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ReligionRelacion_AF05_ReligionRelacionREGALO.qxd 10/05/12 20:19 Page 4

PEDRO NAVARRO VÍRSEDA

¿RELIGIÓN O RELACIÓN?

Una reflexión espiritual


ÍNDICE

LA RELIGIÓN 11El sentimiento religioso en el ser humano 14¿Un sentimiento innato o creado? 17Un sentimiento dado por el Creador 18El significado de la palabra religión 21El fundamento religioso del mundo actual 25¿Por qué la religión? 29¿Estableció Jesucristo una religión? 32LA RELACIÓN 39El significado de la palabra relación 40¿Cuál es el propósito original de Dios? 42¿Qué testimonios humanos tenemos de que

es posible esa relación? 44¿Qué ha hecho Dios a favor de esa relación? 46¿Cuál es el corazón de Dios respecto de

su criatura? 50El camino de salvación preparado por Dios

el padre 54Los misterios de Dios, el Eterno, en su trato

con el hombre 58¿Por qué era necesario un salvador en forma

de hombre? 61La autopresentación de Jesucristo como

el hijo de Dios 65El entendimiento y enseñanza de los discípulos de Jesús 67Conclusión 71Testimonios 83Conocer a Dios personalmente 93Plan de lectura de la Biblia en un año 101Epílogo 117


LA RELIGIÓN

Aunque parezca paradójico, en el mundo actual en quevivimos, que se destaca por un materialismo rampante—voraz, ambicioso y sin escrúpulos—, además de que-rer implantar el laicismo por los políticos progresistas,sigue habiendo muchas religiones o formas religiosas,por las cuales se distingue a las personas y a las nacio-nes. Son formas y enseñanzas religiosas, pasadas a loshijos por los padres o abuelos, que quedan grabadas dealguna manera en lo más íntimo de la persona, mar-cándoles para siempre, aunque sólo sea en su conductay valores interiores, aunque no se manifiesten externa-mente o sean practicantes. Un ejemplo de ello en elmundo occidental, es la oración del Padre nuestro,¿quién no sabe esa oración? Hablando desde un puntode vista personal, yo re-cuerdo a mi difunta ma-dre enseñándome ésa yotras oraciones o rezoscuando yo era niño. Sí, enla era de la posmoderni-dad, en la que cada uno vaa lo suyo, sumido en supropia individualidad, si-gue dándose la paradojade que hay muchos sen-timientos religiosos queaún siguen vivos dentro de las personas, como aga-zapados a pesar de los tiempos de descreimiento que co-rren. En general, con escasas excepciones, me atrevería

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Sigue dándose laparadoja de que haymuchos sentimientosreligiosos que aúnsiguen vivos dentro de las personas.


a decir que hay un cierto temor reverente de Dios comoel Creador —a veces, dormido interiormente— comoalgo innato o imperceptible dentro de cada uno de nos-otros. Además, la vida parece estar condicionada a laforma religiosa de ser de cada uno en particular.

Sin embargo, por otro lado, externamente, la sociedadoccidental del progreso y las nuevas tecnologías pa-rece haberse apartado de sus raíces judeocristianaspersonales que durante siglos les había distinguido, pa-ra sumergirse en un estilo de vida independiente, ena-jenados de toda manifestación religiosa en su vida per-sonal, habiendo sido ésta relegada (salvo excepciones) aunos servicios religiosos puntuales: el bautismo de ni-ños recién nacidos, la Primera Comunión como una

manifestación suntuosay de distinción en las fa-milias tradicionales; enun gran número de bo-das, y también en los en-tierros, donde parece deobligado cumplimientoestar acompañado de unsacerdote, para darle suúltimo adiós al difunto,por el miedo a qué habrádetrás de la muerte.

No obstante, los sentimientos religiosos específicosde cada persona, siguen ahí perennes en cada uno denosotros. Eso jamás se desarraigará de lo profundo del

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La sociedadoccidental del

progreso y las nuevastecnologías parece

haberse apartado desus raíces

judeocristianas.


alma de cada ser humano consciente, aunque exterior-mente no se pronuncie por ninguna tendencia religiosaen particular. También es cierto que para muchos el di-nero, el sexo, la droga, el juego, el ocio y aún la tecnolo-gía moderna, como también el propio trabajo, se hanconvertido en una nueva religión de nuestros días queha sustituido a cualquier otro sentimiento o principioreligioso de otra índole, primando lo material sobre loespiritual.

La mayoría de esas personas no entienden de otra cosaque no sea cómo conseguir su nuevo tótem o dios delmaterialismo —al precio que sea— dando por acabadoslos principios o enseñanzas de siempre, de toda la vida,acerca del Dios Creador y revelado en la Biblia, por undios propio diseñado a su propio gusto y conveniencia.Conocida es la frase de:«Yo creo en Dios a mimanera» o «Yo tengo mipropio dios». De ahí quenos sentimos desorien-tados ante tantos diosese imágenes, sin saber adónde acudir dentro detanta confusión, aun encontra de lo que el Dios dela Biblia reveló en el Sinaíhace 3.300 años diciendo:«No tendrás dioses ajenos delante de mí… ni te harás ima-gen».

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Nos sentimosdesorientados antetantos dioses eimágenes, sin saber adónde acudir dentrode tanta confusión.


EL SENTIMIENTO RELIGIOSO EN EL SER HUMANO

El sentimiento religioso del hombre se pierde en lahistoria de los tiempos. Siempre se ha dicho que elhombre es un ser religioso por naturaleza. Cuandodigo el hombre estoy hablando del hombre y la mujer. Ydigo esto para constatar y resaltar que la mujer se hamanifestado siempre como más religiosa que el hom-bre, como más sensible a lo sobrenatural o desconocido.Siempre se critica o se hace observar que la religión escosa de mujeres, dando a entender que las mujeres sonmenos inteligentes que los hombres, y por eso son máscreyentes. ¡Qué injusticia más grande y cuán insensatoes dicho razonamiento! También se opina que las igle-sias están llenas de mujeres y éstas en su mayoría son

ya de edad avanzada,porque no tienen otra co-sa mejor que hacer, o por-que se van acercando ha-cia el fin de sus días. Pero,¿es esto verdad? ¿No se-rá, más bien, que algunosmanifiestan ese senti-miento religioso exterior-

mente más que otros, por medio de sus prácticas reli-giosas, para acallar su conciencia, y enfrentarse a Diossegún el conocimiento que tienen de Él? ¿O no será,más bien, que todos los hombres, en todos los lugaresdel planeta y, desde el principio de la existencia mismadel hombre en la tierra, han manifestado ese senti-

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Siempre se ha dichoque el hombre es un

ser religioso pornaturaleza.


miento de sumisión ante un Ser Supremo, o ante loselementos sobrenaturales como el Sol y la Tierra pro-piamente, como resultado de su propia introspección?

Aunque no hay pruebas fehacientes escritas acer-ca de esas manifestaciones prehistóricas, sí las hay ma-nifestadas por hallazgos arqueológicos que dan cons-tancia del espíritu religioso y del temor reverencialante un Ser Superior, ya sea en forma de sol, luna, o lapropia madre naturaleza, inclinándose ante tanta ma-jestuosidad. Al ver salir el sol cada día, contemplar suresplandor y recibir su calor y beneficios, así como el re-flejo que la Luna recibe del Sol durante la noche dentrode un ciclo cambiante, le hicieron crear a nuestros an-cestros grandes sistemas religiosos de tipo sagrado, esdecir, inamovible para ellos, porque su estupor ante tangran manifestación era para ellos considerado como al-go superior, ante lo cual debían postrarse, como si de al-go sagrado o intocable se tratara. Ése era su entendi-miento y así lo practicaron, y hasta algunas etniasllegaron al extremo de dar a sus propios hijos primogé-nitos en sacrificios para pacificar a esos dioses, que lesexigían lo mejor de ellos mismos, según las enseñanzasde sus crueles sacerdotes.

Lógicamente, ante esa realidad constatable por la histo-ria de la humanidad, se podría hacer la pregunta: ¿dedónde nace ese sentimiento? ¿Es algo innato, algo crea-do por el mismo hombre, que se ha extendido hastanuestros días? La respuesta del hombre moderno no sehace esperar, diciendo que todas las religiones son obrade los mismos hombres, y que ha sido el hombre el que

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ha creado sus propios dioses, desde tiempo inmemorial,porque los necesitaba como parte de su existencia; y quesi no los hubiere, los crearía de todas formas.

Resulta curiosa esta conclusión del hombre mo-derno, porque es a la vez obvia la pregunta o reflexión:¿después de tantos siglos de historia, ha sido el hombretan irracional durante un periodo tan largo de tiempo?¿No será, más bien, que ante el misterio de un DiosCreador, su soberbia le impide ser como un niño inge-nuo, inocente, que ante la majestuosidad del propiouniverso se sigue rindiendo y sometiendo en nuestrosdías, como aquellos hombres ancestrales? ¿No cabenaquí las palabras de Jesucristo, que dijo: «El que no sevolviere como un niño no puede ver el Reino de Dios?».

Aprovechando el momento de nuestra introduc-ción, y para ayudarnos a comprender el propósito finalde nuestra obra, recordemos aquellas palabras, tambiénde Jesucristo, que dijo: «El que me ha visto a mí, ha vistoa Dios el Padre» (Juan 14.9). En otras palabras, Jesucristoes la revelación en carne del Dios invisible, del cual se-guimos preguntándonos: «¿Dónde está?»

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¿UN SENTIMIENTO INNATO O CREADO?

Sería correcto hacernos la pregunta: ¿Por qué hayeste sentimiento religioso innato en el hombre engeneral? Podríamos contar de famosos ateos que sedieron a conocer como tales durante su vida, pero que ala hora de su muerte expresaron su gran equivocación,arrepintiéndose de su postura de incredulidad, recono-ciendo su soberbia ante tan grande majestuosidad delDios Creador, y todo esto ante la incógnita, por excelen-cia, en el hombre a la pregunta: ¿de dónde vengo y adónde voy? Tampoco vendría mal recordar el testimo-nio de enfermeras y personal sanitario que han sidotestigos del horror manifestado en los momentos fina-les de la vida de esas personas declaradamente ateas,dando claras muestras depavor ante la muerte, en-vueltos en gritos de des-esperación, aferrándose ala vida.

Es evidente que haymuchas incógnitas to-davía sin resolver por elhombre moderno de nuestros días —a pesar de losinfinitos adelantos en el mundo de la ciencia— que nossiguen dejando asombrados, y también, ¿cómo no? porla incapacidad del hombre mortal de descubrir lo des-conocido, y porque según va descubriendo nuevos ha-llazgos se encuentra con la inmensidad del universo y

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¿Por qué hay estesentimiento religiosoinnato en el hombreen general?


de los secretos de la propia vida. Es decir, cuanto másdescubre el científico, más atónito se queda ante lagrandeza de la Creación. Por muchas teorías y elucu-braciones que los científicos ateos nos hagan —aunquetambién hay científicos profundamente creyentes queopinan de otra forma—, nunca podrán demostrar, consus infinitas teorías, que a un relojero le dan todas laspiezas de un reloj y tirando todas las piezas al aire, porpura casualidad o azar, todas las piezas engranarían lasunas con las otras y comenzaría automáticamente amarcar la hora, para ponerlo a continuación en nuestramuñeca, como dijera Einstein.

UN SENTIMIENTO DADO POR EL CREADOR

¿Realmente ha fabrica-do el hombre, desde suorigen, el sentimientoreligioso y de sumisiónante un Ser Superior, oes algo intrínseco en él,que le ha sido dado des-de su nacimiento? Den-tro del mundo animal, encuya clasificación entra-mos la raza humana, nos

distinguimos del mundo animal porque somos seresinteligentes que pensamos y expresamos nuestros pen-samientos y sentimientos. ¿Es esto algo fortuito, o nos

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¿Realmente hafabricado el hombre,desde su origen, el

sentimiento religiosoy de sumisión anteun Ser Superior?


ha sido dado? Evidentemente, el hombre natural, aun-que quede absorto ante la complejidad del universo, asícomo de la propia naturaleza y de todo lo que existe —incluyéndonos a nosotros mismos, la especie humana,con su inusitada perfección y diseño— se muestra fa-vorable a pensar que ese sentimiento religioso ha sidocreado por el hombre mismo a lo largo de la historia, ypor eso, se ha sometido a la Creación, creando sus pro-pios dioses.

Tristemente, el hombre moderno, incrédulo, agnóstico oateo —en términos generales— en su soberbia, ni si-quiera se plantea el someterse a la maravilla de la natu-raleza y a la de su propia creación como ser inteligente,como expresión de sumisión y humildad, sino que secree con el derecho de disfrutarla para su propio bien y,sin embargo, no desea en-trar en una introspeccióny descubrir su propio co-razón ante tan majestuo-sa realidad. Aunque pormedio de la ciencia des-arrollada por el hombreen los últimos 50 años, sehaya demostrado que tie-ne una capacidad asombrosa para crear, tanto como pa-ra sentirse él mismo un dios, el científico honrado ex-clama: «¡Cuán poco sabemos de todo lo que haydetrás del universo y de nosotros mismos!».

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«Cuán poco sabemosde todo lo que haydetrás del universo yde nosotros mismos.»


Entonces, ¿de dónde viene ese sentimiento religioso yde sumisión a lo sobrenatural? Aparentemente, elhombre natural no tiene respuestas, pero ¿es ver-dad que no hay respuestas? Hay dos afirmacionesclaras en el libro por excelencia, la Biblia:

1º. El hombre ha sido creado a imagen y semejanzade Dios y, por lo tanto, la creación humana lleva su se-llo, su imprimátur, creamos o no en Él. Dios es Espírituy al crearle sopló en el hombre su hálito divino (Génesis2.7). Esto es algo absoluto, y el sentimiento religioso y detemor reverente en el hombre es una expresión absolu-ta de la voz de Dios en el interior del ser humano. Al-guien dijo que la conciencia es la voz de Dios dentro delser humano.

2º. Hay otra afirmación del sabio Salomón en sulibro de Eclesiastés 2.11 que confirma lo anterior: «Todo

lo hizo hermoso en sutiempo; y ha puesto eterni-dad en el corazón de ellos,sin que alcance el hombrea entender la obra que hahecho Dios desde el princi-pio hasta el fin».

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Aparentemente, elhombre natural no

tiene respuestas, pero¿es verdad que nohay respuestas?


EL SIGNIFICADO DE LA PALABRA RELIGIÓN

Hasta aquí hemos escarbado someramente, sin preten-siones científico-históricas, en el sentimiento religiosoque se ha manifestado a través de los tiempos en elhombre desde sus orígenes, pero hemos de averiguarqué significa la palabra religión, o más bien, qué haquerido expresar el hombre al introducir en su vo-cabulario la palabra ‘religión’.

Posiblemente nunca nos hayamos planteado pre-guntarnos qué significa la palabra ‘religión’; ¿qué sequiere decir con dicha palabra? En el mundo occiden-tal, cuya civilización seconsidera de origen jude-ocristiano, normalmentela palabra religión la aso -ciamos a la Iglesia, perohubo otros antes que lausaron sin ser cristianos,por ejemplo, Cicerón, quevivió en el siglo anterior aJesucristo, que hablaba dela religión verdaderausando la palabra Rele-gere, que significa: volvera leer; y lo expresa dicien-do: «Relegere es tomarconciencia de las verdades sobrenaturales y de las cosasdivinas. Tomar conciencia de la revelación de Dios y sucontenido, volver a leer para obtener el sentido de la re-

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Hemos de averiguarqué significa lapalabra religión, omás bien, qué haquerido expresar elhombre al introduciren su vocabulario lapalabra ‘religión’.


ligión verdadera, porque hay una sola». Esto lo decía unescritor del Imperio Romano pagano, que eran adora-dores del Sol. Lo que nos da a entender que desde el co-mienzo del Imperio Romano, sus sacerdotes paganoshabían venido reflexionando sobre esa fascinante natu-raleza y el Ser Superior para ellos, el Sol Invicto, y suconclusión de religión es: Volver a leer para llegar acomprender las enseñanzas, los ritos, las formas de ex-presión del paganismo que practicaban, y esto lo consi-deraban la verdadera religión o Relegere.

Llegamos al siglo IV, y nos encontramos con un escritorcristiano llamado Lactancio. Él habla de la religión co-mo Religare, es decir, volver a ligar y lo considera unlazo que ata al hombre con Dios. Esta vez no es religarsea la religión pagana de Cicerón sino salirse de esos con-ceptos paganos (porque él era de origen romano y, porlo tanto, pagano), para atarse y ligarse a los nuevosprincipios enseñados hasta ese tiempo por la Iglesia deJesucristo; acerca del Mesías de Israel y las enseñanzasdadas por Él mismo y sus apóstoles, que hasta ese mo-mento se habían mantenido bastante cerca de la purezadel mensaje original, que revolucionó la sociedad delImperio Romano. Aunque ya habían comenzado cier-tas desviaciones del mensaje original. Sería a partir del313 d.C. cuando la iglesia cristiana dio un vuelco espec-tacular, convirtiéndose en una institución de carácterpolítico-social-religioso, por la intromisión del empera-dor romano Constantino, que cambiaría el curso de lahistoria de la Iglesia de Jesucristo, en cuanto al aleja-miento de la revelación dada por el Mesías de Israel y

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sus enviados o apóstoles. Probablemente, esa revolucióntransformadora y regeneradora del mensaje de reden-ción para la humanidad, le hizo comprender a Lactan-cio, como creyente, que era el camino de la revelación deDios para el hombre, y por eso le aplicó el nombre deReligare, volver a ligar, con el verdadero Dios de laCreación.

Finalizando la segunda mitad del siglo IV y entrandoen la primera parte del siglo V, unos años después delmencionado Lactancio, aparece el conocido san Agus-tín, que aunque había sido enseñado en la doctrina cris-tiana por su madre, la abandonó hasta que tuvo su pro-pia conversión personal a Cristo, el Mesías. Se habíaacercado a la Filosofía Griega y también al Maniqueís-mo, que era similar al Gnosticismo. Eran de tipo abs-tracto y se acercaban a las distintas culturas aceptandoelementos del Cristianismo y del Budismo. Con todoese trasfondo en su vida, llega a su conversión al Cris-tianismo, cuando expresa que para llegar a la Verdad deDios, el hombre debe volverse hacia sí mismo y buscar-lo en el fondo de su alma; entonces Dios aparece comoel Sol (se puede observar el instinto pagano de la pobla-ción romana con relación al sol invicto, que era el diosromano), que ilumina las verdades eternas, a fin de queel alma las vea. Por todo lo expuesto anteriormente,cuando él habla de religión la define como: Religere,que significa Reelegir o volver a elegir, queriendo ex-presar que por medio de la religión —en este caso la re-ligión cristiana— el hombre vuelve a Dios de maneralibre y voluntaria. Así que nos encontramos con tres

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palabras diferentes Relegere = Releer o volver a leer;Religare = Religar o volver a ligar y Religere = Ree-legir o volver a elegir.

