Las mujeres en la Revolución.

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Trabajo de investigación acerca de la participación de las mujeres en la revolución mexicana.

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"Durante la mayor parte de la historia, Annimo era una mujer. Virginia WoolfMxico, 1910. Corra el ao de la revolucin y los hombres se levantaban ante el grito de "Sufragio efectivo, no reeleccin!", pero pese a la creencia popular, y a la mayora de los libros de historia, las mujeres fueron una figura muy importante en este movimiento. La mayora de ellas han sido olvidadas o encasilladas en el prototipo de Adelita por la que su revolucionario recorrera mar y tierra, pero estas mujeres fueron ms que una historia romntica y estn detrs de cada uno de los movimientos realizados desde como guerrilleras hasta redactoras de planes importantes sin contar a las cientos de miles de mujeres que fueron vctimas y murieron durante el conflicto.

Algunos de los pocos estudios que se han realizado sobre el tema indican que las mujeres participaron de manera activa en movimientos como el de Independencia (1810-1820), la invasin norteamericana (1846-848), la guerra de Reforma (1858-1861) e incluso la intervencin francesa (1857-1867); ayudando a los hombre e incluso cuando era necesario luchando hombro a hombro con ellos. Sin embargo, las oportunidades educativas y vocacionales aadieron una perspectiva intelectual a su participacin; la periodista Juana Beln Gutirrez de Mendoza (1875-1942), la profesora Dolores Jimnez y Muro (1848- 1925) y la feminista Hermila Galindo de Topete (1896- 1954), secretaria partculas del presidente Carranza, son buenos ejemplos de estas contribuciones.Juana Beln Gutirrez de Mendoza fue una periodista, poeta que adems tena ideas polticas radicales. En 1901, fue preparada como tipgrafa as que se uni a los precursores o primeros crticos de Porfirio Daz. En mayo de ese mismo ao estableci un peridico, Vsper, que se opona al mandato de don Porfirio. El peridico abordaba temas como la molestia por el predominio del extranjero en los bancos, compaas de seguros, minas, telares y ferrocarriles; la molestia por el empobrecimiento, la explotacin y de degradacin que siempre estaba en aumento; los campesinos sin tierra; y la preocupacin por el resurgimiento de la iglesia catlica mexicana. El Vsper defenda especialmente a los mineros de Guanajuato que siempre fueron tratados de manera terrible. Gutirrez se opuso a los estereotipos de la mujer mexicana tmida y religiosa, combatiendo de frente con el medio reaccionario de Guanajuato; e incluso, gener un estilo inimitable al cual Ricardo Flores Magn calific de "viril" en Regeneracin.Las consecuencias por su trabajo de protesta fueron exactamente iguales a la que reciban los hombres enemigos del rgimen de Daz, fue encarcelada varias veces entre 1904 y 1920. Pero pese a todos los malos tratos que recibi en la seccin femenil de la crcel de la ciudad de Mxico no se rindi. En mayo de 1910, respald y apoy a Francisco I. Madero lo que hizo que la ira de Daz cayera una vez ms sobre ella haciendo que le confiscaran su prensa. Aunque en 1911, ngela Madero, hermana del opositor anti-reeleccionista la compens economicamente.11| Mendieta Alatorre, La mujer en la Revolucin mexicana, p. 32

Gutirrez acab por desilusionarse de Madero cuando fue electo presidente, en octubre de 1911, ya que ignoro sus advertencias acerca de que la cada de Daz no significaba el fin de la tirana. Los puestos de muchos de los que estaban en el gobierno de Porfirio Daz se mantuvieron, incluyendo a varios militares; adems se volvi contra sus primeros aliados, entre ellos Emiliano Zapata, quien quera la reforma agraria y el final de la tirana poltica local e inmediato, y no, como Madero prometa. 1919, ya se haba terminado la fase ms violenta de la Revolucin, el panorama era desolador: a Madero lo haban matado en 1913, a Zapata en abril de 1919 y Venustiano Carranza se encontraba cerca de una muerte prematura debido a su intencin de crear una nueva tirana. En ese momento, Juana Gutirrez haca nuevas publicaciones en "El Desmonte". El 15 de junio de 1919, Juana hablaba en nombre de todos aquellos que se encontraban cansados y que anhelaban la justicia social. Su publicacin hablaba acerca de que la situacin no haba cambiado realmente, que ya no existan esos principios inscritos en banderas de combate, que la una expresin valida erala referida a la cuestin agraria en el Pan de Ayala. Mxico tena un panorama desolador, la falta de dirigentes, el