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relacin con ciertos aspectosbiogrficos: su nacimiento en Rusia enel seno de una familia juda muyreligiosa, la dura experiencia de laemigracin a los Estados Unidoscuando tena 10 aos, las penuriaseconmicas por la muerte tempranade su padre, los frustrados estudios enla elitista universidad de Yale (dondelos judos como l eran mirados conrecelo), sus dos problemticosmatrimonios, sus constntesdepresiones, su desordenadaformacin artstica y los muchostrabajos docentes que tuvo queaceptar para sobrevivii hasta que alfinal, ya tarde en su vida, le llegaron lafama y la estabilidad financiera. Peroninguno de estos datos aisladosexplicara la visin trgica y grandiosaque Rothko tuvo del Arte; para l "laexperiencia trgica" fue "el nico librode referencia del Arte".Desde el punto de vista artstico sepodra decir que parti hacia 1924 deuna pintura figurativa en la que lapresencia del Arte europeo modernoera obvia, desde Monet hasta Matissey Picasso, que en la serie de cuadrosrelacionados con el metro de NuevaYork, pintados durante los aos treinta,

ya estaban esas superficies de purocolor que luego seran la marca defbrica de su perodo clsico, que laimaginacin surrealista estuvo muypresente en su obra producida en losaos cuarenta, que las clases de Arteque tom con Max Weber lomarcaran para siempre, y que fue suamigo el extraordinario pintornorteamericano Milton Avery el quems influira en l joven Rothko, pero,de nuevo, todos estos referentes norevelaran el origen del salto que elartista dio a una abstraccindramtica, absolutamente personal, enlos veinte ltimos aos de su carrera.

LENGUAJ E NORTEAM ERICANOSu obra ms importante surge de unproyecto triple muy ambicioso: el decrear un lenguaje artsticoexclusiva mente nortea merica no(preocupacin que comparti con dosde sus mejores amigos artistas, AdolphCottlieb y Barnett Newman); el deconseguir en su obra el ambientesublime del Arte religioso delRenacimiento italiano; y el de lograr ensu pintura la presencia de unaespiritualidad ntima en la que elespectador se sienta totalmente

inmerso en los cuadros, sin necesidadde que se le d ninguna explicacinracional o terica. A pesar de todo, espreciso sealar aqu que, segnmanifest Rothko, un lienzo deMatisse, La habitacin ro7a, que seencuentra en el MOMA de Nueva York,fue una de las fuentes principales detoda su produccin abstracta.La obra clsica de Rothko no requiereninguna exgesis para disfrutarla, sinoque por lo contrario, cuanto msescuetos son los comentarios, menosse predetermina al espectador paraque se enfrente a aqulla con lamayor simplicidad posible, sin tratarde entender nada, sino que sea comoun puro placer para la miradaemocional y espiritual. No en vanoRothko declarara que su pintura nopretenda ser un Arte de laexperiencia, ni tampoco unaabstraccin vaca y decorativa, sinouna experiencia en s: "Mi Arte no esabstracto, slno que est vivo yrespira", "mis pinturas son ntimas eintensas y son lo opuesto de lo que esdecorativo". Y an con ms precisin,dira: "El Arte para m es una ancdotadel espritu y la nica manera dematerializar su variada rapidez y su

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quietud". En este sentido, tanto lasdeclaraciones de Rothko como susescritos tericos esclarecen muchoms la forma en que debemos mirarsu obra que cualquier trabaio crticopublicado hasta la fecha.No sorprende, PUes, que el artistanorteamericano fuera muy cuidadosocon la forma en que se montaban suscuadros, con la luz de los lugaresdonde se exPonan, con el ambienteque rodeaba la Presentacin de suobra y hasta con las distanciasadecuadas desde las que se tenanque ver sus lienzos; 45 cm, segn 1.Por otro lado, a Partir de 1946'cuando por primera vez emPez aexperimentar con formas orgnicas nofigurativas decidi no ponerles msttulos a los cuadros (que hizo hasta elfinal de su vida) sino asignarlesnmeros; esto estaba relacionado conel deseo del artista norteamericano deno condicionar al esPectadorasociando los lienzos con un referentereal o literario.Los murales creados por Mark Rothkofueron particularmente polmicos y'en gran parte, una realizacin de susueo de erigir obras monumentales yespirituales alavez, como losrenacentistas italianos hicieron con elArte religioso y civil. El ms famoso desus encargos fue el que concluy conla construccin y decoracin de la

Capilla de Houston. Esta obraarquitectnica, diseada bajo sudireccin, sera la culminacin de suobra intencionalmente religiosa;aunque para ello sus mecenas tuvieronque eliminar del ProYecto ni ms nimenos que al famoso arquitecto PhilipJohnson.

DILOGO CON LA LUZEn ltima instancia, la produccin demadurez de Rothko, en su totalidad,posee un cierto carcter ritualista yreligioso. Tanto la extraordinaria seiiede cuadros (y papeles) oscuros, dondepredominan el gris, el negro, el azulmarino y el marrn, como sus seriesde mayor luminosidad, son una suertede dilogo con la luz y la sombra en elque se encuentra atraPado elespectador, quien se siente atrado,elevado o derrumbado, a los nivelesms puros de sus emociones ntimas yespirituales. Sus cuadros son unaespecie de tnel rectangular del cualla mirada no se puede escaPar, Perotambin poseen una Presencia queparece expulsar el color fuera dellienzo para envolvernos, fatal eirremediablemente, en las nubes delcolor de nuestras emociones msesenciales y originarias.En lugar de explicar lo que son suscuadros, asunto que irritaba al artista'lo que se puede hacer es describir lo

que aqullos descartan, lo que haYfuera de ellos. Las superficies de colorpintadas por Rothko se contraponenal mundo que nos rodea como unaausencia, un silencio: el esPaciocotidiano en el que vivimos est llenode objetos, de ruidos, de seales Yletreros. Es un caos urbano donde lasobreabundancia nos desconcierta ynos mantiene constantemente en unestado de nerviosidad agotadora, enuna constante necesidad deinformacin. Los cuadros de Rothkoson precisamente la resPuestacreadora a ese mundo de la ciudad;pero una respuesta que no esmimtica, irnica o crtica, sino que,por contraste, desinforma y vaca dereferentes la crisPada Y a vecesfscinante realidad que nos rodea' Poresta razn, las superficies pintadaspor Rothko no representan nada sinolo que nos falta, lo que hemosperdido: un esPacio de quietud Ysilencio que ya no Poseemos, unaintemporalidad que hace despertar ennosotros una nostalgia por otra formade vida que, obviamente, no es la quevivimos. 5l

Daros r-rsMark Rothko: paredes de luzcuggenheim Bilbao, c/ Abandoibafia' 2.http://g u ggenheim-bilbao'esTel.:944 35 90 80

Del 8 de junio a 24 de octubre.

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