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s...ato

Hernández Arregui: historia, cultura y política,por Beatriz Sarlo

Impreso en INTEGRAL S.R.L.Ponsonby 966 - Buenos Aires

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8162023

La enseñanza de la literatura en los textos dela escuela secundaria,por Josefina Delgado, Carlos D. Martl'nez yJulio Schwartzman

Acerca de la psiquiatría biológica,por Andrés Brain y Carlos Bertoldo

Dialéctica de la lucha antimanicomial,por Osvaldo Banano

Un ajuste de cuentas. Trotski y el trotskismo,por Santiago Mas

Eur..12 númaro. uSS 15Ví••re. Uss 21

Cheques V giros • l. orden de LOSLIBROS. Tucumán 1427, :zo pilO.of:207. Bueno. Aires.

Diltribuldor KIotco•• 8uenoa.Air..:Soppo ·"'an Jaur. 72.

Libreri..: Tr.. Am.,ICII S.R.L.

2730

Educación popular lconcientización O prácticarevolucionaria7 ,por Carlos Mallo

Yo el Supremo lla escritura del pod.. o l.impotencia de la escritura? ,por Anton io Carmona

¡JI i ....,-,....,..---~-- ..lS v c-.NO..

32 Libros distribuidos en Bueno. Aires

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Hernándehistoria,eultura., polítioa

Beatriz Sarlo

Hern'ndez Arregui ha sido, por lo m.nos durante la década del sesenta y prin­cipios de la actual, una de las figuras tlÓ­ricas -fundamentalmente en lo histórico,lo ideológico y lo cultural- dil peronis­rno de izquierda. Sin embargo, su presti­gio y su influencia _ ejercieron especial-mente sobre 'as generaciones jóvenes -delas que quien esto escribe formaba parte­de la peque"a burguesía intelectual y uni­versitaria, cuyas experiencias políticas In­t.iores habían transitado por los carril.dll nacionalismo, el cristiln ismo o la iz­quierda marxista. Estos contingentes, que"1 la búsqueda del pueblo" se acercaban., peronismo por aquellos a"os, netasi­~an fundamentaciones y argumentos ,.Dltirnadore., por un lado, de su adscrip­ción ., movimiento peronista y, por elotro, desarrollos de izquierda que lo pr.Slntaran como el único camino viable ha­c~ el socialismo en la Argentina. AltiempO que se daba cuenta sumariamentede los errores de 'a izquierda en nue.tro pa fs (el histórico de.ncuentro de1~45), • reivind icaba ., derecho de apro­P"r. del instrumento marxista para apli­tarlo al análisis de algunos episodios d.·:":lstoria política. P,ronismo mis m.,..du _0 parecía s.. la ecuación que con·u:"r. luna r'llaboración eficaz d. lanalrr. de la revolución d.lib.ración nacio-

Pira la Argenti...'" :S jóvenes peronlstas veían an Her·qll: ' ~ Arregui 1I intlltetual peronistadox- IIn los prejuicios de rígidas orto-

-. Idlfll'. un producto que "",ía

~LitarOl,Noviembrl-Diciembrl1974

tanto par. ., debate con la izqui..damarxista como para la op.ación de in­corporlción 1I peronismo con el objetivode cambiar sus contenidos y su programa,bajo la bandera de un socialismo con elque _ correspondería 1I peronismo Inesta etapa. No hubo mayor preocupa­ción por discernir qué clase de marxismoera el instrumentado por HerMndez Arr.gui, ni tampoco cuáles eran las incon­gruencias que atravesaban su proyecto.

Plreciera pertinente formular hayal­gunas pregun., en función de un de­bite cuyos objetivos ..n delinear lasposiciones correctas en la lucha contra elenemigo principal de la patria, el imp.rialismo yanki, .. un momento en queSI agudiza la disputa interimp.ialista so­bre nuestropa(s, disputa qU8 tambi6narroja efectos sobre posiciones en el planode la ideología y la cultura.

¿Cuál.s IOn los componentes del pen­_miento di HerMndez Arregui? Sobreun fondo nacionalista populista, marcada·mente antiinglés y antiyanki, • Idviar­ten lis huellas de su formación filosóficade matriz alemlna y la influencie d. unmarxismo de corte socialdemócrata, comoel de Rodolfo Mondolfo~ en quien Her­nandez Arrllui reconocía a uno d. susmaestros. Muchos de sus puntos de vistay sus tISis denuncian correctamente a losrasponsabl. de la dependencia y el atrasoarg.ntinos; .Igunos d. sus juicios sobrela izquierda socialista V marxista anlasd'_ls d.1 traintl y .1 c~.ntI, aunquellenos de .-bitrariedlda. son pertinentes;

sus descripciones del efecto d. la d.pendencia sobre la cultura argentina, quediscutimos más adelante, tienen l' m.itade plantear justamente en •• nivel l.repercusiones de la penetración 1m...lista.

Sin embargo parece nece.io disc.tir a Hernínd.z Arregui. Esta dilcusi6nno tien., como es evidente, car6cter ,ICI­d6mico. La ·d.scripci6n de 11 IOcildlflargentina, de los conflictos de clase quelB atraviasan y de su r.p..cusión an.1 pia­no de la cultura tiene, que ver, en farmamá o m.nos directa, con lis tallaS po­litices para la actual etapa y su .icaeily corrección .n ., campo d. la lucha id.­lógica y cuItural.

En este primer trabajo hemos ....idotres libros de H_níndez Arrlgui ciMo­donas al dlSlrrollo de cuestiones cen­trada sobre cultura e historia. e1101 10n:Imperislismo y cultufl, Qu¡ 1$ ".,.

flllCions1 y L. formei6n '* M COIICÍln­c. lIIICioMl. C~eemos encontrar en .1101los ajls principales de' pensamiento diHern6ndez Arragui sobrl estos tema.

Cultur. nacionll: cuestione. endebate

Aunque, para Hemández Arregui,el ser nacional es 81, eje a partir delcuaf se piensan las contradicciones delos P8 (ses dependientes, es dificil en­contrar en su libro Ou• .. el ..

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l18cional una definición un ívoca deesta categoría. Por momentos el sernacional se identifica con la culturanacional y por momentos ésta esconcebida como su principal mani­festación.

En este sentido ser y cultura na­cionales aparecen como un todo or­gánico atravesado por una "multipli­cidad de tensiones congéneres y an­tagonistas" -como los músculos deun animal, aclara Hernández Arre­gui-. Ello supone entonces la exis­tencia de contradicciones entre lasdiversas clases que conforman la co­munidad nacional; así el ser na­cional no sería uno sino múltiple, locual equivaldría a afirmar la existen­cia histórica de varias "culturas na­cionales", correspondientes a expre­siones dif~rentes del ser nacional.

El ser "nacional en un país depen­diente parece correctamente conce­bido, a través de la comparaciónpropuesta por Hernández Arregui,como producto de una "comunidadescindida", como fuerza que "pugnapor cimentarse sobre las oposicionesde las clases sociales" (Qué es el sernIIcional, p. 19). Desde este puntode vista Hernández Arregui se hacecargo del problema de la "multipli­cidad", de la "escisión" de la comu­nidad nacional, como él la denomi­na. En ello estamos de acuerdo: lascontradicciones atraviesan la nacióny el rasgo fundamental de estas con­tradicciones, en el marco de la de­pendencia, tiene que ver con la acti­tud de las clases frente al imperial is­mOa Pero, lo que es imprescindibleagregar, en el camino hacia unacaracterización correcta y eficaz des­de el punto de vista político, resideen que no es indiferente al desenla­ce de la lucha antimperialista (y porlo tanto a la constitución en el cur­so de esa lucha de formas culturalesnacionales) la cuestión de cómo seresuelven las contradicciones en elcampo antimperialista, es decir bajoqué dirección se realizan las tareasnacionales en lo político, lo econó­mico y lo cultural.

Al respecto no es suficiente afir­mar que las clases subalternas son el"depósito" de la cultura nacional,dado que tambiéR en el campo de lacultura se manifiesta en forma ex­tremadamente aguda la lucha de lasclases dominantes por la imposiciónde su ideología. Si se concibe lacultura nacional como una sustanciadepositada en la conciencia de las

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clases subalternas se está al mismotiempo desplazando el problemaesencial de que precisamente esasclases son o pueden ser hegemoniza­das por la bu~guesía, y por tanto queesa cultura que reposaría en su senoes portadora, junto con elementospopulares y revolucionarios, de loscontenidos ideológicos de la claseque hasta el momento ha dirigidoen su provecho al conjunto de lossectores populares. Desde este puntode vista, que Hernández Arreguimargina, es preciso subrayar que lasmasas populares, cuando son hega­monizadas por la burguesía, necesitanliberarse de esa tutela para asegurara un tiempo el triunfo sobre el im­perialismo y la afirmación de los ras­gos que, en el curso de esa lucha, con­formarán una cultura nacional decontenidQs no sólo antimperialistassino verdaderamente democráticos ypopulares.

En este sentido, no es una cues­tión de detalle poner de manifiestoalgunas afirmaciones que, por secun·darias respecto de los ejes desarrolla­dos por Hernández Arregui, no de­jan de ser contradictorias respectode un proyecto efectivo de culturanacional y popular. Por ejemplo, enQué es el ser nacional (p. 26), se

afirma: "La conciencia histórica noniega a la oligarqu(a como pasado.La niega como presente. Y averiguay enhebra las causas que desde ayerhan ido marcando gradualmente suactual decadencia nacional". La ma­triz de esta afirmación se. vinculacon las tesis que exptica·n en térmi­nos morales la conversión de un pa­tri~iado (que habría fundado la na­ción no sólo en su provecho sino enel de la totalidad de las clases enella integradas) en oligarquía (espe­cie de degeneración de ese hipotéti­co patriciado que habría utilizado elinstrumento estatal-jurídica-poi (ticonacional en su exclusivo beneficio).Al margen de la paternidad de lastesis, importa en este caso destacar eltipo de operación que, por un lado,mientras convierte a. las masas po­pulares en depositarias ineonciantesde la cultura y el ser nacionales noimporta cuál 'haya sido la direcciónque sobre ellas se ejerciera, por elotro asegura a la oligarquía un lugaren el proceso de formación de laconciencia nacional, olvidando a talefecto que en el caso de la 01 igar·qu ía no se trata de una "degenera­ción" de la clase la que incitó al

aband,ono de las banderas nacionalesque no había levantado nunca, sinoque es precisamente bajo la direc­ción de la oligarquía y de acuerdocon sus intereses que se anuda n lasrelaciones de dependencia respectodel capital extranjero, especialmenteinglés, relaciones que conforman ydeterminan el carácter de la Argenti­na como país dependiente. La oligar­quía no está viviendo una "actualdecadencia nacional", ya que paraque ello ocurriera sería preciso que,antes, hubiera atravesadQ por unaetapa en la que sus intereses notransaaran en lo fundamental por sualianza con el capital extranjero, ras­go que Hernández Arregui conoce ydenuncia.

lit

La heterogeneidad de las tesis deHernández Arregui sobre la culturanacional como expresión del ser na­cional tiene que ver tambien con elproblema de sus orígenes: en la raízde ambos Hernández Arregui colocaa España (lengua/ religión/ institu­ciones y cultura) y a las civil izacio­nes indígenas. Es indudable que elsistema institucional y poi ático, asícomo las formas de explotación eco­nómica, impuesto por España a suscolonias americanas, son la base delos rasgos comunes de las nacio­nes da América Latina. Pero recono­cer esto no conduce necesariamentea la afirmación de que ~I pasado co­lonial español sea un elemento posi­tivo e indispensable para la constitu­ción de una cultura popular y an·timperial ista. Al afirmarlo como .talHernández Arregui coincide con lasposiciones hispanófilas del naciona­lismo católico -que en la Argentinadesempeñó generalmente una fun­ción reaccionaria y antipopular.

Además, la defensa que Hernán­dez Arregui lleva a cabo de Españase caracteriza desde el punto de vis­ta filosófico por su idealismo e irra­cionalismo. Transcribimos: "La In­quisición misma no puede despren­derse de esta dupl rcidad del penSI­

miento español, místico sí, pero os­cilante entre la fe teologal y la here­jía racional [.··l La misma Inquisi­ción, institución típicamente espa­ñola, debe interpretarse en su fazpsicológica, como el candado de esainseguridad del hombre español, in­termed io entre la fe y el ate ísmo,temeroso 'de s(, y, sobre todo, de l.propia concienc ia h eterodoxl"(Qué es el ser nacional, p. 32-3).Afirmaciones de est~ tipo son ..,..

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cialmente afines a una concepc,onirracionalista propia de la "psicolo­gía de los pueblos" que sin duda nocontribuye a esclarecer las raícesreales de los fenómenos históricos.

En cuanto a la afirmación delorigen indígena de la cultura nacio­nal y latinoamericana debe ser con­siderada a la luz de las tareas queHernández Arregui asigna con el ob­jetivo de consol idar y desarrollareste· componente. Dejamos de ladoel caso particular de la Argentina yalgunas otras naciones de AméricaLatina donde la potenciación de unelemento indígena en el proyecto deuna cultura nacional y popular notiene el mismo relieve que en Méxi­co, Perú, Bolivia o América Central.El problema no es pequeño, sin du­da. Sin embargo interesa más ver 06·mo los revolucionarios latinoameri­canos de este siglo vincularon siem­pre la cuestión de las comunidadesV culturas indígenas a la cuestióncampesina; cómo su desarrollo y re­cUPeración en el marco de una cul·tura nacional no puedé ser pensadoal margen de una tarea: la de la re­forma agraria, que hace a los intere­ses concretos de las masas ind ígenasV se vincula con el proceso por elClIal e¡as masas fueron no sólo do­n:'inadas poi ítica y culturalmenteSino despojadas de la tierra, primeroPor el conquistador español V luegoPor ras oligarquías locales. Sobre~lIo Hernández Arregui prefiere ca-~r. Pero fuera de este marco poi íti-~ Concreto la invocación a la po­~Il(:ialidad creadora tanto delpatri·pollio cultural de las civilizaciones. recolombinas como de las masasInd"I'll 'genas y mestizas actuates es for-eu~l.y cómplice del pintoresquismose tlVado muchas 4'eces por las cla-

a dominantes; asimismo no abre

lOSli_os• No~i8mbr8-Dici8mbre 1974

un espacio a la propuesta de tareaspolíticas revolucionarias que creenlas condiciones reales en cuyo mar­co se dinamicen e integren los ele·mentas region,ales e ind ígenas latino-americanos.

Respecto de la cuestión culturaltambién se hace imprescindible recu­rrir, para obtener una caracteriza­ción más o menos completa del penesamiento de Hernández Arregui, asu libro de 1957, Imperialismo y'cultura. Este ensayo intenta una his·toria de la litpratura argentina arti­culada correctamente a partir de laoposición imperialismo-nación. Mu­chas de sus tesis más gen~rales pue­den ser suscriptas, señalando al mis­mo tiempo la incorrección de ·otras yel céN"ácter mecanicista que·'está enla base de sus desarrollQl' y argu-mentaciones. ~

Vinculadas con la~roblemática

que se plantear ía años -más tarde enQué es el ser nacionalylconviene exa­m1nar más de cerca algunas proposi­ciones del úttimo apítulo de Impe­rialismo y cultura. AII í HernándezArregui expone 195 factores que ex­plican y determinan una cultura; losretomará luego, en Qué es el ser ".­cional, revestidos de una conceptua­lización de origen marxista. Pero, enlo fundamental, las tesis de Imperia­lismo y cultuia son las que estánpresentes en l. obr. posterior, conla ventaja para su cr(tica de que eneste libro aparecen más abierta­mente vinculadas I su matriz ideoló­gica y filos6fica.

En primer lugar,ta tesis geopolí­tica (p. 279 en ~e1.nt.t acerca dela influencia dE!termin8nte de ta geo­grafía sobre la conformación de une sp (r it u cultural latinoamericanounitario. Estamos de IQIerdo en quela naturaleza forma parte del medio

histórico donde se desarrolla todasociedad, y es desde este punto devista incorporada' a una concepciónmaterialista de la historia. Pero con­viene hacer algunas apreciacionesa~erca del carácter mecanicista porun lado y romántico y espiritualistapor el otro, entre los que oscila laconsideración de la determinaciónpor la naturaleza en Imperialismo ycultura. AII í se afirma que la poesíalatinoamericana está llena de abis­mos y que ello se debe en alto gra­do al paisaje; se dice también que elbarroco floreció en América porqueentró en correspondencia con la na­turaleza del continente (p. 28Q.2).Afirmaciones de este tipo son tribu­tarias de una concepción equivocadade la influencia de la conformacióngeográfica sobre los procesos históri­cos -que precisamente no da cuentade su carácter fundame!",tal-, con­cepción en cuya base está una solu·ción ecléctica acerca de cuál es eldeterminante de estos procesos, Y.que ellos no son resultado de unaconjunci6n armónica de factores(economía, naturalezl ... ) sino deuna preponderancia de lo económi­co sobre los demás niveles de reali­zación de una sociedad dada. De allfla radical incorrección de la ecua·ción de Imperiali$lTlO y cultura, enla que e¡tán presentes los campo.nentes mecanicista y espiritualista:"fuerza pasiva de la geografía" m'."sumergimiento social de las I1\UIS"

produce "Ia peculiaridad espiritu.1del alma americana".

En segundo término. también •equivocado atribuir a la f,*,za de lanaturaleza, expresada en l. un."geográfica ("geopolítica"), la hipote.tica homogeneidad de ,., cultur.latinoamericanas. Fueron en cambiola. ctases dominantes la, que coneu.

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jeron los procesos que desemboca­ron en un tipo de unidad cultural-a veces sobre la base de elementosheterogéneos y contradictorios,otras apoyándose en tradiciones co­munes- que era imprescindible parala consolidación de su hegemonía declase; el caso de la generación delSO y el roquismo en la Argentinapermite pensar cuáles fueron los ras­gos que caracterizaron este procesode unificación cultural e ideológicaimplantada más allá de los límites ydiferencias geográficas que distin­guen a la pampa húmeda del noroes­te o de la región andina. En estainstancia es necesario considerar quela naturaleza no opera en la deter­minación de lo social sino a travésde las relaciones sociales, principal­mente de las relaciones de produc­cion.

Si bien Hernández Arregui señalacorrectamente a la dependencia co­mo rasgo fundamental de la confor·.mación de las sociedades latinoame­ricanas, ni la tesis geopol ítica -quereaparece sólo exteriormente modifi­cada en Qué es el ser nacional­acerca de las causas de la "unidadcultural latinoamericana", ni el me­canicismo que preside el estableci·miento de relaciones entre la estruc·tura económica, las clases dominan·tes y sus proyectos culturales, sonlos instrumentos más aptos parapensar la complejidad del procesocultural y literario en nuestro país.De allí la unilateralidad en el plan..teo de las vinculaciones de los inte­lectuales con la oligarquía terrate­niente que conduce a considerar queLugones, los m'odernistas o la gene­ración del 900 fueron víctimas deuna conspiración organizada por la01 igarqu ía para atraerlos hacia susposiciones, conspiración victoriosaen muchos casos. Este tipo de expli·cación tiende a definir las relacionesde los intelectuales con las clasesdominantes en términos de vincula­ciones personales de lucha o alianza.Hernández Arregui pensó esta pro­blemática más bien a partir de jui­cios morales: los intelectuales quepudieron superar las trampas tendi..das por la oligarquía para atraerlos asu servicio y los que sucumbieronante ellas, padeciendo e~ algunos ca­sos desgarramientos y agonías. Con·ceptos tales como "organización de lacultura", que supone la existencia <;teaparatos e instituciones en cuyo in­teriot se realiza la hegemonía cultural

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e ideológica de las clases dominantesa través del concurso indispensablede sus intelectuales orgánicos, pare­cen más útiles y correctos para pen­sar la formación de un espacio cul­tural creado a partir de ·Ia legislacióneducativa, la' escuela, los grandesdiarios y la escritura poi ítica, porejemplo; fue precisamente en esteespacio donde la oligarquía llevó acabo su operación cultural e ideoló­gica y la captación de vastos secto­res intelectuales.

Por otra parte, Hernández Arre­gui partiendo de un registro moralis­ta y hostil de las actitudes poi íticasde sectores pequeño burgueses, espe­cialmente intelectuales y universita­rios, ante los gobiernos de Yrigoyeny Perón, elabora una teoría delcomportamiento de la pequeña bur·guesía que torna imposible pensar,por un lado, una política culturalque gane a la mayor parte de laintelectual idad para un proyecto re­volucionario y nacional, y por elotro evaluar adecuadamente las ra­zones por las que sectores de la pe­queña burguesía intelectual funciona­ron, en algunos períodos,como alia­dos de las clases dominantes. Claroque algunas de estas razones lo hu­bieran obl igado a reconsiderar elconjunto de sus afirmaciones sobreel peronismo y en general su carac­terización de la sociedad argentina.

Historia y poi ítica

La teoría de la cultura nacionalno se desarrolla al margen de unaconcepción de la Argentina, de lahistoria de sus luchas sociales, desus clases, sus poi íticas y sus ideolo­gías. A los efectos de situar las'pro­posiciones de Hernández Arreguique hemos expuesto más arriba pa­rece indispensable referirse a un li­bro suyo donde se exponen sus tesisal respecto, La formación de la con­ciencia nacional.

No abordaremos la discusión deun co,njunto particularmente contra­dictorio y equivocado de ideas acer­ca del carácter capital ista de la em­presa colonial española, expuestasen Qué es el ser nacionsl, ensayodonde. se afirma ora el carácter capi- .tal ista de las relaciones de produc­ción en la España del siglo XVI, orasu carácter feudal (p. 40-63);,.dondeademás se asimila el carácter comer­cial de la colonización con las rela­ciones de producción impuestas por

España a sus dominios, confundien­do a la vez capital mercantil y capi·tal ismo; tales ideas conducen a laafirmación de que la clase dominan·te en América 'Latina fue, en el pe­ríodo de la emancipación, la de loscomerciantes ("burguesía comer­cial") que posterior o contemporán·eamente se constituyó en 01 igarqu íaterrateniente. De toda esta zona delos ensayos de Hernández Arreguidifícilmente pueda extraerse otraconclusión que la de la indigenciade sus instrumentos de análisis quefueron considerados, incluso por élmismo, como marxistas.

A partir de allí, también en Quées el ser nacional, Hernández Arre­gui ha demostrado una nueva confu·sión en los términos en que planteael proceso de emancipación, sin al­canzar a decidirse sobre la funcónque en ese proceso desempeñaronlas clases dominantes locales que lohegemonizaron en su provecho; sindecidir tampoco cuál fue el aspectofundamental de su ideolog(a y de suproyecto de organización poi íticapara las naciones americanas.

Esto tiene repercusiones directassobre el conjunto de afirmacionesque se articularn en La formaciónde la conciencia nacional. Hernán­dez Arregui propone una descrip­ción esquemática y unilateral de laoligarquía arg~ntina que, si bien po­ne a foco un aspecto esencial de laconformación de esta clase, esto essu relación con el capital extranjeroy el imperialismo y con la propie­dad de la tierra, no puede hacersecargo de la complejidad de factoresque requiere, por ejemplo, la expli­cación de porqué ciertas posicionesfilosóficas, como el positivismo, fue­ron defendidas por representantesde esa clase. La explicación propues­ta por Harnández Arregui no es sufi­ciente. Al afirmar que la Argentinaexportaba carne e importaba filoso­fia establece una mecánica e inacep­table vinculación causal directa en­tre el anudamiento de relaciones dea~ociación con el capital inglés y laadopción de una determinada escue..la filosófica, no inglesa por lo de·más.

