Que Es La Educación Social-juanjoserm
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¿QUÉ ES LA EDUCACIÓN SOCIAL, DE DÓNDE VIENE?
¿Que entendemos por educación social?, tal vez educación social nos diga
muchas cosas a la vez o también a la vez no nos diga nada, podemos entender
por educación social muchas cosas; el hecho de que las escuelas y los maestros
nos desenvolvemos en sociedad o que los alumnos y sus padres son parte de
esta sociedad PERO LA EDUCACION SOCIAL VA MAS ALLA DE TODO ESTO.
La educación social tiene su antecedente en las acciones de protección a la
infancia en Europa, se estructura a partir de los movimientos de educación popular
y educación que las clases obreras demandan ante el proceso de industrialización
europeo de finales del siglo XIX.
Serán varios fenómenos sociales los que ayuden a estructurar el concepto actual
de la Pedagogía y la educación social.
- Por una parte la necesidad de una educación popular, obrerista y
compensatoria que permita reducir las tasas de analfabetismo de principios
del siglo XX.
Por otro lado la reducción de las horas de trabajo y el fracaso del modelo
tradicional escolar, ponen en funcionamiento las prácticas de la educación en el
tiempo libre que han dado origen a la educación o animación sociocultural.
- Un tercer elemento a considerar es la necesidad de reconstrucción del
tejido social, que se hace evidente en Europa tras la II guerra mundial y que
se convierte en un instrumento de lucha contra la dictadura así como de
organización de la democracia
Iniciaremos entonces un trabajo de revisión de diferentes definiciones existentes
apreciando, básicamente, la existencia de dos líneas hegemónicas de
conceptualización. Por un lado, encontramos definiciones que se construyen
acentuando la especialización del educador social según los ámbitos de trabajo o
las personas a las que se dirige: “educación de personas adultas, acción
socioeducativa, educación no formal.” Por otro lado, el criterio orientador remite a
los fines que se persiguen con la actuación social y educativa, como ejemplos:
educación social como didáctica de lo social, socialización, adquisición de
competencias sociales, formación política del ciudadano... (Petrus, 1997).
Según Quintana (1994), La intervención socioeducativa se lleva a cabo para
ayudar al individuo a realice, de la mejor forma posible, el proceso de
socialización, o lo que es lo mismo, la adaptación a la vida social y sus normas,
hasta llegar a conseguir una alta capacidad de convivencia y de participación en la
vida comunitaria. En este caso la Educación Social completa a la educación
general del individuo, teniendo como objeto el logro de la madurez social del
individuo.
Una definición de educación social es aquella cuya base conceptual se
sostiene sobre un doble eje:
La Educación Social como Derecho de la ciudadanía, Profesión de carácter
pedagógico por todo ello definimos la Educación Social como:
Derecho de la ciudadanía que se concreta en el reconocimiento de una
profesión de carácter pedagógico, generadora de contextos educativos y
acciones mediadoras y formativas, que son ámbito de competencia profesional
del educador social, posibilitando:
La incorporación del sujeto de la educación a la diversidad de las redes
sociales, entendida como el desarrollo de la sociabilidad y la circulación social.
La promoción cultural y social, entendida como apertura a nuevas posibilidades
de la adquisición de bienes culturales, que amplíen las perspectivas educativas,
laborales, de ocio y participación social, como Fenómenos sociales que
progresivamente han dado lugar a una serie de prácticas educativas que
interactúan en los subsistemas de la educación no formal y la educación
asistemática (Trilla J.), dando lugar a prácticas e instituciones que forman un
propio sistema social al que Pierre Besnard denomina sistema animación y que
engloba las prácticas que otros autores definen como educación de adultos,
educación popular, animación sociocultural, gestión cultural, educación
especializada.
