Periódico Rearme Obrero Marzo - 2012

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  • 8/2/2019 Peridico Rearme Obrero Marzo - 2012

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    N8 - Ao 5 - Marzo 2012

    Nosotros armamos que la tarea principal que tienenplanteada los trabajadores del pas en este periodo es

    alcanzar su rearme ideolgico, poltico y orgnico.Reencontrarse con su conciencia revolucionaria de

    clase, construir las organizaciones de combate querepresenten sus intereses independientes y edicar un

    partido poltico que cumpla el rol de una verdaderadireccin revolucionaria y por el socialismo.

    Creemos que las luchas en curso en los ltimos aosen Chile, luchas parciales libradas por distintos secto-res del pueblo, son una escuela que prepara a ste para

    su rearme, para la lucha entre explotados y explota-dores, y por tanto es un deber de las organizacionesrevolucionarias analizar la forma y el contenido que

    stas adoptan.

    La lucha del pueblo de Aysn es parte de un misma

    hebra que une y sonomiza los primeros combates se-

    rios de los sectores oprimidos del pas tras el regresode la democracia burguesa en 1990, tras diecisiete

    aos de dictadura.

    Durante el periodo que va desde 1970 a 1973 obre-ros y campesinos avanzaron decididamente hacia latransformacin revolucionaria de la sociedad. En estecamino no slo construyeron, embrionariamente, las

    organizaciones de doble poder necesarias para conse-guir el objetivo de expropiar a los expropiadores, ver-daderos grmenes de un nuevo rgimen social, sinoque tambin se separaron de las direcciones polticas

    que se erigan como un obstculo para sus objetivoshistricos. A pesar de esto las direcciones de los par-tidos Comunista y Socialista, embarcados ya en el

    camino de la claudicacin sin combate, permiti el

    triunfo de la contrarrevolucin burguesa.

    A pocos aos de instalada la dictadura, enrgicas

    luchas populares estallaron contra el rgimen (aos1982 y 83) amenazando en su dinmica convertirse

    en una ofensiva que retomara el camino interrumpidopor la mano militar. Bajo la consigna de evitar una

    nueva Nicaragua (que derrotara la dictadura de So-

    moza mediante una insurreccin popular) diversos

    sectores burgueses emprenden la tarea de dar unasalida pactada al rgimen dictatorial.

    La Concertacin de Partidos por la Democracia nacejustamente con el objetivo de encaminar el explosivoascenso popular por la senda de la paz social y de la

    colaboracin de clases. Quebrando el eje de la contra-diccin principal entre capitalismo / socialismo lograsuplantarla por la falsa contradiccin entre dictadura

    / democracia. Tras esta ilusoria argumentacin logracomprometer al proletariado nacional en la hoy ama-rga experiencia de la democracia burguesa.

    La democracia as conseguida no fue diseada al azar.El objetivo de sta era vestir con ropaje civil la obra

    de la dictadura, impidiendo en su diseo la posibilidadde incidencia real de formaciones de clase al interiorde la institucionalidad reaccionaria. As, manteniendo

    intacta la edicacin contrarrevolucionaria, la Con-certacin consigui mantener y profundizar la faenaantiobrera y proimperialista.

    Esta realidad se erige hoy como una pesada loza sobrelos hombros de los explotados. Las jvenes genera-ciones han sido el azadn que comienza a agrietar la

    herencia dictatorial. En este camino la secundan hoydiversos sectores sociales que al luchar cuestionanel conjunto del modelo imperante. Sin embargo este

    contenido a momentos se le escapa a sus propios pro-

    tagonistas.

    El movimiento social de Aysn busca dar solucin a

    una serie de problemas especcos. El eje est mar-

    cado por la caresta de la vida y por el abandono deque son objeto como regin por parte del gobiernocentral en una serie de aspectos vitales (conectividad,educacin, salud, etc.)

    Las soluciones a las que aspira el pueblo de Aysn sonexigidas al gobierno. Para esto han confeccionado un

    petitorio de 11 puntos, cuya redaccin ha sido guiadapor una serie de personeros empresariales, tal comodescribe a El Mercurio Alejandro Cornejo, empresa-rio y delegado de la Cmara Chilena de Comercio deAysn: no saban (los dirigentes sociales de Aysn)que queran en cada uno de los puntos. Eso nos mo-tiv a ayudarles con ideas y redactar el petitorio paraque el gobierno tuviera una base con la cual nego-ciar.

