LA ADQUISICIÓN DEL SINTAGMA DETERMINANTE EN ESPAÑOL...

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LA ADQUISICIÓN DEL SINTAGMA DETERMINANTE EN ESPAÑOL COMO LENGUA SEGUNDA Y LENGUA EXTRANJERA Tesis doctoral presentada por Elisa Rosado Villegas como requisito para la obtención del título de Doctora en Pedagogía Programa de doctorado: Ensenyament de Llengües i Literatura (Bienio 1998-2000) Departament de Didàctica de la Llengua i la Literatura Directoras: Dra. Juana Muñoz Liceras Dra. Lourdes Díaz Rodríguez Tutor: Dr. Joan Perera Parramon Universitat de Barcelona 2007

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LA ADQUISICIÓN DEL

SINTAGMA DETERMINANTE EN ESPAÑOL COMO

LENGUA SEGUNDA Y LENGUA EXTRANJERA

Tesis doctoral presentada por

Elisa Rosado Villegas

como requisito para la obtención del título de

Doctora en Pedagogía

Programa de doctorado: Ensenyament de Llengües i Literatura

(Bienio 1998-2000)

Departament de Didàctica de la Llengua i la Literatura

Directoras: Dra. Juana Muñoz Liceras Dra. Lourdes Díaz Rodríguez

Tutor: Dr. Joan Perera Parramon

Universitat de Barcelona

2007

Como dice Panorámix ‘los valientes son aquellos que conocen el miedo pero saben dominarlo’.

X. Sebastià

A mi padre, in memoriam

i a Xavi

i

Siempre me ha parecido curiosa la forma en que se describe el tiempo pasado en procesos costosos, arduos, hablando de ‘largos años’. En principio todos los años duran lo mismo, casi todos estos años que quiero resumir aquí (en nombres de personas y ciudades, en número de horas, en edificios, teclados y papel, en mensajes y en palabras por teléfono) tenían oficialmente los mismos días, menos, a veces, uno. Sin embargo, la verdad es que unos han pasado más rápido que otros, o han sido menos largos, que es lo que decimos cuando queremos decir que han sido mejores. Esos ratos que pasan enseguida, tan buenos que los pesimistas como yo disfrutamos menos porque se acaban, lo han sido porque soy realmente afortunada, tanto que, a día de hoy, poner orden en mis agradecimientos es una empresa costosa, ardua que me ha llevado días, largos días... Quizá antes de comenzar a dar las gracias, son muchas las gracias, por el apoyo moral y personal, sea conveniente mencionar otro tipo de ayuda, más institucional, académico y/o financiero sin el cual, ciertamente, no hubiera sido posible llevar a cabo este trabajo. Intentaré para todo ello seguir un estricto orden cronológico.

Quisiera agradecer en primer lugar a mis directoras de tesis las Dras. Juana Muñoz Liceras y Lourdes Díaz Rodríguez

por haberme dado la bienvenida al mundo de la investigación sobre la adquisición del lenguaje, en Ottawa primero y después en Barcelona. Las primeras etapas de este trabajo, su planteamiento y las primeras lecturas tuvieron lugar durante mi período de colaboración en los proyectos The specific nature of non-native grammars and the principles and parameters theory en la Universidad de Ottawa, y Análisis de la interlengua española de hablantes no nativos de español y de inglés en contextos de aprendizaje formal, en la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona, dirigidos por la Dra. Muñoz Liceras y la Dra. Díaz respectivamente. Lo cierto es que la Dra. Muñoz Liceras es responsable, en gran medida, de que decidiera seguir este camino y, sobre todo, de que en todo momento lo hiciera con alegría. Gracias, Juana, también por eso.

Mi paso por la Universitat Pompeu Fabra incluyó además, ‘mi descubrimiento’ de Aurora Bel. Las largas (como no podía ser de otra manera) conversaciones con la Dra. Bel han sido decisivas para mí y para este trabajo y han contribuido a esclarecer dudas que hubieran seguido siéndolo de no ser por su ayuda. Y Aurora, claro, ha estado siempre ahí divertida y buena, para cosas no tan académicas. No quiero dejar de mencionar la oportuna ayuda que me ofrecieron la Dra. Carmela Pérez Vidal y el Dr. Luis Pegenaute. Y a la Dra. Empar Hurtado agradezco su memoria y su ternura.

Igualmente, quiero agradecer el apoyo y los valiosísimos consejos de mi tutor, el Dr. Joan Perera Parramon, responsable junto a la Dra. Liliana Tolchinsky Brenman del GRERLI (Grup de Recerca per a l’Estudi del Repertori Lingüístic), grupo de investigación con el que colaboro desde hace años. Mi trabajo en el grupo ha sido y es tremendamente provechoso; desde el punto de vista académico me ha permitido entrar en contacto con diferentes perspectivas de investigación y participar en numerosos congresos internacionales gracias a uno de los cuales pude contar con una ayuda para viajar a Ottawa, en el verano de 2002, a trabajar en el tratamiento de los datos de la tesis. En lo personal, ha supuesto encontrar a Joan, a mi querida Liliana, a Melina (¡Melina!)… y a Naymé. Trabajar con ellos durante todo este tiempo ha sido para mí el mejor de los cursos de formación, el primer regalo que recibí desde que llegué a Barcelona, luego vendrían más.

Los años que pasé en el Departament de Filología Anglesa de la Universitat de Barcelona, gracias a las Dras. Carme Muñoz Lahoz y María Luz Celaya Villanueva, siempre tan accesibles y cercanas, me permitieron continuar formándome y aprender muchísimo de compañeros y alumnos. Además, fueron también el pretexto para conocer a Natalia Judith Laso, la amiga que todo el mundo querría tener, una de las mejores personas que conozco, a Eva Giménez, tan positiva, tan honesta y tan fácil, y last but not least, a Mercè Gonzàlez que vino con su risa y un oportuno análisis made in Boston a revolucionarlo todo. Sólo su valía profesional puede compararse a la generosidad que las tres me han demostrado estos años. A la Dra. Mónica Sanz Torrent, de Psicologia Bàsica, agradezco las horas que pasó conmigo y con mis interminables tablas de datos, moltes gràcies Mònica.

Mi colaboración con el proyecto Bilingualism (English/Spanish) as a first language: a case study of identical twins codirigido por las Dras. Muñoz Liceras y Fernández Fuertes me permitió disfrutar de una fructífera estancia en la Universidad de Valladolid durante el verano de 2003. La ayuda de la Dra. Fernández Fuertes en el planteamiento de los capítulos teóricos de la tesis fue, sin duda, decisiva. Y es que Raquel, mi amiga desde hace ya casi una década, tiene la prodigiosa habilidad de aparecer en el momento justo, de estar también siempre ahí. Mi llegada en 2005 al Departament de Didàctica de la Llengua i la Literatura de la UB ha sido determinante para que haya podido finalizar este trabajo. Con anterioridad, y gracias a la concesión de una ayuda a tesis doctorales por parte de la antigua Divisió V, me fue posible disfrutar de tres meses de trabajo en la Universidad de Ottawa en la primavera, bueno, el perezoso invierno de 2003. Mi paso por el Máster de Formación de Profesores de

ii

Español me ha dado muchas cosas, pero muchas, y quiero agradecer a su director el Dr. Miquel Llobera la confianza que ha tenido en mí desde el principio. A Carme Núñez quiero también dar las gracias por su eficacia y su ayuda. Pero, sin duda, mi (re)toma de contacto con la Dra. Natalia Fullana a mi llegada al departamento ha sido, crucial para mí y para la etapa final de este trabajo, ésa que parecía retrasarse un poco. Agradezco tan sinceramente su tiempo y su dedicación. Igualmente, la ayuda que en el día a día de las clases recibí por su parte y por parte del Dr. Joan Tomàs Pujolà contribuyeron a que esto acabara de tomar forma, como bien saben ellos. Joan Tomàs dice… bueno decir, dice muchas cosas. Una de las más recurrentes es una cita de su madre, algo así como ‘les coses arriben quan han d’arribar’. La segunda, suya, es que la vida va poniendo en tu camino ángeles que aparecen para guiarte, para indicarte cómo o por dónde debes seguir. A mí ambas me parecen muy sabias… Espero, ahora que ha llegado el momento de agradecerles que aparecieran, no dejarme fuera ningún angelito porque, como puede verse, hay muchos.

Durante todos estos días, y desde mucho antes de que todo esto empezara, he recibido ánimos y cariño desde Newcastle y Madrid, desde Huesca y Buenos Aires… Rosalía Santolaria y Beatriz Martínez me han acompañado a diario con su risa y sus colores. Les agradezco por los asados y las trenzas, por los grabados y la música y, sobre todo, por las horas que hemos pasado juntas (y con Mario, claro). Y las que nos quedan.

Desde Santander con amor (y desde las sucursales oficiales y extraoficiales que la vieja universidad tiene repartidas en Madrid, Milán, Canarias, Bilbao, Toledo, Soria…) me ha llegado el cariño incondicional y experto del Dr. Antonio Cano, de mi querida Elsa Gómez, de Laura Segura, Teresa Sánchez Gabriel, Rosa Marín, de Isabel García, y las extraordinarias Gabriela Arribas y Marta García. También la Dra. Nada Vasic y Shevi Baruch han venido algunas veces en persona y muchas desde la distancia a recordarme lo valioso que es tener amigas: I really have to thank you both for your unconditional love and for always being there for me.

Aquí en Barcelona debo dar las gracias a mucha mucha gente que han hecho que la vida haya sido más fácil durante los últimos años. Con Sanna Daalder y Magly Urdaneta han sido muchos los buenos ratos. Susana Sanz ha tenido algunas de las mejores ocurrencias que he escuchado nunca, dichas todas siempre con mucha elegancia y mucho glamour… Y Melina y Judith Aparici, bueno, pues adoptaron casi sin darse cuenta a la mediana. También Gloria Díaz y Anouar Chbarbi han aparecido en el camino en este tiempo y me han demostrado su cariño. El Dr. Reinaldo Martínez ha sido de gran ayuda en diversas fases de la elaboración de esta tesis: su grandeza le ha confirmado como el mejor de los padrinos que podría tener su ahijada, gracias Rei. Y a Patricio Giacomino, mi amigo Pato, mi diseñador favorito, debo agradecerle muchas cosas, sobre todo su forma de ser incondicional conmigo, de estar siempre disponible, de quererme tanto… gracias también de su mano a Quique Marco. Y a Adela Simón gracias por estar con nosotros desde que yo me acuerdo…

Y en Málaga está Puri Blanco, claro, y Celina Alarcón, siempre de buen humor. Y Belén Santamaría, mi otra mitad que lo es desde hace tantos años y a quien ni siquiera tengo que decirle que es lo que le agradezco porque ella ya lo sabe. Tenía razón, al final siempre salimos adelante…

A la hora de agradecer a la familia también se me alarga el texto y, con permiso, se me divide en varias ciudades y hasta continentes. Los Llamazares-Muñoz llevan conmigo muchos años y, entre otras cosas, me han enseñado a comer conejo y lo que se siente al tener un hermano pequeño, lo cual no es poco. Los Pe-Bel me han llevado a la Seu d’Urgell y a Soria, a buscar bolets… Los Aparici-Aznar me han dado risas y bailes, dry-martinis y muchísimo cariño. Y los Sebastià-Sabatè me lo han hecho todo tan fácil desde el principio… moltes gràcies a tots.

En mi casa, en calle María y al lado de la playa, todos tienen la culpa de que esté aquí y me han mandado todos los días apoyo moral y del otro. Gracias a Carmela y Mario, children of the revolution, que nos han alegrado tanto y cuando más falta hacía y a Julio y a Dee. Bueno, es difícil esta parte… es muy difícil condensar aquí todo lo que tengo que agradecer a mi familia. Rodrigo y Elena son los mejores hermanos que podía tener y lo sé desde que sé cosas: gracias a los dos por las canciones, los poemas, las películas y las risas que van siempre a mi lado. Cuando quiero agradecer a mi madre, a Trini, sólo puedo decir que ojalá pudiera llegar a saber siquiera la mitad de todo lo que sabe ella y hacer, como ella, siempre lo que hay que hacer sin que la sonrisa se te vaya de la cara. Y lo más importante, ojalá sepa algún día agradecerle todo lo que ha hecho por mí, por todos. Al recuerdo de mi padre, Rodri, el más rápido, el más espléndido, el más divertido está dedicada esta tesis.

I a Xavi, el meu amor, per que gràcies a ell tot ha començat a tenir sentit, per que ara tot és més fàcil i molt més bonic, cada dia de cada dia.

iii

ÍNDICE

Introducción 1

Capítulo I: El Sintagma Determinante en el español actual: relación

entre artículos determinados y pronombres átonos de objeto 7

1.1 Artículos y pronombres átonos: similitudes y diferencias 7

1.1.1 Relación histórica 10

1.1.2 Contenido semántico de artículos y pronombres objeto 14

1.1.3 Debilidad fonológica y/ o dependencia sintáctica: el

concepto de clítico 18

1.2 Más sobre los artículos del español 25

1.2.1 Los sustantivos nulos 28

1.2.2 La posesión inalienable 32

1.3 Más sobre los pronombres átonos 38

1.3.1 Estructuras de doblado y de ascenso de los clíticos

pronominales 41

1.3.2 Combinaciones de clíticos pronominales y el caso de se 46

1.4 La relación entre artículos determinados y pronombres átonos

de objeto 54

Capítulo II: Los análisis del Sintagma Determinante en la teoría

lingüística moderna 59

2.1 La competencia nativa vista desde la teoría lingüística: el caso

de los artículos y pronombres átonos del español 60

2.2 La hipótesis del Sintagma Determinante [SD] 62

2.2.1 Determinación del núcleo de las estructuras nominales:

¿Sintagma Nominal o Sintagma Determinante? 64

2.2.2 Origen y evolución de la ‘Hipótesis del Sintagma

Determinante’ 68

2.2.3 Categorías funcionales en el SD 76

2.3 La polémica en torno al análisis de los clíticos: a favor o en

contra de la ‘Hipótesis del movimiento’ 89

iv

2.4 Las propuestas recientes: rasgos y categorías en el dominio

nominal 93

2.4.1 Propuestas recientes en el análisis de los artículos

determinados 95

2.4.2 Propuestas recientes en el análisis de los clíticos de

objeto 101

2.4.2.1 Análisis unificado de los clíticos de objeto 102

2.4.2.2 El análisis no unificado de los clíticos 105

2.4.2.3 Los análisis de los clíticos románicos y el

caso de se 111

Capítulo III: La adquisición del Sintagma Determinante: teoría y

metodología 119

3.1 La teoría lingüística y la adquisición del lenguaje nativo y no

nativo 120

3.1.1 El problema lógico de la adquisición del lenguaje no

nativo 126

3.1.2 Teorías y propuestas para la adquisición del lenguaje no

nativo 129

3.2 La adquisición del Sintagma Determinante 133

3.3 La adquisición del artículo determinado 135

3.3.1 La adquisición del artículo determinado en la L1: la

adquisición nativa de los rasgos gramaticales 136

3.3.1.1 Los “protodeterminantes” o “rellenos

monosilábicos” 139

3.3.2 La adquisición no nativa de los rasgos gramaticales

en el SD 141

3.3.2.1 Referencialidad, especificidad y/o univocidad

en el SD 142

3.3.2.2 El número, el género gramatical y el rasgo

“Marcador de palabra” en el SD no nativo 146

3.3.2.3 La variabilidad 157

3.4 La adquisición de los pronombres átonos 160

3.4.1 La adquisición de los pronombres átonos en la L1 161

v

3.4.1.1 La adquisición de la referencia: los principios

de ligamiento 162

3.4.1.2 Producción y omisión de clíticos de objeto (I) 167

3.4.2 La adquisición de los pronombres átonos en la L2 170

3.4.2.1 Producción y omisión de clíticos de objeto (II) 170

3.4.2.2 Los benefactivos y los experimentadores:

se y le(s) 174

3.5 El análisis conjunto de los artículos y los pronombres átonos 177

3.5.1 El análisis conjunto de los artículos y los pronombres

átonos en la adquisición típica y atípica de la L1 177

3.5.2 El análisis conjunto de los artículos y los pronombres

átonos en la adquisición de la L2 183

Capítulo IV: El análisis de los datos del español no nativo 187

4.1 El análisis de los datos lingüísticos: planteamiento metodológico

y selección de sujetos 188

4.1.1 El análisis de los datos de la adquisición desde la

teoría lingüística 191

4.1.2 Aproximación a los datos del corpus: cantidad y calidad

de la producción 193

4.2 Constitución del corpus 195

4.2.1 Los sujetos 195

4.2.1.1 Grupo francés/inglés L1, español L2 (OTT) 197

4.2.1.2 Grupo L1 chino, L2 español (BAR) 199

4.2.1.3 Grupo L1 español (CON) 201

4.3 Los datos 203

4.3.1 Recogida de los datos 204

4.3.2 Las entrevistas 205

4.4 Tratamiento de los datos: transcripción, codificación y análisis 207

4.4.1 Transcripción y codificación 207

4.4.2 Los datos: contajes y análisis estadísticos 209

4.4.2.1 Contajes 209

4.4.2.2 Análisis estadísticos 211

4.5 La competencia nativa como punto de partida 212

4.5.1 Los datos de control y la “falacia comparativa” 213

vi

4.6 La competencia no nativa 215

4.6.1 El conocimiento lingüístico previo: el papel de la L1 215

4.6.1.1 El Sintagma Determinante en inglés y francés 216

4.6.1.2 El Sintagma Determinante en chino: el Sintagma

Clasificador 220

4.7 La competencia no nativa: hipótesis y preguntas de investigación 227

Capítulo V: La adquisición de los artículos y los clíticos en español no

nativo. Descripción de los resultados 233

5.1 Análisis de datos: resultados descriptivos generales 234

5.1.1 Volumen total de producción lingüística de los sujetos 235

5.1.2 La producción de artículos determinados 243

5.1.3. La producción de clíticos pronominales 246

5.2 Análisis de datos: resultados específicos 252

5.2.1 Uso de artículos determinados: omisiones y

naturaleza de la producción 252

5.2.2 Uso de clíticos: omisiones y naturaleza de la producción 256

5.2.2.1 Distribución de uso de los clíticos 259

5.3 Conclusiones preliminares 262

5.3.1 Análisis de casos y/o ejemplos concretos 263

5.4 Artículos y clíticos en el español no nativo 264

5.4.1 El estatuto de los artículos y los clíticos 264

5.4.1.1 Omisión y (sobre)producción 264

5.4.1.2 Discordancia de género y número 268

5.4.1.3 Sustituciones 278

5.4.1.4 Posición 280

5.4.2 Jerarquía de dificultad para los clíticos de objeto 282

5.4.2.1 Omisión y (sobre)producción 283

5.4.2.2 Discordancia de género, número y caso 294

5.4.2.3 Sustituciones 301

5.4.2.4 Posición 303

5.4.2.5 El estatuto de SE 304

5.4.3 Artículos y clíticos en el español no nativo. Sumario 306

5.5 El papel de la transferencia lingüística: la naturaleza de las

formas no nativas 309

vii

5.5.1 Omisión y (sobre)producción 310

5.5.2 Discordancia de género y número 318

5.5.3 Sustituciones 324

5.5.4 Posición 326

5.5.5 El papel de la transferencia lingüística: la naturaleza de

las formas no nativas. Sumario 330

5.6 La aparición y el desarrollo del SD en el español nativo y

no nativo 332

5.6.1 Omisión y producción 334

5.6.2 Aparición de protodeterminantes 335

5.6.3 Aparición de estructuras de sustantivo nulo 337

5.6.4 Expresión de la posesión inalienable: un análisis

detallado 340

5.6.5 Estructuras de duplicación y combinaciones de clíticos 344

5.6.6 La aparición y el desarrollo del SD en el español

nativo y no nativo. Sumario 347

Capítulo VI: Conclusiones 349

6.1 Respuesta a las preguntas de investigación y confirmación

de hipótesis 349

6.2 Consideraciones finales 358

Referencias bibliográficas 361

Anejo 1. Cuestionarios y entrevistas 385

1.1 Cuestionario de información personal. OTT

(Modelo A, inglés) 386

1.2 Cuestionario de información personal. OTT

(Modelo B, francés) 387

1.3 Cuestionario de información personal. BAR 389

1.4 Formulario de consentimiento. OTT

(Modelo A, inglés) 391

1.5 Formulario de consentimiento. OTT

(Modelo B, francés) 393

1.6 Formulario de consentimiento. BAR 395

viii

1.7 Modelo de entrevistas empleadas (Entrevista 2) 396

Anejo 2. Transcripción 401

2.1 Transcripción 401

2.1.1 Unidad de transcripción de la producción 403

2.1.2 Las repeticiones 408

2.1.5 Ejemplo de producción: textos transcritos en CHAT

(OTT, BAR y CON) 412

Anejo 3. Codificación y contajes 419

3.1 Sistema de codificación 419

3.1.1 Las omisiones 423

3.2 Listado de códigos empleados. Manual de codificación 425

3.3 Ejemplo de producción: textos codificados (OTT, BAR y CON) 428

3.4 Output de CLAN: ejemplo de contaje de elementos producidos 436

Anejo 4. Tablas de datos 437

4.1 Tablas capítulo IV 437

4.2 Tablas capítulo V 440

ix

INTRODUCCIÓN

El trabajo del investigador en adquisición de lenguas segundas (ASL) es, desde un

planteamiento puramente descriptivo, determinar, a partir del análisis de datos, cuáles

son las características de los sistemas de interlengua y cuáles las propiedades que los

definen. Este ‘problema del desarrollo’, que se concreta en averiguar cuándo y de qué

manera tiene lugar la adquisición del lenguaje, no es el único del que se ocupa la ASL.

La investigación sobre lenguas segundas y lenguas extranjeras (L2 y LE) tiene también

una finalidad explicativa relacionada con el esclarecimiento del ‘problema lógico de

adquisición del lenguaje’ o ‘de la aprendibilidad’; la búsqueda de una solución a este

problema nos lleva a tratar de averiguar cuál es el origen de las formas no nativas que

típicamente aparecen en las interlenguas (IL) e intentar detectar las regularidades que en

éstas se presentan (Bley-Vroman 1989, O’Grady 1997, Liceras 1996).

Así, las investigaciones realizadas sobre ASL tratan de proporcionar información acerca

de, entre otros, los aspectos que se resumen a continuación (Llobera y Rosado 2004):

1. el “material” básico de que dispone el hablante de lengua segunda (L2) al iniciar

su proceso de adquisición,

2. qué mecanismos se ponen en marcha a la hora de adquirir un ítem, estructura o

uso concretos,

3. cuál es el verdadero ritmo en que se aprenden estructuras y formas concretas,

cuáles son las etapas por las que atraviesa el proceso de adquisición y

4. qué factores (internos al estudiante o externos a él) son relevantes en el

desarrollo del mismo.

Es de esperar que en la adquisición de una L2 se den situaciones y fenómenos muy

diferentes dependiendo de la edad del aprendiz, de la proximidad tipológica entre la L1

y la L2 del hablante, del contexto en que tiene lugar la adquisición, etcétera. Como

2

podemos suponer, realizar un estudio que considere todos y cada uno de los aspectos

anteriores constituiría una empresa enormemente ambiciosa, por no decir imposible y,

por ello, la mayoría de los estudios sobre ASL restringen su campo de estudio a uno o

varios factores de los que se mencionan en el listado de arriba. En este sentido, las

referencias a trabajos realizados en el campo de la adquisición del lenguaje o de la

teoría lingüística incluyen sólo una parte de las propuestas posibles. Esta tesis se limita

considerar la descripción de los sistemas de interlengua de los hablantes de la muestra

desde una perspectiva lingüística y psicolingüística, relativa a la adquisición de la

morfología y de la sintaxis (Liceras 1990, 1992).

Efectivamente, trabajos como el que aquí presentamos se plantean con la intención de

contribuir en lo posible a responder a las siguientes preguntas: ¿en qué forma se produce

la adquisición del lenguaje no nativo?, ¿cuál es el proceso que seguimos cuando

aprendemos una lengua segunda (L2)? o ¿qué es lo que aprendemos y qué es lo que no

aprendemos de esa L2? Con objeto de poder proporcionar respuestas concretas a

preguntas concretas, este tipo de trabajos limitan sus objetivos a problemas particulares

sobre determinadas formas y/o estructuras que por alguna razón despiertan, o han

despertado con anterioridad, el interés del investigador en L2.

Nuestra investigación examina la forma en que tiene lugar la adquisición de los

artículos determinados y los clíticos pronominales del español no nativo para considerar

cuestiones relacionadas, por una parte, con el estatuto gramatical de estas formas

(concretamente, si puede o no defenderse que son elementos de la misma naturaleza) y,

por otra, con el comportamiento que manifiestan en los datos de la interlengua. Por

último, y en relación con el uso de los artículos y los clíticos pronominales, se

consideran las diferencias y similitudes que se observan entre nativos y no nativos, con

el propósito último de detectar o descartar la existencia de paralelismos entre los

mecanismos que subyacen al proceso de adquisición en el caso de la L1 y de la L2.

En trabajos anteriores (Liceras, Díaz y Rosado 1999, Rosado 2000), y en relación con la

adquisición nativa y no nativa de las construcciones que denominamos de sustantivo

nulo (el de Manuela, la que trabajaba allí…) considerábamos la naturaleza del artículo

en relación con la polémica acerca del verdadero estatuto del elemento que las

encabeza. El problema que tradicionalmente se ha planteado a los gramáticos es el de

determinar si este elemento era realmente un artículo ‘sustantivador’ (Gili Gaya 1961,

3

Alarcos 1972) o si, por el contrario se trataba de un pronombre (Bello 1847, Fernández

Ramírez 1973). Tras la revisión de las propuestas de la teoría lingüística y de, sobre

todo, del examen de los datos de la adquisición, se descartó entonces la posibilidad de

que los artículos de los sustantivos nulos fueran de naturaleza pronominal. Sin embargo,

el hecho de que artículos y clíticos compartan una serie de características en lo formal y

en lo semántico y de que puedan analizarse conjuntamente nos parecía, y nos parece,

una interesante propuesta para la investigación.

Nuestro trabajo está inicialmente inspirado en el estudio de Jakubowicz, Nash, Rigaut y

Gérard (1998) que, a partir de los datos de la adquisición del francés por sujetos

diagnosticados con lo que se ha denominado Trastorno específico del lenguaje (TEL),

examina si los artículos y los clíticos, como instancias del núcleo de la categoría

funcional Sintagma Determinante [SD], presentan un comportamiento similar en sujetos

que, tradicionalmente, demuestran tener problemas con los elementos funcionales. El

trabajo de Jakubowicz et al. quiere constatar si los datos experimentales avalan la

propuesta sintáctica que Uriagereka (1995) hace a partir de datos del gallego según la

cual los artículos y los clíticos de acusativo son el mismo elemento [D], núcleo

funcional del SD.1

Desde la adquisición de la L2, también algunos estudios se han interesado por la

comparación entre estos dos tipos de elementos. Por ejemplo, el de Liceras, Pérez-

Tattam, Tremblay y Winnicki (2002) señala la importancia de examinar cómo se

adquieren estas formas situadas en la interficie entre la morfología y la sintaxis ya que,

en lo que se refiere a la teoría de la adquisición, demuestran estar ligados a una serie de

dificultades que se podrían resumir en las que enumeramos a continuación:

- Surgen de acuerdo con un calendario muy específico (Clark 1985, Pierce 1992,

White 1996).

- En el caso de la adquisición de la L2 suelen ser elementos que se fosilizan

(Liceras 1985; Fernández 1991; Liceras, Díaz, Maxwell, Laguardia y Fernández

1998).

1 La adquisición de L2 se ha puesto en relación no sólo con los procesos seguidos en la creación de las gramáticas infantiles sino también con los observados en otras gramáticas en desarrollo, como los sistemas TEL, y en situaciones de contacto de lenguas, tal es el caso de las lenguas criollas (Liceras, Liceras, Martínez, Pérez-Tattam, Perales y Fernández Fuertes 2006).

4

- En el caso de la patología lingüística, están ligados a lo que se conoce como

agramatismo (Kean 1985) y al comportamiento que presentan los sujetos con

TEL (Jakubowicz et al. 1998, 2003, en prensa).

Para la ASL el análisis de estas formas constituye todo un reto que en este trabajo se

aborda a partir de los datos del español L2 y LE. Es de esperar que el análisis de la

producción de nuestros sujetos ponga de manifiesto las peculiaridades que muestra el

proceso de adquisición de los artículos y los clíticos del español no nativo.

Nuestra tesis se estructura como sigue: en el Capítulo I se trata en profundidad la

relación que une a los artículos determinados del español y a la serie de pronombres

(átonos y tónicos) de tercera persona. La idea de que estos dos tipos de elementos tienen

mucho en común goza de cierta tradición para los estudiosos de la gramática (Bello

1847; Fernández Ramírez 1972) y es debida, principalmente a tres razones: su conexión

desde el punto de vista histórico –ambos comparten la misma etimología– (Sección

1.1.1), su contenido semántico (Sección 1.1.2) y su debilidad fonológica y/o

dependencia sintáctica, en esta sección se introduce el controvertido concepto de clítico

(Sección 1.1.3). Las secciones siguientes están dedicadas a considerar el

funcionamiento de algunos fenómenos sintácticos idiosincrásicos del español que

implican la presencia de artículos determinados y de clíticos pronominales

respectivamente, tal es el caso de los sustantivos nulos (Sección 1.2.1) y de la expresión

de la posesión inalienable (Sección 1.2.2). En la sección 1.3 se considera aspectos como

el doblado y el ascenso de los clíticos pronominales o las combinaciones de clíticos

pronominales. En la sección 1.3.2 se examina en detalle el comportamiento especial del

clítico de tercera persona se. La posibilidad de que en ambos casos se trate, en realidad,

del mismo elemento, ha sido y continúa siendo, como veremos, un punto en el que los

gramáticos parecen no ponerse de acuerdo.

En el Capítulo II se revisan los análisis más relevantes que dentro del marco de la

gramática generativa se han realizado sobre el llamado Sintagma Determinante (SD). Se

asume (v. sección 2.1) que la descripción de la competencia lingüística del hablante

nativo de español, el análisis del funcionamiento de los sistemas nativos, es el punto de

referencia desde donde se caracteriza más tarde la gramática de nuestros hablantes de

5

español como L2 y/o LE. La sección 2.2 discute la ‘Hipótesis del Sintagma

Determinante’ repasando la forma en que ésta ha evolucionado desde su aparición y lo

que dicha hipótesis, hoy asumida sin reservas, ha supuesto para la consideración de las

estructuras nominales. Asimismo, en la sección 2.3 nos hacemos eco de la conocida

polémica que, en torno al análisis de los clíticos de objeto existe en relación con el

posible movimiento del clítico desde su posición original en la oración. Por último en la

sección 2.4 se presentan análisis más recientes propuestos desde la teoría para explicar

el funcionamiento de los clíticos de objeto y de artículos. De nuevo el capítulo se cierra

con una sección (2.5) que resume su contenido.

El Capítulo III presenta una serie de teorías y propuestas generales realizadas, a partir

de los resultados de numerosos trabajos de investigación, para explicar cómo tiene lugar

la adquisición del lenguaje nativo y no nativo. La primera parte (sección 3.1) plantea la

forma en que se intenta dar respuesta a los problemas que presenta la adquisición del

lenguaje empleando el análisis lingüístico como principal herramienta de trabajo. En la

sección 3.2 se realiza una introducción a la adquisición del SD que se concreta en las

secciones 3.3, sobre la adquisición del artículo determinado, y 3.4, sobre la adquisición

de los clíticos. En cada una de las dos secciones la estructura que se sigue es la misma:

se revisa en primer lugar los trabajos más relevantes relativos a la adquisición nativa

para continuar por abordar el repaso de los estudios dedicados a examinar el

comportamiento de estas formas en cuestión en la producción no nativa. Por su parte, la

sección 3.6 recoge los resultados de aquellos trabajos que, como el nuestro, analizan la

adquisición, nativa y no nativa, tanto de artículos como de clíticos pronominales.

La descripción de la metodología empleada en la recogida y el análisis de los resultados

se incluye en el Capítulo IV. En la sección 4.1 se define de forma general el

planteamiento metodológico y se realiza un primer acercamiento a los datos de la

muestra. En la sección 4.2 se describe en detalle el proceso de constitución del corpus y

se describe a cada uno de los grupos de la muestra prestando especial atención a

aquellas características que pueden resultarnos relevantes para el análisis. Igualmente,

las secciones 4.3 y 4.4 incluyen una descripción del proceso de recogida de datos y del

procedimiento que se siguió en su tratamiento y análisis. La sección 4.5 por su parte

contiene una reflexión acerca de la necesidad de la inclusión de un grupo nativo de

control y el problema conocido como de ‘la falacia comparativa’. La sección 4.6

6

examina el papel del conocimiento lingüístico anterior en la determinación de la

competencia no nativa y plantea las posibles repercusiones del mismo en la

interpretación de los datos del corpus. Cierra el Capítulo IV la sección 4.7 en la que se

formulan las preguntas de investigación y las hipótesis de trabajo que guían el análisis

de los datos en el capítulo siguiente.

En el Capítulo V se describen y discuten los resultados del estudio a la luz de los

trabajos revisados en los capítulos anteriores. Si bien la sección 5.1 presenta unos

resultados descriptivos generales en la sección 5.2 se abordan análisis específicos sobre

el comportamiento de los clíticos y los artículos no nativos, 5.3 recoge una serie de

conclusiones provisionales a partir de los resultados aparecidos en la sección anterior.

Las hipótesis planteadas en el Capítulo IV se responden respectivamente en las

secciones 5.4, relativa la comparación entre el comportamiento que presentan los

artículos y los clíticos en los datos, 5.5, dedicada a examinar el papel de la transferencia

lingüística en la producción de los sujetos, y 5.6 que considera las divergencias y los

puntos en común entre el proceso de adquisición del lenguaje nativo y no nativo.

Finalmente, el Capítulo VI recoge las conclusiones a las que llegamos a partir del

análisis de los resultados de la muestra e incluye una serie de puntualizaciones que,

junto a algunos apuntes sobre posibles trabajos de investigación, sirven para cerrar esta

tesis. En último lugar se incluye el listado de referencias bibliográficas empleadas en la

elaboración de este estudio seguido de una serie de cuatro anejos.

Así, el objetivo principal de esta investigación es llegar a una caracterización fiable del

sistema gramatical del hablante no nativo de español en relación con el uso de los

artículos determinados y los pronombres átonos de tercera persona. A partir de aquí, y

tras sugerir cuáles son las líneas por las que discurrirá nuestro análisis, nos disponemos

a recoger toda la información relevante que se nos proporcione: desde la gramática

descriptiva y la teoría lingüística moderna, desde los trabajos de adquisición del

lenguaje y, en especial, desde el análisis de los datos de producción nativa y no nativa.

CAPÍTULO I

EL SINTAGMA DETERMINANTE EN EL ESPAÑOL

ACTUAL: RELACIÓN ENTRE ARTÍCULOS

DETERMINADOS Y PRONOMBRES ÁTONOS

‘[...] una de las formas posibles de reinterpretar la clásica y polémica hipótesis de Andrés Bello para el que los artículos determinados eran “formas abreviadas” de los pronombres personales. El mismo Hjemslev (1928:304) pensaba que la posibilidad de unificar artículo y pronombre en una sola categoría es un “punto de partida muy comprensible y bastante seductor” […]’. [I. Bosque 1991: 183]

En este primer capítulo realizamos la presentación de la polémica sintáctica que

considera esta tesis: se trata de exponer cuáles son tradicionalmente los criterios que se

emplean a la hora de establecer comparaciones y paralelismos entre los artículos

determinados y los pronombres átonos de objeto típicos de las lenguas románicas,

centrándonos aquí en el caso del español. Igualmente, se examina cuáles son las

diferencias que pueden observarse en la naturaleza y el comportamiento de unos y otros

elementos. Seguidamente, se incluyen dos secciones que analizan por separado los

artículos y pronombres átonos del español prestando atención a fenómenos sintácticos

concretos que éstos protagonizan o a sus características semánticas particulares. El

capítulo se cierra con una sección de resumen que trata de sintetizar la información

relevante para nuestro estudio en los capítulos y secciones siguientes.

1.1 Artículos y pronombres átonos: similitudes y diferencias

En este apartado nos proponemos considerar, a partir del examen de la

naturaleza y el comportamiento morfosintáctico y semántico de artículos y pronombres

átonos del español, los argumentos que apoyan su análisis unificado. Como veremos, el

Capítulo I

8

rasgo [definitud] (o especificidad, referencialidad, unicidad…) que ambos poseen, la

relación que hay entre ellos desde una perspectiva diacrónica y uno de los aspectos que

posibilitan que sean considerados clíticos especiales (en el sentido de Zwicky 1977,

1985; v. 1.1.3) –su estatuto como elementos dependientes desde el punto de vista

fonológico– son los motivos que permitirán plantear un análisis que los considere de

manera conjunta.

Desde la perspectiva de la teoría lingüística y la Gramática Generativa

Transformacional (GGT), los últimos años han visto aparecer propuestas que defienden

este tipo de análisis unificado. Uriagereka (1995) propone un examen de las lenguas

románicas según el cual los clíticos de acusativo son determinantes, más concretamente,

funcionan como una variedad del artículo determinado (v. Capítulo II), Radford (1997)

asume que todos los sintagmas nominales pueden analizarse de una manera análoga y

que, partiendo de la base de que el determinante es el núcleo de la construcción nominal

(SD, Sintagma Determinante ) cuyo complemento es el sustantivo al que precede (véase

la estructura arbórea de (1a)); paralelamente, los pronombres son núcleos que funcionan

sin un SN que lo complemente (v. (1b)).

(1a) (1b)

De hecho, los sintagmas que tradicionalmente han sido denominados sintagmas

nominales reciben en análisis sintácticos recientes el nombre de sintagmas determinante

(SD) a partir de la consideración del determinante como verdadero núcleo funcional de

las construcciones nominales (Abney 1987, Eguren 1989).1 Desde este momento y a lo

1 Desde este momento, para referirnos a los sintagmas que tradicionalmente se han venido llamando nominales la que utilizaremos será la etiqueta de SD (Sintagma Determinante). La elección de una denominación y no otra tiene, como veremos, repercusiones de corte teórico que afectan al planteamiento general de nuestro trabajo considerado éste desde una perspectiva teórica muy concreta: dentro del marco de la GGT, la aparición de la ‘Hipótesis del SD’ (Abney 1987) marca un antes y un después en el análisis y el tratamiento de las estructuras nominales que quedan automáticamente redenominadas a partir de la consideración del Determinante [D] como verdadero núcleo de las mismas. De todo ello nos ocupamos en detalle en el Capítulo II (v. Sección 2.1.1).

SD

D N

Ø ellas niñas

D N

las

SD

El Sintagma Determinante en el español actual: relación entre artículos y pronombres átonos

9

largo de todo nuestro trabajo tal etiqueta se aplicará tanto a sintagmas del tipo ilustrado

en (2) como a sintagmas compuestos por un pronombre como los de (3) y (4):

(2) Fuimos a la boda con los/estos/unos/mis amigos de Málaga

(3) Fuimos a Londres con ellos

(4) Los he visitado en su casa de la playa

El SD presenta en español, al igual que en el resto de lenguas románicas, concordancia

de género y número entre el determinante, el sustantivo y el/los adjetivo(s) que lo

acompaña(n). Esta flexión es muy evidente en todas las lenguas románicas con la

excepción del francés que presenta a menudo diferencias exclusivamente ortográficas

entre el masculino y el femenino o entre el singular y el plural de nombres y adjetivos.

Igualmente, todos los sustantivos del español, como los del resto de las lenguas

románicas, están marcados para género femenino o masculino y esa marca se filtra y

afecta a todo el sintagma; como comentaremos más tarde en detalle, el género

gramatical no coincide necesariamente con el género natural, como rasgo semántico, de

los sustantivos. Así, en español, todos los nombres presentan una evidente marca

morfológica –a saber, -a para el femenino, -o para el masculino– que, en la mayoría de

los casos, permite reconocer fácilmente a que género pertenece cada sustantivo.2 La

marca de caso gramatical, sin embargo, sólo se hace evidente en español en el

paradigma de los pronombres personales (v. 1.3.).

Así pues, y a partir de lo anterior, vamos a proponer un análisis unificado de los

determinantes como miembros (o núcleos) del SD que sea capaz de dar cuenta de las

características de todas las estructuras nominales del español incluyendo las estructuras

pronominales.

2 Es necesario señalar, no obstante, que en ocasiones la correspondencia entre las terminaciones de los sustantivos y su pertenencia a uno u otro género gramatical (-a femenino, -o masculino) no funciona de forma automática: aparte de sufijos derivativos cuyo género es predecible (-ción (f), -ismo (m)), existen nombres que no presentan ninguna de estas dos terminaciones y cuyo género ha de ser aprendido por el hablante de español individualmente, como parte de la información particular asociada a cada pieza léxica a partir del marcador de palabra que delimita el límite morfológico de la misma (Harris 1991). [v. también Capítulo II, sección 2.2.3].

Capítulo I

10

A continuación pasamos a considerar en detalle los argumentos que, desde distintas

áreas del lenguaje, pueden aportarse para apoyar la hipótesis de que, al tratarse en

realidad del mismo elemento, es posible proponer un análisis teórico común y de

asumir, y esto resulta especialmente relevante para nuestro trabajo, que el proceso que

supone su adquisición por parte de nativos y de no nativos de la lengua será también

equivalente, es decir, que podrá en ambos casos hablarse, o no, de procesos paralelos

(Jakubowicz, Nash, Rigaut y Gerard 1998, Marinis 2001, Liceras, Díaz y Mongeon

2002(a)).

1.1.1 Relación histórica

Existe, desde una perspectiva diacrónica, una relación entre el artículo (el, la,

los, las) y los pronombres personales átonos de objeto de tercera persona (lo, la, los las,

le, les) que suele ser uno de los argumentos para justificar el análisis unificado de unas y

otras formas (Bello 1847; Renzi 1997, 2001; Bosque 1991; Uriagereka 1995). El origen

de los artículos y de todos los elementos que componen el paradigma de los pronombres

es bastante claro:3

a) los de primera y segunda persona (singular y plural) proceden de los

correspondientes pronombres tónicos, y

b) los artículos y pronombres de tercera persona que a nosotros nos ocupan,

como ya se ha dicho, derivan de diferentes formas de la declinación del

demostrativo latino ǏLLE, ǏLLA, ǏLLUM.

El Cuadro I incluye la distribución de las formas del paradigma de artículos

determinados en español actual y el origen histórico de las mismas:

3 Para un análisis sobre el español véase Menéndez Pidal (1904), Lapesa (1961), Penny (1993), o Giusti (2001) para un análisis extendido a todas las lenguas románicas.

El Sintagma Determinante en el español actual: relación entre artículos y pronombres átonos

11

CUADRO I. LOS ARTÍCULOS DETERMINADOS DEL ESPAÑOL Y SU ORIGEN EN LATÍN (Basado en Fernández Soriano, 1993)

Masculino Femenino Singular Plural Singular Plural

ǏLLE > el

ǏLLUM > elo > el4

ǏLLOS > los

ǏLLA > la

ǏLLAS > las

La existencia del artículo determinado caracteriza al español (y al resto de las lenguas

románicas) por oposición al latín, que carecía de elementos específicos para la

expresión de la definitud desprovista de cualquier otro material semántico; su presencia

en las lenguas románicas resultará de gran importancia debido principalmente al

deterioro del sistema flexivo de caso en latín vulgar y en los protorromances; otro tanto

puede decirse del orden de palabras que se hace más fijo, más estricto. Los primeros

textos castellanos muestran ya (Menéndez Pidal 1904, Lapesa 1961, Cano Aguilar

1988) las formas el, la, los, las.5 Mientras que en el caso de los plurales y del femenino

singular la derivación parece bastante clara, se conservan las marcas de género y

número y se reduce fonológicamente la lateral geminada, esto es /-LL-/ > /-l-/, el caso

del masculino singular resulta más problemático. En palabras de Cano Aguilar:

“suele afirmarse que desciende del nominativo ǏLLE, por claridad, pues el acusativo

ĪLLUM hubiera dado lo, homónimo con el neutro; ello choca con las otras lenguas

peninsulares, y también con algunos casos castellanos de lo masculino tras preposición:

de ahí que se afirme que el procede de una apócope de elo, precisamente para evitar

confundirse con el neutro” (1988: 144).

El valor asignado al artículo surge a partir de determinados usos de los demostrativos

latinos, no sólo ǏLLE, también IPSE que es antepasado de otros artículos románicos,

especialmente el de acompañar a sustantivos ya mencionados en el discurso. El artículo

4 Existe además documentada la forma ell, antepasado del que se emplea en español actual ante sustantivos femeninos que comienzan por [á] tónica (el alma blanca, el agua limpia) y que surge del apócope del femenino primitivo ela en los contextos similares: “ell alma, ell espada...” (ejemplos de Cano Aguilar 1988:145). 5 La forma ell era frecuente ante nombre con vocal inicial, mientras que elos, elle, ile sólo aparecen en documentos primitivos y elos, ela(s) se encuentran en León hasta el s. XIV (Cano Aguilar 1988: 144).

Capítulo I

12

abandonará los usos deícticos de los demostrativos de los que desciende y servirá para

indicar la existencia del concepto referido por el sustantivo, la unicidad del mismo o

para referir al hecho de que tal concepto es conocido tanto para el hablante como para el

oyente. (v. 1.2 y 1.2.1).

Del mismo modo, éste será también el caso de los pronombres átonos de objeto que no

conservarán restos del contenido deíctico de sus antecesores. El Cuadro II proporciona

el origen y estado actual del paradigma de pronombres átonos.

CUADRO II. PRONOMBRES ÁTONOS DE OBJETO DE 3ª PERSONA Y SU ORIGEN EN LATÍN (Basado en Penny 1993 y Fernández Soriano, 1993)

Dativo Acusativo Singular

Plural Singular Plural

ǏLLI > le

ǏLLIS > les

fem. ǏLLAM > la ǏLLAS > las

masc. ǏLLUM >

> (no fem.) > lo

neut. ǏLLUD > ǏLLOS > los

Podría decirse que estamos aquí ante un caso que se asemeja al fenómeno que en los

estudios de gramática histórica se ha denominado gramaticalización y que, de forma

general, podría definirse como el proceso de transformación diacrónica que afecta a un

elemento léxico de tal forma que éste se convierte en un elemento funcional (Lehman

1985, Penny 1993, Pagliuca 1994, Klein-Andreu 1996). Normalmente los procesos de

gramaticalización vienen definidos por:

a) la reducción de material fonológico en el elemento afectado y

b) por la pérdida (bleaching) de parte de su contenido semántico.

En la evolución que experimenta ǏLLE como elemento libre o semilibre que sufre una

reducción gradual hasta derivar en categorías cuasi-afijales como el artículo y el

pronombre objeto (Lehman 1985; Penny 1993; Klein-Andreu 1996), por un lado, la

reducción fonológica es la esperada desde el punto de vista diacrónico y según la

El Sintagma Determinante en el español actual: relación entre artículos y pronombres átonos

13

evolución general del latín al español antiguo, a saber, apócope de vocal final y apertura

de Ǐ. Sin embargo, por otra parte, la transformación semántica afecta a unos elementos

funcionales en los que se observa la desaparición de alguno de sus rasgos de contenido;

para explicar la evolución semántica del demostrativo al artículo, se ha hablado de

desgaste semántico, debilitación de la referencia, atenuación deíctica. No obstante,

como señala Bosque (1991), resulta difícil imaginar cómo la referencia o la deixis

pueden debilitarse o atenuarse; digamos que lo que le resulta difícil al autor es otorgar a

estos supuestos procesos devaluativos un estatus teórico claro “que los convierta en algo

más que una intuición” (Bosque, op. cit, 179).6 Nos encontramos aquí ante una

dificultad que suele aparecer en el estudio formal de las lenguas naturales y que consiste

en el hecho de que estos paradigmas constituyen a la vez sistemas formales y productos

históricos.7

En cuanto al paradigma de pronombres átonos, los de primera y segunda persona su

caso es bien diferente pues directamente del elemento equivalente latino y presentan la

misma forma tanto en dativo como en acusativo como se ilustra en el Cuadro III:

CUADRO III . PRONOMBRES ÁTONOS DE OBJETO DE 1ª Y 2ª PERSONA Y SU ORIGEN EN LATÍN (Basado en Fernández Soriano, 1993)

Dativo Acusativo

Singular Plural Singular Plural

ME > me NOS > nos ME > me NOS > nos(otros)

TE > te VOS > os TE > te VOS > os

Es de señalar, igualmente, que estos mismos elementos se emplean en la conjugación de

la primera y segunda persona de los verbos reflexivos, en (4a) y (4b), y pronominales en

(5a) y (5b):

(4a) Me peino todas las mañanas (4b) No te mires en el río

(5a) Nos quejamos de vicio (5b) ¿Os acordáis de Joan Tomàs?

6 Véase el análisis que propone Giusti (2001) en la sección 2.1.3. 7 A este respecto, véase el análisis morfológico de algunos clíticos de las lenguas románicas contemplados como “formas opacas” propuesto por Bonet (1991, 1995) en 1.3.4.

Capítulo I

14

Estas formas pronominales de primera y segunda persona quedan en esta ocasión fuera

de nuestro análisis. Su diversa procedencia lingüística y su mayor especificación

semántica, por comparación con las formas de tercera persona, los distingue de estos

últimos que sí pueden relacionarse con las formas de artículo. El pronombre se merece,

desde luego, consideración aparte ya que, en realidad, dos evoluciones diferentes

confluyen en la misma forma morfológica: a) se heredero directo del pronombre latino

SE, tradicionalmente denominado pronombre reflexivo y b) se procedente de la

evolución fonológica de la amalgama ILLI ELLO > se lo.8

Llegados a este punto, sin embargo, podría argumentarse que el origen histórico común

a pronombres átonos de tercera persona y artículos determinados (Cuadros I y II) por sí

solo no constituye argumento suficiente para proponer un análisis también común para

ambos tipos de elementos ya que, por un lado, esta filiación es compartida, además, por

adjetivos demostrativos (aquel, aquella(s), aquellos, aquello) y pronombres personales

sujeto (él, ella, ellos, ellas); y por otro, porque el paradigma de los pronombres átonos

del español se completa con una serie de formas que no proceden del demostrativo

latino (me, te, nos, os) (Cuadro III) sino de los correspondientes pronombres objeto del

paradigma latino.

No obstante, la hipótesis que defiende que artículos y clíticos de objeto son, en realidad,

diferentes manifestaciones de la misma categoría, maneja además otros argumentos,

entre ellos, el contenido de ambos elementos que comparten, como se expone a

continuación, numerosos rasgos semánticos.

1.1.2 Contenido semántico de artículos y pronombres átonos

A la hora de realizar una caracterización semántica de los elementos en que se

centra nuestro análisis nos encontramos con una serie de conceptos relacionados entre sí

cuya delimitación no parece estar muy clara y que giran en torno al concepto más

amplio de definitud. Pasamos a continuación a considerar qué tipo de contenido

semántico puede expresarse por medio de los clíticos de objeto y los artículos

determinados del español.

8 Con respecto al examen de la naturaleza morfológica y el comportamiento sintáctico de se, véase la sección 1.3.4 en este mismo capítulo.

El Sintagma Determinante en el español actual: relación entre artículos y pronombres átonos

15

En un primer acercamiento, la definitud parece ser un rasgo semántico común tanto a

artículos, como a pronombres personales tónicos y átonos y a demostrativos. El

concepto de definitud, junto a multitud de nociones próximas entre sí y relacionadas

además desde el punto de vista semántico (especificidad, determinación,

referencialidad, unicidad o anáfora), resulta definitivamente de difícil definición y

cuenta con una larga tradición tanto en estudios de lógica y semántica como en trabajos

sobre gramática abordados bien desde un punto de vista puramente descriptivo del

componente morfosintáctico de la lengua o bien enfocados desde la perspectiva del

análisis del discurso. Sin embargo, a pesar de ello, tal y como afirma Bosque (1991), el

análisis de este concepto está entre los que más problemas han causado siempre a los

gramáticos. Tradicionalmente se habla de dos nociones englobadas dentro del concepto

más general de definitud: ‘información consabida o conocida’ y ‘unicidad’ (Russell

1905, 1919; Heim 1982; Leonetti 1990, 1999). La especificidad es también una noción

semántica interesante a la hora de delimitar el alcance de los SSNN; según la definición

de especificidad de Fodor y Sag (1982), un sintagma es específico cuando el hablante se

refiere a una entidad única dentro de la clase denotada por el SN y considera que tal

entidad posee una propiedad, una característica digna de mencionarse. De acuerdo con

lo anterior, la especificidad de un individuo o un objeto no sólo se expresará por medio

del artículo determinado sino también del indeterminado, de los demostrativos. Para

Fodor y Sag (1982) la definitud implicará que hablante y oyente presuponen la

existencia de una entidad única en la clase que define el SN.

Ya Bello (1847) atribuye al artículo la expresión de este tipo de información conocida,

de este ‘conocimiento previo’ para referir a entidades presentes en el universo de

discurso porque, o bien éstas son percibidas directamente o pueden ser identificables

gracias a los conocimientos extralingüísticos de los interlocutores, frente, por ejemplo, a

los indeterminados que son presentadores de referentes no conocidos por el oyente.

Leonetti (1999) apunta, sin embargo, el riesgo que conlleva asumir este enfoque sin

reservas ya que el artículo puede acompañar a sintagmas nominales que constituyen

información nueva para el receptor, sobre todo si se trata de sintagmas descriptivamente

ricos o referidos a realidades que pueden ser inferidas fácilmente. Observemos los

siguientes ejemplos de Leonetti (1999: 793):

Capítulo I

16

(6) la derrota de los sarracenos en la batalla de Poitiers

(7) la decisión de ampliar el plazo

(8) ¡Cuidado con el escalón!

Ni la derrota, la batalla, la decisión o el escalón son conocidos de antemano por el

oyente. Así, a partir de aquí parece, pues, que la idea de definitud, tal y como se ha

venido entendiendo, no es siempre un rasgo semántico del artículo determinado.9

La clásica teoría de las descripciones definidas de Russell (1905, 1919) sostiene que las

oraciones que contienen una descripción definida son un tipo de proposición que

satisface unívocamente esa descripción. Así, la proposición que contiene una referencia

definida será cierta sólo si la proposición que asegura que el objeto existe es también

cierta (cf. además Karmiloff-Smith (1979) o Leonetti (1999)). La noción de unicidad es

la interpretación por defecto que recibe el artículo10 y parece efectivamente ser el

requisito fundamental en los referentes que aparecen acompañados por el artículo

determinado (v. 1.2.2.). Según Leonetti, si bien la referencialidad varía, el requisito de

unicidad, como la capacidad de identificar al referente, permanece estable y es

condición central para el uso de este elemento. A partir de aquí propone una

redenominación del concepto de definitud como “garantía de accesibilidad” por parte

del oyente.

Perlmutter (1971), en su discusión acerca de las diferencias entre sintagmas

determinados e indeterminados, afirma que tales diferencias no se estructuran

exactamente en términos de [+ determinado] o [- determinado] sino que la estructura

profunda del indeterminado es la del numeral,11 mientras que la del determinado se

deriva de una oración de relativo provista de contenido deíctico. También Smith (1964)

insiste en la relación entre artículos y cláusulas de relativo para señalar cómo unos

determinantes (y no otros) seleccionan un tipo de complementación determinada (tanto

9 Lo mismo puede decirse de la especificidad (v. Nota 10). 10 Apunta Leonetti que en aquellos contextos en los que el uso del artículo no se ajusta a la condición de unicidad, es de esperar que la prominencia discursiva del referente lo justifique. Así, en las expresiones tomar el metro, ir al cine o a la playa, salir en los periódicos... la no unicidad de los referentes es paliada por la prominencia contextual de los mismos (v. Epstein 1994). 11 Sin embargo, como señala Karmiloff Smith (1979:30), el análisis de Perlmutter deja a un lado la distinción entre las funciones de referencia no específica, numeral y genérica del indeterminado.

El Sintagma Determinante en el español actual: relación entre artículos y pronombres átonos

17

explicativa como especificativa o sólo una de las dos posibilidades) en ejemplos como

los de (9), (10) y (11):

(9) John is a linguist

(10) *John is the linguist12

(11) John is the linguist who spoke at the meeting

Por su parte Vendler (1967) revisa el análisis de Smith puntualizando que las relativas

explicativas no han de aparecer de forma obligatoria, son opcionales, y que el uso del

determinado implica un tipo de modificación restrictiva que, no obstante, puede muy

bien permanecer implícita. La diferencia que establece entre “expresiones

identificadoras” frente a “expresiones definidas” queda ilustrada en (12) por oposición a

(13) respectivamente:

(12) I know a man who...

(13) I know the man who...

También Searle (1969) y previamente Austin (1965), habían coincidido al asignar al

artículo un papel importante en la organización general del fenómeno discursivo,

desarrollando la noción de la referencia como acto de habla: la función del artículo

determinado no consistirá en implicar la unicidad del objeto, sino en indicar la intención

del hablante de referirlo de manera unívoca e identificar el objeto para el oyente. Así, en

éste su uso referencial, el artículo es un recurso convencional para indicar la intención

del hablante de referirse a un único objeto o entidad que ha aparecido con anterioridad

en el contexto general de discurso.13

Son muchos los autores que han puesto de relieve la relación entre el artículo y el

demostrativo (apoyada, como ya se ha dicho, por la historia de la lengua no sólo en las

12 No obstante, hay contextos en los que el ejemplo de (10) es efectivamente posible si se interpreta en sentido contrastivo:

(i) No! Ken is the linguist, it is Patti that is the designer 13 En la misma línea, los trabajo clásicos sobre cohesión y coherencia en la organización del discurso incluyen al artículo determinado, junto a demostrativos, adverbios y expresiones anafóricas, entre los empleados como recursos lingüísticos de cohesión (cf. Halliday y Hasan 1976, García Soto 1989).

Capítulo I

18

lenguas románicas, sino también en muchas otras lenguas indoeuropeas) y otras

expresiones referenciales. Karmiloff-Smith (1979) recoge algunos de los análisis que

han considerado conjuntamente este tipo de elementos. El trabajo de Ducrot (1971), por

ejemplo, realiza, a partir de datos del francés, un examen de los contextos de aparición

de unos y otros elementos para afirmar que, si bien el demostrativo puede ser siempre

sustituido por el artículo (acompañado quizá de material extralingüístico, señales, etc),

el caso contrario no siempre es posible. En la misma línea se manifiestan Leonetti

(1999) o Gili Gaya (1961).

En la sección que sigue nos disponemos a examinar en qué consiste exactamente el

tercero de los argumentos que apoya el análisis unificado de artículos y pronombres

átonos que es punto de partida de nuestro trabajo: la consideración de los mismos como

clíticos fonológicos y/o sintácticos. A tal fin nos proponemos investigar a qué nos

referimos exactamente cuando hablamos de cliticidad fonológica o sintáctica y qué

elementos están incluidos bajo la etiqueta de clítico.

1.1.3 Debilidad fonológica y/o dependencia sintáctica: el concepto de clítico

Términos como clítico, pronombre, morfema o afijo aparecen continuamente y,

en ocasiones indistintamente, en trabajos sobre morfología y sintaxis realizados desde

muy diferentes perspectivas teóricas; en realidad, a veces parecería que tales nociones

se solapan y desdibujan y no siempre está claro qué implica cada una de ellas. El hecho

de que, por una parte, elementos clíticos –o elementos que presentan alguna de las

propiedades que se atribuyen a los clíticos– formen parte del léxico de prácticamente

todas las lenguas naturales y que, por otra, constituyan un punto de encuentro, de

interacción, entre la morfología, la sintaxis y la fonología otorga a los clíticos un

estatuto especial que justifica la atención que, desde el estudio de las diferentes áreas

del lenguaje, se ha prestado a estas formas desde el punto de vista teórico, histórico y

descriptivo (Spencer 1991, Zwicky 1994, Halpern y Zwicky 1996).

La extensa bibliografía sobre los clíticos y los fenómenos con los que se les relaciona

recogida en Nevis, Joseph, Wanner y Zwicky (1994) incluye una introducción realizada

por Zwicky que proporciona al lector una aproximación al concepto mismo de clítico.

En ella se afirma que todas las lenguas disponen en su repertorio léxico de elementos

El Sintagma Determinante en el español actual: relación entre artículos y pronombres átonos

19

que, al tiempo, tienen en común algunas de las propiedades de las palabras

independientes y algunas de los afijos, concretamente de los afijos verbales. Es decir,

estas formas funcionan, al igual que las palabras independientes, como núcleos,

argumentos o modificadores dentro de los sintagmas en los que aparecen y también,

como los afijos, dependen de otros términos adyacentes. A este tipo de elementos que,

como veremos, se apoyan en términos dentro de su mismo entorno y que al tiempo

muestran algunas de las propiedades características de las palabras plenas se los conoce

como clíticos.14

En línea con lo anterior, para Bosque (1991) está claro que son la tonicidad y la

independencia los criterios sobre los que se ha de basar la distinción entre categorías

gramaticales clíticas y no clíticas, definidas las primeras como aquéllas que se apoyan

en otra forma tónica por carecer de independencia fónica, hecho que de paso implica

que no pueden ser portadoras de acento15. Sin embargo, señala Bosque, y esto resultará,

como veremos, de gran importancia para el desarrollo de nuestro análisis, no debe

identificarse el concepto de forma clítica –concepto gramatical– con el de forma átona –

concepto prosódico. La cliticidad es, en palabras de Bosque “una propiedad que obliga a

ciertas unidades sintácticas a depender morfofonológicamente de otras, es decir,

apoyarse en ellas”; y que esa dependencia se establezca a un nivel tanto fonológico

como morfológico es necesario para que un elemento dado sea considerado como

clítico. La noción original de clítico pertenece, efectivamente, a la fonología, y se

relaciona a palabras no enfáticas, que al ser articuladas parecen formar parte de la

palabra anterior (o posterior); aunque son sus peculiaridades desde el punto de vista

morfológico (y sintáctico) las que hacen que la teoría lingüística fije su atención en

estos elementos. Ni los pronombres átonos ni los artículos determinados, ni los

14 En su introducción al volumen monográfico sobre pronombres átonos del español coordinado por Fernández Soriano (1993), la autora señala que, efectivamente, hay ciertas semejanzas entre los clíticos y la flexión verbal: ambos pueden referirse a personas e impiden que los pronombres tónicos con los que se relacionan tengan esta propiedad de referir a personas, a entidades animadas en general. Es el caso de ejemplos, tomados de Fernández Soriano (1993: 16), como los de (i) y (ii)]:

(i) Vinieron Juan y María; él trajo flores y ella bombones (ii) *Compré un sillón y una silla; él tiene las patas largas y ella cortas

15 No obstante, no siempre ocurre así. Hay ocasiones en que los clíticos portan efectivamente acento principal o secundario (v. Klavans 1982, Mascaró y Rigau 2002). Efectivamente la no acentuación ha sido tradicionalmente considerada como una de las propiedades esenciales, incluso definitoria de los clíticos; sin embargo, como decimos existen algunos ejemplos en los que no es éste el caso. Para secuencias como ¡Cómetelo! [kòmeteló], ¡Llévatela! [llèvatelá], Mascaró y Rigau (2002) proponen una reinterpretación de las propiedades fonológicas del clítico en estos términos: “los clíticos son elementos que no definen un dominio acentual por sí mismos”.

Capítulo I

20

posesivos antepuestos del español –todos ellos elementos que pueden ser analizados

como clíticos– pueden, en principio, ser portadores de acento, ni siquiera como

contestación a una pregunta; en este sentido todos estos elementos se alejan de las

palabras independientes y se acercan a los afijos o morfemas ligados (v. Hernanz y

Brucart 1987, Fernández Soriano 1993).

Según Zwicky (1991) se distinguen actualmente dos tendencias claras en los estudios

sobre clíticos. Si bien ambas coinciden en asignar a tales elementos un estatuto especial

desde el punto de vista sintáctico, divergen a la hora localizar dónde reside la otra

peculiaridad que los define:

a) en lo fonológico los clíticos son elementos dependientes que obligatoriamente

se adjuntan a material presente en su mismo dominio prosódico.

b) en lo morfológico, de modo que el papel de los clíticos se desempeña en la

estructura morfosintáctica de la frase.

Del mismo modo, el término clítico debe entenderse, en su sentido más amplio, como

un término umbrella16 y no como una categoría específica, a pesar de que abarque

conceptos teóricos más claros. En este caso, tanto palabras ligadas como afijos verbales

quedarían incluidos en el concepto más amplio de clítico. Si decidimos reservar el

término clítico para referirnos a un tipo de elemento u a otro, hemos de asumir que se

tratará tan sólo de una decisión terminológica que para Zwicky resultaría inadecuada

dado lo amplio que puede llegar a ser el término.

Dentro de una perspectiva teórica reciente, tras la publicación de los trabajos pioneros

de Kayne (1975) y Zwicky (1977), los años ochenta contemplan un creciente interés por

el estudio del comportamiento de los clíticos desde todas las perspectivas. La

clasificación que desde dicho trabajo se propone continúa siendo de referencia para todo

estudio que se plantee un análisis del funcionamiento sintáctico de los clíticos (cf. entre

otros muchos Spencer 1991; Fernández Soriano 1993, 1999; Everett 1996; Mascaró y

16 Este término se aplica a fenómenos que presentan propiedades en algún sentido mixtas y no a constructos teóricos claros. Cuando hablamos de incorporación (Baker 1988) para referirnos a estructuras con características tanto de palabras simples como de cláusulas, puede decirse que estamos empleando términos umbrella (Zwicky 1994).

El Sintagma Determinante en el español actual: relación entre artículos y pronombres átonos

21

Rigau 2002). Tal clasificación distingue tres tipos de elementos clíticos diferentes:

clíticos simples, clíticos especiales y palabras ligadas:

a) los clíticos simples están relacionados con una forma plena fácilmente recuperable,

de la que constituyen una variante reducida y con la que alternan según criterios

relacionados con, por ejemplo, el nivel de formalidad del registro o la velocidad

imprimida al discurso. Si bien su comportamiento prosódico los convierte en clíticos, lo

normal es que, desde el punto de vista sintáctico presenten una conducta, por así decirlo,

no especial, es decir, la misma presentada por sus alomorfos plenos; los auxiliares

reducidos y los pronombres del inglés –´ll, ´d, ‘s en lugar de will, would, is o has, ´er,

‘im, ‘em en lugar de her, him o them–, son normalmente citados como ejemplos de

clíticos simples.

b) las palabras ligadas, por su parte, no corresponden a ninguna forma plena y no

pueden, por lo tanto, analizarse como reducciones de palabras reales, pero, igualmente

necesitan una palabra que sea su huésped y aparecen en contextos restringidos; la

conjunción latina –que o el interrogativo li del serbocroata son palabras ligadas.

c) los clíticos especiales constituyen efectivamente alomorfos de una palabra plena,

pero, a diferencia de los clíticos simples, no derivan de la reducción de estas variantes

plenas y no dependen de factores como la velocidad en la producción. Los pronombres

átonos siempre en posición adyacente al verbo en las lenguas románicas o los clíticos en

segunda posición obligatoria típicos de los protorromances y las lenguas eslavas son los

clásicos ejemplos de este tipo de clíticos especiales.17

Spencer (1991) realiza una reflexión histórica acerca de la naturaleza de estos tres tipos

de elementos para afirmar que, ya que las relaciones entre palabras plenas y clíticos

especiales son consideradas como un tipo de alomorfia, parecería razonable asumir que

palabras que se han convertido en clíticos simples por un proceso de reducción

fonológica (en contextos de producción más o menos acelerada), pueden ser

reanalizadas como clíticos especiales por parte de una generación posterior de

hablantes. Es más, si el clítico especial siempre es huésped de una categoría concreta

17 Ejemplo de este tipo de proceso completado es la evolución de los tiempos del futuro en las lenguas románicas y su transformación de formas analíticas a formas sintéticas (Spencer 1991).

Capítulo I

22

puede, en un estadio posterior, ser reanalizado como afijo18. A pesar de lo conveniente

que puede resultar esta clasificación quedan aún muchas cuestiones por resolver acerca

del tipo de reducción fonológica que daría lugar a la aparición de un clítico simple

frente a un proceso morfofonológico, por definición más complicado, que sería

necesario para la obtención de un clítico especial.

En su introducción a Approaching Second, colección de artículos sobre el fenómeno de

la clíticización desde una perspectiva translingüística editada por Halpern y Zwicky

(1996), Halpern define los clíticos de segunda posición como clíticos que no se afijan a

un huésped verbal sino a cualquier elemento que se encuentre en el lugar adecuado en la

oración. Según este autor la categoría en cuestión incluirá, naturalmente, pronombres,

auxiliares, marcadores de discurso y, en ocasiones, otros elementos pertenecientes a una

clase cerrada que tienden a aparecer de forma característica como el segundo elemento

de la cláusula, ya sea palabra o constituyente, y esto parece especialmente relevante en

lenguas que presentan un orden de palabras no demasiado estricto. Así, de lo afirmado

por Halpern puede deducirse que, en su clasificación, ciertos elementos catalogados por

Zwicky (1977) como clíticos especiales mantienen esa denominación y reciben, además,

una nueva, más especializada que atiende a criterios relacionados con el contexto en que

aparecen, con su posición en la oración.

La segunda posición (2P) de cláusula en la que aparecen los clíticos en algunas lenguas

eslavas como el serbocroata o en lenguas tan dispares entre sí como el luiseño (lengua

azteca) o el warlpiri (lengua aborigen australiana) se conoce también como Posición

Wackernagel ya que a este autor alemán se debe una muy detallada descripción del

fenómeno en lenguas indoeuropeas (Wackernagel 1892, Spencer 1991). La aparición

obligatoria de elementos clíticos –no se habla explícitamente de clíticos sino de ciertos

18 Quizá podría argumentarse que los clíticos pronominales de dativo en el español actual están en este momento en el proceso de convertirse en afijo (cf. Fernández Soriano 1999). Parece que, en determinados contextos, el uso por parte de hablantes nativos analiza estos clíticos especiales como afijos ya que éstos tienden a sobregeneralizarlo en contextos en los que aparece un SN pleno como en (i):

(i) A MI SOBRINA (y no a mi tía) (le) voy a regalar unos pendientes.

Al tratarse de un contexto de rematización en el que la información nueva ocupa un lugar inicial, enfático en la oración, el uso del clítico resulta, en principio, agramatical (Hernanz y Brucart 1987). Lo mismo ocurre con oraciones interrogativas como las del ejemplo de (iv):

(ii) ¿A QUIÉN (le) regalaste unos pendientes?

Sin embargo, como decimos, es de esperar que la mayoría de los hispanohablantes nativos considerara las secuencias anteriores con le no sólo como posibles sino incluso que las prefiriera a un equivalente en el que no apareciera el clítico (v. sección 1.3.1 en este mismo capítulo).

El Sintagma Determinante en el español actual: relación entre artículos y pronombres átonos

23

elementos– en dicha posición se conoce como ley de Wackernagel e igualmente los

clíticos que se comportan de acuerdo a esta ley se denominan clíticos 2P o clíticos

Wackernagel. Éste era también el caso del español antiguo (Rivero 1986, 1993; Fontana

1993) y del resto de las lenguas del área románica en estadios anteriores al actual. Hoy

en la mayoría de las lenguas románicas los clíticos pueden efectivamente aparecer en

posición inicial de cláusula y han abandonado la posición Wackernagel para aparecer

exclusivamente enclíticos o proclíticos al verbo.19 Sin embargo, las lenguas románicas

antiguas presentaban formas pronominales tanto enclíticas como proclíticas que se

alternaban según los principios establecidos en la ley Tobler-Mussafia por la que se

afirma que si el verbo ocupa la primera posición en la frase, el clítico ha de seguirlo, de

modo que el clítico no aparecerá en posición inicial de oración. Este fenómeno está

también relacionado con el cambio en el orden de palabras que sufren los

protorromances: de lengua SOV a lengua SVO. Para autores como Wanner (1987) la ley

de Tobler-Mussafia puede considerarse la reinterpretación o continuación de la de

Wackernagel (Fernández Soriano 1993, Halpern 1998) pero para Fontana (1993, 1996)

ello no es necesario si se establecen los principios de aparición del clítico en segunda

posición.

En el proceso de gramaticalización que experimenta el sistema pronominal del latín

hasta derivar en los sistemas presentados hoy por las lenguas que de él proceden, estos

elementos pasan de funcionar como clíticos simples a convertirse en clíticos especiales,

por seguir empleando la terminología de Zwicky. Podría afirmarse, por tanto, que se

trata de una evolución en la naturaleza del clítico, en la medida en que, si bien los

clíticos latinos funcionan como clíticos simples (no iniciales de cláusula y capaces de

adjuntarse a varios tipos de sintagma), los de las lenguas románicas se ajustan mejor a la

19 Con respecto a la posición de los clíticos, el portugués presenta un comportamiento excepcional frente al resto de las lenguas románicas ya que parece haber conservado algunas de las propiedades de los clíticos Wackernagel. En portugués los pronombres clíticos (de objeto) presentan una distribución especial: en oraciones afirmativas aparecen enclíticos al verbo, incluso con verbos finitos. Sin embargo, en oraciones interrogativas o negativas el clítico aparece en posición preverbal. Confróntense los ejemplos del portugués, en (i), y el castellano en (ii):

(ia) via me (iia) me veía (ib) vejo o (iib) lo veo (ic) Quando o vendem? (iic) ¿Cúando lo venden? (id) Nao o tenho (iid) No lo tengo

Podría decirse que, de alguna forma, los clíticos pronominales del portugués están en un estadio de evolución intermedia entre el presentado por elementos similares de los protorromances y el de las lenguas románicas actuales, ya que su comportamiento presenta características propias tanto de clíticos simples como de clíticos especiales (Spencer 1991, Barbosa 2000).

Capítulo I

24

denominación de clíticos especiales y sólo pueden adjuntarse al verbo (Rivero 1986,

Fernández Soriano 1993).

Sin embargo, vista la tipología anterior de clíticos, hay que señalar que en la lingüística

española –o quizá debiera decirse aquí románica– existe una tradición relativamente

reciente que emplea el término clítico para designar a los elementos que integran el

paradigma de los pronombres personales objeto, incluso a pesar de que se asuma que el

término puede aplicarse, y de hecho se aplique, a otras categorías (cf. Rivero 1992;

Bosque 1991; Fernández Soriano 1993, 1999). Si bien es cierto que la serie átona de

pronombres de objeto es probablemente el ejemplo más conocido de clíticos en español,

también los artículos, los posesivos átonos (Bosque 1991, Picallo y Rigau 1999), la

forma que (como conjunción y como relativo) y algunos verbos auxiliares –por ejemplo

las formas monosilábicas de haber en la formación del pretérito perfecto (cf. Suñer

1987)– son también considerados elementos clíticos.

Junto a lo anterior, y como parte de un concepto de clítico más amplio, el trabajo de

Everett (1996) parte de una premisa bastante fuerte que considera que clíticos y afijos

son el mismo tipo de elemento desde el punto de vista sintáctico –todos los clíticos

presentan, según esto, el mismo comportamiento: se incorporan a un núcleo en un

proceso de naturaleza sintáctica. De esta forma, las dos categorías –clíticos y afijos–

sólo difieren en el tipo de requisitos que exigirán en lo morfológico y/o en lo

fonológico. Ya el título de su trabajo –Why there are no clitics– es bastante ilustrativo y

sugiere hacia dónde el autor encamina su propuesta; según Everett los clíticos son

“meros” haces de rasgos gramaticales que no constituyen entradas léxicas

independientes sino que más bien funcionan como alomorfos, combinaciones diferentes

de rasgos.20 El argumento es que ni clíticos ni pronombres o morfemas de concordancia

deben considerarse primitivos teóricos o categorías ontológicas independientes, los

rasgos formales (persona, número, género, caso) de los que están compuestos son

almacenados en el léxico individualmente y la selección se lleva a cabo también de

forma individual en la formación de cada una de estas categorías.

20 De alguna manera la de Everett (1996) está relacionada, como veremos, con propuestas recientes sobre el funcionamiento y estatuto de los clíticos (v. Kato 1999), algunas de corte eminentemente morfológico como la de Bonet que revisamos en la sección 1.3.2 (1991, 1995). La determinación de cuáles son los rasgos presentes en el sistema de los pronombres átonos del español permitirá, por contraste, acercarnos a un análisis adecuado de la naturaleza del sistema equivalente en español no nativo.

El Sintagma Determinante en el español actual: relación entre artículos y pronombres átonos

25

Parece, pues, evidente que el estudio de estos elementos ha de plantearse, para empezar,

cuestiones como la división entre clíticos simples y clíticos especiales, entre clíticos

verbales y otros tipos de clíticos especiales, entre afijos y clíticos o, quizá en primer

lugar, entre palabras independientes y clíticos. Lo que también parece claro desde

cualquier perspectiva es que bajo la denominación general de clítico se suele incluir a

distintos elementos que presentan diferencias entre sí. Una aproximación descriptiva del

grupo ya revela la existencia de una variedad importante en sus componentes y ello nos

permite suponer que alcanzar una caracterización unitaria de los mismos constituye una

tarea que no está dentro de los objetivos de este trabajo. No obstante, sí existen

determinados enfoques teóricos, algunos de los cuales ya han sido comentados, que nos

permiten hacer ciertas generalizaciones acerca de, como mínimo, subconjuntos

concretos dentro de una categoría general tan amplia y heterogénea como la que nos

ocupa.

Tras esta primera exposición unificada de artículos y clíticos pasamos en la sección

siguiente a centrarnos en la caracterización de cada una de estas categorías por

separado.

1.2 Más sobre los artículos del español

La determinación de la naturaleza morfológica y semántica del artículo

determinado así como la descripción de su comportamiento sintáctico es un problema

que viene de antiguo y que, aún hoy, es discutido por lingüistas procedentes de muy

diferentes escuelas teóricas.

El elemento que hoy conocemos como artículo determinado es un elemento átono desde

su origen (Menéndez Pidal 1904) y, ya que no existía en latín, cuando las lenguas

románicas sienten la necesidad de disponer de un elemento (similar al existente, por

ejemplo, en lenguas como el griego) que restrinja y defina la referencia de los sintagmas

nominales por él encabezados –con la excepción del rumano que es la única lengua

románica en que el artículo no encabeza los sintagmas nominales sino que aparece

Capítulo I

26

proclítico al sustantivo21– lo desarrollan de forma diversa según la lengua de que se

trate, si bien, todas las lenguas que derivan del latín disponen de un artículo

determinado.

El artículo, y lo mismo puede decirse de otros determinantes, permite a un sustantivo (a

un SN) referir a un objeto, entidad o individuo del discurso, es decir, sirve, como ya se

ha anticipado, para establecer la conexión entre la información contextual y la

información léxica contenida en los sintagmas nominales (Leonetti 1999). El paradigma

del artículo determinado en español presenta flexión de género (masculino y femenino)

y número (singular y plural) y la forma escogida dependerá en cada caso del género del

sustantivo al que determinan. Esto no afectaría a una última forma que completa el

paradigma: el artículo lo que, tradicionalmente, ha sido considerado neutro, que nunca

acompaña a sustantivo alguno ya que no hay sustantivos de género neutro en español y

que no presenta flexión de número. La distribución de las formas que componen el

paradigma del artículo español sería la que mostramos en el Cuadro IV:

CUADRO IV . ARTÍCULOS DETERMINADOS DEL ESPAÑOL

Masculino Femenino Neutro

Singular el la lo

Plural los las -

La clase de los determinantes en español incluye artículos, demostrativos, posesivos,

cuantificadores además de una serie restringida de elementos léxicos que

semánticamente nos remiten a nociones como identidad o cantidad: otro, diversos,

diferentes, numerosos... Todo grupo nominal, ya sea, como veremos, referencial o

cuantificado, está formado por un determinante al que sigue un nombre común –seguido

o no por algún tipo de modificación. Como ya se ha señalado con anterioridad, el

español dispone dentro del paradigma general de los determinantes, como el resto de las

lenguas románicas por oposición al latín del que todas proceden, de un elemento de

escasa carga deíctica y/o cuantificadora y de una distribución muy amplia, tanto, que 21 Para Renzi (1997) y Giusti (2001) el hecho de que el artículo rumano sea un morfema y, de hecho, así se represente constituye un estadio más avanzado (por comparación con el resto de las lenguas románicas) hacia un proceso de gramaticalización. Dicho morfema puede aparecer ligado tanto al sustantivo (véase (i) como al adjetivo como en (ii):

(i) băiatul (niño el) (ii) frumosul băiat (bonito el niño)

El Sintagma Determinante en el español actual: relación entre artículos y pronombres átonos

27

como señala Laca (1999) “en todas las lenguas que los poseen, la aparición de

sustantivos o grupos nominales sin determinante está más o menos, severamente

restringida” (p. 893). De este modo, lo que distingue al artículo del resto de elementos

que se incluyen dentro de una categoría más general que abarca todo tipo de

determinantes es que no aporta contenido adicional a la determinación erigiéndose así

como un determinante “puro” (Cano Aguilar 1988).

Ya se ha visto que los demostrativos comparten diversas propiedades con los artículos

determinados, entre otras, su condición de determinante pronominal, la filiación

histórica, y la capacidad para la expresión de la definitud. Para algunos autores todos

éstos son argumentos para considerar conjuntamente ambas categorías.

Para Gili Gaya (1961) el artículo es, histórica y funcionalmente, un adjetivo

demostrativo de significación debilitada; no expresa localización como los

demostrativos, ni puede usarse independientemente de los sustantivos. Recuperando a

Lenz (1920) afirma que “más que una clase especial de palabras, los artículos son un

accidente gramatical”. En el caso de los artículos determinados se trata de señalar que el

sustantivo al que se refieren es conocido y que suponemos que la persona con quien

hablamos sabe de qué hablamos; si no es previamente conocido “hay que completar la

determinación por otros medios”.

Existen diversas razones para separar en el análisis a demostrativos de artículos. Sin ir

más lejos, mientras que aquéllos exigen que el referente pueda ser identificado en el

contexto de la situación comunicativa o discursiva, la función del artículo es meramente

identificativa ya que, como vimos, sólo indican que el referente ha de distinguirse de

forma unívoca y el contenido deíctico de los demostrativos está aquí ausente. De este

modo, lo que distingue al artículo del resto de elementos que se incluyen dentro de una

categoría más general que abarca todo tipo de determinantes es que no aporta contenido

adicional a la determinación erigiéndose así como un determinante “puro” (Cano

Aguilar 1988) que, de alguna manera, ‘reclasifica’ al referente por medio de alguna

propiedad, como un comentario lateral añadido que tiene especial relevancia en el

discurso (Leonetti 1999; p. 807). Para Leonetti (1999) parece claro que, con respecto al

artículo determinado, el demostrativo es una forma marcada, más especificada

semánticamente (Renzi 1997, Giusti 2001) y con unos contextos de uso y de aparición

Capítulo I

28

más restringidos. Por lo tanto, como ya hemos dicho, es casi siempre posible sustituir un

demostrativo por un artículo determinado pero no al revés (Leonetti 1990, 1999).

En español, además –y esto distingue a esta lengua de otras lenguas románicas como el

italiano y el francés- ambas categorías pueden encabezar sintagmas en los que hay

elisión del sustantivo o sintagmas de sustantivo nulo (v. sección 1.2.2 a continuación).

Este último dato tendrá importantes repercusiones tanto para el análisis del

comportamiento sintáctico de estos elementos como para el análisis e interpretación de

los datos de la adquisición.

1.2.1 Los sustantivos nulos

Un fenómeno que el artículo determinado del español comparte con otras

lenguas románicas como el catalán o el portugués, frente, por ejemplo, al francés o el

italiano que no presentan esta posibilidad, es la capacidad del artículo de encabezar

sintagmas en los que, en ausencia de un sustantivo, aparece seguido de adjetivos como

en (14), sintagmas preposicionales como en (15) u oraciones de relativo como (16):

(14) la rubia

(15) la de los rizos rubios

(16) la que vive en la playa

Tradicionalmente se han proporcionado dos explicaciones para el funcionamiento de

estos sintagmas. De acuerdo con la primera de ellas, en este tipo de sintagmas tiene

lugar un proceso de recategorización por el cual el determinante que aparece en ellas

posee la capacidad de convertir a un elemento que normalmente funcionaría como

complemento del sustantivo en núcleo de un SN. Gili Gaya (1961), para quien ésta es

una de las características más salientes del español entre las lenguas modernas, afirma

que el artículo determinado, además de indicar el género y el número del sustantivo

elidido, es capaz de sustantivar a una oración entera sin modificar para nada su propia

función gramatical, mientras que para desempeñar esa función de sustantivador otras

lenguas deben recurrir al uso del demostrativo.

El Sintagma Determinante en el español actual: relación entre artículos y pronombres átonos

29

En el mismo sentido Alarcos (1972) es tajante acerca de la capacidad sustantivadora del

artículo español y asegura que “cuando un artículo se antepone a elementos cuya

función habitual no es la de nombre, el papel de aquél evidentemente consiste en

trasponer tales elementos a la función que el nombre desempeña en la oración” (Alarcos

1972:172). El artículo es, pues, un traspositor a nombre de cualquier otro elemento

funcional.22

La segunda postura cuestiona la naturaleza del elemento que encabeza estas

construcciones y lo contempla como un pronombre capaz de funcionar de forma

autónoma ya que, según la definición tradicional, el artículo ha de aparecer

forzosamente modificando a un sustantivo. Ya en 1847 asigna Bello al artículo de estas

estructuras un carácter pronominal y defiende, además, que éste no es más que la forma

sincopada del pronombre; dicho de otra forma, para él, es el artículo el que se sustantiva

(se convierte en forma pronominal) como ocurre, por ejemplo, con los demostrativos.

Las formas el, la, los, las, no son para Bello más que las abreviaturas de él, ella, ellos,

ellas. Para que en español se empleen las formas sincopadas del artículo es necesario “o

que se construya con sustantivo expreso, o que se ponga al sustantivo subentendido

alguna modificación especificativa. Cuando la modificación es explicativa se usa la

forma íntegra del artículo, no la sincopada” (Bello 1847:172). Desde su punto de vista,

por tanto, es claro que el funcionamiento de este tipo de sintagmas puede explicarse sin

necesidad de recategorizar elemento alguno. Si gramáticas anteriores admiten de forma

general y sin reservas la presencia de pronombres demostrativos en construcciones

22 También algunos estudios de gramática generativa coinciden en no considerar estos elementos como pronombres sino como determinantes. Hernanz y Brucart (1987) señalan la agramaticalidad de (i) frente a la validez de (ii):

(i) *La, que vivió en Ávila, está acostumbrada al frío

(ii) La que vivió en Ávila está acostumbrada al frío

Según estos autores, los complementos explicativos, que estructuralmente están mucho menos ligados al determinante, no pueden seguir a las formas átonas que aparecen en estas construcciones. La complementación especificativa es, por el contrario, admitida sin reservas. Señalan además que, si (vi) fuera una oración gramatical sería del mismo modo posible la existencia de grupos fónicos formados únicamente por uno de estos clíticos, como se indica en (iii):

(iii) *La está acostumbrada al frío

Capítulo I

30

similares, parece natural para Bello que la misma posibilidad sea factible con estos

elementos.23

Por otra parte, con objeto de dar cuenta de este tipo de estructuras Fernández Ramírez

(1986), parte de la base etimológica común de artículos y pronombres personales para

afirmar después que, además de acompañar al sustantivo, puede encontrarse al artículo

concordante como término primario. De acuerdo con Fernández Ramírez en dichas

estructuras este artículo anafórico puede desempeñar funciones análogas a las que

desempeña el nombre con artículo no anafórico, es decir, puede aparecer regido por una

preposición, funcionar como término de comparación, sujeto, predicado, etcétera. En

cualquier caso, queda para este autor clara la condición anafórica del artículo en estas

construcciones y elimina la necesidad de hablar de sustantivación para justificar el

funcionamiento de las mismas; él mismo destaca en el Esbozo (1973) que precisamente

se distingue el español entre el resto de las lenguas modernas por la extensión que da a

la sustantivación de frases con el artículo determinado cuando otras lenguas románicas

tienen que recurrir al demostrativo (fr. celui, it. quello…) sobre todo con el antecedente

“callado”.

El problema de determinar la verdadera naturaleza de estos determinantes viene, como

vemos, de antiguo. Hernanz y Brucart (1987) resuelven que resulta inexacto considerar

formas pronominales a estos determinantes debido, por una parte, al carácter átono de

las formas del artículo que preceden al complemento y, por otra, a la incompatibilidad

que parece existir entre pronombres personales y complementos especificativos. Con los

artículos, debido a su condición de clíticos, se da justamente el caso contrario, desde el

momento en que no pueden aparecer acompañados de un complemento explicativo y

admiten sin problemas la complementación especifícativa (véase nota al pie 23). Del

mismo modo, la teoría de la sustantivación quedaría descartada desde el momento en

que resulta imposible para la gramática generativa, en su intento de alcanzar una

uniformización de los fenómenos implicados en una teoría consistente del lenguaje,

admitir la existencia de procesos de recategorización.

23 En realidad, Bello considera también demostrativos a los artículos determinados. En su definición primera de artículo determinado afirma “El /la/ es por consiguiente un demostrativo como /aquella/ y /esta/, pero que demuestra o señala de un modo más vago, no expresando mayor o menor distancia. Este demostrativo llamado ARTÍCULO DETERMINADO, es adjetivo, y tiene diferentes terminaciones para los varios géneros y números: el campo, la casa, los campos, las casas.” (1847. 277). [La mayúscula es del autor].

El Sintagma Determinante en el español actual: relación entre artículos y pronombres átonos

31

También dentro del marco de la gramática generativa existen diversas hipótesis que

intentan dar cuenta de la existencia de estos SN que denominaremos de sustantivo nulo;

cada una de ellas justifica de distinta manera su producción en español (entre otras

lenguas románicas) y proporciona una explicación diferente acerca del funcionamiento

sintáctico de las mismas. El fenómeno sintáctico que consiste en la elisión del núcleo en

los SSNN de las lenguas románicas ha sido relacionado, por razones obvias que nos

llevan a pensar en un tipo de lengua morfológicamente “rica”, con la existencia de

categorías vacías y la aparición en dichas lenguas de lo que se han denominado sujetos

nulos como los de (17a)-(17b):

(17a) [proi] Esperoi tus noticias (17b) [proi] Soni increíbles

Según el ‘Principio de proyección extendida’ (Extended Projection Principle, EPP)

propuesto inicialmente por la ‘Teoría de rección y ligamiento’ (Chomsky 1981),

algunos fenómenos que según el enfoque tradicional se explicaban a través de la elisión

de uno u otro término encuentran justificación en la existencia de categorías vacías. En

este sentido, dentro de este marco teórico, resulta imposible hablar de elisión de un

elemento en la estructura de la frase, ya que la omisión de un término cualquiera supone

exclusivamente el uso de unidades sintácticas carentes de realización fonética, y la sola

existencia de una posición sintáctica implica la imposibilidad de su eliminación; dicha

posición sigue existiendo aunque no se realice de forma explícita. Los elementos nulos,

como componentes de la gramática de las lenguas naturales, asumen para el hablante la

capacidad de inferir estos elementos en las representaciones que asigna a las oraciones y

requieren, eso sí, la presencia de material explícito que le permita legitimar estas

categorías y medios para identificarlas (Haegeman 1994; Liceras, Díaz, Maxwell,

Laguardia y Fernández 1995).

Sin embargo, si para dar cuenta de la estructura de los SN, aceptamos la propuesta de la

hipótesis del SD y dejamos de considerar a N como núcleo de los sintagmas en los que

aparece y en su lugar es el determinante el que desempeña esta función, la necesidad de

hablar de una posición vacía desaparece, ya que el carácter de complemento del

sustantivo presupone la no obligatoriedad de su aparición (v. Capítulo II, sección 2.2.3).

Capítulo I

32

Por ejemplo Contreras (1989) señala la conveniencia de este tipo de análisis ya que

elimina la necesidad de considerar formas pronominales a los determinantes que

encabezan las construcciones de sustantivo nulo (Napoli 1985) o de justificar esta

posibilidad en español aludiendo a la concordancia de género y número que expresa el

determinante español. La suya es una hipótesis que pretende ser válida no sólo para las

lenguas románicas, sino para todas las lenguas. La diferencia en el comportamiento que

a este respecto presentan las diferentes lenguas reside en que no todos los núcleos

funcionales (en el Especificador de los SSNN) pueden regir la categoría léxica vacía N

presente en tales construcciones. Así, la propia naturaleza de los diferentes

determinantes explicaría por qué estos sintagmas constituyen una posibilidad en una

lengua dada o no. Si bien todos los cuantificadores parecen ser, en inglés o español,

capaces de encabezar estas construcciones, el artículo determinado en español puede

efectivamente regir esta categoría vacía mientras que su equivalente inglés no puede; lo

mismo podría decirse, claro está, de artículos determinados franceses o italianos.

Sugiere, pues, un análisis generalizado según el cual lenguas como el español y el inglés

no presentarían a este respecto un comportamiento tan alejado como el que puede

inferirse de una primera comparación de estas estructuras.

1.2.2 La posesión inalienable

Otro de los fenómenos sintácticos relacionados con la presencia o ausencia del

artículo y de los pronombres átonos lo constituye la expresión de la posesión

inalienable. Entre las diversas variedades de posesión que pueden establecerse, una de

las clasificaciones más comunes es la distinción entre la posesión alienable e

inalienable. Por diversas razones que se presentarán a continuación, la expresión de la

posesión inalienable en español resulta muy interesante para nuestro trabajo. La

inalienabilidad se define como la imposibilidad de separar algo (la cosa poseída) de su

origen (su poseedor). Suelen incluirse en la categoría de nombres que típicamente

aparecen en estas construcciones los sustantivos que designan partes del cuerpo o

atributos inherentes al poseedor, como los rizos o las pestañas en (18a) y (18b):

(18a) Carmela se quitaba los rizos de la cara

(18b) Mario tiene las pestañas larguísimas

El Sintagma Determinante en el español actual: relación entre artículos y pronombres átonos

33

Sin embargo, no son las únicas entidades que pueden presentarse como inalienables.

También puede expresarse la posesión inalienable de objetos que no son necesariamente

parte de un todo (el poseedor); se requiere, en ese caso, la presencia de un pronombre

dativo que remita a su poseedor. Véase el contraste entre los ejemplos de (19a) de

posesión alienable y (19b) de inalienable. Si bien en (19a) ignoramos quién es el dueño

del vestido, en (21b) está claro a quién pertenece: a Melina.

(19a) Carmela ensució el vestido

(19b) Carmela le ensució el vestido a Melina

Con respecto a las clases de sustantivos que se ven implicadas en este tipo de

expresiones, Picallo y Rigau (1999) señalan que los nombres que designan partes del

cuerpo son nombres de relación que inherentemente implican una relación de

pertenencia o posesión, concretamente la de la parte con respecto a un todo y, por ello,

necesariamente suponen la existencia de un poseedor. En una oración como “Susana

movió la cabeza”, la cabeza designa una parte de Susana, que es el todo. En el caso de

nombres (silla, gato, galleta, etc.) que no expresen en sí mismos su relación con un todo

esta dependencia con respecto a un poseedor no se expresa a través de sus propiedades

semánticas a pesar de que tanto las sillas, los gatos o las galletas puedan o suelan tener

un propietario. Concluyen, pues las autoras, que es la naturaleza semántica de algunos

nombres comunes (que frecuentemente designan partes del cuerpo) la responsable de

que en estos casos el pronombre posesivo resulte, por redundante, enfático o

simplemente inadecuado (Picallo y Rigau 1999).

Si bien las lenguas románicas no son las únicas en realizar este tipo de distinción entre

alienable e inalienable de una u otra forma24, la expresión de la relación semántica parte-

todo resulta especialmente interesante en este tipo de lenguas ya que, como vemos, tiene

24 Picallo y Rigau (1999) señalan cómo el artículo determinado carece de valor posesivo por sí mismo y cómo ello puede comprobarse fácilmente en aquellas lenguas románicas en las que, significativamente, el posesivo antepuesto va introducido por el artículo, véanse los ejemplos de (i) y (ii):

(i) Cat. el meu cap (ii) It. la mia testa Sin embargo, también en catalán e italiano los contextos en que el poseedor está expresado en el sujeto preverbal o en el clítico, en la construcción pronominal se resuelven por medio de la eliminación del posesivo como en (iii) y (iv):

(iv) Cat. Em fa mal el cap/ Que portas al cap? (iv) It. Mi fa male la testa/ Ché porti a la testa?

Estamos aquí ante un uso expletivo del artículo del tipo que se describe en la sección 1.2.2.

Capítulo I

34

consecuencias en lo sintáctico. En este sentido, quizá los fenómenos más llamativos

sean los relacionados con la referencia al poseedor en ausencia del posesivo, bien sea

expresado en el sujeto preverbal como en (20a), bien por medio de la inserción del

pronombre dativo como en (20b) (v. Fernández Ramírez 1973, Alcina y Blecua 1975):

(20a) Trini tiene los ojos achinados

(20b) Trini les lavó la cara a los niños

La posibilidad de expresar una relación de este tipo sin emplear el posesivo conlleva la

introducción del artículo determinado que asigna al sintagma el valor de [+

determinado] correspondiente. Sin embargo, consideremos por un momento la

naturaleza del artículo presente en estas construcciones que, si bien, efectivamente alude

a entidades definidas no refiere a entidades concretas que hayan aparecido con

anterioridad en el discurso, como en (21):

(21) Ni Raquel ni Natalia se tiñen el pelo o se pintan los labios

En el ejemplo de (21) ni el pelo ni los labios han aparecido con anterioridad en el

discurso: en ambos casos se les asigna una interpretación distributiva (el pelo y los

labios de Raquel, el pelo y los labios de Natalia), son entidades diferentes y, si bien son

definidas, no aluden a elementos concretos de una serie referida con anterioridad.

Sobre este tipo de estructuras en el inglés y el francés –lengua esta última cuyo análisis,

en la mayoría de los casos, es perfectamente aplicable a los ejemplos del español con los

que nosotros trabajamos– el análisis de Zubizarreta y Vergnaud (1992) supone una

propuesta teórica que, como se verá más adelante, resultará muy interesante para

nuestro trabajo. Estos autores relacionan la legitimidad de las construcciones de

posesión inalienable en francés, y nosotros hacemos el análisis extensivo al español, con

la existencia de un uso expletivo del artículo determinado que abarcará también los

denominados usos genéricos que, si bien en español se expresan con el artículo (Los

El Sintagma Determinante en el español actual: relación entre artículos y pronombres átonos

35

romanos están locos), en lenguas como el inglés o el holandés25 se resuelven por medio

de SSNN no precedidos por determinante (Romans are nuts). Igualmente se consideran

expletivos aquellos casos en que el artículo determinado precede al nombre propio de

persona y que aparece de forma opcional en algunas variedades del español informal y

obligatoriamente en otras lenguas románicas como el catalán (v. Cat. el Xavi, la Júlia).26

De acuerdo con Zubizarreta y Vergnaud, existen tres tipos de construcciones de las

llamadas de posesión inalienable que pasamos a ilustrar a continuación:

(22a) Trini les lavó la cara a los niños

(22b) Trini se lavó la cara

(23) Trini lavó la cara de los niños

(24a) *Trini lavó sus caras (de los niños)

(24b) Trini washed their faces

(24c) Trini washed the children’s faces

La primera de estas construcciones es denominada Construcción externa al SD (22),

mientras que las de (23) y (24) son respectivamente Construcción no especificativa

interna al SD (DP-internal type construction) y Construcción especificativa interna al

SD (DP-internal token construction)27. En la primera de ellas el poseedor de la entidad

referida en el SD objeto directo (la cara) está expresado por medio del dativo preverbal

(les) y el (opcional) SPREP posverbal (a los niños). En (23), en cambio, el poseedor

está expresado dentro del SD por medio del sintagma preposicional que complementa al

SN objeto directo (la cara [SP de los niños]). El tercer tipo de construcción en que el

poseedor queda expresado por medio del posesivo dentro del SD es, sin embargo,

agramatical en español mientras que es la opción preferida en lenguas como el inglés.

Resulta relevante señalar, además, cómo las construcciones ejemplificadas en (22) y

(23) comparten la propiedad de asignar al objeto directo (en singular) una interpretación

25 Tal y como señala Bauuw (2002) tanto el inglés como el holandés pueden, no obstante, presentar un uso genérico del artículo determinado en singular como se ilustra en los ejemplos de (i) y (ii): (i) Ing. The tiger has stripes (ii) Hol. De tijger heeft strepen Para Zubizarreta y Vergnaud (1992) estamos en este caso ante un uso prototípico (que no expletivo) del artículo por el cual un elemento de una serie funciona como prototipo de una clase. 26 Véase el análisis de Longobardi (1994) presentado en el Capítulo II, sección 2.1.3. 27 Los términos DP-internal type y DP-internal token han sido traducidos como construcción no especificativa y especificativa a sugerencia de R. Fernández Fuertes (Comunicación personal).

Capítulo I

36

distributiva cuando el poseedor es plural. Así, la cara en el ejemplo de (22) ha de

entenderse como una pluralidad de caras correspondiendo cada una de ellas a cada uno

de los niños referidos en el SD de objeto indirecto que le sigue (y le precede en forma

del clítico les). En las construcciones especificativas internas al SD en (24), por el

contrario, la existencia de varios poseedores (de entidades diferentes) requiere que el

sustantivo que designa la cosa poseída esté también en plural (v. their faces frente a *his

faces (v. (23 y 24)).

La propuesta que realizan Zubizarreta y Vergnaud para explicar el comportamiento de

este tipo de construcciones alude, por una parte, a la existencia de una relación

sintáctica de ‘predicación’ y, por otra, a un uso expletivo del artículo determinado.

Según los autores, en el ejemplo de (22) el SN objeto directo (la cara) contiene una

variable argumental no saturada que corresponde al poseedor (los niños), papel temático

que es asignado por el sustantivo inalienable que típicamente (pero no obligatoriamente

como veíamos antes) designa entidades que no pueden separarse de su poseedor. Con

objeto de saturar esa variable el SN argumento tiene que estar ligado por el

constituyente con el que entra en relación de predicación y fruto de esta relación es la

interpretación distributiva que reciben estas construcciones. Esto se aplica tanto a las

que son externas como a las que son internas al SD, pero en el caso de las primeras el

constituyente que liga el SN ‘predicado’ es un dativo, el SD que funciona como objeto

indirecto, como queda ilustrado en la estructura de (25):

El Sintagma Determinante en el español actual: relación entre artículos y pronombres átonos

37

(25)

[*CR: Cláusula reducida]

Para los autores, el artículo determinado de las lenguas románicas posee una propiedad

especial, de la que carecen los artículos de lenguas como el inglés, que lo “habilita” para

que pueda establecerse entre ambos argumentos una relación de predicación como la

que se describe: los artículos en lenguas románicas pueden funcionar como expletivos,

es decir, pueden ir desprovistos de función semántica en sentido estricto y jugar un

papel sintáctico como, por ejemplo, realizar la expresión del rasgo [+ determinado] que

ligará al sustantivo sin determinar al universo de discurso como entidad única referida o

no con anterioridad (v. sección 1.1.2)28. Paralelamente, y en ausencia de una

legitimación semántica, la relación Núcleo-Complemento (D-N) que se establece entre

el expletivo la y el nombre cara debe legitimarse en lo morfológico por medio de la

concordancia de género y número que se establece entre el artículo y el sustantivo. Así,

la riqueza morfológica del determinante de las lenguas románicas parece ser

responsable de la posibilidad de contar con un artículo expletivo en este tipo de

construcciones. Consecuentemente, una lengua como el inglés que no es tan rica desde

28 Baauw (2002), siguiendo también a Zubizarreta y Vergnaud (1992) y a Longobardi (1994), define los artículos expletivos frente a los denotativos como artículos semánticamente vacíos en el sentido de que no capacitan al sustantivo al que acompañan para referir a un objeto o individuo específico del universo de discurso. Así, si bien en su uso expletivo el núcleo [D] no alberga un operador sino que sólo refleja los rasgos morfológicos que comparte con el sustantivo, los artículos denotativos sí albergan un operador que liga al sustantivo al discurso, además de mostrar concordancia de género y número con el SN. Las lenguas como el inglés o el holandés sólo poseen, pues, artículos denotativos.

SV

pelo

a Reinaldoi

Cortarle el

V *CRdat (Predicación)

SD SPdat

SD

N(x)i

SN(x)i P

Capítulo I

38

un punto de vista morfológico no es capaz de legitimar un artículo expletivo semejante a

los del español y, de ese modo, los artículos del inglés estarán siempre provistos de

contenido referencial.

De nuevo, y como sucedía en el caso de los sustantivos nulos (v. sección 1.2.1), la rica

morfología del castellano se considera responsable de la disponibilidad de un fenómeno

sintáctico determinado.29 En este sentido, y por lo que respecta a nuestro trabajo, las

construcciones de posesión inalienable representan, pues, un campo de investigación

doblemente interesante por cuanto, además de tratarse de un fenómeno cuya producción

supone para el hablante un dominio de paradigma morfológico y un conocimiento

sintáctico, se produce en estructuras donde tanto artículos determinados como clíticos

de objeto aparecen relacionados.

1.3 Más sobre los pronombres átonos

Como hemos avanzado anteriormente, el funcionamiento de los elementos que

conforman el paradigma de los pronombres átonos ha constituido tradicionalmente un

campo de investigación que ha ocupado a estudiosos que han trabajado desde las más

diversas perspectivas.

Los pronombres átonos en español (como los del resto de lenguas románicas) forman

parte de un sistema pronominal que incluye también una serie tónica. La diferencia más

evidente entre ambos tipos de elementos es la capacidad de éstos últimos de funcionar

con independencia fónica y sintáctica; esto implica que, como es bien sabido, los

pronombres átonos –de objeto, dativo y acusativo– han de aparecer adyacentes al verbo

de forma obligatoria y tan sólo otro pronombre de la misma serie puede intervenir entre

ellos y el verbo (Fernández Soriano 1999).

En este trabajo, la consideración de los clíticos se basará en una clasificación del

repertorio de pronombres átonos del español que atienda a criterios morfológicos (la

configuración morfológica de estos elementos (Bonet, 1995; Everett 1996)), sintácticos

29 Con respecto a la relación entre adquisición de la morfología y la sintaxis remitimos al lector a los trabajos de Snyder (1995), Snyder y Senghas (1997), Liceras, Díaz y Rosado (1998), Liceras, Díaz y Mongeon (2002) y Nicolás (en preparación).

El Sintagma Determinante en el español actual: relación entre artículos y pronombres átonos

39

(su funcionamiento dentro del sintagma verbal o su posición con respecto al verbo

(Kayne 1975, Uriagereka 1995, Ordóñez 1997, Franco 2000)) y semánticos (Everett

1996, Klein-Andreu 1996, Fernández Soriano 1999). El Cuadro IV a continuación

incluye el repertorio completo de pronombres átonos de objeto del español actual.30

CUADRO V. PRONOMBRES ÁTONOS DE OBJETO (Adaptado de Klein-Andreu 1996 y Fernández Soriano 1999)

1P 2P 3P NO REFLEXIVO REFLEXIVO/

IMPERSONAL ACUSATIVO DATIVO FEM la SING. me te le/ se MASC. lo NEUT. Se FEM las PLUR. nos (os) les/ se MASC. los

Como puede observarse las formas me, te, nos, os, pronombres de primera y segunda

persona de singular y plural, procedentes de las formas equivalentes del acusativo latino

(v. sección 1.1.1) permanecen invariables para acusativo y dativo. Los de tercera

persona lo, la, los, las, le, les presentan, como se ha visto, una variación mayor ya que,

por una parte (y es aquí donde se establece la conexión con el artículo determinado)

proceden, como ya sabemos del demostrativo latino y presentan, como él, flexión no

sólo de número sino también de género. Por otra parte, la forma se (procedente, en

principio del reflexivo latino SE) pasa a formar parte del paradigma como pronombre de

dativo en contextos de coaparición con el pronombre acusativo y no presenta flexión de

género y número. A las peculiares características configuracionales e históricas de la

forma se dedicamos la sección 1.3.2 que incluye los diversos análisis propuestos con

objeto de dar cuenta de su particular naturaleza y su distribución.

Atendiendo a los criterios de clasificación de los clíticos que proponíamos en la sección

1.1.3, la serie de pronombres tónicos constituyen ejemplos de pronombres fuertes

30 No existen en español, en comparación con las formas pertinentes en otras lenguas románicas como el catalán, el italiano o el francés, clíticos partitivos o de procedencia del tipo de en, ne o locativos como hi, ci, y –con la excepción del residuo en la forma hay del verbo impersonal haber (Bonet 1995, Fernández Soriano 1999).

Capítulo I

40

mientras que la serie de pronombres átonos se clasificarían como clíticos especiales en

el sentido de Zwicky (1977). Mascaró y Rigau (2002) señalan que ese carácter especial

está relacionado al tiempo con factores de tipo sintáctico y semántico y proporcionan

los siguientes ejemplos que incluyen al clítico lo y a su equivalente pronominal fuerte

ello:

(26a) Míralo

(26b) María lo miró

(26c) *María miró a ello

(26d) María lo miró a él/*ello

Varias observaciones pueden hacerse a partir de estos ejemplos, a saber: las posiciones

que ocupan el clítico y la forma plena (26a, 26b) son diferentes, así como también lo

son las propiedades semánticas y de aparición de uno y otro elemento. La forma plena

en (26c) resulta agramatical sin la presencia del clítico como en (26d), y en ese caso

sólo es posible una interpretación animada mientras que, si el clítico aparece solo como

en a) y b), tanto la animada como la no animada son posibles (véase 1.3.1) (Mascaró y

Rigau 2002).

Los clíticos pueden clasificarse según la posición que ocupen con respecto al elemento

tónico del que dependen (Fernández Soriano 1999) en formas proclíticas, que preceden

al verbo (como en 26b), y enclíticas, que se sitúan inmediatamente después de la forma

verbal de la que dependen (como en 26a). La posición de estos elementos con respecto

al verbo viene normalmente determinada por el tipo de clítico de que se trate y por la

forma del verbo del que depende. La opción más frecuente en español actual es que la

posición del clítico se decide dependiendo de la flexión del verbo, a saber, hay proclisis

si se trata de una forma finita, en cuyo caso el clítico aparecerá precediendo a esta forma

como en (26a); la única excepción a esta norma es el caso de las formas del imperativo

que funcionan a estos efectos como el infinitivo y el gerundio en (26b); hay enclisis

como en (26c) mostrando con las formas no finitas del verbo de infinitivo y de

gerundio:

El Sintagma Determinante en el español actual: relación entre artículos y pronombres átonos

41

(27a) lo consideraré

(27b) considéralo

(27c) considerarlo, considerándolo

Como se verá más adelante, existen multitud de razones que justifican el hecho de que

los clíticos hayan protagonizado, y continúen haciéndolo, numerosos estudios que los

tienen en cuenta en su investigación acerca de diversos fenómenos: la estructura

argumental de la oración, la distribución de los componentes dentro de la misma, los

factores que determinan su aparición en una posición concreta en la cláusula –posición

2P o Wackernagel y su evolución histórica– (Rivero 1986, 1992; Wanner 1987;

Fernández Soriano 1993; Fontana 1993, 1996; Halpern y Zwicky 1996), la conexión

con otros fenómenos sintácticos como la subida de clíticos y su interacción con la

concordancia del verbo (la correfencia en el caso de los reflexivos, el doblado de

clíticos contemplado como concordancia de objeto (Franco 2000, Torrego 1998),

etcétera). Algunos de estos fenómenos son descritos en las secciones que siguen.

1.3.1 Estructuras de doblado y de ascenso de los clíticos pronominales

Al tratarse de un fenómeno que puede abordarse desde todas las áreas del

lenguaje, el estudio de los clíticos pronominales en las lenguas románicas ha sido en

muchas ocasiones observado de una manera, digamos, parcial y se ha centrado en

fenómenos o aspectos muy concretos; como ejemplos de lo anterior podríamos citar las

estructuras de doblado o duplicación y de ascenso o subida de clíticos.

El fenómeno que se ha denominado duplicación o doblado de clíticos de dativo (y

también de acusativo, para determinadas variedades del español,) ha sido tratado en

múltiples estudios y en ocasiones ha sido utilizado, como veremos más adelante, para

refutar teorías específicas sobre el comportamiento sintáctico de los clíticos y proponer

después hipótesis más generales diseñadas para dar cuenta del funcionamiento global de

estos elementos en el conjunto de las lenguas románicas (v. secciones 2.3 y 2.4.2).

Capítulo I

42

El doblado de clíticos puede definirse como un fenómeno típico de algunas lenguas

románicas, el español entre ellas, que consiste en la aparición de un clítico en presencia

del correspondiente objeto (pronominal). Véanse los ejemplos de (28):

(28a) Anoche me llamó Rodrigo

(28b) Anoche Rodrigo me llamó a mí

Si bien, como hemos visto, la presencia de un clítico se asocia comúnmente con la

existencia de una categoría vacía, la existencia del doblado de clítico iría en contra de

tal intuición. Los clíticos pronominales, en cambio, y esto resultará fundamental en la

presentación de los análisis realizados desde la lingüística teórica moderna (v. Capítulo

II), no aparecen siempre en sustitución de un argumento dado, sino que, como vemos,

existen determinados contextos en los que su aparición es estrictamente necesaria aun

en presencia de ese argumento realizado como un sintagma pleno. Tal es el caso de las

construcciones de duplicación como las que ahora nos ocupan o de la expresión de la

posesión inalienable, como se vio en la sección 1.2.2.

En la producción de estructuras de doblado de clíticos existen, no obstante, una serie de

restricciones (Fernández Soriano 1993, 1999; Fernández Lagunilla y Anula 1995). En

primer lugar, cuando el sintagma doblado es pronominal, el clítico es obligatorio:

(29a) *(Le) he escrito un mensaje a ella/*(me) lo has escrito a mí

(29b) *(La) he llamado a ella/*(me) has llamado a mí

Como puede observarse, la serie de pronombres átonos y la de los pronombres tónicos

no están en distribución complementaria, algo que sí ocurría en el español antiguo

(Fontana 1993). En los ejemplos anteriores los clíticos coaparecen con los sintagmas

pronominales obligatoriamente y su ausencia es agramatical, tanto en el caso de los

dativos en (29a) como en el de los acusativos (29b).

El Sintagma Determinante en el español actual: relación entre artículos y pronombres átonos

43

Paralelamente, los clíticos de dativo también aparecen muy frecuentemente en la misma

secuencia con SSNN plenos (30a)31 aunque, como se observa en (30b) no de forma

obligatoria. Si bien esto es lo más frecuente en español estándar, en algunas variedades,

tal es el caso del rioplatense, se favorece la coaparición de clítico y SN también con

acusativos:

(30a) (Le) he escrito un mensaje a Elena

(30b) He llamado a Elena

(30c) (La) he llamado a Liliana [Español rioplatense32]

El fenómeno sintáctico conocido como subida o ascenso de clítico es el proceso por el

cual un clítico se desplaza fuera de su dominio local; ello se ilustra en (31a) y (31b):

(31a) Patricio quiere verlo (31b) Patricio lo quiere ver

En (31a) el clítico está en su posición natural33, enclítica al infinitivo. En (31b), por el

contrario, el clítico se ha movido del dominio del infinitivo y se ha adjuntado al verbo

flexionado quiere. Este fenómeno no es exclusivo del español, sino que puede

observarse además en otras lenguas románicas como el catalán o el italiano, no así en el

francés o el portugués.

Una de las principales cuestiones acerca del funcionamiento de los clíticos atañe, como

se ha visto, a su relación con (y a su posición con respecto a) los argumentos del verbo

y, frente a la obligatoriedad que se observa en las estructuras de reduplicación de

clíticos, es de destacar el carácter opcional que presentan las estructuras de ascenso de

clíticos que, no obstante, están sujetas a fuertes restricciones, cf. Luján (1993) y

Fernández Soriano (1993).

31 Cuando hablamos de sintagmas nominales plenos debemos señalar el carácter excepcional de la ausencia del artículo con los dativos. No parece haber una regla muy clara al respecto, pero parece que se trata en general de sintagmas no pronominales y de carácter contrastivo como el ejemplo de (i) (cf. Laca 1999: 908):

(i) Daba clase de español a extranjeros (ii) *Daba clase de español a ellos 32 La variedad de español que se conoce como rioplatense se habla en Argentina, Uruguay, Paraguay y algunas áreas de Chile (v. Jaeggli (1982) o Suñer (1988)). 33 Como se planteará en más detalle en el Capítulo II, es discutible si ésa es o no la posición natural del clítico.