Del mismo modo, HernándezArregui encuentra dificultades parae>tplicar porqué los terratenientes ar­gentinos proyectaron una repúblicacon~titucional, de matriz liberal, pa·ra realizar. su dominación de clase.Hernández Arregui prefiere pensarla

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peculiaridad de este fenómeno comouna maniobra pérfida y diversionistade la oligarquía que disfrazaba suestado bajo las formas republ icanasconstitucionales o como un simpleefecto de la profunda dependenciade esta oligarquía respecto de la cul­tura europea. Esta simplificación notraduce las razones por las cuales laoligarquía adoptó modelos literariosy culturales franceses, una organiza­ción poi ítico-constitucional nortea­mericana y una organización militarprusiana, cuando establecía al mis­mo tiempo las más profundas y de­finitivas relaciones de dependenciaCon Inglaterra. La idea del truequede carne por ideología, de caráctermecanicista y economicista, no estáen condiciones de describir correcta­mente el proyecto poi ítico de la cia­se terrateniente argentina, la que pa­ra la mejor realización de sus intere­ses e imposición de su hegemoníasobre la sociedad, y también paraasegurarse la más amplia cuota debeneficios en su alianza con el capi ..tal inglés sin resignar en esa al ianzala propiedad de la tierra, conformóUn estado nacional caracterizado ins..titucionalmente como república libe­ral democrática, cuya realizaciónhistórica se defin ía mediante el con·trol hegemónico ejercido, por lo me·nos hasta 1916 y después de 1930hasta 1943, sobre sus instituciones.

También en La formación de laconciencia nacional se encuentra unCOnjunto de tesis equivocadas acercadel campesinado y su relación conlos terratenientes. Vale la penatranscribir a'lgunas de ellas: "LaUnión de la clase terrateniente conlos colonos y propietarios medios,Por las relaciones jurídicas de laPropiedad territorial más que anta­gonismos ha creado situaciones soli­darias de conjunto entre la oligar­q[uía y la población inmigrante

· · .] y es que esa pequeiia bur·guesía rural está Iigamentada al sis­tema de la producci6n agropecuaria,de cUYos beneficios participa comoclase subordinada a costa de la de­formación económica del país ente­ro" (P. 83). Y más adelante: " ...::.os chacareros integran el régimentr . la tierra en la Argentina, y aO/~lIé, de la poi ítica general de lap 11Iarqu(a, explotan por igual a la

oblación nativa" (p. 129). VeremosenlAru ··dc' -~~t a cuáles son las consecuen·plas Poi (ticas de estas afirmaciones.ero antes parece necesario señalar

los Libros, Noviembre-Diciembre 1974

que si bien "Ias relaciones jur ídicasde la propiedad territorial" unenefectivamente al campesinado con laoligarquía, esa unión no constituyeuna alianza beneficiosa para ambos,como lo afirma Hernández Arregui,sino que por el contrario tales rela­ciones jur ídicas establecen el régi­men de expol ¡ación a que se vensometidos colonos y arrendatariospor la clase terrateniente beneficiadano sólo por la renta de la tierra sinotambién por el control absoluto queejerció, por lo menos hasta 1945,sobre los precios y la comercial iza­ción de los productos agropecuarios:entonces, relación sin duda, perorelación de explotacion, que señalala contradicción existente entre elcampesinado y la oligarqufa en nues­tro paa's.

Las tesis sobre el campesinadoque comentamos se relacionan en elplanteo de Hernández Arregui conuna posición racista y xenófobafrente a la inmigraci6n europea cu­yo efecto sobre la superestructuracultural habrfa sido, a su juicio, elde "contrarrestar la fuerza vivientede la conciencia nacional", aliándosetambién en este nivel con la oligar­qu ía a fin de IIbastardear" no sólolas manifestaciones de una culturanacional producidas según Hernán­dez Arregui por la población nativa,sino también contaminar con dialec­tos bárbaros el espafiol que consti­tuiría uno de los pilares del proyec­to cultural nacional.

Los hijos de estos inmigrantesson quienes, producido su pasajepor la "universidad colonizada", seconstituyen en el "instrumento deque se vale la oligarquía para con­servar y difundir su pensamiento declase". El sentido de esta afirmaciónno se agota en lo meramente des­criptivo sino que supone tambiénuna propuesta poi ítica de Hernán­dez Arregui: abandonar a este sectora su destino apendicular, salvo que,no se sabe bien por qué causas,despierte a la conciencia nacionalcomo sucedió con Scalabrini Ortiz ofORJA. De lo que se trata entoncesno es de pensar una poi ítica queincorpore a las capas medias al pro­yecto nacional y rev~ucionario sinode esperar pasivamente su conver­sión, que por otra parte HernándezArregui no considera fundamentalpara el desenlace de las luchas anti­imperialistas en nuestro pals.

Cabe preguntarse cuáles son los

efectos de tales tesis: uno principal,aislar al proletariado de sus aliadosfundamentales, el campesinado po­bre y medio y la pequeña burguesíaurbana" incluidos los intelectuales.Aislado, el proletariado se encaminarápidamente a colocarse bajo la he­gemonía ideológica y política de laburguesía nacional en un procesocuya realización histórica es el pero­nismo.

La severidad con que HernándezArregui enjuicia a las capas mediastanto urbanas como rurales se con­vierte en actitud comprensiva cuan­do le llega el turno al nacionalismocatólico de la década del 30. Si bienHernández Arregui considera que suvinculación con sectores oligárquicosestá en la ra íz de la resistencia deestos sectores nacionalistas al avancede las masas populares a partir deoctubre de 1945, olvida que el pero­nismo incorporó a sus filas, a mu­chos de estos intelectuales antilibe­rales, católicos e hispanófilos, sinque se alteraran con profundidadsus puntos de vista. Y también pasa.por alto que si los contenidos deeste nacionalismo son efectivamenteconservadores y aristocratizantes-como él mismo los califica- nopueden luego ser considerados comoobjetivamente "progresivos" en rela­ción con el proceso de liberaciónnacional.

Comprensivo con la derecha cató­lica de la década infame; arbitrarioy hostil frente a la pequeña burgue­sía y el campesinado; dogmático enrelación con la inteleetualidadpe­queño burguesa al no comprendersu colocación real en un país depen­diente; racista y xenófobo frente ala inmigración; lleno de espectativasfrente al proyecto que a través dela figura de Perón se impone alproletariado, subordinando la reali­zación de las tareas nacionales a loslímites del nacionalismo burgués, yconci liando con la clase obrera en lamedida en que conformaba la basesocial indispensable de un proyec­to político, Hernández Arregui fueun teórico consecuente del peronis­mo al que sirvió no para dar Jazónde una poi I'tica que se expresaba .ple-

,namente en el discurso V la prácticade su líder, ·sino para atraer a su senoprecisamente a miembros de la pe­queña burguesía intelectual y uni.versitaria a la que proporcionó los"argumentos teóricos" de una ope.ración poi ática.

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La ensenanza de la literaturaen los tezto.de la escuela secundarlaJosellaa Delgado,"Carlos D. Martíaezy Julio Sebwartzmaa

La historia de la literatura latino­americana, desde la perspectiva deun proyecto cultural de liberación,debe revelar la búsqueda de una cul­tura nacional y popular en luchacontra las expresiones dominantesde la dependencia y la explotacióny hacer posible una lectura que res­cate de lo antiguo lo que sirva alpresente y de lo extranjero lo quesirva a lo nacional. De este proble­ma central de nuestra historia litera­ria no pueden hacerse cargo los te)(,tos de enseñanza, en los cuales lacultura dominante resulta el modeloúnico y las expresiones culturales delpueblo un territorio marginal, degra­dado.

La enseñanza de la literatura enla escuela secundaria constituye uncampo en que se pone de manifiestola organización dtl la cultura domi·nante. Circunstancias heterogéneasmarcan fuertemente la relación pro­fesor·alumnos en que esa enseñanza

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encuentra su último eslabón y su si·tuación básica. La heterogeneidadproviene, en lo esencial, de dosfuentes. En primer lugar, el sistemade la enseñanza media, cuyos pro­gramas, planes, tradidones pedagógi­cas, normas administrativas, pautasde comportamiento, imprimen atodas las asignaturas una modalidadde la que es casi imposible evadirse.La imposición, el autoritatismo, laverticalidad, son elementos privile­giados de ese sistema 1. En segundo

I Hasta qué punto tal situación im­pregna la enseñanza de la literatura puedeinferirse a partir de las recomendacionesque un manual -vigente durante más dedos décadas- impartía a los profesoresde la materia, Aunque llamativamenteparcos en cuanto al método de análisis yal fundamento de la evaluación, los auto­res no dejaban de recomendar: "El profe­sor, con la libreta en la mano, interrogasucesivamente a varios alumnos sobre pun­tos esenciales de la biografía [del autor]y de las lecturas [ ... j. Si esto se ejecutacon toda rigidez desde el primer momen-

lugar, la concepción de la literaturaimpuesta por el imperial ismo y lasclases dominantes, concepción queescinde la práctica literaria de la prác­tica social, que elitiza su produccióny su consumo, que establece un sis­tema de lo literario con rigurosas nor­mas de inclusión y exclusión.

Los textos de enseñanza de laliteratura -hemos analizado espe­cialmente los correspondientes a li­teratura hispanoamericana y argen­tina y los de "comentarios de tex­to"- cumplen una función muyprecisa dentro de este sistema.

Una sucesión natural de movi­mientos, corrientes o escuelas con­forman la historia de la literaturaamericana en lengua española, la

(sigue en pág. 101

to, comprenderán de entrada los alumnoSla necesidad de hallarse al día en cadaclase ... " (Bastianini, René y Molina yVedia, Laura B. de: Literatura american~y argentina, Buenos Aires, Librería deColegió, 1950, pág. 61.

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.1. LA LECTURA UNICA

,. Pero la obra literaria es una crea­ción estético-expresiva, un complejo mun­do de emociones, de juegos de la imagi­naci6n. (L~R., Antología 3,4).

2. Existe en ella [la obra] todo unmundo sub yacente de vivencias, emocio­nes, sensaciones, intenciones, que consti­tuyen la atmósfera espiritual que el autorquiere expresar. (S-Z, 231).

3. La obra puede expresar -y gene­ralmente expresa- un estado emocionaldominante o varios: amor, angustia, soleo.dad, terror, etc. [ ... ] En el análisis, ellector debe detectarlos a través de la lec­tura. (L, Carpeta, 10).

"Autor"

4. [Amalia] es, más bien, una cr6nicaapasionada de sucesos vividos por el au­tor, narrador imaginario. (V, texto, 96).

5. Esta perspectiva abierta y múltiple[la de Una excursión a los indios ranque­/es] es, entonces, la de un narrador quecuenta lo que ha visto; un escritor queutiliza el género epistolar dentro de untiempo narra\ivo fragmentario y amplio;un protagonista que es, al mismo tiempo,centro de lo narrado; un testigo que di­versifica lo visto y vivido en una actitudcoloquial frente a sus lectores; y un per­sonaje -el coronel Mansilla- que recurrea la forma autobiográfica para expresarsus propias ideas acerca de sus ex perien­cias literarias. (V, texto, 136).

6. Borges se dirige directamente altango [ ... ] la primera persona utilizadaen esta poes(a [Alguien le dice al tango lda a esa valoración un tono muy sulútti-'VO, e identifica al "yo" evocador con elBorges real. (LOoR, 3,'66·7).

7. Cuando una obra se escribe desdeel punto de vista del yo protagonista elautor narra lo que le ha sucedido a él.(L, Carpeta, 11).

8. Borges narrador-protagonista relataun hecho ... (V, texto, 248).

9. . .. Sentido de la obra o intencióndel autor.(S, 9).

10. En la creación poética el artistasuele pasar por estos dos momenots:

a) siente la conmoción de todo sumundo ps(quico;

b) selecciona V organiza racionalmente101 datos de la subconciencia. (S. 254).

....¡d.d y ficci6n

11. [ ... ] en los siete años que vanCOrridos [entre la publicaci6n de las dosPanes del Martln Fierro1los sentimientos

Loa libros. Noviembre-Diciembre 1974

V las ideas de Fierro han cambiado radi­calmente. (M, 219).

12. La realidad representada en Ama·lia procede de una zona real, inmediatapara el autor, a la cual él incorporó per­sonajes ficticios. (V, Texto, 93).

12 bis. Los gauchos son los protago­nistas de los poemas gauchescos y de lasobras en prosa del mismo género.

Acerca de este ejemp lar social y hu­mano [ ... ] se ha debatido bastante ...(L. Texto, 217).

13. Al despedirse de su vida pasada,Fierro, como portavoz de los gauchos,reclama "casa, escuela, iglesia y dere­chos". Tal es el sentido pedagógico, laintenci6n polhica del poema, acentuadosen la 20 parte, pero que surgen tan natu­ralmente de la entraña de la acci6n queno afectan a su puro valor estético.(E.G., 413).

El lenguaje ausente

14. Un texto literario es un mensajeque un autor comunica a un lector paraproducir en " una impresión estética,una impresi6n de belleza, un placer. (LOoR,2, 5).

15. Los sentimientos, la imaginaci6n,los r.ecursos estil (sticos, la fantas(a y elgoce estético, forman parte de la natura­leza de la literat.ura contenida en los tex·tos. Ellos integran un todo de elementossolidarios con la realidad social en la cualla obra literaria nace y a la cual represen­ta a través de acontecimientos, temas,penoíajes, ideas y escenarios de una épo­ca determinada. (V, Orientaciones, 1).

1.6. Todo texto alude directamente auna realidad ... (LOoR, Antología 2,'7).

17. Todo ello dio a su carácter [el deHernández] una serie de elementos queluego aplicaría directamente, sin estragar­los por ningún simulacro literario, 8 laspáginas vibrantes de su obra representati­va. (8 e, 184).

18. Los recursos 1 técnicos: [ ... ] d.El lenguaje. (LOoR, 3, 12·3).

Opacidld-transp.encia

19. Lenguaje transps'Bnte. ,. Hay unlenguaje que deja traslucir clsramente lasignificación, lo que $e dice. A través deél, sin reparar en é', vemos la realidadque señala. [ ... ] Lenguaje figurado: 2.Pero otras veces el lenguaje se vuelve opa­co, no nos deja ver la significaci6n, por·que se recubre de figuras, que apuntan aotra realidad. Lo que nos llama la aten­ción entonces son esas figuras que nos

hacen reparar en el mismo lenguaje. (LOoR,3, 265).

20. El cuento real ista sustituye el to­no de exaltación del romanticismo porotro más objetivo y ceñ ido a la verosimi­litud de los hechos narrados desde el ex­terior. (V, Texto, 243).

21. El lenguaje se ajusta al tono re.lista de la obra: imágenes directas, quepresentan hechos, situaciones concretas.(LOoR, 3, 83).

Los críticos y la consagraci6n

22. Al principio no fue considerado[el Martín Fierro] como una obra lite­raria de valor por los escritores de Bue­nos Aires, pero bien pronto los juicios deUnamuno y Menéndez V Pelayo en Espa­ña, y Miguel Cané y Martiniano Leguiza­món en nuestro país, al que luego siguie­ron los de Bartolomé Mitre, LeopoldoLugones V Ricardo Rojas, cimentaron suprestigio. (E G, 343).

23. Este gran escritor [Borges] ha dis­frutado en vida del reconocimiento de supa(s y del extranjero, por la originalidadde su creación literaria. Pocos autores aro.gentinos han logrado tal estimación gene­ral. (L-R, 3, 61).

,.24. El Facundo tuvo inmediata reso­nancia en el mundo de la cultura: lacerrada y exigente. publicaci6n francesaR,vue dllS Deux Mondes consagr6 la obr.y la difundi6 por Europa. (BG, 116).

25. (...l la crítica aún no se ha pro­nunciado definitivamente sobre los Movi­mientos literarios en el Siglo XX. (S, 7).

26. El siglo XX ha producido proba­blemente el más alto grado artístico ennúestras letras, y presenta ya por lo me­nos el caso de dos autores consagradoscon el máximo galard6n literario delmundo, el Premio Nobel de Literatu·ra ••• (L, Texto, 9).

27. Azul le abre las puertas de la f.mi. (LOoR, 2, 50).

Estructura

28. Estructura 1) Determine el tipode estrofa, verso y rima empleados. (S,35).

29. Estructura externa. La obraconsta de seis partes en que su autoralterna la décima y la redondilla •.. (V•Texto, 118).

30. La estructura de la obra esté bienlograda, porque la elección y combin.ci6n de los elementos responden a la in­tenci6n del autor. (L-N, 1, 11).

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que resulta así desproblematizada.La omisión de la cuestión funda­mental se ve reforzada por la pre­sencia de una pseudoproblemática(V, 48-50) en torno a debates aca­démicos y estériles sobre autor ías,plagios, influencias, originalidades,excelsitudes y grados de genialidad.Se sobreentiende, pues, que si éstosson los problemas, las cuestiones endebate, lo otro, es decir, la historiade nuestras literaturas, no está pues­to en duda, no es ni debe ser some­tido a la crática.

Este punto de vista puede ser ilus­trado con la actitud de los autores delos libros de texto ante las culturasprecolombinas (VIII, 63-65). Algunos,ateniéndose a los programas en vigen­cia, las ignoran totalmente, iniciandola historia literaria continental conuna IIliteratura de la conquista" en laque lo conquistado -y arrasado­apenas importa como objeto de lacuriosidad y la crónica del conquis­tador, único sujeto legítimo de lapráctica literaria. Otros, al dedicarun capítulo preliminar a las literatu­ras indígenas americanas, refieren sudestrucción de un modo tan neutroque aparece como producto de una"evolución natural" e inevitable yno de una lucha sangrienta.

La convalidación de la conquistacultural pr.etérita se corresponde conla justificación de una producción yuna lectura necesarias hoy para elimperialismo y las clases dominan­tes. Con una diferencia profunda:· siante una situación colonial no hayreparo en basar en el liso y llanoimperio de las armas la negación de

la lectura de los textos del conquis­tado (por el simple expediente de suquema y destrucción) y laimposición de la escritura del con­quistador, el mecanismo varía cuan­do se trata de una situación en quela dependencia del imperialismo seha articulado con el dominio de unapoderosa oligarqu{a V de grandes ca­pitales asociadós, que han confor­mado su propio Estado V han esta­blecido sus propias pautas de domi­nación ideológica en una vasta ycompleja organización de la cultura.y aquí las armas, último fundamen­to de esa dominación, conviene queno se vean, reemplazadas eficiente­mente por un sistema de valorescuya adopción por parte del pueblole impide forjar, también en lo lite­rario, un proyecto propio de libera­ci6n.

10

11. ESCRITOR. ALMA y PROCER

31. Su don poético [el de Rubén Oa­r(o] se apodera de cuanto ve. (L-R 250). , ,

32. La vocaci6n por las letras hablanacido con ella y no podía evitarla. (L,Texto, 73).

33. Echeverrfa fue, en efecto, un al­ma sensible que vivi6 intensamente l.luchas y los ideales de su época, ideales.los que Sácrific6 su tranquilidad y su for­tuna, arriesgándolo todo en defensa de lalibertad [ ...] El mismo es un s(mbolopara todos los que aspiran a una Argenti­na progresista y democrática. (EG,296).

34. Porque, por encima del escritordel pensador y del pol(tico, Sarmientdfue el hijo pred estinado de la patria, naci­do sólo para engrandecerla y servirla.(EG, 296).

Intentaremos describir el funcio­namiento de este mecanismo en lostextos de enseñanza de la literaturaen la escuela secundaria, para locual partiremos de considerar atodos ellos como un texto único.Somos concientes de la injusticiaque ello implica: se pierden muchosmatices y no se valoran las diferen­cias entre los distintos textos, loque, por otra parte, no entra ennuestro propósito. los puntos devista de los autores de esas obras osci­lan entre una retórica neoclásica yla más servil "actualización" de lascorrientes críticas en boga, pasandopor una variada gama de interpreta­ciones históricas que van de lo cle­rical a lo ultraliberal. Todo ello nospareció secundario en relación conla coherencia íntima que conservan~n su concepción de la literatura Vde la historia, Que es precisamenteaque"o en que radica su funcionali­dad.

En la descripción de ese textoúnico prescindiremos de las citastext~ales, Que hemos agrupado enrecuadros, a los que remitimos se·rialando, entre paréntesis, los sub­títulos y los números que figuran endichos recuadros.2

2 Razones de espacio han limitadoforzosamente la cantidad y la extensi6nde las citas. Ellas no pretenden verificarla presencia de un mismo fen6meno entodas las obras analizadas: hemos debidoelegir los fragmentos m.s representativosde cada fenómeno, aunque no remitierana la totalidad de las obras.

Una actualización didáctica

Lo dicho vale pese a todos loscambios -más que nada exteriores­que esa clase de obras ha venidoexperimentando últimamente. Ocu·rre que en los últimos años la zonade "comentario de textos" (partedel programa de Castellano del ciclobásico) ha venido creciendo hastaautonomizarse del resto del pro­grama y motivar la aparición deobras especiales. Evidentemente, elámbito del "comentario de textos"ha parecido a ciertos autores un es­pacio más abierto, más libre, paraexplayar teorías sobre el análisis li­terario, sobre la obra literaria, sobrelas modalidades de la lectura, encontraposición con la estructuraIIcerrada" de los manuales de histo­ria. Por otro lado, las nuevas obrasde que hablamos se presentan a símismas como una suerte de panaceadidáctica, que incitaría la crecienteparticipación del alumno a través deeficientes motivaciones (ilustracio­nes, "conexiones", ejercicios, etcéte­ra) y hasta su evaluación por mediode "carpetas didácticas" que permi­tir(an medir el conocimiento detodo el programa.

La innovación ha parecido tan re·voluéionaria (y especialmente tanvendedora) a las editoriales dedica­das a textos escolares, que la nuevamodalidad ha invadido también al ..gunos manuales de historia de la li ..teratura para cuarto y quinto años.La falta de control del Ministerio deEducación favorece la producción yel consumo innecesarios de este tipode bibliograf(a.

Ahora bien: en nuestra opiniónambas pretensiones -libertad y di­dactismo- no pasan de eso. La delibertad, porque los nuevos librosponen m6s en evidencia que los vie­jos las limitaciones de una concep­ción elitista y enajenante de la litera­tura. La de eficacia didáctica, por­que los esquemas, carpetas, evalua­ciones, etcétera, no han surgido me- /ramente de una necesidad3 sinoque han ocupado un espaci~ nor·

3 las bajas remuneraciones percibida.por los trabajadores de la educación 101

obligan a acumular horas de cdtedra obien a desempei\arse en otras aetividadel,restando tiempo a la preparación del"cla.s. los esquemas que proporcione"los textos intentan cubrir esta necesided.

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malmente cubierto por la relaciónprofesor-alumnos. Los nuevos textosya no confían en el profesor: éste haqUedado reducido -en la concep­ción implícita en las "carpetas di­dácticas"- a un mero trasmisor. ensituaciones totalmente previstas porlos autores: todo está ya dado. Sor­prende comparar esta sujeción con laconfianza en el docente que implica­ban muchos viejos tratados -entreellos el ya citado- que preveían quesu obra debía usarse en diez minu­tos de clase. para dejar el resto alcomentario de textos. en el que "elprofesor no puede ser sustituido"4.

