Revista Izquierda N°55, julio de 2015

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Conflicto y solución política Leer y estudiar la Agenda para comprender las complejidades de la negociación en La Habana · Comisiones de la verdad: Experiencias y limitaciones Capitalismo en crisis Momento político internacional · Los “pies  de barro”  del Dragón Chino Luchas populares Por una nueva experiencia del gobierno económico: Un llamamiento a Podemos Izquierda en debate Austeridad, tiranía y servidumbre. Sintagma del capital · Grecia: Del No a la humillación · Grecia: Sobre el referendo, el papel de Alemania y el chantaje financiero Editorial ¡Defender el proceso de paz! ¡Defender las libertades democráticas! Nº 55 JULIO / 2015 BOGOTÁ, COLOMBIA ISSN- 2215-8332

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Revista colombiana de crítica política, económica y social

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Conflicto y solución política Leer y estudiar la Agenda para comprender las complejidades de la negociación en La Habana · Comisiones de la verdad:

Experiencias y limitaciones Capitalismo en crisis Momento político internacional · Los “pies  de barro”  del Dragón Chino Luchas populares Por

una nueva experiencia del gobierno económico: Un llamamiento a Podemos Izquierda en debate Austeridad, tiranía y servidumbre. Sintagma del capital

· Grecia: Del No a la humillación · Grecia: Sobre el referendo, el papel de Alemania y el chantaje financiero Editorial ¡Defender el proceso de paz!

¡Defender las libertades democráticas!

Nº 55 JULIO / 2015 BOgOtá, COLOmBIa IssN- 2215-8332

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Jairo Estrada Álvarez DirectorJesús Gualdrón Sandoval Jefe de redacción

Álvaro Vásquez del Real, Daniel Libreros Caicedo, César Giraldo Giraldo, Frank Molano Camargo, Jorge Gantiva Silva, María Teresa Cifuentes Traslaviña, Nelson Fajardo Marulanda, Patricia Ariza, Ricardo Sánchez Ángel, Sergio De Zubiría Samper, Víctor Manuel Moncayo Cruz Consejo editorial

Beatriz Stolowicz (México), Julio Gambina (Argentina), Ricardo Antunes (Brasil), Antonio Elías (Uruguay) Consejo asesor internacional

Las opiniones emitidas por los autores no comprometen al Consejo Editorial de la Revista.

Tatianna Castillo Reyes Diseño y diagramación

Espacio Crítico EdicionesPublicación auspiciada por Espacio Crítico Centro de Estudioswww.espaciocritico.com

ISSN-2215-8332Nº 55, Julio de 2015. Bogotá, Colombia

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Leer y estudiar la Agenda para comprender las complejidades de la negociación en La HabanaJairo Estrada Álvarez

10Comisiones de la verdad: Experiencias y limitacionesSergio De Zubiría Samper

Capitalismo en crisis

16 Momento político internacionalRicardo Sánchez Ángel

20 Los “pies de barro” del Dragón ChinoDaniel Libreros Caicedo

Luchas populares

28Por una nueva experiencia del gobierno económico: Un llamamiento a PodemosAntonio Negri

Izquierda en debate

36Austeridad, tiranía y servidumbre. Sintagma del capitalJorge Gantiva Silva

44 Grecia: Del No a la humillaciónRaúl Zibechi

52Grecia: Sobre el referendo, el papel de Alemania y el chantaje financieroAaron Tauss

Editorial

58¡Defender el proceso de paz!¡Defender las libertades democráticas!Jesús Gualdrón

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Leer y estudiar la Agenda para comprender las complejidades de la negociación en La Habana

Jairo Estrada Álvarez

Profesor del Departamento de Ciencia PolíticaUniversidad Nacional de Colombia

El Comunicado conjunto número 55 del Gobierno nacional y las guerrilla de las FARC-EP, titulado “Agilizar en La Ha-

bana y desescalar en Colombia” fue una buena noticia para aquellos sectores de la sociedad colombiana interesados en que la perspectiva de una solución política del conflicto social y armado continúe abriéndose paso, en medio de los más variados e intensos ataques del militarismo y la ultraderecha.

La intensificación de las acciones bélicas en las semanas previas al anuncio del mencionado comunicado, con todos los impactos negativos que éstas producen sobre la población, había producido alborozo entre quienes sueñan con una ruptura del proceso de La Habana para retornar al escenario de la solución militar. Al mismo tiempo, puso en evidencia los peligros que asechan un proceso de negociaciones cuando se decide negociar en medio de la confrontación, tal y como lo ha impuesto el Gobierno, aduciendo que lo contrario sería concederle ventajas militares al enemigo.

Por ello, acordar la continuación de la negociación buscando avanzar con mayor celeridad en los puntos pendientes de la Agenda y al mismo tiempo generando condiciones de desescalamiento, me parece un asunto de gran calado en el momento actual del proceso. La posibilidad de avanzar hacia un cese bilateral de fuegos y hostilidades con el acompa-ñamiento de la ONU y Unasur, aún antes de la firma de un eventual

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Grecia adopta el euro como moneda. Es el duodécimo país en hacerlo y el primero tras los socios fundadores.

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j_awAcuerdo final, genera nuevas opciones y le podría dar

mayores impulsos al proceso en la medida en que permitiría negociar lo pendiente sin las interferencias, en ocasiones graves, que produce la confrontación bélica. Cada vez hay mayor evidencia para afirmar que el modelo de negociar en medio de la guerra es indeseable y se ha agotado.

Sin entrar en valoraciones de las situaciones y hechos específicos que condujeron al anuncio del Comunicado número 55, como por ejemplo, la petición de cese bilateral por parte de los países ga-rantes y acompañantes, o el cese unilateral por un mes anunciado por las FARC-EP, o la suspensión de los bombardeos ordenada por el presidente Santos, lo cierto es que se está frente a un compás que han abierto las Partes que, en los términos del citado co-municado, señala: “En cuatro meses, a partir de la fecha, cada una de las delegaciones hará una primera evaluación tanto del cumplimiento de estas medidas de desescalamiento, como de los resultados de los es-fuerzos para agilizar los avances en la Mesa, y tomará las decisiones que considere pertinentes”.

Esta frase me parece de una tremenda compleji-dad y debería llamar al juicio y la sindéresis en el tra-tamiento que se le da en los medios de comunicación al proceso de La Habana, como a las reflexiones que producen los llamados formadores de opinión.

Si se juzgara por múltiples y reiteradas expresio-nes, que sólo indican desconocimiento, cuando no mala intención, tal vez sea conveniente invitar a una lectura juiciosa de la Agenda para de ahí inferir al menos la dificultad mayúscula de los puntos pen-dientes. Y ello, sin hacer referencia a la lectura y estu-dio de los acuerdos parciales (con sus salvedades), de los comunicados conjuntos y de los propios anuncios y propuestas guerrilleras. La importancia histórica del proceso, así como el momento que él vive, exige transitar hacia escenarios de mayor calidad de la in-formación y del análisis.

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La importancia histórica del

proceso, así como el momento que él vive, exige transitar hacia escenarios de mayor calidad de la

información y del análisis. No puede

seguir haciendo carrera –y merece

ser enfrentada con mayor decisión,

en medio de las asimetrías

conocidas– una producción de

opinión y de comunicación

que en lugar de contribuir a hacer camino, enrarece

y entorpece. Desde luego que

sería ingenuo pensar que ello

no hace parte del mismo proceso. Es obvio que su único escenario

no es la Mesa de conversaciones.

No puede seguir haciendo carrera ‒y merece ser enfrentada con mayor decisión, en medio de las asimetrías conocidas‒ una producción de opinión y de comunicación que en lugar de contribuir a hacer camino, enrarece y entorpece. Desde luego que sería ingenuo pensar que ello no hace parte del mismo proceso. Es obvio que su único escenario no es la Mesa de conversaciones.

No es ningún secreto que en la definición del tema de Justicia se encuentra uno de los nudos gor-dianos del proceso y la posibilidad de que éste pueda encauzarse en forma definitiva hacia el campo de la irreversibilidad.

Quienes conocen la Agenda saben que la Justicia no era un punto explícito de la negociación. Su inclu-sión resultó de la definición por las Partes de principios para tratar el Punto 5 sobre “Víctimas”. Y podría afir-marse que su abordaje se infería, además, de la materia del Punto 3, “Fin del conflicto”. Así es que la cuestión de la Justicia adquirió una doble faceta. Por una parte, inscrita dentro del compromiso de las partes de dar respuesta a los derechos de las víctimas; por la otra, por su indiscutible relación con el punto “Fin del con-flicto”, que además fue definido en la propia Agenda como un “proceso integral y simultáneo”, referido a siete subpuntos de la mayor dificultad.

En una aproximación básica, una cuestión de tal complejidad no puede ser reducida a un enten-dimiento de justicia en el que la pregunta principal es la de si hay o no cárcel para los guerrilleros, o, mejor, para los llamados máximos responsables, en-tiéndase la comandancia guerrillera. Me temo que a ello se intenta inducir y reducir en forma peligrosa el debate público en una orquestación demagógica acerca de los derechos de las víctimas. Dejando de lado asuntos de gran calado, como el esclarecimiento de la verdad, la reparación y las garantías de no repe-tición, pareciera ser que la fórmula de justicia que se pretende imponer socialmente a través de los medios de comunicación es la de la cárcel para la dirección

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guerrillera. Semejante enfoque no permitirá que haya un acuerdo final. Como bien sen-tenció Otto Morales Benítez en entrevista con Claudia Morales, pocos meses antes de su muerte: “nadie firma un acuerdo de paz para luego ir a la cárcel”.

Así es que el primer gran reto que aprecio en relación con lo que sigue de la negociación es sacar el tema de la Justicia del ámbito del juzgamiento penal, el cas-tigo, la pena y la cárcel para la dirección guerrillera, para llevarlo a una dimensión de mayor complejidad, como es la que está en proceso de diseño por las Partes tras su anuncio ‒en medio del acuerdo para la conformación de una “Comisión de Esclarecimiento de la Verdad, la Con-vivencia y la no Repetición”‒ de concebir un “Sistema integral de verdad, justicia, reparación y no repetición”. Ese sí es un camino para aproximar el reconocimiento y la materialización de los derechos de las víctimas del conflicto, más allá de la muy

https://www.flickr.com/photos/hindrik/7385727834/

limitada Ley de Víctimas y de Restitución de Tierras. Contrastan con las propuestas de las FARC-EP en materia de Víctimas, que aspiran a trascender ese estrecho mar-co, las afirmaciones de Plenipotenciarios gubernamentales que indican que en esa materia no hay tareas pendientes dado que se estaría frente a uno de los diseños más progresistas que existe en la actualidad a nivel mundial. Todo ello, para argumentar a favor de limitar el debate de Víctimas a la cuestión de la Justicia.

Sobre el supuesto de que la cuestión de la Justicia debe ser abordada como parte de un sistema integral, cualquier defini-ción que se pretenda explorar frente a ella conlleva la necesidad de sustraerla de los enfoques de la dogmática jurídica que se mueven en los restringidos contornos del derecho penal. El proceso de paz necesita ser enriquecido con los desarrollos de la fi-losofía política y, en especial, de las teorías de la justicia que hace rato rompieron el

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El buen juicio indica que durante los

siguientes meses se adelantarán negociaciones

decisivas para el futuro del proceso,

que pueden marcar o no el punto de

inflexión hacia el camino de un

eventual Acuerdo final. Lo que viene dista de versiones

simplificadas o distorsionadas

de la Agenda. A los que llaman a un acuerdo ya y

pretenden imponer plazos perentorios

les convendría la recomendación de

leer y estudiar la Agenda y además

comprender que se está en una

negociación y no en un proceso de

rendición y entrega.

cerco del castigo y la pena, para situarse en esfuer-zos colectivos de la restauración y la transformación social.

Por ello, la solución a la cuestión de la Justicia es inicialmente filosófica y política, antes que jurídica. Para avanzar con celeridad se requiere un acuerdo político en esa materia, esto es, un acuerdo sobre los presupuestos de una definición de Justicia, que –establecidos‒ necesariamente lleven a la constata-ción de que con el orden de justicia estatal existente, incluido el llamado Marco jurídico para la paz, será imposible avanzar tal y como las Partes se lo han propuesto durante los meses que vienen. Dado que no se trata de cualquier Justicia, sino de la Justicia para materializar los derechos de las víctimas y al mismo tiempo para sentar las bases que permitan la terminación de la confrontación armada, la cons-trucción social pendiente consiste en concebir un sistema de justicia que dé cuenta de esa particula-ridad y excepcionalidad histórica. Con base en un acuerdo sobre la excepcionalidad del sistema, que requeriría el correspondiente blindaje constitucio-nal, lo que sigue serían los diseños del mecanismo de justicia, su operación y su ritualidad.

A la dificultad propia de concebir este sistema para garantizar los derechos de las víctimas, se le suma la que resulta de los contenidos del Punto 3 sobre “Fin del conflicto”. Llamo lo atención de que en su lectura juiciosa, además de destacarse que se trata de un “proceso integral y simultáneo”, como ya se dijo, se advierten, entre otros los siguientes temas de negociación:

“1. Cese al fuego y hostilidades bilateral y defi-nitivo.

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Angela Merkel canciller de Alemania y Alexis Tsipras actual presidente de Grecia, líder de la Coalición de la Izquierda Radical

http://www.bbc.com/mundo/noticias/2015/07/150702_grecia_deuda_crisis_referendo_preguntas_basicas_vj_aw

2. Dejación de armas. Reincorporación de las FARC-EP a la vida civil –en lo económi-co, lo social y lo político‒, de acuerdo con sus intereses.

3. El Gobierno Nacional coordinará la revisión de la situación de las personas privadas de la libertad, procesadas o condenadas, por pertenecer o colaborar con las FARC-EP.

4. En forma paralela el Gobierno Nacional intensificará el combate para acabar con las organizaciones criminales y sus redes de apoyo, incluyendo la lucha contra la corrupción y la impunidad, en particular contra cualquier organización responsable de homicidios, masacres o que atente contra los defensores de derechos humanos, movimientos sociales movimientos políticos.

