PANORAMA · Rudolf Arnheim se. pregunta, en ·seguida, si el cine no podría ser "consider¡¡.do...
Transcript of PANORAMA · Rudolf Arnheim se. pregunta, en ·seguida, si el cine no podría ser "consider¡¡.do...
PANORAMA
15•
¿InFluye el Cine en ,la OpiIJi6n Pública o Esta en Aquél?
De LE MOIS, París.
miento del cine constituye unsísimo.
A .esta pregunta hecha por el Instituto Internacional de Cooperación Intelectual, escritores deEuropa y América han contestado en formas tandiversas que es difícil sacar una conclusión. Comoquiera que sea, estas opiniones sirven para esclarecer el problema del cine en general.
El Instituto de Cooperación Intelectual, en seguida de omitir un voto al Congreso del Cine educativo en 1934, ha emprendido al final de ese mismo año una encuesta sobre el papel intelectual delcine. Esta encuesta inquiria de diversas personalidades de distintos países lo que pensaban acercade la influencia del cine sobre el gusto del público,el sentido en el que se· efectúa dicha acción, quémodificaciones ha venido sufrierlcIo desde que elcine mudo se transformó en cine parlante, etc., etc.Es innecesario enumerar todas las preguntas dela encuesta, ya que no han sido contestadas todassino de un 'modo general; los "entrevistados" sehan contentado con emitir sus ideas sobre el cinesin aludir precisamente a las preguntas. El conjunto de estas respuestas forma un libro de lo másinteresante e indispensable para quienes se interesen par conocer bien la actividad del cine a partir de sU invención, pues la obra se inició con unperfecto relato histórico. .
M. Valerio ]ahier es el autor de la parte histórica v la ha titulado "Cuarenta Años de Cine", título J que implica una exactitud que es necesariotener bien en cuenta al juzgar sobre las actividades del cine.
El relato es excelente, sobre todo al comienzo.A.1 final se encuentran algunas apreciaciones críticas con las cuales puede IIlUY bien no estarse deact1~rd(l: lX"ro torln "j pre;ílll!lllln a('(',"(';¡ riel nil('i·
",¡,.¿'...~~,
documentQ~~:;valio
,..i,i/'·:
NACIMIENTO DEL CINE'-~'~-en todoslos d.e,scubrimientos c!entíf~cos, suce,~fque esta ~nvenclOn no se ha debIdo 111 a un so ,hombre 111 aun solo país, sino a un gran númer .de grp.ndes ypequeños inventores diseminados; por todo .elmundo. ¡
Viene~ en primer lu~a,r un belgj,. Un ,americano,un austrIaco y un frances, que s'~ Q~ttnes construyeron aparatos que lograron dar la impresióndel movimiento, mediante una sucesión de imágenes diQujadas. Aparece <;lespués' la fotografía~s
curioso ver que en realidad la cinematografía noes posterior a la fotografía, sino que apareció casi
.simultáneamente; y fué entonces cuando la invención del francés Jules-Etienne Marey, llamada "fusil fotográfito"· permitió tomar en una placa giratoria doce imágenes sucesivas. Un colaborador del\.farey, Georges Domeny, perfeccionó el aparato,pero al mismo tiempo los hermanos Lumiere trabajaron por perfeccionar el "Kinescopio" inventado pocos meses antes por el americano Eclison sobre premisas lIe?;aelas de Europa, y fneron ellosquienes fabricaron la primera máquina cillematogol-áfica positivamente útil.
