Agresion y Violencia en América Latina

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Aproximaciones al estudio de la violencia en América Latina

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  • Espacio Abierto Cuaderno Venezolano de Sociologa

    ISSN 1315-0006 / Depsito legal pp 199202ZU44

    Vol. 21 No. 4 (octubre-diciembre, 2012): 677 - 700

    Agresin y violencia en Amrica Latina.

    Perspectivas para su estudio:

    Los otros son la amenaza

    Rubn Castellano Durn*

    Rubn Daro Castellano Gonzlez*

    Resumen

    En este artculo se pretende evidenciar los condicionantes tericos y

    extratericos que subyacen en el estudio de la violencia, destacando

    el homicidio como su mxima expresin en Amrica Latina, presen-

    tes tanto en las Neurociencias como en la Ciencias Sociales. En las

    Neurociencias se ha asumido la nocin que el origen de la violencia

    es un hecho intraindividual, debido a desajustes neurobiolgicos en

    el sujeto que le impiden controlar sus actos, mientras que en las

    Ciencias Sociales la violencia es explicable como la des-adaptacin

    de ciertos grupos o individuos al contexto y a los discursos en los cua-

    les se hayan inmersos. As planteadas, ambas perspectivas justifican

    a un Otro como nica causa de la violencia padecida, hecho que im-

    pide tanto evidenciar otros tipos de actos que se realicen pueden y

    causan igual o mayor dao sin haber sido calificados como violentos,

    como hacer una crtica de la justificacin que ofrecen tales investiga-

    ciones a discursos de dominacin presentes en la sociedad donde se

    apliquen. Se propone, para las traducciones en lengua castellana el

    concepto agresin como base, primero para la correcta definicin de

    tales actos en las disciplinas que se dedican a su estudio para as ob-

    tener una perspectiva holstica de tales fenmenos y, segundo, per-

    mitir la inclusin de las definiciones sociales de agresin como me-

    dio para superar los discursos ideolgicos y de dominacin hasta

    ahora presentes en las investigaciones.

    Palabras clave: Agresin, violencia, definiciones sociales de agre-

    sin, epistemologa, discursos de dominacin.

    Recibido: 03-03-2012/ Aceptado: 25-10-2012

    * Universidad de Los Andes (ULA). Mrida, Venezuela. E-mail: [email protected];

    [email protected]; [email protected]

  • Perspectives on the Study of Aggressionand Violence in Latin America: The Othersare the Threat

    Abstract

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    Introduccin

    La agresin y la violencia, debido a sus efectos en todos los niveles de lasociedad donde aparecen, han sido estudiados desde muchas disciplinas talescomo la psicologa, la gentica, la sociologa, la criminologa, la neurologa y lafilosofa, entre otras. Cada una de estas pretende, segn el mtodo que les seapropio, la explicacin y comprensin de sus causas con el fin de que tales expli-caciones ofrezcan propuestas para el control o la erradicacin de la agresin yla violencia, en un contexto en el cual su manifestacin ha sido concebidacomo la reaparicin de un estado de la naturaleza anmico e irracional en elseno de nuestras sociedades modernas y racionales. En Amrica Latina el ho-micidio, la agresin mxima entre personas, por su visibilidad e impacto me-

  • ditico se erige como el acto ms fcilmente definible como violencia, aunqueya, metodolgicamente, se han definido distintos tipos de violencia que tam-bin se han hecho visibles: violencia de gnero, de adolescentes, infantil, con-tra ancianos, hasta un largo etctera. Si bien tales definiciones han permitido alas distintas disciplinas desarrollar aproximaciones especficas a las distintasfacetas del fenmeno, la diversidad de perspectivas que intentan explicar y laviolencia ha condicionado la comprensin de esos actos, ya que han dado rele-vancia explicativa a ciertos aspectos en consonancia con su rama del conoci-miento, pero en pos de la bsqueda de claridad y coherencia dentro de cadadisciplina se dificulta una visin holstica de los fenmenos estudiados, ascomo el desarrollo de propuestas conjuntas y comprensivas a las instanciasencargadas de su control. Por esta situacin, se hacen necesarias concepcio-nes e investigaciones integradoras, sustentadas en aproximaciones que gueny conduzcan hacia una visin transdisciplinar y crtica del fenmeno de la agre-sin y la violencia, en concordancia con los avances en la investigacin sobresus bases neuropsicolgicas y psicosociales en el individuo, el papel destacadoque cumplen las definiciones sociales de agresin tanto para los sujetos comodentro las investigaciones, y a su vez, que stas ltimas estn lo ms distantesposible de cualquier posicionamiento ideolgico presente en la estructura y elorden social, hecho que puede condicionar tanto el el valor epistemolgico detales investigaciones como la presentacin de sus resultados como propuestaspara el control y la erradicacin de la agresin y la violencia. Una de las prime-ras consecuencias de la diversidad de perspectivas se evidencia en las distintasconcepciones de agresin y violencia utilizadas tanto en el habla comn comoen las investigaciones revisadas. Segn el diccionario de la lengua de la RealAcademia Espaola (DRAE), el trmino violencia y la condicin violentotienen distintas acepciones que no se relacionan directamente con el uso co-mn que se les otorga, ni con el uso cientfico: ste es, el de homicidio. Por otraparte, el trmino agresin se refiere directamente al Acto de acometer a al-guien para matarlo, herirlo o hacerle dao (DRAE). Ahora bien, esta ltimaacepcin es la que se utiliza desde las perspectivas neurobiolgicas y neuro-psiquitricas para definir este tipo de conducta, pero no es utilizada por otrasdisciplinas que estudian el tema, como se expondr ms adelante.Esta condi-cin de uso equvoco entre los trminos que ocurre en la lengua castellana noluce tan patente en la lengua inglesa. Segn las definiciones del Oxford Dictio-nary, los trminos violence y aggression pueden ser sinnimos. En las investi-gaciones en esa lengua, su uso es en muchos casos indiferenciado o se haceuna diferencia de grado entre los mismos (Anderson y Bushman, 2002: 29). Talsinonimia pudo haber condicionado las traducciones de ambos trminos parasu uso equivalente en la lengua castellana, en particular en su uso cientfico.

    Esta confusin de uso puede condicionar la claridad de las investigacio-nes que se realizan al respecto, ya que se trata de dos conceptos distintos y que

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  • necesitan ser estudiados por separado. Esto no significa que el trmino agre-sin y el trmino violencia no puedan relacionarse, pero es necesario destacarsus significados en la lengua espaola para obtener claridad conceptual en lasinvestigaciones.

