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Asociacionismo, territorio, música y modernidad en Montevideo.

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Iaspm 20014

Gustavo Goldman

El candombe montevideano: msica, terrritorio y asociacionismo al sur de la ciudad.

PrembuloLa msica de de tambores de candombe -caracterstica de algunos barrios con fuerte presencia de poblacin afrodescendiente en la ciudad de Montevideo- constituye una prctica que hoy goza de gran consenso. A partir de la dcada de 1990 se comienza a producir un fuerte proceso de diseminacin de la misma alcanzando a sectores de la poblacin que antes se mostraban ajenos a sta. Aunque en este camino operaron algunas transformaciones en cuanto a la densidad, estructura y trasmisin de la msica, los toques de los barrios tradicionales se convierten en referenciales y la calle Isla de Flores el lugar de legitimacin de pertenencia a esta tradicin.

IntroduccinLas repblicas nacientes en el Ro de la Plata fueron construyendo sus imaginarios de nacin bajo signos militaristas, criollos y de tez blanca con discursos en los que los aportes y la participacin de las poblaciones de origen africano eran obviados o al menos minimizados pues se ubicaban en la senda contraria hacia la civilizacin y el progreso. En este contexto es que los afro-descendientes plantearon diferentes formas de participacin en la construccin de los relatos de identidad en un contexto de consolidacin del Estado nacin, y modernizacin.1Cristin Castro (2010), partiendo del anlisis de la prensa de sectores de afro-descendientes en Chicago y San Pablo entre 1900 y 1940 -en una perspectiva de historia comparada y transnacional- ampla la teora planteada por Paul Gilroy en the black Atlantic proponiendo la utilizacin del Atlntico Negro Descentralizado y analiza la construccin por parte de la clase media negra urbana de su propia versin de la modernidad en lo que denomina afro-modernidad.

El marco temporal que abarca esta comunicacin es amplio y el centro de atencin ser la constante intencin de conquista del espacio urbano por parte de los descendientes de africanos y su relacin con las prcticas musicales. La ciudad aparece como un espacio de inscripcin simblica en la que conviven en relacin conflictiva diferentes texturas sociales en un continuo juego de subalternidades y hegemonas. Los ciudadanos son tales en la medida en que ejercen de tales y son partcipes de la conflictividad urbana que presenta mecanismos de segregacin y exclusin constantes (Borja, 2003: 25).

Se utilizarn como claves de comprensin en esta comunicacin los conceptos de asociacin voluntaria en el sentido dado por Maurice Agulhon y continuado por otros investigadores como Francisco Xavier Guerra y Pilar Gonzlez Bernaldo de Quirs y territorio urbano como el espacio -socialmente apropiado- donde se efectivizan las prcticas y sus inscripciones simblicas, el barrio.2No existe un acuerdo acerca de la utilizacin de trminos como espacio, lugar, territorio, barrio, etc. Diferentes enfoques han aportado diferentes cargas semnticas a estos trminos, y algunos han humanizado a los espacios fsicos. Hegel, Marx, Bajtin, Chartier, Aug, Foucault, etc. Para Reboratti (2001) el territorio es tambin una especie de archivo en el que se acumulan histricamente rastros de actividad.

San Benito y San Baltasar

La utilizacin de santos negros y la posterior fundacin de cofradas bajo la advocacin de esos santos a solicitud de los propios africanos ya evangelizados- fueron instrumentos de control social y religioso en Amrica, constituyndose a su vez en elementos aglutinantes de la poblacin de origen africano. En Montevideo, revistieron importancia en este sentido, San Baltasar (1787) y San Benito de Palermo (1773), ambos con sus correspondientes Cofradas -que funcionaban en la Iglesia Matriz y en la Iglesia de San Francisco, respectivamente. En las fiestas de estos santos se realizaban procesiones a las iglesias, establecindose recorridos y ocasiones en que los africanos y sus descendientes circulaban por las calles ejecutando sus msicas y sus danzas. La iglesia que jugaba un rol preponderante en la construccin del espacio urbano se converta de este modo y en este contexto en un lugar de sociabilidad para la poblacin de origen africano que comenzaba a tejer redes de asociacin y solidaridad.

