en algunas de sus formas, tampoco de número y
están además coindizados con el sujeto, en contraste con lo que ocurre con los
orientados al objeto. Adicionalmente, estos clíticos aparecen en algunos
contextos en los que no pueden ser eliminados y/o sustituidos por un SN.
2. Si son o no reflexivos; esta distinción derivará además en diferencias en el
número de rasgos que expresan: los reflexivos pueden expresar sólo un rasgo
(persona) mientras que los no reflexivos pueden llegar a expresar incluso
cuatro (género, número, caso y persona).
Todo lo anterior le permite establecer cuatro subgrupos diferentes que se distinguen
según los rasgos para los que están especificados y su capacidad de identificar
categorías vacías, los reflexivos, por ejemplo, sólo pueden referirse a los interlocutores
participantes en la situación comunicativa. Incluimos a continuación el cuadro resumen
que proporciona la autora:
CUADRO VI. LOS CLÍTICOS DEL ESPAÑOL ESTÁNDAR
Orientados al objeto
Orientados al sujeto
1ª y 2ª persona
3ª persona Objeto directo Obj. indirecto
Sin género Masculino Femenino Neutro Sin género Singular me, te lo la lo Le me, te, se Plural nos, os los las Les nos, os, se
Capítulo III
168
Esta propuesta de clasificación está relacionada con la queja que expresa la autora
acerca de la tendencia generalizada que se observa en estudios previos sobre la
adquisición de clíticos a considerarlos como una única categoría homogénea (cf.
también Jakubowicz et al. 1998) y a las predicciones que surgirían naturalmente de tal
postura:
a) todos los clíticos aparecerán en las gramáticas infantiles al mismo tiempo y
b) no se observarán diferencias en el momento de aparición de los clíticos
dependiendo de las características morfológicas de cada caso.
En contra de las predicciones anteriores, el trabajo de Domínguez demuestra cómo la
adquisición de los clíticos del español se produce, al menos, en dos etapas:
1. Los clíticos reflexivos aparecen antes que los no reflexivos
2. En el proceso de adquisición de los no reflexivos se detecta una forma que se
emplea por defecto: el masculino lo. Igualmente, durante este período se
encuentran instancias de doblado de clíticos en contextos ilícitos.
La existencia de estas etapas se explica aludiendo al hecho de que la morfología de los
clíticos del español es representada en la gramática como un conjunto de rasgos
gramaticales (caso, género, número…). El análisis de los datos que proporciona
Domínguez muestra que durante las primeras etapas los niños pueden tener problemas
al adquirir alguno de esos rasgos y que, de ser éste el caso, los niños recurren a una
forma por defecto: lo (masculino/neutro singular).
El estudio de Fujino y Sano (2002), realizado a partir de datos longitudinales
disponibles en CHILDES (MacWhinney y Snow 1985), analiza la producción de
objetos nulos por parte de tres niños que aprenden español como L1. Es bien sabido que
en el inglés infantil existen sujetos nulos a pesar de que sea ésta una lengua que no los
permite en su versión adulta; para dar cuenta de su existencia se han proporcionado
diferentes hipótesis. El análisis propuesto por los clásicos trabajos de Hyams (1996,
2001) determina que los sujetos nulos del inglés infantil tienen un origen gramatical ya
La adquisición del SD en español L2 y LE: teoría y metodología
169
que los niños están empleando categorías vacías donde la lengua adulta no las permite.
Si los sujetos producidos por los niños se pueden dividir entre SSDD plenos,
pronombres y sintagmas nulos, y dado que la proporción de SSDD plenos se mantiene
constante a lo largo del proceso de adquisición y que la producción de pronombres
parece incrementarse cuando disminuye la de los sujetos nulos, bien podría parecer que
éstos son una especie de sustituto de los pronombres. Así, el fenómeno en que se ven
implicados constituye una especie de ‘intercambio’ (trade-off) de unos elementos por
otros (v. Hyams 1986, Hyams y Wexler 1993). Lo anterior descartaría explicaciones
que hablan de un déficit de procesamiento por parte de los niños (entre otras, véase el
Output Omission Model (Bloom 1990, Valian 1991).
Según lo anterior, del mismo modo en el lenguaje infantil de lenguas que, como el
español, no permiten los objetos nulos pueden observarse ejemplos de este fenómeno.
Fujino y Sano proponen la existencia de una etapa en español infantil, especialmente en
las etapas iniciales pues se dan en los datos de los tres córpora examinados. Sin
embargo, la aparición de estos objetos nulos disminuye gradualmente al tiempo que
aumenta la presencia de los clíticos de objeto, ausentes en las etapas iniciales de esos
mismos niños; es más, en un momento determinado estos elementos experimentan un
incremento muy importante y comienzan a emplearse productivamente. Al igual que
ocurría en los datos de Hyams, significativamente la proporción de SSDD plenos se
mantiene constante.
Para las autoras esto debe interpretarse en el sentido de que las omisiones del objeto en
los niños afectan solamente a aquellos sintagmas que en lenguaje adulto equivaldrían a
clíticos y no a sintagmas plenos; se apoya, así, la hipótesis del intercambio de Hyams y
Wexler (1993) y se descartan las propuestas relacionadas con dificultades de
procesamiento o de actuación por dos razones: primero porque estos objetos nulos
aparecen en posiciones diversas en la oración y porque, de existir dicho déficit afectaría
a objetos de todo tipo, tanto a clíticos como a sintagmas plenos. Concluyen, así, que los
niños hispanohablantes saben que los clíticos existen y que el español –y esto puede
aplicarse a las lenguas románicas en general– es una lengua que no permite los objetos
nulos aunque en su adquisición se haya de pasar por una etapa que los autoriza, es decir,
una etapa en la que la materialización de los clíticos es opcional para las gramáticas
infantiles.
Capítulo III
170
3.4.2 La adquisición de los pronombres átonos en la L2
Inevitablemente nos preguntamos en qué forma se aplica lo anterior en la
adquisición de la L2: ¿qué ocurriría si, en un caso como el de los hablantes de nuestro
estudio, se procede de una lengua que, como el chino, permite los objetos nulos?
¿mostrarán estos hablantes un comportamiento diferente al de hablantes nativos de
francés o inglés cuyas lenguas carecen de ellos? Será interesante considerar si las
interlenguas de nuestros sujetos presentan objetos nulos con independencia de si esta
opción es lícita o no en su lengua materna. El estudio del uso y la interpretación de los
clíticos pronominales en los sistemas no nativos pone en contacto, como vemos,
fenómenos relativos a la gramática y al discurso. Su adquisición, aspectos evolutivos,
diacrónicos y/o relativos a la variabilidad que define a los sistemas no nativos es lo que
trataremos de describir a continuación.
3.4.2.1 Producción y omisión de clíticos de objeto (II)
El estudio de Liceras (1985) parte de una propuesta sintáctica de Rivero
(1983) a la hora de establecer un paralelismo entre el comportamiento de los clíticos del
español actual (que son afijos sintácticos) y los del español antiguo (que se adjuntan en
la Forma Fonética)29 y el que se observa para los clíticos del español no nativo cuya
conducta es típicamente inestable. La idea es en esencia que, frente a lo que ocurre en
los sistemas gramaticales nativos que son de naturaleza estable, las gramáticas de IL
presentan una conducta variable que en el caso de los clíticos se concreta en estas dos
posibilidades: o bien se incorporan (como afijos) en el léxico –como ocurre en el
español nativo adulto– o bien se incorporan fonéticamente una vez realizadas las
operaciones sintácticas correspondientes. La consideración de los mismos datos en
Liceras (1996) hace que se ilustre esta diferencia en los siguientes términos:
a. en español antiguo los clíticos de acusativo son SSNN que reciben papel
temático del verbo porque están en posición argumental
b. los clíticos son afijos en español moderno, mientras que en español antiguo se
comportan como los SSNN
29 Véase la nota al pie 17 en el capítulo anterior.
La adquisición del SD en español L2 y LE: teoría y metodología
171
c. sólo en español actual, pues, están los clíticos ligados a la presencia de una
categoría vacía, no así en español antiguo en el que ocupan, como decimos, una
posición argumental
Al considerar cuáles son las implicaciones de lo anterior para la adquisición de los
clíticos del español L2, se señala cómo, a pesar de que estos hablantes están expuestos a
un input que sólo presenta una de las dos opciones (que los clíticos son en español de
naturaleza afijal) las características propias de los sistemas no nativos hacen que estos
hablantes no los analicen como lo harían los niños que aprenden su L1 y les asignen por
ello unas propiedades diversas. Concretamente, la autora propone que en las
interlenguas del español se concede a los clíticos las mismas propiedades que poseían
los del español antiguo o incluso que presenten ambos valores y funcionen como
sintagmas nominales (proyecciones máximas) y como afijos (D0 de la proyección que
encabezan). Según esto, es factible que ocasionalmente los aprendices de español L2
perciban los clíticos como ocupantes de una posición argumental en la que nunca
aparecen en la producción nativa.
Los datos del estudio de Liceras (1985) proceden de la producción semiespontánea de
un grupo de 60 estudiantes de español L2 (de nivel intermedio a avanzado) de la
Universidad de Ottawa cuyas L1 eran el inglés (n= 30) y el francés (n= 30). Los
resultados muestran que en la producción analizada es posible encontrar ejemplos
equivalentes a los del español nativo, véanse los ejemplos de (9a) a (9c):
(9a) Juan no me lo dio
(9b) Juan no va a dármelo
(9c) Juan no me lo va a dar
E igualmente aparecen ejemplos típicos de las interlenguas como los de (9d) y (9e):
(9d) *Una azafata preguntales
(9e) *Yo quiero lo leer
Capítulo III
172
Sin embargo, estos dos últimos ejemplos no constituyen una prueba contundente de que
los sujetos estén tratando estos clíticos como SSNN; la interpolación de material entre el
verbo y el clítico sí que podría ser considerada evidencia de que estos hablantes analizan
los clíticos como sintagmas plenos y no como elementos afijales. En los resultados de
Liceras, sin embargo, no aparecen ejemplos de interpolación de un elemento entre verbo
y clítico del tipo disponible en español antiguo lo cual no debe resultar sorprendente si
partimos de una hipótesis inicial de transferencia pues ni en francés ni en inglés se
observa un fenómeno similar. Tampoco se encuentran ejemplos de reduplicación en los
que el clítico aparezca en la misma posición en que aparecen sintagmas plenos como
adjuntos y todo ello lleva a pensar que estos clíticos han sido efectivamente analizados
como afijos por parte de los hablantes de la muestra. Las pruebas que encuentra la
autora para defender que los clíticos sí se analizan como palabras sintácticas y no como
afijos son ejemplos como los de (9d) en los que aparecen pospuestos a los verbos
conjugados. Los controles produjeron un total de cuatro estructuras de doblado mientras
que en toda la producción del grupo francés sólo se encontró un ejemplo de este tipo
frente a los siete ejemplos hallados en el grupo inglés, seis de ellos producidos, eso sí,
por el mismo sujeto.
Según estos resultados, el sistema pronominal átono del español no nativo presenta un
comportamiento variable desde el momento en que es posible que los elementos que lo
integran no presenten un único valor. La autora, en la línea de lo que propondrá desde
otros trabajos (Liceras y Díaz 1998, Liceras et al. 2002a) apunta a que la justificación a
este comportamiento podría localizarse en la forma en que los aprendices adultos de una
L2 acceden a los datos del input en la medida en que, de alguna forma, éstos son
‘insensibles’ a la información que contiene el input y que hace que los niños de L1
adquieran (transcurrido el período más o menos fluctuante de las primeras gramáticas
infantiles) el valor unívoco que en la lengua objeto se asigna a un parámetro dado; en
este caso concreto, la información que no está disponible para el hablante adulto no
nativo es que, en español, la cliticización se localiza exclusivamente en el nivel léxico.
Por último, y con respecto a lo que afirma Liceras acerca de que a partir de datos como
los anteriores resultará difícil aproximarnos a una caracterización precisa de la
naturaleza de las gramáticas no nativas, no podemos por menos que señalar cómo esa
ausencia sistemática de sistematicidad, valga la redundancia, es precisamente lo que
La adquisición del SD en español L2 y LE: teoría y metodología
173
debe esperarse de este tipo de gramáticas, y que corroborar la variabilidad de las
mismas no es más que confirmar esta cualidad como uno de los rasgos que las definen.
En la misma línea de argumentación, el estudio de Perales, Liceras y Zobl (2005) parte
de la existencia de varias ‘formas en competición’ y pone en relación la naturaleza de
las gramáticas no nativas y los fenómenos que se observan en los procesos de cambio
lingüístico. En otras palabras, la diglosia diacrónica y la diglosia evolutiva se comparan
teniendo en cuenta que, si bien se trata de procesos en esencia diferentes, sí están
hipotéticamente relacionados entre sí desde el momento en que ambos implican la
existencia de dos análisis paralelos (en competición) que pueda aplicarse a una misma
forma. En trabajos anteriores Zobl y Liceras (2005) muestran, a partir de datos sobre el
orden de constituyentes procedentes de la historia del inglés, cómo determinadas
propiedades presentan en la adquisición de la L2 un orden paralelo al que presentan
cuando se pierden en procesos de cambio lingüístico. En el estudio de Perales, Liceras y
Zobl se parte de una perspectiva histórica de los clíticos del español que analiza su
evolución en términos de una situación de diglosia (v. Fontana 1993, 1996) y que los
caracteriza como clíticos de segunda posición (v. Capítulo I, sección 1.1.3) que pierden
con el tiempo algunas de sus propiedades categoriales pues, de ser proyecciones
máximas pasan a ser núcleo de su propia categoría funcional. Así, en español antiguo
mostraban determinadas propiedades, como su capacidad de admitir interpolaciones, de
seguir o preceder al verbo flexionado y de no necesitar duplicación en las estructuras de
doblado que no presentan los clíticos del español actual; según lo predicho por Zobl y
Liceras (2005), tales elementos presentarían en español no nativo un orden de
adquisición similar al que siguieron cuando desaparecen en la evolución diacrónica.
Perales et al. analizan datos de producción semiespontánea de cuatro sujetos anglófonos
y dos sujetos que tienen el chino como L1 y admiten que, a partir de lo observado en los
datos que manejan, es difícil ser concluyente acerca del comportamiento de los clíticos
del español no nativo en el sentido en que se propuso inicialmente. Por un lado, se
observa que los hablantes se percatan rápidamente de la imposibilidad de realizar
interpolaciones y presentan pocos problemas con la posición del clítico respecto al
verbo flexionado al que acompañan. Esto se explica aludiendo al grado de conocimiento
de francés de los hablantes, posiblemente también responsable de las formas no nativas
que producen cuando anteponen los clíticos a formas de infinitivo, opción gramatical en
Capítulo III
174
francés. Igualmente, y en consonancia con estudios previos sobre el tema (véase por
ejemplo el de Bruhn de Garavito (2000) que se revisa en la sección siguiente), las
estructuras de doblado de clítico resultan problemáticas incluso para hablantes muy
competentes y todo parece indicar que en éstas los clíticos y los SSDD plenos aparecen
en distribución complementaria.
La misma naturaleza de estos datos semiespontáneos, en los que comúnmente se pueden
observar fenómenos de evitación y/o de aprendizaje y uso formulaico de expresiones
fijas, frente a los datos experimentales del estudio de Zobl y Liceras (2005)) puede dar
cuenta de la diferencia entre lo que se observa en uno y otro caso. De cualquier modo,
nos parece ésta una vía interesante en la que seguir investigando y que puede ayudar a
clarificar, sin necesidad de recurrir a explicaciones de tipo probabilístico, o que asignen
un carácter deficitario a los sistemas no nativos, cómo funciona la naturaleza variable de
las gramáticas de interlengua y tratar de predecir en qué dirección va a producirse esta
variabilidad.
3.4.2.2 Los benefactivos y los experimentadores: se y le(s)
En los trabajos de Montrul (1995, 1998) se compara la adquisición no nativa
de los dativos benefactivos y experimentadores del español. Para la autora, a pesar de
que estos experimentadores sean formalmente objetos indirectos y ocasionalmente
aparezcan en su misma posición, en la mayoría de las ocasiones ocupan la posición de
sujeto y, en muchos aspectos, se comportan como tales, ya que, desde el punto de vista
de la organización de información, son el argumento más prominente que hay en la
oración. La escala de prominencia discursiva de los papeles temáticos y su relación con
la posición de los argumentos en la estructura de la oración (Agente (Experimentador
(Meta (Tema)))) es la propuesta en los trabajos de Jackendoff (1987, 1990) o Baker
(1996). La cuestión en torno a la cual gira la investigación de Montrul es determinar si
pueden los hablantes de L2 percatarse de la mezcla de propiedades que presentan estos
experimentadores, estos ‘sujetos dativos’, que aparecen siempre doblados por un clítico
que coteja su caso dativo en ConcS, frente a los benefactivos que lo hacen en ConcOI.30
Igualmente se cuestiona si el hecho de que sean dativos impide de algún modo que los
30 Véase el análisis de estas estructuras presentado en la sección 2.4.2.2 del capítulo anterior.
La adquisición del SD en español L2 y LE: teoría y metodología
175
hablantes no nativos se den cuenta de cuál es su autentico papel como argumento más
importante, imprescindible, en la estructura de la oración.
Parte Montrul de dos hipótesis formuladas con respecto al comportamiento de sus
hablantes nativos de inglés y de francés. De acuerdo con la primera de ellas (1) los
hablantes de francés tendrán, en general, y dado que es ésta una opción disponible en su
L1, menos dificultades con el uso del dativo. Sin embargo, (hipótesis 2) puesto que el
español y el francés difieren en la forma y el lugar en que se asigna caso al
experimentador (en ConcOI en francés) los francófonos pueden omitir el clítico o
considerarlo opcional. Por su parte, los anglófonos pueden efectivamente asumir que los
experimentadores funcionan como sujeto y, por ello, dejar de asignarles caso dativo y
ello derivará en la ausencia del clítico. Para finalizar (hipótesis 4), y si la influencia de
la L1 es efectivamente característica de las primeras etapas de aprendizaje de la L2, es
de esperar que ambos grupos presenten una conducta más o menos uniforme en estadios
más avanzados de IL.
Lo que se desprende del estudio es que la L1 juega un papel decisivo en la
configuración de los sistemas de IL, sobre todo en las primeras etapas: los francófonos
aprenden las propiedades características de los dativos del español más fácil y más
rápidamente que tienen el inglés como L1. Con respecto al uso de clíticos, los dos
grupos de hablantes doblaron el clítico más frecuentemente con los dativos
experimentadores que con los indirectos, y esto se interpreta como evidencia de que se
percibe la diferencia entre estos dos tipos de estructura por parte de estos hablantes.
Todo ello iría en consonancia, si seguimos el análisis que propone la autora, con
estudios sobre L1 o L2 (se cita a Kaiser (1994) y a White (1996)) que demuestran que,
en aquellas lenguas que los poseen, los clíticos de sujeto se adquieren con anterioridad a
los de objeto. Efectivamente, se observan diferencias en los patrones presentados por
cada grupo: los anglófonos –y no los francófonos- prefieren, y ello es así especialmente
en las primeras etapas, los experimentadores nominativos a los dativos. Sin embargo,
para ambos grupos, hay una etapa en la que hay opciones posibles, como si, una vez
más, el sistema de estos hablantes fluctuara en este período entre dos representaciones
alternativas. Observamos con la autora lo interesante de la mejoría que con respecto a
estas estructuras presenta el grupo de inglés L1 y que parece directamente relacionada
con la adquisición de la morfología del dativo.
Capítulo III
176
Por último recogemos los resultados del trabajo de Bruhn de Garavito (2000) que
analiza el comportamiento sintáctico y la adquisición no nativa de los clíticos se y le y
se cierra con una interesante propuesta que especula con la relación entre ambas formas,
más exactamente con la identificación de las mismas. La autora examina los juicios de
gramaticalidad de hablantes no nativos de español a la luz de las hipótesis que analizan
el papel de la GU en la ASL. Su propuesta gira en torno a la posibilidad de que estemos
ante elementos multifuncionales que, generados como núcleo de proyecciones
funcionales diferentes y dependiendo de su posición, dan lugar a estructuras también
diferentes; ello se comprueba a partir de los datos de dos estudios experimentales. El
primero de estos estudios analiza los juicios de gramaticalidad no nativos sobre
diferentes usos de se (concretamente construcciones incoativas e impersonales) y el
segundo hace lo propio con respecto a las construcciones de doblado de clíticos. Los
participantes de los dos estudios son 30 hablantes casi nativos de español cuyas L1 eran
el francés –que presenta clíticos de objeto y tiene también construcciones impersonales
con se pero no doblado de clíticos equivalente al del español– y el inglés que, como
sabemos, no tiene clíticos de objeto.
Los resultados no indican que los hablantes sólo tuvieran acceso a aquellas opciones
especificadas en sus L1. En el caso de las pasivas impersonales, por ejemplo, señala
Bruhn de Garavito cómo estos hablantes se han percatado de que el SN que aparece en
estas construcciones no es un sujeto aunque se comporte como tal por lo que a la
concordancia respecta, y ello implica que son capaces de aceptar una opción que no es
posible en su L1 y que ni siquiera es la más frecuente en la L2. En ningún caso, se
asume que los resultados demuestren que existe una diferencia importante entre la
gramática nativa y la de los hablantes del estudio lo cual sólo puede explicarse si
aceptamos la posibilidad de acceso a la GU en el proceso de adquisición de una L2.
Todo lo anterior permite a la autora realizar una propuesta acerca de la naturaleza
morfológica y el comportamiento sintáctico de los clíticos del español y de las lenguas
románicas en general. Para Bruhn de Garavito las similitudes entre el dativo le y se son
tan numerosas debido a que, en cierta medida y en un nivel determinado, se trata de dos
instancias del mismo elemento relacional (se orientado al sujeto, le al objeto). En las
estructuras de doblado, por ejemplo, el clítico empleado es le mientras que cuando
coincide con un acusativo este dativo aparece como se. Para la autora es plausible
La adquisición del SD en español L2 y LE: teoría y metodología
177
pensar que hay un único clítico que tiene diferentes efectos en las relaciones que se
establecen entre los SSNN de la oración y surge bajo diversas apariencias dependiendo
de factores como la posición en que se genera el clítico, el papel temático del SN, etc.;
tales diferencias, además, sólo se dan en las terceras personas del paradigma. Bruhn
propone que en español, en realidad, como ocurre con la 1ª y la 2ª persona, sólo hay un
clítico de tercera persona para los tres casos gramaticales: si se le ‘añade’ número a este
clítico tenemos el dativo, si le añadimos número y género, el acusativo. El clítico se
podría ser el resultado de su especificación para persona (orientado al sujeto) (v.
también el análisis de Bonet (1995) revisado en el Capítulo I).
3.5 El análisis conjunto de los artículos y los pronombres átonos
El análisis conjunto de artículos y pronombres átonos como elementos a priori
relacionados entre sí se ha desarrollado tanto por lo que respecta al examen de sus
características desde una perspectiva puramente teórica como al análisis de datos
experimentales y/o la producción espontánea de lenguaje. A continuación recogemos
los resultados de estudios en los que también se ha partido de esta asociación en
relación con los procesos típico y atípico de adquisición y desarrollo de la L1. Hasta la
fecha, un mayor número de estudios ha abordado conjuntamente el proceso de
adquisición de ambos tipos de elementos a partir de los datos de L1 que de L2. Éste es,
de hecho, uno de los objetivos de nuestro trabajo: contribuir al campo de la
investigación en ASL proporcionando resultados y conclusiones que resulten relevantes
tanto para la disciplina en general como para el examen de esta parcela de investigación
en particular.
3.5.1 El análisis conjunto de los artículos y los pronombres átonos en la
adquisición típica y atípica de la L1
El estudio experimental de Jakubowicz, Nash, Rigaut y Gérard (1998) que
analiza la producción y comprensión de artículos y pronombres átonos por parte de
niños con TEL que adquieren el francés como L1 constituyó inicialmente, como ya
dijimos en la introducción a esta tesis, uno de los puntos de partida para el
planteamiento de nuestro trabajo. En este artículo se examina, por un lado, hasta qué
Capítulo III
178
punto el proceso de adquisición de los artículos y los clíticos pronominales de
nominativo, acusativo y reflexivos es un proceso paralelo asumiendo como hipótesis de
partida la propuesta de análisis de Uriagereka (1995) para quien los clíticos acusativos
son el núcleo funcional [D] de un argumento en el SD equivalentes, a los artículos
determinados. Jakubowicz et al. se oponen a esta propuesta de análisis pues defienden
que elementos de una y otra clase constituyen, en realidad, dos grupos de distinta
naturaleza.
Se proporciona en primer lugar una descripción detallada del comportamiento sintáctico
de los clíticos pronominales del francés y se señala cómo éstos se fusionan con el SV
que los selecciona en una posición preverbal que, significativamente, no es la posición
canónica para el ensamblaje de los argumentos. Se observa, además, cómo al no estar
estos clíticos especificados para el valor de animación como lo están los nombres o los
pronombres fuertes, los únicos rasgos semánticos que tienen en común sustantivos y
clíticos son los de género, número y persona (rasgos-φ). Los clíticos de las lenguas
románicas son, pues, descritos como elementos pronominales deficitarios
subespecificados para el rasgo [+/- animado] y carentes del rasgo [+N]. El se reflexivo
merece una atención especial porque, si bien –al igual que los clíticos de nominativo o
acusativo– está subespecificado desde un punto de vista léxico, gramaticalmente
presenta un menor grado de especificación que aquéllos, que presentan rasgos-φ y de
caso. Se, sin embargo, sí está especificado para persona y ello fuerza que
obligatoriamente esté ligado con el sujeto en su dominio mínimo, en contraste con el
resto de los clíticos pronominales (o el artículo). Esto resultará, como veremos, de vital
importancia a la hora de explicar su comportamiento, pues en la medida en que se no
está ligado a un referente en el discurso sino dentro de su propia categoría rectora, a la
hora de mostrar propiedades referenciales, está regido localmente por el sujeto.
Según los resultados de la prueba de producción, los sujetos experimentales (13 niños
con TEL de entre 5;7 a 13 años) y el grupo control presentan un patrón de adquisición
equivalente y esto podría sugerir que estamos ante procesos de adquisición paralelos
que simplemente se desarrollan a ritmos diferentes31. Los autores descartan las hipótesis
que hablan de un déficit en el procesamiento de los sujetos con TEL (como demuestra la
31 Zurdo (2000) obtiene resultados en la misma línea obtenidos a partir de datos del español SLI.
La adquisición del SD en español L2 y LE: teoría y metodología
179
prueba de comprensión) ya que hay presencia sistemática de algunas categorías
funcionales como los determinantes, en cambio, los clíticos de acusativo no aparecen
consistentemente. Ni la capacidad de procesamiento ni la competencia gramatical de
estos niños están globalmente afectadas; se trata más bien de un déficit local
relacionado con las propiedades computacionales y de subcategorización específicas de
los clíticos que resultan más difíciles de adquirir que los artículos, al igual que ocurre en
el caso de la adquisición típica del francés. Los principios A y B del ligamiento (y esto
coincide con los datos presentados para la L1 en la sección anterior) aparecen
relativamente bien preservados también en el grupo TEL.
Lo que más relevante resulta para nuestro trabajo es que se observa una clara asimetría
entre los artículos determinados y los clíticos de acusativo; señalan los autores que, a
pesar de la diferencia que existe entre determinantes y clíticos en lo semántico (los
artículos restringen, individualizan sobre la clase que determinan mientras que los
clíticos son argumentos que no restringen ni individualizan), son las diferencias
computacionales que existen entre ellos las responsables de que presenten un
comportamiento diverso, más concretamente, es relevante el hecho de que se fusionen
en una posición preverbal no canónica. Aparte de una disociación general entre los
resultados de producción y de comprensión –en general, mejores en la prueba de
comprensión– el análisis de los resultados muestra tres importantes disociaciones:
1. los niños con SLI son sensibles a las diferencias fundamentales entre los
artículos y los clíticos.
2. el grado de corrección de los niños con SLI al producir los distintos tipos
de clíticos (acusativos, nominativos y reflexivos) varía dependiendo de
las propiedades categoriales y sintácticas de estos elementos.
3. se confirma el análisis de los autores que asigna un estatuto diferente a
los artículos y a los clíticos de objeto; en este sentido los datos invitan a
ir un paso más allá pues se hace muy difícil hablar de clíticos como de
una clase homogénea.
El trabajo de Jakubowicz y Nash (En prensa) introduce una novedad fundamental con
respecto a la propuesta del que acabamos de reseñar: los sujetos TEL en grupos se
Capítulo III
180
clasifican en distintos grupos dependiendo de la edad y/o la severidad del trastorno para
comprobar si las dificultades de los niños con respecto a estos elementos se atenúan o
no en etapas posteriores. Cuentan, además, tanto con datos de producción como con
datos de comprensión cuyos resultados, tal y como enfatizan las autoras, habrán de ser
analizados y considerados separadamente.
Los resultados son categóricos: en primer lugar se observa que los determinantes y los
clíticos de acusativo no aparecen a la vez ni en la adquisición normal ni en los datos de
TEL. Mientras que en la adquisición normal los determinantes se han adquirido
satisfactoriamente ya a la edad de tres años y aparecen con relativa normalidad también
en el discurso de los niños TEL, los sujetos de ambos grupos evitan la producción de
clíticos acusativos cuyo nivel de corrección aumenta, eso sí, con la edad; además, la
secuencia evolutiva que se observa en el proceso de adquisición típica y en la
adquisición TEL es la misma aunque, eso sí, esta última tiene lugar con cierto retraso
respecto al proceso normal.
El retraso en la adquisición de una forma dada no parece depender de problemas de
procesamiento relacionados con frecuencias de uso, prominencia acústica y
pronunciabilidad de una forma dada, o duración relativa de los morfemas, como se
afirma en Leonard (1998). Igualmente, según el análisis de Jakubowicz y Nash, la
menor frecuencia de uso de un elemento dado frente a la más elevada presencia que
tienen en el input clíticos nominativos o los artículos es un dato que no puede por sí solo
dar cuenta de los fenómenos que se describen: los datos de Bottari et al. (1993) para el
italiano, por ejemplo, recogen un uso deficitario en el caso del artículo. Para las autoras
el orden de adquisición de estas categorías depende más bien de las propiedades
sintácticas de las mismas y, por ello, se hace imprescindible considerar, por un lado, en
qué difieren estos clíticos de acusativo de otros argumentos referenciales y
pronominales y, por otro, qué características distinguen los artículos de los clíticos de
acusativo.
A pesar de que la actuación de los niños TEL mejora sensiblemente con la edad, tal
mejoría no tiene lugar de forma homogénea pues mientras que algunos elementos dejan
de presentar problemas, con otros, estos problemas sólo se atenúan con la edad: las
dificultades con los artículos acaban por desaparecer pero los acusativos se desarrollan
La adquisición del SD en español L2 y LE: teoría y metodología
181
más tarde y a un ritmo más lento en los niños TEL. En la adquisición TEL las primeras
etapas presentan un elevadísimo índice de omisiones que sigue siendo una opción
frecuente, en etapas intermedias. Incluso en estadios muy avanzados en los que se
observa una notable mejoría en su uso, estos elementos se omiten en casi la mitad de
contextos obligatorios. Los dos grupos de niños TEL tienen más dificultades con los
acusativos que con los artículos o con los clíticos nominativos; como consecuencia de
ello evitan la pronominalización del objeto haciendo uso de estrategias alternativas que
van de la repetición del SD a la evitación del clítico en contextos en los que
simplemente no producen forma alguna resultando en una secuencia agramatical. Sin
ser agramatical, la preferencia por el uso de la primera opción nos demuestra que, tanto
en las primeras etapas de la adquisición normal como para la adquisición TEL, resulta
menos costoso ensamblar un SD léxico que hacer lo propio con un clítico.
El uso de masculino por femenino y/o viceversa, o el uso del dativo en lugar de
acusativo son para las autoras errores de tipo morfofonológico y no sintáctico. En
cambio, el uso del reflexivo en lugar del acusativo, incluso en casos en los que el
reflexivo es doblado por un SD pleno, sugiere a las autoras que ‘the source of the error
may lie in the morphological component as characterized in the distributed morphology
framework (Halle y Marantz 1993)’ (Jakubowicz y Nash en prensa: 48). Según esto, la
inserción errónea del clítico se debe interpretarse como resultado de la dificultad para
analizar apropiadamente los ítems léxicos relevantes en lo que a rasgos se refiere.32 De
esta forma se muestra cómo todos los niños del corpus (los TEL y los controles)
reaccionan de forma similar en contextos de acusativo, mostrando problemas similares
con respecto a los rasgos gramaticales que los acusativos contienen. Con respecto a
determinados errores como la producción de se en lugar de le o la, sus resultados se
interpretan como evidencia a favor de la hipótesis que defiende que los niños TEL
siguen las mismas reglas gramaticales que los niños que siguen un proceso de
adquisición típica, pero a un ritmo diferente, más lento.
32 Una explicación alternativa para esto está relacionada con el componente computacional si asumimos que el reflexivo carece en la representación de estatuto argumental y que es correferente o bien con un SD referencial en función de objeto o con un pro generado en la base cuyo contenido es fácilmente recuperable del contexto (y del soporte visual que se emplea). Añaden en su argumentación que probablemente estas dos opciones no son excluyentes y que quizá para algunos niños (los niños normales y los niños TEL mayores) hay un problema morfofonológico mientras que para otros (los dos grupos TEL más jóvenes) puede tratarse de un problema que es a la vez morfológico y computacional.
Capítulo III
182
Se insiste en este trabajo, por otro lado, en la necesidad de considerar separadamente las
conclusiones que pueden extraerse de los resultados de comprensión y los de
producción. Estos datos, como ya hemos adelantado, replican el estudio de Jakubowicz
et al. (1998) en tanto que los niños TEL muestran unos resultados significativamente
mejores para comprensión que para producción mientras que, para la adquisición
normal no se observan diferencias entre ambos tipos de datos. El déficit más acusado en
los niños TEL no afecta, pues, a la comprensión sino a la producción de lenguaje, y más
concretamente, a la producción de clíticos de acusativo. Es de señalar que, de hecho, en
las tareas de comprensión, los resultados que muestran ambos tipos de población son
muy similares (los niños mayores TEL puntúan como los mayores de adquisición típica
y lo mismo ocurre con los grupos más jóvenes). Eso sí, los errores producidos por los
niños TEL más pequeños apuntan también a la existencia de problemas de comprensión.
También recogemos los resultados del estudio de Tsimpli y Stavrakaki (1999) que
analiza los determinantes y los clíticos del griego en un corpus de datos espontáneos
longitudinales que pertenecen a una niña con TEL. Los resultados de este estudio de
caso también demuestran cómo queda descartada la posibilidad de que la ‘debilidad’
fonológica de estos elementos sea responsable de lo deficitario de la producción de la
niña, desde el momento en que no se observan problemas a la hora de producir otros
elementos clíticos que presentan el mismo carácter átono, tal es el caso de los genitivos
y de los clíticos de objeto de primera y segunda persona cuya profusión en los datos
parece eliminar la posibilidad de que sean problemáticos para la niña. Con respecto a la
producción de clíticos y a los morfemas de sujeto de tercera persona (singular y plural),
y coincidiendo con lo que se observa en los datos de la adquisición típica del griego
como L1, se observan diferencias muy acusadas entre ambos (un 97.48% de uso en los
contextos apropiados en el caso de los morfemas de sujeto frente a un 3.49% en los
clíticos de objeto), tratándose en la mayoría de los casos de errores de omisión. Para las
autoras, la presencia de los clíticos de objeto obedecerá a la disponibilidad previa de un
rasgo categorial [D] del que, al menos en lo morfológico, depende el caso.
Por otro lado, y esto resulta de especial relevancia para nuestro trabajo, el hecho de que
artículos determinados y clíticos presenten en sus datos un comportamiento tan similar
con un porcentaje de usos tan bajo en ambos casos (5.45% y 3.49% respectivamente)
parece indicar que la relación entre unos y otros elementos se ve corroborada por los
La adquisición del SD en español L2 y LE: teoría y metodología
183
datos de su estudio. Para estas autoras parece claro que estamos ante una ‘clase natural’
de elementos que pertenecen a la categoría Determinante y que marcan, en griego, los
rasgos de caso y concordancia. Desde esta perspectiva, se observa una representación
gramatical en la que elementos como los clíticos de genitivo, los artículos
indeterminados o los demostrativos que presentan al mismo tiempo rasgos semánticos
(posesión, cuantificación, deixis...) y formales (caso, rasgos φ) ya han sido adquiridos,
mientras que aquéllos que carecen de rasgos interpretables en la FL, tal es el caso de los
clíticos de acusativo, resultan aún problemáticos en su adquisición. Parecería, según
esto, que la distinción entre las categorías que, en el sistema del determinante de la niña,
están efectivamente disponibles y las que presentan algún tipo de deficiencia se articula
en torno a la que se establece entre los rasgos interpretables y no interpretables que las
conforman.
3.5.2 El análisis conjunto de los artículos y los pronombres átonos en la
adquisición de la L2
Con objeto de cumplir varios propósitos que incluyen examinar el papel de los
rasgos gramaticales en la adquisición de la L2, y analizar además la configuración de
los sistemas no nativos muy avanzados, el trabajo de Tsimpli (2003) de nuevo sobre
datos del griego analiza, entre otros indicadores, la producción de artículos y clíticos en
los datos de hablantes no nativos de una lengua en la que, como hemos dicho con
anterioridad, puede predicarse la existencia de una relación equivalente a la que se
propone en el caso del español u otras lenguas románicas. Es interesante destacar como
algunos de sus sujetos experimentales proceden de lenguas, como el turco y el ruso, que
carecen de elementos funcionales que desempeñen la función de los artículos
determinados; paralelamente, en ambas lenguas hay objetos nulos que tienen una
referencia específica si bien el ruso posee además clíticos de objeto.
Para la autora la naturaleza de la producción de sus sujetos podría, en parte, estar
determinada por la naturaleza de la L1 de los hablantes del estudio en el caso de los
artículos pero no siempre en el de los clíticos ya que el ruso sí tiene pronombres átonos;
en este sentido también la posibilidad de tener objetos nulos en la L1 podrá dar cuenta
de la ausencia de estos elementos en griego L2. Sin embargo, desde su perspectiva,
Capítulo III
184
aunque los objetos nulos son lícitos en las L1 de los hablantes en todos los casos
incluyendo los casos de referencia a las primeras y segundas personas, las omisiones en
la L2 afectan principalmente a los clíticos de tercera persona y la razón de tal fenómeno
es, como señala Tsimpli, que éstos carecen de rasgos interpretables. La variación
individual que se observa en la producción de estos elementos –por otra parte esperable
puesto que es, como hemos visto, característica típica de los datos de la L2– no
enmascara, según la autora, la presencia evidente de un patrón de retraso uniforme en
estas (y no otras) categorías.
El trabajo realizado por Pérez-Leroux, O’Rourke, Lord y Centeno-Cortés (2002)
examina la forma en que se adquiere la expresión de la posesión inalienable en español
(v. sección 1.2.2). Para las autoras lo interesante de las construcciones de posesión
inalienable radica en que entrañan una complejidad que reside en diferentes factores de
índole también diversa, a saber: a) factores morfológicos relacionados, como se ha
dicho, con la presencia de clíticos y de determinantes y con la expresión del número y
b) factores léxico-semánticos vinculados a la distinción alienable e inalienable; así, la
reestructuración gramatical que supone la adquisición de las mismas tiene lugar en
varios niveles.
Los autores asumen que, en principio, los hablantes de L2 transferirán los determinantes
posesivos que emplean en su L1 para expresar la posesión inalienable. Los datos que
manejan las autoras son las intuiciones, en forma de juicios de gramaticalidad, de 56
hablantes anglófonos que aprenden español en el contexto institucional de una
universidad canadiense y que son agrupados según su nivel de competencia:
principiantes, intermedios y avanzados. La tarea que habían de realizar los participantes
consiste en decidir sobre la corrección de un total de 50 ejemplos e incluye además 13
sujetos control.
El análisis de los datos del estudio se realiza a partir de una serie de cuestiones previas
relativas a: 1) si estos hablantes serán capaces de adquirir el uso del artículo en lugar de
los posesivos que se emplean en su L1, 2) si las construcciones con el poseedor
expresado en el objeto indirecto resultan más complicadas que las que lo expresan en el
sujeto, 3) si aceptarán construcciones agramaticales en las que la posesión se marca dos
La adquisición del SD en español L2 y LE: teoría y metodología
185
veces por medio del clítico y del posesivo y 4) si serán sensibles a la subespecificación
del rasgo de número en el SD (la cosa poseída).33
Sus resultados sugieren que, efectivamente, estos hablantes adquieren la gramática de la
posesión inalienable en español. No podemos dejar de tener en cuenta, sin embargo,
cómo los datos procedentes de los juicios de estos hablantes pueden reflejar de manera
diferente cuál es su grado de conocimiento e incluso pueden estar mostrando diferentes
tipos de conocimiento. En un primer momento (aprendices principiantes) no distinguen
entre el uso de posesivos y de artículos determinados y presentan problemas con la
subespecificación del rasgo [Num], así, (10a) sería considerada como gramatical en un
mayor número de ocasiones que (10b):
(10a) *Los niños levantaron las cabezas
(10b) Los niños levantaron la cabeza
No obstante, según se desprende de sus resultados alcanzar niveles nativos no es, por lo
que a este fenómeno respecta, en absoluto frecuente; se observa, eso sí, un progreso que
implica que el hablante no nativo es capaz de sustituir el SD proyectado en su totalidad
que se emplea en su L1 por la proyección nominal mínima usada en español aunque su
conocimiento no parece extenderse a todos los dominios implicados en las
construcciones de posesión inalienable. Esto, según los autores, es debido
principalmente a la ausencia de elementos fonéticamente salientes que actúen de guía o
indicador en estos casos. Ello también explicaría por qué el desarrollo de los contextos
marcados con la presencia de un clítico (v. Carmela se peina las coletas) se adquieren
más fácilmente que los no marcados, los controlados ‘sólo’ por el sujeto -explícito o no-
y no por un clítico (v. Mario tiene las pestañas larguísimas).
Los autores, que siguen en ello a Hawkins (2000) defienden que las diferencias
existentes entre las lenguas en el nivel de la estructura sintagmática han de adquirirse
gradualmente: la forma en que esta reestructuración tiene lugar depende del tipo de
33 Pérez Leroux y sus colaboradoras parten de la constatación de que en los manuales de español como lengua extranjera no aparece información explícita acerca del funcionamiento de estas construcciones en español.
Capítulo III
186
evidencia que haya disponible a la hora de que se produzca. Tras haber estado expuestos
a la cantidad de input suficiente, los hablantes parecen haber aprendido cómo emplear
las construcciones de posesión inalienable, y cuando lo hacen parecen estar realmente
usando ese tipo de estructura y no haciendo ‘lo que pueden’ con los parámetros que ya
tienen (Newmeyer 1998:77) aunque, como ya hemos señalado anteriormente, la misma
producción no necesariamente constituye evidencia de una misma representación
mental, de una misma competencia (Liceras 2003).
Por último, en Liceras, Pérez-Tattam, Tremblay y Winnicki (2002b) también se
examinan juicios de gramaticalidad, en esta ocasión, los emitidos por un total de 60
hablantes de español como L2 de nivel inicial, intermedio y avanzado con objeto de
analizar su comportamiento con respecto al uso de artículos y pronombres átonos. Sus
sujetos están clasificados en tres grupos: 1) bilingües de francés e inglés, 2) L1 francés
y 3) L1 inglés y se incluye, además, un grupo control de hablantes nativos del español.
Tal y como predicen las autoras al inicio del trabajo, los adultos hablantes de L2 se
muestran sensibles a las diferencias entre artículos determinados y clíticos de objeto
pero estos últimos parecen presentar más problemas que los artículos, tanto de posición
como de omisión. En el caso concreto del grupo nativo de francés, su comportamiento
frente a la omisión del artículo no es significativamente diferente al del grupo control, si
bien no se observa lo mismo en el caso de los clíticos. De hecho, en los ejemplos de
omisión, todos los grupos mostraron un comportamiento similar entre ellos, diferente,
eso sí, al presentado por el grupo control; con respecto al orden de palabras, sin
embargo, el comportamiento de todos los grupos era similar al nativo a la hora de
detectar artículos post-nominales pero también todos (aunque especialmente los
principiantes) presentaban problemas con los clíticos en una posición no adecuada.
Tanto los sujetos como los objetivos planteados en este estudio son en gran parte
comparables a los de nuestro trabajo. De alguna forma, podríamos considerar que son,
por así decirlo, una visión experimental del comportamiento de sujetos de características
de los hablantes cuya producción longitudinal analiza nuestro estudio y cuyo
planteamiento metodológico pasamos a describir en el capítulo que sigue.
CAPÍTULO IV
EL ANÁLISIS DE LOS DATOS DEL ESPAÑOL NO NATIVO
‘Com pot el lingüista formular i comprovar (és a dir, falsar) una hipòtesi sobre un fet o un conjunt de fets lingüístics?’
[A. Bel 1998:31]
Falsable: Adj. Fil. Dicho de una proposición: que puede ponerse a prueba y ser desmentida por los hechos o por un experimento adverso.
[DRAE 2000]
Hasta el momento hemos presentado propuestas descriptivas, históricas, semánticas y
fonológicas (v. Capítulo I), y de adquisición que consideran y relacionan artículos y
clíticos, así como diversos análisis teóricos que se formulan para ambos tipos de
elementos (v. Capítulo II) y hemos hecho también un repaso de una serie de
investigaciones sobre su adquisición realizadas dentro del marco de investigación en
que nos situamos (v. Capítulo III). En este capítulo se distinguen dos partes
diferenciadas: en la primera de ellas se describe los criterios que se siguieron en el
planteamiento y la constitución del corpus y la metodología empleada en su recolección
y su posterior tratamiento y análisis. La segunda parte presenta, a partir de la
consideración de la naturaleza de la competencia no nativa, las preguntas de
investigación e hipótesis que nos permitirán analizar cuál es la naturaleza y el
funcionamiento de los artículos y los clíticos del español como L2.
Procedemos aquí a presentar las preguntas de investigación e hipótesis que, planteadas a
partir de lo revisado en los capítulos anteriores, guiarán la descripción de la naturaleza
del SD en las gramáticas de los hablantes cuya producción nos proponemos analizar. En
el diseño de este planteamiento de partida consideraremos cuáles son los diversos
factores que determinan la configuración de los sistemas no nativos con respecto a estos
elementos y que tendremos en cuenta a la hora de abordar la descripción de dichos
paradigmas. De la misma manera, como decimos, y antes de proceder con el análisis,
Capítulo IV
188
consideramos una serie de cuestiones metodológicas relativas a la forma en que fue
elaborado el presente estudio. Así, las primeras secciones de este capítulo se dedican a
explicar cuáles fueron los criterios que se siguieron a la hora de seleccionar los sujetos,
de diseñar las pruebas realizadas por los mismos, de determinar la forma en que se
recogieron los datos de la muestra, de obtener resultados representativos a partir de los
datos lingüísticos producidos por los hablantes y, en relación con este último aspecto,
detallaremos qué criterios fueron empleados al elegir las pruebas estadísticas que se
utilizarían con objeto de que dichos análisis e inferencias resultaran válidos y fiables.
Con estos objetivos en mente nos disponemos, por una parte, a plantear cómo las
propuestas de análisis para los artículos y clíticos del español que proporciona la teoría
lingüística aplicada a la descripción de lenguas nos permiten realizar una serie de
inferencias acerca de la forma en que se comportan los sujetos de nuestro estudio con
respecto a dichos elementos. En cuanto a las hipótesis específicas que se formularán
sobre la producción de los dos grupos experimentales del estudio, lo que éstas
cuestionan en última instancia es cómo, a partir de la información que sobre artículos y
clíticos nos ha proporcionado la teoría lingüística así como de las pautas reveladas por
los trabajos sobre adquisición nativa y no nativa, las diferencias existentes entre cada
uno de los grupos (en términos de procedencia e historia lingüística, contextos de
adquisición, edades de los sujetos, etc.) nos llevan a trazar diferentes patrones para cada
uno de esos grupos de hablantes, nativos y no nativos. Por otro lado, el presente capítulo
considera, además, una serie de cuestiones metodológicas previas tanto al diseño del
estudio como al examen de los datos y resultados propiamente dicho; tales cuestiones
están relacionadas tanto con la forma de abordar el análisis de los datos como con las
herramientas estadísticas que nos resultan más adecuadas en el caso concreto de nuestro
estudio.
4.1 El análisis de los datos lingüísticos: planteamiento metodológico y
selección de sujetos
La metodología, entendida como las técnicas y procedimientos que nos permiten
obtener datos sobre los que contrastar nuestras hipótesis (Bel 1998), es un punto
esencial de nuestro trabajo. En la investigación sobre la adquisición del lenguaje los
El análisis de los datos del español no nativo
189
datos longitudinales han sido tradicionalmente considerados proveedores de una
información muy valiosa y fiable. Bien podemos imaginar cuál es la razón: el sujeto
produce, en teoría libremente, aquello que ha sido realmente adquirido y esto se refleja
fielmente la competencia real del sujeto, en teoría.
Para Hickmann (2003) las ventajas de los datos longitudinales radican principalmente
en que éstos nos permiten observar con precisión cuál es la forma en que, de una etapa a
otra, la producción de un sujeto dado experimenta cambios relevantes. Si bien la
información que se obtiene es muy rica, está irremediablemente limitada con respecto a
la representatividad de los ejemplos que los sujetos producen. Por su parte, los datos
transversales resultan ser más adecuados para, en etapas relativamente avanzadas de
desarrollo, analizar aspectos y fenómenos concretos.1
El uso de datos longitudinales presenta muchas ventajas en comparación con otros
métodos de obtención de datos en la medida en que permite elaborar análisis
cuantitativos que captan determinados aspectos evolutivos del proceso global de
adquisición (Marinis 2003). De la misma manera, el registro riguroso de los datos
lingüísticos –y nos referimos aquí a técnicas y rutinas de grabación minuciosas y
adecuadas a contextos e individuos concretos– puede emplearse para investigar muy
diversos aspectos de la interacción entre los múltiples y diferentes factores que
intervienen en el fenómeno general de la adquisición del lenguaje.
No obstante, los principales problemas que presenta este tipo de datos están
relacionados con las dificultades que a veces se encuentran para observar en un corpus
de datos un fenómeno lingüístico determinado ya que, al tratarse de datos espontáneos
nada garantiza que los sujetos produzcan precisamente aquello que estamos buscando.
Sus ventajas, en cambio, tienen que ver, como decíamos, con lo fiable que resulta
analizar una forma sabiendo que ha sido libremente empleada por el sujeto que muestra,
así, que dicha forma o uso forma efectivamente parte de su repertorio lingüístico.
1También señala Hickmann (2003) cómo últimamente resulta relativamente frecuente que los datos longitudinales de producción espontánea se complementen con la inclusión de datos recogidos en situación experimental.
Capítulo IV
190
Los estudios que existen sobre el tema que nos ocupa, como ya hemos visto en el
Capítulo III, han empleado en la mayoría de los casos una metodología experimental y,
en ese sentido, nuestro estudio pretende contribuir a esclarecer ciertos aspectos teóricos
y metodológicos relativos a la adquisición del lenguaje no nativo y, más concretamente,
a la adquisición del SD del español no nativo, que no han sido revelados por el análisis
de datos experimentales. A partir de los datos de los que disponemos observaremos la
aparición y la evolución en el uso de estos elementos y describiremos fenómenos y
patrones que difícilmente podrían ser detectados a partir de la información que nos
proporcionan los datos experimentales. A la luz de lo que indiquen nuestros resultados
revisaremos algunas de las propuestas presentadas anteriormente para tratar de
comprobar la validez de las mismas y corroborar o rechazar nuestras propias hipótesis.
Los nuestros son datos observacionales de producción semidirigida, es decir, están a
medio camino entre lo que se denomina producción dirigida (en la que el sujeto habla o
escribe guiado por las pautas que proporciona el investigador) y la producción
espontánea que proviene de la interacción libre con otro(s) interlocutor(es).
Como hemos dicho, los métodos de investigación observacionales, meramente
naturales, no permiten al investigador tener control sobre aquello de lo que se está
hablando (Hickmann 2003). Pongamos como ejemplo la expresión de la deixis que tanta
relevancia cobra en el contexto de nuestro trabajo. Ésta se ve forzada por la naturaleza
de la situación experimental y ello se manifiesta claramente en nuestros propios datos
que son, en este sentido, un tipo especial de producción dirigida ya que, por un lado,
aun sin tratarse de una situación estrictamente experimental permiten al investigador, en
la primera parte de las entrevistas, asegurarse de que el sujeto producirá un tipo
determinado de discurso como respuesta a una serie de estímulos y preguntas que él
mismo proporciona y, por otro, en la segunda parte, obtener, por medio de la sección de
narración monológica, usos casi espontáneos que se dan a partir del pretexto que
constituyen las viñetas de imágenes y/o dibujos. En relación con los deícticos, y dado
que los referentes que deben introducir son siempre información compartida a partir de
las viñetas conocidas tanto por el hablante como por su interlocutor, quizá no son los
nuestros los datos más idóneos para poder observar cómo circula en el discurso del
español no nativo la información nueva y conocida o cómo se introducen nuevos
referentes dependiendo de si los interlocutores están o no familiarizados con ellos. No
obstante, es preciso señalar que la distinción entre usos del determinado y del
El análisis de los datos del español no nativo
191
indeterminado en contextos de introducción de información nueva frente a información
conocida no era un objetivo esencial para nuestro estudio que se centra, más bien, en la
producción general de artículos determinados en comparación con la de clíticos de
objeto. El tipo de datos que se recoge por medio de estas entrevistas asegura la
producción de los determinados en la narración de una historia cuyos protagonistas son
conocidos para los dos interlocutores y que incluso están gráficamente presentes en el
momento de la narración (v. ejemplo de entrevista en el Anejo 1, sección 1.6).
En la sección 4.5.1 se discute la forma en que incluimos en el estudio los datos del
español nativo, los de nuestro grupo control, para así contar con un referente real,
estable que nos permita cuantificar el alcance del fenómeno estudiado en el sistema
nativo. La justificación de la inclusión de este grupo, de los datos que estos sujetos
producen, nos sirve como pretexto para emprender una breve reflexión acerca de
problemas como el planteamiento metodológico de los estudios sobre adquisición del
lenguaje, la selección de los sujetos en cada estudio, la representatividad de los datos o
la verdadera naturaleza de los mismos.
4.1.1 El análisis de los datos de la adquisición desde la teoría lingüística
La pregunta que nos hacemos llegados a este punto es cómo debe abordarse el
análisis de los datos de la adquisición desde la teoría lingüística. Y para proporcionar
una respuesta satisfactoria a esta pregunta, que es en última instancia uno de los
propósitos de esta tesis así como de cualquier trabajo que aborde la descripción del
proceso de adquisición de una lengua dada desde esta perspectiva, es obligado
plantearse cómo se ha de extraer e interpretar la información de los datos obtenidos a la
luz de los análisis que se proponen desde la teoría.
En la introducción al volumen que editaron sobre la adquisición de los fenómenos
sintácticos de cliticización y scrambling,2 Powers y Hamann (2000) parten de tres
2 El fenómeno sintáctico que se conoce como scrambling se observa en lenguas como el holandés y el alemán y consiste en el desplazamiento del sintagma que funciona como objeto directo desde su posición preverbal original por encima del sintagma adverbial oración (Schaeffer 2000), en este caso, la negación como ilustra en el siguiente ejemplo del holandés que tomamos de Unsworth (2004):
(ia) Nijntje gaat niet de bloem plukken (ib) Nijntje gaat de bloem niet plukken Miffy va (a) no la flor coger Miffy va (a) la flor no coge
Capítulo IV
192
preguntas esenciales que, en opinión de las autoras, deben constituir el punto de partida
de todo estudio acerca de la adquisición del lenguaje. En primer lugar, los datos de la
adquisición pueden servir para apoyar la disponibilidad temprana de los principios de
GU; es decir, a partir del análisis de esos datos podremos plantear la pregunta acerca de
cuánto en ellos procede de dicho sistema universal y cuánto, en cambio, del input al que
están expuestos los niños. Por otra parte, esos mismos datos pueden efectivamente ser
capaces de refrendar (o no) la validez de un análisis determinado como propuesta
explicativa de fenómenos lingüísticos específicos. Recogemos a Wexler (1996) que
anima a los estudiosos de la adquisición a abandonar supuestos intentos de acomodar
los datos a la teoría e ir en la dirección contraria; el objetivo del investigador es indicar
en qué punto o puntos el examen de los datos empíricos permite avalar o desechar
propuestas de análisis concretas, tales son las repercusiones del análisis de los datos de
la adquisición desde el punto de vista teórico. La tercera y última cuestión implica una
doble pregunta acerca de cómo los datos de la adquisición encajan con nuestras ideas
sobre el proceso de desarrollo del lenguaje y cómo ese desarrollo puede
fundamentalmente describirse desde la teoría lingüística (cf. Bel 1998, Lázaro 2002).
En este sentido, las palabras que emplea Bel en la introducción a su trabajo sobre la
adquisición nativa del catalán y el español son, en nuestra opinión, bastante
clarificadoras por cuanto
“una anàlisi lingüística que no parteixi d’un model lingüístic difícilment pot anar més enllà del que superficialment es veu o pot tractar separadament dues qüestions que en un determinat nivell estan relacionades però que tenen una realització diferent. […] Vistes així, les dades d’adquisició aconsegueixen un potencial que altrament no tindrien. La teoria lingüística ens permet de veure-hi més enllà, d’anar més enllà de les ‘aparences’ i alhora de prevenir-nos de possibles miratges.” (Bel 1998: 7)
Parece, pues, que se hace necesario ser cuidadosos a la hora de analizar y también de
describir los resultados del estudio. Nos llama la atención a este respecto cómo,
dependiendo de la orientación escogida al iniciar el planteamiento del trabajo, el
enfoque que se dé al análisis, incluso los mismos datos pueden decir cosas distintas y no
somos, desde luego, los primeros en percatarnos de ello (v. Cook 1990). Esto se refleja,
como veremos, en algunos de los trabajos que presentamos a continuación, a pesar de
que a ratos puede resultar frustrante para el investigador que confía en la univocidad de
El análisis de los datos del español no nativo
193
los datos empíricos también le anima a encarar el análisis provisto de un cierto grado de
recelo que puede resultar una herramienta de gran utilidad a la hora de ‘prevenir-nos de
possibles miratges’.
4.1.2 Aproximación a los datos del corpus: cantidad y calidad de la
producción
Antes de proporcionar una caracterización exhaustiva de los sujetos y los datos
que conforman nuestro corpus, así como de las pruebas que se emplean para la
obtención de los mismos y la forma en que se ha procedido a la hora de procesar los
datos y la discusión que su análisis arroja, sería interesante plantearse cómo se afrontará
su descripción y análisis. En otras palabras, se ha de decidir cómo, a partir de la
producción que hemos recogido de hablantes nativos y no nativos, se intentará llegar a
conclusiones acerca de la forma en que se desarrolla el proceso de adquisición del
español no nativo y, así, caracterizar adecuadamente dicho proceso.
En este sentido, nos gustaría recoger la forma en que, con respecto a la adquisición
nativa del catalán y el castellano, Bel (1998) señala cómo el objeto de estudio de su
trabajo no es en sí la producción de los niños con los que cuenta en su estudio, sino más
bien el sistema de conocimiento gramatical que subyace a dicha producción. A partir de
esta afirmación, la autora se pregunta cuál ha de ser la forma idónea de determinar el
grado de conocimiento real de un sujeto dado a partir de los enunciados que emite, si es
que realmente puede aspirarse a ello. Nos acercamos aquí, por tanto, al problema que
supone determinar cuán representativos son en realidad los datos observacionales. Al
encarar la forma en que se aborda la interpretación y el análisis de los datos de
producción espontánea que examina en su trabajo, la autora señala cómo, una vez se ha
decidido trabajar a partir de datos no experimentales, es preciso tener en cuenta una
serie de “precauciones metodológicas” mínimas si se aspira a llegar a un entendimiento
cabal de la información que subyace a los datos de producción y recoge para ello
algunas pautas marcadas por el trabajo de Cook (1990). A continuación recogemos las
dos que nos parecen especialmente relevantes:
(a) la interpretación de la producción lingüística de los sujetos ha de ser
necesariamente cautelosa, con todo lo que ello implica,
Capítulo IV
194
(b) es conveniente contar con un modelo de referencia con el que contrastar
los datos de los resultados experimentales.
Con respecto a (b) ya se ha discutido en la sección anterior cómo la inclusión en el
corpus de los datos del grupo control se ve justificada por cuanto su producción (como
uso real de la LO frente a la abstracción que supone su competencia, o la descripción
del sistema lingüístico en cuestión) será el punto de referencia contra el que mediremos
y contrastaremos los enunciados producidos por nuestros sujetos experimentales (v.
sección 4.2.1.3); paralelamente, en relación con el primero de estos puntos,
intentaremos determinar qué factores son responsables de la forma de la producción de
los sujetos. ¿Cuántos factores se mezclan e intervienen a la vez para determinar la forma
de la producción en L2?3
Por lo que se refiere a (a), la cantidad de producción que vamos a manejar, tratamos de
contar aquí con un volumen de datos que pueda considerarse, digamos, razonable. La
idea es, en realidad, poder afrontar la descripción y el análisis desde el convencimiento
de que el volumen de datos que manejamos es lo bastante representativo, no sólo del
grupo de sujetos con el que contamos sino, llevando nuestras pretensiones un paso más
allá, de un tipo determinado de población de la que son un ejemplo característico y que,
por lo tanto, darán validez a nuestras inferencias. Además, es nuestro objetivo, siempre
que ello sea posible, poder aplicar pruebas estadísticas que confirmen esta
representatividad: el propósito es conseguir que la conducta de estos hablantes con
respecto a un fenómeno lingüístico dado represente una aproximación lo más fiable
posible de la conducta general de los hablantes no nativos de español y así quede
manifestado tras la aplicación de los análisis pertinentes. Sin embargo, creemos
necesario señalar cómo en aquellos casos en los que lo escaso o limitado de un conjunto
determinado de observaciones empíricas dificulte la aplicación de cualquier tipo de
prueba estadística, se empleará un protocolo de descripción individual para cada uno de
3 Es éste un problema de difícil solución, especialmente para un estudio que, como el nuestro, no se propone, en principio, considerar cómo los factores que se han dado en llamar “externos” determinan la forma y/o frecuencia en que nuestros sujetos producen los datos que computamos y analizamos. No pensamos, sin embargo, que debamos dejar de considerar estos factores o la posibilidad de que jueguen un papel determinante en la configuración de los sistemas de IL.
El análisis de los datos del español no nativo
195
los componentes del grupo en cuestión, es decir, se procederá a realizar estudios
individuales de caso. Los llamados estudios de caso nos permiten descubrir y apuntar
tendencias que, una vez observadas en el proceso de adquisición de un único individuo,
nos han de servir esencialmente para tratar de detectar fenómenos paralelos y corroborar
o rechazar tales tendencias en un volumen mayor de datos, ya sea dentro del mismo
estudio o en investigaciones posteriores.4
Por otro lado, y en consonancia con lo que se ha afirmado con respecto a la existencia
de un hablante-oyente ideal nativo de una lengua dada, también asumimos, como
decíamos en el Capítulo II, la existencia de un hablante-oyente no nativo ideal cuyo
variable y dinámico sistema lingüístico intentaremos caracterizar desde aquí
ocupándonos del caso específico del español y centrándonos en la naturaleza y
comportamiento de su sistema del SD.
4.2 Constitución del corpus
Describimos en esta sección la metodología de nuestro estudio e incluimos
información relativa tanto a la selección de los sujetos de la muestra, como a la cantidad
y los tipos de datos con los que contamos, a la forma en que se procedió y a las técnicas
que fueron empleadas en la recogida de los datos de producción nativa y no nativa.
4.2.1 Los sujetos
Como se ha puesto de manifiesto en los capítulos precedentes, el estudio de la
adquisición del SD resulta un campo de investigación interesantísimo para el
investigador de la adquisición de lenguas segundas. Al plantearnos la implementación
de esta tarea, la intención de observar cómo tiene lugar la adquisición de los artículos y
los clíticos del español nos hizo emprender la búsqueda de un tipo de sujeto concreto
con el propósito de poder contrastar convenientemente fenómenos específicos y
procesos generales en relación con estos elementos.
4 Igualmente, podríamos decir que los fenómenos observados en los datos longitudinales pueden darnos la pauta acerca de qué investigar y cómo proceder a la hora de diseñar y administrar pruebas experimentales.
Capítulo IV
196
Cada uno de los grupos de la muestra ha sido incluido por unas razones determinadas: el
primero de los grupos experimentales, el grupo denominado OTT, está compuesto por
nueve hablantes bilingües que viven en Ottawa (Canadá) y aprenden español en el
contexto de un instituto de secundaria en el que se imparten varias asignaturas de lengua
y cultura españolas. Las lenguas nativas de estos sujetos, francés e inglés, son lenguas
indoeuropeas que disponen tanto de artículos como de pronombres de objeto. Sin
embargo, como hemos visto, la naturaleza, distribución y funcionamiento de los
elementos que desempeñan funciones equivalentes en estas L1 son, en alguna medida,
distintos de las que se observa para los elementos equivalentes en español.
El segundo de los grupos experimentales, el grupo BAR, está compuesto por seis
sujetos que tienen como lengua materna alguna variante del chino; su inclusión en el
estudio, como ya se ha apuntado con anterioridad, se explica por lo interesante que con
respecto al comportamiento que la expresión de la referencia en su L1 ya que, por un
lado, el chino carece, en cualquiera de sus variantes, de unidades léxicas equivalentes a
los artículos de las lenguas indoeuropeas y, por otro, contempla la posibilidad de tener
objetos nulos como opción sintáctica.
El grupo control, por último, formado por cuatro hablantes nativos de español, ha sido
incluido, como se ha explicado en el capítulo anterior con el objetivo de contar con sus
datos como herramienta útil y fiable que emplear en la descripción que haremos de los
sistemas de interlengua de los sujetos experimentales del estudio.
Así pues, disponemos de dos grupos experimentales distintos entre sí tanto con respecto
a su procedencia y experiencia lingüística como con respecto al contexto en que se
desarrolla su proceso de adquisición del español ya que si bien en un caso se trata de
aprendizaje en un contexto exclusivamente institucional, en el otro estamos ante una
situación mixta que combina la inmersión en la lengua objeto con el input que se
proporciona en el aula de lengua española. Procedemos seguidamente a describir las
características de los sujetos del corpus de esta tesis: los dos grupos experimentales
(OTT y BAR) y el de control (CON).
El análisis de los datos del español no nativo
197
4.2.1.1 Grupo francés/inglés L1, español L2 (OTT)
El primero de los grupos experimentales del estudio (Grupo OTT) está
compuesto por nueve hablantes bilingües de inglés y de francés que aprenden español
en el contexto institucional de un instituto de secundaria francófono en Ottawa (Canadá)
cuyo plan de estudios incluye cinco horas de clase de lengua española. Las clases eran
muy estructuradas con gran presencia de reflexión gramatical explícita y de contenidos
culturales. Los niños, además, tenían contacto con numerosas actividades relacionadas
con la cultura de países de habla hispana.
Los nueve sujetos (tres mujeres y seis hombres) que componen este grupo son
perfectamente competentes en francés y en inglés, y viven además en una comunidad
lingüística que también lo es. Si bien Canadá es un estado oficialmente bilingüe,
también es cierto que el porcentaje de población bilingüe difiere considerablemente de
una provincia (cada una de las divisiones administrativas del estado canadiense) a otra.
Por poner un ejemplo, British Columbia es un área mayoritariamente anglófona,
mientras la provincia de Québec es eminentemente francófona aunque ello no obste,
claro está, para que encontremos bilingües tanto en un lugar como en otro. El caso de la
capital, Ottawa, donde viven nuestros sujetos, es particularmente interesante por cuanto,
si bien Ontario, provincia en la que se encuentra, es eminentemente anglófona y el
porcentaje de hablantes bilingües no supera el 25,2%, el área de Ottawa-Hull presenta,
en cambio, un alto grado de bilingüismo que se estima en un 44%, índice que sólo
supera la vecina ciudad de Montreal con un 53% de bilingües. Por el hecho de ser la
capital administrativa del estado y albergar por ello numerosos órganos
gubernamentales y organismos oficiales, es lugar de residencia de un número muy
elevado de funcionarios que deben, por ley, poseer un grado de competencia muy
elevado en inglés y francés, las dos lenguas oficiales del estado. En cualquier caso, es
más que perceptible el contraste entre la parte del área metropolitana de Ottawa-Hull
que pertenece a Québec, con un 64% de residentes bilingües, y la parte perteneciente a
Ontario cuyos habitantes son bilingües sólo en un 38% de los casos.5
La recogida de los datos de este grupo de hablantes se desarrolló de la siguiente forma:
se administró a cada sujeto seis entrevistas de formato equivalente (v. Anejo 1.4) a lo
Capítulo IV
198
largo de tres etapas correspondientes a tres años académicos sucesivos para algunos
sujetos y a dos para otros, con las excepciones señaladas como tales en la tabla resumen
de entrevistas. Disponemos, pues, de un total de 18 entrevistas para los cinco primeros
sujetos, y 12 para los cuatro últimos, exceptuando dos casos que cuentan con 17 y 11
entrevistas respectivamente. Todo ello queda reflejado en la Tabla 4.1 en el Anejo 4.1.
Cuando se inicia el proceso de recogida de los datos todos los hablantes del grupo OTT
tienen 12 años de edad mientras que al final del mismo sus edades están entre los 14 y
15 años dependiendo de si la serie de entrevistas fue administrada en dos o tres
ocasiones6.
Desde el primer momento decidimos considerarlos adultos y equiparar sin reservas su
proceso de adquisición al del resto de sujetos de mayor edad que integran el grupo
BAR. No esperamos que la edad de los sujetos resulte un factor relevante para nuestro
análisis puesto que, incluso en el caso de los hablantes más jóvenes, todos los
participantes de la muestra comienzan su exposición a los datos del español después de
haber cumplido los doce años, momento posterior a la pubertad que, consecuentemente,
consideramos también posterior al cierre del llamado ‘período crítico’, el planteamiento
clásico que contempla que ciertas capacidades humanas que están biológicamente
predeterminadas –aplicándose en este caso a la facultad del lenguaje– se vuelven
“inaccesibles” para el hombre si se activan por vez primera después de un momento
evolutivo concreto en el desarrollo del humano, véase, entre otros muchos, el trabajo
pionero de Lenneberg (1967) o, en relación con la adquisición de la L2, Johnson y
Newport (1989), Singleton (1989) o Muñoz, Pérez Vidal, Celaya, Navés, Torras,
Tragant y Victori (2003) entre otros muchos.
