Reale giovanni, historia del pensamiento filosofico y cientifico - tomo 1

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GIOVANNI REALE y DARIO ANTISERI HISTORIA DEL PENSAMIENTO FILOSÓFICO Y CIENTÍFICO TOMO l'RIMI-KO ANTIGÜEDAD Y EDAD MEDÍA BARCELONA EDITORIAL HEKDER 1988

Transcript of Reale giovanni, historia del pensamiento filosofico y cientifico - tomo 1

  • GIOVANNI REALE y DARIO ANTISERI

    HISTORIA DEL PENSAMIENTO FILOSFICO Y CIENTFICO

    T O M O l 'RIMI-KO

    A N T I G E D A D Y E D A D M E D A

    B A R C E L O N A

    E D I T O R I A L H E K D E R 1988

  • Versin castellana de JIJAN ANDRS KSIAS. ele la obra de GIOVANW Rr.M.r. y DABIO AHTISF.SI. II penwm ocadenlalr dnllr origini ad 0PI,

    (orno I. Editrice La Scuola. Brcscia "1985

    Iluj'fraciones' Atin;ir. Arborio Mella, JWareoilo. FaraboJa. Riccisirini. RIV;I, Strndclla Costa,Tittis, Tiimsich

    IW Efirc La Sctto/n, Brema

    idilnrial [Irrtler S A , fiarcflonn

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    ISBN R4?54-|SK7-X tomo 1. rstica ISI1N R4.?.54-1588-R tomo 1, tela ISBN R 4 * 2 5 J - I 5 4 o h r a completa, rstica ISBN R4 2W-IS93-4 obra completa, lela

    Es MOPUTNAO F>I rsno I RE AI ' B. 4M-IQ87 PUNIT. IN SI-AIN

    GRAI 1 SA N;'Ipolos. 2A*) OWIH Barcelona

  • NDICE

    Prlogo 15

    PARTF. PR IMERA

    L O S O R G E N E S G R I E G O S D E L P E N S A M I E N T O O C C I D E N T A L

    I. Gnesis, naturaleza y desarrollo de la filosofa antiguo .' 21

    1. La gnesis de la filosofa en los griegos 21 1.1. La filosofa c o m o creacin del genio helnico. 1.2. La imposibilidad de una procedcncia oriental de la fi losofa. 1.3. Los conocimientos cient-ficos egipcios y ca ldeos , y el m o d o en que fueron transformados por los griegos.

    2. Las formas vitales griegas q u e prepararon el nacimiento de la filosofa 23 2.1 . Los poemas homricos y los poetas gnmicos. 2.2. La religin pblica y los misterios rficos. 2.3. Las condiciones socio-polt ico-econmicas q u e favorecieron el surgimiento ce la filosofa.

    3. El concepto y la finalidad de la fi losofa antigua 29 3.1. Los rasgos esenciales de la fi losofa antigua. 3.2. La filosofa c o m o necesidad primaria de la mente humana. 3.3. Los problemas fundamen-tales de la filosofa antigua. 3.4. Las e iapas y los perodos de la historia de la filosofa antigua.

    PARTE S E G U N D A

    LA A P A R f C f N D E L P E N S A M I E N T O F L O S F I C 0 LOS N A T U R A L I S T A S PRESOCRT1COS

    11. Los naturalistas o filsofos de la physis 37

    ) . Los primeros jnicos y el problema del principio de todas las cosas 37 1.1. Tales de Mileto. 1.2. Anaximandro de Mile lo . 1.3. Anaxmenes de Mtfeto. 1.4. Heraclito de feso.

    2. Los pitagricos y el nmero c o m o principio 4*5 2.1. Pitgoras y los l lamados pitagricos. 2.2. L o s nmeros c o m o princi-pio. 2.3. Los e lementos de los cuales derivan los nmeros. 2 .4 . El paso

  • desde el nmero liasla las cosas y la fundacin del concepto de cosmos. 2 .5 . Plgoras, el orf ismo y la vida pitagrica. 2 .6 . Lo divino y el alma.

    3. Jenfanes y los eleticos: el descubr mi en lo del ser 53 3.1 . Jenfanes y sus relaciones con los eleticos. 3.2. Parmmdcs y su poema sobre el ser. 3.3. Zenn y el nacimiento de la dialctica. 3.4. Meli-so de Samos y la sistematizacin del elettismo.

    4. Los fsicos pluralistas y los fsicos eclcticos 63 4.1. Empdoc le s y las cuatro races. 4.2, Anaxgoras de Clazomenc: el descubrimiento de las homeomeras y de la inteligencia ordenadora. 4.3. Leuejpo, De incr i io y el a tomismo, 4.4. La involucin en sentido eclcti-co de l o s ltimos fsicos y el retorno al monismo: D i g e n e s de Apolonia y Arquelao de Atenas .

    PARTE TERCERA

    E L D E S C U B R I M I E N T O D E L H O M B R E LOS SOFISTAS, SCRATES Y LOS SOCRTICOS, Y LA MEDICINA ittrOCMttCA

    III. La sofistica: el desplazamiento del eje de lu bsqueda filosfica desde el cos-mos hasta el hombre 75

    1. Orgenes , naturaleza y finalidad del movimiento sofista 75 2. Protgoras y el mtodo de la antiloga 77 3. Gorgias y la retrica 79 4. Prdico y la sinonimia SI 5. La corriente naturalista de la sofstica: Hipias y Antifonte 81 6. Los erislas y los sofistas polticos 82 7. Conclusiones acerca de la sofstica 83

    IV. Scrates y los socrticos menores 85

    I. Scrates y fundacin de ia f i losofa inora) occidental 85 1 1 . La vida de Scrates y la cuest in socrtica (el problema de las fuen-tes). 1.2. El descubrimiento de la esencia del hombre (el hombre es su psyche). 1.3. El nuevo significado de virtud y la nueva labia de valores. 1.4. Las paradojas de la tica socrtica. 1.5. EJ descubrimiento socrtico del concepto de libertad. 1.6. El nuevo concepto de felicidad. 1.7. La revolucin de la no violencia. 1.8. La tcologu socrtica. 1.9. El daitno-nion socrtico. LIO. El m t o d o dialctico de Scrates y su finalidad. 1.11. El no saber socrtico. 1.12. La irania socrtica, i. 13. La refutacin y la mayutica socrticas. 1.14. Scrates y la fundacin de la lgica. 1.15 Con-clusiones acerca de Scrates.

    2. Los socrticos menores J00 2.1. El crculo de los socrticos. 2 .2 . Antstenes y los comienzos del cinis-mo. 2 .3 . Aristipo y la escuela cirenaica. 2.4. Euclides y la escuela megri-ca. 2 .5 . Fedn y la escuela de Elis. 2 .6 . Conclusiones acerca de lossocrti-eos menores .

    V. El nacimiento de ta medicina como saber cientfico autnomo 107

    1. C m o nacieron el mdico y la medicina cientfica 107 2. Hipcrates y el Corpus Hippocraticitm 109 3. Las obras culminantes del Corpus Hippocrulicum 110

    3.1 . El mal sagrado y ia reduccin de todos los f enmenos patolgicos a una misma dimensin. 3.2. El descubrimiento de la correspondencia es-tructural entre las enfermedades , el carcter del hombre y el medio ambiente , en la obra Sobre los aires, las aguas y los lugares. 3.3. El mani-f iesto de la medicina hipocrtjca: la antigua medicina.

  • 4. El Juramento de Hipcrates; 113 5. El (ra(aco Sobre la naturaleza del hombre y la doctrina de Jos cuatro

    humores 114

    PAKLLI CIJAKTA

    P L A T N Y E L H O R I Z O N T E D E L A M E T A F S I C A

    VI. Platn y la Academia antigua 119

    1. La cuestin platnica 119 1.1. Vida y obras de Platn. 1.2. La cuestin de la autenticidad y de la evolucin de los escritos. 1.3. Los escritos y las doctrinas no escritas: relaciones recprocas. 1.4. Los dilogos platnicos y el Scrates personaje de los dilogos. 1.5. Recuperacin y nuevo significado del mito en Platn, i . 6 . PuriJimensifjlidjd y polivalencia de) fi losofar platnico.

    2. La fundacin de la metafsica 126 2.1 . La segunda navegacin o el descubrimiento de la metafsica. 2.2. Lo supraceleste o el mundo de las ideas. 2.3. La estrnccura del m u n d o ideal. 2 .4 . Gnes is y estructura del cosmos sensible. 2.5. Dios y lo divino en Platn.

    3. E conocimiento, la dialctica, la retorica, el arte y la ertica 136 3.1 . La anamnesis, raz del conocimiento. 3 2. Los grados del conocimien-to: la opinin y la ciencia. 3.3. La dialctica. 3.4. El arte como alejamiento de lo verdadero. 3.5. La retrica c o m o mixtificacin de lo verdadero. 3.6. La ertica c o m o va algica haca lo absoluto.

    L La concepcin d d hombre 142 4.1 . La concepcin dualista del hombre 4.2 . Lis paradojas de la huida del cuerpo y la huida del mundo y su significado. 4.3. La purificacin del alma c o m o conocimiento y la dialctica c o m o conversin. 4.4. La inmortalidad del alma. 4.5. La inelcmpsicosis y los destinos del alma despus de ta muerte, 4.6. El mito de Er y su significado. 4.7. El mito del carro alado. 4.8. Conclusiones acerca de la escatologa platnica.

    5. El Estado ideal y sus formas histricas 149 5.1. La estructura de la Repblica platnica. 5 .2 . El Poli/ico y las l eyes

    6. Conclusiones acerca de PUiin 153 6.1. El mito de la caverna. 6 .2 . Los cuatro significado:, de! mi to de la caverna.

    7. La Academia platnica y los sueeso ies de Platn 155

    PARTE QUINTA

    A R I S T T E L E S Y LA P R I M E R A S I S T E M A T I Z A C I N O C C I D E N T A L DEL S A B E R

    V i l . Aristteles y el I'eripato 159

    3 La cuestin aristotl ica. f . . . 159 1.1. Ljt vidy de.Aristteles . 1.2. Los escribs de Aristteles. 1.3. La cues-tin acerca de k evolucin de los escritos y la reconstruccin del pensa-miento de Aristteles. 1.4. Las relaciones entre Plain y Aristteles,.

    2. La metafsica r 164 2.1 . Definicin de la mclijsica. 2.2. Las cuatro causas. 2.3. E] ser y sus

  • significados. 2,4. La problemtica relacionada con la substancia. 2.5. La substancia, el .aeto, la potcncia. 2 ,6 . La substancia suprasensible. 2.7. Los problemas concernientes a la substancia suprasensible. 2.8, Relaciones cutre Platn y Aristteles cu l o m o a lo suprasensible.

    3. La fsica y la matemtica 174 3.1. Caractersticas de la fsica aristotlica. 3.2. Teora del movimiento. 3.3. El espacio, el t iempo, lo infinito. 3.4. El ter o quintaesencia y la divisin del mundo fsico en mundo sublunar y mundo celestial. 3 .5 . La matemtica y la naturaleza de sus ohjc los .

    4. La psicologa 179 4.1. El alma y sus tres parles. 4.2. El alma vegetativa y sus funciones. 4.3. El alma sensitiva, el conocimiento sensible, el apetito y el movimien-to. 4.4, El alma intelectiva y el conocimiento racional.