El objeto principal que persegua la iglesia con la ereccin de cofradas era la integracin de los negros libres y esclavos a las estructuras sociales imperantes. Isidoro Moreno seala que esta integracin converta a la iglesia en un espacio social comn en el que cohabitaban grupos sociales antagnicos: amos y esclavos; blancos y negros, donde de alguna manera los conflictos sociales eran resueltos al trasladarlos al espacio de lo simblico (Moreno, 1997: 85-86). De esta manera, la Iglesia, su atrio, los recorridos en las procesiones conformaban espacios sociales y territoriales en los que la poblacin de origen africano se haca visible para el resto de los habitantes de la ciudad as como tambin se visibilizaban sus prcticas.

En la documentacin disponible aparecen claras diferencias entre estas dos devociones: mientras que la devocin a San Benito de Palermo aparece relacionada casi exclusivamente a actividades de la cofrada dentro de la iglesia y al culto catlico, la devocin a San Baltasar incorpora a otras instituciones externas a la iglesia (las salas de nacin) y prcticas que parecen tener una vinculacin con imgenes de africanidad, que -por supuesto- son advertidas y condenadas por las autoridades.

Las salas africanas de nacin

Es hacia el inicio de la Guerra Grande que se organizan formalmente las salas africanas de nacin en las que los africanos se reunan, en principio, segn sus lugares de procedencia, conformando espacios asociativos de tipo tnico3Es hacia esa dcada cuando se reglamentan las asociaciones tnicas africanas, cosa que haba sucedido en Buenos Aires unos aos antes durante el gobierno de Rivadavia. Algunos estudios cuestionan la idea de que fueran instituciones que reunan a integrantes provenientes de una misma regin de frica. Astrid Windus (2002/2003), por ejemplo, piensa que la fundacin de una sociedad africana se basaba ms en las relaciones sociales que en el origen tnico de sus integrantes, y Oscar Chamosa (2003) seala que fueron communities created from a variegated array of individuals with different ethnic backgrounds, languages, lineages, and interests. (citados por Rosal, 2009: 152-153).

. Los bailes al son de tambores y otros instrumentos musicales, as como la danza, estaban presentes en las celebraciones dentro de estos lugares.4Testimonio como el del viajero Alcides DOrbigny da cuenta hacia la dcada del veinte del siglo XIX de la presencia de bailes y danzas de los africanos agrupados segn su pertenencia tnica (citado por Ayestarn, 1953). A la vez se encuentran referencias sobre la vigilancia que el poder colonial realizaba sobre las reuniones de africanos. Por ejemplo, en un pedido de informes que hiciera Ruiz Huidobro el sargento interino D. Juan Antonio Martinez consignaba: Que cada dia de fiesta que se juntan cada negro o negra da dos reales, uno o medio segun los fondos de cada uno, teniendo estos fondos para cuando algun amo se queria ausentar a su Patria, libertar al esclavo siempre que fuese jefe y aunque no lo fuese... (citado por Martnez Montero, 194).

A su vez, desde all partan procesiones a las iglesias en los das de fiesta de los santos que iran conformando espacios urbanos cargados con la presencia simblica de sectores de la poblacin de origen africano. Es la existencia de espacios asociativos y las prcticas asociadas a stos -no la mera presencia de poblacin de origen africano- la que favorecer y dar continuidad a estas manifestaciones signadas por una fuerte adscripcin territorial, barrial.

En la ciudad de Montevideo estos espacios estaban ubicados al sur de la ciudad amurallada durante el perodo colonial y al menos las primeras dos dcadas del perodo republicano. El llamado Paseo del Recinto era el lugar donde los africanos realizaban sus reuniones. Sucesivas prohibiciones y reglamentaciones a partir de 1808 fueron segregando de la ciudad a las manifestaciones de la poblacin de origen africano que molestaban a los buenos vecinos.

