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La Tribuna Operador de bancaseguros Los que nos procuramos las habichuelas en el mundo de los seguros si sabemos bien cuál es el poder de la banca en mayúsculas Cuando lleguen resoluciones de instancias internacionales por la sentencia de las hipotecas, volverán a sacar los colores a más de uno Abogado Diplomado en Empresariales, licenciado en Derecho, máster en Derecho de Empresa y de Contra tación y mediador titulado desde 2004, es presidente del Colegio de Mediadores de Seguros de Tarragona. L a sentencia de la Sala Tercera del Tribunal Supremo, y su posterior «viva la pepa legis» pare ce haber creado confusión a propios y extraños. Si bien, para los que nos procu ramos las habichuelas en el mundo de los seguros, la sor presa deviene, cuanto menos absurda, por cuanto que noso tros sí sabemos bien, cuál es el poder de la banca en mayúscu las. Sí sufrimos cuán grande es la dimensión de sus capacida des y hasta dónde sabe llegar para transformar, si hace falta y conviene, el averno. Voy a explicarme mejor. A continuación haré como con las películas de sobremesa del fin de semana. Avisaré que la siguiente historia está basada en hechos reales, donde los nombres han sido cambiados para evitar demandas, pero que, por desgracia, en materia de seguros nada más lejos de la realidad. Imagínense lector, por un mo mento, que existe una entidad financiera que se denomina Banco que lo flipas S.A. Esta, a su vez, tiene una hermana del mismo grupo llamada Que lo flipas, Compañía de Seguros y Reaseguros S.A. La cual, al mis mo tiempo, comercializa, prin cipalmente sus seguros, a tra vés de su propia red comercial, pero mediante la sociedad Que lo flipas, Mediación Operador de Banca Seguros S.A. Pues bien, este Juan Palomo cacofó nico, en España es real, legal y, lo peor, normal. Es más, estoy convencido que la mayoría de los que han llegado leyendo hasta aquí, desconocían esta realidad. Incluso, muchos de aquellos que trabajan en estas grandes corporaciones. Pero así es. Todo meridianamente claro, comprensible y perfectamente explicado. Vamos, ¡Y un jamón con chorreras! Por tanto, comprende queri do lector por qué los que nos dedicamos al seguro sabemos a ciencia cierta que el refranero español está tremendamente equivocado en lo que al mundo financiero se refiere. Así, cuando decimos: «Oro parece, plata no es. El que no lo adivine bien tonto es», no es verdad o, mejor dicho, todos somos tontos. Pues para los al tos tribunales españoles, que de estultos no tienen ni un pe lo, estos hijos, hermanos o pri mos, vamos esta familia que es la gran banca, según la inter pretación actual de las leyes vi gentes, estos operadores de banca seguros son, aunque los clientes no lo sepan, quienes intermedian en las muchas operaciones de seguro que ha cen las entidades financieras desde su red comercial, actuan do como entes independientes, libres y que en nada conculcan ni la libre competencia, y me nos aún, la información al con sumidor. Vamos que de plátano, nada de nada. Como mucho aguaca te o piña, dado que, para nues tros jurisconsultos, este sujeto intermediario en materia de se guros, jamás ofrece recomen daciones que puedan llegar a producir el efecto de impedir, restringir o falsear a la compe tencia mediante engaño, confu sión o verdades a medias. ¡Qué va! De prácticas colusorias, ¡nada de nada! En todo caso, sólo son unos «pobres comer ciales» que dignamente ofrecen sus productos sin abusar ni lo más mínimo, ni de lo qué sa ben, ni de qué tiene el cliente y, peor, ni de lo que ese ciudada no puede o quiere tener. En de finitiva, ¡Jamás te «obligan» a contratar un seguro! ¡Acabára mos, hombre! Por tanto, ya lo decía Don Quijote de la Mancha con aque llo de «donde interviene el fa vor y las dádivas, se allanan los riscos y se deshacen las dificul tades», poniendo de manifiesto con su sabia locura lo que en el fondo, y por desgracia, todos deberíamos saber: «Poderoso caballero es Don Dinero». Y punto. El resto, paparruchadas buenistas que sirven para llenar tertulias, quemar redes sociales o generar vacuas tramitaciones parlamentarias. Así que mejor vayámonos preparando porque, con inde pendencia de este «viva la pepa legis» en el que nos encontra mos, cuando lleguen resolucio nes de instancias internaciona les, volverán a sacar los colores a más de uno. Y, mientras tan to, los ciudadanos o adminis trados, en general, seguiremos siendo ese rebaño al que se nos debe guiar para no descarriar nos. Y aun cuando nosotros queramos plátanos, mejor que consideremos tomar piñas o aguacates, qué bien buenos son, y nos convienen más y me jor, aunque no lo sepamos. Cuánta razón tenia La Bruja Avería cuando decía aquello de: «¡Viva el Mal, viva el Capi tal!». Publicación Diari de Tarragona Fecha 12/11/2018 Soporte Prensa Escrita País España Circulación 9488 Página 7 Difusión 7919 Tamaño 536.52 cm² (88.05%) Audiencia 66 000 V.Publicación 2915 EUR (3392 USD) Distribuido para [email protected] * Este artículo no puede distribuirse sin el consentimiento expreso del dueño de los derechos de autor.
