Médicos de México

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Año 7 No. 107

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Edición Especial de Psiquiatria Mexicana

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Año 7

No. 107

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Es la agrupación más grande en su tipo en nuestro país.

Con un total de 2 mil 232 socios, reúne a un amplio nú-

mero de psiquiatras y personal en salud mental. Del

grueso de sus asociados mil 692 son activos, 160 están

en adiestramiento y 380 son afiliados.

Cada dos años se renueva el Comité Ejecutivo, el presi-

dente electo asume el cargo de presidente en funciones.

Se realizan elecciones democráticas durante el congre-

so nacional y por votación secreta se elige presidente

electo, secretario general y tesorero.

No solamente ha dedicado sus esfuerzos a la difusión de

temas psiquiátricos, desde su fundación se ha caracteri-

zado por cumplir con los preceptos para los que fue cre-

ada, dando importancia a fomentar en sus miembros el

espíritu de servicio.

Es una asociación médica diversa y robusta cuya fuerza

principal es cada uno de sus integrantes. Además de los

congresos regionales y del congreso nacional, que se

realiza cada dos años, organiza cursos de actualización

para médicos generales en diferentes lugares del país.

Actualmente se sitúa como una asociación consolidada y

de amplio reconocimiento en el entorno médico nacional

e internacional, por lo que éste es un momento determi-

nante de franco crecimiento y proyección mundial.

Este número especial está dedicado a mostrar algunos

acontecimientos que han cimentado la historia de nues-

tra asociación. Si la APM goza de la solidez actual es

gracias a la visión de quienes nos precedieron. Todos los

testimonios narrados aquí son las experiencias de quie-

nes las vivieron.

Por este medio quiero agradecer a nuestros socios fun-

dadores, tanto a los que lamentablemente ya no están

con nosotros, como a los que todavía se encuentran ac-

tivos y participan en las actividades de nuestra asocia-

ción, con el mismo entusiasmo con el que hicieron nacer

la Asociación Psiquiátrica Mexicana.

Dra. Martha Ontiveros Uribe

Presidente 2008-2009

Asociación Psiquiátrica Mexicana

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EDITORIAL

La Asociación Psiquiátrica Mexicana fue fundada por el doctor Ramón dela Fuente Muñiz. Constituye la agrupación de psiquiatras más antigua eimportante del país.

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Editor y Director GeneralLuis del Villar Garcí[email protected] MédicoDr. Luis Lepe MontoyaDr. Enrique Udaeta MoraDr. Miguel Ángel Rodríguez WeberDra. Ana Lucrecia Arias RomeroDr. Luis Alberto Fernández CarroceraDr. Claudio Serviere ZaragozaDirectora de Ventas PublicidadSilvia Juárez [email protected] JurídicoLic. Christian García TaveraCoordinación de Ediciones MensualesMaría Luisa Santillán [email protected]ón de Proyectos en los EstadosRicardo Alberto Islas Corté[email protected] de Arte y DiseñoHéctor Dorantes LópezDiseño Gráfico e IlustraciónEstudio Arte DorantesReporterosRodolfo Bautista [email protected] LeyCorrector de estiloVíctor M. GarcíaWebm@sterMario Aceves DávalosFotógrafosEdgar MendozaAdministraciónMireya Garfias García

D i r e c t o r i o

Año VII. No. 107, Octubre de 2009. Médicos de Méxicoes una publicación mensual editada por Alianza 3 GrupoEditorial, S.A. de C.V., Av. Río San Joaquín 285-4 Col.Granada, México D.F., C.P. 11490, Tels. y Fax: 52 50 27 00, 52 50 27 01 y 58 87 31 16 Reserva al uso exclusivo del título No. 0 4 - 2 0 0 7 - 0 5 0 9 0 9 5 7 3 5 0 0 - 1 0 2, otorgado por el InstitutoNacional del Derecho de Autor, de la Secretaría de EducaciónPública. Certificado de Licitud de Título No. 12112, Certificadode Licitud de Contenido No. 8764, otorgados por la ComisiónCalificadora de Publicaciones y Revistas Ilustradas de laS e c retaría de Gobernación. Registro Postal PP09-0998,o t o rgado por Sepomex.I m p resión a cargo de Equilibrio S.A. de C.V. España #288, Col.C e r ro de la Estrella, Del. Iztapalapa, México, D.F., C.P. 09850El contenido de los artículos es responsabilidad exclusiva delos autores. El material publicitario se acepta con criterio ético,p e ro los editores se deslindan de cualquier re s p o n s a b i l i d a drespecto a la veracidad y legitimidad de los mensajescontenidos en los anuncios. Todos los derechos re s e r v a d o s .Queda prohibida la re p roducción parcial o total del materialpublicado sin consentimiento escrito de los editores.

PRINTED IN MEXICO

Coordinación de proyecto(investigación, entrevistas y

redacción):Maria Luisa Santillán Silva

Rodolfo Bautista ValdezRicardoAlberto Islas Cortés

8 Historia / 16 Dr. Ramón de laFuente Muñiz, Presidente fundador/ 20 Dr. Guillermo Calderón Narváez/ 24 Dr. Alejandro Córdova Córdova28 Dr. Rafael Velasco Fernández

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/ 32 Dr. Héctor Hernán Tovar Acosta / 36 Dr.Raymundo Macías y Avilés / 40 Dr. Juan EugenioSalas Pérez / 44 Dr. Ulises Iturbe Guerra / 48 Dra.Catalina Rivera Martínez / 52 Dr. Agustín GuerreroMartínez / 56 Dra. Hebe Serrano Fuentes/ 60 Dr. Roberto Ham Fernández

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La Psiquiatría en nuestro país tiene raíces desde la época prehispánica, yen la Colonia, México se adelantó a otros países en América al fundarseel Hospital San Hipólito en 1566, en la capital de la Nueva España quejunto con el Hospital del Divino Salvador, en 1698, funcionaron por más

de 350 y 200 años, respectivamente, al tomar bajo su cuidado a los enfermosmentales que deambulaban por las calles o eran alojados en las cárceles. En lasciudades de Guadalajara, Monterrey, Orizaba y Mérida se fundaron hospitales yasilos entre 1794 y 1906.

Historia

Asociación Psiquiátrica Mexicana A. C.

A fines del siglo XIX y principios del XX surgieron

instituciones privadas como el Sanatorio Rafael Lavista, en

1898 y la Casa de Salud de San Juan de Dios para

enfermos mentales, en Zapopan, Jalisco, en 1910. En ese

año, con motivo de los festejos del Centenario de la

Independencia el presidente Porfirio Díaz inauguró el

Manicomio General de la Castañeda, que albergaría

décadas más tarde a más de 3 mil enfermos empleando

tratamientos semejantes a los de otros países y acordes

con los escasos conocimientos psiquiátricos de la época.

Este nosocomio llegó a considerarse “semillero” en la

formación de psiquiatras mexicanos. En 1930 abrieron sus

puertas los sanatorios Ramírez Moreno y Floresta, y en

1942 se fundó el servicio de Psiquiatría del Hospital

Español; siete años después se inauguró la Clínica San

Rafael, todos ellos sanatorios privados que trataban de

subsanar la deficiente atención que otorgaba el Estado;

éstos y otros sanatorios que ya existían en ciudades como

Monterrey, Hermosillo, Guadalajara y Mérida, alquilaban o

subrogaban camas para enfermos mentales del IMSS,

ISSSTE y Pemex.

Entre 1940 y 1950 se crearon hospitales del sector público

y de la seguridad social, así como los primeros esquemas

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institucionales de atención para problemas de salud men-

tal en la población mexicana en centros de la Secretaría

de Salud (Ssa) y en clínicas del IMSS y del ISSSTE.

Otro hecho relevante fue la creación del Departamento de

Psicología Médica, Psiquiatría y Salud Mental en la

UNAM, en la década de 1950, con la finalidad de ubicar a

la Psiquiatría en el lugar que le corresponde como una ra-

ma de la Medicina Interna y, a través de un programa de

alto nivel académico, formar especialistas en el área. De

aquí han egresado la mayoría de los psiquiatras en Méxi-

co y muchos de otros países de Latinoamérica.

A partir de entonces florecieron en México las escuelas

psicoanalíticas y se inició el auge de la psicofarmacología,

con el advenimiento de modernos fármacos antipsicóticos,

antidepresivos y ansiolíticos, al mismo tiempo que se

avanzaba en el conocimiento científico del funcionamiento

de la mente, merced a la neurofisiología, genética, neuro-

bioquímica, electroencefalografía y radiología, que dio pa-

so a la imagenología que conocemos hoy.

Los tratamientos farmacológicos evitaron o acortaron la

estancia hospitalaria de los enfermos mentales,

favoreciendo su atención en consulta externa y

remplazando tratamientos de gran ayuda en su momento

pero que resultaban agresivos y peligrosos, como los

choques insulínicos y la reducción de la terapia

electroconvulsiva para indicaciones específicas, la

psicocirugía o la inhalación de carbógeno.

Desafortunadamente la rivalidad que se estableció entre

las escuelas psicoanalíticas y con psiquiatras organicistas

que postulaban diferentes enfoques para el estudio y tra-

tamiento de las enfermedades mentales, retrasó el avan-

ce de la Psiquiatría en aquella época, por lo que generó

confusión, escepticismo y desaliento entre el gremio psi-

quiátrico, las autoridades sanitarias, los médicos y el pú-

blico en general.

Por otro lado los enfermos mentales en nuestro país no

han sido beneficiados mediante los programas de las ins-

tituciones de salud, quedándo desprotegidos por prejui-

cios, temor, rechazo e ignorancia; dichos programas no se

mantienen a largo plazo, los presupuestos van a la zaga

de otro tipo de programas considerados prioritarios. Este

problema se ha agravado con el incremento explosivo de

la población y las crisis económicas recurrentes que ha

sufrido el país.

En la búsqueda de la superación y mejoría de la atención

de los enfermos mentales, los psiquiatras al igual que

otros especialistas médicos, pensaron en agremiarse. En

1937 se creó la Sociedad Mexicana de Neurología y Psi-

quiatría que agrupa a neurólogos, neurocirujanos, psiquia-

tras y psicoanalistas; también se crearon otras sociedades

en el país, entre ellas las psicoanalíticas, acorde con las

corrientes existentes en esa época (1950).

Edificio central del hospital psiquiátrico de La Castañeda

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Ante la separación de la Neurología y

la Psiquiatría en dos especialidades

diferentes, la figura del neuropsiquia-

tra ya no tenía razón de ser y la psi-

quiatría carecía de una organización

profesional propia e independiente.

Con esta inquietud, en 1965 un gru-

po de psiquiatras empezó a planear

la posibilidad de asociarse en una

institución que permitiera velar por la

dignificación de la Psiquiatría y de los

profesionales que la practican en el

país, contribuir al mejor conocimien-

to, investigación y adecuado trata-

miento de los trastornos mentales al

promover el intercambio y difusión de

los conocimientos científicos en la

materia (plasmados en el artículo ter-

cero de los estatutos).

Para esta época existían en el país

de 400 a 500 psiquiatras, muchos de

ellos formados en el ejercicio de la

práctica de la especialidad a lo largo

de los años, otros en el curso de esa

especialidad en la UNAM o el extran-

jero. Fue entonces que un grupo muy

ptopositivo convocó a una reunión

para crear la Asociación Psiquiátrica

Mexicana, cuya Acta Constitutiva di-

ce así:

En la ciudad de México, DF, el jueves

31 de marzo de 1966 a las 12:30 ho-

ras, en el aula del Pabellón Central

del Manicomio General, con la asis-

tencia de 142 psiquiatras, se llevó a

cabo la Asamblea Constitutiva de la

que se denominará Asociación Psi-

quiátrica Mexicana, AC. El presidium

estuvo ocupado por el doctor Ramón

de la Fuente, en su carácter de Se-

cretario del Comité Organizador, el

doctor Guillermo Calderón, miembro

de dicho comité, y los doctores Mario

Fuentes y Javier Garcíadiego, res-

pectivamente director y subdirector

de la mencionada institución. Des-

pués de una breve exposición de

los motivos que movieron al comité

organizador a promover la funda-

ción de la Asociación Psiquiátrica

Mexicana, AC, el doctor De la Fuen-

te procedió a dar lectura al proyecto

de estatutos, el cual fue aprobado

con algunas modificaciones.