    El problema es, pues, que la confusin entre los conceptos de violencia yagresin en los hispanohablantes limita la visin sobre un fenmeno que sepresenta de muchas formas en la sociedad, y esa limitacin perjudica las inves-tigaciones que se realicen sobre aquel fenmeno, debido a que parten con elhandicap de considerar tipos especficos de violencia de gnero, infantil, elacoso escolar (bullying) y otras- como objetos de estudio aislados y particula-res, siendo todos estos una manifestacin de un tipo de conducta bsica, laagresin, que asume diferentes y variadas formas, tanto en la sociedad o co-munidad donde surja, como dentro de las disciplinas que la investigan. Asumi-do esto, es posible entrever la inclusin de elementos extratericos en la defini-cin tanto de lo que es una conducta agresiva como de los sujetos que la reali-zan: un discurso ideolgico que se evidencia en Siever (2008) dentro de las in-vestigaciones que se realizan en el marco de las neurociencias, que condicionalas caractersticas del sujeto experimental, caractersticas que a priori dan porsentado que la agresin es explicable con la presencia de una patologa neuro-psicolgica, pero sin destacar que tales estudios se aplican en individuos y gru-pos que ya han demostrado tendencia a cometer actos agresivos, tales comosujetos con trastornos neuropsicolgicos previamente diagnosticados o presi-diarios con un historial de agresiones. Tambin las ciencias sociales puedenhaber incluido discursos de este tipo, un discurso en el cual la agresin es unaconducta de individuos o grupos calificados como des-adaptados, que han te-nido una socializacin a-normal, entre otras muchas causas presentes en lasinvestigaciones. Una vez asentado esto, se asume que tales individuos o gru-pos son, en alguna forma, ajenos al conjunto de la sociedad definida comonormal. Este valoracin a priori puede condicionar la aproximacin epistemo-lgica a la agresin: no es un hecho social, ni es explicable desde una perspec-tiva de este tipo, ya que es slo el efecto de una serie de desajustes localizadosen grupos especficos de la poblacin, ya sean desajustes neuropsicolgicosindividuales o de la socializacin de tales grupos. Una vez hecho esto, la con-ductas agresivas hechas por los sujetos y grupos normales estn a salvo de servaloradas como tales, o slo lo sern como episodios aislados de violencia:de esta forma se ha apartado la valoracin de tales conductas como un hechoconstruido socialmente, conductas que son definidas como tales por el ejecu-tante como miembro de una comunidad de significado, y que ese significadoest compartido por todo el conjunto de su sociedad, incluyendo a los investi-gadores que se dedican a su estudio. Para superar este discurso dentro de es-tudio de la agresin, Domnech e iguez (2002:9) destacan que las definicio-nes sociales de agresin condicionan tanto la interpretacin de las conductas

  • en cuanto hecho social, y a su vez, su uso como herramienta para las investiga-ciones que pretendan comprenderlas.

    Usos y significados

    El trmino violencia denota hechos tipificados como delito en muchas le-gislaciones. Homicidios, robos, violencia de gnero o maltrato infantil se califi-can como crmenes violentos, crmenes contra las personas y sus propiedades.Esta definicin parte de una lectura de la accin dentro de la sociedad: existeuna va normada para el desenvolvimiento de los individuos en sociedad quesalvaguarda la integridad fsica y psicolgica de la persona, a travs de la coer-cin ejercida por distintos medios, -constituciones, leyes, costumbres-. Comoejemplo de esta concepcin, en la Declaracin Universal de Derechos Huma-nos (1948), su artculo 3 expresa que Todo individuo tiene derecho a la vida, ala libertad y a la seguridad de su persona, y en el artculo 5 se expone nadieser sometido a torturas ni a penas o tratos crueles, inhumanos o degradan-tes. Cualquier accin que no se apegue a esta condicin, es entonces un delitocontra las personas, y por ende, violento.

    As, la violencia hace referencia, en el habla corriente, a los hechos quetienen como consecuencia el dao a la vctima, ya sea como fin o como mediopara obtener algn beneficio. Es decir, para que un crimen lleve el adjetivo vio-lento, ste tiene que ser un acto que por una razn u otra, dae o termine con lavida de una persona y es violento su perpetrador. Slo hay que ojear las pgi-nas de sucesos de distintos diarios y peridicos para evidenciar esta relacin.

    Muchas investigaciones hechas desde distintas ramas del conocimientosobre este fenmeno dan cuenta de un uso similar del concepto violencia. Eninstituciones y organizaciones transnacionales, tales como el Banco Interame-ricano de Desarrollo-BID-, la Organizacin de Estados Americanos-OEA- y laOrganizacin Panamericana de Salud-OPS-, desde perspectivas sociolgicas,criminolgicas o epidemiolgicas, la tasa de homicidios de un pas se usacomo medida de la violencia de tal sociedad (Buvini et al., 1999:4; Briceo-Len, 2001, 2008; OEA, 2008: 17; OPS, 2002:15). Si bien en las estadsticas dela OPS el suicidio es la causa ms frecuente de muerte a nivel mundial, en Am-rica Latina las tasas de homicidio triplican tales cifras (OPS, 2002:8) y son loshomicidios los que obtienen mayor presencia meditica. El concepto de pazsocial parte de la reduccin mxima de la violencia ejercida entre los ciudada-nos de una sociedad determinada, donde slo el Estado est legitimado paraejercer la violencia como instrumento para la afirmacin de su dominio, prote-gerse a s mismo, a sus ciudadanos y sus intereses (Weber, 1997:661).

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  • Es entonces evidente que, tanto en el habla comn como en las cienciassociales, existe una relacin entre el homicidio y el uso del trmino violencia ysus adjetivos violento/violenta para calificarlo.

    La definicin que ofrece el diccionario de la Real Academia Espaola(DRAE, 22da edicin) del trmino violencia y sus distintas acepciones, no refie-re directamente el uso que se le ha dado como calificativo de homicidios. Acontinuacin se presentan las distintas acepciones de estos trminos tomadosdel DRAE:

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    La acepcin del trmino violencia que pueden llegar a relacionarse conla concepcin de uso comn es la nmero cuatro, accin de violar a una mu-jer, al igual que el adjetivo violento, la acepcin nmero siete que se ejecutacontra el modo regular o fuera de razn y justicia, puede relacionarse con laconcepcin de uso comn que relaciona tales trminos al concepto de homici-dio. Es decir, que desde el significado de esos trminos en lengua espaola, nose sustrae una definicin del trmino homicidio que, siguiendo al DRAE, es lamuerte causada a una persona por otra.

    En las investigaciones revisadas sobre la violencia, siguiendo el uso an-teriormente descrito, sta es medida por la tasa de homicidios por habitantes,pero el enfoque de las investigaciones sobre este fenmeno puede condicio-narse por un a priori lingstico: si la violencia es slo el nmero de vctimaspor homicidio en una sociedad, otros actos agresivos que se suceden dentrode esa sociedad no sern categorizados como violentos.

