La Historia del “Pais Vasco” según los vascos y según las crónicas antiguas

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La Historia del Pais Vasco segn los vascos y segn las crnicas antiguas.[ Leer respuestas ] [ Insertar respuesta ] [ Colaboraciones ] Insertado por Iigo Arista en fecha July 27, 2001 at 17:46:50: En respuesta a: Historia del Pais Vasco insertado por jorge en fecha July 05, 2001 at 11:23:57:

Ningn investigador cree hoy en el supuesto origen misterioso de la lengua y etnia vasca y todas las crnicas de la historia demuestran que aquellos hombres a quienes los celtas pusieron el nombre de vascones ( barscunes ) que en lengua celta significa los de las cumbres o monterizos (de 'bars' : arriba y 'cun' : cuna, estirpe) y a quienes los romanos describieron como guerreros salvajes de razas varias y de lengua y costumbres diferentes en todo a los pueblos celtas de la zona (77 a 74 aC), no eran pobladores autctonos del territorio que hoy se denomina ' Pais Vasco ', sino que entraron en Espaa con las invasiones pnicas que abandonaron a Anibal Barca (219 aC) cuando al atravesar los Pirineos conocieron que los llevaban a luchar contra Roma. Es inexplicable que los nacionalistas vascos, que han dedicado tanto tiempo y esfuerzo a desentraar su pasado y a reconstruir su historia, no hayan dado ninguna explicacin sobre el destino de aquellas tropas que huyeron en desbandada precisamente en el lugar donde aos despus situaron los romanos a los vascones. La ignorancia del suceso resulta especialmente sospechosa teniendo en cuenta que es la nica explicacin de la presencia de los bascones en aquella zona, de los saqueos continuos que a partir de entonces empezaron a sufrir las ciudades celtberas de aquellos solares, que persistieron hasta bien entrado el SXIV, y de la invariable colaboracin posterior de los vascones con todas las tropas bereberes que llegaron hasta all, como las sarracenas de Muza y Marsile. El rastro descrito a partir de las crnicas de Tito Livio (Padua, 59 aC- Roma, 17 dC, XXI 1,2,3,4-24), Polibio ( 203- 120 aC, III,33,34,35) y Estrabn (Amaseia, 14 - 21 dC ), Ptolomeo (S II dC), de Marco Poncio Catn ( S II aC ), as como las restantes crnicas y restos arqueolgicos, hace coincidente la presencia de aquellos hombres, con la llegada a Hispania de los bereberes libiofenicios y tingitanos de Mauritania, que entraron con las invasiones punicas replegandose en las areas inexpugnables de montaa, de ahi sus denominaciones de barscunes, montaeses o monterizos. En el caso concreto de los bascones, su instalacin en las cumbres navarras y aquitanas, coincide con el itinerario de la marcha de las tropas bereberes de Anbal, antiguos mercenarios de los faraones de Egipto, en su famosa expedicin a la pennsula itlica a travs de los Alpes, de las que desertaron al menos 20.000 hombres al cruzar los Pirineos en abril o mayo de 218 aC, al correrse la voz de que los diriga contra Roma. Segun relata Polibio, autor casi coetneo: "Asdrubal toma rumbo hacia los pirineos y hacia los galos que vivian alli" (Polibio X 39, 7 a 9, 40, 1 y 2, Batalla de Baecula -Jaen-) . Fu precisamente all donde hacia el ao 77 aC situaron los romanos por primera vez a estos grupos humanos a los que se di el nombre de vascones por cobijarse en lo alto de las montaas. Asdrubal parti en auxilio de Anbal el ao 208 aC probablemente siguiendo la misma ruta. En torno al ao 195 aC, el cnsul romano Marco Poncio Catn escribio que el rio Ebro tena su nacimiento en el pais de los cntabros y no hacia mencion alguna a la existencia de vascones. De acuerdo con Polibio y Livio, Anbal haba partido con 90.000 hombres, ms 12.000 de caballera, y cuando cruz los Pirineos solo le acompaaban 40.000. En la avanzada poca romana, segn el texto de Ptolomeo, los vascones ocupaban por la parte del Ebro aproximadamente las areas de montaa de la actual Navarra hasta la regin de Jaca o Iaca, ciudad de los Iacetanos o Jacetanos habitantes de los valles pirenaicos, aunque el ltimo testimonio de los iacetanos en Jaca lo da Estrabn, basado en Timgenes escritor de la poca de Augusto, por lo tanto reproduciendo un estado de cosas del tiempo de las guerras cntabras, de cuyas crnicas Estrabn se refiriere a las campaas de Sertorio citando a los iacetanos como pueblo difrente de los vascones, por lo que este cambio sobrevenido entre Estrabon y Ptolomeo parece indicar que fu entonces cuando los vascones invadieron las tierras de los jacetanos del area Aquitana. La etimologia de Iaca, de la raiz celtica Iecco, Iecca (higienico-a, de donde viene el nombre personal celtico Iaccus, espaol Iago,Yago), confirmaria que no podia ser ciudad de los vascones. Ademas, antes de Estrabn en ninguna parte se menciona a los vascones hasta que son citados por primera vez en Tito Livio

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(17 dC, fragmento del libro 91) en referencia tambien a las campaas de Sertorio, entre el ao 77 y el 74 aC, situndolos cerca de Calagurris (La celtbera Kalakorikos, cuyo significado seria Galaicos nobles, poderosos -rikos-, hoy Calahorra, serian los Kalaikos a los que se refiere Plutarco en las mismas fechas 61-60 aC) en la regin de los berones, donde Sertorio acamp con sus ejercitos despus de haber recorrido el Ebro por Bursada, Cascantum y Gracchuris hasta Calagurris. Debi por tanto ser en estas fechas cuando, desechas las fuerzas cartaginesas, una parte desertaron de los suyos buscando refugio en las montaas, de ah el nombre bascones, pasando otros al servicio del ejercito romano para poder subsistir o mantenindose en el bandidaje ocupando poblaciones escasamente defendidas. De esta nueva desercion podra ser testigo la forma barscunes que aparece en una moneda de una ceca de ignorada localizacin que L. Pericot 3, J. Caro Baroja y A. Tovar atribuyen a los vascos, en contradiccion con la lengua y alfabeto de la moneda, claramente celtbero. Se trata de una monetacion para el pago de servicios como hacan normalmente los romanos ampliamente imitada por otras cecas celticas como la de los "Galli Ambiani y los celtoligures de Segusium y a su vez iguales a las griegas de Massalia (Marseille). Schulten destaca que la ciudad Calagurris (que atribuye a los vascones corrigiendo a Plutarco que la atribuye a los vacceos), estaba entonces adherida al partido de Sertorio, mientras que los territorios supuestamente vascones soportaban al de Pompeyo, lo que pone en evidencia la falta de ciudades y de limites estables adjudicables a los vascones, ello unido a esta dudosa cita de Schulten. Pero lo mas destacable de este pueblo es su total ausencia en todas las sublevaciones de los pueblos del Ebro, pues en ninguna de ellas son mencionados los vascones y sin embargo si eran citados los cartagineses o punicos y las ciudades celtberas ocupadas por ellos y por ello presentadas como "aliadas" de los cartagineses; Ninguna de las fuentes que citan a los vascos se remonta mas alla del Siglo I a.C. ni las posteriores se refieren a sucesos anteriores al ao 74 a.C. La mencion mas antigua proviene de la gerra Sertoriana en el fragmento 91 de Livio que narra las campaas del 76, y aun en la misma guerra sertoriana, tampoco aparecen vascones como combatientes, a pesar de la supuesta amistad entre vascones y Pompeyo que sostienen las versiones histricas oficiales, por lo que el caso de Calagurris, ciudad tan prxima a las celtibricas del Ebro (Borja, Cascante, Cortes) representa un caso semejante al de los iacetanos, el de haber sido una mas de las ciudades temporalmente tomadas por las razias pnicas, pues el texto de Livio no atribuye Calagurris (Calahorra) a los vascones sino a los celtberos, que como otros territorios y ciudades tomadas por los cartagineses, se vern despues atribuidas a los vascones, as ocurri primero con la Calagurris de los Berones, despus la Jaca de los Iacetanos y finalmente los territorios de los Suessetanos, todos ellos antes solidos aliados de Roma que despues aparecen como enemigos de Roma y aliados de cartago, y a partir de entonces figuran atribuidos a los vascones. En el caso de los jacetanos, despues del 184 aC dejaron de ser mencionados como pueblo, en el perodo entre Catn y Graco. As pues, tampoco parece tan claro que los vascones apoyaran a Cneo Pompeyo. Si, como dice la historiografia oficial, los vascones fueron fieles a Pompeyo y por eso le dedicaron una de sus ciudades y recibieron como premio ciudades y territorios, sera de esperar que en la guerra de Pompeyo contra Csar tomaran partido por el primero. Sin embargo, no solo no sucede esto sino que existe un silencio total sobre los vascones durante esta guerra civil. Este silencio se hace especialmente patente en Csar ya que al nombrar los diferentes pueblos que apoyaron a uno y a otro bando en las campaas hispnicas cita a lusitanos, celtberos, cntabros y todos los brbaros que habitan la costa del Ocano del lado pompeyano (B.C. I 38) y a galos, aquitanos y montaeses que limitan con la provincia de la Galia entre los suyos (B.C. I 39) as como ms adelante a los oscenses, calagurritanos, tarraconenses, iacetanos, ausetanos e ilurgavonenses. (B.C. I 60) y esos calagurritanos no seran otros que los fibularenses, pues sabemos por el texto de Csar que los oscenses y los calagurritanos que eran tributarios de los oscenses envan legados a Csar y le prometen obediencia (B.C. I 60) y por Plinio (H.N. III 24) que adems de la Calagurris Nassica, junto al Ebro, existe tambin una Calagurris Fibularense, por lo que nos quedamos sin evidencias que nos digan algo de los vascones durante esta guerra civil, siendo los vascones prcticamente los nicos de su supuesta regin que no aparecen entre los efectivos ni de Csar ni de Pompeyo. Para bien o para mal y por la razn que sea, al igual que ocurre con el silencio que encontramos en lo concerniente a los vascones durante la guerra contra los celtberos, los historiadores no parecen haberse interesado en plantear hiptesis que aplaquen la ausencia de referencias a los bascones en la guerra entre Csar y Pompeyo, y muy al contrario, se empean en sostener tsis, en contradiccin con las fuentes, o corrigiendolas, como a Plutarco (XXI) que dijo que Pompeyo acamp entre los Vacceos y donde Plutarco dice Vacceos estos historiadores ponen Vascos para "ajustar" las fuentes a su particular "historia". Por lo dems tambien hay constancia segura de que Calagurris apoy a Sertorio hasta el ltimo momento,

