MADRES MALTRATADORAS; ENTRE LA AGRESION, LA CULPA Y EL ARREPENTIMIENTO

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UNIVERSIDAD SAN BUENAVENTURA DE CALI

FACULTAD DE PSICOLOGIA

ESPECIALIZACION EN PSICOLOGIA CON

ORIENTACION PSICOANALITICA

MADRES MALTRATADORAS: AGRESION, CULPA Y ARREPENTIMIENTO

ADRIANA MARCELA ALVAREZ VEGA

Santiago de Cali, 2015

MADRES MALTRATADORAS; ENTRE LA AGRESION, LA CULPA Y EL ARREPENTIMIENTO

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UNIVERSIDAD SAN BUENAVENTURA DE CALI

FACULTAD DE PSICOLOGIA

ESPECIALIZACION EN PSICOLOGIA CON ORIENTACION PSICOANALITICA

MADRES MALTRATADORAS; ENTRE LA AGRESION, LA CULPA Y EL

ARREPENTIMIENTO

Artículo presentado como Trabajo de grado para optar al título de

Especialista en Psicología Clínica con orientación psicoanalítica

Presentado por:

Adriana Marcela Álvarez Vega

Asesor:

John Alexander Quintero Torres

Santiago de Cali, 2015

MADRES MALTRATADORAS; ENTRE LA AGRESION, LA CULPA Y EL ARREPENTIMIENTO

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Nota de Aceptación:

Aprobado por el Comité de Grado en

cumplimiento de los requisitos exigidos por la

Universidad de San Buenaventura para optar al

título de Especialista en Psicología Clínica con

orientación psicoanalítica.

Presidente de Jurado

Jurado

Jurado

Santiago de Cali, III de febrero de 2016

MADRES MALTRATADORAS; ENTRE LA AGRESION, LA CULPA Y EL ARREPENTIMIENTO

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Introducción

Desde las ciencias sociales se han realizado diversas contribuciones por medio de

investigaciones y aportes sobre el tema del maltrato infantil. Los gobiernos han ejecutado

cuantiosas campañas de sensibilización y prevención psicosocial, procurando reducir el maltrato

y la violencia hacia los niños y niñas. Sin embargo, las estadísticas en Colombia indican que los

resultados no han sido lo suficientemente exitosos.

Actualmente las cifras del maltrato infantil son alarmantes, según estadísticas del Instituto

Colombiano de Bienestar Familiar, “entre el 1 de enero y el 4 de abril del año anterior, se

reportaron 13.670 denuncias relacionadas con este fenómeno, 7.851 de las cuales corresponden a

situaciones de maltrato por negligencia, 4.519 a maltrato físico, 789 a maltrato psicológico, 309 a

episodios de acoso escolar y 202 a casos de maltrato a niños en gestación. (El Espectador, 2015)

Las cifras revelan un incremento del 52,3% ya que en el mismo periodo de 2013 se hicieron 8.975

denuncias, donde en su gran mayoría son contra los padres de familia o familiares muy cercanos,

señalando a la madre con más frecuencia como la principal agresora.

El maltrato infantil cada día se torna más preocupante, éste se ha insertado en las familias,

como una forma de crianza, tan asimilada en el comportamiento que adquiere formas sutiles e

inconscientes de expresión. Este artículo teórico aspira, desde una perspectiva psicoanalítica,

realizar una revisión documental y de aproximaciones investigativas acerca del comportamiento

agresivo y destructivo de madres maltratadoras.

MADRES MALTRATADORAS; ENTRE LA AGRESION, LA CULPA Y EL ARREPENTIMIENTO

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El Estado Colombiano tiene, como parte de su política pública, el cuidado a la primera

infancia a través de programas que garantizan el derecho a la alimentación, la educación, la salud,

etc. En esa línea, se ha desarrollado el programa de Cero a Siempre, modalidad centro de

desarrollo infantil entorno familiar (CDI FAMILIAR), el cual está encaminado a promover y

garantizar el desarrollo infantil temprano de los niños y niñas en primera infancia. En la estrategia

se ofrece acompañamiento psicosocial al núcleo familiar de los beneficiarios; es en este escenario

de atención donde se observan las vivencias cotidianas de las madres, incluyendo los dramas

personales desde donde afrontan su rol de cuidadoras y a la vez se identifican los sucesos de

maltrato infantil ocurridos en la intimidad de sus hogares.

