NADA Tercera Parte

10
Era primavera, pero ese año no se nos metió en el cuerpo. Íbamos a pasar a octavo y estaba al caer el tener que escoger nueva escuela y nuevas asignaturas. Cómo demonios lo haría- mos teniendo a Pierre Anthon recordándonos que las cosas ca- recían de sentido, era algo de lo que no teníamos ni idea. Nos diseminaríamos a los cuatro vientos y perderíamos la conexión con el significado que primero hallamos y más tarde perdimos sin saber del todo adonde había ido a parar. Casi como para hacernos creer que no estábamos en prima- vera, continuábamos sufriendo los crudos efectos invernales. Nieve tardía que caía y se fundía, volvía a caer y volvía a fun- dirse. Todavía nevó una última vez y se fundió pero más rápido. Los erantis y las campanillas blancas se escondían, todavía ce- rradas y heladas, bajo la nieve, y cuando la última capa desapa- reció del todo, se abrieron entre las pocas hebras de hierba que habían sobrevivido al invierno en Tæring, anunciando lo nuevo y la primavera. Los de 7° A no percibimos ni lo nuevo ni la primavera. ¿Qué significado tenía la primavera si pronto llegaría el otoño y todo lo que brotaba se marchitaría? ¿Cómo podíamos sentir- nos dichosos ante el renacer de las hayas y el regreso de los es- torninos, o ante la creciente altura del sol en el cielo por cada día que pasaba? Pronto daría todo la vuelta y seguiría el rum- bo opuesto hasta la oscuridad de los días y el frío, sin una flor ni hojas en los árboles. La primavera sólo nos recordaba que pronto desapareceríamos nosotros también. Cada vez que levantaba un brazo era un aviso de que pronto bajaría y el gesto quedaría en nada. Cada vez que sonreía y reía me acosaba el pensamiento de cuántas veces lo haría con esa misma boca, esos mismos ojos, hasta que un día ya no se abri- XXII 128

Transcript of NADA Tercera Parte

  • Era primavera, pero ese ao no se nos meti en el cuerpo.bamos a pasar a octavo y estaba al caer el tener que escoger nueva escuela y nuevas asignaturas. Cmo demonios lo hara-mos teniendo a Pierre Anthon recordndonos que las cosas ca-recan de sentido, era algo de lo que no tenamos ni idea. Nos diseminaramos a los cuatro vientos y perderamos la conexin con el significado que primero hallamos y ms tarde perdimos sin saber del todo adonde haba ido a parar.Casi como para hacernos creer que no estbamos en prima-vera, continubamos sufriendo los crudos efectos invernales. Nieve tarda que caa y se funda, volva a caer y volva a fun-dirse. Todava nev una ltima vez y se fundi pero ms rpido. Los erantis y las campanillas blancas se escondan, todava ce-rradas y heladas, bajo la nieve, y cuando la ltima capa desapa-reci del todo, se abrieron entre las pocas hebras de hierba que haban sobrevivido al invierno en Tring, anunciando lo nuevo y la primavera.Los de 7 A no percibimos ni lo nuevo ni la primavera.Qu significado tena la primavera si pronto llegara el otoo y todo lo que brotaba se marchitara? Cmo podamos sentir-nos dichosos ante el renacer de las hayas y el regreso de los es-torninos, o ante la creciente altura del sol en el cielo por cada da que pasaba? Pronto dara todo la vuelta y seguira el rum-bo opuesto hasta la oscuridad de los das y el fro, sin una flor ni hojas en los rboles. La primavera slo nos recordaba que pronto desapareceramos nosotros tambin.Cada vez que levantaba un brazo era un aviso de que pronto bajara y el gesto quedara en nada. Cada vez que sonrea y rea me acosaba el pensamiento de cuntas veces lo hara con esa misma boca, esos mismos ojos, hasta que un da ya no se abri-