Posteriormente se procedió al nom-

bramiento de la Mesa Directiva pa-

ra el periodo comprendido entre el

mes de abril de ese año y el mes de

abril de 1968, habiendo resultado

electas las siguientes personas:

Presidente: Dr. Ramón de la Fuente

Secretario: Dr. Carlos López

Elizondo

Tesorero: Dr. Raymundo Macías

Vocal: Dr. Carlos Tornero

Secretario Auxiliar: Dr. A l e j a n d r o

Córdova

Después se eligió a los represen-

tantes del Consejo Nacional confor-

me a los estatutos. Dicha elección

dio los siguientes resultados:

Tres representantes de los miem-

bros de la asociación, profesores de

la Facultad de Medicina: Dr. Alfonso

Millán, Dr. Guillermo Dávila y Dr.

Jorge Velasco Alzaga.

Cinco representantes de los miem-

bros de la asociación que prestan

sus servicios en instituciones psi-

quiátricas dependientes de la SSA:

D r. Guillermo Calderón, Dr. Mario

Fuentes, Dr. Javier Garcíadiego,

D r. Agustín Caso y Dr. Germán

R a p h a e l .

Tres representantes de las institu-

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Dr. Alfonso Millán

Dr. Guillermo Dávila

Dr. José Luis Patiño

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ciones y servicios del IMSS: Dr. José Luis Patiño, Dr.

Francisco Rojas Bustillos y Dr. Mario Reyes.

Tres representantes que desempeñan trabajos en

dependencias del ISSSTE y en otras instituciones

psiquiátricas oficiales no incluidas en las anteriores: Dr.

Rafael Velasco, Dr. Darío Urdapilleta y Dr. Ignacio Sierra

Macedo.

Tres representantes que trabajan en instituciones psi-

quiátricas privadas: Dr. Manuel Falcón, Dr. José Santa-

maría y Dr. Rafael Follioux.

Terminada la elección de los miembros del Consejo

Nacional, se procedió a una reunión con los socios

residentes en el interior de la República que asistieron a

la Asamblea Constitutiva. Allí se decidió posponer el

nombramiento de los consejeros representantes de los

socios foráneos con el objeto de ampliar su inscripción.

Se dio por terminada la sesión a las 15:00 horas.

Así se inició la vida de una institución que a sus 37 años

ha cumplido sus objetivos con exactitud, eficiencia y per-

severancia, siempre en plan ascendente hasta ser consi-

derada la más importante de su ramo en el país y muy

prestigiada en el extranjero.

El primer directorio de socios activos de enero de 1968 da

cuenta de un total de 219 socios, de los cuales 162 radi-

caban en la ciudad de México, 16 en Guadalajara, seis en

Monterrey, cinco en Puebla, cuatro en Veracruz y en Her-

mosillo, tres en San Luis Potosí, Yucatán, Baja California,

Torreón y Tampico, uno en siete estados más y siete en

otros países de Centro y Sudamérica, España y Estados

Unidos (uno en cada uno).

Para 1986, a 20 años de existencia, la asociación conta-

ba con mil 73 socios. En abril del presente año (2003)

existen en el país 2 mil 800 psiquiatras, de los cuales mil

346 están certificados por el Consejo Mexicano de Psi-

quiatría y 17 de ellos son paidopsiquiatras. Solamente 25

por ciento (336) están recertificados.

Lo relevante de la APMEn un trabajo de esta naturaleza y con la premura del

tiempo es difícil seleccionar cuáles son los hechos más

relevantes de una asociación tan dinámica como la APM,

con actividades fuera y dentro del país, con interacciones

de una gran cantidad de instituciones, grupos y personas

de diversas disciplinas a lo largo de 37 años.

Los siete incisos que se consignan a continuación son

producto de apreciaciones personales de quien esto es-

cribe, de comentarios y opiniones del doctor Raymundo

Macías y de documentos del doctor Alejandro Díaz, ex-

presidentes de la asociación, a quienes agradezco su

aportación. Ofrezco disculpas de antemano por las omi-

siones en las que sin duda he incurrido involuntariamen-

te. Lo mismo sucede en las anécdotas que deben ser in-

numerables y sólo consigno algunas de ellas:

La organización y gobierno de la APM ha favorecido una

dinámica continua para que se adecue a la época, se mo-

dernice y flexibilice a fin de realizar sus funciones ade-

cuadamente, mediante el cumplimiento de sus estatutos

que son revisados cada dos años y modificados de acuer-

do con las circunstancias, en donde la Asamblea General

de Socios es la máxima autoridad, los miembros del Co-

mité Ejecutivo son elegidos mediante mecanismos demo-

cráticos, lo mismo que los representantes de los Capítu-

los Regionales, Estatales y Secciones Permanentes, lo

que ha favorecido el desarrollo y difusión de la Psiquiatría

científica en sus numerosas Reuniones Nacionales y Re-

gionales, permitiendo ofrecer a nuestros colegas de todo

el país un foro y una audiencia para compartir experien-

cias, actualizar conocimientos y discutir académicamente

discrepancias científicas.

El doctor Luis Enrique Rivero Almanzor, quien radica y

ejerce la especialidad en Guadalajara, Jalisco, fue presi-

dente de APM en 2003 y el primero que no radica en la

ciudad de México. El doctor Omar Kawas, tesorero actu-

al, radica en Monterrey, Nuevo León. Esto habla del gra-

do de madurez que ha alcanzado la asociación al favore-

cer la acción en cargos ejecutivos, a los compañeros de

provincia y el enorme interés que ellos muestran al par-

ticipar activamente en las actividades societarias.

La revista Psiquiatría, órgano oficial de la asociación, es

motivo de orgullo por su calidad científica y su

antigüedad, ya que sólo ha dejado de editarse una corta

temporada por dificultades que fueron superadas

oportunamente.

Estar vigente a sus 37 años y haber cumplido todos sus

objetivos y sus programas con eficiencia y perseverancia,

logrando contar entre sus miembros a la mayoría de los

psiquiatras que ejercen la especialidad en México, man-

teniendo un ambiente de camaradería y solidaridad forta-

lece los lazos de amistad. Puede decirse que a pesar de

los grandes acontecimientos que le ha tocado vivir en la

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segunda mitad del siglo XX y el inicio del actual, muchos

de ellos difíciles, ha sido capaz de superar algunas crisis

y a través de la acción de sus miembros, se transformó en

desarrollo de los servicios psiquiátricos en los tres niveles

de atención en el grado en el que los recursos del país

–siempre escasos– lo permitieron, impulsando el desarro-

llo de los servicios psiquiátricos en los hospitales genera-

les y las actividades de atención preventiva a la población

llamada “abierta” en el seno de la comunidad, introdu-

ciendo técnicas de estudio, tratamiento y rehabilitación

que de manera novedosa fueron dándose en el mundo,

incorporándolas a nuestra realidad.

Independencia y autosuficiencia económica que ha per-

mitido el cumplimiento de todos sus programas y la ad-

quisición de una sede propia, primero en la colonia Insur-

gentes Mixcoac, en 1989, y luego en su domicilio actual a

inicios de los años noventa en un lugar decoroso y fun-

cional, con personal de apoyo administrativo, mobiliario y

equipo adecuados.

Durante los años transcurridos deben mencionarse algu-

nos hechos sobresalientes: en octubre de 1971, a cinco

años de fundada nuestra asociación, fue anfitriona –en or-

ganización conjunta con la Sociedad Mexicana de Neuro-

logía y Psiquiatría– del V Congreso de las Asociación

Mundial de Psiquiatría, reconocido por la elevada asisten-

cia de colegas de muchos países, la calidad del programa

científico y la brillantez de los festejos que la acompañaron.

Con el fin de poner orden y dar validez legal al ejercicio dela especialidad, surgió en el seno de la APM, conjunta-mente con la Facultad de Medicina y la Academia Na-cional de Medicina, la iniciativa para fundar el ConsejoMexicano de Psiquiatría, en junio de 1972.

En mayo de 1975 nuestra asociación organizó y patrocinó

el VIII Congreso de la Asociación Psiquiátrica de América

Latina en Acapulco, Guerrero. Además del logro excep-

cional por el alto nivel académico de los trabajos presen-

tados se reconoció el acercamiento que se generó entre

los psiquiatras latinoamericanos.

En octubre de 1994, la APAL y la APM organizaron en la

ciudad de México el XVIII Congreso Latinoamericano de

Psiquiatría, el Comité Organizador lo encabezó un ex-

presidente de APM, el doctor Antonio Ruiz Taviel, quien

posteriormente ocupó la Presidencia de esa asociación

latinoamericana. El resultado del congreso fue igualmente

exitoso o más que el de 1975.

En octubre de 1998 la APM organizó el Simposio Region-

al de las Américas, conjuntamente con la Asociación

Mundial de Psiquiatría (WPA-APM) en la ciudad de

Guadalajara, Jalisco.

En 2001, conjuntamente con el XVII Congreso Nacional,

se realizó la Reunión Regional de la Asociación Mundial

de Psiquiatría y la Reunión México-Centroamericana de la

APAL, con idénticos resultados en cuanto al éxito alcan-

zado y al fortalecimiento de los lazos con organismos in-

ternacionales.

5) El cumplimiento puntual de la organización de ocho

reuniones nacionales y 10 congresos nacionales de 1968

a septiembre de 2003, todos ellos reconocidos por su or-

ganización, asistencia creciente de miembros activos e in-

vitados, la participación de destacados psiquiatras e in-

vestigadores nacionales y extranjeros, la calidad de los

trabajos científicos presentados a través de conferencias

magistrales, simposios, mesas redondas, pláticas con los

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expertos, exposiciones científicas, carteles, in-

centivos para la investigación científica a través

de concursos, becas, cursos pre-congreso, et-

cétera. También eventos sociales y culturales

para reavivar y fortalecer los lazos amistosos

entre los socios y sus acompañantes.

Estos eventos nacionales se realizaron laprimera vez en la ciudad de México y a partir dela segunda en los estados de la República Mex-icana, en donde hubiera infraestructura paraatender a un número creciente de congresistas,favorecer que los capitalinos que eran mayoría,estuvieran todo el tiempo en las reuniones o congresos yprincipalmente para acercar estos eventos a los socios deprovincia y estimular su participación:

Reuniones Nacionales6) Las Mesas Directivas han sido ocupadas sucesivamente

por psiquiatras reconocidos por sus méritos, actividades do-

centes en la especialidad, contribuciones al avance en el co-

nocimiento, en la formación y fundación de instituciones y p o r

su honestidad. Cumplieron generosamente las tareas encomen-

dadas y manejaron los bienes de la asociación, incrementándo-

los y administrándolos con escrupulosa transparencia.

7) El apoyo económico proporcionado por la industria farma-céutica, hecho que demuestra el avance impresionante de lapsicofarmacología en las últimas décadas y las buenas rela-ciones existentes entre esta industria y las Mesas Directivas.

Todo esto ha permitido mejorar la infraestructura de los con-gresos y eventos científicos, así como facilitar la invitación aprominentes psiquiatras e investigadores nacionales y ex-tranjeros, lo que ha dado más realce y difusión a nuestras ac-tividades científicas.

Lo triste de la APMLa pérdida de dos queridos y recordados expre-

sidentes: los doctores Darío Urdapilleta Bueno,

que dejó de existir en 1996, y Carlos Pucheu

Regis, quien falleció en 1997. Descansen en

paz.

AnécdotasEn 1977 la APM contaba para su mantenimien-

to con escasos recursos económicos provenien-

tes principalmente de las bajas cuotas de los so-

cios, que en esa época eran pocos comparados

con los actuales, y se pagaba el alquiler de las oficinas de

avenida Insurgentes Sur. Con la abrupta devaluación de la

moneda en agosto de 1976, los gastos y el alquiler se eleva-

ron exageradamente y ante la inflexibilidad del arrendador

hubo necesidad de contratar a un abogado para pagar la ren-

ta en un juzgado, y en esas condiciones la siguiente Mesa Di-

rectiva recibió las oficinas. Afortunadamente en la V Reunión

Nacional, en diciembre de ese año, se elevaron las cuotas y

con el excedente económico que dejó la reunión se regulari-

zó esta penosa situación.

Durante la cena de clausura de la VIII Reunión Nacional en

Oaxaca, Oaxaca, el presidente de la Mesa Directiva, doctor

Raymundo Macías, dio el Grito de Independencia el 15 de

septiembre de 1981, hecho muy festejado por la

concurrencia. En esa ocasión varias esposas e hijas de los

congresistas modelaron trajes típicos de algunas regiones de

la República. †Doctor Héctor Tovar Acosta,

Este texto fue escrito en septiembre de 2003,

el doctor Tovar acosta falleció en 2008

I, Ciudad de México, 1968.II, Oaxtepec, Morelos, 1971.

