Revista 2 y 3

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Fundación FEDESME Número 2 SERIE MELILLA Y LA CULTURA AMAZIGH ABD EL-KRIM EL LIDER RIFEÑO

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FEDESME: Serie Cultura Amazigh

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Fundación FEDESME Número 2

SERIE MELILLA Y LA CULTURA AMAZIGH

ABD EL-KRIMEL LIDER RIFEÑO

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Redacción

Luis Carlos López Rueda

Mohamed El Kattabi Katab

Ziyyan Ahfid

Maquetación:

Fernando Ayats Díaz

Colaboradores

Fedesme

Global ParkGlobal Center

Cepsa

Serie Melilla y la Cutura Amazigh

MI FRASE / MARIA ROSA DE MADARIAGA

“Fue un hombre flexible en las formas, pero no en el fondo: aspi-raba a la independencia y de ahí no se movía. No era enemigo de España, sino de la ocupación”

e

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En esta ocasión sacamos una revista doble, que como tal le asignamos el número 2 Especial, esta-mos pues, ante una revista amplia, que nos permite incluir artículos más amplios.

Tenemos un nuevo colaborador, el Sr. Ziyyan Ahfid, a quién damos nuestra sincera bienvenido y esperamos sea el inicio de otras incorporaciones. Ziyyan Ahfid es escritor local de relatos en tamazigh y castellano, esta revista ampliada, nos ha permitido incluir de nuestro nuevo colaborador el cuento o fábula “EL CHACAL Y EL BURRO”, aparece en tamazigh y castellano, junto con un vocabulario que pre-tendemos esté ambientado en el relato. Creemos que es una magnífica aportación como divulgación del tamazigh escrito con caracteres latinos, tiempo tendremos, pues nacemos con voluntad de conso-lidarnos y perdurar durante muchos años, de llegar al alfabeto Tifinagh. Además continuamos con las series ya iniciadas de los Númidas, Muhammad Abdelkrin Aljattabi y la mujer Amazigh en este caso continuamos con las alfareras del Rif.

En los Númidas hemos empezado a narrar la vida del Gran Rey Amazigh Massinisa, que no hemos terminado y aún permanecerá al menos en una revista más. En el comienzo de este artículo hemos introducidos los nombres de los pueblos Imazighen pre-romanos: Gétulos, Nasamones, Garamantes y Mauris. . La serie sobre la historia los antiguos imazighen, seguirá por el conocimiento de estos pue-blos. Aparcando la discusión sobre si los Cartagineses deben considerarse Imazighen o Fenicios, para posteriores revistas.

Continuamos con Muhammad Abdelkrim Aljattabi, personaje tan interesante, polémico y admi-rado, que probablemente nos acompañe durante todo el año. Esperamos poco a poco irle conociendo y entendiendo. En la serie sobre la mujer Amazigh, seguimos con las alfareras del RIF, presentamos la alfarería de la tribu de Beni Urriaguel que nos permite conocer un poco sobre la historia de esta tribu, la tribu de Abdelkrin. Continuamos con “repasa tus conocimientos de la cultura amazigh”, con las respuestas y las nue-vas preguntas. Y otros artículos, que completan este formato de doble revista, que intentaremos con-solidar y hacerlo habitual. Y en esta publicación, como no solo de pan vive el hombre, iniciamos los anuncios de empresas colaboradoras, no decimos clientes pues no entra en la idea de esta revista, si decimos e insistimos en colaboradores. Colaboración, que esperamos nos ayude a realizar los amplios objetivos que nos hemos planteado, sobre todo iniciar la recopilación. Además contamos con 2 personas que nos animan en nuestro empeño, los Sres. Driss Deyback y Mustafa Arruf, creemos que suficientemente conocidos y que no hay que presentarlos. Insistimos a todos los lectores que estamos abiertos a todas aquellas personas que deseen ayu-darnos a realizar esta revista, este es un grupo abierto. Y no os olvidéis que SOMOS LA UNICA REVISTA DEL MUNDO QUE UTILIZANDO EL FORMATO PAPEL Y EL CASTELLANO COMO IDIOMA, DIVULGA LA CULURA AMAZIGH. Confiamos que todos los ciudadanos de Melilla se sientan orgullosos de esta empresa y nos ayuden a llevarla a buen término.

Contactos por Correo electrónico, a: [email protected]

Serie Melilla y la Cutura Amazigh

EDITORIAL

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Serie Melilla y la Cutura Amazigh

FEDESMELA FUNDACIÓNEL SUEÑO DE FEDESME.

El 28 de Agosto de 1963, Martin Luter King, en el Memorial Lincoln, ante la escultura de este gran presi-dente de los EE.UU. de Amerita del Norte, defensor hasta la muerte de la libertad e igualdad para todos los hombres, pronunció su famosa discurso que recordamos por la frase “Yo Tengo un sueño”, “I have a dream”. Este importante discurso, en parte y en lo que concierne a la “Igualdad y Libertad” inspira el ideario de FEDESME, hemos tomado la parte final del discurso y lo hemos trasladado a la realidad de Melilla, con permiso de Vds.: “I Have a drean” de M.L.K. trasladado a Melilla:Hoy les digo a ustedes, amigos míos, que a pesar de las dificultades del momento, yo aún tengo un sueño. “Es un sueño profundamente arraigado.”Sueño que un día esta CIUDAD se levantará y vivirá el verdadero significado de las palabras: “Afirmamos que estas verdades son evidentes: que todos los hombres son creados iguales”.Sueño que un día, en la Ciudad de Melilla, los hijos de la pobreza y los hijos de la riqueza, se puedan sentar juntos a la mesa de la hermandad, la igualdad y la libertad.Sueño que un día, incluso en los barrios más marginados de la Ciudad de Melilla., barrios que se sofocan con el calor de la injusticia y de la opresión, se convertirán en un oasis de libertad y justicia.Sueño que mis hijos vivirán un día en una ciudad en la cual serán valorados por su esfuerzo, por los rasgos de su personalidad.

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Serie Melilla y la Cutura Amazigh

UN DÍA ESTA CIUDAD

SEAN IGUALES.

SE LEVANTARÁ

DONDE HOMBRES

Y MUJERES

¡Hoy tengo un sueño!Sueño que un día, en la Ciudad de Melilla, todos los niños y niñas en igualdad, sin distinción de razas, caminaran unidos, como hermanos y hermanas.¡Hoy tengo un sueño!Sueño que algún día los valles serán cumbres, y las colinas y montañas serán llanos, los sitios más escarpados serán nivelados y los torcidos serán enderezados, y la gloria de Dios será revelada, y se unirá todo el género humano.

Esta es nuestra esperanza. Esta es la fe con la que seguimos en Melilla. Con esta fe podremos esculpir de la montaña de la desesperanza una piedra de esperanza. Con esta fe podremos tras-formar el sonido discordante de la convivencia de nuestra ciudad, en una hermosa sinfonía de integración y fraternidad. Con esta fe podremos trabajar juntos, rezar juntos, luchar juntos, defen-der la libertad juntos, sabiendo que algún día seremos libres.

Ese será el día cuando todos los hijos de Dios podrán decir, “Mi ciudad es libre. Dulce tierra de libertad. Tierra de libertad donde mis antecesores llegaron, tierra orgullo de los peregrinos, de cada costado de la montaña, que repique la libertad”. Y si Melilla ha de ser grande, esto tendrá que hacerse realidad.

Por eso, ¡que repique la libertad desde la cúspide de los lugares de Melilla! ¡Que repique la li-bertad desde los barrios de Melilla! ¡Que repique la libertad en la vida y palabras de todos los melillenses!! Pero no sólo eso: ! ¡Que de todas partes repique la libertad! ¡Melilla es libre!Cuando repique la libertad y la dejemos repicar en cada barrio y en cada casa, en cada Iglesia, en cada Sinagoga y en cada Mezquita, podremos acelerar la llegada del día cuando todos los hijos de Dios, judíos y cristianos, musulmanes y católicos, Budistas e Hinduistas, puedan unir sus ma-nos y cantar las palabras del viejo espiritual negro: “¡Libres al fin! ¡Libres al fin! Gracias a Dios omnipotente, ¡somos libres al fin!”

Por todo lo anterior basado en el discurso de Martín Luter King, me atrevo a decir que:“Hoy he tenido un sueño donde la pobreza desaparecía de Melilla”“Hoy he tenido un sueño donde los jóvenes y mujeres de Melilla con la mejor formación y educa-ción rompías las ataduras del paro y alcanzaban las cotas más altas en su vida laboral.”“Hoy he tenido un sueño, donde todas las personas de mi Ciudad Melilla, mujeres y hombres, ma-yores y jóvenes, niñas y niños, todos éramos libres e iguales.”“Hoy he tenido un sueño, donde Melilla con el esfuerzo de los melillense prosperaba.”“Hoy he tenido un sueño, donde el nepotismo y el despilfarro de los gobernantes de Melilla des-aparecía.” “Hoy he tenido un sueño, donde la sociedad Melillense desde la fortaleza de sus ciudadanos co-menzaba su regeneración, haciéndose dueña de su futuro, en libertad e igualdad.”

ENTRE TODOS HAGAMOS ESE SUEÑO REALIDAD.

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Aghyur d Wuccen Tugha ij n Weghyur itawi asen macca i yixem-masen. kur ass yessakwad a sen aghrum n tecnift d ughi asemmam.Ij n wass iwjed as Wuccen deg ubrid. Tugha yeh-dat, yarra s d rexbar min ixeddem. Ifekkar Wuccen, qa, Aghyur d ij n ubuhari waha yehwen i wecmat. Uca s ufekkar nni zi ghar s iruh, yizzar as ghar we-brid, yewda ghar tmurt, yegga ixf nnes yetmetta s rehriq. Yezri t Weghyur amenni, yesseqsa t: _¿ Min cek yughin a 3emmi Yehya?

