MUSEOS Y EDUCACIÓN: LA ENSEÑANZA DE LA HISTORIA...
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MUSEOS Y EDUCACIÓN:
LA ENSEÑANZA DE LA HISTORIA PREHISPÁNICA EN VENEZUELA. Gladys Gordones R.
Resumen
En el presente trabajo se discute la estructuración de los contenidos valorativos de la historia venezolana, en
particular lo referente a la historia prehispánica que se enseña en los centros de educación formal y la
participación de los museos arqueológicos como herramientas de transformación significativa de esta realidad.
También se expone la experiencia concreta desarrollada en el Museo Arqueológico de la Universidad de Los
Andes en relación a la enseñanza de la Historia Prehispánica de Venezuela.
Resumé
Ce travail traite d' une discussion au sujet de la structuration des contenus valoratifs de l'histoire
vénézuélienne, en particulier l'histoire préhispanique qui est transmise dans les centres d'éducation formelle,
ainsi que la participation des musées archéologiques comme instrument de transformation significative de cette
réalité. Un exposé de l'expérience concrète développée dans ce sens par le Musée Archéologique de l'Université
des Andes est présenté également ici.
En los últimos tiempos con el reconocimiento de las particularidades locales, regionales y nacionales
los museos han tenido la necesidad de dar a conocer las colecciones que presentan al público que los
visita como parte fundamental y significativa en la constitución de las identidades locales, regionales
y nacionales.
En este sentido, los museos, y muy especialmente los museos arqueológicos, están llamados
a informar al público que los visitas sobre la importancia de sus colecciones como expresión de un
patrimonio colectivo y también convertirse en instituciones activas en la difusión y consolidación del
conocimiento de las historias locales, regionales y nacionales, lo que conllevaría replantearse la
relación del museo con su comunidad y su patrimonio.
Esta nueva visión de los museos y su patrimonio plantea la necesidad de fomentar la discusión sobre
lo que estamos definiendo como patrimonio y como éste último es percibido por las comunidades e
instituciones que tienen injerencia y toma de decisiones sobre el mismo.
Con relación a esta discusión a lo interno de los museos se han hecho muchos esfuerzos por conocer
las características del visitante. Como nos lo plantea Lauro Zavala (2000) muchos se han quedado en
la indagación cuantitativa de público en función del número de visitante, hecho que no nos permite
conocer las expectativas que las personas que nos visitan traen hacia nuestros museos, los
conocimientos que confrontan y las inquietudes que se generan.
Por lo general, se concibe que los museos tienen la función de conservar y comunicar sobre
el valor de aquellos objetos materiales que han sido considerados como patrimonio. A primera vista
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esta premisa pareciera ser muy sencilla, pero como nos lo plantea Zavala,"...en los espacios
museográficos apoyados en la lógica ritual se enfatiza el valor que se asigna a los objetos y el
espacio, y a los discursos autorizados que lo legitiman, bajo el pretexto de tener un carácter didáctico"
(Zavala 2000: 19).
En este sentido, los museos son muchas veces concebidos y vistos como reservónos de objetos
descontextualizados de los procesos históricos que hicieron posible su existencia, en consecuencia
son desconocidos como parte del patrimonio de los pueblos a los cuales se supone pertenecen,
haciendo de esta manera imposible un diálogo fluido entre el objeto o el hecho histórico y el visitante.
Esta realidad lleva al visitante afianzar los valores o imágenes preestablecidas por aquellos que
manipulan el discurso histórico del patrimonio.
La relación que se establece en los museos entre el patrimonio y las expresiones contenidas en éste
llevan a la identificación o consolidación del conocimiento que tenga el visitante según los esquemas
de valorización previamente establecidos por el sistema educativo formal. En tal sentido, no podemos
pensar que el visitante llega a nuestros museos manteniendo una actitud meramente contemplativa
sobre lo que en éstos se exponen.
¿Pero cómo hacer para que el museo sea visto como parte importante y garantice la
conservación, difusión e identificación del patrimonio colectivo que contiene? ¿Cómo hacer con los
museos arqueológicos cuyas expresiones de patrimonio que éstos contienen y sus creadores han sido
desvalorizados por el discurso de la historia oficial?
