poemas - Martán Góngora

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HELCÍAS MARTÁN GÓNGORA LOA DEL CURRULAO Me hacía guiños tu fugaz cintura Negra negrura de la negrería. Era en Buenaventura Y una salvaje melodía Trenzaba mi amargura Y destrenzaba tu alegría. En la noche, La vía láctea De tu perfecta dentadura Al sonreírme tú, resplandecía. Te me ibas, corza herida Perseguida gacela Dejando en pos la estela De la marimba ardiente Y los roncos tambores. Con tu vestido de colores Y tu blanco pañuelo, Eras ala de un vuelo, Pétalo en la corriente. |Crecía tu cadera, Curva de sombra plena. En tu cuerpo bailaba una palmera Una danza morena, Hecha de gozo y pena. La enamorada esfera |Vibrátil de tus senos Era una ronda de constelaciones. Todo era curva, menos La desgarrada voz de las canciones. Y ardías con el fuego De los hondos ancestros abismales, Y era tu cuerpo un ruego Apasionado... los rituales Tambores iniciaban su agonía. Era en Buenaventura Y todavía En la noche, la Vía láctea

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Poesía Colombiana

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HELCÍAS MARTÁN GÓNGORA

LOA DEL CURRULAO

Me hacía guiños tu fugaz cintura Negra negrura de la negrería. Era en Buenaventura Y una salvaje melodía Trenzaba mi amargura Y destrenzaba tu alegría. En la noche, La vía láctea De tu perfecta dentadura Al sonreírme tú, resplandecía. Te me ibas, corza herida Perseguida gacela Dejando en pos la estela De la marimba ardiente Y los roncos tambores. Con tu vestido de colores Y tu blanco pañuelo, Eras ala de un vuelo, Pétalo en la corriente.

|Crecía tu cadera, Curva de sombra plena. En tu cuerpo bailaba una palmera Una danza morena, Hecha de gozo y pena. La enamorada esfera |Vibrátil de tus senos Era una ronda de constelaciones. Todo era curva, menos La desgarrada voz de las canciones.

Y ardías con el fuego De los hondos ancestros abismales, Y era tu cuerpo un ruego Apasionado... los rituales Tambores iniciaban su agonía. Era en Buenaventura Y todavía En la noche, la Vía láctea

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De tu perfecta dentadura, Al sonreírme tú, resplandecía.

DECLARACIÓN DE AMOR (Helcías Martán Góngora)

Las algas marineras y los peces testigos son de que escribí en la arena tu bien amado nombre muchas veces. Testigos las palmeras litorales porque en sus verdes troncos, melodiosas grabó mi amor tus claras iniciales.

Testigos son la luna y los luceros que me enseñaron a esculpir tu nombre sobre la proa azul de los veleros. Sabe mi amor la página de altura de las gaviotas en cuyas grises alas definí con suspiros tu hermosura.

Y los cielos del sur que fueron míos y las islas del sur cuando a buscarte arribaba mi voz en los navíos.

Y la diestra fatal del vendaval y todas las criaturas del océano y el paisaje total del litoral.

Tú, solo de la mar niña a quien llamo ola para el naufragio de los besos, puerto de amor, no sabes que te amo.

Para que tú lo sepas: yo lo digo y pongo al mar inmenso por testigo.

MUJER NEGRA

(Helcías Martán Góngora)

El agua te hizo a imagen y semejanza suya.

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Puso en tu acento ríos y en tu silencio estrellas. Te dio ese andar de nubes descalza por los cielos y ese cuerpo que nombra, sin voz, a las palmeras. Eres el paraíso que comienza en la fruta. Paisaje con tus ojos que hacen el mediodía. La música navega por todas tus arterias y hasta cuando te callas el sueño es melodía. Eres la primavera que se muere de aromas. Constelación de luto, mariposa de llamas. La rosa del poema sostiene tu hermosura porque en tu vientre azul comienzan las crisálidas. Yo escribiré, en la página de tu piel de obsidiana, baladas con el pulso de luz de las fogatas, canciones de la sangre. Mi ser, como una tea, señalará encendiendo los límites del alba. Mujer, mayor que todas las islas: ¡Continente! El mar y los deseos te circundan callados. Con mi voz te descubro. Sobre esta tierra virgen amor, tú sembrarías caricias como árboles!

SONETO DE CASA DE CARACOL (Helcías Martán Góngora) Primero fue la voz de cada día como puente de música en la rada, tendido sobre el sueño y tu mirada, entre el clamor de la marinería. A la deriva de la poesía navegaste en la noche constelada y en la mañana tú fuiste cantada junto a las islas de la lejanía. Cuando arribaste a mi comarca sola hablaste en el lenguaje de la ola que ciñe un litoral desconocido. Y el día tuyo se fundió en secreta claridad de amatista y de violeta

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en la última orilla del olvido. CANCIÓN DE OLIVOS Helcías Martán Góngora Olivos, viejos olivos que absortos miráis pasar a los hombres fugitivos. La vida es ir sin tornar, pero vosotros, olivos nunca os cansáis de esperar. La vida es sed de llegar a los límites esquivos donde la muerte es soñar. De aquel sosiego ejemplar los ángeles vengativos nos vendrán a rescatar. Moriréis también olivos, sin poder resucitar.

NEGRO ( Helcías Martán Góngora) Negro amigo, ven conmigo - Je… jé… Vamos de la mano, negro hermano. - Ta bien A orilla de lmar vamos a cantar - ¿Pa qué? No será tu canto espejo del llanto - Tal ve… Negro amigo, Ven conmigo. - Je…jé…

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EN CARTAGENA DE INDIAS ( Helcías Martán Góngora)

(A Donaldo Bossa Henaro) Que la luz siempre rosas en las piedras y árboles de laurel en las murallas Yo me quedo mirando este color de siglos, su largo cuerpo de morena estatua, y dejo una corona sobre el mar, en el nombre de todas las batallas, y levanto banderas en el cielo con palmeras, con mástiles, con águilas. Cartagena de Indias, concebida por el vientre castísimo de España, destinado por Dios, desde el principio, para forjar el rayo y las espadas, y modelar en todo nuevo día el bélico perfil de las medallas, en cada rostro de varón sin sombras, que hace un escudo de la propia casa. Cartagena de Indias, ¡yo sin ti beso la boca de la patria!

INVITACIÓN (Helcías Martán Góngora) Venid conmigo a compartir la noche, amadas sombras de mis padres; venid conmigo a poseer la lumbre que nace de la estrella de la tarde; a repetir el júbilo profundo que brota desde el fondo de la sangre; venid conmigo a compartir la dicha y la human primicia del instante; amadas sombras tutelares,

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porque ha arribado el hijo prometido a la casa del valle, a la hora en que el agua de los ríos deshoja madrigales y hacia el puerto regresan los marinos entonando cantares; venid conmigo a compartir el gozo, amadas sombrar litorales, y ungid la frente del infante mío con el beso nocturno de los mares.

ELEGÍA DE OTRO TIEMPO (Helcías Martán Góngora)

En otro tiempo fui pastor de estrellas. Hoy solo guardo mi melancolía y en el abismo del silencio escucho tu clara voz del cielo, poesía. En otro tiempo me encontré sus manos como al principio de la melodía. Sus manos regresaban de la infancia y alguien de amor, contento, sonreía. Alguien de amor traía las miradas como la luz, desnudas como el día. Mi corazón bajo la luz estaba ciego de amor y herido de alegría. En otro tiempo… vana la querella, el amor vano y la melancolía. Sólo el silencio en cuyo abismo escucho tu clara voz del cielo, poesía. CANCIONES Y JARDINES Soneto de Azahar Tú me has cercado de azahar florida y entre tanta blancura no oso verte ni tocarte con esta mano fuerte de las sombras apenas redimida.

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Tanto me colmas de tu propia vida que no temo al silencio de la muerte cuando tu voz al manantial advierte que está vedado el cauce de mi herida. Ciego estoy de la luz de tu mirada y ya no quiero verme en el lucero de la infinita noche constelada. Puedo decirle al tiempo que eres mía y al corazón decirle que te quiero como si fueras tú la poesía.

MARGARITA HURTADO

LA LUCHA DE ANUNCIACIÓN Voto de la mujer

Por segunda vez mujeres Hemos tenido ocasión De cumplir con los deberes De la niña Anunciación. Antes de ir más adelante Recordamos como fue Que se hizo sufragante En Colombia la mujer. La lucha no era de ayer Era de siglos atraces Las mujeres se sentían Para votar muy capaces. Por conseguir tal derecho Durante la emancipación Pusieron al frente el pecho Policarpa, Antonia Santos Y la niña Anunciación. Había algunos que decían Hace muchos años ya, Que Anunciación no tendría Jamás derecho a votar.