5. El Gobierno Nacional revisará y hará las reformas y los ajustes institucionales nece-sarios para hacer frente a los retos de la construcción de la paz.

6. Garantías de seguridad.7. En el marco de lo establecido en el Punto 5 (Víctimas) de este acuerdo se esclarecerá,

entre otros, el fenómeno del paramilitarismo.”Y ello, sin considerar todavía los asuntos del Punto 6 de “Implementación, verificación

y refrendación”.El buen juicio indica que durante los siguientes meses se adelantarán negociaciones

decisivas para el futuro del proceso, que pueden marcar o no el punto de inflexión hacia el camino de un eventual Acuerdo final. Lo que viene dista de versiones simplificadas o distorsionadas de la Agenda. A los que llaman a un acuerdo ya y pretenden imponer plazos perentorios les convendría la recomendación de leer y estudiar la Agenda y además comprender que se está en una negociación y no en un proceso de rendición y entrega.

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Comisiones de la verdad: Experiencias y limitaciones

Sergio De Zubiría Samper

Profesor Asociado del Departamento de FilosofíaUniversidad de los Andes

A partir de la década de los noventa del siglo XX, las fi-nalizaciones de los conflictos armados internos a nivel

mundial atienden con esmero las cuestiones relativas a la verdad. Ac-tualmente no es posible el cierre de un conflicto y la reconciliación de los países sin un trabajo profundo sobre memoria histórica. Esto nos ratifica que, posiblemente, el siglo XXI será la centuria de la verdad, la memoria, la justicia y las víctimas. Tal vez, por ello, Eric Hobsbawm, en su Historia del Siglo XX, nos recuerda que el número de muertes registradas por acción del hombre durante ese siglo fue de 187 millones, “lo que equivale a más del 10 por 100 de la población total del mundo en 1900”1. Recuperarnos de este horror exige una catarsis gradual de toda la humanidad para prestarle la voz a tanto sufrimiento. La idea teológica del “Juicio Final” contiene la necesidad compartida de esta labor de reparación, al plantear un escenario de encuentro en el que las historias y las culpas de todos quedarán expuestas. Por ello es previsible que veamos múltiples ejemplos de comisiones de la verdad en los años venideros.

Las comisiones de la verdad son, de alguna manera, parte de ese largo trabajo de duelo y reconocimiento de la barbarie que ha acompañado la historia occidental. La cultura europea ha cabalgado sobre la injusticia,

1 E. Hobsbawm, Historia del Siglo XX. Barcelona: Editorial Crítica, 2000, p. 21.

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Conflicto y solución política

las guerras, la desigualdad y la violencia. La con-ciencia de esta fatalidad la expresa el filósofo Walter Benjamin cuando afirma: “No hay documento de cultura que no lo sea al mismo tiempo de barbarie. Y como él mismo no está libre de barbarie, tampoco lo está el proceso de transmisión en el cual ha pasado desde el uno al otro”2.

Experiencias históricasUno de los estudios sistemáticos sobre comisiones

de la verdad, a nivel mundial, fue publicado en es-pañol en 2008 por el Fondo de Cultura Económica, con el sugestivo título “Verdades innombrables. El reto de las comisiones de la verdad”: Priscilla Hayner analiza 21 países donde se han conformado estos escenarios a partir de 1990. Entre ellas destaca las experiencias latinoamericanas de Argentina, Chile, El Salvador y Guatemala. Una lectura obligatoria en el marco de los múltiples interrogantes que contiene la recién aprobada Comisión para el Esclarecimiento de la Verdad, la Convivencia y la No repetición, en las negociaciones de La Habana.

Los objetivos principales del texto mencionado son encomiables. El primero, es realizar esfuerzos para salvar la brecha entre la teoría de esas comisiones y su práctica. El segundo, advertir sobre los errores más extendidos en su concepción y sus prácticas. El tercero, prever cuáles son sus mayores limitaciones.

En quince capítulos, Hayner explora profundos interrogantes: ¿Por qué instituir una comisión de la verdad? ¿Qué es la verdad? ¿Hay que elegir ver-dad frente a justicia? ¿Cómo pueden contribuir las comisiones de la verdad a la justicia? ¿Conflicto o complemento entre la Corte Penal Internacional y las comisiones de la verdad? ¿Qué papel desempeña la comunidad internacional? ¿Qué rostro tiene la recon-ciliación? ¿Qué factores alientan la reconciliación?

2 W. Benjamin, Obras. Libro I, Vol. 2, p. 309.

http://internacional.elpais.com/internacional/2012/09/26/album/1348675116_413060.html#1348675116_413060_1348675211

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Todas ellas constituyen cuestiones que preocupan al pensamiento democrático y crítico en Colombia. Una pedagogía para la construcción de la paz debe ser reflexiva y autoconsciente. Debe investigar con rigor las experiencias históricas de estos organismos y reconocer sus limitaciones, falsas expectativas y de-safíos. Este ensayo pretende destacar algunos aportes y limitaciones de la experiencia histórica. Aludir a ciertas interpelaciones planteadas por Hayner, en su investigación: el sentido de “verdad” contenido en las comisiones históricas; los motivos para instituir una comisión de la verdad; el problema sobre si hay que elegir entre verdad y justicia, y qué factores alientan la reconciliación.

En los distintos mandatos de las 21 comisiones existen ciertos acentos en sus concepciones de la “ver-dad”. Aunque no postulen una reflexión detallada sobre la definición filosófica de “verdad” (aletheia, adecuación, certeza, experiencia, interpretación, perspectiva, Lichtung, etc.), siempre son muy claros los sentidos y acciones que exige la clarificación de la “verdad”. El objetivo más evidente de estos organis-mos es “clarificar ciertos hechos y levantar la capa de silencio y negación que cubre un periodo polémico y doloroso de la historia”3. Más que descubrir nuevas realidades, está latente una idea de “verdad” como apartar el velo de negación que cubre ciertas verdades que no se mencionan y que todo el mundo de alguna forma conoce. Michael Ignatieff lo ha denominado “reducir el abanico posible de mentiras”. Otro objeti-vo, menos evidente, señalado por la investigadora, es la distinción entre conocimiento y reconocimiento. El reconocimiento público, colectivo y oficial de las atrocidades es condición de toda experiencia de la verdad. Con esas acciones de reconocimiento oficial se inician experiencias de reconciliación y un incre-mento de confianza en la verdad. También las comi-siones, especialmente cuando se entrega un Informe

3 P. Hayner, Verdades innombrables. México: F. C. E., 2008, p. 54.

A partir de la década de los

noventa del siglo XX, las

finalizaciones de los conflictos armados

internos a nivel mundial atienden

con esmero las cuestiones relativas

a la verdad. Actualmente no

es posible el cierre de un conflicto y

la reconciliación de los países sin un

trabajo profundo sobre memoria histórica. Esto

nos ratifica que, posiblemente,

el siglo XXI será la centuria de

la verdad, la memoria, la justicia

y las víctimas.

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Conflicto y solución política

Final riguroso, ofrecen otro sentido importante de “verdad”, que consiste en contener en ese escrito bien documentado sobre hechos con frecuencia polémicos una mayor calidad que en cualquier otra fuente histórica anterior. En este último caso, las comisiones aportan a la verdad histórica.

Son cinco los motivos principales que se manifiestan para instituir una comisión de la verdad, aunque en cada contexto tengan lecturas diversas: 1. Clarificar y avanzar en reco-nocer la verdad; 2. responder a las necesidades e intereses de las víctimas; 3. contribuir a la justicia y a la rendición de cuentas; 4. esbozar la responsabilidad institucional y recomendar reformas; 5. fomentar la reconciliación y reducir las tensiones resultantes de las violencias del pasado. En algunas de las experiencias históricas concretas se señala en el mandato sólo uno de los motivos anteriores, pero en otros casos se unen dos o más motivos.

Actualmente, el viraje hacia la verdad es una condición ineludible de la justicia y de la paz, pero no hay que elegir entre la verdad y la paz, o entre verdad y justicia. Todo lo contrario, ellas se exigen mutuamente. No existe una antinomia entre estos valores sino una complementariedad. En palabras de Jorge Correa, exsecretario de la Comisión de la verdad de Chile: “toda la verdad y la justicia en la medida de lo posible”. No hay ninguna razón intrínseca para que una comisión no contribuya a la posterior convocatoria de procesos judiciales. Si del trabajo de una comisión se derivan o no procesos legales ha estado deter-minado, en los organismos reales, por factores ajenos al control de las comisiones, como la independencia de poder judicial, la voluntad política, el poder de la oposición, el nivel de las organizaciones de derechos humanos, etc.

Se suele evocar la meta de la “reconciliación” como una finalidad de los procesos nacio-nales de paz, pero pocas veces es claro el significado del término. En su sentido etimológico

http://internacional.elpais.com/internacional/2012/09/26/album/1348675116_413060.html#1348675116_413060_1348675211

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es “recuperar” la concordia o reunir a personas o cosas en una armonía perdida. Según Hayner, para “promover” la reconciliación es preciso que en un determinado momento se establezcan o reconstruyan relaciones que no estén acechadas por los odios del ayer. Para estimar si la reconciliación se está afian-zando es ineludible plantear tres preguntas: ¿Cómo se aborda el pasado en la esfera pública? ¿Qué relaciones hay entre los antiguos adversarios? ¿Hay una versión del pasado o varias? Las distintas respuestas a estas tres preguntas muestran el nivel cualitativo de recon-ciliación que ha logrado una sociedad. La experiencia histórica nos ha venido mostrando cinco factores que alientan la reconciliación: 1. El fin de la violencia o de la amenaza futura de violencia; 2. el reconocimiento de las responsabilidades y la reparación; 3. la conso-lidación de fuerzas vinculantes; 4. abordar las des-igualdades estructurales y las necesidades materiales; 5. la gradualidad y paso del tiempo.

Limitaciones estructuralesLos posibles aportes que pueden contener las

comisiones de la verdad están acompañados también de ciertas limitaciones estructurales. Es conveniente tener una conciencia explícita de estas dificultades. La experiencia histórica ya es rica en el develamiento de estas limitaciones.

La primera limitación remite a dos afirmaciones o postulados bastante divulgados, muy invocados cuando se instauran comisiones de la verdad y que la realidad ha cuestionado o relativizado. La primera es la idea reiterada de que la verdad siempre conduce a la reconciliación. Por distintos senderos podemos problematizarla: sólo es cierta en algunas ocasiones y con ciertos requisitos; en ocasiones la verdad ha difi-cultado la reconciliación; la verdadera reconciliación exige acciones que van más allá de la “verdad”, como poner claramente fin a la amenaza de futura violen-cia o ejecutar un programa efectivo de reparaciones para los afectados, entre otras problematizaciones. La

Las comisiones de la verdad son, de

alguna manera, parte de ese largo

trabajo de duelo y reconocimiento

de la barbarie que ha acompañado la historia occidental. La cultura europea

ha cabalgado sobre la injusticia,

las guerras, la desigualdad y

la violencia. La conciencia de esta

fatalidad la expresa el filósofo Walter Benjamin cuando afirma: “No hay

documento de cultura que no

lo sea al mismo tiempo de barbarie.

Y como él mismo no está libre de

barbarie, tampoco lo está el proceso

de transmisión en el cual ha

pasado desde el uno al otro”.

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segunda es aquel lugar común, que sostiene que ahondar en la verdad y dar a las víctimas la oportunidad de hablar contiene en sí mismo la experiencia catártica de la curación y el perdón. También es factible cuestionar o relativizar este supuesto. En primera instancia es algo exagerado, porque una terapia profunda nunca se reduce a la simple oralidad y puede convertirse en un simple señuelo pasajero. No toda for-ma del hablar, cura o purifica; puede también ser parte de la “violencia simbólica” (Salvo Žižek). En un segundo momento debemos reconocer que la investigación científica no ha demostrado en forma apodíctica la función curatorial de la palabra. En tercera instancia tenemos que inves-tigar a fondo las lógicas, procesos y emociones que posibilitan el perdón, porque no necesariamente el decir conlleva el perdón. Y podríamos añadir que existen experiencias históricas que lo han falseado, en las que reconocer la verdad y permitir hablar no ha generado transformaciones de las víctimas, ni tampoco experiencias del perdón.

La segunda limitación se busca en la actividad misma de las comi-siones de la verdad y se manifiesta en tres actitudes valorativas, bastante contradictorias. En primer lugar, en general las expectativas que provo-can estos organismos de la verdad cuando se convocan son casi siempre desproporcionadas frente a lo que parecería lógico y realista esperar de ellas. Se espera la inmediata reconciliación, reparaciones cuantiosas para todas las víctimas, la resolución de múltiples casos individuales que no ha podido resolver la justicia, la asunción de culpa de todos los responsa-bles y reformas estructurales de las instituciones. Con lógica y realismo, las comisiones sólo podrán cumplir una parte bastante menor de las anteriores expectativas. En segundo lugar, se infravalora la actividad de las comisiones de la verdad con argumentos completamente opuestos a los anteriores, como el breve periodo de investigación, las escasas conse-cuencias judiciales de su trabajo o el escaso poder vinculante de sus reco-mendaciones. En tercer lugar, se constata que investigar la verdad oficial es mucho más engorroso y complicado de lo previsto inicialmente.

Debemos continuar reflexionando sobre las experiencias de las comisiones de la verdad, reconocer sus virtudes, pero también sus li-mitaciones. Persistir en la necesidad de seguir indagando en el sentido profundo de la verdad. Poder movernos en ese difícil sendero filosófico que permita asumir este complejo aforismo: no existe una única verdad, pero existen hechos y situaciones tan fundamentales, que podemos exigir que se acepten como verdaderos para promover la reconciliación entre colombianas y colombianos.