5 Canadian Heritage. Official Languages Annual Reports. 2001. English-French Bilingualism Census Metropolitan Areas. 6 Agradecemos a la profesora Begoña Soloaga y al Lycée Claudel de Ottawa su ayuda en el reclutamiento de los sujetos y la recogida de los datos que constituyen el corpus del grupo OTT. Asimismo, agradecemos a Raquel Fernández, Zara Fernández, Biana Laguardia, Elena Valenzuela y a la propia Begoña Soloaga su colaboración en la realización y primera transcripción de estas entrevistas.
El análisis de los datos del español no nativo
199
4.2.1.2 Grupo L1 chino, L2 español (BAR)
El segundo grupo experimental (BAR) está compuesto por seis aprendices de
español L2, cuatro mujeres y dos hombres, que tienen como lengua nativa alguna
variante del chino7 y que aprenden español en un contexto natural que se combina con
las clases a las que asisten. Todos los componentes de este grupo viven y trabajan o
estudian en Barcelona y en el momento en que se realizan las entrevistas asisten a clases
de español en la Escuela Oficial de Idiomas de Barcelona (E.O.I. Drassanes); de hecho,
el contacto con los sujetos y la recogida de datos se realiza a través de esta institución8.
En el momento en que se recoge la primera batería de entrevistas, dos por sesión, los
aprendices están cursando el primer curso (= A1)9 del nivel elemental de español como
lengua extranjera de la EOI; en caso de que contemos con una segunda etapa, como
ocurre con cuatro de los seis sujetos del grupo, sus datos se recogen cuando están
cursando, pues, el segundo curso del nivel elemental (= A2).
Los datos de los que disponemos en el caso de este grupo experimental son bastante
disparejos (v. Tabla 4.2 en el Anejo 4.1). Si bien en el caso de cuatro de los seis sujetos
que componen el grupo, sólo pudo realizarse esta primera serie de entrevistas, en el caso
de los otros dos hablantes tan sólo disponemos de las pruebas por ellos realizadas al
inicio de su segundo curso en la EOI. Somos conscientes de que, en lo referente a la
cantidad de los datos recogidos, éste es el grupo más irregular del corpus: los sujetos no
sólo no realizan el mismo número de entrevistas en todos los casos, sino que, en
ocasiones, resulta difícil realizar el seguimiento de su evolución. No obstante, incluso
tratándose de un volumen de datos no muy numeroso, el análisis de su producción
resulta especialmente interesante dadas las características lingüísticas (y/o
sociolingüísticas) de este tipo de población.
Como ya hemos comentado, nos parece evidente que pensar que una lengua dada no
expresa o no puede expresar cualquier relación semántica (entre ellas, obviamente, la
7 A pesar de que los informantes de que disponemos son hablantes de diferentes variantes del chino (mandarín, cantonés y taiwanés) nuestro trabajo los considera de manera conjunta ya que, en lo que respecta a las áreas gramaticales que interesan a nuestra investigación, estas variantes presentan el mismo comportamiento. 8 Expresamos nuestro agradecimiento a Juan Antonio Redó de la E.O.I. Drassanes (Barcelona) por su colaboración tanto en el reclutamiento de los sujetos como en la recogida de las entrevistas que dentro del proyecto de investigación The Specific Nature of Non Native Grammars se realizaron entre los años 1996-1999.
Capítulo IV
200
definitud, la univocidad…) supone asumir como punto de partida unos prejuicios
lingüísticos que, sin duda, limitarían cualquier trabajo que se planteara desde la pura
descripción o desde el análisis de los datos reales del uso de una lengua. Debemos tener
en cuenta, y es preciso tener este dato siempre presente durante el análisis ya que tendrá
importantes repercusiones para la discusión de los resultados, que cualquier hablante
puede transmitir cualquier mensaje, o mejor dicho, cualquier lengua sirve para expresar
todo tipo de conceptos y/o relaciones semánticas con independencia de si dispone o no
de morfología o cualquier tipo de elemento realizado fonéticamente destinado
específicamente a la expresión de esta función. De modo que, incluso si invocamos la
influencia de la L1, en este caso el chino, carente de artículos y clíticos equivalentes a
los del castellano, para explicar el comportamiento de nuestros hablantes, lo haremos
conscientes de que en su L1 existen medios alternativos para la expresión de tales
contenidos.
Casi podría afirmarse que tradicionalmente este tipo de población es, por así decirlo,
difícil de seguir. Las características personales y laborales de sujetos como estos,
sumadas a las particularidades del contexto social en que la mayoría vive y trabaja
cuando emigra, hacen que en ocasiones resulte complicado mantener el contacto con
ellos durante un tiempo prolongado y que su seguimiento, y consecuentemente, la
recogida de datos longitudinales resulte una tarea particularmente ardua en su caso.
Efectivamente, para muchos estudiosos de la forma en que los hablantes nativos de
chino se enfrentan al aprendizaje de otras lenguas parece necesario hacer referencia al
tipo de relaciones sociales que éstos establecen con otros nativos de chino y con
hablantes de la LO en el contexto en que se usa esta lengua como medio de
comunicación (Lin 1995, Ollé 2005), y lo cierto es que existen muchas razones para
pensar que este tipo de consideraciones pueden ayudar a explicar el comportamiento
lingüístico de nuestros sujetos o de sujetos de características similares.
Los chinos que han emigrado tienden a agruparse en asociaciones que prestan apoyo
social y/o económico a los recién llegados. La vida del grupo (la familia, la comunidad,
etc.) está por encima de los intereses del individuo y tiene una gran importancia para
este tipo de población cuya vida social tiene lugar casi exclusivamente dentro de dicha
9 Equivalentes de los cursos de nivel elemental de la E.O.I. que cursan estos sujetos según el sistema propuesto por el Marco Europeo de Referencia para las lenguas.
El análisis de los datos del español no nativo
201
comunidad. Es casi un mito hablar de cómo los chinos inmigrantes preservan su
identidad étnica reproduciendo en la comunidad de acogida usos y costumbres
culturales, culinarias propias de su país de origen, y si bien es cierto que también
incorporan nuevos rasgos culturales y cotidianos mantienen característicamente sus
raíces sin experimentar procesos de aculturación plena.10
Los sujetos del grupo BAR adquieren la lengua en un entorno natural y para ellos esto
supondrá, en principio, una importante ventaja frente a hablantes que, como es el caso
de los sujetos del grupo OTT, ven limitada su exposición a los datos del español a las
horas durante las cuales asisten a clases de esta lengua en el contexto del aula. No
obstante, es preciso tener en cuenta que, a pesar de vivir en un contexto en que la lengua
objeto es también la lengua de comunicación, las relaciones que establecen con
hablantes nativos de la L2 son, en la mayoría de los casos, muy limitadas y ello reduce
de forma decisiva el tiempo de exposición a input de la L2. Para algunos de estos
sujetos el contacto con los datos de la L2 es, así, muy escaso, limitándose en ocasiones a
sus clases de lengua en la EOI. Proporcionamos un resumen de las respuestas de los
sujetos a un Cuestionario sobre datos lingüísticos en la Tabla 4.3 en el Anejo 4.1.
Todos los sujetos llegan a Barcelona después de haber cumplido los 15 años, se les
clasifica como de nivel elemental y realizan el mismo curso de la EOI en el momento en
que se administran las entrevistas de la primera etapa. Sin embargo, las diferencias que
se observan entre ellos son muy llamativas en algunos casos. Una primera observación
cualitativa de los datos revela cómo, por ejemplo, FUL o ZHE parecen poseer una
competencia y un nivel de fluidez menores que otros hablantes del grupo como DAN y
MIA y ello, con toda probabilidad, hace que el volumen de su producción sea más
escasa, como se verá en el análisis de los resultados.
4.2.1.3 Grupo L1 español (CON)
La descripción de la producción de los hablantes no nativos ha constituido
tradicionalmente una empresa, cuando menos, ambiciosa. La consideración de los
sistemas de interlengua como sistemas naturales (Selinker 1972, Adjémian 1976) fue,
10 Significativamente señala Ollé (2005) cómo los chinos de ultramar se refieren a los ciudadanos del país de acogida como a extranjeros, concepto que viene definido por un componente étnico-cultural y no territorial.
Capítulo IV
202
ya desde los inicios de la adquisición de lenguas segundas como disciplina científica
con entidad propia, una cuestión a resolver cuya solución tendría repercusiones teóricas
de un alcance considerable. Si bien entre los estudiosos del campo parece evidente que
los sistemas no nativos se describen por sí mismos y que las producciones de los
hablantes de L2, que se desvían de las formas que produciría un nativo, no han de
considerarse erróneas, no es menos evidente que parece necesario y que resulta
indiscutiblemente útil para el investigador, contar con la producción del nativo para
disponer de un constructo invariable con el que contrastar una producción que es
idiosincrásica y cambiante, variable por definición.11
Como ya se ha dicho en capítulos precedentes, la producción del nativo como poseedor
de esa idealización que se ha denominado competencia nativa es el único modelo del
que disponemos a la hora de abordar una descripción de la producción en L2. El
objetivo de contar los datos de actuación, es decir, datos cuantificables de este grupo
control compuesto por hablantes nativos de la LO es, ni más ni menos, poder medir con
cierta precisión cuál es el alcance real de la producción del hablante nativo ya que,
como decimos, la única manera efectiva de emprender la ardua tarea de describir los
sistemas gramaticales de las L2s implica realizar el contraste de la producción nativa y
la no nativa.
Así pues, y con objeto de poder establecer las comparaciones pertinentes y de que éstas
resulten lo suficientemente explicativas, los datos de nuestros sujetos se comparan con
los procedentes de un grupo control nativo compuesto por cuatro hablantes de diferentes
variantes de español peninsular. Los controles son dos varones y dos mujeres
procedentes de Andalucía, País Vasco y la comunidad de Madrid, cuyas edades oscilan
entre los 12 y los 30 años y que realizan las mismas entrevistas que los sujetos de los
grupos OTT y BAR. Sus datos figuran en las Tablas 4.4 y 4.5 en el Anejo 4, sección
4.1.
11 Véase en la sección 4.5.1 la discusión acerca de la inclusión de un grupo control y la “falacia comparativa” en la investigación sobre los datos lingüísticos.
El análisis de los datos del español no nativo
203
4.3 Los datos
Empleamos en este estudio un esquema de investigación longitudinal que intenta
seguir la evolución del proceso de adquisición del español por parte de los sujetos que
componen la muestra. Son los nuestros datos observacionales que recogen la
producción semiespontánea (o semidirigida) de un total, como hemos visto, de 15
sujetos experimentales y cuatro sujetos nativos que actúan como grupo control. Los
datos fueron recogidos a partir de unas entrevistas realizadas en el marco de dos
proyectos de investigación diseñados para el estudio de las interlenguas: los proyectos
interuniversitarios Beyond parameters (1995) y The specific nature of non-native
grammars and the principles and parameters theory/Análisis de la interlengua española
de hablantes no nativos de español y de inglés en contextos de aprendizaje formal:
Obtención de un corpus oral para un estudio longitudinal de la adquisición.12
La presentación de las entrevistas y de las instrucciones para su realización se llevaba a
cabo en todos los casos siguiendo un protocolo similar: el entrevistador se presentaba al
sujeto (a veces esto no era un paso obligatorio puesto que se realizaban dos entrevistas
en una sola sesión o el informante lo conocía de sesiones previas), a continuación le
informaba por vez primera o le recordaba en que consistía el protocolo de realización de
la entrevista y cómo se desarrollaría ésta (v. Anejo 1, sección 1.4)
En relación con la cantidad de datos recogidos cabe mencionar que si bien hemos
recogido datos de la producción de cuatro de los nueve sujetos del grupo OTT en dos
etapas diferentes (cada una de ellas correspondiente a dos años académicos sucesivos) al
año siguiente los otros cinco informantes del mismo grupo vuelven a realizar estas
entrevistas y contamos en su caso, pues, con una tercera etapa. Por su parte, los datos de
los participantes del grupo de Barcelona (BAR) son recogidos, con alguna excepción, a
12 El proyecto Beyond parameters (1995) fue dirigido por la Dra. Juana Muñoz Liceras en la Universidad de Ottawa. The specific nature of non-native grammars and the Principles and parameters theory (1996-1999) financiado por el Social Sciences and Humanities Research Council of Canada (SSHRC), G-2451, 410-96-0326 y Análisis de la interlengua española de hablantes no nativos de español y de inglés en contextos de aprendizaje formal: obtención de un corpus oral para un estudio longitudinal de la adquisición (1998-1999) financiado por el Ministerio de Educación y Cultura, DGES/DGICYT PB-94-1096-C02 y 01 son dos proyectos coordinados dirigidos por Juana Muñoz Liceras y Lourdes Díaz desde la Universidad de Ottawa (Canadá) y la Universitat Pompeu Fabra (Barcelona) respectivamente. Todos los proyectos anteriores se diseñaron para investigar la naturaleza de la interlengua de hablantes que adquieren el español en un contexto institucional en Ottawa (Canadá) y/o que combinan la adquisición en contexto natural y el aprendizaje formal en Barcelona.
Capítulo IV
204
lo largo de un curso de la Escuela Oficial de Idiomas (EOI) cuya duración es de seis
meses.
El apartado siguiente presenta el procedimiento empleado en la recogida de los datos de
la muestra deteniéndonos especialmente en la descripción de las entrevistas y el tipo de
información obtenido por medio de las mismas.
4.3.1 Recogida de los datos
Tanto los datos que se recogieron en Canadá como los de Barcelona se grabaron
en formato audio; en todos los casos las entrevistas fueron realizadas en las aulas de los
centros en los que los participantes asistían regularmente a clases de español y a los que
se desplazaban los encargados de administrar las entrevistas. Éstos eran normalmente
investigadores vinculados con alguno de los proyectos de investigación ya mencionados
y en cuyo marco se recogen los datos, colaboradores ocasionales de dichos proyectos de
investigación y también en algún caso profesores del mismo centro en el que estudiaban
los sujetos. El caso de los hablantes nativos que conforman el grupo control constituye
una excepción en comparación con el resto ya que, si bien en uno de los casos la
entrevista se realizó en la Universidad de Ottawa, los otros tres sujetos completaron las
entrevistas en un contexto no institucional en Madrid.
Algunos de los datos de la muestra fueron por primera vez transcritos como parte del
trabajo realizado en el marco de los proyectos de investigación citados y no
específicamente como parte de esta tesis, empleando procesadores de texto comunes
(Word y Wordperfect) no ideados específicamente para el análisis de la producción
lingüística. Así, todas las transcripciones fueron convertidas manualmente al formato
CHAT ya en el contexto de nuestra tesis doctoral.
Es preciso señalar, no obstante, que la mayor parte de los datos aquí analizados han sido
ya examinados y presentados en anteriores trabajos de investigación (v. Liceras, Díaz,
Maxwell, Laguardia y Fernández 1998, Liceras y Díaz 1998, Perales et al. 2005) por lo
que tan sólo algunos de los datos del grupo BAR son inéditos. Pasamos a continuación a
describir en detalle las entrevistas a partir de las cuales se han obtenido los datos de la
muestra.
El análisis de los datos del español no nativo
205
4.3.2 Las entrevistas
Una vez finalizada la recolección de datos, se obtiene un total de 196 entrevistas
que presentan, para todos los grupos y etapas, una misma estructura básica que sufre en
algunos casos ligeras modificaciones; dicha estructura mantiene las siguientes
secciones:
1. Una sección de preguntas de carácter más o menos personal que
introduce la sesión.
2. Una sección de preguntas pensadas con la intención de que el
entrevistado produzca algún tipo de estructura o elemento concretos.
3. Una sección de narración de una historia que el sujeto ha de relatar a
partir de unas viñetas (una historieta gráfica) que le presenta el
entrevistador.
Quisiéramos ahora realizar una serie de observaciones relativas al diseño de estas
entrevistas y la forma en que ello afecta o podría afectar la naturaleza de los datos. Los
métodos de investigación meramente observacionales, naturales, no permiten al
investigador tener control sobre aquello de lo que se está hablando.13 Nuestros datos
son, en realidad, un tipo especial de producción dirigida ya que, por un lado, aun sin
tratarse de una situación estrictamente experimental, la primera parte de las entrevistas
permite al investigador asegurarse de que el sujeto producirá un tipo determinado de
discurso como respuesta a una serie de estímulos y preguntas que él mismo proporciona
y, por otro, permite obtener usos casi espontáneos por parte de los sujetos por medio de
la narración monológica a partir del pretexto de una tira de imágenes.14
El modo de presentación de los estímulos en entrevistas como las nuestras y el tipo de
tarea que se propone a los sujetos pueden repercutir en el grado e incluso el tipo de
competencia (gramatical o metalingüística) que éstos muestren. En este sentido, tal y
13 Remitimos aquí a la discusión sobre la expresión de la deixis forzada por la naturaleza de la situación experimental anteriormente presentada en la sección 4.1 de este mismo capítulo. 14 Es preciso señalar cómo, en realidad, en ocasiones el entrevistador sí interviene brevemente, bien con intervenciones puramente fáticas que aseguran al sujeto que su mensaje está siendo recibido, bien con respuestas concisas a preguntas puntuales de éste relativas, por ejemplo, a lo adecuado del uso de un termino dado en un contexto concreto, a la pronunciación de una palabra determinada, etcétera.
Capítulo IV
206
como señala Hickmann (2003), las viñetas gráficas tienen frente a, por ejemplo, las
películas o los vídeos la ventaja de no exigir del entrevistado un esfuerzo memorístico
que le dificulte o le distraiga de su tarea como narrador: aquello que ha de ser narrado
permanece presente y visible pero, por contra, al proporcionar un marco, digamos
estático, invitan, de alguna forma, a la descripción.15
Igualmente, es de esperar que una descripción realizada a partir de referentes que son
información conocida tanto para el hablante como para el oyente (tal es el caso de las
entidades que aparecen en viñetas que ambos interlocutores ven en el transcurso de la
entrevista) no incluya artículos indeterminados ni siquiera en la primera mención de
cada entidad; lo contrario resultaría poco natural ya que los dos saben que se trata de
información conocida para ambos. En cualquier caso, si bien somos conscientes de que
todo lo anterior podría constituir un problema para un estudio que tuviera como objetivo
examinar (el desarrollo de) la expresión de la referencia, en un caso como el nuestro, en
cambio, no creemos que vaya a suponer un problema desde el momento en que,
precisamente, son los artículos determinados los que nos interesan y el hecho de que se
reduzcan las oportunidades de uso del indeterminado y aumente así el número de
contextos en que el determinado sería obligatorio es incluso positivo para nuestros
objetivos. En las secciones siguientes de descripción de resultados, veremos cómo, de
alguna forma, este problema se ve reflejado en la producción de nuestros sujetos.
Algunas de las entrevistas, en concreto las pertenecientes a la primera etapa de cinco
sujetos del grupo OTT que, a diferencia de las que se administran al resto de los sujetos,
se recogen dentro del proyecto de investigación Beyond Parameters, incluyen una
sección de repeticiones en la que el sujeto ha de reproducir exactamente las secuencias
que lee el entrevistador y que contienen estructuras e ítems de diversos tipos. Pero,
insistimos, nuestro estudio no incluye en el análisis la producción procedente de dichas
secciones que han sido convenientemente eliminadas del cómputo total de producciones
15 Algunos trabajos de investigación de propósitos muy específicos tratan deliberadamente de eliminar este posible efecto descriptivo en la narración a partir de viñetas proporcionando al sujeto instrucciones concretas acerca de la posición (temporal) discursiva desde la que ha de realizar la tarea. El estudio de Díaz, Bel, Ruggia y Rosado (2003), por ejemplo, que se proponía investigar el uso de tiempos verbales del pasado, y concretamente la oposición pretérito imperfecto/pretérito indefinido, en hablantes de español L2 requería de los participantes que iniciaran su narración de lo ocurrido en las viñetas que se les presentaban de la siguiente premisa de partida “Ayer por la tarde…” fijando/acotando así el espacio temporal en que se habría de desarrollar la narración. En este sentido, véase también el trabajo de Sánchez (2005).
El análisis de los datos del español no nativo
207
básicamente debido a lo distinto de su naturaleza con respecto del resto de la producción
de los sujetos.16
4.4 Tratamiento de los datos: transcripción, codificación y análisis
Toda la producción de los sujetos que componían la muestra del estudio se
organizó haciendo uso de las herramientas que facilitan los programas de tratamiento de
datos lingüísticos del proyecto CHILDES. La sección 4.4.1 describe la forma en que se
procedió con respecto a la transcripción y codificación de dicha producción lingüística
mientras que en 4.4.2 nos referimos al modo en que se ha procedido con respecto a la
contabilización de la producción de los sujetos: además se especifica cuáles son las
pruebas que se han empleado en su tratamiento estadístico y se justifica por qué se ha
optado por escoger ésas y no otras pruebas.
4.4.1 Transcripción y codificación
Los datos de la muestra fueron transcritos y codificados siguiendo las
convenciones establecidas por el formato CHAT (Codes for the Human Analysis of
Transcripts) del proyecto CHILDES (Child Language Data Exchange System) que fue
desarrollado a mediados de los años ochenta por Brian MacWhinney y Catherine Show.
En un primer momento CHILDES se concibe como herramienta para el estudio del
desarrollo inicial de la lengua nativa con objeto de que los investigadores del lenguaje
infantil pudieran contar con instrumentos estandarizados para intercambiar datos y
transcripciones reales sin que ello supusiera problemas de incompatibilidad entre las
diferentes versiones manejadas por cada equipo de investigación. Así, MacWhinney y
sus colaboradores establecen con este proyecto una serie de criterios para la
transcripción de datos lingüísticos para homogeneizar la forma de transcripciones
realizadas desde proyectos y trabajos de investigación diferentes; el objetivo es, pues,
poder llegar a compartir información evitando el esfuerzo añadido de descifrar los
criterios seguidos por otros investigadores en el proceso de transcripción. Asimismo,
16 Nos parece relevante señalar como en este sentido nuestro estudio se aparta de decisiones tomadas en estudios previos como el de Robertson (2000) cuyos resultados fueron presentados en el Capítulo III. En este estudio el cómputo incluía los casos de repetición y/o reformulación de discurso del interlocutor por parte del hablante no nativo ya que el sobreúso o la omisión en estos contextos resultaba muy significativo para su análisis de datos.
Capítulo IV
208
desde CHILDES se emprende el diseño de una serie de programas informáticos, los
programas de CLAN (Computerized Language Analysis), que facilitan el acceso a la
información contenida en tales transcripciones normalizadas y que, en posteriores
etapas de la investigación, permitan obtener con exactitud resultados y cifras exactas
que puedan luego manejarse sin dificultad a la hora de proceder al análisis estadístico de
los datos. Por último, y esto constituiría el tercer brazo de la herramienta multifuncional
que es el proyecto CHILDES, se promueve e impulsa la creación de una base de datos
procedentes de diferentes lenguas, recogidos en muy diversas situaciones de
comunicación y procedentes tanto de la adquisición de la lengua que tiene lugar en
condiciones normales como en condiciones especiales (MacWhinney 1995, 2000). Con
respecto a la disponibilidad de los datos procesados según las convenciones de CHAT y
tratados por medio de los programas de CLAN, se establece una suerte de acuerdo
tácito, de colaboración entre los responsables del proyecto y los usuarios de sus
facilidades que consiste en que las transcripciones realizadas y trabajadas con los
programas de CLAN se pondrán luego a disposición de los usuarios potenciales de los
mismos, por medio de la cada día más amplia base de datos de la que dispone el
proyecto. En los últimos años esta base de datos se ha visto considerablemente
aumentada con la incorporación de nuevo material procedente de datos de L1 de
numerosas lenguas “nuevas” no habituales en estos contextos, de hablantes bilingües, de
datos de discurso escrito (también novedosos dado que CHILDES se concibió en
principio para el análisis de datos orales), de datos de TEL, de pacientes aquejados de
distintos tipos de afasia y, también, de datos de hablantes de L2.
Lo cierto es que, hoy por hoy, en el tratamiento de datos lingüísticos, en el análisis
cuantitativo o cualitativo de material de adquisición y/o desarrollo del lenguaje, el uso
de las convenciones y herramientas que proporciona CHILDES resulta muy ventajoso
para el investigador que puede recurrir a la base de datos del proyecto y proceder
directamente a su análisis. Del mismo modo, también gracias a CHILDES es posible
acceder a datos que, por sus especiales características, son particularmente difíciles de
conseguir.17
17 La forma en que se procedió con respecto a la transcripción, segmentación y codificación de los datos se describe en detalle en el Anejo 2, sección 2.1.
El análisis de los datos del español no nativo
209
4.4.2 Los datos: contajes y análisis estadísticos
La búsqueda automática, contaje y análisis de las formas codificadas se ha
realizado empleando algunos de los programas desarrollados dentro del proyecto
CHILDES y las utilidades del paquete estadístico SPSS (Statistical Package for Social
Sciences) en su versión 11.0 para Windows.
4.4.2.1 Contajes
El programa FREQ (Frequency) de CHILDES fue empleado para realizar
cálculos de frecuencias y detectar posibles incongruencias en la codificación de los
elementos analizados. Los de (1a) y (1b) son ejemplos procedentes de los archivos de
output que genera el programa FREQ:
(1a) From file <f:\childes\cod_cat_def\Dan_5.dcl> 2 adfs 2 adms 1 aifp 4 aims 2 mtms 2 padnmp 2 z/adfs 1 z/adms 1 zfp 3 zfs 1 zms
------------------------------ 13 Total number of different word types used 23 Total number of words (tokens) 0.565 Type/Token ratio
(1b) From file <f:\childes\cod_cat_def\Dan_5_2.dcl>
1 ad/zms 4 adfs 2 admp 3 adms 5 aims 1 els/admp 2 pmsms 1 pmtms 1 pnfp 2 qmfs 1 qtms 2 z/adfs 1 z/adms 1 z/aims 3 zfs 2 zms
------------------------------ 17 Total number of different word types used 33 Total number of words (tokens) 0.515 Type/Token ratio
Capítulo IV
210
El programa KWAL (Key Word and Line) también fue empleado para efectuar
búsquedas de palabras y categorías concretas y/o producciones completas, así como del
contexto en que éstas aparecían. También fue empleado el programa COMBO (Bolean
Searching) para extraer contingencias de códigos y de palabras específicos. Al realizar
los contajes generales de la producción de los sujetos, y una vez introducidos los
códigos pertinentes, el programa STATFREQ (Frequency Analysis) nos permitió
convertir los datos numéricos obtenidos en una hoja de cálculo que luego se procesó y
trató con la ayuda del programa Excel y el paquete estadístico SPSS (Statistical
Package for Social Sciences) en su versión 11.0 para Windows.
La ponderación de la producción global de los hablantes se realizó tomando la palabra
como unidad de medida (v. apartado 2.1.1 en el Anejo 2) para tener con ello una idea
aproximativa del peso relativo de la producción de nuestros sujetos en el conjunto del
corpus que producen. Todos los cálculos se han realizado a partir de la producción total
de cada categoría (o grupo de categorías) para cada uno de los grupos. Las proporciones
que se presentan para elementos concretos han sido, en todos los casos, calculadas sobre
la categoría de análisis inmediatamente superior, es decir, si bien hemos calculado qué
representa la producción total de clíticos y artículos sobre el total de palabras
producidas por cada sujeto, se ha calculado qué porcentaje sobre el total de clíticos
producidos representa cada tipo de elemento del paradigma. es preciso señalar, no
obstante, que los contajes de las omisiones se han realizado sobre el total potencial18 de
la categoría omitida. Por último, para cada elemento concreto se calcula en qué
proporción aparece empleado en cada uno de sus usos. Tomemos como ejemplo el
clítico se, a la hora de calcular cuál es el porcentaje de uso del se dativo, la cifra que
proporcionamos en las tablas de resultados corresponderá a la proporción que tal forma
supone sobre el total de producciones del clítico se; este último total incluiría toda la
casuística que a continuación queda recogida en el Cuadro I:
18 El término ‘total potencial’ hace referencia al número de ocasiones que se requiere la producción de una categoría dada. Es decir, el número de oportunidades en que se ha realizado una categoría más el número de número de veces en que debía realizarla (Sanz-Torrent 2004: 103).
El análisis de los datos del español no nativo
211
CUADRO I. EJEMPLO DE CATEGORIZACIÓN (CLÍTICO PRONOMINAL SE) seD Dativo seI Impersonal seP Pronominal (Conc. con la flexión del verbo) seF Reflexivo (Conc. con la flexión del verbo)
Total se Suma de los anteriores
En este caso la categorización incluiría se dativo, se impersonal, se como miembro del
paradigma usado en los verbos pronominales y se reflexivo, en los dos últimos casos
concordando en los rasgo de número y persona con la flexión verbal.
4.4.2.2 Análisis estadísticos
Por lo que al tratamiento estadístico de los datos respecta, y dadas las
características de la muestra (menor de 30 sujetos con un alto grado de variabilidad), los
análisis se han realizado empleando pruebas no paramétricas de comparación.
Una de las principales dificultades a la hora de analizar datos de L2 ya que ello afecta a
la posibilidad de dar tratamiento estadístico fiable a los resultados de la investigación en
ASL, como se ha visto en capítulos anteriores y al igual que ocurre con los datos de
TEL (v. Jakubowicz 2003, Sanz Torrent 2004), es el alto grado de variabilidad y
heterogeneidad que presentan entre sí los hablantes de L2 a pesar incluso de que a
priori presenten características similares que hayan permitido considerarlos parte de un
mismo grupo experimental.
Para el contraste de datos en más de dos niveles (esto es, más de dos grupos de
individuos) se emplea el test de Kruskal-Wallis mientras que en las comparaciones entre
dos grupos se realiza el test U de Mann-Whitney (Siegel 1975, Hatch y Lazaraton 1991,
Fullana 2005). El contraste de Kruskall-Wallis es la alternativa no paramétrica del
método ANOVA y nos sirve para contrastar la hipótesis de que k muestras cuantitativas
se han obtenido de la misma población. La aplicación previa de esta prueba de
comparación en una muestra de más de dos grupos evita la posibilidad de que la
comparación directa entre dos grupos arroje un falso positivo y garantiza la fiabilidad
del nivel de significación que indiquen los tests de comparación entre dos grupos
realizados a posteriori. Las comparaciones entre individuos o elementos incluidos en un
Capítulo IV
212
mismo grupo mayor se realizan por medio del test de Wilcoxon (Sanz-Torrent 2004,
Fullana 2005).
4.5 La competencia nativa como punto de partida
Como ya decíamos en el Capítulo II, y aun a riesgo de que pueda parecer
demasiado obvio, nos parece oportuno recordar cómo, a nuestro entender, la única
forma de proporcionar una descripción precisa de los sistemas no nativos requiere la
comparación de los mismos con los sistemas gramaticales nativos. Igualmente decíamos
que si bien, por definición, la gramática subyacente en el caso de los nativos es siempre
la misma para todos los individuos, los sistemas no nativos se caracterizan por todo lo
contrario en la medida en que la variabilidad y la presencia de formas idiosincrásicas de
interlengua son características definitorias de estos sistemas.
También se ha señalado cómo el empleo de esa idealización que constituye el
constructo al que nos referimos cuando hablamos de ‘competencia nativa’ –entendida
como el idiolecto del hablante ideal de una lengua dada– es esencialmente una
estrategia, una herramienta para el trabajo del investigador cuya función es, de alguna
forma, facilitar la labor de los interesados en la descripción y análisis de sistemas
lingüísticos sea cual sea la naturaleza de éstos. El sistema gramatical del idiolecto que
se atribuye al hablante ideal de una lengua dada, como vimos en el capítulo anterior,
servirá a los estudiosos de la adquisición del lenguaje como modelo a partir del cual
analizar la producción tanto de las gramáticas infantiles como de gramáticas no nativas
del tipo que se examina en nuestro estudio. Así, la descripción de la naturaleza y el
comportamiento de artículos y clíticos del español que hemos afrontado en los dos
primeros capítulos de esta tesis es, efectivamente, la de la competencia lingüística del
hablante nativo de español y desde ahí intentaremos caracterizar la gramática de
nuestros hablantes de español como L2 y/o LE. Es de esperar, según esto, que los
análisis y planteamientos teóricos referidos en los capítulos anteriores se vean apoyados
por lo que interpretaremos como muestra de la actuación, del uso real de un hablante
nativo de español, esto es, los datos producidos por los cuatro sujetos nativos de español
que integran el grupo control (CON). La inclusión de este grupo representa para
nosotros una doble garantía o, mejor dicho, quiere servir un doble propósito ya que, por
un lado, nos parece necesario para dar cuenta (cuantitativamente hablando) de cuál es el
El análisis de los datos del español no nativo
213
uso real que el hablante nativo hace de los elementos que estamos considerando y, por
otra parte, necesitamos esa producción de referencia para poder establecer una
comparación fiable entre los dos tipos de hablantes.19
4.5.1 Los datos de control y la ‘falacia comparativa’
A pesar de lo que acabamos de afirmar, el uso de controles ha planteado en
ocasiones el problema metodológico que, según algunos autores, subyace a numerosos
estudios empíricos sobre adquisición del lenguaje y que desde el trabajo de Bley-
Vroman (1983) se conoce como problema de la ‘falacia comparativa’. Éste alude a la
inconveniencia que supone abordar los datos de la L2 desde la perspectiva única de la
comparación con la norma de la LO, considerada como una entidad abstracta y más o
menos intangible. Para Bley-Vroman parece claro que los estudios sobre L2 basados
exclusivamente en la comparación de la producción no nativa con la norma de una
lengua dada corren el peligro de perder de vista que, desde que se asume unánimemente
que las interlenguas son sistemas lingüísticos naturales (Selinker 1972), los sistemas no
nativos han de entenderse y analizarse en sí mismos evitando la referencia y el cotejo
constante con la descripción de la L1. Así, el sistema del aprendiz merece ser estudiado
en sí mismo y no como la versión ‘degenerada’, y empleamos expresamente el término
que usa Bley-Vroman, del sistema de la LO. Desde el punto de vista del análisis
empírico, son numerosos los estudios que se plantean determinar cuál es la naturaleza
de los datos de L2 señalando la necesidad de abordar la consideración de las gramáticas
de interlengua en sí mismas y en referencia a la teoría de principios y parámetros de la
GU evitando, así, el problema metodológico de la falacia comparativa (Schwartz y
Sprouse 1994, Lakshmanan y Selinker 2001).
Bien es cierto que si asumimos, y tal es la tendencia generalizada dentro del campo, que
la interlengua no es una variante incompleta o errónea de la norma de la L1 al que el
hablante no nativo llega a partir de la remodelación de la gramática de su L1, sino un
19 La inclusión de un grupo control de nativos de la L2 es ya tradicional en los estudios de L2. Durante los últimos años se ha difundido, además, la práctica de contar con un grupo control nativo de la L1 de los hablantes que cumple la función de proporcionar información acerca del comportamiento ‘natural’ de los hablantes en su L1, sin la presión de producir en una lengua en la que tienen algunas limitaciones; White (2003) cita como ejemplos de este tipo de práctica los trabajos de Dekydtspotter, Sprouse y Anderson (1997) y Kanno (1998).
Capítulo IV
214
sistema regulado por reglas propias y gobernado por mecanismos también propios
parece, entonces, claro que la correcta caracterización de la competencia lingüística del
aprendiz requerirá que la IL se analice por sí misma, como sistema autónomo. No
obstante, no nos parece que el hecho de considerar la producción nativa como sistema
estable, como herramienta útil haya de evitarse. Más bien al contrario, creemos con
White (2003) que el afán por evitar esta falacia comparativa no ha de implicar la
exclusión de los controles nativos de los análisis de la producción de L2. Para la autora,
de hecho, contar con estos datos es relevante, en primer lugar, para asegurarnos de que
las pruebas que se emplean en la investigación son válidas para medir aquello que se
pretende medir y, lo que quizá sea más importante, para cerciorarnos de que los hechos
y fenómenos que describe la teoría lingüística se manifiestan como tales en los datos de
los nativos. Con todo, señala White que el hecho de que los hablantes de L2 presenten
una conducta diversa a la de los adultos nativos de una lengua dada no ha de llevar al
investigador a conclusiones precipitadas sobre el estatuto más o menos arbitrario de los
sistemas de IL, puesto que, aun no coincidentes con el sistema de la LO, el análisis
puede revelar que sus producciones (o elecciones o sus juicios gramaticales si es ése el
caso) siguen la pauta de una lengua natural y revelan, así, que no se trata de gramáticas
salvajes, esto es, no constreñidas por la GU.20
En nuestro caso, ciertamente, uno de los propósitos que nos animó a contar con un
grupo control en el estudio está relacionado con la necesidad de comprobar el alcance
de los fenómenos que estudiamos en los datos de la L1 adulta ya que, en ocasiones, la
producción del nativo puede revelar conductas, digamos “inesperadas” que, en caso de
observarse aisladamente en la producción no nativa, podrían dar lugar a interpretaciones
erróneas y arrojar una impresión equivocada del verdadero alcance del fenómeno.21 Las
palabras de Cook sobre cómo se ha de abordar el análisis de los datos del lenguaje
20 V. Nota 1 en el Capítulo III sobre el concepto de gramáticas salvajes (Goodluck 1986). 21 Queremos aclarar a qué nos referimos por medio de un ejemplo que nos parece muy representativo: la experiencia personal y la extensa bibliografía al respecto parecen indicar que en el aula de español como LE se hace gran hincapié en la enseñanza explícita de los tiempos del subjuntivo. Sin embargo, en realidad, estudios realizados sobre corpus de datos de español adulto nativo muestran como el uso real de los tiempos del subjuntivo no excede el 12% en textos expositivos y el 3% en las narraciones (v. Ragnarsdóttir, Aparici, Cahana-Amitay, van Hell y Viguié 2002). Pensemos en un análisis que no prestara atención al importante dato que supone la baja frecuencia en que se usa este modo verbal en español nativo: sin este dato, la consideración de una baja frecuencia de uso en español no nativo corre, sin duda, el riesgo de ser malinterpretada como errónea, ejemplo, si se quiere de un fenómeno de evitación deliberada (v. Schachter 1974) por el cual los hablantes de L2 ‘sortean’ aquellas estructuras que les resultan, consciente o inconscientemente, problemáticas.
El análisis de los datos del español no nativo
215
infantil son muy claras: “Children’s performance should be compared with adult’s
performance rather than with adult’s competence” (Cook 1990: 94), y nosotros, al
comparar los datos de nuestros sujetos no nativos con los del grupo control, eso es
precisamente lo que vamos a hacer.
4.6 La competencia no nativa
La selección de sujetos se realizó sin perder nunca de vista la posibilidad de que
sean las L1s de los hablantes y la forma en que se cumplen en ellas las funciones
desempeñadas por los artículos y los clíticos, las responsables de determinar el modo en
que estos hablantes se enfrentan a ellos en español. Nuestro estudio quiere considerar
cómo tiene lugar la expresión de la referencia en la interlengua española de estos
hablantes, aun en ausencia en la L1 de elementos específicos que se encarguen de llevar
a cabo tal función.
Así, y ante la posibilidad de que, a la hora de producir determinada estructura o
enfrentarse a la producción de elementos concretos, se observen fenómenos de
transferencia desde la L1 de los hablantes no nativos, en nuestro caso el francés y/o el
inglés y el chino, queremos, con el propósito de salir al encuentro de tal posibilidad y
para ello proporcionamos a continuación una descripción sucinta del funcionamiento de
las estructuras nominales y ciertos fenómenos sintácticos a ellas relacionados tanto en
inglés y francés como en chino22.
4.6.1 El conocimiento lingüístico previo: el papel de la L1
En esta sección, y partiendo del supuesto que la experiencia lingüística anterior
del no nativo, su L1 en particular, juega un importante papel a la hora de determinar
cómo se configura la gramática de la IL, consideramos la forma en que las L1s de los
dos grupos experimentales de la muestra, inglés, francés y chino, abordan la expresión
de la definitud de las expresiones nominales: o a través de medios morfológicos que
22 Como ya hemos comentado con anterioridad, si bien nuestros aprendices de español L2 que tienen el chino como L1 son hablantes nativos de diferentes variedades del chino –mandarín, taiwanés, etc., el comportamiento de éstas es, en relación con los elementos y estructuras que nos ocupan, prácticamente el mismo.
Capítulo IV
216
pueden ser, en gran medida, comparables, a los del español o por medio de recursos
alternativos de tipo sintáctico o discursivo.
La descripción que abordamos a continuación hace especial hincapié en aquellos puntos
especialmente divergentes que se observan entre la LO y las L1 de los hablantes. Así, y
tal y como hemos adelantado ya en alguna ocasión, queremos observar especialmente,
dado el grado de divergencia entre estas formas y las equivalentes en español, el
funcionamiento de las formas pronominales del inglés y el francés (lengua ésta que,
como podemos suponer, es la más cercana al español tipológicamente hablando) y la
forma en que organiza la información en el dominio nominal en una lengua que no
dispone de artículos.
4.6.1.1 El Sintagma Determinante en inglés y francés
El grupo OTT está compuesto por sujetos hablantes nativos de inglés y francés,
lenguas indoeuropeas que, como el español, hacen uso de una serie de elementos átonos,
los artículos, que se encargan de indicar cuál es el estatuto de la entidad referida en
términos de información nueva o conocida para el/los interlocutor(es).
Al igual que ocurre en español, en francés e inglés los determinantes, como núcleo de la
categoría SD, aparecen casi sin excepción encabezando las proyecciones nominales
necesariamente marcadas como información nueva o conocida por medio de estos
elementos. En las tres lenguas la distinción primera entre información nueva e
información dada se marca por medio de la inclusión de un artículo, determinado o
indeterminado, así como de otros determinantes (demostrativos, posesivos, indefinidos,
cuantificadores, etc.) que añaden especificaciones semánticas adicionales. El
determinado, también en inglés, especifica si el referente puede ser identificado por el
oyente porque se ha mencionado con anterioridad en el discurso, se mencionará más
adelante o forma parte de un conocimiento ya compartido por los interlocutores y es,
así, información dada.
Por otro lado, los artículos determinados del inglés, si bien pueden encabezar sintagmas
con el sustantivo en plural, a diferencia de lo que ocurre en español o en francés, no
El análisis de los datos del español no nativo
217
presentan flexión de género ni número. El indeterminado, que sólo aparece con nombres
contables en singular -no existe el indeterminado plural- señala que algo se menciona
por vez primera y representa, por tanto, información nueva para el oyente.
En el caso del francés, que tiene, por lo demás, un comportamiento muy similar al del
sistema del español, es interesante destacar además la existencia de un artículo partitivo
que se usa para denotar una porción de una materia incontable o un número
indeterminado de entidades contables como se observa en el ejemplo de (2):
(2) J'ai du café
Tengo café
Como ya sabemos, los artículos de las lenguas románicas, y entre ellas el francés,
concuerdan en género y número con el sustantivo al que acompañan; en el caso
específico del francés, la distinción se establece en el singular, puesto que las formas del
plural son las mismas para el masculino y el femenino. Esto se aplica tanto a
determinados como a indeterminados y partitivos tal como se ilustra en el Cuadro II a
continuación:
CUADRO II. PARADIGMA DEL ARTÍCULO EN FRANCÉS
Singular Plural
Masculino Femenino Determinado le la les Indeterminado un une des Partitivo du de la des
Creemos preciso señalar cómo si comparamos, por un lado, el español y el francés y el
inglés, por otro, las dos lenguas difieren en el nivel de uso que se observa para el
artículo es diferente en uno y otro caso puesto que, contrastando con lo que ocurre en
las lenguas románicas en general, el inglés hace un uso mucho menor de los artículos,
debido probablemente a la extensión que en esta lengua tiene el artículo Zero. Tanto en
inglés como en francés existe la opción de que haya sintagmas nominales no precedidos
por determinante; el alcance de tal posibilidad, no obstante, varía dependiendo de una
Capítulo IV
218
lengua a otra. Si bien en francés tiene un alcance similar al que tiene en español, en el
caso del inglés es, según algunos estudios (v. Master 1997), la forma de artículo más
frecuente.23 La etiqueta artículo Zero se refiere a aquellos sintagmas en los que el
sustantivo no requiere la presencia de determinante; esta opción se subdivide a su vez en
artículo Zero propiamente dicho, que aparece con nombres de masa y con plurales
genéricos y/o inespecíficos como chocolate o cats (v. ejemplos (3a) y (3b), y artículo
nulo que aparece con determinados nombres contables en singular y con nombres
propios (v. ejemplos en (3c) y (3d)):
(3a) Carmela loves chocolate
(A) Carmela (le) encanta (el) chocolate
(3b) Cats love to sleep in the sun
(A los) gatos (les) encanta dormir al sol
(3c) Carmela loves going to school
(A) Carmela (le) encanta ir a(l) colegio
(3d) I love Paris
Me encanta París
En estos contextos, el francés prefiere, como el español, hacer uso del determinado tanto
con incontables (v. (4a)) como con los plurales genéricos (v. (4b)):
(4a) J'aime le chocolat
Me encanta el chocolate
(4b) J'aime les églises romaniques
Me encantan las iglesias románicas
23 De hecho, el trabajo de Master señala lo elevado de la frecuencia en que aparece en el input el artículo Zero del inglés como factor responsable del sobreúso de dicho elemento por parte de hablantes de inglés como L2; a conclusiones similares llega también el trabajo de Butler (2002).
El análisis de los datos del español no nativo
219
Con respecto a la existencia de clíticos de objeto, queremos a continuación hacer un
breve repaso del funcionamiento general de los pronominales en inglés y en francés. El
inglés no tiene clíticos sintácticos (v. sección 1.1.3 en el Capítulo I) comparables a los
del español. Los elementos del inglés que pueden recibir la etiqueta de clíticos lo son,
como ya vimos, tan sólo en lo fonológico y, consecuentemente, el hablante no nativo de
español con el inglés como L1 habrá de aprender (o desaprender) la propiedad que
distingue a los pronombres fuertes de su L1 de los elementos clíticos que existen en
español. Así, con respecto a estructuras que, como las de doblado de clítico, implican la
presencia obligatoria del pronombre, la L1 no resultará de gran ayuda para el hablante
anglófono que, además, está acostumbrado a asociar en su L1, el caso dativo con la
existencia de referentes que presentan el rasgo [+ animado].
En francés también parecen asociarse de forma natural el caso dativo y los referentes
animados pero, a diferencia de lo que ocurre en inglés, hay tanto clíticos de objeto
(acusativos y dativos) como clíticos nominativos, así que, si toma su L1 como punto de
partida, el cometido del hablante francófono que aprende español será “simplemente”
reasignar, redistribuir funciones y propiedades sintácticas entre elementos equivalentes
en una y otra lengua. Sin ir más lejos, debe percatarse de la no obligatoriedad del
pronombre de sujeto ya que el español, y no el francés, es lengua de sujeto nulo que
sólo emplea los pronombres de sujeto con un propósito contrastivo (v. Capítulo I). Con
respecto a los clíticos de acusativo, el comportamiento de estos elementos es
relativamente similar en estas dos lenguas romance.
Por lo que al doblado de clíticos respecta, sabemos por lo que nos dicen los resultados
de trabajos anteriores que no es éste un fenómeno de fácil adquisición. Para el caso del
francés estándar la duplicación se da sólo de forma ocasional, y no precisamente en los
casos en los que se da obligatoriamente en castellano. Incluimos a continuación (v. (5) y
(6)) algunos ejemplos que ilustran la forma en que en este sentido funcionan el francés y
el español y que proceden de Bruhn de Garavito (2000).24
24 Bruhn de Garavito recoge en su trabajo de 2000 la propuesta de Tremblay (1991) según la cual el posesivo de las construcciones que aparecen en los ejemplos de (i) y (ii) deben también incluirse en el análisis de las estructuras de dativo del francés pues es, en realidad, un clítico dativo, caso que, para el autor, es caso inherente que se emplea por defecto en francés y no caso estructural como lo es en español:
(i) Sa mère à/*de Marie Su madre a/de Marie (La madre de Marie) (ii) La mère à/de Marie La madre a/de Marie
Esta interesante propuesta se aparta ligeramente, no obstante, de los objetivos de nuestro trabajo.
Capítulo IV
220
(5) Je (lui) ai parlé à Luc
(yo) (le) hablé a Luc
(6) Je (*luii) ai mis du sucre au caféi
(Yo) *(le) puse azúcar al café
Los dos últimos ejemplos ilustran cómo, en francés, la secuencia resulta agramatical si
el clítico alude a un referente no animado, el objeto indirecto; como sabemos, en un
caso similar el español incluye obligatoriamente un clítico. Así, si bien en el ejemplo
del español que aparece en (20) el clítico ha de referirse al café, en francés la oración
resulta agramatical si el dativo refiere a una persona que no se menciona explícitamente
en la oración. Según esto, para Bruhn de Garavito la transferencia del francés resultará
de ayuda a los hablantes francófonos que aprenden español sólo superficialmente pues
no proporcionará pistas acerca de cuáles son las restricciones que operan en el
funcionamiento de las estructuras que implican la presencia de un clítico dativo en la
L2.
Con respecto, por último al orden de palabras, quizá resulte relevante señalar cómo el
tipo de conducta que, por influencia de la L1, podría esperarse de los hablantes
anglófonos es que trataran los clíticos del español asumiendo que son pronombres
fuertes capaces, como ocurre en inglés, de ocupar en el contexto oracional las mismas
posiciones que los SSDD plenos.
4.6.1.2 El Sintagma Determinante en chino: el Sintagma Clasificador
El chino, como lengua aislante, se caracteriza por su gran simplicidad
morfológica y, por ejemplo, no disponer ni de un sistema verbal conjugado al uso, ni de
concordancia de género y/o número en el sistema nominal. Carece, pues, el chino de
desinencias, morfemas o declinaciones como las que aparecen en las lenguas flexivas y
dispone en su lugar de partículas que se especializan en marcar rasgos gramaticales que
expresan tiempo y/o aspecto verbal, número, género –concepto de escasísima
rentabilidad en chino, novedoso cuando menos para el sinófono que aprende una lengua
románica– persona, etc. En realidad, muchos ítems léxicos pueden en chino funcionar
El análisis de los datos del español no nativo
221
como sustantivo, como adjetivo o como verbo dependiendo de la posición en la que
aparecen. Como ya se ha dicho, una de sus principales características es el hecho de
que, tal y como ocurre en las llamadas lenguas aislantes, las funciones sintácticas y
también algunas relaciones semánticas se expresan por medio del orden de palabras
frente al caso de lenguas que, como las de la familia románica, descansan para ello en la
morfología.
Dada, pues, la práctica ausencia de morfología en chino, que sólo posee algunas escasas
formas que marcan localmente, y de modo opcional, relaciones gramaticales (los
clasificadores o el número en los pronombres), el orden de palabras en esta lengua
resulta muy significativo y, por ello, más estricto. Aunque se trata de una lengua SVO
(Sujeto-Verbo-Objeto), en contra con lo que ocurre normalmente con este tipo de
lenguas, los modificadores en chino tienden a preceder en un sintagma dado a los
núcleos a los que modifican y, en ocasiones, estos dos criterios se superponen. En
muchos aspectos la gramática del chino está condicionada por el contexto de discurso y
llena, según afirman Li y Thompson (1981) u Ollé (2005), de casos particulares de
adecuación a entornos textuales y contextuales determinados, giros y matices para los
que la posición que ocupa cada elemento resulta de gran importancia.
Aunque la función de introducir una entidad dada y establecer la oposición entre
información nueva e información conocida que desempeña el artículo de las lenguas
indoeuropeas no se marca en chino por medio de la oposición artículo
determinado/indeterminado, el chino sí emplea determinantes para diferenciar un tipo
determinado de información conocida (la que aportan los demostrativos, por ejemplo)
de la información nueva que introducen los numerales. Eso sí, en contraste con lo que
ocurre en las lenguas indoeuropeas, estos determinantes son en chino recursos
opcionales. Según se observe presencia o ausencia de determinante, y atendiendo
además a las características que dichos elementos presenten, los principales tipos de
sintagmas nominales existentes en chino son los siguientes (v. Li y Thompson 1981,
Hickmann 2003):
1. Numerales, cuantificadores u otros clasificadores
2. Demostrativos y pronombres personales
Capítulo IV
222
3. Sintagmas nominales no precedidos por determinante que
potencialmente pueden denotar tanto información nueva como
información conocida.
Existe, además, una clase de expresión nominal característica del chino que se ha
denominado Sintagma Clasificador (SCL) cuyo comportamiento examinamos a
continuación. Esquemáticamente la configuración y el funcionamiento de los sintagmas
clasificadores del chino es la que figura en (7):
(7) DEMOSTRATIVO +/O NUMERAL/CUANTIFICADOR + CLASIFICADOR + SUSTANTIVO
El elemento que denominamos clasificador, tal y como figura en (8a) y (8b), aparece
precediendo al nombre junto a un numeral, un demostrativo o ciertos cuantificadores. El
sustantivo decide qué tipo de clasificador aparece con cada SN. Por ejemplo, si el
nombre denota una medida no requiere clasificador y puede, además, actuar como
clasificador, véase (9):
(8a) shí bàng
diez libra
[diez libras]
(8b) shí bàng ròu
diez libra carne
[diez libras de carne]
(9a) zhèi ban xuésheng
esta clase estudiante
[esta clase de estudiantes]
(9b) zheng hé táng
toda caja caramelos
[una/la caja de caramelos]
El análisis de los datos del español no nativo
223
El clasificador más empleado es -ge que está poco a poco reemplazando a los más
especializados y extendiéndose a múltiples usos; de acuerdo con Li y Thompson (1981)
-ge está actualmente inmerso en un proceso de gramaticalización, véase el ejemplo de
(10a) frente al de (10b), más extendido:25
(10a) nèi dào cài → (10b) nèi ge cài
ese plato (de) comida ese plato? (de) comida
Particularmente interesante resulta el clasificador -xiē que se emplea para marcar
pluralidad y que se emplea junto al numeral yi ‘uno’ (con el sentido de ‘varios’) o con
los demostrativos nèi (‘ese’) y zhèi (‘este’); us uso se ilustra en (11a) y (11b):
(11a) yi xiē wánjù
un PL juguete
[varios juguetes]
(11b) nèi xiē dongxi
ese PL cosa
[(esas cosas]
Estos morfemas, junto con el sufijo -men, son lo más parecido que hay en chino a la
marca morfológica de plural típica de las lenguas indoeuropeas. Por lo que al género
gramatical respecta, éste sólo se expresa en chino, de la mano del género biológico, en
los pronombres personales de sujeto (Li y Thompson 1981, Cheng y Sybesma 1999).
Es conveniente hablar aquí también de lo que se ha denominado sintagmas asociativos.
En este tipo de modificación, en la que intervienen dos SNs unidos por la partícula de,
el primer SN, el que aparece junto a dicha partícula, ejerce de modificador mientras que
el segundo es el SN modificado. Estas estructuras nominales, presentan la misma
direccionalidad que los compuestos N+N del inglés, es decir, el primer SN aparece
25 Aunque numerosos sustantivos sí requieren clasificadores especiales, la selección de este elemento viene en gran medida determinada por las características físicas, morfológicas (en el sentido no gramatical del término) del sustantivo que clasifica. Por ejemplo el clasificador –tiáo es el que seleccionan sustantivos que denotan entidades/objetos alargados como she ‘serpiente’, shéngzi ‘cuerda’,
Capítulo IV
224
modificando al segundo que es núcleo del sintagma que ambos conforman (v. 12a y
12b). Recordemos aquí, y si fuera necesario tengámoslo presente al analizar los
resultados que arroje el análisis de nuestros datos, que las lenguas románicas, entre ellas
el español, funcionan en la dirección contraria y precisan de la preposición de que
introduce el sintagma modificador (v. 12c).26
(12a) tùzi de arduo
conejo GEN oreja
[(la) oreja de(l) conejo]
(12b) Bette Davis’ eyes
los ojos de Bette Davis
(12c) las manos del trompetista
Los dos sustantivos en (12a) están, de alguna manera, asociados o conectados y la
forma en que tiene lugar tal asociación, el significado de la misma, viene totalmente
determinada por el contenido semántico de los sustantivos implicados. Uno de los más
comunes es el de posesión que, como vemos, prescinde de un elemento específico que
la exprese: en chino no hay determinantes ni pronombres posesivos. Consideremos los
ejemplos de (13a) y (13b):
(13a) wo de chènshan
yo GEN camisa
[mi camisa]
(13b) tùzi de arduo
conejo GEN oreja
[(la) oreja de(l) conejo]
cf. Ing. rabbit’s ear
lù ‘río’ o yú `pez/pescado’. Sin embargo, esto no se aplica sistemáticamente pues otros sustantivos que refieren a entidades que presentan una forma alargada requieren otros clasificadores como -zhi. 26 Teniendo en cuenta la coincidencia formal entre la partícula -de del chino y la preposición homófona de del español, y sabiéndola presente en sintagmas que expresan relación semántica entre dos sustantivos dados, podría fácilmente esperarse que el hablante no nativo de español emplee la secuencia de asignándole las propiedades del elemento formalmente similar de su L1. Veremos si ello puede comprobarse en los datos de nuestro grupo BAR.
El análisis de los datos del español no nativo
225
Li y Thompson señalan cómo efectivamente en estos ejemplos el significado de los
sustantivos es lo único que determina la relación de posesión de la forma más natural.
Asimismo, también son posibles otro tipo de asociaciones cuya naturaleza semántica
vendrá determinada por el significado de los dos SNs como ilustran (14 a) y (14b):
(14a) Zhongguó de rénkou
China ASSOC población
[(la) población de China]
(14b) kexué de fazhan
ciencia ASSOC desarrollo
[(el) desarrollo de la ciencia]
Con algunos sintagmas asociativos que expresan una relación semántica de posesión
puede omitirse la partícula -de cómo figura en el ejemplo de (15):
(15) Wo kàn guo ni (-de) nèi ben shu1
Yo leer EXP tú (-GEN) ese CL libro
[He leído ese libro tuyo (tu libro)]
Por último, cuando la relación de posesión que marca de afecta a dos SSNN que
designan a dos personas [+ humano] entre las que hay una relación de parentesco y uno
de esos SSNN es un pronombre lo normal es la omisión de la partícula de como aparece
en los ejemplos (16) y (17) a continuación:
(16) wo bu xihuan ni (-de) mèimei
yo no gustar tú (-GEN) hermana:pequeña
[No me gusta tu hermana pequeña]
(17) Zhangsan xiàng ta (-de) mama
Zhangsan parecer(se) 3SG (-GEN) mother
[Zhangsan se parece a su madre]
Capítulo IV
226
En relación con la naturaleza de los nominales del chino, Cheng y Sybesma (1999)
aseguran que el Sintagma Clasificador que proyecta el chino mandarín comparte
algunas propiedades con el SD comúnmente descrito para las lenguas indoeuropeas. No
obstante, por lo que a la expresión de la definitud se refiere, estos sintagmas
clasificadores pueden en mandarín recibir una interpretación definida o indefinida
dependiendo del orden de elementos que presente la oración. En concreto, la primera
mención de un referente dado, que en españo110l estaría introducido por un
indeterminado, ocupa típicamente la posición postverbal.27 De la misma manera, el
estudio de Hickmann (2003) muestra cómo, si bien la introducción de un referente suele
hacerse por medio de un clasificador u otro tipo de determinante, las menciones
subsiguientes realizan por medio de nombres escuetos y esto se cumple en un 76% de
los casos mientras que un 17% aparece con un clasificador general y 7% un clasificador
específico (Hickmann 2003).
Para el análisis de nuestros datos es, insistimos, relevante el hecho de que la expresión
del rasgo semántico [+ determinado], no pueda, a diferencia de lo que ocurre en
español, asociarse con un elemento (o tipo de elementos) determinado (ya sea éste [D] u
otra categoría). La definitud en chino se marca, cuando se marca, por medio del orden
de palabras, por medio del uso de demostrativos y en el uso de men ligada a la
expresión del plural. Aquellos nominales que no incluyen clasificadores ni van
acompañados de determinante alguno recibirán una interpretación definida o indefinida
dependiendo del contexto. Por poner un ejemplo, los sintagmas que siguen al verbo
existencial you suelen ser indeterminados. En la descripción del mandarín de Li y
Thompson, éste se define como una lengua de tópico prominente en la que, en lugar de
construir la oración según el esquema “sujeto-predicado”, se sigue el de “tópico-
comentario”. Un tópico, frente a la información nueva que aportan los nominales
indeterminados, constituye información dada y aparece típicamente en la posición
preverbal que suele estar vetada a los indeterminados; así, los sujetos postverbales
serán, casi invariablemente, indeterminados. Aunque, por otro lado, la posición no
marcada de los objetos es la preverbal, éstos pueden aparecer en posición inicial de la
27 Para el chino mandarín el trabajo de Hickmann (2003) sobre los datos longitudinales de un corpus de producción semiespontánea refiere un 61% de usos postverbales que introducen una primera mención frente al 8% (escuetos y clasificadores) que refieren a una información conocida.
El análisis de los datos del español no nativo
227
oración, o sea, de tópico, si quiere enfatizarse que es determinado (v. Robertson 2000)
como se ilustra en el ejemplo procedente de Li y Thompson (1981):
(18) Shu woo mái-le
Libro yo comprar-Perf.
[Yo compré el/un libro]
4.7 La competencia no nativa: hipótesis y preguntas de investigación
Cualquier trabajo que se plantee dar cuenta de cuál es la forma precisa en que se
adquiere una lengua ha de plantearse la descripción de los dos constructos que definirán
a priori la forma en que se configuran los sistemas lingüísticos, nativos o no nativos:
• el material con el que cuenta el hablante al inicio del proceso de adquisición y
• las herramientas y/o mecanismos que este hablante emplea y activa cuando
adquiere una estructura morfológica o un fenómeno sintáctico dado.
Las inferencias acerca del comportamiento de los hablantes de una L2 con respecto a
una forma o estructura dadas se harán teniendo en cuenta ese material de partida,
cualquiera que éste sea, y la forma en que ha sido empleado a la hora de configurar el
sistema gramatical del que dispone el no nativo a partir de los datos del input de la L2, y
también a la hora de explicar la naturaleza de las producciones concretas de los no
nativos. Las preguntas de investigación e hipótesis que a continuación presentamos
guían, pues, el planteamiento de nuestro estudio y el análisis de los datos de español L2
a partir de las características y particularidades tanto de los elementos que se analizan
como de la población con cuyos datos lingüísticos contamos. A partir de las propuestas
de análisis que proporciona la teoría lingüística y de los resultados de los trabajos de
adquisición que hemos revisado en los capítulos anteriores planteamos tres preguntas de
investigación alrededor de cada una de las cuales formulamos las hipótesis específicas
que guían el análisis de nuestros datos en el próximo capítulo.
Capítulo IV
228
Pregunta de investigación 1
¿Qué nos dicen los datos de producción del español no nativo sobre el estatuto de los artículos
determinados y los clíticos pronominales?
Hipótesis 1.1
En la producción de los hablantes no nativos, el artículo determinado tendrá un
estatuto diferente al de los clíticos acusativos. Dicho estatuto favorecerá la adquisición
de los artículos frente a la de los clíticos de objeto.
La adquisición de las dos realizaciones de [D] estará determinada por la forma en que
cada uno funciona como núcleo del SD y el modo en que como proyección el SD está
sometido a las operaciones de ensamblaje, concordancia y movimiento en el contexto de
la cláusula.
Por otro lado, en la adquisición del grupo heterogéneo que constituyen los clíticos del
español, especulamos con la existencia de una jerarquía de dificultad cuya organización
detallamos en el Cuadro III a continuación:
Hipótesis 1.2
La posición más alta de la jerarquía de dificultad (que implica un menor grado de
dificultad de adquisición) corresponderá al clítico SE, obligatorio, correferente con el
sujeto. En segundo lugar aparecerán los clíticos dativos que obligatoriamente doblan
un SD cuyo papel temático es el de Experimentador. Los dativos benefactivos (con
papel temático de Meta) ocupan el tercer lugar. El último lugar lo ocuparán los
acusativos, cuyo especial funcionamiento como núcleo del SD, dificulta su adquisición.
CUADRO III. JERARQUÍA DE DIFICULTAD DE LOS CLÍTICOS DE TERCERA PERSONA
i. Clítico se reflexivo/pronominal y se impersonal
ii. Clíticos dativos experimentadores (le, les)
iii. Clíticos dativos benefactivos (le, les, se)
iv. Clíticos acusativos (lo/le, la los/les, las)
El orden que se establece en esta jerarquía viene determinado por:
El análisis de los datos del español no nativo
229
a. El comportamiento sintáctico de cada uno de los clíticos (v. los análisis de
Gonzàlez 1994, Bleam 1999 y Uriagereka 1995 en el Capítulo II)
b. La prominencia discursiva del papel temático que se le asigna: los clíticos del
español serán tanto más difíciles de adquirir cuanto menos prominente sea su
papel temático (con Montrul 1998). Dicha prominencia (Agente
(Experimentador (Meta (Tema)))) es la establecida en trabajos sobre papeles
temáticos y la posición de los argumentos en la estructura de la oración en la
línea del de Jackendoff (1987, 1990) o Baker (1996).
c. Su estatuto +/- opcional en el contexto de la cláusula
El término ‘opcional’ está empleado aquí en referencia a las dos opciones de que
dispone el hablante de español en estos contextos: o bien producir una secuencia en la
que aparece un clítico, o bien, repetir el SD pleno con el que dicho clítico es
correferente. En este sentido, tanto el clítico se, en (i), como los dativos
experimentadores, en (ii), serían, pues, de aparición obligatoria mientras que los
benefactivos y los acusativos permitirían elegir entre producirlos o repetir el SD pleno.
Pregunta de investigación 2
¿En qué medida la comparación entre cómo tiene lugar el proceso de adquisición de los
artículos y de los clíticos puede verse influida por la L1 del hablante no nativo?
Hipótesis 2.1
Dado que la categoría [D0] no se realiza morfológicamente como tal en la L1 del grupo
BAR mientras que sí lo hace en las L1s del grupo OTT, a la hora de adquirir los artículos
y los clíticos del español suponemos una mayor dificultad para los sujetos de BAR que
para los de OTT aunque la jerarquía para clíticos establecida en la hipótesis de 1.2 se
mantiene en los dos grupos.
Hipótesis 2.2
La diferencia entre el comportamiento de los dos grupos será mayor en el caso de los
artículos por cuanto las dos L1s de OTT (que disponen de un elemento equivalente al del
español) refuerzan el uso del artículo mientras que en el caso del clítico esto sólo ocurre
con una de las L1.
Capítulo IV
230
Las hipótesis formuladas a partir de las preguntas de investigación 1 y 2 se testaron
haciendo uso de dos tipos de criterios organizados en dos dimensiones relacionadas con
cuándo aparecen los clíticos y los artículos del español no nativo y el modo en que son
empleados. El primero de los criterios está específicamente relacionado con la
verificación de que el hablante efectivamente produce el elemento esperado en el
contexto apropiado o si, por el contrario, lo omite (ocasionalmente o de forma
sistemática). La segunda dimensión de análisis tiene que ver con la forma en que esos
elementos son producidos en el español no nativo, en concreto, se trata de comprobar si,
tomando como modelo y medida a los equivalentes en el español nativo, se observa en
los ítems producidos discordancias (de género y/o número), si se sustituye el ítem
esperado con elementos de otros paradigmas o si, por último, surgen problemas con
respecto a la posición en la que deben aparecer los artículos y los clíticos. Esto se ilustra
en el Cuadro IV a continuación:
CUADRO IV: DIMENSIONES DE ANÁLISIS Elemento producido/no producido Tipo de elemento producido
i. Omisiones i. Discordancias
ii. Sobreproducciones ii. Sustituciones
iii. Posición
Pregunta de investigación 3
¿En qué medida son comparables el uso y el desarrollo de determinantes y clíticos de nuestros
sujetos en L2 y el que se observa en la adquisición de la L1?
Hipótesis 3.1
Las similitudes que se observen entre la L1 y la L2 son superficiales pues el proceso
que tiene lugar es, en esencia, diferente.
En la formulación de la hipótesis anterior partimos del supuesto de que los mecanismos
que se emplean en ambos tipos de adquisición son de distinta naturaleza y ello nos hace
predecir que, tanto en lo referente a su uso como por lo que respecta a su proceso de
desarrollo, todo aquello que sea digno de destacarse será también diferente (Liceras
1996, Liceras et al. 2002a).
El análisis de los datos del español no nativo
231
Los criterios que se emplearán en la comparación del uso de artículos y clíticos y de su
proceso de adquisición se han establecido principalmente a partir de la revisión de
fenómenos y procesos observados en la revisión de la bibliografía relativa a la
adquisición de la L1 y estarán relacionados con la presencia o ausencia de elementos y
estructuras concretas. Dichos criterios fueron los que figuran en el Cuadro V:
CUADRO V. DIMENSIONES DE LA COMPARACIÓN DEL USO Y EL PROCESO DE ADQUISICIÓN
DE ARTÍCULOS Y CLÍTICOS EN L1 Y L2 i. Omisión vs. producción en determinantes y clíticos
ii. Existencia de ‘protodeterminantes’ y/o ‘protoclíticos’
iii. Producción de sustantivos nulos
iv. Uso de artículo en construcciones de posesión inalienable
v. Uso de estructuras de duplicación y de combinación de clíticos s
En suma, el principal objetivo de esta tesis es contribuir con la respuesta a tales
cuestiones a avanzar en la descripción de los sistemas no nativos del español, en la
caracterización del proceso de desarrollo de las interlenguas (por comparación al
desarrollo de las lenguas nativas) y, por último, en la determinación del estatuto de las
formas que en español funcionan como núcleo [D0] de la categoría funcional SD.
CAPÍTULO V
LA ADQUISICIÓN DE LOS ARTÍCULOS Y LOS CLÍTICOS EN
ESPAÑOL L2 Y LE: DESCRIPCIÓN Y DISCUSIÓN DE LOS
RESULTADOS
*INV: perfecto, vale, bien, aquí tienes una histori a, no sé si te acuerdas, es una familia que va de vacaciones eh@fp, es el uno, dos , tres , quiero que expliques la [/] más o menos la historia .
