La incorporación al mercado internacional

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La incorporación al Mercado Internacional. Sarmiento mantuvo la sencillez de su casa y de su vida privada. Como siempre, pasaba las veladas en lo de Aurelia Vélez, su amante y amiga. Debido a su carácter iracundo y a las agresiones e invectivas no sólo verbales que prodigaba a sus adversarios, fue apodado “el loco”. Su intolerancia hacia el gaucho y el caudillo, a quienes culpaba de todos los males del país, y el regocijo que le provocó la muerte del Chacho, le valieron, y aún le valen, innumerables críticas. La prensa mitrista lo trató con dureza debido a que, una vez en el poder, desplazó a funcionarios y colocó a personas de su confianza en reemplazo. En vistas de ello, Sarmiento buscó acercarse a Urquiza, limando asperezas e incluso realizando una visita muy comentada a principios de 1870. Tiempo después, una revolución en Entre Ríos provocó el asesinato de Urquiza. Sarmiento decretó la intervención de la provincia y la persecución de Ricardo López Jordán, instigador del crimen, durante varios años. El presidente creó el Colegio Militar y la Escuela Naval, para formar cuadros militares adeptos al gobierno nacional. Al culminar la guerra del Paraguay, Sarmiento envió a Mitre como jefe de las negociaciones. La labor de Mitre resultó eficaz, ya que impidió el avance de la ambición de Pedro II. Argentina obtuvo entonces, la región entre los ríos Pilcomayo y Bermejo, dejando al Paraguay los territorios hacia el norte. Chile había iniciado una política expansiva y argumentaba derechos para ocupar la Patagonia. Sarmiento veía como el fruto de sus demandas en épocas del exilio en el país trasandino, le jugaba ahora en contra. La creación de la primera escuadra moderna mejoró la relación de fuerzas en el Sur y los dos países se comprometieron a respetar el estado de las cosas. Sarmiento es recordado por su labor en el ramo de la educación: se crearon 800 escuelas y más de 140 bibliotecas en el país y la cantidad de escolares pasó de 30 mil a 100 mil alumnos. Se inauguraron la Escuela de Ingenieros de Minas en San Juan, la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas y la Academia de Ciencias en Córdoba. Se instaló también en Córdoba el observatorio astronómico y se contrató maestras norteamericanas para organizar las primeras escuelas normales. La palabra “progreso” pareció ponerse de moda, pero los hechos atestiguan su llegada: se instalaron líneas de telégrafo y se prosiguió el tendido de líneas férreas. Se llevó a cabo la primera exposición agrícola e industrial en el país, en la Ciudad de Córdoba, en donde se exhibieron maquinarias a vapor.

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Argentina. Gobiernos de Sarmiento, Avellaneda y Roca. Campaña al desierto. Modelo de exportación de materias primas. Inmigración. Educación.

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La incorporación al Mercado Internacional.

Sarmiento mantuvo la sencillez de su casa y de su vida privada. Como siempre, pasaba las veladas en lo de Aurelia Vélez, su amante y amiga. Debido a su carácter iracundo y a las agresiones e invectivas no sólo verbales que prodigaba a sus adversarios, fue apodado “el loco”. Su intolerancia hacia el gaucho y el caudillo, a quienes culpaba de todos los males del país, y el regocijo que le provocó la muerte del Chacho, le valieron, y aún le valen, innumerables críticas.

La prensa mitrista lo trató con dureza debido a que, una vez en el poder, desplazó a funcionarios y colocó a personas de su confianza en reemplazo. En vistas de ello, Sarmiento buscó acercarse a Urquiza, limando asperezas e incluso realizando una visita muy comentada a principios de 1870. Tiempo después, una revolución en Entre Ríos provocó el asesinato de Urquiza. Sarmiento decretó la intervención de la provincia y la persecución de Ricardo López Jordán, instigador del crimen, durante varios años.

El presidente creó el Colegio Militar y la Escuela Naval, para formar cuadros militares adeptos al gobierno nacional.

Al culminar la guerra del Paraguay, Sarmiento envió a Mitre como jefe de las negociaciones. La labor de Mitre resultó eficaz, ya que impidió el avance de la ambición de Pedro II. Argentina obtuvo entonces, la región entre los ríos Pilcomayo y Bermejo, dejando al Paraguay los territorios hacia el norte.