Teóricamente "...el patrimonio sirve para unificar a cada nación, las desigualdades en su formación y
apropiación exigen estudiarlos también como espacio de lucha material y simbólica entre las clases
y las etnias y los grupos" (Canclini 1989: 42)
Ahora bien, entre el juego de la unificación de la nación y la identidad que se busca crear a
través del patrimonio, el estado y la política que emana el mismo tienen un papel fundamental en la
forma en que se estructura la apropiación de los elementos culturales que son considerados como
representativos de la identidad y como ésta última es planteada en el reconocimiento y valoración
que se haga del colectivo.
Si tomamos la noción de patrimonio como nos las plantea Vargas y Sanoja como aquel que se refiere
al "....conjunto de bienes culturales singulares, resultado de un proceso histórico concreto que es
compartido por todos los herederos de este legado" (Vargas y Sanoja 1992) y que supone " la
propiedad y la pertenencia de tal legado a una persona, a un grupo de ellas..." (Vargas y Sanoja 1992),
vemos como la relación entre el museo como ente contenedor de parte de ese patrimonio y el público
que es propietario del patrimonio tiene que transformarse.
Pero ¿cómo se lleva acabo la relación entre museo los copropietarios de los bienes culturales
patrimoniales de la colectividad ? ¿Cómo se plantea la relación del museo, preservadores de la
herencia cultural, sea este local, regional y el público y su inserción el proceso de la historia nacional
y el reconocimiento del visitante dentro de ésta?
Consideramos necesario entonces entender como se está percibiendo la cultura, como elemento
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estructurador del patrimonio y la identidad y cómo la noción de ésta se está generando en los centros
de enseñanza.
Cuando hablamos de cultura, en sentido antropológico, estamos aludiendo a las formas
fenoménicas de las creaciones materiales, espirituales e intelectuales que los hombres y las mujeres
realizan. Creaciones que conllevan a una acción continua y particular de cada grupo humano en un
momento histórico determinado.
Para Sanoja y Rodríguez (1984), estas acciones llevadas a cabo por los miembros de una
misma colectividad, conforman un proceso acumulativo de creación social el cual se va trasmitir de
una generación a otra constituyendo una tradición cultural: "La herencia cultural".
La herencia cultural planteada de esta manera se va nutriendo en el transcurrir de los años como
producto del quehacer de los hombres y las mujeres que la producen y cuyos elementos que la
expresan y el discurso valorativo que de éstos mantengan permiten su reconocimiento como elemento
identificatorio en el marco de su proceso de creación. En este sentido, la cultura tiene un carácter
dinámico, acumulativo e identificatorio de los pueblos.
Como pueblos nos identificamos con aquellos elementos de la cultura que permiten
reconocernos y sentirnos parte o no de ésta. Esta acción conlleva a una valoración de estos elementos
y, por consiguiente, de nosotros mismo como entes activos de este proceso.
La valoración o no de los elementos que conforman nuestra identidad no la podemos buscar
en el pasado sin un nivel de reflexión de aquello sobre lo cual establecemos nuestros niveles de
reconocimiento. En este orden, consideramos que la valorización sólo se llevara a cabo cuando se logre
una conscientización de los procesos que la han producido y en la cual la enseñanza de la historia y
como ésta ha sido manipulada por los estamentos del poder es fundamental.
La Enseñanza de la Historia en Venezuela.
En el caso venezolano es muy común escuchar que como pueblo tenemos una historia que se remonta
a 500 de antigüedad. De esta manera es que comienza en la educación formal venezolana el primer
acercamiento entorno a nuestra historia.
La enseñanza de la historia en Venezuela, como en muchos otros países de América, ha estado
regida por lo que plantea Veloz Maggiolo el "enaltecer" y "blanquear la cultura y evitar entre otros
aspectos históricos tan importantes las culturas africanas cuyas acciones y formas de expresión son
tan ricas como la hispánica y la indígena" (Veloz Maggiolo 1999: 21).
Esta visión ha marcado la enseñanza de la historia de nuestros pueblos por una ideología
dominante neocolonialista que nos presenta a la historia como un compendio de hechos y fechas
contenidos en bloques que se explican por si mismos, sin que guarden una relación uno con el otro.
En este sentido, se puede hablar de una historia prehispánica, una historia colonial, una historia
independentista y otra moderna.
