Número46 ~ ~ Valor: civil ~ oet dai l r ... · aguisado más del Señor Presidente, quien tuvo que...

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NÚMERO 46 ~ AGOSTO DE 2009 ~ VALOR: CIVIL ~ WWW.UNPASQUIN.COM CMAN CMAN CMAN CMAN OPOSICIÓN EN BLANCO Y NEGRO n POLÍTICAMENTE INCORRECTO UN PASQUÍN DIEGO LASERNA Con esos amigos... PÁGINA 5 ANGÉLICA SUÁREZ - JULIÁN ÁLVAREZ TODOS EN LA MIRA PÁGINA 6 ENRIQUE PAREJO GONZÁLEZ GALÁN, HOMBRE EXCEPCIONAL PÁGINA 3 EDITORIAL EL CINISMO PRESIDENCIAL

Transcript of Número46 ~ ~ Valor: civil ~ oet dai l r ... · aguisado más del Señor Presidente, quien tuvo que...

N ú m e r o 4 6 ~ a g o s to d e 2 0 0 9 ~ V a l o r : c i v i l ~ w w w. u N pa s q u i N . c o m

CMAN CMAN

CMAN CMAN

o p o s i c i Ó n e n b l a n c o y n e g r o n p o l í t i c a m e n t e i n c o r r e c to

un pasquín

diego laserna

Con esos amigos...

págiNa 5

angélica suárez - julián álvarez

todosen la mira

págiNa 6

enrique parejo gonzález

Galán, hombre excepcional

págiNa 3

editorial

el cinismopresidencial

2 ~ agosto de 2009 Número 46un pasquín

Fue indignante ver a Álvaro Uribe hablando en honor de Luis Carlos Galán, en la conme-moración de los veinte años de su asesinato,

a manos del cartel de Medellín. El actual inquilino de la Casa de Nari representa con sobrados méri-tos todo lo contrario de lo que pregonaba Galán. Por su alto contenido demagógico y su elasticidad moral las doctrinas que ha puesto en práctica Ál-varo Uribe se parecen más al modelo de sociedad promovido por Pablo Escobar que a la plataforma política del líder sacrificado.

Es absurdo que el mismo mandatario que les pide a sus cuestionados aliados votar sus proyectos antes de que los metan a la cárcel, hubiese sido capaz de

hablar de la “honestidad sin acomodo, sin cálculo” que distinguió a ese comunero del siglo XX.

Es inaudito que el mismo presidente que se hizo reelegir a punta de dudosas maniobras, el mismo que tiene encarcelados a decenas de sus socios por su complicidad con la mafia paramili-tar, haya tenido el cinismo de decir que ha com-batido a todos los criminales “tratando de tener como punto de referencia la verticalidad de Luis Carlos Galán”.

Pero los más increíble de todo es que este país, que hace dos décadas lloraba sin consuelo a Galán, haya elegido y reelegido a quien se ha beneficiado de todos los vicios que aquél quiso erradicar.

e d i t o r i a l

El cinismo presidencial

director:

Vladimir Flórez [ Vladdo ]

en este número:Roberto Fontanarrosa, Alfin,

Julián Álvarez, Jorge Gómez Pinilla, Antonio Jiménez Castañeda,

Diego Laserna, Juan Manuel López Caballero, Enrique Parejo González,

Ricardo Sánchez Ángel, Angélica Suárez.

CariCaturas de Vladdo, cortesía de Semana.

[email protected]

Administración: Luz Myriam Flórez Asesoría de diseño: Gustavo del Castillo

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A toda máquina Por: Alfin

“Un político hará cualquier cosa para

conservar su puesto; incluso convertirse

en un patriota”.

William Randolph Hearst

“Vamos, en ningún lugar del mundo un general Fernández le da órdenes a un general Johnson”.

Cristina Fernández de Kirchner

Número 46 agosto de 2009 ~ 3un pasquín

Opinión de Enrique parejo González n Especial para Un pASqUín

Tuve el honor de hacer parte de los cuadros directivos del Movimiento fun-dado por Galán. Ese honor se vio acrecentado, dos años después, por su decisión de postularme –después del crimen que segó la vida de Rodrigo Lara Bonilla–, como remplazo del ilustre dirigente huilense, en el Ministerio de Justicia. En ese cargo, quise estar a la altura de su generosidad, esforzándome por cumplir una tarea acorde con los principios del Nuevo Liberalismo.

Más de lo que se haya podido decir hasta ahora, la muerte de Luis Carlos Galán, constituyó una pérdida irreparable para el país. No sólo fue la muerte de una esperanza, como muy bien lo dijera el ex Presidente Misael Pastrana. Fue la mayor frustración que hayan sufrido las gentes honestas de Colombia, en su afán de tener un país mejor que aquél en el que les ha tocado vivir.

Por eso, una vez confirmada su muerte, en las horas infaustas de la noche del 18 de agosto de 1989, sus enemigos, y no sólo el autor intelectual del cri-men, Pablo Escobar, celebraron con champaña la remoción del obstáculo que constituía Galán para el logro de los mezquinos intereses de aquellos. Por las mismas razones, sus adversarios políticos también debieron celebrar con re-gocijo, pues vieron despejada la senda que les permitía realizar sus criminales designios.