¿Qué hay detrás del pensamiento de estos tres eruditos,que expresaron la religión desde ángulos distintos? Pa-ra Cicerón, relegere —releer— es revisar todo lo escri-to anteriormente en lo relacionado con los conceptos,ritos y normas para no perder de vista a la divinidad,aunque fuera pagana. Para Lactancio, religare —reli-gar— suponía religarse, vincularse, unirse con el ver-dadero Dios —del cual estaba desvinculado por causade la ignorancia, pero que procedía de Él— por mediode las enseñanzas de Jesucristo y sus apóstoles, segúnhabía sido transmitido dos siglos antes al mundo judío,y posteriormente, al mundo gentil (no judío) de aqueltiempo. Finalmente, para san Agustín, era Religere, —reelegir— elegir la opción única y verdadera en vez dela Filosofía Griega y el sincretismo del Maniqueísmoque le habían desviado del verdadero camino para lle-gar a Dios. Podíamos concluir que la religión es la basey el fundamento donde están todos los conceptos, ritosy normas para llegar a la divinidad, ya sea como culto alDios verdadero revelado a través de su hijo Jesucristo; ode los dioses paganos, o de los sistemas filosóficos de lasreligiones orientales carentes de un dios o divinidad.

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EL FUNDAMENTO RELIGIOSO DELMUNDO ACTUAL

En estos tiempos modernos tenemos conocimiento delas diferentes religiones existentes en nuestro mundocontemporáneo, especialmente desde que tenemosconstancia, por medio del Código de Hammurabi (es-crito con caracteres cuneiformes, hace cerca de 3.700años aproximadamente), fundador del primer reino ba-bilónico (el actual Irak), que entre otras cosas impulsóel desarrollo económico social ordenado, y además,atendió a las construcciones religiosas, pasando el diosbabilónico Marduk —Merodak o Bel en la Biblia (Jere-mías 50.2)— a ser la principal divinidad (1).

Desde ese tiempo del que tenemos constancia escrita,sabemos que el hombre seha manifestado como unser religioso, y ha creadodistintos sistemas religio-sos de los cuales tenemosconocimiento en nuestrosdías. La estadística toma-da de la EnciclopaediaBritánica nos informaque hay unos 1.900 millones de cristianos en sus tresvertientes principales: Cristianos católico-romanos, or-todoxos y protestantes o evangélicos. Todos juntos, apa-rentemente, forman el 34% de la población mundial.

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La historia de lasreligiones muestrauna gran diversidadde formas religiosas.

(1) Comentario tomado de la Enciclopedia Salvat


Por otro lado hay unos 883 millones de musulmanes,663 de hindúes, y 311 de budistas, además de otros gru-pos más pequeños, como por ejemplo los judíos. Los ate-os son escasamente el 4,5% de la población mundial.

La historia de las religiones muestra una gran di-versidad de formas religiosas: Animismo, Culto alos Muertos, Culto a la Naturaleza, Religiones Mis-téricas, Fetichismo, Totemismo, creencias en uno ovarios dioses. Dentro de éstas, las hay primitivas y su-periores, particularistas y universalistas. Se distinguentambién como religiones tradicionales y fundadas, yasea que se basen en una tradición inmemorial o tenganun fundador. Las principales religiones universales, co-mo el Budismo, Cristianismo e Islam son religionesfundadas y respaldan sus enseñanzas en una revela-ción o iluminación particular. Dentro de todas ellas lashay teístas o ateas, según tengan o no dioses en sentidoestricto. El Budismo, por ejemplo, puede considerarseuna religión atea —es decir, sin estar basada en un diosespecífico, sino en un sistema filosófico. En la actualciencia de las religiones parece imponerse la carac-terización de la religión en términos de relación a losagrado y de esperanza de salvación.

También el filósofo Inmanuel Kant (s XVIII) tiene susobservaciones acerca de la religión diciendo: «Lo morales el centro de la religión». Y realmente esto —lo mo-ral— será el referente por excelencia de la religión,tanto en las religiones sin un dios, como es el Budismo,Hinduismo o Brahmanismo, que son sólo religiones fi-

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losóficas de tipo ético y hasta esotérico, creadas por susfundadores para el desarrollo interno propio del hom-bre, por sí mismo, sin un dios, así como aquellas que es-tán fundadas en el principio revelador de la Biblia comoel Judaísmo o el Cristianismo.

Otro caso aparte es la religión del Islam, cuyo fundadorfue Mahoma en el s VII, diciendo que era la revelaciónsuprema para los hombres según las indicaciones que élhabía recibido de Alá —el nombre dado por Mahoma alverdadero Dios— en sustitución del Dios por antonoma-sia hasta ese momento, que es el Dios de Israel, el Dios dela Biblia, el Dios de los ju-díos y de los cristianos.

Según el Corán, Abrahame Ismael, fueron los quelevantaron el fundamen-to de la Ka’ba, es decir, elSantuario que existía des-de los tiempos de Abra-ham. Dicen los eruditosque allí en la Ka’ba había354 ídolos, según los díasdel mes lunar, que es de354 días, uno de ellos eraAl-Ilá, el dios por excelen-cia en comparación con elresto de los dioses o ídolos que había en la Ka’ba, y éstefue elegido por Mahoma como el Dios único en sustitu-ción del Dios de los judíos y de los cristianos.

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En la actual ciencia delas religiones pareceimponerse lacaracterización de lareligión en términosde relación a losagrado y deesperanza desalvación.


Aunque el Islam es considerado como una religión mo-noteísta, equiparada al Judaísmo y al Cristianismo, esconveniente hacer notar la diferencia de que efectiva-mente creen en un solo dios, es decir, rechazan los ído-los o imágenes, pero no es el Dios de la Biblia, al que elmundo occidental llama Dios.

Islam significa: Entrega a la voluntad de Alá, que esquien supuestamente reveló a Mahoma todos los pre-ceptos y leyes que llaman Sharía y que todo musulmánestá obligado a creer y practicar. Dicen también los ex-pertos que el Corán no fue escrito hasta como un siglo

más tarde después deMahoma, recogiendo lasenseñanzas que Mahomahabía transmitido a lossuyos, siempre circuns-critos al mundo árabe,incluyendo entre ellas lapermisividad de matar alinfiel —es decir, el nocreyente en el Islam, es-pecíficamente— y es loque se conoce como Yi-had, o guerra santa delIslam, para exterminar alos infieles que no se so-meten a la voluntad deAlá.

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Desde el punto devista de la psicología,la religión aparece

como un fenómeno derelación voluntaria

con un sersobrehumano y

poderoso en cuyaexistencia se cree.


Por otro lado, desde el punto de vista de la psicología,la religión aparece como un fenómeno de relaciónvoluntaria con un ser sobrehumano y poderoso encuya existencia se cree. Esta relación comporta un sis-tema de creencias y un conjunto de experiencias, senti-mientos y actitudes. Diríamos que el principal funda-mento de la persona religiosa es la esperanza de lainmortalidad, tanto por medio del desarrollo de unaética y de una iniciación y práctica de los ritos y normasestablecidos por la religión en particular, para alcanzarla inmortalidad, que es la esperanza innata también enel ser humano(2).

¿POR QUÉ LA RELIGIÓN?

A pesar de todo lo dicho,resulta muy difícil con-cretar y comprender loque queremos decir conreligión o ser religioso.Ya hemos visto que lapalabra religión nos de-ja en la incertidumbre,apun tando a tres palabrascomo su posible origen,como hemos visto ante-riormente. No obstante,estamos acostumbrados a entender que, cuando habla-

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Resulta muy difícilconcretar ycomprender lo quequeremos decir conreligión o serreligioso.

(2) Comentarios tomados de la Enciclopedia Salvat


mos de una religión, estamos hablando de un cumpli-miento rígido, absoluto y de sumisión total a las nor-mas establecidas. Hasta el extremo de usar ese princi-pio para expresar otras ideologías políticas o deportivas,diciendo: «Esto es como una religión para él». ¿Cuál esel fin? La salvación eterna del alma.

Aquí podríamos recordar la famosa frase de KarlMarx: «La religión es el opio del pueblo». Aunquepara la persona creyente esa frase resulta muyofensiva, no se debe olvidar que Karl Marx, que era deorigen judío, fue creyente cristiano durante su juven-tud; su propio padre se convirtió al cristianismo y erapastor protestante. Existe un documento de KarlMarx, que se conserva en una universidad de EE UUen el que relata (en un ensayo de redacción de Len-

gua) su encuentro per-sonal con Jesucristo ysu evangelio de salva-ción.No es de sorprenderque él inventara el comu-nismo, porque había be-bido de las fuentes delEvangelio, y de ellas vio yentendió que las ense-ñanzas del Mesías de Is-rael, —Yeshúa HaMashí-aj, Jesucristo— acerca delReino de Dios en la tie-rra, eran de verdaderajusticia y paz.

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Existe un documentode Karl Marx […] enel que relata (en unensayo de redacción

de Lengua) suencuentro personalcon Jesucristo y su

evangelio.


Si esto es así nos podríamos preguntar: «¿por qué hafracasado el Comunismo?». Sin duda alguna, porque elReino de Dios en la tierra será implantado por el Rey ySeñor de dicho Reino. Su Hijo mismo, que vendrá engloria, según ha prometido en el Evangelio. Sin duda al-guna, esto sólo puede suceder cuando el hombre cum-pla los requisitos del futuro Rey y Señor de dicho Rei-no: «Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y contoda tu alma, y con toda tu mente. Este es el primero ygrande mandamiento. Y el segundo, es semejante: amarás atu prójimo como a ti mismo. De estos dos mandamientosdepende toda la Ley y los Profetas» (Mateo 22.37-41). Esevidente que la comunidad de bienes (que es el signifi-cado de comunismo) no se puede llevar a cabo sin amara Dios en primer lugar y recibir su amor en nuestro co-razón, como fruto de nuestra conversión personal a Él.Es decir, el Comunismo ha fracasado porque se quisoimplantar por medio de la fuerza y el terror; en defini-tiva, sin Dios. El corazón egoísta del ser humano no po-drá jamás compartir con otros por voluntad propia; seproduce sólo cuando tiene el amor de Dios en su cora-zón. La esencia de Dios es el amor que entrega a su pro-pio Hijo y lo ofrece desinteresadamente, por Gracia, pa-ra abrir un camino de salvación a todos los que deseanla manifestación de su amor en sus propias vidas.

Volviendo a la famosa frase de Karl Marx, después dehaber dicho que fue un hombre creyente en su juven-tud, hemos de pensar que él no hablaba sin conocimien-to de causa. ¿Qué experiencias tuvo que le llevaron a

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acuñar tan famosa frase? Es difícil de descubrir. Noobstante, me atrevo a decir que posiblemente habíavisto la tibieza e hipocresía de las personas religiosas.Como hemos visto por enseñanza directa de Jesucristo,se manifiesta en aquel fariseo que sólo buscaba la auto-justificación por medio de sus propios méritos olvidandoel perdón personal de Dios y el amor a su prójimo.¿Dónde nos lleva esto? A pensar en nosotros mismos, ano entregarnos en amor a los demás. Por ende, KarlMarx vio una hipocresía terrible en la actuación deaquellos hombres y mujeres religiosos que seguían unaspautas dadas por las distintas manifestaciones o religio-nes cristianas. Es decir, que sólo lo hacían como aquelpueblo religioso de los días de Jesús, en los que Él les re-cordó las palabras del profeta Isaías: «Este pueblo de la-bios me honra; mas su corazón está lejos de mí» (Mateo15.8).

¿ESTABLECIÓ JESUCRISTO UNA RELIGIÓN?

Por supuesto que para mí, bajo una autorreflexión sin-cera, esas famosas palabras de Karl Marx tienen uncontenido profundo para reflexionar sobre si somossinceros con nosotros mismos, porque Dios no nos re-veló una religión, a través de su Hijo Jesucristo, elMesías, ni tampoco vino Él a establecer la nueva re-ligión que hoy en día lleva su nombre, el Cristianis-mo; sino que vino a confirmar la revelación dada por elPadre en el Monte Sinaí. En Mateo 5.17 dice: «No penséis

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que he venido para abrogar la Ley o los Profetas; no he ve-nido para abrogar, sino para cumplir». En definitiva, la religión o un sistema religioso (en miopinión) no tiene base bíblica. Dios no nos ha pre-sentado una religión a los hombres, sino una revela-ción para saber cómo restablecer nuestra comunióncon Él como criaturas suyas. Las religiones reveladas,como son el Judaísmo y el Cristianismo, tal y como seconocen en la actualidad, han sido fruto de un des-arrollo posterior por parte de sus dirigentes. En elJudaísmo, después de la revelación recibida en el Sinaí,se fue desarrollando la Torá Oral o tradición de los an-cianos, matizando y añadiendo otros conceptos que noeran los originalmente revelados por el Dios de Israel,llegando a tener en la actualidad incluso más autoridadque la propia Torá (Ley o conjunto de enseñanzas delAntiguo Testamento), re-velada en el Sinaí. En elCristianismo, a partir delsiglo IV, sucede lo mismo,comienzan a desarrollarsedogmas y cambios que lle-gan a convertirse en unainstitución religiosa, consu propia tradición, aleja-da de la revelación origi-nal dada por Jesucristo ysus apóstoles, pasando aser más tarde, el EstadoVaticano con representa-ción internacional, en

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Dios no nos revelóuna religión, a travésde su Hijo Jesucristo,el Mesías, ni tampocovino Él a establecer lanueva religión quehoy día lleva sunombre, elCristianismo.


contraposición flagrante a la respuesta de Jesucristo aPoncio Pilato: «Mi Reino no es de este mundo» (Juan18.36). Por otro lado, cuando intentamos definir qué es lareligión, nos encontramos con muchas variantes, yaque hay muchas variables aún dentro de la religióncristiana. Para muchos, existe la religión cristiana, se-gún los dogmas, creencias y ritos de la Iglesia Católico-Romana; para otros está la religión cristiana según laIglesia Ortodoxa; y para otros está la religión cristiana,según la Iglesia Protestante o Evangélica. Todos hablande la religión cristiana, pero todos son distintos entre sí,y todos —en mayor o en menor medida— dicen haber-se inspirado en la revelación dada por Dios en la Biblia.Unos toman ciertos conceptos o enseñanzas de la reve-

lación de la Biblia, y a es-to han añadido sus pro-pios desarrollos yentendimiento según haido pasando el tiempo.Han acomodado los dog-mas, creencias y ritos se-gún lo han entendido enese momento específicopara su propio beneficio,siempre posterior y con-trariamente a la revela-ción original dada por Je-sucristo y sus apóstoles,sobre quien fue edificadasu Iglesia o Congrega-

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Cuando intentamosdefinir qué es la

religión, nosencontramos con

muchas variantes, yaque hay muchas

variables aún dentrode la religión

cristiana.


ción, que es un cuerpo orgánico formado por el conjun-to de fieles y seguidores del Mesías alrededor del mun-do, pero nunca una Institución.

Con profunda tristeza vemos cómo aquellos que reci-bieron la revelación directa de Dios (Yahvé Elohim, elDios Eterno) por medio de Moisés en el Monte Sinaí, esdecir, el pueblo de Israel, en tan solo 1.300 años, habíanañadido suficientes normas a la interpretación del tex-to original revelado a Moisés, que cuando llega Jesús, elMesías, les denuncia diciendo: «… Así habéis invalidadoel mandamiento de Dios por vuestra tradición. Hipócritas,bien profetizó de vosotros Isaías, cuando dijo: Este pueblode labios me honra; mas su corazón está lejos de mí. «Puesen vano me honran, enseñando como doctrinas, man-damientos de hombres»(Mateo 15.6-9). Éste es elmeollo de la cuestión,añadir mandamientosde hombres a la revela-ción dada por Dios. Yeso es lo que podríamosllamar religión o siste-ma religioso.

Esa denuncia fue la quellevó a la cruz al MesíasYeshúa (Jesucristo). Elensañamiento de los diri-gentes religiosos, que po-nían por encima de la revelación directa de Dios los

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Eso es lo quepodríamos llamarreligión o sistemareligioso: Añadirmandamientos dehombres a larevelación dada porDios.


mandamientos añadidos de los hombres, como si vinie-ran del mismo Dios, y hasta estuvieron dispuestos aacusarle indignamente, sin testigos —conforme exigíala Ley o Torá—. Su ofuscación era tan grande que nopodían soportar ser recriminados por aquello que no eraparte de la revelación real de Dios a su Pueblo Israel yhabía sido añadido por los llamados sabios o ancianos.Sin más, podemos concluir que esto es la religión, po-ner encima de la revelación original del Dios de Is-rael —el Dios de la Biblia—, las enseñanzas desarro-lladas posteriormente por el hombre, añadidos einterpretaciones a esa revelación primaria en el trans-curso del tiempo y de la historia. Dios no nos ha dado

una religión o sistema re-ligioso por medio del cualpodemos ser justificadosdelante de Él, sino un ca-mino de salvación que essu propio camino, su Me-sías prometido: Jesucris-to.