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Momento político internacional

Ricardo Sánchez Ángel

Doctor en HistoriaProfesor Universidad Nacional de Colombia

Estamos asistiendo a una exacerbación de todas las contradic-ciones de época, que incluye el militarismo y la guerra, con

una tendencia a acentuarse y generalizarse. Se desenvuelven en el Cerca-no y Medio Oriente, en varios países de África, al igual que en Ucrania, donde se enfrentan la coalición liderada por Estados Unidos y la OTAN contra Rusia. El despliegue de las tensiones abarca también a China, Paquistán, Corea del Norte y el Pacífico Sur, con guerra comercial y armamentismo. Nuestra América no escapa a estas contradicciones, con México y Colombia como escenarios.

Están entrelazados los intereses de las grandes potencias, con Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña e Israel a la cabeza. Es una guerra amplia por la recolonización, con la destrucción de las unidades nacionales. Más no es una guerra mundial, que presente una conflagración armada entre las potencias, aunque puede ir en esa dirección. En lo que sí estamos hace rato es en una guerra mundial mediática.

Uno de los componentes centrales del capitalismo contemporáneo es el enorme acrecentamiento de la industria militar, con el consiguiente fortalecimiento de las fuerzas armadas nacionales, especialmente de Es-tados Unidos, que mantiene bases militares en varios países del mundo, igual que los pactos militares como la OTAN. Además, el arsenal nuclear se ha incrementado y los planes guerreristas se fraguan constantemente. Esta realidad estructural incoa las guerras por doquier. En el mercado de armas, Estados Unidos, el Reino Unido, Francia, Israel, Rusia, por

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Capitalismo en Crisis

nombrar los principales, son grandes proveedores de armamento. El comercio de armas, el legal y el ilegal, constituye un elemento principal de las finan-zas capitalistas, una fuente de acumulación, que en coyunturas de recesión y de guerras se incrementa.

Frente a esto hay unas resistencias de todo orden, incluyendo la lucha armada anticolonial, como en Palestina.

El accionar de Al Qaeda y el Estado Islámico con su califato ha configurado circunstancias en extremo complejas y confusas en el Medio Oriente. Si bien son organizaciones que están dividiendo a Siria e Irak con masacres, y donde aparece de tanto en tanto la mano larga de la CIA, el Pentágono y Arabia Saudi-ta ‒este último Estado, que junto a Israel constituyen los enclaves de las potencias‒, estos movimientos no son sólo ni simplemente terroristas. Pueden expresar y se alimentan del anticolonialismo en forma de radi-calismo extremo, desesperado, con ropajes religiosos, culturales y nacionales, aunque de manera deformada.

Todo indica que el terrorismo se está generali-zando, desde el 11 de septiembre de 2001 hasta hoy, abarcando distintos continentes y países, incluyendo el que se ejerce contra las comunidades negras y re-ligiosas por parte de fundamentalistas y racistas en Estados Unidos. El terrorismo es un actor central del momento político mundial.

A su vez, el recambio que las grandes potencias impusieron de gobiernos nacionalistas autoritarios, como el de Muamar el Gadafi en Libia y Sadam Husein en Irak, fracasó, pero también en Afganistán. Fraccionaron estos países, echaron atrás las conquis-tas nacionales y sociales, ocuparon militarmente y saquearon la economía. Barbarizaron. Lograron un nuevo reparto y recolonización geopolítica de los es-pacios productivos y mercantiles. Se trata de imperios en acción, con imperialismos actualizados e integra-dos financieramente.

En Europa, Asia y Nuestra América la lucha de clases se agudiza, y se complejiza en la crisis social

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articulada a la crisis económica, cultural y ambiental. La lucha de clases internacional es el rasgo más decisivo de la situación histórica. Hay que señalar que siendo des-igual, con alzas y reflujos, está expresando la resistencia, el malestar anticapitalista y el ánimo de confrontación a los centros del imperialismo moderno. Las juventudes y mujeres aparecen con creatividad y arrojo por doquier.

La crisis económica, también interna-cional, donde Europa ha sido el epicentro desde el 2009, con Estados Unidos en recu-peración vacilante, se entrelaza y es un obs-táculo, al trasladar miseria y pauperización a los trabajadores de todos los continentes y países, y va articulada a la crisis ambien-tal, donde el capitalismo como civilización exhibe su potencia destructiva. Crece la conciencia ambiental y el repudio moral a la destrucción ecológica, y las luchas se articulan con lo social y antimultinacional.

La crisis griega debe generar una amplia movilización de todos los trabajadores en Europa, que desemboque en una huelga

Estamos asistiendo a una exacerbación de todas las contradicciones de época, que incluye el militarismo y la guerra, con una tendencia a acentuarse y generalizarse.

Se desenvuelven en el Cercano y Medio Oriente, en varios países de África, al igual que en Ucrania, donde se enfrentan

la coalición liderada por Estados Unidos y la OTAN contra Rusia. El despliegue de las tensiones abarca también a China,

Paquistán, Corea del Norte y el Pacífico Sur, con guerra comercial y armamentismo. Nuestra América no escapa a estas

contradicciones, con México y Colombia como escenarios.

general. El agravamiento de la situación y la incertidumbre de su desarrollo ponen al orden del día este acontecimiento. Lo que buscan el Fondo Monetario Internacional, la banca europea y los grandes acreedores con los banqueros alemanes a la cabeza, es estrangular la vida social de los griegos, imponiéndoles sus medidas de choque, pre-tendiendo la caída del gobierno del primer ministro Alexis Tsipras y su partido Syriza, que buscan alternativas dignas y sensatas frente a la crisis. El internacionalismo de los financistas tiene repercusiones económicas de tipo monetario en Europa y desafía el internacionalismo solidario. La situación griega es europea y la responsabilidad no está en los once millones de habitantes de ese país.

El resultado de la consulta ciudadana dio un amplio respaldo a la política del gobierno griego, expresando así un rechazo al chantaje de los buitres financieros. Toda Europa está siendo paulatinamente sacudida por las repercusiones económicas y políticas de lo que sucede en Grecia. La solidaridad

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internacional debe acrecentarse, porque allí se está definiendo el rumbo de la situación política europea. Debemos asumirlo de ma-nera sencilla: ¡¡¡Todos somos griegos!!!

En América Latina se agudiza la desace-leración económica por la caída de los pre-cios del petróleo, las materias primas y otras exportaciones. El enfrentamiento entre re-forma y contrarreforma está al orden del día en Venezuela, Ecuador, Argentina, Bolivia y Brasil. La derecha internacional intentó, y lo sigue haciendo, golpes de Estado en Ecuador, Venezuela y Bolivia. Lo logró en Honduras y Paraguay. Asimismo, se asiste a resistencias y luchas contra la ofensiva neocolonial en el continente entero. Es un momento decisivo para Nuestra América.

En Colombia continúa el proceso de guerra FARC, ELN y el Estado, al igual que el proceso de paz con las FARC. La guerra entre los insurgentes y el estable-cimiento dominante se desarrolla en una historia compleja de ciclos, espirales y distintas violencias que se interrelacionan y se retroalimentan. El trasfondo es una

En Europa, Asia y Nuestra América la lucha de clases se agudiza, y se complejiza en la crisis social articulada a la crisis económica, cultural y ambiental. La lucha de clases internacional es el rasgo más decisivo de la situación histórica. Hay que señalar que siendo desigual, con alzas y reflujos, está expresando la resistencia, el malestar anticapitalista y el ánimo de confrontación a los centros del imperialismo moderno. Las juventudes y mujeres aparecen con creatividad y arrojo por doquier.

sociedad fragmentada clasistamente y una democracia amputada. Los de abajo resis-ten: campesinos, trabajadores, indígenas, estudiantes, pobladores, clase popular de la que hablo Camilo Torres Restrepo.

El asunto es que todas estas luchas care-cen de una dirección y un programa que guíe la movilización hacia la transición postcapi-talista, una entrada liberadora al socialismo.

http://internacional.elpais.com/internacional/2012/09/26/album/1348675116_413060.html#1348675116_413060_1348675211

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Los “pies de barro” del Dragón Chino

Daniel Libreros Caicedo

Profesor del Departamento de DerechoUniversidad Nacional de Colombia

Globalización y cambios geográficos en la acumulación de capital

Las crisis recurrentes del capitalismo expresan la contradicción histórica entre la socialización de la producción y la apropia-

ción privada de la riqueza, aparecen como crisis de sobreproducción y se manifiestan en capitales excedentarios frente a la posibilidad de colo-carlos en la inversión productiva. Durante la globalización neoliberal los excedentes de capital que comenzaron a evidenciarse desde los finales de la década de los sesenta en los países metropolitanos, fueron desplaza-dos hacia el sistema financiero, convirtiéndolos en capital ficticio1. Ello

1 Marx, al analizar las particularidades del sistema de crédito de finales del siglo XIX, realizó esta caracterización a propósito del dinero que gira entre los bancos: “La mayor parte de este “capital-dinero” es puramente ficticio. Todos los depósitos con excep-ción del fondo de reserva, no son más que saldos en poder del banquero, pero no existen nunca en depósito. Cuando sirven para las operaciones de giros, funcionan como capital para el banquero, una vez que éste los presta. Los banqueros se pagan recíprocamente las mutuas asignaciones sobre los depósitos no existentes mediante operaciones de descargo en estos saldos…”. Actualmente, con el perfeccionamiento de las operaciones crédito y el surgimiento de los Inversionistas Institucionales las cantidades de capital ficticio alcanzan dimensiones gigantescas. De particular impor-tancia en este aumento en espiral del capital ficticio fue la “titularización” generaliza-da de activos financieros. Ver: Francois Chesnais, “El fin de un ciclo-Alcance y rumbo de la crisis Financiera”, en http://www.vientosur.info/documentos/Chesnais.pdf

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produjo con el tiempo cambios cualitativos en la acu-mulación de capital, pasando ésta a ser comandada por “la acumulación de capital de préstamo a interés que se valoriza exteriormente a la producción de va-lor y plusvalor, sin salir de la esfera de los mercados financieros”2.

La mundialización capitalista que posibilitó la in-ternacionalización desregulada de los flujos de capital y la inclusión de la ex Unión Soviética y los países del otrora COMECON en el mercado internacional, así como de China en la OMC, se hizo bajo la égida de lo financiero. Luego una de las características defini-torias de la globalización neoliberal es la de la separa-ción entre capital ficticio y economía real, separación que ha sido denominada como “financiarización”.

La globalización neoliberal produjo, al mismo tiempo, una transformación espacial de la inversión transnacional hacia el continente asiático en general y hacia China continental en particular, dadas las posibilidades de obtener una mayor masa de plusvalía que en otras regiones, convirtiéndose este país en el “taller industrial” más importante del mundo en las últimas décadas3.

Las consecuencias en la reestructuración del mundo del trabajo han sido considerables. Michel Husson, basándose en documentos del FMI que cal-culan la fuerza de trabajo en los sectores exportadores

2 Ibíd., p. 4. Igualmente produjo una reestructuración de cla-ses en favor de la hegemonía de la burguesía financiera transnacional.

3 Chesnais, para explicar por qué se produjo ese desplaza-miento de la inversión transnacional al continente asiático, recupera la fórmula de Marx de “masa de plusvalía”, enten-dida como “el precio proporcional del trabajo comparado con la plusvalía total o el valor producido”. Argumenta, en-tonces, que la masa de plusvalía aumentó en el continente asiático porque “el trabajo bajó, a medida que al efecto de la duración y la intensidad del trabajo se le sumó el del aumento de la productividad por la modernización del equi-pamiento, lo que fue estimulado y parcialmente asegurado por la presencia de grupos industriales extranjeros, pero también por inversiones autónomas…”. Ibíd., p. 5.

http://internacional.elpais.com/internacional/2012/09/26/album/1348675116_413060.html#1348675116_413060_1348675211

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de cada país, es decir, en los sectores que se encuentran directamente integrados en las cadenas de valor global, muestra cómo entre 1990 y 2010 la fuerza de trabajo globalizada se incrementó en 190% en los países “emergentes” (mayoritariamente Asia) frente al 46% en los países “avanzados”4 (véase Gráfica 1). Esta apropiación enorme de masa de plusvalía en el continente asiático ha sido determinante en el funcionamiento de la globalización neoliberal.

Gráfica 1. La Fuerza de trabajo mundializada 1990-2010 (Base 100 en 1990)

Las dificultades del capitalismo chinoChina ha sido determinante en la localización de los excedentes de la producción mun-

dial. La gestión de la crisis de 2008 ofreció resultados no tan sólo por la política coordinada internacionalmente de expansión monetaria, sino por la capacidad de este país asiático de importar maquinaria de los países metropolitanos y materias primas de los periféricos.

Sin embargo, la economía china también viene experimentando una crisis de sobrepro-ducción, que dadas las particularidades de la globalización toma la forma de excedentes de capital ficticio. Impulsada “desde arriba” por una burocracia estalinista que desde los inicios de la década del ochenta logró negociar con el capital transnacional inversiones importantes a cambio de una política de contención salarial, y en medio del atraso eco-nómico secular de un país periférico, terminó padeciendo, casi que como consecuencia inevitable, un exceso de oferta frente a demanda. Las inversiones en China representan el 45% del producto interno bruto y siguen aumentando a un ritmo del 25% anual; muchas de ellas provenientes del sector inmobiliario y los gobiernos locales, lo que ha terminado por producir una burbuja inmobiliaria. Como la tercera parte del crecimiento anual del PIB chino depende de las exportaciones, una de las fórmulas de salida coyuntural de esta

4 Michel Husson, “La Formación de una clase obrera mundial”, http://hussonet.free.fr/clasomexa.pdf, 2015. El estu-dio del FMI se titula: FMI, Jobs and growth: analytical and operational considerations for the Fund, marzo de 2013.

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crisis, defendida por algunos voceros del capital globalizado, sería la de aumentar las ex-portaciones devaluando la moneda5, lo que significaría un giro en contravía de la política comercial china y el abandono del papel que ha cumplido durante la fase de la globalización y produciría un aumento de los excedentes de bienes en un comercio mundial contraído como el actual, presionando déficits comerciales en muchos países.