Congreso Mundial de Psiquiatría. Ciudad de México,1971.

III, Guadalajara, Jalisco, 1973.IV, Acapulco, Guerrero, 1975, conjuntamente con el VIII

CONGRESO DE APAL.V, Guanajuato, Guanajuato, 1977.VI, San Luis Potosí, San Luis Potosí, 1985.VII, Oaxaca, Oaxaca, 1981.VIII, Acapulco, Guerrero, 1983.IX, San Luis Potosí, San Luis Potosí, 1985

REUNIÓN CONMEMORATIVA DEL XX ANIVERSARIOTaxco, Guerrero, 1987

X Congreso Nacional. Guadalajara, Jalisco, 1989.XI Congreso Nacional. Morelia, Michoacán, 1991.

REUNIÓN CONMEMORATIVA DE XXV ANIVERSARIOCiudad de México, 1991.

XII Congreso Nacional. Acapulco, Guerrero, 1991.XIII Congreso Nacional. Zacatecas, Zacatecas, 1993.XIV Congreso Nacional. Puerto Vallarta, Jalisco, 1995.

REUNIÓN CONMEMORATIVA DEL XXX ANIVERSARIOAcapulco, Guerrero, 1996.

XV Congreso Nacional. Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, 1997.XVI Congreso Nacional. Huatulco, Oaxaca, 1999.XVII Congreso Nacional. Acapulco, Guerrero, 2001,

conjuntamente con la Reunión Regional de laAsociación Mundial de Psiquiatría y la ReuniónMéxico-Centroamericana de la APAL.

XVIII Congreso Nacional. Monterrey, Nuevo León,2003.

Reuniones y Congresos Nacionales

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Presidente fundador de laAsociación Psiquiátrica Mexicana

Dr. Ramón de la Fuente Muñiz

En la historia de la Medicina mexicana destacan diversas personalidadescuya obra e influencia impulsaron el desarrollo académico y científico ennuestro país. Tal es el caso del doctor Ramón de la Fuente Muñiz,precursor de la investigación, formador de psiquiatras y de la Psiquiatría

en México.

Nació en la ciudad de México el 29 de agosto de1921. Realizó sus estudios profesionales en la Uni-versidad Nacional Autónoma de México y poste-riormente la residencia en Neuropsiquiatría en laUniversidad de Nebraska, además hizo cursos deposgrado en esa disciplina en las universidades deNueva York y Columbia. A su regreso se interesópor el Psicoanálisis, por lo que entró al curso deadiestramiento en la división posgrado de laUNAM.

Un rasgo que lo caracterizó desde estudiante fuesu desempeño y dedicación en todas las activida-des que desarrolló. Al ingresar como docente en laUNAM (1947) comenzó una clara influencia en eldesarrollo de la Psiquiatría al establecer el curso deNeuroanatomía como materia obligatoria en la ca-rrera de Medicina, en tanto que en la Facultad deFilosofía y Letras inició los cursos de PsicologíaSocial, hacía 1948.

Ese mismo año fue nombrado jefe de Salud Mentaldel Hospital Infantil de la entonces Secretaría deSalubridad y Asistencia, en la ciudad de México, yposteriormente jefe del Departamento de Psiquia-tría del Hospital Español.

Ingresó a la Academia Nacional de Medicina en1959 y asumió su Presidencia en 1973. Fue miem-bro del Colegio Nacional en 1972, asesor de la Or-ganización Mundial de la Salud en el área de la Sa-lud Mental desde ese mismo año, vicepresidentede la Asociación Mundial de Psiquiatría (1971-1976) y presidente del V Congreso Mundial de laespecialidad, celebrado en la ciudad de México en1971.

Pugnó por el establecimiento de una formaciónacadémica que ubicara a la Psiquiatría en un lugarpreponderante, tuvo la visión de fundar gran núme-ro de agrupaciones gremiales, centros de investi-

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gación de alto nivel y publicaciones especiales. En1963 fundó la Asociación Psiquiátrica Mexicana paraagremiar a los especialistas que hasta entonces se en-contraban dispersos. También fue miembro fundadordel Consejo Mexicano de Psiquiatría y del Colegio Me-xicano de Neuropsicofarmacología.

De 1969 a 1991 dirigió el Departamento de PsicologíaMédica, Psiquiatría y Salud Mental de la Facultad deMedicina de la UNAM. Fue miembro de la Junta deGobierno de la UNAM de 1970 a 1980. En 1983 fuedesignado Profesor Emérito y en 1985 se le otorgó eldoctorado Honoris Causa por la máxima casa de estu-dios. Este mismo grado también le fue conferido por laUniversidad Autónoma de Puebla en 1996, mientrasque de 1977 a 1980 fue director de Salud Mental de laSSA.

Fundó y dirigió el Instituto Mexicano de Psiquiatría(1979-1998), que hoy le rinde homenaje al ponerle sunombre.

En los cursos de especialización, maestría y doctora-do que inició, y de los que ha sido profesor titular, sehan formado más de mil especialistas en Psiquiatríaque ejercen en el país y en otros de América Latina.Recientemente la Facultad de Medicina impuso su

nombre al auditorio de este departamento como reco-nocimiento a su actividad científica y académica queha contribuido a vincular a los principios y los concep-tos de la Psicología y de la Psiquiatría con el resto dela Medicina.

Los cursos de especialización en Psiquiatría creadospor el doctor De la Fuente en la UNAM han formadoaproximadamente a 90 por ciento de los psiquiatrasque trabajan en el país, además de medio centenarprocedente de Centro y Sudamérica que obtuvieron enMéxico su formación. El doctor De la Fuente siempreparticipó activamente en la enseñanza en contacto di-recto con sus estudiantes.

Publicó más de 170 trabajos y obras importantes,entre las que destacan: Psicología Médica (primeraedición, Fondeo de Cultura Económica, 1959: segundaedición, FCE, 1992); La Psicología Mental y suTe r a p é u t i c a (FCE, 1997) en colaboración con ladoctora María Elena Medina-Mora. Salud Mental enMéxico (FCE, 1997); y Biología de la Mente (FCE,1998), con la colaboración de Javier Alvarez Leffmansy la participación de distinguidos investigadores. Hafundado varias revistas nacionales y es consejero derevistas internacionales.

Ha recibido entre otras distinciones la condecoraciónEduardo Liceaga del Consejo de Salubridad General,en 1993, por el Cincuentenario de la Secretaría de Sa-lud. También recibió del presidente de la República lamedalla de reconocimiento a sus contribuciones a laMedicina mexicana. En 1994 la Asociación Psiquiátri-ca Americana, por su 150 aniversario, le otorgó la pre-sea Simón Bolívar, como un reconocimiento a sus con-tribuciones. Su aportación al avance de la Psiquiatríaes también notable en otros sectores, puesto que hacreado medios para la investigación. Durante 20 añospresidió el Comité de Investigación del Instituto Mexi-cano de Psiquiatría, que él fundó y ha llevado a la ex-celencia.

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Dr. Guillermo Calderón Narváez

Nació en Ciudad Juárez, Chihuahua, el 29 de enero de 1921. Realizósus estudios profesionales en la Facultad de Medicina de laUniversidad Nacional Autónoma de México y en el campo de la saludmental participó en siete cursos y seminarios de la Organización

Mundial de la Salud. Fue uno de los socios fundadores de la AsociaciónPsiquiátrica Mexicana en 1966, y su segundo presidente. Fue también uno delos fundadores del Consejo Mexicano de Psiquiatría y participó como miembrodirector en este organismo nacional de certificación de especialistas, de 1972 a1984.

El doctor Calderón Narváez fungió como director Ge-neral de Salud Mental de la entonces Secretaría deSalubridad y Asistencia, de 1966 a 1973, y durante sugestión se registraron avances notables en el apoyo aenfermos mentales a través de la descentralización delos servicios que ofrecía el antiguo Manicomio de LaCastañeda a una red federal de hospitales. Fungiótambién como miembro del panel de expertos en saludmental de la Organización Mundial de la Salud, de1973 a 1984.

Fue director de la Clínica San Rafael, en la ciudad deMéxico, de 1978 a 1983, y durante estos años destacósu interés por el desarrollo de un modelo de atencióncomunitaria. Fue profesor de la Facultad de Medicinade la UNAM, institución que le otorgó el Diploma alMérito Universitario por 25 años de actividadesdocentes; ha sido profesor también de las Escuelas deMedicina de la Universidad Anáhuac, de 1977 a 1988,y la Universidad La Salle, desde 1982. Participó en laformación de pregrado en Medicina en ambasinstituciones y en la formación de posgrado parapsiquiatras en la segunda.

Fue miembro titular de la Academia Nacional deMedicina y miembro de número de la A c a d e m i a

Mexicana de Ciencias Médicas del Instituto Mexicanode Cultura, así como miembro numerario de la SociedadMexicana de Historia y Filosofía de la Medicina, ymiembro Honoris Causa de la Asociación Mundial dePsiquiatría. Su participación en estas organizaciones dauna idea de su interés por el desarrollo de la ciencia y lacultura en nuestro país, así como de su vasto horizontede conocimientos.

El maestro Calderón es autor de cinco libros con temaspropios de la especialidad, así como de 189 artículosmédicos de los cuales 20 corresponden a tópicos de in-vestigación psicosocial y farmacológica, además de que23 incluyen temas de investigación histórica y es coau-tor de cinco textos de Psiquiatría.

Guillermo Calderón fue residente de la APM en 1970 y1971, durante este periodo organizó y promovió sesio-nes periódicas que abordaron los tópicos de moda en laespecialidad, así como una reunión en Oaxtepec, More-los, que se distinguió por la nutrida participación de lospsiquiatras mexicanos y sus familias. Durante su presi-dencia se realizó el segundo Congreso Nacional, encoincidencia por primera y única ocasión con la celebra-ción del quinto Congreso Mundial de Psiquiatría en laciudad de México.

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Dr. Alejandro Córdova Córdova

El nacimiento de la APM fue un acontecimiento que involucró a diversospersonajes de la Medicina nacional, uno de los psiquiatras fundadoresfue el doctor Alejandro Córdova Córdova, quien además de ser uno delos pioneros de la asociación tuvo a bien diseñar su logotipo.

Para esta tarea era necesario vincular el origen de la

agrupación con su fundador, el doctor Ramón De la Fuen-

te, quien además de ser uno de los médicos mexicanos

más reconocidos de las últimas décadas tuvo la necesi-

dad de crear un organismo que agrupara a los principales

psiquiatras nacionales.

Sobre su relación con este sobresaliente psiquiatra, el

doctor Córdova, recuerda: “Yo trabajaba muy cerca del

doctor Ramón de la Fuente, él estaba como director de la

sala 9 de Psiquiatría en el Hospital Español. Yo llegué ahí

a hacer mi práctica del curso de esta especialidad, al ter-

minar él me pidió que me quedara como adscrito del Ser-

vicio de Psiquiatría.

“Yo me encargaba de algunas funciones entre la parte

clínica y de enseñanza psiquiátrica, por ejemplo, de la

parte académica en el curso de posgrado que se daba

dentro del Hospital Español, específicamente en la Sala

de Psiquiatría.

“Posteriormente el doctor De la Fuente me invitó a estar

con él en su consultorio, entonces ya teníamos mucha

cercanía y un día me platicó que había pensado organizar

una asociación psiquiátrica nacional. Entonces me co-

mentó que había toda una serie de actividades por desa-

rrollar. Entre una y otra plática empezamos a tener con-

tacto con los psiquiatras de la ciudad de México y otros en

el interior de la República”.

El logotipoUna vez que el doctor De la Fuente había depositado su

entera confianza en él para desarrollar el proyecto, le en-

comendó como primera tarea presentarle un emblema de

la naciente asociación. “Un día me comentó que necesi-

tábamos un logotipo, me dijo ‘a ver qué se le ocurre’. Fue

creado antes de que surgiera la asociación. Inicialmente

le presenté un diseñó con la cabeza de Psique, persona-

je de la mitología griega, le gustó pero le pareció un poco

antiguo. Quería algo más moderno y con la ayuda de al-

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gunos amigos que se dedicaban a la publicidad escogi-

mos el actual logotipo, que lleva las letras APM”.