Es a partir de los años 80 cuando estas prácticas empiezan a institucionalizarse
en Europa desde una óptica y metodología puramente educativa, creándose
progresivamente la necesidad primero de una formación y más tarde de la
estructuración de unos estudios reglados y un estatus profesional. En esta época
confluyen fundamentalmente dos corrientes de intervención: aquellas que
provenientes de una concepción más sociológica, la del desarrollo comunitario y la
asistencia individualizada se estructuran a través de las prácticas de la educación
especializada en marginación social del menor y el trabajo social y aquellas que
provenientes del asociacionismo juvenil y cultural se estructuran a través de las
prácticas de la animación y la gestión sociocultural
Si bien este modelo corresponde a España y otros países Europeos nuestras
características como países están pasando por circunstancias muy similares; En
los últimos cuarenta años en nuestro país se han dado un sinnúmero de
acontecimientos políticos y sociales que han traído consigo una serie de
problemáticas las cuales han traído como consecuencia desempleo, baja del nivel
adquisitivo corrupción desempleo falta de valores de cultura así como un
desconocimiento sobre nuestra historia y nuestras tradiciones y unas prácticas
muy raquíticas sobre estas mismas disciplinas lo cual ha creado desconfianza
hacia el sistema y la misma sociedad
EDUCACION SOCIOCULTURAL COMO ESTRATEGIA DE INTERVENCIÓN
TERRITORIAL PARA UNA REALIDAD EN TRANSFORMACIÓN.
Ricardo Catalá Gorgues
Inmersos como estamos, actualmente, en profundas transformaciones del mundo
en que vivimos, que afectan a todas sus vertientes: desde las estructuras políticas
y económicas, hasta las referidas a las dimensiones ecológica, social y cultural,
respectivamente, no deja de ser oportuno, e incluso necesario, poder abordar el
papel que cumple y debe cumplir la Educación Sociocultural (ESC) en el
contexto de nuestra sociedad, que aun estando convulsionada por dichas
transformaciones, mantiene vigente los resortes de la modernidad, pero que, a su
vez, va desprendiéndose de ellos con la emergencia de nuevos referentes en los
planos de las ideas y de los valores.
El mundo contemporáneo se mueve, todavía, en los resortes de la Modernidad,
entendida como avance y progreso de la humanidad, y en el sentido más completo
de “emancipación”.
La idea de Modernidad, por tanto, tiene un carácter procesual, que ha ido
configurándose en el devenir del tiempo, al desencadenarse diversos factores que
la definen:
a) El surgimiento y desarrollo de los estados nacionales soberanos, desde una
concepción democrática (sistema político).
b) Los descubrimientos y avances de la ciencia y de la tecnología (sistema
científico-técnico).
c) La progresiva industrialización que impulsa el capitalismo (sistema
económico).
d) La expansión de ideas y corrientes de secularización (sistema social-cultural).
Todo ello, queda completado con una visión de “universalización” –o
mundialización-, que abre nuevas esferas de influencia, donde se establecen
flujos entre los diversos ámbitos que conforman la sociedad moderna, a partir de
procesos de expansión y con un sentido claro de progreso.
De ese modo, ha quedado constituida la sociedad moderna, con una serie de
pautas o características (Oltra, 1987), que la han distinguido y, a su vez,
distanciado de la sociedad considerada como “tradicional”. Entre dichas pautas,
cabe señalar, para nuestro interés, las siguientes:
La diversificación del sistema económico.
La estratificación social.
La irrupción de la industria cultural.
El fenómeno de la transición urbana.
La implantación progresiva del Estado de bienestar social.
Todas estas concurrencias, han desencadenado una serie de transformaciones y
cambios múltiples, muy rápidos, con grandes efectos de índole social y cultural. Es
decir, un “estallido de las formas sociales tradicionales” (Besnard, 1990), que
suponen romper con formas y comportamientos más estáticos y perdurables, para
dar paso a una mayor complejidad y polimorfismo en cuanto a ideas, valores y
formas de relación social (“sociedad estallada”). Y que, a su vez, se
manifestarán en diversas formas superpuestas y sincréticas de expresión cultural
(“cultura mosaico”)
Y es, precisamente, en ese contexto de transformación donde irrumpe la ESC,
sobre todo, vinculada a nuevos modos de vida y de relación, acompañando los
procesos de avance e implantación de la sociedad urbana, semi-urbana y rural
desempeñando una función original de compensación, a fin de contrarrestar la
más que posible pérdida de referentes culturales, y sociales que conlleva el
tránsito a una cultura Y sociedad compleja.