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as que lo lgico ser concluir que ni haba vascos entonces, ni la poblacin fu la misma en todo momento debido a las incursiones cartaginesas, de las que s hay constancia. Tambien desde estos mismos datos, la tsis que sale apuntalada sigue siendo la misma; con independencia de las sublevaciones celtiberas contra los abusos de algnos rgulos romanos, que las hubo, y de los enfrentamientos entre seguidores de Sertorio o Pompeyo, que tambien los hubo, los bascones no eran otro pueblo que los pnicos que invadieron las tierras de Berones, Jacetanos y Suessetanos, primero la ciudad de Jaca como acredita la expedicin de Catn contra esta ciudad de la zona aquitana, a la que atac con ayuda de los suessetanos, y despus las de estos ltimos que siguieron igual suerte que los iacetanos. Se ha venido sosteniendo tambien que las invasiones punicas atravesaron el Pirineo bordeando el Mediterraneo, pero lo que relata Tito Livio es que en la region de los edetanos, la antigua Etovisa (ahora Benifaz) las tropas de Anibal se dividieron para pasar el Ebro, una parte se dirigi por la costa, otra por la regin de los ilerketes o ilergetes y la otra hacia la Galia Aquitana. Tambien este dato, junto a la falta de ciudades y solares estables y delimitados atribuibles a los bascones en aquella poca, es confirmado por los autores modernos que los situan en lugares tan distantes como la regin de Sangesa (Masdeu) o Tarragona (donde Schulten los identifica con los cosetanos), esto es, en toda el area donde se haba producido el paso y la masiva desbandada de las tropas pnicas de Anibal y Asdrbal. Finalizadas las guerras contra los punicos en Hispania, los vascones que no fueron muertos, pasaron a servir en las filas romanas o huyeron a la marginacion en las montaas o quedaron como siervos, hasta que a finales del Siglo XIII los reyes hispanos comenzaron a autorizar la fundacin de nuevas villas y pueblos bajo el gobierno de los seoros y mayorazgos castellanos, navarros y aragoneses, reconociendo a los vascos fuero de ciudadanos libres pero con derechos limitados. Pero ya en el ao 89 a.C. en la zona supuestamente vascona, los jinetes de los distintos clanes relacionados en la placa commemorativa que formaban la Turma Salluitana reclutada en la ciudad celtibera de Salduie (hoy Zaragoza) se identificaban como espaoles en el Bronce de Ascoli, literalmente: " EQUITES. HISPANOS .CEIVES " (Caballera de Espaoles Libres). Situaciones similares debieron producirse en otros puntos de Europa aunque en una proporcin muy inferior salvo en Rumana donde la arribada pnica o vasca debo ser tan masiva como en Espaa a juzgar por la fuerte presencia de la huella identitaria de este pueblo en la poblacin, lengua y algunas costumbres rumanas. Uno de estos enclaves parece ser el que padecieron los Eburones (Los del Tejo) en la Galia germnica (Belgica) que debieron estar sometidos a un pacto de fuerza o pacto-secuestro similar al que impusieron los cartagineses a suasetanos, iacetanos y probablemente a los numantinos, pues el ao 53 aC. segn narra Cesar (De Bello Gallico, VI,31,5) se encontraban gobernados la mitad de ellos por Ambirike y la otra mitad por un tal Catuvolco que a la llegada de las tropas de Cesar, se suicid con una infusin de tejo vindose incapaz de afrontar el combate o la huda despues de lanzar contra Ambirike toda suerte de maldiciones por haber propiciado el ataque romano; no solo lo anmalo que resulta entre los celtas que un mismo pueblo tuviera dos reyes, sino que la suerte de los enemigos tras la llegada de las defensas romanas fu idntica a la que sufrieron los cartagineses en Hispania una vez liberadas las poblaciones celtas que haban ocupado: los que no conseguan huir eran ejecutados o vendidos como esclavos, pero adems en este caso, los hudos del bando de Catuvolco regresaron precisamente a la misma zona del territorio cntabro donde casi siglo y medio antes se habian refugiado las tropas pnicas desgajadas del ejercito de Asdrbal; ello unido a la etimologia de estos dos nombres, Ambiorike: rey de ambos y Catuvolco, de Catu (atacante) y Volcae (Belgas), y que ademas en estas fechas se encontraban simultaneamente en el Sur de Francia, el Rio Ebro, Moravia y Asia Menor (Anatolia), todo ello apunta hacia el origen punico de estas tribus. A finales del Siglo I aC, los poenos o fenicios ya se habian extendido en agrupaciones mas o menos numerosas por toda el area cantbrica, haciendo continuas correrias sobre sus poblaciones, desde sus refugios de montaa, de ah su nombre (barscunes en celta o montaeses en latin), provocndo las llamadas Guerras Cntabras, ltima fase de la guerra contra estas invasiones orientales en Europa, que en Hispania comenzaron el ao 29 antes de Cristo durante el reinado de Augusto y concluyeron el 19 antes de Cristo en las regiones de los Galaicos, Astures y Cntabros. Las fuentes clsicas que se refieren a estas guerras proceden de Floro, Dion Casio y Orosio, que toman los hechos del historiador Tito Livio coetneo de las guerras. Dion Casio habla de estas guerras en el libro 53, (con alguna breve mencin en el 54) en tanto que en el libro 56, ponderando la clemencia de Augusto, d cuenta de los continuos saqueos perpetrados sobre tierras cntabras por el bandido vasco Corocotta al frente de su cuadrilla, por cuya captura se lleg a ofrecer una importante recompensa en tiempos del Emperador Augusto. La referencia

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que hace Din Casio (56, 43, 3) de Corocotta es "tina lests en Iberai", esto es, "un tal Corocotta, ladrn en Iberia". El hecho de que las crnicas situaran las operaciones de saqueo de estas bandas en tierras cntabras, llev a los historiadores posteriores a suponer cntabro al personaje, forjndose en torno a l una leyenda; Pero lo cierto es que las crnicas romanas nunca confundieron a los cntabros con los vascos, a los que siempre distinguieron de aquellos con el nombre de montaeses, o monterizos en latin o barscunes en celta. El nombre Corocotta es pnico procedente de la raiz kur que en lengua lbica (curucuta) denomina a la hiena; en vasco actual txa-kur, za-kur es perro; es nombre presente desde Etiopia hasta la India (Kurkuta, Kurkutta o Korkuta), tal como se expone en los estudios de Schuchardt y Schulten (Numantia) y Garcia Bellido (La Peninsula Ibrica en los Comienzos de su Historia). El hecho de que el nombre del personaje fuera libio y que la hiena era un animal inexistente en Espaa desde el Holoceno y existente nicamente en tierras africanas, donde era adems un animal particularmente respetado (divinidad en Egipto), acredita por un lado que las actuales provincias vascas eran entonces solar de los cntabros que habitaban sus valles y que dieron el apodo de vascos a aquellos invasores extranjeros que encontraron refugio en las montaas, y por otro, dada la indiscutida celticidad de los cntabros plenamente acreditada en su legado y descritos como celtas por las crnicas griegas y romanas de todas las pocas, es evidente que la presencia de bandas lbicas como la de Curucutta en aquellas latitudes deba proceder sin duda de las tropas berberiscas procedentes de la descomposicin de las invasiones pnicas dispersadas por la pennsula ibrica, que espordicamente siguieron atacando en bandadas las ciudades fortificadas celtberas, o se hacian fuertes en su interior, tomando como rehenes a sus habitantes, como ocurri con Numancia bajo el reinado de Retogenes Carausio (Recto y Carioso). Y a la inversa, prueba tambien de la procedencia lbica, pnica o berebere de los vascos, es el hecho de que carecen de palabras propias para designar conceptos tan caractersticos de las zonas que ocuparon como oso o haya, por ser inexistentes en sus tierras de procedencia, por esta razn, para denominar al oso utilizan el prestamo hispano del antguo nombre celtbero del oso: artkos (griego arktos, como artico forma adjetivada de oso) que pronuncian hartza y para denominar al haya utilizan la antgua palabra espaola fago (gallego: faia, latin: fagus, griego: phegos, catalan: hagi, castellano antguo: fago, castellano actual: haya). El origen africano del bandido lo refuerza Din Casio (Din Casio 56, 43, 3) que no describe a Corocotta como bandido hispano, segun la traduccion erronea mas divulgada, sino como bandido en Hispania, portanto Corocotta no era hispano, sino que actuaba, o sea robaba, en Hispania, pero este bandolero que viene, asombrosamente, siendo considerado, incluso por profesionales y autores de libros, como un hroe de la resistencia cntabra contra Roma, basndose probablemnte en un comentario, bastante desaforado de Adolf Schulten, era en realidad africano, tal como tambien lo confirma el Testamentum Porcelli (350 d.C., que ya exista antes en el anecdotario literario romano), donde el cerdito Corocotta dice que deja al cocinero el almirez (mortero) y la mano (mazo) del mismo, que me haba trado conmigo desde Thebeste , lo que indica claramente que su patria de origen era Thebeste, ciudad prxima a Cartago, en el moderno Tnez. Adems, existi otro Corocuta, un Tutilio(rum) ser(vus) en Hispania, en Emerita. CIL II 550 (Mrida) que era esclavo -ser(vus)- mientras que su madre Tutilia Alb[---] era libre en el momento de la inscripcin, lo que refuerza el origen africano o al menos, no hispano del padre de la criatura, ademas de indicar el rechazo al progenitor y al hijo de estas uniones, forzosas o voluntarias, de los punicos con hispanicas, nuestra tradicin de que Espaa sea el nico pais europeo en el que la mujer conserva sus apellidos despues de casada. Ramrez Sadaba indica que el nombre de la madre sera uno de los muchos Albuia, Albura, Albicia, Albonia, de origen hispanocelta. Lo cierto es que el nico paralelo real de Curucutta (AE 1996, 1708) es africano, comenzando por el propio nombre del hbrido de hiena, donde existe en varias otras formas, como en la Cottia Biri/hut de Bordj M'Raou (CIL VIII, 16768). La confusin o identificacion entre cntabros y vascos, en boga durante un tiempo, convenia y era necesaria para avalar el reivindicado autoctonismo de los vascos en el actualmente denominado Pais Vasco. Precisamente el bandidaje como forma de vida regular, la crueldad y falta de freno a la hora de perpetrar los sanguinarios saqueos descritos contra el pueblo cntabro, y el caracter tramposo y falsario que di origen a la expresion " punica fides " que los romanos tanto detestaban, como sinonimo de la poca credibilidad que ofrecian los cartagos habituados a violar los pactos, acredita tanto su condicin de extranjeros como que su presencia en la zona no poda ser muy antigua, dadas tales condiciones de vida sin solar ni recursos propios. Hasta el siglo XX podan identificarse los restos de estos enclaves bereberes todavia sin asimilar plenamente en la sociedad espaola aunque racialmente ya muy mezclados con ella, unos de procedencia