Después de que el doctor De la Fuente comenzó a

comunicar la existencia de la APM con psiquiatras que

conocía en todo el país, se realizó la primera reunión

donde se haría la presentación de la asociación con su

respectiva Mesa Directiva. Al ser uno de los pioneros de

la APM, se pidió al doctor Córdova que fuera secretario

auxiliar. “Trabajé en el puesto hasta que llegó la siguiente

Mesa Directiva y me volvieron a ofrecer el mismo cargo

pero yo ya tenía otros intereses y me fui a Estados

Unidos”.

Partida a Washington Interesado por el psicoanálisis tuvo como maestro a

Erich Fromm. “En ese momento había un psicólogo de

Harvard, discípulo de él, el doctor Michael Matto, quien

había venido a estudiar a México. Él investigaba toda

una línea que Fromm había empezado desde que estaba

en Alemania, denominada sociopsicoanálisis. Incluso hay

un trabajo que se realizó en México en una población

campesina, titulado Sociopsicoanálisis del campesino

mexicano.

“Entonces a mí me interesó mucho esta corriente del so-

ciopsicoanálisis que estaba llevando Matto con un pro-

yecto de Harvard en el Instituto de Estudios Políticos de

Washington, DC. Me interesó mucho y él me invitó a par-

ticipar en la investigación, entonces me fui a Washington

dos años, de 1971 a 1973”.

De regreso a MéxicoCuando volvió estuvo en el Instituto de Psicoanálisis, don-

de se encargó de la edición de su revista. Posteriormen-

te, por el perfil de especialización que había adquirido en

Estados Unidos, se enfocaría en investigaciones relacio-

nadas directamente con la Secretaría del Trabajo.

“Un día me hablaron para invitarme a trabajar en la Direc-

ción de Medicina y Seguridad del Trabajo, para laborar en

los aspectos psicológicos de la relación hombre-trabajo”.

Se encargó del Departamento de Psicología de la Direc-

ción de Medicina del Trabajo, visitó diversos lugares como

minas de carbón, siderúrgicas e ingenios azucareros, en-

tre otros.

Por cambio de sexenio el Departamento de Psicología de

Medicina del Trabajo fue desmantelado. Sin embargo,

gracias a sus publicaciones sobre aspectos laborales, di-

rectivos de la Universidad Autónoma Metropolitana Xochi-

milco, organizaron una maestría de Salud en el Trabajo,

por lo que lo invitaron a participar y así fue coordinador de

la maestría, primera en su tipo en el país.

Consciente e interesado siempre por la Medicina del

Trabajo así como por los aspectos sociales y

humanísticos, el doctor Córdova piensa que es necesario

que se abran temáticas en México sobre Psiquiatría

aplicada a los aspectos laborales. “La Psiquiatría lo que

debe hacer dentro de la Medicina es integrar aspectos

humanos y sociales con la ciencia, porque esto no lo va a

hacer otra especialidad”.

Psicoanálisis y budismo “Fromm estuvo muy interesado en el budismo, sobre todo

por su filosofía y por la práctica meditativa, lo cual se

llamaba anteriormente seminario sobre psicoanálisis y

budismo. Es lo que estoy investigando actualmente; me

seguí con esto de la meditación, pero ya le cambiaron el

título porque ahora es un programa sobre la aplicación de

la meditación en problemas de estrés, en el Centro

Médico de la Universidad de Massachusetts.

“Se trata de una serie de técnicas de entrenamiento men-

tal muy interesantes y ya hay estudios neurofisiológicos

sobre todo lo que producen, por ejemplo en depresión y

ansiedad, donde es un apoyo en diversos tratamientos,

complementando en algunos casos a los medicamentos”.

“La Psiquiatría lo que debe hacer dentro dela Medicina es integrar aspectos humanos ysociales con la ciencia, porque esto no lo va ahacer otra especialidad”.

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Dr. Rafael Velasco Fernández

En la década de 1950, la introducción de los fármacos modernos en la Psiquiatría causó una verdaderarevolución para el desarrollo de la misma ya que entre otras cosas, marcó el inicio de la terapéuticamoderna y la investigación avanzada de los trastornos mentales. De esta manera la especialidad tomódistancia de las dos corrientes en las que estuvo inmersa: la biologista y la psicoanalítica para adquirir

una identidad propia. Nació así, aunque con antecedentes muy importantes, una visión integral ycomprehensiva de la psiquiatría.

No cabía duda, la especialidad transitaba por momentos determinantes

para crear su propia historia. En este contexto los especialistas en Mé-

xico, impulsados por el doctor Ramón de la Fuente Muñiz, mostraron

su interés por darle personalidad, un lugar al lado de la Medicina Inter-

na y trabajaron para promover el intercambio de los conocimientos

científicos particulares de la materia, a partir de la representación del

gremio en una asociación médica. Fue así como se conformó un grupo

muy propositivo, en su mayoría por los egresados del curso de pos-

grado de Psiquiatría en la UNAM, que dio vida a lo que hoy conocemos

con el nombre de Asociación Psiquiátrica Mexicana AC (APM).

Perteneciente a esta generación de psiquiatras formados académica-

mente en el país, el doctor Rafael Velasco Fernández nos brinda su

testimonio como protagonista de esta historia, describiendo el papel

que desempeñó en la difícil empresa de darle personalidad propia y re-

conocimiento científico a la especialidad.

En busca de identidad“Antes de 1966 realmente no se podía hablar de una especialidad mé-

dica como tal en México, sin embargo ya había una cantidad aceptable

de psiquiatras, algunos formados en el extranjero, otros más en la prác-

tica diaria del ejercicio profesional y otros en los cursos de especializa-

ción de la UNAM, por lo que era cada vez más evidente la carencia de

una representación gremial auténtica”, afirma.

El término más adecuado para describir aquella situación es el de “un

ambiente disperso”, continuó, ya que algunos psiquiatras estaban

afiliados a la Sociedad Mexicana de Neurología y Psiquiatría; sin

embargo, los temas científicos abordados en ésta no se apegaban al

interés de la incipiente asociación o, en el peor de los casos, eran

menospreciados. “Dichas situaciones causaron diversas reacciones

entre los colegas, por una parte la inevitable insatisfacción académica

y por otra la generación de acciones concretas para crear una

institución representativa auténtica que se ocupara de los problemas

que atañen de modo más directo a la Psiquiatría”.

La percepción que el doctor De la Fuente tuvo de dicho ambiente

originó la creación de la APM en 1966 (el jueves 31 de marzo),

recurriendo al apoyo de los psiquiatras del país y a todo aquel con

ideas o propuestas sobre la materia. Esto originó una carrera que no ha

parado por la integración de la Psiquiatría en México. “Ahora puedo

decir que con el transcurso de los años hemos obtenido muchos éxitos

en la misma, hemos crecido y nos hemos fortalecido como gremio. La

semilla que el doctor De la Fuente dejó en nuestras manos fructificó

desde la primera reunión nacional en congresos y cursos precongreso,

dirigidos tanto a psiquiatras, como a psicólogos y médicos generales,

en los que dábamos a conocer los avances de la Psiquiatría mexicana”.

Los primeros años de autonomía En el contexto científico se vivía el advenimiento de modernos fárma-

cos antipsicóticos, antidepresivos y ansiolíticos, al mismo tiempo que

se avanzaba en el conocimiento científico del funcionamiento de la

mente, merced al notable desarrollo de las neurociencias. Los trata-

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mientos farmacológicos evitaron o acortaron la estancia hospitalaria

de los enfermos mentales y evadieron tratamientos que resultaban

agresivos y peligrosos.

“Aunque el elemento más importante que propició la autonomía de la

Psiquiatría haya sido el uso de fármacos, no había que descartar los

campos comunes en las que confluía necesariamente con otras

áreas; tal es el caso de la Psicopatología, que amerita conocimientos

tanto neurofisiológicos como de Psicología pura, personificada por

Freud y sus seguidores, representantes del psicoanálisis entonces

llamado ortodoxo. También es el caso del psicoanálisis humanístico que

se desarrolló con la presencia del doctor Erich Fromm en México.

Cuarto presidente de la APM Otro objetivo de la APM era promover diversas actividades académi-

cas, aspecto que el doctor De la Fuente activó durante su Presiden-

cia e inculcó en las mesas directivas subsecuentes, para el desarrollo

científico de la Psiquiatría mexicana mediante la realización de cur-

sos y congresos académicos. Dicha estafeta fue recibida por el doc-

tor Rafael Velasco Fernández, en 1974, siendo el cuatro presidente

en turno y en sucesión del doctor Darío Urdapilleta Bueno.

“Durante mi gestión indiscutiblemente la Psiquiatría mexicana estaba

en vías de fortalecerse, aunque en un ambiente distinto, ya que algu-

nas organizaciones médicas regionales daban muestra del interés por

la especialidad en el continente, tal era el caso de la Asociación Psi-

quiátrica de América Latina (APAL).

Conscientes de la importancia de vincularse con ella, comenzó una

batalla amistosa por obtener su reconocimiento como la organización

psiquiátrica representativa de México, que fue sostenida entre la APM

y la Sociedad Mexicana de Neurología y Psiquiatría. “Una vez obteni-

do el reconocimiento de la APAL, el trabajo de la Mesa Directiva 1974-

1975 de la APM, se enfocó a fortalecer los vínculos entre ambas or-

ganizaciones y acceder a los beneficios académicos como socios de

una organización multinacional. El esfuerzo rindió frutos y durante la

gestión del doctor Héctor Tovar Acosta se trajo a nuestro país el XVIII

Congreso de la APAL”.

Satisfacción retroalimentadaEl doctor Velasco ha empleado mucho tiempo de su vida en la APM y

las satisfacciones que ha obtenido no han sido menores, primero que

nada una legión de alumnos formados a lo largo de 21 años como

docente de la cátedra de Psiquiatría Infantil y de la Adolescencia: “Por

el aula pasaron muchos de los que actualmente desarrollan la

Psiquiatría en México y otras partes de Latinoamérica. Este es un

aspecto muy significativo para mí, ya que ingresé a la docencia por

invitación del doctor De la Fuente, quien buscaba que la enseñanza

fuera una característica destacable de la APM, siendo requisito tácito

para los postulantes a la presidencia el haberse desarrollado como

maestros de la especialidad”.

El valor del doctor De la FuenteEs innegable que al hablar del desarrollo de la Psiquiatría en México

nos remitamos a la trayectoria del doctor Ramón de la Fuente Muñiz.

Por ellos es que en 2007 la APM creó la conferencia que lleva su

nombre y que inaugura sus congresos. Asimismo, la Secretaría de

Salud instauró el Premio Nacional de Medicina en el Campo de la Sa-

lud Mental doctor Ramón de la Fuente Muñiz, que fue otorgado por

primera vez al doctor Rafael Velasco Fernández.

“Al maestro le tocó enfrentar muchos avatares con la creación de la

APM. Fue blanco de ataques de la antipsiquiatría y de un

movimiento en contra de los hospitales psiquiátricos. Al recibir el

reconocimiento Simón Bolívar en Nueva York, ante los psiquiatras

de Estados Unidos, tuvo que enfrentar ataques muy severos de

personas mal intencionadas. Fue otro de los componentes de los

primeros años de la asociación, salir avante de esa situación en

beneficio de la especialidad. Algunos de esos ataques venían de la

antipsiquiatría, otros más de algunos psicólogos y otros fueron

meramente políticos.

“Hacia 1971 se realizó en México el V Congreso Mundial de Psiquia-

tría. El doctor De La Fuente, siendo presidente del mismo, pronun-

ció un discurso en el que denunció públicamente y con todo valor lo

que sucedía en la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas

(URSS): una persecución de científicos y de personas que luchaban

contra el régimen, fueron acusados de ser enfermos mentales y lle-

vados a hospitales psiquiátricos. Él había formado parte de una co-

misión de la Asociación Mundial de Psiquiatría a la que el gobierno

de la URSS invitó para visitar las instalaciones de sus hospitales psi-

quiátricos y comprobaran que no era verdad lo que se decía, pero lo

único que se logró fue que la comisión comprobara esa realidad.

“Este gesto de denuncia pública fue reconocido por la Asociación

Mundial de Psiquiatría como de gran valentía; ahora forma parte de

esa historia el famoso discurso ofrecido en México por el presidente

fundador de la APM”, relató el doctor Velasco.

Sello personalEs indudable que cada presidente ha dejado impresa su propia vi-

sión sobre el trabajo de la APM. En el caso del doctor Velasco fue

“darle continuidad al impulso que la asociación llevaba, respetar los

cursos precongreso y fortalecerlos, además de abogar por una Psi-

quiatría Integral, tanto desde la propia APM como desde las aulas”.