movimiento obrero haba sido metido en sindicatos que los explotaban; adems no se poda esperar mucho de los partidos polticos porque hablar de estos temas evocaba a media docena de individuos que buscaban su propio beneficio, protegiendo su permanencia en el poder. Adems Juana crea que el carrancismo era un sistema que no funcionaba, que no podra esperar o desear nada de ellos. Ni siquiera de Pancho Villa que en ese momento estaba con las fuerzas reaccionarias. Para esta intelectual de la revolucin, la nica voz autentica del movimiento haba sido la de Emiliano Zapata puesto a que era la voz del Mxico indgena y rural, pero haba muerto asesinado por ordenes de Carranza. Todo lo bueno que se haba conseguido para los campesinos de Morelos se haba perdido. Pese a este panorama destruido, lleno de irregularidades, Juana Gutirrez no se rindi y siempre impulso a los obreros y campesinos a participar en el proceso electoral. Nadie poda intimidar a Juana Beln Gutirrez de Mendoza, pero con excepcin de unos pocos mexicanos que han ledo su prosa, nadie la recuerda. Dolores Jimnez y Muro tena ideas polticas igual de radicales que Juana Gutirrez, fue poeta, colaboradora de peridicos de izquierda y admiradora de Emiliano Zapata. Tambin estuvo en la penitenciara durante el gobierno de Daz y en los del gobierno de Victoriano Huerta (1913-1914). Era calificada como "viril escritora de combate" por sus compaeros revolucionarios. Realmente no hay mucha informacin de su vida; era una profesora soltera que naci en Aguascalientes el 7 de junio de 1848 y falleci en la ciudad de Mxico el 15 de octubre de 1925. Escribi un par de poemas y era autora de artculos en publicaciones peridicas bajo pseudnimos y que era una de las editoras de la revista feminista "La mujer mexicana" en 1905. Particip en el Movimiento de los precursores y en la revolucin de 1910 hasta la muerte de Zapata. En marzo de 1911 particip en el "complot de Tacubaya", una conspiracin que intento llevar a Madero al poder por medio de una rebelin en una localidad cercana a la capital. Esta rebelin fue acompaada de un plan que justificaba el nuevo movimiento y explicaba los objetivos. Los lderes revolucionarios aceptaron el plan y le pidieron a Jimnez que le diera forma. El documento se public el 18 de marzo de 191; a diferencia de los partidos a principios de 191 o el plan de San Luis, el de la profesora reconoce la necesidad de reformas sociales y econmicas de largo alcance y no slo la necesidad de un cambio poltico. Jimnez y Muro propuso otras reformas en su plan que no se encuentran en el programa del Partido Liberal Mexicano del 1 de julio de 1906, concebido por los hermanos Flores Magn, Juan Sarabia, Librado Rivera y otros importantes precursores. El apartado siete, peda la descentralizacin del sistema educativo mexicano. Es posible que Carranza se haya visto influenciado por esto, puesto que a mediados de 115, cuando asumi el liderazgo de la revolucin intent abolir el sistema educativo centralizado, para sustituirlo por uno que permitiera que cada localidad financiara y llevara en control de sus escuelas. Aunque esto termino en 1920, cuando lvaro Obregn asumi la presidencia. En el periodo de 1915-1920, un mayor deterioro de los ya de por si bajos estndares educativos oblig a retomar el sistema centralista del periodo anterior a la revolucin. Jimnez tambin de opone a las ideas presentadas en la reforma de 1906 al referirse a uno de los quince apartados a lo que segua siendo uno de los principales problemas; la vivienda inadecuada y cara para los habitantes de las zonas urbanas. En sus aos como profesora haba comenzando a ser consciente de que las zonas rurales no eran las nicas que necesitaban un cambio, puesto a que exista una relacin estrecha entre las viviendas poco higinicas y la mala salud de los habitantes de las zonas urbanas. Jimnez y Muro tambin mencionaba que en cuando las circunstancias lo permitiesen deba hacerse una evaluacin a las rentas, indicar que eran equitativas y que los ms pobres no fueran obligados a pagar rentas relativamente altas. Esperaba que con el tiempo los impuestos por arrendamiento fueran utilizados para mejorar las viviendas. En marzo de 1911 Dolores Jimnez especific, en el plan poltico y social, que deban mejorarse los pagos salariales de los trabajadores rurales y urbanos en ambos sexos. Puesto a que ella era consciente de que demasiadas mujeres trabajaban fuera de sus casas y que les era mucho ms difcil obtener un pago justo. Aunque los censos indicaban que a slo menos del 10% de las mujeres trabajaban