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Altercaban los más brutos Y otros "sabios" ni hablar 'si Anunciación vota hay disgustos se nos acaba el hogar". "La mujer es para estar al cuidado de los hijos pa' barrer pa' cocinar, pero pa' votar ¿Quién dijo? En mil novecientos treinta Olaya con gran visión Trató de tener en cuenta Los votos de Anunciación. A esta idea se opusieron Todos los legisladores Alegando que para eso Estaba don José Dolares. Sí Anuncia llega a votar Dios del cielo nos ampare Adiós hogar, dulce hogar Nos quedamos en la calle. Así pasaban los años Y Anuncia solo servía Pa' lavar costal o paño Según su categoría. Mas tarde López con Santos Gaitán, Lleras y Darío Ospina, Lauro y otros tantos Pensaron la cosa enfrío. Pero como iodo tiene Que resultar algún día, Lleras se va y cuando viene Nos trajo la ciudadanía. Fue después del diez de mayo Del año cincuenta y siete Que se luchó sin desmayo Para que Anuncia se acepte.

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Alberto Lleras, Valencia y la Junta Militar, sancionaron la vigencia para Anunciación votar. Y de allí para adelante Se crearon comisiones Hubo Juntas ambulantes E instructoras de elecciones. Tomaron parte enseñando Y habilitar las votantes Los jerarcas predicando Y figuras muy prestantes. Conferencias hubo en radios En teatros, en las plazas En los mas grandes estadios Y también de casa en casa. El plebiscito primero Nos sirvió para poner En práctica lo aprendido Para después si ejercer. Parece que la lección La aprendimos más que bien Lo confirmó la elección Del domingo dieciséis. Al fin logró la mujer Después de tan larga espera Ser elegida y hacer Elegir como ella quiera. Por segunda vez mujeres liemos tenido ocasión De cumplir con los deberes De la niña Anunciación. COMO SE HACE UN CURRULAO (Margarita Hurtado) Teófilo Potes fue el hombre Predilecto y preparado

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Y el anduvo en todas partes Presentando él currulao. De los cuatro instrumentos Que él les quizo presentar Primero fue la marimba Que hablaba con claridad. Salieron a bailar las viejas Con sus viejos al salón Con anchas naguas de letín Y faldas de bolerón. Con guazá, cununo y bombo Flauta, marimba y canto Los negros cantando fondo Biche, guarapo y valo. Uno toca la marimba. Otro que lleva el bordón Cununos que gritan gritan Y el bombo llevando él son. Un salón bien espacioso Tres parejas y nada más Cununos que gritan gritan Y negros pa zapatear. Los negros al frente están las negras al otro lado Ellas vienen y ellos van Ya está hecho un currulao.

LO QUE VÍ EN LAS ELECCIONES (Margarita Hurtado)

I La gente estaba en consulta Hasta entrar en porfía Que de tantos candidatos Cuál sería el que ganaría. II Unos decían que Turbay Otros decían Carlos Lleras

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Que al doctor Holmes Trujillo Lo dejarían de por fuera. III El doctor Colón Caicedo Dijo yo soy Turbayista Y como un buen liberal También lo soy Balcarcista. IV Dieciocho listas hubo en juego De folio, presidencial Para Cámara y Senado Asamblea y hasta Concejal. IX También los conservadores Sacaron cuatro concejales Pero la gran mayoría La tienen los liberales. XVII Había dieciocho listas De azules y liberales Todos buscaban curules Para su yo personales. MARÍA ELCINA VALENCIA CÓRDOBA NO QUIERO TENER MARIDO No quiero tener marido Porque esclava me han de ver; Cuando enamoran son buenos, Después dejan de querer. Cuando están de enamorados Te ponen en un altar; Regalan lo que no tienen Después ya no quieren dar, Te mandan a trabajar; Y te dicen al oído Que no están comprometidos. Como yo no quiero miel Pa' después tener la hiel, No quiero tener marido.

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Ellos buscan la mujer Pa' las cosas del amor; Que los ponga en la cuestión, Que les haga de comer, Los hijos le ha de tener Y cuidarlos en la casa Y si sale por la plaza Recibe su buen mal trato Porque esclava me han de ver. En los días de la miel Ahí te llevan a pasear; Promete fidelidad Y en casa se encuentran bien Con la comida también; Y si algo te sale mal No hay fuerza pa' criticar Prefieren darte consejos Viven de alegría plenos, Cuando enamoran son buenos. Cuando pasan ya los años No hay palabras que enamoren Comienzan los sinsabores Y hasta parecen extraños; No se pueden comprender Solo se encuentran de noche Para evitar los reproches Endulzan lo que es amargo; Ahí te contentan con algo Después dejan de querer. DEJE MI VOZ (María ELcina Valencia Córdoba)

... Prendida en la huellas de mi canalete que hirió mil veces las aguas de mi río Deje mi voz... ...escucho su canto cuando nace un niño; cuando ríe un guasa;

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cuando llora una marimba; cuando queja un bombo; cuando grita el cununo y mi voz...es fiesta y mi voz es velorio, es arrullo y mi voz se escucha cuando sufre el hombre ese hombre que calla cuando no puede hablar. Mi voz... es el canto de mi pueblo Es alegría y la tristeza.

LA MADRE TIERRA (María Elcina Valencia) Esta es mi tierra de grandeza inenarrable De linderos naturales, de verjas imaginarias De delfines salvadores, de ballenas jorobadas De “malsanidad” perpetua que es riqueza planetaria Territorios donde crecen las culturas milenarias Legado de mis hijos, balcón de mi fortuna Madre que preñas con golpes de azadones Fémina que pares con los ritmos de la luna Hoy me está creciendo un coraje ineluctable De defender mi tierra de invasores bárbaros De intrusos huraños que matan la esperanza De paisanos tiranos que se venden a destajo. Hoy entre contradicciones sigo sembrándote flores

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Magnificando la fuerza que heredé de mis abuelos Mientras tu suelo se tiñe de rojo, de alquitranes y cizañas Y en tus cielos rugen remolinos de veneno Quiero devolverte el verde de montes enajenados Y encontrar de nuevo el verbo que se funde con el alma Porque eres madre la razón de nuestras luchas Porque eres “vida” para el mundo que te mata.

DESCÚBREME OTRA VEZ (María Elcina Valencia) Ámame en la tarde mientras corres y en la noche mientras duermes acaríciame quiero quedarme en tus pupilas sin prisa y sin temor; descúbreme otra vez en un abrazo como aquella tarde del vestido azul junto a la playa, para enredarte nuevamente entre mis brazos; para escribir la misma historia entre manglares y ciudades; sin espacio en nuestras líneas; amalgamando palabras

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que conserven los secretos. Estoy atada a tu vida y no quiero desatarme.

COPLAS DE MI IDENTIDAD (María ELcina Valencia) Necesito despejado El camino pa´pasar Yo soy afrocolombiana Y vengo del Litoral Yo tengo la herencia viva Del cantar de mis abuelos Tengo un legado de versos De la alegría y del duelo. Traigo guarapo y melao Traigo sal y coralina La imagen de los esteros Y un barril de cosa fina. Yo tengo el sutil murmullo

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Del manglar y la marea Y de la palma africana Que al viento le coquetea Mi nombre tiene el aroma Del encino o de la encina Tiene el arte y la palabra Tiene María y Elcina.

AFRICA MAMA MIA (María Elcina Valencia) La herencia de mis abuelos Del Africa navegando Se ha sembrado en toda América Por eso vivo cantando. A mi Colombia llegó Africa Mama mía Y se sembró como el árbol Del mar a la serranía. Con sus tambores nacieron

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La cumbia y el currulao La zamba y el son montuno El merengue y abozao. Hay tambores que resuenan En los andes y en el llano Desde Alaska hasta las pampas Somos Afroamericanos.

MARY GRUESO ROMERO

¡QUE GÜELVA MI MUJÉ!

Hoy cuando tengo pena me voy a navegá con mi champa y mi canalete empiezo a canaletiá. Y es por esa negra que la pena me va a acabá y cojo mi atarraya y empiezo a atarrayá. La marea sube y baja y yo estoy en alta má pensando que llego al rancho y mi negra allá no está. ¿A dónde estará mi negrita? ¿Cómo se olvidó de tantas cosas buenas que a mi lado pasó? Toitico se lo daba lo que poría yo

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trabajaba a sol y agua porque era mi adoración. Me dejó sin motivo y se fue con el patrón. Y aún estoy esperando a que güelva otra vé y güelvo y se lo perdono porque sin ella no sé qué hacé, mi vida no tiene sentido. ¡Ay, por Dios, que güelva mi mujé! CUANDO EL NEGRO DICE (Mari grueso romero) Cuando el negro dice marimba y guasá su voz tiene el color de las algas y el manglar, la dulce provocación del chontaduro, el insinuoso vaivén de las canoas, el dorado amarillo del oro y el sentimiento de nostalgia de África. Cuando el negro dice marimba y guasá su voz tiene el llamado angustioso de los tambores, las rondas acrobáticas de las ballenas, el balanceo rítmico de las palmeras y la paciente espera de los esteros. Cuando el negro dice marimba y guasá su voz tiene la nocturna fragancia de los jazmines, el sentir pegajoso del salitre del mar en el cuerpo, el sabor inconfundible del encocao de jaiba y el atardecer en una playa de amor entre redes de luceros. Cuando el negro dice marimba y guasá la sangre se da prisa en las venas bailando al compás de los arrullos, de sentimientos que se escapan de los labios como monótono repicar de campanas cuando anuncian la fiesta en el altar y te deja en la boca la frescura del himno que te falta por cantar

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al amor, a la vida, a la nostalgia y a los amores que faltan por llegar.