Esto me hace pensar enaquella parábola dadapor Jesús acerca del fari-seo —hombre religioso,fiel cumplidor de suspreceptos— y del Publi-cano —el hombre no re-ligioso, pero que busca aDios porque oye su voz

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Esto es la religión,poner encima de larevelación originaldel Dios de Israel —el Dios de laBiblia—, lasenseñanzas

desarrolladasposteriormente por

el hombre.


en el corazón. Allí se reflejan perfectamente el hombrereligioso y el hombre que siente el peso de su concienciacomo pecador en necesidad y búsqueda de salvación, nopor sus méritos sino por la Gracia Divina. Recordemosel pasaje tal y como lo relató Jesús: «A unos que confia-ban en sí mismo como justos, y menospreciaban a los otros,dijo también esta parábola: Dos hombres subieron al tem-plo a orar: uno fariseo, y el otro publicano. El fariseo, puestoen pie, oraba consigo mismo de esta manera: Dios te doygracias porque no soy como los otros hombres, ladrones, in-justos, adúlteros, ni aun como este publicano; ayuno dosveces a la semana, doy diezmos de todo lo que gano. Mas elpublicano, estando lejos, no quería ni aun alzar los ojos alcielo, sino que se golpeaba el pecho, diciendo: Dios, sé propi-cio a mi pecador. Os digo que éste descendió a su casa jus-tificado antes que el otro; porque cualquiera que se enalte-ce, será humillado; y el que se humilla será enaltecido»(Lucas 18.9-14).

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LA RELACIÓN

Al hablar anteriormente del significado de la palabrareligión, nos hemos acercado a la idea de ligar de nue-vo con algo que había dentro de nosotros por naturale-za y que habíamos perdido y al descubrirlo, humana-mente hablando, hemos aceptado el conjunto dedogmas y ritos que eran la base principal de esa reli-gión, para intentar unirnos a ese algo que se había per-dido dentro de nosotros mismos. También puede habersido porque en el fondo, el seguir una serie de creen-cias y ritos en los que nos apoyamos, nos da tranqui-lidad y nos sentimosbien temporalmente,aunque en realidad si-gamos con un profundovacío e incertidumbredentro de nosotros.

Ahora nos encontramosante esa variable de la re-ligión: la ‘relación’. ¿Quése pretende con esta al-ternativa? Ante todo, yde manera primordial yabsoluta, distinguir queno es lo mismo ‘religión’que ‘relación’. Para llegara Dios Padre nunca po-dremos llegar por mediode una serie de dogmas y

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Seguir una serie decreencias y ritos en losque nos apoyamos, nosda tranquilidad y nossentimos bientemporalmente,aunque en realidadsigamos con unprofundo vacío eincertidumbre dentrode nosotros.


ritos, sino por medio de una relación de amor. No mepuedo imaginar a un hijo queriendo llegar a su padrepasando mediante un protocolo lleno de normas y ri-tos, sino yendo directamente a él por su derecho comohijo. Se acerca al padre, simplemente, porque es su hijo.No hay imagen más descriptiva en la Biblia que la pará-bola del Hijo Pródigo, relatada por el propio Jesucristo enel capítulo 15 del evangelio de Lucas. Un hijo que rompela relación con su padre, exigiéndole aun lo que todavíano era suyo (su futura parte de la herencia) y que des-pués de malgastarla viviendo perdidamente, reconoce suerror y decide volver al padre. El padre no le pide cuen-tas, sino que le abraza y organiza una fiesta en su ho-nor. Ésta es la verdadera imagen de lo que es una re-

lación de amor y perdón.

EL SIGNIFICADODE LA PALABRA‘RELACIÓN’

La palabra ‘relación’, se-gún el Diccionario de laLengua Española, signifi-ca: conexión, correspon-dencia, trato, comunica-ción de una persona conotra. También tiene otrasacepciones, como hacerreferencia a un hecho al

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No me puedoimaginar a un hijo

queriendo llegar a supadre pasandomediante un

protocolo lleno denormas y ritos, sinoyendo directamente a él por su derecho

como hijo.


relacionar una cosa con otra. La finalidad de una cosa.Conexión, correspondencia de una cosa con otra. Segúnel diccionario etimológico de Fernando Corripio, rela-ción viene del latín relatio, (relación) y éste del verbo re-ferre (referir). En el castellano del s XV tenía la acepciónde concordancia, coherencia, informe.

Es interesante notar que la palabra concordancia o con-cordar viene también del latín, que es la composición decum (con) y cordis (corazón). Es decir, se llega a la con-cordancia o relación con otra persona poniendo el cora-zón. Y aquí está la clave: A Dios podemos llegar sola-mente por el corazón, nunca por la razón. Noobstante, si el hombre racional abre su corazón almisterio que subyace detrás de todo lo aparente, yque por medio de su razón no puede comprender,entonces, se abre ante lapersona un nuevo hori-zonte lleno de nuevasrevelaciones, y una deellas es poder conocer aDios personalmente.

Concluimos pues que laverdadera relación nacedel corazón de la personao personas que desean te-ner una relación entre sí. La fe o confianza en otra per-sona para tener una relación no es el producto de unaecuación o el resultado de una serie de razonamientos,los que nos ayudan a tomar una decisión, sino la mani-

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Y aquí está la clave: A Dios podemosllegar solamente porel corazón, nunca por la razón.


festación profunda del corazón y, por eso podemos lle-gar a amar a otra persona o personas. A Dios solamentele podemos conocer por medio de una relación de amor.Jamás por medio de un cumplimiento escrupuloso deciertos ritos y dogmas, impuestos por hombres en nom-bre de Dios a lo largo de la historia, ni tampoco por te-mor o imposición.

¿CUÁL FUE EL PROPÓSITO ORIGINAL DE DIOS?

La Biblia es el único documento histórico que nos rela-ta el principio de la existencia humana. Según los sabiosjudíos del pueblo de Israel, fue Moisés quien escribió loscinco primeros libros de la Biblia por inspiración divina

—como veremos en otromomento más adelan-te—, cómo Dios le mandaa Moisés que escriba loque Él le dice. Por el rela-to del libro de Génesis —en hebreo: Bereshit quesignifica: «En el princi-pio»—descubrimos queDios (en hebreo: Elohim),es un compendio de Po-der y Justicia—. Hace alhombre a su imagen y se-mejanza, insuflando enaquella figura de barro

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Podemos atrevernosa decir que Dios

hizo del hombre unaextensión suya,

para que habitara y gobernara este

mundo en justicia y paz.


que había hecho previamente, su Espíritu o Hálito deVida, (en hebreo Rúaj). Podemos atrevernos a decirque Dios hizo del hombre una extensión suya, paraque habitara y gobernara este mundo en justicia ypaz. No es demasiada fantasía decir que Dios crea alhombre con eternidad (para no morir) porque como he-mos dicho ya, el hombre era una extensión de Dios mis-mo, y Dios es Eterno. En hebreo Yahvé: El Eterno.

¿Cómo podemos pensar así y además afirmarlo? Ve-mos que en las instrucciones que Dios le da a Adán ledice: «El día que comieres (desobedecieres), ciertamentemorirás». ¡Qué tremenda la advertencia de Dios a sucriatura! En otras palabras, el día que te desligues demí, desobedeciendo mi mandato, perderás tu rela-ción conmigo, porque has decidido libremente sepa-rarte de mí, y perderás elpropósito para el que fuis-te creado: Vivir eterna-mente conmigo aquí enesta tierra en una rela-ción de amor. ¡Qué granafirmación hizo Dios!:¡Morirás! Se acabaránuestra relación por deci-sión nues tra. Era una ad-vertencia de padre a hijo.

Y efectivamente esta ad-vertencia se hizo realidad.Pronto nos encontramos con que Dios está llamando al

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El día que tedesligues de Dios,desobedeciendo sumandato, perderás turelación con Él,porque has decididolibremente separartede Él.


hombre, y cuando éste oye la voz de su Creador, se es-conde, porque el manto de luz que había recibido deDios lo había perdido y siente vergüenza ante su Crea-dor al reconocer su desnudez. En otras palabras, la rela-ción directa con su Creador se había roto por causa desu desobediencia. Había roto unilateralmente el pactoque Dios había hecho con él. Por eso, el apóstol Pablo,dilucidando sobre el estado del hombre con Dios porcausa de su pecado o desobediencia dice en Romanos3.23: «Por cuanto todos pecaron, y están destituidos de lagloria de Dios» y en 5.12: «Por tanto, como el pecado entróen el mundo por un hombre y por el pecado la muerte, asíla muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos peca-ron».

¿QUÉ TESTIMONIOS HUMANOSTENEMOS DE QUE ESA RELACIÓN ESPOSIBLE?

La primera pregunta que podríamos hacernos es, ¿aca-so Dios se preocupa de mí? O aún más, ¿acaso Dios sepreocupa por este mundo que parece encaminarse ha-cia su propia autodestrucción? Si fuera posible resta-blecer la relación con Dios por nosotros mismos, las co-sas estarían un poco mejor. No habría tantosufrimiento y tanta maldad en el mundo, ni tampocoguerras y rumores de guerras permanentemente. El se-creto de una relación es que tiene que haber dospartes como mínimo. En realidad, una relación esuna alianza, un pacto entre dos o más personas. En-

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tonces, para que Dios pueda intervenir tiene que haberuna búsqueda personal de ese Dios que desea tener unarelación de amor con su criatura.

¿Se puede tener una relación personal con Dios, el Cre-ador? Sí, en la Biblia tenemos el testimonio de dos hom-bres que han dejado escrita su experiencia personal delo que fue Dios para ellos en el transcurso de su vida.Uno de ellos es el rey David, aquel hombre que en su ju-ventud tuvo que pasar por muchas dificultades en suvida antes de llegar a ser el rey de Israel, fue perseguidopor el rey Saúl por causa de la envidia, a pesar de ser supropio yerno y de haber matado al más poderoso ene-migo de su reinado, el gigante Goliat que representabaa los filisteos. Después de llegar a ser rey siguió sufrien-do por causa de sus errores y pecados, aunque humana-mente consiguiera todoslos triunfos y victoriasque en el ámbito humanocualquiera pudiera dese-ar. En el salmo 116.1-2, 8dice: «Amo al Señor, puesha oído mi voz y mis súpli-cas; porque ha inclinado amí su oído; por tanto, le in-vocaré en todos mis días…Pues tú has librado mi al-ma de la muerte. Mis ojosde lágrimas, y mis pies deresbalar».

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El secreto de unarelación es que tieneque haber dos partescomo mínimo. Enrealidad, una relaciónes una alianza, unpacto entre dos o más personas.


Otro testimonio poderoso es el de Job. Aquel hombrerico que fue llevado a la más absoluta adversidad, per-diendo a sus hijos y sus bienes, al extremo de rascarsecon una teja por causa del sufrimiento de la sarna ma-ligna que le había sobrevenido. Después de un tremen-do sufrimiento sin igual —además de haber recibido laincomprensión de sus amigos, inclusive hasta la másdura acusación de aquellos que le habían venido a con-solar desde el punto de vista humano—, cuando todohubo pasado y la bendición de Dios vino sobre su vidade nuevo, él exclamó: «Yo conozco que todo lo puedes, yque no hay pensamiento que se esconda de ti… de oídas tehabía oído; mas ahora mis ojos te ven. Por tanto, me abo-rrezco, y me arrepiento en polvo y ceniza» (Job 42.2, 8).

¿QUÉ HA HECHO DIOS A FAVOR DE ESA ‘RELACIÓN’?

Ya hemos dicho que el secreto de una relación es quetiene que haber dos partes como mínimo. Hemos leídoel testimonio que dejaron dos hombres de carne y hue-so como nosotros. Por lo tanto, nos toca averiguar cuáles el deseo de la otra parte, el Creador.

El único camino para averiguar y conocer el corazón deDios, es a través de Su Palabra, la Biblia. Pero, ¿cómo loha hecho Dios? Él, en su misericordia, llamó a Abrahamde entre los paganos que adoraban al sol y a otros ídolosen Mesopotamia (la actual Irak). Por medio de una in-tervención milagrosa nació su hijo Isaac, que significa

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risa, porque al oír Sara al ángel del Señor que concebiríaun hijo a los noventa años, no pudo por menos que reír-se. De Isaac nació Jacob, y de los doce hijos de Jacob sur-gieron las doce tribus de Israel, que después de estar pormás de cuatrocientos años como esclavos en Egipto, cla-maron a Dios y les envió un Libertador: Moisés. Moisésfue educado para ser príncipe de Egipto, por haber sidoahijado por la hija de Faraón. Después de cuarenta añosde cautiverio, Dios se reveló a su vida por medio de unazarza ardiente que no se consumía, y le mandó que fue-ra a ver a Faraón para que dejara ir a su pueblo, Israel.

Después de grandes hechos milagrosos para el rescate ysalida de Egipto, Dios les lleva al desierto, y allí en elMonte Sinaí se revela a Moisés dándole las Tablas de laLey y mandándole que escriba sus palabras como testi-monio para la posteridad.Tenemos varios ejemplosen el libro de Éxodo.

En Éxodo 17.14 leemos: «YYahvé dijo a Moisés: Escri-be esto para memoria en unlibro…». Éxodo 24.4: «YMoisés escribió todas laspalabras de Yahvé…». EnÉxodo 34.27: «Y Yahvé dijoa Moisés: Escribe tú estaspalabras; porque conforme a estas palabras he hecho pactocontigo y con Israel». En Números 33.2: «Y Moisés escri-bió sus salidas conforme a sus jornadas por mandato de

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«Porque conforme aestas palabras heestablecido unarelación contigo ycon Israel.»Éxodo 34.27


Yahvé…» Finalmente, en Deuteronomio 31.9 dice: «Y es-cribióMoisés esta ley (Torá), y la dio a los sacerdotes hijosde Leví, que llevaban el arca del pacto de Yahvé, y a todoslos ancianos de Israel».

En Éxodo 34.27 hemos leído: «Porque conforme a estaspalabras he hecho pacto contigo y con Israel». Podríamosparafrasearlo y decir: «Porque conforme a estas pala-bras he establecido una relación contigo y con Israel».Y en Deuteronomio 31.9 nos dice que dio la Ley (Torá) alos sacerdotes y a los ancianos. Una relación o pacto ne-cesariamente necesita de dos o más personas.

A la luz de la revelación de estos pasajes de la Escritura,podemos decir con todaseriedad y certeza, que hasido Dios el que ha to-mado la iniciativa paraestablecer una relacióncon el hombre, y paraque constara para laposteridad, le mandó aMoisés que la escribie-ra. Aunque debemosañadir que posterior-mente Dios levantó otrosprofetas como Moisés,que hablaron en nombrede Dios, y este conjuntode escritos son los queforman las Sagradas Es-

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Ha sido Dios el queha tomado lainiciativa paraestablecer unarelación con el

hombre, y para queconstara para la

posteridad, le mandóa Moisés que la escribiera.


crituras que nos revelan el corazón de Dios respecto desu pueblo Israel y del mundo por medio de su Mesías.Jesús mismo, dirigiéndose a los judíos de su tiempo, lesdijo: «Escudriñáis las Escrituras, porque a vosotros os pare-ce que en ellas tenéis la vida eterna; y ellas son las quedan testimonio de mí» (Juan 5.39).

Además, Dios le anticipó y le habló a Moisés en Deute-ronomio 18.18-19 de otro profeta que había de venir. Di-jo Dios a Moisés: «Profeta les levantaré de en medio de sushermanos, como tú; y pondré mis palabras en su boca, y élles hablará todo lo que yo le mandare. Mas a cualquieraque no oyere mis palabras que él hablare en mi nom-bre, yo le pediré cuenta». El autor de la carta a los He-breos comienza su escritopresentando a la personadel Mesías como unos1.300 años después, di-ciendo: «Dios, habiendohablado muchas veces y demuchas maneras en otrotiempo a los padres por losprofetas, en estos postrerosdías nos ha hablado porel Hijo, a quien constitu-yó heredero de todo, y porquien asimismo hizo eluniverso; el cual, siendoel resplandor de Su glo-ria, y la imagen misma de su sustancia, y quien susten-ta todas las cosas con la palabra de su poder, habiendo

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«En estos postrerosdías nos ha habladopor el Hijo, a quienconstituyó heredero de todo, y por quienasimismo hizo eluniverso.»Hebreos 1


efectuado la purificación de nuestros pecados por me-dio de sí mismo, se sentó a la diestra de la Majestad enlas alturas» (Hebreos 1.1-3). Éste es el profeta esperado por el pueblo de Israel y quesólo unos pocos fueron capaces de descubrir y escucharsu voz. El apóstol Pablo lo ratifica diciendo: «Pero cuandovino el cumplimiento del tiempo, Dios envió a Su Hijo, naci-do de mujer y nacido bajo la ley, para que redimiese a los queestaban bajo la ley, a fin de que recibiésemos la adopción dehijos. Y por cuanto sois hijos, Dios envió a vuestros corazonesel Espíritu de Su Hijo, el cual clama: ¡Abba, Padre!» (Gálatas4.4-6). A través de estos testimonios, Dios cumplió consu promesa hecha a la mujer de que daría a luz al Sal-vador, al Libertador de la humanidad, al Mesías (Gé-nesis 3.15). Podemos decir que Dios cumplió su promesa,ahora sólo falta que su Creación (los hombres y mujeres a

través de los tiempos) lacumpla, escuchando a suHijo Jesucristo.

¿CUÁL ES EL CORAZÓN DEDIOS RESPECTODE SUS CRIATURAS?

Algo penoso que sucedeen nuestros días es la so-

ledad. Cada vez son más y más las personas que sientenla soledad en su interior, por causa de vivir solas, sin

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Dios cumplió supromesa hecha

a la mujer de quedaría a luz al Salvador, al Libertador de la

humanidad, al Mesías.


compañía. En definitiva, la soledad es el resultadode no existir una relación; por la carencia afectivade la presencia o trato real de otra persona con laque se pueda tener una relación. De hecho, hoy másque nunca, está de moda tener animales de compañíaque, como el perro, ofrecen compañía y afecto, ayudan-do a las personas a superar su soledad.

¿Ha dejado Dios solo al hombre que Él ha creado? ¡No!¡Rotundamente no! Podemos ver que desde el relato dela Creación, Dios crea al hombre para tener una rela-ción de padre-hijo con él. Además, proveyó al hombre deuna ayuda idónea, su otra parte de la relación físico-psí-quica, para que no estuviera solo y procreara la raza hu-mana y proyectara su propia autorrealización.