Sobre las ideas de Galán, pero especialmente sobre el sentido de su lucha política, existe hoy en día una tremenda confusión, aun entre aquellos que se llamaron y se siguen llamando galanistas, o sea, seguidores del pensamiento cristalino de Galán. Nos sentimos en el deber de decirlo de una vez. A Galán no se le puede confundir con políticos de nuevo cuño, que llegaron al poder, por senderos que él nunca habría transitado.

Cuando Galán cayó asesinado, me encontraba fuera del país. Pero a mi re-greso algunos amigos me informaron que, meses antes de su muerte, cuan-do las encuestas lo daban como seguro ganador de la batalla política hacia la Presidencia, Galán había invitado a Álvaro Uribe Vélez a hacer parte de su cam-paña. Y que éste le había agradecido la invitación, pero le había manifestado que ya tenía otros compromisos políticos.

Sea o no cierta esta versión, la verdad es que entre los dos políticos existía un abismo insondable que, quizás, Galán no alcanzó a intuir. Pero después de su muerte, cuando se debatió en el Congreso a finales de 1989 una propuesta sobre prohibición de la extradición que favorecía a los narcotraficantes y que había

sido promovida y defendida con ardentía por el jefe del Cartel de Medellín, esa iniciativa fue secundada por el Senador Álvaro Uribe, quien en ese debate estu-vo en la orilla opuesta a la de los galanistas.

Mientras Uribe apoyó la propuesta presentada en la Cámara de Representantes por amigos suyos, un grupo de liberales, del cual hacían parte aguerridos gala-nistas, se opuso con valentía a su aprobación. El enfrentamiento terminó gra-cias a la decisión del Presidente Virgilio Barco de retirar el proyecto de reforma constitucional, a cuyo articulado había sido incorporado, arteramente, el mico de la no extradición. El Presidente Barco prefirió que se hundiera la Reforma, antes que permitir que la misma fuera aprobada con ese estigma.

Era la época del terrorismo colectivo que Pablo Escobar y sus cómplices cri-minales instauraron en el país, para irrumpir en el Congreso como fuerza po-lítica y adueñarse de los altos cargos del Estado. Con ese nefasto propósito, les quitaron la vida a los miembros más emblemáticos del Nuevo Liberalismo, em-peñados en combatir la corrupción generada por el narcotráfico, y asesinaron a funcionarios públicos, a jueces y magistrados, a periodistas independientes, a dirigentes de otras vertientes y a numerosos policías que tuvieron el valor de enfrentarse a ese flagelo. Y a civiles inocentes, víctimas de las bombas asesinas del cartel de Medellín.

No se le hace honor a la memoria de Galán cuando, confundidos o desin-formados, algunos piensan que hay puntos esenciales de coincidencia entre el pensamiento del actual Presidente del país y la figura enhiesta, vertical e inigua-lable, de Luis Carlos Galán. Lo decimos por respeto a la vida ejemplar del mártir y en honor a la verdad histórica. De ahí que resulte inexplicable que algunos de los actos organizados para conmemorar un nuevo aniversario de su muerte, hayan contado con la participación del Presidente de la República.

Al cumplirse veinte años del asesinato de Galán, le rendimos este tributo a su memoria. Queremos resaltar en él la honestidad, la sinceridad y el compro-miso indeclinable que tuvo de defender en todo momento los principios por los cuales se lanzó a la arena política. En ese campo, ninguno puede comparárse-le, ni lo podrá superar. Mucho menos quienes han profesado ideas y principios opuestos a los suyos, que estuvieron impregnados por el respeto a la moral, los derechos humanos, la defensa de la democracia y del Estado de Derecho, y la justicia social.

Enrique Parejo González fue Ministro de Justicia.

Galán, un hombre excepcional

4 ~ agosto de 2009 Número 46un pasquín

Opinión de ricardo Sánchez Ángel n Especial para Un pASqUín

El gobierno del Señor Presidente de Colombia escogió el camino del aisla-miento soberbio en el vecindario. Su inasistencia a la cumbre de Unasur en Quito, presidida por Rafael Correa, constituye un acto agresivo contra el gobier-no de Ecuador, al igual que contra el gobierno brasilero de Lula, el principal pro-motor de la organización. Los presidentes asistentes tomaron nota clara de la inasistencia, del desprecio por la diplomacia suramericana y del divisionismo del mandatario colombiano.

El Señor Presidente prefirió realizar una gira relámpago para explicar sus razones sobre el acuerdo militar con los Estados Unidos al uso y usufructo de bases militares en Colombia y presentar las pruebas de la colaboración del go-bierno de Hugo Chávez con las FARC. Fuera del apoyo explícito y entusiasta del Presidente del Perú, Alan García, ningún gobierno apoyó sus razones y dio res-puestas protocolarias a la “diplomacia muda” del gobierno de Colombia.