PRINCIPIOS DEL ESPEC'l'ACULO CINEMATOGRAFICO.-De· cualquier modo, los hermanos Lumiere no creyeron en el porvenir de suinvención. El cine no era para ellos más que unacuriosidad científica y fué únicamente a ese títulocomo presentaron en el sótano ele nn café del bou·1C'-anl de Capuchinas, los primeros rollos cinema-
1
•
¿ES PERNICIOSA ACTUALMENTE LAINFLUENCIA DEL CINE ?-En relación conla influencia del cine sobre el público, se está encompleto desacuerdo. M. Rudolf Arnheim (alemán), en su respuesta al cuestionario, entra en amplias consideraciones filosóficas i sociológicas, quetienden a establecer que el cine ha descendido rápidamente de las altas cil11as en que un día estuvo,y donde a veces todavía se coloca, a los inás bajosfondos y que, por tanto, su influencia desde haceya largos años es más bien perniciosa. "Sus enseñanzas y sugestiones constantes llevan a ver falso,distraen la atención de lo esencial para concentrarla en 10 vdgar y dcs¡)l:ovisto de buen gusto-tal'me parece ser el influjo más peligroso que el cineejerce sobre el público. Se ha llegado al puntode que un espectador que, acaba de ver un film.
. com0 "Nuestro pan de cada. d'ía", de King Vidorfilm que presenta con una evidencia casi indiscutible la instauración del colectivismo rUfal comola mejor manera de resolver el problema de lahuelga--, torne a su casa con la impresión· de haber contemplado una historia en 1<l que una rubia coqueta trata en vano de birlarle el marido auna buena mujer. Y no me sorprendería que losmuchachos de las escuelas tomenzaran a sentir queen sus manuales de historia faltan las aventurasamorosas de los grandes personajes históricos, y
. que tales muchachos lleguen a creer que sus maestros les esconden maliciosamente lo más interesante".
to¡;ráficos: "La salida de los obreros de la fábricaLumiere", "El Tren", "Pleitos de Bebés", etc.
Estaban los hermanos Lumiere tan se¡;uros deque no obtendrían provecho con su aparato, que.rehusaron venderlo a Georges Mélies-quien síhabía visto que el cinematógrafo podía suministrarun nuevo género de espectáculos-alegando queno quedan arruinarlo.
Afortunadamcilte Mélies, hombre emprendedory entusiasta, no se desanimó y procedió a construirél mismo un aparato con el que dió a conocer losprimeros films q'ue no fueron ya solamente documentales; films llenos de fantasía y que todos losarchivos del mundo se disputan en la actualidad.
Por la misma época, M. M. Charles Pathé yLean Gaumont que desde hacía tiempo se interesaban grandemente por los nuevos inventos, fonó¡;rafo y cinemató¡;rafo, proyectaban películas queno tenían más cj'ue un interés de curiosidad científica: siguiendo las huellas de Mélies lo¡;raron •crear., por fin, la industria cinematográfica.
La que después de.esta- introducción nos ofreceM. Valerio Jahier, es un modelo de historia sobre la producción del cine en todos los paísl;s.
En 1m centenar de páginas no solamente llegaa presentarnos y a hacernos comprender la evolución del film, sino enumera todos los filmsrepresentativos de esta evolución. Emprender taltrabajo parecía ya una audacia; por haberlo llevado a .buen término merece el autor aún mayorelo¡;io.
D
;
D1S· .
-'1' . "
. <
...
No le .falta por cierto verdad a estahumorística argumentación; pero es una .endeble verdad.Que el cine debilita los problemas que presenta,más aun, que los falsea, es evidente; pero en cambio para ciertos problemas despierta un interés,que sin el cine, el público no llegaría asentir. M.Rudolf Arnheim se. pregunta, en ·seguida, si elcine no podría ser "consider¡¡.do como un recursopata el nobilísimo intento de mejorar la existencia". Pero ¿no es ésto ya exigirle demasiado? Vehículos de cultura ll'ia-s perfectos, como la literatura, el arte, las ciencias, realmente no han. conseguido mucho en tal respecto, a pesar de lo que literatos, artistas y sabios, 'aseguran constantemen- .te. Por lo demás, los cineastas tratan de exagerarlas virtudes del cine. . .