En los rasgos característicos de la madres que maltratan a sus hijos se evidencia la

impotencia, la culpa, la ambivalencia y la consternación, sentimientos que nacen ante la dificultad

de entender porque abrigando amor por sus hijos, no son capaces de controlar la violencia; ellas

parecen ser conscientes de que con su actuar afectan a su ser querido, pero sin embargo, no logran

detener la agresión.

“Yo quisiera dejar de hacerlo pero no puedo controlarme, después de golpearle me da pesar

y lo lamento, me digo a mi misma que no lo vuelvo hacer y después vuelve y me saca la piedra y

vuelvo otra vez y le doy duro”(De esta manera lo expresa una de las madres).

Estos sucesos parecen imparables y bajo mi criterio es indudable que en casos como estos

para menguar el maltrato infantil, no es suficiente con suministrar información y orientación a las

MADRES MALTRATADORAS; ENTRE LA AGRESION, LA CULPA Y EL ARREPENTIMIENTO

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agresoras; indiscutiblemente existe en estos hechos, causas de otra índole que no tiene que ver con

la desinformación y la falta de afecto para con las víctimas.

Las madres objeto de esta proposición expresan no poder entender la procedencia de su

comportamiento, aparentemente inconsciente y trastornado por la culpabilidad. A su vez y al

querer darle una explicación a su proceder, algunas revelan no haber sido objeto de maltratos en

su infancia.

“Yo me pongo a pensar que mi mamá a mí no me pegaba, me prohibían jugar y de esa manera

me castigaban y ahora mi mamá me regaña y me dice que no le pegue a la niña que ella no me crio

así” (relato de una madre del programa institucional para la protección de la primera infancia).

A nivel personal me motiva esta exploración porque a pesar de que las madres maltratadoras

que aquí se subrayan, han recibo en frecuentes oportunidades orientación sobre la forma de tratar

a sus hijos, las consecuencias del maltrato, derechos de los niños, entre otras temáticas, su proceder

se torna repetitivo. Además, considero que es fundamental como aporte a la sociedad pero sobre

todo a la salud psíquica de los niños y niñas, lograr identificar las causas y el procedimiento

adecuado para enmendar este conflicto, que tanto dolor ha causado en toda la historia de la

humanidad.

De otra parte, en la sociedad se ha tenido la concepción sobre lo que significa ser una buena

madre; modelos que también son asimilados por el sistema psíquico e influyen en las formas de

comportamiento de las personas. Lo cual genera una ambivalencia angustiante, porque se produce

MADRES MALTRATADORAS; ENTRE LA AGRESION, LA CULPA Y EL ARREPENTIMIENTO

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una controversia entre lo que plantea la sociedad y los comportamientos propios de cada persona.

En nuestra sociedad una de las creencias más promovidas es el ideal del rol de madres,

asintiéndolas como mujeres amorosas, comprensivas, portadoras de serenidad, únicas,

afectuosas, siempre dispuestas a suplir las necesidades de sus hijos. Es pertinente

preguntarse entonces, ¿por qué se maltrata a lo que más se ama?. El presente artículo está

inspirado en aquellas mamás mortificadas por la culpa y el arrepentimiento.

El objetivo central de este escrito es investigar cuales son las posibles motivaciones

inconscientes, que suscitan este fenómeno.

Madres maltratadoras; entre la agresión, la culpa y el arrepentimiento

Para la elaboración de este escrito se revisaron documentos sobre el tema de interés, los

cuales contienen ideologías y modos de conductas humanas, tanto de sujetos individuales como

de grupos y culturas. Se consultaron artículos como, La función materna, subjetividad y maltrato

infantil; Las marcas de la violencia, los efectos del maltrato en la estructuración subjetiva; Síndrome de

Munchausen by proxy: definición, contextualización y factores psíquicos involucrados; La Medea

de Eurípides. Hacia un Psicoanálisis de la agresión femenina y la autonomía; como también

conceptos psicoanalíticos; pulsión de muerte, compulsión de repetición, culpa y huella mnémicas.