Lo de las pruebas resultó un des-aguisado más del Señor Presidente, quien tuvo que oír del Presidente Lula y su canciller Celso Amorín la precisión que lo de las armas supuestas o reales de Venezuela a las FARC, eran poca cosa frente a lo que significa la presencia en bases militares de las Fuerzas Armadas de Estados Unidos. La calmada diplo-macia brasilera puso los puntos sobre las íes. Unos más francos que otros, el resto de presidentes tomó distancia y realizó burlas, como las que han trascendido de Cristina Kirchner cuando le dijo a Uribe: Ningún General Fernández va a mandar sobre un General Johnson.

El asunto del contrato de uso y usu-fructo de las 7 bases militares por EE.UU. es de gravedad múltiple:

• La presencia norteamericana implica inevitablemente una dinámica inter-nacional sobre el vecindario y el con-tinente. Altera la seguridad y la paz regional. Además estimula la carrera armamentista en una perspectiva de guerra.

• La gravedad de lo que está ocurriendo hay que afirmarla de manera rotunda. Si el gobierno de Venezuela está seña-lado por el gobierno de Estados Unidos de auspiciar el terrorismo, ser cómplice de las FARC, y el acuerdo con Estados Unidos se presenta como un instru-mento de lucha contra el terrorismo y el narcotráfico, entonces ¿Cómo decir que no va a ser utilizado contra el go-bierno de Hugo Chávez?¿Y lo propio con Ecuador, Bolivia y Nicaragua?

• Viola la soberanía colombiana porque implica posesión territorial, interfe-rencia de la autonomía de nuestras Fuerzas Armadas, implica tránsito perma-nente de aviones, helicópteros, soldados y la instalación de instrumentos de alta tecnología.

• Se trata de una cesión de soberanía. El asunto es que el gobierno del Señor Presidente no tiene ninguna facultad constitucional que le permita estos acuerdos. Más aún, están claramente prohibidos y sólo excepcionalmente y con aprobación del Senado y el Consejo de Estado se puede autorizar el trán-sito de fuerzas extranjeras en territorio nacional. Tal como lo establecen los artículos 2: “Son fines esenciales del estado defender la independencia nacio-nal, mantener la integridad territorial…”; el artículo noveno: “las relaciones exteriores del Estado se fundamentan en la soberanía nacional, en el respeto a la autodeterminación de los pueblos y en el reconocimiento de los principios del derecho internacional aceptados por Colombia. De igual manera, la po-lítica exterior de Colombia se orientará hacia la integración latinoamericana

y del Caribe”, al igual que el artículo 173, “son atribuciones del Senado” numeral 4: “permitir el tránsito de tropas extranjeras por el territorio de la República”; el artícu-lo 237: “Son atribuciones del Consejo de Estado”, numeral 3: “en los casos de trán-sito de tropas extranjeras por el territorio nacional, de estación o tránsito de bu-ques o aeronaves extranjeras de guerra, en aguas o en territorio o en espacio aéreo de la Nación, el gobierno debe oír previamen-te al Consejo de Estado”.

• El Presidente de la República está obli-gado de acuerdo con el artículo 188, numeral 2, “a dirigir las relaciones inter-nacionales”; del numeral 6, “proveer la seguridad exterior de la República defen-diendo la independencia y la honra de la Nación y la inviolabilidad del territorio”. Por ninguna razón tiene un mandato libre para celebrar con otros Estados tratados y convenios por fuera de lo estipulado en la Constitución Nacional. Que es lo que a todas luces está realizando el gobierno del Señor Presidente.

Se requiere un gran debate y moviliza-ción nacional e internacional para detener las bases militares con presencia norteame-ricana. En un imaginario de unidad gran-colombiana de los países de la región que supere los nacionalismos perversos que nos quieren llevar a una guerra que está progra-mada como parte de la pax americana en los proyectos del Estado norteamericano.

Ricardo Sánchez Ángel es doctor en Historia y profesor de la

Universidad Nacional de Colombia.

Crece el peligro de guerra

Número 46 agosto de 2009 ~ 5un pasquín

Brecha o abismoOpinión de Juan Manuel López Caballero n Especial para Un pASqUín

El modelo neoliberal ha tenido como resultado el exactamente contrario al pensamiento liberal de ‘cerrar la brecha’.

Lo notamos y lo vivimos en sociedades menos establecidas como la nues-tra donde la medición convencional del coeficiente de Gini (una escala para medir la desigualdad) muestra que la forma de distribución tanto del ingreso como de la riqueza ha sufrido un deterioro creciente.

Pero otro tanto ha sucedido en las sociedades avanzadas. En todas ha au-mentado el número de pobres y en todas la brecha entre una clase y la otra se ha agrandado.

La diferencia es que en países como Francia la que llamamos clase media forma el grueso de la sociedad, siendo los muy ricos y los muy pobres elemen-tos casi marginales. En particular estos últimos se diferencian de nuestros po-bres en que sus necesidades básicas �educación, salud, subsistencia en la vejez, ingreso de supervivencia� están garantizadas por un modelo que directamente a través del Estado responde por ello.

Por ello los niveles de delincuencia �incluida en ella la insurgencia� son tan comunes entre nosotros y tan inusuales en esos países. No es nuestro tipo de sangre sino nuestro ordenamiento social el que produce este fenómeno.