Capítulo I

44

1. No parece haber restricciones en cuanto al número de veces en que un clítico

puede subir en una estructura con varias cláusulas de infinitivo:

(32a) Quisiera poder conseguirte las estrellas y la luna

(32b) Quisiera poderte conseguir las estrellas y la luna

(32c) Te quisiera poder conseguir las estrellas y la luna

2. Hay restricciones en cuanto a si entre el verbo flexionado y el verbo en infinitivo

existen o no otros elementos tales como partículas de negación, adverbios y

preposiciones (que no sean a, de y por), como en los siguientes ejemplos:

(33a) Quisiera no haberte dicho eso

(33b) *Te quisiera no haber dicho eso

(34a) Deseaba tanto verlo

(34b) Lo deseaba tanto ver

(35a) Quedaron en encontrarse a la salida del metro

(35b) *Se quedaron en encontrar a la salida del metro

3. El tipo de verbo implicado en la estructura también decide si la subida puede o

no realizarse; los verbos de control de sujeto permiten la subida de clíticos frente

a los de control de objeto, como se ilustra en (36a) y (36b), y en (37a) y (37b)

que la impiden. Por otro lado, si se trata de un modal o un verbo causativo –

como en (38a) y (38b) y (39a) y (39b) respectivamente- el clítico puede

efectivamente subir, pero si estamos ante un verbo de elevación se bloquea tal

posibilidad (v. (40a) y (40b))34:

(36a) Intentó llamarlo

(36b) Lo intentó llamar

34 Sobre el tipo de verbo y estructuras en las que un verbo puede albergar un clítico que procede originariamente de su complemento véase Fernández Soriano (1999) o Campos (1999).

El Sintagma Determinante en el español actual: relación entre artículos y pronombres átonos

45

(37a) Obligó a Rodri a escribirla

(37b) *La obligó a Rodri a escribir

(38a) Puedes enviárselas hoy

(38b) Se las puedes enviar hoy

(39a) Hizo enviarlas inmediatamente

(39b) Las hizo enviar inmediatamente

(40a) Pareció enviarla

(40b) *La pareció enviar

4. La última restricción que quisiéramos comentar aquí se refiere al movimiento

mismo de los clíticos y establece que éste ha de desplazar a todos los clíticos

como una unidad, en bloque, y de ahí la agramaticalidad de (41b) y (41c), frente

a (41a):

(41a) Me lo quiero traer a casa

(41b) *Me quiero traerlo a casa

(41c) *Lo quiero traerme a casa

Con respecto al orden que en español presentan estos pronombres cuando coinciden en

la misma secuencia, es necesario observar una serie de condiciones que estarán

relacionadas con los diferentes rasgos gramaticales expresados por la serie de elementos

en cuestión, concretamente, con el caso y con la persona gramatical.

Es preciso señalar, antes de cerrar esta sección, que todas las restricciones observadas

en la distribución y el orden que presentan los elementos clíticos pronominales, así

como su especial comportamiento en los fenómenos sintácticos que se acaban de

presentar, cobrarán una relevancia especial a la hora de abordar el análisis contrastivo

entre el comportamiento de estos elementos en el español adulto y su equivalente en los

datos del español no nativo que emprenderemos en el Capítulo V.

Capítulo I

46

1.3.2 Combinaciones de clíticos pronominales y el caso de se

Como acabamos de mencionar, entre las restricciones que afectan a los clíticos

pronominales del español se encuentran aquellas referidas al orden en que éstos han de

aparecer en una secuencia dada. Dicho orden es el fijado por Perlmutter (1971) (v.

también Fernández Lagunilla y Anula (1995), Mascaró y Rigau (2002), Fernández

Soriano (1999)) y aparece en el ejemplo de (42):

(42) SE + II + I + III

Para algunos autores, tal es el caso de Bonet (1991, 1995) el orden lineal en que

aparecen los clíticos románicos no puede determinarse aludiendo exclusivamente a

mecanismos sintácticos. Según esta propuesta, los clíticos son estructuras jerárquicas de

rasgos (persona, número, caso, etc.) cuya ordenación se determina en lo morfológico

mediante la transferencia a una especie de plantilla de clíticos. El rasgo [Género], sin

embargo, no parece jugar un papel determinante en el establecimiento de las

posibilidades combinatorias de los clíticos pronominales (Ordóñez 2002).

La descripción de las formas que en el español actual requieren la presencia del clítico

pronominal se no puede, en el contexto de este trabajo, realizarse de una manera muy

exhaustiva ya que tal elemento entra a formar parte en la configuración de muchas y

muy variadas estructuras, y la consideración de todo lo que supone el uso y la

distribución de las construcciones en las que interviene puede ser y ha sido tema para

multitud de trabajos de índole y enfoque muy diversos, véanse, entre muchos otros,

Gómez Torrego (1994), Mendikoetxea (1999), Bartra (2002). Ya se asigne a se

naturaleza verbal o nominal, o ambas, ya aparezca provisto o carente de contenido

semántico, ya resulte obligatorio u opcional para la estructura en cuestión, la

determinación de la naturaleza gramatical y el funcionamiento del clítico se no parece,

en principio, una tarea sencilla debido principalmente a lo diverso de las funciones que

éste desempeña, pero resulta obligada en todo trabajo que se plantee el examen del

sistema pronominal del castellano, especialmente si tenemos en cuenta lo frecuente de

su uso en el español nativo (Tolchinsky y Rosado 2004). Pasamos a continuación a

enumerar los diferentes tipos de se presentes en el sistema gramatical del español.

El Sintagma Determinante en el español actual: relación entre artículos y pronombres átonos

47

A pesar de no coincidir morfológicamente con ninguna de las formas del artículo

determinado en español y de que la coincidencia formal entre elementos de ambos

paradigmas es uno de los criterios que delimita el alcance de nuestro estudio, el hecho

de que se pueda funcionar como pronombre dativo y de que sea en el primero de sus

usos analizado como un alomorfo de le, les (que, como vimos, sí están relacionados

morfológica e históricamente con el artículo determinado) nos lleva a incluirlo en

nuestro examen.

Así, en el primero de los usos de se que analizaremos, este pronombre aparece en

sustitución de los pronombres de objeto indirecto (le, les) en secuencias en las que éstos

coocurren con las formas pronominales de complemento directo (lo, los, la, las). La

explicación que tradicionalmente se da para justificar la aparición de se en estos

contextos alude a un proceso fonológico de disimilación por el cual los pronombres le,

les se ven despojados del rasgo de número si va seguido de alguna de las formas de

acusativo de tercera persona. En estos ejemplos en que coaparecen los pronombres de

tercera persona, estamos ante instancias de lo que llamamos amalgamas, combinaciones

de clíticos, como en (43c):

(43a) Lei voy a regalar una bici (a Marioi)

(43b) *Lei la voy a regalar (a Marioi)

(43c) Sei la voy a regalar (a Marioi)

La evolución fonética de la aglutinación pronominal de dativo y acusativo da lugar a la

aparición en el romance peninsular de la forma ge que deriva en español moderno en lo

que se ha dado en llamar se espurio (Menéndez Pidal 1904, Lapesa 1961, Penny 1993 y

que figura en (44):

(44) ILLÎ-ILLUM > [*elielo] > [eželo] > [želo] = gelo

No obstante, en Fernández Soriano (1999) se hace notar como, en realidad, no puede

hablarse de la aplicación de una regla puramente fonológica que funciona

sistemáticamente en este contexto fonético ya que hay ocasiones en las que no se

Capítulo I

48

produce. La autora proporciona los ejemplos que aparecen en (45) y (46) a

continuación:

(45) Eres un lelo > *eres un selo

(46) Le lavé las manos > *se lavé las manos

En cualquier caso, lo cierto es que en estructuras como las de (47) el primer pronombre

es un alomorfo de le y les y aparece en sustitución de éstos cuando una forma

pronominal, y no un sintagma nominal pleno, desempeña la función de objeto directo,

como en (48):

(47a) Le di el libro a Elena

(47b) Se lo di (a Elena)

(48a) Les compré un libro a mis padres

(48b) Se lo compré (a mis padres)

Obsérvese además el contraste que existe entre le, les, que si bien no presentan flexión

de género sí que están flexionados para número, y se que permanece invariable por lo

que respecta a ambos rasgos gramaticales. La subespecificación de se para género

número y caso35 –y esto es aplicable a este pronombre en todos los contextos y no sólo a

su uso dativo– resulta fundamental para algunos planteamientos teóricos ya que esta

característica se considera responsable de que sea éste y no otro pronombre el que

recoja un mayor número de usos tan diferentes entre sí, o dicho de otra forma, de que

algunos autores lo consideren, digamos, la opción pronominal por defecto del español.

No obstante, tal y como se afirma en el trabajo de Jakubowicz et al. (1998) para el

elemento equivalente del francés, a pesar de estar subespecificado para género y número

y caso, se sí está especificado para el rasgo de persona y esto, como se verá más

adelante, resultará fundamental a la hora de explicar cómo tiene lugar el proceso de su

35 Véase en el capítulo siguiente, sección 2.4.2.3 el sugerente análisis de Bonet (1991) sobre lo que ella denomina formas opacas en las lenguas románicas que son se en castellano, elzi en el caso del catalán y ci en italiano.

El Sintagma Determinante en el español actual: relación entre artículos y pronombres átonos

49

adquisición por parte de los hablantes nativos y no nativos de una lengua dada. También

este dato resultará decisivo a la hora de analizar los datos de la muestra.

Existe, además, un uso adicional del se dativo –que, por otra parte, no esperamos

encontrar en la producción de nuestros sujetos– que se caracteriza por añadir un matiz

aspectual muy concreto a la expresión verbal. Se trata de los usos que tradicionalmente

se han conocido como dativos éticos, dativo simpatético o de interés (Gutiérrez Ordóñez

1999, Cuervo 2003).

El segundo de los usos de se que tratamos aquí es el que aparece en el sistema de los

reflexivos del castellano y que supone, por definición, equivalencia semántica entre el

sujeto y el objeto del español. Este se es heredado directamente del paradigma latino en

el que se alternaba con la forma SESE que se pierde en la transición del latín al

protorromance. Como puede suponerse, la expresión de la reflexividad implica que el

sujeto y el OD como en (49a) o el OI como en (49b) poseen los mismos rasgos

nominales de persona, género y número:

(49a) Carmelai sei miró en el espejo

(49b) Marioi sei quitó el gorro

La identidad referencial entre los argumentos antecedente y anáfora (sujeto-OD en

(49a), sujeto-OI en (49b)) –y que en los ejemplos se ilustra por medio de la

coindización– posibilita que estos pronombres anafóricos sean interpretables ya que

éstos carecen típicamente de independencia referencial como queda recogido en el

principio A de la Teoría del ligamiento (Chomsky 1981).

En la conjugación de los verbos reflexivos se forma parte de la flexión del verbo y varía

con ella, aparece como tal en el infinitivo y se declina con la persona del verbo. En estos

casos todo el paradigma pronominal (al que la gramática tradicional se ha referido

normalmente como pronombres reflexivos) incluye las forma me, te, se, nos, os y se; y

como vemos, se es el pronombre usado para la tercera persona tanto para el singular

como para el plural (Menéndez Pidal 1904; Fernández Soriano 1993, 1999). El Cuadro

VI muestra el paradigma de los reflexivos y su origen en latín:

Capítulo I

50

CUADRO VI . PRONOMBRES REFLEXIVOS Y SU ORIGEN EN LATÍN Dativo y Acusativo

Singular Plural ME > me NOS > nos TE > te VOS > os

SE > se

Las construcciones que se han clasificado tradicionalmente como recíprocas presentan

una apariencia formal similar a la de las reflexivas y poseen característicamente un

sujeto plural cuyos componentes son todos, unívocamente, responsables de la acción

denotada por el verbo. El ejemplo de (50a) resulta ambiguo ya que puede presentar dos

lecturas según se interprete la acción como recíproca (50b) o como reflexiva (50c):

(50a) Las niñas del patio se pelean cuando juegan al fútbol

(50b) Las niñas del patio se tiran de las trenzas (las unas a las otras)

(50c) Las niñas del patio se tiran de las trenzas (a sí mismas)

Como vemos, tanto la expresión de la reflexividad como la expresión de la reciprocidad

requieren de forma obligatoria la inclusión de un pronombre personal de la serie de

pronombres reflexivos (v. Cuadro VI). De la misma manera, existen verbos que también

se construyen en todas sus formas con estos pronombres: se trata de los llamados verbos

pronominales. Nuestro trabajo considerará de la misma forma a aquellos verbos que

requieren indefectiblemente en su conjugación la presencia de un elemento pronominal,

como quejarse o arrepentirse (51), y a verbos que constituyen dos (o más) entradas

léxicas diferentes según se conjuguen o no como pronominales (v. el ejemplo de (52a)

frente al de (52b)).36 En todos estos casos el pronombre es correferente con el sujeto.

(51a) No sé de qué sei quej-ai

(51b) No, no mei arrepient-oi de nada

(52a) Sólo llamo para decirte que te quiero

(52b) Mei llam-oi Yvonne 36 No compete a nuestro trabajo marcar una diferencia entre aquellos casos en los que el elemento pronominal marca un mero cambio aspectual de telicidad, un matiz de consecución final frente a acción en transcurso (v. ir frente a irse, dormir frente a dormirse, comer frente a comerse…) y aquellos en los que, en mayor o menor grado, la presencia del clítico supone un cambio léxico más profundo (v. llamar frente a llamarse) (Gili Gaya 1961, Mendikoetexea 1999, De Miguel 1999). A todos los efectos, el pronombre presenta el mismo comportamiento en ambos tipos de construcciones y es de esperar que también en los datos de la adquisición se comporten de un modo similar. Así, no distinguiremos exhaustivamente entre este tipo de verbos pronominales.

El Sintagma Determinante en el español actual: relación entre artículos y pronombres átonos

51

El tercer grupo en nuestra clasificación lo constituyen aquellas construcciones a las que

decidimos llamar de manera generalizada –siguiendo el análisis que hace Bartra (2002)

para las equivalentes del catalán– de sujeto inespecífico y que incluyen tanto las que

tradicionalmente se han venido denominando pasivas reflejas, pasivas impersonales y

construcciones de voz media. Estos tres tipos de construcciones verbales constan del

pronombre se, que interviene de forma obligatoria e invariable, seguido de un verbo que

necesariamente está flexionado para tercera persona (singular o plural) y de un SN. El

estatuto de estas construcciones ha sido muy debatido hasta la fecha ya que muy

diversos criterios aplicados a cada uno de los elementos que las componen han servido

para proponer diferentes clasificaciones.

La etiqueta de oraciones impersonales (llamadas incluso pasivas impersonales en

algunos análisis como el de Gili Gaya (1961)) suele aplicarse a aquellas construcciones

que, con un sujeto elíptico con valor arbitrario, presentan un verbo (transitivo o

intransitivo, v. (53d)) invariablemente en singular, con independencia de si el sintagma

nominal presente en la construcción es plural o singular –v. (53a) frente a (53b). El

hecho de que, en el caso de que se trate de una entidad con el rasgo semántico

[+animado] el sintagma aparezca encabezado por la preposición a (como en 53c)

impide, según algunos análisis, considerar a estos elementos como los sujetos

gramaticales de la construcción.

(53a) Desde mi ventana se ve el mar

(53b) Desde mi ventana se ve los barcos pasar

(53c) Desde mi ventana se ve a los niños jugar en la playa

(53d) Y es que en Málaga se vive muy bien

Por otro lado, para que pueda hablarse de pasivas reflejas, en cambio, necesitamos que

el verbo de la construcción concuerde en número con el sintagma nominal que, en esta

ocasión, es el objeto nocional, sujeto paciente de la oración pasiva en la que, por

definición, no es compatible con verbos intransitivos.

Para nosotros, sin embargo, no resulta conveniente establecer este tipo de distinciones

puesto que no hemos hallado, hasta la fecha, un criterio convincente en todos los

contextos que nos permita hablar objetivamente de diferencias entre ambos tipos de

Capítulo I

52

construcciones. El principal problema aparece cuando nos encontramos con una

construcción del tipo que se ejemplifica en (54) y en la que, al aparecer un verbo

transitivo, en singular y acompañado por un SN no animado, no es posible clasificarlo

de manera automática en un grupo u otro:

(54) Desde mi ventana no se ve el mar

Paralelamente, y con respecto a la existencia de expresiones de voz media referida a

oraciones en las que existe coincidencia nocional entre el sujeto y objeto gramatical de

la oración, decidimos no incluirlas como categoría independiente de análisis. En

castellano, así como en el resto de las lenguas románicas, no existen medios formales

y/o estructuras específicas para la expresión de la voz media, de forma que no resulta

posible detectarla en todos los casos atendiendo a criterios exclusivamente formales.

Veamos los ejemplos de (55):

(55a) Estos problemas se resuelven solos

(55b) El lino se plancha fatal

(55c) El bosque no ardió de milagro

En los ejemplos anteriores podemos observar cómo, si bien en todas ellas podemos

hablar de voz media (Mendikoetxea 1999, Tolchinsky y Rosado 2004), no es posible

encontrar un criterio morfosintáctico que las unifique. Así, seguimos aquí de nuevo a

Bartra (2002) e incluimos aquellas oraciones que requieren la presencia del clítico,

como los ejemplos de (55a) y (55b), en la categoría general de construcciones de sujeto

inespecífico.37 La consideración de ejemplos como el de (55c) excede los límites de

nuestro trabajo.

Quisiéramos cerrar esta sección dedicada a los usos de se señalando cómo los verbos

pronominales no pueden aparecer en estas construcciones de sujeto inespecífico; es fácil

concluir, vista la agramaticalidad de (56a), que se trata de opciones incompatibles.

37 Para Bonet (1995b) lo que hace se –la autora lo afirma para se/es en catalán pero hace su análisis extensivo a los elementos equivalentes en el resto de lenguas románicas- en construcciones como las de (55ª) y (55b) es convertir una construcción transitiva en una construcción media.

El Sintagma Determinante en el español actual: relación entre artículos y pronombres átonos

53

(56) *se se queja mucho en este país

Puede observarse en este sentido, cómo a la hora de producir estructuras impersonales

con este tipo de verbos, el español ha de recurrir a otros recursos tales como el empleo

de la primera persona del plural, la segunda persona del singular u otro tipo de recursos

de despersonalización que implican la presencia de sintagmas nominales con

sustantivos colectivos o similares (v. Tolchinsky y Rosado 2004). Compárese la

agramaticalidad de (56a) con los siguientes ejemplos que sí son gramaticales:

(56b) Aquí nos quejamos mucho

(56c) Aquí si no te quejas no consigues nada

(56d) Aquí la gente se queja mucho

(56d) Aquí uno se queja mucho

Nuestro trabajo considera tres tipos de se que han sido categorizados como sigue:

1. SE espurio: Objeto indirecto, invariable, alomorfo de le y les (que ilustraban los

ejemplos de (47b) y (48b))

2. SE Pronominal: Incluye los usos reflexivo, recíproco y pronominal. Alterna con

otras personas gramaticales (me, te, nos, os) dependiendo de la flexión del

verbo, recogido en los ejemplos de (49), (50), (51) y (52b)

3. SE Impersonal: Invariable, aparece en las construcciones que hemos

denominado de sujeto inespecífico ejemplificado en (53), (54), (55a) y (55b).

Todas las instancias de se que aparezcan en nuestro corpus se clasificarán como

pertenecientes a alguna de las categorías anteriores. 38

38 Véanse las secciones 3.1 (Sistema de codificación) y 3.2 (Listado de códigos) en el Anejo 3.

Capítulo I

54

1.4 La relación entre artículos determinados y pronombres átonos de

objeto

Hasta aquí hemos presentado algunos argumentos que apoyan la hipótesis de que

los clíticos de objeto y los artículos y pronombres del español y, del resto de las lenguas

románicas, comparten rasgos que permiten considerarlos conjuntamente.

Hemos examinado en detalle las tres principales fuentes de evidencia que apoyan este

análisis unificado. La primera de estas pruebas, como veíamos, está relacionada con el

común origen histórico de ambos tipos de elementos puesto que proceden del

demostrativo latino ǏLLE, ǏLLA, ǏLLUM, de ahí una semejanza morfológica que quizá

podríamos considerar como el primer indicio a favor de esta hipótesis ya que, en todas

las lenguas románicas son elementos muy parecidos e incluso, en algunos casos, ambos

paradigmas coinciden exactamente.39 De la misma forma, la expresión de un contenido

semántico muy similar relacionado con la idea de unicidad (con todas las implicaciones

que este rasgo conlleva en lo semántico (v. 1.1.2)) también es algo que comparten los

artículos y los clíticos pronominales del español y que los relaciona sincrónicamente.

Por otra parte, tal y como se verá con más detalle en el Capítulo II de esta tesis, desde la

teoría lingüística moderna se proponen análisis basados de forma específica en la

presunción de que los clíticos acusativos son, en realidad, artículos (v. Torrego 1988,

Uriagereka 1988, 1995; Bleam 2001).

Ya Bello (1847) afirmaba que el paradigma del artículo no es más que la forma

sincopada de la serie pronominal tónica que tiene, además, una versión átona, más débil

desde el punto de vista fonológico. Para este autor, como se exponía en la sección

dedicada a las estructuras de sustantivo nulo, el artículo se puede sustantivar

(convertirse en forma pronominal) como los otros adjetivos o los demostrativos. Las

formas el, la, los, las no son según él más que las abreviaturas de él, ella, ellos, ellas.

Para que en español se empleen las formas sincopadas del artículo es necesario “o que

39 El análisis de Uriagereka (1988, 1995) afirma que los artículos y los clíticos pronominales de acusativo del gallego (su análisis, como veremos más adelante, no se hace extensivo a los dativos) son, en realidad, el mismo elemento y, de hecho, coinciden exactamente en la forma (v. Capítulo II, sección 2.4.2.1).

El Sintagma Determinante en el español actual: relación entre artículos y pronombres átonos

55

se construya con sustantivo expreso, o que se ponga al sustantivo subentendido alguna

modificación especificativa” como en (57a) (Bello 1847)40:

(57) la __ de Mario

(57a) la __ que vive allí

(57b) ella, que vive allí

(57c) *la, que vive allí

Cuando la modificación es explicativa “se usa la forma íntegra del artículo, no la

sincopada”. Bello considera también demostrativos a los artículos determinados; de

hecho, en su definición de los mismos afirma que la es tan demostrativo como aquella y

esta, pero que “demuestra o señala de un modo más vago, no expresando mayor o

menor distancia” (Bello 1847: 277).

Si bien parece claro que, debido principalmente a razones de naturaleza fonológica y a

la falta de autonomía sintáctica que éste presenta con respecto al pronombre personal,

resulta muy complicado aceptar que se trate en realidad del mismo elemento; sin

embargo, sí que parece posible seguir manteniendo que pertenecen a la misma clase de

palabras y que, cuando menos, están íntimamente relacionados. A partir de estas

consideraciones podríamos fácilmente asumir que, efectivamente, si hablamos del

artículo determinado (o el pronombre átono) como la versión átona del pronombre

tónico (supuesto éste último que, como señala Fernández Soriano (1993), no está exento

de riesgos), la asimilación del paradigma de los determinados con el de los pronombres

átonos podría realizarse de forma casi automática. El Cuadro VII intenta resumir de

forma esquemática qué rasgos tienen en común artículos, demostrativos y a las series

tónica y átona de pronombres personales del español; de la misma manera pueden

observarse qué rasgos los distinguen (v. áreas sombreadas):

40 Es de suponer que aquí incluye Bello tanto adjetivos como sintagmas preposicionales y oraciones relativas especificativas.

Capítulo I

56

CUADRO VII. RASGOS DE DEMOSTRATIVOS, PRONOMBRES Y ARTÍCULOS DEL ESPAÑOL

Evolución demostrativo latino ǏLLE

Definitud/ Unicidad

Independencia fonológica (Tonicidad)

Demostrativo: aquel(os),aquella(s),aquello

+ + +

Pronombre tónico: él, ella, ello, ellos-as...

+ + +

Pronombre átono: lo, la, le, los, las...

+ + -

Artículo: el, la, lo, los las ...

+ + -

Sin embargo, y como se ha visto a lo largo de este capítulo, además de tener en común

la capacidad para expresar unicidad, para remitir a información ya presente en el

contexto discursivo, y su parentesco histórico, el factor que nos lleva a analizar

conjuntamente artículos determinados y pronombres átonos del español es su condición

de clítico fonológico, que los hace dependientes del elemento nominal –expreso o no– o

verbal junto al que aparecen. Así, tanto los pronombres de la serie tónica como los

demostrativos escapan de este posible análisis unificado ya que, además de su

independencia sintáctica, presentan una caracterización semántica bien diferente a la de

artículos y clíticos pronominales que no pueden expresar deixis (como es el caso de los

demostrativos) ni necesariamente han de estar ligados a un referente [+ humano] como

ocurre con los pronombres personales tónicos (v. Fernández Soriano 1999).

Así pues al cuadro anterior han de añadirse tres columnas más con objeto de captar las

diferencias existentes entre unos y otros elementos, tal y como queda reflejado en el

Cuadro VIII:

CUADRO VIII . SIMILITUDES Y DIFERENCIAS ENTRE ARTÍCULOS Y PRONOMBRES ÁTONOS DE

OBJETO

Evolución del demostrativo latino ILLE

Definitud/ Unicidad*

Independencia fonológica (Tonicidad)

Marca de género

Marca de número

Marca de caso

Artículos el, la, los, las

+

+

-

+

+

-

Pron. Átono lo, la, los, las, le, les, se

+

+

-

+

+

+

El Sintagma Determinante en el español actual: relación entre artículos y pronombres átonos

57

Sin embargo, de nuevo nos encontramos con que el cuadro anterior es incapaz de

reflejar exactamente todos los puntos en los que divergen los ítems que protagonizan

nuestro análisis. El problema reside en que existen algunas diferencias entre elementos

que, en el cuadro anterior, están incluidos en la misma categoría; a poco que

reconsideremos la clasificación anterior nos daremos cuenta de que, la clase pronombres

átonos comienza a resultar demasiado vaga, demasiado amplia y ello resulta en

detrimento del análisis. Para empezar, podemos refinar un poco nuestra categorización

estableciendo varios subgrupos en la clase más general de clíticos de objeto a partir de

dos criterios que ya tenemos incorporados al cuadro, a saber, las marcas de género,

número, caso y persona gramatical cuya especificación establece por sí sola la

existencia de tres subgrupos naturales en el paradigma pronominal átono del español.

Véase la reclasificación que ilustramos en el Cuadro IX:

CUADRO IX. SIMILITUDES Y DIFERENCIAS ENTRE ARTÍCULOS, PRONOMBRES ÁTONOS OBJETO

DE ACUSATIVO Y DATIVO Y EL PRONOMBRE SE Evolución

de ǏLLE

Definitud/ Unicidad*

Independencia fonológica (Tonicidad)

Marca de

género

Marca de

número

Marca de caso

(Acc./Dat.)

Marca de persona

Artículos el, la, los,

las

+

+

-

+

+

-

-

Pr. átonos Acusativo lo,la,los,las

+

+

-

+

+

+

+

Pr. átonos Dativo le, les

+

+

-

-

+

+

+

Pr. átono

se

+

+

-

-

-

+/-

+

A partir de lo anterior podría decirse que tanto su origen histórico común, como su

contenido semántico y, quizá de manera especial, su estatuto de clíticos fonológicos

permiten plantear el análisis conjunto de estos elementos ya que, de alguna manera,

consideramos que todos y cada uno de estos factores están relacionados entre sí y son,

por así decirlo, causa y efecto de la coaparición del resto.

En otras palabras, el hecho de que procedan del mismo elemento explica porqué tienen

en común algunos de los rasgos semánticos que los caracterizan, no todos, obviamente,

ya que, por principios de economía inherentes al propio sistema lingüístico, la evolución

Capítulo I

58

de un término en dos formas diferentes no se justificaría si los dos nuevos elementos

mantuvieran exactamente las mismas características (v. Renzi, 1997). Por otra parte, el

tipo de contenido semántico-funcional que muestran y para el que se especializan

artículos por un lado y pronombres personales de la serie átona por otro, es el que

caracteriza a las formas a las que se asigna el estatuto de clítico. Paralelamente, y como

se ha expuesto con anterioridad, el concepto de clítico se relaciona, a pesar de las

excepciones, de forma casi automática con la idea de dependencia fonológica; nuestros

elementos cumplen efectivamente este requisito y dependen de un elemento (nominal o

verbal) adyacente en el contexto lingüístico y que, en el transcurso del proceso

diacrónico de gramaticalización sufrido por artículos y pronombres, el primitivo

elemento latino pierde (además de contenido semántico) parte de su entidad fonológica

y los elementos resultantes son, pues, más débiles desde un punto de vista fonológico.

Así, podríamos decir que, entre los tres tipos de criterios en cuestión, se establece una

relación en la que cada uno de ellos parece llevar de la mano al otro y viceversa y, si

bien en principio parecería oportuno analizarlos por separado, ahora nos parece que, con

objeto de alcanzar una caracterización más acertada y completa de los mismos, resulta

más adecuado considerarlos conjuntamente.

CAPÍTULO II

LOS ANÁLISIS DEL SINTAGMA DETERMINANTE EN LA

TEORÍA LINGÜÍSTICA MODERNA

‘Do you really believe that determiners are the head of nominals? Do you really buy that?’

[J. Hilferty, comunicación personal]

El presente capítulo aborda la descripción del comportamiento sintáctico de los artículos

determinados y los pronombres átonos en el sistema del español nativo. Tal descripción,

como ya se ha señalado, tiene lugar dentro del marco chomskiano de la GGT y, más

concretamente, del modelo teórico que dentro de ella propone el programa minimista

(PM) de Chomsky (1995).

Como se discutió en el Capítulo I, artículos determinados y pronombres átonos de

objeto en español comparten una serie de propiedades morfofonológicas (a saber, se

definen como clíticos especiales en el sentido de Zwicky (1977)) y, en el caso de los

clíticos de acusativo, muestran concordancia de género y número con su referente léxico

(el sustantivo) lo cual, al igual que su parentesco histórico, permite que éste, entre otros

muchos análisis, los considere de manera conjunta (v. Capítulo I). Con respecto a su

comportamiento sintáctico, aspecto que nos disponemos a abordar en este capítulo,

ambos tipos de elementos pertenecen según algunos análisis, a la misma categoría [D]

(Uriagereka 1995, Radford 1997, Rosselló 2002, Anagnostopoulou 2003). De entrada,

desde el punto de vista estrictamente sintáctico, los dos son, efectivamente, de

naturaleza nominal; sin embargo, a diferencia de lo que ocurre con los artículos que

operan estrictamente en el sintagma nominal, los clíticos están obligatoriamente

relacionados con el sintagma verbal ya que funcionan como argumento del verbo al que

siguen o preceden. Así, y a pesar de que el objetivo primero de nuestro trabajo es el

Capítulo II

60

análisis del estatuto y la conducta de ambos tipos de elementos, es natural que se haya

de tomar en cuenta factores muy diferentes a la hora de analizar la naturaleza y el

comportamiento de unos y otros.

2.1 La competencia nativa vista desde la teoría lingüística: el caso de los

artículos y pronombres átonos del español

¿Qué aporta la descripción lingüística de estas características a un trabajo que,

como el nuestro, se propone caracterizar la forma en que tiene lugar la adquisición de

artículos y clíticos de objetos por parte de hablantes adultos no nativos de español?,

¿por qué interesa a nuestros intereses contar con un cuadro detallado y preciso del

comportamiento sintáctico que presentan estos elementos en el sistema del hablante

nativo? Aunque pueda parecer obvio, y como se tratará en detalle en el capítulo

siguiente, es nuestro convencimiento que la única forma de abordar la descripción de

sistemas de Interlengua (IL)1 como los de nuestro estudio pasa por la comparación de

las gramáticas no nativas con los sistemas gramaticales de los hablantes nativos de la

lengua objeto. En principio, la gramática del hablante nativo adulto es, a pesar de la

diversificación que para la descripción de la competencia nativa suponen las variaciones

dialectales y/o microparamétricas, esencialmente uniforme es decir, es la misma para

todos los hablantes nativos frente a los sistemas de IL que se caracterizan por su

carácter idiosincrásico y variable. Sin embargo, también nos parece que, desde el

momento en que las ILs constituyen también ejemplos de lenguas naturales, el análisis

de las gramáticas no nativas debe abordarse empleando los medios más actualizados o

más adecuados que nos ofrezca la teoría lingüística que nos ofrece, además, un marco

universal en el que comparar los distintos sistemas que disponen de representación en la

mente del hablante de IL, es decir, la(s) L1(s) y la(s) L2(s).

El constructo al que nos referimos como ‘idealización’, como ‘competencia nativa’,

consiste ni más ni menos en la simplificación de los datos de la que parte una teoría y

que, en palabras de Rosselló (2002), es una estrategia cuyo objetivo es facilitar estos

constructos. Desde sus inicios, pues, el análisis propuesto por la teoría lingüística 1 Para una definición del concepto de Interlengua como el sistema que rige las producciones del hablante no nativo de una lengua dada véase, por ejemplo, Selinker (1972, 1992), Adjémian (1976), Sharwood-Smith (1994) Liceras (1986, 1996).

Los análisis del Sintagma Determinante en la teoría lingüística moderna

61

chomskiana tiene como principal aspiración alcanzar la máxima exactitud en la

descripción del sistema gramatical de ese ‘hablante-oyente ideal’: el hablante adulto

nativo de una lengua dada. Como se verá, tal análisis resulta también una herramienta

idónea en la descripción de hablante-oyente ideal no nativo.

Paralelamente, el sistema gramatical del idiolecto que se atribuye a dicho hablante ideal

servirá a los estudiosos de la adquisición del lenguaje como modelo a partir del cual

analizar la producción tanto de gramáticas infantiles2 como de gramáticas no nativas

como las que se examina en nuestro estudio. De hecho, la aplicación de la famosa

dicotomía chomskiana ‘competencia vs. actuación’ –que resulta fundamental para la

GGT y que, pese a las reestructuraciones que la teoría ha experimentado durante los

últimos años, sigue plenamente vigente en la última revisión de la misma, el Programa

Minimista– en el caso del hablante ideal nos permite equiparar el sistema gramatical de

una lengua dada a la competencia de dicho hablante, descrita ésta como el número finito

de elementos y reglas cuya combinación genera un número infinito de estructuras

lingüísticas. Del mismo modo, la actuación, entendida como el conjunto de las

producciones ‘reales’, también en número finito, de los hablantes nativos de dicha

lengua proporciona al lingüista, al estudioso del lenguaje en general, una evidencia que

resulta imprescindible a la hora de abordar el estudio de la competencia.

Llegados a este punto nos disponemos, pues, a abordar la descripción de la competencia

lingüística del hablante nativo de español como punto de partida desde el cual

caracterizar la gramática de nuestros hablantes de español como L2 y/o LE. Así, para

nosotros, pues, el análisis descriptivo del funcionamiento de los sistemas nativos

constituye la base desde la que partimos para abordar la naturaleza y el desarrollo de los

no nativos entendidos, eso sí, ambos tipos de sistemas como lenguas naturales (Liceras

2 En este sentido, para Radford (1995) existen dos posibles acercamientos al estudio de la adquisición del lenguaje: uno que implica el estudio de las gramáticas adultas y otro que se centra en el análisis de las gramáticas infantiles. El primero de estos enfoques (‘adultocéntrico’) se asocia indefectiblemente a los trabajos sobre adquisición desarrollados desde la teoría lingüística chomskiana y principalmente trata, según este autor, de describir cuáles son las diferentes etapas de desarrollo gramatical por las que atraviesan los niños que aprenden su lengua materna y cuáles son las características que definen dichas etapas. En este sentido véase la problemática que se plantea en el Capítulo IV (sección 4.5.1) alrededor del concepto de ‘falacia comparativa’.

Capítulo II

62

1992, 1996)3. De igual forma, partiendo del supuesto de que existe un hablante-oyente

ideal nativo, también existe un hablante-oyente ideal no nativo cuyo sistema permeable

por definición (Adjémian 1976) parece encontrarse en continuo proceso de cambio

(Liceras 1996). En consecuencia, como puede suponerse, nuestro trabajo se propone

como objetivo primero proporcionar una descripción adecuada de la naturaleza y el

comportamiento sintáctico de una parte del sistema de ese hablante-oyente ideal no

nativo de español L2/LE, la relativa al núcleo [D] de la categoría funcional SD.

2.2 La ‘Hipótesis del Sintagma Determinante’

Como ya se ha adelantado con anterioridad, una de las ventajas que supone la

adopción del marco generativo a la hora de abordar la descripción de los sistemas

lingüísticos –nativos y no nativos– es el espíritu de evolución constante que caracteriza

al modelo y que hace que la teoría esté sujeta a continuas revisiones4. Nos disponemos a

continuación a realizar una revisión de los cambios que, en el marco de la GGT, ha

experimentado el tratamiento de las estructuras nominales, del modo en que los diversos

análisis surgen y se han adaptado a la evolución que el modelo generativo ha sufrido

hasta la aparición del Programa Minimista (PM) (Chomsky 1993, 1995, 1998). Trabajos

destacables sobre el tema, por citar tan sólo algunos, son los de Bosque (1991),

Haegeman y Guerón (1999), Rosselló (2002) Eguren y Fernández Soriano (2004). De

Eguren pero de su trabajo de 1989 es la siguiente cita:

‘Los determinantes configuran clases léxicas cerradas, se sitúan, en español, a la izquierda

del nombre y concretan referencialmente una designación, es decir, limitan su extensión: la

actualizan, la cuantifican, etc.’. (Eguren 1989: 165)

3 Por un lado, el diseño de nuestro estudio permite abordar el análisis de la IL de nuestros hablantes de ELE teniendo en cuenta la descripción de la competencia nativa que se lleva a cabo en este capítulo; de ahí que resulte especialmente relevante la inclusión de un grupo de hablantes nativos de español que ejerce como grupo de control (CON) cuya producción pueda contrastarse con la de nuestros dos grupos experimentales (v. descripción de los sujetos del estudio en el Capítulo IV, sección 4.2.1). Por otro lado, también resulta fundamental para nuestros intereses la consideración de las ILs como lenguas naturales ‘aun cuando no tengan conjuntos consistentes de propiedades paramétricas’ (Liceras 1996: 35). 4 Señala Liceras cómo el hecho de que el modelo constituya un proyecto de investigación sujeto a revisión constante ‘puede pero no debe descorazonar a los lectores e investigadores’ (1996: 33). El carácter, digamos, abierto a innovaciones de la GGT queda de manifiesto en el mismo título del trabajo de partida de la (pen)última revisión del modelo El Programa Minimista (1995). [El subrayado es nuestro].

Los análisis del Sintagma Determinante en la teoría lingüística moderna

63

El autor también destaca como, por un lado, la ausencia de estos elementos da lugar a

secuencias agramaticales, por ejemplo, si el sintagma en cuestión se encuentra en

posición de sujeto de la oración como en (1); por otro, no necesitan de ningún otro

determinante y se encuentran, en la mayoría de los casos, en distribución

complementaria como en (2).

(1) *niños son buenísimos

(2) *Los estos niños son buenísimos

Según Eguren, en español cumplen estos requisitos –siempre y cuando precedan al

sustantivo– el artículo, los demostrativos, los posesivos, ciertos cuantificadores e

indeterminados y los numerales cardinales. Semánticamente, señala además, ‘los

determinantes son operadores que ligan variables’ al contexto de discurso (cf.

Higginbotham 1983). El término ‘determinante’5 se perfila, así, como la etiqueta que

engloba un conjunto más o menos heterogéneo de elementos que, más que una categoría

–como las categorías N, V o ADJ–, constituye una clase de categorías de la misma

forma que en el dominio verbal FLEX (Flexión) incluye diversos morfemas como

número, persona, tiempo, aspecto, etc. (Eguren 1989).

El nacimiento y la repercusión que ha tenido en el marco general de la GGT la aparición

de la hipótesis del SD se puede abordar a partir del análisis de tres aspectos relacionados

con la adopción de la misma, a saber:

a. las principales causas que conducen a su aparición y los argumentos

morfológicos, sintácticos y semánticos que la sostienen

b. su evolución dentro del modelo de la GGT y

c. la aparición de proyecciones funcionales internas al SD como parte del

desarrollo y perfeccionamiento de la hipótesis

5 En relación con el empleo del término ‘determinante’ nos parece interesante recoger las observación de Karmiloff-Smith (1976) sobre cómo la inauguración de la GGT por parte de Chomsky, a pesar de haber supuesto en muchos aspectos una ruptura importante con respecto al estructuralismo, decide mantener el término ‘determinante’ para referirse a elementos como a, the, that que determinan que aquello que sigue es una construcción nominal. Así, en cierto sentido, también resulta tradicional para la GGT llamar determinantes a dichos elementos. De hecho, la categoría en cuestión fue inicialmente denominada Noun Determiner para pasar después a llamarse Determiner o DET (Chomsky 1957).

Capítulo II

64

La hipótesis del Sintagma Determinante (SD) (DP hypothesis) constituye en el

momento de su aparición la evolución lógica de un modelo, la teoría de la X con barra,

que se encamina, por así decirlo, hacia una simplificación general del mismo y que trata

de homogeneizar la descripción y el funcionamiento de todo el repertorio de categorías

funcionales (Rosselló 2002). Según la teoría de la X con barra, toda estructura sintáctica

es de naturaleza endocéntrica y, por lo tanto, sus constituyentes se proyectan a partir de

un elemento que funciona como núcleo del sintagma (Haegeman y Guerón 1999).

Como se verá a continuación, la aparición de la hipótesis del SD supone, de alguna

manera, la culminación de un proceso que aumenta la importancia del papel asignado a

las categorías funcionales por cuanto la misma estructura endocéntrica se aplica también

al dominio nominal6, dándose cuenta así de todas las estructuras sintagmáticas posibles

dentro de una misma propuesta.

2.2.1 Determinación del núcleo de las estructuras nominales: ¿Sintagma

Nominal o Sintagma Determinante?

En trabajos anteriores (Rosado 2000) abordábamos el análisis de algunas

estructuras nominales del español y enfrentábamos el problema que suponía encontrar

una justa denominación para las mismas. La dificultad básicamente estribaba en que

mantener la denominación más o menos tradicional de ‘sintagmas nominales’ (SSNN) –

así llamados porque el nombre es considerado núcleo de las mismas como en (3a)–

resultaba poco menos que incómodo, inconsistente cuando se defendía un análisis según

el cual la redenominación de las mismas resulta fundamental y se realiza, claro está, a

partir del elemento al que se atribuye el estatuto de verdadero núcleo de tales

construcciones, y que no es otro que el determinante [D] que las encabeza, como en

(3b):

6 Esta endocentricidad, como veremos más adelante, ya se había planteado para el dominio verbal en la substitución del SO (oración) por el SF(Flexión).

Los análisis del Sintagma Determinante en la teoría lingüística moderna

65

(3a)

(3b)

Así, en su momento, llegamos a una especie de ‘solución de compromiso’ según la cual,

si bien el determinante era considerado el verdadero núcleo de estos sintagmas, se

decidió igualmente mantener la denominación convencional, tradicional también para la

gramática generativa (v. al respecto la nota al pie 5) de sintagmas nominales para

referirnos a todas aquellas estructuras que contienen un nombre o un pronombre (v.

también Radford 1997, Ouhalla 1991) y, de esta forma, las dos denominaciones eran

empleadas indistintamente en todos los contextos.

Sin embargo, revisamos ahora esta decisión en la medida en que el uso de la etiqueta

Sintagma Determinante (SD) está absolutamente generalizado en el marco teórico en el

que trabajamos y resulta, por ello, innecesario –y en cierto modo, confuso– mantener la

etiqueta de sintagma nominal en todos o algunos contextos; además, como ahora

veremos, si queremos ser precisos en el análisis, debemos reservar tal denominación

SN

Esp. N’

N (...)

(bonito/de mi hermana/que se ríe mucho...) El niño

SD

D’

D

El

SN

N’

N (SAdj/SPrep/SFLEX ...)

(bonito/de mi hermana/que se ríe mucho...) niño

Capítulo II

66

para designar exclusivamente los sintagmas que funcionan como complemento del [D],

núcleo funcional de los SSDD, con lo cual emplearla para aludir a dos entidades

diferentes sólo conseguiría reducir considerablemente la claridad de nuestra

presentación, y esto es precisamente lo que pretendemos evitar.

A decir verdad, el problema acerca de la denominación que se ha de elegir para referirse

a estos sintagmas desaparece y, por así decirlo, se resuelve solo si tomamos en

consideración cómo y por qué aparece la hipótesis del SD, y cómo la adopción de dicha

hipótesis y la definición de un nuevo elemento como núcleo de las mismas lleva de la

mano, de forma casi automática, la adopción de un nuevo término para denominarlas.

El trabajo de Bosque (1991) presenta, dentro de un planteamiento general acerca de la

naturaleza de las categorías gramaticales, el problema que supone la determinación del

verdadero núcleo de las estructuras nominales e intenta proporcionar una solución a

partir de la revisión de los posibles argumentos a favor de cada una de las posibles

opciones. Según el ejemplo que da el autor, para un sintagma como el libro existen tres

análisis diferentes, ninguno de los cuales es, a decir verdad, de reciente aparición:

a) El núcleo de el libro es el sustantivo libro

b) El núcleo de el libro es el artículo el

c) El núcleo de el libro es el pronombre el en una de sus formas

La opción a) es como puede suponerse, la que cuenta con más defensores dentro del

marco de la gramática tradicional, para la que la consideración del sustantivo como

elemento principal de los sintagmas en los que aparece queda fuera de toda duda (cf.

Gili Gaya 1961, Lázaro Carreter 1975). La asignación del estatuto de núcleo

sintagmático al sustantivo sitúa al artículo a la misma altura que el adjetivo, siendo

ambos entendidos como meros ‘accidentes’ del nombre cuya única función consiste en

modificar a éste. El adjetivo, más exactamente, nombre adjetivo según la definición del

Esbozo de la RAE (1973: 183), necesita por fuerza referirse en su funcionamiento a un

sustantivo, a cuyo significado añade notas que lo determinan o precisan. Para Bello

(1847) parece claro que el sustantivo, como palabra esencial y primaria del sujeto,

domina las construcciones en las que aparece acompañado, en ocasiones, de términos

Los análisis del Sintagma Determinante en la teoría lingüística moderna

67

que a él se refieren explicando o particularizando su significado, ‘o, como se dice

ordinariamente, modificándolo’ (p. 86).7

Según recoge el propio Bosque, en autores más tradicionales como Lapesa (1961) las

opciones b) y c) antes mencionadas no están muy bien diferenciadas; en cambio sí lo

están en los citados trabajos pioneros –realizados desde el marco de la GGT– de Abney

(1987) para el inglés o de Eguren (1987, 1989) para el español. En ellos se reivindica ya

de forma explícita que el determinante es el verdadero núcleo de las construcciones en

las que aparece. Así, hasta la aparición de los mismos, y también en la GGT, se ha

considerado tradicionalmente que el papel de núcleo de los sintagmas nominales era

desempeñado por el sustantivo. De esta forma, los primeros estudios que, realizados ya

desde el marco teórico chomskiano, tratan este tipo de estructuras parten de una

consideración del sustantivo muy parecida a la expresada por la gramática tradicional

desde el momento en que éste es considerado núcleo del constituyente endocéntrico en

el que aparece, del sintagma nominal (SN), véase la estructura arbórea de (1a) (Brucart

y Gràcia 1986, Hernanz y Brucart 1987).

Los modificadores del sustantivo, es decir, determinante y complementos de cualquier

tipo (Sintagma Adjetivo, Sintagma Preposicional o Sintagma Complementante) son

contemplados en general como estructuralmente opcionales sin que su presencia o

ausencia suponga ningún tipo de reducción en el grado de gramaticalidad de estos

sintagmas. El sustantivo (se puede hablar de tres tipos de unidades léxicas nominales, a

saber, el nombre común, el nombre propio y el pronombre personal) es, desde este

punto de vista, considerado como la categoría que desempeña el papel más importante

dentro del SN, el de núcleo. Dicha categoría sustantiva puede verse acompañada por

otras unidades que la restrinjan, la determinen y la califiquen, que le añadan algún tipo

de especificación semántica no incluida en el núcleo. Ésta es precisamente la función

desempeñada por los determinantes, que especifican la referencia del sustantivo, y los

complementos del nombre (adjetivos, sintagmas preposicionales y oraciones de

relativo) que lo modifican. Los pronombres personales, en cambio, rechazan la

7 No obstante, la consideración que el autor realiza de las estructuras de sustantivo elidido, (cf. la sección 1.2.1 en el Capítulo I sobre el estatuto de artículos determinados en las construcciones de sustantivo nulo) le acerca a la propuesta que la GGT sugiere más de cien años después. Bello asigna al artículo, efectivamente, un carácter pronominal (como núcleo del SN) en contra de la justificación tradicional que alude a la sustantivación del complemento del nombre en este tipo de estructuras.

Capítulo II

68

posibilidad de aparecer complementados o especificados por cualquiera de los

sintagmas mencionados. A pesar de que, al igual que los nombres, según este análisis,

los pronombres pudieran funcionar como núcleos del sintagma nominal, ambas

categorías difieren en su comportamiento sintáctico.

Por lo que al dominio nominal respecta, pues, el análisis propuesto con anterioridad a la

propuesta de Abney, o la de Eguren para el caso, atribuye al sustantivo el papel de

núcleo de las proyecciones por el encabezadas (SSNN) y coloca a los elementos que lo

suelen preceder, determinándolo en la mayoría de los casos, en la posición del

Especificador (Esp) del Núcleo (N). La representación asignada a estos sintagmas sería

la misma que ilustrábamos en (1a). Y uno de los argumentos a favor de tal

representación es la (aparente) distribución complementaria en que aparecen los

elementos normalmente situados en posición inicial de sintagma: artículos,

demostrativos, posesivos, etcétera. No obstante, y dado que la anterior consideración

implicaría que sólo uno de estos elementos puede aparecer en dicha posición en la

representación de una estructura determinada, existen datos procedentes de diversas

lenguas –tal es el caso del catalán (el meu alumne), del italiano (la mia sorella) o

incluso del español antiguo (los sus ollos)– que constituyen evidencia contra lo anterior

por cuanto, en la misma estructura nominal, es posible hallar más de uno de estos

elementos englobados bajo la etiqueta general de determinante8. Tal vez sería

conveniente considerar cuáles son los motivos por los que se formula por vez primera

esta hipótesis y cuáles las repercusiones que tuvo su aceptación para la teoría lingüística

en general y el análisis de los nominales en particular. A ello nos disponemos a

continuación.

2.2.2 Origen y evolución de la ‘Hipótesis del Sintagma Determinante ’

La publicación del Barriers de Chomsky (1986) supone un avance fundamental

en el desarrollo de la Teoría de X con barra. Tras la afirmación de que no sólo las

categorías léxicas mayores –sustantivo y verbo– son capaces de proyectar en el nivel

sintagmático, sino que elementos funcionales como complementantes y auxiliares

proyectan su propio sintagma, se predica la existencia de un Sintagma Complementante

8 Véase, en este sentido, Eguren (1989), el análisis sobre datos del catalán de Picallo (1991) o la argumentación de Haegeman y Guerón (1999) sobre los artículos del rumano.

Los análisis del Sintagma Determinante en la teoría lingüística moderna

69

(SCOMP) y de un Sintagma Flexión (SFLEX) como proyecciones extendidas del

núcleo léxico correspondiente: el verbo. En un primer momento, como ya se ha

señalado, no se proporciona un equivalente en el dominio nominal para el que se

mantiene la denominación tradicional de sintagma nominal (SN) en el que los

elementos funcionales –artículos y otros determinantes– continúan ocupando la posición

de Especificador (Esp, SN).

No obstante, como señala Bernstein (2001), dentro de un planteamiento general, todo lo

anterior iría, de alguna forma, en contra de la teoría de la X con barra en, al menos, dos

aspectos fundamentales: por una parte, negaría a las categorías funcionales del dominio

nominal la capacidad de proyectar un sintagma, y por otra, al estar ya ocupada la

posición de especificador por el artículo como en (1a), a diferencia de lo que se propone

en el dominio verbal, no quedaría disponible para ser ocupada por otros elementos

sintagmáticos.

En medio de este panorama, y si bien otros autores habían planteado con anterioridad la

posibilidad de considerar a los determinantes como el verdadero núcleo de las

estructuras nominales (Szabolcsi 1983, Hudson 1984, Kuroda 1986, Fukui y Speas

1986), es el trabajo de Abney (1987) acerca de las estructuras nominales del inglés el

que propone de forma definitiva un análisis según el cual es el determinante el que

encabeza tales construcciones: el sustantivo, con sus correspondientes complementos si

los hubiere, (SN) funciona a partir de ahora como complemento de unos sintagmas en

los que el núcleo no es otro que el elemento funcional Determinante [D].

Así, a partir de argumentos teóricos y empíricos, afirma Abney que el Sintagma

Determinante (SD) es la categoría proyectada por estos elementos, los determinantes,

que encabezan los sintagmas nominales. Es decir, el SD constituye la proyección

extendida (proyección máxima) del elemento que es núcleo léxico en el dominio

nominal: el sustantivo.

Ya se ha apuntado anteriormente cómo el principal objetivo de esta propuesta es

equiparar la interpretación que, dentro de la teoría de la X con barra (Chomsky 1981),

se realiza de los sintagmas nominales con la de las expresiones verbales; así, al igual

Capítulo II

70

que el verbo es considerado núcleo léxico del sintagma verbal, N (Nombre)

desempeñará esta función en el SN; paralelamente, del mismo modo que FLEX

(Flexión) es la categoría funcional que rige el SV, se asigna al determinante [D] ese

papel dentro de la frase nominal, como se ilustra en (4a) y (4b):

(4a) (4b)

La idea de la que se parte es llegar a establecer un paralelismo entre la estructura y el

funcionamiento del SN y de la oración (Ouhalla 1991); en este sentido, el planteamiento

de la existencia de un núcleo funcional en los sintagmas nominales lleva a la conclusión

de que la realización léxica de esa categoría ha de ser necesariamente el determinante

que, como núcleo del SN, modifica al resto de unidades bajo su proyección máxima y

es, por tanto, paralela a la categoría FLEX.9

De la misma forma, algunos autores establecen un paralelismo entre SD y SCOMP,

entre las proyecciones nominales y las proyecciones oracionales; de hecho, Kayne

(1994), que sigue en ello a Valois (1991), afirma que, esencialmente, se trata de la

misma categoría. Según recoge Roca (1997: 47):

‘(…) de la misma manera que en la sintaxis de la oración hay una proyección para los

morfemas flexivos (SFLEX) y una proyección superior cuyo especificador es una

posición no argumental (SCOMP), en las construcciones nominales hay una proyección

con morfemas flexivos (SNUM) y una proyección superior con un especificador A’.

Esta proyección es el SD, y de ahí los paralelismos con el SCOMP’.

9 A pesar de que, a partir de la publicación del trabajo de Abney, la práctica totalidad de la comunidad lingüística que trabaja dentro del marco de la GGT coincide en considerar a los SSNN como SSDD, hubo en un primer momento algunos autores se resistían a hacer extensiva esta generalización a todas las construcciones nominales (Ouhalla 1991) contradiciendo así los supuestos de la hipótesis del SD.

FLEX’

FLEX SV

V’

V

D’

D SN

N’

N (...)

SFLEX

(...)

SD

Los análisis del Sintagma Determinante en la teoría lingüística moderna

71

En efecto, la igualación del comportamiento sintáctico de sintagmas verbales y

nominales implica, de paso, la asignación del estatuto de núcleo funcional al

determinante D, con lo que éste adquiere una consideración equivalente a la de la

flexión (INFL) y a la de los complementantes (COMP) (Contreras 1989, Eguren 1989,

Picallo 1991, Roca 1997). Partiendo, pues, de este paralelismo y desde este momento,

todas las estructuras nominales se redenominan a partir del verdadero núcleo (funcional)

de las mismas y se adopta para las mismas de forma definitiva y generalizada la etiqueta

de Sintagma Determinante (SD).

Lo anterior implica que entre el núcleo del nuevo SD y su complemento SN se establece

una relación Núcleo-Complemento [SDD SN] y, por tanto, supone la sustitución de (3a)

por (3b) que recogemos de nuevo a continuación:

(3a)

(3b)

SN

Esp. N’

N (...)

(bonito/de mi hermana/que se ríe mucho...) el niño

(bonito/de mi hermana/que se ríe mucho...)

SD

D’

D

el

SN

N’

N (SADJ/SPREP/SFLEX ...)

niño

Capítulo II

72

El trabajo de Bernstein (2001) realiza una excelente revisión de la evolución que ha

experimentado la hipótesis del SD desde su aparición. La autora se propone demostrar

hasta qué punto resulta adecuado hablar de SD amparándose en los análisis teóricos de

diferentes autores y en la evidencia empírica –morfológica, sintáctica y semántica–

procedente también de lenguas distintas y demuestra cómo determinados fenómenos

resultarían de muy difícil explicación fuera del marco de esta hipótesis.

En relación con la disposición de los argumentos en los SSDD, y a partir de los análisis

de Ritter (1988) o de Picallo (1991) para el hebreo y el catalán respectivamente,

Bernstein observa cómo el argumento que funciona como sujeto en las estructuras

nominales posesivas (el poseedor) se genera en el Especificador del SN mientras que el

argumento objeto (la cosa poseída) aparece como complemento del SN como en (5):

(5)

Equipara entonces este análisis al propuesto para la estructura argumental de la cláusula

por los trabajos de Pollock (1989), Koopman y Sportiche (1991) y Sportiche (1998),

como en (6):

SD

Espec. D’

D SN

eating of the apple

N’

N

Espec.

Peter´s

SP

Los análisis del Sintagma Determinante en la teoría lingüística moderna

73

Marie

SFLEX

Espec. Flex’

Flex SV

V’

V

SN

aimenti tous mes amis t i

(6)

Por lo que al orden de palabras respecta –y a partir de los trabajos de Emonds (1978) y

Pollock (1989) sobre el movimiento del verbo en inglés y francés– se recogen ejemplos

de diferentes lenguas y se señala el paralelismo existente entre la posición de adverbios

y adjetivos en los sintagmas verbal y nominal. El análisis de Pollock muestra como en

francés la posición postverbal de los adverbios con formas finitas (frente a la posición

preverbal que presentan en inglés) se debe al desplazamiento que el verbo realiza desde

su posición original como se ve en (7a) y (7b):

(7a)

SFLEX

Espec. Flex’

Flex. SV

eats

V’

V

Espec.

SN

Peter an apple

Capítulo II

74

my friends

(7b)

Obviamente, el candidato ‘ideal’ para establecer un paralelismo con el adverbio en el

sintagma nominal es el adjetivo: los análisis de Bernstein (1991, 1993) Cinque (1994)

Kayne (1994) o Picallo (1991) apoyan esta posibilidad al defender que, efectivamente,

el orden de los componentes de las estructuras nominales es ‘adjetivo–sustantivo’, o

sea, el que, de forma natural, se da en las lenguas germánicas como en (8a):

(8a)

SFLEX

Espec. Flex’

Flex SV

V’

V SN

all Mary love

SD

Espec. D’

D SX

red tie

SN

Espec.

a

N’

N

Los análisis del Sintagma Determinante en la teoría lingüística moderna

75

Así, el orden superficial observado en las lenguas románicas (v. 8b) es considerado

producto del desplazamiento del nombre por encima del adjetivo hasta un núcleo

funcional entre N y D similar al movimiento que tiene lugar en el dominio verbal:

(8b)

Finaliza Bernstein haciendo referencia a las pruebas de carácter semántico en favor de

la hipótesis del SD y parte para ello de la siguiente pregunta: ¿existe una justificación

semántica que apoye la distinción entre SN y SD equivalente a la que separa SFLEX

(oración principal) y SCOMP (argumento oracional)? Su respuesta recoge la propuesta

de Szabolcsi (1992) cuando afirma que el Complementante, visto como un marcador

léxico, actúa como un subordinador que permite a la cláusula de (9a) funcionar como un

argumento (como en (10a)):

(9a) [Isabel llegó]

(9b) *[Que Isabel llegó]

(10a) Creo que [Isabel llegó]

(10b) *Creo [Isabel llegó] [Ejemplos de Bernstein (2001: 543)]

une/una rouge/roja cravate/corbata

SD

Espec. D’

D

SX

SN

Espec.

N’

N

SY

Capítulo II

76

De esta forma, y según lo expuesto anteriormente, la distinción entre sintagmas

argumentales (SSDD) y no argumentales (SSNN) se sostiene en el dominio nominal, tal

y como predican los trabajos de, entre otros, Abney (1987) y, sobre todo, Longobardi

(1994)10; casi se sigue de lo anterior el hecho de que se asigne un carácter no referencial

a los SSNN mientras que los SSDD son referenciales por naturaleza (v. también Stowell

1989). Para Longobardi los SSNN son de naturaleza predicativa ya que sustantivos

como niño o bota no se refieren a ningún conjunto determinado de niños o de botas,

sino más bien a clases; de acuerdo con el autor, los determinantes son operadores

ligados a una variable cuya extensión es la extensión de la clase a la que se refiere el

sustantivo (cf. Higginbotham 1983). Los SSNN pueden, en las lenguas románicas,

aparecer en estructuras predicativas como las que siguen en (11) y (12):

(11a) Gianni é medico (*che...)

(11b) Gianni é un/il medico (che...)

(12a) Juan es médico (*que…)

(12b) Juan es un/el médico (que…)

Así pues, de forma general podría afirmarse que el artículo, como núcleo [D], y de

forma paralela a los subordinadores en el núcleo de SCOMP (cf. (9) y (10)), es capaz de

‘convertir’ un SN predicado en un SD que funcione como argumento.

2.2.3 Categorías funcionales en el SD

Si bien la tradición gramatical ya distinguía entre categorías mayores (nombre,

verbo, adjetivo, etc.) y categorías menores definidas esencialmente como accidentes de

las anteriores (véase Bosque 1991), en la tradición de la GGT, desde la aparición del

modelo de Principios y Parámetros, los elementos que componen el léxico de una

lengua se dividen en categorías léxicas (o sustantivas) y categorías funcionales. Estas

últimas constituyen una parte fundamental de dicho modelo por cuanto tanto el

concepto de gramática como el de variación entre las lenguas naturales descansan sobre

10 También el trabajo de Eguren (1989) asigna a los SSNN una naturaleza predicativa frente al carácter argumental de los SSDD. Más adelante volvemos sobre el de Longobardi en más profundidad (v. apartado 2.4.1).

Los análisis del Sintagma Determinante en la teoría lingüística moderna

77

la descripción de las categorías funcionales (v. Borer 1984, Bosque 1991, Ouhalla 1991,

Radford 1997, Rosado 2000).

No creemos necesario a estas alturas señalar la importancia de las categorías funcionales

a la hora de elaborar una propuesta de teoría del lenguaje11. Sin embargo, sin detenernos

en detalle en la consideración de la naturaleza de las mismas, quizá debamos señalar

una serie de aspectos determinados en los que difieren ambos tipos de categorías:

- desde el punto de vista semántico, los elementos funcionales se distinguen de los

léxicos básicamente en que éstos últimos están provistos de contenido

referencial.

- las categorías funcionales constituyen lo que se denomina una clase cerrada: su

inventario es limitado, existe un número finito de miembros para cada categoría

y éste no puede aumentarse por medio de la inclusión de nuevos elementos (v.

Bosque 1991, Liceras 1996).

- si bien las categorías léxicas se caracterizan por ser portadoras de rasgos θ y sólo

los elementos sustantivos poseen red temática (v. Ouhalla 1991, Liceras 1996),

las categorías funcionales carecen de este tipo de rasgos pero poseen, en cambio,

rasgos de concordancia [propiedades gramaticales propiamente dichas o rasgos φ

(= número, género, caso, persona)] y manifiestan propiedades de selección

morfológica, según las cuales la categoría funcional, generalmente de naturaleza

afija, escoge a qué elemento unirse dentro de la frase y no al revés.12

La variación gramatical (paramétrica) observada entre una lengua y otra puede también

explicarse gracias a las categorías funcionales. De hecho, la concepción de parámetro

como dimensión de variación gramatical entre lenguas diferentes (Borer 1984; Lebeaux

1988; Ouhalla 1991; Chomsky 1981; Fukui y Speas 1986; Radford 1997) concede a

11 Bickerton (1990), por ejemplo, afirmaba que son precisamente estas categorías, como parte de la dotación biológica innata del ser humano, las que convierten su lenguaje en algo único frente a otros sistemas de comunicación. Así, el lenguaje humano deja de ser protolengua y se distingue del lenguaje de los simios sólo cuando incorpora en su sistema estos elementos de contenido no referencial. 12 En este sentido podría parecer, como señala Liceras (1996), que la distribución de propiedades para elementos léxicos y funcionales fuera complementaria ya que, mientras que sólo las categorías sustantivas poseen red temática, sólo las funcionales tienen propiedades de selección categorial. Paralelamente, tan sólo las categorías funcionales tienen rasgos asociados directamente a este tipo de elementos por aparecer en forma de morfemas ligados o independientes.

Capítulo II

78

estas categorías una importancia vital en una definición global de los sistemas de

lenguaje. Además, que el número de estas categorías sea limitado implica que el

conjunto de propiedades léxicas que a ellas se relaciona sea también finito. Es decir, que

el hecho de que sólo un grupo reducido de categorías (las categorías funcionales) pueda

dar cuenta de la variación entre las lenguas y de que las dimensiones de dicha variación

se limiten también a un número concreto de propiedades semánticas da lugar a una

teoría de la parametrización considerablemente restringida.13 Dicha restricción resulta de

vital importancia para una teoría de la adquisición de la(s) L2(s) que ve con ello cómo la

investigación sobre cómo se adquiere el componente computacional, es decir, sobre

cómo tiene lugar la fijación (o refijación) de parámetros, queda delimitada a esas

categorías, o a los rasgos que en ellas se albergan.

Como ya hemos apuntado, la aparición de la hipótesis del SD supuso, de alguna forma,

la ‘culminación’ de los planteamientos de la teoría de la X con barra por cuanto la

estructura endocéntrica que ésta postula puede, por fin, aplicarse a todos los ámbitos de

la sintaxis incluido el nominal. A partir del reanálisis de los antiguos sintagmas

nominales como proyecciones máximas de la categoría funcional Determinante, surgen

durante los últimos años ochenta y primeros noventa diferentes análisis que tienen por

objeto definir lo más adecuadamente posible la naturaleza y el funcionamiento del SD y

los elementos que de él forman parte. Proliferan entonces las propuestas que incorporan

diversas (y numerosas) proyecciones funcionales en el dominio nominal y que

proporcionan una explicación para procesos y fenómenos de índole variada: la

concordancia de género y/o número, el orden de palabras, la distribución

complementaria en que aparecen algunos elementos (no todos), la presencia o ausencia

de categorías vacías, etcétera. Recogemos aquí en dos de las propuestas más

interesantes realizadas en este sentido que son las de Ritter (1991, 1995) y Bernstein

(1991, 1993) respectivamente y que consideran la existencia de dos proyecciones

funcionales intermedias que albergan elementos que se generan y/o aparecen entre el

núcleo D y el complemento SN: el sintagma Número (SNUM) y el sintagma Marcador

de palabra (SMP).

13 Esto constituye, como se verá más adelante, un dato fundamental en el PM en el que esta restricción es llevada hasta sus últimas consecuencias ya que las categorías funcionales, como meros haces de rasgos, entendidos éstos como la expresión de las propiedades particulares del lenguaje, son portadoras de dichos rasgos (Chomsky 1995, 1998; Bel 1998; Eguren y Fernández Soriano 2004).

Los análisis del Sintagma Determinante en la teoría lingüística moderna

79

El punto de partida del análisis de Ritter (1993, 1995), y sigue en ello a Abney (1987),

es la presuposición de que los pronombres son SSDD provistos solamente del núcleo

funcional. Su trabajo demuestra, a partir de datos del hebreo, la existencia de una nueva

proyección funcional en los SSDD, el sintagma Número (SNUM); recoge para ello

trabajos anteriores que se expresan en la misma línea (cf. Bernstein 1991, 1993;

Cardinaletti y Giusti 1991; Picallo 1991). La existencia de esta nueva proyección sirve a

la autora para explicar, por una parte, el funcionamiento diferente de pronombres

personales de primera y segunda persona y de tercera persona y, por otra, la naturaleza

del sistema de concordancia en hebreo; así, el número de los nominales es en realidad el

núcleo de SNUM, categoría sintáctica independiente situada entre SN y SD como se

ilustra en (13):

(13)

El género queda, en el caso del hebreo y en ausencia de un afijo independiente,

determinado por la propia raíz del sustantivo y se sitúa en N mientras que en las lenguas

románicas, por el contrario, aparece en el mismo núcleo funcional que el número (cf.

Harris 1991 para un análisis alternativo que propone la existencia de una categoría

funcional Sintagma Género (SGEN)).

Siguiendo con la revisión de sobre las distintas propuestas de categorías funcionales en

el SD, el trabajo de Bernstein (1993) introduce una nueva proyección intermedia entre

SD y SN: el sintagma marcador de palabra (SMP) (Word-Marker Phrase). A partir del

examen de datos del italiano, concretamente, de estructuras de sustantivo nulo del tipo

que se muestra en (14) propone que las vocales finales -a, y -o son en realidad

SDET

Espec. D’

D SNUM

SN

Espec.

N’

N

Capítulo II

80

elementos que, generados independientemente de la raíz léxica nominal, poseen

características propias.

(14a) Una piccola

(14b) Uno dolce

Para la autora el MP –núcleo de la categoría funcional SMP que aparece a su vez como

complemento del sintagma Número (SNUM)– forma con el indeterminado14 un

elemento pronominal complejo (al que llama determinante pronominal) y que deriva

sintácticamente de la incorporación de -o al artículo indeterminado un (the -o strategy).

(14b)

El carácter del artículo indeterminado, a medio camino entre el artículo determinado y

el numeral, sugiere que en su análisis este elemento es el núcleo de un SQ (Sintagma

cuantificador) situado en el especificador del SNUM como se ilustra en (15):

14 No hace referencia Bernstein en este trabajo a los SSNN en los que la posición de complemento está ocupada por un SP o una oración de relativo aunque, en la mayoría de las lenguas románicas, se dan estas construcciones encabezadas por un artículo indeterminado. Como ya se ha comentado en el Capítulo I, se observa entre las diferentes lenguas románicas, no obstante, un comportamiento diferente para los sintagmas de sustantivo nulo encabezados por el artículo determinado (v. apartado 1.2.1 en el Capítulo I).

SD

Espec. D’

D SNUM

SN

Espec. N’

N

SMP

Los análisis del Sintagma Determinante en la teoría lingüística moderna

81

(15)

Su análisis también puede aplicarse a los sintagmas que, en español, están encabezados

por un artículo determinado y contienen en la posición de complemento un sintagma

preposicional o una oración de relativo. Aunque no se admitiera para éstos en ningún

caso la presencia de un marcador de palabra explícito (que para el indeterminado es

visible, al menos, en el masculino singular), la propuesta de Bernstein podría de un

modo similar dar cuenta de estas estructuras idiosincrásicas del español. Este punto de

vista enlazaría indirectamente con la visión tradicional que contempla el artículo

determinado como una versión del pronombre personal de tercera persona y que

equipara, en este sentido, el funcionamiento de demostrativos y artículos en estructuras

de este tipo.

Bernstein niega la posible existencia de un pro en estos sintagmas como parece

proponer Torrego (1987) en ejemplos similares encabezados por el artículo

determinado. El principal argumento que Bernstein esgrime es el hecho de que en

francés, si bien no son posibles los sujetos nulos, sí se admiten este tipo de sintagmas,

eso sí, en un contexto más restringido, limitado a una sección menor de adjetivos (v.

Sleeman 1993). Afirma, además que si existiera en estos casos un pro sería viable la

inserción de un sustantivo o de un pronombre fonéticamente realizado y no lo es, como

se puede ver (16) y (17):

SD

Espec. D’

D SNUM

SMP

MP SN

N

NUM’

[uno-o]Øk

SQ

NUM

[e]

tj tk

tj

Capítulo II

82

(16) *uno muchacho imbécil

(17) *uno ragazzo imbecile

Además, otro factor que apunta hacia la improbabilidad de que se trate de fenómenos de

naturaleza similar es que este pro no podría asumir aquí la categoría D que es la que se

asigna a los pronombres, sino que tendría que ser de categoría N, como lo es, según

Bernstein, la forma one del inglés o lo es uno en frases hechas como las de (18) y (19):

(18) el uno y el otro

(19) l’uno e l’altri15

A pesar del ‘éxito’ que desde el punto de vista descriptivo se alcanza en la definición de

muy diversos procesos sintácticos gracias a la aparición de numerosas categorías

funcionales –propuestas como solución a dichos procesos– Fukui (2001) llega un

momento en que parece claro que el número de categorías funcionales es excesivo y

debe, por tanto, ser reducido según el espíritu que inspira las últimas propuestas de

Chomsky, Bare Phrase Structure y el Programa Minimista (1993, 1995, 2001).

Partiendo de ejemplos del inglés y del francés propone Kayne (1994) para el Sintagma

Determinante una estructura en la que el complemento de D es un SCOMP que contiene

un SN en la posición de Esp. Así, la representación de (20) sería la que figura en (21):

(20) The picture that Bill saw

[La foto que vio Bill]

15 Una prueba más a favor de la naturaleza pronominal de uno en este último ejemplo se deduciría de la imposibilidad que la forma plural uni tiene de aparecer en otro tipo de expresiones. El italiano no posee una forma plural (esp. unos/unas) para este tipo de determinantes; según Bernstein esto demostraría que uni/uno en este contexto funcionan como un N.

Los análisis del Sintagma Determinante en la teoría lingüística moderna

83

(21)

De la misma forma, hace Kayne extensivo este análisis a estructuras posesivas del

francés en las que el sustantivo aparece seguido por un sintagma preposicional. Así,

(22) tendría la representación que aparece en (23):

(22) La voiture de Luc

[El coche de Luc]

SD

D

D SCOMP

COMP’

COMP SFLEX

Esp

FLEX’

SN

[e] saw picture that

FLEX SV

V’

V

(SN)

ESP

Bill The

Capítulo II

84

(23)

donde el sustantivo voiture se encuentra en el especificador del SCOMP y la

preposición de es un complementante (COMP). La misma propuesta es, según esta

visión, válida para sintagmas nominales con adjetivo en inglés. Así, el ejemplo de (24),

se representaría como en (25):

(24) The yellow car

[El coche amarillo]

SD

D

D SCOMP

COMP’

COMP SFLEX

Esp

FLEX’

SN

[e] voiture de

FLEX SV

V’

V

(SN)

ESP

Luc La

Los análisis del Sintagma Determinante en la teoría lingüística moderna

85

(25)

En este último ejemplo, el elemento que sube hasta el especificador del SCOMP es el

sintagma adjetivo.

Para lenguas como el francés en las que el adjetivo sucede en la frase al sustantivo, este

último análisis implicaría una estructura más complicada en la que el sustantivo en el

especificador del sintagma flexión, se incorporaría más tarde a C y desde ahí subiría al

núcleo de una proyección funcional superior, resultando que una estructura como (26)

tendría la representación que se incluye en (27):

(25) Le livre jaune

[El libro amarillo]

SD

D

D SCOMP

COMP’

COMP SFLEX

Esp

FLEX’

SN

[e]j yellowj

FLEX SV

V’

V

(SAdj)

ESP

car The

Capítulo II

86

Le

(27)

Como podemos suponer las consideraciones que se establecen para el francés pueden

aplicarse al español pues, para los ejemplos propuestos por Kayne, ambas lenguas se

comportan de una forma paralela.

Sin embargo, la aplicación de las consideraciones anteriores al español junto con el

hecho de que se asigne un análisis diverso a las estructuras nominales según estén

complementadas por un adjetivo o una oración de relativo (o un SP) es precisamente lo

que lleva a Sánchez (1996) a rebatir las afirmaciones de Kayne para el SN y proponer

un análisis que, si bien coincide con el expuesto anteriormente en que el SN y sus

modificadores constituyen un elemento diferente del determinante, sugiere un

tratamiento paralelo en todos los casos y mantiene que, en realidad, no es un SCOMP la

estructura que parecen tener en común estos sintagmas.

SD

D

D SF

COMP’

COMP SFLEX

Esp

FLEX’

[e]j

jaunej

FLEX SADJ

(SADJ)

ESP

livre

F

Los análisis del Sintagma Determinante en la teoría lingüística moderna

87

Para Sánchez las estructuras en (28) y (29) deben recibir el mismo tratamiento, y esto

resulta posible gracias a la existencia de lo que ella denomina Sintagma Predicado

(Predicate Phrase).

(28) Los ojos verdes /que tiene Mario/de Mario

(29) Los [e] verdes /que tiene Mario/de Mario

Con respecto a la opción que ofrece el español de presentar elementos nulos en el SN

Sánchez sugiere que ésta se autoriza por medio de la existencia de concordancia entre el

núcleo (D) del SD y el especificador del sintagma predicado, o sea, el SN. La estructura

que se propone para (28) y (29) es, como podemos ver en (30) y (31), muy similar:

(30)

SD

DET

DET SPred

Pred’

SConc

SN

[e]i

Conc’

Conc

Pred

SN SAdj

Los ojosi verdesi

Capítulo II

88

SD

DET

DET SPred

Pred’

SConc

SN

Conc’

Conc

Pred

SAdj

Los

[e]

verdesi

(31)

Así, esta propuesta coincide con la de Kayne (1994) en la necesidad de hallar un

constituyente común que incluya al SN y a cualquier sintagma que lo modifique; se

aleja de ella en que introduce una nueva categoría funcional dentro del SD, el sintagma

predicado (SPred), que servirá para alcanzar una caracterización que englobe a todos los

SSNN sin excepción.

Como vemos, los análisis propuestos para dar cuenta del funcionamiento y estructura

interna del SD del español nativo nos hablan de propiedades especiales del artículo y/o

de la existencia de diversas categorías funcionales en el SD que justifican la

idiosincrasia de las estructuras nominales del español. En este sentido, y a la hora de

determinar qué supone para el estudio de la adquisición del SD del español el

entendimiento cabal del modo en que se organiza, cabrá plantearse si hablantes no

nativos como los de nuestro estudio llegan a percatarse de estas peculiaridades o si, por

el contrario, son impermeables a la información que sobre ellas contiene el input que

reciben. Por ejemplo, el estudio de la adquisición de los sustantivos nulos a los que nos

acabamos de referir podría resultar muy útil al investigador que se plantea si el dominio

de un paradigma morfológico -en este caso el del artículo- supone el descubrimiento de

Los análisis del Sintagma Determinante en la teoría lingüística moderna

89

las posibilidades sintácticas que una forma dada posee y así comprobar si,

efectivamente, están relacionadas la adquisición de la morfología y de la sintaxis y, si es

así, de determinar en qué forma se influyen estos procesos entre sí. (Snyder 1995,

Rosado 2000, Liceras et al. 2002a). Más adelante en la sección 2.4 se continúa

examinando las propiedades idiosincrásicas del artículo determinado a la luz de los

análisis propuestos para otras construcciones en las que éste interviene, tal es el caso de

las construcciones que expresan la posesión inalienable.

2.3 La polémica en torno al análisis de los clíticos: a favor o en contra de

la ‘Hipótesis del movimiento’

De la misma manera que cuando abordábamos la descripción de la naturaleza y

el comportamiento sintáctico de los determinantes como categoría gramatical en 2.2.1

partíamos de la voluntad de delimitar con precisión el alcance de la etiqueta

determinante y concretar así el inventario de elementos a los que aplicarla, parecería

lógico comenzar el examen de los pronombres átonos del español planteándonos qué

conjunto de elementos englobará esta categoría y tal vez sería también conveniente

recordar lo dicho en el capítulo anterior sobre las características que típicamente

presentan los ítems englobados bajo la etiqueta general de clítico. Así pues, y como ya

aclaramos en el Capítulo I, cuando hablamos de clíticos o de pronombres átonos nos

estamos refiriendo a acusativos, dativos, experimentadores, pronombres reflexivos (o de

verbos de conjugación pronominal) y recíprocos y al se que es empleado en las llamadas

construcciones de sujeto inespecífico.

La mera enumeración que acabamos de hacer nos deja, por así decirlo, un tanto

intranquilos; las evidentes diferencias que se observan entre todos estos subtipos tanto

por lo que respecta a la expresión de rasgos gramaticales como a su contenido

semántico nos hace sospechar, de entrada, de un grupo que engloba tantos elementos.

Un rápido repaso de los diversos paradigmas que engloba la categoría más general de

‘determinantes’ también nos permite tener en cuenta un buen número de diferencias

semánticas y también gramaticales entre estos elementos, y ello nos anima a continuar

con el análisis intuyendo que las divergencias serán en ocasiones muy acentuadas entre

el grupo de los clíticos. Volveremos sobre este particular tras la discusión de los

Capítulo II

90

resultados del estudio, pero pasemos primero a considerar algunos de los, a ratos

controvertidos, análisis que se han propuesto para los pronombres átonos de las lenguas

románicas.

Abordamos, pues, una serie de aspectos relacionados con el estatuto gramatical de los

clíticos pronominales de las lenguas románicas, centrándonos, eso sí, en los del español.

La primera de las cuestiones a tratar llegados a este punto será la determinación del

comportamiento sintáctico de estas unidades y todo lo que esto conlleva: principalmente

se trata de decidir cuál es su verdadera naturaleza y cuál su funcionamiento y por qué

ocupan una posición determinada en la oración en la que aparecen.

La polémica a la que hace referencia el título de esta sección tiene que ver con esta

última cuestión y es un debate que, durante las últimas décadas, ha dado lugar a la

publicación de numerosos trabajos en defensa de dos posturas diferentes, a saber, se

trata de decidir si los clíticos pronominales se generan en el lugar en el que aparecen en

la oración como en (32a) o si se desplazan desde la posición canónica de argumento en

la que se generan como se observa en (32b).

(32a) la cantó

(32b) lai cantó __i

En realidad, decidir si los clíticos experimentan o no un movimiento desde su situación

original supone de paso responder a la pregunta sobre qué son realmente dichos

elementos. De esta forma, hacer un poco de historia sobre cuál es el origen del problema

teórico al que nos enfrentamos lleva a hablar básicamente de estas dos posturas

enfrentadas: la Hipótesis del movimiento (Movement hypothesis) y la Hipótesis de la

generación en la base (Base generation hypothesis).

La hipótesis del movimiento fue inaugurada por el trabajo de Kayne (1975) y postula

que los clíticos se derivan de elementos (pronominales) a la derecha del verbo, en la

posición canónica de objeto y se mueven desde allí a la posición preverbal que ocupan

en la oración. Tal hipótesis se formuló originalmente para explicar el funcionamiento

del francés, lengua en la que los pronominales y los SSNN objeto están en distribución

Los análisis del Sintagma Determinante en la teoría lingüística moderna

91

complementaria de forma que el clítico y el sintagma pronominal o pleno al que se

refiere no pueden coocurrir en la misma secuencia.

Sin embargo, las carencias de esta hipótesis quedan pronto al descubierto y son de

índole diversa. Por una parte, resulta muy arriesgado asumir que los clíticos

pronominales son una variante reducida de la correspondiente serie tónica, por otra,

como ya sabemos (v. Capítulo I, sección 1.1.1) las formas de la serie átona no provienen

históricamente de las formas tónicas y, lo que quizá resulta más relevante para nosotros,

los clíticos no aparecen siempre en sustitución de un argumento, sino que existen

estructuras para las que resultan imprescindibles (cf. Fernández Soriano (1993)).

Sin ir más lejos, tomemos como ejemplo las estructuras de doblado o reduplicación de

clíticos (v. Capítulo I, sección 1.3.1). En este tipo de estructuras la posición de objeto

aparece ocupada por un SN pleno (o un pronombre) y, por lo tanto, el clítico no puede

haberse desplazado desde allí a la posición preverbal en la que aparece. Se argumenta,

así, que estas construcciones de doblado funcionan como evidencia en favor de una

hipótesis que considera que, al menos en las lenguas que disponen de esta opción, los

clíticos se generan en la posición en la que aparecen a la izquierda del verbo. En defensa

de esta hipótesis de generación en la base véanse los trabajos de Strozer (1976), para

quien hay un pronombre en posición canónica que se borrará en contextos no enfáticos,

o de Jaeggli (1982) que considera a los clíticos afijos sintácticos y que asigna a los

sintagmas doblados una naturaleza diversa (se trata de SSNN en el caso de los

acusativos y de SPREPs en el de los dativos; en última instancia esta diferencia es

responsable del diferente comportamiento de unos y otros constituyentes).16

No tardan en aparecer, no obstante, trabajos que ponen de manifiesto algunas de las

limitaciones de la propuesta según la cual los clíticos permanecen allí donde se originan.

Para Borer (1984), por ejemplo, los clíticos funcionan como morfemas de concordancia.

16 Tanto el trabajo de Jaeggli (1982) como las propuestas de Borer (1984) y Aoun (1981) que comentamos a continuación se revisan en la introducción que realiza la propia autora al volumen sobre pronombres átonos editado por Fernández Soriano (1993). Los tres análisis aparecen mencionados como trabajos que, dentro del marco de Rección y Ligamiento, parten de la llamada Generalización de Kayne que, para muchos autores en el momento, parece ser la clave del Parámetro del doblado del clítico (Anagnostopoulou 2003) y según la cual el clítico no puede aparecer si el objeto no va precedido de una preposición (lo veo a Juan/*el coche)’. Para Suñer (1988), en cambio, el requisito que ha de cumplir el objeto no es ir encabezado por a (que normalmente marca el rasgo [+ animado]) sino ser específico (cf. Fernández Soriano, op cit).

Capítulo II

92

Habla la autora del problema relativo a la asignación de papel temático y que consiste,

básicamente, en que tanto el SN como el clítico pueden aparecer solos y recibir caso y

papel temático normalmente, pero ¿qué ocurre cuando clítico y SN coocurren en la

misma secuencia? Para Borer el clítico es la materialización de los rasgos del verbo

(rasgos φ y rasgos de caso), de modo que no se trata de un elemento independiente al

que se asigna un papel temático que es recibido por el SN complemento; así el análisis

de Borer es el primero que considera al clítico de estas construcciones como un

morfema de concordancia (de caso y de rasgos φ con el SN) (v. en la sección 2.4.2.1 los

análisis en la línea del de Sportiche (1993)).

Sin embargo, algunos autores poco satisfechos con una teoría sobre los clíticos que

asume que éstos no se mueven sino que se generan en posición preverbal defienden la

hipótesis del movimiento sin olvidar el problema que supone explicar las estructuras de

doblado de clíticos. Los trabajos de Aoun (1981) o de Hurtado (1984) sostienen que el

SN que se dobla es en realidad en un SN dislocado, de forma que se puede seguir

argumentando que el clítico es generado en posición de objeto y que se desplaza hasta la

situación preverbal que ocupa en la oración. Esta explicación, no obstante, no parece

satisfacer a autores que, como Jaeggli (1986), demuestran que el comportamiento del

SN que aparece en estas construcciones no es paralelo al de SSNN que sí han sufrido

una dislocación: no se observa una pausa en la entonación y están, a diferencia de lo que

ocurre con los SSNN dislocados, obligatoriamente introducidos por la proposición a

[como ocurre con otros SSNN que también se generan in situ]. Sin embargo, tampoco

estos argumentos demuestran que el SN esté necesariamente en posición argumental.

Acerca de la polémica ‘Movimiento/Generación en la base’, desde una perspectiva más

actual, puede seguir defendiéndose la primera de estas hipótesis si asumimos la teoría de

la copia de Chomsky (1995). Según ésta puede mantenerse que el clítico es la

materialización de la copia superior (cuya realización plena se suprime) mientras la

copia inferior (el SD argumento) queda (o puede quedar) intacta y explícita. (Bleam

1999, Eguren y Fernández Soriano 2004).

Los análisis del Sintagma Determinante en la teoría lingüística moderna

93

2.4 Las propuestas recientes: rasgos y categorías en el dominio nominal

La teoría de la X con barra es reemplazada, por así decirlo, por la de Estructura

de frase escueta precursora del modelo propuesto en el PM según el cual todos los

principios que rigen la estructuración de un sistema gramatical deben estar motivados y

justificados o bien por propiedades de una de las dos interfaces (Forma Lógica (FL) o

Forma Fonética (FL))17, o bien por principios de economía (Chomsky 1995, 2001;

Marantz 2001). La idea que se defiende al abandonar la teoría X con barra es que ésta

especifica información redundante cuando, en realidad, la única información relevante

es que es necesario que dos elementos se combinen para crear una unidad y uno de ellos

será necesariamente un núcleo. La estructura de frase que se propone, pues, se construye

de abajo arriba gracias una operación que se produce de forma recursiva y que combina

estos dos elementos proyectando a uno de ellos como núcleo del sintagma: esta

operación se denomina Ensamble (Merge) (Fukui 2001).

En este sentido, se plantea, tal y como ya había propuesto con anterioridad el propio

Chomsky (1970), una caracterización de las categorías léxicas como

complejos/conjuntos de rasgos [±V], [±N] cuya naturaleza varía, claro está, según el

tipo de elemento del que se trate (v. Everett 1996). En el PM el papel de las categorías

funcionales se limita, pues, a aspectos puramente formales, todos ellos dictados por los

rasgos que estas categorías contienen, como el marcado de estructuras gramaticales o el

desencadenamiento de operaciones de movimiento. Más concretamente, los núcleos de

algunas categorías funcionales portan rasgos de concordancia capaces de atraer a una

proyección máxima hasta su posición vecina (su Especificador) con objeto de que

ambas entren en una relación de concordancia (Bel 1998, Fukui 2001, Eguren y

Fernández Soriano 2004). De esta forma, las categorías funcionales son depositarias de

los rasgos que actúan como desencadenantes de los procesos sintácticos de movimiento

y, dada la naturaleza de estos elementos, se mantiene la validez de las propuestas que

defienden que la variación paramétrica entre las lenguas naturales se localiza de manera

específica en el componente funcional del léxico (Borer 1984, Fukui 1986) que, de

algún modo, contribuye a la elaboración de una teoría lingüística más restringida. En 17 La Forma lógica es uno de los componentes interpretativos de una lengua-I (o gramática mental del hablante de una lengua dada), uno de los niveles de representación en el que ‘se especifican aquellos aspectos de la interpretación semántica de las oraciones que dependen de la combinatoria de las palabras (como las estructuras predicado-argumento o las relaciones operador-variable)’. En el segundo nivel de representación, la Forma fonética (FF), se expresan las propiedades fonéticas ‘que son el resultado de la combinatoria de las palabras’. (Eguren y Fernández Soriano 2004: 105-106).

Capítulo II

94

este sentido, y como señala el trabajo de Bel (1998), la aparición del PM supone una

separación mayor entre los conceptos de principio y parámetro: mientras que los

primeros se hacen más generales, más abstractos, los parámetros quedan localizados

muy específicamente en las categorías funcionales que juegan un papel fundamental en

la comprobación de rasgos, y que se redefinen como conjuntos de rasgos formales de

carácter binario ([± fuerte], [± débil], [± pasado], etc.). En Chomsky (1995) se considera

que la dicotomía rasgo fuerte/débil es una de las fuentes más importantes de variación

sintáctica entre las lenguas; sin embargo, más tarde se prescinde de esta distinción y se

da cuenta de la variación sintáctica por otros medios (v. Chomsky 1998).

En posteriores evoluciones del PM estos rasgos formales se dividen entre interpretables,

que son los rasgos que permiten la interpretación semántica, y no interpretables, que se

necesitan para cumplir requisitos meramente formales, como, por ejemplo, inducir el

movimiento en la estructura del sintagma o la oración. Los rasgos no interpretables

deben en el curso de la derivación comprobar los rasgos en las categorías léxicas

correspondientes y ser, tras ello, convenientemente eliminados; por el contrario, los

interpretables se ‘mantienen’ hasta su interpretación en la forma lógica. Por poner un

ejemplo, los rasgos no interpretables de persona y número que albergan los verbos en

FLEX son comprobados por los rasgos correspondientes que contiene el sujeto

gramatical y, después, eliminados.18

Pasamos, pues, a presentar una revisión de algunos de los trabajos publicados durante la

última década acerca del SD y/o algunos de sus componentes siguiendo ya los

postulados del PM. Nuestra intención en este apartado es proporcionar un marco teórico

adecuado para formular nuestras hipótesis y abordar el posterior análisis de datos que

nos permita, a su vez, ofrecer una valoración de estas propuestas teóricas usando los

datos de adquisición para comprobar en qué medida se constatan dichas propuestas.

18 Esta distinción, que resulta crucial para la teoría sintáctica, resultará, como veremos, también relevante para nosotros ya que, según determinadas propuestas, los rasgos no interpretables son los que presentan dificultades de adquisición a los hablantes no nativos pues los sistemas gramaticales de éstos carecen indefectiblemente de tales rasgos (v. Hawkins 2000, Tsimpli 2003). Otros autores, en cambio, predican exactamente lo contrario y defienden que el hablante no nativo puede, de hecho, incorporarlos a su gramática (White, Valenzuela, Kozlowska-Macgregor y Leung. 2004, Prèvost y White 2000).

Los análisis del Sintagma Determinante en la teoría lingüística moderna

95

Comenzamos por las propuestas que se han realizado acerca de los determinantes y los

rasgos que se localizan y/o comprueban en el dominio nominal, para abordar más tarde

los trabajos publicados sobre la naturaleza y el comportamiento de los clíticos y analizar

cómo se ha desarrollado la investigación alrededor de la polémica presentada en 2.3.

2.4.1 Propuestas recientes en el análisis de los artículos determinados

Uno de los principales avances que constituye la hipótesis del Sintagma

Determinante es la existencia de categorías funcionales intermedias entre el SD y el SN

que se proyectan para albergar rasgos formales como veíamos en la estructura

representada en (33) que volvemos a reproducir a continuación (véanse, por ejemplo,

Ritter 1991, 1995; Bernstein 1991, 1993; Cardinaletti y Giusti 1991; Picallo 1991).

(33)

La descripción de estas nuevas proyecciones funcionales en el SD así como de los

rasgos formales en ellas contenidos y las propiedades sintácticas que poseen constituye

la base de los análisis de Longobardi (1994) y Giusti (2001) que pasamos a revisar a

continuación.

La propuesta de análisis de Longobardi (1994), de la cual se han adelantado ya algunos

aspectos en secciones anteriores, considera que la función principal del artículo

determinado es habilitar al sustantivo para desempeñar el papel de argumento de tal

forma que, frente a los SSDD que pueden funcionar como argumentos, los SSNN son

SD

Espec. D’

D SNum

SN

Espec.

N’

N

Capítulo II

96

de naturaleza predicativa. Los artículos son, pues, operadores que ligan el nombre a una

variable cuya extensión es la de la clase referida por el sustantivo. Esta variable, que

corresponde a la referencia del nombre común necesita por fuerza estar ligada por el

determinante para que pueda asignársele una interpretación referencial19. De lo anterior

pueden deducirse, por una parte, que los SSNN nunca son argumentos y pueden, por

tanto, aparecer libremente en estructuras predicativas20 y, por otra, que si se asume que

los argumentos son necesariamente SSDD los llamados sustantivos escuetos no lo son

en realidad en la medida en que pueden efectivamente aparecer en posición argumental.

Con respecto al primero de los supuestos, confróntense los ejemplos de (34a) y (34b):

(34a) Rosalía es profesora

(34b) *Rosalía is teacher

En la estructura predicativa de (34a) la variable-R [Referencial] del sustantivo profesora

está ligada por el sujeto de la oración y no por determinante alguno. Para explicar el

ejemplo Longobardi propone la existencia de una posición D que está fonológicamente

vacía y que es responsable de la limitada distribución de estos sustantivos escuetos en

las lenguas románicas, en las que sólo son posibles en el caso de los plurales y en el de

los sustantivos incontables; según el autor, cuando aparece en posición argumental

como en galletas (35) o mermelada (36) este tipo de sintagma no constituye, en

realidad, un ejemplo de sustantivo escueto:

(35) Carmela come galletas

(36) Carmela quiere mermelada

19 Según el análisis alternativo de Chierchia (1998) el estatuto no argumental de los SSNN estaría sujeto a variación paramétrica ya que se trata de una posibilidad de mayor alcance en algunas lenguas en comparación con otras. En lenguas que, como el chino, carecen de artículos los SSNN pueden efectivamente funcionar como argumentos; del mismo modo, mientras que en las lenguas románicas sólo los SSDD pueden aparecer en esta posición, las lenguas germánicas constituirían un punto intermedio entre uno y otro extremo. 20 Éste es el caso, como ya se ha adelantado, del castellano y, con él, del resto de las lenguas románicas, no así del inglés; este dato tendrá, como se verá más adelante, repercusiones en nuestros datos de español L2 (procedente de hablantes de inglés L1).

Los análisis del Sintagma Determinante en la teoría lingüística moderna

97

Según Longobardi la posición de D en los sintagmas objeto galletas y mermelada está

ocupada por un operador responsable de la interpretación existencial de dichos

sintagmas de forma que en los ejemplos anteriores mermelada implica ‘cierta cantidad

de mermelada’ y galletas es igual a ‘algunas galletas’. La existencia de este D

fonológicamente vacío justifica lo poco productiva que resulta esta construcción en las

lenguas románicas ya que su aparición está limitada a la posición de objeto por estar

sujeta al Principio de Categoría Vacía (PCV) que exige que tales categorías aparezcan

regidas por una categoría léxica (un verbo o una preposición); por el contrario, el sujeto

preverbal, que se mueve a una proyección fuera del SV, no está regido y requiere

necesariamente estar encabezado por un D21.

Existe, sin embargo, una determinada clase de sustantivos no precedidos por

determinante, los nombres propios, que sí puede aparecer como sujeto preverbal como

Rosalía en el ejemplo de (34) y Carmela en (35) y (36). Según el análisis de

Longobardi, la razón por la que este tipo de sustantivo aparece en una posición no

regida es que se mueven hasta la posición de D y esto les permite gozar de una

interpretación referencial propia.22

No obstante, a la hora de asignar una lectura referencial a los nombres propios, además

del movimiento explícito de N a D, existe en determinadas lenguas (o determinadas

variedades de lengua) románicas, la posibilidad de insertar el artículo determinado en D

sin que varíe la interpretación asignada a ese nombre propio. Señala Longobardi que, a

pesar de que el elemento que ocupa la posición de D es fonológicamente igual al

artículo que aparece con los nombres comunes, se trata en realidad de un elemento de

una naturaleza diferente. Obsérvense los ejemplos en (37):

21 Véanse también al respecto los análisis de Contreras (1986), Delfitto y Schroten (1991) y Baauw (2002). 22 Más concretamente, el movimiento de los nombres propios se produce con objeto de que el nombre compruebe el rasgo [+R] (Referencial) que se encuentra en D. No obstante, también señala el autor cómo, por una parte, algunos sustantivos que no son nombres propios pueden desplazarse explícitamente hasta D; ejemplos como casa, cama (v. vámonos a casa, tuvo que quedarse en cama) (sólo en posición de argumento). Paralelamente, en ocasiones un nombre propio puede permanecer en N e interpretarse como un nombre común (Cf. He conocido una niña que se llama Maruja frente a No he conocido una Enriqueta en mi vida).

Capítulo II

98

(37a) Tienes que llamar a la Carmela [español informal]

(37b) Has de trucar a la Carmela [catalán]

(37c) Carmela está sentada en la mesa [español estándar]

La Carmela en (37a) y (37b) no se refiere a ninguna Carmela específica de una serie de

Carmelas mencionadas previamente en el contexto de discurso siguiendo la

interpretación que se asigna al artículo por defecto, a todos los efectos la Carmela

significa exactamente lo mismo que Carmela sin artículo determinado, en (37c), ya que

el nombre propio tiene una lectura referencial por defecto a la cual no quita ni añade

nada la presencia de la. Este tipo de artículo que aparece acompañando a nombres

propios es lo que se ha denominado determinante expletivo.

Otro contexto de aparición de estos determinantes expletivos son aquellos sintagmas

tradicionalmente conocidos como plurales genéricos como los de (38) y (39):

(38) Los andaluces son muy trabajadores

(39) Hay que tratar bien a las madres

En los ejemplos anteriores tanto andaluces como madres refieren claramente a una clase

de nombres y, por ello, podría decirse que el artículo aparece desprovisto de su carga

semántica habitual (referencial) y, al ocupar la posición D de núcleo del SD, evita que

se atribuya al sustantivo una lectura existencial, forzando, de paso, que el nombre se

desplace a la posición del expletivo en el nivel de la FL. Según sugiere Baauw (2001,

2002), a partir de un análisis previo de Delfitto (1998), asumimos para los plurales

genéricos un papel que podría definirse como ‘nombre propio de clase’23.

23 Como es bien sabido, el uso del artículo en los SSDD que designan a todos los individuos de una clase [ART + plural genérico] resulta en una combinación agramatical en la mayoría de las lenguas germánicas, véase el ejemplo de (i):

(i) *(The) Andalusians are very hard workers (Andalusians = Los andaluces en general)

Para Longobardi en estas lenguas, tanto en el caso de los nombres propios como en el de los nombres comunes interpretados como genéricos, el sustantivo se desplaza a D en el nivel de la FL y, por tanto, no se produce la inserción del expletivo que tiene lugar en las lenguas románicas. Este movimiento implícito explicaría por qué las lenguas germánicas permiten que los SSNN ocupen la posición de sujeto.

Los análisis del Sintagma Determinante en la teoría lingüística moderna

99

El trabajo de Baauw propone además un tercer contexto en el que puede aparecer este

tipo de determinantes expletivos y parte para ello del análisis contrastivo realizado por

Zubizarreta y Vergnaud (1992) sobre el francés y el inglés: se trata de las

construcciones de posesión inalienable (CPI), típicas de las lenguas románicas que ya

tratamos en la sección 1.2.2 y que se ilustran en (40) y (41):

(40) Natalia y Raquel se pintaron los labios

(41) Elena les cortó el pelo a los niños

Para este autor, pues, estos expletivos son determinantes que no contienen un operador

(como el elemento que ligará la variable al contexto de discurso) y, por tanto, deben

considerarse meros conjuntos de rasgos φ, esto es, meras marcas de concordancia de

género y número como los en el ejemplo de (40) o el en el ejemplo de (41).

Todo lo revisado hasta el momento parece demostrarnos que D y no N constituye el

núcleo del SD y que dicho núcleo puede estar fonológicamente vacío o no y ser o no de

naturaleza expletiva. Asimismo, se hace necesario distinguir entre las diferentes

categorías que se engloban dentro de DET: artículos, demostrativos, etc.

El análisis de Giusti (2001) propone una estructura del SD que sirve para dar cuenta de

la variación entre lenguas a la hora de expresar la definitud (unicidad, referencialidad

etc., v. Capítulo I); más concretamente sugiere que los artículos, en aquellas lenguas que

los poseen, como núcleos funcionales en la proyección extendida del SN, aparecen sólo

como último recurso, mientras que elementos que aparecen superficialmente en la

misma posición que los artículos pero que están provistos de contenido referencial, esto

es, demostrativos, posesivos, ocupan la posición de [Esp, SD] como en (42):

Capítulo II

100

(42)

Propone Giusti un análisis del artículo como sustantivo, y parte de una serie de

supuestos a partir de los cuales intenta explicar cómo, efectivamente, los artículos

presentan un comportamiento muy distinto en lenguas diferentes ya que de todos los

determinantes tan sólo los artículos son núcleos funcionales que aparecen en la

categoría funcional Fmax mientras que tanto los demostrativos como otras proyecciones

máximas provistas de rasgos referenciales [+R] deben (o pueden) cotejar dichos rasgos

en [Esp, SFmax].

El supuesto de que el Especificador de [Esp, SFmax] es donde se interpreta el valor

referencial del sintagma nominal en la Forma lógica (FL) implica que:

a. los demostrativos son proyecciones máximas

b. la inserción del artículo es un último recurso; ésta será necesaria si hay que

proyectar EspSFmax que, de no haber artículo, estará ocupada por un elemento

núcleo de otra proyección funcional intermedia que se mueve hasta ese

Especificador.

Giusti está en contra de un tratamiento unificado de todos los determinantes24 pero sí

decide colocar a todos los núcleos funcionales del SD en la proyección extendida del

SN; tales elementos sólo se insertan en la estructura frásica de los nominales como

24 No es ésta una idea nueva; ya Ritter (1991) afirma que, de todos los determinantes, sólo el artículo pertenece a la categoría D propiamente dicha y es el único, por tanto, que puede funcionar como núcleo del SD. El resto de elementos normalmente englobados bajo la etiqueta [D] pertenecen a la categoría intermedia NUM (v. también el análisis de Szabolcsi (1983) a partir de datos del húngaro o el de Eguren (1989) para el español).

SD

Espec. D’

D SN

artículos [-R]

operador Ø demostrativos posesivos [+R]

Los análisis del Sintagma Determinante en la teoría lingüística moderna

101

último recurso y nunca por motivos semánticos debido principalmente a que carecen de

contenido semántico. Precisamente la ‘aparente’ distribución complementaria en que se

encuentran artículos y el resto de determinantes se debe al hecho de que, por motivos de

economía, el artículo sólo se insertará como último recurso. En el caso de los

demostrativos (al igual que en el de, por ejemplo, adjetivos posesivos y referenciales) y

debido a que éstos sí aportan información semántica (referencialidad) a la interpretación

del sintagma, hablamos de proyecciones máximas. Así, tomando, como hace la autora,

el principio de economía como base de su planteamiento, es de esperar que la

producción de elementos funcionales, como realización de los rasgos del núcleo léxico,

sea muy limitada.

Desde nuestro punto de vista, el empleo del artículo determinado con sentido genérico,

el empleo de construcciones como las que acabamos de describir o la producción de

sustantivos nulos (v. sección 2.2.3) podrían interpretarse como evidencia de que el

dominio del artículo que posee el hablante va más allá del mero conocimiento del

paradigma morfológico de este determinante. Así pues, al tratarse en todos los casos de

construcciones idiosincrásicas, nuestro análisis interpretará que un uso productivo de las

mismas supone que el hablante se ha percatado de las peculiaridades del elemento que

las encabeza.

2.4.2 Propuestas recientes en el análisis de los clíticos de objeto

Pasamos a continuación a considerar algunas propuestas que se han realizado

durante los últimos años para explicar el comportamiento sintáctico de los clíticos

pronominales del español y del resto de las lenguas románicas.

Por lo que respecta a su comportamiento sintáctico, ya vimos anteriormente cómo la

derivación de los clíticos pronominales es un fenómeno controvertido para el que se han

propuesto multitud de análisis en un debate que, como se explica en la sección 2.3, aún

continúa (cf. Fernández Soriano 1993, 1999). En las propuestas más recientes que

hemos revisado, si bien algunos asumen que el clítico es un núcleo funcional generado

en una proyección por encima del SN y coinciden en señalar la existencia de un

desplazamiento del argumento (explícito o no) al especificador de su propia proyección

funcional (Sportiche 1993, Franco 1993, Torrego 1995), otros prefieren asignar a

Capítulo II

102

VNom

SX^1 Nom’

Nom VAcus

Acus’

Acus [+esp]

VDat

SX^2

Dat’ SX^3

Dat SV

SX*1 SX*2 SX*3

clíticos diferentes análisis también diferentes (Uriagereka 1995, 1999; Bleam 1999)

mientras que otras propuestas alternativas (Gonzàlez 1994) concilian habilidosamente

ambas posturas.

2.4.2.1 Análisis unificado de los clíticos de objeto

El análisis de Sportiche (1993) defiende, por una parte, que los clíticos se

generan en la posición preverbal en la que aparecen pero, al mismo tiempo, alude a la

existencia de algún tipo de movimiento. Para el autor, el SN es el que se desplaza, en la

FL, es decir, implícitamente, al especificador de la proyección en FLEX encabezada por

el clítico, voz clítica, (Clitic voice), y el clítico, a su vez, es un morfema de

concordancia. Ilustramos este análisis en (43):

(43)

El árbol de (43) muestra cómo los argumentos del verbo se generan dentro de la VP

para luego desplazarse al especificador de una proyección funcional en SFLEX: SX*2

sube hasta SX^2 que es el especificador de la proyección VAcus (Accusative Voice), y

de la misma forma SX*3 sube hasta el especificador de VDat (Dative Voice) (SX^3).

Para Sportiche, pues, hay dos tipos de proyecciones clíticas: la de acusativo (que

legitima el rasgo de especificidad (ilustrado como [+ esp] en el árbol) en el

especificador del SD y la de dativo que es un mero morfema de concordancia y que

legitima el rasgo de caso correspondiente, el de dativo.

Los análisis del Sintagma Determinante en la teoría lingüística moderna

103

De alguna manera, su propuesta va en la línea de la defendida por Suñer (1988) ya que

ambos autores consideran, por un lado, que los clíticos son en realidad marcas de

concordancia y, por otro, que el funcionamiento de clíticos de acusativo y de dativo es

básicamente el mismo con la única diferencia de que si bien a los dativo son

‘simplemente’ marcas de concordancia, los de acusativo además denotan,

necesariamente, especificidad; para Suñer, como ya hemos comentado, el hecho de estar

especificados para este rasgo hace que sólo puedan ser correferentes con un SD que

posea rasgos compatibles con él.25

No muy alejados del espíritu del trabajo de Sportiche o Suñer se encuentran los análisis

que, como el de Kayne (1994), Ordóñez (1997) o Roca (1997), abundan en la idea de

que el doblado del clítico es un fenómeno relacionado con las dislocaciones (a la

izquierda o a la derecha) que, con mayor o menor productividad, se observan en las

lenguas románicas. Tales construcciones se ilustran en los ejemplos de (44a-c) para el

italiano y en (45a-c) para el español:

(44a) *Lo vedró Pino domani [Doblado de clítico acusativo]

(44b) Pino, lo vedró domani [Dislocación a la izquierda]

(44c) Lo vedró domani, Pino [Dislocación a la derecha/Adjunción]

(45a) Le escribiré a Antonio mañana [Doblado de clítico dativo]

(45b) A Antonio, lo llamaré mañana [Dislocación a la izquierda]

(45c) Lo llamaré mañana a Antonio [Dislocación a la derecha]

En (44b) y (45b) el clítico coincide en la misma secuencia con un SD correferencial que

aparece a su izquierda, mientras que en (44c) y (45c) el sintagma objeto aparece a la

derecha del clítico. Vista la similitud que existe entre las estructuras de los ejemplos

anteriores, la cuestión que se plantea es si estas dislocaciones son o no resultado del

desplazamiento del SD que dobla al clítico.

25 Esta observación se traduce, claro está, en que si bien los dativos pueden ser correferentes con SSDD que no han aparecido previamente en el contexto de discurso, los acusativos refieren por fuerza referir a entidades que conocidas por ambos interlocutores requisito éste que, como sabemos, comparte con los artículos determinados.

Capítulo II

104

A algunos autores (v. Cinque 1990 o Anagnostopoulou 1994, 2003), la observación de

una serie de contrastes sistemáticos entre el doblado y las dislocaciones a la izquierda

les lleva a afirmar que éstas son, en realidad, construcciones diferentes. Y se basan en

diversos tipos de evidencia, como por ejemplo que el italiano permite la dislocación a la

izquierda pero no el doblado (véase (44a) frente a (44b)) o que en algunas lenguas el

doblado está sujeto a la ‘Generalización de Kayne’ (v. nota al pie 16) pero no así la

dislocación. Ello se observa si comparamos los ejemplos de (46); el doblado del objeto

directo que figura en (46a) es el habitual en español rioplatense:

(46a) Lo llamaré a Patricio mañana (46b) *Lo compramos ayer el/al libro

(47a) A Patricio lo llamaré mañana (47b) El libro, lo compramos ayer

Por último, otra prueba de que estamos ante distintos fenómenos, mientras que el

doblado está limitado a los SSDD, la dislocación se produce también con otro tipo de

sintagmas como SPREP, SADJ, etc., tal y como ilustran los ejemplos de (48a) y (48b):

(48a) Muy listo, no creo que sea

(48b) De esto, no quiero que volvamos a hablar

De la misma forma, para algunos análisis las dislocaciones a la derecha deben

entenderse como un fenómeno paralelo a las construcciones de doblado de clíticos ya

que en ambos casos el SD que se asocia al clítico debe entenderse como un adjunto

(Aoun 1981, Hurtado 1984). En contraste con lo anterior, una postura diferente

argumenta que, si bien en las reduplicaciones el SD se genera como complemento del

verbo, este sintagma es un adjunto en el caso de los sintagmas dislocados (cf. Jaeggli

1982, 1986; Borer 1984).26

El análisis de Kayne (1994) asigna un estatuto sintáctico muy similar a las

construcciones de doblado de clítico y a las dislocaciones a la derecha y a la izquierda

(consideradas conjuntamente) ya que, para él, el sintagma doblado ocupa en ambos

26 Para una explicación de estos fenómenos basada eminentemente en las propiedades entonativas y la distribución de la información, véanse Vallduví (1990, 1992) o Zubizarreta (1998).

Los análisis del Sintagma Determinante en la teoría lingüística moderna

105

casos la posición de complemento; así, los dos tipos de estructuras sólo se diferencian

en la entonación y la interpretación (contrastiva en las dislocaciones y no contrastiva en

el doblado de clíticos) que recibe el SD léxico. Por otra parte, los dos tipos de

dislocaciones coinciden en el valor interpretativo que se asigna al sintagma y en la

aparición del clítico doblado, pero se distinguen en que, en el caso de las dislocaciones a

la izquierda, el sintagma doblado no está en una posición de complemento sino que

aparece como adjunto en una posición superior a la del sujeto. Para este autor, todas las

lenguas románicas permiten el doblado de clíticos y la productividad de este fenómeno

está sometida a diversas restricciones (la dislocación, el SD pronominal, la función que

desempeñan en la oración) que varían de una lengua a otra; en español, por ejemplo,

está muy extendido como reflejan los trabajos de Ordóñez (1997) u Olarrea (1996) entre

otros.

Sin embargo, este tipo de propuesta asume que prácticamente el mismo análisis

sintáctico puede aplicarse a clíticos acusativos y dativos como núcleos de proyecciones

funcionales propias donde entran en una relación Especificador-Núcleo con los

sintagmas nominales a los que doblan implícita o explícitamente; las diferencias que

puedan observarse entre ellos son atribuibles a sus propias características léxico-

semánticas.

2.4.2.2 El análisis no unificado de los clíticos

En cambio, existe otra línea de análisis que considera necesario diferenciar entre

distintos tipos de clíticos a la hora de alcanzar una caracterización precisa del

funcionamiento de este tipo de elementos. El trabajo de Uriagereka (1988, 1995) –quien

sigue aquí una idea que él atribuye originariamente a un trabajo no publicado de

Torrego (1988)– difiere del análisis anterior puesto que, según el autor, el tratamiento

que se da a clíticos de acusativo (lo, la, los las) y de dativo (le, les) habrá de ser

necesariamente distinto; este último punto resultará, como se verá, de gran importancia

para el planteamiento de nuestro análisis.

Para Uriagereka, los clíticos acusativos de 3ª persona son determinantes y, con objeto de

fundamentar su propuesta, proporciona evidencia diacrónica y sincrónica, etimológica,

Capítulo II

106

fonológica y semántica que pone en relación a los artículos y los pronombres de objeto

de las lenguas románicas (v. Capítulo I). La propuesta se ilustra a partir de datos del

gallego, lengua en la que las formas de los paradigmas del determinado y de los

pronombres átonos coinciden totalmente, como puede comprobarse en el Cuadro I:

CUADRO I . LOS ARTÍCULOS DETERMINADOS Y LOS CLÍTICOS DE ACUSATIVO DEL GALLEGO Clítico Artículo Singular Plural Singular Plural Masculino (l)o (l)os (l)o (l)os Femenino (l)a (l)as (l)a (l)as

El paréntesis que rodea al fonema [l] nos indica que, en gallego, los miembros de ambos

paradigmas pueden, de forma opcional, aparecer enclíticos o proclíticos al verbo

adyacente, en cuyo caso la inserción de este fonema se hace necesaria. Para Uriagereka

los clíticos son determinantes que sufren un desplazamiento desde el núcleo del SD

objeto. Como podemos imaginar, cuando hablamos de clíticos (o artículos) analizados

como el núcleo de un SD que carecen de un SN complemento, este análisis puede

hacerse extensivo al resto de las lenguas románicas y también se puede aplicar, como en

el gallego, a casos en los que está presente un SN complemento que no impide al

pronombre aparecer enclítico al verbo como se ilustra en el ejemplo de (49a). La

cliticización es opcional en el caso de los artículos (véanse (49a) y (50a)) y obligatoria

con los pronombres (véase (49b) frente a (50b)):

(49a) Comemo-lo caldo27 (49b) Comemo-lo

(50a) Comemos o caldo (50b) *Comemos o

En el caso de los clíticos de acusativo el análisis que se propone es básicamente el que

sigue: un determinante se desplazará obligatoriamente fuera del SD y aparecerá

enclítico al verbo si no existe material léxico explícito en su SN complemento; a estos

determinantes se refiere como clíticos pronominales o, simplemente, clíticos. Así, la

principal diferencia entre ambos tipos de elementos es que, en el caso de los artículos, el

27 Advierte Uriagereka de que el de (49a) no puede considerarse un ejemplo de doblado de clítico ya que este fenómeno implica la presencia de un clítico y un SD pleno [SDD SN] y en este caso el clítico es el artículo que determina al SN caldo.