EL,. CINE·PUEDE SER LO MEJOR Y 1.0PEOR-M. Alexandre Arnoux . (francés), seinantiene en límites más justos. El cine, dice, noes ni "la abominación, la perversión de la inteligencia", ni tampoco una panacea que pueda acabarcon todas las fronteras.
"El cine es un lenguaje de imágenes, con suvocabulario, s-u sintaxis, sus flexiones, sus elipsis,sus convenciones, su gramática ... .como lenguaje, el cine tiene todos los' vicios y todas las virtudes de éste; sirve a lo excelente y alo peor. Lospredicadores puritanos que 10 condenan no vensu faz lurhinosa; los turiferarios que lo ensalzan,cierran los ojos neciamente ante su hemisferio obscuro. Todos ven una rl1isma pantalla, pero cadacual recibe el mensaje particular que conviene asu naturaleza. De los perseguidos por la ley, ~ientras un espectador retiene el .aspecto novelesco ydesesperado, otro reti~ne sólo la inclinación· alase:.imito, Tal muchacho de corazón bien puesto,aprenderá del atleta el rigor corporal, la alegríay la moral del cuerpo; pero otro, de condiciónmás ambigua, aprenderá la holganza, la posibilidad de sustraerse al trabajo regular. Sin duda novemos en la pantalla sino lo que teníamos ya enlos ojos..Es por esto por 10 que no creo ~n esapropaga1lda con que se rlOS llena los oídos. No puede el cine convertir a nadie; no puede más queconfirmar adictos que han renunciado ya a .dudar..No pienso que el film soviético haya ganado unsolo partidai'io al comunismo; pero lo que sí aseguro es que ha dado a los convencidos algunasimágenes preciosas, algunos talismanes contra lasdebilidades de la fe. Lo que ya es mucho". .
Estas observaciones nos parecen muy justas.Sin embargo, M. Alexandre Arnoux reconoce queel cine puede modificar los espíritus y los individuos; sólo que no quiere darnos de esto más que'un atinadísimo ejemplo, lo que lo lleva.a escribirlas divertidas y finas razones que siguen:
"¿Habéis notado cuántos niños de hoy imitanen sus juegos a' Mickey, tienen el gesto astuto yel ojo escudr-iñador, los movimientos bruscos y finos, la chanza alegre. v una manera ratonil dereír y correr:'
REv1Nu
2
•
E R
•
s 1 D A D
"Puede que la Tierra termine como un animado,dibujo mecánico: y . pOético, donde participarán,mezclados al hombre, las plantas, los animales ylas cosas. Mickey lucha a su manera contra la estrechez' y el ahog-o con que las masas nos oprimen 'y c;l.espe.rsonalizan. Es Mickey, por ahora,
'nuestra única esperanza de libre simpatía y aventura cósmica; nuestra sola defensa contra el hermetismo doctrinal". '
ELOGIO DEL DIRECTOR.-Con M. Alberto Consig-lió (italiano) estos debates se ensanchan.No se trata ya únicamente de la influencia del cine, sino también de su papel intelectual. La inter-
, vención ,de este autor es abundante y se halla cuidadosamente ftmdamentada.'
.Para 'él, como para M. Arnoux, el cine es unlenguaje de g-eneralidades más vastas que la palabra. Si las palabras eil la actualidad están combinadas con el cine, no es ya sino cori un valoradicional--cibserva COllsig-1io-: 'la sucesión deimág'enes 'habla por sí misma y puede expresara veces los más altos pensamientos. El autorexpone después álgullas consideraciones sobre lanaturaleza dd cin~ como arte y hace la afirmaciónde que el director de escena es un- verdadero crea-dor. .