Además, propiciando acciones que refuercen los valores de identidad,
participación y comunicación, núcleos generatrices del discurso de la ESC, que
sustentará, en definitiva, una orientación hacia el impulso y promoción de la
sociedad civil
La Educación Sociocultural, surgida en la plenitud de la Sociedad Moderna y
vinculada directamente con los procesos constitutivos de la vida urbana, ha
cumplido, fundamentalmente, un papel de “estructura intermedia de
participación en el desarrollo de la sociedad” (Besnard, 1990). lo cual nos
hace Inmersos como estamos, actualmente, en profundas transformaciones del
mundo en que vivimos, que afectan a todas sus vertientes: desde las estructuras
políticas y económicas, hasta las referidas a las dimensiones ecológica, social y
cultural, respectivamente, no deja de ser oportuno, e incluso necesario, poder
abordar el papel que cumple y debe cumplir la educación social en el contexto
de nuestra sociedad, que aun estando convulsionada por dichas
transformaciones, mantiene vigente los resortes de la modernidad, pero que, a su
vez, “va desprendiéndose de ellos con la emergencia de nuevos referentes
en los planos de las ideas y de los valores”. Es por todos estos factores que
hace falta en nuestro país una educación que salga de lo tradicional y se convierta
en una verdadera educación la cual vea auténticamente por los intereses de la
población.
En el período actual cabría reforzar aún más dicho papel, a partir de aquellas
referencias que sustentan su esencia significadora, que se corresponden con la
tríada “Identidad, Comunicación, Participación”, y que representan los núcleos
generatrices de la misma:
1) La identidad cultural: ante la merma de referentes culturales que lleva consigo
la modernidad, es decir, el tránsito de un tipo de sociedad a otra, se trata de
armonizar la capacidad de adaptación a nuevas formas de vida, con la
revalorización de signos y formas de identificación cultural.
2) La comunicación social: ante la implantación de otros ritmos de vida y de
comportamientos sociales que pueden suponer riesgos de aislamiento y de
incomunicación, hay que posibilitar la interrelación de las personas en la
colectividad, emprendiendo iniciativas en ese sentido, con el soporte de los
medios de información y de comunicación.
3) La participación democrática: ante la creciente complejidad de los fenómenos
y estructuras de la vida democrática, que detrae la capacidad de involucrarse en la
toma de decisiones (democracia representativa), es conveniente impulsar
procesos de participación ciudadana, dando pleno protagonismo a la sociedad civil
(democracia participativa).
De esta lectura de la realidad, y en una sociedad como la nuestra, donde se hace
cada vez más evidente ese predominio de un sentido pragmático y utilitarista, y en
el que se manifiesta, además, un individualismo creciente, han de emerger
nuevas coordenadas desde la ESC, que vayan orientando un rumbo que no se
atisba como el más idóneo. En la actualidad, el modelo de la Sociedad de
Bienestar y sus planteamientos que nos han vendido el estado y sus aliados han
ido decayendo y, por ende, el concepto de Modernidad también ha ido
retrayéndose, al ponerse en cuestión su valor de universalidad, con lo que se
proyecta una perspectiva de “crisis”, reflejada en el siguiente itinerario (Laszlo,
1985):
Declinar de un modelo central real de modernidad, después de un período de
crecimiento y estabilidad con expansión una acumulación excesiva de problemas,
y cierta entropía del propio sistema que desemboca en períodos de turbulencia.
Podemos identificar, respecto de la Sociedad de Bienestar, un cuadro de crisis
que se manifiesta en cuatro vertientes (Santcovsky, 1995):
1. Crisis financiera: desajuste entre el gasto social y el volumen de ingresos, que
repercute, asimismo, en la escasez de recursos.