Entonces, ¿cuál es el corazón de Dios en su relación conel hombre? De nuevo, Dios se manifiesta por sus profe-tas. Uno de los relatosproféticos más antiguoscorresponde a Amós que,junto con Oseas, profeti-zaron en el s VIII a.C.Eran tiempos de rebeldíapor parte de Israel, se ha-bían dividido en dos rei-nos, el del norte y el delsur. Se habían apartadode los mandamientos de Dios, mezclándose con las cos-tumbres de otros pueblos de alrededor, con sus dioses ysus costumbres idólatras, en sustitución del Dios de Is-

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Desde el relato de laCreación, Dios crea al hombre para teneruna relación depadre-hijo con él.


rael, que les había prohibido terminantemente seguirtras los dioses extraños e ídolos de otros pueblos. Anteesa situación el profeta dice: «Cayó la virgen de Israel, yno podrá levantarse ya más; fue dejada sobre su tierra, nohay quien la levante» (Amós 5.12). Sin embargo, a pesarde esa sentencia de destrucción y desalojo de la tierra,como así sucedió unos años más tarde, se dirige a ellospersonalmente en el versículo 4 diciendo: «Pero así diceYahvé a la casa de Israel: Buscadme, y viviréis». Esta esla actitud de Dios, una actitud de misericordia, de manotendida, pero con una condición, que el hombre tomela iniciativa y le busque, una vez que ha recibido Su ma-no extendida de amor. Él está siempre ahí para oír elclamor de cualquiera que sienta necesidad de Él.

Como 130 años más tarde,el Señor les dice, a travésdel profeta Jeremías, diri-giéndose a las tribus delSur, la casa de Judá: «Cla-ma a mí, y yo te responderé,y te enseñaré cosas grandesy ocultas que tú no conoces»(Jeremías 33.3). Y también:«Con amor eterno te heamado; por tanto, te pro-longué mi misericordia»(Jeremías 31.3). Sí, este esel corazón de Dios hacia

su criatura, amarle, escucharle, responderle, y ense-ñarle aquello que no sabe ni conoce acerca de Él.

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Sí, este es el corazónde Dios hacia sucriatura, amarle,

escucharle,responderle, y

enseñarle aquelloque no sabe ni

conoce acerca de él.


Hay otro pasaje muy descriptivo dado por Dios a travésdel profeta Isaías que dice: «Buscad a Yahvé mientraspuede ser hallado, llamadle en tanto que está cercano. De-je el impío su camino, y el hombre inicuo sus pensamientos,y vuélvase a Yahvé, el cual tendrá de él misericordia, yal Dios nuestro, el cual será amplio en perdonar. Por-que mis pensamientos no son vuestros pensamientos, nivuestros caminos mis caminos dijo Yahvé. Como son másaltos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altosque vuestros caminos, y mis pensamientos más que vues-tros pensamientos» (Isaías 55.6-9). El corazón de Diosrespecto a su criatura es restablecer la comunión perdi-da con Él a causa del pecado. El camino de la restaura-ción es buscar, llamar, dejar el camino de impiedad e in-iquidad, volviéndose a la obediencia de susmandamientos, para ob-tener su misericordia.¿Por qué? Porque Él noacepta los caminos reli-giosos que nos hemoshecho a nuestra medida.Él es soberano para es-tablecer el camino desalvación que llevará alhombre de regreso a Él.

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Dios no acepta loscaminos religiososque nos hemos hechoa nuestra medida. Él es soberano paraestablecer el caminode salvación quellevará al hombre de regreso a Él.


EL CAMINO DE SALVACIÓN PREPARADO POR DIOS EL PADRE

La primera vez que aparece el nombre de Dios en la Bi-blia, es en el relato de la Creación, y allí nos encontra-mos con la palabra hebrea Elohim. Hacíamos alusión alDios Creador y decíamos que el nombre de Elohim esun compendio de Poder y Justicia. Nosotros lo traduci-mos muy inadecuadamente por Dios en castellano,porque la palabra Dios tiene, etimológicamente, un ori-gen pagano en Zeus, relacionado con el dios sol. No obs-tante, es así como lo definimos para entendernos.

Lo sorprendente de la palabra hebrea Elohim es que esplural, pero se conjuga en singular. Por ejemplo en he-breo dice: «Bereshit bará (verbo en singular) Elohim(Dios en plural: dioses)…»: «En el principio creó Elo-him…». Lo curioso es que la palabra Elohim (Dios), ensingular en hebreo es Eloá, y su plural se convierte enElohim, pero se conjuga en la tercera persona singular.Por eso decía que conlleva el significado plural de Poder(El que significa Poderoso) y Justicia, porque Elohimtambién es usado en la Escritura hebrea para describira los jueces que imparten justicia. Siguiendo en esa lí-nea de pluralidad, más adelante, cuando Elohim (Dios)decide crear al hombre a su imagen y semejanza dice:«Hagamos al hombre a nuestra imagen conforme a nues-tra semejanza» (Génesis 1.26). Aquí hay una pluralidadimplícita, aunque no podemos llamarla Trinidad, por-que tal palabra no existe en la Biblia, aunque sí hay unamanifestación de un Dios triuno, expresado en tres per-

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sonas, Padre, Hijo y Espíritu Santo, tanto en las páginasdel Antiguo Testamento como del Nuevo, por más quenos cueste comprender ese misterio del Dios Eterno.

Sorprendentemente, nos encontramos de nuevo conuna manifestación plural diciendo: «Hagamos». Pareceindicarnos la revelación bíblica de que Elohim es Unoen singular, pero en una manifestación plural. Por su-puesto que este es un tema escabroso, difícil de enten-der dentro de nuestra comprensión humana, especial-mente cuando miramos a Deuteronomio 4.6 donde dice:«Oye Israel, el Señor nuestro Dios, el Señor uno es». La pa-labra hebrea para uno allí es Ejad, que puede interpre-tarse también como una unidad múltiple. Un ejemplosería: Un racimo de uvas. Estamos hablando de UN so-lo y único racimo, pero que contiene muchas uvas, sindejar de ser uno.

¿Por qué he presentadoestas definiciones un pococomplicadas? ¿Qué tieneque ver todo esto con es-tablecer una relación conDios? Lo he hecho, porquede alguna manera, es enesa comprensión de Elo-him (Dios) como un Dios que es UNO, pero de manifes-tación múltiple, que podemos volver a relacionarnoscon Él como nuestro Padre, por medio de la obra expia-toria de su hijo Jesucristo, realizada en la cruz del Cal-vario muriendo como el Cordero de Dios Padre, para la

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«Oye Israel, el Señornuestro Dios, el Señor uno es»Deuteronomio 4.6


redención del mundo. Por medio de la transformacióny regeneración —de un nuevo nacimiento espiritual,así lo llamó Jesucristo en Juan 3.5-6— que lleva a caboel Espíritu Santo de Dios en la persona que reconoce aJesucristo como su Salvador personal, y como el únicocamino de reconciliación con Dios el Padre. Por eso Pa-blo, dirigiéndose a los cristianos de la ciudad de Corintoles dice: «La gracia del Señor Jesucristo, el amor de Dios, yla comunión del Espíritu Santo sean con todos vosotros»(2ª Corintios 13.14). Es una acción concertada por DiosPadre, Hijo y Espíritu Santo.

¿Qué noticias hay en el Antiguo Testamento acerca deque Dios (Elohim) tenga un Hijo? En el Antiguo Testa-mento tenemos dos citas, una es del profeta Agur quedice: «¿Quién subió al cielo, y descendió?… ¿Cuál es el nom-

bre de Su hijo, si sabes?(Proverbios 30.4) Tam-bién el salmista Davidhabla proféticamente enel libro de Salmos: «Yopublicaré el decreto: Mihijo eres tú; yo te he en-gendrado hoy. Pídeme, y yote daré por herencia lasnaciones, y como posesióntuya todos los confines de

la tierra» (Salmo 2.7-8). Aquí está hablando Dios acercadel establecimiento de su Reino sobre la tierra, ofrecien-do a su Hijo ser el rey del mundo. Más tarde el profetaIsaías profetiza sobre la función de ese Hijo de Dios, co-

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«¿Quién subió alcielo, y descendió?…¿Cuál es el nombre

de Su hijo, si sabes?»Proverbios 30.4


mo el Siervo y Ungido de Dios, quien traerá justicia a to-dos los hombres del mundo: «He aquí mi siervo, yo le sos-tendré; mi escogido en quien mi alma tiene contentamiento;he puesto sobre él mi Espíritu; él traerá justicia a las nacio-nes» (Isaías 42.1). Ése es el Reino del Padrenuestro, cuan-do decimos «Venga tu Reino…» (Mateo 6.10).

Estas palabras son recogidas por el Evangelio de Mateo3.17 en la presentación de Jesús como el Mesías, cuandoDios da testimonio desde el Cielo reconociendo a Yes-húa (Jesús) como Su Hijo, diciendo: «Y hubo una voz delos cielos que decía: “Este es mi Hijo amado, en quientengo complacencia, a él oíd”». Pablo, escribiendo enFilipenses 2.5-11, hace una exaltación y compendio deese Salvador y Redentor prometido en Génesis 3.15, di-ciendo de Él: «Haya, pues, en vosotros este sentir que hubotambién en Cristo Jesús, elcual, siendo en forma deDios, no estimó el ser iguala Dios como cosa a que afe-rrarse, sino que se despojó así mismo, tomando formade siervo, hecho semejan-te a los hombres; y estandoen la condición de hombre,se humilló a sí mismo, ha-ciéndose obediente hasta lamuerte, y muerte de cruz. Por lo cual Dios también le exal-tó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todonombre, para que en el nombre de Jesús se doble toda rodi-lla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la

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«Este es mi Hijoamado, en quien tengo complacencia, a él oid»Mateo 3.17


tierra; y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor,para gloria de Dios Padre».

LOS MISTERIOS DE DIOS, EL ETERNO,EN SU TRATO CON EL HOMBRE

En el relato de la caída o rebelión de Adán y Eva, en elcapítulo 3 del libro de Génesis, también aparece la ma-nifestación del amor de Dios hacia su criatura, prome-tiendo un Salvador o Libertador para que le sacara desu estado caído, de separación de Dios, es decir, de no-relación o enemistad con su Creador.

Sin embargo, cualquiera diría todo lo contrario, ya queallí sucede algo que no había sucedido antes en sus vidas,aparece la conciencia del pecado dentro de ellos, enten-diendo como pecado: Errar el blanco, el fracaso o la frus-tración. También toman contacto con su nueva reali-dad, alejados de la comunión o relación di rec ta con suCreador, de vivir en un estado de perfección a reconocersu desnudez ante su Creador que le ha dado la vida ha-ciéndole a su imagen y semejanza. Se produce también lamaldición de la tierra creciendo espinos y cardos por cau-sa de su desobediencia, acompañada de la necesidad deun esfuerzo físico por parte del hombre para la obtencióndel fruto de la tierra, que le servirá de sustento perma-nente para su vida. Y en cumplimiento de la advertenciade Dios, vuelve al polvo de la tierra de donde había sidotomado: «El día que de él comieres, ¡Morirás!… Pues polvoeres, y al polvo volverás» (Génesis 2.17 y 3.19).

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Pablo, el apóstol, escribiendo 4.000 años más tarde so-bre el efecto de la caída del hombre, dice en Romanos5.12: «Por tanto, como el pecado entró en el mundo por unhombre, y por el pecado la muerte, así la muerte pasó a to-dos los hombres, por cuanto todos pecaron». A tenor de es-tas palabras, en aquel momento parece como si se hu-biera producido una mutación, un cambio del códigogenético original del hombre, produciéndose una trans-misión hereditaria a todos los hombres, que produciríaun nuevo código genético, orgánico e integral comocuerpo, alma y espíritu que es el hombre, separando alhombre de su creación original recibida del Crea-dor, en su dimensión eterna como su propio Crea-dor, cuyo nombre es también Yahvé, el Eterno. Estolo constatan algunos científicos creyentes que han es-tudiado el ADN (código genético), diciendo que se in-tuye una mutación inicialen un momento dado enel inicio de la existenciadel primer hombre y querespondería a la revela-ción neotestamentaria enRomanos 5.12: «Por tanto,como el pecado entró en elmundo por un hombre ypor el pecado la muerte, asíla muerte pasó a todos loshombres, por cuanto todospecaron».

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En medio de tantadesolación inesperada,surge la promesa deDios para que sucriatura pudieravolver a Él, por mediode la redención de suestado caído.


Sin embargo, en medio de tanta desolación inespera-da, surge la promesa de Dios para que su criaturapudiera volver a Él, por medio de la redención de suestado caído. En aquel estado caótico producido porSatanás (que significa el Adversario en hebreo) enga-ñando a la compañera de Adán y consintiendo juntocon ella en desobedecer a su Creador, Dios pronunciauna sentencia futura de muerte contra el reino de lastinieblas, representado por la serpiente o representantede Satanás —el adversario de Dios y del hombre creadopor Él—, diciendo: «Y pondré enemistad entre ti (la ser-piente) y la mujer, y entre tu simiente y la simiente suya(la de la mujer); ésta (la simiente de la mujer) te heriráen la cabeza, (le quitará el poder a Satanás) y tú (la ser-piente) le herirás en el calcañar (esto sucedió hace2.000 años en la cruz del Calvario cuando fueron ho-radados sus manos y su calcañar en la crucifixión de Je-sucristo, la simiente de la mujer prometida por Dios elPadre)».

¿Qué significaba esa sentencia de Dios? En primer lu-gar, había un veredicto contra la simiente de la serpien-te (el poder del mal que sería destruido por la simienteo descendencia de la mujer) y, a la vez, una promesaacerca de la simiente de la mujer, el Mesías. ¿Qué quie-re decir todo esto? Simplemente que Dios estaba en-mendando el error y fracaso del hombre que había cre-ado en libertad, prometiendo, por medio de lasimiente de la mujer, el nacimiento de un Salvador,por el que el hombre volvería a estar en paz con suCreador. Es necesario hacer énfasis en que este Salva-

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dor nacería de la simiente de la mujer, sin intervenciónnatural de otro hombre, como así sucedió 4.000 añosmás tarde. El ángel anunció a María: «El Espíritu Santovendrá sobre ti, y el poder del Altísimo te cubrirá con susombra; por lo cual también el Santo Ser que nacerá, serállamado Hijo de Dios» (Lucas 1.35).

¿POR QUÉ ERA NECESARIO UN SALVADOR EN FORMA DE HOMBRE?

Es paradójico que un hombre pueda ser el Salvador deotro hombre delante de Dios, que es santo y justo; peroen este caso es algo más que un hombre cualquiera, estal y como anunció el ángel a María, es el Hijo de Dios.Como si fuera una extensión de Dios mismo en formahumana, y también santoporque nació sin pecado,para poder ofrecer la jus-ticia de Dios a los hom-bres. Nació sin pecadoporque no hubo la inter-vención de hombre man-chado por el pecado de larebelión y desobediencia.Tenía que ser la simientede la mujer, sin interven-ción de varón.

Ya hemos visto que elnombre de Elohim (Dios)

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Dios no nos dejaabandonados, sinremedio, perdidos enla soledad, sino quenos promete uncamino de salvación,por medio de lasimiente de la mujer.


es un compendio de poder y justicia. El hombre fueamonestado: «El día que desobedecieres morirás», y asísucedió cuando lo hizo, pero también recibió el precio desu desobediencia. No sólo le vendría la muerte física, si-no que le vino también la muerte espiritual. Su rela-ción personal y directa con Dios se extinguió, porqueDios es luz y en Él no hay ninguna tiniebla. Sin embar-go, Dios no le deja abandonado, sin remedio, perdidoen su soledad, sino que le promete un camino desalvación, por medio de la simiente de la mujer. Escurioso observar que en el original hebreo semilla o si-miente es masculino, anunciando así que la simiente dela mujer sería un varón, pero ella sería el instrumentode Dios para el nacimiento del mismo.

El nombre que le fuepuesto al Salvador fue Je-sús, pero en hebreo esYeshúa. Ése fue el nombreque también le dijo el án-gel a María que habría deponerle. ¿Acaso tiene estoimportancia? Claro quesí. Ye es el prefijo delnombre de Dios Yahvé oJehová como algunos lellaman, aunque sea inco-rrecto. Shúa es salvaciónen hebreo, pero en mas-culino. Así que entoncesese nombre de Jesús, que

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El ángel le estabaanunciando a María

que el hijo quehabría de nacer seríala Salvación de Yahvé

el Eterno para loshombres que Él había

creado, pero quehabían roto surelación con Él.


en castellano no tiene ningún significado, en hebreo, pa-ra María, sí tuvo un profundo significado. El ángel le es-taba anunciando que el hijo que habría de nacer sería laSalvación de Yahvé el Eterno para los hombres y mujeresque Él había creado, pero que habían roto su relacióncon Él; es decir, Dios mismo encarnándose en forma dehombre mortal, pero excepcionalmente concebido en elseno de María por su propio Espíritu Santo, para que elSanto Ser que nacería fuera llamado Hijo de Dios.

¿Por qué habría de ser así? Porque como el primerAdán recibió el soplo del Espíritu Santo de Dios pa-ra convertirse en ser viviente, así mismo Yeshúa (Je-sús) habría de nacer del Espíritu Santo de Dios. Elsoplo del Espíritu Santoanunciado a María es elequivalente al espermato-zoide del varón. Por esoPablo dice: «Así tambiénestá escrito: Fue hecho elprimer hombre Adán almaviviente; el postrer Adán,espíritu vivificante… El pri-mer hombre es de la tierra,terrenal, el segundo hombre,que es el Señor, es del cielo»(1ª Corintios 15.45,47). Eranecesario que fuese asípara que Yeshúa (Jesús)pudiera ser el hombre perfecto, sin pecado, y poder serel cordero de Dios que quita el pecado del mundo.

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Como el primer Adánrecibió el soplo delEspíritu Santo deDios para convertirseen ser viviente, asímismo Yeshúa habríade nacer del EspírituSanto de Dios.


Como un anticipo en forma de sombra o figura de lo quehabría de venir, Dios mismo, en el Edén, cuando dictó susentencia condenatoria, vistió al hombre con pieles deanimales, dándonos a entender su medio de redención,una muerte vicaria o de sustitución. En Génesis 3.21 lee-mos: «Y Yahvé Dios hizo al hombre y a su mujer túnicas depieles, y los vistió». Esta acción de Dios mismo prove-yéndoles túnicas para cubrir su desnudez nos estádando a entender que la vestidura de Dios para elhombre será también una vestidura provista por Élmismo, por medio de su Hijo Jesucristo. Es lo que su-cede cuando el hombre y la mujer aceptan a Jesús, el Hijode Dios, como su Salvador personal, entablan una nuevarelación personal con Dios el Padre, porque ha sido cu-bierta su desnudez. Así fue expresado por Jesucristo: «Yosoy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre

sino por mí» (Juan 14.6).