“Lo que dejé fue una conciencia clara de que tenemos que ejercer

una Psiquiatría comprehensiva, no dogmática, abierta al conoci-

miento de otras disciplinas como las neurociencias y la psicoterapia

que pueden ir variando y nutrirse también de la Psicología Social, ya

que considero que la Psiquiatría debe ser multidisciplinaria”.

“Promuevo, como lo hizo el doctor Ramón de la Fuente, una Psiquia-

tría que observa al hombre como un ser biopsicosocial. Es frecuente

que se piense que el doctor Ramón de la Fuente cambió de visión,

que pasó del organicismo al psicologismo con Fromm, para al final

volver a aquél con el desarrollo de las neurociencias, pero no es ver-

dad; quienes fuimos sus alumnos, escuchamos sus conferencias y

leemos sus libros con todo cuidado, sabemos que él promovió siem-

pre una Psiquiatría Integral, que tuviera en cuenta la aportación de

otras disciplinas como la Sociología, la Psicología Clínica, la A n-

tropología y la Psicología Social, la Psicofarmacología y las Neuro-

ciencias. Tenemos que asimilar de ellas lo que más interese co-

mo psiquiatras, si aceptamos el moderno fenómeno de la inter-

disciplinariedad.

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Dr. Héctor Hernán Tovar Acosta

Uno de los fundadores de la Asociación Psiquiátrica Mexicana (APM) fueel doctor Héctor Hernán Tovar Acosta, quien falleció en marzo de2008; era considerado un pilar de la Psiquiatría institucional, puesdurante toda su vida se distinguió por buscar mejores condiciones de

atención para el enfermo mental, además de formar especialistas entregados ycomprometidos con su profesión.

Nació en 1934 en Tapachula, Chiapas, donde creció y vi-

vió hasta que entró a la Facultad de Medicina de la

UNAM. Regresó a su estado natal durante el servicio so-

cial con la firme intención de ejercer la Medicina; sin em-

bargo, para realizar la tesis volvió a la ciudad de México.

Fue alumno de los doctores Guillermo Dávila y Ramón de

la Fuente Muñiz y se tituló como psiquiatra con Mención

Honorífica, en 1960.

También trabajó en el Servicio de Psiquiatría del Hospital

General La Raza, del IMSS, en 1964, área que funcionó

seis meses, pues fue cerrada por el apoyo que se brindó

a los residentes durante el conflicto médico de esa época.

Formó parte del equipo de galenos que integraban el Ser-

vicio de Psiquiatría del Centro Médico Nacional, donde

por segunda ocasión se enfrentó a un cambio dentro de

su carrera profesional, dado que al no ser considerado un

área vital fue suspendido y los médicos enviados a traba-

jar al Hospital Rafael Lavista.

Su ardua labor y entusiasmo lo llevaron a ser jefe del Ser-

vicio de Psiquiatría de este nosocomio, al lograr que el

área que se tenía para atención de enfermos mentales

fuera elevada a la categoría de Hospital Psiquiátrico, que

por cierto se convertía en pionera en el IMSS y que en sus

inicios contó con 190 camas.

En 1980 ocupó el cargo de director General de Salud

Mental en la entonces Secretaría de Salubridad y

Asistencia, cuando el doctor Mario Calles era el titular y

posteriormente fue ratificado por los doctores Guillermo

Soberón y Jesús Kumate, durante esta época logró llevar

a nivel nacional los programas que fueron creados para

estos pacientes.

De 1984 a 1991, al modificarse la estructura de la Direc-

ción General de Salud Mental, fue el primer director de

Normas de Salud Mental, Rehabilitación y Asistencia So-

cial de la Secretaría de Salud, también fue un activo par-

ticipante e impulsor de la Ley General en Salud Mental y

problemas como el alcoholismo, la fármacodependencia y

el tabaquismo. Años después se elaboraron las primeras

Normas Técnicas para la Prestación de Servicios de Sa-

lud Mental en los tres niveles de atención. Al concluir con

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esta labor, en 1991, regresó al IMSS, de donde se jubila-

ría tiempo después.

De la misma manera realizó investigaciones clínicas y

epidemiológicas en Psiquiatría, publicó artículos en

diferentes revistas de la especialidad y de otras ramas de

la Medicina; asimismo participó en diversos foros

nacionales e internacionales como ponente y/o

representante de nuestro país. Preocupado por la

formación de psiquiatras de calidad, se dedicó a la

docencia por más de 30 años en la Facultad de Medicina

de la UNAM, y enseñó tanto a los alumnos de pregrado

como de posgrado.

En el área docente fue profesor de Clínica de Psiquiatría

del Departamento de Psiquiatría y Salud Mental de la Fa-

cultad de Medicina de la UNAM. Entre 1970 y 1980 fue

encargado del Curso de Especialización en Psiquiatría

para médicos residentes del IMSS, afiliado al curso de la

UNAM, donde se formaron más de 120 psiquiatras que

ejercen la especialidad, muchos de ellos en instituciones

de México y en algunos países de Latinoamérica.

Un reflejo de su alma como profesor y formador de nue-

vas generaciones de psiquiatras es que, mientras dirigió

el Servicio de Psiquiatría en el Hospital Rafael Lavista, se

formaron alrededor de 100 especialistas.

Fundador de APMEn la APM colaboró desde su fundación y ocupó distintos

cargos en la Mesa Directiva, como secretario auxiliar, se-

cretario General, vicepresidente y durante el bienio 1976-

1977 fue presidente; en dicha etapa se distinguió por una

intensa actividad académica que incluyó reuniones regio-

nales con asociados de provincia. Durante su gestión se

atendieron los compromisos internacionales con la Aso-

ciación Psiquiátrica de América Latina (APAL) y con la

Asociación Mundial de Psiquiatría, que incluyó la partici-

pación de los delegados de la APAL, en La Habana, Cu-

ba, y al Congreso Mundial de Psiquiatría, en Hawai.

La V Reunión Nacional de la APM, que organizó el doctor

Tovar Acosta, se realizó en la ciudad de Guanajuato, en

diciembre de 1977. Durante la Asamblea General de ese

año se aprobaron los estatutos para la creación de las pri-

meras secciones permanentes: Psiquiatría Infantil y de la

Adolescencia, Psicofarmacología, Enseñanza de la Psi-

quiatría, Alcoholismo y Fármacodependencia, Psicotera-

pia, Psiquiatría Comunitaria y Salud Mental, y Psiquiatría

Forense. También se sentaron las bases estatutarias pa-

ra la reorganización del Consejo Nacional, de los Capítu-

los Regionales y la inclusión de socios con categoría de

afiliados.

Además, el doctor Tovar fue integrante del Consejo Mexi-

cano de Psiquiatría y ocupó la Dirección de 1988 a 1992.

Reconocimiento invaluableTras muchos años de laborar en la Psiquiatría, una de las

últimas cosas que el doctor Tovar Acosta disfrutó, se sin-

tió orgulloso y agradeció, fue el cambio de nombre del

Hospital Regional de Psiquiatría San Fernando al adoptar

el suyo, desde el 26 de enero de 2007. Esto sólo es un re-

flejo por la labor y trayectoria de quien cinco años antes

había sido nombrado profesor emérito por el IMSS y fun-

dador del Hospital de Psiquiatría Rafael Lavista: “por su

labor profesional, altruista y humanitaria en los servicios

de Salud Mental y Psiquiatría de dicha institución”.

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Dr. Raymundo Macías y Avilés

Entre los pocos maestros fundadores de la Asociación PsiquiátricaMexicana que aún siguen en activo, se encuentra el doctor RaymundoMacías y Avilés, quien tuvo oportunidad de ser testigo y partícipe de lagestación del principal gremio psiquiátrico de nuestro país.

El surgimiento de la APM se encuentra intrínsecamente ligado

a la historia de la Sociedad Mexicana de Neurología y Psi-

quiatría (SMNP), la cual se fundó en 1937. Para la década de

los sesenta, del siglo pasado, existía ya un grupo numeroso

de psiquiatras renombrados, como Ramón de la Fuente, con

la inquietud de formar una asociación exclusivamente psiquiá-

trica, más porque la entrada a la SMNP se daba de forma muy

lenta, ya que tenía que presentarse un trabajo de ingreso y

posteriormente ser aceptado.

“La SMNP estaba manejada fundamentalmente por

neurólogos y psicoanalistas y los verdaderos psiquiatras casi

no tenían lugar dentro de ella en la Presidencia. Los

neurólogos pensaron que quizá era posible hacer una división

de esta sociedad en una rama neurológica y otra psiquiátrica”.

La nueva asociación Después de varias reuniones entre directivos de la SMNP con

los mismos miembros interesados en que tuvieran ingreso un

mayor número de psiquiatras, se decidió que era inminente

constituir un nuevo organismo exclusivo para el gremio psi-

quiátrico debido a las negativas por aceptar más psiquiatras.

“El doctor Agustín Palacios, entonces presidente de la SMNP,

planteó que los nuevos psiquiatras –que ya eran como 150–

tenían que solicitar su ingreso e ir incorporándose poco a po-

co. Pero esa perspectiva implicaba más de 150 meses, es de-

cir, más de 10 años para que se pudieran integrar a la socie-

dad. De tal manera que el doctor De la Fuente decidió que se

convocaría a una asamblea conjunta de quienes estaban inte-

resados en formar la nueva asociación con todos los miem-

bros de la SMNP para que se votara por una nueva directiva.

“Posteriormente el doctor Palacios expresó que tras consultar

con su consejo, no aceptaba que se hiciese esa asamblea ge-

neral y así la decisión estaba tomada: se fundaría una nueva

asociación psiquiátrica independiente”.

La fundaciónEn abril de 1966 se realizó una reunión en el Aula del Pabe-

llón Central del Antiguo Manicomio General La Castañeda, ahí

fue la Asamblea Constitutiva de la nueva APM y quedó forma-

da su Mesa Directiva con la presidencia del doctor De la Fuen-

te; como secretario general estuvo el doctor López Elizondo y

como tesorero el doctor Macías Avilés. “Así se fundó y me to-

có estar en esa primera Mesa Directiva.

“Posteriormente se hizo un congreso en el Centro Médico

Nacional y ahí se hizo una nueva elección, en donde se

reeligió al doctor De la Fuente en la presidencia, en tesorería

fue elegido el doctor Carlos Tornero y yo quedé en la

Secretaría General”.

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Eventos internacionalesEl año de la fundación resultó muy activo en

cuanto a eventos de carácter mundial. Para

agosto de 1966 se celebró el Quinto Congreso

de la Asociación Psiquiátrica de América Latina

(APAL), en Buenos Aires. En Argentina nuestro

país estuvo representado por un comité psi-

quiátrico mexicano que integraba a miembros

de la SMNP y de la APM.

Debido a que los estatutos de la APAL estable-

cían que sólo podía haber un organismo por

país, la delegación que viajó acató esta dispo-

sición. A la postre, en ese mismo año, se cele-

bró el Congreso Mundial de Psiquiatría en Ma-

drid. En España podía participar más de un organismo de un

mismo país, por lo que la APM asistió de manera indepen-

diente. Sin embargo, ambas agrupaciones presentaron en ese

foro la petición para que el siguiente Congreso Mundial se ce-

lebrara en México; de esa manera el Comité Mundial decidió

otorgar a nuestro país la sede con la condición de que nueva-

mente fuera integrado un Comité Organizador único aglutina-

do por ambas asociaciones.

“Por ahí de 1967 hubo una asamblea en el Auditorio de la Fa-

cultad de Medicina en la que las dos sociedades eligieron un

Comité Organizador único, con un solo presidente y con vice-

presidentes, secretarios y tesoreros de ambas asociaciones,

por partida doble. El presidente del Comité Organizador del

Congreso Mundial por mayoría de votos fue el doctor De la

Fuente. Yo estuve a cargo de Relaciones Internacionales en el

congreso. Realmente fue un evento muy exitoso, realizado en

diciembre de 1971 en el Centro Médico Nacional”.

La elección como presidenteHacia 1977 el doctor Macías fue elegido vicepresidente y ocu-

paría la Presidencia de 1980 a 1981.

“Asimismo, se echaron a andar algunas secciones permanen-

tes nuevas, entre otras propuse la Sección de Psiquiatría Fa-

miliar, dentro del campo de la terapia familiar. Y se consolidó la

Sección de Psicoterapia en sus diferentes modalidades. Se re-

cuerda con mucho cariño el Congreso de Oaxaca debido a la

alta participación de las esposas y las familias de

los miembros de la APM”.