Este esquema por medio del cual se organiza la información según con lo que se establece
como importante a dar a conocer en cada una de las etapas de nuestra historia, muestra una historia
de " ...hombres héroes, con lo que se vincula la creencia de que los cambios sociales son el resultado
de la acción de individualidades, los cuales se consideran como una suerte de seres sobrenaturales en
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quienes está el futuro y colocándolo como los únicos agentes históricos de importancia, ocultándose
el valor y el papel que juegan las fuerzas sociales. El encubrimiento de una historia aborigen y / o su
tergiversación y realzamiento del europeo conllevan al desconocimiento de nuestra historia".
(Colmenares 1989:142)
Para muchos estudiosos del tema este tipo de historia ha conllevado a una negación y alienación del
pueblo venezolano y podríamos decir latinoamericano. (Quintero y otros 1976; Bigott 1978; Montero
1984; Sanoja y Rodríguez 1984; Colmenares 1989; Vargas y Sanoja 1992; Vargas 1999). Esta historia
tiende a negarnos a nosotros mismos como parte del proceso histórico, lo que nos lleva a vernos como
desarraigados del mismo proceso o compartiendo valores negativos del mismo, creando un sentido
de alienación y de vergüenza étnica (Montero 1984; Clarac 1998), la cual se ha venido fortaleciendo
por discurso de la historia oficial que es trasmitida en el proceso de enseñanza de la historia en los
centros educativos y museos venezolanos.
De aquí que la enseñanza de la historia en Venezuela dirigida a la primera y segunda etapa
pretende, según los objetivos del currículo educativo nacional, formar en los niños y las niñas a partir
del conocimiento del pasado los elementos de identidad regional y nacional. Sin embargo, estos
elementos se ven en su desarrollo tergiversados, no logrando inculcar valores reales de identificación
con el país, más allá de fechas y nombres. De igual forma, se presenta el sustrato indígena como un
ser desnudo sin ningún aporte a la sociedad actual, a no ser aquellas culturas ubicadas como
"avanzadas" tales como la Maya, la Azteca, la Inca y la Chibcha-colombiana, que quedan fuera del
territorio venezolano pero de la cual quisieran tener vestigios. Así mismo, se continúa de manera
inmediata con el bloque de la colonización y civilización con el cual "comienza nuestra historia".
Como nos lo comenta Vargas y Sanoja, la historia oficial se ha convertido en una "...historia de la
manipulación, la historia manipulada políticamente, porque el conocimiento de la historia real de los
procesos objetivos vividos por el pueblo constituyen el único medio de explicar el estado actual de
la situación de Venezuela en su dependencia política, económica, social y cultural" (Vargas y Sanoja
1992: 62).
Esta manipulación política de la historia, que se presenta no solamente en los centros de
enseñanza formal, nos permite ver como se repite en los museos una visión de la historia que nos
niega la posibilidad de visualizarnos como pueblo en el marco de un proceso social del cual se supone
somos parte.
Para Vargas, "las explicaciones que ofrece cualquier historia nacional debe informar al
ciudadano la trayectoria cumplida por el colectivo al cual pertenece, en el cual vive". "Asimismo, le
debe permitir al ciudadano entender la existencia de los factores internos y externos que han
contribuido para que exista dicha trayectoria" (Vargas 1999: 47).
La historia oficial, como historia manipulada y manipuladora del transcurrir histórico de
nuestros pueblos, niega los procesos históricos y no permite que se llegue a consolidar el sentimiento
colectivo, ni la identificación de éste con la nación y lo que ésta significa, hecho este que nos encierra
en la trampa del discurso de ser un pueblo sin historia.
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Por todo lo anterior expuesto se hace necesario crear, por una parte, un movimiento crítico
acerca del quehacer de la historia y la arqueología y sus centros de difusión como son los museos; y
por otra parte, fortalecer los museos como herramientas de reflexión frente a una ideología que nos
niega como pueblo y con ello la posibilidad de sobrevivir fuera de una identidad globalizada.
Los Museos de Arqueología y la Enseñanza de la Historia.
