Lucanor Miriam Nadal

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En una pequeña casa de un pueblo a las afueras de España, se encontraban un padre y un hijo, el segundo, de unos 40 años permanecía sentado en la cama cuando de repente, su padre entro por la puerta. -¿Qué te sucede Juan? No has venido a cenar. Este tras varios intentos del padre, le conto que le habían dicho que su mujer le engañaba y que no había querido ir con él al pueblo por que iba a pasar el fin de semana con su amante. Y su padre, que con los años había ganado experiencia le conto una historia. -Sabes hijo hace muchos años hubo un rey indio que por cada mujer que tenía le ponía un espía o detective para asegurarse que no le engañaba con otro. Él confiaba plenamente en el detective y cuando este le contaba que la mujer le era infiel, dejaba que se fuera con su amante, y los mataba a los dos juntos. Cuando iba por la cuarta mujer, el rey siguió utilizando la misma táctica, pero pasaron los meses y los años, y el espía no había descubierto nada incriminatorio en contra de ella, ya que solo hacia cosas cotidianas. Al pasar tres años el Rey estaba muy extrañado acerca de la fidelidad de su mujer, y al darle vueltas a la cabeza llegó a la conclusión de que el espía la estaba encubriendo por que era su amante. Mando reunir a los dos, y antes que pudieran decir nada, saco su espada y se la clavo a su siervo, la saco y apunto contra ella la cual se arrodillo y le dijo que no entendía lo que sucedía pero que le quería, este no le hizo caso y termino su venganza. En ese momento apareció una de las criadas por la puerta, esta corrió al cuerpo del hombre que le quedaba ya pocos segundos y los dos se dedicaron las últimas palabras amorosas. De esta forma el rey descubrió que su mujer no estaba con su empleado ya que el amor de este pertenecía a otra.

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En una pequeña casa de un pueblo a las afueras de España, se encontraban un padre y un hijo, el segundo, de unos 40 años permanecía sentado en la cama cuando de repente, su padre entro por la puerta.

-¿Qué te sucede Juan? No has venido a cenar.

Este tras varios intentos del padre, le conto que le habían dicho que su mujer le engañaba y que no había querido ir con él al pueblo por que iba a pasar el fin de semana con su amante.

Y su padre, que con los años había ganado experiencia le conto una historia. -Sabes hijo hace muchos años hubo un rey indio que por cada mujer que tenía le ponía un espía o detective para asegurarse que no le engañaba con otro. Él confiaba plenamente en el detective y cuando este le contaba que la mujer le era infiel, dejaba que se fuera con su amante, y los mataba a los dos juntos. Cuando iba por la cuarta mujer, el rey siguió utilizando la misma táctica, pero pasaron los meses y los años, y el espía no había descubierto nada incriminatorio en contra de ella, ya que solo hacia cosas cotidianas. Al pasar tres años el Rey estaba muy extrañado acerca de la fidelidad de su mujer, y al darle vueltas a la cabeza llegó a la conclusión de que el espía la estaba encubriendo por que era su amante. Mando reunir a los dos, y antes que pudieran decir nada, saco su espada y se la clavo a su siervo, la saco y apunto contra ella la cual se arrodillo y le dijo que no entendía lo que sucedía pero que le quería, este no le hizo caso y termino su venganza. En ese momento apareció una de las criadas por la puerta, esta corrió al cuerpo del hombre que le quedaba ya pocos segundos y los dos se dedicaron las últimas palabras amorosas. De esta forma el rey descubrió que su mujer no estaba con su empleado ya que el amor de este pertenecía a otra.

Por eso Juan, no confíes ciegamente en los comentarios de los demás, a no ser que lo hayas visto con tus propios ojos y en lo que te demuestren día tras día.

El hombre hizo caso a su padre, ya que al final resultaron ser mentira todo lo que le habían contado, y por eso:

Si por tus ojos no lo ves,no creas que por los de otros puede ser