Los análisis del Sintagma Determinante en la teoría lingüística moderna

107

SN complemento es explícito mientras que no lo es en el caso de los clíticos.28 Su

análisis, pues, propone que los artículos y los clíticos del gallego presentan la siguiente

estructura en (51a) para los clíticos y (51b) para los artículos.

(51a)

En la misma línea se expresa el trabajo de Bleam (1999) quien considera que, también

en español, los clíticos de acusativo son determinantes con un complemento pro, pero, a

diferencia de lo que ocurre en gallego, en castellano el único caso en que este

determinante puede ir enclítico al verbo es cuando aparece en posición canónica de

argumento, el complemento es un SN pro y no hay ningún material que éste pueda

gobernar, o sea, en el caso de los clíticos propiamente dichos. Según lo anterior, la

derivación de (52a) tendría lugar como se ilustra en (52b):

(52a) la vi

(52b) [ [VPvi [SDla [pro]]]]

Bleam es aquí deliberadamente imprecisa acerca del lugar al que llega el clítico. Según

ella se trata de una proyección por encima de SV, aunque no explicita exactamente cuál.

Sugiere, siguiendo a Uriagereka (1998), que podría tratarse de T(iempo) ya que el lugar

en el que aparece el clítico en español depende de si la forma verbal es o no finita.29

28 Señala además Uriagereka cómo cualquier material que aparezca tras el artículo le impide aparecer como enclítico al verbo; así, aun en el caso de que el SN complemento sea una categoría vacía, un D seguido de un SADJ, un SPREP o por una oración de relativo (SCOMP) impide al artículo aparecer enclítico al verbo. Compárense los ejemplos de (i) y los de (ii).

(ia) Vi la canadiense (ib) Vi la de risa (ic) Vi la que te dije (iia) *La vi canadiense (iib) *La vi de risa (iic) *La vi que te dije

A este respecto, véase también la sección 1.2.1 en el Capítulo I dedicada a los sustantivos nulos. 29 También puntualiza que él mismo Uriagereka (1999) propone que es v la posición adyacente al verbo a la que llega el clítico (v. también Hale y Keyser 1993, Chomsky 1995).

SD

(doble) D’

D clítico

(51b) SD

D’

D artículo

SN nominal (léxico)

SN pro

Capítulo II

108

Lo que es relevante para nuestro trabajo es que ambos autores son capaces de

reconciliar la idea de que los clíticos acusativos (que experimentan un desplazamiento

desde su posición original de objeto) son determinantes con la posibilidad de aparecer

en estructuras de doblado clítico de acusativo (con un sintagma pronominal en español

estándar o con un SD [+ específico] en español del Río de la Plata). Dado que el SD que

se encuentra en la posición de objeto es un SD articulado, ninguno de los dos elementos,

clítico o SD, ocupa esta posición ‘exhaustivamente’ como en los ejemplos de (53a) y

(54a) cuyo funcionamiento se ilustra en (53b) y (54b).

(53a) Él la vio a ella (53b) Él vio [a [DP [DP ella] [[D la][NP pro]]]]

(54a) Él la vio a la niña (54b) Él vio [a [DP [D la [NP niña]][[D la][NP pro]]]]

Según este análisis, el determinante de algunas, no todas, lenguas románicas es lo

bastante fuerte como para encabezar sintagmas complejos de este tipo y ello determina

la disponibilidad del fenómeno de doblado de clíticos.

El análisis de los dativos es, tanto para Uriagereka como para Bleam, muy distinto.

Puesto que estos elementos no son determinantes en lo morfológico, su comportamiento

sintáctico es, consecuentemente, diferente al de los clíticos de acusativo. Para empezar,

si bien el doblado de clíticos acusativos es, como se ha dicho, un fenómeno muy

restringido (o a pronombres o a sintagmas marcados como [+ específicos] en algunas

variedades del español (v. Suñer 1988, Luján 1993)), en el caso de los dativos no se

observa ese tipo de restricciones ya que todas las variedades lo permiten (cf. también

Fernández Soriano 1999, Suñer 1988).

Para Bleam los clíticos dativos, por oposición a los acusativos, son núcleos de una

proyección funcional (Concordancia) en el dominio verbal. Su propuesta sigue análisis

anteriores sobre el español (Uriagereka 1988, Demonte 1995, Ormazábal y Romero

1999) y sobre el inglés (Baker 1996) que equiparan el doblado del dativo del castellano

con el movimiento del dativo del inglés. Bleam asume que el dativo le se genera en el

Los análisis del Sintagma Determinante en la teoría lingüística moderna

109

núcleo de Asp y que el SN objeto indirecto se desplaza al especificador de SASP como

en (45)30

(55)

En español el desplazamiento del SN a [Espec, SASP] parece tener lugar explícitamente

en la forma lógica ya que tanto (56a) como (56b) son opciones posibles sin que ninguna

de ellas implique un cambio en la entonación, en la asignación de foco o en la

distribución de la información (Demonte 1995):

(56a) CL-V DO IO Le dio el libro a Mario

(56b) CL-V IO DO Le dio a Mario el libro

Si el clítico no está presente, en cambio, a pesar de que ambos órdenes son igualmente

posibles, el de (56b) resulta marcado y corresponde a una interpretación no neutra,

contrastiva en la que se asigna el foco al OI (v. Anagnostopoulou 2003):

30 Puntualiza Bleam cómo, en realidad, no resulta relevante para su análisis si le se genera en SASP o en otra proyección que, por ejemplo, para Demonte (1995) es SCLD (Sintagma Clítico de Dativo).

SFLEX

FLEX’

FLEX SV

SN (Daniel)

V’

SASP

SN ASP’

V e

SV ASP le

SN el libro

V’

V SN dio a Mario

SN

Capítulo II

110

(57a) Dio el libro a Mario

(57b) ?Dio a Mario el libro [no a Pepito]

A partir de lo anterior, Bleam asume, siguiendo a Demonte, que el ascenso del

argumento benefactivo es un tipo de movimiento diferente según el clítico esté o no

presente, más concretamente, si el clítico no está presente el benefactivo asciende para

aparecer como foco de la oración como en (57b); con el clítico, en cambio, el SN en

cuestión se desplaza a Esp, SASP sin que ello suponga un cambio en la asignación de

foco.31

Por último, en Montrul (1995, 1998) se analiza el comportamiento de las estructuras de

doblado de clíticos del español y se parte de la idea de que los objetos indirectos y los

experimentadores son generados como el núcleo de proyecciones funcionales diferentes

y, por ello, presentan un comportamiento diferente en lo sintáctico. Para la autora los

dativos indirectos son concordancia de objeto generados en ConcOI mientras que los

dativos experimentadores, en cambio, han de analizarse como concordancia en ConcS.

Dada la tendencia universal que presentan las proyecciones superiores en la estructura

sintáctica (ConcS en este caso) a manifestarse explícitamente con más frecuencia que

las proyecciones inferiores, las repercusiones de tal consideración aluden

principalmente –y es de esperar que ello tenga también un reflejo en los datos de la

adquisición– a la obligatoriedad de los ‘pseudosujetos’ dativos frente al carácter

opcional de los objetos indirectos.

En nuestro trabajo adoptamos un análisis según el cual los clíticos acusativos que,

efectivamente se generan en una posición canónica de argumento (OD), se desplazan a

una posición adyacente al verbo; el hecho de que ese clítico sea sólo una parte del SD

explicaría la existencia de doblado de clíticos. Por su parte, los dativos, en contraste con

los acusativos, serán interpretados como marcas de concordancia de objeto excepto,

como acabamos de explicar arriba, en el caso de los experimentadores (v. el análisis de

Montrul (1998)). Ello se verá reflejado en la formulación de las hipótesis de trabajo que,

recogidas en el Capítulo IV, guían el análisis de los datos de interlengua que realizamos

en el Capítulo V.

31 Sobre orden de palabras e interpretación de Foco remite Bleam al trabajo de Zubizarreta (1998).

Los análisis del Sintagma Determinante en la teoría lingüística moderna

111

2.4.2.3 Los análisis de los clíticos románicos y el caso de se

Los clíticos románicos que históricamente derivan del reflexivo latino SE (Esp.

se, Cat. es/s’, Fr. se, It. si…) han constituido tradicionalmente un campo de

investigación de gran interés para estudiosos de la lengua de todas las corrientes y

disciplinas debido principalmente a dos motivos esenciales: lo numeroso y variado de

las funciones que realiza y la alta frecuencia de uso que presentan en todas las lenguas

románicas (v. Capítulo I, sección 1.3.2). En el marco de nuestro estudio, como sabemos,

interesa particularmente el comportamiento sintáctico de este elemento tanto como

alomorfo de le en contextos de dativo tanto como parte del paradigma de los verbos

reflexivos y pronominales y como marcador de impersonalidad.

En el trabajo de Gonzàlez (1994) se considera en detalle el comportamiento sintáctico

del clítico se del castellano. La autora plantea un análisis que simplifica

considerablemente la estructura de tres de las numerosas construcciones en las que este

clítico multifuncional interviene, concretamente, las construcciones reflexivas y

recíprocas (asumiendo que un mismo análisis se aplica en ambos casos), las

impersonales con se y las pasivas con se32. Paralelamente, se insiste en la necesidad de

proponer para tales estructuras un análisis distinto del que se aplica en el caso de los

clíticos de dativo y de acusativo.

En la descripción de dichas estructuras se parte de las diferencias superficiales que

presentan en aspectos concretos: mientras que en las oraciones reflexivas hay un SD

sujeto en posición preverbal con el rasgo [+ humano] que concuerda en persona y

número con el verbo que asume el papel temático de agente, las impersonales no pueden

tener sujeto y contienen un verbo siempre en singular al que, sigue un SD en función de

objeto si el verbo es transitivo. En las pasivas, en cambio, el SD en cuestión es [-

humano], concuerda en número con el verbo transitivo y asume el rol temático de

paciente. Ello se ilustra respectivamente en (58a), (58b) y (58c):

(58a) Marta se duchó con agua fría

(58b) Se ha detenido a los ladrones

(58c) En este barrio se alquilan apartamentos defectuosos

32 No se ocupa Gonzàlez en su análisis del se que aparece en las llamadas construcciones de voz media (v. Capítulo I, sección 1.3.2).

Capítulo II

112

Ante todas estas dicotomías la autora se plantea el objetivo de unificar el análisis de

estas estructuras con se proponiendo que tanto las similitudes (presencia de se, ausencia

de un argumento con el que está en distribución complementaria) como las diferencias

semánticas y sintácticas son consecuencia de la interacción de estos factores:

a. las propiedades léxicas de se

b. la posición que ocupa se profunda y superficialmente

c. la posición del SD argumento

d. la relación que se establece entre se y dicho argumento

Para Gonzàlez se trata en los tres casos del mismo morfema que, con las mismas

propiedades léxicas, aparece superficialmente en la misma posición aunque,

obviamente, ello no implique que la estructura interna que se asume para se sea la

misma con independencia de cada tipo de predicado. Y se parte para ello de tres hechos

fundamentales, a saber: se no interactúa con el caso, el SD omitido es interpretado como

[+ humano] y lleva el papel temático más importante de la construcción. Se asume,

además, que dicho SD omitido es un pro, lo cual coincide con la naturaleza también

pronominal del se con el que aparece. En el caso de las pasivas y las impersonales –y en

ello se coincide con análisis posteriores como el de Bartra (2002) al que nos adherimos

y que hemos referido en el Capítulo I– se observa cómo la capacidad

despersonalizadora de las pasivas y las impersonales las pone en común desde el

momento en que se relega a un segundo plano al argumento principal dando mayor

relevancia al ‘segundo’ argumento. Para Gonzàlez, al igual que para Bartra, la

diferencia entre los dos tipos de estructura es puramente formal y no afecta a su

interpretación.

Las reflexivas sí difieren en su interpretación de las pasivas e impersonales debido

principalmente a la cadena que se establece entre cuatro constituyentes de la oración: el

SD argumento en el Esp de SConcS, se que aparece en SConc, el pro que éste identifica

(que permanece in situ en SV) y la huella del SD también en SV. La ausencia de este

tipo de cadena en las construcciones impersonales y pasivas explicaría la interpretación

arbitraria del pro de estas construcciones (Jaeggli 1986).

Los análisis del Sintagma Determinante en la teoría lingüística moderna

113

SV

V’

V SD

SD

Espec D’

D

D/se

SN

pro

Se es, pues, para Gonzàlez un clítico pronominal que coaparece con una categoría vacía

pro a la que gobierna, que legitima por medio de concordancia Esp-Núcleo y que

opcionalmente puede moverse a la posición canónica de sujeto (Esp, SConcS; ello

supone que el sujeto de reflexivas y pasivas es paciente y no agente o experimentador.

Además, y esto es un punto importante en su análisis, el argumento ausente de las

construcciones con se es necesariamente [+ humano] de forma que los verbos que no

asignan un papel a su argumento principal no pueden formar parte de estas estructuras;

paralelamente en aquéllos casos en los que se pueden presentar las dos opciones el

argumento se interpreta siempre como [+ humano]. La representación en (59) es la que

la autora asigna a se:

(59) SE + pronominal + humano + 3ª persona

Señala la autora cómo la atribución de los rasgos [+ pronominal] y [+ humano] a se no

es nueva (v. entre otros Manzini 1986 o Cinque 1988) y es relevante en su análisis pues

lo distingue de los otros clíticos de tercera persona. El hecho de estar especificado como

[+ pronominal] coocurre con un pro que, a cambio, recibe una interpretación como [+

humano] heredada, por emplear el término que utiliza la autora, del mismo se.

Recogiendo la propuesta que Uriagereka (1995) hace para los clíticos románicos, se

argumenta que se, al igual que los clíticos de acusativo de 3ª persona que se analizan

como núcleos D con un pro (y no un SN) como complemento, muestra una

configuración como la que se ilustra en (60):

(60)

Capítulo II

114

Según esto, y en virtud de una relación Espec-Núcleo, se comparte sus rasgos con pro

de forma que la aparente distribución complementaria que se observa entre se y el SD se

debe a la naturaleza pronominal de se. Esto le hace aparecer complementado por pro,

bloqueándose así la realización léxica de este SD. Para Gonzàlez se es siempre un

morfema de concordancia de Sujeto en ConcS que puede, en gran medida, entenderse

como morfología flexiva del verbo. Al igual que se, la morfología verbal puede

identificar una categoría vacía pro, con la diferencia de que la flexión verbal sí puede

aparecer en la misma oración con la realización léxica del argumento con el que

concuerda. Así, la identificación de se con ConcS en todos los contextos enfatiza la

existencia de concordancia de persona y número entre ambos elementos y apoya la

hipótesis de que se es un único morfema en estas construcciones. Para las reflexivas y

en el caso de la 1ª o 2ª persona se hace también evidente la identificación entre el clítico

que aparece en ConcS y la flexión verbal, si bien sólo en estos casos es posible la

distinción entre el singular y el plural. La inexistencia de un paradigma de tres personas

en el caso de las impersonales o las pasivas se explica fácilmente dada la interpretación

arbitraria que se asigna sistemáticamente a las mismas y que sería inviable en el caso de

la 1ª o la 2ª persona, deícticas por naturaleza.33 En el Cuadro II figuran los elementos

que pueden ocupar esta posición:

CUADRO II. CLÍTICOS DE LAS CONSTRUCCIONES CON SE EN SCONC

Reflex Recípr Impersonal Pasiva Persona Sing/Plur. Singular Plural

1 me/nos - - 2 te/os - - 3 se se se

Por otro lado, la autora destaca cómo el argumento ausente de estas configuraciones,

pro en su análisis, está obligatoriamente, como se apuntaba más arriba, especificado

para el rasgo [+ humano]; ello explicaría por qué aquellos predicados cuyo argumento

principal no es [+ humano] no son viables en este tipo de construcciones con se. La

33 Nótese que los clíticos de 1ª y 2ª persona son idénticos a los de objeto directo e indirecto y que, de hecho, la única diferencia entre los paradigmas correspondientes ha de hallarse en los de 3ª persona. Para la autora el hecho de que la 1ª y la 2ª persona sean deícticos por defecto y su referente puede fácilmente identificarse del contexto oracional o discursivo en que aparecen y ello provoca que resulte innecesario disponer de morfemas específicos para cada función gramatical. En el caso de los de 3ª persona, que no señalan a su referente por defecto, tiene sentido que el sistema gramatical disponga de morfemas específicos para cada función gramatical. Recordemos que los pronominales deícticos (de 1ª y 2ª persona) no son considerados en el marco de esta tesis.

Los análisis del Sintagma Determinante en la teoría lingüística moderna

115

configuración que se propone para una oración de estas características es la que figura

en (61):

(61)

Explica Gonzàlez las diferencias entre las diferentes construcciones que se examinan

aludiendo al hecho de que en las reflexivas el SD (Paciente) en el Especificador de

SConc y el pro (Agente), se interpretan a partir del mismo referente, de ahí la

interpretación reflexiva de tales estructuras. Es decir, dado que está provisto de

contenido referencial específico, el se de las reflexivas no puede obviamente tener una

interpretación arbitraria. La estructura arbórea que ilustra lo anterior es la de (62):

SConcS

ConcS’

ConcS SConcO

Espec ConcO’

ConcO

D’ (Espec)

D SN

Espec

SV

V’

V SD

SD

Espec

proi

D’

D

D/sei

SN

tpro

Capítulo II

116

(62)

Para finalizar recogemos a continuación, la interesante propuesta morfológica de Bonet

(1995a y 1995b) acerca del se dativo realizada dentro del modelo de la ‘Morfología

distribuida’ (Halle y Marantz 1993, 1994) según el cual los clíticos, más que un

primitivo gramatical, constituyen la manifestación del comportamiento sintáctico de un

elemento dado con respecto a otro y que variará dependiendo del tipo de elemento del

que se trate y de la relación de dependencia que establezca. Numerosos estudios

realizados desde esta perspectiva hacen uso del término clítico sintáctico para referirse a

elementos pronominales del tipo que nos ocupa, considerados como núcleos de SD

dotados de una movilidad que a veces se manifiesta en fenómenos de inversión o

dislocación. Según este tipo de análisis, la relación de dependencia en la que entran a

formar parte estos clíticos es la propiedad sintáctica de un morfema dado, de una

categoría sintáctica. Del mismo modo, en ocasiones los ítems de vocabulario que se

‘insertan’ en estos morfemas pueden mostrar opcionalmente dependencia fonológica.

El análisis de Bonet se basa específicamente en lo que la autora denomina ‘formas

opacas’, etiqueta que alude a aquellas formas resultantes de la combinación de clíticos

que no coinciden con la apariencia que tales clíticos presentan cuando aparecen

aisladamente. Se revisa diversas formas de las llamadas opacas procedentes de varias

lenguas románicas (esencialmente, italiano, catalán y castellano) y se propone para estos

SConcS

ConcS’

ConcS

sei + V

SDi

[+ h]

tDP [+ h]

SV

V’

V tV

SD

Espec

proi

D’

Di

(tse)

SN

tpro

Los análisis del Sintagma Determinante en la teoría lingüística moderna

117

clíticos pronominales una estructura interna relacionada esencialmente con los rasgos

morfológicos que contienen/expresan los elementos examinados.

Señala Bonet cómo quizá una de las más conocidas de estas formas opacas es el

llamado se espurio del español que, como sabemos aparece en lugar de los dativos le/les

cuando éstos aparecen en la misma secuencia con un clítico acusativo de tercera persona

(lo, la, los, las), dando lugar a lo que hemos llamado aquí una amalgama de clíticos; (63

a-c) incluimos los ejemplos que proporciona la autora y remitimos también a la sección

1.3.2 en la que se proporciona la tradicional justificación diacrónica, fonológica para

explicar la evolución de se:

(63a) El premio, lo dieron a Beatriz ayer.

(63b) A Beatriz, le dieron el premio ayer.

(63c) A Beatriz, el premio, se lo (*le lo/*lo le) dieron.

Tras examinar otras formas opacas como los multifuncionales si del italiano o li del

catalán, una de las conclusiones más interesantes a las que llega Bonet es que estas

formas opacas nunca constituyen una secuencia fonológica, digamos, arbitraria sino que

siempre toma la forma de un clítico ya existente en el sistema de la lengua en cuestión;

en el caso del se espurio, éste ‘toma la apariencia’ de se como reflexivo o como

pronombre impersonal. A partir de aquí, lo que Bonet propone es que los clíticos

pronominales son, en realidad, estructuras jerárquicas compuestas de rasgos

morfológicos monovalentes y que la mayoría de estas formas opacas se obtienen tras la

sintaxis con anterioridad a la inserción de información fonológica por medio de

procesos de inserción y eliminación que modifican la estructura interna de los clíticos

implicados en dichos procesos. Para Bonet, el orden en que aparecen y la forma que

presentan los clíticos en las lenguas románicas no obedece a razones sintácticas sino que

se obtiene a partir de la incorporación de estos elementos a una suerte de plantilla

morfológica que es más tarde, en la forma fonológica, ‘empobrecida, alterada,

linealizada y provista de información fonológica’ en la línea de la propuesta de Halle y

Marantz (1993). Los clíticos pronominales son, según esto, considerados estructuras

jerárquicas de rasgos morfológicos (v. también Everett (1996)).

Capítulo II

118

También Fernández Soriano (1999) señala cómo determinadas secuencias en las que

aparece el se espurio prueban la unidad de las secuencias de clíticos. Como ejemplo

refiere a numerosos dialectos del español de América en los que la pluralidad de un

dativo que refiere a más de un individuo (rasgo que, como sabemos, no se percibe en el

paso de les a se empleado indistintamente para singular y plural) se marca en el

acusativo singular forma que el ejemplo de (64) daría lugar a ejemplos como los de

(64a) e (64b); en otras variedades del español como el español peninsular resultaría en

(65a) y (65b):

(64) Les doy el regalo a los niños →→→→ (64a) Se los doy/

(64b) Se lo doy

(65) Ya les dije eso a ustedes (65a) Ya se los dije

(65b) Ya se lo dije

La secuencia s̀e + los’ en (64a) y (65a) se interpreta como una unidad con la –s al final

de los indicando una pluralidad que afecta al dativo y no al acusativo en el que se

marca.

Como se verá en el capítulo siguiente y significativamente para nuestra investigación,

trabajos como el de Jakubowicz y Nash (2005) o el de Bruhn de Garavito (2000) hacen

también uso de las herramientas que esta línea de análisis para explicar la forma en que

se comportan los clíticos acusativos y reflexivos del francés de sujetos con TEL y los

dativos del español no nativo respectivamente. Ambos trabajos suponen un sugerente

acercamiento al comportamiento que en los datos de la adquisición presentan los

elementos a los que engloba la etiqueta amplia y a ratos imprecisa de clítico pronominal

en el contexto de las lenguas románicas.

CAPÍTULO III

LA ADQUISICIÓN DEL SINTAGMA DETERMINANTE:

TEORÍA Y METODOLOGÍA

‘[...] The field of language acquisition is another growing and promising domain of investigation. Various aspects of the acquisition of DPs provide insights into the representation of DPs in child vs. adult grammars as well as in L1 vs. L2 grammars. Of particular interest and importance is evidence of correlations between acquisition of functional structure of the clause and functional structure of the noun phrase. The DP properties that have been investigated in the acquisition literature include case marking, plural marking, word order, and the absence vs. appearance of articles and clitics. Needless to say, much more work remains to be done […].

[J. B. Bernstein 2001:559]

Esta parte de nuestro trabajo considera algunas propuestas y trabajos de investigación

que han examinado con anterioridad la forma en que tiene lugar la adquisición del SD

por parte de hablantes nativos y hablantes no nativos de español y también de otras

lenguas. Revisamos a continuación la caracterización que se ha proporcionado de este

proceso a partir de los resultados de una serie de trabajos centrados en la adquisición de

los SSDD.

No nos proponemos aquí proporcionar un panorama exhaustivo de toda la investigación

que se haya realizado sobre las múltiples manifestaciones de la adquisición del lenguaje

nativo y no nativo, ni siquiera realizar una revisión íntegra de todo lo que se ha dicho y

hecho sobre el SD en L1 y L2; queremos más bien considerar aquellos trabajos que,

tanto desde el estudio de la adquisición (en condiciones normales o especiales) de la

lengua materna (L1) como desde la investigación en lenguas segundas (L2), pueden

aportar información relevante para el análisis de nuestros datos, ya sea porque las

conclusiones a las que llegan resultan en algún sentido relevantes para nuestro estudio,

Capítulo III

120

o porque el tipo de población examinada o el tipo de análisis empleado resultan de

algún modo comparable a los sujetos de nuestra muestra.

Las secciones siguientes están dedicadas a presentar los resultados de la bibliografía que

sobre investigación acerca del SD se ha manejado. La forma en que procedemos en la

presentación de esta serie de trabajos es como sigue: en primer lugar se revisan trabajos

relativos a la adquisición del artículo determinado y de los rasgos a él asociados (3.3)

para pasar después a considerar qué se ha hecho y dicho acerca de la adquisición de los

pronombres átonos de objeto (3.4). Tanto en uno como en otro caso se revisa primero

los trabajos realizados sobre datos de la adquisición típica de la L1 para luego pasar a

estudios que analizan datos no nativos. Finalmente, siguiendo el mismo orden de

organización que presenta primero los trabajos de L1, típica y patológica, y luego los de

L2, recogemos los resultados de aquellos estudios que, como el nuestro (v. sección 3.5),

se plantean un análisis conjunto de ambos tipos de elementos.

3.1 La teoría lingüística y la adquisición del lenguaje nativo y no nativo

Desde su aparición a finales de los años cincuenta, el programa de investigación

generativo chomskiano ha explicado el fenómeno general de la adquisición del lenguaje

aludiendo a la existencia de principios lingüísticos universales e innatos. Dada la

riqueza y complejidad que caracterizan a todo sistema lingüístico, se hace necesario

desde esta perspectiva aludir a una predisposición innata –concretada en forma de

principios universales a todas las lenguas y de la especificación particular de cada una

de ellas en forma de parámetros concretos y en los rasgos formales relacionados con

estos parámetros- para poder explicar cómo, a pesar de lo confuso y desorganizado de

los datos a los que están expuestos, los niños consiguen adquirir y manejar su lengua

materna de una forma efectiva ya desde edades muy tempranas y sin necesidad de

instrucción explícita o evidencia negativa. (Chomsky 1986, Rizzi 1994, Friedemann y

Rizzi 2000). Este argumento, conocido como ‘de la pobreza del estímulo’, está en la

base del planteamiento generativista y su explicación sobre cómo tiene lugar la

adquisición del lenguaje que, como sabemos, postula la existencia en el humano de una

predisposición innata para el desarrollo de la facultad humana del lenguaje.

La adquisición del SD en español L2 y LE: teoría y metodología

121

La búsqueda de una solución al problema que supone adquirir una lengua dada

conocido como ‘Problema lógico de la adquisición del lenguaje’– no ha constituido, sin

embargo, la principal preocupación para muchos de los estudiosos que trabajan en el

marco de la GTT. Friedemann y Rizzi (2000) señalan acertadamente cómo, a pesar de

ser la adquisición uno de los pilares básicos de este programa de investigación es,

cuando menos, llamativo el poco interés que la forma exacta en que tiene lugar la

adquisición del lenguaje había despertado hasta hace bien poco en lingüistas interesados

exclusivamente por la descripción de los sistemas lingüísticos para los que plantearse

cómo se produce la adquisición del lenguaje implicaba hacerlo en términos de un

problema más o menos abstracto, sin prestar atención a lo que los niños realmente hacen

durante este proceso.

La investigación realizada en el campo de la L1 cuestiona si las gramáticas infantiles

están efectivamente constreñidas por la GU y pueden, por tanto, equipararse a los

sistemas adultos con respecto a sus propiedades estructurales o si, por el contrario,

constituyen sistemas configurados de un modo, por así decirlo, arbitrario, salvaje

(Goodluck 1986).1

Muy brevemente señalamos que tanto estudios longitudinales (véanse, por ejemplo, los

de Hyams 1986, Pierce 1992 o Bel 1998) como los realizados a partir de datos

experimentales (como el de Roeper 1996 o McKee 1992 entre otros) procedentes de

lenguas muy diferentes apuntan a que, desde muy pequeños, los niños son sensibles a

los principios de la GU la cual, en palabras de Borer, ‘is first and foremost a set of

constraints on possible natural language grammars, and only secondarily, and not

according to all models, a language acquisition device’ (1996:719).

1 Las gramáticas no constreñidas por los principios de la GU, esto es, que no muestran las propiedades de las lenguas naturales, han sido descritas como ‘gramáticas imposibles’ (White 1988) o ‘gramáticas ilícitas’ (Hamilton 1998); sin embargo, el término que más frecuentemente se emplea para aludir a este tipo de sistemas es el de ‘gramáticas salvajes’ (wild grammars, v. Goodluck 1991). Las gramáticas infantiles son gramáticas posibles puesto que es la GU lo que determina cómo pueden ser y cómo no pueden ser las representaciones mentales de un sistema gramatical. Cabe ahora preguntarse si lo mismo puede decirse de los sistemas de interlengua, si efectivamente su configuración se ve restringida por las propiedades de la L1, la L2 u otra lengua natural (White 1992, 2003).

Capítulo III

122

La caracterización de este proceso general se estructura alrededor de dos constructos

básicos:

a. el material con que cuenta el individuo que adquiere una lengua dada y

b. las herramientas de las que dispone y/o emplea ese individuo a la hora de

configurar el sistema formal de dicha lengua.

Se recogen aquí las propuestas que debaten lo que se ha dado en llamar ‘el problema

lógico de la adquisición del lenguaje’ y las diferentes hipótesis que se barajan a la hora

de decidir cuál es el punto de partida para los hablantes de L1 y de L2. La forma en que

se plantea el proceso de adquisición de una lengua es a grandes rasgos la siguiente: la

creación de un sistema gramatical consiste en la especificación particular de la GU a

partir de una serie de valores paramétricos determinados; en otras palabras, el estado

inicial para la adquisición del lenguaje es la GU antes de que tenga lugar la

especificación, la fijación de parámetros concretos. La naturaleza de este estado inicial

del que parte el niño que adquiere su L1 constituye el primer enigma al que nos

enfrentamos cuando nos disponemos a resolver el problema lógico de la adquisición del

lenguaje. Como es de esperar, su resolución tendrá repercusiones en la explicación que

se proporcione a cómo se produce el proceso de la adquisición del lenguaje no nativo

(Liceras 1996).

La adquisición de una lengua implica, como decimos, la fijación de parámetros a partir

de la evidencia que supone el input lingüístico al que está expuesto el niño, así como

otro tipo de tareas, entre las cuales está memorizar las múltiples asociaciones entre

formas y significados que componen el léxico de una lengua dada (Friedemann y Rizzi

2000:3). Durante los años ochenta y primeros años noventa el proceso que tal

adquisición supone se explica asignando al niño que adquiere su L1 una tarea que

implica un número común limitado, relativamente escaso, de operaciones que se

continúa reduciendo en posteriores evoluciones del modelo. En este sentido, uno de los

principales objetivos que se propone el programa minimista desde la GGT chomskiana,

es limitar todo lo posible, casi delimitar, la forma en que tiene lugar esta fijación de

parámetros, reduciendo al mínimo el número de supuestos necesarios de los que hay

que partir para establecer una teoría gramatical. Es incuestionable el potencial que, tanto

para la descripción lingüística como para el estudio de la adquisición del lenguaje,

tienen los rasgos como constructo teórico en el que se basa el programa minimista y

La adquisición del SD en español L2 y LE: teoría y metodología

123

desde el que se facilita el acercamiento a los dos problemas centrales en torno a los que

gira la investigación sobre la adquisición del lenguaje: el de la aprendibilidad y el del

desarrollo (O’Grady 1997, Bel 1998).

Con respecto a la forma en que se ha planteado estos problemas –quizá sería más

apropiado hablar aquí de las soluciones que se han propuesto para resolverlos– los

primeros años ochenta marcaron, por así decirlo, un punto de inflexión debido

principalmente a la aparición en el marco de la GGT del modelo de adquisición que se

conoce como de ‘Principios y parámetros’ (PP) (Chomsky 1981) y que constituye la

adaptación de la teoría sintáctica de ‘Rección y ligamiento’ (RL) (Chomsky 1981, 1986;

Haegeman 1994). Para Friedemann y Rizzi parecen claras las ventajas que suponen las

herramientas proporcionadas por este modelo a la hora de dar cuenta de las diferencias

entre las lenguas y, paralelamente, abordar el estudio de la adquisición del lenguaje. El

hecho de que permita detectar con mucha precisión cuáles son los puntos en que

divergen sistemas lingüísticos diferentes al tiempo que se deja constancia del alto grado

de uniformidad que subyace a todos estos sistemas, casi deriva de forma automática en

la aplicación de la metodología de los principios y parámetros a la consideración de

cómo tiene lugar el proceso de adquisición del lenguaje.

La investigación llevada a cabo tanto en el campo de la adquisición de la L1 como en el

de L2 otorga un papel fundamental a lo que se conoce como el ‘Estado inicial’ como

poseedor de ciertas características cuya presencia o ausencia puede ayudar a determinar

la dotación biológica con la que cuenta el hablante de una lengua en el inicio de su

proceso de desarrollo del lenguaje. En los primeros trabajos de gramática generativa se

asumía que dicho conocimiento innato, la GU, era prácticamente equivalente al estado

inicial de la gramática del hablante nativo. Mientras que algunos investigadores aún

suscriben este punto de vista, otros, sin embargo, consideran que ese conocimiento

innato no puede sin más identificarse con la gramática de la etapa inicial y que, o bien

determinados aspectos de la GU maduran según un esquema predeterminado, o bien

ésta surge gradualmente apoyada en el input que el hablante recibe. Todas estas posturas

coinciden en afirmar la importancia del conocimiento previo que supone la GU pero

difieren básicamente en la caracterización que atribuyen a ese estado inicial.

Capítulo III

124

La introducción del modelo paramétrico facilita la comparación entre las diferentes

lenguas, puesto que es precisamente en los parámetros y, más exactamente, en las

categorías funcionales, donde se localiza la variación interlingüística (Borer 1984); el

mismo tipo de comparación se impone entre el sistema gramatical adulto y las

gramáticas infantiles. El dominio de las categorías funcionales en las cuales se localiza

la variación paramétrica que se observa entre las lenguas. Éstas están desprovistas, por

oposición a lo que ocurre con las categorías léxicas, de contenido referencial y han

demostrado ser un excelente campo para el estudio de la adquisición del lenguaje como

también lo han sido para el desarrollo de la teoría sintáctica, ya que los rasgos que en

ellas se localizan son, en realidad, la fuerza motora de la sintaxis; para algunos autores,

la investigación realizada acerca de estos elementos ilustra como la variación

interlingüística reside en los elementos en los que se realizan estas categorías y es, por

tanto, de naturaleza léxica y no sintáctica (Herschensohn 2000).

En la caracterización que de estas categorías se realiza en Ouhalla (1991) se establecen

las diferencias entre elementos funcionales y referenciales. Una de las particularidades

que las distingue es que tan sólo las categorías funcionales poseen rasgos o propiedades

gramaticales propiamente dichas (número, género, caso, persona...) asociadas

directamente a este tipo de elementos por aparecer normalmente en forma de morfemas

(ya sean éstos ligados o independientes). Esto constituye un dato fundamental en el

programa minimista (Chomsky 1995) ya que las categorías funcionales serán portadoras

de los rasgos que son propiedades particulares de las lenguas. Por lo que a nosotros

respecta la evolución en la adquisición de estos rasgos así como la proyección o

ausencia de estas categorías, nos ayudarán a determinar el grado de desarrollo de los

estadios de interlengua que nos disponemos a analizar.2

Lo cierto es que la consideración de las categorías funcionales como localización de la

variación paramétrica entre las lenguas y más concretamente, de los rasgos gramaticales

que en ellas se localizan y los valores que se asigna a dichos rasgos, se considera, ya

tradicionalmente, un campo de investigación particularmente adecuado para el estudio

2 Las categorías funcionales resultan ser de vital importancia para la formulación de una propuesta de teoría del lenguaje. Sin ir más lejos para Bickerton (1990), por ejemplo, son precisamente lo que, como parte de la dotación innata del ser humano, que convierte su lenguaje en algo único frente a otros sistemas de comunicación. Así, el lenguaje humano deja de ser protolengua y se distingue del lenguaje de los simios sólo cuando incorpora en su sistema a estos elementos de contenido no referencial.

La adquisición del SD en español L2 y LE: teoría y metodología

125

del modo en que tiene lugar la adquisición del lenguaje. Tanto desde los trabajos

empíricos como desde los estudios teóricos realizados dentro del marco de la GGT

parece observarse un acuerdo generalizado con respecto al hecho de que las categorías

funcionales pueden proporcionar al investigador evidencia fiable para el estudio, por un

lado, de la variación como característica inherente de la gramática del niño (Meisel

1992, Bel 1998, Powers y Hamman 2000) y, por otro, de la comparación entre

diferentes sistemas gramaticales (Borer 1984; Fukui y Speas 1994), incluyendo los

sistemas tradicionalmente considerados como ‘deficitarios’ entre los que contamos las

gramáticas infantiles y, obviamente, los sistemas no nativos (Zobl y Liceras 1994,

White y Grondin 1996, Rosado 2000).

Esta tesis quiere investigar cómo tiene lugar la adquisición no nativa del artículo

determinado y los clíticos de objeto, como manifestaciones del núcleo [D] de la

categoría funcional SD y examinar en detalle la forma en que los hablantes no nativos

de español proyectan dicha categoría y adquieren los rasgos que la conforman. El

objetivo es, como sabemos, decidir si, a pesar de ser núcleo de la misma categoría

funcional, el hecho de que presenten dos realizaciones diferentes deriva en un

comportamiento dispar en el proceso de adquisición observado en uno y otro caso. Este

tercer capítulo revisa, como veremos, algunos estudios que previamente se han

planteado de alguna manera este problema o problemas similares a partir del análisis de

los datos de las L1 y las L2 con objeto de tener en cuenta los resultados de esos estudios

a la hora de abordar nuestro propio análisis.

Los artículos y los clíticos, en la interfaz entre la morfología y la sintaxis, resultan

relevantes tanto para la teoría lingüística como para la adquisición del lenguaje ya que,

dadas sus especiales características, es fácil suponer que la investigación de cómo se

adquieren y procesan ha de constituir todo un reto para quienes trabajan en ambos

campos. Por lo que a la teoría de la adquisición respecta, estos elementos son

importantes en la medida en que demuestran estar ligados a las dificultades que se

enumeran a continuación (Liceras, Pérez-Tattam, Tremblay y Winnicki 2002(b)):

- Surgen según un calendario muy específico (Clark 1985, Pierce 1992, White

1996, Serra, Soler, Serrat, Bel y Aparici 2000).

Capítulo III

126

- En el caso de la adquisición de la L2, suelen ser elementos que tienden a

fosilizarse con facilidad (Liceras 1985, Fernández 1991, Liceras et al. 1998)

- En el caso de la patología lingüística, están ligados a lo que se conoce como

agramatismo (Kean 1985, Jakubowicz et al. 1998, Tsimpli y Stavrakaki 1999).

Todo ello habrá de estar en la base de nuestro trabajo que se plantea en qué forma y

hasta qué punto el hablante no nativo es (o no) capaz, a partir de las herramientas de las

que dispone, de implementar en la gramática de su IL el sistema de expresión de la

definitud que, en el dominio nominal del español, descansa en el núcleo [D] de la

categoría funcional SD, es decir, en los clíticos y en los artículos determinados.

Nuestro trabajo parte de tres preguntas de investigación relativas al funcionamiento de

la categoría funcional SD y el núcleo de ésta [D], así como también examina la

naturaleza del proceso global de adquisición de una L2; para ello, y en referencia a la

producción de artículos y clíticos por parte de los sujetos de la muestra, formula

hipótesis concretas surgidas, por una parte, de los análisis propuestos la teoría

lingüística moderna que fueron presentados en el capítulo anterior y, por otra, de los

resultados que se han obtenido en la investigación sobre adquisición típica y patológica

de la L1.

3.1.1 El problema lógico de la adquisición del lenguaje no nativo

Con objeto de explicar cómo se adquiere la lengua, los estudiosos que trabajan

sobre los datos de L1 han intentado e intentan aún hoy descubrir cuál es el material

previo con el que cuenta el niño y cuáles las herramientas que emplea para, a partir del

pobre estímulo que recibe del entorno (v. sección anterior), ser capaz de ‘armar’ por sí

solo algo tan complicado como el sistema gramatical de una lengua dada. Este problema

que desde el modelo de investigación generativo-chomskiano se ha dado en denominar,

‘problema lógico de la adquisición del lenguaje’, se resuelve aludiendo a la existencia

de mecanismos y capacidades innatas que posibilitan que el acceso de los niños al

lenguaje sea totalmente satisfactorio. Asumiendo en todo momento la validez del

modelo generativista, Bley-Vroman (1989) resume su propuesta para la adquisición de

la L1 en el cuadro que proporcionamos a continuación y que incluye referencia tanto al

La adquisición del SD en español L2 y LE: teoría y metodología

127

estado inicial de los sistemas gramaticales como al mecanismo de adquisición empleado

por parte de los hablantes durante el proceso.

CUADRO I. DESARROLLO DEL LENGUAJE INFANTIL (L1) A. Gramática Universal (GU)

B. Dispositivo específico de Adquisición del Lenguaje (DAL)

¿Y qué ocurre con la adquisición del lenguaje no nativo? ¿Cómo tiene lugar el proceso

de formación de los sistemas de IL? El hablante de L2 tiene, al fin y al cabo, que

enfrentarse al mismo desafío que el niño que aprende su lengua nativa: intentar aprender

una lengua a partir de un input limitado y confuso (White 1988). Para algunos autores

(Bley-Vroman 1989) el acceso a la GU no es posible en la adquisición de la L2 puesto

que el dispositivo de la adquisición del lenguaje (DAL), o la GU entendida como

dotación genética, se ha atrofiado para el adulto. Para este autor la ‘Hipótesis del

período crítico’ (Lenneberg 1967; Johnson y Newport 1989) debería ser la base de toda

teoría de lenguaje y supone la diferencia esencial entre la adquisición de la lengua

nativa y el proceso equivalente en L2. Desde esta perspectiva, los mecanismos que

regulan la adquisición de L2 tienen más en común con un ‘sistema general de resolución

de problemas’ que con un dispositivo lingüístico. Es decir, para desarrollar

conocimiento sobre una L2, una lengua a la que accedemos después del período crítico,

empleamos los mismos recursos que usaríamos, por ejemplo, para instruirnos en historia

contemporánea o para aprender a jugar al parchís. Sin embargo, ante la cuestión de si se

debe o no equiparar la adquisición del lenguaje no nativo a la de cualquier otra

capacidad cognitiva, otros autores ofrecen alternativas según las cuales la adquisición de

L2 está relacionada con mecanismos específicamente lingüísticos. Véanse los Cuadros

II y III:

CUADRO II. EL PROBLEMA LÓGICO DEL APRENDIZAJE NO NATIVO Bley-Vroman (1989:31) Desarrollo del lenguaje infantil (L1) Aprendizaje adulto no nativo de una L2 A. Gramática Universal (GU) A. Conocimiento lingüístico de la L1

B. Dispositivo específico de Adquisición del Lenguaje (DAL)

B. Sistema general (habilidades) de resolución de problemas

Capítulo III

128

CUADRO III. EL PROBLEMA LÓGICO DE LA ADQUISICIÓN DEL LENGUAJE NATIVO Y NO

NATIVO (Liceras 1996:33) Desarrollo del lenguaje infantil (L1) Adquisición adulta no nativa de una L2/ LE A. Gramática Universal (GU) A. Experiencia lingüística anterior B. Dispositivo específico de Adquisición

del Lenguaje (DAL)

B. Dispositivo de Adquisición del Lenguaje de segundo nivel (Sistema de reestructuración/ bricolaje3)

C. Sistema general (habilidades) de resolución de problemas

El objetivo aquí es, ni más ni menos, tratar de establecer paralelismos entre la forma en

que niños y adultos acceden por primera vez a una lengua dada. A pesar de que la autora

es consciente, como decíamos, de que no puede hablarse de procesos totalmente

paralelos en L1 y L2, también cree posible hablar de la intervención de mecanismos

exclusivamente lingüísticos en la adquisición de la L2. Para Liceras (1996) el adulto

puede tener acceso a la GU y abordar los datos de la L2 desde el conocimiento previo

de su L1 y, si procede, de cualquier otra L2 que se haya aprendido (lo que ella

denomina ‘experiencia lingüística anterior’); y lo hará por medio de procedimientos

secundarios de representación que son patrimonio de la arquitectura de la mente humana

(Karmiloff-Smith 1992). Así, provisto de un ‘Dispositivo específico de Adquisición del

Lenguaje’ de segundo nivel, el hablante no nativo adulto emprenderá ese proceso que

ella denomina ‘bricolaje’ o ‘reestructuración’. Dichos procedimientos de adquisición de

segundo nivel se complementan, lógicamente, con la puesta en marcha, tal y como ya

apuntaba Bley-Vroman (v. Cuadro I), de las habilidades de resolución de problemas que

los adultos empleamos para resolver todo tipo de tareas –no sólo las lingüísticas– y que

son cualitativa y cuantitativamente diferentes de las que usan los niños. No hay

objeciones, pues, según esta propuesta a la que nos adherimos, a la evidente realidad de

que la forma en que el adulto razona afecta de un modo determinante la tarea que

supone el aprendizaje de una lengua dada. Se explicaría, según lo anterior, el contraste

que se observa entre ritmos y estadios en la adquisición de la L1 y de la L2, las

diferencias individuales y las debidas a la edad sin necesidad de recurrir exclusivamente

a mecanismos no lingüísticos. De este modo, Liceras proporcionaría también una

explicación plausible a la existencia de las intuiciones (más o menos indeterminadas)

que tienen los hablantes no nativos y al hecho de que éstos adquieran propiedades de la

3 Empleamos bricolaje como el equivalente que Liceras (1996) propone para el término tinkering que es el que también emplea en otros trabajos (v. Liceras y Díaz 1998).

La adquisición del SD en español L2 y LE: teoría y metodología

129

L2 no especificadas de forma explícita en los datos del input. Así, la ASL estará

también determinada por capacidades cognitivas generales no relacionadas con

mecanismos y/o facultades específicamente lingüísticas, por aquello que Bley-Vroman

(1989) denomina ‘sistemas generales de resolución de problemas’; la mejor prueba de

ello es el éxito generalizado que se observa en L1 pero no en L2 para la que el fracaso

es, digámoslo así, la norma.4

Las investigaciones realizadas sobre la adquisición del lenguaje no nativo se han

estructurado alrededor de estos dos problemas esenciales: el problema lógico, del que

nos hemos ocupado en la sección anterior, y el problema del desarrollo, que se plantea

por qué unas propiedades determinadas se adquieren antes que otras y cuya resolución

da lugar al desarrollo de una teoría de transición que explique la forma en que

evoluciona el sistema gramatical del hablante no nativo de una lengua dada. Así, una

teoría de la adquisición que sea válida deberá ser capaz de caracterizar las propiedades

que definen inicialmente la ASL, así como de dar cuenta de los procesos específicos que

en ella tienen lugar (Atkinson 1992).

Seguidamente nos referimos a una serie de teorías propuestas en los últimos años para

dar explicación a la forma en que se produce la adquisición del lenguaje prestando

especial atención a cómo tiene éste lugar en el caso de la formación de los sistemas

gramaticales de L2.

3.1.2 Teorías y propuestas para la adquisición del lenguaje no nativo

Dentro de la investigación de L2 que hace uso de las herramientas de análisis

proporcionadas por la GGT, existen dos líneas de trabajo alrededor de dos soluciones

propuestas al problema lógico de la adquisición del lenguaje no nativo que aluden

principalmente a la forma en que se tiene acceso a la gramática universal en L1 y en L2:

se trata de la ‘Hipótesis de la diferencia fundamental’ (HDF) y la ‘Hipótesis del acceso

total’ (HAT). La formulación más extrema de la HDF (de no acceso a la GU), propuesta

por autores como Bley-Vroman (1989) o Clahsen y Muysken (1996), establece que los

4 En Liceras (2003) se habla de que proyectar una L2 no es, como pudiera desprenderse de la propuesta de Bley-Vroman, como crear un esperanto ya que no se obedece a criterios puramente arbitrarios o típicos de la creación de lenguajes formales.

Capítulo III

130

principios de la GU están disponibles en la adquisición de la L1 pero no en la de la L2

puesto que la existencia de un período crítico, como punto de partida para cualquier

teoría sobre la adquisición no nativa, impide esta posibilidad. Los defensores de las

diferentes versiones de la HAT, sin embargo, sostienen que la GU está disponible tanto

para el niño que aprende su L1 como para quien aprende una L2.

Dentro del primer tipo de propuestas se encuentran aquellas que defienden que las

categorías funcionales de las interlenguas están irreversiblemente dañadas al menos con

respecto a algunas propiedades específicas (Beck 1997; Eubank, Bischof, Huffstutler,

Leek y West 1997). En esta línea, algunos autores afirman que el repertorio de

categorías, rasgos (o valores concretos asignados a esos rasgos) a los que tiene acceso el

hablante de una L2 está restringido a aquello que está también presente en el sistema de

la L1, en otras palabras: las propiedades, los rasgos funcionales de una lengua no

pueden ser adquiridos con éxito si el contacto con ésta empieza después del cierre del

período crítico (Hawkins 1998, Liceras 1997, Tsimpli y Roussou 1991, Tsimpli y

Stavrakaki 1999, Franceschina 2001). En sentido contrario se expresan aquellos autores

que consideran inadecuado definir los sistemas no nativos como idiosincrásicos o

incompletos y que mantienen que los hablantes de L2 tienen acceso tanto a las

categorías como a los rasgos y valores de la lengua que aprenden tras haber previamente

adquirido su L1 (White 2003, Bruhn de Garavito y White 2002; Epstein, Flynn y

Martohardjono 1996; White 1996; Schwartz y Sprouse 1994, 1996). Para los defensores

de esta hipótesis, la gramática que subyace a los sistemas no nativos no se diferencia de

la que subyace a los nativos y las carencias que se observan en la producción de estos

hablantes son debidos a problemas de representación que no son, en el fondo,

gramaticales.

También dentro de la HAT, que asume la presencia de las categorías funcionales en la

gramática inicial de hablantes nativos y no nativos, existen diferentes opiniones acerca

del modo en que los hablantes de una L2 acceden a la GU y fijan desde ahí los

parámetros de la LO en su proceso de adquisición. Se trata en esencia de decidir si el

acceso al sistema gramatical de la L2 se realiza a partir de la gramática adquirida

previamente o mediante el acceso directo a la dotación universal con independencia de

la experiencia anterior que supone la gramática de la L1. Para algunos, el hablante de

La adquisición del SD en español L2 y LE: teoría y metodología

131

L2 supone, en principio, que el valor que ha asignado a un determinado parámetro en su

L1 es también válido para la lengua objeto y, de acuerdo con esto, cuando el sistema

gramatical de la L1 se enfrenta a input de la L2 que no puede manejar (esto es, cuando

el valor asignado a un parámetro difiere de una lengua a otra) dicho hablante asume que

la opción de su L1 es válida también en este contexto. Esta postura en su versión más

radical se conoce como de ‘Transferencia total/Acceso total’ y es defendida, entre otros

autores por Schwartz y Sprouse (1996) o White (1996 a y b)).

Por el contrario, otros autores, tal es el caso de Epstein, Flynn y Martohardjono (1996),

niegan que el estado final de la L1 constituya el estado inicial desde el que la L2 parte

para la elaboración de su gramática; para ellos se trata más bien de un acceso directo al

sistema de la GU, sin intermediarios, similar al que realizan los niños que aprenden su

lengua materna. Todo lo que estaba disponible para el hablante de L1 cuando aprendió

su lengua nativa (las categorías funcionales y/o las opciones paramétricas que nunca

utilizó o los rasgos cuyo valor no fue especificado) continúa siendo accesible para el

hablante no nativo, niño o adulto y ello implicaría, en otras palabras, que la adquisición

de la L1 y de la L2 constituyen dos procesos paralelos. Desde esta perspectiva los

errores que a menudo se observan cuando se investiga la adquisición de categorías

funcionales no reflejarían un déficit en la interlengua del hablante no nativo, sino que

más bien podrían derivarse de un problema de producción que no depende de la

ausencia o presencia de una determinada categoría funcional en la gramática del

individuo. Las dificultades de producción podrían, desde este punto de vista,

obstaculizar en un contexto dado la expresión de una categoría concreta; este argumento

se concreta tanto en la llamada ‘Hipótesis del déficit morfológico’ (Haznedar y

Schwartz 1997, Lardiere 1998, 2000) como en la ‘Hipótesis de la ausencia de flexión’

de Prévost y White (2000).

Para algunos autores (v. Herschensohn 2000) las dos posturas son, en realidad,

demasiado radicales ya que, por un lado, la HAT reduce a cuestiones no lingüísticas, a

factores externos, sociales y/o de motivación, las desigualdades que se observan entre

los dos procesos y tiende a ignorar la inevitabilidad y totalidad del proceso de

adquisición de la L1 frente a las innegables carencias observadas en la L2, incluso en

Capítulo III

132

estadios muy avanzados, y a pesar de la existencia de notables excepciones.5 Por otra

parte, para esta autora la HDF va demasiado lejos al centrarse exclusivamente en la

estrategia empleada para adquirir la lengua y limitar el papel de la GU al espacio de

tiempo anterior al período crítico cuando, más que un mecanismo que queda atrofiado

después del uso, la GU ha de entenderse como una ‘matriz de posibilidades sintácticas’

(Lenneberg 1967), que guía el proceso de adquisición de la lengua materna y que

incluye tanto información de tipo exclusivamente funcional como de tipo referencial, o

sea, tanto categorías léxicas como categorías funcionales.

Liceras (2003a y b) examina ambas posturas a partir de la revisión de datos tanto de la

L1 como de la L2 con el propósito de señalar cómo se define exactamente esa supuesta

diferencia fundamental y tratar de alcanzar así una caracterización rigurosa del proceso

de adquisición del lenguaje no nativo. Su propuesta defiende que esta diferencia reside

en la habilidad que tienen los niños de activar los rasgos formales de una lengua dada a

partir del repertorio universal del que estamos provistos desde el nacimiento; los

adultos, en cambio, carecen de tal capacidad y han de proceder de forma(s)

alternativa(s).6 Desde esta perspectiva, la adquisición de una L2 implica por un lado un

estado inicial que corresponde a la GU ya madurada y, por otro, un mecanismo

específico de adquisición de lenguaje de nivel secundario, lo que la autora denomina un

‘procesador de lenguaje madurado’. Se apoya, así, una teoría de adquisición que, si bien

niega a la L2 la posibilidad de refijar parámetros y establecer una relación entre las

diversas propiedades que corresponden a un parámetro dado, es un proceso que se

realiza localmente (construcción por construcción): el acceso a unidades más complejas

(palabras o incluso sintagmas) permite esa reestructuración que deriva en la adquisición

de propiedades específicas de la lengua objeto.7

5 Es conocida en la bibliografía sobre adquisición de lenguas segundas la figura del ‘aprendiz excepcional’, nuestra traducción de lo que la bibliografía de L2 ha denominado talented learner y que podría definirse como aquel hablante que a pesar de haber comenzado su proceso de adquisición con posterioridad a lo que se considera el cierre del período crítico (v. Lenneberg 1967 o Johnson y Newport 1989) alcanza niveles de competencia nativos A pesar de que estos aprendices excepcionales representan un porcentaje muy bajo del total de hablantes de L2 (constituirían aquel porcentaje que Selinker llamaba el 5% patológico) para algunos autores la mera existencia de estos aprendices excepcionales podría considerarse evidencia en contra de la hipótesis del período crítico como base de todo estudio sobre adquisición no nativa (Ioup, Boustagui, El Tigi y Moselle 1994, Rosado 2000). 6 En los términos en los que se expresa la autora la carencia de esta capacidad se detecta por la ausencia de ‘rellenos’ monosilábicos del tipo discutido más adelante en la sección 3.3.1.1. 7 Esto estaría relacionado con el concepto de bricolaje que se ha definido anteriormente.

La adquisición del SD en español L2 y LE: teoría y metodología

133

En realidad, tal y como se recoge en Liceras (2003a) ambas posturas no se encuentran

tan alejadas: lo que predica la HAT es que las gramáticas no nativas están

indiscutiblemente constreñidas por la GU, y no que hablemos en ambos casos de dos

procesos idénticos o que la L1 no juegue un papel decisivo en la creación del sistema de

la L2. De hecho, la mayoría de los trabajos sobre datos de la L2 coinciden en afirmar

que la producción no nativa se ajusta, como se ha dicho, a los principios de la GU en

todas las etapas de su desarrollo. La misma autora afirma (2003 a y b) que en los

sistemas no nativos no hay (re)fijación de parámetros puesto que los adultos no acceden

al inventario (universal) de rasgos gramaticales de la misma forma en que lo hacen los

niños aunque, desde luego, y tal como mantiene la HAT, estas gramáticas no nativas

están constreñidas por la GU. No obstante, puede resultar muy complicado, si no

imposible, discernir si la presencia de una construcción o una estructura dada en la L2

ha de atribuirse a la influencia de la L1 o al acceso a la GU por parte del hablante

cuando, además, ni siquiera la presencia de dicha estructura tanto en la L1 como en la

L2 significa que ambas tengan, en realidad, la misma representación.8 También estas

observaciones apuntan, como vemos, a la necesidad cada vez más evidente de ser cautos

a la hora de analizar e interpretar los datos de producción de la L2, así como en la

posterior discusión de los resultados que arroje el análisis.

En las secciones que siguen presentamos los resultados de una serie de trabajos que se

han dedicado a analizar el comportamiento del SD en los procesos de adquisición de las

L1 y de las interlenguas.

3.2 La adquisición del Sintagma Determinante

Como se vio en los dos capítulos anteriores, los artículos determinados y los

pronombres átonos del español actual tienen en común una serie de características, en

principio, suficientes para abordar un análisis conjunto de ambos tipos de elementos. Si

bien en lo morfofonológico pueden considerarse elementos clíticos y en lo semántico

han de estar forzosamente relacionados con la expresión de la referencialidad –

intraoracional o discursiva– también en lo sintáctico, según determinados análisis, los

8 Tal y como indican Hale (1996) y Otero (1996) en su comentario a Epstein, Flynn y Martohardjono (1996).

Capítulo III

134

acusativos y los artículos son núcleo [D] de la misma categoría funcional SD. La

variación interlingüística localizada en el dominio funcional, se hace evidente en la

categoría funcional D(eterminante). Existen, como hemos visto, una serie de

características que los diferencian y que resultan fundamentales a la hora de abordar el

estudio de cómo tiene lugar la adquisición de los mismos. Sus condiciones de uso

vienen determinadas por factores de índole bien diferente, a saber, mientras que unos

pertenecen al dominio nominal y asignan una interpretación determinada (de

individualización) a su referente, los otros aparecen necesariamente en el dominio

verbal y, o bien reciben su interpretación en el contexto del discurso –caso de los

pronombres acusativos de objeto– o han de estar necesariamente ligados a un

antecedente que los gobierna sintácticamente en el dominio oracional, como es el caso

de los reflexivos y los verbos pronominales (de clítico inherente) (Jakubowicz et al.

1998, Liceras et al. 2002b).

La adquisición de la categoría [D] –así como también de las categorías funcionales que

operan en el dominio verbal, T(iempo) y ASP(ecto)– supone en español la adquisición

de la dimensión deíctica de la realidad por medio de la expresión del número, el género

y la persona y, por lo que respecta a los clíticos de objeto, también el caso. Por lo que se

refiere a la L1, estudiar cómo se adquiere la expresión de la referencia (entendida como

la relación que se establece entre la entidad referida y el contexto lingüístico en que

aparece) debe considerar cómo el niño accede a los determinantes, pronombres o

expresiones anafóricas que aparecen en los datos del input y ser, además, capaz de

describir cómo estos paradigmas morfológicos emergen en los datos de producción del

niño que adquiere su lengua materna.

A partir de aquí, pues, examinaremos la forma en que, según los estudios realizados a

partir de los datos de la L1 y de la L2, tiene lugar el proceso de adquisición de estos

elementos para determinar si puede considerarse que existe un patrón de

comportamiento similar en ambos casos o si, por el contrario, ha de hablarse de dos

procesos diferentes.

La adquisición del SD en español L2 y LE: teoría y metodología

135

3.3 La adquisición del artículo determinado

Emprendemos aquí la revisión de una serie de trabajos que han investigado la

forma en que se adquieren y se usan los artículos determinados del español con objeto

de recoger los resultados y conclusiones que de una u otra forma resulten relevantes

para nuestra propia investigación. Comenzamos, como ya se ha dicho, por los trabajos

que estudian la adquisición de la L1 en condiciones normales y especiales para pasar

después a los estudios similares realizados sobre datos de L2.

En el clásico trabajo de Karmiloff-Smith (1979) sobre la adquisición infantil de los

determinantes y la referencia se señala lo extraño que, a simple vista, podría resultar

plantearse una discusión sobre la adquisición del lenguaje y partir para ello de la

consideración de elementos como los artículos que, lejos de ser un universal lingüístico,

constituyen un fenómeno puramente superficial existente sólo en algunas lenguas. La

misma autora recoge las palabras de investigadores como Bellugi y Fischer (1972)

cuando afirman que, en el lenguaje de signos, éstas y otras categorías –la flexión, la

cópula, algunas preposiciones– son consideradas ‘non-essential elements [which] are

almost invariably eliminated’9 (1972:199). El sistema gramatical de numerosas lenguas

carece de artículos de forma que la expresión de la referencialidad en el dominio

nominal se realiza a través de medios, digamos, alternativos. Sin embargo, como

podemos suponer, y como también señala Karmiloff-Smith, lo interesante acerca de los

artículos reside precisamente en las funciones que desempeñan y, si bien es cierto que

estos elementos están ausentes del repertorio de numerosas lenguas, evidentemente no

se carece en ellas de los medios necesarios para marcar la referencialidad, la definitud,

la unicidad, si la información es o no conocida para el interlocutor, etcétera.10

9 Mantenemos la cursiva empleada por la propia autora. 10 Evidentemente, si se trata de una lengua que, como es el caso de la mayoría de lenguas del Asia oriental o eslavas, carece de un sistema equivalente a los artículos de las lenguas románicas o germánicas (por citar algunos ejemplos que nos son relativamente familiares), el estudio deberá considerar cómo, aun en ausencia de elementos concretos encargados de llevar a cabo tal función, tiene lugar la expresión de la referencia. Como se verá en el análisis de nuestros datos ésta es una de las razones por las que nuestro estudio decide incluir a hablantes no nativos de español con el chino como L1.

Capítulo III

136

3.3.1 La adquisición del artículo determinado en L1: la adquisición nativa

de los rasgos gramaticales

Al proponerse abordar el estudio de cómo los niños adquieren la morfología

asociada al dominio nominal y aplicarlo al contexto específico del estudio de las

lenguas románicas, numerosas investigaciones analizan conjuntamente la morfología

ligada, esto es, las marcas de género y de número que se manifiestan en todo el

sintagma, y los tradicionalmente llamados morfemas libres, los determinantes, que

normalmente preceden al sustantivo (Serra et al. 2000). Un objetivo primordial para los

estudios de adquisición del lenguaje es la determinación del momento en que aparece el

determinante, de la forma en que tiene lugar esa aparición, de qué tipo de errores (de

omisión y/o comisión) se observan durante el proceso y de cuál es el grado de

variabilidad observado durante el desarrollo del SD, entendida la variabilidad como el

grado de opcionalidad entre dos o más formas que coexisten durante un cierto período

de tiempo y se emplean en los mismos contextos (v. más adelante sección 3.3.2.3).

Con respecto a la adquisición de la morfología ligada (de número y especialmente de

género) en el dominio nominal, el trabajo sobre datos del francés de Karmiloff-Smith

(1979) que ya hemos citado más arriba es pionero en afirmar la primacía de los rasgos

gramaticales sobre los meramente semánticos a la hora de determinar la concordancia

de género. En la misma dirección se expresa Pérez Pereira (1991), cuyas conclusiones

apuntan a que la morfología de género es un mero marcaje formal que se ha de adquirir

con independencia del contenido semántico de los elementos que aparecen en el

sintagma en cuestión; es decir, con respecto a la información que encuentran en los

datos, los niños se dejan guiar más por la puramente morfológica que por distinciones

de tipo semántico como el género natural de sustantivos y adjetivos. Precisamente en

relación con el género gramatical y su realización en el dominio nominal, algunos

autores señalan la existencia de períodos durante los cuales una de las formas se

sobregeneraliza y es usada indistintamente en la mayoría de contextos (Pérez Pereira

1991). Como veremos más adelante, este fenómeno es también observado en la

adquisición no nativa de los artículos (Bruhn de Garavito y White 2002, Franceschina

2001).

La adquisición del SD en español L2 y LE: teoría y metodología

137

A pesar de que su adquisición se inicia más tarde en comparación con la de género, la

expresión del rasgo de número se domina con anterioridad a la morfología de género

(Serra et al. 2000). En términos generales, puede decirse que a los tres años el niño ya

comete pocos errores y produce artículos determinados aunque, eso sí, tal y como señala

Solé (1984), la oposición entre determinado e indeterminado es de adquisición un poco

más tardía. Aun conscientes de la simplificación que todo resumen conlleva, Serra et al.

(2000) proporcionan un cuadro que resume el curso que sigue la adquisición del SD en

español como L1 y que recogemos a continuación:

CUADRO IV. CURSO DE ADQUISICIÓN DEL SINTAGMA NOMINAL BÁSICO (D + N)*

18 meses 24 meses 30 meses 36 meses

Determinante (Protoartículos) Artículos det/indet otros determinantes

Omisiones Adquisición de la posición

Género Femenino/ Masculino

Errores de concordancia

Sobrerregularizaciones

Número Singular Plural

Errores de concordancia

*Este cuadro fue elaborado a partir de los datos de los estudios de Hernández-Pina (1984) y Mariscal (1997). Los paréntesis indican que no todos los niños muestran necesariamente ese comportamiento concreto y la barra que se han observado diferencias individuales. Las áreas sombreadas señalan que un fenómeno dado se observa a lo largo de varias etapas.

Tal y como puede observarse, existe un período que se prolonga hasta los dos años

durante el cual se producen omisiones del determinante y que coincide con la

producción de lo que los autores denominan protoartículos11 y con la presencia de

errores de concordancia de género, a partir de este momento, no obstante, cuando dejan

de producirse las protoformas (que acaban por especializarse y dar paso, en su lugar, a

verdaderos artículos) comienzan a aparecer diferentes determinantes empleados de

forma cada vez más productiva (Rosado 2000, Liceras et al. 2002a). Las

11 Algunos autores, tal es el caso de Bottari et al. (1993, 1994) o Liceras et al. (2002a), optan por referirse a estos elementos ‘rellenos monosilábicos’ –el término en inglés, monosyllabic placeholders, es aún más explícito– descartando etiquetas como protodeterminantes o protoformas dado que la primera posibilidad remite a la presencia innata de una estructura sintáctica que debe llenarse con formas procedentes de la lengua que se adquiere.

Capítulo III

138

sobrerregularizaciones, por el contrario, y a pesar de que también coinciden

temporalmente con los fenómenos citados, permanecen durante más tiempo en el

sistema de los niños.

El trabajo de Marinis (2003a) analiza la adquisición de SD en griego como L1 con un

triple propósito: tratar de describir el desarrollo del SD en griego, evaluar las

predicciones que para la adquisición se derivan de los análisis propuestos por la teoría

lingüística y proporcionar una representación del proceso general de adquisición del

lenguaje y las repercusiones de éste para la teoría lingüística. Sus resultados muestran

cómo los niños pasan por una fase inicial durante la cual sus nominales consisten en

sustantivos no precedidos por determinante como una suerte de etapa prefuncional en la

adquisición del SD, y apuntan en la misma dirección que datos de adquisición del SD en

inglés o alemán (como los de Radford 1990, Penner y Weissenborn 1996).12

Con respecto a la aparición de rasgos gramaticales y/o elementos léxicos relacionados

con las categorías funcionales, afirma el autor que sus datos parecen apoyar la

‘Hipótesis de la construcción de estructuras’ según la cual los elementos funcionales

que se generan en proyecciones inferiores aparecen antes evolutivamente hablando: los

artículos determinados comienzan a usarse de forma productiva al mismo tiempo que

las marcas de número y de caso, y lo mismo ocurre con los sustantivos escuetos

convenientemente legitimados. Por el contrario, como hemos visto, el artículo

indeterminado, que se sitúa en la estructura en una proyección funcional superior,

aparece más tarde. Van estos datos, por tanto, contra la postura maduracionista que

defienden los trabajos de Radford (1990), para el inglés, o Tsimpli (1996), también para

el griego L1, y que predicaría que todas las categorías funcionales aparecen

simultáneamente. Según Marinis, como vemos, algunas propiedades relativas al SD son

adquiridas más tarde que otras y esto se aplica paralelamente en lo morfológico, lo

sintáctico y lo semántico. Trataremos de comprobar si en la producción no nativa se

observa también un patrón, un desarrollo escalonado según el cual algunas propiedades

del SD son adquiridas antes que otras.

12 Con respecto al desarrollo del SD en inglés L2 observa Hawkins un patrón de comportamiento similar. La siguiente sección analiza este trabajo en detalle.

La adquisición del SD en español L2 y LE: teoría y metodología

139

En relación con la adquisición de las categorías funcionales realizadas como morfemas

libres o ligados, ya en estudios como el de Zobl y Liceras (1994) o Vainikka y Young-

Scholten (1996), se muestra cómo si bien los morfemas libres parecen jugar un papel

importante en la adquisición de la L2, la morfología ligada parece presentar menos

problemas en la adquisición de la L1. Los datos de Marinis parecen apuntar en esta

misma línea, aunque quizá podría alegarse que resulta más adecuado proponerlo sólo

para algunas realizaciones de un morfema dado, debido a lo tardío de la aparición de

formas determinadas.

3.3.1.1 Los ‘protodeterminantes’ o ‘rellenos monosilábicos’

Al describir el modo en que tiene lugar el proceso de adquisición de los

artículos, es obligatorio hacer referencia a la presencia de determinadas formas

vocálicas átonas (/a/, /e/, /ə/ y a veces /o/) que en el lenguaje infantil preceden a

nombres de ambos géneros y que, con el tiempo, dejarán paso a la forma genuina del

artículo (v. Bartra 1997, Veneziano y Sinclair 2001). Existe una amplia bibliografía que

se hace eco de la existencia de estos elementos vocálicos, y estudios diferentes asignan

denominaciones también diferentes a los mismos: amalgamas o formas fonoprosódicas

(López Ornat 1997, Mariscal 1997, Lleó y Demuth 1999, Lleó 2003),

protodeterminantes en el caso de que aparezcan precediendo a un sustantivo (Liceras et

al. 1999, Rosado 2000) o rellenos monosilábicos en general (Bottari, Cipriani y Chilosi

1993, Liceras et al. 2002a, Liceras 2002).13, 14

Lejos de poder usarse libremente, su uso está constreñido por los rasgos que expresan y

determinado por las categorías funcionales de la gramática. Para Bartra (1997), por

ejemplo, estos elementos codifican el rasgo [+ referencial] que caracteriza a las

categorías [Comp] y [D] y por ello no sólo aparecen precediendo a sustantivos sino

13 Algunos trabajos, como por ejemplo el de Mariscal (1997), sostienen que no todos los niños presentan una fase de producción de protodeterminantes. Dicha observación es, por otra parte, recogida también por Serra et al. (2000) quienes por ese motivo deciden, en el resumen que reproducimos en el Cuadro IV, incluir la producción de estos elementos entre unos paréntesis que indican que se trata de una fase opcional, ausente en el desarrollo de algunos niños. 14 Se han propuesto, no obstante, otro tipo de explicaciones a la hora de dar cuenta de la presencia de estos rellenos monosilábicos en la adquisición nativa de las lenguas románicas. Por poner un ejemplo, el trabajo de Sinclair y Veneziano (2001) defiende que estos elementos son empleados por los niños con objeto de completar/ cumplir con los patrones fonoprosódicos (estructura yámbica del tipo V’CV(C)) característicos de la lengua que aprenden.

Capítulo III

140

también ocupando el lugar de otros elementos funcionales como, por ejemplo, los

complementantes.

Los trabajos de Liceras et al. (1999), Rosado (2000) y Liceras, Díaz y Rosado (2002a)

examinan los datos infantiles del español nativo y no nativo15 y encuentran un patrón

más o menos fijo: como decimos, /a/ y /e/ parecen constituir las primeras instancias de

determinantes y aparecen en alternancia con artículos verdaderos, véanse los ejemplos

de (1) a (3):

(1) e pie [María, 1;07]

(2) a pato [María, 1;09]

(3) a niña [María 1;09]

Para Liceras et al. (2002a) estamos ante rasgos de categorías subespecificadas cuyo

desarrollo –incluyendo el paso previo que supone la especialización por género /a/ para

los sustantivos femeninos y /e/ para los masculinos–, junto a la constatación de su

incompatibilidad con la producción de sustantivos nulos del tipo descrito en el Capítulo

I (sección 1.2.2), permite afirmar que estos rellenos son la muestra de cómo los niños

que aprenden español L1 activan el rasgo no interpretable ‘marcador de palabra’

presente en los sustantivos, adjetivos (Harris 1991b) y también en los determinantes de

las lenguas románicas (Bernstein 1993), es decir, son en última instancia el

desencadenante a partir del cual los niños activan uno de los rasgos disponibles en su

dotación genética que, como señalan las autoras, aparece ligado al género gramatical y

que tendrá, además, importante repercusiones sintácticas. Las autoras, que recogen en

este sentido los resultados de otros trabajos, señalan como la presencia del rasgo [±

marcador de palabra] en una lengua dada determina el comportamiento de fenómenos

sintácticos concretos como la (poca) productividad en las lenguas románicas del

parámetro de los compuestos (Snyder 1995) o las posibilidades de incorporación en las

formas verbales en determinadas lenguas (Piera 1995).

15 Tanto los trabajos de Mariscal (1997) como los de Rosado (2000) y Liceras et al. (2002a) analizan los datos del español L1 del corpus de López Ornat et al. (1994); asimismo en estos trabajos de Rosado y Liceras et al. también se examina los datos pertenecientes al corpus de Aguirre (1995).

La adquisición del SD en español L2 y LE: teoría y metodología

141

Sin embargo, en la adquisición de la L2 no se ha observado un fenómeno similar, ni por

parte de adultos ni en los datos de la adquisición infantil. A partir de los datos infantiles

de la adquisición natural e institucional del SD, Liceras et al. (2002a) afirman que los

hablantes de español como L2, en contraste con lo que ocurre en L1, no son sensibles al

tipo de información que es necesaria para proyectar rasgos abstractos ya que la suya no

es una estrategia ‘de abajo arriba’ (bottom-up strategy) comparable a la que se adopta en

L1 y la existencia de estos rellenos monosilábicos en los datos de la L1 pero no en los

de la L2 bien puede tomarse como prueba de lo anterior. Para las autoras de este trabajo

parece claro que la sofisticación que muestra ya el sistema fonológico de los niños que

aprenden español como L2 les impide abordar los datos del input de la misma forma en

que lo hacen los niños nativos. La suya, y obviamente esto también se aplica a la

adquisición adulta de la L2, constituye una estrategia ‘de arriba abajo’ (top-down

strategy) que adopta en primera instancia estructuras mayores (sintagmas o incluso

cláusulas) para sólo después ajustar localmente las marcas morfológicas y/o el orden de

palabras, y en este caso concreto, sin implementar el rasgo [+ marcador de palabra]

especificado en el SD del español. Por lo que a nuestro trabajo respecta, una presencia

de protodeterminantes en los datos de la muestra más allá de lo meramente anecdótico

constituiría evidencia a favor de la existencia de procesos paralelos en la adquisición de

la L1 y la L2.

3.3.2 La adquisición no nativa de los rasgos gramaticales en el SD

Recogemos a continuación las propuestas de una serie de estudios realizados a

partir de datos de la adquisición del artículo en L2. Como ya se ha dicho en la sección

anterior, dado que la expresión de la univocidad que en español (así como en el resto de

las lenguas indoeuropeas) se expresa por medio del artículo se realiza en otras lenguas

por medios alternativos que no incluyen necesariamente la existencia de un elemento

léxico o una marca morfológica explícita, resultará sin duda interesante plantearse cómo

hablantes tanto de aquellas lenguas que poseen elementos equivalentes a los artículos

del español como de aquellas que emplean medios alternativos en la expresión de las

relaciones semánticas que éste expresa incorporan los artículos a su sistema gramatical

no nativo y los emplean de forma efectiva.

Capítulo III

142

3.3.2.1 Referencialidad especificidad y/o univocidad en el SD

El manual de Hawkins (2000) sobre la adquisición de la sintaxis de las L2

dedica un capítulo a la adquisición de las propiedades de los nominales en inglés L2. En

él se presta especial atención a las categorías funcionales presentes en el SD, a saber,

[Num] y [D] y se parte de la clasificación de los artículos (the, a y el artículo cero (∅))

basada en dos rasgos semánticos: [± referente específico] y [± conocimiento por parte

del oyente]. Esta distinción, establecida por Bickerton (1981), ha sido empleada en

numerosos estudios sobre adquisición. Por ejemplo, el autor recoge los resultados de los

estudios de Huebner (1985) y Parrish (1987) a partir de datos de inglés L2

pertenecientes a hablantes de lenguas orientales y observa cómo dichos resultados son

comparables a los del estudio de Andersen (1978) para el inglés L2 de hablantes de

español L1. Todos los estudios muestran que los hablantes no nativos presentan un

patrón similar, con independencia de cuál sea su L1. Datos como éstos, en los que se

observa un orden común en la adquisición de una LO en datos procedentes de hablantes

de experiencias lingüísticas diversas, son ya tradicionales en el campo de la adquisición

de L2 (Dulay y Burt 1974, Krashen 1977, Krashen, Long y Scarcella 1982); en este

caso en particular, muestran un patrón de comportamiento que sugiere que las

propiedades que se asignan al SD en inglés no nativo evolucionan según el siguiente

esquema:

CUADRO V. EVOLUCIÓN DEL SD EN INGLÉS NO NATIVO (HAWKINS 2000)

(SN escueto) ↓

Especificidad en el SN (por medio de la aparición de the/da16) ↓

Conocimiento por parte del oyente (por medio de la aparición de a/ ∅) ↓

Posesión (por medio de ‘s)17

16 Da es una forma idiosincrásica que aparece en lugar de the. Aunque en principio consideramos esta posibilidad, no nos parece acertado, sin embargo, colocarlo a la altura de los rellenos monosilábicos que, para las lenguas románicas, aparecen en la adquisición nativa de elementos funcionales (v. sección anterior). En nuestra opinión ha de interpretarse únicamente como una realización particular del artículo determinado no nativa en lo fonológico; consideraciones similares se hacen en Liceras (2003) con respecto a la producción de pseudoformas en lugar de la forma is del inglés no nativo en los datos de Fleta (1999) o Lázaro (2000). 17 Señala Hawkins cómo este esquema presenta una gran similitud con el esquema de desarrollo que él mismo propone para el dominio verbal por cuanto los aprendices empiezan proyectando un V escueto y su proyección SV; más tarde la aparición de la cópula be les permite contar con una flexión mínimamente especificada que sólo más tarde se especificará para Aspecto y, finalmente, para Tiempo y Concordancia.

La adquisición del SD en español L2 y LE: teoría y metodología

143

La cuestión que surge a continuación es si tal orden de desarrollo se debe a que es ésta

la forma en que sistemáticamente se construye el SD o puede, en cambio, atribuirse a la

influencia de la L1. Para responder a tal cuestión Hawkins examina el paralelismo

existente entre el desarrollo del sintagma verbal y del SD. Lo más relevante para

nosotros es la observación del hecho de que, de la misma manera en que [T(iempo)] está

ligado por medio de la referencia a un operador de tiempo que encabeza la oración y la

dota de una referencia temporal adecuada en el contexto de discurso, el núcleo [D] del

SD debe estar ligado en el discurso (v. Hoekstra y Hyams 1995, Hyams 1996). Así, un

sustantivo que haya aparecido antes en el discurso y sea conocido para el oyente,

aparece con un artículo diferente (en este caso, the) que en el caso contrario (en inglés a

o ∅ serían las opciones). Si un SN tiene un referente que es conocido para el oyente, se

debe probablemente a que está ligado en su referencia a alguna entidad que ya ha sido

mencionada, que está presente en el momento en que tiene lugar la interacción o que es

parte del conocimiento compartido por hablante y oyente.

Si se observara una fase inicial de SN escueto equivalente a una fase inicial de SV, la

aparición de the marcaría la proyección de la categoría [D] y el hecho de que aparezca

antes que el indeterminado a quizá implicaría que el primero requiere un menor grado

de especificación. El artículo del inglés impone restricciones al tipo de SN que

selecciona (contable o incontable, singular o plural y no un nombre propio). Para

Hawkins el uso que hacen los hablantes de inglés L2 del determinado marca la

especificidad del SN al que precede, puesto que ésta es una modificación local del

significado de dicho SN, mientras que la definitud es un fenómeno de mayor alcance ya

que se extiende en el discurso más allá del sintagma. La emergencia del indeterminado a

en la gramática del inglés establece la distinción entre lo que constituye conocimiento

compartido por hablante y oyente y lo que no, y además requiere un mayor grado de

especificación en el SD puesto que, por un lado, es más selectivo con respecto al SN al

que precede (que ha de ser singular y contable) y, por otro, implica aprender la

diferencia entre a y ∅ así como la forma en que se distribuyen.

Para terminar esta sección, revisamos el trabajo de Robertson (2000) que analiza la

adquisición del artículo inglés por parte de hablantes cuya L1 es el chino. Para

Robertson parece claro que las interlenguas de estos hablantes tienen artículos

determinados e indeterminados aunque muestran un alto índice de variabilidad tanto en

Capítulo III

144

la posibilidad de usarlo u omitirlo como en los contextos en los que los emplean: no hay

consistencia en su uso con SSNN, ni tampoco se observa un patrón coherente cuando se

examinan las propiedades semánticas de estos sustantivos. El uso del artículo por parte

de estos hablantes es poco menos que impredecible. Sin embargo, si tal y como señala

el autor, la opcionalidad es una posibilidad que, por poco económica, se rechaza en las

últimas propuestas realizadas desde la GGT, cabe preguntarse cómo podemos justificar

esta tendencia que típicamente se observa en el desarrollo de las L2. El caso del uso de

los artículos por parte de hablantes de lenguas que carecen de estos elementos es

también un ejemplo clásico de esta opcionalidad que Robertson califica de aparente y

que se manifiesta incluso en hablantes de niveles muy avanzados.18

En una tarea de comunicación referencial que proporciona contextos para el uso de

artículos determinados e indeterminados, el análisis de los resultados permite a

Robertson establecer un patrón en la conducta de sus sujetos con respecto al uso del

artículo en inglés. Según este patrón, el determinado the muestra un mayor porcentaje

de usos correctos que el indeterminado a (79,7 frente a 72.1%) y el artículo cero Ø

regidos por tres principios fundamentales:

1. Un principio sintáctico que permite la ‘elisión del determinante’ (fenómeno que se

describe como análogo al de los sujetos nulos, el determiner drop), según el cual un

SN no ha de estar explícitamente marcado para el rasgo [+/- determinado] si está

incluido en el alcance del determinante que precede a un SN anterior. La condición

‘del alcance extendido del determinante’ se satisface si el/los siguiente(s) SSNN son

correferentes con el primer SN en la cadena. Los datos del estudio muestran que tal

condición se aplica dentro del turno de un mismo hablante y se extiende también a

turnos de hablantes alternos.

2. Un principio de recuperabilidad (contextos de elisión del determinante legitimado

pragmáticamente equivalentes pragmáticos del determiner drop) por el cual un SN

no ha de marcarse para el rasgo [+/- determinado] si esa información puede

18 Su estudio parte de la taxonomía formulada originalmente por Bickerton (1981) sobre la expresión de la referencia en el dominio nominal empleada en numerosos estudios (v. Huebner 1983, Parrish 1987 o Hawkins 2000). Ésta se estructura alrededor de la distinción ya mencionada que establece la presencia o ausencia de un referente específico y el hecho de que la entidad referida constituya o no un área de conocimiento compartido con el oyente.

La adquisición del SD en español L2 y LE: teoría y metodología

145

recuperarse del contexto de discurso (y esto incluye el discurso del interlocutor en

un contexto de interacción). Según lo que establece este principio, el uso de un

artículo determinado para referir a una entidad única o que ya ha sido presentada en

el discurso es un uso, pues, redundante que el hablante no nativo rechaza.

3. Un principio de transferencia léxica que les hace emplear demostrativos

(concretamente this, equivalente al chino zhèi) y numerales (one=nèi) como

marcadores explícitos de definitud e indefinitud respectivamente.

El hecho de que el chino se considere una lengua ‘orientada al discurso’ (Li y

Thompson 1981), que además permite la elisión de sujeto y objeto si éstos resultan

redundantes desde un punto de vista pragmático,19 permite a Robertson hacer extensiva

esta posibilidad a contextos en los que se omite el artículo si la información que éste

expresa puede recuperarse del contexto. Hay, no obstante, una importante diferencia

entre ambos tipos de omisión, ya que, si bien la omisión del tópico en chino L1 es

obligatoria, la del artículo en la IL de estos hablantes es opcional. Los principios 1 y 2

podrían definirse como ‘dinámicos’ desde el momento en que un mismo individuo

puede alternar en su aplicación si su sistema gramatical se ve influido por la exposición

a los datos lingüísticos y pragmáticos del contexto y a la propia evolución de su IL.

Sin embargo, y a pesar de la argumentación posterior, Robertson afirma que estos tres

principios no pueden dar cuenta de todos los usos no nativos puesto que aparece un alto

porcentaje de omisiones ilícitas incluso asumiendo la validez de estos supuestos; y se

trata, además, de contextos en los que los mismos hablantes sí usan artículos

determinados e indeterminados. Para el autor esta variabilidad sistemática observada en

el uso y la omisión del artículo puede interpretarse como evidencia de la existencia de

un artículo ZERO (Ø) empleado por defecto en la gramática de estos hablantes ante la

dificultad que supone asignar la representación explícita adecuada (the, a o Ø) a los

rasgos abstractos que operan en el SD. Trataremos de comprobar si en los datos de los

que disponemos es posible atestiguar la validez de los principios que Robertson propone

19 Para ser más exactos, diremos que la posibilidad de omitir el sujeto o el objeto en lenguas como el chino depende de si éstos son correferenciales o no con el tópico, sea éste explícito o nulo (v. Li y Thompson 1981).

Capítulo III

146

para explicar la distribución de las formas de artículo en este tipo de datos de

interlengua.

3.3.2.2 El número, el género gramatical y el rasgo ‘Marcador de palabra’ en

el SD no nativo

Parodi, Schwartz y Clahsen (1997) examinan la adquisición del SD alemán a

partir de los datos espontáneos de adultos nativos de coreano, turco y varias lenguas

románicas con objeto de considerar la producción y/o la omisión de determinantes, así

como el orden de palabras (nombre, adjetivo) y la expresión del plural en el SD. Parten

de la hipótesis de que los hablantes nativos de lenguas románicas asumen que el orden

que es válido en su L1 [Nombre, Adjetivo] provocado por el rasgo fuerte que posee

[Num], lo es también en la L2 y transfieren, por tanto, el rasgo [NUM] especificado

como fuerte en el SD típico de su L1, cuando en realidad el alemán presenta el orden

inverso. Según esto, se predice que, puesto que el rasgo [NUM] está especificado como

débil en su L1, los SSDD producidos en la IL de hablantes nativos de turco y coreano,

presentarán el orden [Adjetivo, Nombre].

Los resultados muestran cómo, efectivamente, mientras los hablantes de lenguas

románicas presentan un orden [N, Adj] en un porcentaje que llega al 37,5% en algunos

casos, no se observa un fenómeno similar en la producción de los nativos de turco y

coreano. A partir de ahí se asume –en contra de la ‘Hipótesis de los rasgos

inasequibles’, defendida entre otros por Eubank et al. (1997)– que sí se asigna un valor

a los rasgos de las L2 ya que, de no ser así, con respecto a la posición del adjetivo y el

sustantivo en el SD, podría esperarse un comportamiento variable en todos los hablantes

de L2 independientemente de cuál sea su L1. Estos resultados son, pues, consistentes

con la hipótesis que asigna un papel importante a la L1 con respecto a la emergencia de

[D] en la gramática del hablante no nativo incompatible, no obstante, con hipótesis

como la de ‘los árboles mínimos’ (Vainikka y Young-Scholten 1996) para la que las

categorías funcionales de la L2 no están determinadas por aquellas que están presentes

en la L1, sino que se desarrollan sólo a partir de la evidencia de la L2. Los resultados

también apoyan las propuestas que defienden que las gramáticas no nativas constan, en

las primeras etapas, de categorías léxicas para sólo después permitir la aparición de

La adquisición del SD en español L2 y LE: teoría y metodología

147

categorías funcionales si se encuentra la evidencia necesaria para ello, véase la

‘Hipótesis de construcción modulada de estructuras’ (Modulated structure building

hypothesis) de Hawkins (2000). Según esto, si las propiedades que se transfieren de la

L1 sensibilizan a los hablantes con respecto a la existencia de categorías funcionales en

la L2, es plausible pensar que el hecho de que [D] sea obligatoria en español sea la

razón de que esta categoría aparezca en la gramática de los hispanófonos que aprenden

alemán e, igualmente, de que la aparición tardía de esta categoría esté relacionada con

una gramática construida solamente a partir del input de la L2.20 De hecho, las

gramáticas de los hablantes del estudio poseen básicamente categorías léxicas a pesar

incluso de que los elementos funcionales omitidos estén también presentes en su L1. En

este sentido, se observa una elevada proporción de omisiones de dicha marca localizada

en la categoría funcional [NUM] cuya correcta especificación parece representar un

problema para los no nativos incluso si tal especificación es similar a la de la L1 de los

sujetos. Parodi, Schwartz y Clahsen (1997) señalan cómo durante las primeras etapas la

pluralidad se marca por medios alternativos, principalmente léxicos: los cuantificadores

y los numerales aparecen en una proporción muy alta en comparación con otros

determinantes.

A partir de estos resultados de Parodi et al. que indican que, efectivamente, existe una

influencia de la L1 en el desarrollo de las categorías [D] y [Num] y que la adquisición

no nativa del género gramatical por parte de hablantes cuya L1 carece de dicho rasgo es

deficitaria en este dominio, Hawkins (2000) afirma que no es posible que los aprendices

de una L2 adquieran los rasgos formales de una categoría funcional dada si éstos no han

sido activados con anterioridad al cierre del conocido período crítico en su L1, aunque

sí es posible reasignar el valor que corresponde a dicha categoría en la LO en el caso de

que no coincida con el que posee en la L1 del hablante.

En el contexto del dominio nominal, tal afirmación implica que un hablante anglófono

que adquiere francés como L2 podrá adquirir el rasgo que posibilita la subida del

sustantivo hasta [Num] por encima del adjetivo y que es responsable del orden de

palabras que se observa en el SD del francés (nombre, adjetivo) frente al orden inverso

del inglés. Eso sí, esta adquisición puede efectivamente darse gracias a que la categoría

20 Para una propuesta similar véanse también Montrul (2000) o White (2003).

Capítulo III

148

funcional [Num] está activada tanto en francés como en inglés. Hawkins y Chan (1997)

comprueban estas hipótesis a partir de los datos espontáneos de 30 aprendices

avanzados de francés con el inglés como L1 y encuentran que en la gran mayoría de los

casos éstos producen un orden de palabras casi perfecto [N, Adj] en el SD. Si bien el

autor también señala que la adquisición del orden de palabras de una lengua dada resulta

siempre menos problemática que la de la morfología.

Con respecto a los rasgos relacionados con la expresión del género gramatical la

situación observada es, en cambio, bien diferente ya que los mismos 30 sujetos

anglófonos presentaron bastantes problemas con respecto a la concordancia de género

entre sustantivos y artículos. Se predica la existencia de una opción de género por

defecto que a veces es el femenino y en otros el masculino dependiendo del sujeto en

cuestión.21 Veremos hasta qué punto puede predicarse la existencia de un fenómeno

similar en nuestros datos.

Contra las hipótesis que predicen para la adquisición del SD diferencias basadas en la

L1, el trabajo de White (2007), analiza los juicios de gramaticalidad y los datos de

producción de los hablantes de inglés L2 de su estudio, nativos de chino mandarín (n=

23) y francés (n= 19) respectivamente de niveles entre intermedio y avanzado. La

elección de éstos y no otros participantes se explica en los mismos términos que en el

caso de nuestro trabajo. Puesto que se trata de analizar cómo tiene lugar la adquisición

de los rasgos no interpretables que operan en el SD, se seleccionan hablantes de lenguas

que comparten rasgos con la LO así como de otras que no los comparten. Las tareas

estaban diseñadas para recoger datos respectivos a la morfología flexiva expresada tanto

en el dominio verbal como en el nominal; concretamente, en este último caso, se

examina la expresión de la definitud y del número gramatical.

White baraja tres hipótesis sobre cómo tiene lugar la adquisición de los rasgos

gramaticales de las L2 en los sistemas no nativos y a la ausencia de marcas

morfológicas en contextos obligatorios, incluso a pesar de la presencia de éstas (y los

rasgos que contienen) en el input al que están expuestos los hablantes. La primera de

ellas, la ‘Hipótesis de los rasgos inasequibles’, ya ha sido presentada y en ausencia de

21 Recordemos que un fenómeno similar tiene lugar en la adquisición de la L1 (v. sección anterior, Karmiloff-Smith 1979, Pérez Pereira 1991).

La adquisición del SD en español L2 y LE: teoría y metodología

149

marcas de morfología explícita, predice la imposibilidad de implementar una categoría

(o un rasgo, o el valor concreto asignado a dicho rasgo) en L2 si está ausente del

repertorio de la L1 del hablante. En el caso del estudio de White este planteamiento

predeciría que los hablantes de chino L1 serían incapaces de dominar como nativos

tanto la morfología de número como la expresión de la definitud en inglés L2 dada la

ausencia en el dominio nominal de su L1 tanto de artículos como de flexión de número.

Tal predicción, no obstante, no elimina la posibilidad de que en las L2 se produzcan

estructuras equivalentes a las nativas; sin embargo, para el hablante nativo tanto la

representación mental subyacente como los mecanismos de producción (automáticos

por definición) empleados siempre serían distintos.22

La segunda de las hipótesis recogidas, la ‘Hipótesis de la ausencia superficial de

flexión’ (Missing Surface Inflection Hypothesis) niega la existencia de un auténtico

problema de representación a la hora de explicar la no producción de morfología flexiva

por parte del no nativo. Los rasgos morfosintácticos pueden efectivamente estar

representados en el sistema de un hablante que, sin embargo, no los realiza

explícitamente; así, la omisión de flexión verbal o nominal es un mero problema

superficial, de desajuste entre el léxico y la sintaxis (Lardiere 2000) o de acceso léxico

(Prévost y White 2000).

Partiendo de la consideración simultánea de estas tres hipótesis, se intenta decidir cuál

de ellas puede dar cuenta más de una forma más precisa del modo en que se produce el

proceso de adquisición, y se hace teniendo en cuenta que si bien se predicen procesos de

transferencia en el caso de la primera y la tercera hipótesis, la segunda de ellas (MIH) es

neutra con respecto al papel que juega la L1 en la configuración de la morfología de las

interlenguas.

Una predicción basada en la no implementación en la L2 de los rasgos no presentes en

la L1 pronosticaría que los nativos de chino presentaran unos resultados muy alejados

de los usos nativos, sin embargo, los resultados muestran pocas diferencias reales entre

los dos grupos experimentales; de hecho, la producción de determinantes es muy

22 El problema aquí reside en cómo demostrar que puede hablarse de diferentes tipos y/o niveles de competencia a partir de datos de producción similares. En realidad, esto no es un imposible pues se trata, al fin y al cabo, de la diferencia que subyace a la dicotomía competencia/ actuación.

Capítulo III

150

elevada, y correcta en la mayoría de los casos. Concretamente, con respecto a los

artículos determinados se observa un comportamiento casi nativo (95% de usos

correctos) y las diferencias se localizan más bien en los indeterminados; en el caso de la

morfología nominal, es el único aspecto en que el comportamiento de estos sujetos

muestra que existe un efecto de la L1 por lo que a la adquisición de estos rasgos

respecta.23 A pesar de que la segunda de las hipótesis contempladas parece verse más

apoyada por estos resultados, tampoco puede dar cuenta íntegramente del

comportamiento que muestran estos sujetos, especialmente porque cuando aparecen

marcas morfológicas en la flexión éstas son las correctas y se emplean en los contextos

adecuados lo que sugiere, de hecho, que estos rasgos morfosintácticos están

convenientemente representados.

Por último , se contempla la posibilidad, digamos, mixta, de que la influencia de la L1

sea compatible con las predicciones de esta última hipótesis (siguiendo a White 2003 o

Montrul 2000) desde el momento en que la existencia de morfología flexiva en la L1

sensibiliza con respecto a su presencia explícita también en la L2, de forma que la

proyección de estas categorías, así como su realización morfológica explícita, resultaría

menos costosa para hablantes cuya L1 también presenta un comportamiento similar. El

hecho de que los resultados de los francófonos sean mejores que los de los hablantes de

chino puede constituir una prueba a favor de tal posibilidad. Para ilustrarlo recoge

White la sugerencia de Lardiere (2005) acerca del problema de representación que

afecta a casos en los que determinados rasgos o grupos de rasgos se organizan de un

modo diverso en la L1 y la L2, de tal forma que los hablantes de L2 deben ‘reajustarlos’

a nuevas disposiciones/ realizaciones. En el caso de las lenguas del estudio de White el

francés presenta, claramente, un comportamiento mucho más cercano al del inglés que

el mandarín. Para la autora, que sigue en ello a Lardiere (2005), los problemas que

presentan los hablantes de mandarín pueden estar relacionados con su dificultad para

‘separar’, para distinguir formalmente la expresión de la definitud, el género y el

número.

23 De hecho, y contra lo que predice la Hipótesis de los rasgos inasequibles, los hablantes de L1 francés tienen más problemas que los chinos en la producción de morfología verbal (en concreto en la implementación de la –s de tercera persona del singular en el presente).

La adquisición del SD en español L2 y LE: teoría y metodología

151

Según White, independientemente de la evidencia a favor de cada una de estas

hipótesis, un aspecto surge del análisis de los datos que resulta problemático para todas

ellas: no todos los rasgos presentan el mismo grado de dificultad y en esto coinciden las

dos teorías que parecen verse abaladas por los datos del estudio. Parece necesario

plantearse cómo dar cuenta de este hecho desde posturas que en el caso de, por ejemplo,

la hipótesis de la ausencia de flexión predeciría que la marca de número y los artículos

del inglés presentarían la misma dificultad para estos hablantes cuando ello en realidad

no es así, y otro tanto puede afirmarse de la hipótesis de la transferencia prosódica.

Ambas hipótesis son, sin embargo, dignas de tenerse en cuenta a la hora de emprender

el análisis de los datos y la discusión de los resultados que éstos arrojen, y esto cuenta

también para la primera de las hipótesis de partida, la de los rasgos inasequibles, a pesar

de que acabe siendo descartada en este estudio. Según lo que consta en la bibliografía

revisada, podemos decir que en el dominio nominal, la marca de género gramatical

como expresión del rasgo no interpretable [Gen] presenta más problemas que el

número, incluso en estadios de interlengua muy avanzados.

En el estudio de Hawkins (2000) se revisan los resultados del conocido estudio de caso

de Andersen (1984) sobre la adquisición del español en un contexto natural por parte de

un adolescente hablante nativo de inglés residente en Puerto Rico. Con respecto al

artículo determinado, el hablante único de Andersen parece comportarse guiado por su

L1 al asumir una única forma, el femenino la, que podría ser interpretada como el

equivalente al inglés the pues se generaliza en todos los contextos.

Hawkins (1998) observa un fenómeno paralelo a partir de datos del francés L2 que

muestra cómo tanto en los determinados como en los indeterminados se generaliza una

de las dos marcas de género como opción por defecto que el hablante no nativo emplea

cuando no está seguro acerca de qué forma ha de escoger. Dicha forma, y este dato nos

parece de especial importancia, no es la misma para todos los individuos: para algunos

informantes la forma que se sobregeneraliza es le mientras que para otros, en cambio, es

el femenino la. Ni siquiera se observa sistematicidad en el sobreúso de un género u otro

en la producción de un mismo hablante que emplea indiscriminadamente le

(determinado, masculino) y une (indeterminado, femenino) como opciones por defecto.

Para Hawkins tanto la variabilidad individual como la ausencia de concordancia entre

las dos formas generalizadas para uno y otro artículo en un mismo individuo parecen

Capítulo III

152

sugerir que el rasgo de género de la IL de estos hablantes no les obliga a establecer

concordancia de género entre sustantivo y determinante y no está, por tanto,

especificado como en la lengua objeto. Igualmente, el hecho de que finalmente consigan

mostrar un comportamiento nativo se explica a partir de una prolongada exposición a

los datos del input que les permite aprender cuáles son las excepciones en el uso de esas

formas por defecto.

¿Será relevante para nosotros plantearnos si efectivamente existe una opción de género

que los hablantes emplean por defecto semejante a la que también encuentra el estudio

de Bruhn de Garavito y White (2002) que presentamos a continuación? En los datos

experimentales de que disponen estas autoras, pertenecientes a 42 sujetos con el francés

como L1 –30 de nivel inicial y 12 de nivel intermedio– que aprenden español en un

contexto institucional en Montreal (Canadá), se observa un patrón diverso al que

acabamos de describir. Las autoras señalan cómo sus resultados son descriptivamente

comparables con los de los estudios de Hawkins (1998, 2000) previamente

mencionados pues también se observa el uso de una forma por defecto. Sin embargo, es

el masculino la forma que se sobregeneraliza y que se emplea en contextos de femenino

aunque, tal y como señalaban Hawkins y Chan (1997), la conducta de los sujetos de

cada grupo es en este sentido variable.

Con respecto a la correcta asignación del género gramatical, las autoras recogen la

afirmación, digamos, general, de que es éste un rasgo que en la L1 presenta pocos

problemas que a los dos años puede ya darse por adquirido (Serra et al. 2000).

Igualmente se señala como el fenómeno de la sobregeneralización de una forma

determinada (masculino o femenino) en todos los contextos también aparece en L1. Si

bien parece que es el masculino la forma que se generaliza, se observa variabilidad en

este sentido (v. también Fernández García 1999). Lo que quizá resulte más importante

para nosotros es que los aprendices de L1, en la adquisición del género gramatical,

prefieren los rasgos formales por encima de pistas relacionadas con clases o categorías

naturales es decir, no encuentran el género natural (o biológico) de más fácil adquisición

que el gramatical (Karmiloff-Smith 1979, Pérez Pereira 1991). Enfrentados a un sistema

de concordancia que puede resultar ‘antiintuitivo’, debido a que ocasionalmente se

entrecruza con una realidad de la naturaleza, resulta conveniente señalar cómo, a pesar

La adquisición del SD en español L2 y LE: teoría y metodología

153

de las diferencias, los procesos de adquisición del género en la L1 y la L2 presentan

algunos puntos en común:

- el hablante de L2 ha de aprender que la lengua a la que está expuesto posee el

rasgo inherente de género; aunque

- el género de cada nombre ha de aprenderse de forma individual para cada

sustantivo.24

De acuerdo con lo observado por Bruhn de Garavito y White podría pensarse que los

hablantes de L2 cuya L1 tiene género gramatical se percatan más fácilmente de que hay

género en la L2; eso sí, decidir qué género hay que asignar a cada nombre ya es un

problema más complejo. Además, existe el problema añadido de decidir si los errores

que presente la producción del hablante no nativo se han de atribuir a problemas que

surgen a la hora de asignar el género apropiado al sustantivo o de establecer la

concordancia en el SD, o las dos cosas. En sus datos, se observa cómo, en la mayoría de

los casos, cuando aparece un adjetivo o artículo en femenino, el nombre seleccionado es

también femenino. Por otro lado, la forma que parece generalizarse en sus datos es el

masculino ya que se encuentran artículos y adjetivos masculinos con sustantivos

femeninos: esto les lleva a afirmar que la forma empleada ‘por defecto’ en la L2 es el

masculino. Frente a lo que se observa con los sustantivos, cuyo género ya está

especificado en el léxico, el género de los artículos (y de los adjetivos) se filtra desde el

nombre a todas las categorías en el SD. Si el sustantivo es masculino todo el SD

mostrará género masculino; si en cambio el sustantivo es femenino, los determinantes y

los artículos pueden estar (correctamente) flexionados en femenino o (incorrectamente)

subespecificados para género y presentar, así, la opción por defecto: el masculino. De

esta forma los nombres femeninos pueden aparecer con determinantes femeninos o

masculinos, siendo esta última la opción que se sobregeneraliza.

La preponderancia del masculino en los adjetivos se justifica aludiendo al uso de un

marcador de palabra masculino –o empleado también como forma por defecto puesto

24 Corbett (1991) afirma que la concordancia de género sirve de base para la determinación del género de sustantivos específicos; incluso señala cómo, en concreto, el artículo determinado ayuda a asignar género gramatical a sustantivos (Carroll 1989).

Capítulo III

154

que los adjetivos no están inherentemente especificados para género (v. Harris 1991a o

Bernstein 1993, 2001) (v. Capítulo II), mientras que la aparición de sustantivos

masculinos modificados por adjetivos femeninos es prácticamente anecdótica, casi

como si los aprendices no se dieran cuenta de que los adjetivos en español tienen

flexión de género. Sin embargo, Bruhn de Garavito y White documentan en sus datos

un importante grado de variabilidad ya que existen notables diferencias individuales y,

en ocasiones, la forma sobregeneralizada es el femenino.

Por lo que a la adquisición (o refijación) de rasgos respecta, no parece que pueda

hablarse de rasgos inertes puesto que, en la mayoría de los casos, se observa en los

datos un orden de palabras nativo que demuestra como el valor asignado al rasgo

[NUM] es el correcto en la L2. De hecho, frente al considerable esfuerzo que supone la

adquisición del género gramatical y el conocimiento morfológico asociado que implica,

la refinación del valor [+/- fuerte] al rasgo [NUM] resulta un proceso menos complejo,

tal y como también afirman Gess y Herschensohn (2001) o los trabajos de Bruhn de

Garavito (2002) y White, Valenzuela, Kozlowska-Macgregor y Ingrid Leung (2004) que

revisamos más adelante.

El trabajo de Gess y Herschensohn (2001) examina cómo tiene lugar la adquisición del

SD en francés por parte de hablantes anglófonos y, a partir del análisis de datos

transversales, encuentra evidencia a favor de una teoría que asume que los hablantes de

L2 tienen acceso a las categorías funcionales de la L2 ya desde las primeras etapas de

adquisición puesto que no dependen directamente del dominio de la morfología flexiva

a ellas asociada. Sus sujetos demuestran un dominio tanto de los rasgos asociados a la

categoría funcional [D] como del movimiento dentro del SD: ni siquiera el grupo de

principiantes presenta una etapa en la que se proyecten sólo sustantivos escuetos,

tampoco en contextos en los que el inglés los permite o los exige. Asimismo, ninguno

de los sujetos del estudio muestra un patrón consistente que consista exclusivamente en

la omisión de determinantes en contextos que son posibles en inglés. ¿Podría predecirse

una conducta similar en los bilingües de nuestra muestra que se enfrentan a una lengua

que presenta un uso de sustantivos escuetos muy restringido? Igualmente, cabe

preguntarse si nuestros informantes sinófonos presentarán una conducta variable con

respecto a la producción de artículos determinados o si, por el contrario, y debido a que

carecen del elemento equivalente en su L1, los omitirán consistentemente. De no ser así,

La adquisición del SD en español L2 y LE: teoría y metodología

155

habrá que cuestionarse si existe un patrón general o individual según el cual los omiten

en contextos concretos (v. Robertson (2000)).

También con relación a la expresión del género y el número en el dominio nominal, la

distinción entre rasgos parametrizados y rasgos universales es la base del planteamiento

de Franceschina (2003) que se interesa por la forma en que tiene lugar en español la

adquisición de los rasgos no interpretables parametrizados en el dominio nominal, a

saber: el género y el número gramatical. Para ello se examina, a partir de pruebas

diversas, la forma en que acceden a estos rasgos hablantes casi nativos de ELE cuyas L1

difieren en la posibilidad y el modo de activarlos. El rasgo no interpretable [Gen] es un

rasgo parametrizado presente sólo en algunas lenguas, tal es el caso del español y las

lenguas románicas. A partir de esta consideración se forman dos grupos de sujetos en el

estudio dependiendo de si tal rasgo está o no activo en cada una de las L1 de los

hablantes: el grupo [- gen] está compuesto por hablantes de inglés L1 mientras que el

grupo [+ gen] lo integran hablantes de francés, alemán, griego, italiano y portugués. Por

lo que respecta al número gramatical, es éste un rasgo parametrizado presente en todas

las lenguas del estudio. Por último, el rasgo no interpretable de caso estructural, en

cambio, es un rasgo universal, presente en todas las lenguas naturales.

Los resultados para el género presentan un patrón diferente al del caso e incluso al del

número y sugieren que la presencia o ausencia de un rasgo determinado en la L1

determina en gran parte la forma en que dicho rasgo se adquiere en la L2. Ni los rasgos

universales ni los rasgos parametrizados especificados en las L1 de los hablantes

representan un problema para estos no nativos. Para la autora resulta difícil imaginar

qué otro factor, que no sea la especificación en la propia L1, puede dar cuenta del

comportamiento de sus sujetos, casi nativo en la expresión del caso y del número, no así

en la adquisición del género que se muestra más problemática. Las explicaciones

basadas en la transferencia morfofonólogica de la L1, que podrían aducirse para

justificar el comportamiento de los anglófonos, quedan descartadas a partir de estudios

anteriores en los que hablantes de L2 demuestran un comportamiento nativo en la

adquisición de morfología de caso. Señala Franceschina cómo, de ser así, podría

esperarse que los hablantes de italiano L1, tuvieran problemas a la hora de asignar la

marca de plural apropiada y no es esto lo que sucede, y otro tanto puede decirse de la

marca de género en italiano y en el resto de lenguas que sí presentan género gramatical.

Capítulo III

156

Igualmente, dar cuenta de estos datos en términos de representación y/o dificultades de

acceso léxico resulta un tanto problemático ya que, de ser ésta la causa de los problemas

observados, los datos de producción y los de interpretación deberían arrojar resultados

diferentes y no es así.

Para Franceschina, pues, la ‘Hipótesis de los rasgos inasequibles’ (como versión de la

HDF) resulta la única explicación plausible a la hora de dar cuenta de los datos de su

estudio e incluso de los de otros trabajos como el de Lardiere (1998). Según la

propuesta de Franceschina, los tres tipos de información (semántica, formal y

fonológica) están representadas en el léxico de manera conjunta, en contra de lo

defendido en trabajos como los de Lardiere (1998) o Prévost y White (2000). De este

modo, según la autora, no puede hablarse de subespecificación para cada una de las

piezas léxicas independientes sino que, más bien, habría que considerar que la

producción de un determinante no nativo ha de atribuirse a la existencia de un problema

de representación en los rasgos formales del SD.

En el estudio de White, Valenzuela, Kozlowska-MacGregor y Leung (2004) se examina

la expresión no nativa de la concordancia de género y número en el SD a partir de datos

del español de hablantes de inglés y francés como L1. Se compara la adquisición del

número, como rasgo presente en las tres lenguas implicadas, con la del género que sólo

está especificado en las lenguas románicas del estudio y no en inglés. La comparación

se lleva a cabo a partir del análisis de los datos experimentales (dos pruebas de

comprensión de una serie de oraciones que hay que interpretar a partir de dibujos)

pertenecientes a 48 hablantes adultos nativos de francés y 68 nativos de inglés que

fueron colocados en tres niveles de competencia (inicial, intermedio y avanzado). Dado

que sus datos fueron recogidos en Montreal (Canadá) donde gran parte de la población

es bilingüe de inglés y francés, las autoras tomaron la precaución de excluir a los

bilingües del estudio. Inevitablemente, eso sí, hablantes de uno y otro grupo tienen

conocimiento gramatical de la lengua de la que no son nativos. Significativamente, su

experimento empleaba también ejemplos de sustantivos nulos pues estas estructuras

resultan, como también proponemos desde este trabajo, un campo idóneo a la hora de

testar hipótesis acerca de la accesibilidad a rasgos no interpretables pues, en ausencia de

sustantivos que porten rasgos interpretables, su producción y/o su comprensión sólo

implicará el dominio de género y número.

La adquisición del SD en español L2 y LE: teoría y metodología

157

Los resultados de este estudio apuntaron en una dirección conocida: el número es

comparativamente más fácil de adquirir que el género. En las dos pruebas los

estudiantes con un nivel de competencia bajo tuvieron muchos menos problemas con el

número que con el género gramatical. Además, y en esto, como podemos recordar,

coinciden los resultados con los de otros estudios que se ha revisado aquí (Bruhn de

Garavito y White 2002, Franceschina 2003), se observa cómo los sustantivos femeninos

presentan más dificultades en la asignación de género. El masculino se perfila, una vez

más, como una suerte de forma por defecto de tal modo que resulta más fácil encontrar

determinantes masculinos con sustantivos femeninos que el ejemplo del caso contrario.

Por otro lado, no se observaron diferencias significativas entre los aprendices de nivel

intermedio y avanzado y los integrantes del grupo control. Estos datos irían, pues, en

contra de la hipótesis de los rasgos inasequibles por cuanto los avanzados e incluso los

intermedios son capaces de incorporar un rasgo no interpretable que no está en sus L1.

También en este caso, no sólo en los datos de producción sino también en la prueba de

identificación de imágenes, hay una sobregeneralización del masculino y aparecen

artículos y adjetivos con marca de género masculino acompañando a sustantivos

femeninos. Según la interpretación que las autoras hacen de estos datos, incluso los

aprendices principiantes tienen representados los rasgos de género si bien,

ocasionalmente, encuentran problemas a la hora de establecer la concordancia de modo

que se observa un desajuste entre estas propiedades y la forma en que se manifiestan

explícitamente, quizá debido a la presiones impuestas por el contexto de comunicación

que impiden en ese momento acceder al elemento adecuado del léxico (con Lardiere

2000 o Prévost y White 2000).

3.3.2.3 La variabilidad

A medida que hemos ido presentando esta serie de trabajos que tratan de

explicar la naturaleza de los artículos del español L2 y LE, nos hemos referido en

diversas ocasiones a la variabilidad. Este concepto, que se define básicamente como el

uso opcional de dos o más formas en un momento determinado del proceso de la

adquisición del lenguaje, ha formado tradicionalmente parte de la descripción de los

sistemas de IL, así como de las gramáticas infantiles tempranas, como aspecto que

típicamente los caracteriza y los distingue frente a la estabilidad de los sistemas nativos

Capítulo III

158

adultos (Sharwood-Smith 1994, Liceras 1994, 1996, Robertson y Sorace 1999, Pérez-

Leroux y Liceras 2002).25

Pero, ¿qué se entiende exactamente por variabilidad?, ¿qué es lo que queremos decir al

afirmar que los sistemas de interlengua son, por definición, variables o, para el caso, que

las gramáticas infantiles presentan formas opcionales? Con respecto a las diferencias

que sistemáticamente se observan en la producción de los no nativos, es importante

advertir cómo éstas se manifiestan en diversos niveles: a) en el logro final que alcanzan

los hablantes no nativos frente a los nativos, b) en el grado de competencia que

presentan los hablantes no nativos que proceden de L1 diferentes o c) incluso dentro de

un mismo grupo de hablantes con experiencias lingüísticas y/o niveles de competencia

similares.