*DAN: éste antes ya +... *INV: ya la has hecho . *DAN: sí . *INV: sí, son las mismas, lo hiciste una vez cuando
estabas en primero y entonces tenías un nivel de español y ahora estás en segundo y hablas mucho mejor, entonces vamos a ver la diferencia que hay entre primero y segundo .
*DAN: mhmm@fp . [DAN (BAR) 4, 2]
Este capítulo presenta el análisis de un corpus de datos longitudinales correspondientes
a la producción semiespontánea de un total de 19 hablantes de español (dos grupos de
hablantes no nativos y un grupo control nativo) de edades diferentes, de diversa
procedencia lingüística y que adquieren el español en contextos de aprendizaje también
diferentes. En él examinamos su producción lingüística e intentamos dilucidar qué nos
dicen los resultados de este examen a la luz de los análisis teóricos revisados en el
Capítulo II y los trabajos de adquisición presentados en el Capítulo III; la discusión se
ilustra en todo momento con ejemplos procedentes del corpus. Nos proponemos
caracterizar la forma en que nuestros hablantes emplean los artículos y los clíticos del
español a partir de una descripción general de la producción de los sujetos y de la
comparación del comportamiento de cada uno de los grupos a través de las pruebas y
análisis estadísticos pertinentes. El análisis de los resultados nos permitirá discutir cómo
los datos de la muestra responden a las preguntas de investigación realizadas en el
capítulo anterior y verificar o no la validez de las hipótesis en él formuladas.
Capítulo V
234
5.1 Análisis de datos: resultados descriptivos generales
En los tres grupos el contaje de clíticos, artículos y/o estructuras relacionadas se
realizó a partir de la producción de cada una de las categorías (o grupos de categorías)
establecidas para cada uno de los grupos. La perspectiva que proporcionan los datos
analizados para cada categoría es presentada para cada uno de los grupos y etapas
especificándose en todo momento si han sido calculadas sobre el total real o sobre el
total potencial de contextos relativo a la producción de dicha categoría (v. nota al pie 18
en el Capítulo IV).
En la descripción general se proporcionan datos descriptivos que servirán para guiar
nuestro análisis en la comprobación de las hipótesis que en el capítulo anterior
planteamos sobre la producción no nativa que constituye la muestra. Las secciones que
siguen presentan el volumen de la producción total de los sujetos con objeto de medir el
alcance real de la producción de los elementos que se analizan, los cuales, de ser
considerados aisladamente, podrían proporcionarnos un cuadro inexacto acerca del peso
de dicha producción expresada, como aclaramos en el capítulo anterior, en número total
de palabras. A partir de esta cifra se pondera el volumen total de artículos y clíticos y en
secciones subsiguientes se incluyen los datos de producción específicos para tipos
concretos de elementos producidos.
Como ya se ha dicho, las proporciones de elementos concretos han sido calculadas
sobre totales brutos (que contabilizan sólo las formas producidas) o potenciales (que
incluyen las omisiones) dependiendo de si se trata de formas producidas o de las
omisiones de dichos elementos potenciales. Si bien las cifras de los totales globales han
sido ponderadas sobre el total de palabras, las relativas a elementos concretos se refieren
al porcentaje que suponen sobre la forma inmediatamente superior (v. sección 4.4.2.1 en
el Capítulo IV).
La descripción de estos datos generales se hace por etapas para cada uno de los grupos
de hablantes y para la etapa única del grupo control empleada para establecer
comparaciones con la producción de los grupos experimentales también en las etapas II
y III en la medida en que interpretamos sin reservas, como se ha dicho en el capítulo
anterior, que la producción del hablante nativo es un constructo estable, no variable por
definición y no presentará, como las interlenguas, cambios evolutivos; según esto, los
El estudio: la adquisición del Sintagma Determinante en español L2 y LE
235
diferentes momentos de producción de que disponemos en el caso de los datos
experimentales se contrastan siempre con una única etapa de producción nativa.
En las secciones que siguen a ese cuadro general sobre la producción de nuestros
informantes proporcionamos los análisis comparativos a partir de cuyos resultados
comenzaremos a trazar la caracterización del dominio nominal del español no nativo
que es el objetivo de esta tesis.
5.1.1 Volumen total de producción lingüística de los sujetos
La Tabla 5.1 presenta datos brutos, las cifras totales de la producción de todos
los sujetos del corpus con respecto al número total de palabras contabilizado para cada
una de las tres etapas una vez sumados los totales producidos en cada una de las
entrevistas.
TABLA 5. 1. NÚMERO TOTAL DE PALABRAS. E.1. TODOS LOS GRUPOS
Sujeto Nombre Grupo N. palabras Entr. 1
N. palabras Entr. 2
N. palabras Entr. 3
N. palabras Entr. 4
N. palabras Entr. 5
N. palabras Entr. 6
1 JOS OTT 391 123 230 341 228 205
2 LUC OTT 446 187 205 250 220 252 3 NIC OTT 373 199 197 209 169 166
4 NIM OTT 318 153 190 337 277 244 5 TRI OTT 354 140 332 707 265 319
6 CLA OTT 195 231 189 289 138 333 7 FAL OTT 461 - 485 681 296 758 8 JOA OTT 195 201 376 341 240 521 9 PHI OTT 237 204 207 210 161 241
10 DAN BAR - - 289 247 150 320 11 LIN BAR 225 141 274 178 100 161
12 GAO BAR - - 299 249 118 271 13 MIA BAR 222 240 145 206 - -
14 MIZ BAR - - 331 547 191 310
15 ZHE BAR 83 94 279 247 37 146
16 RUB CON 264 227 312 202 - 158
17 BLA CON 449 336 434 471 - 336 18 MAR CON 270 306 - 292 140 183
19 JUL CON 804 249 265 332 230 260
Capítulo V
236
TABLA 5. 2. NÚMERO TOTAL DE PALABRAS. E.2. TODOS LOS GRUPOS
Sujeto Nombre Grupo N. palabras Entr. 1
N. palabras Entr. 2
N. palabras Entr. 3
N. palabras Entr. 4
N. palabras Entr. 5
N. palabras Entr. 6
1 JOS OTT 344 171 287 378 250 166
2 LUC OTT 320 134 290 211 190 171
3 NIC OTT 270 200 202 274 190 221
4 NIM OTT 301 216 219 278 230 386
5 TRI OTT 534 - 304 439 278 244
6 CLA OTT 168 147 285 203 109 167
7 FAL OTT 373 255 450 419 163 191
8 JOA OTT 164 158 233 314 144 197
9 PHI OTT 180 198 198 225 167 228 10 DAN BAR - - 328 - 163 366
11 LIN BAR - - 215 - 145 198 12 GAO BAR - - - - 118 298
13 MIA BAR - - - - - -
14 MIZ BAR - - - - - -
15 ZHE BAR - - 319 247 89 248
16 RUB CON 264 227 312 202 - 158
17 BLA CON 449 336 434 471 - 336
18 MAR CON 270 306 - 292 140 183
19 JUL CON 804 249 265 332 230 260
TABLA 5. 3. NÚMERO TOTAL DE PALABRAS. E.3. TODOS LOS GRUPOS
Sujeto Nombre Grupo N. palabras Entr. 1
N. palabras Entr. 2
N. palabras Entr. 3
N. palabras Entr. 4
N. palabras Entr. 5
N. palabras Entr. 6
1 JOS OTT 663 214 175 637 188 212 2 LUC OTT 565 305 277 377 238 248 3 NIC OTT 415 266 285 282 177 207 4 NIM OTT 582 238 391 518 190 240 5 TRI OTT 554 324 401 721 245 246 6 CLA OTT - - - - - - 7 FAL OTT - - - - - - 8 JOA OTT - - - - - - 9 PHI OTT - - - - - - 10 DAN BAR - - - - - - 11 LIN BAR - - - - - - 12 GAO BAR - - - - - - 13 MIA BAR - - - - - - 14 MIZ BAR - - - - - - 15 ZHE BAR - - - - - 16 RUB CON 264 227 312 202 - 158 17 BLA CON 449 336 434 471 - 336 18 MAR CON 270 306 - 292 140 183 19 JUL CON 804 249 265 332 230 260
El estudio: la adquisición del Sintagma Determinante en español L2 y LE
237
Antes de proceder con las pruebas estadísticas de comparación se realizó una
exploración preliminar de los totales de palabras producidos por los sujetos que
consistió en el cálculo de las medidas de tendencia central y los estadísticos de
dispersión, curtosis y asimetría y en la realización de los tests de normalidad de
Kolmogorov-Smirnov (v. tablas 5.4 y 5.5 respectivamente):
TABLA 5.4. EXPLORACIÓN DE LOS DATOS DE LA MUESTRA. TOTAL DE PALABRAS. TODOS LOS GRUPOS Y ETAPAS
Grupo Estadístico E.1
OTT
Media 1690,78 Mediana 1519,00 Desv. típ. 461,010 Asimetría 1,438 Curtosis 1,729
BAR
Media 1016,67 Mediana 971,50 Desv. típ. 200,093 Asimetría 1,372 Curtosis 2,180
CON*
Media 1630,00 Mediana 1608,50 Desv. típ. 525,270 Asimetría ,038
Curtosis -5,752 E.2
OTT
Media 1448,22 Mediana 1357,00
Desv. típ. 278,983
Asimetría ,257 Curtosis -1,509
BAR
Media 455,67 Mediana 487,00 Desv. típ. 397.111 Asimetría -,163 Curtosis -1,962
E.3
OTT
Media 1153,44 Mediana 1632,00 Desv. típ. 1115,79 Asimetría -,136 Curtosis -2,384
a Total Palabras E.3 es una constante cuando Grupo = BAR se ha desestimado. * Los resultados del grupo CON son los mismos para las etapas 2 y 3
Capítulo V
238
TABLA 5.5. PRUEBAS DE NORMALIDADb. TODOS LOS GRUPOS Y ETAPAS Kolmogorov-Smirnova
Grupo
Estadístico
Sig.
Total Palabras E.1 OTT ,278 ,043
BAR ,211 ,200(*) CON ,298 .
Total Palabras E.2 OTT ,184 ,200(*) BAR ,208 ,200(*) CON ,298 .
Total Palabras E.3 OTT ,294 ,024 CON ,298 .
* Este es un límite inferior de (a) la significación verdadera. a Corrección de la significación de Lilliefors b Total Palabras E.3 es una constante cuando Grupo = BAR se ha desestimado.
Podemos apreciar que tanto los estadísticos de asimetría y curtosis como los tests de
normalidad muestran que los datos no están distribuidos normalmente, lo que
interpretamos como primer indicador de la conveniencia de realizar pruebas no
paramétricas de comparación, indicadas en el cotejo de muestras conformadas por
grupos desiguales y/o poco numerosos. De la misma manera, lo elevado de las
desviaciones típicas (incluso en el caso del grupo CON) revela también la
heterogeneidad del grupo y apunta, por tanto, en la misma dirección. Este último
resultado debe, eso sí, considerarse con cautela teniendo siempre presente que los
nuestros son datos espontáneos para los que no hay fijados un máximo y un mínimo de
producción como en una prueba cerrada.
Seguidamente, examinamos los sujetos que en cada uno de los grupos presentan valores
extremos (outliers) con objeto de comprobar si su comportamiento afectaba la
distribución normal de los datos de la muestra.1 Sólo en la primera de las etapas, los
diagramas de cajas nos permitieron detectar a dos de estos sujetos, cada uno de ellos
perteneciente a uno de los grupos experimentales, a saber: el sujeto 7 (FAL) del grupo
OTT y el sujeto 14 (MIZ)2 del grupo BAR.
1 La exploración se proponía únicamente detectar la posible presencia de outliers en la muestra. 2 La referencia a los sujetos de todos los grupos se hace en todo momento por medio de los tres caracteres que se les asigna para identificarlos en la transcripción en el sistema CHAT de CHILDES. De esta forma la confidencialidad con respecto a la identidad de dichos sujetos queda asegurada.
El estudio: la adquisición del Sintagma Determinante en español L2 y LE
239
GRÁFICO 5.1. DIAGRAMA DE CAJAS . TOTAL DE PALABRAS . TODOS LOS GRUPOS. E.1
OTT BAR CON
Grupo
1000
1500
2000
2500
To
tal P
alab
ras
Eta
pa
1
7
14
GRÁFICO 5.2. DIAGRAMA DE CAJAS . TOTAL DE PALABRAS . TODOS LOS GRUPOS. E.2
OTT BAR CON
Grupo
0
500
1000
1500
2000
2500
To
tal P
alab
ras
Eta
pa
2
Capítulo V
240
GRÁFICO 5.3. DIAGRAMA DE CAJAS . TOTAL DE PALABRAS . GRUPOS OTT Y CON. E.3
Con respecto al comportamiento de estos sujetos, nos parece conveniente realizar
algunas observaciones relacionadas con la naturaleza de los datos, concretamente con el
diseño de las entrevistas. Acabamos de referirnos más arriba a la naturaleza de nuestros
datos, y ya en el capítulo anterior considerábamos cuáles son las ventajas e
inconvenientes de este tipo de datos espontáneos frente a los datos experimentales; las
desventajas se refieren esencialmente a la imposibilidad de fijar un mínimo y/o un
máximo en los resultados de unos hablantes que producen en una situación casi
espontánea, casi libremente. El caso de FAL es el de un participante extremadamente
locuaz que desde la primera etapa sobrepasa en volumen de producción al resto de
sujetos de su mismo grupo e incluso a los controles.
En cambio, el motivo por el cual MIZ se destaca de entre los demás participantes del
grupo BAR es muy diferente al del caso anterior. Si bien esta hablante cursa, como el
resto de sus compañeros, el nivel elemental de español en la EOI, sabíamos desde la
fase de transcripción que su discurso no destacaba entre el resto por ser demasiado
fluido o demasiado abundante; más bien al contrario: a MIZ a veces le costaba seguir a
su interlocutor, de modo que encontrarla como outlier fue muy sorprendente y motivó
una vuelta a las transcripciones originales con el propósito de hallar en ellas una
explicación para tal resultado. En dos de las cuatro entrevistas que completa esta
OTT CON
0
500
1000
1500
2000
2500
To
tal P
alab
ras
Eta
pa
3
El estudio: la adquisición del Sintagma Determinante en español L2 y LE
241
hablante el entrevistador asume un papel excesivamente participativo que, si bien no
consigue en todo momento que el sujeto tome el turno activamente, sí que arranca de él
una suerte de backchanelling o respuesta fáctica que alarga la duración de la entrevista y
aumenta de una manera artificiosa el volumen de su producción.
Si bien la presencia de este tipo de sujetos es un motivo más para hablar de la falta de
normalidad de la muestra no creemos, sin embargo, que los dos casos anteriores deban
ser eliminados de la misma. Más bien al contrario. Debido a lo limitado de nuestro
corpus (nueve sujetos en el caso del grupo experimental OTT y sólo seis en el caso de
BAR), una producción de las características que acabamos de describir puede de hecho
afectar los resultados de un grupo reducido como el nuestro mientras que no habría
influido en los resultados generales de un grupo mayor. Teniendo en cuenta, además,
que la eliminación de un sujeto iría en detrimento de la representatividad de la muestra
finalmente estimamos oportuno mantener a estos dos sujetos como parte del corpus; en
este seguimos aquí el criterio expuesto y empleado por Fullana (2005) que sigue en ello
a Hatch y Lazaraton (1991). Los resultados brutos de FAL y MIZ para la E.1 aparecen
destacados en negrita en la Tabla 5.1 que aparece más arriba.
De la misma manera, también nos planteamos si resulta lícito seguir contando en la
muestra con los datos del grupo BAR para la segunda etapa que, como se ilustraba en la
tabla 5.2, ve considerablemente reducido el número de entrevistas de las que
disponemos. Siguiendo la misma filosofía que nos lleva a conservar a los dos hablantes
cuyo comportamiento muestra la presencia de valores extremos, justificamos la
conveniencia de mantener dicha etapa amparados en el interés que supone contar con un
mayor volumen de datos y, en concreto, de los datos de un segundo estadio de
evolución del grupo BAR. Con todo, no podemos dejar de señalar la necesidad de
interpretar con mucha prudencia los resultados del análisis de estos datos pues
esperamos que, más que revelar contundentemente cómo se describe la conducta de
estos hablantes, indiquen la presencia de tendencias y fenómenos de interés que puedan
en un futuro contrastarse sobre un volumen de producción mayor.
Una vez decidimos que en la comparación de los resultados obtenidos para los distintos
grupos emplearíamos pruebas no paramétricas, los tests de Kruskal Wallis y U de
Mann-Whitney (este último aplicado a la comparación de variables a dos niveles en el
Capítulo V
242
caso de la E.3, disponible sólo para OTT y CON) fueron aplicados por separado a la
variable número de palabras en las etapas 1, 2 y 3 para todos los grupos. La prueba de
Kruskal Wallis demostró la existencia de diferencias significativas en la producción de
los tres grupos tanto para la E.1 (p > ,011) como para la E.2 (p > ,003). Los resultados
figuran en la tabla 5.6 a continuación:
TABLA 5.6. PRUEBA DE KRUSKAL-WALLIS : TOTAL PALABRAS OTT BAR CON. ETAPAS 1 Y 2 Chi-Cuadrado Sig. Asintót.
Total palabras E.1
9,029 ,011*
Total palabras E.2
11,756 ,003*
El test U de Mann Whitney indicó la existencia de diferencias significativas para las dos
etapas comparables entre los dos grupos experimentales BAR y OTT, así como también
entre el grupo BAR y el grupo control (CON), así se ilustra en las tablas 5.7 y 5.8:
TABLA 5.7. PRUEBA U DE MANN-WHITNEY. TOTAL PALABRAS. GRUPOS OTT Y BAR. ETAPAS 1 Y 2
U de Mann-
Whitney Z
Sig. Asintót. (bilateral)
Total Palabras E.1 3,000 -2,828 ,005*
Total Palabras E.2 ,000 -3,185 ,001*
TABLA 5.8. PRUEBA U DE MANN-WHITNEY. TOTAL PALABRAS GRUPOS BAR Y CON. ETAPAS 1 Y 2
U de Mann-
Whitney Z
Sig. Asintót. (bilateral)
Total Palabras E.1 2,000 -2,132 ,033*
Total Palabras E.2 ,000 -2,566 ,010*
En cambio, las diferencias entre los grupos OTT y el grupo control por lo que a
volumen de producción respecta no resultan significativas en ninguna de las tres etapas
de la muestra (p > ,05), ni siquiera en el primer momento de recogida de datos.
El estudio: la adquisición del Sintagma Determinante en español L2 y LE
243
En las secciones que siguen proporcionamos información concreta acerca del volumen
de producción de los artículos y clíticos del español no nativo así como también
incluimos datos acerca del número total de usos correctos, usos no nativos y omisiones
observadas en dicha producción. La descripción de estos datos generales se hace por
etapas para cada uno de los grupos de hablantes y para la etapa única del grupo control
que empleamos para establecer comparaciones con la producción de los grupos
experimentales también en las etapas 2 y 3.
5.1.2 La producción de artículos determinados
En la tabla 5.93 se recogen los totales potenciales brutos (número de contextos de
aparición de artículo) dato que nos permitirá tener presente cuál es el alcance de la
producción en cada caso. Asimismo en la tabla 5.10 figuran las cifras que describen en
porcentajes el volumen de producción que éstos representan sobre el total de palabras.
TABLA 5.9. TOTAL POTENCIAL DE ARTÍCULOS (MEDIAS). TODOS LOS GRUPOS Y ETAPAS
Grupo Total Potencial Artículos E.1
Total Potencial Artículos E.2
Total Potencial Artículos E.3
OTT 879,33 886,11 1209,2
BAR 403,5 260 -
CON 682,5 - -
TABLA 5.10. DESCRIPTIVOS. TOTAL POTENCIAL DE ARTÍCULOS. (Porcentaje sobre Total de Palabras). TODOS LOS GRUPOS Y ETAPAS
Grupo Media
E.1 (%) OTT 52,60 (9,45)
BAR 40,61 (15,6)
CON 40,45 (6,5)
E.2 (%) OTT 62,27 (10,31)
BAR 41,07 (18,95)
CON 40,45 (6,5)
E.3 (%) OTT 58,65 (5,28)
CON 40,45 (6,5)
3 En la Tabla 5.9bis (Anejo 4, sección 4.2) se proporcionan las cifras individuales para cada uno de los grupos.
Capítulo V
244
TABLA 5.11. PRUEBA DE KRUSKAL-WALLIS . TOTAL POTENCIAL ARTÍCULOS. GRUPOS OTT BAR Y CON. ETAPAS 1 Y 2
Chi-cuadrado Sig. Asintót.
% Total Potencial ADs/Total Palabras E.1 4,511 ,105
% Total Potencial ADs/Total Palabras E.2 8,510 ,014*
a Prueba de Kruskal-Wallis b Variable de agrupación: Grupo
La tabla 5.11 ilustra cómo para las dos primeras etapas la prueba de Kruskal-Wallis
muestra que tan sólo en el caso de la E.2 existen diferencias significativas en el total
potencial de artículos determinados. En el cotejo a dos grupos esto se concreta en el
caso del contraste OTT-CON en la E.2 en la que el volumen de producción del grupo
experimental supera al de los controles (v. Tabla 5.12), mientras que en el contraste
OTT-BAR se observa sólo una ligera tendencia en ese sentido (v. Tabla 5.13). La
comparación BAR-CON no muestra diferencias significativas para ninguna de las dos
etapas (v. Tabla 5.14) mientras que en la tercera etapa la diferencia entre los grupos
OTT y CON sí resulta significativa, tal y como se ilustra en la Tabla 5.12.
TABLA 5.12. TOTAL ARTÍCULOS. PRUEBA U DE MANN-WHITNEY. GRUPOS OTT Y CON. ETAPAS 1, 2 Y 3
U de Mann-
Whitney W de
Wilcoxon Z
Sig. Asintót. (bilateral)
% Total Potencial ADs sobre Total Palabras E.1 6,000 16,000 -1,852 ,064
% Total Potencial ADs sobre Total Palabras E.2 ,000 10,000 -2,777 ,005*
% Total Potencial ADs sobre Total Palabras E.3 ,000 10,000 -2,449 ,003*(a)
a No corregidos para los empates. b Variable de agrupación: Grupo
TABLA 5.13. TOTAL ARTÍCULOS. PRUEBA U DE MANN-WHITNEY. GRUPOS OTT Y BAR
ETAPAS 1 Y 2
U de Mann-
Whitney W de
Wilcoxon Z Sig. asintót.
(bilateral)
% Total Potencial ADs sobre Total Palabras E.1 13,000 34,000 -1,650 ,099
% Total Potencial ADs sobre Total Palabras E.2 6,000 16,000 -1,852 ,064
a No corregidos para los empates. b Variable de agrupación: Grupo TABLA 5.14. TOTAL ARTÍCULOS. TEST U DE MANN-WHITNEY. GRUPOS BAR Y CON. ETAPAS 1 Y 2
U de Mann-
Whitney W de
Wilcoxon Z Sig. Asintót.
(bilateral)
% ADs Potencial/Total Palabras E 1 11,000 32,000 -,213 ,831
% ADs Potencial/Total Palabras E 2 8,000 18,000 ,000 ,914(a)
a No corregidos para los empates. b Variable de agrupación: Grupo
El estudio: la adquisición del Sintagma Determinante en español L2 y LE
245
La producción de artículos por parte de los sujetos de la muestra distinguiendo ahora
entre formas de artículo diferentes en género y número se recogen en la tabla 5.15:
TABLA 5.15. TEST DE KRUSKAL-WALLIS . GRUPOS OTT BAR Y CON. ETAPAS 1 Y 2
a Kruskal Wallis Test b Variable de agrupación: Grupo
Con la excepción de la forma de artículo femenino plural, en la tabla anterior se nos
indica que, para las dos primeras etapas, hay diferencias significativas en la producción
de todos los demás artículos. Estas diferencias se concretan representativamente sólo en
la comparación de los otros dos grupos con el grupo BAR y para casi todos los tipos de
artículos, con excepción de las en todos los casos (v. tablas 5.16 y 5.17); el contraste
entre OTT y el grupo control no resulta significativo para ninguno de los artículos.
TABLA 5.16. TOTAL ARTÍCULOS. TEST U DE MANN-WHITNEY. GRUPOS OTT Y BAR. ETAPAS 1 Y 2
Test U de Mann-
Whitney Wilcoxon
W Z Sig. Asintót.
E.1
Total Potencial EL E.1 2,000 23,000 -2,946 ,003*
Total Potencial LA E.1 5,000 26,000 -2,593 ,010*
Total Potencial LAS E.1 23,000 44,000 -,471 ,637
Total Potencial LOS E.1 7,500 28,500 -2,342 ,019*
E.2
Total Potencial EL E.2 ,000 21,000 -3,185 ,001*
Total Potencial LA E.2 ,000 21,000 -3,185 ,001*
Total Potencial LAS E.2 12,000 33,000 -1,776 ,076
Total Potencial LOS E.2 3,000 24,000 -2,984 ,003*
a No corregidos para los empates. b Variable de agrupación: Grupo
Chi-Cuadrado Sig. Asintót.
E.1
Total Potencial EL 9,527 ,009*
Total Potencial LA 6,111 ,047*
Total Potencial LAS ,572 ,751
Total Potencial LOS 6,279 ,043*
E.2
Total Potencial EL 12,190 ,002*
Total Potencial LA 12,635 ,002*
Total Potencial LAS 3,442 ,179
Total Potencial LOS 10,515 ,005*
Capítulo V
246
TABLA 5.17. TOTAL ARTÍCULOS. TEST U DE MANN-WHITNEY. GRUPOS BAR Y CON. ETAPAS 1 Y 2
Test U de Mann-
Whitney Wilcoxon
W Z Sig. Asintót.
E.1
Total Potencial EL E.1 3,000 24,000 -1,919 ,050*
Total Potencial LA E.1 9,000 30,000 -,640 ,522
Total Potencial LAS E.1 10,500 20,500 -,321 ,748
Total Potencial LOS E.1 4,000 25,000 -1,765 ,077
E.2
Total Potencial EL E.2 1,000 22,000 -2,352 ,019*
Total Potencial LA E.2 ,000 21,000 -2,566 ,010*
Total Potencial LAS E.2 9,000 30,000 -,642 ,521
Total Potencial LOS E.2 ,000 21,000 -2,893 ,004*
a No corregidos para los empates. b Variable de agrupación: Grupo
La sección que sigue considera la forma en que emplean los clíticos pronominales los
hablantes no nativos y los sujetos de control que componen la muestra.
5.1.3. La producción de clíticos pronominales
Las tablas que seguidamente presentamos recogen la producción de clíticos de
objeto de los sujetos de la muestra para las etapas disponibles. Comenzamos por la
descripción del comportamiento general de los sujetos con respecto a tales elementos.
En las tablas 5.184 y 5.19 aparecen respectivamente los totales potenciales de clíticos
(medias de producción para cada uno de los grupos) y el porcentaje que sobre el total de
palabras representan en la producción de los sujetos de la muestra.
TABLA 5. 18. TOTAL POTENCIAL DE CLÍTICOS (Medias). TODOS LOS GRUPOS Y ETAPAS Grupo Total Potencial Clíticos
E.1 Total Potencial Clíticos
E.2 Total Potencial Clíticos
E.3
OTT 41,3 56,6 79,2 BAR 28,5 12,5 - CON 87,25 - -
4 En la Tabla 5.18bis (Anejo 4, sección 4.2) se proporcionan las cifras individuales para cada uno de los grupos.
El estudio: la adquisición del Sintagma Determinante en español L2 y LE
247
TABLA 5.19. TOTAL POTENCIAL DE CLÍTICOS SOBRE TOTAL DE PALABRAS. TODOS LOS GRUPOS Y ETAPAS
Grupo Media E.1 (%) OTT 2,4082 (1,03)
BAR 2,5029 (0,87)
CON 5,3082 (0,68)
E.2 (%) OTT 3,6816 (0,86)
BAR 1,2532 (1,1)
E.3 (%) OTT 3,5499 (0,45)
Lo primero que llama nuestra atención en esta primera etapa es lo similares que resultan
las medias de totales potenciales de clíticos en los dos grupos experimentales. El uso
nativo de clíticos parece, como vemos, bastante más elevado y el grado de variación
entre sujetos es mucho menor. Veamos cómo se traduce lo anterior en los resultados de
las pruebas estadísticas.
TABLA 5.20. PRUEBA DE KRUSKAL-WALLIS . TOTAL POTENCIAL CLÍTICOS. GRUPOS OTT BAR Y CON. ETAPAS 1 Y 2
Chi-
cuadrado Sig.
Asintót.
% Clíticos Potencial/Total Palabras E 1 8,596 ,014*
% Clíticos Potencial/Total Palabras E 2 9,936 ,007*
a Prueba de Kruskal-Wallis b Variable de agrupación: Grupo
En las dos primeras etapas, los resultados de la prueba de Kruskal-Wallis (Tabla 5. 20)
indica la existencia de diferencias significativas en la producción de clíticos y justifica
la posterior aplicación de pruebas aplicadas bilateralmente.
TABLA 5.21. TOTAL CLÍTICOS. PRUEBA U DE MANN-WHITNEY. GRUPOS OTT Y CON. ETAPAS 1, 2 Y 3
U de Mann-
Whitney W de
Wilcoxon Z
Sig. Asintót. (bilateral)
% Clíticos Potencial/Total Palabras E.1 1,000 46,000 -2,623 ,009*
% Clíticos Potencial/Total Palabras E.2 3,000 48,000 -2,315 ,021*
% Clíticos Potencial/Total Palabras E.3 1,000 16, 000 -2,205 ,027*
a No corregidos para los empates. b Variable de agrupación: Grupo
Capítulo V
248
TABLA 5.22. TOTAL CLÍTICOS. PRUEBA U DE MANN-WHITNEY. GRUPOS OTT Y BAR ETAPAS 1 Y 2
U de Mann-
Whitney W de
Wilcoxon Z
Sig. asintót. (bilateral)
% Clíticos Potencial/Total Palabras E.1 22,000 67,000 -,589 ,556
% Clíticos Potencial/Total Palabras E.2 4,000 14,000 -2,160 ,031*
a No corregidos para los empates. b Variable de agrupación: Grupo
TABLA 5.23. TOTAL CLÍTICOS. PRUEBA U DE MANN-WHITNEY. GRUPOS BAR Y CON. ETAPAS 1 Y 2
U de Mann-
Whitney W de
Wilcoxon Z
Sig. Asintót. (bilateral)
% Clíticos Potencial/Total Palabras E 1 ,000 21,000 -2,558 ,011*
% Clíticos Potencial/Total Palabras E 2 ,000 10,000 -2,309 ,021*
a No corregidos para los empates. b Variable de agrupación: Grupo
Los resultados de las comparaciones realizadas por medio del test U de Mann-Whitney,
que aparecen en las Tabla 5.21, 5.22 y 5.23, indican que las diferencias establecidas
entre dos grupos resultan significativas en todos los casos y para todas las etapas, con la
excepción del contraste OTT-BAR para la E.1 (v. tabla 5.22).
Seguidamente, pasamos a considerar la forma en que se distribuyen por tipo los totales
arriba mencionados. En cuanto comenzamos a desglosar qué ocurre dentro de estas
cifras totales, comienzan a apreciarse diferencias entre los grupos. La tabla 5.24 recoge
la producción del grupo OTT y la convención que emplearemos para ello será como
sigue: daremos en primer lugar el porcentaje de uso medio de uso de un elemento dado
seguido de la cifra correspondiente a la desviación típica (entre paréntesis).
El estudio: la adquisición del Sintagma Determinante en español L2 y LE
249
TABLA 5.24. MEDIAS TIPO DE CLÍTICO SOBRE TOTAL DE CLÍTICOS. GRUPO OTT.
TODAS LAS ETAPAS
Media (s.d) Asimetría Curtosis E
.1
Porcentaje ME/ Total Clíticos 22,13 (10,81) ,988 1,245
Porcentaje TE/ Total Clíticos 8,90 (5,87) ,603 -,983
Porcentaje LE/ Total Clíticos 14,15 (9,48) 1,321 1,353
Porcentaje LO/ Total Clíticos 8,60 (7,06) ,809 ,062
Porcentaje LA/ Total Clíticos 4,28 (4,26) ,479 -1,434
Porcentaje LOS/Total Clíticos ,00 (,00) . Porcentaje LAS/Total Clíticos ,25 (,76) 3,000 . 9,000
Porcentaje NOS/Total Clíticos ,43 (1,28) 3,000 9,000
Porcentaje OS/Total Clíticos ,84 (1,82) 2,273 4,942
Porcentaje SE/ Total Clíticos 36,59 (18,89) 1,794 3,087
E.2
Porcentaje ME/Total Clíticos 20,22 (7,27) 1,186 2,343
Porcentaje TE/ Total Clíticos 6,29 (4,41) ,356 -,511
Porcentaje LE/Total Clíticos 12,77 (5,53) -,895 -,566
Porcentaje LO/Total Clíticos 7,21 (7,62) ,481 -1,613
Porcentaje LA/Total Clíticos 3,93 (3,23) ,372 -,894
Porcentaje LOS/Total Clíticos ,68 (1,37) 1,730 1,469
Porcentaje LAS/Total Clíticos ,39 (,78) 1,620 ,738
Porcentaje NOS/Total Clíticos 1,22 (1,85) ,946 -1,345
Porcentaje OS/Total Clíticos ,58 (,87) ,862 -1,693
Porcentaje SE/ Total Clíticos 42,28 (22,49) ,078 -1,414
E.3
Porcentaje ME/Total Clíticos 26,85 (10,04) -,740 ,699
Porcentaje TE/ Total Clíticos 4,93 (2,77) 1,584 2,913
Porcentaje LE/ Total Clíticos 20,97 (6,133) -1,712 2,949
Porcentaje LO/Total Clíticos 9,09 (3,07) -,388 -3,756
Porcentaje LA/Total Clíticos 2,77 (3,50) 1,919 3,948
Porcentaje LOS/Total Clíticos ,47 (1,05) 2,236 5,000
Porcentaje LAS/Total Clíticos ,64 (,90) ,899 -1,663
Porcentaje NOS/Total Clíticos 3,05 (2,33) -,486 -2,076
Porcentaje OS/ Total Clíticos ,80 (1,21) 1,359 ,853
Porcentaje SE/ Total Clíticos 25,57 (15,36) 2,189 4,839
En las tres etapas recogidas, los clíticos me y se son los que se utilizan más
frecuentemente, seguidos de le y del clítico de segunda persona de singular te. Como
vemos, las formas de 1ª y 2ª persona del plural apenas si se utilizan, así como también
es escasa, a veces incluso nula, la representación de los clíticos de acusativo lo, la, los,
Capítulo V
250
las. Cabe destacar, eso sí, lo elevado de las desviaciones típicas. A continuación
incluimos en la tabla 5.25 los resultados del grupo BAR para las dos etapas que de ellos
se recogieron:
TABLA 5.25. MEDIAS TIPO DE CLÍTICO SOBRE TOTAL DE CLÍTICOS. GRUPO BAR. TODAS LAS ETAPAS
Media (s.d)
Porcentaje ME/Total Clíticos E. 1 37,74 (12,71)
Porcentaje TE/Total Clíticos E. 1 10,28 (5,49)
Porcentaje LE/Total Clíticos E. 1 10,13 (12,67)
Porcentaje LO/Total Clíticos E. 1 9,40 (15,26)
Porcentaje LA/Total Clíticos E. 1 ,52 (1,27)
Porcentaje LOS/Total Clíticos E. 1 ,00 (,00)
Porcentaje LAS/Total Clíticos E. 1 ,88 (2,15)
Porcentaje NOS/Total Clíticos E. 1 ,00 (,00)
Porcentaje OS/Total Clíticos E. 1 ,88 (2,15)
Porcentaje SE/Total Clíticos E. 1 27,61 (10,48)
Porcentaje ME/Total Clíticos E. 2 16,20 (22,67)
Porcentaje TE/ Total Clíticos E. 2 7,87 (9,12)
Porcentaje LE/ Total Clíticos E. 2 11,81 (13,68)
Porcentaje LO/Total Clíticos E. 2 12,50 (25,00)
Porcentaje LA/Total Clíticos E. 2 12,50 (25,00)
Porcentaje LOS/Total Clíticos E. 2 12,50 (25,00)
Porcentaje LAS/Total Clíticos E. 2 ,00 (,00)
Porcentaje NOS/Total Clíticos E. 2 ,00 (,00)
Porcentaje OS/Total Clíticos E. 2 ,00 (,00)
Porcentaje SE/ Total Clíticos E. 2 34,96 (33,95)
La tabla anterior merece ser comentada en referencia al hecho de que las desviaciones
típicas son más elevadas que las medias que se recogen, dato éste que interpretamos
como otro indicador de la necesidad de considerar estos datos con suma prudencia. La
tabla 5.26 recoge, por último, las medias de cada tipo de clítico producidos por el grupo
control.
El estudio: la adquisición del Sintagma Determinante en español L2 y LE
251
TABLA 5.26. MEDIAS CADA CLÍTICO SOBRE TOTAL DE CLÍTICOS. GRUPO CON. (E.1) Media
(s.d.) Asimetría Curtosis
Porcentaje ME/ Total Clíticos E. 1 14,84 (6,25)
,012 -5,799
Porcentaje TE/ Total Clíticos E. 1 6,60 (2,35)
,962 1,502
Porcentaje LE/ Total Clíticos E. 1 15,88 (1,65)
-,848 -,960
Porcentaje LO/ Total Clíticos E. 1 8,38 (3,64)
1,729 3,125
Porcentaje LA/ Total Clíticos E. 1 1,65 (3,72)
2,000 4,000
Porcentaje LOS/Total Clíticos E. 1 ,41 (,83)
2,000 4,000
Porcentaje LAS/Total Clíticos E. 1 ,58 (,70)
,363 -3,942
Porcentaje NOS/Total Clíticos E. 1 ,69 (,93)
1,121 ,072
Porcentaje OS/ Total Clíticos E. 1 ,00 (,00)
. .
Porcentaje SE/ Total Clíticos E. 1 46,65 (3,08)
,684 ,561
De un modo similar a como ocurre con los grupos experimentales, se es el clítico más
empleado por los sujetos de control, seguido de le y me. De nuevo el clítico de segunda
persona de plural, os, es el menos empleado. Llama la atención la relativamente escasa
diferencia que se observa entre las desviaciones típicas que muestran los controles por
oposición a lo hallado en los grupos experimentales. La variación intragrupal es en todo
momento mayor (p > ,05) en los grupos no nativos.
Ahora que disponemos de una perspectiva general acerca de cuál es la distribución de
cada tipo de clítico sobre el total general de elementos producidos, nos concentraremos
exclusivamente en los clíticos de tercera persona, singular y plural, para los que se
propone la comparación con los artículos determinados. Los elementos pronominales
cuyo comportamiento examinamos a partir de este momento son, pues, lo, la, los, las (y
ocasionalmente le o les) acusativos, le y les dativos, se inherente (reflexivo y
pronominal) y se como marcador de impersonalidad.
Capítulo V
252
5.2 Análisis de datos: resultados específicos
En esta sección se considera la forma en que los hablantes de los grupos
experimentales y del grupo control se comportan con respecto a la producción de los
artículos determinados y los clíticos pronominales. Con objeto de examinar tal
comportamiento, se comprobará, por una parte, si dichos hablantes efectivamente
emplean ambos tipos de elementos cuando su producción es obligatoria o si, por el
contrario, éstos se omiten en algunos contextos. Posteriormente, y con objeto de
determinar hasta qué punto es equiparable al nativo el comportamiento de los sujetos
experimentales, se examina la naturaleza de los elementos que han sido producidos en
contextos nativos de clítico y artículo.
5.2.1 Uso de artículos determinados: omisiones y naturaleza de la
producción
Las tablas que comentamos a continuación incluyen resultados relativos a la
realización y/o la omisión de artículos nativos y no nativos en la producción de nuestros
sujetos. Es importante señalar que cuando nos referimos a usos no nativos estamos
considerando tanto la inserción de formas idiosincrásicas en lugar del artículo como el
empleo de otros determinantes en esos contextos, incluyendo el uso de ítems que, aun
siendo auténticas formas de artículo, presentan otro tipo de errores como problemas de
concordancia de género y/o número. Con respecto a las omisiones, nuestra descripción
dejará claro en todos los casos si éstas, como un tipo de producción no nativa que debe
considerarse separadamente, están siendo tenidas en cuenta (Totales potenciales) o
excluyéndose del cómputo total sobre el que se calculan los porcentajes (Totales
producidos). Seguidamente aparecen los resultados sobre qué porcentaje de usos
correctos, de errores y de omisiones producen los sujetos de la muestra. Comenzamos
por incluir el total de datos brutos en la Tabla 5.27.5
5 En la Tabla 5.27bis (Anejo 4, sección 4.2) se proporcionan las cifras individuales para cada uno de los grupos.
El estudio: la adquisición del Sintagma Determinante en español L2 y LE
253
TABLA 5.27. ARTÍCULOS. TOTALES POTENCIALES, PRODUCIDOS Y OMISIONES. TODOS LOS
GRUPOS Y ETAPAS Grupo Total
Potencial Artículos
E.1
Total Producidos Artículos
E.1
Total Omisiones Artículos
E1
Total Potencial Artículos
E.2
Total Producidos Artículos
E.2
Total Omisiones Artículos
E.2
Total Potencial Artículos
E.3
Total Producidos Artículos
E.3
Total Omisiones Artículos
E.3 OTT 879,3 875,2 4,1 886,1 881,2 4,9 1209 1204 6,2 BAR 403,5 376 27,5 260 248,5 11,5 - - - CON 682,5 682,5 - - - - - - -
La tabla 5.28 contiene los resultados de la prueba de Kruskal-Wallis para las dos
primeras etapas de los tres grupos; tales resultados indican, como vemos, la
conveniencia de efectuar análisis estadísticos sobre las omisiones de artículos en
contextos obligatorios que han sido detectadas en la muestra.
TABLA 5.28. PRUEBA U DE KRUSKAL-WALLIS . TOTALES OMISIONES. GRUPOS OTT BAR Y CON. ETAPAS 1, 2 Y 3. (Porcentajes sobre TOTAL POTENCIAL de artículos)
Chi-cuadrado Sig. Asintót.
E.1
Total omisiones artículos/Total Potencial 14,031 ,001*
E.2
Total omisiones artículos/Total Potencial 12,601 ,002*
a Prueba de Kruskal-Wallis b Variable de agrupación: Grupo
TABLA 5.29. PRUEBA DE MANN-WHITNEY. TOTALES OMISIONES. GRUPOS. OTT Y CON. ETAPAS 1, 2 Y 3. (Porcentajes sobre TOTAL POTENCIAL de artículos)
U de Mann-Whitney
W de Wilcoxon
Z Sig. Asintót. (bilateral)
E.1
Total omisiones artículos/Total Potencial 6,000 16,000 -2,013 ,044*
E.2
Total omisiones artículos/Total Potencial 2,000 12,000 -2,540 ,011*
E.3
Total omisiones artículos/Total Potencial 6,000 16,000 -1,894 ,058
a No corregidos para los empates b Variable de agrupación: Grupo
El examen de los resultados obtenidos del contraste OTT-CON con respecto a las
omisiones, recogidos en la Tabla 5.29, revela la existencia de diferencias significativas
en las dos primeras etapas; para la E.3, en cambio, si bien se sigue observando una
tendencia en ese sentido, los resultados ya no son significativamente diferentes. Tanto
en el contraste con el grupo OTT como en la comparación con los controles, el
comportamiento del grupo BAR resulta significativamente diferente en los resultados de
las dos etapas de las que disponemos, véanse las tablas 5.30 y 5.31 al respecto:
Capítulo V
254
TABLA 5.30. PRUEBA DE MANN-WHITNEY. TOTALES OMISIONES. GRUPOS. OTT Y BAR. ETAPAS 1 Y 2. (Porcentajes sobre TOTAL POTENCIAL de artículos)
U de Mann-Whitney
W de Wilcoxon
Z Sig. Asintót. (bilateral)
E.1
Total omisiones artículos/Total Potencial ,000 45,000 -3,193 ,001*
E.2
Total omisiones artículos/Total Potencial ,000 45,000 -2,777 ,005*
a No corregidos para los empates b Variable de agrupación: Grupo
TABLA 5.31. PRUEBA DE MANN-WHITNEY. TOTALES OMISIONES. GRUPOS. BAR Y CON. ETAPAS 1 Y 2. (Porcentajes sobre TOTAL POTENCIAL de artículos)
U de Mann-Whitney
W de Wilcoxon
Z Sig. asintót. (bilateral)
E.1
Total omisiones artículos/Total Potencial ,000 10,000 -2,640 ,008*
E.2
Total omisiones artículos/Total Potencial ,000 10,000 -2,460 ,014*
a No corregidos para los empates b Variable de agrupación: Grupo
El análisis del proceso de adquisición que siguen los grupos experimentales implica
examinar su comportamiento en las distintas etapas recogidas considerando cuánto éste
se aleja o se aproxima al equivalente nativo. En estos términos, los resultados sobre
usos no nativos que presentamos a continuación se interpretan como indicador de la
aproximación a la norma nativa de la L2, el español en este caso. La tabla 5. 326
contiene estos totales brutos.
TABLA 5.32. ARTÍCULOS. FORMAS PRODUCIDAS NATIVAS Y NO NATIVAS. TODOS LOS GRUPOS
Y ETAPAS Grupo Total
Producidos E.1
Total Nativos
E.1
Total No Nativos
E.1
Total Producidos
E.2
Total Nativos
E.2
Total No Nativos
E.2
Total Producidos
E.3
Total Nativos
E.3
Total No Nativos
E.3
OTT 893,4 881,3 12,1 899,2 891,3 7,9 1204,8 1192,8 12
BAR 391,5 374 17,5 269,5 256,5 13 - - -
CON 682,5 682,5 - - - - - - -
Los resultados para la prueba previa de Kruskal-Wallis se incluyen en la tabla 5.33 e
indican, de nuevo, la conveniencia de abordar análisis individuales:
6 En la Tabla 5.32bis (Anejo 4, sección 4.2) se proporcionan las cifras individuales para cada uno de los grupos.
El estudio: la adquisición del Sintagma Determinante en español L2 y LE
255
TABLA 5.33. PRUEBA U DE KRUSKAL-WALLIS . TOTALES NO NATIVOS. GRUPOS OTT, BAR Y CON. ETAPAS 1, 2 Y 3. (Porcentajes sobre TOTAL de artículos Producidos)
Chi-cuadrado
Sig. asintót.
E.1
Total artículos no nativos/Total Producidos 12,009 ,002*
E.2
Total artículos no nativos/Total Producidos 13,419 ,001*
a Prueba de Kruskal-Wallis b Variable de agrupación: Grupo
El porcentaje de artículos no nativos producidos por cada uno de los grupos
experimentales mostró sistemáticamente diferencias significativas tanto en la
comparación con los controles como en la comparación establecida entre ellos. Las
tablas 5.34, 5.35 y 5.36 recogen los resultados de la prueba U de Mann-Whitney
realizada para los tres grupos de la muestra y las tres etapas recogidas.
TABLA 5.34. PRUEBA DE MANN-WHITNEY. TOTALES NO NATIVOS. GRUPOS. OTT Y CON. ETAPAS 1, 2 Y 3. (Porcentajes sobre TOTAL de artículos Producidos)
U de Mann-Whitney
W de Wilcoxon
Z Sig. Asintót. (bilateral)
E.1
Total artículos no nativos/Total Producidos 6,000 16,000 -2,013 ,044*
E.2
Total artículos no nativos/Total Producidos ,000 10,000 -2,816 ,005*
E.3
Total artículos no nativos/Total Producidos ,000 10,000 -2,558 ,011*
a No corregidos para los empates b Variable de agrupación: Grupo
TABLA 5.35. PRUEBA DE MANN-WHITNEY. TOTALES NO NATIVOS. GRUPOS. OTT Y BAR. ETAPAS 1 Y 2. (Porcentajes sobre TOTAL de artículos Producidos)
U de Mann-Whitney
W de Wilcoxon
Z Sig. Asintót. (bilateral)
E.1
Total artículos no nativos/Total Producidos 4,000 49,000 -2,720 ,007*
E.2
Total artículos no nativos/Total Producidos ,000 45,000 -2,777 ,005*
a No corregidos para los empates b Variable de agrupación: Grupo
Capítulo V
256
TABLA 5.36. PRUEBA DE MANN-WHITNEY. TOTALES NO NATIVOS. GRUPOS. BAR Y CON. ETAPAS 1 Y 2. (Porcentajes sobre TOTAL de artículos Producidos)
U de Mann-Whitney
W de Wilcoxon
Z Sig. asintót. (bilateral)
E.1
Total artículos no nativos/Total Producidos ,000 10,000 -2,640 ,008*
E.2
Total artículos no nativos/Total Producidos ,000 10,000 -2,460 ,014*
a No corregidos para los empates b Variable de agrupación: Grupo
Así, como vemos, en el examen de las formas nativas y no nativas producidas por los
sujetos, resulta significativa la comparación que establecemos tanto entre los dos grupos
experimentales como en el contraste con los controles. En el caso de OTT, tal diferencia
se da en las tres etapas comparadas con la producción de los controles (en el caso de las
omisiones, recordemos, la diferencia desaparecía en la E.3) y también en las dos etapas
que comparamos con BAR, cuyo índice de usos no nativos es, pues, significativamente
superior al del grupo OTT. Ciertamente, la comparación del grupo BAR con los
controles indica también que la conducta de los sujetos de uno y otro grupo es, con
respecto a la cantidad de formas nativas y/o no nativas producidas, significativamente
diferente.
5.2.2 Uso de clíticos: omisiones y naturaleza de la producción
En esta sección se presentan los resultados de la producción de clíticos nativos
y no nativos incluyendo en este último caso, y del mismo modo en que se procedía con
los artículos determinados, tanto la inserción de formas idiosincrásicas sustitutivas
como el uso de formas pertenecientes al paradigma de los clíticos que muestran en ese
contexto problemas de concordancia de género, número y/o caso. Las omisiones, de
nuevo, son consideradas en relación con los totales potenciales, no así el porcentaje de
usos no nativos que se calcula sobre el total de formas producidas. Al igual que en las
comparaciones anteriores, la forma en que se proceda será indicada en cada caso. En la
tabla 5.377 se incluyen los totales brutos para todos los grupos y etapas de la muestra.
7 En la Tabla 5.37bis (Anejo 4, sección 4.2) se proporcionan las cifras individuales para cada uno de los grupos.
El estudio: la adquisición del Sintagma Determinante en español L2 y LE
257
TABLA 5.37. CLÍTICOS. TOTALES POTENCIALES, PRODUCIDOS Y OMISIONES (MEDIAS). TODOS
LOS GRUPOS Y ETAPAS Grupo. Total
Potencial Clíticos
E.1
Total Producidos
Clíticos E.1
Total Omisiones
Clíticos E.1
Total Potencial Clíticos
E.2
Total Producidos
Clíticos E.2
Total Omisiones
Clíticos E.2
Total Potencial Clíticos
E.3
Total Producidos
Clíticos E.3
Total Omisiones
Clíticos E.3
OTT 37,3 34,4 3,1 58 55 3,6 81 75,4 5,6 BAR 28,6 24,5 4,1 12,7 10 2,7 - - - CON 88,7 88,7 - - - - - - -
La tabla 5.38 contiene los resultados para la prueba de Kruskal-Wallis que muestra la
existencia de diferencias significativas para las dos primeras etapas en el porcentaje de
omisiones de clíticos sobre el total potencial por parte de los tres grupos de la muestra.
TABLA 5.38. PRUEBA DE KRUSKAL-WALLIS . TOTAL OMISIONES. GRUPOS OTT, BAR Y CON. ETAPAS 1 Y 2. (Porcentajes sobre TOTAL POTENCIAL de CLÍTICOS)
Chi-cuadrado Sig. Asintót.
E.1
Total Omisiones/Total Potenciales 7,897 ,019*
E.2
Total Omisiones/Total Potenciales 7,621 ,022*
a Prueba de Kruskal-Wallis b Variable de agrupación: Grupo
Las comparaciones a dos grupos revelan que las diferencias significativas en el
porcentaje de elementos omitidos sobre el total de contextos de aparición de clíticos han
de observarse siempre en el contraste con los controles (Tablas 5.39 y 5.40); sin
embargo, si la comparación se establece entre los grupos experimentales, las diferencias
no resultan significativas para ninguna de las dos etapas (p > ,05).
TABLA 5.39. PRUEBA DE MANN-WHITNEY. TOTAL OMISIONES. GRUPOS. OTT Y CON. ETAPAS 1, 2 Y 3. (Porcentajes sobre TOTAL POTENCIAL de CLÍTICOS)
U de Mann-Whitney
W de Wilcoxon
Z Sig. Asintót. (bilateral)
E.1
Total Omisiones/Total Potenciales 2,000 47,000 -2,540 ,011*
E.2
Total Omisiones/Total Potenciales 2,000 47,000 -2,543 ,011*
E.3
Total Omisiones/Total Potenciales ,000 10,000 -2,460 ,014*
a No corregidos para los empates b Variable de agrupación: Grupo
Capítulo V
258
TABLA 5.40 PRUEBA DE MANN-WHITNEY. TOTAL OMISIONES. GRUPOS. BAR Y CON. ETAPAS 1 Y 2. (Porcentajes sobre TOTAL POTENCIAL de CLÍTICOS)
U de Mann-Whitney
W de Wilcoxon
Z Sig. Asintót. (bilateral)
E.1
Total Omisiones/Total Potenciales 2,000 23,000 -2,274 ,023*
E.2
Total Omisiones/Total Potenciales 2,000 12,000 -1,984 ,047*
a No corregidos para los empates. b Variable de agrupación: Grupo
Con respecto a la calidad de la producción de la muestra para los grupos
experimentales, incluimos a continuación en 5.418 la tabla que resume la producción de
formas nativas y no nativas:
TABLA 5.41. TOTAL CLÍTICOS PRODUCIDOS: FORMAS NATIVAS Y NO NATIVAS. GRUPOS OTT Y
BAR Grup Total
Producidos E.1
Total Nativos
E.1
Total No Nativos
E.1
Total Producidos
E.2
Total Nativos
E.2
Total No Nativos
E.2
Total Producidos
E.3
Total Nativos
E.3
Total No Nativos
E.3 OTT 345
314
31
(8,99%) 495
449
46
(9,29%) 376
358
18
(5,45%) BAR 147
138
9
(6,12%) 40
36
4 (10%)
-
-
-
CON
355
355
0
-
-
-
-
-
-
Los resultados de la prueba de Kruskal-Wallis también apuntan a la existencia de
diferencias significativas en la primera comparación entre los tres grupos, para las dos
primeras etapas; véase la tabla 5.42:
TABLA 5. 42. PRUEBA DE KRUSKAL-WALLIS . TOTALES ERRORES GRUPOS. OTT, BAR Y CON. ETAPAS 1 Y 2. (Porcentajes sobre TOTAL de CLÍTICOS PRODUCIDOS)
Chi-cuadrado Sig. Asintót.
E.1
Total Errores/Total Producidos 7,943 ,019*
E.2
Total Errores/Total Producidos 7,386 ,025*
a Prueba de Kruskal-Wallis b Variable de agrupación: Grupo
8 En la Tabla 5.41bis (Anejo 4, sección 4.2) se proporcionan las cifras individuales para cada uno de los grupos.
El estudio: la adquisición del Sintagma Determinante en español L2 y LE
259
Tal y como se concreta en las tablas 5.43 y 5.44, en las comparaciones a dos grupos las
diferencias en el porcentaje de usos correctos emergen de nuevo en el contraste de los
grupos experimentales con el grupo control, reflejando un comportamiento similar al
que acabamos de observar en los resultados anteriores. Sin embargo, en esta ocasión
dicho contraste no se establece de una forma tan contundente, ya que si bien se observa
una tendencia en ese sentido en casi todos los casos, sólo la comparación OTT-CON
para las dos primeras etapas resulta significativa (v. tabla 5.43).
TABLA 5.43. PRUEBA DE MANN-WHITNEY. TOTALES CORRECTOS. GRUPOS OTT Y CON.
ETAPAS 1, 2 Y 3. (Porcentajes sobre TOTAL de CLÍTICOS PRODUCIDOS)
U de Mann-
Whitney W de
Wilcoxon Z
Sig. asintót. (bilateral)
E.1
Total Errores/Total Producidos ,000 10,000 -2,785 ,005*
E.2
Total Errores/Total Producidos ,000 10,000 -2,820 ,005*
E.3
Total Errores/Total Producidos 2,000 12,000 -1,984 ,058
a No corregidos para los empates. b Variable de agrupación: Grupo
TABLA 5.44 PRUEBA DE MANN-WHITNEY. TOTALES CORRECTOS. GRUPOS BAR Y CON. ETAPAS 1 Y 2. (Porcentajes sobre TOTAL de CLÍTICOS PRODUCIDOS)
U de Mann-Whitney
W de Wilcoxon
Z
Sig. asintót. (bilateral)
E.1
Total Errores/Total Producidos 3,000 13,000 -1,949 ,055
E.2
Total Errores/Total Producidos 4,000 14,000 -1,512 ,131
a No corregidos para los empates b Variable de agrupación: Grupo
El cotejo de los resultados no nativos de los dos grupos experimentales OTT y BAR,
por otra parte, en contra de lo que esperábamos, no muestra diferencias significativas
(p> ,05).
5.2.2.1 Distribución de uso de los clíticos
A continuación examinamos la forma en que se distribuyen los clíticos del
corpus para cada uno de los grupos. Nos parece oportuno recordar que a partir de aquí
no se incluyen análisis de los resultados para las formas de primera y segunda persona
pues sólo los clíticos de tercera persona interesan a nuestro estudio. Algunas de las
Capítulo V
260
formas estudiadas (tal es el caso de le, les y se) pueden desempeñar diversas funciones
(v. Capítulo I). A fin de averiguar qué porcentaje representan cada una de esas
funciones sobre el total que de esa forma se ha producido, empleamos las pruebas de
contraste de Friedman y de Wilcoxon indicadas en el cotejo de elementos dentro de un
mismo grupo. En las tablas que aparecen a continuación se especifica qué porcentaje
representa para cada clítico cada una de las funciones que dicho elemento puede
desempeñar. En el caso de los clíticos lo, la, los y las que sólo pueden funcionar como
acusativos no es necesario, obviamente, hacer este tipo de distinciones. La tabla 5.459
describe el comportamiento del grupo OTT para las tres etapas disponibles.
TABLA 5.45. TIPOS DE LE Y SE. GRUPO OTT. ETAPAS 1, 2 Y 3. (Porcentajes sobre TOTAL POTENCIAL de elementos)
E.1 E.2 E.3
Media Media Media
% LE Experimentador/Total LE 73,33 (23,80) 68,34 (24,22) 67,44 (20,68)
% LE Dativo/Total LE 24,44 (21,08) 31,66 (24,22) 29,33 (19,81)
% LE Acusativo/Total LE 2,22 (6,67) ,00 (,00) 5,22 (5,30)
% SE Pronominal/Total SE 60,01 (20,69) 53,82 (20,22) 90,03 (22,69)
% SE Reflexivo/Total SE 14,54 (10,25) 22,36 (26,04) 10,92 (10,02)
% SE Impersonal/Total SE 14,91 (27,02) 9,39 (10,32) 3,36 (3,77)
% SE Dativo/Total SE 10,22 (10,85) 7,83 (10,46) 2,95 (5,43)
% SE Recíproco/Total SE ,318 (0,952 ) 6,60 (6,05) ,00 (,00)
En la tabla 5.4610 se ilustra la distribución por funciones para se y le en la reducida
producción de los sujetos de BAR. En muchos casos los estadísticos no pudieron
calcularse debido a que no había casos válidos suficientes para ello.
TABLA 5.46. TIPOS DE LE Y SE. GRUPO BAR. E.1 Y E.2.
(Porcentajes sobre TOTAL POTENCIAL de elementos)
E.1 E.2
Media (s.d) Media (s.d)
% LE Experimentador/Total LE 90,0000 22,36068
% LE Dativo/Total LE 10,0000 22,36068
% SE Pronominal/Total SE 70,8333 24,57980
% SE Impersonal/Total SE 22,9167 25,51552
% SE Dativo/Total SE 6,2500 10,45825
9 La prueba de Friedmann indicó la existencia de diferencias significativas (p < ,05) para algunas de las formas analizadas que se concretan tal y como figura en la Tabla 5.45bis en el Anejo 4, sección 4.2. 10 La prueba de Friedmann indicó la existencia de diferencias significativas (p < ,05) para algunas de las formas analizadas que se concretan tal y como figura en la Tabla 5.46bis en el Anejo 4, sección 4.2.
El estudio: la adquisición del Sintagma Determinante en español L2 y LE
261
Nos parece oportuno recordar que estamos hablando aquí de un volumen de producción
muy pequeño que, por ejemplo, en el caso de le se concreta, para la primera etapa, en un
total de una única forma de le dativo para todos los sujetos y de 13 contextos de
aparición de le experimentador. La segunda etapa, como sabemos, es aún menos
productiva y supone en total sólo siete contextos de le como experimentador. Las
diferencias entre los diferentes tipos de clítico en los datos del grupo BAR para la
segunda etapa no resultaron significativas en ninguno de los casos, pero dado lo exiguo
de dichos datos, su representatividad es poco fiable; de hecho, algunas de las pruebas
estadísticas no pudieron siquiera realizarse. Por consiguiente, no podemos tratar de
llegar a conclusiones fiables a partir de tales datos.
Los sujetos de control, por último, presentan en su producción una conducta muy
diferente a la que acabamos de describir, especialmente con relación a la forma le. Ésta
se ilustra en la tabla 5.49 a continuación:
TABLA 5.47. TIPOS DE LE Y SE. GRUPO CON (Porcentajes sobre TOTAL POTENCIAL de elementos)
Media (s.d)
% LE Dativo/Total LE 60,06 (28,27)
% LE Experimentador/Total LE 39,93 (22,42)
% SE Pronominal/Total SE 75,42 (6,57)
% SE Impersonal/Total SE E 10 12,34 (6,43)
% SE Dativo/Total SE 10,00 (4,71)
% SE Reflexivo/Total SE 1,78 (2,15)
% SE Recíproco/Total SE 0,45 (0,9)
Aplicada a esta distribución de los datos, la prueba de Wilcoxon mostró unas
diferencias que no resultaban significativas para ninguno de los tipos de le o se (p >
,05).
Capítulo V
262
5.3 Conclusiones preliminares
Hasta el momento el análisis de los datos del corpus revela la existencia de
algunos fenómenos interesantes que pasamos a comentar brevemente. Por lo que
respecta al volumen total de producción (expresado en número total de palabras), las
diferencias han de hallarse en el contraste entre el grupo BAR y los otros dos grupos. El
contraste entre lo que produce el grupo OTT y la producción de los controles no
muestra diferencias significativas siquiera en la E.1: los resultados del grupo
experimental OTT para estos totales no resultan en ninguna de las etapas
significativamente inferiores a los del grupo control. En cambio, en el caso de BAR las
diferencias en los totales de producción resultan significativas en la comparación tanto
con los controles como con el grupo anglofrancófono.
A partir de lo observado hasta el momento, podría decirse que en los datos de los
sujetos experimentales, y por comparación con la conducta que muestran los controles,
en el caso de los artículos y los clíticos del español no nativo, volumen de producción y
grado de nativez/corrección están, de alguna manera, en distribución complementaria.
En lo referente al volumen de producción de artículos y de clíticos, hemos podido
observar como la creación de contextos para la aparición de clíticos por parte de los
grupos experimentales es significativamente menor que en el caso de los controles; sin
embargo, lo mismo no se observa de un modo tan claro por lo que respecta al total
potencial de artículos determinados. Más específicamente, el examen de los resultados,
muestra que desde la etapa inicial la proporción de contextos de aparición de artículos
determinados sobre el total de palabras producidas es altísimo en los grupos
experimentales, sobre todo en OTT, incluso significativamente mayor que en los
controles. En cambio, en el caso de los clíticos, todos los sujetos experimentales
muestran una conducta significativamente diferente pero justamente en la dirección
opuesta, en la medida en que su nivel de producción no llega a la mitad de lo que
representa la producción nativa (v. tablas 5.20 a 5.23).
No obstante, y esto nos parece digno de tenerse en cuenta, el nivel de corrección que se
observa en la producción de los sujetos no nativos (entendido como porcentaje de usos
nativos sobre el total de contextos de uso) es comparativamente hablando mucho mayor
en el caso de los clíticos. Desde la primera etapa, parece claro que los grupos
experimentales muestran por lo que a la producción de clíticos respecta y para nuestra
El estudio: la adquisición del Sintagma Determinante en español L2 y LE
263
sorpresa, una conducta mucho más cercana a la de los hablantes nativos de español que
en relación con el uso de artículos determinados. Las diferencias, no significativas en la
comparación entre los dos grupos experimentales, sólo lo son en el contraste de los
controles y las dos primeras etapas, mientras que en la E.3 tan sólo se observa una
tendencia en este sentido y la comparación con BAR, aun teniendo en cuenta lo limitado
de sus resultados, no es significativa (p > ,05) para ninguna de las dos etapas (v. tablas
5.43 y 5.44). Así, un primer acercamiento a los datos de la muestra nos permite
comprobar en primer lugar cómo la producción de los clíticos del español resulta, desde
la primera etapa, relativamente poco problemática, o lo es al menos en comparación con
lo que se observa para los artículos determinados, si es que la producción de formas no
nativas ha de interpretarse como un indicador de dificultad.
5.3.1 Análisis de casos y/o ejemplos concretos
Con respecto a los resultados de cada uno de los grupos considerados
internamente, hemos venido insistiendo en que el grupo BAR es el que presenta un
mayor grado de variación intragrupal; este dato, junto con los indicadores referidos en la
descripción general y, principalmente, lo reducida que resulta la muestra, sobre todo en
la E.2, nos hizo pensar en la necesidad de plantear un análisis particularizado que
examinara casos y/o ejemplos concretos. Igualmente, también es cierto que tanto las
pruebas estadísticas descriptivas realizadas como la exploración detallada de las
entrevistas revelan fenómenos interesantes que, sin duda, nos parece conveniente
examinar en profundidad, ya sea con objeto de describir la naturaleza de nuestros datos,
ya sea para poner de manifiesto tendencias que puedan ser contrastadas en
investigaciones y proyectos de trabajo futuros.
A partir de aquí, el análisis que se hace del estatuto de los artículos y los clíticos del
español no nativo incluye la referencia continua a ejemplos del corpus que nos ayudan a
ilustrar la forma en que se describe el comportamiento de los sujetos de la muestra en
relación con los elementos examinados.
Capítulo V
264
5.4 Artículos y clíticos en el español no nativo
En los dos primeros tipos de análisis sobre los procesos de adquisición de
artículos y clíticos y sobre el grado de influencia que en ello tiene la L1 de los
hablantes, nuestro examen considera:
a. La omisión frente a la producción de formas en contextos obligatorios,
así como la sobreproducción en contextos ilícitos
b. El tipo de ítem producido por comparación a la forma nativa equivalente
(producción nativa o no nativa)11
El tercer análisis compara el desarrollo de los artículos y clíticos del español nativo y no
nativo y emplea unos criterios de contraste establecidos a partir de lo que en la
bibliografía del campo ha sido observado para la adquisición de la L1.12 Procedemos
ahora a tratar de dar respuesta a nuestras preguntas de investigación e hipótesis de
trabajo.
5.4.1 El estatuto de los artículos y los clíticos
El comportamiento que en la adquisición que en el español no nativo presentan
los artículos y los clíticos es, según se desprende del análisis de nuestros datos, muy
diverso. ¿En qué términos se concretan estas diferencias? En las secciones que siguen
tratamos de dar respuesta a esta pregunta.
5.4.1.1 Omisión y (sobre)producción
La primera de las discrepancias que observamos surge con relación a las
omisiones. Como mostraban las tablas 5.38 a 5.41 con respecto a los clíticos los
resultados sólo muestran diferencias significativas en comparación con los controles y
11 Los criterios de análisis que se emplearán para responder a la pregunta de investigación 1 (Hipótesis 1.1) y a la pregunta de investigación 2 (Hipótesis 2.1 y 2.2) relacionadas con la descripción de la naturaleza de los artículos y los clíticos del español no nativo y el comportamiento de los diferentes grupos experimentales en relación con la experiencia lingüística de los integrantes de cada uno de los grupos se recogen en el Cuadro IV que aparece en la sección 4.7.1 del capítulo anterior. 12 Los criterios que rigen este segundo análisis están recogidos en el Cuadro V en la sección 4.7.1.
El estudio: la adquisición del Sintagma Determinante en español L2 y LE
265
ello es así para las tres etapas en el caso de OTT (E.1: p=,011, E.2: p=,011 y E.3
p=,014) y no en el contraste entre los dos grupos experimentales. En el caso de los
artículos estas diferencias aparecen tanto entre los dos grupos no nativos (E.1 p=.001 y
E.2 p=,005) como en el contraste de éstos con los controles en las dos primeras etapas
de BAR (E.1. p=,008, E.2: p=,014) y de OTT (E.1. p=,044, E.2. p=,011). En la E.3 de
OTT, en cambio, la conducta del grupo OTT se acerca bastante a la del grupo control y
por ello las diferencias ya no resultan significativas (p=,058). Todo lo anterior quedaba
recogido en detalle en las tablas 5.27 a 5.31 en la sección 5.2.1.
En las dos primeras etapas, como vemos, las omisiones constituyen una opción posible
para todos los hablantes no nativos de la muestra con respecto tanto a clíticos como a
artículos; esto nos permite, para el estadio inicial de la interlengua del español, postular
la existencia de problemas con la realización explícita de [D0] empleado en la expresión
de la referencia en el SD, si bien estos problemas remiten en estadios más avanzados de
interlengua como muestran los datos recogidos para la E.3 del grupo OTT. Las
diferencias entre el comportamiento de uno y otro grupo experimental están
relacionadas con las diferencias entre los contextos en los que son omitidos estos
artículos y en la justificación que se pueda dar a tales omisiones. La discusión detallada
sobre esta cuestión se realiza en la sección 6.2.1 que versa sobre el comportamiento de
los dos grupos experimentales considerado a partir de la experiencia lingüística anterior
de estos sujetos.