Así como la mujer cayóante la seducción del ad-versario, aunque habíasido instruida por su ma-rido de que no lo hiciera,Dios ahora la condena a

tener hijos con dolor; pero dentro de ese dolor del parto,le dará el privilegio de dar a luz al Salvador, al Reden-tor, al Mesías o Ungido por Dios, para que fuera el me-dio para redimir por su sangre a la descendencia delprimer hombre, hecho a la semejanza de Dios, y devol-verlo a su estado original. Esto es lo que significa la vidaeterna prometida por Jesucristo en el Evangelio.

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«Nadie viene alPadre sino por mí.»

Juan 14.6


¿Cómo había de suceder? Por medio de la muerte deotro hombre, muriendo por él, pero esta vez, sin pecado.En Romanos 5.19 leemos: «Porque así como por la desobe-diencia de un hombre los muchos fueron constituidos pe-cadores, así también por la obediencia de uno los muchosserán constituidos justos». ¿Qué hombre fue el que pudopagar el precio de la transgresión de Adán y satisfacerla justicia de Dios el Padre? Jesucristo. En Romanos 5.1,8 dice: «Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para conDios por medio de nuestro Señor Jesucristo… Mas Diosmuestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pe-cadores Cristo murió por nosotros». También en 2ª Corin-tios 5.21 leemos: «Al que no conoció pecado (Jesucristo),por nosotros (Dios) lo hizo pecado; para que fuésemos he-chos justicia de Dios en Él (o por medio de Él, Jesucristo).

LA AUTOPRESENTACIÓNDE JESUCRISTO HOMBRE COMO EL HIJO DE DIOS

Cuando Él se presentó no tuvo reparo en hablar de suprocedencia y de quién le había enviado: «Yo he venidoen nombre de mi Padre… » (Juan 5.43). Y también: «Jesús,entonces, enseñando en el templo, alzó la voz y dijo: A míme conocéis, y sabéis de dónde soy; y no he venido de mímismo, pero el que me envió es verdadero, a quien vosotrosno conocéis. Pero yo le conozco, porque de Él procedo yo»(Juan 7.28-29). Tampoco se contuvo al decir: «Yo y elPadre uno somos» (Juan 10.30).

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Cuando manifestó cuál era el propósito de su venida(en contraste con la actuación que Satanás –el Adver-sario– había tenido con el primer Adán), dijo: «El la-drón no viene sino para hurtar matar y destruir (esto es loque sigue haciendo aun hoy en día en la vida de los hom-bres y mujeres); yo he venido para que tengan vida y vidaen abundancia» (Juan 10.10). También expresó su vo-luntad de obedecer al Padre en el cumplimiento delplan de salvación de Dios, diciendo: «Por eso me ama el

Padre, porque yo pongo mivida, para volverla a to-mar. Nadie me la quita, si-no que yo de mí mismo lapongo. Tengo poder paraponerla, y tengo poder paravolverla a tomar. Estemandamiento recibí de miPadre» (Juan 10.17-18).

Tampoco dejó oscuro elcontenido de su mensaje,cuando dice: «De cierto, decierto os digo: El que oyemi palabra, y cree al queme envió, tiene vida eter-na; y no vendrá a conde-nación, mas ha pasado demuerte a vida. De cierto, decierto os digo: Viene la ho-ra, y ahora es cuando losmuertos oirán la voz del

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El hombre que fuecondenado a morir

por causa de supecado, ahora enJesucristo puederestablecer su

relación con el Padrepara volver a tener la vida eterna quehabía perdido yrestablecer su

relación personal con Él.


Hijo de Dios; y los que la oyeren vivirán» (Juan 5.24). Elhombre que fue condenado a morir por causa de supecado, ahora en Jesucristo puede restablecer su re-lación con el Padre para volver a tener la vida eter-na que había perdido y restablecer su relación per-sonal con Él.

Ni escondió el propósito final de su venida a este mun-do para ser el Salvador y Restaurador de los hombrescaídos, representados en el primer Adán. Él había dedevolver al hombre la vida eterna que había recibido delPadre. Por eso, cuando está ante el cadáver de su amigoLázaro, le dice a su hermana Marta: «Yo soy la resurrec-ción y la vida. El que cree en mí vivirá, aunque muera; ytodo el que vive y cree en mí no morirá jamás. ¿Crees esto?»(Juan 11.25-26).

EL ENTENDIMIENTOY ENSEÑANZADE LOS DISCÍPULOS DE JESÚS

Pedro, el discípulo princi-pal y más directo de Jesús,tuvo muy clara la visiónde la venida de su maes-tro Jesucristo. Como judío—igual que su propio

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«En ningún otro hay salvación, porque no hay bajo el cielo otro NOMBREdado a los hombresmediante el cualpodamos ser salvos.»Hechos 4,12


maestro—, conocía muy bien las costumbres judías yesperaba la llegada del Mesías. Aunque en un principiono comprendió el alcance de la obra de redención a laque había venido su Maestro, una vez que le vio morir,resucitar y ascender al Cielo, experimentando el derra-mamiento del Espíritu Santo, conforme Él había pro-metido antes de partir; después de los primeros enfren-tamientos con los representantes religiosos de lanación, que les habían prohibido hablar más acerca deese Yeshúa HaMashíaj (Jesucristo), él se levanta y les di-ce en público: «De hecho, en ningún otro hay salvación,porque no hay bajo el cielo otro NOMBRE dado a loshombres mediante el cual podamos ser salvos» (Hechos4.12). Esta declaración del apóstol Pedro no deja lugar adudas para pensar en otros ‘redentores/as’. Pedro escontundente. ¿Por qué? Porque ve en el Mesías Yeshúa,el Redentor prometido en la Escritura. Recuerda tam-bién las palabras de Juan el Bautista en la aparición deJesucristo al principio, cuando él estaba bautizando

junto al río Jordán: «Heaquí el Cordero de Dios,que quita el pecado delmundo» (Juan 1.29).

Estas palabras respondióa los dirigentes religiososde la nación judía, y se lasdijo nada más empezar

su ministerio de predicación del evangelio de Jesucris-to. Treinta años más tarde, escribiendo en su primeraepístola dice: «Y si invocáis por Padre a aquel que sin

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«He aquí el Corderode Dios, que quita elpecado del mundo.»

Juan 1.29


acepción de personas juzga según la obra de cada uno, con-ducíos en temor todo el tiempo de vuestra peregrinación.Sabiendo que fuisteis rescatados de vuestra vana manerade vivir, la cual recibisteis de vuestros padres, no con cosascorruptibles, como oro o plata, sino con la sangre preciosade Cristo, como de un cordero sin mancha y sin contami-nación, ya destinado desde antes de la fundación del mun-do, pero manifestado en los postreros tiempos por amor devosotros, y mediante el cual creéis en Dios, quien le resucitóde los muertos y le ha dado gloria, para que vuestra fe y es-peranza sean en Dios» (1ª Pedro 1.17-21).

Su visión de Jesús como el Cordero de Dios era tan cla-ra, que en el versículo 2.24 de su primera carta, añade:«Quien él mismo llevónuestros pecados en sucuerpo sobre el madero(cruz), para que nosotros,estando muertos a los pe-cados, vivamos a la justi-cia; y por cuya heridafuisteis sanados». Abun-dando aún más, en 3.18añade: «Porque tambiénCristo padeció una solavez por los pecados» (noes necesario que se repitamás el sacrificio de Cristo,una sola vez fue suficien-te), el justo por los in-justos, para llevarnos a

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«Quien él mismollevó nuestrospecados en su cuerposobre el madero, paraque nosotros, estandomuertos a los pecados,vivamos a la justicia;y por cuya heridafuisteis sanados.»1ª Pedro 2.24


Dios, siendo a la verdad muerto en la carne, pero vivifi-cado en espíritu».

Siguiendo con la enseñanza absoluta de sus discípulos,el apóstol Pablo, escribiendo a su discípulo Timoteo, di-ce: «Porque esto es bueno y agradable delante de Diosnuestro Salvador, el cual quiere que todos los hombres seansalvos y vengan al conocimiento de la verdad. Porque hayun solo Dios y un solo mediador entre Dios y los hom-bres, Jesucristo hombre, el cual se dio a sí mismo enrescate por todos, de lo cual se dio testimonio a su debidotiempo» (1ª Timoteo 2.3-6). Asimismo, hace una afirma-ción de absolutismo: «Palabra fiel y digna de ser recibidapor todos: que Cristo Jesús vino al mundo para salvar alos pecadores, de los cuales yo soy el primero» (1ª Timoteo1.15). Escribiendo a otro discípulo, también joven como

Timoteo, afirma que: «Je-sucristo se dio a sí mismopor nosotros para redi-mirnos de toda iniqui-dad y purificar para síun pueblo propio, celosode buenas obras» (Tito2.14).

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«Jesucristo se dio a símismo para

redimirnos de todainiquidad y purificar

para sí un pueblopropio, celoso debuenas obras.»

Tito 2.14


CONCLUSIÓN

He intentado hacer una separación entre ‘religión’ y‘relación’. Espero haberlo conseguido. No obstante, sintratar de repetir lo ya expuesto, podríamos sintetizarlode la siguiente manera: La ‘religión’ es el resultado de laintervención del hombre en la revelación dada por Diosen las Escrituras, añadiendo formas, dogmas, ritos ymaneras de actuar, como medio o camino para obtenerla salvación directamente o por medio de otros reden-tores/as. La ‘relación’ es recuperar la relación perdidacon el Creador. ¿Cómo? Ya lo hemos visto. Por mediode su hijo Jesucristo (Yeshúa HaMashíaj), el segundoAdán, el celestial, el que vino del Cielo, encarnándoseen María, por medio del Espíritu Santo, como lo fue elprimer Adán en su fase inicial, a la imagen y semejanzade Dios, que el Creadorinsufló en él su Espíritu.

Ahora bien, sería falsopensar que esa salvación orestauración de la rela-ción perdida se restable-ciera sin la participaciónactiva del hombre, reco-nociendo su condición depecador. Esto significaque el restablecimiento dela relación perdida conel Creador no se llegará aproducir nunca si cada persona, en particular, no da un

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El restablecimiento dela relación perdidacon el Creador no sellegará a producirnunca si cada personaen particular no daun paso hacia delante.


paso hacia delante. ¿Qué significa esto? Simplementeque tienes que decidirte volver a Dios personalmente,reconociendo que eres pecador, arrepintiéndote de tuspecados. Él quiere ser un Padre amante de nuevo parati, tener comunión contigo, hablar contigo por medio desu Espíritu Santo —esa otra extensión de Dios quequiere morar en tu corazón para que vuelvas a sentirtea su imagen y semejanza—. Ésa es la relación renova-da con Dios: «En Él (Jesucristo) habiendo oído la Palabrade verdad, el evangelio de vuestra salvación y habiendocreído en Él, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de lapromesa, que es las arras de nuestra herencia hasta la re-

dención de la posesión ad-quirida, para alabanza desu gloria» (Efesios 1.13-14).

Ahora bien, ¿cómo pue-des restablecer esa rela-ción? Por medio de unainvitación personal aCristo en tu vida. Puedespreguntar: «¿cómo sehace eso?». En primerlugar, reconociendo tucondición de pecador yque por ti mismo eresincapaz de restablecertu relación con Dios, ydepositar tu fe en losméritos de Cristo. En Efe-sios 1.7 leemos: «En quien

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Tenemos quereconocer nuestra

condición depecadores y que pornosotros mismos

somos incapaces derestablecer la

relación con Dios, ydepositar nuestra fe en los méritos

de Cristo.


tenemos redención por su sangre, el perdón de pecadossegún las riquezas de su gracia». Jesús mismo lo dice deuna manera muy descriptiva: «He aquí, Yo (Jesucristo)estoy a la puerta (de tu corazón) y llamo; si alguno OYEmi voz y ABRE la puerta, ENTRARÉ a él, y cenaré conél, y él conmigo» (Apocalipsis 3.20).

La puerta de tu corazón sólo tiene una llave paraabrirla, y esa llave la tienes que accionar tú, porquees de tu sola propiedad. Tú decides abrir o cerrar alSalvador de tu vida. Él es el que tiene el poder de lim-piar tus pecados, como resultado de tu arrepentimientopersonal, y será, justo en ese momento, cuando resta-blecerás tu relación y comunión perdida con el Padre.Recuerda siempre las pa-labras de Jesucristo: «Yosoy el camino, la verdad, yla vida; nadie viene alPadre sino por mí» (Juan14.6).No cabe duda de quepara que eso pueda suce-der tienes que oír perso-nalmente la voz del Sal-vador diciéndote: «Venida mí todos los que estáistrabajados y cargados, y yoos haré descansar. Llevad mi yugo sobre vosotros, y apren-ded de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréisdescanso para vuestras almas; porque mi yugo es fácil y li-

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La puerta de tucorazón sólo tiene unallave para abrirla, y esallave la tienes queaccionar tú, porque esde tu sola propiedad.


gera mi carga» (Mateo 11.27-30). Si te sientes fatigadopor el peso de tus errores, fracasos y frustraciones, sólohay uno que puede darte descanso y ese es Jesucristo, elHijo de Dios, por medio del perdón de tus pecados, quees la pesada carga que llevas sobre tu vida (en otras pa-labras, ese profundo vacío que hay dentro de ti).

El único camino de salvación provisto por Dios el Padreha sido la encarnación de su Hijo Jesucristo, como elMesías, el Libertador de la humanidad. Volvemos a en-fatizar que no hay otro camino, ni otro redentor segúnla revelación de su Palabra, y bajo la enseñanza dadapor Jesucristo y sus apóstoles, sobre cuyos pilares sesostiene la Iglesia de Jesucristo. El apóstol Pablo lo ex-presa de forma meridiana, sin que quede lugar a dudas:«Jesucristo vino y anunció las buenas nuevas de paz a vos-

otros que estabais lejos, y alos que estaban cerca; por-que por medio de Él losunos y los otros tenemosentrada por un mismoEspíritu al Padre. Así queya no sois extranjeros niadvenedizos, sino conciu-dadanos de los santos, ymiembros de la familia deDios, edificados sobre elfundamento de los após-toles y profetas, siendo laprincipal piedra del án-

gulo Jesucristo mismo, en quien todo el edificio, bien co-

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«Porque por mediode Él (Jesús)

los unos y los otrostenemos entrada por un mismo

Espíritu al Padre.Efesios 2.18


ordinado, va creciendo para ser un templo en el Señor; enquien vosotros también sois juntamente edificados paramorada de Dios en Espíritu» (Efesios 2.17-22).

Concluimos diciendo que una vez restablecida la rela-ción con el Padre, por medio de Jesucristo y la obra delEspíritu Santo en nosotros, todos los redimidos y naci-dos de lo Alto, pasamos a formar parte del Cuerpo deCristo, que es su Iglesia o Congregación. El apóstol Pa-blo lo describe así: «Dios sometió todas las cosas al domi-nio de Cristo, y lo dio como cabeza de todo a la iglesia. Ésta,que es su cuerpo, es la plenitud de aquel que lo llena todopor completo» (Efesios 1.22-23). Sólo Cristo es la cabezade su Iglesia Universal y nosotros, los que le hemos re-cibido voluntaria y personalmente como expresión denuestro arrepentimiento personal, formamos parte desu cuerpo o iglesia paraser su plenitud. Esta Igle-sia Universal de Cristoestá formada por peque-ñas iglesias o congrega-ciones diseminadas portodos los rincones de laTierra, en todos los conti-nentes. Dios te da la opor-tunidad de formar partede una congregación conotros que como tú, hayanrecibido a Cristo en su vi-da. Esto jamás significaría formar parte de una religióno un sistema religioso, sino ser parte activa del Cuerpo

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«…Edificados sobre elfundamento de losapóstoles y profetas,siendo la principalpiedra del ánguloJesucristo mismo.»Efesios 2.20


de Cristo, cuya cabeza solamente es Él, gobernando suCuerpo a través del Espíritu Santo que mora y habitaen todos nosotros.

Esto fue lo que sucedió durante los tres primeros siglosdel Cristianismo. La mayoría de las epístolas del NuevoTestamento están dirigidas a iglesias o congregacionesformadas por creyentes o fieles que formaban indepen-dientemente una congregación. Estaban unidas por elamor y la comunión de los unos con los otros, es decir,con las demás iglesias. Fue en el siglo IV cuando cam-biaron las cosas, por la intromisión del emperador ro-mano Constantino, y dejaron de ser como habían sidoantes. Vinieron los cambios, añadiendo formas y doc-trinas de hombres aparentemente piadosos. Eran elfruto de su razonamiento de la filosofía griega, pero nodel modelo del Nuevo Testamento dado por Jesucristo ysus apóstoles. Es por eso que tomó forma de religión or-ganizada, marcando otras pautas que no eran las de larevelación de Jesucristo y sus apóstoles, dada en elNuevo Testamento o Nuevo Pacto.

¿Dónde quieres estar tú? ¿Dentro de un sistema reli-gioso, cambiante a lo largo de los últimos dieciséis siglosde historia, manipulado y transformado por los hom-bres que constantemente procuran justificar sus dog-mas y doctrinas de hombres, o ser parte del CuerpoUniversal de Cristo según el modelo revelado por Él ysus apóstoles en el Nuevo Testamento? Tú decides. Serparte del Cuerpo de Cristo te permite tener una rela-ción de amor con Él, por medio de una relación cons-

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tante y permanente, viviendo en el Espíritu y disfru-tando directamente de Sus beneficios. En 1ª Pedro 2.4-5y 9-10, el apóstol nos presenta un bello cuadro de lo quesucede en la vida de los que nos acercamos a Jesucristopor voluntad propia, reconociéndole como nuestro Sal-vador y Redentor: «Acercándoos a Él, piedra viva, des-echada ciertamente por los hombres, mas para Dios es-cogida y preciosa, vosotros también, como piedrasvivas, sed edificados como casa espiritual y sacer-docio santo, para ofrecer sacrificios espiritualesaceptables a Dios por medio de Jesucristo… Mas vos-otros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa,pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las vir-tudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luzadmirable; vosotros que en otro tiempo no erais pueblo,pero que ahora sois pueblo de Dios; que en otro tiempono habíais alcanzado mi-sericordia, pero ahorahabéis alcanzado miseri-cordia».