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directa de las invasiones punicas y otros procedentes de los asentamientos vascones, principal fuente de estas emigraciones hacia otros puntos de Espaa y America; Entre ellos se encuentran los Maragatos, Vaqueiros, Pasiegos y Chuetas, que junto a los Gitanos fueron considerados los " pueblos malditos " incluso en documentos del Vaticano. Aunque tambien suele incluirse a los Agotes entre los considerados 'pueblos malditos', la marginacin de los Agotes o Cagotes (Acotados: aislados o enclaustrados) no era racial como la de los anteriores, pues eran autctonos espaoles cuyo confinamiento en areas acotadas era debido a padecer enfermedad contagiosa, fundamentalmente, la lepra, denominada 'gafedad' en la Edad Media, por ello tambien se les conocia como gafos o gafetos (gafados); precisamente para evitar el contagio los Agotes tenan que hacer sonar una campanilla para avisar de su presencia, por el mismo motivo no pasaban por la pila de agua bendita, solan tener una propia, el monaguillo descenda a recibir su ofrenda, que se apartaba de las dems y se les daba la paz con el portapaz puesto al revs y cubierto con un pao. Po Baroja describe a los agotes del area navarra de Baztn en su libro ' Las horas solitarias ' como sigue: "grandes ojos azules o verdes claros, algo oblcuos. Crneo branquicfalo, tez blanca, plida y pelo castao o rubio; no se parece en nada al vasco clsico"; los vascos llamaban a los Agotes como al resto de los espaoles: Christiaas, Chiristinos o Guiristinos de donde viene el apodo Guiri, y antes del cristianismo Zurianos (Blancos). Otros lugares acotados en el resto de Espaa fueron: Las Hurdes, Las Batuecas, la Cova dels Cagots de Morella en Castelln , etc.; tambien en Francia: la Fuente de los Cagots de Nay en Barn; en Gales eran los Caeths, Cailluands o Colliberts. Los descendientes de los Cagots, aunque ya no padecan enfermedad, mantuvieron su segregacion durante siglos alimentada y mantenida por la leyenda y la miseria consecuencia de la misma marginacin, pero a partir del S XVI empezaron a destacar en oficios como personas muy laboriosas, habiles y econmicas en profesiones mecanicas, canteria, construccion y musica; un agote destacado fu Dufresne, administrador de Bonaparte, al que el emperador dedic un busto en la Sala del Tesoro Pblico. Hoy perviven los apellidos Cagot y Cagote. Estas poblaciones autctonas gracias a su aislamiento mantuvieron los rasgos etnicos de los primitivos espaoles hasta bien entrado el S XIX cuando todava se continuaba enviando expsitos a Las Hurdes y las Batuecas. Ademas de los rasgos etnicos, tambien compartian hurdanos y baztaneses el bocio como enfermedad endmica, y su caracter alegre y musical, cualquier excusa era buena para poder celebrar al son de la gaita y el tamboril. Se ha tratado de explicar la tez blanca, ojos azules y pelo rubio de los hurdanos, con el mismo razonamiento que los autores vascos dieron de los agotes, a quienes optaron por considerar restos de godos. A diferencia de Agotes, Hurdanos, Batuecos, etc., cuya marginacion de la sociedad tuvo su origen en el confinamiento por la enfermedad contagiosa que padecieron sus ancestros, los dems citados 'pueblos malditos' sufrieron la segregacion y marginacion por motivos etnicos y culturales, porque el pueblo llano los tenia por "descendientes de los moros" debido a su tono de piel ms oscuro, se les atribua ser descendientes de esclavos moros, as se ha explicado Maragatos como Maurus Captos, aunque ms bien este nombre derivar del participio *'mauricato' , participio de 'maurus', moro, es decir, amoregados o asimilados o mezclados con moros, lo que confirmara la presencia en los Maragatos del mismo haplogrupo norteafricano U6 de los vascos y el nombre Mauregato que se le di al hijo bastardo que Alfonso I tuvo con una sierva mora tras enviudar de su esposa Ermesinda, el cual lider una rebelin contra el heredero legtimo, Alfonso II hijo de Fruela I, aprovechando su minora de edad; Ya en el siglo XVIII Fray Sarmiento, monje benedictino dejo escrito que eran mauritanos cartagineses que se quedaron en Hispania reducidos al norte ante la presin romana convertidos muy tardiamente al cristianismo y Dozy los describia como grupos de bereberes aislados en tiempo de Fernando I El Magno (1016-1065) rey de Castilla y Leon e hijo de Sancho III de Navarra y de Doa Mayor de Castilla; En 1615 Prudencio de Sandoval los describe as: "...en unas montaa de Astorga, donde viven gentes pobres y viles, arrieros que los llaman Maragatos". Otras teorias los suponen una rama de los vaqueiros, otro grupo a quienes los paisanos locales manifestaban franca hostilidad, en las tabernas se les servia la bebida en vasos hechos de cuerno como muestra de desprecio pues les estaba vedado los de cristal reservados slo para los locales, los bailes en las romeras tenan que hacerlos aparte, les estaba prohibido portar cruces, pendones o imgenes en las procesiones, estaban relegados a la parte posterior de las iglesias y las canciones y dichos ofensivos sobre ellos se prodigaban; Diego das Marinas, noble asturiano seor de la Campona, Grado, a mediados del siglo XVII haba elevado una peticin al rey para que se castrase a los vaqueiros y que de esta forma no se propagase esa, en su miserable opinin, despreciable raza y en el XVIII Jos Fuertes de Sierra, descendiente de la nobleza asturiana de los Miranda, hace las misma consideraciones. Aunque tambien era evidente el mestizaje en mayor o menor grado de estos pueblos con autoctonos, mantuvieron la conciencia de no pertenecer al pais en el que se encontraban, as, llamaban a los locales con apodos despectivos como "xaldos" que en euskera significa memo, ingenuo (txaldan) o babayos que en euskera significa fatuo, imbcil (babalore, babazto o babazorro como llamaban los vascos a los alaveses y

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vizcanos). Vaqueiros y Maragatos compartian tambien con los vascos la misma forma de vida nmada y de montaeses en lugares altos, mal comunicados y poco aptos para la agricultura, donde abran cuevas para su vivienda segun la costumbre berebere, as los Maragatos se instalaron en el monte Teleno, el antiguo Tilenus, monte sagrado de los astures de 2.188 m. de altitud y compartan tambien con los vascos la dedicacion al pastoreo trashumante y no estar asentados de forma permanente en ningn sitio ni estar empadronados; sus aldeas (palabra importada del vasco como alcalde que sustituyo en Espaa a partir del S XII a los antiguos 'lugar' o 'vila' y a 'rexedor' o regidor o mas tarde 'maior' al mismo tiempo que aparecen en la documentacion otros terminos orientales como azea, zapato y otros), carecian, como las vascas, de demarcacin territorial propia, como los asentamientos jitanos; igual que los vascos antes de pacificarse practicaban el bandolerismo, y luego adoptaron los mismos oficios que los vascos, pastoreo, el carboneo, la arriera y la trajinera, casqueros, o los populares serenos, oficios transmitidos de padres a hijos que coparon hasta finales del XIX y que estaban mal considerados en la sociedad espaola de aquellos aos, y tambien sus apellidos: como los maragatos Larriera, Aldaz, Betarte y los vaqueiros: como Ardura (en euskera encargado, responsable, cuidador), Boto (en euskera el lugar apartado en la era para el carboneo), Parrondo (es el apellido vasco Barrondo -natural, normal, comn- o Iben Barrondo hoy transformado en Ibarrondo) y toponimos como los de la braa de Butxacente o Bullacente (precipicio obturado) en la parroquia de Rellanos, la braa de Businn (en euskera butxatzen: bloqueado, obstruido, taponado, del que derivan los apellidos vascos Busian, Busiain, Besoain, Beasoain), Busindre (euskera: bustitzen: empapado, mojado), Zreicu (en euskera Zarakar: sarna ), Beisapie (en euskera Basabehi: vaca montaraz, vacuno de monte, bovino de monte); Uria nombre de diversas aldeas vascas con torrentes o lago, de la palabra bereber Uurir que da nombre a varios oasis o Luarca (posible identidad con la Lorca murciana -de Ilurci/Ilurco) uno de los asentamientos de vaqueiros de alzada; Tambien idntica costumbre a la de los vascos del Pirineo era la de formar el mayor escndalo posible, haciendo sonar cenzerros, cuando bajaban de la montaa con su ganado de trashumancia y pasaban por el medio de las villas, para que los "xaldos" saliesen a ver el buen ganado que tenan y as darles envdia. El propio Sabino Arana confirma en su obra el deseo de los vascos de distanciarse de los suyos : "aqu padecemos muy mucho cuando vemos la firma de un Prez al pie de unos versos eusquricos, u omos hablar nuestra lengua a un cochero riojano, a un liencero pasiego o a un gitano". Otro grupo del mismo origen tnico fueron los ' macips ' (esclavos) en Catalua, que se autodenominaban bastaixos (del vasco bazter: separados, apartados ), que aunque ya eran libres en el primer cuarto del Siglo XIV y organizados en cofradias, las '' Usatges '' catalanas les atribuian las obligaciones propias de los siervos, como acarrear sobre sus espaldas desde la cantera real de Montjuic las impresionantes rocas que despues seran labradas a pi de obra de la catedral de Santa Maria de La Mar de Barcelona. Tambien eran traidos de Canarias como esclavos, en concreto est documentada la traida a Espaa desde La Gomera de cientos de esclavos denominados "moros" por Ferrand de Peraza, hijo de Diego de Ferrara, trfico que finaliz en 1477 por carta ejecutoria de los Reyes Catlicos ante las protestas de la iglesia que ya los consideraba como "cristianos e libres, pues estavan en amparo de la Santa Madre Iglesia", como imploraba Fray Juan de Fras ante los reyes Isabel y Fernando, que denunci tambin la complicidad del Gobernador de Canarias Fernando Peraza en este trfico indigno y, tras su muerte, de su viuda Doa Beatriz de Bobadilla que continu con este trfico a travs de Alonso de Cota , que se vi obligada a devolver 500.000 maravedes a fin de restituir lo cobrado a los compradores por la venta de dichos canarios pues, a partir de entonces, bajo la tutela de la iglesia, fueron considerados cristianos, libres y horros. Pero todas estas poblaciones continuaron padeciendo la discriminacin tanto por parte de la sociedad, como de la autoridad civil y, la propia iglesia que los tutelaba, ya que los relegaba a la parte posterior de los templos tras una seal o marca en el suelo o tras una "viga", discriminaciones que no fueron eliminadas hasta mediados del XVIII tras varios edictos gubernamentales, como el dictado por el gobernador Cermeo, pero para entonces el odio de estas poblaciones a los espaoles se habia alimentado y transmitido de generacin en generacin. Sin embargo ese mismo trato discriminatorio tambien les sirvi para gozar de ciertos privilegios de los que no disfrutaba la poblacin natural, como era el estar exento de levas, de algunos impuestos, de trabajos comunales y del servicio militar. Este estado de cosas no habra de cambiar hasta principios del siglo XIX. Los que emigraban a "las villas" o a la "capital" procuraban esconder su ascendencia e incluso, llegado el caso, eran los primeros en mofarse de su grupo etnico. Si bien es verdad que en el pasado se les discrimin y vilipendi, en este siglo les han salido tantos apologistas que en su afn redentor han llegado casi al ridculo. Restos de estos enclaves moriscos aislados, todos ellos de montaa y centros de operaciones de antiguos bandoleros o guerrilleros, fueron Urriellu (Cabrales, Asturies),Urra (Somiu, Asturies), la loma de Arzabal (Asturies) en cuyas laderas se juntan cuatro concejos asturianos: Gijn, Villaviciosa, Siero y Sariego. La poblacion de este origen mas o menos dispersada por toda la Iberia y tambin Europa, se encuentra racialmente