2. Crisis de modelo de intervención social y cultural: se dan prioridad a las
inversiones hacia el fomento de la ocupación y la atención a nuevas
marginalidades, en detrimento de la promoción social y cultural,
3. Crisis de legitimidad política: el modelo de gestión pública tiende a justificarse
desde el pragmatismo y la tecnocratización ya instaurada, perdiendo su valor
referencial de dinamización del tejido social,
4. Crisis de modelo de sociedad: definiéndose, entre otras situaciones, una
realidad social más corporativizada, basada en el juego de intereses y de tipo
especulativo, que desfigura el papel representativo que ha de cumplir la sociedad
civil en su globalidad, frente a sectores estamentarios.
Todo ello, conforma, por tanto, una situación estructural de crisis, en donde se
abre una encrucijada, definida como “período crucial”, en el que el propio sistema
está sometido a una serie de retos decisivos, ya sea para su regulación, ya sea
para su superación o, incluso, su liquidación.
En definitiva, la Sociedad Moderna está abocada a una crisis de tipo estructural,
que no deja de ser otra forma de denominar el “cambio social bajo todas sus
formas”
(Besnard, 1990), paradójicamente sentido, tanto como expresión de
transformación constante, como a una concepción regresiva de la propia sociedad.
Por lo que conviene, en dicha tesitura, formular nuevas propuestas y estrategias
de actuación.
Lo cual nos hace pensar en un nuevo modelo educativo para nuestro país el cual
ES LA EDUCACION SOCIAL O SOCIOCULTURAL en México claro e deberá
ajustarse a nuestras necesidades entre otras:
Alto índice de pobreza extrema
Marginación a sectores vulnerables
Atención sociocultural en cuanto a espacios y actividades
Desempleo
Educación formal-tradicional mal enfocada o impartida por las
políticas del estado
En nuestro país la educación social no solo deberá ser una moda ni verse como
una política sexenal sino una necesidad imperante para resolver muchos de los
problemas existentes en México, ya que la EDUCACION SOCIAL nos ayudaría a
volvernos una sociedad más:
Sensible
Reflexiva
Comunitaria
Solidaria
Activa
Democrática.
Puesto que no todos los requerimientos educativos han sido atendidos
satisfactoriamente por la llamada educación formal. Existen infinidad de
aspectos que escapan a la educación escolarizada, ahí podríamos incluir las
necesidades educativas de las personas adultas o mayores, el complejo
problema educativo y social de los niños de la calle y otra serie de sectores o
grupos sociales en situaciones de conflicto, como la atención educativa a niños
con necesidades educativas especiales (N.E.E.), la atención y el respeto
intercultural que requieren indígenas, grupos sociales marginados y otro tipo de
sectores sociales en situaciones de riesgo. Todo lo antes dicho, ha justificado
el surgimiento y desarrollo de la llamada educación social o Pedagogía Social.
la encomienda central de la Educación Social es el atender satisfactoriamente a
ese conjunto de demandas y problemáticas emergentes que la educación escolar
convencional no ha querido o no sido capaz de atender satisfactoriamente, para
ello, se trata de formar a nuevos sujetos que se especialicen en dicho campo, a
partir de construir una metodología y diversas modalidades de atención acordes
con las problemáticas detectadas o con los requerimientos específicos de los
sujetos en situación de riesgo o de conflicto social.
En nuestra realidad concreta, (mexico) solo conocemos parcialmente el primer
aspecto, es decir el amplio conjunto de problemáticas y requerimientos de carácter
socio educativo, pero muy poco hemos avanzado en la formación de educadores
sociales y en la conformación de esa nueva metodología, PENSADA MAS HACIA
LA ACCIÓN Y LA PRAXIS, junto con el involucramiento de los propios sujetos
con los cuales se pretende intervenir.
