Los padres escolapios tenemos una misión: evangelizar educando desde la primera infancia a los niños y jóvenes, mediante la integración de Fe y Cultura (Piedad y Letras) para renovar la Iglesia y transformar la sociedad según los valores del Evangelio, creando fraternidad.Somos herederos bendecidos por Dios con este carisma especial, una llamada al amor y la felicidad mediante la entrega de la vida entera a nuestros más pequeños. Échale un ojo: www.escolapios.net www.vocacional.org.mx

Encu

entro

ESCOLAPIOSMÉXICO

¡Creciendo en el amor y respondiendo con alegría!

Evangelii Gaudium“Nuestra alegría bebe del corazón

rebosante de Jesús”, nos dice Francisco en su exhortación apostólica. Me parece que esas palabras dan en el clavo sobre la vocación escolapia. Piensa, en primer lugar, que los escolapios estamos llamados a entregar la vida por los niños y los jóvenes. ¿Quiénes en este mundo son capaces de transmitir más alegría, más vitalidad que ellos? ¡Todos los días tenemos la oportunidad de reafirmar porqué todas las decisiones que hemos tomado y que nos han traído hasta aquí tienen sentido. En sus ojos cargados de retos y esperanzas

podemos adivinar la imagen viva del Maestro que nos convocó en primer lugar. Luego, la palabra “rebosante” es muy iluminadora. El corazón de Cristo se desborda, y lo hace con tanta fuerza y generosidad que es capaz de sostener todo lo que hacemos, pensamos, somos, sentimos, esperamos… ¿Quién sino Jesús puede hacer eso y más? En nuestros momentos más brillantes como en los de mayor oscuridad, acudimos a Él para que nos acompañe y bendiga nuestro caminar. No siempre es fácil, pero su corazón siempre tendrá algo para darnos y su Amor no falla. Esto también lo tenemos muy presente los escolapios. Por eso, el escolapio que se abandona

en ese corazón es muy humano. Dice también Francisco: “Llegamos a ser p lenamente humanos cuando le permitimos a Dios que nos lleve más allá de nosotros mismos para alcanzar nuestro ser más verdadero”. ¿Cómo ves?

ContenidosCOLUMNA INFORMATIVA 2DESDE LO QUE VIVO 3EN CRISTO SOY FELIZ 5PEDRO POBRE 8

Los hermanos novicios y juniores, en la capilla de Ntra. Sra. del Rosario, en Veracruz con el recién ordenado diácono, Cristian Gabriel Gutiérrez Sánchez.

Educar y servir con Cristo

en el corazón

Columna informativa

¡Cuántas cosas han pasado!

1. Convivencias VocacionalesPrimero en la cabaña Ingrid y luego en el Juniorato, tuvimos

la presencia de los chavos que están dispuestos a ir más allá y

piensan seriamente su futuro

2. Reunión ProvincialEn un ambiente de fraternidad, del 26 al 28 de diciembre nos congregamos de todos lados

hasta Veracruz para estar con el hermano y saber de él

3. Fin de semestreLos hermanos

prenovicios y juniores terminaron el semestre de estudios en la UIC

en el mes de diciembre

4. Pastoral-LISTOSLos hermanos Balta, Benjamín,

Éder y Otilio asistieron al Encuentro de Pastoralistas

en Mariápolis del 17 al 19 de enero

5. Taller de líderesEn Río Frío tocó el turno a

las parroquias para vivirel Taller de Líderes Juveniles

y los juniores Carlos, José Luis y Melchor estuvieron ahí

del 30 de enero al 1 de feb.

6. Festejando al P. EmmanuelEl 11 de febrero recibimos

al P. Emmanuel Suárez y festejamos con él

sus 25 años de sacerdocioal servicio de los chavos

7. ¡Felicidades, Cristian!Nuestro querido hermano

Cristian Gabrielemitió su profesiónde votos solemnes

y recibió la ordenacióndiaconal. Estuvimos ahí ¡y

hasta cantamos en la misa!

Recuerdos de mi búsquedaPablo A. Roaro Moreno Sch P.

Ahora que ha estado colaborando en las convivencias y retiros vocacionales, nuestro hermano Pablo recuerda con alegría ciertos momentos de su propia búsqueda y nos los comparte.

¿Qué significa abandonarse?P. Javier Sánchez Martínez

Muchas veces escuchamos que es mejor estar en las manos de Dios, pero: ¿eso qué quiere decir? Esta reflexión busca ser una respuesta a qué es eso de “abandonarse” y cómo hacerlo.