    Reiterando, la violencia, tal como ha sido planteada en las investigacio-nes revisadas, es un problema social con consecuencias en distintas esferas dela sociedad que la padece, por una parte con costos no monetarios, sus vcti-mas y familiares, el aumento de la morbilidad, la mortalidad y trastornos de-presivos, y por otra, los costos socioeconmicos para su prevencin y castigo,as como la dificultad para cimentar el desarrollo de las instituciones en los pa-ses donde la violencia, as definida, se ha arraigado, como es el caso de mu-

  • chos pases industrializados y en particular, en Amrica Latina (Buvini et al.,1999; OEA, 2008, 2009). Y este es el problema. No es slo la tasa de homici-dios, sino que tambin lo son, utilizando las denominaciones en boga, la vio-lencia de gnero, el maltrato infantil y de ancianos, el bullying, y muchos otrosactos que, en conjunto, no estando tipificados en muchas de las legislacionesnacionales como delito y que an no hayan sido definidos socialmente comoviolentos, afectan tambin a diversos niveles de la sociedad y por tanto, necesi-tan ser estudiados dentro de trminos y enfoques mucho ms amplios quepermitan abarcar todos estos fenmenos desde una perspectiva comn, noslo terminolgica, sino tambin epistemolgica.

    Desde el punto de vista terminolgico, Agresin, siguiendo su entrada enel DRAE, puede ser la piedra de toque para tales investigaciones:

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    La primera acepcin es clara a este respecto. Una accin que atente con-tra la integridad fsica o moral de un individuo es un acto de agresin; esta defi-nicin incluira todos los actos que van desde una agresin verbal o fsica, pa-sando por todos los maltratos y abusos tipificados por las leyes, hasta el homi-cidio como nivel ltimo de agresin contra las personas. La segunda acepcinhace referencia a la cobertura que el derecho y las leyes dan a los sujetos, por loque una agresin puede estar tipificada como delito. Es destacable el uso deltrmino violencia en la definicin de agresin sexual: la violencia es un modode la accin agresiva, es decir, sta se puede realizar sin ser necesariamenteviolenta o de forma brusca, con mpetu e intensidad extraordinarias (DRAE).

    El uso del trmino agresin y sus adjetivos agresivo/agresiva es comnen las Neurociencias, as como en las Ciencias Forenses y las Criminolgicas,siguiendo las precauciones epistemolgicas propias de cada una de ellas. Unadefinicin operativa de agresin desde la Psicologa es la propuesta por Ander-son y Bushman (2002:28) como cualquier conducta dirigida hacia otro indivi-duo llevada a cabo con la intencin inmediata o aproximada de causar dao.En las Neurociencias se opera con definicin similar, si no idntica a la anterior(Miczek et al., 2007; Baker et al., 2008; Siever, 2008:429), con lo que se mues-tra la operatividad de la definicin de agresin y de conducta agresiva en la in-vestigacin neurocientfica. El concepto de trastorno antisocial define un pa-trn general de desprecio y violacin de los derechos de los dems (AmericanPsychiatric Association, APA, DMS IV-TR, 2000) y abarca distintos tipos de ac-ciones, de las cuales destacan diferentes tipos de agresin, robos, engaos,

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  • conductas impulsivas, ultrajes y violencia entre sus diferentes manifestacio-nes (Gallardo-Pujol et al., 2009:191). De aqu que no todos los actos de agre-sin son un comportamiento antisocial, ya que desde la Etologa y la Neurobio-loga han planteado la agresin como una conducta que permite la adaptacinal medio (Miczek et al., 2007).

    Por tanto, el uso del trmino agresin tal y como se ha hecho en las neu-rociencias ha permitido una claridad conceptual necesaria en un campo fecun-do para su investigacin. Si esta claridad se lleva a las investigaciones que des-de las ciencias sociales se realizan sobre el fenmeno que definen con el trmi-no violencia, se observar que la agresin subyace en todos los actos que sehan etiquetado como violentos, tanto por el uso comn como por el cientfico;as como, de aquellos actos que, aunque no estando tipificados como delito,son agresivos. De esta forma, desde las distintas ramas del conocimiento quese esfuerzan en el estudio de estas conductas se puede tener un concepto co-mn que permita unir sus enfoques y perspectivas, una revisin epistemolgi-ca necesaria para definir y entender estos conceptos y as llevarlos a una con-cepcin holstica de este fenmeno, no slo explicndolo causalmente, sinocomprendindolo como una actividad social, para as poder ofrecer enfoques yposibles soluciones a una realidad que, en el caso de muchos pases, con parti-cular relevancia los de Amrica Latina, es un flagelo con costes importantespara sus habitantes y sus instituciones.

    Traduccin de los trminos desde el ingls

    al espaol

    Sealadas las diferencias entre los trminos agresin y violencia en len-gua castellana, es necesario mencionar un hecho que, dentro de la literaturacientfica y desde la perspectiva que se ha expuesto anteriormente, puede serel origen de la confusin entre esos trminos en las investigaciones sobre es-tos fenmenos: La traduccin del ingls al espaol.

    Siguiendo al Oxford Dictionary, para as contextualizar su significado enla lengua inglesa y evitar el error que aqu se seala, la definicin de violencecorresponde:

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    Una traduccin directa de esta entrada al espaol vendra a ser:

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  • La sutil homofona entre los dos trminos puede llevar a una traduccinliteral, palabra por palabra, afectando la denotacin del trmino en espaol.Como se ve, si se considera la definicin de violencia en el DRAE, se evidencia-rn las diferencias entre los dos conceptos: mientras que en la lengua inglesaviolence hace referencia directa a una conducta especfica; en la lengua espa-ola, tal y como se ha comentado, violencia y su adjetivo violento/violenta slodenotan una cualidad de la accin. Y tambin se evidencia que la denotacindel trmino en ingls es idntica a la primera acepcin del trmino agresinsegn el DRAE.

    Estas circunstancias en la traduccin de textos especializados desde lalengua inglesa a la lengua espaola pudieron condicionar la terminologacomo se viene utilizando en la literatura en espaol y afectar el uso de ese con-cepto en tales investigaciones. En el Oxford Dictionary, el trmino aggressiones definido como conductas o actitudes hostiles o violentas (hostile or violentbehaviour or attitudes), mientras que el adjetivo aggressive es, traducido lite-ralmente caracterizado por o resultado de la agresin, con una segundaacepcin excesivamente, desproporcionadamente contundente, vigoroso(1. characterized by or resulting from aggression. 2. unduly forceful). As,mientras que en la lengua inglesa los sustantivos violence y aggression pue-den ser sinnimos, el adjetivo aggressive hace referencia a un modo de ejecu-tar la accin.