No podemos en este sentido dejar de tener en cuenta la forma en que varía el volumen
de producción global de artículos y clíticos entre los grupos no nativos y el grupo
control. Como vimos en la sección anterior, la diferencia que se observa es siempre
significativa (p<,05) con respecto al volumen total de clíticos, que muestra una
producción mucho mayor en el caso del grupo control que en los grupos
experimentales. Tal efecto no aparece, sin embargo, en los artículos determinados. Por
lo que a OTT respecta, el número de omisiones aumenta de la primera a la última etapa
aunque, dado que también lo hace el volumen de producción de unos y otros elementos,
la diferencia es significativa sólo en el caso de los clíticos. En nuestra opinión, esto
apuntaría al hecho de que a medida que los hablantes comienzan a emplear clíticos más
productivamente crece también en su discurso el número contextos de uso de clíticos y
que pueden o no aparecer insertados correctamente, es decir, dejan de alguna forma de
Capítulo V
266
evitar esos contextos de discurso aunque ello conlleve el aumento, poco significativo,
del número de omisiones. En nuestra opinión, el aumento de los totales potenciales de
clíticos implica el abandono de una estrategia de evitación que, de algún modo, sortea la
necesidad de producir estructuras que impliquen obligatoriamente a un clítico. Este
aumento parece indicar que los sujetos se encuentran en las etapas posteriores más
dispuestos a producir estructuras con clíticos aunque ello derive en formas
agramaticales por omisión.
Los resultados sobre omisiones no son, sin embargo, paralelos a la inserción de clíticos
y artículos en contextos ilícitos. La tabla 5.4813 incluye el total de sobreproducciones
para ambos tipos de elementos que son, como puede verse, muy escasas:
TABLA 5.48. SOBREPRODUCCIONES DE ARTÍCULOS Y CLÍTICOS EN L1 Y L2
Las pruebas realizadas sobre las sobreproducciones indican que las diferencias entre lo
que representan sobre el total de clíticos y artículos potenciales no son significativas
para ninguno de los grupos. Según nuestros datos las omisiones y sobreproducciones de
artículos y clíticos no presentan un comportamiento que pueda considerarse vinculado
en algún sentido. Por lo que nos dice el análisis cualitativo, este último fenómeno
parece estar esencialmente relacionado con fenómenos de transferencia para el grupo
OTT o con el aprendizaje léxico, ítem por ítem, de estructuras y formas concretas para
los dos grupos, tanto en el caso de los artículos como en el de los clíticos. Si bien en la
sección 5.5.1 consideramos en detalle estas sobreproducciones desde la transferencia,
examinemos ahora algunos de los ejemplos de inserción ilícita de artículo:
13 En la Tabla 5.48bis (Anejo 4, sección 4.2) se proporcionan las cifras individuales para cada uno de los grupos.
Grupo Total Sobrepr. artículos
E.1
Total Sobrepr. artículos
E.2
Total Sobrepr. artículos
E.3
Total Sobrepr. clíticos
E.1
Total Sobrepr. clíticos
E.2
Total Sobrepr. clíticos
E.3
OTT 10 8 11 5 9 11
BAR 5 0 - 0 0 -
CON 0 - - 0 - -
El estudio: la adquisición del Sintagma Determinante en español L2 y LE
267
(1) *FAL: Me gusta hacer es [/] # es hacer eh@fp, e s montar la bicicleta y ir a destinaciones que <no # plan> [ /] no planifico . [FAL (OTT), 4, 2] (2) *LUC: Hay dos de # escribir a máquina y una que escribe # a
la mano . [LUC (OTT), 6, 2] (3) *INV: es de día o es de noche ?
*MIA: la noche . [MIA (BAR), 5, 1]
(4) *INV: Ahá@i y es de día o de noche? *PHI: De noche. *INV: Sí [% interrogativo] cómo lo sabes? *PHI: Porque hay <la: la:> [/] la luna. [PHI (OTT) , 5, 1]
En los ejemplos de (1) a (3) la sobreproducción afecta a expresiones muy concretas, ir
en bicicleta, escribir a mano..., que no requieren el uso de un artículo determinado o
estructuras, como las existenciales, que en español no permiten que el SD implicado
esté marcado como [+ definido], lo que excluye, por tanto, la posibilidad de que vaya
encabezado por un artículo determinado como en el ejemplo de (4). Los de los ejemplos
(5) y (6) a continuación deben, a nuestro juicio, interpretarse de otra forma por cuanto
son artículos expletivos en un contexto ilícito ya que, a diferencia de lo que ocurre en
otras lenguas (v. Capítulo II, sección 2.4.1), no puede en español aparecer precediendo a
un nombre propio.14
(5) *INV: mhmm@fp se llama Juan el personaje . *ZHE: sí <a qué hora se levanta el Juan> [% interro gativo]
y normalmente el día [?] . [ZHE (BAR), 3,1] (6) *ZHE: el Juan lee libro en playa con gafas de sol +...
[ZHE (BAR), 3,1]
También las sobreproducciones en clíticos de objeto tienen en muchos casos que ver
con el aprendizaje de la pieza léxica en cuestión, normalmente se trata de verbos
pronominales que aparecen en lugar de su versión no pronominal (7) y (8) o de verbos
que han sido acuñados como pronominales por el hablante (9):
14 Es importante recordar que estos hablantes aprenden español en un contexto bilingüe en el que se habla español y catalán. En el caso de esta última lengua, el uso de expletivos ante nombres propios sí es una opción gramatical y, de hecho, aunque esto no sea así en español estándar, nuestra impresión es que el español que se habla en Cataluña sí los emplea. De ser esto cierto, el hablante no estaría aquí realizando una forma que se apartara de la que encuentra en el input que recibe diariamente y tal vez no habría que considerarlo una forma no nativa. De cualquier forma, y dado que no hemos controlado la naturaleza del input que los sujetos reciben en ninguno de los casos, por el momento sólo podemos especular con esta posibilidad.
Capítulo V
268
(7) *NIM: He oído <que> [/] que el profesor de mate máticas no se irá a la escuela mañana . [NIM (OTT), 6, 2]
(8) *JOS: Porque es el fin del día, Y ahora puede < se rest> [//] se descansar y hacer la cena por su familia.
[JOS (OTT), 2, 2]
(9) *FAL: <La escuela finien> [//] la escuela finie nda Juan y Pablo # van a hacer vacaciones, se # ponen sus l ibros al [/] al exterior de la ventana, y deciden de i r jugar al fútbol . [FAL (OTT), 5, 2]
Sobre la naturaleza de éstas y otras sobreproducciones volveremos, pues, a ocuparnos
en la sección 6.1.2.1 dedicada a analizar la influencia de la transferencia lingüística.
5.4.1.2 Discordancia de género y número
Por lo que a los artículos determinados se refiere, y con respecto a la
especificación para género y para número, nos encontramos con un cuadro interesante
que resulta similar en algunos aspectos. Examinemos la tabla 5.4915 a continuación:
TABLA 5.49. TIPOLOGÍA DE ERRORES DE ARTÍCULOS EN L2. TODOS LOS GRUPOS Y ETAPAS
Grup Total No
Nativos E.1
ERR GEN
ERR NUM
ERR OTROS
Total No
Nativos E.2
ERR GEN
ERR NUM
ERR OTROS
Total No
Nativos E.3
ERR GEN
ERR NUM
ERR OTROS
OTT 101 63 (62,37%)
31 (30,69%)
7 (6,93%)
58 36 (62,06%)
13 (22,42%)
9 (15,52%)
43 21 (48,8%)
6 (14%)
16 (37,2%)
BAR 25
15 (60%)
4 (16%)
6 (24%)
19 9 (47,37%)
4 (21,05%)
6 (31,57%)
- - - -
CON -
- - - - - - - - - - -
En la primera etapa los problemas de género constituyen, tanto para los sujetos de OTT
como para los de BAR, la mayoría de las formas no nativas de artículo (OTT= 62,37%,
BAR= 60 %). Este dato, no particularmente sorprendente, está en la línea de lo que
aparece en otros trabajos sobre L2 (Hawkins 2000, Bruhn de Garavito y White 2002,
Franceschina 2003). Algunos de estos errores se producen a pesar de las pistas que
proporciona el contexto en la forma de las terminaciones típicamente especializadas
15 En la Tabla 5.49bis (Anejo 4, sección 4.2) se proporcionan las cifras individuales para cada uno de los grupos.
El estudio: la adquisición del Sintagma Determinante en español L2 y LE
269
para femenino y masculino (-a y -o) de los sustantivos que siguen a estos artículos.
Véanse los ejemplos de (10) a (13):
(10) *INV: Qué hace María? *NIC: Ella cocina, en el cocina , no sonríen [//] s onríe +…
[NIC (OTT), 1, 1]
(11) *INV: Qué hacen estos niños? *NIM: Danzar [//] danzan, los personas danzan, el s eñor y
el señora danzan. [NIM (OTT), 1, 1]
(12) *GAO: ellos van a vacaciones, y: luego Juan [/ ] Juan coger el maleta +… [GAO (BAR) 3, 1]
(13) *NIC: Cuando fue a Nueva York he visto a un ho mbre que
estaba cantando y jugando [: tocando] # el guitarra , y # estaba en el parco […]. [NIC (OTT), 4, 3]
Como vemos, a veces aparecen casos de discordancia de género con independencia de si
los nombres implicados están claramente marcados para lo que se ha dado en denominar
género biológico como ocurre en el segundo ejemplo de (11) el señora. Esto se produce
además en sintagmas precedidos por al que resultan, como vemos en los ejemplos de
(14) a (16), muy confusos:
(14) *ZHE: Juan y Pedro están en parque […] y luego andamo [?] . *INV: nadar ? *ZHE: nadar en un río, después ir a # ir +... *INV: montaña? *ZHE: sí, sí, al [?] montaña, tomar el sol porque h acerles
muy bien y luego cogen un autobús y eh@fp Toledo . [ZHE (BAR), 5, 2]
(15) *TRI: Tú haces desayuno, lavo # trabajar un po quito # y tú
te levantas a las siete y vas a ir a trabajar # al oficina 16 . [TRI (OTT), 2, 1]
(16) *NIM: […] de la uno, <a la> [/] a las siete y treinti [/] no, a las ocho menos veintinueve el señor Pérez mirando al televisión por [/] por tres horas y lerando el [/] el periódico por tres horas .
[NIM (OTT), 6, 1]
16 La fonología no nativa del hablante puede ser también responsable de la forma anterior, de tal modo que el hablante, en realidad, esté empleado aquí el artículo del francés l’ antepuesto al sustantivo dando como resultado l‘oficina.
Capítulo V
270
De la misma manera, la información que proporcionan las terminaciones normalmente
asociadas uno u otro género también puede provocar la aparición de formas no nativas
tradicionalmente frecuentes en el español L2, véanse los ejemplos de (17) y (18):
(17) *ZHE: y media más o menos, vuelven a casa y en [/] en casa ver un periódico y: ver la televisión y escuchar [//] oír el radio. [ZHE (BAR), 6, 2]
(18) *TRI: Qué ese [% interrogativo] Qué es el pro blemo [% interrogativo] Qué es [/] qué es ese sobre la pizarra? [TRI (OTT), 6, 1]
La aparición de una forma de artículo discordante en el género tiene lugar incluso a
pesar de la información proporcionada por el interlocutor, como en el primer caso de
(19) si bien, como en el segundo caso, se deja matizar por las correcciones de éste
dejando entrever que el género asignado a dicha forma no está, ni mucho menos, fijado
permanentemente en la interlengua de este hablante:
(19) *INV: <Qué piensa> [/] qué piensa el pajarito? *JOA: El pajari:ta +… *INV: Pajarito . *JOA: El pajarito piensa que el # cómo se dice hors e?
[JOA (OTT), 1, 1]
Relacionados de algún modo con lo anterior aparecen ejemplos en los que, ante un
mismo sustantivo, el hablante alterna más o menos explícitamente entre el artículo
masculino y el femenino, ya sea consciente o inconscientemente. Véanse (20) a (22):
(20) *NIC: Esta oyendo el televisión # o la televis ión, y es +… [NIC (OTT), 2, 1]
(21) *CLA: el caballo corre en el campo y después e l caballo encuentra la vaca y el pajarito que están <del ot ro de del lado> [//] del lado de la valle [?] y el caballo salta la xxx para ver el vaca y el pajari to pero el caballo +… [CLA (OTT), 1, 2]
El estudio: la adquisición del Sintagma Determinante en español L2 y LE
271
(22) *PHI: Me gusta el cocacola. 17 [¿] [PHI (OTT),4, 2]
No nos parece, sin embargo, que pueda hablarse del uso de una forma de género que se
extienda por defecto a contextos que le son ilícitos en contra de lo que, tanto para la L1
como para la L2, se ha encontrado en algunos estudios que observan la
sobregeneralización del femenino (Franceschina 2003) o el masculino (Pérez Pereira
1991, Bruhn de Garavito y White 2002). La asignación de género erróneo al artículo
parece estar, según hemos atestiguado en los ejemplos, relacionadas con el aprendizaje
léxico de sustantivos concretos para los que aún no se ha fijado convenientemente este
rasgo gramatical.
En cambio, los escasísimos problemas de género que aparecen en los clíticos están
relacionados con la recuperación de este rasgo gramatical a partir del asignado a un
referente previo lo cual no siempre resulta sencillo para los hablantes de la muestra.
Consideremos los resultados que aparecen en la tabla 5.5018 a continuación:
17 Ejemplos como éste no resultan totalmente extraños en los datos del español nativo pues ocasionalmente aparecen en registros no estándar de determinadas variantes en las que algunas palabras de introducción relativamente reciente, normalmente empleadas para designar algún tipo de producto o artefacto nuevo, reciben ocasionalmente la asignación de un género gramatical (en este caso el masculino) que no es el que típicamente correspondería a una forma de sus características, o sea, terminadas en –a. Veamos los ejemplos de (i) y (ii):
(i) ? el/un cocacola (ii) ? el/un fanta de limón
También aparecen ejemplos en los que la forma que parece haberse fijado es el masculino si bien el artículo femenino es el que funciona en determinadas variantes:
(iii) ? el/la tanga
Un acercamiento preliminar a este fenómeno parece a nuestro juicio apuntar a que, al menos durante un período de tiempo, la ‘adopción’ de sustantivos nuevos (no especificados para género biológico) de este tipo pasa por un período de fluctuación entre las dos formas de artículo como en (iv): (iv) el/la viagra Es de esperar que, con el tiempo, acabe por fijarse el uso generalizado de una de las dos formas en detrimento de la segunda que, de algún modo, quedaría marcada como residual como en (i) y (ii). En este sentido también es interesante el modo en que se produce la introducción directa de préstamos de otras lenguas para los que la asignación del género no puede ser automática puesto que la morfología de las palabras en cuestión (el/la cookie, el/la brownie) no ‘resulta transparente’ desde la perspectiva del español. Sobre la asignación de género a este tipo de términos por parte de hablantes bilingües y no bilingües en términos de alternancia de códigos véase el trabajo de Spradlin, Liceras y Fuertes (2003). 18 En la Tabla 5.50bis (Anejo 4, sección 4.2) se proporcionan las cifras individuales para cada uno de los grupos.
Capítulo V
272
TABLA 5.50 ERRORES DE GÉNERO EN EL USO DE CLÍTICOS EN L2. TODOS LOS GRUPOS Y ETAPAS Grup Total
No Nativos
E.1
ERR GEN
Masc/ Fem
1
Fem/ Masc
1
Total No
Nativos E.2
ERR GEN
Masc/ Fem
2
Fem/ Masc
2
Total No
Nativos E.3
ERR GEN
Masc/ Fem
3
Fem/ Masc
3
OTT
30 3 (10%)
1 2 46 7 15,22%
5 2 18 4 22,22%
2 2
BAR 9
2 1 1 4 2 2 -
CON 0 - -
En el caso de las formas de acusativo, que muestran como sabemos especificación de
género y número, la sustitución por formas de dativo implica la ‘pérdida’ del rasgo de
género aunque, eso sí, supone la especificación del rasgo [+ animado]. Veamos los
siguientes ejemplos:
(23) *NIM: María quiere saber # la fecha del examen y Juan le dice a María que le quiere mucho . [NIM (OTT), 4,1]
(24) *JOS: Juan le dice a María que le quiere mucho . [JOS (OTT), 5, 2]
Sin embargo, no todos estos ejemplos de discordancia de género pueden explicarse
como el marcado para [+ animado] del clítico en cuestión: en los ejemplos de (25) a
(26) el referente con el que están relacionados es inanimado y le aparece en lugar del
femenino la.
(25) *INV: Dibujo número tres, esta mujer ha ido a la tienda y ha visto esta camisa, crees que la va a comprar?
*FAL: # Pienso que le va a comprar porque [/] porqu e parece eh@fp, sonrienda con la blusa. [FAL (OTT), 3, 14]
(26) *INV: Dibujo número tres, esta mujer ha ido a la tienda y
ha visto esta camisa, Crees que la va a comprar? *JOA: Sí, <le ha comp> [/] le ha comprado. [JOA (OTT), 3, 14]
Podría argumentarse que, en las oraciones anteriores, le está siendo analizado como
sujeto, no un sujeto del tipo dativo experimentador sino un sujeto nominativo, como un
pronombre fuerte, y un fenómeno similar podría explicar la aparición de los en el
contexto de (27):
El estudio: la adquisición del Sintagma Determinante en español L2 y LE
273
(27) *INV: Por qué cantaban? *TRI: Probablemente porque la iglesia le preguntaba n si los
gustaba cantar por la iglesia por el domingo próx imo o porque en la escuela, como aquí, debía haber mu cho dinero y ellos eran sing para haber el dinero par a la escuela. [TRI (OTT), 1, 3]
Por otro lado, la aparición del femenino la en contextos de dativo parece verse
justificada por el deseo/la necesidad del hablante de marcar género en una forma que el
paradigma sólo marca para número y caso. Véanse los ejemplos de (28) y (29):
(28) *INV: Sí, Cuánto le costará? *FAL: Eh@fp la camisa le [//] la costará cinco, pes :os?
[FAL (OTT), 5, 1]
(29) *INV: A Susanita no le gustaba que +... *LUC: la profesora # A Susanita no le gustaba que l a
profesora no la permite salir de la clase. [LUC (OTT), 4, 3]
Este fenómeno no resulta demasiado sorprendente si se explica a partir de la extendida
propuesta según la cual los clíticos de tercera persona de las lenguas románicas
constituyen en realidad un único fenómeno morfológico que emerge con apariencia
diversa en virtud de la inserción de rasgos concretos en una especie de plantilla. Entre
otros, los trabajos de Bonet (1991, 1995) sobre la naturaleza del se espurio y otros
clíticos románicos trabajan desde este planteamiento distributivo sobre el que más
adelante volveremos para explicar el comportamiento de los clíticos producidos por los
sujetos de nuestra muestra (v. Capítulo II, sección 2.4.2.3).
En el caso del número, contra lo que podría predecirse a partir del mero análisis
contrastivo preliminar, en la producción de los hablantes del grupo OTT hay un 30,69%
de errores de número frente al 16% que presenta el grupo BAR en cuya lengua de
origen el rasgo [Num] no tiene representación morfológica como sí lo tiene en español,
en francés y, en menor medida, eninglés. El análisis detallado nos ha permitido
comprobar cómo la mayoría de los problemas de número están en los anglofrancófonos
relacionados con la producción de una estructura muy concreta: las horas del día.
Algunas secciones de las entrevistas en la que los sujetos deben relatar una historia a
partir de viñetas incluyen la referencia a la rutina diaria de un personaje dado o al
Capítulo V
274
horario que sigue una familia de vacaciones (v. Anejo 1, 1.4) y provocan de forma casi
natural un contexto para la referencia a las horas del día que parece presentar problemas
a los sujetos de OTT. Véanse los ejemplos de (33) a (36) a continuación que muestran el
uso erróneo del singular en contexto de plural:
(33) *INV: Esta es la sala [% interrogativo] de est ar? *NIM: y es la cuatro y media y los chicos mirando l a
televisión . [TRI (OTT), 3, 1]
(34) *INV: No entiendes, Vamos a ver, tú les vas a pedir que uses, para, vamos, usar su libro de inglés? *FAL: Mhm@fp, ehem@fp, I don´t [///] sí, porque, eh @fp, a
la nueve, eh@fp, yo tendré una clase de inglés. [FAL (OTT), 5, 1]
(35) *PHI: para su geloj, a las ocho el señor Juan se lava y a
la nueve está comiendo, a la nueve y treinta el señor Juan está en su, cómo se dice marché?
[PHI (OTT),6, 1]
(36) *NIM: […] A la mediodía ellas com [/] comeren y <a la> [/] a la cuatro y media el tren stopa y ellas van a l a hotel. [NIC (OTT), 4, 1]
El problema, por hipercorrección, se extiende a contextos en los que, en cambio, habría
de usarse el singular y aparece un plural como en el ejemplos de (37):19
(37) *TRI: Después de las nueve a las una y después de las tres a las siete todos trabajaban en cilencio [:silen cio].
[TRI (OTT), 6, 1]
A veces, incluso se recoge la duda del hablante en el momento de la producción entre el
singular y la forma nativa en plural. Veamos el ejemplo en (38) también de FAL pero en
la segunda etapa:
(38) *FAL: […] y a las ocha _____ Señor Peréz se va al trabajo, llega al trabajo a la ocha y cuarenta cinco minutas, o <las nueva> [//] las nueve menos quin ce +…
[FAL (OTT), 6, 2]
19 Nuestra percepción es que este fenómeno no es del todo ajeno a ciertos registros menos cuidados o formales; lamentablemente no disponemos en este momento de datos propios o procedentes de otros estudios que así lo demuestren.
El estudio: la adquisición del Sintagma Determinante en español L2 y LE
275
Es destacable el hecho de que precisamente los determinados que preceden a las horas
del día sean la fuente de la mayoría de los errores de número para el grupo OTT cuando
para BAR resultan ser los que hacen aumentar el número de formas nativas de artículo.
En la sección siguiente, relativa a la influencia de la experiencia lingüística previa de los
hablantes, consideramos este fenómeno en más detalle.
Pasamos ahora a examinar la concordancia de número expresada en los clíticos.
Consideremos las cifras incluidas en la tabla 5.5120:
TABLA 5.51.ERRORES DE NÚMERO EN EL USO DE CLÍTICOS EN L2.TODOS LOS GRUPOS Y ETAPAS Grup Total
No Nativos
E.1
ERR NÚM E.1
Sing/ Pl. E.1
Pl./ Sing E.1
Total No
Nativos E.2
ERR NÚM E.2
Sing/ Pl. E.2
Pl./ Sing E.2
Total No
Nativos E.3
ERR NÚM E.3
Sing/ Pl. E.3
Pl./ Sing E.3
OTT
30 9 30%
9
- 46 12 26,08
%
12 - 29 13 44,8%
12 1
BAR 9
9 4 - 4 - - - - - -
CON
- - - - - - - - - - -
Los datos de los grupos experimentales muestran que no existe ni un solo ejemplo en el
que una forma de plural se emplee en contextos de singular, mientras que sí aparece el
fenómeno contrario como en (39) y (40). La generalización de le en contextos de plural
es protagonista de la mayoría de los ejemplos:
(39) *INV: Este señor les dice +... *NIM: OK, le dice que el opera es muy bonito . [NIM (OTT), 3, 1]
(40) *INV: Por qué cantan?
*LUC: Cantan porque son felices, Cantan porque sus padres le han dicho de cantar en la iglesia.
[LUC (OTT), 1, 2]
Los problemas de número con los dativos y, al contrario de lo que observamos para los
artículos, tienen más que ver con la configuración del elemento en cuestión que con
problemas relacionados con ítems léxicos específicos. El caso de le por les es digno de
mencionarse ya que también provoca desviaciones nativas de la norma, entendida aquí
20 En la Tabla 5.51bis (Anejo 4, sección 4.2) se proporcionan las cifras individuales para cada uno de los grupos.
Capítulo V
276
como lo que dicta el estándar definido en las gramáticas descriptivas (Fernández
Soriano 1999, Rini 1991).21 Nos referimos a instancias como las de (a) y (b):
(a) Le he escrito una carta a mis sobrinos
(b) Le he dicho a las niñas que vengan a cenar a casa
Estos clíticos de dativo de tercera persona aparecen ocasionalmente subespecificados
para número en construcciones de doblado de clíticos en las que el SD aparece en
posición canónica postverbal y no como Tema antepuesto. En ellas le aparece en lugar
de les casi como un expletivo que ‘introduce’ al SD dativo y que no ha de ir marcado
para el rasgo de número que éste porta.
En la producción del grupo control no ha aparecido ningún ejemplo de este tipo. De las
siete ocasiones en las que en nuestros datos experimentales le aparece en lugar de les,
sólo una de ellas puede considerarse uno de estos usos nativos puesto que el SD al que
dobla el clítico lleva el papel temático de Meta; es el ejemplo que figura en (41). En el
resto, en cambio, dicho SD es un Experimentador de forma que la secuencia resultante
no es gramatical. Ello se ilustra en los ejemplos de (42) a (44):
(41) *DAN: y los hijos ahora tienen hambre y su mad re le va a buscar la comida a ellos , cuande [/] cuando sal e la mamá una [/] un gato […] . [DAN (BAR), 4, 1]
(42) *JOS: [...] y las personas que le gusta la mús ica saben que el señor quiere pesetas . [JOS (OTT), 4,1] (43) *INV: A los futbolistas les duelen los pies, q ué les pasa a
los futbolistas? *TRI: Los futboles le duelen los pies. [TRI (OTT), 4, 1]
(44) *FAL: A los, eh@fp, Juan y # no, los deberes n o le gustan a
Juan y Pedro […]. [FAL (OTT), 5,1]
21 Fernández Soriano (1999) señala que les parece estar en estos momentos inmerso en un proceso diacrónico que, en última instancia, podría derivar en la pérdida del rasgo de número y la sobreextensión de la forma del singular le a todos los contextos de dativo. También en De Kock y Demello (1996) se da cuenta este fenómeno.
El estudio: la adquisición del Sintagma Determinante en español L2 y LE
277
En cuanto a producciones como la de (41), también posible en español nativo, ¿cómo
podemos distinguir entre aquellas que están inducidas por un input nativo que no
contiene la distinción entre plural y singular y emplea le también en contextos de plural
y aquellas que, por el contrario, son reflejo de algún tipo de déficit propio de la
adquisición no nativa manifestado en la expresión del rasgo [NUM]? Hasta el momento
no tenemos una respuesta satisfactoria para esta cuestión pero es, a nuestro juicio, un
aspecto digno de considerarse en investigaciones futuras. Sea como fuere, insistimos en
que no hemos hallado en los datos del grupo CON ningún ejemplo de este tipo.
Por lo que a los clíticos de acusativo se refiere, prácticamente no aparecen errores de
número a excepción de las dos formas que incluimos a continuación. En el primero de
los casos la hablante, indiferente a las pistas que proporciona el SD que acaba de
proporcionarle el investigador, prescinde de cualquier especificación para género o
número y recoge dicho sintagma con el clítico, lo. Véase el ejemplo de (45):
(45) *INV: me das unas galletas para [/] para comer ? *GAO: sí , tómalo . [GAO (BAR), 6,1]
En alguno de los estudios referidos en el capítulo anterior –tal es el caso de Domínguez
(2003)– se proponía que el masculino singular lo funcionaba como forma de clítico por
defecto empleado en el español L1. Lo cierto es que en nuestro caso, y sólo a partir de
este ejemplo, nos parece muy arriesgado proponer algo similar.
En el otro ejemplo el sujeto expresa, de nuevo, dudas explícitas acerca de la(s) forma(s)
adecuada(s) que ha de emplear en el contexto oracional en que se encuentra en ese
momento, ello se recoge en el ejemplo (46):
(46) *FAL: Mi no pasas vacaciones porque # uh@fp # mi [/] mi pasas mi vacaciones a la mm@fp # a la casa?
*INV: Mhmm@fp . *FAL: La pasa # ueh@fp # mi paso . *INV: Yo. *FAL: Yo paso de las vacaciones a la casa. [FAL (OT T) 4, 2]
Capítulo V
278
Lo presentado hasta ahora indica que los sujetos no nativos tienen, en relación con la
expresión del género y el número, más problemas en el caso de los artículos que en el de
los clíticos. No obstante, es necesario tener en cuenta que partimos de un volumen de
producción muy diferente en uno y otro caso y que tal diferencia puede, con toda
probabilidad, estar relacionada con el comportamiento que presentan los datos.
5.4.1.3 Sustituciones
Con respecto a la sustitución de las formas nativas de artículo y pronombre
átono y la introducción en su lugar de formas idiosincrásicas de interlengua, se observa
en nuestros datos un fenómeno interesante relacionado con la posibilidad de emplear en
contextos de artículo elementos que proceden de otros paradigmas de determinante o
que se importan directamente desde alguna de las L1 presentes en la muestra. En el caso
de los clíticos de objeto, sin embargo, casi todas las formas sustitutas son elementos que
forman parte del propio sistema de clíticos del español nativo.
Comencemos por analizar el tipo de elementos que aparecen sustituyendo a los
artículos. Aquí es importante distinguir entre el empleo de otras formas de determinante
(por ejemplo, posesivos) en contextos de artículo como en (47) –sobre el cual
volveremos al discutir la expresión de la posesión inalienable en 5.6.4– y el préstamo
directo de formas de la L1 de los hablantes como en (48):
(47) *CLA: Con ___ gusano en su boca, La madre se deposa en [/] en la árbol y eh@fp y # cómo se dice nourir? [CLA (OTT) 4, 2]
(48) *INV: A ver, sigue.
*PHI: <A la siete> [/] a las siete, le señor Juan e stá eh@fp e:stá +... [PHI (OTT),2, 1]
En la producción de los dos grupos experimentales aparecen también patrones de
actuación cuyo origen ha de hallarse en la situación de interacción y en la intervención
del entrevistador que a veces provoca un efecto contrario al deseado. Tanto en el caso
de (49) como en el caso de (50), la ayuda que el entrevistador trata de proporcionar
resulta en la producción de una forma no nativa en la cual el sujeto interpreta que lo es
en realidad un artículo que encabece el sintagma que él trata de articular. Parece, a
El estudio: la adquisición del Sintagma Determinante en español L2 y LE
279
nuestro juicio, más que probable que sea la intervención de los entrevistadores lo que
provoque la producción de ejemplos de esta naturaleza:
(49) *MIZ: por qué estudia español ? *INV: correcto , porque +... *MIZ: porque +... *INV: lo +... *MIZ: lo eh@fp español . [MIZ (BAR), 2, 1]
(50) *PHI: Un perro, arriba?
*INV: Llega. *PHI: Llega. *INV: Sí. *PHI: Y como se dice chaisser? *INV: Cazar [?] y lo +... *PHI: Y lo perro caza la: gato . [PHI (OTT),2, 1]
Hemos apuntado más arriba que, en el contexto de aparición de un clítico dado, el
hablante no nativo escogerá de entre el repertorio de clíticos del español; su elección se
realizará con mayor o menor acierto y la especificación de rasgos del elemento que
quiera producir podrá o no coincidir con la forma que haya escogido (v. sección
anterior) pero ni recurre a elementos externos ni acuña elementos nuevos en dichos
contextos. De hecho, podría aducirse que las únicas formas que no pertenecen como
tales al sistema pronominal del castellano se generarían dentro de un sistema
pronominal más amplio, si es que cabe predicar la existencia de un artefacto semejante,
un sistema románico general en el que caben y se mezclan todas estas formas
pronominales que, de algún modo, no resultan extrañas a los hablantes de estas lenguas.
Incluimos en (51) a (53) los ejemplos y postponemos su examen hasta la sección 5.5.3
que versa sobre la calidad de las sustituciones y la discusión sobre el establecimiento de
una jerarquía de dificultad que establezca divisiones en subgrupos de clíticos:
(51) *INV: A nosotros nos interesan los libros de h istoria, qué nos interesa a nosotros ?
*FAL: A vosotros vos interesan los libros de histor ia. [FAL (OTT), 4, 2]
(52) INV: Cuándo los estudiantes tiran los libros p or la ventana?
*NIC: Cuando el escuela es termina, después ellos j ugan [/] jugan al futbol . [NIC (OTT), 5,1]
(53) TRI: [...] pero es podían estar a la pensión y después
tres semana debían volver a casa. [TRI (OTT), 3, 3]
Capítulo V
280
Es de destacar, por último, la clara diferencia que en este sentido se observa entre el
comportamiento de los sujetos de uno y otro grupo experimental. De ello se tratará en la
sección 5.6 dedicada al alcance de la transferencia lingüística en nuestros datos.
5.4.1.4 Posición
Como era de esperar, no se halla errores de posición en el caso de los artículos;
en realidad, no era algo que pudiera predecirse a partir de lo observado en la bibliografía
sobre su adquisición. No tenemos constancia de la existencia de estudios sobre artículos
en lenguas románicas (ello puede hacerse extensivo a la adquisición de los artículos de
lenguas germánicas que hemos tenido la oportunidad de revisar) que refieran problemas
de posición con respecto a los artículos que siempre, y éste es un dato importante,
aparecen precediendo al SN (SAdj, SP o SC). En el uso de clíticos verbales, en cambio,
sí que se producen algunos errores con respecto a la posición que ocupan en el contexto
en que aparecen; los recogemos en la Tabla 5. 5222.
TABLA 5.52. ERRORES DE ORDEN EN EL USO DE CLÍTICOS23
Grup Orden NO nativo
E.1
Orden NO nativo
E.2
Orden NO nativo
E.3 OTT
8/344
(2,32%) 12/495 (2,42%)
0/377
BAR
2/147 (1,36%)
0 0
CON
- - -
Los clíticos producidos por nuestros sujetos no presentan de manera uniforme un
comportamiento paralelo al nativo por lo que se refiere a la posición en la que aparecen.
Sí es cierto que con el tiempo aparecen cada vez menos en un orden diferente al que es
canónico en el español. Podría suponerse, pues, que en etapas posteriores la exposición
más prolongada a los datos del input, o la instrucción explícita recibida acerca de
algunos de los elementos analizados (que en el caso de nuestros sujetos es una constante
durante todo el período recogido), es responsable de tal disminución. Como vemos, los
22 En la Tabla 5.52bis (Anejo 4, sección 4.2) se proporcionan las cifras individuales para cada uno de los grupos. 23 Los totales de errores de orden hallados en el uso de clíticos no han sido incluidos en las tablas de formas no nativas que hemos presentado anteriormente como formas no nativas a menos que además de aparecer en una posición ilícita se tratara de una forma diferente de la nativa correspondiente.
El estudio: la adquisición del Sintagma Determinante en español L2 y LE
281
pocos problemas de orden que aparecen en los clíticos, prácticamente inexistentes en el
caso del grupo BAR (tan sólo dos formas no nativas que equivalen al 1,36% en la E.1),
presentan en OTT un comportamiento muy similar en la primera (2,32%) y la segunda
etapa (2,42%) para desaparecer por completo en la E.3. Consideremos los ejemplos de
(54) a (58):
(54) *NIC: Juan # es dormiendo porque la televisión no está divertida, después Juan # va en su cama y cuenta ovalojes porque no está # dormiendo, después está la mañana y Juan no quiero se levantar, después Juan se ducha . [NIC (OTT), 2,2]
(55) *NIM: A las once de la noche Juan no puede, Ju an mira la
televisión y # a la una de la noche no puede dor mir y conta animales, y a las siete y media no puede, no le gustaria se leventar. [NIM (OTT), 2, 2]
(56) *NIM: He aprendido <una buena danza> [//] # un bueno baile y me gustaría te le mostrar. [NIM (OTT), 6, 2]
(57) *LUC: El señor, el señor mira la televisión y se enduerme, duerme [//] dormir # el es <en su> [/] en su mes a y no puede dormir, en [/] en la mañana, él [/] él no quiere se levar pero después se lave él y come e l desayuno +… [LUC (OTT), 2, 1]
(58) *TRI: No porque: # cuando él está con el vipa durante la noche el teléfono todo el tiempo está sonando [? ] sonando [/] y yo no puedo escuchar el teléfono p ero él puede y mi madre no quiera # no quiere el fac to del teléfono so ella acostarse en el otro dormit orio so ella no puede escuchar el teléfono.
[TRI (OTT), 4, 1]
Los problemas de orden son casi inexistentes en la de por sí escasa producción de
clíticos que presenta el grupo que tiene el chino como L1 –ello permitiría defender un
papel relevante para la transferencia lingüística en lo que ocupan respecta a la posición
en que aparecen los pronombres átonos en las ILs. Los dos únicos ejemplos
encontrados, pertenecientes a la E.1 son los que incluimos en (59) y (60):
(59) *INV: mhmm@fp muy bien, esta mañana he llamado por teléfono a María .
*LIN: # <a qué hora> [/] a qué hora la [?] llamar x xx ? [LIN (BAR), 3,1]
(60) *INV: mhmm@fp muy bien, ah@fp me compraron un regalo muy
bonito . *ZHE: # <tú crees eh@fp que me tú> [//] tú parece [ /]
pareces me comprarme este regalo ? [ZHE (BAR), 3 ,1]
Capítulo V
282
La naturaleza de estos dos ejemplos es interesante. En realidad, en el primero de los
casos es discutible que se trate de un verdadero error de orden con el clítico o haya más
bien que hablar de problemas con la conjugación verbal; es decir, decidir si la dificultad
reside en que el hablante, por medio de una estrategia de simplificación (entendiendo el
infinitivo como forma más simple al no estar marcada para número o persona), emplea
la forma no finita en un contexto finito en español nativo. De hecho, esta explicación
parece plausible pues el contexto anterior que se recoge del interlocutor exigiría la
presencia de una forma finita que parece ser la fuente del problema pero que descartaría
un problema con la posición del clítico.
La presencia de dos elementos explícitos portadores de los mismos rasgos y que
desempeñan la misma función no estaría justificada, atendiendo a criterios minimistas
que eliminan la posibilidad de contar con información, elementos u operaciones que no
sean estrictamente necesarios. Como vimos en el Capítulo II, el movimiento sintáctico
se explica, a partir del concepto de copia, y las huellas se redefinen como copias del
elemento desplazado que se borran en el proceso de derivación (Eguren y Fernández
Soriano 2004). Así, ejemplos como el de (60) pueden explicarse aludiendo a un proceso
en virtud del cual el hablante no nativo no ha eliminado en la derivación una de las dos
copias del clítico (la que permanece in situ) y articula dos veces el mismo elemento en
una secuencia dada. En la sección 5.4.2.4 y en referencia a la existencia de una jerarquía
de dificultad para la adquisición de los clíticos volvemos en detalle sobre estos
ejemplos.
5.4.2 Jerarquía de dificultad para los clíticos de objeto
La segunda de las hipótesis formuladas a partir de la primera pregunta de
investigación especulaba con la existencia de una jerarquía de dificultad que
establecería grupos más o menos naturales dentro del conjunto general y
manifiestamente heterogéneo que constituyen los clíticos románicos de objeto. Nos
proponemos aquí comprobar si las diferencias observadas a priori entre estos elementos
se reflejan en la forma en que son adquiridos por los hablantes no nativos de español.
Las cuestiones que nos planteamos ahora están relacionadas, por una parte, con cuáles
son los subgrupos que hay que establecer y, por otra, con la consideración de si esta
El estudio: la adquisición del Sintagma Determinante en español L2 y LE
283
división por grupos atiende a criterios exclusivamente lingüísticos y/o se establece
espontáneamente en los datos.
5.4.2.1 Omisión y (sobre)producción
Como se dijo en la sección 5.4.1.1, las omisiones de clíticos sólo son
significativamente diferentes en la comparación de cada uno de los grupos
experimentales con el grupo control y no en el contraste OTT-BAR. Lo que ahora nos
interesa detectar es si existen diferencias entre los totales para cada uno de los clíticos
examinados: lo, la, los, las, le, les y se. El hecho de que algunos de estos elementos sean
omitidos en un mayor número de ocasiones que el resto será uno de los argumentos que
empleemos para justificar que tal elemento aparece en un puesto determinado en la
jerarquía de dificultad que proponemos.
El clítico de tercera persona se es, con mucho, y tal como se describió en la sección
5.1.3, y una vez se ha excluido del análisis la forma me, el más frecuente en los datos de
la muestra, y ello es cierto tanto con respecto a la producción experimental como a la de
control. Por lo que al volumen de las omisiones respecta, el acercamiento preliminar de
la prueba de Kruskal-Wallis indica que la comparación entre las omisiones sólo es
significativa precisamente con respecto a se en el contraste de las dos etapas disponibles
para los tres grupos, así queda reflejado en la tabla 5.53:
TABLA 5.53. PRUEBA DE KRUSKAL-WALLIS : OMISIONES CLÍTICOS24 OTT BAR CON. ETAPAS 1 Y 2 Chi-cuadrado Sig. Asintót.
E.1 % Omisiones/ Tot. Potencial LE 3,873 ,144
% Omisiones/ Tot. Potencial LES 1,315 ,518
% Omisiones/ Tot. Potencial LO 3,018 ,221 % Omisiones/ Tot. Potencial LA 3,417 ,181
% Omisiones/ Tot. Potencial SE 9,300 ,010*
E.2 % Omisiones/ Tot. Potencial LE 3,178 ,204 % Omisiones/ Tot. Potencial LES 2,782 ,249
% Omisiones/ Tot. Potencial LO 3,033 ,219
% Omisiones/ Tot. Potencial LA ,000 1,000 % Omisiones/ Tot. Potencial SE 10,597 ,005*
24 Como se observa ya en la tabla anterior, no se han calculado los estadísticos para los clíticos los y las debido al escasísimo volumen de producción que representan.
Capítulo V
284
Asimismo, la prueba de Mann-Whitney muestra que, en el contraste entre OTT y el
grupo control con respecto a la omisión de cada tipo de clítico, sólo en el caso de se
aparecen diferencias significativas (p< 0,05) para las etapas 2 y 3, si bien en la E.1 se
trata sólo de una tendencia en el mismo sentido (p= ,076). En el caso de le se puede
observarse una tendencia en ese sentido en las etapas 1 y 3 (p= ,076 y p= ,076). Estos
resultados de comparación se incluyen en la tabla 5.54.
TABLA 5.54. PRUEBA U DE MANN-WHITNEY: OMISIONES CLÍTICOS. OTT Y CON. ETAPAS 1, 2 Y 3
Resultados muy similares se observan tanto en la comparación entre los dos grupos
experimentales como el contraste entre la producción de BAR y el grupo control, en la
medida en que sólo se observan diferencias significativas en el caso del clítico se. La
E.2 del grupo BAR presenta una conducta diferente en tanto que sólo se observa una
tendencia en ese mismo sentido. Ello queda reflejado en las tablas 5.55 y 5.56 a
continuación:
U de Mann- Whitney
W de Wilcoxon
Z Sig. Asint. (bilateral)
Sig. exacta [2* (Sig. Unilateral)]
E.1
% Omisiones/ Tot. Potencial LE 6,000 16,000 -2,013 ,044 ,076
% Omisiones/ Tot. Potencial LES 10,000 20,000 -1,121 ,262 ,527
% Omisiones/ Tot. Potencial LO 10,000 20,000 -1,338 ,181 ,368
% Omisiones/ Tot. Potencial LA 2,500 3,500 -,408 ,683 ,857
% Omisiones/ Tot. Potencial SE 6,000 16,000 -2,013 ,044 ,076
E.2 % Omisiones/ Tot. Potencial LE 8,000 18,000 -1,759 ,079 ,148
% Omisiones/ Tot. Potencial LES 16,000 26,000 -,667 ,505 ,825
% Omisiones/ Tot. Potencial LO 6,000 16,000 -1,574 ,116 ,257
% Omisiones/ Tot. Potencial LA 3,500 4,500 ,000 1,000 1,000
% Omisiones/ Tot. Potencial SE 4,000 14,000 -2,279 ,023 ,034*
E.3 % Omisiones/ Tot. Potencial LE 2,000 12,000 -2,147 ,032 ,063
% Omisiones/ Tot. Potencial LES 8,000 18,000 -,894 ,371 ,730
% Omisiones/ Tot. Potencial LO 8,000 18,000 ,000 1,000 1,000
% Omisiones/ Tot. Potencial LA 1,000 2,000 -,791 ,429 ,800
% Omisiones/ Tot. Potencial SE ,000 10,000 -2,558 ,011 ,016*
El estudio: la adquisición del Sintagma Determinante en español L2 y LE
285
TABLA 5.55. PRUEBA U DE MANN-WHITNEY: OMISIONES CLÍTICOS. OTT Y BAR. ETAPAS 1 Y 2 U de Mann-
Whitney W de
Wilcoxon Z Sig. Asintót.
(bilateral) Sig. exacta [2* (Sig.
Unilateral)] E.1 % Omisiones/ Tot. Potencial LE 23,000 68,000 -,487 ,626 ,689
% Omisiones/ Tot. Potencial LES 13,000 23,000 -,241 ,809 ,927
% Omisiones/ Tot. Potencial LO 7,500 13,500 -1,168 ,243 ,376
% Omisiones/ Tot. Potencial LA 3,500 24,500 -1,697 ,090 ,167
% Omisiones/ Tot. Potencial SE 7,500 52,500 -2,323 ,020 ,018*
E.2 % Omisiones/ Tot. Potencial LE 8,000 11,000 -,247 ,805 ,909
% Omisiones/ Tot. Potencial LES 5,500 50,500 -1,230 ,219 ,436
% Omisiones/ Tot. Potencial LO 1,500 2,500 -,828 ,408 ,571
% Omisiones/ Tot. Potencial LA 3,500 4,500 ,000 1,000 1,000
% Omisiones/ Tot. Potencial SE ,000 45,000 -2,514 ,012 ,009*
TABLA 5.56. PRUEBA U DE MANN-WHITNEY: OMISIONES CLÍTICOS. BAR Y CON. ETAPAS 1 Y 2 U de Mann-
Whitney W de
Wilcoxon Z Sig. Asintót.
(bilateral) Sig. exacta [2*
(Sig. Unilateral)] E.1 % Omisiones/ Tot. Potencial
LE 6,000 16,000 -1,574 ,116 ,257
% Omisiones/ Tot. Potencial LES
6,000 16,000 -1,000 ,317 ,686
% Omisiones/ Tot. Potencial LO
6,000 16,000 ,000 1,000 1,000
% Omisiones/ Tot. Potencial LA
,500 1,500 -1,000 ,317 ,500
% Omisiones/ Tot. Potencial SE
2,000 12,000 -2,290 ,022 ,038*
E.2 % Omisiones/ Tot. Potencial LE
2,000 12,000 -1,414 ,157 ,533
% Omisiones/ Tot. Potencial LES
2,000 12,000 -1,414 ,157 ,533
% Omisiones/ Tot. Potencial LO
2,000 12,000 ,000 1,000 1,000
% Omisiones/ Tot. Potencial LA
,500 1,500 ,000 1,000 1,000
% Omisiones/ Tot. Potencial SE
,000 10,000 -2,366 ,018 ,057
Parece, pues, que un primer acercamiento a la forma en que los sujetos de la muestra
dejan de producir clíticos en contextos obligatorios marca una clara diferencia entre el
comportamiento del clítico se y el del resto de pronombres. Nos detenemos ahora en
analizar cómo se distribuyen estas omisiones según la función que desempeña cada una
de las formas. Para ello proporcionamos los resultados brutos obtenidos para cada
forma, principalmente porque, dado que trabajamos desde ahora con un volumen de
datos muy reducido, no es factible la aplicación de pruebas estadísticas. En 5.57 se
resumen las omisiones para las formas lo, las, los y las; como sabemos, la única función
Capítulo V
286
que éstas pueden desempeñar en español estándar es la de acusativo y, por tanto, no es
necesario desglosar estos totales. Seguido del total para cada forma incluimos el
porcentaje que la misma supone sobre la producción global de cada una de las etapas:
TABLA 5.57. OMISIONES CLÍTICOS ACUSATIVOS. OTT Y BAR. ETAPAS 1 Y 2
LO LA LOS LAS
OTT E.1
4 (1, 07%)
1 (0,26%)
0 0
E.2 3
(0,5%) 0 0
0
E.3 3
(0,75%) 2
(0,5%) 0
0
BAR E.1
2 (1,45%)
1
(1,16%) 0
E.2 0 0 0 0
El clítico le tiene, en cambio, una representación mayor que los anteriormente
presentados. Dada su multifuncionalidad, el conjunto de las omisiones que de este
elemento se realizan se desglosa por función y los datos aparecen en la Tabla 5.5825:
TABLA 5.58. DISTRIBUCIÓN DE LE: TOTALES POTENCIALES Y OMISIONES
Según se ilustra en la tabla anterior, para los sujetos de OTT el porcentaje de omisiones
se mantiene más o menos estable durante las tres etapas repartiéndose entre contextos
de le dativo benefactivo y de le experimentador. Si bien el grupo OTT muestra más
dificultades con los benefactivos, para los sujetos de BAR también resultan
problemáticos los experimentadores. En las secciones dedicadas al papel de la L1
discutiremos las razones que pueden explicar tal distribución. Discutimos la naturaleza
de estas omisiones a partir de algunos ejemplos incluidos a continuación que proceden
de las tres etapas recogidas por los dos grupos experimentales:
25 En la Tabla 5.58bis (Anejo 4, sección 4.2) se proporcionan las cifras individuales para cada uno de los grupos.
Grup Tot Poten LE E.1
TOT Z/LE E.1
Z/LE Benf. E.1
Z/LE Exp. E.1
Tot Poten LE E.2
TOT Z/LE E.2
Z/LE Benf. E.2
Z/LE Exp. E.2
Tot Poten LE E.3
TOT Z/LE E.3
Z/LE Benf. E.3
Z/LE Exp. E.3
OTT 57 8 14,03%
5 62,5%
3 37,5%
77 12 15,58%
8 66,66%
4 33,33%
92
13 14,13%
10 76,9%
3 30%
BAR 25 10 40%
4 40%
6 60%
9 2 22,22%
1 1
CON
El estudio: la adquisición del Sintagma Determinante en español L2 y LE
287
(61) *INV: Al señor Aguirre le gustaría tener tiemp o para leer. *NIM: Qué ____ gusta hacer Aguirre [//] ____ señor Aguirre?
[NIM (OTT), 3, 3]
(62) *LIN: campo [//] en la campo [*] <en # y pájar a en> [//] pájara y carro también en la campo [*] pájaro mir a caro # eh@fp # caballo # ehm@fp porque ____ bacal lo _____ gusta, gusta # qué es esto? [LIN (BAR), 1, 1]
(63) *ZHE: sí eh@fp, el gato quiere subir arbo [//] árbol en casa del pájaro y xxx eh@fp # abajo del árbol ta mbién hay un perro cuan [/] cuando cuando gato llega a casa de pájaro el perro # ____ morde +... [ZHE (BAR), 4,1]
Los ejemplos anteriores ilustran cómo la mayoría de las omisiones tienen lugar como
resultado de la evitación de una estructura de doblado de clítico en contextos de
Experimentador, ejemplos de (61) y (62), y benefactivos (v. (63)). En el caso de estos
últimos, se encuentran ejemplos como el de (64) en los cuales si bien la inclusión del
clítico no es obligatoria, su omisión resulta, cuando menos, extraña en el contexto
comunicativo en que se producen:
(64) *INV: muy bien , Pablo y Elena le han regalado flores a
María . *DAN: a quién _____ han regalado flores? [DAN (BAR) , 3, 1]
Las omisiones que se hacen de les son muy escasas. Los totales son los que aparecen en
la tabla 5.5926 y no han sido desglosados por función ya que se trata en todos los casos
de omisiones de experimentadores.
TABLA 5.59. DISTRIBUCIÓN DE LES: TOTALES POTENCIALES Y OMISIONES Grup Tot. Pot
LES E.1
Tot. Prod LES E.1
TOT Z/LES
E.1
Tot. Pot. LES E.2
Tot. Prod LES E.2
TOT Z/LES
E.2
Tot. Pot. LES E.3
Tot. Prod LES E.3
TOT Z/LES
E.2 OTT 15 14
81,25% 1
(18,75%) 37 36 1 33 33 0
BAR 6 5 83,33%
1 16,66
2 1 50%
1 50%
CON
26 En la Tabla 5.59bis (Anejo 4, sección 4.2) se proporcionan las cifras individuales para cada uno de los grupos.
Capítulo V
288
Estamos, como vemos, hablando de una cifra muy pequeña (un total de cuatro formas)
que representa un porcentaje mínimo del total de contextos.
Sin embargo, la proporción de errores en las formas producidas les es muy elevada
como veremos en más detalle en el siguiente apartado. A partir de los escasos datos que
aparecen recogidos en la Tabla 5.59 no hemos podido realizar un análisis exhaustivo por
lo cual, nos referiremos a dichos datos exclusivamente para subrayar la escasa presencia
del clítico les. Contrastando con lo que acabamos de afirmar con respecto a la omisión
ilícita de le, en todos estos ejemplos de omisiones el elemento omitido es un
experimentador. Examinemos los ejemplos de (65) a (68) en detalle:
(65) *INV: hmm@fp, and the question is qué les pasa a los futbolistas o qué les duele a los futbolistas? *JOA: Ohm, los pies duelen a los futbolistas.
[JOA (OTT), 4, 1]
(66) *INV: a los futbolistas les duelen los pies , qué les pasa a los futbolistas ?
*DAN: <siempre jugar con> [///] no, _____ duelen ah @fp los pies [DAN (BAR), 4, 1] (67) *DAN: y bebir eh@fp beber mucha agua y cuando llega a casa
estás [//] están muy cansado eh@fp y: <beben beb in> [//] ha bebido mucho , por eso eh@fp y duel e un poco de estómago . [DAN (BAR), 5, 2]
(68) *INV: <Quieres que repito> [% interrogativo] A los futbolistas les duelen los pies, qué les pasa a los futbolistas?
*CLA: Duele los pies. [CLA (OTT), 3, 1]
La consideración minuciosa de estos ejemplos nos permite afirmar que estamos ante dos
tipos de errores que tienen origen diverso. Los de (65) y (66) no constituyen en nuestra
opinión ejemplos auténticos de omisiones ya que en los dos casos el hablante, movido
probablemente por la pista que constituye la concordancia entre el SD y el verbo que
recoge del discurso del interlocutor, decide reorganizar la estructura de la oración que
recibe como input y convertirla en una oración SVO al uso que muestre concordancia el
sujeto y verbo, es decir prefieren los experimentadores nominativos a los dativos (con
Montrul 1998). En realidad, pues, estos ejemplos no constituyen verdaderos errores por
cuanto, si bien no se ajustan a lo que se espera del hablante en este contexto, no son
construcciones agramaticales y podrían explicarse o bien como algún tipo de una
El estudio: la adquisición del Sintagma Determinante en español L2 y LE
289
estrategia compensatoria o alternativamente como un problema de comprensión en
virtud del cual reorganizan la información que reciben para adaptarla a una de estructura
de frase que les resulta menos problemática.
La relación de las omisiones en el caso del clítico multifuncional se aparece en la Tabla
5.6027; los resultados se han desglosado por función:
TABLA 5.60. DISTRIBUCIÓN DE SE: TOTALES POTENCIALES Y OMISIONES. OTT Y BAR
Curiosamente, en el caso de se, la proporción que representan las omisiones sobre los
totales potenciales de OTT aumenta paulatinamente del 6,4% de la E.1 al 12,5 % de la
E.3; el grupo BAR también presenta un incremento de las omisiones de la primera a la
segunda etapa si bien los porcentajes que éstas representan son mucho mayores. No
obstante, este dato se ha de interpretar con cautela puesto que lo escaso de la producción
pone en duda su representatividad. ¿Cuál es la naturaleza de estas omisiones? En el
grupo anglofrancófono la mayoría de los clíticos obligatorios omitidos están
relacionados con usos erróneos de un verbo pronominal. Examinemos los ejemplos
siguientes:
(69) *PHI: A las nueve, el señor Juan está # +... *INV: Se está duchando. *PHI: Está duchando . *INV: Síí. [PHI (OTT), 2, 1]
(70) *INV: ok Pedro se fue de la fiesta porque tení a que estudiar, por qué: +...
*JOA: Por qué fue de la fiesta. [JOA (OTT), 3, 1]
(71) *CLA: […] Eh@fp eh@fp # medio, # doce # eh@fp, la familia arriva en, eh@fp hotel, y # <y relaa relaxa> [// ] relaxa, eh@fp, en la plaje . [CLA (OTT), 3 , 2]
27 En la Tabla 5.60bis (Anejo 4, sección 4.2) se proporcionan las cifras individuales para cada uno de los grupos.
Grup Tot. Poten
SE E.1
TOT Z/SE E.1
Z/SE Dat E.1
Z/SE Pron E.1
Z/SE Imp E.1
Tot. Poten
SE E.2
TOT Z/SE E.2
Z/SE Dat E.2
Z/SE Pron E.2
Z/SE Imp E.2
Tot. Poten
SE E.3
TOT Z/SE E.3
Z/SE Dat E.3
Z/SE Pron E.3
OTT 140 9 6,42%
3 6 0 205 14 6,82%
4 10 0 112 14 12,5%
5 9
BAR 52 11 21,15%
0 10 1 19 8 42,1%
0 8 0 - - - -
Capítulo V
290
Ejemplos muy parecidos de pronominales en un uso no pronominal pueden hallarse
también en la producción del grupo BAR, véanse los ejemplos de (72), (73) y (74):
(72) *MIA: la mañana seño:r levanta . *INV: mhmm@fp . *MIA: seis horas, sí seis hora ? *INV: sí a las seis . *MIA: mhmm@fp _____ levanta de: +... [MIA (BAR), 3 , 1]
(73) *INV: el reloj suena y se despierta mmm@o rin g@o no [% interrogativo], y aquí qué hace ?
*MIZ: eh@fp _____ ducha eh@fp ah@fp Juan . *INV: Juan se ducha, y a qué hora ? [MIZ (BAR), 2, 1]
(74) *INV: <y esto que le pasa al caballo aquí> [%i nterrogativo] que se # cae . *MIZ: ____ cae [/] ___ caia . *INV: que se cae . *MIZ: ah@fp sí . [MIZ (BAR), 1, 1]
En todos los casos, y para los dos grupos experimentales, el error está relacionado con
el hecho de que el hablante no reconoce que este verbo, como pieza léxica concreta más
o menos nueva en su repertorio, requiere en su conjugación la presencia de un clítico
con el que concuerda en persona y número. El problema se acentúa cuando el elemento
léxico en cuestión es un verbo de uso común que normalmente no va acompañado del
clítico, como en el caso de (70) en el que el hablante escoge el no pronominal al optar
entre ir o irse.
Otro tipo de problema es el que nos encontramos en el caso de la omisión de se dativo.
Ya sabemos que esta forma espuria aparece en contextos de concurrencia con un clítico
acusativo en sustitución del le original. Repasamos las dos condiciones necesarias para
su inserción: a) tiene que tratarse de un contexto en que coaparece con un objeto directo
y b) éste ha de estar necesariamente pronominalizado. Aunque obviamente el mero
hecho de articular un discurso puede entenderse como un continuo proceso de selección
entre opciones posibles, parece que en un contexto como éste es más evidente que el
hablante escoge dos opciones. Y esto es especialmente llamativo en el caso de un
hablante no nativo para el que este doble proceso de selección no resulta tan sencillo,
tan automático. Consideremos los ejemplos de (75) a (79):
El estudio: la adquisición del Sintagma Determinante en español L2 y LE
291
(75) *INV: Yo le he regalado el libro a ella, Se lo he regalado? *TRI: Si, tú le he regalo a ella. *INV: Se lo regalé? *TRI: Si, lo regalé a ella. *INV: Envié un telegrama a mis padres, les envié el
telegrama a ellos, si o no? *TRI: Si, tú envíes un telegrafo a tus padres.
[TRI (OTT), 4, 1]
(76) *INV: Yo le he regalado el libro a ella, Se lo he regalado a ella, sí o no?
*NIM: Sí, lo regaló. [NIM (OTT), 4, 2]
(77) *INV: Se la ha enviado un amigo o una amiga? *JOS: Una amiga <le le enviado> [//] le ha envi ado . [JOA (OTT), 4, 1]
(78) *INV: Le voy a dar el libro a tu profesora, Se lo voy a
dar, sí o no ? *FAL: Yo voy a dar, sí. [FAL (OTT), 5, 2]
(79) *INV: Les vas a pedir el libro de inglés? *JOA: # <Je doit repondre la question> [% interroga tivo] #
Sí <lo voy> [//] no, lo voy a pedirle. [JOA (OTT), 5, 2]
Las alternativas que emplean los hablantes en su intento de sortear este tipo de
estructura son varias: repetición de uno o los dos SSDD que tendría que sustituir el
clítico como en (75), omisión de uno de los argumentos, el dativo en (76) y el acusativo
en (77), o de los dos como en (78). En el ejemplo de (79) no hay omisión de se sino
mantenimiento del dativo le que se resiste, por así decirlo, al movimiento y que se
mantiene en su posición canónica sin poder ascender a la preverbal como sí lo hace el lo
acusativo.
El se impersonal, como ya hemos apuntado, no parece resultar problemático para los
hablantes de la muestra quienes, desde la primera etapa y en todos los grupos, emplean
esta forma profusamente y en los contextos adecuados; en el ejemplo de (80) este
hablante, que lidia explícitamente con problemas léxicos diversos, recurre automática y
cómodamente a la forma impersonal cuando lo necesita. En toda la muestra hay una
sola omisión de se impersonal, aparece en la producción de BAR y la incluimos en (81):
(80) *PHI: <a la uno a la uno de> [//] a la uno el señor Juan no puede dormir, a las siete el señor Juan, cómo se dice reveille? *INV: despertar.
*PHI: está despertando para su [/] su, cómo se dice ? [PHI (OTT), 2, 2]
Capítulo V
292
(81) *INV: y cómo lo limpian ? *MIA: con agua o con <esto qué es> [///] cómo ____ dice ? *INV: con jabón ? *MIA: no jabón, de: <otra palabra> [?] . *INV: trapo ? *MIA: con trapo de limpíar . [MIA (BAR), 5, 1]
En nuestra opinión, la práctica ausencia de problemas con las impersonales podría
explicarse aludiendo a la frecuencia con la que éstas aparecen en el discurso del aula de
español, si bien ello queda por el momento en una mera especulación pues el examen de
tal fenómeno queda fuera de los límites y de los objetivos de este trabajo. Igualmente, si
bien no se analiza aquí cuáles son los verbos léxicos que aparecen en estas impersonales
nos parece, y esperamos poder examinarlo en futuros trabajos, que será interesante
comprobar si tal estructura se emplea de forma productiva con todo tipo de verbos o si
su uso se limita a expresiones como la del ejemplo de (81) o similares.
A pesar de que no constituyen un grupo demasiado numeroso, merece la pena detenerse
a considerar las sobreproducciones de clíticos pues no todos los ejemplos presentan la
misma naturaleza y el análisis muestra algunos aspectos dignos de ser notados. El total
figura en la Tabla 5.6128:
TABLA 5.61. SOBREPRODUCCIONES DE CLÍTICOS EN L1 Y L2. TODOS LOS GRUPOS Y ETAPAS
Grupo Total Sobrepr. clíticos E.1
Total Sobrepr. clíticos E.2
Total Sobrepr. clíticos E.3
OTT 5 9 11
BAR 5 0 -
CON 0 - -
Entre las sobreproducciones halladas en el corpus distinguimos esencialmente entre
aquellas que están relacionadas con procesos que encuentran explicación en elementos y
fenómenos concretos de la L1 del hablante y aquellas que se explican a partir
exclusivamente de estructuras y procesos propios de la LO. Las primeras constituyen
problemas de aprendizaje léxico que se resuelven por medio del recurso a la L1 y que
dan lugar a secuencias posibles en la L2 si la transferencia es positiva como en el
28 En la Tabla 5.61bis (Anejo 4, sección 4.2) se proporcionan las cifras individuales para cada uno de los grupos.
El estudio: la adquisición del Sintagma Determinante en español L2 y LE
293
ejemplo de (82) o a secuencias agramaticales como en (83) a (85) en los que se acuña el
equivalente de un verbo pronominal de la L1 que no funciona en la L2.
(82) *JOS: Todos los días va a pasearse # sola en e l parque. [JOS (OTT), 1, 2] (83) *JOS: Porque es el fin del día, Y ahora puede <se rest>
[//] se descansar y hacer la cena por su familia . [JOS (OTT), 1, 2]
(84) *JOS: Hola, María, [...] Cómo se pasó las vaca ciones?
[JOS (OTT), 6, 3]
(85) *INV: Te gustaba bailar cuando tú tenías cinco años? *LUC: No me recuerdo pero no creo que bailaba mucho cuando
tenía cincos años. [LUC (OTT), 1, 3]
En otros casos, en cambio, la sobreproducción se explica en virtud de procesos que no
tienen su origen en la L1 del individuo sino únicamente en su condición de hablante no
nativo. En los ejemplos de (86) y (87) el clítico aparece a la vez en dos posiciones
diferentes debido a que, una vez que el clítico se ha movido por encima del verbo, no se
ha completado el último paso de la derivación y el hablante no ha eliminado la copia
que permanece in situ en posición postverbal dando lugar con ello a una secuencia
agramatical.
(86) *INV: Este señor les dijo +... *JOS: Donde se pueden sentarse. [JOS (OTT), 2, 2]
(87) *NIM: Es una estudiante mhmm@fp todos los días usted se
levante, desayunar [/] desayuna, se laverse y se peina. [NIM (OTT), 2, 1]
También se observan sobreproducciones en contextos en los que el hablante asume
erróneamente la legitimidad del doblado de clíticos Los ejemplos que aparecen a
continuación muestran cómo en (88) un SD pleno de objeto directo es ilícitamente
doblado por un la acusativo mientras que en (89) vemos como lo dobla un complemento
oracional y da lugar a una secuencia ilícita:
(88) *INV: esta mañana he llamado por teléfono a Ma ría . *ZHE: [% se interrumpe la grabación] <cuando la> [/ /]
cuándo la has llamado al teléfono a María ? [ZHE (BAR), 2, 1]
Capítulo V
294
(89) *PHI: Por la valla, la [//] porque la caballo, ah@i ## la [///] no lo sé <como se dice> [/] cómo se dice blessé? [PHI (OTT),1, 1]
Estos ejemplos pueden ser objeto de una lectura según la cual no estemos antes
verdaderas sobreproducciones sino ante casos en los cuales la misma configuración del
discurso oral sea responsable de que el hablante ‘no tenga tiempo’ de eliminar la copia
de tal forma que articule ambas. 29
5.4.2.2 Discordancia de género, número y caso
A la hora de plantearnos si alguno de los elementos que se incluyen bajo la
etiqueta ‘clítico’ es o no de más fácil adquisición que el resto y tratar, si así fuera, de
proponer una explicación para ello, habrá de tenerse en cuenta la información que sobre
cada uno de ellos se proporcionó en los capítulos anteriores pues a partir de ahí se
propuso la jerarquía cuya validez tratamos ahora de verificar.
Si bien, y como era de esperar, la producción nativa no incluía formas que se desviaran
del estándar, los grupos experimentales muestran para todos los clíticos examinados un
reducido porcentaje de errores. Seguidamente incluimos el análisis realizado para cada
uno de los pronombres considerados en la jerarquía. Comenzamos examinando la Tabla
5.62 que contiene la producción del clítico lo.
29 Fenómenos y ejemplos similares a los que aparecen de (86) a (89) son relativamente frecuentes tanto en la adquisición de lenguas extranjeras como en los datos de TEL y en relación con la producción de diversos tipos de estructuras. Sobre estos últimos Jakubowicz (en prensa) encuentra como en la producción de preguntas qu- del francés de niños con TEL, el elemento interrogativo aparece desplazado al principio de la oración y al mismo tiempo permanece en su posición canónica de argumento original. Igualmente, en inglés L2 encontramos ejemplos como el de (i) que afecta a la expresión del pasado:
(i) I didn’t understood En (i) el hablante no nativo, inmerso en un proceso en el que, la inclusión de la marca de pasado en el auxiliar necesario para la expresión de la negación se realiza sin haber previamente eliminado la marca de pasado correspondiente que aparece en el verbo principal.
El estudio: la adquisición del Sintagma Determinante en español L2 y LE
295
TABLA 5.62. DISTRIBUCIÓN DE USO DE LO (FORMAS NATIVAS Y NO NATIVAS PRODUCIDAS). Grup Prod.
LO E.1
Nativ. LO E.1
No nat. LO E.1
LA/LO
E.1
LE/ LO E.1
EL/LO E.1
Prod. LO E.2
Nativ. LO E.2
No nat. LO E.2
LE/ LO E.2
Prod. LO E.3
Nativ. LO E.3
No nat. LO E.3
LE/ LO E.3
OTT 33 28 5 (17,85%)
1 (25%)
3 (50%)
1 (25%)
39 31 8 (20, 5%)
7 (100%)
27 23 4 (14,81)
4 100%
BAR 15 15 0 0 0 0 1 1 0 0 - - - 0
CON
27 27 - - - - - - - - - - - -
Los problemas, que aparecen, como vemos, prácticamente de forma exclusiva en el
grupo OTT, están relacionados principalmente con el empleo de le sustituyendo
ilícitamente a lo, o sea, con un referente no animado (98) u oracional (99). El género no
parece ser un problema pues la única discordancia de este tipo es el ejemplo de (100):
(90) *INV: <habías visto este libro antes> [% inte rrogativo] necesitarías verlo otra vez para decirme el títu lo?
*TRI: no, gracias, porque <le vió> [//] le vi antes . [TRI (OTT), 6,3] (91) *NIM: María no le gusta hacer que comer pero l e hace [//]
haría porque ella ama sus hijos. [NIM (OTT), 3, 2]
(92) *INV: yo le he regalado el libro a ella, a tu profesora, se lo he regalado a ella sí o no?
*FAL: Eh@fp, sí, tú <he regalado> [//] he regaladas la [?]. [FAL (OTT), 4,1]
El uso de la, por su parte, también es reducido y presenta la distribución que aparece en
la Tabla 5.6330 a continuación:
TABLA 5.63. DISTRIBUCIÓN DE USO DE LA (FORMAS NATIVAS Y NO NATIVAS PRODUCIDAS)
El uso de una forma alternativa en lugar de la tiene lugar siempre en la misma dirección
y siempre es le la forma escogida:
Grup Total Prod LA E.1
Total Nativ LA E.1
Total Errores
LA E.1
Le/LA
E 1
Total Produc
LA E.2
Total Nativos
LA E.2
Total Errores
LA E.2
Le/LA
E 2
Total Produc
LA E.3
Total Nativos
LA E.3
Total Errores
LA E.3
Le/LA
E 3
OTT 15 14 1 (6,66%)
1 (100%)
19 15 4 21,05%
4 (100%)
11 10 1 9,09%
1 (100%)
BAR 1 1 2 2 (100%)
2 (100%)
- - - -
CON 9 9 - - - - - - - - - -
Capítulo V
296
(93) *JOS: Juan le dice a María que le quiere mucho . [JOS (OTT), 5, 2]
(94) *NIM: María quiere saber # la fecha del examen y Juan le
dice a María: que le quiere mucho . [NIM (OTT), 4, 1]
Podría ser que en el caso de (93) y (94) el hablante asumiera que el rasgo [+ animado]
del OI tuviera que marcarse por medio de la inserción de le ya que en su interlengua la
no es portador de tal rasgo. Sin embargo, los ejemplos de (94) y (95) muestran que le
también se extiende a los contextos de la con un referente no animado:
(95) *INV: Dibujo número tres, Esta mujer ha ido a la tienda y ha visto esta camisa, Crees que la va a comprar?