En verso

Fruto de su ENCUENTRO con los jóvenes que asistieron a estas convivencias y retiros vocacionales, y a su participación en el Taller de Líderes, Otilio nos comparte unos breves verso.

Un joven que dio todo por Él¿Sabías que Calasanz tuvo un discípulo muy joven? Su nombre es

Glicerio Landriani, y cuando encontró a las Escuelas Pías supo que eso era lo que Dios le regalaría para crecer, vivir y ser feliz. Y eso no es todo…

Lo que importa es el corazón

¿Quién no ha vueltolos pasos ante un gran

acontecimiento en su vida?

Hola amigos.

¿Saben? Ahora que me toca apoyar en la Pastoral Vocacional, pero sobre todo al estar presente en los dos últimos retiros, venían a mi mente tantos recuerdos agradables. Quiero compartir con ustedes algunas anécdotas que me marcaron en mi discernimiento vocacional.

Recuerdo que el primer retiro vocacional que viví, fue en el juniorato. No se porqué, pero me toco con los mayores. ¡Yo parecía un niño!, me daban miedo (por así decirlo) y encima de todo, el padre Roly (quien era un junior en aquél entonces) nos puso juegos rudos. Ahora me da risa, claro, pero en ese momento.. . También recuerdo que en ese mismo retiro salimos el día sábado por la noche a cenar con los niños y jóvenes de los Hogares Calasanz en el DF. Esa experiencia fue fabulosa: cenar con esos niños, jugar con ellos fut en la calle, y para cerrar con broche de oro, regresamos caminando hacia el juniorato. Son de esas experiencias que le tocan a uno el corazón en lo más profundo.

En otra ocasión, el retiro fue en una cabaña en Tlaxco, T laxca la . E sa exper i enc ia también tuvo una gran aventura: resulta que subimos una pequeña montañita y nuestro objetivo era subir hasta cierta altura, justo donde habían unas enormes rocas. Sólo que no era subir por subir, ¡no íbamos solos! Llevábamos una imagen de la virgen María con nosotros. Su presencia nos

an imó has t a l l ega r a nuestro destino.

Imag ína t e : yo v i v í a l rededor de siete retiros vocacionales en total: tres en el juniorato, dos en T l a x c a l a , u n o e n

Valsequillo, y uno en Celaya. De cada uno guardo recuerdos. Unos muy divertidos, otros muy inquietantes porque me llegaron al corazón. Todos tienen lo suyo, en Celaya, por ejemplo, asistimos el sábado a las profesiones de los novicios y en Tlaxcala, en

uno coincidió con la ordenación sacerdotal de un Escolapio.

Y como te decía, ahora que estoy apoyando en la Pastoral Vocacional, muchos de esos recuerdos vienen a mi mente y me digo: sigo buscando estar cada vez más cerca de Jesús.

Recuerdos de mi búsquedaPablo A. Roaro Moreno, Sch. P.

La experiencia

con los niños y

jóvenes del hogar

fue fabulosa

Llevábamos una

imagen de la

Virgen María

El Hno. Pablo está en su primer año en el juniorato, estudia filosofía y un diplomado en Pastoral en la UPM

Y tú, ¿qué tal?Si alguna vez te has preguntado por qué estás aquí y para dónde quieres ir o cómo quieres vivir tu vida; si eres de los que no se conforman con una vida egoísta y sin sentido...

Tal vez lo que oyeses la voz del Espíritu que te quiere decir algo.

¿TE ANIMAS?

¡A cuidar a los enfermos!

Calasanz no nada más se preocupaba de la buena marcha de las Escuelas, de cómo se podía ayudar más y mejor a los pequeños que asistían a ellas, o dónde se necesitaba una fundación nueva que extendiera su sueño de Piedad y Letras por todas partes. También, cuando era el caso, se preocupaba –y mucho– por los hermanos que se encontraban mal de

salud. A veces mandaba que se los mandaran a Roma, para que en la casa de San Pantaleo los cuidaran, otras veces que fueran a casa de los padres del enfermo, para que los aires de su tierra le sirvieran para recuperar el ánimo. Siempre pedía a los rectores de las casas que estuvieran muy atentos con ellos. Solía decir en sus cartas: “Téngase cuidado con los enfermos […] que no les falte lo necesario”.

¡Oh, Dios! Envíanos locos,de los que se comprometen a fondo,de los que se olvidan de sí mismos,de los que amancon algo más que con palabras,de los que entregansu vida de verdad y hasta el fin.