    Por tanto, se evidencia que las denotaciones de los trminos en ambaslenguas se refieren a dos planos distintos de la accin tal como se concibe; porun lado el sustantivo violence es un tipo de conducta, mientras que el sustanti-vo aggression puede ser sinnimo de aqul (violence=aggression). En la len-gua espaola, agresin denota un tipo especfico de conducta, mientras queviolencia refiere un modo de ejecutar la accin, de cualquier tipo que sta sea,(violencia agresin).

    En la literatura cientfica, y como ejemplo de la particularidad de lo aqudescrito, Anderson y Bushman (2002:28-29) hacen operativos los conceptosde la lengua inglesa aggression y violence con una diferencia de grado: a)cualquier conducta dirigida hacia otro individuo llevada a cabo con la inten-cin inmediata o aproximada de causar dao, es definido como agresin(aggression); mientras que, b) violencia (violence) refiere a una agresin con elfin ltimo de causar el mayor dao posible, es decir, la muerte de la vctima. Es-tos conceptos as usados ofrecen ventajas metodolgicas y epistemolgicas aesa investigacin. Sin embargo, en la traduccin hay que destacar que esa ope-ratividad es ventajosa dentro de una lengua especfica, en su caso el ingls; porello, una traduccin funcional debera respetar los conceptos tal y como se de-finen en la lengua original y se denotan en la lengua destino, el espaol. El usoactual de los trminos condicionar su significado, tanto en el uso cotidiano de

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  • la lengua como su uso dentro de las investigaciones en los distintos camposcientficos. En pos de esa responsabilidad, el uso adecuado del corpus de lalengua, la correcta utilizacin de los trminos y definiciones que lo componenpermitir que sus significados sean unvocos y, dentro de la prctica cientficadonde la univocidad terminolgica es un paso para la claridad conceptual, sepueda dar cuenta de la realidad que, como cientficos, se pretende compren-der y explicar.

    Consecuencias lgicas y epistemolgicas

    en la investigacin

    La categorizacin, la accin y efecto de categorizar es la base de la lgicaformal, desde el sentido aristotlico hasta Kant, toda la Ilustracin y la Moder-nidad. Los individuos, en cualquier condicin, categorizan, clasifican los obje-tos y las situaciones en las que estn inmersos. Enumerar las caractersticas ylos efectos de esos objetos condicionan las relaciones que se dan en cualquiercontexto, y el nombre que se les atribuye comprime dentro de s esas definicio-nes y construye las relaciones en las cuales esos objetos se aparecen. De estaforma, el nombre no es slo un recurso mnemotcnico, es tambin un ejerciciode la voluntad de los individuos para ordenar la realidad.

    La ciencia, en el mundo occidental, se ha erigido como el nivel ltimo decategorizacin de la realidad: establece a travs de la observacin y la experi-mentacin las relaciones y los significados de los objetos en el mundo, relacio-nes y significados comprobados y comprobables por cualquier otro cientficoque mantenga similares esquemas conceptuales y epistemolgicos que en laprimera investigacin. As, grosso modo, funciona el mundo de la ciencia for-mal, y los cientficos estn entonces condicionados a apegarse a esas formaspara que su trabajo sea calificado como cientfico. El paradigma, tal y como fuedefinido por T. Kuhn (2006:89), ejerce esa funcin de condicionante de la in-vestigacin cientfica, guiando sus esfuerzos y legitimando sus resultados.Pero los cientficos no estn aislados de otros condicionantes, contextos, he-chos psicolgicos y sociales que modelan y construyen su persona. Lo que ve ycree, en su da a da, no son slo hechos cientficos, no entiende todo su mundocomo un hecho cientfico, sino tambin est inmerso en un sinfn de relacionese intercambios con situaciones y personas en las cuales no es necesario aplicarel mtodo cientfico para llegar a conclusiones funcionales y vlidas.

    La socializacin ofrece a todos los individuos esquemas de entender ycomportarse en su sociedad. Los cientficos tambin son individuos con volun-tades, creencias y expectativas, con concepciones del mundo que le hacen very le permiten ver ese mundo de una manera particular y coherente.

  • El mtodo cientfico, tal y como ha sido descrito anteriormente, tamizaesas concepciones que tienen y pueden tener los cientficos hacia su objetode estudio, objetivando su visin a travs de la observacin y la experimenta-cin y, de esta forma, obtener un perspectiva cientfica de su objeto. Y es aqudonde el lenguaje y la lengua juegan un papel vital: si se ha aprehendido untrmino que define un hecho o situacin, este trmino puede arrastrar su sig-nificado dentro de una investigacin cientfica, ya que denota una condicinque ha observado el cientfico para poder determinar su objeto de estudio. Yesto no es balad. La comprobacin de hiptesis lleva entonces al refuerzo delsignificado de tal trmino, con lo cual, dentro de las investigaciones siguien-tes sobre el mismo objeto, aqul ya est asentado y define, dentro de la inves-tigacin cientfica, las perspectivas y los enfoques con los que se mide su ob-jeto de estudio. Este proceso aqu descrito no es esencialmente un error me-todolgico, ya que slo es una consecuencia del uso de la lengua, pero si pue-de dejar secuelas epistemolgicas: el trmino que define al objeto de estudiodenota exclusivamente a ese objeto y esto, dentro de la investigacin cientfi-ca, permite ser ms selectivo al categorizar otros hechos similares dentro deese trmino. As, la perspectiva de los cientficos se especializa slo en algu-nas caractersticas de los hechos que necesitan ser categorizados, caracters-ticas que cumplan con la denotacin del trmino. Una vez realizado esto, seobtiene objetividad metodolgica para estudiar los hechos, pero se limita laentrada de otros elementos que puedan tener cualidad explicativa o que es-tn en relacin con los fenmenos que se estudian.

    La perspectiva presente en la literatura revisada desde el campo de lasciencias sociales para Amrica Latina, el uso del trmino violencia se relacionaslo con homicidios y se mide con la tasa de homicidios por habitantes (Buvi-ni et al., 1999; Briceo-Len, 2001, 2008; OEA, 2008; OPS, 2002); pero sudenotacin excluye, por un lado, otros actos realizados por individuos que pro-ducen dao a otros individuos, sin ser necesariamente mortales para estos lti-mos y por otro, hechos o contextos que pueden explicar ese fenmeno; ya que,siguiendo la literatura, la violencia es causada, por ejemplo en el caso de Am-rica Latina, por el empobrecimiento de grandes grupos de poblacin, la dispo-nibilidad de armas de fuego o que en ciertos grupos la fuerza simblica de laley nunca se ha consolidado, como menciona, por ejemplo, Briceo-Len(2001:15-18), para aliviar el sentimiento de culpa por no haber superado elcomplejo de Edipo o la existencia de [...]algunos radicales de indeseabilidadbiolgica que triplican las constantes de los pases europeos[...] (Silva yGross, 2003:387), no por un contexto que legitima la agresin como recursopara resolver conflictos interpersonales, recurso que podra ser mortal en ca-sos extremos.