Siguiendo la definición de Serra et al. (2000), entendemos la variabilidad, tanto en L2

como en las primeras etapas de la adquisición de la L1 o en el lenguaje de sujetos con

TEL, como la producción de diversas variantes formales de una forma concreta en un

momento dado del proceso de adquisición, entendiendo que entre las variantes

recogidas puede hallarse la forma correcta, esto es, la forma nativa adulta. Igualmente,

nos parece que el grado de variabilidad observado en la producción de un hablante

concreto ha de ser, sin duda, un criterio fundamental a tener en cuenta a la hora de

valorar en qué momento exacto de su proceso de adquisición se encuentra dicho

individuo.

El concepto de variabilidad ha aparecido en la investigación sobre L2 casi desde el

mismo nacimiento de la disciplina. Ya Adjémian (1976) alude a esta misma variabilidad

refiriéndose a ella como ‘permeabilidad’ y definiéndola como la inconsistencia interna

que, frente a la estabilidad que típicamente presentan los sistemas nativos, rige y

caracteriza los sistemas de interlengua. Al preguntarse cómo ha de definirse

exactamente esta permeabilidad, Liceras (1996) se plantea, por un lado, si es patrimonio

exclusivo de los sistemas lingüísticos no nativos y, por otro, si puede defenderse la idea

de que está de alguna manera implicada en los procesos de cambio lingüístico. Expresa

25 La diferencia entre uno y otro término radica a veces en el modo en que se emplean los dos términos: si bien variabilidad suele referirse a problemas de actuación, opcionalidad remite a un problema de competencia (Bel 1998). En principio, en este trabajo no hacemos uso de esta distinción.

La adquisición del SD en español L2 y LE: teoría y metodología

159

la autora la necesidad de distinguir entre la abstracción que supone hablar de la

gramática no nativa y los datos concretos de producción de la interlengua recogiendo la

distinción entre lengua y gramática establecida por Chomsky (1981); de esta manera las

estrategias de aprendizaje, los factores sociales y/o los mecanismos de producción de

que se sirven los hablantes de una L2 estarían relacionados con las interlenguas y no

con el sistema gramatical que a ellas subyace determinado como una parte (más) de la

interlengua, concretamente, la que supone el conocimiento ‘real’ que el hablante posee

de la gramática de la L2. Inferir cuál es el grado de conocimiento real de que dispone el

hablante no nativo deviene, ahora más que nunca, una tarea de suma importancia y, eso

sí, doblemente compleja por cuanto implica emprender una labor de abstracción a partir

de los datos reales de producción y esto es, en última instancia, el cometido del lingüista

que se ocupa de describir los sistemas de L2.

Desde Liceras (1986, 1996) se propone que, si asumimos que la permeabilidad

caracteriza a todos los sistemas lingüísticos y no sólo a los no nativos, una producción

lingüística que presenta formas en conflicto sería ni más ni menos el reflejo de una

competencia que puede verse afectada por variables relacionadas con el estilo, el

registro o la situación comunicativa. Sin embargo, no parece plausible que la

permeabilidad pueda considerarse factor responsable de la variabilidad en la actuación

del hablante. En el caso de la L2, habría de considerarla, más bien, como el reflejo de

una indecisión paramétrica que es diferente, eso sí, a la que se observa en las gramáticas

infantiles cuyas opciones no coincidentes con las de los sistemas nativos adultos están

‘simplemente’ aún por resolver; en el caso de las gramáticas no nativas es preciso

hablar, en cambio, de parámetros no fijados de forma unívoca que originan una

variabilidad de intuiciones que pasan a formar parte de la competencia gramatical del

hablante de L2. Así pues, aunque pueda afirmarse que tanto los nativos como los no

nativos son sistemas permeables, sólo en el caso de estos últimos parece lícito hablar de

que ello da como resultado distintos grados de variabilidad. En palabras de la autora:

‘lo que la determina [la variabilidad] es la existencia de unos parámetros que no se han fijado de forma unívoca o que no se fijan en absoluto. La variabilidad, tanto de la IL como de los sistemas nativos, puede ser un reflejo indirecto de la permeabilidad, pero no un reflejo directo. […] Podemos encontrarnos con parámetros que no se han fijado de forma unívoca y, por lo tanto, originan una variabilidad de intuiciones que forman parte de la competencia gramatical’. (1996:52)

Capítulo III

160

En su introducción al volumen editado bajo el título de The acquisition of Spanish

morphosyntax que pone en relación estudios sobre L1 y sobre L2, Pérez-Leroux y

Liceras (2002) se preguntan qué significa exactamente que un aspecto determinado de la

gramática nativa presente una conducta opcional en los sistemas de IL desde un modelo

de aprendizaje de la lengua que descarta las explicaciones de tipo probabilístico, para

afirmar que, desde luego, tales efectos son de una gran importancia para los estudios de

adquisición, tanto en lo teórico como en lo práctico, en la medida en que para el

programa minimista se elimina la posibilidad de contar con procesos y/o estructuras

opcionales que resultan poco económicos para el sistema computacional (Hyams 2001).

Para Pérez-Leroux y Liceras el debate acerca de la interpretación que se asigna a la

variabilidad en la adquisición del lenguaje se estructura principalmente en torno a tres

posturas: la relacionada con fallos de actuación (Adjémian 1976, Epstein et al. 1996,

Prévost y White 2000), la que defiende la existencia de reglas opcionales (Wexler 1994)

y las que hablan de un ‘bilingüismo oculto’ (Liceras 1986, Roeper 1999, Zobl y Liceras

2005) o de un fenómeno de diglosia equivalente al que se constata en los procesos de

cambio lingüístico diacrónico.26

Ciertamente, esperamos encontrar en nuestros datos diversidad de formas en

competición, en los contextos de expresión de la referencialidad o unicidad que

investigamos. Si los resultados corroboran la existencia de distintas formas que alternan

en un mismo contexto quedará pendiente determinar cuál es la interpretación que habrá

de darse a un fenómeno de estas características.

3.4 La adquisición de los pronombres átonos

El proceso que supone la adquisición nativa de los clíticos y que ahora nos

ocupa presenta, como es de esperar, características diversas que varían dependiendo de

la lengua de que se trate. Si bien en lenguas como el inglés los pronombres de sujeto se

adquieren característicamente muy pronto, con anterioridad incluso a la marca de la

referencia por medio del artículo ante los sustantivos (Bloom 1970, Brown 1973,

Radford 1990), los estudios realizados sobre datos del español u otras lenguas

románicas describen su adquisición como un fenómeno relativamente tardío y escaso –

26 Véase Fontana (1993) o Lightfoot (1999).

La adquisición del SD en español L2 y LE: teoría y metodología

161

prácticamente inexistente en el caso de los plurales–que se sitúa entre los 2,2 y los 2,5

años (Hernández Pina 1984, Ezeizebarrena 1996, Bel 1998). El motivo que justifica los

diferentes ritmos de adquisición en uno y otro caso es que, en realidad, estamos

considerando elementos esencialmente diferentes: los pronombres fuertes en español se

emplean con una función enfática, contrastiva (tú y no yo, ella y no él) que no

corresponde a la que se aplica a sus supuestos equivalentes del inglés; alternativamente

éstos deben, más bien, considerarse correspondientes a las marcas de flexión que porta

el verbo de las lenguas románicas ya que, al fin y al cabo, desempeñan la misma función

de identificación del referente y proporcionan el mismo tipo de información.

En nuestro estudio consideramos la adquisición de clíticos de objeto directo e indirecto

de tercera persona (lo, la, los, las, le, les) relacionados históricamente, como sabemos,

con los artículos determinados (v. Capítulos I y II) y el pronombre se como alomorfo de

le en secuencias de amalgama de clíticos (v. Capítulo I) y como forma de tercera

persona –de singular y de plural– del paradigma de los verbos reflexivos y

pronominales.

Uno de nuestros objetivos es intentar alcanzar un criterio fiable que nos permita llegar a

una propuesta de clasificación para el grupo al que nos referimos en general como

clíticos a la luz de lo que sobre estos elementos nos hayan dicho la teoría lingüística y

los datos de la adquisición no nativa. Nos hemos hecho y nos haremos eco de las

propuestas de algunos autores que, descontentos con la falta de precisión que implica

asumir como equivalentes a todos los miembros de un conjunto tan amplio dan sus

propias clasificaciones alternativas y/o apuntan a criterios que pueden resultar válidos y

útiles a la hora de encarar la tarea de reclasificar los integrantes del amplio y complejo

paradigma de los pronombres átonos del castellano. Creemos que los datos de la

adquisición del lenguaje en general, y de la adquisición del lenguaje no nativo en

particular, tienen mucho que aportar en este sentido.

3.4.1 La adquisición de los pronombres átonos en la L1

A continuación examinamos la forma en que tiene lugar la adquisición nativa

de los clíticos pronominales a partir de trabajos realizados tanto sobre datos del español

Capítulo III

162

como de otras lenguas. En la primera sección presentamos los resultados de una serie de

trabajos que analizan cómo tiene lugar el desarrollo de la expresión de la referencia y la

adquisición de los principios de ligamiento; en la sección siguiente se presenta cómo se

ha analizado la omisión de los clíticos de objeto por parte de niños que adquieren su L1.

3.4.1.1 La adquisición de la referencia: los principios de ligamiento

Las propiedades de la serie de elementos que se incluyen bajo la etiqueta

global de ‘pronombres átonos’ se han tratado, como ya hemos dicho, en muy variados y

numerosos estudios tanto de corte teórico como basados en el análisis empírico de los

datos. Desde el marco de la GGT, éstos se han organizado a partir de una categorización

tripartita de los elementos referenciales (Haegeman 1994, Padilla 1990, Serra et al.

2000):

a. anáforas (reflexivos y recíprocos)

b. pronominales

c. variables (expresiones referenciales)

Lo que ha de aprender el niño que adquiere su L127 es que el contenido referencial de

estos elementos está determinado por un antecedente que aparece, en el contexto

oracional o en el contexto de discurso. Esta condición se conoce como ‘Principio de

correferencia’ y establece que los clíticos de nuestro estudio, reflexivos y pronominales,

sólo podrán interpretarse con relación a un antecedente, normalmente, previo. Incluimos

a continuación los ‘Principios de ligamiento’ que regulan el comportamiento sintáctico

de estos elementos así como de las expresiones referenciales (Chomsky 1985):

27 Como puede imaginarse, el hablante adulto que aprende una L2 ya tiene conocimiento de cómo funcionan y qué implican los principios de ligamiento en su L1; en su caso, la tarea consistirá en decubrir/ deducir cómo se aplica tal conocimiento en la L2 con la que tiene contacto.

La adquisición del SD en español L2 y LE: teoría y metodología

163

Principio A: Las anáforas tienen el antecedente dentro de su misma oración, deben

estar regidas localmente, en su categoría rectora.

Principio B: Los pronominales tienen su antecedente fuera de la oración de la que

forman parte. Deben ser libres en su categoría rectora, o sea, estar

regidos por un referente externo.

Principio C Las expresiones referenciales son libres, esto es, no tienen antecedente.

Consideremos los siguientes ejemplos:

(5a) Carmela se peina con dos coletas

(5b) Carmela la peina con dos coletas

(5c) Carmela peina a su tía con dos coletas

En (5a) el se reflexivo se entiende en relación con Carmela, elemento que aparece en la

misma oración: son correferentes; la en (5b), sin embargo, sólo puede entenderse si no

asumimos que refieren a una misma entidad, efectivamente tiene un antecedente ya

conocido para hablante y oyente, pero su antecedente ha de buscarse en el contexto de

discurso y no en la misma oración. Por último, el sintagma su tía en (5c) no necesita de

un referente anterior para ser interpretado y es, por tanto, libre.

Los primeros estudios sobre la adquisición de estos elementos referenciales se

realizaron, como ha sido habitual durante años, sobre datos del inglés y, en general,

coincidían en afirmar que, a pesar de encontrarse en distribución complementaria, los

pronombres reflexivos y los pronominales presentan un comportamiento diferente.

Diversos estudios experimentales (Jakubowicz 1984, Wexler y Chien 1985 entre otros)

muestran cómo los niños suelen tener más problemas con la interpretación de oraciones

que incluyen pronominales que con secuencias con reflexivos –un 50% de

interpretaciones correctas en el caso de los pronominales frente a un 90% para los

reflexivos. Según Serra et al. (2000) esto podría interpretarse como evidencia de que los

niños establecen una jerarquía entre los principios universales A y B antes referidos: ya

que cuando ambos pueden aplicarse sólo respetan los de ligamiento. Algunos autores

defienden la universalidad de estos principios y asumen o bien que los problemas que

caracterizan la adquisición de los elementos referenciales están relacionados con el

Capítulo III

164

aprendizaje de las propiedades morfosintácticas de unos elementos frente a otros

(Jakubowicz 1994), o que el proceso de adquisición de los mismos pasa por la

clasificación de piezas léxicas concretas como parte de una u otra categoría (Lust,

Mazuka, Martohardjono y Yoon 1989).

En primer lugar, y una vez asumida la universalidad de los principios A y B que rigen el

ligamiento de las formas pronominales, partimos del problema observado en los datos

del inglés con respecto al mantenimiento del principio B, en la medida en que los niños

anglófonos aceptan que el pronombre libre sea correferente con el sujeto, es decir,

muestran tener dificultades con pronombres fuertes regidos por un SD determinado en

ejemplos como el de (6):

(6) Danieli sees himi

*Danieli ve loi

[Daniel lo(=Daniel) ve, Daniel se ve a sí mismo]

Los niños ingleses, como decimos, muestran tener problemas con la correferencia

intraoracional ya que los pronombres fuertes deben ser interpretados en el contexto del

discurso. Este fenómeno, que se ha denominado Efecto de dilación del principio B, no

se observa, sin embargo, en los datos de niños que aprenden una lengua románica.

Según el trabajo de McKee (1992), los niños italianos presentan un comportamiento

diferente al que acabamos de describir, más cercano al adulto, ya desde estadios muy

tempranos pues, mientras en inglés se encuentra, en el caso de los reflexivos, un

porcentaje de usos correctos del 91% frente al 61% de los pronominales, en italiano los

porcentajes son del 95% y el 90% respectivamente. Tal diferencia parece sugerir que el

estatuto sintáctico de los clíticos, que les hace aparecer obligatoriamente unidos al

verbo, convierte el proceso de adquisición de los pronombres románicos en un proceso

menos costoso que el que presentan los pronombres fuertes. De acuerdo con lo anterior,

las propiedades sintácticas (y fonológicas) de estos elementos clíticos románicos

provocarían que los niños asignaran el antecedente de forma adecuada tanto en el caso

de los reflexivos como en el de los pronombres átonos.

La adquisición del SD en español L2 y LE: teoría y metodología

165

El trabajo de Baauw, Escobar y Philip (1997) examina datos de comprensión de 37

niños castellanohablantes con una media de edad de cinco años y afirman que el efecto

que se describe para los niños ingleses no aparece en sus datos. Eso sí, el

comportamiento de los sujetos varía ante estructuras diferentes, a saber, sí se observan

problemas con las construcciones de marca excepcional de caso del tipo ilustrado en

(7a):

(7a) La niñai laj ve bailar

En ejemplos como éste, un 36% de los niños establecía una referencia entre la y la niña

tratando el clítico como si de un reflexivo se tratara, es decir, como si se enfrentaran a

un ejemplo como el de (7b) que, en cambio, interpretan correctamente:

(7b) La niñai sei ve bailar

En Escobar y Gavarró (2000) se realiza una réplica al estudio anterior y se discuten los

datos de niños similares a los del experimento anterior que tienen el catalán como L1, y

planteando la siguiente pregunta ¿tienen los niños preferencia por una anáfora de

discurso o por un pronombre fuerte en contextos de correferencia en el discurso? Se

parte del supuesto de que, si bien los principios de ligamiento son innatos, nociones

pragmáticas como ‘el contexto o punto de vista discursivo’ resultan más problemáticas

para el niño y se insiste en el contraste entre las anáforas (de adquisición temprana) y

los pronombres (libres) (de adquisición más tardía). Los resultados demuestran que,

para los reflexivos, los niños producen un 100% de estructuras correctas, mientras que

los clíticos de acusativo presentan un comportamiento variable, a saber, el doblado de

clíticos no parece suponer un problema (la mama l’eixuga a ella), aunque sí las

estructuras de marca excepcional de caso (v. la nenai laj veu saltar a la corda) frente a

las que los niños reaccionan de forma diversa. En la expresión de la correferencia los

niños mayores, no tienen problemas con los clíticos en oraciones simples o de doblado

de clíticos; ello indicaría que conocen los principios del ligamiento desde muy pronto.

Capítulo III

166

Los resultados de estos dos trabajos apoyan una teoría de adquisición basada en la

existencia de dos módulos independientes (uno sintáctico y uno de discurso). En virtud

de esta teoría los niños que adquieren una lengua románica siempre presentarán

dificultades con las construcciones que implican la selección de un antecedente y/o

fenómenos de interpretación próxima en los que el ligamiento no juegue un papel

importante y, en cambio, sea relevante la comparación de varias interpretaciones

posibles. Entre las posibles explicaciones que pueden justificar este fenómeno las

autoras se inclinan por la existencia de un retraso en la adquisición de un principio

pragmático que opera en el nivel de discurso (Chien y Wexler 1990) descartando la

explicación basada en problemas de procesamiento (Grodzinsky y Reinhardt 1993).

El examen de los datos de producción espontánea suele arrojar, como ya hemos dicho

antes, resultados diferentes a los datos experimentales, y ya se ha dicho que incluso los

mismos datos pueden arrojar resultados diferentes. Por ejemplo, y centrándose en el

fenómeno del doblado de clíticos, el trabajo de Torrens y Wexler (1996) examina los

datos espontáneos de María, recogidos por López Ornat, Férnandez, Gallo y Mariscal

(1994) del español L1 para afirmar que la niña no sólo domina la distinción entre

clíticos y otros pronombres, sino que los produce en el lugar adecuado dentro de la

estructura de frase y es capaz de doblarlos en los contextos oportunos y no en contextos

ilícitos; tan sólo se recoge un ejemplo en que no se duplica el clítico en un contexto

obligatorio:

(8) *Voy a peinar a ti [María: 2,5]

Además, la interpretación otorgada a los clíticos es correcta en todos los casos ya que se

establece correferencia entre el elemento doblado y su antecedente. Los resultados de

este trabajo pueden, así, interpretarse como evidencia de la disponibilidad de estos

elementos ya desde las primeras etapas de la adquisición infantil.28

28 La ‘Hipótesis de continuidad fuerte’ (Strong Continuity Hypothesis) sostiene que las categorías funcionales están presentes en las gramáticas infantiles desde las primeras etapas de la adquisición. Así, el niño que aprende su L1 está equipado con las categorías funcionales desde el principio y su representación gramatical es en todo momento equivalente a la del adulto. El sistema computacional de un hablante, pues, cuenta desde su nacimiento con todo tipo de categorías y, a partir de los datos del input, sólo tiene que actualizarlas. Defensores de esta teoría son entre otros autores como Hyams (1986, 1992), Pinker (1984) Poeppel y Wexler (1993) o Bel (1998).

La adquisición del SD en español L2 y LE: teoría y metodología

167

3.4.1.2 Producción y omisión de clíticos de objeto (I)

El trabajo de Domínguez (2003) analiza la forma en que se interpreta la

referencia en las primeras etapas del español infantil a partir de los datos de López

Ornat y propone una hipótesis que establece divisiones dentro del amplio grupo de

elementos que constituyen los clíticos para el estudio de la adquisición del español.

A partir de la complejidad gramatical que presentan los elementos englobados bajo la

etiqueta general de clíticos, Domínguez plantea la posibilidad de distinguir diversos

grupos entre los pronombres de 3ª persona atendiendo a dos criterios que los distinguen:

1. Si están orientados al sujeto o al objeto: los clíticos orientados al sujeto no

presentan marca de género y, en algunas de sus formas, tampoco de número y

están además coindizados con el sujeto, en contraste con lo que ocurre con los

orientados al objeto. Adicionalmente, estos clíticos aparecen en algunos

contextos en los que no pueden ser eliminados y/o sustituidos por un SN.

2. Si son o no reflexivos; esta distinción derivará además en diferencias en el

número de rasgos que expresan: los reflexivos pueden expresar sólo un rasgo

(persona) mientras que los no reflexivos pueden llegar a expresar incluso

cuatro (género, número, caso y persona).

Todo lo anterior le permite establecer cuatro subgrupos diferentes que se distinguen

según los rasgos para los que están especificados y su capacidad de identificar

categorías vacías, los reflexivos, por ejemplo, sólo pueden referirse a los interlocutores

participantes en la situación comunicativa. Incluimos a continuación el cuadro resumen

que proporciona la autora:

CUADRO VI. LOS CLÍTICOS DEL ESPAÑOL ESTÁNDAR

Orientados al objeto

Orientados al sujeto

1ª y 2ª persona

3ª persona Objeto directo Obj. indirecto

Sin género Masculino Femenino Neutro Sin género Singular me, te lo la lo Le me, te, se Plural nos, os los las Les nos, os, se

Capítulo III

168

Esta propuesta de clasificación está relacionada con la queja que expresa la autora

acerca de la tendencia generalizada que se observa en estudios previos sobre la

adquisición de clíticos a considerarlos como una única categoría homogénea (cf.

también Jakubowicz et al. 1998) y a las predicciones que surgirían naturalmente de tal

postura:

a) todos los clíticos aparecerán en las gramáticas infantiles al mismo tiempo y

b) no se observarán diferencias en el momento de aparición de los clíticos

dependiendo de las características morfológicas de cada caso.

En contra de las predicciones anteriores, el trabajo de Domínguez demuestra cómo la

adquisición de los clíticos del español se produce, al menos, en dos etapas:

1. Los clíticos reflexivos aparecen antes que los no reflexivos

2. En el proceso de adquisición de los no reflexivos se detecta una forma que se

emplea por defecto: el masculino lo. Igualmente, durante este período se

encuentran instancias de doblado de clíticos en contextos ilícitos.

La existencia de estas etapas se explica aludiendo al hecho de que la morfología de los

clíticos del español es representada en la gramática como un conjunto de rasgos

gramaticales (caso, género, número…). El análisis de los datos que proporciona

Domínguez muestra que durante las primeras etapas los niños pueden tener problemas

al adquirir alguno de esos rasgos y que, de ser éste el caso, los niños recurren a una

forma por defecto: lo (masculino/neutro singular).

El estudio de Fujino y Sano (2002), realizado a partir de datos longitudinales

disponibles en CHILDES (MacWhinney y Snow 1985), analiza la producción de

objetos nulos por parte de tres niños que aprenden español como L1. Es bien sabido que

en el inglés infantil existen sujetos nulos a pesar de que sea ésta una lengua que no los

permite en su versión adulta; para dar cuenta de su existencia se han proporcionado

diferentes hipótesis. El análisis propuesto por los clásicos trabajos de Hyams (1996,

2001) determina que los sujetos nulos del inglés infantil tienen un origen gramatical ya

La adquisición del SD en español L2 y LE: teoría y metodología

169

que los niños están empleando categorías vacías donde la lengua adulta no las permite.

Si los sujetos producidos por los niños se pueden dividir entre SSDD plenos,

pronombres y sintagmas nulos, y dado que la proporción de SSDD plenos se mantiene

constante a lo largo del proceso de adquisición y que la producción de pronombres

parece incrementarse cuando disminuye la de los sujetos nulos, bien podría parecer que

éstos son una especie de sustituto de los pronombres. Así, el fenómeno en que se ven

implicados constituye una especie de ‘intercambio’ (trade-off) de unos elementos por

otros (v. Hyams 1986, Hyams y Wexler 1993). Lo anterior descartaría explicaciones

que hablan de un déficit de procesamiento por parte de los niños (entre otras, véase el

Output Omission Model (Bloom 1990, Valian 1991).

Según lo anterior, del mismo modo en el lenguaje infantil de lenguas que, como el

español, no permiten los objetos nulos pueden observarse ejemplos de este fenómeno.

Fujino y Sano proponen la existencia de una etapa en español infantil, especialmente en

las etapas iniciales pues se dan en los datos de los tres córpora examinados. Sin

embargo, la aparición de estos objetos nulos disminuye gradualmente al tiempo que

aumenta la presencia de los clíticos de objeto, ausentes en las etapas iniciales de esos

mismos niños; es más, en un momento determinado estos elementos experimentan un

incremento muy importante y comienzan a emplearse productivamente. Al igual que

ocurría en los datos de Hyams, significativamente la proporción de SSDD plenos se

mantiene constante.

Para las autoras esto debe interpretarse en el sentido de que las omisiones del objeto en

los niños afectan solamente a aquellos sintagmas que en lenguaje adulto equivaldrían a

clíticos y no a sintagmas plenos; se apoya, así, la hipótesis del intercambio de Hyams y

Wexler (1993) y se descartan las propuestas relacionadas con dificultades de

procesamiento o de actuación por dos razones: primero porque estos objetos nulos

aparecen en posiciones diversas en la oración y porque, de existir dicho déficit afectaría

a objetos de todo tipo, tanto a clíticos como a sintagmas plenos. Concluyen, así, que los

niños hispanohablantes saben que los clíticos existen y que el español –y esto puede

aplicarse a las lenguas románicas en general– es una lengua que no permite los objetos

nulos aunque en su adquisición se haya de pasar por una etapa que los autoriza, es decir,

una etapa en la que la materialización de los clíticos es opcional para las gramáticas

infantiles.

Capítulo III

170

3.4.2 La adquisición de los pronombres átonos en la L2

Inevitablemente nos preguntamos en qué forma se aplica lo anterior en la

adquisición de la L2: ¿qué ocurriría si, en un caso como el de los hablantes de nuestro

estudio, se procede de una lengua que, como el chino, permite los objetos nulos?

¿mostrarán estos hablantes un comportamiento diferente al de hablantes nativos de

francés o inglés cuyas lenguas carecen de ellos? Será interesante considerar si las

interlenguas de nuestros sujetos presentan objetos nulos con independencia de si esta

opción es lícita o no en su lengua materna. El estudio del uso y la interpretación de los

clíticos pronominales en los sistemas no nativos pone en contacto, como vemos,

fenómenos relativos a la gramática y al discurso. Su adquisición, aspectos evolutivos,

diacrónicos y/o relativos a la variabilidad que define a los sistemas no nativos es lo que

trataremos de describir a continuación.

3.4.2.1 Producción y omisión de clíticos de objeto (II)

El estudio de Liceras (1985) parte de una propuesta sintáctica de Rivero

(1983) a la hora de establecer un paralelismo entre el comportamiento de los clíticos del

español actual (que son afijos sintácticos) y los del español antiguo (que se adjuntan en

la Forma Fonética)29 y el que se observa para los clíticos del español no nativo cuya

conducta es típicamente inestable. La idea es en esencia que, frente a lo que ocurre en

los sistemas gramaticales nativos que son de naturaleza estable, las gramáticas de IL

presentan una conducta variable que en el caso de los clíticos se concreta en estas dos

posibilidades: o bien se incorporan (como afijos) en el léxico –como ocurre en el

español nativo adulto– o bien se incorporan fonéticamente una vez realizadas las

operaciones sintácticas correspondientes. La consideración de los mismos datos en

Liceras (1996) hace que se ilustre esta diferencia en los siguientes términos:

a. en español antiguo los clíticos de acusativo son SSNN que reciben papel

temático del verbo porque están en posición argumental

b. los clíticos son afijos en español moderno, mientras que en español antiguo se

comportan como los SSNN

29 Véase la nota al pie 17 en el capítulo anterior.

La adquisición del SD en español L2 y LE: teoría y metodología

171

c. sólo en español actual, pues, están los clíticos ligados a la presencia de una

categoría vacía, no así en español antiguo en el que ocupan, como decimos, una

posición argumental

Al considerar cuáles son las implicaciones de lo anterior para la adquisición de los

clíticos del español L2, se señala cómo, a pesar de que estos hablantes están expuestos a

un input que sólo presenta una de las dos opciones (que los clíticos son en español de

naturaleza afijal) las características propias de los sistemas no nativos hacen que estos

hablantes no los analicen como lo harían los niños que aprenden su L1 y les asignen por

ello unas propiedades diversas. Concretamente, la autora propone que en las

interlenguas del español se concede a los clíticos las mismas propiedades que poseían

los del español antiguo o incluso que presenten ambos valores y funcionen como

sintagmas nominales (proyecciones máximas) y como afijos (D0 de la proyección que

encabezan). Según esto, es factible que ocasionalmente los aprendices de español L2

perciban los clíticos como ocupantes de una posición argumental en la que nunca

aparecen en la producción nativa.

Los datos del estudio de Liceras (1985) proceden de la producción semiespontánea de

un grupo de 60 estudiantes de español L2 (de nivel intermedio a avanzado) de la

Universidad de Ottawa cuyas L1 eran el inglés (n= 30) y el francés (n= 30). Los

resultados muestran que en la producción analizada es posible encontrar ejemplos

equivalentes a los del español nativo, véanse los ejemplos de (9a) a (9c):

(9a) Juan no me lo dio

(9b) Juan no va a dármelo

(9c) Juan no me lo va a dar

E igualmente aparecen ejemplos típicos de las interlenguas como los de (9d) y (9e):

(9d) *Una azafata preguntales

(9e) *Yo quiero lo leer

Capítulo III

172

Sin embargo, estos dos últimos ejemplos no constituyen una prueba contundente de que

los sujetos estén tratando estos clíticos como SSNN; la interpolación de material entre el

verbo y el clítico sí que podría ser considerada evidencia de que estos hablantes analizan

los clíticos como sintagmas plenos y no como elementos afijales. En los resultados de

Liceras, sin embargo, no aparecen ejemplos de interpolación de un elemento entre verbo

y clítico del tipo disponible en español antiguo lo cual no debe resultar sorprendente si

partimos de una hipótesis inicial de transferencia pues ni en francés ni en inglés se

observa un fenómeno similar. Tampoco se encuentran ejemplos de reduplicación en los

que el clítico aparezca en la misma posición en que aparecen sintagmas plenos como

adjuntos y todo ello lleva a pensar que estos clíticos han sido efectivamente analizados

como afijos por parte de los hablantes de la muestra. Las pruebas que encuentra la

autora para defender que los clíticos sí se analizan como palabras sintácticas y no como

afijos son ejemplos como los de (9d) en los que aparecen pospuestos a los verbos

conjugados. Los controles produjeron un total de cuatro estructuras de doblado mientras

que en toda la producción del grupo francés sólo se encontró un ejemplo de este tipo

frente a los siete ejemplos hallados en el grupo inglés, seis de ellos producidos, eso sí,

por el mismo sujeto.

Según estos resultados, el sistema pronominal átono del español no nativo presenta un

comportamiento variable desde el momento en que es posible que los elementos que lo

integran no presenten un único valor. La autora, en la línea de lo que propondrá desde

otros trabajos (Liceras y Díaz 1998, Liceras et al. 2002a) apunta a que la justificación a

este comportamiento podría localizarse en la forma en que los aprendices adultos de una

L2 acceden a los datos del input en la medida en que, de alguna forma, éstos son

‘insensibles’ a la información que contiene el input y que hace que los niños de L1

adquieran (transcurrido el período más o menos fluctuante de las primeras gramáticas

infantiles) el valor unívoco que en la lengua objeto se asigna a un parámetro dado; en

este caso concreto, la información que no está disponible para el hablante adulto no

nativo es que, en español, la cliticización se localiza exclusivamente en el nivel léxico.

Por último, y con respecto a lo que afirma Liceras acerca de que a partir de datos como

los anteriores resultará difícil aproximarnos a una caracterización precisa de la

naturaleza de las gramáticas no nativas, no podemos por menos que señalar cómo esa

ausencia sistemática de sistematicidad, valga la redundancia, es precisamente lo que

La adquisición del SD en español L2 y LE: teoría y metodología

173

debe esperarse de este tipo de gramáticas, y que corroborar la variabilidad de las

mismas no es más que confirmar esta cualidad como uno de los rasgos que las definen.

En la misma línea de argumentación, el estudio de Perales, Liceras y Zobl (2005) parte

de la existencia de varias ‘formas en competición’ y pone en relación la naturaleza de

las gramáticas no nativas y los fenómenos que se observan en los procesos de cambio

lingüístico. En otras palabras, la diglosia diacrónica y la diglosia evolutiva se comparan

teniendo en cuenta que, si bien se trata de procesos en esencia diferentes, sí están

hipotéticamente relacionados entre sí desde el momento en que ambos implican la

existencia de dos análisis paralelos (en competición) que pueda aplicarse a una misma

forma. En trabajos anteriores Zobl y Liceras (2005) muestran, a partir de datos sobre el

orden de constituyentes procedentes de la historia del inglés, cómo determinadas

propiedades presentan en la adquisición de la L2 un orden paralelo al que presentan

cuando se pierden en procesos de cambio lingüístico. En el estudio de Perales, Liceras y

Zobl se parte de una perspectiva histórica de los clíticos del español que analiza su

evolución en términos de una situación de diglosia (v. Fontana 1993, 1996) y que los

caracteriza como clíticos de segunda posición (v. Capítulo I, sección 1.1.3) que pierden

con el tiempo algunas de sus propiedades categoriales pues, de ser proyecciones

máximas pasan a ser núcleo de su propia categoría funcional. Así, en español antiguo

mostraban determinadas propiedades, como su capacidad de admitir interpolaciones, de

seguir o preceder al verbo flexionado y de no necesitar duplicación en las estructuras de

doblado que no presentan los clíticos del español actual; según lo predicho por Zobl y

Liceras (2005), tales elementos presentarían en español no nativo un orden de

adquisición similar al que siguieron cuando desaparecen en la evolución diacrónica.

Perales et al. analizan datos de producción semiespontánea de cuatro sujetos anglófonos

y dos sujetos que tienen el chino como L1 y admiten que, a partir de lo observado en los

datos que manejan, es difícil ser concluyente acerca del comportamiento de los clíticos

del español no nativo en el sentido en que se propuso inicialmente. Por un lado, se

observa que los hablantes se percatan rápidamente de la imposibilidad de realizar

interpolaciones y presentan pocos problemas con la posición del clítico respecto al

verbo flexionado al que acompañan. Esto se explica aludiendo al grado de conocimiento

de francés de los hablantes, posiblemente también responsable de las formas no nativas

que producen cuando anteponen los clíticos a formas de infinitivo, opción gramatical en

Capítulo III

174

francés. Igualmente, y en consonancia con estudios previos sobre el tema (véase por

ejemplo el de Bruhn de Garavito (2000) que se revisa en la sección siguiente), las

estructuras de doblado de clítico resultan problemáticas incluso para hablantes muy

competentes y todo parece indicar que en éstas los clíticos y los SSDD plenos aparecen

en distribución complementaria.

La misma naturaleza de estos datos semiespontáneos, en los que comúnmente se pueden

observar fenómenos de evitación y/o de aprendizaje y uso formulaico de expresiones

fijas, frente a los datos experimentales del estudio de Zobl y Liceras (2005)) puede dar

cuenta de la diferencia entre lo que se observa en uno y otro caso. De cualquier modo,

nos parece ésta una vía interesante en la que seguir investigando y que puede ayudar a

clarificar, sin necesidad de recurrir a explicaciones de tipo probabilístico, o que asignen

un carácter deficitario a los sistemas no nativos, cómo funciona la naturaleza variable de

las gramáticas de interlengua y tratar de predecir en qué dirección va a producirse esta

variabilidad.

3.4.2.2 Los benefactivos y los experimentadores: se y le(s)

En los trabajos de Montrul (1995, 1998) se compara la adquisición no nativa

de los dativos benefactivos y experimentadores del español. Para la autora, a pesar de

que estos experimentadores sean formalmente objetos indirectos y ocasionalmente

aparezcan en su misma posición, en la mayoría de las ocasiones ocupan la posición de

sujeto y, en muchos aspectos, se comportan como tales, ya que, desde el punto de vista

de la organización de información, son el argumento más prominente que hay en la

oración. La escala de prominencia discursiva de los papeles temáticos y su relación con

la posición de los argumentos en la estructura de la oración (Agente (Experimentador

(Meta (Tema)))) es la propuesta en los trabajos de Jackendoff (1987, 1990) o Baker

(1996). La cuestión en torno a la cual gira la investigación de Montrul es determinar si

pueden los hablantes de L2 percatarse de la mezcla de propiedades que presentan estos

experimentadores, estos ‘sujetos dativos’, que aparecen siempre doblados por un clítico

que coteja su caso dativo en ConcS, frente a los benefactivos que lo hacen en ConcOI.30

Igualmente se cuestiona si el hecho de que sean dativos impide de algún modo que los

30 Véase el análisis de estas estructuras presentado en la sección 2.4.2.2 del capítulo anterior.

La adquisición del SD en español L2 y LE: teoría y metodología

175

hablantes no nativos se den cuenta de cuál es su autentico papel como argumento más

importante, imprescindible, en la estructura de la oración.

Parte Montrul de dos hipótesis formuladas con respecto al comportamiento de sus

hablantes nativos de inglés y de francés. De acuerdo con la primera de ellas (1) los

hablantes de francés tendrán, en general, y dado que es ésta una opción disponible en su

L1, menos dificultades con el uso del dativo. Sin embargo, (hipótesis 2) puesto que el

español y el francés difieren en la forma y el lugar en que se asigna caso al

experimentador (en ConcOI en francés) los francófonos pueden omitir el clítico o

considerarlo opcional. Por su parte, los anglófonos pueden efectivamente asumir que los

experimentadores funcionan como sujeto y, por ello, dejar de asignarles caso dativo y

ello derivará en la ausencia del clítico. Para finalizar (hipótesis 4), y si la influencia de

la L1 es efectivamente característica de las primeras etapas de aprendizaje de la L2, es

de esperar que ambos grupos presenten una conducta más o menos uniforme en estadios

más avanzados de IL.

Lo que se desprende del estudio es que la L1 juega un papel decisivo en la

configuración de los sistemas de IL, sobre todo en las primeras etapas: los francófonos

aprenden las propiedades características de los dativos del español más fácil y más

rápidamente que tienen el inglés como L1. Con respecto al uso de clíticos, los dos

grupos de hablantes doblaron el clítico más frecuentemente con los dativos

experimentadores que con los indirectos, y esto se interpreta como evidencia de que se

percibe la diferencia entre estos dos tipos de estructura por parte de estos hablantes.

Todo ello iría en consonancia, si seguimos el análisis que propone la autora, con

estudios sobre L1 o L2 (se cita a Kaiser (1994) y a White (1996)) que demuestran que,

en aquellas lenguas que los poseen, los clíticos de sujeto se adquieren con anterioridad a

los de objeto. Efectivamente, se observan diferencias en los patrones presentados por

cada grupo: los anglófonos –y no los francófonos- prefieren, y ello es así especialmente

en las primeras etapas, los experimentadores nominativos a los dativos. Sin embargo,

para ambos grupos, hay una etapa en la que hay opciones posibles, como si, una vez

más, el sistema de estos hablantes fluctuara en este período entre dos representaciones

alternativas. Observamos con la autora lo interesante de la mejoría que con respecto a

estas estructuras presenta el grupo de inglés L1 y que parece directamente relacionada

con la adquisición de la morfología del dativo.

Capítulo III

176

Por último recogemos los resultados del trabajo de Bruhn de Garavito (2000) que

analiza el comportamiento sintáctico y la adquisición no nativa de los clíticos se y le y

se cierra con una interesante propuesta que especula con la relación entre ambas formas,

más exactamente con la identificación de las mismas. La autora examina los juicios de

gramaticalidad de hablantes no nativos de español a la luz de las hipótesis que analizan

el papel de la GU en la ASL. Su propuesta gira en torno a la posibilidad de que estemos

ante elementos multifuncionales que, generados como núcleo de proyecciones

funcionales diferentes y dependiendo de su posición, dan lugar a estructuras también

diferentes; ello se comprueba a partir de los datos de dos estudios experimentales. El

primero de estos estudios analiza los juicios de gramaticalidad no nativos sobre

diferentes usos de se (concretamente construcciones incoativas e impersonales) y el

segundo hace lo propio con respecto a las construcciones de doblado de clíticos. Los

participantes de los dos estudios son 30 hablantes casi nativos de español cuyas L1 eran

el francés –que presenta clíticos de objeto y tiene también construcciones impersonales

con se pero no doblado de clíticos equivalente al del español– y el inglés que, como

sabemos, no tiene clíticos de objeto.

Los resultados no indican que los hablantes sólo tuvieran acceso a aquellas opciones

especificadas en sus L1. En el caso de las pasivas impersonales, por ejemplo, señala

Bruhn de Garavito cómo estos hablantes se han percatado de que el SN que aparece en

estas construcciones no es un sujeto aunque se comporte como tal por lo que a la

concordancia respecta, y ello implica que son capaces de aceptar una opción que no es

posible en su L1 y que ni siquiera es la más frecuente en la L2. En ningún caso, se

asume que los resultados demuestren que existe una diferencia importante entre la

gramática nativa y la de los hablantes del estudio lo cual sólo puede explicarse si

aceptamos la posibilidad de acceso a la GU en el proceso de adquisición de una L2.

Todo lo anterior permite a la autora realizar una propuesta acerca de la naturaleza

morfológica y el comportamiento sintáctico de los clíticos del español y de las lenguas

románicas en general. Para Bruhn de Garavito las similitudes entre el dativo le y se son

tan numerosas debido a que, en cierta medida y en un nivel determinado, se trata de dos

instancias del mismo elemento relacional (se orientado al sujeto, le al objeto). En las

estructuras de doblado, por ejemplo, el clítico empleado es le mientras que cuando

coincide con un acusativo este dativo aparece como se. Para la autora es plausible

La adquisición del SD en español L2 y LE: teoría y metodología

177

pensar que hay un único clítico que tiene diferentes efectos en las relaciones que se

establecen entre los SSNN de la oración y surge bajo diversas apariencias dependiendo

de factores como la posición en que se genera el clítico, el papel temático del SN, etc.;

tales diferencias, además, sólo se dan en las terceras personas del paradigma. Bruhn

propone que en español, en realidad, como ocurre con la 1ª y la 2ª persona, sólo hay un

clítico de tercera persona para los tres casos gramaticales: si se le ‘añade’ número a este

clítico tenemos el dativo, si le añadimos número y género, el acusativo. El clítico se

podría ser el resultado de su especificación para persona (orientado al sujeto) (v.

también el análisis de Bonet (1995) revisado en el Capítulo I).

3.5 El análisis conjunto de los artículos y los pronombres átonos

El análisis conjunto de artículos y pronombres átonos como elementos a priori

relacionados entre sí se ha desarrollado tanto por lo que respecta al examen de sus

características desde una perspectiva puramente teórica como al análisis de datos

experimentales y/o la producción espontánea de lenguaje. A continuación recogemos

los resultados de estudios en los que también se ha partido de esta asociación en

relación con los procesos típico y atípico de adquisición y desarrollo de la L1. Hasta la

fecha, un mayor número de estudios ha abordado conjuntamente el proceso de

adquisición de ambos tipos de elementos a partir de los datos de L1 que de L2. Éste es,

de hecho, uno de los objetivos de nuestro trabajo: contribuir al campo de la

investigación en ASL proporcionando resultados y conclusiones que resulten relevantes

tanto para la disciplina en general como para el examen de esta parcela de investigación

en particular.

3.5.1 El análisis conjunto de los artículos y los pronombres átonos en la

adquisición típica y atípica de la L1

El estudio experimental de Jakubowicz, Nash, Rigaut y Gérard (1998) que

analiza la producción y comprensión de artículos y pronombres átonos por parte de

niños con TEL que adquieren el francés como L1 constituyó inicialmente, como ya

dijimos en la introducción a esta tesis, uno de los puntos de partida para el

planteamiento de nuestro trabajo. En este artículo se examina, por un lado, hasta qué

Capítulo III

178

punto el proceso de adquisición de los artículos y los clíticos pronominales de

nominativo, acusativo y reflexivos es un proceso paralelo asumiendo como hipótesis de

partida la propuesta de análisis de Uriagereka (1995) para quien los clíticos acusativos

son el núcleo funcional [D] de un argumento en el SD equivalentes, a los artículos

determinados. Jakubowicz et al. se oponen a esta propuesta de análisis pues defienden

que elementos de una y otra clase constituyen, en realidad, dos grupos de distinta

naturaleza.

Se proporciona en primer lugar una descripción detallada del comportamiento sintáctico

de los clíticos pronominales del francés y se señala cómo éstos se fusionan con el SV

que los selecciona en una posición preverbal que, significativamente, no es la posición

canónica para el ensamblaje de los argumentos. Se observa, además, cómo al no estar

estos clíticos especificados para el valor de animación como lo están los nombres o los

pronombres fuertes, los únicos rasgos semánticos que tienen en común sustantivos y

clíticos son los de género, número y persona (rasgos-φ). Los clíticos de las lenguas

románicas son, pues, descritos como elementos pronominales deficitarios

subespecificados para el rasgo [+/- animado] y carentes del rasgo [+N]. El se reflexivo

merece una atención especial porque, si bien –al igual que los clíticos de nominativo o

acusativo– está subespecificado desde un punto de vista léxico, gramaticalmente

presenta un menor grado de especificación que aquéllos, que presentan rasgos-φ y de

caso. Se, sin embargo, sí está especificado para persona y ello fuerza que

obligatoriamente esté ligado con el sujeto en su dominio mínimo, en contraste con el

resto de los clíticos pronominales (o el artículo). Esto resultará, como veremos, de vital

importancia a la hora de explicar su comportamiento, pues en la medida en que se no

está ligado a un referente en el discurso sino dentro de su propia categoría rectora, a la

hora de mostrar propiedades referenciales, está regido localmente por el sujeto.

Según los resultados de la prueba de producción, los sujetos experimentales (13 niños

con TEL de entre 5;7 a 13 años) y el grupo control presentan un patrón de adquisición

equivalente y esto podría sugerir que estamos ante procesos de adquisición paralelos

que simplemente se desarrollan a ritmos diferentes31. Los autores descartan las hipótesis

que hablan de un déficit en el procesamiento de los sujetos con TEL (como demuestra la

31 Zurdo (2000) obtiene resultados en la misma línea obtenidos a partir de datos del español SLI.

La adquisición del SD en español L2 y LE: teoría y metodología

179

prueba de comprensión) ya que hay presencia sistemática de algunas categorías

funcionales como los determinantes, en cambio, los clíticos de acusativo no aparecen

consistentemente. Ni la capacidad de procesamiento ni la competencia gramatical de

estos niños están globalmente afectadas; se trata más bien de un déficit local

relacionado con las propiedades computacionales y de subcategorización específicas de

los clíticos que resultan más difíciles de adquirir que los artículos, al igual que ocurre en

el caso de la adquisición típica del francés. Los principios A y B del ligamiento (y esto

coincide con los datos presentados para la L1 en la sección anterior) aparecen

relativamente bien preservados también en el grupo TEL.

Lo que más relevante resulta para nuestro trabajo es que se observa una clara asimetría

entre los artículos determinados y los clíticos de acusativo; señalan los autores que, a

pesar de la diferencia que existe entre determinantes y clíticos en lo semántico (los

artículos restringen, individualizan sobre la clase que determinan mientras que los

clíticos son argumentos que no restringen ni individualizan), son las diferencias

computacionales que existen entre ellos las responsables de que presenten un

comportamiento diverso, más concretamente, es relevante el hecho de que se fusionen

en una posición preverbal no canónica. Aparte de una disociación general entre los

resultados de producción y de comprensión –en general, mejores en la prueba de

comprensión– el análisis de los resultados muestra tres importantes disociaciones:

1. los niños con SLI son sensibles a las diferencias fundamentales entre los

artículos y los clíticos.

2. el grado de corrección de los niños con SLI al producir los distintos tipos

de clíticos (acusativos, nominativos y reflexivos) varía dependiendo de

las propiedades categoriales y sintácticas de estos elementos.

3. se confirma el análisis de los autores que asigna un estatuto diferente a

los artículos y a los clíticos de objeto; en este sentido los datos invitan a

ir un paso más allá pues se hace muy difícil hablar de clíticos como de

una clase homogénea.

El trabajo de Jakubowicz y Nash (En prensa) introduce una novedad fundamental con

respecto a la propuesta del que acabamos de reseñar: los sujetos TEL en grupos se

Capítulo III

180

clasifican en distintos grupos dependiendo de la edad y/o la severidad del trastorno para

comprobar si las dificultades de los niños con respecto a estos elementos se atenúan o

no en etapas posteriores. Cuentan, además, tanto con datos de producción como con

datos de comprensión cuyos resultados, tal y como enfatizan las autoras, habrán de ser

analizados y considerados separadamente.

Los resultados son categóricos: en primer lugar se observa que los determinantes y los

clíticos de acusativo no aparecen a la vez ni en la adquisición normal ni en los datos de

TEL. Mientras que en la adquisición normal los determinantes se han adquirido

satisfactoriamente ya a la edad de tres años y aparecen con relativa normalidad también

en el discurso de los niños TEL, los sujetos de ambos grupos evitan la producción de

clíticos acusativos cuyo nivel de corrección aumenta, eso sí, con la edad; además, la

secuencia evolutiva que se observa en el proceso de adquisición típica y en la

adquisición TEL es la misma aunque, eso sí, esta última tiene lugar con cierto retraso

respecto al proceso normal.

El retraso en la adquisición de una forma dada no parece depender de problemas de

procesamiento relacionados con frecuencias de uso, prominencia acústica y

pronunciabilidad de una forma dada, o duración relativa de los morfemas, como se

afirma en Leonard (1998). Igualmente, según el análisis de Jakubowicz y Nash, la

menor frecuencia de uso de un elemento dado frente a la más elevada presencia que

tienen en el input clíticos nominativos o los artículos es un dato que no puede por sí solo

dar cuenta de los fenómenos que se describen: los datos de Bottari et al. (1993) para el

italiano, por ejemplo, recogen un uso deficitario en el caso del artículo. Para las autoras

el orden de adquisición de estas categorías depende más bien de las propiedades

sintácticas de las mismas y, por ello, se hace imprescindible considerar, por un lado, en

qué difieren estos clíticos de acusativo de otros argumentos referenciales y

pronominales y, por otro, qué características distinguen los artículos de los clíticos de

acusativo.

A pesar de que la actuación de los niños TEL mejora sensiblemente con la edad, tal

mejoría no tiene lugar de forma homogénea pues mientras que algunos elementos dejan

de presentar problemas, con otros, estos problemas sólo se atenúan con la edad: las

dificultades con los artículos acaban por desaparecer pero los acusativos se desarrollan

La adquisición del SD en español L2 y LE: teoría y metodología

181

más tarde y a un ritmo más lento en los niños TEL. En la adquisición TEL las primeras

etapas presentan un elevadísimo índice de omisiones que sigue siendo una opción

frecuente, en etapas intermedias. Incluso en estadios muy avanzados en los que se

observa una notable mejoría en su uso, estos elementos se omiten en casi la mitad de

contextos obligatorios. Los dos grupos de niños TEL tienen más dificultades con los

acusativos que con los artículos o con los clíticos nominativos; como consecuencia de

ello evitan la pronominalización del objeto haciendo uso de estrategias alternativas que

van de la repetición del SD a la evitación del clítico en contextos en los que

simplemente no producen forma alguna resultando en una secuencia agramatical. Sin

ser agramatical, la preferencia por el uso de la primera opción nos demuestra que, tanto

en las primeras etapas de la adquisición normal como para la adquisición TEL, resulta

menos costoso ensamblar un SD léxico que hacer lo propio con un clítico.

El uso de masculino por femenino y/o viceversa, o el uso del dativo en lugar de

acusativo son para las autoras errores de tipo morfofonológico y no sintáctico. En

cambio, el uso del reflexivo en lugar del acusativo, incluso en casos en los que el

reflexivo es doblado por un SD pleno, sugiere a las autoras que ‘the source of the error

may lie in the morphological component as characterized in the distributed morphology

framework (Halle y Marantz 1993)’ (Jakubowicz y Nash en prensa: 48). Según esto, la

inserción errónea del clítico se debe interpretarse como resultado de la dificultad para

analizar apropiadamente los ítems léxicos relevantes en lo que a rasgos se refiere.32 De

esta forma se muestra cómo todos los niños del corpus (los TEL y los controles)

reaccionan de forma similar en contextos de acusativo, mostrando problemas similares

con respecto a los rasgos gramaticales que los acusativos contienen. Con respecto a

determinados errores como la producción de se en lugar de le o la, sus resultados se

interpretan como evidencia a favor de la hipótesis que defiende que los niños TEL

siguen las mismas reglas gramaticales que los niños que siguen un proceso de

adquisición típica, pero a un ritmo diferente, más lento.

32 Una explicación alternativa para esto está relacionada con el componente computacional si asumimos que el reflexivo carece en la representación de estatuto argumental y que es correferente o bien con un SD referencial en función de objeto o con un pro generado en la base cuyo contenido es fácilmente recuperable del contexto (y del soporte visual que se emplea). Añaden en su argumentación que probablemente estas dos opciones no son excluyentes y que quizá para algunos niños (los niños normales y los niños TEL mayores) hay un problema morfofonológico mientras que para otros (los dos grupos TEL más jóvenes) puede tratarse de un problema que es a la vez morfológico y computacional.

Capítulo III

182

Se insiste en este trabajo, por otro lado, en la necesidad de considerar separadamente las

conclusiones que pueden extraerse de los resultados de comprensión y los de

producción. Estos datos, como ya hemos adelantado, replican el estudio de Jakubowicz

et al. (1998) en tanto que los niños TEL muestran unos resultados significativamente

mejores para comprensión que para producción mientras que, para la adquisición

normal no se observan diferencias entre ambos tipos de datos. El déficit más acusado en

los niños TEL no afecta, pues, a la comprensión sino a la producción de lenguaje, y más

concretamente, a la producción de clíticos de acusativo. Es de señalar que, de hecho, en

las tareas de comprensión, los resultados que muestran ambos tipos de población son

muy similares (los niños mayores TEL puntúan como los mayores de adquisición típica

y lo mismo ocurre con los grupos más jóvenes). Eso sí, los errores producidos por los

niños TEL más pequeños apuntan también a la existencia de problemas de comprensión.

También recogemos los resultados del estudio de Tsimpli y Stavrakaki (1999) que

analiza los determinantes y los clíticos del griego en un corpus de datos espontáneos

longitudinales que pertenecen a una niña con TEL. Los resultados de este estudio de

caso también demuestran cómo queda descartada la posibilidad de que la ‘debilidad’

fonológica de estos elementos sea responsable de lo deficitario de la producción de la

niña, desde el momento en que no se observan problemas a la hora de producir otros

elementos clíticos que presentan el mismo carácter átono, tal es el caso de los genitivos

y de los clíticos de objeto de primera y segunda persona cuya profusión en los datos

parece eliminar la posibilidad de que sean problemáticos para la niña. Con respecto a la

producción de clíticos y a los morfemas de sujeto de tercera persona (singular y plural),

y coincidiendo con lo que se observa en los datos de la adquisición típica del griego

como L1, se observan diferencias muy acusadas entre ambos (un 97.48% de uso en los

contextos apropiados en el caso de los morfemas de sujeto frente a un 3.49% en los

clíticos de objeto), tratándose en la mayoría de los casos de errores de omisión. Para las

autoras, la presencia de los clíticos de objeto obedecerá a la disponibilidad previa de un

rasgo categorial [D] del que, al menos en lo morfológico, depende el caso.

Por otro lado, y esto resulta de especial relevancia para nuestro trabajo, el hecho de que

artículos determinados y clíticos presenten en sus datos un comportamiento tan similar

con un porcentaje de usos tan bajo en ambos casos (5.45% y 3.49% respectivamente)

parece indicar que la relación entre unos y otros elementos se ve corroborada por los

La adquisición del SD en español L2 y LE: teoría y metodología

183

datos de su estudio. Para estas autoras parece claro que estamos ante una ‘clase natural’

de elementos que pertenecen a la categoría Determinante y que marcan, en griego, los

rasgos de caso y concordancia. Desde esta perspectiva, se observa una representación

gramatical en la que elementos como los clíticos de genitivo, los artículos

indeterminados o los demostrativos que presentan al mismo tiempo rasgos semánticos

(posesión, cuantificación, deixis...) y formales (caso, rasgos φ) ya han sido adquiridos,

mientras que aquéllos que carecen de rasgos interpretables en la FL, tal es el caso de los

clíticos de acusativo, resultan aún problemáticos en su adquisición. Parecería, según

esto, que la distinción entre las categorías que, en el sistema del determinante de la niña,

están efectivamente disponibles y las que presentan algún tipo de deficiencia se articula

en torno a la que se establece entre los rasgos interpretables y no interpretables que las

conforman.

3.5.2 El análisis conjunto de los artículos y los pronombres átonos en la

adquisición de la L2

Con objeto de cumplir varios propósitos que incluyen examinar el papel de los

rasgos gramaticales en la adquisición de la L2, y analizar además la configuración de

los sistemas no nativos muy avanzados, el trabajo de Tsimpli (2003) de nuevo sobre

datos del griego analiza, entre otros indicadores, la producción de artículos y clíticos en

los datos de hablantes no nativos de una lengua en la que, como hemos dicho con

anterioridad, puede predicarse la existencia de una relación equivalente a la que se

propone en el caso del español u otras lenguas románicas. Es interesante destacar como

algunos de sus sujetos experimentales proceden de lenguas, como el turco y el ruso, que

carecen de elementos funcionales que desempeñen la función de los artículos

determinados; paralelamente, en ambas lenguas hay objetos nulos que tienen una

referencia específica si bien el ruso posee además clíticos de objeto.

Para la autora la naturaleza de la producción de sus sujetos podría, en parte, estar

determinada por la naturaleza de la L1 de los hablantes del estudio en el caso de los

artículos pero no siempre en el de los clíticos ya que el ruso sí tiene pronombres átonos;

en este sentido también la posibilidad de tener objetos nulos en la L1 podrá dar cuenta

de la ausencia de estos elementos en griego L2. Sin embargo, desde su perspectiva,

Capítulo III

184

aunque los objetos nulos son lícitos en las L1 de los hablantes en todos los casos

incluyendo los casos de referencia a las primeras y segundas personas, las omisiones en

la L2 afectan principalmente a los clíticos de tercera persona y la razón de tal fenómeno

es, como señala Tsimpli, que éstos carecen de rasgos interpretables. La variación

individual que se observa en la producción de estos elementos –por otra parte esperable

puesto que es, como hemos visto, característica típica de los datos de la L2– no

enmascara, según la autora, la presencia evidente de un patrón de retraso uniforme en

estas (y no otras) categorías.

El trabajo realizado por Pérez-Leroux, O’Rourke, Lord y Centeno-Cortés (2002)

examina la forma en que se adquiere la expresión de la posesión inalienable en español

(v. sección 1.2.2). Para las autoras lo interesante de las construcciones de posesión

inalienable radica en que entrañan una complejidad que reside en diferentes factores de

índole también diversa, a saber: a) factores morfológicos relacionados, como se ha

dicho, con la presencia de clíticos y de determinantes y con la expresión del número y

b) factores léxico-semánticos vinculados a la distinción alienable e inalienable; así, la

reestructuración gramatical que supone la adquisición de las mismas tiene lugar en

varios niveles.

Los autores asumen que, en principio, los hablantes de L2 transferirán los determinantes

posesivos que emplean en su L1 para expresar la posesión inalienable. Los datos que

manejan las autoras son las intuiciones, en forma de juicios de gramaticalidad, de 56

hablantes anglófonos que aprenden español en el contexto institucional de una

universidad canadiense y que son agrupados según su nivel de competencia:

principiantes, intermedios y avanzados. La tarea que habían de realizar los participantes

consiste en decidir sobre la corrección de un total de 50 ejemplos e incluye además 13

sujetos control.

El análisis de los datos del estudio se realiza a partir de una serie de cuestiones previas

relativas a: 1) si estos hablantes serán capaces de adquirir el uso del artículo en lugar de

los posesivos que se emplean en su L1, 2) si las construcciones con el poseedor

expresado en el objeto indirecto resultan más complicadas que las que lo expresan en el

sujeto, 3) si aceptarán construcciones agramaticales en las que la posesión se marca dos

La adquisición del SD en español L2 y LE: teoría y metodología

185

veces por medio del clítico y del posesivo y 4) si serán sensibles a la subespecificación

del rasgo de número en el SD (la cosa poseída).33

Sus resultados sugieren que, efectivamente, estos hablantes adquieren la gramática de la

posesión inalienable en español. No podemos dejar de tener en cuenta, sin embargo,

cómo los datos procedentes de los juicios de estos hablantes pueden reflejar de manera

diferente cuál es su grado de conocimiento e incluso pueden estar mostrando diferentes

tipos de conocimiento. En un primer momento (aprendices principiantes) no distinguen

entre el uso de posesivos y de artículos determinados y presentan problemas con la

subespecificación del rasgo [Num], así, (10a) sería considerada como gramatical en un

mayor número de ocasiones que (10b):

(10a) *Los niños levantaron las cabezas

(10b) Los niños levantaron la cabeza

No obstante, según se desprende de sus resultados alcanzar niveles nativos no es, por lo

que a este fenómeno respecta, en absoluto frecuente; se observa, eso sí, un progreso que

implica que el hablante no nativo es capaz de sustituir el SD proyectado en su totalidad

que se emplea en su L1 por la proyección nominal mínima usada en español aunque su

conocimiento no parece extenderse a todos los dominios implicados en las

construcciones de posesión inalienable. Esto, según los autores, es debido

principalmente a la ausencia de elementos fonéticamente salientes que actúen de guía o

indicador en estos casos. Ello también explicaría por qué el desarrollo de los contextos

marcados con la presencia de un clítico (v. Carmela se peina las coletas) se adquieren

más fácilmente que los no marcados, los controlados ‘sólo’ por el sujeto -explícito o no-

y no por un clítico (v. Mario tiene las pestañas larguísimas).

Los autores, que siguen en ello a Hawkins (2000) defienden que las diferencias

existentes entre las lenguas en el nivel de la estructura sintagmática han de adquirirse

gradualmente: la forma en que esta reestructuración tiene lugar depende del tipo de

33 Pérez Leroux y sus colaboradoras parten de la constatación de que en los manuales de español como lengua extranjera no aparece información explícita acerca del funcionamiento de estas construcciones en español.

Capítulo III

186

evidencia que haya disponible a la hora de que se produzca. Tras haber estado expuestos

a la cantidad de input suficiente, los hablantes parecen haber aprendido cómo emplear

las construcciones de posesión inalienable, y cuando lo hacen parecen estar realmente

usando ese tipo de estructura y no haciendo ‘lo que pueden’ con los parámetros que ya

tienen (Newmeyer 1998:77) aunque, como ya hemos señalado anteriormente, la misma

producción no necesariamente constituye evidencia de una misma representación

mental, de una misma competencia (Liceras 2003).

Por último, en Liceras, Pérez-Tattam, Tremblay y Winnicki (2002b) también se

examinan juicios de gramaticalidad, en esta ocasión, los emitidos por un total de 60

hablantes de español como L2 de nivel inicial, intermedio y avanzado con objeto de

analizar su comportamiento con respecto al uso de artículos y pronombres átonos. Sus

sujetos están clasificados en tres grupos: 1) bilingües de francés e inglés, 2) L1 francés

y 3) L1 inglés y se incluye, además, un grupo control de hablantes nativos del español.

Tal y como predicen las autoras al inicio del trabajo, los adultos hablantes de L2 se

muestran sensibles a las diferencias entre artículos determinados y clíticos de objeto

pero estos últimos parecen presentar más problemas que los artículos, tanto de posición

como de omisión. En el caso concreto del grupo nativo de francés, su comportamiento

frente a la omisión del artículo no es significativamente diferente al del grupo control, si

bien no se observa lo mismo en el caso de los clíticos. De hecho, en los ejemplos de

omisión, todos los grupos mostraron un comportamiento similar entre ellos, diferente,

eso sí, al presentado por el grupo control; con respecto al orden de palabras, sin

embargo, el comportamiento de todos los grupos era similar al nativo a la hora de

detectar artículos post-nominales pero también todos (aunque especialmente los

principiantes) presentaban problemas con los clíticos en una posición no adecuada.

Tanto los sujetos como los objetivos planteados en este estudio son en gran parte

comparables a los de nuestro trabajo. De alguna forma, podríamos considerar que son,

por así decirlo, una visión experimental del comportamiento de sujetos de características

de los hablantes cuya producción longitudinal analiza nuestro estudio y cuyo

planteamiento metodológico pasamos a describir en el capítulo que sigue.

CAPÍTULO IV

EL ANÁLISIS DE LOS DATOS DEL ESPAÑOL NO NATIVO

‘Com pot el lingüista formular i comprovar (és a dir, falsar) una hipòtesi sobre un fet o un conjunt de fets lingüístics?’

[A. Bel 1998:31]

Falsable: Adj. Fil. Dicho de una proposición: que puede ponerse a prueba y ser desmentida por los hechos o por un experimento adverso.

[DRAE 2000]

Hasta el momento hemos presentado propuestas descriptivas, históricas, semánticas y

fonológicas (v. Capítulo I), y de adquisición que consideran y relacionan artículos y

clíticos, así como diversos análisis teóricos que se formulan para ambos tipos de

elementos (v. Capítulo II) y hemos hecho también un repaso de una serie de

investigaciones sobre su adquisición realizadas dentro del marco de investigación en

que nos situamos (v. Capítulo III). En este capítulo se distinguen dos partes

diferenciadas: en la primera de ellas se describe los criterios que se siguieron en el

planteamiento y la constitución del corpus y la metodología empleada en su recolección

y su posterior tratamiento y análisis. La segunda parte presenta, a partir de la

consideración de la naturaleza de la competencia no nativa, las preguntas de

investigación e hipótesis que nos permitirán analizar cuál es la naturaleza y el

funcionamiento de los artículos y los clíticos del español como L2.

Procedemos aquí a presentar las preguntas de investigación e hipótesis que, planteadas a

partir de lo revisado en los capítulos anteriores, guiarán la descripción de la naturaleza

del SD en las gramáticas de los hablantes cuya producción nos proponemos analizar. En

el diseño de este planteamiento de partida consideraremos cuáles son los diversos

factores que determinan la configuración de los sistemas no nativos con respecto a estos

elementos y que tendremos en cuenta a la hora de abordar la descripción de dichos

paradigmas. De la misma manera, como decimos, y antes de proceder con el análisis,

Capítulo IV

188

consideramos una serie de cuestiones metodológicas relativas a la forma en que fue

elaborado el presente estudio. Así, las primeras secciones de este capítulo se dedican a

explicar cuáles fueron los criterios que se siguieron a la hora de seleccionar los sujetos,

de diseñar las pruebas realizadas por los mismos, de determinar la forma en que se

recogieron los datos de la muestra, de obtener resultados representativos a partir de los

datos lingüísticos producidos por los hablantes y, en relación con este último aspecto,

detallaremos qué criterios fueron empleados al elegir las pruebas estadísticas que se

utilizarían con objeto de que dichos análisis e inferencias resultaran válidos y fiables.

Con estos objetivos en mente nos disponemos, por una parte, a plantear cómo las

propuestas de análisis para los artículos y clíticos del español que proporciona la teoría

lingüística aplicada a la descripción de lenguas nos permiten realizar una serie de

inferencias acerca de la forma en que se comportan los sujetos de nuestro estudio con

respecto a dichos elementos. En cuanto a las hipótesis específicas que se formularán

sobre la producción de los dos grupos experimentales del estudio, lo que éstas

cuestionan en última instancia es cómo, a partir de la información que sobre artículos y

clíticos nos ha proporcionado la teoría lingüística así como de las pautas reveladas por

los trabajos sobre adquisición nativa y no nativa, las diferencias existentes entre cada

uno de los grupos (en términos de procedencia e historia lingüística, contextos de

adquisición, edades de los sujetos, etc.) nos llevan a trazar diferentes patrones para cada

uno de esos grupos de hablantes, nativos y no nativos. Por otro lado, el presente capítulo

considera, además, una serie de cuestiones metodológicas previas tanto al diseño del

estudio como al examen de los datos y resultados propiamente dicho; tales cuestiones

están relacionadas tanto con la forma de abordar el análisis de los datos como con las

herramientas estadísticas que nos resultan más adecuadas en el caso concreto de nuestro

estudio.

4.1 El análisis de los datos lingüísticos: planteamiento metodológico y

selección de sujetos

La metodología, entendida como las técnicas y procedimientos que nos permiten

obtener datos sobre los que contrastar nuestras hipótesis (Bel 1998), es un punto

esencial de nuestro trabajo. En la investigación sobre la adquisición del lenguaje los

El análisis de los datos del español no nativo

189

datos longitudinales han sido tradicionalmente considerados proveedores de una

información muy valiosa y fiable. Bien podemos imaginar cuál es la razón: el sujeto

produce, en teoría libremente, aquello que ha sido realmente adquirido y esto se refleja

fielmente la competencia real del sujeto, en teoría.

Para Hickmann (2003) las ventajas de los datos longitudinales radican principalmente

en que éstos nos permiten observar con precisión cuál es la forma en que, de una etapa a

otra, la producción de un sujeto dado experimenta cambios relevantes. Si bien la

información que se obtiene es muy rica, está irremediablemente limitada con respecto a

la representatividad de los ejemplos que los sujetos producen. Por su parte, los datos

transversales resultan ser más adecuados para, en etapas relativamente avanzadas de

desarrollo, analizar aspectos y fenómenos concretos.1

El uso de datos longitudinales presenta muchas ventajas en comparación con otros

métodos de obtención de datos en la medida en que permite elaborar análisis

cuantitativos que captan determinados aspectos evolutivos del proceso global de

adquisición (Marinis 2003). De la misma manera, el registro riguroso de los datos

lingüísticos –y nos referimos aquí a técnicas y rutinas de grabación minuciosas y

adecuadas a contextos e individuos concretos– puede emplearse para investigar muy

diversos aspectos de la interacción entre los múltiples y diferentes factores que

intervienen en el fenómeno general de la adquisición del lenguaje.

No obstante, los principales problemas que presenta este tipo de datos están

relacionados con las dificultades que a veces se encuentran para observar en un corpus

de datos un fenómeno lingüístico determinado ya que, al tratarse de datos espontáneos

nada garantiza que los sujetos produzcan precisamente aquello que estamos buscando.

Sus ventajas, en cambio, tienen que ver, como decíamos, con lo fiable que resulta

analizar una forma sabiendo que ha sido libremente empleada por el sujeto que muestra,

así, que dicha forma o uso forma efectivamente parte de su repertorio lingüístico.

1También señala Hickmann (2003) cómo últimamente resulta relativamente frecuente que los datos longitudinales de producción espontánea se complementen con la inclusión de datos recogidos en situación experimental.

Capítulo IV

190

Los estudios que existen sobre el tema que nos ocupa, como ya hemos visto en el

Capítulo III, han empleado en la mayoría de los casos una metodología experimental y,

en ese sentido, nuestro estudio pretende contribuir a esclarecer ciertos aspectos teóricos

y metodológicos relativos a la adquisición del lenguaje no nativo y, más concretamente,

a la adquisición del SD del español no nativo, que no han sido revelados por el análisis

de datos experimentales. A partir de los datos de los que disponemos observaremos la

aparición y la evolución en el uso de estos elementos y describiremos fenómenos y

patrones que difícilmente podrían ser detectados a partir de la información que nos

proporcionan los datos experimentales. A la luz de lo que indiquen nuestros resultados

revisaremos algunas de las propuestas presentadas anteriormente para tratar de

comprobar la validez de las mismas y corroborar o rechazar nuestras propias hipótesis.

Los nuestros son datos observacionales de producción semidirigida, es decir, están a

medio camino entre lo que se denomina producción dirigida (en la que el sujeto habla o

escribe guiado por las pautas que proporciona el investigador) y la producción

espontánea que proviene de la interacción libre con otro(s) interlocutor(es).

Como hemos dicho, los métodos de investigación observacionales, meramente

naturales, no permiten al investigador tener control sobre aquello de lo que se está

hablando (Hickmann 2003). Pongamos como ejemplo la expresión de la deixis que tanta

relevancia cobra en el contexto de nuestro trabajo. Ésta se ve forzada por la naturaleza

de la situación experimental y ello se manifiesta claramente en nuestros propios datos

que son, en este sentido, un tipo especial de producción dirigida ya que, por un lado,

aun sin tratarse de una situación estrictamente experimental permiten al investigador, en

la primera parte de las entrevistas, asegurarse de que el sujeto producirá un tipo

determinado de discurso como respuesta a una serie de estímulos y preguntas que él

mismo proporciona y, por otro, en la segunda parte, obtener, por medio de la sección de

narración monológica, usos casi espontáneos que se dan a partir del pretexto que

constituyen las viñetas de imágenes y/o dibujos. En relación con los deícticos, y dado

que los referentes que deben introducir son siempre información compartida a partir de

las viñetas conocidas tanto por el hablante como por su interlocutor, quizá no son los

nuestros los datos más idóneos para poder observar cómo circula en el discurso del

español no nativo la información nueva y conocida o cómo se introducen nuevos

referentes dependiendo de si los interlocutores están o no familiarizados con ellos. No

obstante, es preciso señalar que la distinción entre usos del determinado y del

El análisis de los datos del español no nativo

191

indeterminado en contextos de introducción de información nueva frente a información

conocida no era un objetivo esencial para nuestro estudio que se centra, más bien, en la

producción general de artículos determinados en comparación con la de clíticos de

objeto. El tipo de datos que se recoge por medio de estas entrevistas asegura la

producción de los determinados en la narración de una historia cuyos protagonistas son

conocidos para los dos interlocutores y que incluso están gráficamente presentes en el

momento de la narración (v. ejemplo de entrevista en el Anejo 1, sección 1.6).

En la sección 4.5.1 se discute la forma en que incluimos en el estudio los datos del

español nativo, los de nuestro grupo control, para así contar con un referente real,

estable que nos permita cuantificar el alcance del fenómeno estudiado en el sistema

nativo. La justificación de la inclusión de este grupo, de los datos que estos sujetos

producen, nos sirve como pretexto para emprender una breve reflexión acerca de

problemas como el planteamiento metodológico de los estudios sobre adquisición del

lenguaje, la selección de los sujetos en cada estudio, la representatividad de los datos o

la verdadera naturaleza de los mismos.

4.1.1 El análisis de los datos de la adquisición desde la teoría lingüística

La pregunta que nos hacemos llegados a este punto es cómo debe abordarse el

análisis de los datos de la adquisición desde la teoría lingüística. Y para proporcionar

una respuesta satisfactoria a esta pregunta, que es en última instancia uno de los

propósitos de esta tesis así como de cualquier trabajo que aborde la descripción del

proceso de adquisición de una lengua dada desde esta perspectiva, es obligado

plantearse cómo se ha de extraer e interpretar la información de los datos obtenidos a la

luz de los análisis que se proponen desde la teoría.

En la introducción al volumen que editaron sobre la adquisición de los fenómenos

sintácticos de cliticización y scrambling,2 Powers y Hamann (2000) parten de tres

2 El fenómeno sintáctico que se conoce como scrambling se observa en lenguas como el holandés y el alemán y consiste en el desplazamiento del sintagma que funciona como objeto directo desde su posición preverbal original por encima del sintagma adverbial oración (Schaeffer 2000), en este caso, la negación como ilustra en el siguiente ejemplo del holandés que tomamos de Unsworth (2004):

(ia) Nijntje gaat niet de bloem plukken (ib) Nijntje gaat de bloem niet plukken Miffy va (a) no la flor coger Miffy va (a) la flor no coge

Capítulo IV

192

preguntas esenciales que, en opinión de las autoras, deben constituir el punto de partida

de todo estudio acerca de la adquisición del lenguaje. En primer lugar, los datos de la

adquisición pueden servir para apoyar la disponibilidad temprana de los principios de

GU; es decir, a partir del análisis de esos datos podremos plantear la pregunta acerca de

cuánto en ellos procede de dicho sistema universal y cuánto, en cambio, del input al que

están expuestos los niños. Por otra parte, esos mismos datos pueden efectivamente ser

capaces de refrendar (o no) la validez de un análisis determinado como propuesta

explicativa de fenómenos lingüísticos específicos. Recogemos a Wexler (1996) que

anima a los estudiosos de la adquisición a abandonar supuestos intentos de acomodar

los datos a la teoría e ir en la dirección contraria; el objetivo del investigador es indicar

en qué punto o puntos el examen de los datos empíricos permite avalar o desechar

propuestas de análisis concretas, tales son las repercusiones del análisis de los datos de

la adquisición desde el punto de vista teórico. La tercera y última cuestión implica una

doble pregunta acerca de cómo los datos de la adquisición encajan con nuestras ideas

sobre el proceso de desarrollo del lenguaje y cómo ese desarrollo puede

fundamentalmente describirse desde la teoría lingüística (cf. Bel 1998, Lázaro 2002).

En este sentido, las palabras que emplea Bel en la introducción a su trabajo sobre la

adquisición nativa del catalán y el español son, en nuestra opinión, bastante

clarificadoras por cuanto

“una anàlisi lingüística que no parteixi d’un model lingüístic difícilment pot anar més enllà del que superficialment es veu o pot tractar separadament dues qüestions que en un determinat nivell estan relacionades però que tenen una realització diferent. […] Vistes així, les dades d’adquisició aconsegueixen un potencial que altrament no tindrien. La teoria lingüística ens permet de veure-hi més enllà, d’anar més enllà de les ‘aparences’ i alhora de prevenir-nos de possibles miratges.” (Bel 1998: 7)

Parece, pues, que se hace necesario ser cuidadosos a la hora de analizar y también de

describir los resultados del estudio. Nos llama la atención a este respecto cómo,

dependiendo de la orientación escogida al iniciar el planteamiento del trabajo, el

enfoque que se dé al análisis, incluso los mismos datos pueden decir cosas distintas y no

somos, desde luego, los primeros en percatarnos de ello (v. Cook 1990). Esto se refleja,

como veremos, en algunos de los trabajos que presentamos a continuación, a pesar de

que a ratos puede resultar frustrante para el investigador que confía en la univocidad de

El análisis de los datos del español no nativo

193

los datos empíricos también le anima a encarar el análisis provisto de un cierto grado de

recelo que puede resultar una herramienta de gran utilidad a la hora de ‘prevenir-nos de

possibles miratges’.

4.1.2 Aproximación a los datos del corpus: cantidad y calidad de la

producción

Antes de proporcionar una caracterización exhaustiva de los sujetos y los datos

que conforman nuestro corpus, así como de las pruebas que se emplean para la

obtención de los mismos y la forma en que se ha procedido a la hora de procesar los

datos y la discusión que su análisis arroja, sería interesante plantearse cómo se afrontará

su descripción y análisis. En otras palabras, se ha de decidir cómo, a partir de la

producción que hemos recogido de hablantes nativos y no nativos, se intentará llegar a

conclusiones acerca de la forma en que se desarrolla el proceso de adquisición del

español no nativo y, así, caracterizar adecuadamente dicho proceso.

En este sentido, nos gustaría recoger la forma en que, con respecto a la adquisición

nativa del catalán y el castellano, Bel (1998) señala cómo el objeto de estudio de su

trabajo no es en sí la producción de los niños con los que cuenta en su estudio, sino más

bien el sistema de conocimiento gramatical que subyace a dicha producción. A partir de

esta afirmación, la autora se pregunta cuál ha de ser la forma idónea de determinar el

grado de conocimiento real de un sujeto dado a partir de los enunciados que emite, si es

que realmente puede aspirarse a ello. Nos acercamos aquí, por tanto, al problema que

supone determinar cuán representativos son en realidad los datos observacionales. Al

encarar la forma en que se aborda la interpretación y el análisis de los datos de

producción espontánea que examina en su trabajo, la autora señala cómo, una vez se ha

decidido trabajar a partir de datos no experimentales, es preciso tener en cuenta una

serie de “precauciones metodológicas” mínimas si se aspira a llegar a un entendimiento

cabal de la información que subyace a los datos de producción y recoge para ello

algunas pautas marcadas por el trabajo de Cook (1990). A continuación recogemos las

dos que nos parecen especialmente relevantes:

(a) la interpretación de la producción lingüística de los sujetos ha de ser

necesariamente cautelosa, con todo lo que ello implica,

Capítulo IV

194

(b) es conveniente contar con un modelo de referencia con el que contrastar

los datos de los resultados experimentales.

Con respecto a (b) ya se ha discutido en la sección anterior cómo la inclusión en el

corpus de los datos del grupo control se ve justificada por cuanto su producción (como

uso real de la LO frente a la abstracción que supone su competencia, o la descripción

del sistema lingüístico en cuestión) será el punto de referencia contra el que mediremos

y contrastaremos los enunciados producidos por nuestros sujetos experimentales (v.

sección 4.2.1.3); paralelamente, en relación con el primero de estos puntos,

intentaremos determinar qué factores son responsables de la forma de la producción de

los sujetos. ¿Cuántos factores se mezclan e intervienen a la vez para determinar la forma

de la producción en L2?3

Por lo que se refiere a (a), la cantidad de producción que vamos a manejar, tratamos de

contar aquí con un volumen de datos que pueda considerarse, digamos, razonable. La

idea es, en realidad, poder afrontar la descripción y el análisis desde el convencimiento

de que el volumen de datos que manejamos es lo bastante representativo, no sólo del

grupo de sujetos con el que contamos sino, llevando nuestras pretensiones un paso más

allá, de un tipo determinado de población de la que son un ejemplo característico y que,

por lo tanto, darán validez a nuestras inferencias. Además, es nuestro objetivo, siempre

que ello sea posible, poder aplicar pruebas estadísticas que confirmen esta

representatividad: el propósito es conseguir que la conducta de estos hablantes con

respecto a un fenómeno lingüístico dado represente una aproximación lo más fiable

posible de la conducta general de los hablantes no nativos de español y así quede

manifestado tras la aplicación de los análisis pertinentes. Sin embargo, creemos

necesario señalar cómo en aquellos casos en los que lo escaso o limitado de un conjunto

determinado de observaciones empíricas dificulte la aplicación de cualquier tipo de

prueba estadística, se empleará un protocolo de descripción individual para cada uno de

3 Es éste un problema de difícil solución, especialmente para un estudio que, como el nuestro, no se propone, en principio, considerar cómo los factores que se han dado en llamar “externos” determinan la forma y/o frecuencia en que nuestros sujetos producen los datos que computamos y analizamos. No pensamos, sin embargo, que debamos dejar de considerar estos factores o la posibilidad de que jueguen un papel determinante en la configuración de los sistemas de IL.

El análisis de los datos del español no nativo

195

los componentes del grupo en cuestión, es decir, se procederá a realizar estudios

individuales de caso. Los llamados estudios de caso nos permiten descubrir y apuntar

tendencias que, una vez observadas en el proceso de adquisición de un único individuo,

nos han de servir esencialmente para tratar de detectar fenómenos paralelos y corroborar

o rechazar tales tendencias en un volumen mayor de datos, ya sea dentro del mismo

estudio o en investigaciones posteriores.4

Por otro lado, y en consonancia con lo que se ha afirmado con respecto a la existencia

de un hablante-oyente ideal nativo de una lengua dada, también asumimos, como

decíamos en el Capítulo II, la existencia de un hablante-oyente no nativo ideal cuyo

variable y dinámico sistema lingüístico intentaremos caracterizar desde aquí

ocupándonos del caso específico del español y centrándonos en la naturaleza y

comportamiento de su sistema del SD.

4.2 Constitución del corpus

Describimos en esta sección la metodología de nuestro estudio e incluimos

información relativa tanto a la selección de los sujetos de la muestra, como a la cantidad

y los tipos de datos con los que contamos, a la forma en que se procedió y a las técnicas

que fueron empleadas en la recogida de los datos de producción nativa y no nativa.

4.2.1 Los sujetos

Como se ha puesto de manifiesto en los capítulos precedentes, el estudio de la

adquisición del SD resulta un campo de investigación interesantísimo para el

investigador de la adquisición de lenguas segundas. Al plantearnos la implementación

de esta tarea, la intención de observar cómo tiene lugar la adquisición de los artículos y

los clíticos del español nos hizo emprender la búsqueda de un tipo de sujeto concreto

con el propósito de poder contrastar convenientemente fenómenos específicos y

procesos generales en relación con estos elementos.

4 Igualmente, podríamos decir que los fenómenos observados en los datos longitudinales pueden darnos la pauta acerca de qué investigar y cómo proceder a la hora de diseñar y administrar pruebas experimentales.

Capítulo IV

196

Cada uno de los grupos de la muestra ha sido incluido por unas razones determinadas: el

primero de los grupos experimentales, el grupo denominado OTT, está compuesto por

nueve hablantes bilingües que viven en Ottawa (Canadá) y aprenden español en el

contexto de un instituto de secundaria en el que se imparten varias asignaturas de lengua

y cultura españolas. Las lenguas nativas de estos sujetos, francés e inglés, son lenguas

indoeuropeas que disponen tanto de artículos como de pronombres de objeto. Sin

embargo, como hemos visto, la naturaleza, distribución y funcionamiento de los

elementos que desempeñan funciones equivalentes en estas L1 son, en alguna medida,

distintos de las que se observa para los elementos equivalentes en español.

El segundo de los grupos experimentales, el grupo BAR, está compuesto por seis

sujetos que tienen como lengua materna alguna variante del chino; su inclusión en el

estudio, como ya se ha apuntado con anterioridad, se explica por lo interesante que con

respecto al comportamiento que la expresión de la referencia en su L1 ya que, por un

lado, el chino carece, en cualquiera de sus variantes, de unidades léxicas equivalentes a

los artículos de las lenguas indoeuropeas y, por otro, contempla la posibilidad de tener

objetos nulos como opción sintáctica.

El grupo control, por último, formado por cuatro hablantes nativos de español, ha sido

incluido, como se ha explicado en el capítulo anterior con el objetivo de contar con sus

datos como herramienta útil y fiable que emplear en la descripción que haremos de los

sistemas de interlengua de los sujetos experimentales del estudio.

Así pues, disponemos de dos grupos experimentales distintos entre sí tanto con respecto

a su procedencia y experiencia lingüística como con respecto al contexto en que se

desarrolla su proceso de adquisición del español ya que si bien en un caso se trata de

aprendizaje en un contexto exclusivamente institucional, en el otro estamos ante una

situación mixta que combina la inmersión en la lengua objeto con el input que se

proporciona en el aula de lengua española. Procedemos seguidamente a describir las

características de los sujetos del corpus de esta tesis: los dos grupos experimentales

(OTT y BAR) y el de control (CON).

El análisis de los datos del español no nativo

197

4.2.1.1 Grupo francés/inglés L1, español L2 (OTT)

El primero de los grupos experimentales del estudio (Grupo OTT) está

compuesto por nueve hablantes bilingües de inglés y de francés que aprenden español

en el contexto institucional de un instituto de secundaria francófono en Ottawa (Canadá)

cuyo plan de estudios incluye cinco horas de clase de lengua española. Las clases eran

muy estructuradas con gran presencia de reflexión gramatical explícita y de contenidos

culturales. Los niños, además, tenían contacto con numerosas actividades relacionadas

con la cultura de países de habla hispana.

Los nueve sujetos (tres mujeres y seis hombres) que componen este grupo son

perfectamente competentes en francés y en inglés, y viven además en una comunidad

lingüística que también lo es. Si bien Canadá es un estado oficialmente bilingüe,

también es cierto que el porcentaje de población bilingüe difiere considerablemente de

una provincia (cada una de las divisiones administrativas del estado canadiense) a otra.

Por poner un ejemplo, British Columbia es un área mayoritariamente anglófona,

mientras la provincia de Québec es eminentemente francófona aunque ello no obste,

claro está, para que encontremos bilingües tanto en un lugar como en otro. El caso de la

capital, Ottawa, donde viven nuestros sujetos, es particularmente interesante por cuanto,

si bien Ontario, provincia en la que se encuentra, es eminentemente anglófona y el

porcentaje de hablantes bilingües no supera el 25,2%, el área de Ottawa-Hull presenta,

en cambio, un alto grado de bilingüismo que se estima en un 44%, índice que sólo

supera la vecina ciudad de Montreal con un 53% de bilingües. Por el hecho de ser la

capital administrativa del estado y albergar por ello numerosos órganos

gubernamentales y organismos oficiales, es lugar de residencia de un número muy

elevado de funcionarios que deben, por ley, poseer un grado de competencia muy

elevado en inglés y francés, las dos lenguas oficiales del estado. En cualquier caso, es

más que perceptible el contraste entre la parte del área metropolitana de Ottawa-Hull

que pertenece a Québec, con un 64% de residentes bilingües, y la parte perteneciente a

Ontario cuyos habitantes son bilingües sólo en un 38% de los casos.5

La recogida de los datos de este grupo de hablantes se desarrolló de la siguiente forma:

se administró a cada sujeto seis entrevistas de formato equivalente (v. Anejo 1.4) a lo

Capítulo IV

198

largo de tres etapas correspondientes a tres años académicos sucesivos para algunos

sujetos y a dos para otros, con las excepciones señaladas como tales en la tabla resumen

de entrevistas. Disponemos, pues, de un total de 18 entrevistas para los cinco primeros

sujetos, y 12 para los cuatro últimos, exceptuando dos casos que cuentan con 17 y 11

entrevistas respectivamente. Todo ello queda reflejado en la Tabla 4.1 en el Anejo 4.1.

Cuando se inicia el proceso de recogida de los datos todos los hablantes del grupo OTT

tienen 12 años de edad mientras que al final del mismo sus edades están entre los 14 y

15 años dependiendo de si la serie de entrevistas fue administrada en dos o tres

ocasiones6.

Desde el primer momento decidimos considerarlos adultos y equiparar sin reservas su

proceso de adquisición al del resto de sujetos de mayor edad que integran el grupo

BAR. No esperamos que la edad de los sujetos resulte un factor relevante para nuestro

análisis puesto que, incluso en el caso de los hablantes más jóvenes, todos los

participantes de la muestra comienzan su exposición a los datos del español después de

haber cumplido los doce años, momento posterior a la pubertad que, consecuentemente,

consideramos también posterior al cierre del llamado ‘período crítico’, el planteamiento

clásico que contempla que ciertas capacidades humanas que están biológicamente

predeterminadas –aplicándose en este caso a la facultad del lenguaje– se vuelven

“inaccesibles” para el hombre si se activan por vez primera después de un momento

evolutivo concreto en el desarrollo del humano, véase, entre otros muchos, el trabajo

pionero de Lenneberg (1967) o, en relación con la adquisición de la L2, Johnson y

Newport (1989), Singleton (1989) o Muñoz, Pérez Vidal, Celaya, Navés, Torras,

Tragant y Victori (2003) entre otros muchos.

5 Canadian Heritage. Official Languages Annual Reports. 2001. English-French Bilingualism Census Metropolitan Areas. 6 Agradecemos a la profesora Begoña Soloaga y al Lycée Claudel de Ottawa su ayuda en el reclutamiento de los sujetos y la recogida de los datos que constituyen el corpus del grupo OTT. Asimismo, agradecemos a Raquel Fernández, Zara Fernández, Biana Laguardia, Elena Valenzuela y a la propia Begoña Soloaga su colaboración en la realización y primera transcripción de estas entrevistas.

El análisis de los datos del español no nativo

199

4.2.1.2 Grupo L1 chino, L2 español (BAR)

El segundo grupo experimental (BAR) está compuesto por seis aprendices de

español L2, cuatro mujeres y dos hombres, que tienen como lengua nativa alguna

variante del chino7 y que aprenden español en un contexto natural que se combina con

las clases a las que asisten. Todos los componentes de este grupo viven y trabajan o

estudian en Barcelona y en el momento en que se realizan las entrevistas asisten a clases

de español en la Escuela Oficial de Idiomas de Barcelona (E.O.I. Drassanes); de hecho,

el contacto con los sujetos y la recogida de datos se realiza a través de esta institución8.

En el momento en que se recoge la primera batería de entrevistas, dos por sesión, los

aprendices están cursando el primer curso (= A1)9 del nivel elemental de español como

lengua extranjera de la EOI; en caso de que contemos con una segunda etapa, como

ocurre con cuatro de los seis sujetos del grupo, sus datos se recogen cuando están

cursando, pues, el segundo curso del nivel elemental (= A2).

Los datos de los que disponemos en el caso de este grupo experimental son bastante

disparejos (v. Tabla 4.2 en el Anejo 4.1). Si bien en el caso de cuatro de los seis sujetos

que componen el grupo, sólo pudo realizarse esta primera serie de entrevistas, en el caso

de los otros dos hablantes tan sólo disponemos de las pruebas por ellos realizadas al

inicio de su segundo curso en la EOI. Somos conscientes de que, en lo referente a la

cantidad de los datos recogidos, éste es el grupo más irregular del corpus: los sujetos no

sólo no realizan el mismo número de entrevistas en todos los casos, sino que, en

ocasiones, resulta difícil realizar el seguimiento de su evolución. No obstante, incluso

tratándose de un volumen de datos no muy numeroso, el análisis de su producción

resulta especialmente interesante dadas las características lingüísticas (y/o

sociolingüísticas) de este tipo de población.

Como ya hemos comentado, nos parece evidente que pensar que una lengua dada no

expresa o no puede expresar cualquier relación semántica (entre ellas, obviamente, la

7 A pesar de que los informantes de que disponemos son hablantes de diferentes variantes del chino (mandarín, cantonés y taiwanés) nuestro trabajo los considera de manera conjunta ya que, en lo que respecta a las áreas gramaticales que interesan a nuestra investigación, estas variantes presentan el mismo comportamiento. 8 Expresamos nuestro agradecimiento a Juan Antonio Redó de la E.O.I. Drassanes (Barcelona) por su colaboración tanto en el reclutamiento de los sujetos como en la recogida de las entrevistas que dentro del proyecto de investigación The Specific Nature of Non Native Grammars se realizaron entre los años 1996-1999.

Capítulo IV

200

definitud, la univocidad…) supone asumir como punto de partida unos prejuicios

lingüísticos que, sin duda, limitarían cualquier trabajo que se planteara desde la pura

descripción o desde el análisis de los datos reales del uso de una lengua. Debemos tener

en cuenta, y es preciso tener este dato siempre presente durante el análisis ya que tendrá

importantes repercusiones para la discusión de los resultados, que cualquier hablante

puede transmitir cualquier mensaje, o mejor dicho, cualquier lengua sirve para expresar

todo tipo de conceptos y/o relaciones semánticas con independencia de si dispone o no

de morfología o cualquier tipo de elemento realizado fonéticamente destinado

específicamente a la expresión de esta función. De modo que, incluso si invocamos la

influencia de la L1, en este caso el chino, carente de artículos y clíticos equivalentes a

los del castellano, para explicar el comportamiento de nuestros hablantes, lo haremos

conscientes de que en su L1 existen medios alternativos para la expresión de tales

contenidos.

Casi podría afirmarse que tradicionalmente este tipo de población es, por así decirlo,

difícil de seguir. Las características personales y laborales de sujetos como estos,

sumadas a las particularidades del contexto social en que la mayoría vive y trabaja

cuando emigra, hacen que en ocasiones resulte complicado mantener el contacto con

ellos durante un tiempo prolongado y que su seguimiento, y consecuentemente, la

recogida de datos longitudinales resulte una tarea particularmente ardua en su caso.

Efectivamente, para muchos estudiosos de la forma en que los hablantes nativos de

chino se enfrentan al aprendizaje de otras lenguas parece necesario hacer referencia al

tipo de relaciones sociales que éstos establecen con otros nativos de chino y con

hablantes de la LO en el contexto en que se usa esta lengua como medio de

comunicación (Lin 1995, Ollé 2005), y lo cierto es que existen muchas razones para

pensar que este tipo de consideraciones pueden ayudar a explicar el comportamiento

lingüístico de nuestros sujetos o de sujetos de características similares.

Los chinos que han emigrado tienden a agruparse en asociaciones que prestan apoyo

social y/o económico a los recién llegados. La vida del grupo (la familia, la comunidad,

etc.) está por encima de los intereses del individuo y tiene una gran importancia para

este tipo de población cuya vida social tiene lugar casi exclusivamente dentro de dicha

9 Equivalentes de los cursos de nivel elemental de la E.O.I. que cursan estos sujetos según el sistema propuesto por el Marco Europeo de Referencia para las lenguas.

El análisis de los datos del español no nativo

201

comunidad. Es casi un mito hablar de cómo los chinos inmigrantes preservan su

identidad étnica reproduciendo en la comunidad de acogida usos y costumbres

culturales, culinarias propias de su país de origen, y si bien es cierto que también

incorporan nuevos rasgos culturales y cotidianos mantienen característicamente sus

raíces sin experimentar procesos de aculturación plena.10

Los sujetos del grupo BAR adquieren la lengua en un entorno natural y para ellos esto

supondrá, en principio, una importante ventaja frente a hablantes que, como es el caso

de los sujetos del grupo OTT, ven limitada su exposición a los datos del español a las

horas durante las cuales asisten a clases de esta lengua en el contexto del aula. No

obstante, es preciso tener en cuenta que, a pesar de vivir en un contexto en que la lengua

objeto es también la lengua de comunicación, las relaciones que establecen con

hablantes nativos de la L2 son, en la mayoría de los casos, muy limitadas y ello reduce

de forma decisiva el tiempo de exposición a input de la L2. Para algunos de estos

sujetos el contacto con los datos de la L2 es, así, muy escaso, limitándose en ocasiones a

sus clases de lengua en la EOI. Proporcionamos un resumen de las respuestas de los

sujetos a un Cuestionario sobre datos lingüísticos en la Tabla 4.3 en el Anejo 4.1.

Todos los sujetos llegan a Barcelona después de haber cumplido los 15 años, se les

clasifica como de nivel elemental y realizan el mismo curso de la EOI en el momento en

que se administran las entrevistas de la primera etapa. Sin embargo, las diferencias que

se observan entre ellos son muy llamativas en algunos casos. Una primera observación

cualitativa de los datos revela cómo, por ejemplo, FUL o ZHE parecen poseer una

competencia y un nivel de fluidez menores que otros hablantes del grupo como DAN y

MIA y ello, con toda probabilidad, hace que el volumen de su producción sea más

escasa, como se verá en el análisis de los resultados.

4.2.1.3 Grupo L1 español (CON)

La descripción de la producción de los hablantes no nativos ha constituido

tradicionalmente una empresa, cuando menos, ambiciosa. La consideración de los

sistemas de interlengua como sistemas naturales (Selinker 1972, Adjémian 1976) fue,

10 Significativamente señala Ollé (2005) cómo los chinos de ultramar se refieren a los ciudadanos del país de acogida como a extranjeros, concepto que viene definido por un componente étnico-cultural y no territorial.

Capítulo IV

202

ya desde los inicios de la adquisición de lenguas segundas como disciplina científica

con entidad propia, una cuestión a resolver cuya solución tendría repercusiones teóricas

de un alcance considerable. Si bien entre los estudiosos del campo parece evidente que

los sistemas no nativos se describen por sí mismos y que las producciones de los

hablantes de L2, que se desvían de las formas que produciría un nativo, no han de

considerarse erróneas, no es menos evidente que parece necesario y que resulta

indiscutiblemente útil para el investigador, contar con la producción del nativo para

disponer de un constructo invariable con el que contrastar una producción que es

idiosincrásica y cambiante, variable por definición.11

Como ya se ha dicho en capítulos precedentes, la producción del nativo como poseedor

de esa idealización que se ha denominado competencia nativa es el único modelo del

que disponemos a la hora de abordar una descripción de la producción en L2. El

objetivo de contar los datos de actuación, es decir, datos cuantificables de este grupo

control compuesto por hablantes nativos de la LO es, ni más ni menos, poder medir con

cierta precisión cuál es el alcance real de la producción del hablante nativo ya que,

como decimos, la única manera efectiva de emprender la ardua tarea de describir los

sistemas gramaticales de las L2s implica realizar el contraste de la producción nativa y

la no nativa.

Así pues, y con objeto de poder establecer las comparaciones pertinentes y de que éstas

resulten lo suficientemente explicativas, los datos de nuestros sujetos se comparan con

los procedentes de un grupo control nativo compuesto por cuatro hablantes de diferentes

variantes de español peninsular. Los controles son dos varones y dos mujeres

procedentes de Andalucía, País Vasco y la comunidad de Madrid, cuyas edades oscilan

entre los 12 y los 30 años y que realizan las mismas entrevistas que los sujetos de los

grupos OTT y BAR. Sus datos figuran en las Tablas 4.4 y 4.5 en el Anejo 4, sección

4.1.

11 Véase en la sección 4.5.1 la discusión acerca de la inclusión de un grupo control y la “falacia comparativa” en la investigación sobre los datos lingüísticos.

El análisis de los datos del español no nativo

203

4.3 Los datos

Empleamos en este estudio un esquema de investigación longitudinal que intenta

seguir la evolución del proceso de adquisición del español por parte de los sujetos que

componen la muestra. Son los nuestros datos observacionales que recogen la

producción semiespontánea (o semidirigida) de un total, como hemos visto, de 15

sujetos experimentales y cuatro sujetos nativos que actúan como grupo control. Los

datos fueron recogidos a partir de unas entrevistas realizadas en el marco de dos

proyectos de investigación diseñados para el estudio de las interlenguas: los proyectos

interuniversitarios Beyond parameters (1995) y The specific nature of non-native

grammars and the principles and parameters theory/Análisis de la interlengua española

de hablantes no nativos de español y de inglés en contextos de aprendizaje formal:

Obtención de un corpus oral para un estudio longitudinal de la adquisición.12

La presentación de las entrevistas y de las instrucciones para su realización se llevaba a

cabo en todos los casos siguiendo un protocolo similar: el entrevistador se presentaba al

sujeto (a veces esto no era un paso obligatorio puesto que se realizaban dos entrevistas

en una sola sesión o el informante lo conocía de sesiones previas), a continuación le

informaba por vez primera o le recordaba en que consistía el protocolo de realización de

la entrevista y cómo se desarrollaría ésta (v. Anejo 1, sección 1.4)

En relación con la cantidad de datos recogidos cabe mencionar que si bien hemos

recogido datos de la producción de cuatro de los nueve sujetos del grupo OTT en dos

etapas diferentes (cada una de ellas correspondiente a dos años académicos sucesivos) al

año siguiente los otros cinco informantes del mismo grupo vuelven a realizar estas

entrevistas y contamos en su caso, pues, con una tercera etapa. Por su parte, los datos de

los participantes del grupo de Barcelona (BAR) son recogidos, con alguna excepción, a

12 El proyecto Beyond parameters (1995) fue dirigido por la Dra. Juana Muñoz Liceras en la Universidad de Ottawa. The specific nature of non-native grammars and the Principles and parameters theory (1996-1999) financiado por el Social Sciences and Humanities Research Council of Canada (SSHRC), G-2451, 410-96-0326 y Análisis de la interlengua española de hablantes no nativos de español y de inglés en contextos de aprendizaje formal: obtención de un corpus oral para un estudio longitudinal de la adquisición (1998-1999) financiado por el Ministerio de Educación y Cultura, DGES/DGICYT PB-94-1096-C02 y 01 son dos proyectos coordinados dirigidos por Juana Muñoz Liceras y Lourdes Díaz desde la Universidad de Ottawa (Canadá) y la Universitat Pompeu Fabra (Barcelona) respectivamente. Todos los proyectos anteriores se diseñaron para investigar la naturaleza de la interlengua de hablantes que adquieren el español en un contexto institucional en Ottawa (Canadá) y/o que combinan la adquisición en contexto natural y el aprendizaje formal en Barcelona.

Capítulo IV

204

lo largo de un curso de la Escuela Oficial de Idiomas (EOI) cuya duración es de seis

meses.

El apartado siguiente presenta el procedimiento empleado en la recogida de los datos de

la muestra deteniéndonos especialmente en la descripción de las entrevistas y el tipo de

información obtenido por medio de las mismas.

4.3.1 Recogida de los datos

Tanto los datos que se recogieron en Canadá como los de Barcelona se grabaron

en formato audio; en todos los casos las entrevistas fueron realizadas en las aulas de los

centros en los que los participantes asistían regularmente a clases de español y a los que

se desplazaban los encargados de administrar las entrevistas. Éstos eran normalmente

investigadores vinculados con alguno de los proyectos de investigación ya mencionados

y en cuyo marco se recogen los datos, colaboradores ocasionales de dichos proyectos de

investigación y también en algún caso profesores del mismo centro en el que estudiaban

los sujetos. El caso de los hablantes nativos que conforman el grupo control constituye

una excepción en comparación con el resto ya que, si bien en uno de los casos la

entrevista se realizó en la Universidad de Ottawa, los otros tres sujetos completaron las

entrevistas en un contexto no institucional en Madrid.

Algunos de los datos de la muestra fueron por primera vez transcritos como parte del

trabajo realizado en el marco de los proyectos de investigación citados y no

específicamente como parte de esta tesis, empleando procesadores de texto comunes

(Word y Wordperfect) no ideados específicamente para el análisis de la producción

lingüística. Así, todas las transcripciones fueron convertidas manualmente al formato

CHAT ya en el contexto de nuestra tesis doctoral.

Es preciso señalar, no obstante, que la mayor parte de los datos aquí analizados han sido

ya examinados y presentados en anteriores trabajos de investigación (v. Liceras, Díaz,

Maxwell, Laguardia y Fernández 1998, Liceras y Díaz 1998, Perales et al. 2005) por lo

que tan sólo algunos de los datos del grupo BAR son inéditos. Pasamos a continuación a

describir en detalle las entrevistas a partir de las cuales se han obtenido los datos de la

muestra.

El análisis de los datos del español no nativo

205

4.3.2 Las entrevistas

Una vez finalizada la recolección de datos, se obtiene un total de 196 entrevistas

que presentan, para todos los grupos y etapas, una misma estructura básica que sufre en

algunos casos ligeras modificaciones; dicha estructura mantiene las siguientes

secciones:

1. Una sección de preguntas de carácter más o menos personal que

introduce la sesión.

2. Una sección de preguntas pensadas con la intención de que el

entrevistado produzca algún tipo de estructura o elemento concretos.

3. Una sección de narración de una historia que el sujeto ha de relatar a

partir de unas viñetas (una historieta gráfica) que le presenta el

entrevistador.

Quisiéramos ahora realizar una serie de observaciones relativas al diseño de estas

entrevistas y la forma en que ello afecta o podría afectar la naturaleza de los datos. Los

métodos de investigación meramente observacionales, naturales, no permiten al

investigador tener control sobre aquello de lo que se está hablando.13 Nuestros datos

son, en realidad, un tipo especial de producción dirigida ya que, por un lado, aun sin

tratarse de una situación estrictamente experimental, la primera parte de las entrevistas

permite al investigador asegurarse de que el sujeto producirá un tipo determinado de

discurso como respuesta a una serie de estímulos y preguntas que él mismo proporciona

y, por otro, permite obtener usos casi espontáneos por parte de los sujetos por medio de

la narración monológica a partir del pretexto de una tira de imágenes.14

El modo de presentación de los estímulos en entrevistas como las nuestras y el tipo de

tarea que se propone a los sujetos pueden repercutir en el grado e incluso el tipo de

competencia (gramatical o metalingüística) que éstos muestren. En este sentido, tal y

13 Remitimos aquí a la discusión sobre la expresión de la deixis forzada por la naturaleza de la situación experimental anteriormente presentada en la sección 4.1 de este mismo capítulo. 14 Es preciso señalar cómo, en realidad, en ocasiones el entrevistador sí interviene brevemente, bien con intervenciones puramente fáticas que aseguran al sujeto que su mensaje está siendo recibido, bien con respuestas concisas a preguntas puntuales de éste relativas, por ejemplo, a lo adecuado del uso de un termino dado en un contexto concreto, a la pronunciación de una palabra determinada, etcétera.

Capítulo IV

206

como señala Hickmann (2003), las viñetas gráficas tienen frente a, por ejemplo, las

películas o los vídeos la ventaja de no exigir del entrevistado un esfuerzo memorístico

que le dificulte o le distraiga de su tarea como narrador: aquello que ha de ser narrado

permanece presente y visible pero, por contra, al proporcionar un marco, digamos

estático, invitan, de alguna forma, a la descripción.15

Igualmente, es de esperar que una descripción realizada a partir de referentes que son

información conocida tanto para el hablante como para el oyente (tal es el caso de las

entidades que aparecen en viñetas que ambos interlocutores ven en el transcurso de la

entrevista) no incluya artículos indeterminados ni siquiera en la primera mención de

cada entidad; lo contrario resultaría poco natural ya que los dos saben que se trata de

información conocida para ambos. En cualquier caso, si bien somos conscientes de que

todo lo anterior podría constituir un problema para un estudio que tuviera como objetivo

examinar (el desarrollo de) la expresión de la referencia, en un caso como el nuestro, en

cambio, no creemos que vaya a suponer un problema desde el momento en que,

precisamente, son los artículos determinados los que nos interesan y el hecho de que se

reduzcan las oportunidades de uso del indeterminado y aumente así el número de

contextos en que el determinado sería obligatorio es incluso positivo para nuestros

objetivos. En las secciones siguientes de descripción de resultados, veremos cómo, de

alguna forma, este problema se ve reflejado en la producción de nuestros sujetos.

Algunas de las entrevistas, en concreto las pertenecientes a la primera etapa de cinco

sujetos del grupo OTT que, a diferencia de las que se administran al resto de los sujetos,

se recogen dentro del proyecto de investigación Beyond Parameters, incluyen una

sección de repeticiones en la que el sujeto ha de reproducir exactamente las secuencias

que lee el entrevistador y que contienen estructuras e ítems de diversos tipos. Pero,

insistimos, nuestro estudio no incluye en el análisis la producción procedente de dichas

secciones que han sido convenientemente eliminadas del cómputo total de producciones

15 Algunos trabajos de investigación de propósitos muy específicos tratan deliberadamente de eliminar este posible efecto descriptivo en la narración a partir de viñetas proporcionando al sujeto instrucciones concretas acerca de la posición (temporal) discursiva desde la que ha de realizar la tarea. El estudio de Díaz, Bel, Ruggia y Rosado (2003), por ejemplo, que se proponía investigar el uso de tiempos verbales del pasado, y concretamente la oposición pretérito imperfecto/pretérito indefinido, en hablantes de español L2 requería de los participantes que iniciaran su narración de lo ocurrido en las viñetas que se les presentaban de la siguiente premisa de partida “Ayer por la tarde…” fijando/acotando así el espacio temporal en que se habría de desarrollar la narración. En este sentido, véase también el trabajo de Sánchez (2005).

El análisis de los datos del español no nativo

207

básicamente debido a lo distinto de su naturaleza con respecto del resto de la producción

de los sujetos.16

4.4 Tratamiento de los datos: transcripción, codificación y análisis

Toda la producción de los sujetos que componían la muestra del estudio se

organizó haciendo uso de las herramientas que facilitan los programas de tratamiento de

datos lingüísticos del proyecto CHILDES. La sección 4.4.1 describe la forma en que se

procedió con respecto a la transcripción y codificación de dicha producción lingüística

mientras que en 4.4.2 nos referimos al modo en que se ha procedido con respecto a la

contabilización de la producción de los sujetos: además se especifica cuáles son las

pruebas que se han empleado en su tratamiento estadístico y se justifica por qué se ha

optado por escoger ésas y no otras pruebas.

4.4.1 Transcripción y codificación

Los datos de la muestra fueron transcritos y codificados siguiendo las

convenciones establecidas por el formato CHAT (Codes for the Human Analysis of

Transcripts) del proyecto CHILDES (Child Language Data Exchange System) que fue

desarrollado a mediados de los años ochenta por Brian MacWhinney y Catherine Show.

En un primer momento CHILDES se concibe como herramienta para el estudio del

desarrollo inicial de la lengua nativa con objeto de que los investigadores del lenguaje

infantil pudieran contar con instrumentos estandarizados para intercambiar datos y

transcripciones reales sin que ello supusiera problemas de incompatibilidad entre las

diferentes versiones manejadas por cada equipo de investigación. Así, MacWhinney y

sus colaboradores establecen con este proyecto una serie de criterios para la

transcripción de datos lingüísticos para homogeneizar la forma de transcripciones

realizadas desde proyectos y trabajos de investigación diferentes; el objetivo es, pues,

poder llegar a compartir información evitando el esfuerzo añadido de descifrar los

criterios seguidos por otros investigadores en el proceso de transcripción. Asimismo,

16 Nos parece relevante señalar como en este sentido nuestro estudio se aparta de decisiones tomadas en estudios previos como el de Robertson (2000) cuyos resultados fueron presentados en el Capítulo III. En este estudio el cómputo incluía los casos de repetición y/o reformulación de discurso del interlocutor por parte del hablante no nativo ya que el sobreúso o la omisión en estos contextos resultaba muy significativo para su análisis de datos.

Capítulo IV

208

desde CHILDES se emprende el diseño de una serie de programas informáticos, los

programas de CLAN (Computerized Language Analysis), que facilitan el acceso a la

información contenida en tales transcripciones normalizadas y que, en posteriores

etapas de la investigación, permitan obtener con exactitud resultados y cifras exactas

que puedan luego manejarse sin dificultad a la hora de proceder al análisis estadístico de

los datos. Por último, y esto constituiría el tercer brazo de la herramienta multifuncional

que es el proyecto CHILDES, se promueve e impulsa la creación de una base de datos

procedentes de diferentes lenguas, recogidos en muy diversas situaciones de

comunicación y procedentes tanto de la adquisición de la lengua que tiene lugar en

condiciones normales como en condiciones especiales (MacWhinney 1995, 2000). Con

respecto a la disponibilidad de los datos procesados según las convenciones de CHAT y

tratados por medio de los programas de CLAN, se establece una suerte de acuerdo

tácito, de colaboración entre los responsables del proyecto y los usuarios de sus

facilidades que consiste en que las transcripciones realizadas y trabajadas con los

programas de CLAN se pondrán luego a disposición de los usuarios potenciales de los

mismos, por medio de la cada día más amplia base de datos de la que dispone el

proyecto. En los últimos años esta base de datos se ha visto considerablemente

aumentada con la incorporación de nuevo material procedente de datos de L1 de

numerosas lenguas “nuevas” no habituales en estos contextos, de hablantes bilingües, de

datos de discurso escrito (también novedosos dado que CHILDES se concibió en

principio para el análisis de datos orales), de datos de TEL, de pacientes aquejados de

distintos tipos de afasia y, también, de datos de hablantes de L2.

Lo cierto es que, hoy por hoy, en el tratamiento de datos lingüísticos, en el análisis

cuantitativo o cualitativo de material de adquisición y/o desarrollo del lenguaje, el uso

de las convenciones y herramientas que proporciona CHILDES resulta muy ventajoso

para el investigador que puede recurrir a la base de datos del proyecto y proceder

directamente a su análisis. Del mismo modo, también gracias a CHILDES es posible

acceder a datos que, por sus especiales características, son particularmente difíciles de

conseguir.17

17 La forma en que se procedió con respecto a la transcripción, segmentación y codificación de los datos se describe en detalle en el Anejo 2, sección 2.1.

El análisis de los datos del español no nativo

209

4.4.2 Los datos: contajes y análisis estadísticos

La búsqueda automática, contaje y análisis de las formas codificadas se ha

realizado empleando algunos de los programas desarrollados dentro del proyecto

CHILDES y las utilidades del paquete estadístico SPSS (Statistical Package for Social

Sciences) en su versión 11.0 para Windows.

4.4.2.1 Contajes

El programa FREQ (Frequency) de CHILDES fue empleado para realizar

cálculos de frecuencias y detectar posibles incongruencias en la codificación de los

elementos analizados. Los de (1a) y (1b) son ejemplos procedentes de los archivos de

output que genera el programa FREQ:

(1a) From file <f:\childes\cod_cat_def\Dan_5.dcl> 2 adfs 2 adms 1 aifp 4 aims 2 mtms 2 padnmp 2 z/adfs 1 z/adms 1 zfp 3 zfs 1 zms

------------------------------ 13 Total number of different word types used 23 Total number of words (tokens) 0.565 Type/Token ratio

(1b) From file <f:\childes\cod_cat_def\Dan_5_2.dcl>

1 ad/zms 4 adfs 2 admp 3 adms 5 aims 1 els/admp 2 pmsms 1 pmtms 1 pnfp 2 qmfs 1 qtms 2 z/adfs 1 z/adms 1 z/aims 3 zfs 2 zms

------------------------------ 17 Total number of different word types used 33 Total number of words (tokens) 0.515 Type/Token ratio

Capítulo IV

210

El programa KWAL (Key Word and Line) también fue empleado para efectuar

búsquedas de palabras y categorías concretas y/o producciones completas, así como del

contexto en que éstas aparecían. También fue empleado el programa COMBO (Bolean

Searching) para extraer contingencias de códigos y de palabras específicos. Al realizar

los contajes generales de la producción de los sujetos, y una vez introducidos los

códigos pertinentes, el programa STATFREQ (Frequency Analysis) nos permitió

convertir los datos numéricos obtenidos en una hoja de cálculo que luego se procesó y

trató con la ayuda del programa Excel y el paquete estadístico SPSS (Statistical

Package for Social Sciences) en su versión 11.0 para Windows.