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integrada desde hace varios siglos. Tambien en los topnimos, principalmente de Guipuzcoa qued plasmada la identidad bereber de los vascos de origen, no solo en el bandidaje que asol esas tierras durante siglos, sino en el morfema mor moro que se aplic a los nombres o asentamientos de vascos, como Murua, Murgua, Murueta, Morueta, Maruri, Marauri, Marulanda, Libano y Murelaga, stas ltimas pertenecientes a la merindad de Busturia, que sustituyeron a los topnimos anteriores, como el caso de Aulestia luego Murlaga al repoblarse con vascos y Amurrio pronunciacin vasca de Amaurus (del griego: oscuro). Conforme a la tsis de Untermann, antes de la conquista romana no haba lengua vasca o protovasca en la pennsula, siendo su implantacin al sur de Roncesvalles fruto de desplazamientos de poblacin de la poca romana y altomedieval. Segn Sanchis Guarner, basndose en los estudios de Bosch Gimpera, la primera divisin del cataln en dos grandes dialectos era debida a que la Catalua romana estaba dividida en tres grandes agrupaciones tnicas: Una de origen vasco al noroeste, otra de origen indoeuropeo al noreste y otra de origen ibrico al sur. Esta es la denominada teora del sustrato. La lengua vasca y berebere, en particular la hablada en la regin de los montes Atlas de la antigua Mauritania y en general, la de los pueblos de origen hamito-semtico (acadio, hebreo, rabe..), sigue mostrando evidente similitud a pesar del tiempo transcurrido en aislamiento y de las distintas influencias recibidas; esta similitud actual, era identidad en las fechas en las que se instalaron los vascones en las montaas navarras, como confirman los antroponimos y la toponmia vasca presente en la pennsula. Los almohades procedentes del Atlas marroqu que invadieron la pennsula ibrica rezaban, se comunicaban y hacan sus discursos en la lengua berebere o amazigh. Restos de esta misma lengua quedan en toponimoa de las islas Canarias, donde las tribus bereberes all asentadas entraron en un proceso de tribalizacin similar al de los vascones en la montaa navarra; de raiz berebere son las palabras guanches: ache (etxe en vasco: casa), aho (aho en vasco: boca), aga (aka en vasco: muerto), ana (ana en vasco: hermana), lajaba (alhaba en vasco:hija), bari (abere en vasco: ganado lanar), iatze (aintze en vasco: momento, hora), ur (ura en vasco: agua), urin (urin en vasco:carne); gu (gu, nosotros en euskera), gomera (komeraabundancia en euskera), adeje (ade+eje, etxe, puerta de casa, adegi, portal), tacoronte (toki-gorontz), tegueste (tegi-geste), agulo (agun-lo), telde, taliarte, acoran: espiritu del mal, en vasco okerrune (desviacin del bin), Echeyde (dios, amo, seor, del vasco echea, etxea: jefe de la caravana, expedicion trashumante, tribu o agrupacion familiar que da el nombre a la casa o familia; maguas (mujeres apartadas consagradas), en vasco maguas, magal (regazo de mujer); Abarzo (Abartso: Frondoso ); Acero (Asero: Delgado ); Ache (Etxe: casa familiar ); Ade (Ate : Puerta ); Aho (Aho: Boca ); Aga ( Aka: Difunto ); Ana (Ana: Hermandad ); Andia (Andia : Grande ); Asebe (Asaba :Antepasados); Buga (Buka: Final); Gandia ( Montaa); Garia ( Garia: Trigo); Hama (Ama: Madre ); Hura ( Ura: Agua ); Irune (Irun : Tejer ); Itote ( Itote : Gotera ); Korbo (Korbo: Pesebre ); Nun (Nun: Donde ); Sale (Zale: Reverenciar); Semidan ( Seniden: Emparentados ); Telde (Telde: Rebao); Urin (Urin: Tocino); no es de extraar que a la llegada de los espaoles a las Canarias los vizcanos exclamaran asombrados: pero esta gente habla vasco! (Federico Krutwig: "Garaldea, sobre el origen de los Vascos"). Tambien comparten los vascos con los bereberes canarios la costumbre del levantamiento o pulseo de piedra, que es una prueba de fuerza en la que la piedra debe levantarse sobre la cabeza sin tocar el cuerpo (pulseo), mientras que en el levantamiento de la piedra se permite el contacto con el cuerpo (Crnica de Fray Alonso de Espinosa 1594 en relacion con los pobladores de Tenerife). Tambien pertenece al lexico amazig el vocablo "areitio" del vasco "erio" (derramamiento, manantial, exhaltacin) era la palabra con la que los tingitanos de Mauritania que entraron en Espaa con Abderraman III en el 912 anunciaban el final de la ceremonia de desvirgar a la novia. Posteriormente, la identidad de la lengua vasca y berebere seguia manifestndose en los manuscritos del siglo XVI de los archivos coloniales galos de Aix-en-Provence escritos en la lengua amazigh. Tambien los textos del Vaticano relativos a la conquista de Canarias, recogen como los espaoles slo podan entenderse con los jefes guanches utilizando moros o vascos como traductores, por ser el euskera, guanche y berbere lbico la misma lengua. Al igual que las lenguas indoeuropeas, entre ellas la lengua celta, la diversidad en el panorama de la lengua berebere tiene un nico sustrato bsico - camtico que es el libio antiguo, de la que se ramifica el berebere como una nica lengua fragmentada en dialectos. As lo constat San Jeronimo quien dej escrito que la lengua punica era un dialecto de la hebrea: ' lingua Punica vicina est et contermina Hebraeae' (Sanctus Hieronymus Quoest y Genes.); Lo mismo se documenta en los textos de Petrus Johannis Olivi, In Gen., cap. 12: ' lingua Punica, quae vicina et conjuncta est Hebraeae' y 'Linguam autem

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Punicam videtur Hieronymus hic vocare linguam Phoeniceam, idest provinciae Phoenicis, in qua sunt Tyrus et Sidon: licet alibi saepe sumatur pro terra Africana et Mauritana'; y en los textos de Santo Tomas: ' Lingua quoque Punica, quae de Hebraeorum fontibus manare dicitur, proprie virgo halma appellatur ' (Santo Tomas de Aquino, Catena in Mt., cap. 1, ). Los eibarreses, llamaban "giputz - coanos" a los habitantes de las aldeas o asentamientos de vascos que estos autodenominaban ' gibutz ' (SXII), palabra que en euskera significa unin, eslabn (de una cadena), hermandad, como en berebere y hebreo, de donde viene el nombre de Guipzcoa, pues en su origen no era provincia, sino hermandad de villas repobladas con vascos de fundacion medieval, trados por las Cartas pueblas y Reales Cdulas como la del Rey Don Enrique III en 1397 que di las ordenanzas de esta hermandad; Guipzcoa, nombre euskera, en oposicin a los nombres de Vizcaya y Alva ambos de origen cntabro, el primero del celta indoeuropeo 'Bis' (doble) y 'Cay' (cayo, protuberancia) por la marcada forma de su bahia entre dos cayos, y el de Alava, del topnimo prerromano celta Alba (blanco) apcope de Alava, por su cerro de escarpados roquedos calizos, o bien, de Alapoi en bronce de Medinaceli (la antigua Occilis, la ciudad celtbera de los belos ), donde aparecen opoi y Alapoi atestiguado en el Alabensis y Alaba de Ptol. II, 6, 58N y Plinio (N.H., III 25) que cita a los Alabanenses como civitas de los Vardulos en el Conventus Cluniensis. Como el toponimo antiguo Alba es tambien el citado entre los Vardulos tanto en el Itinerario de Antonino como en el Anonimo de Ravena y Ptolomeo (II, 6,66) que da descartado que fuera ciudad vascona, ya que los vascones estaban asignados al Conventus Caesaragustanus. Por lo que respecta a la popular tesis vascoiberista sostenida desde antiguo por ilustres eruditos vascos, como E. de Garibay, B. De Echave, el Padre Larramendi, P.P. de Astarloa y J. B. de Erro y Azproz, tuvo como mximo difusor en el extranjero a G. de Humboldt en su obra Primitivos pobladores de Espaa y Lengua Vasca, publicada en alemn en 1821. El eminente lingista H. Schuchardt desarroll la tesis vascoiberista (Die iberische Deklination, 1907) estudiando las inscripciones ibricas sobre la lectura que de stas haba hecho Hbner. Pero buena parte de las interpretaciones de Hbner hubieron de ser rechazadas, con lo que la tesis de Schuchardt de que el vasco es el representante moderno del ibero perda su punto de apoyo. Menndez Pidal, basndose principalmente en datos tomados de la toponimia peninsular, fue un claro defensor de esta teora, opinaba que la relacin que guardaban las lenguas de tipo vasco con las de tipo ibrico de Levante se ira esclareciendo sobre todo mediante el estudio de la toponimia, y no tuvo el menor recelo en calificar el euskera como lengua neo-iberica. Hoy la opinin de los especialistas es absolutamente contraria a esta tesis, pues los celtberos aparecen contnuamente en las fuentes antguas en todo el Levante Ibrico, por lo que esas otras lenguas no indoeuropeas o, mal llamadas, beras seran necesariamente las habladas por las posteriores invasiones pnicas. Tanto A. Tovar como L. Michelena han analizado los casos en que se puede hablar de correspondencia de trminos ibricos y vascos y han llegado a la conclusin de que son tan escasas las correspondencias seguras que no pueden justificar un parentesco gentico, sino simples prstamos. El mismo Schuchardt, adems de la relacin con el ibero, estudi las evidencias del parentesco con lenguas de la familia afroasitica o camitosemtica particularmente del Norte de Africa, relacin que ya haba sido apuntada en 1894 por G. von der Gabelentz y lingistas como Uhlenbeck y Lafon. En el volumen de la revista Euskera de 1972 se puede leer la exposicin de H.G.Mukarovsky sobre las relaciones entre vasco y bereber que present este linguista en los primeros Encuentros Internacionales de Vasclogos Gernika-Lejona 1980; tambien Krutwig Sagredo en su obra "Computer Shock Baskonia" ao 2001 (pgina 326) reconoce la similitud entre euskera, wanche y bereber documentada en los testimonios del vaticano sobre la conquista de Canarias, aunque matiza que la similitud es mas propiamente entre el lbico y el euskera. El antroplogo francs Broca seala tambien el claro origen africano del pueblo vasco y las muchas semejanzas entre las lenguas berberiscas y la lengua vasca. La escritura bereber originalmente fue una forma modificada del alfabeto pnico, algunos de los signos son claramente comunes a ambos alfabetos como g, h, z, y, l, n, q, r, , t. Esta escritura sobrevive an entre los Tuareg. Las inscripciones lbicas de Canarias tambin usan signos basados en el antiguo alfabeto bereber. Con la politica de normalizacin linguistica, para "reconstruir" el euskera se cre el bata que es el vasco que ahora se ensea en los centros escolares, reconstruido a base de neologismos y prestamos extraos al vasco en mas de la mitad de su vocabulario. La diferencia entre estos invasores cartagos, phoenos (fenicios) o libiofenicios y la poblacion espaola prerromana era manifiesta. En la batalla de Ilipa, la mas difcil a la que Publio Cornelio Escipin se enfrento en Hispania, al propagarse la noticia de su enfermedad y despus el rumor de su muerte, la guarnicin romana que se mantena acuartelada en Sucro (206 205 a. de J.C) y que vigilaba el norte peninsular, se rebel contra sus mandos y entr en abierta sedicin. El fenicio Magn Barca busc a la