Entre los viejos textos más apega­dos a la retórica neoclásica pero máspartidarios de la "'ibertad" del pro­fesor. y las nuevas carpetas. "últi­mo grito de la renovación de laenseñanza" que reducen al docentea la pasividad no han mediado tantodivergentes concepciones de la lite·ratura y de la enseñanza. sino unacrisis en el sistema educacional ar­gentino, producto de una crisismucho mayor, y que se ha tradu·

4 Bastianini ...: 01', cit•• P'g. 6.

111. ELlTISMD

35. Fue empleado de tienda, destinocomún de los distinluidos j6venes de la'poca. (M, 215).

36. [Borges] Pertenece a una familiatradicional, que lo hizo frecuentar elmundo de la cultura europ... Pero supode la existencia del suburbio ..• (L·R, 3,60).

37. Fue un esprritu aristocr6tico yexquisito que incunion6 In lo religioso yen lo profano. (L, Tlxto,7U.

38. . .. vive una ..erte de bohemiaeteoante. Es amigo de pOltu V nobles.como Roberto de Montesquiau. (L·R,Antolog(e 2, 232).

39. [ ... 1y su vida sociel en el Bue·nos ~res elepnte Vculto del primer cu...·to del presente siglo llenaron la vida de.hcildamente breve deliren escritor.(EG,396).

40. Los dií\Qgos son vivos [ ... ] y"nque no omite expresiones popularesIQn cuidldos y no faltos por momentos.. belleze. (E.G,406)'I 41. Es la imitación del estilo, vocabu·arlo y entoneci6n del lenguaje rurel, e..

crito con lu deformeciones morfol6gicas~e le lengua or," de los gauchos. (V,lexto, 109).

1000...

loa LtbrOl, NOViembre-Dtciembre 1974

cido en la quiebra del consenso fa­vorable a la ideología dominanteoperado entre los trabajadores de laeducación de todo el país, entreellos en muchos profesores secun­darios. Tal vez no sea caprichosorelacionar con este proceso el creociente desplazamiento del docenteque implican los nuevos manuales.

La concepci6n de la literatura

"De hecho, se han de distinguirdiversos grados en la actividad in­telectual. incluso desde el puntode vista intrínseco, grados que enlos momentos de oposición extre·ma producen una verdadera dife·renciación cualitativa; en los gra­dos más elevados se debe situar alos creadores de las diversas cien­cias, de la filosofía, del arte. etc.;en el inferior, a los más humildesadministradores y divulgadores dela riqueza intelectual ya exis­tente, tradicional, acumulada."A. Gramsci. Los intelectuale6 yl.organización de ,. cultur.

Desde una concepción de la culotura como terreno privilegiado acce·

42. En todos los cesos, el lenguajeveraz del bajo pueblo es de una fidelidadnotable. (L, Texto, 149).

43. '" de exquisito welo artístico,impropio de un gaucho inculto. (l. Tex­te,330).

44. Los vocablos insultantes y soecesdan una idea de la falta de cultura de lospenonajes. (Hermanas. 205).

45. La literetura, lentamente, va reco­giando ésas voces disonantes. El comfM­drito, le vida de 1I,,..bal, asoman en el16/1fO. Pero son temas, en un principiomuy desprestigiados, que s610 interesen aun público ignorante, 8 una sensibilidldpoco cultivade" (L·R, 2, 151.

IV. MEDIOS DE COMUNICACIONMASIVA

46. [Géneros literarios] Modernos.R,diodifusi6n: Difunde en prose oral, he­chos y opiniones para información [...]T'Mvili6n: Difunde, en forma oral y vi­sual, simultáneamente, información, opi­niones, espectículos y obras artrsticas yeducacionales.Cin,m,ttJfflff,: Oeserrolla, en imagen yIOnido, una ecci6n por medio de persone­jes. (L, Carpeta, 12).

47. Es en sr misma un medio de co-

sible sólo a unos pocos, la verslonde la historia literaria que dan lostextos de enseñanza constituye unadivulgación de los esquemas pensa­dos por los "crEtadores": Groussac,Oyuela, Rojas, Lugones, MartínezEstrada, etc.

De acuerdo con esos textos, laliteratura es emoción, expresión(1, 1·3). Hay dos términos de lacomunicación: un escritor -reduci·do a una pura subjetividad en la quelo social no incide o a una encarna·ción de los atributos de los prota·gonistas de la historia oficial (11,31·34)- y un lector único, una úni­ca lectura posible, practicada e im­puesta por aquellos iniciados quepoSEten la clave de la comprensión.Es decir, educación, sensibilidad, fa·miliaridad con la cultura, cualidadesque pertenecen naturalmente a lasclases elevadas.

La obra es producto de un donmágico, que el escribor recibe al na·cer (11,31 y 32) y va desarrollandode acuerdo con las circunstancias desu vida. Será más valiosa la obra deaquellos que hayan afrontado ma­yores obstáculos -exilio 'por raezones poi (ticas', persecuciones, trae

municeci6n., por otro lado, porque a tre­vts de lila se produce un v.dadero inter·cambio de cultures: los italianos y losalemanes l88n historiates producidas enFrancia y, vicevlfS8,los pueblos de hablahispánica leen tiras producidas en los Es­tados Unidos de Amfrica, .td.a. (S-Z, 3,327).

V. FALSOS PROBLEMAS

48. La periodizaci6n de la historia I¡'teraria de estos parses no ha sido unáni­memante aceptada por los crhicos, puesmientras unos \11 refieren princip....mente a la edad de los escritores, [ 1otros historiadores prefieran referir[la ... ] al criterio de movimientos ysepararlos .por corrientes estíticas. (L.Texto, 245).

49. Esta circunstancia ha dado lugar •la formulación de diversas teorras qUItratan de explicar la ausencia de nov.1asen Hispanoamérice durante los siglosXVI, XVII YXVIII. (V, Texto, 88).

50. Se ha dicho de " que tenía un"ojo nuevo" para mirar las COSlS viejas.Otra interpretaci6n de su raro car6cter 18

ha propuesto, atribuyéndole el humorir6nico a su ascendencia inglese, y l. ma.licia a su Slngre criolla. (L, Texto, 393).

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EDITORIAL

MONTEVIDEo-BUENOS AIRES

Documentos de la RevoluciónCuI1Ural en China (1966-1969).Unica recopilación de todos losdocumentos publicados por Ren­min Ribao / Hongqi / JiefangjunBao. 262 páginas.

..,. la litennura y el Arte,por Mao Tse-tung. Contiene 17artículos escritos por Mao desdemarzo de 1927 hasta febrero de1957 Unica y completa ediciónen español autorizada. Segundaedición, 200 páginas.

ftroceIo ... .. rwolud" China,porChou En-Lai y Wang Jung­wen. Contiene Informes al IXV XO Congreso del PC de China.135 páginas.

FllCismo y Fren_ Uníco, porJorge Dimitrov. Unica edicióncompleta del informe y resumendel VII Congreso de la Interna:­cional Comunista realizado en el81'10 1935.200 páginas. Segundaedición.

DiltribuyM:

O.E.R. Distribuidora Editor.Reunidos

Corrientes 1582, Teléf. 457845Buenos AiresArgentina

VI. LA HISTORIA LITERARIA

51. " ... explor6 [el modernismo]nuevos mundos fantásticos V rompió concualquier tipo de atadura literaria". (L.R,2, 221.

52. "El parnasianismo bu~6 crearuna belleza arUstica fría" .(L-R, pág. 25).

52 bis. Ouiroga reflejó en su narrativalas variadas V complejas orientaciones arotísticas de fin V principios de siglo, enque surgi6 como escritor: modernismo,realismo, cientificismo, naturalismo, positi­vismo, impresionismo. (L·R, 2, 109).

53. Los movimientos artísticos esta·llan en una zona o centro, que se convier·te en foco de irradiaci6n . (L-R, 2, 20).

54. El romanticismo pierde su ímpe­tu.... (L-R, 2, 101.

55. La generaci6n del 80. Coexisti6 concinco movimientos poéticos que en 1880todavía convivían en un complejo mun·do artístico: la poesía gauchesca [ ];la segunda generación romántica [ ];la transici6n al modernismo [... ]; el mo­dernismo [...]; V el clasicismo... (L,Texto 3631.

56. Con Romances d~1 Río Seco culmi­na el movimiento modernista. La preocu­paci6n estetirista [...] se cierra con estelibro. (V, Texto, 175).

57. El romanticismo es una Iiberaci6ndel arte V de la personalidad. [...] Vpor eso no puede admitir la sujeción areglas exteriores. (V, Texto, 69).

58... .la escuela o movimiento (clasi·cismo, romanticismo, realismo, estructu·ralismo, etc.) ... (l, Carpeta, 8).

bajos- y éstos serán erigidos en aroquetipos (11, 33). Por un presu­puesto común a los divulgadores, losescritores surgen de las clases eleva­das o adoptan sus virtudes.

El escritor maneja con omnipo·tencia el mundo de su obra: leimprime desde la "creación" un sen·tido único que luego el lector­crhico deberá develar, sin apartarsede una tarea: establecer los valoresen la medida del logro de "la inten·ción del autor" (1, 4·10). Comoparte de su omnipotencia, éste ma·neja, para consumar sus fines, unavariada gama de recursos. Para losdivulgadores -no existe para ellostrabajo sobre el lenguaje (1, 14-181­todo suele ser recurso: desde los ~r­sonajes V el estilo, la "estructura",la "secuencia", el 'enguaje, hastael movimiento al que todo autor esadscripto.

Hay dos maneras de acceder a laobra: conocer la lectura ya hechapor las autoridades críticas (1,

22-25) o aplicar el método pro­puesto por los autores de los textos.la adopción acrftica de ciertos mo·delos es una manifestación más dela dependencia cultural a la cual sir­ven los divulgadores con su trabajo.

El método

El análisis tiende a describir laintención y la visión del escritor y noa reconstruir el contexto de la obray analizar en relación con él la obraV su inscripción específica en el pro­ceso social. La visión del escritor seestudia a través de las biografías enlas historias de la literatura, rastrean­do fas incidencias de la vida o la co­rrespondencia entre situaciones ycreaciones, y por medio de una meto·dología de corte estructuralista, pre­tendidamente científica, en los mo·demos libros de comentario de tex·tos.

En la obra literaria la "realidadexterior" está presente sin mediacio­nes (1, 11·13). Oscilando entre laidentidad y la disociación de ambostérminos, se busca una salida en elconcepto de referente; éste se aplicaal "mundo imaginario" recreado porla obra, confundiéndose con el ~en­

tido, a la vez que -se dice- "tomaelement05 de la realidad circundan­te". Conclusión: en el intento dever en la literatura la elaboración deun "nuevo referente" se llega nueva­mente a la categoría llamada "rea­Iidad", a la que se termina por darel nombre de "realidad represen­tada". Además, en la historia de laliteratura, la elaboración de un nue­vo concepto de verosimilitud no esvista como tal, sino como el ingresode la "realidad" a la literatura (VI,51 Y 57). La relación del lenguajecon la realidad eS'de contigüidad:puede estar muy cerca de la reali­dad, y ser transparente, o alejarseun poco por medio de figuras, y seropaco 11,19·21).

Asimismo, el narrador es asimila·do al escritor·crelldor, al hombre queingresa sin mediaciones al mundode su obra. La presencia de la prime­ra persona gramatical confunde a losdivulgadores, que ven en ella la pro­longación directa de la penan.-cuerpo y alma- del escritor: "cuan"do una obra se escribe desde elpunto de vista del yo protsgonistl

(sigue en".,. 111

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VII. LO NACIONAL

59. Con ser romántico al modo euro­peo, la suya es una I(rica de genuinoargentinismo, pues en sus poes(as lo im­portado es apenas la actitud del artistafrente a los hechos del mundo circundan­te. (L, Texto, 54).

60. El cosmopolitismo, provocadopor el arribo de importantes masas inmi­gratorias, posterga las tradiciones crio­lIas ... (V, Texto, 130).

61. El criollo se mostraba apegado ala tradición y defendía la llanura pastora,sin alambrados ni molinos ni máquinastrilladoras. El inmigrante campesino, encambio, había venido para enriquece(se, atrabajar con tesón el campo salvaje ...(L·R, 2, 14).

62. Además, el gaucho sent(a 8n lomás (ntimo, que amando tanto a la Pa­tria, se lo dejara olvidado y relegado,mientras los inmigrantes, "enganchaos",se alzaban para mandarlo a él, el hombrede la pampa. (Hermanas, 460).

VIII. LA HISTORIA

63. Con renovado fervor un grupo dereligiosos a lo largo del continente seaplicaron a la labor de conversi6n de losindios, con un decidido propósito noblede atraerlos a las formas de la civiliza­ci6n. Esa labor de sacrificada aproxim.ci6n produjo frutos sobresalientes, susobservaciones cristalizaron en obras deperdurable valor cient(fico y de caudalosareferencia histórica. (M., 16).

64. . .. no podrá menos de recono­cerse el esfuerzo titánico de España porexpandir la cultura en sus dominios y elpoder magn(fico dellsimilación de estospueblos, que, en plena lucha en el mediohostil, con los natu rales, y aú n desgarra­dos por luchas fratricidas, pudieron crearuna cultura por muchos motivos intere·IIntl, legando al mundo varios nambresde autores y obras inmortales (EG,233).

65. Para ello contaron los españoles,• más de su ansia de aventura, valor ydenuedo indiscutibles, con variados ele·

Los libros, Noviembre-Diciembre 1974

mentos a su favor: la nueva técnica mili- 12 bis. Intervino en varios combates18r del Renacimiento [ ... ], ase como de Jas luchas civiles de su pa(s y contrajoel estado de algunas poblaciones indíge· matrimonio. (L, Texto, 231).nas aún no evolucionadas culturalmente, 73. Los años siguilnta los emple6 encuando no -como en [ ... ] imperios az- luchas poi (ticas y revoluciones, una de liS

teca o inca -minados por,odios internos, cuales encabezó personalmente (1880).vicios y corrupciones; ten(an por enemi- (L, Texto, 238).gos [ ... ] la ferocidad del indrgena 73 bis. D'ebi6 soportar rebeliones in-[ ... ] la ignorancia de las lenguas abo· temas y un acendredo combate de ..srígenes. .. (Be, 2). enemigos pol(ticos ..• (L, Texto, 202).

66. Siempre, de alguna manera, en 14. A partir de la hUlña de Col6n, lamayor o menor medida definitiva o trans- América indígena se transforma en Amé-¡toria, el tiempo y lugar en que nos ha rica hispinica. (L, Texto, 48).tocado vivir condicionan la obra y contri- 14 bis. El dllCubrimiento de Américabuyen a conformarla. (L-R, 3, 14). signific6 el fin de la Edad Media ... (L,

67. . .. hemos precedido el estudio Texto, 49).de cada período o época literaria de un 15. El final del siglo XIX nos hab(abreve resumen histórico del mismo, ya asombrado con grandes invencioneique los hechos y circunstancias de este (L-R,2,2).carácter, que forman como el fondo 50- 15 bis. "De pronto un hecho impr.bre el cual se destaca la obra literaria visto precipita el final de toda una etapa.permiten siempre una mejor interpreta- En junio de 1914 es asesinado en Saraje·ción de ésta. (EG, IX). VD el archiduque Francisco Fernando, h.

68. Y como estamos ya cerca de nues- redero al trono austro-húngaro. Un misko tiempo, las pasiones orientan y a V. después estalla la primera guerra mundialces hasta enceguecen a observadores y de este siglo. (L·R, 2, 11-18).críti~~s. La posici6n más adecuada -cree 76. Argentina a través d. su cl••mos- ~erá ubicarnos en la circunstancia, dirigente _tra en la "bell. epOqul".y despo~rnos de prejuicios y partidismos, (L·R, 2).para contemplar, y analizar con rigor 77. En América particip6 de l.cient(fico 'l/IIé pasó y por qué. (L·R, 3, luchas poUticas, con encendidas p.n••47). periodísticas [...l pero comprometido

69. Empieza a prepararse lo que hoy con una revoluci6n debe huir a Guatem.llamamos la "sociedad de consumo". la. (L-R, 2, 50).(L·R., Ant. 20r~ 77 bis. A todo lo anterior, se suma

70. Sobre Hiroshima y Nagasaki, en un nuevo hecho, de grandes implicaneils,Jap6n, estallan en 1945 las primeras y que repercutiría en todo ti mundo: labombas atómicas. (t.-R, 3, 23). revolución rusa acaecida en 1917, que

71. 1932. La crisis económica llega a acabó con el régimen de los zares, I ins-su punto culminante. Se teme por la pir- 18ur6 'a "dictadura del proletariado". Es-dida de los mercados extranjeros cuyas te hltcho ha sido y es time candlnte decompras sostienen la econom(a del país. discusi6n. Para algunos, sobre todo por(L.R., ante 3, 48). su evolución posterior, constituyó un

11 bis. 1889. Se inaugura la Exposi- acontecimiento temible; para otros, unación Universal de Parrs y, en ella, la torre esperanza promisoria. Muchos, finalmen-Eiffel [ . · . l. te, la interpretaron como una experiencia

Nacen el cinemat6grafo, el te"grafo inquietante. (L-R, 3, 18).sin hilos, la aviaci6n y el automovilismo. 78. ... y murió en 1936, durante[ ·· ·1 la guerra civil eSpañola, en un desdichado

1914. La "be11e 6poque" desaparece episodio nunca totalmente aclarado.con la Primera Guerra Mundial. (V. Texto, ( ... ) Esta vida tan rica, tan Itena de154). . procesos y realidades, se apa.. un día,

72. [Mitre] quiso brindar un motivo inexplicablemente, y nos deja sin saberde unidad nacional entre todos los argan- para siempre, qu4 otros lIPectos y pro.tinos, tan divididos por aquellos años. (l, vecciones hubiera alcanzado su obra.Texto, 231). (L-R, 3, 89·90).

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el ,autor narra lo que le ha sucedidoa "el" (1, 7). La consecuencia obviade esta identificación de planos esla búsqueda -propuesta como pro­blema esencial de la cn'tica- de ladiferenciación minuciosa, en la obra,entre lo que es "real" y lo que es"ficticio", entendiendo por real "loque le ha sucedido" al escritor, o loque éste "ha visto", etc., y por fic­ticio, lo que "surge de su imagina­ción". Esta división recorrerá todoel análisis y, con este criterio, "per­sonajes" I "hechos", "situaciones", se­rán reales o ficticios.

Toda esta confusión tiene raícesideológicas; por su concepción de lahistoria, por su exaltación del genio in­dividual, por su visión tilscendentalis­ta de las obras, los libros de enseñanzade la literatura reconocen en generaluna clara matriz idealista. Pero encuanto pretenden describir "científi­camente" lo que pasa en los textos, in­curren en el materiali$mo vulgar. Enambos casos, la "realidad" y la "Ii­teratura" resultan empobrecidas: des­pojadas de sus contradicciones y de­terminaciones concretas.

la confusión se relaciona tam­bién con el hecho de que no hayuna comprensión de los nuevos mé­todos críticos que se pretende incor­porar; falta coherencia, se esbozanesquemas de análisis cuyos nivelesse superponen. las palabras se con­funden; definen primariamente tér­minos estrueturalista~ pero se siguenutilizando las categorías de otrasteorías críticas, tales como "narra­dar imaginario", "mundo imagina­rio", "visión de mundo", "visión delnarrador".

De este modo, la lectura impues­ta al alumno implica dos posibilida­des muy estrictas: o fundirse conconciencias de otras épocas a travésde valores pretendidamente eternoso iniciarse en la comprensión de tec­nicismos que no llegan a resolver elproblema de "desentrañar el sen­tido". As( se desorienta a los alum­nos, oscureciéndose incluso las signi­ficaciones más literales del texto. Setransforma a éste en un territorioárido, abstracto, desmaterialízado,sólo accesible a unos pocos elegidos,"capaces" de manejar el código dela retórica propuesta. Se estableceentre ésta y los lectore5 u;'a relaciónde exclusión.'

Por otra parte, eJ lector no acce­de siquiera a la materialidad másinmediata del texto: ni siquiera lo

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IX. MISCELANEA

79. ¿Su protagonista es un individuo,un carácter o un tipo? ¿Por qué? (L,Carpeta, 81).

80. '¿Cree Ud. que este fragmento en­cierra un s(mbolo o es simplemente una"lectura plenamente disfrutable"? Dé lasrazones. (L, Carpeta, 101).

81. El lenguaje tiene una funciónconnota'tiva en un plano objetivo-hist6ri­co y una funci6n literaria en un planosubjetivo-estético. (V, Carpeta, 36).

82. El estructuralismo, fundado porFerdinand de Saussure (L-R., Ant. 3, 3).A la vez, como siempre ocurre, gentedeshonesta, grandes y pequeños "trusts"comerciales se enriquecen y trafican'mientras otros sufren y mueren. (L.-R.,3,15).

83. Baudelaire, para desconcertar a

"toca", ya que le llega por media­ción del divulgador, quien elige quéha de leer y cómo, guiando la lectu­ra paso a paso, sin dejar trasponer alalumno el umbral de su propia com­prensión.

La literatura es un mundo dehechos, ideas, emociones. Al no ha­ber trabajo sobre el lenguaje, sinomera "utilización de recursos",poner orden en ese mundo, encon­trar el sentido -categoría cuya im­precisión oscila entre el "don poé­tico" y una equívoca concepción deestructura (1, 28-30)- es buscarobsesívamente las diferencias y losI(mites precisos entre imaginación yrealidad. Se llega a postular este es"quema: hay dos clases de literatu­ras: a) creativa, genial, original, quesugiere, alude a to inmaterial, al es­píritu, a lo abstracto, en lenguajeexquisito; y b) documental, cotidia­na, que incluye a la realidad.

El "valor estético", los "valorespropios", pertenecen a la primeraque "supera" o "trasciende" a lasegunda.

Lo que el pueblo produce o gus­ta es rechazado como producto me­nor o aceptado cuando el "públicode arte" -las clases altas- lo resca­ta o lo transforma a través de susgenios creadores (111, 40-45). Análo­gamente, la retación de la literatura

los franceses de su tiempo, salió con suHimno a Satanás. (Hermanas, 25).

84. El mismo término "vanguardia"es de acepción castrense. De modo queestos grupos introducen con su solo nom­bre, la beligerancia en el arte. (Hermanas,27). Confunde señalar que en nuestrosiglo, tales manifestaciones lile sandez sehayan recogido como expresiones estéti­cas. (Se refiere al dadaísmo). (Hermanas,34).

85. Para la psicología romántica, elalma es el alrento vital cuando la parteorgánica no responde. (V, Texto, 72).

86. Darío dice: 'Ayer vagué por elpaís azul'. Este color, en la obra delpoeta, es un neologismo. (V, Texto, 166).

87. Como escritor public6 una obraque trascendi6 los valores literarios de lamisma. (V. Texto, 143).

88. Las nov~as en donde aparecencomo fondo hist6rico las selvas africanaso americanas. (V, Texto, 72).

con los medios de comunicación ma­siva es omitida. Los divulgadoresignoran esos medios, o los conside­ran géneros literarios o, en otroscasos, los ven como emanaciones denuestro tiempo, asépticos mensajesque no transmiten ideología (IV,46-47).