Durante el gobierno de Fructuoso Rivera un Edicto de Polica estableca: Prohivese absolutamente los bailes de negros en la Capital y en lo sucesivo se harn en la parte exterior de la Ciudad, frente a la Ciudadela hasta las inmediaciones del Cordon; y de ningn modo en el interior de las casas y dejaba la vigilancia del cumplimiento de las disposiciones del edicto en manos de los Comisarios de Polica de la Capital y Extramuros (El Investigador: Montevideo, 29 de mayo de 1833). La recurrencia de estas prohibiciones muestra la insistencia de los africanos y descendientes de stos en ocupar los espacios (calles, mercado, etc.) a pesar de los trmites que deban realizar ante las autoridades para poder realizar las reuniones (Goldman, 1997; Acree y Borucki, 2008), adems de la pretensin de las autoridades de no hacer visibles las prcticas de los negros libres y esclavos a los ojos de los buenos vecinos.

Hacia 1838 se planea nuevamete reglamentar los Candombes de morenos tal como aparece en un edicto de la Intendencia General de Polica que el diario El Nacional publica el da 28 de julio de 1838: La Intendencia general de Policia, se ocupa actualmente de reglamentar y destinar el lugar donde deben en lo sucesivo permanecer los Candombes de morenos, entre tanto ha dispuesto se observen desde esta fecha los artculos siguientes. 1. Queda prohibido todo bayle de candombes con tambor en lo interior de la ciudad, debiendo permanecer por ahora los que se hallen situados frente la muralla del sud. 2. Dichos candombes de tambor debern solamente tener sus reuniones en dias festivos debiendo terminar sus bayles las 9 de la noche.5Efectivamente, un edicto de la Intendencia General de Polica del 28 de junio de 1839 reglamentaba provisoriamente los candombes y se program una reunin para el da 24 de agosto de ese ao con los morenos que hacen cabeza en las distintas naciones que de dichos candombes se componen (El Nacional: 21 de agosto de 1839).

La ubicacin de los candombes en la parte sur de la ciudad vieja es confirmada por la prensa de la poca Sobresala de todos y llam la atencin de la concurrencia, el palacio (segn ellos) situado frente al antiguo recinto, en el cubo del Sud.6El rden: sbado 7 y domingo 8 de enero de 1854.

Con el derrumbe de las murallas de la ciudad y la posterior expansin de su casco urbano se produjeron desplazamientos de las poblaciones de bajos recursos a medida que los terrenos y propiedades adquirieron mayores valores. En Montevideo parte de este ensanchamiento -en un principio espontneo- se produjo hacia el sudeste, a las zonas denominadas como Sur de la Nueva Ciudad primero y luego al Pueblo de Palermo, hoy en da barrios Sur y Palermo, ambos ubicados a orillas del Ro de la Plata.

Un edicto policial del ao 1853 sealaba en su artculo como puntos en que puede permitirse y tener lugar dicha reunin el descampado terreno pblico que se encuentra distante del vecindario al Sud de la ciudad nueva en las inmediaciones del antiguo cementerio, local que para el efecto se proporcione en esas inmediaciones, para los que pertenezcan la antigua y nueva ciudad. (Diapositiva 9)

Se comenzar a conformar as una faja territorial de fuerte inscripcin simblica de la poblacin de origen africano al sur de la Nueva Ciudad con la primera expansin fuera de murallas montevideanas, que se yuxtapondr a la faja anterior al sur de la ciudad amurallada y posteriormente al barrio o Pueblo de Palermo al inicio de la llamada Novsima Ciudad.

La prensa posterior al conflicto blico conocido como Guerra Grande comienza a dar cuenta en ocasiones de las actividades en las salas de nacin particularmente el da que stas abran sus puertas al pblico en general el 6 de enero con motivo de la celebracin del Da de Reyes.

...A la tarde las calles Camacu, Florida y Convencin eran una verdadera romera; un cordn no interrumpido de gentes se dirijan hasta el sur, donde la nacin Conga, as como algunas otras tienen sus tronos. Como unas cinco mil personas poblaban ese lugar esa tarde y era magnfica la perspectiva que presentaba por doquier que uno pasaba: grupos de hermosas nias, de 87 jvenes de pi y de caballo, unidos al sonido bronco de los tamboriles y de las mil muecas de los morenos, de los reyes y edecanes de cada uno de los tronos, los diferentes crculos que haban formado en campo raso, hacan esos lugares deliciosos...7La Nacin: 7 de enero de 1860.