    5. Las ciencias practicas: la etica y la poltica IW 5 ,1. F.l fin supremo del hombre: la felicidad 5.2. I.ns virtudes ticas c o m o justo medio o centro entre ex l ruuos . 5.3. Las virtudes diauoticas y la perfecta felicidad. 5.4. La psicologa del acto moral. 5.5. La ciudad y el ciudadano. 5 .6 . El Estado y sus formas. 5.7. El Estado ideal.

    i 6. La lgica, la retrica y la pot ica . . . '90

    6 J . La lgica o analtica. 6.2. Las categoras o predicamentos. 6 .3 . La definicin. 6 .4 . Los juicios y las proposiciones. 6.5 El silogismo en gene-ral y su estructura. 6.6. El si logismo cientfico o demostracin, 6 .7 . El conocimiento inmediato: inferencia e intuicin. 6.8. Los principios de la demostracin y el principio de no contradiccin. 6 .9 . El si logismo dialcti-co y el s i logismo crslico. 6.10. Conclusiones acerca de la lgica aristotli-ca. 6.11 La retiica. 6 .12 La potica.

    7. L.t rpida decadencia de) Peripalo despus de la muerte de Aristte les 199

    PARTE SEXTA

    L A S E S C U E L A S F I L O S F I C A S D E LA P O C A H E L E N S T I C A '

    CINISMO. 1RPK URELSMO, ESTOICISMO, ESCEPTICISMO. ECLECTICISMO T I;I GRAN N ORliCIMIFNT DE ,A.S CIENCIAS M U T I C U L A R E S

    VIII. El pensamiento filosfico ert la poca helenstica 203

    1. Lc'i revoJadriit de Ale jandro M a g n o y el paso desde la poca clsica a la poca lie le nstica 203 1.1 Las consecuencias espirituales de la revolucin efectuada por Alejan-dro Magno. 1.2. La propagacin del ideal cosmopoli ta . 1.3 l descubri-miento del individuo. 1 .4. El hundimiento

  • 4. La fundacin de la escuela estoica 224 4.1. Gnesis y desarrollo de la escuela estoica. 4.2. La lgica del estoicis- , mo antiguo. 4.3. La fsica del estoicismo antiguo. 4.4. La tica de estoicis-mo antiguo. 4.?. El estoicismo medio: Panecio y Posidonio.

    5. El escepticismo y el eclecticismo 238 5.1. Pirrn y la moral escplica. 5.2. La Academia escptica de Areesilao. 5.3. Carnadcs y el desarrollo del escepticismo acadmico. 5.4. El giro eclctico de la Academia: Filn de Larisa. 5.5. La consolidacin del eclec-ticismo: Antoco de Ascaln. 5.6. La poslura de Cicern.

    IX. Et desarrollo de la ciencia en la poca helenstica 252

    1. La fundacin del Museo y de la Biblioteca y sus consecuencias 252 2. El nacimiento de la filologa 253 3. El gran florecimiento de las ciencias particulares 254

    3.1. Las malemlicas: Euclides y Apolonio. 3.2. La mecnica: Arqume-dcs y Ucrn. 3.3. I.a astronoma: el geocentrismo tradicional le los grie-gos, el icvolucionariu intento lieliocnlilco ilc Arlslitrcoy la lesUiurucl geocntrica de Hiparco. 3,4. El apogeo de la medicina helenstica con Herfilo y Erasstrato, y su involucin posterior. 3.5. La geografa: Era-lslenes 3.6. Conclusiones acerca de la ciencia helenstica.

    PARTI5, .S.FTIMA

    LA E V O L U C I N FINAL D E LA FILOSOFA A N T I G U A LAS ESCUPI AS OF. LA POCA IMPERIAL, PLOTISOYEL. NEOCI ATONISMO, V I OS LTIMOS

    AVANCUS oF. I.A CIRNCIA ANTIGUA

    X. Las escuetas filosficas paganas durante los primeros ligios de la era cristiana . 269

    1. ltimos testimonios del epicureismo y su desaparicin 269 1.1. La vitalidad del epicureismo durante los dos primeros siglos de la era cristiana. 1.2. La desaparicin del epicureismo.

    2. El renacimiento de la filosofa del Prtico en Roma: el neoesloicismo 271 2.1. Caractersticas del neoestoicismo. 2.2. Sneca. 2.3. Epicteto. 2.4. Marco Aurelio

    3. El renacimiento del pirronismo y el neoescepticismo 278 3.1. Enesidemo y el replanteamiento del pirronismo. 3.2. El escepticismo desde Enesidemo hasta Sexto Emprico. 3.3. El final del escepticismo antiguo.

    4. La reaparicin del cinismo 284 5. El renacer del aristolelismo 285

    5.J. La edicin de Andrnico del Corpus Arisloteliaim y el redescubri-mienlo de los escritos esotricos, 5.2. Nacimiento y difusin del comenta-rio a los escritos esotricos. 5.3. Alejandro de Afrodisia y su notica.

    6. El platonismo medio 289 6.1. El renacimiento del platonismo en Alejandra y su expansin. 6.2. Caractersticas del platonismo ntedio. 6.3. Los representantes del pla-tonismo medio. 6.4. Significado e importancia del platonismo medio.

    7. El ncopilagorismo 29t 7.1. F. renacimiento del pitagorismo. 7,2. Los neopilagricos. 7 3. Las doctrinas de los neopilagricos. 7.4, Numeiiio de Apainca y la fusin entre neopilagorisino y platonismo medio 7.5. El Corpus Hermeticum y los Orculos caldeos .

  • XI. Phtnoy el neoplatonismo 299

    1. Gnesis y estructura del sistema plotiniano 299 1.1. Ammonio Sacas, maestro de Plotino. 1.2. La vida, las obras y la escuela de Plotino. 1.3. El U n o como primer principio absoluto, produc-tor de s mismo. 1.4. La procesin de las cosas desde el U n o . 1.5. La segunda hipstasis: el nota o espritu. 1.6. La tercera hipstasis: el alma. 1.7. La procesin del cosmos fsico. 1.8. Origen, naturaleza y destino del hombre. 1.9. El retorno a lo Absoluto y al xtasis. 1.10. Originalidad del pensamiento plotiniuno; la contemplacin creadora.

    2. Evolucin del neoplatonismo y final de la filosofa pagana antigua 310 2.1. Visin general de las escuelas neopl a tnicas, sus corrientes y repre-sentantes. 2.2. Proclo: la ltima voz original en la antigedad pagana. 2.3. El final de la filosofa antigua pagana.

    XII. La ciencia antigua en ta poca imperial 314

    1. La decadencia de la eiencia helenstica 314 2. P to lomeoy la sntesis de la astronoma antigua 315

    2.1. Vida y obras de Ptolomeo. 2.2. El sistema ptolemaico.

    3. Galeno y la sntesis de la medicina antigua 318 3.1. Vida y obras de Galeno. 3.2. La nueva imagen del mdico; e] verda-dero mdico tambin debe ser filsofo. 3.3. La gran elaboracin enciclo-pdica de Galeno y sus e lementos . 3.4. Las doctrinas bsicas del pensa-miento mdico de Galeno. 3.5. Las razones del gran xito de Galeno.

    4. El final de las grandes instituciones cientficas alejandrinas y el ocaso de la ciencia en el mundo antiguo 324

    PAKTU OCIA VA

    LA R E V O L U C I N E S P I R I T U A L D E L M E N S A J E BBLICO

    XIII. La Biblia y su mensaje 329

    1. Estructura y significado de la Biblia 329 J . l . Los libros ijue constituyen la Biblia. 1.2. El concepto de Testamen-to. 1.3. La inspiracin divina de la Biblia.

    2. Ideas bblicas fundamentales con particular importancia filosfica: ms all del horizonte de los griegos 334 2.1. El alcance revolucionario del mensaje bblico. 2.2. El monotesmo. 2.3. E! creacionismo. 2.4. El antropocentrismo. 2.5. El Dios legislador y la ley como mandato divino. 2 .6 . La Providencia personal. 2.7. El pecado original, sus consecuencias y su redencin. 2.8. La nueva dimensin de la fe y el Espritu. 2.9. El eros griego, el amor (ogape) cristiano y la gracia. 2. JO. La revolucin de los valores provocada por el cristianismo. 2.11. La inmortalidad del alma en los griegos y la resurreccin de los muertos en los cristianos. 2.12. El nuevo sentido de la historia y de la vida del hom-bre. 2.13. Pensamiento griego y mensaje cristiano.

  • PARI T NVBNA

    LA P A T R S T I C A LA ELABORACIN DEL MKNSAJ BBLICO V EL FILOSOFAR DESDE LA FE

    XIV. La elaboracin del mensaje bblico tn el rea cultural dt lengua griega 351

    1. Problemas doctrinales y f i losficos que surgen ante Ja Biblia 351 2. U n precursor: Filn de Alejandra y la filosofa mosaica 3 5 3 3. Lagnos i s 356 4. Los apologistas griegos y la primera elaboracin filosfica del cristianis-

    mo: la escuela catequtica de Alejandra 358 4.1. Los apologistas griegos del siglo ir. Arsl ides, Justino, Taciano. 4.2. La escuela catequtica de Alejandra: Clemente y Orgenes.

    5. La edad de oro de la patrstica (siglo iv y primera mitad del v) 366 5.1. Los personajes ms significativos de la edad de oro de la patrstica y el s mbolo nieeno. 5.2. Las luminarias de la Capadocia y Gregorio de Nisa.

    6. Las ltimas grandes figuras de la patrstica griega: Dionisio Areopagua , M*i/io el Confesor y Juan D a m a s c e n o 3 6 9 6.1. Dionis io Areopagi ia y la teologa apoftica. 6 .2 . Mximo el Confesor y la ltima gran batalla cristolgica. 6.3. Juan Damasceno.

    XV La patrs tica latina y san Agustn 371

    1. La patrstica latina antes de san Agustn 371 1.1. Mnucio Flix y ef primer escrito apologtico cristiano latino. 1.2. Tertuliano y la polmica contra la filosofa. 1.3. Los escritores cristia-nos del siglo ni y de principios del tv: Cipriano, Novaciano. Arnobio y Laciancio. 1.4, Traductores, comentadores y eruditos cristianos del si-glo IV.

    2. Siln Agustn y el a p o g e o de la patrstica 374 2.1. La vida, la evolucin espiritual y las obras de san Agustn. 2.2. El f i losofaren la fe. 2.3. El descubrimiento de la persona y la metafsica de la interioridad. 2.4. La verdad y la i luminacin. 2.5 Dios. 2.6. La Trinidad. 2.7. La creacin, las ideas c o m o pensamientos de Dios y las razones semi-nales. 2 .8 . La estructura de la temporalidad y la eternidad. 2 9. El mal y su estatuto ontolgico. 2.10. La voluntad, la libertad, la gracia. 2.11. La ciudad terrena y Ja ciudad divina 2.12. La esencia del hombre es el amor.

    T-ARTT DCIMA

    G N E S I S , D E S A R R O L L O Y D E C L I V E D E LA E S C O L S T I C A RAZN Y FE EN I.A E D A D MEDIA

    XV1. Desde la patrstica a la escolstica 403

    1. La obra de Severino Boec io 4 0 3 1.1. Boec io : el lt imo de los romanos y el primero de los escolst icos 1.2. Boec io y e cuadrado lgico de la oposicin de las proposic iones categ-ricas. 1.3. Los medievales y el cuadrado de las oposiciones. 1 .4 . Proposi-ciones hipotticas y silogismos hipotticos. 1.5. El De consolatone phlo-sophiae: Dios e s la felicidad misma. 1.6. El problema del mal y la cuestin de la libertad. 1.7. Razn y fe en Boec io .