POBREZA NEGRA (Mari Grueso Romero) El negrito tiene sueño quién lo arruyará tiralo en un petate o en una estera quizá que el negrito se duerme solo naide lo arruyará cuélgale una hamaca que él solo se dormirá que la mamá cogió el potro y se embarcó pa’ la ma’ dicen que a pescá cangrejo o jaiba será quizá. Y cuando el negrito dispierte quién lo alimentará mi comadre la vecina que está rando’e mamá. El negro no tiene compota ni tetera pa’ chupá lo que tiene es un pellejo que es la teta’e la mamá. Jala, jala, mi negrito la teta e’tu mamá el negrito jala y llora porque naa le bajará. La mamá no tiene leche porque en ayunas está pero le bajará gota a gota la sangre’e la mamá. NEGRA SOY (Mari Grueso Romero)

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¿Por qué me dicen morena? si moreno no es color yo tengo una raza que es negra, y negra me hizo Dios. Y otros arreglan el cuento diciéndome de color dizque pa’endulzame la cosa y que no me ofenda yo. Yo tengo mi raza pura y de ella orgullosa estoy de mis ancestros africanos y del sonar del tambó. Yo vengo de una raza que tiene una historia pa’contá que rompiendo las cadenas alcanzó la libertá. A sangre y fuego rompieron las cadenas de opresión y ese yugo esclavista que por siglos nos aplastó. La sangre en mi cuerpo se empieza a desbocá, se me sube a la cabeza y comienzo a protestá. Yo soy negra como la noche, como el carbón mineral, como las entrañas de la tierra y como el oscuro pedernal. Así que no disimulen llamándome de color diciéndome morena porque negra es que soy yo. ESBERTA PARMERA (Mari Grueso Romero)

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Soy una negra de raza y esbelta como parmera el que quiere cogé coco, que suba a carera mis pipas están tiernitas, pa’si las quiere probá pero sujétese ruro, cuando me empiece a meneá. Me alimento de chuntaruro, canchimala y calamá tomo jugo’e naidí pa’poreme acompletá así que si usted no aguanta, no se suba a mi parmá cuando se calienta mi cuerpo y me empiezo a remoliniá. Los cocos que no son jechos, al suelo van a pará por eso yo se lo rigo, y pa’sipuere aguatá que asujete ruro, cuando me empiece a meneá y si no tiene resistencia, no se suba a mi parmá.

SI DIOS HUBIESE NACIDO AQUI. (Mari Grueso Romero) A la Dra. Soffy Romero Hinestroza Si Dios hubiese nacido aquí Sería un pescador, Cogería chontaduro Y tomaría borojó. María sería una negra Requete-gordita como yo Que sobre la cabeza Llevaría un platón Llenecito de pescado Ofreciéndolo a toda voz Recorriendo las calles Por toda la población: “Llevo pescao fresquito Con leche y sin estropiá; El pargo pa´come frito, Y el ñato pa´sancochá, Canchimala par tapao Y er pollo pa´sura”.

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Si Dios hubiese nacido aquí, Aquí en el Litoral, Sería un agricultor Que cogería cocos en el palmar Con un cuerpo musculoso Como un negro de El Piñal, Con una piel azabache Y unos dientes de marfil, Con el pelito apretado Como si fuera chacarrás. En la llanura del Pacífico Tumbaría natos y manglar Que convertiría en polines Pa´los rieles descansar, Y sacaría cangrejos De las cuevas del barrial. Si Dios hubiese nacido aquí, Aquí en el Litoral, Sentiría hervir la sangre Al sonido del tambor. Bailaría currulao con marimba y guasá, Tomaría biche en la fiesta patronal, Sentiría en carne propia La falta de equidad Por ser negro, Por ser pobre, Y por ser del litoral. NAUFRAGIO DE TAMBORES (Mari Grueso Romero) En mi sangre de mujer negra Hay tambores que sollozan Con rumor de litorales, Naufragio de marimba En los esteros de la manglaria. Oigo sonar el guasá Con sonidos incitantes, Y siento un clamor en el cuerpo Que me recorre hasta el alma

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Cuando me llaman de adentro, De las profundas entrañas, Los gritos de mis ancestros Formando tempestades En mi corazón y en mi sangre. Entonces se encienden hogueras En mi ánfora pagana Y me muevo como palmera Cuando el viento la reclama. Son tambores navegantes Desde los estuarios de África Que navegan en la orilla oscura de mi carne.

LOS FRUTOS DE MI TIERRA (Mari Grueso Romero) Al Dr. Antonio José Sarria Misas Quisiera traerte de mi tierra, Lo más representativo de mi raza Un racimo de peces de colores Y cocos de diferentes palmas. Un collar de blancas azucenas Que nos traen las olas hasta la playa Y un coral que imitara tu boca Para guardar el marfil que allí se halla. Un puñado de diferentes aves Que nos cantaran a mañana y tarde Y una isla al sur de la patria Para imitar la de nuestros primeros padres. Un negro de cuerpo apolineo Con sonrisa ingenua iluminándole la cara Y una esbelta palmera de piel negra O una sirena negra para endulzar el alma. Un atardecer de arreboles rojizos De trenzas doradas en las azules aguas Y en una concha te traeré una playa De esas que solo se ven en mi comarca.

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Un gajo de vistosas mariposas De variadas especies que cazare en las playas Y en las manos un pedazo de horizonte Donde el mar y el cielo se besan a la distancia. Un faro que indicara el sendero Como cocuyos en las marejadas, Y en los brazos pescadores redes De miseria y de desesperanzas. En un caracol te traeré escondido Un torrencial aguacero de los que hay a diario Para que puedas sentirte en el Pacífico Entre playas de arenas o selvas de manglares. ANUDANDO ILUSIONES (Mari Grueso Romero) 'Anudamos la ilusiones como una cesta, y las tejemos como una capa de colores' Omar Rayo Quise dejar atrás el pasado, Decidida, tomé el bastidor, Hilo, aguja y tela. Y empecé a tejer ilusiones, Cansada de mis recuerdos, De mis noches de desvelo, Donde no ha aparecido una palabra nueva, Un rayo de luna, Ni un te quiero. Imite las arañas en las cuevas de mis deseos, Y elaboré un itinerario de viajes Por mundos desconocidos Que encontré en amarillentas páginas De libros viejos. En Buenaventura, Desatracando mi velero Levé anclas hacia la antigua Grecia: De Sócrates, de Platón, de Troyanos guerreros.

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Recorrí las pirámides de Egipto En donde están los sepulcros De faraones milenarios Y de pasados imperios. En la India vi las vacas sagradas Deambulando al azar; Y descendiendo las escalinatas de Jorge Zalamea En el río Ganges Sepulcro tradicional de un pueblo hambriento Alimentado por la fe y las creencias. En Italia Visite Venecia con sus Góndolas ¡Que hermosura de paraíso y sueño!... En la cúpula de San Pedro Perpleja observé el espíritu renacentista de Miguel Ángel Que hombro a hombro con Da´Vinci Sellaron con broche de oro La universalidad de sus genios. Allí en las alturas del monte Sacro Recordé el juramento de Bolívar De libertar a su pueblo Paseando por los campos 'Elíseos' Me detuve frente al arco del triunfo En donde encontré el nombre De Francisco de Miranda Desafiando el tiempo. En Taiwán, muchas mujeres diminutas De ojos rasgados De porcelana y silencio Encadenadas aún a culturas ancestrales De su pueblo. De pie en el Sahara Deslumbrada ante tanta belleza No sabría decir donde estuvo Dios primero Si en las montañas de arenas del desierto O en la cordillera de los Andes de mi América. En New York,

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La estatua de la libertad Lleva la llama viva y anhelada De todos los pueblos. Cartagena, Patrimonio histórico de la humanidad Sus murallas, recuerdo de invasiones piratas Y de un Morgan guerrero. Un grito de dolor Me volvió a la realidad Al enredarse la aguja en el dedo Manchas escarlatas adornaron la tela Mientras de mis ojos saltaban al espacio Y caían al costurero Dos gotas transparentes de aguacero.