En la Gua Comercial de La Tribuna del ao 1877 aparece la Sociedad Conga como propietaria de la casa de la calle Queguay al nmero 184. Segn Lino Surez Pea (1924) las salas de nacin se organizan hacia el ao 1842 y sus sedes se ubicaran: (Diapositiva 11, 12 y 13)

Congos Africanos Ibicuy esquina SorianoMinas Magi Maldonado esq. IbicuyMinas Nag Joaqun Requena y DuraznoBanguela Ibicuy esq. DuraznoMurema Rio Negro entre Durazno e Isla de Flores

Las abundantes crnicas de los diarios sealan con insistencia que el barrio del sud o del sur era el punto de reunin de los Reyes y sus cortes y de los visitantes. Las descripciones que aparecan en la prensa en referencia a la fiesta del da de reyes sealaban la importancia de la msica y del baile en estas ocasiones y sealaban recurrentemente la dimensin de la concurrencia que asista a observar la fiesta. Diarios de gran tiraje en Montevideo como El Siglo, El Ferro-carril, La Repblica, etc., dedicaban todos los aos un espacio importante para describir las fiestas de reyes en las salas de nacin ubicadas en el sur de la nueva ciudad.

El proceso de urbanizacin de la zona sur de la Nueva Ciudad se fue dando de forma paralela al corrimiento y crecimiento del centro desde la Plaza Independencia comenzando a consolidar a la Avenida 18 de julio como va principal. Las manifestaciones de la poblacin afrodescendiente, si bien se encontraban ubicadas en una faja territorial precisa, eran muy visibles, pues se ubicaban a muy escasas cuadras de ese lugar. Las personas las notaban, la prensa las notaba, las autoridades las notaban.

La informacin disponible da cuenta de actividad en las salas africanas de nacin en Montevideo con un perodo fuerte entre 1860 y 1870- hasta la dcada del ochenta del siglo XIX , cuando concluyen lentamente su actuacin debido, por un lado, a la muerte de los ltimos africanos residentes en Montevideo, y por otro a la preferencia de los descendientes de stos por integrarse a nuevas formas asociativas como los clubes de negros o sociedades de color y sociedades de ayuda mutua, plegndose de esta manera a las ideas de progreso y civilizacin. Avanzada la segunda mitad del siglo XIX los afrodescendientes -numricamente ms importantes que los nativos de frica- comienzan a cuestionar el principio de organizacin en torno a un origen tnico. En este contexto, las salas de nacin se irn diluyendo y se encontrarn muchas veces en una situacin de confrontacin con las nuevas formas asociativas.8As como las ideas liberales pudieron haber contribuido al desarrollo del asociacionismo de tipo tnico en el Ro de la Plata, las ideas derivadas del evolucionismo comenzaran a considerar la especializacin de las formas asociativas como sntomas de civilizacin y progreso.

Pobres Negros Orientales

Hacia fines de la dcada de 1860 se dio lo que se denomin explosin asociativa o boom asociativo. Se fundaron sociedades y clubes de diversa ndole: literaria, poltica, mutuales, recreativas, de intelectuales, etc. Sectores de la poblacin de origen africano se incorporan a esta fiebre asociativa a travs de clubes, sociedades de ayuda mutua, sociedades recreativas y comparsas de carnaval, algunas relacionadas en forma directa con los anteriores. La primera asociacin voluntaria de afrodescendientes de este tipo de la que se tiene noticia es la Sociedad Pobres Negros Orientales que se fund con el objeto principal de crear fondos para el sostenimiento de una academia de msica, donde sus asociados puedan dedicarse un arte til que la vez que sirva de recreo, pueda ser un recurso hasta para adquirir la subsistencia, consiguiendo al mismo tiempo formar un centro de reunin fin de obtener la mejor armona y unin entre las personas de color9Reglamento de la Sociedad Pobres Negros Orientales, 1869, Imprenta de La Tribuna, Montevideo.Este reglamento fue citado por primera vez por Milita Alfaro (1991: 66); y luego fue transcripto en su totalidad en Olivera Varese (2000: 123 128).

