La Mano Peluda de Lambayeque

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La mano peluda de Lambayeque (Mito - Augusto león Barandiarán) Cuenta la tradición que en la calle llamada Santa Catalina, hoy San Martín, cuadra comprendida entre las calles Real y San Roque, que se conocía con el nombre de calle de la Mano Peluda; todas las noches, una mano velluda y grasosa, llamaba indistintamente a todo aquel que por ella transitara, llamado que después se convertía en signo de amenaza. Esa mano aparecía primeramente por una de las dos ventanas de la antigua Escuela de la Patria, que por tanto tiempo dirigiera el maestro Chanamé y después recorría toda esa cuadra, en actitud de búsqueda y en ademán desafiante. Indagando sobre las causales de esta visión, que era aceptada por los hombres, temida por las mujeres y terrorífica para los muchachos, la tradición nos cuenta los siguientes hechos: Fray Francisco Díaz de Cabrera fue el primer Obispo de Trujillo, pero debido al terremoto que tuvo lugar en dicha ciudad el 14 de febrero de 1619, llamado el terremoto de San Valentín, se trasladó a Lambayeque, estableciendo su sede en esa ciudad. A pesar de la orden dada por el Virrey del Perú, Príncipe de Esquilache, para que regresara a Trujillo, el Obispo Cabrera se resistió y desobedeció, habiendo muerto en Lambayeque, el 25 de abril de 1619, siendo por lo tanto esta última ciudad, sede del Obispado de Trujillo por algo más de dos meses. Según parece, al Obispo Cabrera, que había instalado su oficina en la indicada Escuela de la Patria, seguramente para estar más cerca de la Iglesia y de la Casa Parroquial, le había mortificado profundamente la orden y no sólo la había desobedecido, sino que le había enviado algunos recados y misivas poco afectuosas al Virrey, quien exasperado por tales hechos le mandó decir que ya tendría "oportunidad de agarrarlo". En cambio, el Obispo que contaba únicamente con sus prerrogativas canónicas, se contentó con responder: "Primero lo agarraré yo", y pretendió formular un remedo de excomunión haciendo el signo condenatorio, pero la muerte piadosa se lo llevó a la tumba, junto con su cólera y sus deseos. De aquí resulta claramente explicable por qué el Obispo, no habiendo podido "agarrar" en vida al Virrey, pretendía hacerlo ya muerto, y por cuya causa todas las noches, alrededor de las diez, hora en que falleció el Obispo Cabrera, su mano peluda y

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De acuerdo a Elblogverde.com, el cultivar arroz anegado produce gas metano y óxido nitroso, dos de los gases causantes del efecto invernadero. Dichas emisiones se presentan desde la preparación del terreno de cultivo, durante el macollamiento (producción de tallos laterales durante el crecimiento) y más aún durante la floración. En el 2004 la ONU declaró el Año Internacional del Arroz, dada su importancia alimenticia sobre todo en países orientales. De todas formas, se están buscando alternativas que ayuden a paliar su impacto ambiental, como reducir el tiempo de inundación de los cultivos y el uso de la cascarilla de arroz como combustible ecológico.

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La mano peluda de Lambayeque (Mito - Augusto len Barandiarn)Cuenta la tradicin que en la calle llamada Santa Catalina, hoy San Martn, cuadra comprendida entre las calles Real y San Roque, que se conoca con el nombre de calle de la Mano Peluda; todas las noches, una mano velluda y grasosa, llamaba indistintamente a todo aquel que por ella transitara, llamado que despus se converta en signo de amenaza. Esa mano apareca primeramente por una de las dos ventanas de la antigua Escuela de la Patria, que por tanto tiempo dirigiera el maestro Chanam y despus recorra toda esa cuadra, en actitud de bsqueda y en ademn desafiante. Indagando sobre las causales de esta visin, que era aceptada por los hombres, temida por las mujeres y terrorfica para los muchachos, la tradicin nos cuenta los siguientes hechos: Fray Francisco Daz de Cabrera fue el primer Obispo de Trujillo, pero debido al terremoto que tuvo lugar en dicha ciudad el 14 de febrero de 1619, llamado el terremoto de San Valentn, se traslad a Lambayeque, estableciendo su sede en esa ciudad. A pesar de la orden dada por el Virrey del Per, Prncipe de Esquilache, para que regresara a Trujillo, el Obispo Cabrera se resisti y desobedeci, habiendo muerto en Lambayeque, el 25 de abril de 1619, siendo por lo tanto esta ltima ciudad, sede del Obispado de Trujillo por algo ms de dos meses.Segn parece, al Obispo Cabrera, que haba instalado su oficina en la indicada Escuela de la Patria, seguramente para estar ms cerca de la Iglesia y de la Casa Parroquial, le haba mortificado profundamente la orden y no slo la haba desobedecido, sino que le haba enviado algunos recados y misivas poco afectuosas al Virrey, quien exasperado por tales hechos le mand decir que ya tendra "oportunidad de agarrarlo". En cambio, el Obispo que contaba nicamente con sus prerrogativas cannicas, se content con responder: "Primero lo agarrar yo", y pretendi formular un remedo de excomunin haciendo el signo condenatorio, pero la muerte piadosa se lo llev a la tumba, junto con su clera y sus deseos.De aqu resulta claramente explicable por qu el Obispo, no habiendo podido "agarrar" en vida al Virrey, pretenda hacerlo ya muerto, y por cuya causa todas las noches, alrededor de las diez, hora en que falleci el Obispo Cabrera, su mano peluda y gordiflona vaga en bsqueda afanosa del Prncipe de Esquilache, quiz para darle algunos mojicones o tal vez para hacerle el signo malfico del anatema.Con el fin de contrariar, hasta el mayor extremo al Virrey del Per, el Obispo Cabrera, no slo no quiso regresar de Obispo a Trujillo, sino que tampoco quiso entrar all en calidad de cadver y, para este fin, dio instrucciones precisas para que se le sepultara en la Iglesia de Lambayeque.Y en efecto, el Obispo de Trujillo, Fray Francisco Daz de cabrera, se encuentra sepultado en el altar del Rosario, como religioso dominico que era, entre la pared maestra que sostiene el retablo y el camarn de la Virgen. Cuando el cura de Lambayeque, don Justo Modesto Rubios y de Andrade, en 1977, despus de ms de un siglo, hizo cambiar el retablo antiguo por el nuevo, encontr el cadver, con su mitra de cartn dorado y en el atad las letras siguientes: Y. R. D. D. F. F. C. E. I., que tradujo as: "Ilustrsimo y Reverendsimo Seor doctor don Fray Francisco Cabrera, Obispo de Trujillo".