La metodología fundamental de intervención está vinculada con la llamada
animación sociocultural, se trata de, junto con los sujetos y los grupos en conflicto
ir gestando alternativas para la mejora en educación, sin imponer modalidades o
plantear acciones rígidas que pudieran tener a cambio la resistencia o el rechazo
de los sujetos con os que se interviene.
LA EDUCACIÓN SOCIAL Y LA EDUCACIÓN AMBIENTAL.
Y cuál es la relación de la educación social con el Medio Ambiente:
Primero tendríamos que definir entorno O MEDIO AMBIENTE
El medio ambiente es el compendio de valores naturales, sociales y culturales
existentes en un lugar y un momento determinado, que influyen en la vida material
y psicológica del hombre y en el futuro de generaciones venideras.
Hay que entender el medio ambiente como un conjunto de representaciones,
dimensiones interrelacionadas y complementarias, que educativamente debe
concebirse como un proyecto social y comunitario. En donde se desarrollen las
actividades educativas; al tiempo que, con el compromiso que debe ser el eje que
guie las mismas, se debe fomentar la participación, el desarrollo comunitario, etc.
(Sauvé, 2006).
Es decir, no se trata sólo del espacio en el que se desarrolla la vida de los seres
vivos. Abarca, además, seres humanos, animales, plantas, objetos, agua, suelo,
aire y las relaciones entre ellos, así como elementos tan intangibles como la
cultura, de ahí la relación entre educación social y educación ambiental no
podemos esperar mejorar nuestro entorno si carecemos de los elementos básicos
de educación ambiental.
Es por eso que La Educación Ambiental (EA) como corriente de pensamiento y
acción, junto con La Educación Social (ES) tiene como meta la procuración de
cambios individuales y sociales que desemboquen en una mejora ambiental y
ayuden a construir un desarrollo sostenible.
. La Educación Ambiental ha llegado a ser considerada Educación Social por
convergencia de fines, herramientas e instrumentos, por sintonía con ella, que,
por otra parte, la educación social engloba ya de por sí un conglomerado de
ámbitos diverso, múltiple y rico. Y también como parte de una estrategia de
inclusión dentro de la Educación Social de que tratan de lo socioeducativo. Un
paradigma de partida para que la Educación Ambiental sea parte de la educación
social es que la crisis ambiental tiene una dimensión social y que son necesarios
profundos cambios sociales y económicos para alcanzar la sostenibilidad
(concepto que engloba tres aspectos, el ambiental, el social y el económico), o al
menos la mejora ambiental, siendo indispensable el uso de herramientas sociales
y educativas para la capacitación y determinación de las personas en la resolución
de los problemas socio ambientales.
La importancia que tiene el ambiente en la evolución y mantenimiento de la vida
en el planeta, fue reconocida mucho antes de que tomáramos plena conciencia de
los posibles efectos negativos que su deterioro traería a la humanidad. Desde
mediados del siglo XX el tema ambiental cobra dimensiones internacionales a
partir del conocimiento y difusión de problemas asociados a la degradación del
ambiente.
Los impactos ambientales y sociales que dan lugar a dichos problemas, tienen
orígenes que dependen de muchos factores, entre los que podemos destacar: los
niveles insostenibles de consumo de recursos, las tecnologías insuficientes, las
prácticas administrativas inapropiadas, las políticas desiguales de desarrollo
económico, las leyes y regulaciones que ignoran la verdadera exposición de los
seres humanos e innumerables procesos políticos no participativos.
Otro de los aspectos que se ha tenido muy en cuenta en dichos impactos
ambientales y sociales, ha sido el relacionado a la explotación de los recursos
naturales o conservación de los existentes, que ha pasado, desde hace más de
medio siglo a la fecha, de una discusión casi teórica a un serio enfrentamiento de
puntos de vista sobre el estilo de vida de las actuales y futuras generaciones. La
progresiva urbanización provocada por el aumento acelerado de la población y las
modificaciones en las políticas relativas al campo se han traducido en cambios
drásticos en el ambiente.