La historia de la literatura

Entre la historia y la historia dela literatura se establece una marca­da delimitación que reduce la pri­mera a un mero escenario o telónde fondo cronológico de movimien­tos artísticos y literarios, autores yobras (VIII, 66-67). Los condiciona­mientos económico-sociales de cada",omento son ocultados bajo genera·lizaciones como "el signo de la épo­ca", que reducen la dialéctica histó­rica a una superficial ilustraciónl.

Un mecanismo que sirve a estepropósito consiste en ver la historialiteraria como una compartimenta..ción en movimientos o escuelas, queresultan ser sujetos de las accionesmás diversas. A menudo una "gene­ración", un género, un estilo y hastauna corriente de la crítica son trans·formados en "movimientos". Lascorrientes literarias opinan, entran,salen, preparan, apoyan, enfrentan,

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actúan monolíticamente. Suelen sur­gir inesperadamente, se irradian ymUeren. Tal proceso es presentadocomo algo natural, perfectamenteestablecido l incuestionable (VI,51-52).

En el interior de los movimientoshabitan los escritores con sus obraslos que responden a una tipología d~­finida: son precursores, jefes de se­cuelas, epígonos, grandes o pequeñosrepresentantes.

Primero están los movimientos,como componentes de la realidad;luego las obras, registros de los mo­vimientos (VI, 52 bis) y creacionesde un genio, y no producto del traba­jo de escritores insertos en un proce­so histórico concreto; importa en­contrar en ellas los "rasgos" del ro­manticisnlo, del realismo, del moder­nismo, lo que, en realidad, implicaescamotear la dilucidación de sus sen­tidos.

Las biografías muestran a los escri­tores como individualidades aisladaso como arquetipos (111, 35-39). Si­guiendo un esquema fijo, nacen, estu­dian, leen, viajan, ocupan puestospúblicos, reciben influencias, sufrenpenurias, pero generalmente alcanzanla gloria mediante sus obras.

La historia

La historia es mencionada en lasbiografías de los escritores. Tambiénes el marco estático de los movimien­tos; y está presente en las obras lla­madas "realistas". Se trata de unahistoria sin contradicciones, sin clasessociales en lucha. Se oculta el trabajosocial y sus sujetos. Lo nacional esdistorsionado (XII, 59-62).

El esquema de la historia argentinaes un calco de la versión oficial san­cionada a partir de 1880 y completa­da en sucesivas actualizaciones: eldescubrimiento y la conqu ista, la co­lonia, la indep~ndencia, la anarquía,la organización nacional, el presente.La historia de la literatura ilustra conasombrosa claridad este esquemas.

""--------sme Este esquema permaneció práctica-

'it nte inalterado en la enseñanza de tedeer~tura durante los gobiernos de PeróninOte 946 a 1955. La burguesía nacionalnan ntO cambiar ciertos valores en la ense-

za de la historia necional. Es cierto

los libros, Noviembre-Diciembre 1974

Los acontecimientos carecen deprotagonistas reales; se suceden natu­ralmente o con la consecuencia delaccionar de fuerzas desconocidas. Lossujetos de las acciones son siempregeneralizaciones: países, continentes,períodos. Los fenómenos se sustraende las condiciones reales en que seprodujeron, mitificándose la histo­ria (VIII, 68-76).

Uno de los procedimientos posi­tivos es la utilización de enumeracio­nes y yuxtaposiciones de datos, a ma­nera de una tabla cronológica, elimi­nando las relaciones entre los hechosy su causalidad (VIII, 71 bis).

Nuestro análisis de los manuales dehistoria literaria y de comentario detextos' se inscribe en la crítica a unsistema de enseñanza y a una concep­ción de la literatura que funcionancomo apéndice y refuerzo de nuestradependencia cultural.

l.Jn proyecto cultural de liberaciónsólo puede imponerse con la creaciónde las condiciones básicas de nuestraI~iberación nacional y el despliegue delas energías révolucionarias de nuestropueblo. Entonces la enseñanza de laliteratura, como su misma práctica,rescatará los textos postergados porlos intelectuales orgánicos de la de­pendencia y creará las condicionesy los instrumentos de una nueva lec­tura en la que el patrimonio literarionacional y universal si rva para hacerde las masas, sujeto de la historia,centro también de la práctica culturaly literaria.

que muchas veces se trató de un merocambio de adjetivación, sobre un fondoen el. cual lo plebeyo segu ía siendo, en loesencial, deleznable. Un ejemplo útil: siun texto de historia de 1943 (GuillermoA. Borda: Historia Argentina, Buenos Ai­res, Ed. La Nena) condenaba a la Mazor­c~ porq.ue "en ella, aunque hubo "gentedistinguida , los más eran asesinos, "Ioselementos más !, bajos de la población",otro de 1950 (H.E.C.: Historia Argentina,Curso Medio, Buenos Aires, Ed. Stellal~a. ed:) reivindica a la misma organiza:clón afirmando que, pese a la presenciade "gente baja", la mayoría de sus hom­bres era "distinguida". Y bien: la ense­ñanza de la literatura ni siquiera sufrióestas al teraciones.

6 Entre los aspectos que hem'oa de­jado deliberadamente de lado, debe men­cionsrse la absoluta falta de rigor conque los divulgadores utilizan conceptos,formulan teorías V reseñan procesos. Enla sección IX (Miscelánea, 79-88) damosalgunos ejemplos de esta actitud, puestade manifiesto también en buena perle delas demás citas.

Relerenclas

OBRAS CITADAS (con indicación dela abreviatura empleada)

BERENGUER CARISOMO, Arturo.Historia de la literatura argentina yamericana, Buenos Aires, Luis La­sserre y Ct'a, sexta edición. (BC).

ESTRELLA GUTIERREZ, Fermín:Literatura española, hispanoamerica­na y argentina. Con antología, Bue­nos Aires, Kapelusz, 1959, (EGL

Hermanas Franciscanas de Gante(Instituto Cristo Redentor): Apun­tes, análisis y antologla. de la litera­tura hispanoamericana, Buenos Aires,Huemul, 3a. edición, 1971. (Herma­nas).

LACAU, María Hortensia P.M. dey ROSETTI, Mabel V. M. de:Anto­I09l'a 1, Análisis de Textos, .....nos Aires, Kapelusz, 1970, (L-R, 1).

------; Antologla 2, Análisis detextos, Buenos Aires, Kapelusz, 1971.(L-R,2)'

------: Antologla 3, Análisis detextor, Buenos Aires, Kapelusz, (L-R.3).

LOPRETE, Carlos Alberto: Lit••tu­ra hispanoamericana yargentiM. His·toria V' antologl'a anotada y comen­tada, Buenos Aires, Plus Ultra, 1972.(L, Texto).

------: Carpeta de ejercicio, li..ttlrarios, Buenos Aires, Plus Ultra,s/f. (L, Carpeta).

MAZZEI, Angel: Literatura amera­na y argentina. Con antología co­mentada y anotada, Buenos Aires,Troquel, 9a. edición, 1970. (M).

SPERBER, Eisa Risso de V ZAFFA­RONI, Litiana: Cuaderno de /. /fIn­gua IIJ, Teoría, práctica V antolo­gía, Buenos Aires, Angel Estr.:fa yCía., 1972. (S-Z).

STANG, Santiago C.: LiteratufIJ.,­gentina e hispanoamericanll. A tra­vés de sus obras y autores más re­presentativos, Gu (as de análisis, Bue­nos Aires, Statle, 1972. (S~.

~EIRAVE, Alfredo: Literaturahil­psnoamericanll y argentina, BuenosAires, Kapelusz, 1973. (V, Texto).

------: Literatura hiS¡JBnOllm.I­cana y argentina. Carpeta didllCti­ca. Anta/Olla y IICtividad., BuénosAires, Kapelusz, 1973. (V, Carpeta).

------: Curso de IittNlltufll hi,­penOllmeric.na y argentina. Orilln­r.cion.s didllctic.s, Buenos Aires, Ka­petusz, Cuadernos Pedagógicos, NO21,1973. (V. Orientaciones).

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Aeerea de lapsic¡uiatria hiológieaAndrés Braln~ Carlos Bertoldo

Recientemente se ha realizado en Bue­nos Aires el primer Congreso Mundial dePsiqu iatrra Biológica. Pocas semanas antessalía a la venta un libro de Fischer yotros autores (1) sobre el mismo tema.Creemos interesante estudiar con ciertodetalle este fenómeno. Analizaremos elcontenido y las postulaciones de los"biopsiquiatras" a partir del texto reciéncitado y del volumen distribuido en elCongreso con los resúmenes de los traba­jos presentados en el mismo (2).

¿Bu' IS la psiquiatría bio.6.ica?

En los últimos años se viene dando enel campo de las ciencias médicas un he­cho notable. Podemos resumir y simplifi­car su sentido con la expresión "estácambiando la moda". En efecto, hastahace un decenio la niña bonita de loslaboratorios y centros de investigacionesera la Biología Molecular. Lo que dabaprestigio a un profesor, aseguraba subsi-

. dios a un Instituto y garantizaba viajes yfiguración a los investigadores era trabajaren temas como srntesis de proteínas, es­tructura de los ácidos nucleicos, genéticabioqulmica, etc. Ahora el centro del inte­,",s es distinto, y parece que la investig.ción científica .en el mundo occidental ycristiano tiene dos puntos de condensa­ción: el cáncer V el cerebro. Dejamos delado el primero, no sin antes remitir auna discusión más amplia del conjuntodel problema (3). Estamos pues en presen­cia de un verdadero "boom" de la neuro­anatomia, neurofisiologra, psicolog(a ex­perimental, psicologla comparada, etc.Creemos poder afirmar que a esta alturade los ácontecimientos un especialista nisiquiera alcanza a leer la totalidad de lost{tulos que se publican en su restringidaárea de trabajo. No es excesivamente au­daz conjeturar que el sentido de tal es­fuerzo, no consiste en brindar al hombreuna más plena posibilidad de realizaciónde sus potencialidades a través de un m.yor conocimiento de sus mecanismos. Setrata, más bien, de llegar a la ¡nstrumen-

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taci6n del conocimiento para un mejordominio V dirección de la mente V laconducta de los hombres. ¿y para quéquerría la Fundaci6n Rockefeller, porejemplo, 'que editó importantes textoscon los temas más actuales de la materia(5 a, b), dominar y dirigir a los seres huma­nos? Dejamos la respuesta de este acertijoen manos de los lectores. Como se tra­ta de habitantes de un país dependien­te, estimamos que no tardarán en ha­llar la so lución. De modo que la apari­ción de un primer Congreso Mundial dePsiquiatría Biol6gica no puede sino vincu­larse a este fenómeno general.

Pero hay otras razones. Se desarrollanen la actualidad con robusto vigor diver­sas corrientes del pensamiento psiquiátri­co, que confluyen en un duro cuestiona­miento referido a los determinantes sotia­les de la enfermedad. La psiquiatr(a sealeja como nunca del saber acad'mico Vse acerca al hospital V los centros desalud, lugares donde se brinda asistencia asectores masivos de la poblaci6n. En consecuencia, los jóvenes psiquiatras discutenmás acerca de las ideologías que implicanlas diversas teorías y técnicas, que dela exacta ubicaci6n nosográfica de uncuadro clinico. La Psiquiatr(a Biol6gicaquiere aparecer como una alternativa anteeste estado de cosas francamentt- subver­sivo para las clases dominantes.

Los biopsiquiatras descubren que lasubjetividad y sus teorías son otrOs tan­tos terrenos donde se libra un combatemás de la lucha de clases. Para ellos,entonces, la misión es convertir la subjeti­vidad en la resultante de balances o des­balances entre hormonas V neurotransmi­sores, o en la concordancia o no de "pro­gramas cibernéticos" congénitos y adqui­ridos. La Psiquiatría Biol6gica pretendereadaptar al individuo a su medio familiary social. En ningún momento se cuestio­na el carácter y significado de la desadap­tación. Es interesante comprobar cómoacuerdan plenamente con tales formula­ciones ciertos desarrollos, que por 1U ori­gen histórico V la posici6n ideol6gica que

se arrogan habitualmente sus defensores,debieran haber tenido un destino mejor..Casanelli y Sidelnik (2, p. 100) se basan enPavlov para afirmar que es posible " ...la utilizaci6n del método científico en elestudio del complejo problema de lasneurosis humanas. Esto tanto para la exé­gesis de los citados fenómenos como parala terapia de los mismos. La neurosis eneste trabajo se define como perturbacio­nes de la capacidad adaptativa del suje­to ... " Así, el mdtodo cientrtico aplica­do a la conducta humana consiste enreforzar la capacidad adaptativa del homosapiens. A cualquier cosa.*

Estas reflexiones nos permiten ade­más sospechar porqué la Argentina ap.rece como un polo de avanzada parael nacimiento de la Psiquiatría Biol6gica.La "siquiatría oficial estadounidense esfundamentalmente de inspiraci6n psicoa­nal (tica. Ello no la salva de ser abierta­mente adaptativa y no cuestionadora ensus rasgos más generales. El nombre dePsiquiatría Biol6gica viene entonces paradiferenciar a sus devotos de los psicotera­peutas ylo psicoanalistas, que en el mun­do desarrollado podrían llamarse simple­mente psiquiatras. Y en nuestro mundolos biopsiquiatras se oponen en nombrede la Biología a los desarrollos "filos6fi­cos", "metafísicos" o "pol (ticos", comodirían Fischer y colaboradores, en la obraantes citada.

El conjunto de asistentes al Congresofue una especie de Corte de los Milagrosdonde no faltaron neurólogos, neurociru­janos, psicocirujanos,electroencefalogra­fistas, etc. Hubo algunos aportes antol6gi­cos. No resistimos la tentación de tradu­cir del inglés parte del resumen de J.Bianco (2, p. 336) (las mayúsculas son de

* No queremos dejar pasar la oportu­nidad de anotar que la escuela conductis­18 norteamericana (Skinner), se proclamala más fiel heredera del pensamiento pe­volviano (para una critica de las posicio­nes crudamente mecanicistas de la escuelade Skinner, ver 4).

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nómeno subjetivo con determinada parti­cularidad del funcionamiento neoral (porotra parte, hagamos justicia: es cierto quela mayoría de tales intentos pecan de unmecanicismo pueril, como es el caso jUl­tamente de la Psiquiatría Biológica). Paraellos, la aparici6n de los psicofármacosdebe haber sido perturbadora. En efecto,la disminuci6n de la ansiedad como con­secuencia de la relaci6n psicoterapéuticaes explicable en los términos de cualquierteoría. Pero ¿qué formulacion psicodin6­mica explica el mismo efecto cuando esproducido por un tranquilizante? ¿y elefecto antialucinatorio de ciertos fárma­cos y alucinógeno 'de otros? ¿O hay quesuponer que el superyo y el instinto demuerte pueden disolverse en antidepresi·vos? Si recodamos que estas perplejida­des se les plantean a quienes acordaroncon la fórmula de la inscripción nerviosadel psiquismo, se nos impone que la clavede sus dificultades está en olvidar el pa­pel que le cabe al sistema nervioso enlita articulación. En efecto. Si el corazónde un ansioso late más apresuradamente,.. al piel trenspira profusamente, si surespireción es agiteda ¿por qué resistirsea aceptar que en su ansioso cerebro hayprocesos que se desarrollan de un mododistinto a los del cerebro de un señor queno está ansioso? Esto, por otro lado, nosignifica que teles procesos distintos seanla causa de la ansiedad. Este es justamen­te uno de los grandes errores de la Psi­quiatría Biol6gica. A partir de la compro­bacion del efecto excitente, depresor,ansioUtico, etc. de los psicofármacos, secreen con derecho a olvidar la segundaparte de la fórmula, es decir, la existencÍlde fen6menos psíquicos. Tropiezan aquícon la dificultad común con la que •encuentren también las concepciones detipo materialista meeanicista. En su aÜflde perseguir lo que ellos creen es el cono·cimiento científico del problema, pierdende vista el hecho de que existan fen6menosde un nivel particular, el psicológico, yque como tales su estudio requiare unateoría científica particular. La pistolog(aexiste porque existen los fenómenos psi­cológicos. George N. Thompson, miem­bro fundador de la American Society ofBiological Psichiatry, opina, en cambio,en su discurso de apertura del Co,..so (2): "Las perspectivas hist6ricas de esteSociedad señalan a grandes avances en tifuturo. Ahora podemos decir con confian­za, como lo dijo lnghem, que toda psicolo­gía es fisiología... Somos los discípulosde le historia y la verdad de la ciencia tinuestro Iíder~'

Para nosotros, la fisiología es la cien­cia que se ocupa del estudio de los f.

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tienen une inlCrlpcl6n nerviosa. Esto es agrandes rasgos: sin cerebro no hly psi·quismo.** Pero a partir de esta f6rmuladivergen las posiciones en cuanto a lainterpretación y aplicaci6n de la misma.Por un lado, los psicoanalistas y psicólo­gos tienden muy frecuentemente a dejarel problema en su enunciación, y se dedi­can con entusiasmo al aspecto vinculardel psiquismo, en la creencia que conrespecto al condicionamiento biológico delos fenómenos mentales no hay nada paradecir más que precisamente esto. Tratanla relación entre lo biológico y lo psicoló­gico como si las leyes que rigen el funcio·namiento nervioso no pudieran tener nin­guna relevancia para la comprensi6n deles particularidades del psiquismo. Estaclase de gentes suele acuser de mecanicis­ta a cualquier intento de vincular un fe-

•• Quizá la f6rmula más correcta s."sin cuerpo no hay psiquismo", pero in·dudablemente dentro del soma el funcio·namiento del sistema nervioso tiene unasignificación única en relación al aspectoque tocamos aqUeo Cabe el estudio de l.situaci6n psicológica de un amputado, oun nefrectomizado, o una histerectomiza­da. Pero no de un descerebrado. Aunqueprobablemente esta hazaí'la puada ser em­prendida por los audaces te6ricos delCentro de Investigaciones en MedicinaPsicosomática (CIMPI, quienes después dedescribir la envidia del Mgado, el ego(s­mo de los linfocitos V la crueldad delembrión deben estar listos para abocarse• nuevas V más trascendentes aventurasintelectuales (cf. Eidon, vol. 1, NO 1,Paid6s. Buenos Aires, 1974, revista delCIMPI.

~ntentaremos ahora aportar a la disclJ-sobre la relación entre el psiquismo

y el cerebro, tema en el que tambiénfllCllro: ' • ,tr ..onan, por supuesto, los blOpSlqUI.

as. Existe una f6rmula generel para ex·Presar esta articulación con le que con­CUerda todo el mundo ~Ivo los metafísi-cos m'I' ' ,Iltentes: los fenómenos psíqUICOS

Bianco): "EI propósito de este trabajo esprelentar la Sexología Funcional Básica,usando un Método de fundamentos Fisio­lógicos y los principios de aprendizajeestablecidos experimentalmente. El SerHumano, tiene la propiedad fisiológica deemitir una respuesta sexual cuando hay unestímulo sexual presente, que provengade cualquier fuente. A esta propiedad yola he llamado: Variación Sexual Fisiológi­ca ... La Variación Sexual Fisiológica delSer Humano más la capacidad del Apren­dizaje Discriminativo, lo hace capaz deadquirir modelos Heterosexuales, si bienes capaz de aprender también otro tipode modelos. La aplicación de estos con­ceptos nos permitirá una OrientaciónCientífica en el estudio, diagnóstico ytratamiento de problemas sexuales, y aúnmás, la planificación de una EducaciónSexual Profiláctica". Hubo también quie­nes se equivocaron de Congreso, como elrosarino Zopke (2, p. 104), que intentó ex­poner sus ideas acerca de las bases de UlllPsiquiatría materialista con un públicocuya reacción más moderada fue el es­panto.

Mal que les pese a Fischer y cot, quetratan de brindar una alternativa ciendfi­ca a los desarrollos filosóficos e ideológi­cos de la psiquiatría, lo que unió a todoslos asistentes al Congreso alrededor de uneje fUe su posición ideológica.

En resumen, el surgimiento de la Psi·quiatría Biológica debe adscribirse alefecto combinado de:

- El auge global de las ciencias neu­robiológicas y de la conducta en relaciónCOn las tentativas por dominar la mente yel comportamiento humanos, ello en elmarco más general de las relaciones deOpresión entre las clases que definen hoya la sociedad.

- La necesidad de plantear la luchaCOntra las corrientes psiquiátricas deavanzada, en particular aquellas que se re­claman marxistas.

- Los mecanismos habituales de figu·"ci6n, prestigio y progreso profesionelen el mundo científico, que probable­mente expliquen la presencia de los con­tldos investigadores serios que asistieron11 Congreso.

8iología y Psicología

Los Libros, Noviembre-Diciembre 1974 17

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nómenos fisiológicos, y la psicologí. d•los psicológicos.***

Como la naturaleza no se da en com­portamientos estancos, las ciencias queoperan con los distintos aspectos d. lanaturaleza tampoco están aisladas en com­portamientos estancos. Con esto queremosdecir que si bien no son la misma cosa, laciencia de los mecanismos nerviosos tienemuchas cosas para decirle a la ciencia delos mecanismos psicológicos, y viceversa.Ahora bien, no todo el cuerpo de conoci­mientos de una de las ramas de la cienciaes igualmente relevante para el cuerpo deconocimientos de otra "vecina". Segura­mente no buscaremos qué implicanciastienen los distintos mecanismos de activa­ción neuromuscular para una compren­si6n del sentido psicológico de distintasm(micas o formas corporales de expre­si6n de las emociones. Ni trataremos deentender la dinámica de la transferencia ycontratransferencia del proceso psicoa..Iitico en los términos de configuracionesde actividad neuronal del paciente y ..analista_ Pero sí nos interesará com....der porqué una interpretación y una b.n­zodiacepina pueden tener efecto ansio­lítico. O cómo se relaciona el creci­miento y desarrollo estructural del siste­ma nervioso del niño con su maduraci6npsicol6gica. Es decir, se trata de encon­trar. primero y estudiar luego el saetorque dentro del continuo de los fen6me­nos naturales une y separa aquellos he­chos de los que dan cuenta los mecanis­mos fisiol6gicos de aquellos otros queson explicados por los mecanismos psico­lógicos. Procediendo as( llevamos el cami­no inverso al seguido en general. Desdeeste nuevo enfoque se podrá partir paraplantear una comprensi6n da la relaci6nentre lo fisiol6gico y la psicol6gico e in­duso avanzar en una conceptualizaci6nde las relaciones que vinculan en generala dos campos "vecinos" del conocimien­to. La vía habitual es fundar una teoríade los procesos neuropsíquicos a partirde observeciones fisiol6gicas o psicol6gi­cas, y explicar los unos en base a losotros. Para nosotros, el camino es estu­diar aquellos fenómenos en que la com­prensión de los mecanismos nerviosos searelevante para la comprensi6n de los me-

·"Ciertamente, esto puede ser acusa­do da 1aUtoI6gico, pero vamos a correrese riesgo dejando sin definición precisaahora a cada uno de esos campos delconocimiento. También dejalemos sin de­sarrollar las semejanzas y diferencias queimplica usar las palabras Fisiolog(a, 8iolo­g(a, etc.. no sin antes dejar .ntado queel tema merecer(a eventualmente ser tra­tado en detalle.

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canismos psicoI6gicos"·*. Estos ..6m.­nos existen. Podemos apuntar, aper. d.los arriba citados, el estudio neuro y psico­fisiol6gico del sueño y de los sueftos, detanto deserrollo en los últimos años, olos estudios etol6gicos sobre los determi­nantes congénitos y adquiridos de la con­ducta animal. La teoría de la articula­ci6n entre los fenómenos fisiol6gicos ypsicol6gicos no saldrá sino de los aportesoriginados en tales fuentes. Pero tambiénserá tributaria de una teoría general de larelaci6n dialéctica entre conceptos de dis­tintas "disciplinas", que dé cuenta de unareal actividad interdisciplinaria y no selimite a la crítica pragmática o positivistade la escisi6n academicista.