La arqueología como la historia tiene el objetivo de estudiar el pasado. En nuestro caso, como país
Latinoamericano, un pasado que es manipulado y que niega los procesos de formación de nuestros
pueblos, no permitiendo ir más allá del reconocimiento de aquellos elementos que permiten su
sujeción. Esta situación se repite en los diferentes centros de enseñanzas del saber histórico, desde las
universidades hasta las escuelas.
Premisas que enseñan que el indio es flojo, el negro es insolente y el español oportunista,
trasmiten una visión negativa sobre los componentes étnicos y sociales de nuestra cultura. En tal
sentido, los museos de arqueología tienen el deber de crear una conciencia crítica sobre los logros
sociales obtenidos por nuestro pueblo en el devenir del tiempo.
A partir de estas premisas, en el Museo Arqueológico de la Universidad de Los Andes hemos
estructurado un conjunto de herramientas que permitan, tanto a lo interno de la institución como
fuera de su recinto, la construcción de experiencias que promuevan situaciones significativas de
aprendizaje que estimulen la investigación y la valoración de nuestro pasado prehispánico y que a su
vez conlleve al fortalecimiento de la identidad local, regional y nacional.
El proyecto sobre la enseñanza de la historia prehispánica de la cordillera de Mérida para
niños y niñas que lleva adelante el Museo Arqueológico "Gonzalo Rincón Gutiérrez" de la
Universidad de Los Andes, nace a raíz de la experiencia pedagógica con niñas y niños, del segundo
grado de educación básica, quienes guiados por su maestra la docente Nardy Romero, se interesaron
por conocer sobre las poblaciones aborígenes que habitaron la región de Mérida.
A partir de un objetivo básico como fue introducir a los niños y las niñas en el conocimiento de los
grupos aborígenes que poblaron la cordillera de Mérida, se logró en el ámbito del aula despertar el
interés de los alumnos/as para el conocimiento de las características de las viviendas, cultivos,
alimentación, vestimenta, los tipos de entierros y su ubicación, lengua y costumbres de nuestros
antiguos habitantes; trayendo como resultado todo un cúmulo de información sobre la temática
elaborada por las niñas y los niños.
El resultado de esta experiencia fue llevado al museo con un sentido museológico y
pedagógico, con dos objetivo: el primero, presentar a la comunidad y en especial a la comunidad
educativa la metodología utilizada, los resultados de la misma y como esta podía ser utilizada por
los/as docentes; y segundo, presentar al museo como un espacio y a su vez como una herramienta de
trabajo accesible a los/as docentes.
La muestra expositiva se llevó a cabo con la participación activa de los niños y las niñas
planteándose como una experiencia novedosa, en el sentido que son los conocimientos adquiridos
por éstos / as los que formaron parte de los contenidos y el guión museológico de la exposición. De esta
manera, se invitó a los niños y niñas, tomando en cuenta los diversos niveles de lectura y escritura,
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a plasmar en lonas los dibujos y escritos que ellos creían importante exponer al público que visita al
museo.
A partir de la muestra expositiva antes señalada, se invitó a otros centros educativos cercanos al
museo y en especial a los/as alumnos/as cursantes del segundo grado, ya que es en este nivel donde,
según lo establecido por el programa educativo emanado por el Ministerio de Educación, Cultura y
Deportes de Venezuela, se deberían comenzar a introducir nociones sobre las sociedades aborígenes,
con el objetivo de formar en los niños y las niñas una idea sobre la conformación de la nación
Venezolana y sus componentes identitatarios.
En las visitas guiadas dadas a los/as docentes y sus alumnos/as se realizó una encuesta que
tenía como finalidad indagar sobre los conocimientos que tenían sobre la temática tratada, los posibles
problemas con los cuales se enfrentaba para entendimiento y cuáles eran las diversas soluciones para
dar repuesta a los problemas planteados sobre la historia prehispánica de Mérida.
Los resultados obtenidos fueron sumamente alarmantes ya que, por un lado, el/la docente
desconocía la historia prehispánica de la región y en general del país; y por el otro, los/as docentes no
cuentan con una documentación arqueológica accesible y de fácil manejo, elementos estos que
imposibilitan al docente llevar o motivar a sus alumnos/as en el conocimiento de nuestra historia
prehispánica.