Lo que no se debe minimizar es el hecho de que ese modelo neoliberal no afecta únicamente las relaciones internas de cada nación. No solo tenemos desplazados internos sino también exilados que funcionan como desplazados en los países a donde llegan.

El resultado no es sólo que la brecha entre los más ricos de los países ricos están cada vez más distantes de los pobres de los países pobres, ni que la bre-cha entre las clases medias tiende a convertirse en abismo, sino que al exportar desplazados exportamos también una nueva categoría social, y ya no se habla solo de burguesía y clase trabajadora (la clasificación de �baja, media y alta� no se usa tanto), sino de los inmigrantes, como exceso de mano de obra, de causa del desempleo y de la delincuencia .

Y no es por xenofobia o por rechazo al extranjero que somos poco bienve-nidos, sino porque llevamos a sus mundos las características del tercer mundo: las inherentes a nuestro carácter (�malicia indígena�, �avivatadas�, temperamen-to romántico, ánimo fiestero, etc.), pero también hasta cierto punto las que forman nuestro horizonte social y económico: pobreza, desempleo, población grande sobreviviendo en el rebusque, etc.

Juan Manuel López Caballero es economista e investigador.

Con esos amigos…Por Diego Laserna n Especial para Un pASqUín

No es nueva la ilusión de que una mayor intervención de Estados Unidos en el conflicto colombiano es lo que se necesita para alcanzar la paz. Por alguna razón, a pesar de que casos como los de la masacre de las bananeras y el robo de Panamá han marcado la historia colombiana, para muchos de nuestros compatriotas solo bastaría con que los ojos de Estados Unidos se posaran con consideración sobre nuestro país para so-lucionar el conflicto de una vez por todas.

Tampoco basta, para demostrar la manera como Estados Unidos se relaciona con sus �aliados� latinoamericanos, señalar los casos de Allende en Chile, de Arbenz en Guatemala o de los estudiantes panameños en la zona del canal. Para muchos colombianos esas son anécdotas y lo que nos importa ahora es contar con un aliado para defendernos de nuestros vecinos y derrotar a las Farc.

Bueno pues, hagamos un recuento de los casos más ejemplares en que nuestros aliados han recompensado nuestra hospitalidad durante la era Uribe.

En marzo de 2005 cuatro soldados gringos fueron capturados al comprobarse que estaban exportando cocaína desde la base de Apiay, mientras se supone que entrenaban a tropas colombianas en operaciones antinarcóticos. Tras un breve interrogatorio se le recordó a la Fiscalía que los soldados y contratistas gringos gozaban de inmunidad en Colombia y fueron rápidamente evacuados hacia Texas.

En mayo del mismo año dos soldados norteamericanos fueron sor-prendidos por la policía vendiéndoles municiones a los paramilitares en El Carmen de Apicalá. Una vez más, la justicia colombiana no pudo tocar-los antes de que la embajada estadounidense los sacara del país.

El 27 de agosto de 2007 un militar y un contratista gringos violaron, seguramente con toda tranquilidad, a una niña de 12 años en los alre-dedores de la base de Tolemaida. En lugar de capturarlos y condenarlos como se haría en una sociedad medianamente digna, la Fiscalía se lavó las manos y la madre debió huir de Melgar ante las amenazas de los mi-litares.

A esto se agregan cantidades de casos que no se denuncian por sim-ple miedo o impotencia y los rumores de que un soldado gringo borracho mató a dos soldados colombianos en las inmediaciones de Tolemaida, donde otros compañeros suyos ya eran reconocidos por hacer videos por-nográficos con mujeres del pueblo.

Algunos ingenuos sugieren que las nuevas bases gringas se puedan instalar en Colombia sin que los militares norteamericanos tengan in-munidad. Imposible. Ni siquiera los casos de grotesco abuso de las tropas gringas en Irak denunciados por los principales medios de Estados Uni-dos han logrado modificar la política según la cual a los gringos sólo los juzgan los gringos. No se permite en ningún país y obviamente no se lo va a sonsacar Uribe a los gringos. De hecho ese es el principio por el cual Estados Unidos no ha reconocido la jurisdicción de la Corte Penal Inter-nacional.

Igualmente ingenua es la creencia de que las bases gringas nos prote-gerán de una hipotética invasión venezolana. Nada podrían hacer los 800 soldados y 600 contratistas gringos en una guerra regular así estuvieran dispuestos a arriesgar sus vidas por defender las de los colombianos, algo que valga la pena decirlo, no se ha visto ni se verá jamás.

Tampoco es claro por qué si el objetivo de las bases es prevenir el trá-fico de narcóticos, no se instalan en las costas de California o en Texas, los principales puntos de entrada de droga a EE.UU.

Así las cosas, las bases servirán esencialmente para dos propósitos: el primero, para darles la oportunidad a los soldados norteamerica-nos de que sigan cometiendo andanadas contra inermes ciudadanos colombianos. Y el segundo, para seguir despertando entre nuestros vecinos la suspicacia, sustentada ampliamente con evidencia históri-ca, que los gringos estarán usando a Colombia para desestabilizar a sus gobiernos.

