La carta magna de la estética industrial de hoy

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Tomado de La Estética Industrial, Denis Huisman, Georges Patrix, colección ¡que se? N° 23. Oikos, tau, ediciones S.A., 1971.

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Tomado de La Estética Industrial, Denis Huisman, Georges Patrix, colección ¡que se? N° 23. Oikos, tau, ediciones S.A., 1971

III. — La carta magna de la estética industrial de hoy

Definición: La estética industrial es la ciencia de lo bello en el dominio de la producción industrial. Su ámbito es el del lugar y ambiente de trabajo, de los medios de producción y de los productos.

IV. I. Ley de economía: La economía de los medios y de las materias empleados (precio de coste mínimo), mientras no dañe ni Su valor funcional ni la Calidad de la obra considerada, es Condición determinante de la belleza útil.

V. 2. Ley de la aptitud al uso y del valor funcional: No existe belleza industrial más que en obras perfectamente adaptadas a su función (y reconocidas técnicamente como válidas). La estética industrial implica una armonía íntima entre el carácter funcional y la apariencia exterior.

VI. 3, Ley de unidad y de composición: Para formar un todo armonioso, los diferentes órganos que constituyen una obra útil deben, en su plano respectivo, estar concebidos los unos en función de los otros y en función del conjunto. Las obras útiles deben responder a las leyes del equilibrio estático o dinámico en sus proporciones, teniendo en cuenta las propiedades de las materias empleadas.

VII. 4. Ley de armonía entre la apariencia y el uso: En la obra que satisface las leyes de la estética industrial, nunca hay conflicto, sino siempre armo- nía entre la Satisfacción estética que siente el espectador desinteresado y la satisfacción práctica que proporciona a quien la usa. Toda producción industrial debe ser generadora de belleza.

VIII.5. Ley del estilo: El estudio del carácter estético de una obra O de un producto industrial debe tener en cuenta la duración normal a la cual debe ser adaptado. Una Obra útil sólo puede pretender la característica de la belleza duradera si ha sido concebida lejos de la influencia artificial de la moda. De las características estéticas de los obras útiles de una época Huye un estilo que es su expresión.

IX. 6. Ley de evolución y de relatividad: La estética industrial no presenta ninguna característica definitiva: está en perpetuo cambio. . La belleza de la obra útil está en función del estado de progreso y de evolución de las técnicas que la engendran. Toda nueva técnica necesita de un tiempo de maduración para llegar al estadio de expansión que le permitirá dar con une expresión estético equilibrada y típica.

X. 7. Ley del gusto: La estética industrial se ex- presa a través de la estructura, la forma, el equilibrio de las proporciones: la línea de las obras útiles. La elección de las materias, de los detalles de presentación, de los colores, indica el buen gusto, que debe ser su feliz Complemento, teniendo en cuenta la ley de economía.

XI. 8. Ley de satisfacción: La expresión de las funciones que dan su belleza a la obra útil debe entenderse por la manera con que impresiona todos nuestros sentidos: no solamente la vista, Sino también el oído, el tacto, el olfato y el gusto.

XII. 9. Ley del movimiento: Las máquinas destinadas a la automatización en el espacio (aire, mar, carretera, raíles) encuentran en el movimiento que ellos mismos engendran, la característica esencial de su estética. A las leyes de aptitud al uso y de armonía entre la apariencia y el uso se une aquí un factor de comportamiento en el elemento considerado (tierra, agua, aire) que domina las demás bases de juicio.

XIII.10. Ley de jerarquía o de finalidad: La estética industrial no puede hacer abstracción de la finalidad de las obras producidas industrialmente. Una jerarquía moral se establece de manera natural entre estas. Las producciones industriales que poseen, por razón de su objeto, un carácter de nobleza y que son, por su naturaleza, para ayudar al hombre a progresar, o que son susceptibles de tener una saludable influencia en el ámbito social, gozarán de un prejuicio favorable. Por el contraria, las máquinas que tienen como fin la destrucción humana. no podrán pretender a una admiración sin reservas.