    2. Las Instituciones de Casiodoro 4 1 4 3. Las Etimologas de Isidoro de Sevilla 415

  • X V I I , Las primeras sistematizaciones de la ratio en funcin dla fides 416

    1. Las escuelas, Ja universidad, la escolstica 4 ] 6 J. 1, Las escuelas y Ja escolstica. 1.2. La universidad. 1.3. Los e fectos de la universidad. 1.4. Razn y c. 1.5. Facultades de artes y facultades de teologa. 1.6. La Ciudad de Dios agusliuiana. 1.7. La concepcin trinitaria d e la historia, segn Gioarchino da Fiore. I 8. Cronologa.

    2. Juan Escoto Erigena 423 2.1 . La primera teorizacin de fa ratio en funcin de la fe. 2.2. La figura y la obra de Escoto Eritigna. 2.3. Escoto Erigena y el Pseudo-Dionis io . 2.4. El De

  • 1 ) T o m s de Aquino 479 7.1. Vida y ohras. 7.2. Razn y fe, filoso da y teologa. 7.3. La teologa no substituye la f i losofa. 7.4. La estructura fundamental de la metafsica. 7.5. Los trascendentales: uno, verdadero, bueno . 7.6. La analoga del ser. 7.7. Las cinco vas para demostrar a existencia de Dios . 7.8. Lex aeterna, ex naluralix, lex humana y lex divina 7 .9 . Derecho natural y derecho positivo. 7.10 La fe, gula de la razn.

    i 8,' Buenaventura de Bagnoregio 498 8 . L El movimiento franciscano. 8.2. San Buenaventura: su vida y sus obras. 8.3. Alejandro de Hales y Buenaventura. 8.4. Es autnoma la fi losofa? 8 5. El origen de los errores del aristotelismo. 8 .6 . El ejempla-rismo, 8 .7 . Las rationes seminle.'!. 8.8. C o n o c i m i e n t o humano e ilumina-cin divina. 8.9. D ios , el hombre y la pluralidad de las formas. 8-1(1. Bue-naventura y Toms: una fe y dos f i losofas. 8.11. La razn escribe aquello que dicla Ja fe. Duae olivae et do candelabro in domo Dei lacen fia.

    9. Siger de Brabante y el averrosmo latino. Los franciscanos y el neoagus-(infamo 5 l t

    10. La filosofa experimental y las primeras investigaciones cieutficas en la poca escolstica 514 10.1. Roberto Grosseteste . 10.2. Roger io Bacon.

    11. Juan Duns Escoto 5 l 8 l U . Vida y obras. I L2. La distincin entre filosofa y teologa. 11.3. La univocidad del ente. 11.4. El ente unvoco , objeto primario del intelecto. 11.5. El ascenso hasta Dios . /1 .6 . La insuficiencia del concepto de ente infinito. II .7 . El debate entre filsofos y telogos. 11.8. El principio de individuacin y la haecceitas. 11.9. El voluntarismo y el derecho natural.

    XIX. El siglo XIV y Ja ruptura del equilibrio entre razn y fe 530

    1. La situacin histrico-social 530 2. Gui l lermo de Ockham 533

    2.1 . Su figura y sus obras. 2.2. La independencia de la fe con respecto a la razn. 2.3. El empirismo y la primaca del individuo. 2.4. Conocimiento intuitivo y conocimiento abstractivo. 2.5. El universal y el nominalismo. 2.6. La navaja de Ockham y la disolucin de la metafsica tradicional. 2 .7 . La nueva lgica. 2 .8 . El problema de la existencia de Dios . 2.9. El nuevo mtodo de iuvesiigacin cientfica. 2 .10. Eu contra de la teocracia y a favor del pluralismo.

    3. La ciencia de los ockhamistas 548 3.1. Los ockhamistas y a ciencia aristotlica. 3.2. Los ockhamistas y la ciencia de Gali leo.

    4. Las teoras polticas de Marsilio de Padua 552 4,1 . Egidio R o m a n o y Juan de Pars: quin posee el primado, la Iglesia o el imperio? 4.2 . El Defensor pads de Marsilio de Padua.

    5. D o s reformadores preluteranos: Juan Wyclif y Juan Hus 555 6. El maestro Eckharl y la mstica especulativa alemana 557

    6 .1 . Las razoues de la mstica especulativa. 6.2. El maestro Eckharl: el hombre y el mundo, sin Dios , no son nada. 6.3. El retorno del hombre a D 0 5 .

    7. La lgica en la edad media 561 7.1. Ars vetus, ars nova y lgica tnndernoruni. 7 ,2 . La sistematizacin didctica de la lgica antigua. 7.3. Las figuras y los modos del s i logismo. 7.4. Las innovaciones de la lgica escolstica. 7.5. El Ars magna de Ra-mn Lull.

  • A p n d i c e 575 Tablas cronolgicas 576 Bibliografa 60} Indice Je nombres 613

  • PRLOGO

    Una vida sin bsqueda no es digna de ser vivida. Scrates

    Cul es la justificacin de un tratamiento tan amplio de la historia del pensamiento filosfico y cientfico, dirigido a los centros de enseanza secundaria? Es posible acaso quizs se pregunte el docente, al obser-var el tamao de los tres volmenes de la obra afrontar y desarrollar, en las escasas horas disponibles cada semana, un programa tan vasto y lograr que el estudiante lo domine?

    Sin lugar a dudas, si se mide este libro por el nmero de pginas, hay que decir que es un libro extenso. Y no slo esto: es el libro ms extenso que se haya concebido y realizado hasta ahora, para su utilizacin en Jos centros de enseanza secundaria. No obstante, es oportuno recordar aqu la razonable opinin de Terrasson, citada por Kant en el Prefacio a la Crtica de la razn pura: Si se mide la extensin del libro no por el nmero de pginas, sino por el tiempo necesario para entenderlo, de muchos libros podra decirse que seran mucho ms breves, si no fuesen tan breves.

    En efecto, con mucha frecuencia los manuales de filosofa provocaran mucho menos cansancio si tuviesen unas cuantas pginas ms sobre una serie de temas. En la exposicin de la problemtica filosfica, la brevedad no simplifica las'cosas, sino que las complica y en ocasiones las vuelve poco comprensibles o incluso del todo incomprensibles. En cualquier ca-so, en un manual de filosofa la brevedad conduce fatalmente al simplis-mo, a la enumeracin de opiniones, a la mera panormica de lo que han dicho a lo largo del tiempo los diversos filsofos, cosa si se quiere instruc-tiva, pero poco formativa.

    La presente historia del pensamiento filosfico y cientfico pretende abarcar tres planos. Primero el de aquello que han dicho los filsofos, es decir, el plano que Jos antiguos llamaban doxogrfico (cotejo de opinio-nes). Luego el de por qu los filsofos han dicho lo que han dicho, ofre-ciendo un adecuado sentido de cmo lo han dicho. Finalmente aquel en que se indican algunos de los efectos de las teoras filosficas y cientficas.

  • El porqu tic las afirmaciones de los filsofos nunca es algo simple, puesto que a menudo los temas sociales, econmicos y culturales se entre-cruzan y se entrelazan de distintas formas con los temas tericos y especu-lativos. Se ha ido dando razn gradualmente del trasfondo del cual han surgido las teoras de los filsofos, pero evitando el peligro de las reduc-ciones sociologistas, psicologistas e hisloricislas (que en los ltimos aos han alcanzado una hipertrofia exagerada, hasta el punto de vaciar de contenido la identidad especfica del discurso filosfico), y poniendo de manifiesto el encadenamiento de los problemas tericos y los nexos conceptuales y, por tanto, las motivaciones lgicas, racionales y crticas que en definitiva constituyen a substancia de las ideas filosficas y cient-ficas.

    Adems, se ha tratado de ofrecer el sentido del cmo los pensadores y los cientficos han propuesto sus doctrinas, utilizando con amplitud sus propias palabras. A veces, cuando se trata de textos fciles, la palabra viva de los diversos pensadores ha sido utilizada en el mismo nexo expositivo. En otros casos, en cambio, se lian efectuado citas de los distintos autores (los ms complicados y ms difciles) en apoyo de la exposiein, y segn el nivel de conocimiento acerca del autor que se desee obtener pueden omitirse dichos textos sin perjuicio para la comprensin de conjunto. Las citas textuales de los diferentes autores se han graduado de un modo acorde con la curva discente del joven que al principio se adentra en un discurso completamente nuevo y, por tanto, necesita la mxima sencillez. Poco a poco, sin embargo, va adquiriendo las categoras del pensamiento filosfico, aumenta su propia capacidad y puede enfrentarse en conse-cuencia con un tipo ms complejo de exposicin y comprender el diferente carcter del lenguaje con el que han hablado los filsofos. Por lo dems, as como no es posible darse una idea del modo de sentir y de imaginar de un poeta sin leer algunos fragmentos de su obra, resulta imposible hacerse una idea de la forma de pensar de un filsofo, si se ignora totalmente el modo en que expresaba sus pensamientos.

    Por ltimo, los filsofos son importantes no so por aquello que di-cen, sino tambin por las tradiciones que generan y que ponen en movi-miento: algunas de sus posturas favorecen el nacimiento de ciertas ideas, pero, al mismo tiempo, impiden el surgimiento de otras. Por tanto, los filsofos son importantes por lo que dicen y por lo que impiden decir. ste es uno de aquellos aspectos que a menudo silencian las historias de la filosofa y que aqu se ha querido poner de manifiesto, sobre todo al explicar las complejas relaciones entre las ideas filosficas y las ideas cientficas, religiosas, estticas y sociopolticas.

    El punto de partida de la enseanza de la filosofa reside en los proble-mas que sta ha planteado y plantea, y por tanto se ha buscado con especial dedicacin enfocar la exposicin desde el punto de vista de los problemas. A menudo se ha preferido el mtodo sincrnico con respecto al diacrnico, si bien este ltimo ha sido respetado en la medida de lo posible.

    El punto de llegada de la enseanza de la filosofa consiste en formar mentes ricas en contenidos tericos, sagaces en lo que respecta al mtodo, capacitadas para planear y desarrollar de forma meldica los distintos problemas, y para leer de modo crtico la compleja realidad que las rodea.

  • A lal objetivo apuntan precisamente los cuatro planos antes indicados que han servido para concebir y llevar a cubo toda la presente obra: crearen los jvenes una razn abierta, capaz de defenderse con respecto a las mltiples solicitaciones contemporneas de huida hacia lo irracional o de repliegue hacia posturas estrechamente pragmatistas o cientificistas. Y la razn abierta es una razn que sabe que fe va en s misma los factores de correc-cin para todos los errores que en cuanto que es una raztl humana pueda cometer y conlleva tambin la fuerza para recomenzar itinerarios siempre nuevos.

    Este primer volumen se divide en diez partes. Ta! divisin ha sido realizada teniendo en cuenta la sucesin lgica y cronolgica de la proble-mtica que se expone, pero con el propsito de ofrecer a los docentes unidades didcticas propiamente dichas, en cuyo mbitode acuerdo con el inters y con el nivel de los alumnos puedan efectuar ia eleccin oportuna. La amplitud del tratamiento no implica que haya que hacerlo todo, pero quiere brindar una extensa y rica posibilidad de opciones y de profundizacin.