o eran econmicamente activas, eran muchas ms, puesto a que los censos arrojaban que en 1902 las trabajadoras textiles eran de por lo menos 17%.En 1910 haba una clara diferencia entre el trabajo masculino y femenino, los hombres provean los bienes y las mujeres las amas de casa; este censo no mencionaba a las mujeres de las areas rurales de las que la mayora pasaba fuera de sus casas la mayor parte del tiempo, cuidando animales; cultivando frutas, verduras o flores que despus eran vendidas en mercados; o que incluso trabajaban junto a sus esposos como peones. Tampoco inclua a las mujeres que pasaban la mitad de su da cocinando para los viajeros de segunda y tercera clase que iban en el tren que recorra 15, 000 kilmetros en Mxico. Tampoco eran consideradas econmicamente activas las artesanas, vendedoras ambulantes, dueas de pensiones e infinidad de trabajadoras ms. Aunque las trabajadoras tampoco desmintieron este hecho porque iba a acarrear consigo un cobr de impuestos que no podan permitirse. Adems que esto se dio debido a que los hombres eran los que contestaban los censos y pocos jefes de familia iban a admitir que sus esposas, hijas y hermanas aportaban dinero al hogar. Jimnez y Muro, que estaba ms inmersa en la realidad quera que los revolucionarios tomasen consciencia de los problemas de las trabajadoras. Cuando Emiliano Zapata ley una copia de plan de Jimnez que exiga la restitucin de las tierras usurpadas a los pueblos, dijo que necesitaba gente como ella en sus filas y expreso seseo de que la profesora y otros intelectuales se unieran a su causa en el estado de Morelos. Cuando Madero muri, Dolores Jimnez y Muro se uni al caudillo del sur y permaneci en Morelos hasta que lo asesinaron. Hermila Galindo (1896- 954) es una de las mujeres que ms atencin ha recibido y una de las ms influyentes de todas las que participaron en el movimiento revolucionario entre 1915 y 1919. Escribi un par de tratados feministas y polticos; edito la revista feminista Mujer Moderna entre 1915 y 1919 y fue una de las propagandistas ms enrgicas en el sur del pas. En 1916 Galindo ofreci conferencias pblicas en La Habana, Cuba donde explico la doctrina de Carranza. Su vida pblica se vio interrumpida en 1919 y realmente nadie conoce el motivo.Hermila Galindo se convirti en la exponente del feminismo mexicano en 1915 y 1919, pese a su corta edad Galindo tena habilidades que Carranza reconoci de inmediato. En 1911 se traslado a la ciudad de Mxico y se uni al club liberal de Abraham Gonzlez donde sus habilidades discursivas la llevaron a dar la bienvenida a Carranza despus de la cada del general Victoriano Huerta. 2Tras esta muestra de sus habilidades Carranza la invit a unirse a su gobierno que

para esa poca resida en Veracruz puesto a que sus rivales, Zapata y Villa, lo haban echado de la ciudad. En 1914 y 1915, Carranza intentaba ganarse el apoyo de los representantes obreros y campesinos; del mismo modo trato de conseguir el apoyo de las mujeres o al menos, reducir la aversin creada por los grupos femeninos catlicos. Galindo escribi artculos para los peridicos y dio discursos que les decan a las mujeres la capacidad de Carranza como dirigente. Tambin instig a las mujeres a unirse a clubes revolucionarios. Adems, comenz a publicar la revista Mujer Moderna, cuyo objetivo era promover ideas femeninas y apoyar a Carranza. Galindo se mantuvo firme apoyndole pese a todas las crticas que surgieron una vez que fue electo en 1917. 2| Ibid. pp 79-80

Existen un par de razones que explican el porqu la carrera poltica de Hermila Galindo trmino en 1919. Su asociacin con Carranza y el papel que tuvo como propagandista hizo que se hiciera de muchos enemigos. Adems, en 1919 apoy a Pablo Gonzlez para la sucesin presidencial y con este hecho perdi la confianza de Carranza, sin contar que cuando este muri no tuvo el mismo impacto en sus sucesores. Otra de las posibles causas es que sus ideas eran un constante ataque a los dems intelectuales revolucionarios, aunque nunca en direccin a los conservadores. Galindo tambin adopt opiniones fuertes con respecto al divorcio, la sexualidad, la religin la prostitucin y la poltica; estas ideologas adquiridas molestaron a las religiosas damas de la clase media. Cuando lvaro Obregn fue nombrado presidente en 1920 Galindo acepto que su imagen ya no era la misma y que cualquier intento de conseguir apoyo sera intil. En 1923 se cas con Manuel de Topete y despus de esa fecha ya no se supo nada ms de ella. A pesar de lo efmero de su carrera, Hermelinda Galindo dejo huella en