En definitiva, creamos que estas hip6­tesis son válidas tanto para los biopsiquia­tras como para los psicoterapeutas. A losprimeros les decimos, que muy a su pesar,los fenómenos psicológicos existen, y sonalgo más que aquello que-sucede en elcerebro cuando sobra o falta algún comopuesto químico. Es por creer eso que s610reconocen la existencia de fen6menospsiquicos en presencia de desviacionesgroseras de lo "normal", y se les escurrede entre los dedos la comprensión de loque viven quienes no son clasificables enlos términos estrictos de la clínica psi­quiátrica tradicional. Por su parte, sería

.. **~ No decimos nuevamente y vice­versa porque creemos que la relación dereciprocidad que vincula ambos tipos defenómenos no es sim4trica en un momen­to histórico científico determinedo.

6til que los psicoterapeutas comiencen apensar que con su actividad producen,también, cambios en los mecanismos fi­siol6gicos y celulares del cerebro de suspacientes (y del suyo propio). Estos cam­bios merecen la pena ser investigados des­de un punto de vista fisiológico; y tam­bién como una búsqueda de ideas quepuedan aportar a la solución de proble­mas en el campo clínico. Tales variacio­nes pueden, a su vez, ser provocadas porla acción.de los psicofármacos. Ello im­plica poder plantear que una persona queha disminufdo su ansiedad por un ansiol(­tico, está frecuentemente en mejores con­diciones de enfrentar la resoluci6n de unconflicto por su elaboraci6n psicol6gica,con o sin la ayuda de psicoterapia. Asi,podr(a entenderse como "psicoterápica"la acci6n de la droga en estas circunstan­cias.

Donde el aspecto biológico tampoco_salva

Esta última parte esté dedicada a res­ponder a la formulaci6n siguiente:

"Bueno, ya .bemos que la PsiquiatríaBiol6gica tiene la significación ideol6gica,politica y social que se deduce de A, ysus postulaciones con respecto a la rela­ción entre procesos fisiol6gicos y psicol6­gicos son todo lo incorrectas que de­muestra B, pero en el campo especificoen que trabaja, por ejemplo, en la altera­ci6n de sustancias neurohumorales en lasenfermedades mentales, se desempeñabien". No es así. El nivel científico delos trabajos presentados en el Congreso esbastante heterogéneo. Aquéllos que pare­cen de más valor, no tanto por su origi­nalidad como por la utilizaci6n de técni·cas sofisticadas, son justamente de lasáreas que menos relación directa tienenCOIl la Psiquiatría Biol6gica, como la elec­troencefalograf(a. Dentro del conjunto delas presentaciones las menos pueden sercalificadas de interesentes, la mayoría deobservaciones rutinarias, y hay algunascuXa inclusi6n tendría que hacer pensaren qué criterios aplica el Secretario Cien­t(fico del Congreso cuando autoriza lapublicaci6n o presentaci6n de ciertos tra­bajos. Dentro de este último grupo figu­ran, además del aporte ya citado de J.Bianco, la coinunicaci6n NO 138, firmadapor J. Dalma. El autor apoya la teor(a defreud acerca del mecanismo de la aluci­naci6n on(rica con datos histol6gicoSacerca de la existencia de fibras nerviosesque unen en ambos sentidos dos zonascerebrales. Tales fibras darían, para ~ma, la base morfol6gica para la inversi6"del flujo de actividad nerviosa que post"-

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16' el creador del psicoanálisis para expli­car la formación de los sueños. O la pre­sentaci6n de H. Ojeda Garcfa, quien tuvola precauci6n de no enviar un resumen desu presentaci6n, titulada "Psicosis de laSelva" (2, 294). Este eminente "biopsico­somatopatólogo", como se define él mis­mo, sostiene que el origen de la locura, ladelincuencia, el terrorismo y las perver­siones (con estos términos) está en ladesadaptaci6n a un medio nuevo de per­sonas que se criaron en el campo y van abuscar trabajo a la ciudad. En conse­cuencia propone tomar medidas de psi­quiatría profiláctica, impidiendo ya seapor convicción o por la fuerza el despla­zamiento de pobladores de sus lugares deorigen. Dejamos expresa constancia queuno de los 'autores de la presente nota,asisti6 en persona a la presentación, demodo de modo que a pesar de no contarcon un texto de referencia la transcrip­ción del pensamiento de Ojeda García esfiel.

El aporte del grupo de Fischer y col.puede ser analizado a partir del texto de"lntroducci6n a la Psiquiatría BioI6gica".Dedicaremos este último párrafo a unbreve comentario acerca del mismo. Laimpresi6n global que deja al finaUz. sulectura es de anodadamiento.

Pareciera que la mecánica de escritu­ra del libro fue la de vertir una seriede opiniones acerca de una multiplicidadde' materias recién leídas y mal entendi­das. Probablemente las cosas hayan suce­dido así en realidad. La explicaci6n con­siste en la creencia de Fischer y col. de quepara dar "solidez científica" a la Psiquia­tría Biológica es necesario relacionarlaCOn cosas como electrofisiología, teoríade la evolucion, cibernética, etc. Comoen realidad para trabajar en psiquiatríaésto es absolutamente innecesario, el co­nocimiento que tienen los autores de lostemas 8S muy superficial. En consecuenciase equivocan frecuentemente al desarro­llarlos. Ilustraremos tan duros conceptoscon algunos ejemplos. Tomaremos algu­nos Párrafos donde las características ge­nerales señaladas cristalizan en formu la­ciones del más patente desconocimiento.Asr, por ejemplo, en la página 30, en elcapítulo de "Estructuras y MecanismosNel"liosos" se dice: "Además, siempre enlitado de reposo, la cantidad de cargas"'-tivas es mayor dentro de la célula~~ .fuera de ella, lo que corresponde aJi ~.POlariz8ci6n negativa con respecto al'"qlíldo extracelular". Falso. Pero relativa·p en!e menos grave que otros errores. Esst~1So tener una cierta formaci6n en fi·poog(, y biotrsica para poder explicaror Qu6 e' interior celular IS ellctronega-

los libros. Noviembre-Diciembre 1974

tivo, pero la concentración de iones posi­tivos es igual a la de negativos (explica­ción que no desarrollaremos aquí).

En el capítulo titulado "Centraliza­ción y Encefalizaci6n" (pág. 42), lee­mos: "En cuanto a las relaciones deltálamo con la conciencia, se puede supo­ner que este órgano fue su sede duranteuna fase evolutiva anterior, en la que eltálamo constituy6 un órgano de correla­ci6n total (anfibios). Es muy posible quele queden aún vestigios de esta funciónantigua"¿la conciencia de los anfibios?¿la ubicaci6n anat6mica de la concien­cia? En la pág. 76, correspondiente alcapítulo sobre "Aspectos Genéticos", Fis­cher y col. apologetizan ácerca de la teo­ría psicoanalttica de la salud y la enfer­medad mental. Informan a sus lectoresque "La escuela psicoanalítica tambiénpresta especial atención a la influenciadel medio sobre la personalidad y 'haceespecial hincapié en la acción que tienesobre la libido, una especie de fuerzavital que ante la acción de acontecimien­tos traumatizantes se fijarla en nivelesinfantiles, ocasionando con ello conduc­tas anormales. Para esta escuela no habríadiferencias patogénicas entre personalida­des psicopáticas, neurosis y psicosis, puestodas estas conductas anormales sólo re­presentarían la expresi6n de la fijaci6n dela libido en diversos niveles del desarrollopsicológico. La libido podría cambiar deubicación a lo largo del proceso y por lotanto la neurosis transformarse en psico­patía y ~icosis o viceversa".

Ninguna reflexión sobre el psicoanáli­sis puede basarse en una interpretaci6ntan pueril del mismo. No pod ía faltarun capítulo sobre "El Enfoque Ciber­n.hico". Es el VIII, donde, en le pág.83 puede lelrse: "los modelos cibernéti­cos de sistemas biológicos son construi­dos con materias técnicas (hardware) encontraste con el original biol6gico cons­tru ido con sustancias orgánicas en estadocoloidal (software)." Y en la misma p6gi­na, más abajo, por si hubiera quedadoalgu na duda; "la transmisión del mensajese realiza por mecanismos eléctricos, ensistemas artificiales (modelos cibernéti­cos) en cables de hardware y en los siste­mas biol6gicos en el protoplasma o ennervios de software".Es necesario expli­car. En lenguaje t'cnico se utilizan laspalabras inglesas hardware y software (entraducci6n literal,. materiales duros yblandos, respectivamente, aunque SI tratade palabras que no tienen equivalentepropio en castellano) para dlsignar dosmodos distintos de trabajar con una com·putadora. El trabajo de software es elmás conocido habitualmente, consistente

en elaborar el programa adecuado pa,. ..soluci6n de un problema. En cambio tihardware se refiere a operar sobre losmecanismos electrónicos' de la comput.dora. Para Fischer y col., el, hecho de queel presente comentario acerca de su librosea duro. debe significar que fue escritosobre planchas de acero.

Y, finalmente, el problema de la far­macología del psiquismo. Se supone queéste es el tema fuerte de Fischer y coL,el área en que han hecho sus contri­buciones originales más importantes. Espasmoso comprobar una vez más el in­creíble desconocimiento que campea en .,texto. las fuentes bibliográficas, para untema de desarrollo particularmente explo­sivo en los últimos años, no registranreferencias recientes, salvo las firmadaspor Fischer. la teorización de los efectosde distintos tipos de drogas esté referidaa conceptos de Brodie y Shore de 1951,Y de hecho no toman en cuenta todo loque se ha avanzado desde entonces en e_campo (el. 5a, b, e).

Una reflex i6n final. A pesar de todolo dicho en los ultimos párrafos, augur.mas un futuro muy probablemente ven­turoso para la Psiquiatría Biol6gica. Elpapel que viene a jugar en la lucha ideo­161ica en el campo de la psiquiatr(a, y elcontexto en que se enmarca su crecimie­nto a nivel mundial, seguramente conver·tir'n sus grandes debilidades científicasen factores secundarios. El Congreso ob­tuvo el apoyo financiero de tr. laborato­rios de especialidades med icinal., dos d.ellos por lo menos de origen extranjero.

Ref..nciu blbli0gr6fices

1. Fischer, E., Heller, B., Fem6ndezLabriola. R. V Rodr(guez C_nova, E.Introdución a la Psiquiatr(a Biológica,Paidós, Buenos Aires, 1974.

2. Primer Conweso Mundial de Psi­quiatr(a biológica. 24-28 de setiembre,1974, Buenos Aires. Las citas se r.lizande acuerdo al número correspondiente acada comunicación.

3. Goldstein, O., "EI mito de l. libreelectión de temas", CiencÍII NUIlVa, NO14, ~. 3-5, 1972.

4. Chomsky, N., Proc-.o con',.Skinner, Cuadernos Anagrama, Barcelon.,1974.

5••) The NeurolCienc., Fint StudyPrograme G. C. Ouarton, T. Melnechukand F. O. Schmitt (Eds.), The Rockefe­Uer University Press, New York, 1967.

b) The Neurosciences. Second StudyPrograme F. O. Schmitt (Ed.L Rockefe­ner University Press, New York, 1970.

c) The NeuroscienctlS. Third StudyProgram. F. O. Schmitt and F. G.Worden (Eds.). The MIT Press, Cambrid­ge, M.sachussetts, 1974.

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Dlaléetlca dela lueb.antlBlanloonalal

Osvaldo BODaDO

Franco 88saglia y Franca Basaglia OngaroLa Institución en la picotaEditorial Encuadre, 221 pág.

En nuestro pa ís se ha situado con unperfil particular la polémica acerca de lasposibilidades y límites de la transforma­ción de las instituciones psiquiátricas. Nosólo la transformación de los asilos, sinotambién las transformaciones técnico ypolitico-técnicas en el interior de los Hos­pitales Generales y Centros de SaludMental.

Esquematizando, podemos decir quelas posiciones se polarizan entre quienessostienen una defensa rotunda de la Co­munidad Terapéutica como alternativacristalizada de transformación práctica dela instituci6n psiquiátrica y quienes sos­tienen un cuestionamiento absoluto detoda operación psiquiátrica instituciona­lizada y se agotan por tanto en proposi­ciones meramente ideologistas de la orga­nización sanitaria, o bien qu ienes se des­lizan a un escepticismo radical frente alas dificultades que suponen las transfor­maciones institucionales y reiteran inevi­tablemente un ejercicio custodial y re­presivo del rol técnico profesional.

Por ello, el libro de Basaglia que co­mentamos puede aportar un conjunto dereflexiones enriquecedoras, a través de.-tíeulos y testimonios, seleccionados conel criterio de reflejar la evolución de unproceso de transformación práctica de unmanicomio y los momentos de concep­tualización que lo acompañaron. Lo va­lioso es que el texto permite acceder al­bllanee final de la experiencia de Gorizia,

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desarrollada por Basaglia y su equipodesde 1961 a 1972. Están incluidos unpar de ensayos que formaban parte de laedición italiana de La Institución negada,y que no figuraban en la traducción alcastellano, y artículos muy recientes co­mo la intervención de Basaglia en el En­cuentro de Florencia sobre "la luchapara la salud en la fábrica y en la so­ciedad: momento de la lucha más generalpor la liberación del hombre de la explo­tación y la alienación", realizado en no­viembre de 1973 y organizado por sec­tores de la izquierda extraparlamentaria(Manifiesto y Partido de Unidad Proleta­ria). Algunos comentarios de los compi­ladores -María Elena Petrilli y MauroRosetti-, ubicados en distintos momen­tos del texto completan informacionesnecesarias, reseñan procesos concretos ysintetizan conceptualizaciones para lascuales no se disponen de textos de Basa­glía, es decir ayudan a situar el procesoen su desarrollo cronol6gico y en las cri­sis y rupturas que el mismo supuso. Porúltimo, figuran comentarios críticos deBasaglia y franca 8asaglia a trabajos deGoffman y Maxwell Jones.

En esta nota nos limitaremos a invitaral lector a un acceso directo al texto aefectos de rescatar el conjunto de susaportes, por un lado; y por otro a selec­cionar algunos temas que nos parecenpertinentes en relación a los perfiles de laproblemática tal como se expresa ennuestro medio.1. La obra basagliana puede ubicarse den­tro de la corriente mundial de renovaciónpsiquiátrica cuyo centro es la técnica dela Comunidad Terapéutica. Cuando B~­

saglia reflexiona sobre la experiencia pio­nera de esta corriente -la obra de Max-

well Jones- efectúa un doble movimien­to. Por tin lado recupera la progresiónque supone la C.T. en relación al mani­cominio tradicional: "... se inicia, porun lado, como movimiento pragmático enel seno de la realidad de los asilos, ... sefunda en el uso de la interacción del grupo. .. se trata de la tentativa de producir

un abordaje comunitario de la enferme­dad entre terapeuta, enfermo y todos loscomponentes de la comunidad, más alláde toda categorización o definición clá­sica de estado morboso" (pág. 173). Porotro lado, señala sus límites y la niegacomo modelo absoluto: "Si se continúaconsiderando lo social como un conjuntode interacciones psicológicas, manipul.bies según una técnica particular, se ter­mina por no tener conciencia del juegoen el cual se está implicado: la nuevat~cnica psiquiátrico - social, surgida enoposición a la rígida situación institucio­nal de la enfermedad mental, se convierteen rea lidad en una nueva forma de mani­pulación que enmascara bajo la coberturatécnica su profundo significado de con­trol social" (págs. 172-173). Pero estacrítica se hace posible por las correla­ciones que establece entre grado del desa­rrollo económico social en un país deter­minado y las transformaciones técnicasque tal nivel - demanda permite: "EI ma­nicomio en la fase pre-capitalista, la co­munidad terapéutica en la fase neo-ca"pitalista, el Community Mental Health·Center, en la fase del capitalismo avan­zado". Es así que para su país señala:"En Italia, no obstante existir algunaspuntas económicas ya a nivel de capitalis­mo avanzado, la situación general nopuede ni quiere aceptar tampoco refor­mas parciales, QU!! <15 obvias y funcional'.

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en otro desarrollo capitalista" (pág. 180).Es ello lo que explica el acorralamientoque sufrl6 el equipo de Basaglia en Gori­zia, y la presi6n para quesigu iera desem­peñando la función de custodia de' unapoblación de marginados, función que elequipo rechaz6. Volvió a ponerse en evi­dencia aquello que Basaglia denunciara enotro texto: "es imposible adoptar sistemasde control social de tipo más avanzado,Cuando los viejos son todavía suficientesen muchos aspectos" (La mayoría margi­nada).

Sería necesario introducir una polémi­ca equivalente para nuestro país, quetraslade el debate sobre las nuevas técni­tas del terreno abstracto o empirista, quehasta ahora predominó, a una confronta­ci6n lúcida con el período económicosocial, y sus concretas tensiones de clase.En nuestra opini6n tal confrontacióndebe tener en cuenta centralmente treselementos: el carácter dependiente de laformaci6n social argentina, la incapacidadde la burguesía nacional para acaudillarUn proceso revolucionario y el poderosoauge de luchas obreras y populares que seSOstiene sin pausa desde hace años. En loesPecífico y a modo de ejemplo, podría­mos señalar las experiencias últimas delEstévez y de la Peña Carlos Gardel, queculminaron en abierta represi6n por partede los sectores de Poder. Un segundoejemplo -ya en el campo sanitario gene­ral- 8S .1 destino finalmente estéril quetuvieron los intentos reformistBs del planliana. Ello demuestra que en nuestroPals, lo típico sigue siendo lo custodial yrepresivo y que las técnicas comunitariasSOn abiertamente enfrentadas y reprimi­das, salvo que se resignen a ser una cari­catura meramente verbal, como sucedeCOn "Asambleas Comunitarias" de mu­chas salas de Hospicio. Ello es impor­tante frente a quienes resignan toda luchaen el campo práctico institucional, sostie­nen enfrentamientos meramente teoricis­~s ton la psiquiatría tradicional y de.echo se deslizan a posiciones reacciona­rtal Pero también frente a quienes sostie­nen ,. validez a ultranza de las técnicascornunitarias sin advertir, no sólo quePueden transformarse en instrumentos deCOntrol social en un nivel superior sino~Io Comunitario como modelo cristali-

• es imposible en esta etapa. No hay~ burgués con suficiente fuerza co­V dilata imponerlo y para la clave obrera

PO em" sectores populares, es demasiadoco. .2. S' . .se In embargo la acci6n de 8a5lgha noPu:Ot6 en señalar un límite, sino queca d a punto un modelo técnico-poi íti-

e transformaci6n. Es decir lIegb prác-

loa libros, Noviembre-Diciembre 1974

ticamente a ese limite, y lo desbordó entérminos ya no técnicos sino poi íticos.

la puerta abierta del manicomio deGorizia no demarcaba el interior de una"isla democrática". Por el contrario era elgesto que señalaba al internado como ex­cluido feal y al técnico como gestor so­cial de su custodia. Es la acción prácticaen este terreno la que logra eludir (ydenunciar) los discursos ideológicos comonuevas formas de encubrimiento de losaspectos reaccionarios del rol profesional.Pero quizá lo más importante sea ·el ba­lance final de Gorizia: de los 623 pacien­tes internados en 1961, quedaban 396 enoctubre de 1972. De ellos, 130 eran "10­cos pobres", marginados soc;ales, cuyapermanencia ningún criterio psiquiátricopodía justificar. El ~quipo propone queesos 130 se externen V pasen a la respon­sabilidad poi ítica de la AdministraciónProvincial. Ello promueve un escándalopoi ítico de proporciones y se presiona '81equ ipo para que siga desempeñando sufunción de custodio social. El equipo re­chaza tal complicidad y renuncia. " ...nuestra presencia en el Hospital... nosparece perjudicial para aquellos pacientes-y son la mayoría- para quienes segui­mos representando en calidad de psiquia­tras, la justificaci6n de su internaci6n ...los marginados sociales, para los cuales,se deberán encontrar soluciones distintas,tratándose de un problema de asistenciapública, que no puede seguir pasando co­mo problema psiquiátrico" (pág. 72).Otro saldo importante es el cambio deactitud de la población hacia el Hospit~l;

expresado en la duplicación de las visitasambulatorias, y la práctica desaparici6nde los pacientes llegados en estados deagitación a la guardia: "Cuando se hacepermeable la barrera entre interno y ex­terno de la instituci6n, cuando los 'locos'empiezan a ser reconocidos como Plrso­nas con dificultades... el miedo dismi­nuye y consecuentemente sus modos deexpresión habituales, agitaci6n, agresivi­dad, etc." (pág. 69). Por último, los he­chos de Gorizia fueron en toda Italia,tema de pol'mica de las fuerzas políticas Vde la población: "Esto significa que es elhombre común quien se ha apoderado -através de una acción práctica demostra­tiva posibilitada por la divulgación hechacon todos los medios a disposición- delproblema de su enfermedad y de su trat.miento" (pág. 77).3. Hay quienes sostienen como alterna­tiva frente al etiquetamiento psiqui'tricoy la represión, una suerte de ,'ogio de lalocura. Se trataría de liberar el discursodel loco, de brindarle un adecuado nichoecológico para que la locura se despli.

gue y por tanto se libere. Basaglia noparece compartir tal tesis.