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Algunos clubes o sociedades de negros montevideanos hacia principios de la dcada de 1870 fueron: Club Igualdad, Club Progreso Social, Pobres Negros Orientales y Negros Argentinos. Como forma de difundir tanto sus ideas como sus actividades, hacia adentro y hacia afuera de su colectivo, algunas de estas organizaciones desarrollaron una bastante abundante prensa en el perodo que va desde 1872 hasta entrada la primera dcada del siglo XX, cuyo primer fruto fue el peridico La Conservacin: rgano de la Sociedad de Color.11Otros ttulos por orden cronolgico de aparicin- son: El Progresista (1873), La Regeneracin (1884 1885); El Peridico (1889); La Propaganda (1893 94; 1911 1912); El Eco del Porvenir (1901); La Verdad (1911 1914). Otros ttulos como Tribuno (1894), El Porvenir (1894), La Crnica, y El Sol aparecen mencionados en los distintos rganos de la prensa afromontevideana, pero no se han podido ubicar. Nota del autor: algunos de estos ttulos me fueron suministrados por George Reid Andrews.

En esta publicacin aparecan los avisos para las reuniones de los clubes, especficamente de las sociedades Pobres Negros Orientales y Negros Argentinos; apareciendo tambin opiniones favorables acerca de la fundacin del Club Igualdad que ya se haba visto tena como objetivo principal la creacin de una biblioteca.

Estos intereses eran de carcter social y poltico pero hay algunos aspectos que se resaltan y es oportuno detenerse en su tratamiento. La lucha por la igualdad de derechos y oportunidades y la unidad de la colectividad negra son reivindicaciones que comienzan a aparecer con mucha insistencia en los editoriales de la prensa afromontevideana.12La Conservacin:l 4 de agosto de 1872.

Comienza a aparecer con insistencia en las publicaciones una postura ideolgica clara, teida de positivismo, que planteaba la ruptura con el pasado que los ligaba con la esclavitud y la sumisin hacia el amo blanco. En este marco, las prcticas culturales relacionadas con lo africano al igual que en otros relatos hegemnicos- quedaban a contrapelo de las aspiraciones de ilustracin, regeneracin o progreso social que estos sectores criollos sostenan.13La Conservacin: 25 de agosto de 1872.

Un dato interesante: no aparecen menciones a las salas de nacin y a sus actividades pblicas en la prensa de estos sectores a pesar de que hacia 1872 1873 las salas estaban vigentes y de que por lo menos La Conservacin tena un corresponsal en la Nueva Ciudad que iba a informar todo lo que acontezca por aquellos barrios y al mismo tiempo recibiremos crnicas de baile y poesas de un aventajado joven de nuestra sociedad....14La Conservacin: 11 de agosto de 1872.

Estos temas aparecern en la prensa afromontevideana durante todo el perodo estudiado; comenzando con el ya citado peridico La Conservacin en 1872, pasando por El Progresista (1873), La Regeneracin (1884-1885), El Peridico (1889), La Propaganda (1893 1894; 1911 1912), hasta llegar a La Verdad (1911 1914). Por ejemplo, el 11 de febrero de 1894 el peridico La Propaganda publicaba lo siguiente:(...)Pues ellos (nuestros mayores) siempre aspiraron a darnos una slida y fecunda educacin de manera que comprendiendo nuestros inalienables derechos como hijos de un pueblo libre no tolersemos el despotismo de algunos que por estar algo encumbrados creen que nuestra raza an vive en la noche oscura de la esclavitud. De nuestra unin depende el porvenir.15La Propaganda: 11 de febrero de 1894.

Las comparsas o Sociedades de negros, relacionadas ntimamente con los clubes de negros interpretan las canciones y danzas de moda en la poca: mazurcas, chotis, polcas, habaneras o tangos, etc., y estn conformadas como la prensa lo seala reiteradamente por lo ms decente de la gente de color (Goldman, 2008). Es importante mencionar que a pesar de la actitud que manifestaban estos sectores de afrodescendientes de distanciarse del pasado africano y reclamar espacios de participacin en la sociedad toda, aparecen indicios que hablan de una actitud creativa al considerar para la produccin musical tanto elementos pensados como africanos como de aquellos pertenecientes a la cultura occidental, algunos de ellos ya hibridados.