el movimiento feminista adems de que fue una de las primeras mujeres en establecer que la Iglesia catlica era el principal obstculo para el gnero femenino en el pas y que simplemente se dedicaba a someter a las mujeres. Y pese a que la mayora de las feministas de la poca de la revolucin tenan un pensamiento similar, ninguna se atreva a publicarlo debido a que ofendera socialmente, especialmente en la poca en la que Porfirio Daz se ocupaba de reducir la relacin Iglesia- Estado. Aunque tras el movimiento anticlerical que surgi en la revolucin, donde el rgimen eclesistico se identifico con el de Daz por lo que paso de inmediato a ser un enemigo de los revolucionarios y anarquistas por lo que los enfrentamientos contra la iglesia comenzaron a ser ms comunes; el resultado de este movimiento fue que en la constitucin e 1917 se buscaba reducir la influencia del clero en cuestiones polticas y acadmicas. Hermila Galindo era constante en su apoy a proveer educacin sexual en las escuelas. En sus discursos en diversos congresos expresaba que las mujeres eran sometidas porque en realidad no conocan su propia sexualidad, lo cual causo bastante revuelo entre las feministas de su poca. Su peticin a la necesidad de una educacin sexual fue poco apoyada, aunque en la poca de Lzaro Crdenas este tipo de clases fueron incluidas en las escuelas pblicas. Galindo insista en que las mujeres deban tener los mismos derechos y privilegios que los hombres; lograr esa igualdad donde podan obtener el derecho a una educacin completa.Era una ferviente creyente de que las mujeres tenan que liberarse del yugo masculino, de esas ideas que las reducan a objetos que slo eran tiles par tener hijos. Tambin sugera que la igualdad de ambos sexos slo se conseguira si se cambiaba el Cdigo Civil, modificando los artculos que anulaban los derechos de las mujeres al casarse. Fue una de las primeras feministas en Mxico en argumentar que para conseguir igualdad, de manera legal, lo primero que se deba conseguir para las mujeres era el derecho al voto. Argumentando que si las mujeres reciban a misma clase de castigos que los hombres al romper la ley no haba ninguna base real para negarles el derecho al voto y la posibilidad de aspirar a un puesto pblico. Cuando se realiz una convencin institucional para revisar la Constitucin de 1857 solicitada por Carranza, Hermilia Galindo y un grupo de otras mujeres demandaron que el sufragio femenino fuese incluido. Sin embargo esta solicitud siempre fue ignorada e incluso fue motivo de burla entre los integrantes de a convencin, excepto Feliz Palavicini que fue el nico que apoyo realmente la causa. Una vez que la constitucin de 1917 fue redactada, Hermila Galindo informo a los medios que intentara conseguir un lugar en la cmara de diputados. Realmente nunca crey que lograra ganar las elecciones, pero su plan era llamar la atencin al hecho de que las mujeres deseaban votar. Pese a que la ley electoral de 1918 acabo con las esperanzas de lograr el voto femenino esto no impido que en aos posteriores sus mtodos fueran utilizados de nuevo, las mujeres se proponan como candidatas y se presentaban a votar para presionar al congreso a cambiar las leyes electorales. A diferencia del resto de mujeres que pertenecieron a las intelectuales de la revolucin, Galindo jams estuvo en la crcel aunque s tuvo que enfrentarse a la hostilidad y el ridculo al que la sometieron los hombres por expresar ideas que aun eran consideradas una especie de tab en Mxico.Aunque los pocos registros que se tiene de la participacin femenina en la Revolucin mexicana indica que estas tres mujeres fueron una parte importante del movimiento no son las nicas que participaron, muchas profesoras tuvieron un papel activo de 1910-1920. Cuando Madero decidi participar en contra de Daz en las elecciones presidenciales de 1910 muchas mujeres decidieron formar clubes liberales y anti-reeleccionistas. Un claro ejemplo de lo que estas profesoras realizaban es Julia Nava de Ruisnchez, profesora y escritora. Particip en el movimiento feminista y fue una de las fundadoras de la Sociedad Protectora de la Mujer adems de criticar el gobierno de Daz, unirse al movimiento de precursores y ayudar a las mujeres que apoyaban a la clase obrera. Otro nombre que ha podido rescatarse a travs de la historia silenciada de estas mujeres es el de Elisa Acua y Rosseti que integr la mesa directiva de la Confederacin de Clubes Liberales Ponciano Arriaga. Ayud a Juana Gutirrez en la publicacin de Vsper y tambin fue encarcelada por el rgimen porfirista. Despus