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  • La aproximacin a los problemas de la agresin y la violencia que se hahecho desde las ciencias sociales deviene condicionada por la denotacin deesos trminos, pero esa condicin est anclada tanto en la estructura episte-molgica que sustenta los enfoques y las perspectivas desde las que parten lasinvestigaciones, como en las concepciones ideolgicas en las cuales los cient-ficos estn inmersos, concepciones que pueden guiar la lectura de los resulta-dos y la aplicacin de su investigacin.

    Como se ha sealado, la mayora de las investigaciones revisadas, he-chas desde las ciencias sociales, asumen la relacin conceptual entre homici-dios y el trmino violencia tal y como se ha usado hasta ahora (Buvini et al.,1999, Briceo-Len, 2001, 2008). Esta definicin y su relacin limita el enfo-que sobre actos que slo tienen como resultado la muerte de la vctima, apar-tando otras conductas que tambin son agresivas y, siguiendo la definicindada por el DRAE, pueden llegar a ser violentas y hasta mortales para quienespadecen sus efectos. Entonces, se puede observar que muchas conductas ygestos agresivos en diversos y variados contextos pueden llegar a ser homici-das, pero no todas tienen ni pretenden ese resultado. De modo tal que, en unnuevo enfoque, el concepto de agresin subyace en todos los actos que unapersona realice con la intencin de daar, herir o matar a otra persona, por loque se ensancha el espectro observable de actos con ese impacto en los indivi-duos, ya que se abarcara desde el abuso verbal y fsico, actos agresivos tipifica-dos y no tipificados como delitos en las leyes, hasta la muerte de la vctima.

    Las definiciones sociales de agresin

    Dentro de las necesarias consideraciones epistemolgicas, Domnech eiguez (2002:4) detallan tres claves para definir un acto como agresivo: queest dentro de un contexto de interaccin interpersonal o intergrupal, que seaconsiderado como una accin intencional y que exista un dao como conse-cuencia de ese acto agresivo. Sin embargo, estos autores afirman que tales cla-ves, por s mismas, no definen un acto como agresin, hasta que no se incor-pore la nocin de norma, es decir, que tal acto est y sea definido por los suje-tos como una accin agresiva. De esta forma, la agresin y su concepto searraigan en el devenir de los individuos, en la existencia de las sociedades, yaunque su consecuencia es conocida, es decir el dao resultante de esa accinen la vctima, el modo de llegar a ese dao es contingente.

    Desde esta perspectiva, la norma asume un rol capital en la definicin delo que es un acto agresivo, y que esa definicin est enmarcada en un contextosocial especfico. Pero la inclusin del contexto social en el estudio de la agre-sin tal y como se ha hecho desde las perspectivas psicolgicas clsicas, si-guiendo a Domnech e iguez (2002:5), desvincula el comportamiento agre-sivo del mantenimiento de la estructura y del orden social: tericamente, el

  • concepto de agresin se enfoca como un hecho patolgico especfico de los in-dividuos y el valor explicativo del contexto social o de las condiciones deexistencia se refiere entonces a una circunstancia, factor o elemento externoque condiciona su manifestacin. Para sealar la necesaria importancia de lanorma para las investigaciones sobre la agresin, es menester exponer sus or-genes y efectos en las sociedades. La norma es el conjunto de significados,materializados en reglas, usos y costumbres que guan, controlan y sancionanla accin de los individuos dentro del orden social en cual se encuentran inmer-sos. Tales normas estn definidas socialmente, es decir, emanan del cuerposocial en su conjunto y son las que ofrecen coherencia a todas las acciones delos sujetos dentro de sus relaciones. Una caracterstica de la norma es que noes slo una imposicin arbitraria de unos sujetos a otros: se sublima de la rela-cin social y define marcos de previsin para la conducta futura. Por tanto, lanorma no emana slo de las instituciones sociales formales, constituidas por lacostumbre o la razn, como la familia o el Estado, sino tambin de los gruposidealizados, informales, tales como las tribus urbanas o los grupos de paresmenos especficos, que en conjunto fiscalizan y coaccionan a los sujetos y gru-pos, ofreciendo marcos de significado y relaciones con los cuales se evita ladesviacin y dan sentido total a la accin de los individuos.

    La adquisicin de la norma por los sujetos parte de la interiorizacin delos esquemas de conducta sancionadas por el grupo social que las porta y delcual tales sujetos son parte. Ms an, la interiorizacin de esos esquemas deconducta, presentados por G.H. Mead (1973) como actitudes, es el mecanismocon el cual el sujeto se construye y se delimita como persona dentro del gruposocial, siendo capaz de erigirse a s mismo como objeto dentro de sus relacio-nes con los dems miembros de su grupo.

    Mead expone que el mecanismo de construccin de la persona pasa pordos etapas generales: primero

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  • tiene ese individuo con respecto a la realidad tal y como ste ltimo la percibe.A diferencia de esto, en el deporte el sujeto tiene que tener la actitud de todoslos dems que estn involucrados en el juego mismo. Las actitudes de las de-

    ms jugadas que cada participante debe asumir, se organiza en una especie

    de unidad y es precisamente la organizacin lo que controla la reaccin del in-

    dividuo(1973:183). Cuando el sujeto interioriza las actitudes de los dems in-dividuos con los cuales est en relacin, condiciona sus actos a la expectativade los actos que realizan esos individuos, actos con significado dentro de esarelacin que se ha establecido. En definitiva, el Otro generalizado es el gruposocial que con la red de actitudes interiorizadas, de significados compartidos,condiciona la accin de sus miembros: as,

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  • el cual el comportamiento agresivo es consecuencia de una pulsin, pero stedepende de un elemento externo, la generacin de la frustracin y la necesidadde eliminarla en un acto agresivo; hasta las teoras del aprendizaje social, en lacual el individuo asocia una respuesta a un estmulo y el refuerzo cimentaraesa asociacin, siendo la agresin un tipo especfico de conducta condiciona-da. La cualidad explicativa de esas perspectivas no es puesta en duda, es slouna evidencia de la necesidad de explicar el comportamiento agresivo con lasherramientas tericas disponibles, pero implican supuestos que condicionansus enfoques y el anlisis de sus resultados (Domnech e iguez, 2002:5): 1)la agresin y la violencia son explicables a nivel individual o intraindividual,apartando de las investigaciones el rol que tienen o pueden tener los gruposmayores o las instituciones. De esta forma, el paradigma estmulo-respuesta(E-R) se implanta en los estudios de laboratorio; 2) se asume que la violencia esperjudicial para la sociedad y se califica como violento todo aquello que atentecontra el poder establecido, sin establecer las consecuencias que, a largo pla-zo, puedan tener las acciones definidas como violentas en los individuos o enlos grupos que la padecen, y 3) controlar, reducir y reprimir la violencia es un finvlido por cualquier medio. La investigacin cientfica es esencial en este pun-to, ya que sta es concebida ajena a todo el contexto social en la que est in-mersa, por lo que con sus aportes puede legitimar que la violencia debe serejercida por alguna instancia que pretenda promover el bien social.