    El carcter policlasista que evidencia el MovimientoSocial por Aysn se expresa en la composicin de las

    La lucha del pueblo de Aysn muestra, enforma de ensayo, las formas y los contenidosque adopta el rearme de los trabajadores yel conjunto de los explotados del pas.

    ndiceLa lucha del pueblo de Aysn/Editorial/ de que democracia nos hablan ?/ Mujer: elcapitalismo nos iguala en la represin

    POR LA UNIDAD DE LOS DISTINTOSSECTORES EXPLOTADOS

    PERO BAJO LASBANDERAS HISTORICAS DEL PROLETARIADO

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    organizaciones que lo integran. Pareciera que es po-sible unir tras los mismos objetivos a una gama desectores que, a pesar de tener intereses contrapues-tos en ciertos aspectos, pueden batallar en una misma

    trinchera cuando se trata de un bien superior. Nadams falso que esta idea! Si bien transitoriamente semancomunan aqu obreros, pequeos productores,

    empresarios y polticos burgueses, los benecios quecada uno de ellos persigue en esta amalgama son bienantagnicos.

    Mientras obreros, estudiantes, pescadores artesanalesy pobladores deenden en esta batalla sus condicio-

    nes bsicas de subsistencia, los sectores empresaria-

    les del transporte buscan mayores cuotas de gananciaal reclamar un subsidio al precio de los combustibles,

    los empresarios del comercio buscan que los salariossuban a costa de subsidios del Estado, desentendin-dose de la responsabilidad de pagar mejores sueldosa sus trabajadores y, de paso, beneciarse del incre -mento de la capacidad de consumo que resultarade un alza de salarios. Lo que se arma se expresaprcticamente en que quien cuida las barricadas da y

    noche, quien enfrenta y combate a las fuerzas repre -sivas es el proletariado aysenino.

    La inexistencia de un sector activo que levante lasbanderas e intereses del proletariado en esta lucha haposibilitado el desarrollo de un discurso ciudadano

    tras el cual se esfuma la naturaleza de clase del con-

    icto que azota a los pobres de la regin. La resul-tante de esta composicin ha permitido imponerse

    a los sectores ms conciliadores del movimiento,quienes han logrado, de momento, deponer los blo-queos a la espera de la negociacin con el gobierno,

    an cuando los bloqueos y barricadas constituyen laprincipal herramienta de presin de que se ha validoel pueblo de Aysn en estas jornadas.

    A pesar de las debilidades con que los explotados deAysn enfrentan esta pelea, creemos que los mto-dos de lucha empleados encierran una certera comp-rensin: si en este movimiento los ayseninos pobres

    buscan solucionar una serie de problemas concretos

    mediante la negociacin con el gobierno y para ellose asesoran y depositan su conanza en personeros

    polticos burgueses y empresariales que, creen, les

    facilitan el acceso a la va institucional por qu laforma que asume esta lucha es tan violenta y explo-siva? Porque simplemente saben que de otra forma

    no sern escuchados. Esto lo han aprendido con laexperiencia de cuatro gobiernos de la Concertacin yuno de la Alianza.

    Esta compresin no es an consciente. No debemosolvidar los peligros que engendra esta lucha de todos

    juntos por un objetivo superior, hoy expresada por laforma ciudadana que asume. Esta fue la forma queasumi la lucha por la democracia, todos juntos con-tra la dictadura, dejando de lado el problema medu-lar, que es el problema de clase, y as nos derrotaron.

    La estrategia del gobierno ante el conicto consta de

    cuatro claves: mostrarse siempre abierto al dilogo;impedir que se genere una imagen de conictividadsocial en el pas, para lo cual busca aplacar el mov-imiento va represin; no ceder en ninguna demandaque contagie a otras regiones; dividir al movimien-to en la negociacin misma, aludiendo al carcter

    tcnico que requiere el diseo de cada una de lassoluciones.

    En denitiva, lo nico que el gobierno ofrece es di-

    alogar sin ceder en ninguna demanda real mientrasreprime y divide al movimiento. Pero, qu podra

    ofrecer, si cada una de las cuestiones demandadas en-cierran un cuestionamiento al conjunto del modelo?Por qu el actual sistema democrtico chileno es

    incapaz de absorber mediante mecanismos institucio-nales exibles las luchas y demandas sociales?

    Porque la democracia conquistada va pacto socialha sido diseada justamente para excluir de ella a lasmayora explotadas del pas, para erigirse y funcionar

    slo en la medida en que el pueblo est completa -mente aplastado y pasivo. Cuando esta pasividad se

    rompe el modelo entra en crisis, siendo desbordado.

    Los sectores ms clarividentes de la burguesa, preo-cupados por las luchas que irrumpen en la escena so -cial, no tardarn en buscar las reformas instituciona-les que permitan solucionar estas fallas del sistema,

    pero esas soluciones no son las que los explotadosreclaman y necesitan.

    Esta democracia deende los intereses de los explota-dores, de los enemigos de los trabajadores. Los ex-

    plotados han de destruir las instituciones opresivasde la burguesa para levantar la verdadera democra-cia obrera mediante la conquista del poder poltico.