de la muerte de Madero, tambin se uni a las filas de Zapata. Mara Arias Bernal, era una maderista que fue encarcelada por Huerta debido a las manifestaciones que realizaba en su contra frente a la tumba de Francisco I. Madero. Otro nombre que es rescatado es el de Mara Hernndez Zarco, tipgrafa que trabaj en imprentas de la ciudad de Mxico de 1910 a 1913 y cuando su jefe se rehus a imprimir el discurso en el que Belisario Domnguez calificaba a Huerta de tirano, ella lo hizo, pese a que saba que le costara su trabajo y libertad. En el periodo de 1903-1913 muchas mujeres iniciaron protestas pblicas y participaron en manifestaciones, un ejemplo de esto es el 6 de Septiembre de 1910 en Mrida, Yucatn donde se envi un documento a la esposa de Daz para pedirle que interfiriera para conseguir una amnista a los presos polticos. En el mismo ao, un club feminista llamado "Las hijas de Cuauhtmoc particip en una manifestacin pacfica contra Daz. Este mismo grupo logr recolectar un milln de firmas pidiendo que don Porfirio renunciara. Otras mujeres que se dieron cuenta que la nica manera de participar era unirse a la lucha armada y as lo hicieron aunque de distintas formas: algunas daban dinero a la causa, realizaban actividades como comprar armas o municiones, entregar cartas e incluso transmitan informacin. Sin olvidar, por supuesto, a las famosas enfermeras revolucionarias. Una de las enfermeras ms conocidas es Beatriz Gonzlez Ortega, quien fue directora de la Normal de Zacatecas al inicio del periodo revolucionario. En 1914 cuando Villa atac la ciudad convirti la escuela en un hospital de emergencias donde atenda a heridos sin importar sus preferencias polticas. Una vez que el enfrentamiento termino, Villa se present en el hospital con el propsito de ejecutar a los federales, pero Beatriz Gonzlez se neg, alegando que ella no haca distinciones. Pancho Villa ordeno que tanto ella como el doctor que atenda a los enfermos fueran sometidos a latigazos para obligarlos a hablar, pero estos se negaron y se dio la orden para que los asesinaran. Aunque de ltimo momento y gracias a intervenciones se logr convencer a Villa y este recapacit. En 1955 se unific una escuela en su nombre en Zacatecas. Las mujeres que no tenan otra opcin ms que unirse a las unidades militares fueron llamadas "Soldaderas". Eran miembros de la clase media y baja, del mbito urbano y rural. Esta imagen ha sido romantizada a lo largo de los aos, las fotografas las ponan como mujeres jvenes y seguras, las baladas mexicanas las relataban como las amantes de los guerrilleros e incluso la literatura de John Reed y Rosa E. King las han plasmado en el mundo de habla inglesa. Una de las imgenes reales que se tiene de las soldaderas es la que fue capturada por Gustavo Casasola donde las mostraba como lo que eran: mujeres reales y de todas las edades que abandonaron sus hogares para unirse a la revolucin, peleando por un objetivo en comn con los hombres. Estas mujeres comenzaron viajando con sus maridos, sirviendo de comer o atendindolos e incluso cargando a sus hijos, pero una vez que ellos eran asesinados haba dos opciones: La primera, tomaban las ropas y armas que haban pertenecido a sus hombres para unirse a la revolucin como un soldado ms. La segunda, conseguan a otro hombre que atender o se unan al conjunto de mujeres que atenda a la tropa. Rosa E. King, en su libro "Tempestad sobre Mxico" las describe como maravillosas mujeres que recorran pueblos en busca de comida, incluso cuando no haba ms opciones la robaban. Tambin menciona que inclusive una vez armaron un carretn con sus rebozos para jalar municiones puesto a que los soldados se haban quedado sin ellas. Eran las mujeres que marchaban a un lado de los soldados mexicanos con alimentos preparados, los cuidaban en la enfermedad y acompaaban en la muerte. Y a su vez, hace el reconocimiento de que las mujeres soldaderas fueron una parte importantsima en la construccin del gobierno liberal. 3La mayora de estas mujeres iban en las columnas gruesas, que eran las tropas que viajaban en tren. Aunque no todas las mujeres eran un ejemplo de abnegacin puesto a que fue una etapa realmente dura, por ejemplo, las que iban en las columnas volantes que se unieron al movimiento por sus principios y por medio de cortes de cabello, ropa masculina y armas lograron ganarse un lugar en las tropas logrando demostrar que no eran una soldadera, sino, un soldado ms. 3| Rosa E. King. Tempestad sobre Mxico. (pp. 93-94). Mxico, D.F. Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, 1998. 225pp.