Danos locos,chiflados,apasionados,hombres capacesde dar el salto hacia la inseguridad,hacia la incertidumbresorprendente de la pobreza;

Danos locos,que acepten diluirse en la masasin pretensiones de erigirse un escabel,que no utilicensu superioridad en su provecho.

Danos locos,locos del presente,enamorados de una forma de vida sencilla,liberadores eficientes del proletariado,amantes de la paz,puros de conciencia,resueltos a nunca traicionar,capaces de aceptar cualquier tarea,de acudir donde sea,libres y obedientes,espontáneos y tenaces,dulces y fuertes.

Danos locos, Señor, danos locos.

L.J. Lebret O.P.

¡Envíanos locos!

Para mí, y esto es una opinión muy personal, un punto fundamental de la vida espiritual es saber abandonarse. E l abandono es fundamental en la espiritualidad cristiana.

El abandono exige madurez, la madurez de la humildad, donde el hombre sabe caminar sin llevar las riendas, sino poniendo éstas en manos de Dios. Se trata, entonces, de hacerse niño, hacerse pequeño, pisoteando orgullo y soberbia, para dejar que Dios sea Dios en la propia existencia.

¡Cuántas veces hay que repetir: "Dios proveerá"! ¡Cuántas y cuántas veces! Él, y sólo Él proveerá. ¿Para qué angustiarnos ni agobiarnos? Lo nuestro es caminar... y Dios proveerá. Lo nuestro es confiar y reconocer al mismo tiempo la paternidad de Dios ejercida en nuestra vida concreta.

¡Abandonarse!

"Pero cuando un hombre se acerca a Dios para ser salvado, la esencia de la conversión verdadera, en mi opinión, es rendirse sin reservas e incondicionalmente; y ésta es una palabra que la mayoría de los hombres que se acercan a Dios no pueden aceptar. Desean ser salvados, pero a su manera. Desean (por así decir) capitular bajo condiciones, llevarse consigo sus bienes; mientras que un verdadero espíritu de fe lleva al hombre a desviar su mirada de sí mismo hacia Dios, a no atribuir ninguna importancia a sus propios deseos, a sus costumbres, a su importancia o a su dignidad, a sus derechos, a sus opiniones, y a decir: "Me pongo en tus manos, Señor; haz de mí lo que quieras. Me olvido; me separo de mí mismo; estoy muer to a mí mismo; te seguiré" (Newman, PPS V 17,241-242).

Él y sólo Él lleva la vida por caminos que de pronto no se entienden, pero que a la larga, revelan su sentido último y providencial. Sí, sólo Él.

Más que un obligado cumplimiento de normas y de pureza (como aquellos que se creen muy puros porque cumplen todo), el abandono confiado es, a fin de cuentas, hasta más exigente, porque no busca una perfección moral creada según la propia imagen, sino una santidad desconcertante que Dios a golpe de cincel va labrando. Él sabrá. Él hará.

Este abandono es activo y no resignado: uno trabaja en su interior quitando las resistencias naturales e interiores de la propia voluntad y de la propia soberbia. Trabaja para hacerse disponible movido por el deseo más fuerte y mayor de darse, de donarse completamente, al Señor.

"Vengo a ti, Señor, no sólo porque sin ti soy desgraciado, no sólo porque siento que te necesito, sino porque tu gracia me incita a buscarte por ti mismo, porque eres tan glorioso y de tan grande belleza. Vengo con un gran temor pero con un amor más grande aún. ¡Que no pierda nunca -a medida que pasan los años, que el corazón se encoge, que todo se convierte en un peso-, no dejes que pierda nunca ese joven, ese ardiente, ese vivo amor por ti! Que tu gracia supla las debilidades de la naturaleza... Y que cuanto más se niegue mi corazón a abrirse a ti, más plenas y fuertes sean tus visitas sobrenaturales y más urgente y eficaz sea tu presencia en mí" (Newman, MCD XV 3, 410-411).

El grande se hace pequeño, el orgullo humilde, y entonces le entrega la vida a Dios. Para Ti: confío en Ti, me abandono en Ti. Entonces soy libre

¿Qué significa abandonarse?El P. Javier Sánchez Martínez nos da su respuesta

En los pasados meses, me encontré a la mitad de una convivencia vocacional que me dejó muy emocionado. Miré el presente que

interpelaba mi futuro. Gracias a esa experiencia, yo salí renovado y con más brío para seguir buscando, seguir dispuesto a que

Jesús me salga al ENCUENTRO y me diga: ¿Qué buscas?; para que mi respuesta sea

“Te busco sólo a Ti, amigo”

En versoOtilio R. Herrera Ruiz Sch.P.