El reglamento mencionado anteriormente de la Sociedad Pobres Negros Orientales estableca en su artculo 24 que los socios al inscribirse contraen el compromiso de tocar algn instrumento cantar; y el artculo 25 especificaba que se entiende por instrumentos tambin las panderetas, castauelas, tambor, platillos, tringulos y dems tiles a la africana. Los textos de las canciones de estas comparsas y algunas pocas partituras encontradas dan cuenta de los procesos de hibridacin que operaran entre la msica de moda y la memoria musical de los afrodescendientes que participaban en las comparsas.16Este tema es abordado en profundidad en: Goldman, 2008.

Hacia finales del siglo XIX y principios del XX la mayora de las sedes de sociedades y comparsas de negros se comienzan a localiczar en los barrios Sur y en Palermo barrios ubicados a pocas cuadras del centro de la ciudad y del centro de decisin poltica-, dando continuidad a la participacin de la poblacin de origen africano, empalmando territorialmente manifestaciones relacionadas con la africanidad que portaban los antiguos miembros de las salas de nacin con las comparsas carnavalescas de negros, fortaleciendo y legitimando a su vez a estos territorios como el lugar en que se localizaban las producciones simblicas de los afro-descendientes.17Miembros de salas de nacin pasan a formar parte de clubes de negros as como antiguos locales de las salas se convierten en locales de esos clubes y comparsas, en Goldman ( 2004).

Pasado un tiempo, aquella estrategia de deslinde con el pasado africano representado por las salas de nacin- que manifestaba la prensa negra montevideana hacia la dcada de 1870 fue dando paso a una actitud de respeto, e incorporacin de un pasado an activo en la memoria (tal vez idealizado) que coincide temporalmente con el proceso de integracin de sectores populares de afrodescendientes a los clubes y comparsas de carnaval.18La aparicin en el ao 1889 de El Peridico que se subtitulaba rgano de las clases obreras parece arrojar luz a este respecto. Dice el editorial de su primer nmero: Venimos a la prensa decimos a ocupar un puesto humilde entre esa plyade de clegas ilustrados y con esto creemos cumplir el deber de todo ciudadano trabajando en bien de una comunidad. Por eso nos declaramos rgano de la clase obrera a la que nos honramos en pertenecer, y bajo ese pabelln sostendremos nuestros deberes sociales, como nuestros deberes cvicos. La redaccin y la administracin de este peridico quedaba en la calle Isla de Flores nm. 213 en el barrio Sur.

Con entusiasmo y esplendor eran celebradas, en mejores tiempos, la fiesta de los Santos Reyes. Los viejos africanos, cuya sangre corre por nuestras venas, rejuvenecan al son de sus tamboriles y de sus cantos.Es indecible el gozo que experimentaban al poner en prctica las costumbres de su patria.Hoy mismo los pocos que quedan, cargados con el peso de setenta y ochenta aos, no olvidan el ardiente suelo que los vi nacer ni dejan de celebrar su predilecta fiesta.19La Regeneracin: 4 de enero de 1885.

En ocasiones , las salas de nacin que an quedaban activas compartan su local con otros emprendimientos asociativos: La Sociedad Nacin Lucamba ha donado una pequea cantidad para que se celebre el da 9 del mes entrante una misa resada las nimas de la Nacin Banguela propietaria del local en que habita dicha sociedad.20La Regeneracin: 25 de enero de 1885. Nota: en ese mismo local, Ibicuy 333 funcionaba el Club Progreso Social.

El carnaval comienza a ser un espacio social y territorial de integracin. En el ao 1890 un cronista del diario La Linterna sealaba que de cuarenta comparsas inscritas para figurar en el corso, treinta y tres treinta y cuatro son de negros cosa que se le parece.21La Linterna: Febrero 16 de 1890

El nmero de integrantes de varias de las comparsas de afrodescendientes era elevado: ms de cuarenta personas; hombres y mujeres. Treinta comparsas con 40 integrantes cada una significaban una cantidad importante de integrantes en total. La consolidacin progresiva de la Nueva Ciudad y del nuevo barrio del Sur que tena sus cinturones de pobreza muy cerca de la costa y la progresiva participacin de las clases populares en el carnaval son algunas de las razones para la incorporacin de afrodescendientes provenientes de distintos estratos sociales, no slo de la denominada por Reid Andrews clase media negra, a las comparsas de carnaval.22Personajes como ngel Vilaza, Marcos Padn, Manuel Ocampo, Juan Vzquez y Andrs Seco forman parte de un grupo dirigencial con fuerte participacin en la prensa o formando parte de las comisiones directivas de clubes y a su vez siendo directores de comparsas de carnavalque incorporan en su personal a los sectores populares.