    XXII

    128

  • ran ms, y entonces otros lloraran y reiran hasta ser tambinellos enterrados bajo tierra.Slo el paso de los planetas por el cielo pareca ser eterno, y ni eso, porque una maana Pierre Anthon explic a grito pelado que el universo se comprima hasta que un da llegara al colap-so total, un Big Bang a la inversa. Todo quedara tan reducido y apretado que sera como nada. Ni siquiera los planetas resis-tan ser sometidos a tamaos razonamientos. Y as era con to-do. No exista nada que resistiera.Resistir. Persistir. Todas las cosas, ninguna, nada.Andbamos por ah como si no existiramos.Los das se parecan. Y aunque durante toda la semana espe-rbamos el fin de semana, ste siempre nos decepcionaba y ya era lunes de nuevo; y todo volva a empezar; y eso era la vi-da y nada ms. Empezamos a entender lo que Pierre Anthon intentaba decirnos. Y tambin por qu los adultos tenan ese aspecto. Aunque hubiramos jurado que nunca nos parecera-mos a ellos, haba ocurrido. Y ni siquiera habamos cumplido los quince.Trece. Catorce. Adultos. Muertos.

    Slo Sofie segua respondiendo a Pierre Anthon cuando pas-bamos por delante de Tringvei, 25 y del retorcido ciruelo.Esto es el futuro! grit Pierre Anthon de nuevo y mano-te como si nos mostrara que todo estaba ya hecho y no queda-ba nada para nosotros que no fuera Tring y la falta de sentido.Los dems agachbamos la cabeza. Sofie no.El futuro es aquello en lo que lo convertimos grit como respuesta.Monsergas chill Pierre Anthon . No hay nada que pue-da convertirse en algo! Porque nada importa.Existen cantidad de cosas que importan! Sofie, rabiosa, le tir una mano de piedras pequeas. Algunas le dieron pero no lo suficientemente fuerte como para hacerlo desistir. Ven a laserrera y vers las cosas que tienen significado.Me di cuenta de que Sofie crea de verdad lo que estaba dicien-do.Para ella el montn de significado era el significado. O quiz sea ms correcto decir que para ella significaba algo que para nosotros ya no.

    129

  • Vuestros cachivaches no significan nada! De otra manera la prensa mundial se habra quedado y, gente de todo el mundo peregrinara a Tring para hacerse con un poco de vuestro sig-nificado.No quieres ver el montn de significado porque no te atre-ves! grit Sofie lo ms alto que pudo.Si vuestro montn de basura tuviera el ms mnimo signifi-cado, no sera yo el que no quisiera reconocerlo! dijo Pierre Anthon condescendiente y aadi, sosegado, casi compasivo: Pero no lo tiene porque de otra manera no lo habrais vendido, verdad? Por primera vez desde aquello de la inocencia, vi lgrimas en los ojos de Sofie.Se las sec con el puo, tan rpido que yo ms tarde dud de si lo que haba visto era real. A eso ltimo ella no le respondi. Y desde aquel da Sofie daba un rodeo para llegar a la escuela.

    Faltaba slo una semana para el 8 de abril.Faltaba slo una semana para que el museo empaquetara, pre-cintara y se llevara el montn de significado.Faltaba una semana para que Pierre Anthon se quedara para siempre con la verdad.Los dems, tcitamente, nos habamos dado por vencidos, pe-ro, aun as, sera insoportable que Sofie se rindiera. Y eso era lo que estaba a punto de ocurrir. Al menos era lo que yo crea. Pe-ro Sofie no se rindi. Sofie perdi el juicio.

    130

  • Ocurri de repente, aunque ahondando en ello y pensando en lo sucedido los ltimos das, poda uno darse cuenta de que ya se vea venir. De pronto Sofie se mostraba pacfica e indulgen-te cuando estaba con nosotros en la serrera, y de pronto se po-na a correr dndose cabezazos contra los pilares y lanzando patdas al serrn para rociar con l el montn de significado. Y se hubiera encaramado a l y lo hubiera despellejado de no ser por Ole y el gran Hans, que la inmovilizaron.

    Era el da antes de que la gente del museo viniera a empaque-tar el montn de significado y llevrselo, y el significado o lo que quedara de l abandonara Tring para siempre.No es suyo, es nuestro significado! chill Sofie y entonces camos en la cuenta de que era la primera vez en seis das que Sofie hablaba.Se lo hemos vendido!El significado no se vende! Sofie aporre con los puos a Ole en el pecho y en la barriga, y pude ver que le haca dao. Luego el gran Hans le agarr el brazo y se lo retorci hacia la espalda, y en ese momento fue Sofie quien sinti dolor.Yo saba que Sofie tena razn.El significado no se vende. O lo tienes o no lo tienes. El haber vendido el montn de significado hizo que ste perdiera su sig-nificado. Si es que lo haba tenido alguna vez. Pero sobre eso no me interrogu en ese momento porque si nunca lo haba teni-do, no era Sofie la que tena razn sino Pierre Anthon.Es lo que hemos hecho y por eso ya no existe! respondi Ole con una rabia tan enconada que dejaba claro que l tam-bin reconoca que no deberamos haberlo vendido.Entonces esto ya no significa nada! grit Sofie.