    Para lograr esto la forma que asuma el rearme delos explotados no da lo mismo. Si bien sus batallasdeben librarse en conjunto con todos los sectores in-teresados en derribar el modelo pinochetista, sean ono estrictamente proletarios, en esta combinacin laclase obrera debe marchar con total independencia declase, levantando sus organizaciones y su programa

    de clase propio.

    Mientras los gremios empresariales silvoagropecu-arios de Aysn declaran que repudiamos el actuar deciertos sectores cuyos actos han afectado la propie-dad pblica y privada de la regin. Rechazamos la

    violencia y nos declaramos en contra de los cortes decamino y principales vas de acceso a la regin y sedesmarcan as del movimiento en defensa de sus in-tereses de clase; mientras los dirigentes claudicantesde la coordinadora de Tu Problema es Mi Problemallaman a no retomar el bloqueo de calles y declaran

    que esperarn al gobierno, con todo el cario delmundo (palabras de Ivn Fuentes a Emol) para lle-gar a una solucin, el pueblo est cansado de esperar.

    La dinmica de las luchas sociales en curso estn pre-adas de lecciones. Nuestro deber es hacer que estas

    lecciones sean traducidas al lenguaje de la concienciade clase para avanzar as en el urgente rearme ide -olgico, orgnico y poltico de los explotados del

    pas.

    En el escenario poltico nacional se alzan voces

    que reclaman una profundizacin de la democracia,

    muchos dicen que hay que terminar de una vez y para

    siempre con las limitaciones impuestas por la dicta -

    dura (y la Constitucin de 1980) al sistema democrti-

    co. Se dictan leyes para lograr estos objetivos, la

    inscripcin automtica en los registros electorales es

    un ejemplo, las discusiones en torno al termino del

    sistema binominal de elecciones es otra muestra de la

    preocupacin que existe en torno al tema.

    Si atendemos al fondo de estas discusiones podemos

    advertir que entre las distintas expresiones polticas

    de la burguesa no existe una opinin unnime. Sus

    posiciones oscilan entre el temor a la generalizacin

    de la crisis social y poltica que se maniesta con la

    irrupcin del movimiento estudiantil y de los alza-

    mientos regionales, y el terror al cambio. Por una

    de que democracia nos hablan ?

    El 11 de marzo se cumplieron 2 aos desde que Se-bastian Piera asumiera la presidencia de Chile. Adiferencia de aos anteriores, esta celebracin estu-vo lejos de ser una celebreacin repleta de discur-sos y cenas elegantes donde toda la clase polticase felicitaba a si misma por cumplir con excelen-cia sus tareas; este aniversario fue invadido por laprocupacin y la desorientacin. Las encuestas noson la nica seal de la crisis latente que vive elgobierno. Las movilizacines estudiantiles por unaeducacin estatal, gratuita y de caliad durante todoel 2011, y las manifestaciones que hoy se levantanen Aysen por el costo de la vida, son las mejores ymas claras seales de la decadencia no solo de ungobierno, sino de toda una clase politica y de unsistema econmico.

    La ineencia e insensibilidad tecnocratica, losconicto de intereses, la corrupcin y la brutalrepresin son caracteristicas que resaltan en estegobierno, pero tambin marcaron con creces losgobiernos de la Concertacin. Por tanto, las masi-vas y diversas movilizaciones sociales no son unareaccin contra este gobierno, es una reaccin nat-ural de rabia, frustracin y dignidad contra todo unsistema ecnomico de explotacin, que agudiza suscontradicciones y decadencia en Chile y en todo el

    mundo. Todas las movilizaciones que se han levan-tado este ltimo tiempo reivindican demandas que

    ponen en cuestin la democracia burgesa y el siste-ma capitalista, quizas no en forma directa y frontal,

    pero es latente la conciencia que adquieren nueva-mente grandes masas de trabajadores y estudiantes,que insitintivamente ven con claridad que los re-sponsables de sus miserias y angustis son esas 5familias, incluyendo la familia del presidente, queda a da incrementan sus fortunas a costa de la ex-

    plotacin y robo toda la clase trabajadora.

    El Gobierno y toda la clase poltica han sido encara-dos por grandes masas de explotados; la derecha, laconcecertacin, los descolgados de la Concertaciny el PC no encuentran excusas que justiquen susinnumerables traiciones, todos les recriminan porsu trabajo incansable para implementar hasta elms mnimo detalle el modelo econmico que ladictadura militar impuso brutal y sangrientamente.La clase poltica en su conjunto ha sido expulsadade las asambleas y de las marchas, muchos de el-los han querido colgarse sin ningn xito. La de-mocracia burgesa no encuentra an el mecnismo

    para encerrar las fuerzas de miles de estudiantes ytrabajadores que han salido a las calles en la institu-cionalidad y el estado de dercho de la Constitucin

    de 1980.