    En conjunto, estos supuestos dentro las perspectivas clsicas sobre laagresin y la violencia portan una idea comn, no cuestionar el orden social im-perante y, como lo seala Stainton-Rogers et al., (1995), refuerzan el statu quo atravs de un discurso ideolgico que se aplica segn convenga: por un lado, si laagresin es un problema individual o intraindividual, se evita su planteamientoen trminos sociales y polticos; por el otro, si se considera la agresin comoconducta socialmente desviada se vincula su aparicin con la actividad de gru-pos desviados o con aprendizajes disfuncionales, pero no se hace referencia alas acciones agresivas o violentas que puede cometer el poder institucionaliza-do. As, cuando se pretenda dar una solucin al problema de la agresin y la vio-lencia, se busca ejercer un poder coercitivo sobre los individuos y los grupos queaparezcan como socialmente desviados. En este punto, es evidente que la apro-ximacin de las perspectivas psicolgicas clsicas al problema de la agresintiene un peso ideolgico, una funcin social reguladora dentro del ejercicio delpoder institucionalizado (Domnech e iguez, 2002:5).

    La agresin y la violencia y sus definiciones estn, pues, inmersas en lascolectividades en las que se manifiestan y el perfil de los ejecutantes visibles detales actos no es homogneo ni apodctico, ya que ambas partes, colectivida-des y actores estn enmarcados en contextos sociohistricos especficos. Lasaproximaciones tericas tambin estn condicionadas por esos contextos, lasdefiniciones y las herramientas socialmente disponibles, y tal como indican

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  • Domnech e iguez (2002:1), es poco creble que esos recursos interpretati-vos sean ajenos a los intereses de poder y dominacin contingentemente esta-blecidos, ni los de sus investigadores.

    Quines son los culpables?

    Son varios los frentes abiertos que se deben atender para dar una expli-cacin y permitan comprender la agresin. Si se conocen los lmites que pue-den alcanzar las teoras sobre este fenmeno, se podr obtener una perspecti-va holstica de la agresin, ya que sta, como cualquier otra conducta humana,tiene y puede asumir muchas y dismiles formas, tantas como los enfoques deinvestigacin que se ocupan de estudiarlas.

    Un primer paso es la claridad conceptual y terminolgica de la agresin:se hace necesario ajustar el trmino agresin y su denotacin en las perspecti-vas y los enfoques que pretenden explicar y comprender este tipo de conducta.Todas las lenguas son y sern permeables a los efectos de su uso, tanto comncomo cientfico. Pero es en el uso cientfico en el cual los trminos referidos de-ben tender hacia la univocidad de su significado. En el mbito cientfico de len-gua castellana, la separacin semntica entre los trminos agresin y violenciapermitir enfocar las investigaciones a lo que se erige como problema, es de-cir, las conductas agresivas en todas sus realizaciones permitiendo, adems,compartir un concepto que pueda ser contrastado en las distintas ramas delconocimiento cientfico que se interesan en el estudio de la agresin.

    Otro paso es la necesidad de sealar el peso simblico, la legitimidadque, nada ingenua, ofrece la investigacin sobre la agresin a discursos ideo-lgicos para el mantenimiento del orden social establecido (Domnech e i-guez, 2002:9). Todas las investigaciones cientficas, de cualquier tipo y sin pre-tenderlo, estn condicionadas por el contexto social en el que surgen. Al res-pecto, ya J. Habermas (1986) sealaba el uso ideolgico de la ciencia y la tec-nologa en las sociedades occidentales en pos del dominio tcnico sobre la es-fera social, gracias a la racionalizacin de las relaciones de los individuos, losgrupos y sus significados, apartando de la accin social la conciencia y la ticapara su realizacin: La ciencia y la tcnica seran, entonces, herramientas dedominacin y marcos para la legitimacin de la dominacin ejercida por gru-pos e intereses particulares. Las estadsticas sobre homicidios, como una me-dida de la violencia que padece una sociedad -siguiendo la definicin de la bi-bliografa revisada-, ofrecen datos bsicos para evidenciar los efectos de loshomicidios en una poblacin, pero, en s mismos, tales datos no dilucidan lascausas que han hecho que esos homicidios se lleven a cabo: la lectura y anlisisde tales datos pueden inducir en su investigacin relaciones generales entrelas distintas variables que, a priori, se pueden consideran explicativas del fen-meno, tales como el fcil acceso a armas de fuego, polticas pblicas de repre-

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  • sin del crimen mal aplicadas, el empobrecimiento de la poblacin y, en espe-cial, la disfuncionalidad de segmentos especficos de esa poblacin. Pero en suconjunto, las variables as planteadas pueden arrastrar una concepcin ideol-gica: la explicacin del fenmeno slo parte de un grupo especfico de la pobla-cin: los pobres, los econmicamente desfavorecidos, los habitantes del ba-rrio, de las zonas marginadas de las ciudades, que no se han ajustado a lasnormas bsicas de convivencia en sociedad y que el Estado debe reprimirloscomo los nicos causantes de la violencia, ejercida por personas de bajos re-cursos (Romero Salazar y Rujano Roque, 2007:160) ya sea para mitigar la frus-tracin a travs del linchamiento de los azotes de barrio debido al desamparopercibido por la ineficacia de las instituciones de justicia, o como recurso parala construccin y defensa de la identidad personal y social de los jvenes varo-nes que se sienten humillados por su pobreza material (Zubillaga,2007:581;605). Desde esta perspectiva, el problema de la violencia es, si-guiendo a Habermas, slo un problema tcnico: es necesario aplicar tiempo yrecursos en el reajuste de ese segmento de la poblacin a la norma comn ycompartida, ya que esta norma se asume vlida por s misma, reificada comonico modelo posible y aplicada, en muchos aspectos, sin una revisin crticade sus fundamentos y consecuencias. Por tanto, las investigaciones que se rea-licen sobre este fenmeno pretenden su explicacin como va para la adapta-cin de tales grupos, por conviccin o por coercin, no como una lectura com-prensiva de cules son las causas que llevan a su aparicin.