Estos escritos relacionados con esta problemática; madres maltratadoras, permitieron ampliar la

perspectiva de los diversos orígenes que podrían llegar a propiciar esta forma de violencia familiar.

Para abordar el fenómeno del cual nos ocupamos, me parece importante hacer mención del

carácter multicausal que esté contiene. Una de las hipótesis más referenciadas cuando se aborda

MADRES MALTRATADORAS; ENTRE LA AGRESION, LA CULPA Y EL ARREPENTIMIENTO

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el maltrato infantil es la que sustenta que la violencia ejercida por las madres hacia sus hijos, es

producto del maltrato que puedan haber sufrido en la infancia. En el documento Función materna,

subjetividad y maltrato infantil se plasma que “en la mayoría de los casos las madres han sido

víctimas de maltrato por parte de sus padres, esta experiencia se consolida en marcas o huellas de

la violencia que han sufrido, germinando a su vez como pulsiones mortíferas, que conllevan al

maltrato de sus propios hijos (Aranda, Ochoa & Lezana, 2013). En otras palabras los antecedentes

de maltrato en la crianza de las madres pudo haber ocasionado el comportamiento hostil hacia sus

hijos, pero esta conjetura queda descartada ya que dichas madres no vivenciaron experiencias de

esa misma condición. Lo anterior requiere asentar que no necesariamente para que una madre sea

maltratadora, el origen de la conducta está relacionada por hechos similares en su historia.

Ahora bien, continuando con diferentes referencias que aportan al tema, se puede entrever

que la problemática aquí plasmada también tiene sus inicios a causa de acontecimientos donde se

hayan producido emociones que están relacionadas con el maltrato (ejemplo: observar una pelea

callejera; observar a un miembro de la familia tirar un objeto con ira, entre otras emociones.) Es

decir que “otro elemento primordial de atender en estos sucesos, es el efecto retroactivo de la

fijación de las vivencias, dado que las madres no siempre maltratan a sus hijos, sino que estos

comportamientos se exhiben especialmente en aquellos hechos asociados con las vivencias

infantiles inconscientes que tienen significación de maltrato para la madre” (Aranda, Ochoa,

Lezana, 2013). Esta anotación indica que la violencia desencadenada por las madres en sus hijos,

estaría sujeta a que cada vez que ellas, se enfrenten a sus remembranzas o sucesos inscritos en el

inconsciente con el sello de maltrato, sus niños y niñas estarían expuestos a sufrir la violencia. Así

mismo se puede comprender porque las madres manifiestan confusión ante su conducta, ya que su

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accionar emanaría desde el inconsciente, lo cual le impide elaborar otras prácticas de crianza y

mejores relaciones con sus hijos. Además resultaría claro porque la intervención que se lleva a

cabo en estos programas a través de talleres, charlas, video conferencias y trabajos grupales, en

casos como éstos, no se obtienen resultados substanciales que disminuyan tan grave situación

como la del maltrato infantil.

Resurge entonces la necesidad apremiante de dilucidar cuales son las posibles causas que

ocasionan la conducta maltratadora en las madres, dado que es fundamental para determinar cuál

es el procedimiento de intervención psicológica apropiado, que viabilice un cambio en la actuación

de ellas y un mejor bienestar para los menores.

Siguiendo con este estudio, la teoría de Freud sobre los procesos inconscientes aporta varios

elementos que contribuyen al análisis de la problemática, madres maltratadoras; uno de ellos es el

concepto de la compulsión de repetición; el cual se evidencia claramente en el accionar de las

mujeres que han decidido hablar de su conflicto y lo que éste les genera. Las madres han reiterado

que no son capaces de parar su comportamiento hostil, dejando entre ver una ausencia de dominio

propio que garantiza la repetición de los hechos. El padre del psicoanálisis Freud (1920), menciona

que; “Nos sorprende mucho más los casos en que la persona parece vivenciar pasivamente algo

sustraído a su poder, a despecho de lo cual vivencia una y otra vez la repetición del mismo

destino.”. (p.12). Notoriamente una peculiaridad que resalta en los acaecimientos narrados por las

madres es la repetición, ellas renuevan un accionar aunque éste, les haga sentirse culpables,

desconcertadas, arrepentidas y afligidas. Ante la anterior anotación, aparece la pregunta frente a,