_Dayi ij n ddarrect deg udar tneqq ayi s rehriq, war zemmaregh ad arnigh ura d surif, tarwa inu qa trajan ayi deg yefri awarni Wuzru Azegwagh, attas zeg wami war d ai zrin, ujuregh d ghar sen yumayen teffegh d day i tidarrect uca teghder ayi ghar tmurt,mara day k ca n rxar siwed ayi ar mani temsefra-qen yebriden nnegh, qa nec war dqiregh ca yattas, ij n wass nneghni ad ac arregh rxar nnec.

Aghyur waxxa yessen Uccen d ij n wemzaybi, maca zzidjzen as tarwa nnes. Yessenyi t Weghyur x we3rur nnes, yujur zzay s.Uccen ar ami gha iyni x we3rur n Weghyur, deg ij n taghma day s ticnifin n weghrum n imendi, di taghma nneghni day s ij n weqbuc n ughi asem-mam, Uccen yekkes as aqeffar n ukettan I weqbuc

iqerbi t ghar s yeqqim isess aghi yasemmam ize33ef di tecnift n weghrum.

Tugha d ca n rxar n ughi, d asemmad sadu tthawat nni n unebdu, itekkes fad, itekkes raz. Uccen yettu qa yenya sennej iwugyur, ysghedjay, yessekka ires, it egg !ahhhh! am xemmi yella di jjennet.

Yesra yas Weghyur yesseqsa t._¿Mamec din tedjid a 3emmi yehya?

Uccen itarra x as:_Rehriq n darrect a ineqq ayi. ¡Ahhhh!

Maca netta ayenni yiwed isess aghi asemmam, itett aghrum n tecnift. Ar ami Uccen yetwara gwar ad awden mani xedd-men ixemmasen, isur yengez ghar tmurt yettef tazzra teqqim ghar t3ejjact awarna s. Aghyur xenni 3ad d yarra rbar nnes, xenni I yuca ak taghyuri nnes. _”War d ayi eggin aghyur ar ami d ayi ttugha d aghyur”. Yebda ad ixarres, maca tugha yeqda yas (Wakud) rweqt. Umi-d gha yarr tugha ixemmasen ennden as-d.

_¿Manis yekka weghrum d ughi a 3emmi Aghyur?

Aghyur meskin yeqqim yesqar waha, war yufi min gha yini, yarxu-d imejjan yessadar tittawin, ixez-zar di tmurt.

Ixemmasen tugha tewta day sen attas n tfuct, uhren, djuzen, ffuden, Aghyur, irehheg-d Ghar-sen s ifassen xwan.

EL ASNO YRELATO ANTIGUO

ESCRITO Y TRADUCIDO POR ZIYYAN AHFID

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Uca ttfent s ij urekkud, ijj ikessi ijj itadar, ar ami t arrin am u3eddis am wu3rur.

Yeqqes as i Weghyur wecmat n wuccen, ktar zeg we3mud i d as ggin ixemmasen. Yezzudj Weghyur war itiri di rehna, ar d yarr i wuccen ticti d as yegga. Xemsa n wussan d weghyur meskin, yessesmad deg we3mud d as ggin.

Ar ami gha yeggenfa mlih zeg we3mud nni d as ggin ixemmasen, ij n wass x u3ecci iruh ghar Wuzru Azegwagh, yeffegh x yefri nni di zeddegh wuccen nni it icemten. Ifri nni tugha-t yeffar awa-ni ij n te3rurt. Aghyur yeqqim itxarres ghar tta-si3 mac gha yegg ad yettef Uccen. Yejja ar ami d tameddit, iqarreb ghar uqemmum n yefri, yewda gha tmurt, yeqqen tittawin, yarzem aqemmum, ye-gga ixf nnes yemmut.

Tuccent, ar ami-d tekkar zic ak tafrara n wass, tufa din ghar uqemmum n yefri aghyur yezzer it ban-d axmi yemmut. Tugha zic 3ad tfuct war d tenqar. Tuccent tessekkar uccen zeg yides. Tenna s:

_!Tameddit, urjigh ij n rxar n tarja.

Yenna-s wuccen:

_!Xar u salam a tuccent. ¿Min turjid?

Tenna-s Tuccent:

_Urjigh, yemmut a-negh Weghyur ghar uqemmum n yefri.

Yeffegh Wuccen itazzer ghar barra yufa ij n we-ghyur yezzer ghar uqemmum n yefri. Ifarh attas. S wefrah nni yebda ineggez, itadef iteffegh, yedda-rra3 i Tuccent yeqqar as:

EL CHACALEN THAMAZIG

Serie Melilla y la Cutura Amazigh

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Serie Melilla y la Cutura Amazigh

_!Wallah illa turja nnem teffghent! Min turjid d ttidet! kkar at njarr ghar daxer, aqa-d as-d

arren rexbar (tmukrist) ifisen ad ghar-s asen at awyen.

Tenna-s Tuccent:

_¿Mamec d as gha negg at nessidef ghar daxer?, qa yemghar yedqer attas.

Uccen yexzar mlih deg weghyur, yenna-s I Tuc-cent:

_D tidet, aghyur a d ameqran yedqer attas, yarwes deg ij n Weghyur yarbu yi-d x we3rur nnes zeg Wedrar n Ufadis ar Ighzar n Uriri.

Tesseqsa-t Tuccent, tugha war tesri mlih min das yenna Wuccen.

_¿ Ij n weghyur yarbu cek x we3ruru nnes?

Yarra x-as netta:

_¡Aghyur n yeghyar, ¿ war dji yarbu yi-d waha?, yesghim ayi jar ighaynen n tecnifin d ughi asemmam.

Tenna-s Tuccent:

_¡Zi xenta d tidet min qqaren! ¡¡Tudart a tem-sefraq x tnayen, azyen d uccanen azyen tti-xeswin!!.

_¡Lla a Tuccent lla!. Azyen d uccanen azyen d ighyar. Ag wawar yenna wuccen, uca wdan ghar tmurt bdan tmarrghen deg ucar dehhecen s marra tmijja n-sen. Aghyur itesra y-asen itacar it wur.

Tenna-s Tuccent:

_3awed ayi ¿Min teggid huma ac yessni We-ghyur x u3ruru nes?

_¡War yedji wi hewnen I ucmac anect n we-ghyur! Aghyur netta war yesxarriq, itamen marra min as qqaren. ¿Maghar 3emmars war tesrid I wawar nni qqaren? ¡qa d nneyyet waha!

_¡Wah, srigh as! Tarra x-as Tuccent.

_Iwa qa nneyyet qqaren-t I weghyur.

Uccen yisi di ddehhact.

Aghyur itesra awaren n wuccen, yedduqquz, yexs ad yekkar a-ten iharwed, maca, ifekkar, yenna dir bar nnes: (Wenni war yermiden zi min x as yekkin 3emmars ad yermed.Nec war djigh d (afgan) bnadem ad nqardegh (sin n imuren) martayen deg ij n wezru. ¿I mara yarwer ayi? a x-af-i yarni tadehhact, (ak-d ij n wuccen, akid-s irigh d ttixsi ij n umur waha.)

Uccen yenna-s i Tuccent:

_Qa ufigh mac d-as gha negg at njarr ghar yefri, cedd anewwar inu ghar wenni nnes, nec ad ja-rregh cem 3aned ghar-i. Tcedd Tuccent inewwura n sen. Tegga sen ij uceddi zeg yenni war ifessyen.

Aghyur ar ami gha yaca ak uccen icedd mlih ghar unewwar nnes, xenni 3ad yarra nnefs di rehna, yegga ij unexdef, yekkar isur ibed, yez-ze3wet ij n tnayen imuren yerqef Uccen deg ughesmir s ij n tnayen n arrcur. Isge33ed iri nnes deg ujenna, yedhec di rxadar nnes, isscen-d ca n yirfan n ighimzan, umi ten tezra Tuccent tegga anewwar jar idaren tarwer ghar yefri.

Aghyur yesseqsa Uccen:_¿Mamec din tedjid a 3emmi Yehya?

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Este cuento típico en la cul-tura Amazigh es el primero de una serie , en los que se incorporará el texto en Tamazigh, y su traducción al Castellano

Uccen yeqde3 rhess war x-as yarri. Yenna-s Weghyur:

_Usigh-d ada-c sgenfigh tidarrect, qa qqaren mri war xedjfent iri neqqent. Aghyur yettef tazzra s wuccen yeqqen ghar unewwar nnes. Tuccent tragha-t, teqqar as:

_! Tttef deg izaren a 3emmi Yehya, ttef deg izaren!

Uccen itarra x-as:

_Uhregh ttfegh deg izaren, izaren qettwen-d ghar-i.

Aghyur yekka x rharrac, d tzegwart, d yezra. Itazzer am umaryah, ineggez, yezze3wat. Umi gha yawed Weghyur ghar ixemmasen, Uc-

cen tugha war day-s yeqqim min gha far-

cen, maca ttfen-t, carfen-t gha tesrighwa, jjin-t din icedd trata n wussan s raz d fad. Arami-t gha izar Weghyur amenni, yezzidjez as, indemm zeg wami t-id yettef. Iruh ghar-s yenna-s:

_Umi tugha das t3awaded I Tuccent acmat nni day-i teggid, tugha tghir ayi war yedji hedd ghar-s ur yeqseh am cek, maca umi zrigh min da-c ggigh nec, d min da-c ggin ixemmasen, rexxu ssnegh marra id negh d-uccanen, marra id negh ttixeswin. Ixemmasen tugha war jjiwnen s min da-s ggin I wuccen, ruhen qessen as ayencicen, jjin as tighmas tbanen-t ghar barra, huma wenni it gha izaren a da-s tghir qa idehhec.