    La norma est enmarcada en una concepcin del mundo, histrica y so-cialmente especfica: Una lectura crtica de la norma y sus desviaciones implicala revisin de la concepcin del mundo de la cual forman parte, no slo paraevidenciar en qu punto o en qu hecho surgen, sino tambin de los recursoscon los cuales se definen y legitiman. A modo de ejemplo, slo en fechas re-cientes las agresiones contra las mujeres dentro de la pareja han sido tipifica-das como delito en muchos pases: En Espaa, la proposicin de la Ley inte-gral contra la violencia de gnero se realiz en 2001, mientras que en Vene-zuela se promulg una Ley orgnica sobre el derecho a la mujer a una vida li-bre de violencia en 2007 y en Argentina, la Ley de proteccin integral paraprevenir, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres en los mbitosque desarrolle sus relaciones personales fue sancionada en 2009. La natura-leza e intencionalidad de estas leyes no es puesta en duda, pero es necesariodestacar que para realizar tales propuestas fue indispensable percibir que mu-chos actos que se sucedan en las parejas eran agresivos y atentaban contra lalibertad e integridad de la mujer, actos que mucho antes eran concebidoscomo legtimos y normales dentro de una relacin interpersonal, en una deter-minada concepcin del mundo.

    Dentro de un esquema similar deben partir las investigaciones sobre elhomicidio, como forma ltima de agresin interpersonal o intergrupal, as

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  • como tambin para otros actos agresivos que se manifiestan en muchas socie-dades: es necesario observar de qu forma estn legitimados esas conductasen la concepcin del mundo de la sociedad que las padece, las normas que si-guen o transgreden; transcendiendo las lecturas ideolgicas que pretendenimponer la responsabilidad de tales hechos slo a individuos o grupos a-nor-males, sin valorar las legitimaciones y las justificaciones que las permiten ysustentan, y que pueden estar compartidas por la sociedad en su conjunto.

    La ubicacin social de los responsables de la agresin puede haberseconvertido en un a priori metodolgico en las investigaciones sobre estos fe-nmenos. En un revisin de L. Siever (2008) sobre las bases neurobiolgicasde la agresin seala que la mayora de los estudios a este respecto se han rea-lizado slo en poblaciones con tendencias a la agresin, siguiendo los criteriosdefinidos por la investigacin, tales como pacientes con trastornos de perso-nalidad de tipo antisocial o borderline, con desrdenes explosivos intermiten-tes, as como a presidiarios (2008:431).

    En ese tipo de investigaciones se pretende establecer la relacin entrevariables tales como la gentica, la historia del sujeto, los circuitos cerebrales,los neurotransmisores o las deficiencias neuropsicolgicas y neurocognitivas,entre otras, con la aparicin de la conducta agresiva. Gracias a estos estudiosse ha empezado a comprender los sustratos neurobiolgicos de la conductaagresiva y su posible modulacin, en los casos patolgicos, con la medicacin;pero esos estudios, criticando a Siever (op. cit), destacan poco un hecho funda-mental: la susceptibilidad de todos los individuos, no slo de los pacientes osujetos estudiados, a manifestar alguna conducta agresiva. Siever expone cua-tro elementos que pueden crear una susceptibilidad en el individuo a la agre-sin: las asociadas a psicopatas, a su historia traumtica y las relacionadastanto con las deficiencias cognitivas como a las desregulaciones emocionales.Cada uno de estos podra conllevar a exhibir una conducta agresiva, ya que im-pediran responder a los estmulos externos sin la adecuada reflexin o la valo-racin de las posibles consecuencias de la conducta. Siever (2008:430) sealaque este proceso puede concebirse como la presencia de un umbral muy bajopara la activacin motora de las respuestas agresivas, pero tal umbral de acti-vacin, el proceso de modulacin de la conducta agresiva est presente en to-dos los sujetos, ya que es un proceso neurolgico de control de la conducta, decualquier conducta, por lo que la variabilidad de tal umbral puede no estarcompletamente ligada a una neuropsicopatologa.

    Esta revisin de los aportes de la neurobiologa, el inicio y modulacin dela conducta agresiva, presenta los procesos que se suceden en todos los indivi-duos, pero destaca que tales investigaciones parten de la experimentacin consujetos que cumplen con un perfil determinado por la misma investigacin ydel cual extrae su validez epistemolgica.

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  • Si bien la simplificacin metodolgica permite aislar las variables queafectan al objeto de estudio, con el fin de determinar la causa del fenmeno es-tudiado apartando, tanto de las hiptesis como de la experimentacin, otroshechos o variables que dentro de ese esquema no tienen potencial explicativoo no se relacionan con el objeto de estudio. El mtodo cientfico aplicado a lasciencias naturales es un ejemplo claro de la funcionalidad de este recurso parala obtencin de resultados vlidos y esclarecedores sobre el funcionamientodel mundo fsico a distintos niveles, ya sea desde la fsica o la qumica, hasta enla biologa, la gentica e incluso, extrapolando sus condiciones, la psicologa.Pero el Hombre, la humanidad se ha resistido, de una u otra forma, a esa sim-plificacin. Los intentos de explicar al hombre y a la sociedad a travs de reglasinmutables, de condiciones a-temporales, pueden dar luz a ciertos elementosque den cuenta de su formacin y desarrollo, pero tienden a elevar la relacinsimple de fenmenos metodolgicamente construida como la causa ltima desu manifestacin.

    Para evitar la simplificacin de la conducta humana desde las neurocien-cias, D.O. Hebb (1975) hace una clasificacin bsica de los factores que puedenafectar la manifestacin de una conducta, tanto animal como humana. Hebbindica que el objeto de tal clasificacin es evidenciar que la conducta, en su ex-presin y en su desarrollo, intervienen ms de dos tipos de factores (Cuadro I).

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    Cuadro I. Tipos de factores en el desarrollo de la conducta

    (Hebb, 1975:136).