ALFREDO VANIN ROMERO

Andenes

Y he aquí que escribí los más altos poemas cuando me hallaba en el presidio, muy cerca de las costas del mar. Pero juré un día volver a las luces agónicas de Londres a las ensangrentadas piedras de Memphis a las rocosas islas de un Caribe remoto en medio de las olas que el mar impuro no reclama. En aquellos tiempos las novias tenían la certeza de que no volvería y aquello anegaba mi alma de una dicha inefable, parecida a la que guardan los ángeles en las edades de quimera. Salvo por las norias humanas de Blade Runner, supe que este ya no era mi siglo: se había ido entre fantasmas, había emigrado entre marinos de fanfarria, clonado por una máquina hechicera. Por eso fui en busca de luz y tuve contacto con seres de otros mundos: tigres marcados, arañas dobles, hombres fosforescentes, mujeres como espejos de bronce, vi la existencia equívoca y conocí la esencia de los mares. Todo eso me fue revelado para que un día predicara lo desconocido. Pero no fui escuchado, me dieron a cambio las prisiones por casa y estando allí recordé las visiones y escribí los más altos poemas

ZARZAMORA

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(Alfredo Vanin Romero) Quise incitar el largo convite de tu risa negar el río sojuzgado y entrar en las ardientes materias de la gracia me apresuré buscando fuego incienso que atesoran los camaleones centellas de unicornio no doblegadas a la hora del león rampante y traviesos veleros robados a viejos pescadores del golfo para acrecentar los festines de la madreperla. Y he aquí que arpías y boleros pregonaron la fama: las mercenarias galerías cobijaban ahora tus deleites el viento destilaba un espeso alquitrán y en tu deriva hembra se marchitaban los dragones dignos por lo demás de ciertos ecos. Entonces sepulté mis navíos aplacé para otras lunas la navegación del hechizado y entoné cánticos de alabanza a las discordias del fauno que se queda ciego.

JORGE ARTEL

VELORIO DEL BOGA ADOLESCENTE Desde esta noche a las siete están prendidas las espermas: cuatro estrellas temblorosas que alumbran su sonrisa muerta. Ya le lavaron la cara, le pusieron la franela y el pañuelo de cuatro pintas que llevaba los días de fiesta. Hace recordar un domingo

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lleno de tambores y décimas. O una tarde de gallos, o una noche de plazuela. Hace pensar en los sábados trémulos de ron y de juerga, en que tiraba su grito como una atarraya abierta. Pero está rígido y frío y una corona de besos ponen en su frente negra. (Las mujeres lo lloran en el patio, aromando el café con su tristeza. ¡Hasta parece que la brisa tiene un leve llanto de palmera!) Murió el boga adolescente de ágil brazo y mano férrea: nadie clavará los arpones como él, ¡con tanta destreza! Nadie alegrará con sus voces las turbias horas de la pesca. ¡Quién cantará el bullerengue!

DANZA, MULATA (Jorge Artel) Danza, mulata, danza, mientras canta en el tambor de los abuelos el son languidecente de la raza. Alza tus manos ágiles para apresar el aire, envuélvete en tu cuerpo de rugiente deseo, donde late la queja de las gaitas bajo el ardor de tu broncínea carne. Deja que el sol fustigue tu belleza demente, que corra por tus flancos inquietantes el ritmo que tus senos estremece. Aprisiona en tu talle atormentado esa música bruja que acompasa la voz de la canción.

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¡Danza, mulata, danza! En tus piernas veloces y en el son que han empapado tus lúbricas caderas, doscientos siglos se agazapan. ¡Danza, mulata, danza! Tú y yo sentimos en la sangre galopar el incendio de una misma nostalgia … TAMBORES EN L A NOCHE (Jorge Artel) Los tambores en la noche, parece que siguieran nuestros pasos… Tambores que suenan como fatigados en los sombríos rincones portuarios, en los bares oscuros, aquelárricos, donde ceñudos lobos se fuman las horas, plasmando en sus pupilas un confuso motivo de rutas perdidas, de banderas y mástiles y proas. Los tambores en la noche son como un grito humano. Trémulos de música les he oído gemir, cuando esos hombres que llevan la emoción en las manos les arrancan la angustia de una oscura saudade, de una íntima añoranza, donde vigila el alma dulcemente salvaje de mi vibrante raza, con sus siglos mojados en quejumbres de gaitas. Los tambores en la noche parece que siguieran nuestros pasos. Tambores misteriosos que resuenan en las enramadas de los rudos boteros, acompasando el golpe con los cantos de los decimeros, con el grito blasfemo y la algazara, con los juramentos de los marineros… en tanto que se anuncia tras los gibosos montes un caprichoso recorte de mañana. Los tambores en la noche, hablan ¡Y es su voz una llamada

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tan honda, tan fuerte y clara, que parece como si fueran sonándonos en el alma!.

AHORA HABLO DE GAITAS (Jorge Artel) Gaitas lejanas la noche nos ha metido en el alma. ¿Vienen sus voces de adentro o de allá de la distancia? —De adentro y de la distancia, ¡porque aquí entre nosotros cada cual lleva su gaita en los repliegues del alma! —Compadre José Morillo, no toque más su guitarra: ¡oigamos mejor las gaitas que nos cuentan su nostalgia! —¡Llenen mi copa de ron, de ron blanco como el agua! ¡Yo quiero sentir lo mismo que sintieron mis abuelos cuando escuchaban las gaitas, colmando sus noches hondas con aguardiente de caña! —En este camino largo, lleno de sombra y distancia, sobre la tierra sentado voy a escuchar mi gaita. -Y aquellos que no comprenden la voz que suena en sus almas y apagan sus propios ecos con las músicas extrañas, que se sientan en la tierra para que escuchen lo dulce que han de sonar sus gaitas. Cuando la estrella del alba nos venga a bañar el rostro

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y ya nos inunde a todos fresca luz de la mañana, compadre José Morillo: ¡entonces serán más puras las voces de nuestras gaitas!. LA MUJER DE COLOR Y SU IMAGINARIO SEXUAL (Jorge Artel) la cumbia frenética, la diabólica cumbia, pone a cabalgar su ritmo oscuro sobre las caderas ágiles de las sensuales hembras. Tu vientre sabe más que tu cabeza y tanto como tus muslos. Esa es la fuerte gracia negra de tu cuerpo desnudo. Alza tus manos ágiles para apresar el aire, envuélvete en tu cuerpo de rugiente deseo. Dame tu ritmo, negra, que quiero uncirlo en mi verso, mi verso untado en el áspero olor de tu duro cuerpo. Te sé tan lejana que casi estás conmigo. Yaces con tu voz y tu mirada, como un ángel dormido, reclinada sobre mi propia soledad. Y toda mi noche la ilumina la gracia vegetal que inunda tu sonrisa. Déjame arrullar tus días más alegres que un sol recién nacido, tus días tiernos como niños embalsamados en paz.

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Que tus manos, finas, aureoladas de silencio, dejen posarse sobre ellas las musicales gaviotas de mi verso. Forjo para ti una canción de lunas, ebria de perfumadas palabras, que, como un collar de ritmos trémulos, ceñirá el eterno domingo de tu alma. NEGRO SOY (Jorge Artel) Negro soy desde hace muchos siglos. Poeta de mi raza, heredé su dolor. Y la emoción que digo ha de ser pura en el bronco son del grito y el monorrítmico tambor. El hondo, estremecido acento en que trisca la voz de los ancestros, es mi voz. La angustia humana que exalto no es decorativa joya para turistas. ¡Yo no canto un dolor de exportación! SUPERSTICIÓN (Jorge Artel) Le cercenaron las manos porque dio una nota falsa. ¡Qué ley tan terrible aquella del tamborero de África! Rojos brochazos de sangre quemaban sus dos muñones. ¡Se murió mirando al cielo, donde ya no habrá tambores! Por eso cuando la boa duerme borracha su siesta y nada perturba el cosmos tenebroso de la selva; Cuando cae la noche bruja llena de cuentos y sombras

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para borrar horizontes con agoreras esponjas; Cuando el cazador transita por las veredas del sueño, coleccionando jaguares contra su lanza de hierro, Refiere un griot que la tribu suele escuchar, según dicen, los mensajes desgarrados del tamborero invisible… Que van sus manos en pena, como llamas angustiadas, redoblando los tambores más allá de las montañas… Y a todos hieren muy hondo sutiles garfios de hielo si rugen las sordas voces de algún tambor en el viento. LA CUMBIA (Jorge Artel) Hay un llanto de gaitas diluido en la noche. Y la noche, metida en ron costeño, bate sus alas frías sobre la playa en penumbra, que estremece el rumor de los vientos porteños. Amalgama de sombras y de luces de esperma, la cumbia frenética, la diabólica cumbia, pone a cabalgar su ritmo oscuro sobre las caderas ágiles de las sensuales hembras. Y la tierra, Como una axila cálida de negra, su agrio vaho levanta, denso de temblor, bajo los pies furiosos que amansan golpes de tambor. El humano anillo apretado Es un carrusel de carne y hueso, confuso de gritos ebrios y sudor de marineros,

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de mujeres que saben a la tibia brea del puerto, al yodo fresco del mar y al aire de los astilleros. Se mueve como sierpe sonora de cascabeles, al compás de los chasquidos que las maracas alegres salpican sobre las horas desmelenadas de ruidos. Es un dragón enroscado brotado de cien cabezas, que muerde su propia cola con sus fauces gigantescas. ¡Cumbia! -¡danza negra, danza de mi tierra!- ¡Toda una raza grita en esos gestos eléctricos, por la contorsionada pirueta de los muslos epilépticos! Trota una añoranza de selvas y de hogueras encendidas, que trae de los tiempos muertos un coro de voces vivas. Late un recuerdo aborigen, una africana aspereza, sobre el cuero curtido donde tamborileros, -sonámbulos dioses nuevos que repican alegría- aprendieron a hacer trueno con sus manos nudosas, todopoderosas para la algarabía. ¡Cumbia! Mis abuelos bailaron la música sensual. Viejos vagabundos que eran negros, terror de pendencieros y de cumbiamberos en otras cumbias lejanas, a la orilla del mar… BARRIO ABAJO (Jorge Artel) Dame tu ritmo, negra, que quiero uncirlo a mi verso; mi verso untado en el áspero olor de tu duro cuerpo.