Villa no sola reconocer a las mujeres como parte de sus tropas debido a sus ideas machistas. Incluso realizo una matanza contra un grupo de 90 soldaderas el 12 de diciembre de 1916 en la estacin Santa Rosala, de Ciudad Camargo. Cuando Villa se present en Camargo una mujer se uni a su encuentro, solicitndole que no asesinara a su marido y tras informarle que ya estaba en la "olla" este cambio de expresin, diciendo a Villa que era un bandido y lo ret a asesinarla. Cuando el cuerpo sin vida de esta mujer cay al suelo, con el temor de que las soldaderas carrancistas lo denunciaran pidi que fueran eliminadas, ordenando as la ejecucin de 90 prisioneras. Una de ellas intento dispararle a Villa por lo que en vez de ser fusiladas, y tras no admitir quien haba sido, fueron quemadas con lea. Esta parte de la historia es incuso retomada en muchos relatos, como los de Rafael F. Muoz aunque l novelista escribe acerca de 60 mujeres. Distintas versiones de este hecho lo confirman; algunas dicen que fue una de las mujeres la que dispar a Villa, otras que fue una coronela que se infiltr en las tropas e incluso otras dicen que lo hicieron mujeres ajenas al movimiento en un momento de desesperacin. Este hecho es mencionado por Friedich Katz en Pancho Villa, donde dice que este hecho cambio la percepcin que se tena de Villa puesto a que era conocido por defender a las clases bajas y a los civiles. 4Villa se negaba a admitir a las mujeres en sus tropas, alegando que slo estorbaban y los hacan lentos gracias a las caravanas que los acompaaban. Pese a esto, respetaba la valenta de las mujeres pese a que entorpecieran sus tropas. lvaro Obregn fue acusado de enviar mujeres y nios para escudar sus tropas. Una vez que la guerra termin Venustiano Carranza expulso a todas las mujeres del ejrcito. Cuando las prensiones se repartieron entre los soldados pocas mujeres lograron alcanzar una y lo que les daban realmente no alcanzaba para mucho. Por otra parte, Zapata siempre admiro la valenta de las mujeres e incluso llego a darles cargos importantes dentro de sus tropas. El 12 de julio de 1911 Zapata realizo un desfile en honor a Madero donde fue posible observar que en las tropas haba soldadas e incluso algunas ya eran oficiales. 5 Una de ellas fue la Coronela

Mara de la Luz Espinosa Barrera que estuvo en servicio como zapatista desde 1910 hasta 1920. En una grabacin que se realiz en la ciudad de Mxico, por las autoras de "As firmaron el Plan de Ayala", Rosalind Rosoff Beimler y Anita Aguilar la coronela narr que: Tras pasar cinco aos en prisin por asesinar a una mujer que mantena una aventura con su marido, Espinosa Barrera se ingres voluntaria al ejercito de los zapatistas. Se visti de ropa masculina y se comport como un hombre durante toda la revolucin. E incluso habl de cmo haba librado muchas batallas en la guerra y que por ende el mismo Zapata firm los documentos que la acreditaban como teniente coronel. Una vez que el general fue asesinado, al igual que muchos otros de sus seguidores, Mara de la Luz regres a su casa de Morelos. Despus de esto se dedico a comerciar ropa, pero su personalidad nunca fue la que era adjudicada a las mujeres de su poca puesto a que beba, fumaba, jugaba y no le tema a ningn hombre. 4| Elena Poniatowska. Las soldaderas. (pp. 10).5| Rosa E. King. Tempestad sobre Mxico. (pp. 69).