    Entre stas, sealemos en especial adems de las partes que versan sobre Platn y Aristteles, autnticas monografas a escala reducida, por la riqueza de temas y de problemas que contienen las partes relativas a las filosofas de la poca helenstica y de la poca imperial. Estas doctrinas suelen provocar escaso inters, pero aqu se consideran con atencin par-ticular, porque en la actualidad en comparacin con el siglo pasado y con la primera mitad de nuestro siglo ha avanzado enormemente el conocimiento de estos perodos de la historia del pensamiento y sus conse-cuencias se han revalorizado con toda claridad. Se ha dedicado una parte al pensamiento vinculado con el mensaje bblico, dado que ste ha constitui-do la ms importante revolucin espiritual, que ha modificado radical-mente el planteamiento del pensamiento antiguo y constituye la premisa indispensable para comprender el pensamiento medieval que aparece a continuacin, as como el pensamiento occidental en general. Tambin a la patrstica se le ha dedicado la atencin que hoy exigen el renovado inters y los ms recientes estudios sobre este perodo. El pensamiento medieval en su conjunto, que aparece en la dcima parte, ha sido contem-plado desde el punto de vista de la relacin entre fe y razn, y de la compleja y cambiante trabazn entre estos dos factores. No slo se han puesto de relieve las grandes construcciones metafsicas, como las de Anselmo, Toms y Buenaventura (a las que se ha dedicado un tratamien-to en profundidad, con desarrollos originales), sino que tambin se han expuesto con una particular atencin la problemtica de tipo lgico, te-niendo en cuenta los hallazgos historiogrficos ms recientes, Pensadores como Boecio y Abelardo adquieren as una luz nueva, al igual que la clsica problemtica de los universales. Por ltimo, se ha concedido un relieve especial a los debates del final de la escolstica.

    El volumen concluye con un apndice que contiene como complemen-to indispensable las tablas cronolgicas sinpticas, una bibliografa elabo-rada expresamente para los lectores de esta obra y un ndice de nombres. Dicho apndice ha sido realizado por el profesor Claudio Mazzarelli (cf. p. 575) quien, al reunir la doble competencia de profesor de enseanza

  • secundaria desde hace mucho tiempo y de investigador cientfico, se lia propuesto ofrecer un instrumento que sea a la vez rico y funcional.

    Los autores quieren expresar un agradecido recuerdo a la memo-ria del profesor Francesco Brunelli, que fue quien concibi y pronjovi la iniciativa de esta obra. Lleg a dar comienzo a la realizacin tipogrfica del proyecto, poco antes de su repentina desaparicin. Hacen patente al doctor Remo Bernacchia su ms reconocido agradecimiento, por haber llevado la iniciativa hasta su culminacin, ayudando y conviniendo en realizables las numerosas innovaciones que se han aportado a la presente obra.

    Asimismo, manifiestan su profunda gratitud a la editorial Vita e Pen-siero por haber autorizado la utilizacin de elementos procedentes de la Historia de la filosofa antigua (en cinco volmenes) de G. Reale. Por ltimo, expresan un particular agradecimiento a la doctora Clara Fortna, quien, en calidad de redactora, se entreg al mejor xito de la obra, mucho ms all de sus deberes de oficio, con dedicacin y apasiona-miento.

    Los autores desean asumir en comn la responsabilidad de toda la obra, ya que han trabajado en conjunto (cada uno de acuerdo con su propia capacidad, su propia sensibilidad y sus propios intereses) para la mejor realizacin de cada uno de los tres volmenes, con pena unidad de espritu y de propsitos'.

    Finalmente los autores agradecen a la doctora Maria Luisa Gal ti la revisin cuidadosa de las pruebas de la segunda edicin.

    Los autores

  • P A R T E P R I M E R A

    LOS ORGENES GRIEGOS DEL PENSAMIENTO OCCIDENTAL

    La inteligencia e s 1 a que ve, la inteligencia es la que oye y todo lo dems es sordo y ciego.

    Epicarmo

  • Busto presumible de H o m e r o (s .vm a . C ) . a u t o r s e g n la tradicin de la Macla y de la Odisea, considcradas c o m o el fundamento del pensamiento occidental

  • CAPTULO I

    GNESIS, N A T U R A L E Z A Y D E S A R R O L L O DE LA FILOSOFA ANTIGUA

    1. L A GNESIS DE LA FILOSOFA EN LOS GRIEGOS

    1.1. La filosofa como creacin del genio helnico

    La casi totalidad de los estudiosos consideran que la filosofa, como trmino o como concepto, es una creacin propia del genio de los griegos. En efecto, para todos los dems componentes de la civilizacin griega se halla un elemento correlativo en los pueblos de Oriente que alcanzaron un elevado nivel de civilizacin antes que los griegos (creencias y cultos reli-giosos, manifestaciones artsticas de naturaleza diversa, conocimientos y habilidades tcnicas de distintas clases, instituciones polticas, organiza-ciones militares, etc.). En cambio, en lo que concierne a la filosofa, nos hallamos ante un fenmeno tan nuevo que no slo no posee ningn factor correlativo en dichos pueblos, sino que ni siquiera existe algo estricta y especfica mente anlogo. Debido a ello, la superioridad de los griegos con respecto a los dems pueblos en este aspecto especfico no es de carcter puramente cuantitativo sino cualitativo, en la medida en que lo que aqu-llos crearon, al instituir la filosofa, constituye en cierto sentido una nove-dad absoluta.

    Quien no tenga presente este hecho no podr comprender por qu la civilizacin occidental, bajo el impulso de los griegos, asumi una direc-cin completamente distinta de la oriental. En particular, no se podra comprender por qu razn los orientales, cuando quisieron aprovechar la ciencia occidental y sus resultados, tuvieron que apelar a determinadas categoras de la lgica occidental. De hecho, no en todas las culturas se hace posible la ciencia. Hay ideas que convierten en estructuralmente imposible el nacimiento y el desarrollo de determinadas concepciones, y existen incluso ideas que impiden la ciencia en conjunto, por lo menos la ciencia tal como ahora la conocemos.

    Ahora bien, la filosofa gracias a sus categoras racionales ha per-mitido el nacimiento de la ciencia, y en cierto sentido, la ha engendrado. Admitir esto significa reconocer a los griegos el mrito de haber aportado una contribucin realmente excepcional a la historia de la civilizacin.

  • 1.2. La imposibilidad de una procedencia oriental de la filosofa

    Como es natural, y sobre todo entre los orientalistas, ha habido inten-tos de atribuir a la filosofa un origen oriental, basndose en la observa-cin de analogas genricas, que se constatan entre las concepciones de los primeros filsofos griegos y ciertas ideas propias de la sabidura oriental. No obstante, nadie ha triunfado en su intento, y la crtica ms rigurosa, a partir ya de finales del siglo pasado, ha reunido una serie de pruebas autnticamente irrefutables en contra de la tesis de la procedencia orienta! de la filosofa griega.

    a) En la poca clsica, ninguno de los filsofos o de los historiadores griegos hace la ms mnima mencin de un presunto origen oriental de la filosofa. (Los primeros en sostener la tesis de la procedencia oriental de la filosofa fueron algunos orientales, por razones de orgullo nacionalista, para atribuir a la propia cultura este particular ttulo de gloria. As por ejemplo en la poca de los Ptolomeos los sacerdotes egipcios al entrar en conocimiento de la filosofa griega pretendieron defender que sta prove-na de la sabidura egipcia. Y en Alejandra, a finales de la era pagana y a comienzos de la cristiana, los judos que hablan asimilado la cultura hel-nica pretendieron afirmar que la filosofa griega proceda de las doctrinas de Moiss. Si bien lo^ filsofos griegos, ya en Ta poca cristiana, sostuvie-ron la tesis segn la cual la filosofa provena de los sacerdotes de Oriente animados por inspiracin divina, esto no prue.ba nada, porque en aquel momento tales filsofos haban perdido la confianza en la filosofa en-tendida clsicamente y aspiraban a una especie de autolegitimacin en oposicin a los cristianos, que presentaban la inspiracin divina de sus textos.)

    jb) Se ha demostrado histricamente que los pueblos orientales con los que entraron en contacto los griegos posean una forma de sabidura cons-tituida por convicciones religiosas, mitos teolgicos cosmognicos, pero no una ciencia filosfica basada slo en Ja razn (en el logos, como dicen los griegos). Posean pues un tipo de sabidura anloga a la que los propios griegos posean antes de crear la filosofa.

    c) En cualquier caso, no ha llegado a nuestro conocimiento ninguna utilizacin por parte de los griegos de escritos orientales o de traducciones de stos. Es impensable que antes de Alejandro hayan podido llegar a Grecia doctrinas provenientes de los indios o de otros pueblos de Asia, o que en la poca en la que surgi en Grecia la filosofa haya habido griegos capaces de entender et razonamiento de un sacerdote egipcio o de traducir libros egipcios.

    d) En la hiptesis (que habra que demostrar) de que alguna idea de los filsofos griegos tenga antecedentes especficos en la sabidura oriental y que haya podido derivarse de sta, no cambiara la esencia del problema que estamos discutiendo. A partir del momento en que naci en Grecia, la filosofa represent una nueva forma de expresin espiritual, la cual en el preciso instante en que acoga contenidos provenientes de otras formas de vida espiritual los transformaba estructuralmente, otorgndoles una forma rigurosamente lgica.

  • Cienes i s d e la f i loso! a g r i e g a

    1.3. Los conocimientos cientficos egipcios y caldeos, y el modo en que fueron transformados por los griegos

    En cambio los griegos obtuvieron de los orientales algunos conoci-mientos cientficos. Tomaron de los egipcios ciertos conocimientos mate-mtico-geomtricos, y de ios babilonios aprovecharon sus conocimientos astronmicos. Sin embargo tambin en este caso es preciso efectuar algu-nas advertencias importantes, que son indispensables para comprender la mentalidad griega y la mentalidad occidental que se basa en aqulla.

    Por lo que sabemos, la matemtica egipcia consista primordialmente en el conocimiento de operaciones de clculo aritmtico con finalidades prcticas, por ejemplo, medir determinadas cantidades de vveres o divi-dir eieno nmero de cosas entre una cantidad dada de personas. De foma anloga, la geometra tena un carcter esencialmente pretico y respon-da a la necesidad, por ejemplo, de volver a medir los campos despus de peridicas inundaciones del Nilo o de proyectar y construir las pirmides.

    Ahora bien, es evidente que los egipcios, al obtener estos conocimien-tos matemtico-geomtricos, llevaron a cabo una actividad racional y bas-tante notable por cierto. Sin embargo, en la reelaboracin efectuada por los griegos tales conocimientos se convirtieron en algo mucho ms consis-tente, realizando un salto cualitativo propiamente dicho. En especial, a travs de Pitgoras y los pitagricos^ transformaron aquellas nociones en una teora general y sistemtica de los nmeros y de las figuras geomtri-cas. Crearon en definitiva una construccin racional orgnica, yendo mu-cho ms all de los objetivos bsicamente prcticos, a los que parecen haberse limitado Jos egipcios.

    Lo mismo cabe decir de las nociones astronmicas. Los babilonios las elaboraron con un propsito esencialmente prctico: efectuar horscopos y predicciones. Los griegos en cambio s purificaron y las cultivaron con fines primordialmcnte cognoscitivos en virtud de aquel afn terico que aspira al amor de puro conocimiento y que es el mismo afn que, como veremos, cre y nutri la filosofa. No obstante, antes de definir en qu consiste exactamente la filosofa y la disposicin filosfica de los griegos, debemos exponer algunas observaciones preliminares, que poseen un ca-rcter esencial.