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Al son de viejos pilones, chisporroteados de cantos, meces tu talle de bronce sobre el afán inclinado. Pones música al trabajo para burlarte del sol y lo amasas bajo el día con el maíz y el afrecho que pilas en tu pilón. Dame tu ritmo, negra… En tu piedra de moler machacaremos la risa y el viento habrá de llevarse las cosas que yo te diga. Dame tu ritmo, negra… SENSUALIDAD NEGRA (Jorge Artel) Por la Calle del Pozo ya viene la negra, por la Calle del Pozo a buscar agua fresca. La negra Catana, la negra más linda, a quien todas las negras y más de una blanca le tienen envidia. Hay que ver en sus ojos la luz cómo brilla, su cuerpo de junco cuando ella camina. ¡Su vegetal cintura de gaita cenceña la múcura de agua cómo la quiebra! Los ardientes bogas dicen cuando pasa palabras tremendas:

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—¡Compae, mírale el pie cómo arrastra la chancleta! ¡Cómo levanta el talón! ¡Los senos cómo le tiemblan! —¡Repare en el movimiento de bullerengue que lleva! —¡Ay, negra, yo así me caso corriendo, por la iglesia! —Me llamo Quico Covilla, ¡me tienes el corazón hecho un tiesto de cocina! ¡La negra Catana se ríe con su risa de cascabel de plata que tanto le envidian! BULLERENGUE (Jorge Artel) Si yo fuera tambó, mi negra, sonara na má pa ti. Pa ti, mi negra, pa ti. Si maraca fuera yo, sonara solo pa ti. Pa ti maraca y tambó, pa ti, mi negra, pa ti. Quisiera vorverme gaita y soná na má que pa ti. Pa ti solita, pa ti, pa ti, mi negra, pa ti. Y si fuera tamborito currucutearía bajito, bajito, pero bien bajito, pa que bailaras pa mí. Pa mí, mi negra, pa mí, pa mí, na má que pa mí.

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JUAN ZAPATA OLIVELLA DE NEGROS SENOS Senos repletos de mi pura leche abiertos a la vida dilatada senos para la tierra descarnada que también se alimenta de mi pecho; senos en las ansias de mi llanto sedientos de la amargura de dos mundos, senos clamorosos y rotundos, como dos remos de vibrante canto. Sórbete mis senos negros, y bébete mi leche blanca, hazle en lo profundo cruel herida y sabrás que mis senos, negros, sanos nutrirán también tu propia vida. CANDELARIO OBESO Canto del montará Eta vira solitaria Que aquí llevo, Con mi jembra i con mi s´ hijo I mi perros, No la cambio poc la vira Re lo pueblos… No me farta ni tabaco, Ni alimento; Re mi pácmas ej´ er vino Má que güeno, I er guarapo re mi cañas Etupendo!... Aquí nairen me aturruga; Er Prefecto I la tropa comisaria Viven léjo; Re moquitos i culebras Nara temo; Pa lo trigues tá mi troja Cuando ruécmo…

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Lo animales tienen toros Su remerio; Si no hai contra conocía Pa er Gobiécno; Conque asina yo no cambio Lo que tengo Poc las cosas que otros tienen En los pueblos… CANCION DER BOGA AUSENTE . A los señores Rufino Cuervo y Miguel Antonio Caro . Qué trite que etá la noche, La noche qué trite etá; No hay en er cielo una etrella Remá, remá. La negra re mi arma mía, Mientra yo brego en la má, Bañao en suró por ella, ¿Qué hará? ¿Qué hará? Tar vé por su zambo amao Doriente sujpirará, O tar vé ni me recuerda... ¡Llorá! ¡Llorá! La jembras son como toro Lo r'eta tierra ejgraciá; Con acte se saca er peje Der má, der má Con acte se abranda er jierro, Se roma la mapaná... Cojtante y ficme? laj pena! No hay má, no hay má!... Qué ejcura que etá la noche, La noche quéejcura etá; Asina ejcura é la ausencia Bogá, bogá! --- .

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CANCION DEL BOGA AUSENTE . A los señores Rufino Cuervo y Miguel Antonio Caro . Qué triste que está la noche; La noche qué triste está, No hay en el cielo una estrella. ¡Remá, remá! La negra del alma mía, Mientras yo briego en la mar , Bañado en sudor por ella, ¿Qué hará? ¿Qué hará? Tal vez por su zambo amado Doliente suspirará, O tal vez ni me recuerda.., ¡Llorá! iLlorá! Las hembras son como todo Lo de esta tierra desgraciada; ¡Con arte se saca el pez Del mar, del mar!... Con arte se ablanda el hierro, Se doma la mapaná... ¿Constantes, firmes? ¡Las penas! No hay más, no hay más... Qué oscura que está la noche, La noche qué oscura está, Asi de oscura es la ausencia. Bogá, bogá!

LA OBERIENCIA FILIA (Cuento a mi mae) Al señor doctor Florentino Vesga "-Me ha richo uté que juiga re los hombre Y yo les he juioo; Solo a la vece cuando er só se junde

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Convecso con Rogelio en er camino. "-¿Sí?.. ¿qué te rice? -Que me quiere mucho; Yo naitica le rigo; -¿Y luégo?.. -Luégo un apretón re mano O me ra en er cachete argún besito... "-Ejtá güeno... Junjú!... ¿Con que to eso Tejace ese lambío?.. A pajareá no güerva j'a la roza Pocque tás, m'hija e mi arma, en un peligro. "-Fué asina siempre er hombre!... Re panela Se juntan er jocico Ya la pendeja como tú la engañan Pa Ilevala mansita ar precipicio. "-Mama... varay... no embrome... Ese muchacho Tiene sy labio limpio!... y si viene en mi junta me arza en peso Cuando muy barrialoso tá er camino. "-Esa son su artimaña... Re muchacha Me sucerió lo mimo... Echa a tu fló, mi hijita'cuatro ñuro Y no olvide jamá lo que te he richo... Ar otro ría muy poc la mañana Jizo la chica un lío... Er só muy lejo la topó sin flore Entre lo tierno brazos der peligro... En ninguna ocasión consejo' e viejas Má que en eta han servío... Cuando pica er amó lo pecho joven Se acaba la oberiencia re lo s'hijo!... LA OBEDIENCIA FILIAL (Cuento a mi madre) Al señor doctor Florentino Vesga "-Me ha dicho usted que huya de los hombres Y yo les he huido; Sólo a la hora cuando el sol se pone

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Converso con Rogelio en el camino". "-¿Sí?.. ¿qué te dice?". -Que me quiere mucho; Yo nadita le digo". "-¿Y luego?..". "-Luego un apretón de mano O me da en el cachete algún besito...". "-Está bueno... ¡Uhjú!... ¿C:onque todo eso Te hace ese lambido?..(1) A pajarear (2) no vuelvas a la roza Porque estás, hija de mi alma, en un peligro. ¡Así fue siempre el hombre!... De panela Se untan el hocico Ya la pendeja como tú la engañan Para llevarla mallsita al precipicio." "-¡Mamá... Caray... no embrome... Ese muchacho Tiene sus labios limpios!... y si viene junto a mí, me alza en peso Cuando muy embarrado está el camino". "-Esas son artimañas... De muchacha Me sucedió lo mismo... Echa a tu flor, mi hijita, cuatro nudos y no olvides jamás lo que te he dicho...". Al otro día, muy de mañanita, La chica hizo maletas... El sol muy lejos la encontró sin flores Entre los tiernos brazos del peligro... En ninguna ocasión los consejos de viejas Más que en esta han servido... ¡Cuando pica el amor los pechos jóvenes, Se acaba la obediencia de los hijos!... CUENTO A MI EJPOSA (Dolora) (A mi distinguido amigo señor Pedro Londoño) "-Negra re mi vira A ronde va? Quérate en mi rancho

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No te queje má; Mira que me aflige Tu infelicirá... Oye mis arrullo Palomita ama ! "-Mi palomo mío Lo pecdí ya! Reja que lamente Suecte tan fatá; No te ré cuirao Mi infelicirá; Vecme no reseo Re ninguna amá ...! Eto lo recía En noche pasá A un mozo der pueblo Ciecta ejconsolá. .. Má a la pocas güerta, A poquito e ná Tuvo ciecta cosa Como un sapo e hinchá! Si ponemo en agua Un granito e sá Pronto se risuecve Con facilirá Nunca en la mujeres Fué efertivo ná; Toro en ella ej humo, Toro farserá...!