Otro aspecto que se logró durante los eventos fue

la institución de la Conferencia Magistral General

Doctor Guillermo Dávila (quien fue el fundador del

curso de posgrado de Psiquiatría en la UNAM y lo-

gró que en el Congreso Internacional de Madrid se

le diera la sede a México), dicha ponencia sería im-

partida por un psiquiatra extranjero. Asimismo, otra

Conferencia Magistral que se instituyó se denominó

Doctor Samuel Ramírez Moreno (quien creó la Di-

rección General de Salud Mental dentro de la en-

tonces Secretaría de Salubridad y Asistencia), la

cual impartiría un psiquiatra destacado del interior

de la República Mexicana.

Reunión París-MéxicoEn mayo de 1981 la Sociedad Médico-Psicológica de París,

que es el organismo psiquiátrico más antiguo de Europa, invi-

tó a la APM a realizar una reunión conjunta en Francia. Algu-

nos temas que se abordaron fueron Psiquiatría Infantil y de la

Comunidad, Alcoholismo, Investigación Biomédica, Aspectos

Neuropsiquiátricos y Psicoterapia, entre otros.

“Un año antes nos tocó participar exitosamente en el Congre-

so de la Cuenca del Pacífico, en Manila, Filipinas, al cual asis-

timos en representación de la APM. En el segundo semestre

de 1981 fue el Congreso Latinoamericano de Psiquiatría, en

Quito, Ecuador, en donde también participamos activamente,

porque México tiene un peso muy importante en Latinoaméri-

ca”. Cabe decir que en el bienio 1980-1981 la asociación tuvo

un incremento de alrededor de 50 socios, con los que se esti-

ma que entonces se superaban los 450 integrantes.

Consejo Nacional“Los expresidentes formamos parte del Consejo Nacional de la

APM y soy de los que más asisten a sus reuniones. Además

me toca participar en algunos de los comités permanentes, es-

taba colaborando últimamente en el de Legislación y Ética.

También me ha tocado participar impartiendo conferencias ple-

narias en algunos de los congresos regionales sobre aspectos

familiares psiquiátricos”.

“Creo que lo más importante de mi gestión fueconsolidar lo que había empezado el doctorPuchero, quien tuvo la visión de regionalizar entres partes a la APM. A mí me tocó la suerte deconsolidar eso y que pudiéramos tener regularmentelos eventos que se han hecho tradicionales, que sonlos tres congresos regionales y luego el congresonacional. Me tocó organizar estos eventos enSaltillo, Región Noreste; Hermosillo, RegiónNoroeste; y Mérida, Región Sureste, y enseptiembre de 1981 realizar el Congreso Nacionalde la asociación en Oaxaca.

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Dr. Juan Eugenio Salas Pérez

Hablar del surgimiento de la APM es remitirse al doctor Ramón de laFuente, uno de los pilares fundamentales de la Psiquiatría nacional. Apartir de este brillante médico pudo formarse la asociación; sinembargo, también existió un cúmulo de destacados psiquiatras quehicieron posible esa fundación.

Entre quienes aún se encuentran en activo podemosdestacar al doctor Juan Eugenio Salas Pérez, de Ve-racruz, quien permaneció en contacto con el doctor Dela Fuente y quien habla de la importancia de este no-table psiquiatra, así como del nacimiento de la Asocia-ción Psiquiátrica Mexicana.

La asociación fue fundada en 1967 en el Centro Médi-co Nacional por el maestro De la Fuente. “Para mí esun honor estar entre los fundadores que siguen vivosporque muchos compañeros ya se fueron. Al doctor Dela Fuente lo admiro, en primer lugar porque fue mi ma-estro desde la Facultad de Medicina. Era un gran ma-estro. Gracias a él se fundó la APM.

“Él junto con el entonces director del Curso de Psi-quiatría, doctor Carlos López Elizondo, nos reunieronen el Centro Médico Nacional y otra vez en Puebla, fuefinalmente en 1967 cuando ya quedó integrada formal-mente la asociación”.

Los logros del doctor De laFuenteSobre el maestro De la Fuente, el doctor Salas Pérezcomenta: “Era una persona muy activa, con un grandon de gente y gracias a él y a sus relaciones con per-sonas de Estados Unidos se hizo un congreso mundialen la ciudad de México, en 1971, en el Centro MédicoNacional.

“Además de un muy buen psiquiatra tenía una gran ca-pacidad de organización. Tras el Congreso Mundial deMéxico, por ejemplo, asistimos a Hawaii a presentarun trabajo, en 1976. Él tenía muy buenas relaciones,tanto con psiquiatras americanos como con nacionalesy europeos. Su idea fue reunir a todos los psiquiatras,porque al principio cada quien trabajaba por su parte”.

Representante de VeracruzCuando inició la APM el doctor Salas tuvo a su cargola representación de Veracruz ante la asociación, por

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lo que trató de vincular a los psiquiatras de ese estado con los del res-to del país. Los temas en los que más ha trabajado han sido depresióny suicidio, mismos que tuvo oportunidad de presentar a través de po-nencias en diversos congresos a nivel nacional e internacional.

Sobre lo que le ha dejado ser uno de los fundadores de la APM,expresa: “Me ha traído una gran satisfacción, además de comprobarque seguimos haciendo los congresos y que cada vez viene más gente.Es algo muy bonito ser testigo del crecimiento que hemos tenido en losúltimos años. Algunos se quejan y dicen que siempre los eventos sonen el Distrito Federal y que la mayoría de los dirigentes son de ahí. Perono, ha habido gente también de Guadalajara. En mi opinión muypersonal pienso que no tiene nada qué ver el que esté gente de laciudad de México o de provincia, se trata de que dirijan adecuadamentela asociación”.

La actual gestiónSobre la actual Presiden-cia de la doctora MarthaPatricia Ontiveros, co-menta: “Es la primera mu-jer en dirigir la AsociaciónPsiquiátrica Mexicana yestá realizando una bri-llante gestión al frente dela misma. Se nos ha to-mado en cuenta a los fun-dadores como no se ha-bía hecho antes.

“Quiero felicitar a la actual Mesa Directiva de la APM por el extraordi-nario trabajo que está realizando. Se nos ha informado que seremos in-vitados al próximo Congreso Nacional, que será en Acapulco, donde enlo personal daré una conferencia sobre la historia y surgimiento de laasociación con el objetivo de rendir un homenaje a los fundadores quedesgraciadamente ya han fallecido”, concluye el doctor Salas Pérez.

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Dr. Ulises Iturbe Guerra

En la Psiquiatría dos acontecimientos predominaban a mediados delsiglo pasado: la dispersión del gremio y que no había una líneaclaramente definida en la formación de este tipo de especialistas. Enese entonces algunos profesionales en el campo, a falta de un lugar

donde especializarse en México, adquirían su formación en el extranjero, yasea Estados Unidos, Inglaterra o España.

Existía un sector importante integrado por profesionales que

no tenían la misma posibilidad y estaban interesados en la

materia, ellos empezaron a penetrar en las instituciones de

atención a enfermedades mentales, como el antiguo Mani-

comio General de La Castañeda, que en ese momento era el

hospital de concentración prácticamente a nivel nacional.

Anteriormente existían dos unidades de tipo psiquiátrico en

el país, el Hospital de San Hipólito para varones y el Hospi-

tal del Divino Salvador, que brindaba atención únicamente a

mujeres. Uno de los primeros acercamientos hacia la ense-

ñanza de la Psiquiatría tuvo sus antecedentes en el Hospital

San Hipólito, en donde el doctor Miguel Alvarado empezó a

dar pláticas a los estudiantes de Medicina, lo que le valió re-

cibir un reconocimiento del presidente Porfirio Díaz por la en-

señanza a los enfermos mentales.

Después del surgimiento de La Castañeda se crearon

algunos hospitales particulares, como el Sanatorio Floresta,

dirigido por el doctor Alfonso Millán, y el Sanatorio Rafael

Lavista, a cargo del doctor Guillermo Dávila García, ambos

ex directores del antiguo manicomio, el cual fue sede de

formación básica durante muchos años.

Se tuvieron distintas inquietudes de profesionalizar la ense-

ñanza de la Psiquiatría, algunos protagonistas fueron los

doctores González Henríquez y Dávila, quienes lograron que

en 1951 se estableciera un curso avalado por la UNAM y del

cual el doctor Dávila fue el profesor titular y el adjunto el doc-

tor De la Fuente.

“En esa época y frente a la situación de que no había mucha

gente formada en cursos académicos, se puso un poco en

discusión quiénes serían los alumnos y quiénes los maes-

tros, porque muchos especialistas que ya estaban querían

adentrarse en la materia y hacer el curso al mismo tiempo”,

señala el doctor Ulises Iturbe Guerra.

Agrupación en crecimientoDespués de buscar la profesionalización del estudiante de

Psiquiatría, uno de los siguientes pasos fue reunir a los

psiquiatras en una agrupación médica que impulsara el

desarrollo de la especialidad. Antes del nacimiento de la

APM, el doctor Iturbe recuerda que en el antiguo manicomio

de La Castañeda hubo un intento por crear una asociación

psiquiátrica, la cual no tuvo mayor impacto.

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“Empezó a surgir la inquietud de que todos estábamos dis-

persos y de tratar de fraguar una idea para formar una so-

ciedad dentro de la especialidad, así es como en un mo-

mento dado se comiezan a gestar reuniones entre los doc-

tores Dávila, Guillermo Calderón, Ramón de la Fuente, Al-

fonso Millán, Agustín Caso y José Luis Patiño Rojas.

“Se fue fraguando la idea de iniciar una comunicación,

cada uno en su sector, se invitó a los médicos para hacer

reuniones en el antiguo manicomio, se empezó a formar el

grupo y a exponer que era necesario trabajar, encontrar

una forma de que hubiera una situación de trabajo

académico, de respeto para los profesionales y un

mecanismo por el cual en un momento dado como grupo

se defendiera a los profesionales, al mismo tiempo que era

conveniente ver que se desarrollaran los sistemas

académicos más en forma”.

Se realizaron varias reuniones en 1965 para dar forma a la

naciente APM. Se formó una comisión para tratar de deli-

near cómo estaría conformada. Se realizó una asamblea

para estructurar un comité el 31 de marzo de 1966, que tu-

vo como sede el aula del Pabellón Central del Manicomio

General.

La asistencia a esa primera reunión fue de 142 socios y el

presidium estuvo ocupado por el doctor De la Fuente, co-

mo secretario del Comité Organizador, el doctor Calderón

como integrante del mismo y los doctores Mario Fuentes y

Javier Garciadiego como director y subdirector, respecti-

vamente, del Manicomio General.

“Se citó para presentar candidatos iniciales a ocupar cada

uno de los puestos de la asociación y de esa forma se

nombró el primer comité. El primer presidente fue el doc-

tor De la Fuente”.

El doctor Iturbe Guerra explica que el siguiente paso fue

tratar de agrupar a los psiquiatras de todo el país: “Había

una hegemonía en la formación de todas las personas, al-

gunas son autodidactas, otros estudiaron cursos en el ex-

tranjero y unos más habían pasado por el curso de pos-

grado en la Facultad de Medicina”.

Agrega que para ingresar a la APM era necesario contar

con el aval de algún médico especialista en el campo: “de

esa manera la gente que tenía comunicación y que le in-

teresaba agruparse se contactaba con aquella con la que

había trabajado y que le daban el aval. La gente entrega-

ba un currículum señalando con quiénes habían laborado

y decidían si les daban el voto o no a las personas”.

Sus avales para ingresar a la APM fueron los doctores

Calderón y Dávila, este último jefe del curso de posgrado;

José Luis Patiño Rojas, director del antiguo manicomio,

Alfonso Rodríguez Toledano y el doctor Mario Fuentes

Delgado.

Poco a poco la APM empezó a tomar forma, las reuniones

fueron más frecuentes y las necesidades del grupo de bus-

car la profesionalización de sus integrantes creció. Ade-

más surgió la inquietud de formar recursos en el interior de

la República Mexicana, pues no existían, y era necesario

impulsar la profesionalización del Psiquiatra en provincia.

Uno de los grandes pasos que se dieron fue que a través

de la Comisión de Salud Mental, cuyo director era el doc-

tor Rafael Velasco Fernández: se estableció efectuar la

formación básica durante dos años en los hospitales Fray

Bernardino Álvarez o en el Juan N. Navarro, un tercer año

los estudiantes se trasladarían a provincia para que pudie-

ran penetrar en las universidades y despertar la inquietud

de otros profesionales médicos.