Ziyyan Ahfid

MELILLA NO DEBE QUEDARSE AL MARGEN DE

LA PRESERVACIÓN PARA LAS FUTURAS

GENERACIONES DE ESTE CONOCIMIENTO

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El Asno y el Chacal

Había un Asno que transportaba comida y bebida a los cooperativistas del campo.Ellos eran cinco miembros que se dedicaban al cultivo, siembra y recolecta. Se llevaban una quinta parte de la cosecha que se repartían entre ellos. Trabajaban de sol a sol. El dueño de las tie-rras se encargaba de la comida y bebida. El asno era del dueño de las tierras y como conocía el camino; al mediodía se le cargaba con la comida y se ponía en marcha no parando hasta llegar al lugar del trabajo. Así era feliz el asno hasta que un día: El Chacal, que lo ha estado observando, y conocía ya en lo que andaba me-tido el Asno. Pensó para sí y se dijo:_El Asno es solo un tonto fácil de engañar.Así, con esta creencia; el Chacal se dirigió al en-cuentro del noble Asno, adelantándose al cami-no por donde iba a pasar el Asno y se tumbó en el camino simulando estar padeciendo un fuerte do-lor en su pata delantera.Al verlo el Asno retorcer-se en el suelo le pregun-tó: _¿Qué es lo que te pasa Tío Juan?_Me ha salido un maldito callo en la pata que me mata de dolor, no puedo dar un paso más y mis pequeños hijos me esperan en la cueva detrás de la Peña Roja. Hace mucho que no me han visto. Llevo dos días caminando a su encuentro has-ta que me salió esta llaga que me tiró a tierra; ahora te pido, si aún conservas algo de bondad, que me lleves hasta donde se separen nuestros caminos; yo no soy muy pesado, algún otro día te devolveré el favor. Los sabios de nuestra tierra dicen: un día por mi otro día por ti.

El Asno, aunque conociendo las tretas y mentiras del Chacal, pensó en los pequeños hijos de éste, por eso lo subió a sus espaldas y marchó con él.El Chacal una vez arriba, empezó a comer y beber.

El pan estaba envuelto en una tela que lo conser-vaba calentito y la leche agria en un cántaro se conservaba fresca. Era todo un manjar en aquel mediodía del seco mes de junio.El Chacal se relamía de placer, y de vez en cuando se le escapaba un “ahhhh”Al oírle el Asno creyó que era lamento y pregun-tó:_ ¿Qué tal estás ahí arriba?A lo que el Chacal contestó:_El dolor me mata “ahhhhh”Pero no paró de zampar y tragar hasta que vio que se acercaban al lugar donde los cooperati-vistas estaban segando la cebada y de un salto puso tierra por medio, no viéndose más que la polvareda que tras sí se levantaba al correr.

Fue entonces, solo entonces, cuando el Asno se dio cuenta de su burrada._No me llamaron burro hasta que fui burro. Empezó a pensar, pero el tiempo se le había aca-bado. Ya no había tiempo para pen-sar porque estaba rodeado de cinco cansados, ham-brientos y sedien-tos campesinos

que reclamaban su única comida del día.¿Dónde están el pan y la leche Tío Burro?El pobre Asno quedó callado, no tenía nada que decir, bajó las orejas mirando el suelo.Los campesinos estaban asqueados, cansados, hambrientos y sedientos, su único consuelo del día era cuando el Asno aparecía con su carga, y hoy había llegado a ellos de vacío.

Los segadores rodearon al Asno armados con pa-los y cuerdas, empezaron a golpearlo hasta que se cansaron.Le dolió al Asno el engaño más que la paliza de los campesinos, y juró que no descansaría has-ta vengar la afrenta. Cinco días estuvo el pobre Asno sin poder moverse.Cuando el Asno estuvo bien curado de la paliza

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que le habían propinado los campesinos, un día por la tarde se dirigió a la Peña Roja, allí encontró la cueva del Chacal que estaba escondida detrás de un montículo, y apartándose a una distancia prudente para que no lo olieran o vieran, allí em-pezó a idear la captura del Chacal.Dejó llegar la noche y se acercó a la entrada de la cueva, se tumbó cerró los ojos abrió la boca y se hizo el muerto. Cuando por la mañana tem-prano la Chacal pareja de nuestro amigo lo en-contró allí, y creyéndolo muerto dio tres saltos de alegría. Era aún temprano, el sol no había hecho aparición, la brisa refrescaba un poco y el olor a campo impregnaba el ambiente. La Chacal corrió cueva adentro para despertar y dar parte de su hallazgo a su compañero el Cha-cal, diciéndole:_Anoche tuve un bello sueño.

Dijo el Chacal:_Bienestar y paz querida, ¿qué so-ñaste?

Dijo la Chacal:_Soñé que se moría un asno a la en-trada de nuestra cueva.

Salió el Chacal de la cueva y a la en-trada vio que había un asno tumba-do y se alegró. Tal fue su alegría que no paraba de correr y saltar abra-zando a la chacal y diciendo:

_ ¡Por Alá que tus sueños se cumplen y se hacen realidad! Vamos a meter-lo dentro antes de que lo huelan las hienas u otros vecinos y vengan y se lo lleven todo.

Dijo la Chacal:_ ¿Cómo haremos para meterlo den-tro? Este burro es grande y pesa mucho.

El Chacal se fijó mejor en el Asno y dijo:_Es verdad, este burro es enorme y debe pesar mucho, se parece a uno que me llevó sobre sus espaldas desde el monte del Azebuche hasta el río de las Adelfas.

La Chacal no había oído bien lo que le dijo y re-pitió:_¿Un burro te subió a sus espaldas?

Dijo el Chacal:_El más burro de los burros. No solo me subió a sus espaldas, sino que me acomodó entre dos alforjas repletas de pan de cebada y leche agria

Dijo ella:_Entonces es cierto ese dicho popular que dice: La vida está dividida entre los que son lobos y los que son ovejas.

Dijo el Chacal eufórico:

_ ¡No, no! La vida está dividida entre los que son chacales y los que son burros.

La pareja de chacales cayeron al suelo y dando vueltas, reían a carcajadas la gracia de su pro-

pio chiste, mientras el Asno oyéndoles aguantaba con sufrimiento.

Preguntó ella:_Cuéntame, ¿qué hiciste para que ese más burro que los burros te lleve en sus espaldas?

Dijo el Chacal:_ ¡Nadie es más fácil de burlar que el burro! El burro por naturaleza no miente, por eso cree todo lo que le dicen. ¿Acaso nunca has oído el dicho ese “es un inocente animal”?

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_Si, muchas veces. Dijo ella.

_Pues eso es el burro. El Chacal no pudo aguan-tar la risa.

El asno oía todo esto en silencio, tenía una rabia tremenda y unas ganas terribles de levantarse y aplastar sus cuerpos pisoteándolos, pero pensó y se dijo:_Aquel que no aprende de sus errores nunca aprende. Yo no soy humano para tropezar dos veces en la misma piedra. Porque ¿Y, si, se me es-capa? Aumentará su burla y mi humillación. No, con un solo lobo, debo ser oveja una sola vez. O dicho de otro modo. Con un solo Chacal solo seré burro una vez.

El Chacal dijo a su pareja:_Ya sé como meter el burro dentro de la cueva. Ata bien nuestros rabos, yo tiraré con todas mis fuerzas y tú empujas desde atrás y así entre los dos quizás lo consigamos.

Ató bien la Chacal los rabos de ambos. Lo hizo de una manera que no se desatarían por muchos tirones que se dieran.

Cuando el Asno notó que tenía bien atado al Chacal a su rabo, fue entonces cuando respiró con alivio. Dio un salto y se puso de pie. Dio dos coces que sintió el Chacal en su mandíbula. Alzó

la cabeza hacia el cielo. Rió con ganas enseñando sus enormes dientes, que al verlos la Chacal metió su rabo entre las patas y sa-lió corriendo cueva adentro.El Asno preguntó al Chacal al igual que hiciera aquella vez que lo tenía encima y éste desfrutaba de la comida mientras que él pen-saba que sufría por culpa de la he-rida en la pata:_ ¿Qué tal estás ahí Tío Juan? Ni un respiro por respuesta.Dijo el Asno:_Vengo a curarte la llaga porque se dice que, las afrentas que no se cobran matan.

El asno corrió a galope con el Chacal atado a él, mientras la Chacal asomada le gritaba al Chacal:_¡¡Agárrate a las briznas Tío Juan, a las briznas!!

El Chacal contestaba mientras maldecía los sue-ños de su compañera.

_ ¡Me agarro a las briznas, pero las briznas se rompen!¡Malditos sean todos tus sueños que se convierten en pesadillas!

En su galopar el Asno pasó por encima de pie-dras, zarzas y pinchos. Corría como un poseso dando coces. Cuando llegó el Asno ante la pre-sencia de los campesinos, el Chacal estaba en un estado en el que no se le podía castigar más, aún así los campesinos lo ataron a un algarrobo dejándolo allí tres días sin comida ni agua.

Al verlo el Asno en tan lamentable estado, se arrepintió de haberlo llevado a presencia de los humanos. Se acercó a él y le dijo:_Cuando le estabas contando a tu pareja la forma en que me engañaste y riéndote al mismo tiem-po, creí que no había ser más cruel que tú, pero al ver el daño que te hice yo y el que te hicieron los campesinos, ahora sé que todos somos lobos y todos somos ovejas, o como a ti te gusta decir: todos somos burros y todos somos chacales.

Al día siguiente uno de los campesinos se fue al chacal y le cortó el labio superior dejándole ver

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los dientes para que pareciera que se estaba riendo.

Ziyyan ahfid

Este cuento era conocido en todas las regiones, con algunos diferentes detalles entre unos y otros, es un problema por la falta de escritura. Lo he recuperado de mi memoria donde aún guardo unos cuantos más y le he dado la forma que me ha parecido más correcta.

Vocabulario.