"Del cine como arte--,asunto que podría suministrar mate-rial para un libro--cliremos que aspira a un realismo siempre más verdadero y que,en tal sentido, tiené una tendencia idéntica a ladel último Romanticismo y, en particular, de suliteratura. El cine, en efecto, utiliza la experienciade todas las artes; sin ser por esto transformacióny adaptación de ninguna en particular. No sólo,sino que aun sobrepasa y perfecciona la técnica
, de todas las artes porque-.-según ya lo hemos dicho-:-permite a cada artista darnos una interpretación completa de su propia noción de la vicia.Desde este' aspecto superior, el cine es principalmente un arte de metteur en scene. Pero la autoridad de este director no excluye la aportación eleotros artistas que contribuyen a la elaboración deuna película, tales como el escenógrafo, el músico,los actores, el operador, el decorador, etc... Desempeñan todos una doble función: la propia yla estrictamente subordinada al conjunto del film,a su estructura, a su unidad íntima. El directores inventor y árbitro de esta unidad; unidad enque radica la poesía cinematográfica. En otros
,términos: en una película, los artistas subordinados al director son: comparables a la materia prima, tal como ocurre con otros elementos inanimados: las lUCf;S, el sonido, los paisajes, los interio-res,. etc." ' ,
PreCisar quién sea el responsable del caráctery la calidad d'e una obra cinematográfica, es asun~
to que se presta a muchas controversias actualmente. Muchos hay que' difieren del parecer delcriterio italiano, y, sin embargo, cuando una película es inartística ¿a quién va a acusarse si no alqirector? El mariscal Joffre contestaba con gracia
: ....: .. d
él lus qite negaban que hubiera I;anado la batalladel Mame: "Efectivamente, puede que no la hayaganado; pero pude también haherla perdido".
DEL CINE COMO l\lETünO EDUCAfL'JVO.-En cuanto a la influencia del cine sobre elpúhlico, M. Consiglio no trata de negarla, peroopina que esta influencia no es tan importante comose cree. Políticamente es casi lIula. Prueba de ello,la producción rusa que no convence sino a los yaconvencidos. Desde un punto de vista moral. lainfluencia es dudosa, pues tal vez sea más bicnla masa la que imponga sus ll1aneras de senti l' vde pensar al arte de la pantalla; socialmente lainfluencia se hace sentir un poco más; a veces esperniciosa, ,pero puede también ser buena.
"¿ Dónde aprende una muchacha de pueblo aservir el té? ¿ Dónd€ aprende el joven a arreglar- ,Se, a adquirir modales desenvueltos? Las muchachas que imitan a la Garbo ridículamente, en sutocado o en el mohín de sus labios, los jóvenes queportan en serie el breve bigote a la Menjou, nosincomodan, sí; pero ¿ diremos que éstas son in
,fIüencias negativas del cine? Efectivamente, aca-so 10 sean en un primer ensayo. Pero errándo discitur. Esta imitación, ridícula al comenzar, acabapor servir para que la gente del pueblo adquiera elhábito de cuidar de su arreglo, lo que ya es unaspecto importante del trato social.
EL CINE, ARTE TOTAL.-Viene en seguidaun elogio ditirámbico para el cine: Su autor esun francés: M. Elie Faure. N o sería posible hallarnada más apasionado ni más entusiasta. lVI. ElicFaure, que era siempre todo generosidad de corazón y de espíritu, en ninguna parte menos queaquí ha regateado su admiración. Ni Ulla sola nota crítica. Ni la menor salvedad. Exaltación total.del principio al fin. A tal punto, que uno llegaa sentirse un tanto incómodo y a pregul"itarse sino se defendería mejor la causa del cine con unapoca mayor circunspección. El tono se nos dadescle las primeras líneas : "Ya se Jrate de buenaso malas películas, de una producción novelada,científica o documental,. todo observador inteligente no podrá menos que hallar en el dne loselementos característicos de un arte absolutamenteoriginal. Y, nótese bien : esto ocurre en el mismomomento en que culturas muy diversas parecen haber agotado ya sus formas de expresión". De donde el autor deduce que el cine es el mejor meclio.ele expresión cultural del porvenir, y, acaso, elúnico medio. Pocas líneas después llega esto a serafirmado implícitamente, cuando M. Elie Faurenos asegura que el film es una sinfonía y una catedral y elogia, vertiginosamente, sus cualielaclesplásticas, poéticas, filosóficas; tocio lo que el cinees, en una palabra.