    Seguramente este ao 2012 veremos al mismo go- bierno errtico, respondiendo con represin poli-cial y medidas populistas. La burguesa seguir

    buscando el mecanismo para poder volver a captu-rar a la clase obrera en las telaraas de su democ-racia. Pero el sistema Capitalista seguir en crisisen todo el mundo, su decadencia seguir afectando

    profunda y violentamente nuestras vidas, ante estodebemos continuar recorriendo el camino que es-tos aos la clase trabajadora ha retomado. En lascalles, en las asambleas, en las huelgas y en las to-mas del liceo, donde la clase en su conjunto ha nu-trido su conciencia de clase, donde da a da recogelas lecciones que solo la lucha le pueden dar. Esteao 2012 estudiantes y trabajadores seguirn sa-liendo a las calles, ya quedo claro el 2011 que noexiste otra opcin. Pero nuestras tareas como clasesiguen pendientes, el rearme poltico e ideolgicode nuestra clase es una tarea urgente y necesaria, esel nico camino que nos permitir no solo obtenerlas legtimas y justas demandas que nuestro pueblohoy deende, si no que tambin nos permitir re-tomar las banderas del socialismo revolucionario.Esta slo en nuestras manos seguir en el caminoque nuestra clase ha retomado estos ltimos aos.

    editorial

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    parte comprenden que los mecanismos democrticos

    existentes son limitados al momento de enfrentar es-

    tallidos de esta naturaleza y por otra parte, les resulta

    difcil abandonar estas herramientas de control sobre

    las masas porque les han brindado dcadas de buenos

    negocios y de tranquilidad.

    En ms de un sentido, la burguesa se sabe prisionera

    de su propia historia. Si mantiene el sistema poltico

    intacto, corre el riesgo de que este sea desbordado.

    Si lo transforma corre el riesgo de facilitar la recom-

    posicin poltica del campo proletario tal como ocur-

    ri durante aquel ciclo histrico que se desarroll en-

    tre 1925 y 1973.

    Ante esta discusin, nos preguntamos. Cundo los

    personeros de la UDI, de RN, de la DC y del PC

    hablan de profundizar la democracia, de que

    democracia estn hablando? Esta pregunta es ple-

    namente valida ya que la democracia en general no

    existe. No existe una concepcin de la democracia

    al margen de las clases sociales. El llamado bien

    comn, o la voluntad general no existen al interi-

    or de una sociedad fragmentada porque lo que es bue-

    no para un burgus constituye una tragedia para un

    proletario. Un ejemplo: la educacin privada en Chile

    es un excelente negocio para la burguesa nacional y

    es una brutal negacin de todo derecho para la gran

    mayora de la juventud. Otro ejemplo: la libertad de

    prensa es la libertad de los dueos de los medios de

    comunicacin para imponer su burdo modelo de vida

    y de sociedad: farndula y consumo, alienacin y de-

    spolitizacin masivos.

    Insisto en la pregunta, de que democracia nos

    hablan? Y deendo su pertinencia ya que desde el

    pensamiento burgus existen distintas concepciones

    de democracia las que pueden llegar a ser incluso con-

    trapuestas; adems si revisamos la historia de Chile

    podemos vericar que la conguracin concreta de

    la democracia burguesa en nuestro pas ha tenido

    una existencia las mas de las veces negadora de lo

    que se supone son sus principios inspiradores. Institu-

    ciones propias de la democracia burguesa tales como

    el sufragio universal, la igualdad de poder poltico

    expresada en la mxima un hombre, un voto, el re-

    speto a la voluntad de las mayoras, el derecho de

    peticin a la autoridad, la separacin de poderes, el

    derecho de organizacin y expresin polticas no han

    encontrado terreno frtil en nuestro pas.

    Un poco de historia: Acerca la Republica de 1833

    Entre 1833 y 1891 rige en Chile la primera re-

    publica democrtica estructurada al amparo de la

    Constitucin Poltica de 1833, obra magna de Diego

    Portales. En la prctica se estableci un rgimen

    monrquico con ropaje republicano. El Presidente dela Republica goz de facultades extraordinarias y

    poda declarar el estado de sitio, medios que se con-

    sideraban indispensables para enfrentar desordenes

    pblicos que amenazaran la tranquilidad del pas.

    La separacin de poderes no era tal ya que el presi-

    dente de la republica tena el poder de veto suspensivo

    sobre proyectos de ley aprobados por el Congreso.

    Un proyecto vetado poda ser rediscutido transcur-

    rido un ao desde el veto y con la aprobacin de dos

    tercios de los parlamentarios. Adems el ejecutivo

    nombraba jueces y ministros de corte.