ABEDUL/ ÁLAMO BLANCO Asghar acemrarACACIA Taddut/TamatACEBUCHE AzebbujADELFA AririÁLAMO TinemretcÁLAMO NEGRO/CHOPO/ALISO AsghersifALBARICOQUERO TamecmactALCORNOQUE Iggi/TiggitALGARROBO TasrighwaÁRBOL Addag/AsekluÁRBOL GRANDE AgyyarAZUFAIFO AzeggarCIPRÉS AserwalCOCOTERO TindjawbitCHUMBERA TahendectÉBANO AgaghENCINA Ickir/TickirtENEBRO AmerziENREDADERA IskerciESCARAMUJO TidfertEUCALIPTO AklitusEUFORBIO TanaghutFLOR Ajedjig/TanewwactFLORA (reino vegetal) ImeqqinFLOR/ACION/ECIMIENTO TidjudjegtAGUILA IgiderALACRÁN/ESCORPION TighardemtALONDRA Taquba3tANTÍLOPE AnirARDILLA AnzidAVESTRUZ AsidAVUTARDA AjugherBUEY Azger/A3ejmi

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LA ALFARERIARURAL FEMENINA UNA CERÁMICA ARCAICA, INGENUA Y UTILITARIA

LAS PIEZAS MÁS ANTIGUAS DATAN DEL 3.800 AC

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La cerámica rural femenina del Norte de Marrue-cos, muy abundante, es atractiva por su autenti-cidad, su ingenuidad y ser enormemente utilitaria en los usos y faenas doméstica que desarrollan la mujeres,, pero sobre todo porque es un testimonio vivo de la Historia antigua del Rif La primera herramienta del ser humano fue la mano. Era la encargada de fabricar todo lo que la vida cotidiana exigía. Es así como la cerámica nos retrotrae a nuestros orígenes. Nos proporciona in-dicaciones sobre el modo de vida, las ocupaciones, las actividades, las costumbres, las creencias y los intercambios comerciales de nuestros ancestros.

Los especialistas han descubierto que la cerámica tiene orígenes milenarios, 6.000 a 9.000 años a. C. Las piezas más antiguas descubiertas en Marruecos, expuestas en el Museos de, datan de 3.800 a. C.. Son cerámicas neolíticas de Rouazi – Sjirat. Esta alfarería rural, utilitaria y femenina en el Norte de Marruecos es específica de regiones rurales montañosas, en las que la pertenencia a una tribu amazigh se mantiene fuertemente en la memoria cultural de las alfareras.

SIGNIFICADO DE LA DECORACIÓN.- Los tatuajes que se ponen las mujeres ima-zighen en la manos, en las caras o en los pechos, nunca han sido un juego o una diversión, no sólo sirven para embellecer, también expresan conno-taciones relacionados con lo sagrado o con el ran-go social, son signos de identidad. El tatuaje o tiggast es tan antiguo como los propios imazighen, es un fenómeno relaciona-do con las sociedades toténicas. El símbolo tatua-

do está grabado con sangre propia o pintado. En la cerámica y en el tejido son incorpora-dos como elemento distintivos, con igual significa-do. Para la decoración, el trabajo que más tiem-po requiere, la alfarera se sirve de un rudo pincel de pelo de cabra, su propio dedo o un simple me-chón de lana. Trabaja las piezas una a una, con rojo ocre y castaño oscuro. En función del tiempo de cocción, se producirán tonalidades más o menos intensas entre el naranja pálido y el negro intenso. La decoración, en su conjunto, perpetúa los signos tribales heredados. EL rojo ocre proviene de una arcilla roja diluida o de una piedra frotada con agua. El casta-ño oscuro, virando a negro, lo consiguen con hojas de lentisco arbusta habitual en el norte de Marrue-cos trituradas con una piedra o con piedra rica en óxido de manganeso. También consiguen un color muy oscuro con el jugo de vainas de algarroba.

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PUEBLOS Y ALDEAS DE LA TRIBU DE BENI URRIAGUEL CON

TRADICIÓN EN ALFERERÍA FEMENINA

Ait Driss, Ait Hichem, Hadifa, Bouzdour, Douar Boussala, Douar Farato, Eranassane,

Iddarduchane, Ifassiyane, Inanassene, Kalaline (Beni Urriaguel del sur), Oued Ghis y

Sidi Youssouf, Bou Ghourat.

El origen de la tribu de Beni Urriaguel es antiquísima, se trata de Imazighen de la familia “Sanhaya”, una de las principales confe-deraciones de tribus Imazighen de la edad Media. La tribu de los Sahaya dio lugar al Imperio Almohade que se extendió por el Sur de la Península Ibérica. Beni Urriaguel significa: “hijos del ogro”, también “los pendencieros”, aunque este último significado pue-de entenderse como peyorativo.

Ait Urriaguel fue una de las principales tribus/cábilas que par-ticiparon en la guerra del Rif contra el Protectorado español de Marruecos a principios del siglo XX. Esta tribu que era la más poderosa del RIF, siempre permaneció independiente del poder central o poder del Sultán de Fez (Blad el-Mejzén), lo que en la práctica significó que nunca pagaron impuestos, ni en cierto gra-

do tampoco aceptaban la autoridad religiosa del sultán, prefiriendo guiarse por hombres buenos a través de las enseñanzas de los “morabos” y “zauias”.

Entre finales el siglo XVIII y principios del XIX, El Rif, tuvo un creciente interés de los comerciantes extranjeros, como forma de evitar los derechos de aduana y las prohibiciones de importar determi-nados productos, impuestas por el sultán de Fez. En el Rif (entre ellos la tribu de Beni Urriaguel) no se pagaban estos impuestos lo que perjudicaba grandemente el tesoro marroquí. Para reprimir esta actuación, el sultán Muley Sliman (1792-1822) efectuó expediciones en 1802, 1810, 1812 y 1813, en las que las tropas del Mejzén saquearon e incendiaron a su paso los poblados. A finales del siglo XIX, el sultán Abd el-Aziz (1894-1908), esta vez atendiendo a las quejas y reclamaciones de cónsules extranjeros, envió al Rif una expedición en 1898. Las tropas de Buchta el Bagdadi entraron a sangre y fuego en los poblados de Bocoia (Alhucemas) y, saqueando e incen-diando todo a su paso.

Las autoridades españolas consideraban a esta tribu el nú-cleo de la rebelión a la autoridad colonial en la zona oriental del protectorado. El liderazgo de la Ait Urriaguel lo detentaba especialmente la familia del EL-Khattabi y durante la guerra de (1921-1926) recaía en la persona de Abd el-Krim. Su cen-tro era la pequeña localidad de Ajdir, cerca de Alhucemas.

Los Beni-Urriagalenses, aunque no deseaban la gue-rra, sino el desarrollo económico del Rif guiado por potencias europeas, en este caso España, se opusieron al poder colonial

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LETRA J EN AMAZIGH. SIMBOLIZA LA RENOVA-CIÓN Y LA ACOGIDA AL SOL DEL AMANECER

EL PUNTO SIMBOLIZA LOS RAYOS DEL SOL. EL DIOS DE LOS IMAZIG-HEN, EL MOVIMIENTO

ETERNO.

LETRA T DEL ALFABE-TO TIFFINAGH. ES LA

ESTRELLA PERDIDA Y LA PUERTA

SIMBOLIZA EL SOL

SIMBOLIZA EL AMANE-CER

REPRESENTA EL AMANE-CER Y EL ATARDECER

SIMBOLIZA EL NOMA-DISMO Y LA AGRICULTU-

RAREPRESENTA A LAS

FUERZAS PROTECTORAS

SIMBOLO DE LA VIDA, EL PODER Y LA EXHUBE-

RANCIA

LETRA G EN AMAZIGH (ALFABETO TIFFINAGH). SIMBOLIZA LA ACTIVI-

DAD Y LA FUERZA DE LA NATURALEZA.

SÍMBOLO DE DIOS, CAU-SA PRIMERA DE TODO,

USADO PARA ROGATUVA DE LLUVIA

del modelo de “protectorado Español y Francés”. Para ello necesitaron la unión con las demás tribus del Rif y, gracias a ello, tras la victoria en la batalla de Anual sobre el ejército Español, se fraguó la proclamación de la República del Rif. Estableciéndose de esta forma El Rif como estado indepen-diente y soberano y culminando la independencia de estas tribus en un estado moderno e inde-pendiente, que los ejércitos de Francia y España no dejaron consolidar. La república del Rif fue la primera nación de África que conseguía liberarse del poder colonial.Finalmente, la guerra del Rif, tras el desembarco en Alhucemas de los ejércitos de Francia y España, supuso la anulación de la independencia de las tribus del RIF. El Blad El-Siba fue anulado por el agotamiento de las tribus, por primera vez el poder central Blad El-Mejzen, se impuso.

Fuente:

http://www.alfajar.org/alfareria.htm

http://tribusdumaroc.free.fr/

http://terresdesfemmes.over-blog.com/

http://www.funci.org/es/2007/articulos/la-alfareria-popular-de-marruecos/

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RIMMUHAMMAD ABDELKRIM ALJATTABI

EL LIDER RIFEÑO

Sobre las tribus sometidas, Abdelkrin: “Es tris-te, pero así es. Hágase usted cargo. Además, que odian la ocupación. No tiene usted idea de lo que les hacen sufrir, de lo que les vejan, de lo

que les torturan.”

Sobre las tribus sometidas, Abdelkrin: “Es tris-te, pero así es. Hágase usted cargo. Además, que odian la ocupación. No tiene usted idea de lo que les hacen sufrir, de lo que les vejan, de lo que les torturan.” Antes de todo eso, un año después de Annual, en el verano de 1922, un periodista español cruza el Mediterráneo hacia la Guerra de Áfri-ca. Pero no para entrevistar a los líderes del propio bando, sino al del enemigo. Se trata de Luis de Oteyza, director del periódico La Liber-tad. Éste viaja con el fotógrafo Alfonso Sánchez Portela, Alfonso a secas en su firma profesio-nal, y un Pepe Díaz que deducimos que sería el periodista y escritor José Díaz-Fernández, que había sido soldado hasta poco antes en la zona y recrearía su experiencia bélica en la novela El blocao (1928). De Oteyza se propone cumplir una de las gran-des misiones del periodismo: contar qué dice, cómo es, qué hace, quién es ese hombre a quien

nuestro gobierno y la mayor parte de nuestra sociedad consideran el enemigo número uno y la encarnación del mal. Explicar, en su caso, por qué Abdelkrim y los hombres a los que re-presenta nos atacan. O, dicho de otra manera, la misión de responder a esta pregunta: ¿Los otros son tan malignos como los pintamos, o tan humanos como nosotros, pero con distin-tos intereses?