Chile había iniciado una política expansiva y argumentaba derechos para ocupar la Patagonia. Sarmiento veía como el fruto de sus demandas en épocas del exilio en el país trasandino, le jugaba ahora en contra. La creación de la primera escuadra moderna mejoró la relación de fuerzas en el Sur y los dos países se comprometieron a respetar el estado de las cosas.

Sarmiento es recordado por su labor en el ramo de la educación: se crearon 800 escuelas y más de 140 bibliotecas en el país y la cantidad de escolares pasó de 30 mil a 100 mil alumnos. Se inauguraron la Escuela de Ingenieros de Minas en San Juan, la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas y la Academia de Ciencias en Córdoba. Se instaló también en Córdoba el observatorio astronómico y se contrató maestras norteamericanas para organizar las primeras escuelas normales.

La palabra “progreso” pareció ponerse de moda, pero los hechos atestiguan su llegada: se instalaron líneas de telégrafo y se prosiguió el tendido de líneas férreas. Se llevó a cabo la primera exposición agrícola e industrial en el país, en la Ciudad de Córdoba, en donde se exhibieron maquinarias a vapor.

Sarmiento tenía un plan: construir la riqueza de nuestro país sobre la base de la inmigración, la agricultura y la división de la tierra. Sin embargo las leyes para permitir un mejor reparto de las tierras no sobrevivieron al Congreso, ya que la mayoría de los legisladores, eran grandes hacendados que vieron sus intereses en peligro. La concesión estatal de 500 leguas cuadradas a ambos lados del Ferrocarril Central Argentino, permitió a compañías inglesas realizar ventas de lotes de dimensiones moderadas, que en los próximos años se transformaron en pequeños pueblos.

En los campos comenzaron a utilizarse alambrados, molinos de viento y maquinarias agrícolas financiados con créditos baratos del estado. El Banco Hipotecario provincial ponía a disposición de los hacendados cédulas hipotecarias, pagaderas en pesos.

Un hecho lamentable fue el ocurrido en la ciudad de Buenos Aires; la fiebre amarilla de 1871, se llevó más de 20 mil víctimas, provocando el abandono de la zona sur de la ciudad.

Nicolás Avellaneda.

Sarmiento creyó que su Ministro de Instrucción Pública, iba a continuar con su obra pero antes debía vencer ni más ni menos que a Mitre. Alsina apoyó desde el Partido Autonomista a Avellaneda y este,

con elementos del partido Nacional dio origen a una interesante fusión: el P.A.N., el partido autonomista nacional. Pese a las denuncias de fraude, Mitre es derrotado.

Su gobierno tuvo que sortear varios escollos; el más importante fue buscar una alternativa industrial para no depender de las exportaciones de lana (principal producto) y del precio de esta. Nace así el Club Industrial Argentino (actual UIA) que promueve la Ley de Aduanas de 1876, en el cual se protegen algunos productos nacionales, pero beneficiando sobre todo a la agricultura. Se promovió entonces la inmigración europea y la formación de colonias.

El descubrimiento del frío artificial abrió la posibilidad de exportar carne congelada a los puertos británicos. Esto se transformó en un grande y veloz negocio, razones por las que se dejó de lado proyectos de fábricas textiles por ejemplo. De esta manera queda inconclusa la etapa de progreso y se empieza a consolidar la actividad agrícola ganadera.

Billete de 100.

Como ministro de guerra, Adolfo Alsina impulsó una campaña para extender las fronteras hacia el sur de la provincia de Buenos Aires. Su plan consistía en colonizar tierras, tender líneas telegráficas, levantar poblados y fortines y cavar una gran fosa para evitar que los indios robaran ganado. Repentinamente Alsina muere y quién lo reemplaza es un joven general de nombre Julio Argentino Roca. Este aplicó un plan de aniquilamiento de las comunidades indígenas mediante una guerra ofensiva y sistemática:

“Tenemos 6 mil soldados armados con los últimos inventos modernos de la guerra, para oponerlos a dos mil indios que no tienen otra defensa que la dispersión ni otras armas que la lanza primitiva”. (J.A. Roca)

La llamada Conquista del Desierto ha dado lugar muchas polémicas. Lo cierto es que como resultado de estas expediciones, 20 mil personas fueron eliminadas o vendidas como esclavos. Además, las miles de hectáreas conquistadas, pasaron a un grupo reducido de familias cercanas al poder, mediante el pago de sumas irrisorias, en muchos casos, simbólicas (Anchorena, Pereyra Iraola, Álzaga Unzué, Luro, Martínez de Hoz, Lynch, etc.)