¿cómo es posible repetir una acción que produce malestar y tantos sentimientos que abruman a

MADRES MALTRATADORAS; ENTRE LA AGRESION, LA CULPA Y EL ARREPENTIMIENTO

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una persona?, y en este caso puntual sobre las madres maltratadoras, ¿por qué no logran cambiar

la conducta si con ella no solo lastiman a sus hijos, sino también a sí mismas?. Para estos

interrogantes Freud nos aporta de esta manera;

“Pero el hecho nuevo y asombroso que ahora debemos describir es que la

compulsión de repetición devuelve también vivencias pasadas que no contienen

posibilidad algunas de placer, que tampoco en aquel momento pudieron ser

satisfacciones, ni siquiera de las mociones pulsionales reprimidas desde entonces.”.

(Freud, 1920, p.11)

Hasta este momento se puede deducir que el maltrato infantil que cometen estas mujeres en

sus hijos, puede deberse a experiencias angustiosas que no necesariamente sean producto del

maltrato que hayan sufrido en la infancia, si no de eventos que se quedaron grabados en el

inconsciente configurados como maltrato. Así mismo deducir que los sujetos poseemos la

tendencia a reanudar sucesos del pasado desagradables, convirtiéndose como en un tránsito que

converge en el mismo lugar.

Ahora bien, teniendo en cuenta lo anteriormente escrito, resulta comprensible entender por

qué las madres no tienen la capacidad de suspender el maltrato que les aplican a sus hijos, pero el

interrogante consigue esclarecerse aún más, al encontrarse en la teoría Freudiana con el concepto

de pulsión y sus categorías; pulsión de vida y pulsión de muerte, de las cuales el psicoanalista

reseñaba que las primeras tienden a la conservación de la vida y las segundas a la autodestrucción.

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Con la tesis de la libido narcisista y la extensión del concepto de libido a la célula

individual, la pulsión sexual se nos convirtió en Eros, que procura esforzar las partes

de la sustancia viva unas hacia otras y cohesionarlas; y las comúnmente llamadas

pulsiones sexuales aparecieron como la parte de este Eros vuelta hacia el objeto.

Según la especulación, Este Eros actúa desde el comienzo de la vida y, como

“pulsiones de vida”, entra en oposición con la “pulsión de muerte”, nacida por la

animación de lo inorgánico. (Freud, 1920, p.33)

Continuando esta línea de estudio, las madres podrían estar poseídas en su accionar por la

pulsión de muerte, repitiendo inconscientemente vivencias relacionadas con el maltrato y el dolor.

La condición activa de la pulsión de muerte en el maltrato hacia los niños y niñas permite

considerar que están expuestos a un gran peligro si las madres no logran controlar el impulso que

las lleva a realizar estos actos.

En segunda instancia considero pertinente aludir que el concepto de pulsión de muerte es

muy significativo como aporte a la explicación del interrogante central de este escrito, ¿por qué

se maltrata a lo que más se ama?; permite reflexionar sobre la naturaleza del individuo y razonar

que no es sorprendente que el fenómeno de las madres maltratadoras sea una problemática tan

constante en la humanidad y prevalezca a pesar de tantos esfuerzos por erradicarlo. La condición

del ser humano posibilita que una madre pueda experimentar emociones destructivas, actitudes

de amor y de aniquilamiento incluso para con sus propios hijos. La pulsión de muerte se evidencia

entonces, en los actos violentos hacia sus progenitores; comportamientos que reflejan de manera

inconsciente, la fuerza pulsional “demoniaca”, descrita por Freud, la cual busca en algunas

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ocasiones auto flagelarse, maltratando inclusive a los seres que se aman. Estas mujeres son antes

que madres sujetos que también padecen tensiones, las cuales pueden activar la pulsión de muerte

y esta ser descargada en sus seres más cercanos y queridos.