    La Constitucin de 1833 no contemplaba el sufra-

    gio universal y reconoca como ciudadanos activoscon derecho a sufragio: a los chilenos que habiendo

    cumplido 25 aos si son solteros y 21 si son casados,

    y sabiendo leer y escribir tengan una propiedad inm -

    ueble o algn capital en giro.

    Este es el llamado voto censitario, de acuerdo a la

    fortuna. Resulta claro que no tienen derecho a voto

    los pobres, los analfabetos y las mujeres, los que en

    conjunto constituyen la gran mayora de los habitan-

    tes del pas. Adems, la ley electoral estableca un

    sistema de voto indirecto, mediante el cual los mu-

    nicipios controlaban las juntas calicadoras de ciu-

    dadanos. A ellas recurran las minoras ciudadanas

    para obtener la calicacin para votar. Intervenir en

    la composicin de las juntas calicadoras resultaba

    de vital importancia para garantizar el resultado de

    las elecciones, cada gobierno de turno lo hacia sin

    mayor dicultad.

    Diego Portales puso todo de su parte para establecer

    este rgimen autoritario basado en la desconanza

    hacia las mayoras. Deca Portales : La Democ-

    racia que tanto pregonan los ilusos, es un absurdo en

    los pases como los americanos, llenos de vicios en

    donde los ciudadanos carecen de toda virtud, como

    es necesario para establecer una verdadera republica.

    La Monarqua no es tampoco el ideal americano: sa-

    limos de una terrible para volver a otra y Qu gana-

    mos? La Republica es el sistema que hay que adoptar;

    pero sabe como yo la entiendo para estos pases? Un

    gobierno fuerte, centralizador, cuyos hombres sean

    verdaderos modelos de virtud y patriotismo y as

    enderezar a los ciudadanos por el camino del orden y

    de las virtudes. Cuando se hayan moralizado, venga

    el gobierno completamente liberal, libre y lleno de

    ideales, donde tengan parte todos los ciudadanos. (1)

    Qu signicaba para Portales enderezar a los ciu-

    dadanos por el camino del orden y de las virtudes?

    Mantenerlos sumisos. Sola armar que el orden so-

    cial se mantiene en Chile por el peso de la noche co-

    lonial y alababa esa tendencia general de las masas

    al reposo como garanta de tranquilidad publica.

    Adems la constitucin era difcilmente modicable

    y por lo mismo los cambios tardaron dcadas. Recin

    en 1874 se elimin el voto censitario y en 1877 la

    mujer pudo ingresar a la Universidad. El absolutismo

    presidencial se legitim en la misma medida en que

    pudo conservar el orden social establecido en favorde la oligarqua hacendada y de sus aliados de siem -

    pre, la Iglesia Catlica.

    En todo caso, Portales no ocupa un sitial exclusivo

    en lo que a autoritarismo y desprecio al pueblo se re-

    eren. Tiene notables competidores. Por ejemplo Do-

    mingo Santa Mara (Presidente de Chile entre 1881

    y 1886) armaba lo siguiente: se me ha llamado

    autoritario. Entiendo el ejercicio del poder como una

    voluntad fuerte, directora creadora del orden y de

    los deberes de la ciudadana. Esta ciudadana tiene

    mucho de inconsciente todava y es necesario dirigir-

    la a palos Entregar las urnas al rotaje y a la canalla,

    a las pasiones insanas de los partidos, con el sufragio

    universal encima, es el suicidio del gobernante, y yono me suicidar por una quimera (2)

    El orden oligrquico de los hacendados, plenamente

    vigente durante el siglo XIX, no se modic en lo

    mas mnimo con el desarrollo de la minera pero para

    desgracia de los poderosos, la clase de los no propi-

    etarios, simples braceros, nuestros antepasados,

    creca en nmero y se organizaba. Las condiciones

    de vida y de trabajo eran sencillamente atroces. El

    trabajo infantil en las minas, el trabajo de mujeres du-

    rante jornadas de hasta 12 horas diarias, la desocupa-

    cin, el hambre, el analfabetismo y el bandolerismo

    arrasaban sin control. Augusto Orrego Luco arma:

    los clculos mas modestos revelan que el 60% de

    los nios mueren antes de llegar a los siete aos enmedio de la miseria la higiene es imposible y la falta

    de higiene es mortal para el recin nacido (3)

    En aquella poca la nica poltica estatal establecida

    en favor de los sectores populares fue el desarrollo de

    la educacin que los liberales y conservadores con-

    sideraban una herramienta moralizadora de los obre-

    ros, que les ensea el valor del ahorro, de la disciplina

    y el orden.

    La republica parlamentaria (1891 a 1925)

    El ao1891 se inicia un nuevo periodo poltico para

    Chile caracterizado por la cada del absolutismo

    presidencial y por el establecimiento de un rgimen

    parlamentario. Este perodo se extendi hasta 1925.