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La Tribuna
O perador de bancaseguros
Los que nos procuramos las habichuelas en el mundo de los seguros si sabemos bien cuál es el poder de la banca en mayúsculas
Cuando lleguen resoluciones de instancias internacionales por la sentencia de las hipotecas, volverán a sacar los colores a más de uno
AbogadoDiplomado en Empresariales, licenciado en Derecho, máster en Derecho de Empresa y de Contratación y mediador titulado desde 2004, es presidente del Colegio de Mediadores de Seguros de Tarragona.
La sentencia de la Sala Tercera del Tribunal Supremo, y su posterior «viva la pepa legis» parece haber creado confusión a propios y extraños.
Si bien, para los que nos procuramos las habichuelas en el mundo de los seguros, la sorpresa deviene, cuanto menos absurda, por cuanto que nosotros sí sabemos bien, cuál es el poder de la banca en mayúsculas. Sí sufrimos cuán grande es la dimensión de sus capacidades y hasta dónde sabe llegar para transformar, si hace falta y conviene, el averno.
Voy a explicarme mejor. A continuación haré como con las películas de sobremesa del fin de semana. Avisaré que la siguiente historia está basada en hechos reales, donde los nombres han sido cambiados para evitar demandas, pero que, por desgracia, en materia de seguros nada más lejos de la realidad.
Imagínense lector, por un momento, que existe una entidad financiera que se denomina Banco que lo flipas S.A. Esta, a su vez, tiene una hermana del mismo grupo llamada Que lo flipas, Compañía de Seguros y Reaseguros S.A. La cual, al mismo tiempo, comercializa, principalmente sus seguros, a través de su propia red comercial, pero mediante la sociedad Que lo flipas, Mediación Operador de Banca Seguros S.A. Pues bien, este Juan Palomo cacofónico, en España es real, legal y, lo peor, normal. Es más, estoy convencido que la mayoría de los que han llegado leyendo hasta aquí, desconocían esta realidad. Incluso, muchos de aquellos que trabajan en estas grandes corporaciones. Pero así es. Todo meridianamente claro, comprensible y perfectamente explicado. Vamos, ¡Y un jamón con chorreras!
Por tanto, comprende querido lector por qué los que nos dedicamos al seguro sabemos a ciencia cierta que el refranero español está tremendamente equivocado en lo que al mundo financiero se refiere.
Así, cuando decimos: «Oro parece, plata no es. El que no lo adivine bien tonto es», no es verdad o, mejor dicho, todos somos tontos. Pues para los altos tribunales españoles, que de estultos no tienen ni un pelo, estos hijos, hermanos o primos, vamos esta familia que es la gran banca, según la interpretación actual de las leyes vigentes, estos operadores de banca seguros son, aunque los clientes no lo sepan, quienes intermedian en las muchas operaciones de seguro que hacen las entidades financieras desde su red comercial, actuando como entes independientes, libres y que en nada conculcan ni la libre competencia, y menos aún, la información al consumidor.
Vamos que de plátano, nada de nada. Como mucho aguacate o piña, dado que, para nuestros jurisconsultos, este sujeto intermediario en materia de seguros, jamás ofrece recomendaciones que puedan llegar a producir el efecto de impedir, restringir o falsear a la competencia mediante engaño, confusión o verdades a medias. ¡Qué va! De prácticas colusorias, ¡nada de nada! En todo caso, sólo son unos «pobres comerciales» que dignamente ofrecen sus productos sin abusar ni lo más mínimo, ni de lo qué saben, ni de qué tiene el cliente y, peor, ni de lo que ese ciudadano puede o quiere tener. En definitiva, ¡Jamás te «obligan» a contratar un seguro! ¡Acabáramos, hombre!
Por tanto, ya lo decía Don Quijote de la Mancha con aquello de «donde interviene el favor y las dádivas, se allanan los riscos y se deshacen las dificultades», poniendo de manifiesto con su sabia locura lo que en el
fondo, y por desgracia, todos deberíamos saber: «Poderoso caballero es Don Dinero». Y punto. El resto, paparruchadas buenistas que sirven para llenar tertulias, quemar redes sociales o generar vacuas tramitaciones parlamentarias.
Así que mejor vayámonos preparando porque, con independencia de este «viva la pepa legis» en el que nos encontramos, cuando lleguen resoluciones de instancias internacionales, volverán a sacar los colores a más de uno. Y, mientras tanto, los ciudadanos o administrados, en general, seguiremos siendo ese rebaño al que se nos debe guiar para no descarriarnos. Y aun cuando nosotros queramos plátanos, mejor que consideremos tomar piñas o aguacates, qué bien buenos son, y nos convienen más y mejor, aunque no lo sepamos.
Cuánta razón tenia La Bruja Avería cuando decía aquello de: «¡Viva el Mal, viva el Capital!».
Publicación Diari de Tarragona Fecha 12/11/2018
Soporte Prensa Escrita País España
Circulación 9488 Página 7
Difusión 7919 Tamaño 536.52 cm² (88.05%)
Audiencia 66 000 V.Publicación 2915 EUR (3392 USD)
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