CUENTO A MI ESPOSA

(Dolora)

A mi distinguido amigo, señor Pedro Londoño

"-Negra de mi vida: ¿A dónde vas? Quédate en mi rancho, No te quejes más; Mira que me aflige

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Tu infelicidad... ¡Oye mis arrullos, Palomita amada!…". "-¡Mi palomo mío Lo perdí ya!... Deja que lamente Suerte tan fatal; No te dé cuidado Mi infelicidad; Verme no deseo De ninguno amada!..." Esto lo decía En noche pasada A un mozo del pueblo Cierta desconsolada... Mas a las pocas vueltas, Al poquito de nada, ¡Tuvo cierta cosa Como un sapo de hinchada! Si ponemos en agua Un granito de sal, ¡Pronto se disuelve Con facilidad!... Nunca en las mujeres Fue efectivo nada; ¡Todo en ellas es humo, Todo falsedad!... LOS PALOMOS (Balada) Al señor Rafael Pombo Siendo pobres animales los palomos, A la gente a ser gente nos enseñan; Es su conducta la mejor cartilla, Hay en sus modos efectiva ciencia.

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Nacen los dos sobre las mismas pajas y allí se están hasta después que vuelan; Mas así de chiquitos, entre el nido Se dan calor, entre juntos, y se besan. Luego que tienen plumas suficientes Para andareguear volando por doquiera, Gusto da verlos arrullarse amantes Sobre los palos o la verde hierba... Gusto da el ver los afanes del palomo Si otro palomo por allí se acerca... ¡El esponja el pescuezo y la colita, Y da, arrullando, multitud de vueltas! Esto a los ojos de ella y los extraños Es de cariño la efectiva muestra... En esta clase de animales, nunca Nos da un visaje de maldad la hembra. Ya está con huevos la paloma... Entonces Maravilla de juntos la decencia; ¡La pajita y las hojas para la casa Las carga él y las compone ella...! Allí los ve amorosos la mañana, También allí la noche los encuentra. ¡Ambos a dos calientan sus huevitos, Ambos, en siendo seres, l0s alimentan...! Siendo pobres animales los palomos Se aprende en ellos más que en las Escuelas. ¡Yo, por lo menos, en su corto libro Estudio de la vida las maneras...! EPRESION RE MI AMITA (Al señor Federico de la Vega Cuando soy un pobre negro) Sin má cencia que mi oficio, No inoro quien se merece Argún repeto y cariño... Sobre mí tiene er caráter U n particulá rominio. Re un gallo güeno a la patas

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Epongo hata er carzoncillo... Por un mochoroco guapo Y sobre guapo enstruido, Soy capá re mocdé er suelo Y re mucho sacreficio... Oigame, branco, tar vé No é bien claro lo que aficmo. A eplicacme yo no arcanzo Tar como un Roja Garrío... Re toro lo grande y bello Que er mundo encierra, no etimo Sino ros cosa, que son : Mi jembra amá y mi arbedrío. Re aquella ni ar Paire Etecno Le riera un solo peacito; Re ete sí suelo una poca Cerer a tar cuar amigo; Má nunca jamá a la fuecza Pocque soy rey re mí mimo. Uté, branco, vecbo y gracia... Manque en la Epaña nacío Puere rijponé re mí Poc sé rojo re tocnillo... Rígnese acetá er presente Si ya su mérito he richo; Fué muy rara la pecsona A quien rí tanto cariño!... Amo yo a la libectá Como er pájaro a su nío, Como la flore a la lluvia, Como ar agua er bocachico. E mi ley sé como er viento Y rueño en mi hogá efertivo. En cambio re mi amitá Sólo una cosa le piro, Conviene a sabé: que apena Se halle en su romicilio Le cuente a toito er mundo Lo que aquí en Colombia ha vito; Riga cómo ciuraranos Son er negro, er branco, er indio, Cómo el señó Presidente Usa re humirde vestíos;

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Cómo en raras ocasione , Siendo tan libre toiticos, Ocurre un caso que epante Re un robo o re un homicirio. No orvire en su relación Que pa sé señó Millitro No se necesita e má Que re cencia y re seevicios. Eto se lo recomiendo Pocque cuando fui marino Poc mano re mi pecaos, Tuve en la Habana, y mardito Si topé un zambo richoso Siendo má que aquí un pollino... Ni pure un solo momento Hocgame re mi alrbedrío!... Cuar eché re mello entonce Mi humirde rancho pajizo Jecho re la Magalena Sobre un arto!... Allí tranquilo Paso la vira otra güerta Que en mi rejtierro Rió quiso Un colombiano eparacme Que me trujiera a mi s'hijo, Re lo cuale y re mi eposa Si güervo a ausentacme endino Sólo será poc la efensa Re los jueros der partío. .. Ta'r sucucho a su mandá; Etá con suj atraitivos; Tiene vecdura divecsas, Fruta que son un prorigio Rejre la caña re azúca Hata er coco y er caimito. Ojalá que arguna ve Se mire a uté entre lo mío, Verá bien cuanto mi negra Tiene trataimiento fino. Y cuanto é felí la suecte Der humirde campesino. He aquí eta tierra richosa En tanto vario sentío... Asiento re la iguardá, Maire re lo hombre rigno,

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Re lo hombre como uté, Mochorroco a temple y jilo Juto como la juticia Y cantó re lo rivino... Siga, branco, y nunca ejmaye; Re toro hay técmino fijo, Con acte y maña se cura, Hata er mejmo romatijmo; Si hoy anda errante y sin patria Manque aquí tiene su asilo, Tar ve re hoy en poco tiempo Güerva a calentá su nío... Yo tuve, rije, en la Habana Re probe humirde marino, Y me he güerto a ve en mi casa Con mi eposa y con mi s'hijo; Golívar, según me cuentan, t Tamién andó peregrino, Ma tuvo való y cotancia Y libectaró se jizo! ... EXPRESIÓN DE MI AMISTAD Al señor Federico de la Vega Aunque soy un pobre negro Sin más ciencia que mi oficio, No ignoro a quien se merece Algún respeto y cariño... Sobre mí tiene el carácter U n particular dominio. De un gallo bueno, a las patas Apuesto hasta el calzoncillo... Y por un liberal guapo Y además de guapo instruido, Soy capaz de morder el suelo Y de muchos sacrificios... Oigame, blanco: tal vez No está claro lo que afirmo. A explicarme yo no alcanzo Tal como un Rojas Garrido... De todo lo grande y bello Que el mundo encierra, no estimo

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Sino dos cosas, que son: Mi hembra amada y mi albedrío. De aquella, ni al Padre Eterno Le diera un solo pedacito; De éste sí suelo una poca Ceder a tal cual amigo; ¡Más nunca jamás por fuerza, Porque soy rey de mí mismo. Usted, blanco, verbigracia... Aunque en España nacido Puede disponer de mí Por ser "rojo de tornillo"...(13) Dígnese aceptar el presente Si ya su mérito he dicho; ¡Fue muy rara la persona A quien di tanto cariño!... Amo yo la libertad Como el pájaro a su nido, Como las flores la lluvia, como al agua el bocachico. Es mi ley ser como el viento Y dueño en mi hogar efectivo. A cambio de mi amistad Sólo una cosa le pido, Conviene a saber: que apenas Se halle en su domicilio Le cuente a todito el mundo Lo que aquí en Colombia ha visto; Diga cómo ciudadanos Son el negro, el blanco, el indio, Cómo el señor presidente Usa de humildes vestidos; Cómo en raras ocasiones, Siendo tan libres toditicos, Ocurre un caso que espante De un robo o de un homicidio. No olvide en su relación Que para ser señor ministro No se necesita de más Que de ciencia y de servicios. Esto se lo recomiendo Porque cuando fui marino Por el mal de mis pecados, (14)

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Estuve en La Habana, y maldito Si topé un zambo dichoso Que fuera más que aquí un pollino... ¡Ni pude una sola vez Holgarme a mi albedrío! ¡Cuánto eché de menos, entonces, Mi humilde rancho pajizo Hecho de la Magdalena Sobre un alto!... Allí tranquilo Paso la vida otra vuelta, (15) Que en mi destierro Dios quiso Un colombiano depararme (16) Que me trajera mis hijos, y de ellos y de mi esposa Si vuelvo a ausentarme indigno, Sólo será por la defensa De los fueros del partido... Está el sucucho (17) a su mandar, Ahí está, con sus atractivos; Tiene verduras diversas, Frutas que son un prodigio, Desde la caña de azúcar Hasta el coco y el caimito. Ojalá que alguna vez Se le vea a usted entre los míos; Verá bien cuánto mi negra Tiene tratamientos finos Y cuánto es feliz la suerte Del humilde campesino. He aquí esta tierra dichosa En tantos varios sentidos... Asiento de la igualdad, Madre de los hombres dignos, De los hombres como usted, Mochoroco (18) a temple y filo,' (19) Justo como la justicia y cantor de lo divino... Siga, blanco, y nunca desmaye; De todo hay término fijo. Con arte y maña se cura Hasta el mismo reumatismo; Si hoy anda errante y sin patria Aunque aquí tiene su asilo, Tal vez de hoy en poco tiempo

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Vuelva a calentar su nido... Yo estuve, dije, en La Habana De pobre humilde marino, Y me he vuelto a ver en mi casa Con mi esposa y con mis hijos; Bolívar, según me cuentan, También anduvo peregrino, Mas tuvo valor y constancia ¡Y Libertador se hizo ! CANCION DEL PEJCARO Al señor Constancio Franco Vi Ahí viene la luna. ahí viene ton su lumbre y clarirá; Ella viene y yo me voy A pejcá... Trite vira é la der probe; Cuando er rico goza en pá, Er probe en er monte sura O en la má. E Ir rico pOCO se efuecza. Y nunca le farta ná. Toro lo tiene onde mora Poc remá. El probe no ejcansa nunca Pa porese alimentá; Hoy carece re pejcao, Luego é sá. No sé yo la causa re eto, Yo no sé sino aguantá Eta conrición tan dura Y ejgracía…! Ahí viene la luna, ahí viene A racme su clarirá... Su lú consuela la pena Re mi amá!