EL CINE, UNA CA'l'EDHAL.-Eldiscursoele M. Elie Faure es verboso y se ha!!a conshuídosin plan. Las repeticiones son en él numerosas, por
3
u N 1 v E R s 1 D
falta de una linea directriz. Esto nos impedir~
ahora mostrar c1anunente el camino que sig-ue elpensamiento del autor. Encontramos preferible señalar unos cuantos frag-nientos que nos pareccuesenciales. .
"El cine presenta, efectivamente, todos los caracteres socIales que la arquitectura cristiana de la .Edad Media-diré, tomando el más recienteejemplo de un esfuerzo de expresión que yo ca-lificaré de sinfónico. .
"Como esa arquitectura, el cine es anónimo.Como ella, el cine se dirige a los espectadores detoda ~dad, c;Ie todo sexo y de cualquier país porla ul1lversahdad de su lenguaje y por la diversidad de lugares en que un mismo film es o puedeser proyectado. Como aquella arquitectura el cineno puede di~igirse sino él sentimientos que, porg-enerales y slITlples, puedan tocar inmediatamentela unanimidad de los espíritus. Los medios deaquélla son iguales a los de éste; quiero decirque casi todos los oficios colaboran. o pueden c()labatar, en la arquitectura y en el cine: de un ladoel escultor y el albañil, el obrero y el' vidriero, elplomero y el herrero, el imaginero y el maestrode obra~,. y, de otro, el modisto y el decorador,el ~l~ctrtclsta y el fotóg-rafo, el figurante y el maqUJmsta, el escenóg-rafo y el actor. Por últimou,n bello film, merced al carácter musical de suntmo y a la comunión espectacular que exige,puede ser comparado con el "misterio" que llenalas catedrales de U1)a multitud venida de todoslos puntos de la ciudad y de la comarca
ft:. esto síguense con~ideraciones estétic~s sobrela Identidad entre la composición de los films ,,'la escultura decorativa; paralelismos entre el filmy la pintura de los grandes maestros, entre el artede Velázquez y "La marca del zorro", el artede Gaya y "Las noches de Chicag(J",' y otrascosas no menos sorprendentes. Según M. ElieFaure el cine puede qacer- todo: poesía cienciateatro y, por último, técnica. Pero el autor insis~te especialmente sobre la necesidad de una concepción puramente visual, en el cine, diciendo Quefracasar en este aspecto sería traicionar el arte dela pantalla, cuyo fin principal es impartir a todosla educación de las facultades visuales.
TECNICA.-Los estudios que vienen a continuación son más modestos;' a menudo no llegana tratar del papel intelectual del cine. M. UmbertoBarbara (italiano) nos habla del- cine sin actoresesto es, nos hace ver cómo la sucesión de las imá:~genes, despojada de toela expresión humana particular a la acción, por su luero proceso, puede I!eg-ar a lo dramático oa lo cómico. Y nos da comoprueba la experiencia realizada por Pudovkinexpetiencia que consiste en mostrar, inm~diata~mente desp~és de un rostro inexpresivo, una escena cualqUIera en la cual este rostro tomará ennuestro recuerdo un carácter de emoción particular.
4
Para los americanos 'Valt Disney y Morkovin,el cine no tiene influencia -directa sobre el púbJico.Para G. M, Pabst (austdaco) el cine se' resiente,sobre todo, de no poseer más que un papel intelectual restringido; sin' embargo de lo cual es para .este .autor el medio de expresión más poderosoque puede darse. .