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desesperada sacar partido de la situacin enviando agentes con dinero para sobornar a los cabecillas de la rebelin, lo que le permiti tomar las ciudades de lacetanos, suesetanos y sedetanos, mientras los regulos ilergetes permanecan inactivos. Mandonio miembro del ejercito cartagines, tras enfrentarse con Asdrbal se haba puesto a las rdenes de Publio Cornelio Escipin, pero cuando se corri el rumor de la muerte de Escipion, se volvi de nuevo contra los romanos, atacando al territorio sedetano (o puede que edetano) donde mantena un campamento atrincherado levantado en la ultima de sus incursiones meses atrs de unos 20.000 hombres y 2.500 jinetes, pero de nuevo esta guarnicin cartaginesa huy en desbandada tras ser rodeados y atacados por los ejercitos romanos y aliados. En estos sucesos, la aparente inactividad del rey Ilergete Indibil, e incluso su supuesta colaboracin con Mandonio sostenida por algunos historiadores, era forzada por los punicos que tenan secuestrados a su mujer e hijos, situacin que confirma que no solo que no fu represaliado por Escipin , sino que el consejo de la ciudad Ilergeta entreg Mandonio a los romanos, que lo ejecutaron, y aprob el pago de una compensacin econmica para hacer frente a los gastos del ejercito romano en su defensa, pues as es como lo atestigua Livio (Liv. XXVI-50) ) que tambien narra como el Princeps Celtiberorum Allucius facilit a Escipion una caballeria compuesta por 1.400 jinetes elegidos entre su clientela en agradecimiento al ejercito romano por el rescate de su prometida de manos de los cartagineses y Polibio (Polib.X, 37-38) que relata como las tropas de Indibil acamparon con las romanas de Escipin y marcharon contra Asdrbal; en estas fechas (209 a.C.) las crnicas no hacen mencin alguna a vascones. El ejercito pnico fu definitivamente derrotado en Ilipa (207 206 a. de J.C.), por mas que el incombustible Magn Barca albergase hasta el ultimo momento la esperanza de restablecer el dominio cartagines aprovechando la sublevacin de los legionarios en Sucro. Desde Iliturgis, regres Escipin hasta Turdetania contra otra ciudad, esta vez Castulo, tomada por otro contingente pnico al mando de Himilcn, hudo de la derrota de Ilipa pocos meses atrs, el cual, atemorizado por las noticias llegadas de Iliturgis, para pactar su rendicin a los romanos solicit la mediacin del rex de la ciudad Cerdubelo, nombre tipicamente celta prueba de la importancia de este elemento en la Turdetania como lo indican los nombres celtas de las monedas de Obulco (Tovar, Zephyrus, 3, 1952, 219 y ss.), otras numerosas fuentes (Str. III, 2, 15) y la misma familia de Sneca, de ascendencia cltica. Cerdubelos, de acuerdo con los romanos, entrego a los cartagineses que pasaron a la cautividad. Los historiadores han venido considerando iberos a los kessetanos tambin nombrados cossetanos que poblaron la Ciutadella de Calafell y toda la zona del Peneds, pero Schulten los identifica con los vascos y tambien las tsis de los autores modernos que situan a los vascos en lugares tan distantes como en la regin de Sangesa (Masdeu), esto es, en toda el area donde se haba producido la masiva desbandada de las tropas pnicas de Anibal y Asdrbal, tsis avalada tambien por el nombre "goseti" ( hambriento en vasco). Tambien hasta hace poco los historiadores han llegado a presentar a Mandonio y a Indibil como celtberos o beros, e incluso como hermanos, pero lo cierto es que, adems de la diferenciacin que hicieron de ellos los romanos, el nombre Mandonio es punico y perfectamente traducible desde el vasco (Mandonio en vasco: duro, insensible y tambien mulo), mientras que Indibil no encuentra vinculo alguno con la lengua vasca relacionado en cambio con el nombre celtbero Andevalo tal como lo cita Plinio. De hecho, todos los nombres cartagineses tiene traducion mas o menos directa desde el vasco, lo que no ocurre en ningun caso con los nombres celtiberos. Asdrbal Janto, en vasco de (h)Austura-bal: el gran aplastador, apabullador, pulverizador y Janto: amo, cacique, (los Jantos o Jauntxos de las bandas que asaltaban las haciendas y repartan el botn entre los suyos); mientras que Amilkar Barca: del vasco Amilkari: "El arrollador" arrollar, precipitarse, no olvidemos que este personaje era tambien conocido en la antiguedad como "El Rayo" lo que es plenamente coherente con esta etimologa ; y Barca del vasco barka o abarka: rama o ramaje o de ramaje -calzado de ramaje; y Magn, en vasco "El Arquero" puesto que Makon es arco en vasco. Evidentemente, la lengua celtibrica y la latina son mucho ms parecidas entre s que sta ltima con el pnico, por lo que estos nombres son aproximaciones latinas de los genuinos trminos pnicos. Los textos que han sobrevivido, que datan de unos 500 aC, establecen el mapa linguistico europeo y de ellos se desprende que las lenguas modernas europeas pertenecen a una nica gran familia llamada Indo-Europea. Todas estas lenguas descienden de un ancestro comn, o lo que es lo mismo, todas surgieron de lo que no era otra cosa que dialectos regionales de una misma lengua. En el siglo 500 aC las lenguas celtas se hablaban en la mayor parte de Espaa y Francia, Austria, Suiza, Sur de Alemania, Norte de Italia, Bretaa e Irlanda. La lengua celta ya se hablaba en la Pennsula ibrica un siglo antes de que los celtas poblaran el norte de Italia. Las primeras manifestaciones culturales que se conocen en la Pennsula, como la cultura de Argar y la cultura de los Campos de Urnas mantienen una sintona plena con las demostraciones culturales centroeuropeas y dan cuenta de la profundidad y calado de la cultura celta en la

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Espaa prerromana, bien documentada desde la Edad de Bronce. En el Valle de Ambls, Avila, esta el Castro de Ulaca, la mayor ciudad celta de Europa, del Siglo VI a.C., que aunque fu arrasada por las hordas de Anibal, es de las mas completas. Avieno sita a los Berybraces de origen cltico en Teruel, Cuenca y Valencia. Tambin foro, a travs del Pseudo-Escimmo indic que los Brybraces habitaban las tierras entre beros y tartessios, es decir la regin que ms tarde se conocer como la Celtibria. Como el periplo masaliota se puede datar en el siglo VI-VII a.C y la arqueologa deduce presencia de elementos de los Campos de Urnas del siglo VII aC en Espaa, los celtberos ya estarian entonces establecidos bajo este nombre de "bribraces" o "bebrices" (misma raiz de brebages, bebedores, beber o bebros: castor, biber en Aleman, bievre en Frances y espaol antguo- Schulten destac beribraces como procedente de la deformacin bebrices), cuyo rey Bbrix gobernaba a los bebrices en la actual comarca de Foix segn cuenta la leyenda recogida por Sila y Parteno, segn la cual la hija de Bebrix (Rey Castor) se enamor de Hrcules, pero infelizmente un oso la devor tras huir hacia las montaas y su enamorado acudi a la incineracin llamandose desde entonces a esos montes Pyrene (Pirineos) del griego Pyros (fuego). Los dos datos de inters en esta leyenda son que Hrcules fu partcipe de las campaas troyanas, con lo cual podramos situarlo en el siglo XIII-XII aC, lo que confirma el hecho que la princesa sea incinerada pues en los Pirineos los nicos que incineraban por aquel entonces eran los pueblos de la cultura Urnfield de habla cltica. Entre el 650-500 aC, el este y el sur de la pennsula eran poblaciones beras de cultura y escritura muy similar a la griega. Los Iberos poblaban la costa de Francia hasta la levantina dejaron abundante legado escrito como el Plomo de la Bastida de Les Alcuses (Valencia) del 300 AC, la cermica de Ullastret (Gerona) del 400 AC, el Bronce de Alcoy (Alicante), el Plomo de Yatoba (Valencia) la Tesera de Huete (Cuenca) la Tesera de Monreal (Guadalajara) el Bronce de Botorrita del I AC , todos ellos de similares caracteres y lenguaje al de los celtas, con los que se fusionaron rapidamente por su evidente similitud etnica y cutural. Son ejemplo de esta identidad cultural de celtas e iberos, los trminos "Cast(i)lo, Ibolc(a) en Ibrico son en Latn: Castulo, Obulco" (Ver Habis 14, 107-113; Correa, J.A. (1994): "La transcripcin de las vibrantes de la escritura paleohispnica" obra en la que se superan las tsis de Untermann; doblar el signo (Sekobirikes por Segobriges) o la mettesis (Conterbia por Contrebia) y los numerales de los grafitos de tipo tambien similar al romano; las inscripciones rupestres en mbito ibrico y celtibrico, como la cueva de Cogull, la cantera de Pealba de Villastar, el Collado de los Jardines de Despeaperros en Jaen, donde se conservan varias figuras votivas de mujer, que eran santuarios a los que acudian peregrinos de toda Hispania muestran una prctica que entronca plenamente con el carcter de las religiones indgenas espaolas de venerar a santos y santas patronos por igual. Tambien de Jaen es la inscripcin del Vaso de Plata de Castulo en la que se lee en caracteres celtiberos: KANTINIKES: KUERTIN esto es Cuarto de los Cantineros o Cantina. La de Pealba de Villastar, escrita en lxico celtbero y alfabeto latino, donde aparece por dos veces la palabra LUGUEI lo que lleva a interpretar el santuario como dedicado al dios Lugus; las Estelas ibericas en piedra, como la Estela de Cretas con la palabra K.E.L.Ta.R (Celta) frecuente en los epgrafes de este tipo y que hasta fechas recientes haba sido errneamente leda SELTAR por los defensores de la tsis vasco-iberista, acompaada en esta misma inscripcion de Kalus, esto es Kalus Keltar, los mismos Gallorum Celtae de los que habl Lucano (Phars., IV, 9, 10.); en la Estela de Caspe de carcter funerario, que lo contiene en la forma S.I.L.Ta.R. ; La inscripcion del monumento de Binfar que contiene N.E.I.Ti.N., tenimo asociado con el Neto indoeuropeo, o NEMETON antropnimo del plomo de Ullastret, o el NEITINBELES de CIL II 6144, que hoy sera NETOBELLO o el Bello Neto (neto, ntido, claro, limpio). Las inscripciones celtas de Contrebia Belaisca (Contrebia: Conjunto de Tribus, en este caso de los Belascum- los actuales Belascos, Blascos, Velascos, Velasques, Velazquez, Velas, Pelaez, Pelayo etc.). El interesante letrero musivo de la ciudad de Andelos (ahora Muruzbal de Andin, Navarra) con el texto: likine abuloraune ekien pilpiliars, traducible a: Licinio Abulo (Apolo) rey de las gentes de Bilbilis (Pueblo o Pluralidad de Villas formado con las raices indoeuropeas Pl (Plural) y Pilis (Villas), as Pilpilis o Bilbilis es el claro antecedente de Pueblo, People y Peuple, "Plebs autem dicta a Pluralitate"y, su paralelo de Teruel: Likinete ekiar usekerteku de Caminreal (Teruel) que se traduce por Licinete (diminutivo de Licinio) gente de Ossicerda. Esto solo a la luz de las inscripciones, ya que la cultura material es evidentemente homogenea a uno y otro lado de la pennsula ibrica. Untermann cree en la celticidad del espaol y el lusitano, lo que le lleva a la conclusin de que todas las lenguas indoeuropeas de la Pennsula Ibrica pertenecen a la familia de las lenguas celtas. El trmino Contrebia (Conjunto de Tribus) debi ser la antigua denominacin de las actuales Comarcas o distritos administrativos, pues existen evidencias de al menos 3 Contrebias: la Kontrebia Leukade de los Pelendones, en el trmino municipal de Aguilar del Ro Alhama, La Rioja, la Kontrebia Krbika de los