Sólo nos cabe aspirar a que dentro de 10 años, como sucede hoy en Ecuador, estemos tan hastiados de las violaciones, los asesinatos y los atropellos impunes que descubramos una vez más la importancia de la soberanía.

Diego Laserna es politólogo y economista.

6 ~ agosto de 2009 Número 46un pasquín

ToDoS En LA MirAOpinión de Angélica Suárez y Julián Álvarez n Especial para Un pASqUín

La perspectiva que dibujara Orwell en 1984 de un Estado policial obse-sionado con el control y vigilancia absolutas de sus ciudadanos a partir de un ojo electrónico instalado en cada hogar, se reveló desde hace años ya no como una oscura distopía sino como una macabra realidad de las socieda-des actuales de cuño autoritario, fueren éstas presentadas como liberales, nacionalistas o socialistas. Su sello característico son los se-guimientos personales, las interceptaciones epistolares, telefónicas y electrónicas, la injerencia arbitraria en la vida íntima, familiar y social, y la con-secuente asociación a conveniencia con facciones tildadas de disidencia. Las razones que desencadenan este espio-naje extremo van desde el préstamo o adquisición de ciertos libros o la divulgación de las propias opi-niones en un contexto más o menos público, hasta la pertenencia o simpatía con organizaciones sociales, ecologistas, humanitarias o simplemente cívicas. Los rasgos que lo definen son el de ser una indagación pro-funda realizada por agentes del Estado mismo, de ma-nera clandestina o secreta, sin autorización judicial, que no pretende recaudar prue-bas pues de hecho no existe proceso, y que restringe o vul-nera abiertamente los derechos y libertades de que cada uno goza en virtud del pacto social.

Tales son los caracteres con que ha operado en Colombia el DAS en su insidio-so acecho a un amplio espectro del mundo público que incluye magistrados de altas cortes, líderes de la oposición política, miembros de organi-zaciones sociales, periodistas y, recientemente, a organismos internacionales como la Comisión Interamericana de Derechos Huma-nos, cuya misión principal es, precisamente, promover la observancia de los derechos y libertades en el continente. Así lo expresó la Comisión el pasado 13 de agosto en su Comunicado de Prensa 59/09 al revelar que el ‘Grupo Especial de Inteligencia Estratégica’ o ‘G-3’, conformado a fin de dar seguimiento a actividades vinculadas al litigio internacional, efectuó operativos de inteligencia en contra de Susana Villarán, Comisionada y Relatora para Colombia en una misión especial en Valledupar, en 2005, por considerar su trabajo como un lobby para presionar una condena del

Estado. Al responder el Estado con un compromiso de convertir el DAS en una entidad “confiable y transparente”, la Comisión instó al Gobierno una vez más a realizar una profunda revisión de los organismos de inte-ligencia del Estado.

Ocurrido en 2005, este espionaje se habría producido durante la administración de Jorge Noguera Cotes, nombrado director del DAS por Álvaro Uribe Vélez en 2002 como retribución a sus éxitos como je-

fe de campaña presidencial, designado cónsul en Milán en 2006, declarado responsable de enriquecimiento ilí-

cito y nexos con grupos paramilitares en 2007, y capturado por homicidio y concierto para

delinquir en 2008. El llamado ‘G-3’, en-cargado de este tipo de operaciones,

fue constituido por Noguera a ins-tancias de José Miguel Narváez,

entonces subdirector del Depar-tamento y asesor del Ministerio

de Defensa durante el periodo de Marta Lucía Ramírez, por recomendación, según ha dicho la ex Ministra, del empresario Fabio Echeve-rri Correa. De Narváez ha dicho Jorge Iván Laverde, alias ‘El Iguano’, que incitó a Carlos Castaño al asesi-nato de Jaime Garzón y al secuestro de Piedad Córdo-

ba; hoy está acusado y tras las rejas por concierto para

delinquir agravado.No exagera entonces la

Comisión cuando demanda del Gobierno una profunda revisión de

los cuerpos de inteligencia del país, pues ante un panorama tan oscuro, que

involucra las más altas esferas del poder, no es dado creer que las operaciones ilegales

del DAS indican apenas un desacierto de algunos funcionarios aislados que serán sancionados en su mo-

mento, sino la configuración de un Estado criminal paralelo al Estado de Derecho. Un Estado viciado con básicamente dos funciones: el control, ejercido mediante técnicas policivas rayanas en la tortura; y el espectáculo, logrado mediante sutiles juegos de manipulación mediática. En definitiva, una construcción subterránea, gestada en recámaras ocul-tas, acuciada por el temor y sostenida por una falsa seguridad; un estado de cosas que amenaza con perpetuarse y frente al cual todo desacuerdo será un blanco seguro, un gatillo fácil..

Angélica Suárez y Julián Álvarez son abogados, investigadores en Derechos Humanos.

Número 46 agosto de 2009 ~ 7un pasquín

De quinta categoríaOpinión de Mario quadros n Especial para Un pASqUín

En la edición de u n pa squ í n de junio de 2007, en el artículo titulado Colombia en Contravía me lamentaba de que el país con su política de alianza incondicional a Bush estaba en contravía de las aspiraciones de la mayoría de los países del mundo. El problema sin duda es más grave.