*FAL: # Pienso que le va a comprar porque [/] porqu e parece eh@fp, sonrienda con la blusa. [FAL (OTT), 3, 4]
(96) *INV: Dibujo número tres, Esta mujer ha ido a la tienda y
ha visto esta camisa, Crees que la va a comprar? *JOA: Sí, <le ha comp> [/] le ha comprado. [JOA (OTT), 3, 4]
Las formas los y las son las que tienen una representación más escasa en la muestra, tal
y como se ve reflejado en las Tablas 5.65 y 5.66.31
TABLA 5.64. DISTRIBUCIÓN DE USO DE LOS (FORMAS NATIVAS Y NO NATIVAS PRODUCIDAS)
30 En la Tabla 5.63bis (Anejo 4, sección 4.2) se proporcionan las cifras individuales para cada uno de los grupos. 31 En las Tablas 5.64bis y 5.65 (Anejo 4, sección 4.2) se proporcionan las cifras individuales para cada uno de los grupos.
Grup Total Producidos
LOS E.2
Total Nativos
LOS E.2
Total Errores
LOS E.2
LES/LOS
E.2
LAS/LOS
E.2
OTT 4 1 3 2 1 (50%)
BAR 1 1 0 0 0
CON 0 - - - -
El estudio: la adquisición del Sintagma Determinante en español L2 y LE
297
TABLA 5.65. DISTRIBUCIÓN DE USO DE LAS (FORMAS NATIVAS Y NO NATIVAS PRODUCIDAS)
Sólo encontramos un caso de discordancia producido por un sujeto del grupo BAR que
lo es a la vez discordancia de género y de número, como si, de alguna manera, el sujeto
fuera inmune a la información morfológica que le proporciona el contexto, véase (105):
(97) *INV: me das unas galletas para [/] para comer ? *GAO: sí, tómalo. 32 [GAO (BAR), 1, 1]
Uno de los objetivos que nos planteamos en este trabajo es determinar si pueden los
hablantes no nativos percatarse de la mezcla de propiedades que presentan los
experimentadores, los sujetos dativos que aparecen siempre doblados por un clítico y el
hecho de que en la jerarquía cuya validez testamos aquí le y les aparezcan por delante
de otros dativos se basa en la suposición de que los no nativos podrán percatarse de cuál
es su autentico papel como argumento más importante, imprescindible, en la estructura
de la oración (con Montrul 1995, 1998). La Tabla 5.6633 muestra la distribución de uso
de le:
TABLA 5.66. DISTRIBUCIÓN DE USO DE LE (FORMAS NATIVAS Y NO NATIVAS PRODUCIDAS) Grup Tot
Prod LE E.1
Nat LE E.1
Tot Error
LE E.1
La/le DAT E.1
me/le EXP E.1
se/le EXP E.1
Tot Prod LE E.2
Tot Nativ LE E.2
Tot Error
LE E.2
se/le DAT E.2
me/le EXP E.2
te/le EXP E.2
se/le EXP E.2
Tot Prod LE E.3
Tot Nativ LE E.3
Tot Error
LE E.3
La/le DAT E.3
se/le EXP E.3
OTT 50 43
87,75%
6 12,25
%
1 16,66
%
1/5 83,33%
65
60 92,30
%
4 7,7%
3 66,66
%
0 1 33,33
%
0 80
75 93,75%
5 6,25%
3 66,66%
1 33,33
% BAR 15 13
86,6% 2
13,34%
0 0 1 7 5 71,42
%
2 28,58
%
0 1 50%
0 1 50%
- - -
CON
57 57 - - - - - - - - - - - - - - - -
32 Tal vez aquí podría predicarse que tómalo se emplea como una ‘frase hecha’, aprendida como una fórmula, en la cual el hablante no detecta la presencia de un clítico ni, claro está, la necesidad de incluir marcas de género y/o número. 33 En la Tabla 5.66bis (Anejo 4, sección 4.2) se proporcionan las cifras individuales para cada uno de los grupos.
Grup Total Producidos
LAS E.1
Nativos LAS E.1
Errores LAS E.1
LA/LAS E.1
OTT 1 0 1 1
BAR 1 0 1 1
CON 1 1 - -
Capítulo V
298
Como vemos en la tabla anterior, el uso de le como experimentador sobrepasa el de
benefactivos en todos los grupos y etapas. Considerados en su conjunto, y si bien es
cierto que los usos nativos sobrepasan con mucho a las formas no nativas, estas últimas
son en su mayoría instancias en las que le es sustituido por se como en los ejemplos de
(98) a (100):
(98) *INV: Te gustan los coches? *NIM: No, no me gustan. *INV: Y a Luc Andre, qué le gusta? *NIM: Se gusta: los zanahorias. [NIM (OTT), 4, 1]
(99) *INV: Le gusta la lectura.
*FAL: Qué te gusta? *INV: a Maruja # xxx . *FAL: Qué se gusta? [FAL (OTT), 3, 2]
(100) *ZHE: no me gusta café , me gusta té mejor . *INV: ahá@i, y: a María le gusta el café ? *ZHE: sí María: se [?] gusta mucho el café.
[ZHE (BAR), 4, 1]
(101) *INV: A los futbolistas les duelen los pies, qué les pasa a los futbolistas?
*NIC: Los futbolistas se duelen los pies. [NIC (OTT), 4, 1]
Aunque también otras formas pueden aparecer ocasionalmente en el lugar de le. Llaman
nuestra atención los casos en los que la aparece en lugar de le muy probablemente
debido a la necesidad que el hablante siente de marcar género en un dativo
(significativamente no experimentador) que no está, en principio, especificado para tal
rasgo. Nuestra lectura de tal fenómeno es que la transferencia del rasgo [+ femenino] a
la plantilla de la que dispone la interlengua de estos hablantes deriva en la producción
de la en contextos ilícitos como los de (101) y (102) que en los dos casos recogen un
referente femenino:34
(102) *INV: Sí, Cuánto le costará? *FAL: Eh@fp la camisa le [//] la costará cinco, pes :os? %com: El referente es ‘esta mujer’
[FAL (OTT), 5, 1]
(103) *INV: A Susanita no le gustaba que +...
34 De hecho, ejemplos como el de (112) no resultan extraños en hablantes de variantes laístas del español (cf. Lapesa 1968, Klein-Andreu 1981 o Fernández Ordóñez 1993).
El estudio: la adquisición del Sintagma Determinante en español L2 y LE
299
*LUC: la profesora # A Susanita no le gustaba que l a profesora no la permite salir de la clase. [LUC (OTT), 4, 3]
Pasamos ahora a considerar el comportamiento que presenta en la muestra la forma les y
la Tabla 5.6735 presenta la forma en que se distribuyen las formas de este clítico.
TABLA 5.67. DISTRIBUCIÓN DE USO DE LES (FORMAS NATIVAS Y NO NATIVAS PRODUCIDAS)
El único error de género hallado en el corpus por lo que al uso de les respecta pertenece
a una secuencia que además contiene un problema de orden pues se hace ascender al
clítico en un contexto ilícito para el movimiento. El ejemplo se incluye en (112):
(104) *INV: Juan y Elena son estudiantes, los conoc es? *FAL: # No los conozco. *INV: Les vas a pedir el libro de inglés? *FAL: No, no voy a las pedir el libro de inglés per o no los
[//] les conozco. [FAL (OTT), 5, 2]
La forma que sustituye al clítico les en la mayoría de los contextos es le. Su aparición
es, en nuestra opinión, algo más que un problema de concordancia de número y debe
más bien interpretarse como el resultado de las operaciones que el hablante realiza
insertando rasgos en la plantilla figurada de la que dispone su interlengua para el
sistema pronominal átono. De hecho, una vez más, podríamos hablar de varios factores
que intervienen a la vez en la configuración de dicho sistema. Al comentar estos
ejemplos ya se ha dejado dicho como, en realidad, la sobreextensión de le a contextos
de plural es un fenómeno común también en el español nativo aunque nuestros ejemplos
resultan agramaticales en los contextos en los que aparecen por las razones que se han
aducido en la discusión anterior en la sección 5.4.1.2. A pesar de que la producción
35 En la Tabla 5.67bis (Anejo 4, sección 4.2) se proporcionan las cifras individuales para cada uno de los grupos.
Grup
Total Prod LES E.1
Total Error LES E.1
le/ les AC E.1
le/ les
DAT E.1
le/ les
EXP E.1
Tot Pro LES
E.2
Total Error LES E.2
Le/ les AC E.2
le/ les
DAT E.2
los/ les
DAT E.2
le/ les
EXP E.2
Los/ les
EXP E.2
las/ les
EXP E.2
Total Prod LES E.3
Total Errors LES E.3
le/ les AC E.3
le/ les
EXP E.3
OTT 13 8 57,14%
1 12,5%
1 12,5%
6 75%
36 20 55,55%
1 5%
2/2 20%
10/3/2 75%%
33
10 30,3%
1 10%
9 90%
BAR 5 3
0 0 3 100
1 1 0 0 0 0 1 100%
0 - - - -
CON
21 0 0 0 0 - - - - - - - - - - - -
Capítulo V
300
nativa de la que disponemos, como ya se ha dicho, no presenta uso de le por les, sí hay
constancia de que tal fenómeno se da en el español nativo, no sólo desde la gramática
descriptiva sino también desde estudios que lo constatan a partir de datos empíricos.36
Según esto, podemos deducir que, también en este sentido, al uso de le el input presenta
dos tipos de información y ello supone una dificultad añadida en comparación con
formas que son constantes en su distribución, en la línea de lo propuesto por Marinis
(2003a). El ejemplo de (105) ilustra cómo el mismo hablante en la misma secuencia
fluctúa entre ambas posibilidades:
(105) *NIM: Pienso que han terminado la escuela y # porque no le gustan tener libros, En el tres <ellas jugan fút bol> [//] ellos jugan al fútbol porque <les gustan> [ //] les gusta . [NIM (OTT), 5, 2]
Consideremos, por último, el uso de se, tan numeroso y muy cercano al nativo desde las
primeras etapas. Recordemos (v. Tabla 5.26) que si bien el volumen de producción varía
de un grupo a otro, se es el clítico con una media de producción más alta desde la E.1.
Además de ser muy abundante, o quizás debido a ello como también discutiremos más
adelante, el uso de se provoca desde las primeras etapas muy pocos errores que se
reducen en la E.3 a dos únicos ejemplos en su uso pronominal como se observa en la
Tabla 5.6837 a continuación:
TABLA 5.68. DISTRIBUCIÓN DE USO DE SE (FORMAS NATIVAS Y NO NATIVAS PRODUCIDAS)
36 En alguna ocasión ya se ha apuntado cómo es posible defender la posibilidad de que los clíticos del español estén inmersos en un proceso histórico que les otorga un estatuto intermedio entre clítico especial y afijo: le ya casi no es opcional (v. nota 19 en el Capítulo I) y, además, se extiende a menudo a contextos de plural. 37 En la Tabla 5.68bis (Anejo 4, sección 4.2) se proporcionan las cifras individuales para cada uno de los grupos.
Grup Prod SE E.1
Nativ SE E.1
Error SE E.1
me/se IMP E.1
le/se DAT E.1
Prod SE E.2
Nativ SE E.2
Error SE E.2
te/se IMP E.2
le/se DAT E.2
Prod SE E.3
Nativ SE E.3
Error SE E.3
es/se PRON
E.3 OTT 128
123
96,09% 5
3,9% 1
20% 4
80% 191 188
98,42% 3
1,58% 0 3
100% 99 97%
97,97% 2
2,02% 2
BAR 41 41 0 0 0 10 9 1 10%)
1 1 - - - -
CON
161 161 - - - - - - - - - - -
El estudio: la adquisición del Sintagma Determinante en español L2 y LE
301
En el caso del grupo BAR encontramos una única forma no nativa reproducido en (106)
que muestra una estructura que se diría a medio camino entre la construcción genérica
de 2ª persona y el uso de un verbo pronominal.
(106) *LIN: # Juan y Pedro terminar e [?] clase # J uan y Pedro <terminar de de clase> [//] # termináis de la cl ase e sacáis de libro, después , jugar, cómo te dices ?
[LIN (BAR), 5, 2]
Efectivamente, la producción de los clíticos experimentadores no sólo es mucho más
cuantiosa sino que además es menos problemática que la de los dativos benefactivos. Si
interpretamos este dato en la línea de lo hallado por Montrul (1998), podemos suponer
que se dobla más frecuentemente el clítico con los dativos experimentadores que con los
indirectos, lo cual indicaría que estos hablantes perciben la diferencia entre los dos tipos
de estructura y omiten menos este argumento de mayor prominencia discursiva, del
mismo modo que, en lenguas que los poseen, los clíticos que refieren al de sujeto se
adquieren con anterioridad a los de objeto (v. también Kaiser (1994) o White (1996)
para L1 y L2 respectivamente).
5.4.2.3 Sustituciones
Como ya hemos dicho, la producción de formas alternativas, externas al
paradigma de los clíticos pronominales es muy escasa: los hablantes de la muestra sólo
producen formas alternativas en sustitución del clítico se y aparecen las dos en la E.3.
Se trata de los ejemplos de (55) a (56) reproducidos aquí como (107) y (108). En (109)
volvemos a reproducir el ejemplo de (57) que incluye también una forma sustitutiva a la
que podría aplicarse un análisis similar:
(107) TRI: [...] pero es podían estar a la pensión y después tres semana debían volver a casa. [TRI (OTT), 3, 3]
(108) INV: Cuándo los estudiantes tiran los libros por la ventana?
*NIC: Cuando el escuela es termina, después ellos j ugan [/] jugan al futbol . [NIC (OTT), 5, 1]
(109) *INV: A nosotros nos interesan los libros de historia, qué
nos interesa a nosotros ? *FAL: A vosotros vos interesan los libros de histor ia. [FAL (OTT), 4, 2]
Capítulo V
302
Evidentemente la forma es no pertenece al paradigma de los clíticos del español, ni
tampoco es el equivalente francés que se ha transferido sin más. La cuestión que surge
al observar estos ejemplos es obviamente ¿cuál es el origen de estas formas? ¿de dónde
proceden? Hablar de ‘clíticos románicos’ como de un conjunto más o menos natural
poseedor de una serie de características comunes, no debiera parecer algo sorprendente;
de hecho, la bibliografía está repleta de estudios que ponen en relación los elementos
que desempeñan estas funciones en las diversas lenguas que derivan del latín (cf. entre
otros Jaeggli 1982, Wanner, 1987, Bonet 1991, Uriagereka 1996) y asumen que los
análisis defendidos para una lengua románica dada pueden legítimamente aplicarse a
otras lenguas de la misma familia. Las similitudes que entre ellos se observan, más allá
de las obvias referencias a su filiación histórica, tienen que ver con la constatación de
que presentan en muchos casos comportamientos similares tanto, como decimos, en lo
referente a su funcionamiento sintáctico como a los procesos de su adquisición por parte
de nativos y de no nativos. Si, de entrada, nuestro planteamiento asume la validez de la
comparación entre lenguas procedentes del latín, establecida en la forma de análisis que
se aplican en todas ellas (v. capítulos I y II), no parece descabellado hablar de la
posibilidad de una plantilla pronominal que como resultado de la inserción de rasgos
determinados dé lugar, en la interlengua de los hablantes no nativos de lenguas
románicas, a formas que no existen en la L2 pero que son posibles en lenguas de la
misma familia con una evolución diferente. La forma es está presente en el sistema de
pronombres átonos del catalán y es, de hecho, un elemento ‘multiforme’ que adopta una
u otra forma (se/s’/es/’s) dependiendo del contexto fónico u oracional en que aparezca
(Bonet 1991, 1995). Según el razonamiento que intentamos seguir, el es que aparece en
(107) y (108) puede funcionar en la IL de este hablante como un clítico de tercera
persona, al igual que el vos del (109) es una forma especificada para segunda persona y
plural. Ambas formas serían resultantes de la inserción de datos por parte de los
hablantes no nativos en una ‘macroplantilla pronominal románica’. Las diferentes
posibilidades existentes para la tercera persona y la multifuncionalidad que exhiben
algunas de las formas disponibles en el paradigma hacen de algún modo más difuso el
límite entre los diversos elementos y más plausible la posibilidad de recurrir a formas
que en realidad no pertenecen al sistema del español nativo. Se trata, sin duda, de una
interesante línea de investigación sobre la que nos gustaría trabajar en un futuro,
aunque, por ahora, y a partir de tan escaso volumen de ejemplos, resulta difícil realizar
propuestas muy ambiciosas en este sentido.
El estudio: la adquisición del Sintagma Determinante en español L2 y LE
303
5.4.2.4 Posición
Sabemos a partir de lo que ya se expuso en la sección 6.1.1.4 que los problemas
de orden observados en los clíticos de los no nativos son muy escasos, incluso
inexistentes en la última etapa. Se incluyen en la Tabla 5.6938 a continuación:
TABLA 5.69. POSICIÓN DE CLÍTICOS. GRUPOS OTT Y BAR
Grup Orden NO nativo
E.1
Orden NO nativo
E.2
Orden NO nativo
E.3 OTT
8/344
(2,32%) 12/495 (2,42%)
0/377
BAR
2/147 (1,36%)
0 -
No hay ningún clítico que muestre, en comparación con el resto, una tendencia más
acusada a presentar problemas de orden. Los ejemplos en los que aparece se resultan
más numerosos, pero creemos que tal diferencia está relacionada con el hecho de que
sea éste el clítico que mayor presencia tiene en los datos. Hay ejemplos de acusativos,
como en (110), de dativos como en (111), si bien ningún elememento presenta un
comportamiento que destaque por comparación con el resto.
(110) *INV: mhmm@fp muy bien esta mañana he llamado por teléfono a María.
*LIN: # <a qué hora> [/] a qué hora la [?] llamar x xx ? [LIN (BAR), 2, 1]
(111) *FAL: No, no voy a las pedir el libro de ingl és pero no los
[//] les conozco. [FAL 5, 2]
Lo que sí es cierto es que tanto las estructuras que implican la aparición de infinitivos,
véanse los ejemplos de (112) a (114), o de otras formas no personales, como en (115),
resultan más problemáticas. Igualmente, las secuencias de combinaciones de clíticos
resultan en su ordenación especialmente confusas para el no nativo; ello se ilustra en el
ejemplo de (116):
(112) *NIM: Pero las personas que fue delante de él # stop [//] paraban para le escuchar . [NIM (OTT), 4, 3]
38 En la Tabla 5.69bis (Anejo 4, sección 4.2) se proporcionan las cifras individuales para cada uno de los grupos.
Capítulo V
304
(113) *LUC: y no puede dormir, en [/] en la mañana, él [/] él no quiere se levar […] . [LUC (OTT), 2, 1]
(114) *TRI: ella acostarse en el otro dormitorio so ella no puede escuchar el teléfono . [TRI (OTT), 4, 1]
(115) *TRI: Duranto, durante el verano ellos ju [/] ellos jugan [/] juegan en el parque, se bañando, en un [//] en una piscina . [TRI (OTT), ]
(116) *NIM: He aprendido <una buena danza> [//] # u n bueno baile
y me gustaría te le mostrar . [NIM (OTT), 6, 2]
La mayoría de estos problemas de orden, relacionados probablemente con la aparición
de formas no personales del verbo y secuencias de combinación de clíticos, se hallan
mayoritariamente en la producción de los hablantes de OTT y no en los de BAR. Este
dato podría apuntar a la existencia de procesos de transferencia que se establecen en el
caso de sólo uno de los dos grupos, que accede a la información que sobre este tipo
concreto de elementos existe en su(s) L1(s). De ello nos ocupamos en la sección 5.5.4.
5.4.2.5 El estatuto de SE
El clítico se ha merecido una especial atención desde el momento en que, como
hemos visto, no sólo es el más numeroso sino que es además el que desempeña un
mayor número de funciones en español nativo. Se, como sabemos, se extiende a
contextos de plural y de singular y puede funcionar como dativo (es el caso del se
espurio), como parte de la conjugación de un verbo reflexivo o pronominal marcando la
tercera persona y es la forma empleada para marcar la impersonalidad.
Su comportamiento y sus numerosas apariciones nos hicieron plantearnos recoger la
interesante propuesta de Bonet (1995) acerca de la opacidad de este clítico (v. Capítulo
II, sección 2.4.2.3) y presentar a se como una suerte de forma empleada por defecto que
se extiende en las interlenguas del español a contextos de tercera persona en los que el
hablante no nativo carece de la forma nativa equivalente, o no puede acceder a ella en
ese momento; como si dicho hablante se percatara de su carácter polivalente, de su
multifuncionalidad y recurriera, como hace el propio sistema del español en contextos
dudosos, (como el se espurio) al clítico más útil, más versátil y, quizá por ello, más
frecuente. Se aparece incluso en sustitución de clíticos que no son de tercera persona, en
El estudio: la adquisición del Sintagma Determinante en español L2 y LE
305
contextos en los que, según el modo en que parece estar procesando el hablante no
nativo, es la primera forma a la que recurre su sistema cuando se trata de insertar una
forma pronominal, incluso si la forma buscada es la de primera persona. Véase el
ejemplo de (117):
(117) *INV: Esta semana he llamado por teléfono a M aría. *CLA: # eh@fp cuándo María, eh@fp # ? *INV: Mhmm@fp, bien, puedes repetirlo? *CLA: Cuándo María se [//] me teléfono: he, he +...
Sin embargo, lo que nos dicen nuestros datos es que, más que de sobreúso de se como
forma por defecto o como forma opaca à la Bonet, es factible hablar de la opacidad de
las formas se y le en la interlengua de los sujetos de la muestra, como formas
idiosincrásicas que se emplea indistintamente en contextos equivalentes, en la línea de
lo propuesto por Bruhn de Garavito (2000). Es decir, a partir de lo observado en
nuestros datos, hablaremos de se y le como de una misma forma con dos
manifestaciones distintas: se trata de marcas de tercera persona que se obtienen tras la
sintaxis antes de la inserción de información fonológica en la plantilla morfológica de la
que disponen estos sistemas no nativos. Ello supondrá que los elementos insertados se
verán en la forma fonológica, ‘empobrecidos, alterados, linealizados […]’ en la línea de
la propuesta de Halle y Marantz (1993) y en consonancia también con lo defendido por
Jakubowicz y Nash (en prensa). En un sentido amplio, la nuestra es, por tanto, una
explicación distributiva de la ordenación morfológica de los sistemas no nativos.
De hecho, se no sustituye a otras formas con una frecuencia mayor de la que otras
formas aparecen en su lugar. Para Bruhn de Garavito (2000) al igual que ocurre con la
1ª y la 2ª persona, sólo existe, en realidad, un clítico de 3ª persona para los tres casos
gramaticales: si se le ‘añade’ número a este clítico tenemos el dativo, si le añadimos
número y género, el acusativo y el resultado de su especificación para persona sería se.
No obstante, si esto no aparece dibujado con una claridad diáfana en nuestros datos ya
que no hemos hallado un patrón totalmente equivalente según el cual las formas de 3ª
persona se especializan claramente dependiendo de para qué rasgo se encuentran
especificadas. Lo que sí parece claro es que la multifuncionalidad de le y se parece
Capítulo V
306
indicarnos que un mismo elemento en español nativo se genera como núcleo de
proyecciones diferentes y presenta en español no nativo una conducta variable.39,40
5.4.3 Artículos y clíticos en el español no nativo. Sumario
Con respecto al estatuto de los clíticos y los artículos del español, el análisis de
los datos de producción del español no nativo aquí presentado ha revelado hasta el
momento una serie de aspectos interesantes que resumimos a continuación.
Las omisiones tanto de clíticos como de artículos son una opción posible para todos los
hablantes no nativos de la muestra en las primeras etapas, eso sí, el comportamiento de
ambos tipos de elementos resulta diferente dependiendo del contexto en que se omiten y
ello está principalmente relacionado con la experiencia lingüística previa de los
hablantes. El contraste del volumen de producción de estas formas en los grupos
experimentales y el grupo control es un dato que, a nuestro juicio, debe ser tenido en
cuenta pues marca una diferencia importante: los totales para clíticos muestran una
producción mucho mayor en el caso de los controles que en los grupos experimentales
mientras que ello no se observa de una forma categórica en los artículos determinados.
Nuestra interpretación de este dato es que a medida que los hablantes comienzan a
emplear productivamente estructuras con clíticos, a dejar de evitarlas, aumenta la
aparición de formas agramaticales por omisión. El comportamiento de las
sobreproducciones no es paralelo al de las omisiones y no establece diferencias entre
39 Una explicación alternativa a lo anterior especularía con la posibilidad de que ciertos hablantes trataran el español como una lengua aislante de tal modo que asumieran que una partícula dada cumple una función determinada en todos los contextos en los que aparece. Por ejemplo MIA del grupo BAR presenta un uso de le como una suerte de forma opaca ‘multiuso’ que le sirve para marcar al experimentador, cualquiera que éste sea; así se ilustra en (i) donde le se refiere indistintamente a la 1ª y a la 3ª persona:
(i) *INV: mira, yo te pregunto, a María le gusta ba ilar, y a ti ? *MIA: a xxx no le gusta, . *MIA: yo siempre le gusta mirando libro y: +... *INV: aah@i hacer punto . *MIA: sí . *INV: y coser . *MIA: coser de dibujo . *INV: aah@fp , sí, bordar . *MIA: sí, eso le gusta, este: mí no le gusta [% ríe n] . *INV: aah@fp . *MIA: a Lao xxx no le gusta .
40 Los datos del corpus nos permitirían incluso examinar algunos usos de le en los que éste se extiende a contextos del pronombre fuerte él. Véanse los ejemplos (25) y (26) en la sección 6.1.1.2. La naturaleza de este tipo de ejemplos está, como ya dijimos, sujeta a diferentes interpretaciones.
El estudio: la adquisición del Sintagma Determinante en español L2 y LE
307
artículos y clíticos pues prácticamente se limita a construcciones fijas y/o el aprendizaje
de vocabulario concreto.
También la discordancia de género y número en los artículos se relaciona con el
aprendizaje léxico de sustantivos o expresiones concretas cuyos rasgos gramaticales no
se han fijado convenientemente; en el caso de los clíticos, sin embargo, la ausencia de
concordancia tiene que ver con la recuperación de estos rasgo gramaticales a partir del
asignado a un referente previo y/o la correcta inserción de los rasgos pertinentes en una
gran plantilla morfológica (v. Bonet 1991, Halle y Marantz 1993). De mismo modo, las
sustituciones parecen apuntar a la existencia de diferencias entre los artículos y los
pronombres átonos: si bien en el primer caso es posible encontrar elementos que
proceden de otros paradigmas de determinante o que son directamente importados de
alguna de las lenguas nativas de los hablantes, en el caso de los clíticos de objeto casi
todas las formas sustitutas son elementos procedentes del propio sistema de clíticos del
español nativo. Con respecto a la posición, los artículos no presentaron problemas
mientras que el uso de clíticos pronominales sí que derivó en secuencias agramaticales
relacionadas, sobre todo, con estructuras que implicaban algún tipo de movimiento del
elemento en cuestión.
Sin embargo, no nos parece conveniente, ni necesario, argumentar a partir de todo lo
anterior que, en el caso de los artículos y los acusativos, estamos ante elementos de
diferente naturaleza, sencillamente porque los diferentes patrones de adquisición
observados en los dos casos pueden muy bien explicarse atendiendo tanto a la diferencia
en la especificación de rasgos de cada elemento como a la posición en la que cada uno
de ellos se ensambla en el contexto de cláusula (con Jakubowicz et al. 1998). La
justificación anterior es igualmente compatible con lo propuesto por Marinis (2003a)
acerca de que la información que proporciona el input es ambigua con respecto a los
clíticos mientras que en el caso del artículo es unívoca en dos sentidos: son de aparición
obligatoria y su posición es siempre la misma, encabezando el SD. En el caso de los
acusativos, y esto también se aplica en el caso de los dativos benefactivos, la
información es doblemente ambigua ya que, por un lado, su uso no es obligatorio en el
sentido de que puede alternar con la inserción de un SD pleno, y por otro, tampoco su
posición es fija ya que pueden aparecer antepuestos o pospuestos a la forma verbal,
Capítulo V
308
finita o no finita. El uso del hablante inexperto (sea este nativo o no nativo) fluctúa, así,
entre la opción de incluir o no la forma de clítico en cuestión.
Por otra parte, y con respecto al establecimiento de una jerarquía de dificultad en los
clíticos de objeto, el análisis señala una clara diferencia entre el comportamiento del
clítico se y el del resto de pronombres. Desde la primera etapa y para todos los grupos,
el se impersonal es el que menos se omite, mientras que con el se pronominal, las
omisiones aumentan paulatinamente en los dos grupos de una etapa a otra; ello es
debido, normalmente, al aprendizaje erróneo de una pieza léxica nueva y/o al hecho de
que algunos verbos presenten un doble: pronominal y no pronominal. El se dativo,
debido esencialmente a lo complejo que resulta el proceso de su aparición y las
condiciones que deben darse para ello, resulta ciertamente problemático por oposición a
lo que ocurre con los otros se y su evitación deriva en problemas que afectan de forma
general a las instancias de amalgamas de clíticos; lo mismo puede decirse acerca de le y
les que presentan más dificultades con los benefactivos. Ha de notarse, no obstante, que
para el grupo BAR también resultan problemáticos los experimentadores. La
producción de acusativos, en comparación con otro tipo de clíticos, no resulta
especialmente problemática para ninguno de los dos grupos experimentales: no se
observa un porcentaje especialmente elevado de omisiones o de usos no nativos; eso sí,
en el caso de BAR su aparición es escasísima, especialmente en la segunda etapa. Las
pocas sobre producciones halladas afectan por igual a todos los clíticos, si bien en el
caso de se son más numerosas, simplemente por ser éste el clítico más frecuente.
También hemos observado cómo los problemas de concordancia y las sustituciones
tienen lugar como resultado de las operaciones que el hablante realiza insertando rasgos
en la plantilla figurada de la que dispone su interlengua para el sistema pronominal
átono. Si la forma que debe producirse en un contexto dado no está especificada para un
rasgo concreto, digamos para género, el hablante puede igualmente decidir que quiere
recuperar esa información del referente discursivo en cuestión y marcar como femenino,
por ejemplo, una forma de dativo que no está, en español nativo, especificada para tal
rasgo. Por otro lado, la sobreextensión de le a contextos de plural puede verse
impulsada por el input desde que el español nativo contempla también esta posibilidad.
El hecho de que los clíticos experimentadores presenten menos dificultades que los
dativos benefactivos puede, como ya se ha dicho, interpretarse como indicador de que
El estudio: la adquisición del Sintagma Determinante en español L2 y LE
309
los hablantes de L2 pueden percatarse de que se trata de elementos diferentes y, quizá,
de que discursivamente unos son más relevantes que otros. Finalmente, queremos
observar que tanto las sustituciones como los problemas de orden afectan
principalmente al clítico se, debido muy probablemente a que se trata de la forma más
frecuente en los datos del español, nativo y no nativo. En la discusión sobre las formas
sustitutivas aparecidas en el corpus nos hemos referido al posible origen de estas formas
a partir de la inserción de rasgos en una plantilla pronominal panrrománica y sobre ello
volveremos en el capítulo de conclusiones del estudio.
5.5 El papel de la transferencia lingüística: la naturaleza de las formas no
nativas
Con respecto al análisis del papel de la transferencia lingüística en el Capítulo II
hablábamos, a grandes rasgos, de dos posturas diferentes con respecto cómo se
conforman los sistemas no nativos: la primera de ellas postularía que las gramáticas de
los sistemas no nativos son deficitarias en el dominio funcional debido a que los rasgos
o los valores que en ellas se asigna a las categorías funcionales son los de la L1, si bien
dentro de esta corriente teórica hay también grados acerca del alcance de esta
transferencia de valores que se produce sólo en las etapas iniciales (Hawkins 1998,
Liceras 1997) o que de modo permanente imposibilita el acceso al valor de estos
elementos en la L2 (Beck 1997, Eubank 1997). Frente a estas posturas, una segunda
perspectiva defiende que el hablante no nativo puede acceder a todo el repertorio de
categorías funcionales, rasgos y valores disponibles en el sistema de la L2 y que los
sistemas de interlengua no son, pues, deficitarios en lo funcional (Epstein et al. 1996) si
bien para algunos, el hablante de L2 asume en las etapas iniciales que el valor asignado
a un determinado parámetro en su L1 es también válido para la L2 (v. hipótesis de la
‘Transferencia total/Acceso total’ (Schwartz y Sprouse 1996, White 1996, Bruhn de
Garavito y White 2002). La pregunta crucial, en la línea de la formulada en Bruhn de
Garavito (2000) sería ‘¿cuál de las hipótesis sobre la ASL apoyan nuestros resultados?’.
Es de esperar que el diverso bagaje lingüístico de los dos grupos experimentales derive
en procesos de adquisición diferentes. Esta cuestión, a partir de la cual se formulan la
pregunta de investigación 2 y las hipótesis 2.1 y 2.2 centra nuestro análisis en las
Capítulo V
310
secciones siguientes. De nuevo, los criterios empleados para abordar el análisis son los
que resume el Cuadro IV en la sección 4.7.1 del capítulo anterior.
5.5.1 Omisión y (sobre)producción
Las omisiones de los elementos que aparecen en [D0] en el español no nativo
son de naturaleza diversa y pueden explicarse en muchos casos en función de la
procedencia lingüística de los hablantes. En el caso de los hablantes de OTT, las
omisiones son desde la etapa inicial, meros ‘accidentes’ derivados de la transferencia
(negativa en este caso) que hacen de una de sus dos lenguas maternas y presenta un
comportamiento distinto dependiendo de si se examinan los artículos o los pronombres
átonos.
En el caso de los artículos bien puede decirse que se trata de contextos, que perduran
hasta la E.3 en los que la L1 emplea un artículo ZERO [Ø] en sintagmas que pueden,
por ejemplo, tener una interpretación genérica como en (118), aparecer como parte de
una especie de ‘calco’ en una construcción fijada como en el recurrente ejemplo de
(119), o eliminarse ante el nombre de una lengua o nacionalidad dadas como en (120).
Igualmente hallamos omisiones de artículo ante el tratamiento de señor o señora como
en el ejemplo de (121):
(118) *TRI: La profesión de mi madre es economista y fue también economista # fue una profesión muy interesante y # no más interesante y más tenía para mí # había mucha s cosas diferentes y a mí me gusta cosas diferentes . [TRI (OTT), 4, 3]
(119) *CLA: <A ocho o nueve menos> [//] a _ ocho menos cuarte
cuarto Juan está comiendo y bebiendo, a ocho d e la mañana Juan va al oficio, Juan está en el oficio y trabajo [//] trabaja, Juan está comiendo doce hor as del [/] del Juan está trabaja en el oficio <a tre s horas> [/] a tres horas, Juan se +... [CLA (OTT), 2, 2]
(120) *INV: Te gusta el español?
*NIC: Me gusto ____ español. [NIC (OTT), 1, 1]
(121) *TRI: Fue el miércoles el principio de las va caciones del verano ____ señora y _____ señor Aguire y sus chi cos están preparando para sus planes viajar a la play a +… [TRI (OTT), 3, 3]
El estudio: la adquisición del Sintagma Determinante en español L2 y LE
311
Eso sí, en la E.3 de OTT las omisiones dejan de ser significativas (p> ,05) en
comparación con los datos de los controles nativos y los únicos contextos en los que
siguen omitiendo es en los que se transfiere la ausencia de artículo en expresiones más o
menos fijas del tipo que aparece en (122).
(122) *LUC: El fin de semana pasado Julio y Juan se fueron al campo # El viernes anoche tuvieron sus libros y los tiraron por la ventana, sábado en la mañana se pusieron a jugar al fútbol. [LUC (OTT), 3, 3]
Las omisiones que aparecen en las entrevistas de BAR son, como veremos, de una
naturaleza muy distinta a las que acabamos de describir; de hecho, encontrar una
explicación para la forma en que se distribuyen todas las omisiones de artículos por
parte de los sujetos de BAR resulta todo un desafío para esta investigación. La
propuesta de Robertson (2000) recogida en el Capítulo III sobre la existencia de un
artículo ZERO [Ø] que se ve legitimado por el contexto discursivo en el que ya ha
aparecido su referente y que, además, es usado por defecto en otros entornos es, según
nuestros datos, insuficiente para dar cuenta de la distribución de las omisiones de
artículo recogidas de nuestro corpus. Nuestro análisis cualitativo de la producción de los
sinófonos sólo puede apoyar la primera de las explicaciones que tímidamente
proporciona el autor según la cual no puede para todos los contextos proponerse un
único criterio discursivo que legitime la inserción u omisión de artículo: la ausencia o
presencia de éste en la producción de hablantes de estas características es prácticamente
impredecible.
Hay, efectivamente, contextos en los que, como propone Robertson, tras una primera
mención del referente,41 los artículos son eliminados, tal vez por transferencia de la L1;
41 Si bien en nuestro trabajo no nos centramos en el funcionamiento de los artículos indeterminados, una primer acercamiento meramente descriptivo apunta a que el uso de éstos como ‘presentadores’ de referentes que aparecen por primera vez en el discurso, por oposición a lo que ocurre en los datos de Robertson (2000), resulta menos problemáticos que el de determinados, lo cual, nos aventuramos a proponer pudiera deberse al parecido, a veces coincidencia formal, que en español se observa entre el indefinido masculino singular y el numeral uno gracias a la cual estos hablantes analizarían un y uno como numeral en todos los contextos. La coincidencia de número está asegurada al tratarse del singular (forma que a menudo se sobregeneraliza en contextos de plural encabezados por numerales) y la coincidencia de género presenta, siempre según lo que hemos observado en esta observación superficial, una conducta variable. Evidentemente todo lo anterior queda por el momento como mera especulación y habría de ser empíricamente testado en futuras investigaciones.
Capítulo V
312
sin embargo, tal criterio no resulta, ni mucho menos, infalible pues los artículos
aparecen y desaparecen independientemente de que dependan o no de una primera
mención que les confiriera el estatuto de tópico preferente. El fragmento que aparece a
continuación es muy ilustrativo y decidimos incluirlo aquí como un ejemplo
representativo del modo en que las interlenguas iniciales de los hablantes del grupo
BAR hace uso de las posibilidades de las que dispone su interlengua en esta etapa
inicial para la expresión de la referencia: el artículo determinado, el artículo ZERO y
también el demostrativo, recordemos aquí que el chino sí dispone de un demostrativo.
En él ZHE, uno de los intergrantes de este grupo describe una historia a partir de una
viñeta. En (123) aparecen subrayados los sintagmas que nos interesa discutir:
(123) 1. *INV: muy bien [...] ahora vamos a hacer otra c osa # ves
esta historia te lo miras un poco entonces <yo te> [/]yo te voy a hacer preguntas sobre cada uno de l os dibujos .
2. *ZHE: este [?] caballo xxx . 3. *INV: eso, dónde está el caballo ? 4. *ZHE: el caballo en jandi [: jardín] [?] . 5. *INV: muy bien <y cómo se llama> [% interrogativo ] a ver
<qué nombre le pondrías tú al caballo> [% interro gativo] si le tuvieras que poner un nombre .
6. *ZHE: caballo ? 7. *INV: mhmm@fp tú tienes algún caballo ? 8. *ZHE: caballo ? 9. *INV: sí , tienes tú ? 10. *ZHE: yo # no tengo caballo. 11. *INV: no tienes caballo muy bien , aquí en este dib ujo ,
qué es lo que se ve ? 12. *ZHE: en dibujo +... 13. *INV: explícame un poco qué es lo que hay . 14. *ZHE: el dibujo encontrar [/] encontrar con [/] con toro. . 15. *INV: toro no . 16. *ZHE: con el toro . 17. *INV: no, es una vaca . 18. *ZHE: vaca xxx . 19. *INV: un caballo , una vaca, y este animal de aquí sabes lo
que es ? 20. *ZHE: xxx pájaro . 21. *INV: muy bien un pájaro . 22. *ZHE: sí un pájaro en [% se interrumpe la grabación ] . 23. *INV: muy bien . 24. *ZHE: el pájaro xxx de caballo . 25. *INV: mhmm@fp <qué es lo que le dice el caballo a l a vaca>
[% interrogativo] <no sabes> [% interrogativo] mi ra, mira que es lo que hace luego salta xxx entonces <qué es lo que hace el caballo aquí> [%interrogat ivo] qué es lo que crees que le puede decir ?
26. *ZHE: el caballo cerrado, el caballo, éste se llama cerca? 27. *INV: sí se llama cerca .
El estudio: la adquisición del Sintagma Determinante en español L2 y LE
313
28. *ZHE: el caballo cerrado en [/] en [% se interrumpe la grabación] .
29. *INV: el caballo salta la cerca , salta la valla, q ué es lo que crees que piensa el pajarito ?
30. *ZHE: la vaca . 31. *INV: esta vaca de aquí está preocupada cuando salt a el
caballo ? 32. *ZHE: almina almina [?] . 33. *INV: mhmm@fp . 34. *ZHE: vaca en [% se interrumpe la grabación] . 35. *INV: muy bien y en el otro dibujo éste de aquí, po r qué se
ha roto la valla ? 36. *ZHE: xxx . 37. *INV: <qué es lo que ha pasado aquí> [% interrogati vo]
entiendes el dibujo, no ? 38. *ZHE: caballo con vaca en [/] en campo [?] . 39. *INV: mhmm@fp y ha saltado, entonces se ha roto la valla y
el caballo <qué le ha pasado a este caballo> [% interrogativo] # el caballo se ha caído .
40. *ZHE: se ha caído . 41. *INV: se ha caído al suelo entonces como el caballo se ha
caído viene la vaca y hace de médico, qué es lo q ue hace la doctora vaca?
42. *ZHE: este caballo xxx <dor dor> [//] dolor . *INV: muy bien tiene dolor mhmm@fp .
43. *ZHE: entonces vaca es [/] es el médico y el pájaro es e:nfermero .
44. *INV: muy bien y <dónde tiene la herida el caballo> [% interrogativo] dónde se ha hecho daño ?
45. *ZHE: <en pi pi pierná> [//] en pierná [/] pierna .
[ZHE (BAR), 1, 1] 42
La forma en que, por ejemplo, se hace la primera mención del caballo es ya digna de
considerarse por cuanto, si bien el demostrativo no resulta agramatical en ese contexto
(no está como tal considerado en la codificación) su empleo es, por innecesario, dudoso.
Es decir, la referencia la referencia deíctica no es necesaria puesto que no hay varios
caballos entre los que el hablante deba señalar al interlocutor a cuál se refiere. Tras esta
primera mención, se suceden las inserciones de artículo (línea 26, línea 28) y las
omisiones de una forma casi aleatoria (línea 38) e incluso vuelve a emplearse el
demostrativo (línea 42) para introducir, de nuevo, al mismo referente unívoco. La
referencia al resto de los sustantivos que aparecen en el texto presenta, como se ve en el
42 A nuestro juicio, además, que ZHE está haciendo uso de dos tipos de criterios a la hora de ‘decidir’ qué emplear, como si su producción no dependiera exclusivamente de su nivel de competencia sino que, de alguna forma, en el momento en que se recoge la entrevista operara algún tipo de monitor à la Krashen (1977) que editara su producción. Tal editor sería responsable de que ocasionalmente el hablante recoja del discurso de su interlocutor la opción que va a emplear y ello le haga, por ejemplo, insertar el determinado en la línea 16 tras la rectificación de vocabulario por parte del entrevistador que el sujeto interpreta como corrección gramatical. Tal fenómeno no nos parecería, en realidad, sorprendente dada la situación en que tienen lugar las entrevistas, en el contexto institucional donde acuden a sus clases de español.
Capítulo V
314
ejemplo, una conducta similar. Sin descartar la existencia de una regla que regule el uso
del artículo en la gramática de este hablante hasta la fecha no hemos podido delimitarla
o detectar los criterios que la definen.
Según esto, para nosotros, la conducta de hablantes de estas características con respecto
a los artículos determinados puede calificarse como de sistemáticamente variable, y ello
se traduce en la alternancia entre producción y omisión del artículo y en la existencia de
una forma ZERO que es empleada por defecto cuando la omisión del artículo no se ve
legitimada por el contexto oracional y/o discursivo, apoyándose con ello la propuesta de
Robertson (2000).
La omisión de clíticos es, por el contrario, un fenómeno de distinta naturaleza debido,
principalmente, a que estamos ante elementos cuya aparición supone a veces (es el caso
de los dativos benefactivos y de los acustativos) la sustitución de un SD pleno aparecido
con anterioridad y, en ese sentido, constituye una ‘opción’ por parte del hablante. Ya en
la sección 5.1 se habló del modo en que varía el volumen de producción global de
artículos y clíticos entre los grupos no nativos y el grupo control, observándose siempre
una diferencia significativa (p > ,05) entre el volumen total producido por los controles
y los grupos experimentales, si bien en el caso de los artículos no se daba un fenómeno
paralelo. En su momento decidimos interpretar este dato en virtud del abandono de una
estrategia de evitación que aumenta el número contextos de uso de clíticos, aunque ello
implique también un mayor número de omisiones. Por otro lado, también sabemos, a
partir de la discusión de posibles grados de dificultad en los clíticos pronominales, que
algunas de estas formas (concretamente acusativos y dativos benefactivos) resultan más
problemáticas que otras. Sin embargo, la influencia de la L1 también es, en este sentido,
importante en los datos de nuestros sujetos ya que o bien proceden de lenguas (como las
orientales) en las que es posible realizar objetos nulos, o bien, en el caso de los
bilingües inglés-francés sus sistemas pronominales disponen o de elementos fuertes que
se fusionan en posición de argumento como en inglés (tal y como lo harían los
correspondientes sintagmas plenos) o de elementos proclíticos en el caso del francés.
Las comparaciones entre los dos grupos experimentales, como vimos con anterioridad
en este mismo capítulo, nos indicaban la presencia de diferencias significativas (p <
0,05) en las omisiones de artículos, pero no así en las de clíticos. ¿Cómo se concreta
este dato en la producción de los sujetos?
El estudio: la adquisición del Sintagma Determinante en español L2 y LE
315
Consideremos en primer lugar los ejemplos procedentes de la producción de BAR (61)
y (62) reproducidos aquí como (124) y (125) y que afectan tanto a dativos
experimentadores, como a benefactivos y a acusativos. Es de destacar, sin embargo, que
la mayoría de omisiones de clíticos que aparecen en la producción de BAR están
relacionadas con el aprendizaje léxico de verbos concretos que funcionan como
pronominales en el español nativo; se ilustra lo anterior en los ejemplos (126) a (130):
(124) *LIN: campo [//] en la campo [*] <en # y pája ra en> [//] pájara y carro también en la campo [*] pájaro mir a caro # eh@fp # caballo # ehm@fp porque ____ bacal lo _____ gusta, gusta # qué es esto? [LIN (BAR), 1, 1]
(125) *ZHE: sí eh@fp, el gato quiere subir arbo [// ] árbol en casa del pájaro y xxx eh@fp # abajo del árbol ta mbién hay un perro cuan [/] cuando cuando gato llega a casa de pájaro el perro # ____ morde +... [ZHE (BAR), 4,1] (126) *LIN: <a las seis> [/] a las seis padre y mad re levantamos [/] # levantamos y <las seis> [//] a las seis do s <hijas hijas y hijos> [//] hija y hijo ____ levantamos también # luego padre [/] # ehmm@fp # padre +... [LIN (BAR), 3, 1]
(127) *MIA: la mañana seño:r levanta .
*INV: mhmm@fp . *MIA: seis horas, sí seis hora ? *INV: sí a las seis . *MIA: mhmm@fp levanta de: +… *INV: es un señor y es una señora . *MIA: señora: ehmm@fp de seis hora levanta de por la
ducha y éste de ah@fp, éste de qué, de camisa o q ué ? [MIA (BAR), 3, 1]
(128) *INV: Pedro se fue de la fiesta porque tenía que estudiar, por qué: ?
*ZHE: <por qué fue a Pedro> [/] por qué Pedro fue la fiesta? [ZHE (BAR), 3, 2]
(129) *LIN: poco más tarde , <a las seis> [//] a la s siete <los hios los hijos> [/] los hijos levantáis .
[LIN (BAR), 3, 2] (130) *ZHE: eh@fp a las once en punto él ac [/] acu enda [?] <a>
[/] ____ acuesta a cama dormir porque mañana tamb ién tiene que trabajar. [ZHE (BAR), 3, 14]
En el caso de OTT también es posible, como ilustran los ejemplos de (131) a (135),
encontrar verbos pronominales que se conjugan sin el elemento clítico correspondiente
dando lugar a oraciones agramaticales. En última instancia, el abandono de estos verbos
a favor de piezas léxicas que no requieren del clítico deriva en el empleo de verbos
Capítulo V
316
alternativos acuñados por transferencia directa desde el francés que pueden o no
funcionar en español con el mismo sentido como demuestran (136) y (137).
(131) *PHI: A las nueve, el señor Juan está # +... *INV: Se está duchando. *PHI: _____ Está duchando ____ . *INV: Sí:! [PHI (OTT),2, 1]
(132) *INV: Dibujo tres, El novio dijo +...
*LUC: que sí quería casar ____# la chica. [LUC (OTT), 3, 4]
(133) *INV: Este señor les dice +...
*NIC: donde sentar ____. *INV: Estos son los señores +... *NIC: <que quieren> [/] que quieren saber <sentar, sentar>
[//] dónde sentar ____. [NIC (OTT), 3, 2]
(134) *INV: Bien, nueve, Ana y Roberto se conociero n en París, They met in Paris, Ana y Roberto se conocieron e n París.
*CLA: eh@fp xxx dir [///] ____ conocieron? *INV: They met, met, To meet? *CLA: Ah@fp meet oui, don ____ co: [/] cono:cieron ? [CLA (OTT), 2, 1]
(135) *INV: Ok, Pedro se fue de la fiesta porque te nía que estudiar, por qué: +...
*JOA: Por qué _____ fue de la fiesta. [JOA (OTT), 3, 1]
(136) *TRI: <Por qué Juan va a su casa> [% interrog ativo] por qué Juan partió de la fiesta? [TRI (OTT), 3, 3]
(137) *JOS: Cuando María salió de su apartamento __ __ encontró
una amiga. [JOS (OTT), 5, 3]
No obstante, y en comparación con lo que se observa en BAR, en OTT aparecen con
mucha más frecuencia casos en los que la omisión nace directamente de la evitación de
estructuras de doblado y/o de combinaciones de clíticos que, por otra parte, no siempre
resultan obligatorias, tratándose así de omisiones, al menos, discutibles. En relación con
este último caso y como vemos en los ejemplos (138) a (141) a continuación, la omisión
(o la evitación) afecta siempre al clítico se, tan numeroso e indefectiblemente implicado
en las combinaciones de clíticos del tipo que se analiza en 5.6.5. Además, la omisión
puede afectar a uno o a dos clíticos como es el caso del ejemplo que aparece en (142):
(138) *INV: Se la ha enviado un amigo o una amiga? *JOS: Una amiga <le le enviado> [//] ____ le ha env iado. [JOA (OTT), 4, 1]
El estudio: la adquisición del Sintagma Determinante en español L2 y LE
317
(139) *INV: Les vas a pedir el libro de inglés? *JOA: # <Je doit repondre la question> [% interroga tivo] #
Sí <lo voy> [//] no, lo voy a pedirle. [JOA (OTT), 5, 2]
(140) *INV: Yo le he regalado el libro a ella, Se l o he regalado,
sí o no? *TRI: Sí, le ____ ha regalado a ella. *INV: Se lo regalé? *TRI: Probablemente que sí. *INV: Envié un telegrama a mis padres, Les envié el
telegrama a ellos? *TRI: Sí, usted ha envié un telegrama a sus padres. [TRI (OTT), 4, 2]
(141) *INV: Le voy a dar un libro a tu profesora, S e lo voy a
dar, sí o no? *NIM: No, sí [% no entiende]. *INV: Yo le he regalado el libro a ella, Se lo he r egalado a ella, sí o no? *NIM: Sí, ____ lo regaló. *INV: Envié un telegrama a mis padres, les envié el telegrama a ellos? *NIM: Sí, ___ les envié. [NIM (OTT), 4, 2]
(142) *INV: Le voy a dar el libro a tu profesora, s e lo voy a dar, sí o no?
*FAL: Yo ____ ____ voy a dar, sí. [FAL (OTT), 5, 2 ]
En nuestra opinión, que estas estructuras sean origen de omisiones con más frecuencia
en los anglofrancófonos que en los hablantes de L1 chino se debe simplemente a que
estos últimos no llegan siquiera a encontrarse en situaciones de producción de
estructuras similares y que, llegado el caso, emplean estrategias alternativas de evitación
relacionadas principalmente con la repetición de sintagmas plenos.
Como vimos en la sección 5.4.1.1, las sobreproducciones tienen una escasa presencia en
el corpus y pueden en su mayoría explicarse aludiendo a procesos de transferencia
desde la(s) L1(s) de los hablantes. La presencia de sobreproducciones no mostraba
diferencias significativas para ninguno de los grupos (p > ,05) y, tal y como se apuntaba
en la mencionada sección, parece, para los dos grupos, relacionada con el aprendizaje
léxico individualizado de estructuras y formas concretas y, sólo en el caso del grupo
OTT, con la transferencia de la(s) L1(s). Los ejemplos que figuran a continuación sólo
pueden explicarse si hablamos de transferencia: en relación con el empleo del expletivo
que en francés precede a los nombres de países, véanse (143) a (145); y casos que
Capítulo V
318
remiten a verbos pronominales en francés cuya transferencia directa deriva en
secuencias agramaticales son los de (146) a (148):
(143) *INV: Conoces muchos países?
*NIC: Sí, la Francia y los Estados Unidos, # y yo q uiero visitar le Venezuela. [NIC (OTT), 4,2]
(144) *JOA: eh@fp no mucho, pero, eh@fp, hay, conoc ió a Venezuela
y [/] y cómo se dice, la Pologne? [JOA (OTT), 4, 2] (145) *NIC: Mi padre ha trabajado sobre un proyecto # sobre la
Palestina la semana pasada, [NIC (OTT), 5, 3] (146) *JOS: Porque es el fin del día, Y ahora puede <se rest>
[//] se descansar y hacer la cena por su familia. [JOS (OTT), 2, 2]
(147) *INV: Te gustaba bailar cuando tú tenías cinc o años? *LUC: No me recuerdo pero no creo que bailaba mucho cuando
tenía cincos años. [LUC (OTT), 1, 3]
(148) *JOS: Hola, María, cómo te vas ? *JOS: Cómo se pasó las vacaciones ? [JOS 2, 1]
Naturalmente, la aplicación de estrategias de transferencia puede dar lugar a secuencias
agramaticales (como las de los ejemplos) pero también gramaticales, si bien, como es
lógico, las primeras son mucho más fáciles de detectar. El ejemplo que incluimos en
(149) podría ilustrar tal concepto por cuanto resulta extraño a oídos nativos que no
podrían, sin embargo, tacharlo de agramatical o imposible; de hecho, sólo resulta
‘extraño’ si sabemos que ha sido producido por un hablante no nativo:
(149) *JOS: Todos los días va a pasearse [?] sola e n el parque. [JOS (OTT), 1, 2]
Más adelante, en el capítulo de conclusiones, volveremos a considerar la singularidad de
éste y otros ejemplos similares.
5.5.2 Discordancia de género y número
Aunque, como sabemos, por lo que respecta a tipos concretos de errores la
naturaleza de estos datos no permiten la aplicación de pruebas estadísticas de contraste,
un acercamiento a la forma en que se distribuyen los errores de género y número en uno
y otro grupo nos muestra cómo ambos rasgos presentan un comportamiento distinto en
El estudio: la adquisición del Sintagma Determinante en español L2 y LE
319
los dos grupos experimentales y cómo esta diferencia de algún modo se desdibuja de la
primera a la segunda etapa; tengamos, eso sí, siempre en cuenta que lo que se afirme
para el grupo BAR en la E.2 debe ser interpretado con cautela. El género es en todos los
casos responsable de un mayor número de formas no normativas (OTT= 62,37%, BAR=
60 % del total de formas no nativas producidas).
El comportamiento de los sujetos con respecto al género, según nuestras predicciones,
favorecía en la comparación a los sujetos de OTT dado que éstos, y no los sujetos de
BAR, disponen en una de sus L1s de dicho rasgo φ. Los datos, sin embargo, muestran
en todos los grupos y etapas porcentajes de discordancia, en principio, muy similares
mostrando que la correcta asignación de género a ítems particulares es en todos los
casos la fuente de, al menos, la mitad de las formas no nativas producidas por los
hablantes. Se trata, como decimos, en la mayoría de los casos de problemas en la
selección de una forma u otra de artículo. Tanto los hablantes de BAR como los de OTT
pueden llegar a prescindir llegado el caso de la información que les proporciona la
forma del sustantivo como en (10), (12) o (13) reproducidos aquí como (150), (151),
(152). Incluso, en ocasiones, y en ambos grupos, los problemas aparecen
independientemente de si el sustantivo está claramente marcado para género biológico,
como se ilustra en el segundo ejemplo de (11), aquí (153):
(150) *INV: Qué hace María? *NIC: Ella cocina, en el cocina , no sonríen [//] s onríe +…
[NIC (OTT), 1, 1]
(151) *GAO: ellos van a vacaciones, y: luego Juan [ /] Juan coger el maleta +… [GAO (BAR) 3, 1]
(152) *NIC: Cuando fue a Nueva York he visto a un h ombre que
estaba cantando y # jugando [: tocando] # el guitarra, y # estaba en el parco […].
[NIC (OTT), 4, 3]
(153) *INV: Qué hacen estos niños? *NIM: Danzar [//] danzan, los personas danzan, el s eñor y
el señora danzan. [NIM (OTT), 1, 1]
Sin embargo, y esto sí parece marcar una diferencia ‘a favor’ de los anglofrancófonos,
los hablantes son conscientes/sensibles a la existencia de problemas de género en la E.2
de tal forma que a veces manifiestan abiertamente sus dudas acerca de la forma que
Capítulo V
320
deben producir; véanse los ejemplos (20) y (22) reproducidos a continuación como
(154) y (155) y el incluido en (156).
(154) *NIC: Esta oyendo el televisión # o la televi sión, y es +…
[NIC (OTT), 2, 1]
(155) *CLA: el caballo corre en el campo y después el caballo encuentra la vaca y el pajarito que están <del o tro de del lado> [//] del lado de la valle [?] y el caballo salta la xxx para ver el vaca y el pajar ito pero el caballo +… [CLA (OTT), 1, 2] (156) *LUC: El padre comentaba [//] no, comenzaba s u maleta la [///] durante que la madre preparaba la [//] el desayuno desayunaron rápidamente y [/] y se fuer on en <la coche> [//] el coche, Después de la coche # tomaron el tren . [LUC (OTT), 3, 3]
Igualmente parece que la exposición a los datos del input hace efecto en este grupo que
ve considerablemente reducidos los problemas de género en la tercera etapa. Eso sí,
algunas formas no nativas persisten limitadas normalmente a contextos en los que el
hablante se deja llevar por la información proporcionada por las terminaciones que
normalmente se asocian a uno u otro género lo cual, como dijimos en 6.1.1.2,
tradicionalmente provoca en español L2 la producción de formas no nativas frecuentes
como las de (157) a (160):
(157) *NIC: Y la familia tomó el tren para ir a la playa, El tren toda la familia estaba con otros hombres # Y a l a mediodía la familia come sándwich . [NIC (OTT), 3, 3]
(158) *TRI: Los chicos le gustaba mucho jugar sobre la playa y en la agua . [TRI (OTT), 3, 3]
(159) *TRI: Cuando tú vivías en Cuba te levántabas a las siete, desayunabas y fueras [//] fuiste a la playa toda s las días. [TRI (OTT), 4, 2]
(160) *TRI: La mañana yo amaneció # la día con un g rande desayuno y mi padre amanece su día con un café # con lech e .
[TRI (OTT), 5, 2]
El aprendizaje erróneo de piezas léxicas concretas como las que se emplean en (161) a
(163) también deriva en la asignación del género erróneo a sustantivos determinados.
(161) *INV: Qué época del año era? *NIC: Estabamos en la otona [: otoño]. [NIC (OTT), 4, 3]
El estudio: la adquisición del Sintagma Determinante en español L2 y LE
321
(162) *NIM: […] y a las nueve el resto de la equip a de la oficina lle [/] llegaba y trabajaban de las nueve a la un a y de las tres a las siete . [NIM (OTT), 6, 3]
(163) *LUC: aquí está el profesor ense [/] enseñand o los
matemáticos a los niños . [LUC (OTT), 4, 3]
A veces el problema está claramente motivado por el género que el sustantivo
equivalente posee en francés, la única L1 de los hablantes que dispone de género
gramatical. Véanse los ejemplos de (164) a (166):
(164) *INV: Maruja se compró un coche por treinta m il pesetas. *NIM: Cuánto pesetas # fue la coche? [NIM (OTT), 3, 2]
(165) *LUC: El padre comentaba [//] no, comenzaba s u maleta la
durante que la madre preparaba la [//] el desayu no desayunaron rápidamente y [/] y se fueron en <la coche> [//] el coche, Después de la coche # toma ron el tren . [LUC (OTT), 3, 3]
(166) *PHI: Cuál harás tú durante la fin de semana? [PHI (OTT), 6, 1]
Ocasionalmente, como en el ejemplo de (167) a continuación, el hablante fluctúa
explícitamente entre los dos géneros gramaticales e incluso, como en (168), cuando no
dispone del sustantivo en cuestión, manifiesta su ‘consciencia’ de que ambas formas
están disponibles y teóricamente podrían preceder al término del que no dispone.
(167) *TRI: <La primera, el primero> [///] la prim era día de las vacaciones, los padres de Juan y Miguel se levan ta las seis . [TRI (OTT) 3, 2] (168) *INV: Qué [% interrogativa] Qué va a buscar?
*FAL: La [//] ## el food. *INV: Comida, comida . [FAL (OTT), 1, 4]
La recuperación del género gramatical a partir del asignado a un sustantivo con el que el
clítico es correferente resulta como ya hemos visto un proceso complicado para los
hablantes de ambos grupos experimentales. A partir de la escasa producción de estos
sujetos consideramos los también escasos errores que tanto de género como de número
aparecen en los clíticos que producen con objeto de examinar si deben o no explicarse
por transferencia. En algunos casos la sustitución de formas de acusativo por formas de
Capítulo V
322
dativo, implica la pérdida del rasgo de género incluyendo el marcado del rasgo [+
animado]. Ello da lugar a algunos errores como los de los ejemplos (23) y (24) que
reproducimos aquí como (169) y (170):
(169) *NIM: María quiere saber # la fecha del exame n y Juan le dice a María que le quiere mucho . [NIM (OTT), 4, 1]
(170) *JOS: Juan le dice a María que le quiere much o. [JOS (OTT), 5, 2]
Por otra parte, la aparición del artículo femenino la supone, según nuestro análisis
previo la necesidad del hablante de marcar para género una forma que sólo está marcada
para número y caso como en los ejemplos antes aparecidos en (28) y (29). En la
mencionada sección 6.1.1.2 explicamos este fenómeno aludiendo a la posibilidad de que
los clíticos románicos sean un único fenómeno morfológico que se materializa de una u
otra forma según el número y la naturaleza de los rasgos gramaticales que se insertan en
una plantilla pronominal (Bonet 1991, 1995). Si bien no vemos la necesidad de aludir a
procesos de transferencia que pudieran justificar la inserción de una y no otra forma en
casos específicos, sí que nos parece observar en los sujetos de OTT, por contraste con
los de BAR, una cierta predisposición a detectar y/o insertar dichos rasgos, enlazando
de alguna manera con la sensibilidad que a la presencia de información gramatical, de
acuerdo con White (2003) o Montrul (2000), tienen aquellos hablantes no nativos que
disponen de tal tipo de información en su(s) L1(s). Así, la diferencia que vemos en unos
hablantes como los de OTT que sienten ocasionalmente la necesidad de marcar estos
ítems para género y/o número. En contraste con lo anterior, aparecen en los datos de
BAR ejemplos como el de (171), reproducido antes como (47), en el que el hablante se
muestra indiferente ante la información gramatical que le proporciona el contexto,
inmune a la morfología (de género o número) contenida en el discurso de su
interlocutor:
(171) *INV: me das unas galletas para [/] para come r ? *GAO: sí , tómalo . *INV: vale , gracias . [GAO (BAR), 1, 1]
En el caso de los hablantes con inglés y francés como L1, no se observan diferencias
significativas en la comparación con los controles por lo que respecta a la expresión del
El estudio: la adquisición del Sintagma Determinante en español L2 y LE
323
número y el volumen de usos erróneos es bastante reducido en comparación con lo que
ocurre con el género. El rasgo [NUM] parece presentar menos problemas (v. también
los resultados de Franceschina (1998), Gess y Herschensohn (2001), Bruhn de Garavito
(2002) y White et al. (2004)). Sin embargo, detengámonos un instante a examinar estos
resultados en detalle.
Ya se vio cómo, con respecto al artículo, sorprendía el hecho de que los hablantes del
grupo OTT presentaran un alto porcentaje (= 30,69%) de errores de número frente al
16% del grupo BAR (v. Tabla 5.51) para los que predecíamos, en comparación, muchos
más problemas con la implementación del rasgo [Num], que no tiene representación
morfológica en chino. Comprobamos en el análisis cómo la mayoría de los problemas
de número estaban en OTT relacionados con la expresión de las horas del día, estructura
en la que, por transferencia del francés, no marcaban para plural un artículo que en
español sí lleva tal marca. A nuestro modo de ver, tal fenómeno, de alguna manera,
desvirtúa la realidad de los sistemas de estos hablantes en unos datos que no permiten
atestiguar la diferencia que, al menos en este respecto existe en las IL de los sujetos de
la muestra.
Los problemas de número que, en cambio, aparecen en la producción de BAR no siguen
un patrón paralelo al anterior, no responden al uso de sustantivos o tipos de sustantivos
determinados. Si existe un motivo que justifica los problemas de marcado morfológico
del rasgo [NUM] en la IL de estos hablantes que no sea la ausencia de un fenómeno
similar en su L1 por el momento nuestro análisis no ha sido capaz de hallarlo. En los
ejemplos (172) a (174) reproducimos algunos de los ejemplos de BAR que ilustran este
tipo de discordancia:
(172) *GAO: mhmm@fp <dónde dónde> [/] dónde comprar el periódicos todos los días? [GAO (BAR), 3, 1]
(173) *INV: a los futbolistas , fútbol , les duelen los pies ,
qué les pasa a los futbolistas ? *GAO: eh@fp el pies . [GAO (BAR), 4, 1]
(174) *INV: vale , muy bien, y ahora hay una famili a limpiando el
coche, con qué lo limpian ? *ZHE: con [/] con padre [/] padre, hija y el hijos mhmm@fp,
con dos niños . [ZHE (BAR), 5, 2]
Capítulo V
324
Con respecto a la morfología de número, ya se vio que no existen en los clíticos de los
grupos experimentales ejemplos en los que se emplee plural por singular, mientras que
sí se da el fenómeno contrario. La mayoría de los ejemplos, como sabemos,
corresponden a la sobreextensión de le en contextos de plural. Este fenómeno, común
también en la producción nativa como ya se dijo, es más frecuente en términos
absolutos en OTT, aunque no os parece que pueda deberse a un fenómeno que no sea el
hecho de que la producción de clíticos es efectivamente mayor en este grupo.
5.5.3 Sustituciones
En los datos de la muestra las sustituciones como fenómeno no nativo difieren
en su grado de alcance dependiendo de si se trata de formas no nativas que sustituyen a
artículo o a clíticos de objeto. Si en el caso de estos últimos, como expusimos en la
sección 5.4.1.3, se acude siempre a otras formas pertenecientes al propio paradigma de
los pronombres del español, en el caso de los artículos, sin embargo, el hablante puede
directamente tomar prestadas formas que proceden de su L1. Ello dependerá también,
como veremos a continuación, del grupo del que se trate.
Casos de préstamo directo de formas de la L1 de los hablantes como en los ejemplos
que aparecen seguidamente sólo se dan en hablantes del grupo OTT ya que,
obviamente, los hablantes de BAR no pueden transferir forma alguna de su L1. En los
ejemplos aparecen el francés le en lugar de el, des en lugar de los o l’ sustituyendo a la,
si bien en este último caso sería quizá más conveniente hablar de una instancia de
cambio de código que afecta a todo el sintagma (l’herbe) debido probablemente a la
carencia léxica por parte del hablante. Véanse los ejemplos de (175) a (179):
(175) *INV: A ver, sigue. *PHI: <A la siete> [/] a las siete, le señor Juan e stá
eh@fp e:stá +... [PHI (OTT), 2, 1]
(176) *NIM: Le profesor preguntó a uno de los estud iantes si era Laura. [NIM (OTT), 2, 3]
(177) *INV: Te gusta viajar?
*PHI: Sí. *INV: Conoces muchos países? *PHI: No, Solamante Canadá, eh@fp yo, solamante le Canadá
y Ste Lucie. [PHI (OTT), 4, 2]
El estudio: la adquisición del Sintagma Determinante en español L2 y LE
325
(178) *NIC: Hay tres niños sontan [: cantando] des niños <tienen long> [//] tenía long <y el tres> [//] y el terce ro niños tiene, short hair? [NIC (OTT), 1, 1]
(179) *INV: qué le dice el caballo a la vaca ?
*CLH: te gusta: [/] te gusta l'herbe ? [NIC (OTT), 1, 2]
El único ejemplo similar que aparece en los datos de BAR en el que se pueda hablar de
transferencia pertenece a la producción de DAN (BAR), la hablante más joven (18 años)
que transfiere de la otra L2 a la que se encuentra expuesta, otra lengua románica, el
catalán, en la que sí dispone de una forma equivalente: els, el masculino plural que
requeriría el contexto. Véase el ejemplo en (180):
(180) *DAN: por eso ya tiene hambre eh@fp por suert e ya tien [/] trae els [?] bocadillos y [/] y come mucho , aqu í está limpiando no ? [DAN (BAR), 5, 2]
De la misma forma, también los ejemplos en los que hablantes de OTT sobreextienden
el posesivo a contextos en los que el artículo expresa posesión inalienable pueden
explicarse como casos de transferencia. En este caso la L1 cuya influencia invocaremos
será el inglés dado que el francés, como el español, usa del artículo en tales contextos.