    XXIII

    131

  • Acaba ya, Sofie. Que se vaya a la porra ese montn, ya no im-porta grit el gran Hans. Y yo pens que con el dinero del museo siempre podra comprarse una bicicleta nueva y mejor que sa amarillo nen. As que, para l, claro que poda irse to-do a la porra.Si el montn no significa nada, entonces Pierre Anthon tie-ne razn y en ese caso no hay nada que importe! continu diciendo Sofie. Nada!Cllate, Sofie grit Gerda.S, cierra el pico, Sofie son la voz de Jan-Johan.Cierra el pico, Sofie corearon Elise, Hussain, Rikke-Ursula, el piadoso Kai y un montn ms.

    Pero Sofie no cerr el pico. Al contrario. Se puso a chillar ms alto. Nada chill. Nada! Nada! Nada! Nada! Nada! Sofie chill y chill. Tan fuerte y agudo que nos pitaban los o-dos y nos dola en lo profundo de los huesecillos. Pero lo peor de todo fue que con el grito pareci que se desmoronaba todo. Como si el montn de significado verdaderamente dejara de te-ner significado y con ello tambin lo perdiera todo lo dems. Primavera, verano, otoo, invierno, gozo, pena, amor, odio, na-cimiento, vida, muerte. Todo poda ya irse a hacer puetas.Igual. Uno. Nada.No slo yo lo perciba as.Tras esa revelacin fue como si el Demonio se apoderara de to-dos nosotros.Hussain peg a Rikke-Ursula porque fue ella la que haba teni-do la idea de la alfombra de rezos. El gran Hans la emprendi a patadas con Hussain agradecindole lo de la bicicleta. Elise ara a Ole y le mordi tan fuerte como pudo. Entonces Ri-kke-Ursula peg a Elise, y Sofie se lanz sobre el gran Hans ti-ronendole del pelo y pude ver cmo le arrancaba mechones abundantes. Jan-Johan se lanz sobre Sofie y la moli a palos. Con la ayuda del piadoso Kai porque tambin haba sido ella la que haba tenido la idea de Jess y la cruz.Frederik le plant a Maiken una bofetada en la cara y ensegui-da empezaron a rodar los dos por el serrn hasta que Maiken pudo deshacerse de l porque lady Guillermo le dio una patada a Frederik en mitad de las costillas.Maiken se lanzaba ahora sobre Gerda, mientras Anna-Li lan-

    132

  • zaba al suelo a lady Guillermo justo antes de que la pequea Ingrid golpeara a AnnaLi con una de sus viejas muletas en la cabeza; y despus Henrik le quit la otra muleta y la pequea Ingrid cay al suelo. No vi nada ms porque Gerda salt sobre mi espalda desde atrs y me ca al suelo con ella encima y rodamos las dos por el serrn, revueltas con los dems. Nuestros puos golpeaban con fuerza a pesar de no estar entrenados. Yo tir a Gerda del pe-lo y ella a m. Luego me agarr mi pendiente y tir de l y chi-ll de dolor. Aprovechando su sorpresa por haberse quedado con el pendiente en la mano pude quitrmela de encima y me levant de un salto. Me palp la oreja y mi mano qued moja-da de asquerosa sangre caliente. Y tambin haba sangre espar-cida por la barahnda de cuerpos combatiendo que mi mirada capt, brotaba de los rostros de mis compaeros de clase y des-pacio iba manchando tanto el serrn como el suelo de cemento.Pareca que quisiramos matarnos.Y de pronto supe que tena que ir a buscar a Pierre Anthon.Consegu deshacerme a patadas de Gerda, que me agarraba por las piernas, con esfuerzo sal del tumulto, desaparec por la puerta y baj corriendo por la calle.Corr todo lo rpido que pude.Como nunca antes haba corrido.Resollaba y me dio una punzada y dolor de garganta y en las piernas, pero segu corriendo. No saba qu le dira a Pierre Anthon para conseguir que me acompaara a la serrera. Slo saba que necesitaba, tena que llevrmelo.