La política exterior adoptada por el gobierno nacional es rastrera y se está tornando peligrosa. Primero, el gobierno corrió para Brasil cuando el congreso de Estados Unidos radicalizó su voto en contra del TLC, a fin de enfrentar el último esfuerzo de Bush en aprobarlo a la fuerza. Uribe que-ría demostrarle a Estados Unidos que tenía independencia y que podría encontrar otros aliados.

Enseguida, cambió de posición cuando se dio cuenta de que podría sacar partido de la expulsión de las bases americanas de Ecuador trayén-dolas para Colombia y de esa forma acercase a Obama, usando la vieja política de la derecha: el entreguismo.

Para distraer el problema que se creó con las bases militares y colocar a Chávez contra la pared de nuevo, se volvió al ataque, armando escán-dalo por las armas provenientes de ese país encontradas en manos de la guerrilla. Para rematar, encontró una buena oportunidad para sacarse el clavo con Ecuador, divulgando el asunto de la supuesta entrega de dinero de la guerrilla a la campaña de Correa, que apareció en el computador de Raúl Reyes. Parece que este gobierno hizo de ese computador la base de su política exterior.

Es interesante observar cómo Uribe juega y usa a la prensa, además de hacerla cómplice consciente de sus errores. En este sentido, me pro-dujo risa, por decir lo mínimo, la revista Semana, que usó sus carátulas de forma ostensiva para apoyar al gobierno en los escándalos de Chávez y Correa y terminó como Uribe, explicando la razón de ser de las bases militares americanas.

Uribe intentó más una vez mostrar al mundo que él no es el malo del paseo. Sin embargo, su acercamiento a grupos paramilitares, sus ataques al poder judicial, sus tentativas de forjar patrañas contra jueces honestos, sus chuzadas del DAS y principalmente sus falsos positivos, serán siem-pre un pesado lastre con graves consecuencias para él en un futuro.

Un gobierno serio trataría este asunto de forma diferente. Actuaría con más discreción y diplomacia a fin de sacar un mejor partido. Un via-je de Uribe a Venezuela y a otros países para discutir directamente con Chávez no solamente el tema de las armas de la guerrilla, sino también el de las bases militares, de forma abierta, evitaría la desconfianza y podría haber sido más productivo.

Pero toda la estrategia de Uribe y de la prensa fracasó. Observando ahora con una cierta claridad los juegos de Uribe, y de su política llena de oportunismos, los países de América Latina no comieron cuento y fueron detrás de lo importante: las bases americanas. Y en eso tienen razón.

Llevamos años, siglos, buscando la forma de apartarnos de la influen-cia de países que, con la complicidad de nuestros dirigentes, nos imponen políticas comerciales y económicas, nos tratan de forma despectiva y son capaces de usar la fuerza, de ser necesario, para imponer sus condicio-nes. Y Colombia, con subterfugios, vuelve a abrirle incondicionalmente las fronteras al principal de esos países, además de alinearse sin chistar a sus designios, boicoteando de paso la posibilidad de que solucionemos los problemas entre nosotros, con nuestros vecinos.

Esta errada política de Uribe me produce una reflexión sencilla y profunda, a la vez. El Presidente Lula decidió el año pasado eliminar el uso del pasaporte a los colombianos y de pedir únicamente la cédula de

ciudadanía para los colombianos que ingresen a Brasil. Puede no pare-cer mucho pero este tipo de medidas tienen un enorme significado para nuestra unión, la unión suramericana.

Yo, personalmente, tomé la decisión de definir mi origen como suramericano y no más como brasilero. Aquí en Colombia parece que ca-minamos para definirnos como norteamericanos. Y con esto aparecerá en nuestra nueva cédula una observación bien grande que diga: “de quin-ta categoría”.

Mario Quadros es Ingeniero Civil ~ Comentarios: [email protected]

TrESENUno Opinión de Antonio Jiménez Castañeda n Especial para Un pASqUín

$1.000 MILLONESLos recientes, fugaces y casi masivos brotes de aparente independencia en el Congreso no estaban orientados a construir una agenda legislativa au-tónoma y digna para el control político al poder ejecutivo, como lo exige la Constitución. Fue solamente una maniobra especulativa encaminada a subir el precio de los votos que el régimen, como lo llamaba Álvaro Gómez, debe pagar para que pase el referendo que necesita el Paladín de Tranqui-landia con el objeto de perpetuarse en el poder con algún reflejo de legali-dad, así sea falsificado. Hicieron lo mismo que los especuladores de Cora-bastos cuando esconden las existencias de algún producto hasta conseguir que la escasez produzca en el mercado el mayor precio posible.

PORAdemás de triste y grotesco también me parece que resultó un poco cómi-co el allanamiento de la Corte Suprema y el CTI a la casa de un parlamen-tario en busca de pruebas y huellas de sobornos pero solamente encontra-ron una simple caleta con miserables mil millones de pesos en efectivo, el equivalente a 500 mil dólares. Podría ser el precio exacto de lo que recibió por el voto el pícaro que los tenía escondidos pero ahora dicen que es im-posible probarlo. Además, en la Colombia de hoy es perfectamente lícito conservar en rama el dinero que uno quiera tener en sus propias caletas.