La ponderación de la producción global de los hablantes se realizó tomando la palabra

como unidad de medida (v. apartado 2.1.1 en el Anejo 2) para tener con ello una idea

aproximativa del peso relativo de la producción de nuestros sujetos en el conjunto del

corpus que producen. Todos los cálculos se han realizado a partir de la producción total

de cada categoría (o grupo de categorías) para cada uno de los grupos. Las proporciones

que se presentan para elementos concretos han sido, en todos los casos, calculadas sobre

la categoría de análisis inmediatamente superior, es decir, si bien hemos calculado qué

representa la producción total de clíticos y artículos sobre el total de palabras

producidas por cada sujeto, se ha calculado qué porcentaje sobre el total de clíticos

producidos representa cada tipo de elemento del paradigma. es preciso señalar, no

obstante, que los contajes de las omisiones se han realizado sobre el total potencial18 de

la categoría omitida. Por último, para cada elemento concreto se calcula en qué

proporción aparece empleado en cada uno de sus usos. Tomemos como ejemplo el

clítico se, a la hora de calcular cuál es el porcentaje de uso del se dativo, la cifra que

proporcionamos en las tablas de resultados corresponderá a la proporción que tal forma

supone sobre el total de producciones del clítico se; este último total incluiría toda la

casuística que a continuación queda recogida en el Cuadro I:

18 El término ‘total potencial’ hace referencia al número de ocasiones que se requiere la producción de una categoría dada. Es decir, el número de oportunidades en que se ha realizado una categoría más el número de número de veces en que debía realizarla (Sanz-Torrent 2004: 103).

El análisis de los datos del español no nativo

211

CUADRO I. EJEMPLO DE CATEGORIZACIÓN (CLÍTICO PRONOMINAL SE) seD Dativo seI Impersonal seP Pronominal (Conc. con la flexión del verbo) seF Reflexivo (Conc. con la flexión del verbo)

Total se Suma de los anteriores

En este caso la categorización incluiría se dativo, se impersonal, se como miembro del

paradigma usado en los verbos pronominales y se reflexivo, en los dos últimos casos

concordando en los rasgo de número y persona con la flexión verbal.

4.4.2.2 Análisis estadísticos

Por lo que al tratamiento estadístico de los datos respecta, y dadas las

características de la muestra (menor de 30 sujetos con un alto grado de variabilidad), los

análisis se han realizado empleando pruebas no paramétricas de comparación.

Una de las principales dificultades a la hora de analizar datos de L2 ya que ello afecta a

la posibilidad de dar tratamiento estadístico fiable a los resultados de la investigación en

ASL, como se ha visto en capítulos anteriores y al igual que ocurre con los datos de

TEL (v. Jakubowicz 2003, Sanz Torrent 2004), es el alto grado de variabilidad y

heterogeneidad que presentan entre sí los hablantes de L2 a pesar incluso de que a

priori presenten características similares que hayan permitido considerarlos parte de un

mismo grupo experimental.

Para el contraste de datos en más de dos niveles (esto es, más de dos grupos de

individuos) se emplea el test de Kruskal-Wallis mientras que en las comparaciones entre

dos grupos se realiza el test U de Mann-Whitney (Siegel 1975, Hatch y Lazaraton 1991,

Fullana 2005). El contraste de Kruskall-Wallis es la alternativa no paramétrica del

método ANOVA y nos sirve para contrastar la hipótesis de que k muestras cuantitativas

se han obtenido de la misma población. La aplicación previa de esta prueba de

comparación en una muestra de más de dos grupos evita la posibilidad de que la

comparación directa entre dos grupos arroje un falso positivo y garantiza la fiabilidad

del nivel de significación que indiquen los tests de comparación entre dos grupos

realizados a posteriori. Las comparaciones entre individuos o elementos incluidos en un

Capítulo IV

212

mismo grupo mayor se realizan por medio del test de Wilcoxon (Sanz-Torrent 2004,

Fullana 2005).

4.5 La competencia nativa como punto de partida

Como ya decíamos en el Capítulo II, y aun a riesgo de que pueda parecer

demasiado obvio, nos parece oportuno recordar cómo, a nuestro entender, la única

forma de proporcionar una descripción precisa de los sistemas no nativos requiere la

comparación de los mismos con los sistemas gramaticales nativos. Igualmente decíamos

que si bien, por definición, la gramática subyacente en el caso de los nativos es siempre

la misma para todos los individuos, los sistemas no nativos se caracterizan por todo lo

contrario en la medida en que la variabilidad y la presencia de formas idiosincrásicas de

interlengua son características definitorias de estos sistemas.

También se ha señalado cómo el empleo de esa idealización que constituye el

constructo al que nos referimos cuando hablamos de ‘competencia nativa’ –entendida

como el idiolecto del hablante ideal de una lengua dada– es esencialmente una

estrategia, una herramienta para el trabajo del investigador cuya función es, de alguna

forma, facilitar la labor de los interesados en la descripción y análisis de sistemas

lingüísticos sea cual sea la naturaleza de éstos. El sistema gramatical del idiolecto que

se atribuye al hablante ideal de una lengua dada, como vimos en el capítulo anterior,

servirá a los estudiosos de la adquisición del lenguaje como modelo a partir del cual

analizar la producción tanto de las gramáticas infantiles como de gramáticas no nativas

del tipo que se examina en nuestro estudio. Así, la descripción de la naturaleza y el

comportamiento de artículos y clíticos del español que hemos afrontado en los dos

primeros capítulos de esta tesis es, efectivamente, la de la competencia lingüística del

hablante nativo de español y desde ahí intentaremos caracterizar la gramática de

nuestros hablantes de español como L2 y/o LE. Es de esperar, según esto, que los

análisis y planteamientos teóricos referidos en los capítulos anteriores se vean apoyados

por lo que interpretaremos como muestra de la actuación, del uso real de un hablante

nativo de español, esto es, los datos producidos por los cuatro sujetos nativos de español

que integran el grupo control (CON). La inclusión de este grupo representa para

nosotros una doble garantía o, mejor dicho, quiere servir un doble propósito ya que, por

un lado, nos parece necesario para dar cuenta (cuantitativamente hablando) de cuál es el

El análisis de los datos del español no nativo

213

uso real que el hablante nativo hace de los elementos que estamos considerando y, por

otra parte, necesitamos esa producción de referencia para poder establecer una

comparación fiable entre los dos tipos de hablantes.19

4.5.1 Los datos de control y la ‘falacia comparativa’

A pesar de lo que acabamos de afirmar, el uso de controles ha planteado en

ocasiones el problema metodológico que, según algunos autores, subyace a numerosos

estudios empíricos sobre adquisición del lenguaje y que desde el trabajo de Bley-

Vroman (1983) se conoce como problema de la ‘falacia comparativa’. Éste alude a la

inconveniencia que supone abordar los datos de la L2 desde la perspectiva única de la

comparación con la norma de la LO, considerada como una entidad abstracta y más o

menos intangible. Para Bley-Vroman parece claro que los estudios sobre L2 basados

exclusivamente en la comparación de la producción no nativa con la norma de una

lengua dada corren el peligro de perder de vista que, desde que se asume unánimemente

que las interlenguas son sistemas lingüísticos naturales (Selinker 1972), los sistemas no

nativos han de entenderse y analizarse en sí mismos evitando la referencia y el cotejo

constante con la descripción de la L1. Así, el sistema del aprendiz merece ser estudiado

en sí mismo y no como la versión ‘degenerada’, y empleamos expresamente el término

que usa Bley-Vroman, del sistema de la LO. Desde el punto de vista del análisis

empírico, son numerosos los estudios que se plantean determinar cuál es la naturaleza

de los datos de L2 señalando la necesidad de abordar la consideración de las gramáticas

de interlengua en sí mismas y en referencia a la teoría de principios y parámetros de la

GU evitando, así, el problema metodológico de la falacia comparativa (Schwartz y

Sprouse 1994, Lakshmanan y Selinker 2001).

Bien es cierto que si asumimos, y tal es la tendencia generalizada dentro del campo, que

la interlengua no es una variante incompleta o errónea de la norma de la L1 al que el

hablante no nativo llega a partir de la remodelación de la gramática de su L1, sino un

19 La inclusión de un grupo control de nativos de la L2 es ya tradicional en los estudios de L2. Durante los últimos años se ha difundido, además, la práctica de contar con un grupo control nativo de la L1 de los hablantes que cumple la función de proporcionar información acerca del comportamiento ‘natural’ de los hablantes en su L1, sin la presión de producir en una lengua en la que tienen algunas limitaciones; White (2003) cita como ejemplos de este tipo de práctica los trabajos de Dekydtspotter, Sprouse y Anderson (1997) y Kanno (1998).

Capítulo IV

214

sistema regulado por reglas propias y gobernado por mecanismos también propios

parece, entonces, claro que la correcta caracterización de la competencia lingüística del

aprendiz requerirá que la IL se analice por sí misma, como sistema autónomo. No

obstante, no nos parece que el hecho de considerar la producción nativa como sistema

estable, como herramienta útil haya de evitarse. Más bien al contrario, creemos con

White (2003) que el afán por evitar esta falacia comparativa no ha de implicar la

exclusión de los controles nativos de los análisis de la producción de L2. Para la autora,

de hecho, contar con estos datos es relevante, en primer lugar, para asegurarnos de que

las pruebas que se emplean en la investigación son válidas para medir aquello que se

pretende medir y, lo que quizá sea más importante, para cerciorarnos de que los hechos

y fenómenos que describe la teoría lingüística se manifiestan como tales en los datos de

los nativos. Con todo, señala White que el hecho de que los hablantes de L2 presenten

una conducta diversa a la de los adultos nativos de una lengua dada no ha de llevar al

investigador a conclusiones precipitadas sobre el estatuto más o menos arbitrario de los

sistemas de IL, puesto que, aun no coincidentes con el sistema de la LO, el análisis

puede revelar que sus producciones (o elecciones o sus juicios gramaticales si es ése el

caso) siguen la pauta de una lengua natural y revelan, así, que no se trata de gramáticas

salvajes, esto es, no constreñidas por la GU.20

En nuestro caso, ciertamente, uno de los propósitos que nos animó a contar con un

grupo control en el estudio está relacionado con la necesidad de comprobar el alcance

de los fenómenos que estudiamos en los datos de la L1 adulta ya que, en ocasiones, la

producción del nativo puede revelar conductas, digamos “inesperadas” que, en caso de

observarse aisladamente en la producción no nativa, podrían dar lugar a interpretaciones

erróneas y arrojar una impresión equivocada del verdadero alcance del fenómeno.21 Las

palabras de Cook sobre cómo se ha de abordar el análisis de los datos del lenguaje

20 V. Nota 1 en el Capítulo III sobre el concepto de gramáticas salvajes (Goodluck 1986). 21 Queremos aclarar a qué nos referimos por medio de un ejemplo que nos parece muy representativo: la experiencia personal y la extensa bibliografía al respecto parecen indicar que en el aula de español como LE se hace gran hincapié en la enseñanza explícita de los tiempos del subjuntivo. Sin embargo, en realidad, estudios realizados sobre corpus de datos de español adulto nativo muestran como el uso real de los tiempos del subjuntivo no excede el 12% en textos expositivos y el 3% en las narraciones (v. Ragnarsdóttir, Aparici, Cahana-Amitay, van Hell y Viguié 2002). Pensemos en un análisis que no prestara atención al importante dato que supone la baja frecuencia en que se usa este modo verbal en español nativo: sin este dato, la consideración de una baja frecuencia de uso en español no nativo corre, sin duda, el riesgo de ser malinterpretada como errónea, ejemplo, si se quiere de un fenómeno de evitación deliberada (v. Schachter 1974) por el cual los hablantes de L2 ‘sortean’ aquellas estructuras que les resultan, consciente o inconscientemente, problemáticas.

El análisis de los datos del español no nativo

215

infantil son muy claras: “Children’s performance should be compared with adult’s

performance rather than with adult’s competence” (Cook 1990: 94), y nosotros, al

comparar los datos de nuestros sujetos no nativos con los del grupo control, eso es

precisamente lo que vamos a hacer.

4.6 La competencia no nativa

La selección de sujetos se realizó sin perder nunca de vista la posibilidad de que

sean las L1s de los hablantes y la forma en que se cumplen en ellas las funciones

desempeñadas por los artículos y los clíticos, las responsables de determinar el modo en

que estos hablantes se enfrentan a ellos en español. Nuestro estudio quiere considerar

cómo tiene lugar la expresión de la referencia en la interlengua española de estos

hablantes, aun en ausencia en la L1 de elementos específicos que se encarguen de llevar

a cabo tal función.

Así, y ante la posibilidad de que, a la hora de producir determinada estructura o

enfrentarse a la producción de elementos concretos, se observen fenómenos de

transferencia desde la L1 de los hablantes no nativos, en nuestro caso el francés y/o el

inglés y el chino, queremos, con el propósito de salir al encuentro de tal posibilidad y

para ello proporcionamos a continuación una descripción sucinta del funcionamiento de

las estructuras nominales y ciertos fenómenos sintácticos a ellas relacionados tanto en

inglés y francés como en chino22.

4.6.1 El conocimiento lingüístico previo: el papel de la L1

En esta sección, y partiendo del supuesto que la experiencia lingüística anterior

del no nativo, su L1 en particular, juega un importante papel a la hora de determinar

cómo se configura la gramática de la IL, consideramos la forma en que las L1s de los

dos grupos experimentales de la muestra, inglés, francés y chino, abordan la expresión

de la definitud de las expresiones nominales: o a través de medios morfológicos que

22 Como ya hemos comentado con anterioridad, si bien nuestros aprendices de español L2 que tienen el chino como L1 son hablantes nativos de diferentes variedades del chino –mandarín, taiwanés, etc., el comportamiento de éstas es, en relación con los elementos y estructuras que nos ocupan, prácticamente el mismo.

Capítulo IV

216

pueden ser, en gran medida, comparables, a los del español o por medio de recursos

alternativos de tipo sintáctico o discursivo.

La descripción que abordamos a continuación hace especial hincapié en aquellos puntos

especialmente divergentes que se observan entre la LO y las L1 de los hablantes. Así, y

tal y como hemos adelantado ya en alguna ocasión, queremos observar especialmente,

dado el grado de divergencia entre estas formas y las equivalentes en español, el

funcionamiento de las formas pronominales del inglés y el francés (lengua ésta que,

como podemos suponer, es la más cercana al español tipológicamente hablando) y la

forma en que organiza la información en el dominio nominal en una lengua que no

dispone de artículos.

4.6.1.1 El Sintagma Determinante en inglés y francés

El grupo OTT está compuesto por sujetos hablantes nativos de inglés y francés,

lenguas indoeuropeas que, como el español, hacen uso de una serie de elementos átonos,

los artículos, que se encargan de indicar cuál es el estatuto de la entidad referida en

términos de información nueva o conocida para el/los interlocutor(es).

Al igual que ocurre en español, en francés e inglés los determinantes, como núcleo de la

categoría SD, aparecen casi sin excepción encabezando las proyecciones nominales

necesariamente marcadas como información nueva o conocida por medio de estos

elementos. En las tres lenguas la distinción primera entre información nueva e

información dada se marca por medio de la inclusión de un artículo, determinado o

indeterminado, así como de otros determinantes (demostrativos, posesivos, indefinidos,

cuantificadores, etc.) que añaden especificaciones semánticas adicionales. El

determinado, también en inglés, especifica si el referente puede ser identificado por el

oyente porque se ha mencionado con anterioridad en el discurso, se mencionará más

adelante o forma parte de un conocimiento ya compartido por los interlocutores y es,

así, información dada.

Por otro lado, los artículos determinados del inglés, si bien pueden encabezar sintagmas

con el sustantivo en plural, a diferencia de lo que ocurre en español o en francés, no

El análisis de los datos del español no nativo

217

presentan flexión de género ni número. El indeterminado, que sólo aparece con nombres

contables en singular -no existe el indeterminado plural- señala que algo se menciona

por vez primera y representa, por tanto, información nueva para el oyente.

En el caso del francés, que tiene, por lo demás, un comportamiento muy similar al del

sistema del español, es interesante destacar además la existencia de un artículo partitivo

que se usa para denotar una porción de una materia incontable o un número

indeterminado de entidades contables como se observa en el ejemplo de (2):

(2) J'ai du café

Tengo café

Como ya sabemos, los artículos de las lenguas románicas, y entre ellas el francés,

concuerdan en género y número con el sustantivo al que acompañan; en el caso

específico del francés, la distinción se establece en el singular, puesto que las formas del

plural son las mismas para el masculino y el femenino. Esto se aplica tanto a

determinados como a indeterminados y partitivos tal como se ilustra en el Cuadro II a

continuación:

CUADRO II. PARADIGMA DEL ARTÍCULO EN FRANCÉS

Singular Plural

Masculino Femenino Determinado le la les Indeterminado un une des Partitivo du de la des

Creemos preciso señalar cómo si comparamos, por un lado, el español y el francés y el

inglés, por otro, las dos lenguas difieren en el nivel de uso que se observa para el

artículo es diferente en uno y otro caso puesto que, contrastando con lo que ocurre en

las lenguas románicas en general, el inglés hace un uso mucho menor de los artículos,

debido probablemente a la extensión que en esta lengua tiene el artículo Zero. Tanto en

inglés como en francés existe la opción de que haya sintagmas nominales no precedidos

por determinante; el alcance de tal posibilidad, no obstante, varía dependiendo de una

Capítulo IV

218

lengua a otra. Si bien en francés tiene un alcance similar al que tiene en español, en el

caso del inglés es, según algunos estudios (v. Master 1997), la forma de artículo más

frecuente.23 La etiqueta artículo Zero se refiere a aquellos sintagmas en los que el

sustantivo no requiere la presencia de determinante; esta opción se subdivide a su vez en

artículo Zero propiamente dicho, que aparece con nombres de masa y con plurales

genéricos y/o inespecíficos como chocolate o cats (v. ejemplos (3a) y (3b), y artículo

nulo que aparece con determinados nombres contables en singular y con nombres

propios (v. ejemplos en (3c) y (3d)):

(3a) Carmela loves chocolate

(A) Carmela (le) encanta (el) chocolate

(3b) Cats love to sleep in the sun

(A los) gatos (les) encanta dormir al sol

(3c) Carmela loves going to school

(A) Carmela (le) encanta ir a(l) colegio

(3d) I love Paris

Me encanta París

En estos contextos, el francés prefiere, como el español, hacer uso del determinado tanto

con incontables (v. (4a)) como con los plurales genéricos (v. (4b)):

(4a) J'aime le chocolat

Me encanta el chocolate

(4b) J'aime les églises romaniques

Me encantan las iglesias románicas

23 De hecho, el trabajo de Master señala lo elevado de la frecuencia en que aparece en el input el artículo Zero del inglés como factor responsable del sobreúso de dicho elemento por parte de hablantes de inglés como L2; a conclusiones similares llega también el trabajo de Butler (2002).

El análisis de los datos del español no nativo

219

Con respecto a la existencia de clíticos de objeto, queremos a continuación hacer un

breve repaso del funcionamiento general de los pronominales en inglés y en francés. El

inglés no tiene clíticos sintácticos (v. sección 1.1.3 en el Capítulo I) comparables a los

del español. Los elementos del inglés que pueden recibir la etiqueta de clíticos lo son,

como ya vimos, tan sólo en lo fonológico y, consecuentemente, el hablante no nativo de

español con el inglés como L1 habrá de aprender (o desaprender) la propiedad que

distingue a los pronombres fuertes de su L1 de los elementos clíticos que existen en

español. Así, con respecto a estructuras que, como las de doblado de clítico, implican la

presencia obligatoria del pronombre, la L1 no resultará de gran ayuda para el hablante

anglófono que, además, está acostumbrado a asociar en su L1, el caso dativo con la

existencia de referentes que presentan el rasgo [+ animado].

En francés también parecen asociarse de forma natural el caso dativo y los referentes

animados pero, a diferencia de lo que ocurre en inglés, hay tanto clíticos de objeto

(acusativos y dativos) como clíticos nominativos, así que, si toma su L1 como punto de

partida, el cometido del hablante francófono que aprende español será “simplemente”

reasignar, redistribuir funciones y propiedades sintácticas entre elementos equivalentes

en una y otra lengua. Sin ir más lejos, debe percatarse de la no obligatoriedad del

pronombre de sujeto ya que el español, y no el francés, es lengua de sujeto nulo que

sólo emplea los pronombres de sujeto con un propósito contrastivo (v. Capítulo I). Con

respecto a los clíticos de acusativo, el comportamiento de estos elementos es

relativamente similar en estas dos lenguas romance.

Por lo que al doblado de clíticos respecta, sabemos por lo que nos dicen los resultados

de trabajos anteriores que no es éste un fenómeno de fácil adquisición. Para el caso del

francés estándar la duplicación se da sólo de forma ocasional, y no precisamente en los

casos en los que se da obligatoriamente en castellano. Incluimos a continuación (v. (5) y

(6)) algunos ejemplos que ilustran la forma en que en este sentido funcionan el francés y

el español y que proceden de Bruhn de Garavito (2000).24

24 Bruhn de Garavito recoge en su trabajo de 2000 la propuesta de Tremblay (1991) según la cual el posesivo de las construcciones que aparecen en los ejemplos de (i) y (ii) deben también incluirse en el análisis de las estructuras de dativo del francés pues es, en realidad, un clítico dativo, caso que, para el autor, es caso inherente que se emplea por defecto en francés y no caso estructural como lo es en español:

(i) Sa mère à/*de Marie Su madre a/de Marie (La madre de Marie) (ii) La mère à/de Marie La madre a/de Marie

Esta interesante propuesta se aparta ligeramente, no obstante, de los objetivos de nuestro trabajo.

Capítulo IV

220

(5) Je (lui) ai parlé à Luc

(yo) (le) hablé a Luc

(6) Je (*luii) ai mis du sucre au caféi

(Yo) *(le) puse azúcar al café

Los dos últimos ejemplos ilustran cómo, en francés, la secuencia resulta agramatical si

el clítico alude a un referente no animado, el objeto indirecto; como sabemos, en un

caso similar el español incluye obligatoriamente un clítico. Así, si bien en el ejemplo

del español que aparece en (20) el clítico ha de referirse al café, en francés la oración

resulta agramatical si el dativo refiere a una persona que no se menciona explícitamente

en la oración. Según esto, para Bruhn de Garavito la transferencia del francés resultará

de ayuda a los hablantes francófonos que aprenden español sólo superficialmente pues

no proporcionará pistas acerca de cuáles son las restricciones que operan en el

funcionamiento de las estructuras que implican la presencia de un clítico dativo en la

L2.

Con respecto, por último al orden de palabras, quizá resulte relevante señalar cómo el

tipo de conducta que, por influencia de la L1, podría esperarse de los hablantes

anglófonos es que trataran los clíticos del español asumiendo que son pronombres

fuertes capaces, como ocurre en inglés, de ocupar en el contexto oracional las mismas

posiciones que los SSDD plenos.

4.6.1.2 El Sintagma Determinante en chino: el Sintagma Clasificador

El chino, como lengua aislante, se caracteriza por su gran simplicidad

morfológica y, por ejemplo, no disponer ni de un sistema verbal conjugado al uso, ni de

concordancia de género y/o número en el sistema nominal. Carece, pues, el chino de

desinencias, morfemas o declinaciones como las que aparecen en las lenguas flexivas y

dispone en su lugar de partículas que se especializan en marcar rasgos gramaticales que

expresan tiempo y/o aspecto verbal, número, género –concepto de escasísima

rentabilidad en chino, novedoso cuando menos para el sinófono que aprende una lengua

románica– persona, etc. En realidad, muchos ítems léxicos pueden en chino funcionar

El análisis de los datos del español no nativo

221

como sustantivo, como adjetivo o como verbo dependiendo de la posición en la que

aparecen. Como ya se ha dicho, una de sus principales características es el hecho de

que, tal y como ocurre en las llamadas lenguas aislantes, las funciones sintácticas y

también algunas relaciones semánticas se expresan por medio del orden de palabras

frente al caso de lenguas que, como las de la familia románica, descansan para ello en la

morfología.

Dada, pues, la práctica ausencia de morfología en chino, que sólo posee algunas escasas

formas que marcan localmente, y de modo opcional, relaciones gramaticales (los

clasificadores o el número en los pronombres), el orden de palabras en esta lengua

resulta muy significativo y, por ello, más estricto. Aunque se trata de una lengua SVO

(Sujeto-Verbo-Objeto), en contra con lo que ocurre normalmente con este tipo de

lenguas, los modificadores en chino tienden a preceder en un sintagma dado a los

núcleos a los que modifican y, en ocasiones, estos dos criterios se superponen. En

muchos aspectos la gramática del chino está condicionada por el contexto de discurso y

llena, según afirman Li y Thompson (1981) u Ollé (2005), de casos particulares de

adecuación a entornos textuales y contextuales determinados, giros y matices para los

que la posición que ocupa cada elemento resulta de gran importancia.

Aunque la función de introducir una entidad dada y establecer la oposición entre

información nueva e información conocida que desempeña el artículo de las lenguas

indoeuropeas no se marca en chino por medio de la oposición artículo

determinado/indeterminado, el chino sí emplea determinantes para diferenciar un tipo

determinado de información conocida (la que aportan los demostrativos, por ejemplo)

de la información nueva que introducen los numerales. Eso sí, en contraste con lo que

ocurre en las lenguas indoeuropeas, estos determinantes son en chino recursos

opcionales. Según se observe presencia o ausencia de determinante, y atendiendo

además a las características que dichos elementos presenten, los principales tipos de

sintagmas nominales existentes en chino son los siguientes (v. Li y Thompson 1981,

Hickmann 2003):

1. Numerales, cuantificadores u otros clasificadores

2. Demostrativos y pronombres personales

Capítulo IV

222

3. Sintagmas nominales no precedidos por determinante que

potencialmente pueden denotar tanto información nueva como

información conocida.

Existe, además, una clase de expresión nominal característica del chino que se ha

denominado Sintagma Clasificador (SCL) cuyo comportamiento examinamos a

continuación. Esquemáticamente la configuración y el funcionamiento de los sintagmas

clasificadores del chino es la que figura en (7):

(7) DEMOSTRATIVO +/O NUMERAL/CUANTIFICADOR + CLASIFICADOR + SUSTANTIVO

El elemento que denominamos clasificador, tal y como figura en (8a) y (8b), aparece

precediendo al nombre junto a un numeral, un demostrativo o ciertos cuantificadores. El

sustantivo decide qué tipo de clasificador aparece con cada SN. Por ejemplo, si el

nombre denota una medida no requiere clasificador y puede, además, actuar como

clasificador, véase (9):

(8a) shí bàng

diez libra

[diez libras]

(8b) shí bàng ròu

diez libra carne

[diez libras de carne]

(9a) zhèi ban xuésheng

esta clase estudiante

[esta clase de estudiantes]

(9b) zheng hé táng

toda caja caramelos

[una/la caja de caramelos]

El análisis de los datos del español no nativo

223

El clasificador más empleado es -ge que está poco a poco reemplazando a los más

especializados y extendiéndose a múltiples usos; de acuerdo con Li y Thompson (1981)

-ge está actualmente inmerso en un proceso de gramaticalización, véase el ejemplo de

(10a) frente al de (10b), más extendido:25

(10a) nèi dào cài → (10b) nèi ge cài

ese plato (de) comida ese plato? (de) comida

Particularmente interesante resulta el clasificador -xiē que se emplea para marcar

pluralidad y que se emplea junto al numeral yi ‘uno’ (con el sentido de ‘varios’) o con

los demostrativos nèi (‘ese’) y zhèi (‘este’); us uso se ilustra en (11a) y (11b):

(11a) yi xiē wánjù

un PL juguete

[varios juguetes]

(11b) nèi xiē dongxi

ese PL cosa

[(esas cosas]

Estos morfemas, junto con el sufijo -men, son lo más parecido que hay en chino a la

marca morfológica de plural típica de las lenguas indoeuropeas. Por lo que al género

gramatical respecta, éste sólo se expresa en chino, de la mano del género biológico, en

los pronombres personales de sujeto (Li y Thompson 1981, Cheng y Sybesma 1999).

Es conveniente hablar aquí también de lo que se ha denominado sintagmas asociativos.

En este tipo de modificación, en la que intervienen dos SNs unidos por la partícula de,

el primer SN, el que aparece junto a dicha partícula, ejerce de modificador mientras que

el segundo es el SN modificado. Estas estructuras nominales, presentan la misma

direccionalidad que los compuestos N+N del inglés, es decir, el primer SN aparece

25 Aunque numerosos sustantivos sí requieren clasificadores especiales, la selección de este elemento viene en gran medida determinada por las características físicas, morfológicas (en el sentido no gramatical del término) del sustantivo que clasifica. Por ejemplo el clasificador –tiáo es el que seleccionan sustantivos que denotan entidades/objetos alargados como she ‘serpiente’, shéngzi ‘cuerda’,

Capítulo IV

224

modificando al segundo que es núcleo del sintagma que ambos conforman (v. 12a y

12b). Recordemos aquí, y si fuera necesario tengámoslo presente al analizar los

resultados que arroje el análisis de nuestros datos, que las lenguas románicas, entre ellas

el español, funcionan en la dirección contraria y precisan de la preposición de que

introduce el sintagma modificador (v. 12c).26

(12a) tùzi de arduo

conejo GEN oreja

[(la) oreja de(l) conejo]

(12b) Bette Davis’ eyes

los ojos de Bette Davis

(12c) las manos del trompetista

Los dos sustantivos en (12a) están, de alguna manera, asociados o conectados y la

forma en que tiene lugar tal asociación, el significado de la misma, viene totalmente

determinada por el contenido semántico de los sustantivos implicados. Uno de los más

comunes es el de posesión que, como vemos, prescinde de un elemento específico que

la exprese: en chino no hay determinantes ni pronombres posesivos. Consideremos los

ejemplos de (13a) y (13b):

(13a) wo de chènshan

yo GEN camisa

[mi camisa]

(13b) tùzi de arduo

conejo GEN oreja

[(la) oreja de(l) conejo]

cf. Ing. rabbit’s ear

lù ‘río’ o yú `pez/pescado’. Sin embargo, esto no se aplica sistemáticamente pues otros sustantivos que refieren a entidades que presentan una forma alargada requieren otros clasificadores como -zhi. 26 Teniendo en cuenta la coincidencia formal entre la partícula -de del chino y la preposición homófona de del español, y sabiéndola presente en sintagmas que expresan relación semántica entre dos sustantivos dados, podría fácilmente esperarse que el hablante no nativo de español emplee la secuencia de asignándole las propiedades del elemento formalmente similar de su L1. Veremos si ello puede comprobarse en los datos de nuestro grupo BAR.

El análisis de los datos del español no nativo

225

Li y Thompson señalan cómo efectivamente en estos ejemplos el significado de los

sustantivos es lo único que determina la relación de posesión de la forma más natural.

Asimismo, también son posibles otro tipo de asociaciones cuya naturaleza semántica

vendrá determinada por el significado de los dos SNs como ilustran (14 a) y (14b):

(14a) Zhongguó de rénkou

China ASSOC población

[(la) población de China]

(14b) kexué de fazhan

ciencia ASSOC desarrollo

[(el) desarrollo de la ciencia]

Con algunos sintagmas asociativos que expresan una relación semántica de posesión

puede omitirse la partícula -de cómo figura en el ejemplo de (15):

(15) Wo kàn guo ni (-de) nèi ben shu1

Yo leer EXP tú (-GEN) ese CL libro

[He leído ese libro tuyo (tu libro)]

Por último, cuando la relación de posesión que marca de afecta a dos SSNN que

designan a dos personas [+ humano] entre las que hay una relación de parentesco y uno

de esos SSNN es un pronombre lo normal es la omisión de la partícula de como aparece

en los ejemplos (16) y (17) a continuación:

(16) wo bu xihuan ni (-de) mèimei

yo no gustar tú (-GEN) hermana:pequeña

[No me gusta tu hermana pequeña]

(17) Zhangsan xiàng ta (-de) mama

Zhangsan parecer(se) 3SG (-GEN) mother

[Zhangsan se parece a su madre]

Capítulo IV

226

En relación con la naturaleza de los nominales del chino, Cheng y Sybesma (1999)

aseguran que el Sintagma Clasificador que proyecta el chino mandarín comparte

algunas propiedades con el SD comúnmente descrito para las lenguas indoeuropeas. No

obstante, por lo que a la expresión de la definitud se refiere, estos sintagmas

clasificadores pueden en mandarín recibir una interpretación definida o indefinida

dependiendo del orden de elementos que presente la oración. En concreto, la primera

mención de un referente dado, que en españo110l estaría introducido por un

indeterminado, ocupa típicamente la posición postverbal.27 De la misma manera, el

estudio de Hickmann (2003) muestra cómo, si bien la introducción de un referente suele

hacerse por medio de un clasificador u otro tipo de determinante, las menciones

subsiguientes realizan por medio de nombres escuetos y esto se cumple en un 76% de

los casos mientras que un 17% aparece con un clasificador general y 7% un clasificador

específico (Hickmann 2003).

Para el análisis de nuestros datos es, insistimos, relevante el hecho de que la expresión

del rasgo semántico [+ determinado], no pueda, a diferencia de lo que ocurre en

español, asociarse con un elemento (o tipo de elementos) determinado (ya sea éste [D] u

otra categoría). La definitud en chino se marca, cuando se marca, por medio del orden

de palabras, por medio del uso de demostrativos y en el uso de men ligada a la

expresión del plural. Aquellos nominales que no incluyen clasificadores ni van

acompañados de determinante alguno recibirán una interpretación definida o indefinida

dependiendo del contexto. Por poner un ejemplo, los sintagmas que siguen al verbo

existencial you suelen ser indeterminados. En la descripción del mandarín de Li y

Thompson, éste se define como una lengua de tópico prominente en la que, en lugar de

construir la oración según el esquema “sujeto-predicado”, se sigue el de “tópico-

comentario”. Un tópico, frente a la información nueva que aportan los nominales

indeterminados, constituye información dada y aparece típicamente en la posición

preverbal que suele estar vetada a los indeterminados; así, los sujetos postverbales

serán, casi invariablemente, indeterminados. Aunque, por otro lado, la posición no

marcada de los objetos es la preverbal, éstos pueden aparecer en posición inicial de la

27 Para el chino mandarín el trabajo de Hickmann (2003) sobre los datos longitudinales de un corpus de producción semiespontánea refiere un 61% de usos postverbales que introducen una primera mención frente al 8% (escuetos y clasificadores) que refieren a una información conocida.

El análisis de los datos del español no nativo

227

oración, o sea, de tópico, si quiere enfatizarse que es determinado (v. Robertson 2000)

como se ilustra en el ejemplo procedente de Li y Thompson (1981):

(18) Shu woo mái-le

Libro yo comprar-Perf.

[Yo compré el/un libro]

4.7 La competencia no nativa: hipótesis y preguntas de investigación

Cualquier trabajo que se plantee dar cuenta de cuál es la forma precisa en que se

adquiere una lengua ha de plantearse la descripción de los dos constructos que definirán

a priori la forma en que se configuran los sistemas lingüísticos, nativos o no nativos:

• el material con el que cuenta el hablante al inicio del proceso de adquisición y

• las herramientas y/o mecanismos que este hablante emplea y activa cuando

adquiere una estructura morfológica o un fenómeno sintáctico dado.

Las inferencias acerca del comportamiento de los hablantes de una L2 con respecto a

una forma o estructura dadas se harán teniendo en cuenta ese material de partida,

cualquiera que éste sea, y la forma en que ha sido empleado a la hora de configurar el

sistema gramatical del que dispone el no nativo a partir de los datos del input de la L2, y

también a la hora de explicar la naturaleza de las producciones concretas de los no

nativos. Las preguntas de investigación e hipótesis que a continuación presentamos

guían, pues, el planteamiento de nuestro estudio y el análisis de los datos de español L2

a partir de las características y particularidades tanto de los elementos que se analizan

como de la población con cuyos datos lingüísticos contamos. A partir de las propuestas

de análisis que proporciona la teoría lingüística y de los resultados de los trabajos de

adquisición que hemos revisado en los capítulos anteriores planteamos tres preguntas de

investigación alrededor de cada una de las cuales formulamos las hipótesis específicas

que guían el análisis de nuestros datos en el próximo capítulo.

Capítulo IV

228

Pregunta de investigación 1

¿Qué nos dicen los datos de producción del español no nativo sobre el estatuto de los artículos

determinados y los clíticos pronominales?

Hipótesis 1.1

En la producción de los hablantes no nativos, el artículo determinado tendrá un

estatuto diferente al de los clíticos acusativos. Dicho estatuto favorecerá la adquisición

de los artículos frente a la de los clíticos de objeto.

La adquisición de las dos realizaciones de [D] estará determinada por la forma en que

cada uno funciona como núcleo del SD y el modo en que como proyección el SD está

sometido a las operaciones de ensamblaje, concordancia y movimiento en el contexto de

la cláusula.

Por otro lado, en la adquisición del grupo heterogéneo que constituyen los clíticos del

español, especulamos con la existencia de una jerarquía de dificultad cuya organización

detallamos en el Cuadro III a continuación:

Hipótesis 1.2

La posición más alta de la jerarquía de dificultad (que implica un menor grado de

dificultad de adquisición) corresponderá al clítico SE, obligatorio, correferente con el

sujeto. En segundo lugar aparecerán los clíticos dativos que obligatoriamente doblan

un SD cuyo papel temático es el de Experimentador. Los dativos benefactivos (con

papel temático de Meta) ocupan el tercer lugar. El último lugar lo ocuparán los

acusativos, cuyo especial funcionamiento como núcleo del SD, dificulta su adquisición.

CUADRO III. JERARQUÍA DE DIFICULTAD DE LOS CLÍTICOS DE TERCERA PERSONA

i. Clítico se reflexivo/pronominal y se impersonal

ii. Clíticos dativos experimentadores (le, les)

iii. Clíticos dativos benefactivos (le, les, se)

iv. Clíticos acusativos (lo/le, la los/les, las)

El orden que se establece en esta jerarquía viene determinado por:

El análisis de los datos del español no nativo

229

a. El comportamiento sintáctico de cada uno de los clíticos (v. los análisis de

Gonzàlez 1994, Bleam 1999 y Uriagereka 1995 en el Capítulo II)

b. La prominencia discursiva del papel temático que se le asigna: los clíticos del

español serán tanto más difíciles de adquirir cuanto menos prominente sea su

papel temático (con Montrul 1998). Dicha prominencia (Agente

(Experimentador (Meta (Tema)))) es la establecida en trabajos sobre papeles

temáticos y la posición de los argumentos en la estructura de la oración en la

línea del de Jackendoff (1987, 1990) o Baker (1996).

c. Su estatuto +/- opcional en el contexto de la cláusula

El término ‘opcional’ está empleado aquí en referencia a las dos opciones de que

dispone el hablante de español en estos contextos: o bien producir una secuencia en la

que aparece un clítico, o bien, repetir el SD pleno con el que dicho clítico es

correferente. En este sentido, tanto el clítico se, en (i), como los dativos

experimentadores, en (ii), serían, pues, de aparición obligatoria mientras que los

benefactivos y los acusativos permitirían elegir entre producirlos o repetir el SD pleno.

Pregunta de investigación 2

¿En qué medida la comparación entre cómo tiene lugar el proceso de adquisición de los

artículos y de los clíticos puede verse influida por la L1 del hablante no nativo?

Hipótesis 2.1

Dado que la categoría [D0] no se realiza morfológicamente como tal en la L1 del grupo

BAR mientras que sí lo hace en las L1s del grupo OTT, a la hora de adquirir los artículos

y los clíticos del español suponemos una mayor dificultad para los sujetos de BAR que

para los de OTT aunque la jerarquía para clíticos establecida en la hipótesis de 1.2 se

mantiene en los dos grupos.

Hipótesis 2.2

La diferencia entre el comportamiento de los dos grupos será mayor en el caso de los

artículos por cuanto las dos L1s de OTT (que disponen de un elemento equivalente al del

español) refuerzan el uso del artículo mientras que en el caso del clítico esto sólo ocurre

con una de las L1.

Capítulo IV

230

Las hipótesis formuladas a partir de las preguntas de investigación 1 y 2 se testaron

haciendo uso de dos tipos de criterios organizados en dos dimensiones relacionadas con

cuándo aparecen los clíticos y los artículos del español no nativo y el modo en que son

empleados. El primero de los criterios está específicamente relacionado con la

verificación de que el hablante efectivamente produce el elemento esperado en el

contexto apropiado o si, por el contrario, lo omite (ocasionalmente o de forma

sistemática). La segunda dimensión de análisis tiene que ver con la forma en que esos

elementos son producidos en el español no nativo, en concreto, se trata de comprobar si,

tomando como modelo y medida a los equivalentes en el español nativo, se observa en

los ítems producidos discordancias (de género y/o número), si se sustituye el ítem

esperado con elementos de otros paradigmas o si, por último, surgen problemas con

respecto a la posición en la que deben aparecer los artículos y los clíticos. Esto se ilustra

en el Cuadro IV a continuación:

CUADRO IV: DIMENSIONES DE ANÁLISIS Elemento producido/no producido Tipo de elemento producido

i. Omisiones i. Discordancias

ii. Sobreproducciones ii. Sustituciones

iii. Posición

Pregunta de investigación 3

¿En qué medida son comparables el uso y el desarrollo de determinantes y clíticos de nuestros

sujetos en L2 y el que se observa en la adquisición de la L1?

Hipótesis 3.1

Las similitudes que se observen entre la L1 y la L2 son superficiales pues el proceso

que tiene lugar es, en esencia, diferente.

En la formulación de la hipótesis anterior partimos del supuesto de que los mecanismos

que se emplean en ambos tipos de adquisición son de distinta naturaleza y ello nos hace

predecir que, tanto en lo referente a su uso como por lo que respecta a su proceso de

desarrollo, todo aquello que sea digno de destacarse será también diferente (Liceras

1996, Liceras et al. 2002a).

El análisis de los datos del español no nativo

231

Los criterios que se emplearán en la comparación del uso de artículos y clíticos y de su

proceso de adquisición se han establecido principalmente a partir de la revisión de

fenómenos y procesos observados en la revisión de la bibliografía relativa a la

adquisición de la L1 y estarán relacionados con la presencia o ausencia de elementos y

estructuras concretas. Dichos criterios fueron los que figuran en el Cuadro V:

CUADRO V. DIMENSIONES DE LA COMPARACIÓN DEL USO Y EL PROCESO DE ADQUISICIÓN

DE ARTÍCULOS Y CLÍTICOS EN L1 Y L2 i. Omisión vs. producción en determinantes y clíticos

ii. Existencia de ‘protodeterminantes’ y/o ‘protoclíticos’

iii. Producción de sustantivos nulos

iv. Uso de artículo en construcciones de posesión inalienable

v. Uso de estructuras de duplicación y de combinación de clíticos s

En suma, el principal objetivo de esta tesis es contribuir con la respuesta a tales

cuestiones a avanzar en la descripción de los sistemas no nativos del español, en la

caracterización del proceso de desarrollo de las interlenguas (por comparación al

desarrollo de las lenguas nativas) y, por último, en la determinación del estatuto de las

formas que en español funcionan como núcleo [D0] de la categoría funcional SD.

CAPÍTULO V

LA ADQUISICIÓN DE LOS ARTÍCULOS Y LOS CLÍTICOS EN

ESPAÑOL L2 Y LE: DESCRIPCIÓN Y DISCUSIÓN DE LOS

RESULTADOS

*INV: perfecto, vale, bien, aquí tienes una histori a, no sé si te acuerdas, es una familia que va de vacaciones eh@fp, es el uno, dos , tres , quiero que expliques la [/] más o menos la historia .

*DAN: éste antes ya +... *INV: ya la has hecho . *DAN: sí . *INV: sí, son las mismas, lo hiciste una vez cuando

estabas en primero y entonces tenías un nivel de español y ahora estás en segundo y hablas mucho mejor, entonces vamos a ver la diferencia que hay entre primero y segundo .

*DAN: mhmm@fp . [DAN (BAR) 4, 2]

Este capítulo presenta el análisis de un corpus de datos longitudinales correspondientes

a la producción semiespontánea de un total de 19 hablantes de español (dos grupos de

hablantes no nativos y un grupo control nativo) de edades diferentes, de diversa

procedencia lingüística y que adquieren el español en contextos de aprendizaje también

diferentes. En él examinamos su producción lingüística e intentamos dilucidar qué nos

dicen los resultados de este examen a la luz de los análisis teóricos revisados en el

Capítulo II y los trabajos de adquisición presentados en el Capítulo III; la discusión se

ilustra en todo momento con ejemplos procedentes del corpus. Nos proponemos

caracterizar la forma en que nuestros hablantes emplean los artículos y los clíticos del

español a partir de una descripción general de la producción de los sujetos y de la

comparación del comportamiento de cada uno de los grupos a través de las pruebas y

análisis estadísticos pertinentes. El análisis de los resultados nos permitirá discutir cómo

los datos de la muestra responden a las preguntas de investigación realizadas en el

capítulo anterior y verificar o no la validez de las hipótesis en él formuladas.

Capítulo V

234

5.1 Análisis de datos: resultados descriptivos generales

En los tres grupos el contaje de clíticos, artículos y/o estructuras relacionadas se

realizó a partir de la producción de cada una de las categorías (o grupos de categorías)

establecidas para cada uno de los grupos. La perspectiva que proporcionan los datos

analizados para cada categoría es presentada para cada uno de los grupos y etapas

especificándose en todo momento si han sido calculadas sobre el total real o sobre el

total potencial de contextos relativo a la producción de dicha categoría (v. nota al pie 18

en el Capítulo IV).

En la descripción general se proporcionan datos descriptivos que servirán para guiar

nuestro análisis en la comprobación de las hipótesis que en el capítulo anterior

planteamos sobre la producción no nativa que constituye la muestra. Las secciones que

siguen presentan el volumen de la producción total de los sujetos con objeto de medir el

alcance real de la producción de los elementos que se analizan, los cuales, de ser

considerados aisladamente, podrían proporcionarnos un cuadro inexacto acerca del peso

de dicha producción expresada, como aclaramos en el capítulo anterior, en número total

de palabras. A partir de esta cifra se pondera el volumen total de artículos y clíticos y en

secciones subsiguientes se incluyen los datos de producción específicos para tipos

concretos de elementos producidos.

Como ya se ha dicho, las proporciones de elementos concretos han sido calculadas

sobre totales brutos (que contabilizan sólo las formas producidas) o potenciales (que

incluyen las omisiones) dependiendo de si se trata de formas producidas o de las

omisiones de dichos elementos potenciales. Si bien las cifras de los totales globales han

sido ponderadas sobre el total de palabras, las relativas a elementos concretos se refieren

al porcentaje que suponen sobre la forma inmediatamente superior (v. sección 4.4.2.1 en

el Capítulo IV).

La descripción de estos datos generales se hace por etapas para cada uno de los grupos

de hablantes y para la etapa única del grupo control empleada para establecer

comparaciones con la producción de los grupos experimentales también en las etapas II

y III en la medida en que interpretamos sin reservas, como se ha dicho en el capítulo

anterior, que la producción del hablante nativo es un constructo estable, no variable por

definición y no presentará, como las interlenguas, cambios evolutivos; según esto, los

El estudio: la adquisición del Sintagma Determinante en español L2 y LE

235

diferentes momentos de producción de que disponemos en el caso de los datos

experimentales se contrastan siempre con una única etapa de producción nativa.

En las secciones que siguen a ese cuadro general sobre la producción de nuestros

informantes proporcionamos los análisis comparativos a partir de cuyos resultados

comenzaremos a trazar la caracterización del dominio nominal del español no nativo

que es el objetivo de esta tesis.

5.1.1 Volumen total de producción lingüística de los sujetos

La Tabla 5.1 presenta datos brutos, las cifras totales de la producción de todos

los sujetos del corpus con respecto al número total de palabras contabilizado para cada

una de las tres etapas una vez sumados los totales producidos en cada una de las

entrevistas.

TABLA 5. 1. NÚMERO TOTAL DE PALABRAS. E.1. TODOS LOS GRUPOS

Sujeto Nombre Grupo N. palabras Entr. 1

N. palabras Entr. 2

N. palabras Entr. 3

N. palabras Entr. 4

N. palabras Entr. 5

N. palabras Entr. 6

1 JOS OTT 391 123 230 341 228 205

2 LUC OTT 446 187 205 250 220 252 3 NIC OTT 373 199 197 209 169 166

4 NIM OTT 318 153 190 337 277 244 5 TRI OTT 354 140 332 707 265 319

6 CLA OTT 195 231 189 289 138 333 7 FAL OTT 461 - 485 681 296 758 8 JOA OTT 195 201 376 341 240 521 9 PHI OTT 237 204 207 210 161 241

10 DAN BAR - - 289 247 150 320 11 LIN BAR 225 141 274 178 100 161

12 GAO BAR - - 299 249 118 271 13 MIA BAR 222 240 145 206 - -

14 MIZ BAR - - 331 547 191 310

15 ZHE BAR 83 94 279 247 37 146

16 RUB CON 264 227 312 202 - 158

17 BLA CON 449 336 434 471 - 336 18 MAR CON 270 306 - 292 140 183

19 JUL CON 804 249 265 332 230 260

Capítulo V

236

TABLA 5. 2. NÚMERO TOTAL DE PALABRAS. E.2. TODOS LOS GRUPOS

Sujeto Nombre Grupo N. palabras Entr. 1

N. palabras Entr. 2

N. palabras Entr. 3

N. palabras Entr. 4

N. palabras Entr. 5

N. palabras Entr. 6

1 JOS OTT 344 171 287 378 250 166

2 LUC OTT 320 134 290 211 190 171

3 NIC OTT 270 200 202 274 190 221

4 NIM OTT 301 216 219 278 230 386

5 TRI OTT 534 - 304 439 278 244

6 CLA OTT 168 147 285 203 109 167

7 FAL OTT 373 255 450 419 163 191

8 JOA OTT 164 158 233 314 144 197

9 PHI OTT 180 198 198 225 167 228 10 DAN BAR - - 328 - 163 366

11 LIN BAR - - 215 - 145 198 12 GAO BAR - - - - 118 298

13 MIA BAR - - - - - -

14 MIZ BAR - - - - - -

15 ZHE BAR - - 319 247 89 248

16 RUB CON 264 227 312 202 - 158

17 BLA CON 449 336 434 471 - 336

18 MAR CON 270 306 - 292 140 183

19 JUL CON 804 249 265 332 230 260

TABLA 5. 3. NÚMERO TOTAL DE PALABRAS. E.3. TODOS LOS GRUPOS

Sujeto Nombre Grupo N. palabras Entr. 1

N. palabras Entr. 2

N. palabras Entr. 3

N. palabras Entr. 4

N. palabras Entr. 5

N. palabras Entr. 6

1 JOS OTT 663 214 175 637 188 212 2 LUC OTT 565 305 277 377 238 248 3 NIC OTT 415 266 285 282 177 207 4 NIM OTT 582 238 391 518 190 240 5 TRI OTT 554 324 401 721 245 246 6 CLA OTT - - - - - - 7 FAL OTT - - - - - - 8 JOA OTT - - - - - - 9 PHI OTT - - - - - - 10 DAN BAR - - - - - - 11 LIN BAR - - - - - - 12 GAO BAR - - - - - - 13 MIA BAR - - - - - - 14 MIZ BAR - - - - - - 15 ZHE BAR - - - - - 16 RUB CON 264 227 312 202 - 158 17 BLA CON 449 336 434 471 - 336 18 MAR CON 270 306 - 292 140 183 19 JUL CON 804 249 265 332 230 260

El estudio: la adquisición del Sintagma Determinante en español L2 y LE

237

Antes de proceder con las pruebas estadísticas de comparación se realizó una

exploración preliminar de los totales de palabras producidos por los sujetos que

consistió en el cálculo de las medidas de tendencia central y los estadísticos de

dispersión, curtosis y asimetría y en la realización de los tests de normalidad de

Kolmogorov-Smirnov (v. tablas 5.4 y 5.5 respectivamente):

TABLA 5.4. EXPLORACIÓN DE LOS DATOS DE LA MUESTRA. TOTAL DE PALABRAS. TODOS LOS GRUPOS Y ETAPAS

Grupo Estadístico E.1

OTT

Media 1690,78 Mediana 1519,00 Desv. típ. 461,010 Asimetría 1,438 Curtosis 1,729

BAR

Media 1016,67 Mediana 971,50 Desv. típ. 200,093 Asimetría 1,372 Curtosis 2,180

CON*

Media 1630,00 Mediana 1608,50 Desv. típ. 525,270 Asimetría ,038

Curtosis -5,752 E.2

OTT

Media 1448,22 Mediana 1357,00

Desv. típ. 278,983

Asimetría ,257 Curtosis -1,509

BAR

Media 455,67 Mediana 487,00 Desv. típ. 397.111 Asimetría -,163 Curtosis -1,962

E.3

OTT

Media 1153,44 Mediana 1632,00 Desv. típ. 1115,79 Asimetría -,136 Curtosis -2,384

a Total Palabras E.3 es una constante cuando Grupo = BAR se ha desestimado. * Los resultados del grupo CON son los mismos para las etapas 2 y 3

Capítulo V

238

TABLA 5.5. PRUEBAS DE NORMALIDADb. TODOS LOS GRUPOS Y ETAPAS Kolmogorov-Smirnova

Grupo

Estadístico

Sig.

Total Palabras E.1 OTT ,278 ,043

BAR ,211 ,200(*) CON ,298 .

Total Palabras E.2 OTT ,184 ,200(*) BAR ,208 ,200(*) CON ,298 .

Total Palabras E.3 OTT ,294 ,024 CON ,298 .

* Este es un límite inferior de (a) la significación verdadera. a Corrección de la significación de Lilliefors b Total Palabras E.3 es una constante cuando Grupo = BAR se ha desestimado.

Podemos apreciar que tanto los estadísticos de asimetría y curtosis como los tests de

normalidad muestran que los datos no están distribuidos normalmente, lo que

interpretamos como primer indicador de la conveniencia de realizar pruebas no

paramétricas de comparación, indicadas en el cotejo de muestras conformadas por

grupos desiguales y/o poco numerosos. De la misma manera, lo elevado de las

desviaciones típicas (incluso en el caso del grupo CON) revela también la

heterogeneidad del grupo y apunta, por tanto, en la misma dirección. Este último

resultado debe, eso sí, considerarse con cautela teniendo siempre presente que los

nuestros son datos espontáneos para los que no hay fijados un máximo y un mínimo de

producción como en una prueba cerrada.

Seguidamente, examinamos los sujetos que en cada uno de los grupos presentan valores

extremos (outliers) con objeto de comprobar si su comportamiento afectaba la

distribución normal de los datos de la muestra.1 Sólo en la primera de las etapas, los

diagramas de cajas nos permitieron detectar a dos de estos sujetos, cada uno de ellos

perteneciente a uno de los grupos experimentales, a saber: el sujeto 7 (FAL) del grupo

OTT y el sujeto 14 (MIZ)2 del grupo BAR.

1 La exploración se proponía únicamente detectar la posible presencia de outliers en la muestra. 2 La referencia a los sujetos de todos los grupos se hace en todo momento por medio de los tres caracteres que se les asigna para identificarlos en la transcripción en el sistema CHAT de CHILDES. De esta forma la confidencialidad con respecto a la identidad de dichos sujetos queda asegurada.

El estudio: la adquisición del Sintagma Determinante en español L2 y LE

239

GRÁFICO 5.1. DIAGRAMA DE CAJAS . TOTAL DE PALABRAS . TODOS LOS GRUPOS. E.1

OTT BAR CON

Grupo

1000

1500

2000

2500

To

tal P

alab

ras

Eta

pa

1

7

14

GRÁFICO 5.2. DIAGRAMA DE CAJAS . TOTAL DE PALABRAS . TODOS LOS GRUPOS. E.2

OTT BAR CON

Grupo

0

500

1000

1500

2000

2500

To

tal P

alab

ras

Eta

pa

2

Capítulo V

240

GRÁFICO 5.3. DIAGRAMA DE CAJAS . TOTAL DE PALABRAS . GRUPOS OTT Y CON. E.3

Con respecto al comportamiento de estos sujetos, nos parece conveniente realizar

algunas observaciones relacionadas con la naturaleza de los datos, concretamente con el

diseño de las entrevistas. Acabamos de referirnos más arriba a la naturaleza de nuestros

datos, y ya en el capítulo anterior considerábamos cuáles son las ventajas e

inconvenientes de este tipo de datos espontáneos frente a los datos experimentales; las

desventajas se refieren esencialmente a la imposibilidad de fijar un mínimo y/o un

máximo en los resultados de unos hablantes que producen en una situación casi

espontánea, casi libremente. El caso de FAL es el de un participante extremadamente

locuaz que desde la primera etapa sobrepasa en volumen de producción al resto de

sujetos de su mismo grupo e incluso a los controles.

En cambio, el motivo por el cual MIZ se destaca de entre los demás participantes del

grupo BAR es muy diferente al del caso anterior. Si bien esta hablante cursa, como el

resto de sus compañeros, el nivel elemental de español en la EOI, sabíamos desde la

fase de transcripción que su discurso no destacaba entre el resto por ser demasiado

fluido o demasiado abundante; más bien al contrario: a MIZ a veces le costaba seguir a

su interlocutor, de modo que encontrarla como outlier fue muy sorprendente y motivó

una vuelta a las transcripciones originales con el propósito de hallar en ellas una

explicación para tal resultado. En dos de las cuatro entrevistas que completa esta

OTT CON

0

500

1000

1500

2000

2500

To

tal P

alab

ras

Eta

pa

3

El estudio: la adquisición del Sintagma Determinante en español L2 y LE

241

hablante el entrevistador asume un papel excesivamente participativo que, si bien no

consigue en todo momento que el sujeto tome el turno activamente, sí que arranca de él

una suerte de backchanelling o respuesta fáctica que alarga la duración de la entrevista y

aumenta de una manera artificiosa el volumen de su producción.

Si bien la presencia de este tipo de sujetos es un motivo más para hablar de la falta de

normalidad de la muestra no creemos, sin embargo, que los dos casos anteriores deban

ser eliminados de la misma. Más bien al contrario. Debido a lo limitado de nuestro

corpus (nueve sujetos en el caso del grupo experimental OTT y sólo seis en el caso de

BAR), una producción de las características que acabamos de describir puede de hecho

afectar los resultados de un grupo reducido como el nuestro mientras que no habría

influido en los resultados generales de un grupo mayor. Teniendo en cuenta, además,

que la eliminación de un sujeto iría en detrimento de la representatividad de la muestra

finalmente estimamos oportuno mantener a estos dos sujetos como parte del corpus; en

este seguimos aquí el criterio expuesto y empleado por Fullana (2005) que sigue en ello

a Hatch y Lazaraton (1991). Los resultados brutos de FAL y MIZ para la E.1 aparecen

destacados en negrita en la Tabla 5.1 que aparece más arriba.

De la misma manera, también nos planteamos si resulta lícito seguir contando en la

muestra con los datos del grupo BAR para la segunda etapa que, como se ilustraba en la

tabla 5.2, ve considerablemente reducido el número de entrevistas de las que

disponemos. Siguiendo la misma filosofía que nos lleva a conservar a los dos hablantes

cuyo comportamiento muestra la presencia de valores extremos, justificamos la

conveniencia de mantener dicha etapa amparados en el interés que supone contar con un

mayor volumen de datos y, en concreto, de los datos de un segundo estadio de

evolución del grupo BAR. Con todo, no podemos dejar de señalar la necesidad de

interpretar con mucha prudencia los resultados del análisis de estos datos pues

esperamos que, más que revelar contundentemente cómo se describe la conducta de

estos hablantes, indiquen la presencia de tendencias y fenómenos de interés que puedan

en un futuro contrastarse sobre un volumen de producción mayor.

Una vez decidimos que en la comparación de los resultados obtenidos para los distintos

grupos emplearíamos pruebas no paramétricas, los tests de Kruskal Wallis y U de

Mann-Whitney (este último aplicado a la comparación de variables a dos niveles en el

Capítulo V

242

caso de la E.3, disponible sólo para OTT y CON) fueron aplicados por separado a la

variable número de palabras en las etapas 1, 2 y 3 para todos los grupos. La prueba de

Kruskal Wallis demostró la existencia de diferencias significativas en la producción de

los tres grupos tanto para la E.1 (p > ,011) como para la E.2 (p > ,003). Los resultados

figuran en la tabla 5.6 a continuación:

TABLA 5.6. PRUEBA DE KRUSKAL-WALLIS : TOTAL PALABRAS OTT BAR CON. ETAPAS 1 Y 2 Chi-Cuadrado Sig. Asintót.

Total palabras E.1

9,029 ,011*

Total palabras E.2

11,756 ,003*

El test U de Mann Whitney indicó la existencia de diferencias significativas para las dos

etapas comparables entre los dos grupos experimentales BAR y OTT, así como también

entre el grupo BAR y el grupo control (CON), así se ilustra en las tablas 5.7 y 5.8:

TABLA 5.7. PRUEBA U DE MANN-WHITNEY. TOTAL PALABRAS. GRUPOS OTT Y BAR. ETAPAS 1 Y 2

U de Mann-

Whitney Z

Sig. Asintót. (bilateral)

Total Palabras E.1 3,000 -2,828 ,005*

Total Palabras E.2 ,000 -3,185 ,001*

TABLA 5.8. PRUEBA U DE MANN-WHITNEY. TOTAL PALABRAS GRUPOS BAR Y CON. ETAPAS 1 Y 2

U de Mann-

Whitney Z

Sig. Asintót. (bilateral)

Total Palabras E.1 2,000 -2,132 ,033*

Total Palabras E.2 ,000 -2,566 ,010*

En cambio, las diferencias entre los grupos OTT y el grupo control por lo que a

volumen de producción respecta no resultan significativas en ninguna de las tres etapas

de la muestra (p > ,05), ni siquiera en el primer momento de recogida de datos.

El estudio: la adquisición del Sintagma Determinante en español L2 y LE

243

En las secciones que siguen proporcionamos información concreta acerca del volumen

de producción de los artículos y clíticos del español no nativo así como también

incluimos datos acerca del número total de usos correctos, usos no nativos y omisiones

observadas en dicha producción. La descripción de estos datos generales se hace por

etapas para cada uno de los grupos de hablantes y para la etapa única del grupo control

que empleamos para establecer comparaciones con la producción de los grupos

experimentales también en las etapas 2 y 3.

5.1.2 La producción de artículos determinados

En la tabla 5.93 se recogen los totales potenciales brutos (número de contextos de

aparición de artículo) dato que nos permitirá tener presente cuál es el alcance de la

producción en cada caso. Asimismo en la tabla 5.10 figuran las cifras que describen en

porcentajes el volumen de producción que éstos representan sobre el total de palabras.

TABLA 5.9. TOTAL POTENCIAL DE ARTÍCULOS (MEDIAS). TODOS LOS GRUPOS Y ETAPAS

Grupo Total Potencial Artículos E.1

Total Potencial Artículos E.2

Total Potencial Artículos E.3

OTT 879,33 886,11 1209,2

BAR 403,5 260 -

CON 682,5 - -

TABLA 5.10. DESCRIPTIVOS. TOTAL POTENCIAL DE ARTÍCULOS. (Porcentaje sobre Total de Palabras). TODOS LOS GRUPOS Y ETAPAS

Grupo Media

E.1 (%) OTT 52,60 (9,45)

BAR 40,61 (15,6)

CON 40,45 (6,5)

E.2 (%) OTT 62,27 (10,31)

BAR 41,07 (18,95)

CON 40,45 (6,5)

E.3 (%) OTT 58,65 (5,28)

CON 40,45 (6,5)

3 En la Tabla 5.9bis (Anejo 4, sección 4.2) se proporcionan las cifras individuales para cada uno de los grupos.

Capítulo V

244

TABLA 5.11. PRUEBA DE KRUSKAL-WALLIS . TOTAL POTENCIAL ARTÍCULOS. GRUPOS OTT BAR Y CON. ETAPAS 1 Y 2

Chi-cuadrado Sig. Asintót.

% Total Potencial ADs/Total Palabras E.1 4,511 ,105

% Total Potencial ADs/Total Palabras E.2 8,510 ,014*

a Prueba de Kruskal-Wallis b Variable de agrupación: Grupo

La tabla 5.11 ilustra cómo para las dos primeras etapas la prueba de Kruskal-Wallis

muestra que tan sólo en el caso de la E.2 existen diferencias significativas en el total

potencial de artículos determinados. En el cotejo a dos grupos esto se concreta en el

caso del contraste OTT-CON en la E.2 en la que el volumen de producción del grupo

experimental supera al de los controles (v. Tabla 5.12), mientras que en el contraste

OTT-BAR se observa sólo una ligera tendencia en ese sentido (v. Tabla 5.13). La

comparación BAR-CON no muestra diferencias significativas para ninguna de las dos

etapas (v. Tabla 5.14) mientras que en la tercera etapa la diferencia entre los grupos

OTT y CON sí resulta significativa, tal y como se ilustra en la Tabla 5.12.

TABLA 5.12. TOTAL ARTÍCULOS. PRUEBA U DE MANN-WHITNEY. GRUPOS OTT Y CON. ETAPAS 1, 2 Y 3

U de Mann-

Whitney W de

Wilcoxon Z

Sig. Asintót. (bilateral)

% Total Potencial ADs sobre Total Palabras E.1 6,000 16,000 -1,852 ,064

% Total Potencial ADs sobre Total Palabras E.2 ,000 10,000 -2,777 ,005*

% Total Potencial ADs sobre Total Palabras E.3 ,000 10,000 -2,449 ,003*(a)

a No corregidos para los empates. b Variable de agrupación: Grupo

TABLA 5.13. TOTAL ARTÍCULOS. PRUEBA U DE MANN-WHITNEY. GRUPOS OTT Y BAR

ETAPAS 1 Y 2

U de Mann-

Whitney W de

Wilcoxon Z Sig. asintót.

(bilateral)

% Total Potencial ADs sobre Total Palabras E.1 13,000 34,000 -1,650 ,099

% Total Potencial ADs sobre Total Palabras E.2 6,000 16,000 -1,852 ,064

a No corregidos para los empates. b Variable de agrupación: Grupo TABLA 5.14. TOTAL ARTÍCULOS. TEST U DE MANN-WHITNEY. GRUPOS BAR Y CON. ETAPAS 1 Y 2

U de Mann-

Whitney W de

Wilcoxon Z Sig. Asintót.

(bilateral)

% ADs Potencial/Total Palabras E 1 11,000 32,000 -,213 ,831

% ADs Potencial/Total Palabras E 2 8,000 18,000 ,000 ,914(a)

a No corregidos para los empates. b Variable de agrupación: Grupo

El estudio: la adquisición del Sintagma Determinante en español L2 y LE

245

La producción de artículos por parte de los sujetos de la muestra distinguiendo ahora

entre formas de artículo diferentes en género y número se recogen en la tabla 5.15:

TABLA 5.15. TEST DE KRUSKAL-WALLIS . GRUPOS OTT BAR Y CON. ETAPAS 1 Y 2

a Kruskal Wallis Test b Variable de agrupación: Grupo

Con la excepción de la forma de artículo femenino plural, en la tabla anterior se nos

indica que, para las dos primeras etapas, hay diferencias significativas en la producción

de todos los demás artículos. Estas diferencias se concretan representativamente sólo en

la comparación de los otros dos grupos con el grupo BAR y para casi todos los tipos de

artículos, con excepción de las en todos los casos (v. tablas 5.16 y 5.17); el contraste

entre OTT y el grupo control no resulta significativo para ninguno de los artículos.

TABLA 5.16. TOTAL ARTÍCULOS. TEST U DE MANN-WHITNEY. GRUPOS OTT Y BAR. ETAPAS 1 Y 2

Test U de Mann-

Whitney Wilcoxon

W Z Sig. Asintót.

E.1

Total Potencial EL E.1 2,000 23,000 -2,946 ,003*

Total Potencial LA E.1 5,000 26,000 -2,593 ,010*

Total Potencial LAS E.1 23,000 44,000 -,471 ,637

Total Potencial LOS E.1 7,500 28,500 -2,342 ,019*

E.2

Total Potencial EL E.2 ,000 21,000 -3,185 ,001*

Total Potencial LA E.2 ,000 21,000 -3,185 ,001*

Total Potencial LAS E.2 12,000 33,000 -1,776 ,076

Total Potencial LOS E.2 3,000 24,000 -2,984 ,003*

a No corregidos para los empates. b Variable de agrupación: Grupo

Chi-Cuadrado Sig. Asintót.

E.1

Total Potencial EL 9,527 ,009*

Total Potencial LA 6,111 ,047*

Total Potencial LAS ,572 ,751

Total Potencial LOS 6,279 ,043*

E.2

Total Potencial EL 12,190 ,002*

Total Potencial LA 12,635 ,002*

Total Potencial LAS 3,442 ,179

Total Potencial LOS 10,515 ,005*

Capítulo V

246

TABLA 5.17. TOTAL ARTÍCULOS. TEST U DE MANN-WHITNEY. GRUPOS BAR Y CON. ETAPAS 1 Y 2

Test U de Mann-

Whitney Wilcoxon

W Z Sig. Asintót.

E.1

Total Potencial EL E.1 3,000 24,000 -1,919 ,050*

Total Potencial LA E.1 9,000 30,000 -,640 ,522

Total Potencial LAS E.1 10,500 20,500 -,321 ,748

Total Potencial LOS E.1 4,000 25,000 -1,765 ,077

E.2

Total Potencial EL E.2 1,000 22,000 -2,352 ,019*

Total Potencial LA E.2 ,000 21,000 -2,566 ,010*

Total Potencial LAS E.2 9,000 30,000 -,642 ,521

Total Potencial LOS E.2 ,000 21,000 -2,893 ,004*

a No corregidos para los empates. b Variable de agrupación: Grupo

La sección que sigue considera la forma en que emplean los clíticos pronominales los

hablantes no nativos y los sujetos de control que componen la muestra.

5.1.3. La producción de clíticos pronominales

Las tablas que seguidamente presentamos recogen la producción de clíticos de

objeto de los sujetos de la muestra para las etapas disponibles. Comenzamos por la

descripción del comportamiento general de los sujetos con respecto a tales elementos.

En las tablas 5.184 y 5.19 aparecen respectivamente los totales potenciales de clíticos

(medias de producción para cada uno de los grupos) y el porcentaje que sobre el total de

palabras representan en la producción de los sujetos de la muestra.

TABLA 5. 18. TOTAL POTENCIAL DE CLÍTICOS (Medias). TODOS LOS GRUPOS Y ETAPAS Grupo Total Potencial Clíticos

E.1 Total Potencial Clíticos

E.2 Total Potencial Clíticos

E.3

OTT 41,3 56,6 79,2 BAR 28,5 12,5 - CON 87,25 - -

4 En la Tabla 5.18bis (Anejo 4, sección 4.2) se proporcionan las cifras individuales para cada uno de los grupos.

El estudio: la adquisición del Sintagma Determinante en español L2 y LE

247

TABLA 5.19. TOTAL POTENCIAL DE CLÍTICOS SOBRE TOTAL DE PALABRAS. TODOS LOS GRUPOS Y ETAPAS

Grupo Media E.1 (%) OTT 2,4082 (1,03)

BAR 2,5029 (0,87)

CON 5,3082 (0,68)

E.2 (%) OTT 3,6816 (0,86)

BAR 1,2532 (1,1)

E.3 (%) OTT 3,5499 (0,45)

Lo primero que llama nuestra atención en esta primera etapa es lo similares que resultan

las medias de totales potenciales de clíticos en los dos grupos experimentales. El uso

nativo de clíticos parece, como vemos, bastante más elevado y el grado de variación

entre sujetos es mucho menor. Veamos cómo se traduce lo anterior en los resultados de

las pruebas estadísticas.

TABLA 5.20. PRUEBA DE KRUSKAL-WALLIS . TOTAL POTENCIAL CLÍTICOS. GRUPOS OTT BAR Y CON. ETAPAS 1 Y 2

Chi-

cuadrado Sig.

Asintót.

% Clíticos Potencial/Total Palabras E 1 8,596 ,014*

% Clíticos Potencial/Total Palabras E 2 9,936 ,007*

a Prueba de Kruskal-Wallis b Variable de agrupación: Grupo

En las dos primeras etapas, los resultados de la prueba de Kruskal-Wallis (Tabla 5. 20)

indica la existencia de diferencias significativas en la producción de clíticos y justifica

la posterior aplicación de pruebas aplicadas bilateralmente.

TABLA 5.21. TOTAL CLÍTICOS. PRUEBA U DE MANN-WHITNEY. GRUPOS OTT Y CON. ETAPAS 1, 2 Y 3

U de Mann-

Whitney W de

Wilcoxon Z

Sig. Asintót. (bilateral)

% Clíticos Potencial/Total Palabras E.1 1,000 46,000 -2,623 ,009*

% Clíticos Potencial/Total Palabras E.2 3,000 48,000 -2,315 ,021*

% Clíticos Potencial/Total Palabras E.3 1,000 16, 000 -2,205 ,027*

a No corregidos para los empates. b Variable de agrupación: Grupo

Capítulo V

248

TABLA 5.22. TOTAL CLÍTICOS. PRUEBA U DE MANN-WHITNEY. GRUPOS OTT Y BAR ETAPAS 1 Y 2

U de Mann-

Whitney W de

Wilcoxon Z

Sig. asintót. (bilateral)

% Clíticos Potencial/Total Palabras E.1 22,000 67,000 -,589 ,556

% Clíticos Potencial/Total Palabras E.2 4,000 14,000 -2,160 ,031*

a No corregidos para los empates. b Variable de agrupación: Grupo

TABLA 5.23. TOTAL CLÍTICOS. PRUEBA U DE MANN-WHITNEY. GRUPOS BAR Y CON. ETAPAS 1 Y 2

U de Mann-

Whitney W de

Wilcoxon Z

Sig. Asintót. (bilateral)

% Clíticos Potencial/Total Palabras E 1 ,000 21,000 -2,558 ,011*

% Clíticos Potencial/Total Palabras E 2 ,000 10,000 -2,309 ,021*

a No corregidos para los empates. b Variable de agrupación: Grupo

Los resultados de las comparaciones realizadas por medio del test U de Mann-Whitney,

que aparecen en las Tabla 5.21, 5.22 y 5.23, indican que las diferencias establecidas

entre dos grupos resultan significativas en todos los casos y para todas las etapas, con la

excepción del contraste OTT-BAR para la E.1 (v. tabla 5.22).

Seguidamente, pasamos a considerar la forma en que se distribuyen por tipo los totales

arriba mencionados. En cuanto comenzamos a desglosar qué ocurre dentro de estas

cifras totales, comienzan a apreciarse diferencias entre los grupos. La tabla 5.24 recoge

la producción del grupo OTT y la convención que emplearemos para ello será como

sigue: daremos en primer lugar el porcentaje de uso medio de uso de un elemento dado

seguido de la cifra correspondiente a la desviación típica (entre paréntesis).

El estudio: la adquisición del Sintagma Determinante en español L2 y LE

249

TABLA 5.24. MEDIAS TIPO DE CLÍTICO SOBRE TOTAL DE CLÍTICOS. GRUPO OTT.

TODAS LAS ETAPAS

Media (s.d) Asimetría Curtosis E

.1

Porcentaje ME/ Total Clíticos 22,13 (10,81) ,988 1,245

Porcentaje TE/ Total Clíticos 8,90 (5,87) ,603 -,983

Porcentaje LE/ Total Clíticos 14,15 (9,48) 1,321 1,353

Porcentaje LO/ Total Clíticos 8,60 (7,06) ,809 ,062

Porcentaje LA/ Total Clíticos 4,28 (4,26) ,479 -1,434

Porcentaje LOS/Total Clíticos ,00 (,00) . Porcentaje LAS/Total Clíticos ,25 (,76) 3,000 . 9,000

Porcentaje NOS/Total Clíticos ,43 (1,28) 3,000 9,000

Porcentaje OS/Total Clíticos ,84 (1,82) 2,273 4,942

Porcentaje SE/ Total Clíticos 36,59 (18,89) 1,794 3,087

E.2

Porcentaje ME/Total Clíticos 20,22 (7,27) 1,186 2,343

Porcentaje TE/ Total Clíticos 6,29 (4,41) ,356 -,511

Porcentaje LE/Total Clíticos 12,77 (5,53) -,895 -,566

Porcentaje LO/Total Clíticos 7,21 (7,62) ,481 -1,613

Porcentaje LA/Total Clíticos 3,93 (3,23) ,372 -,894

Porcentaje LOS/Total Clíticos ,68 (1,37) 1,730 1,469

Porcentaje LAS/Total Clíticos ,39 (,78) 1,620 ,738

Porcentaje NOS/Total Clíticos 1,22 (1,85) ,946 -1,345

Porcentaje OS/Total Clíticos ,58 (,87) ,862 -1,693

Porcentaje SE/ Total Clíticos 42,28 (22,49) ,078 -1,414

E.3

Porcentaje ME/Total Clíticos 26,85 (10,04) -,740 ,699

Porcentaje TE/ Total Clíticos 4,93 (2,77) 1,584 2,913

Porcentaje LE/ Total Clíticos 20,97 (6,133) -1,712 2,949

Porcentaje LO/Total Clíticos 9,09 (3,07) -,388 -3,756

Porcentaje LA/Total Clíticos 2,77 (3,50) 1,919 3,948

Porcentaje LOS/Total Clíticos ,47 (1,05) 2,236 5,000

Porcentaje LAS/Total Clíticos ,64 (,90) ,899 -1,663

Porcentaje NOS/Total Clíticos 3,05 (2,33) -,486 -2,076

Porcentaje OS/ Total Clíticos ,80 (1,21) 1,359 ,853

Porcentaje SE/ Total Clíticos 25,57 (15,36) 2,189 4,839

En las tres etapas recogidas, los clíticos me y se son los que se utilizan más

frecuentemente, seguidos de le y del clítico de segunda persona de singular te. Como

vemos, las formas de 1ª y 2ª persona del plural apenas si se utilizan, así como también

es escasa, a veces incluso nula, la representación de los clíticos de acusativo lo, la, los,

Capítulo V

250

las. Cabe destacar, eso sí, lo elevado de las desviaciones típicas. A continuación

incluimos en la tabla 5.25 los resultados del grupo BAR para las dos etapas que de ellos

se recogieron:

TABLA 5.25. MEDIAS TIPO DE CLÍTICO SOBRE TOTAL DE CLÍTICOS. GRUPO BAR. TODAS LAS ETAPAS

Media (s.d)

Porcentaje ME/Total Clíticos E. 1 37,74 (12,71)

Porcentaje TE/Total Clíticos E. 1 10,28 (5,49)

Porcentaje LE/Total Clíticos E. 1 10,13 (12,67)

Porcentaje LO/Total Clíticos E. 1 9,40 (15,26)

Porcentaje LA/Total Clíticos E. 1 ,52 (1,27)

Porcentaje LOS/Total Clíticos E. 1 ,00 (,00)

Porcentaje LAS/Total Clíticos E. 1 ,88 (2,15)

Porcentaje NOS/Total Clíticos E. 1 ,00 (,00)

Porcentaje OS/Total Clíticos E. 1 ,88 (2,15)

Porcentaje SE/Total Clíticos E. 1 27,61 (10,48)

Porcentaje ME/Total Clíticos E. 2 16,20 (22,67)

Porcentaje TE/ Total Clíticos E. 2 7,87 (9,12)

Porcentaje LE/ Total Clíticos E. 2 11,81 (13,68)

Porcentaje LO/Total Clíticos E. 2 12,50 (25,00)

Porcentaje LA/Total Clíticos E. 2 12,50 (25,00)

Porcentaje LOS/Total Clíticos E. 2 12,50 (25,00)

Porcentaje LAS/Total Clíticos E. 2 ,00 (,00)

Porcentaje NOS/Total Clíticos E. 2 ,00 (,00)

Porcentaje OS/Total Clíticos E. 2 ,00 (,00)

Porcentaje SE/ Total Clíticos E. 2 34,96 (33,95)

La tabla anterior merece ser comentada en referencia al hecho de que las desviaciones

típicas son más elevadas que las medias que se recogen, dato éste que interpretamos

como otro indicador de la necesidad de considerar estos datos con suma prudencia. La

tabla 5.26 recoge, por último, las medias de cada tipo de clítico producidos por el grupo

control.

El estudio: la adquisición del Sintagma Determinante en español L2 y LE

251

TABLA 5.26. MEDIAS CADA CLÍTICO SOBRE TOTAL DE CLÍTICOS. GRUPO CON. (E.1) Media

(s.d.) Asimetría Curtosis

Porcentaje ME/ Total Clíticos E. 1 14,84 (6,25)

,012 -5,799

Porcentaje TE/ Total Clíticos E. 1 6,60 (2,35)

,962 1,502

Porcentaje LE/ Total Clíticos E. 1 15,88 (1,65)

-,848 -,960

Porcentaje LO/ Total Clíticos E. 1 8,38 (3,64)

1,729 3,125

Porcentaje LA/ Total Clíticos E. 1 1,65 (3,72)

2,000 4,000

Porcentaje LOS/Total Clíticos E. 1 ,41 (,83)

2,000 4,000

Porcentaje LAS/Total Clíticos E. 1 ,58 (,70)

,363 -3,942

Porcentaje NOS/Total Clíticos E. 1 ,69 (,93)

1,121 ,072

Porcentaje OS/ Total Clíticos E. 1 ,00 (,00)

. .

Porcentaje SE/ Total Clíticos E. 1 46,65 (3,08)

,684 ,561

De un modo similar a como ocurre con los grupos experimentales, se es el clítico más

empleado por los sujetos de control, seguido de le y me. De nuevo el clítico de segunda

persona de plural, os, es el menos empleado. Llama la atención la relativamente escasa

diferencia que se observa entre las desviaciones típicas que muestran los controles por

oposición a lo hallado en los grupos experimentales. La variación intragrupal es en todo

momento mayor (p > ,05) en los grupos no nativos.

Ahora que disponemos de una perspectiva general acerca de cuál es la distribución de

cada tipo de clítico sobre el total general de elementos producidos, nos concentraremos

exclusivamente en los clíticos de tercera persona, singular y plural, para los que se

propone la comparación con los artículos determinados. Los elementos pronominales

cuyo comportamiento examinamos a partir de este momento son, pues, lo, la, los, las (y

ocasionalmente le o les) acusativos, le y les dativos, se inherente (reflexivo y

pronominal) y se como marcador de impersonalidad.

Capítulo V

252

5.2 Análisis de datos: resultados específicos

En esta sección se considera la forma en que los hablantes de los grupos

experimentales y del grupo control se comportan con respecto a la producción de los

artículos determinados y los clíticos pronominales. Con objeto de examinar tal

comportamiento, se comprobará, por una parte, si dichos hablantes efectivamente

emplean ambos tipos de elementos cuando su producción es obligatoria o si, por el

contrario, éstos se omiten en algunos contextos. Posteriormente, y con objeto de

determinar hasta qué punto es equiparable al nativo el comportamiento de los sujetos

experimentales, se examina la naturaleza de los elementos que han sido producidos en

contextos nativos de clítico y artículo.

5.2.1 Uso de artículos determinados: omisiones y naturaleza de la

producción

Las tablas que comentamos a continuación incluyen resultados relativos a la

realización y/o la omisión de artículos nativos y no nativos en la producción de nuestros

sujetos. Es importante señalar que cuando nos referimos a usos no nativos estamos

considerando tanto la inserción de formas idiosincrásicas en lugar del artículo como el

empleo de otros determinantes en esos contextos, incluyendo el uso de ítems que, aun

siendo auténticas formas de artículo, presentan otro tipo de errores como problemas de

concordancia de género y/o número. Con respecto a las omisiones, nuestra descripción

dejará claro en todos los casos si éstas, como un tipo de producción no nativa que debe

considerarse separadamente, están siendo tenidas en cuenta (Totales potenciales) o

excluyéndose del cómputo total sobre el que se calculan los porcentajes (Totales

producidos). Seguidamente aparecen los resultados sobre qué porcentaje de usos

correctos, de errores y de omisiones producen los sujetos de la muestra. Comenzamos

por incluir el total de datos brutos en la Tabla 5.27.5

5 En la Tabla 5.27bis (Anejo 4, sección 4.2) se proporcionan las cifras individuales para cada uno de los grupos.

El estudio: la adquisición del Sintagma Determinante en español L2 y LE

253

TABLA 5.27. ARTÍCULOS. TOTALES POTENCIALES, PRODUCIDOS Y OMISIONES. TODOS LOS

GRUPOS Y ETAPAS Grupo Total

Potencial Artículos

E.1

Total Producidos Artículos

E.1

Total Omisiones Artículos

E1

Total Potencial Artículos

E.2

Total Producidos Artículos

E.2

Total Omisiones Artículos

E.2

Total Potencial Artículos

E.3

Total Producidos Artículos

E.3

Total Omisiones Artículos

E.3 OTT 879,3 875,2 4,1 886,1 881,2 4,9 1209 1204 6,2 BAR 403,5 376 27,5 260 248,5 11,5 - - - CON 682,5 682,5 - - - - - - -

La tabla 5.28 contiene los resultados de la prueba de Kruskal-Wallis para las dos

primeras etapas de los tres grupos; tales resultados indican, como vemos, la

conveniencia de efectuar análisis estadísticos sobre las omisiones de artículos en

contextos obligatorios que han sido detectadas en la muestra.

TABLA 5.28. PRUEBA U DE KRUSKAL-WALLIS . TOTALES OMISIONES. GRUPOS OTT BAR Y CON. ETAPAS 1, 2 Y 3. (Porcentajes sobre TOTAL POTENCIAL de artículos)

Chi-cuadrado Sig. Asintót.

E.1

Total omisiones artículos/Total Potencial 14,031 ,001*

E.2

Total omisiones artículos/Total Potencial 12,601 ,002*

a Prueba de Kruskal-Wallis b Variable de agrupación: Grupo

TABLA 5.29. PRUEBA DE MANN-WHITNEY. TOTALES OMISIONES. GRUPOS. OTT Y CON. ETAPAS 1, 2 Y 3. (Porcentajes sobre TOTAL POTENCIAL de artículos)

U de Mann-Whitney

W de Wilcoxon

Z Sig. Asintót. (bilateral)

E.1

Total omisiones artículos/Total Potencial 6,000 16,000 -2,013 ,044*

E.2

Total omisiones artículos/Total Potencial 2,000 12,000 -2,540 ,011*

E.3

Total omisiones artículos/Total Potencial 6,000 16,000 -1,894 ,058

a No corregidos para los empates b Variable de agrupación: Grupo

El examen de los resultados obtenidos del contraste OTT-CON con respecto a las

omisiones, recogidos en la Tabla 5.29, revela la existencia de diferencias significativas

en las dos primeras etapas; para la E.3, en cambio, si bien se sigue observando una

tendencia en ese sentido, los resultados ya no son significativamente diferentes. Tanto

en el contraste con el grupo OTT como en la comparación con los controles, el

comportamiento del grupo BAR resulta significativamente diferente en los resultados de

las dos etapas de las que disponemos, véanse las tablas 5.30 y 5.31 al respecto:

Capítulo V

254

TABLA 5.30. PRUEBA DE MANN-WHITNEY. TOTALES OMISIONES. GRUPOS. OTT Y BAR. ETAPAS 1 Y 2. (Porcentajes sobre TOTAL POTENCIAL de artículos)

U de Mann-Whitney

W de Wilcoxon

Z Sig. Asintót. (bilateral)

E.1

Total omisiones artículos/Total Potencial ,000 45,000 -3,193 ,001*

E.2

Total omisiones artículos/Total Potencial ,000 45,000 -2,777 ,005*

a No corregidos para los empates b Variable de agrupación: Grupo

TABLA 5.31. PRUEBA DE MANN-WHITNEY. TOTALES OMISIONES. GRUPOS. BAR Y CON. ETAPAS 1 Y 2. (Porcentajes sobre TOTAL POTENCIAL de artículos)

U de Mann-Whitney

W de Wilcoxon

Z Sig. asintót. (bilateral)

E.1

Total omisiones artículos/Total Potencial ,000 10,000 -2,640 ,008*

E.2

Total omisiones artículos/Total Potencial ,000 10,000 -2,460 ,014*

a No corregidos para los empates b Variable de agrupación: Grupo

El análisis del proceso de adquisición que siguen los grupos experimentales implica

examinar su comportamiento en las distintas etapas recogidas considerando cuánto éste

se aleja o se aproxima al equivalente nativo. En estos términos, los resultados sobre

usos no nativos que presentamos a continuación se interpretan como indicador de la

aproximación a la norma nativa de la L2, el español en este caso. La tabla 5. 326

contiene estos totales brutos.

TABLA 5.32. ARTÍCULOS. FORMAS PRODUCIDAS NATIVAS Y NO NATIVAS. TODOS LOS GRUPOS

Y ETAPAS Grupo Total

Producidos E.1

Total Nativos

E.1

Total No Nativos

E.1

Total Producidos

E.2

Total Nativos

E.2

Total No Nativos

E.2

Total Producidos

E.3

Total Nativos

E.3

Total No Nativos

E.3

OTT 893,4 881,3 12,1 899,2 891,3 7,9 1204,8 1192,8 12

BAR 391,5 374 17,5 269,5 256,5 13 - - -

CON 682,5 682,5 - - - - - - -

Los resultados para la prueba previa de Kruskal-Wallis se incluyen en la tabla 5.33 e

indican, de nuevo, la conveniencia de abordar análisis individuales:

6 En la Tabla 5.32bis (Anejo 4, sección 4.2) se proporcionan las cifras individuales para cada uno de los grupos.

El estudio: la adquisición del Sintagma Determinante en español L2 y LE

255

TABLA 5.33. PRUEBA U DE KRUSKAL-WALLIS . TOTALES NO NATIVOS. GRUPOS OTT, BAR Y CON. ETAPAS 1, 2 Y 3. (Porcentajes sobre TOTAL de artículos Producidos)

Chi-cuadrado

Sig. asintót.

E.1

Total artículos no nativos/Total Producidos 12,009 ,002*

E.2

Total artículos no nativos/Total Producidos 13,419 ,001*

a Prueba de Kruskal-Wallis b Variable de agrupación: Grupo

El porcentaje de artículos no nativos producidos por cada uno de los grupos

experimentales mostró sistemáticamente diferencias significativas tanto en la

comparación con los controles como en la comparación establecida entre ellos. Las

tablas 5.34, 5.35 y 5.36 recogen los resultados de la prueba U de Mann-Whitney

realizada para los tres grupos de la muestra y las tres etapas recogidas.

TABLA 5.34. PRUEBA DE MANN-WHITNEY. TOTALES NO NATIVOS. GRUPOS. OTT Y CON. ETAPAS 1, 2 Y 3. (Porcentajes sobre TOTAL de artículos Producidos)

U de Mann-Whitney

W de Wilcoxon

Z Sig. Asintót. (bilateral)

E.1

Total artículos no nativos/Total Producidos 6,000 16,000 -2,013 ,044*

E.2

Total artículos no nativos/Total Producidos ,000 10,000 -2,816 ,005*

E.3

Total artículos no nativos/Total Producidos ,000 10,000 -2,558 ,011*

a No corregidos para los empates b Variable de agrupación: Grupo

TABLA 5.35. PRUEBA DE MANN-WHITNEY. TOTALES NO NATIVOS. GRUPOS. OTT Y BAR. ETAPAS 1 Y 2. (Porcentajes sobre TOTAL de artículos Producidos)

U de Mann-Whitney

W de Wilcoxon

Z Sig. Asintót. (bilateral)

E.1

Total artículos no nativos/Total Producidos 4,000 49,000 -2,720 ,007*

E.2

Total artículos no nativos/Total Producidos ,000 45,000 -2,777 ,005*

a No corregidos para los empates b Variable de agrupación: Grupo

Capítulo V

256

TABLA 5.36. PRUEBA DE MANN-WHITNEY. TOTALES NO NATIVOS. GRUPOS. BAR Y CON. ETAPAS 1 Y 2. (Porcentajes sobre TOTAL de artículos Producidos)

U de Mann-Whitney

W de Wilcoxon

Z Sig. asintót. (bilateral)

E.1

Total artículos no nativos/Total Producidos ,000 10,000 -2,640 ,008*

E.2

Total artículos no nativos/Total Producidos ,000 10,000 -2,460 ,014*

a No corregidos para los empates b Variable de agrupación: Grupo

Así, como vemos, en el examen de las formas nativas y no nativas producidas por los

sujetos, resulta significativa la comparación que establecemos tanto entre los dos grupos

experimentales como en el contraste con los controles. En el caso de OTT, tal diferencia

se da en las tres etapas comparadas con la producción de los controles (en el caso de las

omisiones, recordemos, la diferencia desaparecía en la E.3) y también en las dos etapas

que comparamos con BAR, cuyo índice de usos no nativos es, pues, significativamente

superior al del grupo OTT. Ciertamente, la comparación del grupo BAR con los

controles indica también que la conducta de los sujetos de uno y otro grupo es, con

respecto a la cantidad de formas nativas y/o no nativas producidas, significativamente

diferente.

5.2.2 Uso de clíticos: omisiones y naturaleza de la producción

En esta sección se presentan los resultados de la producción de clíticos nativos

y no nativos incluyendo en este último caso, y del mismo modo en que se procedía con

los artículos determinados, tanto la inserción de formas idiosincrásicas sustitutivas

como el uso de formas pertenecientes al paradigma de los clíticos que muestran en ese

contexto problemas de concordancia de género, número y/o caso. Las omisiones, de

nuevo, son consideradas en relación con los totales potenciales, no así el porcentaje de

usos no nativos que se calcula sobre el total de formas producidas. Al igual que en las

comparaciones anteriores, la forma en que se proceda será indicada en cada caso. En la

tabla 5.377 se incluyen los totales brutos para todos los grupos y etapas de la muestra.

7 En la Tabla 5.37bis (Anejo 4, sección 4.2) se proporcionan las cifras individuales para cada uno de los grupos.

El estudio: la adquisición del Sintagma Determinante en español L2 y LE

257

TABLA 5.37. CLÍTICOS. TOTALES POTENCIALES, PRODUCIDOS Y OMISIONES (MEDIAS). TODOS

LOS GRUPOS Y ETAPAS Grupo. Total

Potencial Clíticos

E.1

Total Producidos

Clíticos E.1

Total Omisiones

Clíticos E.1

Total Potencial Clíticos

E.2

Total Producidos

Clíticos E.2

Total Omisiones

Clíticos E.2

Total Potencial Clíticos

E.3

Total Producidos

Clíticos E.3

Total Omisiones

Clíticos E.3

OTT 37,3 34,4 3,1 58 55 3,6 81 75,4 5,6 BAR 28,6 24,5 4,1 12,7 10 2,7 - - - CON 88,7 88,7 - - - - - - -

La tabla 5.38 contiene los resultados para la prueba de Kruskal-Wallis que muestra la

existencia de diferencias significativas para las dos primeras etapas en el porcentaje de

omisiones de clíticos sobre el total potencial por parte de los tres grupos de la muestra.

TABLA 5.38. PRUEBA DE KRUSKAL-WALLIS . TOTAL OMISIONES. GRUPOS OTT, BAR Y CON. ETAPAS 1 Y 2. (Porcentajes sobre TOTAL POTENCIAL de CLÍTICOS)

Chi-cuadrado Sig. Asintót.

E.1

Total Omisiones/Total Potenciales 7,897 ,019*

E.2

Total Omisiones/Total Potenciales 7,621 ,022*

a Prueba de Kruskal-Wallis b Variable de agrupación: Grupo

Las comparaciones a dos grupos revelan que las diferencias significativas en el

porcentaje de elementos omitidos sobre el total de contextos de aparición de clíticos han

de observarse siempre en el contraste con los controles (Tablas 5.39 y 5.40); sin

embargo, si la comparación se establece entre los grupos experimentales, las diferencias

no resultan significativas para ninguna de las dos etapas (p > ,05).

TABLA 5.39. PRUEBA DE MANN-WHITNEY. TOTAL OMISIONES. GRUPOS. OTT Y CON. ETAPAS 1, 2 Y 3. (Porcentajes sobre TOTAL POTENCIAL de CLÍTICOS)

U de Mann-Whitney

W de Wilcoxon

Z Sig. Asintót. (bilateral)

E.1

Total Omisiones/Total Potenciales 2,000 47,000 -2,540 ,011*

E.2

Total Omisiones/Total Potenciales 2,000 47,000 -2,543 ,011*

E.3

Total Omisiones/Total Potenciales ,000 10,000 -2,460 ,014*

a No corregidos para los empates b Variable de agrupación: Grupo

Capítulo V

258

TABLA 5.40 PRUEBA DE MANN-WHITNEY. TOTAL OMISIONES. GRUPOS. BAR Y CON. ETAPAS 1 Y 2. (Porcentajes sobre TOTAL POTENCIAL de CLÍTICOS)

U de Mann-Whitney

W de Wilcoxon

Z Sig. Asintót. (bilateral)

E.1

Total Omisiones/Total Potenciales 2,000 23,000 -2,274 ,023*

E.2

Total Omisiones/Total Potenciales 2,000 12,000 -1,984 ,047*

a No corregidos para los empates. b Variable de agrupación: Grupo

Con respecto a la calidad de la producción de la muestra para los grupos

experimentales, incluimos a continuación en 5.418 la tabla que resume la producción de

formas nativas y no nativas:

TABLA 5.41. TOTAL CLÍTICOS PRODUCIDOS: FORMAS NATIVAS Y NO NATIVAS. GRUPOS OTT Y

BAR Grup Total

Producidos E.1

Total Nativos

E.1

Total No Nativos

E.1

Total Producidos

E.2

Total Nativos

E.2

Total No Nativos

E.2

Total Producidos

E.3

Total Nativos

E.3

Total No Nativos

E.3 OTT 345

314

31

(8,99%) 495

449

46

(9,29%) 376

358

18

(5,45%) BAR 147

138

9

(6,12%) 40

36

4 (10%)

-

-

-

CON

355

355

0

-

-

-

-

-

-

Los resultados de la prueba de Kruskal-Wallis también apuntan a la existencia de

diferencias significativas en la primera comparación entre los tres grupos, para las dos

primeras etapas; véase la tabla 5.42:

TABLA 5. 42. PRUEBA DE KRUSKAL-WALLIS . TOTALES ERRORES GRUPOS. OTT, BAR Y CON. ETAPAS 1 Y 2. (Porcentajes sobre TOTAL de CLÍTICOS PRODUCIDOS)

Chi-cuadrado Sig. Asintót.

E.1

Total Errores/Total Producidos 7,943 ,019*

E.2

Total Errores/Total Producidos 7,386 ,025*

a Prueba de Kruskal-Wallis b Variable de agrupación: Grupo

8 En la Tabla 5.41bis (Anejo 4, sección 4.2) se proporcionan las cifras individuales para cada uno de los grupos.

El estudio: la adquisición del Sintagma Determinante en español L2 y LE

259

Tal y como se concreta en las tablas 5.43 y 5.44, en las comparaciones a dos grupos las

diferencias en el porcentaje de usos correctos emergen de nuevo en el contraste de los

grupos experimentales con el grupo control, reflejando un comportamiento similar al

que acabamos de observar en los resultados anteriores. Sin embargo, en esta ocasión

dicho contraste no se establece de una forma tan contundente, ya que si bien se observa

una tendencia en ese sentido en casi todos los casos, sólo la comparación OTT-CON

para las dos primeras etapas resulta significativa (v. tabla 5.43).

TABLA 5.43. PRUEBA DE MANN-WHITNEY. TOTALES CORRECTOS. GRUPOS OTT Y CON.

ETAPAS 1, 2 Y 3. (Porcentajes sobre TOTAL de CLÍTICOS PRODUCIDOS)

U de Mann-

Whitney W de

Wilcoxon Z

Sig. asintót. (bilateral)

E.1

Total Errores/Total Producidos ,000 10,000 -2,785 ,005*

E.2

Total Errores/Total Producidos ,000 10,000 -2,820 ,005*

E.3

Total Errores/Total Producidos 2,000 12,000 -1,984 ,058

a No corregidos para los empates. b Variable de agrupación: Grupo

TABLA 5.44 PRUEBA DE MANN-WHITNEY. TOTALES CORRECTOS. GRUPOS BAR Y CON. ETAPAS 1 Y 2. (Porcentajes sobre TOTAL de CLÍTICOS PRODUCIDOS)

U de Mann-Whitney

W de Wilcoxon

Z

Sig. asintót. (bilateral)

E.1

Total Errores/Total Producidos 3,000 13,000 -1,949 ,055

E.2

Total Errores/Total Producidos 4,000 14,000 -1,512 ,131

a No corregidos para los empates b Variable de agrupación: Grupo

El cotejo de los resultados no nativos de los dos grupos experimentales OTT y BAR,

por otra parte, en contra de lo que esperábamos, no muestra diferencias significativas

(p> ,05).

5.2.2.1 Distribución de uso de los clíticos

A continuación examinamos la forma en que se distribuyen los clíticos del

corpus para cada uno de los grupos. Nos parece oportuno recordar que a partir de aquí

no se incluyen análisis de los resultados para las formas de primera y segunda persona

pues sólo los clíticos de tercera persona interesan a nuestro estudio. Algunas de las

Capítulo V

260

formas estudiadas (tal es el caso de le, les y se) pueden desempeñar diversas funciones

(v. Capítulo I). A fin de averiguar qué porcentaje representan cada una de esas

funciones sobre el total que de esa forma se ha producido, empleamos las pruebas de

contraste de Friedman y de Wilcoxon indicadas en el cotejo de elementos dentro de un

mismo grupo. En las tablas que aparecen a continuación se especifica qué porcentaje

representa para cada clítico cada una de las funciones que dicho elemento puede

desempeñar. En el caso de los clíticos lo, la, los y las que sólo pueden funcionar como

acusativos no es necesario, obviamente, hacer este tipo de distinciones. La tabla 5.459

describe el comportamiento del grupo OTT para las tres etapas disponibles.

TABLA 5.45. TIPOS DE LE Y SE. GRUPO OTT. ETAPAS 1, 2 Y 3. (Porcentajes sobre TOTAL POTENCIAL de elementos)

E.1 E.2 E.3

Media Media Media

% LE Experimentador/Total LE 73,33 (23,80) 68,34 (24,22) 67,44 (20,68)

% LE Dativo/Total LE 24,44 (21,08) 31,66 (24,22) 29,33 (19,81)

% LE Acusativo/Total LE 2,22 (6,67) ,00 (,00) 5,22 (5,30)

% SE Pronominal/Total SE 60,01 (20,69) 53,82 (20,22) 90,03 (22,69)

% SE Reflexivo/Total SE 14,54 (10,25) 22,36 (26,04) 10,92 (10,02)

% SE Impersonal/Total SE 14,91 (27,02) 9,39 (10,32) 3,36 (3,77)

% SE Dativo/Total SE 10,22 (10,85) 7,83 (10,46) 2,95 (5,43)

% SE Recíproco/Total SE ,318 (0,952 ) 6,60 (6,05) ,00 (,00)

En la tabla 5.4610 se ilustra la distribución por funciones para se y le en la reducida

producción de los sujetos de BAR. En muchos casos los estadísticos no pudieron

calcularse debido a que no había casos válidos suficientes para ello.

TABLA 5.46. TIPOS DE LE Y SE. GRUPO BAR. E.1 Y E.2.

(Porcentajes sobre TOTAL POTENCIAL de elementos)

E.1 E.2

Media (s.d) Media (s.d)

% LE Experimentador/Total LE 90,0000 22,36068

% LE Dativo/Total LE 10,0000 22,36068

% SE Pronominal/Total SE 70,8333 24,57980

% SE Impersonal/Total SE 22,9167 25,51552

% SE Dativo/Total SE 6,2500 10,45825

9 La prueba de Friedmann indicó la existencia de diferencias significativas (p < ,05) para algunas de las formas analizadas que se concretan tal y como figura en la Tabla 5.45bis en el Anejo 4, sección 4.2. 10 La prueba de Friedmann indicó la existencia de diferencias significativas (p < ,05) para algunas de las formas analizadas que se concretan tal y como figura en la Tabla 5.46bis en el Anejo 4, sección 4.2.

El estudio: la adquisición del Sintagma Determinante en español L2 y LE

261

Nos parece oportuno recordar que estamos hablando aquí de un volumen de producción

muy pequeño que, por ejemplo, en el caso de le se concreta, para la primera etapa, en un

total de una única forma de le dativo para todos los sujetos y de 13 contextos de

aparición de le experimentador. La segunda etapa, como sabemos, es aún menos

productiva y supone en total sólo siete contextos de le como experimentador. Las

diferencias entre los diferentes tipos de clítico en los datos del grupo BAR para la

segunda etapa no resultaron significativas en ninguno de los casos, pero dado lo exiguo

de dichos datos, su representatividad es poco fiable; de hecho, algunas de las pruebas

estadísticas no pudieron siquiera realizarse. Por consiguiente, no podemos tratar de

llegar a conclusiones fiables a partir de tales datos.

Los sujetos de control, por último, presentan en su producción una conducta muy

diferente a la que acabamos de describir, especialmente con relación a la forma le. Ésta

se ilustra en la tabla 5.49 a continuación:

TABLA 5.47. TIPOS DE LE Y SE. GRUPO CON (Porcentajes sobre TOTAL POTENCIAL de elementos)

Media (s.d)

% LE Dativo/Total LE 60,06 (28,27)

% LE Experimentador/Total LE 39,93 (22,42)

% SE Pronominal/Total SE 75,42 (6,57)

% SE Impersonal/Total SE E 10 12,34 (6,43)

% SE Dativo/Total SE 10,00 (4,71)

% SE Reflexivo/Total SE 1,78 (2,15)

% SE Recíproco/Total SE 0,45 (0,9)

Aplicada a esta distribución de los datos, la prueba de Wilcoxon mostró unas

diferencias que no resultaban significativas para ninguno de los tipos de le o se (p >

,05).

Capítulo V

262

5.3 Conclusiones preliminares

Hasta el momento el análisis de los datos del corpus revela la existencia de

algunos fenómenos interesantes que pasamos a comentar brevemente. Por lo que

respecta al volumen total de producción (expresado en número total de palabras), las

diferencias han de hallarse en el contraste entre el grupo BAR y los otros dos grupos. El

contraste entre lo que produce el grupo OTT y la producción de los controles no

muestra diferencias significativas siquiera en la E.1: los resultados del grupo

experimental OTT para estos totales no resultan en ninguna de las etapas

significativamente inferiores a los del grupo control. En cambio, en el caso de BAR las

diferencias en los totales de producción resultan significativas en la comparación tanto

con los controles como con el grupo anglofrancófono.

A partir de lo observado hasta el momento, podría decirse que en los datos de los

sujetos experimentales, y por comparación con la conducta que muestran los controles,

en el caso de los artículos y los clíticos del español no nativo, volumen de producción y

grado de nativez/corrección están, de alguna manera, en distribución complementaria.

En lo referente al volumen de producción de artículos y de clíticos, hemos podido

observar como la creación de contextos para la aparición de clíticos por parte de los

grupos experimentales es significativamente menor que en el caso de los controles; sin

embargo, lo mismo no se observa de un modo tan claro por lo que respecta al total

potencial de artículos determinados. Más específicamente, el examen de los resultados,

muestra que desde la etapa inicial la proporción de contextos de aparición de artículos

determinados sobre el total de palabras producidas es altísimo en los grupos

experimentales, sobre todo en OTT, incluso significativamente mayor que en los

controles. En cambio, en el caso de los clíticos, todos los sujetos experimentales

muestran una conducta significativamente diferente pero justamente en la dirección

opuesta, en la medida en que su nivel de producción no llega a la mitad de lo que

representa la producción nativa (v. tablas 5.20 a 5.23).

No obstante, y esto nos parece digno de tenerse en cuenta, el nivel de corrección que se

observa en la producción de los sujetos no nativos (entendido como porcentaje de usos

nativos sobre el total de contextos de uso) es comparativamente hablando mucho mayor

en el caso de los clíticos. Desde la primera etapa, parece claro que los grupos

experimentales muestran por lo que a la producción de clíticos respecta y para nuestra

El estudio: la adquisición del Sintagma Determinante en español L2 y LE

263

sorpresa, una conducta mucho más cercana a la de los hablantes nativos de español que

en relación con el uso de artículos determinados. Las diferencias, no significativas en la

comparación entre los dos grupos experimentales, sólo lo son en el contraste de los

controles y las dos primeras etapas, mientras que en la E.3 tan sólo se observa una

tendencia en este sentido y la comparación con BAR, aun teniendo en cuenta lo limitado

de sus resultados, no es significativa (p > ,05) para ninguna de las dos etapas (v. tablas

5.43 y 5.44). Así, un primer acercamiento a los datos de la muestra nos permite

comprobar en primer lugar cómo la producción de los clíticos del español resulta, desde

la primera etapa, relativamente poco problemática, o lo es al menos en comparación con

lo que se observa para los artículos determinados, si es que la producción de formas no

nativas ha de interpretarse como un indicador de dificultad.

5.3.1 Análisis de casos y/o ejemplos concretos

Con respecto a los resultados de cada uno de los grupos considerados

internamente, hemos venido insistiendo en que el grupo BAR es el que presenta un

mayor grado de variación intragrupal; este dato, junto con los indicadores referidos en la

descripción general y, principalmente, lo reducida que resulta la muestra, sobre todo en

la E.2, nos hizo pensar en la necesidad de plantear un análisis particularizado que

examinara casos y/o ejemplos concretos. Igualmente, también es cierto que tanto las

pruebas estadísticas descriptivas realizadas como la exploración detallada de las

entrevistas revelan fenómenos interesantes que, sin duda, nos parece conveniente

examinar en profundidad, ya sea con objeto de describir la naturaleza de nuestros datos,

ya sea para poner de manifiesto tendencias que puedan ser contrastadas en

investigaciones y proyectos de trabajo futuros.

A partir de aquí, el análisis que se hace del estatuto de los artículos y los clíticos del

español no nativo incluye la referencia continua a ejemplos del corpus que nos ayudan a

ilustrar la forma en que se describe el comportamiento de los sujetos de la muestra en

relación con los elementos examinados.

Capítulo V

264

5.4 Artículos y clíticos en el español no nativo

En los dos primeros tipos de análisis sobre los procesos de adquisición de

artículos y clíticos y sobre el grado de influencia que en ello tiene la L1 de los

hablantes, nuestro examen considera:

a. La omisión frente a la producción de formas en contextos obligatorios,

así como la sobreproducción en contextos ilícitos

b. El tipo de ítem producido por comparación a la forma nativa equivalente

(producción nativa o no nativa)11

El tercer análisis compara el desarrollo de los artículos y clíticos del español nativo y no

nativo y emplea unos criterios de contraste establecidos a partir de lo que en la

bibliografía del campo ha sido observado para la adquisición de la L1.12 Procedemos

ahora a tratar de dar respuesta a nuestras preguntas de investigación e hipótesis de

trabajo.

5.4.1 El estatuto de los artículos y los clíticos

El comportamiento que en la adquisición que en el español no nativo presentan

los artículos y los clíticos es, según se desprende del análisis de nuestros datos, muy

diverso. ¿En qué términos se concretan estas diferencias? En las secciones que siguen

tratamos de dar respuesta a esta pregunta.

5.4.1.1 Omisión y (sobre)producción

La primera de las discrepancias que observamos surge con relación a las

omisiones. Como mostraban las tablas 5.38 a 5.41 con respecto a los clíticos los

resultados sólo muestran diferencias significativas en comparación con los controles y

11 Los criterios de análisis que se emplearán para responder a la pregunta de investigación 1 (Hipótesis 1.1) y a la pregunta de investigación 2 (Hipótesis 2.1 y 2.2) relacionadas con la descripción de la naturaleza de los artículos y los clíticos del español no nativo y el comportamiento de los diferentes grupos experimentales en relación con la experiencia lingüística de los integrantes de cada uno de los grupos se recogen en el Cuadro IV que aparece en la sección 4.7.1 del capítulo anterior. 12 Los criterios que rigen este segundo análisis están recogidos en el Cuadro V en la sección 4.7.1.

El estudio: la adquisición del Sintagma Determinante en español L2 y LE

265

ello es así para las tres etapas en el caso de OTT (E.1: p=,011, E.2: p=,011 y E.3

p=,014) y no en el contraste entre los dos grupos experimentales. En el caso de los

artículos estas diferencias aparecen tanto entre los dos grupos no nativos (E.1 p=.001 y

E.2 p=,005) como en el contraste de éstos con los controles en las dos primeras etapas

de BAR (E.1. p=,008, E.2: p=,014) y de OTT (E.1. p=,044, E.2. p=,011). En la E.3 de

OTT, en cambio, la conducta del grupo OTT se acerca bastante a la del grupo control y

por ello las diferencias ya no resultan significativas (p=,058). Todo lo anterior quedaba

recogido en detalle en las tablas 5.27 a 5.31 en la sección 5.2.1.

En las dos primeras etapas, como vemos, las omisiones constituyen una opción posible

para todos los hablantes no nativos de la muestra con respecto tanto a clíticos como a

artículos; esto nos permite, para el estadio inicial de la interlengua del español, postular

la existencia de problemas con la realización explícita de [D0] empleado en la expresión

de la referencia en el SD, si bien estos problemas remiten en estadios más avanzados de

interlengua como muestran los datos recogidos para la E.3 del grupo OTT. Las

diferencias entre el comportamiento de uno y otro grupo experimental están

relacionadas con las diferencias entre los contextos en los que son omitidos estos

artículos y en la justificación que se pueda dar a tales omisiones. La discusión detallada

sobre esta cuestión se realiza en la sección 6.2.1 que versa sobre el comportamiento de

los dos grupos experimentales considerado a partir de la experiencia lingüística anterior

de estos sujetos.

No podemos en este sentido dejar de tener en cuenta la forma en que varía el volumen

de producción global de artículos y clíticos entre los grupos no nativos y el grupo

control. Como vimos en la sección anterior, la diferencia que se observa es siempre

significativa (p<,05) con respecto al volumen total de clíticos, que muestra una

producción mucho mayor en el caso del grupo control que en los grupos

experimentales. Tal efecto no aparece, sin embargo, en los artículos determinados. Por

lo que a OTT respecta, el número de omisiones aumenta de la primera a la última etapa

aunque, dado que también lo hace el volumen de producción de unos y otros elementos,

la diferencia es significativa sólo en el caso de los clíticos. En nuestra opinión, esto

apuntaría al hecho de que a medida que los hablantes comienzan a emplear clíticos más

productivamente crece también en su discurso el número contextos de uso de clíticos y

que pueden o no aparecer insertados correctamente, es decir, dejan de alguna forma de

Capítulo V

266

evitar esos contextos de discurso aunque ello conlleve el aumento, poco significativo,

del número de omisiones. En nuestra opinión, el aumento de los totales potenciales de

clíticos implica el abandono de una estrategia de evitación que, de algún modo, sortea la

necesidad de producir estructuras que impliquen obligatoriamente a un clítico. Este

aumento parece indicar que los sujetos se encuentran en las etapas posteriores más

dispuestos a producir estructuras con clíticos aunque ello derive en formas

agramaticales por omisión.

Los resultados sobre omisiones no son, sin embargo, paralelos a la inserción de clíticos

y artículos en contextos ilícitos. La tabla 5.4813 incluye el total de sobreproducciones

para ambos tipos de elementos que son, como puede verse, muy escasas:

TABLA 5.48. SOBREPRODUCCIONES DE ARTÍCULOS Y CLÍTICOS EN L1 Y L2

Las pruebas realizadas sobre las sobreproducciones indican que las diferencias entre lo

que representan sobre el total de clíticos y artículos potenciales no son significativas

para ninguno de los grupos. Según nuestros datos las omisiones y sobreproducciones de

artículos y clíticos no presentan un comportamiento que pueda considerarse vinculado

en algún sentido. Por lo que nos dice el análisis cualitativo, este último fenómeno

parece estar esencialmente relacionado con fenómenos de transferencia para el grupo

OTT o con el aprendizaje léxico, ítem por ítem, de estructuras y formas concretas para

los dos grupos, tanto en el caso de los artículos como en el de los clíticos. Si bien en la

sección 5.5.1 consideramos en detalle estas sobreproducciones desde la transferencia,

examinemos ahora algunos de los ejemplos de inserción ilícita de artículo:

13 En la Tabla 5.48bis (Anejo 4, sección 4.2) se proporcionan las cifras individuales para cada uno de los grupos.

Grupo Total Sobrepr. artículos

E.1

Total Sobrepr. artículos

E.2

Total Sobrepr. artículos

E.3

Total Sobrepr. clíticos

E.1

Total Sobrepr. clíticos

E.2

Total Sobrepr. clíticos

E.3

OTT 10 8 11 5 9 11

BAR 5 0 - 0 0 -

CON 0 - - 0 - -

El estudio: la adquisición del Sintagma Determinante en español L2 y LE

267

(1) *FAL: Me gusta hacer es [/] # es hacer eh@fp, e s montar la bicicleta y ir a destinaciones que <no # plan> [ /] no planifico . [FAL (OTT), 4, 2] (2) *LUC: Hay dos de # escribir a máquina y una que escribe # a

la mano . [LUC (OTT), 6, 2] (3) *INV: es de día o es de noche ?