Estos ejemplos se comentarán en detalle en la sección 5.6.4.
En el caso de los clíticos, en cambio, el hablante no nativo escogerá exclusivamente de
entre el repertorio del que dispone en español y no ‘importará’ formas de las que están
disponibles en los otros sistemas a los que tiene acceso. Las únicas formas sustitutivas
que no pertenecen al sistema pronominal del castellano se han explicado anteriormente
aludiendo a la existencia de un sistema amplio pronominal románico (v. la sección
5.4.2.3). En cualquier caso, y por lo que a nuestro análisis interesa en este momento la
transferencia parece poder jugar un papel relevante desde las primeras etapas en la
producción de formas no nativas de artículo, no así en la ‘creación’ de formas
pronominales alternativas. El número de formas no nativas de clítico es menor para los
dos grupos, principalmente porque es mucho menor el volumen de producción de
clíticos (v. sección 5.1.3); de nuevo nos parece esencial postular que, en el caso de los
clíticos pronominales, están siendo empleadas estrategias de evitación que no pueden
aplicarse con los artículos (percibidos como de producción obligatoria por parte de los
hablantes ya desde las etapas iniciales). Y esto es, como sabemos, especialmente cierto
Capítulo V
326
en el caso de los integrantes de OTT quienes, ante la coyuntura de tener que producir
alguna forma de artículo equivalente a la que tendrían que producir en su L1 –de ahí
quizá su sensibilidad ante la proyección de tal categoría– recurren a formas válidas en
su lengua nativa, la más cercana a la L2 en la mayoría de los casos.
Por último, nos preguntamos si, en relación con el comportamiento del grupo BAR
cabría, si proponemos un análisis à la Robertson (2000) como el que discutimos en la
sección 6.1.2.1, defender la transferencia de un artículo ZERO [∅] que en el caso de los
hablantes de BAR se materializaría en la omisión del artículo obligatorio en español.
5.5.4 Posición
Los problemas de posición, como sabemos, son pocos, inexistentes, como se
predecía, en el caso de los artículos que no aparecen antepuestos al sustantivo. En
cambio, el uso de clíticos pronominales sí que resulta tradicionalmente problemático; en
nuestra muestra, como veremos, estos problemas pueden a veces explicarse aludiendo a
la forma en que los elementos equivalentes funcionan en alguna de las L1 de los
hablantes, al menos en el caso de OTT.
Si bien la exposición continuada a los datos del input deriva en la confluencia de la
producción de los sujetos con la norma nativa y en las últimas etapas prácticamente no
se observan problemas de posición en los datos de la muestra, el origen de los escasos
problemas de orden en los clíticos del grupo OTT de la primera y la segunda etapa
puede en prácticamente todos los casos hallarse en la transferencia en contextos
similares del orden equivalente en alguna de las L1s de los hablantes. Los ejemplos que
incluimos a continuación muestran claramente como el orden que presentan los clíticos
en estructuras en las que aparecen verbos complementados por formas en infinitivo, con
verbos semimodales o con el verbo gustar, es el empleado en francés. Esto queda
ilustrado con los ejemplos (54) a (57) reproducidos a continuación de (181) a (184). El
que aparece en (185), antes (57), es un ejemplo de simplificación típico en los sistemas
de L2 en el que, ante la carencia de la forma conjugada el hablante decide recurrir a la
forma menos especificada, la que en ocasiones se ha propuesto como forma por defecto:
el infinitivo.
El estudio: la adquisición del Sintagma Determinante en español L2 y LE
327
(181) *NIC: Juan # es dormiendo porque la televisió n no está divertida, después Juan # va en su cama y cuenta ovalojes porque no está # dormiendo, después está la mañana y Juan no quiero se levantar, después Juan se ducha . [NIC (OTT), 2,2]
(182) *NIM: A las once de la noche Juan no puede, J uan mira la
televisión y # a la una de la noche no puede dor mir y conta animales, y a las siete y media no puede, no le gustaria se leventar [NIM (OTT), 2,2]
(183) *NIM: He aprendido <una buena danza> [//] # u n bueno baile y me gustaría te le mostrar , [NIM (OTT), 6,2]
(184) *LUC: El señor, el señor mira la televisión y se enduerme, duerme [//] dormir # el es <en su> [/] en su mes a y no puede dormir, en [/] en la mañana, él [/] él no quiere se levar pero después se lave él y come e l desayuno +… [LUC (OTT), 2,1]
(185) *TRI: […] el teléfono todo el tiempo está son ando [?]
sonando [/] y yo no puedo escuchar el teléfono pe ro él puede y mi madre no quiera # no quiere el fact o del teléfono so ella acostarse en el otro dormito rio so ella no puede escuchar el teléfono. [TRI (OTT), 4, 1]
Como ya se dijo en la sección 5.4.1.4, casi no aparecen problemas de orden en la exigua
producción de clíticos del grupo BAR y ello apoyaría, de nuevo, una explicación para
los casos anteriores basada en la transferencia lingüística. Los que aparecen en (186) y
(187), que reprodujimos antes como (59) y (60), son los únicos problemas de orden
registrados en dicho grupo y fueron descritos en secciones anteriores aludiendo tanto a
posible estrategia de simplificación que opta por el infinitivo en sustitución de una
forma conjugada más ‘complicada’, como a un proceso característico de IL que
encuentra problemas a la hora de eliminar la copia postverbal de un clítico que se
mueve delante del verbo desde su posición canónica de objeto (para análisis más
detallados, véanse las secciones 5.4.1.4 y 5.6.5):
(186) *INV: mhmm@fp muy bien, esta mañana he llamad o por teléfono a María .
*LIN: # <a qué hora> [/] a qué hora la [?] llamar x xx ? [LIN (BAR) 3, 1]
(187) *INV: mhmm@fp muy bien, ah@fp me compraron un regalo muy
bonito . *ZHE: # <tú crees eh@fp que me tú> [//] tú parece [ /]
pareces me comprarme este regalo ? [ZHE (BAR), 3,1]
Capítulo V
328
Por último, antes de cerrar esta sección, y con respecto a la forma en que se ordenan los
elementos en las estructuras nominales del grupo BAR, nos gustaría comentar algunos
ejemplos recogidos en la muestra que si bien no presentan exactamente un problema de
posición que afecte a un artículo determinado, sí que a nuestro juicio, presenta una
configuración que habrá de explicarse aludiendo a algún tipo de proceso de
transferencia. Consideremos en detalle los casos que incluimos a continuación en (188)
a (189):
(188) *MIA: sí, xxx mismo pero habla un poquito di ferente , pero letra , pero Japón de periódico, pero <por la po r ocho> [//] por ocho +... [MIA (BAR), 4, 1] (189) *INV: español es muy difícil ?
*MIA: sí: . *INV: más que japonés ? *MIA: sí: . *INV: sí ? *MIA: porque: eh@fp de lo japonés letra . [MIA (BAR ), 4, 1]
(190) *MIA: para mi país su nombre es de pirámide n ombre, e:so, español de qué ?
*INV: triángulo . *MIA: triángo . [MIA (BAR), 6, 1]
(191) *LIN: a las doce y por la noche en la casa es cuela
: escucha] [?] del radio . [LIN (BAR), 6, 1]
(192) *LIN: # Juan y Pedro terminar e [?] clase # J uan y Pedro <terminar de de clase> [//] # termináis de la cl ase e sacáis de libro, después , jugar, cómo te dices ?
[LIN (BAR), 3, 1]
(193) *INV: esta historia donde hay un pájaro unos pollitos eh@fp [% interrogativo] unos pajaritos , un gato y un perro que aparece por aquí, vale ?
*ZHE: mhmm@fp madre de pájaro tiene tres # pajarito s . [ZHE (BAR), 4, 2]
(194) *ZHE: ahora pájaro madre [?] comida para niña s en [/] encuentra, vuelve [/] vuelve . [ZHE (BAR), 4, 1]
La transferencia del Sintagma Asociativo del chino no sólo se refleja en la ausencia de
artículo sino que afecta a la forma en la que se estructura el sintagma resultante, y esto
es así tanto por lo que respecta a la forma que presentan como en lo referente al sentido
que se le otorga. Sabemos por la descripción proporcionada en el Capítulo IV, que en la
expresión de la posesión, entendida en un sentido amplio que incluiría usos partitivos,
una de las posibilidades en chino es el uso de un sintagma clasificador que presente el
El estudio: la adquisición del Sintagma Determinante en español L2 y LE
329
siguiente orden: ‘(poseedor +) partícula de + cosa poseída’. En los ejemplos anteriores
encontramos instancias no sólo de de en una estructura posesiva canónica que en (188)
y (189) expresa nacionalidad o procedencia o la denominación de las cosas en (190),
sino también casos, como (191) o (192), en los que se emplea como una especie de
comodín en un uso casi partitivo. Del mismo modo, los dos interesantes ejemplos que
aparecen en último lugar (193) y (194) ilustran bastante bien el problema que constituye
aquellos casos en los que se duda, se juega con la transferencia de la L1 y el input de la
L2 para expresar un mismo contenido: en ambos casos lo que se intenta decir es la
madre de los pájaros o la mamá pájaro. Bien es cierto que, como suele ocurrir en los
datos de este grupo, la forma y el contexto en que se da este fenómeno es poco
predecible y que, del mismo modo, parece una estrategia más común en unos hablantes
que en otros. En este sentido nos gustaría recoger el caso de una de las hablantes del
grupo que parece especialmente ‘sensibilizada’ ante el hecho de que en español exista
una forma tan similar a una existente en su L1. Lo cierto es que en la producción de
MIA de se sobreextiende a multitud de contextos: algunos son lícitos en español, otros
no e incluso para algunos de los contextos tampoco la transferencia es capaz de explicar
la inserción de la susodicha forma. Pareciera como si, por así decirlo, la hablante
estuviera empleando esta partícula como una especie de comodín que aparece de forma
casi aleatoria en su discurso. El extenso ejemplo de (195) intenta ilustrar lo anterior.
(195) *MIA: señora: ehmm@fp de seis hora levanta de por la ducha. *MIA: y éste de ah@fp, éste de qué, de camisa o qué ? *INV: sí es para salir de la cama. *MIA: ah@i salir de cama: . *INV: sí, porque hace frío . *MIA: sí, sí, sí, mhmm@fp # este de niño, niño eh@f p [%
interrogativo], muy contento , siete hora levanta d e: +...
*INV: hola xxxx [% se dirige a alguien que entra a la habitación] .
*MIA: de siete levanta muy contento en dos eh@fp [% ríe] xxx muy normalmente [?] de: siete hora dormido eh @fp?
*INV: mhmm@fp . *MIA: de: la escuela nueve hora no es muy rápido , es [?]
muy pronto, eh@fp ? *INV: mhmm@fp . *MIA: para viaje , oh@i este de padre de: [/] de ma letas . *INV: mhmm@fp . *MIA: de camisas , todo, de madre trabajado para de sayuno. *INV: mhmm@fp . *MIA: de: <uno trozo> [/] uno trozo para todo, . *MIA: y después madre éste de cafe para padre y jun tas
comer desayuno […] pero: Mallorca ahora de hospital . *INV: pensión .
Capítulo V
330
*MIA: ah@i pensión, pensión […] se [//] ese cara po co [//] un poquito de: serie .
*INV: serios . *MIA: serios, sí. […] *MIA: ah@fp [% ríe] ah@fp , viaje mucho dinero +... *INV: mucho dinero . *MIA: salido, eh@fp [% interrogativo] mucho: . *MIA: pero padre pensando oh@i de: por ejemplo fábr ica de
trabajado , . *MIA: éste madre pensado, . *MIA: <son niño> [//] ah@i no, es el niño de: pensa do de
viaje muy cintiento de jugado de éste de: +... *INV: arena . *MIA: arena, padre de pensado libro , . *MIA: dentro de: <que se que sea que es> [///] madr e
pensando muy bueno tomar sul […] .
Nuestra intuición es que la existencia en español de una forma (la preposición de) que
sirve para expresar diversos tipos de posesión y que es morfológicamente idéntica a la
partícula del chino que se emplea en los sintagmas clasificadores confunde, despista a
un hablante principiante de estas características que en ocasiones, otorga erróneamente a
dicha preposición las mismas propiedades que a la forma homófona del chino, si bien en
el caso del ejemplo, la confusión provoca la producción de instancias que no pueden
explicarse tampoco aludiendo a procesos de transferencia.
5.5.5 El papel de la transferencia lingüística: la naturaleza de las formas no
nativas. Sumario
Según lo observado hasta aquí, pues, los sujetos de cada uno de los grupos
experimentales de la muestra presentan un comportamiento diferente por lo que a la
transferencia de la L1 se refiere, a saber: los sujetos de OTT pueden efectivamente
reconocer en los artículos y los clíticos del español al núcleo de un SD (configurado al
principio a partir del equivalente en sus L1) y sólo presentarán, en las etapas iniciales,
problemas de representación morfológica y/o de aprendizaje léxico que se solventan en
el contexto por medio de la transferencia o de la acuñación de nuevos elementos o
problemas de orden de palabras que desaparecen en etapas posteriores. En el caso de los
hablantes chinos es difícil proponer que, al menos para las etapas de las que
disponemos, se llegue a asumir que se trata del mismo elemento. Si seguimos lo
propuesto desde posturas como la de Montrul (1998) y la influencia de la L1 es
El estudio: la adquisición del Sintagma Determinante en español L2 y LE
331
efectivamente característica de las primeras etapas de aprendizaje de la L2, es de esperar
que en estadios más avanzados de IL ambos grupos presenten una conducta más o
menos uniforme; no obstante, para poder afirmarlo así, obviamente, necesitaríamos
contar con más datos, no sólo de dichos momentos sino de la misma E.2, tan escasa y
por ello tan cuestionable desde el punto de vista del análisis.
Los resultados aquí presentados apoyarían propuestas como las de Gess y Herschensohn
(2001) o Bruhn de Garavito y White (2002) según las cuales la refijación de un valor
dado a un rasgo que está activado en la L1 es un proceso menos costoso, menos
complejo que la incorporación o activación de un rasgo que no está presente en la L1.
Igualmente estos datos también irían en la línea de aquéllos análisis –como los de White
(2003) y (2007), Bruhn (2001) o Montrul (2000)– para los que la existencia de
morfología flexiva en la L1 sensibiliza de alguna manera al hablante con respecto a su
presencia explícita en la L2. Ello favorecería claramente al grupo OTT frente a BAR y
eso es exactamente lo que se observa en nuestros datos.
Por otro lado, los datos también nos muestran cómo en este tipo de producción, este tipo
concreto de hablantes hace primar al significado por encima de la forma; así, una vez
conseguido el objetivo primero, la comunicación, la corrección, entendida en este caso
como la proyección de categorías que marquen la definitud o el establecimiento de la
concordancia en el SD, se ve relegada a un segundo plano. En relación con lo anterior,
hemos proporcionado y comentado ejemplos en los que, en repetidas ocasiones, los
hablantes de BAR se muestran prácticamente inmunes a las pistas morfológicas que les
proporciona el contexto (v. también Lin 1995).
Con respecto al estadio inicial del sistema del SD predijimos que el sistema del español
de nuestros hablantes del grupo OTT estaría determinado por la presencia de un SD
proyectado de un modo equivalente a como esta categoría está proyectada en sus L1
(también indoeuropeas). Por el contrario, la gramática del español de los hablantes del
grupo BAR carecería de semejante proyección y, en su lugar, presentaría inicialmente
un Sintagma Clasificador (SCL) paralelo al que existe en chino que, con el tiempo y tras
la exposición de los datos del input y/o la evidencia negativa que suponen las clases de
español a las que asisten, sería sustituido/reestructurado como un SD al uso. Si, como se
desprende de la propuesta minimista, el proceso de adquisición de las categorías
Capítulo V
332
funcionales tiene lugar a partir de dos operaciones consecutivas, a saber, identificación
de las posiciones en la estructura de frase y posterior asociación de morfemas y rasgos
(Matos, Miguel, Freitas y Faria 1995), podemos pensar que para el hablante nativo de
chino, incorporar el SD al sistema gramatical que está construyendo para el español
implicará un paso previo (la proyección de la categoría en cuestión) del que pueden
prescindir los que proceden de lenguas que sí poseen una categoría SD equivalente,
como es el caso de los sujetos del grupo OTT que, por así decirlo, parten con la ventaja
que, como mínimo, en términos de tiempo eso supone.
5.6 La aparición y el desarrollo del SD en el español nativo y no nativo
Como decíamos en la sección anterior, un planteamiento fundamentalmente
contrastivo basado en la transferencia de la L1 predeciría que los hablantes de chino
serían incapaces de dominar como nativos tanto la morfología de número como la
expresión de la definitud en español L2 dada la ausencia en el dominio nominal de su
L1 tanto de artículos como de clíticos o de flexión para género y para número.
Igualmente, en el caso de los hablantes del grupo OTT sería esperable que los SSDD
tuvieran las características de los equivalentes en su(s) L1. Sin embargo, y como ya
hemos visto, estas predicciones no eliminan la posibilidad de que en las L2 se
produzcan estructuras equivalentes a las nativas aunque para el hablante nativo tanto la
representación mental subyacente como los mecanismos de producción (automáticos
por definición) empleados siempre serían distintos.43 Puede decirse, pues, que las
similitudes entre los procesos de adquisición que de los artículos y los clíticos tiene
lugar en el caso de la L1 y de la L2 son sólo coincidencias superficiales desde el
momento en que asumimos para ambos procesos una naturaleza muy diferente.
Otra de las cuestiones que podemos plantearnos en nuestra investigación está
relacionada con el hecho de determinar si, en el momento en que un sujeto comienza a
demostrar dominio de la morfología involucrada en una estructura dada, se percata
también de las posibilidades que la sintaxis de dicha estructura ofrece. Mientras que
para algunos autores (Borer 1996, Sprouse 1998, Prevost y White 2000), la disociación
43 El problema aquí reside en cómo demostrar que puede hablarse de diferentes tipos y/o niveles de competencia a partir de datos de producción similares. Se trata, al fin y al cabo, de la diferencia que subyace a la dicotomía competencia/actuación.
El estudio: la adquisición del Sintagma Determinante en español L2 y LE
333
entre morfología y sintaxis se hace evidente en las formas idiosincrásicas que los niños
producen, para otros (Müller 1998, Vainikka y Young-Scholten 1996) los problemas
con la morfología son reflejo también de un déficit sintáctico. La determinación de la
naturaleza de esa posible relación morfosintáctica y las repercusiones que dicho
fenómeno tendría para el estudio de la adquisición de lenguas constituyen, como
decimos, la base de nuestra propuesta. Si sostenemos como válida la asociación entre
morfología y sintaxis, ¿hasta qué punto el sistema computacional del hablante no nativo
relaciona su conocimiento del paradigma del determinante español con posibilidades tan
idiosincrásicas como la producción de sustantivos nulos, la expresión de la posesión
inalienable o los artículos expletivos?
Para ello, examinamos de nuevo la producción de nuestros hablantes no nativos a la luz,
esta vez, de la segunda serie de criterios de análisis expuestos en el Cuadro V del
Capítulo IV en la formulación de nuestra tercera pregunta de investigación. Dicha
pregunta considera, recordémoslo, la comparación entre el uso y el proceso de
adquisición de artículos y clíticos en L1 y L2.
Una vez se haya comprobado que las interlenguas de los hablantes de la muestra poseen
artículos determinados empleados para marcar la definitud (o la univocidad) de
referentes específicos, y que desde las primeras etapas los elementos que para ello se
emplean son (o no) auténticas formas de determinante, nos proponemos examinar el
comportamiento de construcciones específicas que implican la presencia del artículo. El
uso productivo de fenómenos como los sustantivos nulos o de construcciones de
posesión inalienable que implican el uso de artículos expletivos, podrá proporcionarnos
información acerca del estatuto que esta categoría funcional ha alcanzado realmente en
las gramáticas de los sujetos. Igualmente, y con respecto al comportamiento que
muestran los clíticos de objeto, hemos visto en ocasiones anteriores cómo los sujetos
experimentales demuestran tener problemas con la producción de estructuras que
impliquen la aparición de más de un clítico o procesos de movimiento que implicarían
un tipo de conocimiento sintáctico concreto.
Capítulo V
334
5.6.1 Omisión y producción
El examen de las omisiones en contextos obligatorios para artículos y clíticos
revela en primer lugar la conveniencia de distinguir entre diversos tipos de omisión. La
pregunta obligada que ha de hacerse a continuación es, claro está qué distingue una no
producción de otra. ¿Cómo establecer distinciones entre elementos que no han sido
producidos? Obviamente, tales distinciones sólo podrán realizarse en referencia al
entorno en que se producen, a los contextos en los que deja de articularse uno de estos
elementos.
Y por otro lado, ¿servirán las omisiones (como elementos comunes a las gramáticas
infantiles y en las no nativas) para defender la existencia de dos procesos paralelos
aludiendo a un posible período inicial durante el cual omitirían opcionalmente el
artículo tal y como hacen los niños que aprenden el español como L1? A juzgar por lo
que dicen nuestros datos, creemos que no. Principalmente porque mientras que en los
niños nativos el período de omisión de artículo puede a los dos años darse por
finalizado, es posible encontrar omisiones ocasionales de artículo incluso en estadios
muy avanzados como la E.3 de los sujetos de OTT. Además, mientras que los niños
dejan de omitir los artículos antes que los clíticos, el fenómeno opuesto se observa en
los datos de la L2: si bien es cierto que en nuestro trabajo el escaso volumen de
producción en el caso de los clíticos no nos permite hacer grandes generalizaciones al
respecto.
Por último, es conveniente apuntar que, como se expuso en la sección 5.5.1, la
procedencia lingüística de los sujetos experimentales determina claramente si las
omisiones persisten como opción más o menos productiva en las interlenguas de los
hablantes en estadios más avanzados y no se limitan exclusivamente a fenómenos
relacionados con procesos de transferencia. Ahora bien, no creemos conveniente abusar
en la explicación de nuestros datos, y coincidimos en ello con lo expuesto por Lin
(1995), del concepto de fosilización a la hora de explicar el comportamiento de los
sujetos de BAR con respecto a las omisiones del artículo determinado, principalmente
porque carecemos de los datos necesarios para ello ya que ni nos parecen lo suficiente
abundantes, ni las etapas disponibles han sido recogidas habiendo transcurrido un
intervalo de tiempo aceptable de una a otra. En la producción de estos sujetos, además,
la omisión de clíticos en estructuras que los contienen en español nativo supone, frente a
El estudio: la adquisición del Sintagma Determinante en español L2 y LE
335
la evitación, la proyección de una categoría que en estadios anteriores no aparece
necesariamente realizada en ese contexto.
5.6.2 Aparición de protodeterminantes
En relación con la existencia de algún tipo de protoforma en la producción de los
hablantes el comportamiento observado en clíticos y artículos: no hay ninguna forma de
‘protoclítico’ para ninguno de los dos grupos experimentales, pero en contextos de
artículo sí que es posible encontrar algunos, muy pocos, ejemplos aislados de [a] y [e]
que pueden, en principio, ser examinadas como ‘protodeterminantes’. Se trata de los
ejemplos que aparecen (196) a (202).
(196) *LUC: La comida, <qué tiene> [% interrogativo ] a comida es de [/] de +… [LUC (OTT), 1, 1] (197) *INV: Mhm@fp, Parte dos, preguntas sobre la h istorieta,
dibujo uno, dónde está el caballo? *PHI: E caballo está, eh@fp en u:n campo? [PHI (OTT ), 1, 1]
(198) *INV: lee la carta ?
*LIN: mhmm@fp lee [/] lee a carta . [LIN (BAR), 5, I] (199) *GAO: subiendo a montana . [GAO (BAR), 5, I ] (200) *GAO: y: luego ellos limpiar a [?] cara y: xx x ellos [/]
ellos vuelven de la casa . [GAO (BAR), 5, 2] (201) *INV: a ver <dónde lo ves tú> [% interrogati vo] está en el campo .
*MIZ: ah@fp sí e caballo es está en campo. [MIZ (BA R),1, 1] (202) *FAL: A vaca # eh@fp a # <a el toro> [/] a el toro,
eh@fp, buenos días, <cómo te llama> [//] eh@fp # cómo # eh@fp cómo se llama? [FAL (OTT), 1, 1]
Desde la primera etapa estos ítems, que representan un escasísimo porcentaje sobre el
total de artículos producidos (0,077% en la E.1 y 0,02% en la E.2), alternan con el uso
generalizado de las formas plenas de artículo y parecen limitarse a contextos de singular
y estar convenientemente especializados para femenino [a] y para masculino [e] con la
única excepción de los dos ejemplos de (203) y (204) que figuran a continuación:
Capítulo V
336
(203) *LIN: # Juan y Pedro terminar e [eh@fp?] clas e # Juan y Pedro <terminar de de clase> [//] # tremináis de la clase e sacáis de libro, después, jugar, cómo te dices ? [LIN (BAR), 5, 2]
(204) *TRI: pero había muchas personas y a mí no me gusta a
grandes ciudades . [TRI (OTT), 2, 1]
El examen de estas formas no indica, en nuestra opinión, que se trate de
protodeterminantes equiparables a los producidos por los niños nativos sino que
estamos aquí ante verdaderas formas de artículo cuya producción ‘imperfecta’ estaría
más bien relacionada con problemas que probablemente afectan de manera global al
sistema fonológico de las interlenguas de estos hablantes. Alternativamente, bien podría
argumentarse que se tratan de vacilaciones, de meros rellenos discursivos propios del
discurso oral, de forma que e debiera analizarse como eh@fp (= pausa articulada).
Igualmente, el hecho de que en la mayoría de los casos aparezcan correctamente
especializados para género apunta a que su naturaleza no es la de los protodeterminantes
de la adquisición nativa que no desaparecen hasta que incorporan el rasgo [+ marcador
de palabra] que permite dominar considerablemente el género gramatical y/o cuando
otros determinantes además del artículo comienzan a ser empleados de forma
productiva (Rosado 2000, Liceras et al. 2002a). En los datos no nativos, aparecen casos
de discordancia de género entre el artículo y el sustantivo incluso en estadios muy
avanzados. El hablante no nativo no pasa por una etapa de desarrollo fonológico en la
cual los protodeterminantes se especializan para género; su acercamiento a los datos del
input comienza desde un punto de partida diverso (su experiencia lingüística anterior)
que implica que ya existe un repertorio fonológico desarrollado. La formación del
sistema no nativo prescinde de este proceso evolutivo y supone una reestructuración del
material previo realizada por algún tipo de mecanismo alternativo al que emplean los
niños de L1.44
A diferencia de lo que se observa para los artículos, en el caso de los clíticos, en
cambio, no aparece ni un sólo ejemplo de este tipo de rellenos monosilábicos, si bien es
44 Recordemos que lo que Liceras et al. (2002a) proponían es que los no nativos (niños y adultos) adoptan, contrastando con lo que hacen los niños nativos, una estrategia ‘de arriba abajo’ (top-down strategy) que afecta en primera instancia a estructuras mayores (sintagmas o incluso cláusulas) para sólo después ajustar localmente marcas morfológicas y/o fenómenos sintácticos (v. Capítulo III).
El estudio: la adquisición del Sintagma Determinante en español L2 y LE
337
cierto que no predecíamos su aparición pues tampoco son una opción en las primeras
etapas de la adquisición infantil de la L1.
5.6.3 Aparición de estructuras de sustantivo nulo
Las estructuras de sustantivo nulo descritas en la sección 1.2.2 del Capítulo I de
esta tesis, son aquí consideradas en la medida en que en español, y no en todas las
lenguas románicas, el artículo determinado puede legitimar este tipo de construcciones y
encabezar sintagmas en los que no aparecerá complementado por un SN sino por un
SAdj, un SP o una oración. Y es precisamente la naturaleza del artículo determinado del
español, frente a otras lenguas románicas que no los permiten en la misma medida, la
que justifica que el artículo pueda aparecer antepuesto a adjetivos, sintagmas
preposicionales (SPREP) y oraciones (SCOMP) (v. Contreras 1994).45
Desde las primeras etapas es posible hallar en nuestros datos ejemplos de sustantivos
nulos, si bien su productividad es dudosa y vendrá principalmente determinada por la
disponibilidad y el alcance del fenómeno en la L1 de los hablantes en cuestión. La tabla
5.7146 muestra los ejemplos de sustantivo nulo producidos por los sujetos
experimentales y de control.
TABLA 5.70. CONSTRUCCIONES DE SUSTANTIVO NULO. TODOS LOS GRUPOS Y ETAPAS
Grup Sustantivos nulos E.1
Sustantivos nulos E.2
Sustantivos nulos E.3
OTT
5 4 18
BAR
2 2
CON
18 - -
La observación de los, escasos, resultados que figuran en la tabla anterior nos permite
observar dos fenómenos de interés: la producción de sustantivos nulos por parte de los
45 Todos los ejemplos de sustantivo nulo que hemos recogido aquí están encabezados por un artículo determinado puesto que, más que la presencia de estructuras como ésta en el corpus, lo relevante para nosotros es comprobar si efectivamente los sujetos de la muestra son conscientes de que el artículo de español presenta tal posibilidad. El artículo determinado del catalán muestra una naturaleza y/o extensión equivalente con respecto a este fenómeno.
Capítulo V
338
grupos experimentales es, en las primeras etapas, muy reducida, casi anecdótica pero
aumenta considerablemente en la E.3 del grupo OTT, aquella en la que la producción de
artículos por parte de dicho grupo es significativamente mayor (p < ,05) que la de los
controles (v. sección 5.1.2). Además, y ello es cierto en las dos etapas que podemos
comparar para los dos grupos, en todo momento los sujetos de OTT producen más
ejemplos de este tipo que los de BAR. Los ejemplos del grupo BAR merecen una
consideración detallada, los incluimos a continuación:
(205) *DAN: ellos son estudiantes en <este día> [/] este día no quiere estudiar eh@fp por eso , los dos mhmm@fp va a jugar con fútbol y luego ellos va a ir a playa y : después a montaña # y luego # y luego eh@fp # vi ejan con autobús es la hora de: almorzar pues eh@fp l os dos comen eh@fp el bocadillo [% tose] . [DAN (BAR), 5, 1] (206) *DAN: Pepe y: Pedro , los hermanos están muy contentos
porque [/] porque ya tiene un día libre , y: los dos tira [?] los libros en la calle . [DAN (BAR), 5, 2]
(207) *INV: eres la pequeña tú ?
*ZHE: sí en mi familia yo la pequeña . [ZHE (BAR), 4,2]
Como vemos, estos ejemplos se producen, en el caso de ZHE como resultado de un
‘contexto eco’ que recoge las palabras de la entrevistadora; los de DAN (BAR), más
productivos, preceden a un numeral cuyo discutible estatuto (de sustantivo o adjetivo)
convierte a estos ejemplos en, digámoslo así, discutibles instancias de sustantivo nulo. 47
Los sustantivos nulos del grupo OTT presentan, en cambio, una naturaleza diferente,
que se limita a la construcción artículo + adjetivo en la E.1 y tiende a extender su
alcance en etapas posteriores, véanse (208) a (213):
(208) *PHI: El gato, eh@fp, intenta de, eh@fp, com [/] comer los pequeñitos? [PHI (OTT), 4, 1]
(209) *PHI: Está traído, el comienda?
*INV: Comida. *PHI: Comida a la pequeñitos . [PHI (OTT), 4, 1]
46 En la Tabla 5.70bis (Anejo 4, sección 4.2) se proporcionan las cifras individuales para cada uno de los grupos. 47 Cf. Al respecto Marcos Marín (1999) y las referencias allí citadas.
El estudio: la adquisición del Sintagma Determinante en español L2 y LE
339
(210) *TRI: los tres personas enfren # sobre el # e stá acostanse, el primero hay gafas, un jerse negro, con panta # un jerse negro de algodón # . [TRI (OTT), 3, 1]
(211) *INV: Qué hace tu padre?
*NIM: Está un funcionario. *INV: Te gusta su trabajo? *NIM: Está mejor que el de mi madre, pero no me gus ta
tanto. [NIM (OTT), 4, 2]
(212) *JOS: Excepte el que toca la guitarra, La mús ica le [/] le hace estar contento. [JOS (OTT), 1, 3]
(213) *LUC: Había una mujer que leía su libro duran te que un
señor # dormía y un tercer # jugaba de la guitarra , lo que jugaba de la guitarra cantaba también, la música ha traído spectadores +... [LUC (OTT), 4, 3]
Si bien en los ejemplos de (208) a (210) los artículos aparecen, incluyendo alguna
instancia de discordancia de género y número, complementados por formas de adjetivo
que pueden recuperar la especificación morfológica del referente, el de (211), ya de la
E.2, va seguido de un sintagma preposicional, paralelamente los que hemos
seleccionado de la E.3, de (212) a (213), preceden a un SC, a una oración. A partir de lo
anterior, puede decirse que a medida que los sujetos avanzan en su proceso de
adquisición, no sólo son más abundantes sino también más variados los tipos de
sustantivo nulo que producen los sujetos de la muestra. Si bien es cierto que, a pesar de
lo anterior, no se observa un dominio total de las posibilidades que en este sentido tiene
el artículo del español y aún aparecen secuencias como la de (214):
(214) *TRI: <El padre de los niños> [//] los padre s de los niños preparan se [: ce] que fue necesario por el viaj e y finalmente comen el desayuno y desayunan .
[TRI (OTT), X, X]
La transferencia del francés (explícita en la forma del préstamo del demostrativo ce) se
realiza directamente pues el hablante no ‘sabe’ aún que una estructura de estas
características requiere en español la presencia de artículo determinado.
Capítulo V
340
5.6.4 Expresión de la posesión inalienable: un análisis detallado
El análisis de las escasas oportunidades en que tiene lugar la expresión de la
posesión inalienable mostró en un primer momento pocas diferencias entre los datos del
grupo control y de los grupos experimentales. En esta ocasión, sin embargo, decidimos
volver sobre los datos y abordar un análisis cualitativo como ejemplo de un tipo de
análisis que trata de sondear qué hay más allá de la producción de los hablantes no
nativos, incluso, como veremos, en aquellos casos en los que las diferencias con los
nativos son poco importantes, aparentemente.
El análisis mostró la existencia de dos tipos de contextos para la producción de
construcciones de posesión inalienable: aquellos en los que es obligatorio el uso de
artículo48 y aquellos otros en los que el posesivo no resulta una opción agramatical de
modo que ambas son opciones posibles. Nos proponíamos comparar el uso que hacen
nativos y no nativos de las dos opciones disponibles en estos últimos contextos y
determinar si realmente el uso de una forma en detrimento de otra no implica algo más
que una opción más o menos libre por parte del hablante.
La forma en que se distribuyen los determinantes usados en las construcciones de
posesión de la muestra es la que figura en la Tabla 5.7149 a continuación:
TABLA 5. 71. CONSTRUCCIONES DE POSESIÓN INALIENABLE. E.1 Y E.2. TODOS LOS GRUPOS50
48 La aparición de un posesivo en contextos obligatorios de artículo sería una forma ilícita (*me duele mi cuello), estaría como tal conveniente marcada y podría detectarse en una búsqueda automática; en cambio, la distribución de formas en los casos en los que ambas opciones resultan gramaticales (me pongo el sombrero/me quito mi sombrero) tuvieron que detectarse en una segunda codificación pues no constituían ejemplos no nativos recuperables automáticamente. 49 En la Tabla 5.71bis (Anejo 4, sección 4.2) se proporcionan las cifras individuales para cada uno de los grupos. 50 Sólo se incluye en esta tabla a los cuatro sujetos de BAR de los cuales también disponemos de una segunda etapa.
Grup Art Obl. E.1
Poss Obl. E.1
∅∅∅∅ Obl. E.1
TOT
Obl E.1
Art Opc. E.1
Poss. Opc. E.1
∅∅∅∅ Opc. E.1
TOT Opc. E.1
Art Obl. E.2
Poss. Obl. E.2
∅∅∅∅ Obl. E.2
TOT Obl E.2
Art Opc. E.2
Poss. Opc. E.2
∅∅∅∅ Opc. E.2
TOT Opc. E.2
OTT 14 (73,68
%)
5 (26,31
%
0 19 10 (28,57
%
25 (71,42%)
0 35 26 (100%)
- 0 26 14 (26,41%)
39 (73,58%)
0 53
BAR 9 (75%)
2 (16,66
%
1 (8,3%)
12 10 (40%)
7 (28%)
8 (32%)
25
1 (50%)
- 1 (50%)
2 8 (34,78%)
6 (26,08%)
9 (39,13%)
23
CON
8 (100%)
- 0 8
22 (53,65)
19 (46,34%)
0 41 - - - - - - - -
El estudio: la adquisición del Sintagma Determinante en español L2 y LE
341
Los hablantes nativos presentan un 100%51 de uso de artículo en contextos obligatorios
mientras que en los contextos opcionales la preferencia por una u otra forma estaba muy
igualada (53.65% para los artículos y 46,34% para los posesivos). En los contextos
obligatorios, el grupo OTT presenta el 73,68% de artículos correctos, como en (215) y
la segunda instancia de (216), frente al 26,31 % de posesivos, agramaticales en este
contexto; véase el primer ejemplo de (216) y el de (217). En (216) el uso simultáneo del
artículo y del posesivo apunta a la existencia de una gramática que fluctúa entre ambos
usos:
(215) *JOS: No, no tienes lápices en la mano, tiene s libros . [JOS (OTT), 1, 1]
(216) *INV: […] qué les pasa a los futbolistas?
*FAL: Ehm@fp a los fut:bolistas pasa que eh@fp # su s pies [% interrogativo] # How do you say [///] What was it hurting, hurt?
*INV: Ah@fp, doler . *FAL: Le doler. *INV: Duelen. *FAL: Le duelen los pies. [FAL (OTT), 4, 1]
(217) *CLA: Con gusano en su boca, La madre se depo sa en [/] en
la árbol y eh@fp, eh@fp # y # cómo se dice nourir ? [CLA (OTT), 4, 2]
Para la E.2 el uso del artículo en los contextos obligatorios ya se ha equiparado al nativo
y los sujetos de OTT realizan un 100% de usos correctos.
En los contextos opcionales, en cambio, el comportamiento de los sujetos de OTT
difiere considerablemente del nativo ya que, en la E.1, se decantan por el posesivo en un
71,42% de los casos frente al 28,57% de artículos en contextos opcionales. En la E.2
esta tendencia se ve aun más acentuada, con porcentajes del 23,41% para los artículos y
del 76,58% para el posesivo. Los ejemplos de (218) a (220) proceden de la E.2.
(218) *FAL: En este: #, en este tiempo pasa, eh@fp, # pasó mi vacaciones en Canadá a la casa. [FAL (OTT), 4, 2]
(219) *LUC: Después del día # son muy [///] no sé c omo se dice, son muy cansados <y van al> [//] y van a la cama muy bien dormido. [LUC (OTT), 5, 2]
51 Somos conscientes de lo arriesgado que resulta hablar en términos de porcentajes acerca de un volumen de datos tan reducido pero nuestra pretensión es que se tomen únicamente como cifras orientativas.
Capítulo V
342
(220) *FAL: <Cuando se cuando es las siete> [//] c uando es las siete y media, <señor Juan ee> [//] senor Juan tapa su reloje porque <quiere dormir mas> [/] quiere dormir mas . [FAL (OTT), 2, 2]
Parece, pues, que en contextos en los que son posibles las dos opciones estos sujetos
tienden a optar por el posesivo, como si de algún modo, se resistieran a emplear el
expletivo para desginar aquello que no es ‘verdaderamente inalienable’ (por ejemplo,
una parte del cuerpo).52
La producción del grupo BAR requiere la consideración de un nuevo elemento en el
cuadro que la describe: el artículo ZERO (o la omisión de artículo) que acapara una
parte importante de los contextos. En la E.1 los contextos obligatorios de artículo son
ocupados por artículos en el 75% de los casos, por un posesivo en el 16,6% y en el 8,3%
de los contextos no aparece ningún elemento (=1 ítem). Obsérvense los ejemplos en
(221) (222) y (223):
(221) *ZHE: se cae en la […] pata . [ZHE (BAR), 1, 1]
(222) *GAO: […] pero hay un pelo [: perro] se ve es te gato <se eh@fp se ve> [/] se ve <este gato> [/] este gato se quiero <este gato> [/] este gato si así con muer do su cota , <este gato> [/] este gato corre e su [?] muerdo este cota [/] # cota , sí ?
[GAO (BAR), 4, 1] (223) *INV: Dónde tiene la herida el caballo?
*ZHE: en Ø pierna . [ZHE (BAR), 1, 1]
52 Queríamos incluir aquí un último apunte en relación con la expresión de la posesión. Los ejemplos que figuran (i) y (ii) son interesantes muestras de contextos en los que tanto el posesivo como el artículo son opciones posibles. Sin embargo, los hablantes escogen una solución de IL cuya procedencia es digna de discutirse: no procede, obviamente, del input del español nativo ni tampoco de ninguna de las L1 de los hablantes y, sin embargo, no resulta excesivamente extraña ni, como propondremos a continuación, del todo ajena a la expresión de la posesión en lenguas románicas. Tal y como vimos en el Capítulo I, lenguas actuales como el catalán o el italiano y estadios anteriores del español presentan posesivos compuestos equiparables a estos ejemplos:
(i) *NIC: Esta cantado, esta comiendo, o está leend o el periódico. *INV: Y aquí, después de desayunar, dónde va? *NIC: A # el su trabajo. [NIC (OTT), 2, 1]
(ii) *NIM: Y el día próximo ellas vien [/] vienen < a la> [/] a la vuestros casa pero no tenían mucho dinero. [NI M (OTT), 3, 2]
El estudio: la adquisición del Sintagma Determinante en español L2 y LE
343
En los contextos opcionales, más numerosos, el 40% de las veces aparece un artículo y
el 28% un posesivo. No hay ningún elemento encabezando estos contextos en un 32%
de los casos. Lo ilustran los ejemplos de (224) y (225):
(224) *GAO: pone los ropas en la maleta y prepara Ø abrig o . [GAO (BAR), 3, 1]
(225) *ZHE: y Martín vuelve en su oficina . [ZHE (BAR), 6, 1]
Por lo que respecta a la segunda etapa de BAR que presenta, recordémoslo, un volumen
de producción mucho más escaso, sólo pueden hallarse dos contextos obligatorios y
equitativamente repartidos: un artículo (50 %, 1 ítem) y una omisión (50%, 1 ítem)
(226) *ZHE: ah@fp le duelen ah@fp los pies . [ZHE, (BAR), 4, 2]
(227) *DAN: […] ha bebido mucho , por eso eh@fp y d uele un poco de estómago […] [DAN (BAR), 5, 2]
Los contextos no obligatorios muestran un uso también muy repartido de las tres
opciones posibles: un 38% del total corresponde a formas de artículo, un 26,08% a
posesivo y el 39,13% restante son omisiones. A esta segunda etapa pertenecen los
ejemplos de (228) y (229):
(228) *LIN: # eh@fp el señor recoger el ropa déjala en un a caja , sí [% interrogativo] una, caja ? *INV: maleta . *LIN: malita [//] una malita [: maleta] mhmm@fp +…
[LIN (BAR), 3, 2] (229) *LIN: su casas # <a las> [/] a las ocho el s eñor Pérez salía [/] sales su casas y llega a oficina , sus [/] sus oficina # a las nueve +… [LIN (BAR), 6, 2]
Nuestros datos revelan, pues, que el uso del artículo expletivo que requieren las
construcciones de posesión inalienable no resulta, en los primeros estadios de la
interlengua del español, demasiado problemático para los hablantes bilingües del grupo
OTT que aplican los criterios que rigen en una de sus L1. En las etapas iniciales hay
sobreextensión del posesivo en contextos de artículo (sobre todo si es el inglés la lengua
Capítulo V
344
dominante). Con el tiempo, eso sí, todos los hablantes de este grupo parecen incorporar
a su sistema gramatical el expletivo de estas construcciones. En el caso de los sujetos de
BAR, en cambio, dos tipos de elemento parecen alternar en estos contextos: las formas
canónicas de artículo determinado y el artículo ZERO (∅); para poder afirmar que
acaban efectivamente disponiendo de un artículo expletivo que emplean en las CPIs
necesitaríamos, claro está, de un mayor volumen de datos así como de datos
provenientes de estadios de adquisición posteriores. No disponemos en estos momentos
de los datos globales sobre la distribución de los posesivos pero una búsqueda
preliminar nos ha permitido comprobar que no hay en BAR omisión de posesivos en
contextos obligatorios no inalienables; además, como sabemos, las formas canónicas de
artículo y la omisión también alternan en contextos no inalienables (con Robertson
2000).
5.6.5 Estructuras de duplicación y combinaciones de clíticos
En relación con la aparición de estructuras de doblado de clíticos y de contextos
en los que estos elementos aparecen en combinación cuyo funcionamiento se describía
en el Capítulo I, sección 1.3, examinamos a continuación la producción de nuestros
sujetos con la intención de interpretar su comportamiento al respecto como indicador de
cuál es su grado real de conocimiento y dominio de las propiedades sintácticas y/o
morfológicas del paradigma de los pronombres átonos del español en construcciones tan
particulares. Las Tablas 5.72 y 5.7353 recogen el resumen de esta producción:
TABLA 5.72. DOBLADO DE CLÍTICOS. TODOS LOS GRUPOS Y ETAPAS Grupo Corr.
Dobl. E.1
Err. Dobl. E.1
Tot. Dobl. E.1
Corr. Dobl. E.2
Err. Dobl. E.2
Tot. Dobl. E.2
Corr. Dobl. E.3
Err. Dobl. E.3
Tot. Dobl. E.3
OTT 22
(48,88% 23
(51,11% 45
5 (29,41%
12 (70,58%
17
43 (69,35%
19 (30,64%
62
BAR 9 5 14 0 0 0 - - -
CON 30 1 31 - - - - - -
53 En la Tabla 572bis y 5.73bis (Anejo 4, sección 4.2) se proporcionan las cifras individuales para cada uno de los grupos.
El estudio: la adquisición del Sintagma Determinante en español L2 y LE
345
TABLA 5.73. AMALGAMAS DE CLÍTICO. TODOS LOS GRUPOS Y ETAPAS
Grup
Corr Comb
E.1
Err Comb
E.1
Tot Comb
E.1
Corr Comb
E.2
Err Comb
E.2
Tot Comb
E.2
Corr Comb
E.3
Err Comb
E.3
Tot Comb
E.3
OTT 10
(55,55%) 8
(44,45%) 18
16 (61,53%)
10 (38,46%)
26
15 (62,5%)
9 (37,5%) 24
BAR 0 0 0 0
1 (100%)
1 - - -
CON 33
33 - - - - - -
Como vimos, en las secciones 5.4.2.1 y 5.5.1 la mayoría de las omisiones de se y le
están relacionados o bien con los problemas que causan las estructuras de doblado o las
combinaciones de clíticos: ambos tipos de estructuras tienden a evitarse de forma
explícita por parte de unos hablantes, los del grupo OTT, que alertas ante la dificultad
que les supone emplean alternativas diversas que van de la omisión de uno o los dos
elementos a la repetición (no ilícita) del SD pleno que implica la evitación de uno o los
dos pronombres implicados.54 Todo lo anterior se ilustra en los ejemplos (230) a (238) a
continuación:
(230) *INV: Se la ha enviado un amigo o una amiga? *JOS: Una amiga <le le enviado> [//] le ha enviado . [JOS (OTT), 4, 1]
(231) *INV: Le voy a dar un libro a tu profesora, S e lo voy a
dar, sí o no? *NIM: No, sí [% no entiende]. *INV: Yo le he regalado el libro a ella, Se lo he r egalado
a ella, sí o no? *NIM: Sí, lo regaló. [NIM (OTT), 4, 2]
(232) *INV: Voy a enviar esta carta a María, A quié n se la envío?
*LUC: Vas a enviarla a María. [LUC (OTT), 6, 2]
(233) *INV: se me olvidó enviarle esta carta a Marí a, a quién se la tenía que enviar? *NIC: yo tenía que la enviar <a María> [/] a María pero lo he olvidado. [NIC (OTT), 6, 3]
(234) *INV: Yo le he regalado el libro a ella, Se l o he regalado
a ella, sí o no? *LUC: Sí, lo has regalado a ella. [LUC (OTT), 4, 2 ]
(235) *INV: Se la ha enviado un amigo o una amiga?
*LUC: Un amigo le la ha enviado la carte . [LUC (OTT), 6, 3]
54 Recordamos al lector que tan sólo aquellos ejemplos que resultan estrictamente agramaticales han sido considerados como usos no nativos en la codificación. Las estrategias alternativas empleadas por los hablantes en la evitación de la producción de combinaciones de clíticos aparecen como ejemplos comentados pero no contabilizados como formas no nativas.
Capítulo V
346
(236) *INV: Les vas a pedir el libro de inglés?
*JOA: # <Je doit repondre la question> [% interroga tivo] # Sí <lo voy> [//] no, lo voy a pedirle.
[JOA (OTT), 5, 2]
(237) *INV: Le voy a dar el libro a tu profesora, S e lo voy a dar, sí o no?
*FAL: Yo voy a dar, sí. [FAL (OTT), 5, 2]??
(238) *INV: Le voy a dar un libro a tu profesora, s e lo voy a dar, sí o no?
*JOS: Sí, me voy a dar un libro a mi profesora .
Mientras en el ejemplo de (230) el hablante ha omitido el acusativo, en el ejemplo de
(231) es el dativo el que deja de producirse, si bien no en todos los casos la no
producción del clítico deriva en la aparición de una estructura agramatical, eso es lo que
ocurre en (232) y (233). La omisión del dativo, se en presencia del acusativo, en
ejemplos como el de (234) en el que el SD doblado es pronominal, en cambio, sí que
produce una secuencia ilícita. La transformación de le en se en una estructuras de
combinaciones de clíticos parecen suponer un problema para estos hablantes que optan
en (235) y (236) por mantener al clítico le o, directamente, por prescindir de los dos
clíticos repitiendo o no los SDs plenos a los que éstos tendrían que reemplazar, véanse
respectivamente (237) y (238).
En algunas ocasiones, en su afán de evitar la producción de una combinación de clíticos,
los hablantes recurren no a una sino a diversas estrategias que, no obstante, consiguen
en todo momento transmitir el mensaje sin que se interrumpa la comunicación como
ilustra de manera bastante gráfica el ejemplo (239) a continuación:
(239) *INV: Yo le he regalado el libro a ella, se l o he regalado la, sí o no ?
*TRI: Sí, le ha regalado a ella. *INV: Se lo regalé ? *TRI: Probablemente que sí. *INV: Envié un telegrama a mis padres, les envié el
telegrama a ellos ? *TRI: Sí, Usted ha envié un telegrama a sus padres. [TRI (OTT), 4, 2]
El estudio: la adquisición del Sintagma Determinante en español L2 y LE
347
5.6.6 La aparición y el desarrollo del SD en el español nativo y no nativo.
Sumario
Al inicio de esta sección recogíamos los dos puntos de partida de nuestra
argumentación, casi complementarios entre sí. El primero es que estamos ante procesos
muy diferentes cuando consideramos la adquisición de la L1 y la L2; así, las similitudes
que puedan observarse son exclusivamente coincidencias derivadas por la configuración
propia de la lengua puesto que ambos procesos son de naturaleza muy diferente. En
segundo lugar, el uso y/o el dominio de la morfología que se emplea en la producción
de una estructura dada puede implicar o no poseer conocimiento sobre su
funcionamiento sintáctico (cf. Bel y Rosado 2006).
Para examinar el grado de ‘dominio sintáctico’ implicado en el uso de los artículos del
español, hemos examinado en primer lugar la producción (frente a la no producción) de
artículos y clíticos concluyendo que las omisiones de las L2 no son comparables a las de
las gramáticas infantiles debido principalmente a la extensión del período en que se
producen y al diferente comportamiento que en uno y otro caso se observa con respecto
a artículos y a clíticos. Del mismo modo, tampoco hemos encontrado en los datos de la
muestra formas que podamos considerar verdaderos protodeterminantes, o rellenos
monosilábicos, del tipo hallado tradicionalmente en la adquisición de la L1.
Con respecto a los sustantivos nulos, sí que es posible encontrar ejemplos desde las
primeras etapas, si bien la productividad del fenómeno es, cuando menos, dudosa y se
ve determinada en gran medida por la existencia de estructuras similares en la L1 de los
hablantes. En el caso de OTT, la tercera etapa, que supone un considerable dominio del
paradigma morfológico, contempla efectivamente un aumento importante en la cantidad
y la variedad de estructuras de sustantivo nulo.
Por otra parte, el análisis detallado de la expresión de la posesión inalienable demostró
que, aunque el uso de este artículo parece incorporado a las interlenguas del español,
también se constata una cierta preferencia entre los no nativos por el uso de posesivos
en contextos en los que, en teoría, las dos opciones son posibles y en los que, en
cambio, el grupo control recurre más frecuentemente al uso del artículo expletivo. De
alguna manera, ello podría interpretarse como indicio de que el grado de conocimiento
Capítulo V
348
de las posibilidades de este expletivo no ha alcanzado aún niveles nativos en estos
sistemas de IL.
Por último, y con respecto a los clíticos, y ello puede aplicarse tanto a las
construcciones de doblado o la aparición de amalgamas de clíticos, hemos visto como
tales secuencias son las que provocan la mayoría de omisiones y de problemas
relacionados con la aparición de los clíticos se y le. Un primer examen cualitativo nos
permite apuntar a la existencia de procesos de evitación explícita que sortearían la
necesidad de producir construcciones de este tipo que, consideradas como medidores
del grado de dominio sintáctico, señalan lo problemáticos que pueden resultar procesos
como el establecimiento de la referencia discursiva y/o procesos de movimiento,
eliminación de copias, etc. para los hablantes no nativos de español.
CAPÍTULO VI
CONCLUSIONES
En este capítulo recogemos los datos más relevantes de nuestro análisis para tratar de
responder a las preguntas de investigación e hipótesis formuladas en el Capítulo IV, de
tal forma que las respuestas que proporcionemos sirvan como conclusiones para cerrar
nuestro trabajo. Igualmente, y al hilo de estas cuestiones, sugerimos las posibles vías de
investigación futuras que han ido, de hecho, definiéndose a lo largo de esta tesis.
6.1 Respuesta a las preguntas de investigación y confirmación de hipótesis
Los análisis que se han descrito en el capítulo anterior nos permiten, a la luz de
la información recogida en los capítulos previos, dar respuesta a las siguientes preguntas
de investigación e hipótesis de trabajo.
Pregunta de investigación 1
¿Qué nos dicen los datos de producción del español no nativo sobre el estatuto de los artículos
determinados y los clíticos pronominales?
Un primer acercamiento a los datos de la muestra pone de manifiesto las grandes
diferencias que, entre los grupos experimentales y el grupo control, se observan con
respecto al volumen de producción: los clíticos son significativamente más escasos que
los artículos en la producción de los grupos experimentales. El análisis detallado revela
que tal diferencia está en muchos casos motivada por el uso de estrategias típicas de las
IL, en concreto, con la evitación más o menos consciente por parte del hablante de
contextos que le son problemáticos y que sortea con acierto variable.
En este sentido, la producción de formas no nativas de clíticos por parte de estos sujetos
resulta, a veces, un avance con respecto a un discurso que, aun siendo gramatical,
Capítulo VI
350
incluye estos elementos en una proporción mucho menor que el discurso nativo. Si bien
nos parece un tanto arriesgado aceptar lo anterior sin reservas y hacer generalizaciones a
partir de lo observado en la exigua producción de la E.2 de BAR, datos más robustos,
como los recogidos para OTT, presentan un cuadro en el cual el aumento de formas no
nativas está directamente relacionado con el aumento de los contextos de aparición de
clíticos.
Hipótesis 1.1
En la producción de los hablantes no nativos, el artículo determinado tendrá un
estatuto diferente al de los clíticos acusativos. Dicho estatuto favorecerá la adquisición
de los artículos frente a la de los clíticos de objeto.
La hipótesis 1.1 se ve confirmada por el análisis de datos. Al igual que lo indican
las diferencias globales, por lo referente tanto a las omisiones como a la cantidad de
usos no nativos, la diferencia entre las dos realizaciones de [D] –artículos y acusativos–
es significativa. A nuestro juicio, ello se debe principalmente a dos razones: en primer
lugar, mientras que la inserción del artículo es inevitable, en el caso del acusativo, el
hablante dispone de la opción de volver a articular el SD pleno y evitar la producción
del clítico. En futuros trabajos podría investigarse si se constata en los datos un recurso
‘excesivo’ a la repetición de estos SSDD.
En segundo lugar, y en relación con el argumento anterior, mientras que el artículo
aparece sistemáticamente antepuesto al nombre, encabezando el SD, en el caso de los
acusativos la información disponible es, en cierto sentido, confusa: su uso alterna con el
del SD pleno y el contexto en el que aparece varía según la configuración de la cláusula
en que se inserta. Todo ello constituye una desventaja para los acusativos en
comparación con los artículos (con Marinis 2003a).
Hipótesis 1.2
La posición más alta de la jerarquía de dificultad (que implica un menor grado de
dificultad de adquisición) corresponderá al clítico SE, obligatorio, correferente con el
sujeto. En segundo lugar aparecerán los clíticos dativos que obligatoriamente doblan
un SD cuyo papel temático es el de Experimentador. Los dativos benefactivos (con
papel temático de Meta) ocupan el tercer lugar. El último lugar lo ocuparán los
acusativos, cuyo especial funcionamiento como núcleo del SD, dificulta su adquisición.
Conclusiones
351
CUADRO III: JERARQUÍA DE DIFICULTAD DE LOS CLÍTICOS DE TERCERA PERSONA
i. Clítico se reflexivo/pronominal y se impersonal
ii. Clíticos dativos experimentadores (le, les)
iii. Clíticos dativos benefactivos (le, les, se)
iv. Clíticos acusativos (lo/le, la los/les, las)
La Hipótesis 1.2 se ve sólo parcialmente confirmada. Ciertamente el clítico se no
dativo es el que menos problemas presenta en los datos, si bien también dentro de este
primer grupo es preciso establecer distinciones pues se observa un diferente
comportamiento para el se impersonal y para el reflexivo/pronominal, siendo el
impersonal es el que menos omisiones y menos usos no nativos muestra. Creemos, sin
embargo, que estos datos deben interpretarse con cautela: se trata normalmente de
secuencias cuya productividad nos parece, a priori, dudosa ya que nos parece probable
que los hablantes las empleen como fragmentos no analizados. Examinar dichas
estructuras teniendo en cuenta la cantidad y tipo de verbos con los que se emplea es un
objetivo que nos planteamos de cara a futuras investigaciones.
Los pronombres anafóricos que tienen el antecedente dentro de su misma oración son
tradicionalmente de más fácil adquisición que aquellos elementos que implican el
establecimiento de la correferencia intraoracional (v. Capítulo III, sección 3.4.4.1). En
nuestros datos, efectivamente, los se pronominales y reflexivos son los más numerosos
para todos los grupos además de presentar un escaso porcentaje de usos no nativos y de
omisiones. También el examen de la expresión de los rasgos presentes en la flexión
verbal en estos contextos y de cómo estos pronombres parecen en ocasiones hacer las
veces de flexión verbal (expresando número y persona) nos parece un aspecto que
controlar y que será interesante continuar investigando.
Los dativos experimentadores producidos por nuestros sujetos tienen, como
esperábamos, un comportamiento mucho más cercano al nativo que el de los
benefactivos, en la línea de lo observado por Montrul (1998). Varias razones pueden
aducirse para dar cuenta de ello: la primera de ellas está relacionada con la prominencia
discursiva del papel temático del Experimentador que es, además, tópico de las
oraciones en que aparece y que es un papel más relevante que el de Meta, asignado a los
Capítulo VI
352
benefactivos. Podemos asumir, según los datos, que en la adquisición de la L2 es
posible percatarse de que se trata de elementos diferentes y de que discursivamente no
tienen el mismo estatuto. Igualmente, tan sólo le y les pueden funcionar como
experimentadores, mientras que la aparición del se benefactivo en combinaciones de
clíticos supone la incorporación de un elemento extra que, de alguna manera, crea un
escenario más confuso, de nuevo, con Marinis (2003a). Este se espurio es, sin duda, el
más problemático para los hablantes de español L2 y ello se evidencia tanto en las
omisiones como en las evitaciones más o menos explícitas: las estructuras que
combinan varias formas de clíticos suponen un verdadero reto para estos hablantes, que
las sortean haciendo uso de muy variadas estrategias incluso en estadios avanzados.
Sin embargo, el elemento que ocupa el último lugar de la jerarquía, el acusativo, en
contra de lo previsto por nuestra hipótesis, no resulta más problemático que el dativo
benefactivo para ninguno de los dos grupos experimentales. Se trata, eso sí, de una
producción muy escasa, que lo es especialmente en el caso del grupo BAR.
Pregunta de investigación 2
¿En qué medida la comparación entre cómo tiene lugar el proceso de adquisición de los
artículos y de los clíticos puede verse influida por la L1 del hablante no nativo en comparación
con los datos del español nativo?
Obviamente, y esto es se asume de forma generalizada desde el abandono del análisis
contrastivo indiscriminado a finales de los años sesenta, no puede proponerse que todo
lo que ocurre en la adquisición de la L2 se explica aludiendo a procesos de
transferencia, pero también es cierto que el recurso (ocasional) a la opción válida en la
L1 es un fenómeno que con más o menos frecuencia sigue apareciendo incluso en
estadios muy avanzados de interlengua.
Hipótesis 2.1
Dado que la categoría D0 no se realiza morfológicamente como tal en la L1 del grupo
BAR mientras que sí lo hace en las L1s del grupo OTT, a la hora de adquirir los artículos
y los clíticos del español predecimos una mayor dificultad para los sujetos de BAR que
para los de OTT aunque la jerarquía para clíticos establecida en la hipótesis de 1.2 se
mantiene en los dos grupos.
Conclusiones
353
Desde las primeras etapas, los hablantes de BAR demuestran tener más problemas
con artículos y clíticos que los de OTT. La hipótesis 2.1 se cumple en la medida en que
tanto la comparación del volumen de producción como de las omisiones muestra la
existencia de diferencias significativas entre los dos grupos para las dos etapas
disponibles. El contraste de la aparición de formas no nativas, en cambio, no arroja unos
resultados tan claros. Efectivamente, la jerarquía de dificultad para clíticos de objeto
discutida en relación con la hipótesis anterior se cumple para los dos grupos
experimentales.
Los datos no parecen apoyar hipótesis según las cuales, y a pesar de que se hallen
estructuras equivalentes a las nativas, estos hablantes de chino L1 serían incapaces de
dominar la expresión de la definitud en español L2 dado que es un rasgo que no existe
en su L1 (v. ‘Hipótesis de de los rasgos inasequibles’ de Eubank et al. 1997). Los
integrantes de BAR ciertamente presentan unos resultados considerablemente alejados
de los nativos, sin embargo, las diferencias entre los dos grupos experimentales no son
tantas. De hecho, y aun sin olvidar que el índice de omisión de artículos es elevado,
desde las primeras etapas se constata la presencia de artículos y de clíticos que aparecen
en contextos correctos en muchos casos. Tampoco nos parece adecuado proponer que el
déficit de estos hablantes con respecto a la expresión de la definitud sea desajuste
superficial entre el léxico y la sintaxis (Lardiere 2000, 2005) o no vaya más allá de un
problema esporádico de acceso al léxico (Prévost y White 2000).
Nuestra interpretación estaría más bien en la línea de lo defendido por White (2003) o
Montrul (2000) cuando afirman que la existencia de morfología flexiva en la L1
sensibiliza al hablante con respecto de su presencia en la L2. De ser así, en este caso
evidentemente ello supondría una gran ventaja para el grupo OTT que, frente a los
sinófonos, proyecta la categoría [D] de forma explícita en sus dos L1. Los problemas de
los sujetos de BAR no parecen estar esencialmente relacionados con la expresión del
género y/o el número, sino que aparecen, sobre todo, a la hora de ajustar y combinar
estas propiedades manifestadas explícitamente con la expresión de la definitud (v.
también los datos de Bruhn de Garavito y White 2002, Lardiere (2004), White (2007).
El resultado no es, desde luego, una gramática salvaje. La producción de BAR remite a
una gramática ajustada a los principios de la GU, que, por comparación con lo que se
observa para los datos de OTT sigue un ritmo de evolución diferente, más lento ya que,
Capítulo VI
354
de entrada, despegó de un punto de partida diferente, en este caso, uno cuya
representación gramatical carecía de la proyección funcional SD.
Hipótesis 2.2
La diferencia entre el comportamiento de los dos grupos será mayor en el caso de los
artículos por cuanto las dos L1s de OTT (que disponen de un elemento equivalente al
del español) refuerzan el uso del artículo mientras que en el caso del clítico esto sólo
ocurre con una de esas L1.
La hipótesis 2.2 también se ve confirmada por los resultados del estudio por
cuanto la producción de clíticos indica la existencia de diferencias significativas entre
los grupos experimentales y el grupo control, no así la comparación entre OTT y BAR:
ello es así tanto por lo que respecta al volumen de omisiones como por lo relativo a la
cantidad de usos no nativos. El dato más relevante en comparación con el grupo control
es, sin duda, las diferencias observadas en el volumen de producción global de clíticos,
que sólo dejaban de aparecer en el caso de los artículos de OTT.
La justificación del comportamiento de los dos grupos experimentales sirve para perfilar
la confirmación de esta hipótesis ya que, si bien es cierto que los clíticos producidos por
los hablantes de OTT no alcanzan usos nativos como sí lo hacen los artículos, a ello se
añade el hecho de que los sujetos de BAR producen un volumen de usos nativos
bastante elevado. Estamos convencidos de que tal conducta se debe a que los hablantes
tienden, en los contextos que lo permiten, a evitar este tipo de estructuras en la medida
de lo posible. Comprobar si es así y determinar si las estrategias que emplean son de
repetición del SD o de evitación global de la estructura es algo que, como ya hemos ido
apuntando, creemos necesario investigar en futuros trabajos.
Así, por lo que concierne estrictamente al grupo OTT en el contraste con los controles,
confirmamos que la presencia del artículo en sus dos L1 induce (para todos los criterios
controlados) un comportamiento más cercano al nativo que el mostrado en el caso de los
clíticos. Por su parte, en BAR, y en relación con el uso del artículo, no se observa un
patrón consistente que muestre exclusivamente la omisión de artículos: si hay algo que
se observa sistemáticamente es la variabilidad, no la omisión (en consonancia con los
datos de Robertson (2000). La omisión aparece por transferencia de la L1 y, además, lo
Conclusiones
355
hace insistentemente en situaciones de duda y/o presión comunicativa (con Lardiere
2000 o Prévost y White 2000). No creemos, sin embargo, que ello indique que la
gramática de su IL esté ausente la categoría SD. Una vez más, se impone la necesidad
de diferenciar competencia y producción en la interpretación de los datos.
Por último, una cuestión que se nos planteaba adicionalmente en la comparación entre
los dos grupos era la de considerar si el contexto mixto (natural e institucional) en el
que adquieren el español los hablantes de BAR sería capaz de compensar la distancia
lingüística que jugaría abiertamente a favor del grupo OTT. Los datos muestran que,
para las primeras etapas, el contexto de inmersión en que se hallan estos sujetos no
constituye ayuda suficiente para ellos, al menos no en las condiciones en las que tiene
lugar su proceso de adquisición. Los datos infantiles de L2 de Rosado (2000)
demuestran la importancia del input al que se enfrentan los sujetos por cuanto los
progresos de los niños que adquieren el español en un contexto en que ésta es la lengua
de comunicación son muy superiores al compararlos con aquellos niños que sólo están
en contacto con dicha lengua durante el reducido espacio de tiempo que suponen sus
clases de español; a partir del análisis de datos paralelos, Liceras et al. (2002a) y
Nicolás (en preparación) se expresan en la misma línea. Los resultados de los sujetos de
BAR son muy pobres a pesar de que, en teoría, el contexto habría de constituir una
ventaja para estos hablantes frente a, por ejemplo, los integrantes del grupo OTT.
De hecho, el escaso contacto de estos hablantes con nativos de español, las limitadas
ocasiones de interacción real en que se ven envueltos, nos hacen depurar nuestra
definición del contexto en que adquieren español ya que, en realidad, también para ellos
el input recibido se limita en gran medida al que reciben dentro del aula de E/LE (v.
Capítulo IV, sección 4.2.1.2). En nuestra opinión, la distancia tipológica entre el chino y
el español no es el único factor responsable del comportamiento de los sujetos: dadas
las características sociolingüísticas de este grupo de hablantes, la escasez del input al
que están realmente expuestos resultará un factor de gran relevancia. También este
fenómeno podría en un futuro constituir una interesante línea de investigación en
relación con sujetos de estas características.
De hecho, nos parece que las situaciones de interacción diaria en que se ven inmersos
exigen, por decirlo de algún modo, muy poco de la actuación gramatical de estos
Capítulo VI
356
sujetos. En realidad, la bibliografía sobre la L2 está repleta de trabajos de hablantes de
características similares que ‘deciden’ inconscientemente detener su proceso de
adquisición cuando han alcanzado un nivel comunicativo que les permite desenvolverse
con comodidad en el contexto en que viven. Ejemplos de lo anterior son los sujetos de
Lin (1995) o el caso paradigmático del de Schmidt (1983), en ambos casos se observaba
cómo la interacción no es suficiente para un sujeto que prioriza el contenido del mensaje
por encima de la forma. En cualquier caso, nos parece un tanto arriesgado proponer que
estamos ante sistemas fosilizados sólo a partir de este volumen de datos.
Pregunta de investigación 3
¿En qué medida son comparables el uso y el desarrollo de determinantes y clíticos de nuestros
sujetos al que se observa en la adquisición de la L1?
Nuestro planteamiento partía del supuesto de que los mecanismos de adquisición que se
emplean en ambos casos son, en esencia, de distinta naturaleza. Con anterioridad, y en
respuesta a la hipótesis 2.2, hemos señalado cómo la existencia de un problema con una
forma o estructura dadas puede en L2 verse potenciada por presiones impuestas por la
situación comunicativa. Postular algo similar es impensable para justificar fenómenos
similares en la L1 que no se ve afectada por este tipo de factores de índole externa,
emocional.