De otro modo, al cuestionamiento que floreció sobre, ¿por qué a pesar de que las madres

puedan sentir culpa, esto no resuelve la acción maltratadora?; es importante enunciar que estas

mujeres han puesto en manifiesto lo siguiente:

“Yo siento mucho dolor, me duele el alma después de que le he pegado, cuando me doy

cuenta que fui muy dura con él, pero es que no logro controlarme y él me saca mucho la piedra,

yo le he dicho que me haga caso y no me haga enojar”.

Es indudable que las madres maltratadoras también sufren no solo porque experimentan

sentimientos encontrados, el amor y a su vez emociones perniciosas que conllevan a ejecutar el

maltrato; asimismo sobrellevan el sentimiento de culpa el cual puede ser interpretado al percibir

que no consiguen los ideales planteados por una colectividad frente a como se debe ser madre.

Sobre el sentimiento de culpa Freud (1923), describe que, “La tensión entre las exigencias de la

conciencia moral y las operaciones del yo es sentida como sentimiento de culpa. Los sentimientos

sociales descansan en identificaciones con otros sobre el fundamento de un idéntico ideal del yo”.

(p.38). El rol de madres está diseñado con figuraciones de un amor perfecto, sin derecho a la

equivocación, a la mujer se le atribuye un deseo absoluto de entrega y tolerancia para con sus hijos,

convirtiéndose este ideal en un motivo para que la tarea de orientar y educar se vuelva cada vez

más difícil de cumplir. No en vano frases como “el trabajo más difícil del mundo es la de ser

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madre u entender lo difícil que es ser madre no es tarea fácil”, se tornan cada día más populares,

reconociendo así que el ideal del rol de madres, es demasiado alto y la labor no es tan simple. En

mi opinión el ideal de madres reduciría si se tienen en cuenta elementos que existen en todos los

seres humanos tan originarios de cada ser que imposibilitan que las relaciones entre madres e hijos

contengan el sello de la perfección.

De otra parte según Janin (2002), otra miramiento examinado es que “el niño maltratado

desde los primeros años de vida, puede formarse como un sujeto imposibilitado para registrar

afectos y que la sensación misma de vivir no se constituya. Igualmente cuando el maltrato es

incestuoso y es generado por las personas, de las cuales depende la existencia y el sostén amoroso,

las zonas erógenas se forman grabadas por el dolor”. Nuevamente aquí se señala la repercusión

que tiene la violencia en la infancia de la cual según esta nota, va a ser trascendental para la manera

como un individuo se relacione de manera afectuosa con los otros, hasta el hecho mismo de poder

sentir amor. Podría ser esta una de las explicaciones frente a las innumerables noticias que se

presentan cotidianamente, de mujeres que no parecen evidenciar ningún indicio de afecto para sus

con hijos, abandonándolos a su suerte, utilizándolos para conseguir beneficios propios,

exponiéndolos a abusos sexuales y físicos o golpeándolos hasta la muerte.

De la misma manera, Gómes y otros (2014), en el escrito “Munchausen by proxy:

definición, contextualización y factores psíquicos involucrados” el maltrato infantil también se

hace visible en el síndrome de Munchausen by proxy y desde el psicoanálisis se han realizado

exploraciones sobre la destrucción pulsional presente en la dinámica inconsciente materna; el

Síndrome de Munchausen by proxy, es un trastorno en el que una persona, generalmente el

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cuidador o la madre del niño, deliberadamente causa lesión, enfermedad o trastorno a otra

persona, generalmente el hijo; en el SMP los padres usan distintas habilidades para provocar la

enfermedad de los hijos y obtener ventajas secundarias durante la hospitalización, suelen contar

historias falsas con respecto a la dolencia, distorsionando síntomas y manifestando indicios que no

existen y de difícil diagnóstico. Es evidente en los progenitores una falla en la capacidad de amar,

proteger y dar prelación a las demandas de los hijos por encima de las propias necesidades. De la

misma manera se encontró que en el historial clínico de estas madres, surgían complicaciones

fingidas en el embarazo. Es decir que hubo una mutación de comportamiento hostil auto infligido,

de autodestrucción, y posteriormente en pulsiones de agresión o destrucción, hacia un

comportamiento hostil externo, dirigido hacia el niño (Gomez, Germano, Kegler, Medeiros &

Macedo, 2014).