El periodista tiene que hacerlo además contra la corriente dominante de los que de-nuncian que escuchar al enemigo y darle la palabra supone ser cómplice de su “propagan-da terrorista” (el delito, por poner un ejemplo actual, por el que procesaron en 2010 en Tur-quía a los periodistas turcos que habían ido a entrevistar al jefe de la guerrilla kurda) y por tanto reo de traición al “nosotros” de la patria (al periodista marroquí y rifeño Ali Mrabet, cuyo abuelo paterno luchó precisamente al lado de Abdelkrim, lo denostaron en Marruecos cuan-

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do rompió el tabú y fue a hablar con el Fren-te Polisario en el Sáhara hace unos años, por añadir otro ejemplo cercano). Ojo. Luis de Oteyza no se limita a ver al enemi-go indómito, exótico, musulmán y con turban-te que puebla las pesadillas de la metrópoli y recoger sus declaraciones sin más, contentán-dose con la exclusiva, como alguno hará déca-das después con, pongamos por caso, Osama Bin Laden en su refugio de la frontera afgano-paquistaní (personaje del que Abdelkrim está en los antípodas, dicho sea de paso): su en-cuentro con Abdelkrim no es una sumisa rue-da de prensa sin preguntas sino una verdadera conversación entre dos personas respetuosas e inteligentes que se hablan de tú a tú.

De Oteyza lo cuestiona de forma crítica y le plantea a los asuntos más sensibles, como

su humillante estancia en la cárcel españo-la, pero sin caer por ello en el interrogatorio grosero, atosigante o agresivo con el entrevis-tado.

Demuestra que la cortesía y el tra-to humano son herramientas mejores que la pose de insobornable inquisidor periodístico a la hora de crear un clima cordial en la entre-vista y ganarse la confianza del interlocutor, que será así mucho más proclive a abrirse al extranjero. La cordialidad del periodista hacia el enemigo está aquí, claro está, condiciona-da también por el hecho de encontrarse en su territorio y tener que guardarse de sus posi-bles represalias ante una salida de tono, pero va más allá: es una actitud que se adopta por principio de imparcialidad con todas las voces de la información.

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El periodista viaja a Ajdir con el permiso del enemigo para visitar a los prisioneros españo-les del Rif y entrevistar a sus captores. Primero se reúne con el hermano menor de Abdelkrim, al que nombra indistintamente como Maho-med o M’hammad, quien le explica que su hermano y su tribu no aprobaron las matanzas de los solda-dos españo-les que se rin-dieron y que incluso evita-ron otra carni-cería al impedir que sus comba-tientes entraran a sangre y fuego en una sitiada y desprotegida Me-lilla.

De Oteyza pregunta y su in-terlocutor responde sin eludir ninguna cuestión, esforzán- dose siempre, en tono conciliador, por explicar que la lucha del Rif es por su liberación del yugo y el maltrato colonial, y que no sólo no tienen nada contra el pueblo español sino que invita a venir a todo el que lo haga en son de paz. Poco después, el 2 de agosto de 1922, lo recibe el líder, Mohamed Abdelkrim. Es el primer periodista español que lo logra. Luis de Oteyza, a medida que pregunta y re-pregunta a Abdelkrim y a veces lo rebate o co-rrige, permite también, dando voz al líder rife-ño, cuestionar la imagen que la sociedad y el gobierno español se han hecho de él. Porque Abdelkrim se revela en este cara a cara con un entrevistador independiente como un hombre sensato, racional, dialogante. Alguien que de-fiende una causa justa y con quien se puede llegar a un acuerdo. El periodista, en apartes al lector, cuenta que está de acuerdo con lo que afirma Abdelkrim pero se lo oculta a éste, para mantener la dis-

tancia y poder seguir preguntándole sobre la cuestión sin entregarse a él.

El clímax de la entrevista se produce cuando Luis de Oteyza llega a la conclusión, aunque sin manifestársela a su entre-vistado, de que 20.000 víctimas espa-ñolas se podrían haber salvado si unos jefes militares caciques no hubieran abusado del padre de Abdelkrim. Que no habría habido sublevación, ni guerra ni muerte si el protectorado español del Rif, en suma, no hubiera degenerado en un régimen de ex-plotación y abuso del indígena. Luis de Oteyza maniobra con maestría para seducir al interlo-cutor. Luego tensa la conversa-ción con cuidado de no romper la cuerda, frenando, rectificando y cambiando de tema cuando percibe que el clima de con-fianza puede saltar por los ai-res, cortando la comunicación y acabando el encuentro. Con-

ciliando empatía, tacto y arrojo, logra por ejemplo que Abdelkrim, a pesar de palidecer cuando le pregunta por su doloroso paso por una cárcel española, exprese y desa-rrolle esos recuerdos, ante la sorpresa de sus guardaespaldas y hombres de confianza que asisten a la entrevista y le hacen gestos al pe-riodista para que no siga por ahí cuando saca el tema y persevera en él. La entrevista concluye con la memorable des-cripción de Abdelkrim que cede a la insistencia de su entrevistador para retratarse con él ante la cámara de Alfonso, en unas fotos históricas. Abdelkrim no quiere retratos, pero acepta ante el persuasivo argumento de que si no aparece su imagen en el periódico como prueba en Es-paña creerán que el director se ha inventado la entrevista. Luis de Oteyza nació en Zafra, Badajoz, en 1883, y murió exiliado en Caracas en 1961, hace este medio siglo. Abdelkrim murió también en el exilio, en 1963 en El Cairo. Reproducimos a continuación los diálogos su-

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cesivos de Luis de Oteyza con el hermano menor de Abdelkrim, “ministro de Estado” a sus 25 años, y con el propio líder rifeño. El largo fragmento pertenece al texto que el director publicó en La Libertad el 8 de agosto de 1922 y ampliaría en 1924 en forma de libro con el título de Abdelkrim y los prisioneros(reedición en la Biblioteca de Melilla en 2000).

Lo encontramos en el apasionante libro de Mohamed Kaddur Antología de textos sobre la Guerra del Rif (editorial Algazara, colección África Propia, volumen 33, Madrid, 2005). Es, dice Kaddur, un “documento verdaderamente importante y prácticamente el único al que tuvo acceso la opinión pública española sin estar interesadamente manipulado y deformado por la censura de la época”. Con ustedes, un scoop del periodismo español del siglo XX.

Eduardo del Campo es periodista en el diario El Mundo, con base en Sevilla.

Es la plácida hora en que la tarde refresca, y grato el lugar: una de las galerías de la casa de Mohamed Azarkan, abierta al verde de la Vega y a los azules del mar y del cielo. Con el Pa-jarito, que en mi honor los ha convocado, me rodean Abd-el-Krim el joven; Mohammedi Ben Hadj, su ayudante en el ministerio de Estado; El Maal-lem, jefe de los guardias del mar; Abd-el-Krim Ben Siam, segundo de Abd-Salam en el ministerio del Interior, y Mohamed Quijote, el comandante de la artillería. Platicamos, o como ellos dicen onomatopéyicamente, nos entrega-mos al chau-chau. El momento y la ocasión son propicios para ob-tener informes. —¿Os causaría una gran sorpresa, al atacar Annual, no que la posición cayera, pues al ata-carla es porque esperabais conseguirlo, pero sí que todas las demás posiciones se desploma-sen también? Tomo un sorbo de mi taza, doy una chupada a mi pipa, y espero. Los rifeños se miran unos a otros. Pajarito sonríe. Al fin, M’hammad Abd-el-Krim toma la palabra:—Pero, ¿cree usted eso? ¿Hay alguien en Espa-ña que crea eso? —¿El qué? –pregunto, haciéndome el ignoran-te. —Que el levantamiento de las cabilas someti-das no estaba preparado –me contesta. Hago un esfuerzo tal para contener mi emo-ción, que siento contraérseme los músculos al tirón de los nervios. Logro así que no me tiem-ble ni la voz, y puedo decir entonadamente:

—Estaba, pues, preparado el alzamiento. —Desde abril –responde M’hammad–. Y crea usted que no nos costó gran trabajo hacerlo. Cambia unas palabras en Chelja (Tamazigh

del Rif) con Mohammedi Ben Hadj, quien, vol-viéndose a mí, dice: —Poco trabajo. ¿Sabes tú? Nadie querer obe-decer españoles. Estar quietos por fuerza. Yo, yo decirles que luchar, y todos, todos ponerse contentos. Yo ser el que ir. —Pero –pregunto–, ¿y nuestra Policía indígena no se enteró? —Enterarse, claro que enterarse. Y no decir