Merece la pena que nos detengamos a c~nsiderarun poco la última contribución, la de M. Fayette\Vard Allport (alItericano). Se nos habla en ella·de l.os graneles productores del otro lado delAtlántico, en sus relaciones con la opinión pública. y se nos informa, con todo pormenor, de losgrandes miramientos que tales productores tienenpar~ el público. ·Resulta que sus mayores preoctipaClOnes son las de no chocar con las multitudesy no influenciarlas de un modo ni de otro. Estebreve manual de comerciante moralista nos parece 'verdaderamente divertido. Vemos hasta dónde eldeseo de vender a un público· más vasto puedeconducir al más insincero y más estrecho de lospuritanismos.
... y MÜRAL.-Dejemos a un lado los co.mentarios hechos en relación con los fihns .documentales y de información. Si los filllls recreativos carecen de influencia es, precisamente, porque procuran tenerla. Las sociedades de producción y de distribución se han puesto ele acuerdodesde hace tiempo para no ofrecer al público nada que pueela incitarlo a sentir o a pensar de' otromodo que como siempre ha sentido y pensado. Lamoral aplicada es la moral corriente' el idealartístico ofrecido es el que comúnmente 'se acepta."La función' única del cine es únicamente la derecrear. Es este un hecho que no debemos perderde vista en. ningún -mom~nto, de la misma ma~lera q.u~ debe ~'ecord~rse siempre el error en quemc~rnr~amos SI creyesemos en la propag-anda porel mteres que despiertan en nosotros los valoresso~iales": Y he aquí, sin duda, la razón de queKmg VIdar haya realizado sus mejores films
~r . >como 1~ l/estro pan de cada día, con la colabora-ción de las g-randes sociedades.
Pero IVI. Allport piensa de otra manera y opina que estos principios son superiores y de unag.ran calidad espiritual. La posición del film amencano, con respecto al público, puede, dice él, serparafraseada como sigue: "que la pantalla permanezca accesible en todo tieú1po a los valores sociales con~t~ll~ti~os e inaccesible al proselitismo ya los preJUICIOS . Y poco después, el autor noshace saber que esta posición es mantenida siempre en los Estados Unidos, desde el momento enque antes ele ser presentados los filn.ls americanosson revisa~os y aceptados .por las asociacionescívicas :sigli'ientes: The General federation of\Vomen, Young Mens Christian Association, BoyScouts of America, California Cong-ress of Parentsand Teachers, American Library Association, y laInternational Federation oí CathoE~ Alumnae.Como se ve, M. Allport es, decididamente, un humorista.
Lástima que este estudio venga COlllU cuilc1usión de la obra, pues puede qui~arnos la esperanza en que el cine llegue jamása' alcanzar es.afuerza Que trastorna las ideas y los sentimientosvul~ares, esa fuerza, gracias a la cual una expresión llega a tener su vérdade1"o alcance intelectual. Felizmente en América, como en Europa, noestá· ya el cine tan maniatado por la común moralpública. y así, particularmente en Francia, variosde los últimos films realizados ahora son de unaaudacia de espíritu que arrastra al público pormenos trilladas sendas:
Rehabilitación del Barroco
Por LOUIS GILLET
HACE treinta o cuarenta años, el término barroco era usado todavía por los críticos de arte en
. un sentido un tanto despectivo, como uno de esosepítetos, vagos por 10 demás y de etimología in-
. segura, que traen consigo un matiz de reprobación. Era una de esas palabras un tanto deprimentes; que implican, sin que sepamos bien por qué,una acusación. de mal gusto.
El arte barroco, la pintura barroca, participaban dél descrédito bastante calumnioso en quehabían caído el e~tilo y la moral jesuiticos, conlos cuales era emparentado; estos términos englobaban en un desprecio inexplicable todo elpensamiento del mundo latino y católico posteriora la Reforma de ~utero, es decir todo 10 que provenía de Roma y que había rechazado el principio moderno de libertad de conciencia.