*MIA: la noche . [MIA (BAR), 5, 1]

(4) *INV: Ahá@i y es de día o de noche? *PHI: De noche. *INV: Sí [% interrogativo] cómo lo sabes? *PHI: Porque hay <la: la:> [/] la luna. [PHI (OTT) , 5, 1]

En los ejemplos de (1) a (3) la sobreproducción afecta a expresiones muy concretas, ir

en bicicleta, escribir a mano..., que no requieren el uso de un artículo determinado o

estructuras, como las existenciales, que en español no permiten que el SD implicado

esté marcado como [+ definido], lo que excluye, por tanto, la posibilidad de que vaya

encabezado por un artículo determinado como en el ejemplo de (4). Los de los ejemplos

(5) y (6) a continuación deben, a nuestro juicio, interpretarse de otra forma por cuanto

son artículos expletivos en un contexto ilícito ya que, a diferencia de lo que ocurre en

otras lenguas (v. Capítulo II, sección 2.4.1), no puede en español aparecer precediendo a

un nombre propio.14

(5) *INV: mhmm@fp se llama Juan el personaje . *ZHE: sí <a qué hora se levanta el Juan> [% interro gativo]

y normalmente el día [?] . [ZHE (BAR), 3,1] (6) *ZHE: el Juan lee libro en playa con gafas de sol +...

[ZHE (BAR), 3,1]

También las sobreproducciones en clíticos de objeto tienen en muchos casos que ver

con el aprendizaje de la pieza léxica en cuestión, normalmente se trata de verbos

pronominales que aparecen en lugar de su versión no pronominal (7) y (8) o de verbos

que han sido acuñados como pronominales por el hablante (9):

14 Es importante recordar que estos hablantes aprenden español en un contexto bilingüe en el que se habla español y catalán. En el caso de esta última lengua, el uso de expletivos ante nombres propios sí es una opción gramatical y, de hecho, aunque esto no sea así en español estándar, nuestra impresión es que el español que se habla en Cataluña sí los emplea. De ser esto cierto, el hablante no estaría aquí realizando una forma que se apartara de la que encuentra en el input que recibe diariamente y tal vez no habría que considerarlo una forma no nativa. De cualquier forma, y dado que no hemos controlado la naturaleza del input que los sujetos reciben en ninguno de los casos, por el momento sólo podemos especular con esta posibilidad.

Capítulo V

268

(7) *NIM: He oído <que> [/] que el profesor de mate máticas no se irá a la escuela mañana . [NIM (OTT), 6, 2]

(8) *JOS: Porque es el fin del día, Y ahora puede < se rest> [//] se descansar y hacer la cena por su familia.

[JOS (OTT), 2, 2]

(9) *FAL: <La escuela finien> [//] la escuela finie nda Juan y Pablo # van a hacer vacaciones, se # ponen sus l ibros al [/] al exterior de la ventana, y deciden de i r jugar al fútbol . [FAL (OTT), 5, 2]

Sobre la naturaleza de éstas y otras sobreproducciones volveremos, pues, a ocuparnos

en la sección 6.1.2.1 dedicada a analizar la influencia de la transferencia lingüística.

5.4.1.2 Discordancia de género y número

Por lo que a los artículos determinados se refiere, y con respecto a la

especificación para género y para número, nos encontramos con un cuadro interesante

que resulta similar en algunos aspectos. Examinemos la tabla 5.4915 a continuación:

TABLA 5.49. TIPOLOGÍA DE ERRORES DE ARTÍCULOS EN L2. TODOS LOS GRUPOS Y ETAPAS

Grup Total No

Nativos E.1

ERR GEN

ERR NUM

ERR OTROS

Total No

Nativos E.2

ERR GEN

ERR NUM

ERR OTROS

Total No

Nativos E.3

ERR GEN

ERR NUM

ERR OTROS

OTT 101 63 (62,37%)

31 (30,69%)

7 (6,93%)

58 36 (62,06%)

13 (22,42%)

9 (15,52%)

43 21 (48,8%)

6 (14%)

16 (37,2%)

BAR 25

15 (60%)

4 (16%)

6 (24%)

19 9 (47,37%)

4 (21,05%)

6 (31,57%)

- - - -

CON -

- - - - - - - - - - -

En la primera etapa los problemas de género constituyen, tanto para los sujetos de OTT

como para los de BAR, la mayoría de las formas no nativas de artículo (OTT= 62,37%,

BAR= 60 %). Este dato, no particularmente sorprendente, está en la línea de lo que

aparece en otros trabajos sobre L2 (Hawkins 2000, Bruhn de Garavito y White 2002,

Franceschina 2003). Algunos de estos errores se producen a pesar de las pistas que

proporciona el contexto en la forma de las terminaciones típicamente especializadas

15 En la Tabla 5.49bis (Anejo 4, sección 4.2) se proporcionan las cifras individuales para cada uno de los grupos.

El estudio: la adquisición del Sintagma Determinante en español L2 y LE

269

para femenino y masculino (-a y -o) de los sustantivos que siguen a estos artículos.

Véanse los ejemplos de (10) a (13):

(10) *INV: Qué hace María? *NIC: Ella cocina, en el cocina , no sonríen [//] s onríe +…

[NIC (OTT), 1, 1]

(11) *INV: Qué hacen estos niños? *NIM: Danzar [//] danzan, los personas danzan, el s eñor y

el señora danzan. [NIM (OTT), 1, 1]

(12) *GAO: ellos van a vacaciones, y: luego Juan [/ ] Juan coger el maleta +… [GAO (BAR) 3, 1]

(13) *NIC: Cuando fue a Nueva York he visto a un ho mbre que

estaba cantando y jugando [: tocando] # el guitarra , y # estaba en el parco […]. [NIC (OTT), 4, 3]

Como vemos, a veces aparecen casos de discordancia de género con independencia de si

los nombres implicados están claramente marcados para lo que se ha dado en denominar

género biológico como ocurre en el segundo ejemplo de (11) el señora. Esto se produce

además en sintagmas precedidos por al que resultan, como vemos en los ejemplos de

(14) a (16), muy confusos:

(14) *ZHE: Juan y Pedro están en parque […] y luego andamo [?] . *INV: nadar ? *ZHE: nadar en un río, después ir a # ir +... *INV: montaña? *ZHE: sí, sí, al [?] montaña, tomar el sol porque h acerles

muy bien y luego cogen un autobús y eh@fp Toledo . [ZHE (BAR), 5, 2]

(15) *TRI: Tú haces desayuno, lavo # trabajar un po quito # y tú

te levantas a las siete y vas a ir a trabajar # al oficina 16 . [TRI (OTT), 2, 1]

(16) *NIM: […] de la uno, <a la> [/] a las siete y treinti [/] no, a las ocho menos veintinueve el señor Pérez mirando al televisión por [/] por tres horas y lerando el [/] el periódico por tres horas .

[NIM (OTT), 6, 1]

16 La fonología no nativa del hablante puede ser también responsable de la forma anterior, de tal modo que el hablante, en realidad, esté empleado aquí el artículo del francés l’ antepuesto al sustantivo dando como resultado l‘oficina.

Capítulo V

270

De la misma manera, la información que proporcionan las terminaciones normalmente

asociadas uno u otro género también puede provocar la aparición de formas no nativas

tradicionalmente frecuentes en el español L2, véanse los ejemplos de (17) y (18):

(17) *ZHE: y media más o menos, vuelven a casa y en [/] en casa ver un periódico y: ver la televisión y escuchar [//] oír el radio. [ZHE (BAR), 6, 2]

(18) *TRI: Qué ese [% interrogativo] Qué es el pro blemo [% interrogativo] Qué es [/] qué es ese sobre la pizarra? [TRI (OTT), 6, 1]

La aparición de una forma de artículo discordante en el género tiene lugar incluso a

pesar de la información proporcionada por el interlocutor, como en el primer caso de

(19) si bien, como en el segundo caso, se deja matizar por las correcciones de éste

dejando entrever que el género asignado a dicha forma no está, ni mucho menos, fijado

permanentemente en la interlengua de este hablante:

(19) *INV: <Qué piensa> [/] qué piensa el pajarito? *JOA: El pajari:ta +… *INV: Pajarito . *JOA: El pajarito piensa que el # cómo se dice hors e?

[JOA (OTT), 1, 1]

Relacionados de algún modo con lo anterior aparecen ejemplos en los que, ante un

mismo sustantivo, el hablante alterna más o menos explícitamente entre el artículo

masculino y el femenino, ya sea consciente o inconscientemente. Véanse (20) a (22):

(20) *NIC: Esta oyendo el televisión # o la televis ión, y es +… [NIC (OTT), 2, 1]

(21) *CLA: el caballo corre en el campo y después e l caballo encuentra la vaca y el pajarito que están <del ot ro de del lado> [//] del lado de la valle [?] y el caballo salta la xxx para ver el vaca y el pajari to pero el caballo +… [CLA (OTT), 1, 2]

El estudio: la adquisición del Sintagma Determinante en español L2 y LE

271

(22) *PHI: Me gusta el cocacola. 17 [¿] [PHI (OTT),4, 2]

No nos parece, sin embargo, que pueda hablarse del uso de una forma de género que se

extienda por defecto a contextos que le son ilícitos en contra de lo que, tanto para la L1

como para la L2, se ha encontrado en algunos estudios que observan la

sobregeneralización del femenino (Franceschina 2003) o el masculino (Pérez Pereira

1991, Bruhn de Garavito y White 2002). La asignación de género erróneo al artículo

parece estar, según hemos atestiguado en los ejemplos, relacionadas con el aprendizaje

léxico de sustantivos concretos para los que aún no se ha fijado convenientemente este

rasgo gramatical.

En cambio, los escasísimos problemas de género que aparecen en los clíticos están

relacionados con la recuperación de este rasgo gramatical a partir del asignado a un

referente previo lo cual no siempre resulta sencillo para los hablantes de la muestra.

Consideremos los resultados que aparecen en la tabla 5.5018 a continuación:

17 Ejemplos como éste no resultan totalmente extraños en los datos del español nativo pues ocasionalmente aparecen en registros no estándar de determinadas variantes en las que algunas palabras de introducción relativamente reciente, normalmente empleadas para designar algún tipo de producto o artefacto nuevo, reciben ocasionalmente la asignación de un género gramatical (en este caso el masculino) que no es el que típicamente correspondería a una forma de sus características, o sea, terminadas en –a. Veamos los ejemplos de (i) y (ii):

(i) ? el/un cocacola (ii) ? el/un fanta de limón

También aparecen ejemplos en los que la forma que parece haberse fijado es el masculino si bien el artículo femenino es el que funciona en determinadas variantes:

(iii) ? el/la tanga

Un acercamiento preliminar a este fenómeno parece a nuestro juicio apuntar a que, al menos durante un período de tiempo, la ‘adopción’ de sustantivos nuevos (no especificados para género biológico) de este tipo pasa por un período de fluctuación entre las dos formas de artículo como en (iv): (iv) el/la viagra Es de esperar que, con el tiempo, acabe por fijarse el uso generalizado de una de las dos formas en detrimento de la segunda que, de algún modo, quedaría marcada como residual como en (i) y (ii). En este sentido también es interesante el modo en que se produce la introducción directa de préstamos de otras lenguas para los que la asignación del género no puede ser automática puesto que la morfología de las palabras en cuestión (el/la cookie, el/la brownie) no ‘resulta transparente’ desde la perspectiva del español. Sobre la asignación de género a este tipo de términos por parte de hablantes bilingües y no bilingües en términos de alternancia de códigos véase el trabajo de Spradlin, Liceras y Fuertes (2003). 18 En la Tabla 5.50bis (Anejo 4, sección 4.2) se proporcionan las cifras individuales para cada uno de los grupos.

Capítulo V

272

TABLA 5.50 ERRORES DE GÉNERO EN EL USO DE CLÍTICOS EN L2. TODOS LOS GRUPOS Y ETAPAS Grup Total

No Nativos

E.1

ERR GEN

Masc/ Fem

1

Fem/ Masc

1

Total No

Nativos E.2

ERR GEN

Masc/ Fem

2

Fem/ Masc

2

Total No

Nativos E.3

ERR GEN

Masc/ Fem

3

Fem/ Masc

3

OTT

30 3 (10%)

1 2 46 7 15,22%

5 2 18 4 22,22%

2 2

BAR 9

2 1 1 4 2 2 -

CON 0 - -

En el caso de las formas de acusativo, que muestran como sabemos especificación de

género y número, la sustitución por formas de dativo implica la ‘pérdida’ del rasgo de

género aunque, eso sí, supone la especificación del rasgo [+ animado]. Veamos los

siguientes ejemplos:

(23) *NIM: María quiere saber # la fecha del examen y Juan le dice a María que le quiere mucho . [NIM (OTT), 4,1]

(24) *JOS: Juan le dice a María que le quiere mucho . [JOS (OTT), 5, 2]

Sin embargo, no todos estos ejemplos de discordancia de género pueden explicarse

como el marcado para [+ animado] del clítico en cuestión: en los ejemplos de (25) a

(26) el referente con el que están relacionados es inanimado y le aparece en lugar del

femenino la.

(25) *INV: Dibujo número tres, esta mujer ha ido a la tienda y ha visto esta camisa, crees que la va a comprar?

*FAL: # Pienso que le va a comprar porque [/] porqu e parece eh@fp, sonrienda con la blusa. [FAL (OTT), 3, 14]

(26) *INV: Dibujo número tres, esta mujer ha ido a la tienda y

ha visto esta camisa, Crees que la va a comprar? *JOA: Sí, <le ha comp> [/] le ha comprado. [JOA (OTT), 3, 14]

Podría argumentarse que, en las oraciones anteriores, le está siendo analizado como

sujeto, no un sujeto del tipo dativo experimentador sino un sujeto nominativo, como un

pronombre fuerte, y un fenómeno similar podría explicar la aparición de los en el

contexto de (27):

El estudio: la adquisición del Sintagma Determinante en español L2 y LE

273

(27) *INV: Por qué cantaban? *TRI: Probablemente porque la iglesia le preguntaba n si los

gustaba cantar por la iglesia por el domingo próx imo o porque en la escuela, como aquí, debía haber mu cho dinero y ellos eran sing para haber el dinero par a la escuela. [TRI (OTT), 1, 3]

Por otro lado, la aparición del femenino la en contextos de dativo parece verse

justificada por el deseo/la necesidad del hablante de marcar género en una forma que el

paradigma sólo marca para número y caso. Véanse los ejemplos de (28) y (29):

(28) *INV: Sí, Cuánto le costará? *FAL: Eh@fp la camisa le [//] la costará cinco, pes :os?

[FAL (OTT), 5, 1]

(29) *INV: A Susanita no le gustaba que +... *LUC: la profesora # A Susanita no le gustaba que l a

profesora no la permite salir de la clase. [LUC (OTT), 4, 3]

Este fenómeno no resulta demasiado sorprendente si se explica a partir de la extendida

propuesta según la cual los clíticos de tercera persona de las lenguas románicas

constituyen en realidad un único fenómeno morfológico que emerge con apariencia

diversa en virtud de la inserción de rasgos concretos en una especie de plantilla. Entre

otros, los trabajos de Bonet (1991, 1995) sobre la naturaleza del se espurio y otros

clíticos románicos trabajan desde este planteamiento distributivo sobre el que más

adelante volveremos para explicar el comportamiento de los clíticos producidos por los

sujetos de nuestra muestra (v. Capítulo II, sección 2.4.2.3).

En el caso del número, contra lo que podría predecirse a partir del mero análisis

contrastivo preliminar, en la producción de los hablantes del grupo OTT hay un 30,69%

de errores de número frente al 16% que presenta el grupo BAR en cuya lengua de

origen el rasgo [Num] no tiene representación morfológica como sí lo tiene en español,

en francés y, en menor medida, eninglés. El análisis detallado nos ha permitido

comprobar cómo la mayoría de los problemas de número están en los anglofrancófonos

relacionados con la producción de una estructura muy concreta: las horas del día.

Algunas secciones de las entrevistas en la que los sujetos deben relatar una historia a

partir de viñetas incluyen la referencia a la rutina diaria de un personaje dado o al

Capítulo V

274

horario que sigue una familia de vacaciones (v. Anejo 1, 1.4) y provocan de forma casi

natural un contexto para la referencia a las horas del día que parece presentar problemas

a los sujetos de OTT. Véanse los ejemplos de (33) a (36) a continuación que muestran el

uso erróneo del singular en contexto de plural:

(33) *INV: Esta es la sala [% interrogativo] de est ar? *NIM: y es la cuatro y media y los chicos mirando l a

televisión . [TRI (OTT), 3, 1]

(34) *INV: No entiendes, Vamos a ver, tú les vas a pedir que uses, para, vamos, usar su libro de inglés? *FAL: Mhm@fp, ehem@fp, I don´t [///] sí, porque, eh @fp, a

la nueve, eh@fp, yo tendré una clase de inglés. [FAL (OTT), 5, 1]

(35) *PHI: para su geloj, a las ocho el señor Juan se lava y a

la nueve está comiendo, a la nueve y treinta el señor Juan está en su, cómo se dice marché?

[PHI (OTT),6, 1]

(36) *NIM: […] A la mediodía ellas com [/] comeren y <a la> [/] a la cuatro y media el tren stopa y ellas van a l a hotel. [NIC (OTT), 4, 1]

El problema, por hipercorrección, se extiende a contextos en los que, en cambio, habría

de usarse el singular y aparece un plural como en el ejemplos de (37):19

(37) *TRI: Después de las nueve a las una y después de las tres a las siete todos trabajaban en cilencio [:silen cio].

[TRI (OTT), 6, 1]

A veces, incluso se recoge la duda del hablante en el momento de la producción entre el

singular y la forma nativa en plural. Veamos el ejemplo en (38) también de FAL pero en

la segunda etapa:

(38) *FAL: […] y a las ocha _____ Señor Peréz se va al trabajo, llega al trabajo a la ocha y cuarenta cinco minutas, o <las nueva> [//] las nueve menos quin ce +…

[FAL (OTT), 6, 2]

19 Nuestra percepción es que este fenómeno no es del todo ajeno a ciertos registros menos cuidados o formales; lamentablemente no disponemos en este momento de datos propios o procedentes de otros estudios que así lo demuestren.

El estudio: la adquisición del Sintagma Determinante en español L2 y LE

275

Es destacable el hecho de que precisamente los determinados que preceden a las horas

del día sean la fuente de la mayoría de los errores de número para el grupo OTT cuando

para BAR resultan ser los que hacen aumentar el número de formas nativas de artículo.

En la sección siguiente, relativa a la influencia de la experiencia lingüística previa de los

hablantes, consideramos este fenómeno en más detalle.

Pasamos ahora a examinar la concordancia de número expresada en los clíticos.

Consideremos las cifras incluidas en la tabla 5.5120:

TABLA 5.51.ERRORES DE NÚMERO EN EL USO DE CLÍTICOS EN L2.TODOS LOS GRUPOS Y ETAPAS Grup Total

No Nativos

E.1

ERR NÚM E.1

Sing/ Pl. E.1

Pl./ Sing E.1

Total No

Nativos E.2

ERR NÚM E.2

Sing/ Pl. E.2

Pl./ Sing E.2

Total No

Nativos E.3

ERR NÚM E.3

Sing/ Pl. E.3

Pl./ Sing E.3

OTT

30 9 30%

9

- 46 12 26,08

%

12 - 29 13 44,8%

12 1

BAR 9

9 4 - 4 - - - - - -

CON

- - - - - - - - - - -

Los datos de los grupos experimentales muestran que no existe ni un solo ejemplo en el

que una forma de plural se emplee en contextos de singular, mientras que sí aparece el

fenómeno contrario como en (39) y (40). La generalización de le en contextos de plural

es protagonista de la mayoría de los ejemplos:

(39) *INV: Este señor les dice +... *NIM: OK, le dice que el opera es muy bonito . [NIM (OTT), 3, 1]

(40) *INV: Por qué cantan?

*LUC: Cantan porque son felices, Cantan porque sus padres le han dicho de cantar en la iglesia.

[LUC (OTT), 1, 2]

Los problemas de número con los dativos y, al contrario de lo que observamos para los

artículos, tienen más que ver con la configuración del elemento en cuestión que con

problemas relacionados con ítems léxicos específicos. El caso de le por les es digno de

mencionarse ya que también provoca desviaciones nativas de la norma, entendida aquí

20 En la Tabla 5.51bis (Anejo 4, sección 4.2) se proporcionan las cifras individuales para cada uno de los grupos.

Capítulo V

276

como lo que dicta el estándar definido en las gramáticas descriptivas (Fernández

Soriano 1999, Rini 1991).21 Nos referimos a instancias como las de (a) y (b):

(a) Le he escrito una carta a mis sobrinos

(b) Le he dicho a las niñas que vengan a cenar a casa

Estos clíticos de dativo de tercera persona aparecen ocasionalmente subespecificados

para número en construcciones de doblado de clíticos en las que el SD aparece en

posición canónica postverbal y no como Tema antepuesto. En ellas le aparece en lugar

de les casi como un expletivo que ‘introduce’ al SD dativo y que no ha de ir marcado

para el rasgo de número que éste porta.

En la producción del grupo control no ha aparecido ningún ejemplo de este tipo. De las

siete ocasiones en las que en nuestros datos experimentales le aparece en lugar de les,

sólo una de ellas puede considerarse uno de estos usos nativos puesto que el SD al que

dobla el clítico lleva el papel temático de Meta; es el ejemplo que figura en (41). En el

resto, en cambio, dicho SD es un Experimentador de forma que la secuencia resultante

no es gramatical. Ello se ilustra en los ejemplos de (42) a (44):

(41) *DAN: y los hijos ahora tienen hambre y su mad re le va a buscar la comida a ellos , cuande [/] cuando sal e la mamá una [/] un gato […] . [DAN (BAR), 4, 1]

(42) *JOS: [...] y las personas que le gusta la mús ica saben que el señor quiere pesetas . [JOS (OTT), 4,1] (43) *INV: A los futbolistas les duelen los pies, q ué les pasa a

los futbolistas? *TRI: Los futboles le duelen los pies. [TRI (OTT), 4, 1]

(44) *FAL: A los, eh@fp, Juan y # no, los deberes n o le gustan a

Juan y Pedro […]. [FAL (OTT), 5,1]

21 Fernández Soriano (1999) señala que les parece estar en estos momentos inmerso en un proceso diacrónico que, en última instancia, podría derivar en la pérdida del rasgo de número y la sobreextensión de la forma del singular le a todos los contextos de dativo. También en De Kock y Demello (1996) se da cuenta este fenómeno.

El estudio: la adquisición del Sintagma Determinante en español L2 y LE

277

En cuanto a producciones como la de (41), también posible en español nativo, ¿cómo

podemos distinguir entre aquellas que están inducidas por un input nativo que no

contiene la distinción entre plural y singular y emplea le también en contextos de plural

y aquellas que, por el contrario, son reflejo de algún tipo de déficit propio de la

adquisición no nativa manifestado en la expresión del rasgo [NUM]? Hasta el momento

no tenemos una respuesta satisfactoria para esta cuestión pero es, a nuestro juicio, un

aspecto digno de considerarse en investigaciones futuras. Sea como fuere, insistimos en

que no hemos hallado en los datos del grupo CON ningún ejemplo de este tipo.

Por lo que a los clíticos de acusativo se refiere, prácticamente no aparecen errores de

número a excepción de las dos formas que incluimos a continuación. En el primero de

los casos la hablante, indiferente a las pistas que proporciona el SD que acaba de

proporcionarle el investigador, prescinde de cualquier especificación para género o

número y recoge dicho sintagma con el clítico, lo. Véase el ejemplo de (45):

(45) *INV: me das unas galletas para [/] para comer ? *GAO: sí , tómalo . [GAO (BAR), 6,1]

En alguno de los estudios referidos en el capítulo anterior –tal es el caso de Domínguez

(2003)– se proponía que el masculino singular lo funcionaba como forma de clítico por

defecto empleado en el español L1. Lo cierto es que en nuestro caso, y sólo a partir de

este ejemplo, nos parece muy arriesgado proponer algo similar.

En el otro ejemplo el sujeto expresa, de nuevo, dudas explícitas acerca de la(s) forma(s)

adecuada(s) que ha de emplear en el contexto oracional en que se encuentra en ese

momento, ello se recoge en el ejemplo (46):

(46) *FAL: Mi no pasas vacaciones porque # uh@fp # mi [/] mi pasas mi vacaciones a la mm@fp # a la casa?

*INV: Mhmm@fp . *FAL: La pasa # ueh@fp # mi paso . *INV: Yo. *FAL: Yo paso de las vacaciones a la casa. [FAL (OT T) 4, 2]

Capítulo V

278

Lo presentado hasta ahora indica que los sujetos no nativos tienen, en relación con la

expresión del género y el número, más problemas en el caso de los artículos que en el de

los clíticos. No obstante, es necesario tener en cuenta que partimos de un volumen de

producción muy diferente en uno y otro caso y que tal diferencia puede, con toda

probabilidad, estar relacionada con el comportamiento que presentan los datos.

5.4.1.3 Sustituciones

Con respecto a la sustitución de las formas nativas de artículo y pronombre

átono y la introducción en su lugar de formas idiosincrásicas de interlengua, se observa

en nuestros datos un fenómeno interesante relacionado con la posibilidad de emplear en

contextos de artículo elementos que proceden de otros paradigmas de determinante o

que se importan directamente desde alguna de las L1 presentes en la muestra. En el caso

de los clíticos de objeto, sin embargo, casi todas las formas sustitutas son elementos que

forman parte del propio sistema de clíticos del español nativo.

Comencemos por analizar el tipo de elementos que aparecen sustituyendo a los

artículos. Aquí es importante distinguir entre el empleo de otras formas de determinante

(por ejemplo, posesivos) en contextos de artículo como en (47) –sobre el cual

volveremos al discutir la expresión de la posesión inalienable en 5.6.4– y el préstamo

directo de formas de la L1 de los hablantes como en (48):

(47) *CLA: Con ___ gusano en su boca, La madre se deposa en [/] en la árbol y eh@fp y # cómo se dice nourir? [CLA (OTT) 4, 2]

(48) *INV: A ver, sigue.

*PHI: <A la siete> [/] a las siete, le señor Juan e stá eh@fp e:stá +... [PHI (OTT),2, 1]

En la producción de los dos grupos experimentales aparecen también patrones de

actuación cuyo origen ha de hallarse en la situación de interacción y en la intervención

del entrevistador que a veces provoca un efecto contrario al deseado. Tanto en el caso

de (49) como en el caso de (50), la ayuda que el entrevistador trata de proporcionar

resulta en la producción de una forma no nativa en la cual el sujeto interpreta que lo es

en realidad un artículo que encabece el sintagma que él trata de articular. Parece, a

El estudio: la adquisición del Sintagma Determinante en español L2 y LE

279

nuestro juicio, más que probable que sea la intervención de los entrevistadores lo que

provoque la producción de ejemplos de esta naturaleza:

(49) *MIZ: por qué estudia español ? *INV: correcto , porque +... *MIZ: porque +... *INV: lo +... *MIZ: lo eh@fp español . [MIZ (BAR), 2, 1]

(50) *PHI: Un perro, arriba?

*INV: Llega. *PHI: Llega. *INV: Sí. *PHI: Y como se dice chaisser? *INV: Cazar [?] y lo +... *PHI: Y lo perro caza la: gato . [PHI (OTT),2, 1]

Hemos apuntado más arriba que, en el contexto de aparición de un clítico dado, el

hablante no nativo escogerá de entre el repertorio de clíticos del español; su elección se

realizará con mayor o menor acierto y la especificación de rasgos del elemento que

quiera producir podrá o no coincidir con la forma que haya escogido (v. sección

anterior) pero ni recurre a elementos externos ni acuña elementos nuevos en dichos

contextos. De hecho, podría aducirse que las únicas formas que no pertenecen como

tales al sistema pronominal del castellano se generarían dentro de un sistema

pronominal más amplio, si es que cabe predicar la existencia de un artefacto semejante,

un sistema románico general en el que caben y se mezclan todas estas formas

pronominales que, de algún modo, no resultan extrañas a los hablantes de estas lenguas.

Incluimos en (51) a (53) los ejemplos y postponemos su examen hasta la sección 5.5.3

que versa sobre la calidad de las sustituciones y la discusión sobre el establecimiento de

una jerarquía de dificultad que establezca divisiones en subgrupos de clíticos:

(51) *INV: A nosotros nos interesan los libros de h istoria, qué nos interesa a nosotros ?

*FAL: A vosotros vos interesan los libros de histor ia. [FAL (OTT), 4, 2]

(52) INV: Cuándo los estudiantes tiran los libros p or la ventana?

*NIC: Cuando el escuela es termina, después ellos j ugan [/] jugan al futbol . [NIC (OTT), 5,1]

(53) TRI: [...] pero es podían estar a la pensión y después

tres semana debían volver a casa. [TRI (OTT), 3, 3]

Capítulo V

280

Es de destacar, por último, la clara diferencia que en este sentido se observa entre el

comportamiento de los sujetos de uno y otro grupo experimental. De ello se tratará en la

sección 5.6 dedicada al alcance de la transferencia lingüística en nuestros datos.

5.4.1.4 Posición

Como era de esperar, no se halla errores de posición en el caso de los artículos;

en realidad, no era algo que pudiera predecirse a partir de lo observado en la bibliografía

sobre su adquisición. No tenemos constancia de la existencia de estudios sobre artículos

en lenguas románicas (ello puede hacerse extensivo a la adquisición de los artículos de

lenguas germánicas que hemos tenido la oportunidad de revisar) que refieran problemas

de posición con respecto a los artículos que siempre, y éste es un dato importante,

aparecen precediendo al SN (SAdj, SP o SC). En el uso de clíticos verbales, en cambio,

sí que se producen algunos errores con respecto a la posición que ocupan en el contexto

en que aparecen; los recogemos en la Tabla 5. 5222.

TABLA 5.52. ERRORES DE ORDEN EN EL USO DE CLÍTICOS23

Grup Orden NO nativo

E.1

Orden NO nativo

E.2

Orden NO nativo

E.3 OTT

8/344

(2,32%) 12/495 (2,42%)

0/377

BAR

2/147 (1,36%)

0 0

CON

- - -

Los clíticos producidos por nuestros sujetos no presentan de manera uniforme un

comportamiento paralelo al nativo por lo que se refiere a la posición en la que aparecen.

Sí es cierto que con el tiempo aparecen cada vez menos en un orden diferente al que es

canónico en el español. Podría suponerse, pues, que en etapas posteriores la exposición

más prolongada a los datos del input, o la instrucción explícita recibida acerca de

algunos de los elementos analizados (que en el caso de nuestros sujetos es una constante

durante todo el período recogido), es responsable de tal disminución. Como vemos, los

22 En la Tabla 5.52bis (Anejo 4, sección 4.2) se proporcionan las cifras individuales para cada uno de los grupos. 23 Los totales de errores de orden hallados en el uso de clíticos no han sido incluidos en las tablas de formas no nativas que hemos presentado anteriormente como formas no nativas a menos que además de aparecer en una posición ilícita se tratara de una forma diferente de la nativa correspondiente.

El estudio: la adquisición del Sintagma Determinante en español L2 y LE

281

pocos problemas de orden que aparecen en los clíticos, prácticamente inexistentes en el

caso del grupo BAR (tan sólo dos formas no nativas que equivalen al 1,36% en la E.1),

presentan en OTT un comportamiento muy similar en la primera (2,32%) y la segunda

etapa (2,42%) para desaparecer por completo en la E.3. Consideremos los ejemplos de

(54) a (58):

(54) *NIC: Juan # es dormiendo porque la televisión no está divertida, después Juan # va en su cama y cuenta ovalojes porque no está # dormiendo, después está la mañana y Juan no quiero se levantar, después Juan se ducha . [NIC (OTT), 2,2]

(55) *NIM: A las once de la noche Juan no puede, Ju an mira la

televisión y # a la una de la noche no puede dor mir y conta animales, y a las siete y media no puede, no le gustaria se leventar. [NIM (OTT), 2, 2]

(56) *NIM: He aprendido <una buena danza> [//] # un bueno baile y me gustaría te le mostrar. [NIM (OTT), 6, 2]

(57) *LUC: El señor, el señor mira la televisión y se enduerme, duerme [//] dormir # el es <en su> [/] en su mes a y no puede dormir, en [/] en la mañana, él [/] él no quiere se levar pero después se lave él y come e l desayuno +… [LUC (OTT), 2, 1]

(58) *TRI: No porque: # cuando él está con el vipa durante la noche el teléfono todo el tiempo está sonando [? ] sonando [/] y yo no puedo escuchar el teléfono p ero él puede y mi madre no quiera # no quiere el fac to del teléfono so ella acostarse en el otro dormit orio so ella no puede escuchar el teléfono.

[TRI (OTT), 4, 1]

Los problemas de orden son casi inexistentes en la de por sí escasa producción de

clíticos que presenta el grupo que tiene el chino como L1 –ello permitiría defender un

papel relevante para la transferencia lingüística en lo que ocupan respecta a la posición

en que aparecen los pronombres átonos en las ILs. Los dos únicos ejemplos

encontrados, pertenecientes a la E.1 son los que incluimos en (59) y (60):

(59) *INV: mhmm@fp muy bien, esta mañana he llamado por teléfono a María .

*LIN: # <a qué hora> [/] a qué hora la [?] llamar x xx ? [LIN (BAR), 3,1]

(60) *INV: mhmm@fp muy bien, ah@fp me compraron un regalo muy

bonito . *ZHE: # <tú crees eh@fp que me tú> [//] tú parece [ /]

pareces me comprarme este regalo ? [ZHE (BAR), 3 ,1]

Capítulo V

282

La naturaleza de estos dos ejemplos es interesante. En realidad, en el primero de los

casos es discutible que se trate de un verdadero error de orden con el clítico o haya más

bien que hablar de problemas con la conjugación verbal; es decir, decidir si la dificultad

reside en que el hablante, por medio de una estrategia de simplificación (entendiendo el

infinitivo como forma más simple al no estar marcada para número o persona), emplea

la forma no finita en un contexto finito en español nativo. De hecho, esta explicación

parece plausible pues el contexto anterior que se recoge del interlocutor exigiría la

presencia de una forma finita que parece ser la fuente del problema pero que descartaría

un problema con la posición del clítico.

La presencia de dos elementos explícitos portadores de los mismos rasgos y que

desempeñan la misma función no estaría justificada, atendiendo a criterios minimistas

que eliminan la posibilidad de contar con información, elementos u operaciones que no

sean estrictamente necesarios. Como vimos en el Capítulo II, el movimiento sintáctico

se explica, a partir del concepto de copia, y las huellas se redefinen como copias del

elemento desplazado que se borran en el proceso de derivación (Eguren y Fernández

Soriano 2004). Así, ejemplos como el de (60) pueden explicarse aludiendo a un proceso

en virtud del cual el hablante no nativo no ha eliminado en la derivación una de las dos

copias del clítico (la que permanece in situ) y articula dos veces el mismo elemento en

una secuencia dada. En la sección 5.4.2.4 y en referencia a la existencia de una jerarquía

de dificultad para la adquisición de los clíticos volvemos en detalle sobre estos

ejemplos.

5.4.2 Jerarquía de dificultad para los clíticos de objeto

La segunda de las hipótesis formuladas a partir de la primera pregunta de

investigación especulaba con la existencia de una jerarquía de dificultad que

establecería grupos más o menos naturales dentro del conjunto general y

manifiestamente heterogéneo que constituyen los clíticos románicos de objeto. Nos

proponemos aquí comprobar si las diferencias observadas a priori entre estos elementos

se reflejan en la forma en que son adquiridos por los hablantes no nativos de español.

Las cuestiones que nos planteamos ahora están relacionadas, por una parte, con cuáles

son los subgrupos que hay que establecer y, por otra, con la consideración de si esta

El estudio: la adquisición del Sintagma Determinante en español L2 y LE

283

división por grupos atiende a criterios exclusivamente lingüísticos y/o se establece

espontáneamente en los datos.

5.4.2.1 Omisión y (sobre)producción

Como se dijo en la sección 5.4.1.1, las omisiones de clíticos sólo son

significativamente diferentes en la comparación de cada uno de los grupos

experimentales con el grupo control y no en el contraste OTT-BAR. Lo que ahora nos

interesa detectar es si existen diferencias entre los totales para cada uno de los clíticos

examinados: lo, la, los, las, le, les y se. El hecho de que algunos de estos elementos sean

omitidos en un mayor número de ocasiones que el resto será uno de los argumentos que

empleemos para justificar que tal elemento aparece en un puesto determinado en la

jerarquía de dificultad que proponemos.

El clítico de tercera persona se es, con mucho, y tal como se describió en la sección

5.1.3, y una vez se ha excluido del análisis la forma me, el más frecuente en los datos de

la muestra, y ello es cierto tanto con respecto a la producción experimental como a la de

control. Por lo que al volumen de las omisiones respecta, el acercamiento preliminar de

la prueba de Kruskal-Wallis indica que la comparación entre las omisiones sólo es

significativa precisamente con respecto a se en el contraste de las dos etapas disponibles

para los tres grupos, así queda reflejado en la tabla 5.53:

TABLA 5.53. PRUEBA DE KRUSKAL-WALLIS : OMISIONES CLÍTICOS24 OTT BAR CON. ETAPAS 1 Y 2 Chi-cuadrado Sig. Asintót.

E.1 % Omisiones/ Tot. Potencial LE 3,873 ,144

% Omisiones/ Tot. Potencial LES 1,315 ,518

% Omisiones/ Tot. Potencial LO 3,018 ,221 % Omisiones/ Tot. Potencial LA 3,417 ,181

% Omisiones/ Tot. Potencial SE 9,300 ,010*

E.2 % Omisiones/ Tot. Potencial LE 3,178 ,204 % Omisiones/ Tot. Potencial LES 2,782 ,249

% Omisiones/ Tot. Potencial LO 3,033 ,219

% Omisiones/ Tot. Potencial LA ,000 1,000 % Omisiones/ Tot. Potencial SE 10,597 ,005*

24 Como se observa ya en la tabla anterior, no se han calculado los estadísticos para los clíticos los y las debido al escasísimo volumen de producción que representan.

Capítulo V

284

Asimismo, la prueba de Mann-Whitney muestra que, en el contraste entre OTT y el

grupo control con respecto a la omisión de cada tipo de clítico, sólo en el caso de se

aparecen diferencias significativas (p< 0,05) para las etapas 2 y 3, si bien en la E.1 se

trata sólo de una tendencia en el mismo sentido (p= ,076). En el caso de le se puede

observarse una tendencia en ese sentido en las etapas 1 y 3 (p= ,076 y p= ,076). Estos

resultados de comparación se incluyen en la tabla 5.54.

TABLA 5.54. PRUEBA U DE MANN-WHITNEY: OMISIONES CLÍTICOS. OTT Y CON. ETAPAS 1, 2 Y 3

Resultados muy similares se observan tanto en la comparación entre los dos grupos

experimentales como el contraste entre la producción de BAR y el grupo control, en la

medida en que sólo se observan diferencias significativas en el caso del clítico se. La

E.2 del grupo BAR presenta una conducta diferente en tanto que sólo se observa una

tendencia en ese mismo sentido. Ello queda reflejado en las tablas 5.55 y 5.56 a

continuación:

U de Mann- Whitney

W de Wilcoxon

Z Sig. Asint. (bilateral)

Sig. exacta [2* (Sig. Unilateral)]

E.1

% Omisiones/ Tot. Potencial LE 6,000 16,000 -2,013 ,044 ,076

% Omisiones/ Tot. Potencial LES 10,000 20,000 -1,121 ,262 ,527

% Omisiones/ Tot. Potencial LO 10,000 20,000 -1,338 ,181 ,368

% Omisiones/ Tot. Potencial LA 2,500 3,500 -,408 ,683 ,857

% Omisiones/ Tot. Potencial SE 6,000 16,000 -2,013 ,044 ,076

E.2 % Omisiones/ Tot. Potencial LE 8,000 18,000 -1,759 ,079 ,148

% Omisiones/ Tot. Potencial LES 16,000 26,000 -,667 ,505 ,825

% Omisiones/ Tot. Potencial LO 6,000 16,000 -1,574 ,116 ,257

% Omisiones/ Tot. Potencial LA 3,500 4,500 ,000 1,000 1,000

% Omisiones/ Tot. Potencial SE 4,000 14,000 -2,279 ,023 ,034*

E.3 % Omisiones/ Tot. Potencial LE 2,000 12,000 -2,147 ,032 ,063

% Omisiones/ Tot. Potencial LES 8,000 18,000 -,894 ,371 ,730

% Omisiones/ Tot. Potencial LO 8,000 18,000 ,000 1,000 1,000

% Omisiones/ Tot. Potencial LA 1,000 2,000 -,791 ,429 ,800

% Omisiones/ Tot. Potencial SE ,000 10,000 -2,558 ,011 ,016*

El estudio: la adquisición del Sintagma Determinante en español L2 y LE

285

TABLA 5.55. PRUEBA U DE MANN-WHITNEY: OMISIONES CLÍTICOS. OTT Y BAR. ETAPAS 1 Y 2 U de Mann-

Whitney W de

Wilcoxon Z Sig. Asintót.

(bilateral) Sig. exacta [2* (Sig.

Unilateral)] E.1 % Omisiones/ Tot. Potencial LE 23,000 68,000 -,487 ,626 ,689

% Omisiones/ Tot. Potencial LES 13,000 23,000 -,241 ,809 ,927

% Omisiones/ Tot. Potencial LO 7,500 13,500 -1,168 ,243 ,376

% Omisiones/ Tot. Potencial LA 3,500 24,500 -1,697 ,090 ,167

% Omisiones/ Tot. Potencial SE 7,500 52,500 -2,323 ,020 ,018*

E.2 % Omisiones/ Tot. Potencial LE 8,000 11,000 -,247 ,805 ,909

% Omisiones/ Tot. Potencial LES 5,500 50,500 -1,230 ,219 ,436

% Omisiones/ Tot. Potencial LO 1,500 2,500 -,828 ,408 ,571

% Omisiones/ Tot. Potencial LA 3,500 4,500 ,000 1,000 1,000

% Omisiones/ Tot. Potencial SE ,000 45,000 -2,514 ,012 ,009*

TABLA 5.56. PRUEBA U DE MANN-WHITNEY: OMISIONES CLÍTICOS. BAR Y CON. ETAPAS 1 Y 2 U de Mann-

Whitney W de

Wilcoxon Z Sig. Asintót.

(bilateral) Sig. exacta [2*

(Sig. Unilateral)] E.1 % Omisiones/ Tot. Potencial

LE 6,000 16,000 -1,574 ,116 ,257

% Omisiones/ Tot. Potencial LES

6,000 16,000 -1,000 ,317 ,686

% Omisiones/ Tot. Potencial LO

6,000 16,000 ,000 1,000 1,000

% Omisiones/ Tot. Potencial LA

,500 1,500 -1,000 ,317 ,500

% Omisiones/ Tot. Potencial SE

2,000 12,000 -2,290 ,022 ,038*

E.2 % Omisiones/ Tot. Potencial LE

2,000 12,000 -1,414 ,157 ,533

% Omisiones/ Tot. Potencial LES

2,000 12,000 -1,414 ,157 ,533

% Omisiones/ Tot. Potencial LO

2,000 12,000 ,000 1,000 1,000

% Omisiones/ Tot. Potencial LA

,500 1,500 ,000 1,000 1,000

% Omisiones/ Tot. Potencial SE

,000 10,000 -2,366 ,018 ,057

Parece, pues, que un primer acercamiento a la forma en que los sujetos de la muestra

dejan de producir clíticos en contextos obligatorios marca una clara diferencia entre el

comportamiento del clítico se y el del resto de pronombres. Nos detenemos ahora en

analizar cómo se distribuyen estas omisiones según la función que desempeña cada una

de las formas. Para ello proporcionamos los resultados brutos obtenidos para cada

forma, principalmente porque, dado que trabajamos desde ahora con un volumen de

datos muy reducido, no es factible la aplicación de pruebas estadísticas. En 5.57 se

resumen las omisiones para las formas lo, las, los y las; como sabemos, la única función

Capítulo V

286

que éstas pueden desempeñar en español estándar es la de acusativo y, por tanto, no es

necesario desglosar estos totales. Seguido del total para cada forma incluimos el

porcentaje que la misma supone sobre la producción global de cada una de las etapas:

TABLA 5.57. OMISIONES CLÍTICOS ACUSATIVOS. OTT Y BAR. ETAPAS 1 Y 2

LO LA LOS LAS

OTT E.1

4 (1, 07%)

1 (0,26%)

0 0

E.2 3

(0,5%) 0 0

0

E.3 3

(0,75%) 2

(0,5%) 0

0

BAR E.1

2 (1,45%)

1

(1,16%) 0

E.2 0 0 0 0

El clítico le tiene, en cambio, una representación mayor que los anteriormente

presentados. Dada su multifuncionalidad, el conjunto de las omisiones que de este

elemento se realizan se desglosa por función y los datos aparecen en la Tabla 5.5825:

TABLA 5.58. DISTRIBUCIÓN DE LE: TOTALES POTENCIALES Y OMISIONES

Según se ilustra en la tabla anterior, para los sujetos de OTT el porcentaje de omisiones

se mantiene más o menos estable durante las tres etapas repartiéndose entre contextos

de le dativo benefactivo y de le experimentador. Si bien el grupo OTT muestra más

dificultades con los benefactivos, para los sujetos de BAR también resultan

problemáticos los experimentadores. En las secciones dedicadas al papel de la L1

discutiremos las razones que pueden explicar tal distribución. Discutimos la naturaleza

de estas omisiones a partir de algunos ejemplos incluidos a continuación que proceden

de las tres etapas recogidas por los dos grupos experimentales:

25 En la Tabla 5.58bis (Anejo 4, sección 4.2) se proporcionan las cifras individuales para cada uno de los grupos.

Grup Tot Poten LE E.1

TOT Z/LE E.1

Z/LE Benf. E.1

Z/LE Exp. E.1

Tot Poten LE E.2

TOT Z/LE E.2

Z/LE Benf. E.2

Z/LE Exp. E.2

Tot Poten LE E.3

TOT Z/LE E.3

Z/LE Benf. E.3

Z/LE Exp. E.3

OTT 57 8 14,03%

5 62,5%

3 37,5%

77 12 15,58%

8 66,66%

4 33,33%

92

13 14,13%

10 76,9%

3 30%

BAR 25 10 40%

4 40%

6 60%

9 2 22,22%

1 1

CON

El estudio: la adquisición del Sintagma Determinante en español L2 y LE

287

(61) *INV: Al señor Aguirre le gustaría tener tiemp o para leer. *NIM: Qué ____ gusta hacer Aguirre [//] ____ señor Aguirre?

[NIM (OTT), 3, 3]

(62) *LIN: campo [//] en la campo [*] <en # y pájar a en> [//] pájara y carro también en la campo [*] pájaro mir a caro # eh@fp # caballo # ehm@fp porque ____ bacal lo _____ gusta, gusta # qué es esto? [LIN (BAR), 1, 1]

(63) *ZHE: sí eh@fp, el gato quiere subir arbo [//] árbol en casa del pájaro y xxx eh@fp # abajo del árbol ta mbién hay un perro cuan [/] cuando cuando gato llega a casa de pájaro el perro # ____ morde +... [ZHE (BAR), 4,1]

Los ejemplos anteriores ilustran cómo la mayoría de las omisiones tienen lugar como

resultado de la evitación de una estructura de doblado de clítico en contextos de

Experimentador, ejemplos de (61) y (62), y benefactivos (v. (63)). En el caso de estos

últimos, se encuentran ejemplos como el de (64) en los cuales si bien la inclusión del

clítico no es obligatoria, su omisión resulta, cuando menos, extraña en el contexto

comunicativo en que se producen:

(64) *INV: muy bien , Pablo y Elena le han regalado flores a

María . *DAN: a quién _____ han regalado flores? [DAN (BAR) , 3, 1]

Las omisiones que se hacen de les son muy escasas. Los totales son los que aparecen en

la tabla 5.5926 y no han sido desglosados por función ya que se trata en todos los casos

de omisiones de experimentadores.

TABLA 5.59. DISTRIBUCIÓN DE LES: TOTALES POTENCIALES Y OMISIONES Grup Tot. Pot

LES E.1

Tot. Prod LES E.1

TOT Z/LES

E.1

Tot. Pot. LES E.2

Tot. Prod LES E.2

TOT Z/LES

E.2

Tot. Pot. LES E.3

Tot. Prod LES E.3

TOT Z/LES

E.2 OTT 15 14

81,25% 1

(18,75%) 37 36 1 33 33 0

BAR 6 5 83,33%

1 16,66

2 1 50%

1 50%

CON

26 En la Tabla 5.59bis (Anejo 4, sección 4.2) se proporcionan las cifras individuales para cada uno de los grupos.

Capítulo V

288

Estamos, como vemos, hablando de una cifra muy pequeña (un total de cuatro formas)

que representa un porcentaje mínimo del total de contextos.

Sin embargo, la proporción de errores en las formas producidas les es muy elevada

como veremos en más detalle en el siguiente apartado. A partir de los escasos datos que

aparecen recogidos en la Tabla 5.59 no hemos podido realizar un análisis exhaustivo por

lo cual, nos referiremos a dichos datos exclusivamente para subrayar la escasa presencia

del clítico les. Contrastando con lo que acabamos de afirmar con respecto a la omisión

ilícita de le, en todos estos ejemplos de omisiones el elemento omitido es un

experimentador. Examinemos los ejemplos de (65) a (68) en detalle:

(65) *INV: hmm@fp, and the question is qué les pasa a los futbolistas o qué les duele a los futbolistas? *JOA: Ohm, los pies duelen a los futbolistas.

[JOA (OTT), 4, 1]

(66) *INV: a los futbolistas les duelen los pies , qué les pasa a los futbolistas ?

*DAN: <siempre jugar con> [///] no, _____ duelen ah @fp los pies [DAN (BAR), 4, 1] (67) *DAN: y bebir eh@fp beber mucha agua y cuando llega a casa

estás [//] están muy cansado eh@fp y: <beben beb in> [//] ha bebido mucho , por eso eh@fp y duel e un poco de estómago . [DAN (BAR), 5, 2]

(68) *INV: <Quieres que repito> [% interrogativo] A los futbolistas les duelen los pies, qué les pasa a los futbolistas?

*CLA: Duele los pies. [CLA (OTT), 3, 1]

La consideración minuciosa de estos ejemplos nos permite afirmar que estamos ante dos

tipos de errores que tienen origen diverso. Los de (65) y (66) no constituyen en nuestra

opinión ejemplos auténticos de omisiones ya que en los dos casos el hablante, movido

probablemente por la pista que constituye la concordancia entre el SD y el verbo que

recoge del discurso del interlocutor, decide reorganizar la estructura de la oración que

recibe como input y convertirla en una oración SVO al uso que muestre concordancia el

sujeto y verbo, es decir prefieren los experimentadores nominativos a los dativos (con

Montrul 1998). En realidad, pues, estos ejemplos no constituyen verdaderos errores por

cuanto, si bien no se ajustan a lo que se espera del hablante en este contexto, no son

construcciones agramaticales y podrían explicarse o bien como algún tipo de una

El estudio: la adquisición del Sintagma Determinante en español L2 y LE

289

estrategia compensatoria o alternativamente como un problema de comprensión en

virtud del cual reorganizan la información que reciben para adaptarla a una de estructura

de frase que les resulta menos problemática.

La relación de las omisiones en el caso del clítico multifuncional se aparece en la Tabla

5.6027; los resultados se han desglosado por función:

TABLA 5.60. DISTRIBUCIÓN DE SE: TOTALES POTENCIALES Y OMISIONES. OTT Y BAR

Curiosamente, en el caso de se, la proporción que representan las omisiones sobre los

totales potenciales de OTT aumenta paulatinamente del 6,4% de la E.1 al 12,5 % de la

E.3; el grupo BAR también presenta un incremento de las omisiones de la primera a la

segunda etapa si bien los porcentajes que éstas representan son mucho mayores. No

obstante, este dato se ha de interpretar con cautela puesto que lo escaso de la producción

pone en duda su representatividad. ¿Cuál es la naturaleza de estas omisiones? En el

grupo anglofrancófono la mayoría de los clíticos obligatorios omitidos están

relacionados con usos erróneos de un verbo pronominal. Examinemos los ejemplos

siguientes:

(69) *PHI: A las nueve, el señor Juan está # +... *INV: Se está duchando. *PHI: Está duchando . *INV: Síí. [PHI (OTT), 2, 1]

(70) *INV: ok Pedro se fue de la fiesta porque tení a que estudiar, por qué: +...

*JOA: Por qué fue de la fiesta. [JOA (OTT), 3, 1]

(71) *CLA: […] Eh@fp eh@fp # medio, # doce # eh@fp, la familia arriva en, eh@fp hotel, y # <y relaa relaxa> [// ] relaxa, eh@fp, en la plaje . [CLA (OTT), 3 , 2]

27 En la Tabla 5.60bis (Anejo 4, sección 4.2) se proporcionan las cifras individuales para cada uno de los grupos.

Grup Tot. Poten

SE E.1

TOT Z/SE E.1

Z/SE Dat E.1

Z/SE Pron E.1

Z/SE Imp E.1

Tot. Poten

SE E.2

TOT Z/SE E.2

Z/SE Dat E.2

Z/SE Pron E.2

Z/SE Imp E.2

Tot. Poten

SE E.3

TOT Z/SE E.3

Z/SE Dat E.3

Z/SE Pron E.3

OTT 140 9 6,42%

3 6 0 205 14 6,82%

4 10 0 112 14 12,5%

5 9

BAR 52 11 21,15%

0 10 1 19 8 42,1%

0 8 0 - - - -

Capítulo V

290

Ejemplos muy parecidos de pronominales en un uso no pronominal pueden hallarse

también en la producción del grupo BAR, véanse los ejemplos de (72), (73) y (74):

(72) *MIA: la mañana seño:r levanta . *INV: mhmm@fp . *MIA: seis horas, sí seis hora ? *INV: sí a las seis . *MIA: mhmm@fp _____ levanta de: +... [MIA (BAR), 3 , 1]

(73) *INV: el reloj suena y se despierta mmm@o rin g@o no [% interrogativo], y aquí qué hace ?

*MIZ: eh@fp _____ ducha eh@fp ah@fp Juan . *INV: Juan se ducha, y a qué hora ? [MIZ (BAR), 2, 1]

(74) *INV: <y esto que le pasa al caballo aquí> [%i nterrogativo] que se # cae . *MIZ: ____ cae [/] ___ caia . *INV: que se cae . *MIZ: ah@fp sí . [MIZ (BAR), 1, 1]

En todos los casos, y para los dos grupos experimentales, el error está relacionado con

el hecho de que el hablante no reconoce que este verbo, como pieza léxica concreta más

o menos nueva en su repertorio, requiere en su conjugación la presencia de un clítico

con el que concuerda en persona y número. El problema se acentúa cuando el elemento

léxico en cuestión es un verbo de uso común que normalmente no va acompañado del

clítico, como en el caso de (70) en el que el hablante escoge el no pronominal al optar

entre ir o irse.

Otro tipo de problema es el que nos encontramos en el caso de la omisión de se dativo.

Ya sabemos que esta forma espuria aparece en contextos de concurrencia con un clítico

acusativo en sustitución del le original. Repasamos las dos condiciones necesarias para

su inserción: a) tiene que tratarse de un contexto en que coaparece con un objeto directo

y b) éste ha de estar necesariamente pronominalizado. Aunque obviamente el mero

hecho de articular un discurso puede entenderse como un continuo proceso de selección

entre opciones posibles, parece que en un contexto como éste es más evidente que el

hablante escoge dos opciones. Y esto es especialmente llamativo en el caso de un

hablante no nativo para el que este doble proceso de selección no resulta tan sencillo,

tan automático. Consideremos los ejemplos de (75) a (79):

El estudio: la adquisición del Sintagma Determinante en español L2 y LE

291

(75) *INV: Yo le he regalado el libro a ella, Se lo he regalado? *TRI: Si, tú le he regalo a ella. *INV: Se lo regalé? *TRI: Si, lo regalé a ella. *INV: Envié un telegrama a mis padres, les envié el

telegrama a ellos, si o no? *TRI: Si, tú envíes un telegrafo a tus padres.

[TRI (OTT), 4, 1]

(76) *INV: Yo le he regalado el libro a ella, Se lo he regalado a ella, sí o no?

*NIM: Sí, lo regaló. [NIM (OTT), 4, 2]

(77) *INV: Se la ha enviado un amigo o una amiga? *JOS: Una amiga <le le enviado> [//] le ha envi ado . [JOA (OTT), 4, 1]

(78) *INV: Le voy a dar el libro a tu profesora, Se lo voy a

dar, sí o no ? *FAL: Yo voy a dar, sí. [FAL (OTT), 5, 2]

(79) *INV: Les vas a pedir el libro de inglés? *JOA: # <Je doit repondre la question> [% interroga tivo] #

Sí <lo voy> [//] no, lo voy a pedirle. [JOA (OTT), 5, 2]

Las alternativas que emplean los hablantes en su intento de sortear este tipo de

estructura son varias: repetición de uno o los dos SSDD que tendría que sustituir el

clítico como en (75), omisión de uno de los argumentos, el dativo en (76) y el acusativo

en (77), o de los dos como en (78). En el ejemplo de (79) no hay omisión de se sino

mantenimiento del dativo le que se resiste, por así decirlo, al movimiento y que se

mantiene en su posición canónica sin poder ascender a la preverbal como sí lo hace el lo

acusativo.

El se impersonal, como ya hemos apuntado, no parece resultar problemático para los

hablantes de la muestra quienes, desde la primera etapa y en todos los grupos, emplean

esta forma profusamente y en los contextos adecuados; en el ejemplo de (80) este

hablante, que lidia explícitamente con problemas léxicos diversos, recurre automática y

cómodamente a la forma impersonal cuando lo necesita. En toda la muestra hay una

sola omisión de se impersonal, aparece en la producción de BAR y la incluimos en (81):

(80) *PHI: <a la uno a la uno de> [//] a la uno el señor Juan no puede dormir, a las siete el señor Juan, cómo se dice reveille? *INV: despertar.

*PHI: está despertando para su [/] su, cómo se dice ? [PHI (OTT), 2, 2]

Capítulo V

292

(81) *INV: y cómo lo limpian ? *MIA: con agua o con <esto qué es> [///] cómo ____ dice ? *INV: con jabón ? *MIA: no jabón, de: <otra palabra> [?] . *INV: trapo ? *MIA: con trapo de limpíar . [MIA (BAR), 5, 1]

En nuestra opinión, la práctica ausencia de problemas con las impersonales podría

explicarse aludiendo a la frecuencia con la que éstas aparecen en el discurso del aula de

español, si bien ello queda por el momento en una mera especulación pues el examen de

tal fenómeno queda fuera de los límites y de los objetivos de este trabajo. Igualmente, si

bien no se analiza aquí cuáles son los verbos léxicos que aparecen en estas impersonales

nos parece, y esperamos poder examinarlo en futuros trabajos, que será interesante

comprobar si tal estructura se emplea de forma productiva con todo tipo de verbos o si

su uso se limita a expresiones como la del ejemplo de (81) o similares.

A pesar de que no constituyen un grupo demasiado numeroso, merece la pena detenerse

a considerar las sobreproducciones de clíticos pues no todos los ejemplos presentan la

misma naturaleza y el análisis muestra algunos aspectos dignos de ser notados. El total

figura en la Tabla 5.6128:

TABLA 5.61. SOBREPRODUCCIONES DE CLÍTICOS EN L1 Y L2. TODOS LOS GRUPOS Y ETAPAS

Grupo Total Sobrepr. clíticos E.1

Total Sobrepr. clíticos E.2

Total Sobrepr. clíticos E.3

OTT 5 9 11

BAR 5 0 -

CON 0 - -

Entre las sobreproducciones halladas en el corpus distinguimos esencialmente entre

aquellas que están relacionadas con procesos que encuentran explicación en elementos y

fenómenos concretos de la L1 del hablante y aquellas que se explican a partir

exclusivamente de estructuras y procesos propios de la LO. Las primeras constituyen

problemas de aprendizaje léxico que se resuelven por medio del recurso a la L1 y que

dan lugar a secuencias posibles en la L2 si la transferencia es positiva como en el

28 En la Tabla 5.61bis (Anejo 4, sección 4.2) se proporcionan las cifras individuales para cada uno de los grupos.

El estudio: la adquisición del Sintagma Determinante en español L2 y LE

293

ejemplo de (82) o a secuencias agramaticales como en (83) a (85) en los que se acuña el

equivalente de un verbo pronominal de la L1 que no funciona en la L2.

(82) *JOS: Todos los días va a pasearse # sola en e l parque. [JOS (OTT), 1, 2] (83) *JOS: Porque es el fin del día, Y ahora puede <se rest>

[//] se descansar y hacer la cena por su familia . [JOS (OTT), 1, 2]

(84) *JOS: Hola, María, [...] Cómo se pasó las vaca ciones?

[JOS (OTT), 6, 3]

(85) *INV: Te gustaba bailar cuando tú tenías cinco años? *LUC: No me recuerdo pero no creo que bailaba mucho cuando

tenía cincos años. [LUC (OTT), 1, 3]

En otros casos, en cambio, la sobreproducción se explica en virtud de procesos que no

tienen su origen en la L1 del individuo sino únicamente en su condición de hablante no

nativo. En los ejemplos de (86) y (87) el clítico aparece a la vez en dos posiciones

diferentes debido a que, una vez que el clítico se ha movido por encima del verbo, no se

ha completado el último paso de la derivación y el hablante no ha eliminado la copia

que permanece in situ en posición postverbal dando lugar con ello a una secuencia

agramatical.

(86) *INV: Este señor les dijo +... *JOS: Donde se pueden sentarse. [JOS (OTT), 2, 2]

(87) *NIM: Es una estudiante mhmm@fp todos los días usted se

levante, desayunar [/] desayuna, se laverse y se peina. [NIM (OTT), 2, 1]

También se observan sobreproducciones en contextos en los que el hablante asume

erróneamente la legitimidad del doblado de clíticos Los ejemplos que aparecen a

continuación muestran cómo en (88) un SD pleno de objeto directo es ilícitamente

doblado por un la acusativo mientras que en (89) vemos como lo dobla un complemento

oracional y da lugar a una secuencia ilícita:

(88) *INV: esta mañana he llamado por teléfono a Ma ría . *ZHE: [% se interrumpe la grabación] <cuando la> [/ /]

cuándo la has llamado al teléfono a María ? [ZHE (BAR), 2, 1]

Capítulo V

294

(89) *PHI: Por la valla, la [//] porque la caballo, ah@i ## la [///] no lo sé <como se dice> [/] cómo se dice blessé? [PHI (OTT),1, 1]

Estos ejemplos pueden ser objeto de una lectura según la cual no estemos antes

verdaderas sobreproducciones sino ante casos en los cuales la misma configuración del

discurso oral sea responsable de que el hablante ‘no tenga tiempo’ de eliminar la copia

de tal forma que articule ambas. 29

5.4.2.2 Discordancia de género, número y caso

A la hora de plantearnos si alguno de los elementos que se incluyen bajo la

etiqueta ‘clítico’ es o no de más fácil adquisición que el resto y tratar, si así fuera, de

proponer una explicación para ello, habrá de tenerse en cuenta la información que sobre

cada uno de ellos se proporcionó en los capítulos anteriores pues a partir de ahí se

propuso la jerarquía cuya validez tratamos ahora de verificar.

Si bien, y como era de esperar, la producción nativa no incluía formas que se desviaran

del estándar, los grupos experimentales muestran para todos los clíticos examinados un

reducido porcentaje de errores. Seguidamente incluimos el análisis realizado para cada

uno de los pronombres considerados en la jerarquía. Comenzamos examinando la Tabla

5.62 que contiene la producción del clítico lo.

29 Fenómenos y ejemplos similares a los que aparecen de (86) a (89) son relativamente frecuentes tanto en la adquisición de lenguas extranjeras como en los datos de TEL y en relación con la producción de diversos tipos de estructuras. Sobre estos últimos Jakubowicz (en prensa) encuentra como en la producción de preguntas qu- del francés de niños con TEL, el elemento interrogativo aparece desplazado al principio de la oración y al mismo tiempo permanece en su posición canónica de argumento original. Igualmente, en inglés L2 encontramos ejemplos como el de (i) que afecta a la expresión del pasado:

(i) I didn’t understood En (i) el hablante no nativo, inmerso en un proceso en el que, la inclusión de la marca de pasado en el auxiliar necesario para la expresión de la negación se realiza sin haber previamente eliminado la marca de pasado correspondiente que aparece en el verbo principal.

El estudio: la adquisición del Sintagma Determinante en español L2 y LE

295

TABLA 5.62. DISTRIBUCIÓN DE USO DE LO (FORMAS NATIVAS Y NO NATIVAS PRODUCIDAS). Grup Prod.

LO E.1

Nativ. LO E.1

No nat. LO E.1

LA/LO

E.1

LE/ LO E.1

EL/LO E.1

Prod. LO E.2

Nativ. LO E.2

No nat. LO E.2

LE/ LO E.2

Prod. LO E.3

Nativ. LO E.3

No nat. LO E.3

LE/ LO E.3

OTT 33 28 5 (17,85%)

1 (25%)

3 (50%)

1 (25%)

39 31 8 (20, 5%)

7 (100%)

27 23 4 (14,81)

4 100%

BAR 15 15 0 0 0 0 1 1 0 0 - - - 0

CON

27 27 - - - - - - - - - - - -

Los problemas, que aparecen, como vemos, prácticamente de forma exclusiva en el

grupo OTT, están relacionados principalmente con el empleo de le sustituyendo

ilícitamente a lo, o sea, con un referente no animado (98) u oracional (99). El género no

parece ser un problema pues la única discordancia de este tipo es el ejemplo de (100):

(90) *INV: <habías visto este libro antes> [% inte rrogativo] necesitarías verlo otra vez para decirme el títu lo?

*TRI: no, gracias, porque <le vió> [//] le vi antes . [TRI (OTT), 6,3] (91) *NIM: María no le gusta hacer que comer pero l e hace [//]

haría porque ella ama sus hijos. [NIM (OTT), 3, 2]

(92) *INV: yo le he regalado el libro a ella, a tu profesora, se lo he regalado a ella sí o no?

*FAL: Eh@fp, sí, tú <he regalado> [//] he regaladas la [?]. [FAL (OTT), 4,1]

El uso de la, por su parte, también es reducido y presenta la distribución que aparece en

la Tabla 5.6330 a continuación:

TABLA 5.63. DISTRIBUCIÓN DE USO DE LA (FORMAS NATIVAS Y NO NATIVAS PRODUCIDAS)

El uso de una forma alternativa en lugar de la tiene lugar siempre en la misma dirección

y siempre es le la forma escogida:

Grup Total Prod LA E.1

Total Nativ LA E.1

Total Errores

LA E.1

Le/LA

E 1

Total Produc

LA E.2

Total Nativos

LA E.2

Total Errores

LA E.2

Le/LA

E 2

Total Produc

LA E.3

Total Nativos

LA E.3

Total Errores

LA E.3

Le/LA

E 3

OTT 15 14 1 (6,66%)

1 (100%)

19 15 4 21,05%

4 (100%)

11 10 1 9,09%

1 (100%)

BAR 1 1 2 2 (100%)

2 (100%)

- - - -

CON 9 9 - - - - - - - - - -

Capítulo V

296

(93) *JOS: Juan le dice a María que le quiere mucho . [JOS (OTT), 5, 2]

(94) *NIM: María quiere saber # la fecha del examen y Juan le

dice a María: que le quiere mucho . [NIM (OTT), 4, 1]

Podría ser que en el caso de (93) y (94) el hablante asumiera que el rasgo [+ animado]

del OI tuviera que marcarse por medio de la inserción de le ya que en su interlengua la

no es portador de tal rasgo. Sin embargo, los ejemplos de (94) y (95) muestran que le

también se extiende a los contextos de la con un referente no animado:

(95) *INV: Dibujo número tres, Esta mujer ha ido a la tienda y ha visto esta camisa, Crees que la va a comprar?

*FAL: # Pienso que le va a comprar porque [/] porqu e parece eh@fp, sonrienda con la blusa. [FAL (OTT), 3, 4]

(96) *INV: Dibujo número tres, Esta mujer ha ido a la tienda y

ha visto esta camisa, Crees que la va a comprar? *JOA: Sí, <le ha comp> [/] le ha comprado. [JOA (OTT), 3, 4]

Las formas los y las son las que tienen una representación más escasa en la muestra, tal

y como se ve reflejado en las Tablas 5.65 y 5.66.31

TABLA 5.64. DISTRIBUCIÓN DE USO DE LOS (FORMAS NATIVAS Y NO NATIVAS PRODUCIDAS)

30 En la Tabla 5.63bis (Anejo 4, sección 4.2) se proporcionan las cifras individuales para cada uno de los grupos. 31 En las Tablas 5.64bis y 5.65 (Anejo 4, sección 4.2) se proporcionan las cifras individuales para cada uno de los grupos.

Grup Total Producidos

LOS E.2

Total Nativos

LOS E.2

Total Errores

LOS E.2

LES/LOS

E.2

LAS/LOS

E.2

OTT 4 1 3 2 1 (50%)

BAR 1 1 0 0 0

CON 0 - - - -

El estudio: la adquisición del Sintagma Determinante en español L2 y LE

297

TABLA 5.65. DISTRIBUCIÓN DE USO DE LAS (FORMAS NATIVAS Y NO NATIVAS PRODUCIDAS)

Sólo encontramos un caso de discordancia producido por un sujeto del grupo BAR que

lo es a la vez discordancia de género y de número, como si, de alguna manera, el sujeto

fuera inmune a la información morfológica que le proporciona el contexto, véase (105):

(97) *INV: me das unas galletas para [/] para comer ? *GAO: sí, tómalo. 32 [GAO (BAR), 1, 1]

Uno de los objetivos que nos planteamos en este trabajo es determinar si pueden los

hablantes no nativos percatarse de la mezcla de propiedades que presentan los

experimentadores, los sujetos dativos que aparecen siempre doblados por un clítico y el

hecho de que en la jerarquía cuya validez testamos aquí le y les aparezcan por delante

de otros dativos se basa en la suposición de que los no nativos podrán percatarse de cuál

es su autentico papel como argumento más importante, imprescindible, en la estructura

de la oración (con Montrul 1995, 1998). La Tabla 5.6633 muestra la distribución de uso

de le:

TABLA 5.66. DISTRIBUCIÓN DE USO DE LE (FORMAS NATIVAS Y NO NATIVAS PRODUCIDAS) Grup Tot

Prod LE E.1

Nat LE E.1

Tot Error

LE E.1

La/le DAT E.1

me/le EXP E.1

se/le EXP E.1

Tot Prod LE E.2

Tot Nativ LE E.2

Tot Error

LE E.2

se/le DAT E.2

me/le EXP E.2

te/le EXP E.2

se/le EXP E.2

Tot Prod LE E.3

Tot Nativ LE E.3

Tot Error

LE E.3

La/le DAT E.3

se/le EXP E.3

OTT 50 43

87,75%

6 12,25

%

1 16,66

%

1/5 83,33%

65

60 92,30

%

4 7,7%

3 66,66

%

0 1 33,33

%

0 80

75 93,75%

5 6,25%

3 66,66%

1 33,33

% BAR 15 13

86,6% 2

13,34%

0 0 1 7 5 71,42

%

2 28,58

%

0 1 50%

0 1 50%

- - -

CON

57 57 - - - - - - - - - - - - - - - -

32 Tal vez aquí podría predicarse que tómalo se emplea como una ‘frase hecha’, aprendida como una fórmula, en la cual el hablante no detecta la presencia de un clítico ni, claro está, la necesidad de incluir marcas de género y/o número. 33 En la Tabla 5.66bis (Anejo 4, sección 4.2) se proporcionan las cifras individuales para cada uno de los grupos.

Grup Total Producidos

LAS E.1

Nativos LAS E.1

Errores LAS E.1

LA/LAS E.1

OTT 1 0 1 1

BAR 1 0 1 1

CON 1 1 - -

Capítulo V

298

Como vemos en la tabla anterior, el uso de le como experimentador sobrepasa el de

benefactivos en todos los grupos y etapas. Considerados en su conjunto, y si bien es

cierto que los usos nativos sobrepasan con mucho a las formas no nativas, estas últimas

son en su mayoría instancias en las que le es sustituido por se como en los ejemplos de

(98) a (100):

(98) *INV: Te gustan los coches? *NIM: No, no me gustan. *INV: Y a Luc Andre, qué le gusta? *NIM: Se gusta: los zanahorias. [NIM (OTT), 4, 1]

(99) *INV: Le gusta la lectura.

*FAL: Qué te gusta? *INV: a Maruja # xxx . *FAL: Qué se gusta? [FAL (OTT), 3, 2]

(100) *ZHE: no me gusta café , me gusta té mejor . *INV: ahá@i, y: a María le gusta el café ? *ZHE: sí María: se [?] gusta mucho el café.

[ZHE (BAR), 4, 1]

(101) *INV: A los futbolistas les duelen los pies, qué les pasa a los futbolistas?

*NIC: Los futbolistas se duelen los pies. [NIC (OTT), 4, 1]

Aunque también otras formas pueden aparecer ocasionalmente en el lugar de le. Llaman

nuestra atención los casos en los que la aparece en lugar de le muy probablemente

debido a la necesidad que el hablante siente de marcar género en un dativo

(significativamente no experimentador) que no está, en principio, especificado para tal

rasgo. Nuestra lectura de tal fenómeno es que la transferencia del rasgo [+ femenino] a

la plantilla de la que dispone la interlengua de estos hablantes deriva en la producción

de la en contextos ilícitos como los de (101) y (102) que en los dos casos recogen un

referente femenino:34

(102) *INV: Sí, Cuánto le costará? *FAL: Eh@fp la camisa le [//] la costará cinco, pes :os? %com: El referente es ‘esta mujer’

[FAL (OTT), 5, 1]

(103) *INV: A Susanita no le gustaba que +...

34 De hecho, ejemplos como el de (112) no resultan extraños en hablantes de variantes laístas del español (cf. Lapesa 1968, Klein-Andreu 1981 o Fernández Ordóñez 1993).

El estudio: la adquisición del Sintagma Determinante en español L2 y LE

299

*LUC: la profesora # A Susanita no le gustaba que l a profesora no la permite salir de la clase. [LUC (OTT), 4, 3]

Pasamos ahora a considerar el comportamiento que presenta en la muestra la forma les y

la Tabla 5.6735 presenta la forma en que se distribuyen las formas de este clítico.

TABLA 5.67. DISTRIBUCIÓN DE USO DE LES (FORMAS NATIVAS Y NO NATIVAS PRODUCIDAS)

El único error de género hallado en el corpus por lo que al uso de les respecta pertenece

a una secuencia que además contiene un problema de orden pues se hace ascender al

clítico en un contexto ilícito para el movimiento. El ejemplo se incluye en (112):

(104) *INV: Juan y Elena son estudiantes, los conoc es? *FAL: # No los conozco. *INV: Les vas a pedir el libro de inglés? *FAL: No, no voy a las pedir el libro de inglés per o no los

[//] les conozco. [FAL (OTT), 5, 2]

La forma que sustituye al clítico les en la mayoría de los contextos es le. Su aparición

es, en nuestra opinión, algo más que un problema de concordancia de número y debe

más bien interpretarse como el resultado de las operaciones que el hablante realiza

insertando rasgos en la plantilla figurada de la que dispone su interlengua para el

sistema pronominal átono. De hecho, una vez más, podríamos hablar de varios factores

que intervienen a la vez en la configuración de dicho sistema. Al comentar estos

ejemplos ya se ha dejado dicho como, en realidad, la sobreextensión de le a contextos

de plural es un fenómeno común también en el español nativo aunque nuestros ejemplos

resultan agramaticales en los contextos en los que aparecen por las razones que se han

aducido en la discusión anterior en la sección 5.4.1.2. A pesar de que la producción

35 En la Tabla 5.67bis (Anejo 4, sección 4.2) se proporcionan las cifras individuales para cada uno de los grupos.

Grup

Total Prod LES E.1

Total Error LES E.1

le/ les AC E.1

le/ les

DAT E.1

le/ les

EXP E.1

Tot Pro LES

E.2

Total Error LES E.2

Le/ les AC E.2

le/ les

DAT E.2

los/ les

DAT E.2

le/ les

EXP E.2

Los/ les

EXP E.2

las/ les

EXP E.2

Total Prod LES E.3

Total Errors LES E.3

le/ les AC E.3

le/ les

EXP E.3

OTT 13 8 57,14%

1 12,5%

1 12,5%

6 75%

36 20 55,55%

1 5%

2/2 20%

10/3/2 75%%

33

10 30,3%

1 10%

9 90%

BAR 5 3

0 0 3 100

1 1 0 0 0 0 1 100%

0 - - - -

CON

21 0 0 0 0 - - - - - - - - - - - -

Capítulo V

300

nativa de la que disponemos, como ya se ha dicho, no presenta uso de le por les, sí hay

constancia de que tal fenómeno se da en el español nativo, no sólo desde la gramática

descriptiva sino también desde estudios que lo constatan a partir de datos empíricos.36

Según esto, podemos deducir que, también en este sentido, al uso de le el input presenta

dos tipos de información y ello supone una dificultad añadida en comparación con

formas que son constantes en su distribución, en la línea de lo propuesto por Marinis

(2003a). El ejemplo de (105) ilustra cómo el mismo hablante en la misma secuencia

fluctúa entre ambas posibilidades:

(105) *NIM: Pienso que han terminado la escuela y # porque no le gustan tener libros, En el tres <ellas jugan fút bol> [//] ellos jugan al fútbol porque <les gustan> [ //] les gusta . [NIM (OTT), 5, 2]

Consideremos, por último, el uso de se, tan numeroso y muy cercano al nativo desde las

primeras etapas. Recordemos (v. Tabla 5.26) que si bien el volumen de producción varía

de un grupo a otro, se es el clítico con una media de producción más alta desde la E.1.

Además de ser muy abundante, o quizás debido a ello como también discutiremos más

adelante, el uso de se provoca desde las primeras etapas muy pocos errores que se

reducen en la E.3 a dos únicos ejemplos en su uso pronominal como se observa en la

Tabla 5.6837 a continuación:

TABLA 5.68. DISTRIBUCIÓN DE USO DE SE (FORMAS NATIVAS Y NO NATIVAS PRODUCIDAS)

36 En alguna ocasión ya se ha apuntado cómo es posible defender la posibilidad de que los clíticos del español estén inmersos en un proceso histórico que les otorga un estatuto intermedio entre clítico especial y afijo: le ya casi no es opcional (v. nota 19 en el Capítulo I) y, además, se extiende a menudo a contextos de plural. 37 En la Tabla 5.68bis (Anejo 4, sección 4.2) se proporcionan las cifras individuales para cada uno de los grupos.

Grup Prod SE E.1

Nativ SE E.1

Error SE E.1

me/se IMP E.1

le/se DAT E.1

Prod SE E.2

Nativ SE E.2

Error SE E.2

te/se IMP E.2

le/se DAT E.2

Prod SE E.3

Nativ SE E.3

Error SE E.3

es/se PRON

E.3 OTT 128

123

96,09% 5

3,9% 1

20% 4

80% 191 188

98,42% 3

1,58% 0 3

100% 99 97%

97,97% 2

2,02% 2

BAR 41 41 0 0 0 10 9 1 10%)

1 1 - - - -

CON

161 161 - - - - - - - - - - -

El estudio: la adquisición del Sintagma Determinante en español L2 y LE

301

En el caso del grupo BAR encontramos una única forma no nativa reproducido en (106)

que muestra una estructura que se diría a medio camino entre la construcción genérica

de 2ª persona y el uso de un verbo pronominal.

(106) *LIN: # Juan y Pedro terminar e [?] clase # J uan y Pedro <terminar de de clase> [//] # termináis de la cl ase e sacáis de libro, después , jugar, cómo te dices ?

[LIN (BAR), 5, 2]

Efectivamente, la producción de los clíticos experimentadores no sólo es mucho más

cuantiosa sino que además es menos problemática que la de los dativos benefactivos. Si

interpretamos este dato en la línea de lo hallado por Montrul (1998), podemos suponer

que se dobla más frecuentemente el clítico con los dativos experimentadores que con los

indirectos, lo cual indicaría que estos hablantes perciben la diferencia entre los dos tipos

de estructura y omiten menos este argumento de mayor prominencia discursiva, del

mismo modo que, en lenguas que los poseen, los clíticos que refieren al de sujeto se

adquieren con anterioridad a los de objeto (v. también Kaiser (1994) o White (1996)

para L1 y L2 respectivamente).

5.4.2.3 Sustituciones

Como ya hemos dicho, la producción de formas alternativas, externas al

paradigma de los clíticos pronominales es muy escasa: los hablantes de la muestra sólo

producen formas alternativas en sustitución del clítico se y aparecen las dos en la E.3.

Se trata de los ejemplos de (55) a (56) reproducidos aquí como (107) y (108). En (109)

volvemos a reproducir el ejemplo de (57) que incluye también una forma sustitutiva a la

que podría aplicarse un análisis similar:

(107) TRI: [...] pero es podían estar a la pensión y después tres semana debían volver a casa. [TRI (OTT), 3, 3]

(108) INV: Cuándo los estudiantes tiran los libros por la ventana?

*NIC: Cuando el escuela es termina, después ellos j ugan [/] jugan al futbol . [NIC (OTT), 5, 1]

(109) *INV: A nosotros nos interesan los libros de historia, qué

nos interesa a nosotros ? *FAL: A vosotros vos interesan los libros de histor ia. [FAL (OTT), 4, 2]

Capítulo V

302

Evidentemente la forma es no pertenece al paradigma de los clíticos del español, ni

tampoco es el equivalente francés que se ha transferido sin más. La cuestión que surge

al observar estos ejemplos es obviamente ¿cuál es el origen de estas formas? ¿de dónde

proceden? Hablar de ‘clíticos románicos’ como de un conjunto más o menos natural

poseedor de una serie de características comunes, no debiera parecer algo sorprendente;

de hecho, la bibliografía está repleta de estudios que ponen en relación los elementos

que desempeñan estas funciones en las diversas lenguas que derivan del latín (cf. entre

otros Jaeggli 1982, Wanner, 1987, Bonet 1991, Uriagereka 1996) y asumen que los

análisis defendidos para una lengua románica dada pueden legítimamente aplicarse a

otras lenguas de la misma familia. Las similitudes que entre ellos se observan, más allá

de las obvias referencias a su filiación histórica, tienen que ver con la constatación de

que presentan en muchos casos comportamientos similares tanto, como decimos, en lo

referente a su funcionamiento sintáctico como a los procesos de su adquisición por parte

de nativos y de no nativos. Si, de entrada, nuestro planteamiento asume la validez de la

comparación entre lenguas procedentes del latín, establecida en la forma de análisis que

se aplican en todas ellas (v. capítulos I y II), no parece descabellado hablar de la

posibilidad de una plantilla pronominal que como resultado de la inserción de rasgos

determinados dé lugar, en la interlengua de los hablantes no nativos de lenguas

románicas, a formas que no existen en la L2 pero que son posibles en lenguas de la

misma familia con una evolución diferente. La forma es está presente en el sistema de

pronombres átonos del catalán y es, de hecho, un elemento ‘multiforme’ que adopta una

u otra forma (se/s’/es/’s) dependiendo del contexto fónico u oracional en que aparezca

(Bonet 1991, 1995). Según el razonamiento que intentamos seguir, el es que aparece en

(107) y (108) puede funcionar en la IL de este hablante como un clítico de tercera

persona, al igual que el vos del (109) es una forma especificada para segunda persona y

plural. Ambas formas serían resultantes de la inserción de datos por parte de los

hablantes no nativos en una ‘macroplantilla pronominal románica’. Las diferentes

posibilidades existentes para la tercera persona y la multifuncionalidad que exhiben

algunas de las formas disponibles en el paradigma hacen de algún modo más difuso el

límite entre los diversos elementos y más plausible la posibilidad de recurrir a formas

que en realidad no pertenecen al sistema del español nativo. Se trata, sin duda, de una

interesante línea de investigación sobre la que nos gustaría trabajar en un futuro,

aunque, por ahora, y a partir de tan escaso volumen de ejemplos, resulta difícil realizar

propuestas muy ambiciosas en este sentido.

El estudio: la adquisición del Sintagma Determinante en español L2 y LE

303

5.4.2.4 Posición

Sabemos a partir de lo que ya se expuso en la sección 6.1.1.4 que los problemas

de orden observados en los clíticos de los no nativos son muy escasos, incluso

inexistentes en la última etapa. Se incluyen en la Tabla 5.6938 a continuación:

TABLA 5.69. POSICIÓN DE CLÍTICOS. GRUPOS OTT Y BAR

Grup Orden NO nativo

E.1

Orden NO nativo

E.2

Orden NO nativo

E.3 OTT

8/344

(2,32%) 12/495 (2,42%)

0/377

BAR

2/147 (1,36%)

0 -

No hay ningún clítico que muestre, en comparación con el resto, una tendencia más

acusada a presentar problemas de orden. Los ejemplos en los que aparece se resultan

más numerosos, pero creemos que tal diferencia está relacionada con el hecho de que

sea éste el clítico que mayor presencia tiene en los datos. Hay ejemplos de acusativos,

como en (110), de dativos como en (111), si bien ningún elememento presenta un

comportamiento que destaque por comparación con el resto.

(110) *INV: mhmm@fp muy bien esta mañana he llamado por teléfono a María.

*LIN: # <a qué hora> [/] a qué hora la [?] llamar x xx ? [LIN (BAR), 2, 1]

(111) *FAL: No, no voy a las pedir el libro de ingl és pero no los

[//] les conozco. [FAL 5, 2]

Lo que sí es cierto es que tanto las estructuras que implican la aparición de infinitivos,

véanse los ejemplos de (112) a (114), o de otras formas no personales, como en (115),

resultan más problemáticas. Igualmente, las secuencias de combinaciones de clíticos

resultan en su ordenación especialmente confusas para el no nativo; ello se ilustra en el

ejemplo de (116):

(112) *NIM: Pero las personas que fue delante de él # stop [//] paraban para le escuchar . [NIM (OTT), 4, 3]

38 En la Tabla 5.69bis (Anejo 4, sección 4.2) se proporcionan las cifras individuales para cada uno de los grupos.

Capítulo V

304

(113) *LUC: y no puede dormir, en [/] en la mañana, él [/] él no quiere se levar […] . [LUC (OTT), 2, 1]

(114) *TRI: ella acostarse en el otro dormitorio so ella no puede escuchar el teléfono . [TRI (OTT), 4, 1]

(115) *TRI: Duranto, durante el verano ellos ju [/] ellos jugan [/] juegan en el parque, se bañando, en un [//] en una piscina . [TRI (OTT), ]

(116) *NIM: He aprendido <una buena danza> [//] # u n bueno baile

y me gustaría te le mostrar . [NIM (OTT), 6, 2]

La mayoría de estos problemas de orden, relacionados probablemente con la aparición

de formas no personales del verbo y secuencias de combinación de clíticos, se hallan

mayoritariamente en la producción de los hablantes de OTT y no en los de BAR. Este

dato podría apuntar a la existencia de procesos de transferencia que se establecen en el

caso de sólo uno de los dos grupos, que accede a la información que sobre este tipo

concreto de elementos existe en su(s) L1(s). De ello nos ocupamos en la sección 5.5.4.

5.4.2.5 El estatuto de SE

El clítico se ha merecido una especial atención desde el momento en que, como

hemos visto, no sólo es el más numeroso sino que es además el que desempeña un

mayor número de funciones en español nativo. Se, como sabemos, se extiende a

contextos de plural y de singular y puede funcionar como dativo (es el caso del se

espurio), como parte de la conjugación de un verbo reflexivo o pronominal marcando la

tercera persona y es la forma empleada para marcar la impersonalidad.

Su comportamiento y sus numerosas apariciones nos hicieron plantearnos recoger la

interesante propuesta de Bonet (1995) acerca de la opacidad de este clítico (v. Capítulo

II, sección 2.4.2.3) y presentar a se como una suerte de forma empleada por defecto que

se extiende en las interlenguas del español a contextos de tercera persona en los que el

hablante no nativo carece de la forma nativa equivalente, o no puede acceder a ella en

ese momento; como si dicho hablante se percatara de su carácter polivalente, de su

multifuncionalidad y recurriera, como hace el propio sistema del español en contextos

dudosos, (como el se espurio) al clítico más útil, más versátil y, quizá por ello, más

frecuente. Se aparece incluso en sustitución de clíticos que no son de tercera persona, en

El estudio: la adquisición del Sintagma Determinante en español L2 y LE

305

contextos en los que, según el modo en que parece estar procesando el hablante no

nativo, es la primera forma a la que recurre su sistema cuando se trata de insertar una

forma pronominal, incluso si la forma buscada es la de primera persona. Véase el

ejemplo de (117):

(117) *INV: Esta semana he llamado por teléfono a M aría. *CLA: # eh@fp cuándo María, eh@fp # ? *INV: Mhmm@fp, bien, puedes repetirlo? *CLA: Cuándo María se [//] me teléfono: he, he +...

Sin embargo, lo que nos dicen nuestros datos es que, más que de sobreúso de se como

forma por defecto o como forma opaca à la Bonet, es factible hablar de la opacidad de

las formas se y le en la interlengua de los sujetos de la muestra, como formas

idiosincrásicas que se emplea indistintamente en contextos equivalentes, en la línea de

lo propuesto por Bruhn de Garavito (2000). Es decir, a partir de lo observado en

nuestros datos, hablaremos de se y le como de una misma forma con dos

manifestaciones distintas: se trata de marcas de tercera persona que se obtienen tras la

sintaxis antes de la inserción de información fonológica en la plantilla morfológica de la

que disponen estos sistemas no nativos. Ello supondrá que los elementos insertados se

verán en la forma fonológica, ‘empobrecidos, alterados, linealizados […]’ en la línea de

la propuesta de Halle y Marantz (1993) y en consonancia también con lo defendido por

Jakubowicz y Nash (en prensa). En un sentido amplio, la nuestra es, por tanto, una

explicación distributiva de la ordenación morfológica de los sistemas no nativos.

De hecho, se no sustituye a otras formas con una frecuencia mayor de la que otras

formas aparecen en su lugar. Para Bruhn de Garavito (2000) al igual que ocurre con la

1ª y la 2ª persona, sólo existe, en realidad, un clítico de 3ª persona para los tres casos

gramaticales: si se le ‘añade’ número a este clítico tenemos el dativo, si le añadimos

número y género, el acusativo y el resultado de su especificación para persona sería se.

No obstante, si esto no aparece dibujado con una claridad diáfana en nuestros datos ya

que no hemos hallado un patrón totalmente equivalente según el cual las formas de 3ª

persona se especializan claramente dependiendo de para qué rasgo se encuentran

especificadas. Lo que sí parece claro es que la multifuncionalidad de le y se parece

Capítulo V

306

indicarnos que un mismo elemento en español nativo se genera como núcleo de

proyecciones diferentes y presenta en español no nativo una conducta variable.39,40

5.4.3 Artículos y clíticos en el español no nativo. Sumario

Con respecto al estatuto de los clíticos y los artículos del español, el análisis de

los datos de producción del español no nativo aquí presentado ha revelado hasta el

momento una serie de aspectos interesantes que resumimos a continuación.

Las omisiones tanto de clíticos como de artículos son una opción posible para todos los

hablantes no nativos de la muestra en las primeras etapas, eso sí, el comportamiento de

ambos tipos de elementos resulta diferente dependiendo del contexto en que se omiten y

ello está principalmente relacionado con la experiencia lingüística previa de los

hablantes. El contraste del volumen de producción de estas formas en los grupos

experimentales y el grupo control es un dato que, a nuestro juicio, debe ser tenido en

cuenta pues marca una diferencia importante: los totales para clíticos muestran una

producción mucho mayor en el caso de los controles que en los grupos experimentales

mientras que ello no se observa de una forma categórica en los artículos determinados.

Nuestra interpretación de este dato es que a medida que los hablantes comienzan a

emplear productivamente estructuras con clíticos, a dejar de evitarlas, aumenta la

aparición de formas agramaticales por omisión. El comportamiento de las

sobreproducciones no es paralelo al de las omisiones y no establece diferencias entre

39 Una explicación alternativa a lo anterior especularía con la posibilidad de que ciertos hablantes trataran el español como una lengua aislante de tal modo que asumieran que una partícula dada cumple una función determinada en todos los contextos en los que aparece. Por ejemplo MIA del grupo BAR presenta un uso de le como una suerte de forma opaca ‘multiuso’ que le sirve para marcar al experimentador, cualquiera que éste sea; así se ilustra en (i) donde le se refiere indistintamente a la 1ª y a la 3ª persona:

(i) *INV: mira, yo te pregunto, a María le gusta ba ilar, y a ti ? *MIA: a xxx no le gusta, . *MIA: yo siempre le gusta mirando libro y: +... *INV: aah@i hacer punto . *MIA: sí . *INV: y coser . *MIA: coser de dibujo . *INV: aah@fp , sí, bordar . *MIA: sí, eso le gusta, este: mí no le gusta [% ríe n] . *INV: aah@fp . *MIA: a Lao xxx no le gusta .

40 Los datos del corpus nos permitirían incluso examinar algunos usos de le en los que éste se extiende a contextos del pronombre fuerte él. Véanse los ejemplos (25) y (26) en la sección 6.1.1.2. La naturaleza de este tipo de ejemplos está, como ya dijimos, sujeta a diferentes interpretaciones.

El estudio: la adquisición del Sintagma Determinante en español L2 y LE

307

artículos y clíticos pues prácticamente se limita a construcciones fijas y/o el aprendizaje

de vocabulario concreto.

También la discordancia de género y número en los artículos se relaciona con el

aprendizaje léxico de sustantivos o expresiones concretas cuyos rasgos gramaticales no

se han fijado convenientemente; en el caso de los clíticos, sin embargo, la ausencia de

concordancia tiene que ver con la recuperación de estos rasgo gramaticales a partir del

asignado a un referente previo y/o la correcta inserción de los rasgos pertinentes en una

gran plantilla morfológica (v. Bonet 1991, Halle y Marantz 1993). De mismo modo, las

sustituciones parecen apuntar a la existencia de diferencias entre los artículos y los

pronombres átonos: si bien en el primer caso es posible encontrar elementos que

proceden de otros paradigmas de determinante o que son directamente importados de

alguna de las lenguas nativas de los hablantes, en el caso de los clíticos de objeto casi

todas las formas sustitutas son elementos procedentes del propio sistema de clíticos del

español nativo. Con respecto a la posición, los artículos no presentaron problemas

mientras que el uso de clíticos pronominales sí que derivó en secuencias agramaticales

relacionadas, sobre todo, con estructuras que implicaban algún tipo de movimiento del

elemento en cuestión.

Sin embargo, no nos parece conveniente, ni necesario, argumentar a partir de todo lo

anterior que, en el caso de los artículos y los acusativos, estamos ante elementos de

diferente naturaleza, sencillamente porque los diferentes patrones de adquisición

observados en los dos casos pueden muy bien explicarse atendiendo tanto a la diferencia

en la especificación de rasgos de cada elemento como a la posición en la que cada uno

de ellos se ensambla en el contexto de cláusula (con Jakubowicz et al. 1998). La

justificación anterior es igualmente compatible con lo propuesto por Marinis (2003a)

acerca de que la información que proporciona el input es ambigua con respecto a los

clíticos mientras que en el caso del artículo es unívoca en dos sentidos: son de aparición

obligatoria y su posición es siempre la misma, encabezando el SD. En el caso de los

acusativos, y esto también se aplica en el caso de los dativos benefactivos, la

información es doblemente ambigua ya que, por un lado, su uso no es obligatorio en el

sentido de que puede alternar con la inserción de un SD pleno, y por otro, tampoco su

posición es fija ya que pueden aparecer antepuestos o pospuestos a la forma verbal,

Capítulo V

308

finita o no finita. El uso del hablante inexperto (sea este nativo o no nativo) fluctúa, así,

entre la opción de incluir o no la forma de clítico en cuestión.

Por otra parte, y con respecto al establecimiento de una jerarquía de dificultad en los

clíticos de objeto, el análisis señala una clara diferencia entre el comportamiento del

clítico se y el del resto de pronombres. Desde la primera etapa y para todos los grupos,

el se impersonal es el que menos se omite, mientras que con el se pronominal, las

omisiones aumentan paulatinamente en los dos grupos de una etapa a otra; ello es

debido, normalmente, al aprendizaje erróneo de una pieza léxica nueva y/o al hecho de

que algunos verbos presenten un doble: pronominal y no pronominal. El se dativo,

debido esencialmente a lo complejo que resulta el proceso de su aparición y las

condiciones que deben darse para ello, resulta ciertamente problemático por oposición a

lo que ocurre con los otros se y su evitación deriva en problemas que afectan de forma

general a las instancias de amalgamas de clíticos; lo mismo puede decirse acerca de le y

les que presentan más dificultades con los benefactivos. Ha de notarse, no obstante, que

para el grupo BAR también resultan problemáticos los experimentadores. La

producción de acusativos, en comparación con otro tipo de clíticos, no resulta

especialmente problemática para ninguno de los dos grupos experimentales: no se

observa un porcentaje especialmente elevado de omisiones o de usos no nativos; eso sí,

en el caso de BAR su aparición es escasísima, especialmente en la segunda etapa. Las

pocas sobre producciones halladas afectan por igual a todos los clíticos, si bien en el

caso de se son más numerosas, simplemente por ser éste el clítico más frecuente.

También hemos observado cómo los problemas de concordancia y las sustituciones

tienen lugar como resultado de las operaciones que el hablante realiza insertando rasgos

en la plantilla figurada de la que dispone su interlengua para el sistema pronominal

átono. Si la forma que debe producirse en un contexto dado no está especificada para un

rasgo concreto, digamos para género, el hablante puede igualmente decidir que quiere

recuperar esa información del referente discursivo en cuestión y marcar como femenino,

por ejemplo, una forma de dativo que no está, en español nativo, especificada para tal

rasgo. Por otro lado, la sobreextensión de le a contextos de plural puede verse

impulsada por el input desde que el español nativo contempla también esta posibilidad.

El hecho de que los clíticos experimentadores presenten menos dificultades que los

dativos benefactivos puede, como ya se ha dicho, interpretarse como indicador de que

El estudio: la adquisición del Sintagma Determinante en español L2 y LE

309

los hablantes de L2 pueden percatarse de que se trata de elementos diferentes y, quizá,

de que discursivamente unos son más relevantes que otros. Finalmente, queremos

observar que tanto las sustituciones como los problemas de orden afectan

principalmente al clítico se, debido muy probablemente a que se trata de la forma más

frecuente en los datos del español, nativo y no nativo. En la discusión sobre las formas

sustitutivas aparecidas en el corpus nos hemos referido al posible origen de estas formas

a partir de la inserción de rasgos en una plantilla pronominal panrrománica y sobre ello

volveremos en el capítulo de conclusiones del estudio.

5.5 El papel de la transferencia lingüística: la naturaleza de las formas no

nativas

Con respecto al análisis del papel de la transferencia lingüística en el Capítulo II

hablábamos, a grandes rasgos, de dos posturas diferentes con respecto cómo se

conforman los sistemas no nativos: la primera de ellas postularía que las gramáticas de

los sistemas no nativos son deficitarias en el dominio funcional debido a que los rasgos

o los valores que en ellas se asigna a las categorías funcionales son los de la L1, si bien

dentro de esta corriente teórica hay también grados acerca del alcance de esta

transferencia de valores que se produce sólo en las etapas iniciales (Hawkins 1998,

Liceras 1997) o que de modo permanente imposibilita el acceso al valor de estos

elementos en la L2 (Beck 1997, Eubank 1997). Frente a estas posturas, una segunda

perspectiva defiende que el hablante no nativo puede acceder a todo el repertorio de

categorías funcionales, rasgos y valores disponibles en el sistema de la L2 y que los

sistemas de interlengua no son, pues, deficitarios en lo funcional (Epstein et al. 1996) si

bien para algunos, el hablante de L2 asume en las etapas iniciales que el valor asignado

a un determinado parámetro en su L1 es también válido para la L2 (v. hipótesis de la

‘Transferencia total/Acceso total’ (Schwartz y Sprouse 1996, White 1996, Bruhn de

Garavito y White 2002). La pregunta crucial, en la línea de la formulada en Bruhn de

Garavito (2000) sería ‘¿cuál de las hipótesis sobre la ASL apoyan nuestros resultados?’.

Es de esperar que el diverso bagaje lingüístico de los dos grupos experimentales derive

en procesos de adquisición diferentes. Esta cuestión, a partir de la cual se formulan la

pregunta de investigación 2 y las hipótesis 2.1 y 2.2 centra nuestro análisis en las

Capítulo V

310

secciones siguientes. De nuevo, los criterios empleados para abordar el análisis son los

que resume el Cuadro IV en la sección 4.7.1 del capítulo anterior.

5.5.1 Omisión y (sobre)producción

Las omisiones de los elementos que aparecen en [D0] en el español no nativo

son de naturaleza diversa y pueden explicarse en muchos casos en función de la

procedencia lingüística de los hablantes. En el caso de los hablantes de OTT, las

omisiones son desde la etapa inicial, meros ‘accidentes’ derivados de la transferencia

(negativa en este caso) que hacen de una de sus dos lenguas maternas y presenta un

comportamiento distinto dependiendo de si se examinan los artículos o los pronombres

átonos.

En el caso de los artículos bien puede decirse que se trata de contextos, que perduran

hasta la E.3 en los que la L1 emplea un artículo ZERO [Ø] en sintagmas que pueden,

por ejemplo, tener una interpretación genérica como en (118), aparecer como parte de

una especie de ‘calco’ en una construcción fijada como en el recurrente ejemplo de

(119), o eliminarse ante el nombre de una lengua o nacionalidad dadas como en (120).

Igualmente hallamos omisiones de artículo ante el tratamiento de señor o señora como

en el ejemplo de (121):

(118) *TRI: La profesión de mi madre es economista y fue también economista # fue una profesión muy interesante y # no más interesante y más tenía para mí # había mucha s cosas diferentes y a mí me gusta cosas diferentes . [TRI (OTT), 4, 3]

(119) *CLA: <A ocho o nueve menos> [//] a _ ocho menos cuarte

cuarto Juan está comiendo y bebiendo, a ocho d e la mañana Juan va al oficio, Juan está en el oficio y trabajo [//] trabaja, Juan está comiendo doce hor as del [/] del Juan está trabaja en el oficio <a tre s horas> [/] a tres horas, Juan se +... [CLA (OTT), 2, 2]

(120) *INV: Te gusta el español?

*NIC: Me gusto ____ español. [NIC (OTT), 1, 1]

(121) *TRI: Fue el miércoles el principio de las va caciones del verano ____ señora y _____ señor Aguire y sus chi cos están preparando para sus planes viajar a la play a +… [TRI (OTT), 3, 3]

El estudio: la adquisición del Sintagma Determinante en español L2 y LE

311

Eso sí, en la E.3 de OTT las omisiones dejan de ser significativas (p> ,05) en

comparación con los datos de los controles nativos y los únicos contextos en los que

siguen omitiendo es en los que se transfiere la ausencia de artículo en expresiones más o

menos fijas del tipo que aparece en (122).

(122) *LUC: El fin de semana pasado Julio y Juan se fueron al campo # El viernes anoche tuvieron sus libros y los tiraron por la ventana, sábado en la mañana se pusieron a jugar al fútbol. [LUC (OTT), 3, 3]

Las omisiones que aparecen en las entrevistas de BAR son, como veremos, de una

naturaleza muy distinta a las que acabamos de describir; de hecho, encontrar una

explicación para la forma en que se distribuyen todas las omisiones de artículos por

parte de los sujetos de BAR resulta todo un desafío para esta investigación. La

propuesta de Robertson (2000) recogida en el Capítulo III sobre la existencia de un

artículo ZERO [Ø] que se ve legitimado por el contexto discursivo en el que ya ha

aparecido su referente y que, además, es usado por defecto en otros entornos es, según

nuestros datos, insuficiente para dar cuenta de la distribución de las omisiones de

artículo recogidas de nuestro corpus. Nuestro análisis cualitativo de la producción de los

sinófonos sólo puede apoyar la primera de las explicaciones que tímidamente

proporciona el autor según la cual no puede para todos los contextos proponerse un

único criterio discursivo que legitime la inserción u omisión de artículo: la ausencia o

presencia de éste en la producción de hablantes de estas características es prácticamente

impredecible.

Hay, efectivamente, contextos en los que, como propone Robertson, tras una primera

mención del referente,41 los artículos son eliminados, tal vez por transferencia de la L1;

41 Si bien en nuestro trabajo no nos centramos en el funcionamiento de los artículos indeterminados, una primer acercamiento meramente descriptivo apunta a que el uso de éstos como ‘presentadores’ de referentes que aparecen por primera vez en el discurso, por oposición a lo que ocurre en los datos de Robertson (2000), resulta menos problemáticos que el de determinados, lo cual, nos aventuramos a proponer pudiera deberse al parecido, a veces coincidencia formal, que en español se observa entre el indefinido masculino singular y el numeral uno gracias a la cual estos hablantes analizarían un y uno como numeral en todos los contextos. La coincidencia de número está asegurada al tratarse del singular (forma que a menudo se sobregeneraliza en contextos de plural encabezados por numerales) y la coincidencia de género presenta, siempre según lo que hemos observado en esta observación superficial, una conducta variable. Evidentemente todo lo anterior queda por el momento como mera especulación y habría de ser empíricamente testado en futuras investigaciones.

Capítulo V

312

sin embargo, tal criterio no resulta, ni mucho menos, infalible pues los artículos

aparecen y desaparecen independientemente de que dependan o no de una primera

mención que les confiriera el estatuto de tópico preferente. El fragmento que aparece a

continuación es muy ilustrativo y decidimos incluirlo aquí como un ejemplo

representativo del modo en que las interlenguas iniciales de los hablantes del grupo

BAR hace uso de las posibilidades de las que dispone su interlengua en esta etapa

inicial para la expresión de la referencia: el artículo determinado, el artículo ZERO y

también el demostrativo, recordemos aquí que el chino sí dispone de un demostrativo.

En él ZHE, uno de los intergrantes de este grupo describe una historia a partir de una

viñeta. En (123) aparecen subrayados los sintagmas que nos interesa discutir:

(123) 1. *INV: muy bien [...] ahora vamos a hacer otra c osa # ves

esta historia te lo miras un poco entonces <yo te> [/]yo te voy a hacer preguntas sobre cada uno de l os dibujos .

2. *ZHE: este [?] caballo xxx . 3. *INV: eso, dónde está el caballo ? 4. *ZHE: el caballo en jandi [: jardín] [?] . 5. *INV: muy bien <y cómo se llama> [% interrogativo ] a ver

<qué nombre le pondrías tú al caballo> [% interro gativo] si le tuvieras que poner un nombre .

6. *ZHE: caballo ? 7. *INV: mhmm@fp tú tienes algún caballo ? 8. *ZHE: caballo ? 9. *INV: sí , tienes tú ? 10. *ZHE: yo # no tengo caballo. 11. *INV: no tienes caballo muy bien , aquí en este dib ujo ,

qué es lo que se ve ? 12. *ZHE: en dibujo +... 13. *INV: explícame un poco qué es lo que hay . 14. *ZHE: el dibujo encontrar [/] encontrar con [/] con toro. . 15. *INV: toro no . 16. *ZHE: con el toro . 17. *INV: no, es una vaca . 18. *ZHE: vaca xxx . 19. *INV: un caballo , una vaca, y este animal de aquí sabes lo

que es ? 20. *ZHE: xxx pájaro . 21. *INV: muy bien un pájaro . 22. *ZHE: sí un pájaro en [% se interrumpe la grabación ] . 23. *INV: muy bien . 24. *ZHE: el pájaro xxx de caballo . 25. *INV: mhmm@fp <qué es lo que le dice el caballo a l a vaca>

[% interrogativo] <no sabes> [% interrogativo] mi ra, mira que es lo que hace luego salta xxx entonces <qué es lo que hace el caballo aquí> [%interrogat ivo] qué es lo que crees que le puede decir ?

26. *ZHE: el caballo cerrado, el caballo, éste se llama cerca? 27. *INV: sí se llama cerca .

El estudio: la adquisición del Sintagma Determinante en español L2 y LE

313

28. *ZHE: el caballo cerrado en [/] en [% se interrumpe la grabación] .

29. *INV: el caballo salta la cerca , salta la valla, q ué es lo que crees que piensa el pajarito ?

30. *ZHE: la vaca . 31. *INV: esta vaca de aquí está preocupada cuando salt a el

caballo ? 32. *ZHE: almina almina [?] . 33. *INV: mhmm@fp . 34. *ZHE: vaca en [% se interrumpe la grabación] . 35. *INV: muy bien y en el otro dibujo éste de aquí, po r qué se

ha roto la valla ? 36. *ZHE: xxx . 37. *INV: <qué es lo que ha pasado aquí> [% interrogati vo]

entiendes el dibujo, no ? 38. *ZHE: caballo con vaca en [/] en campo [?] . 39. *INV: mhmm@fp y ha saltado, entonces se ha roto la valla y

el caballo <qué le ha pasado a este caballo> [% interrogativo] # el caballo se ha caído .

40. *ZHE: se ha caído . 41. *INV: se ha caído al suelo entonces como el caballo se ha

caído viene la vaca y hace de médico, qué es lo q ue hace la doctora vaca?

42. *ZHE: este caballo xxx <dor dor> [//] dolor . *INV: muy bien tiene dolor mhmm@fp .

43. *ZHE: entonces vaca es [/] es el médico y el pájaro es e:nfermero .

44. *INV: muy bien y <dónde tiene la herida el caballo> [% interrogativo] dónde se ha hecho daño ?

45. *ZHE: <en pi pi pierná> [//] en pierná [/] pierna .

[ZHE (BAR), 1, 1] 42

La forma en que, por ejemplo, se hace la primera mención del caballo es ya digna de

considerarse por cuanto, si bien el demostrativo no resulta agramatical en ese contexto

(no está como tal considerado en la codificación) su empleo es, por innecesario, dudoso.

Es decir, la referencia la referencia deíctica no es necesaria puesto que no hay varios

caballos entre los que el hablante deba señalar al interlocutor a cuál se refiere. Tras esta

primera mención, se suceden las inserciones de artículo (línea 26, línea 28) y las

omisiones de una forma casi aleatoria (línea 38) e incluso vuelve a emplearse el

demostrativo (línea 42) para introducir, de nuevo, al mismo referente unívoco. La

referencia al resto de los sustantivos que aparecen en el texto presenta, como se ve en el

42 A nuestro juicio, además, que ZHE está haciendo uso de dos tipos de criterios a la hora de ‘decidir’ qué emplear, como si su producción no dependiera exclusivamente de su nivel de competencia sino que, de alguna forma, en el momento en que se recoge la entrevista operara algún tipo de monitor à la Krashen (1977) que editara su producción. Tal editor sería responsable de que ocasionalmente el hablante recoja del discurso de su interlocutor la opción que va a emplear y ello le haga, por ejemplo, insertar el determinado en la línea 16 tras la rectificación de vocabulario por parte del entrevistador que el sujeto interpreta como corrección gramatical. Tal fenómeno no nos parecería, en realidad, sorprendente dada la situación en que tienen lugar las entrevistas, en el contexto institucional donde acuden a sus clases de español.

Capítulo V

314

ejemplo, una conducta similar. Sin descartar la existencia de una regla que regule el uso

del artículo en la gramática de este hablante hasta la fecha no hemos podido delimitarla

o detectar los criterios que la definen.

Según esto, para nosotros, la conducta de hablantes de estas características con respecto

a los artículos determinados puede calificarse como de sistemáticamente variable, y ello

se traduce en la alternancia entre producción y omisión del artículo y en la existencia de

una forma ZERO que es empleada por defecto cuando la omisión del artículo no se ve

legitimada por el contexto oracional y/o discursivo, apoyándose con ello la propuesta de

Robertson (2000).

La omisión de clíticos es, por el contrario, un fenómeno de distinta naturaleza debido,

principalmente, a que estamos ante elementos cuya aparición supone a veces (es el caso

de los dativos benefactivos y de los acustativos) la sustitución de un SD pleno aparecido

con anterioridad y, en ese sentido, constituye una ‘opción’ por parte del hablante. Ya en

la sección 5.1 se habló del modo en que varía el volumen de producción global de

artículos y clíticos entre los grupos no nativos y el grupo control, observándose siempre

una diferencia significativa (p > ,05) entre el volumen total producido por los controles

y los grupos experimentales, si bien en el caso de los artículos no se daba un fenómeno

paralelo. En su momento decidimos interpretar este dato en virtud del abandono de una

estrategia de evitación que aumenta el número contextos de uso de clíticos, aunque ello

implique también un mayor número de omisiones. Por otro lado, también sabemos, a

partir de la discusión de posibles grados de dificultad en los clíticos pronominales, que

algunas de estas formas (concretamente acusativos y dativos benefactivos) resultan más

problemáticas que otras. Sin embargo, la influencia de la L1 también es, en este sentido,

importante en los datos de nuestros sujetos ya que o bien proceden de lenguas (como las

orientales) en las que es posible realizar objetos nulos, o bien, en el caso de los

bilingües inglés-francés sus sistemas pronominales disponen o de elementos fuertes que

se fusionan en posición de argumento como en inglés (tal y como lo harían los

correspondientes sintagmas plenos) o de elementos proclíticos en el caso del francés.

Las comparaciones entre los dos grupos experimentales, como vimos con anterioridad

en este mismo capítulo, nos indicaban la presencia de diferencias significativas (p <

0,05) en las omisiones de artículos, pero no así en las de clíticos. ¿Cómo se concreta

este dato en la producción de los sujetos?

El estudio: la adquisición del Sintagma Determinante en español L2 y LE

315

Consideremos en primer lugar los ejemplos procedentes de la producción de BAR (61)

y (62) reproducidos aquí como (124) y (125) y que afectan tanto a dativos

experimentadores, como a benefactivos y a acusativos. Es de destacar, sin embargo, que

la mayoría de omisiones de clíticos que aparecen en la producción de BAR están

relacionadas con el aprendizaje léxico de verbos concretos que funcionan como

pronominales en el español nativo; se ilustra lo anterior en los ejemplos (126) a (130):

(124) *LIN: campo [//] en la campo [*] <en # y pája ra en> [//] pájara y carro también en la campo [*] pájaro mir a caro # eh@fp # caballo # ehm@fp porque ____ bacal lo _____ gusta, gusta # qué es esto? [LIN (BAR), 1, 1]

(125) *ZHE: sí eh@fp, el gato quiere subir arbo [// ] árbol en casa del pájaro y xxx eh@fp # abajo del árbol ta mbién hay un perro cuan [/] cuando cuando gato llega a casa de pájaro el perro # ____ morde +... [ZHE (BAR), 4,1] (126) *LIN: <a las seis> [/] a las seis padre y mad re levantamos [/] # levantamos y <las seis> [//] a las seis do s <hijas hijas y hijos> [//] hija y hijo ____ levantamos también # luego padre [/] # ehmm@fp # padre +... [LIN (BAR), 3, 1]

(127) *MIA: la mañana seño:r levanta .

*INV: mhmm@fp . *MIA: seis horas, sí seis hora ? *INV: sí a las seis . *MIA: mhmm@fp levanta de: +… *INV: es un señor y es una señora . *MIA: señora: ehmm@fp de seis hora levanta de por la

ducha y éste de ah@fp, éste de qué, de camisa o q ué ? [MIA (BAR), 3, 1]

(128) *INV: Pedro se fue de la fiesta porque tenía que estudiar, por qué: ?

*ZHE: <por qué fue a Pedro> [/] por qué Pedro fue la fiesta? [ZHE (BAR), 3, 2]

(129) *LIN: poco más tarde , <a las seis> [//] a la s siete <los hios los hijos> [/] los hijos levantáis .