En el SMP se pueden patentizar sintomatologías claras donde se reconoce la pulsión de

muerte de una manera más notoria, en el cual su finalidad demoledora y mortífera es contundente

en su manera de manifestarse y la pulsión de vida no se expresa siendo opacada por impulsos

firmes de aniquilamiento.

Pérez y otros (2005) en el artículo “Evaluación de la personalidad agresiva y violenta de

madres maltratadoras y mujeres delincuentes”, arrojó en sus resultados que las madres violentas,

tienen menos destrezas para la interacción y la comunicación, en comparación con las no

maltratadoras, como también menos contacto social. Hay factores de comportamiento en las

madres maltratadoras y mujeres delincuentes que están perturbados y que repercuten en conductas

agresivas. (Pérez, Ampudia, Jiménez y Sánches, 2005).

MADRES MALTRATADORAS; ENTRE LA AGRESION, LA CULPA Y EL ARREPENTIMIENTO

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Este precedente expone la importancia de la comunicación entre los seres humanos, concede

deliberar que poner en palabras emociones, historias, angustias, entre otros acontecimientos

importantes y poder expresarlos, podría ayudar a disminuir la agresividad puesta posteriormente

violentamente en los otros.

Finalmente algunas reflexiones sobre el escrito “La Medea de Eurípides. Hacia un

Psicoanálisis de la agresión femenina y la autonomía” expone que el deseo de la mujer de matar

a sus hijos, es mucho más frecuente de lo que generalmente se supone, pero se debate poco sobre

el tema por el tabú de la agresión femenina en la sociedad. Diversos autores de orientación

psicoanalítica y psiquiátrica han relacionado, mediante el término complejo de Medea, los

sentimientos de odio y los deseos de muerte de la madre hacia sus propios hijos con la tragedia

antigua de Eurípides. Se ha hablado de un complejo de Medea en relación con el odio inconsciente,

la rivalidad y la envidia de la madre frente a su hija adolescente. Se considera también los deseos

de muerte hacia sus hijos, en vista de que, según la mitología, Medea mató a sus hijos como forma

de venganza hacia el marido. Otros autores interpretan la venganza asesina y la seducción en la

figura de Medea, como consecuencia de la frustración de la satisfacción narcisista de fantasías de

superioridad y la comparan con algunos casos de mujeres, en los cuales analizan fantasías

narcisistas destructivas de fusión y una dependencia asociante en la relación con sus madres.

Además se reflexiona como un reproché contra el rol de la mujer en la sociedad. Otros interpretan

El complejo de Medea como los deseos extremos de venganza de la mujer contra su marido, a

consecuencia de una humillación narcisista, que refiere una transformación patológica del

complejo de castración y una fuerte envidia del pene (Hidalgo, 2003).

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El mito de Medea termina siendo desde mi punto de vista un documento de gran valor para

esta búsqueda sobre las motivaciones inconscientes que promueven el comportamiento agresivo

de las madres maltratadoras, puesto que plantea la condición humana de la mujer desde su

narcisismo, ejemplifica como una madre puede asesinar a sus hijos si se siente herida en su valía;

plantea la manera como el amor por sus progenitores pasa a segundo plano, contradiciendo el ideal

de madres establecido por la sociedad, como mujeres anegadas de amor y dispuestas a realizar

cualquier sacrificio que se requiera. El dolor de sentirse traicionada termina siendo más fuerte que

el amor por sus hijos, los cuales son utilizados aquí para vengarse. Sin lugar a dudas este pasaje

ilustra muchos episodios de la vida cotidiana, en donde la madre recurre a sus hijos no solo para

castigar a su pareja, también para retener a su lado a sus compañeros sentimentales. Así mismo

en el mito de Medea dejar ver representaciones simbólicas que se tienen sobre los hijos, los cuales

se perciben como objetos, es decir como cosas; un pedazo propio de sí mismos y no como un

otro con derechos.