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Olcades en el trmino municipal de Huete (Cuenca), y la Kontrebia Belaisca de los Belos en Cabezo de las Minas, Zaragoza. En el noroeste de Inglaterra prximo a Escocia, tenemos un pueblo citado por Livio bajo el nombre de Contrubii (en Irlands treibh es tambien tribu). Tambien el trmino Tirikantam (Tiri: arbol y Kanto palabra cltica que designa el kanto o borde de una rueda o crculo, es decir: el -circulo de piedra - stone henge- del arbol ) debi ser el trmino general para denominar el Consejo de ancianos o Senado (de senectus: anciano) que tradicionalmente se desarrollaba en un recinto circular de piedras bajo un arbol sagrado, el tejo o roble, de los que fueron ltimos testimonios los conceyos o juntas de las merindades o baylies en Aragn; son muy numerosas las reminiscencias arqueolgicas de estos antiguos Tirikantos o senados hispanos, nombre que se mantiene an vivo en la ciudad de Trescantos en Madrid, probable heredero de uno de estos recintos senatoriales, donde los consejos de sabios o druidas ( ins) truidos dictaban las normas y sentenciaban los juicios y pleitos de los "toutam" (ciudades) o popalas (pueblos) sujetos a su jurisdiccin. En cuanto al lenguaje, las palabras espaolas bsicas conservan su raiz celta como se compreba en las siguientes: alauda (alondra), arkanto (argentum, airgead en irlandes); antekia (antigua); aratis (arados); brio (brio); bregar (bregar, esforzarse); cambo, cumba (comba, curva); batir (golpear); bracae (bragas); Duero, Dubro ( [es]tuario, dobhair); cervisia (cerveza); hercinia (encina: Selva Herciana o Herciniana en Alemania, anterior a la caida de la p inical celta de la posterior perkunia y kercunia; Arciniega:poblacin de Alava; Arcenillas: poblacin de Zamora: encinar); leuca (legua: medida agraria); carrus (carro); bardos (bardo: poeta); druidae (druida, ins-truido); carpenton (carpintero); inkean (hija); salice (sauce); brigos (a-brigo); uassallus (vasallo); betulla (a-bedul); capanna (cabaa); camisia (camisa); aratron (arado); slon (silo); caletos (calado: parte sumergida del barco); carruca (carroza); saponis (jabn); beruro (berro); sagon (sayo ); tonna (tonel); camannon (camino); cagio (caja); ancaire (ancla); rian, rein (rio); more, muir (mar, grande); gabro (cabra); laenae (lana); kato (gato); Deiuos (Dios); pan (panne o bannock: pastel de harina celta); pesc (pescado); salmon (salmon); senos (senil); tegos, teito (techo); viros (viril, hombre); divuo (da); pekkos (pequeo); tir (tierra); oinos, uno; dauo, dos; treis, tres; kuetor, cuatro; penkue, kuenkue, cinco; sueks, seis; sestan, siete; osto, ocho; nouan, nueve; teka, diez; bhnd ( bandera, atar, ligar, banda, Bandua el epteto celto-gallego del dios celta de la guerra y de las cofradas) Adems de ciertas marcas de propiedad, alguna lpida funeraria, textos votivos, la escritura sobre utillaje, y algn otro, la mayora de los textos que conocemos en lengua celtibera son normas y tseras de hospitalidad. Los pactos de hospitalidad eran una costumbre muy asentada entre los pueblos indoeuropeos occidentales y en Espaa un elemento indgena que pervivi a la organizacin romana. Eran acuerdos de amistad, una vinculacin especial por la cual los implicados (individuos o ciudades) se reciban en mutua proteccin, reconocindose leyes, derechos y deberes que se plasman sobre tesseras (manos entrelazadas) o cartas tbulas (tablas de bronce). Hasta entonces los pactos de hospitalidad siempre haban sido verbales, un rito en presencia de los dioses y de testigos (ueitui) que actuaban como garantes. Las teseras y kortikas (cartas) de nuestro legado arqueologico fueron escritas en alfabeto ibrico, similar al tartsico, griego y latino, basado en signos silabicos: Pa, Pe, Pi, Po, Pu, Ka, Ke, Ki, Ko, KU, Ta, Te, Ti, To, Tu, de donde proviene probablemente la principal caracteristica de nuestra lengua espaola: la perfecta identidad fontica del conjunto silbico consonante-vocal. Un modelo de la mayora de las tseras celtiberas suele llevar la identificacin de uno de los contrayentes del pacto: - Lub(b)os Alisokum Aualo ge(ntis) Kontrebiad Belaiskad. "Lubos (antroponimo que hoy es Lopez) Alisokun (el kun o estirpe familiar) gente de los Aualos (el pueblo o ciudad), Kontrebia Belaiska (la Comarca o conjunto de trebia- tribus, Belaiska de los Belos, del Dios Bel). La mayora emplean con diversas variantes abreviadas la frmula: kortika karuo (carta de caridad) sinonimo del latn "tessera hospitalis". La tsera o kortika es el corte de la plancha de bronce que porta la inscripcin. Su etimologa en celtibero debe ser el indoeuropeo *(s)ker"cortar", con una adjetivacin en -ti-kos. Una kortik es literalmente un ''corte'', recorte o pieza separada evolucionado con el mismo sentido a la medieval ''Karta'' y actualmente Carta de los fueros, leyes, ttulos, ordenes o privilegios reales, como la expedida el Ao 1176 que reza: " Facta karta donationis kalendas aprilis. Era M CC X IIII. Regnante rege Fernando ", o las Carta Puebla tardomedievales, hasta las cartas, cartularios y carteles actuales; el otro vocablo karuo del tema *karuos *karuom "hospitalidad" del indoeuropeo *kar- "caridad" ( caridad, cario, querido, caro, care ), por lo que la traducin literal sera Carta de Cario o Carta de Caridad. Relacionado estara Carinthia al sur de Austria (en Aleman: Krnten) cuyo significado popular es "tierra amistosa". Son frecuentes las abreviaturas de estas palabras en las teseras de hospitalidad o que stas se den implcitas: Libiaka kortika kar(uo), que se traduce: "Tsera de hospitalidad libiense"- Ue(n)tanaka kar = Uentanaka (kortika) kar(uo); Uirouiaka kar : "Carta de caridad

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de los Virovienses" de Uirouia (hoy Borobia en Soria) su etimologa es Vira-Villa con los temas Uiro (aro, circulo, virar) y Villa como la actual Villaredonda, con este mismo origen etimologico pervive La Bureba de Burgos y su capital Briviesca (de Viri-villes-cum o de Viri-Villes-Oca por el rio Oca que la atraviesa). Alguna tsera posee formulario ligeramente distinto. As, la que reza: Tuinikukuei kortonikum kar : "Hospitalidad de los Tuinikos a los Cortonenses ". Otros ejemplos incluyen el nombre del testificador del pacto: arekoratika: kar: sekilako : amikum : melmunos : ata pistiros : lastiko : ueizos : (de Arekorada, hoy greda tambien en Soria): Los de Agreda dan su caridad (cario) a sekilako amigo dulce y Pistiros Lastiko lo testimonia (visto). La de Sasamn lleva por una cara: Irorekios Monitukos Nemaios y en la cara opuesta Aleturex, que es el rex de la ciudad como Vercingetorix, y la base *nem- presente en la onomstica personal cltica, Ne-maiok[um] de la tsera de Herrera de Pisuerga (Visurgis era el antiguo rio Weser aleman), Nemasius, Nemonius; irl. ant. Neman (Ne-manus) y Nemain, brit. Nemiaus o Nemianus y el sufijo -aio- usual en la antroponimia hispanocelta. Este otro ejemplar parece contener la identificacin de la receptora - una mujer - con una frmula invertida: Tridonieku Ka(r)a-ka(d) Dexuaiona Nemaioso. Otras tseras muy breves con frmulas diversas: Retukeno uisalikum; Bundunes irulases ---- Kubokariam Ueniaku (de Uenia hoy Viana) Perkuakum Sakas; Atulikum; Sekobrikea ( Segbriga); Turiasaka kar: Carta turiasense; Mukokaiko; Sekeios Sailetiko Metama; la Tsera de la Mesa del Almendro de Sevilla: Kaar.ikurpica.salmantika.kue: Karidad icrbica y salmantica. Las inscipciones de Pealba: Turos Karorum viros veramos: Turos queridos varones (su)premos; Turros Karorum Kortitikum; Velsam ticino veramon turosoilobos; Kalaitos; La ofrenda en la inscripcin de Pealba de Villastar: ENIOROSEI VTATIGINOTIATVMEI TRECAIAS TO LVGVEI ARAIANOM COMEIMV ENI OROSEI EQUEISUIQVE OGRIS OLOCAS TOGIAS SISTAT LVGVEI TIASO TOGIAS, cuya traduccin sera: En el senado de los pueblos de Orosei y Tigino a Lugo encomendamos los arados y todos los caballos de los orosios y los lugares cubiertos (edificios) de su entorno (ogris) consagramos a Lugo la congregacion de tiaso; Y la de Cabeo das Fraguas: OILAM TREBOPALA INDI PORCUM LAEBO COMAIAM ICCONA LOIM/INNA OILAM VSSEAM TREBARVNE INDI TAVROM IFADEM... REVE... , cuya traduccion aproximada seria: Una oveja Trebopala (Pala o Protectora de la Tribu) y un puerco laebo (leve, pequeo, lechn) comendamos a Icona Luminosa, una oveja (oila owila oveja ) de un ao a Trebarune (Reina de la Tribu) y un toro semental ... Reva...; la tsera de Uxama, el bronce de Luzaga (Lutiaka) es otra Carta de Caridad escrita en antiguo celta que testimonia (so ueisui: so witness, as visiona) los hijos de Pelayo (Pelaiokun) y toma TEIUOREIKIS, primeros testimonios de los futuros reyes PELAYO y TEODORICO: Rey del pueblo o Rey divino, donde TEIUO o DEVO (como en Devobriga) es deidad, divino y Reikis que con el posterior fonema X es REX; a estos reyes la historia oficial nos ha venido presentando como Visigodos venidos de fuera, cuando siempre haban formado parte de nuestro pueblo, lo que tambien explica que durante el llamado reinado visigotico los unicos enemigos del reino eran vascos y arabes; el texto completo: AREKORATIKUBOS KARUO KENEI KORTIKA LUTIAKEI AUKIS BARASIOKA ERNA UELA TIKERSEBOS SO UEISUI PELAIOKUN KUE KENIS KARIKO KUE KENIS STAN KORTIKAN ELASUNON: KARUO TEKES SA KORTIKA TEIUOREIKIS, que en lenguaje actual sera: "Agricultores gente querida dan carta a los lutiakei cuyos parajes (Barasioka) fielmente velan sus estakas (marcas, demarcaciones, hitos o mojones), as lo atestiguan los Pelayos quienes con sus gentes aliadas (queridas) otorgan todos unidos esta carta. Con cario toma su carta Teodorico"; Como tambien siglos mas tarde el nombre de la castellana Doa Urraca ha querido derivarse del vasco, siendo su etimologia mas logica y probable Ulrika (De Ulf -lobo- y Rika -rica, recta, poderosa) de la raiz indoeuropea rek (rectitud, destreza, poder), como Ursula proviene de Urs (oso) mas el sufijo diminutivo ulla. La misma linea indoeuropea del origen de los espaoles la atestiguan los bronces "res" de Cortona, que son ordenanzas y reparcelaciones de terrenos. La tessera de Caurel (Lugo) datada en el 28 dC hecha entre Tillego, hijo de Ambato y los magistrados de los lougos del castellum Toletense, Latino hijo de Aro y Aio hijo de Temaro (A. Tolosa Leal. Las Tesserae Celtibricas y F. J. Rubio Orecilla: La tsera celtibrica de Sasamn); la tsera de hospitalidad de Monte Cild publicada en la revista "Complutum"; una inscripcin epigrfica hallada en las inmediaciones de Retortillo (Julibriga, Cantabria). Un ejemplo de escritura en utillaje celtbero es la Fusayola de Monreal de Ariza con la inscripcin : SUSATI KALIN UTA AS (USAD CAAMO Y USO). Todo ello, as como los nombres indgenas Ambato, Sekaida, Danuvio, Bodo, Bovecio, Cadus, Lugua (femenino de Lug), Brigetino, ... parecen dejar bastante claro el origen celta de los pueblos indgenas de Espaa, lo que obliga a abandonar el intento de interpretar nuestro legado arqueolgico a partir del vasco, como se comprob con el Bronce de Botorrita, que ante la imposibilidad de interpretarlo a partir del vasco, se abandono esa via por el concurso de fillogos como Tovar y De Hoz