[LIN (BAR), 3, 2] (130) *ZHE: eh@fp a las once en punto él ac [/] acu enda [?] <a>

[/] ____ acuesta a cama dormir porque mañana tamb ién tiene que trabajar. [ZHE (BAR), 3, 14]

En el caso de OTT también es posible, como ilustran los ejemplos de (131) a (135),

encontrar verbos pronominales que se conjugan sin el elemento clítico correspondiente

dando lugar a oraciones agramaticales. En última instancia, el abandono de estos verbos

a favor de piezas léxicas que no requieren del clítico deriva en el empleo de verbos

Capítulo V

316

alternativos acuñados por transferencia directa desde el francés que pueden o no

funcionar en español con el mismo sentido como demuestran (136) y (137).

(131) *PHI: A las nueve, el señor Juan está # +... *INV: Se está duchando. *PHI: _____ Está duchando ____ . *INV: Sí:! [PHI (OTT),2, 1]

(132) *INV: Dibujo tres, El novio dijo +...

*LUC: que sí quería casar ____# la chica. [LUC (OTT), 3, 4]

(133) *INV: Este señor les dice +...

*NIC: donde sentar ____. *INV: Estos son los señores +... *NIC: <que quieren> [/] que quieren saber <sentar, sentar>

[//] dónde sentar ____. [NIC (OTT), 3, 2]

(134) *INV: Bien, nueve, Ana y Roberto se conociero n en París, They met in Paris, Ana y Roberto se conocieron e n París.

*CLA: eh@fp xxx dir [///] ____ conocieron? *INV: They met, met, To meet? *CLA: Ah@fp meet oui, don ____ co: [/] cono:cieron ? [CLA (OTT), 2, 1]

(135) *INV: Ok, Pedro se fue de la fiesta porque te nía que estudiar, por qué: +...

*JOA: Por qué _____ fue de la fiesta. [JOA (OTT), 3, 1]

(136) *TRI: <Por qué Juan va a su casa> [% interrog ativo] por qué Juan partió de la fiesta? [TRI (OTT), 3, 3]

(137) *JOS: Cuando María salió de su apartamento __ __ encontró

una amiga. [JOS (OTT), 5, 3]

No obstante, y en comparación con lo que se observa en BAR, en OTT aparecen con

mucha más frecuencia casos en los que la omisión nace directamente de la evitación de

estructuras de doblado y/o de combinaciones de clíticos que, por otra parte, no siempre

resultan obligatorias, tratándose así de omisiones, al menos, discutibles. En relación con

este último caso y como vemos en los ejemplos (138) a (141) a continuación, la omisión

(o la evitación) afecta siempre al clítico se, tan numeroso e indefectiblemente implicado

en las combinaciones de clíticos del tipo que se analiza en 5.6.5. Además, la omisión

puede afectar a uno o a dos clíticos como es el caso del ejemplo que aparece en (142):

(138) *INV: Se la ha enviado un amigo o una amiga? *JOS: Una amiga <le le enviado> [//] ____ le ha env iado. [JOA (OTT), 4, 1]

El estudio: la adquisición del Sintagma Determinante en español L2 y LE

317

(139) *INV: Les vas a pedir el libro de inglés? *JOA: # <Je doit repondre la question> [% interroga tivo] #

Sí <lo voy> [//] no, lo voy a pedirle. [JOA (OTT), 5, 2]

(140) *INV: Yo le he regalado el libro a ella, Se l o he regalado,

sí o no? *TRI: Sí, le ____ ha regalado a ella. *INV: Se lo regalé? *TRI: Probablemente que sí. *INV: Envié un telegrama a mis padres, Les envié el

telegrama a ellos? *TRI: Sí, usted ha envié un telegrama a sus padres. [TRI (OTT), 4, 2]

(141) *INV: Le voy a dar un libro a tu profesora, S e lo voy a

dar, sí o no? *NIM: No, sí [% no entiende]. *INV: Yo le he regalado el libro a ella, Se lo he r egalado a ella, sí o no? *NIM: Sí, ____ lo regaló. *INV: Envié un telegrama a mis padres, les envié el telegrama a ellos? *NIM: Sí, ___ les envié. [NIM (OTT), 4, 2]

(142) *INV: Le voy a dar el libro a tu profesora, s e lo voy a dar, sí o no?

*FAL: Yo ____ ____ voy a dar, sí. [FAL (OTT), 5, 2 ]

En nuestra opinión, que estas estructuras sean origen de omisiones con más frecuencia

en los anglofrancófonos que en los hablantes de L1 chino se debe simplemente a que

estos últimos no llegan siquiera a encontrarse en situaciones de producción de

estructuras similares y que, llegado el caso, emplean estrategias alternativas de evitación

relacionadas principalmente con la repetición de sintagmas plenos.

Como vimos en la sección 5.4.1.1, las sobreproducciones tienen una escasa presencia en

el corpus y pueden en su mayoría explicarse aludiendo a procesos de transferencia

desde la(s) L1(s) de los hablantes. La presencia de sobreproducciones no mostraba

diferencias significativas para ninguno de los grupos (p > ,05) y, tal y como se apuntaba

en la mencionada sección, parece, para los dos grupos, relacionada con el aprendizaje

léxico individualizado de estructuras y formas concretas y, sólo en el caso del grupo

OTT, con la transferencia de la(s) L1(s). Los ejemplos que figuran a continuación sólo

pueden explicarse si hablamos de transferencia: en relación con el empleo del expletivo

que en francés precede a los nombres de países, véanse (143) a (145); y casos que

Capítulo V

318

remiten a verbos pronominales en francés cuya transferencia directa deriva en

secuencias agramaticales son los de (146) a (148):

(143) *INV: Conoces muchos países?

*NIC: Sí, la Francia y los Estados Unidos, # y yo q uiero visitar le Venezuela. [NIC (OTT), 4,2]

(144) *JOA: eh@fp no mucho, pero, eh@fp, hay, conoc ió a Venezuela

y [/] y cómo se dice, la Pologne? [JOA (OTT), 4, 2] (145) *NIC: Mi padre ha trabajado sobre un proyecto # sobre la

Palestina la semana pasada, [NIC (OTT), 5, 3] (146) *JOS: Porque es el fin del día, Y ahora puede <se rest>

[//] se descansar y hacer la cena por su familia. [JOS (OTT), 2, 2]

(147) *INV: Te gustaba bailar cuando tú tenías cinc o años? *LUC: No me recuerdo pero no creo que bailaba mucho cuando

tenía cincos años. [LUC (OTT), 1, 3]

(148) *JOS: Hola, María, cómo te vas ? *JOS: Cómo se pasó las vacaciones ? [JOS 2, 1]

Naturalmente, la aplicación de estrategias de transferencia puede dar lugar a secuencias

agramaticales (como las de los ejemplos) pero también gramaticales, si bien, como es

lógico, las primeras son mucho más fáciles de detectar. El ejemplo que incluimos en

(149) podría ilustrar tal concepto por cuanto resulta extraño a oídos nativos que no

podrían, sin embargo, tacharlo de agramatical o imposible; de hecho, sólo resulta

‘extraño’ si sabemos que ha sido producido por un hablante no nativo:

(149) *JOS: Todos los días va a pasearse [?] sola e n el parque. [JOS (OTT), 1, 2]

Más adelante, en el capítulo de conclusiones, volveremos a considerar la singularidad de

éste y otros ejemplos similares.

5.5.2 Discordancia de género y número

Aunque, como sabemos, por lo que respecta a tipos concretos de errores la

naturaleza de estos datos no permiten la aplicación de pruebas estadísticas de contraste,

un acercamiento a la forma en que se distribuyen los errores de género y número en uno

y otro grupo nos muestra cómo ambos rasgos presentan un comportamiento distinto en

El estudio: la adquisición del Sintagma Determinante en español L2 y LE

319

los dos grupos experimentales y cómo esta diferencia de algún modo se desdibuja de la

primera a la segunda etapa; tengamos, eso sí, siempre en cuenta que lo que se afirme

para el grupo BAR en la E.2 debe ser interpretado con cautela. El género es en todos los

casos responsable de un mayor número de formas no normativas (OTT= 62,37%, BAR=

60 % del total de formas no nativas producidas).

El comportamiento de los sujetos con respecto al género, según nuestras predicciones,

favorecía en la comparación a los sujetos de OTT dado que éstos, y no los sujetos de

BAR, disponen en una de sus L1s de dicho rasgo φ. Los datos, sin embargo, muestran

en todos los grupos y etapas porcentajes de discordancia, en principio, muy similares

mostrando que la correcta asignación de género a ítems particulares es en todos los

casos la fuente de, al menos, la mitad de las formas no nativas producidas por los

hablantes. Se trata, como decimos, en la mayoría de los casos de problemas en la

selección de una forma u otra de artículo. Tanto los hablantes de BAR como los de OTT

pueden llegar a prescindir llegado el caso de la información que les proporciona la

forma del sustantivo como en (10), (12) o (13) reproducidos aquí como (150), (151),

(152). Incluso, en ocasiones, y en ambos grupos, los problemas aparecen

independientemente de si el sustantivo está claramente marcado para género biológico,

como se ilustra en el segundo ejemplo de (11), aquí (153):

(150) *INV: Qué hace María? *NIC: Ella cocina, en el cocina , no sonríen [//] s onríe +…

[NIC (OTT), 1, 1]

(151) *GAO: ellos van a vacaciones, y: luego Juan [ /] Juan coger el maleta +… [GAO (BAR) 3, 1]

(152) *NIC: Cuando fue a Nueva York he visto a un h ombre que

estaba cantando y # jugando [: tocando] # el guitarra, y # estaba en el parco […].

[NIC (OTT), 4, 3]

(153) *INV: Qué hacen estos niños? *NIM: Danzar [//] danzan, los personas danzan, el s eñor y

el señora danzan. [NIM (OTT), 1, 1]

Sin embargo, y esto sí parece marcar una diferencia ‘a favor’ de los anglofrancófonos,

los hablantes son conscientes/sensibles a la existencia de problemas de género en la E.2

de tal forma que a veces manifiestan abiertamente sus dudas acerca de la forma que

Capítulo V

320

deben producir; véanse los ejemplos (20) y (22) reproducidos a continuación como

(154) y (155) y el incluido en (156).

(154) *NIC: Esta oyendo el televisión # o la televi sión, y es +…

[NIC (OTT), 2, 1]

(155) *CLA: el caballo corre en el campo y después el caballo encuentra la vaca y el pajarito que están <del o tro de del lado> [//] del lado de la valle [?] y el caballo salta la xxx para ver el vaca y el pajar ito pero el caballo +… [CLA (OTT), 1, 2] (156) *LUC: El padre comentaba [//] no, comenzaba s u maleta la [///] durante que la madre preparaba la [//] el desayuno desayunaron rápidamente y [/] y se fuer on en <la coche> [//] el coche, Después de la coche # tomaron el tren . [LUC (OTT), 3, 3]

Igualmente parece que la exposición a los datos del input hace efecto en este grupo que

ve considerablemente reducidos los problemas de género en la tercera etapa. Eso sí,

algunas formas no nativas persisten limitadas normalmente a contextos en los que el

hablante se deja llevar por la información proporcionada por las terminaciones que

normalmente se asocian a uno u otro género lo cual, como dijimos en 6.1.1.2,

tradicionalmente provoca en español L2 la producción de formas no nativas frecuentes

como las de (157) a (160):

(157) *NIC: Y la familia tomó el tren para ir a la playa, El tren toda la familia estaba con otros hombres # Y a l a mediodía la familia come sándwich . [NIC (OTT), 3, 3]

(158) *TRI: Los chicos le gustaba mucho jugar sobre la playa y en la agua . [TRI (OTT), 3, 3]

(159) *TRI: Cuando tú vivías en Cuba te levántabas a las siete, desayunabas y fueras [//] fuiste a la playa toda s las días. [TRI (OTT), 4, 2]

(160) *TRI: La mañana yo amaneció # la día con un g rande desayuno y mi padre amanece su día con un café # con lech e .

[TRI (OTT), 5, 2]

El aprendizaje erróneo de piezas léxicas concretas como las que se emplean en (161) a

(163) también deriva en la asignación del género erróneo a sustantivos determinados.

(161) *INV: Qué época del año era? *NIC: Estabamos en la otona [: otoño]. [NIC (OTT), 4, 3]

El estudio: la adquisición del Sintagma Determinante en español L2 y LE

321

(162) *NIM: […] y a las nueve el resto de la equip a de la oficina lle [/] llegaba y trabajaban de las nueve a la un a y de las tres a las siete . [NIM (OTT), 6, 3]

(163) *LUC: aquí está el profesor ense [/] enseñand o los

matemáticos a los niños . [LUC (OTT), 4, 3]

A veces el problema está claramente motivado por el género que el sustantivo

equivalente posee en francés, la única L1 de los hablantes que dispone de género

gramatical. Véanse los ejemplos de (164) a (166):

(164) *INV: Maruja se compró un coche por treinta m il pesetas. *NIM: Cuánto pesetas # fue la coche? [NIM (OTT), 3, 2]

(165) *LUC: El padre comentaba [//] no, comenzaba s u maleta la

durante que la madre preparaba la [//] el desayu no desayunaron rápidamente y [/] y se fueron en <la coche> [//] el coche, Después de la coche # toma ron el tren . [LUC (OTT), 3, 3]

(166) *PHI: Cuál harás tú durante la fin de semana? [PHI (OTT), 6, 1]

Ocasionalmente, como en el ejemplo de (167) a continuación, el hablante fluctúa

explícitamente entre los dos géneros gramaticales e incluso, como en (168), cuando no

dispone del sustantivo en cuestión, manifiesta su ‘consciencia’ de que ambas formas

están disponibles y teóricamente podrían preceder al término del que no dispone.

(167) *TRI: <La primera, el primero> [///] la prim era día de las vacaciones, los padres de Juan y Miguel se levan ta las seis . [TRI (OTT) 3, 2] (168) *INV: Qué [% interrogativa] Qué va a buscar?

*FAL: La [//] ## el food. *INV: Comida, comida . [FAL (OTT), 1, 4]

La recuperación del género gramatical a partir del asignado a un sustantivo con el que el

clítico es correferente resulta como ya hemos visto un proceso complicado para los

hablantes de ambos grupos experimentales. A partir de la escasa producción de estos

sujetos consideramos los también escasos errores que tanto de género como de número

aparecen en los clíticos que producen con objeto de examinar si deben o no explicarse

por transferencia. En algunos casos la sustitución de formas de acusativo por formas de

Capítulo V

322

dativo, implica la pérdida del rasgo de género incluyendo el marcado del rasgo [+

animado]. Ello da lugar a algunos errores como los de los ejemplos (23) y (24) que

reproducimos aquí como (169) y (170):

(169) *NIM: María quiere saber # la fecha del exame n y Juan le dice a María que le quiere mucho . [NIM (OTT), 4, 1]

(170) *JOS: Juan le dice a María que le quiere much o. [JOS (OTT), 5, 2]

Por otra parte, la aparición del artículo femenino la supone, según nuestro análisis

previo la necesidad del hablante de marcar para género una forma que sólo está marcada

para número y caso como en los ejemplos antes aparecidos en (28) y (29). En la

mencionada sección 6.1.1.2 explicamos este fenómeno aludiendo a la posibilidad de que

los clíticos románicos sean un único fenómeno morfológico que se materializa de una u

otra forma según el número y la naturaleza de los rasgos gramaticales que se insertan en

una plantilla pronominal (Bonet 1991, 1995). Si bien no vemos la necesidad de aludir a

procesos de transferencia que pudieran justificar la inserción de una y no otra forma en

casos específicos, sí que nos parece observar en los sujetos de OTT, por contraste con

los de BAR, una cierta predisposición a detectar y/o insertar dichos rasgos, enlazando

de alguna manera con la sensibilidad que a la presencia de información gramatical, de

acuerdo con White (2003) o Montrul (2000), tienen aquellos hablantes no nativos que

disponen de tal tipo de información en su(s) L1(s). Así, la diferencia que vemos en unos

hablantes como los de OTT que sienten ocasionalmente la necesidad de marcar estos

ítems para género y/o número. En contraste con lo anterior, aparecen en los datos de

BAR ejemplos como el de (171), reproducido antes como (47), en el que el hablante se

muestra indiferente ante la información gramatical que le proporciona el contexto,

inmune a la morfología (de género o número) contenida en el discurso de su

interlocutor:

(171) *INV: me das unas galletas para [/] para come r ? *GAO: sí , tómalo . *INV: vale , gracias . [GAO (BAR), 1, 1]

En el caso de los hablantes con inglés y francés como L1, no se observan diferencias

significativas en la comparación con los controles por lo que respecta a la expresión del

El estudio: la adquisición del Sintagma Determinante en español L2 y LE

323

número y el volumen de usos erróneos es bastante reducido en comparación con lo que

ocurre con el género. El rasgo [NUM] parece presentar menos problemas (v. también

los resultados de Franceschina (1998), Gess y Herschensohn (2001), Bruhn de Garavito

(2002) y White et al. (2004)). Sin embargo, detengámonos un instante a examinar estos

resultados en detalle.

Ya se vio cómo, con respecto al artículo, sorprendía el hecho de que los hablantes del

grupo OTT presentaran un alto porcentaje (= 30,69%) de errores de número frente al

16% del grupo BAR (v. Tabla 5.51) para los que predecíamos, en comparación, muchos

más problemas con la implementación del rasgo [Num], que no tiene representación

morfológica en chino. Comprobamos en el análisis cómo la mayoría de los problemas

de número estaban en OTT relacionados con la expresión de las horas del día, estructura

en la que, por transferencia del francés, no marcaban para plural un artículo que en

español sí lleva tal marca. A nuestro modo de ver, tal fenómeno, de alguna manera,

desvirtúa la realidad de los sistemas de estos hablantes en unos datos que no permiten

atestiguar la diferencia que, al menos en este respecto existe en las IL de los sujetos de

la muestra.

Los problemas de número que, en cambio, aparecen en la producción de BAR no siguen

un patrón paralelo al anterior, no responden al uso de sustantivos o tipos de sustantivos

determinados. Si existe un motivo que justifica los problemas de marcado morfológico

del rasgo [NUM] en la IL de estos hablantes que no sea la ausencia de un fenómeno

similar en su L1 por el momento nuestro análisis no ha sido capaz de hallarlo. En los

ejemplos (172) a (174) reproducimos algunos de los ejemplos de BAR que ilustran este

tipo de discordancia:

(172) *GAO: mhmm@fp <dónde dónde> [/] dónde comprar el periódicos todos los días? [GAO (BAR), 3, 1]

(173) *INV: a los futbolistas , fútbol , les duelen los pies ,

qué les pasa a los futbolistas ? *GAO: eh@fp el pies . [GAO (BAR), 4, 1]

(174) *INV: vale , muy bien, y ahora hay una famili a limpiando el

coche, con qué lo limpian ? *ZHE: con [/] con padre [/] padre, hija y el hijos mhmm@fp,

con dos niños . [ZHE (BAR), 5, 2]

Capítulo V

324

Con respecto a la morfología de número, ya se vio que no existen en los clíticos de los

grupos experimentales ejemplos en los que se emplee plural por singular, mientras que

sí se da el fenómeno contrario. La mayoría de los ejemplos, como sabemos,

corresponden a la sobreextensión de le en contextos de plural. Este fenómeno, común

también en la producción nativa como ya se dijo, es más frecuente en términos

absolutos en OTT, aunque no os parece que pueda deberse a un fenómeno que no sea el

hecho de que la producción de clíticos es efectivamente mayor en este grupo.

5.5.3 Sustituciones

En los datos de la muestra las sustituciones como fenómeno no nativo difieren

en su grado de alcance dependiendo de si se trata de formas no nativas que sustituyen a

artículo o a clíticos de objeto. Si en el caso de estos últimos, como expusimos en la

sección 5.4.1.3, se acude siempre a otras formas pertenecientes al propio paradigma de

los pronombres del español, en el caso de los artículos, sin embargo, el hablante puede

directamente tomar prestadas formas que proceden de su L1. Ello dependerá también,

como veremos a continuación, del grupo del que se trate.

Casos de préstamo directo de formas de la L1 de los hablantes como en los ejemplos

que aparecen seguidamente sólo se dan en hablantes del grupo OTT ya que,

obviamente, los hablantes de BAR no pueden transferir forma alguna de su L1. En los

ejemplos aparecen el francés le en lugar de el, des en lugar de los o l’ sustituyendo a la,

si bien en este último caso sería quizá más conveniente hablar de una instancia de

cambio de código que afecta a todo el sintagma (l’herbe) debido probablemente a la

carencia léxica por parte del hablante. Véanse los ejemplos de (175) a (179):

(175) *INV: A ver, sigue. *PHI: <A la siete> [/] a las siete, le señor Juan e stá

eh@fp e:stá +... [PHI (OTT), 2, 1]

(176) *NIM: Le profesor preguntó a uno de los estud iantes si era Laura. [NIM (OTT), 2, 3]

(177) *INV: Te gusta viajar?

*PHI: Sí. *INV: Conoces muchos países? *PHI: No, Solamante Canadá, eh@fp yo, solamante le Canadá

y Ste Lucie. [PHI (OTT), 4, 2]

El estudio: la adquisición del Sintagma Determinante en español L2 y LE

325

(178) *NIC: Hay tres niños sontan [: cantando] des niños <tienen long> [//] tenía long <y el tres> [//] y el terce ro niños tiene, short hair? [NIC (OTT), 1, 1]

(179) *INV: qué le dice el caballo a la vaca ?

*CLH: te gusta: [/] te gusta l'herbe ? [NIC (OTT), 1, 2]

El único ejemplo similar que aparece en los datos de BAR en el que se pueda hablar de

transferencia pertenece a la producción de DAN (BAR), la hablante más joven (18 años)

que transfiere de la otra L2 a la que se encuentra expuesta, otra lengua románica, el

catalán, en la que sí dispone de una forma equivalente: els, el masculino plural que

requeriría el contexto. Véase el ejemplo en (180):

(180) *DAN: por eso ya tiene hambre eh@fp por suert e ya tien [/] trae els [?] bocadillos y [/] y come mucho , aqu í está limpiando no ? [DAN (BAR), 5, 2]

De la misma forma, también los ejemplos en los que hablantes de OTT sobreextienden

el posesivo a contextos en los que el artículo expresa posesión inalienable pueden

explicarse como casos de transferencia. En este caso la L1 cuya influencia invocaremos

será el inglés dado que el francés, como el español, usa del artículo en tales contextos.

Estos ejemplos se comentarán en detalle en la sección 5.6.4.

En el caso de los clíticos, en cambio, el hablante no nativo escogerá exclusivamente de

entre el repertorio del que dispone en español y no ‘importará’ formas de las que están

disponibles en los otros sistemas a los que tiene acceso. Las únicas formas sustitutivas

que no pertenecen al sistema pronominal del castellano se han explicado anteriormente

aludiendo a la existencia de un sistema amplio pronominal románico (v. la sección

5.4.2.3). En cualquier caso, y por lo que a nuestro análisis interesa en este momento la

transferencia parece poder jugar un papel relevante desde las primeras etapas en la

producción de formas no nativas de artículo, no así en la ‘creación’ de formas

pronominales alternativas. El número de formas no nativas de clítico es menor para los

dos grupos, principalmente porque es mucho menor el volumen de producción de

clíticos (v. sección 5.1.3); de nuevo nos parece esencial postular que, en el caso de los

clíticos pronominales, están siendo empleadas estrategias de evitación que no pueden

aplicarse con los artículos (percibidos como de producción obligatoria por parte de los

hablantes ya desde las etapas iniciales). Y esto es, como sabemos, especialmente cierto

Capítulo V

326

en el caso de los integrantes de OTT quienes, ante la coyuntura de tener que producir

alguna forma de artículo equivalente a la que tendrían que producir en su L1 –de ahí

quizá su sensibilidad ante la proyección de tal categoría– recurren a formas válidas en

su lengua nativa, la más cercana a la L2 en la mayoría de los casos.

Por último, nos preguntamos si, en relación con el comportamiento del grupo BAR

cabría, si proponemos un análisis à la Robertson (2000) como el que discutimos en la

sección 6.1.2.1, defender la transferencia de un artículo ZERO [∅] que en el caso de los

hablantes de BAR se materializaría en la omisión del artículo obligatorio en español.

5.5.4 Posición

Los problemas de posición, como sabemos, son pocos, inexistentes, como se

predecía, en el caso de los artículos que no aparecen antepuestos al sustantivo. En

cambio, el uso de clíticos pronominales sí que resulta tradicionalmente problemático; en

nuestra muestra, como veremos, estos problemas pueden a veces explicarse aludiendo a

la forma en que los elementos equivalentes funcionan en alguna de las L1 de los

hablantes, al menos en el caso de OTT.

Si bien la exposición continuada a los datos del input deriva en la confluencia de la

producción de los sujetos con la norma nativa y en las últimas etapas prácticamente no

se observan problemas de posición en los datos de la muestra, el origen de los escasos

problemas de orden en los clíticos del grupo OTT de la primera y la segunda etapa

puede en prácticamente todos los casos hallarse en la transferencia en contextos

similares del orden equivalente en alguna de las L1s de los hablantes. Los ejemplos que

incluimos a continuación muestran claramente como el orden que presentan los clíticos

en estructuras en las que aparecen verbos complementados por formas en infinitivo, con

verbos semimodales o con el verbo gustar, es el empleado en francés. Esto queda

ilustrado con los ejemplos (54) a (57) reproducidos a continuación de (181) a (184). El

que aparece en (185), antes (57), es un ejemplo de simplificación típico en los sistemas

de L2 en el que, ante la carencia de la forma conjugada el hablante decide recurrir a la

forma menos especificada, la que en ocasiones se ha propuesto como forma por defecto:

el infinitivo.

El estudio: la adquisición del Sintagma Determinante en español L2 y LE

327

(181) *NIC: Juan # es dormiendo porque la televisió n no está divertida, después Juan # va en su cama y cuenta ovalojes porque no está # dormiendo, después está la mañana y Juan no quiero se levantar, después Juan se ducha . [NIC (OTT), 2,2]

(182) *NIM: A las once de la noche Juan no puede, J uan mira la

televisión y # a la una de la noche no puede dor mir y conta animales, y a las siete y media no puede, no le gustaria se leventar [NIM (OTT), 2,2]

(183) *NIM: He aprendido <una buena danza> [//] # u n bueno baile y me gustaría te le mostrar , [NIM (OTT), 6,2]

(184) *LUC: El señor, el señor mira la televisión y se enduerme, duerme [//] dormir # el es <en su> [/] en su mes a y no puede dormir, en [/] en la mañana, él [/] él no quiere se levar pero después se lave él y come e l desayuno +… [LUC (OTT), 2,1]

(185) *TRI: […] el teléfono todo el tiempo está son ando [?]

sonando [/] y yo no puedo escuchar el teléfono pe ro él puede y mi madre no quiera # no quiere el fact o del teléfono so ella acostarse en el otro dormito rio so ella no puede escuchar el teléfono. [TRI (OTT), 4, 1]

Como ya se dijo en la sección 5.4.1.4, casi no aparecen problemas de orden en la exigua

producción de clíticos del grupo BAR y ello apoyaría, de nuevo, una explicación para

los casos anteriores basada en la transferencia lingüística. Los que aparecen en (186) y

(187), que reprodujimos antes como (59) y (60), son los únicos problemas de orden

registrados en dicho grupo y fueron descritos en secciones anteriores aludiendo tanto a

posible estrategia de simplificación que opta por el infinitivo en sustitución de una

forma conjugada más ‘complicada’, como a un proceso característico de IL que

encuentra problemas a la hora de eliminar la copia postverbal de un clítico que se

mueve delante del verbo desde su posición canónica de objeto (para análisis más

detallados, véanse las secciones 5.4.1.4 y 5.6.5):

(186) *INV: mhmm@fp muy bien, esta mañana he llamad o por teléfono a María .

*LIN: # <a qué hora> [/] a qué hora la [?] llamar x xx ? [LIN (BAR) 3, 1]

(187) *INV: mhmm@fp muy bien, ah@fp me compraron un regalo muy

bonito . *ZHE: # <tú crees eh@fp que me tú> [//] tú parece [ /]

pareces me comprarme este regalo ? [ZHE (BAR), 3,1]

Capítulo V

328

Por último, antes de cerrar esta sección, y con respecto a la forma en que se ordenan los

elementos en las estructuras nominales del grupo BAR, nos gustaría comentar algunos

ejemplos recogidos en la muestra que si bien no presentan exactamente un problema de

posición que afecte a un artículo determinado, sí que a nuestro juicio, presenta una

configuración que habrá de explicarse aludiendo a algún tipo de proceso de

transferencia. Consideremos en detalle los casos que incluimos a continuación en (188)

a (189):

(188) *MIA: sí, xxx mismo pero habla un poquito di ferente , pero letra , pero Japón de periódico, pero <por la po r ocho> [//] por ocho +... [MIA (BAR), 4, 1] (189) *INV: español es muy difícil ?

*MIA: sí: . *INV: más que japonés ? *MIA: sí: . *INV: sí ? *MIA: porque: eh@fp de lo japonés letra . [MIA (BAR ), 4, 1]

(190) *MIA: para mi país su nombre es de pirámide n ombre, e:so, español de qué ?

*INV: triángulo . *MIA: triángo . [MIA (BAR), 6, 1]

(191) *LIN: a las doce y por la noche en la casa es cuela

: escucha] [?] del radio . [LIN (BAR), 6, 1]

(192) *LIN: # Juan y Pedro terminar e [?] clase # J uan y Pedro <terminar de de clase> [//] # termináis de la cl ase e sacáis de libro, después , jugar, cómo te dices ?

[LIN (BAR), 3, 1]

(193) *INV: esta historia donde hay un pájaro unos pollitos eh@fp [% interrogativo] unos pajaritos , un gato y un perro que aparece por aquí, vale ?

*ZHE: mhmm@fp madre de pájaro tiene tres # pajarito s . [ZHE (BAR), 4, 2]

(194) *ZHE: ahora pájaro madre [?] comida para niña s en [/] encuentra, vuelve [/] vuelve . [ZHE (BAR), 4, 1]

La transferencia del Sintagma Asociativo del chino no sólo se refleja en la ausencia de

artículo sino que afecta a la forma en la que se estructura el sintagma resultante, y esto

es así tanto por lo que respecta a la forma que presentan como en lo referente al sentido

que se le otorga. Sabemos por la descripción proporcionada en el Capítulo IV, que en la

expresión de la posesión, entendida en un sentido amplio que incluiría usos partitivos,

una de las posibilidades en chino es el uso de un sintagma clasificador que presente el

El estudio: la adquisición del Sintagma Determinante en español L2 y LE

329

siguiente orden: ‘(poseedor +) partícula de + cosa poseída’. En los ejemplos anteriores

encontramos instancias no sólo de de en una estructura posesiva canónica que en (188)

y (189) expresa nacionalidad o procedencia o la denominación de las cosas en (190),

sino también casos, como (191) o (192), en los que se emplea como una especie de

comodín en un uso casi partitivo. Del mismo modo, los dos interesantes ejemplos que

aparecen en último lugar (193) y (194) ilustran bastante bien el problema que constituye

aquellos casos en los que se duda, se juega con la transferencia de la L1 y el input de la

L2 para expresar un mismo contenido: en ambos casos lo que se intenta decir es la

madre de los pájaros o la mamá pájaro. Bien es cierto que, como suele ocurrir en los

datos de este grupo, la forma y el contexto en que se da este fenómeno es poco

predecible y que, del mismo modo, parece una estrategia más común en unos hablantes

que en otros. En este sentido nos gustaría recoger el caso de una de las hablantes del

grupo que parece especialmente ‘sensibilizada’ ante el hecho de que en español exista

una forma tan similar a una existente en su L1. Lo cierto es que en la producción de

MIA de se sobreextiende a multitud de contextos: algunos son lícitos en español, otros

no e incluso para algunos de los contextos tampoco la transferencia es capaz de explicar

la inserción de la susodicha forma. Pareciera como si, por así decirlo, la hablante

estuviera empleando esta partícula como una especie de comodín que aparece de forma

casi aleatoria en su discurso. El extenso ejemplo de (195) intenta ilustrar lo anterior.

(195) *MIA: señora: ehmm@fp de seis hora levanta de por la ducha. *MIA: y éste de ah@fp, éste de qué, de camisa o qué ? *INV: sí es para salir de la cama. *MIA: ah@i salir de cama: . *INV: sí, porque hace frío . *MIA: sí, sí, sí, mhmm@fp # este de niño, niño eh@f p [%

interrogativo], muy contento , siete hora levanta d e: +...

*INV: hola xxxx [% se dirige a alguien que entra a la habitación] .

*MIA: de siete levanta muy contento en dos eh@fp [% ríe] xxx muy normalmente [?] de: siete hora dormido eh @fp?

*INV: mhmm@fp . *MIA: de: la escuela nueve hora no es muy rápido , es [?]

muy pronto, eh@fp ? *INV: mhmm@fp . *MIA: para viaje , oh@i este de padre de: [/] de ma letas . *INV: mhmm@fp . *MIA: de camisas , todo, de madre trabajado para de sayuno. *INV: mhmm@fp . *MIA: de: <uno trozo> [/] uno trozo para todo, . *MIA: y después madre éste de cafe para padre y jun tas

comer desayuno […] pero: Mallorca ahora de hospital . *INV: pensión .

Capítulo V

330

*MIA: ah@i pensión, pensión […] se [//] ese cara po co [//] un poquito de: serie .

*INV: serios . *MIA: serios, sí. […] *MIA: ah@fp [% ríe] ah@fp , viaje mucho dinero +... *INV: mucho dinero . *MIA: salido, eh@fp [% interrogativo] mucho: . *MIA: pero padre pensando oh@i de: por ejemplo fábr ica de

trabajado , . *MIA: éste madre pensado, . *MIA: <son niño> [//] ah@i no, es el niño de: pensa do de

viaje muy cintiento de jugado de éste de: +... *INV: arena . *MIA: arena, padre de pensado libro , . *MIA: dentro de: <que se que sea que es> [///] madr e

pensando muy bueno tomar sul […] .

Nuestra intuición es que la existencia en español de una forma (la preposición de) que

sirve para expresar diversos tipos de posesión y que es morfológicamente idéntica a la

partícula del chino que se emplea en los sintagmas clasificadores confunde, despista a

un hablante principiante de estas características que en ocasiones, otorga erróneamente a

dicha preposición las mismas propiedades que a la forma homófona del chino, si bien en

el caso del ejemplo, la confusión provoca la producción de instancias que no pueden

explicarse tampoco aludiendo a procesos de transferencia.

5.5.5 El papel de la transferencia lingüística: la naturaleza de las formas no

nativas. Sumario

Según lo observado hasta aquí, pues, los sujetos de cada uno de los grupos

experimentales de la muestra presentan un comportamiento diferente por lo que a la

transferencia de la L1 se refiere, a saber: los sujetos de OTT pueden efectivamente

reconocer en los artículos y los clíticos del español al núcleo de un SD (configurado al

principio a partir del equivalente en sus L1) y sólo presentarán, en las etapas iniciales,

problemas de representación morfológica y/o de aprendizaje léxico que se solventan en

el contexto por medio de la transferencia o de la acuñación de nuevos elementos o

problemas de orden de palabras que desaparecen en etapas posteriores. En el caso de los

hablantes chinos es difícil proponer que, al menos para las etapas de las que

disponemos, se llegue a asumir que se trata del mismo elemento. Si seguimos lo

propuesto desde posturas como la de Montrul (1998) y la influencia de la L1 es

El estudio: la adquisición del Sintagma Determinante en español L2 y LE

331

efectivamente característica de las primeras etapas de aprendizaje de la L2, es de esperar

que en estadios más avanzados de IL ambos grupos presenten una conducta más o

menos uniforme; no obstante, para poder afirmarlo así, obviamente, necesitaríamos

contar con más datos, no sólo de dichos momentos sino de la misma E.2, tan escasa y

por ello tan cuestionable desde el punto de vista del análisis.

Los resultados aquí presentados apoyarían propuestas como las de Gess y Herschensohn

(2001) o Bruhn de Garavito y White (2002) según las cuales la refijación de un valor

dado a un rasgo que está activado en la L1 es un proceso menos costoso, menos

complejo que la incorporación o activación de un rasgo que no está presente en la L1.

Igualmente estos datos también irían en la línea de aquéllos análisis –como los de White

(2003) y (2007), Bruhn (2001) o Montrul (2000)– para los que la existencia de

morfología flexiva en la L1 sensibiliza de alguna manera al hablante con respecto a su

presencia explícita en la L2. Ello favorecería claramente al grupo OTT frente a BAR y

eso es exactamente lo que se observa en nuestros datos.

Por otro lado, los datos también nos muestran cómo en este tipo de producción, este tipo

concreto de hablantes hace primar al significado por encima de la forma; así, una vez

conseguido el objetivo primero, la comunicación, la corrección, entendida en este caso

como la proyección de categorías que marquen la definitud o el establecimiento de la

concordancia en el SD, se ve relegada a un segundo plano. En relación con lo anterior,

hemos proporcionado y comentado ejemplos en los que, en repetidas ocasiones, los

hablantes de BAR se muestran prácticamente inmunes a las pistas morfológicas que les

proporciona el contexto (v. también Lin 1995).

Con respecto al estadio inicial del sistema del SD predijimos que el sistema del español

de nuestros hablantes del grupo OTT estaría determinado por la presencia de un SD

proyectado de un modo equivalente a como esta categoría está proyectada en sus L1

(también indoeuropeas). Por el contrario, la gramática del español de los hablantes del

grupo BAR carecería de semejante proyección y, en su lugar, presentaría inicialmente

un Sintagma Clasificador (SCL) paralelo al que existe en chino que, con el tiempo y tras

la exposición de los datos del input y/o la evidencia negativa que suponen las clases de

español a las que asisten, sería sustituido/reestructurado como un SD al uso. Si, como se

desprende de la propuesta minimista, el proceso de adquisición de las categorías

Capítulo V

332

funcionales tiene lugar a partir de dos operaciones consecutivas, a saber, identificación

de las posiciones en la estructura de frase y posterior asociación de morfemas y rasgos

(Matos, Miguel, Freitas y Faria 1995), podemos pensar que para el hablante nativo de

chino, incorporar el SD al sistema gramatical que está construyendo para el español

implicará un paso previo (la proyección de la categoría en cuestión) del que pueden

prescindir los que proceden de lenguas que sí poseen una categoría SD equivalente,

como es el caso de los sujetos del grupo OTT que, por así decirlo, parten con la ventaja

que, como mínimo, en términos de tiempo eso supone.

5.6 La aparición y el desarrollo del SD en el español nativo y no nativo

Como decíamos en la sección anterior, un planteamiento fundamentalmente

contrastivo basado en la transferencia de la L1 predeciría que los hablantes de chino

serían incapaces de dominar como nativos tanto la morfología de número como la

expresión de la definitud en español L2 dada la ausencia en el dominio nominal de su

L1 tanto de artículos como de clíticos o de flexión para género y para número.

Igualmente, en el caso de los hablantes del grupo OTT sería esperable que los SSDD

tuvieran las características de los equivalentes en su(s) L1. Sin embargo, y como ya

hemos visto, estas predicciones no eliminan la posibilidad de que en las L2 se

produzcan estructuras equivalentes a las nativas aunque para el hablante nativo tanto la

representación mental subyacente como los mecanismos de producción (automáticos

por definición) empleados siempre serían distintos.43 Puede decirse, pues, que las

similitudes entre los procesos de adquisición que de los artículos y los clíticos tiene

lugar en el caso de la L1 y de la L2 son sólo coincidencias superficiales desde el

momento en que asumimos para ambos procesos una naturaleza muy diferente.

Otra de las cuestiones que podemos plantearnos en nuestra investigación está

relacionada con el hecho de determinar si, en el momento en que un sujeto comienza a

demostrar dominio de la morfología involucrada en una estructura dada, se percata

también de las posibilidades que la sintaxis de dicha estructura ofrece. Mientras que

para algunos autores (Borer 1996, Sprouse 1998, Prevost y White 2000), la disociación

43 El problema aquí reside en cómo demostrar que puede hablarse de diferentes tipos y/o niveles de competencia a partir de datos de producción similares. Se trata, al fin y al cabo, de la diferencia que subyace a la dicotomía competencia/actuación.

El estudio: la adquisición del Sintagma Determinante en español L2 y LE

333

entre morfología y sintaxis se hace evidente en las formas idiosincrásicas que los niños

producen, para otros (Müller 1998, Vainikka y Young-Scholten 1996) los problemas

con la morfología son reflejo también de un déficit sintáctico. La determinación de la

naturaleza de esa posible relación morfosintáctica y las repercusiones que dicho

fenómeno tendría para el estudio de la adquisición de lenguas constituyen, como

decimos, la base de nuestra propuesta. Si sostenemos como válida la asociación entre

morfología y sintaxis, ¿hasta qué punto el sistema computacional del hablante no nativo

relaciona su conocimiento del paradigma del determinante español con posibilidades tan

idiosincrásicas como la producción de sustantivos nulos, la expresión de la posesión

inalienable o los artículos expletivos?

Para ello, examinamos de nuevo la producción de nuestros hablantes no nativos a la luz,

esta vez, de la segunda serie de criterios de análisis expuestos en el Cuadro V del

Capítulo IV en la formulación de nuestra tercera pregunta de investigación. Dicha

pregunta considera, recordémoslo, la comparación entre el uso y el proceso de

adquisición de artículos y clíticos en L1 y L2.

Una vez se haya comprobado que las interlenguas de los hablantes de la muestra poseen

artículos determinados empleados para marcar la definitud (o la univocidad) de

referentes específicos, y que desde las primeras etapas los elementos que para ello se

emplean son (o no) auténticas formas de determinante, nos proponemos examinar el

comportamiento de construcciones específicas que implican la presencia del artículo. El

uso productivo de fenómenos como los sustantivos nulos o de construcciones de

posesión inalienable que implican el uso de artículos expletivos, podrá proporcionarnos

información acerca del estatuto que esta categoría funcional ha alcanzado realmente en

las gramáticas de los sujetos. Igualmente, y con respecto al comportamiento que

muestran los clíticos de objeto, hemos visto en ocasiones anteriores cómo los sujetos

experimentales demuestran tener problemas con la producción de estructuras que

impliquen la aparición de más de un clítico o procesos de movimiento que implicarían

un tipo de conocimiento sintáctico concreto.

Capítulo V

334

5.6.1 Omisión y producción

El examen de las omisiones en contextos obligatorios para artículos y clíticos

revela en primer lugar la conveniencia de distinguir entre diversos tipos de omisión. La

pregunta obligada que ha de hacerse a continuación es, claro está qué distingue una no

producción de otra. ¿Cómo establecer distinciones entre elementos que no han sido

producidos? Obviamente, tales distinciones sólo podrán realizarse en referencia al

entorno en que se producen, a los contextos en los que deja de articularse uno de estos

elementos.

Y por otro lado, ¿servirán las omisiones (como elementos comunes a las gramáticas

infantiles y en las no nativas) para defender la existencia de dos procesos paralelos

aludiendo a un posible período inicial durante el cual omitirían opcionalmente el

artículo tal y como hacen los niños que aprenden el español como L1? A juzgar por lo

que dicen nuestros datos, creemos que no. Principalmente porque mientras que en los

niños nativos el período de omisión de artículo puede a los dos años darse por

finalizado, es posible encontrar omisiones ocasionales de artículo incluso en estadios

muy avanzados como la E.3 de los sujetos de OTT. Además, mientras que los niños

dejan de omitir los artículos antes que los clíticos, el fenómeno opuesto se observa en

los datos de la L2: si bien es cierto que en nuestro trabajo el escaso volumen de

producción en el caso de los clíticos no nos permite hacer grandes generalizaciones al

respecto.

Por último, es conveniente apuntar que, como se expuso en la sección 5.5.1, la

procedencia lingüística de los sujetos experimentales determina claramente si las

omisiones persisten como opción más o menos productiva en las interlenguas de los

hablantes en estadios más avanzados y no se limitan exclusivamente a fenómenos

relacionados con procesos de transferencia. Ahora bien, no creemos conveniente abusar

en la explicación de nuestros datos, y coincidimos en ello con lo expuesto por Lin

(1995), del concepto de fosilización a la hora de explicar el comportamiento de los

sujetos de BAR con respecto a las omisiones del artículo determinado, principalmente

porque carecemos de los datos necesarios para ello ya que ni nos parecen lo suficiente

abundantes, ni las etapas disponibles han sido recogidas habiendo transcurrido un

intervalo de tiempo aceptable de una a otra. En la producción de estos sujetos, además,

la omisión de clíticos en estructuras que los contienen en español nativo supone, frente a

El estudio: la adquisición del Sintagma Determinante en español L2 y LE

335

la evitación, la proyección de una categoría que en estadios anteriores no aparece

necesariamente realizada en ese contexto.

5.6.2 Aparición de protodeterminantes

En relación con la existencia de algún tipo de protoforma en la producción de los

hablantes el comportamiento observado en clíticos y artículos: no hay ninguna forma de

‘protoclítico’ para ninguno de los dos grupos experimentales, pero en contextos de

artículo sí que es posible encontrar algunos, muy pocos, ejemplos aislados de [a] y [e]

que pueden, en principio, ser examinadas como ‘protodeterminantes’. Se trata de los

ejemplos que aparecen (196) a (202).

(196) *LUC: La comida, <qué tiene> [% interrogativo ] a comida es de [/] de +… [LUC (OTT), 1, 1] (197) *INV: Mhm@fp, Parte dos, preguntas sobre la h istorieta,

dibujo uno, dónde está el caballo? *PHI: E caballo está, eh@fp en u:n campo? [PHI (OTT ), 1, 1]

(198) *INV: lee la carta ?

*LIN: mhmm@fp lee [/] lee a carta . [LIN (BAR), 5, I] (199) *GAO: subiendo a montana . [GAO (BAR), 5, I ] (200) *GAO: y: luego ellos limpiar a [?] cara y: xx x ellos [/]

ellos vuelven de la casa . [GAO (BAR), 5, 2] (201) *INV: a ver <dónde lo ves tú> [% interrogati vo] está en el campo .

*MIZ: ah@fp sí e caballo es está en campo. [MIZ (BA R),1, 1] (202) *FAL: A vaca # eh@fp a # <a el toro> [/] a el toro,

eh@fp, buenos días, <cómo te llama> [//] eh@fp # cómo # eh@fp cómo se llama? [FAL (OTT), 1, 1]

Desde la primera etapa estos ítems, que representan un escasísimo porcentaje sobre el

total de artículos producidos (0,077% en la E.1 y 0,02% en la E.2), alternan con el uso

generalizado de las formas plenas de artículo y parecen limitarse a contextos de singular

y estar convenientemente especializados para femenino [a] y para masculino [e] con la

única excepción de los dos ejemplos de (203) y (204) que figuran a continuación:

Capítulo V

336

(203) *LIN: # Juan y Pedro terminar e [eh@fp?] clas e # Juan y Pedro <terminar de de clase> [//] # tremináis de la clase e sacáis de libro, después, jugar, cómo te dices ? [LIN (BAR), 5, 2]

(204) *TRI: pero había muchas personas y a mí no me gusta a

grandes ciudades . [TRI (OTT), 2, 1]

El examen de estas formas no indica, en nuestra opinión, que se trate de

protodeterminantes equiparables a los producidos por los niños nativos sino que

estamos aquí ante verdaderas formas de artículo cuya producción ‘imperfecta’ estaría

más bien relacionada con problemas que probablemente afectan de manera global al

sistema fonológico de las interlenguas de estos hablantes. Alternativamente, bien podría

argumentarse que se tratan de vacilaciones, de meros rellenos discursivos propios del

discurso oral, de forma que e debiera analizarse como eh@fp (= pausa articulada).

Igualmente, el hecho de que en la mayoría de los casos aparezcan correctamente

especializados para género apunta a que su naturaleza no es la de los protodeterminantes

de la adquisición nativa que no desaparecen hasta que incorporan el rasgo [+ marcador

de palabra] que permite dominar considerablemente el género gramatical y/o cuando

otros determinantes además del artículo comienzan a ser empleados de forma

productiva (Rosado 2000, Liceras et al. 2002a). En los datos no nativos, aparecen casos

de discordancia de género entre el artículo y el sustantivo incluso en estadios muy

avanzados. El hablante no nativo no pasa por una etapa de desarrollo fonológico en la

cual los protodeterminantes se especializan para género; su acercamiento a los datos del

input comienza desde un punto de partida diverso (su experiencia lingüística anterior)

que implica que ya existe un repertorio fonológico desarrollado. La formación del

sistema no nativo prescinde de este proceso evolutivo y supone una reestructuración del

material previo realizada por algún tipo de mecanismo alternativo al que emplean los

niños de L1.44

A diferencia de lo que se observa para los artículos, en el caso de los clíticos, en

cambio, no aparece ni un sólo ejemplo de este tipo de rellenos monosilábicos, si bien es

44 Recordemos que lo que Liceras et al. (2002a) proponían es que los no nativos (niños y adultos) adoptan, contrastando con lo que hacen los niños nativos, una estrategia ‘de arriba abajo’ (top-down strategy) que afecta en primera instancia a estructuras mayores (sintagmas o incluso cláusulas) para sólo después ajustar localmente marcas morfológicas y/o fenómenos sintácticos (v. Capítulo III).

El estudio: la adquisición del Sintagma Determinante en español L2 y LE

337

cierto que no predecíamos su aparición pues tampoco son una opción en las primeras

etapas de la adquisición infantil de la L1.

5.6.3 Aparición de estructuras de sustantivo nulo

Las estructuras de sustantivo nulo descritas en la sección 1.2.2 del Capítulo I de

esta tesis, son aquí consideradas en la medida en que en español, y no en todas las

lenguas románicas, el artículo determinado puede legitimar este tipo de construcciones y

encabezar sintagmas en los que no aparecerá complementado por un SN sino por un

SAdj, un SP o una oración. Y es precisamente la naturaleza del artículo determinado del

español, frente a otras lenguas románicas que no los permiten en la misma medida, la

que justifica que el artículo pueda aparecer antepuesto a adjetivos, sintagmas

preposicionales (SPREP) y oraciones (SCOMP) (v. Contreras 1994).45

Desde las primeras etapas es posible hallar en nuestros datos ejemplos de sustantivos

nulos, si bien su productividad es dudosa y vendrá principalmente determinada por la

disponibilidad y el alcance del fenómeno en la L1 de los hablantes en cuestión. La tabla

5.7146 muestra los ejemplos de sustantivo nulo producidos por los sujetos

experimentales y de control.

TABLA 5.70. CONSTRUCCIONES DE SUSTANTIVO NULO. TODOS LOS GRUPOS Y ETAPAS

Grup Sustantivos nulos E.1

Sustantivos nulos E.2

Sustantivos nulos E.3

OTT

5 4 18

BAR

2 2

CON

18 - -

La observación de los, escasos, resultados que figuran en la tabla anterior nos permite

observar dos fenómenos de interés: la producción de sustantivos nulos por parte de los

45 Todos los ejemplos de sustantivo nulo que hemos recogido aquí están encabezados por un artículo determinado puesto que, más que la presencia de estructuras como ésta en el corpus, lo relevante para nosotros es comprobar si efectivamente los sujetos de la muestra son conscientes de que el artículo de español presenta tal posibilidad. El artículo determinado del catalán muestra una naturaleza y/o extensión equivalente con respecto a este fenómeno.

Capítulo V

338

grupos experimentales es, en las primeras etapas, muy reducida, casi anecdótica pero

aumenta considerablemente en la E.3 del grupo OTT, aquella en la que la producción de

artículos por parte de dicho grupo es significativamente mayor (p < ,05) que la de los

controles (v. sección 5.1.2). Además, y ello es cierto en las dos etapas que podemos

comparar para los dos grupos, en todo momento los sujetos de OTT producen más

ejemplos de este tipo que los de BAR. Los ejemplos del grupo BAR merecen una

consideración detallada, los incluimos a continuación:

(205) *DAN: ellos son estudiantes en <este día> [/] este día no quiere estudiar eh@fp por eso , los dos mhmm@fp va a jugar con fútbol y luego ellos va a ir a playa y : después a montaña # y luego # y luego eh@fp # vi ejan con autobús es la hora de: almorzar pues eh@fp l os dos comen eh@fp el bocadillo [% tose] . [DAN (BAR), 5, 1] (206) *DAN: Pepe y: Pedro , los hermanos están muy contentos

porque [/] porque ya tiene un día libre , y: los dos tira [?] los libros en la calle . [DAN (BAR), 5, 2]

(207) *INV: eres la pequeña tú ?

*ZHE: sí en mi familia yo la pequeña . [ZHE (BAR), 4,2]

Como vemos, estos ejemplos se producen, en el caso de ZHE como resultado de un

‘contexto eco’ que recoge las palabras de la entrevistadora; los de DAN (BAR), más

productivos, preceden a un numeral cuyo discutible estatuto (de sustantivo o adjetivo)

convierte a estos ejemplos en, digámoslo así, discutibles instancias de sustantivo nulo. 47

Los sustantivos nulos del grupo OTT presentan, en cambio, una naturaleza diferente,

que se limita a la construcción artículo + adjetivo en la E.1 y tiende a extender su

alcance en etapas posteriores, véanse (208) a (213):

(208) *PHI: El gato, eh@fp, intenta de, eh@fp, com [/] comer los pequeñitos? [PHI (OTT), 4, 1]

(209) *PHI: Está traído, el comienda?

*INV: Comida. *PHI: Comida a la pequeñitos . [PHI (OTT), 4, 1]

46 En la Tabla 5.70bis (Anejo 4, sección 4.2) se proporcionan las cifras individuales para cada uno de los grupos. 47 Cf. Al respecto Marcos Marín (1999) y las referencias allí citadas.

El estudio: la adquisición del Sintagma Determinante en español L2 y LE

339

(210) *TRI: los tres personas enfren # sobre el # e stá acostanse, el primero hay gafas, un jerse negro, con panta # un jerse negro de algodón # . [TRI (OTT), 3, 1]

(211) *INV: Qué hace tu padre?

*NIM: Está un funcionario. *INV: Te gusta su trabajo? *NIM: Está mejor que el de mi madre, pero no me gus ta

tanto. [NIM (OTT), 4, 2]

(212) *JOS: Excepte el que toca la guitarra, La mús ica le [/] le hace estar contento. [JOS (OTT), 1, 3]

(213) *LUC: Había una mujer que leía su libro duran te que un

señor # dormía y un tercer # jugaba de la guitarra , lo que jugaba de la guitarra cantaba también, la música ha traído spectadores +... [LUC (OTT), 4, 3]

Si bien en los ejemplos de (208) a (210) los artículos aparecen, incluyendo alguna

instancia de discordancia de género y número, complementados por formas de adjetivo

que pueden recuperar la especificación morfológica del referente, el de (211), ya de la

E.2, va seguido de un sintagma preposicional, paralelamente los que hemos

seleccionado de la E.3, de (212) a (213), preceden a un SC, a una oración. A partir de lo

anterior, puede decirse que a medida que los sujetos avanzan en su proceso de

adquisición, no sólo son más abundantes sino también más variados los tipos de

sustantivo nulo que producen los sujetos de la muestra. Si bien es cierto que, a pesar de

lo anterior, no se observa un dominio total de las posibilidades que en este sentido tiene

el artículo del español y aún aparecen secuencias como la de (214):

(214) *TRI: <El padre de los niños> [//] los padre s de los niños preparan se [: ce] que fue necesario por el viaj e y finalmente comen el desayuno y desayunan .

[TRI (OTT), X, X]

La transferencia del francés (explícita en la forma del préstamo del demostrativo ce) se

realiza directamente pues el hablante no ‘sabe’ aún que una estructura de estas

características requiere en español la presencia de artículo determinado.

Capítulo V

340

5.6.4 Expresión de la posesión inalienable: un análisis detallado

El análisis de las escasas oportunidades en que tiene lugar la expresión de la

posesión inalienable mostró en un primer momento pocas diferencias entre los datos del

grupo control y de los grupos experimentales. En esta ocasión, sin embargo, decidimos

volver sobre los datos y abordar un análisis cualitativo como ejemplo de un tipo de

análisis que trata de sondear qué hay más allá de la producción de los hablantes no

nativos, incluso, como veremos, en aquellos casos en los que las diferencias con los

nativos son poco importantes, aparentemente.

El análisis mostró la existencia de dos tipos de contextos para la producción de

construcciones de posesión inalienable: aquellos en los que es obligatorio el uso de

artículo48 y aquellos otros en los que el posesivo no resulta una opción agramatical de

modo que ambas son opciones posibles. Nos proponíamos comparar el uso que hacen

nativos y no nativos de las dos opciones disponibles en estos últimos contextos y

determinar si realmente el uso de una forma en detrimento de otra no implica algo más

que una opción más o menos libre por parte del hablante.

La forma en que se distribuyen los determinantes usados en las construcciones de

posesión de la muestra es la que figura en la Tabla 5.7149 a continuación:

TABLA 5. 71. CONSTRUCCIONES DE POSESIÓN INALIENABLE. E.1 Y E.2. TODOS LOS GRUPOS50

48 La aparición de un posesivo en contextos obligatorios de artículo sería una forma ilícita (*me duele mi cuello), estaría como tal conveniente marcada y podría detectarse en una búsqueda automática; en cambio, la distribución de formas en los casos en los que ambas opciones resultan gramaticales (me pongo el sombrero/me quito mi sombrero) tuvieron que detectarse en una segunda codificación pues no constituían ejemplos no nativos recuperables automáticamente. 49 En la Tabla 5.71bis (Anejo 4, sección 4.2) se proporcionan las cifras individuales para cada uno de los grupos. 50 Sólo se incluye en esta tabla a los cuatro sujetos de BAR de los cuales también disponemos de una segunda etapa.

Grup Art Obl. E.1

Poss Obl. E.1

∅∅∅∅ Obl. E.1

TOT

Obl E.1

Art Opc. E.1

Poss. Opc. E.1

∅∅∅∅ Opc. E.1

TOT Opc. E.1

Art Obl. E.2

Poss. Obl. E.2

∅∅∅∅ Obl. E.2

TOT Obl E.2

Art Opc. E.2

Poss. Opc. E.2

∅∅∅∅ Opc. E.2

TOT Opc. E.2

OTT 14 (73,68

%)

5 (26,31

%

0 19 10 (28,57

%

25 (71,42%)

0 35 26 (100%)

- 0 26 14 (26,41%)

39 (73,58%)

0 53

BAR 9 (75%)

2 (16,66

%

1 (8,3%)

12 10 (40%)

7 (28%)

8 (32%)

25

1 (50%)

- 1 (50%)

2 8 (34,78%)

6 (26,08%)

9 (39,13%)

23

CON

8 (100%)

- 0 8

22 (53,65)

19 (46,34%)

0 41 - - - - - - - -

El estudio: la adquisición del Sintagma Determinante en español L2 y LE

341

Los hablantes nativos presentan un 100%51 de uso de artículo en contextos obligatorios

mientras que en los contextos opcionales la preferencia por una u otra forma estaba muy

igualada (53.65% para los artículos y 46,34% para los posesivos). En los contextos

obligatorios, el grupo OTT presenta el 73,68% de artículos correctos, como en (215) y

la segunda instancia de (216), frente al 26,31 % de posesivos, agramaticales en este

contexto; véase el primer ejemplo de (216) y el de (217). En (216) el uso simultáneo del

artículo y del posesivo apunta a la existencia de una gramática que fluctúa entre ambos

usos:

(215) *JOS: No, no tienes lápices en la mano, tiene s libros . [JOS (OTT), 1, 1]

(216) *INV: […] qué les pasa a los futbolistas?

*FAL: Ehm@fp a los fut:bolistas pasa que eh@fp # su s pies [% interrogativo] # How do you say [///] What was it hurting, hurt?

*INV: Ah@fp, doler . *FAL: Le doler. *INV: Duelen. *FAL: Le duelen los pies. [FAL (OTT), 4, 1]

(217) *CLA: Con gusano en su boca, La madre se depo sa en [/] en

la árbol y eh@fp, eh@fp # y # cómo se dice nourir ? [CLA (OTT), 4, 2]

Para la E.2 el uso del artículo en los contextos obligatorios ya se ha equiparado al nativo

y los sujetos de OTT realizan un 100% de usos correctos.

En los contextos opcionales, en cambio, el comportamiento de los sujetos de OTT

difiere considerablemente del nativo ya que, en la E.1, se decantan por el posesivo en un

71,42% de los casos frente al 28,57% de artículos en contextos opcionales. En la E.2

esta tendencia se ve aun más acentuada, con porcentajes del 23,41% para los artículos y

del 76,58% para el posesivo. Los ejemplos de (218) a (220) proceden de la E.2.

(218) *FAL: En este: #, en este tiempo pasa, eh@fp, # pasó mi vacaciones en Canadá a la casa. [FAL (OTT), 4, 2]

(219) *LUC: Después del día # son muy [///] no sé c omo se dice, son muy cansados <y van al> [//] y van a la cama muy bien dormido. [LUC (OTT), 5, 2]

51 Somos conscientes de lo arriesgado que resulta hablar en términos de porcentajes acerca de un volumen de datos tan reducido pero nuestra pretensión es que se tomen únicamente como cifras orientativas.

Capítulo V

342

(220) *FAL: <Cuando se cuando es las siete> [//] c uando es las siete y media, <señor Juan ee> [//] senor Juan tapa su reloje porque <quiere dormir mas> [/] quiere dormir mas . [FAL (OTT), 2, 2]

Parece, pues, que en contextos en los que son posibles las dos opciones estos sujetos

tienden a optar por el posesivo, como si de algún modo, se resistieran a emplear el

expletivo para desginar aquello que no es ‘verdaderamente inalienable’ (por ejemplo,

una parte del cuerpo).52

La producción del grupo BAR requiere la consideración de un nuevo elemento en el

cuadro que la describe: el artículo ZERO (o la omisión de artículo) que acapara una

parte importante de los contextos. En la E.1 los contextos obligatorios de artículo son

ocupados por artículos en el 75% de los casos, por un posesivo en el 16,6% y en el 8,3%

de los contextos no aparece ningún elemento (=1 ítem). Obsérvense los ejemplos en

(221) (222) y (223):

(221) *ZHE: se cae en la […] pata . [ZHE (BAR), 1, 1]

(222) *GAO: […] pero hay un pelo [: perro] se ve es te gato <se eh@fp se ve> [/] se ve <este gato> [/] este gato se quiero <este gato> [/] este gato si así con muer do su cota , <este gato> [/] este gato corre e su [?] muerdo este cota [/] # cota , sí ?

[GAO (BAR), 4, 1] (223) *INV: Dónde tiene la herida el caballo?

*ZHE: en Ø pierna . [ZHE (BAR), 1, 1]

52 Queríamos incluir aquí un último apunte en relación con la expresión de la posesión. Los ejemplos que figuran (i) y (ii) son interesantes muestras de contextos en los que tanto el posesivo como el artículo son opciones posibles. Sin embargo, los hablantes escogen una solución de IL cuya procedencia es digna de discutirse: no procede, obviamente, del input del español nativo ni tampoco de ninguna de las L1 de los hablantes y, sin embargo, no resulta excesivamente extraña ni, como propondremos a continuación, del todo ajena a la expresión de la posesión en lenguas románicas. Tal y como vimos en el Capítulo I, lenguas actuales como el catalán o el italiano y estadios anteriores del español presentan posesivos compuestos equiparables a estos ejemplos:

(i) *NIC: Esta cantado, esta comiendo, o está leend o el periódico. *INV: Y aquí, después de desayunar, dónde va? *NIC: A # el su trabajo. [NIC (OTT), 2, 1]

(ii) *NIM: Y el día próximo ellas vien [/] vienen < a la> [/] a la vuestros casa pero no tenían mucho dinero. [NI M (OTT), 3, 2]

El estudio: la adquisición del Sintagma Determinante en español L2 y LE

343

En los contextos opcionales, más numerosos, el 40% de las veces aparece un artículo y

el 28% un posesivo. No hay ningún elemento encabezando estos contextos en un 32%

de los casos. Lo ilustran los ejemplos de (224) y (225):

(224) *GAO: pone los ropas en la maleta y prepara Ø abrig o . [GAO (BAR), 3, 1]

(225) *ZHE: y Martín vuelve en su oficina . [ZHE (BAR), 6, 1]

Por lo que respecta a la segunda etapa de BAR que presenta, recordémoslo, un volumen

de producción mucho más escaso, sólo pueden hallarse dos contextos obligatorios y

equitativamente repartidos: un artículo (50 %, 1 ítem) y una omisión (50%, 1 ítem)

(226) *ZHE: ah@fp le duelen ah@fp los pies . [ZHE, (BAR), 4, 2]

(227) *DAN: […] ha bebido mucho , por eso eh@fp y d uele un poco de estómago […] [DAN (BAR), 5, 2]

Los contextos no obligatorios muestran un uso también muy repartido de las tres

opciones posibles: un 38% del total corresponde a formas de artículo, un 26,08% a

posesivo y el 39,13% restante son omisiones. A esta segunda etapa pertenecen los

ejemplos de (228) y (229):

(228) *LIN: # eh@fp el señor recoger el ropa déjala en un a caja , sí [% interrogativo] una, caja ? *INV: maleta . *LIN: malita [//] una malita [: maleta] mhmm@fp +…

[LIN (BAR), 3, 2] (229) *LIN: su casas # <a las> [/] a las ocho el s eñor Pérez salía [/] sales su casas y llega a oficina , sus [/] sus oficina # a las nueve +… [LIN (BAR), 6, 2]

Nuestros datos revelan, pues, que el uso del artículo expletivo que requieren las

construcciones de posesión inalienable no resulta, en los primeros estadios de la

interlengua del español, demasiado problemático para los hablantes bilingües del grupo

OTT que aplican los criterios que rigen en una de sus L1. En las etapas iniciales hay

sobreextensión del posesivo en contextos de artículo (sobre todo si es el inglés la lengua

Capítulo V

344

dominante). Con el tiempo, eso sí, todos los hablantes de este grupo parecen incorporar

a su sistema gramatical el expletivo de estas construcciones. En el caso de los sujetos de

BAR, en cambio, dos tipos de elemento parecen alternar en estos contextos: las formas

canónicas de artículo determinado y el artículo ZERO (∅); para poder afirmar que

acaban efectivamente disponiendo de un artículo expletivo que emplean en las CPIs

necesitaríamos, claro está, de un mayor volumen de datos así como de datos

provenientes de estadios de adquisición posteriores. No disponemos en estos momentos

de los datos globales sobre la distribución de los posesivos pero una búsqueda

preliminar nos ha permitido comprobar que no hay en BAR omisión de posesivos en

contextos obligatorios no inalienables; además, como sabemos, las formas canónicas de

artículo y la omisión también alternan en contextos no inalienables (con Robertson

2000).

5.6.5 Estructuras de duplicación y combinaciones de clíticos

En relación con la aparición de estructuras de doblado de clíticos y de contextos

en los que estos elementos aparecen en combinación cuyo funcionamiento se describía

en el Capítulo I, sección 1.3, examinamos a continuación la producción de nuestros

sujetos con la intención de interpretar su comportamiento al respecto como indicador de

cuál es su grado real de conocimiento y dominio de las propiedades sintácticas y/o

morfológicas del paradigma de los pronombres átonos del español en construcciones tan

particulares. Las Tablas 5.72 y 5.7353 recogen el resumen de esta producción:

TABLA 5.72. DOBLADO DE CLÍTICOS. TODOS LOS GRUPOS Y ETAPAS Grupo Corr.

Dobl. E.1

Err. Dobl. E.1

Tot. Dobl. E.1

Corr. Dobl. E.2

Err. Dobl. E.2

Tot. Dobl. E.2

Corr. Dobl. E.3

Err. Dobl. E.3

Tot. Dobl. E.3

OTT 22

(48,88% 23

(51,11% 45

5 (29,41%

12 (70,58%

17

43 (69,35%

19 (30,64%

62

BAR 9 5 14 0 0 0 - - -

CON 30 1 31 - - - - - -

53 En la Tabla 572bis y 5.73bis (Anejo 4, sección 4.2) se proporcionan las cifras individuales para cada uno de los grupos.

El estudio: la adquisición del Sintagma Determinante en español L2 y LE

345

TABLA 5.73. AMALGAMAS DE CLÍTICO. TODOS LOS GRUPOS Y ETAPAS

Grup

Corr Comb

E.1

Err Comb

E.1

Tot Comb

E.1

Corr Comb

E.2

Err Comb

E.2

Tot Comb

E.2

Corr Comb

E.3

Err Comb

E.3

Tot Comb

E.3

OTT 10

(55,55%) 8

(44,45%) 18

16 (61,53%)

10 (38,46%)

26

15 (62,5%)

9 (37,5%) 24

BAR 0 0 0 0

1 (100%)

1 - - -

CON 33

33 - - - - - -

Como vimos, en las secciones 5.4.2.1 y 5.5.1 la mayoría de las omisiones de se y le

están relacionados o bien con los problemas que causan las estructuras de doblado o las

combinaciones de clíticos: ambos tipos de estructuras tienden a evitarse de forma

explícita por parte de unos hablantes, los del grupo OTT, que alertas ante la dificultad

que les supone emplean alternativas diversas que van de la omisión de uno o los dos

elementos a la repetición (no ilícita) del SD pleno que implica la evitación de uno o los

dos pronombres implicados.54 Todo lo anterior se ilustra en los ejemplos (230) a (238) a

continuación:

(230) *INV: Se la ha enviado un amigo o una amiga? *JOS: Una amiga <le le enviado> [//] le ha enviado . [JOS (OTT), 4, 1]

(231) *INV: Le voy a dar un libro a tu profesora, S e lo voy a

dar, sí o no? *NIM: No, sí [% no entiende]. *INV: Yo le he regalado el libro a ella, Se lo he r egalado

a ella, sí o no? *NIM: Sí, lo regaló. [NIM (OTT), 4, 2]

(232) *INV: Voy a enviar esta carta a María, A quié n se la envío?

*LUC: Vas a enviarla a María. [LUC (OTT), 6, 2]

(233) *INV: se me olvidó enviarle esta carta a Marí a, a quién se la tenía que enviar? *NIC: yo tenía que la enviar <a María> [/] a María pero lo he olvidado. [NIC (OTT), 6, 3]

(234) *INV: Yo le he regalado el libro a ella, Se l o he regalado

a ella, sí o no? *LUC: Sí, lo has regalado a ella. [LUC (OTT), 4, 2 ]

(235) *INV: Se la ha enviado un amigo o una amiga?

*LUC: Un amigo le la ha enviado la carte . [LUC (OTT), 6, 3]

54 Recordamos al lector que tan sólo aquellos ejemplos que resultan estrictamente agramaticales han sido considerados como usos no nativos en la codificación. Las estrategias alternativas empleadas por los hablantes en la evitación de la producción de combinaciones de clíticos aparecen como ejemplos comentados pero no contabilizados como formas no nativas.

Capítulo V

346

(236) *INV: Les vas a pedir el libro de inglés?

*JOA: # <Je doit repondre la question> [% interroga tivo] # Sí <lo voy> [//] no, lo voy a pedirle.

[JOA (OTT), 5, 2]

(237) *INV: Le voy a dar el libro a tu profesora, S e lo voy a dar, sí o no?

*FAL: Yo voy a dar, sí. [FAL (OTT), 5, 2]??

(238) *INV: Le voy a dar un libro a tu profesora, s e lo voy a dar, sí o no?

*JOS: Sí, me voy a dar un libro a mi profesora .

Mientras en el ejemplo de (230) el hablante ha omitido el acusativo, en el ejemplo de

(231) es el dativo el que deja de producirse, si bien no en todos los casos la no

producción del clítico deriva en la aparición de una estructura agramatical, eso es lo que

ocurre en (232) y (233). La omisión del dativo, se en presencia del acusativo, en

ejemplos como el de (234) en el que el SD doblado es pronominal, en cambio, sí que

produce una secuencia ilícita. La transformación de le en se en una estructuras de

combinaciones de clíticos parecen suponer un problema para estos hablantes que optan

en (235) y (236) por mantener al clítico le o, directamente, por prescindir de los dos

clíticos repitiendo o no los SDs plenos a los que éstos tendrían que reemplazar, véanse

respectivamente (237) y (238).

En algunas ocasiones, en su afán de evitar la producción de una combinación de clíticos,

los hablantes recurren no a una sino a diversas estrategias que, no obstante, consiguen

en todo momento transmitir el mensaje sin que se interrumpa la comunicación como

ilustra de manera bastante gráfica el ejemplo (239) a continuación:

(239) *INV: Yo le he regalado el libro a ella, se l o he regalado la, sí o no ?

*TRI: Sí, le ha regalado a ella. *INV: Se lo regalé ? *TRI: Probablemente que sí. *INV: Envié un telegrama a mis padres, les envié el

telegrama a ellos ? *TRI: Sí, Usted ha envié un telegrama a sus padres. [TRI (OTT), 4, 2]

El estudio: la adquisición del Sintagma Determinante en español L2 y LE

347

5.6.6 La aparición y el desarrollo del SD en el español nativo y no nativo.

Sumario

Al inicio de esta sección recogíamos los dos puntos de partida de nuestra

argumentación, casi complementarios entre sí. El primero es que estamos ante procesos

muy diferentes cuando consideramos la adquisición de la L1 y la L2; así, las similitudes

que puedan observarse son exclusivamente coincidencias derivadas por la configuración

propia de la lengua puesto que ambos procesos son de naturaleza muy diferente. En

segundo lugar, el uso y/o el dominio de la morfología que se emplea en la producción

de una estructura dada puede implicar o no poseer conocimiento sobre su

funcionamiento sintáctico (cf. Bel y Rosado 2006).

Para examinar el grado de ‘dominio sintáctico’ implicado en el uso de los artículos del

español, hemos examinado en primer lugar la producción (frente a la no producción) de

artículos y clíticos concluyendo que las omisiones de las L2 no son comparables a las de

las gramáticas infantiles debido principalmente a la extensión del período en que se

producen y al diferente comportamiento que en uno y otro caso se observa con respecto

a artículos y a clíticos. Del mismo modo, tampoco hemos encontrado en los datos de la

muestra formas que podamos considerar verdaderos protodeterminantes, o rellenos

monosilábicos, del tipo hallado tradicionalmente en la adquisición de la L1.

Con respecto a los sustantivos nulos, sí que es posible encontrar ejemplos desde las

primeras etapas, si bien la productividad del fenómeno es, cuando menos, dudosa y se

ve determinada en gran medida por la existencia de estructuras similares en la L1 de los

hablantes. En el caso de OTT, la tercera etapa, que supone un considerable dominio del

paradigma morfológico, contempla efectivamente un aumento importante en la cantidad

y la variedad de estructuras de sustantivo nulo.

Por otra parte, el análisis detallado de la expresión de la posesión inalienable demostró

que, aunque el uso de este artículo parece incorporado a las interlenguas del español,

también se constata una cierta preferencia entre los no nativos por el uso de posesivos

en contextos en los que, en teoría, las dos opciones son posibles y en los que, en

cambio, el grupo control recurre más frecuentemente al uso del artículo expletivo. De

alguna manera, ello podría interpretarse como indicio de que el grado de conocimiento

Capítulo V

348

de las posibilidades de este expletivo no ha alcanzado aún niveles nativos en estos

sistemas de IL.

Por último, y con respecto a los clíticos, y ello puede aplicarse tanto a las

construcciones de doblado o la aparición de amalgamas de clíticos, hemos visto como

tales secuencias son las que provocan la mayoría de omisiones y de problemas

relacionados con la aparición de los clíticos se y le. Un primer examen cualitativo nos

permite apuntar a la existencia de procesos de evitación explícita que sortearían la

necesidad de producir construcciones de este tipo que, consideradas como medidores

del grado de dominio sintáctico, señalan lo problemáticos que pueden resultar procesos

como el establecimiento de la referencia discursiva y/o procesos de movimiento,

eliminación de copias, etc. para los hablantes no nativos de español.

CAPÍTULO VI

CONCLUSIONES

En este capítulo recogemos los datos más relevantes de nuestro análisis para tratar de

responder a las preguntas de investigación e hipótesis formuladas en el Capítulo IV, de

tal forma que las respuestas que proporcionemos sirvan como conclusiones para cerrar

nuestro trabajo. Igualmente, y al hilo de estas cuestiones, sugerimos las posibles vías de

investigación futuras que han ido, de hecho, definiéndose a lo largo de esta tesis.

6.1 Respuesta a las preguntas de investigación y confirmación de hipótesis

Los análisis que se han descrito en el capítulo anterior nos permiten, a la luz de

la información recogida en los capítulos previos, dar respuesta a las siguientes preguntas

de investigación e hipótesis de trabajo.

Pregunta de investigación 1

¿Qué nos dicen los datos de producción del español no nativo sobre el estatuto de los artículos

determinados y los clíticos pronominales?

Un primer acercamiento a los datos de la muestra pone de manifiesto las grandes

diferencias que, entre los grupos experimentales y el grupo control, se observan con

respecto al volumen de producción: los clíticos son significativamente más escasos que

los artículos en la producción de los grupos experimentales. El análisis detallado revela

que tal diferencia está en muchos casos motivada por el uso de estrategias típicas de las

IL, en concreto, con la evitación más o menos consciente por parte del hablante de

contextos que le son problemáticos y que sortea con acierto variable.

En este sentido, la producción de formas no nativas de clíticos por parte de estos sujetos

resulta, a veces, un avance con respecto a un discurso que, aun siendo gramatical,

Capítulo VI

350

incluye estos elementos en una proporción mucho menor que el discurso nativo. Si bien

nos parece un tanto arriesgado aceptar lo anterior sin reservas y hacer generalizaciones a

partir de lo observado en la exigua producción de la E.2 de BAR, datos más robustos,

como los recogidos para OTT, presentan un cuadro en el cual el aumento de formas no

nativas está directamente relacionado con el aumento de los contextos de aparición de

clíticos.

Hipótesis 1.1

En la producción de los hablantes no nativos, el artículo determinado tendrá un

estatuto diferente al de los clíticos acusativos. Dicho estatuto favorecerá la adquisición

de los artículos frente a la de los clíticos de objeto.

La hipótesis 1.1 se ve confirmada por el análisis de datos. Al igual que lo indican

las diferencias globales, por lo referente tanto a las omisiones como a la cantidad de

usos no nativos, la diferencia entre las dos realizaciones de [D] –artículos y acusativos–

es significativa. A nuestro juicio, ello se debe principalmente a dos razones: en primer

lugar, mientras que la inserción del artículo es inevitable, en el caso del acusativo, el

hablante dispone de la opción de volver a articular el SD pleno y evitar la producción

del clítico. En futuros trabajos podría investigarse si se constata en los datos un recurso

‘excesivo’ a la repetición de estos SSDD.

En segundo lugar, y en relación con el argumento anterior, mientras que el artículo

aparece sistemáticamente antepuesto al nombre, encabezando el SD, en el caso de los

acusativos la información disponible es, en cierto sentido, confusa: su uso alterna con el

del SD pleno y el contexto en el que aparece varía según la configuración de la cláusula

en que se inserta. Todo ello constituye una desventaja para los acusativos en

comparación con los artículos (con Marinis 2003a).

Hipótesis 1.2

La posición más alta de la jerarquía de dificultad (que implica un menor grado de

dificultad de adquisición) corresponderá al clítico SE, obligatorio, correferente con el

sujeto. En segundo lugar aparecerán los clíticos dativos que obligatoriamente doblan

un SD cuyo papel temático es el de Experimentador. Los dativos benefactivos (con

papel temático de Meta) ocupan el tercer lugar. El último lugar lo ocuparán los

acusativos, cuyo especial funcionamiento como núcleo del SD, dificulta su adquisición.

Conclusiones

351

CUADRO III: JERARQUÍA DE DIFICULTAD DE LOS CLÍTICOS DE TERCERA PERSONA

i. Clítico se reflexivo/pronominal y se impersonal

ii. Clíticos dativos experimentadores (le, les)

iii. Clíticos dativos benefactivos (le, les, se)

iv. Clíticos acusativos (lo/le, la los/les, las)

La Hipótesis 1.2 se ve sólo parcialmente confirmada. Ciertamente el clítico se no

dativo es el que menos problemas presenta en los datos, si bien también dentro de este

primer grupo es preciso establecer distinciones pues se observa un diferente

comportamiento para el se impersonal y para el reflexivo/pronominal, siendo el

impersonal es el que menos omisiones y menos usos no nativos muestra. Creemos, sin

embargo, que estos datos deben interpretarse con cautela: se trata normalmente de

secuencias cuya productividad nos parece, a priori, dudosa ya que nos parece probable

que los hablantes las empleen como fragmentos no analizados. Examinar dichas

estructuras teniendo en cuenta la cantidad y tipo de verbos con los que se emplea es un

objetivo que nos planteamos de cara a futuras investigaciones.

Los pronombres anafóricos que tienen el antecedente dentro de su misma oración son

tradicionalmente de más fácil adquisición que aquellos elementos que implican el

establecimiento de la correferencia intraoracional (v. Capítulo III, sección 3.4.4.1). En

nuestros datos, efectivamente, los se pronominales y reflexivos son los más numerosos

para todos los grupos además de presentar un escaso porcentaje de usos no nativos y de

omisiones. También el examen de la expresión de los rasgos presentes en la flexión

verbal en estos contextos y de cómo estos pronombres parecen en ocasiones hacer las

veces de flexión verbal (expresando número y persona) nos parece un aspecto que

controlar y que será interesante continuar investigando.

Los dativos experimentadores producidos por nuestros sujetos tienen, como

esperábamos, un comportamiento mucho más cercano al nativo que el de los

benefactivos, en la línea de lo observado por Montrul (1998). Varias razones pueden

aducirse para dar cuenta de ello: la primera de ellas está relacionada con la prominencia

discursiva del papel temático del Experimentador que es, además, tópico de las

oraciones en que aparece y que es un papel más relevante que el de Meta, asignado a los

Capítulo VI

352

benefactivos. Podemos asumir, según los datos, que en la adquisición de la L2 es

posible percatarse de que se trata de elementos diferentes y de que discursivamente no

tienen el mismo estatuto. Igualmente, tan sólo le y les pueden funcionar como

experimentadores, mientras que la aparición del se benefactivo en combinaciones de

clíticos supone la incorporación de un elemento extra que, de alguna manera, crea un

escenario más confuso, de nuevo, con Marinis (2003a). Este se espurio es, sin duda, el

más problemático para los hablantes de español L2 y ello se evidencia tanto en las

omisiones como en las evitaciones más o menos explícitas: las estructuras que

combinan varias formas de clíticos suponen un verdadero reto para estos hablantes, que

las sortean haciendo uso de muy variadas estrategias incluso en estadios avanzados.

Sin embargo, el elemento que ocupa el último lugar de la jerarquía, el acusativo, en

contra de lo previsto por nuestra hipótesis, no resulta más problemático que el dativo

benefactivo para ninguno de los dos grupos experimentales. Se trata, eso sí, de una

producción muy escasa, que lo es especialmente en el caso del grupo BAR.

Pregunta de investigación 2

¿En qué medida la comparación entre cómo tiene lugar el proceso de adquisición de los

artículos y de los clíticos puede verse influida por la L1 del hablante no nativo en comparación

con los datos del español nativo?

Obviamente, y esto es se asume de forma generalizada desde el abandono del análisis

contrastivo indiscriminado a finales de los años sesenta, no puede proponerse que todo

lo que ocurre en la adquisición de la L2 se explica aludiendo a procesos de

transferencia, pero también es cierto que el recurso (ocasional) a la opción válida en la

L1 es un fenómeno que con más o menos frecuencia sigue apareciendo incluso en

estadios muy avanzados de interlengua.

Hipótesis 2.1

Dado que la categoría D0 no se realiza morfológicamente como tal en la L1 del grupo

BAR mientras que sí lo hace en las L1s del grupo OTT, a la hora de adquirir los artículos

y los clíticos del español predecimos una mayor dificultad para los sujetos de BAR que

para los de OTT aunque la jerarquía para clíticos establecida en la hipótesis de 1.2 se

mantiene en los dos grupos.

Conclusiones

353

Desde las primeras etapas, los hablantes de BAR demuestran tener más problemas

con artículos y clíticos que los de OTT. La hipótesis 2.1 se cumple en la medida en que

tanto la comparación del volumen de producción como de las omisiones muestra la

existencia de diferencias significativas entre los dos grupos para las dos etapas

disponibles. El contraste de la aparición de formas no nativas, en cambio, no arroja unos

resultados tan claros. Efectivamente, la jerarquía de dificultad para clíticos de objeto

discutida en relación con la hipótesis anterior se cumple para los dos grupos

experimentales.

Los datos no parecen apoyar hipótesis según las cuales, y a pesar de que se hallen

estructuras equivalentes a las nativas, estos hablantes de chino L1 serían incapaces de

dominar la expresión de la definitud en español L2 dado que es un rasgo que no existe

en su L1 (v. ‘Hipótesis de de los rasgos inasequibles’ de Eubank et al. 1997). Los

integrantes de BAR ciertamente presentan unos resultados considerablemente alejados

de los nativos, sin embargo, las diferencias entre los dos grupos experimentales no son

tantas. De hecho, y aun sin olvidar que el índice de omisión de artículos es elevado,

desde las primeras etapas se constata la presencia de artículos y de clíticos que aparecen

en contextos correctos en muchos casos. Tampoco nos parece adecuado proponer que el

déficit de estos hablantes con respecto a la expresión de la definitud sea desajuste

superficial entre el léxico y la sintaxis (Lardiere 2000, 2005) o no vaya más allá de un

problema esporádico de acceso al léxico (Prévost y White 2000).

Nuestra interpretación estaría más bien en la línea de lo defendido por White (2003) o

Montrul (2000) cuando afirman que la existencia de morfología flexiva en la L1

sensibiliza al hablante con respecto de su presencia en la L2. De ser así, en este caso

evidentemente ello supondría una gran ventaja para el grupo OTT que, frente a los

sinófonos, proyecta la categoría [D] de forma explícita en sus dos L1. Los problemas de

los sujetos de BAR no parecen estar esencialmente relacionados con la expresión del

género y/o el número, sino que aparecen, sobre todo, a la hora de ajustar y combinar

estas propiedades manifestadas explícitamente con la expresión de la definitud (v.

también los datos de Bruhn de Garavito y White 2002, Lardiere (2004), White (2007).

El resultado no es, desde luego, una gramática salvaje. La producción de BAR remite a

una gramática ajustada a los principios de la GU, que, por comparación con lo que se

observa para los datos de OTT sigue un ritmo de evolución diferente, más lento ya que,

Capítulo VI

354

de entrada, despegó de un punto de partida diferente, en este caso, uno cuya

representación gramatical carecía de la proyección funcional SD.

Hipótesis 2.2

La diferencia entre el comportamiento de los dos grupos será mayor en el caso de los

artículos por cuanto las dos L1s de OTT (que disponen de un elemento equivalente al

del español) refuerzan el uso del artículo mientras que en el caso del clítico esto sólo

ocurre con una de esas L1.

La hipótesis 2.2 también se ve confirmada por los resultados del estudio por

cuanto la producción de clíticos indica la existencia de diferencias significativas entre

los grupos experimentales y el grupo control, no así la comparación entre OTT y BAR:

ello es así tanto por lo que respecta al volumen de omisiones como por lo relativo a la

cantidad de usos no nativos. El dato más relevante en comparación con el grupo control

es, sin duda, las diferencias observadas en el volumen de producción global de clíticos,

que sólo dejaban de aparecer en el caso de los artículos de OTT.

La justificación del comportamiento de los dos grupos experimentales sirve para perfilar

la confirmación de esta hipótesis ya que, si bien es cierto que los clíticos producidos por

los hablantes de OTT no alcanzan usos nativos como sí lo hacen los artículos, a ello se

añade el hecho de que los sujetos de BAR producen un volumen de usos nativos

bastante elevado. Estamos convencidos de que tal conducta se debe a que los hablantes

tienden, en los contextos que lo permiten, a evitar este tipo de estructuras en la medida

de lo posible. Comprobar si es así y determinar si las estrategias que emplean son de

repetición del SD o de evitación global de la estructura es algo que, como ya hemos ido

apuntando, creemos necesario investigar en futuros trabajos.

Así, por lo que concierne estrictamente al grupo OTT en el contraste con los controles,

confirmamos que la presencia del artículo en sus dos L1 induce (para todos los criterios

controlados) un comportamiento más cercano al nativo que el mostrado en el caso de los

clíticos. Por su parte, en BAR, y en relación con el uso del artículo, no se observa un

patrón consistente que muestre exclusivamente la omisión de artículos: si hay algo que

se observa sistemáticamente es la variabilidad, no la omisión (en consonancia con los

datos de Robertson (2000). La omisión aparece por transferencia de la L1 y, además, lo

Conclusiones

355

hace insistentemente en situaciones de duda y/o presión comunicativa (con Lardiere

2000 o Prévost y White 2000). No creemos, sin embargo, que ello indique que la

gramática de su IL esté ausente la categoría SD. Una vez más, se impone la necesidad

de diferenciar competencia y producción en la interpretación de los datos.

Por último, una cuestión que se nos planteaba adicionalmente en la comparación entre

los dos grupos era la de considerar si el contexto mixto (natural e institucional) en el

que adquieren el español los hablantes de BAR sería capaz de compensar la distancia

lingüística que jugaría abiertamente a favor del grupo OTT. Los datos muestran que,

para las primeras etapas, el contexto de inmersión en que se hallan estos sujetos no

constituye ayuda suficiente para ellos, al menos no en las condiciones en las que tiene

lugar su proceso de adquisición. Los datos infantiles de L2 de Rosado (2000)

demuestran la importancia del input al que se enfrentan los sujetos por cuanto los

progresos de los niños que adquieren el español en un contexto en que ésta es la lengua

de comunicación son muy superiores al compararlos con aquellos niños que sólo están

en contacto con dicha lengua durante el reducido espacio de tiempo que suponen sus

clases de español; a partir del análisis de datos paralelos, Liceras et al. (2002a) y

Nicolás (en preparación) se expresan en la misma línea. Los resultados de los sujetos de

BAR son muy pobres a pesar de que, en teoría, el contexto habría de constituir una

ventaja para estos hablantes frente a, por ejemplo, los integrantes del grupo OTT.

De hecho, el escaso contacto de estos hablantes con nativos de español, las limitadas

ocasiones de interacción real en que se ven envueltos, nos hacen depurar nuestra

definición del contexto en que adquieren español ya que, en realidad, también para ellos

el input recibido se limita en gran medida al que reciben dentro del aula de E/LE (v.

Capítulo IV, sección 4.2.1.2). En nuestra opinión, la distancia tipológica entre el chino y

el español no es el único factor responsable del comportamiento de los sujetos: dadas

las características sociolingüísticas de este grupo de hablantes, la escasez del input al

que están realmente expuestos resultará un factor de gran relevancia. También este

fenómeno podría en un futuro constituir una interesante línea de investigación en

relación con sujetos de estas características.

De hecho, nos parece que las situaciones de interacción diaria en que se ven inmersos

exigen, por decirlo de algún modo, muy poco de la actuación gramatical de estos

Capítulo VI

356

sujetos. En realidad, la bibliografía sobre la L2 está repleta de trabajos de hablantes de

características similares que ‘deciden’ inconscientemente detener su proceso de

adquisición cuando han alcanzado un nivel comunicativo que les permite desenvolverse

con comodidad en el contexto en que viven. Ejemplos de lo anterior son los sujetos de

Lin (1995) o el caso paradigmático del de Schmidt (1983), en ambos casos se observaba

cómo la interacción no es suficiente para un sujeto que prioriza el contenido del mensaje

por encima de la forma. En cualquier caso, nos parece un tanto arriesgado proponer que

estamos ante sistemas fosilizados sólo a partir de este volumen de datos.

Pregunta de investigación 3

¿En qué medida son comparables el uso y el desarrollo de determinantes y clíticos de nuestros

sujetos al que se observa en la adquisición de la L1?

Nuestro planteamiento partía del supuesto de que los mecanismos de adquisición que se

emplean en ambos casos son, en esencia, de distinta naturaleza. Con anterioridad, y en

respuesta a la hipótesis 2.2, hemos señalado cómo la existencia de un problema con una

forma o estructura dadas puede en L2 verse potenciada por presiones impuestas por la

situación comunicativa. Postular algo similar es impensable para justificar fenómenos

similares en la L1 que no se ve afectada por este tipo de factores de índole externa,

emocional.

Hipótesis 3.1

Las similitudes que se observen entre la L1 y la L2 son superficiales pues el proceso

que tiene lugar es, en esencia, diferente.

Los indicadores empleados en la validación de esta hipótesis revelan la

existencia de procesos muy diferentes en el caso de los adultos de nuestra muestra y los

datos infantiles referidos en la bibliografía. En estudios anteriores (Rosado 2000,

Liceras et al. 2002a) se afirmaba que la evidencia que los niños que aprenden español

como L1 necesitan para activar el rasgo [+ marcador de palabra] son los rellenos

monosilábicos (o protodeterminantes) y que la ausencia de sofisticación fonológica que

muestran los niños es una estrategia de acceso al input ‘de arriba abajo’ de la cual no

disponen los hablantes de L2 adultos. La especificación de dicho rasgo es lo que

permite a los niños comenzar a emplear sustantivos nulos de un modo productivo. En

Conclusiones

357

nuestros datos se constata, por un lado, que no hay rellenos monosilábicos del tipo que

producen los niños y, por otro, que los sustantivos nulos no son una opción productiva

hasta la E.3 en el caso del grupo OTT cuando aparece un uso más abundante y variado

de este tipo de construcciones.

Con respecto a la expresión de la posesión inalienable nuestros datos apuntan a que

ciertamente es posible para el hablante de L2 incorporar a su repertorio el artículo

expletivo que aparece en estas construcciones. Sin embargo, en contraste con lo

observado en los datos de los controles que extienden este expletivo a posesiones no

estrictamente inalienables, su uso se limita a contextos muy específicos, principalmente,

partes del cuerpo. Ello podría interpretarse como evidencia de que estos expletivos no

poseen aún todas las propiedades de sus equivalentes nativos y que su alcance es más

limitado.

El examen de la producción de estructuras de doblado y amalgamas de clíticos no

permite demasiadas generalizaciones debido principalmente a la escasez de los datos de

los que disponemos. Hemos constatado en los datos que los hablantes de OTT sortean

dichas estructuras con más o menos acierto si bien se impone ahora la necesidad de

medir exactamente el alcance de esta evitación en contextos en los que su producción

deje de ser una posibilidad. En este sentido, es de prever que el análisis de datos

experimentales que provoquen más abiertamente la producción de dichas

construcciones pudiera contribuir a arrojar luz sobre la interpretación de estos datos.

Naturalmente, y como se confirma con relación a la segunda pregunta de investigación,

la L1 juega un papel determinante en la formación del sistema de la L2 y, sin embargo,

ello no obsta para que la producción de nuestros sujetos esté efectivamente constreñida

por la GU desde las primeras etapas, si bien el proceso seguido por nuestros hablantes

no nativos es bien distinto al que siguen los niños nativos. Una vez más, no resulta

posible determinar en qué medida la producción de una forma dada en la L2 debe

atribuirse a la influencia de la L1 o al acceso a la GU por parte del hablante o si tienen

siquiera la misma representación.

¿Cómo se caracteriza el proceso, diferente al que se sigue en la configuración de las

gramáticas infantiles, que llevan a cabo los adultos que aprenden una L2? En nuestra

Capítulo VI

358

opinión se trata esencialmente de un proceso de ‘construcción-reestructuración’ en la

línea del descrito por Liceras (1996, 2003a y b) o Lardiere (2005), según el cual estos

hablantes, a partir de lo observado en el input, reestructuran sus sistemas de IL haciendo

uso de mecanismos lingüísticos, metalingüísticos y extralingüísticos. Asimismo, y en

relación con el empleo de capacidades metalingüísticas por parte del hablante de L2 al

que Bini (1990) se refiere como la “capacidad de percibir” o no una similitud que existe

entre la L1 y la L2 y actuar en consecuencia, se ponen en marcha procesos ausentes en

la configuración de las gramáticas nativas, especialmente en hablantes como los de

OTT. Por ello, a la hora de interpretar determinados resultados (v. por ejemplo, la

respuesta a la hipótesis 2.2) hemos creído conveniente invocar el papel de factores que

no son inherentes a la propia configuración del sistema.

6.2 Consideraciones finales

Incluimos aquí una serie de observaciones y comentarios acerca de la naturaleza

general de nuestros datos que, además de cerrar nuestra investigación, nos sirven para

sugerir posibles líneas de investigación para el futuro. Se trata de aspectos que, si bien

no estaban entre nuestras propuestas iniciales, han surgido del análisis de los datos y, de

una u otra forma, ya han sido sugeridos a lo largo del trabajo.

En primer lugar, en relación con la posible existencia de una especie de plantilla en la

que se insertan los clíticos de las lenguas románicas (Bonet 1991), aspecto que

presentamos en la discusión acerca de determinados usos no nativos de clíticos, cabe

señalar cómo otros trabajos con anterioridad han puesto en relación la evolución

diacrónica de la lengua y los procesos que tienen lugar en la adquisición de la L2 con

respecto, por ejemplo, a la posición y las propiedades de los clíticos pronominales del

tipo que aquí se examina (Liceras 1985, Perales et al. 2005). En la misma línea que se

entiende que un hablante de L2 puede, a pesar de lo que observa en el input, revertir a

propiedades que un elemento tenía en un momento histórico anterior, nos parece

plausible proponer que, con relación a la configuración morfológica de este tipo de

formas, es posible emprender un proceso de características similares en virtud del cual

la inserción de rasgos gramaticales en esta plantilla morfológica puede dar lugar a

elementos ausentes del input del español pero presentes en otras lenguas románicas (v.

Conclusiones

359

5.4.2.3) . Un proceso similar podría también dar cuenta de la producción de posesivos

que en la sección 5.6.4 hemos analizado como soluciones de interlengua y que remiten a

formas posibles en otras lenguas románicas y/o en otras etapas del español (v. Nota al

pie 51 en el Capítulo V).

Por otra parte, en el decurso de la investigación, hemos venido constatando la existencia

de contextos en los que, ante una estructura problemática el hablante no nativo produce

una forma que quizá no es la que produciría el nativo pero que resulta igualmente

gramatical. Nos referimos a fenómenos como el sobreúso de demostrativos en lugar de

artículo por parte de los chinos, o de posesivos en contextos libres de posesión

inalienable por los anglofrancófonos, la inserción innecesaria de sustantivos en

contextos nativos de sustantivo nulo o las estrategias empleadas en contextos de

doblado y amalgama de clíticos. Se trata de un tipo de producción cuya aparición no

predijimos inicialmente y que nuestra codificación no detectó de forma automática, pero

que el análisis detallado de los ejemplos del corpus puso de relieve. De cara al

planteamiento de futuras investigaciones, una segunda fase de codificación debiera

incluir un proceso de discriminación que no sólo distinguiera entre usos nativos y no

nativos sino también, dentro de los usos nativos, entre grados de posibilidad de

producción de una forma dada en un contexto determinado. En el apartado 5.6.4

dedicado a la producción de estructuras de posesión inalienable, se realiza un primer

intento en este sentido. El objetivo último (y ambicioso) de un trabajo de esas

características sería definir qué es el ‘efecto no nativo’, determinar el grado de

disociación entre nativos y no nativos en aquellos contextos en los que no un único

elemento es posible y el empleo de una forma no canónica no deriva en una secuencia

agramatical. Muy posiblemente esto requeriría de la labor de jueces que decidieran

sobre el ‘grado de nativez’ de una forma, una construcción dada empleada en un

contexto determinado. Es aquí donde pensamos que el análisis contrastivo a priori tiene

mucho que decir y que los puntos de coincidencia entre la L1 y la L2 (aquellos en los

que el input no da indicaciones opuestas y, de algún modo refuerza una conducta dada)

son los que harán el discurso no nativo no natural, raro, pesado... pero no agramatical.

Se trataría de identificar, en suma, todo aquello que no puede calificarse de incorrecto y

que una codificación que ahora nos parece poco exigente no detecta.

Capítulo VI

360

Si bien las conclusiones a las que hemos llegado acerca del comportamiento de los

clíticos y los artículos del español no nativo deben tomarse con cautela debido a su

escasa representatividad en la producción de los sujetos, el análisis de datos

longitudinales nos ha permitido establecer patrones generales de comportamiento y ha

revelado tendencias muy interesantes. La comprobación de la validez de estas

tendencias a partir de los resultados de datos experimentales (de producción y/o

reconocimiento, de juicio o preferencia sobre el uso o gramaticalidad de estructuras

dadas) permitiría examinar en detalle del comportamiento de elementos que no surgen

espontáneamente en situaciones de discurso como las que hemos analizado. Igualmente

el análisis de otros datos longitudinales también contribuiría a corroborar o refutar lo

que se ha observado hasta aquí.

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ANEJO 1. CUESTIONARIOS Y ENTREVISTAS

1.1 Cuestionario de información personal. OTT (Modelo A, inglés)

Classroom L2 Beyond Parameters/Modern Languages/University of Ottawa

[1994-1995/1995-1996]

QUESTIONNAIRE 1. Name____________________________________________________ 2. Age Group (please, circle) 4-12 12-17 17 - 25 26 - 40 + 40 3. Address and telephone number _________________________________________________________ _________________________________________________________ 4. Mother's dominant language __________________________________ Father's dominant language __________________________________ 5. Language(s) spoken at home as a child _________________________________________________________ _________________________________________________________ 6. Language(s) you spoke during the first five years of your life _________________________________________________________ 7. Language(s) studied in: Primary School ____________________________________________ Secondary (high) school _____________________________________ University ________________________________________________ Other institutions __________________________________________

8. What other languages do you presently speak?

Anejo 1

386

9. What language do you feel most comfortable with at this time? ________________________________________________________ 10. What languages do you speak : - At Home_______________________________________________ - At School _____________________________________________ - At Work _______________________________________________ - When you dream ________________________________________________________ 11. Why are you studying Spanish?

- B. A. in Spanish

- Double major (i.e. Spanish and some other programme)

- Personal reasons

- Professional reasons

- Other _____________________________________________ 12. Contact with Spanish outside classroom: Present contact: - Approximate hours/week: __________________________ - Context: (e.g. friends, family, clubs,etc.): __________________ ___________________________________________________________ Previous contact:

- Have you ever visited a Spanish-speaking country? YES NO

- When? ______________________________________________________

- For how long?

Anejo 1

387

1.2 Cuestionario de información personal. OTT (Modelo B, francés)

Classroom L2 Beyond Parameters/Modern Languages/University of Ottawa [1994-1995/1995-1996]

QUESTIONNAIRE 1. Nom___________________________________________________________ 2. Groupe d' age (S.V.P. encerclez le groupe d'age correspondent) 4-12 12-17 17 - 25 26 - 40 + 40 3. Adresse et numéro de téléphone _______________________________________________________________ _______________________________________________________________ 4. Langue dominante de la mère _________________________________________ Langue dominante du père __________________________________________ 5. Langue(s) parlée(s) à la maison étant enfant _______________________________________________________________ 6. Langue(s) parlée(s) durant les 5 premières années de votre vie _______________________________________________________________ 7. Langue(s) étudiée(s) durant: L'école primaire _____________________________________________ L'école secondaire _____________________________________________ Université _____________________________________________ Autres institutions _____________________________________________ 8. Quelle(s) autre(s) langue(s) parlez-vous actuellement? 9. Avec quelle langue étez-vous actuellement le plus à l'aise?

Anejo 1

388

____________________________________________________________ 10. Quelle(s) langue(s) parlez-vous: - à la maison: ___________________________________________ - à l'école: ______________________________________ - au travail: ______________________________________ - quand vous revez:__________________________________________ 11. Pourquoi étudiez-vous l'espagnol? - Bacc. en espagnol - Double espécialization (espagnol et autre programme) - Cours obligatoire dans le programme - Raisons personnelles - Raisons professionnelles - Autre 12. Contact avec la langue espagnole en dehors de la classe: Contact anterieur: - Avez-vous déjà visité un pays hispanophone? OUI NON - Quand? ________________________________________ - Combien de temps? ________________________________________ Conctact actuel: - Nombre aproximatif d'heures par semaine: __________________________ - Contexte (amis, famille, clubs, etc...): ______________________________

Anejo 1

389

1.3 Cuestionario de información personal. BAR

Anejo 1

390

Anejo 1

391

1.4 Formulario de consentimiento. OTT (Modelo A, inglés)

Classroom L2 Beyond Parameters/Modern Languages/University of Ottawa

[1994-1995/1995-1996]

CONSENT FORM Research Project: "Classroom L2 Acquisition: Beyond Parameters". Principal Investigator: Dr. Juana M. Liceras, Department of Modern Languages and Literatures, University of Ottawa, 25 University Avenue, Ottawa, Ontario K1N 6N5, Tel.: 562-5800 Ext. 3742. Fax: 562-5138. Description: This research project is a subset of a larger research programme aimed at investigating the principles which regulate the development of child, adolescent and adult second language acquisition in formal or institutional settings. Longitudinal L2 Spanish data obtained from three different groups of learners will be analyzed in order to determine how age differences, the mother tongue and specific learning conditions influence the process of acquisition. Specific syntactic and discourse structures will be analyzed at different stages of interlanguage development in order to determine whether and in what respects second language grammars are idiosyncratic. The researcher will meet with each subject every three or four weeks for a period of 1/2 each time. The full interview will be recorded. The researcher may take notes about the subjects kinetic behaviour which may help to interpret their oral production. Subjects will be asked questions about individual pictures or puppets depicting everyday actions. They will be asked to describe comic strips, to talk about their Spanish classes and to tell stories about movies or trips. They will also be asked to repeat sentences, to complete unfinished sentences and to judge the correctness of sentences. The subjects will also be given pictures or words in order for them to be asked questions on those topics. Relevance: This study represents a significant contribution to the field of L2 acquisition because there are no longitudinal studies which investigate the acquisition of Spanish as a foreign language. We will be able to determine the specific difficulties encountered by the three age groups, their similarities and differences concerning pronounciation, word learning, sentence constructions, discourse coherence, etc. We will also be able to determine whether individual and institutional differences influence the results. Anonymity:

Anejo 1

392

It is understood that the investigator will ensure the subject's anonymity. In order to to so, interviews will be transcribed without including any personal data that could identify the subjects. Each subject will be given a number with a code and we will only refer to this number when we talk about the results. Once the data is collected and the code is assigned, we will always refer to the actual number assigned to each subject. The same procedure will be followed in the case of the instructores who are teaching our subjects. Subject's access to results: Results and details of their participation will only be disclosed to the subjects or to the person who signs this consent form. Right to withdraw: It is understood that the subject can withdraw from the study at any time she or he wants and that he or she can refuse to answer any question without risk of prejudice. Compensation: Subjects will be given two to four Spanish books per year, depending on actual resources. It is expected that subjects will benefit from this extra oral and individual practice in Spanish and will feel motivated to perform better each subsequent time they are interviewed. Ethical performance: Questions concerning the ethical performance of the research may be addressed to the Secretary of the University Human Research Ethics Committee,. University of Ottawa, tel. (613) 562-4297. Subject's name and signature: ________________________________________________ ________________________________________________ Investigator's name and signature: Juana M. Liceras ________________________________________________

Anejo 1

393

1.5 Formulario de consentimiento. OTT (Modelo B, francés)

Classroom L2 Beyond Parameters/Modern Languages/University of Ottawa [1994-1995/1995-1996]

FORMULAIRE DE CONSENTEMENT

PROJECT DE RECHERCHE: Acquisition d’une langue seconde en classe: au-delà des paramètres CHERCHEUR PRiNCIPAL: Juana M. Liceras, Phd. Département des Langues et Littératures Modernes. Universté d’Ottawa, 25 University Avenue. Ottawa, Ontario, K1N 6N5. Tél.: 562-5800 - Ext. 3742. Télécopieur: 562-5138 DESCRIPTION: Ce projet de recherche fait partie d’un programme de recherche plus large visant l’étude de principes qui régissent l’acquisition dans un cadre formel ou institutionnel, des langues secondes chez l’enfant, l’adolescent, et l’adulte. Les données longitudinales obtenues des trois différents groupes d’étudiants en espagnol, langue seconde, seront analysées afin de déterminer comment les différences d’age, la langue maternelle et certaines conditions spécifiques d’apprentissage influencent les processus d’acquisition. Les structures spécifiques orales et syntaxiques seron analysées à différents stades du développement de l’interlangue dans le but de déterminer si et dans quelle manière et dans quelle mesure les grammaires des langues secondes sont idiosyncratiques. Le chercheur rencontrera chaque sujet toutes les trois ou quatre semaines, et ce pour une période d’environ 30 minutes. L’entrevue sera enregistrée dans sa totalité. Afin de faciliter la mise en contexte et l’interprétation de la production orale, le chercheur pourra prendre certaines notes concernant le comportement du sujet. Les sujets seront interrogés à l’aide d’images illustrant des activités quotidiennes. Ils devront décrire des bandes dessinées, parler de leur cours d’espagnol ou d’activités diverses (films, voyages, etc...) Ils devront également répéter certaines phrases, compléter des phrases erronées. Les sujets seront également questionnés sur des thèmes suggérés par certains mots ou illustrations. PERTINENCE: Compte tenu de l’absence d’études longitudinales traitant de l’acquisition de l’espagnol comme langue seconde, cette étude constitue une contribution signifiante à la recherche sur l’acquisition des langues secondes. Nous serons en mesure de déterminer les difficultés spécifiques rencontrées par chaque groupe d’age, leurs similarités et différences en ce qui a trait à la prononciation, l’apprentissage du vocabulaire, la construction de phrases, la cohérence du discours, etc. .. Nous pourrons également déterminer l’impact sur les résultas, les différences individuelles (intelligence globale et profil psycholinguistique) et institutionelles. ANONYMAT:

Anejo 1

394

Il est entendu que le chercheur assurera l’anonymat du sujet. Dans cette optique, les entrevues seront reproduites en excluant toutes données personnelles pouvant permettre l’identification du sujet. Un numero de code sera assigné à chaque sujet et nous nous référerons uniquement à ce numéro dans l’analyse des résultats. Cette procédure sera également uitilisée dans le cas des résultats des deux tests psychologiques. Dès que les données seront recueillies et que le code sera assigné, nous nous réfererons toujours au numéro assigné à chacun des sujets. ACCESSIBILITÉ DES SUJETS AUX RÉSULTATS: Les résultats et autres détails de participation seront disponibles uniquement pour les sujets ou pour ceux qui auront signé ce formulaire de consentement. DROIT DE RETRAIT: Il est entendu que le sujet peut se retirer de l’étude à n’importe quel moment et qu’il peut refuser de répondre a toute question sans préjudice. COMPENSATION: Les sujets se verront remettre de deux à quatre livres en langue espagnole par année, selon les ressources disponibles. Il est probable que les sujets beneficieront de cette pratique orale et individuelle supplementaire et qu’ils se sentiront motivés à mieux performer à chaque entrevue. L2: au-delà des parametres/formulaire de consentement-3- ETHIQUE: Toute question concernant l’éthique de cette recherche doit s’addresser au secrétariat du Comité éthique des recherches humaines de l’Université d’Ottawa. [Tél. (613) 562-4297] NOM ET SIGNATURE DU SUJET: _____________________________________________________ _____________________________________________________ NOM ET SIGNATURE DU CHERCHEUR: Juana M. Liceras _____________________________________________________

Anejo 1

395

1.6 Formulario de consentimiento. BAR

Anejo 1

396

1.7 Modelo de entrevistas empleadas (Entrevista 2) L2 Beyond Parameters/1994-1997

GUIÓN ENTREVISTA #2

I. NARRACIÓN BASADA EN HISTORIETA GRÁFICA “UN DÍA EN LA VIDA DEL SR. JUAN” II. FORMULACIÓN DE PREGUNTAS III. EJERCICIO DE COMPRENSIÓN

Anejo 1

397

L2 Beyond Parameters/1994-1997

ENTREVISTA #2

II. NARRACIÓN BASADA EN HISTORIETA GRÁFICA [El entrevistador le pide al estudiante que le cuente una historia sobre los dibujos que aparecen en la historieta “Un día en la vida del Sr. Juan”]

Anejo 1

398

(Equipo PRAGMA 1983)

Anejo 1

399

L2 Beyond Parameters/1994-1997

ENTREVISTA #2 III. FORMULACIÓN DE PREGUNTAS: [El entrevistador le dice al estudiante que va a escuchar una serie de respuestas a unas preguntas y que una vez que oiga dichas respuesta, él/ella --el/la estudiante--debe formular la pregunta o preguntas que se le ocurran. El propio entrevistador da un ejemplo]. Si yo hago una afirmación como: Tiene dos hermanos Tu/Vd. debes hacer preguntas similares, por ejemplo, a: ¿Cuántos hermanos tiene? ¿Quién tiene dos hermanos? ______________________________________ RESPUESTAS SOBRE LAS QUE EL ESTUDIANTE DEBE FORMULAR PREGUNTAS. - Soy estudiante.

- María compró un libro.

- Juan va todos los días a la oficina.

- Pedro ha llamado por teléfono a María.

- La chica del pelo rubio es de España.

- Te llamé para pedirte un libro.

- Juan le compró flores a Marta.

Anejo 1

400

L2 Beyond Parameters/1994-1997

ENTREVISTA #2 IV. EJERCICIO DE COMPRENSIÓN. (INFORMACIÓN GRABADA SALVO PARA EL ÚLTIMO ITEM, EL ITEM 5). [El entrevistador le pide al estudiante que escuche atentamente la información que está grabada y que luego conteste a las preguntas que le hace el propio entrevistador]. [GRABACIÓN] 1. Todos los días va a pasear sola por el parque. Entrevistador: ¿Qué hace todos los días? 2. - ¿Me da su pasaporte, por favor? - Sí, aquí tiene.

Entrevistador: ¿Quiere ese señor un libro? ¿Qué quiere? 3. - ¿Eres estudiante?

- No, soy camarero. Entrevistador: ¿Qué es ese señor? 4. - Llega una estudiante y el profesor pregunta ¿Eres Laura?

- No, yo soy María. Entrevistador: ¿Se llama Laura? ¿Quién es? 5. [En este caso el propio entrevistador da la información] Todas las mañanas me levanto a las siete, desayuno, me lavo y me peino.

Entrevistador: ¿Qué hago todas las mañanas?

ANEJO 2. SOBRE LA TRANSCRIPCIÓN DE LOS DATOS DE LA

MUESTRA

Describimos aquí una serie de medidas que se tomaron en el marco de esta investigación con

respecto a la forma en que se tratarían y analizarían los datos. Más concretamente, estas

decisiones están relacionadas con los criterios que seguimos en la transcripción y codificación

de los datos.

2.1 Transcripción

A pesar de que el formato CHAT de CHILDES contempla la posibilidad de realizar

transcripción fonética de los datos, en nuestra traslación de la producción de los sujetos de la

muestra, eso sí, ésta ha sido normalizada ortográficamente con objeto de facilitar su lectura y,

cuando se ha creído conveniente, se ha incluido entre corchetes una reproducción aproximada

de la forma producida por el sujeto. El formato CHAT incluye tres tipos de línea: los

encabezamientos obligatorios, las líneas principales y las líneas dependientes. En los

encabezamientos obligatorios aparece información que en algún momento ha resultado

relevante para nuestro estudio relacionada con las características de los sujetos (edad,

experiencia lingüística anterior, contexto de aprendizaje, procedencia institucional si procede,

etc.) y las condiciones en la que se recogen los datos (situación comunicativa, situación

espacial y de disposición del escenario, contexto de recogida de datos, etcétera). Igualmente,

en los encabezamientos se incluye cualquier tipo de observación relevante para comprender

cabalmente la forma en que se recogen los datos que aparecen transcritos tras estos

encabezamientos. Aparece un ejemplo de este tipo de encabezamientos en el ejemplo (1):

(1) @Begin @Participants: FAL Falco subject, ELE Elena investi gator @Age of FAL: 12; @ID: 07=FAL @Sex of FAL: Male @Language: Spanish (L2), English (L1), French (L2 ) @Activities: Oral Interview 1 @Date: 04-DEC-1997 @Location: Lyceé Claudel (Ottawa, Canada) @Transcriber: ER

Anejo 2

402

Las líneas que denominamos principales contienen las producciones emitidas por los

participantes y van obligatoriamente precedidas de un asterisco al que siguen las tres letras

mayúsculas que sirven para identificar al hablante que produce un enunciado dado. En ellas

se transcribe todo el discurso producido por los sujetos y los investigadores (hablantes nativos

de español en todos los casos) que participan en cada una de las sesiones. Si bien, como ya

hemos dicho, la producción de todos los interlocutores (entrevistados y entrevistadores) ha

sido transcrita ortográficamente, es decir, se ha normalizado por razones de transparencia en

la lectura, cuando lo hemos creído relevante hemos decidido incluir además una transcripción

alternativa de las formas idiosincrásicas producidas por estos sujetos, con objeto de, si ello

fuera necesario, poder discriminar dificultades puramente fonológicas de lo que son

verdaderas formas no nativas acuñadas por los hablantes de la muestra. Véase el ejemplo de

(2):1

(2) *INV: sí , a Juan y a mí nos interesan los li bros de historia # qué nos interesa? *ZHE: interesan al libro de historia . *INV: mhmm@fp, y a ti ? *ZHE: no historia no me gusta mucho, me gusta es [/ ] levis [?]. *INV: ledis ? *ZHE: # levista [: revista] xxx . *INV: las revistas te gustan . *ZHE: cómo? *INV: las revistas . *ZHE: sí , sí revistas . [ZHE (BAR) 2, 4]

Una vez introducidas en formato CHAT de CHILDES, y tras haber transcurrido un tiempo

prudencial para volver a examinarlas y tratar de corregir posibles incoherencias en ellas, todas

las transcripciones del corpus fueron revisadas sistemáticamente. Además de una revisión

manual exhaustiva hicimos uso del programa CHECK (Verifying Data Accuracy) para medir

la corrección y adecuación de las transcripciones a las convenciones del formato, así como

para detectar e identificar los posibles errores cometidos en el proceso de transcripción y/o

codificación.