La opción que ha escogido de momento el Partido Comunista Chino es la de fortalecer el mercado interno, procurando un crecimiento endógeno que reemplace la dependencia económica del comercio mundial. Sin embargo, esta estrategia adolece igualmente de lí-mites estructurales. China requiere transitar del crecimiento económico cuantitativo que produjo el incremento de la inversión durante las últimas décadas a un crecimiento cuali-tativo basado en el aumento de la productividad y en cambios institucionales que faciliten modificaciones en la organización social y en la gestión empresarial. Esta posibilidad se encuentra aún lejana6.

5 Roubini ha hecho eco de esta propuesta: “La burbuja inmobiliaria China ya ha estallado. China tiene que ganar tiempo en su transición de una economía liderada por la deuda a una capitaneada por la inversión, donde los consumidores y los mercados impulsen el crecimiento. La única manera de evitar una desacelera-ción importante en el crecimiento será dando de nuevo un impulso a las exportaciones, algo que sólo podría solventarse mediante la devaluación de su moneda, el yuan. El ajuste económico será difícil, pero reducir los precios de los productos chinos eliminaría los niveles masivos de exceso de capacidad que una tasa de inversión del 48% del PIB ha dejado en la economía, y le daría a China una oportunidad de reequilibrar su economía…” N. Roubini, “Los cinco riesgos que desatarán una crisis en el 2015 y más allá”, en http://www.eleconomista.es/economia/noticias/6252015/11/14/Roubini-Los-cinco-riesgos-que-desataran-una-crisis-en-2015-y-mas-alla.html#.Kku8mYA0W1a60KN, noviembre de 2014.

6 Esta tesis que tiene consenso político-académico se encuentra desarrollada por Agietta Michel e Yves

https://www.flickr.com/photos/siv-athens/19150414239/

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La actual crisis financiera ChinaLa destrucción masiva de capital ficticio que hemos presenciado

en los mercados de capitales más importantes de China durante las últimas semanas confirma la encrucijada de esa economía. En el perío-do comprendido entre el 14 de junio y el 9 de julio del año en curso, las pérdidas acumuladas en cotizaciones bursátiles sumaron US$3,6 billones, una cifra considerablemente superior al PIB francés que llega a US$2,81 billones7. Los indicadores bursátiles relevantes cayeron de manera alarmante. El indicador Shangai, que hace el seguimiento a la evolución de los precios diarios de las acciones que se cotizan en la Bol-sa de Valores de Shanghai; el indicador Hang Seng que monitorea el comportamiento de las empresas más importantes localizadas en Hong Kong, y el que hace seguimiento a las inversiones tecnológicas chinas (Shenzhen Composite) descendieron verticalmente (véase Gráfica 2), lo que obligó a las autoridades chinas a suspender la negociación de acciones de más de 1.400 empresas.

Landry en La Chine, vers la superpuissance, Ed. Economica-Groupama, 2007.

7 Datos tomados conforme al indicador Bloomberg’s China Market Capindex y pu-blicados en el artículo titulado “China Stock Market Selloff explain in six charts”, en http://www.bloomberg.com/news/articles/2015-07-10/china-s-stock-market-selloff-explained-in-six-charts

La economía china también viene experimentando una crisis de sobreproducción, que dadas las particularidades de la globalización toma la forma de excedentes de capi-tal ficticio. Impulsada “desde arriba” por una burocracia

estalinista que desde los inicios de la década del ochenta logró negociar con el capital transnacional inversiones

importantes a cambio de una política de contención sala-rial, y en medio del atraso económico secular de un país

periférico, terminó padeciendo, casi que como consecuen-cia inevitable, un exceso de oferta frente a demanda.

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Capitalismo en Crisis

Gráfica 2. Tres Sombras del Mal

Fuente: Bloombergsbrief.com

Lo más preocupante de esta caída para el gobierno chino ha sido el fracaso de la política de expansión monetaria, porque esta baja dramática en los mercados de capitales obedeció a que los créditos bajos que tomaron los inversionistas lejos de impulsar la inversión em-presarial quedaron circulando en la esfera de la especulación, buscando activos financieros con rentabilidades más altas. La deuda de estos inversionistas aumentó más de cinco veces en menos un año produciendo una hinchazón artificial de activos financieros que luego cayeron al abismo de la depreciación (véase Gráfica 3).

Gráfica 3. Inversionistas humillados por su exceso de confianza

Fuente: China Securities Finance Corporation, bloombergsbrief.com

Margen de la deuda comercial de China, miles de millones de dólares, izquierda

Indicador ShangaiIndicador ShenzhenHang Seng

Diciembre Febrero Abril Junio

Indicador de Shangai, Índice de equilibrio, derecha

Comportamiento del precio de las acciones en la Bolsa de Valores, normalizado a 31 de diciembre 2014

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Los voceros del gran capital, los gobernantes y los analistas neolibe-rales han salido a “tranquilizar los espíritus”, alegando que las posibili-dades de contagio de este derrumbe financiero son mínimas dado que el monto de la inversión extranjera en el mercado bursátil chino tan sólo llega al 1,5% y que el Banco Central tiene las suficientes reservas para impedir un colapso. Desconoce este argumento el peso de China en el capitalismo contemporáneo, desconoce que ya ha llegado a convertirse en la segunda economía del planeta y que de llegar a sincronizarse una recesión en ese país con las crisis económicas en las que continúan Esta-dos Unidos y Europa llegaríamos a un escenario de mayores dificultades a lo que ocurrió en 2008.

Estos mismos representantes del gran capital en Europa humillan al gobierno de Tsipras por haber convocado un referéndum en contra de sus planes de austeridad, expresando abiertamente todo su odio de clase. Desconocen igualmente que ‒más allá del ánimo conciliador de Tsipras‒ la población griega ‒al rechazar en el referéndum los dictados autoritarios de la “troika”‒ ha convertido el enfrentamiento a los planes de ajuste en un debate político y de masas que desde ya le muestra a los pueblos del mundo cuál es el camino de la solución “desde abajo” a la crisis de la globalización neoliberal.

La destrucción masiva de capital ficticio que hemos presenciado en los mercados de capitales más importantes

de China durante las últimas semanas confirma la encrucijada de esa economía. En el período comprendido

entre el 14 de junio y el 9 de julio del año en curso, las pérdidas acumuladas en cotizaciones bursátiles sumaron US$3,6 billones, una cifra considerablemente superior al PIB francés que llega a US$2,81 billones. Los indicadores

bursátiles relevantes cayeron de manera alarmante.

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Capitalismo en Crisis

https://www.flickr.com/photos/asterios/6261939176/

https://en.wikipedia.org/wiki/Anti-austerity_movement_in_Greece

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Por una nueva experiencia del gobierno económico:Un llamamiento a Podemos

Antonio Negri

Filósofo, militante y escritor italianoAutor, junto a Michael Hardt, de la trilogía formada porImperio, Multitud y Commonwealth

Raúl Sánchez Cedillo

Activista y traductorParticipa en fundaciondeloscomunes.net

En la prensa internacional que se ocupa de la cuestión de Syriza se expresa a menudo una cierta molestia: los griegos se habrían

presentado a las negociaciones de Bruselas con actitudes desenfadadas, poco acordes con la etiqueta diplomática. ¡Qué sensación más extraña provoca este juicio si comparamos la franqueza del comportamiento de Varoufakis con la grisura de Schäuble! Parece una escena del Avaro de Molière: ¡un presunto derrochador de fortunas al lado de un burgués que defiende con los cinco sentidos el dinero acumulado! Al margen de la escena, leamos la pièce desde otra perspectiva: tenemos así a Varoufakis, libre representante de una multitud de trabajadores que exige, para estos, la posibilidad de producir valor y de crear riqueza; frente a él, Schäuble como vicioso guardián de las finanzas de los ricos; Varoufakis como

* Tomado de http://blogs.publico.es, 16 marzo de 2015.

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imagen del trabajo, Schäuble como agente de la ex-tracción del valor de ese esfuerzo y esa imaginación.

Durante un largo periodo en Europa, la varia-ble salarial fue el aguijón del desarrollo capitalista. El Estado, los Estados, pagaban este estímulo del desarrollo: por tal motivo nació el llamado Welfare State y por primera vez en la historia se presentó una cierto bienestar para las clases trabajadoras. Estas ha-bían salido de su minoría de edad, se presentaron en la escena política y tradujeron la cuestión del salario y del Welfare en el efecto de una relación de fuerzas que les era favorable. Razón por la cual los Estados se endeudaron a cambio de paz social. Ahora, en la crisis, la casta patronal y política europea pide, exige e impone a los trabajadores el resarcimiento de ese gasto, y lo llama deuda. Y así el dominio se representa bajo la figura de la deuda. En la crisis se repiten los orígenes del capitalismo. El origen remite a la acumu-lación desenfrenada y al monopolio de la distribución social de la riqueza y de la moneda. Nacen de esta suerte la sociedad y el poder de la burguesía, cons-titucionalizando sus intereses y basando su propia identidad en la explotación de todo el trabajo social. Así, pues, el problema no es la deuda, sino cómo se ha formado; no su cantidad, sino su cualidad, el modo en que determina la vida de todos.

Con la modificación de las relaciones de fuerza, la deuda se ha convertido en una condena, no para quienes la contrajeron (los patronos, al objeto de mantener la paz social), sino para los trabajadores, que de buena gana habrían prescindido de esa paz porque renovaba su subordinación. Y lo que hay que romper es esa relación de subordinación. Podemos –así nos parece– tiene la posibilidad de empezar a terminar con este escándalo en España y en Europa. ¿Por qué? Porque España es la cuarta economía de Europa, porque su consistencia demográfica y econó-mica la pone al abrigo de chantajes y de maniobras de exclusión, porque una iniciativa democrática que parta de España –de revisión de la deuda pública,

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de compensación y de nuevo impulso del crecimiento en forma de créditos y de ayu-das estructurales– no podrá ser tratada con arrogancia por la emperifollada diplomacia de Bruselas, sino que, por el contrario, po-drá sumarse al interés y al despertar político y constituyente de las otras fuerzas demo-cráticas en Europa.

Ahora bien, una política económica de renovación solo puede partir de la eli-minación de la injusticia fiscal. Exige por ende la imposición de criterios fuertemente progresivos en materia de impuestos, un control lúcido de las actividades bancarias, una tasa sobre las transacciones financieras, y todo ello vinculado a una política de des-trucción de los paraísos fiscales y de la renta financiera. La nuestra es una firme llamada al intervencionismo fiscal. No se nos escapa hasta qué punto el intervencionismo puede resultar contraproducente y devolvernos a las peores versiones del jacobinismo, cuan-do al sacrosanto sentido de la justicia se

unen otras tantas dosis de sectarismo plebe-yo: pero en lo que atañe a la cuestión fiscal, es necesario. Más allá de sus excesos, se trata en este caso de una representación del sentimiento de igualdad que la democracia produce y de un aspecto fundamental de una voluntad constituyente renovada. En este terreno es perfectamente legítimo recu-rrir a aquella vigorosa persuasión moral –el alma del pensamiento democrático, según Jefferson– ejercida con frecuencia y eficacia por los movimientos multitudinarios. El replanteamiento, junto a esta experiencia de justicia, junto a este sentido de la igualdad, de una nueva experiencia constituyente para la Unión europea representa el verdadero tema de la crítica de la economía política de nuestro siglo. ¿Quiénes pagan impues-tos, en qué cantidades y para qué fines? Se trata de una cuestión cuya reintroducción es tachada de vulgar por la casta, pero que resulta fundamental en todas las experien-cias constituyentes de la modernidad. Y si

La deuda se ha convertido en una condena, no para quienes la contrajeron (los patronos, al objeto de

mantener la paz social), sino para los trabajadores, que de buena gana habrían prescindido de esa paz

porque renovaba su subordinación. Y lo que hay que romper es esa relación de subordinación. Podemos –así nos parece– tiene la posibilidad de empezar a

terminar con este escándalo en España y en Europa.

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Luchas populares

hoy estamos más allá, si estamos ya en la postmodernidad, ello significa que no basta con hacer un discurso sobre la distribución social de las ganancias, sino que es necesario más bien desarrollar un discurso económico que, partiendo de la reproducción de la vida y de la riqueza, acceda a los temas de la producción social. La batalla democrática tiene que plantearse y ganarse en el terreno de la producción.

Así, pues, ¿keynesianismo, postkeynesianismo? Una vez que hemos reconocido la na-turaleza reaccionaria del ordoliberalismo y por ende de la constitución misma del BCE bajo el poder de mando del Bundesbank, ¿qué marco económico y empresarial se ha de estimular? ¿Y quién debe ser el actor fundamental de este renacimiento económico y al mismo tiempo democrático? El problema es difícil, y lo es porque es nuevo. Vieja es, por el contrario, la historia sagrada de la laboriosidad y la austeridad del experimento de la RFA. Viejo es el credo ordoliberal de la «economía social de mercado» con Erhard su profeta y la Reforma monetaria de 1948 como el primero de sus milagros. Una vez que terminó su función anticomunista, promovida y organizada por los ocupantes angloestadounidenses, el evangelio ordoliberal se convierte hoy paradójicamente en el instrumento de destrucción de las defensas erigidas contra un neobismarkianismo alemán que, de nuevo, se eleva como amenaza contra la paz y la democracia en el continente.