Que la enfermedad pueda .ser aprove­chada para confirmar una exclusi6n socialno significa que ella no exista. " ... Laenfermedad, como signo de una de lascontradicciones humanas puede ella mis­ma ser usada dentrQ de la 16gica de l.explotaci6n y el privilegio, asumiendo aslotra cara -la tara $Ocial-, que la trans­forma poco a poco en algo diferente delo que era primitivamente" (pág. 205).Pero para no recaer en un planteo abs­tracto, sino histórico concreto, permanen­temente hay que tener en cuenta que" ... la cara que conocemos de la 'enfer­medad' es siempre su cara institucional".Es así que se pone en cuesti6n no ya el"enfermo" ni tampoco la "enfermedadmental" genéricamente, sino la institu­ción y los técnicos.4. Muchas veces el rechazo a la gestióncustodial y represiva asignado socialmentea la función profesional, lleva a postularla disoluci6n absoluta de todo rol técni·ca. Solución ilusoria, sea porque tal papello ocupa otro, o porque se abandona elloco-excluido en su ubicación real de mar­ginado y en su del irio impotente potransformar la realidad. ''Si somos téc­nicos no es rechazando el serlo que nega­remos a llevar a cabo una acción política,sino rechazando la función técnico-ideo­16gica que hay en nuestro rol; lo quesignifica continuar localizando sobre ..terreno práctico las contradicciones de laciencia (que es ciencia burguesa) a la cualestamos obligados a referirnos" (pág. 67).Tal polémica fue eje de debates con unacamada de técnicos jóvenes que ven fande la experiencia contestataria del OtoñoCaliente del 68, quienes impulsaban unplanteo de regresión, un retorno de loespecifico a lo general. No se trata, en­tonces, de declaraciones políticas genera­les, sino de poner en evidencia el signi­ficado poi ¡tieo impl ¡cito en cada intnen­ción técnica especffica (pág. 105). Es enla toma de conciencia de una acci6npráctica y de todas las implicaciones queásta comporta, que la acci6n se vuelvepoi ítica. Nos importa rescatar este plan­teo, pues en nuestro medio muchas vecescampean acciones técnicas represivas,acompañadas por un declaracionismo deizquierda, que funciona como coartada;y discurSOs politicistas exteriores 8 lisacciones concretas que sólo demuestrenla resistencia a colocar en abierta crisislos aspectos reaccionarios del rol técnicoespecífico.5. Basaglia define con claridad el objetivoestratégico: "La relaci6n directa con elconsumidor de un servicio no puede dar-

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se hasta que la organización poi ítica seencuentre apta para afrontar esta relacióndirecta, es decir, cuando el actor de latransformación en el problema de lasalud sea el trabajador que pretenda unservicio que responda a sus exigencias yque pueda controlar directamente" (pág.101). Esto es lo que no puede alcanzarseen la sociedad de clases, pero demarcacon nitidez la única alternativa posible derevolucionarización del problema psiquiá­trico. El ser esto imposible en la actualetapa señala la convergencia implícita delplanteo basagliano con la tesis maoísta:

no hay revolución cultural sin revoluciónen la producción, antídoto poderoso con­tra todo deslizamiento reformista. ¿Ouéhacer, entonces, en esta etapa? Por mo­mentos, cuando Basaglia busca un lugarfuera de toda institución o cuando res­cata el ejemplo de Fanon parece indicarqtle sólo la apertura política da una posi­bilidad de salida. Pero simultáneamente·afirma que mientras no exista una etapadirectamente revolucionaria se debe se­lJIir localizando la actividad en el ámbitomaterialmente contradictorio de las insti­tuciones, sin pretender una cancelaciónilusoria de las contradicciones, y to­mando partido en favor de un polo delas mismas: "Nuestra realidad es todavíala de continuar viviendo las contradic'

ciones del sistema que nos determina,manejando una institución que negamos,realizando una acción terapéutica que re·chazamos, negando que nuestra institu­ción -que se ha vuelto por nuestra pro­pia acción una institución de la violenciasutil y enmascarada- continúe solamentehaciendo funcionar al sistema; intentandoresistir a los atractivos de las siemprenuevas ideologías científicas con las quese tiende a sofocar las contradicciones,siendo nuestro deber hacerlas siempremás explícitas" (pág. 51).

Pero, este planteo profundamente dia­léctico, ¿sólo indica un futuro? ¿Sólo seniefPI como actual? Creemos que no, queno sólo lo dicho sino fundamentalmentelo hecho por el equipo de Basaglia im­plica una propuesta afirmativa de trabajo,cuyos elementos fundamentales a nuestroentender son:. mantenerse firmemente enel terreno de la acción práctica en lasinstituciones públicas (particularmentemanicomiales), poner sistemáticamente encrisis los aspectos reaccionarios del rolprofesional, a través del rechazo del papelcustodial y el permanente r.eenv ío de laresponsabilidad social sobre los margi­nados sociales a los órganos de poderpolítico; por último la negativa a crista·lizar cualquier modelo técnico como pa­nacea de solución al problema psiquiá-

trico. Por el contrario todo progreso téc­nico, llegado un momento de su desarro­llo, debe negarse a sí mismo, como únicaforma de no ser reabsorbido por el siste­ma y utilizado como encubrimiento, enotro nivel, de las contradicciones.

6. la participación en el Encuentro deFlorencia de Noviembre de 1973 nos per­mite acceder a preocupaciones centralesde Basaglia en el último período: la mo­vilización por la salud mental en busca dereformas sanitarias sólo tiene sentido si esasumida como hecho social, colectivo,donde la clase obrera sea el elementocentral para la conquista de la salud. Elloserá posible en la medida en que se rompacon la ideología positivista que introduceuna escisión absoluta entre lucha por laSalud (salarios, salubridad, etc.l y el comobate contra la enfermedad, que sería ta­rea sólo de especialistas médicos. El otroaspecto es la creación de "Psiquiatría De­mocrática", organización que agrupa atodo tipo de trabajadores psiquiátricos (elequivalente a nuestra definición deT.S.M.!, continuidad del COSP (Centrode Operadores Sociales Psiquiátricos), en­fermeros y asistentes sociales que logra·ron mantener la estructura terapéutica deGorizia muchos meses después de la re­nuncia del equipo de profesionales enca­bezado por Basaglia.

NOVEDADES DE TIEMPO CONTEMPORANEO

Imperialismo, lucha de clases y conocimientopor Eliseo Verón

Un análisis ideológico y político de la producciónsociológica en Argentina en los últimos 25 años.

El imperialismo y la acumulación del capitalpor Nikolai Bujarin

El conocimiento de las fuerzas que impulsan al capi­talismo moderno, de los métodos de expansión quele son propios, del incremento de sus contradiccio­nes internas constituyen, para Bujarin, el fundamen­to y la premisa de la crítica teórica del capitalismoen su etapa imperialista.

Imperialismo y tercer mundopor Vves BenotEn forma precisa y clara el autor analiza cada uno delos factores que histórica y estructuralmente establecenla actual situación de dependencia de los pa íses subde­sarrollados respecto del capitalismo.

Trabejo psicológico y pedeg6gico con nli'ol d.el.... popularespor Frank Riessm.nEste libro analiza el carácter de clase de los mecanis­mos habituales de evaluación de la capacidad intelec­tual en educación y pSlcolog{a; asimismo los problemade conducta y aprendizaje en los niños de clases populares.

(!) EDITORIAL TIEMPO CORTEMPORANEO VIAMONTE 1453TEL. 45·9640 as. AS.

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Kostas Mavrakis, Sobre el trotskismo,Buenos Aires, Ediciones de la Flor,328 pág. Traducido del francés porGraciela Isnardi.

El curso de la R8lIolución China pro­porcionó nuevos desarrollos al marxis­mo; la Revolución Cultural Proletaria po­1ibilitó la plena contrastación de las tesisde Mao Tsetung y el PC de China sobrela construcción del socialismo. SegúnMarx, el conocimiento del capitalismopermitió desentrañar el mecanismo defuncionamiento de los modos de produc­ción que le precedieron; en el mismosentido la experiencia de la RepúblicaPOpular China entregó a los revoluciona­rios nuevas armas para enfocar la historiadel movimiento obrero, como en el casoparticular que nos ocupa. El campo polí­tico que abre la Revolución Cultural haencontrado en el plano ideológico·teóricoun correlato que no sólo posibilita laresolución de problemas abiertos, sinoque a partir de ella han surgido los ele·mentos fundamentales para su correctaformulación. Una poderosa corriente ini·cie un camino de búsquedas y, pesa auno u otro matiz que exista en su inte·rior, posee un perfil propio que la dife­rencia del resto de las fuerzas en juego:asentarse firmemente en el ascenso revo­lucionario de los pueblos y reconocer los&POrtes realizados por Mao Tsetung almarxismo·leninismo.

El libro de Mavrakis se inscribe en laCOrriente que señalamos. En el seno delmovimiento obrero, no cabe duda acercade la derrota histórica del trotskismo. LaIV Internacional, "el partido mundial dela revolución socialista" lTrotski), fuefUndada en 1938, un año después de ha·b~ dicho su fundador que "Ia necesidadhIstórica acuciante de una dirección revo·'~Cionaria asegura a la IV InternacionalrItmos excepcionalmente rápidos de desa·rrollo" (K.M., p. 311). Los resultados deese desarrollo "excepcionalmente rápido"8Itén a la vista: 35 años de historia no~~ dado al "partido mundial de la revo·

ción socialista" ninguna posibilidad deexhibir los frutos triunfantes de su lfnoa:Iftica y el desarrollo de la revoluciónlit un rico período se ha hecho al margen~' propuestas. Además los trotskistas"Gel ce" estrechamente ligados a puntosmo "es de retroceso revolucionario (co­ció el celuroso recibimiento que les mere­dlJct~1 Xx Congreso del PCUS o la irre·do Iblt defensa de la URSS como "esta·

Obrero burocratizado").Resulta dificil asir el pensamiento trots-

lo. L.ibrOl, Noviembre-Diciembre 1974

Sa.tla.o Ma.kista pues, como señala Mavrakis, no setrata de un cuerpo de doctrina coherentesino de un cúmulo de ideas no pocasveces contrad ictorils y heterogéneas res·pecto de su origen. Una de esas ideas esla que los trotskistas denominan "teoría"de la revolución permanente y cuya fuen·te original es la pluma de Parvus·Hel·phand, un alemán que terminó su vidacomo agente del Estado Mayor del Ejérci·to de su pafs. Mavrakis, a partir de laconcepción marx ista de la revo luciónininterrumpida y por etapas, destruyecuidadosamente la fundamentación queTrotski, en diversas oportunidades, inten·tó dar al concepto de revolución perma·nente. Aunque en casi 70 años de vida,esta teorfa no ha podido exhibir ningúnproceso histórico qua la convalide ello noamedrenta para nada a los actuales segui·dores de Trotski quienes han intentadodemostrar, que, por ejemplo, la Revolu­ción China es una ciare "aplicación" deesta curiosa teoria cuya virtud es que sus

más fieles partidarios no logren hacerlatriunfar.

Hay en el pensamiento de Trotski ysus epígonos algunas constantes que M.·rekis analiza cuidadosamente. Como sefie­lara Lenin, Trotski encara todas las cues·tiones desde el punto de vista del "prin­cipio general'; incapaz de realizar el H a06­lisis concreto de la situaci6n concrata",necesita remitirse a la mayor generalidadpara enfocar cualquier tema (K.M., p.76). De ello se siguen importantes CORII­

cuencias: por ejemplo, sus análisis IGbrela Revolución Rusa en los que se· des­plegó considerable esfuerzo para enton­trar su "principio general"; éste no fueotro que la Revolución Francesa, a la quese quiso hacer pasar como patrón da me­dida de la Revolución Rusa, sumiendo I

los trotskistas en larllllS discusiones IGbrala correspondencia entre las etapas de l.revolución burguesa en Francia y la mU­dad rusa. La falsedad e inoperancia deeste esquema queda probada por la per.

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FICHE ESTOS LIBROS

SOBRE EL TROTSKISMO - KostasMavrakis. Nuevos elementos para lapolémica: superando mitos erigidospor trotsk istas y antitrotsk istas. unainterpretación marxista no dogmáti­ca de la doctrina y sus implicancias.

TEATRO DEL OPRIMIDO y otraspoéticas políticas - Augusto Boal.Uno de los renovadores más fecun­dos del teatro en Latinoamérica abrela perspectiva para un arte dramáti­co acorde con las urgencias de nues­tro tiempo y nuestro continente yconvertido en arma al servicio de laliberación.

LA BASE - Isabel Alvar.z de T01.·do. La novela de la hoy exiliada"duquesa roja" sobre las bases yan­quis en España escrita alrededor dela bomba atómica "extraviada" enPalomares.

EL OMNIBUS 12 - Raymond Jean.El racimo que aflora todos los díasen una novela francesa contempo­ránea de curiosa estructu ra.

LA MALCASTRADA - Emma San·toI. Presentación de Roger Gentis.Hasta ahora la psiquiatría "expropió"la voz de la locura. En este libroescrito por una mujer que "enlo­queció" luego de trabajar como cui­dadora de los nií'los de un cottolengo.la locura habla por sí misma.

COLECCION CUESTIONARIO

LOS 400 OlAS DE PERON - Ro­dolfo H. Terragno. Prólogo de Artu­ro Jauretche. Un examen apasionadode un tiempo todavía caliente. útilpara la reflexión de un país fanati­zado. escrIto por un periodista aquien su condición de no militanteprovee de la ecuanimidad necesariapara aclarar ciertos malentendidos.

MEDIO ORIENTE: LOS TRAFI·CANTES DE PETROLEO - JeckAnderson. y la Comisión de Multi­nacionales del Senado de EE.UU.Precedido de un esclarecedor prólo­go de Rodolfo H. Terragno.la inves­tigación sobre cómo las multinacio­nales petroleras maniobraron paraaumentar el precio del petróleo ydeterminar el curso de la políticaexterior yanqui.

aEdicionesde la FlorUruguay 252 - 1° 8

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sistencia en caracterizar a la URSS como"estado obrero" al margen de las indu­dables transformaciones Que ésta ha su­frido y Que hoy definen su carác;.ter impe·rialista. Desde el punto de vista te6rico,lo válido es descifrar el mensaje de lahistoria a partir de la clave Que prov~e elpresente y no constituirla en patrón demedida del futuro. Trotski no sobrepas6el nivel de una sociología comparada delas revoluciones. lo Que se basó en unadoble pretensi6n: (a) Que la revoluci6nfrancesa es el "modelo" típico de la revo­luci6n burguesa (ello no resiste el menoranálisis. apenas se la compara con la revo­luci6n inglesa); (b) que este supuesto mo­delo de revoluci6n burguesa constituye elmodelo de revoluci6n. Ambas afirmacio­nes no han esclarecido ningún aspecto dela experiencia rusa y si hubo algún mo·mento en Que, según su tan remanidoesquema, los trotskistas tendrían Que ha·ber proclamado a los cuatro vientos lallegada del famoso Termidor, fue duranteel XX Congreso del PCUS. al Que, por elcontrario, no hicieron otra cosa Que en·salzar.

Mavrakis analiza con detalla la incapa­cidad de Trotski para comprender la es·pecificidad de la política. consecuenciade su identificaci6n de la estructura conla superestructura, negando toda clase demediaciones. Ello tuvo consecuencias gro·seras tales como la identificaci6n de clase ypartido que desarroll6, junto con los meo­cheviques, en el 11 Congreso del POSDR.O, simétricamente, pretender que el au·mento de la productividad y eficacia deltrabajo en Rusia era un mero problemaecon6mico para el que bastaba manejar alos sindicatos con puño de hierro yacer­car el trabajo en la Unión Soviética a lascondiciones imperantes durante el escla­vismo.

El sociologjsmo de Trotski responde,en última instancia, al carácter premarxis­ta de su dialéctica, como señala Mavrakis:"La característica principal del trotskis­mo es la ausencia de una teoría de lascontradicciones, de una teoría de lasfases y los estadios, y en consecuencia laausencia de teoría de la estrategia y de latáctica" (p. 85).

Con la figura de Trotski se encuentraestrechamente vinculada la valoraci6n deStalin. Acertadamente Mavrakis resuelveesta vinculaci6n mostrando que Stalintransitaba, al contrario que el fundadorde la IV Internacional, el camino correc­to y que, en todas las cuestiones funda·mentales, Trotski result6 derrotado porél. El esquematismo le impidi6 a Trotskicaptar la realidad de una situaci6n noprevista: la posibilidad de un pals socia·

.'lista aislado. Aferrlldo adas viejas ldIIfacerca de la imposibilidad de tal siturci6n, se escindi6 del campo revolucio­nario y redujo su actividad a apostrofarlodesde su mesa de trabajo, cuando no aproveer de argumentos al anticomunismo.La valoraci6n de Stalin y Trotski debepartir de la escisi6n del segundo respectodel campo revolucionario y de que Stalinse encontraba en el centro de ese campO.Salvo que se opine que desde 1924 (o1923, o donde sea Que ahora se ubique albendito "termidor") el movimiento obre­ro mundial no hizo más que retrocederpor efecto del satánico afán de Stalin porllevarlo a la derrota, no se puede valor'"negativamente a éste. Así es como ha ,11'focado la cuesti6n el pe de China: "Tod8la actuaci6n de Stalin ocupa un lutl'importantísimo tanto en la historia d. l.dictadura del proletariado como en la delmovimiento comunista internacional. ElPartido Comunista de China siempre bIsostenido que el problema de c6mo apre­ciar y enfocar a Stalin no es simplementtla evaluaci6n del propio Stalin, sino, 10que es mis importante, c6mo sintetizar 11experiencia hist6rica de la dictadura d8Iproletariado y del movimiento comunisUinternacional a partir de la muerte ~.Lenin", la valoraci6n positiva de StalInno excluye criticar sus errores, pero pllll"tualizando: 10) estos juegan un papel ".cundario; y 20) las diveras corrient"trotskistas resultaron no sólo incapac"de criticar estos errores sino que, los qutresultaban realmente de importancia, ..les escaparon por completo. Por últimO,es necesario señalar que, pese a lo qUImuchos historiadores trotskistas pret8ll'den, la polémica de Trotski con la In"'"nacional Comunista no se inscribe "",..mente en la historia de las ideas, si:que, incluso en el caso de las ase'críticas justas que formul6, éstas di;encuadrarse en la aguda lucha da e

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en que se desarrolló la existencia aisladade la URSS y las consecuencias políticas,en general negativas, de esas críticas.

Sin duda, Mavrakis satisface cumplida­mente la crítica del trotskismo; sin em­bargo es necesario marcar algunos puntosen los que defiende posiciones no total-mente correctas. Uno de estos puntos esla cuestión del partido en la que Mavrakisseñala correctamente la incapacidad totalde la propuesta trotskista de partido ycómo su abtruso afán de reivindicar lasfracciones como mecanismo para evitarlas escisiones no ha podido superar lasmúltiples fracturas de las organizacionestrotskistas (en ese sentido la edición fran­cesa de la obra de Mavrakis incorpora unesquema de la historia de las organizacio­nes trotskistas francesas que muestra enforma su mamente gráfica la capacidad dedivisión y subdivisión que tienen las orga­nizaciones trotskistas). En la dialécticaespontaneidad-conciencia, Mavrakis sevuelca hacia la jerarquización de la prime­ra, estableciendo vínculos entre ambostérminos que no corresponden a su pro­ceso de desarrollo (por ejemplo, la rela­ción temporal). Incluso afirma la prescin­dibilidad, en determinadas circunstancias,del partido de vanguardia: ,,[...] unmovimiento revolucionario puede serorientado correctamente incluso si no

tiene un partido marxista a la cabeza" (p.1151, invocando en apoyo de su tesis elejemplo de la Comuna de París. No cree­mos que la orientación que dieron blan­quistas y proudhonianos en la Comuna·pueda calificarse de correcta, incluso re­cuérdese que Marx indicó la inoportunidadde lanzarse al combate frontal, lo que noinvalida que, una vez que el proletariadode París había iniciado la lucha, fueracorrecto ubicarse junto a él y apoyarlocon tedas las fuerzas. Pero, y esto es lomás importante, incluso el tipo de ejemplono sirve: la discusión no gira en torno ala posibilidad de librar un combate, oserie de combates, en los que predominelo espontáneo; sino que se trata de si eso no posible la conquista del poder poi í­tico, o ~rabajar para esa conquista, sin laexistencia de un partido de vanguardia.En otras palabras: la eventual prescindibi­lidad de la vanguardia se demostraría si• pudiera exhibir una revolución proleta­ria triunfante sin dicha vanguardia. Y nola hay.

Otro punto que nos parece importante.ñalar es la adhesión de Mavrakis a laconceptualización del pensamiento deMao Tsetung como "tercera etapa delmarxismo": "Haciendo un balance d~ lapráctica revolucionaria de su tiempo, dela que fue actor principal, Lenin desarro-

lió .1 marxismo permaneciendo fiel I suverdad universal. Mao hizo lo mismo _nuestra época" (p. 207). Para los marxi.tas, incluyendo por supuesto el PCCh,nuestra época es la misma que la •Lenin y, si cabe una periodización delmarx¡smo, ésta deberá fu ndarse sobre lisetapas del desarrollo histórico y no au.nomizarse de éste. Al mismo tiempo quedeben afirmarse centralmente los aportafundamentales de Mao Tsetung, debe ubi­cárselos correctamente en el desarreN.del marxismo.

En resumen, el libro de Kostas M_kis satisface plenamente su objetivo deanalizar el trotskismo. Desde este puntode vista y atendiendo a la actualidad.su temática, es un libro de suma impor-tancia como instrumento para la luchaideol6gica y poi ítica que se desarrolla _torno a la historia del movimiento comu­nista internacional, lucha que es fundl­mental para la construcci6n de una co­rrecta Unea revolucionaria.

1) Mavrakis dedica excelentes p6gi...a destruir la mitológica argumentación deque Lenin adhirió a la "revolución ....­manente" en 1917, concepción 8 la quese vinculó más de un historiador "obje­tivo".

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DESARROLLO ECONOMICO

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La. libra.. Noviembre-Diciembre 1974 ••

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Sumario

Pidala en quioscos

Publicación del Comité Central delPartido Comunista Revolucionario de

la Argentina

FICHAS LATINOAMERICANASen todos los quioscos

NO 1 - "La Universidad Latinoamericana"

NO 2 - "Brasil y la frontera Atlántica"

NO 3 - "Venezuela, pa(s petrolero"

NO 4 - "Paulo Freire en América Latina"(la parte)Con textos inéditos de Freire.

Documentaci6n y análisis preparados por equiposde expertos sobre la realidad latinoamericana$15.00.

Diciembre 1974-Febrero 1975Número 13

- EL ARMA DECISIVA (Editorial)

- El 17 de OCTUBRE de 1946 (El origen del Mo-vimiento Peronista)

- El GRAN ALIADO (Experiencia del Movimien­to Campesino Misionero)

- El PLAN DE GOBIERNO: ¿ARGENTINALIBERADA? (Anáfisis de la política económicadel gobierno)

- LA INSURRECCION DE OCTUBRE (Análisisde la insurrección victoriosa que instauró elprimer estado proletario en el mundo)

teoría y política

REVISTADE CIENCIASDELAEDUCACION

número 12 - lriembre de 1974

H. L.-nge: A PROPOSITO DE LA ESCUELA.Criticas a un enfoque de Althusser

G. E~in y A. Rodrípz: EL METODO:FACTOR DEFINITORIO Y UNI FICADOR DELA INSTRUMENTAClON DIDACTICA.

,. HtJm~ndez: OtSCRIMINACION ETNICA ENLA ESCUELA.

INFORMES DE MESAS DE TRABAJO DE LASUNIVERSIDADES DE LA PLATA Y DECUYO Y DEL lNSTITUTO SUPERIOR DELPROFESORADO.

COMENTARIOS DE LIBROS. INFORMACIONelBLIOGRAFICA.

Carlos Echagíie, El otro imperialismo

La Unión Soviética después del XX Congresodel PCUS, la Unión Soviética, el otroimperialismo: este ensayo da cuentaminuciosamente de la restauración del capitalilmoen la URSS, de su actual carécter de superpotenciaimperialista; a la luz de las tesis leninistas lobre elimperialismo y de los desarrollos aportadol por laexperiencia china, delnuda la naturaleza dellocialimperialismo.

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Julio Barreiro, Educaci6n popular y pro­ceso de concientización, Buenos Aires,Siglo xxr, 1974

El libro que criticamos aqu í -lo mis­mo que esta crítica- no pueden ser com­prendidos sino en el contexto de Utaprofusa bibliografía, que circula desde ha­ce algunos años en los medios culturaleslatinoamericanos, haciendo eje en la"cuestión educativa" y e. las articulacio­nes de la práctica ",,'05 sistemas educati­vos en cuanto apara.s- ideológicos detransmisi6n, imposición y reproducciónde la ideología dominante. Aclaremos: esen ese gra~o de ge-vralidad como seplantea la cuesti6n en dicha bibliografía,que constituye la expresión "te6rica", elroemento reflexivo, de 'Ana corriente pe­.dagógica que puede reconocerse por sutematización dominante: la propuesta deuna educa&ión "Iiberadora", "concientiza­dora" y desalienante, que operaría comoel reverso de la educación vigente, carac­terizada por ser "opresora", "bancaria" yalienante.1

Conviene también observar -antes dereferirnos a Educación popular y procesode concientización- algunos de los rasgosfundamentales de la corriente en la quese inscribe el libro de Julio Barreiro. laidea de que la educación -en cuantopráctica- puede constituirse en un proce­so de concientización, ha surgido de, Vhasido expresada por grupos de intelectua­les ligados a las distintas Iglesias que ope-

• ran en América latina. En el seno de lainstitu ción eclesiástica, hist6ricamenteuno de los agentes educativos más impor­tantes del continente, esta corriente inte­lectual se propone el replanteo de lacuestión educativa ala luz de las nuevasdoctrinas de la iglesia, adoptando el sesgode una explícita radicalización ideol6gi­C8.