Las líneas que denominamos dependientes, que “cuelgan” en la transcripción de cada una de

las líneas de producción del sujeto, son o bien líneas informativas de aclaración, descripción

de la actuación del sujeto y/o comentario (%act, %com), como la que aparece en el ejemplo

1 Seguimos aquí a Sanz Torrent (2004).

Anejo 2

403

(3a) o bien líneas de codificación que incluyen la información morfológica que resulta

relevante para el estudio como en el ejemplo (3b).

(3a) *INV: Y a ti, qué te gusta? *NIC: No me gusto # el café y el té, Me gusta nara njas juice . %det: ADms ADms Zfp Z/ADms %cli: PRmeD2 PRmeD2 %com: problemas con la flexión verbal, compuesto no minal

‘naranjas-juice’. [NIC (OTT) 1, 4]

(3b) *INV: Con qué lo están limpiando ? *JOS: Lo limpian con agua y [/] y con agua y jamón [//] jabón,

perdón . %det: Zfs Zfs Zms %cli: PRloA [JOS (OTT) 1, 5]

Dispone CHILDES de líneas específicamente diseñadas para albergar la codificación de

información fonológica (%pho), sintáctica (%syn) o sobre actos de habla (%spa), por poner

algunos ejemplos. En los últimos años se ha desarrollado una línea (%mor) que codifica la

morfología automáticamente; en el caso del español se ha trabajado sobre esta línea desde los

trabajos de MacWhinney y Sanz-Torrent (2001). Sin embargo, dado que los intereses de

nuestro estudio eran muy concretos y sólo necesitábamos incluir en nuestra línea de

codificación una información muy precisa sobre determinantes y clíticos de objeto, decidimos

elaborar una línea de codificación propia que sirviera de forma específica los propósitos de

nuestro trabajo.1 Pasamos ahora a considerar la forma en que procedimos a la hora de dividir

los textos en unidades mínimas de transcripción, los criterios que se siguieron y las

repercusiones que tienen tales decisiones para el desarrollo de nuestro estudio.

2.1.1 Unidad de transcripción de la producción

A la hora de organizar las líneas de producción de los hablantes (líneas principales), y

dado que nos parece relevante aclarar cómo y por qué motivos se ha tomado una decisión que

tiene repercusiones tanto en lo teórico como desde el punto de vista metodológico, nos

gustaría explicar aquí por qué decidimos organizar la producción de nuestros sujetos en

1 En el anejo 3 describimos e ilustramos la información contenida en estas líneas de codificación desarrolladas en el seno de nuestra tesis doctoral.

Anejo 2

404

enunciados/cláusulas1,2 y, a partir de ahí, emprender el análisis de los artículos y clíticos de

objeto.

Decidir qué unidad se tomará como medida a la hora de dividir la producción que se va a

analizar es una decisión importante pues afecta tanto al alcance (entendido como extensión)

como a la naturaleza de la unidad mínima sobre la que se estructurará la observación. La

elección de la unidad elegida se basará en diferentes criterios que dependen principalmente de

los intereses del estudio en cuestión, y éstos suelen oscilar fundamentalmente entre los de

orden sintáctico, orden discursivo y/o los relativos al contenido semántico de cada unidad.

En nuestro caso, la división en cláusulas nos sirvió para segmentar los turnos de palabra en

unidades menores y hacer así más o menos comparables todas las intervenciones de los

sujetos. De este modo, los turnos de intervención de una longitud por encima de la cláusula

fueron igualmente segmentados en unidades menores correspondientes a las cláusulas que se

identificaron en las narraciones.

Esta medida no sólo nos sirve como unidad de transcripción sino que resulta necesaria para

después proceder a ponderar convenientemente la producción de los sujetos y comparar así la

cantidad de emisiones, en nuestro caso, de determinantes y clíticos que emiten los sujetos de

los distintos grupos con independencia de la longitud total de las entrevistas particulares en sí.

A la hora de escoger una unidad de referencia para comparar el volumen de producción de los

sujetos de la muestra barajamos desde el primer momento dos posibilidades, a saber, la

palabra y la cláusula. En realidad, el hecho de que los clíticos formen alternativamente una

sola unidad con el verbo del que dependen fonológicamente o una palabra dependiente que

como tal se contabilizaría, nos hizo plantearnos la posibilidad de que la palabra no cumpliría

con nuestras expectativas de un modo plenamente satisfactorio. La idea era básicamente que,

dado que la calidad de la producción de nuestros sujetos experimentales puede variar de una

etapa a otra (o incluso de una sesión a otra dentro de la misma etapa) nada garantiza que un

1 Se emplea aquí el término “enunciado” como adaptación de utterance. Existen, no obstante, traducciones alternativas para el término utterance como, por ejemplo, “producción” (Aparici 1997).

2 El estudio de Sánchez (2005) analiza, como el nuestro, datos de español L2 –en concreto, de la variabilidad que presenta el sistema verbal del español o nativo- haciendo uso de las convenciones y programas del proyecto CHILDES y organiza la producción de sus sujetos a partir del enunciado como unidad de transcripción y análisis.

Anejo 2

405

sujeto que no emplea pronombres pospuestos en una sesión o etapa concreta no lo haga en la

siguiente oportunidad. Podría pensarse de esta forma que el contaje por palabras (es decir,

una si el pronombre es enclítico al verbo y dos si aparece antepuesto a él) pudiera llevarnos

alternativamente a menospreciar o a sobrevalorar la producción de los sujetos. Igualmente, el

hecho de que una de nuestras hipótesis de trabajo parta de la posibilidad de que los sujetos

transfieran usos y estructuras de su L1, nos lleva a predecir que los hablantes que tienen el

francés como una de sus L1s antepongan clíticos en contextos en los que normalmente

aparecerían pospuestos y, así, cuente como dos palabras lo que, en el discurso nativo que

tomamos como referente, el de nuestros sujetos de control, contaría como un único elemento.

En un primer momento, pues, todo lo anterior nos hizo descartar la palabra como posible

unidad de referencia y decantarnos por una unidad mayor. A partir de ahí, no obstante, nos

enfrentamos con un problema diverso, relativo esta vez a la naturaleza misma de las

entrevistas administradas a los sujetos del estudio.

Como se ha explicado en el apartado 4.3.2 del capitulo IV, las entrevistas se componen de

dos partes: en la primera el entrevistado responde a las preguntas que realiza el entrevistador,

mientras que en la segunda el sujeto ha de abordar la narración de una historia en solitario. De

alguna manera, la elección de la cláusula como unidad en que se dividen las narraciones y que

nos sirve para medir la extensión de los textos respondía a la búsqueda de una solución de

compromiso determinada por la necesidad de encontrar un equivalente al enunciado en el

contexto de la narración (Berman y Slobin 1994, Aparici en preparación). La primera

posibilidad que se barajó fue, obviamente, la oración ya que una división de la producción

que atendiese a criterios pura y exclusivamente sintácticos resultaría, en principio, una

división clara. Sin embargo, dadas las particularidades que caracterizan típicamente al

discurso oral en oposición, por ejemplo, a modalidades escritas de discurso, abandonamos

pronto esta creencia.1 Metodológicamente, por otro lado, hablando y desde un punto de vista

eminentemente práctico, esta división en líneas de la producción de los sujetos facilita

1 Recogemos aquí la idea, que se expresa en diversos trabajos sobre el desarrollo tardío de la estructura de cláusula (Aparici, Tolchinsky y Rosado 2000, Aparici en preparación), de que determinados conectores coordinantes y subordinantes son empleados en el discurso oral como lo que se ha denominado elementos de discourse glue relacionado con oraciones que, desde un punto de vista estrictamente sintáctico, ponen en relación de coordinación o de subordinación dos oraciones que, en realidad, funcionan en realidad como oraciones independientes; así, en estos casos es imposible asignar a estos conectores un estatuto equivalente al de verdaderas conjunciones coordinantes o subordinantes. De este modo, este tipo de oraciones son, por su extensión, inadecuadas para establecer comparaciones con las, a veces muy breves, intervenciones que constituyen los enunciados de los hablantes de la muestra.

Anejo 2

406

visualmente el trabajo de codificación que se realiza en las líneas dependientes de las líneas

principales.

La cláusula nos pareció al principio el mejor candidato como unidad de ponderación de la

longitud de los textos tanto desde el punto de vista metodológico como desde el teórico

puesto que contar con ella como unidad de medida en detrimento de la oración en secuencias

de discurso oral como las que nos ocupan supone, de algún modo, prevenir la imposibilidad

de computar como una unidad secuencias que, ateniéndonos a criterios exclusivamente

sintácticos, conformarían efectivamente una única oración y tendrían que ser tratadas como

una sola producción con independencia de su longitud o de que constituyan unidades

claramente diferenciadas en lo que a contenido se refiere.

Sin embargo, y para nuestra sorpresa, una vez extraídos los contajes de número de cláusulas y

ponderadas las producciones de clíticos y artículos de los sujetos a partir de esta cifra, el

primer acercamiento a los datos no reveló importantes diferencias entre el número de

cláusulas producido, por ejemplo, por los sujetos del grupo BAR frente a los del grupo de

control (CON). Este dato considerado aisladamente es, como decimos, cuando menos

sorprendente y nos hizo decidir que había que volver sobre las transcripciones originales para

tratar de averiguar cuál era la causa de que las diferencias observadas en el dato que, en

teoría, nos permitiría distinguir entre hablantes y grupos más y menos productivos fuera tan

poco significativa.

Los textos originales revelaron que la naturaleza, digamos, mixta de las entrevistas era

responsable de que las diferencias entre los totales de cláusulas no resultaran significativas.

Las entrevistas que componen la muestra incluyen dos géneros discursivos diferentes:

a) interacción con un interlocutor en forma de preguntas y respuestas y/o juegos de rol y

b) narración monológica de una historia breve), el cómputo total de las cláusulas arroja

una información inexacta, exagerada, digamos, con respecto a la cantidad de la

producción.

Vamos a ilustrar el problema con un ejemplo: imaginemos una situación en la que el

entrevistador realiza una serie de preguntas a uno de los sujetos de la muestra. Nuestra

transcripción tratará la intervención de ese sujeto, delimitada por las intervenciones del

Anejo 2

407

investigador, como una cláusula autónoma que será contabilizada como tal,

independientemente de la extensión de la misma. Es decir, tanto a una respuesta articulada en

la forma de una oración completa como al relleno sonoro de una pausa que sólo indica que el

sujeto quiere mantener abierto el canal de la comunicación se les otorga el estatuto de

cláusula y, en el cómputo total, se contabilizan como secuencias equivalentes y ello, como

podemos imaginar, deriva en que los datos con los que contamos no reflejan con exactitud

qué está ocurriendo, cuánto producen los sujetos realmente. De hecho, algunos de los

integrantes del grupo BAR cuentan con muy pocas instancias de lo que consideraríamos una

cláusula completa. Consideremos el siguiente ejemplo en (4):

(4) *INV: Empezamos, yo te pongo dibujos y te hago algu nas preguntas

sobre esos dibujos vale ? *LIN: mhmm@fp . *INV: éstos se llaman Juan y se llaman Elena . *LIN: Lena . *INV: Elena . *LIN: Elena . *INV: mhmm@fp los conoces ? *LIN: 0. *INV: dime algo xxx . *LIN: no entiendo. *INV: no los conoces <sabes quiénes son> [% interr ogativo]

no ? *LIN: 0 . *INV: <quienes podrían ser> [% interrogativo] qué es esto que lleva

aquí ? *LIN: libro, libro #. *INV: <qué son> [/] qué son ? *LIN: vosotros [?] va a llegar a escuela . *INV: muy bien, tú le pedirías el libro ? *LIN: 0 . *INV: a ver, esta chica está leyendo una carta # t iene una carta,

la está leyendo ? *LIN: mhmm@fp . [LIN (BAR), 1, 5]

Tanto aquellas oportunidades en que el sujeto produce una cláusula ZERO (entendida como

la pérdida de un turno de palabra que se asigna directamente por parte del interlocutor), como

aquéllas para las que la única réplica es una respuesta afirmativa, una negación o un relleno

de pausa son en el cómputo total contabilizadas como cláusulas a la altura de enunciados de

una longitud media mayor. Como es de suponer, esto distorsiona la percepción que

obtenemos acerca de lo que realmente hacen los hablantes y en nuestro caso derivó en el

Anejo 2

408

abandono de la cláusula como unidad de medida para ponderar la producción de todos los

hablantes del corpus.1

En resumen, por un lado es posible encontrar unidades que corresponden a turnos que son

menores que la cláusula (tal es el caso de sintagmas o palabras aislados que se emiten como

respuestas a preguntas o similares) y, por otro, tenemos cláusulas que contienen más de un

verbo conjugado a pesar de que es éste el criterio primero que seguimos al establecer la

división en cláusulas de un texto oral o escrito, como ocurre en aquellas unidades que

contienen oraciones de relativo como modificadores de un SN. Véanse a continuación los

ejemplos en (5a), (5b) y (5c):

(5a) *LUC: Hay una otra que busca alguna cosa en al gún #

cajón . [LUC (OTT) 2, 6] (5b) *LUC: Esa mañana Juan se fue a la oficina dura nte

que José volvió a su casa . [LUC (OTT) 3, 5] (5c) *NIM: porque su padre siempre le haría gustado que su niño sea en el coro . [LUC (OTT) 1, 3]

De este modo, a pesar de que los textos fueron segmentados y codificados partiendo de líneas

principales que corresponden a cláusulas, en los contajes que se refieren a volumen total de

producción de los sujetos y en el porcentaje que sobre tal volumen suponen los clíticos y los

artículos optamos, finalmente, por la palabra como unidad de ponderación.

2.1.2 Las repeticiones

Haciendo uso de las herramientas de CHILDES, las autocorrecciones,

reformulaciones, imitaciones parciales e incluso repeticiones completas han sido transcritas

pero convenientemente eliminadas del contaje total de producciones (v. sección 4.3.2 en el

Capítulo IV dedicado a la descripción de las entrevistas empleadas en el estudio a

continuación)2. El programa de transcripción de datos lingüísticos empleado (CHAT) dispone

1 No somos, desde luego, los primeros en enfrentarnos a este problema; en estudios anteriores sobre L2 realizados a partir de datos similares a los nuestros (Lin 1996), dada la naturaleza de los mismos, se hacía evidente como las características del discurso de estos hablantes hacían muy complicado su análisis.

2 En este sentido, mencionaremos los trabajos realizados sobre el aprovechamiento de las herramientas que brindan CHILDES y el conjunto de programas de CLAN en la explotación de las autocorrecciones y reformulaciones por parte de aprendices de ELE a partir de textos orales y escritos (v. Díaz y Ruggia 2004, Díaz y Bekiou 2005).

Anejo 2

409

de una serie de convenciones por las cuales pueden señalarse pausas, interrupciones,

interferencias o encabalgamientos así como las palabras y/o las producciones mayores

ininteligibles. Véase el ejemplo de (6):

(6) *INV: vale, la chica del pelo negro es de

México. *GAO: es de México ? *INV: México . *GAO: México . *INV: México . *GAO: <de dónde> [/] de dónde es el [//] la chica de el

pelo negro ? *INV: me he comprado un regalo muy bonito . *GAO: <qué compr qué com> [//] qué ha comprado ? *INV: vale , le gusta la lectura . *GAO: <le gu> [//] a qué te gusta ? *INV: Maruja se compró un coche por treinta mil pe setas. *GAO: <cuánto vale> [/] cuánto vale este coche de [/] de

+... *INV: Maruja . *GAO: Maruja . [GAO (BAR) 1, 4]

Cuando hablamos de número de palabras, las cifras que proporcionamos no incluyen las

repeticiones y/o reformulaciones de una palabra o serie de palabras ni tampoco las pausas que

en discurso oral se “rellenan” por medio de muletillas y emisiones que normalmente se

transcriben (normalizadas) como ‘eh’, ‘mhmm’, ‘ah’.... Los programas de CLAN nos

permiten excluir estos elementos de los contajes siempre y cuando en la transcripción hayan

sido convenientemente señalados como repeticiones o elementos especiales por medio de un

símbolo o código que aparece pospuesto a dichas formas y que indica al programa que se trata

de elementos especiales que no han de contabilizarse como palabras en el cómputo total.

Ilustra lo anterior el ejemplo de (7):

(7) *INV: Muy bien, A ver, eh@fp, qué le dice el ca ballo a la vaca ? *FAL: ah@fp, el caballo, Pedro, eeh@fp, dice # aa # . *INV: en@fp vaca . *FAL: a vaca # eh@fp # a # a el toro # a el toro, e h@fp, buenos

días, cómo te llama, eh@fp # cómo eh@fp cómo # se l lama ? *INV: Sí, bien, A quién mira el pajarito ? *FAL: ehmm@fp, el pajarito mi:rar el toro . 1

[FAL (OTT) 1, 4]

Cabe señalar, por otra parte, que en un principio disponíamos de otro tipo de repeticiones

puesto que algunas entrevistas de la primera etapa – en concreto las de los cinco primeros

1 El símbolo # se emplea para señalar la presencia de una pausa no articulada mientras que el @fp postpuesto a una interjección o pausa articulada de este tipo indica automáticamente al programa que las formas que lo contienen no han de ser incluidas en el cómputo total de palabras.

Anejo 2

410

sujetos del grupo OTT– incluían una sección en la que los sujetos tenían que repetir lo más

fielmente posible unos enunciados o estructuras previamente emitidos por el investigador.

Las emisiones producidas en estos contextos fueron codificadas por separado del resto de la

producción en las líneas dependientes %der y %clr, un ejemplo de ello aparece en (8):

(8) *INV: Repeticiones, escucha atentamente y repit a por favor, no quiere levantarse cuando suena el despertador. *JOS: <No quiere levantarse cuando> [//] No quiero leventarse

cuando suena el despertador . %der: ADms %clr: PSseP %com: problema con la flexión *INV: Juan desayuna a las ocho mientras lee el peri ódico . *JOS: Juan desayuna a las ocho # lee el periódico . %der: ADfp ADms %clr: ODms *INV: Lo lee todos los días ? *JOS: Lo lee todos los días . %der: QTADmp %clr: PRloA *INV: El camarero le dió el menú para leerlo . * JOS: El camarero le dió un menú para leerlo . %der: ADms AIms %clr: PRleD ODms PSloA *INV: A las once de la noche está cansado . *JOS: A las once de la noche estás cansado . %der: ADfp ADfs

[JOS (OTT) 1, 2]

A pesar de que estamos convencidos de que este tipo de repeticiones pueden ser un elemento

de gran valor para el análisis de la calidad de la comprensión y la producción de los sujetos y

a pesar también de que ya disponíamos de ellas cuando planteábamos el diseño de este

trabajo, decidimos eliminarlas del contaje total de producciones de los sujetos. Estas

repeticiones nos parecen, sin duda, una fuente de información interesantísima que esperamos

poder explotar (y comparar en su momento con los resultados que arroje nuestro estudio) en

futuras investigaciones aunque en esta ocasión, sin embargo, prescindimos de las mismas

principalmente por dos motivos, a saber: en primer lugar no todos los sujetos realizaron

entrevistas cuyo diseño incluyera una sección de repeticiones y no nos parecía oportuno

incluir un elemento que acentuara las posibles diferencias observadas en la cantidad y la

naturaleza de los datos disponibles para unos y otros sujetos. De la misma forma, la

comprensión de datos lingüísticos es un área de un gran interés cuyo análisis debe, sin

Anejo 2

411

embargo, abordarse con suma cautela, a partir de una cantidad de datos aceptable y

empleando, además, unas herramientas de análisis adecuadas a ese tipo concreto de datos1.

1 Recientemente están proliferando los trabajos sobre procesamiento en L2 entre los que, sólo a modo de ejemplo, citamos aquí el de Robinson (2001, 2003) o el de Marinis (2003).

Anejo 2

412

2.1.5 Ejemplo de producción: textos transcritos en CHAT (OTT)

@Begin @Participants: CLA Cla subject, BEG Beg investigat or @Age of CLP: 14; @ID: 00=CLP @Sex of CLP: Female @Language: Spanish (L2), English (L1), French (L1) @Activities: Oral Interview 1 Year 2 @Date: 28-NOV-1998 @Location: Liceé Claudel (Secondary School, Ottawa , Canada) @Transcriber: Elisa @Comment: Entrevista Uno *BEG: Parte uno, cómo te llamas? *CLA: Claire . *BEG: de dónde eres? *CLA: Aylmer, a proximidad de Ottawa . *BEG: cómo se llama tu profesor de español? *CLA: Madame Soloaga . *BEG: te gusta el español? *CLA: sí . *BEG: dónde vives? *CLA: Aylmer , cómo te llamas? *BEG: me llamo Begoña Soloaga . *CLA: te gusta el francés? *BEG: si, me gusta mucho . *CLA: dónde vives? *BEG: vivo en Hull, al limite con Aylmer # . *CLA: dónde está el caballo? *CLA: el caballo está corriendo en el campo . *BEG: cómo se llama? *CLA: cómo se llama el caballo? *BEG: sí, sí . *CLA: Pepito. *BEG: tienes un caballo en casa? *CLA: no . *BEG: qué se ve en esta escena? *CLA: el caballo mira el [/] el toro . *CLA: y el toro mira el caballo . *BEG: qué le dice el caballo a la vaca? *CLA: te gusta: [/] te gusta l herbe? *BEG: la hierba . *CLA: la hierba del campo <de tu> [/] coté de tu +. .. *BEG: lado. *CLA: lado. *BEG: a quién mira el pajarito? *CLA: <el toro> [/] el pajarito mira la vaca. *BEG: por qué salta el caballo? *CLA: para ver el toro y el pajarito. *BEG: qué piensa el pajarito? *CLA: que el caballo, je ne le sais pas. *BEG: está preocupada la vaca? *CLA: mhmm@fp . *BEG: por qué está rota la valla? *CLA: porque el caballo cassé. *BEG: ha roto.

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413

*CLA: ha roto, salta, puede repetir la pregunta? *BEG: por qué esta rota la valla? *BEG: quién ha saltado la valla? *CLA: no sé +... *BEG: y qué le ha pasado al caballo? *CLA: el caballo tombé. *CLA: el caballo +... *BEG: qué hace la doctora vaca? *CLA: <la vaca> [/] la vaca <aida la caballa> [//] cura la caballo. *BEG: dónde tiene la herida el caballo? *CLA: <a la pa> [/] a la pa +... *BEG: quién es la ayudante de la doctora vaca? *CLA: puede repetir? *BEG: quién es el ayudante? *CLA: el pajarito. *BEG: Narración de la historia. *CLA: el caballo corre en el campo . *CLA: y después el caballo encuentra la vaca . *CLA: y el pajarito que están del otro <de del lado > [/] del lado de la vaje . *CLA: y el caballo salta la para ver el vaca y el p ajarito . *CLA: pero el caballo +... *BEG: cae . *CLA: <cae, cae> [/] cae la vaca . *CLA: y el pajarito aida al caballo a [/] a se +... *BEG: curar. *CLA: a se cura la pata. @End

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Ejemplo de producción: textos transcritos en CHAT (BAR)

@Begin @Participants: GAO Gao subject, TON Ton investigato r @Age of GAO: 0; @ID: 1.2.1.2.13.5=GAO @Sex of GAO: Male @Language: Spanish (L2), Chinese (L1) @Activities: Oral Interview 5 @Date: 26-NOV-1998 @Location: EOI (Escuela Oficial de Idiomas Barcelo na) @Transcriber: ER *TON: mira éstos son dos, dos personas que son Juan y Elena . *GAO: Juan y Lena . *TON: y Juan y Elena son , son estudiantes eh@fp va le los [/] los conoces [% interrogativo] conoces a Juan y Ele na ? *GAO: conoces [% interrogativo] mmh@fp sí . *TON: les vas a pedir el libro de inglés [% interro gativo] les vas a pedir un libro de inglés ? *GAO: no sé . *TON: no sabes , muy bien # vale , esta mujer está leyendo una carta de eh@fp su amiga de una amiga mhmm@fp [% interrogativo] está leyéndola ? *GAO: sí que está leyéndola . *TON: muy bien se la ha enviado una amiga o una ami go ? *GAO: # no sé . *TON: no sabes, bueno, dibujo tres eh@fp [% interro gativo] # esta mujer ha ido a una tienda y ha visto esta ca misa mhmm@fp [% interrogativo] crees que la va a compr ar ? *GAO: mhmm@fp no sé , sí . *TON: vale, cuánto le costará ? *GAO: costera ? *TON: cuánto le costará ? *GAO: cinco # no sé . *TON: cinco, muy bien no pasa nada , cuatro eh@fp [ %

interrogativo] dice Juan y sus hijos están limpian do eh@fp el coche , con qué lo limpian ?

*GAO: con [/] con su hijos . *TON: con su hijos <quién les ayuda> [% interrogati vo] ay@i , quieres ayudarles ? *GAO: no . *TON: no, muy bien , xxx . *GAO: xxx . *TON: ya te he dicho que no, no es difícil eh@fp # vale, tú tienes

una historia de dos amigos, como quieras, Juan y J osé, o Juan y Gao o como quieras, eh@fp que van de excur sión, aquí tienes los números uno, dos, tres y cuatro eh@ fp [% interrogativo] , pues van de excursión y <me puedes explicar un poco la historia> [% interrogativo] qué hacen dó nde van etcétera .

*GAO: eh@fp [% tose] cómo se llaman ? *TON: Juan y José . *GAO: Juan y Jose <está vas> [//] están vas están p aseando y [/] y # Juan y Jose está [///] echa la xxx entonc es [?] no [/] . *TON: a ver, qué hacen aquí ?

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*GAO: lee libro [//] leen libros . *TON: vale, y en el tres ? *GAO: tres están <jugan jugan jugan> [/] jugan el p elota [/] pelota . *TON: al fútbol no ? *GAO: fútbol . *TON: y en cuatro ? *GAO: en cuatro están nadar [/] nadar [//] nadando? *TON: nadando, eh@fp en cinco . *GAO: en cinco están [/] están subiendo . *TON: subiendo el qué [% interrogativo] . *GAO: subiendo a montana . %com: es la preposición o hace de artículo ? *TON: muy bien # . *GAO: y en cuatro [?] seis y están co [/] cogiendo el autobus, en siete están comiendo . *TON: qué comen ? *GAO: comen el bocadillo . *TON: muy bien . *GAO: el seis y el ocho y: han xxxx el nueve vuelve [/] vuelve en [?] casa el diez <están duer están> [//] duermen, están leyendo . *TON: bien . @End

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Ejemplo de producción: textos transcritos en CHAT (CON)

@Begin @Participants: JUL Julio subject, INV investigator @Age of JUL: 25; @ID: 00=S @Education of JUL: ? @Sex of JUL: Male @Language: Spanish (L1) @Activities: Oral Interview 2 @Date: 06-SEP-1995 @Location: University de Ottawa, Canadá @Transcriber: ER @Comment: CTR4_Adult *INV: Completar preguntas, Juan tiene que ir al méd ico el viernes,Cuándo +... *JUL: tiene que ir Juan al médico? *INV: Me llamo Sara, Cómo +... *JUL: me llamas? %com: debe de ser un error en la transcripción o u na broma *INV: María compra el periódico todos los días en e l mercado, Dónde +... *JUL: compra María el periódico usualmente? *INV: Pedro se fue de la fiesta porque tenía que es tudiar, Por qué +... *JUL: se fue Pedro de la fiesta? *INV: La chica del pelo negro es de México, De dónd e +... *JUL: es la chica del pelo negro? *INV: Mi hermano me compró un regalo muy bonito, Qu é +... *JUL: se compró tu hermano? *INV: Le gusta la lectura, Qué +... *JUL: le gusta mucho a tu hermana? *INV: Pablo le regaló flores a María, A quién +... *JUL: le regaló Pablo flores? *INV: María sale con su novio todos los días, Con q uién +... *JUL: sale María diariamente? *INV: Completar oraciones, la madre pregunta +... *JUL: a los niños si quieren leche. *INV: Esta mujer piensa +... *JUL: en comerse un pollo asado. *INV: Esta es la señora +... *JUL: que está, que piensa en comerse un pollo asad o cuando llegue a casa. *INV: Juan no sabe +... *JUL: a qué hora sale el primer metro . *INV: Este es el joven +... *JUL: que está llamando por teléfono al metro . *INV: Este señor les dice +... *JUL: que sus butacas están al fondo a la derecha. *INV: Estos son los señores +... *JUL: que preguntan dónde están sus localidades. *INV: Aquí está el profesor +... *JUL: que la suma de los cuadrados es igual al cate to de la hipotenusa. *INV: Aquí están las mujeres +... *JUL: jugando al tenis, la Arancha Sánchez y +...

Anejo 2

417

*INV: Esta es la sala +... *JUL: de esparcimiento, o de recreo, o yo qué sé, d e diversión. *INV: Narración basada en historieta gráfica. *JUL: Pues, ya es muy tarde y los niños no quieren dormirse . *JUL: porque están super contentos . *JUL: porque al día siguiente salen de viaje, . *JUL: El padre hace la maleta, . *JUL: <se van> [/] se van al chalet ya, de playa, q ue tienen . *JUL: y, como el chalet está muy mal, se [//] decid en irse a un hotel, . *JUL: Entonces, nada, el padre está descansando en su tumbona, leyendo un libro, . *JUL: Los niños haciendo castillitos de arena y tal , mientras la madre los vigila, . *JUL: luego se van a la cama, . *JUL: duermen muy bien porque están cansandos de to do el día . *JUL: y al día siguiente pues salen [/] salen a ver la ciudad. *JUL: Cogen el metro, . *JUL: el padre se queda sin dinero después de las c ompras . *JUL: y piensa que lo mejor es quedarse en la playa porque allí no se gasta mucho dinero . *JUL: así que al día siguiente será eso lo que haga n. @End

ANEJO 3. SOBRE LA CODIFICACIÓN Y EL CONTAJE DE LOS

DATOS DE LA MUESTRA

3.1 Sistema de codificación

En este apartado presentamos en primer lugar la forma en que se confeccionaron

nuestras líneas de codificación así como los códigos que éstas contienen aludiendo a los

diversos problemas que se nos iban planteando según se desarrollaba el proceso de

categorización de los determinantes y los clíticos producidos por los sujetos de la

muestra y a la forma en que intentábamos resolver dichos problemas. Igualmente,

comentamos en el segundo apartado a la forma en que se ha medido y contabilizado la

producción lingüística de nuestros hablantes con objeto de poder, en la forma en que se

relata en el apartado último de esta sección, proceder convenientemente al análisis de

esos datos.

En nuestro trabajo el objetivo principal ha sido en todo momento desarrollar, haciendo

uso de las herramientas y facilidades que proporcionan los programas de CHILDES, un

sistema de codificación lo más descriptivo y transparente posible (v. sección 3.2 Manual

de codificación (Rosado 2001)). La asignación de códigos en el formato CHAT se

efectúa manualmente partiendo de los que cada investigador crea (o adapta) según las

necesidades particulares de su estudio.1

Nuestra labor de codificación consistió específicamente en insertar dos líneas

dependientes de la línea principal: una línea %det con información sobre los artículos y

determinantes en general que producen los sujetos de la muestra y otra, %cli, en la que

se codifica todos los clíticos producidos. Ambas líneas recogían no sólo todos los

elementos producidos por los sujetos sino también todos los contextos de producción

obligatoria de dichos elementos. Véanse los ejemplos de (1a) y (1b):

1 No obstante, como se ha señalado anteriormente, hoy CHILDES ofrece la posibilidad de codificar automáticamente la morfología de un corpus dado que haya sido transcrito en CHAT (v. la referencia al desarrollo de la línea %mor en la sección anterior).

Anejo 3

420

(1a) *INV: Bien, muy bien, a quién mira el pajarito [%interrogativo],a quién mira el pajarito? *JOA: El pajarito mira a la: vache ? %det: ADms ADfs

(1b) *INV: ah@fp, quién es el ayudante de la doctor a

vaca ? *JOA: ah@fp, es el pajarito que [//] qui se llama #

Elisabet . %det: ADmsO %cli: PRseP [JOA (OTT) 2, 2]

Disponíamos igualmente de dos líneas alternativas (%der y %clr) destinadas a contener

información sobre los clíticos y los determinantes producidos en las secuencias emitidas

por los hablantes como repeticiones de enunciados propuestos por el investigador; de

ellas nos hemos ocupado en la sección 2.1.2 del Anejo 2.

A la hora de clasificar los determinantes y pronombres de la muestra, se intentó en todo

momento, como decimos, que los códigos empleados resultaran lo más descriptivos

posible. Incluimos a continuación algunos ejemplos que quieren ilustrar el modo en que

fueron establecidos. Los primeros que acuñamos, desarrollados para la descripción de

los determinantes, contenían, por este orden, información sobre el tipo de determinante

(artículo, demostrativo, posesivo, etc.)2, subtipo de determinantes dentro de una clase

mayor (artículo determinado/indeterminado, posesivos de primera, segunda o tercera

persona, etc.) y en un tercer nivel, sobre las marcas de morfología flexiva (género y

número) de la forma producida; véase el ejemplo de (2a):3

(2a) A: artículo D: determinado I : indeterminado

m: masculino f: femenino n: neutro s: singular p: plural

2 A pesar de que nos centramos exclusivamente en el análisis de los artículos determinados y, ocasionalmente, se hace referencia a los demostrativos y los posesivos, todos los tipos de determinantes (indefinidos, cuantificadores,...) fueron codificados.

3 El listado íntegro de categorías establecido para cada una de las líneas de codificación se proporciona en el Anejo 2.

Anejo 3

421

Siguiendo el mismo procedimiento se codificaron demostrativos y posesivos, véanse los

ejemplos de (2b) y (2c):

(2b) M: demostrativo T: este S: ese Q: aquel m: masculino f: femenino n: neutro s: singular p: plural (2c) S: posesivo (*) 1: primera ps. 2: Segunda ps. 3: tercera ps. 1p: primera ps. plural 2p: segunda ps. plural 3p: tercera ps. plural m: masculino f: femenino s: singular p: plural

Para ilustrar mejor la forma en que se procedió en la asignación de códigos incluimos, a

modo de ejemplo, algunas secuencias reales de producción y su correspondiente

codificación en (3a), (3b) y (3c):

(3a) *INV: está preocupada la vaca ? *PHI: si porque el caballo es su amigo . %det: ADms S3ms [PHI (OTT) 2, 1]

(3b) *CLA: ehmm@fp después la familia eh@fp # # va [/] #

van, ehmm@fp, # en su coche en vacaciones +… %det: ADfs S3ms Zfp [CLP (OTT) 2, 3]

(3c) *DAN: eh@fp, este dibujo cómo se llama ?

%det: MTms *INV: es un triángulo . *DAN: y: eh@fp <sabes cómo # eh@fp ese [/] ese> [// /]

a ver, ése cómo se llama ? %det: PMSms [DAN (OTT) 2, 6]

La forma en que se iban a codificar las formas idiosincrásicas producidas por nuestros

hablantes no nativos implicó tomar una serie de decisiones, digamos, comprometidas en

la medida en que, a la hora de categorizar aquellas producciones que se desvían de la

forma nativa adulta, CHILDES dispone de opciones para ello tanto desde el sistema de

Anejo 3

422

transcripción como desde las líneas destinadas a la codificación, se trata de símbolos

que permiten codificar como errónea una forma dada bien en la misma línea principal

bien en una línea dependiente específica que sólo incluya información sobre las

producciones “erróneas” de un hablante determinado (%err).

Sin embargo, dadas las características de nuestro estudio y la naturaleza de las

producciones de los sujetos del mismo, tratar parte de dicha producción como errónea

no nos pareció una posibilidad coherente. Para nosotros, de alguna manera, esto podría

resultar un tanto contradictorio dentro del estudio de una disciplina que, como la

nuestra, ha tardado un tiempo considerable en otorgar estatuto de lengua natural a los

sistemas de interlengua y considerar que aquellas formas, aquellas estructuras que se

desvían de la norma y/o uso nativos son errores cuando no son nada más, y nada menos,

que reflejo del sistema gramatical que el hablante no nativo de una lengua dada posee en

el momento en que se tiene acceso a ese dato concreto.

De este modo, las formas idiosincrásicas producidas por nuestros sujetos han sido

codificadas, dentro de lo posible, atendiendo a criterios puramente descriptivos, se han

marcado en la correspondiente línea dependiente (%det o %cli) y aparecen seguidas de

una barra oblicua que indica que en el sistema adulto de la LO hubiera correspondido

una forma diferente que aparece inmediatamente después de la barra, véase el ejemplo

de (4):

(4) *INV: Está contenta?

*LUC: Sí, esta muy contenta. *INV: Por qué? *LUC: Porque él sonríe y la día es muy [/] muy, gu apa? %det: ADf/ms [LUC (OTT) 1, 6]

Las omisiones –entendidas como la no producción de un elemento obligatorio en un

contexto dado– han sido marcadas por medio del código (z) como se muestra en el

ejemplo (5a). Si la omisión de una forma dada deriva en una secuencia agramatical en la

lengua objeto, ésta aparece seguida de la especificación para género y número de la

forma nativa correspondiente a la omitida en ese contexto. De la misma manera, la

sobreproducción de una forma dada se señala como la inclusión de ese elemento en un

contexto en que la norma y/o el uso adulto supone no producir forma alguna tal y como

se ilustra en los ejemplos de (5a) y (5b).

Anejo 3

423

(5a) Z: ausencia de determinante [+ gén/núm del sustantivo]

*DAN: porque estudiar mucho mañana y en escuela tienen un examen . %det: Z/ADfs AIms [LIN (OTT) 2, 3]

(5b) *INV: este es el padre, ves [% interrogativo] no tiene dinero .

*LIN: oh@i [% ríe] no [/] no tiene dinero [//] el d inero eh@fp .

%det: AD/Zms [LIN (OTT) 1, 3]

3.1.1 Las omisiones

Referirse al análisis de las omisiones de un elemento dado en un contexto

específico es una cuestión, cuando menos, controvertida en la medida en que analizar

algo que no ha sido emitido puede tener consecuencias importantes a la hora de

interpretar la solidez y la naturaleza los datos. Esta cuestión plantea al investigador la

necesidad de encarar el análisis de aquello que no se ha producido a sabiendas de que ya

la mera descripción de los datos se ha de abordar desde una perspectiva teórica concreta

que contemple o no la posibilidad de considerar también aquello que no está e

interpretar esa ausencia como un dato que puede llegar a ser de suma importancia.

Plenamente conscientes de lo arriesgado que resulta abordar el análisis de las omisiones,

coincidimos con Bel (1998) en que proponerse recoger y utilizar los datos desde un

marco teóricamente neutro es, en realidad, algo imposible ya desde la mera descripción

de los mismos.

Eso sí, dado que uno de nuestros principales objetivos era alcanzar el mayor grado

posible de fiabilidad tanto en la descripción como en el posterior análisis de los datos, y

teniendo en cuenta, además, que las omisiones han sido codificadas como formas

idiosincrásicas propias de la IL de nuestros sujetos, proporcionamos los análisis

realizados tanto sobre un total de producciones que incluye las omisiones interpretadas

como contextos de producción de una forma dada, como sobre un total que tiene en

cuenta sólo las formas efectivamente producidas. Así, al hablar de usos correctos

(nativos) frente a usos no nativos, la no producción de un artículo o un clítico en un

determinado contexto será contabilizada como una forma no nativa. Sin embargo, los

porcentajes sobre totales de producción de un elemento dado son calculados excluyendo

Anejo 3

424

las omisiones del cómputo total, es decir, sobre el total de formas (nativas y no nativas)

producidas.

Es necesario señalar en este sentido, cómo en un estudio como el nuestro, el análisis de

la no producción resultará, llegado el momento, de vital importancia si queremos ser

capaces de distinguir entre lo que supone la omisión y/o el uso de un elemento que,

como es el caso del artículo del español, cuenta entre sus posibles realizaciones, con el

cero fonético [Ø]. En (6a) y (6b) se incluye respectivamente un ejemplo no nativo y uno

no nativo que ilustran todo lo anterior:

(6a) *LIN: # eh@fp <a las cuatro, a las cuatro> [/ /]

a las cinco el señor Pérez ehm@fp trabajar en consejo de administración . 4 %det: ADfp ADms Z/ADms Zfs [LIN (OTT) 2, 6]

(6b) *JUL: Eh@fp luego, justo despúes de comer .

*JUL: tiene un consejo de administración,y más reuniones .

%det: AIms Zfs Zfs Zfp [JUL (OTT) 1, 6]

4 En el ejemplo de (6a) sólo señalamos –por medio del código Z/ADms– la omisión del artículo sin pararnos en considerar la agramaticalidad de, por ejemplo, la forma verbal que, como vemos, no aparece flexionada para persona. Nuestra codificación, recordémoslo, sólo se ocupa de la caracterización de los clíticos y, como en el caso del ejemplo, de las formas de determinante.

Anejo 3

425

3.2 Listado de códigos empleados. Manual de codificación

Determinantes P: pronombre: ausencia de N (=NDrop) (default= no pronominal) Z: ausencia de determinante [% señalar aquí género y número]

A: artículo

D: determinado / C: contracción (al/ del) (¿?) I : indeterminado

m: masculino f: femenino n: neutro s: singular p: plural

J: +SAdj [m/f, s/p] P: +SPrep O: +Oración

M : demostrativo T: este S: ese Q: aquel m: masculino

f: femenino n: neutro

s: singular p: plural

J: +SAdj [m/f, s/p] O: +Oración

S: posesivo (*) 1: primera ps. 2: Segunda ps. 3: tercera ps. 1p: primera ps. plural 2p: segunda ps. plural 3p: tercera ps. plural m: masculino f: femenino s: singular p: plural

J: +SAdj [m/f, s/p] O: +Oración

F: indefinido R: Otro G: Algún

m: masculino f: femenino s: singular p: plural

J: +SAdj [m/f, s/p] O: +Oración Q: Cuantificadores M: Mucho C: Cuanto

Anejo 3

426

D: Cada T: Todo N: Ningún

m: masculino f: femenino s: singular p: plural

J: +SAdj [m/f, s/p] O: +Oración

N: Numeral p: plural

Clíticos PR: Preverbal PS: Postverbal

me:

A: Acusativo D: Dativo, ditransitivo D2: Dativo, experimentador P: verbo pronominal F: reflexivo C: recíproco (no se aplica)

te: A: Acusativo D: Dativo, ditransitivo D2: Dativo, experimentador P: verbo pronominal F: reflexivo C: recíproco (no se aplica)

le/ les: A: Acusativo D: Dativo, ditransitivo D2: Dativo, experimentador

lo/ los: A: Acusativo D: Dativo, ditransitivo D2: Dativo, experimentador

la/ las: A: Acusativo D: Dativo, ditransitivo D2: Dativo, experimentador

nos: A: Acusativo D: Dativo, ditransitivo D2: Dativo, experimentador N: verbo pronominal F: reflexivo C: recíproco

os: A: Acusativo D: Dativo, ditransitivo D2: Dativo, experimentador

Anejo 3

427

P: verbo pronominal F: reflexivo C: recíproco

se: s/ p: singular/ plural D: Dativo, ditransitivo D2: Dativo, experimentador N: verbo pronominal F: reflexivo C: recíproco

xxccxx: Clitic Cluster xxcbxx: Clitic Doubling OD [m/f, s/p] O [: oración] OI [m/f, s/p] O [: oración]

&: Duda [% Se aplica a todas las líneas]

• Cuando hay un determinante m, f, s, p se refieren a la forma en cuestión cuando el det es un posesivo (S), un numeral no precedido por otro det (N) o un determinante nulo se refieren al sustantivo producido

Los códigos se aplican a las emisiones producidas por el sujeto, es decir, si hay omisión –al comparar con la correspondiente forma nativa adulta- aparecerá el código: Z/* (*= forma nativa adulta equivalente)

Anejo 3

428

3.3 Ejemplo de producción: textos codificados (OTT) @Begin @Participants: CLA Cla subject, BEG Beg investigato r @Age of CLA: 14; @ID: 00=CLA @Sex of CLA: Female @Language: Spanish (L2), French (L1), English (L1) @Activities: Oral Interview 1 Year 2 @Date: 26-NOV-1998 @Location: Liceé Claudel (Secondary School, Ottawa , Canada) @Transcriber: ER @Comment: Entrevista 1 *BEG: Parte uno, cómo te llamas? *CLA: Claire . *BEG: de dónde eres? *CLA: Aylmer, a proximidad de Ottawa . %det: Z/ADfs *BEG: cómo se llama tu profesor de español? %det: S2sms *CLA: Madame Soloaga . *BEG: te gusta el español? *CLA: sí . *BEG: dónde vives? *CLA: Aylmer , cómo te llamas? %cli: PRteP *BEG: me llamo Begoña Soloaga . *CLA: te gusta el francés? %det: ADms %cli: PRteD2 *BEG: si, me gusta mucho . *CLA: dónde vives? *BEG: vivo en Hull, al limite con Aylmer # dónde es tá el caballo? *CLA: el caballo está corriendo en el campo . %det: ADms ADms *BEG: cómo se llama? *CLA: cómo se llama el caballo? %det: ADms %cli: PRseP *BEG: sí, sí . *CLA: Pepito. *BEG: tienes un caballo en casa? %det: ADms Zfs *CLA: no . *BEG: qué se ve en esta escena? *CLA: el caballo mira el toro y el toro mira el cab allo. %det: ADms ADms ADms *BEG: qué le dice el caballo a la vaca? *CLA: te gusta: [/] te gusta l'herbe? %det: l/ADfs *BEG: la hierba . *CLA: la hierba del campo <de tu> [/] coté de tu +. .. %det: AD fs ADC ms S2s ms *BEG: lado. *CLA: lado. %det: Zms *BEG: a quién mira el pajarito?

Anejo 3

429

*CLA: <el toro> [//] el pajarito mira la vaca. %det: ADms ADfs *BEG: por qué salta el caballo? *CLA: para ver el toro y el pajarito. %det: ADms ADms %cli: z/a_ODmp *BEG: qué piensa el pajarito? *CLA: que el caballo, je ne le sais pas. %det: ADms *BEG: está preocupada la vaca? *CLA: mhmm@fp . *BEG: por qué está rota la valla? *CLA: porque el caballo cassé. %det: ADms *BEG: ha roto. *CLA: ha roto, salta, puede repetir la pregunta? %det: ADfs *BEG: <por qué esta rota la valla> [% interrogativo ] quién ha saltado la valla? *CLA: no sé +... *BEG: y qué le ha pasado al caballo? *CLA: el caballo tombé, el caballo +... %det: ADms ADms *BEG: qué hace la doctora vaca? *CLA: <la vaca> [/] la vaca <aida la caballa> [//] cura la caballo. %det: ADfs ADf/ms %cli: z/a_ODf/ms *BEG: dónde tiene la herida el caballo? *CLA: <a la pa> [/] a la pa +... %det: ADfs *BEG: quién es la ayudante de la doctora vaca? *CLA: puede repetir? *BEG: quién es el ayudante? *CLA: el pajarito. %det: ADms *BEG: Narración de la historia. *CLA: el caballo corre en el campo y después el cab allo

encuentra la vaca y el pajarito que están <del otr o de del lado> [//] del lado de la vaje y el caballo salta la xxx para ver el vaca y el pajarito pero e l caballo +...

%det: ADms ADms ADms ASfs ADms ADCms ADfs ADms ADfs ADm/fs ADms ADms %cli: z/a_ODfs z/a_ODmp *BEG: cae . *CLA: <cae, cae> [/] cae la vaca y el pajarito aida al caballo

a [/] a se +... %det: ADfs ADCms *BEG: curar. *CLA: a se cura la pata. %det: ADfs %cli: PS/PRseF ODfs @End

Anejo 3

430

Ejemplo de producción: textos codificados (BAR) @Begin @Participants: GAO Gao subject, TON Ton investigato r @Age of GAO: 0; @ID: 1.2.1.2.13.5=GAO @Sex of GAO: Male @Language: Spanish (L2), Chinese (L1) @Activities: Oral Interview 5 @Date: 26-NOV-1998 @Location: EOI (Escuela Oficial de Idiomas Barcelo na) @Transcriber: ER *TON: mira éstos son dos, dos personas que son Juan y Elena. *GAO: Juan y Lena . *TON: y Juan y Elena son , son estudiantes eh@fp va le los [/] los conoces [% interrogativo] conoces a Juan y Ele na ? *GAO: conoces [% interrogativo] mmh@fp sí . %cli: PRZ/losA *TON: les vas a pedir el libro de inglés [% interro gativo] les vas a pedir un libro de inglés ? *GAO: no sé . *TON: no sabes , muy bien # vale , esta mujer está leyendo una carta de eh@fp su amiga de una amiga mhmm@fp [% interrogativo] está leyéndola ? *GAO: sí que está leyéndola . %clr: PSlaA *TON: muy bien se la ha enviado una amiga o una ami go ? *GAO: # no sé . *TON: no sabes, bueno, dibujo tres eh@fp [% interro gativo] #

esta mujer ha ido a una tienda y ha visto esta cam isa mhmm@fp [% interrogativo] crees que la va a comprar ?

*GAO: mhmm@fp no sé , sí . *TON: vale, cuánto le costará ? *GAO: costera ? *TON: cuánto le costará ? *GAO: cinco # no sé . %det: N& *TON: cinco, muy bien no pasa nada , cuatro eh@fp [%

interrogativo] dice Juan y sus hijos están limpiand o eh@fp el coche , con qué lo limpian ?

*GAO: con [/] con su hijos . %det: S3ms/p *TON: con su hijos <quién les ayuda> [% interrogati vo] ay@i , quieres ayudarles ? *GAO: no . *TON: no, muy bien , xxx . *GAO: xxx . *TON: ya te he dicho que no, no es difícil eh@fp # vale, tú

tienes una historia de dos amigos, como quieras, Juan y José, o Juan y Gao o como quieras, eh@fp que van de excursión, aquí tienes los números uno, dos, tres y cuatro eh@fp [% interrogativo] , pues van de excurs ión y <me puedes explicar un poco la historia> [% interrogativo] qué hacen dónde van etcétera .

*GAO: eh@fp [% tose] cómo se llaman ?

Anejo 3

431

%cli: PRseP *TON: Juan y José . *GAO: Juan y Jose <está vas> [//] están vas están p aseando y

[/] y # Juan y Jose está [///] echa la xxx entonce s [?] no [/] .

*TON: a ver, qué hacen aquí ? *GAO: lee libro [//] leen libros . %det: Z/ADms Zmp *TON: vale, y en el tres ? *GAO: tres están <jugan jugan jugan> [/] jugan el p elota [/] pelota . %det: ADm/fs *TON: al fútbol no ? *GAO: fútbol . %det: Zms *TON: y en cuatro ? *GAO: en cuatro están nadar [/] nadar [//] nadando? *TON: nadando, eh@fp en cinco . *GAO: en cinco están [/] están subiendo . *TON: subiendo el qué [% interrogativo] . *GAO: subiendo a montana . %det: a/ADfs & %com: es la preposición o hace de artículo ? *TON: muy bien # . *GAO: y en cuatro [?] seis y están co [/] cogiendo el autobus, en siete están comiendo . %det: ADms *TON: qué comen ? *GAO: comen el bocadillo . %det: AD/AIms *TON: muy bien . *GAO: el seis y el ocho y: han xxxx el nueve vuelve [/] vuelve en [?] casa el diez <están duer están> [// ] duermen, están leyendo . %det: ADNms ADNms & ADNms Zfs ADNms *TON: bien . @End

Anejo 3

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Ejemplo de producción: textos codificados (CON) @Begin @Participants: JUL Julio subject, INV investigator @Age of JUL: 25; @ID: 00=S @Education of JUL: ? @Sex of JUL: Male @Language: Spanish (L1) @Activities: Oral Interview 2 @Date: 06-SEP-1995 @Location: University de Ottawa, Canadá @Transcriber: ER @Comment: CTR4_Adult *INV: Completar preguntas, Juan tiene que ir al méd ico el viernes,Cuándo +... *JUL: tiene que ir Juan al médico? %det: ADms *INV: Me llamo Sara, Cómo +... *JUL: me llamas? %cli: PRmeP/PRteP %com: debe de ser un error en la transcripción o u na broma *INV: María compra el periódico todos los días en e l mercado, Dónde +... *JUL: compra María el periódico usualmente? %det: ADms *INV: Pedro se fue de la fiesta porque tenía que es tudiar, Por qué +... *JUL: se fue Pedro de la fiesta? %det: ADfs %cli: PRseP *INV: La chica del pelo negro es de México, De dónd e +... *JUL: es la chica del pelo negro? %det: ADfs ADms *INV: Mi hermano me compró un regalo muy bonito, Qu é +... *JUL: se compró tu hermano? %det: S2ms %cli: PRseD *INV: Le gusta la lectura, Qué +... *JUL: le gusta mucho a tu hermana? %det: S2fs %cli: PRleD *INV: Pablo le regaló flores a María, A quién +... *JUL: le regaló Pablo flores? %det: Zfp %cli: AquiéncbPRleD *INV: María sale con su novio todos los días, Con q uién +... *JUL: sale María diariamente? *INV: Completar oraciones, la madre pregunta +... *JUL: a los niños si quieren leche. %det: ADmp Zfs *INV: Esta mujer piensa +... *JUL: en comerse un pollo asado. %det: AIms %cli: PSseP *INV: Esta es la señora +...

Anejo 3

433

*JUL: que está, que piensa en comerse un pollo asad o cuando llegue a casa. %det: AIms Zfs %cli: PSseP *INV: Juan no sabe +... *JUL: a qué hora sale el primer metro . %det: ADms *INV: Este es el joven +... *JUL: que está llamando por teléfono al metro . %det: Zms ADms *INV: Este señor les dice +... *JUL: que sus butacas están al fondo a la derecha. %det: S3fp ADms ADfs *INV: Estos son los señores +... *JUL: que preguntan dónde están sus localidades. %det: S3fp *INV: Aquí está el profesor +... *JUL: que la suma de los cuadrados es igual al cate to de la hipotenusa. %det: ADfs ADmp ADms ADfs *INV: Aquí están las mujeres +... *JUL: jugando al tenis, la Arancha Sánchez y +... %det: ADms ADfs *INV: Esta es la sala +... *JUL: de esparcimiento, o de recreo, o yo qué sé, d e diversión. %det: Zms Zms Zfs *INV: Narración basada en historieta gráfica. *JUL: Pues, ya es muy tarde y los niños no quieren dormirse . %det: ADmp %cli: PSseP *JUL: porque están super contentos . *JUL: porque al día siguiente salen de viaje, . %det: ADms Zms *JUL: El padre hace la maleta, . %det: ADms ADfs *JUL: <se van> [/] se van al chalet ya, de playa, q ue tienen . %det: ADms Zfs %cli: PRseP *JUL: y, como el chalet está muy mal, se [//] decid en irse a

un hotel, . %det: ADms AIms %cli: PSseP *JUL: Entonces, nada, el padre está descansando en su tumbona, leyendo un libro, . %det: ADms S3fs AIms *JUL: Los niños haciendo castillitos de arena y tal , mientras la madre los vigila, . %det: ADmp Zmp Zfs ADfs %cli: PRlosA *JUL: luego se van a la cama, . %det: ADfs %cli: PRseP *JUL: duermen muy bien porque están cansandos de to do el día . %det: ADms

Anejo 3

434

*JUL: y al día siguiente pues salen [/] salen a ver la ciudad. %det: ADms ADfs *JUL: Cogen el metro, . %det: ADms *JUL: el padre se queda sin dinero después de las c ompras. %det: ADms Zms ADfp %cli: PRseP *JUL: y piensa que lo mejor es quedarse en la playa porque allí no se gasta mucho dinero . %det: PADnsA ADfs QMms %cli: PSseP PRseP *JUL: así que al día siguiente será eso lo que haga n. %det: ADms PADnsO @End

Anejo 3

435

3.3 Output de CLAN: ejemplo de contaje de elementos producidos > freq @ -t* +t%cli freq @ -t* +t%cli Sat Mar 11 19:34:19 2006 freq (10-Feb-2005) is conducting analyses on: ONLY dependent tiers matching: %CLI; **************************************** From file <c:\childes\cod_bar_def\Dan_3.dcl> 1 prsep 1 prted2 1 prtep 1 prz/led 1 psz/sep ------------------------------ 5 Total number of different word types used 5 Total number of words (tokens) 1.000 Type/Token ratio From file <c:\childes\cod_bar_def\Dan_4.dcl> 1 prle/lesd2 1 prled2 7 prmed2 1 prmed2/z 2 prmep 1 prsep& 1 prz/lea 1 prz/lesd2 ------------------------------ 9 Total number of different word types used 16 Total number of words (tokens) 0.563 Type/Token ratio From file <c:\childes\cod_bar_def\Dan_5.dcl> 1 prsed2 1 prz/sep ------------------------------ 2 Total number of different word types used 2 Total number of words (tokens) 1.000 Type/Token ratio From file <c:\childes\cod_bar_def\Dan_5_2.dcl> 1 prz/lesd2 ------------------------------ 1 Total number of different word types used 1 Total number of words (tokens) 1.000 Type/Token ratio From file <c:\childes\cod_bar_def\Dan_6.dcl> 1 prmed2 1 prmep 3 prsep ------------------------------ 3 Total number of different word types used 5 Total number of words (tokens) 0.600 Type/Token ratio From file <c:\childes\cod_bar_def\Dan_6_2.dcl> 1 prsep 2 prsex 1 prz/sep 1 zms -----------------------------

ANEJO 4. TABLAS DE DATOS

4.1 Tablas Capítulo IV

TABLA 4.1. GRUPO OTTAWA (OTT) L1 BILINGÜE FRANCÉS/INGLÉS Sujeto E. 1 E. 2 E. 3

1 (JOS) Entrevista 1 - 27/01/1995 Entrevista 1 - 27/11/1995 Entrevista 1 - 29/01/1998 Entrevista 2 - 17/02/1995 Entrevista 2 - 27/11/1995 Entrevista 2 - 29/01/1998 Entrevista 3 - 30/03/1995 Entrevista 3 - 15/01/1996 Entrevista 3 - 12/02/1997 Entrevista 4 - 30/03/1995 Entrevista 4 - 15/01/1996 Entrevista 4 - 12/02/1997 Entrevista 5 - 03/05/1995 Entrevista 5 - 17/04/1996 Entrevista 5 - 26/03/1997 Entrevista 6 - 03/05/1995 Entrevista 6 - 17/04/1996 Entrevista 6 - 26/03/1997

2 (LUC) Entrevista 1 - 27/01/1995 Entrevista 1 - 27/11/1995 Entrevista 1 - 29/01/1998 Entrevista 2 – 02/02/1995 Entrevista 2 - 27/11/1995 Entrevista 2 - 29/01/1998 Entrevista 3 – 30/03/1995 Entrevista 3 - 15/01/1996 Entrevista 3 - 12/02/1997 Entrevista 4 – 30/03/1995 Entrevista 4 - 15/01/1996 Entrevista 4 - 12/02/1997 Entrevista 5 – 03/05/1995 Entrevista 5 - 17/04/1996 Entrevista 5 - 26/03/1997 Entrevista 6 – 03/05/1995 Entrevista 6 - 17/04/1996 Entrevista 6 - 26/03/1997

3 (NIC) Entrevista 1 – 27/01/1995 Entrevista 1 - 27/11/1995 Entrevista 1 - 29/01/1998 Entrevista 2 – 02/02/1995 Entrevista 2 - 27/11/1995 Entrevista 2 - 29/01/1998 Entrevista 3 – 30/03/1995 Entrevista 3 - 15/01/1996 Entrevista 3 - 12/02/1997 Entrevista 4 – 30/03/1995 Entrevista 4 - 15/01/1996 Entrevista 4 - 12/02/1997 Entrevista 5 – 03/05/1995 Entrevista 5 - 17/04/1996 Entrevista 5 - 26/03/1997 Entrevista 6 – 03/05/1995 Entrevista 6 - 17/04/1996 Entrevista 6 - 26/03/1997

4 (NIM) Entrevista 1 - 27/01/1995 Entrevista 1 - 27/11/1995 Entrevista 1 - 29/01/1998 Entrevista 2 - 17/02/1995 Entrevista 2 - 27/11/1995 Entrevista 2 - 29/01/1998 Entrevista 3 - 30/03/1995 Entrevista 3 - 15/01/1996 Entrevista 3 - 12/02/1997 Entrevista 4 - 30/03/1995 Entrevista 4 - 15/01/1996 Entrevista 4 - 12/02/1997 Entrevista 5 - 03/05/1995 Entrevista 5 - 17/04/1996 Entrevista 5 - 26/03/1997 Entrevista 6 - 03/05/1995 Entrevista 6 - 17/04/1996 Entrevista 6 - 26/03/1997

5 (TRI) Entrevista 1 - 27/01/1995 Entrevista 1 - 27/11/1995 Entrevista 1 - 29/01/1998 Entrevista 2 - 02/02/1995 - Entrevista 2 - 29/01/1998 Entrevista 3 - 30/03/1995 Entrevista 3 - 15/01/1996 Entrevista 3 - 12/02/1997 Entrevista 4 - 30/03/1995 Entrevista 4 - 15/01/1996 Entrevista 4 - 12/02/1997 Entrevista 5 - 03/05/1995 Entrevista 5 - 17/04/1996 Entrevista 5 - 26/03/1997 Entrevista 6 - 03/05/1995 Entrevista 6 - 17/04/1996 Entrevista 6 - 26/03/1997

6 (CLA) Entrevista 1 - 04/12/1997 Entrevista 1 - 26/11/1998 - Entrevista 2 - 04/12/1997 Entrevista 2 - 26/11/1998 - Entrevista 3 - 29/01/1997 Entrevista 3 - 10/02/1998 - Entrevista 4 - 29/01/1997 Entrevista 4 - 10/02/1998 - Entrevista 5 - 02/04/1997 Entrevista 5 - 11/05/1998 - Entrevista 6 - 02/04/1997 Entrevista 6 - 11/05/1998 -

7 (FAL) Entrevista 1 - 04/12/1997 Entrevista 1 - 26/11/1998 - - Entrevista 2 - 26/11/1998 - Entrevista 3 - 29/01/1997 Entrevista 3 - 11/02/1998 - Entrevista 4 - 29/01/1997 Entrevista 4 - 11/02/1998 - Entrevista 5 - 26/03/1997 Entrevista 5 - 13/05/1998 - Entrevista 6 - 26/03/1997 Entrevista 6 - 13/05/1998 -

8 (JOA) Entrevista 1 - 27/02/1997 Entrevista 1 - 26/11/1998 - Entrevista 2 - 11/03/1997 Entrevista 2 - 26/11/1998 - Entrevista 3 - 11/03/1997 Entrevista 3 - 10/02/1998 - Entrevista 4 - 27/02/1997 Entrevista 4 - 10/02/1998 - Entrevista 5 - 06/04/1997 Entrevista 5 - 13/05/1998 - Entrevista 6 - 06/04/1997 Entrevista 6 - 13/05/1998 -

9 (PHI) Entrevista 1 – 29/01/1997 Entrevista 1 - 26/11/1998 - Entrevista 2 – 29/01/1997 Entrevista 2 - 26/11/1998 - Entrevista 3 – 12/02/1997 Entrevista 3 - 12/02/1998 - Entrevista 4 – 12/02/1997 Entrevista 4 - 12/02/1998 - Entrevista 5 – 26/03/1997 Entrevista 5 - 13/05/1998 - Entrevista 6 – 26/03/1997 Entrevista 6 - 13/05/1998 -

Anejo 4

438

TABLA 4.2. GRUPO BARCELONA (BAR) L1 CHINO

Sujeto ETAPA I ETAPA II 10 (DAN) Entrevista 3 (30/11/1998) -

Entrevista 4 (30/11/1998) - Entrevista 5 (15/01/1999) Entrevista 5 (05/05/1999) Entrevista 6 (15/01/1999) Entrevista 6 (05/05/1999)

11 (GAO) Entrevista 3 (30/11/1998) - Entrevista 4 (30/11/1998) - Entrevista 5 (15/01/1999) Entrevista 5 (05/05/1999) Entrevista 6 (15/01/1999) Entrevista 6 (05/05/1999)

12 (LIN) Entrevista 1 (26/11/1998) - Entrevista 2 (26/11/1998) - Entrevista 3 (30/11/1998) Entrevista 3 (22/04/1999) Entrevista 4 (30/11/1998) - Entrevista 5 (15/01/1999) Entrevista 5 (05/05/1999) Entrevista 6 (15/01/1999) Entrevista 6 (05/05/1999)

13 (MIA) Entrevista 3 (30/11/1998) - Entrevista 4 (30/11/1998) - Entrevista 5 (15/01/1999) - Entrevista 6 (15/01/1999) -

14 (MIZ) Entrevista 1 (26/11/1998) Entrevista 2 (26/11/1998) Entrevista 3 (30/11/1998) - Entrevista 4 (30/11/1998) -

15 (ZHE) Entrevista 1 (26/11/1998) Entrevista 2 (26/11/1998) Entrevista 3 (30/11/1998) Entrevista 3 (22/04/1999) Entrevista 4 (30/11/1998) Entrevista 4 (22/04/1999) Entrevista 5 (15/01/1999) Entrevista 5 (05/05/1999) Entrevista 6 (15/01/1999) Entrevista 6 (05/05/1999)

TABLA 4.3. DATOS GRUPO BAR. L1 CHINO

Nombre

Edad

L1

Otra(s) L2(s) Tiempo previsto de

estancia en la EOI

Tiempo previsto de estancia

en un país hispanohablante

Relación con hispanohablantes

DAN 18 Chino (Mandarín)

Más de 3 semestres

Más de 2 años Poca oportunidad de hablar

LIN 24 Chino (Cantonés)

Inglés (Elem.) Español (Elem)

Más de 3 semestres

Más de 2 años Poca oportunidad de hablar

GAO 19 Chino (Wen Chen)

Catalán (Elem.) Más de 3 semestres

Más de 2 años Poca oportunidad de hablar

MIAO 45 Chino (Cantonés)

Japonés (Avanz.)

Más de 3 semestres

Más de 2 años Bastante oportunidad de hablar

MIZ 43 Chino (Mandarín)

Inglés (Elem.) 3 semestres Más de 2 años Poca oportunidad de hablar

ZHEN-LI

25 Chino (Ÿing Tian)

Inglés (Elem.) Más de 2 años Poca oportunidad de hablar

Anejo 4

439

TABLA 4.5. RELACIÓN DE ENTREVISTAS. GRUPO CONTROL (CON) ETAPA 1

Sujeto ETAPA I 16 (RUB) Entrevista 1 (13-01-1995)

Entrevista 2 (13-01-1995) Entrevista 3 (03-03-1995) Entrevista 4 (03-03-1995) Entrevista 6 (03-03-1995)

17 (BLA) Entrevista 1 (27-01-1995) Entrevista 2 (27-01-1995) Entrevista 3 (13-03-1995) Entrevista 4 (13-03-1995) Entrevista 6 (13-03-1995)

18 (MAR) Entrevista 1 (27-01-1995) Entrevista 2 (27-01-1995) Entrevista 5 (13-03-1995) Entrevista 4 (13-03-1995) Entrevista 5 (13-03-1995)

19 (JUL) Entrevista 1 (20-01-1995) Entrevista 2 (20-01-1995) Entrevista 3 (22-04-1995) Entrevista 4 (22-04-1995) Entrevista 5 (22-04-1995)

1 Los resultados de la etapa I de este grupo CON, de control, se emplean como resultados válidos también para las etapas 2 y 3 asumiendo la estabilidad de la producción nativa.

TABLA 4.4. RELACIÓN DE SUJETOS. GRUPO CONTROL (CON) ETAPA I1 Nombre Edad L1 Otra(s) L2 Rubén (RUB) 13 Español (Madrid) - Blanca (BLA) 30 Español (Vitoria) Inglés Mar (MAR) 30 Español (Madrid) - Julio (JUL) 26 Español (Málaga) Inglés

Anejo 4

440

4.2 Tablas Capítulo V

TABLA 5.9bis. TOTAL POTENCIAL DE ARTÍCULOS. TODOS LOS GRUPOS Y ETAPAS Sujeto Nombre Grupo Total Potencial

Artículos E. 1 Total Potencial Artículos E. 2

Total Potencial Artículos E. 3

1 JOS OTT 678 894 1077 2 LUC OTT 918 989 1207 3 NIC OTT 563 818 1080 4 NIM OTT 797 789 1261 5 TRI OTT 1346 876 1421 6 CLP OTT 858 703 - 7 FAL OTT 1184 1198 - 8 JOA OTT 777 775 - 9 PHI OTT 793 933 - 10 DAN BAR 395 174 - 11 LIN BAR 535 189 - 12 GAO BAR 317 271 - 13 MIA BAR 234 - - 14 MIZ BAR 345 - - 15 ZHE BAR 595 406 - 16 RUB CON 444 444 444 17 BLA CON 870 870 870 18 MAR CON 390 390 390 19 JUL CON 1026 1026 1026

TABLA 5 18bis. TOTAL POTENCIAL DE CLÍTICOS. TODOS LOS GRUPOS Y ETAPAS

Sujeto Nom. Grupo Total Potencial Clíticos E. 1

Total Potencial Clíticos E. 2

Total Potencial Clíticos E. 3

1 JOS OTT 39 60 81 2 LUC OTT 50 67 90 3 NIC OTT 58 58 55 4 NIM OTT 44 70 82 5 TRI OTT 32 52 88 6 CLP OTT 17 26 - 7 FAL OTT 49 83 - 8 JOA OTT 37 57 - 9 PHI OTT 46 36 - 10 DAN BAR 21 5 -

11 LIN BAR 39 7 - 12 GAO BAR 22 2 - 13 MIA BAR 34 - - 14 MIZ BAR 23 - - 15 ZHE BAR 32 36 - 16 RUB CON 51 51 51 17 BLA CON 106 106 106 18 MAR CON 71 71 71 19 JUL CON 121 121 121

Anejo 4

441

TABLA 5.27bis. ARTÍCULOS. TOTALES POTENCIALES, PRODUCIDOS Y OMISIONES. TODOS LOS GRUPOS Y ETAPAS Suj. Nom. Grup Total

Potencial Artículos

E. 1

Total Producidos Artículos

E. 1

Total Omisiones Artículos

E1

Total Potencial Artículos

E. 2

Total Producidos Artículos

E. 2

Total Omisiones Artículos

E. 2

Total Potencial Artículos

E. 3

Total Producidos Artículos

E. 3

Total Omisiones Artículos

E. 3

1 JOS OTT 678 678 0 894 892 2 1075 1070 5 2 LUC OTT 918 918 0 989 984 5 1208 1204 4 3 NIC OTT 563 556 7 818 814 4 1082 1080 2 4 NIM OTT 797 792 5 789 787 2 1264 1257 7 5 TRI OTT 1346 1337 9 1038 1038 0 1426 1413 13 6 CLP OTT 858 858 - 703 692 11 0 0 - 7 FAL OTT 1346 1340 6 1198 1185 13 0 0 - 8 JOA OTT 777 773 4 775 769 6 0 0 - 9 PHI OTT 793 789 4 933 932 1 0 0 - 10 DAN BAR 485 476 9 186 183 3 0 0 - 11 LIN BAR 535 472 63 213 207 6 0 0 - 12 GAO BAR 317 305 12 283 275 8 0 0 - 13 MIA BAR 240 207 33 - - - 0 0 -

14 MIZ BAR 375 341 34 - - - 0 0 -

15 ZHE BAR 575 528 47 442 413 29 0 0 - 16 RUB CON 444 444 0 - - - - - - 17 BLA CON 870 870 0 - - - - - - 18 MAR CON 390 390 0 - - - - - - 19 JUL CON 1026 1026 0 - - - - - -

TABLA 5.32bis. ARTÍCULOS. FORMAS PRODUCIDAS NATIVAS Y NO NATIVAS. TODOS LOS GRUPOS Y ETAPAS Suj. Nom. Grup Total

Producidos E. 1

Total Nativos

E. 1

Total No Nativos

E. 1

Total Producidos

E. 2

Total Nativos

E. 2

Total No Nativos

E. 2

Total Producidos

E. 3

Total Nativos

E. 3

Total No Nativos

E. 3

1 JOS OTT 678 678 0 892 888 4 1070 1062 8 2 LUC OTT 918 918 0 984 978 6 1204 1194 10 3 NIC OTT 556 540 16 814 810 4 1080 1074 6 4 NIM OTT 792 768 24 787 780 7 1257 1242 15 5 TRI OTT 1337 1326 11 1038 1032 6 1413 1392 21 6 CLP OTT 858 858 0 692 684 8 - - - 7 FAL OTT 1340 1320 20 1185 1170 15 - - - 8 JOA OTT 773 762 11 769 762 7 - - - 9 PHI OTT 789 762 27 932 918 14 - - - 10 DAN BAR 476 468 8 183 180 3 - - - 11 LIN BAR 472 438 34 207 198 9 - - - 12 GAO BAR 305 294 11 275 264 11 - - - 13 MIA BAR 207 192 15 - - - - - - 14 MIZ BAR 341 330 11 - - - - - - 15 ZHE BAR 548 522 26 413 384 29 - - - 16 RUB CON 444 444 - 444 - - - - - 17 BLA CON 870 870 - 870 - - - - - 18 MAR CON 390 390 - 390 - - - - - 19 JUL CON 1026 1026 - 1026 - - - - -

Anejo 4

442

TABLA 5.37bis. CLÍTICOS. TOTALES POTENCIALES, PRODUCIDOS Y OMISIONES. TODOS LOS GRUPOS Y ETAPAS

Suj. Nom. Grup Total Potencial Clíticos

E. 1

Total Producidos

Clíticos E. 1

Total Omisiones

Clíticos E. 1

Total Potencial Clíticos

E. 2

Total Producidos

Clíticos E. 2

Total Omisiones

Clíticos E. 2

Total Potencial Clíticos

E. 3

Total Producidos

Clíticos E. 3

Total Omisiones

Clíticos E. 3

1 JOS OTT 39 38 1 63 59 4 86 84 2 2 LUC OTT 50 42 8 71 64 7 93 88 5 3 NIC OTT 58 55 3 59 58 1 55 52 3 4 NIM OTT 44 44 0 73 70 3 82 73 9 5 TRI OTT 32 26 6 52 50 2 89 80 9 6 CLP OTT 17 16 1 26 25 1 - - - 7 FAL OTT 49 44 5 84 77 7 - - - 8 JOA OTT 37 35 2 58 58 0 - - - 9 PHI OTT 46 44 2 36 34 2 - - - 10 DAN BAR 21 19 2 5 4 1 - - - 11 LIN BAR 39 28 11 7 6 1 - - - 12 GAO BAR 22 19 3 3 3 0 - - - 13 MIA BAR 34 28 6 - - - - - - 14 MIZ BAR 24 21 3 - - - - - - 15 ZHE BAR 32 32 0 36 27 9 - - - 16 RUB CON 53 53 0 - - - - - - 17 BLA CON 108 108 0 - - - - - - 18 MAR CON 73 73 0 - - - - - - 19 JUL CON 121 121 0 - - - - - -

TABLA 5.41bis TOTAL CLÍTICOS PRODUCIDOS: FORMAS NATIVAS Y NO NATIVAS. GRUPOS OTT Y BAR

Suj. Nom. Grup Total Producidos

E. 1

Total Nativos

E. 1

Total No Nativos

E. 1

Total Producidos

E. 2

Total Nativos

E. 2

Total No Nativos

E. 2

Total Producidos

E. 3

Total Nativos

E. 3

Total No Nativos

E. 3

1 JOS OTT 39 35 4 58 54 4 84 83 1 2 LUC OTT 46 41 5 64 60 4 90 86 4 3 NIC OTT 56 50 6 54 52 2 55 52 3 4 NIM OTT 44 40 4 67 55 12 70 66 4 5 TRI OTT 26 25 1 59 49 10 80 71 9 6 CLP OTT 15 15 0 24 23 1 - - - 7 FAL OTT 40 32 8 78 72 6 - - - 8 JOA OTT 35 33 2 57 52 5 - - - 9 PHI OTT 44 43 1 34 32 2 - - - 10 DAN BAR 19 18 1 4 4 0 - - - 11 LIN BAR 28 28 0 6 4 2 - - - 12 GAO BAR 19 18 1 3 3 0 - - - 13 MIA BAR 28 27 1 - - 0 - - - 14 MIZ BAR 21 17 4 - - 0 - - - 15 ZHE BAR 32 30 2 27 25 2 - - - 16 RUB CON 53 53 0 - - - - - - 17 BLA CON 108 108 0 - - - - - - 18 MAR CON 73 72 0 - - - - - - 19 JUL CON 121 119 0 - - - - - - OTT 345

314

31

(8,99%) 495

449

46

(9,29%) 376

358

18

(5,45%) BAR

147 138 9

(6,12%) 40 36 4

(10%) - - - CON 355 355 0

TABLA 5.45bis PRUEBA DE WILCOXON. COMPARACIÓN ENTRE TIPOS DE LE Y SE.

GRUPO OTT. E. 1. (Porcentajes sobre TOTAL POTENCIAL de elementos)

Anejo 4

443

E. 1 E. 2 E. 3

Z Sig. asintót. (bilateral)

Z Sig. asintót. (bilateral)

Z Sig. asintót. (bilateral)

% Experimentador - % Dativo/Total LE -2,404(a) ,016* -2,371(a) ,018 -1,826(a) ,068

% Dativo - % Acusativo/Total LE -2,232(a) ,026* -2,670(a) ,008 -2,023(a) ,043

% Experimentador -% Acusativo/Total LE -2,684(a) ,007* -1,825(a) ,068 -1,753(a) ,080

% Pronominal - % Dativo/Total SE -2,666(a) ,008* -2,668(a) ,008 -2,032(a) ,042

% Recíproco - % Dativo/Total SE -1,997(b) ,046* -,944(b) ,345 -1,826(c) ,068

% Impersonal - % Dativo/Total SE -,170(b) ,865 -,889(a) ,374 -1,342(c) ,180

% Reflexivo - % Dativo/Total SE -,762(a) ,446 -,178(b) ,859 -1,461(c) ,144

a Basado en los rangos negativos.

TABLA 5.46bis PRUEBA DE WILCOXON. COMPARACIÓN ENTRE TIPOS DE LE Y SE. GRUPO BAR. E. 1. (Porcentajes sobre TOTAL POTENCIAL de elementos)

Z Sig. Asintót. (bilateral)

% Experimentador - % Dativo/Total LE -2,000(a) ,046*

% Pronominal - % Dativo/Total SE -2,207(a) ,027*

% Recíproco - % Dativo/Total SE -1,342(b) ,180

% Impersonal - % Dativo/Total SE -1,089(a) ,276

% Reflexivo - % Dativo/Total SE -1,342(b) ,180

TABLA 5.48bis. SOBREPRODUCCIONES DE ARTÍCULOS Y CLÍTICOS EN L1 Y L2

TABLA 5.49bis. TIPOLOGÍA DE ERRORES DE ARTÍCULOS EN L2. TODOS LOS GRUPOS Y

ETAPAS

Suj. Nom. Grup Total ERR ERR ERR Total ERR ERR ERR Total ERR ERR ERR

Suj. Nom. Grupo Total Sobrepr. artículos

E. 1

Total Sobrepr.

artículos E. 2

Total Sobrepr.

artículos E. 3

Total Sobrepr. clíticos

E. 1

Total Sobrepr. clíticos

E. 2

Total Sobrepr. clíticos

E. 3 1 JOS OTT 0 0 1 0 4 2

2 LUC OTT 0 2 2 1 0 3

3 NIC OTT 2 0 5 1 1 1

4 NIM OTT 3 1 1 0 3 1 5 TRI OTT 3 0 2 1 0 4 6 CLP OTT 0 2 - 1 0 - 7 FAL OTT 0 1 - 1 1 - 8 JOA OTT 1 2 - 0 0 - 9 PHI OTT 1 0 - 0 0 - 10 DAN BAR 0 0 - 1 0 - 11 LIN BAR 1 0 - 1 0 - 12 GAO BAR 0 0 - 1 0 - 13 MIA BAR 0 - - 0 - - 14 MIZ BAR 0 - - 0 - - 15 ZHE BAR 4 0 - 2 0 - 16 RUB CON 0 - - 0 - - 17 BLA CON 0 - - 0 - - 18 MAR CON 0 - - 0 - - 19 JUL CON 0 - - 0 - - OTT 10 8 11 5 9 11 BAR 5 0 - 0 CON 0 0

Anejo 4

444

No Nat E. 1

GEN NUM OTROS No Nat E. 2

GEN NUM OTROS No Nat E. 3

GEN NUM OTROS

1 JOS OTT 0 0 0 0 3 1 2 0 5 3 1 1 2 LUC OTT 0 0 0 0 4 4 0 0 9 5 0 4

3 NIC OTT 13 9 2 2 3 3 0 0 6 6 0 0

4 NIM OTT 22 15 5 2 6 3 2 1 10 1 4 5

5 TRI OTT 9 3 5 1 6 5 0 1 13 7 1 5 6 CLP OTT 0 0 0 0 6 4 0 2 - - - - 7 FAL OTT 23 9 14 0 13 4 5 4 - - - - 8 JOA OTT 8 7 1 0 4 4 0 0 - - - - 9 PHI OTT 24 20 4 0 13 8 4 1 - - - - 10 DAN BAR 2 2 0 0 2 1 0 1 - - - - 11 LIN BAR 4 3 0 1 2 1 0 1 - - - - 12 GAO BAR 7 3 3 1 7 3 3 1 - - - - 13 MIA BAR 5 4 1 0 0 0 0 0 - - - - 14 MIZ BAR 4 1 0 3 0 0 0 0 - - - - 15 ZHE BAR 3 2 0 1 8 4 1 3 - - - - 16 RUB CON 0 0 0 0 - - - - - - - - 17 BLA CON 0 0 0 0 - - - - - - - - 18 MAR CON 0 0 0 0 - - - - - - - - 19 JUL CON 0 0 0 0 - - - - - - - -

OTT 101 63 (62,37%)

31 (30,69%)

7 (6,93%)

58 36 (62,06%)

13 (22,42%)

9 (15,52%)

43 21 (48,8%)

6 (14%)

16 (37,2%)

BAR 25

15 (60%)

4 (16%)

6 (24%)

19 9 (47,37%

4 (21,05%

6 (31,57%)

- - - -

TABLA 5.50bis. ERRORES DE GÉNERO EN EL USO DE CLÍTICOS EN L2. TODOS LOS GRUPOS Y ETAPAS

Suj. Nom. Grup Total No Nat

E. 1

ERR GEN

Masc/ Fem

1

Fem/ Masc

1

Total No Nat

E. 2

ERR GEN

Masc/ Fem

2

Fem/ Masc

2

Total No Nat

E. 3

ERR GEN

Masc/ Fem

3

Fem/ Masc

3

1 JOS OTT 4 0 0 0 4 1 1 0 1 0 0 0 2 LUC OTT 5 1 0 0 4 1 1 0 4 2 1 1

3 NIC OTT 6 0 0 0 2 0 0 0 3 1 0 1 4 NIM OTT 4 1 1 0 12 1 1 0 9 (1=N) 1 (=N) 0 0 5 TRI OTT 1 0 0 0 10 0 0 0 12 3 3 0 6 CLP OTT 0 0 0 0 1 0 0 0 - - - 7 FAL OTT 8 2 0 2 6 2 1 1 - - - - 8 JOA OTT 2 0 0 0 5 2 1 1 - - - - 9 PHI OTT 1 0 0 0 2 0 0 0 - - - - 10 DAN BAR 1 0 0 0 0 1 1 0 - - - - 11 LIN BAR 0 0 0 0 2 1 1 0 - - - - 12 GAO BAR 1 1 1 0 0 0 0 0 - - - - 13 MIA BAR 1 0 0 0 0 - - - - - - - 14 MIZ BAR 4 1 0 1 0 - - - - - - - 15 ZHE BAR 2 0 0 0 2 0 0 0 - - - - 16 RUB CON 0 0 0 0 0 - - - - - - - 17 BLA CON 0 0 0 0 - - - - - - - - 18 MAR CON 1 0 0 0 - - - - - - - - 19 JUL CON 2 0 0 0 - - - - - - - -

OTT 30 3 (10%

1 2 46 7 15,22%

5 2 18 4 22,22%

2 2

BAR 9

2 1 1 4 2 2 -

TABLA 5.51bis. ERRORES DE NÚMERO EN EL USO DE CLÍTICOS EN L2. TODOS LOS GRUPOS Y

ETAPAS Suj. Nom. Grup Total

No Nativos

ERR NÚM E. 1

Sing/ Pl. E. 1

Pl./ Sing E. 1

Total No

Nativos

ERR NÚM E. 2

Sing/ Pl. E. 2

Pl./ Sing E. 2

Total No

Nativos

ERR NÚM E. 3

Sing/ Pl. E. 3

Pl./ Sing E. 3

Anejo 4

445

E. 1 E. 2 E. 3

1 JOS OTT 4 2 2 0 4 1 1 0 1 0 0 0 2 LUC OTT 5 2 2 0 4 1 1 0 4 1 1 0

3 NIC OTT 6 1 1 0 2 0 0 0 3 1 1 0 4 NIM OTT 4 1 1 0 12 2 2 0 9 (1=G) 6 5 1 (=G) 5 TRI OTT 1 1 1 0 10 7 7 0 12 5 5 0 6 CLP OTT 0 0 0 0 1 0 0 0 - 7 FAL OTT 8 3 3 0 6 0 0 0 - 8 JOA OTT 2 2 0 0 5 1 1 0 - 9 PHI OTT 1 1 0 0 2 0 0 0 - 10 DAN BAR 1 1 1 0 0 0 0 0 - 11 LIN BAR 0 0 0 0 2 0 0 0 - 12 GAO BAR 1 1(=G) 1 0 0 0 0 0 - 13 MIA BAR 1 0 0 0 - - - - - 14 MIZ BAR 4 1 1 0 - - - - - 15 ZHE BAR 2 1 1 0 2 0 0 0 - 16 RUB CON 0 0 0 0 - 17 BLA CON 0 0 - - 18 MAR CON 0 0 - - 19 JUL CON 0 0 - -

OTT 30 9 30%

9

46 12 26,08%

12 29 13 44,8%

12 1

BAR 9

9 4 4

TABLA 5.52bis. ERRORES DE ORDEN EN EL USO DE CLÍTICOS Suj. Nom. Grup Orden

NO nativo E. 1

Orden NO nativo

E. 2

Orden NO nativo

E. 3 1 JOS OTT 0 0 0 2 LUC OTT 3 1 0

3 NIC OTT 1 4 0

4 NIM OTT 0 4 0

5 TRI OTT 3 0 0 6 CLP OTT 0 2 - 7 FAL OTT 1 0 - 8 JOA OTT 0 1 - 9 PHI OTT 0 0 - 10 DAN BAR 0 0 - 11 LIN BAR 1 0 - 12 GAO BAR 0 0 - 13 MIA BAR 0 - - 14 MIZ BAR 0 - - 15 ZHE BAR 1 0 - 16 RUB CON 0 - - 17 BLA CON 0 - - 18 MAR CON 0 - - 19 JUL CON 0 - -

OTT

8/ 344 (2,32%)

12/ 495 (2,42%)

0/ 377

BAR

2/ 147 (1,36%)

0 0

TABLA 5.58bis. DISTRIBUCIÓN DE LE: TOTALES POTENCIALES Y OMISIONES

Anejo 4

446

TABLA 5.59bis. DISTRIBUCIÓN DE LES: TOTALES POTENCIALES Y OMISIONES

Nom. Grup Tot. Pot LE E. 1

Tot. Prod LES E. 1

TOT Z/LES

E. 1

Tot. Pot. LE E. 2

Tot. Prod LES E. 2

TOT Z/LES

E. 2

Tot. Pot. LE E. 3

Tot. Prod LES E. 3

TOT Z/LES

E. 2 1 JOS OTT 5 5 0 7 7 0 5 5 0

2 LUC OTT 3 3 0 5 5 0 4 4 0

3 NIC OTT 2 2 0 4 4 0 1 1 0 4 NIM OTT 2 1 0 9 9 0 11 11 0 5 TRI OTT 1 1 0 4 4 0 12 12 0

6 CLP OTT 0 0 0 1 0 1 (2) - - -

7 FAL OTT 2 2 0 4 4 0 - - -

8 JOA OTT 1 0 1 (2) 2 2 0 - - -

9 PHI OTT 0 0 0 1 1 0 - - -

10 DAN BAR 2 1 1 (2) 1 0 1 (2) - - -

11 LIN BAR 0 0 0 1 1 0 - - -

12 GAO BAR 1 1 0 0 0 0 - - -

13 MIA BAR 1 1 0 - - - - - -

14 MIZ BAR 0 0 - - - - - -

15 ZHE BAR 1 2 0 0 0 0 - - -

16 RUB CON 4 4 0 - - - - - -

17 BLA CON 6 6 0 - - - - - -

18 MAR CON 4 4 0 - - - - - -

19 JUL CON 7 7 0 - - - - - -

OTT 15 14 81,25%

1 (18,75%

37 36 1 33 33 0

BAR 6 5 83,33%

1 16,66

2 1 50%

1 50%

TABLA 5.60bis. DISTRIBUCIÓN DE SE: TOTALES POTENCIALES Y OMISIONES

Nom. Grup Tot Poten LE E. 1

TOT Z/LE E.1

Z/LE Benf. E. 1

Z/LE Exp. E. 1

Tot Poten LE E. 2

TOT Z/LE E.2

Z/LE Benf. E. 2

Z/LE Exp. E. 2

Tot Poten LE E. 3

TOT Z/LE E.3

Z/LE Benf. E. 3

Z/LE Exp. E. 3

1 JOS OTT 8 1 1 0 11 3 3 0 21 0 0 0 2 LUC OTT 8 3 1 2 13 5 2 3 13 4 2 2 3 NIC OTT 5 1 1 0 10 0 0 0 14 2 2 0 4 NIM OTT 15 0 0 0 13 1 1 0 21 5 4 1 5 TRI OTT 7 1 1 0 9 0 0 0 23 2 2 0 6 CLP OTT 3 1 0 1 1 0 0 0 - - - - 7 FAL OTT 5 0 0 0 5 2 1 1 - - - - 8 JOA OTT 3 0 0 0 10 0 0 0 - - - - 9 PHI OTT 3 1 1 0 5 1 1 0 - - - - 10 DAN BAR 2 1 1 0 1 0 0 0 - - - - 11 LIN BAR 9 8 3 5 0 0 0 0 - - - - 12 GAO BAR 1 1 0 1 0 0 0 0 - - - - 13 MIA BAR 3 0 0 0 - - - - - - - - 14 MIZ BAR 7 0 0 0 - - - - - - - - 15 ZHE BAR 3 0 0 0 8 2 1 1 - - - - 16 RUB CON 7 0 0 0 - - - - - - - - 17 BLA CON 18 0 0 0 - - - - - - - - 18 MAR CON 11 0 0 0 - - - - - - - - 19 JUL CON 21 0 0 0 - - - - - - - - OTT 57 8

14,03% 5

62,5% 3

37,5% 77 12

15,58%

8 66,66%

4 33,33%

92

13 14,13%

10 76,9%

3 30%

BAR 25 10 40%

4 40%

6 60%

9 2 22,22

%

1 1

Anejo 4

447

TABLA 5.61bis. SOBREPRODUCCIONES DE CLÍTICOS. TODOS LOS GRUPOS Y ETAPAS

TABLA 5.62bis. DISTRIBUCIÓN DE USO DE LO (FORMAS NATIVAS Y NO NATIVAS PRODUCIDAS)

Nom. Grup Tot. Poten

SE E. 1

TOT Z/SE E.1

Z/SE Dat E. 1

Z/SE Pron E. 1

Z/SE Imp E. 1

Tot. Poten

SE E.2

TOT Z/SE E.2

Z/SE Dat E. 2

Z/SE Pron E. 2

Z/SE Imp E. 2

Tot. Poten

SE E. 3

TOT Z/SE E.3

Z/SE Dat E. 3

Z/SE Pron E. 3

1 JOS OTT 11 0 0 0 0 18 1 0 1 0 18 3 0 3 2 LUC OTT 14 1 1 0 0 27 2 2 0 0 46 1 0 1

3 NIC OTT 18 1 0 1 0 19 3 1 2 0 12 2 1 1

4 NIM OTT 11 0 0 0 0 8 1 1 0 0 14 2 1 1 5 TRI OTT 6 1 1 0 0 9 0 0 0 0 22 6 3 3 6 CLP OTT 7 2 0 2 0 18 1 0 1 0 - - - 7 FAL OTT 16 1 1 0 0 53 5 0 5 0 - - - 8 JOA OTT 20 1 0 1 0 27 0 0 0 0 - - - 9 PHI OTT 37 2 0 2 0 26 1 0 1 0 - - - 10 DAN BAR 6 2 0 2 0 4 1 0 1 0 - - - 11 LIN BAR 8 2 0 2 0 5 1 0 1 0 - - - 12 GAO BAR 10 2 0 2 0 0 0 0 0 0 - - - 13 MIA BAR 11 3 0 2 1 - 0 - - - - - - 14 MIZ BAR 5 2 0 2 0 - 0 - - - - - - 15 ZHE BAR 12 0 0 0 0 10 6 0 6 0 - - - 16 RUB CON 24 0 0 0 0 - - - - - - 17 BLA CON 46 0 0 0 0 - - - - - - 18 MAR CON 36 0 0 0 0 - - - - - - 19 JUL CON 55 0 0 0 0 - - - - - - OTT 140 9

6,42% 3 6 205 14

6,82% 4 10 112 14

12,5% 5 9

BAR 52 11

21,15% 10 1 19 8

42,1% 8

Suj. Nom. Grupo Total Sobrepr. clíticos

E. 1

Total Sobrepr. clíticos

E. 2

Total Sobrepr. clíticos

E. 3

1 JOS OTT 0 4 2

2 LUC OTT 1 0 3

3 NIC OTT 1 1 1

4 NIM OTT 0 3 1 5 TRI OTT 1 0 4 6 CLP OTT 1 0 - 7 FAL OTT 1 1 - 8 JOA OTT 0 0 - 9 PHI OTT 0 0 - 10 DAN BAR 1 0 - 11 LIN BAR 1 0 - 12 GAO BAR 1 0 - 13 MIA BAR 0 - - 14 MIZ BAR 0 - - 15 ZHE BAR 2 0 - 16 RUB CON 0 - 17 BLA CON 0 - 18 MAR CON 0 - 19 JUL CON 0 -

Anejo 4

448

Nom. Grup Prod. LO E. 1

Nativ. LO E. 1

No nat. LO E. 1

LA/ LO E. 1

LE/ LO E. 1

EL/ LO E. 1

Prod. LO E. 2

Nativ. LO E. 2

No nat. LO E. 2

LE/ LO E. 2

Prod. LO E. 3

Nativ. LO E. 3

No nat. LO E. 3

LE/ LO E. 3

1 JOS OTT 3 3 0 0 0 0 6 6 0 0 6 5 1 1

2 LUC OTT 7 7 0 0 0 0 9 9 0 0 10 10 0 0

3 NIC OTT 12 11 1 0 1 0 8 6 2 1 6 6 0 0

4 NIM OTT 5 5 0 0 0 0 13 7 6 6* 4 2 2 2

5 TRI OTT 2 2 0 0 0 0 2 2 0 0 1 0 1 1

6 CLP OTT 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0

7 FAL OTT 3 0 3 1 1 1 (4, 1) 0 0 0 0 0 0 0

8 JOA OTT 1 0 1 0 1 0 1 1 0 0 0 0 0

9 PHI OTT 1 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0

10 DAN BAR 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0

11 LIN BAR 11 11 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0

12 GAO BAR 0 0 0 0 0 0 1 1 0 0 0 0 0

13 MIA BAR 2 2 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0

14 MIZ BAR 2 2 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0

15 ZHE BAR 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0

16 RUB CON 7 0 0 0 0 0

17 BLA CON 8 0 0 0 0 0

18 MAR CON 4 0 0 0 0 0

19 JUL CON 8 0 0 0 0 0 OTT 33 28 5

(17,85%) 1

25% 3

50% 1

25% 39 31 8

(20, 5%) 7

100% 27 23 4

(14,81%)

4 100%

BAR 15 15 0 0 0 0 1

1 0 0 0

TABLA 6. 63bis. DISTRIBUCIÓN DE USO DE LA (FORMAS NATIVAS Y NO NATIVAS PRODUCIDAS)

TABLA 5.64 bis. DISTRIBUCIÓN DE USO DE LOS (FORMAS NATIVAS Y NO NATIVAS PRODUCIDAS)

Nom. Grup Total Prod LA E. 1

Total Nativ LA E. 1

Total Errores

LA E. 1

Le / LA

E 1

Total Produc

LA E.2

Total Nativos

LA E. 2

Total Errores

LA E. 2

Le / LA

E 2

Total Produc

LA E. 3

Total Nativos

LA E. 3

Total Errores

LA E. 3

Le / LA

E 3

1 JOS OTT 2 2 0 0 5 4 1 1 7 7 0 0 2 LUC OTT 4 4 0 0 5 4 1 1 2 1 1 1

3 NIC OTT 6 6 0 0 1 1 0 0 0 0 0 0

4 NIM OTT 1 0 1 1 3 2 1 1 1 1 0 0

5 TRI OTT 2 2 0 0 2 2 0 0 1 1 0 0 6 CLP OTT 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 7 FAL OTT 0 0 0 0 2 1 1 1 0 0 0 0 8 JOA OTT 1 1 0 0 3 1 2 2 0 0 0 0 9 PHI OTT 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 10 DAN BAR 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 11 LIN BAR 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 12 GAO BAR 0 0 0 0 1 1 0 0 0 0 0 0 13 MIA BAR 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 14 MIZ BAR 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 15 ZHE BAR 1 1 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 16 RUB CON 0 0 0 0 - - - - - - - -

17 BLA CON 0 0 0 0 - - - - - - - -

18 MAR CON 0 0 0 0 - - - - - - - -

19 JUL CON 9 9 - - - - - - - -

OTT 15 14 1 (6,66%)

1 (100%)

19 15 4 21,05%

4 (100%)

11 10 1 9,09%

1 (100%)

BAR 1 1 2 2 (100%)

2 (100%)

CON 9

Anejo 4

449

TABLA 5.65bis. DISTRIBUCIÓN DE USO DE LAS (FORMAS NATIVAS Y NO NATIVAS PRODUCIDAS)

TABLA 5.66bis. DISTRIBUCIÓN DE USO DE LE (FORMAS NATIVAS Y NO NATIVAS PRODUCIDAS)

Nom. Grup Tot Prod

Nat LE

Tot Error

la/le DAT

me/le EXP

se/le EXP

Tot Prod

Tot Nativ

Tot Error

se/le DAT

me/le EXP

te/le EXP

se/le EXP

Tot Prod

Tot Nativ

Tot Error

La/le DAT

se/le EXP

Nom.

Grup

Total Producidos

LOS E.2

Total Nativos

LOS E. 2

Total Errores

LOS E. 2

LES/ LOS

E. 2

LAS/ LOS

E. 2

1 JOS OTT 0 0 0 0 0 2 LUC OTT 0 0 0 0 0

3 NIC OTT 0 0 0 0 0

4 NIM OTT 0 0 0 0 0

5 TRI OTT 0 0 0 0 0 6 CLP OTT 0 0 0 0 0 7 FAL OTT 2 1 1 1 0 8 JOA OTT 2 0 2 1 1 9 PHI OTT 0 0 0 0 0 10 DAN BAR 0 0 0 0 0 11 LIN BAR 0 0 0 0 []0 12 GAO BAR 1 1 0 0 0 13 MIA BAR 0 0 0 0 0 14 MIZ BAR 0 0 0 0 0 15 ZHE BAR 0 0 0 0 0 16 RUB CON - - - - -

17 BLA CON - - - - -

18 MAR CON - - - - -

19 JUL CON - - - - -

OTT 4 1 3 2 1 (50%)

BAR 1 1 0 0 0

Nom. Grup Producidos LAS E. 1

Nativos LAS E. 1

Errores LAS E. 1

LA /LAS E. 1

1 JOS OTT 0 0 0 0 2 LUC OTT 0 0 0 0

3 NIC OTT 0 0 0 0

4 NIM OTT 0 0 0 0

5 TRI OTT 0 0 0 0 6 CLP OTT 0 0 0 0 7 FAL OTT 1 0 1 1 8 JOA OTT 0 0 0 0 9 PHI OTT 0 0 0 0 10 DAN BAR 0 0 0 0 11 LIN BAR 0 0 0 0 12 GAO BAR 1 0 1 1 13 MIA BAR 0 0 0 0 14 MIZ BAR 0 0 0 0 15 ZHE BAR 0 0 0 0 16 RUB CON 0 0 0 0 17 BLA CON 1 1 0 0 18 MAR CON 1 1 0 0 19 JUL CON 0 0 0 0 OTT 1 0 1 1 BAR 1 0 1 1 CON 1 0 1 1

Anejo 4

450

LE E. 1

E. 1 LE E. 1

E. 1 E. 1 E. 1

LE E.2

LE E. 2

LE E. 2

E. 2 E. 2 E. 2 E. 2 LE E. 3

LE E. 3

LE E. 3

E. 3 E. 3

1 JOS OTT 7 6 1 0 1 0 8 8 0 0 0 0 0 21 20 1 1 0 2 LUC OTT 5 5 0 0 0 0 8 7 1 0 0 0 0 9 8 1 1 0 3 NIC OTT 5 3 2 0 0 2 10 8 2 2 0 0 0 12 12 2 1 0 4 NIM OTT 15 13 2 0 0 2 12 12 0 0 0 0 0 16 15 1 0 1 5 TRI OTT 6 6 0 0 0 0 9 9 0 0 0 0 0 21 20 1 0 0 6 CLP OTT 2 1 1 0 0 0 1 0 1 0 0 1 0 - - - 7 FAL OTT 5 4 1 1 0 0 3 2 1 1 0 0 0 - - - 8 JOA OTT 3 3 0 0 0 0 10 10 0 0 0 0 0 - - - 9 PHI OTT 2 2 0 0 0 0 4 4 0 0 0 0 0 - - - 10 DAN BAR 1 1 0 0 0 0 1 1 0 0 0 0 0 - - - 11 LIN BAR 1 1 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 - - - 12 GAO BAR 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 - - - 13 MIA BAR 3 3 0 0 0 0 - - - 0 0 0 0 - - - 14 MIZ BAR 7 7 0 0 0 0 - - - 0 0 0 0 - - - 15 ZHE BAR 3 1 2 0 0 1 6 4 2 0 1 0 1 - - - 16 RUB CON 7 0 0 0 0 0 - - - 0 0 0 0 - - - 17 BLA CON 18 0 0 0 0 0 - - - - - - - - - - - - 18 MAR CON 11 0 0 1 0 0 - - - - - - - - - - - - 19 JUL CON 21 0 0 0 0 0 - - - - - - - - - - - - OTT 50 43

87,75%

6 12,25

%

1 16,66

%

1 / 5 83,33%

65

60 92,30

%

4 7,7%

3 66,66

%

0 1 33,33

%

0 80

75 93,75%

5 6,25%

3 66,66%

1 33,33

% BAR 15 13

86,6% 2

13,34%

0 0 1 7 5 71,42

%

2 28,58

%

0 1 50%

0 1 50%

- - -

TABLA 5.67 bis. DISTRIBUCIÓN DE USO DE LES (FORMAS NATIVAS Y NO NATIVAS PRODUCIDAS)

TABLA 5.68bis. DISTRIBUCIÓN DE USO DE SE (FORMAS NATIVAS Y NO NATIVAS PRODUCIDAS)

Nom. Grup

Total Prod LES E. 1

Total Error LES E. 1

le/ les AC E. 1

le/ les

DAT E. 1

le/ les

EXP E. 1

Tot Pro LES

E.2

Total Error LES E. 2

Le/ les AC E. 2

le/ les

DAT E. 2

los/ les

DAT E. 2

le/ les

EXP E. 2

los/ les

EXP E. 2

las/ les

EXP E. 2

Total Prod LES E. 3

Total Errors LES E. 3

le/ les AC E. 3

le/ les

EXP E. 3

1 JOS OTT 5 1 0 0 1 7 4 0 1 2 0 1 0 5 0 0 0 2 LUC OTT 3 1 1 0 0 5 2 0 1 0 0 1 0 4 0 0 0 3 NIC OTT 2 2 0 0 2 4 3 0 0 0 3 0 0 1 0 0 0 4 NIM OTT 1 1 0 1 0 9 7 0 0 0 7** 0 0 11 4 0 4

5 TRI OTT 1 1 0 0 1 4 0 0 0 0 0 0 0 12 6 1 5 6 CLP OTT 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 7 FAL OTT 2 2 0 0 2 4 2 0 0 0 0 0 2 0 8 JOA OTT 0 0 0 0 0 2 1 1 0 0 0 0 0 0 9 PHI OTT 0 0 0 0 0 1 1 0 0 0 0 1 0 0 10 DAN BAR 1 1 0 0 1 0 0 0 0 0 0 0 0 0 11 LIN BAR 0 0 0 0 0 1 1 0 0 0 0 1 0 0 12 GAO BAR 1 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 13 MIA BAR 1 1 0 0 1 0 0 14 MIZ BAR 0 0 0 0 0 0 0 15 ZHE BAR 2 1 0 0 1 0 0 0 0 0 0 0 0 0 16 RUB CON 4 0 0 0 0 - . . . . . . - . . 17 BLA CON 6 0 0 0 0 - . . . . . . - . . 18 MAR CON 4 0 0 0 0 - . . . . . . - . . 19 JUL CON 7 0 0 0 0 - . . . . . - . . OTT 13 8

57,14%

1 12,5%

1 12,5%

6 75%

36 20 55,55

%

1 5%

2 / 2 20%

10 / 3 / 2 75%%

33

10 30,3%

1 10%

9 90%

BAR 5 3

3 100

1 1 1 100%

- - -

Anejo 4

451

TABLA 5.69bis. POSICIÓN DE CLÍTICOS. TODOS LOS GRUPOS Y ETAPAS Suj. Nom. Grup Orden

NO nativo E. 1

Orden NO nativo

E. 2

Orden NO nativo

E. 3 1 JOS OTT 0 0 0 2 LUC OTT 3 1 0

3 NIC OTT 1 4 0

4 NIM OTT 0 4 0

5 TRI OTT 3 0 0 6 CLP OTT 0 2 - 7 FAL OTT 1 0 - 8 JOA OTT 0 1 - 9 PHI OTT 0 0 - 10 DAN BAR 0 0 - 11 LIN BAR 1 0 - 12 GAO BAR 0 0 - 13 MIA BAR 0 - - 14 MIZ BAR 0 - - 15 ZHE BAR 1 0 - 16 RUB CON 0 - - 17 BLA CON 0 - - 18 MAR CON 0 - - 19 JUL CON 0 - -

OTT

8/ 344 (2,32%)

12/ 495 (2,42%)

0/ 377

BAR

2/ 147 (1,36%)

0 0

TABLA 5.70bis. CONSTRUCCIONES DE SUSTANTIVO NULO. TODOS LOS GRUPOS Y ETAPAS

Nom. Grup Prod SE E. 1

Nativ SE E. 1

Error SE E. 1

me/se IMP E. 1

le/se DAT E. 1

Prod SE E.2

Nativ SE E. 2

Error SE E. 2

te/se IMP E. 2

le/se DAT E. 2

Prod SE E. 3

Nativ SE E. 3

Error SE E. 3

es/se PRON

E. 3 1 JOS OTT 10 9 1 0 1 17 17 0 0 0 15 15 0 0 2 LUC OTT 13 13 0 0 0 25 25 0 0 0 45 45 0 0

3 NIC OTT 17 17 0 0 0 16 16 0 0 0 11 10 1 1

4 NIM OTT 10 10 0 0 0 7 6 1 0 1 12 12 0 0 5 TRI OTT 5 5 0 0 0 9 8 1 0 1 16 15 1 1 6 CLP OTT 5 5 0 0 0 17 17 0 0 0 - - - - 7 FAL OTT 15 10 5* 1 3 48 48 0 0 0 - - - - 8 JOA OTT 19 19 0 0 0 27 26 1 0 1 - - - - 9 PHI OTT 35 35 0 0 0 25 25 0 0 0 - - - - 10 DAN BAR 4 4 0 0 0 3 3 0 0 0 - - - - 11 LIN BAR 6 6 0 0 0 3 2 1 1 0 - - - - 12 GAO BAR 8 8 0 0 0 0 0 0 0 0 - - - - 13 MIA BAR 8 8 0 0 0 - - - 0 0 - - - - 14 MIZ BAR 3 3 0 0 0 - - - 0 0 - - - - 15 ZHE BAR 12 12 0 0 0 4 4 0 0 0 - - - - 16 RUB CON 24 24 0 0 0 - - - - - - - - - 17 BLA CON 46 46 0 0 0 - - - - - - - - - 18 MAR CON 36 36 0 0 0 - - - - - - - - - 19 JUL CON 55 55 0 0 0 - - - - - - - - - OTT 128

123

96,09% 5

3,9% 1

20% 4

80% 191 188

98,42% 3

1,58% 0 3

100% 99 97%

97,97% 2

2,02% 2

BAR 41 41 0 0 0 10 9 1 10%)

1 1 0

CON

161 161

Anejo 4

452

Suj. Nom. Grup Sustantivos nulos E. 1

Sustantivos nulos E. 2

Sustantivos nulos E. 3

1 JOS OTT 0 0 7 2 LUC OTT 1 0 3 3 NIC OTT 0 0 1 4 NIM OTT 1 1 4 5 TRI OTT 1 0 3 6 CLP OTT 0 0 0 7 FAL OTT 0 2 0 8 JOA OTT 0 0 0 9 PHI OTT 2 0 0 10 DAN BAR 2 1 0 11 LIN BAR 0 0 0 12 GAO BAR 0 0 0 13 MIA BAR 0 0 0 14 MIZ BAR 0 0 0 15 ZHE BAR 0 1 0 16 RUB CON 0 0 0 17 BLA CON 5 0 0 18 MAR CON 2 0 0 19 JUL CON 11 0 0

OTT 5 4 18

BAR 1 0

CON 17 - -

TABLA 5.71bis. CONSTRUCCIONES DE POSESIÓN INALIENABLE. ETAPAS 1 Y 2

TABLA 5.72bis. ESTRUCTURAS DE DOBLADO DE CLÍTICO. TODOS LOS GRUPOS Y ETAPAS

Suj Grupo Nativos E. 1

No nativos E. 1

TOT E. 1

Nativos E. 2

No nativos E. 2

TOT E. 2

Nativos E. 3

No nativos E. 3

TOT E. 3

1 1 2 3 5 1 0 1 8 3 11

Suj. Nom. Grup Art Obl. E.1

Poss Obl. E.1

∅∅∅∅ Obl. E.1

TOT Obl E. 1

Art Opc. E.1

Poss. Opc. E.1

∅∅∅∅ Opc. E.1

TOT Opc. E. 1

Art Obl. E.2

Poss. Obl. E.2

∅∅∅∅ Obl. E.2

TOT Obl E.2

Art Opc. E.2

Poss. Opc. E.2

∅∅∅∅ Opc. E.2

TOT Opc. E.2

1 JOS OTT 2 2 4 1 10 11 2 0 2 0 3 3 2 LUC OTT

0 0

0 2 6

8 2 0

2 0 5

5 3 NIC OTT

1 0

1 0 3

3 4 0

4 0 6

6 4 NIM OTT 1 0 1 1 1 2 2 0 2 1 4 5 5 TRI OTT 1 0 1 1 1 2 3 0 3 1 4 5 6 CLP OTT 1 0 1 3 0 3 3 0 3 6 5 11 7 FAL OTT 3 2 5 0 0 0 7 0 7 3 6 9 8 JOA OTT 4 1 5 2 1 3 1 0 1 2 1 3 9 PHI OTT 1 0 1 0 3 3 2 0 2 1 5 6 10 DAN BAR 1 1 0 2 4 0 0 4 0 0 1 1 2 0 4 6 11 LIN BAR 4 0 0 4 3 0 3 6 0 0 0 0 3 4 1 8 12 GAO BAR 4 1 0 5 1 6 0 7 0 0 0 0 2 2 0 4 15 ZHE BAR 0 0 1 1 2 1 5 8 1 0 0 1 1 0 4 5 16 RUB CON 1 1 3 4 7 17 BLA CON 2 2 3 7 10 18 MAR CON 1 1 5 3 8 19 JUL CON 4 4 11 5 16 OTT 14

(73,68%) 5

(26,31%

19 10 (28,57

%

25 (71,42%)

35 26 (100%)

- 26 14 (26,41%)

39 (73,58%)

53

BAR 9 (75%)

2 (16,66%

1 (8,3%)

12 10 (40%)

7 (28%)

8 (32%)

25

1 (50%)

- 1 (50%)

2 8 (34,78%)

6 (26,08%)

9 (39,13%

23

CON

8 (100%)

- 8

22 (53,65)

19 (46,34%

41

Anejo 4

453

2 1 1 6 7 0 0 0 10 3 13

3 1 2 5 7 0 0 0 6 1 7

4 1 0 0 0 0 0 0 7 5 12

5 1 0 0 0 0 0 0 12 7 19

6 1 3 1 4 0 1 1 - - -

7 1 6 4 10 2 9 11 - - -

8 1 7 1 8 2 2 4 - - -

9 1 1 3 4 0 0 0 - - -

10 2 0 0 0 0 0 0 - - -

11 2 0 0 0 0 0 0 - - -

12 2 0 0 0 0 0 0 - - -

13 2 0 4 4 - - - - - -

14 2 9 1 10 - - - - - -

15 2 0 0 0 0 0 0 - - -

16 3 8 0 8 - - - - - -

17 3 10 0 10 - - - - - -

18 3 10 0 10 - - - - - -

19 3 12 1 13 - - - - - -

OTT 22

(48,88%) 23

(51,11%) 45

5 (29,41%)

12 (70,58%)

17

43 (69,35%)

19 (30,64%)

62

BAR 9 5 14 0 0 0 - - -

CON 30 1 31 - - - - - -

TABLA 5.73bis. AMALGAMAS DE CLÍTICO. TODOS LOS GRUPOS Y ETAPAS

Suj Grupo Nativos

E. 1 No nat.

E. 1 TOT E. 1

Nativos E. 2

No nat E. 2

TOT E. 2

Nativos E. 3

No nat E. 3

TOT E. 3

1 1 4 1 5 4 0 4 4 1 5

2 1 1 4 5 5 3 8 7 1 8

3 1 3 0 3 3 1 4 3 1 4

4 1 0 0 0 2 3 5 0 2 2

5 1 2 1 3 2 1 3 1 4 5 6 1 0 0 0 0 0 0 - - -

7 1 0 1 1 0 1 1 - - -

8 1 0 1 1 0 1 1 - - - 9 1 0 0 0 0 0 0 - - - 10 2 0 0 0 0 0 0 - - -

11 2 0 0 0 0 0 0 - - -

12 2 0 0 0 0 0 0 - - - 13 2 0 0 0 - - - - - -

14 2 0 0 0 - - - - - - 15 2 0 0 0 1 0 1 - - - 16 3 7 0 7 - - - - - -

17 3 11 0 11 - - - - - -

18 3 3 0 3 - - - - - -

19 3 12 0 12 - - - - - -

OTT 10

(55,55%) 8

(44,45% 18

16 (61,53%)

10 (38,46%)

26

15 (62,5%)

9 (37,5%) 24

BAR 0 0 0 0 1 (100%) 1 - - -

CON 33 33 - - - - - -