Rosa Bobadilla fue una coronela zapatista, figura indispensable de ms de 68 acciones armadas. Juana Ramona, la Tigresa, particip en distintos eventos, entre ellos la toma de Culiacn, Sinaloa. Carmen Parra de Alans, la Coronela Alans, se uni al movimiento donde fue el correo de Madero, pele contra tropas de Huerta, fue parte de las filas villistas en la toma de Ciudad Jurez e incluso fue correo de Zapata. Clara de la Rocha, comandante, tuvo un papel clave en la toma de Culiacn, Sinaloa. Carmen Vlez, la generala, dirigi a ms de trescientos hombres. Catalina Zapata Muoz, capitn primero zapatista, se encarg de proveer informes de actividades federales. ngela Gmez Saldaa, agente confidencial de Zapata, se encargaba de de llevar y traer informacin a los jefes zapatistas sobre acciones federales. Mara Esperanza Chavira, coronela zapatista, combati en diversos estados del sur. Florinda Lazos Len, enfermera, cuido a los enfermos hasta que muri. Encarnacin Mares, se incorpor junto a su marido al decimo regimiento y llego a ser subteniente. Era muy buena con los caballos, manejndolos y domndolos, adems sola vestirse de hombre y engrosar la voz para ganarse el respeto de todos. En 1916, fue despedida del ejrcito por Carranza. Petra Herrera, que se disfraz de hombre para poder unirse al ejercito carrancista bajo el nombre de Pedro. Cuando se corri el rumor de que las mujeres seran expulsadas del ejrcito se enfrento a Carranza, exclamando que seguira como soldado con su verdadero nombre. Y as lo hizo, Petra Herrera tuvo una participacin realmente activa e la toma de Torren junto con cuatrocientas mujeres pese a que realmente nunca fue reconocida por Villa. Este hecho la llevo a formar su propio batalln con veinticinco mil mujeres, pero cuando exigi ser reconocida como generala disolvieron su ejrcito y se convirti en moza de una cantina de Jurez. 6Otras mujeres que alcanzaron altos rangos durante la revolucin fueron Remedios Farrera, Rosa Mjica Bodadillay Amelia Robles, las dos ltimas aun en 1973 seguan vistiendo como hombres y cargando pistolas. La Chata, la Gera Carrasco y la Corredora; son otras mujeres soldado y oficiales. Algunas de estas mujeres recibieron reconocimientos oficiales por sus servicios militares durante la revolucin, lo que les dio derecho a tener una pensin como veteranas de lucha aunque esta era bastante escasa. 7 En el lado contrario de la moneda, estaban las mujeres que fueron vctimas del proceso. En los peores aos de lucha cientos de miles de mujeres fueron violadas y asesinadas, adems, de los otros cientos de miles que moran a causa de enfermedades, hambre y falta de resguardo. Durante el proceso revolucionario, los alimentos disminuyeron en gran nmero y el hambre era un mal que invada las calles de la ciudad de Mxico lo que obligo a muchas mujeres a dedicarse a la prostitucin. Basado en estudios de Luis Lara y Pardo se tiene un registro de que aproximadamente 120 de cada 1,000 mujeres de entre 15 y 30 aos eran prostitutas. 6| Elena Poniatowska. Las soldaderas. 7| Mendieta Alatorre, La mujer en la Revolucin mexicana.

El problema de prostitucin lleg a ser tan grande que incluso fue reflejado en las pinturas de Jos Clemente Orozco. Por otro lado, era un mal que trataba de ser eliminado porque la mayora de las personas tachaban a las prostitutas de pecadoras que se dejaban llevar por el deseo y no de victimas. Este problema fue arrastrado hasta 1930 donde aun las feministas exigan la necesidad de reconocer y tratar esta enfermedad social.Esto acarreo que muchas mujeres y hombres religiosos estuviesen en contra de la revolucin puestos a que adems de traer todos estos problemas se atacaba a la iglesia e incluso se utilizaban figuras religiosas como blancos de tiro. El anticlerismo ocasion que las mujeres conservadoras comenzaran a manifestarse en contra de aquellos que prohiban que las parroquias ofrecieran ceremonias religiosas. Entre 1914 y 1915 se arrestaron a sacerdotes en Guadalajara y en las ciudades ocupadas por los revolucionarios lo cual ocasiono que el domingo 21 de febrero de 1915 un grupo de mujeres se manifestara en contra de estos arrestos. Este evento de protesta se encontr con otra manifestacin dirigida por trabajadores radicales de la Casa del Obrero Mundial; este hecho termino con un par de muertos y decenas de heridos. Los siguientes aos estaran llenos de enfrentamientos como estos.Las mujeres catlicas desempearon un papel muy importante durante 1919-1920; varios comits de mujeres, abogadas y estudiantes catlicas viajaron por toda la ciudad de Mxico para manifestarse en contra de las ideas de Carranza acerca de cerrar las iglesias de Guadalajara en las que se haba ledo la carta pastoral del arzobispo Orozco y Jimnez que se opona a la constitucin.