Hipótesis 3.1
Las similitudes que se observen entre la L1 y la L2 son superficiales pues el proceso
que tiene lugar es, en esencia, diferente.
Los indicadores empleados en la validación de esta hipótesis revelan la
existencia de procesos muy diferentes en el caso de los adultos de nuestra muestra y los
datos infantiles referidos en la bibliografía. En estudios anteriores (Rosado 2000,
Liceras et al. 2002a) se afirmaba que la evidencia que los niños que aprenden español
como L1 necesitan para activar el rasgo [+ marcador de palabra] son los rellenos
monosilábicos (o protodeterminantes) y que la ausencia de sofisticación fonológica que
muestran los niños es una estrategia de acceso al input ‘de arriba abajo’ de la cual no
disponen los hablantes de L2 adultos. La especificación de dicho rasgo es lo que
permite a los niños comenzar a emplear sustantivos nulos de un modo productivo. En
Conclusiones
357
nuestros datos se constata, por un lado, que no hay rellenos monosilábicos del tipo que
producen los niños y, por otro, que los sustantivos nulos no son una opción productiva
hasta la E.3 en el caso del grupo OTT cuando aparece un uso más abundante y variado
de este tipo de construcciones.
Con respecto a la expresión de la posesión inalienable nuestros datos apuntan a que
ciertamente es posible para el hablante de L2 incorporar a su repertorio el artículo
expletivo que aparece en estas construcciones. Sin embargo, en contraste con lo
observado en los datos de los controles que extienden este expletivo a posesiones no
estrictamente inalienables, su uso se limita a contextos muy específicos, principalmente,
partes del cuerpo. Ello podría interpretarse como evidencia de que estos expletivos no
poseen aún todas las propiedades de sus equivalentes nativos y que su alcance es más
limitado.
El examen de la producción de estructuras de doblado y amalgamas de clíticos no
permite demasiadas generalizaciones debido principalmente a la escasez de los datos de
los que disponemos. Hemos constatado en los datos que los hablantes de OTT sortean
dichas estructuras con más o menos acierto si bien se impone ahora la necesidad de
medir exactamente el alcance de esta evitación en contextos en los que su producción
deje de ser una posibilidad. En este sentido, es de prever que el análisis de datos
experimentales que provoquen más abiertamente la producción de dichas
construcciones pudiera contribuir a arrojar luz sobre la interpretación de estos datos.
Naturalmente, y como se confirma con relación a la segunda pregunta de investigación,
la L1 juega un papel determinante en la formación del sistema de la L2 y, sin embargo,
ello no obsta para que la producción de nuestros sujetos esté efectivamente constreñida
por la GU desde las primeras etapas, si bien el proceso seguido por nuestros hablantes
no nativos es bien distinto al que siguen los niños nativos. Una vez más, no resulta
posible determinar en qué medida la producción de una forma dada en la L2 debe
atribuirse a la influencia de la L1 o al acceso a la GU por parte del hablante o si tienen
siquiera la misma representación.
¿Cómo se caracteriza el proceso, diferente al que se sigue en la configuración de las
gramáticas infantiles, que llevan a cabo los adultos que aprenden una L2? En nuestra
Capítulo VI
358
opinión se trata esencialmente de un proceso de ‘construcción-reestructuración’ en la
línea del descrito por Liceras (1996, 2003a y b) o Lardiere (2005), según el cual estos
hablantes, a partir de lo observado en el input, reestructuran sus sistemas de IL haciendo
uso de mecanismos lingüísticos, metalingüísticos y extralingüísticos. Asimismo, y en
relación con el empleo de capacidades metalingüísticas por parte del hablante de L2 al
que Bini (1990) se refiere como la “capacidad de percibir” o no una similitud que existe
entre la L1 y la L2 y actuar en consecuencia, se ponen en marcha procesos ausentes en
la configuración de las gramáticas nativas, especialmente en hablantes como los de
OTT. Por ello, a la hora de interpretar determinados resultados (v. por ejemplo, la
respuesta a la hipótesis 2.2) hemos creído conveniente invocar el papel de factores que
no son inherentes a la propia configuración del sistema.
6.2 Consideraciones finales
Incluimos aquí una serie de observaciones y comentarios acerca de la naturaleza
general de nuestros datos que, además de cerrar nuestra investigación, nos sirven para
sugerir posibles líneas de investigación para el futuro. Se trata de aspectos que, si bien
no estaban entre nuestras propuestas iniciales, han surgido del análisis de los datos y, de
una u otra forma, ya han sido sugeridos a lo largo del trabajo.
En primer lugar, en relación con la posible existencia de una especie de plantilla en la
que se insertan los clíticos de las lenguas románicas (Bonet 1991), aspecto que
presentamos en la discusión acerca de determinados usos no nativos de clíticos, cabe
señalar cómo otros trabajos con anterioridad han puesto en relación la evolución
diacrónica de la lengua y los procesos que tienen lugar en la adquisición de la L2 con
respecto, por ejemplo, a la posición y las propiedades de los clíticos pronominales del
tipo que aquí se examina (Liceras 1985, Perales et al. 2005). En la misma línea que se
entiende que un hablante de L2 puede, a pesar de lo que observa en el input, revertir a
propiedades que un elemento tenía en un momento histórico anterior, nos parece
plausible proponer que, con relación a la configuración morfológica de este tipo de
formas, es posible emprender un proceso de características similares en virtud del cual
la inserción de rasgos gramaticales en esta plantilla morfológica puede dar lugar a
elementos ausentes del input del español pero presentes en otras lenguas románicas (v.
Conclusiones
359
5.4.2.3) . Un proceso similar podría también dar cuenta de la producción de posesivos
que en la sección 5.6.4 hemos analizado como soluciones de interlengua y que remiten a
formas posibles en otras lenguas románicas y/o en otras etapas del español (v. Nota al
pie 51 en el Capítulo V).
Por otra parte, en el decurso de la investigación, hemos venido constatando la existencia
de contextos en los que, ante una estructura problemática el hablante no nativo produce
una forma que quizá no es la que produciría el nativo pero que resulta igualmente
gramatical. Nos referimos a fenómenos como el sobreúso de demostrativos en lugar de
artículo por parte de los chinos, o de posesivos en contextos libres de posesión
inalienable por los anglofrancófonos, la inserción innecesaria de sustantivos en
contextos nativos de sustantivo nulo o las estrategias empleadas en contextos de
doblado y amalgama de clíticos. Se trata de un tipo de producción cuya aparición no
predijimos inicialmente y que nuestra codificación no detectó de forma automática, pero
que el análisis detallado de los ejemplos del corpus puso de relieve. De cara al
planteamiento de futuras investigaciones, una segunda fase de codificación debiera
incluir un proceso de discriminación que no sólo distinguiera entre usos nativos y no
nativos sino también, dentro de los usos nativos, entre grados de posibilidad de
producción de una forma dada en un contexto determinado. En el apartado 5.6.4
dedicado a la producción de estructuras de posesión inalienable, se realiza un primer
intento en este sentido. El objetivo último (y ambicioso) de un trabajo de esas
características sería definir qué es el ‘efecto no nativo’, determinar el grado de
disociación entre nativos y no nativos en aquellos contextos en los que no un único
elemento es posible y el empleo de una forma no canónica no deriva en una secuencia
agramatical. Muy posiblemente esto requeriría de la labor de jueces que decidieran
sobre el ‘grado de nativez’ de una forma, una construcción dada empleada en un
contexto determinado. Es aquí donde pensamos que el análisis contrastivo a priori tiene
mucho que decir y que los puntos de coincidencia entre la L1 y la L2 (aquellos en los
que el input no da indicaciones opuestas y, de algún modo refuerza una conducta dada)
son los que harán el discurso no nativo no natural, raro, pesado... pero no agramatical.
Se trataría de identificar, en suma, todo aquello que no puede calificarse de incorrecto y
que una codificación que ahora nos parece poco exigente no detecta.
Capítulo VI
360
Si bien las conclusiones a las que hemos llegado acerca del comportamiento de los
clíticos y los artículos del español no nativo deben tomarse con cautela debido a su
escasa representatividad en la producción de los sujetos, el análisis de datos
longitudinales nos ha permitido establecer patrones generales de comportamiento y ha
revelado tendencias muy interesantes. La comprobación de la validez de estas
tendencias a partir de los resultados de datos experimentales (de producción y/o
reconocimiento, de juicio o preferencia sobre el uso o gramaticalidad de estructuras
dadas) permitiría examinar en detalle del comportamiento de elementos que no surgen
espontáneamente en situaciones de discurso como las que hemos analizado. Igualmente
el análisis de otros datos longitudinales también contribuiría a corroborar o refutar lo
que se ha observado hasta aquí.
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ANEJO 1. CUESTIONARIOS Y ENTREVISTAS
1.1 Cuestionario de información personal. OTT (Modelo A, inglés)
Classroom L2 Beyond Parameters/Modern Languages/University of Ottawa
[1994-1995/1995-1996]
QUESTIONNAIRE 1. Name____________________________________________________ 2. Age Group (please, circle) 4-12 12-17 17 - 25 26 - 40 + 40 3. Address and telephone number _________________________________________________________ _________________________________________________________ 4. Mother's dominant language __________________________________ Father's dominant language __________________________________ 5. Language(s) spoken at home as a child _________________________________________________________ _________________________________________________________ 6. Language(s) you spoke during the first five years of your life _________________________________________________________ 7. Language(s) studied in: Primary School ____________________________________________ Secondary (high) school _____________________________________ University ________________________________________________ Other institutions __________________________________________
8. What other languages do you presently speak?
Anejo 1
386
9. What language do you feel most comfortable with at this time? ________________________________________________________ 10. What languages do you speak : - At Home_______________________________________________ - At School _____________________________________________ - At Work _______________________________________________ - When you dream ________________________________________________________ 11. Why are you studying Spanish?
- B. A. in Spanish
- Double major (i.e. Spanish and some other programme)
- Personal reasons
- Professional reasons
- Other _____________________________________________ 12. Contact with Spanish outside classroom: Present contact: - Approximate hours/week: __________________________ - Context: (e.g. friends, family, clubs,etc.): __________________ ___________________________________________________________ Previous contact:
- Have you ever visited a Spanish-speaking country? YES NO
- When? ______________________________________________________
- For how long?
Anejo 1
387
1.2 Cuestionario de información personal. OTT (Modelo B, francés)
Classroom L2 Beyond Parameters/Modern Languages/University of Ottawa [1994-1995/1995-1996]
QUESTIONNAIRE 1. Nom___________________________________________________________ 2. Groupe d' age (S.V.P. encerclez le groupe d'age correspondent) 4-12 12-17 17 - 25 26 - 40 + 40 3. Adresse et numéro de téléphone _______________________________________________________________ _______________________________________________________________ 4. Langue dominante de la mère _________________________________________ Langue dominante du père __________________________________________ 5. Langue(s) parlée(s) à la maison étant enfant _______________________________________________________________ 6. Langue(s) parlée(s) durant les 5 premières années de votre vie _______________________________________________________________ 7. Langue(s) étudiée(s) durant: L'école primaire _____________________________________________ L'école secondaire _____________________________________________ Université _____________________________________________ Autres institutions _____________________________________________ 8. Quelle(s) autre(s) langue(s) parlez-vous actuellement? 9. Avec quelle langue étez-vous actuellement le plus à l'aise?
Anejo 1
388
____________________________________________________________ 10. Quelle(s) langue(s) parlez-vous: - à la maison: ___________________________________________ - à l'école: ______________________________________ - au travail: ______________________________________ - quand vous revez:__________________________________________ 11. Pourquoi étudiez-vous l'espagnol? - Bacc. en espagnol - Double espécialization (espagnol et autre programme) - Cours obligatoire dans le programme - Raisons personnelles - Raisons professionnelles - Autre 12. Contact avec la langue espagnole en dehors de la classe: Contact anterieur: - Avez-vous déjà visité un pays hispanophone? OUI NON - Quand? ________________________________________ - Combien de temps? ________________________________________ Conctact actuel: - Nombre aproximatif d'heures par semaine: __________________________ - Contexte (amis, famille, clubs, etc...): ______________________________
Anejo 1
391
1.4 Formulario de consentimiento. OTT (Modelo A, inglés)
Classroom L2 Beyond Parameters/Modern Languages/University of Ottawa
[1994-1995/1995-1996]
CONSENT FORM Research Project: "Classroom L2 Acquisition: Beyond Parameters". Principal Investigator: Dr. Juana M. Liceras, Department of Modern Languages and Literatures, University of Ottawa, 25 University Avenue, Ottawa, Ontario K1N 6N5, Tel.: 562-5800 Ext. 3742. Fax: 562-5138. Description: This research project is a subset of a larger research programme aimed at investigating the principles which regulate the development of child, adolescent and adult second language acquisition in formal or institutional settings. Longitudinal L2 Spanish data obtained from three different groups of learners will be analyzed in order to determine how age differences, the mother tongue and specific learning conditions influence the process of acquisition. Specific syntactic and discourse structures will be analyzed at different stages of interlanguage development in order to determine whether and in what respects second language grammars are idiosyncratic. The researcher will meet with each subject every three or four weeks for a period of 1/2 each time. The full interview will be recorded. The researcher may take notes about the subjects kinetic behaviour which may help to interpret their oral production. Subjects will be asked questions about individual pictures or puppets depicting everyday actions. They will be asked to describe comic strips, to talk about their Spanish classes and to tell stories about movies or trips. They will also be asked to repeat sentences, to complete unfinished sentences and to judge the correctness of sentences. The subjects will also be given pictures or words in order for them to be asked questions on those topics. Relevance: This study represents a significant contribution to the field of L2 acquisition because there are no longitudinal studies which investigate the acquisition of Spanish as a foreign language. We will be able to determine the specific difficulties encountered by the three age groups, their similarities and differences concerning pronounciation, word learning, sentence constructions, discourse coherence, etc. We will also be able to determine whether individual and institutional differences influence the results. Anonymity:
Anejo 1
392
It is understood that the investigator will ensure the subject's anonymity. In order to to so, interviews will be transcribed without including any personal data that could identify the subjects. Each subject will be given a number with a code and we will only refer to this number when we talk about the results. Once the data is collected and the code is assigned, we will always refer to the actual number assigned to each subject. The same procedure will be followed in the case of the instructores who are teaching our subjects. Subject's access to results: Results and details of their participation will only be disclosed to the subjects or to the person who signs this consent form. Right to withdraw: It is understood that the subject can withdraw from the study at any time she or he wants and that he or she can refuse to answer any question without risk of prejudice. Compensation: Subjects will be given two to four Spanish books per year, depending on actual resources. It is expected that subjects will benefit from this extra oral and individual practice in Spanish and will feel motivated to perform better each subsequent time they are interviewed. Ethical performance: Questions concerning the ethical performance of the research may be addressed to the Secretary of the University Human Research Ethics Committee,. University of Ottawa, tel. (613) 562-4297. Subject's name and signature: ________________________________________________ ________________________________________________ Investigator's name and signature: Juana M. Liceras ________________________________________________
Anejo 1
393
1.5 Formulario de consentimiento. OTT (Modelo B, francés)
Classroom L2 Beyond Parameters/Modern Languages/University of Ottawa [1994-1995/1995-1996]
FORMULAIRE DE CONSENTEMENT
PROJECT DE RECHERCHE: Acquisition d’une langue seconde en classe: au-delà des paramètres CHERCHEUR PRiNCIPAL: Juana M. Liceras, Phd. Département des Langues et Littératures Modernes. Universté d’Ottawa, 25 University Avenue. Ottawa, Ontario, K1N 6N5. Tél.: 562-5800 - Ext. 3742. Télécopieur: 562-5138 DESCRIPTION: Ce projet de recherche fait partie d’un programme de recherche plus large visant l’étude de principes qui régissent l’acquisition dans un cadre formel ou institutionnel, des langues secondes chez l’enfant, l’adolescent, et l’adulte. Les données longitudinales obtenues des trois différents groupes d’étudiants en espagnol, langue seconde, seront analysées afin de déterminer comment les différences d’age, la langue maternelle et certaines conditions spécifiques d’apprentissage influencent les processus d’acquisition. Les structures spécifiques orales et syntaxiques seron analysées à différents stades du développement de l’interlangue dans le but de déterminer si et dans quelle manière et dans quelle mesure les grammaires des langues secondes sont idiosyncratiques. Le chercheur rencontrera chaque sujet toutes les trois ou quatre semaines, et ce pour une période d’environ 30 minutes. L’entrevue sera enregistrée dans sa totalité. Afin de faciliter la mise en contexte et l’interprétation de la production orale, le chercheur pourra prendre certaines notes concernant le comportement du sujet. Les sujets seront interrogés à l’aide d’images illustrant des activités quotidiennes. Ils devront décrire des bandes dessinées, parler de leur cours d’espagnol ou d’activités diverses (films, voyages, etc...) Ils devront également répéter certaines phrases, compléter des phrases erronées. Les sujets seront également questionnés sur des thèmes suggérés par certains mots ou illustrations. PERTINENCE: Compte tenu de l’absence d’études longitudinales traitant de l’acquisition de l’espagnol comme langue seconde, cette étude constitue une contribution signifiante à la recherche sur l’acquisition des langues secondes. Nous serons en mesure de déterminer les difficultés spécifiques rencontrées par chaque groupe d’age, leurs similarités et différences en ce qui a trait à la prononciation, l’apprentissage du vocabulaire, la construction de phrases, la cohérence du discours, etc. .. Nous pourrons également déterminer l’impact sur les résultas, les différences individuelles (intelligence globale et profil psycholinguistique) et institutionelles. ANONYMAT:
Anejo 1
394
Il est entendu que le chercheur assurera l’anonymat du sujet. Dans cette optique, les entrevues seront reproduites en excluant toutes données personnelles pouvant permettre l’identification du sujet. Un numero de code sera assigné à chaque sujet et nous nous référerons uniquement à ce numéro dans l’analyse des résultats. Cette procédure sera également uitilisée dans le cas des résultats des deux tests psychologiques. Dès que les données seront recueillies et que le code sera assigné, nous nous réfererons toujours au numéro assigné à chacun des sujets. ACCESSIBILITÉ DES SUJETS AUX RÉSULTATS: Les résultats et autres détails de participation seront disponibles uniquement pour les sujets ou pour ceux qui auront signé ce formulaire de consentement. DROIT DE RETRAIT: Il est entendu que le sujet peut se retirer de l’étude à n’importe quel moment et qu’il peut refuser de répondre a toute question sans préjudice. COMPENSATION: Les sujets se verront remettre de deux à quatre livres en langue espagnole par année, selon les ressources disponibles. Il est probable que les sujets beneficieront de cette pratique orale et individuelle supplementaire et qu’ils se sentiront motivés à mieux performer à chaque entrevue. L2: au-delà des parametres/formulaire de consentement-3- ETHIQUE: Toute question concernant l’éthique de cette recherche doit s’addresser au secrétariat du Comité éthique des recherches humaines de l’Université d’Ottawa. [Tél. (613) 562-4297] NOM ET SIGNATURE DU SUJET: _____________________________________________________ _____________________________________________________ NOM ET SIGNATURE DU CHERCHEUR: Juana M. Liceras _____________________________________________________
Anejo 1
396
1.7 Modelo de entrevistas empleadas (Entrevista 2) L2 Beyond Parameters/1994-1997
GUIÓN ENTREVISTA #2
I. NARRACIÓN BASADA EN HISTORIETA GRÁFICA “UN DÍA EN LA VIDA DEL SR. JUAN” II. FORMULACIÓN DE PREGUNTAS III. EJERCICIO DE COMPRENSIÓN
Anejo 1
397
L2 Beyond Parameters/1994-1997
ENTREVISTA #2
II. NARRACIÓN BASADA EN HISTORIETA GRÁFICA [El entrevistador le pide al estudiante que le cuente una historia sobre los dibujos que aparecen en la historieta “Un día en la vida del Sr. Juan”]
Anejo 1
399
L2 Beyond Parameters/1994-1997
ENTREVISTA #2 III. FORMULACIÓN DE PREGUNTAS: [El entrevistador le dice al estudiante que va a escuchar una serie de respuestas a unas preguntas y que una vez que oiga dichas respuesta, él/ella --el/la estudiante--debe formular la pregunta o preguntas que se le ocurran. El propio entrevistador da un ejemplo]. Si yo hago una afirmación como: Tiene dos hermanos Tu/Vd. debes hacer preguntas similares, por ejemplo, a: ¿Cuántos hermanos tiene? ¿Quién tiene dos hermanos? ______________________________________ RESPUESTAS SOBRE LAS QUE EL ESTUDIANTE DEBE FORMULAR PREGUNTAS. - Soy estudiante.
- María compró un libro.
- Juan va todos los días a la oficina.
- Pedro ha llamado por teléfono a María.
- La chica del pelo rubio es de España.
- Te llamé para pedirte un libro.
- Juan le compró flores a Marta.
Anejo 1
400
L2 Beyond Parameters/1994-1997
ENTREVISTA #2 IV. EJERCICIO DE COMPRENSIÓN. (INFORMACIÓN GRABADA SALVO PARA EL ÚLTIMO ITEM, EL ITEM 5). [El entrevistador le pide al estudiante que escuche atentamente la información que está grabada y que luego conteste a las preguntas que le hace el propio entrevistador]. [GRABACIÓN] 1. Todos los días va a pasear sola por el parque. Entrevistador: ¿Qué hace todos los días? 2. - ¿Me da su pasaporte, por favor? - Sí, aquí tiene.
Entrevistador: ¿Quiere ese señor un libro? ¿Qué quiere? 3. - ¿Eres estudiante?
- No, soy camarero. Entrevistador: ¿Qué es ese señor? 4. - Llega una estudiante y el profesor pregunta ¿Eres Laura?
- No, yo soy María. Entrevistador: ¿Se llama Laura? ¿Quién es? 5. [En este caso el propio entrevistador da la información] Todas las mañanas me levanto a las siete, desayuno, me lavo y me peino.
Entrevistador: ¿Qué hago todas las mañanas?
ANEJO 2. SOBRE LA TRANSCRIPCIÓN DE LOS DATOS DE LA
MUESTRA
Describimos aquí una serie de medidas que se tomaron en el marco de esta investigación con
respecto a la forma en que se tratarían y analizarían los datos. Más concretamente, estas
decisiones están relacionadas con los criterios que seguimos en la transcripción y codificación
de los datos.
2.1 Transcripción
A pesar de que el formato CHAT de CHILDES contempla la posibilidad de realizar
transcripción fonética de los datos, en nuestra traslación de la producción de los sujetos de la
muestra, eso sí, ésta ha sido normalizada ortográficamente con objeto de facilitar su lectura y,
cuando se ha creído conveniente, se ha incluido entre corchetes una reproducción aproximada
de la forma producida por el sujeto. El formato CHAT incluye tres tipos de línea: los
encabezamientos obligatorios, las líneas principales y las líneas dependientes. En los
encabezamientos obligatorios aparece información que en algún momento ha resultado
relevante para nuestro estudio relacionada con las características de los sujetos (edad,
experiencia lingüística anterior, contexto de aprendizaje, procedencia institucional si procede,
etc.) y las condiciones en la que se recogen los datos (situación comunicativa, situación
espacial y de disposición del escenario, contexto de recogida de datos, etcétera). Igualmente,
en los encabezamientos se incluye cualquier tipo de observación relevante para comprender
cabalmente la forma en que se recogen los datos que aparecen transcritos tras estos
encabezamientos. Aparece un ejemplo de este tipo de encabezamientos en el ejemplo (1):
(1) @Begin @Participants: FAL Falco subject, ELE Elena investi gator @Age of FAL: 12; @ID: 07=FAL @Sex of FAL: Male @Language: Spanish (L2), English (L1), French (L2 ) @Activities: Oral Interview 1 @Date: 04-DEC-1997 @Location: Lyceé Claudel (Ottawa, Canada) @Transcriber: ER
Anejo 2
402
Las líneas que denominamos principales contienen las producciones emitidas por los
participantes y van obligatoriamente precedidas de un asterisco al que siguen las tres letras
mayúsculas que sirven para identificar al hablante que produce un enunciado dado. En ellas
se transcribe todo el discurso producido por los sujetos y los investigadores (hablantes nativos
de español en todos los casos) que participan en cada una de las sesiones. Si bien, como ya
hemos dicho, la producción de todos los interlocutores (entrevistados y entrevistadores) ha
sido transcrita ortográficamente, es decir, se ha normalizado por razones de transparencia en
la lectura, cuando lo hemos creído relevante hemos decidido incluir además una transcripción
alternativa de las formas idiosincrásicas producidas por estos sujetos, con objeto de, si ello
fuera necesario, poder discriminar dificultades puramente fonológicas de lo que son
verdaderas formas no nativas acuñadas por los hablantes de la muestra. Véase el ejemplo de
(2):1
(2) *INV: sí , a Juan y a mí nos interesan los li bros de historia # qué nos interesa? *ZHE: interesan al libro de historia . *INV: mhmm@fp, y a ti ? *ZHE: no historia no me gusta mucho, me gusta es [/ ] levis [?]. *INV: ledis ? *ZHE: # levista [: revista] xxx . *INV: las revistas te gustan . *ZHE: cómo? *INV: las revistas . *ZHE: sí , sí revistas . [ZHE (BAR) 2, 4]
Una vez introducidas en formato CHAT de CHILDES, y tras haber transcurrido un tiempo
prudencial para volver a examinarlas y tratar de corregir posibles incoherencias en ellas, todas
las transcripciones del corpus fueron revisadas sistemáticamente. Además de una revisión
manual exhaustiva hicimos uso del programa CHECK (Verifying Data Accuracy) para medir
la corrección y adecuación de las transcripciones a las convenciones del formato, así como
para detectar e identificar los posibles errores cometidos en el proceso de transcripción y/o
codificación.
Las líneas que denominamos dependientes, que “cuelgan” en la transcripción de cada una de
las líneas de producción del sujeto, son o bien líneas informativas de aclaración, descripción
de la actuación del sujeto y/o comentario (%act, %com), como la que aparece en el ejemplo
1 Seguimos aquí a Sanz Torrent (2004).
Anejo 2
403
(3a) o bien líneas de codificación que incluyen la información morfológica que resulta
relevante para el estudio como en el ejemplo (3b).
(3a) *INV: Y a ti, qué te gusta? *NIC: No me gusto # el café y el té, Me gusta nara njas juice . %det: ADms ADms Zfp Z/ADms %cli: PRmeD2 PRmeD2 %com: problemas con la flexión verbal, compuesto no minal
‘naranjas-juice’. [NIC (OTT) 1, 4]
(3b) *INV: Con qué lo están limpiando ? *JOS: Lo limpian con agua y [/] y con agua y jamón [//] jabón,
perdón . %det: Zfs Zfs Zms %cli: PRloA [JOS (OTT) 1, 5]
Dispone CHILDES de líneas específicamente diseñadas para albergar la codificación de
información fonológica (%pho), sintáctica (%syn) o sobre actos de habla (%spa), por poner
algunos ejemplos. En los últimos años se ha desarrollado una línea (%mor) que codifica la
morfología automáticamente; en el caso del español se ha trabajado sobre esta línea desde los
trabajos de MacWhinney y Sanz-Torrent (2001). Sin embargo, dado que los intereses de
nuestro estudio eran muy concretos y sólo necesitábamos incluir en nuestra línea de
codificación una información muy precisa sobre determinantes y clíticos de objeto, decidimos
elaborar una línea de codificación propia que sirviera de forma específica los propósitos de
nuestro trabajo.1 Pasamos ahora a considerar la forma en que procedimos a la hora de dividir
los textos en unidades mínimas de transcripción, los criterios que se siguieron y las
repercusiones que tienen tales decisiones para el desarrollo de nuestro estudio.
2.1.1 Unidad de transcripción de la producción
A la hora de organizar las líneas de producción de los hablantes (líneas principales), y
dado que nos parece relevante aclarar cómo y por qué motivos se ha tomado una decisión que
tiene repercusiones tanto en lo teórico como desde el punto de vista metodológico, nos
gustaría explicar aquí por qué decidimos organizar la producción de nuestros sujetos en
1 En el anejo 3 describimos e ilustramos la información contenida en estas líneas de codificación desarrolladas en el seno de nuestra tesis doctoral.
Anejo 2
404
enunciados/cláusulas1,2 y, a partir de ahí, emprender el análisis de los artículos y clíticos de
objeto.
Decidir qué unidad se tomará como medida a la hora de dividir la producción que se va a
analizar es una decisión importante pues afecta tanto al alcance (entendido como extensión)
como a la naturaleza de la unidad mínima sobre la que se estructurará la observación. La
elección de la unidad elegida se basará en diferentes criterios que dependen principalmente de
los intereses del estudio en cuestión, y éstos suelen oscilar fundamentalmente entre los de
orden sintáctico, orden discursivo y/o los relativos al contenido semántico de cada unidad.
En nuestro caso, la división en cláusulas nos sirvió para segmentar los turnos de palabra en
unidades menores y hacer así más o menos comparables todas las intervenciones de los
sujetos. De este modo, los turnos de intervención de una longitud por encima de la cláusula
fueron igualmente segmentados en unidades menores correspondientes a las cláusulas que se
identificaron en las narraciones.
Esta medida no sólo nos sirve como unidad de transcripción sino que resulta necesaria para
después proceder a ponderar convenientemente la producción de los sujetos y comparar así la
cantidad de emisiones, en nuestro caso, de determinantes y clíticos que emiten los sujetos de
los distintos grupos con independencia de la longitud total de las entrevistas particulares en sí.
A la hora de escoger una unidad de referencia para comparar el volumen de producción de los
sujetos de la muestra barajamos desde el primer momento dos posibilidades, a saber, la
palabra y la cláusula. En realidad, el hecho de que los clíticos formen alternativamente una
sola unidad con el verbo del que dependen fonológicamente o una palabra dependiente que
como tal se contabilizaría, nos hizo plantearnos la posibilidad de que la palabra no cumpliría
con nuestras expectativas de un modo plenamente satisfactorio. La idea era básicamente que,
dado que la calidad de la producción de nuestros sujetos experimentales puede variar de una
etapa a otra (o incluso de una sesión a otra dentro de la misma etapa) nada garantiza que un
1 Se emplea aquí el término “enunciado” como adaptación de utterance. Existen, no obstante, traducciones alternativas para el término utterance como, por ejemplo, “producción” (Aparici 1997).
2 El estudio de Sánchez (2005) analiza, como el nuestro, datos de español L2 –en concreto, de la variabilidad que presenta el sistema verbal del español o nativo- haciendo uso de las convenciones y programas del proyecto CHILDES y organiza la producción de sus sujetos a partir del enunciado como unidad de transcripción y análisis.
Anejo 2
405
sujeto que no emplea pronombres pospuestos en una sesión o etapa concreta no lo haga en la
siguiente oportunidad. Podría pensarse de esta forma que el contaje por palabras (es decir,
una si el pronombre es enclítico al verbo y dos si aparece antepuesto a él) pudiera llevarnos
alternativamente a menospreciar o a sobrevalorar la producción de los sujetos. Igualmente, el
hecho de que una de nuestras hipótesis de trabajo parta de la posibilidad de que los sujetos
transfieran usos y estructuras de su L1, nos lleva a predecir que los hablantes que tienen el
francés como una de sus L1s antepongan clíticos en contextos en los que normalmente
aparecerían pospuestos y, así, cuente como dos palabras lo que, en el discurso nativo que
tomamos como referente, el de nuestros sujetos de control, contaría como un único elemento.
En un primer momento, pues, todo lo anterior nos hizo descartar la palabra como posible
unidad de referencia y decantarnos por una unidad mayor. A partir de ahí, no obstante, nos
enfrentamos con un problema diverso, relativo esta vez a la naturaleza misma de las
entrevistas administradas a los sujetos del estudio.
Como se ha explicado en el apartado 4.3.2 del capitulo IV, las entrevistas se componen de
dos partes: en la primera el entrevistado responde a las preguntas que realiza el entrevistador,
mientras que en la segunda el sujeto ha de abordar la narración de una historia en solitario. De
alguna manera, la elección de la cláusula como unidad en que se dividen las narraciones y que
nos sirve para medir la extensión de los textos respondía a la búsqueda de una solución de
compromiso determinada por la necesidad de encontrar un equivalente al enunciado en el
contexto de la narración (Berman y Slobin 1994, Aparici en preparación). La primera
posibilidad que se barajó fue, obviamente, la oración ya que una división de la producción
que atendiese a criterios pura y exclusivamente sintácticos resultaría, en principio, una
división clara. Sin embargo, dadas las particularidades que caracterizan típicamente al
discurso oral en oposición, por ejemplo, a modalidades escritas de discurso, abandonamos
pronto esta creencia.1 Metodológicamente, por otro lado, hablando y desde un punto de vista
eminentemente práctico, esta división en líneas de la producción de los sujetos facilita
1 Recogemos aquí la idea, que se expresa en diversos trabajos sobre el desarrollo tardío de la estructura de cláusula (Aparici, Tolchinsky y Rosado 2000, Aparici en preparación), de que determinados conectores coordinantes y subordinantes son empleados en el discurso oral como lo que se ha denominado elementos de discourse glue relacionado con oraciones que, desde un punto de vista estrictamente sintáctico, ponen en relación de coordinación o de subordinación dos oraciones que, en realidad, funcionan en realidad como oraciones independientes; así, en estos casos es imposible asignar a estos conectores un estatuto equivalente al de verdaderas conjunciones coordinantes o subordinantes. De este modo, este tipo de oraciones son, por su extensión, inadecuadas para establecer comparaciones con las, a veces muy breves, intervenciones que constituyen los enunciados de los hablantes de la muestra.
Anejo 2
406
visualmente el trabajo de codificación que se realiza en las líneas dependientes de las líneas
principales.
La cláusula nos pareció al principio el mejor candidato como unidad de ponderación de la
longitud de los textos tanto desde el punto de vista metodológico como desde el teórico
puesto que contar con ella como unidad de medida en detrimento de la oración en secuencias
de discurso oral como las que nos ocupan supone, de algún modo, prevenir la imposibilidad
de computar como una unidad secuencias que, ateniéndonos a criterios exclusivamente
sintácticos, conformarían efectivamente una única oración y tendrían que ser tratadas como
una sola producción con independencia de su longitud o de que constituyan unidades
claramente diferenciadas en lo que a contenido se refiere.
Sin embargo, y para nuestra sorpresa, una vez extraídos los contajes de número de cláusulas y
ponderadas las producciones de clíticos y artículos de los sujetos a partir de esta cifra, el
primer acercamiento a los datos no reveló importantes diferencias entre el número de
cláusulas producido, por ejemplo, por los sujetos del grupo BAR frente a los del grupo de
control (CON). Este dato considerado aisladamente es, como decimos, cuando menos
sorprendente y nos hizo decidir que había que volver sobre las transcripciones originales para
tratar de averiguar cuál era la causa de que las diferencias observadas en el dato que, en
teoría, nos permitiría distinguir entre hablantes y grupos más y menos productivos fuera tan
poco significativa.
Los textos originales revelaron que la naturaleza, digamos, mixta de las entrevistas era
responsable de que las diferencias entre los totales de cláusulas no resultaran significativas.
Las entrevistas que componen la muestra incluyen dos géneros discursivos diferentes:
a) interacción con un interlocutor en forma de preguntas y respuestas y/o juegos de rol y
b) narración monológica de una historia breve), el cómputo total de las cláusulas arroja
una información inexacta, exagerada, digamos, con respecto a la cantidad de la
producción.
Vamos a ilustrar el problema con un ejemplo: imaginemos una situación en la que el
entrevistador realiza una serie de preguntas a uno de los sujetos de la muestra. Nuestra
transcripción tratará la intervención de ese sujeto, delimitada por las intervenciones del
Anejo 2
407
investigador, como una cláusula autónoma que será contabilizada como tal,
independientemente de la extensión de la misma. Es decir, tanto a una respuesta articulada en
la forma de una oración completa como al relleno sonoro de una pausa que sólo indica que el
sujeto quiere mantener abierto el canal de la comunicación se les otorga el estatuto de
cláusula y, en el cómputo total, se contabilizan como secuencias equivalentes y ello, como
podemos imaginar, deriva en que los datos con los que contamos no reflejan con exactitud
qué está ocurriendo, cuánto producen los sujetos realmente. De hecho, algunos de los
integrantes del grupo BAR cuentan con muy pocas instancias de lo que consideraríamos una
cláusula completa. Consideremos el siguiente ejemplo en (4):
(4) *INV: Empezamos, yo te pongo dibujos y te hago algu nas preguntas
sobre esos dibujos vale ? *LIN: mhmm@fp . *INV: éstos se llaman Juan y se llaman Elena . *LIN: Lena . *INV: Elena . *LIN: Elena . *INV: mhmm@fp los conoces ? *LIN: 0. *INV: dime algo xxx . *LIN: no entiendo. *INV: no los conoces <sabes quiénes son> [% interr ogativo]
no ? *LIN: 0 . *INV: <quienes podrían ser> [% interrogativo] qué es esto que lleva
aquí ? *LIN: libro, libro #. *INV: <qué son> [/] qué son ? *LIN: vosotros [?] va a llegar a escuela . *INV: muy bien, tú le pedirías el libro ? *LIN: 0 . *INV: a ver, esta chica está leyendo una carta # t iene una carta,
la está leyendo ? *LIN: mhmm@fp . [LIN (BAR), 1, 5]
Tanto aquellas oportunidades en que el sujeto produce una cláusula ZERO (entendida como
la pérdida de un turno de palabra que se asigna directamente por parte del interlocutor), como
aquéllas para las que la única réplica es una respuesta afirmativa, una negación o un relleno
de pausa son en el cómputo total contabilizadas como cláusulas a la altura de enunciados de
una longitud media mayor. Como es de suponer, esto distorsiona la percepción que
obtenemos acerca de lo que realmente hacen los hablantes y en nuestro caso derivó en el
Anejo 2
408
abandono de la cláusula como unidad de medida para ponderar la producción de todos los
hablantes del corpus.1
En resumen, por un lado es posible encontrar unidades que corresponden a turnos que son
menores que la cláusula (tal es el caso de sintagmas o palabras aislados que se emiten como
respuestas a preguntas o similares) y, por otro, tenemos cláusulas que contienen más de un
verbo conjugado a pesar de que es éste el criterio primero que seguimos al establecer la
división en cláusulas de un texto oral o escrito, como ocurre en aquellas unidades que
contienen oraciones de relativo como modificadores de un SN. Véanse a continuación los
ejemplos en (5a), (5b) y (5c):
(5a) *LUC: Hay una otra que busca alguna cosa en al gún #
cajón . [LUC (OTT) 2, 6] (5b) *LUC: Esa mañana Juan se fue a la oficina dura nte
que José volvió a su casa . [LUC (OTT) 3, 5] (5c) *NIM: porque su padre siempre le haría gustado que su niño sea en el coro . [LUC (OTT) 1, 3]
De este modo, a pesar de que los textos fueron segmentados y codificados partiendo de líneas
principales que corresponden a cláusulas, en los contajes que se refieren a volumen total de
producción de los sujetos y en el porcentaje que sobre tal volumen suponen los clíticos y los
artículos optamos, finalmente, por la palabra como unidad de ponderación.
2.1.2 Las repeticiones
Haciendo uso de las herramientas de CHILDES, las autocorrecciones,
reformulaciones, imitaciones parciales e incluso repeticiones completas han sido transcritas
pero convenientemente eliminadas del contaje total de producciones (v. sección 4.3.2 en el
Capítulo IV dedicado a la descripción de las entrevistas empleadas en el estudio a
continuación)2. El programa de transcripción de datos lingüísticos empleado (CHAT) dispone
1 No somos, desde luego, los primeros en enfrentarnos a este problema; en estudios anteriores sobre L2 realizados a partir de datos similares a los nuestros (Lin 1996), dada la naturaleza de los mismos, se hacía evidente como las características del discurso de estos hablantes hacían muy complicado su análisis.
2 En este sentido, mencionaremos los trabajos realizados sobre el aprovechamiento de las herramientas que brindan CHILDES y el conjunto de programas de CLAN en la explotación de las autocorrecciones y reformulaciones por parte de aprendices de ELE a partir de textos orales y escritos (v. Díaz y Ruggia 2004, Díaz y Bekiou 2005).
Anejo 2
409
de una serie de convenciones por las cuales pueden señalarse pausas, interrupciones,
interferencias o encabalgamientos así como las palabras y/o las producciones mayores
ininteligibles. Véase el ejemplo de (6):
(6) *INV: vale, la chica del pelo negro es de
México. *GAO: es de México ? *INV: México . *GAO: México . *INV: México . *GAO: <de dónde> [/] de dónde es el [//] la chica de el
pelo negro ? *INV: me he comprado un regalo muy bonito . *GAO: <qué compr qué com> [//] qué ha comprado ? *INV: vale , le gusta la lectura . *GAO: <le gu> [//] a qué te gusta ? *INV: Maruja se compró un coche por treinta mil pe setas. *GAO: <cuánto vale> [/] cuánto vale este coche de [/] de
+... *INV: Maruja . *GAO: Maruja . [GAO (BAR) 1, 4]
Cuando hablamos de número de palabras, las cifras que proporcionamos no incluyen las
repeticiones y/o reformulaciones de una palabra o serie de palabras ni tampoco las pausas que
en discurso oral se “rellenan” por medio de muletillas y emisiones que normalmente se
transcriben (normalizadas) como ‘eh’, ‘mhmm’, ‘ah’.... Los programas de CLAN nos
permiten excluir estos elementos de los contajes siempre y cuando en la transcripción hayan
sido convenientemente señalados como repeticiones o elementos especiales por medio de un
símbolo o código que aparece pospuesto a dichas formas y que indica al programa que se trata
de elementos especiales que no han de contabilizarse como palabras en el cómputo total.
Ilustra lo anterior el ejemplo de (7):
(7) *INV: Muy bien, A ver, eh@fp, qué le dice el ca ballo a la vaca ? *FAL: ah@fp, el caballo, Pedro, eeh@fp, dice # aa # . *INV: en@fp vaca . *FAL: a vaca # eh@fp # a # a el toro # a el toro, e h@fp, buenos
días, cómo te llama, eh@fp # cómo eh@fp cómo # se l lama ? *INV: Sí, bien, A quién mira el pajarito ? *FAL: ehmm@fp, el pajarito mi:rar el toro . 1
[FAL (OTT) 1, 4]
Cabe señalar, por otra parte, que en un principio disponíamos de otro tipo de repeticiones
puesto que algunas entrevistas de la primera etapa – en concreto las de los cinco primeros
1 El símbolo # se emplea para señalar la presencia de una pausa no articulada mientras que el @fp postpuesto a una interjección o pausa articulada de este tipo indica automáticamente al programa que las formas que lo contienen no han de ser incluidas en el cómputo total de palabras.
Anejo 2
410
sujetos del grupo OTT– incluían una sección en la que los sujetos tenían que repetir lo más
fielmente posible unos enunciados o estructuras previamente emitidos por el investigador.
Las emisiones producidas en estos contextos fueron codificadas por separado del resto de la
producción en las líneas dependientes %der y %clr, un ejemplo de ello aparece en (8):
(8) *INV: Repeticiones, escucha atentamente y repit a por favor, no quiere levantarse cuando suena el despertador. *JOS: <No quiere levantarse cuando> [//] No quiero leventarse
cuando suena el despertador . %der: ADms %clr: PSseP %com: problema con la flexión *INV: Juan desayuna a las ocho mientras lee el peri ódico . *JOS: Juan desayuna a las ocho # lee el periódico . %der: ADfp ADms %clr: ODms *INV: Lo lee todos los días ? *JOS: Lo lee todos los días . %der: QTADmp %clr: PRloA *INV: El camarero le dió el menú para leerlo . * JOS: El camarero le dió un menú para leerlo . %der: ADms AIms %clr: PRleD ODms PSloA *INV: A las once de la noche está cansado . *JOS: A las once de la noche estás cansado . %der: ADfp ADfs
[JOS (OTT) 1, 2]
A pesar de que estamos convencidos de que este tipo de repeticiones pueden ser un elemento
de gran valor para el análisis de la calidad de la comprensión y la producción de los sujetos y
a pesar también de que ya disponíamos de ellas cuando planteábamos el diseño de este
trabajo, decidimos eliminarlas del contaje total de producciones de los sujetos. Estas
repeticiones nos parecen, sin duda, una fuente de información interesantísima que esperamos
poder explotar (y comparar en su momento con los resultados que arroje nuestro estudio) en
futuras investigaciones aunque en esta ocasión, sin embargo, prescindimos de las mismas
principalmente por dos motivos, a saber: en primer lugar no todos los sujetos realizaron
entrevistas cuyo diseño incluyera una sección de repeticiones y no nos parecía oportuno
incluir un elemento que acentuara las posibles diferencias observadas en la cantidad y la
naturaleza de los datos disponibles para unos y otros sujetos. De la misma forma, la
comprensión de datos lingüísticos es un área de un gran interés cuyo análisis debe, sin
Anejo 2
411
embargo, abordarse con suma cautela, a partir de una cantidad de datos aceptable y
empleando, además, unas herramientas de análisis adecuadas a ese tipo concreto de datos1.
1 Recientemente están proliferando los trabajos sobre procesamiento en L2 entre los que, sólo a modo de ejemplo, citamos aquí el de Robinson (2001, 2003) o el de Marinis (2003).
Anejo 2
412
2.1.5 Ejemplo de producción: textos transcritos en CHAT (OTT)
@Begin @Participants: CLA Cla subject, BEG Beg investigat or @Age of CLP: 14; @ID: 00=CLP @Sex of CLP: Female @Language: Spanish (L2), English (L1), French (L1) @Activities: Oral Interview 1 Year 2 @Date: 28-NOV-1998 @Location: Liceé Claudel (Secondary School, Ottawa , Canada) @Transcriber: Elisa @Comment: Entrevista Uno *BEG: Parte uno, cómo te llamas? *CLA: Claire . *BEG: de dónde eres? *CLA: Aylmer, a proximidad de Ottawa . *BEG: cómo se llama tu profesor de español? *CLA: Madame Soloaga . *BEG: te gusta el español? *CLA: sí . *BEG: dónde vives? *CLA: Aylmer , cómo te llamas? *BEG: me llamo Begoña Soloaga . *CLA: te gusta el francés? *BEG: si, me gusta mucho . *CLA: dónde vives? *BEG: vivo en Hull, al limite con Aylmer # . *CLA: dónde está el caballo? *CLA: el caballo está corriendo en el campo . *BEG: cómo se llama? *CLA: cómo se llama el caballo? *BEG: sí, sí . *CLA: Pepito. *BEG: tienes un caballo en casa? *CLA: no . *BEG: qué se ve en esta escena? *CLA: el caballo mira el [/] el toro . *CLA: y el toro mira el caballo . *BEG: qué le dice el caballo a la vaca? *CLA: te gusta: [/] te gusta l herbe? *BEG: la hierba . *CLA: la hierba del campo <de tu> [/] coté de tu +. .. *BEG: lado. *CLA: lado. *BEG: a quién mira el pajarito? *CLA: <el toro> [/] el pajarito mira la vaca. *BEG: por qué salta el caballo? *CLA: para ver el toro y el pajarito. *BEG: qué piensa el pajarito? *CLA: que el caballo, je ne le sais pas. *BEG: está preocupada la vaca? *CLA: mhmm@fp . *BEG: por qué está rota la valla? *CLA: porque el caballo cassé. *BEG: ha roto.
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*CLA: ha roto, salta, puede repetir la pregunta? *BEG: por qué esta rota la valla? *BEG: quién ha saltado la valla? *CLA: no sé +... *BEG: y qué le ha pasado al caballo? *CLA: el caballo tombé. *CLA: el caballo +... *BEG: qué hace la doctora vaca? *CLA: <la vaca> [/] la vaca <aida la caballa> [//] cura la caballo. *BEG: dónde tiene la herida el caballo? *CLA: <a la pa> [/] a la pa +... *BEG: quién es la ayudante de la doctora vaca? *CLA: puede repetir? *BEG: quién es el ayudante? *CLA: el pajarito. *BEG: Narración de la historia. *CLA: el caballo corre en el campo . *CLA: y después el caballo encuentra la vaca . *CLA: y el pajarito que están del otro <de del lado > [/] del lado de la vaje . *CLA: y el caballo salta la para ver el vaca y el p ajarito . *CLA: pero el caballo +... *BEG: cae . *CLA: <cae, cae> [/] cae la vaca . *CLA: y el pajarito aida al caballo a [/] a se +... *BEG: curar. *CLA: a se cura la pata. @End
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Ejemplo de producción: textos transcritos en CHAT (BAR)
@Begin @Participants: GAO Gao subject, TON Ton investigato r @Age of GAO: 0; @ID: 1.2.1.2.13.5=GAO @Sex of GAO: Male @Language: Spanish (L2), Chinese (L1) @Activities: Oral Interview 5 @Date: 26-NOV-1998 @Location: EOI (Escuela Oficial de Idiomas Barcelo na) @Transcriber: ER *TON: mira éstos son dos, dos personas que son Juan y Elena . *GAO: Juan y Lena . *TON: y Juan y Elena son , son estudiantes eh@fp va le los [/] los conoces [% interrogativo] conoces a Juan y Ele na ? *GAO: conoces [% interrogativo] mmh@fp sí . *TON: les vas a pedir el libro de inglés [% interro gativo] les vas a pedir un libro de inglés ? *GAO: no sé . *TON: no sabes , muy bien # vale , esta mujer está leyendo una carta de eh@fp su amiga de una amiga mhmm@fp [% interrogativo] está leyéndola ? *GAO: sí que está leyéndola . *TON: muy bien se la ha enviado una amiga o una ami go ? *GAO: # no sé . *TON: no sabes, bueno, dibujo tres eh@fp [% interro gativo] # esta mujer ha ido a una tienda y ha visto esta ca misa mhmm@fp [% interrogativo] crees que la va a compr ar ? *GAO: mhmm@fp no sé , sí . *TON: vale, cuánto le costará ? *GAO: costera ? *TON: cuánto le costará ? *GAO: cinco # no sé . *TON: cinco, muy bien no pasa nada , cuatro eh@fp [ %
interrogativo] dice Juan y sus hijos están limpian do eh@fp el coche , con qué lo limpian ?
*GAO: con [/] con su hijos . *TON: con su hijos <quién les ayuda> [% interrogati vo] ay@i , quieres ayudarles ? *GAO: no . *TON: no, muy bien , xxx . *GAO: xxx . *TON: ya te he dicho que no, no es difícil eh@fp # vale, tú tienes
una historia de dos amigos, como quieras, Juan y J osé, o Juan y Gao o como quieras, eh@fp que van de excur sión, aquí tienes los números uno, dos, tres y cuatro eh@ fp [% interrogativo] , pues van de excursión y <me puedes explicar un poco la historia> [% interrogativo] qué hacen dó nde van etcétera .
*GAO: eh@fp [% tose] cómo se llaman ? *TON: Juan y José . *GAO: Juan y Jose <está vas> [//] están vas están p aseando y [/] y # Juan y Jose está [///] echa la xxx entonc es [?] no [/] . *TON: a ver, qué hacen aquí ?
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*GAO: lee libro [//] leen libros . *TON: vale, y en el tres ? *GAO: tres están <jugan jugan jugan> [/] jugan el p elota [/] pelota . *TON: al fútbol no ? *GAO: fútbol . *TON: y en cuatro ? *GAO: en cuatro están nadar [/] nadar [//] nadando? *TON: nadando, eh@fp en cinco . *GAO: en cinco están [/] están subiendo . *TON: subiendo el qué [% interrogativo] . *GAO: subiendo a montana . %com: es la preposición o hace de artículo ? *TON: muy bien # . *GAO: y en cuatro [?] seis y están co [/] cogiendo el autobus, en siete están comiendo . *TON: qué comen ? *GAO: comen el bocadillo . *TON: muy bien . *GAO: el seis y el ocho y: han xxxx el nueve vuelve [/] vuelve en [?] casa el diez <están duer están> [//] duermen, están leyendo . *TON: bien . @End
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Ejemplo de producción: textos transcritos en CHAT (CON)
@Begin @Participants: JUL Julio subject, INV investigator @Age of JUL: 25; @ID: 00=S @Education of JUL: ? @Sex of JUL: Male @Language: Spanish (L1) @Activities: Oral Interview 2 @Date: 06-SEP-1995 @Location: University de Ottawa, Canadá @Transcriber: ER @Comment: CTR4_Adult *INV: Completar preguntas, Juan tiene que ir al méd ico el viernes,Cuándo +... *JUL: tiene que ir Juan al médico? *INV: Me llamo Sara, Cómo +... *JUL: me llamas? %com: debe de ser un error en la transcripción o u na broma *INV: María compra el periódico todos los días en e l mercado, Dónde +... *JUL: compra María el periódico usualmente? *INV: Pedro se fue de la fiesta porque tenía que es tudiar, Por qué +... *JUL: se fue Pedro de la fiesta? *INV: La chica del pelo negro es de México, De dónd e +... *JUL: es la chica del pelo negro? *INV: Mi hermano me compró un regalo muy bonito, Qu é +... *JUL: se compró tu hermano? *INV: Le gusta la lectura, Qué +... *JUL: le gusta mucho a tu hermana? *INV: Pablo le regaló flores a María, A quién +... *JUL: le regaló Pablo flores? *INV: María sale con su novio todos los días, Con q uién +... *JUL: sale María diariamente? *INV: Completar oraciones, la madre pregunta +... *JUL: a los niños si quieren leche. *INV: Esta mujer piensa +... *JUL: en comerse un pollo asado. *INV: Esta es la señora +... *JUL: que está, que piensa en comerse un pollo asad o cuando llegue a casa. *INV: Juan no sabe +... *JUL: a qué hora sale el primer metro . *INV: Este es el joven +... *JUL: que está llamando por teléfono al metro . *INV: Este señor les dice +... *JUL: que sus butacas están al fondo a la derecha. *INV: Estos son los señores +... *JUL: que preguntan dónde están sus localidades. *INV: Aquí está el profesor +... *JUL: que la suma de los cuadrados es igual al cate to de la hipotenusa. *INV: Aquí están las mujeres +... *JUL: jugando al tenis, la Arancha Sánchez y +...
Anejo 2
417
*INV: Esta es la sala +... *JUL: de esparcimiento, o de recreo, o yo qué sé, d e diversión. *INV: Narración basada en historieta gráfica. *JUL: Pues, ya es muy tarde y los niños no quieren dormirse . *JUL: porque están super contentos . *JUL: porque al día siguiente salen de viaje, . *JUL: El padre hace la maleta, . *JUL: <se van> [/] se van al chalet ya, de playa, q ue tienen . *JUL: y, como el chalet está muy mal, se [//] decid en irse a un hotel, . *JUL: Entonces, nada, el padre está descansando en su tumbona, leyendo un libro, . *JUL: Los niños haciendo castillitos de arena y tal , mientras la madre los vigila, . *JUL: luego se van a la cama, . *JUL: duermen muy bien porque están cansandos de to do el día . *JUL: y al día siguiente pues salen [/] salen a ver la ciudad. *JUL: Cogen el metro, . *JUL: el padre se queda sin dinero después de las c ompras . *JUL: y piensa que lo mejor es quedarse en la playa porque allí no se gasta mucho dinero . *JUL: así que al día siguiente será eso lo que haga n. @End
ANEJO 3. SOBRE LA CODIFICACIÓN Y EL CONTAJE DE LOS
DATOS DE LA MUESTRA
3.1 Sistema de codificación
En este apartado presentamos en primer lugar la forma en que se confeccionaron
nuestras líneas de codificación así como los códigos que éstas contienen aludiendo a los
diversos problemas que se nos iban planteando según se desarrollaba el proceso de
categorización de los determinantes y los clíticos producidos por los sujetos de la
muestra y a la forma en que intentábamos resolver dichos problemas. Igualmente,
comentamos en el segundo apartado a la forma en que se ha medido y contabilizado la
producción lingüística de nuestros hablantes con objeto de poder, en la forma en que se
relata en el apartado último de esta sección, proceder convenientemente al análisis de
esos datos.
En nuestro trabajo el objetivo principal ha sido en todo momento desarrollar, haciendo
uso de las herramientas y facilidades que proporcionan los programas de CHILDES, un
sistema de codificación lo más descriptivo y transparente posible (v. sección 3.2 Manual
de codificación (Rosado 2001)). La asignación de códigos en el formato CHAT se
efectúa manualmente partiendo de los que cada investigador crea (o adapta) según las
necesidades particulares de su estudio.1
Nuestra labor de codificación consistió específicamente en insertar dos líneas
dependientes de la línea principal: una línea %det con información sobre los artículos y
determinantes en general que producen los sujetos de la muestra y otra, %cli, en la que
se codifica todos los clíticos producidos. Ambas líneas recogían no sólo todos los
elementos producidos por los sujetos sino también todos los contextos de producción
obligatoria de dichos elementos. Véanse los ejemplos de (1a) y (1b):
1 No obstante, como se ha señalado anteriormente, hoy CHILDES ofrece la posibilidad de codificar automáticamente la morfología de un corpus dado que haya sido transcrito en CHAT (v. la referencia al desarrollo de la línea %mor en la sección anterior).
Anejo 3
420
(1a) *INV: Bien, muy bien, a quién mira el pajarito [%interrogativo],a quién mira el pajarito? *JOA: El pajarito mira a la: vache ? %det: ADms ADfs
(1b) *INV: ah@fp, quién es el ayudante de la doctor a
vaca ? *JOA: ah@fp, es el pajarito que [//] qui se llama #
Elisabet . %det: ADmsO %cli: PRseP [JOA (OTT) 2, 2]
Disponíamos igualmente de dos líneas alternativas (%der y %clr) destinadas a contener
información sobre los clíticos y los determinantes producidos en las secuencias emitidas
por los hablantes como repeticiones de enunciados propuestos por el investigador; de
ellas nos hemos ocupado en la sección 2.1.2 del Anejo 2.
A la hora de clasificar los determinantes y pronombres de la muestra, se intentó en todo
momento, como decimos, que los códigos empleados resultaran lo más descriptivos
posible. Incluimos a continuación algunos ejemplos que quieren ilustrar el modo en que
fueron establecidos. Los primeros que acuñamos, desarrollados para la descripción de
los determinantes, contenían, por este orden, información sobre el tipo de determinante
(artículo, demostrativo, posesivo, etc.)2, subtipo de determinantes dentro de una clase
mayor (artículo determinado/indeterminado, posesivos de primera, segunda o tercera
persona, etc.) y en un tercer nivel, sobre las marcas de morfología flexiva (género y
número) de la forma producida; véase el ejemplo de (2a):3
(2a) A: artículo D: determinado I : indeterminado
m: masculino f: femenino n: neutro s: singular p: plural
2 A pesar de que nos centramos exclusivamente en el análisis de los artículos determinados y, ocasionalmente, se hace referencia a los demostrativos y los posesivos, todos los tipos de determinantes (indefinidos, cuantificadores,...) fueron codificados.
3 El listado íntegro de categorías establecido para cada una de las líneas de codificación se proporciona en el Anejo 2.
Anejo 3
421
Siguiendo el mismo procedimiento se codificaron demostrativos y posesivos, véanse los
ejemplos de (2b) y (2c):
(2b) M: demostrativo T: este S: ese Q: aquel m: masculino f: femenino n: neutro s: singular p: plural (2c) S: posesivo (*) 1: primera ps. 2: Segunda ps. 3: tercera ps. 1p: primera ps. plural 2p: segunda ps. plural 3p: tercera ps. plural m: masculino f: femenino s: singular p: plural
Para ilustrar mejor la forma en que se procedió en la asignación de códigos incluimos, a
modo de ejemplo, algunas secuencias reales de producción y su correspondiente
codificación en (3a), (3b) y (3c):
(3a) *INV: está preocupada la vaca ? *PHI: si porque el caballo es su amigo . %det: ADms S3ms [PHI (OTT) 2, 1]
(3b) *CLA: ehmm@fp después la familia eh@fp # # va [/] #
van, ehmm@fp, # en su coche en vacaciones +… %det: ADfs S3ms Zfp [CLP (OTT) 2, 3]
(3c) *DAN: eh@fp, este dibujo cómo se llama ?
%det: MTms *INV: es un triángulo . *DAN: y: eh@fp <sabes cómo # eh@fp ese [/] ese> [// /]
a ver, ése cómo se llama ? %det: PMSms [DAN (OTT) 2, 6]
La forma en que se iban a codificar las formas idiosincrásicas producidas por nuestros
hablantes no nativos implicó tomar una serie de decisiones, digamos, comprometidas en
la medida en que, a la hora de categorizar aquellas producciones que se desvían de la
forma nativa adulta, CHILDES dispone de opciones para ello tanto desde el sistema de
Anejo 3
422
transcripción como desde las líneas destinadas a la codificación, se trata de símbolos
que permiten codificar como errónea una forma dada bien en la misma línea principal
bien en una línea dependiente específica que sólo incluya información sobre las
producciones “erróneas” de un hablante determinado (%err).
Sin embargo, dadas las características de nuestro estudio y la naturaleza de las
producciones de los sujetos del mismo, tratar parte de dicha producción como errónea
no nos pareció una posibilidad coherente. Para nosotros, de alguna manera, esto podría
resultar un tanto contradictorio dentro del estudio de una disciplina que, como la
nuestra, ha tardado un tiempo considerable en otorgar estatuto de lengua natural a los
sistemas de interlengua y considerar que aquellas formas, aquellas estructuras que se
desvían de la norma y/o uso nativos son errores cuando no son nada más, y nada menos,
que reflejo del sistema gramatical que el hablante no nativo de una lengua dada posee en
el momento en que se tiene acceso a ese dato concreto.
De este modo, las formas idiosincrásicas producidas por nuestros sujetos han sido
codificadas, dentro de lo posible, atendiendo a criterios puramente descriptivos, se han
marcado en la correspondiente línea dependiente (%det o %cli) y aparecen seguidas de
una barra oblicua que indica que en el sistema adulto de la LO hubiera correspondido
una forma diferente que aparece inmediatamente después de la barra, véase el ejemplo
de (4):
(4) *INV: Está contenta?
*LUC: Sí, esta muy contenta. *INV: Por qué? *LUC: Porque él sonríe y la día es muy [/] muy, gu apa? %det: ADf/ms [LUC (OTT) 1, 6]
Las omisiones –entendidas como la no producción de un elemento obligatorio en un
contexto dado– han sido marcadas por medio del código (z) como se muestra en el
ejemplo (5a). Si la omisión de una forma dada deriva en una secuencia agramatical en la
lengua objeto, ésta aparece seguida de la especificación para género y número de la
forma nativa correspondiente a la omitida en ese contexto. De la misma manera, la
sobreproducción de una forma dada se señala como la inclusión de ese elemento en un
contexto en que la norma y/o el uso adulto supone no producir forma alguna tal y como
se ilustra en los ejemplos de (5a) y (5b).
Anejo 3
423
(5a) Z: ausencia de determinante [+ gén/núm del sustantivo]
*DAN: porque estudiar mucho mañana y en escuela tienen un examen . %det: Z/ADfs AIms [LIN (OTT) 2, 3]
(5b) *INV: este es el padre, ves [% interrogativo] no tiene dinero .
*LIN: oh@i [% ríe] no [/] no tiene dinero [//] el d inero eh@fp .
%det: AD/Zms [LIN (OTT) 1, 3]
3.1.1 Las omisiones
Referirse al análisis de las omisiones de un elemento dado en un contexto
específico es una cuestión, cuando menos, controvertida en la medida en que analizar
algo que no ha sido emitido puede tener consecuencias importantes a la hora de
interpretar la solidez y la naturaleza los datos. Esta cuestión plantea al investigador la
necesidad de encarar el análisis de aquello que no se ha producido a sabiendas de que ya
la mera descripción de los datos se ha de abordar desde una perspectiva teórica concreta
que contemple o no la posibilidad de considerar también aquello que no está e
interpretar esa ausencia como un dato que puede llegar a ser de suma importancia.
Plenamente conscientes de lo arriesgado que resulta abordar el análisis de las omisiones,
coincidimos con Bel (1998) en que proponerse recoger y utilizar los datos desde un
marco teóricamente neutro es, en realidad, algo imposible ya desde la mera descripción
de los mismos.
Eso sí, dado que uno de nuestros principales objetivos era alcanzar el mayor grado
posible de fiabilidad tanto en la descripción como en el posterior análisis de los datos, y
teniendo en cuenta, además, que las omisiones han sido codificadas como formas
idiosincrásicas propias de la IL de nuestros sujetos, proporcionamos los análisis
realizados tanto sobre un total de producciones que incluye las omisiones interpretadas
como contextos de producción de una forma dada, como sobre un total que tiene en
cuenta sólo las formas efectivamente producidas. Así, al hablar de usos correctos
(nativos) frente a usos no nativos, la no producción de un artículo o un clítico en un
determinado contexto será contabilizada como una forma no nativa. Sin embargo, los
porcentajes sobre totales de producción de un elemento dado son calculados excluyendo
Anejo 3
424
las omisiones del cómputo total, es decir, sobre el total de formas (nativas y no nativas)
producidas.
Es necesario señalar en este sentido, cómo en un estudio como el nuestro, el análisis de
la no producción resultará, llegado el momento, de vital importancia si queremos ser
capaces de distinguir entre lo que supone la omisión y/o el uso de un elemento que,
como es el caso del artículo del español, cuenta entre sus posibles realizaciones, con el
cero fonético [Ø]. En (6a) y (6b) se incluye respectivamente un ejemplo no nativo y uno
no nativo que ilustran todo lo anterior:
(6a) *LIN: # eh@fp <a las cuatro, a las cuatro> [/ /]
a las cinco el señor Pérez ehm@fp trabajar en consejo de administración . 4 %det: ADfp ADms Z/ADms Zfs [LIN (OTT) 2, 6]
(6b) *JUL: Eh@fp luego, justo despúes de comer .
*JUL: tiene un consejo de administración,y más reuniones .
%det: AIms Zfs Zfs Zfp [JUL (OTT) 1, 6]
4 En el ejemplo de (6a) sólo señalamos –por medio del código Z/ADms– la omisión del artículo sin pararnos en considerar la agramaticalidad de, por ejemplo, la forma verbal que, como vemos, no aparece flexionada para persona. Nuestra codificación, recordémoslo, sólo se ocupa de la caracterización de los clíticos y, como en el caso del ejemplo, de las formas de determinante.
Anejo 3
425
3.2 Listado de códigos empleados. Manual de codificación
Determinantes P: pronombre: ausencia de N (=NDrop) (default= no pronominal) Z: ausencia de determinante [% señalar aquí género y número]
A: artículo
D: determinado / C: contracción (al/ del) (¿?) I : indeterminado
m: masculino f: femenino n: neutro s: singular p: plural
J: +SAdj [m/f, s/p] P: +SPrep O: +Oración
M : demostrativo T: este S: ese Q: aquel m: masculino
f: femenino n: neutro
s: singular p: plural
J: +SAdj [m/f, s/p] O: +Oración
S: posesivo (*) 1: primera ps. 2: Segunda ps. 3: tercera ps. 1p: primera ps. plural 2p: segunda ps. plural 3p: tercera ps. plural m: masculino f: femenino s: singular p: plural
J: +SAdj [m/f, s/p] O: +Oración
F: indefinido R: Otro G: Algún
m: masculino f: femenino s: singular p: plural
J: +SAdj [m/f, s/p] O: +Oración Q: Cuantificadores M: Mucho C: Cuanto
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D: Cada T: Todo N: Ningún
m: masculino f: femenino s: singular p: plural
J: +SAdj [m/f, s/p] O: +Oración
N: Numeral p: plural
Clíticos PR: Preverbal PS: Postverbal
me:
A: Acusativo D: Dativo, ditransitivo D2: Dativo, experimentador P: verbo pronominal F: reflexivo C: recíproco (no se aplica)
te: A: Acusativo D: Dativo, ditransitivo D2: Dativo, experimentador P: verbo pronominal F: reflexivo C: recíproco (no se aplica)
le/ les: A: Acusativo D: Dativo, ditransitivo D2: Dativo, experimentador
lo/ los: A: Acusativo D: Dativo, ditransitivo D2: Dativo, experimentador
la/ las: A: Acusativo D: Dativo, ditransitivo D2: Dativo, experimentador
nos: A: Acusativo D: Dativo, ditransitivo D2: Dativo, experimentador N: verbo pronominal F: reflexivo C: recíproco
os: A: Acusativo D: Dativo, ditransitivo D2: Dativo, experimentador
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P: verbo pronominal F: reflexivo C: recíproco
se: s/ p: singular/ plural D: Dativo, ditransitivo D2: Dativo, experimentador N: verbo pronominal F: reflexivo C: recíproco
xxccxx: Clitic Cluster xxcbxx: Clitic Doubling OD [m/f, s/p] O [: oración] OI [m/f, s/p] O [: oración]
&: Duda [% Se aplica a todas las líneas]
• Cuando hay un determinante m, f, s, p se refieren a la forma en cuestión cuando el det es un posesivo (S), un numeral no precedido por otro det (N) o un determinante nulo se refieren al sustantivo producido
Los códigos se aplican a las emisiones producidas por el sujeto, es decir, si hay omisión –al comparar con la correspondiente forma nativa adulta- aparecerá el código: Z/* (*= forma nativa adulta equivalente)
Anejo 3
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3.3 Ejemplo de producción: textos codificados (OTT) @Begin @Participants: CLA Cla subject, BEG Beg investigato r @Age of CLA: 14; @ID: 00=CLA @Sex of CLA: Female @Language: Spanish (L2), French (L1), English (L1) @Activities: Oral Interview 1 Year 2 @Date: 26-NOV-1998 @Location: Liceé Claudel (Secondary School, Ottawa , Canada) @Transcriber: ER @Comment: Entrevista 1 *BEG: Parte uno, cómo te llamas? *CLA: Claire . *BEG: de dónde eres? *CLA: Aylmer, a proximidad de Ottawa . %det: Z/ADfs *BEG: cómo se llama tu profesor de español? %det: S2sms *CLA: Madame Soloaga . *BEG: te gusta el español? *CLA: sí . *BEG: dónde vives? *CLA: Aylmer , cómo te llamas? %cli: PRteP *BEG: me llamo Begoña Soloaga . *CLA: te gusta el francés? %det: ADms %cli: PRteD2 *BEG: si, me gusta mucho . *CLA: dónde vives? *BEG: vivo en Hull, al limite con Aylmer # dónde es tá el caballo? *CLA: el caballo está corriendo en el campo . %det: ADms ADms *BEG: cómo se llama? *CLA: cómo se llama el caballo? %det: ADms %cli: PRseP *BEG: sí, sí . *CLA: Pepito. *BEG: tienes un caballo en casa? %det: ADms Zfs *CLA: no . *BEG: qué se ve en esta escena? *CLA: el caballo mira el toro y el toro mira el cab allo. %det: ADms ADms ADms *BEG: qué le dice el caballo a la vaca? *CLA: te gusta: [/] te gusta l'herbe? %det: l/ADfs *BEG: la hierba . *CLA: la hierba del campo <de tu> [/] coté de tu +. .. %det: AD fs ADC ms S2s ms *BEG: lado. *CLA: lado. %det: Zms *BEG: a quién mira el pajarito?