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que sealaron el claro matiz indoeuropeo de la inscripcin, ms concretamente su celtiberismo. La cultura celtiberica de las cartas de cario o caridad (o tesseras hospitalis, en latin) prosiguio bajo el imperio romano, buen ejemplo es la firmada el ao 132 entre los Coelerni y Gneo Antonio Aquilino Novaugustano, en intercambio por su defensa bajo el Emperador Adriano: G(neo) IVLIO. SERVIO. AUGURINO. G(eneo) TREBIO. SERGIANO. CO(n)S(ulibus). COELERNI. EX-HISPANIA. CITERIORE. CONVENTUS. BRACARI. CVM. G ( neo). AN TONIO. AQUILO. NOVAUGUSTANO. PRAEF(ecto). COH(ortis). I. CELTIBERORUM. LIBERIS. POSTERISQUE. EIVS. HOS PITIUM. FECERUNT. G(neus). ANTONIVS. AQVILVS. CUM. COELER NIS. LIBERIS. POSTERISQUE. EORUM. HOSPITIUM. FECIT. LEGATUS. EGIT P(ublius). CAMPANIVS. GEMINVS. Que puede traducirse: Siendo Consules Gneo Julio Augurino y Gneo Trebio Sergiano, los Coelerni de la Hispania Citerior y del Convento de los Bracari, firman pacto de hospitalidad con Gneo Antonio Aquilino Novaugustano, prefecto de la primera Cohorte de los Celtiberos, con sus hijos y descendientes. Actuo como legado Publius Campanius Geminus. La ciudad principal de los Coelerni era Coeliobriga, hoy Castromao en Celanova (Ourense). El Bronce de Torrijo del Campo, con el siguiente texto escrito en alfabeto celtbero: kelaunikui terkininei : eskenim : tures : launi : olzui : okeakai eskenim : tures uzeisunos : kotizonei : lutorikum : eisubos : atizai : ekue : kartinokum : ekue : lakikum ekue : tirtokum : silabur sazom : ibos : esatui, puede traducirse como sigue: Cualquier terrateniente que alquile parcelas de terreno a extranjeros y quienes cedan en usufructo (teneras) parcelas de terreno a extranjeros en las zonas acotadas asignadas a los Lutoricum y a los Cartinocum y a los Lacicum y a los Tritocum, se les establece sesenta (en moneda de) plata. La traduccin al texto del Bronce de Botorita podran ser las normas que asignaban a los contagiados de sarna (o lepra) lugares acotados para vivir y enterrar sus cadaveres: tirikantam (senado -recinto del arbol-): berkunetakam: tokoitoskue : sarnikio (:) kue : (a los principes electos del senado contagiados de sarna) sua : kombolkez: nelitom (sean compelidos a no licenciar, autorizar) nekue [: to : u]ertaunei : litom: nekue : taunei : litom : nekue : masnai : tizaunei : litom : (ni autorizar permutas, ni donaciones, ni concesiones -teneras-) soz : auku aresta[lo] : tamai (salvo que sea ante la autoridad): uta : oskuez : stena uerzoniti (y aquellos que transgredan la ordenanza-): silabur : sleitom : konskilitom : kabizeti kantom [:] (se les impone dar 100 fracciones -moneda- de plata contra quien autorice) sankilistara : otanaum : tokoitei : eni (que tomarn cualquiera de los nombres de la lista): uta : oskuez : boustomue : koruinomue makasimue : ailamue : ambitiseti : kamanom : usabituz (y aquellos cuyos pastos de bueyes, carneros, ovejas- usen el mbito del camino): ozas : sues : sailo : kusta : bizetuz (se retranquearn -biselaran o bastillaran- 6 pies desde el borde -saliente-): iom asekati : [a]mbitinkounei : stena : es : uertai : entara : tiris : matus : tinbituz : neito : tirikantam eni : oisatuz : (quien vierta entierre -undere-dentro - en los mbitos secos de los Tirikantam -espacios pblicos- las tumbas de los cadaveres -osamenta- muertos limpios -sanos-): iomui : listas : titas : zizonti (a los de la lista, dar sesenta): somui : iom : arznas : bionti : (adems, a los arsenales veinte) iom : kustaikos arznas : kuati : ias : ozias : uertatosue : temeiue : robiseti :(a los arsenales de la ribera que viertan los cadaveres -osamenta -o: cuyos cultivos rebasen el tiempo-) saum : tekametinas : tatuz : somei enitouzei : (sumados a los diezmos, darn tambien todo el grano -trigo, chamorro- excedente) iste : ankios : iste : esankios : ( sea gente o exgente -extrangero-) uze : areitana : sarnikei : akainakubos nebintor (que use las areas -campos arados- de cualquier vecino sarnoso): tokoitei : ios : ur antiomue : (antes de tomar sus cultivos ) auzeti : aratimue : tekametam : tatuz : iom : tokoitoskue sarnikiokue : (donaran los diezmos de sus areas a todos aquellos contagiados de sarna) aiuizas : kombalkores : aleites ( testimonia a todos los compulsores -ordenantes-): iste : ires : ruzimuz : abulu : ubokum (este -que- es, Rucimo Avelino Hijo de Ubo) . Tamai se relaciona con el ant. irlands damair "permite, autoriza"; arestalo con are- "ante" como aremoricas : los que viven frente al mar; *sta- "estar" ; ur de *uror roza; ailamue como el lusitano oilam: ouino, ganado ovino. La inscripcin de Lamas de Molledo tendra la siguiente traducion: RVFINVS (gentilicio Rufinus de origen etrusco) et TIRO SCRIP SERUNT VEAMINICORI (y Tiro escribieron a los varon veaminicori) DOENTI ANCOM LAMATICOM (donando un ancom de Lamas de Moledo) CROUGEAI MAGA REAICOI (en el altar de piedra Magaraico de la Maga reina) PETRANIOI RADOM PORCOM IOVEA (Petranio un puerco redao -gordo, graso- joven) CAEILOBRIGO. La frmula utilizada en los Bronces de Botorrita: Tirikantam : Entorkue : Toutam -El senado y el pueblo de su entorno-. Son tambien legibles otros fragnmentos del bronce Botorrita IV , como :sua kombal[.]z:bouitos:ozeum: ku[etor]i?:turuntas:tirikantos:kustai:bize[...] que sera: sean compelidos (obligados) a separarse (biselar) cuatro pies del borde (costa) del vado (bouitos) y torrente del senado o, seran compelidos por los custodios del senado a separarse (biselarse) cuatro pies del camino y del torrente

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del senado. Con mayor antiguedad y en alfabeto celtibero se recoge tambien PUERCO en la Tesera de Viana (Navarra) en la forma: PERKUAKUM. El Bronce III de Botorrita es otro texto de reparto de tierras: risatioka : lestera : ia : tarakuai : nouiza : auzanto eskeninum : taniokakue : soisum albana que puede traducirse : primeras listas de las nuevas concesiones de terrenos a extranjeros que ya tienen su ttulo (albana), donde risatioka: primeras (del prefijo ri(s) conocido en galo y presente en pristinus y en el ingles first); lestera: listas; tarakuai: territorial; nouiza: nuevas(como novicias); auzanto: con la raiz aus de auspiciar, otorgar; eskeninum: ex-gente (extranjeros); taniokakue:que tienen; soisum: sus; albana: album (asi se denominaba la tabla de comunicados, edictos, listas En todos los textos epigrficos celtiberos estan presentes las palabras que nuestros antepasados comenzaron a escribir, al menos en el siglo VII a. de C. Afirmar, segn suele hacerse, que estas voces, vivas en el castellano actual con idntica forma y contenido, son prstamos del latn es pura boutade. Cierto que, en ambos aspectos, son iguales o muy similares a sus correspondientes latinas, pero hoy es un hecho indiscutido ya que el etrusco, lengua tambin prerromana esta ntimamente vinculada a la celtibrica. Entre estas palabras podemos citar: estanca (estanque, presa) en el Bronce de Luzaga; liga (liga, pez), en el tapn de la coleccin Pellicet; katibu (cautivo) en la piedra de Alcal del Ro; berga (berga, miembro viril) y anka (anca, cadera) en el Bronce n 1 de Botorrita; kame (cama), salto (salto, cubricin), gusto (gusto, placer), bono (bueno) y pasio (pasin) en el plomo de Ullastret I; gente (gente) en la tsera coleccin Turiel n 13; parte (parte) en el vaso del Caballo de Lliria; ira (ira, clera) en el Plomo de Pech Mah y en otros ms; aire (aire) en el Plato de plata de Abengibre; anima (nima) en la Estela de Tarragona; goza (gozar) en la Tsera de Uxama; mundo (mundo) en la Tsera La bota; selda (celda) en las Estelas funerarias de Cretas y en las de Cabanes y otros; ama (ama, madre) en la Estela de Fraga; tita (tita, gallina) en la Tsera de Turiel n 4; punta (punta, vrtice) en el Bronce de Kortona; gisa (guisa, manera) en el plomo Serreta de Alcoi; boto (botn, yema de rbol) en los Plomos de Castelln y Vall dUx; kaden (cadena) en el Denario de Liedres; era (era, tiempo, poca) en el Plomo del Vall dUx y en el Bronce grande de Botorrita; beda (veda, prohibicin) en el Bronce grande de Botorrita; ara (arar) en el Plomo de Caudete de las Fuentes; anisa (ans) en el Vaso de El Alcomocal; seda (seda) en el Huso de Pea de las Majadas; orto (huerto) en el Klato de Alloza; luto (luto) en el Bronce de Luzaga. Gallego, portugus, leones, asturiano, aragons, cataln, arans, cntabro o castellano, valenciano, mallorqun, todos descienden de este sustrato celtbero comn de la familia greco-latina. Al leons y asturiano castellanizado se le llama " amestau ". En Asturias al asturiano se le suele llamar lleons. Ajena a esta familia linguistica es el sustrato de la lengua vasca, de origen punico o fenicio evolucionada y complementada por numerosos vocablos incorporados de las lenguas autctonas hispanas. En la poblacin indoeuropea, la cuspide de la civilizacin se desplazaba de un lugar a otro. En tiempos de Catn, ante un griego un romano pareca un brbaro, y la escritura culta de las familias patricias romanas se haca en griego. Catn rompi con esta costumbre y public sus textos en latn, lo que le vali el ttulo de 'padre de las letras latinas', algo similar a lo que aconteci en Espaa con los textos latinos, hasta los cartularios riojanos y las Glosas Emilianenses, primeros testimonios conservados del uso de la lengua local en los textos cultos. A la llegada de los romanos en el 218 aC para repeler las invasiones pnicas, la totalidad de Hispania es indoeuropea desde el norte hasta la Betica o Beturia, Baeturia celtica en el sur (Andalucia), incluidas las tierras de Granada luego pertenecientes a la Bastitania, cuya principal ciudad la llamaron Basti, nombre adulterado despues por los rabes en Batza (reunin, en vasco) como lo escribi Abd -el- Aziz al incluirla entre las ciudades conquistadas, y de ah su actual nombre Baza. Plinio el Viejo (III,13-14, Caius Plinius Secundus 23-79 d. C.) dijo: "La region que se extiende del Guadalquivir o Guadiana, mas alla de los lugares mencionados antes, es llamada Beturia, y esta dividida en dos partes de los Celticos que lindan con Lusitania y son de la jurisdccin de Sevilla y los Turdulos" .No hay ningn motivo para suponer que los CELTICI de Baeturia (aludidos ya por Herdoto), signifiquen "celtoides", "paraceltas", "cuasiceltas", etc. en Mela, Plinio, etc como algunos insisten en interpretar, pues a juzgar por su lengua y Onomstica, parece que los CELTICI son celtas a secas. El origen de Basti se pierde en los tiempos, en el Siglo IV era sede episcopal regida por el obispo bastitano Eutyquiano con sede catedralicia en la Iglesia de San Nicolas, construida durante el reinado de Recaredo I, transformada en mezquita por la invasion agarena y de nuevo restaurada por los Reyes Catlicos y consagrada por el Cardenal D.Pedro Gonzalez de14 de 46