El apóstol Pedro, al finalde sus días, nos dejó unasenseñanzas preciosas acer -ca del sacerdocio personalde cada creyente. Ya nonecesitamos sacerdotescomo en el Antiguo Pacto;ahora tenemos acceso directo al Padre para ofrecer sa-crificios espirituales aceptables a Dios por medio de Je-sucristo. ¡Qué maravilla! Acceso directo al Padre por

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«Vosotros también,como piedras vivas,sed edificados comocasa espiritual ysacerdocio santo.»1ª Pedro 2.5


medio de nuestro Sumo Sacerdote: Jesucristo. Esta es laverdadera revelación de Dios para sus criaturas extra-viadas que antes no eran pueblo de Dios, pero ahora sílo son por medio de la redención en Jesucristo, sólo porsus méritos. Antes no habían experimentado el amordel Padre, Ahora sí lo pueden experimentar. ¿Cómo?¿Acaso por un sistema religioso lleno de ritos y ceremo-nias? No, nunca; sino por medio de un acceso directo alPadre amoroso, pero porque hubo uno que abrió el ca-mino al amor del Padre.

El apóstol Juan, unos sesenta años después de haber ca-minado con Jesús, lo expresó de esta manera: «Miradcuál amor nos ha dado el Padre, para que seamos llamadoshijos de Dios; por eso el mundo no nos conoce, porque no leconoció a Él. Amados, ahora somos hijos de Dios, y aún

no se ha manifestado loque hemos de ser; pero sa-bemos que cuando Él semanifieste, seremos seme-jantes a Él, porque le vere-mos tal como Él es» (1ªJuan 3.1-3). Ésta es la es-peranza final del creyen-te transformado en hijode Dios, por la obra expia-toria de Jesucristo: queseremos transformadoscon el cuerpo de gloria

que recibió Jesucristo hombre después de Su resurrec-ción. En definitiva, eso será: Volver al estado original

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«Pero sabemos quecuando Él se

manifieste, seremossemejantes a Él,

porque le veremos tal como Él es.»

1ª Juan 3.2b


en que el hombre fue creado. Para terminar, Pablohace una reflexión profunda de la nueva vida en Cristomientras estamos en este cuerpo de pecado:

«¿Qué, pues, diremos a esto? Si Dios es por nosotros,¿quién contra nosotros? El que no escatimó ni a supropio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros,¿cómo no nos dará también con Él todas las cosas?¿Quién acusará a los escogidos de Dios? Dios es el quejustifica. ¿Quién es el que condenará? Cristo es el quemurió; más aún, el que también resucitó, el que ade-más está a la diestra de Dios, el que también interce-de por nosotros. ¿Quién nos separará del amor deCristo? ¿Tribulación, o angustia, o persecución, ohambre, o desnudez, o peligro, o espada? Como estáescrito: Por causa de ti somos muertos todo el tiempo;somos contados como ovejas de matadero. Antes, entodas estas cosas somos más que vencedores pormedio de aquel quenos amó. Por lo cualestoy seguro de que nila muerte, ni la vida,ni ángeles, ni princi-pados, ni potestades,ni lo presente, ni lopor venir, ni lo alto, nilo profundo, ni ningu-na otra cosa creadanos podrá separar del amor de Dios que es en CristoJesús Señor nuestro» (Romanos 8.31-39).

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«Somos más quevencedores pormedio de aquel quenos amó.»Romanos 8.37


Querido lector, si has sido capaz de llegar hasta aquí,ruego al buen Padre celestial que te ilumine a travésde su Espíritu Santo, para que recibas a su Hijo Je-sucristo en tu corazón, y restablezcas la relaciónperdida con Él por causa de la desobediencia. Si estosucede en tu corazón, descubrirás un mundo nuevopara ti, lleno de verdadera paz y felicidad, recibien-do una nueva fuerza para superar las pruebas de lavida. Esto es la verdadera vida eterna. Ésta no seráuna experiencia de futuro únicamente, sino que sucedey toma cuerpo de forma personal, aquí y ahora. Sólo de-pende de ti, es algo personal. «Mas a todos los que recibie-ron (a Jesucristo), a los que creen en Su Nombre, les dio po-testad de ser hechos hijos de Dios» (Juan 1.12). Es creer queYeshúa (Jesús) significa: «La salvación del Eterno, el

Salvador» e invitarle aentrar en tu corazón,arrepintiéndote de todostus pecados pasados, loque es igual a enderezartu vida. Este es un cami-no personal a la felicidadinterior. Según los exper-tos en psicología, filosofíay medicina, la felicidadinterior tiene unos efec-tos positivos que se ma-nifiestan en un mejor es-tado físico y psíquico, quete alargarán la vida sobreesta tierra. Según Jesu-

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Descubrirás unmundo nuevo para ti,lleno de verdadera

paz y felicidad,recibiendo una nuevafuerza para superar

las pruebas de la vida.Esto es la verdadera

vida eterna.


cristo, la vida eterna prometida y ofrecida por Él a todoslos hombres y mujeres comienza aquí y ahora: «Yo hevenido para que tengan vida y vida en abundancia» (Juan10.10). Pero también… con proyección eterna porque elhombre fue hecho a la imagen y semejanza de Dios yDios… es eterno. ¡Atrévete a restablecer tu relación per-sonal con Él, y comenzarás a experimentar una nuevadimensión; ya no serás el mismo! Ésta es y ha sido la ex-periencia de millones de personas en el mundo con-temporáneo. Tú puedes ser una de ellas, pero… tú, per-sonalmente, tendrás que dar el primer paso adelante…aunque sea en el vacío. Te puedo decir que funciona,por experiencia personal.

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TESTIMONIOS CONTEMPORÁNEOS

Cedidos por Ágape. Cristianos para la comunicación del evangelio.

• Me llamo Antonio, tengo cuarenta y un años y traba-jo como médico oftalmólogo en León. Cuando terminéel bachillerato y decidí estudiar Medicina en la univer-sidad, ideológicamente turbulenta, de aquellos años, to-das mis convicciones religiosas se tambalearon. Enton-ces, en un intento de encontrar la paz interior, merefugié en una mayor práctica religiosa: misa diaria,oraciones, etc. En medio de esa confusión, un día se meacercó un compañero, ex anarquista radical, y me invitóa estudiar por mí mismo la persona de Jesús. Según él,Jesús le había cambiado lavida radicalmente. Al leerel evangelio descubrí queJesús había venido especí-ficamente a pagar por mispecados, que estaba vivo yse ofrecía a entrar en mivida para darme la paz ylibertad que tanto ansiaba.

• A menudo pienso queacerté diciendo «Sí» a Je-sús. Me llamo Mª José,tengo treinta y siete años,estoy casada desde losveinte y tengo tres hijos.Ejerzo desde hace catorce

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“Descubrí que Jesúshabía venidoespecíficamente apagar por mispecados, que estabavivo y se ofrecía aentrar en mi vidapara darme la paz ylibertad que tantoansiaba.”


años como médico homeópata y especialista en Nutricióny Medicina Estética. Tenía diecisiete años cuando se meacercaron unas personas y, hablándome del evangelio,me dijeron que la salvación vendría, o la tendríamos, porcreer en Dios a través de nuestra fe en Él y no por nues-tras obras (Efesios 2.8-9: «Porque por gracia sois salvos pormedio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; nopor obras, para que nadie se gloríe»). Ese mensaje me relajómucho, ya que mi vida, condicionada por la educaciónque había recibido, estaba marcada por la necesidad dehacer siempre lo correcto para conseguir unos beneficiosafectivos. Me llenó de paz y gratitud saber que Dios medaba su amor porque era su hija, y no por mis méritos.

• De pequeño fui a una escuela de Franciscanos dondeme enseñaron lo que era el temor de Dios y el pecado. El

catecismo, sin embargo,no era mi fuerte. Al ir co-nociendo más, fui dejan-do de practicar la religióny de asistir a la iglesia.Me casé a los diecinueveaños con la obsesión dehacerme hombre paradisfrutar de la vida. Lareligión no entraba preci-samente por ese camino.Al cabo de muchos años,

cuando mi hija pequeña tenía sólo nueve años, comen-zó a ir con su hermana a una iglesia y a hablarme deJesús, la salvación, la vida eterna… Yo las iba a recoger

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“Me llenó de paz ygratitud saber queDios me daba su

amor porque era suhija, y no por mis

méritos.”


en taxi cada domingo, y de esta manera empecé a inte-resarme por lo que allí se decía. Después de tres años deestudiar la Biblia, entendí en la epístola a los Romanos,que debía aceptar a Jesús en mi corazón y dejar queguiase mi vida. Lo hice, y desde entonces estoy segurode que tengo la vida eterna.

• Nací en julio de 1934 en Vilanova de Bellpuig, Lleida,en una familia católica: de madre practicante y de pa-dre agnóstico. Él murió cuando yo tenía doce años, y alos catorce emigré hacia Barcelona. Allí, lejos de la fa-milia, era un poco travieso y me alejé del catolicismo,hasta que un compañero de trabajo me habló de los‘evangélicos’ y de la necesidad de cambiar de estilo devida. Comencé a estudiar la Biblia y a asistir a reunio-nes evangélicas. Al cabo de unos meses acepté dicha fe,tuve lo que se llama unaexperiencia de conver-sión. UN ENCUENTROCON JESUCRISTO. Ex-perimenté la paz, la segu-ridad de la salvación y lacerteza de saber que teníavida eterna gracias a lamuerte de Jesucristo en lacruz del calvario.

• Al leer el evangelio deJuan descubrí un mensajeclaro y directo que no ha-bía sabido entender en muchos años de educación cris-

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“Entendí que debíaaceptar a Jesús en micorazón y dejar queguiase mi vida. Lohice y desde entoncesestoy seguro de quetengo vida eterna.”


tiana. A pesar de todas las dudas que mi razón me impo-nía, entendí que Dios me estaba pidiendo un paso de fe ydecidí que valía la pena darlo. A partir de aquel momen-to todas las dudas desaparecieron y el convencimientode que Dios existe no me ha abandonado nunca.

• Ya desde aquellos primeros estudios bíblicos de loscristianos evangélicos, siempre me han impactado doscosas: La primera es la certeza del amor de Dios, unamor incondicional de alguien tan grande que se ha in-teresado por mí, tan pequeño; La segunda ha sido poderentender que no me tengo que «ganar el cielo» (de he-cho, no podría ganarme nada); al contrario, sólo hay queaceptar el regalo que Dios ofrece a todo el mundo. Martí.

• «No dudo que eres unbuen protestante, pero sinunca le has pedido aDios que deseas teneruna relación personalcon él, no eres cristiano».Aquellas palabras meimpresionaron tremen-damente. Tenía 17 años,estaba estudiando COUy desde niño había sidoeducado como un protes-tante fiel, sincero y devo-to. Aquel hombre me es-

taba diciendo que yo no era cristiano, que simplemente

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“No dudo que eresun buen protestante,pero si nunca le haspedido a Dios quedeseas tener una

relación personal conél, no eres cristiano.”


era un religioso. Pacientemente me explicó que habíauna diferencia entre tener una relación personal conDios y ser una persona religiosa. Debemos entenderque nuestra rebelión, o pecado, es algo tan serio y gra-ve que Jesús tuvo que morir por ello. Finalmente aña-dió que hemos de estar dispuestos a pedirle perdón, re-conociendo nuestra rebelión y nuestro deseo dereconciliarnos con Él. Cuando acabó de decirme aque-llas palabras ya tenía muy claro que yo nunca habíaconocido a Dios de forma personal. Me aparté. Busquéun lugar donde pudiera estar a solas y con mis propiaspalabras le pedí a Dios que perdonara mi pecado, leagradecí que hubiera muerto por mí y le expresé mi de-seo de vivir una vida de relación y obediencia. Félix O.

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UN TESTIMONIO MUY ESPECIAL

El autor de este libro atiende personalmente a JuanCarlos, de origen latinoamericano, interno actualmenteen el Centro Penitenciario de Ocaña I de Toledo, cum-pliendo condena por homicidio bajo los efectos del alco-hol. Le pedí que expusiera en pocas palabras su encuen-tro personal con Cristo y este es su testimonio:

«¡Hola Pedro! Recibe un fuerte saludo y un calurosoabrazo, en tu última carta me pides que escriba mi tes-timonio, pues voy a hacerlo de la mejor manera posi-ble».

Vengo de una familia normal que me enseñó muybuenos principios y preceptos morales, tuve una niñeznormal. He sido un hijo muy querido y mis padres,dentro de lo que pudieron, me brindaron lo mejor encuanto a buenas costumbres, cuidados, estudios y so-bre todo mucho amor.

Cuando tenía catorce años tuve mi primera expe-riencia de abuso de alcohol, después repetí y lo fui ha-ciendo hasta llegar a beber casi a diario. Prácticamentea esa edad acabé con mi niñez. Empecé a reunirme conpersonas que no debía. Mi carácter cambió. Me con-vertí en una persona apática y casi no me comunicabacon nadie; sin embargo, cuando bebía me volvía par-lanchín y agresivo. Me dejaba manipular por lo que medecían mis amigos, mientras que a mis padres no leshacía el menor caso. Cuando me encontraba sobrio eramuy educado: No obstante, cuando bebía, cambiaba to-talmente. Lo peor de todo esto es que cuando me em-

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borrachaba lo hacía con la finalidad de pelear, ya quepensaba que peleando me convertiría en alguien más‘macho’.

Sabes que ahora, que estoy sobrio, me da pena yvergüenza darme cuenta de que el concepto de serhombre es todo lo contrario, y esto se lo debo a mi señorJesús. Al principio los que decían ser mis amigos feste-jaban conmigo los triunfos de mis peleas, pero a medidaque fue pasando el tiempo, me puse agresivo hasta conellos. No respetaba a nada ni a nadie.

No permitía que mis padres me dijeran nada. Es-taba totalmente cegado por el alcohol y asi seguí du-rante veinte años. Recordé que durante todo ese tiem-po fui llamado muchas veces por Jesús, pero siempre lehice caso omiso, más bien, cada vez que alguien se meacercaba a predicarme lapalabra yo me burlaba ylo trataba de loco. Y asíhasta que me sucedió to-do, la gota que derramó elvaso, y cuando me des-perté dentro de la comi-saría no me acordaba denada; después de declararen la comisaría fui lleva-do al Centro Penitencia-rio de Soto del Real.

Cuando ingresé enprisión, al principio tuvemuchos problemas, pro-ducto de mi desespera-

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“Pensaba quepeleando meconvertiría en alguienmás ‘macho’.Ahora me da pena yvergüenza darmecuenta de que elconcepto de serhombre es todo lo


ción, de mi angustia, de mis odios y rencores; además,yo nunca había estado en la cárcel. En este Centro co-nocí a un hermano colombiano llamado Diego. Lo pocoque yo sabía de él era que antes había sido un sicario yahora se había entregado al Señor. Después de haberpasado seis meses en la prisión, desesperado y con mu-chas cargas, acudí a Diego, y le pedí, por favor, que meayudara. Él me dijo que la única manera de acabar conese sufrimiento tan terrible era confesar mis pecados aDios y aceptarlo como mi salvador personal. En ese mo-mento caí postrado de rodillas al suelo y le pedí a Diosque, por favor, perdonara todos los pecados que habíacometido; sollozando y orando, le decía que le aceptabacomo mi redentor. Fue tan maravilloso y hermoso, queno tengo palabras para describir la paz y la tranquilidadque tuve. Sentí el poder del Espíritu Santo, todo su

amor, su misericordia y,lo más importante, mesentí perdonado y librede todo el odio, el rencory de los miedos que meperseguían.

Después de habermeentregado a Jesús me dicuenta de que yo era unapersona muy sensible yque tengo mucho amorpara dar a mis semejan-tes. No deseo apartarme

nunca más de mi Padre Celestial. Día a día doy gracias aDios por darme la oportunidad de seguir con vida. Aun-

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Después de habermeentregado a Jesús, medi cuenta de que yo

era una persona muysensible y que tengomucho amor para

dar a mis semejantes


que estoy dentro de una prisión, nunca me había sentidotan libre como ahora. Estar aquí dentro es muy duro,porque se ven cosas terribles, pero te digo con toda since-ridad que nada me asusta ahora, porque mi Padre me es-tá protegiendo, y yo tengo fe y confío absoluta y plena-mente en mi Señor.

Bueno, mi querido Pedro, creo que me extendí de-masiado, pero lo he resumido lo más que he podido, medespido con un fuerte abrazo y un “hasta pronto”. ¡QuéDios te bendiga a ti y a todos tus seres queridos! Tam-bién a todos los hermanos de la congregación.

Este relato ha sido escrito en el año 2006.

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CONOCER A DIOS PERSONALMENTE

Para disfrutar de una vida de relación con Dios hay unsolo camino, pero cada hombre es guiado de manera di-ferente. Los cuatro pasos que se presentan a continua-ción han sido de ayuda a muchas personas:

1Dios te ama y te ha creado para que puedas teneruna relación personal con Él.

Dios te ama: «Porque de tal manera amó Dios al mundo,que ha dado a su hijo unigénito, para que todo aquel que enÉl cree, no se pierda, más tenga vida eterna». Juan 3.16

El plan de Dios: Jesús dijo: «Yo he venido para que ten-gan vida, y para que la tengan en abundancia». Juan 10.10

¿Por qué la mayoría de las personas no tienen esa rela-ción con Dios?

2El hombre es pecador. El pecado ha separado alhombre de Dios. Por tanto, las relaciones entre am-bos se han roto.

El hombre es pecador: «Por cuanto todos pecaron, y estándestituidos de la gloria de Dios». Romanos 3.23

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El hombre fue creadopara tener relaciónperfecta con Dios, perodebido a su egocentris-mo y desobediencia es-cogió su propio caminoy la relación con Diosse interrumpió. Esteacto de voluntad propia que se manifiesta por una acti-tud de rebelión activa o indiferencia pasiva es una evi-dencia de lo que la Biblia llama pecado.

Consecuencias del pecado: «El que está separado de Diosestá muerto espiritualmente, muerto y perdido». Colosen-ses 2.13

Dios es santo y el hombre es pecador. Un gran abismoles separa. A pesar de que una persona está separada deDios, todavía intenta salvar este abismo y encontrar se-guridad y satisfacción por medio del dinero, de las rela-ciones humanas, el placer, la religión, etc. Sin embargo,todas sus tentativas fracasan porque no solucionan elproblema del pecado. El tercer paso nos indica la solu-ción a este problema.