Esto atentó contra el acceso a la tierra de pequeños y medianos productores, terminando con el sueño de Alberdi y Sarmiento de instaurar el modelo norteamericano de colonias.

Presidencia de Roca.

Roca recibió el espaldarazo necesario luego de esta campaña. Lo tenía todo: juventud, prestigio militar, apoyo financiero y una inteligencia que lo colocaba un paso adelante sobre el resto de los políticos (apodado por ello “el zorro”). Además lideraba el P.A.N.

Bajo el sugestivo lema de “Paz y Administración”, Roca se rodeó de prestigiosos políticos e intelectuales, conocidos como “generación del 80”. La idea del progreso en el campo social y la creencia en los avances del capital ayudaban a construir una visión optimista del futuro humano.

Junto a sus ministros, Roca impulsará la sanción de las leyes laicas, que restará funciones que estaban en manos de la Iglesia para dárselas a las instituciones estatales. El Registro Civil se dedicó entonces al control de los nacimientos, casamientos y defunciones, la formación de los padrones electorales y cortar la dependencia de la Iglesia al respecto. Los ingresos y el poder de esta última se vieron afectados drásticamente.

Como Director del Consejo Nacional de Educación, Sarmiento impulsó la sanción de la ley 1420, que estableció la educación primaria obligatoria, gratuita y laica. Esto desató una polémica muy grave con la Iglesia, puesto que esta era una de las funciones que esta tenía. En 1884 se produjo el corte en las relaciones con el Vaticano.

La Argentina se integró entonces al mercado mundial como compradora de manufacturas y vendedora de materias primas.

Si bien en lo económico la generación del 80 adhirió al liberalismo económico, en lo político practicó el conservadurismo: utilizó diversas estrategias, como el fraude, para seguir conservando el poder.

La elite, a la cual pertenecían los gobernantes, no le interesaba invertir en la industria, pues mediante las exportaciones podían recibir oro y pagar sus gastos en el país en billetes del devaluado “peso”. Ante la falta de inversores locales, las obras de infraestructura debían ser encaradas por el Estado. Para ello, debió endeudarse y luego pagar a contratistas para que efectuaran las labores. También favorecieron las inversiones de capital inglés sobre todo en los ferrocarriles, frigoríficos, bancos y tierras.

Para atraer inversiones el Estado garantizaba al inversor una ganancia mínima de 7 %. Durante algunos años, las empresas adujeron en muchos casos que no tenían ganancias y por ello el Estado tuvo que responder a este compromiso. La Argentina destinaba la mitad de sus ingresos al pago de sus deudas.

Cientos de miles de inmigrantes atraídos por el “granero del mundo” llegaban a nuestras tierras. La mayoría no pudo conseguir tierras, ya que para comprarlas, debían adquirir prestamos. Y para adquirir estos préstamos, se debían contar con tierras como garantía (cédulas hipotecarias). En consecuencia, los inmigrantes se instalaron en las grandes ciudades.

En su discurso de despedida Roca decía:

“Os transmito el poder, con la República más rica, más fuerte, más vasta, con más crédito y con más amor a la estabilidad y más serenos y halagüeños horizontes que cuando la recibí yo”.

Bibliografía consultada para este resumen:

Pigna, Felipe Isidro (2007). Historia de la Argentina: 1810-2000. AZ editores. Buenos Aires.

Sáenz Quesada, María (2006). La Argentina: historia del país y de su gente. Ed. Sudamericana. Buenos Aires.

Romero, José Luis (2001). Breve Historia de la Argentina. Fondo de Cultura Económica. Buenos Aires.