VOTO¡Mil millones de pesos! ¿Es el precio que alcanzó cada voto por el referen-do? Muy barato de todas maneras [un robo, diría yo] si tenemos en cuen-ta los volúmenes de las fortunas que durante estos dos gobiernos han po-dido amasar Uribe, la familia de su mujer y los dos avispados hijos de pa-pi; sin mencionar las de los ministros y de los parientes y socios de Pablo Escobar que despachan desde las oficinas y los sótanos de la Casa de Nari. Los congresistas reciben por su provechosa corrupción mucho menos que los corruptos del Cartel de Palacio a pesar de que estos prácticamente no podrían echarse al bolsillo ni un peso del erario ni de los intereses públicos sin los votos de aquéllos. A cualquier Telésforo, José Obdulio, Karelis o Teo-dolindo los despachan con miserables mil millones mientras que gracias a ellos cada uno de los otros se alza con otros mil millones pero de dólares. No hay derecho: terminaron tumbando a los pobres congresistas.

8 ~ agosto de 2009 Número 46un pasquín

Opinión de Sumercé n Especial para Un pASqUín

Que dejen esa guachafita de presionar a punta de firmas a nuestro gran líder para que siga en la presidencia; que dejen de obligarlo a pasar por la humillación de citar a los Congresistas a la Casa de Nari para pedirles que voten a favor del referendo de las tales firmas. ¿Dónde se ha visto que así se le pague a nuestro gran pacifista en jefe? ¿Dónde, caray? ¡Por Dios…!

Es que no les basta el sacrificio de un hombre que le ha cortado las manos a LAFAR, que ha conseguido implementar una ley de justicia y paz en la que no hay justicia ni paz y, mucho menos, ley; de quien consi-guió demostrar que no todas las gatas son pardas; de quien se apresta a cumplir su promesa preelectoral de traer las tropas del santísimo imperio para que al fin haya orden y justicia en esta patria? ¿No les basta el claro y diáfano desinterés de este abnegado patriota en retirarse del poder, para entender que él no quiere, no le interesa seguir gobernando a esta mana-da de desagradecidos que son capaces de dejarlo colgado de la brocha a la hora de votar en una segunda reelección? ¡No hay derecho, carachas! ¡Déjenlo en paz!

Ya es hora de que vayan entendiendo que Uribe no es eterno, que merece retirarse al Ubérrimo a descansar en compañía de la silenciosa y discreta Lina, se lo ha ganado, ¡caramba! Y si les parece imposible que el país –que con tan buen tino ha gobernado el gran demócrata que es Alva-rito– siga adelante sin él, pues que le echen ojo a un sucesor que lleve en la sangre el canto de igualdad y libertad que porta el irrepetible Uribe.

Sí, señores; otro Uribe sería el único capaz de reemplazar al mismo Uribe. Uno que como él sepa muy bien lo que es hacer empresa, lo que es cuidar de los desplazados, esos cochinos, inmundos que se la pasan reco-giendo basuras y afeando las ciudades, sin ninguna consideración con las

cifras que con tanto esfuerzo ha conseguido disminuir nuestro gran líder. Plaga que brota por todos lados sólo para contradecir a nuestro primer mandatario.

Lo que el país necesita a falta de Uribe, es a otro Uribe que tenga muy clarito, como nuestro gran Uribe, que lo importante no es llegar sino sa-ber llegar y de ser posible quedarse.

Que importa que el mundo vaya para la izquierda ¿y qué? Nosotros, los colombianos de bien, vamos felices para la derecha, y si se puede más a la derecha todavía. Por eso es que en este país lo que tiene que impo-nerse es la monarquía, así solucionaríamos todos nuestros problemas. Ni referendo ni nada de esas pendejadas de tener que ofrecer notarías, pues-ticos por aquí y por allá, para conseguir que el poder siga en manos de quien debe ser: nuestro Monarca.

¡Nada de eso, señores! Si aquí tuviéramos una monarquía como la de la señora Chava, hace rato que se habría acabado la pelotera del tal refe-rendo. Los colombianos de bien, que con lágrimas en los ojos aceptamos el retiro de Uribe I, imploramos que nuestro gran líder abdique en favor de un hombre que ha demostrado su mismo talante a la hora de negociar, de multiplicar los bienes terrenales y de hacer justicia con los basuriegos: el eximio, brillante y abnegado Tomás Uribe.

¡Si, señores! La única manera de que podamos mantener el orgullo patrio intacto, sin perder puestos ni nada semejante, es que la sangre del gran líder siga gobernando y que así se instaure al fin la monarquía que tanta falta nos hace a los colombianos…

Tomás para presidente. Después… para monarca. Y detrás y delante del trono: Uribe I, ¡como debe ser…!

Sumercé es analista virtual de la realidad.