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Conclusiones

La exploración de estos escritos permiten reconocer que existen diferentes elementos

causantes del fenómeno de las madres maltratadoras, es decir que para hacer una intervención de

ello, se requiere tener en cuentas todos los orígenes que determinan, explican y producen, este

comportamiento.

Otra manera como se interpretan las contrariedades del rol de madre, son las diferentes

características biopsicosociales como el estrés; problemas en la interacción y comunicación;

antecedentes en la familia de maltrato en la infancia; abuso sexual; padres que tienen niños no

deseados; edad de la madre; maltrato contra la esposa; género del niño; aspectos socioeconómicos;

tiempo de habitar en un mismo vecindario; nivel educativo de las madres; vínculo afectivo; la

estructura de la personalidad y psicopatología; la depresión; estilos de percepción de las madres y

la apercepción y expectativas irreales sobre los hijos; antecedentes en la familia de maltrato en la

infancia; la conducta criminal y madres con falla en el control de impulsos y afectos.

A manera de conclusión y teniendo en cuenta que las causas del fenómeno de las madres

maltratadoras son tan diversas, es pertinente pensar la importancia de que los profesionales del

comportamiento humano, intervengan desde la individualidad y no desde la generalidad.

Los diferentes antecedentes expuestos aportan elementos que permitieron dilucidar algunos

componentes que se evidencian en las madres maltratadoras, objeto de este estudio, entre ellas la

influencia del entorno social.

MADRES MALTRATADORAS; ENTRE LA AGRESION, LA CULPA Y EL ARREPENTIMIENTO

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Otra reflexión que se puede extraer es que la violencia que soportaron en la niñez, éstas

mujeres, ahora las madres maltratadoras, han dejado secuelas en el aparato psíquico, las cuales

conllevan tanto al maltrato con sus propios hijos como también al surgimiento de patologías como

el síndrome de Munchausen by proxy.

Ante la imposibilidad de elaborar una significación de los actos violentos, las huellas que

dejan los agravios, posibilita la generación de la pulsión de muerte. Este comportamiento es

consiente pero la motivación es inconsciente, lo que no permite que las mamás puedan alcanzar a

comprender su proceder y facilita la repetición de los hechos. Además lo que intentan lastimar

estas mujeres no son precisamente a sus hijos si no los lazos que los unen o su propia historia de

mortificación, es decir a lo más inaguantable de sí mismas, lo cual tiene justamente relación con

el concepto de pulsión de muerte.

Teniendo en cuenta que para el psicoanálisis la culpa puede generar actos inefables, a manera

de conclusión interpreto que ésta puede ser otra posible causa del acto inconsciente agresivo de las

madres maltratadoras.

Otro factor importante a considerar son las erróneas imágenes qué se tienen sobre los hijos,

al apreciarlos como una extensión de sus progenitoras y al atribuirles ser los responsables de sus

infelicidades.

MADRES MALTRATADORAS; ENTRE LA AGRESION, LA CULPA Y EL ARREPENTIMIENTO

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A la vez otra causa de este fenómeno es la imposibilidad de expresar los sentimientos de

dolor, temor y vergüenza, la no articulación de estas impresiones posibilitan la reproducción de

estos sucesos en nuevas descendencias.

En el análisis del mito de Medea, resultan diferentes explicaciones a la actuación de las

madres que atentan contra sus hijos, pero a nivel general, se alude a la postura narcisista de la

mujer al sentirse humillada y degrada por su pareja.

De la misma manera se pueden encontrar relaciones en las dificultades del maternaje, con

diversas características de tipo biopsicosocial, como de orden económico, cultural y emocional.

Finalmente poniendo en consideración todo lo que comprende la problemática descrita sobre “las

madres maltratadoras”, pienso que sería muy significativo para ellas poder tener un espacio

distinto de dialogo, escucha y reflexión, donde puedan aspirar a descubrir cuáles son esos sucesos

que han generado en ellas los comportamientos inconscientes y hostiles dirigidos a sus hijos,

conductas que las llevan a padecer la angustia de no poder entender y parar un comportamiento

cargado de amor y odio.

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