    2 . L A S FORMAS VITALES GRIEGAS QUE PREPARARON EL NACIMIENTO

    DE LA FILOSOFA

    2.1. Los poemas homricos y los poetas gnmicos Los expertos estn de acuerdo en considerar que, para entender la

    filosofa de un pueblo y de una civilizacin, es imprescindible referirse 1) al arte, 2) a la religin y 3) a las condiciones sociopolticas de dicho pueblo. 1) De hecho el arte ms elevado tiende a alcanzar de manera mtica y fantstica, es decir, mediante a intuicin y a imaginacin, objeti-vos que tambin son propios de la filosofa. 2) De forma anloga la reli-gin aspira a alcanzar, a travs de representaciones no conceptuales y de la fe, determinados objetivos que la filosofa busca alcanzar mediante los

  • conceptos y la razn (Hegel considerar que el arte, la religin y la filoso-fa son las tres categoras del Espritu absoluto). 3) No menos importantes (y hoy se insiste mucho en este punto) son las condiciones socioeconmi-cas y polticas que a menudo condicionan el surgimiento de determinadas ideas, y que en el mundo griego en particular, al crear las primeras formas de libertad institucionalizada y de la democracia, han permitido ei naci-miento de la filosofa, que se alimenta de modo esencial de la libertad.

    Comencemos por el primer aspecto. Antes de que naciese la filosofa los poetas tuvieron una enorme

    importancia para la educacin y la formacin espiritual del hombre entre los griegos, mucho mayor que en el caso de otros pueblos. Los primeros griegos buscaron alimento espiritual sobre todo en los poemas homricos, es decir, en la liada y en la Odisea (que, como se sabe, ejercieron un influjo anlogo al que la Biblia ejerci entre los judos, al no haber en Grecia textos sagrados), en Hesodo y en los poetas gnmicos de los siglos VH y vi a.C.

    Ahora bien, los poemas homricos contienen algunas particularidades que los diferencian de otros poemas que se hallan en el origen de otros pueblos y de su civilizacin, y ya poseen algunos de aquellos rasgos del carcter griego que resultarn esenciales para la creacin de la filosofa.

    a) Los especialistas han hecho notar que los poemas homricos, aun-que estn repletos de imaginacin, de situaciones y de acontecimientos fantsticos, casi nunca entran en la descripcin de lo monstruoso y de lo deforme (cosa que en cambio sucede a menudo en las manifestaciones artsticas de los pueblos primitivos). Esto significa que la imaginacin homrica ya est estructurada segn un sentido de la armona, de la pro-porcin, del lmite y de la medida; como tendremos ocasin de ver, la filosofa elevar todos estos factores al rango de principios ontolgicos.

    b) Adems, se ha advertido que el arte de la motivacin constituye en Homero una autntica constante. El poeta no se limita a narrar una serie de hechos, sino que investiga tambin sus causas y sus razones (aunque sea a nivel mtico-fantstico). En Homero la accin no se extiende como una desmadejada sucesin temporal: a ella se aplica, en todo momento, el principio de razn suficiente, cada acontecimiento recibe una rigurosa motivacin psicolgica (W. Jaeger). Y este modo potico de contemplar las razones de las cosas prepara aquella mentalidad que en filosofa llevar a la bsqueda de la causa y del principio, del porqu ltimo de las cosas.

    c) Otro rasgo de la epopeya homrica consiste en tratar de presentar la realidad en su integridad, aunque sea de forma mtica: dioses y hombres, celo y tierra, guerra y paz, bien y mal, alegra y dolor, la totalidad de los valores que rigen la vida de los hombres (pinsese por ejemplo en el escudo de Aquiles, que emblemticamente representaba todas las cosas). Escribe W. Jaeger: La realidad presentada en su totalidad: el pensamien-to filosfico la presenta de forma racional, mientras que la pica la presen-ta de foma mtica. Cul habra de ser el puesto del hombre en el universo, que es el tema clsico de la filosofa griega, tambin est presente en Homero en todo momento.

    Para los griegos fue muy importante la Teogonia de Hesodo, que esboza una sntesis de toda una serie de materiales preexistentes, relativos a dicho tema. La Teogonia de Hesodo cuenta el nacimiento de todos los

  • dioses. Y puesto que muchos dioses coinciden con partes del universo y con fenmenos csmicos, la teogonia se convierte asimismo en cosmogo-na, es decir, en una explicacin mtico-potica y fantstica de la gnesis del universo y de los fenmenos csmicos, a partir del Caos originario, que fue el primero en aparecer. Este poema allan el camino a la cosmolo-ga filosfica posterior, que abandonando la fantasa buscar median-te la razn el primer principio de origen a todo.

    El propio Hesodo, con su otro poema Los trabajos y los das, pero sobre todo los poetas posteriores, imprimieron en la mentalidad griega algunos principios que sern de gran importancia para la constitucin de la tica filosfica y, ms en general, del pensamiento filosfico antiguo. Se exalta la justicia como valor supremo. Presta odos a justicia y olvida del todo la superchera, afirma Hesodo. En la justicia ya estn incluidas todas las virtudes, dice Foclides. Ir, sin desviarme por aqu o por all, por el camino recto: porque slo debo pensar cosas justas, escribe Teg-nidesy agrega: ...s justo, nada hay mejor. Para Soln el pensamiento de la justicia es un factor central. Y la justicia se convertir en concepto ontolgico, adems de tico y poltico, en muchos filsofos y especialmen-te en Platn.

    i Los poetas lricos tambin fijaron de modo estable otra nocin: el concepto de lmite, es decir, del ni demasiado ni demasiado poco, el concepto de la justa medida, que constituye el rasgo ms peculiar de la mentalidad griega. Y goza de las alegras, y dulete de los males, pero no demasiado, dice Arqufloco. No demasiado celo: lo mejor est en el medio; y permaneciendo en el medio, alcanzars la virtud, dice Tegni-des. Nada en exceso, dice Soln. La mesura es lo mejor, afirma una de las sentencias de los Siete Sabios, que recapitularon toda la sabidura griega, cantada sobre todo por los poetas gnmicos. El concepto de me-sura constituir el centro del pensamiento filosfico clsico.

    ! Recordemos una ltima mxima, atrihuida a uno de los sabios anti-guos y grabada en el templo de Delfos dedicado a Apolo: Concete a ti mismo. Esta mxima, que fue clebre entre los egipcios, no slo se trans-formar en el lema del pensamiento socrtico, sino tambin en el principio bsico del saber filosfico griego hasta los ltimos neoplatnicos.

    2.2. La religin pblica y ios misterios rficos )

    El segundo elemento al que hay que referirse para entender la gnesis de la filosofa griega, como hemos dicho antes, es la religin. Sin embar-go, cuando se habla de religin griega es preciso distinguir entre la religin pblica, cuyo modelo es la representacin de los dioses y del culto que nos brinda Homero, y la religin de los misterios. Entre ambas formas de religiosidad existen numerosos elementos comunes (como, por ejemplo,

    I una concepcin politesta de base), pero tambin hay diferencias impor-tantes que en algunos puntos relevantes (por ejemplo, la concepcin del hombre, el sentido de su vida y de su destino ltimo) constituyen antte'sis en sentido estricto. Ambas formas de religin son muy importantes para explicar el nacimiento de la filosofa, pero, al menos desde ciertos puntos de vista, la segunda forma posee una especial importancia.

  • Empecemos por mencionar algunos rasgos esenciales de Ja primera forma de religin. Para Homero y para Hesodo, que constituyen el punto de referencia para las creencias propias de la religin pblica, puede decir-se que todo es divino, porque todo lo que sucede se explica en funcin de las interveneiones de los dioses. Los fenmenos naturales son provocados por nmenes: Zeus lanza rayos y truenos desde las alturas del Olimpo, el tridente de Poseidn provoca las tempestades marinas, el sol es transpor-tado por el dorado carro de Apolo y as sucesivamente. Adems, la vida colectiva de los hombres, la suerte de las ciudades, las guerras y las paees son imaginadas como vinculadas a los dioses de un modo no accidental y, en ocasiones, realmente esencial.

    Quines son, empero, estos dioses? Como han puesto de manifiesto desde hace tiempo los expertos, estas deidades son fuerzas naturales per-sonificadas a travs de formas humanas idealizadas, o bien son fuerzas y aspectos de hombre que han sido sublimados, hipostasiados y han descen-dido con esplndidas semblanzas antropomrficas. (Adems de los ejem-plos antes meneionados, recordemos que Zeus es la personificacin de la justicia, Palas Atenea de la inteligencia, Afrodita del amor y as sucesiva-mente.) Estos dioses, por tanto, son hombres amplificados e idealizados y, en consecuencia, slo difieren de nosotros en cantidad y no en cualidad. Debido a ello los especialistas eonsideran que Ja religin pblica de Jos griegos constituye una forma de naturalismo. Consiguientemente, lo que sta le exige al hombre no es y no puede ser un radical cambio inte-rior, un elevarse por encima de s mismo, sino, por lo contrario, seguir a su propia naturaleza. Todo loque se pide al hombre es que haga en honor de los dioses aquello que es conforme a la propia naturaleza. La primera filosofa griega fue tan naturalista como la religin pbliea griega, y la referencia a la naturaleza se convirti en una constante de) pensamiento griego a lo largo de todo su desarrollo histrieo.

    Sin embargo, la religin pblica no fue sentida por todos los griegos como plenamente satisfactoria y esto hizo que se desarrollaran en cfreulos restringidos Jos misterios, que posean creencias especficas (aunque en-cuadradas en el politesmo general) y prcticas que les eran propias. Los misterios que influyeron sobre la filosofa griega fueron los misterios rfi-eos, sobre los euales hablaremos brevemente. El orfismo y los rficos hacen derivar su denominacin del poeta Orfeo, su presunto fundador, cuyos rasgos histricos se hallan completamente ocultos por la niebla del mito. El orfismo posee una importancia particular porque, como han re-conocido los estudiosos modernos, introduce en la civilizacin griega un nuevo esquema de creencias y una nueva interpretacin de la existencia humana. Mientras que la concepen griega tradicional, a partir de Home-ro, afirmaba que eJ hombre era un ser mortal y consideraba que la muerte significaba el final definitivo de su existencia, el orfismo proclama la inmortalidad del alma y concibe al hombre segn el esquema dualista que contrapone euerpo y alma.

    El neleo de las creencias rficas puede resumirse del modo siguiente; a) En el hombre se alberga un principio divino, un demonio (alma),

    que cae en un cuerpo debido a una eulpa originaria. b) Este demonio no slo preexisle al cuerpo, sino que no muere junto

    con el cuerpo y est destinado a reencarnarse en cuerpos sucesivos, a

  • travs de una serie de renaeinlientos, para expiar aquella culpa originaria. c) La vida rfica, eon sus ritos y sus prcticas, es la niea que est en

    condiciones de poner fin a) ciclo de las reencarnaciones, liberando as el alma de su cuerpo.

    d) Para quien se haya purificado (para los iniciados en los misterios rficos) hay un premio en el ms all (para los no iniciados, existen casti-gos).

    En algunas inscripciones rficas halladas en los sepulcros de seguido-res de esta secta pueden leerse, entre otras cosas, estas palabras que resumen el nueleo central de su doctrina: Algrate, t que has soportado la pasin: esto, antes, no lo habas padecido an. De hombre has nacido Dios; feliz y dichossimo, sers Dios y no mortal; de hombre nacers Dios, porque procedes de lo divino. Esto significa que el destino ltimo del hombre consiste en volver a estar cerca de los dioses.

    La idea de los premios y de los castigos de ultratumba surgi, como es evidente, para eliminar lo obsurdo que a menudo se constata sobre la tierra y que hace que los virtuosos sufran y los viciosos gocen. Como seala E. Dodds, quizs surge la idea de la reencarnacin (metempsicosis) el traslado del alma de cuerpo en euerpo como una explicacin de por qu sufren aquellos que parecen inocentes. En realidad, si cada alma tiene una vida previa y si existe una culpa original, nadie es inocente y todos expan culpas de diversa gravedad, cometidas durante las vidas anteriores, ademas de la culpa originaria: Y toda esta suma de padecimientos, en este mundo y en el otro, slo es una parte de la larga educacin del alma, que hallar su final definitivo en la liberacin del ciclo de nacimientos y en el retorno del alma a sus orgenes. Slo de este modo, y en relacin con el tiempo csmico, puede realizarse del todo para cada alma la justicia entendida en sentido arcaico, es decir, de acuerdo con la ley quien haya pecado, lo pagar (E. Dodds).