    Como decamos, ya en 1874 se haba eliminado el

    voto censitario y se estableci el voto masculino para

    todo aquel que supiera leer y escribir, junto con eso se

    haba eliminado algunos mecanismos que permitan

    al ejecutivo manipular los resultados de las eleccio-nes. Producto de lo anterior, la nueva republica parla-

    mentaria tuvo que recurrir al falseamiento grotesco

    de los resultados de las elecciones y a la general-

    izacin del cohecho.

    La compra de votos se generaliz tanto que gran parte

    de la poblacin lleg a considerar que tenan derecho

    a exigir dinero a cambio de su voto. Ante esta reali-

    dad Arturo Alesandri Palma planteaba en 1906 la

    idea de restringir el sufragio universal. Deca Ales-

    sandri: Hemos dado el sufragio universal a un pueb-

    lo que no estaba preparado para ejercer este derecho,

    y esta altsima funcin de un pueblo soberano y li-

    bre, hemos tenido la vergenza de verla convertida y

    degenerada en el mas vergonzoso mercado electoral.

    Necesitamos restringir el sufragio universal para con-

    tener el desborde del cohecho electoral desenfrenado

    que nos corroe y destruye.(4)

    El parlamentarismo no modic el carcter autori-

    tario y con predominio oligrquico que predomin

    hasta 1925, en dicho perodo la democracia chilena

    se caracteriz por la absoluta falta de participacin

    de los trabajadores, mineros, campesinos, inquilinos

    y de las mujeres en la vida poltica nacional. Los

    personeros de gobierno transitaban de la vida pblica

    a la privada con total impunidad. Los presidentes y

    ministros de estado dejaban el cargo y retomaban sus

    negocios. Un ejemplo, Alessandri fue abogado de lassalitreras, lo mismo Mac Iver y otros.

    El quehacer poltico ocial era resorte exclusivo de

    la oligarqua terrateniente, de los altos mandos mili-

    tares y eclesisticos, de banqueros y comerciantes.

    Producto de esta practica no existan diferencias pro-

    gramticas entre los partidos polticos de la poca, si

    surgan divergencias se falseaba el resultado de las

    elecciones o bien se recurra a la practica generaliza-

    da del cohecho. Cuando estos mecanismos resulta-

    ban insucientes, la oligarqua recurri a la represin

    moderada de los disidentes o bien a la masacre de

    los obreros que recurriran a la huelga.

    Desde nes del siglo XIX se hace sentir la existen-

    cia del movimiento obrero constituido por mineros

    del norte grande que se desempean en la industria

    del salitre, por los trabajadores de la zona del car-

    bn y por sectores fabriles y portuarios de Santiago y

    Valparaso. Las huelgas fueron invariablemente rep-

    rimidas. Si los obreros mantenan el movimiento la

    respuesta fue la masacre. As ocurri en 1903 en Val-

    paraso, en 1906 en Antofagasta, en 1907 en Iquique,

    en 1921 en la salitrera San Gregorio de Antofagasta y

    en innumerables ocasiones ms. La represin retard

    el crecimiento de la organizacin obrera pero en

    denitiva no pudo impedirla.

    La oligarqua tampoco pudo impedir el surgimiento

    del Partido Obrero Socialista en el ao 1912 , ni la ex-

    tensin de la organizacin masiva de clase tal como

    se expres en la Asamblea Obrera de Alimentacin

    Nacional (AOAN) constituida en 1918, organizacin

    que logr formar un frente comn de lucha compues-

    to por obreros, capas medias y estudiantes. Fue tanta

    la fuerza que alcanz la AOAN que el gobierno tuvo

    que acceder a sus peticiones, todas destinadas a en-

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    frentar el problema de la caresta de la vida.

    La oligarqua comprendi el peligro. En la AOAN

    convivan peligrosamente las temidas mayoras. Era

    necesario separar aguas y rescatar a las clases me -

    dias que se confundan en un comn espacio con el

    rotero, con los proletarios. El diario El Mercurio

    comenz una campaa sistemtica para una orga-

    nizacin autnoma de la clase media. Alessandri Pal-

    ma atiende el llamado de estas capas y comprende

    la necesidad de su integracin a la vida poltica na-

    cional, tambin comprende que la accin proletaria

    puede ser neutralizada mediante el establecimiento

    de legislacin social. Alessandri Palma fue un lder

    antioligrquico que logr la adhesin masiva (y has-

    ta fantica) de amplios sectores medios y populares

    pero no puede sostenerse que fue un defensor de la

    democracia, al contrario, es responsable directo de

    la masacre de la ocina salitrera de San Gregorio en

    1921 y aos mas tarde, de los asesinatos cometidos

    en el Alto Bio Bio conocida como la masacre de

    Ranquil.