3Jesucristo es la única solución de Dios al pecado delhombre. Sólo por medio de Él puedes tener una re-lación personal con Dios.

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Murió por nosotros: «Dios muestra su amor para con nos-otros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nos-otros. » Romanos 5.8

Resucitó: «Cristo murió por nuestros pecados… fue sepul-tado… resucitó al tercer día, conforme a las Escrituras… yapareció a Cefas… y después a los doce… Después apareció amás de 500». 1ª Corintios 15.3-6

El único camino a Dios: Él dijo: «Yo soy el camino, la ver-dad y la vida, nadie viene al Padre, sino por mí». Juan 14.6

Dios ha salvado el abismo que nos separaba de Él, al en-viar a Jesús para morir en la cruz en nuestro lugar. Sóloen Él encontramos solución real al problema de nuestropecado. Por lo tanto, ahora podemos tener una relaciónpersonal con Dios. Pero estos tres pasos por sí solos nobastan… Para teneruna relación per-sonal con Dios de-bes aceptar a Jesu-cristo como TuSeñor y Salvador,mediante una de-cisión personal.

4Para tener una relación personal con Dios, debesaceptar a Jesucristo como Tu Señor y Salvador, me-diante una decisión personal.

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Recibir a Cristo: «A todos los que lo recibieron, a los quecreen en su nombre, les dio potestad para ser hechos hijosde Dios». Juan 1.12

Por medio de la fe: «Porque por gracia sois salvos por me-dio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no porobras, para que nadie se gloríe». Efesios 2.8-9

Aceptar a Cristo implica estar de acuerdo con Dios enque eres pecador. También implica decidirte a abando-nar tus pecados (arrepentimiento). Confiar que Jesúsha pagado totalmente la deuda de tus pecados al moriren la cruz. Y decidirte a amar y obedecer a Jesús comoSeñor y Salvador. No es suficiente aceptar con la menteciertas ideas acerca de Dios o de Jesús, ni tener una ex-periencia mística o emocional. Es necesario que hayaun acto de voluntad, una decisión consciente.Se trata de decir que sí a Dios.

Los siguientes diagramas lo explican.Estos círculos representan dos tipos de personas:

La que no tiene relación con Dios.El Yo como centro de la vida. Jesu-cristo se encuentra al margen deesa persona. Está separada de Diosy bajo su juicio. Leer Juan 3.17-18

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La que sí tiene relación con Dios.Jesucristo ha entrado en su vida me-diante una decisión personal. Está so-metida a la dirección de Jesucristo. Tie-ne una relación eterna con Dios.

¿Qué circulo representa mejor tu vida? ¿Cuál te gusta-ría que representara? ¿Sabes cómo puedes iniciar estarelación personal con Dios? Invita a Jesucristo a entraren tu vida mediante la fe expresada en una oración:

“Señor Jesús, reconozco que he estado dirigiendo mi propiavida y que por tanto he pecado contra ti. Ahora mismo teabro la puerta de mi vida y te acepto como mi Señor y Sal-vador. Gracias por perdonar mis pecados. Dirígeme y haz-me la clase de persona que quieres que yo sea”.

¿Le puedes decir esto a Dios con sinceridad? Si puedes,¿por qué no se lo pides ahora mismo? Jesús entrará entu vida tal y como lo ha prometido.

¿Cómo estar seguro de que Cristo está en tu vida?Es muy importante que tu seguridad esté basada en lafidelidad de Dios, para tener la certeza de que Jesucris-to ha contestado tu oración, entrando en tu vida. Jesúsno miente y es fiel a su promesa. Si has invitado a Jesu-cristo a que entre en tu vida, no vuelvas a invitarle másveces, sino cree que Él ha entrado ya y que jamás te de-jará. No dudes de su promesa y da gracias a Dios por-que Jesús está en tu vida.

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No dependas de los sentimientos.Nuestra autoridad es la Palabra de Dios (la Biblia), nonuestros sentimientos. El cristiano vive por fe (confía)en la fidelidad de Dios y su Palabra.Este diagrama del tren ilustra la relación entre el hecho(Dios y su Palabra), la fe (nuestra confianza en Dios yen su Palabra) y los sentimientos (el resultado de nues-tra fe y obediencia). Leer Juan 14.21El tren correrá con o sin el furgón. De todas formas, se-ría absurdo intentar hacer correr el tren por el furgón.De la misma manera, nosotros, como cristianos, no de-pendemos de nuestros sentimiento o emociones, sinoque ponemos nuestra fe, nuestra confianza, en la fideli-dad de Dios y las promesas de su Palabra.

Ideas prácticas para crecer en tu relación con Dios.La vida cristiana comporta un crecimiento continuadoy progresivo. Tu relación con Dios se hace más fuerte yprofunda conforme aprendes a dejar en sus manos laspequeñas cosas de la vida diaria. Cuanto más conozcasa Jesucristo, más confiarás en Él.

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Estas sugerencias te serán de ayuda.Considera la Biblia como la Palabra de Dios. Léela cadadía aunque tan sólo sean unos párrafos. Te ayudará elcomenzar con el evangelio de Juan. Habla con Dios to-dos los días por medio de la oración. La comunicacióncon Él contribuirá a desarrollar una fuerte relación.Aplica, vive en tu vida diaria las enseñanzas de la Pala-bra de Dios. Reúnete regularmente con otros cristianos;toma tú mismo la iniciativa para hacerlo. Explica a otraspersonas cómo pueden llegar a conocer a Dios y teneruna relación con Él. Empieza con tus familiares y ami-gos.

Dios, en su Palabra, nos anima a que nos reunamos conotros cristianos (Hebreos 10.25). Esto es algo muy im-portante y el siguiente ejemplo lo ilustra: Varios troncosarden fuertemente cuando están juntos, pero si los sepa-ramos se apagarán rápidamente. Lo mismo sucede enrelación a otros cristianos. No esperes a que otros ven-gan a buscarte; toma la iniciativa y visita una iglesia endonde Cristo sea alabado y se predique y viva su Palabra.

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PLAN DE LECTURA DE LABIBLIA EN UN AÑO

ENERO1 Lc 5.27-39 / Gn 1-2 / Sal 12 Lc 6.1-26 / Gn 3-5 / Sal 23 Lc 6.27-49 / Gn 6-7 / Sal 3 4 Lc 1.1-17 / Gn 8-10 / Sal 45 Lc 7.18-50 / Gn 11 / Sal 56 Lc 8.1-25 / Gn 12 / Sal 67 Lc 8.26-56 / Gn 13-14 / Sal 7 8 Lc 9.1-27 / Gn 15 / Sal 89 Lc 9.28-62 / Gn 16 / Sal 910 Lc 10.1-20 /Gn 17 / Sal 1011 Lc 10.21-42 / Gn 18 / Sal 1112 Lc 11.1-28 / Gn 19 / Sal 1213 Lc 11.29-54 / Gn 20 / Sal 1314 Lc 12.1-31 / Gn 21 / Sal 1415 Lc 12.32-59 / Gn 22 / Sal 1516 Lc 13.1-17 / Gn 23 / Sal 1617 Lc 13.18-35 / Gn 24 / Sal 1718 Lc 14.1-24 / Gn 25 / Sal 1819 Lc 14.25-35 / Gn 26 / Sal 1920 Lc 15 / Gn 27.1-45 / Sal 2021 Lc 16 / Gn 27.46-28.22 / Sal 2122 Lc 17 / Gn 29.1-30 / Sal 2223 Lc 18.11-17 / Gn 29.31-30.43 / Sal 2324 Lc 18.18-43 / Gn 31 / Sal 2425 Lc 19.1-27 / Gn 32-33 / Sal 2526 Lc 19.28-48 / Gn 34 / Sal 2627 Lc 20.1-26 / Gn 35-36 / Sal 27

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28 Lc 20.27-47 / Gn 37 / Sal 2829 Lc 21 / Gn 38 / Sal 2930 Lc 22.1-38 / Gn 39 / Sal 3031 Lc 22.39-71 / Gn 40 / Sal 31

FEBRERO1 Lc 23.1-25 / Gn 41 / Sal 322 Lc 23.26-56 / Gn 42 / Sal 333 Lc 24.1-12 / Gn 43 / Sal 344 Lc 24.13-53 / Gn 44 / Sal 355 He 1 / Gn 45.1-46.27 / Sal 366 He 2 / Gn 46.28-47.31 / Sal 377 He 3. 1-4.13 / Gn 48 / Sal 388 He 4.14-6.12 / Gn 49-50 / Sal 399 He 6.13-20 / Ex 1-2 / Sal 4010 He 7 / Ex 3-4 / Sal 4111 He 8 / Ex 5.1-6.27 / Pr 112 He 9.1-22 / Ex 6.28-8.32 / Pr 213 He 9.23-10.18 / Ex 9-10 / Pr 314 He 10.19-39 / Ex 11-12 / Pr 415 He 11.1-21 / Ex 13-14 / Pr 516 He 11.22-40 / Ex 15 / Pr 6.1-7.517 He 12 / Ex 16-17 / Pr 7.6-2718 He 13 / Ex 18-19 / Pr 819 Mt 1 / Ex 20-21 / Pr 920 Mt 2 / Ex 22-23 / Pr 1021 Mt 3 / Ex 24 / Pr 1122 Mt 4 / Ex 25-27 / Pr 1223 Mt 5.1-20 / Ex 28-29 / Pr 1324 Mt 5. 21-48 / Ex 30-32 / Pr 1425 Mt 6.1-18 / Ex 33-34 / Pr 15

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26 Mt 6.19-34 / Ex 35-36 / Pr 1627 Mt 7 / Ex 37-38 / Pr 1728 Mt 8.1-13 / Ex 39 / Pr 1829 Mt 8.14-22/Ex 40

MARZO1 Mt 8.23-34 / Lv 1-2 / Pr 192 Mt 9.1-17 / Lv 3-4 / Pr 203 Mt 9.18-38 / Lv 5-6 / Pr 214 Mt 10.1-25 / Lv 7-8 / Pr 225 Mt 10.26-42 / Lv 9-10 / Pr 236 Mt 11.1-19 / Lv 11-12 / Pr 247 Mt 11.20-30 / Lv 13 / Pr 258 Mt 12.1-21 / Lv 14 / Pr 269 Mt 12.22-50 / Lv 15-16 / Pr 2710 Mt 13.1-23 / Lv 17-18 / Pr 2811 Mt 13.24-58 / Lv 19 / Pr 2912 Mt 14.1-21 / Lv 20-21 / Pr 3013 Mt 14.22-36 / Lv 22-23 / Pr 3114 Mt 15.1-20 / Lv 24-25 / Ec 1.1-1115 Mt 15.21-39 / Lv 26-27 / Ec 1.12-2.2616 Mt 16 / Nm 1-2 / Ec 3.1-1517 Mt 17 / Nm 3-4 / Ec 3.16-4.1618 Mt 18.1-17 / Nm 5-6 / Ec 519 Mt 18.18-35 / Nm 7-8 / Ec 620 Mt 19.1-15 / Nm 9-10 / Ec 721 Mt 19.16-30 / Nm 11-12 / Ec 822 Mt 20.1-16 / Nm 13-14 / Ec 9.1-1223 Mt 20.17-34 / Nm 15-16 / Ec 9.13-10.2024 Mt 21.1-27 / Nm 17-18 / Ec 11.1-825 Mt 21.28-46 / Nm 19-20 / Ec 11.9-12.14

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26 Mt 22.1-22 / Nm 21 / Cnt 1.1-2.727 Mt 22.23-46 / Nm 22.1-40 / Cnt 2.8-3.528 Mt 23.1-12 / Nm 22.41-23.26 / Cnt 3.6-5.129 Mt 23.13.39 / Nm 23.27-24.25 / Cnt 5.2-6.330 Mt 24.1-31 / Nm 25-27 / Cnt 6.4-8.431 Mt 24.32-51 / Nm 28-29 / Cnt 8.5-14

ABRIL1 Mt 25.1-30 / Nm 30-31 / Job 12 Mt 25.31-46 / Nm 32-34 / Job 23 Mt 26.1-25 / Nm 35-36 / Job 34 Mt 26.26-46 / Dt 1-2 / Job 45 Mt 26.47-75 / Dt 3-4 / Job 56 Mt 27.1-31 / Dt 5-6 / Job 67 Mt 27.32-66 / Dt 7-8 / Job 78 Mt 28 / Dt 9-10 / Job 89 Hch 1 / Dt 11-12 / Job 910 Hch 2.1-13 / Dt 13-14 / Job 1011 Hch 2.14-47 / Dt 15-16 / Job 1112 Hch 3 / Dt 17-18 / Job 1213 Hch 4.1-22 / Dt 19-20 / Job 1314 Hch 4.23-37 / Dt 21-22 / Job 1415 Hch 5.1-16 / Dt 23-24 / Job 1516 Hch 5.17-42 / Dt 25-27 / Job 1617 Hch 6 / Dt 28 / Job 1718 Hch 7.1-22 / Dt 29-30 / Job 1819 Hch 7.23-8.1 / Dt 31-32 / Job 1920 Hch 8.2-25 / Dt 33-34 / Job 2021 Hch 8.26-40 / Jos 1-2 / Job 2122 Hch 9.1-25 / Jos 3.1-5.1 / Job 22

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23 Hch 9.26-43 / Jos 5.2-6.27 / Job 2324 Hch 10.1-33 / Jos 7-8 / Job 2425 Hch 10.34-48 / Jos 9-10 / Job 2526 Hch 11.1-18 / Jos 11-12 / Job 2627 Hch 11.19-30 / Jos 13-14 / Job 2728 Hch 12 / Jos 15-17 / Job 2829 Hch 13.1-25 / Jos 18-19 / Job 2930 Hch 13.26-52 / Jos 20-21 / Job 30

MAYO1 Hch 14 / Jos 22 / Job 312 Hch 15.1-21 / Jos 23-24 / Job 323 Hch 15.22-41 / Jue 1 / Job 334 Hch 16.1-15 / Jue 2-3 / Job 345 Hch 16.16-40 / Jue 4-5 / Job 356 Hch 17.1-15 / Jue 6 / Job 36 7 Hch 17.16-34 / Jue 7-8 / Job 378 Hch 18 / Jue 9 / Job 389 Hch 19.1-20 / Jue 10.1-11.33 / Job 3910 Hch 19.21-41 / Jue 11.34-12.15 / Job 4011 Hch 20.1-16 / Jue 13 / Job 4112 Hch 20.17-38 / Jue 14-15 / Job 4213 Hch 21.1-36 / Jue 16 / Sal 4214 Hch 21.37-22.29 / Jue 17-18 / Sal 4315 Hch 22.30-23.22 / Jue 19 / Sal 4416 Hch 23.23-24.9 / Jue 20 / Sal 4517 Hch 24.10-27 / Jue 21 / Sal 4618 Hch 25 / Rt 1-2 / Sal 4719 Hch 26.1-18 / Rt 3-4 / Sal 4820 Hch 26.19-32 / 1 S 1.1-2.11 / Sal 49

105


21 Hch 27.1-12 / 1 S 2.12-36 / Sal 5022 Hch 27. 13-44 / 1 S 3 / Sal 51 23 Hch 28.1-15 / 1 S 4-5 / Sal 5224 Hch 28.16-31 / 1 S 6-7 / Sal 5325 Ro 1.1-15 / 1 S 8 / Sal 5426 Ro 1.16-32 / 1 S 9.1-10.16 / Sal 5527 Ro 2.1-3.8 / 1 S 10.17-11.15 / Sal 5628 Ro 3.9-31 / 1 S 12 / Sal 5729 Ro 4 / 1 S 13 / Sal 5830 Ro 5 / 1 S 14 / Sal 5931 Ro 6 / 1 S 15 / Sal 60

JUNIO1 Ro 7 / 1 S 16 / Sal 612 Ro 8 / 1 S 17.1-54 / Sal 623 Ro 9.1-29 / 1 S 17.55-18.30 / Sal 634 Ro 9.30-10.21 / 1 S 19 / Sal 645 Ro 11.1-24 / 1 S 20 / Sal 656 Ro 11.25-36 / 1 S 21-22 / Sal 667 Ro 12 / 1 S 23-24 / Sal 678 Ro 13 / 1 S 25 / Sal 689 Ro 14 / 1 S 26 / Sal 6910 Ro 15.1-13 / 1 S 27-28 / Sal 7011 Ro 15.14-33 / 1 S 29-31 / Sal 7112 Ro 16 / 2 S 1 / Sal 7213 Mr 1.1-20 / 2 S 2.1-3.1 / Dan 114 Mr 1.21-45 / 2 S 3.2-39 / Dan 2.1-2315 Mr 2 / 2 S 4-5 / Dan 2.24-4916 Mr 3.1-19 / 2 S 6 / Dan 317 Mr 3.20-35 / 2 S 7-8 / Dan 4

106


18 Mr 4 1-20 / 2 S 9-10 / Dan 519 Mr 4.21-41 / 2 S 11-12 / Dan 620 Mr 5.1-20 / 2 S 13 / Dan 721 Mr 5.21-43 / 2 S 14 / Dan 822 Mr 6.1-29 / 2 S 15 / Dan 923 Mr 6.30-56 / 2 S 16 / Dan 10.1-11.224 Mr 7.1-13 / 2 S 17 / Dan 11.3-2025 Mr 7.14-37 / 2 S 18 / Dan 11 21-4526 Mr 8.1-21 / 2 S 19 / Dan 1227 Mr 8.22-9.1 / 2 S 20-21 / Os 1.1-2.128 Mr 9.2-50 / 2 S 22 / Os 2.2-2329 Mr 10.1-31 / 2 S 23 / Os 330 Mr 10.32-52 / 2 S 24 / Os 4.1-10