En los psiquiatras que integraban la APM como en otras

instituciones, se despertó la inquietud de formar subespe-

cialidades y entre ellas apareció la Psiquiatría infantil.

Ante el crecimiento de esta especialidad en nuestro país

se tuvo la necesidad de estar en mayor contacto con psi-

quiatras de otras partes del mundo, por lo que la APM se

afilió a la Asociación Psiquiátrica de América Latina y a la

Asociación Mundial de Psiquiatría. Se comenzaron a reali-

zar congresos locales e intercambios académicos. México

fue la sede del Congreso Mundial de Psiquiatría a inicios

de los años setenta.

Finalmente, el doctor Ulises Iturbe Guerra comenta: “des-

de entonces la APM ha seguido su curso, se ha seguido

transformando y favoreciendo la capacitación de la gente

desde diversos puntos de vista; en la actualidad hay diver-

sas secciones en la asociación. La gente va cambiando,

nos vamos yendo, hay muchos que ya fallecieron, el equi-

po se tiene que renovar para que las asociación siga”.

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Dra. Catalina Rivera Martínez

La participación de las mujeres en la APM se dio desde losprimeros años de su historia. Al paso del tiempo se haincorporado un mayor número de psiquiatras a la especialidady también ha sido más intensa su actividad y peso en la Psiquiatría

nacional, su importancia es tal que actualmente la doctora Martha PatriciaOntiveros ocupa la Presidencia de la asociación.

Otro ejemplo es la doctora Catalina Rivera,

quien fue la primera mujer psiquiatra en San

Luis Potosí y tuvo oportunidad de formarse

con los grandes maestros de la especialidad

en México. “Cuando terminé la carrera de Me-

dicina me fui para el Distrito Federal a estudiar

Psiquiatría en la Facultad de Medicina la

UNAM. Ahí fue cuando tuve el gusto de cono-

cer al doctor Ramón de la Fuente, con quien

me puse en contacto; con él estudié, pero

además tuve la oportunidad de conocer a mu-

chos otros médicos de la asociación.

“La APM había sido fundada en 1966 y de San Luis Poto-

sí al primero que contactaron fue al doctor Everardo Neu-

mann, quien fue además el primer psiquiatra en todo el

estado, en 1954; él nos entusiasmo a varios. En la ciudad

de México estuve participando activamente en la asocia-

ción, sobre todo cuando fue presidente el doctor Ray-

mundo Macías, con quien trabajaba en el Centro Médico

Nacional”.

Capítulo SLP“Fui secretaria auxiliar de 1980 a

1981. En ese mismo tiempo fui

miembro del Consejo Editorial de la

Revista Psiquiatría y del Comité

Científico de la Séptima Reunión Na-

cional. De 1982 a 1983 fui vocal de la

Sección de Psiquiatría Social y Co-

munitaria, y en 1986 me regresé a

San Luis Potosí, donde en diferentes

periodos fui vocal del Capítulo Esta-

tal de la APM”.

La importancia de San Luis Potosí para la APM ha sido

sustancial debido a que fue uno de los pocos estados del

país que pronto tuvieron su propio capítulo, por el núme-

ro de psiquiatras que había en esa región. De acuerdo

con estatutos se establecía que para que una ciudad o es-

tado pudiera tener un capítulo al menos debía contar con

20 miembros.

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Al interrogarle sobre cuántas mujeres había en la Psiquia-

tría local en ese momento, la doctora Rivera Martínez ase-

vera: “Me temo que era la única mujer cuando entré a la

asociación y fui la única mujer psiquiatra en San Luis por

mucho tiempo. Pero en la ciudad de México, donde tenía

su sede la asociación y donde ya era bastante amplio el

gremio, siempre me trataron bien.

“Entre lo más importante que hicimos al ocupar algún

cargo se encuentra la reunión conjunta de la Asociación

Psiquiátrica Francesa con la APM. Cada año o cada dos

Francia invitaba a la asociación psiquiátrica más

importante de un país. A nosotros nos tocó ir a las

presentaciones y la sensación era que nuestra Psiquiatría

estaba a la altura de cualquier otra en el mundo y por eso

nos habían invitado. Creo que la principal aportación de la

APM es que ha dado mayor seriedad al concepto del

psiquiatra en nuestro país. Han destacado muchos

especialistas y han ocupado grandes cargos, incluso fuera

de la asociación”.

La gestión actualAl ser una de las primeras mujeres que ingresó a la APM,

sobre la presente gestión de la actual presidenta, afirma:

“Me parece magnifica la Presidencia que está haciendo la

doctora Ontiveros. Ha sido la única mujer presidenta y a

muchas nos hubiera gustado que existiera una antes, pe-

ro nadie movió un dedo y ella sí lo hizo. Conforme ha avan-

zado la asociación nos hemos unido más y más todos los

integrantes. Al principio cada quien era solista, actualmen-

te hay más integración. Existe el deseo de colaborar en

grupo y de hacer investigaciones y muchas otras cosas”.

En San Luis Potosí la doctora Rivera es en la práctica

privada psiquiatra general, pero además su campo de

especialidad es la Psiquiatra Infantil y de la Adolescencia.

También desarrolla psicoterapia familiar, de pareja, sexual,

de grupo, individual y es criminóloga.

“La Psiquiatría podríamos decir que al principio era una ac-

tividad y ahora es una ciencia en toda forma, porque todo

se hace con mucha seriedad, basados en evidencias; exis-

te además mayor investigación. Actualmente sigo acudien-

do a los congresos y aquí, con el Capítulo Estatal, estamos

muy en contacto con la APM. Hemos tenido conferencistas

que invitamos del Distrito Federal y nosotros vamos allá

cuando hay algo importante”.

Otro logro de la doctora Rivera será convertirse en la pri-

mera presidenta del Colegio Potosino de Psiquiatría, del

cual además es fundadora y en el que ya había desempe-

ñado los cargos de vicepresidenta y tesorera. “Entre mis

actividades actuales sigo con la investigación, la enseñan-

za y la práctica médica”.

“Me parece magnifica la Presidencia queestá haciendo la doctora Ontiveros. Ha sidola única mujer presidenta y a muchas noshubiera gustado que existiera una antes, peronadie movió un dedo y ella sí lo hizo.Conforme ha avanzado la asociación noshemos unido más y más todos los integrantes.Al principio cada quien era solista,actualmente hay más integración. Existe eldeseo de colaborar en grupo y de hacerinvestigaciones y muchas otras cosas”.

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Dr. Agustín Guerrero Martínez

San Luis Potosí ha sido uno de los estados clave en la expansión ydesarrollo de la APM, pues este lugar fue uno de los primeros en elpaís (fuera de la ciudad de México) en contar con un buen número deprofesionales dedicados a la práctica psiquiátrica. Se recuerda al

doctor Everardo Neumann Peña como al primer especialista en la entidad, quienalentó a otros colegas a inclinarse en la Psiquiatría. De esta forma doctores comoCatalina Rivera Martínez y Agustín Guerrero fueron pioneros en atender a estaclase de pacientes en este estado.

Igual que otros médicos provenientes de diversas ciudades

del país, el doctor Guerrero Martínez se trasladó en la déca-

da de los cincuenta hacia el Distrito Federal con la finalidad

de encontrarse de frente con los pioneros de la Psiquiatría

nacional. Ahí le tocó ver en los primeros años de su formación

una especialidad que comenzaba a surgir.

“En 1957 fui a hacer el servicio social como médico en el de-

saparecido Sanatorio Samuel Ramírez Moreno. Ahí estuve

casi tres años y mi maestro fue el doctor Ramón de la Fuen-

te. Él tenía poco tiempo de haber llegado del Instituto de Psi-

quiatría de Nebraska, donde realizó la especialidad.

“A su regresó de Estados Unidos el psiquiatra Ramírez More-

no recién había muerto y el doctor De la Fuente se hizo car-

go de la dirección del Sanatorio Psiquiátrico, que fue el primer

hospital que se diseñó con la finalidad de atender pacientes

de este tipo en México. En ese tiempo también se inició el

posgrado de Psiquiatría en la UNAM, por los doctores Alfon-

so Millán, Guillermo Dávila y Ramón de la Fuente, a mí me to-

có hacer la selección de los candidatos que ingresaron a la

primera generación, esto fue por 1958, 1959.

“Uno de los principales pioneros de la APM fue el doctor Ra-

mírez, quien ya mantenía un boletín y comunicación a través

de los medios de ese tiempo a nivel nacional, desde media-

dos de la década. Esta relación con los médicos del país se

quedó con el doctor De La Fuente, que fue vital en la consti-

tución de la asociación; además, él fue maestro de muchos

miembros en el Sanatorio Español, donde me tocó estar con

él; era muy dinámico, muy activo, siempre estaba trabajando”.

Cargos en la asociaciónEl doctor Guerrero recuerda que entre sus primeros cargos

en la APM se le designó como coordinador regional en San

Luis Potosí. En ese momento sólo había tres psiquiatras en el

estado: Everardo Neumann, Catalina Rivera y él.

“Lo que sucedía entonces y desgraciadamente todavía hasta

a la fecha, es que habíamos pocos psiquiatras y sobre todo

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existían muchos prejuicios. La gente no estaba muy familiari-

zada con lo que hacíamos. Las personas piensan que nece-

sitan estar locos para requerir de un psiquiatra. Actualmente

somos entre 65 y 70 especialistas trabajando en el estado y

en la ciudad capital. Lo que hace falta es que la población uti-

lice los servicios, siempre hay cierta resistencia y existen pre-

juicios. Sin embargo, cuando hay urgencias sí nos buscan.

“En el estado se realizó un congreso que fue de los más nu-

merosos que tuvimos, con 800 asistentes. Hemos tenido tam-

bién ya tres reuniones aquí de la APM”. En uno de estos

eventos –efectuado en septiembre de 2004– el doctor Gue-

rrero recibió un reconocimiento por sus méritos y trayectoria

en la Psiquiatría; asimismo, forma parte de la Comisión de

Bioética y participa en la formulación del código deontológico

de la asociación, el cual tiene aplicación nacional.

Difusión de la PsiquiatríaSobre las aportaciones que ha hecho la APM a la Psiquiatría

nacional, el doctor Guerrero considera que son diversas, pe-

ro la más relevante es haber difundido al público el papel pro-

fesional del psiquiatra. “En segundo lugar ha integrado a los

diferentes grupos en regiones de todo el país e incluso man-

tiene relaciones con la Asociación Psiquiátrica de América La-

tina (APAL).

“Como satisfacciones personales y profesionales me queda,

por una parte, el sentimiento de participación y de pertenen-

cia a una asociación que siempre ha actuado de buena fe y

en beneficio de la población. Por otro lado, cuando se ha pre-

sentado algún tipo de problema, éste se resuelve dentro del

mismo consejo”.

Considera que las dificultades de la especialidad se dan so-

bre todo para los pacientes, “la principal desventaja que tie-

nen muchos pacientes, sobre todo en el sector privado, es el

precio de los tratamientos. Actualmente algunos laboratorios

han hecho cambios para que el usuario pueda adquirir medi-

camentos, pero hay otros que están fuera del alcance de las

familias, fundamentalmente en padecimientos como la esqui-

zofrenia o la epilepsia, que duran bastantes años. La Medici-

na está cambiando por la Genómica, yo creo que muy pronto

vamos a tener otra Medicina con estudios genómicos. Va a

cambiar radicalmente todo el concepto de las especialidades

médicas”.

Primera presidenta de la APMA propósito de la designación y gestión que en la actualidad

desarrolla la doctora Martha Patricia Ontiveros al frente de la

APM, asevera: “Ella es una persona muy destacada, muy tra-

bajadora y fue muy merecida su designación, porque fue

electa por votación abierta, no fue casualidad que llegara has-

ta ahí. Actualmente tenemos generaciones en el posgrado

donde hay más mujeres que hombres, pero está equilibrado.

Lo que sucedía en el pasado es que no había tantas damas

trabajando en el campo psiquiátrico y poco a poco se han ido

incorporando”.

Actualmente el doctor Guerrero sigue en activo en su ciudad

y atiende principalmente adolescentes, parejas y familias.

“Aquí fundamos la Asociación Prosalud Mental, pero además

me tocó la oportunidad de ser invitado por el maestro Everar-

do Neumann de ser docente, son 30 años en el pregrado y en

el posgrado de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí.