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  • El valor epistemolgico de esta clasificacin para el estudio de la conduc-ta desde las neurociencias radica en esta afirmacin Ningn tipo de conductapuede depender de uno slo de estos factores (Hebb, 1975:136). A modo deejemplo, Hebb seala los argumentos en los que se basa, implcitamente, lasexposiciones sobre la conducta instintiva:

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  • y los cientficos, las personas que hacen ciencia, tambin estn enmarcados,tanto grupal como individualmente, por sus intereses, sus expectativas, suscreencias y sus necesidades, objetivas y subjetivas. De este modo, las aproxi-maciones tericas y metodolgicas al problema de la agresin deben tender ala objetividad o, en ltima instancia, pretender alcanzarla, y esto slo es posiblesi se hace un discusin crtica de los condicionantes sociales del conocimientocientfico y la intencionalidad subyacente de las investigaciones. Las neuro-ciencias pueden ofrecer a las ciencias sociales un enfoque con el cual solventaresas condiciones y supuestos que pueden haber lastrado las perspectivas so-ciolgicas en las investigaciones y pueden fomentar el dilogo interdisciplina-rio, enmarcado en una visin holstica de la agresin y sus manifestaciones:Para ello, las investigaciones sobre las bases neurobiolgicas de la conductaagresiva deben trascender el caso patolgico, generalizando los esquemas deiniciacin y modulacin de la conducta como sistemas neurobiolgicos quecomparten todos los individuos y que, desde el punto de vista estadstico, va-ran en toda la poblacin, an en los afectados por alguna neuropsicopata. Porotra parte, las ciencias sociales, en sus investigaciones sobre el fenmeno de laagresin, deben trascender una pretenciosa universalidad y a-temporalidadcon la que se intenta sustentar los enfoques sobre este tipo de conducta, hechoque puede devenir en una idealizacin de una ingeniera social como herra-mienta para el mantenimiento de un contexto social que no se ha permitido cri-ticarse, ya que el estado de cosas en que se encuentra se auto legitima a travsde una categorizacin cientfico-ideolgica, apartando la tica y la asuncinresponsable de las consecuencias de tal categorizacin. La revisin de los dis-cursos de dominacin, de los cuales se impregna y puede sustentar la investi-gacin social-cientfica, permitira superar la racionalidad instrumental con laque se pretende la deshumanizacin de ciertos grupos sociales que visibilizancierto tipo de actos dentro de la sociedad, pero que velan la responsabilidaddel conjunto social al momento de definir su normalidad.

    Conclusiones

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    La violencia es un problema, pero hace falta hacerse unas preguntas: c-ul violencia? la que se padece en el colegio o en la pareja, la ejercida para unrobo o la de motivaciones polticas?, la del abandono o la del maltrato?, laque deja ms cadveres?. Estas preguntas deberan ser contestadas por cadasociedad que la padece, porque es sta la que categoriza tales actos como vio-lentos o no, normales o a-normales: es en la definicin de esos actos donde sevisibiliza su potencial dao a los sujetos y asumen su relevancia.

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  • Aclarar la dependencia de las definiciones de las violencias al devenir de lasociedad debe ser el primer paso de cualquier investigacin que intente com-prender tales fenmenos: si bien en muchos pases los homicidios son ms visi-bles por su escasa frecuencia, en otros su aparicin es un hecho cotidiano, nor-mal, y es un riesgo al que se enfrenta muchos ciudadanos en Amrica Latina. Esun riesgo asumido, pero visto como lejano porque quienes lo padecen justificana los posibles agresores a travs de un distanciamiento psicolgico e ideolgico,a pesar de su cercana fsica. Tal extraamiento permite categorizar fcilmente alOtro como amenaza, como la nica amenaza, pero relevan la responsabilidadde los actos que ejecutan los dems individuos, los que categorizan, que no se-rn vistos como a-normales o des-adaptados a pesar de producir igual o mayordao a otros sujetos, ya que tales actos pueden estar legitimados como vas parala accin y la relaciones social en muchas culturas y pases.

    La valoracin de las definiciones sociales de agresin permitir y condu-cir a la superacin de un discurso psicologista que supone la responsabilidadltima del sujeto individual de sus conductas, motivos e intereses, sea pordes-adaptacin psicolgica o social a sus condiciones de existencia, para asenglobar toda la legitimacin de conductas dentro de la sociedad que le cobijay los significados que la sustentan. El estudio crtico de la agresin ha de ser lacrtica a la legitimacin social de las conductas y a los discursos relativistas res-pecto al origen y las causas de tales fenmenos: si alguien mata para robar esun delincuente, si mata para protegerse es legtima defensa; si maltrata a supareja es un individuo enfermo, si zahiere a sus subalternos est haciendo sutrabajo. No es la bsqueda de una proporcionalidad del dao, es evidenciarque muchas conductas causan dao aun cuando no hayan sido definidas so-cialmente como violentas, estn o no sancionadas por la ley o la costumbre. Laresponsabilidad social de las definiciones de agresin es esquiva: la culpabili-dad del acto excusa a sus testigos, pero han sido estos los que han permitido elhecho. Las ciencias sociales, las neurociencias y sus investigaciones sobre laagresin han dado testimonios sobre quines son los culpables, los des-adap-tados, los desmotivados, los afectados por neuropsicopatologas, los exclui-dos, ya sea con documentacin estadstica o con pruebas de laboratorio, perono han atestiguado sobre su conflicto de intereses en tal juicio: su testimoniose soporta slo cuando el acusado est identificado, sealado por el fiscal: undiscurso de dominacin y una exoneracin de responsabilidad.

    La prevencin del homicidio, la violencia de gnero, el maltrato a meno-res o ancianos pasa por comprender las bases en las cuales se fundamenta laagresin desde un enfoque objetivo, transdisciplinar, que d cuenta de la con-ducta agresiva como un hecho psicolgico, pero tambin como un hecho so-cialmente construido. Para esto en necesario ofrecer una base comn de con-ceptos, definiciones, hiptesis y teoras que pueda ofrecer un fundamento co-mn a las ramas del conocimiento cientfico que intentan explicar la conducta

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  • agresiva, contrastar sus aportes y, desde una perspectiva holstica, compren-der la agresin tanto de sus causas y efectos en los individuos, en las socieda-des, como tambin en el discurso ideolgico en la que estn inmersos. Es ne-cesario ahondar y enriquecer ese fundamento con otras investigaciones con unenfoque crtico que permitan, por una parte, construir un armazn tericotransdisciplinar efectivo para la explicacin y comprensin de la agresin y porla otra, que tal explicacin y comprensin de la agresin pueda ofrecer solucio-nes a uno de los problemas que aquejan a muchas sociedades, la resolucinviolenta de los conflictos interpersonales, que en los caso extremos asume supeor faz, el homicidio.

    La revisin de conceptos que se han expuesto y actualizado permite ha-cer consideraciones de mayor valor epistemolgico para el estudio de la agre-sin; as como evidenciar las consecuencias del ejercicio acrtico de la teora yla experimentacin en las investigaciones sobre la agresin dentro de los pro-cesos de legitimacin social de discursos de dominacin. De esta forma, las in-vestigaciones aportaran datos consistentes sobre la agresin en un marcoepistemolgico ms conveniente y permitira entonces disponer, dentro deesta visin holstica, tanto de datos congruentes con las ciencias sociales comotiles para el estudio de la agresin en el mbito de las neurociencias.

    Referencias bibliogrficas

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