    Pierre Anthon estaba sentado en su rama del ciruelo y, vaco, miraba a la nada. Pude ver su suter azul, desde lejos, entre los incipientes brotes verde claro. No par de correr hasta llegar al rbol, me detuve sbitamente en la acera y por un momento no pude decir pala-bra; tosa, escupa y jadeaba en busca del aire que se negaba a llenar mis pulmones. Pierre Anthon me miraba sorprendido y no poco divertido con mis fatigas.A qu se debe el honor, Agnes? dijo amistosamente, pero con una clara intencin de risa burlona por debajo.Yo no me inmut por la burla.Sofie ha enloquecido balbuce tan pronto como volvi a m el aliento para hablar.

    133

  • Iba a aadir algo ms para convencerle, aunque no saba exac-tamente qu. Pero Pierre Anthon ya se deslizaba por la rama sin decir palabra, se qued colgado de los brazos un instante y luego se dej caer sobre la hierba. Desapareci por el patio y apareci poco despus con su vieja bicicleta de hombre; pe-dale con fuerza, sin dejarme posibilidad alguna de seguir su marcha.Cuando llegu a la serrera, su vieja bicicleta estaba tirada en el borde de la zanja y a l no se le vea por ninguna parte.Haba un silencio de muerte.Abr la puerta con precaucin y entr.

    Una terrorfica visin apareci ante m.La clase 7 A rodeaba a Pierre Anthon formando un medio cr-culo.Las narices golpeadas y torcidas; las cejas, abiertas; les falta-ban dientes; los labios, manchados e hinchados; los ojos, azules y rojos; alguna oreja medio arrancada, y un par de ellos pareca que casi no se podan tener en pie. Todos estaban empapados de sangre y serrn. Pero no fue eso lo que vi. Lo que vi fue odio.Odio. Ms odio. De todos contra todos.Cerr la puerta y avanc pegada a la pared de la serrera.Pierre Anthon los miraba uno a uno. Sois, maldita sea, una pandilla de idiotas! estall y me-neando la cabeza se adelant un poco. Si no existe nada que importe, no hay nada por lo que enfadarse! Y si no existe nada por lo que enfadarse, tampoco existe nada por lo que pelearse! Los recorri a todos con la mirada como retando a cada cual a oponerse a lo dicho. As que qu estis haciendo? Dio una patada al serrn. Mir en direccin al montn y solt una carcajada burlona. Os peleis por ese montn de basura? y lo seal desdeosamente, pero mirndolo se qued absor-to en algo, aunque no era posible saber el qu.Se acerc un poco ms y camin con lentitud alrededor del montn. Durante rato contempl el atad del pequeo Emil con el cuerpo putrefacto de Cenicienta encima. Examin la ca-beza de la perra en lo alto del montn, despus dej deslizar la mirada por encima, el telescopio a la Dannebrog y a Jess cru-cificado. Y de los guantes de boxeo a la serpiente sumergida en formol, a las seis trenzas azules y a la bicicleta amarillo nen sobre la alfombra de rezos, a Oscarito muerto y dedo ndice de

    134

  • Jan-Johan. Entonces descubri algo que no entenda.Por qu esa tela? pregunt sealando el pauelo a cua-dros.Es significado! grit Sofie, histrica. Es significado!Pierre Anthon desplaz la mirada de ella hacia nosotros. Fue como si algo empezara a cobrar conciencia en su mente.Ah, s, se trata de significado! grit colrico agarrando a Sofie. La tena sujeta por los hombros y la zarande hasta que dej de gritar. Y por eso lo habis vendido?Significado dijo Sofie con voz apagada.Significado, ja! Pierre Anthonse ri burln. Si este montn de basura ha significado alguna vez algo dej de hacerlo el da en que os pagaron por l. Se-volvi a rer. Solt a Sofie y mir a Gerda. Cul es el precio por Oscarito, Gerda? Cul es?Gerda no respondi. Tan slo se sonroj y mir al suelo.Pierre Anthon contempl la bandera y volvi la vista hacia Fre-derik.La patria! se burl. De verdad que vendiste la patria por el maldito dinero, Frederik? y mene la cabeza. Feliz de verdad de no tener que ir a la guerra contigo de general!A Frederik se le cubrieron los ojos de lgrimas.Y la alfombra de los rezos,Hussain? Ya no crees en Al? mir aHussain, que estaba cabizbajo. Cules el precio de tu fe?Pierre Anthon continu, nombr los objetos del montn uno a uno y nosotros tambin empequeecimos uno tras otro.Y t, Jan-Johan, por qu no tepermitas perder toda la ma-no si, detodas maneras, has mandado tu dedo aldiablo y lo has vendido al mejor postor?Y t, Sofie, qu te queda tras vender-te a ti misma?No le respondimos.Permanecimos all plantadosrascando el serrn con los pies y sin atrevernos a mirar a Pierre Anthon ni los unos a los otros.Si eso hubiera realmente significado algo, no lo habrais ven-dido, verdad? concluy con eso su parrafada manoteando en direccin al montn de significado.