“Tenemos un espacio orientado a parejas, familias y jóvenes

que ya tienen un compromiso serio de noviazgo para darles

programas de prevención. Esto es importante antes de que

se generen los conflictos, porque hemos encontrado tres

aspectos muy importantes: la comunicación, con los medios

masivos cada vez el hombre se aísla más, se sumerge en

Internet y ya no hay diálogo; el segundo problema es la

solución de conflictos y el tercero y muy importante es la

planeación de ingresos y egresos, es decir, de las finanzas

domésticas”.

Respeto a la dignidad del pacienteAdemás de continuar inmerso en la docencia el doctor Gue-

rrero continúa con su actualización médica, por lo que asiste

a los principales congresos en México y Estados Unidos. Pa-

ra concluir, deja un mensaje a los nuevos psiquiatras, espe-

cialmente a aquellos que pertenecen a la APM:

“Siempre les digo a las nuevas generaciones que sigan

estudiando. Segundo, que lo más importante es la atención

del enfermo y su familia. Y la tercer cosa es que siempre hay

que respetar a la persona, no importa su estado económico o

mental en ese momento; el respeto a la dignidad del individuo

es indispensable para una práctica honesta de nuestra

profesión”.

“Siempre les digo a las nuevas generacionesque sigan estudiando. Segundo, que lo másimportante es la atención del enfermo y sufamilia. Y la tercer cosa es que siempre hayque respetar a la persona, no importa suestado económico o mental en ese momento; elrespeto a la dignidad del individuo esindispensable para una práctica honesta denuestra profesión”.

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Dra. Hebe Serrano Fuentes

La fundación de la APM es uno de los momentos más importantes queha vivido la Psiquiatría en más de 43 años. Fue concebida desde susinicios como una organización que agrupara a los psiquiatras mexicanosdispersos, tanto en las distintas instituciones médicas en el Distrito

Federal como aquellos que empezaban a formar escuela en el interior de laRepública Mexicana.

La manera en cómo se vivieron aquellos años, en bo-ca de algunos de sus protagonistas, está llena de re-cuerdos y anécdotas que han acompañado a la Psi-quiatría mexicana durante varias décadas y que sin lu-gar a dudas son el antecedente directo del surgimien-to de la APM.

La doctora Hebe Serrano Fuentes, miembro fundadorde la asociación y quien recibiera un reconocimientode parte de la misma APM en 2005, señala que uno delos grandes pasos que se dieron en la década de lossesenta fue el hecho de que se sentaran las bases dela Psiquiatría mexicana y se empezara a brindar reco-nocimiento a los cursos que se impartían.

“Anteriormente los psiquiatras se iban a preparar aotros países, básicamente a Estados Unidos, pero nohabía la capacidad o el interés de tener nuestra propiaescuela de Psiquiatría y esto fue el resultado del em-peño y el interés de los doctores Ramón de la Fuente,Alfonso Millán y otros que los sucedieron, que creye-ron que la Psiquiatría en México debía ser una espe-cialidad con prestigio, que se tuviera la capacidad deenseñar y mostrar que es muy valiosa”.

Inicio de una profesiónEgresada de la Escuela Nacional de Medicina, la doc-tora Serrano Fuentes conoció la especialidad al traba-jar en el antiguo Manicomio La Castañeda. Los iniciosde su carrera se remontan a la década de los sesenta,en que trabajó en el Servicio de Gastroenterología delHospital General de México.

Recuerda que en ese momento le pidieron que viera aun paciente que no se quería ir a su casa, que ella loatendiera ‘porque les hablaba suavecito’. En la historiaclínica que realizó recalcó algunos problemas emocio-nales y a partir de ahí cambió su especialidad. “Algu-nos médicos me dijeron, doctora por qué no se dedicaa la Psicología o Psiquiatría, en ese tiempo era una pa-labra no pronunciada en un Hospital General”.

Cuando decidió cambiar de especialidad realizó el cur-so de Psiquiatría con el doctor Ramón de la Fuente, enla Facultad de Medicina.

Un área nuevaOtro de los logros en la carrera profesional de la doc-tora Serrano Fuentes fue la creación del Servicio de

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“Algunos médicos me dijeron,doctora por qué no se dedica a laPsicología o Psiquiatría, en esetiempo era una palabra nopronunciada en un HospitalGeneral”.

Psiquiatría en el Hospital General de México, alrededor de 1969, fueapoyada por el entonces jefe del Servicio de Medicina Interna, el doctorFernando Muzquiz, quien le proporcionó espacio para estructurar elárea.

“Esto fue muy útil porque varios médicos del hospital se dieron cuentaque estábamos empezando a trabajar con pacientes psiquiátricos y nosempezaron a llevar enfermos para consulta y tratamiento”.

Una de las situaciones que se presentaban con mayor frecuencia enese entonces era el poco reconocimiento hacia la especialidad: “no setomaba en cuenta a los psiquiatras, no teníamos en dónde atender a lospacientes, no tenían confianza de que la Psiquiatría pudiera ser partede un hospital general.

Este tipo de pacientes los rechazaban los mismos médicos, pero pocoa poco se trabajó con ellos, se les daba tratamiento y medicamento, ci-tas frecuentes, terapias, incluso a veces se llamaba a miembros de lafamilia y salían adelante; esto a nosotros nos dio satisfacción y la con-fianza de los demás médicos de que podían trabajar con este tipo depacientes, lo que permitió que el Servicio de Psiquiatría creciera hastadonde ha llegado ahora.

Cimentar las basesConsolidar la enseñanza de la Psiquiatría, así como crear áreas en loshospitales en donde atender a los enfermos mentales, fueron dos gran-des logros que se tuvieron entre la décadas de 1960 y 1970. Al respec-to, la doctora Serrano señala: “Siento que el hecho de que se haya ins-tituido que en los hospitales generales o no generales haya un Serviciode Psiquiatría, es muy importante”.

El siguiente paso sería la creación de la APM, en 1966, que congrega-ría a los psiquiatras mexicanos que en ese momento se encontraban endistintas instituciones hospitalarias y que con el paso del tiempo se haconsolidado como una asociación con reconocimiento internacional porel alto nivel académico que manejan sus asociados.

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Dr. Roberto Ham Fernández

Con la creación del Departamento de Psicología Médica, Psiquiatría ySalud Mental en la UNAM, se sentaron las bases para ubicar a laPsiquiatría como rama de la Medicina Interna en México a partir de1950. Diez años más tarde, una generación de especialistas daría

vida al proyecto que lucharía por la dignificación de la especialidad y de losprofesionales que la practican: la Asociación Psiquiátrica Mexicana (APM).

Para la creación de la APM diversas personalidades de la

Medicina nacional se dieron cita para aceptar el compromiso

de fortalecerla, así como a la institución que conjuntaría a los

especialistas del país. Tiempo después, los mismos

protagonistas desempeñaron distintos cargos al contribuir

con su trabajo al fortalecimiento de la especialidad y el

respaldo académico de sus agremiados. Claro ejemplo de lo

anterior es la trayectoria del doctor Roberto Ham Fernández,

especialista en Psiquiatría que inició cuando respondió al

llamado que hicieran los doctores Ramón de la Fuente y

Guillermo Calderón Narváez para contribuir con su firma al

acta constitutiva de la Asociación, lo que marcó el inicio de

una trayectoria activa como socio y en el sistema de

gobierno.

Cambio de rumbo y autonomíaEl contexto de la especialidad en el siglo XX quedó trazado

por la aparición de las psicoterapias, las clasificaciones inter-

nacionales y la psicofarmacología, amén de las escuelas psi-

coanalíticas y de los avances del conocimiento sobre el fun-

cionamiento de la mente.

En el contexto nacional, en 1965 el sector médico del sistema

de salud público daba por concluido un año de conflictos que

sostuvo con el sistema de gobierno originado por la búsque-

da de mejoras laborales. Sobre el particular, recuerda el doc-

tor Ham Hernández: “Un año después, el 31 de marzo de

1966, varios colegas con una trayectoria brillante, como el

doctor Guillermo Calderón Narváez y el propio doctor Ramón

de la Fuente optaron por conjuntar a todos los psiquiatras que

se encontrarán en el ejercicio profesional para formar APM.

“Así fue como inició mi participación con la Asociación, fir-

mando el acta constitutiva que daría constancia notarial ante

las autoridades correspondientes sobre las actividades y pro-

pósitos en los que se fundamenta su creación”.

Como socio activo de la APM accedió a puestos guberna-

mentales en distintas mesas directivas. “Primeramente tuve

la comisión de mantener sanas las finanzas de la asociación

al ser nombrado tesorero, cargo que desempeñé durante dos

años. Posteriormente, en el congreso de Oaxaca, fui nom-

brado secretario General, asimilando en un contexto más am-

plio las funciones mismas de la asociación”.

La APM indudablemente ha sido una impulsora de la psiquia-

tría en México. A raíz de su fundación también se constituye

paralelamente la escuela de Psiquiatría actual. “Básicamente

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lo que caracterizó a la Psiquiatría en ese entonces fue la en-

señanza de la misma con el objetivo de que fuera reconocida

como una especialidad médica por otras ramas como la Psico-

logía y la Neurología”, comentó el doctor Ham.

Desarrollo de especialistasEn principio únicamente fuimos 150 especialistas, aproximada-

mente y los temas académicos en los que se centraron esfuer-

zos fueron básicamente la Psiquiatría Social y las bases bioló-

gicas de la Psiquiatría. La influencia por su parte, de la Psi-

quiatría Social en nuestro medio, a partir de la década de los

cincuenta, marcó desde los estudios epidemiológicos hasta el

interés por los estudios de las comunidades, preferentemente

de los pueblos jóvenes.

“En tanto el Hospital General de La Castañeda tuvo mucho que

ver en el ejercicio de la especialidad, ya que era el único hos-

pital psiquiátrico a nivel nacional que trataba a todo tipo de en-

fermos mentales y por ende fue un nicho de oportunidad para

desarrollar diversas investigaciones”.

Dentro de la APM se formaron mesas directivas en distintos es-

tados de la República Mexicana, y cada mesa directiva se en-

cargaba de aproximar, por lo menos cada cuatro o cinco me-

ses cursos que impactaran en la preparación de los psiquiatras

afiliados. “Se podría hablar de una primera etapa fundamental

que fue la creación porque se tenía el interés de llevar a la psi-

quiatría a una sólida ubicación como rama de la Medicina.

Posteriormente, otra etapa decisiva fue la organización de

cursos nacionales que también el propio doctor de la fuente

impulsó con gran éxito, recuerdo que el primero de ellos

realizado en la ciudad de México. El tercer congreso,

considero, había sido el más grande hasta entonces y se

realizó en Guadalajara y posteriormente el de Guanajuato, sin

embargo todos mantuvieron un factor común: la consolidación

de la Asociación.

“Por el lado de los agremiados, considero que el esfuerzo que

la APM iniciara, hoy ha rendido frutos, ya que considero que el

psiquiatra mexicano sale mejor preparado a estudiar a las es-

cuelas del extranjero, y esa es una posibilidad que brinda la

Asociación ya que se encuentra bien vinculada con otras orga-

nizaciones internacionales que promueven el intercambio de

conocimiento”, explica el doctor Ham.

Pertenecer a la APM, un gran orgulloHaber formado parte de los médicos que fundaron la APM y

posteriormente, asentaron la especialidad en México, para el

doctor Ham significa “un gran orgullo”. Ya que además de con-

tribuir a la formación del gremio de médicos que dieron vida a

una institución, estando en el momento y lugar preciso para

que esto ocurriera, me sentí bien al colaborar con la Asocia-

ción, disfrute la estancia, cooperé con ellos, participé en varias

ponencias y contribuí a su desarrollo.

“En el aspecto profesional me aportó bastante, además de los

beneficios académicos, fui reconocido en el territorio nacional

por mis colegas gracias a las presentaciones de los temas que

llevábamos regularmente a mostrar a los congresos de la APM.

En el aspecto social esta Asociación fue muy importante por-

que mantiene los vínculos entre los agremiados. Entre noso-

tros nos conocemos desde hace mucho tiempo, hemos visto

crecer a todos los hijos de los afiliados y éstos han hecho amis-

tades entre si, por lo que nos consideramos una gran familia

que ha ido fortaleciéndose con el tiempo”.

Quiero expresar “Que los futuros especialistas acerquen a las actividades de la

APM, porque la Medicina sigue avanzando. Actualmente, con

el aspecto de la globalización, los conocimientos científicos se

divulgan de manera inmediata, por lo que nuestra Psiquiatría

cuenta con médicos muy respetados, reconocidos. Ha trabaja-

do bastante para llegar a donde está y hay que continuar por

el mismo camino”, finalizó.

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