CANCION DEL PESCADOR

Al señor Constancio Franco V.

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Ahí viene la luna, ahí viene, Con su lumbre y claridad; Ella viene y yo me voy A pescar... Triste vida es la del pobre Cuando el rico goza en paz; El pobre en el monte suda, O en la mar. El rico poco se esfuerza y nunca le falta nada; Todo lo tiene donde mora Por demás. El pobre no descansa nunca Para poderse alimentar; Hoy carece de pescado, Luego de sal. No sé yo la causa de esto, Yo no sé sino aguantar ¡Esta condición tan dura Y desgraciada...! Ahí viene la luna, ahí viene, A darme su claridad... ¡Su luz consuela las penas De mi amada!

EL BOGA CHARLATAN

Hermenegilda Rosales, La de Pinillos, Dicen que no cree en brujas Ni en maleficios; Si yo quiero, ¡Hacer puedo a la indigna Que me enamore! Ni una hembra ha habido Que me resista; En el páramo de Honda Fue mi querida

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Juana Retruco, La hembra de más tono Que ha visto el mundo. Para que sepas quién soy, Oye esta historia: El señor Francisco Machado Me hizo sombra (5) En Margarita, La noche de unas fiestas De pura y limpia (6) Caliente estaba el baile; Yo retraído, Lleno de las timideces De un barbilampiño; Mas de repente Vi a cierta picúa (7) De alto copete; Me enamoré al momento De su gran garbo, y junto nos soplamos Entre la rueda, Para bailar un porro; y el truhán, de atrevido, Me pisó el talón. !Jesús!...¡Voto a la Virgen!... ¡Por Santa Rita!... Se me fueron los cascos; De la ira temblé y al mismo punto ¡Le hice besar el suelo De un solo puño!... Al verlo así, tendido,

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Se me botaron Toditos los del baile Con hierros y con palos... Yo paré en seco ¡Y herí y maté un poco... Como a doscientos!... El fullero del Alcalde Con una turba Vinieron a cogerme; Mas, por fortuna, Yo estaba oculto Rezando, tras la hojita De lengüevaca. Allí duré escondido Por cerca de dos años, No comiendo otra cosa Que huevo'é gato (8) Y después de este tiempo Con una cierta hierba Me volví negro... No extrañes este cambio Ni de él te burles; ¡Si quisiera, tendría Ojos azules! Oye: yo he estado ¡A dos metros distante Del Padre Santo!... Sé hacer como culebra; Produje enfermedades; (9) Al diablo, con ser diablo,

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Lo he vencido... Sé hablar en ocho idiomas, ¡Y con mi ciencia puedo Convertirte en zorra!... Hermenegilda Rosales Haz lo que gustes, Mas no me tuerzas el ojo (10) Ni te pongas presumida; (11) Porque si quiero ¡En este instante, mía Hacerte puedo!...

ER BOGA CHARLATAN (Serenata) Merejirda Rosale, La re Pinillo, Ricen que no cré en bruja Ni en malificio; Si se me pone, Jacé puero a la endina Que me enamoire! Una jembra no ha habío Que me resita; En er páramo re Honda Fué mi quería Juana Retruco, La jembra re má tono Que viro er mundo. Pa que sepa quien soy Oye eta hitoria:

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Ño Francisco Machao Me jizo sombra En Macgarita La noche re una fietas Re pura y limpia. Caliente taba er baile; Yo retraío, Lleno e la timirece Re un barba-Iimpio; Maj de repente Vire ciecta picúa Re arto copete, Me enamoré ar momento Re su gacbeza, Y junto no soplamos Entre la ruea, A bailá un porro, Y er truján re atrevío Me pisó er cobo... Jesú!... Voto a la Virgen...! Poc Santa Rita...! Se me fueron los cacos; Temblé é la ira, Y ar mismo punto Le jice besá er suelo Re solo un puño! Ar velo así tendío Se me botaron Toitico lo der baile Con jierro y palos... Yo paré seco

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Y jerí y maté un poco, Como rocientos…! Er fullero er Arcarde Con una tucba Vinieron a cojecme; Má poc foctuna Ya ocurto taba, Rezando, etrá una hojita Re lengua-e-vaca. Allí duré ejcondío Cecca e ros año; No comiendo otra cosa Que er güevo-e-gato. Repué ete tiempo Con una ciecta yecba Me gorví negro... No etrañes ete cambio, Ni re ér te burles; Si quisiera tendría Lo s'ojo azule! Oye: yo he tao Una vara rijtante Der Paire Santo...! Sé jacé la culebra; Prorucí er cirro; Ar diablo con sé er diablo Yo le he vencío... Hablo ocho irioma, y con mi cencia puero Gorverte zorra!…

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Merejicda Rosale Há lo que gute; Ma no me tuecza er ojo Ni te encotufe; Pocque si quiero En ete itante mía Jacecte puero!.. EL BOGA CHARLATAN (Serenata) Hermenegilda Rosales, La de Pinillos, Dicen que no cree en brujas Ni en maleficios; Si yo quiero, ¡Hacer puedo a la indigna Que me enamore! Ni una hembra ha habido Que me resista; En el páramo de Honda Fue mi querida Juana Retruco, La hembra de más tono Que ha visto el mundo. Para que sepas quién soy, Oye esta historia: El señor Francisco Machado Me hizo sombra (5) En Margarita,

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La noche de unas fiestas De pura y limpia (6) Caliente estaba el baile; Yo retraído, Lleno de las timideces De un barbilampiño; Mas de repente Vi a cierta picúa (7) De alto copete; Me enamoré al momento De su gran garbo, y junto nos soplamos Entre la rueda, Para bailar un porro; y el truhán, de atrevido, Me pisó el talón. !Jesús!...¡Voto a la Virgen!... ¡Por Santa Rita!... Se me fueron los cascos; De la ira temblé y al mismo punto ¡Le hice besar el suelo De un solo puño!... Al verlo así, tendido, Se me botaron Toditos los del baile Con hierros y con palos... Yo paré en seco ¡Y herí y maté un poco... Como a doscientos!... El fullero del Alcalde Con una turba

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Vinieron a cogerme; Mas, por fortuna, Yo estaba oculto Rezando, tras la hojita De lengüevaca. Allí duré escondido Por cerca de dos años, No comiendo otra cosa Que huevo'é gato (8) Y después de este tiempo Con una cierta hierba Me volví negro... No extrañes este cambio Ni de él te burles; ¡Si quisiera, tendría Ojos azules! Oye: yo he estado ¡A dos metros distante Del Padre Santo!... Sé hacer como culebra; Produje enfermedades; (9) Al diablo, con ser diablo, Lo he vencido... Sé hablar en ocho idiomas, ¡Y con mi ciencia puedo Convertirte en zorra!... Hermenegilda Rosales Haz lo que gustes, Mas no me tuerzas el ojo (10) Ni te pongas presumida; (11)

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Porque si quiero ¡En este instante, mía Hacerte puedo!... A MI MORENA (Candelario Obeso) Al señor José María Quijano Otero Morena der arma mía Preciosa fló re graná, No refreñe mi suspiro, Güérveme tu aferto a rá. Mira que re nó me muero Re tristeza y re pesá, Como muere entre su nío La paloma rejgraciá A quien cazaró aleve La mató su prenda amá. Bogá, Fracico, bogá, Que aunque er llanto que tú errame No lo vengan a enjugá, Er arma que se ejpeáza Necesita re Ilorá...! Ruge encanto re mi vira Ven mi troja a calentá; No me niegue re tu s'ojo La lumbrosa clarirá; Mira que en mi probe rancho Reina trite solerá; La mijmita que a la muecte Re mi maire idolatrá... Re mi maire... Je, Rió mío; Me ran gana re llorá; Que er amó re maire ej uno y máj grande que la má. Bogá, Fracico, bogá; y no orvire que la vira Son pesa re y nara má...! Que la richa é puro jumo Tú lo sabe poc remá...! No me juiga ni te ejpante; Lo que rije é poc chocá;