Posiblemente, y de acuerdo con lo anteriormente expuesto, coincidimos con
Madariaga y Corelo (2003), cuando consideran que el origen principal de la
problemática ambiental, lo encontremos en la conducta humana. La falta de
información, conciencia y capacidad se constituyen en las principales causales de
la inadecuada respuesta social.
Justo es señalar que la crisis del medio ambiente no es un problema moderno, lo
nuevo pueden ser sus dimensiones. A esto cabe añadir también que la tecnología
ha propiciado una mayor degradación acelerada del medio ambiente y sus
recursos naturales, sobre todo cuando no es usada adecuadamente, ya que la
capacidad de respuesta orientada a su restauración se desarrolla más
lentamente. Por ello, cuando utilicemos el concepto de Desarrollo Sostenible,
debemos referirnos no sólo al ámbito natural, sino también al ámbito social;
relación que debería tener como meta una coexistencia armónica, que tienda a
garantizar un adecuado nivel de vida humana, que pretenda evitar el deterioro de
los ecosistemas y obtener el mayor equilibrio posible de los mismos (Madariaga y
Corelo, 2003).
Por todo ello, es necesario comenzar a pensar en desarrollar intervenciones en,
sobre y para el medio ambiente que contemplen como metas, no sólo el bienestar
de las generaciones actuales, sino que el prevea la sana subsistencia de las
futuras.
Por lo tanto, el modelo de desarrollo socioeducativo que se requiere es un modelo
de desarrollo sostenible cuyas herramientas sea una educación centrada en el
medio ambiente. Estas funciones pueden y deben desarrollarse tanto a través de
la Educación Social como de la Educación Ambiental.
El reto de las dos será, por tanto, el de promover una nueva relación de la
sociedad humana con la naturaleza, a _n de procurar a las generaciones actuales
y futuras un desarrollo personal y colectivo más justo, equitativo y sostenible, que
pueda garantizar la conservación del soporte físico - biológico sobre el que se
sustenta. El desafío es ante todo, conseguir una educación para la acción social,
educativa y ambiental
Han de facilitar, desde una aproximación global e interdisciplinar, la comprensión
de las complejas interacciones entre las sociedades y los ecosistemas que les
posibilitan.
Todo esto a través de un mejor conocimiento de los procesos ecológicos,
territoriales, económicos, sociales y culturales, es decir, del análisis crítico de los
problemas socio-ambientales y su relación con los modelos de gestión y las
acciones humanas.
El mismo Libro Blanco de la Educación (1995), se hace eco de estos cambios
haciendo una amplia exposición de los mismos, de entre los cuales queremos
hacer especial hincapié, por la temática que aquí nos trae, al referido al
crecimiento y desarrollo sostenible y protección del medio ambiente, sin olvidarnos
de que este precepto está estrechamente relacionado con otros campos como
son: la atención a la diversidad y exclusión; la internalización, la globalización
económica y socio-económica y la necesidad de respuesta “local” y atención a los
servicios a la ciudadanía.
Todo ello se traduce en un nuevo tipo de sociedad, la sociedad del conocimiento.
En ella aparecen dos perfiles educativos claves: el aprendizaje dinámico y el de
aprendizaje para toda la vida vinculados de manera transversal a la incorporación
y uso de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación y a la
participación crítica y responsable para reaccionar ante las transformaciones y los
desajustes que la nueva situación produce (Libro Blanco de la Educación, 1995).
Es este mismo Libro, el expone acciones, planes, programas y proyectos, que
desde una visión educativa estarían relacionados y unidos a acciones a favor
continuas a favor del medio ambiente, en donde la implicación del profesional de
la educación y de los participantes es absolutamente fundamental y en los que se
sigue dejando constancia de la importancia de actuar en dicho medio. Estos
programas son:
Programas, acciones, proyectos e iniciativas vinculadas a la vida diaria.
Programas, acciones, proyectos e iniciativas vinculadas a la mejora de la calidad
de vida
Programas, acciones, proyectos e iniciativas culturales y de ocio.