Godofredo Cínico Caspa, hoy

Número 46 agosto de 2009 ~ 9un pasquín

Opinión de Jorge Gómez pinilla n Especial para Un pASqUín

“Ordenan captura del general (r) Miguel Maza Márquez”. Justo el día que se cumplían 20 años del asesinato de Luis Carlos Galán la Fiscalía tomó esta medida, con claro tufillo mediático. Es difícil de creer que quien fuera el archienemigo de Pablo Escobar estuviera conchabado con éste para matar al líder liberal. La justicia parece estar buscando el ahogado río arriba, pues el otro gran acusado por este crimen es Alberto Santofimio, con base en declaraciones de alias ‘Popeye’ y Virginia Valle-jo, quienes afirman haberlo escuchado aconsejarle a Escobar librarse de Galán. En una persona con la reconocida astucia de Santofimio Botero, resulta también difícil de creer que se autoincriminara delante de la mo-za de un bandido, o de su sicario preferido. Es factible que Santofimio lo hubiera azuzado a cometer el magnicidio, pero de ahí a poder probarlo…

“‘Bolillo’ Gómez, nuevo candidato a la Cámara de Representantes”. ¿Tan bajo hemos caído? Esto no puede ser otra cosa que un autogol a la democracia.

“Gobierno consigue respaldo para la conciliación del referendo”. Una de tres: o los medios nos estaban mintiendo cuando decían que el referendo agonizaba, o estaban redactando con el deseo, o el Gobierno volvió a los mismos pasos de la yidispolítica, de nuevo con total impu-nidad.

“México nunca admitirá militares de EE.UU. en su país, dijo presidente Felipe Calderón”. En contraprestación, Colombia nunca admitirá que cuestionen la venta de su soberanía a cambio de un mejor trato para el TLC.

“Van 23 muertos por virus AH1N1”. Crece la audiencia… mortal.

“Uribe será candidato y Presidente, asegura el representante Roy Barreras”. Los sapos saltando en el charco, mientras el país se hunde en la empecinada megalomanía de un autócrata.

“El final de las FARC será más pronto que tarde, vaticinó el embajador de EE.UU. en Colombia”. Hace cosa de dos años le escuchamos decir al general Freddy Padilla de León que estábamos en “el fin del fin” de las Farc. Es de esperar que así sea, pero tanta reiteración baldía nos trae a la memoria a Jaime Garzón: Lo mismo… que antes.

“Un tercer uniformado podría ser liberado por las FARC, dice Piedad Córdoba”. Infame manipulación de los sentimientos de los familiares de los secuestrados, con objetivos políticos y a cuentagotas.

“Se acentúa la revaluación del peso”. Cuando el pobre (peso) va de c… no hay barranco que lo tranque.

“Médico de Michael Jackson dice que la verdad prevalecerá”. Después del ojo afuera, no hay Santa Lucía que valga.

“En peligro 20 mil empleos ganaderos”. Apártense vacas, que la vida es corta.

“Venezuela duplicará sus tanques de guerra”. Perro que ladra…

“Afectados por pirámide DRFE empezaron a recibir $351.000 de indemnización”. Indemnización o… ¿limosna?

Jorge Gómez Pinilla es periodista ~ correo: [email protected]

El costurero Aquí se raja de todos los titulares,pero no se le sostiene a ninguno.

10 ~ agosto de 2009 Número 46

Aquelarre~ La Zona Franca de un pasquín ~

Número 46 agosto de 2009 ~ 11Aquelarre

CMAN CMAN

CMAN CMAN

v d e vo lt i a r e pa sNo son tan sofisticados como los transformers, ni tan espirituales como los conversos; ni son tan místicos como los apóstatas, ni tan intrépidos como los renegados.

Son simplemente... voltiarepas.No están todos los que son, pero sí son todos los que están

un pasquín • agosto de 2009

Plinio Apuleyo MendozaEx izquierdista; furibista radical. Ve guerrilleros hasta en la sopa, pero

combina todas las formas de lucha para obtener prebendas diplomáticas.

Rósemberg PabónEl ex Comandante Uno del M–19 se

convirtió en mascota de la Seguridad Democrática y dirige el Departamento Aministrativo de Economía Solidaria.

Juan Manuel Santos C.Gavirista, pastranista, furibista; no fue samperista porque Samper no lo dejó.Posee un espíritu [falso] positivo y es

un hombre muy capaz [de todo].

Eduardo Pizarro LeongómezComo presidente de la Comisión Nal.

de Reparación y Reconciliación, el hermano de Carlos Pizarro ha sabido defender la impunidad paramilitar.

Enrique Santos CalderónPeriodista ex alternativo y presidente

de la Sociedad Interamericana de Prensa. Según él, Uribe es un paladín

de la libertad de expresión.

Everth BustamanteEx integrante del M–19, se dejó seducir por la burocracia oficial y es el director

de Coldeportes, cargo desde el cual azuza a sus ex compañeros de armas.

Juan Lozano RamírezDe fiel escudero de Galán pasó a ser compañero de causa de políticos de

muy dudosa reputación, pero bajo las orientaciones del doctor Álvaro Uribe.

Hernando CorralConocido como El Compañero, es ex militante de la izquierda radical. Ahora es furibista acérrimo y activo subalterno de José Obdulio Gaviria.

Noemí Sanín PosadaNo bajaba a Uribe de mafioso, pero se retractó muy diplomáticamente. Ha sido casi de todo, menos pastranista (porque Pastrana no le dio chanfa).