    Gracias a este nuevo esquema de creencias, el hombre vea por prime-ra vez que en s mismo se contraponan dos principios, que se hallaban en contraste y en lucha entre s; el alma (demonio) y el cuerpo (como tumba o lugar de expiacin del alma). Se resquebraja, por lo tanto, la visin naturalista; el hombre comprende que hay que reprimir algunas tenden-cias ligadas al cuerpo y se convierte en objetivo vital purificar de lo corp-reo el elemento divino.

    No obstante, hay que tener en cuenta lo siguiente. Sin el ort'ismo es imposible explicar a Pitgoras, a Heraclito o a Empdocles. Y, sobre todo, no se explicara una parle esencial del pensamiento de Platn y, luego, de toda la tradicin que se deriva de Platn, lo cual significa que no se explicara una parte notable^ de la filosofa antigua, como tendremos oca-sin de ver ms adelante con mayor detenimiento.

    Es necesario formular una ltima advertencia. Los griegos no tuvieron libros sagrados, considerados como resultado de una revelaein divina. Por consiguiente, no poseyeron una dogmtica fija e in modifica ble. Los poetas, como hemos visto, aetuaron en calidad de vehculo difusor de sus creencias religiosas. Adems y esto constituye una consecuencia adicio-nal de la ausencia de libros sagrados y de una dogmtica fija en Grecia no pudo ni siquiera subsistir una casta sacerdotal que custodiase el dogma (los sacerdotes griegos tuvieron una escasa relevancia y un poder redueid-

  • simo, porque, adems de no poseer la prerrogativa de conservar dogmas, tampoeo se les atribuy la exclusividad en las ofrendas religiosas y en la realizacin de sacrificios).

    La carencia de dogmas y de personas encargadas de custodiarlos otor-g una amplia libertad al pensamiento filosfico, que no hall obstculos cofno los que habra encontrado en comunidades orientales, donde la existencia de dogmas y de custodios de los dogmas habra provocado restricciones difcilmente superables. Por tal motivo, los estudiosos subra-yan con toda justicia esta circunstancia favorable al nacimiento de la filo-sofa que se dio entre los griegos y que no tiene ningn paralelo en la antigedad.

    2.3. Las condiciones s o ci -poltico-econm i cas que favorecieron el surgi-miento de a filosofa

    Ya desde el pasado siglo, y sobre todo en el siglo actual, los historiado-res tambin han puesto de relieve con justicia el hecho de la libertad poltica de la que se beneficiaron los griegos, en comparacin con los pueblos orientales/ El hombre oriental se vea obligado a una obediencia ciega al poder religioso y polticcj/ Ya hemos mencionado la gran libertad que posean los griegos en lo que respecta a la religin. Por lo que se refiere a la situacin poltica, la cuestin es ms compleja; sin embargo, cabe afirmar que tambin en este mbito los griegos gozaban de una situacin privilegiada, ya que por primera vez en la historia lograron crear instituciones polticas libres.

    Durante los siglos vn y vi a.C. Grecia sufri una transformacin consi-derable, desde el punto de vista socioeconmico. Antes era un pas pri-mordialmcntc agrcola, pero a partir de entonces comenz a desarrollarse cada vez ms la industria artcsana y el comercio. Se hizo necesario por lo tanto fundar centros de representacin comercial, que surgieron primero en las colonias jnicas, sobre todo en Mileto, y ms tarde en otras partes. Las ciudades se convirtieron en centros comerciales florecientes, lo cual provoc un notable aumento de la poblacin. La nueva clase de comer-ciantes y de artesanos logr paulatinamente una considerable fuerza eco-nmica y se opuso a la concentracin del poder poltico que se hallaba en manos de la nobleza terrateniente. En las luchas que emprendieron los griegos para transformar las viejas formas aristocrticas de gobierno en las nuevas formas republicanas, seala E. Zeller, haba que reavivar y apli-car todas las fuerzas; la vida pblica abra el camino a la ciencia y el sentimiento de la joven libertad deba otorgar al carcter del pueblo grie-go un impulso del que la actividad cientfica no poda verse exenta. S, junto con la transformacin de las condiciones polticas y en una activa emulacin, se establecieron las bases de florecimiento artstico y cientfico de Grecia, no puede negarse la vinculacin existente entre ambos fenme-nos; cabalmente, en los griegos por completo y de la manera ms carac-terstica la cultura es aquello que siempre ser en la vida saludable de un pueblo, es decir, ser al mismo tiempo fruto y condicin de la libertad.

    Empero hay que sealar un hccho muy importante, que confirma a la perfeccin lo que acabamos de decir: la filosofa naci en las colonias

  • La f i l o s o f a ant igua

    antes que en la metrpoli y, ms exactamente, primero en las colonias de Oriente, en el Asia Menor (en Mileto), e inmediatamente despus en las colonias de Occidente, en Italia meridional. A continuacin, se traslad a la metrpoli. Esto suceci as porque las colonias, gracias a su laboriosi-dad y a su actividad comercial, alcanzaron primero un bienestar y, debido a la lejana de la metrpoli, pudieron establecer instituciones libres antes que sta. Las ms favorables condiciones soeio-potlico-econmicas de las colonias, junto con los factores sealados en los pargrafos precedentes, fueron los que permitieron que la filosofa surgiese y floreciese en ellas. Luego, una vez que hubo pasado a la metrpoli, alcanz sus cimas ms altas en Atenas, esto es, en la ciudad en que floreci la mayor libertad de que hayan disfrutado los griegos/Por lo tanto la capital de la filosofa griega fue la capital de la libertad griega

    Queda por mencionar un ltimo elemento. Al constituirse y consoli-darse la polis, es dccir, la ciudad-estado, el griego no consider que este fenmeno comportase una anttesis o una traba a su propia libertad; por lo contrario se vio llevado a tomarse esencialmente a s mismo como ciuda-dano. Para los griegos el hombre lleg a coincidir con el ciudadano mis-mo. As, el Estado se convirti en el horizonte tico del hombre griego y sigui sindolo hasta la poca helenstica. Los ciudadanos sintieron los fines del Estado cotno sus propios fines, el bien del Estado como su propio bien, la grandeza del Estado como la propia grandeza y la libertad del Estado como la propia libertad.

    Si no se tiene presente esto, no se puede entender gran parte de la filosofa griega, en particular la tica y toda la poltica en la poca clsica, y ms tarde la compleja evolucin de la poca helenstica.

    Despus de estas indicaciones preliminares, estamos en condiciones de hacer frente a la definicin de concepto griego de filosofa.

    3 . E L CONCF.MO Y LA FINALIDAD DE LA FILOSOFA ANTIGUA

    3.1. Los rasgos esenciales de la filosofa antigua

    La tradicin afirma que fue Pitgoras el creador del trmino filo-so-fa, lo cual resulta verosmil, si bien no es algo comprobado desde el punto de vista histrico. Sin duda el trmino fue acuado por un espritu religioso, que presupona que slo a los dioses les era posible una sfla (una sabidura), es decir, una posesin cierta y total de la verdad, mientras que consideraba que ai hombre slo le era posible una tendencia a la sofa, una continuada aproximacin a la verdad, un amor al saber jams del todo satisfecho, de donde surge precisamente el nombre de filo-sofa, amor a la sabidura.

    Qu entendieron los griegos, en esencia, al hablar de esta amada sabidura?

    Desde el momento en que naci, la filosofa asumi de un modo termi-nante las tres caractersticas siguientes, que hacen referencia a a) su conte-nido, b) su mtodo, y c) su objetivo.

    a) En lo que concierne al contenido, la filosofa se propone explicar la totalidad de las cosas, es decir toda la realidad, sin exclusin de partes o

    (

  • de momentos. Por lo tanto, la filosofa se distingue de las ciencias particu-lares, que precisamente se llaman as porque se limitan a explicar partes o sectores de la realidad, grupos de cosas o de fenmenos. La pregunta de aquel que fue y que es considerado como el primero de los filsofos, cul es el principio de todas las cosas? ya nos muestra la plena adquisi-cin de este aspecto. En consecuencia la filosofa se propone como objeto la realidad y el ser en su conjunto. Y veremos que a la realidad y al ser en su conjunto se Uegu mediante el descubrimiento del primer principio, esto es, el primer porqu de las cosas.

    b) En lo que eoncierne al mtodo, la filosofa aspira a ser una explica-cin puramente racional de aquella totalidad que se plantea como objeto. En filosofa resulta vlido el argumento de razn, la motivacin lgica, el logos. A la filosofa no 1c basta con constatar o comprobar datos de hecho, reunir experiencias: la filosofa debe ir ms all del hecho, ms all de las experiencias, para hallar la causa o las causas, precisamente a travs de la razn.

    ste es el carcter que confiere cientifcidad a la filosofa. Se dir que este rango tambin es comn a las dems ciencias, que en cuanto tales nunca son una mera comprobacin emprica, sino en todos los casos una bsqueda de causas y de razones. La diferencia reside en el hecho de que, mientras que las ciencias particulares son investigaciones racionales de realidades particulares o de sectores particulares, la filosofa, como ya se ha dicho, es investigacin racional de toda la realidad.(del principio o de los principios de toda la realidad). Con esto queda aclarada la diferencia entre filosofa, arte y religin. Tambin el arte y las grandes religiones aspiran a captar el sentido de la totalidad de lo real, pero aqul lo hace mediante el mito y la fantasa, y stas, a travs de la creencia y de la fe (como hemos dicho anteriormente). En cambio la filosofa busca la expli-cacin de Ja totalidad de lo rea! precisamente con el logos.

    c) El objetivo o la finalidad de la filosofa, por ltimo, reside en el puro deseo de conocer y de contemplar la verdad. En definitiva la filosofa griega constituye un amor desinteresado a la verdad. Segn Aristteles, los hombres al filosofar buscaban el conocer con la finalidad de saber y no para conseguir una utilidad prctica. De hecho la filosofa nace nica-mente despus que los hombres han solucionado los problemas funda-mentales de la subsistencia y se han liberado de las necesidades materiales ms urgentes. Es evidente, pues concluye Aristteles, que no busca-mos la filosofa por algn provecho que le sea ajeno a sta y ms bien es evidente que, al igual que llamamos hombre libre a aquel que es un fin en s mismo y que no est sojuzgado por otros, asimismo slo sta, entre todas las dems ciencias, recibe el nombre de libre: slo ella es fin en s misma. Es fin en s misma porque tiene como punto de mira la verdad buscada, contemplada y disfrutada como tal. Se entiende, por lo tanto, la afirmacin de Aristteles: Todas las dems ciencias sern ms necesarias que esta, pero ninguna ser superior. Tal afirmacin fue compartida por toda la filosofa griega.

    Se impone, empero, una reflexin. La contemplacin que es peculiar de la filosofa griega no equivale a un otium vaco. Es verdad que no se halla sometida a fines utilitarios, pero posee una relevancia moral c incluso poltica de primer orden. Resulta evidente que al contemplar el

  • La i lbol a a n t i g u a

    todo cambian necesariamente todas las perspectivas acostumbradas, se transformada visin del significado de la vida humana y aparece una nueva jerarqua de valores. La verdad contemplada revela una enorme energa moral y, como veremos, precisamente sobre la base de esta energa moral, Platn construir su Estado ideal. Ms adelante estaremos en condiciones de desarrollar y aclarar estos conceptos.