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Mendoza. Sus otros obispos registrados fueron Theodoro (ao 589), Etelio I (ao 610), Eusebio (ao 633), Servodeo (ao 653), Etelio II (ao 675), Antoniano (ao 681), Basilio (ao 688). De las tradiciones celtas que hoy perduran en Espaa, heredamos de los celtas bticos, hoy andaluces, nuestro popular Gazpacho, adulteracion por la pronunciacion de los moriscos de su nombre celta original Kaspato ( de la palabra celta Caspa, -polvo, pur o caspa - ms el participio ' ato '). Secobrica o Segobriga debi ser la capital de la Celtiberia, pues as lo afirma Plinio (III, 25) denominndola "caput Celtiberiae" que Livio describe (XL, 50) como "nobilis et potens civitas". Tambien era ciudad importante Cotinusa en la regin de los Tartessos de donde procede la tesera kateraikina : kar, claro precedente del nombre indoeuropeo Katerina, despues llamada Cadiz (Gadir) por los pnicos (fenicios), descrita por Avieno (Descriptio Orbis) y por Timaeo, citada por Plinio y Dionisio Alejandrino en su Periergesis y de la que Eusthatio explic que podia haber tomado su nombre original Cotinusa de Kotynos, por ser el olivo el arbol mas abundante de la isla. Pero en tiempos de Plinio y Mela (POMPONIO MELA escritor y gegrafo gaditano S I d.C ), tras 300 aos de invasiones pnicas el espectro poblacional espaol haba experimentado cambios sustanciales que aumentaron tras la siguiente invasin musulmana, que transform la floreciente ciudad celtbera de los Turdetanos, cuna de Sneca y de Trajano (Marcus Ulpius Traianus) el mas grande emperador de Roma nacido en 53 dC en la actual Santiponce (Italica) ciudad de la Baetica, la ms rica y prspera provincia de Hispania, en la Crdoba posterior, considerada hoy por algunos la "perla de la cultura andalus" a pesar de la destruccin que supuso de su valioso legado histrico anterior, como la basilica visigotica del SV dedicada a San Vicente Martir que Abderramn I transform en la afamada Mezquita de Cordoba, pero como es lgico, esta antigua catedral cristiana no estaba orientada a la Meca, los historiadores arabistas se vieron obligados a explicar que esta inslita e incluso blasfema circunstancia en una mezquita, era debida al deseo de Abderramn I de orientarla hacia Damasco; algo similar ocurri con la orientacin de la Catedral visigoda del Siglo VII tambien dedicada a San Vicente , hoy la Seo de Zaragoza, y con las catedrales de las ciudades episcopales espaolas transformadas en mezquitas por la invasion musulmana. Por lo que respecta a los pnicos o fenicios, la primera mencion de Libia en la historia se refiere a los mercenarios libios contratados por el Antiguo Egipto, en el primer milenio a.C. Posteriormente estos mercenarios de extirpe mixta de libio-fenicios, constituirn el punto ms fuerte de la infantera punica del ejrcito cartagins de Anbal Barca en su famosa expedicin a la pennsula itlica a travs de los Alpes. En el Siglo VI aC. para liberar a Tartesos de la ocupacion de los fenicios, acudi en ayuda de los turdetanos el rey Teron de la Espaa citerior con una grande armada (VI ac), quedando incendiadas las naves de Teron pero logrando finalmente los espaoles rescatar la isla que perdieron de nuevo al acudir los cartagineses en ayuda de los fenicios que la tomaron a viva fuerza. Como narra Herodoto, siendo rey de Tarteso Argantonio, de quien la historia narra su elevada cultura, civilizacin y hospitalidad, se establecieron en Tarteso los griegos de Phocea donde el rey Argantonio los acogi y les brind el terreno que quisiensen escoger en la Tarteside, pero esta colonia de los griegos phoceos no lleg a establecerse completamente, porque al llegar la noticia que Harpago general fenicio de Cyro tenia sitiada su patria prefirieron acudir en su socorro empleando para ello las mismas riquezas de que les provey Argantonio. De las luchas de los tartesos contra los fenicios, relata el historiador griego Diodoro el ao 232 aC, que las huestes cartaginesas de Amilcar Barca en una de sus incursiones apresaron a Istolacio y al lusitano Indortes a los que crucificaron, arrancndoles los ojos antes de morir. Mucho antes, aluden especficamente a Tartessos en la Pennsula Ibrica las tradiciones mticas griegas, el mito de Gerin y el dcimo trabajo de Hrcules, Grgoris y Habis, Estescoro (races argnteas del ro Tartessos), Anacreonte (longevidad de su monarca Argantonio), Hecateo (habla de Helibyrge de la ciudad de Tartessos), Herdoto (Tartessos como emporio de gran riqueza ms all de las Columnas de Hrcules, as como de sus estrechas relaciones con los griegos focenses), Eforo, Aristfanes, Estrabn (Tartessos como ciudad, ro, regin y centro de contratacin de argenta y metales) y Avieno. Otras numerosas reconstrucciones histricas se han hecho sobre Tartessos, artificialmente enriquecidas a partir de la utilizacin de una documentacin literaria tarda y en muchas ocasiones ajena al mundo autctono peninsular. En homenage a la victoria de Alejandro el Grande sobre Tyro (patria de los fenicios o cartagineses), los espaoles le erigieron una estatua (356-323 ac) en el Templo de Hercules de Cotinusa (Cadiz ); esta estatua del heroe macedonio haria verter emocionadas lagrimas a Cesar. Perdidas tambien por los de Cartago la Sicilia y la Cerdea donde habian establecido asentamientos en la primera guerra pnica, replegaron sus fuerzas en Cadiz al mando de Amilcar Barca (238 ac), preparandose all para acometer contra Italia. Por all paso tambien su hijo Anibal, y Asdrbal, hijo de Gisgn y Magon, que se habia quedado sin tropas, resolviendo sacar dinero de los cotinusos ( gaditanos) por todos los medios. Los

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cotinusos enviaron diputados a Escipin en peticion de ayuda, que acudi a la llamada de socorro enviando un ejercito a las ordenes de Marcio y una escuadra a las ordenes de Lelio, pero una enfermedad de Escipion y rumores de rebelion en su propio cuerpo de ejercito, retras la operacion de rescate de Cadiz, hasta que recuperada su salud, volvi Marcio con parte de su ejercito y tras de s el propio Escipin en persona. Cadiz se encontraba entonces sometida al poder del cartagines Magn junto a Masinisa aliado de Sifaz el Numida, pero ste ltimo, al ver tan mal parados a los cartagineses decid con escusas falsas pasarse al servicio de Roma; El cartagines no di batalla, tom el oro y la plata de los gaditanos, saque tambien los templos incluido el de Hercules y huy de la ciudad. A partir de entonces los pnicos en desbandada por Hispania, comenzaron a replegarse en las montaas dando origen a los bandoleros tanto en la zona vascona como en otras areas serranas como Sierra Morena (corrupcin de Sierra Mariana ) a donde hubo de acudir el pretor Cayo Mario avisado por los beneficiarios de las minas, por los robos y ataques de estos bandoleros, a los que logr reducir con tropas celtberas. Istolacio, Indortes y Orisson fueron los tres primeros rex hispanos que se alzaron en armas contra la invasin pnica, capitaneando a los tartesios, clticos, lusitanos y beliones. Fue el primer gesto documentado de la resistencia y luchas sostenidas desde el ao 238 a.C. contra la invasin cartaginesa que hasta entonces se haba limitado a fundar colonias comerciales en el litoral. Amlcar prosigui por el Ebro con su gente hacia los Pirineos, y en la regin de los laletanos ech los cimientos de Barcelona, que denomin Barcino, nombre patronmico de su linaje. Su proyecto era la total conquista de Espaa, que hubiera realizado de no haber tropezado con la oposicin de los tartesios y los clticos del Cuneo, que se levantaron en armas, prestos a la defensa de su independencia amenazada, capitaneados por Istolacio. Derrotados por Amlcar, fueron devastados sus campos y condenando Istolacio al suplicio de cruz. Despus invadi las tierras de los lusitanos y de los vettones, donde cincuenta mil combatientes mandados por Indortes le opusieron resistencia, pero fueron finalmente arrollados e Indortes, al igual que Istolacio, fue crucificado por los cartagineses. Pronto iba a encontrar Amlcar resistencia ms vigorosa que la que haba hallado hasta entonces. Bloqueaba el cartagins la ciudad de Hlice o Vlice, la antigua Bellia, que se cree con fundamento fuese Belchite, cuando llamaron los beliones en su socorro a otros celtberos. Uno de sus caudillos o rgulos, llamado Orissn, pas al campo de Amlcar fingindose su amigo con un cuerpo de tropas, con la intencin de volverse contra l en ocasin y momento oportunos, los espaoles entonces se valieron. de gran nmero de carros tirados por novillos, a cuyas astas ataron haces embreados de paja o lea, que encendieron al comenzar la refriega. Acuciados por el fuego, los novillos embisten furiosos las filas enemigas, causando horrible espanto a los elefantes y caballos del cartagins, cargando entonces los confederados celtberos contra los pnicos y aprovechando Orissn la oportunidad del momento, para unirse a los celtberos y embestir contra las filas enemigas. El mismo Amlcar pereci en esa batalla, y los restos de su ejrcito se refugiaron en Acra-Leuka. El ardid de que se vali Orissn para derrotar a los cartaginenses deba constituir una diversin pblica entre los celtberos, y de ella se cree son reminiscencia: el toro jbilo, que se corre en algunos pueblos de la provincia de Soria; el toro de la plvora, usando en la Mancha; y otros varios toros de fuego, que forman parte de muchas fiestas espaolas. Sucesor de Amlcar fue Asdrbal, su yerno. Deseoso de vengar la muerte de su suegro y de castigar la traicin de Orissn, entr por las tierras de Hlice, llevndolo todo a sangre y fuego. Es tradicin que Orissn cay en su poder y que Asdrbal logr satisfacer su venganza: la Historia no vuelve a hablar de aquel caudillo cuyo nombre, junto con los de Istolacio e Indortes, abre el glorioso registro de los mrtires de la independencia espaola. Desde Cadiz partieron los punicos hacia Italia, desperdigando parte de sus tropas en el recorrido, dando lugar, entre otros muchos, a los asentamientos vascones. Cadiz se sacudi entonces el poder de Cartago (203 ac) y acudi al senado como aliada, y, puesto que no era ciudad conquistada sino liberada, fu declarada ciudad franca (197 ac). Balbo el gaditano (Cornelio Balbo) construy junto a Cadiz una ciudad nueva y de las dos result una que por lo mismo se llam Didyma. Por las mismas fechas, hacia el ltimo tercio del S III ac, debi producirse la toma de Mastia Tartesion o Massia de los massienos o mastieoni, invadida por los poenos en la Segunda Guerra Pnica, que la renombraron Qart-Hadaschat o Nueva Cartago (Cartagena) en recuerdo de su Karthago africana, segun la cita de Diodoro, tras haber derrotado al rey espaol Orison, Asdrubal tomo como esposa a su hija y pas a cuchillo a quienes causaron la muerte de Amilcar; de aqu parti Anbal con mas de 100.000 hombres, 12.000 caballos con sus jinetes y 40 elefantes y desde el puerto 40 buques al mando de Amilcar, que cayeron ante la flota romana en las bocas del Ebro sin que Asdrubal llegase a tiempo de evitarlo. En un solo dia recuper Escipion , con Lelio que le

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segua costeando al mando de la armada, la ciudad de Cartagena, que habian dejado los pnicos al mando de Magon, quien la rindi a los romanos cesndo entonces la carniceria. Todos aquellos cartagineses que habian quedado con vida quedaron esclavos (mas de 10.000), haciendo Escipion distincin de los espaoles que all estaban como rehenes y an de los que hubiesen hecho traicin alindose con los punicos, devolvindolos a todos a sus casas y familias. Sucedi todo esto el ao 211 antes de nuestra era, tal como lo relat Livio y puede leerse tambien en Silio Italico. El reino mastieno (siglo XIII a VI a. C. ) estaba organizado como toda la Celtiberia en ciudades-estado gobernadas por el Consejo de Ancianos que presidia el monarca o rix, con conducciones de aguas, calles bien alineadas, santuarios situados en los puntos ms altos y necrpolis cercanas defendidas por murallas. Se desconoce cuando volvi Cadiz a caer bajo el poder agareno, pero en el ao 1262 el rey D. Alfonso El Sabio envi al Almirante Pedro Martinez de la Fi, acompaado de Don Juan Garcia y otros insignes caballeros para repoblarla con naturales de Laredo, Santander, San Vicente de la Barquera y Castro Urdiales, 100 de ellos hijos dalgo (hijos de alguno o de 'ocune' -de cuna-), los dems buena gente llana segun los describen las crnicas. Cadiz fu titulada villa y su gobierno cometido a Guillem de Berja. El rey no perdon medio para restituir la ciudad a su esplendor antiguo y confirm a Don Sancho el Bravo los privilegios de los que su padre le haba hecho merced. De las fuentes de Estrabon, se deduce que los celtas cntabros habitaban toda la costa hasta el Pirineo. Mas tarde, las crnicas histricas del ao 456 dC sitan en los actuales territorios de Navarra a los celtas berones y autrigones, en el solar junto al Cantbrico que hoy se denomina Pas Vasco, a los Caristios en Vizcaya y Alava hasta el Sur de Vitoria, a los Autrigones en Vizcaya y a los Vardulos en Guipzcoa y Norte de Alava, todos ellos celtas,