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nada. Policía decir lo que querer, sólo lo que querer. Y cobrar duros. Encima cobrar duros. Ríe Ben Hadj con risa de lobo y ríen los demás. Luego me miran, como extrañados de que no me ría yo con cosa tan cómica. M’hammad Abd-el-Krim, considerando lo que me pasa, me dice: —Es triste, pero así es. Hágase usted cargo. Además, que odian la ocupación. No tiene us-ted idea de lo que les hacen sufrir, de lo que les vejan, de lo que les torturan. — Pero serán excepciones…—No, no; son todos. Y la mayor parte sin ma-licia. ¡Si es que no comprenden! Nuestra jus-ticia es nuestra religión. Ya sabe usted que las leyes todas están contenidas en el Corán. Nuestros jueces son por eso sacerdotes junta-mente. Y se pone a ejercer de juez un capitán de mía, que, por desconocer cuanto a nues-tros usos se refiere, ignora hasta el idioma. Aun siendo bueno, y los ha habido muy ma-los, tiene que proceder mal. ¡No comprenden! Pero, ¿cómo van a comprender ellos si ni los

más encumbrados comprenden? Un detalle, señor: en Nador han hecho una iglesia, que no sé qué falta haría, ya que el poblado no tiene cincuenta españoles y está a un cuarto de hora de Melilla, y en el altar mayor han colocado a Santiago matando moros. —Comprendo lo de que no se lleve nuestra dominación con gusto –digo, sin saber lo que decir–; pero la deslealtad de los que se brin-dan a servirnos... ¡Que no hubiese uno que avisara de lo que se preparaba!—¿Avisar?... Bastante se avisó. —Hágame usted el favor, Mahomed. ¿Quie-re darme los verdaderos antecedentes de la cuestión?... Ustedes, su padre, su hermano, su tío, eran amigos de España. ¿Cómo y por qué dejaron de serlo? Esta enemistad es lo que ha traído la resistencia de los beniurriagueles, y con ello todo lo demás. Cuénteme.El joven Abd-el-Krim se concentra un mo-mento, y luego habla pausado, pero sin inte-rrupción. He aquí lo que dijo:—Los beniurriagueles no se habían some-

Antes de que las tropas españoles pasen el río Kert: “mi hermano

intentó detener los acontecimientos. Por mediación del coronel Ci-

vantos mandó una carta a Silvestre. No tuvo contestación”

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tido jamás a ningún dominio extraño. ¡Ni el poder del sultán reconocían! Y mi familia, los Abd-el-Krimnes, eran en la tribu la suprema autoridad. Mi padre, al morir el suyo, tomó el mando. Mi padre era un hombre ilustrado y progresivo, que comprendió la necesidad de civilizar el Rif. Para ello preparó a sus hijos. Yo, que era un niño, fui enviado a Málaga a un co-legio, donde cursé el bachillerato y la carrera de maestro normal, siendo mandado a Madrid después a estudiar para ingeniero. Mi herma-no, ya mayor, abogado y sacerdote musulmán, marchó a Melilla. Mi padre, considerando que lo que se proponía había de conseguirlo con la ayuda de una nación europea, escogió a España, la más próxima y la de carácter más parecido al nuestro. Quería una unión con ella y preparaba la aceptación del protec-torado, de un protectorado de verdad. Éste había de ser conservando a los rifeños sus usos, sus costumbres y sus leyes, y la ocu-pación militar, poniendo las fuerzas al servi-cio, a la orden de las autoridades indígenas. Esto esperaba mi padre; pero vio que era al contrario. Y vio que era, además, con arbitra-riedades, con abusos, con atropellos. Protestó entonces ante los gobernantes de España y de Marruecos. La contestación fue decirle que se pusieran en manos de Jordana. Se negó y en-carcelaron a Mohamed. Pacientemente esperó mi padre a que éste fuera liberado y pudiera retirarse de Melilla.

Enseguida aguardó el fin del curso para que llegase yo a Alhucemas sin obstáculos en el

camino. Y teniéndonos ya seguros, rompió t o d o trato con España.Mi her- mano tampoco quería y a nada más. Sin e m - b a r g o , yo… A l

c o -menzar el nue-vo curso, Ximénez, el director de la Residencia de Estudiantes, y Aguirre, el del ministe- r i o de Estado, me escribieron diciéndome que volviese, a lo cual respondí con largas cartas explicando lo ocurrido, pidiéndoles que se interesasen por la situación de Marruecos, y advirtiéndoles que si España seguía así ha-bría una guerra, porque estaban muy excita-dos los ánimos; principalmente, en las cabilas sometidas. Acababa diciéndoles que se nom-brase una persona civil inteligente que hicie-ra un viaje de inspección. No me contestaron. Y supe que se habían enviado copias de mis cartas a los Comandantes de Melilla y Tetuán, los cuales decían que había que escarmentar-me por la falta de respeto.Ha callado un momento el joven Abd-el-Krim. Vacila... Al fin se decide a decirme:—No voy a ocultarte nada. Mi padre quería atacaros, y cuando operasteis sobre Tafersit salió con una harka; pero regresó enfermo, y al poco tiempo murió. —¿Entonces tomó el mando el hermano de usted? –pregunto. —Sí; mi tío Abd-Salam, que es El Jatabi hoy, y yo, le apoyamos. Tuvo el mando supremo. Y decidió permanecer a la defensiva. Claro que preparando fuerzas, uniendo a las cabilas, previniendo, esto es, un ataque. —¿Y esperaban ustedes quietos? —Quietos del todo. No hablamos siquiera a las cabilas sometidas.

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—Queríamos aún –añade Mahomed– ver si la paz era posible.

—¿Hicieron ustedes gestiones para ello? —Verá usted. Ocurrió la toma de Annual, ¿sabe cuándo? Entonces se avisó a Silvestre por mediación de Got y de Idris (ya ve usted que atestiguo con vivos) de que allí había de de-tenerse. Supimos que quería tomar Quilates, y éste –señala a Pajarito– fue a verle y le dijo que no moviera un soldado. Que hablaríamos, porque deseábamos de veras que no estallase la guerra. Pero que si antes movía un soldado, pasaría algo irremediable. —¿Y fuiste tú –pregunto a Pajarito– a llevar ese reca-do? —Sí, yo mismo. —¿Y no te tiró Silvestre por la ventana? Pajarito dice riendo: —Faltó poco.

Hace una pausa evocadora, y añade: —Me dijo que España tenía poder para ir donde le diera gana, sin mi-rar quién se ponía delante; que él estaba dispuesto a entrar en Beniu-rriaguel aunque se opusieran todos los Abd-el-Krimnes del mundo, y que prefería llegar por la fuerza me-jor que templando gaitas. Vuelve a hablar Mahomed Abd-el-Krim: —Vuestros soldados salieron de Annual y tomaron Abarrán. Ataca-mos la posición apenas colocada, y la tomamos en el día. Los moros que estaban con vosotros se limitaron a huir. La orden de atacaros no era hasta después de tomar Annual.

—Todavía –sigue diciendo– mi hermano inten-tó detener los acontecimientos. Por mediación del coronel Civantos mandó una carta a Sil-vestre. No tuvo contestación.

—¿Y que decía esa carta? —Lo mismo de siempre: que se detuvieran los soldados en Annual.¿Contestó Silvestre? No lo he podido saber. Las respuestas que a esto me dan no son claras.

—Mi hermano –dice al fin Abd-el-Krim, do-minando la confusión–, pasó a Temsaman y es-tableció su cuartel en Amezauro. Allí estuvo reuniéndonos a todos, y desde allí envió emi-sarios a las cabilas so-metidas, avisándolas de que se acercaba tal vez el instante. Se preparó todo en un par de sema-

Las cabilas se alzaron todas, como estaba convenido, al enterarse de la toma de Annual. Esto no sorprendió a los beniurriagueles. Pero sí les sorprendió la rapidez con que cayeron nuestras posiciones. Tanto no espera-

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nas—¿Lo que se preparó fue el ataque a Igue-riben?...

—Sí, el ataque a Igueriben. Lo de atacar a Annual se decidió luego. Al ver lo que-brantadas que quedaron vuestras fuerzas, y, sobre todo, al enterarnos de que Sil-vestre estaba allí, decidimos cogerle. Calla un instante.

—Mi hermano dirigió el ataque, que duró cinco días. Cortamos el camino entre Annual y Sunma. Enseguida vino el intento de auxilio, y al rechazarse éste, la evacuación.

—El decidirse a proceder sobre Annual, ¿se debió principalmente al deseo de coger a Silvestre? –inquiero.—¡Oh, claro! –me contesta Mahomed. —Según eso, ¿se le odiaba mucho? Es Pajarito quien responde: —No se le odiaba a él sólo. La culpa no la tenía toda él. Era su rivalidad con Beren-guer la que le había vuelto loco. Ya lo sabíamos. Y también que le empujaban desde Madrid.

Mahomed Abd-el-Krim interrumpe: —El querer cogerle era sólo para privar de él a sus tropas. —Murió, ¿verdad? –pregunto. —¡Claro!

Las cabilas se alzaron todas, como estaba convenido, al enterarse de la toma de Annual. Esto no sorprendió a los beniurriagueles. Pero sí les sorprendió la rapidez con que cayeron nuestras posiciones. Tanto no esperaban. No podían esperar que su victoria fuese tan pronta y tan absoluta. Interrogo a Mahomed: —¿Qué pasó?

.......CONTINUARÁ EN EL PRÓXIMA NÚMERO .

Fuente:http://www.fronterad.com/?q=luis-oteyza-entrevista-a-abdelkrim-y-su-hermano

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REINO NUMIDIAEL GRAN REY MASINISA

MASINISSA REY NÚMIDA, CONSIGUIÓ FUNDAR UN GRAN REINO IMAZIGHEN

EN TAMAZGHA, PARECIDO AL CONCEPTO MODERNO DE NACIÓN.