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La richa esite, no é jumo, Etá en mi etancia posá; En mi etancia que convira, Que provoca ajarochá... Allí tengo malibú, Ajtromelia y azajá; Tengo un lirio güeleroso Yjarnín re malabá; En cosa re golosina Tengo un grande nijperá, Cocos, cirgüelo, naranjo, Un no vijto plataná. .. Tengo e toro, hata tabaco, Un ron que hace bailá; Sólo farta tu presencia Pa ejte cielo acabalá, Que la richa e merio simple Re una jembra sin la sá... Bogá, Fracico, bogá, Pocque er llanto que tú errame Lo va Fracica a enjugá Con la pollera re Pancho Que le voy a regalá. Palomita yullilona Ven arrulla en mi morá; Güérveme a queré que nunca Te gorveré a martratá, Pocque toy resuecto agora A no gorverte a celá; Ya que la mujere son... No rigo, Fracica, ná, Que la jié no amacga tanto Como amacga la vecdá... No hay poré que a la gallina Arcance a morificá; Si quieren queré a roj gallo Tiene er macho que aguantá, Y si encrepan er copete Necesario é suplica... Er hombre re amó ta enfecmo Y sin gallina no hay ná...! Bogá. Fracico, bogá. La mujer é caprichosa La mujer é resabiá.

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Naire puere aquí en er mundo Cambiale su natura…! A MI MORENA Al señor José María Quijano Otero Morena del alma mía, Preciosa flor de granada; No refrenes mis suspiros, Vuélveme tu afecto a dar. Mira que si no me muero De tristeza y de pesar, Como muere entre su nido La paloma desgraciada A quien cazador aleve Le mató su prenda amada. Bogá, Francisco, bogá, Que aunque el llanto que tú derrames No lo vengan a enjugar, ¡El alma que se despedaza Necesita de llorar...! Dulce encanto de mi vida, Ven mi troja (21) a calentar; No me niegues de tus ojos La lumbrosa claridad; Mira que en mi pobre rancho Reina triste soledad; La mismita que a la muerte De mi madre idolatrada... De mi madre... Jé, Dios mío, Me dan ganas de llorar; Que el amor de madre es uno y más grande que la mar. Bogá, Francisco, bogá; ¡Y no olvides que la vida Son pesares nada más...! ¡Que la dicha es puro humo, Tú lo sabes por demás...! No me huyas ni te espantes; Lo que dije es por chocar; La dicha existe, no es humo, Está en mi estancia posada;

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En mi estancia, que convida Que provoca a jarochar...(22) Allí tengo malibúes,(23) Astromelias yazáhares; Tengo lirios olorosos y jazmín de Malabar; En cosas de golosinas Tengo un grande nisperal Cocos, ciruelos, naranjos, U n no visto platanal... Tengo de todo, hasta tabaco, Un ron que hace bailar . Sólo falta tu presencia Para este cielo acabalar, (24) Que la dicha es medio simple De una hembra sin la sal... Bogá, Franclsco, bogá, Porque el llanto que tú derrames Lo va Francisca enjugar Con la pollera de Pancho Que le voy a regalar. Palomita yullilona,(25) Ven, arrulla en mi morada; Vuélveme a querer, que nunca Te volveré a maltratar; Porque estoy resuelto ahora A no volverte a celar , Ya que las mujeres son... No digo, Francisca, nada, Que la hiel no amarga tanto Como amarga la verdad... No hay poder que a la gallina Alcance a modificar; Si quiere querer a dos gallos Tiene el macho que aguantar, Y si encrespan el copete Necesario es suplicar... El hombre de amor está enfermo ¡Y sin gallina no hay nada...! Bogá, Francisco, bogá; La mujer es caprichosa, La mujer es resabiada;

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¡Nadie puede aquí en el mundo Cambiarle su natural...! NO DIGO EL NOMBRE (Candelario Obeso) Al señor José Caicedo Rojas El pato, viéndolo bien, Es bruto muy animal; Poco entiende de cariño, Nada hay en él de especial. No es menester enseñarle A conocer los alimentos, Ni en las aguas a nadar... Sin embargo en él he visto Una cosa que anotar: El macho cubre a la hembra Con su basteza natural Y luego que en sus huevitos La mira amorosa echada, ¡De su suerte es indiferente Y no la ayuda a sacar! Esto, observando las especies, Es un hecho general; Pero hay otros animales De muy diverso pensar; El palomo, por ejemplo, Se halla en primer lugar. Y el hombre, por cierta cosa, Casi en él también está... Esta premisa supuesta, Se me antoja preguntar: ¿Por qué Dios, de sí tan grande, No estableció la igualdad? ¡Cierra, gusano, tu boca; No en todo te metas a hablar...! El pato, dije al principio, Es un ave material; Pero he visto en la hembra Una acción muy racional: Hecho de sus plumas el nido, Dura una luna apostada Pasando las de San Pedro (31)

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Muerta de necesidad... Y después que de sus huevos, Por una causa intrincada Saca su larga familia, Sale al agua a llevarla: Allí la remedan ellos; Nadan, si la ven nadar; Se espulgan cuando se espulga, Chillan si la oyen chillar... Pero de esta maravilla No me vengo aquí a ocupar; Sí del amor de la pata, De su afecto sin igual... Este ser, de raza indigna, Es por sus hijos capaz, Con Dios, si baja del cielo A este pantano, a pelear. Y esto es propio de toda hembra Que no de patas no más... Así es por lo que ahora He compuesto esta tonada, (Que le dedico a su madre Por lo buena tan mentada). Y pongo al fin este verbo Que nadie pueda borrar: No hay un amor tan intenso Como el amor maternal; ¡Sólo en él nunca se halla Ninguna contrariedad, Ni cosa apenas que amargue Al principio ni jamás...! ¡A sus hijos el veneno Oculta la mapaná, Las avispas su ponzoña, El diente el lobo voraz...! ¡Oh amor de madre, divino, Quién te pudiera expresar ...!

MANUEL SATURIO VALENCIA A YO QUE SOY INORANTE

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“A YO QUE SOY INORANTE ME PRECISA PREGUNTÁ SI EL COLÓ BLANCO ES VIRTÚ PA YO MANDAME BLANQUIÁ. PREGUNTO AL HOMBRE LEAL PORQUE SABER ME PRECISA SI EL NEGRO NO SE BAUTIZA EN LA PILA BAUTISMAL. SI HAY OTRO MÁ PRINCIPAL MÁ PATRAS O MÁ PALANTE MÁ BONITA O MÁ BRILLANTE DONDE BAUTIZAN AL BLANCO, ME DARÁN UN PUNTO FRANCO A YO QUE SOY INORANTE. DE UN HOMBRE Y DE UNA MUJER TODOS SOMOS DESCENDIENTES POR QUÉ AL NEGRO SOLAMENTE CON DESPRECIO LO HAN DE VER. LA MISMA SANGRE A DE SER ¡AUNQUE AL NEGRO…SINGULAR! SIEMPRE LO A DE COLOCAR EN UN LUGAR SEPARAO. SI EL NEGRO NO ES BAUTIZAO ME PRECISA PREGUNTÁ. NEGRO FUE SAN BENEDITO NEGRAS FUERON SUS PINTURAS. EN LA SAGRADA ESCRITURA LETRAS BLANCAS YO NO HE VISTO. NEGROS LOS CLAVOS DE CRISTO QUE MURIÓ EN LA SANTA CRÚ. ¿SERÁ QUE BAJÓ JESÚ? ¿POR EL BLANCO A PADECÉ? SÓLO ASÍ PODRÉ SABÉ SI EL COLÓ BLANCO E VIRTÚ. CUANDO TENGAMOS QUE DA A MI DIOS ESTRECHA CUENTA COMO EL NEGRO VA PAGÁ POR EL BLANCO LAS OFENSAS SI AL NEGRO NO SE LINCUENTRA UN DELITO QUE CULPÁ.

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ME DIRÁN SI ESTO ES VERDÁ QUE EL BLANCO NO TIENE PENA O SI ES QUE ÉL NO SE CONDENA PA YO MANDAME BLANQUIÁ.”

Premios DE MARÍA ELCINA VALENCIA CÓRDOBA

Ha recibido, entre otros, los siguientes reconocimientos a su labor poética, cultural y de liderazgo social:

Festival Distrital de la Canción Colombiana: Primer puesto (1982)

Bandeja de Plata de la Alcaldía de Buenaventura: Reconocimiento a su trabajo en favor de la mujer (1991)

Premio Nacional de Poesía Erótica (1992)

Mención Honorífica de la Alcaldía de Buenaventura: Reconocimiento a su trabajo cultural (1993)

Festival Departamental de la Canción Mensaje, para que el Agua Viva: Primer puesto (1994)

Universidad del Valle: Placa en reconocimiento a su labor poética (2003)

XXIII Encuentro de Mujeres Poetas Colombianas del Museo Rayo: Designación como almanegra por la excelencia de su obra poética (2007)