2

El replánteo imp'lica: en el plano ideo­,16gico, por lo menos dos aspectos rele­vantes:

1) Se. rechaza explícitamente la su­puesta neutralidad política de la accióneducativa. la consecuencia aqu í no es elseñalamiento de que el verdadero "educa­dar" no es el maestro individual, sino elEstado capitalista o la Iglesia (Gramsci).Por ., contrario, ignorando la cuesti6n dela hegemonía, SI pasa a la afirmación inme­diatamente práctica de que los educado­res populares -es decir, aquellos que seidentifican con los sectores explotados dela sotiedad- deben asumir la acción edu­cativa como un compromiso político.

2) Este compromiso político se mate­rializa en " ... un programa de liberacióndel hombre latinoamericano" (Barreiro).

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Dicho programa reconoce cinco "ideas­base":

"a) Hay transformaciones justas y ne­cesarias que deben ocurrir en AméricaLatina. Ellas ..deben ~I modificar esencial­m~te las b'a'~ Alstructurales de las socie­dtdes donde 'selocaliza~Jas contradiccio­n9\ socioecon6micas y cu1turales de lossistemas' vigentes en casi tarJes los pa4aes;

"b) Las transformaciones estru&turalesa ser realizadas debj!n constituirse comou" verdadero ','prtlgrama histórico" asu­mido por el pueblo, como una tareasuya, y a través de la cual se transformaprogresivamente en sujeto de su propiaacción;

"c) Para que el pueblo pueda conquis­tar y desarrollar esa acci6n transformado­ra, necesita pasar a niveles de eccióncolectiva cada vez más organizada, másamplia y más crítica;

"d) Consecuentemente, una de las ta­reas más necesarias para aquellos que secolocan al servicio de ese "proyecto deliberación" es la preparación de grupospopulares capaces de actuar como agentesconcientes y críticos de todo el procesode cambios sociales;

"e) los programas de educación popu­lar pueden constituirse como uno de losinstrumentos de formación-organizaci6ndel pueblo, a lo largo de su propia accióntransformadora.,,3

Se advierte en estos enunciados la.ambigüedad y la confusión conceptual-puesto que no ponemos en duda lasbuenas intenciones de la propuesta- quecaracteriza a la fraseología de la concien­tización. Párecen haber sido descuidadaslas enseñanzas que la historia -una histo­ria que es la historia de las luchas declases- ha aportado acerca de los proce­sos revolucionarios que han minado elsistema capitalista 8 escala mundial, ycuyo protagonista principal han sido lasmasas (el "pueblo'.' del que hablan las"ideas-base").

En efecto, el problema no queda co­rrectamente formulado con la mera enun­ciación de que se parte de "... unacomprensión no idealizada: la de las con­tradicciones de sus sociedades y de lasacciones necesarias para superarlas efecti­vamente.,,4 Para formu lar correctamenteel problema -ni siquiera nos referimos apropuestas resolutivas- hubiera sido ne­cesaria la comprensión de que las contra­dicciones sociales se rigen por una legali­dad propia, y que en el caso de Américalatina, la dominación imperialista se arti­cula con un desarrollo capitalista defor­mado y dependiente. la práctica educati­va .no se materializa en este caso desdefuera del modo dominante de producción

y reproducción social en Am~rica latina:- -el modo de producción capttalista- ni

de las luchas por su aniquilamie"nJo.Por tanto, la eficacia poi ítica de esa

acción educativa no se mide por la meraaplicación de una educación desalienantepor oposici6n a una educación alienante-repitamos: la historia no es la historiao

de la lu,ha entre un principio alienante yuna actividad desalienadora: es historiade las luchas de clases- sino situandoesta práctica en el contexto de las contra­dicciones entre estructura y superestrüc­tura. Este paso es obligado, si el "c'Om­promiso político" no quiere quedaranclado en una concepción mecanicistadel valor de la educación como accióntransformadora.

Barreiro afirma, por ejemplo:"En términos prácticos es posible con­

cebir una educación popular participantécomo forma de acción transformadora,en la medida en que ella crea situacionespara una permanente reflexión-revisión delos dos polos: realidad existente-acciónnecesaria."

O también: "la educación popularpuede ser, concretamente, un instrumen­to de desarrollo de la conciencia críticapopular, en la medida en que aporteinstrument~s para que los agentes popula­res de transformaci6n sean capaces devivir, a lo largo de su acción, esa dinámi­ca de lo concreto, en la relación acción­reflexión ... "s

Pero, en ese sentido, las afirmacionespierden su posible especificidad crítica, sediluyen en la ambigüedad, en la medidaen .que el contexto de explicaci6n noslleva a pensar que las luchas populares enAmérica latina son luchas por la libera­ción del hombre latinoamericano en gene­ral, o que se trata de luchas de liberacióncontra la inconciencia, la ignorancia, ,.alienación o la explotación en general.¿N o se considera necesario hablar delimperialismo norteamericano? las luchasde liberación nacional y social de lasmasas latinoamericanas ¿no se dirigen en­tre otros objetivos, contra la apropiaci6nprivada de las condiciones materiales d'la existencia, rasgo estructural del régi­men capitalista? Al mismo tiempo, 8

nuestro modo de ver, las categorías te6r~cas provenientes de diversos ámbitos dela ideología burguesa, aún en sus maticescrrticos o utópicos, a las que acuden confrecuencia los te6ricos de esta corriente-y de cuyo uso 18 disculpan reiterandOque sus escritos no tienen un carácter"académico" - no ayudan a los "educa­dores populares" en la comprensión de sUpráctica educativa de intenciones conci'"''tizadoras.

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• Iv'n IlIich: "Crftica 8 la liturgia de laensefianza". "Revolución cultural, escuelay desarrollo", "Une socitté sans école".

• H. Canteris, J. Barreiro, J. de SantaAna. R. Cetrullo, V. Gílbert: "Conciencia ..... ,y revolución. Contr1bución al procesoaeconcientiz8ci6n del hombre en AméricaLatina".

2 "La educación PoPUlar 'es claramen­te comprendida hoy como u.n instrumen­to de contribución inmediata a una efec­tiva participación popular en procesos detransformaci6n de la sociedad clasista yop~esora.. Se originó. en parte, de lapráctica y d., los descubrimientos de gru­pos de cristianos comprometidos con in­tervenciones sociale, Iiberad~ras, cada vezmás cercanas a proyectos realistas departicipación en '~s transfor~ciones so­cIales". Julio Barrelro: EduCllClon popula,

de clases, un proyecto revolucionario he­gemonizado por el proletariado. Por tan­to, desde esta perspectiva, la cuestióneducativa no puede ser planteada fueradel terreno de la lucha de clases, niresuelta al margen de la práctica de lasmasas. En ese contexto, el desarrollo dela lucha ideol6gica exige la elaboraci6n yaplicación de métodos "pedagógicos" 8

través de los cuales son las masas quienesproducen su autoeducación.9•

1 Un ejemplo de' este tipo de argumenta·ci6n: "La educación es un cauce detransmisión de la ideología dominantepero puede convertirse en un mecanismo

. de concientización si ofrece aquellos ele­mentos que favorecen una actitud radica.l­mente cr ítica del educando." L6pez So­ria: "Hacia una crítica ideológica", enrevista de Educación NO 3, Santa Fe, sinfecha, p. 18.Agrega López Soria que ". . .si la educa­ción proveyese al alumno de actitudes ymecanismos capaces no sólo de percatarsede la carga ideológica de las cosmovisionesque justifican la situaciÓn de dominaciónsino de desarrollar una aetividad desaliena­dQra, cumplir éa una función muy diversaa la de domesticar que hasta hoy havenido desempeftando", (Ibid., p.. 20).

Las obras más importantes producidaspor esta corriente son:• Pierre Furter: "Educación y re­flexión", "Educación y vida", "La educa­ción permanente dentro de las perspecti­vas del desarrollo".

• Paulo Freire: "La educación comopráctica de la libertad". "Pedagog(a deloprimido", "Extensión o comunicación","Las Iglesias en América1.atina: su papeleducativo".

• Arnaldo Gomensoro: "Hacia una edu­cación comprometida".

• Alberto Silva: "La escuela fuera de laescuela".

• Anónimo: "Se vive como se puede".

:- Reina Reyes: "¿Para qu~ futuro educa­. mas? ".

6 Cfr.: Francisco Ferrara, ¿Qué sonlas Ligas Agrarias?, Buenos Aires, SigloXXI, 1973.

3 Ibid., p. 19

4 Ibid.

y proceso de concientizací6n, Buenos Ai­res. Siglo XXI, 1974, p. 26.

No discutiremos aqu ( el alcance deesta radicalización en el sentido de lacrisis que pudo provocar en la adscrip­ción ideolÓgico e institucional de los"educadores populares"- en tanto indivi·duos respecto del aparato ideológico ecle­simico.

8Sarreiro: op: cit., pp. 34-36.

7 "La teor(a materialista de que loshombres son producto de las circunstan­cias y de 18 educación, y de que, portanto. los hombres modificados son pro-­ducto de circunstancias distintas y de unaeducaci6n modificada, olvid, que son loshombres precisamente los que hacen quecambien las circunstancias y que el pro­pio educador necesita ser educado. Con­duce pues, forzosamente, a la división dela sociedad en dos partes, una .de lascuales está por encima de la sociedad.( ... ) La coincidencia de la modificaciónde las circunstancias y de la actividadhumana sólo puede concebirse y enten­derse racionalmente como práctica re~o·

luc;an.,;s." Carlos Marx~ "Tercera Tesissobre Feuerbach", en Marx y Engels:Obl'lls EscOfIidlls,' Moscú. Edito{ial Progr~­so, 1969. p. 733.

9 ~s ilustrativo, para encuadrar la. in­quietudes ~vacionistas del paternaUsrnf>pequeilo-burgués que los cOncientizaQÓoÍShan criticado tanto, recoldar las i1:id1ca­ciones de Mao Tsé Tung, .!I' ,_.,~

propósito del trabajo culturar: uLa "".....tra es una cultura del pufblo~'~ot-trlbaja­

dores de la cultura d~n servir \al p~1ocon gran entuSiasmo y devoBén, vincular·se con las masas V no aislarse de eU•.Para vincular. con las masas, deben, ac­tuar de acuerdo con sus neCesidades y.deseo.. ·en todo trabajo que se realicePIre las masas, 18 requiere pertir de susnecesidades V no del buen 4eseo de unindividuo. Sucede con frecuencia que ob­jetivamente las masas Aecesitan un cam­bio determinado, pero subjetivamente notienen todevía conciencia de esa necesi-

· dad Y no desean ni están decididas arealizarlo; en tales circunstancias, ten~

mos que esperar con paciencia. No sedebe realizar el cambio hasta que, porefecto de nuestro trabajo, la mayor partede las. masas "hayan adquirido concienciade la necesidad de ese cambio y tengan eldeseo y la decisión de hacerlo. ( .... ) Heaquí dos principios: uno, las necesidadesreal,s de las masas. y no necesidades ima­ginadas por nosotros, y el otro, tos de­seos ele las masas y las decisiones quetoman ellas mismas, y no las que tome­mos nosotros en su lugar". Mao T.Tung: "EI Frente Unico en el trabajocultural", en Obra, Escogidas, Tomo 111Pekfn, Ediciones dn Lenguas Extranjeras'1968, p. 168. '

De cualquier manera, conducidos porla dinámica de su propia radicalización auna acción poi ítica que no se presentacomo tal, sino como acción educativa-aunque se reconoce. su sentido político,su no-neutralidad- los "educadores popu­lares" se ponen en contacto con lossectores explotados del continente. lo'han hecho, y lo hacen, generalmente apartir de tareas de alfabetización6

, en tasque el problema "técnico" del aprendizajede la lectura y la escritura pasa a unsegundo plano en detrimentá de la tareapolítica de concientizaci6n. Así, los"educadores populares" se acercan a lossectores más postergados de la sociedad,y a través de "Grupos de Base de Educa­ción Popular", "Círculos de Cultura Po­pular", etc., confrontan sus experienciasanteriores como educadores, y ponen encrisis sus propias conéeptualizaciones'te6­ricas e ideológicas. El reconocimiento deesta crisis por parte de estos concientiza­dores -en el que se recoge la problemáti­ca de la Tercera Tesis sobre Feuerbach,pero no se la profundiza7

- es el aportefundamental del libro de 8arreiro.

Por lo demás, el ¡nteJés de la obra esmúltiple: constituye un testimonio deexperiencias polfticas y educativas realiza­das en el seno de la corriente concientizl­dora, procura una síntesis de las diversastendencias de fundamentación de la edu­caci6n popular, articula los conceptos ela­borados a hI luz de la práctica en esque­mas didácticos, y, fundamentalmente, rea­liza un balance y autocrítica en el que seadvierte cómo la práctica ha ido obligan­do a modificar la teoría: "E. pasaje deuna ideología fundada en principios hu­manistas e interpretaciones culturalistashacia una ideología proletaria surgida deanálisis sociales de rasgo dialéctico, fue elmás radical momento de toma de con­ciencia realizado por los propios grupos"comprometidos con la concientizdn".Representó el inicio de una redefinici6nrnuy creativa de la educaci6n popular ennUestro continente." "una de las expre­siones mAs notables en todo ese "cambiocte perspectiva" está contenida en la in­terpretaci6n en términos de clase de loque era anteriormente comprendido 8ntérminos de hombre.,,8

Cabría esperar que esta autocritica:nstituva efectivamente un l\Uevo puntode partida en el replanteo de la cuestiónV 1.. ~elaciones entre educación popular'iaro'ftlca revolucionaria. En ese sentido,C6 8 la pena señalar que el problema de8St~o .Iograr que el proceso educativode Iorientado a satisfacer las necesidadespro~ clase trabajadora, está inmarso en el

ema ~e cómo se elabora, In la lucha

loa LibrOl, Noviembre-Diciembre 1974

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Polémica

AatoDlo Carmoaa

Yo el Sult"••"¿La escrituradel podero la ilDpotenciaele la escritura?

comunicaci6n 8ut6nomo es importante yrem ite a un problema que nos interesa,en relación a las posibilidades del lengua­je y el uso que se le da en momentosdeterminados.

los gramáticos ya pretend ieron la di­fefenciación entre un "lenguaje" culto(que sin duda era un elemento de domi­nación necesario para cualquier detenta­ción de poded y el habla popular, sim­ples barbarismos útiles para una comuni­cación de segunda índole.

Trasladado a la escritura literaria (allenguéJe literario) el planteamiento ha si­do tambi6n el mismo: una "Literatura",individual, producto exclusivo de los quepodían aprenderla y las literaturas popu­lares, leyendas, cuentos, etc., de menorvalor en la escala de la "cultura".

América Latina podría ser un espacioexcelente para el planteamiento de estadicotomIa. Aqu( han coincidido, con unadiferenciación acentuada, la lengua "occi­dental" y las lenguas "bárbaras". la es­aitura perfecta y los pueblos ágrafos. Lalitétatura tulta y las leyendas y 10$ ltaltospopulares delimitando dos espacios de co­municación distintos (entre tantas esPe­cies útiles de mantener separados). Dostradiciones, dos mundos. "Karai ñee"(lengua del señor, el castellano) y Aveñee (lengua del inalo, el guaran() en elid ioma popular paragulYo. Las connota­ciones creo que son evidentes.

Es en 81 I(mite de estos espacios don­de habría que ubicar ciertas literaturaslatinoamericanas (la de Arguedas puedeservir como ejemplo contundente). Es enesta dictomla donde creo debería ser ubi­cada la literatura de Roa Bastos, m6s queen un espacio delimitado por un términoambiguo como realismo mágico (muy re­lacionado por demás con toda una visiónfolclorista de Latinoamérica que cae dellado de la dominación) y cierta corrienteque pueda coincidir en algún plantea­miento con supuestos planteamientos de"Yo el Supremo".

"Hijo de Hombre", la obra más cono­cjda de Roa, puede ser un punto de par­tid! útil para el análisis. Escenario desdi­bu jado -la obra recorre casi la totalidaddel país fusionándolo y confundiéndolo;personajes que en cada capítulo (despre­ciando al narrador, ya dibujado en s{como un personaje despreciable) se trans­forman, son otros, distintos e iguales: unhombre de muchas caras; su tem6tica, laaventura de un pueblo, de ese personajemúltiple, empeñado en una tarea trágica,de inevitable de.nlaca trágico: la guerra,que lo lleva a una lucha en el marco dela desolación chaqueña donde a pesar delas victorias el pueblo pierde. El ambiente

mo un sistema más amplio que estar(a enlos orígenes mismos de' lenguaje, no crea­ción ya a imagen y semejanza sino liste­ma de comunicación autónoma, de la quela escritura fonética o pictográfica .ríanmanifestaciones. .

Una discusi6n sobre la problemáticaprofunda de la escritura se hace hasta elmomento dificultosa. Sin embargo la di­cotomla que • plantea: la escritura co­mo elemento de poder, manifestaci6n ar­tificial, y la escritura como sistema de

Beatriz Sarlo

En "Tr.istes Trópicos" lévi-Straussplante6 la escritura como un elemento depoder donde podrían encontrarse algunasde las, ba.s"del dominio del hombre por.1 hombre. La escritura -si no caUSl­servit¡a 8 esos fines: perpetuar, regular,ereir diferencias. -ta propuefta contraria(Derricte,.:por ejemplo) define esta con­cepción éomo fonocéntrica: visi6A, dondela lFitura ha sido relegada eomo simpleimitación de la palabra hablada, oponién­do" una comprenlÍón de la escritura ca-

En el número 37 de Los Libros fue publicado mi artIculo, Yo el Supremo:el discurso del poder. El objetivo de la nota era, en primer tUllir, situar el 8S­

pecio literario en el cual 18 novela venIa a Incluirse, espacio generado en granmedida a partir de cierta cr{tica de arraigo en revistas y ..plementos literarios,por un lado, y por el otro por los ecos d. une t80r{a de la literetura, a nuestro

, juicio idealista por su inv.rli6n mAs o menos disimulada de las relaciones rea­l. entre escritura y poder, escritura 8 historia. En este marco se caracterizaba• la novlla de Roa S.tos como texto de una sola voz, la de una clase, lo cuala todas luces no _ un "problema de cantidad". Ese artlculo luscit6 la r~s­

puesta .iguiente, que Los Libros recoge para reflejar, en la medida en quele •• posible, el debate en un campo que .1 propio de la revista, el cultural eideológico.

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-mágico han dicho algunos críticos- esel de un lenguaje y una cultura donde lomítico desempeña un papel fundamental;donde esa cristo leproso que sirve de es­tandarte a una rebelión popular, hasta laidentificación en los yerbales de una con­tinua imposición que, aprovechado el mi­to, lo desvirtúa sirviendo de elemento re­presivo: Mr. Thomas, dueño de los yerba­les, es la continuación de Santo Tomás,patrón impuesto a sus fines por los jesui­tas, y del País Zume, personaje real mfti­oo.

En la novela pueden distinguirse dosescrituras, dos narradores. El narrador(tradicionalmente entendido, el qu.e cuen­ta la novela, escritor-personaje): ser inca­paz, traidor, aseino del pueblo (terminaametrallando a Kiritó, símbolo de la re­belión), y una dinámica que reemplaza alprimero: que lo desborda con la mitolo­gía popular y la historia del pueblo. Uno,recordador nostálgico de una historia;otro, personaje colectivo. Narrador indivi­dual, escritor único, que pretende impo­ner sus términos y la escritura mítica quesurge como contrapunto, la narración (ladel narrador indígena popular) que no daimportancia a los términos individuales.

Sería interesante preguntarse si Roaabandonó esta problemática por la elec­ción de un personaje único. El artículoque comentamos propone dos formas porlas que "registra" la unitalteralidad de"Yo el Supremo": la cantidad como pre­dominancia de un personaje en la exposi­ción (escasos comentarios del compilador,ausencia de otras voces) de donde se de­duce que estamos ante una novela depersonaje, y la presentación en el texto~It la escritura como condición de poder,Inversión de la relaci6n de subordinaciónque existe entre ambos términos.

Personaje único, delimitación cuantita­tiva (espacio que ocupa) de una escritura:~bría más ponerse en otro punto deVista y ,tratar de definir a ese personaje,Yo, que habla en la pvoela. Por primerapersona, ese Yo, se entiende en literaturaUn tipo de aproximación opuesto a la:vela de personaje,.de héroe. El relato

tercera persona, por el contrario, es el~e alejando al personaje lo ubica, apoya·o en tiempos pretéritos, para describirlo,:ra r~latarlo. Da una aparente verosimili·ti~ histórica mientras aleja al lector enh¡""po. No es sujeto actual sino algo que

• '" otro tiempo.El "Y" I . f dPer ,o, por e contrariO, con un ePtl:naJe V narrador, el lector mismo

SUy e ocupar ese lugar que al leer es el"toa' la primera persona actualiza el re·COn' el Supremo lo sabe: "Si a toda

,a " quiere hablar de alguien no sólo

~ libros. N~vi.mbr.-Dici.mbr. 1974

tiene uno que ponerse en su lugar: Tieneque ser ese alguien".

A pesar de ser, en apariencia, el relatode un personaje único, la novela no pre­tende relatarlo, contarlo como historia."Biografía en primera persona" ha dichoun crítico paraguayo al respecto de laobra, y entiendo que la definición es in­teligente por todas las contradicciones ymatices que implica la fusibn de- talestérminos.

Una segunda persona interviene en elrelato fracturándolo: El, no ya qrlmáticalsino simbólico, representativo, y que con­sidero como una de las proposicionesprofundas del título de la obra "Yo elSupremo", Yo-El, el que sobrevivirá alsupremo: ''Tras esta generación vendráotra. Si no estoy Yo, estará El, que tam­poco tiene antigüedad". La otra genera­ción y esta, lo que· permMlce; el incansa­ble que acosa al supremo cuestionándolesus errores, su traición, se'ñalándole suausencia de poder (su voz ya no represen..ta la del Común). Eco de un supremodictador, pero que tiene su aumnomia,que le devuelve su verdad. Coro' que deli ..mita al p..sonaje y le acosa en sus con..tradicciones, en su soledad que el Ubroagota en un acto dramático', en el sentidodel drama teatral, poniendo en escena alpersonaje con todas sus carencias, con sudescomposición.

Dentro de este cuedro, la historia quese desarrolla no 8S .Ia, historia pei Supre­mo, sino la de s.u 1raC8lO; no es su voz laque cuenta sino ~8 vo'z de un "EI" que seinfiltra hasta en sus propios escritos acu­sándolo: "le(ste mal la voluntad del Co­mún y en consecuencia obraste mal." lade un "Yo" destru ido, al perder su repre­sentatividad, que quiere prolongar en laescritura su dominio, seguir ejerciéndolo.Ha traicionada al pueblo le repite ese Elmés cultural, .més colectivo que indivi­dual, y ha dejado de tener el poder quele otorgaron, del que sólo era un, repre­sentante.. El libro se puede ver como un despla­zamiento de escrituras. La del Supremo,que en un principio no creía en su poder,que después se aferra a ella, y la de eseEl que va, a medida que se avanza, adqui­riendo dominio, acosando cada vez más.