La estrecha vinculacin entre clubes y sociedades de carnaval se continu dando ya bastante entrado el siglo XX. Hacia 1911 La Verdad -otro rgano de prensa de la colectividad negra montevideana- menciona varios clubes y centros recreativos: 1 de Mayo, Non Plus ultra, Progreso, Juventud del Sud, mulos de Garganta, Haraganes con producto, el centro de damas y seoritas Las Galleteadas, Unin Juventud Uruguaya, el Club 25 de Agosto, etc.En el nmero correspondiente al da 15 de febrero de 1913, aparece la ubicacin de varias de estas sociedades de las que participaron entre otros- Sabina Esquivel, Pedro y ngel Ocampo Vilaza, Vctor Ocampo, Lino Surez Pea, Marcelino Bottaro, etc.

Club Social 25 de agosto: Sede Social: Isla de Flores 79.Centro Social de Seoritas 1 de Mayo, Sede social Canelones 606B, Secretara Social Mdanos 240.Centro Recreativo Los Galleteados: Secretara Social Durazno 442.

Se pueden agregar a estas sociedades, la sociedad Unin Juventud Uruguaya que tena su sede en la calle Durazno al nmero 39823La Verdad: 5 de enero de 1911.

, y la Sociedad Recreativa Piedra Alta, cuyo secretario era Lino Surez Pea.24La Verdad: 15 de febrero de 1915.

Varios de los miembros de estas sociedades aparecen formando parte de las siguientes comparsas: Pobres Negros Orientales, Hijos de los Congos, Esclavos del Congo, Congos Humildes y El Coquetn.25La Verdad: nmeros entre el 15 de enero de 1911 y 15 de febrero de 1915.

Entrado el siglo XX, las comparsas de negros se comienzan a parecer a lo que son hoy, con su batera de tambores, sus personajes, banderas, estandartes, trofeos, etc., y la ubicacin de sus sedes se sigue localizando en la franja sur en los Barrios Sur y Palermo. Algunos hechos van a contribuir y consolidar a este espacio territorial como usina de la cultura de los montevideanos descendientes de los africanos esclavizados. Sin ser exhaustivo al respecto, quiero mencionar en primer trmino a la organizacin del Corso de la calle Isla de Flores a principios del siglo XX del que lvarez Daguerre (1949) y la prensa de la poca brindan testimonio. La llegada de familias negras a algunos lugares que se convertirn en conos de la cultura afromontevideana: el Conventillo de Risso, conocido como Medio Mundo en la calle Cuareim e Isla de Flores (hoy Carlos Gardel) y las casas que haba construido Emilio Reus en el Barrio Palermo, manzanas conocidas hasta el da de hoy como Ansina, y la municipalizacin del Desfile Oficial de Llamadas. Comparsas como Pobres Negros Orientales, Pobres Negros Cubanos, Morenada, en el Sur y Congos Humildes, Libertadores del frica, Fantasa Negra en el barrio Palermo; familias como los Silva y Martirena en el Barrio Sur y Gimnez, Magarios, Surez en Ansina continuaron afirmando a los barrios Sur y Palermo como barrios culturalmente negros y sostenedores de este espacios sociales y territoriales en Montevideo a los que a partir de mediados de la dcada de 1940 se agregar el barrio Cordn Norte con la llegada de la familia Pintos al conventillo Barouquet de la calle Gaboto.26Queda por estudiar este tipo de fenmenos en otros barrios de Montevideo que tempranamente se incorporan como Buceo, con familias como los Surraco y los Burgueo.