Cuando decimos que estamos en la postmodernidad nos planteamos, para empezar, el tema del sujeto económico central, capaz de interpretar y guiar la reforma que el acto de producir (en la forma de una producción que es social) exige. Ahora bien, cuando nos planteamos esto en la España de hoy no podemos dejar de remitirnos al pueblo del 15-M. Precariado, fuerza de trabajo cognitiva, trabajadores/as de la industria y de los servicios, enseñantes y estudiantes, trabajadores/as de los cuidados y de la salud, parados que trabajan

http://internacional.elpais.com/internacional/2012/09/26/album/1348675116_413060.html#1348675116_413060_1348675211

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esporádicamente y en negro, mujeres y hombres: se trata de un pueblo explotado por el capital global, una multitud social de la que se extrae plusvalor. El capital financiero extrae valor de la sociedad en su totalidad, en todos sus tiempos y espacios. Frente a esto, el sujeto que actúa dentro de estas condiciones debe acceder al conocimiento de la violencia y de las dimensiones del dominio capitalista, así como de la forma en que este se ejerce, si quiere desprenderse de la austeridad y eventualmente de la miseria, y si quiere sustraerse a los mecanismos de la explotación. Lo que combatimos (y desde luego aquí no se trata de plantear cuestiones ideológicas) no es solo el egoísmo y la avidez de dinero y poder, ni tampoco el indi-vidualismo moral que traen consigo: si no llevamos este discurso de radicalidad democrática dentro de la producción económica y dentro de la vida de todos los días, nos arriesgamos a que nuestra acción resulte completamente insuficiente. Entonces, nuestra tarea consiste en movernos para construir, en el común, formas de redistribución de la riqueza y en desarrollar una labor de liberación del trabajo social productivo.

El welfare o las políticas de bienestar son el primer terreno de esta batalla. Un elemento fundamental de un nuevo welfare  es una renta básica garantizada y digna para vivir nuestra propia vida, para ejercer nues-tra propia ciudadanía iguales y libres, al abrigo de los chantajes y los privilegios, de las corporaciones y de la corrupción de las mafias de toda especie. La renta básica se ha de plantear entonces como uno de los elementos principales de todo programa económico. A partir de una renta básica garantizada y digna para todos pueden desarrollarse políticas de gestión y de empresariado cooperativo y abrirse nuevos «servicios humanos para el ser humano»: hospitales, escuelas, viviendas, transformación ecológica de la producción, de los transportes y de las ciudades, producciones basadas en el software y el hardware libres (lo que los compañeros ecuatorianos y españoles han llamado la  FLOK society). Algo fundamentalmente distinto

Una política econó-mica de renovación

solo puede partir de la eliminación

de la injusticia fiscal. Exige por

ende la imposición de criterios fuerte-mente progresivos

en materia de impuestos, un

control lúcido de las actividades

bancarias, una tasa sobre las transac-

ciones financieras, y todo ello vincu-

lado a una política de destrucción de

los paraísos fiscales y de la renta finan-ciera. La nuestra es una firme llamada

al intervencio-nismo fiscal.

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del neoextractivismo en su versión española, hecho de devastación ecológica y social de los territorios sometidos a economías de explotación y precariedad desenfrenadas. Sí, pero tam-bién –solo por subrayar momentos de una excepcional importancia– medidas inmediatas que saquen de la miseria a los pobres y una gran política que lleve a las mujeres a sentirse finalmente ciudadanas inter pares, que ayude a las mujeres a emanciparse no solo dentro del patriarcado y de la familia, sino que al mismo tiempo la respalden en las peripecias de su liberación; que den a las y los ciudadanos migrantes la plena ciudadanía del trabajo que les corresponde in primis, porque a nadie se le escapa que ellas y ellas han sido también, en los últimos veinte años, la base humana del crecimiento del sector inmobiliario y de los servicios a las personas y sobre todo del mantenimiento del sistema público de pensiones.

Se trata con esto de formas de acciones productivas que se inscriben en la construcción del común. Necesitamos «cámaras metropolitanas del trabajo» que preparen instrumentos de lucha y figuras de organización del vivir común. Y esto no solo se aplica al salario social (renta básica), sino también al salario de las y los trabajadores: la iniciativa sindical tiene que medirse con el campo social, se hace necesario adoptar y ampliar las formas de lucha ya experimentadas en las mareas y sobre todo por la PAH. Se trata de un gran objetivo: la unificación, en un proyecto fuerte y participativo, de la iniciativa mutualista y cooperativa con la sindical –para la construcción del común. Y a este respecto no se puede olvidar que la PAH es algo más que un modelo de referencia, es una máquina de guerra que está devolviendo vida y esperanza a miles de personas.

http://blogs.ft.com/the-world/files/2015/04/MAS_pworld_Greek-Demonstrato_20150206125713.jpg

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Podemos y sus economistas hablan de una acción inspirada en el keynesianismo para volver a poner en marcha la máquina productiva del país. No le falta utilidad a esta reivindicación keynesiana para atacar directamente las medidas ordoliberales de control social y económico. Pero reinventar hoy el keynesianismo político no es una tarea fácil después de su derrota política, después de Thatcher, después de Blair y Schröder. Sin embargo, puede empezar a ser un terreno favorable para la recuperación de iniciativas empresariales y la introducción de polí-ticas redistributivas eficaces si se propone un nuevo ámbito de programas sociales y de decisión política que incidan directamente en la relación entre capital financiero y sujeto productivo social. El pueblo del 15-M del que hemos hablado puede asumir aquí un papel protagonista. Pero surge la objeción: se trata de una multitud no organizada, es una acumulación de fuerzas distintas. Y lo es, pero puede tornarse en algo muy diferente. Adentrándonos en esta divisoria, se hace necesario un discurso y una práctica de (nueva) lucha de clases. Tras el 15-M, puede acometerse el tránsito de la defensa y conservación del Welfare a la construcción europea de un poderoso Commonfare.

Cuando llegó al gobierno en 1933 y quiso cons-truir un New Deal que reconquistara a la clase obrera para el desarrollo industrial, Roosevelt se propuso por encima de todo construir un sindicato nuevo, un sin-dicato del obrero masa (varón y predominantemente blanco). Y así lo hizo, al objeto de que funcionara su reforma política: es decir, impulsó la sindicalización de las nuevas figuras obreras, taylorizadas en la gran empresa fordista –y así nació el Congress of Industrial Organizations, antagonista de los capitalistas en el terreno del trabajo; y a su hegemonía se subordinaron los viejos sindicatos del obrero profesional: corpora-ciones a menudo corruptas e incapaces de construir una universalidad para toda la clase explotada.

Hoy se trata de construir una

coalición de las y los trabajadores de

las redes sociales y digitales que

corresponda a la nueva composición

de las clases trabajadoras;

de unificar mutualismo, instituciones

cooperativas y, sobre todo, de

construir una fuerte sindicalización de lo

social. Lo decisivo es construir un

sujeto que aúne interés económico y civil, integrando las diferencias de la multitud; que construya de tal

suerte una acción política coherente

y continua, una agitación que

abra desde abajo la reforma

constituyente.

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Luchas populares

Hoy se trata, en las nuevas condiciones, de actuar de la misma manera: de construir una coalición de las y los trabajadores de las redes sociales y digitales que corresponda a la nueva composición de las clases trabajadoras; de unificar mutualismo, instituciones cooperativas y, sobre todo, de construir una fuerte sindicalización de lo social. La renta básica contra la exclusión es fundamental, pero no es suficiente para determinar el éxito de este proyecto. La revisión de la deuda pública, el impuesto sobre las grandes fortunas y sobre las transacciones financieras son elementos igualmente esenciales. Lo decisivo es construir un su-jeto que aúne interés económico y civil, integrando las diferencias de la multitud; que construya de tal suerte una acción política coherente y continua, una agita-ción que abra desde abajo la reforma constituyente.

En la búsqueda de estas nuevas figuras de la de-mocracia económica –y plasmándolas eventualmente mediante el gobierno del país– podrá ponerse en marcha el empresariado social de la  multitud. De-bemos arrebatar a las castas políticas y financieras el injustificado monopolio ideológico e institucional so-bre la capacidad de hacer empresas. Cuando se actúa con sensatez, la crítica económica y los programas de reforma nacen de la relación entre gobierno y multi-tudes. Estas no preexisten a la acción política desde abajo. Pero cuando las iniciativas populares se hacen gobierno, hasta la teoría económica puede acometer su renovación. Necesitamos una nueva ciencia del gobierno económico de la sociedad postmoderna. Muchos esperan de Podemos la introducción a este saber, que no solo consiste en la excelencia de la tác-tica de gobierno, sino también en la estrategia de las multitudes y en la propuesta de una democracia.

http://internacional.elpais.com/internacional/2013/06/13/al-bum/1371120230_900642.html#1371120230_900642_1371120849

http://internacional.elpais.com/internacional/2012/09/26/al-bum/1348675116_413060.html#1348675116_413060_1348675211

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Austeridad, tiranía y servidumbreSintagma del capital

Jorge Gantiva Silva

Profesor Titular Universidad del Tolima

El magma de la crisis

Los ojos del mundo han estado puestos sobre Grecia, en este mes de julio, en un verano triste, de incendios clamorosos de

la naturaleza e indignación del pueblo y de la ciudadanía europea. El país que porta orgulloso su fuerza creadora de ser la cuna de la demo-cracia, territorio de extremos, vive un momento de conmoción marcado por la gloria, la resistencia y la capitulación. La tiranía de la troika, bajo el mando alemán y la jauría de 18 países de la Eurozona, soberbios, indolentes y rufianes, han humillado al gobierno de Alexis Tsipras y pretenden someter un pueblo digno, asediado, reducido al chantaje y al terror. En estas semanas Atenas ha conmovido al mundo y a Europa,

¡La revolución ha muerto! ¡Larga vida a la Revolución!

Karl Marx

Tan oscuro es el fondo de este fosoque sólo puede verlo el que ha llegado

donde el arco se eleva más airoso.Dante Alighieri, El Infierno

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en particular. El triunfo del NO en el referéndum griego, en ese glorioso 5 de julio, desató la furia del gran capital. El castigo fue el contragolpe del 13 de julio, día de luto como lo expresó Jacques Sapir. Toda la troika (Banco Central Europeo, Fondo Monetario Internacional, Unión Europea) lanzó el ataque más depredador contra un país débil, aislado y desespe-rado. La aceptación del “plan de rescate” por parte del Gobierno de Alexis Tsipras, humillado y con la pistola en la nuca, como lo dijo el ya famoso y sobe-ranista exministro de Economía, Yanis Varoufakis, representó un golpe al movimiento ciudadano y po-pular que había refrendado con el No una posición de independencia y dignidad. Grecia había desper-tado simpatía y respaldo de las fuerzas alternativas, sociales y políticas de trabajadores y ciudadanos del mundo que luchan contra el capital y el neoliberalis-mo; no obstante, tras la capitulación del 13 de julio se ha producido un efecto de indignación y rechazo. En “situación de abismo” el Gobierno de Tsipras optó por andar en “el filo de la navaja” con la soga al cuello al aceptar las imposiciones de los rufianes de Bruselas y Berlín. La capitulación, el paquetazo neoliberal y la división de Syriza conforman un haz de particulari-dades en el nuevo ciclo del magma de la crisis griega.

El miedo como política del capitalEl miedo ha sido un arma de terror en manos del

capital para amedrentar y someter a los pueblos. Du-rante todo este tiempo la troika recurrió a humillan-tes e infames procedimientos de engaño y chantaje. El parlamento europeo, los ideólogos de la derecha y los gobiernos neoliberales recurrieron a la campaña de desprestigio y hostigamiento contra los bienes públicos, el bienestar, la estabilidad, las conquistas democráticas y la renegociación de la deuda. Merkel, Hollande y Obama actuaron como los nuevos jefes del nuevo IV Reich de la tiranía capitalista. Así mis-mo, intelectuales y políticos del mundo que se unie-ron al coro de la troika, como Mario Vargas Llosa,

https://www.flickr.com/photos/aestheticsofcrisis/8454929133/

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Moisés Naím, El País de Madrid y los plumígrafos de El Tiempo, al unísono condenaron a Tsipras tras el triunfo arrollador del NO el 5 de julio. Procedieron a descalificarlo como “comunista”, “populista” e “irres-ponsable”, tendieron un manto de funestos augurios, propagaron el advenimiento de los nacionalismos y pronosticaron la catástrofe. En particular, desacre-ditaron a los gobiernos de izquierda radical, y con el mote de “populismo” bloquearon las iniciativas y propuestas del Gobierno griego, ocultando delibera-damente la destrucción sistemática de la democracia europea y de la economía griega bajo los gobiernos neoliberales en las dos últimas dos décadas.

La campaña de miedo y de asedio fue de tal magnitud que algunos la han considerado un verda-dero “golpe de Estado”. Syriza y el Gobierno fueron señalados de “bolcheviques”, de promover la salida de la Eurozona, de retornar al dracma. Así mismo, alentaron la idea del “greexit” como forma de chanta-je, es decir, sacarla de Europa para arrojarla al Hades de la postración y someterla al diktat de la troika. Vistas las cosas en perspectiva el Gobierno de Tsipras no pasó la línea de un keynesianismo ponderado, que los famosos economistas Stiglitz, Krugmann, Piketty, Sachs, entre otros, avalaron para contener la arremetida contra Grecia. De este modo, corrió el fantasma de la catástrofe griega como responsabili-dad de la izquierda radical y del populismo estatalis-ta. Vista desde otro ángulo, la situación de Grecia se comparaba con la de Alemania después de la I Guerra Mundial, cuando los “vencedores” impusieron en el Tratado de Versalles las humillantes y drásticas me-didas que posteriormente alimentaron como efecto boomerang el ascenso del nazismo. El terror infame contra el pueblo griego, expresa la forma tiránica como el capital opera en el sistema-mundo del capi-tal. Revela el dominio de la plutocracia europea y el absoluto desprecio por la democracia, el trabajo y el bienestar de los pueblos.

La crisis de Grecia constituye el quid

de la cuestión europea y concita la atención de los

proyectos históricos de la izquierda. Las fisuras ante la capitulación de Atenas han

desatado diversas controversias sobre

el modelo de la Unión Europea,

los planes de austeridad, la

legitimidad de la democracia

europea, los límites de las izquierdas reformistas y las

precariedades de la solidaridad

internacional.