    La democracia en expansin y sus limitaciones

    No pretendemos hacer un recorrido exacto de la his-

    toria del llamado Chile republicano, esa es una tar-

    ea de enorme envergadura que excede estas pginas.

    Solo buscamos responder a una interrogante, en que

    momento histrico las instituciones que caracteri-

    zan a la democracia burguesa tales como el sufragio

    universal, la igualdad de poder poltico expresada

    en la mxima un hombre, un voto, el respeto a la

    voluntad de las mayoras, el derecho de peticin a

    la autoridad, la separacin de poderes, el derecho de

    organizacin y expresin polticas de todos los secto-

    res sociales, han encontrado terreno frtil en nuestro

    pas?

    Por lo menos entre 1833 y 1925 el terreno fue clara -

    mente hostil al desarrollo de toda democracia. El

    ciclo inaugurado por la Constitucin de 1925 y que

    culmina en 1973 constituye un nuevo escenario que

    posibilit efectivamente la accin poltica organizada

    de amplios sectores populares. A paso lento se ampli

    el derecho a voto, en 1949 se otorg derecho a voto

    a las mujeres mayores de 21 aos y que supieran leer

    y escribir, recin en 1970 se reconoci este derecho

    a los analfabetos. Se legalizaron los sindicatos y

    se toler el desarrollo de poderosos partidos obre-

    ros socialista y comunista- de corte reformista que

    fueron tolerados mientras practicaron una poltica de

    reivindicaciones dentro del sistema sin cuestionar las

    bases de la dominacin capitalista y burguesa. Estos

    partidos sumaban conquistas para la clase obrera a

    travs de compromisos con antagnicos sectores so-

    ciales con los que compartan escaos en el parlamen-

    to o gabinetes en los ministerios. Durante dcadas

    los trabajadores reconocieron a estos partidos como

    sus partidos sin que tuvieran real protagonismo en

    su vida interna y menos an en su direccin.

    La existencia de la democracia en Chile durante el si-

    glo XX conoci constantes interrupciones. La dicta-

    dura de Ibez, la ley de defensa de la democracia, la

    ilegalizacin del PC, estados de sitios. Las masacres

    no terminaron, Ranquil y Jos Mara Caro son prueba

    de ello. Pese al carcter represivo de la democracia

    burguesa se puede armar que durante el siglo XX

    y hasta 1973 la sociedad chilena conoci una cierta

    ampliacin de la democracia que se expres en el

    sufragio universal, en la estructuracin de partidos

    obreros que eleccin tras eleccin aumentaban su

    representacin parlamentaria, que disputaban el mo-

    nopolio de la accin poltica a burgueses y oligarcas.

    Este ciclo termin trgicamente el 11 de septiembre

    de 1973. Los mecanismos de la democracia burguesa

    se mostraron impotentes para detener la voluntad

    mayoritaria que manifest su voluntad de poner n al

    sistema de explotacin capitalista; ante esto, el con-

    junto de la burguesa, acaudillada por su comando

    militar, impuso una salida sangrienta para restabl-

    ecer el orden capitalista y burgus amenazado.

    El golpe de 1973 inaugur un nuevo escenario histri-

    co. La dictadura militar domin durante 17 aos. Se

    retir despus de dotar a la burguesa y al imperial-

    ismo de una institucionalidad poltica adecuada para

    garantizar sus intereses. La constitucin de 1980 es la

    obra magna de la dictadura militar burguesa y en su

    concepcin inuy notablemente Jaime Guzmn Er-

    rzuriz, feroz critico del sufragio universal. Reri-

    ndose a ste seala Guzmn que : las restricciones

    que inicialmente establecieron las democracias del

    siglo pasado para acceder a su ejercicio, revelan una

    cierta aceptacin tacita a sus variados inconvenien-

    tes.(5) El seor Guzmn considera una desgracia

    que en la sociedad de masas contempornea no se

    pueda restringir el cuerpo electoral como lo haca el

    voto censitario en Chile durante casi todo el siglo

    pasado. Todo su pensamiento revela la necesidad de

    disear mecanismos que permitan el ejercicio del

    poder poltico a la minora social burguesa, que im-

    pidan la expresin poltica independiente del prole-

    tariado, pero esos mecanismos deben aparecer re-

    vestidos de la legitimidad propia de los regimenes

    democrticos. El pensamiento de Jaime Guzmn

    representa una exacta continuidad del pensamiento

    oligrquico expuesto por Diego Portales y que preva-

    leci intacto en Chile, por lo menos hasta 1925. En

    la matriz de este pensamiento se encuentra la necesi-

    dad de imponer la voluntad de la minora oligrquica

    o burguesa, el desprecio a las mayoras populares y

    la voluntad de aplastar tempranamente y por los m-

    todos que sea necesarios cualquier amenaza al libre

    desenvolvimiento de su sistema. En el fondo sienten

    que este pas les pertenece. Que nadie tiene derecho

    a transformarlo. Que los asalariados constituyen una

    desgracia inevitable y que desafortunadamente com-

    parten el mismo suelo.