El Hno. Otilio, quien estudia cuarto semestre de filosofía en

la UIC y está en su segundo año de juniorato, nos comparte

unos versos de su propia inspiración.

Convivencia Vocacional en Río Frío Taller de líderes juveniles en Oaxaca Retiro Vocacional en el Juniorato (DF)

reavivar

luchando

ser luz

¡ánimo!

Encontrar esperanza

en sus rostros felices

es reavivar la llama

de los votos que hice.

Muchas gracias, muchachos,

por el esfuerzo, tiempo,

ilusiones y risas.

 

Porque la lucha sigue

y un corazón dispuesto

a cargar con la cruz

alegremente vive.

Porque el amor llena

cada hueco del alma

y la anima a seguir.

Cuando vuelvan a casa,

recuerden que su luz

debe brillar muy alto

porque Cristo los llama

a vivir diferente

a todos los demás.

¡No se rindan!

 

¡No dejen que otros digan

que no vale la pena

ir en busca de Dios!

Escuchen el grito que

anuncia nuevos tiempos

y lleguen a la obra

de la mies del Señor.

¡Te esperamos!

Ven a cantar,ven a escuchar,

deja que la músicasea la excusaperfecta para la fraternidad.

Glicerio fue un joven italiano, un corazón lleno de ilusión, esperanza, alegría y entrega. Un joven normal, con limitaciones, confusiones y errores. Un joven intrépido que no perdió la oportunidad de embarcarse valientemente en aquel proyecto que no le garantizaba seguridades. Sin embargo, él supo correr el riesgo porque hizo caso a su corazón que latía con fuerza cuando se acercaba al misterio de una vida completamente distinta a la que toda la gente tenía.

Nació el 1º de marzo de 1588 en Milán, Italia. Su salud era delicada, tanto que el médico que lo trajo al mundo lo bautizó en seguida. Pero Dios tenía sus planes y el niño creció para convertirse en un joven alegre.

Cuando tenía diez años, su papá murió. Luego, sabemos que estudió con un tío suyo, que admiraba su piedad. En 1607 viajó a Roma para terminar sus estudios. Él ya había decidido seguir el camino del sacerdocio.

Sin embargo, el camino no es siempre recto hacia lo que Dios quiere. Nuestro amigo necesitó el consejo de alguien que ya hubiera andado un poco en la vida. Ahí entran dos personas muy importantes para él.

Primero, Fr. Domenico Ruzzola, culto y bondadoso, le orientó siguiendo la luz que Dios nos regaló con Sn. Juan de la Cruz y Sta. Teresa de Jesús, dos personas audaces por lo

que hicieron entre los carmelitas, con una fe profunda y un sentido práctico de la vida.

El otro portador de luz fue, ni más ni menos, el padre José Calasanz, el que encontró el modo definitivo de servir a Dios en los niños pobres y ya no lo cambió por nada del mundo, el que fundó las Escuelas Pías para educar a los pobres en Espíritu y Letras.

Gracias a Calasanz se abrió un nuevo horizonte para la generosidad del joven Glicerio, quien muy pronto aprendió la lección del fundador de las Escuelas Pías: La entrega total a la educación de los pequeños es, en sí misma, si se hace con el Espíritu del Evangelio, una entrega total al Padre de todos los niños.

En 1612, Glicerio comenzó su camino en las Escuelas Pías. Su corazón le pedía una entrega total. Le escribió a su pariente, Federico Borromeo:

Me encuentro en las Escuelas Pías, donde concurren cerca de ochocientos niños y jóvenes... Ahora espero que el Señor quiera servirse de mí para esta obra suya, la cual es tan importante que me sorprende, porque estos hijos de los pobres, que solían andar por las plazas sin ningún freno de temor de Dios, dándose en prenda a cada deshonestidad de palabras y de actos horrendos, ahora se retiran del ocio y del mal y con la ayuda divina se ocupan en ejercicios y por el espíritu en el conocimiento de la doctrina cristiana.

Ven. Glicerio Landriani Sch.P.

Primero en vocación

Un joven que se empeñó en buscar lo que Dios quería para su vida.

Halló en la Escuela Pía la auténtica felicidad de quien, libre, se deja

guiar por el Amor.

Cinco años después, recibió el hábito escolapio para iniciar su noviciado. Y durante todo ese tiempo él fue muy trabajador y dinámico. De lunes a viernes se dedicaba a la escuela con mucho amor. Estaba con los más pequeños, en la capilla, en la Oración Continua. Y con los mayores trabajaba con la literatura para que abrieran sus horizontes.