La visin de la mujer revolucionaria en los corridos populares. La manera en que se ha romantizado la visin de la mujer en la revolucin, convirtindola en esa figura enamorada del sargento es una muestra clara de la visin de la mujer en esa poca:En lo alto de la abrupta serrana, acampado se encontraba un regimiento y una moza que valiente lo segua. Locamente enamorada del sargento, popular entre la tropa era Adelita, la mujer que el sargento idolatraba, porque a mas de ser valiente era bonita, que hasta el mismo coronel la respetaba. Y se oa que deca: aquel que tanto la quera: que si Adelita se fuera con otro, la seguira por tierra y por mar; si por mar en un buque de guerra, si por tierra en un tren militar. Una noche en que la escolta regresaba conduciendo entre sus filas al sargento, por la voz de una mujer que sollozaba. La plegaria se escucho en el campamento. Al orla, el sargento, temeroso de perder para siempre a su adorada, ocultando su emocin bajo el embozo, A su amada le canto de esta manera: que si Adelita se fuera con otro .Y despus que termino la cruel batalla y la tropa regreso a su campamento, por las bajas que causara la metralla; muy diezmado regresaba el regimiento recordando aquel sargento sus quereres. Los soldados que volvan de la guerra ofrecindoles su amor a las mujeres, entonaban este himno de la guerra: y se oa que deca aquel que tanto la quera: y si acaso yo muero en campaa y mi cadver lo van a sepultar, Adelita, por Dios te lo ruego con tus ojos me vayas a llorar. Y se oa que deca aquel que tanto la quera.... Y si Adelita fuera mi novia, y si Adelita fuera mi mujer, le comprara un vestido de seda para llevarla a bailar al cuartel. Y si acaso yo muero en la guerra, y si mi cuerpo en la sierra va a quedar, Ay, Adelita, por Dios te lo ruego, que por mis huesos no vayas a llorar. Si Adelita quisiera ser mi esposa, si Adelita ya fuera mi mujer, le comprara un vestido de seda para llevarla conmigo al Edn.8

8| La Adelita es una cancin popular mexicana que se escribi en la Revolucin de autora es desconocida

El popular corrido mexicano hace una referencia que se hace a la valenta de la mujer del soldado, pero realmente no era por su valenta sino por su belleza el porqu "hasta el mismo coronel la respetaba". A partir de esto la imagen de la mujer revolucionaria ha sido estereotipada puesto a que en los corridos donde no se menciona que adquirieron muchas actividades que solan ser consideradas slo para hombres e incluso hicieron revoluciones sexuales donde aprendieron que cuidndose o utilizando mtodos preventivos no tenan que tener hijos sino los deseaban o si saban que iban a llevar una mala vida en medio de los campos de batalla.A manera de conclusin, podemos decir que desde distintos puntos de la historia, como revolucionarias que peleaban en los encuentros armados o intelectuales e incluso como opositoras religiosas al proceso que se estaba viviendo en el pas las mujeres fueron una parte clave en la Revolucin mexicana, participaron siempre fieles a sus ideales; pero pese a esto, su participacin realmente activa ha sido olvidada con la excepcin de ciertas mujeres en las que se han enfocado los estudiosos del tema, pero pese a esto aun no se tiene la informacin necesaria. Realmente los que han estudiado un poco ms a estas mujeres son intelectuales de habla inglesa y pocos libros fueron traducidos o publicados en Mxico; de la mayora de estos libros se dispone pocos ejemplares. La mayora de los historiadores mexicanos no consideran importante la participacin de algunas de ellas como precursoras, periodistas e incluso guerrilleras. Casi ningn documento hace referencia a cada una de estas mujeres que arriesgaron sus vidas y abandonaron sus hogares para unirse a la causa junto a los hombres, porque al final del proceso ya no eran slo esas mujeres fieles y abnegadas que preparaban comida en los campamentos sino que eran mujeres valientes que podan pelear al mismo ritmo que los hombres. Nadie habla del gran impacto que tuvieron estas mujeres en el movimiento feminista en Mxico o de los grandes avances de la libertad femenina que hicieron y no slo en mbitos polticos; y esto slo es un claro reflejo de la sociedad patriarcal en la que vivimos y que pese a que han pasado ms de cien aos desde este evento aun no hay un merecido reconocimiento. Bibliografa. Castro Ranero Mayabel, Bentez Jurez Mirna A. y Domnguez Prez Olivia. Mujeres en la revolucin mexicana: Cuaderno de trabajo de investigaciones histrico sociales. Junio 2011. Xalapa, Veracruz. Universidad Veracruzana. 94 pp.Elena Poniatowska. Las soldaderas. Mxico, D.F. Ediciones Era/CONACULTA-INAH. 1999. 77 pp. Fabiola Coutio. La participacin de la mujer poblana en la revolucin mexicana. Puebla, Pue. Congreso del Estado de Puebla. 2010. 273 pp. Mendieta Alatorre, La mujer en la Revolucin mexicana. Instituto Nacional de Estudios Histricos de la Revolucin Mexicana, 1961 -175 pginasRosa E. King. Tempestad sobre Mxico. (pp. 93-94). Mxico, D.F. Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, 1998. 225pp.