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La Tamazgha pre - Romana, el territorio de los an-cestros Imazighen. Incluía en la franja norte a los estados de Cartago y Egipto, y las tribus / naciones imazighen de: Mauris, Masesilos, Masilios, y Nasa-mones; más al sur en el área Sahariana se situarían los Garamantes y los Gétulos. Estas tribus / nacio-nes fueron dominadas por los romanos al menos en las ciudades fortificadas y alrededores, con excep-ción de los Garamantes y Gétulos. De los Gétulos se dice que fueron los Imazighen no dominados por los Romanos situados al sur de los Masesi-los, Maesilos y Mauris. Los Garamantes for-maron un próspero es-tado que perduró has-ta finales del S. IV d.C, teniendo una duración similar al Imperio ro-mano de occidente, de este pueblo en el área sahariana se han des-cubierto al menos 22 ciudades, de las cuales dos de ellas pueden considerarse grandes ciudades

La situación de estas naciones o agrupación de tri-bus era: • Los Nasamones y Garamantes situados en la actual Libia.• Cartago en lo que hoy es Túnez, y una franja del litoral que abarcaba casi todo el Mediterráneo sur, en esta franja se incluía Rusadir o la Melilla ac-tual, los cartagineses se expandieron también por el Sureste de la Península ibérica, en esta expan-

sión contaron con el apoyo de las tribus Imazighen, sobre todo la caballería Númida.• Los Masilios (Reino de Gaia) y los Masesilos (Reino de Sifax), ocuparon Túnez, Argelia y Ma-rruecos hasta el río Moluya, Los Númidas constitu-yeron un importante reino bajo el mandato del rey Masinissa, historia que narraremos a continuación, cuya zona de influencia una vez derrotado Cartago, sin duda, llegó hasta Melilla. • Los Mauris ocuparon Desde el Río Moluya

hasta el atlántico.• Finalmente, los Gétu-los en el en el área sahariana de Túnez, Argelia Y Marruecos.

Los Mauris, Númidas (Masesi-los y Masilos), Garamantes, Na-samones y Gétulos, eran Ima-zighen, paleo Imazighen si se quiere, en ellos hay una conti-nuidad muy clara, de idioma, de escritura, el amazigh. Su estruc-tura política era de base tribal, no tenían una idea de estado nacional moderno; una serie de grandes señores elegirían a

un primus inter pares como rey (este ancestral mo-delo de democracia Amazigh, perduró en Marruecos hasta el S.XX identificada por el Bled El-Siba). Las fidelidades eran variables y fáciles de comprar. Esa propensión a cambiar de bando que observa sobre todo en los númidas también se dio en los iberos. Masinissa rey Númida, consiguió fundar un gran reino Imazighen en Tamazgha, parecido al concepto moderno de nación. Contamos su historia:

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La situación es e x t r e m a d a m e n t e delicada para los car-tagineses que sufren una gran derrota ante el ejercito de Sifax

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EL GRAN REY MASINISSA.

Nació Masinissa en el seno de la familia que reinaba sobre los númidas los Maesilos, qui-zás alrededor del año 230 a.C. Las primeras noti-cias que tenemos sobre el joven príncipe nos si-túan en el año 213 a.C.. En África se produce un acontecimiento que altera la aparente paz en la que se vive. Sifax, rey de los poderosos númidas Masessilos, se acaba de alinear con los romanos y ha firmado una alianza con los escipiones, ge-nerales romanos que combaten en Hispania. La situación es extremadamente delica-da para los cartagineses que sufren una gran derrota ante el ejercito de Sifax y que deben retirar por ello a uno de sus ejércitos de His-pania para trasladarlo a África, necesitan ahora del concurso de todos los aliados númidas que puedan encontrar, por ello se dirigen a Gaia (3)(ya anciano), rey de los Maesilos y padre de Masi-nissa, para solicitar de él el auxilio de sus tropas, de sus jinetes. Gaia, parece que se deja tentar fá-cilmente ante la perspectiva de alinearse junto a la poderosa Cartago. Contra su, seguramente, odiado vecino, más, cuando el joven Masinissa, entusiasmado por entrar en guerra, reclama para si el mando del ejército real.

Con tan solo 17 años Masinissa se une al ejercito púnico de Asdrúbal Giscón y juntos marchan con-tra Sifax rey de los Masessilos, derrotándolo en singular batalla, golpeando de tal manera al re-

gulo nú-m i d a q u e este se ve obli-gado a h u i r preci-p i t a -damente del campo de batalla en el que se dice perdió 30.000 hombres (año 213/12 a.C.), Sifax abandonó aho-ra sus tierras internándose en el territorio de los mauries en donde su nombre era respetado y en donde se puso enseguida a la tarea de reclutar un ejército con el que, según parece, intentó pa-sar a Hispania para unirse a los escipiones.

No contaba Sifax con el joven e impetuoso prín-cipe de los Maesilos, quien al frente tan solo de su gente siguió a su enemigo hasta las tierras de los mauries, en el área del estrecho, en donde volvió a derrotarle con contundencia y sin, esta vez, la ayuda cartaginesa. De Sifax nada más se sabe por el momento, seguramente se escondió en las profundidades de Maurisia para regresar silenciosamente junto a sus tribus en Numidia, Masinissa se movió ahora hasta Cartago en don-de sin duda seria agasajado y recompensado por tan imprevisible victoria.

Fruto de esta guerra fue la amistad entre él y Asdrúbal, quien incluso le prometió la mano de su hija Sofonisba (según parece muy bella) como

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medio de estrechar lazos entre ambas familias y pueblos.

MASINISSA EN HISPANIA No le resultaría difícil a Asdrúbal Giscón conven-cer a su joven amigo a que le acompañase con el ejercito cartaginés (libre ahora de la guerra en África) de campaña a Hispania. Llegamos así al año 212 a.C., en Hispania operan conjuntamente los ejércitos de Asdrúbal Barca, Magón Barca y Asdrúbal Giscón contra los dos escipiones, mien-tras los diferentes ejércitos realizan movimientos estratégicos, la caballería de Masinissa no deja de hostigar a los romanos de P. Escipión, tanto es así que mediante sus continuos golpes de mano les obligó a detener su marcha y a atrincherar-se, impidiéndoles además no solo forrajear si no siquiera salir del valladar del campamento atrin-cherado.

Una noche se vio obligado P. Escipión a dejar sigi-losamente el campamento con la mayor parte de sus tropas y moverse para interceptar un ejército hispano que llegaba por el norte, desafortunada-mente para él Masinissa descubrió su marcha y cuando los romanos se enfrentaban ya a los his-panos los númidas surgieron por la espalda de las posiciones romanas, poco después todo el ejercito cartaginés llegaba al combate sin duda advertido por el príncipe númida. Esta batalla y la siguiente costaron la vida a los dos escipiones y empujo a los romanos de nuevo hasta la línea del Ebro.

Después de esta victoria, Masinissa debió perma-necer en Hispania poco tiempo más, pues al año siguiente se encuentra de nuevo en Cartago (210 a.C.) parece ser que los cartagineses preparaban un nuevo ejército africano para, una vez en Hispa-nia, ser entregado a Asdrúbal Barca para ser tras-ladado a Italia. Masinissa se había movido mucho y bien para reclutar 5.000 jinetes númidas para sus aliados, para cuando estas fuerzas habían lle-gado a Hispania, Roma, informada de las intencio-nes cartaginesas, ya había respondido enviando al joven Escipión con un ejército al norte del Ebro.

El joven general romano emprendió la ofensi-va arrebatando a los cartagineses la iniciativa y

tomo por sorpresa Cartago Nova, los cartagineses se vieron entonces con serios problemas internos y debieron permanecer en el sur de Hispania para mantener la fidelidad de sus aliados renunciando a cualquier tipo de iniciativa, en esos días parece que regreso por fin Masinissa a la península, traía a su caballería y, por supuesto, varios familiares suyos como acompañantes, por ejemplo el joven Masiva, su sobrino, que siendo huérfano de pa-dre se había criado junto al padre de Masinissa, Gaia. Al joven Masiva le estaba prohibido, por su juventud, entablar combate, sin embargo, sin que su tío lo supiese formo con una unidad númida el

día de la batalla de Baecula con tan mala fortuna que fue hecho prisionero, llevado a presencia de Escipión y al enterarse este de la identidad de su joven prisionero decidió dejarlo en libertad ade-

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más de darle un caballo y otros regalos como un primer intento de congraciarse con Masinissa tenido además en ese momento como el mejor y más peligroso combatiente del bando contrario.

Tras Baecula, los cartagineses decidieron emprender una guerra defensiva en Hispania, pero dieron a Ma-sinissa, al que entregaron los 3.000 mejores jinetes del ejército, la orden de que emprendiese por su cuen-ta campañas de hostigamiento contra el territorio afecto a los romanos. Llegamos así a los días previos a la batalla de Ilipa (206 a.C.) cuando en una afortunada acción, la caballería de Masinissa y Magón Barca atacaron con decisión a los romanos cuando estos montaban su campamento en las cercanías del lugar donde se libraría la famosa batalla, el encuentro puso en grave aprieto al general romano, aunque este al

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LOS ZENETAS

EL REINO DE TLEMECEN,

LA CIUDAD DE MELILLA Y LA

POBLACIÓN DE LOS ALREDEDORES

Los Zenetas al mando de General amazigh de origen rifeño

“Tariq Ben Ziyad” y con mando supremo el árabe de Damas-

co “Musa Ben Nusayr” invadieron la Península Ibérica en el

año 711

Iznaten, Zenata o Zeneta, Zanata o también Zenete son las variacio-nes del nombre que recibió un grupo de pueblos Imazighen del

periodo medieval.

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Iznaten, Zenata o Zeneta, Zanata o también Zenete son las variaciones del nombre que recibió un grupo de pueblos Imazighen del periodo medieval, de estos descienden varias etnias actuales. El historiador y viajero Ibn Jal-dún (1332-1406) relata que fueron, una de las tres grandes confederaciones de Imazighen de la Edad Media, junto con los Masmudas y las Sanhaya. Los Zenatas eran inicialmente nóma-das que habitaban las llanuras del Magreb y que luego llegaron a establecer varios reinos en Fezzán, Yermá, Garama, Tlemecen, Sijilmassa e incluso Fez y Kairuán. Los Zenatas al mando de General amazigh de origen rifeño “Tariq Ben Zi-

yad” y con mando supremo el árabe de Damas-co “Musa Ben Nusayr” invadieron la Península Ibérica en el año 711, con un ejército de 12.000 Imazighen y a penas 500 árabes. A su paso por la Península durante la dominación Árabe/Ama-zigh, los Zenetas dejaron pueblos con su nombre como los pueblos de Iznate en Málaga y Zeneta en Murcia y, nos legaron palabras como “Jinete” y “espada jineta”

Según el cronista musulmán Ibn Jaldún, Zenata deriva de un nombre propio: Ŷana, fre-cuentemente transcripto Djana (un ancestro amazigh). Los imazighen, para convertir un nom-bre propio en un nombre genérico, añaden una «t» final, constituyendo la forma singular Djanat y la plural Djanaten.