Los fines de semana, llenaba su agenda la catequesis. No solamente impartía catequesis –con cantos y dinámicas, oraciones, salmos, y todo su espíritu creativo– sino también preparaba a los catequistas y todo.

Andaba por todo Roma para preparar catequistas. Por poner un ejemplo, en una parroquia llamada San Adriano, llegó a atender 400 niños y 30 catequistas.

Cabe decir que antiguamente no había lo que hoy conocemos como autobús escolar. Pero había peligros en las calles para los chicos que iban a las Escuelas Pías. ¡Glicerio tuvo una idea genial! ¡Acompañarlos hasta su casa! En filas, bien formados y acompañados por un escolapio, iban los chicos hasta sus casas.

La entrega tan generosa y apasionada de Glicerio no era para un rato. Él tenía clarísima su decisión: ser de Cristo para siempre, tener a Dios como lo más valioso entre todas las cosas.

Una de las características más importantes de la vocación de Glicerio fue su pobreza. Esto contrastaba con la opulencia que vivían en Roma la mayoría de los pastores de la Iglesia. La humildad, una de las principales cualidades de quien pretende seguir a Cristo, no era muy apreciada en esos ambientes.

Cuando el Papa aprobó la Orden de las Escuelas Pías, lo que más interesó a Glicerio fue el tema de la pobreza. En aquella ocasión preguntó a Calasanz si el papa había aprobado la norma de suma pobreza y,

cuando le dijo que sí, tomó el documento, se lo puso en la cabeza y salió brincando y gritando lleno de alegría: ¡Suma pobreza! ¡Suma pobreza! La pobreza era el medio para tener

el corazón desligado de bienes materiales y así entregarse en total libertad a Dios, a los niños y a la reforma de la sociedad.Sin embargo, la debilidad de su salud se manifestó cuando tenía 30 años. Una grave enfermedad le fue minando la salud. El P. Pedro Casani, su maestro de novicios, le atendió hasta el final. Su corazón tenía un gran anhelo, y se le cumplió: emitió su profesión de votos solemnes. Él fue, de hecho, el primero en hacerlo, el primer joven

en decir “PARA SIEMPRE”. Pio XI lo declaró “venerable” y nosotros en

la Orden le recordamos siempre con mucho cariño y admiración. Supo escuchar la voz de Dios y tenerlo como lo más importante de su vida. Y para ti, ¿qué es lo más importante? ¿Te sientes llamado a entregarlo todo?

La Anécdota:

Glicerio no salía de casa sin pedir

permiso a San José de Calasanz.

Cuando ya estaba muy grave, éste le

pidió a aquél que no se fuera al cielo sin

su permiso. La noche del 15 de febrero

de 1618, el P. José escuchó que alguien

tocaba a su puerta, recordando lo que

había pedido a Glicerio, dijo: “Sí, ve

pronto, descansa. Dios te bendiga.

Intercede por mí ante el Señor”.

ORACIÓNAquél que no sabe

hacer oración es como un

hombre desarmado, que

pueden herirle por todas partes.

Sin la oración no se puede estar

bien con Dios.

Sin la oración no se puede estar bien con

Dios. Porque es tan necesaria al hombre

interior como el alimento corporal al

hombre exterior.

El día debe emplearse en

obras de misericordia y la

noche en dar gracias y

prepararse para el día

siguiente.

La oración es el medio único

y necesario para alcanzar la

Misericordia de Dios.

No es amigo de Dios quien no lo es de la oración.

ESTILOCALASANZ

Retiros VocacionalesRetiros Vocacionales

Buscando la voz de Cristo al estilo de San José de Calasanz

En el próximo

número:

5 preguntas con...¿Qué es eso de la Profesión Solemne? ¿Cómo se prepara uno para eso? ¿Qué se siente estar ahí?... El Hno. Cristian Gabriel nos responde.

Te cuento que...¿Misiones? ¡Uy, la de veces que he estado en misiones!... Algunas anécdotas de nuestros hermanos de cuando han estado en tierras lejanas compartiendo su fe.

Estilo CalasanzMayo es un mes mariano por excelencia, y Calasanz le decía a sus hijos que no nos cansáramos de acudir a ella. ¿Quién es María para Calasanz?

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El que reciba un niño como éste en mi nombre, a mí me recibe. Mt. 18,5

¿Yo también

puedo ser escolapio?

¡Claro que sí! El mundo necesita que lo contagiemos de alegría y

amor, ¿no crees?

Yo sí quiero,

pero me da pena...

¿Será que Dios te llama?

¡Atrévete a saberlo!