El vano intento del Supremo es seguirprolongándose en la escritura aunque re­conoce su impotencia. So~mente lamano, dice dándose cuenta de su imposi­bilidad, prosigue la tarea. Largas cartasescritas a sus representantes caen en unvacío del que la escritura no podrá salir.Las cartas no evitan -a pesar de su per­petua circularidad- que sus lugartenien­tes le roben, lo malinterpreten, lo traicio-

nene Su escritura, su lenguaje, es el de únimpotente aferrándose a su propia~ impo­tencia: a su lenguaje. La afasia, que .SU

perro le hab(a vaticinado, le sacará esaúltima vanidad. )

Su escritura, su desescritura, su des­lenguaje, habla que se va volviendo haciadentro, que va dejando. de serlo al perdersu posibilidad social. "Escri-vanos" es supropio término al inicio del libro. lovano de esa escritura sin representatividadde sus enemigos, a It que él pretenderá,'en el último momento, aferrarS;8.

Hay una tercera persona en el relato:el compilador, el relator y comentadordel supremo. Ese alguien sí pretende es­cribir con piarto historicismo. "El" es supersona, el pasado su tiempo. El escriba,el historiador, el escritor, contra quien elsupremo dirige sus diatribas: "Vagos. Ma­Ientretenidos.Truhanes, rufianes de lalengua escrita." "l".lbéciles compiladoresde escritos no menos imbéciles." la"censura" va dirigida contra ellos, 101 po­seedores de la escritura, los mistificadoresde I,a historia, los prolongador,s de lisleyes.. -(el mismo Supremo que intenta, alfinal, prolongarse en la escritura). Es conese personaje con el que Roa no 'Iuiereidentificarse; es el autor que otro "com­pilador" pretende substituir tomando elpapel no ya de poseedor de la escritura,sino de depositario de un saber colectivoque relata. No ya creador, sino matiza­dar, cuentero, memoria viva (no muertacomo la de los lectores de diccionariosque maldice también El Supremo) del"libro que escriben los pueblos."

én Hijo de Hombre, señalábamos, _podían encontrar dos personajes: el na­rrador, en el sentido convencional, pinta..do como despreciable; el pueblo, persona­je colectivo que va haciendo la historie."Yo el Supremo" plantea con mayor pro­fundidad esa contradicción. Un narradorllevado en su importencia al Ifmite de la

.destrucción, de la imposibilidad; une es·aitura que surge en frente al servicio delrelato de un mito. "Harta diferencia quehay entre un libro que hace un particulary lanza al pueblo, y un libro que hace unpu~blo." No es la escritura de un per.,..naje (imposible ser el otro para escribir·lo), pretende ser la exposición de otraescritura ~() ya individual. Roa pretende(ése, entiendQ, es ., proyecto del libro)desprestigiar al narrador individual, tanpresti,iado por la literatura burguesa, PI­~ ~ev8lOfar el relato como producto co­lectiVO, socia~, en el que el escriba no essino un matizador, recopilador en ciertosentido de la escritura del "Común" queel Supremo no supo leer.

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L••••s .'str••a.do. e. aa••os Al••,OCTUBRE-NOVIEMBRE 1974

.. ~

Mart(n SagreraHacinamiento. Superpoblación\f _xualidadCaracas, Monte AvilaEditores, 139 pág.

Alfred SchutzEstudios.obre teoríalOcialTraducción de Néstor M íguezBuenos Aires, Amorrortueditores, 2,77 pág.El libro deSchutz, sociólogo austriacoque sintetiza en suobra vertientes delpensamiento de Msx Weber ysólidas influencias de lafenomenologla husserliana,incluye ensayos sobre laracionalidad y la acción en elmundo social, y una seriede "ejercicios interpretat;~os"sobre la distribución socialdel conocimiento, elproblema de la realidad y /.responsabilidad, etc.

- ~ Buenos Aires, Nueva Visión,76 pág.

Jorge NiosiLos .mpr...riOl y 81 est.doargentino (1955-1969)Buenos Aires, Siglo XX 1,241 pág.Este estudio verifica algunashipótesis acerca de larelación entre las asociacionesemprl1lariales, de la industriay el agro, y los gobiernospo,teriores a 1955; analiza lasdecllKBc;one, pollticssy corporativss de esasinltitucionBs relpecto de losplan. económicospuestos en practica, muchastlBc., por los mismosdirigent. empresarios de /aolitJ8rqula y la granburguesla. Da cuenta tambi~n

de sus relaciones con lo,intereses extranjeros,.specialmente yankis yeuropeos.

Nicos Pou lantzasLa internacionalizacián dela .....cion. capitalistas y elmedo-naciónTraducción de José Sazbón

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Jean BaechlerLos fenómenos r.volucioneriolTraducción de Nur'ia VidalCaries ReigBarcelona, Ed icionesPen(nsu la, 248 pág.

CEIL V CONICET'.tic....... 101trabajador. en l.....6n.mp.....¡a'Buenos Aires, EditorialEl Coloquio, 570 pág.

A.H.S. CrossmanBioIrafi... Estado MocMrnoTraducción de J.A. Fernandezde CastroMé~ico, Fondo de CulturaEconómica, 374 pág.

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COMUNICACIONDE MASAS

Armand Mattelartla cultur. como emp,..multinacionalBuenos Aires, Galerna,177 pág. •La primera IIfIrsión dll esteen68yo apartICió bajo la for",.dll articulo IIn la rllvimc... de 1.. Am6riCII';aborda algunos de los r.",.sve tratedos IIn obrasantllriores por Martelart:corporeciontls IIIt1ctr6niCMy dtl comunicación,penetración imptlrialisr. .,educación dtl masas, laindustria del turismo y suvinculación con empre.smonop6licas, lite.

Heriberto MuraroNeocepitllllmo ycomunlcecl6n de mueBuenos Aires. EUDEBA,244 pág.

ECONOMIA

"I.tor~ Documental delACuerdo "e Certe..n.Junta del Acuerdo deCartagena.lnstituto para laIntegración de AméricaLatina

~nos Aires, INTAL,Pág.

S. Ménshikov~ructur. de .. ollgarquí.u:nc¡•• en E.tadoslldotl:~~d~cción de L. Vládov

IClones Axis, 367 pág.

'Ni\l'e. lIlmw. Pyle,.o~ntos de Cont.blli...1 oslY2

r8duc '6LOetfl

el n de Claudio Víctor8 ' ert.u:~; Aires, El Ateneo,

, 2 pág; t. 2, 128 pág.

William T. RyanPrincipios de comercialilaciónTraducción de VirginiaGonzález WincklerBuenos Aires, El Ateneo,169 pág.

Gianni SofriEl modo de producciónlIIiáticoTraducción de Marcial Tarrag6Barcelona, Ediciones Península,232 pág.

Glenn A. WelschContabilidad de emp....Tomos 1 y 2Traducción de ClaudioVíctor LofflerBuenos Aires, El Ateneo,t. 1, 185 pág; t. 2,109 pág.

EDUCACION

Angélica W. CassEducKi6n b6IIc. par. adultosTraducción de Roberto J.WaltonBuenos Aires. EditorialTroquel, 147 pág.

Equipo de propaganda de laUniversidad de Sinjua IAlice Altini I Alessandro RussoPor una unlYll'lidad científica,t6cnicll, lOCieUsta. Algunll1ICU...... ChlnaBuenos Aires, La RosaBlindada, 128 pág.Los informes qutl compontlnal cuerpo central dll estlllibro proporcionan datosy IIIlImentos importantes para16 comprensi6n dlll proctJsodllSllncadllnedo en launilltlrsidad y .s tlscUflI.chinas daspués da laRtlvoluci6n culture/. SonindisptJn68bles para IIxtrHfconclusiones Y enseflanzas da1168 prOCllSO, IIn tlspacial enlo ",ferido a 16 superaci6ndtJ 16 divisifJn entrll trelNljomanual e inttJItJCtual, laexprllsión de la consigna de lapolftica en 111 PUIISto dllmando. a través dllIIxperillf'/clas dtl int.,acióndll obreros, ioldados yprofelDrlls, lucha id«J/ógicay Il.ICha po"'ti~como ejlls quertlcorren to."procesod. le educaci6n en China.

Giovanni Gozzer ycolaboradores

Bases pare orllllnizer elcurriculum de cienci••Traducción de José MaríaLeyvaBuenos Aires, El Ateneo,139 pág.

Ernesto SchiefelbeinTeoría, técnicas, prOC8lOl ycaso. en el planeemientoda le educaciónBuenos Aires, El Ateneo,793 pág.

ENSAYOS SOBREARTE Y

LITERATURA

Augusto BoalTe.tro del oprimido yotras po6tiCII políticasBuenos Aires, Edicionesde la Flor, 238 pág.

Bertold BrechtEl compromiso en U....tu...yerteTraducción de J. FontcubertaBarcelona. Península, 447 pág.Tllxtos capitales para lapolémica sobre una concepciónmarxistfl dlll arte y laliteretura. Incluye losen6llYos sobre arte y política,sobrll realismo y formalismoy polltica culturel.

Gillo DorflesLas OICilacionas del gUItoTraducción de CarlosManzanoBarcelona, Editorial Lumen,142 pág.

Severo SarduyBarrocoBuenos Aires, Sudamericana,119 pág.

Guillermo Yepes BoscánDones y ml.ri.. de l. P9IIí.Caracas, Monte Avila Editores,2404 pago

FILOSOFIA

Roger GaraudyIntroducción a l. metodologí.

m.rxlstaTraducci6n de J.D.N,Buenos Aires, Ediciones delSiglo. 77 pág.Versión de un ciclo deconferencias, dictadas enCuba por Garaudy. en las queéste de68rrolla algunas tesissobre el marxismo como"sintesis superadora de lacultura anterior", todo elloen al marco dtll "marxismohumanista", una de lasformas del actualretfÍsionismo.

Paul KiigiL. gin8IiI del m••rlelllmohistóricoTraducción de Ulises MoulinesBarcelona. EdicionesPenínsula, 322 pág.

Dominique LecourtEnDyo sob... le pOliclbn deLenin .... filosofíaTraducci6n de Santiago FiJnesBuenos Aires. Siglo XXI,189 pág.Lecourt de68rrolla varias tesismuy discutibles acerca dll lareoria dlll rtlfltJjo,tlsptlCialmtlflte vinculadas conlos últimos dll68rro/los dlll"marxismo" althuSSllfianosobrll "le historia comoprOCftO fin sujllto ".Asi, la tflsis de que en Leninal refltJjo ", un reflejo sinespejo aparece vinculada a laúltima optIración dll estacorriente filosófica frence6ll,mis próx;l'fIIIIal estructuralismoqUII al marxismo.

S. MeliujinEl probleme de lo finito y loInfinitoTraducción de Lydia Kuplerde VelascoMéxico, Editorial Grijalbo.275 pág.

Adam SchaffHiltoril y verdadTraducción de Ignasl VidalSanfeliúMéxico, Editorial Grijalbo.373 pág.

"HISTORIA

J.H. Elliot, Roland Mousnier,Marc Raeff, J. W. Snit yLawrence Stone

la. llbr, 01, Noviembre-Diciembre 1974

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Revoluciones y I'8belion. dela Europa modernaTraducción de Blanca ParedesLarruceaMadrid, Alianza editorial,230 pág.

. J. GodechotLos orígenes de la Revoluci6nFr.,cesaBarcelona, Poo ínsu la, 376 pág.

Bernardo Jurado ToroSim6n Bolívar, el jovenCaracas, Monte AvilaEditores, 93 pág.

G. LefebvreEl nacimiento de lahistoriografía modernaBarcelona, Marttnez Roca,340 pág. ~.

Armando RojasL. miliones diplomitica deGuzm6n alancoCaracas, Monte Avila editores,195 pág.

LITERATURAEUROPEA Y

NORTEAMER ICANA

Isabel Alvarez de Toledo,duquesa de Medina SidoniaLa BaseBuenos Aires, Ediciones dela Flor, 194 pág.

lan Flem;ngChitty-chitty bang-bangEl automóvil mágicoTraducción de Hugo ScaroneBuenos Aires, Ediciones dela Flor, 80 pág.

LITERATURALATINOAMERICANA

Buenos Aires, Sudamericana,297 pág.

JuIián PadrónMadrugadaCaracas, Monte Avila editores,178 pág.

I:duardo PerroneVisita francesa y completoBuenos Aires, Ediciones dela Flor, 230 pág.

Augusto Roa BastosEl pollito d. fuegoII ustrado por Juan MarchesiBuenos Aires, Ediciones dela Flor

Daría Auiz GómezLa ternura .... tengo par. VOl

Caracas, Monte Avila editores,223 pág.

POESIA

cielOl que espero)Jujuy, edicionesBuenamontaña, 86 pág.

Pablo R iquelmeLa PosadaCaracas, Monte Avila Editores,96 pág.

Victor SandovalPara empezar el d ¡aMéxico, Joaquín Mortiz,110 pág.

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POLITICA

Raúl 8otelho GonsálvezProcao del IUbimperialismobrasileftoBuenos Aires, Eudeba, 141 pág.

Helder CamaraEl grito del tercer mundo enun pueblo marginadoBuenos Aires, Merayo Editor,137 pág.

Chile, Prim••a ••a,cara y CNZ del golpe militarCompilado por SantiagoDowling

Ctwn Po·taLucha de cta_ ., el campochinoTraducción de FernandoGrandaBuenos Aires, Sehapire Editor,89 pág.

Cabral, Soares, Cunhal yotrosDe Salazar a 101 cepitan.Buenos Aires, Grupo Editor,111 pág.

Comisión de estudios dela historia del Partido de losTrabajadores de VietnamBreve historia del Partido de101 Trabajador. d. VietnamBuenos Aires, La RosaBlindada, 157 pág.Texto importante para elestudio y comprensión de lasluchas anticolonialtls y por tllsocialismo d", pueblovietnamita, donde se rtlflejala funci6n fundamental delpartido, su estrechavincu.ción con las masa, y,ucapacidad para unir a lamayorla en contradel enemigo principal.

Arturo Alvarez SosaEstado naturalBuenos Aires, Sudamericana,54 pág.

Osear R.R. GarcíaEl canto d. la fábricMLanús, Grupo Editor Mensaje,66 pág.

Raúl Aráoz AnzoáteguiP_rl. vidaDibujos de Osvaldo JuaneSalta, Ediciones Limache,71 pág.

Guillermo Colussi, Jorgelsaias, Alejandro PidelloP6¡aro AnualRosario, Ed iciones LaCachimba, 60 pág.

Raúl Garc(a BrardaLGI mllmOl lu.r•Rosario, Ediciones LaCachimba, 58 pág.

Jorge A. BoccaneraLOI ....n.."'¡.ro...le."Lanús, Grupo Editor Mensaje,90 pág.

Néstor GroppaTodo lo dem•• cielo(1.. cielos que volaron y 101

Manuel del CabraIPoem... amor y ...Buenos Aires, Ediciones de laFlor, 182 pág.

Margarita AguirreLa ove;' rojaBuenos Aires, Sudamericana,191 pág.

Macedonio FernándezAdriana Buenos Ai....(última novela mala)Obras completas de M.F.,tomo VBuenos Aires, Corregidor,240 pág.

Noé JitrikDel otro ledo d. la pu.taRapsodiaIlustrado por RobertoBroullonBuenos Aires, Megápol is, sinnúmero de páginas

Clarice LispectorLa Legión ExtranjeraTraducd6n de Juan Gare(aGayóCaracas, Monte Avila editores,353 pág.

Juan Carlos Marti niLGI ....nOl las prefierenrubiaBuenos Aires, La Línea,151 pág.

Manuel Mujiea LáinezEl viaje de 101." demoniOl

.Enrique MedinaTransparenteBuenos Aires, Sudamericana,246 pág.

LINGÜISTICA

F.H. GeorgeIntroducci6n ....m6nticaTraducción de R. Y 1.Alvarez VaraMadrid, Fundamentos,195 pág.

Roman Jakobson, RolandBarthes, Abraham Moles yotrosEl lenguaje y 101 probl.m•••conocimientoTraducción de María TeresaLa Valle y Marcelo PérezRivasRodolfo Alonso Editor,Buenos Aires, 141 pág.Ssgunda edici6n de latraducci6n de un número dele rwístB Argumenta de 1962que, si lB exceptúa el trabajode Jakob80n labre Iingülsticay ~tica, refleja el pasoimplllcBb'e de los alJol ,obrepo.cíone, uno de cuyo,m4ritos mayores era laprovocativa n~vtldBd.

Antonio PonzioGNmitice transformecional e1""0I6a políticaTraducción de Augusto BiancoBuenos Aires, Nueva Visión,117 pág.~ """" ....I- ..L- ~

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Buenos Aires, Rodolfo AlonsoEditor, 151 pág.Colección de relatosperiodlsticos, testimoniospersonales y declaracionesoficiales. El compiladorha querido "evitar esaparcialidad" y "contribuirCOn algo de luz a un procesobastan te oscuro". No halogrado sino plegarse alasIUgBres comunes generadospor el revisionismo sobre elfracaso de la "vla chilena".

André Gunder FrankQuién 8S el enemigoinmediatoBuenos Aires, C·EP, 64 pág.Según su ya conocidadiferenciación entre enemigoprincipal y enemigo inmediatode los puebloslatinoamericanos y suCOncepción de las relacionesde producción desde lacolonia en América LatinaCOmo capitalistas,Gunder Frank propone situara las burgueslaslatinoamericanas radicalmente,en el campo del enemigo.Propone también encontrarPara dirigir las luchas deflltos pueblos a otro Fidel:lo, resultados cubanos hacenlaltar a la vista lo err6neo desus tesis.

John GalvaniIrak y Siria. Dos experienciasbaathistMTraducción de Matilde MarinoBuenos Aires, Periferia,106 pág.

Antonio GramsciPequ."a antología poi áticaSelección y notas de MarioSpinellaTraducción de Juan RamónCapellaBarcelona, Libros deConfrontación, 171 pág.

El Informe Rodrlgu. Con.Informe de la comisióninvestigadora de los serviciosPúblicos de electricidad(19431

Buenos Aires EUDEBA664 Dág.' ,

Precedido por un extM~~/Ofode Miguel Angel·C;:"a, ata edici6n del'n 'me de" comisi6nPr"¡dide por Rodrlgutlz Conde:OPorciona un ",. teri.1de".n "alar ""ra e' estudio(J la, múltiple. conexion.•: la banCII y el c.pir.11Gb~Jeros con suce,ivos

'.r"o, y políticos:."-tino, que .,tuvieron., ""'¡cio; así los dtlr.lle, de

las concesiones de electricidaden la década infame iluminanuna de las zonas másescandalosas de la pollticadel perlado.

Salvador Mar ía LazadaDependencia y em presasmultinacionalesBuenos Aires, EUDEBA,180 pág.

Antonio Melis, AdalbertDessau, Manfred KossokMariát...i, tres estudiosLima, Biblioteca Amauta,147 pág.

Mario Monteforte ToledoLa solución militar a laperuana. 1968·1970México, UNAM, 182 pág.

Antonio Pérez-EsclarínL. revolución con Marx ycon CristoCaracas, Monte Avila editores,265 pág.Apelando a viejasfalsificaciones cen tradas enreducir el marxismo a unhumanismo neutro einofensivo, el espalfol Pérez·Ese/arín llega a la conclusi6nde que el esp{ritu marxistagenuino está en losmovimientos rebeldes o" desviacionistas".

Alfred StepanBrasil: los militares y lapolíticaTraducción de Inés PardalBuenos Aires, Amorrortueditores, 351 pág.

Vicente TalonPortugal 19o1pe o revolución"Madrid, C.V.S. ediciones,346 pág.

Var ios AutoresLos intelectuales y el poderSelección y prólogo de GabrielCareagaMéx ico, Sep. Setentas, 206 pág.Colección de ensayos sobreel tema, donde pueden leerse.un conjunto heterogéneode opiniones; entre ellaslas de Wright Milis, ~Laqueur, Arthur Schlesinger,Carlos Rama y otros.

Varios autoresMovimiento obrero, IÍndicatosy poder ., Amirica LatinaBuenos Aires, Editoria' ElColoquio, 436 pág.

Carlos María VilasLa dominaci6n imperialista., l. Argentin.Buenos Aires, EUDEBA,275 pág.

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PSICOLOGIA

Igor CarusaPsicoanálisis, márxismo yutopíaMéxico, Siglo XX 1, 203 pág.

Roberto Deso iIleEl caso María Clatilde.Psicoterapia del ensueñodirigidoTraducción de José CastellóBuenos Aires, Amorrortueditores, 227 pág.En el ensuelfo dirigido- t~cnica cuya difusiónse propontl este texto- seprocura alcanzar un nivel deconciencia que no es el delsuelJo ni el de lavigilia total, y suobjetivo es permitir que seexprese un contenidoreprimido muy arcaico. Estassesiones se alternan conotras cara a cara.

Jean LemaireTerapias de parejaTraducción de Víc.torGoldsteinBuenos Aires, Amorrortueditores, 248 pág.La experiencia como supervisorde la Asociación F raneesade Centros de ConsultaConyugal y la propia comoterapeuta de parejas, lepermiten a Lemaire ordenarun conjunto de nociones másdirigidas a aspectos técnicos(indicaciones ycontraindicaciones, tipode interpretaciones, timing,etc.) que a profundizar en elaspecto dinámico delvlnculo conyugal. Decualquier forma tJI autormaneja con fluidez una sólidabase psicoanalltica en cuantoa lo interpretarivo.

Emma SantosLa Malc8StradaPresentación de Roger GentisTraducción de EduardoGudiño KiefferBuenos Aires, Ed iciones de laFlor, 130 pág.Es,6ierro que este mon61ogode una ex guardiana deca ttolenflO es /8 locurahablando por su propia voz;pero PlIse a lo que reclamaGentis - "basta de discursossobre la locura. ..dediquémonos a aquella que sedice en primera persona"-

la liberación del discursode un loco sólo conduceal ensueño y laautotransformación, nunca auna verdadera prácticatransformadora.

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REVISTAS

Cristianismo V Sociedad1974. primera entrega, nO 39Montevideo. Editor ial TierraNueva

El cuentoRevista de imaginaciónNúmero 64, abril-mayo de1974, México

Eco. Revista de Cultura deOccid_teNO 164, junio de 1974.NO 165, julio de 1974. NO 166,agosto de 1974Bogotá, Librería Buchholz

El lagrimal trifurcaNO 9, octubre/d iciembre,1973Rosario

Perspectiva de "educaciónNúmero 3. Centro deInformación y accióneducativaSanta Fe

El pez fumónNO 2, abril de 1974Dirección de Cultura de laUniversidad deZulia, Maracaibo

XalapaNO 219/222Veracruz, Méx ico

VARIOS

María Esther GilioP.sonas y personajesBuenos Aires, Ediciones de laFlor, 205 pág.

Migue' Angel SperoniDiccionario subversivoBuenos Aires, LihreríaHachette, 230 pág.

~lIbrQl,Noviemb..-Diciembre 1974 36

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Talcahuano 487,Tel. 35-8918Buenos Aires

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