Esta situación nos ha motivado crear en el Museo arqueológico "Gonzalo Rincón Gutiérrez"
de la Universidad de Los Andes un programa permanente sobre la enseñanza de la historia
prehispánica dirigido a los centros educativos. Dicho programa cuenta con dos años de desarrollo y
tiene como objetivo fundamental motivar a los/as docentes y a la institución al estudio y
conocimiento de la historia prehispánica y lograr la elaboración de herramientas pedagógicas que
permitan un mejor desarrollo de la enseñanza de la misma.
Nuestros museos están llamados a dar respuesta a estas situaciones relacionadas con la
educación de nuestros niños y nuestras niñas. En el desarrollo de este proyecto nos hemos encontrado
con que la información que se trasmite a través de los libros de enseñanza del país carecen de
información sobre esta temática, la misma es muy escueta o se encuentra tergiversada, no logrando
de esta manera crear una noción de identificación con los procesos históricos sociales que
contribuyeron a la creación del pueblo venezolano.
A partir de las visitas guiadas a nuestras exposiciones hemos promovido, en el marco de los
Proyectos Pedagógicos de Aula, una serie de actividades sustentadas en las necesidades e intereses de
los/as niños /as y maestros/as como parte del proceso educativo. Dichas actividades (Talleres para los
maestros/as, visistas a sitios arqueológicos, juegos para los/as niños/as, exposiciones montadas por
los participantes, exposiciones itinerantes, etc.) han contribuido al desarrollo de competencias,
habilidades y destrezas que han permitido conocer y valorar los hechos históricos y el fortalecer la
identidad local, regional y nacional.
Durante el desarrollo de este proyecto hemos visto como los museos pueden transformarse en
herramientas de apoyo para las /os docentes en relación a la enseñanza de la historia y la necesidad
urgente de crear y consolidar programas que busquen la creación de una conciencia crítica en relación
con la enseñanza de la historia en nuestros países para que esta deje de ser un acto meramente
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repetitivo de hechos y fechas sin ningún sentido social y que nos permita visualizarnos como pueblo.
Referencias:
Bigott, Luis 1978. El educador neocolonizado. Editorial la Enseñanza Viva, Caracas.
De Briceño Clarac, Jacqueline 1999. Una antropología relé ¿Una antropología creativa? Lino Meneses
Pacheco, Jacqueline Clarac de Briceño y Gladys Gordones Rojas (Editores) 1999. "Hacia la
antropología del siglo XXI", Tomo I, CONICIT-CONAC-Museo Arqueológico-ULA, Mérida
Colmenares, Lizbeth 1989. "Arqueología, herencia cultural y educación". Tesis de Grado, Escuela de
Antropología, Universidad Central de Venezuela, Caracas.
García Canclini, Néstor 1984. "Las culturas populares en el capitalismo". Editorial Nueva Imagen,
México.
Montero, Maritza 1984. "Ideología alineación e identidad nacional". Universidad Central de Venezuela,
Ediciones de la Biblioteca, Caracas.
Quintero, María y otros 1976. "La colonización cultural y la colonización ideológica a través de los
nuevos programas de educación primaria".Cuadernos de Educación, N2 31, Laboratorio Educativo,
Caracas.
Sanoja, Mario y María Helena Rodríguez 1984. "Programa de concientización sobre herencia y
patrimonio cultural". Mimeografiado.
Vargas Arenas, Ir aida y Mario Sanoja 1992. "Historia identidad y poder". Fondo Editorial Tropykos,
Caracas.
Vargas Arenas, Iraida 1999. "La historia como futuro". Fondo Editorial Tropykos-FACES/UCV, Centro
de Historia del Estado Carabobo, Caracas.
Veloz Maggiolo, Marcio 1999. "Arqueología, historia e identidad". El Caribe Arqueológico, N e 3, Casa
del Caribe, Santiago de Cuba.
Zavala, Lauro 2000. "El patrimonio cultural y la experiencia educativa de los visitantes". Gaceta de
Museos. N e 19-20, Órgano informativo del Centro de Documentación Museológica., CONACULTA -
INAH, México.
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Lonas con dibujos realizados por los niños y las niñas que sirvieron para la exposición sobre la historia prehispánica en la sede del Museo Arqueológico de Mérida
Exposición itinerante "La Historia Prehispánica de Mérida Vista por Niños y Niñas" que recorrió diversas escuelas de la región andina venezolana