    Mientras tanto se hace manifiesta la absoluta originalidad de esta crea-cin griega. Tambin los pueblos orientales poseyeron una sabidura que trataba de interpretar el sentido de todas las cosas (el sentido del todo) y que careca de finalidades pragmticas. No obstante, dicha sabidura esta-ba caracterizada por representaciones fantsticas y mticas, lo cual la asi-milaba a la esfera del arte, de la poesa o de la religin. En conclusin, el gran descubrimiento de la filo-sofa griega reside en haber intentado esta aproximacin al todo apelando nicamente a la razn (al logas) y al mto-do racional. Tal descubrimiento ha condicionado estructural mente, y de modo irreversible, a todo el Occidente.

    3.2. La filosofa como necesidad primaria de la mente humana

    Sin embargo, cabe preguntar: por qu ha sentido el hombre la necesi-dad de filosofar? Los antiguos respondan que dicha necesidad perteneee, de manera estructural, a la naturaleza misma del hombre: Todos ios hombres escribe Aristtelespor naturaleza aspiran al saber. Ms an: El ejercitar la sabidura y el conocer son deseables en s mismos para los hombres: no es posible vivir como hombres sin tales cosas. Y los hom-bres tienden al saber porque se sienten llenos de asombro o de admira-cin, afirman Platn y Aristteles: Los hombres han eomenzado a filoso-far, tanto ahora como en los orgenes, debido a la admiracin: al principio quedaban admirados ante las dificultades ms sencillas, pero despus, avanzando poco a poco, llegaron a plantear problemas cada vez mayores, como los problemas referentes a los fenmenos de la luna, del sol y de los astros, y luego, ios problemas referentes al origen de todo el universo.

    En consecuencia la raz de la filosofa consiste en esta admiracin, que surge en el hombre que se enfrenta con el Todo y se pregunta cul es el origen y el fundamento de ste, y qu lugar ocupa l mismo en este universo. As, la filosofa es algo inevitable e irrenuncable, precisamente porque es inevitable la admiracin ante el ser, al igual que es irrenunciable la necesidad de satisfacerla.

    Por qu existe este todo? De dnde ha surgido? Cul es su razn de ser? Se trata de problemas que equivalen al siguiente interrogante: por qu existe el ser y no la nada? Un caso particular de este problema general es la pregunta: por qu existe el hombre? Porqu existo yo?

    Como es evidente, se trata de problemas que el hombre no puede dejar de plantearse, problemas que, en la medida en que sean rechazados, desacreditan a quien los rechaza. Y son problemas que conservan su pro-pio sentido especfico, aun despus del triunfo de las ciencias particulares modernas, porque ninguna de stas ha sido creada para resolverlos. Las ciencias slo responden a preguntas sobre una parte pero no a preguntas sobre el sentido del todo.

  • Por estas razones podremos repetir junto con Aristteles que, no slo en los orgenes, sino ahora y siempre, tiene sentido la vieja pregunta acerca del todo y tendr sentido mientras el hombre experimente admira-cin ante el ser de las cosas y ante su propio ser.

    3.3. Los problemas fundamentales de la filosofa antigua

    Er? un principio la totalidad de lo real fue vista como physis (naturale-za) y como cosmos, lo cual hizo que el problema filosfico por excelencia fuese el cosmolgico. Los primeros filsofos, que recibieron precisamente el nombre de fsicos, naturalistas o cosmlogos, se plantearon los siguien-tes problemas: cmo surge el cosmos? Cules son las fases y los momen-tos de su gnesis? Cules son las fuerzas originarias que intervienen?

    Sin embargo, con los sofistas se modifica la situacin. Entra en crisis la problemtica del cosmos y la atencin se centra en el hombre y en su virtud especfica. Nacer as la problemtica moral.

    Gracias a las grandes conslrucciones sistemticas del siglo iv a.C. la temtica filosfica se enriquecer an ms, diferencindose determinado."; mbitos de problemas (vinculados con la problemtica del todo) que ms tarde, a lo largo de toda la historia de la filosofa, continuarn siendo puntos de referencia paradigmticos.

    Platn descubrir y tratar de demostrar que la realidad o el ser no son de un nico genero y que adems del cosmos sensible existe tambin una realidad inteligible y que trasciende a lo sensible. Por lo tanto, descubri-r lo que ms tarde se denominar metafsica (el estudio de aquellas realidades que trascienden a las realidades fsicas).

    Este descubrimiento llevar a Aristteles a distinguir entre una fsica propiamente dicha, como doctrina de la realidad fsica, y una metafsica, como doctrina de la realidad suprafsica, y as la fsica llegar a significar, de un modo estable, cicncia de la realidad natural y sensible.

    Tambin los problemas morales adquirirn un carcter especfico, dis-tinguindose entre los dos momentos de la vida: la del individuo y la del hombre en colectividad. Nace as la distincin entre los problemas ticos en sentido estricto y los problemas ms estrictamente polticos (problemas que para los griegos seguirn estando vinculados entre s de un modo mucho ms estrecho que para nosotros, los hombres modernos).

    Con Platn y con Aristteles se plantearn de un modo estable los problemas (que ya haban sido discutidos por los filsofos precedentes) de i a gnesis y de la naturaleza del conocimiento, y los problemas lgicos y metodolgicas. En realidad dichos problemas constituyen una aplicacin de aquel segundo rasgo que habamos considerado como propio de la filosofa, el mtodo de la investigacin racional. Cul es el camino que debe seguir el hombre para llegar a la verdad? Cul es la aportacin veritativa de los sentidos y cul la de la razn? Cul es la caracterstica de lo verdadero y de lo falso? Cules son las formas lgicas mediante las cuales el hombre piensa, juzga y razona? Cules son las reglas del pensar correctamente? Cules son las condiciones para que un tipo de razona-miento pueda calificarse de cientfico?

    En conexin con el problema lgico-gnoscolgico nace tambin el pro-

  • La filosofa antigua

    blema de la determinacin de la naturaleza del arte y de lo bello, en la expresin y en el lenguaje artstico y, por lo tanto, aparecen lo que hoy llamamos problemas estticos. Relacionados con stos, surgen los proble-mas de la determinacin de la naturaleza de la retrica y del discurso retrico, es decir del discurso que se propone convencer, utilizando la capacidad de persuadir, que tanta importancia manifest en la anti-gedad.

    La filosofa protoaristotlica tratar estos problemas como algo defini-tivamente adquirido, dividindolos en tres grupos: 1) problemas fsicos (ontolgico-teolgico-fsico-cosmolgicos), 2) lgicos (y gnoseolgicos) y 3) morales.

    La ltima filosofa griega, que se desarrolla ya durante la era cristiana, acabar por responder a instancias mstico-rcligiosas, en consonancia con la mentalidad de la nueva cpoca.

    3.4. Las etapas y los perodos de la historia de la filosofa antigua

    La filosofa antigua griega y grecorromana posee una historia ms que milenaria. Se inicia en el siglo vi a.C. y llega hasta el 529 d.C., ao en que el emperador Justiniano clausur las escuelas paganas y orden la disper-sin de sus seguidores.

    A lo largo de este lapso pueden distinguirse los siguientes perodos: 1) El perodo naturalista, caracterizado como ya se ha dicho por el

    problema de la physis y del cosmos, y que entre los siglos vi y v vio sucederse a los jnicos, los pitagricos, los eleticos, los pluralistas y los fsicos eclcticos.

    2) El perodo llamado humanista, que en parte coincide con la ltima etapa de la filosofa naturalista y con su disolucin, y que tiene como protagonistas a los sofistas y sobre todo a Scrates, quien por primera vez intenta definir la esencia del hombre.

    3) El momento de las grandes sntesis de Platn y de Aristteles, que coincide con el siglo iv a.C., caracterizado en especial por el descubri-miento de lo suprasensible y por la explicitacin y formulacin orgnica de diversos problemas filosficos.

    4) A continuacin viene el perodo de las escuelas helensticas, que abarca desde la gran conquista de Alejandro Magno hasta el final de la era pagana y que, adems del florecimiento del cinismo, contempla la apari-cin de los grandes movimientos de epicureismo, el estoicismo, el escepti-cismo y la posterior difusin del eclecticismo.

    5) El perodo religioso del pensamiento antiguo pagano, como ya se ha sealado, se desarrolla casi por completo durante la poca cristiana y se caracteriza sobre todo por un grandioso renacimiento del platonismo, que culminar con el movimiento neoplatnico. El nuevo florecimiento de las dems escuelas estar condicionado de diversas formas por el mismo pla-tonismo.

    6) Durante este perodo nace y se desarrolla el pensamiento cristiano, que se propone formular racionalmente el dogma de la nueva religin y definirlo a la luz de la razn con categoras procedentes de los filsofos griegos.

  • Filn de Alejandra llevar a cabo un primer intento de sntesis entre el Antiguo Testamento y el pensamiento griego, pero no tendr continua-dores. La victoria de los cristianos implicar bsicamente una reflexin sobre el mensaje evanglico, a la luz de las categoras de la razn. Sin embargo, esta coyuntura de3 pensamiento griego no constituye una coro-nacin del pensamiento griego sino que indica ms bien la entrada en crisis y la superacin de la forma de pensar de los griegos, preparando as la civilizacin medieval y las bases de (o que ser el pensamiento cristiano europeo. En consecuencia, este momento del pensamiento, aunque se tengan muy en cuenta los vnculos que posee con la ltima fase del pensa-miento pagano que se desarrolla de modo simultneo, debe estudiarse en s mismo, en cuanto pensamiento antiguo cristiano, y hay que considerarlo atentamente, en los nuevos mbitos que ocupa, como premisa y funda-mento del pensamiento y la filosofa medievales.

  • PARTE SEGUNDA

    LA APARICIN DEL PENSAMIENTO FILOSFICO

    LOS NATURALISTAS PRESOCRTICOS

    Las cosas visibles son un vislumbre de lo invisible.

    Dcnicrito y Anaxgoras

  • n l i s i o presumible de Pil.goras (segunda mitad del s vi y comienzos del s. v a .C. ) . Fund la ni,1(0111,1 tica Rricjjn y fue el tienden de la vida contemplativa. que debido a l se denomin

    tambin vida pitagrica

  • CAPTULO I I

    L O S N A T U R A L I S T A S O F I L S O F O S D E L A P H Y $ I S

    I . LOS PRIMEROS JNICOS Y EL PROBLEMA DEL PRINCIPIO DE TODAS LAS COSAS

    1.1. Tales de Mieto

    El pensador que segn la tradicin da comienzo a la filosofa griega es Tales, que vivi en Mileto de Jonia, probablemente durante las ltimas dcadas del siglo vn y la primera mitad del vi a.C. Adems de filsofo fue cientfico y prudente poltico. No se sabe que haya escrito ningn libro. Conocemos su pensamiento nicamente a travs de la tradicin oral indirecta.

    Tales fue el iniciador de la filosofa de la physis, al afirmar por vez primera que existe un nico principio originario, causa de todas las cosas que son, y sostuvo que dicho principio es el agua. Tal proposicin es importantsima, como veremos de inmediato, y con todo derecho podra calificarse como la primera proposicin filosfica de la que acostumbra a llamarse civilizacin occidental (A. Maddalea). La exacta comprensin de esta proposicin permitir entender la gran revolucin efectuada por Tales, que llev a la creacin de la filosofa.