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429
*CLA: <el toro> [//] el pajarito mira la vaca. %det: ADms ADfs *BEG: por qué salta el caballo? *CLA: para ver el toro y el pajarito. %det: ADms ADms %cli: z/a_ODmp *BEG: qué piensa el pajarito? *CLA: que el caballo, je ne le sais pas. %det: ADms *BEG: está preocupada la vaca? *CLA: mhmm@fp . *BEG: por qué está rota la valla? *CLA: porque el caballo cassé. %det: ADms *BEG: ha roto. *CLA: ha roto, salta, puede repetir la pregunta? %det: ADfs *BEG: <por qué esta rota la valla> [% interrogativo ] quién ha saltado la valla? *CLA: no sé +... *BEG: y qué le ha pasado al caballo? *CLA: el caballo tombé, el caballo +... %det: ADms ADms *BEG: qué hace la doctora vaca? *CLA: <la vaca> [/] la vaca <aida la caballa> [//] cura la caballo. %det: ADfs ADf/ms %cli: z/a_ODf/ms *BEG: dónde tiene la herida el caballo? *CLA: <a la pa> [/] a la pa +... %det: ADfs *BEG: quién es la ayudante de la doctora vaca? *CLA: puede repetir? *BEG: quién es el ayudante? *CLA: el pajarito. %det: ADms *BEG: Narración de la historia. *CLA: el caballo corre en el campo y después el cab allo
encuentra la vaca y el pajarito que están <del otr o de del lado> [//] del lado de la vaje y el caballo salta la xxx para ver el vaca y el pajarito pero e l caballo +...
%det: ADms ADms ADms ASfs ADms ADCms ADfs ADms ADfs ADm/fs ADms ADms %cli: z/a_ODfs z/a_ODmp *BEG: cae . *CLA: <cae, cae> [/] cae la vaca y el pajarito aida al caballo
a [/] a se +... %det: ADfs ADCms *BEG: curar. *CLA: a se cura la pata. %det: ADfs %cli: PS/PRseF ODfs @End
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Ejemplo de producción: textos codificados (BAR) @Begin @Participants: GAO Gao subject, TON Ton investigato r @Age of GAO: 0; @ID: 1.2.1.2.13.5=GAO @Sex of GAO: Male @Language: Spanish (L2), Chinese (L1) @Activities: Oral Interview 5 @Date: 26-NOV-1998 @Location: EOI (Escuela Oficial de Idiomas Barcelo na) @Transcriber: ER *TON: mira éstos son dos, dos personas que son Juan y Elena. *GAO: Juan y Lena . *TON: y Juan y Elena son , son estudiantes eh@fp va le los [/] los conoces [% interrogativo] conoces a Juan y Ele na ? *GAO: conoces [% interrogativo] mmh@fp sí . %cli: PRZ/losA *TON: les vas a pedir el libro de inglés [% interro gativo] les vas a pedir un libro de inglés ? *GAO: no sé . *TON: no sabes , muy bien # vale , esta mujer está leyendo una carta de eh@fp su amiga de una amiga mhmm@fp [% interrogativo] está leyéndola ? *GAO: sí que está leyéndola . %clr: PSlaA *TON: muy bien se la ha enviado una amiga o una ami go ? *GAO: # no sé . *TON: no sabes, bueno, dibujo tres eh@fp [% interro gativo] #
esta mujer ha ido a una tienda y ha visto esta cam isa mhmm@fp [% interrogativo] crees que la va a comprar ?
*GAO: mhmm@fp no sé , sí . *TON: vale, cuánto le costará ? *GAO: costera ? *TON: cuánto le costará ? *GAO: cinco # no sé . %det: N& *TON: cinco, muy bien no pasa nada , cuatro eh@fp [%
interrogativo] dice Juan y sus hijos están limpiand o eh@fp el coche , con qué lo limpian ?
*GAO: con [/] con su hijos . %det: S3ms/p *TON: con su hijos <quién les ayuda> [% interrogati vo] ay@i , quieres ayudarles ? *GAO: no . *TON: no, muy bien , xxx . *GAO: xxx . *TON: ya te he dicho que no, no es difícil eh@fp # vale, tú
tienes una historia de dos amigos, como quieras, Juan y José, o Juan y Gao o como quieras, eh@fp que van de excursión, aquí tienes los números uno, dos, tres y cuatro eh@fp [% interrogativo] , pues van de excurs ión y <me puedes explicar un poco la historia> [% interrogativo] qué hacen dónde van etcétera .
*GAO: eh@fp [% tose] cómo se llaman ?
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431
%cli: PRseP *TON: Juan y José . *GAO: Juan y Jose <está vas> [//] están vas están p aseando y
[/] y # Juan y Jose está [///] echa la xxx entonce s [?] no [/] .
*TON: a ver, qué hacen aquí ? *GAO: lee libro [//] leen libros . %det: Z/ADms Zmp *TON: vale, y en el tres ? *GAO: tres están <jugan jugan jugan> [/] jugan el p elota [/] pelota . %det: ADm/fs *TON: al fútbol no ? *GAO: fútbol . %det: Zms *TON: y en cuatro ? *GAO: en cuatro están nadar [/] nadar [//] nadando? *TON: nadando, eh@fp en cinco . *GAO: en cinco están [/] están subiendo . *TON: subiendo el qué [% interrogativo] . *GAO: subiendo a montana . %det: a/ADfs & %com: es la preposición o hace de artículo ? *TON: muy bien # . *GAO: y en cuatro [?] seis y están co [/] cogiendo el autobus, en siete están comiendo . %det: ADms *TON: qué comen ? *GAO: comen el bocadillo . %det: AD/AIms *TON: muy bien . *GAO: el seis y el ocho y: han xxxx el nueve vuelve [/] vuelve en [?] casa el diez <están duer están> [// ] duermen, están leyendo . %det: ADNms ADNms & ADNms Zfs ADNms *TON: bien . @End
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Ejemplo de producción: textos codificados (CON) @Begin @Participants: JUL Julio subject, INV investigator @Age of JUL: 25; @ID: 00=S @Education of JUL: ? @Sex of JUL: Male @Language: Spanish (L1) @Activities: Oral Interview 2 @Date: 06-SEP-1995 @Location: University de Ottawa, Canadá @Transcriber: ER @Comment: CTR4_Adult *INV: Completar preguntas, Juan tiene que ir al méd ico el viernes,Cuándo +... *JUL: tiene que ir Juan al médico? %det: ADms *INV: Me llamo Sara, Cómo +... *JUL: me llamas? %cli: PRmeP/PRteP %com: debe de ser un error en la transcripción o u na broma *INV: María compra el periódico todos los días en e l mercado, Dónde +... *JUL: compra María el periódico usualmente? %det: ADms *INV: Pedro se fue de la fiesta porque tenía que es tudiar, Por qué +... *JUL: se fue Pedro de la fiesta? %det: ADfs %cli: PRseP *INV: La chica del pelo negro es de México, De dónd e +... *JUL: es la chica del pelo negro? %det: ADfs ADms *INV: Mi hermano me compró un regalo muy bonito, Qu é +... *JUL: se compró tu hermano? %det: S2ms %cli: PRseD *INV: Le gusta la lectura, Qué +... *JUL: le gusta mucho a tu hermana? %det: S2fs %cli: PRleD *INV: Pablo le regaló flores a María, A quién +... *JUL: le regaló Pablo flores? %det: Zfp %cli: AquiéncbPRleD *INV: María sale con su novio todos los días, Con q uién +... *JUL: sale María diariamente? *INV: Completar oraciones, la madre pregunta +... *JUL: a los niños si quieren leche. %det: ADmp Zfs *INV: Esta mujer piensa +... *JUL: en comerse un pollo asado. %det: AIms %cli: PSseP *INV: Esta es la señora +...
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*JUL: que está, que piensa en comerse un pollo asad o cuando llegue a casa. %det: AIms Zfs %cli: PSseP *INV: Juan no sabe +... *JUL: a qué hora sale el primer metro . %det: ADms *INV: Este es el joven +... *JUL: que está llamando por teléfono al metro . %det: Zms ADms *INV: Este señor les dice +... *JUL: que sus butacas están al fondo a la derecha. %det: S3fp ADms ADfs *INV: Estos son los señores +... *JUL: que preguntan dónde están sus localidades. %det: S3fp *INV: Aquí está el profesor +... *JUL: que la suma de los cuadrados es igual al cate to de la hipotenusa. %det: ADfs ADmp ADms ADfs *INV: Aquí están las mujeres +... *JUL: jugando al tenis, la Arancha Sánchez y +... %det: ADms ADfs *INV: Esta es la sala +... *JUL: de esparcimiento, o de recreo, o yo qué sé, d e diversión. %det: Zms Zms Zfs *INV: Narración basada en historieta gráfica. *JUL: Pues, ya es muy tarde y los niños no quieren dormirse . %det: ADmp %cli: PSseP *JUL: porque están super contentos . *JUL: porque al día siguiente salen de viaje, . %det: ADms Zms *JUL: El padre hace la maleta, . %det: ADms ADfs *JUL: <se van> [/] se van al chalet ya, de playa, q ue tienen . %det: ADms Zfs %cli: PRseP *JUL: y, como el chalet está muy mal, se [//] decid en irse a
un hotel, . %det: ADms AIms %cli: PSseP *JUL: Entonces, nada, el padre está descansando en su tumbona, leyendo un libro, . %det: ADms S3fs AIms *JUL: Los niños haciendo castillitos de arena y tal , mientras la madre los vigila, . %det: ADmp Zmp Zfs ADfs %cli: PRlosA *JUL: luego se van a la cama, . %det: ADfs %cli: PRseP *JUL: duermen muy bien porque están cansandos de to do el día . %det: ADms
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*JUL: y al día siguiente pues salen [/] salen a ver la ciudad. %det: ADms ADfs *JUL: Cogen el metro, . %det: ADms *JUL: el padre se queda sin dinero después de las c ompras. %det: ADms Zms ADfp %cli: PRseP *JUL: y piensa que lo mejor es quedarse en la playa porque allí no se gasta mucho dinero . %det: PADnsA ADfs QMms %cli: PSseP PRseP *JUL: así que al día siguiente será eso lo que haga n. %det: ADms PADnsO @End
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3.3 Output de CLAN: ejemplo de contaje de elementos producidos > freq @ -t* +t%cli freq @ -t* +t%cli Sat Mar 11 19:34:19 2006 freq (10-Feb-2005) is conducting analyses on: ONLY dependent tiers matching: %CLI; **************************************** From file <c:\childes\cod_bar_def\Dan_3.dcl> 1 prsep 1 prted2 1 prtep 1 prz/led 1 psz/sep ------------------------------ 5 Total number of different word types used 5 Total number of words (tokens) 1.000 Type/Token ratio From file <c:\childes\cod_bar_def\Dan_4.dcl> 1 prle/lesd2 1 prled2 7 prmed2 1 prmed2/z 2 prmep 1 prsep& 1 prz/lea 1 prz/lesd2 ------------------------------ 9 Total number of different word types used 16 Total number of words (tokens) 0.563 Type/Token ratio From file <c:\childes\cod_bar_def\Dan_5.dcl> 1 prsed2 1 prz/sep ------------------------------ 2 Total number of different word types used 2 Total number of words (tokens) 1.000 Type/Token ratio From file <c:\childes\cod_bar_def\Dan_5_2.dcl> 1 prz/lesd2 ------------------------------ 1 Total number of different word types used 1 Total number of words (tokens) 1.000 Type/Token ratio From file <c:\childes\cod_bar_def\Dan_6.dcl> 1 prmed2 1 prmep 3 prsep ------------------------------ 3 Total number of different word types used 5 Total number of words (tokens) 0.600 Type/Token ratio From file <c:\childes\cod_bar_def\Dan_6_2.dcl> 1 prsep 2 prsex 1 prz/sep 1 zms -----------------------------
ANEJO 4. TABLAS DE DATOS
4.1 Tablas Capítulo IV
TABLA 4.1. GRUPO OTTAWA (OTT) L1 BILINGÜE FRANCÉS/INGLÉS Sujeto E. 1 E. 2 E. 3
1 (JOS) Entrevista 1 - 27/01/1995 Entrevista 1 - 27/11/1995 Entrevista 1 - 29/01/1998 Entrevista 2 - 17/02/1995 Entrevista 2 - 27/11/1995 Entrevista 2 - 29/01/1998 Entrevista 3 - 30/03/1995 Entrevista 3 - 15/01/1996 Entrevista 3 - 12/02/1997 Entrevista 4 - 30/03/1995 Entrevista 4 - 15/01/1996 Entrevista 4 - 12/02/1997 Entrevista 5 - 03/05/1995 Entrevista 5 - 17/04/1996 Entrevista 5 - 26/03/1997 Entrevista 6 - 03/05/1995 Entrevista 6 - 17/04/1996 Entrevista 6 - 26/03/1997
2 (LUC) Entrevista 1 - 27/01/1995 Entrevista 1 - 27/11/1995 Entrevista 1 - 29/01/1998 Entrevista 2 – 02/02/1995 Entrevista 2 - 27/11/1995 Entrevista 2 - 29/01/1998 Entrevista 3 – 30/03/1995 Entrevista 3 - 15/01/1996 Entrevista 3 - 12/02/1997 Entrevista 4 – 30/03/1995 Entrevista 4 - 15/01/1996 Entrevista 4 - 12/02/1997 Entrevista 5 – 03/05/1995 Entrevista 5 - 17/04/1996 Entrevista 5 - 26/03/1997 Entrevista 6 – 03/05/1995 Entrevista 6 - 17/04/1996 Entrevista 6 - 26/03/1997
3 (NIC) Entrevista 1 – 27/01/1995 Entrevista 1 - 27/11/1995 Entrevista 1 - 29/01/1998 Entrevista 2 – 02/02/1995 Entrevista 2 - 27/11/1995 Entrevista 2 - 29/01/1998 Entrevista 3 – 30/03/1995 Entrevista 3 - 15/01/1996 Entrevista 3 - 12/02/1997 Entrevista 4 – 30/03/1995 Entrevista 4 - 15/01/1996 Entrevista 4 - 12/02/1997 Entrevista 5 – 03/05/1995 Entrevista 5 - 17/04/1996 Entrevista 5 - 26/03/1997 Entrevista 6 – 03/05/1995 Entrevista 6 - 17/04/1996 Entrevista 6 - 26/03/1997
4 (NIM) Entrevista 1 - 27/01/1995 Entrevista 1 - 27/11/1995 Entrevista 1 - 29/01/1998 Entrevista 2 - 17/02/1995 Entrevista 2 - 27/11/1995 Entrevista 2 - 29/01/1998 Entrevista 3 - 30/03/1995 Entrevista 3 - 15/01/1996 Entrevista 3 - 12/02/1997 Entrevista 4 - 30/03/1995 Entrevista 4 - 15/01/1996 Entrevista 4 - 12/02/1997 Entrevista 5 - 03/05/1995 Entrevista 5 - 17/04/1996 Entrevista 5 - 26/03/1997 Entrevista 6 - 03/05/1995 Entrevista 6 - 17/04/1996 Entrevista 6 - 26/03/1997
5 (TRI) Entrevista 1 - 27/01/1995 Entrevista 1 - 27/11/1995 Entrevista 1 - 29/01/1998 Entrevista 2 - 02/02/1995 - Entrevista 2 - 29/01/1998 Entrevista 3 - 30/03/1995 Entrevista 3 - 15/01/1996 Entrevista 3 - 12/02/1997 Entrevista 4 - 30/03/1995 Entrevista 4 - 15/01/1996 Entrevista 4 - 12/02/1997 Entrevista 5 - 03/05/1995 Entrevista 5 - 17/04/1996 Entrevista 5 - 26/03/1997 Entrevista 6 - 03/05/1995 Entrevista 6 - 17/04/1996 Entrevista 6 - 26/03/1997
6 (CLA) Entrevista 1 - 04/12/1997 Entrevista 1 - 26/11/1998 - Entrevista 2 - 04/12/1997 Entrevista 2 - 26/11/1998 - Entrevista 3 - 29/01/1997 Entrevista 3 - 10/02/1998 - Entrevista 4 - 29/01/1997 Entrevista 4 - 10/02/1998 - Entrevista 5 - 02/04/1997 Entrevista 5 - 11/05/1998 - Entrevista 6 - 02/04/1997 Entrevista 6 - 11/05/1998 -
7 (FAL) Entrevista 1 - 04/12/1997 Entrevista 1 - 26/11/1998 - - Entrevista 2 - 26/11/1998 - Entrevista 3 - 29/01/1997 Entrevista 3 - 11/02/1998 - Entrevista 4 - 29/01/1997 Entrevista 4 - 11/02/1998 - Entrevista 5 - 26/03/1997 Entrevista 5 - 13/05/1998 - Entrevista 6 - 26/03/1997 Entrevista 6 - 13/05/1998 -
8 (JOA) Entrevista 1 - 27/02/1997 Entrevista 1 - 26/11/1998 - Entrevista 2 - 11/03/1997 Entrevista 2 - 26/11/1998 - Entrevista 3 - 11/03/1997 Entrevista 3 - 10/02/1998 - Entrevista 4 - 27/02/1997 Entrevista 4 - 10/02/1998 - Entrevista 5 - 06/04/1997 Entrevista 5 - 13/05/1998 - Entrevista 6 - 06/04/1997 Entrevista 6 - 13/05/1998 -
9 (PHI) Entrevista 1 – 29/01/1997 Entrevista 1 - 26/11/1998 - Entrevista 2 – 29/01/1997 Entrevista 2 - 26/11/1998 - Entrevista 3 – 12/02/1997 Entrevista 3 - 12/02/1998 - Entrevista 4 – 12/02/1997 Entrevista 4 - 12/02/1998 - Entrevista 5 – 26/03/1997 Entrevista 5 - 13/05/1998 - Entrevista 6 – 26/03/1997 Entrevista 6 - 13/05/1998 -
Anejo 4
438
TABLA 4.2. GRUPO BARCELONA (BAR) L1 CHINO
Sujeto ETAPA I ETAPA II 10 (DAN) Entrevista 3 (30/11/1998) -
Entrevista 4 (30/11/1998) - Entrevista 5 (15/01/1999) Entrevista 5 (05/05/1999) Entrevista 6 (15/01/1999) Entrevista 6 (05/05/1999)
11 (GAO) Entrevista 3 (30/11/1998) - Entrevista 4 (30/11/1998) - Entrevista 5 (15/01/1999) Entrevista 5 (05/05/1999) Entrevista 6 (15/01/1999) Entrevista 6 (05/05/1999)
12 (LIN) Entrevista 1 (26/11/1998) - Entrevista 2 (26/11/1998) - Entrevista 3 (30/11/1998) Entrevista 3 (22/04/1999) Entrevista 4 (30/11/1998) - Entrevista 5 (15/01/1999) Entrevista 5 (05/05/1999) Entrevista 6 (15/01/1999) Entrevista 6 (05/05/1999)
13 (MIA) Entrevista 3 (30/11/1998) - Entrevista 4 (30/11/1998) - Entrevista 5 (15/01/1999) - Entrevista 6 (15/01/1999) -
14 (MIZ) Entrevista 1 (26/11/1998) Entrevista 2 (26/11/1998) Entrevista 3 (30/11/1998) - Entrevista 4 (30/11/1998) -
15 (ZHE) Entrevista 1 (26/11/1998) Entrevista 2 (26/11/1998) Entrevista 3 (30/11/1998) Entrevista 3 (22/04/1999) Entrevista 4 (30/11/1998) Entrevista 4 (22/04/1999) Entrevista 5 (15/01/1999) Entrevista 5 (05/05/1999) Entrevista 6 (15/01/1999) Entrevista 6 (05/05/1999)
TABLA 4.3. DATOS GRUPO BAR. L1 CHINO
Nombre
Edad
L1
Otra(s) L2(s) Tiempo previsto de
estancia en la EOI
Tiempo previsto de estancia
en un país hispanohablante
Relación con hispanohablantes
DAN 18 Chino (Mandarín)
Más de 3 semestres
Más de 2 años Poca oportunidad de hablar
LIN 24 Chino (Cantonés)
Inglés (Elem.) Español (Elem)
Más de 3 semestres
Más de 2 años Poca oportunidad de hablar
GAO 19 Chino (Wen Chen)
Catalán (Elem.) Más de 3 semestres
Más de 2 años Poca oportunidad de hablar
MIAO 45 Chino (Cantonés)
Japonés (Avanz.)
Más de 3 semestres
Más de 2 años Bastante oportunidad de hablar
MIZ 43 Chino (Mandarín)
Inglés (Elem.) 3 semestres Más de 2 años Poca oportunidad de hablar
ZHEN-LI
25 Chino (Ÿing Tian)
Inglés (Elem.) Más de 2 años Poca oportunidad de hablar
Anejo 4
439
TABLA 4.5. RELACIÓN DE ENTREVISTAS. GRUPO CONTROL (CON) ETAPA 1
Sujeto ETAPA I 16 (RUB) Entrevista 1 (13-01-1995)
Entrevista 2 (13-01-1995) Entrevista 3 (03-03-1995) Entrevista 4 (03-03-1995) Entrevista 6 (03-03-1995)
17 (BLA) Entrevista 1 (27-01-1995) Entrevista 2 (27-01-1995) Entrevista 3 (13-03-1995) Entrevista 4 (13-03-1995) Entrevista 6 (13-03-1995)
18 (MAR) Entrevista 1 (27-01-1995) Entrevista 2 (27-01-1995) Entrevista 5 (13-03-1995) Entrevista 4 (13-03-1995) Entrevista 5 (13-03-1995)
19 (JUL) Entrevista 1 (20-01-1995) Entrevista 2 (20-01-1995) Entrevista 3 (22-04-1995) Entrevista 4 (22-04-1995) Entrevista 5 (22-04-1995)
1 Los resultados de la etapa I de este grupo CON, de control, se emplean como resultados válidos también para las etapas 2 y 3 asumiendo la estabilidad de la producción nativa.
TABLA 4.4. RELACIÓN DE SUJETOS. GRUPO CONTROL (CON) ETAPA I1 Nombre Edad L1 Otra(s) L2 Rubén (RUB) 13 Español (Madrid) - Blanca (BLA) 30 Español (Vitoria) Inglés Mar (MAR) 30 Español (Madrid) - Julio (JUL) 26 Español (Málaga) Inglés
Anejo 4
440
4.2 Tablas Capítulo V
TABLA 5.9bis. TOTAL POTENCIAL DE ARTÍCULOS. TODOS LOS GRUPOS Y ETAPAS Sujeto Nombre Grupo Total Potencial
Artículos E. 1 Total Potencial Artículos E. 2
Total Potencial Artículos E. 3
1 JOS OTT 678 894 1077 2 LUC OTT 918 989 1207 3 NIC OTT 563 818 1080 4 NIM OTT 797 789 1261 5 TRI OTT 1346 876 1421 6 CLP OTT 858 703 - 7 FAL OTT 1184 1198 - 8 JOA OTT 777 775 - 9 PHI OTT 793 933 - 10 DAN BAR 395 174 - 11 LIN BAR 535 189 - 12 GAO BAR 317 271 - 13 MIA BAR 234 - - 14 MIZ BAR 345 - - 15 ZHE BAR 595 406 - 16 RUB CON 444 444 444 17 BLA CON 870 870 870 18 MAR CON 390 390 390 19 JUL CON 1026 1026 1026
TABLA 5 18bis. TOTAL POTENCIAL DE CLÍTICOS. TODOS LOS GRUPOS Y ETAPAS
Sujeto Nom. Grupo Total Potencial Clíticos E. 1
Total Potencial Clíticos E. 2
Total Potencial Clíticos E. 3
1 JOS OTT 39 60 81 2 LUC OTT 50 67 90 3 NIC OTT 58 58 55 4 NIM OTT 44 70 82 5 TRI OTT 32 52 88 6 CLP OTT 17 26 - 7 FAL OTT 49 83 - 8 JOA OTT 37 57 - 9 PHI OTT 46 36 - 10 DAN BAR 21 5 -
11 LIN BAR 39 7 - 12 GAO BAR 22 2 - 13 MIA BAR 34 - - 14 MIZ BAR 23 - - 15 ZHE BAR 32 36 - 16 RUB CON 51 51 51 17 BLA CON 106 106 106 18 MAR CON 71 71 71 19 JUL CON 121 121 121
Anejo 4
441
TABLA 5.27bis. ARTÍCULOS. TOTALES POTENCIALES, PRODUCIDOS Y OMISIONES. TODOS LOS GRUPOS Y ETAPAS Suj. Nom. Grup Total
Potencial Artículos
E. 1
Total Producidos Artículos
E. 1
Total Omisiones Artículos
E1
Total Potencial Artículos
E. 2
Total Producidos Artículos
E. 2
Total Omisiones Artículos
E. 2
Total Potencial Artículos
E. 3
Total Producidos Artículos
E. 3
Total Omisiones Artículos
E. 3
1 JOS OTT 678 678 0 894 892 2 1075 1070 5 2 LUC OTT 918 918 0 989 984 5 1208 1204 4 3 NIC OTT 563 556 7 818 814 4 1082 1080 2 4 NIM OTT 797 792 5 789 787 2 1264 1257 7 5 TRI OTT 1346 1337 9 1038 1038 0 1426 1413 13 6 CLP OTT 858 858 - 703 692 11 0 0 - 7 FAL OTT 1346 1340 6 1198 1185 13 0 0 - 8 JOA OTT 777 773 4 775 769 6 0 0 - 9 PHI OTT 793 789 4 933 932 1 0 0 - 10 DAN BAR 485 476 9 186 183 3 0 0 - 11 LIN BAR 535 472 63 213 207 6 0 0 - 12 GAO BAR 317 305 12 283 275 8 0 0 - 13 MIA BAR 240 207 33 - - - 0 0 -
14 MIZ BAR 375 341 34 - - - 0 0 -
15 ZHE BAR 575 528 47 442 413 29 0 0 - 16 RUB CON 444 444 0 - - - - - - 17 BLA CON 870 870 0 - - - - - - 18 MAR CON 390 390 0 - - - - - - 19 JUL CON 1026 1026 0 - - - - - -
TABLA 5.32bis. ARTÍCULOS. FORMAS PRODUCIDAS NATIVAS Y NO NATIVAS. TODOS LOS GRUPOS Y ETAPAS Suj. Nom. Grup Total
Producidos E. 1
Total Nativos
E. 1
Total No Nativos
E. 1
Total Producidos
E. 2
Total Nativos
E. 2
Total No Nativos
E. 2
Total Producidos
E. 3
Total Nativos
E. 3
Total No Nativos
E. 3
1 JOS OTT 678 678 0 892 888 4 1070 1062 8 2 LUC OTT 918 918 0 984 978 6 1204 1194 10 3 NIC OTT 556 540 16 814 810 4 1080 1074 6 4 NIM OTT 792 768 24 787 780 7 1257 1242 15 5 TRI OTT 1337 1326 11 1038 1032 6 1413 1392 21 6 CLP OTT 858 858 0 692 684 8 - - - 7 FAL OTT 1340 1320 20 1185 1170 15 - - - 8 JOA OTT 773 762 11 769 762 7 - - - 9 PHI OTT 789 762 27 932 918 14 - - - 10 DAN BAR 476 468 8 183 180 3 - - - 11 LIN BAR 472 438 34 207 198 9 - - - 12 GAO BAR 305 294 11 275 264 11 - - - 13 MIA BAR 207 192 15 - - - - - - 14 MIZ BAR 341 330 11 - - - - - - 15 ZHE BAR 548 522 26 413 384 29 - - - 16 RUB CON 444 444 - 444 - - - - - 17 BLA CON 870 870 - 870 - - - - - 18 MAR CON 390 390 - 390 - - - - - 19 JUL CON 1026 1026 - 1026 - - - - -
Anejo 4
442
TABLA 5.37bis. CLÍTICOS. TOTALES POTENCIALES, PRODUCIDOS Y OMISIONES. TODOS LOS GRUPOS Y ETAPAS
Suj. Nom. Grup Total Potencial Clíticos
E. 1
Total Producidos
Clíticos E. 1
Total Omisiones
Clíticos E. 1
Total Potencial Clíticos
E. 2
Total Producidos
Clíticos E. 2
Total Omisiones
Clíticos E. 2
Total Potencial Clíticos
E. 3
Total Producidos
Clíticos E. 3
Total Omisiones
Clíticos E. 3
1 JOS OTT 39 38 1 63 59 4 86 84 2 2 LUC OTT 50 42 8 71 64 7 93 88 5 3 NIC OTT 58 55 3 59 58 1 55 52 3 4 NIM OTT 44 44 0 73 70 3 82 73 9 5 TRI OTT 32 26 6 52 50 2 89 80 9 6 CLP OTT 17 16 1 26 25 1 - - - 7 FAL OTT 49 44 5 84 77 7 - - - 8 JOA OTT 37 35 2 58 58 0 - - - 9 PHI OTT 46 44 2 36 34 2 - - - 10 DAN BAR 21 19 2 5 4 1 - - - 11 LIN BAR 39 28 11 7 6 1 - - - 12 GAO BAR 22 19 3 3 3 0 - - - 13 MIA BAR 34 28 6 - - - - - - 14 MIZ BAR 24 21 3 - - - - - - 15 ZHE BAR 32 32 0 36 27 9 - - - 16 RUB CON 53 53 0 - - - - - - 17 BLA CON 108 108 0 - - - - - - 18 MAR CON 73 73 0 - - - - - - 19 JUL CON 121 121 0 - - - - - -
TABLA 5.41bis TOTAL CLÍTICOS PRODUCIDOS: FORMAS NATIVAS Y NO NATIVAS. GRUPOS OTT Y BAR
Suj. Nom. Grup Total Producidos
E. 1
Total Nativos
E. 1
Total No Nativos
E. 1
Total Producidos
E. 2
Total Nativos
E. 2
Total No Nativos
E. 2
Total Producidos
E. 3
Total Nativos
E. 3
Total No Nativos
E. 3
1 JOS OTT 39 35 4 58 54 4 84 83 1 2 LUC OTT 46 41 5 64 60 4 90 86 4 3 NIC OTT 56 50 6 54 52 2 55 52 3 4 NIM OTT 44 40 4 67 55 12 70 66 4 5 TRI OTT 26 25 1 59 49 10 80 71 9 6 CLP OTT 15 15 0 24 23 1 - - - 7 FAL OTT 40 32 8 78 72 6 - - - 8 JOA OTT 35 33 2 57 52 5 - - - 9 PHI OTT 44 43 1 34 32 2 - - - 10 DAN BAR 19 18 1 4 4 0 - - - 11 LIN BAR 28 28 0 6 4 2 - - - 12 GAO BAR 19 18 1 3 3 0 - - - 13 MIA BAR 28 27 1 - - 0 - - - 14 MIZ BAR 21 17 4 - - 0 - - - 15 ZHE BAR 32 30 2 27 25 2 - - - 16 RUB CON 53 53 0 - - - - - - 17 BLA CON 108 108 0 - - - - - - 18 MAR CON 73 72 0 - - - - - - 19 JUL CON 121 119 0 - - - - - - OTT 345
314
31
(8,99%) 495
449
46
(9,29%) 376
358
18
(5,45%) BAR
147 138 9
(6,12%) 40 36 4
(10%) - - - CON 355 355 0
TABLA 5.45bis PRUEBA DE WILCOXON. COMPARACIÓN ENTRE TIPOS DE LE Y SE.
GRUPO OTT. E. 1. (Porcentajes sobre TOTAL POTENCIAL de elementos)
Anejo 4
443
E. 1 E. 2 E. 3
Z Sig. asintót. (bilateral)
Z Sig. asintót. (bilateral)
Z Sig. asintót. (bilateral)
% Experimentador - % Dativo/Total LE -2,404(a) ,016* -2,371(a) ,018 -1,826(a) ,068
% Dativo - % Acusativo/Total LE -2,232(a) ,026* -2,670(a) ,008 -2,023(a) ,043
% Experimentador -% Acusativo/Total LE -2,684(a) ,007* -1,825(a) ,068 -1,753(a) ,080
% Pronominal - % Dativo/Total SE -2,666(a) ,008* -2,668(a) ,008 -2,032(a) ,042
% Recíproco - % Dativo/Total SE -1,997(b) ,046* -,944(b) ,345 -1,826(c) ,068
% Impersonal - % Dativo/Total SE -,170(b) ,865 -,889(a) ,374 -1,342(c) ,180
% Reflexivo - % Dativo/Total SE -,762(a) ,446 -,178(b) ,859 -1,461(c) ,144
a Basado en los rangos negativos.
TABLA 5.46bis PRUEBA DE WILCOXON. COMPARACIÓN ENTRE TIPOS DE LE Y SE. GRUPO BAR. E. 1. (Porcentajes sobre TOTAL POTENCIAL de elementos)
Z Sig. Asintót. (bilateral)
% Experimentador - % Dativo/Total LE -2,000(a) ,046*
% Pronominal - % Dativo/Total SE -2,207(a) ,027*
% Recíproco - % Dativo/Total SE -1,342(b) ,180
% Impersonal - % Dativo/Total SE -1,089(a) ,276
% Reflexivo - % Dativo/Total SE -1,342(b) ,180
TABLA 5.48bis. SOBREPRODUCCIONES DE ARTÍCULOS Y CLÍTICOS EN L1 Y L2
TABLA 5.49bis. TIPOLOGÍA DE ERRORES DE ARTÍCULOS EN L2. TODOS LOS GRUPOS Y
ETAPAS
Suj. Nom. Grup Total ERR ERR ERR Total ERR ERR ERR Total ERR ERR ERR
Suj. Nom. Grupo Total Sobrepr. artículos
E. 1
Total Sobrepr.
artículos E. 2
Total Sobrepr.
artículos E. 3
Total Sobrepr. clíticos
E. 1
Total Sobrepr. clíticos
E. 2
Total Sobrepr. clíticos
E. 3 1 JOS OTT 0 0 1 0 4 2
2 LUC OTT 0 2 2 1 0 3
3 NIC OTT 2 0 5 1 1 1
4 NIM OTT 3 1 1 0 3 1 5 TRI OTT 3 0 2 1 0 4 6 CLP OTT 0 2 - 1 0 - 7 FAL OTT 0 1 - 1 1 - 8 JOA OTT 1 2 - 0 0 - 9 PHI OTT 1 0 - 0 0 - 10 DAN BAR 0 0 - 1 0 - 11 LIN BAR 1 0 - 1 0 - 12 GAO BAR 0 0 - 1 0 - 13 MIA BAR 0 - - 0 - - 14 MIZ BAR 0 - - 0 - - 15 ZHE BAR 4 0 - 2 0 - 16 RUB CON 0 - - 0 - - 17 BLA CON 0 - - 0 - - 18 MAR CON 0 - - 0 - - 19 JUL CON 0 - - 0 - - OTT 10 8 11 5 9 11 BAR 5 0 - 0 CON 0 0
Anejo 4
444
No Nat E. 1
GEN NUM OTROS No Nat E. 2
GEN NUM OTROS No Nat E. 3
GEN NUM OTROS
1 JOS OTT 0 0 0 0 3 1 2 0 5 3 1 1 2 LUC OTT 0 0 0 0 4 4 0 0 9 5 0 4
3 NIC OTT 13 9 2 2 3 3 0 0 6 6 0 0
4 NIM OTT 22 15 5 2 6 3 2 1 10 1 4 5
5 TRI OTT 9 3 5 1 6 5 0 1 13 7 1 5 6 CLP OTT 0 0 0 0 6 4 0 2 - - - - 7 FAL OTT 23 9 14 0 13 4 5 4 - - - - 8 JOA OTT 8 7 1 0 4 4 0 0 - - - - 9 PHI OTT 24 20 4 0 13 8 4 1 - - - - 10 DAN BAR 2 2 0 0 2 1 0 1 - - - - 11 LIN BAR 4 3 0 1 2 1 0 1 - - - - 12 GAO BAR 7 3 3 1 7 3 3 1 - - - - 13 MIA BAR 5 4 1 0 0 0 0 0 - - - - 14 MIZ BAR 4 1 0 3 0 0 0 0 - - - - 15 ZHE BAR 3 2 0 1 8 4 1 3 - - - - 16 RUB CON 0 0 0 0 - - - - - - - - 17 BLA CON 0 0 0 0 - - - - - - - - 18 MAR CON 0 0 0 0 - - - - - - - - 19 JUL CON 0 0 0 0 - - - - - - - -
OTT 101 63 (62,37%)
31 (30,69%)
7 (6,93%)
58 36 (62,06%)
13 (22,42%)
9 (15,52%)
43 21 (48,8%)
6 (14%)
16 (37,2%)
BAR 25
15 (60%)
4 (16%)
6 (24%)
19 9 (47,37%
4 (21,05%
6 (31,57%)
- - - -
TABLA 5.50bis. ERRORES DE GÉNERO EN EL USO DE CLÍTICOS EN L2. TODOS LOS GRUPOS Y ETAPAS
Suj. Nom. Grup Total No Nat
E. 1
ERR GEN
Masc/ Fem
1
Fem/ Masc
1
Total No Nat
E. 2
ERR GEN
Masc/ Fem
2
Fem/ Masc
2
Total No Nat
E. 3
ERR GEN
Masc/ Fem
3
Fem/ Masc
3
1 JOS OTT 4 0 0 0 4 1 1 0 1 0 0 0 2 LUC OTT 5 1 0 0 4 1 1 0 4 2 1 1
3 NIC OTT 6 0 0 0 2 0 0 0 3 1 0 1 4 NIM OTT 4 1 1 0 12 1 1 0 9 (1=N) 1 (=N) 0 0 5 TRI OTT 1 0 0 0 10 0 0 0 12 3 3 0 6 CLP OTT 0 0 0 0 1 0 0 0 - - - 7 FAL OTT 8 2 0 2 6 2 1 1 - - - - 8 JOA OTT 2 0 0 0 5 2 1 1 - - - - 9 PHI OTT 1 0 0 0 2 0 0 0 - - - - 10 DAN BAR 1 0 0 0 0 1 1 0 - - - - 11 LIN BAR 0 0 0 0 2 1 1 0 - - - - 12 GAO BAR 1 1 1 0 0 0 0 0 - - - - 13 MIA BAR 1 0 0 0 0 - - - - - - - 14 MIZ BAR 4 1 0 1 0 - - - - - - - 15 ZHE BAR 2 0 0 0 2 0 0 0 - - - - 16 RUB CON 0 0 0 0 0 - - - - - - - 17 BLA CON 0 0 0 0 - - - - - - - - 18 MAR CON 1 0 0 0 - - - - - - - - 19 JUL CON 2 0 0 0 - - - - - - - -
OTT 30 3 (10%
1 2 46 7 15,22%
5 2 18 4 22,22%
2 2
BAR 9
2 1 1 4 2 2 -
TABLA 5.51bis. ERRORES DE NÚMERO EN EL USO DE CLÍTICOS EN L2. TODOS LOS GRUPOS Y
ETAPAS Suj. Nom. Grup Total
No Nativos
ERR NÚM E. 1
Sing/ Pl. E. 1
Pl./ Sing E. 1
Total No
Nativos
ERR NÚM E. 2
Sing/ Pl. E. 2
Pl./ Sing E. 2
Total No
Nativos
ERR NÚM E. 3
Sing/ Pl. E. 3
Pl./ Sing E. 3
Anejo 4
445
E. 1 E. 2 E. 3
1 JOS OTT 4 2 2 0 4 1 1 0 1 0 0 0 2 LUC OTT 5 2 2 0 4 1 1 0 4 1 1 0
3 NIC OTT 6 1 1 0 2 0 0 0 3 1 1 0 4 NIM OTT 4 1 1 0 12 2 2 0 9 (1=G) 6 5 1 (=G) 5 TRI OTT 1 1 1 0 10 7 7 0 12 5 5 0 6 CLP OTT 0 0 0 0 1 0 0 0 - 7 FAL OTT 8 3 3 0 6 0 0 0 - 8 JOA OTT 2 2 0 0 5 1 1 0 - 9 PHI OTT 1 1 0 0 2 0 0 0 - 10 DAN BAR 1 1 1 0 0 0 0 0 - 11 LIN BAR 0 0 0 0 2 0 0 0 - 12 GAO BAR 1 1(=G) 1 0 0 0 0 0 - 13 MIA BAR 1 0 0 0 - - - - - 14 MIZ BAR 4 1 1 0 - - - - - 15 ZHE BAR 2 1 1 0 2 0 0 0 - 16 RUB CON 0 0 0 0 - 17 BLA CON 0 0 - - 18 MAR CON 0 0 - - 19 JUL CON 0 0 - -
OTT 30 9 30%
9
46 12 26,08%
12 29 13 44,8%
12 1
BAR 9
9 4 4
TABLA 5.52bis. ERRORES DE ORDEN EN EL USO DE CLÍTICOS Suj. Nom. Grup Orden
NO nativo E. 1
Orden NO nativo
E. 2
Orden NO nativo
E. 3 1 JOS OTT 0 0 0 2 LUC OTT 3 1 0
3 NIC OTT 1 4 0
4 NIM OTT 0 4 0
5 TRI OTT 3 0 0 6 CLP OTT 0 2 - 7 FAL OTT 1 0 - 8 JOA OTT 0 1 - 9 PHI OTT 0 0 - 10 DAN BAR 0 0 - 11 LIN BAR 1 0 - 12 GAO BAR 0 0 - 13 MIA BAR 0 - - 14 MIZ BAR 0 - - 15 ZHE BAR 1 0 - 16 RUB CON 0 - - 17 BLA CON 0 - - 18 MAR CON 0 - - 19 JUL CON 0 - -
OTT
8/ 344 (2,32%)
12/ 495 (2,42%)
0/ 377
BAR
2/ 147 (1,36%)
0 0
TABLA 5.58bis. DISTRIBUCIÓN DE LE: TOTALES POTENCIALES Y OMISIONES
Anejo 4
446
TABLA 5.59bis. DISTRIBUCIÓN DE LES: TOTALES POTENCIALES Y OMISIONES
Nom. Grup Tot. Pot LE E. 1
Tot. Prod LES E. 1
TOT Z/LES
E. 1
Tot. Pot. LE E. 2
Tot. Prod LES E. 2
TOT Z/LES
E. 2
Tot. Pot. LE E. 3
Tot. Prod LES E. 3
TOT Z/LES
E. 2 1 JOS OTT 5 5 0 7 7 0 5 5 0
2 LUC OTT 3 3 0 5 5 0 4 4 0
3 NIC OTT 2 2 0 4 4 0 1 1 0 4 NIM OTT 2 1 0 9 9 0 11 11 0 5 TRI OTT 1 1 0 4 4 0 12 12 0
6 CLP OTT 0 0 0 1 0 1 (2) - - -
7 FAL OTT 2 2 0 4 4 0 - - -
8 JOA OTT 1 0 1 (2) 2 2 0 - - -
9 PHI OTT 0 0 0 1 1 0 - - -
10 DAN BAR 2 1 1 (2) 1 0 1 (2) - - -
11 LIN BAR 0 0 0 1 1 0 - - -
12 GAO BAR 1 1 0 0 0 0 - - -
13 MIA BAR 1 1 0 - - - - - -
14 MIZ BAR 0 0 - - - - - -
15 ZHE BAR 1 2 0 0 0 0 - - -
16 RUB CON 4 4 0 - - - - - -
17 BLA CON 6 6 0 - - - - - -
18 MAR CON 4 4 0 - - - - - -
19 JUL CON 7 7 0 - - - - - -
OTT 15 14 81,25%
1 (18,75%
37 36 1 33 33 0
BAR 6 5 83,33%
1 16,66
2 1 50%
1 50%
TABLA 5.60bis. DISTRIBUCIÓN DE SE: TOTALES POTENCIALES Y OMISIONES
Nom. Grup Tot Poten LE E. 1
TOT Z/LE E.1
Z/LE Benf. E. 1
Z/LE Exp. E. 1
Tot Poten LE E. 2
TOT Z/LE E.2
Z/LE Benf. E. 2
Z/LE Exp. E. 2
Tot Poten LE E. 3
TOT Z/LE E.3
Z/LE Benf. E. 3
Z/LE Exp. E. 3
1 JOS OTT 8 1 1 0 11 3 3 0 21 0 0 0 2 LUC OTT 8 3 1 2 13 5 2 3 13 4 2 2 3 NIC OTT 5 1 1 0 10 0 0 0 14 2 2 0 4 NIM OTT 15 0 0 0 13 1 1 0 21 5 4 1 5 TRI OTT 7 1 1 0 9 0 0 0 23 2 2 0 6 CLP OTT 3 1 0 1 1 0 0 0 - - - - 7 FAL OTT 5 0 0 0 5 2 1 1 - - - - 8 JOA OTT 3 0 0 0 10 0 0 0 - - - - 9 PHI OTT 3 1 1 0 5 1 1 0 - - - - 10 DAN BAR 2 1 1 0 1 0 0 0 - - - - 11 LIN BAR 9 8 3 5 0 0 0 0 - - - - 12 GAO BAR 1 1 0 1 0 0 0 0 - - - - 13 MIA BAR 3 0 0 0 - - - - - - - - 14 MIZ BAR 7 0 0 0 - - - - - - - - 15 ZHE BAR 3 0 0 0 8 2 1 1 - - - - 16 RUB CON 7 0 0 0 - - - - - - - - 17 BLA CON 18 0 0 0 - - - - - - - - 18 MAR CON 11 0 0 0 - - - - - - - - 19 JUL CON 21 0 0 0 - - - - - - - - OTT 57 8
14,03% 5
62,5% 3
37,5% 77 12
15,58%
8 66,66%
4 33,33%
92
13 14,13%
10 76,9%
3 30%
BAR 25 10 40%
4 40%
6 60%
9 2 22,22
%
1 1
Anejo 4
447
TABLA 5.61bis. SOBREPRODUCCIONES DE CLÍTICOS. TODOS LOS GRUPOS Y ETAPAS
TABLA 5.62bis. DISTRIBUCIÓN DE USO DE LO (FORMAS NATIVAS Y NO NATIVAS PRODUCIDAS)
Nom. Grup Tot. Poten
SE E. 1
TOT Z/SE E.1
Z/SE Dat E. 1
Z/SE Pron E. 1
Z/SE Imp E. 1
Tot. Poten
SE E.2
TOT Z/SE E.2
Z/SE Dat E. 2
Z/SE Pron E. 2
Z/SE Imp E. 2
Tot. Poten
SE E. 3
TOT Z/SE E.3
Z/SE Dat E. 3
Z/SE Pron E. 3
1 JOS OTT 11 0 0 0 0 18 1 0 1 0 18 3 0 3 2 LUC OTT 14 1 1 0 0 27 2 2 0 0 46 1 0 1
3 NIC OTT 18 1 0 1 0 19 3 1 2 0 12 2 1 1
4 NIM OTT 11 0 0 0 0 8 1 1 0 0 14 2 1 1 5 TRI OTT 6 1 1 0 0 9 0 0 0 0 22 6 3 3 6 CLP OTT 7 2 0 2 0 18 1 0 1 0 - - - 7 FAL OTT 16 1 1 0 0 53 5 0 5 0 - - - 8 JOA OTT 20 1 0 1 0 27 0 0 0 0 - - - 9 PHI OTT 37 2 0 2 0 26 1 0 1 0 - - - 10 DAN BAR 6 2 0 2 0 4 1 0 1 0 - - - 11 LIN BAR 8 2 0 2 0 5 1 0 1 0 - - - 12 GAO BAR 10 2 0 2 0 0 0 0 0 0 - - - 13 MIA BAR 11 3 0 2 1 - 0 - - - - - - 14 MIZ BAR 5 2 0 2 0 - 0 - - - - - - 15 ZHE BAR 12 0 0 0 0 10 6 0 6 0 - - - 16 RUB CON 24 0 0 0 0 - - - - - - 17 BLA CON 46 0 0 0 0 - - - - - - 18 MAR CON 36 0 0 0 0 - - - - - - 19 JUL CON 55 0 0 0 0 - - - - - - OTT 140 9
6,42% 3 6 205 14
6,82% 4 10 112 14
12,5% 5 9
BAR 52 11
21,15% 10 1 19 8
42,1% 8
Suj. Nom. Grupo Total Sobrepr. clíticos
E. 1
Total Sobrepr. clíticos
E. 2
Total Sobrepr. clíticos
E. 3
1 JOS OTT 0 4 2
2 LUC OTT 1 0 3
3 NIC OTT 1 1 1
4 NIM OTT 0 3 1 5 TRI OTT 1 0 4 6 CLP OTT 1 0 - 7 FAL OTT 1 1 - 8 JOA OTT 0 0 - 9 PHI OTT 0 0 - 10 DAN BAR 1 0 - 11 LIN BAR 1 0 - 12 GAO BAR 1 0 - 13 MIA BAR 0 - - 14 MIZ BAR 0 - - 15 ZHE BAR 2 0 - 16 RUB CON 0 - 17 BLA CON 0 - 18 MAR CON 0 - 19 JUL CON 0 -
Anejo 4
448
Nom. Grup Prod. LO E. 1
Nativ. LO E. 1
No nat. LO E. 1
LA/ LO E. 1
LE/ LO E. 1
EL/ LO E. 1
Prod. LO E. 2
Nativ. LO E. 2
No nat. LO E. 2
LE/ LO E. 2
Prod. LO E. 3
Nativ. LO E. 3
No nat. LO E. 3
LE/ LO E. 3
1 JOS OTT 3 3 0 0 0 0 6 6 0 0 6 5 1 1
2 LUC OTT 7 7 0 0 0 0 9 9 0 0 10 10 0 0
3 NIC OTT 12 11 1 0 1 0 8 6 2 1 6 6 0 0
4 NIM OTT 5 5 0 0 0 0 13 7 6 6* 4 2 2 2
5 TRI OTT 2 2 0 0 0 0 2 2 0 0 1 0 1 1
6 CLP OTT 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0
7 FAL OTT 3 0 3 1 1 1 (4, 1) 0 0 0 0 0 0 0
8 JOA OTT 1 0 1 0 1 0 1 1 0 0 0 0 0
9 PHI OTT 1 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0
10 DAN BAR 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0
11 LIN BAR 11 11 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0
12 GAO BAR 0 0 0 0 0 0 1 1 0 0 0 0 0
13 MIA BAR 2 2 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0
14 MIZ BAR 2 2 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0
15 ZHE BAR 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0
16 RUB CON 7 0 0 0 0 0
17 BLA CON 8 0 0 0 0 0
18 MAR CON 4 0 0 0 0 0
19 JUL CON 8 0 0 0 0 0 OTT 33 28 5
(17,85%) 1
25% 3
50% 1
25% 39 31 8
(20, 5%) 7
100% 27 23 4
(14,81%)
4 100%
BAR 15 15 0 0 0 0 1
1 0 0 0
TABLA 6. 63bis. DISTRIBUCIÓN DE USO DE LA (FORMAS NATIVAS Y NO NATIVAS PRODUCIDAS)
TABLA 5.64 bis. DISTRIBUCIÓN DE USO DE LOS (FORMAS NATIVAS Y NO NATIVAS PRODUCIDAS)
Nom. Grup Total Prod LA E. 1
Total Nativ LA E. 1
Total Errores
LA E. 1
Le / LA
E 1
Total Produc
LA E.2
Total Nativos
LA E. 2
Total Errores
LA E. 2
Le / LA
E 2
Total Produc
LA E. 3
Total Nativos
LA E. 3
Total Errores
LA E. 3
Le / LA
E 3
1 JOS OTT 2 2 0 0 5 4 1 1 7 7 0 0 2 LUC OTT 4 4 0 0 5 4 1 1 2 1 1 1
3 NIC OTT 6 6 0 0 1 1 0 0 0 0 0 0
4 NIM OTT 1 0 1 1 3 2 1 1 1 1 0 0
5 TRI OTT 2 2 0 0 2 2 0 0 1 1 0 0 6 CLP OTT 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 7 FAL OTT 0 0 0 0 2 1 1 1 0 0 0 0 8 JOA OTT 1 1 0 0 3 1 2 2 0 0 0 0 9 PHI OTT 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 10 DAN BAR 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 11 LIN BAR 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 12 GAO BAR 0 0 0 0 1 1 0 0 0 0 0 0 13 MIA BAR 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 14 MIZ BAR 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 15 ZHE BAR 1 1 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 16 RUB CON 0 0 0 0 - - - - - - - -
17 BLA CON 0 0 0 0 - - - - - - - -
18 MAR CON 0 0 0 0 - - - - - - - -
19 JUL CON 9 9 - - - - - - - -
OTT 15 14 1 (6,66%)
1 (100%)
19 15 4 21,05%
4 (100%)
11 10 1 9,09%
1 (100%)
BAR 1 1 2 2 (100%)
2 (100%)
CON 9
Anejo 4
449
TABLA 5.65bis. DISTRIBUCIÓN DE USO DE LAS (FORMAS NATIVAS Y NO NATIVAS PRODUCIDAS)
TABLA 5.66bis. DISTRIBUCIÓN DE USO DE LE (FORMAS NATIVAS Y NO NATIVAS PRODUCIDAS)
Nom. Grup Tot Prod
Nat LE
Tot Error
la/le DAT
me/le EXP
se/le EXP
Tot Prod
Tot Nativ
Tot Error
se/le DAT
me/le EXP
te/le EXP
se/le EXP
Tot Prod
Tot Nativ
Tot Error
La/le DAT
se/le EXP
Nom.
Grup
Total Producidos
LOS E.2
Total Nativos
LOS E. 2
Total Errores
LOS E. 2
LES/ LOS
E. 2
LAS/ LOS
E. 2
1 JOS OTT 0 0 0 0 0 2 LUC OTT 0 0 0 0 0
3 NIC OTT 0 0 0 0 0
4 NIM OTT 0 0 0 0 0
5 TRI OTT 0 0 0 0 0 6 CLP OTT 0 0 0 0 0 7 FAL OTT 2 1 1 1 0 8 JOA OTT 2 0 2 1 1 9 PHI OTT 0 0 0 0 0 10 DAN BAR 0 0 0 0 0 11 LIN BAR 0 0 0 0 []0 12 GAO BAR 1 1 0 0 0 13 MIA BAR 0 0 0 0 0 14 MIZ BAR 0 0 0 0 0 15 ZHE BAR 0 0 0 0 0 16 RUB CON - - - - -
17 BLA CON - - - - -
18 MAR CON - - - - -
19 JUL CON - - - - -
OTT 4 1 3 2 1 (50%)
BAR 1 1 0 0 0
Nom. Grup Producidos LAS E. 1
Nativos LAS E. 1
Errores LAS E. 1
LA /LAS E. 1
1 JOS OTT 0 0 0 0 2 LUC OTT 0 0 0 0
3 NIC OTT 0 0 0 0
4 NIM OTT 0 0 0 0
5 TRI OTT 0 0 0 0 6 CLP OTT 0 0 0 0 7 FAL OTT 1 0 1 1 8 JOA OTT 0 0 0 0 9 PHI OTT 0 0 0 0 10 DAN BAR 0 0 0 0 11 LIN BAR 0 0 0 0 12 GAO BAR 1 0 1 1 13 MIA BAR 0 0 0 0 14 MIZ BAR 0 0 0 0 15 ZHE BAR 0 0 0 0 16 RUB CON 0 0 0 0 17 BLA CON 1 1 0 0 18 MAR CON 1 1 0 0 19 JUL CON 0 0 0 0 OTT 1 0 1 1 BAR 1 0 1 1 CON 1 0 1 1
Anejo 4
450
LE E. 1
E. 1 LE E. 1
E. 1 E. 1 E. 1
LE E.2
LE E. 2
LE E. 2
E. 2 E. 2 E. 2 E. 2 LE E. 3
LE E. 3
LE E. 3
E. 3 E. 3
1 JOS OTT 7 6 1 0 1 0 8 8 0 0 0 0 0 21 20 1 1 0 2 LUC OTT 5 5 0 0 0 0 8 7 1 0 0 0 0 9 8 1 1 0 3 NIC OTT 5 3 2 0 0 2 10 8 2 2 0 0 0 12 12 2 1 0 4 NIM OTT 15 13 2 0 0 2 12 12 0 0 0 0 0 16 15 1 0 1 5 TRI OTT 6 6 0 0 0 0 9 9 0 0 0 0 0 21 20 1 0 0 6 CLP OTT 2 1 1 0 0 0 1 0 1 0 0 1 0 - - - 7 FAL OTT 5 4 1 1 0 0 3 2 1 1 0 0 0 - - - 8 JOA OTT 3 3 0 0 0 0 10 10 0 0 0 0 0 - - - 9 PHI OTT 2 2 0 0 0 0 4 4 0 0 0 0 0 - - - 10 DAN BAR 1 1 0 0 0 0 1 1 0 0 0 0 0 - - - 11 LIN BAR 1 1 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 - - - 12 GAO BAR 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 - - - 13 MIA BAR 3 3 0 0 0 0 - - - 0 0 0 0 - - - 14 MIZ BAR 7 7 0 0 0 0 - - - 0 0 0 0 - - - 15 ZHE BAR 3 1 2 0 0 1 6 4 2 0 1 0 1 - - - 16 RUB CON 7 0 0 0 0 0 - - - 0 0 0 0 - - - 17 BLA CON 18 0 0 0 0 0 - - - - - - - - - - - - 18 MAR CON 11 0 0 1 0 0 - - - - - - - - - - - - 19 JUL CON 21 0 0 0 0 0 - - - - - - - - - - - - OTT 50 43
87,75%
6 12,25
%
1 16,66
%
1 / 5 83,33%
65
60 92,30
%
4 7,7%
3 66,66
%
0 1 33,33
%
0 80
75 93,75%
5 6,25%
3 66,66%
1 33,33
% BAR 15 13
86,6% 2
13,34%
0 0 1 7 5 71,42
%
2 28,58
%
0 1 50%
0 1 50%
- - -
TABLA 5.67 bis. DISTRIBUCIÓN DE USO DE LES (FORMAS NATIVAS Y NO NATIVAS PRODUCIDAS)
TABLA 5.68bis. DISTRIBUCIÓN DE USO DE SE (FORMAS NATIVAS Y NO NATIVAS PRODUCIDAS)
Nom. Grup
Total Prod LES E. 1
Total Error LES E. 1
le/ les AC E. 1
le/ les
DAT E. 1
le/ les
EXP E. 1
Tot Pro LES
E.2
Total Error LES E. 2
Le/ les AC E. 2
le/ les
DAT E. 2
los/ les
DAT E. 2
le/ les
EXP E. 2
los/ les
EXP E. 2
las/ les
EXP E. 2
Total Prod LES E. 3
Total Errors LES E. 3
le/ les AC E. 3
le/ les
EXP E. 3
1 JOS OTT 5 1 0 0 1 7 4 0 1 2 0 1 0 5 0 0 0 2 LUC OTT 3 1 1 0 0 5 2 0 1 0 0 1 0 4 0 0 0 3 NIC OTT 2 2 0 0 2 4 3 0 0 0 3 0 0 1 0 0 0 4 NIM OTT 1 1 0 1 0 9 7 0 0 0 7** 0 0 11 4 0 4
5 TRI OTT 1 1 0 0 1 4 0 0 0 0 0 0 0 12 6 1 5 6 CLP OTT 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 7 FAL OTT 2 2 0 0 2 4 2 0 0 0 0 0 2 0 8 JOA OTT 0 0 0 0 0 2 1 1 0 0 0 0 0 0 9 PHI OTT 0 0 0 0 0 1 1 0 0 0 0 1 0 0 10 DAN BAR 1 1 0 0 1 0 0 0 0 0 0 0 0 0 11 LIN BAR 0 0 0 0 0 1 1 0 0 0 0 1 0 0 12 GAO BAR 1 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 13 MIA BAR 1 1 0 0 1 0 0 14 MIZ BAR 0 0 0 0 0 0 0 15 ZHE BAR 2 1 0 0 1 0 0 0 0 0 0 0 0 0 16 RUB CON 4 0 0 0 0 - . . . . . . - . . 17 BLA CON 6 0 0 0 0 - . . . . . . - . . 18 MAR CON 4 0 0 0 0 - . . . . . . - . . 19 JUL CON 7 0 0 0 0 - . . . . . - . . OTT 13 8
57,14%
1 12,5%
1 12,5%
6 75%
36 20 55,55
%
1 5%
2 / 2 20%
10 / 3 / 2 75%%
33
10 30,3%
1 10%
9 90%
BAR 5 3
3 100
1 1 1 100%
- - -
Anejo 4
451
TABLA 5.69bis. POSICIÓN DE CLÍTICOS. TODOS LOS GRUPOS Y ETAPAS Suj. Nom. Grup Orden
NO nativo E. 1
Orden NO nativo
E. 2
Orden NO nativo
E. 3 1 JOS OTT 0 0 0 2 LUC OTT 3 1 0
3 NIC OTT 1 4 0
4 NIM OTT 0 4 0
5 TRI OTT 3 0 0 6 CLP OTT 0 2 - 7 FAL OTT 1 0 - 8 JOA OTT 0 1 - 9 PHI OTT 0 0 - 10 DAN BAR 0 0 - 11 LIN BAR 1 0 - 12 GAO BAR 0 0 - 13 MIA BAR 0 - - 14 MIZ BAR 0 - - 15 ZHE BAR 1 0 - 16 RUB CON 0 - - 17 BLA CON 0 - - 18 MAR CON 0 - - 19 JUL CON 0 - -
OTT
8/ 344 (2,32%)
12/ 495 (2,42%)
0/ 377
BAR
2/ 147 (1,36%)
0 0
TABLA 5.70bis. CONSTRUCCIONES DE SUSTANTIVO NULO. TODOS LOS GRUPOS Y ETAPAS
Nom. Grup Prod SE E. 1
Nativ SE E. 1
Error SE E. 1
me/se IMP E. 1
le/se DAT E. 1
Prod SE E.2
Nativ SE E. 2
Error SE E. 2
te/se IMP E. 2
le/se DAT E. 2
Prod SE E. 3
Nativ SE E. 3
Error SE E. 3
es/se PRON
E. 3 1 JOS OTT 10 9 1 0 1 17 17 0 0 0 15 15 0 0 2 LUC OTT 13 13 0 0 0 25 25 0 0 0 45 45 0 0
3 NIC OTT 17 17 0 0 0 16 16 0 0 0 11 10 1 1
4 NIM OTT 10 10 0 0 0 7 6 1 0 1 12 12 0 0 5 TRI OTT 5 5 0 0 0 9 8 1 0 1 16 15 1 1 6 CLP OTT 5 5 0 0 0 17 17 0 0 0 - - - - 7 FAL OTT 15 10 5* 1 3 48 48 0 0 0 - - - - 8 JOA OTT 19 19 0 0 0 27 26 1 0 1 - - - - 9 PHI OTT 35 35 0 0 0 25 25 0 0 0 - - - - 10 DAN BAR 4 4 0 0 0 3 3 0 0 0 - - - - 11 LIN BAR 6 6 0 0 0 3 2 1 1 0 - - - - 12 GAO BAR 8 8 0 0 0 0 0 0 0 0 - - - - 13 MIA BAR 8 8 0 0 0 - - - 0 0 - - - - 14 MIZ BAR 3 3 0 0 0 - - - 0 0 - - - - 15 ZHE BAR 12 12 0 0 0 4 4 0 0 0 - - - - 16 RUB CON 24 24 0 0 0 - - - - - - - - - 17 BLA CON 46 46 0 0 0 - - - - - - - - - 18 MAR CON 36 36 0 0 0 - - - - - - - - - 19 JUL CON 55 55 0 0 0 - - - - - - - - - OTT 128
123
96,09% 5
3,9% 1
20% 4
80% 191 188
98,42% 3
1,58% 0 3
100% 99 97%
97,97% 2
2,02% 2
BAR 41 41 0 0 0 10 9 1 10%)
1 1 0
CON
161 161
Anejo 4
452
Suj. Nom. Grup Sustantivos nulos E. 1
Sustantivos nulos E. 2
Sustantivos nulos E. 3
1 JOS OTT 0 0 7 2 LUC OTT 1 0 3 3 NIC OTT 0 0 1 4 NIM OTT 1 1 4 5 TRI OTT 1 0 3 6 CLP OTT 0 0 0 7 FAL OTT 0 2 0 8 JOA OTT 0 0 0 9 PHI OTT 2 0 0 10 DAN BAR 2 1 0 11 LIN BAR 0 0 0 12 GAO BAR 0 0 0 13 MIA BAR 0 0 0 14 MIZ BAR 0 0 0 15 ZHE BAR 0 1 0 16 RUB CON 0 0 0 17 BLA CON 5 0 0 18 MAR CON 2 0 0 19 JUL CON 11 0 0
OTT 5 4 18
BAR 1 0
CON 17 - -
TABLA 5.71bis. CONSTRUCCIONES DE POSESIÓN INALIENABLE. ETAPAS 1 Y 2
TABLA 5.72bis. ESTRUCTURAS DE DOBLADO DE CLÍTICO. TODOS LOS GRUPOS Y ETAPAS
Suj Grupo Nativos E. 1
No nativos E. 1
TOT E. 1
Nativos E. 2
No nativos E. 2
TOT E. 2
Nativos E. 3
No nativos E. 3
TOT E. 3
1 1 2 3 5 1 0 1 8 3 11
Suj. Nom. Grup Art Obl. E.1
Poss Obl. E.1
∅∅∅∅ Obl. E.1
TOT Obl E. 1
Art Opc. E.1
Poss. Opc. E.1
∅∅∅∅ Opc. E.1
TOT Opc. E. 1
Art Obl. E.2
Poss. Obl. E.2
∅∅∅∅ Obl. E.2
TOT Obl E.2
Art Opc. E.2
Poss. Opc. E.2
∅∅∅∅ Opc. E.2
TOT Opc. E.2
1 JOS OTT 2 2 4 1 10 11 2 0 2 0 3 3 2 LUC OTT
0 0
0 2 6
8 2 0
2 0 5
5 3 NIC OTT
1 0
1 0 3
3 4 0
4 0 6
6 4 NIM OTT 1 0 1 1 1 2 2 0 2 1 4 5 5 TRI OTT 1 0 1 1 1 2 3 0 3 1 4 5 6 CLP OTT 1 0 1 3 0 3 3 0 3 6 5 11 7 FAL OTT 3 2 5 0 0 0 7 0 7 3 6 9 8 JOA OTT 4 1 5 2 1 3 1 0 1 2 1 3 9 PHI OTT 1 0 1 0 3 3 2 0 2 1 5 6 10 DAN BAR 1 1 0 2 4 0 0 4 0 0 1 1 2 0 4 6 11 LIN BAR 4 0 0 4 3 0 3 6 0 0 0 0 3 4 1 8 12 GAO BAR 4 1 0 5 1 6 0 7 0 0 0 0 2 2 0 4 15 ZHE BAR 0 0 1 1 2 1 5 8 1 0 0 1 1 0 4 5 16 RUB CON 1 1 3 4 7 17 BLA CON 2 2 3 7 10 18 MAR CON 1 1 5 3 8 19 JUL CON 4 4 11 5 16 OTT 14
(73,68%) 5
(26,31%
19 10 (28,57
%
25 (71,42%)
35 26 (100%)
- 26 14 (26,41%)
39 (73,58%)
53
BAR 9 (75%)
2 (16,66%
1 (8,3%)
12 10 (40%)
7 (28%)
8 (32%)
25
1 (50%)
- 1 (50%)
2 8 (34,78%)
6 (26,08%)
9 (39,13%
23
CON
8 (100%)
- 8
22 (53,65)
19 (46,34%
41
Anejo 4
453
2 1 1 6 7 0 0 0 10 3 13
3 1 2 5 7 0 0 0 6 1 7
4 1 0 0 0 0 0 0 7 5 12
5 1 0 0 0 0 0 0 12 7 19
6 1 3 1 4 0 1 1 - - -
7 1 6 4 10 2 9 11 - - -
8 1 7 1 8 2 2 4 - - -
9 1 1 3 4 0 0 0 - - -
10 2 0 0 0 0 0 0 - - -
11 2 0 0 0 0 0 0 - - -
12 2 0 0 0 0 0 0 - - -
13 2 0 4 4 - - - - - -
14 2 9 1 10 - - - - - -
15 2 0 0 0 0 0 0 - - -
16 3 8 0 8 - - - - - -
17 3 10 0 10 - - - - - -
18 3 10 0 10 - - - - - -
19 3 12 1 13 - - - - - -
OTT 22
(48,88%) 23
(51,11%) 45
5 (29,41%)
12 (70,58%)
17
43 (69,35%)
19 (30,64%)
62
BAR 9 5 14 0 0 0 - - -
CON 30 1 31 - - - - - -
TABLA 5.73bis. AMALGAMAS DE CLÍTICO. TODOS LOS GRUPOS Y ETAPAS
Suj Grupo Nativos
E. 1 No nat.
E. 1 TOT E. 1
Nativos E. 2
No nat E. 2
TOT E. 2
Nativos E. 3
No nat E. 3
TOT E. 3
1 1 4 1 5 4 0 4 4 1 5
2 1 1 4 5 5 3 8 7 1 8
3 1 3 0 3 3 1 4 3 1 4
4 1 0 0 0 2 3 5 0 2 2
5 1 2 1 3 2 1 3 1 4 5 6 1 0 0 0 0 0 0 - - -
7 1 0 1 1 0 1 1 - - -
8 1 0 1 1 0 1 1 - - - 9 1 0 0 0 0 0 0 - - - 10 2 0 0 0 0 0 0 - - -
11 2 0 0 0 0 0 0 - - -
12 2 0 0 0 0 0 0 - - - 13 2 0 0 0 - - - - - -
14 2 0 0 0 - - - - - - 15 2 0 0 0 1 0 1 - - - 16 3 7 0 7 - - - - - -
17 3 11 0 11 - - - - - -
18 3 3 0 3 - - - - - -
19 3 12 0 12 - - - - - -
OTT 10
(55,55%) 8
(44,45% 18
16 (61,53%)
10 (38,46%)
26
15 (62,5%)
9 (37,5%) 24
BAR 0 0 0 0 1 (100%) 1 - - -
CON 33 33 - - - - - -