El fonema «Ŷ» («dj») que se ubica entre la «y» consonántica y la «sh» («š») queda reem-plazado por una «z» (con sonido ds), dando por resultado el singular zanat. Seguidamente, por frecuencia de uso, una «a» es añadida al final para indicar un patronímico mientras que es eli-dida la primera a con el objeto de facilitar la pronunciación, obteniéndose entonces la pala-bra znata.

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Localización del reino Zeneta de Tleme-cen en la edad Media (1235-1556): Aunque los Iznaten o Zenetas se extienden por amplias zo-nas de Marruecos, Túnez, Argelia y Libia. El Reino de Tlemecen ocupaba lo que actualmente es el noroeste de Argelia (Región de Gurara) llegando hasta el río Moluya y extendiéndose por ambas orillas, por lo que debieron poblar las cercanías de Melilla, constituyendo la tribu de Guelaya, de ahí que cabe pensar que las tribus que constitu-yen la confederación de Guelaya sean de origen “Zeneta”. En la actual Ciudad de Tremecén (Oeste de Argelia) se encontraría la capital de este Rei-no.

La Ciudad de Melilla en 1497 se encontraba en la frontera de los Reinos de Tlemecen y Fez, la disputa de la ciudad por ambos reinos con las consiguientes luchas, hizo que en 1497 cuando llega Estopiñán estuviese deshabitada. Estopi-ñán llega a Melilla en 1497, y no lucha contra los Imazighen, de hecho se instala en Melilla sin guerras, los Imazighen de los alrededores esta-

ban acostumbrados a ver llegar los barcos de la corona de Aragón a comerciar con ellos, comer-ciaban y después se marchaban.

La llegada de Estopiñán no supuso guerra, ampa-rado en su supuesta expedición comercial fortifi-ca Melilla con una empalizada de madera y deja una guarnición para defenderla de posibles ata-ques. El relato del cronista de la casa de Medina Sidonia, donde se habla de un ejército de 5.000 soldados, que fortifican la ciudad y dejan una guarnición en Melilla superior a 1.000 , son sin duda los excesos de un cronista interesado en mostrar las excelencias de aquél a quién servía.

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La Ciudad de Melilla en 1497 se en-contraba en la frontera de los Reinos de Tlemecen y Fez, la disputa de la ciudad por ambos hizo que en 1497 cuando estuviese deshabitada

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La tribu de Guelaya, quizás de origen Zeneta, puebla en la actualidad los alrededores de Melilla:

Cábila de Mazuza. Pueblos/Ciudades: Ma-riuari, Farhana, Beni-Enzar, Nador, Tauima.Cábila de Beni-Chicar. Pueblos/Ciudades: Taurit, Beni Chicar, Trara Cábila de Beni Bou Ifrour. Pueblos/Ciudades: Seganga, Celuán.Cábila de Beni Sidel. Pueblos/Ciudades: Beni Sidel.

El río Kert atraviesa parte de esta Cábila, para ir a desembocar al norte por la Tribu de Ait Sâaid, límite por el Noroeste de la Tribu de Guelaya. Cábila de Bouyaghar. Pueblos/Ciudades: Ia-azanene, Bouyafer,

Breve historia del reino de Tlemecén (1235-1553): Por las informaciones que nos ofrecen geógrafos e historiadores de la Edad Media sabemos que el pasado de Gurara se remonta a tiempos muy remotos Se sabe de la ocupación de Gurara ya en el s.V a.C por los Garamantes y los Gétulos, tal vez ances-trales pueblos Imazighen que dieron lugar a los Zenetas. A partir del siglo III d.C llegan a la región, procedentes del sur de Túnez y de la Cirenaica libia pequeñas comunidades de judíos junto con bereberes judaizados. A partir del siglo VII nuevos grupos nóma-das bereberes llegan a la zona, de los que algunos se asentarán definitivamente. Unos buscaban nuevas tierras, otros huyendo de la arabización a que están siendo presionados, especialmente los zenetes de religión judía, otros buscando incorporarse a la economía de las caravanas que empieza a ser impor-tante en la región de oasis de Gurara.

En el siglo VIII, los zenetes o Iznaten se enfrentaron al dominio árabe de los Ome-yas, enfrentamientos que durarán en dife-rentes formas hasta el siglo X, cuando fueron derrotados por los fatimíes en Abu Yazid. En ese tiempo los zenetes eran aliados del Ca-lifato de Córdoba que luchaba por el control de una parte del actual Marruecos contra los fatimíes.

Esta alianza se manifestaba también en An-dalucía donde aportaron sus habilidades en la guerra con su caballería. De su paso por

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LA TRIBU DE GUELAYA, QUIZÁS DE ORIGEN ZENETA,

PUEBLA EN LA ACTUALIDAD LOS ALREDEDORES DE MELILLA

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El Reino Zeneta de Tlemecen en Argelia llegaba hasta el río Moluya y se extendió por ambas orillas, por lo que debieron poblar las cercanías de Melilla, consti-tuyendo la tribu de Guelaya, quizás las tribus que constituyen la confederación de Guelaya sean de origen “Zenata”.

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En la parte oriental de la actual ciudad se hallaba una ciudad romana llamada Pomaria («Orquídeas»), nombre derivado de la abun-dancia y esplendor de los jardines de la zona

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Andalucía han quedado, entre otros, los términos jinete y espada jineta. Es después del siglo XI cuando llegan los primeros grupos de nómadas árabes que llegarán a hacerse con el control de muchos ksour (ciudades fortificadas).

Los Iznaten o Zenetes volverían a recuperar su importancia política en el siglo XIII con la creación del reino Abdalwadid (o Zayyanid) en el oeste de la actual Argelia, que con la capital en Tlemecen (mapa) se mantendría entre los años 1235 y 1553. En 1553, el rey turco de Argel conquistó la ciudad, poniendo fin al reino de Tlemecén. Bajo el dominio otomano la ciudad atravesó una etapa de postración, perdiendo su importancia.

Desde finales del siglo XVI, y especialmente a partir de que los chorfas (nobles, de origen árabe) de Tafilalt (Este de Argelia) se hacen con el control político de lo que hoy es Marruecos, los zenetes de Gurara y los ksour (ciudades fortificadas) donde vivían irán siendo progresivamente gobernados por au-toridades religiosas ligadas a Tafilalt (árabes o arabizados).

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( Pregunta 1 )

Di el nombre de al menos uno de los pueblos Imazig-hen que no fue sometido al poder del imperio Romano.

( Pregunta 2 )

Los Garamantes, se exten-dieron por lo que hoy es el desierto que ocupa desde Libia hasta el Atlántico. Las modernas tecnologías de fotografía por satélite está descubriendo las ciudades de este antiguo pueblo amazigh. En la actualidad se han des-cubierto.- entre 10 y 20 ciudades.- entre 30 y 40 ciudades.- más de 70 ciudades.

( Pregunta 3 )

¿Cómo sobrevivieron los Ga-ramantes en las duras condi-ciones del Desierto?- En aquella época el desierto era un lugar fértil de abun-dantes lluvias.- Sabían localizar el agua del desierto.- Inventaron un sistema de irrigación de cultivos que llevaba el agua por canaliza-ciones subterráneas.

( Pregunta 4 )

¿Donde se encuentra enterra-do “Muhammad Abdelkrin El Jattabi?- En Damasco.- En Rabat.- En El Cairo.- En Alhucemas.

( Pregunta 5 )

En el presente año se conme-mora el 50 aniversario del fallecimiento de Abdelkrin.

Verdadero o falso.

( Pregunta 6 )

¿Conoces la fecha del falleci-miento de Abdelkrin?

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RESPONDEMOSAL CUESTIONARIO

Respuestas a las peguntas de la revista revista numero 1

1º.- Tamazgha, el territorio de los Imazighen, fue incorporado al imperio de Roma, a partir de la conquista de Reino de Numidia año 15 a.C. ¿Conoces el nombre de algún emperadores Romano de origen Amazigh?

Al menos hubo tres: Lucio Septimio Severo, Marcus Opellius Macrinus o Macrino y Lucius Septimius Bassianus o Caracalla

2º.- Tres cuestiones sobre Abdelkrin el Jattabi.¿Tras la batalla de Anual Abdelkrin prohíbe a las diferentes tribus que han cono-cido la Victoria, marchar sobre melilla y saquearla?

Verdadero.¿Para asegurar que Melilla no fuese saqueada mandó a los guerreros de su tribu, la tribu de Beni-Ourriagel, para impedir que otras tribus saqueasen Melilla? Verdadero.¿En la década de los 50, Abd El-Krin El Jattabi, tomó contacto con Franco, para conseguir que el Rif fuese un país independiente y no sometido al Sultán de marruecos? Verdadero.

3º.- El reino amazigh de Numidia (210 a C. a 15 a.C) , se extendió desde la actual Túnez hasta el Río Moluya?

Verdadero .

4º ¿Conoces el nombre de las dos principales tribus que constituyeron el reino de los Númidas?Los masilios y los masesilos.

6º.- ¿Qué cuerpo del ejército de los Númidas era el más reconocido, y decidió las guerras Púnicas entre Cartagineses y Romanos?

La caballería

7º ¿Llegaron los númidas a la ciudad de Melilla (antigua Rusadir)?

Los Númidas al menos llegaron hasta el Río Moluya y probablemente Melilla (la antigua Rusadir) quedó al menos bajo su influencia.

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