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De las “negociaciones” a la tiranía de la troika

Previo a la capitulación del 13 de julio, el Gobier-no griego había propuesto un superávit primario de un 0,6% en 2015, un 1,5% en 2016, 2,5% en 2017 y un 3,5% para los 5 años siguientes. Para lograrlo proponía adoptar tres tipos de impuestos al valor agregado (IVA): 6,5%, 11% y 23%. Propuso aumen-tos de impuestos a los más ricos, un gravamen espe-cial sobre los beneficios de las grandes empresas, un impuesto sobre los anuncios de televisión, pago de las licencias de las televisiones, tasas a los bienes de lujo. También, presentó un plan de privatizaciones por valor de 3,2 mil millones de euros para 2015-16, 2,1 mil millones para 2017-19 y 10,8 mil millones para el periodo posterior a 2020. El Gobierno planteó dos medidas para reestructurar la deuda en 2015-16: a) en 2015 no habrá pago de los bonos del Banco Cen-tral Europeo que financió a través del Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE) y b) en 2015-16 los préstamos del Fondo Monetario Internacional (FMI) se pagarán, una vez más, con fondos aportados por el MEDE. Según esta perspectiva Grecia volvería a los mercados en marzo de 2016. En el fondo, el gobierno de Tsipras se había acogida ya a un plan de austeri-dad y de hecho, abandonaba el histórico Programa de Salónica y la propuesta electoral de Syriza, uno de cuyos ejes es el no pago de la ilegal e ilegítima deuda.

La troika necesitaba derrotar políticamente a Gre-cia y, luego, establecer los parámetros del paquete. Planteó un superávit primario del 1% para 2015, 2% para 2016, 3% para 2017, 3,5% para 2018 y 3,5 % para los años siguientes, es decir, un régimen de auste-ridad para un largo período histórico. Acerca del IVA el aporte de las arcas públicas era por valor de unos 2.000 millones de euros, aproximadamente, con dos tarifas, 23% y 11%, esta última para los productos alimenticios, medicamentos y alojamiento en hoteles. La troika pedía medidas fiscales draconianas, como la supresión de la exención de impuestos, incluyendo

https://en.wikipedia.org/wiki/Greek_withdrawal_from_the_eurozone

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el subsidio al combustible para los agricultores. Tam-bién exigía la valoración objetiva de la propiedad para que produzca los mismos ingresos tanto en 2015 como en 2016, es decir, 2.650 millones de euros al año. Aparte de esto, la troika exige la reforma del sistema de pensiones, con un recorte en el gasto del 0,25%-0,5% del PNB en 2015 y un 1% en 2016, que incluye la eliminación de la concesión de pensiones sociales de solidaridad y la jubilación a los 67.

En la Cumbre del Euro ‒Bruselas, 12 de julio de 2015– se confeccionó el “jaque mate” a Grecia. Se establecieron los parámetros de racionalización del sistema del IVA y la ampliación de la base tributa-ria para aumentar su captación; la sostenibilidad a largo plazo del sistema de pensiones; la aprobación de la ley de enjuiciamiento civil para acelerar los procesos judiciales y reducir los costes de ejecuciones presupuestarias, desahucios, liquidación de casas y negocios que no están en condiciones de hacer frente a sus hipotecas/préstamos; la adopción de reformas del mercado de bienes y servicios, según el formato de la OCDE; la privatización de redes de trasmisión eléctrica; la reforma laboral que limita la negociación colectiva y los derechos de los trabajadores; el forta-lecimiento del sector financiero, y la modernización tecnocrática de la administración. Ni siquiera se acordó la reestructuración de la deuda. Se trataba de un acuerdo para mantener a Grecia sometida ad infinitum.

Tsipras II: ¿gobierno neoliberal de “izquierda”?

El primer ministro, Alexis Tsipras ha iniciado un nuevo ciclo de la política griega marcado por el pa-quete de austeridad impuesto por la troika. Queda en el pasado el discurso de convocatoria al referéndum que llamaba a la dignidad y soberanía del pueblo griego “Ante el chantaje del ultimátum, que nos exi-ge aceptar una severa y denigrante austeridad sin fin y sin ninguna expectativa de recuperación social y

La situación de Grecia se

compara con la de Alemania después

de la I Guerra Mundial, cuando los “vencedores” impusieron en el

Tratado de Versalles las humillantes y

drásticas medidas que posteriormente

alimentaron como efecto boomerang

el ascenso del nazismo. El terror infame contra el

pueblo griego, expresa la forma tiránica como el capital opera en

el sistema-mundo del capital. Revela

el dominio de la plutocracia europea

y el absoluto desprecio por

la democracia, el trabajo y el bienestar de los pueblos.

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económica”, palabras que todavía resuenan en la memoria de la opinión pública mundial, que se ve hoy alterada ante el giro de capitulación de Tsipras, quien decidió gobernar con la derecha, separar la izquierda ra-dical, conformar un nuevo gabinete y obedecer las órdenes del mando alemán. El acuerdo representa una subyugación neocolonial: el eje es el crecimiento fiscal, la imposición de nuevos recortes en el gasto, sin plan de inversiones que compense sus efectos. Obliga al gobierno a emprender “ambiciosas reformas en el ámbito de las pensiones y a definir políticas que compensen plenamente la incidencia presupuestaria del fallo del Tribunal Constitucional relativo a la reforma de las pensiones de 2012 y a aplicar la cláusula del déficit cero o medidas alternativas mutuamente aceptables de aquí a octubre de 2015”, lo cual quiere decir subordinación al superestado de la troika, anulación de facto de la Constitución del Estado soberano.

Sobre la deuda, el Fondo Monetario Internacional había propuesto una reestructuración que anulara parte, bien fuera por razones geopo-líticas o porque advierte el venidero default de la economía griega. No obstante, Alemania se ha negado rotundamente. Es un hecho irrefutable que Grecia estará bajo tutela en condiciones de una colonia privada, cuya democracia, Constitución y soberanía serán figurativas. Las priva-tizaciones se utilizarán para reembolsar la recapitalización de los bancos y el solo 50% podrán orientarse a la inversión. Esto es lo que Sapir llama un crimen que se extenderá a los todos los pueblos de la Eurozona. En

http://internacional.elpais.com/internacional/2013/06/01/album/1370103580_986025.html#1370103580_986025_1370125395

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el mismo sentido, Eric Toussaint, Presidente del Comité para la Verdad sobre la Deuda Pública, señala que “las consecuencias nefastas son in-eludibles: en algunos meses o a comienzos del año próximo como muy tarde, los acreedores atacarán de nuevo a las autoridades griegas por el no cumplimiento de sus compromisos en términos de excedente pre-supuestario primario y avanzarán nuevas exigencias. No habrá ningún respiro para el pueblo y para el gobierno griegos. Los acreedores amena-zarán con no desembolsar las sumas previstas si no se adoptan nuevas medidas de austeridad. Las autoridades griegas se verán cogidas en el engranaje de las concesiones” (Eric Toussiant, Una posible alternativa al plan negociado entre Alexis Tsipras y los acreedores).

La crisis de Grecia constituye el quid de la cuestión europea y concita la atención de los proyectos históricos de la izquierda. Las fisuras ante la capitulación de Atenas han desatado diversas controversias sobre el modelo de la Unión Europea, los planes de austeridad, la legitimidad de la democracia europea, los límites de las izquierdas reformistas y las precariedades de la solidaridad internacional. Se abre de igual manera un debate acerca de los límites y alcances de las luchas alternativas en el marco de las lógicas del Estado-nación y de la soberanía nacional. En España, Italia, Portugal, entre otros, se interrogan acerca de los desafíos electorales venideros en condiciones de la victoria del plan de austeridad en Grecia. Además de las limitaciones de la Eurozona, los Estados Unidos operan como los “guardianes” del orden geopolítico para impedir cualquier movimiento hacia el eje Moscú-Beijing. De otra parte, las centro-izquierdas europeas, comprometidas con el capital y mancomunadas con las fuerzas de la derecha, envalentonaron a la troi-ka que amplió su “bloque de poder” en este proceso de estrangulación de la economía griega y sometimiento al orden imperial. Como en la memorable batalla de las Termopilas, el poderoso ejército de Jerjes fue contenido, y un tal Efialtes de Tesalia traiciona la posición estratégica en el estrecho de las Puertas Calientes. Leónidas se bate heroicamente. Y tras su derrota, se abre la gloria griega en la batalla de Salamina y hace exclamar a Esquilo: ¡Adelante, hijos de los griegos, libertad a la patria! ¡Ahora es el combate por todo eso!”. Marx tras la derrota de la revolución no se cansaba de proclamar: ¡Larga vida a la Revolución!

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http://www.info7.mx/a/galeria/8901

http://www.politico.eu/article/the-view-from-the-divided-athens-suburbs/

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Grecia: Del No a la humillación

Raúl Zibechi

Periodista uruguayo, escribe en Brecha y La Jornada Integrante del Consejo de ALAI 

Luego de ganar un referéndum de forma abrumadora, el primer ministro Alexis Tsipras firmó un acuerdo humillante. Treinta

y ocho de sus diputados no lo votaron, entre ellos el ex ministro de Finanzas YanisVaroufakis, así como la presidenta del parlamento. Varios altos cargos renunciaron. Tsipras dice que no cree en el acuerdo que firmó, en el que tampoco creen Francia ni el FMI porque no va a sacar a Grecia de la crisis y va a profundizar la pobreza.

Las preguntas se apilan. El corresponsal de Publico.es en Atenas, Alberto Sicilia, asegura (martes 14) que “Tsipras jugó fuerte en la nego-ciación”, pero que el ministro de Finanzas alemán, Wolfgang Schäuble, “vio el órdago y les abrió a los griegos la puerta para irse del euro”. Ante el jaque alemán, “Tsipras no llevaba cartas”, porque, según dijo, “una Grexit (salida del euro) no planificada habría sido terrible para las clases medias y bajas. Y no teníamos plan B porque siempre hemos querido el euro”. Es posible que sea la explicación más aproximada de los motivos que llevaron al Gobierno griego a firmar un acuerdo que el semanario alemán Der Spiegel (domingo 12), difícilmente calificable de izquier-dista, definió como “un catálogo de atrocidades” que Tsipras “se vio obligado a firmar con una pistola en la sien”. Lo mismo sostuvo incluso la biblia de las finanzas, el Financial Times, uno de cuyos editorialistas habló de “acuerdo versallesco” para graficar el grado de sumisión al que fue sometida Grecia, similar al armisticio firmado por Alemania al fin de la Primera Guerra Mundial.

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  Si fuera así, hay dos preguntas que necesitan ser respondidas. ¿No previó Tsipras que firmar significaba la división de su partido y la pérdida de legitimidad de su gobierno? ¿Cómo es posible que el Ejecutivo, luego de cinco meses de negociaciones en las cuales quedó clara la intransigencia alemana, no tuviera un plan B al de la troika?

Culpar a Alemania de lo sucedido, algo que toda la izquierda y parte del resto del espectro político está vociferando, aunque libera de frustraciones tiene es-casa utilidad y, sobre todo, permite esconder durante un tiempo las propias inconsistencias. Porque de eso se trató en esta historia: de una fuerza política que llegó a dirimir instancias de gran trascendencia (geo)política sin la suficiente capacidad. O se pecó de inge-nuidad o se fue completamente irresponsable. Quizá una combinación de ambas.

Lo firmadoEl domingo 12 el Gobierno griego aceptó un do-

cumento de siete páginas que contiene tres partes. La primera son medidas para “restaurar la confianza” del Eurogrupo (ministros de Finanzas de la UE) en Gre-cia, que se tenían que aprobar el miércoles 15. Inclu-yen el aumento del IVA, garantizar la sostenibilidad a largo plazo del sistema de las pensiones mediante una reducción drástica de su monto, independencia de la oficina de estadística y controles a la evasión tributaria.

La segunda parte contiene propuestas que se de-ben implementar antes del 22 de julio. Se trata de reformar el Código Civil y adoptar las normas de la Unión Europea para rescatar bancos. Además, Gre-cia se compromete a establecer un calendario para el recorte de las pensiones con cláusula de déficit cero, la reforma del mercado interior para que sea “más competitivo” (liberalizando sectores como medica-mentos, lácteos y panaderías, aperturas de tiendas en domingos, entre otros), privatizaciones (energía, puer-tos, aeropuertos, empresa de telecomunicaciones),

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reforma del mercado laboral mediante la “revisión y modernización de la negociación colectiva y la acción sindical” facilitando los despidos, y finalmente una fuerte reforma del sistema financiero y bancario.

Pero es la tercera parte del acuerdo la que resulta más irritante. Para asegurar que se llevará a cabo el agresivo programa de privatizaciones, el Gobierno griego transferirá activos de su propiedad a un fondo independiente que garantizará el pago del nuevo préstamo. Con esas privatizaciones los líderes europeos esperan recaudar 50.000 millones de euros, de los cuales 25 mil millones se utilizarán para pagar la reca-pitalización bancaria, otros 12.500 millones para pagar la deuda y los 12.500 millones restantes serán utilizados para inversión en el país. En ese fondo estarán incluidos el sector energético, transportes y telecomu-nicaciones, cuyas empresas serán muy probablemente adquiridas, y a muy buen precio para los compradores, por trasnacionales provenientes de los países acreedores.

Además, el Gobierno griego deberá consultar con la troika cualquier borrador de nueva legislación antes de enviarla al parlamento y se com-promete a retirar o enmendar toda la legislación introducida a partir del 20 de febrero que fuera contraria al anterior acuerdo, como la reapertura de la tevé estatal y la recontratación de funcionarios públicos despedidos por gobiernos anteriores.

Si se aprueban todas estas reformas, consideradas como “requisitos mínimos”, recién ahí la troika comenzaría a discutir el tercer “rescate” de 82.000 millones de euros durante tres años.

En el último párrafo del documento figura la propuesta del ministro alemán de sacar a Grecia del euro. “Si no se llega a ningún acuerdo se ofrecerá a Grecia negociaciones rápidas para una salida de la zona euro, con una posible reestructuración de la deuda” (Der Spiegel, 12-VII-15).

El ministro griego de Defensa, Panos Kamenos, aseguró que se pro-dujo un intento de derrocar a Tsipras. “Fue amenazado con el colapso de los bancos y el recorte completo de los depósitos” (Russia Today, 14-VII-15).