- Desde entonces las cosas han cambiado bastante. N o se liabrá olvidado aquella M ostra de Florencia, en 1922, que en cierto modo fué el manifiesta de una reacción, y que se propuso rehabilitar dos siglos de la pintura italiana reprobadosy caídos en descrédito. .
Este hecho se repitió en ocasión. de las memorables exposiciones italianas de Burlington House y del Petit Palais, en donde, no sin cierto snobismo, el público se deshizo en elogios ante Guido y Sassoferrato; adoró lo que desdeñaba lavíspera; se dedicó a exaltar lo que hay de más insípido y "cromo" en el arte italiano. El gusto por
. el barroco dejaba repentinamente de ser inconfesable; n0 inspiraba ya rubor, de la misma manera que, en música, tras el hechizo wagneriano, sevolvía a las delicias del bel canto. En Viena, enFranefort, se fundaron por esa época museos dedicados al barroco; las obras más discutidas delrococó, las engañifas y perspectivas aéreas del
1:.1. l'ozZlJ, las arquitecturas extravagantes del 1'.Guarini, los caprichos de Churriguera, la colunpna triunfal de m'ármol del Grabmarkt, en Viena .. '. encuntraron aplausos y aprobaCión.
Desde hace unos veinte años, Eugenio d'Orsha sido no solamente el testigo sino uno de losmás ingeniosos promotores de este cambio derumbos, iniciado, antes que por d'Ors, por Franchetti, Strzygowsky y por el inolvidable Marce!Reymond. Hay que convenir, sin embargo, enque se ha ido más lejos: el singular auge favorable al barroquismo ha venido a coincidir, andando el tiempo, con el movimiento de la postguerra, con el torbellino de un mundo desquiciado donde entraban, a la vez, mil cosas incongruentes: el jazz, el arte mexicano, el arte negro,el cubismo y los ballets rusos, esto para no hablar de los numerosos descubrimientos efectuados. en las excavaciones del Asia Menor y de laMesopotamia, así como en Creta y en el Turquestán. Todo ello contribuyó a modificar notablemente nuestra noción del arte. Se deshizo portodas partes nuestro concepto de lo bello fundado sobre cierto humanismo y sobre un conocimiento artistico limitado al mundo mediterráneo(y a la historia de una pequeña parte de estemundo). El resultado fué cierto desorden propicio a una 'multitud de combinaciones nuevas y disociaciones y asociaciones imprevistas, en mediode las cuales el barroco dejó de suscitar escándalo y de presentarse como una monstruosidad. Lejos de ello el barroco parecía ser el punto deconfluencia de todas las cosas permitidas (en unaépoca, por lo demás; en que casi ninguna manifestación de arte quedaba excluída). Por el conti-ario, la roca del Acrópolis parecía amenazadade aislamiento, por no decir, de quedar sumergirla bajo esta ancha marejada,
Cierto que ya hubiera podido presentirse algo de todo esto. Basta r~cordar el museo deRergamo. Si se piensa que los monumentos antiguos que fueron exhumados en el siglo XVIeran ya obra enteramente barroca, a nadie lesorprenderá entonces el giro que tomó el Renacimiento a partir del instante en que, para desventura nuestra, se hizo "el descubrimiento de laantigüedad". Tal fachada de Mil1et elel siglo. segundo o tercero anteriores a nuestra Era, yen,eya todas las caractedsticas ele una fachada JCSUltica. Roma no conoció jamás otro arte que estaarquitectura híbrida y compuesta, nacida de, u~amezcla de diversos órdenes y de un mandaJebastante impuro de la Greci'a y el Asia. Vitrubio.cuyó lib¡'o fué estimado como la Biblia del gusto' clásico, no es sinu el teorizante de esta mescolanza bastarda y, más que a 1l1:dias, oriental: ~asta ver lo que queda hoy del hlYlt11! y la afllll(laelindudable entre las antigllas ruinas y las fachadas de estas dos iglesias de Borromini, para reconocer que, en realidad, no son dos aquellas ar-
5