Programas, acciones, proyectos e iniciativas vinculadas al medio ambiente.
Es también en esta línea, y de acuerdo con la exposición que realiza el documento
de ASEDES (2007), cuando podemos hablar de una Educación Social como
derecho de la ciudadanía, que se concreta en el reconocimiento de una profesión
de carácter pedagógico, generadora de contextos educativos y acciones
mediadoras y formativas, que son ámbito de competencia profesional del
educador social, posibilitando:
La incorporación del sujeto de la educación a la diversidad de las redes sociales,
entendida como el desarrollo de la sociabilidad y la circulación social.
La promoción cultural y social, entendida como apertura a nuevas posibilidades de
la adquisición de bienes culturales, que amplíen las perspectivas educativas,
laborales, de ocio y participación social.
Por todo ello y, como también se expone en el documento, cabría destacar que
hay competencias a llevar a cabo por el educador social que pueden estar ligadas
a la temática de la Educación Ambiental como son: saber reconocer los bienes
culturales de valor social; dominar metodologías educativas y de formación;
capacitar para particularizar las formas de transmisión cultural a la de los sujetos
de la educación; capacidad para la difusión y la gestión participativa de la cultura;
entre otras. La educación debe traspasar los ámbitos de la educación reglada,
formal, escolar, llegando al marco del desarrollo socioeducativo de personas y
colectivos en el contexto de la educación no reglada, no formal. Es aquí en donde
aparece tanto el concepto de Educación Social como el de Educación Ambiental
para posteriormente, desde la vertiente académica y profesional dar respuesta a
las demandas sociales y de ciudadanía y, por supuesto a los desajustes que
vienen a provocar esas transformaciones
En este campo y bajo estos criterios es en donde ponemos en valor la relación o
vinculación entre dos realidades que transcurren, en ocasiones paralelas a lo largo
del tiempo y que terminan compartiendo criterios, finalidades, compromisos, etc.
Tal y como describen Meira y Caride (2007), ambas se desarrollan de forma
definitiva en el periodo del estado de bienestar, con el fin de dar respuesta a los
compromisos que plantean las nuevos desajustes sociales propios de las
transformaciones del momento. En un caso, como consecuencia de los
desequilibrios emanados, como consecuencia de los excesos industriales y los
problemas que plantea el modelo socioeconómico.
En el otro, alarmada por las disfunciones sociales que provoca; siendo aquí, como
hemos visto anteriormente, en donde la Educación Social termina haciéndose eco
y tratando de dar respuesta. Compartiendo ambas la crisis global y la necesaria
seguridad ante la calidad de vida y la incertidumbre que, en cualquier caso, la
sociedad actual conlleva (Meira y Caride, 2007).
Bajo este criterio es evidente que el aspecto interdisciplinar en donde la educación
se convierte en una acción e intervención en el medio. Sin olvidar que este medio
es una realidad cultural, construida socialmente. Aquí la educación social, desde la
perspectiva se convierte en una educación “sobre, en, por y para” el medio
ambiente.
La Educación Social y la Educación Ambiental aparecen por lo tanto, como
intervención socioeducativa y ambiental, como praxis, con finalidades idénticas a
niveles teóricos, objetivos, metodología y en muchas ocasiones contenidos
compartidos.
Lejos de mantener líneas separadoras, aparecen interacciones e
interdisciplinaridad que va a enriquecer y favorecer la comprensión de la crisis
ambiental, de carácter social, que es el origen de los desequilibrios ambientales
que faciliten la toma de decisiones superadoras de los mismos (Caride y Meira,
2001).
En nuestro país la educación ambiental (EA) se hace cada vez más importante e
imperante y no solo a través de contenidos transversales sino a través de una
educación “especializada” ya que nuestros niños(as) y jóvenes poco o nada saben
acerca de las repercusiones que traerá consigo en lo social y lo individual el buen
o mal trato de nuestro medio ambiente.