Es interesante reproducir un fragmento de la crnica que aparece en el diario El Pas del martes 28 de febrero de 1956 al otro da de realizado el primer Desfile Oficial de Llamadas pues afirma una vez ms a los barrios Sur y Palermo con la calle Isla de Flores como vrtebra- como territorios de la cultura afro:Desde los balcones, boliches, azoteas y puertas, el Barrio Sur y el Barrio Palermo se asomaban con sus mejores galas sus habitantes. Guirnaldas de colores y lucesitas humildes colgaban entre rbol y rbol en un extenso y alargado cuadro que formaban las calles Cuareim, Durazno, Minas, San Salvador, Ansina, Isla de Flores, Curuguaty, Roo y la avenida costanera....27El Pas: martes 28 de febrero de 1956.

Hacia fines de la dcada de 1970, durante el perodo dictatorial, se comenzaron a demoler estos lugares de nucleamiento de la poblacin afrodescendiente. Esto provoc una dispersin de varias familias hacia zonas alejadas dentro de la ciudad de Montevideo, comenzando lentamente un proceso de reterritorializacin del candombe.

A partir de la dcada de 1990, y en lo que va del siglo XXI se puede apreciar una ciudad de Montevideo tejida por el recorrido y el sonido de las cuerdas de tambores en un contexto de globalizacin y crisis de formas tradicionales de participacin social y poltica que involucran especialmente a los sectores juveniles de la poblacin.

La llegada al gobierno de la ciudad de Montevideo de la coalicin de izquierda Frente Amplio en las elecciones del ao 1989 y luego su acceso a la Presidencia de la Repblica cinco aos despus coincide con el paulatino y creciente cambio de estatus de las manifestaciones representativas de los afrodescendientes.28Para una visin ms detallada de estos aspectos recomiendo leer el libro de George Reid Andrews, Negros en la nacin blanca, historia de los afro-uruguayos (1830-2010), pginas 193 a 234.

El candombe comenzar a salir de los lmites de algunos barrios montevideanos y pasar formar parte de los relatos de identidad del Uruguay de manera cada vez ms consensual.

Diversos hechos contribuyeron a forjar esta situacin que actualmente se mantiene incambiada. Detallar todos stos resultara pretencioso debido a las limitaciones del presente trabajo, por lo tanto se har mencin solamente a algunos que se consideran significativos:La realizacin de talleres de candombe en los distintos barrios de Montevideo patrocinados por la Intendencia Municipal de Montevideo a travs de algunos programas como la Movida Joven o el Programa Esquinas de la Cultura.

La militancia contra el racismo y la discriminacin que se fortaleci a partir de fines de los aos ochenta y principio de los noventa que llevaron adelante las organizaciones de afrodescendientes, en especial, Organizaciones Mundo Afro (O.M.A.).

Los hijos de los ejecutantes de los barrios tradicionalmente candomberos que haban migrado a fines de los 1970 comienzan a sacar en sus nuevos barrios de residencia, sus propios conjuntos o cuerdas de tambores y no sienten como sentan sus padres- la necesidad de volver al barrio de origen para los eventos de ejecucin de los tambores.

Gestos institucionales como la aparicin en pblico y por los medios masivos de comunicacin del Presidente Tabar Vzquez o la Ministra de Salud Pblica Mara Julia Muoz durante su gobierno tocando los tambores, etc.

La lista podra aumentarse e involucrara tambin circunstancias de carcter regional y mundial como ser los efectos de la globalizacin y la crisis de la creencia en las formas de participacin social y poltica en los ltimos tiempos. Lo cierto es que por estas circunstancias y otras que se escapan en este trabajo- la msica de tambores constituye hoy un marcador claro y consensuado de la identidad del Uruguay. De su confinamiento en algunos barrios populares especficos, la msica de tambores entreteje hoy a toda la ciudad de Montevideo. Sin embargo, tanto el desfile de llamadas como otros eventos ms actuales (muchos de ellos institucionalizados) transcurren en la calle Isla de Flores, que contina siendo el lugar de esta prctica y tambin dnde quienes se van incorporando adquieren la legitimacin. No en vano, esta zona de la ciudad de Montevideo ha sido la que histricamente ha acumulado una carga simblica continua producto de diferentes prcticas colectivas de sectores de la poblacin de origen africano.