    Principio (arkhe) no es un trmino utilizado por Tales (quizs lo introdujo su discpulo Anaximandro, pero algunos piensan que tiene su origen an ms tardo), si bien es el que sin duda expresa mejor que ningn otro el concepto de aquel quid del cual proceden todas las cosas. El prineipio, indica Aristteles en su exposicin acerca del pensamiento de Tales y de los primeros fsicos, es aquello de lo cual proceden origina-riamente y en lo cual acaban por resolverse todos los seres, es una realidad que permaneee idntica durante la transmutacin de sus afeccio-nes, s decir una realidad que contina existiendo inmutada, a travs del proceso generador de todas las cosas.

    Por tanto el principio es: a) la fuente y el origen de todas las cosas, b) la desembocadura o el trmino ltimo de todas las cosas y c) el respaldo permanente que rige todas las cosas (la substancia, diremos ms adelante, apelando a una denominacin posterior). En pocas palabras el principio puede definirse como aquello de lo cual provienen, aquello en lo que

    f acaban y aquello por lo cual son y subsisten todas las cosas.

  • Estos primeros filsofos si 110 el propio Tales denominaron este principio con el trmino physis, que significa naturaleza, no en el senti-do moderno de trmino, sino en el sentido originario de realidad primera y fundamental, es decir aquello que resulta primario, fundamental y persistente, en oposicin a lo que es secundario, derivado y transitorio (J. Burnet).

    Por tanto, han sido llamados fsicos o naturalistas aquellos filso-fos que, a partir de Tales y hasta el siglo v a.C., indagaron acerca de la physis. En consecuencia slo es posible comprender el horizonte mental de estos primeros filsofos si recobramos la acepcin arcaica del trmino y captamos adecuadamente la peculiaridad que la distingue de la acepcin moderna.

    Hay que aclarar ahora el sentido de la identificacin del principio con el agua y sus consiguientes implicaciones.

    La tradicin indirecta afirma que Tales dedujo tal conviccin de la constatacin de que el sustento de todas las cosas es hmedo, las simien-tes y los grmenes de todas las cosas poseen una naturaleza hmeda y por consiguiente la desecacin total provoca la muerte. Puesto que la vida est ligada a la humedad y la humedad presupone el agua, sta ser el manantial ltimo de la vida y de todas las cosas. Todo proviene del agua, todo sustenta la propia vida mediante el agua y todo finaliza, a su vez, en el agua.

    Ya en la antigedad hubo quienes trataron de reducir el alcance de estas afirmaciones de Tales, considerando como antecedentes suyos las afirmaciones de quienes por ejemplo Homero y otros consideraron al Ocano y a Tctis como padre y madre respectivamente de las cosas. Asi-mismo algunos recordaron la creencia segn la cual los dioses juraban sobre la Estigia (laguna de los infiernos y, por lo tanto, agua), sealando que aquello sobre lo cual se jura constituye precisamente lo primero y lo supremo (el principio). Sin embargo es muy clara la diferencia entre la postura de Tales y estas otras que acabamos de mencionar. Tales basa sus afirmaciones en el puro razonamiento, en el logos, y los otros en cambio se basaban en la imaginacin y en el mito. Aqul presenta una forma de conocimiento que procede de argumentaciones racionales, mientras que stos slo aducen creencias fantslico-poiicas. Por lo dems, el nivel de racionalidad al que ya se haba elevado Tales, tanto en general como en particular, lo demuestra el hecho de haber investigado los fenmenos celestes hasta el punto de predecir (ante el estupor de sus conciudadanos) un eclipse, quizs el del 585 a.C. Tambin se halla ligado con su nombre un teorema clebre de la geometra.

    No se debe creer, empero, que el agua de Tales consiste en el elemen-to fsico-qumico que bebemos. El agua de Tales hay que considerarla de una manera totalizante, como aquella physis lquida originaria, de la que todo se deriva y de la que el agua que bebemos 110 es ms que una de sus mltiples manifestaciones. Tales es un naturalista en el sentido antiguo del trmino y no un materialista en el sentido moderno y contemporneo. En la prctica su agua llegaba a coincidir con lo divino. Dios, deca, es la cosa ms antigua, porque no es generado, es decir, porque es principio. Se introduce as una nueva concepcin de Dios: se trata de una concep-cin en la que predomina la razn y que se halla destinada como tal a

  • A n u x i m u i u J r o d e M i l c l o

    eliminar muy pronio todos los dioses del politesmo fantstico-poctico de los griegos.

    Y cuando Tales afirmaba adems que todo est Heno de dioses, quera decir que todo est penetrado por el principio originario. Puesto que el principio originario es vida, todo est vivo y todo tiene un alma (panpsiquismo). Adujo el ejemplo del imn que atrae el hierro como prueba de la universal animacin de las cosas (la fuerza del imn es un^ manifestacin de su alma, de su vida). ^

    Con Tales el logos humano se introduce con seguridad en la senda de. la conquista de la realidad en su integridad (el problema del principio' de todas las cosas) y en algunas de sus partes (aquellas que constituyen el! objeto de las ciencias particulares, que es la denominacin que hoy les ' damos).

    1.2. Anaximandro de Mileto

    Anaximandro, nacido hacia el final del siglo vn a.C. y muerto a princi-pios de la segunda mitad del siglo vi, fue probablemente discpulo de Tales. Compuso un tratado Sobre la naturaleza, del cual nos ha llegado un fragmento. Constituye el primer tratado filosfico de Occidente y el pri-mer escrito en prosa de los griegos. Se haba vuelto necesaria una nueva forma de composicin literaria ya que el logos deba quedar libre de las cadenas de la mtrica y del verso, para responder con plenitud a sus propias exigencias. Anaximandro intervino ms activamente an que Ta-les en la vida poltica. Se nos narra, adems, que comand la colonia que emigr desde Mleto a Apolonia.

    Con Anaximandro se profundiza en la problemtica del principio. Considera que el agua ya es algo derivado y que el principio (arkhe) consiste en cambio en lo infinito, es decir en una naturaleza (physis) in-finita e in-det'inida, de la cual provienen absolutamente todas las cosas que son.

    El trmino utilizado por Anaximandro es a-peiron, que significa aque-llo que carece de lmites tanto externos (lo que es espacialmente y, por tanto, cuantitativamente infinito) como internos (lo que es cualitativa-mente indeterminado). Precisamente porque no est limitado cuantitativa y cualitativamente, el pncipio-apeiron puede dar origen a todas las cosas, de-limitndose en diversas formas. Este principio abraza y circunda, go-bierna y rige too, porque en tanto que de-limitacin y de-terminacin suya, todas las cosas se generan de l, con-sisten y son en l.

    Esto infinito aparece como lo divino, porque e inmortal e indestruc-tible. Anaximandro no slo atribuye aqu a su principio las prerrogativas que Homero y la tradicin antigua atribuan a los dioses, esto es, la inmor-talidad y el regir y gobernarlo todo, sino que va ms all, especificando que la inmortalidad del principio debe ser tal que no admita un fin, pero tampoco un inicio. Las antiguas deidades no moran, pero nacan. En cambio lo divino de Anaximandro no nace, al igual que no muere. De este modo, como se ha sealado a propsito de Tales, queda socavada la base en que se apoyaban las teo-gonas, es decir, las genealogas de los dioses en el sentido utilizado por la mitologa tradicional griega.

  • As se comprende an mejor lo que antes hemos afirmado. Estos pri-meros filsofos prcsocrticos son naturalistas en el sentido de que no contemplan lo divino (el principio) como algo distinto del mundo, sino como la esencia del mundo. Sin embargo no tienen ninguna relacin con concepciones de tipo materialista ateo.

    En Anaximandro, pues, Dios se convierte en el principio, mientras que los dioses se convierten en los mundos, los universos que como veremos son muy numerosos; slos, en cambio, nacen y perecen de forma cclica.

    Tales no se haba planteado la pregunta acerca de cmo y por qu todas las cosas proceden del principio. Anaximandro s se la plantea y el fragmento de su tratado que ha llegado basta nosotros contiene la respues-ta a este problema: All donde las cosas encuentran su nacimiento, tam-bin se lleva a cabo su disolucin, de acuerdo con la necesidad; recproca-mente se sufre la pena y se paga la culpa de la injusticia, segn el orden del tiempo. J

    Anaximandro probablemente pensaba que el mundo est constituido por una serie de contrarios, y que stos tienden a atropellarse el uno al otro (calor y fro, sequedad y humedad, etc.). La injusticia consistira precisamente en este atropello. El tiempo es visto como un juez, en cuan-to asigna un lmite a cada uno de los contrarios, acabando con el predomi-nio de uno sobre otro, y vicecersa. Como es obvio, no slo es injusticia la alternancia de los contrarios, sino tambicn el ejercicio mismo ele los con-trarios, puesto que para cada uno de ellos nacer implica de inmediato contraponerse al otro contrario. Y dado que el mundo nace de la escisin de los contrarios, en esto reside la primera injusticia, que habr que expiar mediante la muerte (el fin) del mundo mismo, que ms tarde volver a nacer de acuerdo con determinados ciclos temporales, indefinidamente.

    Existe por lo tanto, tal como algn especialista ha sealado con preci-sin, una doble injusticia y por consiguiente una doble necesidad de expia-cin: a) por una parte, que el mundo haya nacido a travs de la escisin en opuestos de la unidad del principio, y b) por otra, el intento que des-pus de la escisin lleva a cabo cada uno de los opuestos de usurpar, lleno de odio hacia el otro, la condicin de nico superviviente y domina-dor, que sera al mismo tiempo una usurpacin del lugar y de los derechos de lo divino, inmortal e indestructible (R. Mondolfo). Parece innegable que en esta concepcin (como han sealado muchos autores) se han filtra-do nociones religiosas de talante rfico. Ya hemos indicado que para el orfismo resulta central la idea de una culpa originaria y de la expiacin de sta y, por lo tanto, el concepto de una justicia equilibradora. Con rela-cin a este punto el logos de Anaximandro toma en prstamo su idea central de las representaciones religiosas. Su discpulo Anaxmenes, como veremos, intentar ofrecer una respuesta puramente racional a este problema.

    Al igual que el principio es infinito, tambin son infinitos los mundos, como ya se ha sealado, en el sentido de que este mundo nuestro es uno ms en la serie de mundos que lo han precedido y que lo seguirn (dado que cada mundo nace, vive y mucre), y en el sentido de que nuestro mundo coexiste al misino tiempo con una serie infinita de otros mundos (y todos ellos nacen y mueren de forma anloga).

  • Anaxmenes de Mileto

    A continuacin expondremos cmo explica Anaximandro la gnesis del cosmos. Los dos primeros contrarios fundamentales el calor y el fro se generaron mediante un movimiento, que es eterno. El fro, ele-mento de origen lquido, habra sido en parte transformado en aire, por el fuego-calor que formaba la esfera circundante. La esfera del fuego se habra dividido en tres partes, dando origen a la esfera del sol, la de la luna y la de los astros. El elemento lquido se habra congregado en las cavidades de la tierra, constituyendo los mares.

    La tierra, a la que se atribuye una forma cilindrica, permanece sus-pendida sin que nada la sostenga, pero se mantiene en su lugar debido a la igual distancia entre todas sus partes, es decir, por una especie de equili-brio de fuerzas. Del elemento lquido, y por la accin del sol, nacieron los primeros animales de estructura elemental, de los que fueron poco a poco desarrollndose los animales ms complejos.

    El lector superficial se equivocara si juzgase estas opiniones como algo excesivamente pueril, ya que como hace tiempo han puesto en claro los expertos se trata de una visin notablemente anticipadora. Pinsese, por ejemplo, en la osada de representar la tierra sin necesidad de un sostn material (en Tales la tierra flotaba, es decir, se apoy