    Los gobiernos de la Concertacin renunciaron a cam-

    biar las reglas del mal llamado sistema democrtico,

    gozan del sistema binominal que les garantiza rep-

    resentacin parlamentaria y que consolid la derrota

    ideolgica y poltica mas profunda que ha podido su-

    frir el proletariado nacional desde que hizo su apar-

    icin como actor de importancia en la vida del pas.

    En la misma medida en que el sistema impone la for-

    macin de alianzas que morigeren las posiciones ex-

    tremas para evitar el conicto poltico y social y ga-

    rantizar representacin parlamentaria, en esa misma

    medida, se ha desdibujado toda posibilidad para la

    expresin autentica de la izquierda, de la oposicin

    anticapitalista al sistema.

    Nuestro peridico, Rearme Obrero, se propone con-

    tribuir a retomar el hilo histrico del pensamiento

    poltico proletario y de la prctica revolucionaria de

    masas. Las reexiones acerca de la democracia bur-

    guesa y de sus crmenes continuarn ocupando un es-

    pacio en nuestra prensa. Sin reservas daremos a con-

    ocer en los prximos nmeros nuestra concepcin

    acerca de la democracia proletaria y de su negacin

    absoluta personicada en la camarilla dirigente de

    los estados obreros burocratizados. Igualmente nos

    debemos una reexin exacta acerca de las formas

    de democracia burguesa que hoy da preparan los

    poderosos de Chile.

    notasnotas 1 a 4 tomadas de los Mitos de la Democracia

    chilena. Tomo I. Felipe Portales

    nota 5. Jaime Guzmn El sufragio Universal y la nueva

    Institucionalidad

    El da de la mujer trabajadora, recientementeconmemorado, encuentra a las mujeres traba-jadoras de Chile luchando en las calles de Aysn,en la huelga de Tottus y en tantas otras trincheras,invisibles para los medios de comunicacin bur-gueses, defendiendo las demandas del conjuntode la clase obrera.

    Mientras los grandes titulares de los diarios enfa-tizan este 8 de marzo en las tareas pendientes quela sociedad tiene para con las mujeres en materiade igualdad, no se menciona que la burguesa halogrado igualar a los sexos en la represin.

    Si Bachelet lleg a la direccin de ONU Mujermanteniendo en prisin poltica a Juana Calfu

    -

    nao y habiendo dejado caer sobre miles de niasla ms brutales golpizas durante la RevolucinPingina, es porque el problema de la opresinde gnero tienen sus orgenes en la sociedad declases y su superacin pasa ante todo por la abol-icin de la misma. Este es el camino que sealan

    las mujeres que luchan comprometidas con lavasta gama del pueblo.

    Pero las mujeres tenemos el doble de razones porlas cuales luchar y en cada una de las luchas ge-nerales debemos defender nuestros intereses pro-

    pios. La pobreza es un mal que azota con mayorfuerza a las mujeres jefas de hogar; la moral re-accionaria de la clase dirigente se empoza sobrenuestros cuerpos al malograrse una vez ms laley de aborto teraputico; la violencia domsti-ca como parte del paisaje; los abusos sexuales

    por parte de carabineros en contra de las nias yadultas detenidas en manifestaciones y huelgas,etc.

    Son stos algunas de las expresiones de la largalista que demuestra que la opresin de gnero esuna cuestin real y que su conexin con la ac-tual sociedad de clases es innegable. La ex presi-denta Bachelet, la senadora Matthei, la ministradel Sernam Carolina Schmidt, son parte de ese

    sector de mujeres que ocupan una posicin privi-

    legiada dentro de la sociedad, de ese sector quecrea e implementa planes para explotar de mane-ra ms ecaz a las mujeres de la clase trabajadoray para animar con su moral decadente leyes queimpiden el control de nuestros cuerpos.

    Mientras ciertos aspectos de la opresin contralas mujeres es padecido por el conjunto de lasmujeres del pas, slo las mujeres comprometi-das con la transformacin revolucionaria delconjunto de la sociedad, que ha generado estosmales, son consecuentes luchadoras de la causade la liberacin del gnero femenino y de la hu-manidad.

    Saludamos desde Rearme la batalla que libran lasmujeres y hombres pobres de Chile enfrentandola represin con dignidad y coraje en la defensade sus condiciones de vida y en contra del mod-elo impuesto por la dictadura.

    Mujer: el capitalismo nos iguala en la represin