“El 12 de julio se produjo en Bruselas un golpe de Estado que demostró que el objetivo del liderazgo europeo es la aniquilación para dar ejemplo de un pueblo que buscaba otro camino a seguir más allá

del modelo neoliberal de austeridad extrema”.

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El despuésEn los hechos, se trata de una completa cesión de soberanía que per-

mite que los acreedores aprueben leyes clave antes de llevarlas a consulta pública o al parlamento. Tsipras debía saber que este acuerdo tendría graves consecuencias.

La primera es la fractura de su partido y, en menor medida, de su Gobierno. La mayoría absoluta del comité central de Syriza (109 en 201) rechazó el acuerdo y difundió un texto muy duro: “El 12 de julio se produjo en Bruselas un golpe de Estado que demostró que el objetivo del liderazgo europeo es la aniquilación para dar ejemplo de un pueblo que buscaba otro camino a seguir más allá del modelo neoliberal de austeri-dad extrema”. Algunos altos cargos del Gobierno presentaron renuncia.

En el parlamento las cosas tampoco marcharon bien. Ganó el acuer-do con 219 votos a favor, 64 en contra y seis abstenciones. El Ejecutivo recibió el apoyo de la oposición de derecha, en particular de Nueva Democracia, del exprimer ministro Antonis Samarás, y de los socia-listas. Un número para nada despreciable de 38 diputados de Syriza se desmarcaron del Gobierno. Por lo tanto, en adelante Tsipras puede tener que gobernar con el apoyo de sus adversarios en un eventual Gobierno de coalición, sobre todo para aprobar el resto del paquete impuesto por Bruselas.

Una parte importante de la sociedad, incluyendo destacadas voces de su partido, le mostraron a Tsipras que sí había alternativas. Por un lado, las varias que elaboraron sus ministros y que el primer ministro desechó. Varoufakis, por ejemplo, propuso un plan ante la eventualidad del cierre de los bancos griegos por la troika: “Deberíamos haber puesto en circulación nuestros propios pagarés, anunciar que íbamos a crear nuestra propia liquidez denominada en euros; deberíamos haber tomado el control del Banco de Grecia” (Eldiario.es, 13-VII-15).

http://www.boliviaentusmanos.com/noticias/internacional/161925/el-primer-ministro-de-italia-califica-de-error-el-referendum-griego.html

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Por otro lado, Tsipras ni siquiera se prestó a debatir seriamente la alternativa de salir del euro. No alcanzaba con decir que sería peor, tenía que abrir un debate real sobre las consecuencias y los modos posibles para enfrentarla, le reclamó la mayoría de la dirección de su partido.

No hubiera sido fácil, claro, una Grexit. Según la economista es-tadounidense Carmen Reinhart, exfuncionaria del FMI y especialista en las “crisis de deuda”, la salida de una unión monetaria no es tan común como la salida de políticas monetarias de cambio fijo. Desde 1982 hubo cinco casos: Argentina en 2002 y en 1989, Perú en 1985, Bolivia en 1982 y México en 1982, en los que las economías estaban dolarizadas y convirtieron de forma forzosa los depósitos en dólares a la moneda local.

Si Grecia saliera del euro, asegura Reinhart, el resultado sería simi-lar. Los depósitos se convertirían en dracmas (u otra moneda) sufriendo una drástica devaluación. “Se colapsaría la confianza en el sistema y habría un dramático aumento de las deudas privadas y públicas. El sector privado haría un impago de su deuda y la mitad de los créditos del país no serían pagados, y si se incluyen las tarjetas de crédito sería incluso mayor. Los ciudadanos dejarían de pagar impuestos y habría una acumulación de euros u otras monedas” (Bloomberg, 9-VII-15). Las consecuencias serían muy duras. “Si se produce la salida del euro, y sigue la conversión forzada de los depósitos, el retroceso de la economía de Grecia es probable que sea de larga duración.”

 Al parecer, incluso los griegos opuestos al acuerdo firmado por Tsi-pras eluden la salida del euro. Varoufakis señala que el caso argentino es bien diferente al griego en tres aspectos. Tras el default, el PBI argen-tino creció desde 2003 a 2008 a un promedio del 8 por ciento anual,

Todo indica que Grecia y también Europa ingresan en un nuevo período de su historia. El relato sobre la “Europa de los pueblos” fue demolido por Bruselas y Berlín. Se está ante el fin del Estado del bienestar,

pero también ante una crisis de la democracia representativa, ya que las mayorías se quedan sin voz.

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impulsado por las exportaciones de soja. Pero “los griegos no disponen ni de soja ni de ningún producto agrícola que se pudiera exportar en semejante escala”. Además, si Grecia saliera del euro “tardaría meses en introducir una nueva moneda y un régimen cambiario”. Por último, “el impacto que les generó Argentina a sus socios comerciales al salir de la convertibilidad no fue significativo mientras que Grecia, al salir del euro, perdería subsidios a la agricultura, fondos para el desarrollo y en general la cooperación económica con otros países europeos empeora-ría” (Russia Today, 14-VII-15).

Llegados a este punto, sólo cabía resignar la soberanía o apostar por la dignidad nacional, ya que el retroceso económico está garantizado en cualquier caso. Es cierto que la presión de casi tres semanas de corralito debe sentirse con fuerza en una sociedad ya empobrecida. Conviene recordar, no obstante, que no es fácil echar a un país del euro y que aun estando fuera de la eurozona se puede utilizar el euro, según lo recuerda el belga Eric Toussaint, presidente del comité de auditoría de la deuda griega.

Legalmente Grecia no puede ser expulsada de la zona euro ni por las instituciones europeas ni por un grupo de países. Puede incluso salir de la UE y seguir utilizando la moneda, aunque ya no emitirla. Sería un caso similar a los de Panamá y Ecuador, que usan el dólar, o de Montenegro y Kosovo, que usan el euro.

Sin embargo, ahora Grecia tampoco tiene soberanía completa sobre el euro, como sí la tienen los demás países de la Unión. Los bancos centrales de cada país sólo pueden emitir la cantidad de euros que les permite el Banco Central Europeo (BCE). El Banco Central griego tiene congelada la cantidad de euros que puede emitir, y el BCE no está dando liquidez a los bancos griegos porque está en desacuerdo con la política fiscal del gobierno (Forbes, 3-VII-15).

Fin de épocaBuena cantidad de analistas, incluido el Gobierno alemán, o en todo

caso su ministro de Finanzas, estiman que la salida de Grecia del euro es sólo cuestión de tiempo. Es una decisión política, no económica, dicen. Y ya fue tomada tiempo atrás. El 4 de febrero, apenas nueve días después de que Tsipras asumiera como primer ministro y se plantara firme ante sus acreedores, el BCE le cortó los grifos, “ante las serias dificultades para cerrar con éxito el rescate” (El País, 4-II-15).

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Antes de llegar a esa situación, que motivó titulares como “El BCE pone a Grecia contra las cuerdas”, el entonces flamante primer ministro emprendió una gira europea para cosechar apoyos. Luego de reunirse con los presidentes de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, del Consejo Europeo, Donald Tusk, y del Parlamento, Martin Schulz, “se llevó de las tres instituciones un sabor amargo, y sobre todo un tono duro acerca de sus posibilidades en la negociación que ya ha empezado sobre el futuro de Grecia”. Varoufakis llegó a contar en estos días que desde su primera reunión con “las instituciones”, en particular con su par alemán, tuvo claro que los “socios” querían a la díscola Grecia fuera.

Eso sucedió hace cinco meses. Durante 150 días se estuvo negociando el rescate, sin el menor resultado. ¿Pensaba Tsipras que el 62 por ciento de apoyo al No en el referendo podía ablandar al sistema financiero? Todas las propuestas que hizo a la troika el primer ministro fueron recibidas con absoluta indiferencia. Peor: a cada concesión de Atenas llovían nuevas exi-gencias. Pero Tsipras no cambió de línea. Incluso Varoufakis participaba de la ilusión de convencer a sus interlocutores. Hasta que se convenció de lo contrario. “Desafortunadamente las instituciones y nuestros socios europeos han perdido la oportunidad que brindamos: mirar las negocia-ciones como una deliberación entre socios. Lo convirtieron en una guerra contra nosotros” (Der Tagesspiegel, 9-VI-15).

Todo indica que Grecia y también Europa ingresan en un nuevo período de su historia. El relato sobre la “Europa de los pueblos” fue de-molido por Bruselas y Berlín. Se está ante el fin del Estado del bienestar, pero también ante una crisis de la democracia representativa, ya que las mayorías se quedan sin voz. Las izquierdas –incluso las nuevas, como Syriza y probablemente sea el caso del Podemos español– han mostrado una carencia poco creíble de estrategias alternativas. De ahora en ade-lante les costará mucho volver a convencer de que representan el cambio.

Las izquierdas –incluso las nuevas, como Syriza y probablemente sea el caso del Podemos español– han

mostrado una carencia poco creíble de estrategias alternativas. De ahora en adelante les costará mucho

volver a convencer de que representan el cambio.

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http://www.telegraph.co.uk/finance/economics/11708683/German-man-trademarks-Grexit-for-new-vodka-drink.html

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Grecia: Sobre el referendo, el papel de Alemania y el chantaje financiero

Aaron Tauss

Profesor Asistente del Departamento de Ciencia Política Universidad Nacional de Colombia, sede Medellín

En medio de una alocución televisiva la una de la mañana del 27 de junio, el Primer Ministro de Grecia, Alexis Tsipras,

anunció la convocatoria a un referendo –a realizarse el 5 de julio– sobre el acuerdo que habría de firmarse para aceptar el nuevo plan de “rescate financiero” ofrecido al país por sus acreedores internacionales –el Banco Central Europeo (BCE), la Comisión Europea y el Fondo Monetario Internacional (FMI)– durante las negociaciones del día anterior. Allí, la troika exige de Grecia medidas adicionales de austeridad: superávits fiscales primarios más altos de los que el Gobierno de Syriza estaría dispuesto a aceptar, un incremento en la tasa del IVA, una elevación de la edad de jubilación, y más privatizaciones. Para Tsipras, esta “oferta” es inaceptable. No sólo va en contra de los derechos fundamentales a la dignidad, la igualdad y el trabajo, sino que también apunta a la humi-llación de todo el pueblo griego1. Por ende, el Primer Ministro ha reco-mendado a todos los seguidores de su alianza de partidos de izquierda que rechacen la propuesta votando “No”. En caso de una derrota en el referendo, Tsipras ha ofrecido su renuncia. Escenario que, en caso de darse, muy probablemente implicaría la realización de nuevas elecciones en las próximas semanas.

Así las cosas, tras más de cinco meses de negociaciones, el referendo dejará en manos de la población griega la decisión sobre la continuidad

1 Alexis Tsipras (2015): “An End to the Blackmail”, 27 de junio, https://www.jacobinmag.com/2015/06/tsipras-speech-referendum-bailout-troika/

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de la política neoliberal de austeridad impuesta por la troika a cambio de nuevos fondos que posibilitarían el pago de la deuda (impagable) adquirida por Gre-cia. Días antes de que se realice el referendo, el 30 de junio exactamente, Grecia debe pagar 1.600 millones de euros al FMI –una suma que el gobierno de Syriza no tiene disponible–, el mismo día que también ven-ce el segundo paquete del plan de “rescate financiero” lanzado inicialmente en mayo de 2010. Puesto que Tsipras y sus colegas rechazaron la propuesta de la troika, no habrá más inyecciones financieras. Sin embargo, es posible que Grecia no se encuentre in-solvente de inmediato, ya que es probable que el FMI le conceda una prórroga de algunos meses. La fecha crítica será, más bien, el 20 de julio, cuando el gobier-no griego tendrá que pagar 3.500 millones al BCE.

Volvamos brevemente a mayo de 2010. El “rescate financiero” nunca tuvo el propósito de salvar a Grecia, sino a los grandes bancos europeos. Los mal llamados “fondos de emergencia” rescataron principalmente al sector bancario y financiero griego, así como a los bancos franceses y alemanes que durante los años previos a la crisis financiera del 2008-09 habían con-cedido préstamos arriesgados y especulativos a miles de empresas y hogares griegos a través de los bancos locales. Tras las pérdidas masivas que se derivaron de tales préstamos durante la crisis, el sistema bancario griego fue “salvado”, es decir, las deudas fraudulentas fueron socializadas con los fondos de los acreedores internacionales, a costa del sector productivo y de la mayoría de la población griega. Más adelante, la troika obligó al gobierno a implementar una política de austeridad para así asegurar el pago de la deuda a los titulares de bonos, al Banco Central Europeo y al Fondo Monetario Internacional2. En realidad,

2 Democracy Now! (2015): “Protesters Press Secluded G7 Leaders on Harmful Policies, from Crippling Austerity to Dirty Coal”, Entrevista con Naomi Prins, 8 de junio, http://www.democracynow.org/2015/6/8/protesters_press_seclu-ded_g7_leaders_on

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las deudas provenientes de las pérdidas especulativas de los bancos europeos no sólo fueron transferidas a la población griega, sino también a los contribu-yentes de todos los otros países de la Unión Europea que habían hecho préstamos a través del plan de “rescate financiero”3. Cinco años después, Grecia se halla en medio de una profunda crisis humanitaria. No obstante, los acreedores internacionales siguen insistiendo en una intensificación de la política de austeridad. Alemania, sobre todo, se ha posicionado en las negociaciones como uno de los defensores más acérrimos de la “medicina” neoliberal.