    Pierre Anthon haba ganado.Pero entonces cometi un fallo. Nos dio la espalda.

    135

  • Fue Sofie la primera en salir corriendo hacia l; si los dems nos hubiramos quedado quietos, Pierre Anthon se la hubiera sacado fcilmente de encima. Pero no lo hicimos. JanJohan la sigui, despus Hussain, luego Frederik, Elise, Gerda, Anna-Li, el piadoso Kai, Ole y el gran Hans, y ya no quedaba sitio en su cuerpo para pegarle al mismo tiempo.

    No s si fue horroroso o no.Vindolo ahora de forma retrospectiva pienso que debi de ser muy horroroso. Pero no es as como lo recuerdo. Lo recuerdo ms como catico. Y bueno. Tena sentido pegar a Pierre An-thon. Sentido el darle patadas. A pesar de que yaciera en el suelo sin posibilidad de defenderse y progresivamente dejara tambin de intentarlo.Fue l quien nos arrebat el montn de significado, igual que un da nos arrebat el significado. l tena la culpa de todo. De que Jan-Johan hubiera perdido su dedo ndice, de que Ceni-cienta estuviera muerta, de que el piadoso Kai hubiera profa-nado su Jess, de que Sofie hubiera perdido la inocencia, de que Hussain hubiera perdido la fe, de quel tena la culpa de que hubiramos perdido las ganas de vivir y de tener un futuro, y de nuestra confusin.Lo nico que sabamos era que Pierre Anthon tena la culpa. Y que pagara por ello.No supimos cul era el estado de Pierre Anthon cuando aban-donamos la serrera. Yo s qu aspecto tena, aunque no fue lo que le dije a la polica.Yaca raramente desfigurado con el cuello colgando hacia atrs, azul y con la cara hinchada. La sangre le brotaba por la nariz y la boca, y le haba teido el dorso de la mano con la que intentprotegerse.

    XXIV

    136

  • La serrera en desuso ardi toda la noche y tambin un poco a la maana siguiente. Despus todo acab.

    Yo llegu por la maana, la ltima. La mayora de los compa-eros estaban ya all. Nos saludamos pero no hablamos entre nosotros.Mir lo que haba quedado: un humeante edificio destruido por el incendio.No poda distinguirse lo que haba sido una serrera ni lo que haba sido un montn de significado. Exceptuando los restos de muros carbonizados, lo dems era slo ceniza. oco a poco fue-ron apareciendo los que faltaban y pronto estuvo toda la clase reunida. Nadie dijo nada. Ni a los padres, ni a la polica, ni al Tring Martes ni a la gente del museo de Nueva York. La pren-sa mundial no apareci, pero si hubiera venido s que tampocole hubiramos dicho nada.No preguntamos por Pierre Anthon, y pas un poco de tiempo antes de que se relacionara su desaparicin del da anterior con el incendio de la serrera. Ocurri cuando, por la tarde, halla-ron sus restos carbonizados all, en ese edificio asolado. Cerca de lo que una vez fue el montn de significado. Cuando la poli-ca elucubr la idea de que Pierre Anthon haba incendiado el montn de significado y la serrera en desuso porque se nega-ba a aceptar que nosotros habamos hallado el significado y con ello nos habamos ganado la fama, no les contradecimos. Sim-plemente era triste que l mismo hubiera quedado atrapado en el fuego.

    XXV

    137