JULIO1 Mr 11.1-14 / 1 R 1 / Os 4.11-5.32 Mr 11.15-33 / 1 R 2 / Os 5.4-153 Mr 12.1-27 / 1 R 3 / Os 6.1-7.24 Mr 12.28-44 / 1 R 4-5 / Os 7.3-165 Mr 13.1-13 / 1 R 6 / Os 86 Mr 13.14-37 / 1 R 7 / Os 9.1-167 Mr 14.1-31 / 1 R 8 / Os 9.17-10.158 Mr 14.32-72 / 1 R 9 / Os 11.1-119 Mr 15.1-20 / 1 R 10 / Os 11.12-12.1410 Mr 15. 21-47 / 1 R 11 / Os 1311 Mr 16 / 1 R 12.1-31 / Os 1412 1 Co 1.1-17 / 1 R 12.32-13.34 / Jl 113 1 Co 1.18-31 / 1 R 14 / Jl 2.1-1114 1 Co 2 / 1 R 15.1-32 / Jl 2.12-3215 1 Co 3 / 1 R 15.33-16.34 / Jl 13

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16 1 Co 4 / 1 R 17 / Am 117 1 Co 5 / 1 R 18 / Am 2.1-3.218 1 Co 6 / 1 R 19 / Am 3.3-4.319 1 Co 7.1-24 / 1 R 20 / Am 4.4-1320 1 Co 7.25-40 / 1 R 21 / Am 521 1 Co 8 / 1 R 22 / Am 622 1 Co 9 / 2 R 1-2 / Am 723 1 Co 10 / 2 R 3 / Am 824 1 Co 11.1-16 / 2 R 4 / Am 925 1 Co 11.17-34 / 2 R 5 / Abd26 1 Co 12 / 2 R 6.1-7.2 / Jon 127 1 Co 13 / 2 R 7.3-20 / Jon 228 1 Co 14.1-25 / 2 R 8 / Jon 329 1 Co 14.26-40 / 2 R 9 / Jon 430 1 Co 15.1-34 / 2 R 10 / Mi 131 1 Co 15.35-58 / 2 R 11 / Mi 2

AGOSTO1 1 Co 16 / 2 R 12-13 / Mi 32 2 Co 1.1-2.4 / 2 R 14 / Mi 4.1-5.13 2 Co 2.5-3.18 / 2 R 15-16 / Mi 5.2-154 2 Co 4.1-5.10 / 2 R 17 / Mi 65 2 Co 5.11-6.13 / 2 R 18 / Mi 76 2 Co 6.14-7.16 / 2 R 19 / Nah 17 2 Co 8 / 2 R 20-21 / Nah 28 2 Co 9 / 2 R 22.1-23.34 / Nah 3 9 2 Co 10 / 2 R 23.35-24.20 / Hab 1 10 2 Co 11 / 2 R 25 / Hab 211 2 Co 12 / 1 Cr 1-2 / Hab 312 2 Co 13 / 1 Cr 3-4 / Sof 1

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13 Jn 1.1-18 / 1 Cr 5-6 / Sof 214 Jn 1.19-34 / 1 Cr 7-8 / Sof 315 Jn 1.35-51 / 1 Cr 9 / Hag 1-216 Jn 2 / 1 Cr 10-11 / Zac 117 Jn 3.1-21 / 1 Cr 12 / Zac 218 Jn 3.22-36 / 1 Cr 13-14 / Zac 319 Jn 4.1-26 / 1 Cr 15.1-16.7 / Zac 420 Jn 4.27-42 / 1 Cr 16.8-43 / Zac 521 Jn 4.43-54 / 1 Cr 17 / Zac 622 Jn 5.1-18 / 1 Cr 18-19 / Zac 723 Jn 5.19-47 / 1 Cr 20-22.1 / Zac 824 Jn 6.1-24 / 1 Cr 22.2-23.21 / Zac 925 Jn 6.25-59 / 1 Cr 24 / Zac 1026 Jn 6.60-71 / 1 Cr 25-26 / Zac 1127 Jn 7.1-24 / 1 Cr 27-28 / Zac 1228 Jn 7.25-52 / 1 Cr 29 / Zac 1329 Jn 8.1-20 / 2 Cr 1.1-2.16 / Zac 1430 Jn 8.21-47 / 2 Cr 2.17-5.1 / Mal 1.1-2.931 Jn 8.48-59 / 2 Cr 5.2-14 / Mal 2.10-16

SEPTIEMBRE1 Jn 9.1-23 / 2 Cr 6 / Mal 2.17-3.182 Jn 9.24-41 / 2 Cr 7 / Mal 43 Jn 10.1-21 / 2 Cr 8 / Sal 734 Jn 10.22-42 / 2 Cr 9 / Sal 745 Jn 11.1-27 / 2 Cr 10-11 / Sal 756 Jn 11.28-57 / 2 Cr 12-13 / Sal 767 Jn 12.1-26 / 2 Cr 14-15 / Sal 778 Jn 12.27-50 / 2 Cr 16-17 / Sal 78.1-209 Jn 13.1-20 / 2 Cr 18 / Sal 78.21-37

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10 Jn 13.21-38 / 2 Cr 19 / Sal 78.38-5511 Jn 14.1-14 / 2 Cr 20.1-21.1 / Sal 78.56-7212 Jn 14.15-31 / 2 Cr 21.2-22.12 / Sal 7913 Jn 15.1-16.4 / 2 Cr 23 / Sal 8014 Jn 16.4-33 / 2 Cr 24 / Sal 81 15 Jn 17 / 2 Cr 25 / Sal 8216 Jn 18.1-18 / 2 Cr 26 / Sal 8317 Jn 18.19-27 / 2 Cr 27-28 / Sal 8418 Jn 18.28-19.16 / 2 Cr 29 / Sal 85 19 Jn 19.17-42 / 2 Cr 30 / Sal 8620 Jn 20.1-18 / 2 Cr 31 / Sal 8721 Jn 20.19-31 / 2 Cr 32 / Sal 8822 Jn 21 / 2 Cr 33 / Sal 89.1-1823 1 Jn 1 / 2 Cr 34 / Sal 89.19-3724 1 Jn 2 / 2 Cr 35 / Sal 89.38-5225 1 Jn 3 / 2 Cr 36 / Sal 9026 1 Jn 4 / Esd 1-2 / Sal 9127 1 Jn 5 / Esd 3-4 / Sal 9228 2 Jn / Esd 5-6 / Sal 9329 3 Jn / Esd 7-8 / Sal 9430 Jud / Esd 9-10 / Sal 95

OCTUBRE1 Ap 1 / Neh 1-2 / Sal 962 Ap 2 / Neh 3 / Sal 973 Ap 3 / Neh 4 / Sal 984 Ap 4 / Neh 5.1-7.3 / Sal 995 Ap 5 / Neh 7.4-8.12 / Sal 1006 Ap 6 / Neh 8.13-9.37 / Sal 1017 Ap 7 / Neh 9.38-10.39 / Sal 102

110


8 Ap 8 / Neh 11 / Sal 1039 Ap 9 / Neh 12 / Sal 104.1-2310 Ap 10 / Neh 13 / Sal 104.24-3511 Ap 11 / Est 1 / Sal 105.1-2512 Ap 12 / Est 2 / Sal 105.26-4513 Ap 13 / Est 3-4 / Sal 106.1-2314 Ap 14 / Est 5.1-6.13 / Sal 106.24-4815 Ap 15 / Est 6.14-8.17 / Sal 107.1-2216 Ap 16 / Est 9-10 / Sal 107.23-4317 Ap 17 / Is 1-2 / Sal 10818 Ap 18 / Is 3-4 / Sal 109.1-1919 Ap 19 / Is 5-6 / Sal 109.20-3120 Ap 20 / Is 7-8 / Sal 11021 Ap 21-22 / Is 9-10 / Sal 11122 1 Ts 1 / Is 11-13 / Sal 11223 1 Ts 2.1-16 / Is 14-16 / Sal 11324 1 Ts 2.17-3.13 / Is 17-19 / Sal 11425 1 Ts 4 / Is 20-22 / Sal 11526 1 Ts 5 / Is 23-24 / Sal 11627 2 Ts 1 / Is 25-26 / Sal 11728 2 Ts 2 / Is 27-28 / Sal 11829 2 Ts 3 / Is 29-30 / Sal 119.1-3230 1 Ti 1 / Is 31-33 / Sal 119.33-6431 1 Ti 2 / Is 34-35 / Sal 119.65-96

NOVIEMBRE1 1 Ti 3 / Is 36-37 / Sal 119.97-1202 1 Ti 4 / Is 38-39 / Sal 119.121-1443 1 Ti 5.1-20 / Jer 1-2 / Sal 119.145-1764 1 Ti 5.21-6.21 / Jer 3-4 / Sal 120

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5 2 Ti 1 / Jer 5-6 / Sal 1216 2 Ti 2 / Jer 7-8 / Sal 1227 2 Ti 3 / Jer 9-10 / Sal 1238 2 Ti 4 / Jer 11-12 / Sal 1249 Tit 1 / Jer 13-14 / Sal 12510 Tit 2 / Jer 15-16 / Sal 12611 Tit 3 / Jer 17-18 / Sal 12712 Flm / Jer 19-20 / Sal 12813 Stg 1 / Jer 21-22 / Sal 12914 Stg 2 / Jer 23-24 / Sal 13015 Stg 3 / Jer 25-26 / Sal 13116 Stg 4 / Jer 27-28 / Sal 13217 Stg 5 / Jer 29-30 / Sal 13318 1 P 1 / Jer 31-32 / Sal 13419 1 P 2 / Jer 33-34 / Sal 13520 1 P 3 / Jer 35-36 / Sal 13621 1 P 4 / Jer 37-38 / Sal 13722 1 P 5 / Jer 39-40 / Sal 13823 2 P 1 / Jer 41-42 / Sal 13924 2 P 2 / Jer 43-44 / Sal 14025 2 P 3 / Jer 45-46 / Sal 14126 Gá 1 / Jer 47-48 / Sal 14227 Gá 2 / Jer 49-50 / Sal 14328 Gá 3.1-20 / Jer 51-52 / Sal 14429 Gá 3.21-4.20 / Lm 1-2 / Sal 14530 Gá 4.21-31 / Lm 3-4 / Sal 146

DICIEMBRE1 Gá 5.1-15 / Lm 5 / Sal 1472 Gá 5.16-26 / Ez 1 / Sal 148

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3 Gá 6 / Ez 2-3 / Sal 1494 Ef 1 / Ez 4-5 / Sal 1505 Ef 2 / Ez 6-7 / Is 406 Ef 3 / Ez 8-9 / Is 417 Ef 4.1-16 / Ez 10-11 / Is 428 Ef 4.17-32 / Ez 12-13 / Is 439 Ef 5.1-20 / Ez 14-15 / Is 4410 Ef 5.21-33 / Ez 16 / Is 4511 Ef 6 / Ez 17 / Is 4612 Fil 1.1-11 / Ez 18 / Is 4713 Fil 1.12-30 / Ez 19 / Is 4814 Fil 2.1-11 / Ez 20 / Is 4915 Fil 2.12-30 / Ez 21-22 / Is 5016 Fil 3 / Ez 23 / Is 5117 Fil 4 / Ez 24 / Is 5218 Col 1.1-23 / Ez 25-26 / Is 5319 Col 1.24-2.19 / Ez 27-28 / Is 5420 Col 2.20-3.17 / Ez 29-30 / Is 5521 Col 3.18-4.18 / Ez 31-32 / Is 5622 Lc 1.1-25 / Ez 33 / Is 5723 Lc 1.26-56 / Ez 34 / Is 5824 Lc 1.57-80 / Ez 35-36 / Is 5925 Lc 2.1-20 / Ez 37 / Is 6026 Lc 2.21-52 / Ez 38-39 / Is 6127 Lc 3.1-20 / Ez 40-41 / Is 6228 Lc 3.21-38 / Ez 42-43 / Is 6329 Lc 4.1-30 / Ez 44-45 / Is 6430 Lc 4.31-44 / Ez 46-47 / Is 6531 Lc 5.1-26 / Ez 48 / Is 66

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PAUTAS PARA LA LECTURA Encontrarás que la lectura de la Biblia es gratificante,sin embargo, ¡no siempre resulta fácil!Estas pautas pueden ayudarte:— Antes de leer cada pasaje, pídele a Dios que te hablea través de su Palabra.— Reserva un tiempo especial cada día para leer la Bi-blia, y ¡procura mantenerlo!— ¡Si puedes encontrar un lugar tranquilo aún mejor!

PreguntasTendrás que decidir si prefieres leer a solas o en grupo.La compañía, a veces, ayuda sobre todo para entender eltexto.Cuando hayas leído, piensa en las respuestas a estaspreguntas:

— ¿Por qué se escribió este pasaje?— ¿Cuál es el significado de cada palabra del texto queyo no entiendo?— ¿Qué significado tenía este pasaje para sus lectoresoriginales?— ¿Qué me dice a mí este texto hoy?— ¿Qué dice el pasaje acerca de Dios?— ¿Qué me dice de Jesús?— ¿Qué pide que haga yo?

Ora y pide a Dios que lo que acabas de leer te ayude avivir de acuerdo a su voluntad.

¡Adelante!

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Mantén la costumbre de leer la Biblia y orar diaria-mente. Este plan de lectura bíblica quiere ayudarte enla primera, y –por lo tanto- más difícil etapa de lecturabíblica, cuando es una nueva experiencia.

Fuente: Sociedad Bíblica. www.sociedadbiblica.org

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EPÍLOGO

Todo lo expuesto en estas líneas ha sido el acervoacumulado de toda una vida de experiencia personalcon el Dios Creador –el Eterno– y, la conclusión, queme atrevo a llamar científica, probada en mi propia viday en la vida de miles y millones de hombres y mujeres alo largo y ancho del planeta Tierra, a través de los siglos,desde que el Mesías prometido al pueblo de Israel, seencarnara y muriera hace 2.000 años como el Reden-tor de todos los hombres, según hemos visto que ha sidorevelado al hombre en la Biblia.

También es cierto que esa exclusividad del Mesíasa su propio pueblo Israel fue ampliada por Él mismo,diciendo: «De tal manera amó Dios al mundo que ha dadoa Su Hijo unigénito paraque todo aquel que en Élcree tenga vida eterna…»(Juan 3.16) ensanchando yrevelando que el propósi-to del Eterno era univer-sal —de ahí la palabra ca-tólico— para todos loshombres y mujeres delmundo y de todas las eda-des. Fue por eso tambiénque Jesús dijo a Sus discí-pulos: «Por tanto, id, y ha-ced discípulos a todas lasnaciones, bautizándolos enel Nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; ense-

«De tal manera amóDios al mundo que ha dado a su Hijounigénito para quetodo aquel que en Él cree tenga vida eterna.»Juan 3.16

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ñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; yhe aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin delos siglos» (Mateo 28.19-20).

Sorprendentemente, ese mandato dado a aquelloshumildes y sencillos pescadores, prendió y marcó unapauta en la sociedad occidental que ha llegado hastanuestros días bastante desdibujada, y que es conocidacomo la civilización greco-judeo-cristiana. Aunquenunca fuera por la capacidad cultural o científica desus discípulos, que fueron sólo testigos oculares de loque habían presenciado y vivido con Él, habiendo insu-flado en ellos el poder del Espíritu Santo para poder lle-varlo a cabo, cumpliéndose así aquel mandato que lesdio antes de partir: «Pero recibiréis poder, cuando hayavenido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigosen Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último

de la tierra» (Hechos 1.8).No obstante, hemos

de constatar que ese cris-tianismo vivo fue real,mientras fue perseguidoy no sucumbió a los po-deres terrenales; dejandode serlo, tristemente,cuando dejó de ser perse-guida como iglesia o con-gregación del Mesías,acomodándose a las pau-tas marcadas por la so-ciedad pagana, ajena a la

revelación dada y enseñada por Jesucristo y sus apósto-

«Pero recibiréispoder, cuando haya

venido sobrevosotros el EspírituSanto, y me seréis

testigos…»Hechos 1.8

118


les. Al principio eran comunidades vivas que se reuní-an en casas y tenían verdadera comunión unos conotros, al extremo de decir los extraños: “Mirad como seaman” por el amor fraternal que se practicaba entreellos, no habiendo necesitados. Era un cristianismo quetenía y experimentaba la vida prometida por su Maes-tro, según fue expuesto por el apóstol Juan, unos 50años después de haberlas oído por primera vez cami-nando con Él, al escribir su evangelio: «El ladrón no vie-ne sino para matar, robar y destruir; yo he venido para quetengan vida, y para que la tengan en abundancia» (Juan10.10).

Éste es el Evangelio o Buenas Noticias: Experi-mentar a Cristo personal-mente, reconocerle comoel Salvador y Redentor, ycomo el único mediadorentre Dios y el hombre,pidiéndole que te limpiede tus pecados pasados einvitarle a tomar el con-trol de tu corazón. Lo queÉl llamó, en su conversa-ción con Nicodemo, nacerde lo alto, del Espíritu deDios. Por eso, Dios mismole envió para redimir a suhumanidad perdida. Seconvierte en un modo devida, lleno de amor, gozo ypaz, que brotan del interior del ser humano, llenando el

Éste es el Evangelio o Buenas Noticias:Experimentar aCristo personalmente,reconocerle como elSalvador y Redentor, y como el únicomediador entre Diosy el hombre.

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vacío de su corazón, nunca una forma dada de religión.Recientemente escuché a un obispo decir que había quevolver al cristianismo del primer siglo, porque el cris-tianismo es: «Una experiencia vital, transformadoray renovadora». Ése es el secreto, en definitiva, ha sidoel propósito real de publicar este librito, que llegues aconocer y saber cómo tener un encuentro personal conese Yeshúa (Jesús), el Mesías, y puedas experimentar suverdadera vida en la tuya.

Considerando los tiempos que corren de ‘seculari-zación’ en nuestra sociedad actual, seguramente queme estarás viendo como un utópico, un soñador, o has-ta un loco al escribir esta reflexión —ya se lo dijeron alMaestro hace dos mil años—, así que tienes toda la ra-zón al pensar así, pero sólo te sugiero que lo intentes,como lo siguen intentando miles de hombres y mujeresde nuestros días en todas las partes del mundo. Segura-mente descubrirás que funciona. Ese mensaje exclusivode los beneficios de recibir a Jesucristo está prendiendoa millones en China, India, Africa, América, y en menormedida en el mundo occidental desarrollado y seculari-zado. No es una religión o sistema religioso, es una ex-periencia vital, transformadora, que cambia tu vida, yllena el vacío de tu corazón.

Pedro Navarro Vírseda

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© 2012,. Pedro Navarro Vírseda© Citas bíblicas: Reina Valera 1960. Sociedad Bíblica

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Pedro Navarro

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