XIV.11. Ley comercial: La estética industrial encuentra una de sus más importantes aplicaciones en los mercados comerciales. La ley de mayor número de compradores no debe invalidar el valor de las leyes definitorias de la estética industrial. La venta no debería ser considerada como un criterio del valor estético. Ya que es su consagración, atestigua la igualdad de nivel entre el creador del modelo y el

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comprador, dejando aparte toda consideración acerca del precio.

XV. 12. Ley de probidad: La estética industrial implica honradez y sinceridad en la elección de las materias O materiales empleados. Una realización industrial no debería ser considerada como bella, mientras contenga un elemento de falsedad, de disimulo, de engaño. Sin embargo, los revestimientos y los caparazones exigidos funcionalmente por una realización industrial, son legítimos mientras expresen correctamente las funciones esenciales del objeto y no sirven para disimular los materiales o los organismos susceptibles de comprometer el buen funcionamiento o el valor del objeto.

XVI. 13. Ley de las artes implicadas: La estética industrial implica una interrogación del pensamiento artístico en la estructura de la obra considerada. Lejos de la decoración más o menos arbitraria o artificial 0 superpuesta de las artes aplicadas, las artes que concurren en la estética industrial pueden singularmente ser denominadas implicadas en el modelo a concebir, formando un mismo Cuerpo con la técnica y confundiéndose con ella (1953).

XVII. IV. —· Situación presente Si bien Jacques Viénot desapareció antes de que terminara su tarea, contribuyó de forma destacada a promover la estética industrial. Sus realizaciones permanecen: el Instituto de Estática Industrial, la revista Esthétique industrielle, la Cámara Sindical, el jurado de los premios, la organización de la profesión. Sería muy injusto silenciar el papel que la estética industrial ha jugado en la vida económica del mundo. Es cierto que para el acrecentamiento de la productividad, la promoción de las ventas, el desarrollo del comercio y de la industria, el Instituto de Estética Industrial de Jacques Viénot ha permitido convencer a numerosos constructores de la extrema validez de estas investigaciones. Hace algunos años circula un refrán por los países anglosajones: «Good design, good business: a buen diseño, buen negocio». Y los americanos, quizás, en algunos casos han tenido demasiada tendencia a definir así la estética industrial La estético industrial en Estados Unidos, informe de la OECE): «El objeto de la estética industrial es hacer sonar la caja registradora” .Es evidente que la imaginación creadora de los ingenieros, de los diseñadores o de los estilistas americanos ha progresado mucho en la medida en que la estética industrial le ha dado todo el refuerzo de la creación artística, del capital intelectual de los artistas, muchos de los cuales se han convertido a la técnica dentro del marco de la estética industrial. El criterio más seguro de la propagación de la estética industrial llega a ser precisamente la trivialidad, la extrema banalidad que actualmente se sujeta a formas simples, lineales, esbeltas mientras que hace algunos años, los frigoríficos de línea abarrocada, con los pretenciosos cuños indicadores de las marcas y con colores chillones tentarían todavía a una parte de la clientela, permitiendo a tal marca fabricar por un precio más elevado, sin duda, o Sea para un público más restringido, un modelo de formas depuradas. que contrastaba entre los aparatos de las marcas de la competencia; este mismo producto, hoy, parece de una aplastante trivialidad, perdido entre la masa de frigoríficos todos parecidos. de formas funcionales, con un exiguo cuño indicando la marca, de grafismo distinguido, de color sobrio. Se alcanza así una especie de clasicismo de la estética industrial, un gran período clásico que sucede a la rutilante explosión del barroco y del preciosismo: y esto es totalmente cierto tanto en la locomotora como en la tostadora de pan, en el puente colgante como en el duplicador, La mayor parte de las grandes Sociedades tienen en la actualidad un servicio de estética industrial o un consejero exterior en estética industrial. Es desde la aparición de la estética industrial que se reclaman los «consejos coloristas» que han aportado un mejor alumbrado, un planteamiento más lógico y unos colores más funcionales en las grandes fábricas.