El papel de Alemania Ningún país de la Unión Europea se ha beneficia-

do tanto de la introducción de una moneda comu-nitaria a finales de la década de los 90 como Alema-nia. El euro implicó una devaluación del Deutsche Mark en comparación con todas las otras monedas de la zona euro, impulsándose así la exportación de productos manufacturados, especialmente hacia los países periféricos de Europa; productos cuyo consu-mo se vio facilitado por los préstamos mencionados anteriormente. Poco después llegó la crisis, y con ella la política de austeridad, golpeando no sólo a las poblaciones de Grecia, España, Portugal, etc., sino también a la clase obrera en Alemania4. Con el apoyo de los grandes medios de comunicación, la clase política alemana logró construir un consenso alrededor de la política de austeridad, convenciendo así a la población de que la crisis de los países del Sur europeo era la consecuencia de la baja productividad individual (“¡Los griegos son unos perezosos!”) y del

3 The Real News Network (2015): “Troika Demands Could Crea-te Rupture Within SYRIZA”, Entrevista con Dimitri Lascaris, 11 de junio, http://therealnews.com/t2/index.php?option=com_content&task=view&id=31&Itemid=74&jumival=13983

4 Catarina Príncipe (2015): “Is Merkel Being Irrational?”, 30 de abril, https://www.jacobinmag.com/2015/04/greece-syriza-euro-merkel-austerity/

Las estadísticas griegas demuestran

que las políticas de austeridad han

profundizado la crisis económica

y humanitaria en el país. Hoy en día, Grecia

es el tercer país más endeudado del mundo y las ásperas medidas

de austeridad han conducido

a un tercio de la población griega por debajo de la

línea de pobreza.

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endeudamiento público y privado del que ellos mismos eran culpables (“¡Durante mu-cho tiempo los griegos vivieron por encima de sus capacidades monetarias reales!”).

Para Alemania, aceptar la propuesta de Syriza que rechaza más medidas de austeri-dad en las negociaciones, equivaldría a con-fesar que estas mismas medidas en realidad no habrían funcionado durante los últimos cinco años. Es claro que una concesión de este tipo no sólo pondría en cuestión los principios neoliberales de la Unión Euro-pea, sino que también debilitaría a las elites políticas, tanto en Alemania como en todos los otros países que actualmente se han uni-do en defensa del “Consenso de Bruselas”.

Las estadísticas griegas demuestran que las políticas de austeridad han profundizado la crisis económica y humanitaria en el país. Hoy en día, Grecia es el tercer país más en-deudado del mundo y las ásperas medidas de austeridad han conducido a un tercio de la población griega por debajo de la línea de pobreza. Tras la crisis de 2008-09 el PIB de Grecia se redujo en un cuarto, los salarios reales cayeron en un 18% entre 2008 y 2013 y la tasa de desempleo subió por encima del 25%5. El endeudamiento público de Grecia

5 The Guardian (2015): “Whether Greece does a deal or defaults, the prospects seem equally grim”, 31 de mayo, http://www.theguardian.com/world/2015/may/31/greece-deal-defaults-pros-pects-for-people-grim-eurozone

supera actualmente el 180% del PIB, una tendencia que también se manifestó en to-dos los otros países que implementaron las políticas de austeridad recomendadas por las instituciones acreedoras.

El chantaje financiero de la ECBVolvamos al referendo y a la reacción de

la troika. Tras el anuncio de Alexis Tsipras, el BCE decidió congelar inmediatamente los créditos de la Provisión Urgente de Li-quidez (ELA), un programa que durante los últimos años había alimentado a los bancos griegos “gota a gota” con una “liquidez de emergencia”6. Al día siguiente, enfrentán-dose a una creciente fuga de depósitos, el gobierno de Syriza se vio obligado a cerrar los bancos y la bolsa al menos por una se-mana y a imponer controles de capital para detener el “pánico bancario” provocado por la troika en estrecha colaboración con los medios de comunicación. Después de la victoria electoral de Tsipras a principios de enero, y especialmente en las últimas sema-nas, la fuga de capital se ha intensificado. Mientras que la oligarquía transfirió su dinero a cuentas bancarias en Suiza, miles de griegos empezaron a retirar sus ahorros

6 The Real News Network (2015): “Drip Feeding Greece Will End in Default”, Entrevista con Di-mitri Lascaris y Leo Panitch, 16 de junio, http://therealnews.com/t2/index.php?option=com_content&task=view&id=31&Itemid=74&jumival=14038

http://www.noticias24.com/internacionales/noticia/103658/bbc-mundo-8-preguntas-basicas-para-entender-lo-que-pasa-en-grecia-y-sus-consecuencias/

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cuando las negociaciones entre el gobierno y la troika entraron a su fase crítica a finales de junio.

La mencionada Provisión Urgente de Liquidez del BCE fue creada con el propósito de asistir a las instituciones financieras de la zona euro durante una crisis de liquidez provocada por una fuga masiva de capital. Tras el fracaso de las negociaciones con el gobierno de Syriza, la restricción de la liquidez se ha convertido en una poderosa arma de chantaje en las manos del BCE y la Unión Europea. Según el artículo 16 de su Estatuto, únicamente el BCE tiene autorización para la emisión de billetes de euro, y si bien los países miembros de la zona euro pueden emi-tir monedas, sólo pueden hacerlo con la autorización previa del BCE. Esto significa, en el caso griego, que el banco central (Banco de Grecia) no decide sobre los fondos de “liquidez de emergencia”, es decir, sobre los billetes de euro que terminan en las cajas y cajeros de los bancos privados. Más bien, son los 25 miembros del Consejo de Gobierno del BCE, la máxima instancia decisoria, quienes determinan la cantidad de tales fondos que, en primer lugar, serán concedidos al Banco de Grecia como crédito y que, en segundo lugar, se entregarán a los bancos privados a través del mismo. De hecho, lo que realmente bus-can el BCE y las otras instituciones de la troika con este tipo de chantaje financiero es nutrir el miedo, la incertidumbre, el caos y la desconfianza hacia Grecia durante los días previos al referendo, con la finalidad ulterior de derrocar el gobierno de Alexis Tsipras.

¿Y el plan B?Al parecer, el pueblo griego debe decidir ahora en-

tre más medidas austeridad o un estado de insolvencia. El rechazo al acuerdo propuesto por la troika en el re-ferendo del 5 de julio no significaría automáticamente una salida de la zona euro o de la Unión Europea, sino que, más bien, mejoraría la posición del Gobierno en una posible continuación de las negociaciones con la troika. Tsipras y la vanguardia de Syriza siguen

El “rescate financiero” nunca tuvo el propósito

de salvar a Grecia, sino a los grandes bancos

europeos. Los mal llamados “fondos

de emergencia” rescataron

principalmente al sector bancario y financiero griego,

así como a los bancos franceses y alemanes que

durante los años previos a la

crisis financiera del 2008-09

habían concedido préstamos

arriesgados y especulativos a

miles de empresas y hogares griegos

a través de los bancos locales.

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comprometidos con una solución dentro de la zona euro y la Unión Europea, y al parecer, ni siquiera están contemplando un plan B. Hasta ahora, sólo la Plataforma de Izquierda alrededor del líder Panayiotis La-fazanis, quien cuenta con un apoyo del 40% de los miembros de la alianza, se ha pronun-ciado a favor de la salida de la zona euro, la nacionalización de los bancos, el fin de los privilegios de la oligarquía, la introducción de nuevos impuestos del gran capital y las grandes propiedades, la terminación del pago de la deuda pública y la introducción de una nueva moneda nacional7.

A mediano plazo, la decisión de salir de la zona euro indudablemente significaría más sufrimiento para la población griega: las importaciones estratégicas se volverían más costosas por la devaluación de la nueva moneda y el Gobierno se vería forzado a imponer un racionamiento de los produc-tos básicos (alimentos, medicina, gasolina, etc.). Sin embargo, de cara a más medidas de austeridad y a una prolongada catástrofe

7 Stathis Kouvelakis (2015): “Syriza Inside the “Iron Cage”?”, 4 de junio, https://zcomm.org/zne-tarticle/syriza-inside-the-iron-cage/

humanitaria, una ruptura con la zona euro abriría a largo plazo un nuevo camino hacia una recuperación económica y social. A pe-sar del continuo apoyo de la gran mayoría de la población, ni Syriza ni la Plataforma de Izquierda han logrado (o intentado), tras la victoria en las urnas, incrementar la movilización de su base social e impulsar la construcción de una nueva economía democráticamente planificada que se enfo-que principalmente en la satisfacción de las necesidades de las personas. Tampoco han avanzado en la reorganización del sector agrícola, ni en involucrar a más personas para impulsar la expansión de formas al-ternativas de producción, las cuales serían indispensables durante la ardua fase de transición que seguiría a una posible salida de la zona euro8.

8 The Real News Network (2015): “Greece in Sus-pended Animation”, Entrevista con Leo Panitch, 29 de mayo, http://therealnews.com/t2/index.php?option=com_content&task=view&id=31&Itemid=74&jumival=13920

http://vozpopuli.com/economia-y-finanzas/65214-asi-es-la-propuesta-enviada-por-syriza-35-puntos-para-lograr-el-rescate

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Edito

rial

¡Defender el proceso de paz!¡Defender las libertades democráticas!

Jesús Gualdrón

Encontrar la salida de una confrontación que se ha extendido por más de cincuenta años y dejado más de doscientos mil

muertos, más de seis millones de desplazados, decenas de masacres y miles de ejecuciones extrajudiciales por parte de efectivos de las Fuer-zas Armadas nacionales, entre muchas otras víctimas, es un imperati-vo ético y político, el cual no se puede seguir soslayando con excusas tramposas por parte de la elite dominante en el país.

No hay alternativa posible para la paz, y es hora de avanzar en la búsqueda de la verdad sobre el conflicto, establecer las responsabili-dades y llegar a un acuerdo sobre las garantías de no repetición, el resarcimiento de las víctimas y los mecanismos de justicia que hagan posible un acuerdo final. No pareciera lógico pensar que sólo una de las partes involucradas ‒en este caso las FARC-EP‒ tenga que asumir de manera exclusiva la responsabilidad por las víctimas del conflicto, máxime cuando es innegable que el origen de la confrontación y su persistencia no son achacables a la insurgencia armada. Aquí es im-postergable evaluar la responsabilidad de quienes han gobernado tra-dicionalmente y convertido al Estado colombiano en un instrumento de dominación violenta al servicio del capital nacional y transnacional. Por otra parte, está demostrada hasta la saciedad la responsabilidad de innumerables agentes del Estado ‒incluso en connivencia con las organizaciones paramilitares que han asolado y sembrado de muerte

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Editorial

y dolor extensas zonas del país‒ y de sectores políticos y económicos, tanto a nivel nacional como regional, en las violaciones sistemáticas de los derechos humanos, en la destrucción de las organizaciones y del movimiento social y en la eliminación a sangre y fuego de formaciones políticas alternativas a lo largo y ancho de nuestro suelo.

Por esa razón, los avances logrados en la las negociaciones de La Habana constituyen un patrimonio del pueblo colombiano en su búsqueda de la paz y la convivencia nacional. No es aceptable que se desvirtúen los acuerdos a que se ha llegado en varios puntos de la Agenda, aunque no estén perfeccionados, ni que se desprecie olímpica-mente el aporte de las FARC-EP para desescalar el conflicto mediante la implementación de un cese unilateral al fuego. Si bien el primero de ellos fue sistemáticamente saboteado por el establecimiento, tanto mediática como militarmente, el segundo (ordenado a partir del 20 de julio pasado) puede significar un cambio cualitativo en la coyuntura nacional y ‒de mediar una verdadera decisión política por parte del Gobierno de Santos a favor de la paz‒ conducir a la concreción de un cese bilateral, cuyo impacto en el desarrollo de las conversaciones de La Habana y en el apoyo de la población a la salida negociada sería de enorme trascendencia. No pueden sustituirse la negociación y el diálogo por la arrogancia y la intransigencia militarista. Aun sin llegar a acuerdos definitivos es dable y necesario evitar muertes, destrucción y mayor odio entre los colombianos. Y esa no es una responsabilidad

http://www.info7.mx/a/galeria/8901

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exclusiva de las FARC-EP, como quisieran hacernos creer el Gobierno y los medios de comunicación serviles.

Pero es necesario también llamar la atención de la opinión nacional e internacional sobre ciertos rasgos autoritarios del establecimiento co-lombiano que no parece querer avenirse con la idea de que la protesta social y la organización de los de abajo no constituyen un crimen, sino un derecho. En efecto, hemos asistido en las últimas semanas a la reedición abierta y desembozada de la cacería de brujas, que en esta oportunidad se enfila contra jóvenes estudiosos y activistas de organi-zaciones sociales y políticas que ejercen su crítica contra el sistema de dominación imperante y hacen uso de su derecho de expresión y mo-vilización. ¿Estaremos frente a una nueva etapa de montajes judiciales, de persecución política contra la oposición democrática so pretexto del “terrorismo”, independientemente de lo que sea que la palabreja signifique realmente? ¿Se estará inaugurando una nueva arremetida contra la libertad de pensamiento, en cuyo desarrollo incluso los libros y las conversaciones telefónicas se conviertan en “pruebas” de la culpa-bilidad de los ciudadanos inconformes y organizados?

En el marco de las conversaciones de La Habana y ante la expec-tativa de una posible etapa de posacuerdo, en la que con seguridad se desatará el torrente de las luchas sociales y se impulsará la recompo-sición y movilización de las organizaciones populares en función de sus reivindicaciones y de la preservación y ampliación de los derechos democráticos de los de abajo, urge mantener la guardia en alto para no permitir que el autoritarismo del Estado de la mano de un ejercicio espurio de la justicia de clase se convierta en remozada talanquera para burlar nuevamente las aspiraciones libertarias de los colombianos. La superación de la confrontación armada como forma de resolver el con-flicto político y social colombiano no significa la renuncia a la lucha por la justicia social en nuestro país.

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DATOS IMÁGENESLas imágenes presentadas en este número fueron tomadas de las fuentes indicadas

en cada pie de foto.

*Portada:https://en.wikipedia.org/wiki/Anti-austerity_movement_in_Greece

*Bandera:http://blogs.ft.com/gavyndavies/tag/greece/ | Getty Images

*Página actual:http://www.independent.co.uk/news/world/europe/greek-police-clash-with-protesters-6263678.html

Todos los números de la publicación se pueden consultar en

www.espaciocritico.com

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